Ensayo El Movimiento Estudiantil de 1968 (Corregido)

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE COAHUILA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES CARRERA: SOCIOLOGÍA ENSAYO: EL MOVIMIENTO ES

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE COAHUILA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

CARRERA: SOCIOLOGÍA ENSAYO: EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968 ASIGNATURA: O. P. IV MOVIMIENTOS Y TRANSFORMACIONES SOCIALES EN MÉXICO

PROFESOR: LIC. RAFAEL ZUNO SANDOVAL ALUMNO: ANDRÉS DE LA TORRE ONTIVEROS

GRADO: OCTAVO SEMESTRE SECCIÓN: “A” TURNO: MATUTINO FECHA:

ÍNDICE Pág. Introducción…………………………………………………………………………... Capítulo 1 El Origen o los antecedentes…………………………………………… 1.1. El 2 de Octubre…………………………………………………………… 1.1.1. Los Juegos Olímpicos……………………………………………… Capítulo 2 Las causas………………………………………………………………… Capítulo 3 Formas de lucha……………………………………………………… Capítulo 4 Organización…………………………………………………… Capítulo 5 Demandas…………………………………………………………… Capítulo 6 Composición social……………………………………………………. Capítulo 7 Alianzas……………………………………………………………… Capítulo 8 Ideología……………………………………………………………… Conclusiones…………………………………………………………………………… Bibliografía……………………………………………………………………………… Anexos…………………………………………………………………………………..

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Introducción El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y del IPN, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que fue dispersado el 2 de octubre de 1968 por el gobierno mexicano en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. El hecho fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. Según lo dicho por sí mismo en 1969 y por Luis Echeverría Álvarez, el presunto responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz. Debido a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero las investigaciones actuales deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al Estado Mexicano. El corresponsal de la BBC de Londres en México, Julian Petiffer, quien presenció los hechos, mencionó en un despacho noticioso que "en una destacable demostración de estupidez, brutalidad, o ambas juntas, el ejército y la policía pasaron fuego de ametralladores por miles de manifestantes pacíficos y gentes que iba de paso por el lugar..." y estimó el número de estudiantes asesinados en (al menos) 200. Politólogos e historiadores coinciden en señalar que este movimiento y su terrible desenlace incitaron a una permanente y más activa actitud crítica y opositora de la sociedad civil, principalmente en las universidades públicas, así como a alimentar el desarrollo de guerrillas urbanas y rurales y dio cabida al periodo conocido como la Guerra Sucia. La Fiscalía Especial para los Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), incluye el movimiento del 68 en su informe de febrero 2006 con respecto a dicho periodo. Autores como Fernand Braudel, Immanuel Wallerstein y Carlos Antonio Aguirre Rojas coinciden en señalar al movimiento de México inserto en un contexto planetario de luchas sociales surgidas y recreadas de las universidades luego de vivirse un periodo de bonanza económica por la Posguerra, siendo Braudel el primero en denominar al movimiento Revolución cultural de 1968, caracterizado por revolucionar para siempre los tres principales espacios de recreación de la cultura: la familia, los medios de comunicación y la escuela. El movimiento estudiantil del 68, en el cual miles de jóvenes salieron a las calles a luchar por derechos democráticos que los gobiernos autoritarios de la burguesía no les respetaban. Es el periodo en que el corporativismo obrero tenia bajo su control a más de 3 millones de trabajadores, cuando las organizaciones juveniles habían sido cooptadas, ya sea por soborno o por represión, por el partido en el poder (PRI) y cuando a nivel internacional, ante los fulgores de la revolución en Francia, se había llegado a tocar la cabeza de algunos dirigentes estudiantiles.

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Capítulo 1 Origen o antecedentes El 22 de julio de 1968, un incidente de fútbol americano entre la vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la UNAM, termina en una gresca. El cuerpo policiaco de granaderos son quienes disuelven a la turba, deteniendo a varios estudiantes e incursionando dentro de las instalaciones de dicha vocacional. Entre el 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas entran en un paro de labores, los granaderos y el ejército entran a varias de las escuelas, entre ellas, la Prepa 1 en San Ildefonso, donde es destruida una puerta tallada en el siglo XVIII, mediante un disparo de bazuca. El 30 de julio de 1968, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra en Ciudad Universitaria, condenaría públicamente los hechos, izando la bandera mexicana a media asta y con un emotivo discurso se pronunciaría a favor de la autonomía universitaria y exigiría la libertad de los presos políticos, refiriéndose a los estudiantes detenidos de la Prepa 1. Ese mismo día encabezaría la marcha por la avenida de los Insurgentes, donde surgió un lema muy común utilizado por el movimiento estudiantil, "¡Únete pueblo!". El 26 de agosto de 1968, una multitudinaria marcha se dirigió al zócalo capitalino. Fue la primera ocasión en que se insulta públicamente al presidente mexicano, Gustavo Díaz Ordaz. Al finalizar la manifestación, uno de sus líderes se pronuncia a favor de quedarse a esperar una respuesta del gobierno, a escasos días del informe presidencial. La madrugada del 28 de agosto de 1968, se abren las puertas del Palacio Nacional, de donde salieron tanques del ejército para dispersar a los manifestantes. El 13 de septiembre de 1968, tiene lugar "La marcha del silencio", donde los manifestantes marcharon con pañuelos en la boca. El 18 de septiembre de 1968, el ejército invade la Ciudad Universitaria de la UNAM. El 24 de septiembre de 1968, el ejército invade el Casco de Santo Tomás, uno de los campus del IPN. El 1 de octubre de 1968, el ejército se retira de la UNAM y el IPN.

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1.1. El 2 de Octubre La tarde del 2 de octubre de 1968, un día después de la salida del ejército de los campus de la UNAM y del IPN, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Mientras tanto, el ejército vigilaba, como en todas las manifestaciones anteriores, que no hubiera disturbios, principalmente porque el gobierno tenía temor de que fuera asaltada la Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Por su parte, miembros del Batallón Olimpia (cuyos integrantes iban vestidos de civiles con un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda) se infiltraban en la manifestación hasta llegar al edificio "Chihuahua" donde se encontraban los oradores del movimiento y varios periodistas. Cerca de las seis de la tarde, casi finalizado el evento, un helicóptero sobrevoló la plaza del cual se dispararon bengalas, presumiblemente, como señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia apostados en el edificio "Chihuahua" abrieran fuego en contra de los manifestantes y militares que resguardaban el lugar, para hacerles creer a estos últimos, que los estudiantes eran los agresores. Los militares en su intento de defenderse, repelieron "la agresión de los estudiantes", pero ante la confusión, los disparos no fueron dirigidos contra sus agresores, sino hacia la multitud de manifestantes que se encontraban en la plaza de Tlatelolco. Muchos manifestantes escaparon del tiroteo, escondiendose en algunos departamentos de los edificios aledaños, pero ejército no se detuvo, irrumpiendo a cada uno de los departamentos de todos los edificios de lo que conforma la Unidad Tlatelolco sin orden judicial, para capturar a los manifestantes. Aún se desconoce la cifra exacta de los muertos y heridos. El gobierno mexicano manifestó en 1968 que fueron sólo 20 muertos, tres años más tarde, la escritora Elena Poniatowska, en su libro La noche de Tlatelolco publicó la entrevista de una madre que buscó entre los cadáveres a su hijo y reveló que por lo menos había contado 65 cadáveres en un solo lugar. Algunos autores, como Jorge Castañeda creen que todo uso de la fuerza pública comenzó a ser magnificado por la población luego de la operación contra los estudiantes en Tlatelolco. Este autor sostiene que los estudiantes asesinados fueron 68, y 1 soldado.

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Sin embargo la BBC de Londres, en una acotación hecha en el 2005 al despacho informativo original del 2 de Oct. de 1968, y luego de conocerse las implicaciones de la CIA en los hechos, sostiene que el número de victimas oscila entre 200 y 300, y que los cuerpos rápidamente fueron retirados en camiones de transporte de basura. En general las estimaciones calculan el número de muertos en un rango que va de los 200 hasta los 1,500. Testigos afirman hubo grúas recogiendo centenares de cadáveres que había a su paso para luego ser arrojados e incinerados.

1.1.1. Los Juegos Olímpicos

El sábado 12 de octubre de 1968, el presidente mexicano, Díaz Ordaz, inauguró los XIX Juegos Olímpicos, bautizados como "La Olimpiada de la Paz", en ese momento un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial, un papalote de color negro en forma de paloma, en repudio por la matanza del 2 de octubre.

Capítulo 2 Las causas

En realidad todo comenzó con un juego de futbol en los jardines de la Ciudadela, entre los estudiantes de la Voca 2 del Politécnico y los de una preparatoria vecina, que finalmente degeneró en gresca y batalla campal. Por el hecho de que los preparatorianos sitiaron a los estudiantes de la Voca, el gobierno de esa época, que era bastante represivo, envió granaderos para sofocar el choque entre los estudiantes, que ya llegaban a las pedradas, bombas molotov, y se dice que a algunos balazos. Los granaderos atacaron con gases lacrimógenos, e hicieron varias detenciones y ataques en el interior de la Vocacional. Todo ello provocó que empezaran a darse mítines por parte de estudiantes de otras escuelas y universidades, quienes protestaban contra la violenta intervención de los granaderos. Como se fueran dando en aumento las manifestaciones y protestas, se llego a utilizar la intervención de las fuerzas armadas del ejército, y temiendo los

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funcionarios de gobierno, que este movimiento estuviera apoyado y dirigido por comunistas y desde Moscú. Finalmente se dió la cruel e inhumana matanza de Tlaltelolco, del 2 de Octubre. en la que culminó toda resistencia al régimen por parte de los estudiantes y pueblo en general. Como se apróximaba la celebración de la Olimpiadas en México, la vigilancia y represión se volvió mayor, y sofocó totalmente todo intento mas de protesta. Una vez concluido el régimen presidencial de Gustavo Diaz Ordaz, le siguió otro tan represivo como el de Luis Echeverría, pero no se puede ignorar, que en el mismo año de 1968, había habido por causas diferentes, actos de protesta por parte de estudiantes de universidades, y reprimidos también por los ejercitos, en lugares como la Universidad de Kent, USA, o Francia, a lo que se le llamó la Primavera Trágica de Paris, y otros lugares como Hungría y Checoslovaquia; todo era consecuencia de la represión en que vivían los estudiantes, y a la que finalmente tuvieron que someterse, por algunos años, claro... pero si hablamos de sus consecuencias, estas fueron positivas, porque a la larga y con el sacrificio de muchos muchachos en todo el mundo, igual se puede citar a China, en su primavera trágica de Pekín, hoy los jóvenes que acuden a escuelas de enseñanza media o superior, gozan de unas libertades tan amplísimas, como los de aquella época no conocieron, por lo tanto, el que los acontecimientos de 1968 se hubieran dado, tuvo finalmente una conclusión positiva, pues se le dieron mayores prerrogativas a los jovenes que estudian, al pueblo que se manifiesta, y a las protestas del pueblo en general. No se puede olvidar que gentes como el líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo, y el pintor David Alfaro Siqueiros, estuvieron presos mas de cuatro años en el penal de Lecumberri, tan solo por haber encabezado una manifestación pública, y acusados del delito de Disolución Social, el cual, HOY NO EXISTE EN EL CODIGO PENAL. Ni tampoco podemos olvidar que a las manifestaciones de maestros se les atacaba en pleno centro del D:F: con gases lacrimógenos allá por los años 5860. Las consecuencias, pues, fueron positivas en todo el mundo, pero especialmente en los países citados que debieron aceptar el valor y sacrificio de sus jóvenes ante la prepotencia e intolerancia de las autoridades, y con ello lograron un posterior y altísimo indice de respeto, hegemonia y reconocimiento

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Capítulo 3. Formas de lucha Sin embargo, alcanzar un impacto sustancial en las estructuras de dominación presidencialista, corporativista y antidemocrática el movimiento de 1968 tuvo que haber partido de la conformación de una alianza con la clase media y los sectores obreros y campesinos, pero las condiciones materiales del momento y la propia integración de los regímenes priistas no hicieron posible la concreción de un tipo de lucha política amplificada. Faltó lo que hoy se define como “cultura política ciudadana”, la cual no estaba evolucionada y mucho menos “aceptada” por la clase dominante (llamada en muchos sexenios “la familia revolucionaria”), a fin de que la confrontación de estudiantes, profesores, padres de familia, técnicos y profesionistas simpatizantes se empoderara en el centro y entidades federativas de la República mexicana.

Para algunos estudiosos del movimiento éste fue solamente una corriente de acción-reacción contestataria, es decir, que no tenía los méritos suficientes para estructurar un proyecto político, social, económico, cultural y educativo para la construcción de una nueva forma de gobierno. Los 6 puntos que sirvieron como plataforma política del movimiento estuvieron limitados a la crítica dura hacia el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, caracterizado por un presidencialismo corrupto, autoritario y represivo, incapaz de escuchar o soportar voces disidentes y que estaba resintiendo los embates de un modelo económico dependiente, que abrió la zanja entre los que tienen mucho, los que viven en medianía y los que carecen de los satisfactores más elementales.

Capítulo 4 Organización

El 2 de octubre, por la mañana, se realizaban pláticas entre representantes de los estudiantes y el gobierno. Por parte del CNH había toda la disposición de  ir al diálogo público y destrabar el conflicto, esto, a pesar de los ya varios muertos que había arrojado la violencia estatal y la toma de CU y el Poli. Como muestra de voluntad para resolver el conflicto, el CNH suspendió una movilización que estaba prevista para ese mismo día por la tarde de la Plaza de las Tres Culturas al Casco de Santo Tomás. A las 5 de la tarde se citó a un mitin para dar a conocer las propuestas del gobierno y trazar un plan de acción para los siguientes días. La asistencia era de más de 5 mil jóvenes, trabajadores, amas de casa, etc. Lo ocurrido después

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es de todos conocido, cientos de muertos, tal vez 500. Los muertos y las detenciones provocaron un estado de shock, el miedo se apoderó de muchos de los que lograron escapar y esto mismo les llevó a la clandestinidad. El golpe fue devastador, pocas semanas después el CNH votó el levantamiento de la huelga y la desarticulación de esta instancia para conformar y fortalecer, según fuera el caso, los comités de lucha por escuela. Estos acontecimientos, que ahora se dicen o se escriben pronto, fueron los causantes de las libertades democráticas y de expresión de las que ahora gozamos. El movimiento de los estudiantes fue la inspiración del movimiento obrero que durante la década de las setentas dio una batalla por la democracia sindical conocida como la “Insurgencia Obrera”. Pero lo más importante que dejó este movimiento fue la experiencia a futuras generaciones. Esos aciertos y errores que se cometieron los tenemos que comprender para no repetirlos. Quien no conoce la historia esta condenado a repetir los mismos errores, esta es una ley de la misma historia.

Capítulo 5 Demandas

5.1. El CNH y sus demandas La conformación del Consejo Nacional de Huelga fue un paso adelante muy importante porque fue una coordinación de representantes revocables  de escuelas en huelga. Esta instancia tomó el control de las movilizaciones, los pasos a dar y en que dirección; de ahí surgiría la voz de los estudiantes movilizados y las propuestas a negociar con el gobierno, es decir, su programa de lucha, su pliego petitorio. La conformación del CNH fue muy rápida dado el resultado de los veloces acontecimientos y la profundidad de estos. En un primer momento el CNH fue integrado por estudiantes del Poli, la UNAM, las Escuelas Nacionales de Maestros, la ENAH (Escuela Nacional de Antropología e Historia) y la Escuela de Agricultura de Chapingo. Su primera reunión fue el 2 de agosto y en ella se retomó el primer pliego petitorio que se formuló por estudiantes el día 28 de Julio. Los asistentes eran miembros de las siguientes escuelas: IPN, UNAM, Escuelas Normales y de Chapingo. Los puntos del primer pliego petitorio fueron: 1. Desaparición de la FNET, de la “porra universitaria” y del MURO (desaparición de los grupos porriles), 8

2. Expulsión de los estudiantes miembros de las citadas organizaciones y del PRI, 3. Indemnización por parte del gobierno a los estudiantes heridos y a los familiares de los que resultaron muertos, 4. Excarcelación de todos los estudiantes detenidos, 5. Desaparición del cuerpo de granaderos y demás cuerpos policíacos de represión y, 6. Derogación del artículo 145 del Código Penal   Así, desde el primer momento, la lucha tuvo tintes políticos. El 4 de agosto se modificó este pliego a partir de la experiencia de los enfrentamientos con la policía de los días 28 y 29 de julio. El nuevo pliego rebasó algunos puntos del primero planteando de forma más clara la unidad con otros sectores en lucha permanente desde la represión del movimiento de los trabajadores. Prácticamente abandonó las consignas del sector estudiantil: 1. Libertad a los presos políticos 2. Destitución de los Generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea, así como el teniente coronel Armando Frías 3. Extinción del cuerpo de granaderos 4. Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal (delito de disolución social) 5. Indemnización a las familias de los muertos y a los heridos victimas de las agresiones en los actos represivos iniciados desde el viernes 26 de julio 6. Deslinde de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo realizado por las autoridades a través de la policía, los granaderos y el ejército   Si bien las demandas conectaban con ciertos sectores de trabajadores en realidad este programa carecía de visión política, las consignas eran meramente reformistas y en ningún momento se incluyeron demandas que pudiesen sumar a otros sectores a la lucha, principalmente a los trabajadores. Además ninguna de estas consignas llamaba a romper los marcos de la democracia burguesa. Este fue uno de los puntos más vulnerables del movimiento, el querer solo el apoyo de los trabajadores encerró a la lucha en un callejón sin salida. Si por el contrario se hubieran sumado las demandas mas sentidas de los trabajadores estos se hubieran contagiado del ánimo de la

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juventud y la lucha hubiera trascendido del sector estudiantil para convertirse en un movimiento de los explotados contra el gobierno.

Otro punto que es importante rescatar en el debate con respecto al programa es el siguiente; si bien las libertades democráticas eran necesarias las estructuras encargadas de poder permitir esta apertura eran totalmente represoras, cerradas y despóticas, a pesar de ello el problema es más de fondo todavía; como hemos explicado, el Estado, esa súper estructura encargada de hacer respetar los privilegios de una clase, no es un árbitro entre las clases, mucho menos en el momento en que estas están en pugna. Era de esperarse que al exigir la desaparición del cuerpo de granaderos o leyes que hablaban del domino de los explotadores se cuestionaran las razones de existir del mismo Estado. Estas consignas en realidad lo que pedían era más apertura democrática, sin embargo cuestionaban la existencia de la máquina represora en el poder. Si no se comprende esto no comprenderemos que el movimiento estaba encerrado en un callejón sin salida porque mientras que no hacia un llamado serio a los demás sectores de los explotados, principalmente a los trabajadores, y llamaba concientemente a la necesidad de derrocar al régimen, sus consignas si lo hacían. Desde nuestro punto de vista este fue uno de los factores más importantes para la derrota del movimiento, el segundo y tal vez de mayor importancia, es que no se logró atraer a los trabajadores como protagonistas principales de la lucha.

Capítulo 6 Composición social

La composición social del movimiento de 1968 fue fundamentalmente estudiantil, circunscrito al ámbito de la educación pública y, en menor medida privada. Los participantes pertenecieron al nivel universitario, bachillerato/preparatoria de la UNAM e IPN, así como miembros de la clase media como profesores, trabajadores urbanos, burócratas y padres de familia. Los sectores obreros a pesar de los constantes llamados a participar (las consignas más frecuentes fueron ¡Pueblo no aplaudas, únete! ¡Pueblo no nos abandones, únete!), tuvieron una respuesta minoritaria en el conflicto.  La cabeza del movimiento estuvo constituida por jóvenes que de una u otra forma ya habían tenido experiencias políticas en el seno de la lucha estudiantil 10

en escuelas preparatorias y universidades. Hubo otros que pertenecían a una izquierda independiente, autónoma o ligada a grupos ajenos al PCM (prosoviético), es decir, maoístas, trotskistas, guevaristas, fidelistas, etc. Así pues, el movimiento ideológicamente era heterogéneo, ya que también participaron estudiantes sin militancia alguna, que los movía el ideal de estar con lo que consideraban justo.  Además de esta pluralidad ideológica y organizativa, el movimiento estuvo integrado por jóvenes de bandas, vendedores ambulantes, desempleados, etc., que deseaban castigo o venganza contra los cuerpos paramilitares y policiacos, ya que estaban cansados de ser extorsionados y maltratados. De igual manera estuvieron incorporados grupos “contraculturales”, que aspiraban cambiar la vida cotidiana, tanto el autoritarismo familiar como de la escuela: su identidad, por decirlo de alguna forma, era más existencialista que de conciencia de clase. A pesar de todo, muchas diferencias desaparecieron en la operatividad del trabajo realizado por ciertos grupos estudiantiles, pues no hubo problemas insalvables en la convivencia entre hippies, socialistas, intelectuales, “niños(as) bien” de extracto clasemediero o brigadistas rocanroleros. Todas estas expresiones, por diferentes razones, coincidieron en permanecer y hacer respetar un punto de equilibrio para ser y sentirse críticos. Frente al gobierno represor, padres autoritarios, patrones laborales injustos o policías con impunidad, los jóvenes lograron fusionarse en los hechos que se presentaron en la cotidianeidad o como dijeron algunos “al calor de la batalla”. Siguiendo las huellas de estas divergencias hoy se puede constatar una tendencia: muchos de los que fueron dirigentes en 1968 y que eran jóvenes politizados, hoy bajo la etiqueta de estar adheridos y vivir en o de la izquierda, ocupan cargos políticos, plazas gubernamentales, asesorías y titularidades en las más importantes universidades del país. asimismo, un número considerable de los que pertenecieron a grupos contraculturales son ahora militantes de movimientos ecologistas, feministas, defensores de derechos humanos o ven la vida bajo un prisma de vida alternativa y emprendedora. Capítulo 7 Alianzas Esto lo comprendían algunos miembros del CNH que comenzaron desde mediados del mes de agosto a agitar por la vinculación del movimiento estudiantil al de los trabajadores, querían ampliar el pliego petitorio y así romper el aislamiento que el  gobierno quería cernir sobre ellos. Sin embargo,

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en este primer momento, la dirección del CNH la tenía el bloque  de centroderecha, la cual pugnaba porque el conflicto se redujera al respeto de la autonomía reiterando que la lucha era sólo de los estudiantes. A la cabeza de ésta ala se encontraba el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, profesores de varias escuelas de la UNAM y el Poli, y estudiantes que, aunque honestos, por su corta experiencia en la lucha no habían sacado las conclusiones necesarias.

7.1. Las brigadas en las calles El primero de agosto el rector de la Universidad, Javier Barros Sierra, encabezó una movilización de aproximadamente 100 mil personas por la muerte de la autonomía universitaria; para el 5 de ese mes salió otra manifestación respetable, en esta ocasión solo marchaban de forma organizada contingentes del Poli; y para el 13 de agosto la manifestación llenó totalmente el Zócalo de la Ciudad de México. Eran los momentos de más empuje, miles de jóvenes se foguearon bajo este ambiente de lucha, los trabajadores comenzaban  a lanzar miradas de simpatía al movimiento estudiantil, las manifestaciones venían a más y el gobierno parecía que extendía una posibilidad para el diálogo público demandado por el movimiento. Por un pequeño episodio de tiempo se podría decir que el gobierno dejó de reprimir tan brutalmente. El secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, leyó, ante la prensa, una declaración: “El gobierno de la república expresa su mejor disposición de recibir a los representantes de los maestros y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional y de otros centros educativos vinculados al problema existente, para cambiar impresiones con ellos y conocer en forma directa las demandas que formulen y las sugerencias que hagan, a fin de resolver en definitiva el conflicto... Estimamos que un diálogo franco y sereno desembocará en el esclarecimiento de los orígenes y el desarrollo de este lamentable problema, muchos de cuyos aspectos todavía aparecen confusos o contradictorios... El Poder Ejecutivo Federal considera deseable la unidad estudiantil y que tanto los maestros como los estudiantes designen con libertad a quienes los representen, apartándose de factores ajenos, en el intercambio de ideas que han propuesto por medios indirectos..."  No obstante, los estudiantes tenían una urgencia muy importante dar una respuesta masiva a la desinformación que el gobierno vertía a partir de los medios de comunicación oficiales.

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Es por estas fechas cuando se constituye la Coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades Democráticas con la representación de los profesores de todas las escuelas del IPN y de la mayoría de las escuelas y facultades de la UNAM. La coalición hace suyos los 6 puntos del pliego petitorio del CNH y acuerda sumarse a la huelga general decretada por el movimiento estudiantil. A partir de este momento se incrementó el apoyo al movimiento estudiantil por diferentes sectores fuera del ámbito universitario. Las brigadas estudiantiles salieron a las calles de forma increíble, eran miles de personas que realizaban asambleas relámpago, brigadeos a puertas de fábrica o mercados, realizaban pintas en el transporte público y daban una campaña sistemática de información además de que invitaban a las manifestaciones. Estas acciones representaron la expresión máxima de cohesión e ingenio de los hijos de los trabajadores. El campo de intervención no se reducían al DF, estas brigadas salieron a los estados para explicar el conflicto e invitar a las universidades a sumarse a la lucha. El ingenio y la espontaneidad eran la sabia de estas brigadas, no solo se convirtieron en una parte de la estructura de la lucha sino que fueron el vínculo más importante con los trabajadores: “Por debajo del CNH, se agrupaban “el Comité Coordinador o Comité Central de cada institución de enseñanza”, que tenia un representante o delegado en el CNH y dirigía la lucha estudiantil en su sector. Las escuelas o Facultades se regían por Asambleas Permanentes de alumnos y Comités de Huelga o de Lucha de cada una de ellas, estructurados a semejanza del CNH, en comisiones de propaganda, brigadas políticas, finanzas, etc. Los miembros de los Comités de cada centro académicos eran nombrados directamente en las asambleas y algunos de ellos integraban también el CNH, que de esta forma quedaba constituido por entre 140 y 210 miembros, 2 o tres por cada una de las 70 escuelas que habían ido a huelga.”(Sergio Zermeño, El movimiento estudiantil del 68) Los encargados de organizar estas brigadas eran los Comités de Lucha de las escuelas. Estos Comités eran las organizaciones básicas y de base para la supervivencia del movimiento,   planificaban y coordinaban el trabajo en cada una de las escuelas, estaban conformadas por todos aquellos que querían participar más activamente en el movimiento, de los compañeros más politizados y, en general, de los más dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias de la lucha. Las brigadas y Comités de Lucha más combativos estaban conformados por los de las facultades de  Humanidades de la UNAM pero principalmente por las escuelas de nivel medio superior y algunas escuelas de nivel superior, especialmente del Politécnico. Esto era por su extracción de clase más cercana a los trabajadores. Los Comités de Lucha le

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arrebataron desde el primer momento la dirección del estudiantado del poli a la FNET.

Capítulo 8 Ideología Se supo ya quienes eran y como actuaban los componentes de la base joven; hace falta un esfuerzo por interpretar su ideología: cómo entendían ellos mismos su acción y qué es lo que esperaban cambiar con ella.

El autor Jorge Zermeño que escribió el libro México: Una democracia utópica el movimiento estudiantil del 68 nos dice que: “Sería absurdo, después de lo que se ha establecido a lo largo de los documentos, declaraciones, manifiestos, enfrentamientos y tipos de acción en general, insistir en que la ideología de los sectores participantes en el movimiento era sumamente difusa”. De ahí que la discusión que se ha llevado a cabo deje de lado al sector profesionista y al sector politizado de izquierda. Las consideraciones se han centrado en torno a la base joven que bien se pudo haber denominado también, una vez ubicado su carácter, como “gran base” del movimiento estudiantil.

Amplios grupos estudiantiles que se encontaban cursando sus primeros años de estudios profesionales deben ser colocados dentro de este sector, lo que cuantitativamente le otorga dimensiones que rebasan que rebasan con mucho a los otros dos.

La base joven fue la que le dio al movimiento su carácter propiamente estudiantil y por esa razón tiene sentido detenerse en su ideología.

Hubo una fuente de coherencia que era la sobrepolitización (producto de la presencia ineludible del poder concentrado en el Estado-adversario), las represiones ideológicas de la gran base estudiantil.

La ideología de la de la gran base estudiantil apareció en su conjunto doblemente seccionada y contradictoria.

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Conclusiones

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Bibliografía

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Anexos

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