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Monstruos bajo la 1

Nikole Corrales Prof. Sofía Michelena Composición II 24/10/16 Monstruos bajo la cama

El colecho está completamente relacionado a la hora de forjar el carácter del niño y ayudarle a ser independiente. Varios de los países del mundo practican el colecho generación tras generación desde que los pequeños nacen hasta una determinada edad. Se ha analizado si es correcto o no practicar el colecho y si esto influye en la independencia y seguridad del niño. En mi opinión esta técnica ayuda al infante a desarrollar su independencia en un determinado momento en el que decide “salir” de la cama de los padres al haber desarrollado un sentimiento de seguridad a temprana edad, al contrario de los pequeños que no compartieron la cama con sus padres, los cuales muestran sentimientos de inseguridad y no pueden estar un largo tiempo lejos de sus progenitores. Las numerosas razones para llevar a cabo el colecho benefician a las madres, lactantes que posteriormente se convierten en niños, evitando el abandono de la lactancia materna antes de los doce meses, al igual que reduce las cifras de la muerte súbita del lactante, también agudiza el sentimiento de protección materno y en el niño se empieza a formar la personalidad basada en la seguridad personal. Los problemas típicos en un neonato se verán resueltos gracias a la compañía de la madre y al ambiente óptimo que el bebé necesita.

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Es importante tomar en cuenta que cuando un recién nacido comparte la cama con su madre durante un periodo de 3 meses o más, la duración y la exclusividad de la lactancia es óptimo porque evita que el lactante quiera abandonar la lactancia materna antes del año de vida, cosa que es muy perjudicial ya que el niño necesita los nutrientes de la leche materna durante todo su primer año para poder crecer y desarrollarse correctamente. Otro de los motivos por el cual estoy a favor con este método es porque la madre al tener a su hijo cerca, podrá descansar con más tranquilidad sin la preocupación de no escuchar a su pequeño cuando llore para ser alimentado, así aumentan las horas de sueño de la madre evitando el agotamiento que puede perjudicar a la exclusividad de su leche. El 88,4% de las madres de indicaron que compartieron el mismo lugar para dormir con el lactante; de ellas el 81,1% lo hizo por un período de 3 meses o más, práctica materna que se ha comprobado que influye en la duración y exclusividad de la lactancia (Duque, E., y Yánez, M, 2016). Muchas veces los lactantes al dormir solos corren el riesgo de moverse y estar en una posición inadecuada para descansar donde se les dificulta la respiración, lo cual les provoca la muerte y los padres al no estar presentes no pueden salvarle la vida a su hijo. Otro hecho que también sucede comúnmente con los recién nacidos y es sumamente peligroso es el vómito que puede llegar a ser perjudicial cuando el bebé aún no se ha despertado completamente y su madre no se encuentra para ver lo que sucede, provocando que el niño se ahogue y no despierte. Todos estos lamentables hechos son conocidos como factores que provocan la muerte súbita del lactante, que en mi opinión se evitan cuando el bebé descansa alado de su madre y con la ayuda del padre, podrán notar súbitamente si algo inapropiado está ocurriendo con su hijo y así poder socorrerlo evitando percances futuros. Según la Asociación Española de Pediatría, la mayoría de los niños con muerte

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súbita que no practicaban el colecho y dormían en decúbito prono, la cual es una posición inadecuada para que un lactante duerma (2009). Desde las civilizaciones de antaño es conocido que las madres practican el colecho para fortalecer el vínculo madre e hijo y evitar el abandono y descuido del mismo y es practicado hasta el presente generación tras generación. Desde mi perspectiva, este vínculo que se forma, permite a la madre agudizar su sentimiento de protección y su audición para poder ayudar a la supervivencia del bebé y su desarrollo neuronal, que es la base para que el niño crezca sin problema alguno. Gracias a esta conexión que se genera, las madres perfeccionarán el desarrollo de sus sentidos para utilizarlo desde los primeros meses de vida de su niño en adelante, donde el pequeño necesitará que su madre posea estas habilidades para poder desarrollar sus sistemas neuroendocrinos, hormonas relacionadas a la regulación de las funciones del cuerpo, y a su vez la progenitora podrá educar de manera adecuada a su hijo. Martos (2006) afirma que “el contacto resulta ser tan necesario para el desarrollo de los bebés como lo son el alimento y el oxígeno”. Concuerdo totalmente con esta idea que afirma la importancia del contacto de la madre con su hijo es esencial en todas las etapas del mismo. A medida que el niño crece, su carácter se empieza a formar con las diferentes experiencias que la vida lo depara. Por lo que a mi parecer, el dormir con sus padres le ayuda psicológicamente a estar capacitado para confrontar las vicisitudes que día a día aparecerán en su camino. El enlace que se crea con los padres durante la niñez ayuda al niño a formar su personalidad basada en la seguridad libre de complicaciones y de problemas de conducta para la maduración que le llevará a una adolescencia y adultez feliz y exitosa. Se han analizado a los niños que no han dormido con sus padres y se ha observado que ellos son más propensos a tener problemas de conducta al querer llamar la atención de los progenitores por la falta de seguridad personal del infante, al igual que los

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constantes llantos y desesperación al encontrarse lejos de sus padres. Estos comportamientos son perjudiciales para los padres que actuarán de manera errada para encontrarle una solución a estos problemas, y en el niño estos hechos influirán en su proceso de maduración el cual será más lento y costoso con respecto a los pequeños que han compartido cama con sus padres, los cuales confirman que gracias al colecho, sus hijos desde edades tempranas son independientes, seguros de sí mismos y capaces de resolver sus problemas sin necesidad de sus progenitores. En mi parecer, todas estas cualidades son de suma importancia para que el pequeño aprenda a cómo actuar en las diferentes etapas de su vida donde él solo comprenderá lo bueno y lo malo basándose en la responsabilidad y amor que capta de sus padres sin necesidad de llamar su atención para que se lo demuestren (Emmerich, A., y Finocchiaro, J, s/f.). Otro de los argumentos que defiendo está relacionado a que los neonatos tienden a tener problemas de termorregulación y de respiración estable, por lo que al dormir junto a su madre, ambos se sincronizan provocando un sueño prolongado que es favorable para madre e hijo. Los bebés son muy susceptibles al clima externo el cual puede ser muy frío, si el niño se ha quitado las mantas o se encuentra sin la vestimenta adecuada para soportar esta baja temperatura, al igual que puede estar excesivamente cubierto con mantas y ropa cuando el clima que lo rodea es cálido provocando la fiebre alta o al contrario, una baja temperatura en los lactantes los cuales al estar en este estado, empeoran rápidamente. Todos estos factores influyen a un aumento de la temperatura o reducción de la misma fuera del rango adecuado recomendado que son los 36-38 grados. El neonato al estar cerca de su madre y dormir con ella, capta su temperatura y la regula entre el rango moderado y su pequeño cuerpo aprende a controlar los cambios radicales de temperatura. Esto también contribuye a aumentar las horas de sueño que el bebé necesita en dicha etapa, que por la fiebre o frío se ven reducidas por su llanto y dolores que producen. Por lo tanto, opino que

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el colecho mejora la estabilidad respiratoria, la oxigenación y la termorregulación del neonato, factores que se deben tener en cuenta para evitar la hospitalización del mismo donde el colecho tendrá que intervenir para evitar que esto suceda (Asociación Española de Pediatría, 2009). Todos los neonatos deben tener un cuidado especial en todas las actividades, pero sobre todo a la hora de dormir por donde se deben tomar en cuenta ciertos parámetros para que el colecho funcione correctamente. Los padres deben evitar cubrir excesivamente al bebé para que no aumente su temperatura corporal sobre el rango moderado, la cama no debe ser flácida para que el pequeño no tenga problemas de columna ni dolores que se convertirán en llantos nocturnos, los padres deben evitar estar bajo el efecto de drogas y de sustancias psicotrópicas las cuales no les permitirán estar conscientes de lo que su bebé haga, los progenitores no deben ser fumadores para evitar la contaminación de la habitación en donde el niño duerme. Todo esto es necesario que los papás tomen en cuenta para garantizar el éxito del colecho y aprovechar todos los beneficios que dicha actividad proporciona pensando en la salud y bienestar de los pequeños (Jové,R, 2009). En conclusión, desde que un niño nace inicia su proceso de educación por lo que cada actividad que se lleve a cabo con el recién nacido influirá en el futuro del mismo. El colecho ha sido llevado a cabo varias generaciones por una serie de motivos que en mi opinión ayudan a la madre a entender a su hijo y sus necesidades de manera especial, al igual que ambos padres al estar cerca de su bebé pueden evitar emergencias al socorrerlo a tiempo. Los problemas del abandono de la lactancia materna antes de los 12 meses se ven resueltos proporcionando una larga duración y exclusividad de dicha actividad que es importante para el desarrollo de los huesos y del cerebro del niño. Otra razón por la que opino que ese método es adecuado es la temible muerte súbita del lactante, que como antes se mencionó, se puede evitar mediante la intervención rápida de los padres que se encuentran cerca del niño cuando este está durmiendo cerca de ellos quienes pueden

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controlar la temperatura, respiración y movimientos de su bebé. El colecho genera una conexión entre los padres y su hijo el cual gracias a esto desarrollará cualidades como la responsabilidad, seguridad, inteligencia e independencia que son muy importantes para su maduración y niñez feliz sin problemas de conducta ni de falta de seguridad personal.

Referencias

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Asociación Española de Pediatría. (2009). Manual de lactancia materna. Buenoa Aires: Editorial Médica Panamericana. Duque, E., y Yánez, M. (2016). Factores Que Inciden En La Duración De La Lactancia Materna Exclusiva En Dos Grupos De Madres De La Ciudad De Quito, Que Acuden Al Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora Y Hospital De Especialidades De Las Ffaa Durante El Período De Diciembre Del 2015 A Enero Del 2016. (Tesis doctoral, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador). Recuperado el 19 de octubre de 2016 de http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/10394 Emmerich, A. &. (s.f.). Colecho: Padres Que Duermen Con Sus Hijos. Una Lectura Psicoanalitica Para Una Práctica en Auge. Facultad de Psicología. Universidad Nacional de la Plata. Recuperado el 19 de octubre de 2016 de http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/55210/Documento_completo.pdfPDFA.pdf?sequence=1 Jové, R. (2009). La crianza feliz.Madrid: La esfera de los libros. Martos, R. (2016). El Colecho: Una Práctica Controvertida En Nuestra Sociedad.(Tesis de fin de grado. Universidad de Jaén. Andalucía, España). Recuperado el 19 de octubre de 2016 de http://tauja.ujaen.es/handle/10953.1/2866