Ensayo Breve Sobre Duelo

Ensayo breve sobre el proceso de duelo María de Lourdes Guzmán Ramírez Centro San Camilo, A.C Curso de Tanatología Educa

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Ensayo breve sobre el proceso de duelo María de Lourdes Guzmán Ramírez Centro San Camilo, A.C Curso de Tanatología Educativa y Acompañamiento en el Duelo 2015-2016

Introducción El presente trabajo pretende ser una breve guía sobre el proceso de duelo, abarcando sus orígenes, sus fases de desarrollo o evolución y su posible proceso de tratamiento. Razón por la cual abordaremos diversas definiciones de duelo, la teoría de vinculación de John Bowlby, las fases del duelo de Elizabeth Kübler-Ross y las Tareas de William Worden.

Definición de duelo La Real Academia de la lengua española (2015) nos brinda la siguiente definición de la palabra duelo: “Duelo. (Del lat. dŏlus, por dolor). 1. m. Dolor, lástima, aflicción o sentimiento. 2. m. Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien. 3. m. Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción del cadáver al cementerio, o a los funerales. 4. m. Fatiga, trabajo. U. m. en pl.” En mi opinión esta definición se queda muy corta para describir lo que es un duelo. Por lo tanto, para efectos del presente trabajo, hemos de considerar que el duelo no es sufrimiento 1

pasivo que padece una persona, que el duelo es el proceso que atraviesa quien ha perdido algo que le es significativamente importante, y que esta pérdida puede ser tanto de una persona que ha fallecido o de la que se ha separado, como puede tratarse un animal de compañía, una casa, la salud, un empleo, etc… y es a través de este proceso que la persona se adapta y se dispone a vivir sin lo perdido. (Sales, 2006)

Una gran teoría para explicar el duelo, la teoría de la vinculación En esta teoría de vinculación Bowlby (1986) (1990) (1985) consideró el duelo como como una extensión de una respuesta general a la separación. Aunque en un inicio las ideas de esta teoría se enfocan en la relación que existe entre el infante y su madre, o , el infante y su cuidador principal, la teoría fue ampliada incluyendo el mantenimiento de relaciones de refuerzo durante la vida adulta. Es a partir de aquí que considera el duelo como una forma de ansiedad de separación. En sus investigaciones Bolwby es capaz de observar que el duelo y sus manifestaciones en sujetos sanos son diferentes a lo que se ha sugerido ya que el proceso dura más tiempo y los sujetos sanos también presentan muchas respuestas que suelen

considerarse patológicas. La teoría de la vinculación también relaciona las

manifestaciones del duelo patológico con las experiencias infantiles del sujeto y con el patrón de vinculación de los padres.

Las cinco fases del proceso de duelo Uno de los trabajos más conocidos sobre el proceso de duelo es “Sobre la muerte y los moribundos” realizado por la doctora Elisabeth Kübler –Ross (1972) quien nos explica las cinco fases del proceso de duelo de la siguiente manera: o Primera fase - Negación y aislamiento: Una vez pasado el estado de shock inicial la respuesta habitual de las personas es la negación, inconscientemente, nos es inconcebible reconocer que somos mortales. Generalmente es mucho más tarde cuando el paciente utiliza el aislamiento más que la negación.

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o Segunda fase - Ira: Cuando no se puede seguir manteniendo la primera fase de negación, es sustituida por sentimientos de ira, rabia, envidia y resentimiento. Lógicamente, surge la siguiente pregunta: "¿Por qué yo?" o Tercera fase – Pacto: Es un intento de posponer los hechos; incluye un premio "a la buena conducta", además fija un plazo de "vencimiento" impuesto por uno mismo y la promesa implícita de que no se pedirá nada más si se concede este aplazamiento. Generalmente los pactos se hacen con Dios y se guardan en secreto. o Cuarta fase – Depresión: La insensibilidad o estoicismo, la ira y la rabia son sustituidos por una gran sensación de pérdida. En este punto pueden presentarse dos tipos de depresión, la depresión reactiva que tiene lugar por la pérdida de algo pasado y la depresión preparatoria que tiene como causa pérdidas inminentes. o Quinta fase – Aceptación: Cuando se ha tenido tiempo y se ha pasado por las fases antes descritas, llegara una fase en la que el “destino” no causara depresión ni enojo, se habrá expresado los sentimientos y llorado las pérdidas. La aceptación está casi desprovista de sentimientos. Es como si el dolor hubiera desaparecido, la lucha hubiera terminado y llegara el momento del descanso.

El duelo desde una perspectiva social: Las tareas de J. William Worden Para ser más específicos, desde el punto de vista del constructivismo social el duelos no es solamente emocional, sino que se trata de un proceso que se relaciona con como las persona construyen los acontecimientos a su alrededor. Esta construcción de acontecimientos tiene una estructura que se basa en las creencias y los valores culturales del individuo, mismos que van marcando las pautas en la forma en la cual el individuo expresará su dolor. Para Worden (1982) el duelo es un proceso que permite a la persona que lo realiza reconstruir su mundo sin el objeto perdido. Este proceso consiste en dar un nuevo sentido a los objetos con los que la persona debe construir su realidad y se conforma por las tareas enunciadas a continuación:

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1. Construir un mundo sin el objeto perdido: El fracaso en esta tarea puede tener diversas formas que van desde una sensación de irrealidad o la negación, a la producción alucinatoria del objeto perdido. En todas las culturas tenemos rituales que nos ayudan a la elaboración de esta tarea. 2. Dar sentido a los sentimientos asociados con la pérdida e integrarlos en la propia biografía: Esta tarea consiste en expresar los sentimientos. En condiciones normales el fracaso de esta tarea en las primeras fases se considera un predictor de complicaciones en el proceso de duelo. Posponer esta tarea puede ser, sin embargo, una estrategia de afrontamiento valida en situaciones de gran desestructuración, ya sea por catástrofes, violencia o guerra. 3. Encontrar la forma de resolver prácticamente aquellas tareas para cuya ejecución nos valíamos del objeto perdido: En condiciones de paz las redes sociales y familiares de los afectados se modifican para ayudarles en tanto se capacitan para desempeñar nuevos roles. En ocasiones extremas mecanismos institucionales hacen que la sociedad en su conjunto asuma las cargas que los supervivientes no pueden soportar por sí solos. 4. Recolocación de lo perdido de modo que no impida el investimento afectivo de otros objetos: La culminación de esta fase supone, de hecho, la terminación del trabajo de duelo. Lo que culmina esta fase es la construcción de un mundo, que tiene sentido aunque no tiene al objeto perdido y que puede ser habitado por objetos dignos de ser amados. Cabe mencionar que no es un proceso corto, Worden dice que desconfía de los procesos que tienen una duración menor a un año y que no suele ser raro que requieran de dos. Así pues Worden con sus tareas nos brinda una perspectiva que implica una actitud más activa por parte de la persona y de su entorno, también es una perspectiva mucho más gentil pues no encasilla el duelo como algo estructurado que debe suceder en determinado orden y tiempo, que de no ser cumplido en forma se considerará como algo patológico.

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Conclusión No puede suponerse que todas las personas dispondrán de recursos suficientes para enfrentarse y elaborar adecuadamente una pérdida. Puesto que existen continuas muertes y la mayoría de las personas no consultan por trastornos derivados de ella, parecería lógico suponer que será porque no lo necesitan, luego de ahí se deduce que la tendencia natural del duelo sea hacia su fácil superación, pero esto no es totalmente cierto en un importante número de casos. Aunque no todo duelo necesita ser atendido, es importante la concientización de los profesionales en el hecho de que el duelo es una crisis vital con características específicas y que en función de una serie de factores concomitantes puede evolucionar mal, por lo que cada caso que consulte, debería ser evaluado individualmente con cuidado, observando un seguimiento y vigilancia si existieran factores de riesgo.

Bibliografía Bowlby, J. (1985). La separación afectiva. Buenos Aires: Paidós. Bowlby, J. (1986). Vinculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Ediciones Morata. Bowlby, J. (1990). La pérdida afectiva. Tristeza y depresión. Buenos Aires : Paidós. Diccionario de la lengua española. (07 de Diciembre de 2015). Obtenido de http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=duelo Kübler-Ross, E. (1972). Sobre la muerte y los moribundos. Barcelona: Ediciones Grijalbo, S.A. Sales, P. P. (2006). Trauma, culpa y duelo. Hacia una psicoterapia integradora. Bilbao: Editorial Desclée de Brower, s.a. Worden, J. W. (1982). Grief Counselling and Grief Therapy. A Handboo for the Mental Practitioner. New York: Springer.

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