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• Juan Carlos Gomez Patiño

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FORMACIÓN ÉTICA Y LA CONCIENCIA MORAL

SAMUEL ALFONSO LÓPEZ MARTELO

MÓDULO DE PSICOLOGÍA Y CONCIENCIA MORAL ESPECIALIZACIÓN EN ÉTICA Y PEDAGOGÍA

MG. GLADYS STELLA AMÉZQUITA OSTAS

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA JUAN DE CASTELLANOS TURBACO-BOLÍVAR

¿QUÉ ESTRATEGIA UTILIZA SU INSTITUCIÓN EDUCATIVA PARA LA FORMACIÓN ÉTICA Y LA CONCIENCIA MORAL? ¿CÓMO ORIENTAR EL ÁREA DE ÉTICA Y LA CONCIENCIA MORAL EN SU INSTITUCIÓN EDUCATIVA?

El ensayo que se presenta a continuación destaca la importancia de la orientación ética y la conciencia moral en la institución educativa, atendiendo al desarrollo integral del sujeto y al enfoque curricular en los procesos de formación para la vida. En primer lugar, cabe destacar que la reflexión ética gira alrededor del proyecto de vida personal y al proyecto de vida social histórico en el que se involucran los conceptos de felicidad, autorrealización y trascendencia en virtud de las cuales se enfoca las normas básicas de convivencia. Estas normas o ideales de comportamiento social son necesarias para poder prever la conducta ajena y propia; no obstante, como construcción humana, las normas han venido cambiando de acuerdo a las necesidades y a los contextos históricos. Por otro lado, los procesos de socialización, revestidos en la acción pedagógica, participan en la construcción de valores y en los niveles de competencia moral de las personas para juzgar y resolver problemas, para razonar ante la toma de decisiones, con autonomía, autocrítica, empatía y responsabilidad. En el contexto educativo, estas dimensiones que giran en torno a la libertad y autonomía están contenidas en el pensamiento de Paulo Freire que plantea que “a través de la experiencia pedagógica se posibilita a las personas tomar conciencia de las cadenas que

lo limitan”, en este sentido, es a través de la experiencia docente donde se imparte una visión general del contexto moral situando a la comunidad educativa en la participación de obligaciones fundamentales como la responsabilidad que conlleva al deseo de actuar congruentemente con todo aquello que lleve adelante el crecimiento moral a lo largo de la vida, y buscar esa perfección espiritual hacia la realización de su fin último, buscar el bien para satisfacer todas sus aspiraciones de felicidad; como lo dijera Santo Tomás, “el ser humano viene de Dios y hacia él volverá” Bajo estos parámetros, la educación moral en la institución educativa se lleva a cabo a través del Acuerdo de Convivencia, éste se constituye mediante el diálogo y la interacción con los demás. Como es sabido, este acuerdo es un componente del Proyecto Educativo Institucional del plantel y contiene el conjunto de principios, normas, procedimientos, acuerdos y demás aspectos que regulan y hacen posible la Convivencia Escolar de los miembros de una institución educativa. Dentro de las estrategias que se aplican en nuestro plantel educativo para la educación de una formación ética y moral, están los proyectos pedagógicos de aula en la dimensión de ética y

valores. Se evalúa a los niños por dimensiones, una de estas es la dimensión de ética, actitudes y valores humanos, la cual tiene el propósito de guiar a los niños a encontrar una orientación de su vida en el ámbito social, que permitan evaluar sus habilidades sociales, conocer el contexto en el que se desenvuelven, relacionarse con otros individuos y, a comprender el lugar y papel que ocupan dentro de la sociedad. Es decir, que se facilita a niños y niñas el camino de aprender a vivir con otras personas. Otras de las estrategias que utiliza la institución educativa es La Escuela de Padres. Dado que madres y padres se convierten en los primeros orientadores en la construcción

ético-moral del niño o niña, se busca una participación espontánea con el fin de promover la reflexión crítica sobre los valores y las formas de Convivencia Escolar. Un estudiante con una buena Convivencia Escolar es aquel que va incorporando en su comportamiento personal y social los valores necesarios para vivir en comunidad, lo cual implica que la Convivencia Escolar es una forma efectiva como el estudiante va mostrando sus niveles de apropiación de lo ético que hace parte de la vida cotidiana en la escuela y en donde se involucran los códigos de relación interpersonal, las relaciones de género, la consideración por el dolor de los otros, las normas cívicas y de buen gusto, la concordia, el sentido común, el respeto y tantos otros como podamos ejemplificar. En lo que respecta a la orientación del área de ética y la conciencia moral, los docentes que orientamos esta asignatura seguimos los lineamientos éticos que propugnan por el desarrollo de la autonomía en los alumnos, los cuales se concretan en la formación de personas capaces de pensar por sí mismas, de actuar por convicción personal, de tener un sentido crítico, de asumir responsabilidades; requiere reconocer sus capacidades para asumir los valores, actitudes, normas que le trasmiten los diferentes ámbitos de socialización, al tiempo que se reconoce su capacidad de apropiarse activamente de estos contenidos culturales y recrearlos y construir nuevos valores. Para el desarrollo de tales fines concretamos estas acciones en el Proyecto de Convivencia Democrática. Dicho proyecto tiene como tarea construir el sentido de la vida, la convivencia escolar social y los valores como la equidad, la dignidad, la solidaridad, la libertad, la fe y la justicia. Además, debe ayudar a los estudiantes a tomar decisiones dentro de un auténtico ejercicio de libertad.

Hay que anotar que, de acuerdo al contexto social de nuestro municipio en donde se desarrolla y proliferan las pandillas juveniles que han generado vicios, peleas callejeras, entre otros, los jóvenes estudiantes se ven atraídos por las actividades de formación ética y conciencia moral que llevamos a cabo en el primer bloque de clases a través del estudio de una valor diario. Con él se conceptualiza el valor a aprender, se traen afiches, cartulinas o exposiciones alusivas, se materializan los contenidos a través de mini roles o actuaciones dramatizadas, se traen a experiencias de la vida real para reflexionar, pues, los estudiantes saben que la delincuencia, la agresión y la violencia, el uso de drogas, alcohol, tabaco, los estilos de vida egocéntricos, traen como consecuencia una verdadera crisis personal, familiar e institucional. Finalmente, todo acto educativo encierra un comportamiento ético, y es esta la razón fundamental de estar implementando proyectos para preparar al estudiante para el mundo de la vida. Se refuerzan aquí valores que abarcan dos dimensiones de lo espiritual de acción o de comportamiento: el mundo de la vida desde el cuidado y la atención de uno mismo, y el mundo de la vida desde el cuidado y la atención a los demás. De esta manera estamos preparando al estudiante para que asuma habilidades de buen trato, capacidad para sentir, juzgar, deliberar y actuar conforme a valores morales de modo coherente, persistente y autónomo. Para nosotros es una de las experiencias más concretas, objetivas y visibles de la ética.