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Enamorada del CEO Mobo Reader Capítulo 1 Debes salvarme Hotel de cinco estrellas de la península Reina Ya mismo la fi

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Enamorada del

CEO Mobo Reader

Capítulo 1 Debes salvarme Hotel de cinco estrellas de la península Reina Ya mismo la fiesta de cumpleaños de 22 años estaba a punto de concluir. Lola estaba un poco borracha, y andó bamboleámdose. Su cara estaba más roja que antes, como si se hubiera maquillado con el colorete. El ascensor llegó al octavo piso y Rosa mantenía empuñadas las manos de Lola con fuerza. Después de pensar un rato, decidió que nunca iba a dejar que Lola y Miguel durmieran juntos. Ella tomó una decisión y llevó a Lola a la parte más profunda del pasillo. Las dos no se detenieron hasta la última habitación, donde el camarero del hotel acababa de terminar de repartir la comida y todavía no cerró la puerta de la habitación. —Hola, la persona que está dentro es mi amigo, voy a saludarle, no hace falta que cierres la puerta—.Sin sospechar de ella, el camarero se marchó empujando el carrito de comida. A través de la grieta de la puerta, Rosa vio una sombra gigante, llevando puesto el camisón del hotel, debe de ser justo después de ducharse. —mientras que sea un hombre me vale—, dijo Rosa para sí misma.Sin pensar más, Rosa metió a Lola en la habitación con toda fuerza, y cerró la puerta rápidamente. Mientras lo hacía, levantó la mirada para ver la cámara de seguridad. Afortunadamente, esta habitación se sitúa en un espacio muerto, fuera del alcance de la cámara. Después de ordenar su pelo, se marchó hacia otra habitación como si no hubiera pasado nada. Lola fue lanzada a una habitación. Bajo la penumbra del farol, vio a un hombre que la esta mirando seriamente. Ella dio un respingo...Las miradas frías... Estar borracha no le hizo pensar más de la cuenta, se levantó difícilmente y se acercó al hombre.Lola estaba consciente de que necesitaba algo, que sería muy importante para ella, pero ahora mismo no sabía qué era lo que necesitaba. —Lárgate!—dijo Jorge después de ver la cara de la mujer. Su cabello largo oscuro fue diseñado por una estilista profesional,y tanto el vestido blanco como su cuerpo sexy mostraron todas sus virtudes.

La parte inferior del vestido estaba decorada con diamantes brillantes. Su pierna delgada se mostraban por la parte derecha de la falda. Mediante los tacones de punta roja con 8cm de alto que llevaba, se podía deducir que Lola era una persona alegre, franca y sincera. En este momento, los tacones de edición limitada estaban pisados por ella de una manera grosera. A unos pocos centímetros de distancia, Jorge vio su cara rojiza... —Me siento mal, ¿me puedes dar un vaso de agua fría?—Lola preguntó mientras intentaba quitar los tacones, pero por mucho que lo intentaba no era capaz de quitarlo. Ella puso el brazo derecho sobre el cuello del hombre, moviendo suavemente su mano izquierda, y finalmente logró sacar el tacón y lo lanzó a unos 3 metros de distancia. El perfume que llevaba la mujer era de una marca muy reconocida internacionalmente, que no paraba de expulsar un olor floral agradable. Todo lo que presentaba esta mujer mostraba que era una señorita elegente e hidalga. ¨¿Es una dama que se equivoca de habitación?¨¿Posible? Jorge tiró el esbelto brazo de Lola, y la arrastró hacia la puerta. Sin embargo, las piernas de la mujer comenzaron a temblarse. Cayó a la alfombra blanca del suelo, una mano todavía estaba agarrada por el hombre. —¡No me lo creo!—Casi se agotó la paciencia de Jorge. Soltó la mano bruscamente y pretendió llamar a la recpeción del hotel. Mientras cogió el teléfono fijo para llamar a la recepción, la mujer se levantó y abrazó suavemente la cintura de Jorge. —Ayúdame, por favor, me encuentro mal—Su voz temblorosa tenía un encanto especial en esta noche oscura. Jorge soltó el teléfono, y se fijó en ella seriamente, —¡Dime!¨¿Quién te ha dicho que hoy llegaría a esta ciudad? ¿Quién te hadesignado...? Sin terminar las preguntas, Lola se lanzó hacia Jorge con tanta fuerza que los dos se cayeron en el sofá detrás del hombre. —¡Hey, tú!¨Yo...¨Me encuentro mal ahora, yo...¨¨¡Te ordeno, sálvame!¨ ¡¿Ordenarme?! Jorge intentaba controlarse el humor. Se rió y arrojó a la mujer sin vacilar. Vale, tenía que reconocer que, esta mujer era muy atractiva para él, pero habían substimado su capacidad de autocontrol. —¡Te lo digo por última vez, lárgate de aquí! Lola dio unos paso hacia atrás para mantenerse en pie. Apenas entendía lo que estaba diciendo el hombre. En ese momento, Lola sólo se fijaba en los labios de Jorge que no paraban de moverse y eso le hizo sentir cada vez más caliente.

Ella quitó la cremallera transparente del vestido en la espalda, el que cayó al suelo sin hacer ningún ruido. Al ver esto, Jorge se quedó mirando fijamente. Parecía que esta vez el rival era muy fuerte, y la mujer que habían enviado era bastante interesante. Lola estaba un poco inconsciente, pero en el momento en que el hombre intentó arrojar fuera a la mujer, ella se lanzó cada dos por tres hacia él. ...... Entonces, él ya no tenía por qué seguir controlando. —Qué dolor, quién se atreve a hacerme daño...¨¡Joder! Jorge se sorprendió durante unos segundos al notar las reacciones de Lola, lo que también le hizo bajar el ritmo. A lo mejor ella era demasiado atractiva, e hizo que Jorge tuviera amor con ella en muchos sitio, en el cuarto, en el bajo y en el balcón. Hasta que casi saliera el sol, la pareja cayó en un sueño profundo. El sol iluminaba fuertemente. Lola se despertó por el aire acondicionado que estaba a una temperatura muy baja. Ella abrió los ojos y pretendió coger la manta y seguir durmiendo. Lola buscó por todas partes la manta, resultaba que estaba en el suelo. Espera...Algo está mal¿Por qué le duele tanto todo el cuerpo?¿Por qué está en un hotel? Se levantó bruscamente. En esta habitación de lujo solo se quedaba ella, su ropa estaba tirada por el suelo y tambien había un...¿camisón? Sorprendida, ella observó las huellas de su cuerpo. Siendo una adulta, Lola supo muy bien lo que le pasó anoche. Pero, ¿cómo es posible eso? Anoche...Rosa la ayudó a subir para descansar un poco, y...¿ después?¿Quién era aquél hombre ? ¡Mierda!Ella no recordaba nada.¿Cómo podía ser? Lola se quedó atontada en la cama durabte un rato, sin ganas de hacer nada. Bajó de la cama, las piernas se temblaban mucho. Lola se acercó forzosamente hacia la ventana y abrió la cortina. El esplendor del sol era cegador. Parecía que era bastante tarde. Pensar una y otra vez, Lola todavía no consiguió entender lo ocurrido, ni el porqué le pasó esto. Mirando los paisajes de afuera, supo que todavía estaba en el hotel de la península. El paisaje que se veía por la ventana era muy bonita.Tanto la brisa suave como el olor agradable de flores, y la cortina rosa, todos estos elementos formaban una imagen única, pero por el presente, ella no tenía niguna gana de disfrutarlo.

Estaba muy perdida, lo ocurrido ya está ocurrido, no se podía hacer nada ahora. Al lado de la cama había 2 paquetes de regalo. Lola abrió el paquete, era un vestido blanco. Lola se preparaba para ducharse y decidió marcharse de este sitio inmediatamente. Entró al baño forzosamente. Dentro del baño había unos artículos de baño para hombre, que debe de ser de aquel hombre. Ella sacudió la cabeza. Llenó la bañera entera con agua y se metió en ella lentamente. —¿Quién podría ser el hombre de ayer?— se preguntaba Lola al mismo tiempo que se lavaba.

Capítulo 2 La cosa más importante Rosa intentó limpiar las marcas de su cuerpo, sus ojos se pusieron rojo del enfado, porque para ella, su virginidad es la cosa más importante, la había guardado para Miguely ahora la ha perdido sin darse cuentay seguro que aquel hombre no usó preservativo. —Lola, tienes ya 22 años, no 2 años, mira lo que has hecho!joder, estoy ya loca perdida Y ahora ¿cómo se lo explico a miguel?¿Cómo se lo explico a mi padre de que ayer no volví a casa?No tengo ni teléfono, no puedo contactar con nadie!Es mejor limpiarme rápido e irme de aquí Despues de duchar, Rosa se sintió mejor, se puso la toalla y abrió la puerta del baño, secó rápidamente el pelo, se puso la ropa que aquel hombre le había preparado y se marchó del hotel Minutos después de que Rosa saliera, el hombre llegó. La habitación ya estaba vacía El paquete abrieto significa que ella ya se marchó, Jorge dió una vuelta por la habitación y se encontró con una nota —Hola señor, lo que ocurrió anoche fue un mal entendido, espero que no lo tomes en serio, si me ves la próxima vez, haz como si no me hubiera conocido, adios!Ah, por cierto, te doy 250 dólars por el servicio especial, recuerdate de pedirme la próxima vez a escondidoahora sí, adios! Señor?250 dólars?servicio especial?Es la primera vez que Miguel mostrara la cara de tonto y al mismo tiempo cara de enfadado, su mano tovía mantenía la nota, salió al sofá para echar un vistazoEn el sofá habia marcas de sangre, estába seguro de que anoche fue la primera vez de ella. pero, se ha ido como si nada, ¿estará planificando algo para un futuro? El calor que hacía hizo que Rosa se sintiera incómoda, llamó a un taxi rapidamente y se subióEn el coche, ella pidió el teléfono movil del taxista para poder llamar Ramón y pedir ayuda Ramón, mejor amigo de Lola, 24 años, campeón internacional de carrera de coche, ambos se conocieron también por la carrera de coche. En principio, Rosa pretendía llamar a Miguel, pero acaba de perder su virginidad anoche, todavía no sabía cómo explicarle eso. —Hola?—Ramón contestó con una voz que no parecía normal

—Soy yo, Lola,¿Qué te pasa? Al escuchar la voz de Lola, Ramón se quedó un poco atontado, miró el número de teléfono y preguntó: —¿Lola? —Sí!, soy yo—Te necesito urgentemente, necesito que me pagues el taxi, no sé dónde dejé mi bolso —Pagarte el taxi?¡¡Dónde andas ahora mismo?¡¡parece que ella no sabe lo que ha ocurrido hoy —¿Qué te pasa hoy? te veo raro, hablamos ahora, llego en 10 minutos, esperame al lado de la carretera. Colgó el teléfono y devolvió el teléfono al taxista, le dijo a dónde quería ir y se apoyó a la ventana El texista abrió la radio—El CEO ha dimitido, todas sus acciones fueron transferidas a nombre de otra persona hace 2 meses. Eso quiere decir que a partir de ahora, se acabó su brillante carrera. Nuestros periodistas están siguiendo el infrome. Por favor, presten atención a nuestra canal más adelante. Muchas gracias. Lo que está diciendo por la radio a Lola apenas le interesa, ya que no puede dejar de pensar lo que ocurrió anoche Unos minutos después, el coche se paró, Ramón, con su pelo corto y rojo, ya había bajado del piso dejando su novia a un lado.Pagó al taxista, se fijó en Lola, aparte de parecer que estaba cansada no veía nada extraño en ella Está claro que ella no sabe nada, —No volviste a casa ayer? —¡Cómo lo sabes!—La reacción de Lola hizo que Ramón diera un susto. — y él cómo sabe eso? —Así que... no volviste de verdad?—Ramón agarró la muñeca de Lola y se la llevó al piso, ambos entrarón al escensor. Lola al ver sus comportamientos que quedó un poco poco atascada —Te voy a decir una cosa, pero tu...Respira ondo¡¡Tarde o temprano lo sabra, ahora mismo lo que puedo hacer es consolarla— Pensó Ramon Ambos entraron a la casas de Ramón, —Lola, te voy a enseñar un video, pero por favor, respira ondo —¿Qué video? no me asustes—Habitualmente Ramón es una persona muy callejera, no suele repetir tanto la misma palabra —No me diga que el hombre de ayer lo grabó todo y lo publicó,no jodas...no me lo puedo creer!— pensó Lola practicamente llorando Lola se quedó mirando a Ramón, —Lo que ocurrió ayer, no sé lo que ha pasado...¡¡dormí con otro hombre, no me diga que ahora todo el mundo sabe ya del tema, si es así que hago...!?— Lola pensóLa mente de Lola comienza a tener

muchas imaginaciones Ramón encendió el ordenador, abrió el video que él ya lo había visto mil veces. Lo que aparecía en el video era numerosos periodistas Tras ver el video, Lola paró su imanigación y dió un suspiro.—Espera, es la empresa de papá, no me diga lo que pasó anoche se enteró papa —Hola a todos los que están frente a la televisión, soy Sara , periodista de la Agencia de Noticias de la península Reina. Hoy, algunas personas han proporcionado informaciónes de que el Sr. Jose, presidente del Grupo SNG, ha malversado y aceptado sobornos, malversó fondos públicos, vendió acciones y blanqueó dinero en secreto, etc. Vamos a entrar al Grupo SNG para verla detalladamente. —¿Papá?—¿Malversar y acptar sobronos?¿Malversar fondos públicos? ¿Vender acciones?¿Banquear dinero?—Mentirosos, ¿cómo es posible eso?¡¡Mi padre es una persona honrado, es imposible que haga eso — No te alteres, sigue mirando.—Ramón sigue consolando —...Queridos amigos, la alta dirección del Grupo SNG están reuniendo en la sala de conferencias. Desde fuera se puede escuchar la feroz disputa, con eso se sabe que la cosa no está yendo bien. Después, el video saltó directamente a la sala de coferencias, entraron gentes de alta dirección de la empresa, que Lola podía reconocerlasTambién habia varios accionistas importantes que ella no han visto antes. Finalmente, apareció el gerente general del Grupo SNG, Miguel y el vicepresidente de la compañía, Pablo,pero sin embargo no vieron a Jose. Como vicepresidente de la empresa, Pablo se puso rubicundo ante los medios de comunicación, diciéndoles a todos: —Desafortunadamente, el Presidente Jose ha renunciado. A partir de hoy, me haré cargo de todo el trabajo de Jose. Espero que todos podamos trabajar unidos. ¡Gracias! Más tarde, los medios de comunicación siguieron preguntando otros temas de la compañía. Lola se quedó totalmente en blanco. —Todos los esfuerzos de mi padre durante todos estos tiempos, ahora es de tito Pablo?—Tito Pablo es el mejor amigo de su padre, y Miguel es el exnovio de Lola, depués de ver eso, no queda más remedio que pensar mal de estas dos personas —Llevame a la empresa.!—Dijo Lola suavemente. Ramón apagó el ordenador enseguida, cogió la llave del coche, y llevó a Lola a la base del Grupo SNG Cuando llegaron a la empresa, el calor del verano hace que Lola sea más impaciente Ambos entraron a la sala principal de la empresa, el aire acondicionado les hicieron sentir mucho mejor.

Capítulo 3 Hombre de 3 segundos No había nadie en todo el salón principal del primer piso. Presionó el ascensor directamente para llegar a la oficina del presidente que está en la planta 28.Justo después de bajar del ascensor, Lola escuchó la voz de Miguel respondiendo a los medios de comunicación, —...La Sra.Flores, la hija del presidente del Grupo FLO, ya mismo se va compromete a casarse conmigo. Espero poder obtener las felicitaciones de todos, gracias. —Comprometerse con la hija del presidente del grupo FLO, con la Sra Flores...?¡¡se van a...¡¡Casar!?¡¡Rosa Flores?¡¡Mi mejor amiga? Otro ataque más para Lola. Al escuchar esto, Ramón estaba ansioso por ir a pegar a aquel hombre Lola lo detuvo, agarrando la ropa de Ramón, con su cara pálida negó con la cabeza. —Gerente general Mota, ha habido rumores de que usted y la hija de Jose Hernandez, Lola Hernandez estabais juntos, y ahora usted se va a casar con la Sra Flores. ¿Puedes explicar esto? Miguel Mota, con 24 años ya es gerente general en el grupo SNG, es conocido por ser soltero, con su elegante apariencia ha capturado los corazones de muchas mujeres.Al principio, a Lola también le gustaba su apariencia, ¿no es asi? —Estuvimos juntos durante un tiempo, pero ahora ya nos hemos separado hace mucho tiempo—Después de decir esto, no cambió ni si quiera la voz Simplemente lo que acaba de decir, le dolió mucho a Lola. De repente, Lola se dió cuenta de algo. Anoche ella se sintió mal después de beber el vino de Miguel, y es Rosa, quien la llevó al hotel. —hahaha..—Justo cuando los reporteros comenzarón a sacar fotos a Miguel, hubo una sonrisa burlona detrás del pasillo, la voz se podía escuchar en todo el salón Todo el mundo se dieron la vuelta para ver lo que pasa, —Por qué me suena tanto esa mujer?— Pensó uno de los reporteros —Es Lola Hernandez!¡¡Es Lola Hernandez!!¡¡Es la hija de Jose Hernandez! —Otro reportero reconoció la cara de Lola y enseguida todos los reporteros rodearon a Lola Miguel al ver a Lola, se quedó un poco atónito, —¿Por qué ella está aquí?—

¿Dónde ha ido ayer después de beber el vino? Pensó MiguelA Miguel no le gusta en absoluto, simplemente quería su cuerpo, Estaba seguro de que ayer se la podía tirar—Sólo he ido a saludar a Jose Mota, y al volver ya no la ví por ninguna parte, me cachis —Sra Hernandez, Por qué te estás riendo? —Sra Hernandez, ¿sabes algo del presidente Hernandez ? —¿Por qué has cortado con el gerente general Mota? Una y otra oleadas de pregutas vino directamente hacia Lola, pero a ella en este momento, le suda ya practicamente todo. Se fijó seriamente en Miguel, como si fuera un enemigo. Él ni siquiera ha dado una explicación ¿Se puede entender que Mota se quedó con todo el trabajo que el padre de Lola habia realizadoy luego dejar a Lola apartada para casarse con su mejor amiga? Ahora que lo recuerda, Ramón ya le había avisado de que Rosa Flores no es una persona inocente, pero Lola pasó de él —Quereis saber por qué hemos cortado? os diré todo¿Sabes el mote que le puse a Miguel?Hombre de tres segundo, si!exacto!Dura poco en la cama, apena sobrepasa 3 segundosY Rosa Flores, es una zorra, cuando estábamos juntos todavía, ellos tuvieron una aventura de 3 segundos.Luego se unieron para engañar a mi padre y apoderarse de la empresa. A partir de este momento, yo, Lola Hernandez, juro que me vengaré de todo esto Todos se callaron unos segundos después de que Lola terminara de hablar. Miguel la mirócon la cara torcida. Un tercio de lo que ella dijo era correcto.¿Y cómo se atrevió a llamarme hombre de tres segundos?Habían estado juntos por tres años. Realmente no debería haberla dejado, para mostrarlsi solo puede durar tres segundos. —Lola, entiendo cómo te sientes ahora. Sin embargo, estás exagerando e inventando cosas que no son ciertas, ¿no crees que te estás pasando un poco?. Han proporcionado pruebas concluyentes contra tu padre. Mi padre y yo también estamos muy decepcionados.y Rosa...—Miguel rectificó su estado de ánimo y reanudó su voz suave. Pero antes de que pudiera terminarlo, Lola entró directamente a la oficina del presidente con la ayuda de Ramón, sin darle ni siquiera una mirada. En tal caso, los reporteros tuvieron que enfocar nuevamente a Miguel Mota En la oficina del presidente. Ramón no entró con ella, se quedó esperando fuera Lola empujó suavemente la puerta y entró a la habitación. Su padre estana sentado en el escritorio y apoyando la frente en la mano derecha con los ojos cerrados, estaba sumido en sus pensamientos.

—Papá... —Has venido—Su padre sonrió, lo que provocó lágrimas en los ojos de Lola, ya que su sonrisa era demasiado antinatural —Papá, no te sientes triste. La abuela y yo nos quedaremos contigo,¿de acuerdo?—Lola intentó que su voz sonara relajada, pero ella falló y lloró cuando vio unos pelos grise en la cabeza de su padre. De repente, se dio cuenta de lo poco filial que era, ya que su padre le había proporcionado una vida tan extravagante mientras que nunca había pensado en pagarle o aliviar su carga. Lola, no podré ofrecerte lo que quieras en el futuro ...—Su padre miró los datos en la computadora, sintiendo como si un cuchillo le cortara el corazón. —Papá, no quiero nada. Solo espero que tu abuela, tú y yo podamos vivir juntos, sanos y salvos—.Lola caminó hacia su padre, y abrazó suavemente a su padre, quien la ha estado protegiendo desde que nació. Al ver a su sensata hija, Jose se sintió mucho mejor y dio unos toques a su hija.Después de levantarse lentamente de la silla, recogió sus materiales y se marchó. Jose y su hija Lola salieron juntos de la oficina, mientras que Miguel ya se había ido.Los reporteros todavía estaban esperándolos. Cuando vieron salir a Jose Hernandez, corrieron hacia él. Sr Hernandez, ¿hay algo que quiera decir sobre las acusaciones? —Sr Hernandez, el Sr. Mota ha confirmado de que no perseguirán tus delitos después de que renuncie el puesto del presidente. ¿Qué piensa usted? —Presidente Hernandez... Jose Hernandez no quería explicarles ni una sola palabra, ya que todos estos delitos son inventados.No queriendo que su padre sufriera más de esto, Lola dijo —¿Por qué obligais a mi padre a admitir cosas que nunca ha hecho?Fue enmarcado por esas personas despreciables. Habrá evidencia que pruebe la inocencia de mi padre algún día. —ante toda estas presiones sociales, Ella todavía habla con orgullos —Sra Hernandez ¿Pablo Mota es la persona despreciable que acabas de decir?— Un reportero estaba ansioso por provocar problemas e inmediatamente entendió el punto principal.Un reportero estaba ansioso por provocar problemas e inmediatamente entendió el punto principal. —Creo que lo he dejado claro. Algún día sabréis la verdad—.Aunque no sabía nada sobre los negocios de la empresa, Lola no podía dejar que otros intimidaran a su padre de esta manera Pablo Mota, Miguel Mota, Rosa Flores, os vais a enterar!Al ver la perseverancia en su pequeño rostro, el hombre sentado frente a la televisión se

levantó levemente. —Jefe, el grupo SNG ha sido transferido. ¿Todavía adquiriremos el grupo como lo habíamos planteado?—El asistente Sánchez verificó la información que acababa de recopilarse. Todo estaba bien, excepto la transferencia.

Capítulo 4 Tu hombre Jorge no respondió a la pregunta, parece que está pensando en algo y de repente dijo 'Hagan una investigación sobre esta mujer.' Señaló a la mujer de la pantallalas palabras de Jorge hizo que el asistente Sánchez se quedara aturdido La mujer?Hija de Jose Hernandez?¿Tiene algo que ver su hija con la adquisición de la compañía SNG? después de pensar un rato, no dijo nada más que un —Sí, señor—. Con la ayuda de Ramón, Lola y su padre se deshicieron de los periodistas y condujeron un Mercedes Benz para ir a casa Su casa estaba situado en un barrio rico en el este de la ciudad, con aire fresco y un bello entorno. Sólo las familias más ricas de la Península Reina podían permitirse vivir en esta zona Cuando entraron a la casa, La abuela Catalina Gutierrez había estado esperando en el sofá por un largo tiempo. Cuando vio a su hijo y a su nieta, se puso de pie con su bastón inmediatamente —¿Qué diablos está pasando allí, Jose?—Preguntó la anciana de pelo gris con prisa, dejando a las dos personas sin saber cómo decírselo. Jose Hernandez abrió la boca pero no dijo nada, ya que no quería dejar a su madre preocupada a una edad tan avanzada. —Abuela, por favor no te preocupes ...—dijo Lola a su abuela, sin saber cómo consolarla. —¿Cómo quieres que no me preocupe? La noticia ha sido reportado en varios canales de hoy. ¿Qué está pasando allí? Díme!—A pesar de que Catalina Gutierrez ya es bastante anciana, pero cuando ella era joven sabía cómo dominaba el negocio sin ningún problema.Con la expresión facial seria, golpeó el suelo con el bastón, haciendo que las subiera las pulsaciones de los otros dos. —Madre, por favor no te enfades. tienes que cuidar de...—La anciana tenía enfermedad cardíaca y no debe enfadarse. Las palabras de Jose fue interrumpida por Catalina. —Tonterías. sé perfectamente lo que tengo—. —He perdido la empresa.—Suspiró Jose. Su madre y su esposa habían hecho grandes aportaciones a la empresa. Lo que había sucedido lo hacía sentir vergüenza de enfrentar a su madre y a su esposa muerta. Él estaba en la edad madura, pero fue traicionado por su amigo más cercano

que había confiado tanto. —¿Por qué? —¿De verdad has hecho todo esos delitos?O es que te engañaron?—Catalina Gutierrez estaba muy seguro de que su hijo nunca haría estas cosas. Sin embargo, ella no podía entender otras razones por las cosas que han sucedidos. —Pablo y su hijo han estado planificando durante muchos años—.Pensaba que Pablo Mota guardaba rencor contra él por lo que sucedió hace más de 20 años. Hace más de veinte años, Pablo Mota y Jose Hernandez eran como hermanos. Sin embargo, se enamoraron de una mujer a la vez - .Lorena Pérezmadre de Lola y esposa de Jose que falleció hace diez años.Lorena era una mujer atractiva y elegante. Jose y Pablo estaban como loco por ella Una noche, Jose estaba borracho y forzó a Lorena para tener relaciones sexuales con él en el coche. De este modo hacer que Lorena Pérez no tenga más remedio que casarse con él.Más tarde, Pablo Mota se enteró de esto, los dos pelearon a hostias. Tras todo esto, Pablo desapareció durante 1 año.Año más tarde, Pablo ya estaba casado, encontró a Jose para hacer las paces. —Pablo y su hijo ...¡¡Uno es el mejor amigo de mi hijo y el otro es el novio de Lola con el que crecieron juntos. —La anciana, sin aliento, perdió el conocimiento y se desmayó. ¨Mamá... —Abuela... Catalina Gutierrez fue enviado al hospital a las 5 p.m. debido al ataque al corazón. La operación había fallado. A las 8 p.m Catalina vio por última vez a su hijo y a su nieta. Horas después falleció. La noticia de su muerte llegó a toda la Península, ya que cuando era joven tenía una gran influencia en el mundo de los negocios de la Península, además de ser la diosa de muchos hombres. Una gran cantidad de sus viejos amigos asistió al funeral y todos lloraron por ella, mientras que muchos otros, los que tenían buenas relaciones con Jose no se presentó, simplemente enviaron flores funerarias. Pablo Mota y su hijo también llegaron a la funeral, lo que provocó rabia en Jose y perdió el control. Lola llamó a la seguridad para sacar fuera a su padre.Este evento fue reportado por todos los medios de comunicación durante mucho tiempo. Muchas personas llegaron a la conclusión de que Pablo Hernandez tuvo la mala suerte de conocer a Pablo Mota, y que era demasiado débil para proteger su compañía de ellos. Después del funeral, el tribunal puso en subasta todos los objetos de valor que pertenecía a Jose para cubrir las grandes cantidades de deudas que había

dejado. Incluso la casa, ha sido bloqueada.Y así Jose Hernandez desapareció después de dejar una nota para Lola. Nadie sabía dónde estaba, si estaba vivo o muerto. Con la nota en la mano, Lola se quedó parada bajo la lluvia con una maleta, con una cara de pálida y confundida. Todo lo que ha pasado ¿es un sueño de ella?Hace 2 días su abuela le estaba preparando regalo de cumpleaños. Cómo que las cosas terminan de esta manera? Aunque las letras de la nota habían sido borradas por la lluvia, todavía eran reconocibles. Lola miró la nota una y otro vez, ya que no se lo podía creer. —Lola, tu madre y yo te encontró por una orilla del río hace 22 años y te trajimos de vuelta a casa. Ahora no tengo nada. Deberías de ir a buscar a tus padres biológicos. Adiós, mi querida princesa. ...... Abuela, papá y mamá, os odio! ¿Por qué me dejáis sola? ¿Sabéis cuánto os quiero? Query Pablo Mota, Miguel Mota, Rosa Flores, ¡Os odio! ¿Por qué me tenéis que traicionar Y aquél hombre también ... —¡Os odio a todos! ...... La lluvia cada vez se pone más fuerte. Lola no podía aguantar el sufrimiento físico y mental. Por lo que se desmayó bajo la lluvia. Un coche negro de edición limitada de marcha Maybach se paró ante Lola después de que ella perdiera el conocimiento.El asistente Sánchez se bajó del coche y abrió el paraguas, enseguida abrió la puerta trasera del coche. Un hombre, que llevaba un par de zapatos nuevos de cuero , se bajó del coche, y mantuvo a Lola en Sus brazos. Más tarde el coche se dirigió hacia el hospital. Hospital privado: Sans En una sala VIP Después de abrir los ojos irritados, Lola Hernandez vio una lámpara colgante en el techo.Lola estaba en una transfusión. El líquido frío entró en su cuerpo lentamente a través de su mano izquierda. —¿Dónde estoy?— Preguntó Lola sin fuerza —¿Estás despierta?—Lola al escuchar la voz, se quedó pensativa, le suena de haber oido esa voz ¿Quién podría ser? Ella intentó levantarse de la cama, pero al estar tan débil no lo consiguió. De repente, apareció un hombre vestido con una camisa blanca, se acercó a la cama y la miró. Lola parpadeó y pensó en lo guapo que era el hombre. Tenía las cejas apresuradas, los ojos profundizados, la nariz aguileña, los

labios finos y sexytodos estos demostraron la elegancia y lo guapo que era el hombre. Su alta altura y su delgado cuerpo lo hacía más atractivo. Sin embargo, su mirada fría, arrogante y agresivo hizo que Lola se estremeciera inconscientemente. Este hombre le suena de haberlo visto en algún sitio —¿Quién eres? —Soy tu hombre. —... ¿Sufres de un trastorno delirante?—Lola lo trató con desdén y pensó que no merecía la hermosa apariencia. Jorge Jimenez presionó el botón que había al lado de la cama. Minutos después un grupo de personas entró a la habitación. Una enfermera que llevaba una máscara de gasa la ayudó a sentarse y le puso una almohada detrás de la espalda para que ella pudiera apoyara. Enseguida vino un hombre de unos 20 años. Con unos cejas espesas inclinadas hacia arriba y unos ojos claros como el rocío de la mañana, estaba mirando el equipo médico con atención.

Capítulo 5 Puedo ayudarte a vengar La nariz aquilina, labios finos y la piel blanca, probablemente es porque estudió medicina y trabajó en un hospital durante muchos años. Manu Sans, 26 años, había heredado la habilidad médica superior de su familia, y era conocido como un genio médico a una edad temprana. .Manu sin necesitar la ayuda de su familia, invirtió sus propios depósitos en el Hospital Privado: Sans y más tarde se convirtió en un hospital conjunta con Jorge Jimenez Sin embargo, Manu era una persona muy sosa y excéntrico. Raras veces se hace amigo de otros, excepto de aquellos a quienes admiraba. —Yasta.—Manu quitó la vista del equipo médico y frunció el ceño cuando notó que Lola lo estaba mirando. Con las manos en los bolsillos del traje, Jorge asintió con la cabeza, y Manu se marchó con sus asistentes sin más conversación. La sala se quedó en silencio. Jorge regresó al escritorio para revisar los documentos en la computadora portátil. —Hey HOLA.— Dijo Lola Hernandez después de pensar qué decir durante mucho tiempo. Ella quería continuar hablando, pero se detuvo por un segundo. Jorge se quedó mirandolasin decir ni una palabra. —¿Qué es lo que me ocurre?¿Me has traido hasta aquí? —Estás enferma, y te traje aquí—.Jorge le dio una respuesta simple y se centró de nuevo en su computadora portátil. —Ah, gracias. ¿Y...cuándo puedo irme del hospital? —Mañana. La pregunta era, ¿a dónde podría ir después de salir del hospital?¿A la casa de abuelo? No, estaba en el campo, demasiado lejos de aquí,¿Qué tal si voy a la casa de Wendy?No es posible, su cama no es lo suficientemente grande para que durmieramos juntas Solo queda Ramón. Su apartamento tenía dos habitaciones, era lo más apropiado por el momento. Ella podría vivir allí por un tiempo, e intentar encontrar un trabajo. Lola decidió llamar a Ramón.Pero su teléfono la perdió en su fiesta de cumpleaños de aquella noche. —Disculpe, señor, ¿puedo tomar prestado su teléfono?¡¡Aunque es bastante

soso, puede ser cariñoso ya que me ha traido hasta aquí— pensó Lola. —Jorge Jimenez—Ella era demasiado ruidosa por lo que no podía concentrarse en su trabajo. Ccerró su computadora portátil y le dijo su nombre. —¿Eng? —¿Jorge Jimente?—Lola escuchó la palabra indistintamente y las soltó sin saber a qué se refería. La cara de Jorge se congeló, sus cejas se arrugó fuertemente, incluso podía cortar y matar varias moscas con las profundas arrugasde la ceja Se acercó a Lola dando unos pasos —¡Mujer! Recuerda que el nombre de tu marido es Jimenez, Jorge Jimenez. ¿Tengo que enseñarte cómo se deletrea?— Harry anuncióagachándose con los brazos en la cama. —Que raro eres. ¿Me conoces apena?Pero si ni siquiera nos conocemos, déjate de creerte que eres mi marido ¿vale?—.Lola estaba un poco enojada. si fuera hace varios días. Ella lloraría por decir —Miguel Mota es mi hombre y no Jorge Jimenez Pero ahora solo queda ella... Lola, Gemini, se graduó de la Universidad del Sur de California el mes pasado, celebró su 22 cumpleaños hace unos días y durmió con su hombre en la habitación 888 en el octavo piso del Hotel Peninsula, el mismo día ... —Para, para , para!—Lola casi gritó. ¿Quién es este tipo? ¿Cómo sabe todo eso? y ¿Cómo ha sabido que he durmido con un hombre?—!! —No deberías interrumpirme—.—Eres una de una copa B, el tamaño de la cintura es de 70 cm y tienes una marca negra en el cuerpo ...—No parecía un lunar, puede que sea ... Lola tapó su boca con fuerza, —¿Puedes callarte?¿Cómo sabes todo eso? ¡Dime!¿Me has estado espiando mientras me estaba bañando?—!!Ella lo fulminó con la mirada, sus ojos parecía más linda. Después de que Harry señaló las manos de Lola, que estaba tapando sus labios, Lola arrebató las manos y las frotó sobre el colchón como si sus labios no estuvieran limpios. Harry miró a esta mujer infantil y testaruda, volvió a la mesa, sacó pedazos de papel de la carpeta y se los tendió. —¿Un acuerdo matrimonial?—??Lola estaba confundida cuando vio las palabras de la portada y levantó la cabeza. —Sí. Me has quitado la virginidad. Debes asumir la responsabilidad—.Jorge lanzó una —bomba— pesada con facilidad, lo que hizo que Lola se atragantara con su saliva. Oh!Dios mío!Él era el hombre en aquella noche!!Asumir la responsabilidad por él?—Me has quitado la virginidad también, ¿vale? —¡Casi se le salieron los

ojos cuando apenas podía creer que este hombre fuera con el que durmió esa noche!Sí, ¡era él!No me lo puedo creer!¡Realmente debería levantarme de la cama y dar una paliza a este hombre hasta que muera! —Está bien. Tal es el caso, ¡firme el acuerdo!—Jorge puso una mano en el bolsillo del pantalón y le pasó una pluma estilográfica de alta gama. —¡No quiero!—Primero, a pesar de que tuvieron relaciones sexuales, eran simplemente desconocidos el uno para el otro.Segundo, ella era tan desafortunada en ese momento que no estaba de humor para casarse.En tercer lugar, ¿y si fuera un traficante de personas?Es cierto que no podemos juzgar a los demás por su apariencia.Tiene que ser una broma Jorge frotó sus cejas, y su sien le estaba doliando un poco, ya que era la primera vez que una mujer lo rechazaba.Lo que es peor, ¡esa mujer se negó a casarse con él! —¡Puedo ayudarte a vengar!Pablo Mota?Miguel Mota?Pedro Flores?Rosa Flores?Puedo derrotarlos a todos—.Su confianza hizo que Lola lo mirara hacia arriba y hacia abajo tres veces con curiosidad. —Y puedo ayudarte a encontrar a tu padre o tus padres biológicos y a quien quieras—.Jorge nunca se arrepintió. ¡Pero de alguna manera se dio cuenta de lo que significaba lamentarse en este momentoporque sentía que estaba luchando por un negocio que....no era rentable! —¡Qué ingrata eres! Esperemos y veamos!Te conquistaré y me tragaré tus orgullos—, pensó Jorge —¿Cuál es tu nombre?—Ella preguntó seriamente esta vez.. —...Jorge Jimenez—¡Esta bien!Esta mujer le había hecho establecer muchos record nuevos, incluyendo de repetir a la misma persona su nombre: Jorge Jimenez. Parecía que debería enseñarle una buena lección después del matrimonio. Jorge Jimenez?¡Ella recordó de algo! Había escuchado mucho de esta personauna figura legendaria en el mundo de los negocios, un persona misteriosa, de perfil bajo sobre la vida personalextremadamente poderosa, que había vivido en el extranjero durante mucho tiempo. —Cómo puedo comprobar tu identidad?. La tarjeta de identificación es inútil, ya que se puede falsificar—. ¿Tienes alguna prueba de que eres Jorge Jimenez ?Jorge levantó las cejas y se agachó para besarla. —Si no me crees, puedo repetir nuestra primera noche aquí, ¿te parece? Sus labios estaban un poco fríos, y su agradable olor hizo que Lola se mareara un poco. —... Hum!No me casaré contigo. Eres muy bueno ligando.— se nota que tienes mucha experiencia.

—Mucha experiencia?—Jorge levantó sus espesas cejas. Las palabras le sonaron un familiar. —No tienes más remedio que casarte conmigo—.Según la información, solo tenía dos amigos confiables: Wendy López, que le había salvado la vida, y Ramón García, su compañero de. Hm ..., debo de tener cuidado con ese hombre en el futuro. ¿Existe amistad pura entre un hombre y una mujer?Hum, Jorge no cree en eso. —OK, firmaré el acuerdo, después de que me prometas algo—.Lola apretó los dientes, y tomó una decisión.

Capítulo 6 Con tenerme ya es suficiente —A ver, dime—Jorge se sentó en el sofá que estaba al lado de la cama. —Primero, no me toques sin mi permiso—Era vergonzoso tener sexo con un desconocido Jorge Jimenez afirmó con la cabeza. —¡Segundo, no traigas a otras mujeres a casa! Harry Si asintió con la cabeza de nuevo. —Tercero,no nos conocemos ante el público Jorge asintió nuevamente. —Déjame que te cuente ahora lo que quiero: mantente al tanto de nuestro matrimonio, no quiero involucrarme en un desastre—. —Trato hecho Después de ponerse la ropa preparada por Jorge, Lola fue llevada directamente al Villa Circo, una zona para gentes ricas. Cuando entrarón al chalet, el aroma de la cena los saludó, y la doncella, la Sra. Pepa, salió de la cocina.. —Señor, la cena estará lista pronto.Mi Señora, tu cuarto está en el segundo piso, en el medio a mano derecha. Ya está todo limpiado.La Sra Pepa ha servido a la familia Jiminez por una docena de años. Jorge vino a la península para desarrollar negocios. Se supone que no regresará al extranjero de momento.Entonces, su padre nombró a la Sra. Pepa de EE. UU. Para que cuidara de Jorge. Jorge la llamó esta mañana y le pidió que preparara una habitación. —Muchas gracias y dispulpe las molestias—Lola parecía tan pálida que la señora Pepa se sintió pena por ella. —De nada. Mi señora, puedes ver la habitación primero, pero recuerda de bajar para cenar—.—Qué chica tan cariñosa. Son una pareja perfecta—, pensó la Sra. Pepa Jorge subió las escaleras, y Lola lo siguió obedientemente. Jorge se detuvo frente a una habitación y abrió la puerta: —Esta es tu habitación. Pero no viviremos aquí por mucho tiempo. La villa en el n.° 8 de Fuente Perla está casi amueblada. Nos mudaremos allí entonces—. ... nº 8 de Fuente Perla?¿Es aquel barrio que solamente tiene 8 villas?Lola había oído hablar de ese barrio, era más lujosa, más magnífica y más elegante

que el barrio de ella y que esta Villa Circo.Se dijo que un inversionista misterioso gastó decenas de miles de millones en la construcción de esa propiedad. Cada villa cubría un área de más de 1000 metros cuadrados, sin mencionar el jardín y la piscina ... Aunque Lola había vivido una vida rica antes, pero no era nada comparable con lo que tiene ahora. La habitación tenía 80 metros cuadrados, amueblada con una cama doble de 3 metros deancho con un juego de colchon rosa de cuatro piezas en el medio. Había una alfombra blanca de lana en el suelo y la pared estaba envolvido por papel tapiz de color blanco con rotura. Había también un tocador, un armario, un escritorio para la computadora y sillón de color blanco A la izquierda de la habitación había un baño con una decoración marrón clara: una bañera redonda de color marrón claro en forma de concha en el exterior del baño. una cortina de ducha impermeable de color marrón claro estaba colgado al lado de la bañera,Estantería donde estaban colgados las toallas de baño. y un grifo que había productos de baño de alta gama en ambos lados Fuera del baño había un balcón de 20 metros cuadrados, amueblado con dos sacos blancos y una pequeña mesa redonda blanca. Lola nunca habia visto una habitación tan limpio e impresionante. Aunque Lola había sido propietaria de una habitación lujosa y elegante, no era comparable a esta.Además, esta habitación ya era lo suficientemente buena para alguien como ella, que estaba bajo el techo de otros. —Quedate en esta habitación por ahora. Nos mudaremos pronto—.Jorge al ver a Lola lanzarse a la cama, su mirada se centró profundamente. —No me quejo, ya está bastante bien. Después de todo, he perdido todo lo que tenía, ¿No es así?Ella murmuró, para responder a Jorge Jorge saltó sobre ella. La acción repentina le dio a Lola un buen susto. Estaban tan cerca que la distancia entre sus caras eran menos de un centímetro. —A partir de ahora, con tenerme ya es suficiente—.Lola estaba intoxicada con sus susurros emocionales de amor y el corazón le empieza a latir más rápido. Ella tapó sus pechos con las manos, por un momento no resistió. Sus ojos profundos eran tan misteriosos y atractivos, como si un vórtice estuviera oculto dentro, atrayéndola a hacer una exploración. Él bajó la cabeza, mientras ella cerraba los ojos.El aroma del cuerpo de Lola lo complació. Después de un tiempo, se escuchó un golpe. Lola, ruborizada, empujó a

Jorge y se puso en pie. Jorge no se lo podía creeer que esa mujer le habia dado una bofetada en la cabeza. —¡Eres una mujer estúpida!¡Haré que te arrepientas!—Siendo vengativo, Jorge se puso de pie junto a la cama con una cara fría, tiró de su muñeca y la arrojó sobre la cama de nuevamente. —¡Me sedujiste primero!—Lola, enojada y al mismo tiempo tímida, apartó a Jorge ¡Interesante!—Te comeré enterita—.Lo dijo como un saludo casual. Lola cogió una almohada y la sostuvo frente a ella, —Jorge, no me casaré contigo! ¡Eres un pícaro! me había prometido de que no me va a tocar. ¿Qué pasa si él no cumple sus promesas y me obliga todos los días después del matrimonio? Los hombres nacen sabiendo cómo ligar a las mujeres. Jorge no se consideraba un experimentadoSi sus amigos supieran que alguien lo describe de esta manera, ¡pueden estar inexplicablemente asombrados! —No depende de ti. ¡Nadie se ha atrevido a rechazarme!—Jorge saltó de la cama, se enderezó graciosamente la ropa y caminó hacia la puerta. —Bajemos las escaleras, o no tendras nada para comer—. De mal humor, Lola miró enojadamente a Jorge y lo siguió para bajar las escaleras Cuando bajaron, la Sra.Pepa comenzó a servir la cena. Lola corrió para lavarse las manos apresuradamente y decidió ayudar a la señora Pepa en la cocina. —Mi Señora, no hace falta que me ayudes. ¡Déjamelo a mí!—La Sra. Pepa se sintió más satisfecha con Lola, ya que era amable y tolerante. —No importa. No tengo nada que hacer ahora. ¡No hace falta que me llames señora, puedes llamarme Lola!¡¡Ahora que vivo en la casa de otra persona tengo que construir una buena relación con ellos, si no, al saber cómo me tratarán. La gente puede ser despreciable. Ella no confiaría fácilmente en los demás. Jorge tomó una silla y miró fríamente a Lola que estaba ayudando activamente a la señoraPepa en la cocina. Le agradó ver eso, ya que no le gustaban esas mujeres que se creian chulas La cena estaba rica, había cuatro platos y una sopacostillas de cerdo, brotes de bambú cocidos a la parrilla, tofu con jugo de tomate, rodaballo al vapor, sopa de champiñones y gachas de mijo.

Capítulo 7 No llores más en el futuro Después de que Jorge y Lola se sentaron a la mesa, la Sra. Pepa estaba a punto de irse para hacer otras cosas. —Señora Pepa, tome asiento y cenemos juntos—.Dijo Lola y cautelosamente echó un vistazo a Jorge, quien estaba comiendo un pedazo decostillas de una manera pausada, preguntándose si era apropiado ... —No hace falta, gracias. Por favor, disfrute la cena con el señor. Me olvidé de comprar un limpiador. Tengo que comprar uno ahora—.La Sra. Pepa se lavó las manos, se puso los zapatos y se preparó para salir. —Bueno, está oscuro afuera. Tengan cuidado—.Lola no dijo más, pensando que la familia pudiera tener sus propias reglas. Después de que la Sra.Pepa salió, Lola cogió los palitos y comenzó a comer. Se sintió extremadamente hambrienta cuando vio los platos.Ella ya ha sufrido bastante. Por fín podría comer algo tranquilamente, aunque sea con un desconocido ... Tal vez no serían desconocidos el uno al otro en unos días, pensó Lola al mirar y miro a Jorge, que estaba cenando con gracia. Cuando Harry terminó de cenar, Lola todavía tenía un tercer congee de mijo en el cuenco.Así que terminó el congee a toda prisa, se limpió la boca y comenzó a limpiar la mesa. —¿También haces esto cuando estabas en casa?—Jorge miró a Lola que estaba limpiando la mesa tontamente. —No....—. Lola recordó su vida pasada con lágrimas en los ojos.Ciertamente no tenía que hacer tales nimiedades cuando estaba en la casa. Ella era ese tipo de personas que no necesitaban hacer nada.Pero ahora, ella ya no tiene ni familia ni casa. No puede ser desconsiderada por más tiempo. —Lola, esta es tu casa a partir de ahora. No eres un invitado aquí. ¡Solo relájate!—Jorge quitó el bol que tenía Lola en la mano, cogio su mano y se la llevo arriba Lola miró la mano de Jorge con tristeza. Se sentía tan cansada y también quería relajarse. ¿Pero podría? Cuando llegaron al segundo piso, Jorge no la dejó ir. En cambio, la llevó a su escritorio. Jorge sacó dos tarjetas del cajón del escritorio, caminó hacia Lola y le dio las tarjetas.

—No tengo efectivo. Toma estas dos tarjetas para comprar cosas, lo que quieras—. Lola reconoció las tarjetas, una de ellas era una tarjeta negra VIP de edición limitada. Solose emitieron 88 tarjetas de este tipo en todo el mundo, sin límite de crédito y ofrecen servicios de primer nivel en todo el mundo, incluida una gama de servicios prioritarios en tiendas de alta gama y aeropuertos.Ella había visto una tarjeta del mismo tipo una vez cuando asistió a una fiesta de degustación de vinos con Miguel Mota el año pasado, la tarjeta estaba en la mano de un hombre que era el presidente de una empresa poderosa. Se dijo que él era el único que poseía esta tarjeta en la península Reina Ella levantó la cabeza para mirar a Jorge, quien mantuvo una cara de póquer, y cayó en confusión. —¿Por qué me trata tan bien mientras éramos desconocidos? —¿Era solo porque habíamos pasado la primera noche juntos? —Jorge, no te amo—.Es verdad. Ella no lo amaba y no quería engañarlo.Miguel era el único que ella había amado. Pero entonces la única sensación que tenía hacia él era odio. —Acuéstese pronto. Iremos a solicitar una licencia de matrimonio mañana —.Jorge la empujó sin decir más palabras. —¿Se habrá enfadado?—Lola miró la puerta cerrada del escritorio frente a ella, con las tarjetas en la mano se fue asu habitación. Estaba profundamente conmovida y ocupada por la actitud de Jorge en el día, mientras que ahora estaba sola en su habitación, se quedó pensativa. Papá ha perdido su compañía; la abuela ha fallecido, Papá ha desaparecidoPerdió todo por culpa de Pablo Mota y su hijo. Pero, sin embargo, el dolor más profundo para ella era la traidición de los dos... Lola se sentó tristemente en el sofá del balcón y mirando al esta ciudad, las lágrimas corrían por su rostro.Ella quería ser fuerte. Pero todo sucedió de repente. ¿Cómo podría ser fuerte? Jorge quería preguntarle a Lola dónde estaba el registro de su casa. Pero la escuchó sollozar en la puerta de su habitación.Al abrir la puerta, vio a Lola acurrucada en el balcón. Él la había considerado una mujer fuerte, sin preocuparse por nada. Lola se asustó por un repentino abrazo y dejó de llorar de inmediato. Al darse cuenta de que era Jorge, lloró con más tristeza: —¿Por qué estás aquí?Me pillas llorando. Qué avergonzada estoy—. —...— Ella estaba llena de orgullos. Jorge se quedó allí, mientras Lola lloraba en sus brazos durante media hora. Jorge frunció el ceño al verla así. Sus lágrimas habían mojado la ropa de Jorge. —Solo por esta vez. No llores más en el futuro—.

—¿Por qué debería hacer lo que dices?— Lola comenzó a llorar nuevamente. ¿La estaba intimidando? —Ya has llorado bastante. ¿sirve de algo?—Jorge no sabía por qué se sentía incómodo cuando la vio llorar. Minutos depués, Lola dejó de llorar. A ella tampoco le gustaba llorar. Pero ella seguía triste. —¿Tienes vino?—Ella se sonó la nariz y lo miró lastimosamente. —¿Quieres beber?— Jorge no quiso rechazarla — Claro que sí, lo tengo claro, quiero emborracharme y olvidarme de todas estas cosas—Ella solía beber vino acompañada de Miguel Mota o de Rosa Flores. Ahora que había decidido abandonar el pasado y vivir una vida mejor, tenía que luchar por sí misma, a pesar de que tenía que usar la ayuda del hombre que estaba delante ... Lola se fue al baño para lavarse la cara, llevaba el pelo largo y descuidado en un moño. Mirando al estantería de vino, Jorge tomó una botella de vino y dos vasos con un poco de vacilación. —No quiero vino tinto. Quiero vino blanco—.Solo la fuerte bebida alcohólica podría eliminar su preocupación e ira. Ignorando lo que dijo, Jorge abrió la botella y sirvió el vino en dos copas.Lola insatisfechamente bebió el vino. Al mirar el vaso de vino vacío, recordó que fue porque bebió el vino tinto que le entregó Miguel Mota, y por eso ha tenido relaciones sexuales con el hombre que está delante.Ese vino tinto debe haber sido drogado entonces.Lola lanzó una sonrisa sardónica. Jorge no planeaba darle más vino y puso la botella de vino a su lado. El alcohol no era bueno para ella, ya que acababa de ser dada de alta del hospital. Lola se levantó enfadadamente, cogió la botella, llenó su vaso de vino tinto, y se lo bebió.Ella eructó felizmente, sin darse cuenta del rostro disgustado de Jorge. Cuando iba a rellenar su vaso de nuevo, Jorge la detuvo. —¿Qué pasa? ¡No seas tan malo! Solo quiero bebo un poco de tu vino, no seas tacaño—.Lola lo desdeñó. Jorge se levantó, la levantó de la silla y la llevó al baño. Jorge encendió la ducha y tiró de ella. El agua fría despertó a Lola por completa. Su ropa se mojó y se adhirió a su cuerpo, revelando su hermosa forma corporal. —Jorge!, ¿estás loco? ¡Todavía no me he quitado la ropa!—Lola se sintió perpleja y miró la cara de Jorge, temblando de nuevo y preguntándose si estaba enfadado.que miedo ...

Sabía que ella estaba de mal humor, y realmente no tenía intención de tocarla. Pero ella lo dejó sin otra opción que tomar algunas medidas.

Capítulo 8 Centro comercial miramar La temperatura del ambiente se elevó bruscamente, y la atmósfera romántica se extendiócada centímetro a su alrededor. ¡Espere!¿Hablaba en serio?!No fue hasta entonces que Lola se asustó y supo que realmente no debería haber desafiado a este hombre ... No podía decir ni una sola palabra, ya que Jorge la estaba besando. Ambas manos fueronsostenidas sobre su cabeza por la mano de Jorge. Ella solo podía negar con la cabeza agitandola para expresar su protesta. Sin embargo, Jorge no la hizo caso. Lola estaba tan asustada que juró definitivamente sería una chica obediente en el futuro. ¿Era demasiado tarde? La última vez ella estaba bajo el efecto de la droga y tuvo sexo con él sin saber lo que estaba pasando. Y esta vez, es conciente de todo, aunque haya bebido. ¿Qué hago?¿Qué hago?El hombre comenzó a acariciarla mientras Lola todavía estaba pensando qué hacer. Ella sintió dolor e inconscientemente se mordió los labios. Un ligero olor a sangre se extendió entre sus bocas. —Me tienes quemado. Eres tú quien me sedujo la última vez, me llamaste puto,me pegaste y todavía me debes 250 dólares¡Lola, me debes mucho! Es hora de que pagues ahora—.Jorge susurró en su oído, sin importarle la sangre de sus labios. Esta mujer no solo lo obligó a salvarla con arrogancia, sino que también se volvió violento. ¿De verdad ella pensó que él era impotente? ahora se va a enterar —Jefe, es mi culpa. Te pido disculpas ahora. ¡Por favor, déjame ir!—¡Ay! Todos deberían pagar las deudas tarde o temprano. —¡Ya es tarde! Los gritos de Lola en el baño cada vez se está conviertiendo en una voz misericordia Antes de irse a dormir, antes de que amaneciera, Lola le insultó: —¡Bestia! —Jorge no le hizo caso y seguía limpiando el cuerpo de Lola Habían planeado obtener la licencia de matrimonio a la mañana siguiente. Pero el plan cambió ya que Lola no se levantó hasta las dos de la tarde y el

hombre que durmió con ella anoche ha desaparecido Estando cansada, se levantó para tomar un baño.Las magulladas marcas sexuales en su cuerpo la hicieron sospechar que el hombre con el que se iba a casar era una bestia. Ella había dudado en registrar el matrimonio con él. Teniendo en cuenta que se habían acostado entre él dos veces, decidió coger el certificado y casarse con él.Al menos, el matrimonio demostraría una relación formal entre ellos. No era gran cosa que ella fuera obediente con él en el futuro. De lo contrario, parecería una amante financiada por él sin el certificado de matrimonio. ¿Amante?Su abuela la despellejaría si supiera que su nieta se convirtió en una amante. —Abuela, papá, mamá, os extraño muchísimo—. Lola aceleró el ritmo en el baño, se vistió, terminó la comida recalentada por la señora Pepa de manera apresurada y entró al escritorio de Jorge, que estaba ocupado haciendo trabajo de la empresa, para ir la Oficina de Asuntos Civiles. —Tienes prisa?—Jorge se sorprendió y se preguntó qué es lo que hizo para que cambiara de opinión —Pues claro que sí—¿Qué pasa si la Oficina de Asuntos Civiles se cerrara? —Ella se inventó una excusa. Jorge lanzó una mirada a la marca roja que había en el cuello de Lola. Y dijo algo, lo que hizo que Lola quisiera matarlo, cortarlo y tirarlo al mar para alimentar a los tiburones: —¿Estás tan satisfecho con el maravilloso servicio de anoche? si quieres lo podemos hacerlo todos los días? ......hacerlo todos los días?¡Hazlo con tu madre! Lola se sentó elegantemente en el coche, apretó los puños y optó por ignorar al cara duraque estaba a su lado. —Lo tomaré como un sí—Jorge sonrió levemente, viendo que obviamente apretaba los puños. Antes de ir a la Oficina de asuntos civiles, Jorge condujo su Maybach negro a la antigua casa de Lola. Lola quedó completamente atónita cuando vio a Jorge quitar el sello de cláusura. Después sacó la llave, abrió la puerta y entraró directamente a la casa. —¿Por qué ... por qué ... por qué tienes la llave de mi casa?—La casa debería haber sido vendida en subasta.No es nada fácil obtener la llave. ¿Cómo ha podido abrir la puerta y entrar a la casa directamente? —Tiene el poder absoluto en la península? —Vaya a buscar su registro de hogar. No tardes mucho—.Todo había sucedido demasiado rápido, por lo que Lola dejó muchas cosas en su antigua

casa. Lola entró lentamente al chalét. La casa, que estaba bulliciosa, ahora está fría y triste.Intentando no llorar, Lola caminó al segundo piso, abrió la puerta del estudio de papá y encontró el registro de la familia en un cajón.Antes de abandonar el chalét, fue a la habitación de papá, a la de abuela y a la suya. Todos se mantenía como antes. El único cambio es que ya no hay nadie viviendo aquí. Lola se secó las lágrimas y bajó las escaleras. Ella está profundamente agradecida con el hombre alto en la puerta. Gracias a su ayuda, ahora puede volver a visitar su antigua casa de nuevo. —¡Compraré esta villa una vez que tenga suficiente dinero!—Lola se prometió a sí misma Cuando llegaron a la Oficina de asusntos civiles, los oficiales estaban a punto de dejar el trabajo.Casi ninguno de ellos conoce a Jorge Jimenez, ya que acaba de regresar del extranjero y no se ha hecho cargo oficialmente de la compañía del grupo. Obtuvieron la licencia de matrimonio con éxito y en silencio se fueron. Después de cenar en un restaurante, Jorge compró un nuevo teléfono móvil para Lola y condujo hasta el parking del centro comercial Miramar. Salieron del coche y tomaron el ascensor directamente al área de diamantes en el piso 8. El centro comercial estaba bien organizado, con docenas de marcas que ocupaban cientos de metros cuadrados en cada piso:un hipermercado en el primer piso subterráneo, joyas en el primer piso, productos para el cuidado de la piel y cosméticos en el segundo piso, ropa y bolsos de mujer en el tercer piso, ropa de hombres en el cuarto piso, suministros para el hogar en el quinto piso, equipo al aire libre en el sexto piso, bebidas alcohólicas en el séptimo piso y diamantes en el octavo. Este centro era uno de los centros comerciales favoritos de Lola. Ella ha estado en el octavo piso, compró muchos diamantes, ya sea para sí misma o para regalarla a otras personas Cuando apareció Jorge en la tienda de diamantes, las dependientas se quedarón enamoradas de él ¡Qué hombre más guapo por dios!Todas sabían que él debe de ser un hombre super rico. Por lo tanto, muchas dependientas se apresuraron para servirlas. Lola todavía se preguntaba por qué Jorge la trajo aquí. —¿Ha venido para comprarme un anillo?—No es probable. Aunque obtuvieron el certificado de matrimonio, ambos sabían que no erapor amor. Ambos se casarón con objetivo, pero ella no sabía lo que Jorge quería. ¿Era porque habían pasado su primera noche juntos, tal como él dijo?Ella no era tonta.Si él no le dijera la razón, ella no preguntaría. Lola no tenía nada que

perder en absoluto en este momento. Lo único que podía darle era su cuerpo ... Pero, tampoco era por eso, un hombre tan poderoso y rico como él, podía salir con quien quisiera.Lola sabía que ella era bonita, sin embargo hay muchas más mujeres que es más guapa que ella, y más rica, más actractiva....hay tantas, que es imposible de contar. —Ven aquí. ¿Te gusta este?—Jorge interrumpió sus pensamientos errantes. Lola refrescó su mente y caminó hacia él

Capítulo 9 Diamante rojo —Hola, señora! Este anillo de diamantes es la última obra maestra del diseñador internacional, GL. Acaba de llegar a nuestra tienda ayer. El anillo está diseñado con diamante rojo más raro del mundo, y debido a eso, ha recibido muchos premios internacionales. Solo hay tres diamantes rojos en el mundo.uno presentado por GL a su esposa, y los otros dos vendidos en el país A y aquí. Este anillo de diamantes rojos es nuestro producto TOP-ONE. Puede consultar la revista publicitaria para obtener más información —.La dependienta le presentó a Lola el anillo de diamantes más grande y más caro de la tienda con entusiasmo Este anillo de diamantes era diferente a los otros anillos. Tenía un color especialEl diamante rojo es de 10 quilates rodeado por un círculo de pequeños diamantes, el anilloofrece una naturaleza elegante, noble, lujosa y discreta. —Vas a comprar un anillo de diamantes?En realidad, no es necesario ... —Pruebalo—Ignorando lo que ella dijo, Jorge cogió la mano de ella y puso el anillo. ¡Justo!Lola estaba un poco sorprendida por el tamaño justo. El anillo estaba puesto en el dedo anular, con el hermoso brillo del diamante que proporcionaba suavemente la gracia y la elegancia de una mujer, resaltaba su mano blanca y delicada. —No es necesario quitártelo. Pagaré con tarjeta, por favor—.Jorge sacó una tarjeta de su billetera y se la entregó a la dependienta.La dependienta se quedó sorprendida del acto. ¡Este hombre es geniall! Iba a pagar el anillo sin preguntar el precio. —Señor, este anillo cuesta 188, 888, 888 Dólares. Estás seguro de comprarla —.Tratando de contener su emoción, la dependienta no podía creer que el anillo con un precio tan alto se vendiera tan fácilmente. —Sí por favor.—Él respondió simplemente, haciendo que la dependienta olvidara un poco cómo comportarse ante la situación. —¡Espere!—Lola detuvo inmediatamente a la dependienta. ¿Estaba loco? ¡Un anillo de diamantes cuesta más de 100 millones de Dólares! Realmente no era necesario para su matrimonio nominal, y puede que no dure mucho tiempo.No necesitaba gastar tanto dinero en ella. —No le hagas caso—Jorge se levantó de la silla, y siguió a la dependienta hasta el mostrador para ingresar el código de pago. —Jorge...— Lola quería decir algo, pero Jorge lo detuvo con una mirada

seria. Imperioso!Autoritario!Dominador!Maltrato! En el camino hacia el parking, Lola estaba un poco enfadada, comenzó a pisar con fuerza el suelo con sus tacones de 5 centímetros de alto, rompiendo de este modo, el silencio que había en el octavo planta A Jorge le pareció un poco divertido al ver la mujer infantil y enojada que tenía detrás No había nadie más en el ascensor, excepto ellos. Cuando llegaron al segundo piso bajo tierra, Jorge cogió su mano activamente para caminar hacia el coche. Lola al principio intentó quitarse las manos de él. Sin embargo, cuanto más lo intentaba, más apretado estaba. Por lo tanto se rindió finalmente. Lola abrió la puerta trasera del coche y se sentó mosqueadamente en el asiento trasero. —Ven al asiento delantero—.Dijo sin emoción. —¡No!—Lola se apoyó en el asiento trasero y cerró los ojos, negándose a verlo. —¿Estás segura?¡¡No me importa tener sexo en el coche—.Jorge lentamente encendió la radio y puso una música ligera. Lola abrió la puerta de delantera y se sentó a regañadientes en el asiento delantero del copiloto. Jorge encendió el coche con una sonrisa. Antes de conocerse, Lola era una princesa como la luna rodeada de una miríada de estrellas, y casi todos le obedecían.Nadie se atrevió a enojarla en el pasado. Solo ella podía molestar y enojar a los demás. No esperaba que le tocara a ella enfadarse una y otra vez con su marido nominal. Jorge pisó el acelerador y salió del Parking. Cuando pasaron por delante de un deportivo blanco Ferrari, una mujer con el cabello ondulado y lustroso sentada en el asiento del acompañante miró al coche de Jorge, se quedó bocabiert, porque no podía creer lo que veía. Rosa Flores confirmó que la mujer sentada en el asiento delantero del Maybach valorado en casi diez millones era Lola, ¡que había estado desapareciendo por unos días! —¿Qué estás mirando?—Después de estacionarse, Miguel Mota miró a su prometida, cuya expresión facial cambió ligeramente. —acabo de ver a.....Lola.—Rosa observó cuidadosamente el rostro de Miguel, quien se desabrochó el cinturón de seguridad con el ceño fruncido y no dijo nada. Miguel no quería escuchar más el nombre de Lola. Jose Hernandez y su hija desaparecieron justo después de que la familia Hernandez se quedara en

quiebra.Definitivamente le enseñaría una buena lección si la volviera a ver algún día. —Miguel, me pregunto cómo está Lola ahora—.Rosa cerró la puerta del coche y fingió que estaba preocupada por Lola. . —¿Por qué la mencionaste? ¡No me importa!—Miguel puso la mano en el hombro y se dirigió al piso 8 con ella Rosa sonrió complacida y pensó: —Lola, finalmente no tienes nada en absoluto. ¡Mira! El hombre que más amabas no quiere ni siquiera mencionarte —. Fueron directamente al mostrador GL en el octavo piso. Los diamantes diseñados por GL abordaron el tema recientemente. Solo había dos contadores GL en la península, uno aquí en el Miramar y el otro en la plaza Esmeralda. Cuando llegaron al mostrador, varias dependientas estaban discutiendo algo emocionado alrededor del mostrador. —¡Más de 100 millones de dólares! ¡Dios mío! ¡Pagó la cuenta en tres minutos! ¡Señorita nuñez, qué suerte has tenido! —¡Sí, el hombre eran tan guapo...! ¡y el diamante rojo era el grande!¿Esa mujer era su esposa? Es bonita. Debe ser también una mujer de una familia rica, ya que vino aquí y compró joyas GL muchas veces—. —¡Ay! ¡Qué lástima! Otro hombre guapo meno en este mundo—. Rosa las escuchó y se aclaró la garganta para informarles que había venido. —Bienvenidos, señor Mota y señorita Flores—.Las dependientas volvieron al trabajo después de notar a estos dos invitados ricos. Rosa había estado aquí con Lola varias veces. Entonces todas las dependientas con experiencia sabían su nombre. Se dijo que iba a casarse con un soltero llamado Miguel, que la dependienta supuso que era el hombre que estaba a su lado. —Le he preguntado a tu gerente sobre el último trabajo de GL. Quiero el diamante rojo. ¿Dónde está? Muéstrame—.El único problema era que el anillo era demasiado caro. Rosa había pasado mucho tiempo y esfuerzo persuadiendo a Miguel para que lo comprara. Entonces vinieron a pagar un depósito ese día. —Lo siento, señorita Flores. El anillo ya fue vendido. Le mostraré algunos otros anillos—.La dependienta estaba un poco deprimida. Cómo deseaba que GL hubiera diseñado más anillos de ese tipo. —¿Ya esta vendido?—Rosa levantó la voz con entusiasmo. Adoraba mucho ese anillo de diamantes. Para obtener su consentimiento, le prometió a Miguel que también usaría todos sus ahorros personales. —Rosa, está bien. Echemos un vistazo a otros anillos—.Miguel dijo mientras miraba otros anillos. Él no quería comprar ese anillo tan caro de todos

modos. Estaba contento al saber que se vendió. Si Rosa supiera que el anillo se vendiera tan rápido hubiera comprado con antelación. Ella hechó la culpa a Miguel, ya que estuvo en desacuerdo hace tres días cuando Rosa le dijo que quería comprar ese anillo. Todo era su culpa. —Sí. La señora que vino a recoger su regalo de cumpleaños contigo la última vez y su esposo compró ese anillo—.Las palabras involuntarias del asistente de compras hicieron que Rosa quedara en blanco. —¿Lola Hernandez?—Rosa levantó la voz, ya que no podía creer lo que había escuchado, con los ojos salidos de una manera un poco aterradora.

Capítulo 10 Deberías cederte a mi —Sí, supongo. Escuché que la llamaste Lola o algo la última vez—.La dependienta respondió con la voz baja. Miguel y Rosa se miraron y se perdieron en sus pensamientos cuando escucharon eso. Esa Maybach de diez millones de dólares y este anillo de diamantes ... ¿Lola se tiró a un viejo verde?Esta era la única posibilidad. Ella debe haberse tirado a un hombre viejo, verde y rico. Nunca existió un joven rico con una gran cantidad de dinero.Jaja. Si fuera cierto, vaya gracia va a montar Lola. Al pensar en eso, Rosa sostuvo el brazo de Miguel para echar un vistazo a otros anillos de diamantes. Cuando llegaron a casa, Lola se cambió de zapatos y se dirigió directamente a su habitación. Jorge la siguió.Sin prestarle atención, Lola abrió su bolso, sacó su teléfono y comenzó a mirar el móvil. Jorge agarró su teléfono y la atrajo hacia él. —¿Por qué estás enfadada?—ya que no tiene nada que hacer por ahora, Jorge decidió consolarla un poco Lola giró su cabeza hacia fuera, como si no quisiera responderle. Había conocido a muchas mujeres con mal humor como ella y más habia conocido a mujeres obedientes. Pero nunca le importó en absoluto.Jorge giró directamente la cabeza y la besó. —Hm, hm, hm—.Lola quería protestar en voz alta, pero él no le dio ninguna oportunidad. Después de un largo tiempo, Lola se sonrojó y quiso mantenerse alejada de él.Pero el hombre se sentó con las piernas cruzadas para ponerse en el camino, dejándola sin oportunidad de salir. —Jorge, eres malvado. ¿Lo sabes?—Lola se sentó en el sofá desanimada. Ella necesitaba encontrar un camino. Harry asintió con su cabeza para afirmarlo ¿Cuantos años tienes? —27. —Mira, eres cinco años mayor que yo. Debes ceder a mí. No deberías decir no a lo que quiero hacer. No deberías obligarme a hacer lo que yo no quiero. No debes molestarme. No debes ignorar mi opinión ... —Su protesta asombró a

Jorge, quien obtuvo un nuevo entendimiento a esta mujer. Dejo que Lola soltara sus enfados por completo. —Si tienes tanta energía, no debemos perder la noche de bodas—.Lola se calló enseguido al escuchar las palabras de Jorge —¡Jorge !¡Ah!Esperemos y veamos. ¡ me vengaré!—Lola comenzó a hacer un plan de venganza miserablemente después de que Jorge la encerró en la habitación. —Voy a gastar todo tu dinero. Voy a ...ponerte los cuernos todos los días, me divorciaré y dividirás tu propiedad ... Su dinero podría mantenerla por generaciones. —¿ponerme los cuernos? — Bien. —Entonces debería esforzarme para satisfacerla.¡¡¿Divorcio y dividir la propiedad? ¡¡sigue soñando una series de respuestas apareció en la mente de Jorge, —Ah!—Jorge entro de repente y hizo un movimiento que calló la boca de Lola Otra noche que la dejó exhausta de nuevo. Ah! Ah! Ah!!!¿Se casó con un hombre que toma afrodisiaco todos los días? No se levantó hasta la tarde siguiente. Estaba tan cansada que tuvo que luchar para ir al baño a darse un baño.Después de vestirse, bajó a buscar algo de comer. La señora Pepa estaba a punto de contratar dos limpiadores. Cuando vio que Lola bajaba las escaleras con un pijama, sonrió. Dejó su bolso, y caminó hacia ella. —Lola, el señor está en a la compañía hoy. Me ha mandado para prepararle más comida para comer después de que te despertara—.La Sra. Pepa ya era bastante mayor y había experimentado mucho, así que sabía claramente que no había necesidad de preguntar por todo lo que ella veía y que era mejor que se lo guardara para sí mismo. —Gracias, señora Pepa. Tengo mucha hambre. Lamento por molestarla —.Lola se sentó débilmente en la mesa del comedor. Después de que la Sra. Pepa sirvió los platos, Lola los devoró como si no hubiera comido en los últimos días. —Coma más despacio, no tengas prisas, no te ahogues. Tome un poco de zumo—La Sra. Pepa mostró lástima cuando vio a Lola terminar la comida. — Casi todos los días Lola se despiertó después del mediodía y devora la comida como un lobo hambriento. No pueden seguir así—. La Sra. Pepa pensó. Tenía que recordarle a Jorge para que controlara un pocoEra bueno ser afectuoso, pero Lola era demasiado débil para soportar su pasión. Siendo repleta, Lola subió las escaleras con satisfacción. Le envió una

dirección a Wendy usando mensajes de Twitter para hacer una cita con ella Antes de irse de casa, la Sra. Pepa recordó una cosa, y corrió al segundo piso para darle dos llaves a Lola, que se estaba vistiendo. Estas llaves, una para el chalét y otra para el coche, fueron dejadas por Jorge antes de que se dirigiera a la compañía esta mañana. En el garaje había un nuevo deportivo Maserati blanco. Este automóvil le recordó el BMW rosa, que fue presentado por su padre para su 20º cumpleaños y fue vendido en contra de su voluntad más tarde.Ella lo amaba mucho, pero no sabía dónde estaba. Corriendo por la carretera ancha, el automóvil atrajo mucha atención. Muchos conductores se apartaron del camino, porque tienen miedo de que puedan rayar ese coche de lujo Lola llegó primero a la cafetería —Viejo Tronco—, pidió una taza de capuchino y se sentó en un rincón discreto para esperar a Wendy. Después de que ella sacó su teléfono para iniciar sesión en su cuenta de Instagram, sonó el teléfono y aparecieron nuevos mensajes que superaban el total de 99. Los mensajes fueron enviados por conocidos, incluidos Miguel Mota, Rosa Flores, Wendy López , Ramón García y algunos amigos no muy conocidosSon todos aquellos amigos que ella intentó olvidarlos despues de que la familia Hernandez se quedara en quiebraLola se tomó una selfie con el teléfono, cuando algo se le vino a la mente. Con los ojos vagando, inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado y se cubrió la boca con la mano que llevaba un anillo de diamantes.Ella colocó su selfie la subió y escribo texto: —Papá, te extraño muchísimo. Estoy casada ahora. Ven a verme cuando tengas tiempo. Luego se conectó al Twitter e hizo la misma publicación.Ella tiene más de 600 mil seguidores, ya que ella había subiodo muchas fotos que registraban su vida, incluyendo comida y viajes por todo el mundo. Borró todas las fotos anteriores, excepto los relacionados con sus familias,y dejó de seguir a todos los demás, excepto a su padre, Wendy y Ramón No pasó mucho tiempo antes Lola comienzó a recibir notificaciones del Instagran y Twitter. Su teléfono seguía sonando, pero Lola simplemente lo ignoró, apagó el teléfono y esperó a Wendy mientras tomaba una taza de café en silencio. Cuando Wendy López llegó al cafetería con prisa, Lola había bebido media taza de café. Wendy era una chica delgada. Después de recibir el mensaje de Lola, ella

inmediatamente pidió un descanso de medio día en el trabajo, no le dió tiempo ni de cambiar la ropa de trabajo y se vino directamente.Se había maquillado un poco su cara, aunque no suele usar maquillaje.sus ojos grandes brillantes, notando que se habia aplicado una capa delgada de sombra en los ojos, y la boca estaba cubierta con brillo de labios, lo que hace que la gente se sienta más cómoda al verla Se conocieron hace seis años, en una accidente donde Lola, sin saber nadar, cayo al mar, Wendy justamente pasó por al lado y salvó la vida de Lola. Wendy no se atrevió a permanecer demasiado cerca de Lola, ya que era elegante y vivía una vida de lujo. Si no fuera porque Lola quiso hacer amiga de ella, no hubieran sido mejores amigas.

Capítulo 11 Casarse con un viejo verde Después de que la familia Hernandez se quedara en quiebra, Wendy López, que consideraba el trabajo como su vida, no fue a trabajar en un par de días.Ella, junto con Ramón, ayudó en el funeral de la abuela de Lola y otros asuntos. Ese día Wendy simplemente se fue a su casa para cambiarse. Pero cuando regresó, Lola ya se había mudado, y perdió el contacto con Lola en los días siguientes.Ramón les pidió a sus amigos que la buscaran, pero no tuvieron éxitos. Wendy había estado preocupada de que se suicidara desde entonces.Cuando Wendy vio a Lola en el café, sana y salva, la abrazó con fuerza. —Wendy, lo siento por hacerte preocupar—.Lola dijo con lágrimas en los ojos, ya que sabía cómo se sentía Wendy en ese momento.Ella estába tan afortunada que aún tenía dos amigos de confianza. Qué bien... —¿Dónde has estado? Tenía tanto miedo ...miedo de que ...—Wendy estaba tan contenta de verla, que se atascó hablando —Tonta, tengo todavía a mi padre, a vosotros, no haré eso—De hecho, ella quería suicidarse el día que su padre se fuera. Pero ella se desmayó más tarde. —Dime dónde has estado. ¿Cómo estabas? Vi tu publicación de Twitter cuando estaba en camino. ¿Estás casado?—Wendy se secó las lágrimas, se calmó y se sentó frente a Lola. Wendy realmente sintió pena por Lola. Ya que todo el mundo sabía que antes de que ocurriera las desgracias a Lola, tenía una vida increíblemente feliz y glamorosa Lola y Laura Muñoz, eran dos diosas reconocidas en la clase alta de la península. Lola eraa de mente abierta y activa, mientras que Laura Muñez era fría y elegante. Tenían innumerables perseguidores. Como todos saben, Lola era como una luna rodeada por una miríada de estrellas.Solo Dios sabía por qué ella se enamoró de Miguel, quien era un bastardo de verdad. —Estoy muy bien en estos días. Y realmente me casé—Lola forzó una sonrisa, ya que quería parecer feliz. Entonces Lola le contó a Wendy lo sucedido en los últimos días brevemente. Cuando hablaba de Jorge, ella mencionó: —Él es realmente bueno conmigo. Pero no puedo entender por qué—. Wendy frunció el ceño mientras escuchaba. Todo lo que le ocurrió a Lola en

estos días a ella le pareció demasiado coincidente.—Lola, tomaste una decisión descuidada. Aunque estuvísteis la primera noche juntos, sois desconocidos el uno para el otro, ¿verdad? Esto también le había ocurrido a Lola. Pero ella no tenía más remedio. Charlaron durante mucho tiempo. Estaba oscureciendo afuera, se marcharon de la cafetería y decidieron cenar juntas.Lola estaba muy feliz.. Antes de despedirse, Lola dijo: —¿Dónde trabajas ahora? Quiero trabajar contigo—. —Ahora estoy vendiendo ropa en un centro comercial...¡Tú ... olvídalo!— Wendy miró a Lola, que todavía estaba bien vestida, pensando que sería mejor que no trabajara allí. El salario no era bajo en verdad. Pero el trabajo es muy duro —¿Por qué? Iré a buscarte allí mañana o más tarde. Recuerda pedirle a tu supervisor primero que verifique si está contratando a alguien—.Lola llevo a Wendy a su casa en el coche y no se fue hasta que vio a Wendy subir las escaleras de su piso Lola sacó su teléfono para ver la hora. Eran las nueve en punto. Ella hizo una llamada a Ramón. —Nos vemos en el mismo lugar, discoteca SOHO—Lola colgó el teléfono, antes de que Ramón hablara. En la discoteca SOHO. La vida nocturna acababa de comenzar. Así que el bar no estaba lleno de invitados todavía.Bajo la tenue y parpadeante luz, varias personas bailaban apasionadamente al ritmo de la música con fuertes golpes de tambor y golpes de metal pesado. Lola pidió una taza de cóctel. El cantinero se balanceó suavemente, y con gracia y flexibilidad giró el mezclador en su mano. En solo un minuto, el cantinero le sirvió el cóctel con un limón. Lola sostuvo la taza, bebió el cóctel y encontró un rincón oscuro en el que decidiño sentarse. Diez minutos más tarde. Después de estacionar su motocicleta, Ramón caminó rápidamente hacia el bar —¡Camarero!—Ramón se sentó y pidió una taza de cóctel como la de Lola. Ramón miró cuidadosamente a Lola, que estaba sonriendo levemente, el diamente no paraba de brillar bajo la luz de la discoteca. Estaba contento de ver que ella seguía siendo la misma de antes. —Oye, ¿no vas a explicarme que pasó?—Ramón arregló su desordenado cabello rojo, por lo que Lola pudo saber que había venido con su motocicleta a toda velocidad. Llevaba un nuevo pendiente de calavera en su oreja derecha, que

brillaba de una manera peculiar. ¿Explicar qué? Me casé, tal y como lo ves—.Lola tenía una sonrisa burlona. Podría considerarse poco deshonesta de alguna manera, ya que se casó no mucho después de que falleciera su abuela. Ramón dijo frunciendo el ceño: —¡Lola, no creo en lo que dices!Si te has quedao sin dinero, puedes trabajar y ganar dinero. Si no sabes cómo, mi novia y yo te podemos ayudarte, pero ¿Por qué tienes que casarte con un hombre desconocido?—.Lo que Ramón dijo deleitó un poco a Lola. ¡Ay!¡Sabía que Wendy y tu sois mi mejor amigos! —¿De qué te ries? ¿No estarás tonta no?—Ramón no podía entender por qué le hace tanta gracia a Lola —Vete por ahí, tú si que estas tontoSimplemente me siento feliz—.Se sentía feliz, porque todavía poseía algo valioso. —¡Definitivamente eres tonta! ¿Incluso te sientes feliz ahora?—Ramón murmuró mientras miraba a Lola sin expresión. —¡Camarero, una botella de Royal Salute, por favor!¡Ramón, vamos a emborracharnos esta noche!—Lola se sintió tan alegre que todavía tenía un amigo que podía acompañarla para beber. —Oye, oye, oye, ¿una botella de Royal Salute? Eso me cuesta un salario de tres meses o cuatro. ¡Me harás pobre!—Ramón gritó. Ciertamente tenía algunos depósitos, pero el dinero lo había guardado para casarse con una mujer en lugar de utilizarlo en alcohol. —No llores hombre, te invito yo!—Ramón solía venir a este bar y se hizo muy amigo del gerente del bar. Lola muchas veces disfrutaba de bebidas gratis cuando estaba con Ramón y lo que pedían no era tan caro.A menos que pidan unas bebidas caras como esta vez, que el gerente del bar no podía invitarlos. Pero podía hacer un descuento de todos modos. —¡Lola!¿De dónde sacaste el dinero?—Ramón estiró su cuello para observar a Lola con cuidado, para no pasar por alto ninguna de sus expresiones faciales. —De mi esposo, por supuesto—.Wow wow wow. ¡su marido! Lola se admiró de sí misma, ya que tenía la cara de decir eso de forma natural y fácil. Un camarero les sirvió el licor pronto. Ramón lo sostuvo en sus brazos. Seguiría molestando a Lola hasta que ella le dijera la verdad. —Dime la verdad. ¿Te casas con un viejo verde? De lo contrario, ¿cómo puedes ser tan rico?—Es normal que Ramón tenga esta sospecha. Lola se rió a carcajadas. ¿Qué tipo de expresión mostraría en la cara de Jorge si supiera que alguien lo llamara viejo verde? Lola esperaba ver eso.

Capítulo 12 Déjame ser una amante —Pues claro que no, crees una persona de ese tipo? al escuchar eso, Ramón se sintio mejor, sacó el alcohol y sirvió un poco a Lola —........—Lola al eso que quedó un poco atascada, ¿Desde cuándo se ha vuelto tan tacaño??? Lola quería coger la botella entera y servirse ella sola —Habiamos quedado en que nos vamos a emborrachar ...... Después de beber algunos tragos, comenzarión una nueva conversación, recordando los viejos momentos, cuando Lola engañando a su padre, salió a escondido para beber alcohol —Lola, mañana le daré un ostia a Miguel—ahora que sabe que Lola está sana y salva, siendo uno de su mejor amigo, decide vengarse por ella —¿Estás loco? ¿Cómo pudiste casarte tan aleatoriamente así? ¡Qué tonta eres!— Ramón tomó un trago. Cuanto más bebía, más sabroso se volvía el whisky. Él ni siquiera estaba dispuesto a dejar el vaso. —Anda, no me llames tonta, a que te doy una paliza—Lola eructó y quiso ir al baño. Entonces se puso de pie y se marchó hacia el baño balanceando. —Ey cuidado, a ver si vas a entrar en el servicio de los tios—Lola ya habia cometido el mismo error. Una vez se fue al baño de los hombres, cuando estaba muy borracha. Dos hombres estaban meando en el baño, al ver entrar una mujer borracha, terminaron de mear y salieron corriendo Lola lo saludó con la mano, indicando que no volvería a suceder, ya que un vaso de whisky no era gran cosa.Aunque estaba balanceando, ella mantuvo la mente despierta. Después de salir del baño, Lola se lavó la cara, sintiéndose mejor entonces. Mientras balanceaba hacia el asiento, ella tropezó con el escalón, y cayño al suelo. —Ah!¡¡Joder!—Madre mía, mi cara no, porfavor! un hombre que estaba al lado suya la intentó levantar, —Oh menos mal— dijo Lola —Grac...—Lola de repente se quedó sin decir ni una sola palabra ¿Lolita?!Miguel se sorprendió al ver a Lola borracha en este sitio

Lola se puso seria de repente, sacudió la mano con fuerza, —No me llames Lolita. ¡Qué asco me das!—Lola se giró para irse, pero Miguel no la dejó ir tan fácilmente —Lola, escucha. Puedo explicarlo—.Miguel pensó que ella era crédula, y planeó usar una excusa cualquiera para engañarla de nuevo, esperando que ella se enganchara. Lola estaba tan borracha que no tenía ninguna ventaja en ese momento. Por lo tanto, ella estaba tratando de deshacerse de él. Pero Miguel no quiso dejarla ir —Sueltame!—Lola estaba un poco enojada, y se sintió bastante incómoda ya que estaba mareada. —Lola, no te dejaré ir. Mi padre me obligí a casarme con Rosa. Tú eres la única persona al que amo. Vuelve conmigo, ¿de acuerdo? salvo el matrimonio, te puedo dar todo lo que tenías en el pasado,—Miguel notó el anillo de diamantes en la mano de Lola, con los ojos nublados por el mal. —Miguel, no sabia que tu eras tan hijo de puta!¿salvo el matrimonio? ¿Quieres que yo sea tu amante?—Al escuchar las palabras de Jorge Lola dió una bofetada a la cara de Miguel. —¡Lola, no seas tan ingrata! ¡Te estoy dando una salida!—Cubriéndose la cara, Miguel estaba absolutamente furioso. Había mucha gente pasando por el baño.Ser abofeteado por una mujer lo deshonró por completo. —¡Vete a tomar por culo! ¡No me importa lo que me des! ¡Aléjate de mí!— Lola se esforzó para que Miguel la soltara, y estaba a punto de escapar. Pero Miguel agarró su cabello. Lola se sintió adolorida y tuvo que parar.Miguel arrastró a Lola en su muñeca hacia la habitación. Ramón había estado esperando a Lola por un largo tiempo. ¿Podría ser que ella entró el baño de los hombres y fue detenida allí por un pícaro?Pensando en esto, Ramón corrió inmediatamente hacia el baño.Vio que Miguel arrastraba a Lola a la habitación que estaba junto a la esquina que conducía al baño. Ramón sacó su teléfono e hizo una llamada a su pandilla de amigos —Estoy fuera del baño. Ven a ayudarme—.Luego corrió hacia Miguel furiosamente Ramón se lanzó dando un puñetazo a la cara de Miguel y le quitó las gafas Lola aprovechó la oportunidad se alejó de él. Miguel vio a Ramón y sonrió con desdénMiguel sacó su teléfono para hacer una llamada, —Sal. Tengo un problemas cerca del baño—. Ramón con una patada tiró el movil de Miguel, y se lanzó nuevamente hacia él. Lola al ver que estaba ganando Ramón dio un suspiro. Siete u ocho hombres aparecieron. Lola conocía a un par de ellos, todos ignorantes y ricos de segunda generación. Lola vio que habia un jarrón a su lado, tiró las flores al suelo y rompió el

jarrón contra la pared. Lola recogió un pedazo de cristal roto y lo colocó contra el cuello de Miguel, que estaba tirado en el suelo. —Si alguno de ustedes se atreve a venir, Miguel no saldrá vivo de aquí—. —¡Lola! —estas loca? —Sí, creo que sí. Debe ser porque ha sufrido demasiado, y se vuelve tan loca que quiere cometer un asesinato—. ......... Miguel no se veía bien, y no se atrevió a moverse mientras miraba la pieza de cristal que estaba colocada en su cuello. —Oye, amigos! Si puedes derrotarla, tendremos una noche loca con ella más tarde—.Cuando Miguel terminó sus palabras, Ramón golpeó con fuerza en la cara. Lola estaba tan furiosa que presionó el trozo de cristal y rascó un poco el cuello. Ella realmente quería suicidarse con él por un momento. Esas segundas generaciones ricas se miraron.Sabiendo que Lola era una de las diosas más bella de la península, todos quisieron dormir con ella. Un par de ellos arrastraron a Ramón a un lado, mientras que otros dos, que sabían un poco de Kung Fu, tiró con fuerza su mano que sostenía el cristal.Después de arrebatar el trozo de cristal, Lola cayó al suelo. Miguel se levantó y dio una patada a su barbilla: —Puta!¡¡Qué desgraciada eres, oye amigo, disfrutemos esta noche con mi Lolita —Miguel! eres un hijo de puta!, qué mamón eres!—Ramón se rebeló con todas sus fuerzas, pero fue en vano. —¡Hijos de puta! ¡Sueltale! ¡Si te atreves a tocarme, te juro que te mataré!— Lola realmente quería matar a Miguel, cuando vio a esos hombres golpeando a Ramón. —Wow, no me dí cuenta de que te preocupabas tanto por él, habeis tenido alguna noche loca juntas?jQuery21406758431785571832_1537242782338— Miguel demostró todo lo que él era realmente. —Ey hermado! Los amigos de Ramón están viniendo, parece que hay bastante. Ramón empujó a los tres hombres que lo golpeaban, y señaló a los tios que le estaba pegando, —¡Dale una buena paliza.!

Capítulo 13 El esposo de Lola —¡Oye, mocoso! ¿Sabes quién soy?—El hijo menor del alcalde de la ciudad. Estaba tan asustado que quería defenderse diciéndole a los demás su familia. A nadie le importó lo que era. Pronto los dos bandos entraron en peleas Estaba oscureciendo. El asistente Sánchez estaba llevando a su jefe a casa en el Maybach negro.Cuando el automóvil pasó por delante de la discoteca SOHO, Sánchez prestó especial atención, ya que el bar era propiedad de su empresa. —Eh? Jefe, hay un Maserati como el tuyo. Espera.El número de matrícula también es el mismo ...Jefe, ¿te robaron tu auto?—El asistente Sánchez redució la velocidad para mirar el auto con claridad. —No, se lo di a mi esposa—.Jorge dijo sin emoción, lo que hizo que Sánchez confundiera el acelerador con el freno. El coche aceleró de repente. Afortunadamente, no causó accidente y siguieron el camino. —Jefe, ¿te has casado?—El asistente Sánchez hizo la pregunta con voz muy baja. ¿Por qué él no sabía algo tan importante? —Sí.—Jorge admitió directamente. El asistente Sánchez penso:— Al jefe siempre odió el matrimonio. ¿Por qué se casó en secreto? —¿Dónde viste ese auto?—Algo no estaba bien. Era tan tarde y esa mujer todavía estaba afuera? —Fuera de nuestro discoteca, SOHO—. El coche giró en una intersección y se dirigió a SOHO. El asistente Sánchez estacionó el auto al lado de Maserati. Jorge bajó del auto y encendió un cigarrillo mientras se apoyaba en la puerta del automóvil. Luego le indicó a Sánchez que verificara la foto en la licencia de matrimonio y buscara a esa mujer en la discoteca. Dos minutos después, el asistente Sánchez salió corriendo, —Jefe, un grupo de personas está peleando a golpes fuera del baño. Veo a su esposa allí. Parece que va a ...matar a un hombre—. —Llevame hasta ahi!—Harry se dirigió hacia la barra con un cigarrillo en la boca. Cerca del Baño —¡Parad!—Todos ellos estaban asustados por la voz fría del hombre, y dejaron de luchar involuntariamente.

Vieron a un hombre con una camisa blanca de pie con una mano en el bolsillo del pantalón y el otro sosteniendo un cigarrillo medio fumado bajo la tenue luz cuyo rostro no se podía ver con claridad. Era como un mensajero de la noche oscura, misterioso, de sangre fría y agresivo, una persona escalofriante incluso a distancia.Los espectadores en el pasillo se dispersaron de inmediato, y ninguno de ellos se atrevió a hacer un sonido. Solo la música de DJ siguió sonando. —¿Quién es ese? ¿Cómo se atreves a intervenir?—El hijo menor del alcalde gritó, pero en ese momento, su voz parecía meno agresivo —Lola, ven aquí—.Solo estas palabras hicieron que la gente se sintiera un poco cálida. Lola no se sintió gratamente sorprendida cuando vio a Jorge por aquí, pero un poco asustada estaba.Al ver a Jorge delante suya, ya no estaba nada borracha.Porque este hombre le hace recordar todos los problemas.... Lola caminó hacia él naturalmente. Cuanto más se acercaban, más indescriptiblemente más segura se sentía.Ella, obedientemente, se colocó a su lado. Miguel y Ramón la miraron, boquiabiertos por la incredulidad. Nunca habían visto a Lola comportarse de una manera tan obediente. —Jefe, me he puesto en contacto con el —Tiburón— —.El asistente Sánchez lo dijo en voz baja, pero todo el mundo lo oyó¿El —Tiburon—?!—¿El jefe de la mafia en la península?¿Quién es ese hombre? Este hombre podría llamar al — Tiburon— como si nada. nadie dijo nada más. Tres minutos después. En solo tres minutos, el —Tiburón—, en pijama, llegó aquí desde la cama de una mujer, seguido de una pandillas de hombres. —Jefe, ¿qué te trajo aquí?—Después de componerse, el —Tiburón— recordó arreglar su pijama. No fue hasta entonces se dió cuenta que estaba descalzo. Estaba claro que no se atrevió a ofender a este jefe. Si no fuera por Jorge, no podría ser el jefe de mania de la península. Los otros estaban enraizados en el suelo con miedo.— ¿Quién demonios es este hombre?—Incluso el —Tiburón— lo llamó jefe. Los ojos de Jorge estaban nublados por el disgusto, miró a Lola y luego se fijó en Ramón —Dejadles ir a los amigos de Ramón , salvo Ramón y Miguel, a todos los demás cartadle un brazo, y sáquenlo de la península—Ramón....... —No!!—Todos escucharon las oraciones, como si Jorge fuera el Rey del Infierno. Cuando mencionó a Ramón, Lola lo interrumpió de inmediato y dio un

paso adelante como si estuviera protegiendo a su propio hijo.Sabía que Jorge estaba cabreado porque bebió con Ramón, pero debe protegerlo, siendosu mejor amiga. El —Tiburon— y el asistente Sánchez se pusieron nerviosos. Cómo se atrevió esta mujer a interrumpir a Jorge, e incluso desafiarlo para proteger a otro hombre. Realmente esperaban ver su final. Jorge miró a Lola con ojos agudos. Lola se comenzó a hablar, —Em, obligué a Ramón a que me acompañara aquí. No le hagas daño, o ... ¿O que?—¿Pegarle?¡¡¿Amenazarle?¡¡¡Ella está buscando problemas! —El asistente se frotó los ojos y miró a la esposa de Jorge desesperadamente. —¿O qué?Hum—Harry se pellizcó la barbilla y la miró, enviando una señal de advertencia. —Anda, vámonos a casa, porfa—Lola intentó suplicarlo. Eh. Funcionó. Al ver a Jorge salir, Lola lo siguió con entusiasmo. el —Tiburón— estaba a punto de hablar con el asistente Sánchez, pero casi se atragantó con su saliva. Oh Dios mío. ¿Estaba soñando?Fue inesperado que Jorge escuchara a alguien. El asistente Sánchez remontó el paso para seguir a Jorge Después de que Jorge se fuera, la temperatura ambiente se elevó rápidamente. el —Tiburón— reaccionó, hizo un gesto a sus subordinados y se fue.Gimoteos y gritos de ayuda se escucharon enseguidas. Ramón y Miguel se quedaron en blanco mientras veían a los demás ser golpeados, y sus mentes no reaccionaron ante lo que acababa de pasar.Tampoco sabían quién era ese hombre, quién apareció de repente y se comportó como Shura. ¿Era el marido de Lola?Ambos descubrieron quién era al mismo tiempo y se miraron con expresión nerviosa. Miguel sabía por qué ese hombre los ha dejado ir a él y a Ramón. Lola intercedió por Ramón, y él...... Supuso que ese hombre quería tratarlo personalmente. Independientemente de los gritos, Miguel se fue rápidamente a casa para investigar a ese hombre. Chalét de Villa Circo Lola se fue a casa con Jorge en el auto conducido por el asistente Sánchez. En cuanto a su Maserati, lo dejaron fuera del bar.Jorge cerró los ojos para descansar sin decir ni una sóla palabra, mientras que Lola se avergonzaba de decir algo con el asistente Sánchez en el coche. Después de entrar al chalét, Lola se cambió los zapatos, corrió a su habitación de arriba y vomitó en el váter.

Capítulo 14 Primer día de trabajo Lola siguió vomitando mientras limpiaba el váter. En poco tiempo, el baño estaba lleno de olor a alcohol. Lola limpió la boca y abrió la ventana del baño para tomar un soplo de aire fresco. No pasó mucho tiempo y volvio para vomitar. Luego se cepilló los dientes y se acostó directamente, ya que no tenía ganas de bañarse. Aturdida, sintió que alguien le daba agua y entró en un sueño profundo. Harry se enfadó, cuando vio a Lola dormirse como si nada hubiera sucedido.No hizo más que irse a su escritorio con el teléfono de Lola. abrió la puerta del escritorio. En el escritorio. Jorge abrió el teléfono de Lola, introdujo su contraseña y escribió —Marido — en el campo de nombre de Contactos.Luego abrió la aplicación Instagram y agregó su cuenta a sus contactos, y creó un seguimiento mutuo en Twitter. También descargó las otras aplicaciones sociales que tenía, y la agregó a los contactos. Después de eso, devolvió su teléfono y regresó a su habitación, porque no quería acostarse con una mujer ebria. A la mañana siguiente. Lola no se despertó hasta las 10 a.m. Con un dolor de cabeza que no podía aguantar. se lavó la cara, se enjuagó la boca y bajó las escaleras en busca de algo de comer. Además de la señora Pepa, hay otras dos mujeres en el primer piso: una mujer de mediana edad y una mujer de unos treinta años. La señora Pepa, que estaba mandando trabajos, caminó hacia Lola para verla. —Lola, son traido por la agencia de limpieza. Esta es la Sra. Bonilla, se encarga de las tareas del hogar en el piso de arriba, y esta es selena, que se encarga las tareas de la planta baja.Sra. Bonilla,Selena, esta es nuestra señora—. ¡Buenos días mi dama!—Ambos fueron entrenados especialmente por la agencia de ama, sus capacidades de servicio son los mejores de su sector. Saludaron a Lola justo después de que la Sra. Pepa la presentara. —Hola, no hace falta que me llameis señora, podeis llamarme Lola—.Lola asintió con la cabeza hacia ellos.

—Bien, gracias, Lola—.Las dos sirvientas dió un suspiro de alivio en secreto, ya que descubrieron que era fácil de llevarse bien con Lola. La Sra. Pepa les ordenó que comenzaran a trabajar, y fue a la cocina para servir a Lola un plato de sopa. —Bebiste demasiado anoche?El alcohol no es bueno. No bebas tanto en el futuro—.La señora Pepa no pudo evitar ponerse gárrulo cuando vio a Lola, que no se veía bien. Afortunadamente, Lola fue tan amable que no le importó su charla. —De acuerdo. Gracias, señora Pepa—.Después de terminar la sopa, se sintió mucho mejor en un minuto. Lola apaciguó su hambre con algo de comida entonces. —¿Se habrá ido a trabajar? La señora Pepa sabía a quién se refería. —Sí, El señor se fue a la compañía esta mañana temprano y dijo que debes decirle si sales—. ............. Lola se quedó sin palabras.De todos modos, no era un problema. Pensó cuidadosamente y concluyó que si no fuera por el hecho de que Jorge apareció repentinamente anoche, no podía imaginar qué les sucedería a Ramón y a ella. Lola regresó a la habitación de arriba, sacó su teléfono y abrió el Instagram y Twitter. Enseguida saltó numerosas notificaciones, 99 y 999 mensajes nuevos respectivamente.Ella echó un vistazo a los comentarios recientes, solo para descubrir que los llamados buenos amigos de la clase alta expresaban hipócritamente su preocupación.Recibió comentarios de todo los tipos, incluidos aquellos que se sorprendieron con el anillo de diamantes comentaron. El mismo caso pasó con Rosa en su historial de Instagram. La preocupación untuosa de Rosa la sintió asco.Ella solo respondió a Wendy y a Ramón. Luego envió un mensaje a Wendy, cuyo nombre de usuario era FishBall, a través de Instagram para informarle que iría a su lugar de trabajo para echar un vistazo. Antes de cerrar la aplicación, vislumbró un nuevo contacto llamado — Jimenez— en la lista de chat. ¿Jorge?Lola miró sus publicaciones, sólo habia publicacion de promoción relacionada con SL international Group en el campo comercial. Debe ser él.Ella recordó claramente que no lo agregó a los contactos. ¿Cuándo se agregaron el uno al otro? De todos modos, antes de vestirse, abrió la ventana de chat y escribió un mensaje: —Jefe, voy a salir con a un amigo Ella se puso una ropa de manga corta y Apareció un nuevo mensaje, que era de Jorge

—¿Dónde?¿A quién? Lola puso los ojos en blanco y respondió: —Para encontrar un trabajo, Wendy—. —No es necesario que vayas a buscar un trabajo—. —En desacuerdo. Adiós—.Lola guardó el teléfono en su bolso y decidió no contestarle. Lola eligió no conducir el automóvil de lujo para postularse para el trabajo. Ella caminó por un largo tiempo. Antes de que ella sufriera una insolación, tomó un taxi. Centro Comercial: La Corona Este centro comercial se llamaba —Las coronitas—, pertenecía a la familia Hernandez, pero ahora es propiedad de Pablo Mota, por lo tanto, cambió el nombre por —La corona—Lola miró el centro comercial con una sensación mixta. Ella recuperaría todo lo que pertenecía a la familia Hernandez algún día, a pesar de que tenía que confiar en ese hombre. Wendy trabajó como dependienta en Ladies Fashion. Antes de que llegara Lola, Wendy ya le había dicho a su supervisor que a su amiga le gustaría trabajar aquí. La supervisora decidió contratar a Lola, ya que era hermosa, elegante y sociable, aunque no tenía experiencia laboral. —Lola, te especializaste en cine y televisión en la universidad. ¿Por qué quieres trabajar aquí?—Wendy estaba realmente confundida. Lola sonrió y no contestó. Ella estaba demasiado avergonzada para decir la verdad.Todo fue por la culpa de Rosa Flores. Lola tuvo muchas oportunidades hacer prácticas relacionadas con el cine y la televisión en la universidad, pero Rosa jugó con sus truquitos para que la rechazara. Muchos de sus compañeros de clase habían actuado en muchos anuncios y películas antes de la graduación, llegando a ser un poco famosos, mientras que ella no lo hizo.Ella no tuvo el valor de postularse para un trabajo en compañías de entretenimiento.Solo podía esperar las oportunidades para cambiar de trabajo. Por la noche, Lola yacía en la cama, pensando durante dos horas si echar a Jorge si entrara a la habitación. Sin embargo, Harry no regresó esa noche. A la mañana siguiente, la Sra. Pepa le dijo que Jorge acababa de hacerse cargo del negocio y que estaba tan ocupado que se quedaría en la compañía por unos días.Lola dejó escapar un suspiro de alivio en secreto, ya que no necesitaba enfrentarlo en los siguientes días. Hoy es el primer día de trabajo para Lola. Para no ser tan llamativa, compró una motocicleta.

La marca de ropa para la que trabajaba se llamaba Yuchi, una marca nacional de alta gama. Lola compró ropa de esta marca dos veces. Pero ella no sabía qué compañía poseía esta marca. Después de que Wendy le presentara a Lola el ambiente de trabajo, comenzaron a limpiar la tienda. Lola limpió todas las perchas como lo hizo Wendy, y estaba jadeando cuando terminó. —Lola, ¿estás bien?—Mirando a Lola con la frente sudorosa preocupada, Wendy estaba un poco preocupada de que no pudiera acostumbrarse a tan pesado trabajo manual. Estoy bien. Puedo manejar eso. Solo que hace un poco de calor—.Lola continuó trabajando. El centro comercial aún no se abrió, por lo que los aires acondicionados no funcionaban. —Vale, tengas mucho cuidado—.Cada uno de ellos era responsable de un área que estaba claramente definida. Cuando llegó el momento de hacer negocios, Lola estaba un poco incómoda, ya que no sabía cómo saludar a los clientes. El supervisor instruyó a Wendy para que le enseñara cómo atender a los clientes. Aquellos que comprarían ropa de esta marca eran todos ricos.Apena han pasado 1 hora, Lola reconoció a la persona que no se esperaba encontrar en su primer día de trabajo, era Laura Muñoz

Capítulo 15 La prima mayor de Rosa Flores —Lola ...¿Hernandez?—Cogida del brazo de su novio, Laura miró incrédula a Lola vestida con el uniforme. —¡Hola!—Reprimiendo la vergüenza, Lola los saludó. —¿Tu trabajas aqui?—De hecho,Laura en realidad no odiaba a Lola. Eran compañeros de clase durante seis años desde laescuela secundaria.Miró a Lola después, mientras consideraba a Lola como una tonta. Laura sabía claramente qué tipo de persona eran Miguel y Rosa: una escoria y una amante, mientras que Lola los tomaba por tesoros.Ella le advirtió a Lola sobre eso. Pero Lola pensó que Laura se enamoró de Miguel e intentaba provocar travesuras entre ellos a propósito.Nunca habia visto a alguien más tonta como ella: esta era lo que pensaba Laura de ella en aquel momento. Finalmente, Lola vio sus verdaderos rostro.Pero ya era demasiado tarde. —Sí, ¿puedo ayudarte?—Aunque hoy es mi primer día en el trabajo, tengo buen gusto. ¿os puedo ayudar?—Lola pronto superó la vergüenza y se comportó con gracia. Lola recordó la advertencia bien intencionada de Laura hace mucho tiempo, que fue tomada como maliciosa por ella. Qué tonta era! El enfadó con aquellas personas que le trataba bien de verdad.mientras que Miguel y Rosa, Lola lo trataban como tesoros. Laura reemplazó su sorpresa con indiferencia, —Está bien. Conoces mi estilo. Te estaré esperando—. Lola recordó cuidadosamente el estilo de Laura: generalmente de colores brillantes, madura y de moda. Lauara tiró a su novio al sofá para esperar a Lola. Mirando a Lola, que estaba recogiendo ropa con la ayuda de Wendy, Lillian mostró una expresión complicada en sus ojos. —Señorita Muñoz, cuánto tiempo sin verte !—El gerente acaba de lelgar. Al ver a Lillian sentada en el sofá, dejó su bolso para saludar a este distinguido invitado. A Laura le gustaba esta marca. Así que gastó cientos de miles de dólares, o incluso millones de dólares, comprando ropa aquí todos los años. —Sí.—Laura respondió fríamente mientras miraba la revista recién llegados. El gerente se había acostumbrado a su frialdad. Al ver a Lola, una nueva

empleada, que recogía la ropa con la ayuda de Wendy, frunció el ceño: —María, toma su lugar y recoge la ropa para la señorita Muñoz—. María tenía experiencia. Ella claramente sabía que Laura era rica y potencial. Pero Lola saludó a Laura antes de que María la viera.Después de que el gerente dio la instrucción, María rió disimuladamente. Pero... —No es necesario. Sigue adelante con tu trabajo. Ella está bien—.Laura señaló a Lola, que caminaba hacia ella con la ropa. —Señorita Muñoz, ella es nueva. Me temo que no está calificada para servir ... —Te digo que no hace falta—Laura interrumpió al gerente con impaciencia. El gerente, avergonzada, miró a Lola que tenía la ropa en las manos. Ella se quedó asombrada entonces.—¿Esa no es Lola? —Pensó la gerente Laura miró la ropa elegida por Lola: una blusa de gasa sin cuello roja con una hilera de botones decorativos en el centro,un culotte de rodilla negro y un vestido de seda naranja con un cinturón del mismo color. Laura asintió con satisfacción y fue al probador para pruebar las ropas. Lola estaba un poco perturbada, preguntándose si Laura le impedía trabajar con normalidad.Lola vio a la mujer del uniforme de gerente, se quedó sorprendida. —No jodas!tan mala suerte tengo?— Preguntó Lola a sí mismaMirando cuidadosamente al gerente que estaba sonriéndole, Lola finalmente confirmó que era ella....la prima mayor de Rosa, Jesica Morales. —¡Maldición!— Lola pensó, sabiendo que tendría días difíciles en el futuro. Cinco minutos después, Laura salió con su propia ropa. Cuando Lola estaba perplejando, Laura le dijo a su novio: —Estos dos ropas. ve a pagarlas—. Laura le dio la ropa a Lola y se dio la vuelta para echar un vistazo a otras prendas, mientras esperaba a su novio. Lola llevó la ropa a la caja felizmente. Era la primera vez que intentaba vender ropa y tuvo éxito.Ella estaba tan feliz que no sabía cómo expresarse. —¡Gracias!—Después de que el novio de Laura pagó la cuenta, Lola expresó sinceramente su gratitud hacia ella. —Adiós.—Laura hizo un gesto de despedida, y se fue con su novio del brazo. —Gracias por su visita, señorita Muñoz. ¡Esperamos su próxima visita!— Yesica los acompañó hasta la puerta. Como era de esperar, poco más tarde de que Laura se fuera, Yasica comenzó a abusar de Lola —Lola, anunciaremos una venta especial fuera de temporada en los

próximos dos días. Elige una chaqueta del año pasado y reparta carteles en el exterior del centro comercial con Wendy—. tu madre!Lola soltó una palabrota en su interior, Si no la malinterpretaba, esa odiosa mujer le pidió a Wendy y a ella que usaran una chaqueta para hacer un anuncio afuera donde la temperatura era de 37 o 38 ℃.! —Por lo que sé, nuestra tienda nunca vende ropa fuera de temporada—.Lola nunca había visto ninguna tienda de marcas famosas como esta que vendía ropa fuera de temporada. —Sí, tienes razón. Pero organizaremos una venta especial fuera del centro comercial, en lugar de en la tienda—.A Yesica le preocupaba a quién debería asignarle la tarea. Justamente Lola entró a trabajar. ¡Gracias a dios! —No creo que sea una forma adecuada de hacer un anuncio ... —¿No es apropiado?¿Quién crees que eres?¿Hija de la familia Hernandez? ¿aún te crees propietaria de la empresa SNG?¿O el dueño de —Las Coronitas?— ¡Haz lo que yo te diga! De lo contrario, ¡Wendy y tu os vais a tomar por viento! —Yesica interrumpió ferozmente a Lola. Su prima y Miguel se amaban.Fue Lola quien intervino y los separó. Por lo tanto, su prima se sentía infeliz en casa todos los días. Para Yesica, Lola era una zorra. Lola inspiró profundamente con lágrimas en los ojos. ¡Nadie se atrevió a hablarle de esta manera!Ella podría renunciar el trabajo. Pero el trabajo era muy importante para Wendy. Entonces ella no podía meterla en problemas. —¡Vamonos!¡¡¡Otra persona más a la lista de venganza, esperemos y veamos, te arrempentirás algún días y pagarás por todo esto!— Lola pensó. Lola se dirigió furiosa al almacén y eligió una chaqueta roja para ella y una de manga corta blanca para Wendy. —Lola, ¿estás bien?—Wendy realmente estaba preocupada por ella. Ella podía soportar una tarea tan dura, pero Lola nunca había experimentado unas condiciones tan difíciles. —Wendy, estoy bien. Las circunstancias cambian con el paso del tiempo. Haré lo mejor posible. ¡Lo intentaré!—Lola haría todo lo posible para cumplir esta tareaSi ella fracasara renunciaría el trabajo y a tomar por culo. Lola y Wendy salieron del centro comercial, mientras que la gente que había en el centro las miraron con una mirada de extrañas. Un minuto después de que salieran, Lola podía sentir que se ponía a sudar. Se abanicó con los folletos y se perdió en la confusión mientras miraba a los transeúntes. Ambos llevaban una chaqueta, atrayendo mucha atención. Wendy llevó a Lola a una calle cercana.

Capítulo 16 Hombre del asiento trasero. —Vamos. No está permitido repartir folletos en la entrada del centro comercial. Podemos ir allí. Hay muchos transeúntes—.Wendy repartió folletos en sus años de escuela secundaria. Entonces no era un gran problema para ella. Lola oyó decir a la gente que pasaba al lado suya: —No están beien de la cabeza—, mientras seguían débilmente a Wendy. —No, no lo creo. ¿No las ves repartiendo folletos? ¡Debe ser su jefe el que está loco! —Tienes razón. Están siendo explotados—. ............. Lola se animó instantáneamente por escuchar a otros decir que Yesica estaba loca Siguiendo lo que Wendy estaba haciendo, comenzó a repartir su primer folleto, —Hola, por favor ...eche un vistazo a este folleto—. Una mujer de mediana edad agitó su mano de inmediato para rechazarla. Lola retiró el folleto con frustración y de repente no estaba de humor, —¿qué coño?. No lo necesitan en absoluto. ¡Es solo una pérdida de dinero y trabajo! La chaqueta roja brillante desató su encanto, y su rostro estaba crudo con quemaduras de sol.Entonces, visto como un todo, sus mejillas estaban coloreadas —Chica, ¿estás vendiendo ropa?—Una mujer de unos cincuenta años vino a preguntarle a Lola, que estaba de mal humor. —Sí, tendremos una venta especial en la puerta del centro comercial —La Corona— mañana, justo allí. Si está interesada, puede tomar un folleto y ver qué hay allí. ¡Es realmente una gran venta!—Lola se secó el sudor y sonrió adorablemente. —Yuchi?—He oído hablar de esta marca. Mi hija la tiene, pero es muy cara —.La mujer mostró algo de lástima,como si no hubiera comprado nunca. Lola sonrió, —Señora, mira lo que llevo puesto ahora. Su precio de etiqueta es de 6, 999 dólares.Pero mañana tendremos un 80% de descuento. Con solo 1, 400 dólares, te puedes llevar una ropa de calidad a un precio bastante económico.—La adorable sonrisa en su rostro sonrojado fue captada por un hombre en el asiento trasero de un lujoso automóvil, que estaba esperando el semáforo.

Fue la primera vez que Tomás Herrero vea a Lola, que sonrió de manera adorable y sencilla a pesar de que vestía una gruesa chaqueta en un día tan caluroso. Interesante... Cuando el semáforo se puso verde, el automóvil se alejó lentamente. En el centro comercial, Yesica llamó a Rosa y le contó lo que sucedió hoy. Rosa no pudo evitar sonreír en voz alta al oír que Lola estaba hecha para repartir panfletos al aire libre con una chaqueta. —Has hecho un buen trabajo, prima. Ahora estoy en otra ciudad. Trátala como quieras antes de que volva, que será en unos días—. Rosa dijo—Lola, te haré sufrir —Créeme—Si ella se atreve a imponerme, su pobre amiguita también será mandada a la calle—Cuando colgó el teléfono, Yesica sonrió desdeñosamente. Los folletos fueron entregados después de dos horas. Wendy compró dos botellas de agua helada.Lola bebió la mitad de la botella en un suspiro. La luz del sol ardiente la quemaba sitiendo mareos. Deben regresar o si no, correnrán riesgo de sufrir una insolación. Cuando regresaron a la tienda, Lola se sintió como un pez en el agua.Pero era justamente la hora de almuerzo. —Oh, volviste en el momento correcto. ¿Lo calculaste? Ambos guardaron silencio. Lola puso los ojos en blanco hacia Yesica y se quitó la chaqueta que estaba empapada de sudor. —¡Mira lo que le has hecho a la chaqueta! ¡Nadie la comprará! ¡ahora la tienes que pagar!—Yesica puso una mirada de disgusto. Wendy también sudaba mucho, pero Yesica no le pidió que comprara el abrigo.Debido a que Wendy no era rica, si la hicieron comprar el abrigo, puede dejar este trabajo.Si ella renuncia, Lola se iría, también ... —¡Yesica, no te pases!—Lola miró a esta desgraciada con ira. —¡Tu madre...—, Lola no habría usado esta chaqueta si Yesica no se lo hubiera obligado! —Lola, ¿estás contradiciendo a tu superior?Llámame Manager Morales en horas de trabajo, y ve a pagar la chaqueta.De lo contrario, ¡Recoged vuestras mierdas e iros a vuestra puta casa—Escuchando lo que Yesica acaba de decir, Wendy se dio cuenta de su intención.Resultó que ella estaba amenazando a Lola con despedirla. No era un gran problema renunciar el trabajo sabiendo que el gerente era una mujer así. —YO... Lola agarró a su amiga, que igualmente estaba furiosa como ella, —Lo compraré. ¡Solo es una chamarra!—Fue al vestuario y sacó la tarjeta negra de su bolso. Con un poco de vacilación y regresó, ¡pensando que se lo devolverá a Jorge el doble cuando tuviera dinero!

Cuando Lola puso la tarjeta negra en la caja, Yesica se quedó asombrada como se esperaba. ¿Cómo podría esta mujer obtener una tarjeta VIP de edición limitada?Incluso en virtud de su familia anterior, ella no podría tener uno de estas tarjetas.Ella había estado trabajando aquí durante años y solo habia visto una vez, que fue utilizada por el hombre más rico de un país vecino. —¿Qué miras? ¡Manager Morales, con tarjeta por favor!—Al ver su asombro, Lola se sintió un poco a gusto. Cuando deslizaba la tarjeta, Yesica todavía murmuraba: —¿Lo mantiene un hombre rico? Lo que Yesica suponía era lo correcto, ¡porque ella era como la mujer de Jorge! —Si soy mantenida por alguien, ¿podrías encontrar a un hombre así? ya que tu marido no tiene tiempo de darte lo que quieres, y te sientas solitaria por la noche—Lola había visto a esta mujer abrir una habitación en el hotel con un hombre. Pero Yesicay su esposo solo se ocupan de sus propios amores sin preocuparse el uno por el otro. —¡Lola, qué coño estas diciendo!—¿Cómo sabia Lola que ella y su marido tenían sus propios amores?Yesica estaba tan agitada que el cajero la miró también. Desdeñando a decir demasiado, Lola guardó el abrigo en su casillero después de pagar la cuenta, y llevó a Wendy a buscar un lugar para almorzar.Cada miembro del personal tenía cuarenta minutos para el almuerzo. Wendy llevó a Lola a una pequeña calle que estaba detrás del centro comercial, donde los restaurantes estaban ubicados uno al lado del otro.Finalmente eligieron un restaurante para comer y comenzaron a charlar en los asientos. —Lola, no te sometas a ti mismo. Puedo cambiar mi trabajo—.Aunque Wendy parecía débil, en realidad era muy inflexible. —No importa. Ya veo. Podemos intentar soportarlo primero. Si no lo podemos soportar, ¡podemos irnos juntos para encontrar un nuevo trabajo!¡Con su experiencia laboral so será un problema para ti !—Si Lola dejara a Wendy trabajando para tal gerente, tampoco sería prometedora. Cuando se apresuraron a la tienda, cuarenta minutos acababan de pasar. Yesica no estaba allí. Quizás ella también fue a almorzar.Lola dio un suspiro de alivio porque finalmente pudieron disfrutar de la paz por un tiempo. —Wendy, Lola, el gerente le ordenó que desenvuelva y cuelgue todas las chaquetas del año pasado del almacén—dijo María, aprovechando que su cliente se fuera a probar la ropa. al oir lo que acaba de decir María, miles de insultos pasaron por su mente. Lola juró que hoy debe ser el día más repugnante de todos lo que ella ha

vivido hasta ahora.Incluso cuando su virginidad fue tomada por Jorge, el bastardo, y que la forzó para a firmar el acuerdo prenupcial, ella no estaba tan furiosa como ahora.

Capítulo 17 Bebiste Después de que Lola y Wendy fueron al almacén, Wendy sacó varias bolsas de chaquetas.El polvo en el aire hizo que Lola contuviera la respieración.Abrió las bolsas negras y sacó las chaquetas una tras otra para colgarlas. Varias horas pasaron sin ser notadas. Las tres en punto de la tarde era normalmente el final del turno de la mañana Habían trabajado horas extras durante media hora y nadie vino a cambiarles el turnos —¿Cómo pudiste aguantar a Yesica?—Lola sacó una gran bolsa de chaquetas con todas sus fuerzas a un espacio abierto. Como el almacén no tenía aire acondicionado, sus caras estaban cubiertas de sudor. —Sinceramente, ella era mala, pero no tan repugnante como ahora, antes de que vinieras aquí. ¿Te guardaba rencor?—Esta era la pregunta sobre la que Wendy se había estado preguntando. —Ella es la prima de Rosa—.Cada vez que se veían, ella nunca la trató amistosamente, y menos aún ahora, que está bajo su control. Wendy asintió con la cabeza y sacó un pedazo de pañuelo del bolsillo para limpiar el sudor con ternura de la cara de Lola. Al ver lo que Wendy estaba haciendo, Lola le dio un gran beso.Wendy se sobresaltó porque no estaba preparada. —Lola, me asustaste—.Palmeando su corazón que latía más rápido exageradamente, Wendy puso los ojos en blanco ante la traviesa Lola y negó con la cabeza para mostrar su aparente renuencia. —¡Jajaja, qué tímida eres!—Lola todavía estaba feliz. Aunque nunca antes había hecho un trabajo tan pesado, al menos tenía a su mejor amiga acompañándola. —Por cierto, ¿tu esposo no era muy rico?¿Cómo podría permitirte trabajar aquí? —Él? Él ha estado ocupado con su trabajo y no tiene tiempo para preocuparse por mi.Además, esto no es lo que él puede controlar. No quiero que él me vigile siempre. Después de todo, ya no soy la mujer adinerada de antes.— Lola recordó, de este modo, sus desgracias. Ahora no puede seguir siendo la chica despreocupada de antesYa tenía que afrontar la realidad. Si ella volviera a vivir su vida como antes, no tendrá sentido.

Wendy lo entendió, asintiendo con la cabeza. Ellos conversaron y trabajaron. El tiempo voló y cuando trabajaron dos horas más, el supervisor de la tienda entró, —Ahora podeis salir del trabajo. El gerente ya se ha ido—.Santa mierda ¡Yesica no los había dejado ir, incluso cuando ella no estaba trabajando! Se cambiaron de ropa y se fueron del trabajo después de una simple limpieza. Lola y Wendy se despidieron en la puerta del centro comercial, ya que se dirigieron a diferentes direcciones cuando iban a casa. Tan pronto como llegó a la villa, se quitó la ropa y se fue a bañar.Tumbada en la bañera con cansancio, finalmente encontró un momento para relajarse por completo. Cuando se estaba cuidando el pelo, la Sra. Pepa vino a llamar a la puerta y le dijo que cenara abajo. Tanto trabajo en un día y la comida del mediodía, que habia comido a toda prisa, ahora está muerta de hambre.Después de bajar las escaleras, comenzó a engullir la comida, comío mucho más de lo que come habitualmente. —Lola, ¿qué tal tu trabajo hoy?—Al ver cómo Lola había cenado, la señora Pepa sabía que estaba hambrienta. —¡No era tan malo!—Pero habia gente asquerosa. —Está bien. El señor me llamó durante el día y me dijo que vendría a casa esta noche—. Al oír esto, Lola se atragantó con la sopa.... —¿No habia dicho que no volverá en unos días? —No sé los detalles—.La señora Pepa le dio unas palmaditas en la espalda a Lola y le llenó otro cuenco de sopa. Ella lo pensó y lo aceptó.—Es su casa,no me puedo quejar Por la noche, Lola revisaba las noticias de Twitter en su teléfono móvil, reclinándose en el sofá con una de sus esbeltas piernas apoyada en una silla. El titular de Twitter del día fue sobre el nuevo CEO de SL Group que se hizo cargo de la empresa.Jorge, anteriormente el CEO de la sede de SL, asumió oficialmente la compañía ayer. Todos los medios tuvieron opiniones optimistas sobre él. SL groupJorge Jimenez........Lola se sintió asombrada, porque SL International Group era el verdadero controlador del mundo de los negocios de la península, dedicada a bienes raíces, petróleo, tecnología digital de alta gama, compañías de entretenimiento, clubes nocturnos, pubs, etc. Resultó que su esposo era un hombre tan poderoso. No es de extrañar que él estuviera tan tranquilo cuando dijo que la ayudaría a aplastar a Pablo Mota y su

hijo. Fue realmente sorprendente que se hubiera casado con un hombre tan poderoso. ...Mordiéndose el labio, Lola abrió el google e ingresó el nombre de Jorge Jimenez.Fue una lástima porque no se pudo encontrar ninguna información. ¿Qué misterioso y omnipotente era él, podía incluso manipular Internet de manera intangible? Ella nunca había sabido de él hasta que apareció de repente en su vida. A las 9:30 p.m., Lola comenzó a bostezar y se preparó para irse a dormir después de apagar el teléfono móvil. En ese momento, la puerta del dormitorio se abrió desde afuera. La alta figura era, el hombre del titular de Twitter ... Arrojando su maletín en el sofá, Jorge se aflojó la corbata y caminó hacia Lola. Levantándose del sofá, la mujer se acercó lentamente al hombre, que emitía un sutil aroma a licor. Ella frunció el ceño y le preguntó: —¿Bebiste? —Sí, bebí unas copas de vino en la fiesta de celebración—,respondió débilmente. Sin embargo, —También eres amado por muchas mujeres, tsk tsk ...—Una gran marca de pintalabios en el cuello de la camisa blanca de Jorge hacía que la gente oliera los celos en el aire. Jorge lanzó una rápida mirada a la marca ¡El supervisor estará muerto mañana! —¿Fuiste a trabajar?—lntentando cambiar el tema —Realmente tienes mucha suerte en las relaciones amorosas, tsk tsk ...— Lola no quiso cambiar el tema. —¿Estas cansado? —Debe haber muchas guapetonas en su compañía, ¿verdad? —Ve a echar agua en la bañera. Me voy a bañar—. —¿Que pasa?¿Quieres quitarte el olor de las chiquillas de encima? Jorge extendió el brazo para abrazarla en sus brazos y la besó en los labios para evitar que hablara. Cuando la soltó, ella respondió: —Jorge, ¿no puedes cambiar tus viejos trucos?—Ella levantó la cabeza y lo observó con cara de pena Él sonrió levemente. —Este mismo viejo truco será suficiente para ti —,anunció con arrogancia. Por el momento, Lola de repente sintió que algo andaba mal. ¡Después de contar los días, se puso nerviosa!

—Espera un momento, Jorge. Me ha venido la regla—,dijo Lola avergonzada, luego se apoyó en los brazos de Jorge Seguramente él sabe lo que significa. ¡Jorge realmente sintió un impulso homicida en este momento! —Pero yo no ...—Para evitar manchar la cama, saltó de la cama apuradamente. Él sabía a qué se refería, —Lola, no cuentes conmigo, no iré a comprar eso —.Jorge frunció el ceño, y salió después de ponerse la camisa y acarició su cabello. Sonriendo tímidamente, Lola lo vio salir de la habitación y también expresó su agradecimiento obsequioso: —¡Gracias, Cariño! —¿Dije que iría?—el hombre con voz fría. Bajó las escaleras sin mirar atrás. ..........¿No irá de verdad?Mientras esperaba en el baño, Lola de repente se sintió insegura.

Capítulo 18 Divorciados con éxito Después de veinte minutos, justo cuando Lola quería ir sola, se abrió la puerta del dormitorio. Después de eso, la puerta del baño también se abrió. Jorge le pasó una bolsa de plásticoContenía muchas bolsas de comprensa, que eran las más caras del supermercado. —¡Gracias!—Lola sonrió alegremente, haciendo que la cara frustrada de Jorge se relaje un poco. Para agradecerle a Jorge por comprarle esto, Lola lleno la bañera de agua y se fue a la cama. Estaba tan cansada que se podía dormir en un segundo, pero cuando estaba a punto de quedarse dormida, sintió a alguien acercarse por la espalda.Lola se dio la vuelta y se hundió en un profundo sueño en los brazos del hombre, dejándolo sufriendo por su fuerte deseo sexual. Se convirtió en una noche de insomnio para él. Al día siguiente, despertada por un despertador, Lola comprobó la hora. Eran las 7:30 a.m., pero se sentía reacia a levantarse. Espera, sintiendo algo incómodo, giró la cabeza hacia un lado para ver a Jorge sentado en la cama mirándole su mano con hosquedad, como si guardara un profundo rencor contra su mano. Lola se sentó y descubrió que la mano de Jorge estaba cubierta de sangre. —Estas herido,¿Cómo te hiciste?—Lola bajo de la cama rápidamente para buscar la caja de urgencia, —No estoy herido—.La voz llegó débilmente. Después de mantenerse la calma, Lola de repente se dio cuenta de algo, tapándose la boca para reírse. Echó la manta hacia atrás y se dirigió al baño para lavarse la mano con agua tibia una cuanas veces. Cuando salió, Lola todavía estaba riendo. Al ver al hombre, ella callo. —¡No me culpes!No es mi culpa—.Jorge manteniendo la cara seria. Jorge la miró enfadadamente, se quitó los trajes y secambió en silencio. —Ven, ponme la corbata—.Le hizo un gesto con el dedo, como si llamara a un perrito. Lola miró al hombre y lo obedeció.No fue difícil, porque ella había hecho

esto antes a su padre. —¿Cómo sabías hacer esto?—dijo el hombre con una voz extraña. La mujer puso los ojos en blanco hacia él, —¡He hecho esto por mi padre!—Entonces los ojos del hombre se volvieron suaves. Era hora de desayuno. Lola bajó las escaleras después de lavarse la cara. Su presentación le recordó a Jorge lo que sucedió minutos antes, lo que arruinó su apetito Mirando a Jorge, comió la tostada en la mano con vergüenza, ella hizo todo lo posible para no reírse. Al mismo tiempo, la Sra. Pepa trajo un recipiente con agua azucarada y lo colocó frente a Lola. —Lola, ¿qué tal si no vamos a trabajar hoy?—Cuando la señora Pepa subió a limpiar la habitación, vio a Lola quitándose la sábana y supo lo que le había pasado. Lola pensó por un momento, porque ella tampoco quería ir al trabajo. El primer día de su período suele ser lo más difícil. En el pasado ella solía descansar en casa.Pero, pensando en el rostro de Yesica, ¡ella decidiño trabajar y soportarlo! — No importa señora Pepa, Iré al trabajo—. Jorge vio su cara pensativa y dijo, —No vayas a trabajar hoy—. Lola estaba a punto de rechazarlo, cuando Jorge sacó directamente su teléfono móvil e hizo una llamada telefónica, —compruebame dónde trabaja Lola y pídele un día libre para ella—. —Señor Jimenez, ¿No preguntas lo que opino?No he dicho nada todavía... El Asisntente Sánchez era un hombre altamente eficiente. Solo se comunicó con Wendy y supo de que trabajaban para el centro comercial —La Corona—,e inmediatamente llamó al gerente general del centro comercial para pedirle descanso a Lola. —Trabajas en —La Corono—, el que pertenece a Miguel. ¿Por qué vas allí? —Harry puso la última tostada en su boca. —¡Por Wendy!—¿Podría ser algo más?¿Por Miguel?Olvídalo. Él es una gran hijo de puta. No me preocupo por él en absoluto. —Descansa en casa—.Al mirar a Lola mostrando una expresión de indiferencia ante esta pregunta, se limpió la boca y se dirigió a la empresa con su maletín. Lola despidió de él salundandolo, —Adiós, hombre mayor.tenga mucho cuidado! En la puerta, Jorge sacó su teléfono móvil y escribió algunas palabras antes de salir.

Lola regresó al dormitorio y estaba a punto de decirle a Wendy por teléfono, apareció un mensaje de Jorge, que decía: —Cuando te sientas mejor, te haré saber si soy mayor o no—. .......... —Señor Jimenez, estoy equivocada. ¡Eres muy joven y guapo, no viejo en absoluto!—Sentado en el asiento trasero, Jorge tenía una sonrisa superficial después de leer este mensaje. —Bien, bien dicho. Cuando te sientas mejor, te recompensaré—. ........... —Señor Jimenez, ¿no tiene miedo de la deficiencia temprana de su riñón?— Solo queda Lola, quien podía burlarse de él Jorge sonrió y levantó un poco la ceja en el auto, —¿Estás tan interesado en eso? Ella respondió obsequiosamente de inmediato, —Señor Jimenez, debe atender cientos de asuntos importantes todos los días. Descanse más por la noche —. La respuesta también fue enviada pronto, —Puedo ocuparme de ti perfectamente, mujercita—. ¿Esta chica estaba aburrida en casa? Debería haberla llevado con él. Ella no tenía nada que decir, —Señor Jimenez, trabaja duro. ¡Adiós!— Finalmente, ella envió una expresión de despedirse de él sin hablar de más. —Quédate en casa. Si te atreves a salir de casa, espera mi castigo—.Él nunca creería a esta mujercita quedarse en casa dócilmente. —¡Sí, señor!¡Prometo cumplir la misión!—Lola sintió calambres menstruales en la parte inferior del abdomen. Se metió en la cama con su teléfono móvil para hacer una llamada telefónica a Wendy. —Wendy, ¿estás ocupada ahora? —No. El gerente Morales le dijo al supervisor que usted pidió un dia libre. ¿Qué sucedió?—Wendy entró en el salón del personal y bajó la voz. —Me ha venido la regla y me siento mal—. —Oh, ya veo. ¿Quién te ayudó a pedir día libre? No viste la mirada extremadamente sucia de Yesica cuando supo que pediste un dia libre—.Wendy rió disimuladamente. —No sé. Mi esposo llamó a alguien para pedirme el permiso ...—De repente se dio cuenta de la bondad de su esposo. —Bueno, bueno, ¡está bien!—Wendy estaba muy feliz porque el esposo de Lola parece ser bueno con ella. —¡Vuelve a tu trabajo! Voy a dormir—. —De acuerdo, bebe más agua azucarada—.Sabía que Lola podría sentirse

incómoda el primer día de su período. Lola colgó su teléfono móvil y se preparó para dormir. Pero algo se le ocurrió a ella. Encendió el teléfono y abrió un juego del móvil. Este juego llamado Ghosts in Snowfield fue el que jugó durante años. Miguel también abrió una cuenta allí. Se casaron en el juego en la primera mitad de este año. Después de iniciar sesión en el juego, Lola visitó el Emisario del matrimonio por romper el matrimonio unilateralmente. El mundo del juego se encendió, porque Lola y Miguel eran los mejores jugadores, o mejor dicho los —pagadores— del juego.Tras su repentino divorcio, muchos jugadores hicieron cola para casarse con Lola. Miguel, que estaba leyendo documentos, recibió el aviso en su teléfono móvil que decía: ¡Tu cuenta de Ghosts in Snowfield se ha divorciado con éxito!

Capítulo 19 La noche sola Miguel inició la sesión en el juego, y encontró a Lola de pie frente a la Casa de Subastas.Preguntándose qué estaba haciendo. —Lolita, ¿qué estás haciendo? Lola ignoró el mensaje de Miguel y vendió todas las cosas a bajo precio. Luego colgó su cuenta en una plataforma de negociación para venderla. Después de deshacerse de todo esto, Lola borró el juego y se fue a dormir después de ver las noticias de Twitter por un tiempo. Al mediodía, cuando la señora Pepa subió a buscarla para almorzar, no estaba despierta aun. Después de las 2:00 p.m., Lola durmió lo suficiente y el dolor se mejoraron. Entonces ella se levantó de la cama. Al ver a Lola levantarse, la Sra. Pepa rápidamente calentó los platos de comida. Después del almuerzo, Lola subió para cambiarse y se fue despidiendo de la Sra Pepa. Condujo su Maserati a una florería y compró racimos de crisantemos blancos y claveles. En el cementerio. Lola estacionó el auto en la puerta del cementerio y entró con las flores en sus brazos.La tumba de su abuela estaba lejos de la de su madre, por lo que Lola visitó primero a la de la abuela. En la lápida sepulcral estaba el nombre de su abuela escrito, junto con una vieja foto de su abuela con una cara sonriente.Ella colocó el manojo de crisantemos blancos suavemente frente a la tumba y se agachó para acariciar la cara sonriente de la foto. —Abuela, falleciste de repente y papá se fue también. Os odio. ¿Por qué me dejais sola?—Las lágrimas comenzaron a caerse desde sus ojos. —Abuela, ¿por qué papá no viene a buscarme? ¿Es solo porque no soy su hija biológica?Os extraño muchísimo ... Penso en lo feliz que estaba, Lola se agacho y empezó a llarar. Esa felicidad nunca volverá.¡Todo eso fueron por ellos! Pablo Mota,Miguel Mota, me habeis arruinado la familia ¡Me vengaré cueste lo que cueste!

Caminó débilmente hacia la tumba de su madre y le mostró los claveles favoritos de su madre frente a la tumba.—Madre, perdóname por no haberte visitado durante mucho tiempo ... NNuestra familia está siendo un desastre. Gracias, madre.Gracias a ti y a padre por amar y cuidar de mí. Estoy bien ahora ...No te preocupes y deseame para encontrar papá pronto. ¿Vale? El viento sopló suavemente, vibrando los claveles ... Un hombre vestido de traje y zapatos de cuero la miró a corta distancia. ¿Esa chica no era la chica que llevaba un abrigo en la puerta del centro comercial ayer? Parecía realmente triste, con su vestido largo blanco ondeando por el viento. Tomás Herrero vino a visitar a su padre fallecido, sintió por primera vez que el mundo era realmente pequeño. Saliendo del cementerio, Lola mitigó su dolor por un momento, apoyandose sobre el volante. ¿Por qué Pablo Mota y su hijo seguían prosperando en esta ciudad?¿Por qué disfrutaron de un ascenso meteórico en el sacrificio de su padre y su familia? Jorge le prometió vengarla, pero no podía esperar más. Estaba oscureciendo con las luces de la tarde iluminadas. Lola condujo su auto por esta próspera ciudad. Discoteca SOHO. Sin saber cómo llegó hasta aquí, Lola decidió salir a relajarse.Pero primero debía llamar a Ramón, o una mujer como ella no podía predecir a qué se enfrentaría en ese lugar a veces. Pidió una taza de refresco, sentada en el mismo asiento para esperar a Ramón.El lugar parecía muy animado esta vez. Además de Miguel, estaba también el hombre llamado el —Tiburón—. Era obvio que el —Tiburón— también la había visto. Él caminó hacia ella con su pandilla. Mirando a Miguel, se que estaba riendo, se le ocurrió una idea. —Hola, señora, ¿has venido sola?—Un chisme decía que el jefe ya estaba casado. ¿Podría ser esta mujer? —Hmm, qué casualidad. Necesitaba tu ayuda—.Lola lo saludó con gracia. —Lo que necesites señora—.El —Tiburón— se sentó torcido en el sofá frente a ella, cruzando las piernas. —Dame un poco ...—Lola se acercó al —Tiburón—, y dijo lo que quería. —Tos ...—El —Tiburón— , que no suele ponerse nervioso, estaba asustado por lo que dijo Lola —¿Te escuché bien?—Se puso un dedo en la oreja de forma exagerada para comprobar si había escuchado mal.

—Sí.—Ella sonrió inofensivamente, como si esas palabras no salieran de su boca. —...........—... ¿Para qué quieres eso?—El —Tiburón— era bastante curioso. ¿Por qué esta chica, débil en apariencia, necesita estas cosas? —¡Para usarlo, por supuesto,todos los gastos serán pagados por Jorge!—A ella no le importaba que Jorge la estrangularía después de que supiera esto. —Esto no es un problema de dinero ... —¿No puedes ser más decisivo? Si no puedes obtener esto, no te obligaré —.Lola estaba muy ansiosa, por miedo a que se fuera, dejándola a un paso del éxito. El —Tiburón— hizo un gesto con la mano a su pandilla que estaba detrás de él. Dos o tres minutos después, todo estaba listo. —¡Gracias!hablaré bien de ti con Jorge! El —Tiburón— lo pensó y decidió dejarlo. Dejar que una mujer alabe a otro hombre delante de su esposo ...Y encima delante de Jorge. Él no podía siquiera imaginarlo. Sin embargo, Lola había dejado el asiento y desapareció.El —Tiburón— pensó que era necesario informar a Jorge por teléfono ... Lola pidió una copa de cóctel, pensó en lo que haría a continuación y mostró cierta hostilidad en sus ojos. Lola cambió a una cara lastimosa a unos dos metros de Miguel. —Miguel ...—Al escuchar una voz familiar por accidente. Mirando hacia atrás, realmente vio a Lola de pie detrás de él. —¡Lolita! —¡Lo tu madre!— Lola pensó. —Miguel, ¿estás ocupado ahora?—Lola miró a las personas a su alrededor, que eran diferentes a las de la última vez. Pero viendo cómo se vestían, parecían todos de familias ricas. Discúlpala por ser extremadamente ciegaCada vez que viene aquí se encuentra con él, estaba claro que Miguel suele venir aquí para ligar a las chicas. —No, para nada. ¿Qué sucede, Lolita?—Miguel rápidamente se acercó y la llevó a un lado. Miguel ...—Lola se tragó las palabras con la punta de la lengua, lo que a los ojos de Miguel resultó ser bastante atractivo. —¡Ay!Yo ...quiero volver contigo. ¿Puedo?—Ella bajó la cabeza algo tímidamente, con odio en sus ojos. Miguel se sorprendió. Si esta belleza era obediente a él, salvo el matrimonio, él podría darle todo lo que ella quisiera ¡Espera un minuto! —¿No tenías marido?

—¡Dios mío! Mi esposo .......a menudo permanece fuera toda la noche, dejándome sola ...— ¡Lo siento, Jorge! Pensó Lola en su mente Al verla tan delicada y conmovedora que era, Miguel se rió, sintiéndose satisfecho consigo mismo. —Ya veo. Vamos a un lugar privado. Te consolaré—.Recordando el cuerpo sexy y elegante de Lola, Miguel estaba demasiado impaciente como para esperar.

Capítulo 20 Me da igual tu regla —Está bien ...Pero acabo de pedir un vaso de cóctel, no puedo desperdiciarlo —. —Eso es pan comidol—.Miguel lo bebió de un trago. Al ver el vaso entero de cóctel bebido por Miguel, Lola sonrió levemente.— Miguel, pagaras ahora por todo lo que has hecho, bastardo sin cerebro!— Lola pensó. Pero ...¿Miguel también estaba pensando que ella era una tonta, cuando bebió el vaso de vino ese día? Ay... Ella tomó el brazo de Miguel por su propia iniciativa y se dirigieron a una habitación de arriba. Cuando Ramón llegó al bar, Lola había desaparecido. Él la llamó, pero Lola no contestó el teléfono. Después de encontrarse con dos figuras abrazándose, Ramón lo siguió rápidamente porque la mujer se parecía a Lola desde atrás.Pero la muchedumbre le impidió avanzar. Cuando logró llegar allí, la pareja había desaparecido. Lola llevó a Miguel a una habitación. Al entrar, Miguel la abrazó. Su supuesto beso fue evitado por Lola.—Vete a bañarte primero ... —No es necesario bañarse. No puedo esperar—. Mike solo se sintió un poco mareado.Intentó estar despierto antes de quitarse la ropa. Al mirar al hombre que se estaba desnudando, Lola se puso nerviosa, queriendo abrir la puerta y salir corriendo. Pero el hombre la tomó de la muñeca y la arrojó sobre la cama. Miguel comenzó a perder el conocimiento, por lo que Lola se levantó rápidamente de la cama y aplaudió. La puerta del baño se abrió silenciosamente. Tres personas salieron por la parte posterior de Miguel. Uno de ellos dio un paso adelante y saltó sobre él. Miguel no sabia de quienes eran, pero no podía controlar sus movimientos. —Bebé, ven aquí, te daré todo mi amor—.Las palabras obscenas de su boca hicieron que Lola casi vomitara. Todo estaba listo. Ella sacó su teléfono móvil, que fue silenciado por ella. Hubo docenas de llamadas perdidas, pero ella no les prestó atención, y presionó directamente el botón de volver.

Abrió la cámara, sacó unas cuantas fotos y los tres hombres se fueron. Cerró la puerta, y se escucha la voz de placer de Miguel dentro de la habitación.Lola al escuchar su voz casi vomitó. Ella aceleró los pasos hacia el ascensor y llegó a la planta baja. Pero... Joder!cómo que é esta aquí Lola corrió hacia el pasillo de salida de emergencia. La primera reacción del hombre fue salir corriendo detrás de ella. Con solo unos pocos pasos, atrapó a Lola, que estaba a punto de correr por las escaleras, y la mantuvo bajo control entre la pared del pasillo de salida de emergencia con su cuerpo. Cuando la mano es apretada por él, Lola gritó por el dolor: —Duele. ¡Suéltame! —¿Soltarte?¿Qué te dije?¿Hum?—Jorge miró ferozmente a esta mujer intratable. —Solo estoy...Sólo estoy paseando por aquí ... ¿Por qué te pones así?—Con una conciencia culpable, Lola no se atrevió a mirar a Jorge. Maldición. ¡Debe ser el —Tiburón— quien le informó! —¿Dar un paseo?¡¡¿Pasear hasta la cama de Miguel?¡¡Lola, no sabia eras así! Harry aflojó su mano. Con ambas manos presionando contra la pared, atrapó a Lola entre sus brazos de manera autoritaria. Lola no sabía lo que realmente sentía Jorge ya que su voz era demasiado normal —¡No me acosté con él!—Al pensar en la foto que tomó hace un momento, se sintió alegre y decidió enviársela a Rosa después de que llegara a casa. —No, no lo hiciste. Pero te atreves a drogar a un hombre. Lola, ¿no sabes la consecuencia?—Jorge se puso pálido, desprendiéndose de frialdad, lo que hizo estremecer a Lola. —No ha pasado nada ¡Además, también llamé a Ramón para que me proteja! Hablando de Ramón¿dónde está? Dios, como las cosas fueron demasiado bien, ¡incluso se olvidó de Ramón! —¿Ramón de guardaespalda?¡Él también te está buscando por todo lado!— ¿Cómo no se dio cuenta de que esta pequeña mujer mentía tan bien? —Jefe Jimenez, déjame ir ...¿Qué tal si vamos a casa?—Lola sonrió, intentando cambiar el tema. Jorge besó sus labios y sus manos acariciándola. —¡Me da igual tu regla, haré el amor contigo aquí mismo !—Lo que dijo hizo que Lola temblara los pies.Lola quiso hablar

Pero, enseguida Jorge le metió boca de nuevo y esto hizo que Lola no pudiera decir ni una sola palabra.Lola utilizó todas sus fuerzas para quitarlo de encima pero no lo consigue, estaba tan asustada que comenzó a llorar y al mismo tiempo negando con la cabeza: —NO, aquí no!, Ahora no! Ella se arrepentió de todo. Jorge la soltó suavemente despues de morderle los labiosAl ver la cara asustada de Lola, se tranquilizó un poco —Esto sólo es un aviso, la próxima vez no acabará así... Tras escuchar su aviso, Lola afirmó con la cabeza indicando que la próxima vez le hará caso. Después de tranquilizarse un poco, Lola llamó a Ramón, diciendole que habia venido su esposo a recogerlo y que lo invitará a comer algún día para recompensarlo Jorgen mandó al asistente Sánchez para que volviera a la compañía primero y él llevó a Lola en el Maserati Durante el camino, Lola no estaba nada contenta, se frustró más aun pensando que Jorge la está controlando demasiado.—¿Qué hago? tengo que revelarme! Lola y Jorge entraron en el cuarto, Lola entró al baño mientras que Jorge se quedó esperandola durante 10 minutos. Tras salir del baño, Lola se subió a la cama.. —Tu...¿No duermes?—Lola preguntó mirando al hombre que hay delante —¿Me estas invitando para que suba a la cama contigo?—Él sacó el móvil del bolsillo y miró un segundo —........como quieras!—Lola se metió dentro de la manta, tapandose la cabeza para no hacerle caso Jorge se acercó a la cama y agacho la cabeza para hablarla —Si vuelve a pasar lo que ha pasado hoy sin decirme nada, te juro que nunca saldras de esta habitación —Por que lo digas tu?¡¡ Tengo derechos personales—Lola se sacó la cabeza bruscamente, sin darse cuenta de que Jorge estaba al lado y dió un cabezazo en la barbilla de Jorge. —¡Lola! Puedes madurar un poco!?—Aun así, acarició la cabeza de Lola Ella se quedó sin plabras pensando que no era su culpa de que se acercara tanto. —Me has hecho daño en la cabeza, ahora tengo conmoción cerebral, me tienes que pagar los gastos médicos!—Lola gritó —Vale, esta bien, te pagaré!—Jorge tapó la boca de Lola con la mano, hasta que parecía que se iba a ahogar entonces la soltó. Lola lo pateó fuertemente, —Por qué siempre tiene que meterse en mi plan — Lola pensó

Jorge se levantó, apagó las luces y se marchó del cuarto.Cuando bajó y se montó en el auto, vió que la luz del cuarto de Lola se volvió a encender. —Eng? ¡¡¿Tiene miedo a la oscuridad?— Jorge pensó Lola dió un suspiro al escuchar el sonido del coche de Jorge pero, ¿A dónde ira Jorge tan tarde?¿No habia mandado al asistente Sánchez para que volviera al la companía? ¿irá a la companía también para seguir trabajando?Vaya trabajo más duro!

Capítulo 21 Es inocente Lola sacó el teléfono, abrió instagram y envió las fotos que habia hecho a Rosa por privado, despúes la volvió a meter a la lista negra.Una es la fodo de cuando Miguel quiso besarla en el habitación que era de perfily la otra foto era de los cuatro hombre divertiendose tres minutos después, sonó la notificación de Twitter, es un mensaje privado de Rosa, Lola se habia olvidado de meterla a la lista negra de Twitter. —Lola, eres una zorra asquerosa de mierda, que le has hecho a Miguel?!— Rosa había intentado llamar varias veces a Miguel, pero el teléfono se mantenía apagado.Lola la sacó de la lista negra de Instagram, por que sólo quería responderla por intagram —Que ¿Qué le hice?¡¡¿No ves que el Don juan me ha estado amenazando y yo fui recatada?—Lola respondió rápidamente, ya que no podía dormir, no le importaba charlar un poco con Rosa —Tonterías, es imposible que Miguel se acostara contigo, porque eres una zorra que te has acostado con miles de hombres—Rosa y Miguel se amaron desde los 15 años, pero apareció Lola y se la quitó. Miguel no la quería pero tenía que engañarla para cumplir el plan de su padre. 3 años juntos, Miguel tenía que obedecer a Lola sea como sea y siendo la mejor amiga de Lola en aquel momento, no tenía más remedio que callarse la boca viendo cómo su ser querido abrazara a otra mujer! pero Miguel seguía queriendo a Rosa.Rosa seguía pensando lo único que le gustaba a Miguel era el rostro de LolaPero, ella no puede dejar que su ser querido subiera la cama de otra mujerAquella noche, la virginidad de Lola fue tomada por un hombre desconocido, jajaja! sin embargo, la foto que salía Miguel con otros 3 hombres le hizo sentirse mal. — Claro, tu hombre aparte de acostarse con muchas mujeres, también se acostó a muchos hombres —Dime donde está Miguel! Lola, despues de haber logrado su objetivo, le dio una dirección—ve anda, ve a salvar a tu hombre!¡¡tranquila, dejaré también una oportunidad a tu hombre para que te salves Después de volver a la ciudad, Rosa fue directamente a la discoteca SOHO

lleno de furia. —Puta zorra, si le pasara algo a Miguel, te vas a enterar! Llegó a la 4 planta de la discoteca SOHO, Rosa rapidamente llamó la puerta de la habitación 405, abrieron un hombre negro, que era el hombre que aparecía en la foto.Parecía que se acaba de duchar, tenía la toalla puesta todavía, al verlo Rosa se detuvo por un segundo —Perdón, me equivoqué de habitación—Rosa después de tranquilarse decidió llamar a la policía Se fué a un ricón discretamente y llamó a la poli Minutos después, vino mucha gente, policías, reporteros, gentes desconocidos etc Puta zorra, quiere que se entere todo el mundo, si los reporteros dijeran algo, Miguel estará acabado. En verdad, cuando Lola se enteró de esto, se sintió inocente ya que no llamó a nadie. Unos cuantos reporteros al ver que es la señora de la familia Flores, antes de que dijera algo, empezó a sacarle fotoRosa quería tapar su cara con el bolso, pero no lo hizo y caminó hacia la poli —¿Es usted la que llamó a la poli?—Uno de los polis preguntó seriamente —Sí, han secuestrado a mi esposo, ahora está en esa habitación—Rosa respondió enseguida Cuando los polis estaban trabajando los reporteros se mostraron muy cooperativos y no preguntaron nada, solo se quedaron tomando fotos y grabando videos. La policía tocó la puerta varias veces. Nadie respondió, los polis se miraron uno al otroRosa estaba desconcertada, sin saber lo que estaba pasando ahi dentro. Uno de los polis llamó al encargado del hotel, y pretendía entrar a la habitación a fuerzaEl sonido que se oía dentro de la habitación hizo que todo el mundo temblara Gemidos de mujeres y gemidos de placer de los hombres. Los reporteros empujaron a los polis y a Rosa para entrar a la habitación. La habitación estaba muy desordenada, el hombre era Miguel Mota, bajo su cuerpo había una rubia, todos los reporteros se quedaron asombrados, ¿ No era un secuestro? Lo que vieron era un casting porno en directo. Miguel al ver tanta gente entrar se volvio consciente por un segundo y se tapó su cuerpo desnudo con la manta —¿No habias dicho que han secuestrado a su esposo?lo que está pasando es

que está cometiendo un delito!—La poli echo una mirada a Rosa, que estaba asombrada, después caminó hacia Miguel y mostró su capa de policía —Somos de la poli—venga con nosotros! ........ Lola se despertó por la mañana despues de un dulce sueño. Abrió Twitter y se encontró en el titular de hoy escrito —Miguel Mota— con millones de retwite Sintiéndose un poco desconcertada, ella hizo clic para ver los detalles. El título era que Miguel, vicepresidente del Grupo Sky (originalmente Grupo SNK), fue arrestado por el comercio sexual con una rubia en una discoteca a altas horas de la noche. La prometida de Miguel llamó a la policía diciendo que había sido secuestrado. Pero en realidad estaba comerciando con sexo y luego fue detenido en una estación de policía local. Además de prostitución, también dijeron los informantes que, antes de eso, tres hombres africanos salieron de la habitación de Miguel. Rosa, la prometida de Miguel, llamó a la policía diciendo que su prometido había sido secuestrado, pero en verdad iba a pillar a su esposo que estaba adulterando. ............ ¡Oh dios mio!—La droga lo puse yo, los hombres africanos los llame yo, los polis los llamó Rosa, pero ¿De dónde habrán salido los reporteros?—¿y esa rubia?¿ De dónde ha salido? ¿Podría ser Jorge?Tiene que ser él......Miguel estaba en mal olor. Fue detenido y el precio de las acciones del Grupo Sky siguió cayendo en picado. Lola continuó yendo a trabajar en su pequeña motocicleta, pero estaba preparada para ser maltratada. Como era de esperar, la obligaron a limpiar mucho, incluso el almacén, una vez que Yesica llegó a la tienda. Como nunca antes había limpiado, era imposible que lo hiciera bien. Entonces la regañaron y la obligaron a limpiarlo una y otra vez. Justo cuando Lola estaba decidida a explotar, llegó un invitado no invitado: ¡Rosa!Detrás de ella había varias mujeres parecidas a playgirls. Eran obviamente hostiles. —Prima, llama a esa hija de puta!—Su voz, que era más fuerte de lo habitual, llamó inmediatamente la atención de todo el personal de la tienda. Lola salio del almacén con la cabeza cubierta de polvo. Antes de que se mantuviera firme de pie, una bofetada golpeó su cara. No se escucha anda en la tienda, expceto la música de fondo de la tienda —Pia!—otro sonido hizo que la tienda se quedara más silencio

Lola tapando su cara golpeada, devolvió la bofetada —Zorra!Cómo te atreves a pegarme, mira cómo está Miguel ahora!—te voy a dar una lección hoy que te vas a cagar!—Rosa ya se habia enterado de que Lola no era la hija biológica de Jose Hernandez hace añosElla lo escuchó un día en casa de Lola, cuando Jose le dijo la verdad a Catarina. Esta estúpida mujer se consideraba una princesa todo el tiempo.

Capítulo 22 LLevo aguantandote 2 días —Qué pasó con Miguel?Mira como me habeis dejado!, cómo te educó tu madre para que seas tan sin verguenza!—Puta?Zorra?Lola afrotó su rostro doloroso, no importa, todo lo que ella ha sufrido se la devolverá. —Todo eso te lo mereces, tu padre se llevó a la mujer amada del tito Mota y tú, una vez más, te llevaste a mi amado hombre hace tres años—.Rosa miró a Lola con cara seriamente. Apretó los dientes con odio, como si quisiera comer a Lola. Es la primera vez que Lola se enterara de lo que ha ocurrido entre su padre y Pablo Mota. Se preguntaba si esa mujer era su madre: —Que se la quito?eso significa que ellos no se aman! —Maldita zorra, ve a buscar a los reporteros y explicale todo lo que ha pasado, diciendo que todo esto fue porque tú lo drogaste!—De verdad no comprendía por qué esta zorra seguía tan orgullosa.ahora mismo la hará perder su orgullo y que no volverá a levantar la cabeza nunca más Lola miró a Sara como si estuviera viendo a una mujer loca. Cogió el teléfono en el escritorio del cajero y marcó el 911. —Hola, necesito tu ayuda.Una mujer salvaje se está comportando de forma atroz en el centro comercial —La Corona—...—¿Llama a la policía? ¿Ella te lo permitió?Yesica evitó que Lola hiciera la llamada . En este momento, Rosa hizo un gesto a las mujeres detrás de ella. Varias playgirls se acercaron a la vez para obligar a Lola a entrar en el probador. —Lola, esta es tu última oportunidad. ¿Me vas a hacer caso ?—Mirando a Lola que estaba agarrada por otras mujeres , Rosa sonrió triunfante. —Sí, sí lo haré.—Lola ante esta situación supo recoger sus orgullos Rosa hizo señas a las playgirls agitando su mano para soltar a Lola. Wendy tomó su teléfono en silencio e hizo una llamada telefónica en un rincón. —Hola, ayuda por favor—. Yesica fue a coger el teléfono móvil antes de que Wendy dijera más. — ¿Llamar a la policía?¿Cómo te atreves? —Claro, que me atrevo. No es asunto tuyo. ¡Devuélvemelo!—Wendy tampoco podía aguantarla y se enfrentó directamente a ella. —A que os meto un ostia a las dos—Como todo el centro comercial

pertenecía al prometido de Rosa, Yesica no tenía nada que temer. —¿Quién crees que eres?—Ya no le importa el móvil, corrió al probador y justamente salió Lola Lola caminó hacia la sala VIP, donde se sirvió una taza de agua y bebió con calma.Rosa se sintió desconcertada por la intención de Lola.En este momento, Lola caminó hacia Rosa y escupió el agua que tenía en la boca de ella sobre la cara de Rosa —Una mierda pa tí, ¿que yo te haga caso? Ni soñando—después de decir eso, Lola echó la mitad de agua que quedaba en el vaso en la cabeza de Rosa. Lola se quedó sorprendida al ver que Lola le seguía echando agua y gritó: — AH! Puta zorra de mierda! Tras echar el agua, Lola golpeó la cabeza de Rosa con el vaso que había en la mano, lo mismo hizo con Yesica. —Os llevo aguantando desde hace 2 días, cómo os atrevéis a ponerme en ridículo, hoy me vengaré de todo!—y vosotras, si alguen se atreve a meterse en nuestro asunto, os vais a cagar lo que soy capaz!—Lola cogió el cenicero que habia al lado y lo tiró contra el suelo.El cenicero se había roto en piezas, Lola cogió un trozo de cristal y dijo: —Si os atrevéis a mover os juro que os mataré! Wendy al ver las acciones brutales de Lola, se acercó y dijo :—Lola, yo te ayuda a dar una lección a esta gente desgraciadas!—Wendy estuvo apuntada en clase de taekwondo, pero Lola no, y ahora es cuando Lola necesita ayuda, debe salir y protegerla Las playgirls viero que Lola estaba hablando en serio, se quedaron quietas y no se atrevieron a moverse Rosa se arrempentió de haber traido a estas miedicas, en vez de traer a hombres La cosa se estaba poniendo cada vez peor, las dependientas llamaron a la seguridad del centro comercial —Wendy arreglame a esa mujer asquerosa, y yo daré una paliza a esta puta sin verguenza—Wendy comenzó a darle patadas en la cara de Yesica, Lola se sintió tan a gusta que no sabía cómo expresarse Ella se acercó a Rosa lentamente con una sonrisa malvada. — Ahora vamos a solucionar el problema que hay entre tu y yo, a ver cómo podrás seducir a Miguel después de que tu cara esté desfigurada. ............ El trozo de cristal se paró en el rostro de Rosa, esto hizo que ella no se atreviera a moverse. —Lola! estás loca?! Lola no le hizo ni caso, movió su mano suavemente, Rosa sintió de repente dolor en su cara.—Ah!—Lola se ha vuelto loca de verdad

Rosa aprovechando que Lola se había despistado dio unos pasos hacia atrás, y se escondieron detrás de las playgirls —Cogedme a esa zorra, os doy cien mil dólares a cada una!—Rosa aguantando el dolor de su cara, sin atreverse a tocar la herida Las playgirls se miraron el uno al otro, nadie se atrevió a moverse—Pensadlo bien, porque si os hago daño con el cristal no es mi culpa.es más importante cien mil dólares o vuestra hermosa carita!—Lola sonrió malvadamente, Rosa nunca había visto a Lola comportarse de esta manera, lo que hizo que se asustara un poco Wendy seguía dando una paliza a Yesica, hasta que su cara se hinchó más de lo normal Lola caminó y se puso delante de Rosa, directamente le dio una bofetada a la parte donde tenía la herida, el dolor que sintió Rosa casí hizo que llamara a mamá.Rosa estaba empapada de agua por todo el cuerpo, y la cara herida. —Rosa, debo hacerte hoy oler el infierno. También debes culparte por el enorme sufrimiento de mi familia. ¡Adelante, denúdeme!—Wendy se acercó de inmediato y se unió a Lola para golpear a la mujer que estaba delante Justo este momento, vino la segurida del centro comercial, al ver a Lola y a Wendy, gritó desde lejo. —Parad!¿Qué estáis haciendo ahí?sí, vosotras! ¿Que estáis haciendo!?—Al ver la seguridad, Wendy y Lola salieron corriendo por otra puerta. Rosa al ver que ha venido refuerzo, gritó rápidamente —Cogedla, o si no os quedáis sin trabajo!—Lola escuchó lo que dijo Rosa ante de que saliera por la puerta, se giró e hizo un corte de manga. —de verdad se ha creido que es la jefa? y así, dos mujeres vestida de ropa de trabajo salieron corriendo del centro comercial, y detrás les perseguia la seguridad. Wendy era la campeona de las carreras de larga distancia cuando estaba en la escuela, por lo que tiró de Lola para que pudiera avanzar rápido.al mismo tiempo que corria, gritaba —Por favor, dejad paso! —Wendy, bien hecho!—Lola jadeando, miro a Wendy y ambos sonrieron. Pero desafortunamente... Yesica llamó a la policía, unos cuantos polis vieron a dos mujeres corriendo y las atraparon.

Capítulo 23 El CEO es un Idolater, también. ¡Muchos de los espectadores pensaron que estaban rodando una película!Algunas personas incluso tomaron fotos con sus teléfonos móviles y las subieron a Twitter. Luego, todas las personas involucradas fueron conducidas a una estación de policía local. Lola y Wendy fueron detenidas porque fueron acusadas de lesiones intencionales. El asistente Sánchez mientras cenaba miró al Twitter para ver si había algunas noticias interesantes.De hecho, allí estaba. Además de Miguel, las palabras —La Corona— también se enumeraron en las búsquedas de tendencia.Hizo clic para saber lo que era, como se muestra en las fotos tomadas por algunos espectadores, dos empleados intentaron matar a alguien en el centro comercial antes de ser perseguidos por los guardias de seguridad en el centro comercial, y finalmente fueron controlados por los policías ... Después de ver la foto inadvertidamente, descubrió que la mujer de la que se estaba hablando se parecía mucho a la esposa de su jefe.Esposa del jefe?La corona?Después de terminar la comida casualmente, El asistente Sánchez entró trotando a la compañía y corrió a la sala de CEO. Todo el personal en el camino se sorprendió al ver al asistente Sánchez, que todos los tiempos corrían frenéticamente hacia el elevador. Calmando su aliento, El asistente Sánchez llamó a la puerta de la sala de CEO y entró después de obtener el permiso. Abrió el teléfono móvil para mostrarle las noticias a su jefe. Mientras leía las noticias, Jorge frunció el ceño. Después de un minuto, salió de su oficina con una cara larga.Su aspecto hizo temblar a las secretarias. El asistente Sánchez siguió al jefe y condujo hasta la estación de policía con él. Se estaba oscureciendo, En la estación de policía, Lola y Wendy fueron detenidas por separado después de confesarse oralmente.Pero Rosa y Yesica, como víctimas, fueron liberadas después de hacer declaraciones orales. Antes de irse, Rosa le advirtió a Lola, —¡Solo espera aquí para ir al juicio! ¡Te demandaré, dejándote encarcelado por siempre! —¡Estupendo señor!Me amenazó. ¿Por qué la dejas ir? ¡Es injusto!—Lola miró a Rosa con desdén y se volvió para mirar al joven policía patéticamente, que estaba manejando el caso.

—¡Tienen hombres poderosos detrás de ellas!—dijo el policía con calma después de mirar a la mujer en señal de protesta. ......Lola también tenía pero no se atrevía a llamarlo.... ............ Cuando Yesica y Rosa se marcharon, Lola estaba pensando en llamar a Ramón para que la ayudara a salir de aquí Esto Jorge no se debe de enterarse! Justo en este momento, alguien dijo :—Lola, Wendy, os podeis marchar! —Podemos marchar?—Lola se sorprendió, preguntándose de quién había sidono joda... de verdad?Cuando vio al Maybach negro, supo que había acertado. —Wendy, deja que vaya contigo esta noche!—Dijo Lola en voz baja, suplicando a Wendy con una cara de pena Mientras Wendy se preguntaba por el motivo, un hombre bajó del lujoso automóvil y le dijo a Lola: —Señora, el jefe quiere que se suba al automóvil—. —No, no quiero entrar. Iré a casa con mi amiga ...—qué vergüenza! —Señora, he llamado a un automóvil para que lleve a su amiga a casa—.El asistente Sanchez se secó el sudor sin ser notado. ¡Resultó que la señora también le tenía miedo al jefe! —¿Por qué te metes en mi asunto?¡Yo la llevaré! ¡¡Lo la llevaré!—Lola tomó la mano de Wendy y estaba a punto de irse. —¿A dónde vas?—Lola se detuvo al oír la voz —Jefe Jimenez, debe estar ocupado. Enviaré a mi amigo a casa sin molestarlo—.¿Podrá ella escapar de él? —Sube al coche!—La dominadora y fría orden hizo que Lola soltara la mano de Wendy y se subiera al coche dócilmente. Wendy miró a Lola, confundida. Parece que tiene mucho miedo a su esposo. ¿El hombre la pegaría? ... —Señorita López, espere un momento. El automóvil llegará pronto—.Lo que el asistente Sánchez dijo interrumpió el pensamiento de Wendy. —Vale, muchas gracias!—Ella decidió preguntarle a Lola la próxima vez que se vean Después de que Lola subió al automóvil, el aire frío dentro le envió un escalofrío. Ella se sentó cerca de la puerta. El asistente Sánchez subió al auto y vio al jefe con los ojos cerrados desde el espejo interior.Apostó que el jefe estaba desconcertado por su esposa.Lola al ver al silencioso Jorge, se relajó gradualmente. El auto corrió a la compañía directamente. Cuando Lola se sintió desconcertada, Jorge salió primero del auto.

—¿Qué pasa? ¿Quieres que te lleve de los brazos?—Dijo Jorge con cara de póquer miró a la mujer, que no tenía intención de salir. Al escuchar lo que dijo, Lola inmediatamente abrió la puerta y siguió a Jorge A más de las 7:00 p.m., todavía había algunos empleados trabajando. Los tres subieron directamente a la sala del CEO en el piso 66.Dos secretarias, que todavía estaban trabajando en ese momento, examinaron a Lola con el uniforme a hurtadillas, sintiéndose curiosas acerca de sus antecedentes y su propósito. El asistente Sánchez abrió la puerta, se fue y cerró la puerta sensiblemente. Después de entrar a la oficina, Jorge abrió la computadora para continuar su trabajo. Lola estaba holgazaneando en la oficina. Media hora después —Jorge, ¿puedo usar tu móvil? Jorge le dió su móvil, Lola al coger el móvil nuevo que acaba de salir al mercado se sintió muy a gusto con el tacto. —Jorge, cual es contraseña? Con una pausa, Jorge dijo una serie de número —Jorge, 1025 es cumple de alguien? Jorge no dijo nada, de todos modo a ella tampoco le importaba. Desbloqueó el móvil y se tumbó en el sofá El fondo de pantalla era una mujer sonriente, que le sonaba a Lola. Oh, parecía la superestrella internacional: Yolanda Moza.Le gustó durante un tiempo, ya que interpretó el papel principal de un drama llamado Our Youth.¿A Jorge también le gustaba? Sin pensar más, Lola encontró y abrió Twitter directamente. Estaba a punto de cerrar la sesión de su cuenta, cuando vio que había muchos mensajes privados.Impulsado por la curiosidad, hojeó la lista de mensajesEn su mayoría se trata de información comercial. También había un cuadro de diálogo titulado con Yolanda, pero los registros de chat habían sido eliminados.El último mensaje privado fue fechado hace medio mes, pero ¿con quién? ¿Su amada mujer? Revisando su siguiente lista, se encontró a sí misma. ¿Cuándo la siguió en Twitter? ¿Cómo que ella no se había dado cuenta de eso?¡No era extaño!Ella tenía tantos seguidores, por lo que no prestó atención a esto.Hey hey. También siguió a Yolanda Mozo. Parece que le gustaba mucho esta estrella. ¡Resultó que el CEO también era un idólatra! Después de iniciar sesión en su propia cuenta de Twitter, Lola refrescó los titulares y finalmente supo por qué Jorge sabía que estaba detenida.Ella y Wendy figuraban en la lista de las principales noticias. En los comentarios, muchas personas incluso habían reveló su estado pasado ...

Pero, cuanto más calmado estaba Jorge, menos calmada estaba ella. Se sentía tan insegura de que si la culparía. Continuó revisando el informe de seguimiento sobre Miguel. Dijo que el Grupo Sky había tomado medidas de relaciones públicas y respondió que alguien drogó a Miguel.

Capítulo 24 La señora Hernandez se escapó con el auto El comentario superior decía: —¡Mi Príncipe Encantador, confío en ti! El segundo comentario era, —Escoria, ¿cómo puedes comportarte deslealmente con tu prometida?—Lola hizo clic en el botón Me gusta maliciosamente. Justo cuando Lola estaba ocupada revisando las noticias de Twitter, apareció un mensaje de Instagram. Un contacto llamado —Yolanda— le envió a Jorge un mensaje, —Jorge, ¿estás ocupado? —Jorge, tienes un mensaje de Instagram ...—Lola miró a Jorge y notó que jorge se habia mosqueado un poco. Estaba claro que la relación que hay entre ellos no era simplemente amigos —¿Quién?Preguntó Jorge sin levantar la cabeza —Yolanda. Dice que te echa de menos ...—Sus comentarios hicieron que la gente oliera los celos en el aire. Jorge, que estaba firmando un documento, hizo una pausa. —Dejala sola.—Jorge continuó revisando el documento. Con una risita, Lola decidió jugarle un truco a esa mujer como un castigo a Jorge. —Que va, y tu? —Jorg, te echo de menos, cuando vuelves?—La persona del otro lado quedó se quedó en blanco y respondió rápidamente. —Vaya, parece que se llevan muy bien— Lola pensó — Yo también te echo de menos amor, volveré pronto—jajajajajaaja, Lola se está muriendo de risa en su interior La persona que está al otro lado se sospechó un poco: —Podemos hacer facetime?quiero hablar contigo —Claro!—Lola respondió muy rápido y puso la camara mirando a Jorge De repente Jorge le quitó el móvil, el tono de llamada del facetime seguía sonando Tras ver la conversación que han tenido dijo —Quién te ha dado permiso para contestarla?—Parece enfadado —Estaba aburrida y por eso respondí por tí —Puedes madurar un poco? , sólo sabes causar problemas!—Jorge

respondió rápidamente al mensaje —No era yo ........ Lola estaba herida, se estará quejando de ella?El borde de los ojos de Lola se puso rojo, y respondió: —Solo he respondido a un mensaje, por qué te pones así —Sólo sabes extropear las cosas—Jorge super mosqueado volvio a su escritorio —Si no me dejas responder por qué no la borras, para qué lo tienes ahí,para rezarla?—ultimamente se están peleando muchísimo —Llamaré al asistente Sánchez para que te lleve a casa—sacó el teléfono para hacer la llamada —No es encesario, iré sola, no necesito que me lleve nadie—Lola se levantó y se marchó sin mirar atrás El asistente Sánchez y la secretaría se asustaron por un portazó que Lola acaba de dar en la puerta del CEO Después de salir de la compañía de Jorge, Lola se dio cuenta de que no tenia nada encima, el móvil lo dejo en el centro comercial y la barriga le empieza a sonar... Sin lugar a donde ir, ella estaba caminando sola por la calle. Justo en este momneto, sonó un pidido de coche por detrás Lola miró hacia atrás, era el Maybach de Jorge, Lola no quiso parar y siguió caminando Lola pretendió buscar una cabina de teléfono público para llamar a Ramón. Sabiendo que su mejor amigo le ayudaría en todos los problemas. El asistente Sánchez aparcó el coche a lado de la carretera, queriendo bajar para consolar a la señora.Sólo que Lola al ver bajar el asistente Sánchez, se acercó a él y dijo —Tengo hambre y no tengo dinero, ve a comprar algo de comer!—Lola lanzo una dulce sonrisa e hizo que Sánchez se quedara con la mente en blanco. El asistente Sánchez afirmó con la cabeza sin saber lo que estaba pasando, miró su arrededor y vio un KFC que está a unos metros. —Señora, ahi hay un KFC, qué quieres comer? —Me da igual, como de todo sin sospecharla, el asistente Sánchez corrio para comprarle algo en el KFC Lola al ver entrar al asistente Sánchez al KFC, se acercó al auto, parece que la llave estaba puesta arrancó el coche y desapareció de la carretera El asistente salió del KFC corriendo, en la carretera no habia nadie, se quedó un poco atontado después de unos minutos, sacó el movil —Señor, la señora Hernandez se

escapó con el auto....... —.......ve a investigarlo, si no lo encuentras ya no hace falta que vengas a trabajar—Jorge soltó el boli y se tumbó en la sillaPreguntandose si se habia casado con una mujer o con una niña pequeña La voz seria de Jorge hizo que el asistente Sánchez temblara. Después sacó el teléfono para hacer varias llamadas Lola estaba conduciendo el Maybach a 120km/h de velocidad por la carretera, esto hizo que los otros conductores se quitara del medio, todos tenían miedo de rayar el coche En un cruze La velocidad del auto pasó de 150km/h, varios coches de la poli estaban siguiendo por detrás Para espacar de la poli, Lola subió la velocidad a 180km/hcuando veía un semáforo rojo cambiaba de dirección y se iba por donde había semáforo verde 2 coches de la poli se chocaron porque quiso alcanzarla, menos mal que nadie salio herido Lola quería conducir el auto para buscar a Ramón y estos polis no la deja La calle que hay delante está oscura, Lola encendió la luz intermitente de la izquierda, y se metió por la parte derecha Los polis se guiró por la izquierda pensando que Lola también iba a girar a la izquierda. Tras ver que Lola habia girado a la derecha no pudieron hacer nada ya que no podían cambiar de sentido en el mismo lugar Al fín se ha liberado de los polis, Lola redujo la velocidad el auto, y condujo hacia el apartamento de Ramón. Era las 11 P.M, Ramón estaba morreando con su novia, justo cuando iban a hacer el amor sonó el timbre, ambos se mosquearon y dijo —Joder, ¿quién es? Ramón, el pelirojo, super enfadado fue hacia la puerta, estaba preparado a echar todos los insultos del mundo a la persona —Hermano, tienes algo para comer, estoy muerto de hambre—Al abrir la puerta, Ramón se sorprendió al ver que es Lola —¿Lola? Qué hacer por aquí?—Lola al ver la novia de Ramón se sorprendió un poco —Vivís juntos ahora? —Lola, que te trae por aquí—Elena Durán y Lola Hernandez se habian visto sólo una vez, y ambos tenían buena imagen el uno del otro Lola con una cara de pena dijo —Me lo estoy pasando super mal, no he comido en todo el día¡¡El tonto de Jorge, ni siquiera me llevó a comer antes de ir a la empresa— pensó Lola en su mente Elena al escuchar eso, entró a la cocina para prepararle algo de comer —Lola, ¿Qué ocurre? en Twitter se dijo que has matado a alquien, ¿Qué es lo que pasa?!—Ramón habia llamado como unos diez veces, pero el teléfono de

Lola estuvo apagado todo el tiempo —No me lo recuerdes, Esta mañana vino Rosa a mi puesto de trabajo y la lio parda. Ahora, Wendy y yo nos hemos quedado sin trabajo, después nos llevaron a la policía local, menos mal que jor...menos mal que mi marido vino a rescatarme .......estás segura que ha venido a rescatarte? —Entonces que haces por aquí? —Robé el coche del asistente de mi marido para venir a buscarte, me estaban perseguiendo polis, tras despistarlos me vine aqui—Ramón pensó que Lola estaba feliz

Capítulo 25 Cuatro coches de la policía desechados —Pobre de tu marido, sabe que le has robado el coche?—Ramón le pasó una manzana Al escuchar las palabras de Ramón Lola protestó: —Anda ya, pobre de mí ¿vale?, vigilandome todos los días, sólo sabe maltratarme, gritarme y diciendo que soy un problema para él.......me lo estoy pasando super mal, dónde me ves pasandomelo bien? Ramón le lanzó una mirada.—¿En qué trabaja tu esposo? Parece muy rico! —Un CEO de una companía tal vez—Tiene otra identidad?Ni si quiera Lola sabe Wow, parace interesanteDespués Lola contó todo lo que paso esta mañana en el centro comercial y pensó —Miguel y Rosa se vengaran de mi, tal vez tendré que pedir ayuda a mi esposo Elena salió de la cocina con una sopa de fideo, el olor del fideo hizo que Lola tuviera más hambre aún. —Ten cuidado, quema!—Elena gritóElla sabía la relación que habia entre Lola y Ramón, son simple amigos — Parece que tu esposo te maltrata, ni si quiera te dan de comer—Ramón quitó la cascara de la pípa y metió la semilla en la boca de Elena Lola no quiso decir nada, minutos despues acabó con la sopa, afrotó su barriga, y entregó el bol a Elena —Gracias hermana —No pasa nada —Has tenido un suerte Ramón, de encontrar a una esposa así—Lola admiraba una mujer como Elena, que sabía hacer todos los labores de casa —Hombree, pero mira quien soy yo por favor, aunque soy pobre pero tengo mucho mérito ¿Vale? —Anda ya, venga vamos, lleva a Elena y vamos a hacer una carreraBajo primero, te espero en el coche!—Lola limpio su boca, cogio la llave y se marchó a la puerta Diez minutos después Ramón llevando a Elena apareció al lado del Baybach montado en una moto. Lola había pensado llevarla a ellos en el coche, al ver que Ramón se montó en su moto no dijo nada y decidieron ir al norte de la ciudad En la carretera

Aunque ya eran las 12 en punto de la noche, todavía habia luces en la pista de carrera, con más de una docena de hombres y mujeres jóvenes reuniéndose y animando en voz alta. Al ver llegar a Ramón y a Lola, algunos de ellos vinieron a saludar. El automóvil de Lola atrajo mucha atención. —Lola, ¿dónde has alquilas este Maybach? Debe ser muy caro—.Lina, la jefa del equipo de animadoras hizo muchas preguntas. Como Lola era conocida por muchas personas, sus sufrimientos lo sabian casi todo los que estaban allí. —¿Alquiler? Es un regalo de su esposo—.Ramón miró a Lina. Sabía lo que pretendía Lina con esa pregunta —Wow, Lola, ¿Te has casado?, que suerte tienes! —Claro, Su padre rico ha desaparecido, pero ahora tiene un marido rico ............ Lola se arrepintió de haber venido, ya que muchas personas estaban celosas de ella, lo que disipó por completo su alegría. —Vengo aquí para competir. Puedes revisar el auto, ¡no hay necesidad de hablar de mí!—Lola recogió su cabello descuidado. Desdeñando prestar atención a esas mujeres celosas, Ramón condujo su automóvil de carreras fuera del garaje, inmediatamente seguido por varios autos de carreras reacondicionados. Al ver al increíble Buggati Veyron gris de Ramón, la gente silbaba uno tras otro. —Ramón, por fin vemos tu brillante auto de carreras otra vez. Es realmente impresionante—.Ramón era un tipo pobre pero nadie sabía cómo pudió conseguir varios millones de dólares para comprar este Buggati Veyron. Su automóvil era incomparable entre todos los automóviles poseídos por la segunda generación rica que ha visitado esa pista de carreras! Los 5 coches estaban preparado, debido a que es de noche, entonces elegieron este sitio, ya que estaba perfectamente iluminado —Vamos! Ramón! —Maybach! Maybach! Maybach!—!!!Sólo algunas personas se quedaron animando a Lola Lina, con su equipo de animadoras comenzaron agritar, se podía escuchar por toda la pista Sonó un pitido, el Maybach salió corriendo primero, poniendose en el primer puesto.Cuando llegó la segunda vuelta,el Buggati Veyron de Ramón la alcanzó con una rápida aceleración.En menos de un minuto, el Honda se colocó detrás de ellos, se precipitó para pasarlos de repente. Lola también pisó el acelerador. Ella tomó la delantera de nuevo debido a sus excelentes habilidades de conducción y su coche de excelente rendimiento.

La carrera estaba en pleno apogeo, ¡hasta la última vuelta,Ramón aceleró de nuevo para cruzar la línea de meta! y pasó por unos centímetros antes que el Maybach de Lola.Al pasar la línea de meta, frenaron los coches. —Yeah!!¡¡Ha ganado Ramón! —Ramón es el mejor! Todos los espectadores se animaron, y sacaron cervezas para celebrar el momento SL Group El asistente Sánchez temblando las mano apagó el teléfono, sin atreverse de mirar directamente a Jorge —Quien era? —Jefe....Grupo de policía—El asistente se limpio el sudor y pensó: —Por la mañana acaba de liarla en el centro comercial, por la tarde entró a la comisaria, por la noche acaba de salir de la comisaría y........... —Habla! —Tu automóvil fue perseguido por varios coches de policía debido a la velocidad de conducción y se escapó. Cuatro coches de la policía fueron desechados. Ahora tu coche está ubicado en una pista de carrera—....... El silencio en la habitación hizo que el asistente Sánchez comenzara a imaginar, si el jefe mataría a la señora y tirará su cuerpo en el desierto —Ve a buscar el auto de carreras estacionado en el garaje de Leandro Akerman—.Encendió un cigarrillo e hizo un anillo de humo. Luego llamó a Leandro con su teléfono móvil. Lola se sintió mejor después de relajarse. Ella estaba charlando con algunas chicas, justo este momento, un coche de carrera se estacionó dentro de la pista de carrera —¡Dios, un coche de carreras de F1! —Oh, Dios mío, es verdad. ¡Solo lo he visto en televisión! —¡Ahhh, estoy tan emocionado de ver uno real! —El disco de freno, el cuerpo y el chasis están hechos de fibra de carbono, lo que implica una gran inversión. ¡Sus cuatro neumáticos equivale a un Ferrari!El volante está exclusivamente diseñado y desmontable y cuesta menos 30, 000 .. DólaresSu transmisión de doble embrague permite hacer el cambio de velocidad más rápido del mundo, con una velocidad de cambio de solo 2 ms.Su motor cuesta casi 2 millones de dólares, y será totalmente desechado después de cuatro carreras ...Este es un automóvil fabricado independientemente del costo, ¡y probablemente el más caro del mundo!dijo Ramón con seriedad, porque ese era el auto de su sueño. Lola ni hizo caso a lo que decía Ramón y siguió bebiendo

—Lola sube al coche!—Al escuchar esta voz tan familiar, Lola se atragantó con la cerveza.

Capítulo 26 Se lo diré sea como sea —¿Por qué estás tan apurada?Ya no eres un niña, Cómo puedes atragantarte con la cerveza?—Ramón le dio unas palmaditas en la espalda a Lola, esto hizo que que el hombre que está detro del coche se pongara celoso. —Ramón, ¿Una carrera?—Ramón recordó esta voz fría y mortal y que él era el hombre que aparecío en la discoteca la otra noche.En otras palabras, ¡él es el esposo de Lola! Después de mirar a Lola con una emoción mixta, Ramón subió al auto. —Lola, no te hagas el muerto. ¡Entra!—Después de sacar la ceniza del cigarrillo por la ventanilla del coche, Jorge tomó un trago, lo apagó y lo dejó caer en el cenicero. —¡Guau, qué hombre más guapo!—Lina se cubrió la boca de emoción, ya que nunca había visto un hombre tan guapo. Aunque estaba oscuro, uno podía distinguir sus delicadas facciones Guau, guau. Chico guapo, sal a la fiesta, dale duro!—Las mujeres se juntaron y les gritaron. —Lola, ese hombre guapo te está llamando—.Incluso Elena se emocionó al ver al guapo Jorge y el lujoso automóvil. Lola, que estaba a punto de escabullirse, puso los ojos en blanco y volvió a entrar en el coche de carreras de Jorge. Dos autos de carrera se prepararon en la línea de salida, mientras que muchos espectadores sacaron su teléfono para grabar esta carrera tan emocionante que comenzará pronto. Después de que Lina sirbara, con un nivel de decibelios más alto de lo habitual, dos autos salieron disparados. En menos de un segundo, el auto de carreras de F1 de Jorge corrió tan lejos que se perdió de vista, mientras que el auto de Ramón se quedó atrás por decenas de yardas. Lola cerró con fuerza los ojos en el auto de carreras de F1 para reprimir la incomodidad física.Ella era una conductora habilidosa, aun así se sentía mal debido a la alta velocidad de conducción de Jorge. Ramón se había quedado muy atrás. Lola dijo con dificultad: —Reduce la velocidad, reduzca la velocidad ... En lugar de desacelerar, Jorge aceleró, haciendo que Lola gritara, —¡Jorge, moriremos!

No moriré. ¡Deberías preocuparte por ti ahora!—Su voz era la misma de siempre, despertando envidia, celos y odio en el corazón de Lola. Lola solo podía apretar el cinturón de seguridad y el reposabrazos. Jorge terminó tres vueltas en menos de dos minutos, una vuelta por delante de Ramón. —Guaw!qué guapo! —Guapetón, venga conmigo! —Guapoo, dame duro!—Las voces de las mujeres se oyeron por toda la pista de cerrera Sin Importarle la incomodidad de Lola, Jorge salió de la pista de carrera. —Qué dolor.¡Ese auto de F1 ha gastado cientos de miles de dólares en una vuelta!—En lugar de caer en la depresión como resultado de perder el juego, Ramón sintió lástima por el coche de carreras, dejando a todos los demás sin palabras. —¡Ay! ¡no tenéis nada que comparar, el tío es demasiado perfecto para que lo superes!— Lina negó con la cabeza.En sus ojos, Ramón no era más que una pobre criatura. Ramón no quiso hablar con una mujer como Lina. Echando un vistazo al Maybach, Ramón decidió dejarlo allí ya que no tenía la llave.Condujo su auto de carrera, regresó al garaje, y volvió a casa con Elena. Lola mantuvo los ojos cerrados durante todo el trayecto hasta la villa, ya que la alta velocidad de manejo de Jorge era demasiado para ella. Menos mal que el rendimiento intrínseco del automóvil le hizo sentir algo mejor a Lola, si no fuera así cualquier persona se bajaría del coche y vomitaría Después de llegar, aparcó el coche en el garage y salió directamente del garaje sin mirar a Lola. Lola tomó la decisión de que nunca más volvería a hacer una carrera, ya que lo que Jorge hizo esta vez la dejó bastante enferma. Antes de regresar a la habitación, no se sentía cansada en absoluto. Sin embargo, la cama frente a ella la hizo tener sueño.Lola corrió rápidamente al baño para darse un baño.Afortunadamente, las dos comprensas que puso en el bolsillo de sus pantalones cortos por la tarde eran lo suficientemente absorbentes. Después de bañarse, salió mientras se secaba el pelo mojado. Incluso después de que Lola se secó el pelo, Jorge no apareció. No importa. ¿Quién se preocupa por él? Ella todavía estaba enfadada! a dormir. Echó un vistazo a una bolsa que estaba en el escritorio. Eh?Era de ella. ¿Quién trajo su bolso a casa? Ella cargó su teléfono y lo encendió. Eran las 1 de la madrugada. De repente vino un mensaje de Instagram de Jorge, diciendo: —No tengo tiempo para seguir tonteando contigo en los próximos días. A

partir de mañana, si quieres trabajar, adelante; de lo contrario, quédate en casa tranquilamente—.Resistiendo el impulso de pegarla, Jorge envió este mensaje a Lola antes de bañarse. —Todavía debe de estar enojado—, pensó Lola, mordiéndose el labio inferior. Luego se fue a dormir sin enviarle una respuesta. Casa de la familia Mota Pablo Mota estaba esperando a Rosa y Miguel, que llegaron a casa a la medianoche, después de resolver la perturbación causada por Miguel. —¡Padre!—El moretón cerca de la esquina de la boca de Miguel indicó que podría ser golpeado cuando lo detuvieran. —¡Idiota! ¿Cómo podría ser mi hijo tan gilipollas?—Pablo furiosamente señaló a Miguel y lo maldijo, ya que las acciones de su compañía cayó de una manera brutal debido a este bastardoSu esposa también se enfureció, lo que provocó elevación de la presión arterial y tuvo que permanecer en reposo en cama. —Tito Mota, no te enfades. Miguel no debería ser culpado por lo sucedido —.Rosa, con una gasa en la cara, se apresuró para consolar a Pablo. Mirando a Sara, Pablo dejó de regañalo y se dejó caer en el sofá. —Padre, todo es culpa de Lola. ¡Esa perra! Mira la cicatriz en la cara de Rosa. También fue rajada por ella con trozos de cristal—.Miguel se sintió mal al pensar que había tenido relaciones sexuales con tres hombres africanos y una prostituta extranjeraToda la culpa es de Lola Esa perra,me vengaré de esto! —¿Lola?—Pablo se sorprendió, preguntándose cómo se atrevía una niña, que no tenía nada en absoluto en este momento, a desafiar a su hijo y a Rosa. —¡Sí! ¡Títo Mota, fue ella!No solo golpeó a mi prima, sino que también drogó a Miguel y me rajó la cara. ¡La denunciaré sea como sea!—Apretando los dientes, Rosa enumeró lo que Lola había hecho. Después de pensar por un tiempo, Pablo Mota concluyó: —Lola no tiene parientes con un historial poderoso, excepto su padre,y mucho menos sus amigos, el pobre de Ramón y la ordinaria Wendy. No tiene nada en absoluto. ¿Cómo podría ser? —¡Padre, Lola se casó!—Los comentarios de Miguel hicieron que Pablo frunciera el ceño. —¿Con quien?—Ella se casó. Tenía sentido entonces.Lola no era una niña tonta. Parece que el marido de Lola no era una persona simple; de lo contrario, no se atrevió a comportarse de una manera tan arrogante. —Hice una investigación sobre ese hombre, pero no encontré nada. Tampoco lo vi ante en la Ciudad—.Miguel tenía la sensación de que ese hombre no es alguien simple.

Pablo consideró en silencio y dijo: —Miguel, lleva a Rosa para que descanse.¡Le devolveré todo por lo que ha hecho! —De acuerdo. Títo Mota, por favor descanse temprano. Le pediré a mi padre que busque un abogado mañana—.Al escuchar esto, Pablo miró a Rosa otra vez y pensó: —Eso estará bien. Dado que así no necesita ocuparse del asunto—. Jose Mota desapareció de verdad. Pablo había enviado a sus subordinados a buscar a Jose Mota, y descubrió que aparte de que los polis lo están buscando había más gentes que querían saber la localización de Jose.En cuanto a Lola, creía que una niña pequeña no podría hacer olas. Pero lo que ella había hecho hasta ahora ofendera la familia Mota y a la familia Flores sin piedad, eso indica que su esposo puede ser alguien poderoso. Jacob decidió hacer una investigación exhaustiva mañana.Como dice el viejo refrán, —Conócete a ti mismo y a tus enemigos, y nunca serás derrotado—.

Capítulo 27 Abusando de chicas encantadoras Casi a mediodía, fueron a otro centro comercial en la ciudad - —Isla Azul— Lola no se sintió extraño este sitio porque la prima de Wendy trabajó aquíy los presentó al gerente de la tienda Mirade Appare, una tienda de marca de ropa que ofrecía una buena remuneración.En principio la tienda no necesitaba personal adicional, pero dos de sus funcionarios renunciaron por embarazo y matrimonio. El gerente los contrató, porque Wendy tenía experiencia y Lola tenía apariencia. Lola se sintió bien con un gerente así que no los avergonzó deliberadamente.Solo les costó unos días integrarse con el personal superior de la tienda. Finalmente se tranquilizaron. Pero cuando Lola contó los días con los dedos, descubrió que no había visto a Jorge desde hace cinco o seis días. Le preguntó a la Sra. Pepa por la razón después de que ella salió del trabajo temprano. Resultó que Jorge estaba tan ocupado por el trabajo que prácticamente vivía en la compañíaDespués de sentirse angustiada por él, Lola decidió enviarle algo de ropa a Jorge. Fue ella quien hizo mal ese día después de todo.Como ella y Jorge no se amaban realmente, ni se casaron por amor, ¡no debería haber revisado sus mensajes privados o enviado una respuesta! Al pensar en esto, encontró una bolsa de compras y fue a empacar algunas ropas en la habitación de Jorge. El Maserati todavía estaba estacionado en el garaje como estaba, y la Sra. Pepa le había dado la llave.Entonces, Lola condujo el Maserati a la compañía de Jorge. En la puerta del estacionamiento del sótano, aunque el guardia de seguridad no conocía a Lola, sabía que el coche de Lola era un coche de lujo,además de que su matrícula tenía un números asombrosos 66666.Lola entró al estacionamiento del Grupo SL con éxito. Como había venido una vez, presionó el botón de un ascensor para llegar al piso 66 de una manera familiar. Los secretarios, que estaban trabajando, miraron hacia la dirección del ascensor con curiosidad, al escuchar el sonido de apertura del ascensor. Al ver a Lola, el asistente se acercó rápidamente para dar las bienvenidasPero al pensar en el jefe de la oficina, ¡sintió una terrible coincidencia!

—Hola, guapo, ¡Busco a Jorge!—Lo que dijo Lola sorprendió aún más a las secretarias, porque ya era extraño que el asistente Sánchez la recibiera en persona —Er, el jefe está ocupado ahora. ¡Déjame que hable con el jefe primero!— La oficina del CEO estaba tan bien insonorizada que el ruido tanto dentro como fuera de la oficina estaba aislado. —No, gracias. ¡Me iré ahora, solo he venido para dar un poco de ropa a Jorge!—Lola se apresuró a abrir la puerta de la oficina del CEO antes de que el asistente Sánchez lo deteniera. Cubriéndose la cara, el asistente Sánchez regresó a su escritorio, pensando que su jefe lo matará. —...Jorgito, por favor!—Jorge miró fríamente a la mujer que estaba sentada en sus piernas, quien era su amiga de infancia.En los antigüos tiempos, ella huye de él tan rápido como pudo. Parecía que estaba tan acorralada esta vez como incluso para pedirle ayuda de esta manera. Estaba a punto de decir algo, cuando la puerta se abrió desde afuera. La esposa a la que no había visto durante días sonreía halagadoramente en la puerta. Incluso podía ver al señor Sánchez detrás de ella cubrirse la cara y marcharse.Pero la sonrisa se convirtió en ira inmediatamente en menos de un segundo. —JOOORGE!—!!El grito de Lola hizo que las secretarias y la mujer que estaba sentada en las piernas de Jorge se asustara. Pero Jorge fingió no escuchar nada como una tortuga que retrae su cabeza dentro de su caparazón. —Jorgito, ¿quién ...es ella?—Luna Akerman se olvidó de bajar de las piernas del hombre en este momento. Al ver que Jorge coqueteaba con una mujer en la compañía, Lola estalló en furia. Entró en la oficina con sus tacones altos de 2 pulgadas y tiró la ropa sobre el escritorio,tirando algunos documentos del escritorio. Luna se asustó y saltó de las piernas de Jorge a toda prisa.Ella realmente admiraba a esta mujer y quería hacer amistad con ella, porque se atrevía a enfadarse con Jorge. ¡Dios mío! —¡No mereces ninguna disculpa! Pequeña belleza, nunca te dejes engañar por su apariencia. Aunque está casado, todavía seduce a mujeres tanto en su compañía como a través de su teléfono móvil. ¡No te dejes engañar! Luna estaba estupefacta porque no había lo que estaba pasando. —¡Jorge , eres un desgraciado!—dijo Lola, martillando en el escritorio dos veces como si no ventilara suficiente odio. ¡Luego se dio la vuelta y se marchó! ¡Quieta!—Ignorando completamente el comando detrás, salió corriendo de la oficina. Lo que hizo que la gente se sorprendiera era las palabras que dijo Lola a el

asistente Sánchez —Tu jefe persigue a las mujeres de todas partes. ¡Cómo puedes dejar que abuse de chicas adorables de este país?—vaya mierda de asistente!—¿Cómo podría Jorge coquetear con una chica que parecía incluso menor de edad? Jorge se sintió realmente mal por haber sido culpado, ¡porque no era de su incumbencia! Boquiabiertos por un largo tiempo, las secretarias pensaron que esta mujer era realmente valiente para decirle al CEO y a su asistente de esa manera. ¿No tenía miedo de ser estrangulada por el jefe? En la oficina del CEO. Luna recuperó la consciencia después de que se marchara Lola, Mirando a Jorge con una cara verde, salió sin despedirse. —Sánchez!, quien era esa mujer!?—Ella debe encontrarla y hacerse amiga de ella. —Señorita, no intente provocar problemas. ¿Por qué no le pregunta al jefe usted mismo?—Ambas mujeres eran traviesas pero no podías hacer nada al respecto.las mujeres alrededor del jefe eran todas problemáticas que no podía ofender! Al escuchar lo que Sánchez dijo, Luna se marchó con su bolso. Jorge miró el escritorio que estaba super desordenado, abrió la bolsa para encontrar su ropa.Resultó que la mujercita vino aquí para darle ropa. ¡No está mal! —¡Sánchez! El teléfono sonó. Al oír la voz de Jorge, el asistnete Sánchez se levantó inmediatamente con un gesto militar. —Sí, jefe. ¡Soy yo! Después de asignar al asistente Sánchez algunas tareas para hacer, Jorge colgó el teléfono, lo que hizo que el asistente Sánchez se sintiera afortunado haberse librado de todo. Había trabajado para Jorge durante una década y nunca había visto a una mujer que se atreviera a actuar tan imprudentemente delante de él. ¿Podría ser el amor verdadero?No puede ser, el jefe en realidad ama a otra mujer, ¿Puede que sea a las dos?tampoco puede ser eso...déjalo, déjalo, decidió olvidarse de eso, porque es tan difícil leer su mente como encontrar una aguja hundida en el mar ...... —Señor Sánchez, ¿quién era esa mujer ?—Una secretaria vino a preguntar sobre los chismes. El asistente Sánchez tenía la intención de decir que ella era la esposa del jefe, pero teniendo en cuenta el bajo perfil del jefe, se dio por vencido.

—¡Ve a trabajar!¡Procura no ver nada, si ves algo, haz como que no has visto nada! ¡Cualquiera que tenga curiosidad por los chismes será ...!—El asistente hizo un gesto de corte de garganta. Al ver eso, la secretaria se estremeció y volvió al trabajo. Por desgracia, nadie comprendía lo que es trabajar como asistente personal del jefe, tampoco nadie comprendía sus sufrimientos en estos años. Debe tomar las debidas precauciones porque si no ... Lola presionó el botón de un ascensor, lleno de furia, y condujo el Maserati para salir corriendo. Pensando en el mareo que experimentó la última vez cuando ella montó en el coche de carreras de Jorge, redujo la velocidad otra vez. Cogió el teléfono y llamó a Ramón, —Dónde estas?—Llama a tu mujer y a Wendy, vamos al karaoke ......Lola, estoy trabajando!—Lola, cambió de mano para coger el móvil —ah vale!Entonces, por la noche en la discoteca SOHO, NO!, ahí no, vamos al bar Kiwi, nos vemos esta noche Sin saber lo que estaba pasando, Ramón miró el teléfono móvil, que se había colgado directamente antes de responder. Bien, se habrá enfadado con alguien otra vez.

Capítulo 28 Que hombre más guapo El segundo días Lola llamó a Wendy, diciéndole lo que ella pensaba, — Vamos a buscar un trabajo junto y dejemos de ir a —La Corona—en realidad, ella pretendía ir a buscar un trabajo relacionado con el entretenimiento, pero ahora no es el momento. Lola recogió a Wendy para ir juntas al centro comercial —Isla Azul— . Después de llegar al segundo piso, usó la tarjeta que le dio Jorge para comprar un conjunto de los cosméticos más caros importados de Francia. En un momento al ver la factura, ella sintió un poco de pena por el dinero.Pero al pensar en la mujer sentada en las piernas de Jorge , decidió contener ese sentimiento, porque si no usara su dinero, otras mujeres lo harían. Originalmente quería comprar dos juegos de maquillajes, pero Wendy lo rechazó firmemente.Finalmente, como era difícil rechazar la oferta de Lola, Wendy aceptó el juego de maquillaje como compensación por la pérdida de su trabajo. Después de cenar juntas, Wendy se fue a casa primero, porque tenía que ser tutora de su hermano menor esa noche. Lola recibió una llamada telefónica de Ramón, y luego fue al bar Kiwi El bar se estableció recientemente, con un estilo completamente diferente de bar SOHO. La administración allí era muy estricta y cualquier artículo peligroso que se llevara sería confiscado.El bar era más elegante que SOHO. Entonces, en la mayoría de los clientes, eran todos ricos y no se pueden encontrar bribones. Después de conocer a Ramón, Lola abrió una sala de karaoke.Sintiéndose impotente, Ramón se tapó las orejas con las manos. ¿Cómo podía Lola cantar de una manera tan desagradable?Pero, si fuera porque está enfadada, ¡su canto sonaba bastante dulce!Sin embargo, no se ha podido escuchar esta noche. Tomando una advertencia del incidente con Miguel en bar SOHO, Lola pidió solo dos copas de licor chino. Aun así, se volvió borracha igualmente. ¡Mirando a Lola que estaba echada en el sofá, totalmente borracha, Ramón juró que nunca más bebería con ella! —Oye, ¿dónde estás viviendo?—No sabía dónde se mudó Lola después de casarse. Lola parecía que estaba dormida, ya que no dio ninguna respuesta.Encontró su teléfono móvil, pero no pudo desbloquearlo porque no sabía la contraseña ...

Ramón no tuvo más remedio que llevar a Lola a su auto. Condujo hasta un hotel de cinco estrellas y abrió una habitación, lo que le costó mucho dinero.Al ver que le quitaban el valor de un mes de salario, Ramón estaba tan angustiado que incluso quería golpear a Lola. —Cuando te vuelvas rica en el futuro, me devolverás el doble de dinero —.La tiró a la cama, la ayudó a quitar los zapatos y la cubrió con una manta, y luego se fue. Ramón no esperaba que una vez que entrara al ascensor, Lola saliera corriendo de la habitación descalza. el baño, ¿dónde está el baño?Ella quería vomitar ... ¿cómo que donde está el baño?¿ Cómo que ha salido de la habitación? Ramón pensó dio dos paso y casi se cayó al suelo, menos mal que un hombre la agarró por la espalda Lola levantó la cabeza para observar al hombre y la lanzó una dulce sonrisa — Guaw, qué hombre más guapo! Tomás Herrero al ver esta mujer borracha entre sus brazos se sorprendió — Es ella!—Al ver la habitación que estaba al lado de Lola con la puerta abierta, supo que era la habitación de Lola —Este es tu cuarto verdad?¡¡Guaw, qué voz más agradable, es casi igual que la voz de Jorge— Lola pensó —Si, pero quiero ir al baño, quiero vomitar!—Descansando contra el pecho del hombre, Lola se sintió extenuada. Tomás Herrero miró a la mujer en sus brazos, sintiéndose divertido, y pensó que esta ciudad era tan pequeña que la había visto tres veces durante su estadía aquí solo durante medio mes. Los dos asistentes detrás de inmediato advirtieron a Tomas al ver llevar a la mujer a la habitación, —¡Señor, esta mujer no es simple!—Ellos sospechaba de Lola, porque apareció cerca de la habitación del señor sin razón. —¡Puedes regresar para descansar!—Después de echarles un vistazo, Tomás entró a la habitación. Él la envió al baño, —¿Te gustaría tomar un baño? Puedo ayudarte a llenar la bañera—.Parecía que Lola necesitaba dar un baño para refrescarse. —Sí, claro que sí—.Mientras vertía agua en el baño, Tomás tomó el teléfono de la habitación y llamó a la recepción para llamar a una camarera. Se fue después de decirle a la camarera que la ayudara a quitar la ropa de Lola y la metiera en la bañera. Al principio tenía la intención de regresar a su habitación para cambiarse, pero la música sonó desde una bolsa que estaba a en el sofá. Eso debería ser

desde un teléfono móvil. Con vacilación por un momento, abrió la bolsa para sacar su teléfono móvil. —Marido.—Al ver la identificación de la persona que llama, frunció el ceño y miró hacia el baño. ¿Está casada? Presionó el botón para escuchar la voz de un hombre, —Lola—. Se llama Lola? —¡Hola!—Jorge, que mantuvo los ojos cerrados, sentado en el asiento trasero del Maybach, abrió los ojos al oír esta voz. —¿Dónde está Lola?—Esa fría voz sonaba familiar a Tomás —¡Se está bañando! El asistente Sánchez se sintió un poco frío y se estremeció cuando conducía el automóvil. —¿Quién eres tú?—Tomás sintió el peligro de ese hombre y sonrió en silencio.Había pocos hombres que pudieran ser tan fríos y agresivos. Probablemente supiera quién era el hombre. —Estoy muy interesado en ella—. —Qué lástima. ¡Ella se ha casado, conmigo!—dijo Jorge con orgullo a gusto. ¡Bastante seguro!Tomas sabía que había acertado, —¿Y qué? Al escuchar esto, Jorge llegó a ser incluso amenazante. Después de conocer la dirección exacta, expulsó al asistente Sánchez directamente del automóvily condujo hasta el hotel él solo. El pobre Sánchez solo podía tomar un taxi. En el hotel de cinco estrellas Leites. Jorge estacionó el auto en la entrada del hotel firmemente y entró al vestíbulo. El portero del hotel tiró de la puerta para él de inmediato,pero quedó impresionado por su forma imponente de olvidarse siquiera de saludarlo. El saludo de bienvenida del hotel también estaba impresionado por su frialdad y nobleza, y no se atrevió a acercarse más. Al llegar a dicha habitación, golpeó la puerta con la mano derecha e hizo un puño con la mano izquierda inconscientemente. Más allá de sus expectativas, ¡fue este hombre quien abrió la puerta!Jorge estaba un poco asombrado, pero al siguiente momento cuando vio a Tomas en bata de baño, estaba irritado. Empujando la puerta vigorosamente, entró para abrir la puerta del baño con decisión. Pero se lo impidió el momento antes de girar el pomo de la puerta. —Parece que no es apropiado entrar ahora—.Tomás siempre llevaba una sonrisa sin importar lo que sucediera. —Esa es mi esposa. ¡no hay nada inapropiado!—El aire a su alrededor se llenó gradualmente de olor a pólvora. Sin embargo, ambos restringieron el

impulso de pelear, gracias a su noble cultivación. —Tómatelo con calma. Toma primero una copa de vino—.Tomás levantó el vino servido en el armario para servir dos copas de vino y le pasó uno con una sonrisa. Jorge, con su mano izquierda en el bolsillo, tomó el vino con su mano derecha y bebió. Tomás sonrió levemente y luego llenó un tercio del vaso de vino tinto. Justo cuando Jorge comenzó a perder la paciencia, vio que la ropa de cama seguía limpia, a excepción de una esquina de la cama volcada.Sus ojos se nublaron por un momento. Entonces él entendió y sonrió.

Capítulo 29 Los hombres TOP del mundo Al ver a Jorge sonreír, Tomás siguió su mirada y entendió el punto. ¡Qué hombre más listo! —Esta es la habitación de Lola. La opuesta es mía. ¿Quieres ir a echar un vistazo?—Tomas agitó el vino tinto con elegancia en su copa y bebió un sorbo de él. —Señor Herrero, no obtendrá ningún beneficio irritándome—.Al escuchar su amable advertencia, Tomás bajó la cabeza y sonrió. Realmente no había nadie en este mundo que se atreviera a provocar a Jorge. Nadie se atrevió a amenazar a Tomás tampoco.Jorge acaba de romper el récord.¡Estupendo! Tomás se interesó más en Lola. Justo en este momento, la puerta del baño se abrió desde adentro. Envuelta en una toalla de baño, la mujer salió caminando, con la cara ruborizada después de bañarse. La delgada toalla casi se deslizó de su cuerpo, mientras caminaba hacia adelante. En los tiempos habituales, Harry no puede esperar para joderla. Pero hoy había otro hombre delante de ellos.Enrojeciendo de furia, Jorge caminó hacia ella, la tiró sobre la cama y la cubrió con la manta —¡Lola!despierta—. al escuchar la voz de Jorge, se puso muy seria. —Idiota, ¿qué estás haciendo aquí?—Jorge estaba a punto de pellizcarla para que se despierte por completo, pero resistió su impulso y fue al baño a sacar su ropa. —Ponte la ropa, te espero fuera Antes de irse, Jorge miró al hombre sentado en el sofá. Tomás se levantó y lo siguió hacia afuera. Ambos se quedaron en el pasillo. —Señor Herrero, parece que usted vive una vida de ocio recientemente. ¿Es por asuntos gubernamentales?—Perezosamente apoyado contra la pared, Jorge encendió un cigarrillo y torció los ojos para mirar al hombre sonriente de frente. —Sí. Así que tengo tiempo para visitar a mis parientes—.Tomás se enderezó la ropa con una sonrisa y dijo con calma. Visita a familiares?Jorge respondió con una sonrisa burlona. ¿Es un niño de tres años? Harry dejó escapar un anillo de humo y dijo: —Me disculpo sinceramente

por molestarlo en nombre de mi esposa. Sr. Herrero, usted está ocupado con miles de asuntos todos los días, ¡y es hora de descansar!—Tomás era un caballero. Definitivamente no había nada entre él y Lola. ¡Aun así, Jorge no podía tolerar!Porque Lola era su esposa, y no se le permitía a nadie moverse ni siquiera medio paso más cerca de ella. —Bueno, podemos hablar de eso más tarde después de que salga Lola —.Lola!Lola!Jorge no tenía idea cuando esos dos se familiarizaron entre sí, y pensó que podría ser demasiado indulgente con esa mujer. El silencio profundo reinó en el corredor. Dos hombres en frente uno del otro, cada uno con sus propios pensamientos. En menos de dos minutos, Lola salió tambaleándose de la habitación con su bolso. Al ver aTomas, ella lo saludó encantadoramente, —¡Hola, chico guapo! Jorge a escuchar eso se puso la cara de piedra—¡Lola! Ve a casa!—Jorge tiró de Lola y estaba a punto de irse, pero Tomás les cerró el paso. —Parece que Lola no se quiere ir contigo—. —Señor Herrero, es mi asunto familiar. ¿Cómo podría tener tanto tiempo para inmiscuirse en los asuntos de los demás?—Lola se deshizo de su mano, y se arrojó a los brazos de Tomás. Con una mujer tierna que desprendía la fragancia del gel de baño en sus brazos, Tomás se sintió profundamente atraído y se quedó en blanco por primera vez. —Chico guapo, no quiero irme con él. ¿Puedes llevarme lejos de aquí?— Con las manos alrededor del cuello de Tomás y los labios rojos ligeramente fruncidos, Lola miró al hombre que le parecía maduro y encantador. .....Después de salir del elevador, Ramón, llevando un plato de sopa en la mano, los miró con incredulidad y no se atrevió ni a dar un paso hacia adelante. Esos dos hombres no muy lejos de él eran ambos poderosos. ¿Cuál podría ser el esposo de Lola?¿Podría ser que la tonta de Lola tuviera 2 esposo?Obviamente, fue una escena que muestra a dos rivales del amor que se encuentran y sufren de celos extremos. —¡Lola!—Jorge arrastró a la mujer ebria hacia él y la besó contra la pared. De pie, estupefacto, Ramón se cubrió la boca. Bueno, ¡tenía que admitir que ese hombre era realmente genial! Poco después de sentir ese aliento familiar, Lola respondió y devolvió el beso. Al ver eso, Tomas retiró su sonrisa y apretó los puños. Después de un largo tiempo, Jorge dijo sin mirarlo, —Señor Herrero, ¿viste lo afectuoso que somos? Tomás se alejó hacia su habitación con pasos constantes. Hasta que Jorge

escuchó el sonido del bloqueo de la puerta, se llevó a Lola en sus brazos. Mientras Jorge dirigía su fría y aguda mirada hacia el elevador, Ramón estaba tan asustado que de inmediato subió al ascensor y presionó apresuradamente un botón.¡Dios mío! ¡Qué horror! ¿Lola se casó con un demonio? —Se emborrachó con mi compañía. Será mejor que huya. Lola, reza por ti—, pensó Zoe para sí misma ... Después de acomodar a Lola en el asiento delantero del copiloto, Jorge condujo el Maybach hacia la villa. Durante todo el camino a casa, Lola se sintió tan mareada como si estuviera flotando en el aire. Por lo que decidió no beber tanto la próxima vez, ya que se sentía terrible en este momento. ¿Quién podría venir a rescatarla? —¡Paren el auto!¡Quiero vomitar!—Lola gritó de repente y comenzó a vomitar. Un repentino chirrido del auto rompió el silencio de la noche. Jorge maldijo por lo bajo y rápidamente bajó del auto para sacarla. Después de vomitar al borde de la carretera, Lola se sintió menos mareada.Una botella de agua pura fue entregada. Lola tomó el agua y se limpió la boca. Ella siguió limpiando la boca hasta que se agotó una botella de agua. —¡Agua!—Jorge tuvo que sacar otra botella de agua, abrirla y entregársela. En lugar de seguir limpiando la boca, bebió un tercio del agua en un suspiro.Lola dejó escapar un largo suspiro de alivio , se sintió mucho mejor, y el alcohol se bajo muchísimo de su cuerpo —¿Mejor ahora?—Jorge preguntó con frialdad. Pensando en lo que sucedió ese día, Lola no le prestó atención y caminó directamente hacia el automóvil. Antes de sentarse, Lola fue arrastrada por Jorge. —¿Lola, estás mejor? —¿Síy qué? —¿Y qué? —¡Tú dime!—Jorge la empujó al asiento trasero con gran fuerza. Lola miró a Jorge con el ceño fruncido.Con una sombría sensación de presentimiento, Lola instintivamente trató de deshacerse de él. —Jorge, no. Todo fue mi culpa. Por favor, no lo hagas aquí—. Lola suplicaba lastimosamente. Harry la miró. —¿No?¿Hiciste lo mismo con ese hombre de hace un momento?—Hum? —Pensando que podría tener relaciones sexuales con otro hombre, Jorge se enfadó y tuvo las ganas de comerla entera Sin entender su sátira, Lola puso los ojos en blanco y dijo: —¿De qué demonios estás hablando?¿Qué hombre?¡Maldita sea! ¡Déjame ir!—Sus manos estaban estrechamente controladas por Jorge, quien no le dejaba oportunidad de

recuperar la libertad. Ignorando su lucha, Jorge advirtió: —Será mejor que pienses seriamente sobre cómo compensar el problema que has cometido en los últimos días—.Su voz inefablemente malvada la hizo estremecer. —¡Maldito hombre me intimidas todos los días!— Pensó Lola en su mente —Tengo que revelarme!¡¡Voy a revelarme! Estaba oscureciendo. Incluso la luna se volvió demasiado tímida para mirarlos, y se escondió detrás de las nubes.

Capítulo 30 Señor Jimenez, eres impresionante Al día siguiente, Lola no se levantó hasta que sonó el alarma a las 12:30 p.m..Mirando su habitación confusamente, casi se olvidó cómo había regresado a casa. Ella indistintamente recordó lo que pasó anoche. Desconcertado por las contusiones y picaduras en su cuerpo, estaba pensando en cómo ocultarlos para ir a trabajar después. Gracias a Dios hoy entra a trabajar a las tres de la tarde. De repente, sintió que algo andaba mal.Algo pasó por su mente, disipando completamente su somnolencia. Parece que ayer estaba en un hotel y abrazó a un hombre que no era Jorge ... ¿Quién era ese hombre?Ella no recordaba nada acerca de él, sino un rostro apuesto débilmente. ¿Quién era? ¡Oh, Dios mío!Cómo ha podido pasar esto!yasta, tengo que dejar el alcohol!dejar de beber!! En el centro comercial —Isla Azul Lola recibió una llamada telefónica de un desconocido cuando estaba trabajando. —Hola, este es el Tribunal Popular de Ciudad. Por favor venga a conseguir su citación judicial! ¿Invocaciones judiciales?¿Miguel y Rosa comenzaron su venganza?¿Puedo saber los detalles? —El demandante, Rosa Flores, acusó a la parte demandada, Lola Hernandez, de delitos como lesiones intencionales, intento de asesinato y asesinato deliberado.—La voz fría del hombre en la línea dio Lola una ilusión que iba a ser detenido por la policía muy Pronto. —Está bien, ya veo. ¡Gracias!—.No debería desahogar su ira contra él, ya que solo era un empleado que transmitía el mensaje. Después de dudar por un largo tiempo, Lola decidió llamar a Jorge, porque era el único que podía ayudarlaademás, Lola pensaba que Jorge no le va a rechazar ya que era su marido. El teléfono móvil de Jorge vibró cuando estaba hablando con Samuel Silva.Al ver una llamada de la mujercita, sonrió imperceptiblemente. —¡Habla! La voz fría de Jorge hizo que Lola casi se olvidara de por qué hizo la

llamada. Después se recuperó de la mente en blanco, ella dijo débilmente. —Señor Jimenez, necesito su ayuda Jorge miró a Samuel, quien le estaba mirando con curiosidad. Después de toser, Samuel Silva miró el documento de inmediato. —Lo sé. No te preocupes, lo solucionaré—. ¿Lo sabía?—¿Qué sabes? Ni siquiera dije lo que era—.Lola preguntaba sorprendidamente. —¿Podría ser otra cosa que no sea sobre Miguel?—al escuchar esto Lola se sorprendió aún más porque no esperaba que Jorge sabía de todos lo que ha ocurrido —Ah. Señor Jimenez, eres increíble. Gracias. ¡Adiós! —¡Espera! En el momento en que Lola se apresuró a colgar, oyó su voz y se colocó nuevamente el teléfono móvil en la oreja. —¿Cuál es mi recompensa? ... —¡Dime, qué quieres!—,Respondió Lola con generosidad. Le prometía lo que él pedía, porque la había ayudado mucho. —¡Te recogeré después del trabajo esta noche! —¿Me recoges?¿Por qué?—, Preguntó Lola inocentemente, sin darse cuenta de su intención. Pero el hombre colgó el teléfono ... Después de mirar fijamente el teléfono móvil por un momento, Lola envió un mensaje a Ramón a través de Instagram, preguntando: —¿Pasó algo especial anoche? Pensando que Ramón debe estar en el trabajo, decidió mirarlo más tarde y guardó el móvil en el bolsillo. Sin embargo, Ramón respondió el mensaje muy rápido, Lola se quedó estupefacto al ver lo que le había escrito.—Lola, ¿sigues viva? Por supuesto. Pero, aún recordaba claramente de cómo Jorge lo maltrataba la noche anterior.Por eso ha llamado para preguntar de que por qué Jorge se volvió tan anormal de pronto —Tonterías. Si no estuviera vivo, ¿cómo podría enviarte este mensaje? —Lola, qué tonta eres por dios, ¿por qué le pone los cuernos a tu marido?........tsk tsk tsk —???aclárate—Lola no podía entender lo que quería decir. Luego Ramón le respondió con un largo mensaje, describiendo lo que sucedió anoche en detalle.—¿Adivina qué? Tu marido se parecía a la Shura destruyendo el universo, cuando te vio en los brazos de ese hombre—,agregó al

final. —Sin embargo, el hombre al que abrazaste no dejaba de sonreír, no era nada sencillo.Cuando dos hombres notables se encontraron y tuvieron conflictos, ¡tsk tsk tsk ...es completamente un preludio para el día del juicio final! —¿Qué diablos? ¿Cómo puedes decir que yo le puse los cuernos? Ni siquiera conozco a ese hombre ...Solo recuerdo un poco su perfil. ¡Es guapo! Lola aproximadamente sabía de la situación. ¡Resultó que ella incluso abrazó a otro hombre frente a Jorge y no estaba dispuesta a ir con él! Lola se admiraba por ser tan valiente. No es de extrañar que Jorge, la bestia en la cama, estuviera tan ansioso por poseerla por completo. ¡Por fin sabía la razón! Cuando regresó a la tienda, todo el personal estaba ocupado recibiendo clientes. Lola sintió un poco de pena y se apresuró para continuar su trabajo. Pero no se dio cuenta de una mujer, Lucia Velazque, la amiga íntima de Rosa.Como la segunda hija de Hank Velazque, CEO de Meilin Decoration Group, estaba trabajando para su empresa familiar. La mujer que estaba a su lado era su mejor amiga, Cindy RamosCindy Ramos, hija más joven de Carlos Ramos, director ejecutivo de BeautifulLife Group. Lucia Velazque le dio un codazo a Cindy Ramos y luego señaló a Lola. — Mira, ¿ves la mujer en uniforme? es Lola?—Cindy Ramos, probando un vestido, se miró en un espejo y descubrió que la mujer no era otra que Lola. Lucía Velazque sonrió desdeñosamente, porque Lola se había reducida incluso a ser una guía de compras.Recordando que ella rajó la cara de Rsoa hace un tiempo, Lucia Velazque llamó por teléfono a Rosa. Después de colgar el teléfono, Lucia Velazque verificó la hora en el teléfono móvil. Como ya era casi la hora de irse del trabajo, ¡decidió disfrutar del espectáculo mañana! —Lola, una mujer sin nada, ¿Cómo se atreve a luchar contra las familias Mota y Flores?. Ella es realmente una sinvergüenza despreciable—, pensó ella. a las 9 p.m. Lola salió del trabajo a tiempo después de guardar el trapeador limpio en la sala de herramientas. Golpeó su cintura levemente dolorida y fue hacia el vestuario. Después de enviar los datos de ventas de ese día, Wendy inmediatamente siguió a Lola. —¡Wendy, conduce esta noche mi motocicleta a casa!¡Mi marido vendrá a buscarme!—dijo Lola, porque recordó que Jorge vendrá a buscarla más tarde, y así Wendy no tuviera que coger el autobús. —No, esa es tu nueva moto y soy mala pilotando una moto ...—¡Sería una pena si la dañada!Wendy lo rechazó después de pensarlo dos veces.

—No te preocupes. Es solo una motocicleta. tenga cuidado por el camino y yasta. ¡Tengo confianza en ti!—Ella puso la llave en la mano de Wendy y comenzó a cambiarse. —Lola, ¿estás casado?—preguntó otro compañero de trabajo llamado Pepi Millán, quien se estaba cambiando la ropa junto con ellas. Miró a Lola, un poco sorprendida, ¡porque Lola parecía muy joven! —Sí, por desgracia, ¡yo tampoco esperaba eso!—Pensando en Jorge, Lola suspiró porque el destino eran realmente milagrosos. Echando un vistazo inconsciente a Lola, Wendy vio los moretones en su pecho y cuello cuando Lola se había quitado su uniforme.

Capítulo 31 Sonrisa infantil Wendy se tapó la boca para evitar la risa ¿cómo fueron esos moretones? Al darse cuenta de la expresión facial de Wendy, Lola bajó la cabeza para mirar su cuerpo. Con una sonrisa avergonzada, rápidamente se puso su vestido. —Buena chica, no viste nada, ¿verdad? ¡Maldito Jorge! Lola casi olvidó esas marcas sexuales en su cuerpo. ...Wendy se recuperó de la sonrisa y giró los ojos hacia Lola, porque Lola pensó que Wendy era tan crédula como una niña. Después de cambiarse, salieron del centro comercial, riendo y charlando.En este momento el centro comercial se había quedado prácticamente vacía, sin clientes, solo hbian empleados que dejando el trabajo. Jorge, sentado en el coche, no muy lejos, vio a Lola, que estaba retozando con Wendy.—Se ve más como una niña adolescente, en lugar de una mujer casada—, pensó Jorge... En ese momento, Jorge deseó poder pelear siempre por su eterna sonrisa infantil. Lola vio el deslumbrante Maybach en la puerta del centro comercial. Después de separarse de Wendy, Lola se dirigió hacia el auto y se metió en él directamente. Con la tenue luz y la música suave en el auto Jorge, en el asiento del conductor, la miró y la besó en la mejilla.—¿Estás cansada? Lola se sintió feliz en el fondo y sonrió, —Sí, lo estaba. Pero al verte se me quitó todo los cansancio—. Sus melosas palabras hicieron sonreír a Jorge. —Como que no estás cansado, si es así ¿qué tal si hacemos otra cosa?—Al terminar las palabras, sonrió maliciosamente. Lola inmediatamente cruzó sus brazos sobre su pecho y se movió hacia la puerta del automóvil. Al escuchar su risa profunda y masculina, Lola se dio cuenta de que él solo se burlaba de ella. —¡Humph!¡Cómo se atreve a burlarse de mí! ¡Bien!¡Una mujer de verdad se tomará la venganza! Jorge encendió el auto y hábilmente lo condujo firmemente hacia delante. Al principio, Lola estaba sentado firmemente. Menos de dos minutos, se le

vino algo a la cabeza. —OK, Señor Jimenez, hagamos otra cosa ahora—.Lola respondió simplemente. Fuera de sus expectativas, Jorge se detuvo sin ninguna duda, bajó del auto, caminó hacia su lado, abrió la puerta del auto e intentó tirar de Lola para que bajara del auto. Lola se aferró al volante y se negó a salir del automóvil. —¡Bájate, Lola! ¡Déjame satisfacerte!—Jorge soltó su mano y la miró con el ceño fruncido.Jorge pensó que la mujer se había bursalo de él, entonces tomó a decisión de darle una lección a LolaEn este momento, Jorge se había olvidado de que hace un rato acaba de burlarse de ella —¡No!—Lola sonrió avergonzada.Ella tenía que admitir que Jorge era muy hombre. Jorge miró a Lola, cuya astuta mirada se iluminó, controlando su respiración¡Muy bien! Parecía que esta pequeña mujer era vengativa.Bien. ¡Jorge no dejará el asunto así! Jorge volvió a su asiento y encendió el auto otra vez. Luego, Lola se comportó bien y se sentó en silencio hasta que llegaron al destino : un restaurante, o más bien un lugar donde se recogían muchas obras de caligrafía, pinturas, piedras raras y antigüedades.El restautant solo tenía siete salones privados, destinados solo para VIP. Un camarero los guió a una habitación llamada —Orchid Pavilion— con varias obras de caligrafía y pinturas de celebridades contemporáneas colgadas en la pared.En la mesa antigua había varias piedras raras. La mesa de comedor y las sillas se hicieron a finales de la dinastía Qing. Con la elegante música clásica ligera, toda la sala se vio abrumada por el sabor antiguo. Estar inmerso en esta rica atmósfera cultural era una buena forma de obtener una nueva perspectiva. Puede que no sea la primera vez que Jorge visitara aquí, porque el gerente general del restaurante pidió varios platos de especialidad para ellos sin preguntar lo que Jorge quería. El chef era un experto de 60 años en pastelería y productos básicos, que había ganado muchos premios. Normalmente, los clientes deben hacer una reserva para disfrutar de las delicias del chef, mientras que Jorge tiene el privilegio de venir y pedir en cualquier momento. Todos los platos fueron servidos en el momento.No eran platos valiosos o raros ni mucho menos, eran platos de especialidades locales que simplemente

provocaban apetito, Había dos platos fríos: la alcachofa con salsa picante, el pollo gazpiado. En cuanto a los platos calientes había pescado al vapor con salsa de soja, fideos de frijoles, pollo y alimentos básicos: fideos anchos con sopa agria, panqueque de cebollín chino y arroz Lola se volvió hambrienta, su mente estaba disfrutando de la comida en ese momento. Jorge le dio la vuelta al pescado, recogió un trozo de pescado, lo sumergió en la salsa de soja del pescado al vapor y lo puso en el cuenco de Lola. Su consideración deleitó a Lola aun más. Hombre guapo, deliciosa comida y hermosa habitación, sin darse cuenta Lola se zampó toda la comida. Frotándose el vientre lleno, Lola gimió, —¡estoy tan llena que no me puedo mover!¡ahora cómo voy a dormir! Jorge miró a su graciosa y adorable esposa y dijo: Podemos hacer deporte en la cama eso te ayudará a digerir—.Parece que quería decir otra cosa. Lola dudaba que había pensado demasiado y negó con la cabeza. —Saldré a caminar más tarde. Después de que el gerente le sirvió un plato de fruta artísticamente cortada, Lola no pudo evitar comer algunos trozos de mango y fruta de dragón. —¿Qué más te gustaría comer?—Jorge estaba perfectamente satisfecho cuando vio que Lola estaba llena y feliz. —No, es suficiente—.—Ya está bien—Lola agitó sus manos al instante, indicando que no quería más comida, apena podía caminar. Para ayudarla a digerir, Jorge le pidió a un guía experimentado que les contara las historias de las piedras raras que había en la mesa. Desde el león de piedra de la dinastía Ming hasta obras de caligrafía moderna, pinturas y piedras raras, realmente reunió una gran cantidad de curiosidades artísticas. Lola aprendió mucho conocimiento histórico. Jorge compró una famosa pintura de piedra de un pintor contemporáneo antes de irse. Después de llegar a casa, Lola tomó un baño cómodo. Cuando estaba a punto de irse a la cama, descubrió que Jorge no estaba en la habitación con ella.Abrió la puerta y miró hacia el estudio. Jorge estaba allí, trabajando con su computadora. Presidió un grupo tan grande con una cantidad de empresas que ni siquiera conocía. Sin duda, él estaba ocupado todos los días.Qué duro es el trabajo!— debo hacer algo por él?— Penso Lola en su interior. Después de pensar un rato, bajó silenciosamente a la cocina.Abrió la nevera, que estaba llena de comida, sacó una botella de leche. Luego sirvió un vaso de leche, lo calentó y lo llevó al estudio.

Al darse cuenta de que Lola se había puesto el camisón con un vaso de leche, Jorge, que estaba tecleando rápidamente, se detuvo. —Oye umm. Me voy a dormir. Has estado trabajando duro todo el día. Por favor, toma un poco de leche y descansa pronto—.No se espera que su esposa traviesa y revelde se convertiera en una mujer adorable y comprensiva. Jorge al ver esto, se quedó en blanco Después de un largo tiempo, sin tener la menor idea de por qué no le dio ninguna respuesta, Lola dejó de esperar y decidió tomar la leche ella misma. —¡Espere!—Jorge se levantó para buscar la leche y se lo bebió de un trago. Al ver el vaso vacío, Lola sonrió. Cuando estaba a punto de dejar el vaso en el piso de abajo, una fuerza poderosa la detuvo.

Capítulo 32 Ni idea Una fuerza poderosa detuvo a Lola, casi hizo que el vaso cayera al suelo, menos mal que Lola lo tenia sostenido con firmeza. Cuando estaba a punto de abrir la boca para decir algo, Jorge inclinó la cabeza para besarla en los labios rubicundos. Mientras tanto, Jorge tomó el vaso de sus manos y lo puso sobre el escritorio. Después de eso, la abrazó con fuerza en sus brazos. Fijandola contra el escritorio, Jorge se intoxicó con su fragancia única. Lola se preguntó por qué ella misma cayó en la trampa, mientras que ella simplemente quería darle un vaso de leche. Ella no tenía ni idea. A las 8 am del día siguiente, el despertador comenzó a sonar. tenía un turno de trabajo por la mañana, Lola no mostró la menor intención de levantarse. Una gran mano separó la cortina, y la cama pronto se llenó de luz solar. cuando la mano grande tocó a Lola, se tensó y se levantó rápidamente de la cama. La manta se deslizó de su cuerpo, y cayó sobre sus piernas.Dos largas piernas fuera de la manta al lado aparecieron en su vista. Solo entonces, Lola, que todavía estaba adormilada, se dio cuenta de que Jorge yacía a su lado y la miraba con una leve sonrisa. —¿Por qué estás aquí?—Lola preguntó confundida.Por lo general, Jorge no suele estar ahí cuando ella se despertara, porque a menudo iba a la empresa temprano. —No hay mucho trabajo hoy. Solo tengo una reunión por la tarde—.Era muy raro para él acostarse debido a los trabajos que tenía. Se podía contar con los dedos de las mano las veces que se había acostado si no fuera por que su esposa quería trabajar, la habría agarrado para charlar dentro de la manta.. Lola miró la hora, iba a llegar tarde al trabajo! Si llegara tarde al trabajo, le quitarían parte de su sueldo Pero, sin querer, Lola vio una cosa que no debería haber mirado —Ah!!Jorge! , que guarrro eres!—La mujer tiró la manta al suelo y entró al cuarto de baño corriendo. Jorge no sabía lo que había pasado, se sintió inocente —Qué mujer más ingrata! me la tenia que haber comido enterita— Penso

Jorge con una cara de inocencia Toda la mañana, su mente estaba atiborrada de lo que había vislumbrado, de modo que tuvo el desayuno distraídamente. —Olvídalo. Te llevaré al trabajo—.Al ver el rastro de un rubor en su rostro, Jorge supo perfectamente lo que estaba pensando. En el camino a su lugar de trabajo, Lola trató de ocultar su vergüenza bajando la cabeza para jugar con su teléfono. El auto se detuvo en el destino. Jorge arrebató su teléfono y preguntó, —¿Tu teléfono es más guapo que yo?—Sus ojos se concentraron en el teléfono todo el camino. ¿Qué diablos estaba buscando? Lola estaba en Twitter. Una media de memes habían publicado una broma sucia. Justo en el momento en que Lola estaba a punto de omitirlo, su teléfono fue cogido... Abrumada por la confusión, Lola no tuvo más remedio que escuchar a él que leía lentamente el chiste con su voz masculina. .......—¡Jorge, canalla!—Un rato después, Lola de cara colorada le arrebató el teléfono. Con las manos extendidas, Jorge dijo, —Cariño, fuiste tú quien lo estaba mirando—.Jorge sufrió la injusticia, ya que no hizo más que leer el chiste. ¡Irrazonable! Lola lo miró fijamente. —No lo estaba mirando.Sólo que cuando me quitaste el teléfono justamente estaba en esa página—,ella intentó de explicar Jorge sonrió y dijo: —Está bien. Debo hacer ese tipo de bromas si quieres—. ¡Lo ha hecho intencionalmente, seguro!Después de echarle un vistazo con un puchero, Lola salió del automóvil y trotó hacia el centro comercial. Mirando a su figura , Jorge no pudo evitar sonreír, —¡Qué adorable es! Se sintió un gran honor de tenerla. Ella merece lo mejor. —Lola, te haré feliz—. Jorge pensó para sí mismo. Había solo unos pocos clientes en la tienda por la mañana. Así que Lola y Wendy estaban ocupadas probando las nuevas prendas para poder presentar con precisión y rapidez los aspectos más destacados de la ropa a los clientes que lo solicitaban. Lola se puso un top de gasa blanca de manga corta y una falda corta azul marino con lunares.Ella tiene una figura curvilínea, ni gorda ni huesuda. La ropa de tamaño mediano le quedaba bien. —Disculpe, me gustaría probar esto—.Una chica regordeta también quería probarse esa falda y la parte superior, ya que la llevaban bien. —OK. Espera un momento—.Lola sacó la ropa extra grande y se la dio. Después de que esa chica entró en el probador, Lola fue a cambiarse de ropa a

toda prisa. El gerente se acercó y dijo: —Lola, no hay prisa. Pruebate otra ropa después de atender a este cliente—. Lola solo pudo asentir. Uno tenía que decir que el gerente era una mujer premonitoria, porque esos recién llegados se vendieron bien después de que Lola se los probó en la mañana. Después del almuerzo, hubo pocos clientes y una sensación de somnolencia se apoderó de las guías de compras. En ese momento, un hombre y tres mujeres llegaron. Eran Miguel Mota, Rosa Flores, Lucia Velazque y Cindy Ramos. Lola les hizo la vista gorda y siguió revisando la ropa la estantería. Pero alguien no la dejaría ir fácilmente. Ellos solo vinieron por ella. —¿Dónde está Lola?—Una de las mujeres preguntó en voz alta. La guía de compras experimentada que los recibía se deprimió porque había perdido algunos clientes potenciales. No tuvo más remedio que llamar a Lola. Lola suspiró, —No hacen nada bueno. Lo sé—.Ella no quería causar problemas en el lugar de trabajo. En cambio, lo único que quiere es cumplir con su deber y trabajar duro.Había mucha incertidumbre sobre cómo terminarían las cosas ... —Tome un poco de agua, por favor—.Con la ayuda de Wendy, Lola les sirvió unos vasos de agua. Rosa aún llevaba una tirita en la cara, y estaba ansiosa por cortar a Lola en pedazos. Miguel se ha vuelto super amable y cortés, esto hizo que Lola se sorprendiera un poco. Cindy y Lucía estaban preparadas para ver el espectáculo que se iba a montar, especialmente Lucía, que estaba mirando de reojo a Lola de principio a fin —Qué miras puta zorra asquerosa!— Rosa gritó tras ver a Lola mirando a MiguelSu grosero comentario hizo que uno sintiera curiosidad por saber dónde se había ido la educada de Rosa. Lola estaba tan ciega que llevó a una mujer como Rosa a ser la mejor amiga durante una docena de años. ¡Ay! Tan pronto como Rosa dijo los insultos, todos los demás tenían sus ojos enfocados en ellos. —Estoy mirando a una perra—.Lola respondió con indiferencia. Entonces el gerente se acercó a ella, gentilmente tiró de su brazo y le guiñó un ojo. Lola exigió directamente: —Gerente, estoy ocupado. ¿Podrían otros compañeros de trabajo sustituirme para que les sirva?

Lola no tenía ganas de provocar problemas ese día, ya que encontrar un trabajo no era fácil y no quería volver a empezar.Era mejor ahorrar problemas. —Buenas tardes, señoras y señores. ¿Te importaría presentarte una guía de compras con experiencia. Ella es nueva aquí.!—El gerente les preguntó con una sonrisa profesional. Rosa miró al gerente con una mirada desdeñosa, —¡No, nadie será más adecuado que ella!¡Lola, ve a buscar nuevas llegadas para mí!—Rosa ordenó a Lola arrogantemente, mientras miraba a la revista.

Capítulo 33 Perra Oliendo algo inusual, el gerente agarró a Lola para que seleccionara la ropa para ellos. —Lola, ¿conoces a esos tipos?—preguntó el gerente de la tienda por preocupación. Aunque era nueva aquí, Lola era una chica agradable y hermosa, además de una buena vendedora. El gerente la valora muchísimo —Gerente, puedo ponerlo en problemas más tarde. Disculpe por eso. Pero haré todo lo posible para ser genial con ellos—Hasta que se pasen tres pueblos. —OK. Traer todas estas prendas de calidad para ellos—.El gerente de la tienda le pasó algo de ropa a Lola. Con una sonrisa profesional, Lola sostuvo la ropa en sus brazos y se acercó a sus enemigos, —Hola, ¿qué piensas de estos nuevos vestidos?Por favor, pruebelo—. —Esta humilde esta vendedora, debe estar engañando a mi prometida y a sus amigos a propósito, al proporcionarles ropa anticuada—, criticó Miguel, que se tendió en el sofá sin prisa y desechó su juicio sin siquiera echar un vistazo a la ropa. ¿Humilde vendedora?—Miguel, échale un buen vistazo a estos, rosa, azul y blanco. Todos ellos son los mejores colores del año, y ninguna de estas prendas está pasada de moda—.Lola se dijo a sí misma que debía mantener la calma y no pelearse con un grupo de perros rabiosos. —Mi prometido tiene la última palabra al respecto. Ve y escoge otra ropa para mí—.Rosa sostuvo a Miguel del brazo y se apoyó en su hombro íntimamente. Lola respiró hondo, le dio la ropa a Wendy y recogió algunas prendas de diferentes colores. —No me gusta el morado. Cámbialo—.Rosa mostró aversión en su rostro y señaló el morado, actuando como si le doliera la cabeza. —No me gusta el verde. Cámbialo—.Lucia estaba con su teléfono móvil y ni siquiera miró bien la ropa que traía Lola. Solo Cindy se centró en la ropa seleccionada y mostrada por Lola. Ella quería decir algo. Pero al ver lo que Rosa y Lucía estaban haciendo, decidió permanecer en silencio. —Vais a probar alguna prenda o no?Ya terminé de serviros!—Lola se colgó

la ropa. —Vea llamar a tu supervisor. ¿Es esta la actitud que deberías tener?—Rosa gritó de una manera exagerada. El gerente los tranquilizó instantáneamente, sin éxito. —¿Dónde está el supervisor? Solo le pedí que escogiera otra ropa para mí. ¡Mira cómo se comporta!—Rosa fue muy persistente en quejarse con el supervisor. El gerente se dio cuenta del postigo adhesivo y envió a un empleado a llamar al supervisor. —Si estáis aquí para comprar ropa, mis compañeros de trabajo te servirán. Si no, iros a vuestra casa. ¡No salteis sobre mí!—Después de colgar toda la ropa, Lola comenzó a razonar con ellos. —¡Saltarnos sobre ti?, Bah!.¿Quién crees que eres?—Rosa miró a Lola con desdén. Al pensar en la cicatriz en su rostro, ¡Rosa decidió dar una lección a Lola! —Obviamente, lo has hecho intencionalmente. ¿Cómo podrías inventar una acusación contra Lola?—Wendy se paró junto a Lola y sacudió suavemente su mano para mostrar su apoyo Sara ignoró a Wendy, mientras la miraba con desprecio. —Lola, estás loca, ¿no?La única hija de la familia Hernandez si eres capaz por qué no compras esta tienda. Estás perdiendo el tiempo trabajando como guía de compras aquí.¡Perra! —Rosa, a quién estas llamando perra!—El comentario de Rosa irritó a Lola. Cuando Lola dio un paso adelante y estaba a punto de abofetearla, Miguel la tomó de la mano y la arrojó casi al suelo.Gracias a la reacción rápida de Wendy, la ayudó para mantenerse en pie —Pues claro que es a tí, ¿Qué pasa? ¿el personal tiene la impertinencia de golpear a los clientes?—Al escuchar eso, Tina Luque, la supervisora que llegó apurada, se disculpó inmediatamente con una sonrisa. Después de echarle un ojo a Lola, la supervisora Luque sabía que era esa guía de compras la que tenía un conflicto con esos clientes. —¿Qué pasa contigo?¡discúlpate rápido! —Disculparme?No merecen ninguna disculpa—.Lola obstinadamente miró a Tina Luque, que no estaba calificada ya que culpó al empleado sin preguntar lo que habia pasado. Rosa se levantó y caminó hacia Lola. —Lola, realmente quiero saber qué te hace sentir tan orgullosa. ¿Estás descontento con el hecho de que Miguel me eligió? Al oír las palabras, Lola estalló en carcajadas, como si Rosa hubiera hecho una gran broma. Los cuatro pusieron una expresión avergonzada entonces.

—No vale la pena anhelar que regrese el perro desleal—.Sin pensar en la animada discusión y la cara hosca de Miguel, Lola agregó con una sonrisa desdeñosa, —¡Qué idiota! Si te gusta, vete con él—. —Lola, cuida tu boca.Escucha ... —¿Escucha qué?¿Qué quieres decir?¿Me vas a decir cómo te acostaste con él?¿Qué tal si te llamo, la reina los gemidos? —Pah!—Un sonido de golpe sonó en su cara, el mundo se quedó en silencio, Rosa ya estaba bastante furiosa, al ver que Miguel levantó la mano, sonrió en su interior La cara de Lola fue bofeteada, se tapó la cara con su mano, y se arreglo el pelo, que estaba desordenado —Ustedes dos, perra y puto, sois una pareja perfecta. Hombre de tres segundos, les deseo amor eterno—.Lola sin expresión en el restro sacó el teléfono. En momentos importante tenía que pedir a yuda a Jorge —Cariño..— Jorge estaba de camino hacia la sala de reuniones, al escuchar el dulce voz de Lola, se quedó helado, mediante los archivos caidos al suelo lo dice todo Se quitó el teléfono de la oreja para asegurarse de que la llamada la hiciera su esposa. —Sí. Cariño, estoy siendo intimidado en el centro comercial. No quiero seguir viviendo ...—Todos los presentes estaban estupefactos, cuando vieron a esa mujer, que era fría, arrogante y distante hace un minuto, sollozando sus quejas. Rosa no sabía quién era su marido. Por el momento, solo sabía que había tomado la sabia decisión de persuadir a Lola para que rechazara la invitación a actuar en películas y avisos en la universidad, ya que vio a la hermosa Lola cambiar de cara tan rápido, eso muestra que ella pudiera ser una actriz competente. —¿Dónde estás?—Jorge siguó caminando sin importarle lo que le había caído, todo las gente lo miraba con una cara de incomprensibilidad. Detrás de él, el asistente Sánchez se apresuró a recoger los archivos y los siguió.Sánchez supuso que debía ser la señora Hernandez, porque nadie más que ella podía influir en el estado de ánimo del Jefe. —Estoy en Mirade Apparel en el tercer piso—. —Vale, ya lo sé—Después de colgar el teléfono, Jorge no se sentó. La reunión no era de gran importancia. Entonces Jorge decidió posponerlo.— Celebraremos la reunión en otro momento. Espere mi nuevo aviso—. Jorge salió de la sala de reuniones, mientras asignaba al asistente Sánchez algo importante que hacer. Los que estaban en la sala de reuniones se miraron el uno al otro, sin saber

por qué. Jorge colgó el teléfono directamente. Lola se puso nerviosa, ya que no estaba segura de que si su esposo vendría a rescatarla ... —Lola, ¿cómo te atreves a insultar a los clientes durante las horas de trabajo? ¿Quieres que te despidan?—Al darse cuenta de que Miguel le guiña un ojo, el Supervisor Luque pronto sopesó qué lado era relativamente importante.

Capítulo 34 Depende de su marido —Entonces, los clientes intimidan a tu personal durante las horas de trabajo. ¿Lo vas a dejar pasar?¿Podrías por lo menos ser un poco razonable?—replicó Lola sin moderación. —Supervisor, puedo testificar que esta dama fue la que causó problemas en primer lugar—.La voz de Wendy era baja, pero era obvio que apoyaba a Lola. —Aun así, debe hacer todos los esfuerzos posibles para evitar cualquier conflicto con los clientes. No debería tener que decirle cómo hacer su trabajo —.En comparación, Lola no era nada para el Supervisor Luque. No importa cuál fuera la verdad, ella no apoyaría a un empleado a costa de ofender a los posibles compradores. —Ustedes cuatro, ¿os atreveis a quedarse aquí y esperar a mi marido?— Decepcionada con la adulación del supervisor y su falta de responsabilidad, Lola no quiso hacerla caso —Sí, por supuesto. Lola, esperaremos aquí. ¿Quién es tu viejo?¿Crees que puede asustarnos?—Acariciando sus uñas recién pintadas, Lucía miró a Lola con desdén. Tenía todas las razones para creer que el marido de Lola era más un millonario de la noche que un pez gordo. Le vino a la cabeza de Miguel el hombre de la discoteca SOHO. Miguel habia gastado una gran parte de dinero investigando a ese hombre, pero no ha podido conseguir nadaIncluso los mafiosos no quería revelar su nombre. En ese momento, Miguel estaba curioso por ver a ese tipo La familia Mota, la familia Flores, la familia Velazque y la familia Ramos eran magnates de los negocios en la ciudad —Si tuviéramos que atacarlo, su marido no tendría ninguna posibilidad—, pensó Miguel. —Viejo. Eh, Lucía, esperemos y veamos. Te vas a arrepentir—, pensó Lola con una sonrisa encantadora.Aunque Lola no sabía nada de Jorge, sólo sabía que era mejor no subestimarlo. Luego, un grupo de personas, el Gerente General y varios otros altos gerentes del centro comercial —Isla Azul— entraron a Mirade Apparel. —Jaja. Lola, te casaste con un anciano, tal como esperaba—.Al ver al calvo de 50 años, Lucia se echó a reír. Aunque Rosa no se rió, el desprecio en su rostro no podía ser disimulado.A diferencia de ellos, Miguel tenía una duda persistente: —¿El hombre en el bar no

es su marido? —Lola, ¿de verdad ...?— Señalando al Director General, la preocupada Wendy estaba demasiado asustada para terminar sus palabras.¡No! La última vez, no le pareció tan viejo. —Wendy, ¿en qué estás piensando?—Lola golpeó los brazos de Lola, ya se estaba claro que Lola no se iba a casar con un hombre que era más mayor que su padre. Wendy al ver las reacciones de Lola, se relajo —Menos mal, menos mal —¿Que está pasando aqui?—Mientras se secaba sudor furtivamente, Antonio Silva se preguntó quién sería capaz de hacer que el asistente del CEO hiciera la llamada.Antonio Silva se había reunido con el CEO en su primer día en el cargo. En su opinión, ese CEO parecía un demonio que incluso podía congelar el aire. Al ver a Antonio venir en persona, el Supervisor Luque echó un vistazo a Lola con un sentimiento mixto. ¿Podría ser que Lola fuera la amante del gerente general?Por un tiempo, el supervisor perdió palabras. —Señor Silva, soy Miguel Mota. Hemos cenado juntos varias veces antes —.Miguel estrechó la mano de Antonio. —Señor Silva, soy Rosa Flores, hija de Paco Flores—.Rosa le paso la mano —Señor Silva, soy la hija de Hank Velazque, Lucia Velazque—. —Señor Silva, soy Cindy Ramos, la hija de Carlos Ramos—. ..... Efectivamente, el padre es la clave en esta era. Lola se sintió avergonzada, porque solía depender de su padre.Pero ahora, ella depende de su esposo. —Oh, te conozco. Sr. Mota, hace mucho tiempo que no os veo—.Al darse cuenta de que el conflicto surge entre cuatro generaciones ricas y una guía de compras, Antonio Silva lo tomó como un pedazo de torta. Miguel asintió levemente con la cabeza. Como habían cenado juntos varias veces antes, Miguel pensó que Antonio estaría de su lado. —¡Disculpate con nuestros honorables clientes ahora mismo!—Antonio enderezó la cara para regañar a Lola. Al ver que el Gerente General no muestra ninguna parcialidad hacia Lola, el Supervisor Luque dejó escapar un suspiro de alivio. —¿Disculparmes?¿Sabes algo sobre todo el asunto? ¿Ves la marca roja demi cara? ¿Cómo puedes pedirme que me disculpe casualmente?¿Estás ciego?— argumentó Lola en voz alta. ¿Cómo podría un centro comercial atraer a tantos clientes mientras mantiene a estos empleados irrazonables?Parecía que Jorge no podía resolver el problema ... El comentario de Lola provocó un escalofrío entre los empleados, y algunos

de ellos aguzaron las orejas para escuchar con atención. Antonio parecía furioso, ya que casi ningún miembro del personal se atrevió a hablarle de esa manera. —¿Cuál es tu nombre? ¿Quién te trajo? ¡Estás despedido para siempre! Las mujeres hostiles sonrieron. —¿Pero el gerente no era el marido de Lola? ¿Cómo podría tratarla así?— Se miraron confundidos. —¿Vuestro CEO también está ciego? ¡Es fantástico que te nombre a ti y a Tina Luque como gerentes!¡Todo el personal bajo tu dirección renunciará tarde o temprano!—En realidad, el centro comercial —Isla Azul— ofreció una remuneración y beneficios favorables al personal hace dos años.Entonces, mucha gente se apresuró por la oportunidad de trabajo allí. Después de que Antonio Luque fue trasladado allí, redujo indebidamente el salario del personal. Una vez atrapó un empleado que desayunaba durante las horas de trabajo y le impuso una multa de 500 dólares —Sí, el CEO esta ciego absolutamente—.La voz familiar vino desde atrás. Lola al instante se sintió aliviada. El sudor corría por la cara de Antonio, mientras escuchaba la voz. —qué rápido ha venido—, pensó Antonio... Todos miraron hacia la dirección del sonido y vieron a un hombre alto y digno con una camisa blanca, seguido por su asistente. El hombre adelante parecía el dios. Mientras se acercaba, todos podían sentir el aliento agresivo y frío.Incluso una mirada de él haría que todos se sintieran humildes. Todas las mujeres presentes se emocionaron tanto que su corazón palpitó. ¡Qué guapo es! Oh Dios mío.¿Cómo podría un hombre ser tan elegante?Rosa también quedó muda al ver al hombre, ya que mostraba una apariencia y un temperamento extraordinarios. —Jefe, aquí vienes. Esta guía de compras fue tan irritante que incluso ofendió al superior. Pronto lo arreglaré—.Antonio se inclinó y caminó hacia Jorge. Aunque confundido acerca de su comentario, Antonio no se atrevió a preguntar qué significaba. El asistente sonrojó, mientras Antonio lo avergonzaba. El asistente se lamentó de haber contratado al estúpido Antonio,quien no sabía la situación y se atreviera a enfrentar a la señora Hernandez —¿Ofender el superior?Sr. Silva, ¿te habrás equivocado no?—El asistente Sánchez le guiñó un ojo a Antonio para que dejara de hablar. Ese idiota nunca debería molestar más al CEO; de lo contrario, las consecuencias serían demasiado graves para él ... —Er ...— el comentario de Sánchez hizo que todo el mundo se quedaran en

blanco Al ver la marca roja en el rostro de Lola, Jorge irradió una fría mirada. De repente, su mirada fría trajo la Muerte a la mente de Lola. Sin pensar demasiado, Lola se arrojó en sus brazos, —Cariño, ¿por qué has tardado tanto?

Capítulo 35 No le dejaré ir así de fácil Sabiendo que era solo un espectáculo, Jorge todavía la sostenía por la cintura, con un toque de sonrisa en sus labios. —Lo siento, he llagado tarde.—Jorge dijo en voz baja, lo que lo hizo más encantador. Su exhibición pública de afecto sorprendió a todos los presentes.—¡a diós!— Antonio dijo en voz baja.No es de extrañar que el asistente Sánchz dijera que estaba loco. —Eh, jefe ... —Desde este momento, serás removido de la oficina. Sánchez, ¿este hombre lo trajiste tu verdad?No recibirás paga en los próximos dos meses. Esa mujer es despedida para siempre, y Wendy tomará su lugar—. Tal era su forma de hacer las cosas. Jorge era un gobernante nacido, y todos deben ceder a su voluntad. Wendy se quedó tan sorprendida que no podía ni cerrar la boca, que la tenia tan abierta debido a la sorpresa. No se podía creer que ha ascendido al puesto de gerente. Tina Luque, con la cara pálida, se arrodilló en el suelo. ¡Mierda! Para este trabajo, había sobornado al superior con decenas de miles de yuanes, y todo se ha ido en vano. Los cuatro no apartaron los ojos de Jorge y Lola, luciendo celos y envidias.Pero les esperaba una sorpresa mucho más grande ... —Sánchez, informa a Samuel Silva que cambie el nombre del representante legal del —Isla Azul— a nombre de Lola Hernandez—.El asistente Sánchez inmediatamente sacó su teléfono para llamar a Samuel. El nombre —Samuel Silva— fue un gran shock para todos los demás. Samuel Silva, 29 años, era un reconocido abogado con la reputación de fiabilidad, precisión y actitud profesional.Con una visión amplia y una rica experiencia social, el instruido Samuel Silva era muy conocido en todo el mundo a una edad temprana. Por el momento, era al mismo tiempo el asesor legal del gobierno de esta ciudad. Además, dio conferencias en prestigiosas universidades de todo el mundo como profesor principal.En resumen, Samuel Silva era una figura legendaria en el campo de la ley. Ser abogado parece ser algo muy natural para él. No fue fácil

contratar a este increíble abogado. El dinero no siempre hablaba, ya que un hombre como él no necesitaba dinero para nada. Además, tenía que concertar una cita con él medio año o incluso un año antes. Las caras de Miguel y Rosa tomaron una expresión espantosa. Si ese hombre tuviera una relación tan cercana con Samuel Silva, terminarían en la pluma de ser acusado. El asistente Sánchez luego pudo afirmar que su jefe no solo se había casado, sino que también haría todo lo posible para su esposa. —Tendré que hacer las pelotas a la señora en el futuro—, pensó Sánchez —Espera—, le dijo Jorge a Sánchez. —Cariño, ¿quién hizo esto?—Jorge acarició suavemente su mejilla roja y preguntó. Como Lola aún no se había recuperado de la noticia de que pronto se convertiría en la representante legal del centro comercial, no se dio cuenta de que Jorge le estaba hablando. —¿Querido?—Jorge la llamó con ternura. Lola oyó eso y se sobresaltó de nuevo ... Lola nunca había pensado que Jorge la llamaría cariño de una manera tan suave ...Mente en blanco, inconscientemente dejó salir un nombre, —Mota de tres segundos—. .........Todo el mundo puso una mirada exagerada de incredulidad, esperando lo que vendría después. —Joey, dile a Samuel que acuse a Miguel Mota de una lesión intencional y maliciosa. Creo que puede ser sentenciado a tres o diez años de prisión ... Ante eso, Miguel se puso tan nervioso y asustado que no pudo pronunciar ni una sóla palabra.Lo que Jorge dijo luego lo arrojó a una desesperación sin fin. —Después de que sea liberado, infórmame de inmediato. No le dejaré ir así de fácil—. .......—¡Asombroso!— Sánchez pensó y silenciosamente tomó el teléfono para llamar a Samuel. —Espera. Hace un momento, la señorita Velazque te llamó viejo. Jajaja —.Sánchez se detuvo nuevamente por Lola esta vez. Aunque era un caluroso día de verano, el aire circundante podía congelarse. Lola fue la única que sonrió alegremente con el deseo de provocar más problemas. —Viejo ...—Jorge consideró cuidadosamente las palabras y dijo: —Sánchez, acusa a la mujer de difamación. Tendría que ver al menos medio año en prisión —. —y ¿qué pasa con la top de los gemidos?ella es mi perra, no me la quite La top de los gemidos?Jorge intentó no reirse y decidió dejar para que haga

Lola lo que quiera con ellos. —Los demás dependen de ti—. —¿Quién diablos eres tú? ¿Quién te da el poder de determinar el destino de otras personas?—Miguel siguió gritando. Jorge sostenía la mano pequeña y suave de Lola, sintió pena por ella, ya que había tenido días difíciles recientemente.Al escuchar el comentario de Miguel, Jorge lo miró de inmediato, esto hizo que Miguel se callara la boca al instante. Si Miguel sospechara de su poder, Jorge le hará saber lo que él es capaz de hacer Todas las recompensas y castigos fueron dados finalmente. Los de afuera dieron un suspiro de alivio. Los cuatro casi se volvieron locos y huyeron en pánico. En menos de diez minutos, el representante legal del —Isla Azul— fue cambiado, y el Gerente General fue despedido.Una acalorada discusión estalló entre el personal entusiasmado, como si finalmente vieran un futuro brillante por delante. Todo estaba hecho. Sánchez dejó escapar un largo suspiro de alivio. —Cariño, ¿estás satisfecho con eso? ¿Puedo dormir contigo esta noche?— Jorge le susurró a Lola. Lola se sonrojó ante sus palabras y le dio un puñetazo en el pecho.—¡De ninguna manera!—Lola llevó a Wendy al vestuario. Como no, Lola perdió su trabajo otra vez ... Lola se sentó en el vestuario, sintiéndose impotente. Ella sacudió a Wendy, que aún estaba sumida en sus pensamientos, y dijo: —Wendy, ¿estás bien? —Estoy bien. Lola, he ascendido! ¡El supervisor del la —Isla Azul—!El suelo es mil veces más alto que la que tiene ahora! —Sí. Pero perdí mi trabajo—.Jorge era un hombre de acción. Lola era la representante legal del centro comercial entonces. Sería extraño si ella continuara trabajando como guía de compras allí. —Lola, una mujer rica como tú puede tener cualquier trabajo que desee. No hay necesidad de preocuparse por esto—.Wendy no podía entender por qué estaba infeliz. Lola estaba un poco deprimida y no dijo nada.En las siguientes horas, Wendy estaba ocupada cumpliendo con las formalidades, mientras que Lola vagaba por el centro comercial y luego regresaba a casa en su motocicleta. En la casa de Mota Los cuatro llegaron a la casa de Mota, Miguel llamó a su padre, que estaba en el trabajo, para que volviera a casa. Padre, ¿sabe algo sobre el CEO de la —Isla Azul—?—La última esperanza

de Miguel quedó completamente rota por la respuesta de Pablo Mota. —Su nombre es Jorge Jimenez, y acaba de regresar del extranjero para hacerse cargo del SL Group. ¡Ese hombre es un dios—Pablo Mota no había visto a Jorge antes, pero había oído hablar de él. Sintiéndose terriblemente mal, los cuatro se miraron el uno al otro. —Padre, lo hemos ofendido. Si Rosa no retira el caso contra Lola, todos estaremos en la cárcel—.Pablo estaba sin aliento y casi perdió el conocimiento, después de que Miguel le dijera brevemente a su padre lo que había sucedido en la mañana. Lola se casó con Jorge?Pero Pablo nunca escuchó que Jorge había estado casado. De todos modos, no era importante.El punto era que Lola estaba bajo la protección de Jorge y que su hijo lo había ofendido, deletreando más problemas. —¡Rosa, deja el caso en contra de Lola!—Pablo tomó una decisión rápida. Rosa miró a Miguel con una cara pálida, preguntándose si Jorge era realmente tan poderoso como la gente decía que era.

Capítulo 36 Asignar un trabajo —Si nos unimos las 4 familias no seremos capaz contra un solo Jorge?— Lucía Velazque no estaba convencida con las palabras de Pablo. ¿Quién hubiera pensado que el bastardo afortunado se casó con un marido tan poderoso? —Es difícil decirlo. Rpsa, retira el caso primero. Lo discutiré con tu padre —.A pesar de ser misterioso y de bajo perfil, Jorge era un hombre insuperable en su poder.Es mejor evitar la confrontación frontal con una figura tan peligrosa. Rosa sólo tenía que llamar a su abogado para dejar el caso de Lola.Con odio, ella hizo una investigación sobre Jorge. Pablo Mota se puso en contacto con Paco Flores, Hank Velazque y Carlos Ramos. Luego tuvieron una discusión en la sala de reuniones. Todos ellos eran hombres de negocios sofisticados. Sin embargo, todos se callaron al mencionar el nombre de Jorge. —Pablo, el poder de Jorge y su salvaje ambición están más allá de nuestra imaginación. Es una maravilla que él pueda establecerse firmemente en el campo empresarial a una edad tan temprana. Ahora que sabemos que Lola es su esposa, no debemos provocarla—. Carlos Ramos era el más tímido de todos ellos. Era su costumbre mantenerse alejado de aquellos que no se atrevía a provocar. —Carlos, no es bueno despreciarnos a nosotros mismos. Nuestros hijos pueden ser enjuiciados. No podemos dejar que la cosa se acabe así—.Paco Flores dijo con una cara de enfado, porque no creía que Jorge fuera tan poderoso como para rivalizar con los cuatro. —¿y encima?!Si no fuera porque Miguel y Rosa provocaron a Lola en primer lugar, mi Cindy no estaría involucrada en este asunto—.Carlos ya había advertido a Cindy de que no se acercara a esa intrigante Rosa.Pero Cindy se negó a seguir el consejo de su padre. Pero afortunadamente, parecía que Jorge no la culpaba, ya que ella apena había hablado. —Carlos, ahora mismos estamos todos atados en el mismo caso. No digas eso—.Pensando en su decepcionante hijo, Pablo se puso rojo de ira y decidió darle una lección después de regresar a casa. Carlos se fue de inmediato, porque no quería involucrarse en este asunto. Decidió mantener a su hija castigada al regresar a casa.—Pablo es un zorro viejo que incluso traicionó a su mejor amigo. Es mejor mantenerse alejado de él—, pensó Carlos Ramos

La actitud de Carlos irritó a los otros tres. —Rosa suspendió la demanda. Podríamos averiguar algo más tarde si Jorge siguiera insistiendo en este asunto. Si no lo hiciera, ya se pesó el tema. En cuanto a lo que ha sufrido Miguel y Rosa, ahora mismo no es el momento adecuado para vengarse.—.Después de pensar un rato, Pablo decidió dejarlo así Pablo debería advertir a Miguel y Rosa que no cause problemas a Jorge nunca más. En la casa de la familia Ramos. —Pah!—Una bofetada resonó ruidosamente en el salón. Cindy miró a su padre con incredulidad. —Carlos, ¿qué estás haciendo?—Kelly Bazán se apresuró y aguantó a Cindy en los brazos, su hija menor, que casi cayó al suelo de la bofetada de su padre, preguntándose qué hizo su hija para que Carlos que pongara así —¡Cindy Ramos!¡Desde este momento, mantente alejado de Rosa Flores y de Lucía Velazque, o de lo contrario serás expulsado de esta casa!—Carlos la había advertido muchas veces, pero Cindy siempre se hace la sorda. ¡Fue por pura suerte que logró mantenerse fuera de este lío, o toda la familia y el Grupo BeatifulLife se hundirían con ella! Si Paco Flores y los otros sabía lo que era capaz de hacer Jorge, estaba claro que nadie se atrevía a enfrentrarse contra él —¡Padre!No hice más que salir con ellos. ¿Por qué me pegas por esto?—Era la primera vez que Cindy había sido abofeteada por su padre. Por lo que casi se quedó sin palabras de lo triste que estaba —Incluso salir está prohibido. Te meterán en problemas. ¿Sabes quién es el marido de Lola?Si hubieras dicho una palabra más ofensiva a Lola en ese momento, habrías puesto a nuestra empresa en un peligro extremo. Es una suerte que siempre has sido una chica tranquila. ¿Sabes qué? A pesar de que la zorra de Rosa retirara el caso contra Lola, ¡Jorge no dejará que la cosa se acabe así, las companías de Pablo Mota y de Paco Flores tendrán problemas muy pronto!Cuando Carlos estuvo en los Estados Unidos hace varios años, vio cómo Jorge lo lió con un hombre que le ofendió. En ese momento, Jorge solo tenía 24 años. En una reunión, un hombre extranjero le insultó delante de mucha gente.En los próximos tres días, lo envió a la bancarrota. ¡Y en la semana siguiente, todas las empresas de su familia se quedaron en quiebra! El caso causó conmoción en todo el Estados Unidos. Nadie hubiera pensado que un hombre de 24 años tenía esa capacidad. Nadie sabía cómo Lola se casó con él.Tal es el caso, estaba claro que Jorge no dejaría que Pablo Mota y su Hijo ocupara la empresa de José Hernánez.

Aunque parecía que Jorge no hizo nada, seguramente tuvo algo que ver con el escándalo de Miguel y la cicatriz en la cara de Rosa.Sin su apoyo, era imposible que Lola pudiera salir de esto.y ahora bien, además de que no le va a pasar nada a Lola y encima se ha convertido en el representante legal de —Isla Azul—, todo eso quiere decir que Lola es muy importante para Jorge —Lo siento, padre. ¡No saldré con ellos nunca más!—Cindy inclinó la cabeza para disculparse. Aunque su padre no la abofetara, no se uniría con Rosa para provocar a Lola otra vez,, ya que Jorge la había asustado muchísimo. —Muy bien, buena chica.Si ya sabes todo, no te castigaré. Está todo bien entonces. Vuelve a tu habitación—.Carlos miró a Cindy con satisfacción. Él tuvo tres hijos. Cindy, su hija menor, era la más obediente y tambien la que más le gustaba. Pronto se le quitó los cabreos. —Pero, padre, Rosa dijo que no se daría por vencida tan fácilmente anoche ...De repente Cindy recordó de eso. —Déjala que haga lo que quiera. Por el momento nos mantenemos bajos. Ve al extranjero por un tiempo y aléjate de ella—.Carlo tenía miedo de que Rosa buscara problema a su hija. Entonces decidió enviar a su hija al extranjero. Resultó que Carlos tenía razón. En los días siguientes, Rosa llamó a Cindy más de una vez para pedir ayuda. Pero ella no pudo ponerse en contacto con Cindy. Durante sus descansos en casa, Lola había estado dando vueltas en su cama, sintiéndose extraña.Luego tomó la decisión de buscar otro trabajo. Se graduó de la Escuela de Cine y Televisión ¿Era el momento adecuado para solicitar un trabajo en una compañía de cine?Bueno, esa parecía ser la única forma. Jorge llegó a casa a las 6 pm ese día. Después de cenar juntos, Jorge se fue al estudio. Al pensar en la noche en que le trajo un vaso de leche y luego la jodió, Lola, sabiamente, se quedó en su habitación y sacó su teléfono para enviarle un mensaje a través de Instagram, —Creo que es necesario informarle que irá a una compañía de cine para solicitar un trabajo mañana ! ·@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@ —Harry respondió muy pronto,— ¡De ninguna manera! ...Lola se arrepintió de haberle contado su plan. —Por qué! —Pues porque no, vente mañana a mi empresa, Sánchez te asignará un trabajo!—Jorge agarró con fuerza su móvil, recordando los días cuando su novia entró en el círculo del entretenimiento y se distanciaron el uno del otro. Ella simplemente siguió diciéndole a Jorge, —Jorg, tengo mi sueño. Volveré

contigo después cumplir mi sueño—.Jorge había caído en una interminable espera desde entonces.

Capítulo 37

Ver a la madre de Jorge por primera vez —Volveré contigo el próximo mes porque estoy ocupada este mes—.sin embargo, Jorge esperó durante tres meses. —Jorg, sólo voy a ver a un director. Estaré bien—.Ella no escuchó las advertencias de Jorge. En consecuencia, ella fue drogada por el director. A pesar de que la familia Moza había influido en el veredicto final y sentenciado al director a la muerte, lo que sucedió ya estaba sucedido. @@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@ —Jorg, esta ceremonia de premiación significa mucho para mí. ¡Debo estar presente!—Sin embargo, ella se fue por un largo tiempo, tiempo durante el cual incluso fue atrapada por la cámara abrazándose con otras celebridades masculinas. ............... Todo esto fue por su llamado sueño. Bueno, su sueño se hizo realidad. Ella se había convertido en una súper estrella internacional. Pero, ¿acaso ella no estaba más ocupada que antes? Sintiéndose agitado, Jorge abrió una botella de licor y bebió lentamente. Finalmente, Lola decidió buscar a Jorge, ya que era mejor hablar con él en persona. Pero cuando abrió la puerta del estudio, fue recibida con un olor acre a licor y cigarrillo. Todas las ventanas de la habitación estaban cerradas con una luz oscura La habitación llena de humo hizo que Lola tosiera levemente varias veces. Jorge todavía estaba sentado en el sofá, bebiendo licor blanco. —Jorge, ¿qué estás haciendo?—Lola nunca había visto a Jorge tan triste Lanzó una fría mirada hacia ella con sus ojos llena de venas, lo que hizo que Lola se sintiera algo herida. —Dejate de beber y ve a tomar una ducha—Ella tió la botella de su mano y la puso sobre el escritorio.Luego trató de quitar el cigarro que tenía Jorge en la boca, pero Jorge lo esquivó El aro de humo chocó con la cara de Lola e hizo que Lola tosiera con lágrimas —Jorge, ¿qué estás haciendo ... ?—Jorge apagó el cigarrillo y se apoyó en el sofá con los ojos cerrados.

Lola no sabía qué hacer, —¡Véte a duchar!—Ella intentó levantar a Jose del sofá, pero fue en vano. Sin embargo, Jorge tiró suavemente de ella y se la llevó entre sus brazos. —Jorge... —Sh...—Silencio ... No digas nada. Mantente en mis brazos por un tiempo —.Al escuchar eso, Lola no se movió más.Jorge abrazó a la mujer en sus brazos, oliendo su aroma único y diciéndose a sí mismo que esta mujer, a diferencia de esa mujer, siempre estaría aquí con él, y que Lola le pertenecía. Debe de haber sufrido algo. A pesar de que él permaneció en silencio, su tristeza no se perdió en ella. Por un momento parace que Lola se dió cuenta de algo.¿Fue por esa mujer? ... Sentada sobre las piernas de Jorge, Lola puso las manos alrededor del cuello.Ambos necesitaban un abrazo y un hombro para descansar. Nos se sabía en qué momento, ella había dejado de resistir a Jorge y, en cambio, se había vuelto cada vez más dependiente de él.Tal vez, ella nunca se había resistido, pero solo se había vuelto cada vez más dependiente de él. Lola llenó la bañera de agua. Después de un baño, Jorge la abrazó en la cama. Esa noche, él fue muy gentil,dejándola con la impresión de que ella no era la que Jorge tenía en mente cuando dormía con ella ... Al día siguiente, Jorge volvió a su habitual mirada fría, como si lo que pasó anoche fuera solo una ilusión.Sin embargo, Lola se había dado cuenta de que hay otra mujer en el corazón de Jorge y que esa mujer no era ella. Hizo caso a Jorge y entró en SL Group. Sánchez le dio varias opciones de diferentes puestos, y finalmente eligió postularse para el Departamento de Investigación y Desarrollo de mascarillas faciales para ser una asistente de formulación. Ella dudó de su elección ya que la elegió puramente por interés.Pero no importaba la posición que eligiera, porque solo quéria pasar el tiempo. Después de vengarse y encontrar a su padre, se irá a compañía de cine, o sus esfuerzos gastados todos estos años serían en vano. El formulador con el que va a trabajar era una mujer experimentada llamada Juana, que tenía más de 40 años.Como veterano, Juana era un poco arrogante, aparte de eso, no tenía más deficiencia En el primer día de trabajo, después de saber el funcionamiento sobre el Departamento de Investigación y Desarrollo, Lola pasó el resto del día en la comprobación e impresión de datos. Excepto los que erán más jóvenes,no les gustó la idea de que el asistente Sánchez trajiera a LolaPero todos los demás fueron bastante buenos con ella. Después del trabajo, Lola recordó que Jorge quería mantener un perfil bajo

sobre su matrimonio.Por lo tanto, ella montó en su moto y se dirigió directamente a casa sin avisarle. Cuando Jorge terminó su trabajo, recordó que era el primer día de que Lola trabajara en su compañía. Pero en ese momento, Lola ya estaba jugando con su teléfono móvil en la cama. Jorge parecía realmente ocupado. Rara vez estaba en casa, excepto los sábados y domingos, el resto del tiempo lo pasa en su oficina. Aunque trabajan en la misma empresa, Lola apena le veía Hasta que un día, cuando Lola observaba curiosamente a Juana haciendo experimentos con alguna fórmula,Otros compañeros hablaron en voz baja, — Oye, ¿sabes qué?Hoy mismo la madre del CEO estuvo aquí en la compañía —. —¿En serio?¡No lo sé!¿La viste?—preguntó Melisa Gómez —Sí, vi a la 'reina madre' en la planta baja justo cuando iba a enviar algunos materiales a otra empresa—.Estrella Bonilla recordó la escena en la que vio a la madre del CEO en admiración, con sus dedos rodando el cabello. ¿La reina madre? —¡Pero escuché que la madre del CEO se fue con una cara seria!¡¡no me digas!—Pero, pensándolo bien, ¿La reina madre podría ser su suegra? .......... Esa noche, Lola recibió un mensaje de Instragram de Jorge, diciendo: — Vamos a cenar esta noche, junto con mi madre—. ........ Así de repente hizo que Lola no supiera qué hacer, ella nunca pensó que tenía que conocer a su suegra! Después del trabajo, Lola se cambió y subió secretamente al piso del CEO. Excepto por Sánchez, otros se fueron del trabajo. Al ver a Lola, Sánchez la saludó apresuradamente. —Señora, estás aquí—. —¡Sí! ..¿Tu jefe todavía está ocupado?—Echando un vistazo a la puerta cerrada de la oficina del CEO, pensó que sería mejor golpear la puerta primero,por temor a que ella entrara en algunas escenas embarazosas como la última vez . En lugar de abrirle la puerta, El asistente Sánchez simplemente dijo: — Señora, el jefe dijo que puede entrar directamente a la oficina cuando llegue aquí —. Luego, Lola abrió la puerta y descubrió que Jorge todavía estaba ocupado con su trabajo, como era de esperaba. Al verla entrar, no dijo nada, pero tampoco hizo que Lola esperara demasiado.Completando el trabajo rápidamente, apagó la computadora y fue al

garaje con ella. —Bueno, ¿deberíamos ir a comprar un regalo?Esta era la primera vez que veía a su madre. Era necesario un regalo. —¡Como quieras! Harry condujo hasta un centro comercial cercano, donde Lola seleccionó un par de pendientes de oro con incrustaciones de jade como regalo a su futura suegra.Con este elegante regalo, Lola fue al garaje del brazo de Jorge felizmente. —Tu ... madre debe ser muy hermosa!—¡En el auto, Lola miró cuidadosamente a Jorge y sintió que debía estar en lo cierto! —Ella también es tu madre. Cuando la veas ... trata de no pensar demasiado —.Después de una pausa, Jorge sostuvo su mano izquierda con su mano derecha a la vez. Lola se sintió un poco desconcertada. Trata de no pensar demasiado? .Ella era su suegra ..

Capítulo 38 Zorra Diez minutos después, Lola se dio cuenta de lo que Jorge quería decir. En el Chalét —Señor, señora, bienvenidos a casa—.Al entrar al chalét, Lola sintió algo extraño con el ambiente y la mirada de la Sra. pepa también se parecía algo extraña. Jorge tomó su mano y fue al pasillo como si nada hubiera pasado.En un sofá de estilo europeo había una mujer sentada, que parecía tener más de treinta años. @Ella llevaba un traje blanco con un par de pantalones sueltos recortados, llevaba también unos tacones de cuero de un color similar. Su pelo negro y largo estaba flotando en el aire,creando un campo magnético de elegancia y de nobleza @Pero sus cejas marrones semi permanentes recién hechas se arrugaban y sus labios lucían un caro lápiz labial escarlata apretado, lo que revelaba su terrible estado de ánimo. —Madre, esta es mi esposa, Lola. —.Jorge sostuvo la mano de Lola con fuerza, como si hiciera una promesa. —Hola, madre!Soy Lola—Lola estaba un poco nerviosa, porque la palabra —madre— le parecía un poco desconocida desde que su madre falleció. —¡No me llames madre!—Rocio Moreno echó una mirada a Lola con desdén, —Jorge, ¿cómo puedes traer a esta zorra a casa? zorra?!Ella?Lola estaba confundida acerca de ser referida como una zorraMiró a Jorge inocentemente, se dió cuenta de que Jorge tenía una mala cara —Madre, Lola es mi esposa. ¡Espero que la respete!—Lola miró al hombre a su lado, sintiéndose emocionada. Ella estaba realmente agradecida con lo que dijo! —¡No reconozco que sea la nuera de la familia Jimenez!¡Ya tenemos una nuera, y no es esta zorra!—Rocío estaba completamente convencida de que Lola había sedució a su hijo. De lo contrario, ¡cómo podría su hijo renunciar repentinamente a Yolanda, su prometida a la que había amado durante más de una década! —Madre, Lola te compró un regalo—.Jorge hizo el sordo a lo que ella dijo y le dio un pequeño empujón a Lola, que sacó los pendientes de la bolsa de inmediato.

—Madre, ya que esta es la primera vez que nos vemos, no sé qué te gusta. Así que te compré...— Sin comprobar el regalo de Lola, Rocío de golpe tiró el regalo al suelo. Mirando el regalo descartado, Lola se sintió un poco angustiada. Ella respiró hondo y estaba a punto de decir algo, pero justo este momento Jorge dijo en un tono frío: —Eres irrazonable. ¡Vamos arriba! —Jorge, ¿cómo te atreves a decirme eso delante de esa zorra?—Rocío estaba asombrada Ignorando lo que su madre dijo, Jorge agarró la mano de Lola y subió las escaleras sin mirar atrás.Al llegar a la habitación de Lola, vio que todas sus pertenencias habían sido arrojadas fuera de la habitación en un lío. ...¿Cuánto le disgustaba esta suegra?¿Quién pudiera ser su nuera? Pero, ella debe guardar silencio y dejar que Jorge lo resuelva.—Señora Pepa —Jorge llamó a la Sra. Pepa al piso de arriba, seguida de Rocío. —Mueva las cosas de mi esposa a mi habitación—.Sin mirar a su madre, Jorge llevó a Lola a la habitación. —Jorge!—¿Cómo puedes dejar que esta mujer viva en la habitación de Yolanda y tirar todas las cosas de Yolanda? ¡Eres totalmente decepcionante!— Rosa llamó a su hijo por su nombre completo por primera vez. Parecía que ella estaba realmente enojada. Yolanda?Ese nombre le recordó a Lola el nombre —Yolanda— en su lista de contactos de Instagram ese día. ¿Podría ser el mismo? —¡Estoy aún más decepcionado de ti!—Jorge hizo una pausa y luego entró a la habitación sin mirar atrás. —Cómo te atreves!—Sra. Pepa, no hagas. ¡tíralo todo fuera!—Mirando la puerta bien cerrada, Rocío estaba tan furiosa que sus manos incluso temblaron. ¡Si pudiera, realmente quería tirar a esta mujer también! Jorge siempre había sido un hijo obediente. Pero la idea de que se casara con una mujer sin informarle primero a su familia era indignante. Ella había hecho investigaciones y sabía que esta mujer ya era bastante rica, pero desde entonces había perdido todo.¿Cómo podría una mujer tan pobre merecer a su hijo?Esta mujer debe ser bastante complicada. Ella no dejaría que esta mujer permanezca en su familia, ¡ni siquiera por un día más! Jorge debe estar encaprichado con ella por el momento. ¡Oh, no, debe llamar a Yolanda e informarle que venga a la ciudad de inmediato! Al final, todas las cosas de Lola fueron descartadas por Rocío.Jorge se cambió en su habitación y salió a cenar con Lola. Luego, llegaron a un centro comercial para comprar de nuevo todas sus cosas. —Jorge, puedo mudarme primero. No hay necesidad de forzar tu relación

con tu madre por mí—.Después de todo, no se casaron por amor, sino solo por que lo necesitaba. ¿Cómo podría Jorge ser tan tonto como para salir con su familia por una mujer sin importancia? ... —Ve y prueba con esta ropa—.Sin prestar atención a lo que ella dijo, Jorge rápidamente recogió algo de ropa para ella y la empujó hacia los probadores Toda la ropa, los zapatos y la ropa interior que Lola había probado estaban empacados.Jorge mandó a Sánchez a enviar todas las cosas a su habitación del chalét. Al ver a varias personas entrando y saliendo, incluyendo a Sánchez y la señora Pepa, Rocío se cabreó de repente. Quitó lo que tenía Sánchez en la mano. Justamente cuando Rocío iba a tirar la cosa hacia fuera el asistente Sánchez recordó: —Señora, el jefe ha dicho que Lola es su esposa legal.Todas las cosas las compró con su dinero. ¡Comprará otras nuevas para compensar lo que haya tirado!—Sánchez transmitió lo que Jorge dijo, de una manera ni altiva ni humilde. Al escuchar eso, Rocío, con ojos deslumbrantes, sonrió de repente.—OK, adelante! Volviendo a su habitación, Rocío tomó su teléfono e hizo una llamada. —¡Hola tía!—La voz tierna en la línea hizo que Rocío se sintiera muy aliviada. —¡Yolanda, ven a la ciudad lo más rápido posible!Eres una tonta. Ni siquiera sabes que te iban a quitar a tu prometido—.Yolanda, que se quitaba el maquillaje en un camerino, se sorprendió de lo que Rocío dijo. La alarma en su corazón estalló de inmediato. La última vez, Jorge respondió a través del Instragram que no era él. ¿Podría ser esta mujer? —¿Qué está pasando, tía?—Yolanda hizo un gesto con la mano para echar a su asistente. —Yolanda, niña tonta. Jorge... ¡ay! ¡Se había casado con una zorra sin informarnos!—Rocío no sabía cómo explicarselo de otra forma a su verdadera nuera ¡¿Casado?!!Yolanda se levantó de la silla apresuradamente, con su exquisito maquillaje retorcido a la vez. ¿Su prometido a la que había amado durante más de una década se casó con otra mujer? —Tía ... ¿estás seguro?—Yolanda volvió a consultar con una voz suave, constriñendo su angustia. Ella realmente quería que la tía dijera que era solo una broma.—Yolanda ... Si no fuera por la investigación de tu suegro sobre la vida reciente de Jorge, ninguno de nosotros sabría eso—.Cuando el asistente de tu suegro lo reveló, ¡toda la familia se vio envuelta en una confusión!

Como el sucesor más importante de la familia, no debería haber tomado esa gran decisión por sí mismo.

Capítulo 39 No soy tu madre Al escuchar las noticias, ella voló desde el país C de inmediato en su avión privado para confrontarlo. Ella nunca esperó que su hijo respondiera así: —Sí, si no quiero que sepas, el asistente del abuelo nunca descubrirá nada—.Entonces eso quiso decir que quería que todos el mundo supieran que él, Jorge Jimenez se había casado con una zorra ... ¡Es realmente exasperante! Ella nunca reconocería a nadie como su nuera, ¡excepto Yolanda Moza!Por no hablar de una chica que se ha quedado en quiebra No podría estar mal, ya que fue descubierto por el abuelo de la familia Jimenez ...Yolanda Moza se apoyó en el lado del tocador con una mirada perdida. Parecía que Jorge no tenía la intención de perdonarla. —Yolanda, di algo. Debes venir aquí ahora. Te ayudaré a ahuyentar a esa zorra. Tú lo sabes. ¡Siempre eres la única nuera de la familia Jiminez!—Al escuchar lo que dijo Rocío, Yolanda se sintió mucho mejor. Al menos, ganó el apoyo de Rocío. No importaba. Un certificado de matrimonio?Sin una boda?¿Ni el reconocimiento de la familia?Sería muy fácil divorciarse. Después de colgar el teléfono, Yolanda tomó una decisión de inmediato: después de terminar ese espectáculo,pospondrá todo el trabajo ... Cuando el Maybach negro se detuvo en el chalét, ya era más de 10 p.m.No había nadie en el salón. Fueron silenciosamente a la habitación del piso de arriba cogidos de la mano. Después de tomar un baño, Lola se sintió feliz de alguna manera al ver sus cosas colocadas junto a las de Jorge en el armario. Lola se metió en la cama después de limpiar la cara. Jugó con su teléfono móvil por un tiempo y luego comenzó a recordar lo que sucedió hoy. Estaba perdida en su pensamiento de cómo adular a su suegra hasta que Jorge la abrazó por detrás. Lola gimió en voz baja cuando le besaron suavemente la espalda. Ella se dio vuelta resignadamente para abrazarlo y besarlo lentamente. Justo cuando Jorge estaba a punto de eyacular, alguien llamó a la puerta desde afuera. Ambos se detuvieron y recordaron que había otra persona viviendo en esta casa.

Lola rascó al hombre encima de ella con una cara roja. Sintiéndose agitado por la molestia, Jorge se puso su camisa de dormir y se levantó de la cama. Lola se apresuró a cubrirse con una manta. Como era de esperar, la voz de Rocío se escuchó desde afuera. —Jorge, espero no haberte molestado—.Rocío estaba afuera de la puerta, sosteniendo un vaso de leche. —Sí, me molestó. ¿Qué pasa contigo?—Jorge bloqueó la vista de su madre y miró a su madre con cara de póker. —Últimamente estás muy ocupado. Tómate una taza de leche antes de dormir—.La franqueza de su hijo no avergonzó a Rocío en absoluto. En cambio, estaba un poco feliz, porque ese era justamente su propósito. Le pasó la leche, fingiendo que le importaba. Jorge bebió la leche frente de Rocío y luego la empujó hacia afuera.— Madre, no nos molestes cuando estamos en la habitación por la noche, por temor a que puedas ver algo vergonzoso—.Jorge le advirtió con mucha sinceridad, lo que hizo que Rocío se sonrojara un poco. —¿Cómo puedes con tu madre de esta manera?—Rocío apareció en ese momento con el propósito de perturbar su aventura. Jorge cerró la puerta directamente y luego frojó la cerradura Rocío estaba tan agitada que destrozaría a la zorra, aun así no sería suficiente para desahogar su odio.Pero pronto, ella escuchó un gemido tras otro, extremadamente embarazosos fuera de la puerta. Rocío se apresuró a regresar a su habitación. ¡Oh, estaba avergonzada por ese sonido! A la mañana siguiente. Cuando bajaron juntos, Rocío ya estaba esperando en la mesa. Le dio una gran sonrisa a Jorge, pero al ver a Lola detrás de él, su buen humor desapareció por completo. —¡Buenos días madre!—Ignorando la mirada sucia en el rostro de Rocío, Lola se acercó a saludarla. —¡No soy tu madre!¿Cómo que una persona puede tener tanta cara?—Rocío hizo una rudeza grosera, lo que irritó a Lola. Harry ignoró por completo a su madre y tiró de Lola para que se sentara a la mesa.Lola le dio una sonrisa forzada a Jorge y se sentó en un lugar muy alejado de Rocío, Lola iba a tomar el desayuno. —¿Qué estás haciendo? ¿Quién te ha dado el derecho de sentarte a la mesa? —La arrogancia de Rocío hizo que Lola apretara sus manos debido al nerviosismo. Se dijo a sí misma que no debería estar enfadada con la madre de Jorge. —¿Puedes dejar de hablar y desayunar ahora?—Jorge puso una cara fría,

cogió un bollo y lo puso en el plato de Lola, para indicar que estaba del lado de Lola. Al ver al hijo con el ceño fruncido, Rocío también se sintió infeliz. —¡al verla se me quitan todas las ganas de comer! Lola se levantó de inmediato, —Tía, lo siento por eso. Me iré ahora mismo —.Ella subió corriendo al segundo piso. Después de sacar su bolso de la habitación de Jorge, bajó las escaleras para cambiarse los zapatos, sin hablar con todos los demás condujo su moto hacia la compañía. A más de las 7:00 a.m., ya había mucha gente viajando por la carretera.Lola conducía su motocicleta lentamente de mal humor. ¡Ella no era una zorra!¿Qué tenía que hacer para que la madre de Jorge dejara de tratala así?¿Hacerle la pelota?Pero, ella nunca había hecho tales cosas. Rocío es la madre de Jorge, así que no era correcto enojarse con ella. Por desgracia ... ¡qué molesto! Nunca pensó ella que pudiera encontrarse con algo así, preocupada por la relación con una suegra. Era casi mediodía. Lola estaba imprimiendo algunos documentos cuando un colega dijo: —Lola, el Sr. Sánchez ha venido a buscarte—.Lola giró su cabeza para ver a Sánchez saludando con una sonrisa en la puerta. Ella guardó los documentos y luego se acercó. —¡Señor Sánchez!—Saludó a Sánchez con un movimiento de cabeza, lo que hizo que se sintiera mal, ¡no era necesario saludarle de esta manera!Pero como estaba en la compañía, Sánchez llamó a Lola con una cara rígida. —Jefe te está esperando en su oficina—.Pensando en la cara de iceberg del jefe durante toda la mañana, Sánchez cayó en una depresión, ¡porque era él quien sufría el mal humor del jefe! Cuando el jefe le ordenó ir por Lola, Sánchez bajó las escaleras lo más rápido que pudo. Lola siguió a Sánchez a la oficina del CEO. Sin embargo, después de que se fueron, los colegas del Departamento de Investigación y Desarrollo comenzaron a discutir, adivinando que Lola debe tener una relación especial con el asistente Sánchez... Al ver a Lola con el uniforme de la compañía, las secretarias que trabajaban fuera de la oficina del CEO quedaron asombradas y confundidas.¿Ella trabajaba para la compañía SL todo el tiempo? Sánchez abrió la puerta para que Lola puediera entrar. —Señora, mi destino está en su mano ahora—, pensó. Al ver entrar a Lola, Jorge cerró el archivo en su mano y preguntó: —¿Qué

quieres para almorzar? ¿La llamó solo para preguntar sobre su almuerzo? —Comamos juntos.—Al no recibir respuesta, Jorge agregó.

Capítulo 40 Espera y veras —Oh no, ya he quedado para almorzar con los compañeros de trabajo—.Esto es un hecho, pero Jorge pensó que todavía estaba enfadada. —No te enfades. Mi madre se irá en unos días—.Jorge agarró la mano de Lola y se sentó en el sofá, dejando que Lola se sentara en sus piernas. —No estoy enfadada, de verdad he quedado con los compañeros de trabajo —Lola todavía no estaba dispuesta a almorzar con Jorge, porque verlo le recuerda a su madre ... —Cancélalo. Voy a hacer un viaje de negocios por un par de días a otro país esta noche, tomando el último vuelo. Debes acompañarme para almorzar hoy —.Jorge luego llamó a Sánchez con el fin de pedir algunos platos de comida y después ir a almorzar —Jorge... después de todo no me amas. No hay necesidad de forzar tu relación con tu madre por mí. Puedo mudarme y así estaríais en paz—.Lola miró a los ojos oscuros de Jorge. —¡No!No tiene nada que ver con mi madre si te amo o no. El problema con mi madre lo solucionaré—.Jorge rechazó la propuesta de Lola. —Entonces ... ¿me amas,Jorge?—preguntó ella, aprovechando la oportunidad, que era una pregunta que todas las mujeres preguntarían.Pero Jorge besó los labios de Lola en lugar de responder a esta pregunta fácil. —Puedes adivinar.—Dijo Jorge con ojos complicados, apoyando su frente contra la de Lola. .......Pero Lola no se atrevió a decir lo que pensaba Cuando Jorge se fue de viaje de negocios esa noche, Lola disminuyó la velocidad deliberadamente para regresar al chalét Ella pensó que la madre de Jorge se habría quedado dormida. En ese momento, Rocío salió de su habitación y bloqueó el camino de Lola a la puerta de la habitación de Jorge. Mirando fríamente a la mujer, dijo: —¿Quién te permite entrar a la habitación de mi hijo?—Rocío llevaba un camisón de seda blanca. Lola no respondió la pregunta de Rocío, pero dijo con una sonrisa: —Madre, mañana compraré otro camisón blanco, ¡porque te veo unos años más joven en este color! Sin embargo, Rocío se sintió feliz con las palabras de Lola,pero puso los ojos

en blanco. —No necesitas adularme. ¡Es inútil! —Realmente lo digo en serio y no le voy a engañar a propósito. Eres la madre de mi esposo, ¡así que te respeto mucho!—Lola podría jurar que estaba diciendo la verdad. Pero su suegra no estaba dispuesta a creerle. No necesito tu respeto. ¡No entres en la habitación de mi hijo y vete!—Rocío señaló las escaleras con su dedo índice. ¡Sin la protección de su hijo, esta mujer sería expulsada fácilmente! —Sí, Jorge es su hijo,pero también es mi esposo. ¿Por qué no puedo entrar a nuestra habitación?—Lola perdió la última paciencia. ¿Por qué esta suegra era tan irrazonable?¿Por qué insistió en tratarla como una zorra? Rocío sonrió y dijo sin rodeos: —¿Y qué?¿De verdad crees que eres la dueña de esta casa?Esto pertenece a nuestra familia Jimenez. ¡Lárgate de aquí! Al ver la actitud de Rocío, Lola no quiso decir más y se fue de inmediato. Condujo su motocicleta hasta un hotel. Ella quería encontrar un hotel normalito para dormir por una noche.Pero pensando que su madre se quedaría en la ciudad por varios días,buscó un hotel de lujo para pasar más días en el hotel Harry encendió su teléfono móvil una vez que bajó del avión, y recibió un mensaje que decía: —Estimado cliente VIP, ¡hola!¡Ha gastado 1, 688 dólares en el Hotel Telles a las 21:46 esta noche!¡Le deseo un feliz día! Esta fue la carta negra que le dio a Lola. Ya era bastante tarde. ¿Gasto este dinero para abrir una habitación en un hotel? Él hizo una llamada telefónica a ella. Lola estaba a punto de dormir después de un baño. Al ver la llamada de Jorge, Lola cogió el teléfono. —¿Dónde estás?—Jorge era realmente inteligente, sabiendo que ella no estaba en casa. —Un hotel.—Ella no tenía la intención de ocultar eso. —Puedes quedarte allí un par de días. Sánchez está en la ciudad. Llámalo si necesitas ayuda—.Jorge se sintió a gusto después de asegurarse de que estaba a salvo. —Vale —Lola ...—, la llamó con voz suave, que era extremadamente sexy. —¿Sí?—ella gruñó. —Te echo de menos. ..... Dijo que la echaba de menos ... La mujer no pudo evitar sonreír. —Señor Jimenez, no estoy al lado tuyo, no intentes coqueteas conmigo, o puedes que te entres ganas después. ¡No me culpes por eso! —No tengo ese deseo sin ti—.Jorge respondió claramente —... OK, vuelve temprano. ¡Te esperaré!—Lola pronunció las últimas

palabras muy tiernamente. —¡Lola, espera y verás!—Después de colgar el teléfono, Jorge sonrió.Habían pasado solo unas pocas horas, pero esta mujercita ya estaba actuando sobre él. Ella debería ser castigada! Lola se sintió muy feliz por la llamada telefónica de Jorge. Se quedó profundamente dormida después de jugar con su teléfono móvil por un tiempo. A más de las 5:00 a.m., una mujer con el cabello revuelto salió corriendo de una habitación. Corrió a un pasillo de salida del hotel y sacó un teléfono móvil de su bolso con manos temblorosas. Comprobó una y otra vez, pero descubrió que solo podía contactar a Lola. El teléfono móvil sonó de repente mientras Lola dormía profundamente. Cogió el teléfono aturdida y descubrió que eran solo las 5:00 de la mañana ... ¿Por qué Wendy la llamó tan temprano?Lola contestó el teléfono. —Wendy —. —Lola ...—dijo Wendy en voz baja, como si lo hiciera apropósito —Tengo sueño. Wendy, ¿qué pasa?—Lola ni siquiera podía abrir los ojos. —Lola, siento molestarte. Yo ... estoy en problemas. ¿Puedo ir a buscarte ahora?—escondida en el pasillo de salida del hotel, Wendy no sabía qué hacer. —¿Qué está pasando?¿Cuál es el problema?—Lola se puso seria de repente y se sentó en la cama. Hacía frío a primera hora de la mañana, así que estiró su brazo para apagar el aire acondicionado. Pensando en lo que había sucedido la noche anterior, Wendy se mordió el labio inferior y no supo cómo decirlo. —Ahora después me dices!Estoy en la habitación 2033 del Hotel Telles —.Lola apagó la lámpara de noche y se levantó de la cama. Se puso los zapatos y encendió la luz de la habitación. —Telles?—Wendy miró el letrero en señal de trance: ¡Bienvenido al Hotel Telles! En menos de tres minutos, Wendy llamó a la puerta de Lola. Lola se asustó de la velocidad de Wendy. ¿Cómo podría estar tan rápida?? Al ver a Wendy que estaba en un lío, Lola sabía que algo le había pasado. ¡Se veía las heridas en su cuello! Lola sin duda sabía lo que representaban estas heridas. —¡Lola!—Wendy se arrojó a los brazos de Lola y comenzó a sollozar.Lola tiró de ella hacia el sofá y le preguntó qué había pasado. Wendy describió lo que había sucedido la noche anterior en detalles, ahogándose con sollozos. Ella había estado dando clases particulares a un niño de 16 años de inglés

como su trabajo a tiempo parcial estos años. Ayer, el niño peleó con su familia y salió de casa para buscar un hotel él solo

Capítulo 41 La suegra liandola en la companía El niño vivía en una familia rica. Por lo tanto, le dieron mucho dinero para que lo pudiera gastar en donde quisiera. Después de huir de su casa esa noche, reservó una habitación presidencial.Sabiendo que el niño había habierto una habitación, sus familias estaban preocupadas y ansiosas porque el niño al segundo día tendrá un examen Sin salida, tuvieron que llamar a Wendy para que le enviara libros y artículos de papelería y de paso, enseñarlo ahí mismo. Wendy cogió todos los materiales y vino al hotel Telles . Después de llegar a la planta donde estaba el niño, oyó una pelea entre un hombre y una mujer en una puerta de una habitación Al no tener interés en los asuntos de otras personas,hizo como si no hubiera visto nada y pasó por delante de ellos.Por sorpresa, el hombre con el uniforme del ejército agarró de la muñeca de Wendy y furiosamente dijo a la mujer: — ¡Lárgate! Eres la última mujer que Tocaría! La estupefacta Wendy fue llevada a una habitación presidencial, y la puerta se cerró de golpe. Por su comportamiento inusual, Wendy pudo decir que podría estar drogado.Ignorando el retorcimiento de Wendy y sus palabras de suplimiento, ese hombre no la dejó ir,y dijo: —¡Ayúdame!¡Te daré lo que quieras! Hasta la mañana siguiente, a primera hora de la mañana, el hombre se quedó dormido. Sintiéndose mal, Wendy se escabulló de la habitación.vislumbró una pequeña placa en el suelo. en la placa ponía —Coronel de un país: Jonata Camela—. Cuando Wendy terminó, Lola inclinó la cabeza y apoyó la frente en su mano, pensando en la similitud de sus destinos.!! —¿Dónde está el hombre? ¡No saldrá con la suya!—Lola se levantó y corrió hacia la puerta. —Lola, no hay necesidad de hacer eso!¿Qué le vamos a decir?¿Quie asuma la responsabilidad?Estoy muy cansada. Sólo quiero descansar.—Wendy estaba agotado. Lo único que quería era poder descansar en paz —Está bien. Tómate un baño y relájate—.Jonata, ¿no?Lola recordó ese nombre en la mente. ¡Algún día vengaría por Wendy! Al ver a Wendy profundamente dormida en la cama, Lola silenciosamente

cerró la puerta y se fue a trabajar. En el Departamento de Investigación y Desarrollo de la compañía. Al entrar en el departamento, Lola notó que todos permanecieron en silencio y enfocaron sus ojos en ella.La mayoría de ellos la miraron con disgusto y desdén. Lola parpadeó y bajó la cabeza para comprobar su ropa. —¿Pasa algo con mi ropa?—, ella pensó.Luego comprobó la hora. No había llegado tarde, porque faltaba aún 2 minutos para que empiece el trabajo ¿Qué estaba pasando? Lola, sin saber lo que había pasado, caminó hacia su asiento y vio a alguien sentado en su escritorio desde lejos. Para comprobarlo, dio unos pasos hacia adelante. —¡Disculpe! Este es mi asiento—. Justo cuando terminó la palabra, la que estaba sentada se dio la vuelta. ¡Era la madre de Jorge, Rocío! —Tía, ¿qué te trae por la mañana temprano?—Las cosas se pusieron muy calientes. Lola concentró su mente en cómo hablar con ella. —Una zorra trabajando en la compañía de mi hijo. Yo, como madre del CEO, vengo aquí para resolver el problema y ayudarlo a aliviar su carga.— Poniendo los ojos en blanco a la delicada Lola, Rocío decidió avergonzarla, con la esperanza que ella dejara a Jorge voluntariamente. —Tía, no soy una zorra. ¡No me sobrestimes! No soy capaz de seducir a su hijo—.Finalmente, supo por qué sus compañeros la miraban de esa manera. ¿Quién hubiera pensado eso? Su suegra la liaría en la companía. —¡Humph! Para decirte la verdad, la prometida de mi hijo está en el país C ahora mismo, pero Lola no tiene la intención de parar de seducir a mi hijo. ¿Me equivoco al llamarla zorra?—Rocío alzó la voz para hacer que todos en el departamento la escucharan con claridad. Desde entonces, se estalló una series de discusiones —No es de extrañar que un graduado de la Escuela de Cine y Televisión pueda trabajar en nuestro departamento—. —Ya veo. Cuando el asistente Sánchez la trajo, pensé que tenía algo con él, pero por lo que se ve ahora, ha venido a seduri a nuestro CEO —¡Ay! Mira su hermosa cara. Tiene las cualidades de una zorra—. —Sí. ¡vaya puta! No puedo estar más de acuerdo, si no fuera así la madre del CEO no vendría aquí—. ... Al escuchar la discusión de los demás, Lola suspiro. —Tía, me dirijo a usted cortésmente por respeto. A su vez, también debes respetarme.¿Cómo puedes decir eso? Sra Moreno, tengo que empezar a trabajar. Podría dejarme? —Lola

puso su bolsa en el escritorio y usó su identificación de empleado, un gesto claro de que deseaba terminar la discusión. —¿A le importa tu respeto? !Deja de arruinar la compañía de mi hijo, y vete de aquí anda!Si no te vas hoy,llamaré a la guardia de seguridad para arrastrarte fuera!—Rocío con sólo verla le hace sentirse mal. Era imposible que dejaría que Lola siguiera en la companía de su hijo. Cuanto más fuerte y más insultante era la discusión de los compañeros, más se sonrojó Lola —Está bien. Me iré pero al menos dame una razón.—Lola hizo todo lo posible para calmarse, y siguió diciéndose que esta era la madre de Jorge y que no debería pelearse con ella —Que te diera una razón?yo soy la razón, si te digo que te tienes que ir, te irás —Rocío se puso de pie y tiró de Lola hacia la puerta del departamento. Justo en el momento, Sánchez se puso en la puerta. Al ver a Rocío, Sánchez dijo: — Mi señora, es una llamada del jefe—. Al oír eso, Rocío apretó los dientes y miró seriamente a Sánchez, supo que Sánchez había avisado a Jorge.No tenía más remedio que dajar a Lola, enfadadamente cogió el teléfono y lo puso en su oreja. —Como madre del CEO, ¿no crees que tu comportamiento representa a la empresa?—La voz fría de Jorge llegó a través del teléfono. Estaba extremadamente decepcionado por lo que hizo su madre. —¿Todavía recuerdas que soy tu madre? ¿Entonces por qué no me haces caso?—Rocío hizo una mirada hostil hacia Lola y se apartó para seguir hablando con Jorge Después de frotar su dolorida muñeca, Lola volvió a su asiento avergonzada. No sería fácil para ella llevarse bien con sus colegas y trabajar allí en el futuro. Al día siguiente, nadie habló con Lola. Lo que es peor, muchos empleados con experiencia se unieron para crearle problemas y aumentar su carga de trabajo. Habían pasado las nueve de la noche, todos sus compañeros del departamento habían llegado a casa, mientras que Lola acababa de terminar su trabajo. En oficina vacía, pensó Lola de lo que ocurrió esta mañana. Se sintió dolorida y las lágrimas les comenzaron a salir por los ojos. Justo en el momento, sonó el teléfono. Era Jorge Después de secarse las lágrimas, respiró hondo y cogió el teléfono. —¿Hola? —.

—¿Donde estás?—Sánchez le habia dicho de que Lola tovía estaba en la companía mientras que todos sus compañeros se habian marchado. —En la companía, me estoy preparando para irme—Lola comenzó a poner sus pertenencias en su bolso. La llamada de Jorge fue un gran alivio para ella en ese momento. Al escuchar su voz con un fuerte resoplido por teléfono, Jorge se detuvo y dijo: —Sé que lloraste—.

Capítulo 42 Cariño, por favor, perdóname. Pronto las lágrimas brotaron de los ojos de Lola.En realidad, no tenía idea de por qué quería llorar. ¿Era solo por la injusticia que había sufrido? —No...Sólo estoy resfriada debido a que la temperatura era demasiado baja en la habitación la noche anterior.—Lola no quería hacerle saber que. En cambio, intentaba reir delante de él, diciendose a sí mismo que no puede llorar tan fácilmente. Oye, qué tonta eres—,Dijo Jorge con tristeza. —¿Cuándo vas a volver?—Al no tener ganas de cambiarse de ropa, salió de la companía con la ropa de trabajo puesta —¿Me echas de menos?—La voz de Jorge hizo que Lola se pusiera roja. —que va....—Ella sacó un pañuelo de papel de su bolso y se limpió las lágimas de los ojos, luego lo tiró a la basura. —¡Si es así, entonces me quedaré aquí más tiempo!—Jorge llevando puesto la bata del hotel, encendió un cigarro y caminó hacia el balcón observando los paisajes de afuera. —Jorge...¿Por qué eres tan malo?—Lola dio un fuerte bufido. —¿Malo?—,—¡Ya verás lo que haré contigo cuando vuelva!—.Jorge lo dijo con una voz malvada Lola estaba caminando por las calles sin prisa. Estaba tan aburrida que a medida que caminaba, daba patadas a las piedras del suelo.Ahora que lo recuerda, ya sea delante de Miguel o de Rosa, o incluso delante de la madre de Jorge, él siempre la ha estado protegiendo—Jorge, me siento muy afortunado de estar bajo tu protección! —Eres mi esposa, a quién protegería si no, a otra mujer?—al escuchar las palabras de Jorge, Lola comenzó a protestar y a amenazar —cómo te atreves a proteger a otra mujer que no sea yo!—¡Soy la única a la que deberías importarte! Si te atreves a tener alguna relación amorosa con otras mujeres, te haré ...¡Te cortaré el rabo y te pondré los cuernos! ¡Humph!—La mujer sentada en la oficina y la llamada prometida destellaron de nuevo por la mente de Lola ...ella estaba esperando, esperando a que Jorge diera una explicación de todo lo relacionado con su supuesto prometida.sin embargo, no era necesario que él explica nada, ya que ...No se casó por amor. al escuchar que Lola tenía la intención de ponerle los cuernos, Jorge perdió

la sonrisa y dijo, —Si quieres ser golpeado todos los días, puedes hacerlo! ¡¡Debería esforzarme más en la cama para que ella tuviera ese pesamiento— Jorge pensó para sí mismo —¿Puedes dejar de ser un bastardo asqueroso? —¡Al verte, me hace sentirme como un bastardo! .... En este momento, alguien está llamando a la puerta. Interrumpido por el ruido, Jorge parecía que estaba preocupado. Su rostro se volvió más frío en el momento en que vio a la gente que estaba afuera de la puerta.Resultó ser dos muchachas ardientes en tela reveladora. —Señor Jimenez, lo acompañaremos durante toda la noche—.Una de ellas comenzó a coquetear cuando vio a Jorge, mientras que la otra estaba asustado por su frialdad. —¡Parece que el señor Jimenez está disfrutando de un gran viaje de negocios con muchas mujeres!—Lola estaba tan inquieta como una hormiga en la sartén caliente al escuchar la voz penetrante de las mujeres. Harry cerró los ojos por un rato cuando escuchó la ironía de Lola. Era obvio que Tomás Herro las habían enviado aquí a propósito. —¡Largaros!—Jorge les dirigió una fría mirada. Las mujeres se marcharon, ¡pensando en lo horrible que era ese hombre! ¡Bien, me iré!—Lola colgó el teléfono de inmediato. Aunque sabía que él no se dirigía a ellaPero todavía estaba terriblemente enojada. Se sentía más agraviado este momento. Desde que se casó, ella hizo lo que una esposa decente debía hacerA pesar de ello, se ganó una mala reputación de —zorra—,y su marido era un puñetero..... Jorge le hizo a Lola otra llamada que fue rechazada.Ella le envió un mensaje furioso a través del Instagram: —¡¡¡Te pondré los cuernos todos los días—!! Después de echar a esas mujeres, Jorge trató de consolar a su esposa enojada.Sin embargo, Lola estaba tan enfadada esta vez. Al ver la palabra — Cuernos—, decidió darse prisa su trabajo y volver a casa tan pronto como sea posible. —Cariño, por favor, perdóname.Te pediré disculpas en persona una vez que regrese—.Sabía que debía complacerla al momento, porque si no la tonta de Lola pasaría la noche enterar sin dormir Estas palabras realmente funcionaron. Pensando en su actitud sincera, Lola no estaba tan enojada como antes. Pero ...Lola dudaba de que si las mujeres se habían ido El teléfono de Jorge sonó cuando estaba leyendo el documento.Al ver la llamada de Lola, tenía una sonrisa más brillante del mundo.

—Cariño! —¿Todavía me recuerdas?¿Dónde están?¿Van a hacer algo contigo?—Lola quería comprobarlo. Si él se atrevió a engañarla —¡Relájate!Se han ido.—Jorge comenzó a escribir en la computadora con la otra mano vacía. —Estoy sola aquí mientras coqueteas con otras mujeres. ¿ves eso justo?— Tuvieron una larga conversación, mientras Lola caminaba por la calle. Después de un rato decidió sentarse en el banco de la carretera, para poder descansar un poco. ¡Si, si, si! ¡Te prometo que te recompensaré una vez que vuelva!—Jorge rió en voz alta. —¡Hey!Jorge, ¿estás casado conmigo solo por tener un follamigo? ¡qué mente más sucias por dios!¡¡me acosas todos los días. ¿No era un hombre frío y arrogante? —Fuiste tú quien dijo que estabas sola. ¿Cómo puedes culparme? ......Media hora después, Lola llegó al hotel y entonces colgaron el teléfono Ella colgó con renuencia, preguntándose que si ella era demasiado pegajosa Mirando a su teléfono casi sin batería, no se dio cuenta de que un hombre con un uniforme del ejército pasaba junto a ella. De repenterecordó que no había cenado.encontró un restaurante cerca y pidió algo para comer. Antes de volver al hotel, pidió otra comida para Wendy. Cuando Lola entró en la habitación, Wendy estaba sentada en el alféizar de la ventana, mirando fijamente. Al ver a Lola, se levantó. —Wendy, ven y come algo—.Lola sacó la pizza y abrió una botella de zumo para Wendy. —Gracias, Lola—. —No, en absoluto. Tómate tu tiempo. y vamos a razonar las cosas con ese hombre!—Pensando en ello, Lola decidió forzarlo a ser responsable de lo que había sucedido la noche anterior.Tal vez ese tipo trataría a Wendy como si fuera Jorge a Lola! —¡No quiero!—,Dijo Wendy y mordió la pizza. Pensar en lo que pasó la noche anterior le trajo un rubor cálido a la cara.Si se vio obligado a asumir la responsabilidad, ella va a ser valorada. Por otro lado, no era más que la virginidad. Déjalo ir ... —Wendy, ¿eres tonta? ¿Cómo puedes perder tu virginidad con este hombre? ¿No era un soldado?¡Los soldados son fieles y mantienen sus palabras!—Lola trató de persuadirla, aunque olvidó que ella eligió escapar también después de dar la virginidad a Jorge. Si no fuera por el hecho de que Jorge se acercó a ella, ella nunca querrá

volver a verlo. Wendy se estaba muriendo de hambrey se tragó un pedazo de pizza y un tazón de arroz frito con mariscos. Lola hizo todos los esfuerzos posibles para descubrir en qué habitacióne estaba ese hombre. En el corredor del hotel no había nadie, Lola y Wendy se dirigieron a la habitación del hombre

Capítulo 43 Wendy lo rechazó Lola llamó a la puerta, pero nadie contestó. Medio minuto después, cuando estaban a punto de irse, la puerta se abrió.pero, salió una mujer@La mujer era pelirroja, sus ojos brillantes con delineador negro. Y labios ligeramente gruesos con lápiz labial naranja. Su camiseta, pantalones cortos y sandalia plana eran todos negros. Al ver aparecer a una mujer, Lola se puso fusiosa. —¿Dónde está Yonata? ¡Llámalo! Jenny Martinez al ver a una mujer furiosa, no sabía lo que había pasado.pero descubrió que esta mujer se parecía a Yonata en cierto modo. —¿Buscais a Yonata? ¿Para qué?—Como mujer, Jenny se puso en alerta cuando otra mujer, que parecía muy hermosa, vino para Yonata.El error más grande que cometió fue no detener a Yonata durmiendo con la mujer la noche anterior. —¿Quién eres? ¿Por qué estás en su habitación? ¿Dónde está Yonata? ¿Piensas que puede salirse con la suya con lo que ha hecho?—Al darse cuenta de la actitud de Jenny, Lola supuso que podría ser la esposa de Yonata o algo así. —¿Qué pasó anoche?—Jenny la miró desconcertada, sin saber si tuvo algo que ver con la mujer anoche. —Cómo que qué pasó anoche!, dile al cabrón de Yonata que salga ya!—Lola levantó la barbilla, ya que sabía que para tratar con una mujer tan extraña, uno debe primero saca el orgullo de ella. —Bueno, él no está aquí—.Jenny, que había estado esperando a Yonata tampoco sabía dónde estaba. Al escuchar que ese hombre no estaba en la habitación, Wendy soltó un suspiro de alivio.Tiró suavemente del vestido de Lola e insinuó que debían volver. —¿Entonces quién eres tú?—,Le preguntó Lola a Jenny con seriedad. —Huh. Y a tí que te importa.—Jenny se apoyó en el marco de la puerta y miró por encima del hombro en el Lola, con los brazos cruzados sobre el pecho. Lola sacó a Wendy, que se ocultaba detrás de ella, hacia adelante. — Mira!Ella va a ser la esposa de Yonata. Estaría bien que te vayas de aquí! La cara de Jenny se ensombreció cuando vio a Wendy.Reconoció a Wendy a primera vista y la tomó con firmeza. —Ven. ¿Era tu plan venir aquí anoche?

¿Estás enamorada de Yonata? ¡Cuéntame! Lola se apresuró hacia adelante y tiró de Wendy. —¡Suéltala! Las tres mujeres forcejearon, lo que dejó boquiabierto al camarero que estaba al lado. Justo en el momento, el ascensor se detuvo, y un hombre vestido de uniforme del ejército salió.Él miró fríamente a las tres mujeres peleandose fuera de su habitación, sin tener la más mínima intención de dar un paso adelante. Cuando estaba a punto de darse la vuelta, apareció alguien familiar. ¡Era la mujer de la noche anterior! La mirada de Jonata se centró en Wendy, de modo que no se dio cuenta Lola, que estaba de espaldas.Él se dirigió hacia Wendy y tiró de ella. Las tres personas se quedaron estupefactas. Lola supuso que debía ser Yonata. Antes de que pudiera decir algo, Jordan llevó a Wendy a la habitación y cerró la puerta.Las otras dos se quedaron afuera. La acción de Yonata hizo que Jenny se cabreara y diera patadas a la puerta. Lola la miró con satisfacción, ya que supuso que Jenny no tenía sitio en el corazón de Jonata Jenny la miró con una mirada hostil y salió del hotel. Cuando el corredor se quedó ella sola, se dio cuenta de algoEse hombre intimidaría a Wendy dentro de la habitación. —¡Wendy, abre la puerta!—Después de pensar en que le pudiera ocurrir algo malo Lola tocó el timbre y golpeó la puerta. Después de un rato, la puerta se abrió desde adentro. Lola dio un suspiro de alivio cuando vio a Wendy salir. —Lola, vámonos.—Wendy arrastró tranquilamente a Lola hacia su habitación. Cuando entraron en la habitación, Lola preguntó lo que había ocurrido dentro de la habitación. Wendy sonrió y negó con la cabeza. —Está resuelto. Nuestros caminos no se volverán a cruzar—. Mirando a la calmada Wendy, Lola estaba algo desconcertada. —¿De qué habéis hablado? ¿Por qué saliste tan rápido? ¿No va a asumir la responsabilidad? — Lola se levantó inmediatamente del sofá. ¡Lola!No es lo que piensas—.Wendy tiró a la fueriosa de Lola hacia el sofá y brevemente le contó lo que había sucedido. En realidad, ese hombre estaba dispuesto a ser responsable con ella. Era Wendy quien no quería irse a otro país. Ese hombre vino de la capital de un país. Se limitaba a permanecer aquí por tres días para rresolver algunos asuntos personales.Había prometido respetar la

elección de Wendy y casarse con ella después de que regresara a su casa. Ambos se mantuvieron tranquilos durante la charla. Wendy lo rechazó, porque no quería casarse con un extraño simplemente porque habían pasado la noche juntos. Antes de que Wendy se fuera, ese hombre también le dijo su número de teléfono, para que Wendy pudiera llamarlo si quisiera. Si Wendy ha tomado ya la decisión, Lola no la va a seguir obligando.Ella simplemente sintió pena por Wendy. Aunque Lola y Jorge habían sido desconocidos entre sí, pero luego se llevaron bien. Sin embargo en el caso de Wendy, ella decidió dejarlo pasar Esa noche, Lola y Wendy duermieron juntos y charlaron hasta la madrugada. Lola parecía haber experimentado mucho más en los últimos días.Desde que conoció a Jorge hasta conocer a su madre, todo el proceso, Lola lo contó todo Eran las 2 de la madrugada. Lola felizmente se quedó dormido,con su brazo alrededor de la cintura de Wendy. Al ver el brazo de Lola alrededor de su cintura, que se comportaba como un niño inocente, Wendy sacudió la cabeza y se fue a dormir. Por la mañana, después de que Lola llegara a la empresa, las cosas se pusieron más caliente, como todo el mundo de la compañía sabía que Lola sedució al CEO y por eso está aquí Así que vaya donde vaya, todo el mundo la miraba con unas miradas extrañas. Lola se sintió muy cansado. Pero nunca se rendiría.—No tengo que preocuparme por lo que otros piensan de mí, simplemente debo hacer lo que debo hacer—, Lola pensó para sí misma Había sido un día agotador. Lola fue aislado en el departamento.Sus compañeros vierten sus cargas de trabajo en ella cuando les den la gana. A las 6 de la tarde, cuando todos sus compañeros dejaron el puesto de trabajo, ella seguía ahí ordenando materiales de archivo.De repente, sonó el teléfono. Era Jorge. —¿Hola?.—Lola contestó el teléfono débilmente, mientras que sus manos siguó escribiendo en el ordenador —¿Aún estás en el trabajo?—Jorge la había estado esperando media hora, pero se le acabó las paciencias. —Sí. Muchos compeñerps necesitan la fórmula mañana. Tengo que terminarlos—Lola quería salir del trabajo. Pero no tenía otra opción. Harry frunció el ceño ante las palabras..Después de colgar, Jorge hizo una llamada al asistente Sánchez

Capítulo 44 La sorpresa se convirtió en un shock En la empresa. Sánchez estaba haciendo el plan de negocios, la llamada de su jefe hizo que Sánchez saltara del asiento y cogiera el teléfono.Luego fue al Departamento de Investigación y Desarrollo, como le indicó su jefe. Todos los demás ya se habían ido de la compañía, por lo que el corredor estaba en un profundo silencio. Se armó el cuello hacia el Departamento de Investigación y Desarrollo. Efectivamente, solo estaba Lola escribiendo algo en la computadora, se escuchaba clic de los ratones de ella. Sánchez sintió lástima por Lola y se preguntó por qué su señora trataba a una chica tan buena como ella —Señorita Hernández, ve a casa y descansa, déjamelo!—Sin embargo, Lola lo rechazó justo cuando iba a hacerse cargo de la fórmula. —Señor Sánchez, no quiero molestarte. Ya casi termino. No te preocupes por mí—.Lola lanzó una mirada a Sánchez y luego se volvió hacia la computadora. El jefe Jimenez había requerido que Lola apareciera en la puerta de la empresa en 5 minutos.Sánche pensó por un momento y dijo: —No, Mi Señora, el archivo no era necesario con urgencia. Puedes terminarlo mañana—.Sánchez comenzó a ponerse nervioso, Sánchez a medida que va hablando cogió el rató y pulsó en guardar, cerrar el documento y apagar la computadora. —Oye, oye, ya casi termino. ¡Déjame terminarlo!—Lola miró la pantalla apagada sin palabras, pensando que mañana habría más trabajo. —No importa, Mi Señora. Solo necesitas terminar tu propio trabajo. No hay necesidad de cubrir los trabajos de los demás. Relájate. Hablaré con tu directora mañana—.Sánchez hizo una reverencia e invitó a Lola a salir, esperando que Lola salga lo antes posible. Quedaba 3 minutos... Lola también tenía claro que no era su deber, pero ya la habían despedido dos veces.Así que hizo todo lo posible por arreglar las cosas y cambiar lo que piensa la gente de ella. Pero no podía hacer nada ahora desde que su computadora se apagó. —Lo dajeré entonces. ¡Continuaré mañana!— Lola pensó. Entró en el baño y se cambió de ropa, luego salió con su bolso.

Sánchez miró su reloj y dejó escapar un largo signo de alivio. Finalmente lo logró en cinco minutos. Todavía no estaba oscuro. Cuando ella salió de la compañía, Lola se vio amontonada por una ráfaga de viento cálido. Ese tipo de clima húmedo empeoró el estado de ánimo de Lola. Justo cuando fue a buscar su motocicleta en el estacionamiento subterráneo, una mano agarró la muñeca de ella.Lola casi gritó del susto. Al darse cuenta de que era Jorge, contuvo su exclamación.Cerró los ojos y le dio unas palmaditas en el pecho, se sintió aliviada. —¿Tanto te he asustado?¿Qué hay en tu mente?—Jorge sonrió a estas mujercitas asustadas. ¿Era realmente tan aterrador? Jorge regresó antes de tiempo sin previo aviso. —¿Cómo que estás aquí? Me asustaste mucho—.Lola miró al inocente Jorge con desdén. ¡Fue realmente aterrador! ........¡Oh, Dios mío, la sorpresa se convirtió en un shock!—Regresé un día antes. ¿No está feliz por mi acto?—Si ella respondiera con un no, entonces Jorge se sentiría mal. —¡Por supuesto, estoy muy contenta!—Jorge tomó la mano de Lola y caminó hacia su auto y se subieron. Lola se alegró mucho al ver a Jorge. Una sensación de confiabilidad y seguridad ayudó a eliminar su fatiga. —¡Debes estar agotada!—Una vez que pensó que Lola debía trabajar horas extra, Jorge no pudo evitar fruncir el ceño. El mal estilo de trabajo en la empresa debe arreglarse de inmediato. Ella negó con la cabeza. —No, solo un poco cansada.—Todavía podía aguantarlo de momento. Jorge echó un vistazo a estas mujercitas con ternura y encendió el auto. Encontró un lugar tranquilo lejos de la compañía y se detuvo. Estando desconcertada, sacaron a Lola del auto y Jorge abrió la puerta trasera. —Finalmente sé lo que es un día sin verte pareceque han pasado años —.Jorge la montó en el asiento trasero, mirando a esta mujer en su brazo. En los últimos dos días, toda la mente de Jorge era la imagen de Lola. ¿Por qué le pasa eso? Ella se quedó sin habla. ¡Hombres!—...@Jefe, se dice —La ausencia agudiza el amor', ¿vale?—Lola se sonrojó con una respiración más rápida. Jorge no importaba. El punto era que extrañaba mucho su fragancia, por lo que inclinó la cabeza y la besó en los labios, sin dejarle la oportunidad de hablar. Estaba oscureciendo. El coche de lujo dejó de temblar finalmente después de

un largo tiempo. En el auto, Jorge estaba abrazando a Lola y disfrutando de este placer después de tener relaciones sexuales. De repente, fueron interrumpidos por una llamada. —Espera un momento—, dijo Jorge.Tenía una momentánea expectativa de verla. No será una zorra de verdad , o De lo contrario, ¿cómo podría estar tan obsesionado por ella? Lola se apoyó la barbilla en su hombro para disfrutar de su aliento.Jorge respondió a la llamada: —¿Qué pasa? —Hijo, ¿Has vuelto a la ciudad?—Sentada en el auto, Rocío miró a ese Maybach negro no muy lejos en la orilla del río, le parecía al coche de su hijo Jorge parpadeó los ojos —¡Mañana!—Respondió a su madre directamente al punto. Lola claramente escuchó la voz de su madre por teléfono. Sin esperar que Jorge dijera una mentira, Lola casí se echa a reir —De acuerdo. Recuerdate de comer—Rocío creyó que se había equivocado de auto. Después de todo, otras personas también pueden tener un Maybach en esta ciudad. Cuando colgó el teléfono, Jorge volvió al asiento del conductor y miró a su mujer.—¿Qué quieres comer? —¡A mi me da igual, lo que quieras!—Ella no tenía idea de qué comer Así que Jorge la llevó a un restaurante de estilo occidental y pidió chuleta de vacuno y algo más. Después de la cena, Jorge condujo a Lola a su hotel. —¿De verdad no vas a volver a casa?—,Le preguntó Lola al verlo conducir el automóvil hasta el estacionamiento subterráneo del hotel. Jorge sacudió la cabeza con decisión y la llevó al ascensor. Después de que entraman a la habitación, Lola cerró la puerta y arrojó su bolso al sofá.Cuando abrió el grifo para lavarse la cara en el baño, Jorge abrió la puerta y entró. —...Vas a usar el baño? —.Lola apagó el grifo y decidió entrar más tarde. Cuando se iba a ir, el hombre la detuvo y la sostuvo en alto, —¡Podemos tomar una ducha juntos!—Sonrió maliciosamente. Lola hizo estaba super tímida y le dirigió una mirada. Finalmente, se vio obligada a meterse en la bañera. A última hora de la mañana del día siguiente, Lola aún dormía profundamente. Jorge llamó a Sánchez para pedirle un descanso.Como consecuencia, había más gente discutiendo el caso de Lola Mientras que en este momento, Lola no tenía idea de lo que sucedió y todavía estaba en su sueño. Cuando Lola despertó, ya era por la tarde. Comieron algo en un restaurante.

Y máss tarde, Jorge la llevó de regreso a su chalét. Lola estaba pensando en cómo lidiar con su suegra en casa, ¡quién la detendría!¡Qué frustrante! Como era de esperar, en el momento en que entró en la chalét, Rocío salió culpándola: —¿Quién crees que eres? ¿La esposa del CEO? ¿Cómo puedes saltearte el trabajo como quieras? Rocío se burló de Lola cuando apareció con Jorge en el chalét.

Capítulo 45 Yolanda Moza Lola quería decir algo pero justo en ese momento Jorge dijo: —Madre, han llamado la companía de otro país para reclamar la calidad de las mascarillas de perlas que usted ha querido lanzar. Esos mascarillas han causado alguna alergia a algunos clientes. El jet privado está listo para usted, es hora de que vuelvas y solucionara el caso —¿Cómo?¡¡¿Alergia?—Rocío al escuchar esta noticia se sorprendió bastante ya que esas mascarillas eran las que más le gustabaDespués de saber que sus mascarillas han probocados problemas, Rocío subió corriendo a su cuerto, recogió sus cosas rápidamente y se marchó Lola se sorprendió de que la madre de Jorge se marchara así de fácil. —Si no estás contenta en la comapanía, quédeate en casa tranquila—aunque Jorge no estaba en la companía, sabía perfectamente de todo lo que había pasado en la companía —No hace falta, tu madre ya sea ido, pienso que no tendré problemas más adelante—Estar en casa le hace sentirse mal ya que no había nada que hacer y eso le aburre muchísimo —Esta bien, mañana iremos a Fuente Perla—Después de echar un vistado a su cuarto de ahora, pensó que no era necesario mudar a otro sitio ya que este lugar ya estaba bastante bienpero, si lo dice él Todos estos días, Lola quiso hacer una pregunta a Jorge, pero supo que la respuesta de Jorge le va a sentir malpor lo tanto, Lola estaba dudando de si preguntar o no Jorge supo que Lola quiso decir algo, la miro fijamente —Hay alguna noticia de mi padre?—Lola hizo la pregunta en voz baja —Hay noticia de que apareció cerca del mar, he mandado a gente para que vayan a buscarlo y desapareció—Aunque se deprimió, pero al saber que su padre estaba sano y salvo se sintió mucho mejor A la mañana siguiente, la señora Pepa estaba recogiendo todas las cosas para mudarse a su nuevo hogarLola al ver el chalét de Fuente Perla, aunque ya sabía lo lujo que era, Lola se sorprendió Tenía tres pisos, que eran abrumadoramente grandes. En realidad, poseía un guardarropa de docenas de metros cuadrados.Había lotes de vestidos hechos a mano de alta costura recién fabricado de Francia, junto con una variedad de

zapatos y bolsos. Fuera del chalét había un vasto jardín, piscina privada, gimnasio, lago artificial, etc. Se sentía como si fuera dueña de una finca privada. Por la noche, Jorge le dio una carpeta a Lola. El certificado de propiedad de esta villa, con su nombre como propietario, la conmocionó tanto que se tapó la boca con incredulidad. Y otro certificado también tenía su nombre como representante legal del centro comercial —Isla Azul Al ver que Jorge la trata de esta manera, comenzó a sentirse un poco irreal, como si estuviera soñando. Cuando le contó a Jorge sus sentimientos, él la tiró en su nueva cama e hizo el amor con ella toda la noche, para demostrarle que todo esto era real. Pasaron días preciosos. Sin necesidad de preocuparse por encontrarse con su madre, la pareja estaba cada vez más unida entre sí. A Lola le gustaba pasar tiempo personal con Jorge, siempre estando a su lado sin importar a dónde fuera. Y Jorge también estaba interesado en acariciar a Lola, sin importar dónde estuviera. Hasta que un día, una mujer entró en su vida y la historia de Lola fue reescrita de nuevo. Fue un día sofocante normal. Un auto deportivo rojo Lamborghini se detuvo fuera del Grupo SL. Era casi la hora de cierre, por lo que una multitud de empleados salía de la compañía. Un asistente en trajes salió del auto del asiento del conductor, trotó hacia atrás y abrió la puerta trasera. Un pie en una sandalia negra de tacón alto salió. El asistente hizo se agachó y sacó su mano izquierda.Una mujer con las uñas decoradas con puntas de cristal apoyó la mano en la mano izquierda del asistente Con una blusa de color lila y una falda blanca, una mujer salió del auto. Su llamativo cabello lila colgaba de sus hombros, y la mitad de su cara estaba escondida detrás de las gafas de sol. Solo se podía ver una nariz romana y los labios rosados. El último modelo del móvil y el bolso de marca en sus manos indicaban que debía ser muy rica o poderosa. Había atraído toda la atención y al parecer estaba bastante acostumbrada a la mirada de asombro, admiración o celos de los demás.Entró directamente en la compañía y despertó más interés y discusión. —¡Oh, Dios mío!¡Qué guapa! ¿A quién buscará?

—Mierda, se parece mucho a esa superestrella internacional Yolanda Moza. —¡Tienes razón! ¡Oh, no, es ella! —Es Yolanda Moza!—Alguien gritó su nombre, y todos se detuvieron por su grito —Lo siento, la señorita Moza está aquí para el director ejecutivo de SL. No hay autógrafos ni fotos—.Manuel Mendez, el asistente de Yolanda, se adelantó y dejó su voz lo suficientemente clara y fuerte como para que todo el mundo lo oyera La multitud se llenó de alegría. La gente que se había ido regresó, deseando echar un vistazo a la bella Yolanda en persona. Pero cuando se enteraron de que ella estaba aquí para buscar al CEO, se estremecieron.Jorge, CEO de SL Group, era conocido por su personalidad desapegada y arrogante.La gente normal estaría demasiado asustada para acercarse a él. Será mejor que lo olvide. —¿Nuestro CEO conoce a Yolanda? —Será una pareja ideal. ¿Crees que están saliendo? —¿Cómo puedo saberlo? No me atrevo a regresar para ver lo que va a ocurrir—. —¡Qué lástima!¡Esa es Yolanda! Tomaron fotos de ella desde atrás con sus teléfonos y algunos afortunados incluso obtuvieron fotos de su perfil.Estas fotos, aunque no son muy claras, se publicaron como un tesoro en Twitter y en Instangram Sabiendo la ubicación de la oficina de Jorge, Yolanda entró al ascensor y presionó el botón para ir a la oficina del CEO. En la oficina del CEO, Lola le rogaba a Jorge que la llevara a comer algo. al ver que su marido no contestó, se sentó directamente en las piernas de Jorge —Cariño!vamos a comer algo!—Lola tenía sus brazos alrededor del cuello de Jorge y su cara se frotaba contra su pecho. Jorge casi se echó a reír cuando vio a su esposa actuando como un niño.En realidad, solo estaba fingiendo que no la quería llevar a comer, para saber cuánto esfuerzo haría por comer. Lola no obtuvo su respuesta como se esperaba, así que ella le sostuvo la cara y le dio un gran beso. Jorge ciertamente no perdería esta oportunidad perfecta, así que le devolvió el beso de manera directa. Justo en este momento, la puerta de la oficina se abrió. Miraron hacia la puerta al mismo tiempo. Lola vio a una mujer con gaaas de sol, preguntándose cómo podría abrir la puerta de la oficina del CEO mientras

nadie la detenía. Estaba a punto de preguntarle a Jorge quién era esta mujer, cuando se dio cuenta de que todavía estaba sentada en los muslos de Jorge. Después de todo, estaban en la compañía. Se levantó de inmediato.

Capítulo 46 Yo soy Yolanda Moza, la prometida de Jorge Lola notó que Jorge le pasaba algo, ya que su cara se congeló —¿Qué pasa?—al no saber nada, Lola le preguntó a Jorge con curiosidad después de sentir su repentino cambio de humor. Jorge tiró de Lola y la volvió a abrazar, como si nadie hubiera entrado. Lola sentada en las piernas de Jorge miró a la mujer de la puerta y le preguntó torpemente: —Hola, ¿quién eres?—Mientras tanto ella luchaba por aflojar el abrazo de Jorge debajo de la mesa —Jorge, te echo mucho de menos—.Yolanda Moza se quitó las gafas de sol y miró a su hombre con seriedad. Lola al ver su rostro se sorprendió ¡Dios mío! esa es..La superestrella internacional, YolandaYolanda MozaSí, es Yolanda Moza!—Jefe Jimenez, ¡ella es Yolanda Moza!—Sin darse cuenta de lo que había sucedido, Lola no tenía idea de la situación incómoda en la oficina. Espera...Ella dijo que echaba de menos a Jorge...Lola se puso de alerta máxima de inmediato. Apretando la mano en el brazo de Jorge, ella miró fijamente a Yolanda. —Jorge, ¿qué está pasando?—Lola le preguntó a este hombre sombrío en voz baja, pero no recibió respuesta. Lola pensó por un momento, preguntándose si esta superestrella internacional es la que se llamaba —Yolandita— en la lista de contactos de Jorge y la que su suegra llamó Pensando que eso pudiera ser posible, Lola respiró hondo y se levantó.— Cariño, ¡vamonos a comer!—Su voz temblaba ligeramente. —Hola, soy Yolanda Moza, la prometida de Jorge!—Yolanda se presentó en voz alta Si ella no tuviera nada que ver con Jorge, Lola se lanzaría sobre Yolanda con entusiasmo, como cualquier otra fan, para pedirle un autógrafo y tomar una foto.Sin embargo, esta mujer era hostil. ¿La prometida de Jorge? —¡Hola!¡Soy Lola, la esposa de Jorge! ......... La oficina cayó en un silencio de muerte. Nadie se atrevió a entrar o a hacer ruido.Sánchez ya se había escondido lejos de esta guerra. El asistente de Yolanda conocía su relación más o menos. Así que decidió quedarse con la secretaria afuera.

Estas dos mujeres se enfrentaron por primera vez.Sánchez, escondido en otro piso, apostó a que Lola perdería esta batalla ante esa superestrella. Cuando Lola dijo eso, Yolanda la observó seriamente. Lola llevaba su cabello negro recogido en un moñoSus tupidas cejas, ojos grandes, nariz romana, labios rosados y dientes blancos destacaban su encanto, sus rasgos era como una obra maestra de un escultor famoso.¡Yolanda admitió que Lola era realmente bonita! Lola parecía joven con su vestido rosa. Su temperamento indicó que provenía de una familia rica y bien educada. No se parece nada a una zorra. Jorge debe tener alguna historia con ella. —Señorita Hernández, ¿quiere cenar algo?Te invito, ¿qué te parece? —.Yolanda avanzó dos pasos, con una sonrisa fascinante. —Muy amable, señorita Moza.Pero pienso que mi marido y yo deberíamos invitarte, ya que aquí usted es la invitada—.Lola no era una mujer simple, por lo tanto no fue difícil ser un tigre sonriente. —Señorita Hernández, yo soy reconocida como la prometida de la familia Jimenez, llamar a mi futuro esposo cariño, ¿No crees que te estás pasando?— Yolanda no quería pelearse con Lola delante de Jorge. Pero ella necesitaba saber si Lola le importaba de verdad a Jorge —Tal vez la ley funcione mejor que su reconocimiento. Después de todo, vivimos en una sociedad basada en la ley—.Dijo Lola mientras le daba un fuerte apretón al silencioso Jorge. —Tienes razón, pero Jorge... ¡no te ama para nada!¿y eso no te importa?— Yolanda estaba bastante segura de que Jorge prefería más a ella, ya que habían estado juntos durante una docena de años. —No importa. Yo lo amo y lo que necesito es solo quedarme junto a él —.Lola hizo esfuerzos para ignorar el dolor de su corazón, forzando una sonrisa brillante. Sin su amor, ella no tendría arma para pelear con otros. —Estar al lado de un hombre que no te ama ¿ves eso razonable?. ¿O es que tienes otro intención?—Yolanda se sentó en el sofá, sin preocuparse por esta mujer. Jorge se levantó de la silla, su frialdad asustaba a los demás. Poniendo su brazo alrededor del hombro de Lola, la sacó de la oficina. Mirando a los 2, Yolanda se dijo a sí misma que no debía tomárselo en serio. Sin embargo, ella salió corriendo para alcanzarlos y abrazó a Jorge desde atrás antes de que los dos entraran en el ascensor. Parecía como si el tiempo se hubiera detenido en este momento. Esas secretarias se sorprendieron y se apresuraron a bajar la cabeza y seguir

trabajando, nadie se atrevió a emitir ningún sonido. Al ver los brazos de Yolanda alrededor de la cintura de Jorge, Lola se puso furiosa, quitó la mano de Yolada y la echó a un lado. —¡Señorita Moza, soy su esposa!pienso que el celebro es una buena cosa, espero que lo tengas—Lola se enojó de inmediato y observó fríamente a la mujer que se tambaleó y se apoyó en la pared. —Jorge...—Yolanda no se sintió avergonzada en absoluto. En cambio, ella llamó su nombre con una voz débil. Lola sintió que Jorge no estaba tan frío como antes después de que Yolanda lo llamara de esa manera. Ella de repente sintió dolor en el corezón ya que las mujeres de su alrededor no le impotaba en absoluto.Pero esta debe ser su verdadero amor!Lola estaba tan triste, que el dolor del corazón aumentó —Jorge, te echo mucho de menos ... La voz de Yolanda era tan penosa que incluso una mujer como Lola sentiría pena por ellas. —Ve primero a casa y volveré pronto—.Jorge presionó el botón del ascensor y dejo entrar a Lola —No, quiero estar aquí contigo—.Había una voz en su corazón, diciéndole que no podía dejarlos solos. —Cariño, confía en mí. Iré a casa una vez que termine el asusnto—.Jorge acarició la cabeza de Lola con una voz más tierno de lo habitual ...Lola entró al ascensor con ira, sin mirar siquiera a Jorge. —¡Os podéis ir del trabajo!—Las secretarias al escuchar la voz fría de Jorge, se fueron corriendo. La puerta de la oficina del CEO se cerró nuevamente de golpe. Solo Jorge y Yolanda se quedaron allí.Jorge se paró en silencio frente a la ventana, mirando a toda la ciudad.Yolanda caminó hacia Jorge tristemente y envolvió sus brazos alrededor de su cintura. —Jorge, he vuelto y estaré contigo para siempre. Por favor, no me abandones, ¿de acuerdo?—Yolanda rogó con lágrimas apoyada con la cabeza en la espalda de Jorge Si no hubiera venido a esta ciudad nunca sabría la existencia de Lola.Si fuera antes, Jorge al escuchar esa palabras de Yolanda, se casaría inmediatamente con ella.Pero ahora ya es... —demasiado tarde—. —Jorge...— Esas dos palabras rompió el corazón de Yolanda y comenzó a llorar.

Capítulo 47 No regresó Jorge quitó su mano de la cintura y se dio la vuelta. Mirando a la mujer que estaba llorando, dijo en voz baja. —No llores. no mecere la pena—.Excepto actuando, ella nunca derramó tantas lágrimas como esta vez. —Noo!Sí que merece la pena, eres la única persona que he amado en todos estos años—.Yolanda levantó su voz ligeramente y sollozó. Ella nunca dejaría a este hombre! ¡Nunca! ..... Agraviada y deprimida, Lola regresó al chalét. ¿Jorge regresará con su viejo amante? ¿Qué debería hacer ella?No debería preguntar nada sobre el pasado de Jorge, ya que él nunca le preguntó sobre Miguel Al ver a Lola sentada en el salón mirando al techo, la Sra. Pepa le preguntó con curiosidad: —Lola, ¿no dijiste que ibas a cenar fuera? Lola se dio cuenta y respondió: —Sí, no quiero comer nada. Voy a subir—. La Sra. Pepa miró a Lola y supo que le había pasado algo. ¿Qué ocurrió?por qué el señor no ha vuelto contigo? Aquella Lola lo estuvo esperando toda la noche. Pero Jorge no volvió. Tumbada en su cama, Lola estaba aturdida.¿La presencia de esa mujer cambiará la vida de Lola? Después de tomar un desayuno sencillo, Lola se fue a la compañía.Todos en la compañía hablaban de Yolanda con entusiasmo.Cuando vieron a Lola, su entusiasmo se convirtió en un sentimiento mixto. Muchos incluso insultaron a Lola en voz baja. Lola tuvo mucho trabajo ese día, ya que uno de sus compañeros estaba de descanso.Ella tuvo que llevar la muestra a una fábrica en el suburbio después de ordenar los datos. Aunque ya era la hora de dejar el trabajo, Lola seguía ahi porque le pidieron que lo hiciera todo el trabajo hoy. Lola no quería ir en su motocicleta, porque podía quedarse sin gasolina a la mitad de la carretera.Intentó coger un taxi, pero ninguno quiso llevarla al suburbio. Finalmente,Lola no tuvo otra opción que pagar el doble de dinero para que la pudiera llevar. Tardó casi una hora en llegar a la fábrica.Como era difícil conseguir un taxi

en el suburbio, Lola le preguntó al conductor si podía esperar un minuto para que la llevara de vuelta. El conductor afirmó después de que Lola dijera que le iba a pagar el doble de dinero también. Lola entró a la fábrica corriendo. Después de dejar en claro por qué había venido, la seguridad la dejó entrar. Diez minutos después, Lola salió corriendo de la fábrica con la cara bañada en sudor. Pero ... ¿dónde está el taxi? Deprimido y enojado, Lola maldijo al conductor por engañarla.Además, ¡ella ya le pagó el conductor el dinero de vuelta!Lola se olvidó de memorizar la matrícula del coche. Si lo recordará estaba claro que Lola denunciaría al conductor Lo que ella podía hacer era llamar a Jorge y pedirle que la recogiera.Pero, el teléfono fue rachazado. se estaba oscureciendo, Lola cada vez se pone más nerviosa, cuando llamó por segunda vez al teléfono de Jorge, el teléfono de Jorge estaba apagado Sin más remedio Lola llamó a Ramón, pero la suerte no le acompaña, no se sabía por qué Ramón no coge el teléfono!que pena! No había nada en su alrededor, Lola estaba caminando por la carretera con sus tacones puesto, —Espero que encuentre un coche por el camino— Lola pensó Sin darse cuenta Lola ya había caminado 1hora, incluso le salió ampollas en los pies. Con el dolor Lola quitó los zapatos y siguió caminando El cielo se puso totalmente oscuro, Lola quiso llamar a Wendy pero seguro que ella está trabajandoLola insultó a Jorge y a Ramón mil veces en su interiorhasta que comenzó a llorar, pensando en por qué nadie está a su lado cuando más lo necesita..... Lola decidió llamar a Jorge por última vez, pero el teléfono seguía apagadoDespués decidió llamar a Ramón por ultima vez, menos mal que alguien cogió el teléfono —Ramon!Qué estabas haciendo, por qué no me coges el teléfono, ¿sabes que casi muero por tu culpa?!—Lola estaba tan enojada que le gritó a Ramón en el momento en que cogió el teléfono. Ramón miró su teléfono y se quedó sin palabras, sin tener idea de lo que estaba pasando. —¿Qué ocurre?¿Quién te ha echo enfadar?—Ramón puso el móvil en silencio porque su jefe estaba criticando a los empleados. —Llevo ya una hora caminando sola en el suburbio y no encuentro a ningun taxi. ¡Ven a rescatarme!—Lola se volvió tranquila después de culpar a Ramón. Ramón se quedó atontado ya que no era su culpa de que ella estuviera ahí solo —... ¿No deberías llamar a tu marido primero?—Ramón dijo con una voz de

queja —No me lo recuerdes. Su teléfono está apagado, pienso que debería de ser por que se quedó sin batería.Voy a morir de verdad ... creo que me cortado con vidreo en los pies ...—.Sin coches, sin comida, sin personas, sin farola. Lola se sintió tan mal en esta noche que era imposible de expresarlo —¿Dónde estás? ¡Estaré allí pronto!—Ramón se puso el casco y se montó en su moto de inmediato. —No lo sé tampoco. Está muy oscuro aquí. Puedes venir directamente a la carretera AM22 y doblar a la derecha al final de la carretera. Gira a la izquierda hacia la carretera AM402. y creo que estaré cerca—. Su descripción no era del todo clara, así que Ramón usó GPS en el teléfono para bucar la carretera AM402. Y llego en media hora. Los pies de Lola fueron realmente dolorosos. Al ver su incómoda situación, Ramón la culpó.—¿Cómo puedes ser tan descuidado para atraparte en un área tan remota a altas horas de la noche? ¡si saliera alguna bestia estarias muerta ya! —Vale, vale , vámonos ya, me duele mucho los pies—.Lola puso una mala cara, Ramón la miró un ambos volvieron a la ciudad En el restaurante occidental Finster. Yolanda llamó a Jorge cuando él estaba en el trabajo y le pidió que la llevara a comer en un restaurante occidental Después de pensarlo un rato, Jorge decidió llevarla a comer fuera —Jorge, estuve muy feliz ayer. ¿Puedes ... quedarte conmigo esta noche también?—Yolanda había pedido a Jorge para que se quedara con ella en la Villa Circo la noche anterior.Aunque duermieron en habitaciones diferentes, era muy agradable porque pensaba que a Jorge todavía le importaba ella. —No, necesito volver a Fuente Perla esta noche—.Jorge la rechazó de inmediato, ya que estaba seguro de que su mujer debía estar enfadada porque la noche anterior no regresó a casa.Lo único que Jorge quiere pensar era cómo consolarla una vez regresado a casa Yolanda sabía que Fuente Perla era la nueva casa de Jorge y que su esposa debía vivir allí. Los celos se apoderaron de ella. —Jorge, no puedes dejarme en sola en la Villa Circo ... —Disculpe, quiero ir al baño—.Jorge la interrumpió con una excusa. Mirando a su alta figura, Yolanda se mordió el labio.Este hombre me pertenece. ¡Nadie me lo va a quitar! Yolanda pensó para sí misma Justo en este momento sonó el teléfono de Jorge, que se le olvidó de llevarselo con él. Al ver —Esposa— en la pantalla, Yolanda lo rechazó de inmediato.El teléfono sonó de nuevo. Yolanda apagó su teléfono con una sonrisa malvada y lo

volvió a colocar en el lugar donde estaba. Luego continuó comiendo chuleta de vacuno como si nada hubiera pasado.

Capítulo 48 Tienes mi permiso Ramón llevó a Lola al hospital, para curar las herida de su pierna izquierdaMenos mal que no era nada grave.Solo unos pocos fragmentos de vidrio se atascaron el pierna —¿Dónde vives ahora? Te enviaré a casa—. Ramón ayudó a Lola a ponerse el casco y se subió a su motocicleta. —Yo ... ¡iré a Villa Circo!—No estaban muy lejos de Villa Circo, así que tal vez sería mejor quedarse allí por una noche. Cuando llegaron al lugar, Ramón estacionó su moto y se bajó primero. Luego cogió a Lola en los brazos. Justo cuando estaba a punto de llevarla hacia la casa.un automóvil de lujo con luces deslumbrantes se detuvo allí también. Era la Maybach de Jorge. Lola estaba confundida hasta que vio a Yolanda salir del auto. Cuando Jorge notó a Lola en los brazos de Ramón, sus ojos brillaron con ira. Nadie habló, pero se miraron avergonzados. ¿Se quedó aquí con esa mujer anoche? Lola saltó de Ramón, y caminó balanceando hacia el automóvil. —Es la casa de mi esposo. ¿Quién te dio el derecho de vivir aquí?—Lola le preguntó despiadadamente. Yolanda era una superestrella, pero ¿y qué? Al crecerse como una princesa, Yolanda nunca había sido cuestionada así en su vida. ¡Lola fue la primera en desafiarla! Yolanda se enmascaró con desprecio, y respondió con voz suave: —Solía quedarme aquí cuando estaba con Jorge antes. Aquí hay una habitación diseñado especialmente para mí—. —Como dijiste, eso fue antes. Ahora Jorge ya está casado. Como su ex novia o ex mujer, ¿no crees que deberías alejarte de él?—Las críticas de Lola parecen haber ido demasiado lejos para ella. —Lola, solo necesita quedarse aquí por unas pocas noches—.Harry caminó hacia ella. ¿Qué le pasó a sus pies? —¿Solo unas pocas noches?—Lola tomó la Tarjeta Negra que Jorge le dio, y se la pasó a Yolanda. —Aquí tiene. Por favor, intente comportarse de manera más apropiada. Mi esposo pagará el hotel. Sí, tiene mi permiso. Puedes abrirte una habitación de lujo o presidencial o algo. Ahora, por favor, vayase de aquí—.

Mirando la tarjeta, Yolanda apretó los puños, era una humillación que nunca había experimentado.—Lola, la humillación que estoy sufiendo te lo devolveré, ya veras!— Yolanda pensó —Jorge, ¿realmente tengo que irme?—Yolanda no respondió a Lola. En lugar de eso, se volvió hacia el hombre, con lágrimas en los ojos. —Lo que diga mi esposa—.Jorge ni siquiera miró a Yolanda. Después de notar el pie lesionado de Lola, abrazó a Lola y la llevó al interior del automóvil. —¡Gracias por traerme a mi esposa a casa!—Jorge movió suavemente la cabeza para dar las gracias Ramón también le hizo un gesto de que no pasaba nada, después de ver que Lola ya está asalva se marchó con su motocicleta —Señorita Moza, quieres que vaya mi marido para ayudarte a abrir una habitación?Lola bajó la ventana del auto, mirando a la mujer que está afuera con una sonrisa —No hace falta, puedo ir sola—Yolanda estaba super cabreada, pero respondió a Lola con una sonrisa también —Que descanses!—Jorge dijo friamente, depués se metió en el coche y se marcharon para Fuente Perla Yolanda al verlos marchar perdió la sonrisa de la caraapretando fuertemente los puños, su carita de buena estaba deformadaAsí que Lola Hernández eh¿Quién crees que eres? ya verás lo que haré contigo! En el auto Lola cerró los ojos sin decir ni una sola palabra —Estas enfadada?—Jorge echó una mirada a su esposa, le pareció super mona Antes de que Lola le constestara Jorge volvió a decir —¿Qué te pasó en los pies? Al recordar a Lola eso, la furia de Lola aumentó—¿Realmente eres mi marido? cuando más te necesitaba tu movil estaba apagado, ¿Sabes acaso cómo he regresado hasta aquí?estaba muy lejo de la ciudad, totalmente oscuro, estaba prácticamente muerta!cuando tenía mucho miedo, ¿Dónde estabas?!Disfrutando momentos sexuales con tu exnovia? Jorge al ver a Lola tan cabreada, sacó el móvil del bolsilloEstaba apagado, Jorge no sabía por qué el móvil se apagó tan de repente —Vale, Vale, fue mi culpa!Es grave la herida?—La voz de Jorge se volvió tierno más de lo normal para consolar a su esposa —Hemorragia, practicamente estoy muerta!—Lola intentño asustarlo Nadie se esperó que Jorge se agachara para reir, sacudió la cabeza y dijo — ¿Hemorragia?, pienso que eso solo ocurre en el parto ........Lola se puso roja y dijo —Quién te ha dicho eso!Lo que tengo es una

hemorragia muy grave!—Se dio la vuelta para dejar de ver a Jorge —Vale Vale, hemorragia, venga, vamos a comer algo para recuperar la sangre que has perdido!—Ayer no comimos juntos, hoy vamos a comer juntos Al escuchar que la iba a llevar a comer, bajó bastantes los cabreos de Lola— De verdad?no me estarás engañando ¿No?—Lola lo mira con una cara de desconfianza, en este momento apena estaba enfadada —Pues claro que es verdad!pero, creo que te estas cayendo la saliva, no soy tan guapo como para que te caigas la saliva al verme ¿No crees?—Jorge al ver a Lola que le estaba mirando fijamente por lo que intentó bromear con ella. —Qué saliva, ¿Qué dices!?ahora me tienes que invitar a cenar 2 veces! por engañarme!—Lola limpió la saliva que tenía al lado de la boca sintiendose mal porque Jorge le habia hecho la broma Esta acción de Lola hizo que a Jorge le pareciera como una niña pequeña Siguiendo las intrucciones de Lola, Jorge condujo el coche hacia un puesto de comida que habia al lado de la calleEra un puesto que solía ir Lola con Migue lMota y Rosa Flores Pero todo eso ya era en el pasado, ahora por lo menos tiene a un gran jefe Jimenez que le hace de companía Lola paso la noche super contenta comiendo en el restaurante, pero Jorge no estaba acostumbrada a comer ese tipo de cosa, apena comió El aspecto de Jorge atrajo muchas miradasPero a Jorge no le importaba nadie, ahora mismo en sus ojos solo existe una mujer y ella es Lola Nadie se dieron cuenta de que al lado estaba Rosa Flores con Miguel Mota Rosa al ver que Lola estaba tan contenta como ante se le bajo el apetitoy encima el que está enfrente de ella, era un hombre rico, guapo y poderoso. Los celos de Rocio de repente subió hasta la cabeza Miguel también vio a Lola y a Jorge, pero lo que piensaba era totalmente diferente que Rosa

Capítulo 49 Te llevaré a casa primero Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vemos. Lola ahora está más atractiva, esto debe de ser el trabajo de su amigo sexual: Jorge—, pensó Miguel. CComo tal, Miguel estaba más ansioso por tener sexo con ella. Aunque parecían que estaban disfrutando de la cena juntos, Rosa y Miguel estaban realmente ausentes, cada uno con su propia pensamientos. Después de la cena, Lola se sintió tan llena que invitó a Jorge a dar un paseo para digestir la comida.Con los pies contraídos, Lola avanzó cojeando y se detuvo frente a una heladería Lola afrtó su estómago lleno, miró la tienda y dijo: —Querido, yo ... Jorge acarició su cabeza y respondió: —Espérame aquí—.Luego se dirigió a la heladería. Con mucha emoción Lola se quedó esperando a Jorge. Sin nada mejor que hacer, sacó su teléfono para tomar fotos de Jorge comprandole un helado.Mientras Jorge caminaba de regreso, con la mano izquierda en el bolsillo del pantalón y la mano derecha sosteniendo un helado. Lola le sacó una foto. Aunque esa foto solo mostraba su cara de perfil, Lola decidió publicarla en Twitter más tarde. Después de ayudar a Lola para sentarse en el banco y se sentó con ella.Lola empenzó a comer el helado alegremente, también le dio algunos bocados a Jorge.Jorge también abrió la boca para indicarle a Lola de que quería Helado. Justo cuando estaban disfrutando, sonó el teléfono de Jorge. Presionó la tecla de respuesta y dijo: —Madre—. Jorge, ¿qué has hecho?¿Cómo pudiste dejar a Yolanda en un hotel sola? llévala a la Fuente Perla ahora!—.Rocío culpó a Jorge nada más coger el teléfono. No sabía nada al respecto antes de llamar a Yolanda. ¿Se quejó ella contigo? —¿Se queja qué? ¿crees que ella es así?¡si no fuera por que llamé a Yolanda para buscarte no sabria que eres llavado por una zorra!—Rocío se enojó tanto que golpeó La mesa, preguntándose cómo podría su hijo enamorarse de una zorra! —¡Ya es tarde, que descanse pronto!—Jorge estaba a punto de corgar el teléfono. —¡Espera! ¡Yolanda está herida!—Rocío de repente recordó lo importante.

—¿Qué le pasa a ella?—Jorge empezó a perderse la paciencia —Hace poco, su asitente la llevo al hotel, y justo en el camino tuvo un accidente con otro vehículo, corre ve a mirarla—La tonta de Yolanda, no quiso ir al hospital —Tiene a su asistente, no me necesita! Lola sabía que Jorge esta noche se tenía que ir otra vez —Hijo, ve a mirarla por lo menosEstoy preocupada por ella, y además pasado mañana tenéis que asistir al cumpleaño del banquete Wolf, asegúrate de que ella esté bien—Rocío trató de persuadir a Jorge seriamente —Está bien—Jorge colgó fríamente el teléfono. Después de pensar un rato, dijo:—Te enviaré a casa primero—.Jorge evitó su mirada y la levantó por la cintura. En su camino a casa, ninguno de los dos dijo una palabra. Después de llegar, Jorge la llevó a la cama y le besó la frente.—Regresaré. Espérame—. El rugido del motor del auto vino desde abajo. Cuando Jorgese fue, Lola se sintió vacía de repente. Lola estaba de humor para tomar un baño, se lavó la cara en el baño y se fue a dormir. Al estar molesto, Jorge se dirigió hacia el hotel que su madre le había dicho. Cuando Yolanda abrió la puerta, Jorge se dio cuenta de que tenía el pelo desordenado y la ropa rasguñada.La visita de Harry le dio una grata sorpresa. —Jorge—.Lola tenía el pie izquierdo herido, mientras que Yolanda tenía el pie derecho herido —ve al hospital—.Saltando el saludo, Jorge soltó tres palabras directamente. Todo lo que quería era terminar lo que su madre le pedía e irse a casa lo antes posible. —No es necesario. Estoy bien—.Yolanda regresó a su habitación cogeando Jorge sin paciencia entro a la habitación con ella, —Mi madre me ha mandado para verte¡¡Entonces ha venido porque te lo ha pedido tu madre?— Se pregunto Yolanda a sí misma —Si has venido por tu madre, entonces ya puedes marcharte, estoy bien, más tarde iré al hospital con mi asistente—La cara sonriente de Yolanda cayo de repente al escuchar las palabras de Jorge —Yolanda, no estoy de humor para perder el tiempo contigo, date prisa!—La actitud de Jorge hizo que ella se sintiera peor cogió el boslo y camino hacia él—Vamonos!—Al ver que estaba coja, Jorge la ayudó a caminaral estar apoyado en los brazos de Jorge, Yolanda sonrio descaradamente Jorge tenía aparcado el auto justo fuera del hotel

Por lo que subieron al auto después de salir del hotelcuando subió al coche Yolanda no paraba de mirar a Jorge Hospital prinvado Sans La sala médica estaba al otro lado del pasillo Después de mirar el expediente del paciente dos veces, Manu Sans dijo: — Solo un traumatismo en la piel. Pero su tobillo está dislocado. Es necesario estar de reposo durante unos días—. Jorge asintió con la cabeza. —¿Has hecho las paces con tu ex novia?— Manu rara vez chismorreaba acerca de la vida privada de otros. Jorge encendió un cigarrillo, dio una calada y dijo: —No. La chica que traje la última vez era mi esposa—. —Tos, tos, tos ...— Manu se atragantó con su saliva. Se conicieron desde hace quince años. Pero Manu nunca había pensado que su viejo amigo se casaría sin avisarle. —¿Cómo puedes ser tan cruel como para no invitarme a tu ceremonia de boda?—Era raro que manu bromeaba con los demás. —No es el momento todavía.cuando llege la hora, le daré una boda inolvidable—Jorge se volvió suave mientras pensaba en su pequeña mujer. Al sentir su cambio, Manu se sintió muy mal por su ex novia en la sala. Eran una pareja perfecta. Pero Yolanda lo arruinó porque no apreciaba a Jorge.Sin interés de meterse en los asuntos de otros, Manu le dio una palmadita en el hombro y volvió a su oficina. Cuando Jorge entró en la sala, Yolanda estaba hablando con alguien felizmente por teléfono. —Tía, Jorge está aquí.—Yolanda le pasó el teléfono a Jorge y le indicó que contestara el teléfono. —Madre —Yolanda necesita descansar. Llévala a la Fuente Perla y cuídala bien —.Rocío colgó antes de que Jorge pudiera abrir la boca. Joerge cerró los ojos y parecía extremadamente disgustado.Decidió molestar a su madre con más negocios en el país C para que no estuviera de humor para ocuparse de sus asuntos privados. A última hora de la noche, Lola oyó un ruido afuera, así que se puso la zapatilla aturdida y abrió la puerta. La habitación de enfrente estaba iluminada. Lola se adelantó y vio a un hombre y una mujer abrazados en la habitación. Su somnolencia desapareció de inmediato. —¡Jorge!—Lola se convirtió en un volcán,y está a punto de explotar.

Capítulo 50 Por favor, no nos malinterprete Al escuchar la voz de Lola, se separaron de inmediato. —Señorita Hernández, por favor no nos malinterprete. Solo que tenía el pie herido, así que Jorge me ayudó.—Yolanda parece arrepentida. —No es de extrañar que la señorita Moza pueda ser una superestrella internacional. Mira lo buena que es tu actuación. Debes estar contenta ahora mismo ¿verdad?Lola se apoyó contra la puerta casualmente. ¿Trajiste a tu ex novia a casa? Bien hecho, Kprge. —Señorita Hernández, de verdad te has equivocado—. Lola pasó delante de ella y se dirigió hacia Jorge, puso sus brazos alrededor de su cuello y sonrió, —Cariño, ya es tarde. No molestemos más a la señorita Moza—. Jorge naturalmente colocó su brazo alrededor de su cintura, asintió con la cabeza y luego se fue con ella. Cuando se cerró la puerta, el resentimiento volvió a la cara de Yolanda. Lola quitó la mano de Jorge de inmediato cuando volvieron a su habitación, esto hizo que Jorge perdiera la sonrisa que tenía ante.Sabía que era difícil de consolarla esta vez Lola tenía una manta en la mano izquierda y una almohada en la mano derecha, con una ira desenfrenada. —¿Sofá o balcón? ¡Elige uno y dormirás ahi esta noche! Jorge extendió la mano y la abrazó—Cariño, cálmate. ¿Qué tal si seré tu sirviente esta noche? Te bañaré, te cambiaré y te dormiré—.. ....Lola puso los ojos en blanco sin palabras, —¿Quién necesita tu servicio? ¿Quieres dormir en la cama? ¡De ninguna manera!—Ella luchó imprudentemente para liberarse del abrazo de Jorge Jorge se inclinó para besarla y tiró la almohada y el colchón a la cama. Para personas como su esposa, que era inmune tanto a la compulsión como a la coacción, ¡la coerción funcionó mejor! Como la boca estaba bloqueada, Lola no pudo quejarse más, así que comenzó a pegarle con los puños.Pero para Jorge, sus golpes era como un masaje. En el último momento, renunció a toda la resistencia. ¿Por qué?¿Por qué terminó así de nuevo?¡No estaba convencida!

A la mañana siguiente, cuando Lola trató de levantarse, Jorge la subió a la cama y la cubrió con una manta de verano.—Descansa en casa hoy. Puedes ir a trabajar cuando te recuperes—. Lola pensó por un tiempo, y decidió ir a trabajar de todos modos. Fue solo algunas pequeñas heridas causadas por los fragmentos de vidrio después de todo. —¡No, iré al trabajo!—Lola se refrescó de la somnolencia y se sentó rápidamente. ¡Tenía que ser rápida o llegará tarde! Jorge alzó levemente sus espesas cejas, —¿Estás desobedeciendo a tu amado esposo?—Un tono amenazador por detrás de Lola. —No es así, cariño. Ahora que mi reputación en la compañía no es muy buena, no puedo omitir el trabajo solo por algunas heridas pequeñas. Perderá todos los esfuerzos que hice—.Lola yacía tiernamente sobre el amplio pecho de Jorge y de repente se pellizcó el pecho. —Ouch ...— ¡Definitivamente deseaba ser castigada!¡La atraparía y le daría una buena lección! Lola, que finalmente se aprovechó de él, saltó de la cama lo más rápido posible, riendo a carcajadas. Justo cuando estaba iba a entrar al baño, Jorge la atrapó con los brazos se acabó!Ella sonrió rápidamente, —¡Ah!Por favor, perdóname, Su Majestad.—Lola sabía que no tenía nada que hacer ante Jorge, por lo que la rendición era su mejor opción ahora. Jorla la giró, la abrazó y la besó. Lola lo mordió con fuerza en el hombro y se escapó al baño. Lola se dio unas palmaditas en las mejillas con un poco de agua fría, y murmuró que era tan bueno coqueteando. Cuando bajaron, Yolanda ya estaba sentada en la mesa del comedor. ¡La ignorancia o desprecio era la mejor manera de tratar con esta mujer desvergonzada! —Señorita Moza.Usted es bastante madrugadora.—Lola la saludó encantadamente.Cuando vio las ojeras de Yolanda, estaba aún más contenta. —De hecho, ya es tarde señorita Hernández. Jorge,ven a desayunar!— Yolanda suprimió su desagrado. Esa perra gemía toda la noche. ¿Cómo podía dormir? Jorge nunca tuvo relaciones sexuales con ella durante sus años de relación, pero ahora esa mujer se llevó lo que debería haberle pertenecido.Lola debe estar muy cachonda y hábil en el sexo. Jorge asintió con la cabeza y se sentó con Lola en frente de Yolanda.Yolanda comió la sopa servido sin ganas. Pero por lo menos, ella estaba más cerca de Jorge.

Lola miró a Yolanda, que parece estar disfrutando de su desayuno, y le preguntó: —¿Cuándo volverás al pais C, señorita Moza?—.Cogió un panecillo cocido al vapor para Jorge con una gran sonrisa. Yolanda también tenía sus plantes: —Ya avisé a mi asistente, estaré de reposo durante un tiempo, y así puedo estar con Jorge—Tras decir eso, miro a Jorge sin importarle lo que pensaba Lola —Ah, asi que quieres estar con mi maridoMi marido estará conmigo en la cama, tambien quieres estar conmigo?—Lola lo dijo como si no le importaba, pero en su interior quería dar una ostia a la sin vergüenza que tiene delante Lola se sintió realmente mal porque sabiendo que Yolanda era una amante, encima comiendo en su casa, no podía hacer nada —Quieres que esté contigo? ¿Quién crees que eres?Yolanda se enfureció de repente y miro a Lola —Vale, es hora de irnos!—Jorge por fin dijo algo, soltó el bol que tenía en la mano y subio para coger su cartera—Cariño, bajame tambien mi cartera!—Lola gritó dulcemente y comió rapidamente el desayuno —ah por cierto, sra. Pepa, acuerdate de cuidar a nuestro querida invitada— Lola miró a la sra Pepa, ordenandola con una voz dulce. Lola respondió en voz baja, ella sabía mas o menos la relación que tenía entre Yolanda y Jorge Sin pensar de más sra Pepa se quedó mirando a las dos —Lola, una mujer que no tiene nada como tu, no sé de dónde has sacado tanta confianza—Yolanda se limpió la boca y miró a Lola —No necesito nada, con solo tener a mi marido tengo a todo el mundopero tú, no sé de dónde has sacado tanta cara de estar en casa de otra persona¡¡Quieres guerra?— pensó Lola—Te daré guerra— Lola volvió a pensar Yolanda vió que Jorge estaba bajando y dijo seriamente:— Jorge no es nadie, es el hombre que he amado siempre, no sustuirá a nadie Al escuchar esto, Jorge se paró, sin decir nada más, salió de casa con Lola —Lola, no creas que has ganado, ya verás quién se reirá hasta el finalpronto verá el plan que tengo en la mente ¿quieres quitarme las cosa que yo quiero? vaya creida !— Pensó Yolanda para sí mismadespués decidió subir a dormir y luego pensar en cómo volver a conseguir el corazón de Jorge La sra Pepa la ayudó a subir al segundo piso con cuidado Momento de almuerzo en SL Group —Habies visto lo destacado de hoy en Twitter? —Sí, lo ví!era sobre el jefe con Yolanda Moza!

ÍNDICE Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19 Capítulo 20 Capítulo 21 Capítulo 22 Capítulo 23 Capítulo 24 Capítulo 25 Capítulo 26 Capítulo 27 Capítulo 28 Capítulo 29 Capítulo 30 Capítulo 31 Capítulo 32 Capítulo 33 Capítulo 34 Capítulo 35

Capítulo 36 Capítulo 37 Capítulo 38 Capítulo 39 Capítulo 40 Capítulo 41 Capítulo 42 Capítulo 43 Capítulo 44 Capítulo 45 Capítulo 46 Capítulo 47 Capítulo 48 Capítulo 49 Capítulo 50

Capítulo 51 Un sonido agudo de bofetada "Sí, a altas horas de la noche el señor Jiménez llevó a Yolanda en los brazos saliendo del hotel." "¡Al parecer, nuestro CEO y Yolanda ya van a empezar una relación romántica!" ...... Lola, quien llevó su vaso de agua a la sala de té al principio, volvió a su asiento y lo colocó su vaso sobre la mesa. Luego, cogió el móvil y entró directamente al baño. Cerró la puerta, se sentó en el retrete y se conectó a su Twitter para leer las noticias importantes. Jorge y Yolanda estaban en la parte superior de la lista de búsqueda, era una noticia explosiva. Jorge, que siempre había sido discreto y misterioso, se convirtió en un foco de noticias de entretenimiento por primera vez junto con una superestrella mundialmente famosa. Cientos de miles de comentarios estallaron en pocos minutos. Lola hizo clic en una publicación de noticias con el título "El misterioso CEO de SL Group, Jorge tuvo una cita nocturna con la famosa actriz Yolanda". Abajo se encontraban algunas fotos de Jorge, quien estaba saliendo de su Maybach al hotel, y sosteniendo a Yolanda que se acurrucaba íntimamente en sus brazos. Cada foto mostraba claramente su rostro completo. Lola echó un vistazo a los comentarios, el primero de los cuales se escribió por un internauta llamado Sweet, quien dijo "Wow, hombre guapo y hermosa mujer. Jorge va a estar junto con mi querida Yolanda. Likes si estás de acuerdo con eso".

Y los siguientes comentarios eran: "Jorge es tan guapo. Me convierto en su fan en un instante. Estoy babeando ..." "Yolanda siempre ha sido de perfil bajo y nunca ha tenido escándalo sexual. Parece que esta vez es verdad". "¡La mejor Yolanda merece la mejor bendición!" "Yolanda, eres amable, generosa, elegante, tranquila, refinada, pura, gentil, digna, trabajadora y bonita ... ¡Pero recuerda prestar atención a tu salud, cuídate! ¡Te quiero!" ....... A medida que el clamor por su amor seguía creciendo, Lola refrescó su Twitter dos veces más. Y descubrió que la cuenta de Twitter de Jorge había sido desenterrada. El primer post de esta cuenta era una noticia pública relacionada con el bienestar, cuyos comentarios se dispararon de cientos a decenas de miles en un momento. Muchos de los mismos comentarios se hicieron por internautas que exigían la unidad de Jorge y Yolanda. Lola apretó los labios al ver estos comentarios. "Hum, están todos ciegos. ¿Qué parte de ellos hizo que la gente pensara que formarán una buena pareja? En el peor de los casos, ¡puedo ir a casa para fotografiar mi certificado de matrimonio y publicarlo en línea! ¡Definitivamente los sorprenderá a todos!" Lola salió del baño con indiferencia. ¿Quién sabía cómo esa gente se burlaría de ella? Efectivamente, antes de que Lola volviera a su asiento sus compañeros comenzaron a hablar de ella: "Ahí está, ¿cómo se atreve a enfrentarse contra Yolanda por el amor del CEO? ¡Jajaja, qué gracia!" "Sí, no he tenido noticias de ella y el CEO recientemente. Parece que el CEO desde hace mucho tiempo se ha distanciado de ella". "Jajajajaja, qué perra..." Una de su compañera señaló a Lola y maldijo sin ceremonias al verla salir del baño.

Lola miró a las dos chicas chismosas en el salón de té, que habían hablado mal de ella a sus espaldas muchas veces. Ahora incluso la insultaban abiertamente. ¿Cómo podía ella tolerar? "¿Qué coño estáis hablando? ¿Quién es la perra?" Lola guardó el celular en el bolsillo y caminó hacia LiLi y a Kaity con una cara de póquer. Las dos seguían bebiendo el agua en sus tazas sin prisa, desdeñando la presencia de Lola. "Estoy hablando de la perra que sedujo a nuestro CEO. ¿Alguien más hará eso excepto usted?" Lili mantenía sus brazos cruzados de pie, de una manera muy provocadora. Algunos colegas habían notado la disputa aquí. Así que Lola cerró el salón de té, arrojó las tazas de Lili y de Kaity a la papelera y se acercó a ellas. "¿Qué quieres hacer?" Lili estaba un poco asustada en este momento."Pah" De repente sonó un agudo sonido de bofetada. Asombrada como estaba, Lili se tapó su cara izquierda que fue golpeada. "Lo que acabo de hacer es enseñarte una lección. ¿No te ha dicho tu madre que no es bueno hablar de otros?" Lola estampaba en el taburete a su lado de una manera agresiva. Para reprimir la arrogancia de las dos enfrente de ella, debía hacer un movimiento agresivo primero, de lo contrario sería ella misma quien sufriera. "Lola, ¿por qué la golpeaste? Ya que has seducido a nuestro CEO, no puedes ocultar la verdad y evitar que otros hablen de eso". Kaity desafió a Lola con una mirada afectada. Después de todo, ¿cómo puede Lola actuar de una manera tan imponente? "¿Lo he seducido? Para decirte la verdad, ¡es Jorge quien me ha seducido!" ¡La sedujo a ella para obtener el certificado de matrimonio! Por favor, no echéis la culpa a la pobre Lola. "Jajajajajaja" Lili y Kaity comenzaron a reírse a carcajadas al mismo tiempo, y la miraba como si viera a una neurópata. "Lola, ¿estás chocada por las noticias de hoy? Debes estar loca para decir que nuestro CEO te seduce. ¡Jaja, realmente me estás matando por un gran chiste!" Lili parecía haber oído el chiste más

divertido del mundo. "Cállate. Lo que he dicho es la verdad. No tienes que creer. ¡Pero no me maldigáis más a mis espaldas, o la próxima vez sería más que una bofetada!" Lola las advirtió seriamente. Sin embargo, a ellos no les importaba nada la advertencia de Lola "Me has pegado, ¿crees que la cosa va a acabar así? ¡Ni pensar!" Justo cuando Lili quiso contraatacar, Lola detuvo su mano y en un instante ambas entraron en una pelea. En este momento, la puerta del salón de té estaba tocada. "¡Vosotras tres, abrid la puerta!" Era el gerente del Departamento de Investigación y Desarrollo Fernando. Alguien había ido directamente a su oficina para informarle que las tres estaban peleando en el salón de té. Pelear en la empresa durante las horas de trabajo. ¡Las tres no tiene absolutamente ningún respeto por su compañía y sus compañeros de trabajo! Al escuchar la voz de Fernando, Lili gritó, "oh, mierda" en su mente, y rápidamente soltó a Lola. Lola ordenó rápidamente su ropa de trabajo y abrió la puerta fuertemente, haciendo que Fernando, un hombre de un metro ochenta casi cayera al suelo. "¿Qué es lo que pasa con vosotras?" Fernando sintiéndose un poco avergonzado se puso serio y preguntó seriamente. El cabello de Lili estaba un poco desordenado, mientras que Lola se mantenía limpia y ordenada. Era obvio quién tenía la ventaja. "¡Gerente, Lola me pegó!" Lili se quejó primero, señalando su cara que fue golpeada. Fernando echó un vistazo a la cara de Lili con el ceño fruncido. "Lola, ¿cómo te atreves a comenzar una pelea en la compañía? ¿Me estás tratando como a un idiota?" "Gerente, han estado cotilleando en secreto todos los días. Lo que es peor, me insultaron a la cara. Si fuera usted, ¿puede aguantar eso?" Lola giró un poco su tobillo. Sentía una pizca de dolor en su pie lesionado, que fue pisoteado descuidadamente por Lili cuando estaban peleando. Fernando lanzó una mirada a los curiosos subordinados y dijo: "¡Vosotras tres

venid a mi oficina!" Salieron las 3 del salón de té y se fueron hacia la oficina del gerente. "¿Que está pasando aquí?" Una voz fría vino de la entrada de la oficina de Investigación y Desarrollo. Estaba claro para todos que la forma imponente y la ira pertenecían a su jefe. Todos sentían un escalofrío y rápidamente agacharon la cabeza para trabajar.

Capítulo 52 Mi esposa legítima "Jefe..." Fernando pensaba que se había confundido, ¿cómo era posible que el CEO viniera en persona al Departamento de Investigación y Desarrollo? Pero resultaba que era precisamente el CEO, "Jefe, las tres personas se han peleado entre sí durante las horas laborales. Yo voy a resolver el problema." Fernando ya ahora era un hombre de mediana edad. Pero ante Jorge, ante su frialdad, no dejaba de temblar las piernas. Jorge rápidamente vio a Lola que estaba haciendo pucheros por sentirse agraviada en ese momento. "¿Que está pasando?" "Dijeron que te estoy seduciendo y me llaman perra". Sus compañeros de trabajo ya estaban petrificados por lo que Lola acababa de decir, especialmente Lili y Kaity, que estaban tan asustadas que casi se arrodillaban. Jorge dio una mirado a todos del Departamento de Investigación y Desarrollo. La relación entre Lola y él debía ser revelada, ya que él no quería que su esposa siguiera siendo perjudicada. "Algunas cosas no quiero decirlo en las horas de trabajo, pero algunas cosas se están volviendo cada vez más insoportables. Como excelentes empleados del Grupo SL. Hablar mal de alguien en la espalda. ¿Eso es lo que se supone que debéis hacer?" El tono más frío y áspero de Jorge los asustó demasiado para levantar la cabeza. Lo que Jorge dijo a continuación sorprendió a casi todos. "Mi legítima esposa, Lola Hernández, tiene la intención de trabajar aquí con un comienzo humilde. Pero, siempre hay alguien que presta más atención a su vida privada que a seguir el trabajo. El Grupo SL no da la bienvenida a este tipo de personas". El desalentador temperamento de Jorge era lo suficientemente aterrador, por no mencionar que estaba furioso en ese momento. Todos tenían mucho miedo. Si no estuvieran sentados en sillas, habrían temblado para arrodillarse. Lo que más sorprendió a todos, incluso a Lola, eran las palabras "mi legítima esposa Lola Hernández". No podía creer que Jorge expusiera al público su relación matrimonial.

¿No había dicho que mantendría en secreto todo el momento? ? ? "Despedid a estas dos para siempre. De ahora en adelante, ¡quien se atreva a cotillear será despedido. Y tú, Fernando, como Gerente del Departamento de Investigación y Desarrollo, no tratas con este tipo de cosas y aún las mantienes. ¡Qué incompetente eres! A partir de este momento, serás transferido al Departamento del Secretario. Si no quieres ir, entonces también recoges tus cosas y lárgate a la mierda ". Con las manos en los bolsillos de los pantalones, Jorge miraba a todos en el Departamento de Investigación y Desarrollo como un rey sagrado. "Sí. Jefe, ya voy!" Fernando se puso rojo. Lili y Kaity estaban demasiado asustadas para decir ninguna palabra. No querían ser despedidas. No... Jorge lanzó una mirada fría a Fernando y vislumbró a Lola, que estaba allí de pie asombrada. Tras dejar las cosas claras se marchó de allí. Al ver a Jorge salir, el asistente Sánchez, quien estaba escondido al lado de la puerta, lo siguió de inmediato pensando: "¡Dios! Jefe es horroroso. Menos mal que me escondí allí." "Sánchez, si te escondes detrás de la puerta o abajo otra vez, alguien tomará tu lugar". Jorge entró en el ascensor sin vislumbrarlo. El asistente Sánchez se apoyaba contra la pared, sintiendo ganas de llorar. "¡No, no me hagas eso! Jefe, nunca más me esconderé ..." Pensó Sánchez. Jorge se había ido por una hora, pero en el Departamento de Investigación y Desarrollo, ninguno se atrevía a decir nada todavía, ya que Jorge asustó a todo el mundo. Hoy, todos eran testigos de lo cruel y opresivo que era su CEO. No podían creer que la esposa del jefe había estado trabajando con ellos todos los días. Parecía que su momento difícil estaba por llegar... Sin embargo, alguien parecía más inteligente. Trataron a Lola de esa manera antes, ninguno de sus superiores los había castigado por eso. Parecía que Lola nunca se había quejado de ellos ante el jefe. ¡Cómo podían tomar a una mujer tan buena como una perra! Lola no se había dado cuenta de que había ganado nuevamente la confianza y el respeto de sus compañeros de trabajo. Lola regresó a su asiento, se rascó las orejas y mostraba una cara preocupada. Ahora, todos sabían su relación. ¿Cómo podría llevarse bien con los compañeros de trabajo en el futuro? ¿Cómo podría

trabajar con ellos sin problemas? Después del almuerzo, algunos compañeros de trabajo se acercaron a ella para disculparse por la forma en que la trataron y expresaran su esperanza de llevarse bien con ella en el futuro. Al oír esto, Lola asintió con la cabeza. Esto era justo lo que ella quería. Ella sólo quería prestar toda su atención al trabajo. Esperaba que sus compañeros nunca más mencionaran su relación con Jorge. Incluso Juana, la formuladora con la que trabajaba, la llamó al laboratorio y le preguntó qué quería aprender de ella. Pensó por un momento y respondió: "No tengo algo especial que aprender. Ser su asistente ya es suficiente. No hace falta comportarse de esta manera. Si encuentro que tengo talento en este ámbito después, espero poder aprender cómo hacer la receta de la máscara ". Juana asintió con la cabeza sin decir nada más. En la villa Fuente Perla. "Bien hecho." Yolanda estaba sentada en una silla en la terraza y hablando por teléfono. Se sentía cómoda bajo el cálido sol. Según la experiencia que tenía antes, Yolanda supo que Jorge bloquearía a esta agencia de noticias de inmediato. Entonces, ella le dio a esa agencia de noticias un montón de dinero por adelantado, la cantidad de dinero era lo suficiente para abrir dos nuevas agencias de gran escala. "Yolanda, tienes razón. Todas las noticias rosadas sobre él se eliminaron en poco tiempo bajo el mando de Jorge. También hizo cerrar esa agencia de noticias". Era su asistente, Manuel Mendez, hablando al otro lado del teléfono. Tuvo algún tiempo para descansar después de que el pie de Yolanda estaba herido. "Está bien. El dinero que pagué era lo suficiente para que abran dos nuevas agencias". Además, aunque esas noticias fueron eliminadas, todos los internautas que habían visto esas imágenes no las iban a olvidar. A partir de ahora, innumerables cámaras de paparazzi apuntarían a Jorge y a ella. Si el otro era Jorge, entonces ella estaba dispuesta a ser discutida por la gente y entrar en este vórtice de chismes. "Está bien, cuídate, Yolanda. Si necesitas algo, llámame". Manuel estaba disfrutando de un baño de aguas termales. Se sentía súper cómodo en ese momento. Estaba ocupado volando por diferentes partes del mundo con Yolanda

por un trabajo que lo hacía sentirse siempre cansado. Por lo tanto, apreciaba mucho estas vacaciones. "Ok, la última cosa, Jorge y yo iremos a la fiesta de cumpleaños del Sr. Willians mañana. Diles a los periodistas que sean inteligentes. Creo que saben qué hacer". Yolanda pasó por alto el paisaje a lo lejos y se pasó los dedos por el pelo. Se notaba que estaba de buen humor. "Ok, voy a llamar a más periodistas". Yolanda colgó el teléfono con una risa malvada. "Lola, Jorge no te quiere en absoluto. Ni siquiera quiere dar a conocer tu relación. La gente nos consideraría a Jorge y a mí como pareja pronto". pensó Yolanda. Lola salió de la oficina después del trabajo. Ella se montaba en su motocicleta y luego condujo directamente a casa. Corrió a su habitación del segundo piso tan pronto como llegó a casa. Incluso no se dio cuenta de que Yolanda estaba sentada en el salón, porque tenía algo más importante que hacer. Revolvió todos los cajones en el dormitorio como un ladrón. "¿Dónde está mi certificado de matrimonio?" Lola murmuraba confundida mientras rebuscaba. Ella recordaba claramente que puso su certificado de matrimonio en este cajón. "¿Por qué no está aquí?" Ella se estaba volviendo loca. Luego se apresuró a ir a la sala de estudio y continuó revolviendo. Finalmente, descubrió los dos certificados de matrimonio en el cajón inferior. Regresó corriendo a la habitación y tomó una foto de los certificados de matrimonio. Después de hacer la foto, los guardó con satisfacción. Por si acaso, sacó la llave del cajón inferior y la escondió en un lugar que no se encontraría fácilmente. Debía haber alguien detrás del drama de hoy. "Si Yolanda usara los medios para promocionar su relación con Jorge nuevamente, publicaré esta foto en Twitter. Ahora que Jorge ha publicado nuestra relación en compañía primero. ¿Por qué no puedo publicar las fotos?" Pensó. En ese momento, Jorge estaba apoyado contra la puerta de la sala de estudio, observando a su esposa que estaba agachada junto al escritorio con su trasero en el aire.

"¿Lo tienes ya escondido?"

Capítulo 53 Acompáñame "Sí, ya lo tengo escondido. Estoy seguro de que Jorge no podrá encontrarlo". Lola guardó su teléfono riéndose y se dio la vuelta. Al ver un hombre en la puerta de la habitación, se dio un gran susto. ¡Dios mío, le acababa de pillar de lleno! Lola se dio una palmadita en la frente, lamentándose ser como una tonta. "¿Qué estás tratando de ocultar? Déjame ver". Jorge cerró la puerta y entró a la habitación dando pasos grandes. "Nada, cariño. ¡Venga, vamos a cenar!" Lola sonrió, sostuvo el brazo de Jorge y lo sacó del estudio. Jorge no insistía. Una chica tan tonta. ¿No sabía ella que él podría encontrar fácilmente algo escondido en su estudio? ¡Pero bueno, no le importaba, ya que le gustaba cada parte de ella! Lola estaba de buen humor durante la cena, ¡porque ya por fin en la empresa no la consideraban como una zorra! La la la ... "Parece que estás muy contenta" Jorge sonrió gentilmente a su esposa, que estaba revolviendo espaguetis con la cabeza temblando. "¡Por supuesto! ¡Por fin me van a dejar de llamar zorra, así que por fin puedo concentrarme en el trabajo ahora!" Yolanda, que estaba sentada al lado, estaba completamente ignorada por Lola y Jorge. Con una sonrisa falsa, Yolanda recogió un trozo de hígado de ganso y lo puso en el plato de Jorge. "Jorge, has estado trabajando duro. Necesitas comer un poco más". Ella no preguntó ni dijo nada, fingiendo que no se enteraba de las noticias de entretenimiento de hoy. Para evitar arruinar su buen humor de hoy, Lola simplemente echó un ojo al hígado de ganso en el plato y decidió no irritar a Yolanda. "Cariño, recuerdo que realmente no te gusta el hígado de ganso, ¿verdad? Lo comeré por ti"

Luego Lola recogió el hígado de ganso del plato de Jorge y lo puso en el suyo, pero no lo comió. "Jorge, cuando estábamos juntos, recuerdo que te gustaba mucho el hígado de ganso". Yolanda supo de inmediato la intención de Lola, por lo que puso los ojos en blanco ante esta problemática mujer. Lola sonrió y dijo "Si te digo que a mi marido no le gusta es que no le gusta, y a mí no me gusta la comida que se ha tocado por los cubiertos de otras personas". Pensó por un momento y tiró el hígado de ganso en un plato vacío. La sonrisa en la cara de Yolanda se estaba poniendo un poco antinatural. Jorge parecía haberle dado permiso a Lola para todo. No dijo ni una palabra, simplemente se quedaba comiendo los espaguetis con elegancia. Después de terminar la comida, Lola se limpió la boca y se le ocurrió una idea. Sostenía el brazo de Jorge y dijo: "Cariño, ¿podemos ir a dar un paseo? Quiero comprar algunos aperitivos en el supermercado. ¿me puedes acompañar?" Lola preferiría salir a quedarse en casa con esta mujer sin vergüenza. Mirando a su esposa, que ahora se estaba comportando como una niña voluntariosa, Jorge agitó la cabeza sintiéndose impotente y dijo, "Vamos arriba y cambiemos de ropa". Al decirlo, Lola se levantó rápidamente de la silla. Subió las escaleras de una manera muy contenta. Mientras se cambiaba, Jorge abrazó a Lola por detrás y apoyaba su barbilla en el hombro de Lola. "Cariño, ya que estás tan contenta hoy, ¿puedes darme algunas recompensas especiales?" Lola comprobó su bolso. ¡Bueno! ¡El teléfono estaba allí! "Está bien. ¿Qué quieres?" Lola le prometió sin pensarlo dos veces. Jorge le dio una sonrisa misteriosa y le susurró unas palabras al oído. Estas pocas palabras permanecían en su mente todo el tiempo mientras ella estaba en el supermercado. Dijo que la llevaría a un lugar para relajarse. ¿A dónde irían? ¿A la discoteca? ¿O a un bar? Jorge rió a su mujer que se estaba perdiendo en su mente.

"¿Por qué quieres condimentos?" Observaba a su esposa poner condimentos en su carrito de compras. Lola al fin aterrizó sus pensamientos, mirando el paquete de sal que tenía en la mano, avergonzadamente lo volvió a poner rápidamente en el estante. ¡Todo era su culpa! Le hizo un puchero a Jorge y lo llevó a la zona de frutas. "¿Qué frutas quieres comer?" Jorge miró a la mujer en sus brazos con amor. Esta bonita pareja atraía mucha atención de los demás. Lola inclinó la cabeza, pensando un rato. Luego comenzó a contar con los dedos, "Manzanas, mango, durian y cereza..." Jorge levantó sus gruesas cejas ligeramente. "¿Estoy casado con una comilona?" Como esperaba, Lola hizo otro puchero y dijo: "¿Crees que como demasiado? Entonces no comeré nada más a partir de ahora". Giró la cabeza, como si estuviera molesta. Jorge se inclinó y besó sus labios rojos. "No, nunca digo eso. Debes comer más y así ganas algo de peso, porque así es más cómodo abrazarte por la noche". Comenzó a dibujar una versión gordita de ella en la mente. Los clientes a su alrededor los observaban con envidia, ya que eran una pareja de buenas relaciones. Lola se echó a reír. "¿Y si gano 100 kg en un día?" 100 kilogramos. Eso sería demasiado regordete y cómoda para abrazar. Jorge se echó a reír también. "Eso no importa. ¡Te quiero a pesar de que peses 200 kilogramos!" Luego puso las manzanas, los mangos, las cerezas y el durian en el carrito. Después de salir del supermercado, Lola comenzó a pensar nuevamente en lo que Jorge dijo antes. Cuando regresaron a la villa, ella estaba confundida. ¿No iban a un lugar para relajarse? Jorge leyó su expresión y la sacó del auto. Tomó su mano y la llevó hacia su jardín, que estaba en la parte trasera de la villa.

"¡Jorge, qué tacaño eres por favor! ¿Relajarnos en el jardín trasero?" Lola se sorprendió cuando vio su mirada burlona. Después, ella tuvo una profunda comprensión de lo que él quería decir en realidad con "relajarse". Era alrededor de la 1 de la madrugada. Las luces de la villa estaban apagadas. Jorge llevó a la agotada Lola al baño en su habitación y la ayudó a tomar una ducha. Luego colocó la cabeza de ella en sus muslos, le secó cuidadosamente el largo cabello y la metió en la cama. Después de prepararse bien para dormir, Jorge miró a su bella durmiente, la besó gentilmente en la frente y la abrazaba para dormir. En el hotel de cinco estrella, Verdemar. Esta noche, la fiesta de cumpleaños de 98 años de edad se llevó a cabo para un maestro de caligrafía y pintura: Mark Willians. Había invitado a celebridades en esta área y empresarios influyentes con quienes él había cooperado. Todos vinieron con regalos valiosos, temiendo que las elecciones inapropiadas pudieran deshonrarse. A las 7:30 de la tarde, la gente estaba brindando y charlando en el primer piso, bien decorado, donde se podían escuchar incesantes felicitaciones. A pesar de su avanzada edad, Mark Willians todavía podía ver y oír claramente, y otros sentían envidia por su buena salud. Alrededor de las 8 de la tarde, los invitados seguían entrando y saliendo del hotel. Justo en este momento apareció una pareja deslumbrante y llamó toda la atención. "¿Ellos no son Yolanda y Jorge que salieron en las noticias?" "Creo que sí. ¡Qué mujer más bella! He escuchado que se está tomando un descanso debido a una lesión. Parece ser cierto".

"Uh-huh, forman una pareja perfecta". ........ Con un costoso vestido de cóctel de color lila hasta la rodilla, Yolanda sostenía el brazo de Jorge en la puerta del hotel. La gente alrededor felicitaba y envidiaba sus magníficas apariencias. El tobillo lesionado de Yolanda atrajo alguna atención, pero ella caminaba lentamente con Jorge, lo que dejaba a otros impresionados y celosos.

Capítulo 54 ¿Cómo te atreves a pegarme "¡Feliz cumpleaños, abuelo Willians!" Jorge y Yolanda caminaron directamente hacia Mark Willians y entregaron sus valiosos regalos. Tanto el abuelo de Jorge como el de Yolanda eran viejos amigos de Mark Willians. En este día especial, era natural dejar que sus nietos le enviaran felicitaciones con regalos. Uno era el CEO de SL Group, la otra era una actriz de fama mundial. ¿Quién no tenía envidia de sus identidades? Yolanda estaba sonriendo de una manera elegante, cuando alguien sacó sus teléfonos celulares y les tomó fotos. A ella no le importaba nada y les devolvió la sonrisa. "Bueno, gracias. Me alegro de que hayáis venido. Yolanda, ¿cómo está tu pie?" Mark Willians estaba muy contento de ver a la pareja perfecta frente a él y esperaba asistir a su ceremonia de boda. "Estoy bien, abuelo Willians. Es solo un esguince de tobillo. Tengo a Jorge a mi lado. No es un problema". Yolanda sonrió muy dulcemente, como si estuviera acurrucada en su hombre. "De acuerdo, ve a descansar, no te muevas mucho". Mark Willians los miraba y cada vez se sentía más satisfecho. "¡De acuerdo, abuelo Willians! Aquí hay muchos invitados. Jorge y yo no nos ocuparemos más de su tiempo". Yolanda caminó hacia su asiento, sosteniendo el brazo de Jorge para lucir su elegancia. Dio unos pasos y le dolía un poco el pie lesionado. Jorge la envió a su asiento y fue directamente a la fiesta. No le gustó, pero tuvo que hacer de todos modos.

Yolanda estaba sentada tranquilamente en su asiento, como un hada sobrenatural. Varios fans estaban cerca de ella, con ganas de acercarse más, pero no se atrevían. Yolanda les sonrió suavemente y asintió con la cabeza para darles el permiso. Con su permiso, los fans se acercaron a ella y le pidieron autógrafos y fotos. Cuando estaba llegando al final de la fiesta, Yolanda sacó su teléfono celular y actualizó las noticias de entretenimiento. ¡Estaba claro! Los medios de comunicación expusieron las fotos de ella y de Jorge, y el tema de su llegada al hotel estaba en la lista de búsqueda. Después de beber dos copas de vino tinto y vino blanco, Jorge encontró a Mark Willians. "Abuelo Willians, tengo que lidiar con un poco de trabajo en mi compañía, así que me tengo que ir con Yolanda. Que disfrute de la fiesta". Mark Willians se preguntó por qué Jorge mencionó a Yolanda en un tono tan frío. ¿No eran los enamorados? ¿Por qué estaban tan distantes? Se despidió de ellos sin pensarlo mucho. "Jorge, creo que he caminado demasiado y por eso ahora me duele un poco el pie". Yolanda pronunció con una voz lastimosamente débil en la puerta principal del hotel. Jorge dio una mirada a su pie lesionado, que parecía estar realmente un poco hinchado. La levantó y la puso en el asiento del copiloto y regresaron a la Fuente Perla. Cuando volvieron a la villa, las noticias se habían ido exageradas. Llevó a Yolanda a la habitación y se preparaba para irse. "Jorge, no me dejes solo". Yolanda agarró la palma de Jorge y lo suplicó en voz baja. Jorge vacilaba en el momento en que escuchaba la voz sentimental de Yolanda. Se acercó a la puerta y la cerró, y miró al hombre con amor. "¿Qué pasa?" Jorge preguntó fríamente. "Jorge, no seas tan indiferente conmigo. Lamento lo que he hice en el pasado. Lo

siento mucho de verdad". Con los brazos alrededor de su cintura, Yolanda hundió la cara contra su pecho. Sin responderla, Jorge se metió las manos en los bolsillos con indiferencia. Era demasiado tarde para decir algo ahora, ya no era posible volver como antes para ellos. "Sé que tienes a Lola ahora, pero puedo darte lo que ella te dé". Yolanda comenzó a llorar, aflojando sus manos alrededor de la cintura del hombre. Ella se desabrochó su propio vestido. Jorge giró su cara ceñuda hacia un lado, intentando no mirarla. "Ponte la ropa." Él ordenó fríamente. "¡Jorge!" Aunque ella actuaba de esta manera, el hombre no estaba dispuesto a aceptarla. Las lágrimas cayeron por su rostro como cascadas. Se puso de puntillas, le rodeó el cuello con los brazos y le besó los labios delgados, fríos y familiares. Jorge sentía una punzada de dolor en su corazón. ¿Desde cuándo comenzó a humillarse Yolanda de este modo? Solo que, lo que tenían entre ellos ya era una cosa del pasado, era imposible volver a llevarse como antes. No solo porque tenía a Lola. Incluso sin ella, ya no quería estar con Yolanda. Cuando estaba a punto de alejar a la mujer, la puerta de la habitación se abrió de repente. Lola miraba fríamente la escena frente a ella, y se le entró un dolor fuerte del corazón. Jorge se apresuró a alejar a Yolanda de su pecho, y se dirigió a Lola en la puerta, "Lola..." Por primera vez, entró en pánico y estaba ansioso por explicar algo. Lola no le hizo caso a Jorge, caminó hacia Yolanda hasta ponerse delante de ella, enseguida le dio una bofetada en la cara.

"¡Lola!" Al ver la marca roja en la cara de Yolanda, Jorge la detuvo rápidamente a Lola. "¿Qué pasa? ¿Ahora te da pena?" Lola apartó la mano de Jorge, con los ojos fijos en la mujer que estaba delante de ella con resentimiento. ¡Bien hecho, superestrella internacional! ¡Seduciendo a su marido debajo de sus narices! ¡Buen trabajo! "Lola, ¿cómo te atreves a pegarme?" Yolanda miraba a Lola con gran sorpresa. ¡Nunca había sido abofeteada desde que había nacido! "Pues porque te lo mereces, vaya, parece que tienes un cuerpazo. Seduces a mi marido con ese cuerpazo, nunca he visto a una mujer tan caradura como tú. Dime, ¿a cuántos hombres has seducido? señorita Moza". Jorge entendió lo que Lola pretendía decir con sus palabras. Jorge se acercó un poco más. "Lola, por favor, contrólate. venga, volvamos a nuestra habitación". "¿Que me controle? ¡Bien, os dejaré solos, podéis seguir con vuestro rollo!" Lola se dio la vuelta para salir de la habitación. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta de nuevo de su propia habitación, Jorge la alcanzó. Incapaz de cerrar la puerta, Lola se rindió y se quedó en silencio por un rato. Se sentó tranquilamente en frente del tocador y dijo, "No nos casamos por amor. Si estás sufriendo, si realmente me he interpuesto en tu camino, ¡dime y me iré sin problema!". Jorge cerró la puerta, se dirigió hacia ella, la levantó y él mismo se sentó en la silla dejando que ella se sentara en sus piernas. "No es así... Dame algún tiempo. No es fácil dejar de lado los últimos doce años". Jorge se enterró en los brazos de su esposa y dijo con voz apagada. Oh, había tenido más de una docena de años de relación con Yolanda. Lola cerró los ojos y preguntó: "¿Todavía la amas?" Sin responderla de inmediato, Jorge abrió la boca después de un largo silencio, "Tal vez no". Contando con Lola, Jorge podía dejar todo el pasado.

Lola al escuchar estas palabras, se decepcionó muchísimo. Tal vez no ... Tal vez sí, ¿no? Sin embargo, pregúntate, ¿lo amas? ¿Amas a este hombre que lo tienes delante? Lola tampoco lo sabía ... "Si, después de un período de tiempo, descubres que todavía la amas, por favor, dime, renunciaré, no quiero interponerme en tu camino". Una vez más, ella suavemente declaró lo que pensaba. Ella sabía muy bien la inestabilidad del amor.

Capítulo 55 Traviesa Una relación no se podía terminar simplemente con una palabra, y dejarlo ir tampoco era algo fácil. ¡Por lo tanto, simplemente dejaba que fuera natural! "No dejaré que me abandones. Ni tampoco te estás interponiendo en mi camino. ¡Lola, eres mi esposa y solamente puedes ser mi mujer!" Sostenía la barbilla de ella entre sus dedos, como si estuviera haciendo un juramento. Lola puso sus brazos alrededor de su cuello y se juró a sí misma que Jorge sería su único amor durante toda su vida. Lo que Jorge le había traído, no solo era la protección y la riqueza, sino también la felicidad y la satisfacción espiritual. Estando con él, Lola sentía el amor, lo cual era algo muy dulce. La levantó por la cintura y la acostó en la cama. Después de eso, se fue a tomar una ducha. Lola comenzó a navegar por Internet y descubrió que las noticias sobre Jorge y Yolanda se extendían ampliamente. Ella está a punto de publicar la foto y las palabras que había escrito. Pero justo estaba a punto de enviar, ella vaciló, temiendo que le pudiera causar algunos problemas a Jorge. Pero, él había expuesto al público su relación en la compañía, si ella publicara eso en Twitter.... Después de pensarlo varias veces, finalmente decidió no publicar nada y presionó el botón Cancelar. ¡Será mejor que deje las cosas a Jorge! Después de una ducha, el olor persistente del gel de baño hacía a Jorge muy atractivo. Lola estaba en sus brazos se sentía muy segura. Esa noche, Jorge, que Lola siempre lo llamaba bestia en la cama, no hizo nada más que dormir con ella en sus brazos. Las dos damas se volvieron completamente una contra la otra después de esa noche. Lola había acordado darle a Jorge algún tiempo para lidiar con eso. Rara vez hablaba con Yolanda desde entonces.

Después de unos días, la asistente de Yolanda trajo al gato mascota de Yolanda "Traviesa" Disfrutaba tranquilamente del paisaje en el balcón, con el "Traviesa" Blanco recién duchado, que entrecerró los ojos en sus brazos. "Traviesa" fue comprado en una tienda de mascotas por Jorge y ella juntos. Jorge estaba ocupado con un proyecto de inversión internacional. Así que raras veces volvía a casa. Un día, Lola fue de compras con Wendy. Cuando llegó a casa, eran más de las nueve de la noche. Se fue a su habitación en el piso de arriba en silencio, pero justo después de abrir la puerta, algo blanco le saltó. "¡Ah!" Lola dejó escapar un grito, lo que atrajo a Yolanda. Cuando se dio cuenta de que era un gato blanco, lo arrojó con disgusto. "¿Qué estás haciendo? Si mi "Traviase" se hiciera daño, estarías en un gran problema". Yolanda se sentía angustiada porque su gato fue arrojado al suelo, aunque el suelo había sido alfombrado. "¿Por qué tienes que mantener un gato aquí?" Lola casi se volvió loca. ¡Ella odiaba y temía a los gatos desde su infancia! "Pues porque me gusta. ¡No es tu incumbencia!" Yolanda le dirigió una mirada sucia, y con preocupación acarició a su gato. "La señorita Moza, el gato es mi mayor disgusto. ¡Por favor, envíalo de aquí lo antes posible!" Lola se dio unas palmaditas en el pecho, todavía en estado de shock. El gato la miraba ferozmente, como si estaba listo para saltar hacia ella. "Tu disgusto no tiene nada que ver conmigo. ¡Mi "Traviesa" es mi favorito!" ¿Su gato llamado "Traviesa"? ¡Era ciertamente una gata traviesa! "¿Qué pasa? ¿Es porque has estado viviendo aquí por un período de tiempo que olvidas que solo eres una invitada y que yo soy la dueña? ¿O te consideras como la dueña de esta casa?" Lola realmente no quería hablar con ella.

Yolanda tampoco quería hablar con ella, abrazó a su gata y entró en su cuarto. Lola se dijo a sí misma: Es mejor que no me dejes ninguna oportunidad, o definitivamente te vas a despedir del gato, ¡hum! Jorge no le dijo que no volvería a casa esta noche, así que se suponía que regresaría más tarde. Lola tomó una ducha caliente rápidamente en el baño y puso su ropa sucia en el cesto. Después de asegurarse de que no había ningún olor a gato, subió a la cama. Luego llamó a Jorge y descubrió que había llegado al garaje de abajo. Se levantó de inmediato, bajó las escaleras y abrió la puerta antes de que Jorge la abriera con su huella dactilar. Jorge sentía que todo el cansancio había desaparecido cuando vio a su chica esperando en la puerta. Él inclinó la cabeza para besar sus labios rojos, mientras usaba su pierna para cerrar la puerta. "Miaw." una suave voz del gato rompió su romance. Lola puso los ojos en blanco con tristeza. ¡Qué gato más leal! Como Yolanda no podía besar a Jorge, así que la mascota de ella tampoco le permitió a Lola disfrutar del beso. Jorge se detuvo y encendió la luz, "¿Traviesa?" Parecía que Jorge conocía al gato. Lola quería despedirse del gato. Pero antes de que ella abriera la boca, Jorge caminó hacia él y lo sostuvo en sus brazos para mirarlo bien. "Jorge, lo extraño mucho. Entonces, le pedí a mi asistente para que me lo traiga". Yolanda le explicó, de pie, en las escaleras de arriba, con una bata de dormir. "Está bien." Jorge solo dio una respuesta simple. Dejó el gato y volvió a acariciar el pelaje nevado del gato. Cuando se levantó, notó la anormalidad de Lola y preguntó en seguida. "Lola, ¿estás bien?" Lola mantenía una gran distancia con el gato. "Traviesa" le recordó el primer gato que crió. Era un gatito muy lindo. Le gustaba tanto como a Yolanda le gustaba "Traviesa". Ella siempre la abrazaba, incluso mientras dormía.

Un día, cuando el gato estaba dando un paseo por el parque, su cabeza fue pisada por un joven y murió al instante. El suelo se llenó de sangre dejando una imagen terrible en la cabeza de Lola. A partir de ese momento, siempre se asustaba al ver un gato, e incluso no se atrevía a acercarse a él. Además, ella había sido arañada por un gato de un compañero de clase en el tercer año de la escuela secundaria. Desde entonces, ella odiaba más a los gatos. "¿Lola?" Jorge llamó a Lola que estaba perdida en su memoria. "¿Qué le pasa a ella?" pensando Jorge. "Cariño, no me gustan los gatos, por favor, llévalo fuera de la casa". Lola tampoco quería acercarse a Jorge, porque lo había abrazado justo ahora. "Traviesa" es un gato muy bonito". Si Lola no escuchara eso personalmente, nunca podría creer que Jorge usaría la palabra "bonito" para describir este gato. "¡Pero tengo miedo de él!" Lola le dijo directamente. Jorge pensó por un momento, "Yolanda, llévate a "Traviesa" a tu habitación, y no lo dejes salir cuando Lola esté en casa". Yolanda apretó los labios y bajó las escaleras para levantar a "Traviesa" en sus brazos. Pero antes de que ella subiera las escaleras, echó una mirada a Lola con complacencia. "Tú, ve a bañarte". Lola detuvo a Jorge a toda prisa cuando quiso acercarse a ella. Jorge se detuvo por sus palabras. Al pensar que tal vez era que él abrazó a "Traviesa" y por eso Lola no le dejó acercarse. Sacudió la cabeza, dio media vuelta y subió a bañarse. Lola se sentía aliviada ahora, y lo siguió para subir al segundo piso. Jorge salió del baño después de lavarse tres veces con gel de ducha, por temor a que su esposa no le permitiera abrazarla mientras dormía. Cuando Lola lo veía caminar hacia ella, se incorporó de inmediato y le preguntó: "¿Usaste gel de ducha?"

"... Sí, ¡tres veces!" Era la primera vez que Jorse se sentía disgustado por alguien, no sabía cómo expresarse la sensación de ahora.

Capítulo 56 Billetera marrón "¿Te pusiste la ropa que has usado hoy en la cesta de la ropa? ¿Usaste la bañera? ¿La cepillaste?" Lola hizo una serie de preguntas, como si estuviera interrogando a un prisionero. Jorge se quedaba sin palabras. "Sí, lo he hecho. Pero usé la ducha en lugar de la bañera. ¿Estás satisfecha, cariño?" Tiró la toalla del baño y saltó directamente a la cama para abrazarla. "Ah... Jorge... ¡No ... tengo algo para ti!" Lola jadeó. Jorge la dejó ir después de que terminara sus palabras. Lola se arregló el cabello, se levantó de la cama, tomó una bolsa de la mesa y se la entregó. Jorge abrió la bolsa, que contenía una caja rectangular. Abrió la caja. Había una billetera de cocodrilo de color marrón. Jorge sonrió y besó a Lola. "¿Por qué me compras una billetera?" "Ábrela y échale un vistazo". Lola lo abrazaba por el cuello y apoyaba la cabeza en su hombro. Jorge abrió la billetera y vio una foto de cuatro pulgadas de Lola sonriendo de una manera muy feliz. Jorge estaba muy satisfecto con el regalo, transfirió las tarjetas y el efectivo de su billetera antiguo a este nuevo. Después de terminar eso, Jorge apagó la lámpara y se fue a la cama. Jorge sabía que ella tendría un día libre mañana. Y para agradecerle por el regalo que había comprado, él la complació toda la noche. El cielo estaba ligeramente brillante. Lola cayó en un sueño pesado. El hombre durmió un rato y se fue a la compañía.

Yolanda notó que la puerta de Lola estaba bien cerrada. Ella conjeturó que no iba a trabajar hoy. Se le ocurrió una idea, cuando se estaba acercando el mediodía, se fue a la cocina, varios minutos después, salió con la fiambrera. Antes de salir de la casa, Yolanda le dijo a la Sra. Pepa que alimentara a "Traviesa" a tiempo. Como ella todavía tenía algunos problemas para caminar, Yolanda llamó a Manuel y le pidió que la recogiera. En el estacionamiento subterráneo del Grupo SL, Yolanda le dijo a Manuel que la esperara en el auto y se metió en el ascensor. Ella fue directamente al piso del CEO. De hecho, su pie estaba mucho mejor. Bajó del ascensor y caminó con una leve cojera. "Señorita Moza, ¿cómo estás?" Sánchez saludó a Yolanda en el instante en que la vio, con modestia. "Estoy buscando a Jorge. ¿Está ahí?" La sonrisa de Yolanda fascinó a las secretarias en la oficina, excepto a Sánchez. "Nuestro CEO está ocupado. Le diré que estás aquí". Esta dama no perdería la oportunidad de acercarse al jefe. Lola tomó un día de descanso y vino a la compañía por el jefe. "No, voy a entrar por mi cuenta". Yolanda rechazó la sugerencia de Sánchez. Llamó a la puerta pero entró sin esperar permiso. En la oficina, Jorge y Samuel estaban discutiendo asunto de negocios. Al ver a Yolanda entrar directamente, Samuel estaba un poco asombrado. Le tomó un tiempo recordar que esta dama era la ex novia de Jorge... "¿Porque vienes aqui?" Jorge frunció el ceño sutilmente cuando vio a Yolanda. "Hola, señor Silva, Jorge, lamento interrumpiros. No sabía que estáis ocupados. Sólo quiero vengo a traerte el almuerzo". Yolanda saludó con cortesía a Samuel e inocentemente levantó el almuerzo que había preparado. Cuando Samuel veía eso, recogió sus cosas y se levantó. "Jorge, tengo que irme.

Y hablaremos otro día. Nos vemos". "¡Bien, ten cuidado!" Jorge acompañó a Samuel a la puerta y regresó. "Puedes dejarlo. Tu pie aún no se ha recuperado. Vuelve primero". Recogió la carpeta de su escritorio y comenzó a escribir notas. Yolanda no lo molestó, sino que se sentó en silencio en el sofá, viéndolo trabajar. Un momento después, Jorge se frotó las sienes dolorosas. Justo antes de soltar la mano sintió una suave mano frotando nuevamente sus sienes. "Jorge, debes haber estado trabajando muy duro estos días. Déjame ayudarte". Yolanda colocó sus dedos en sus sienes y los movió suavemente en pequeños círculos. "No hace falta, anda, vuelve pronto a casa" Jorge cogío las manos de Yolanda y las quitó de encima. Yolanda lo sostenía fuertemente las manos y dijo "Jorge, realmente lo lamento. Solo quiero quedarme a tu lado. No te alejes, por favor". Jorge no dijo nada más. Yolanda felizmente abrió la fiambrera. "Esto es lo que he hecho para ti. Pechuga estofada, que es lo que te gustaba comer. Lo aprendí con la Sra. Pepa". Hizo una pausa, y cogió los cubiertos de su mano. Cogió un trozo de pechuga y masticó. "¡Bueno, gracias! Yolanda se sentó al lado de Jorge y estaba encantada de verlo terminar el almuerzo. Ella se levantó de su escritorio y lo dejó trabajar. Yolanda sacó su teléfono y en silencio tomó una foto de él trabajando concienzudamente. Lo publicó en Internet con el texto que decía: "¡Un hombre que trabaja duro es realmente guapo!" Esta publicación prácticamente se hizo popular pronto. La relación entre Yolanda y Jorge se había vuelto irrefutable en los ojos de los internautas. El corazón de Yolanda saltó de alegría cuando leía las bendiciones en los

comentarios. ¡Debía aprovechar esta oportunidad para recuperar a Jorge! A la edad de quince años, se enamoró de él a primera vista. Jorge también. Comenzaron a estar juntos a la edad de dieciocho años. Debutó a los diecinueve años, ocultando su amor del público. A la edad de veinte años, ella era el centro de atención. Dos años después, cometió un error que no pudo compensar por el resto de su vida. Ella había estado persiguiendo su sueño de que algún día ella estaría en el escenario internacional a través de sus propios esfuerzos. Fue esta la razón que hizo que su vida se derrumbara. Esa noche, Jorge estaba en otra ciudad en un viaje de negocios. Un director de renombre le pidió que discutiera el programa del día siguiente en un hotel. Jorge le dijo que no fuera solo porque él no estaba a su lado. Sin embargo, ella no le hizo caso a su sugerencia. Ella dijo que estaba bien y que el director era un buen hombre. Ella fue a la cita y fue drogada por el director en su bebida. Y lo peor fue que el director y el productor tuvieron relaciones sexuales con ella. Jorge llamó a su amigo Emilio, pidiéndole que trajera a Yolanda del hotel. Pero, cuando llegó, la habitación estaba en un desastre. La aturdida Yolanda, sola, dormía en la cama. El escándalo fue controlado por la familia de Yolanda. A través de su poder, el director y el productor fueron condenados a muerte. Los dos hombres fueron ejecutados al día siguiente. Lamentable y desesperada, Yolanda quiso suicidarse varias veces, y fue rescatada por Jorge. También la ayudó a deshacerse de la sombra psicológica. Ella estaba realmente agradecida con este hombre y decidieron casarse a principios del mes siguiente. Sin embargo, perdió el avión debido a un desfile, cuando llegó al banquete de compromiso ya había oscurecido. Jorge ya se había ido, ella intentó llamar a Jorge para explicárselo. Jorge dijo que

la entendía, pero desde entonces ella obviamente sentía que Jorge se alejaba de ella y que ya no la llamaba más por teléfono.

Capítulo 57 Tu gato ha muerto Incluso si él atendía sus llamadas, siempre colgaba sin hablar mucho. Y así duraron aproximadamente un año, hasta que Rocío la llamó y le dijo que Jorge se había casado. Fue en aquel entonces cuando se dio cuenta de que había perdido a este hombre. Yolanta se arrepintió amarga y profundamente por las decisiones que hizo. Al oír un sollozo, Jorge levantó la vista del trabajo y encontró a Yolanda llorando en el sofá. Dejó el bolígrafo en la mesa y se acercó a ella. "¿Qué es lo que pasa?" Yolanda seguía llorando sin decir ni una palabra. Jorge se puso de cuclillas sin decir nada tampoco. De repente, Yolanda se arrojó a los brazos de Jorge haciendo que él casi se cayera al suelo. Finalmente Jorge dio un paso hacia atrás y mantuvo el equilibrio. "Jorge, lo siento. Lo siento mucho de verdad y me arrepiento mucho por no haberte echo caso. Te lo ruego. Por favor, vuelve conmigo. Por favor ..." Yolanda sollozaba entre lágrimas. Jorge cerró los ojos para ocultar el dolor que sentía en su corazón. Jorge apartó el abrazo de Yolanda e insistió que todo era demasiado tarde. Era imposible que ellos volvieran como antes. Horas después, Jorge terminó pronto su trabajo y llevó a Yolanda a casa. La villa estaba muy tranquila. La señora Pepa no estaba allí. Tampoco estaba Lola en el segundo piso. Mirando a través de la ventana, se podía ver a Lola y a la señora Pepa hablando de algo junto a la piscina. Jorge se cambió de ropa y fue a ver a Lola. "Jorge, ¿has visto a "Traviesa"?"

Yolanda estaba buscándolo alrededor del salón, con los ojos enrojecidos por el llanto. "Puede que esté en tu habitación. Ve a mirarlo allí". Jorge caminó hacia la piscina directamente. Antes de llegar hasta ellos, escuchó la voz de Lola. "Es demasiado tarde para decir eso. ¡Sácalo de allí rápido!" Al ver a Jorge caminar hacia ella con ropa de ocio, se puso mala de repente porque recordó que él y Yolanda había estado justos toda la tarde. "¿Qué esta pasando?" Jorge se paró al lado de Lola. "Mira ..." Lola señaló la piscina, donde flotaba un gato sin vida. "¡Ah!" "¡Traviesa!" Yolanda salió en un momento, vio a "Traviesa" en la piscina y echó un grito de muerte. Jorge frunció el ceño, se quitó la camiseta y la tiró junto a la piscina. Luego saltó al agua y sacó a "Traviesa". De hecho, era demasiado tarde. "Traviesa" ya estaba rígido. "Traviesa", no me asustes por favor, despierta. "Traviesa". Yolanda quería acariciar a "Traviesa" con sus manos temblorosas, pero no se atrevió a hacerlo. "¿Qué es lo que pasó?" Jorge miraba a la Sra. Pepa y a los otros dos sirvientes fríamente. "No tenemos idea, señor. Fue la señorita quien nos pidió que sacáramos a "Traviesa". No sabíamos que "Traviesa" ya estaba...muerto." Respondió la sirviente más joven. Su nombre era Magdalena y había estado aquí desde que se mudaron a esta villa. "¡Lola Hernández! ¿Por qué mataste a mi "Traviesa?" Yolanda acusó a Lola de matar a su gato inmediatamente, mientras que en realidad Lola no tenía ni idea del accidente. "¡No me eches la culpa! No he hecho nada. ¡Debiste haber cuidado mejor a tu

propio gato!" Lola puso los ojos en blanco ante Yolanda. "¡Jorge! ¿De verdad la consideras como una buena esposa? ¿Alguien que mató a "Traviesa" solo porque no le gustaba? Si lo supiera desde el principio, tenía que haberme llevado a "Traviesa" a otro lugar ..." Yolanda creía firmemente que Lola había matado a "Traviesa". Ella era la única sospechosa posible. "Oye, tu gato está muerto, pero no es mi culpa. ¿De acuerdo? Acababa de pasar por aquí y tu gato ya estaba muerto. No me eches la culpa". Lola se puso ansiosa y miraba a Jorge, quien no dijo nada. "¿Para qué has venido aquí?" Jorge miró los ojos de Lola. "Traviesa" era el gato persa que Yolanda y él trajeron a casa de una tienda de mascotas, no era cualquier otro gato. La criaron juntos durante años y fue testigo de muchos de sus recuerdos. Así que al ver el cadáver de "Traviesa", Jorge también se sentía triste. "Quería dar un paseo por aquí ..." Incluso ella se dio cuenta de que lo que dijo parecía una excusa, pero todo lo que dijo ella era la verdad. Lola se había enfadado al ver lo que publicó Yolanda por la tarde, así que quiso dar un paseo por el jardín para alejarse de los malos humores. Y en el camino de regreso, pasó por la piscina, donde casualmente encontró a "Traviesa" muerto flotando en la piscina. Al darse cuenta llamó en seguida a la señora Pepa en busca de ayuda. "Lola Hernández, lo que acabas de decir creo que no te lo crees ni tú misma". Yolanda echó una risa fría. Para ella eso era obviamente una mentira torpe. ...... Lola no la respondió. En cambio, ella se volvió hacia Jorge. "No he hecho nada con "Traviesa". Jorge tomó su camiseta y caminó hacia la casa. "Encuentra un cementerio de mascotas y entiérralo adecuadamente". ... Yolanda dio un paso adelante y agarró el brazo de Lola. "¡Lola, no puedes irte!"

Lola quitó el brazo fuertemente y gritó "¡No me toques!" Luego, sin ningún movimiento adicional, Yolanda se cayó en la piscina inesperadamente. "¡Ah! Socorro..." Jorge escuchó todo lo que había pasado, al oír el fuerte chapoteo del agua, se dio la vuelta y se dio cuenta de que Yolanda se había caído a la piscina. Sin vacilación, tiró la camiseta al suelo y se echó al agua. Después de unos diez segundos, Jorge finalmente sacó a Yolanda del agua. Lola se sentía aliviada al verla a salvo. Pero, ¿cómo se cayó? Ella no había empujado a Yolanda. Lola miró sus propias manos, preguntándose, ¿cómo era posible que Yolanda se cayera tan fácilmente? Jorge puso a Yolanda en el suelo suavemente y con las manos comenzó a apretar los pechos de Yolanda. Yolanda comenzó a escupir agua y gradualmente comenzó a toser. "¡Jorge!" Yolanda se levantó y se arrojó en los brazos de Jorge, en seguida comenzó a llorar como una niña. Jorge no dijo nada, la levantó del suelo en sus brazos y la llevó hacia la villa. Él no se detuvo al pasar por el lado de Lola, ni siquiera la miró. Esa noche, por primera vez, la pareja compartió una misma cama pero sus corazones estaban separados. Lola no podía dormir con tranquilidad, estaban dando vueltas en la cama escuchando la respiración profunda del hombre que estaba a su lado. Lola lo pellizcó, "No puedes dormirte ahora". "Anda duerme. Sé que no lo dijiste a posta". ¿Lo sabes? ¿Qué diablos sabes? Lola se levantó de la cama en seguida y miraba a Jorge, que aún tenía los ojos cerrados en la oscuridad. Sabiendo que no tenía ganas de hablar ahora, Lola optó por rendirse. Se volvió unas cuantas veces y finalmente se durmió. Después de que Lola se durmió, Jorge abrió los ojos.

Dio un suspiro, la acurrucó en sus brazos y esta vez se fue a dormir de verdad. Cuando Lola se despertó al día siguiente, Jorge no estaba en la habitación. Se limpió lentamente y bajó las escaleras. Jorge estaba desayunando con Yolanda en el salón. La sonrisa de satisfacción en la cara de Yolanda hizo que a Lola le resultara difícil creer que su gato acababa de morir ayer. La escena había estropeado el apetito de Lola. Tomó el bolso, se cambió de los zapatos y se preparó para salir. "¡Ven y desayuna!" Jorge dijo cuando notó que ella estaba por irse. "No, he perdido el apetito". Lola abrió la puerta y se fue sin mirar atrás. Al ver esto, Yolanda se ralentizó un poco.

Capítulo 58 Caos en el laboratorio Jorge y Lola ya se estaba peleando antes de que Yolanda iniciara su plan. Yolanda pensaba que si continuaba sus trucos, definitivamente se romperían. ¡Un matrimonio sin amor no debe mantenerse, Lola! Lola fue a una tienda de desayunos en su motocicleta para comer algo, y luego se dirigió al trabajo. Cuando llegó la hora del almuerzo, Lola no había terminado su trabajo. Así que ella decidió almorzar más tarde. Todos sus compañeros de trabajo en el departamento se habían ido. En este momento, entró un hombre que ella no había visto antes. "Srta. Hernández, el gerente necesita la fórmula que la supervisora Juana ha escrito esta mañana. La necesita ahora". "¿Quién eres tú?" Lola miraba al hombre extraño que lo tenía delante, sintiéndose confundida. "Oh, mi nombre es Pepe Cuevas y soy nuevo en la empresa". Lola asintió con la cabeza sin dudar mucho y fue al laboratorio de investigación. De acuerdo con las regulaciones de la compañía, sin el permiso del gerente del departamento, nadie tendría acceso al laboratorio de investigación excepto los formuladores. Antes de que Lola entrara en el laboratorio, quería preguntarle a Pepe si él necesitaba algo más. Pero cuando se dio la vuelta, Pepe se había ido y no se podía encontrar en ninguna parte. "Está bien, sacaré la fórmula yo misma" Pensaba Lola. Lola entró al laboratorio, encontró la fórmula que Juana escribió esta mañana y la sacó. Después de salir, se encontró con Pepe esperando en la salida y caminaba hacia él. "¿Dónde estabas? Te he buscado por todas partes. ¿Debo entregarle la fórmula al gerente o lo vas a llevar tú?"

"Oh, lo llevaré yo mismo, ahora mismo solo quiero fumar un cigarro, bueno, ya puedes hacer lo que tienes que hacer". Pepe levantó el cigarrillo que tenía en la mano y comenzó a fumar. Mientras fumaba el cigarro, caminaba hacia la salida, preparado para salir con la fórmula. "Hum, bueno, entonces me voy primero." Sin pensarlo mucho, Lola volvió a su asiento. Pero pronto sintió un poco de hambre. Así que ella ordenó el escritorio y se fue a almorzar. Después de que ella saliera del ascensor en el primer piso, Pepe emergió repentinamente de la nada y caminó junto a ella. "Señorita Hernández, ¿va a almorzar?" Pepe le preguntó con una sonrisa. "Sí. ¿Ya has entregado la fórmula al gerente?" Lola no vio nada en sus manos y pensaba que se lo había entregado. "Sí. ¿Quieres que almorcemos juntos?" Pepe apretó algo escondido en su bolsillo, con una conciencia culpable. ¿Almorzar con un hombre que ella no conocía? Ella no creía que fuera una buena idea. "Lo siento, ya tengo una cita. Disculpe". Pepe se separó decepcionado de Lola en la puerta de la compañía. Lola sonrió y fue a almorzar sola. Ella no dio cuenta de que algo estaba mal. Después de las dos de la tarde. Juana abrió la puerta del laboratorio desde adentro. Echó una mirada a la oficina y dijo bruscamente: "¿Quién entró hoy a mi laboratorio?" Después de escuchar eso, Lola, que estaba imprimiendo materiales en ese momento, levantó la mano. "Yo, el gerente le pidió a Pepe que buscara la fórmula que escribiste esta mañana". "¿Pepe? ¿qué Pepe?" Juana miraba dudosamente a la inocente cara de Lola, "¿Quién es Pepe?" "Pepe Cuevas, el nuevo empleado de la empresa, ¿no lo conoces?" Lola tenía un mal presentimiento...

Juana le pidió a Lola que fuera a la oficina del gerente juntas. La nueva gerente era una mujer, llamada Helen Gill, que había estado trabajando en la empresa durante muchos años. Ella también estaba confundida después de enterarse de lo que sucedió: "¡No le pedí a nadie que buscara la fórmula!" Las dos mujeres miraban a Lola. Ella de repente recibió un shock desagradable. En este momento, otra formuladora, Mia Lozano, gritó en voz alta: "¿Quién ha estado en el laboratorio y movió mis cosas?" Helen, Juana y Lola salieron de la oficina apresuradamente, y encontraron a Mia enojada lanzando preguntas a los demás. "Aparte de los formuladores, ¿quién diablos ha estado en el laboratorio y movió mis cosas?" Mia preguntó en voz alta de nuevo. "Yo había estado allí, pero no moví nada". Lola respondió, lo que atrajo la atención de todos los demás. Lola siguió a Helen y Juana para ver qué sucedió en el laboratorio. Estaba completamente pasmada por lo que estaba viendo. Todas las fórmulas en la mesa del laboratorio de Mia estaban en desorden y no se podía ver las letras de la fórmula. Lo que era peor, muchos extractos de plantas se mezclaron en una botella. Juana perdió su fórmula, y la mesa del laboratorio de Mia estaba en un desastre. Lola fue tomada como la única sospechosa. Eso era realmente serio. La fórmula perdida podría causar una gran pérdida de la empresa. Y todo eso sin contar las fórmulas destruidas en la mesa del laboratorio. Lola todavía se sentía perpleja. Helen había llamado por teléfono al asistente Sánchez para informar todo el asunto. Al cabo de poco tiempo, todos fueron llamados por el director general a la sala de reuniones. Cuando Lola entró en la sala de reuniones, Jorge estaba viendo el vídeo de vigilancia que Sánchez presentó. Lola resultó ser la única que entró en el laboratorio durante la hora del almuerzo. Lo peor de todo, miró alrededor de la oficina vigilante antes de entrar al laboratorio, como si temiera que la descubrieran.

Cuando salió, tenía un trozo de papel en la mano y luego se dirigió a la salida donde era un espacio muerto que la cámara no podía captar nada. Otro vídeo mostró que Lola salió de la compañía con un hombre. Jorge conocía a ese hombre, un formulador de otra empresa. Cuando se reproducía el vídeo, Jorge se volvió cada vez más espantoso, mientras que los otros no se atrevieron a decir una palabra. Cuando el video terminó, Jorge miró a Lola, "¿Cómo conoces a Rodrigo Bonilla?" Lola estaba confundida, "¿Quién es Rodrigo Bonilla?" Jorge escudriñó su rostro, giró el portátil con una mano y señaló al hombre en la pantalla. "¿Él no es Pepe Cuevas? El nuevo empleado de la empresa". Lola miró al hombre en el vídeo que salió de la compañía con ella, y todavía no podía entender qué sucedió. "Srta. Hernández, usted es la esposa del CEO, ¿cómo podría ayudar a nuestro competidor a hacer eso?" Mia culpó a Lola furiosamente porque había destruido todos sus esfuerzos. "¡No lo hice!" Lola se calentó. Le había engañado, ella también era una víctima. "Lo investigaré. Vuelve a tu trabajo. Lola tú quédate aquí". Jorge ordenó ligeramente, con la frente apoyada en la mano derecha. Una vez que todos salieron de la habitación, Lola explicó con ansiedad: "No lo conocía y no hice nada a la mesa del laboratorio de Mia". "Entonces, te pidió que buscaras una fórmula importante, y seguiste lo que dijo a pesar de que no lo conocías, ¿verdad?" Lo que dijo Jorge dio al clavo. "Dijo que era un empleado nuevo y el gerente le pidió que obtuviera la fórmula. No dudé de él ...", respondió Lola en voz baja. Ella finalmente supo que cayó en una trampa.

¿Cómo podría demostrar su inocencia ahora? Ella debía encontrar a ese tipo. "Voy a encontrar a Rodrigo. Puedo demostrar mi inocencia". "Sánchez lo había llamado. Estará aquí pronto. Estoy esperando tu explicación". Jorge echó una mirada fría a Lola, lo que le parecía extraño. Lola apenas podía soportarlo.

Capítulo 59 Vete de mi casa "Debes creerme, debes confiar en mí. ¿Por qué debería ayudar a nuestro competidor? Es una chorrada, ¿no lo crees?" Lola le explicó a Jorge con ansiedad. Al mirar a la preocupada Lola, Jorge preguntó: "¿Sigues estando enfadada por lo que pasó anoche? ¿Haces esto para desahogar tu ira? ¿Sabes que esta fórmula no es solo un trato que vale millones de dólares? ¿Cuántos días y noches ha pasado Mia en ello? ¿Sabes lo serio que es esto?" Esta era la única razón que vino a la mente de Jorge. En vista del temperamento de Lola, pensaba que era posible que ella hiciera este tipo de cosas para que Jorge se metiera en problemas. Lola se quedaba mirando a Jorge. Estaba tan decepcionada y ya no tenía nada más que decir. ¿Cómo era ella realmente en la mente de Jorge? No podía creer que Jorge no confiaba en ella en absoluto. Justo en este momento, alguien tocó la puerta de la sala de reunión, "Jefe, Rodrigo está aquí". Era la voz del asistente Sánchez que estaba hablando afuera de la puerta. Entonces, un hombre entró en la sala de reuniones. Ese era el hombre que le entregó el mensaje a Lola durante el almuerzo. "Pepe, cuéntales lo que estaba pasando y lo que me dijiste hoy al mediodía". Lola lo reconoció de inmediato. Ella pensaba que solo Pepe podría salvarla en ese momento. Mientras Pepe le dijera a Jorge lo que realmente estaba sucediendo, el malentendido se aclararía de forma natural. "Pero. ¿Quien eres tú? ¿Qué es lo que pasa?" Ese hombre lanzó la pregunta y miraba a Lola con una profunda confusión. Parecía que era la primera vez que veía a Lola. Jorge miró a ese hombre de arriba a abajo y agrandó su cara en el vídeo, luego giró la pantalla hacia él. "¡Será mejor que me digas la verdad o no sé qué te sucederá!" Al escuchar esa fría amenaza, Rodrigo sentía pánico.

"Está bien, señor Jiménez. ¡Te lo diré todo!" Rodrigo estaba temblando del miedo. Él vislumbró a Lola por un segundo. Jorge capturó su reacción claramente. "Lo que pasó es que la señorita Hernández me dijo que estaba dispuesta a venderme una fórmula de máscara y me pidió que la tomara a esa hora". Luego, Rodrigo se volvió hacia Lola, que estaba muy conmocionada y dijo de forma patética: "Señorita Hernández, ya no quiero esa fórmula. Por favor, déjame ir". "¡Quieto!" El tono de Jorge era horriblemente frío. "Señor Jimenez, por favor, deja que me vaya. Tengo hijos y padres mayores que criar y cuidar". Rodrigo estaba tan asustado y casi se arrodilló. "Señorita Hernández, ya no quiero esto. Por favor, toma". Luego Rodrigo sacó un papel de su bolsillo. Esa era exactamente la fórmula que Juana había perdido. Mirando la fórmula, Lola cayó en un profundo asombro y confusión. ¿Quién le puso esta trampa? Jorge pensaba que el asombro de Lola se debía a que su plan fue revelado. "Lola, estoy muy decepcionado de ti. ¡No esperaba que fueras tan irracional, no esperaba que pudiera hacer algo contra nuestra compañía!" Jorge dijo después de una larga pausa. Las palabras de Jorge hicieron que Lola se sintiera desesperada. Ella no sabía cómo defender su inocencia. Jorge se reclinó en su silla con los brazos cruzados en la parte inferior del abdomen y las piernas apoyadas en la otra silla. Sus ojos estaban cerrados fuertemente. Lola lo había decepcionado dos veces desde la noche anterior. No podía creer que Lola hubiera ahogado a "Traviesa", empujó a Yolanda a la piscina y hasta traicionó a la compañía por venganza. "¿De verdad te quieres vengar de todo esto?'' Frente a la reprensión de Jorge, Lola perdió las palabras. "Jorge, no es así. No he traicionado a nuestra compañía. ¡Alguien me está incriminando!" Finalmente abrió la boca después de un buen rato. "¿Alguien te está incriminando? ¿Quién? Aquí está la prueba. ¿Cómo podría confiar en ti?". Jorge le rugió a su esposa, mientras pateaba la computadora con enorme rabia.

La pantalla brilló dos veces y se volvió completamente negra. Lola estaba asustada ya que era la primera vez que veía a su marido perderse el control. No solo Lola, sino también el asistente Sánchez, que estaba de pie fuera de la sala de reuniones, se estremeció. También era la primera vez que veía a su CEO indiferente perderse la calma. Lola estaba segura de que, excepto Yolanda Moza, Sara Rosa y Miguel Mota, nadie más le haría eso. Respiró fuerte y dijo: "Anoche, Yolanda Moza me estaba incriminando. Hoy, tal vez sea Miguel Mota o Sara Rosa detrás de esto..." "¡Basta ya, Lola!" Jorge se negó a escucharla más. En su opinión, Lola estaba pasando demasiado. "¡Jorge, digo que no hice nada! ¡Lo creas o no! ¡Paso ya de seguir trabajando aquí!" Lola también se enojaba mucho por la actitud y desconfianza de Jorge. Salió de la sala de reuniones, cerró la puerta y regresó al Departamento de Investigación y Desarrollo. Sus compañeros de trabajo la vieron correr hacia el vestuario y luego salir de la compañía con su propia ropa en cuestión de minutos. Al ver a Lola marcharse, se reunieron de inmediato y murmuraron: "¿Realmente hizo eso Lola?" "Increíble. La formuladora Mia dijo que nadie podía entrar al laboratorio durante el mediodía, pero Lola..." "Creo que sí. Si ella no hizo eso, nadie se atrevía a sospechar de ella". "Ahora que pienso, ella es la esposa del jefe. ¿Por qué tenía que traicionar a su propia compañía?" ........ Minutos después se lanzó un anuncio por el Departamento de Recursos Humanos "Lola Hernández, del Departamento de Investigación y Desarrollo, se engañó por la competencia y causó pérdidas masivas para la empresa. Ahora decidimos despedirla y pedirle que soporte la pérdida de la compañía de alrededor de 60 millones de Dólares".

El Departamento de Contabilidad recibió la remesa de 60 millones de Dólares a nombre de Lola poco después del lanzamiento del anuncio. Lola se apresuró a regresar a la Fuente Perla en motocicleta con gran furia. Su ira se duplicó al ver a Yolanda que estaba tranquilamente sentada en el balcón y jugando al teléfono móvil. "¡Yolanda Moza!" Lola abrió bruscamente la puerta de su habitación y corrió hacia ella. "¿Cómo puede una superestrella internacional ser tan cruel y desvergonzada?" Ante la humillación de Lola, Yolanda no se enfadó en absoluto. Al contrario, ella comenzó a burlarse de ella. "¿¡Qué problema pasa contigo ahora!? ¿Estás loca?" ¡Parecía que las cosas iban como ella quería! "Ella sabía muy bien lo que quería decir. Me voy a volver loca si se queda aquí por un segundo más" pensaba Lola. Lola corrió furiosa hacia Yolanda y la arrastró fuera de la silla. Yolanda se cayó al suelo y la miraba avergonzada. "¡Ah!" ¿Qué coño estás haciendo?. ¡Perra! ", Gritó Yolanda. En ese momento, ella también se enojó. Miraba a Lola mientras se masajeaba la dolorosa rodilla en el suelo. "¿Estoy loca?" Lola le dio una sonrisa burlona como respuesta y continuó, "Tú, ¡hija de puta! Vete de mi casa ahora mismo. ¡He comenzado a tener problemas desde que llegaste a mi casa!" Corrió al dormitorio de Yolanda, abrió todos los armarios y encontró una maleta de equipaje. Lola tiró toda la ropa de Yolanda en la maleta. Luego caminó hacia Yolanda con la maleta en una mano e intentaba arrastrar a Yolanda, que se había levantado del suelo, con la otra mano hacia fuera de la casa. "¡Suéltame, loca!" Yolanda ejerció toda su fuerza para liberar su mano. Lola dejó caer la maleta y agarró a Yolanda bruscamente. "Esta mujer problemática debe irse hoy". Pensaba Lola. Al ver eso, la Sra. Pepa se apresuró a separarlas y Magdalena llamó a Jorge enseguida.

"Lola, cálmate. El pie de la señorita Moza todavía no se ha curado". La Sra. Pepa intentaba detener a Lola, que estaba enloquecida por la ira. "¿Todavía no se ha curado? ¿Y qué?" "Se aferra aquí para seducir a mi esposo y humillarme, así como encerrarme en una súplica de esa pequeña lesión", pensando ella.

Capítulo 60 Destrozar una habitación "Señora Pepa, no me detenga. ¡Voy a echar a esta mujer de mi casa!" Lola sacudió a la Sra. Pepa y volvió a agarrar de Yolanda. "¿Por qué debería hacerte caso? ¿Quién crees que eres? ¡Llama a Jorge! Me iré solo si él me lo dice". Yolanda se liberó de nuevo y se arregló la ropa, pensando, "Qué loca está". Lola se rió: "Esta es mi casa. ¡Tengo todo el derecho para echarte sin el permiso de Jorge!" ¡Lola no era tan tonta como para llamar a Jorge! Ya que él trajo a Yolanda de regreso como su madre lo requería. Incluso si ella lo llamaba, él tampoco diría nada. "¿Tu casa? Pues entonces viviré en tu casa. ¿Y qué?" Yolanda miraba a Lola agresivamente, ya que sabía que Lola no tenía la última palabra aquí. Lola casi se explotó de ira. En ese momento, escuchó que el teléfono móvil sonaba en su bolso, que había sido arrojado a un lado. Ella cogió el movil para ver quien la estaba llamando. Pero cuando vio que la llamada entrante era de ese hombre que se dejó engañar por los trucos de Yolanda, preferiría rechazarlo. Pero finalmente, con los labios curvados, ella presionó el botón para contestar la llamada. "Lola, ¿puedes dejar de descargar tu ira contra los inocentes?" Comenzó con un tono de reproche. Con lágrimas en los ojos, Lola dijo voluntariamente: "No es asunto tuyo. Debo echarla hoy sea como sea". Se detuvo un momento y dijo suavemente: "Los pies de Yolanda no se han recuperado todavía. Cuando se recupere, le pediré a alguien que la lleve a casa". Jorge trató de consolarla mientras conducía a casa a toda prisa. ¿Cuando Yolanda se recuperara? ¡Si se recuperara Yolanda, Lola estará acabada! "No puedo esperar más. Esta mujer es muy siniestra. ¡Cuando se recupere, estaré muerta!" No entendía por qué un tipo tan inteligente como Jorge no podía ver los verdaderos colores de Yolanda. ¿Le pasaba algo con su cerebro?

Jorge frunció el ceño ligeramente. "Fuiste tú quien cometió errores. No debes culpar a nadie más". Él no tenía antipatía hacia ella. En cambio, él la estaba ayudando a reconocer sus errores y corregiría sus defectos. "¿Cometí errores? No ves que todo esto fue plan de ella?" Ella protestó obstinadamente. "Lola, deja de decir tonterías. Compórtate. ¡Espérame! Llegaré a casa pronto". Después de pasar una encrucijada, pisó el acelerador y se dirigió a casa lo más rápido posible. Lola colgó el teléfono. Al ver la mirada complaciente de Yolanda, Lola enojó bastante, cogió la maleta que estaba en el suelo y tiró nuevamente de Yolanda. La llevó hasta las escaleras y le dio una patada. "¡Sal ahora mismo!" Se dio la vuelta y le gritó a Yolanda. Luego, bajó las escaleras, abrió la puerta de la villa y tiró el equipaje. Yolanda observaba todo esto con calma. No se enojó apenas, porque tarde o temprano se vengaría de Lola por todos los insultos que había recibido. Cuando Jorge estacionó el auto en la puerta, solo vio una maleta de cuero en el suelo. Se desabrochó rápidamente el cinturón de seguridad y salió del coche. "Lola, ¿podemos resolverlo de una manera razonable?" Jorge arrastró a su mujer enojada a la villa. Al escucharlo, Yolanda inmediatamente puso una expresión lastimosa. ¿Resolverlo de manera razonable? Lola miraba su rostro enojado, burlándose: "Cuando dije que yo era inocente, ¿me trataste de una manera razonable?" Una fuerte pena la estaba devorando. "Ya eres una adulta. ¿Por qué no puedes reconocer tu error?" Jorge se sentó con inquietud en el sofá del salón. Ella estaba un poco triste por su mirada inquieta. "¡Saca a esta Yolanda de aquí!" La mujer de arriba era una buena actriz. En una fracción de segundo, su actitud distante y su desdén en su rostro fueron borrados y reemplazados por una mirada inocente. ¡Qué perra más calculadora! Jorge la miraba y repitió con paciencia, "Cálmate, he dicho que la llevaré lejos

cuando se recupere". "Ella es una perra calculadora. Si se quedara más tiempo, estará calculando todo el tiempo". Lola señalando la Yolanda, que estaba arriba, exclamó con resentimiento. "¡Lola, ten cuidado con lo que dices!" El tono de Jorge se volvió frío. Realmente se enojó esta vez. Lola, decepcionada por su mirada, corrió las escaleras hacia arriba. Al ver eso, Jorge se levantó apresuradamente y la siguió para subir las escaleras hacia arriba. Lola corrió a la habitación de Yolanda, tiró de la manta y de la sábana y las arrojó fuera de la habitación. Luego, recogió las decoraciones colocadas sobre la mesa y las arrojó contra la lámpara del techo. Esa lámpara de techo era bastante caro, en un instante fue destrozado por Lola. Y la lámpara de la mesilla también fue arrojada ferozmente contra la pared. Toda la habitación estaba hecha un desastre. Ella gritó a la multitud de gente que se reunía en la puerta. "¡Destrozaré todas las habitaciones que ella ha estado." ..... Jorge miraba a su esposa con frustración - ¡Dios mío! ¡Su poder destructivo era realmente impresionante! "¡Jorge, me marcharé!" Murmuró Yolanda llorando, y su voz sonó débil y triste. "¡Date prisa!" Al escuchar sus palabras, Lola gritó, sin importar si lo decía en serio o no. "Yolanda, no hagas eso. ¡Lola, ven conmigo!" Jorge la agarró del brazo, la arrastró a su habitación y luego la habitación se cerró de golpe. El mundo entero se quedaba en silencio. En la habitación, Lola estaba sentada en el borde de la cama con los labios curvados, negándose a hablar con Jorge, que se veía muy disgustado.

"¿Te sientes satisfecha ahora?" Preguntó secamente. "No, no lo hago para quedarme satisfecha. Mientras Yolanda esté aquí, nunca estaré satisfecha". espetó Lola. Su obstinación hizo que Jorge cerrara la puerta con llave. Luego, se dirigió al armario para sacar una corbata y caminó hacia ella con una expresión inexpresiva. La corbata en su mano le recordó a Lola lo que le había hecho. Él había usado una corbata para atarle las muñecas en el auto... Por lo tanto, ella saltó rápidamente y corrió hacia la puerta. Pero, ella no corrió más rápido que él. Jorge la atrapó y la tiró sobre la cama. "Jorge, si te atreves a atarme, ¡no te lo perdonaré!" Lola rodó hasta el otro extremo de la cama. Jorge la sujetó y le ató las muñecas a la cabecera de la cama, lo que hizo que no pudiera moverse. "Tendré una reunión importante más tarde. No puedes ir a ningún lado. ¡Te arreglaré más tarde esta noche!" "¡Jorge, eres una bestia, hijo de puta! ¡Déjame ir!" Ignorando sus fuertes gritos, Jorge abrió la puerta y salió. "Sr. Pepa, por favor prepare otra habitación. Y también, no la desate. Si ella quiere comer algo, por favor alimentela. Recuerde, ¡no debe desatarla!" Le ordenó a la Sra. Pepa. "¡Sí, señor!" Al escuchar los gritos de Lola desde la habitación, la Sra. Pepa no hacía nada más que sacudir la cabeza, y limpiaba en silencio el desorden en el piso. Lola no sabía cuánto tiempo había gritado. Cuando estaba cansada, se apoyaba en la cabecera de la cama, pensando cómo liberarse. Era hora de la cena, y la Sra. Pepa comenzó a alimentarla según las instrucciones que dio Jorge. "Sra. Pepa, tengo que ir al baño. No puedo contenerme más".

Después de tomar unas gachas obedientemente, Lola miraba a la Sra. Pepa lastimosamente.

Capítulo 61 Señor presidente "El señor me prohíbe desatarte". La señora Pepa lamentaba que Jorge la había atado de esa manera. "No se preocupe. Él solo quiere cerrarme en esta habitación. ¿Qué te parece esto? Tú cierras la puerta.Y así ya no podré escaparme". La Sra. Pepa avanzó hacia la puerta y cerró la puerta con llave, pensando que lo que Lola dijo era razonable, así que finalmente desató a Lola. Lola se apresuró para ir al baño tan pronto cuando la desató. Al ver eso, la señora Pepa se sintió aliviada. Parecía que Lola solo quería ir al baño en lugar de huir. Minutos después, la Sra. Pepa oyó el sonido del inodoro. Luego se abrió la puerta del baño. Magdalena estaba preparando platos de comidas para Yolanda en la planta baja cuando veía que alguien que corría hacia la puerta. Después de una segunda mirada, ella reconoció que era Lola, que salía corriendo de la casa con un maletín de equipaje. ¡El señor les había ordenado que mantuvieran a su mujer Lola en la habitación! Magdalena dejó los platos en la mesa sin pensar más, luego corrió hacia la puerta lo más rápido que podía tratando de detener a Lola. Pero en el momento en que llegó allí, Lola había salido corriendo y cerrando la puerta de un golpe fuerte. Lola era demasiado rápida para ser detenida. Entonces Magdalena se apresuró a buscar a la señora Pepa subiendo las escaleras de arriba. Pero descubrió que la señora Pepa estaba amordazada y atada a la cabecera de la cama. Ella había estado tratando de decir algo, pero ni siquiera podía pronunciar ni una sola palabra. Al ver eso, Magda corrió hacia la Sra. Pepa y la desató de inmediato. Podía decir que estaban en un problema. "¡Oh Dios mío!" La Sra. Pepa bajó las escaleras corriendo para llamar a Jorge lo antes posible. "¡Señor, lo siento mucho, la señorita se escapó con una maleta de equipaje!" La

reunión estaba a punto de concluir, cuando Jorge recibió la llamada telefónica de la Sra. Pepa. Al ver que era el teléfono fijo de Fuente Perla, supo que algo inesperado había pasado. ¡Bastante seguro! Lola se había marchado de Fuente Perla en su motocicleta. Después encontró una estación en el parque y se paró. Luego sacó el teléfono móvil para reservar el último billete de avión al País A. También hizo una llamada a Wendy. Lola le dijo a Wendy que había estacionado la motocicleta frente a una tienda y que había dado la llave a la dependienta de la tienda, y le pidió que llevara su motocicleta a casa después de salir del trabajo. Wendy estaba totalmente confundida. Ella no tenía idea de lo que pasó y por qué Lola le pidió que lo hiciera. Antes de que Wendy dijera algo, Lola había colgado el teléfono después de dejar las cosas claras a Wendy. Cuando Wendy la volvió a llamar, el teléfono de Lola ya estaba apagado. Lola en seguida cogió un taxi y se dirigió al aeropuerto después de colgar el teléfono. Jorge se dirigía al aeropuerto de inmediato en cuanto Sánchez le dijo que Lola había comprado un billete de avión para marcharse al País A. Pero lamentablemente llegó unos minutos tarde. Lo único que podía hacer en ese momento era ver despegar el avión. Jorge estaba tan enfadado que le comenzaba a doler el corazón, pensando, "Lola, bien por ti". El no quiso perseguirla, tenía toda la atención centrada en la notificación del móvil porque podría ver la lista de los gastos de Lola mediante los MSM del móvil. Si Lola reservaba una habitación de hotel con la Tarjeta Negra, recibiría un mensaje en su móvil. "Déjalo, le dejaré que se vaya, todos tenemos que tranquilizarnos un poco" Pensó Jorge. En la villa Fuente Perla. Yolanda se llenaba de profundo resentimiento. Porque Jorge le pidió a Sánchez que empacara algunos trajes y se mudó a la compañía después de que Lola se había ido.

Yolanda levantó su teléfono y llamó a su asistente Manuel. "Ayúdame a rastrear a Lola". En no más de una hora, recibió un mensaje de Manuel, que decía: "En país A, Hotel de vacaciones Venecia". Una sonrisa malvada apareció en la cara de Yolanda. Llamó a Manuel de nuevo. "Ayúdame con una cosa más. Ten cuidado, debes hacerlo en secreto ..." "¡Ok! Ahora mismo voy". Manuel respondió. En el hotel de vacaciones "Venecia" del país A. Lola había tenido un descanso completo y largo después de su llegada, por lo que decidió salir para divertirse un poco. Salió del hotel con una mochila pequeña. Antes de que el la familia Hernández se quedara en quiebra, ya había planeado viajar al país A después de su cumpleaños de 22 años. Pero ese plan fue suspendido después. El país A era un hermoso país con una larga historia. Sus arces, el castillo de nieve y el castillo de Madra son los tres más famosos entre sus especialidades. Lola decidió dejar atrás toda la molestia en el país D y divertirse en el país A. Ella se fue primero a Madra Chateau, que era una bodega muy conocida por todo el mundo y que cubría un área de miles de acres en la capital del país A. Sus vinos se vendían bien en todo el mundo a pesar de los altos precios. Un guía le dijo a Lola que no solo podía probar su vino gratis, sino que también tenía la oportunidad de ver a su Presidente, quien visitaría la bodega ese día. Se decía que era el presidente más joven y guapo del país. Sería una suerte si los visitantes pudieran encontrarse con el presidente allí. Pero a Lola no le importaba eso, solamente le sonrió a la guía. Estaba más interesada en probar vino que encontrarse con el presidente. Entró en la bodega, que tenía 3 metros de profundidad con una decoración clásica y lujosa. Luces deslumbrantes brillaban sobre las botellas de vinos. El bien decorado colgante con lámparas clásicas europeas y la pared con pinturas

famosas destacaban la extraordinaria bodega. Con la alfombra gruesa en el suelo, no se produciría ningún ruido de pisadas. Lola probó varios vinos uno por uno de una manera incondicional y compró varias botellas de increíbles precios para Wendy y Ramón. De repente, la tranquila bodega se veía perturbada por un estallido de ruido que no era del todo molesto. "Se acerca el presidente". La camarera al lado de Lola le dijo emocionada. Lola miró a la excitada camarera y negó con la cabeza. Ella seguía indiferente ante ese legendario y encantador presidente.Continuó recogiendo una botella de vino caro de la estantería y leía su carta de representación, sin darse cuenta de que alguien le estaba sonriendo con interés. Era Tomás Herrero en su traje negro ese día. En ese momento estaba escuchando al propietario de la bodega hablando sobre el último vino. Se sorprendió al ver a Lola. Ella llevaba un delgado abrigo de camello y estaba leyendo cuidadosamente la etiqueta de vino en su mano. A diferencia de otras mujeres que estaban emocionadas de ver a Tomás, ella no le prestó ninguna atención. La sonrisa de Tomás se hizo más profunda, pensando, "Que mujer más interesante". Tres horas más tarde, Lola salió de la bodega e intentaba tomar un taxi en la puerta del castillo con siete botellas de vino en las manos. Cuando un Lincoln negro se detuvo justo enfrente de ella. Lola miraba al hombre que estaba sentado en ese lujoso coche por curiosidad. Cuando se bajó la ventanilla, ese hombre, que parecía ser noble y gentil por todas partes, la miraba con una cálida sonrisa. "Este hombre parece que me conoce". Lola se dio cuenta de que su rostro parecía vagamente familiar. Pero ella no podía recordar quién era él y dónde se habían conocido antes. "¡Lola, sube al coche!" Ese hombre la llamó con una voz encantadora. Entonces el chófer salió del auto, caminó hacia ella y puso su vino en el maletero. "Mi vino ... Ni siquiera te conozco. ¿Por qué debería subir a tu auto?" Lola

estaba totalmente confundida. Ni siquiera tuvo tiempo de detener al chófer. El chófer le abrió la puerta de los asientos traseros. "Por favor, señorita Hernández. Nuestro presidente la está invitando", dijo el chófer de manera respetuosa. "¿Presidente? ¿Es el presidente del país?" Lola se sorprendió por completo. Pero lo que más la confundió era por qué el presidente la conocía? "Señorita Hernández, por favor, suba al auto rápidamente. No es conveniente que nuestro presidente se quede aquí por mucho tiempo", dijo el chófer. Lola se subió al auto finalmente porque quería averiguar por qué el presidente la conocía. "¿Dónde vives? Te llevaré hasta allí". Tomás la miraba con afecto. Había regresado del País D por más de un mes, por lo que no se habían visto por más de un mes. "Venecia. ¿Cómo sabes mi nombre?" Mirando sus brillantes y hermosos ojos, Lola preguntó con curiosidad.

Capítulo 62 Otro peligro más Tomás dejó escapar una risa ahogada, que hechizó a Lola totalmente. Ella lo comparó con Jorge en su corazón y casi no podía decidir quién era más guapo. "Bueno, parece que me has olvidado. Una vez te emborrachaste en el Hotel Telles en el país D y no querías irte con Jorge. ¡Así que me abrazaste con fuerza!" La cara de Lola ya estaba roja porque antes había bebido mucho vino. Ahora sus palabras hicieron que su cara se pusiera más roja. Él era el hombre que ella abrazó ese día según Ramón. ¡El presidente de un país! "Lo siento. Bebí demasiado ese día". Sintiéndose incómoda, Lola se disculpó con él. Tomás miraba a la ruborizada Lola con una gran sonrisa: "¿Has venido sola al país A?" ¿Jorge realmente se sentía tranquilo de que ella viajara sola? ¿Especialmente a su país? El coche se detuvo en el aparcamiento del Hotel Venecia. Tomás se puso las gafas de sol que había preparado. El chófer sacó el vino del maletero y lo llevó a la habitación de Lola. "¿No me vas a invitar para tomar algo?" Tomás se había puesto las gafas de sol. Pero Lola solo le dio las gracias y luego cerró la puerta del auto. "Es demasiado tarde. Por cierto, señor presidente, se supone que debe estar muy ocupado, ¿verdad? Será mejor no molestarte". Sería incómodo que una mujer y un hombre sin ninguna relación se quedaran en una habitación. Además, si Jorge lo supiera, definitivamente la mataría. Esta era la primera vez que Tomás fue rechazado, especialmente por una mujer. Su interés por Lola se volvió más fuerte. No dijo nada más, solo le pidió al chófer que la acompañara a la habitación. Luego, envió varios guardaespaldas para vigilar su seguridad. Después de pasar unos días en el país A, recibió un mensaje de Jorge: "Mi amor,

es hora de volver a casa". Lola todavía estaba enojada con él. Así que ella no le devolvió el mensaje de texto y se quedó allí por dos días más. Preocupándose de que Jorge viniera a este lugar, reservó el vuelo para el día siguiente sin tener ninguna ganas de volver. Publicó en Twitter varias selfies tomadas en los lugares que había visitado y algunas fotos de los platos típicos que había comido, con el texto diciendo, "Adiós, País A". Para su sorpresa, Jorge hizo un comentario en menos de 2 minutos. "Bienvenida para volver al País D". Pronto, su comentario se convirtió en un comentario más leído entre todos los comentarios. Entonces, miles de comentarios inundaron su Twitter, la mayoría de los cuales eran consultas y conjeturas sobre la relación entre Jorge y ella. Había algunas personas comentaron diciendo que Jorge y Lola estaban casados. Pero pronto esos comentarios fueron hundidos por los nuevos comentarios ya que nadie los creían. Para la mayoría de las personas, Yolanda y Jorge deberían ser una pareja. Eso no era lo importante, lo importante era un usuario privado que tenía una verificación del País A con el nombre "Sr. Herrero" le hizo un comentario también, "Siempre estás bienvenida". Este apellido era raro. Al poco tiempo, los cibernautas descubrieron que era la cuenta privada de Tomás Herrero, el presidente del país A. De repente, el mensaje de Lola fue empujado a la cúspide de la opinión pública. Dos hombres legendarios y respetados que rara vez usaban Twitter dejaron un comentario debajo de una publicación de una cuenta no famosa. Debido al comentario que hizo Tomás, la cuenta de Lola estaba seguida por otros miles de internautas a la vez. Lola se sorprendió por lo que había pasado. Jorge y Tomás, uno de ellos le dieron la bienvenida de regreso a la ciudad D, y el otro le dio la bienvenida a visitar al país A nuevamente. Los dos comentarios se colocaban juntos en la parte superior en la publicación de Lola, que no eran armoniosos. Además, algunas cuentas de marketing y cuentas de medios tomaron una captura

de pantalla de su publicación y la publicaron. La cuenta de Lola se llenaba por miles de comentarios. Sin que ella se diera cuenta, se hizo famosa en Internet. Cuando ella dudaba en eliminar los comentarios de los dos hombres, alguien llamó a la puerta. Era el servicio de reparto de comidas. Lola abrió la puerta para dejar entrar al camarero. Lola no tenía apetito en ese momento. Así que después de que el camarero se fue, ella solo bebió un poco de Sopa de pollo y dio algunos bocados a la pechuga de pollo. Ella refrescó su Twitter y encontró que muchos cibernautas la tomaban como una zorra que había interpuesto entre Yolanda y Jorge. ¡Totalmente sin sentido! Ella quería darse una ducha. Pero tan pronto como se levantó, se sintió mareada. Se apoyó enseguida en la mesa para mantenerse el equilibrio. ¿Qué era lo que le pasaba? ¿Era porque ella estaba demasiado cansada recientemente? Lola negó con la cabeza con fuerza. Pero estaba demasiado mareada para mantenerse de pie y una extraña sensación se apoderó de ella. Lola recordaba que tenía este sentimiento después de haber sido drogada por Miguel. La única diferencia era que su deseo era mucho más fuerte esta vez. ¡Lola estaba acabada! Luchó por poner su teléfono en la mesa. Comenzó a perder la fuerza para mantenerse de pie. Ella debía llamar a Jorge lo antes posible. "¡Lola! Aguanta un poco más! ¡No te puedes desmayar ahora!" Lola se dijo a sí misma en la mente. Sin embargo, ella ni siquiera tenía la fuerza para sostener el teléfono. El teléfono cayó a la alfombra sin hacer ningún sonido. En este momento, la puerta se abrió desde el exterior. Lola vagamente vio entrar a dos hombres. ¡Maldita sea! Quería gritar pidiendo ayuda, pero no pudo pronunciar ni una sola palabra. Los dos hombres se acercaron más y más a ella. Lola realmente se sentía caliente y estaba sudando. Los guardaespaldas que estaban afuera sintieron algo inusual al ver a los dos hombres abrir la puerta y entrar. "Señor Presidente, la señorita Hernández podría

estar en peligro. Dos hombres abrieron la puerta y entraron". Un guardaespaldas marcó el número privado del presidente y lo dijo en voz baja. Tomás, que estaba refrescando a Twitter, dejó el iPad, "¡Entrad y mantened a ella a salvo sea como sea!" ¿Quién demonios se atrevió a hacerle daño en el país A? La sonrisa en su rostro desapareció. Se puso rápidamente el abrigo y se dirigió al hotel. En el camino al hotel, recibió de nuevo el teléfono del guardaespaldas. "Señor presidente, parece que la señorita Hernández está drogada. ¡Se ve muy mal ahora!" Tomás le pidió al chófer que acelerara. Mientras tanto, llamó al médico privado de la familia Herrero y le pidió que fuera al hotel de inmediato. Cuando Tomás llegó al hotel, sus dos guardaespaldas habían detenido a los dos hombres desgraciados. Lola estaba sufriendo de dolor dando vueltas en la cama, con el cabello despeinado y la ropa desordenada. "Llevadlo y sacad todo lo que sepan". La prisión del país A estaba equipada con terribles dispositivos de tortura. Debía haber una manera de obligarlos a decir la verdad. Sólo Tomás y Lola se quedaban en la habitación. La jovencita se sentía incómoda y gemía en la cama. Tan pronto como Tomás se acercó, Lola le agarró de la muñeca. "Me siento incómoda, quiero…", murmuraba ella. ¿Qué quería ella? Ella no tenía idea. En este momento, ella solamente se sentía extremadamente incómoda. Mirando a su muñeca que estaba agarrada por Lola, Tomás podía decir que estaba sufriendo mucho dolor. El sudor corría por su rostro, lo que parecía antinatural. Lola luchaba por sentarse y abrazaba a Tomás con fuerza. Con los puños apretados, Tomás quiso tener a esta mujer. Nació en una familia adinerada. En los últimos años, tuvo innumerables novias. Pero todos salieron con él por su dinero y poder, lo que lo hizo sentir repugnante.

Sin embargo, un día, conoció a Lola. Su corazón latía con fuerza. "Ese podría ser el poder del amor". Tomás pensaba para sí mismo en aquel entonces. Se inclinó para besarla. ¡Qué dulce!

Capítulo 63 Virus N7d9 "Toc Toc Toc" El golpe continuo en la puerta apartó a Tomás de su pensamiento errante. Siempre calmado y tranquilo, esta vez entró en pánico. Dejando ir a la mujer en sus brazos y se dirigió a abrir la puerta. Era la doctora privada de la familia, Naomi Borrás, una mujer de 40 años con una gran experiencia médica. Al ver a Lola en la cama, supo de inmediato que Lola había sido drogada, pero no era una droga común. Naomi insertó una aguja en las venas de Lola y extrajo un poco de sangre para analizarla. Dos minutos después, Naomi explicó: "Ella está infectada con el virus N7d9 que es muy común en el mercado negro. El antídoto para este veneno es el sexo. Y tiene que hacer cinco veces, o morirá". Eso significa que debe hacerlo... O de lo contrario, morirá. Tomás agitó la mano y dejó que Naomi se fuera. Cuando Lola estaba dando vueltas, él se quedaba junto a la cama y la observaba con sentimientos encontrados. Su ropa casi se la arrancó sola, mientras que Tomás nunca había estado tan indeciso. Cogió un cigarrillo provisto por el hotel en la mesa y dio una calada. Sin experiencia de fumar, comenzó a toser violentamente. Tomás fumó cinco cigarro y todavía no había tomado una decisión. La mayor parte de la ropa de Lola había sido destrozada por ella misma. Después de haberla metido dentro de la manta, sacó su teléfono celular de su bolsillo y marcó un número. "Ella está en problemas. ¡Date prisa o será mía!" En la oficina, Jorge colgó el teléfono con una mirada sombría. Sin tiempo para estar celoso, le pidió a Sánchez que iniciara su jet privado. Yolanda vino a la compañía para detener a Jorge. Ella notó la mirada aterradora

de Fede y preguntó: "¿Qué pasa, Jorge?" "Vuelve a casa primero", dijo con frialdad y salió de la oficina a toda prisa. En menos de dos horas, el jet privado aterrizó en la plaza frente al Hotel Venecia. Atontado al ver a Jorge que bajaba del avión, el portero abrió la puerta del hotel a toda prisa. "Disculpe, señor, ¿puedo preguntar quién...?" Antes de que la anfitriona hubiera terminado, Jorge caminó hacia el ascensor junto con Sánchez. Sánchez pensaba que Lola debía estar en algún tipo de problema, de lo contrario, Jorge no estaría tan ansioso y molesto por venir en un jet privado. Sánchez presionó rápidamente el botón del elevador, dejando que Jorge entrara, mientras que él lo esperaba abajo. En lugares como hoteles, su jefe lo llamaría si era necesario. Jorge tardó dos horas y un minuto en ir desde el País D a la habitación del hotel, mientras que Tomás había estado luchando con su sensibilidad durante dos horas y un minuto. "Está drogada, se trata de un virus llamado N7d9 del mercado negro. La próxima vez, si no la cuidas adecuadamente, no me importa casarme con ella", dijo Tomás con una sonrisa, mientras que Jorge tenía una fuerte intención de golpearle la cabeza. "No voy a dejar que ella tenga la oportunidad de casarse de nuevo". Los dos rivales en amor se enfrentaban entre sí con celos. Estos dos hombres extraordinarios se encontraban en el pináculo del poder. ¡Sería un caos si tuvieran que hacer un duelo! Cuando Jorge vio a la despeinada Lola, se dio la vuelta queriendo dar una paliza a Tomás. Sin embargo, Tomás había salido de la habitación cerrando la puerta. Lola estaba sufriendo en cada segundo, estaba dando vuelta de un lado a otro. ¿Por qué estaba sufriendo y por qué nadie vino a rescatarla? Escuchaba débilmente a alguien hablar. ¡Sálvame, me estoy muriendo!

Jorge miraba a la Lola sufriendo en la cama, en seguida sacó su teléfono celular y llamó al "Tiburón". "¿Qué tipo de virus es N7d9?" El "Tiburón", sorprendido, le explicó que era un nuevo virus que solo se podía encontrar en el mercado negro. ¿Por qué Jorge preguntó sobre eso de repente? Sin embargo, a pesar de su curiosidad, no se atrevió a preguntarle a Jorge el porqué. Después de colgar el teléfono, Jorge no dudó en liberarla del dolor. "¡Jorge, ayuda! Me siento muy mal". Al oír a la mujer susurrar su nombre en la inconsciencia, Jorge sonrió. ........ Al mediodía del día siguiente, Lola trataba de abrir los ojos cuando el sol ya estaba en lo alto. No tenía idea de qué hora era. El cuerpo le dolía cuando hizo un ligero movimiento. Alcanzó su teléfono celular, pero tocó un cuerpo cálido en su lugar. Lola de repente abrió los ojos y descubrió que Jorge la estaba mirando con su brazo derecho apoyando su cabeza. ¿No estaba en el País A? ¿Estaba soñando? Cerró los ojos y los abrió de nuevo. Jorge todavía la estaba mirando. ¿De verdad estaba soñando? "No tienes que volver a cerrar los ojos. Soy yo, tu esposo". Era raro que Jorge todavía estuviera acostado en la cama por la tarde. "¿No estoy en el País A?" Preguntó Lola con grandes ojos inquisitivos. ¿Por qué apareció de repente en este lugar? "¿Puedes levantarte?" La respuesta irrelevante la hizo aún más confundida. Lola trataba de sentarse pero sus brazos apenas tenía fuerza. Por lo que se recostó de nuevo. "¿Estoy enferma?" Era la única posibilidad.

"Sí, estás enferma. Pero te he curado". "Oh, ¿cuándo se convirtió el jefe Jiménez en médico?" Lola miró al hombre que la había estado observando. "¿Y encima? Que sepas que yo te curé, deberías de agradecerme en vez de criticarme". Jorge le devolvió la mirada, sus ojos brillaban de descontento y rabia. Ella sonrió torpemente. "Bueno... Déjame que piense un poco". Regresó al hotel anoche, cenó y estaba lista para irse a dormir. No. Fue justo después de la cena que se empezó a sentir mal. "¿Qué es lo que me pasó anoche?" "Fuiste envenenada" Jorge respondió a ella suavemente. ¿Envenenada? Sí, ella recordaba la extraña sensación cuando Miguel la drogó la última vez. ¡Pero esta vez fue más potente! No podían ser Miguel y Rosa. Podría ser ... ¡Miraba al hombre que estaba encima de ella y su intuición le dijo que debía ser Yolanda! "¿Quién me hizo esto? ¿Es Yolanda?" Ella apartó a Jorge y se cubrió con la manta. "Lola, no pienses mal de Yolanda. Simplemente no puede superar el pasado, ¡pero no eches la culpa a alguien que no tiene nada que ver con esto!" Jorge se sentía muy impotente, parecía que a su pequeña mujer realmente le disgustaba Yolanda. "Escúchame bien, la muerte de "Traviesa", echarme la culpa por robar la fórmula en el laboratorio y envenenarme anoche, estoy segura de que todo esto lo ha estado planeando tu ex novia" Afirmó Lola, pensando que Rosa no era tan inteligente, solo sabía saltarse a ella en persona en lugar de jugar sucio. ¡Era imposible que Rosa tuviera ese cerebro! Jorge pensaba que Lola estaba exagerando así que no continuó con el tema y se fue directamente al baño para ducharse. Lola estaba un poco mosqueada con Jorge, pensando, "Bien, si no quieres que hable de eso, paso de hablar también."

Después de la ducha, Jorge salió del baño envuelto en toallas de baño, pero ya no había nadie en la cama. Entonces, Lola había desaparecido... Jorge miró alrededor de la habitación. Las cosas de Lola tampoco estaban. ¡Parecía que ella se escapó otra vez! ¡Por el amor de Dios! Antes de regresar, Jorge recibió un mensaje de texto de Tomás. El contenido del mensaje era un nombre: "Rosa Flores". Comprendió lo que Tomás quería decir. Apagó su teléfono después de enviar un mensaje de texto, "¡Gracias!"

Capítulo 64 La mataste En ese caso, no tendría que esperar que Lola se vengara de ellos ella misma. En su lugar, Jorge podría destruirlos ahora mismo. Así que Jorge solo hizo varias llamadas telefónicas y presionó el ratón unas cuantas veces. A la tarde siguiente, la familia Flores se declaró en bancarrota. La Compañía del padre de Rosa anunció que había sido adquirida por el Grupo SL. Miguel Mota y Pablo Mota también renunciaron el puesto. Este incidente desató una gran ola en el País D y la gente ni siquiera sabía por qué lo sucedió de repente. Agotada, Lola finalmente logró llegar al aeropuerto, pero perdió el vuelo y solo podía reservar otro vuelo. Ya eran las 9 de la noche cuando Lola llegó a la ciudad y estaba pensando a dónde ir esta noche. ¿Fuente Perla? La mujer estaba allí, así que estaba decidida a regresar a Villa Circo y volvería a Fuente Perla después de que la mujer se fuera. Después de tomar la decisión, encontró un restaurante para llenar su estómago y luego tomó un taxi hacia Villa Circo. Jorge regresó a Fuente Perla, pero no encontró a Lola allí. Lola no contestó su teléfono, así que regresó a la compañía. Lola pasó dos días en Villa Circo y luego decidió buscar otro trabajo. Pero, ¿qué podía hacer? ¿Tal vez un trabajo en una empresa de entretenimiento? Sería estúpida si buscara otro trabajo no relacionado con su carrera en la universidad. Lola tomó una decisión y se dirigió a una compañía de entretenimiento llamada JH que había buscado por Internet. Sin embargo, cuando Lola veía la ropa que llevaba, pensaba que sería mejor ir

primero a Fuente Perla. Debido al viaje al País A, solo se había llevado algo de ropa informal. El Maserati todavía estaba estacionado en el garaje. Jorge tenía la intención de comprar varios nuevos más, por lo que no lo estaba usando. Justo ahora Lola podía usar el auto. Lola regresó a Fuente Perla en el Maserati. En este momento, el tiempo se estaba poniendo cada vez más fresco, Lola llevaba una camiseta blanca y una chaqueta de camello. Cuando llegó a Fuente Perla, no vio a nadie allí y los sirvientes también estaban fuera de servicio. Lola podía volver a su habitación y empacar un par de trajes. Cuando salió, Yolanda con una ropa de hogar estaba perezosamente en la entrada de su habitación y la miraba. Lola pasó junto a ella como si no la hubiera visto. Si pudiera encontrar la prueba de que Yolanda la había envenenado en la ciudad A, la dejaría que durmiera con diez hombres. Cuando Yolanda vio a Lola bajar las escaleras con una bolsa en la mano sin decir nada, se sentía un poco incómoda y le dijo con frialdad. "Oye. ¿No me vas a saludar? ¿Soy invisible o qué?" "Sí, lo eres." Sin mirarla, Lola respondió mientras avanzaba. "¡Lola! ¡Detente!" Al ver que Lola todavía la ignoraba, Yolanda dio unos pasos adelante y agarró su muñeca para detenerla. "¡Suéltame! ¡Me pones enferma!" Lola se quedaba mirando a Yolanda, le quitó la mano y se palmeó sus propias mangas con disgusto. "Ya que te has ido, ¿por qué has vuelto de nuevo?" Yolanda miraba con desdén a la mujer que tenía delante y continuó, "¿Qué pasa? ¿Has olvidado algo?" Lola miraba a la mujer. "Yolanda, eres una zorra astuta. ¿Crees que no sé nada de lo que me hiciste cuando estaba en el país A? Voy a encontrar pruebas y mostrarlas a mi marido. ¡Ya verás lo que haré contigo!" Yolanda se estaba poniendo un poco nerviosa "¿Qué coño estás diciendo? Lola,

no sabía que puede usar tu boca para decir mentiras". "¿Mentiras? Tú sabes lo que has hecho, no hace falta que te lo recuerde" Al terminar, Ella bajó las escaleras. "¡Lola, no te vayas, aclárate!" Yolanda se adelantó para agarrar a Lola de los brazos, Lola usó todas sus fuerzas para liberarse de ella. Pero no lo consiguió, "¡Suéltame!" Lola tiró la ropa que tenía en la otra mano al suelo y usaba esa mano para tirar de Yolanda. Yolanda no estaba dispuesta a soltarla, por lo que entraron en una pelea. Justo en este momento, Lola dio un paso atrás y sin querer se cayó al suelo. Lola no estaba nada preparada y cayó por las escaleras, Yolanda al ver caerse Lola desde las escaleras se quedaba asustada. Ella no lo hizo aposta, estaba deseando que no le pasara nada, Yolanda bajó las escaleras asustada. Vio a Lola dando vueltas en el suelo, como si le doliera la barriga. Justo en este momento, le dio el susto de muerte a Yolanda, entre las piernas de Yolanda comenzó a salir sangre. Ella se agachó al suelo de lo asustada que estaba. Solo había una posibilidad, era que Lola estaba embarazada... Después de varios minutos, ella por fin reaccionó, sacó el móvil del bolsillo y llamó a su asistente Manuel con las manos temblorosas. "Ma... Manuel, ¡rápido! ¡Ven corriendo a Fuente Perla! ¡Rápido!" Yolanda estaba muy alterada, Manuel al escuchar las palabras de Yolanda supo que había ocurrido algo grave, cogió el coche enseguida para ir a Fuente Perla. Yolanda se quedaba mirando a Lola en el suelo sangrando, finalmente Lola se quedaba inmóvil en el suelo. Yolanda tampoco sabía lo que podía hacer, se sentó en las escaleras mirando a Lola tirada en el suelo. Parecía que había pasado mucho tiempo, el timbre de la villa sonó finalmente. Con el espíritu perdido, Yolanda se levantó para abrir la puerta de la villa. Era Manuel quien estaba en la puerta, Yolanda al ver que era Manuel dijo rápidamente, "¡Corre! ¡Ayuda!" En este momento no le importaba nada en absoluto, agarró las manos de Manuel y la llevó hacia el salón.

Manuel al ver a Lola inmóvil tirada en el suelo se dio un susto de muerte, "¿La.. la has matado?" Después de mucho, Yolanda respondió. "No. No hice nada". Yolanda estaba agitando la cabeza para negarlo, luego se acercó a Lola cuidadosamente para comprobar si todavía tenía respiración. "¡No está muerta! ¡Todavía tiene respiración!" Yolanda le dijo dando un suspiro. "¡Rápido! Al hospital, ¡Rápido!" Manuel abrazando a Lola entre los brazos salió de la villa. "Arregla todo estos desastres, si no, la gente se dará cuenta. Yo me encargaré de ella, tú solo quédate en casa y no te vayas a ningún lado". Manuel le estaba diciendo a Yolanda para que limpiara las manchas de sangre que había en el suelo. Menos mal que las escaleras no eran lo suficientemente altas como para matarla. Yolanda corrió para coger la escoba de barrer para limpiar el suelo. Tras limpiar el suelo y dejar todas las cosas en su sitio, ella se tranquilizó mucho. Después se fue al segundo piso y vio de un vistazo el equipaje de Lola tirado en el suelo. Rápidamente lo recogió y lo volvió a poner en el cuarto de Lola. Todo estaba ya en su sitio, la casa estaba como si Lola no hubiera vuelto. Yolanda dio un suspiro y al fin estaba ya tranquila. Tras poner a Lola en el maletero, Manuel condujo el coche hasta el hospital. Justo cuando se marchó, Magdalena acababa de regresar a la villa de la compra. Al ver el coche de Manuel irse, se sentía confundida. Ella parecía que había visto a un hombre llevar a una mujer al coche. Pero, no pensaba más y entró a la casa. En el hospital. La luz de la sala de urgencia se encendió, varios enfermeras y médicos había llevado a Lola a la sala de urgencia. Manuel preguntó a uno de ellos, "Doctor, ¿le pasa algo grave?"

Capítulo 65 Cirugía de aborto "¿Qué tipo de novio eres? Tu novia está embarazada, ¿por qué no la cuidaste bien? La madre está bien, pero no pudimos salvar al bebé". El médico se quitó la máscara y miraba al hombre que estaba delante. Ya era suficiente que la madre estuviera bien. "Doctor, me gustaría pedirle un favor". Manuel sacó el cheque preparado de su bolsillo y se le entregó al médico. Luego se fueron a la oficina. Justo después de la reunión, sonó el celular de Jorge. Pero era un número desconocido. Frunció el ceño y se puso al teléfono sin decir nada. "Hola, este es el Hospital General de la Ciudad D. ¿Es usted familiar de Lola Hernández?" Al enterarse de que era una llamada del hospital, Jorge se levantó de su silla con nerviosismo. "¿Qué le pasó a ella?" "La paciente ha terminado una cirugía de aborto. ¡Esto es para notificar a los miembros de la familia que se encarguen de los procedimientos!" ¿Cirugía de aborto?! Jorge estaba estupefacto sin decir nada. "Oiga, ¿está ahí?", Preguntó la enfermera al otro lado del teléfono con una voz más alta. "Perdón, ¿qué cirugía ha tenido ella?" Jorge pensaba que había oído mal porque estaba demasiado cansado. "Cirugía de aborto. ¿Cómo puede no saberlo como su familiar?" La enfermera miraba al teléfono colgado por Jorge con asombro al decirlo. Lola tuvo un largo sueño en el que ella y Jorge llevaron a sus hijos a visitar a su padre, a su madre y a su abuela, y ellos cantaron y bailaron alegremente en la villa de la familia Hernández. Era un momento muy dulce. De repente apareció una bruja y se llevó a su bebé, "¡Mi bebé! ¡Mi bebé! ¡No te

vayas!" Lola se despertó de su sueño y se incorporó bruscamente en la cama. Junto a su cama, Jorge la miraba con severidad y Yolanda la miraba con expresión de tristeza. "¿Qué me pasa?" Parecía que estaba en el hospital. ¡Oh! Sí, Yolanda la empujó desde las escaleras... "¿Qué te pasa?" Mirando melancólicamente el rostro pálido de Lola, Jorge nunca había estado tan desconsolado. "¡Lola, bien hecho!" Jorge apretó los dientes y dijo irónicamente. Lola se quedaba perpleja al observar la mirada asesina de Jorge. Al observar la expresión inocente de Lola, Jorge apenas podía controlarse y aferró el cuello blanco de Lola con sus grandes manos. "¡Jorge, estás loco!" Lola se sobresaltó. ¿Por qué Jorge quería estrangularla? "¿Estoy loco? ¡Lola, no esperaba que fueras tan cruel!" Los ojos de Jorge se pusieron rojos, llenos de odio. Pensando en el feto, apretó su mano con fuera. Jorge pensaba que Lola, estaba bajo protección de su padre, no era nada calculadora y que era una persona sencilla. Era una persona tan mona, tan encantadora y tan alegre. Pero, acababa de matar a "Traviesa", también acababa de destruir el laboratorio y hoy incluso mató a su propio hijo. Resultaba que también podía juzgar mal a una persona. Agarrada por la garganta de ella, Lola no podía respirar y su cara se ponía roja. Pateando sus piernas violentamente, Lola quería pedir ayuda pero no podía hacer ningún ruido. ¿Por qué Jorge quería matarla? Yolanda los miraba fríamente con una sonrisa complaciente. "Lola, ¿no estabas tan contenta contigo misma? ¡Eres carne muerta hoy! Jajaja." Jorge soltó a Lola antes de que sintiera que se iba a desmayar. "¿Qué he hecho para que quieras matarme?" Lola hizo una voz débil.

"Lola, no importa lo enfadada que estés, no puedes abortar secretamente a tu hijo en tu vientre. ¡El es inocente! Pobre criatura pequeña, asesinada por su propia madre antes de que nazca en este mundo". Yolanda habló primero. Jorge, cuyos ojos estaban aún más rojos, miraba furiosamente a la mujer aturdida en la cama. "Yolanda, ¿de qué diablos estás hablando?" Lola esta vez estaba muy enfadada. ¿Niño en su vientre? ¿Ella tuvo un bebé? ¿Y ella lo mató? Ella sabía que debía estar embarazada y que Yolanda la empujó por las escaleras, lo que causó la muerte del niño. Lola sentía que su cabeza iba a explotar. Estaba embarazada, y perdió al bebé... "¡Era ella! Me empujó por las escaleras..." Lola señaló con el dedo índice a la culpable. "Ya basta. ¡Todavía quieres culpar a alguien más por este tipo de cosas! ¿Dónde está tu conciencia?" Jorge estalló en rabia. Yolanda se sorprendió. Ella nunca había visto a Jorge tan furioso. ¡Jorge era como un león, un león furioso, que nadie se atrevía a dar medio paso más cerca! Pero se sentía aliviada al saber que Jorge no la creía a Lola en absoluto. "Jorge, no fui yo, ¡realmente no fui yo!" Lola se desmayó por el agravio. Luego, unos pocos médicos entraron e hicieron una serie de reconocimientos médicos sobre ella. "La paciente acaba de pasar por la cirugía. No la hagan sentir tan agitada. Sería extremadamente dañino para ella". El médico que acababa de hacer la cirugía dijo con una voz débil. Cuando los médicos y las enfermeras abandonaron la sala, Jorge salió sin mirar a la mujer que estaba en la cama. Desde ese día, no había vuelto al hospital. Lola había estado emocionada durante los cuatro días en el hospital. Aunque los médicos y la señora Pepa habían tratado de persuadir a ella. "Déjame salir del hospital ahora mismo" ¿Por qué perdió a su hijo y esa perra no recibió ningún castigo? ¡Quería vengarse por su hijo!

"Está bien, vámonos. Acabo de preguntarle al médico. Estarías bien si te cuidaran bien en casa. Vamos". El corazón de la señora Pepa dolía al mirar a la demacrada Lola. ¡Ay! ¡Esto es realmente pecaminoso! Cuando fue dada de alta del hospital, Sánchez fue a recogerla. Ella miraba fijamente al Maybach. ¿Estaría Jorge en el asiento trasero? De hecho, ella todavía estaba decepcionada. Debido a un aborto involuntario, tuvo que quedarse en la cama algunos días después de haber regresado a Fuente Perla. Jorge no se presentó. A medida que el clima se estaba volviendo fresco, Lola pasó sus días sentada en el balcón con su pijama de manga larga, mirando a lo lejos atónitamente. Comía y se acostaba como de costumbre, comportándose con calma y con demasiada calma, lo que, sin embargo, era bastante preocupante en los ojos de los demás. "Lola, también he pasado por esto. El niño se ha ido por cualquier razón. No te lo tomes tan en serio. Mantente saludable y pronto tendrás tu segundo bebé". La señora Pepa acaricía suavemente el hombro de Lola. Ella no sabía cómo Lola perdió a su hijo, por lo que no hizo más comentarios. La señora Pepa no podía soportar ver que Lola vivía como una muerta andante. Un mes después, Lola se recuperó completamente y pudo salir. Durante la cena, se cambió de ropa y bajó las escaleras. Jorge y Yolanda habían estado esperando en la mesa del comedor. Al ver a Lola bajar las escaleras, Jorge comenzó a comer sin mirarla de nuevo. Además, Jorge dio comida para Yolanda de vez en cuando. Lola, sin embargo, parecía ser una extraña en esta casa...

Capítulo 66 Que Dios le traiga felicidad. Al ver que su enemiga se deleitaba en el lado opuesto, Lola perdió completamente el apetito. Dejó de comer las gachas de avena después de haber comido un poco y subió las escaleras. Desde que bajó a las escaleras hasta que subió otra vez, nadie había prestado atención a ella. Secándose las lágrimas en silencio, Lola hizo una llamada a Wendy. Había perdido muchas llamadas de Wendy este mes, porque no estaba de humor. "Gracias a Dios, Lola, ¡por fin me llamas! ¿Qué has estado haciendo últimamente?" Wendy estaba caminando por inspección en el centro comercial. Al ver la llamada de Lola, ella se escondió para contestarla. "Wendy, vamos a quedar en la cafetería Old Tree mañana". Dijo Lola con una voz desanimada, no tan vigorosa como antes. Wendy percibió rápidamente que Lola no estaba bien y respondió, "Bueno, tendremos un día libre mañana. Vamos a vernos por la mañana". Tras colgar el teléfono, Lola entró al baño después de quitarse la ropa. Abrió la ducha para sumergirse en la ducha. Los episodios pasados seguían poniendo en su mente. Miguel Mota, Rosa Flores, Yolanda Moza y ... su pobre hijo. Su llanto se ocultó por el ruido de la ducha. Después de mucho tiempo, se secó los ojos antes de salir del baño. Jorge miró a la puerta del baño con ojos meditabundos, pero apartó la mirada al siguiente momento.

Lola no esperaba que Jorge entrara solo para echarle un vistazo. ¿Ya no era ella que estaba en su corazón? Al estar distraída, caminó hacia el tocador y comenzó a soplar su cabello en el asiento con un secador. Se fue a dormir después de secar el cabello, sin darse cuenta de que Jorge se había ido. A la mañana siguiente, Lola se levantó muy temprano. Cuando bajó las escaleras Jorge ya estaba sentado junto a la mesa, mientras que la Sra. Pepa estaba sirviendo el desayuno. ¿Pasó la noche en casa? ¿Dónde? ¿Con Yolanda? ¿O en otra habitación? Lola se sentó lejos de Jorge y empezó a desayunar en silencio. Yolanda se había recuperado de su lesión. Ella bajó las escaleras después de vestirse. Ella llevaba un traje de lavanda con un abrigo largo negro y un par de tacones negros. Aparentemente se veía muy noble y elegante. Sin embargo, eso solo era la apariencia. Nadie sabía lo calculadora que era esta mujer. Había arruinado el amor entre Lola y Jorge, también incluso mató al hijo de Lola. "Jorge, ¿estás listo para la conferencia de prensa de hoy?" También ignorando la presencia de Lola, Yolanda se sentó junto al hombre. "Sí, estoy listo. Date prisa para desayunar, o tendrás hambre más tarde". Lo que Jorge dijo hizo que Yolanda se sintiera como si todavía estuvieran juntas como antes. De un humor alegre, comenzó a comer el pan en su plato. Al ver lo que sucedía, Lola perdió el apetito y apenas había desayunado. Después de limpiar la boca, ella tomó su bolsa de su lado y caminó hacia afuera. "Lola, ¿vas a salir hoy?" En ese momento, solo la señora Pepa se preocupaba por ella. Con los ojos volviéndose ligeramente rojos, Lola asintió con la cabeza a la Sra. Pepa. "No volveré a almorzar hoy". Dijo ella con voz suave, antes de salir de la villa.

Ella solo podía caminar, porque su motocicleta la tenía Wendy todavía. Se puso el auricular y reprodujo una canción con su teléfono móvil. La triste melodía abrumó todo el caos. Caminaba lentamente por la carretera principal de Fuente Perla. Al escuchar las bocinas de un auto detrás, ella miró hacia atrás inconscientemente. Era el Maybach conducido por Jorge. Estaba hablando alegremente con Yolanda en el asiento del pasajero. Lola volvió la cabeza y trató de alejarse. Luego Jorge alejó el auto, como si ella fuera solo una extraña para él. Mirando el auto que se estaba alejando poco a poco. Lola se calmó un rato y caminó lentamente hacia adelante. Aproximadamente media hora después, Lola finalmente vio la puerta principal de Fuente Perla. Los autos que iban y venían la hacían sentir que estaba en un sueño. A lo largo de un mes de aislamiento en la villa, se aisló del resto del mundo, sin consultar a Twitter o Whatsapp. Todo lo que hizo fue sentarse en el balcón mirando fijamente y leer libros a veces. "Lola, ¿Podrás volver a estar como antes?" Se preguntó a sí misma. Antes de ir a la cafetería Old Tree, ella fue al cementerio. Visitó las tumbas de su abuela y de su madre. "Abuela, perdóname por no haberte visitado estos días, porque había estado ocupada". Ella colocó crisantemos blancos frente a la tumba. Mirando el retrato de su abuela sonriente, no pudo evitar llorar. Tantas cosas habían pasado recientemente que todavía estaba en un torbellino. Luego fue a visitar la tumba de su madre y colocó los claveles de colores brillantes frente a la tumba. "Madre, estoy aquí para visitarte. ¿Lo sabes? ... Yo también casi sería una madre, pero ... mi pobre hijo no tuvo suerte de verme y esa mujer lo mató ...¿La abuela y tú podéis pedirle a Dios para que me traiga

felicidad? Los claveles se mecían con la brisa para desprender una ligera fragancia ... Cuando salió del cementerio, el taxi que tomó seguía allí esperándola. Enseguida se fue a la cafetería Old Café, Cuando llegó allí, Wendy ya la estaba esperando en una esquina junto a una ventana. "Lola, ¿qué te ha pasado? ¿Por qué estás tan flaca?" Wendy miraba a la sonriente Lola con inquietud. Ella cambió mucho después de un mes de separación. Bebiendo el café en silencio, Lola no sabía cómo explicárselo. "Wendy, mi ... hijo se había ido" Con los ojos bien abiertos, Wendy se sorprendió por lo que dijo. ¿Qué dijo ella? ¡Su niño! Se había ido. "¿Qué pasa?" Wendy agarró la mano de Lola con fuerza. Entonces Lola le contó a Wendy todo lo que sucedió en detalle después de que Yolanda viniera aquí. Wendy sostenía su mano en pena. "Lo que ocurrió en el País A, ¿de verdad era Yolanda detrás de todo esto? Según lo que he oído, SL group había adquirido la empresa de tu padre al día siguiente después de que volvió del País A. Miguel Mota y su padre han dimitido. Además la compañía de Rosa, se quedó en quiera en seguida. Estoy segura de que todo esto lo hizo tu esposo". "Tal vez él pensaba que fue Rosa quien me hizo eso esa noche. Pero por lo que sé de ella, ella no haría nada tan insidioso, y si fuera ella, debía de ostentarlo ante mí". Wendy sentía pena por Lola y reprendía a Jorge desde sus profundidades. "¡Aunque tu esposo es todopoderoso en los negocios, es realmente un idiota cuando se trata de amor!" Lola revolvió el café sin azúcar, que estaba más amargo que antes. "¡Lola, mira!" Wendy señalaba la gran pantalla en un edificio al otro lado de la calle.



Capítulo 67 Manolo Camela En la enorme pantalla Del Grupo SL. Jorge, con un traje formal, estaba junto a Yolanda, quien sostenía su brazo y sonreía como una flor. La sala de prensa estaba repleta de reporteros. Aunque era la conferencia de prensa para la publicación de la máscara facial del Grupo SL, los reporteros estaban más interesados en el reciente chisme entre Jorge y Yolanda. "Sr. Jiménez, señorita Moza, ¿tienen alguna buena noticia para compartir?" "Sr. Jiménez, ¿cuándo anunciará la buena noticia?" "Señorita Moza, he escuchado que estaba lesionada y se ha estado descansando en la villa del Sr. Jiménez. ¿Es cierto?" "Señorita Moza, se dice que tiene la intención de enfocar su futura carrera en la Ciudad D. ¿Hace esto por el Sr. Jimenez?" ... Jorge, como de costumbre, sin ninguna emoción, miraba a los reporteros haciendo preguntas frente a él. A su lado, Yolanda no respondió tampoco, pero su dulce sonrisa dejó al público suficiente espacio para imaginar. "Disculpe. Otro portavoz del Grupo SL, Manolo Camela, está aquí. Presten más atención a los anuncios de la máscara facial del grupo. ¡Gracias!" El asistente Sánchez subió al escenario y presentó a un hombre joven internacionalmente popular: Manolo Camela. Apareció Manolo Camela ante todos, vestido de un elegante traje de ocio y zapatos deportivos blancos. Su típica sonrisa maliciosa y sus atractivos ojos amorosos eran poderosas armas

para encantar a las mujeres. Cuando Manolo Camela apareció, las jóvenes de la calle comenzaron a gritar. "¡No puedo creer que Manolo haya venido hasta aquí!" "Manolo sigue siendo tan guapo, tan malo. ¡Oh, oh! ¡Estoy muy enamorada!" El operador de cámara dio un plano corto de Jorge y de Manolo cuando se estrechaban la mano. Los dos hombres - uno malo y guapo mientras que el otro arrogante y frío. Los reporteros seguían haciendo clic en el obturador, y los que miraban la pantalla estaban casi deslumbrados por el flash. "¡Lola, Manolo se parece mucho a ti cuando sonríe!" Wendy dijo con sorpresa, pero, se dio cuenta de una cosa, "Yonata Camela, Manolo Camela, ¿hay alguna relación entre ellos?" Ella dio la pregunta gentilmente. Lola observaba a todos en la pantalla, sobre todo miraba atentamente a Manolo cuando escuchaba la pregunta de Wendy. Ella solo vio a Yonata Camela una vez y no estaba segura todavía. "No estoy segura, tal vez tengas razón. ¿Manolo Camela no se queda a menudo en el país A?" Sin pensarlo mucho, Lola terminó el café de su taza. ¿Sería una pura coincidencia? "Hm, ¿a dónde vamos esta tarde? ¡Iré contigo!" Wendy puso a ese hombre en el fondo de su mente, ya que lo más importante que debía hacer ahora era pasar tiempo con su mejor amiga. Lola pensó por un momento. "¿Te gustaría ir al cine por la tarde? Luego podemos ir al KTV para cantar y beber con Ramón por la noche, ¿qué te parece?" Nunca era demasiado tarde para vengarse. Lo más importante para Lola ahora era esforzarse por volver a su estado de ánimo de antes. "¿Como te sientes?" Wendy se preocupaba por ella, ya que Lola acababa de abortar a un niño, entonces no podía beber. "¡La Sra. Pepa cuida muy bien de mí y ahora estoy totalmente recuperada!" Lola dijo con indiferencia. La Sra. Pepa cocinó muchos tipos de sopa y comida nutritiva para ella. Entonces Lola realmente agradecía mucho a ella.

Wendy y Lola fueron a un bufé de mariscos primero. Luego fueron a ver una película y pasearon por el centro comercial. Después de todo esto, el mal humor de Lola se disipó mucho. Por la noche, invitaron a Ramón al Royal 6 Club. Lola y Wendy llegaron antes y consiguieron una habitación privada. Con 66 habitaciones privadas, el club era uno de los clubes más lujosos de la Ciudad D, integrando sala de canto, sala de ajedrez, sala para jugar a las cartas y otras salas de actividades recreativas. Después de salir del trabajo, Ramón se apresuró a ir al club. Cuando abrió la puerta de la habitación privada, vio a Lola, con el pelo despeinado, vertiéndose una botella de cerveza en la boca. En este momento Lola parecía muy sexy. Ramón sacó rápidamente su teléfono para tomar una foto de ella y luego se la envió. "¡Últimamente has estado desaparecida!" Ramón abrió una botella de cerveza y tomó un sorbo. Viendo a Lola, que no solía cantar, cantando llena de emoción, estaba muy sorprendido. "¿Qué le pasa a ella?" Ramón se acercó a Wendy y preguntó con curiosidad. "¡Ay!" Wendy suspiró y sacudió la cabeza. Ramón estaba tan confundida. "Lola, no bebas demasiado. Temo que tu marido me mate". "¿Marido? ¡Jaja, está muerto!" Lola dio un hipo después de beber y se amargó. "Lola, eres viuda ahora..." Después de escuchar estas palabras, Lola le dio una palmada en la cabeza a Ramón. Ramón estaba desconcertado. Ella misma dijo que su marido estaba muerto, bueno... Una canción terminó, Lola no quiso seguir cantando. Sacó su teléfono y tomó una foto de la docena de botellas de cerveza sobre la mesa. Luego Lola le pidió a Wendy y Ramón que le tomaran fotos a ella... Ramón miraba a Lola, sin saber qué podía decir. Wendy luego tomó una foto de Ramón

que estaba mirando a Lola calladamente. Los tres miraron las fotos y se rieron a carcajadas juntos. Finalmente Lola eligió una foto de los tres, y las publicó en el Twitter con el texto, diciendo: "Mientras viva, todas las demás serán amantes después de todo". Luego decenas de millones de seguidores dejaron comentarios. "Oye, niña. ¡Eres increíble!" Lola respondió: "Me siento halagada". "He escuchado que estás casada. ¿Hay una amante ahora?" Re: Sí, estoy casada. "¡La amante acabará muy mal!" Re: ¡Acabará muy mal! "¿Dónde están el presidente y el director ejecutivo? @Sr.Herrero, @Jorge" Re: Citas con las mujeres, jaja. "¡Publica las fotos de la amante y la buscaremos por Internet!" Re: Mi esposo ahora está adicto a su belleza y moriré sin duda alguna si publico su foto. Jaja. "¡Las mujeres deben vivir para nosotras mismas!" R: ¡Estás en lo correcto! ...... Después de responder a algunos cibernautas, Lola les dijo a las otras dos personas que iría al baño y luego se iba. Antes de llegar allí, Lola vio a varias personas peleando en el pasillo. Así que ella cambió la ruta. Cuando ella pasó por la puerta de una habitación privada, una persona salió de la habitación. Miraba más de cerca y descubrió que él era Manolo Camela Y detrás de él estaba Mia Lozano. Al mirar adentro, vio a Jorge, Yolanda y otros líderes principales del Grupo SL. Mia Lozano gritó con sorpresa, "¡Srta. Hernández!" La habitación privada quedó en silencio de inmediato. Hubo un momento incómodo cuando todos miraron a Yolanda, que estaba muy cerca de Jorge. Lola maldijo en el corazón: qué carajo. Luego ella asintió con la cabeza a Mia Lozano, "Voy al baño". Su voz no era baja, parecía que estaba explicando algo.

Manolo Camela miraba a la mujer con las mejillas rubicundas frente a él. Se sentía un poco familiar y parecía haberla visto en algún lugar antes. Después de terminar las palabras, Lola caminó rápidamente hacia el baño. Se lavó la cara allí y cuando salió, vio a un hombre apoyado contra la pared mirándola. Ella no le prestó atención y estaba lista para irse. "Oye, ¿te he visto en algún lugar antes?" Manolo Camela frivolamente miraba a la mujer frente a él. Cuando más la miraba, más familiar se sentía. Ella hizo una pausa, "La estrella más brillante, Manolo Camela, has visto tantas mujeres y es normal que algunas de ellas se parezcan". Lola le echó una sonrisa ligeramente y caminó hacia su habitación. "¡Puede que ella tenga razón!" Pero al ver la sonrisa de Lola, ¡se sentía más familiar!

Capítulo 68 ¿Estás Loca "¿Cuál es tu nombre?" Manolo seguía a Lola y le preguntó con curiosidad. En esa noche cuando Wendy se metió en problemas, parecía haber mencionado que el nombre del hombre era Yonata Camela. "Manolo, ¿tienes un pariente llamado Yonata Camela?" Lola se detuvo y miraba al chico alto que parecía un poco lindo. ¡Por favor! El parpadeó. "Sí, él es mi hermano. ¿Lo conoces? ¿Eres mi cuñada?" Lola miraba al chico grande que era mucho más alto que ella y le dijo, "¡Cuida tu boca! ¿Crees que me parezco a tu cuñada o qué?" "¡No!" Manolo sacudió la cabeza con sinceridad, porque tampoco conocía a su futura cuñada. Ella de repente se rió. "Eso es. ¡Ya que eres el hermano de Yonata, entonces pagarás por él!" Las palabras apenas se habían acabado, Lola pateó el trasero de Manolo, que casi se cayó al suelo. "Patea a tu hermano cuando regreses. Dile que si la pillo la próxima vez coqueteando con las mujeres, ¡lo mataré de golpe!" Lola se dio la vuelta y corrió a la habitación privada donde estaba sus amigos. Al mirar la figura que retrocedía de la mujer, Manolo estaba tan enojado que no sabía qué hacer durante un momento, luego abrió la boca, "¡Oye, detente ahí!" ¿Qué relación tenía su hermano mayor con esta mujer? Además, ¡un hombre aburrido como su hermano nunca coquetearía con las mujeres. Manolo regresó a su habitación privada con una mirada hosca. Al ver a Mia, recordó que ella había saludado a la mujer justo hacía unos minutos. "¿Cuál es el nombre de la mujer que estaba en la puerta?" Manolo le preguntó a Mia furiosamente. Sus palabras dejaron la habitación en silencio, salvo el sonido de la música ligera. "Manolo, ¿qué te pasa?" Yolanda estaba leyendo las publicaciones del Twitter,

bloqueó la pantalla de su teléfono al ver la publicación que hizo Lola hacía pocos minutos. Ella estaba francamente molesta, pero no podía desahogarse con su ira. Por supuesto, ella sabía que Lola se refería a ella como la amante. Pero parecía que en realidad Lola era verdadera amante. Manolo no solo era una estrella popular, sino que también tenía antecedentes familiares prominentes en el País A con los que la familia de Yolanda soñaría alcanzar. "Ella en realidad..." Manolo habló pero se detuvo un segundo porque estaba muy avergonzado. "Si volviera a encontrarme con ella, ¡Haré que se arrepienta!", pensaba Manolo en su mente. Jorge no dijo ni una sola palabra a pesar de que había visto la publicación de Twitter en su teléfono celular. Entrecerró los ojos y cogió un cigarrillo para fumar. "Jorge, no fumes". Yolanda lo disuadió en voz baja. No sabía desde cuándo Jorge se volvió más y más adicto a fumar. Ella nunca lo había visto fumar antes. Ahora estaba fumando ante cualquier persona. Sin decir ni una palabra, Jorge dio unas cuantas bocanadas al cigarrillo, que estaba velado en la luz parpadeante. La nube de humo oscurecía su expresión. Después de regresar a la habitación privada, Lola vio el paquete de cigarrillos de Ramón sobre la mesa, sacó uno del paquete y se lo puso en la boca. Ramón miraba a Lola como si fuera una lunática. Cuando estaba a punto de encender el cigarrillo, Ramón se le quitó apresuradamente. "Lola, ¿estás loca?" "No, dame uno, o lo compraré yo misma". Ella había escuchado que fumar podía aliviar la ansiedad. ¿Por qué no podía probarlo? Ramón puso el paquete de cigarrillos en sus bolsillos, ignorándola. Lola apretó los labios. "Maldito tacaño. Saldré a comprar". Lola miraba a Ramón, y no insistía en pedir los cigarrillos de él.

"Lola, por favor". Wendy, por supuesto, no quería que Lola fumara y por eso vino a disuadirla. "No pasa nada. ¡Un cigarrillo no me enganchará!" Lola agitó su mano con desdén. ¡Estaba muy molesta porque Yolanda y su esposo estaban coqueteando juntos todos los días! Después de mucha discusión, Lola persuadió a Ramón para que sacara el cigarrillo del bolsillo y le pasara uno. Lola sostenía el cigarrillo entre sus delgados dedos, con un encanto indecible. Ella lo inhaló suavemente. "Tos, tos, tos..." ¡Una tos violenta casi la ahogaba! "Si no sabes fumar no aprendas a fumar. ¡Qué tonta eres de verdad!" Ramón frunció el ceño, tomó el cigarrillo de su mano y lo apagó en el cenicero. Lola dijo con desobediencia, "¡Dámelo! Ramón, no me molestes. ¡No estoy usando drogas!" Ella se abalanzó sobre Ramón para agarrar su paquete de cigarrillos. Acosado por Lola, Ramón no tuvo más remedio que darle otro. Wendy negó con la cabeza sin poder hacer nada. Ella había visto lo terca que podía ser Lola. Mientras Lola tomara la decisión, era imposible convencerla de que no lo hiciera. Eran más o menos las diez de la noche. Afortunadamente, Lola no estaba borracha porque hoy solo bebió cerveza. Los tres salieron de la sala privada de Royal 6 Club. Lola aún sostenía la mitad izquierda del último cigarrillo que le había robado a Ramón. Lola había venido al club, en su motocicleta conducida por Wendy. Ahora, Wendy fue sola a casa en motocicleta y Ramón iba a enviarla de vuelta. Lola, sentada en la motocicleta de Ramón, notó que algunas personas estaban saliendo por la puerta del Royal 6 Club. Era ese grupo de personas, Manolo y Yolanda, con máscaras de gasa y gafas

oscuras, estaban a la izquierda y derecha de Jorge. Al ver a la mujer sosteniendo la mitad de un cigarrillo en la motocicleta, el hombre en el medio puso una cara sombría inmediatamente. "Sánchez. Envía a la señorita Moza y al señor Camela de vuelta". Jorge, sin embargo, se dirigió a la motocicleta que ya había arrancado y bajó a la mujer del asiento trasero. "¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame!" La discusión entre las dos personas atrajo la atención de una multitud de espectadores en la puerta. Usando gafas oscuras en una noche oscura, Manolo no podía ver con quién había entrado en discusión Jorge. Pero, Yolanda sabía que era Lola incluso sin echar un vistazo. Jorge arrebató la colilla de la mano de Lola y la tiró a la papelera. Luego le quitó el casco y la empujó bruscamente desde los brazos de Ramón. Observados atentamente por la multitud de gente, Jorge arrastró a Lola a su auto. Caminó hasta el asiento del conductor, encendió el auto, pisó el acelerador, giró el auto y se fue con Lola. "Jefe, usted se ha llevado el auto, ¿cómo puedo enviar a la señorita Moza y al señor Camela a casa ..." El asistente Sánchez observaba el auto que desaparecía, sin palabras. Sin embargo, pensaba que lo que hizo el jefe era genial. De regreso a la villa, Jorge estacionó el auto en la puerta de la villa y llevó a Lola a la habitación. La arrojó a la cama grande, se volvió y cerró la puerta. "¡Jorge, estás loco!" Lola se sentó torpemente en la cama y miraba al hombre que tenía delante. Al pensar en el comportamiento de Lola en la puerta del hotel, Jorge dijo furiosamente, "¿Fumar? Bien por ti, Lola". La voz baja del hombre la hacía sentir peligrosa. Lola levantó su altanera barbilla. "No es de tu incumbencia. ¡Fuera!" Bajó de la cama e iba a abrir la puerta.

Sin embargo, ella apenas caminó hacia la puerta y fue arrojada de nuevo. Lola estaba hirviendo loca. Jorge se quitó la chaqueta, la arrojó al sofá y se acercó a ella con su camisa blanca. Lola se estremeció al mirar la expresión sombría del hombre, "¡Jorge, vete de aquí!" Ella retrocedió aterrorizada. El hombre comenzó a desabotonarse la camisa, luego se aflojó el cinturón con un sonido crujiente. Se acabaría. Lola corrió hacia la puerta y Jorge la cogió de vuelta de nuevo.

Capítulo 69 Eres demasiado sucio "¡Suéltame!" Lola lo fulminó con la mirada, con lágrimas saliendo de sus ojos. Jorge ignoró su resistencia y continuaba con lo que pretendía hacer. Lola cerró los ojos y dijo con calma, "Jorge, apártate de mí. ¡Eres demasiado sucio!" Lo que sucedió entre Yolanda y él hizo que Lola se enfermara. "¿Soy sucio? ¡No estás en posición de decirlo!" Jorge apretó el cuello de Lola con sus grandes palmas. La idea de que Lola había asesinado a su hijo lo estaba volviendo loco. Lola se mordió el labio inferior, obligada a tragar todo el odio de Jorge, que ahora se estaba comportando como una bestia enojada. En Familia Camela, País A. Un guardaespaldas entró en la habitación en la esquina noroeste de una villa blanca. "Mi señora." Saludó respetuosamente a la mujere sentada frente al tocador. La mujer de mediana edad con maquillaje pesado se dio la vuelta y lo miraba sin expresión facial. "Tenemos algunas pistas". El guardaespaldas dijo lealmente, con la cabeza baja por miedo. La villa le daba una sensación de miedo y oscuridad. Al escuchar sus palabras, la mujer sonrió con sus labios rojos curvándose. Ella había estado buscando a esa niña por más de 20 años, ahora finalmente consiguió algunas pistas. Pero ella debía encontrarla antes que su cuñada. "Hace más de 20 años, ese traficante de personas fue arrestado en la ciudad D. Desde entonces, esa niña ha desaparecido. No hace mucho, Yonata también fue a la ciudad D, pero no la encontró". Así que la niña que contaba con el tesoro invaluable estaba ahora en ciudad D. "Envía a más personas a la Ciudad D. A encontrarla antes que mi hermano

mayor. Recuerda no alertar a nadie". La mujer se tocó el cabello recién peinado y continuaba colocándose los pendientes de esmeralda en el espejo. "¡No hay problema, mi señora!" En la ciudad D. Desde el sufrimiento mental y físico esa noche, Lola no había visto a Jorge durante días. Un día, ella recibió la llamada de un número desconocido. "¡Lola!" Esta voz sonaba familiar. "¿Cómo estás?" ¡Oh! Era el presidente del País A, Tomás Herrero. "Estoy bien. ¿En qué puedo ayudarle, señor Herrero?" Ella respondió sin demasiada emoción, preguntándose por qué hizo esta llamada. Tomás Herrero se rió entre dientes. "Mañana hay una gala benéfica, organizada por el gobierno de la ciudad D y de País A. ¿Por qué no vienes para pasar el tiempo?" Según el Twitter de Lola, Tomás sentía que debía haber pasado algo malo entre Jorge y ella. Parecía ser cierto. "¿No puedes buscar a otra persona para pasar el tiempo?¿Señor presidente?". Ella estaba insinuando que quería saber por qué la había elegido. Tomás Herrero estaba casi sin palabras. ¿Había alguna posibilidad de que no pudiera encontrar a nadie? "Yolanda acompañará a Jorge". Lola vacilaba como se esperaba. "Para derrotar a una mujer, primero debes robar su centro de atención". "Ella es una superestrella internacional, la musa de los hombres, mientras yo no soy nadie". Era un momento raro de su auto burla. "También te graduaste de la Universidad de Cine y Televisión, ¿no? Si quieres,

puedes ser internacionalmente famosa sin ninguna dificultad". Tomás Herrero mostró una gran sonrisa y continuó diciendo, "¿Vamos a hablar de los detalles mañana por la noche?" ¿Cómo llegó Jorge a rescatarla a tiempo en el País A esa noche? Tal vez fue el Sr. Herrero quien ayudó a informar a Jorge. Además, Yolanda era todo para Jorge en este momento. Si Lola no preparaba un plan B, Yolanda podría robarle la última oportunidad de supervivencia. "¿A qué hora?" Ella estuvo de acuerdo con decisión. "Tengo una propiedad en Fuente Perla. Es la Villa No. 6. Puedes venir alrededor de las 5 pm para maquillarte y vestirte". Tomás Herrero tomó su jet privado al País A y colgó el teléfono una vez que recibió la promesa de Lola. ¿Yolanda Moza? ¡Bah! Jorge, si no aprecias a Lola, me encantaría hacerlo por ti. Después de cenar esa noche, Lola se quedaba sola. De alguna manera ella sentía sed, así que bajó a buscar agua. Mientras ella estaba bebiendo el agua, la puerta se abrió. Yolanda y Jorge entraron. Se detuvieron, ya que no esperaban ver a Lola bebiendo el agua en pijamas en la cocina. Yolanda habló primero. "Jorge, iré a descansar. Necesitaremos levantarnos más temprano mañana para prepararnos para la gala benéfica". Era lo suficientemente fuerte como para hacer posible que Lola escuchara en la cocina. Lola no apagó las luces de la cocina ni regresó a la habitación, hasta que Jorge se fue por las escaleras. Lola se sorprendió al encontrar a Jorge en la habitación cuando abrió la puerta. Ella se calmó un poco. Supuse que Jorge podría estar aquí para recoger algo de ropa y se iría pronto. Para su sorpresa, Jorge recogió su pijama y entró al baño, lo que dejó a Lola en trance.

Tal vez se iría después de bañarse, pensaba ella. Lola tomó su teléfono y caminó hacia el balcón, con las luces apagadas. Se puso en una posición cómoda y comenzó a leer los mensajes en Twitter. El comentario que dejó Tomás Herrero en su publicación había sido colocado en la parte superior, pero ella lo vio hasta ahora. Él dijo: "Ustedes tienen una amistad envidiable". Fue seguido por los comentarios de otros internautas. "Señor presidente, ¿es usted también un seguidor de Lola?" "¡Presidente Herrero, usted es el presidente más joven y guapo del País A! Si usted y Lola tienen una relación, ¡infórmenos lo antes posible!" ... ¿De qué estaban hablando estas personas? Pero para ser honesta, también tenía mucha curiosidad por qué Tomás Herrero, como presidente, se acercaría a ella una y otra vez y le ofrecería ayuda todo el tiempo. ¿Era simplemente porque le gustaba? De ninguna manera. Ella tenía una estimación clara de su atracción... "¡Ah!" Una sombra apareció repentinamente y sobresaltó a Lola. Mirando a la asustada Lola, Jorge no mostró mucho sentimiento. "¿No puedes al menos hacer algún sonido y advertirme?" Lola puso los ojos en blanco y regresó a la habitación con una cara bastante amarga. Jorge la atrajo hacia él y la sujetó contra la pared con ambos brazos. Su movimiento repentino casi la dejó sin aliento. Sus ojos estaban fijos en Lola, quien estaba atrapada en sus brazos. "¿En quién estabas pensando?" Él la estaba cuestionando. "En el rey del infierno." Ella se lo inventó. "Escúchame, Lola. No tienes permiso de pensar en ningún otro hombre excepto

en mí. ¡Ni siquiera en el Rey del Infierno!" Jorge le advirtió con dureza, y se acercó a ella hasta que no hubo distancia entre ellos. El olor familiar estaba cerca. Lola sonrió irónicamente, "Jefe Jiménez, ¿estás tratando de disfrutar el placer con dos mujeres?" Jorge respondió con una sonrisa malvada. "Eres el único placer que quiero ahora". Luego besó sus dulces labios rojos. Quizás Rocío tenía razón. Tal vez Lola era realmente una zorra. Incluso si la odiaba tanto ahora que quería matarla, todavía no podía controlar su deseo a esta mujer seductora. A las 5 pm del día siguiente, Lola se presentó a tiempo en Villa No.6. Le tomó media hora de camino. ¡Era realmente agotador! Tocó el timbre y el chófer de Tomás Herrero abrió la puerta. Lola lo saludó amablemente y el chófer la acompañó a la villa con respeto.

Capítulo 70 Batalla de subasta entre dos hombres La decoración de la villa de Tomás era bastante simple. Las paredes estaban pegadas con papel tapiz de patrón en blanco y negro claro. La mayoría de los muebles eran de color negro, gris y blanco. En la amplia sala de estar, había un perchero, donde había colgado ropa con una docena de vestidos formales caros. Junto al perchero había varios hombres que se vestían de trajes esperando las órdenes de Tomás. Al ver a Lola entrando, Tomás, que estaba sentado en el sofá tranquilamente con un iPad en las manos, se levantó para darle la bienvenida de inmediato. "Lola, ven aquí y elige un vestido". Tomás la llevó al puesto de ropa. Al tocar el vestido, Lola pudo decir que esos vestidos eran de calidad. Los vestidos que usaba para las fiestas eran lo suficientemente elegantes, pero los que estaban frente a ella en ese momento eran aún más exquisitos. Lola comparó cuidadosamente esos hermosos vestidos en diferentes colores y escogió dos de ellos por fin, uno en blanco puro y el otro en rojo vivo. "Puedes probarlos en la habitación de arriba a la derecha. Te espero aquí". Luego Tomás se dirigió a los sirvientes y les ordenó para que guiaran a Lola. Lola asintió con la cabeza y siguió a los sirvientes para ir al segundo piso por las escaleras. "Esta habitación debería ser la habitación de Tomás". Pensó Lola. La decoración era del mismo estilo que el salón. El armario y el sofá eran de color blanco. Sobre la cama había una manta de color blanco cremoso, cuidadosamente doblada. Como no había tocador disponible en la habitación de Tomás, Lola se sentó en una mesa cercana.

Luego, tres diseñadores de estilismo se acercaron a ella poco después de que se sentara y comenzaron a hablar sobre el color del lápiz de labios y la sombra de ojos que iban a usar para combinar con el vestido de Lola. Dos horas después. Lola con un vestido rojo caliente se subió al coche de Tomás y se dirigió a la gala benéfica. En el primer piso del Hotel Telles. Una gala benéfica celebrada por el gobierno de la ciudad D y del País A estaba a punto de comenzar. Los miembros del personal del hotel estaban ocupados haciendo la preparación final para que esta fiesta se celebrara perfectamente, ya que todos los invitados eran súper ricos y famosos en la ciudad D y en el País A. No solo asistirían los magnates de negocios, las súper estrellas, sino también el presidente del país A. Por lo tanto, todos los camareros que servían esta noche fueron seleccionados de personal experimentado y pasaron por un entrenamiento exigente y un tiempo de evaluación de habilidades. Justo después de las 7 de la tarde, parejas de hombres y mujeres meticulosamente vestidos llegaron al hotel sucesivamente. Todos los camareros estaban en alerta a la vez. Se les pidió que proporcionaran a los huéspedes el mejor servicio. Varios minutos después, un hombre y una mujer entraron al hotel y llamaron la atención de todos. La mujer llevaba un largo vestido morado con delicado maquillaje en la cara. Su cabello estaba enrollado en un moño. Todos los detalles la hacían noble y elegante. Y el hombre, que estaba agarrado por ella, llevaba un traje elegante y un par de zapatos de cuero. Parecía fresco y arrogante. "¡Yolanda y Jorge son una pareja perfecta!"

"Sí, creo que sí, es como el príncipe y la princesa. Todos los internautas están hablando de ellos recientemente. Supongo que se van a casar". "¡Wow, estoy muy envidiosa de Yolanda, saliendo con el príncipe azul!" "Dios. No tengo oportunidad..." Al ver que Jorge entraba, un organizador de la fiesta se acercó de inmediato para darle la bienvenida. "Buenas noches, señor Jiménez y señorita. Moza. ¡Bienvenidos!" Hicieran lo que hicieran Jorge y Yolanda, siempre había ojos mirándolos con interés, envidia o algo más. Asintieron a ese hombre por cortesía y luego lo llevaron a la sección VIP. Jorge le pidió a Yolanda que se sentara para descansar y luego se fue con otros invitados para un compromiso social. Mirando a Jorge que estaba hablando con magnates de negocios y estrellas famosas con facilidad, Yolanda sonrió de felicidad. "Lola, ¿lo ves? Todas las personas piensan que soy la que pareja ideal para Jorge. ¿Dónde te escondes ahora?" Pensó con una burla. Varios minutos después, una voz baja pero audible desvió la atención de todos los invitados hacia la puerta: "¡El Presidente del país A se acerca!" Al oír eso, Yolanda, que estaba chateando con una mujer rica, se puso de pie de inmediato para mostrar su respeto al Presidente. La puerta del hotel se abrió lentamente. Luego apareció una mujer con un vestido rojo agarrando los brazos del hombre que iba vestido de traje negro. En realidad muchos invitados conocían a esta mujer. Su largo cabello negro estaba trenzado en una trenza complicada pero bien parecida, colgando sobre su espalda desnuda. Su ligero y delicado maquillaje y su brillante sonrisa la hacían atractiva. En ese largo vestido decorado con diamantes rojos, se veía muy hermosa.

Todo el mundo podía decir que el vestido brillante era realmente caro. Los tacones altos de cristal negro realmente le quedaban bien. Cogida de los brazos de un hombre noble, ella entró elegantemente en el vestíbulo del hotel. "¡Qué guapa es! ¿Quién es ella?" "¿Es esa Lola Hernández? ¿La hija de la empresa que se quedó en quiebra? ¿Cuándo se ha juntado con el presidente del País A?" "¿Lola Hernández? ¡Qué guapa es ahora!" ..... Al ver que Lola estaba con Tomás, Jorge agarró fuertemente la copa de vino que tenía en la mano. ¡Estaba furioso, mientras Lola sujetaba el brazo de otro hombre y aparecía en público! ¡Cómo te atreves! Lola! Tomás llevó a Lola a un pequeño escenario. Luego miró a los invitados bajo el escenario. Vio a Jorge, por supuesto, pero optó por ignorar la mirada enojada de Jorge. "Gracias a todos por asistir a esta gala benéfica ..." Hizo un breve discurso de apertura con voz suave. Mirando a la mujer que sostenía el brazo del presidente con una brillante sonrisa en el escenario, Yolanda apretó los puños con furia. "Lola, ¿cuándo te juntaste con el presidente? ¡Parece que te he subestimado antes! ¿Has predicho que Jorge está a punto de abandonarte, así que ahora vas a seducir al presidente?" Pensando Yolanda, estaba llena de ira en ese momento. Jorge estaba mirando su teléfono móvil cuando Yolanda se acercó a él. Ella se sintió aliviada. Pensaba que Jorge estaba tranquilo y no parecía darse cuenta de Lola. Todos los invitados volvieron a sus asientos después del discurso de Tomás. La

subasta comenzaría pronto. El primer artículo para la acción era una pulsera con kallaítas. Perteneció a una reina del Reino Unido. La oferta inicial fue de 100 000 USD. Era el alcalde de la ciudad D que finalmente la ganó con la oferta de 1 millón de USD. El alcalde le envió esta pulsera a su esposa enseguida. Al ver eso, muchos invitados comenzaron a adular al alcalde y alabarlo por su profundo amor por su esposa. Cuando se mostró el segundo elemento, los ojos de Lola brillaron con sorpresa. Estaba segura de que era exactamente el cuadro de lavado con tinta que se colgó antes en la pared de la sala de estar de la villa de la familia Hernández porque fue ella quien lo enmarcó. Esa pintura no fue dibujada por ningún pintor famoso, sino por su abuela fallecida. "Este es un cuadro de lavado con tinta de la difunta Catarina Gutierre. El precio inicial es de 50 000 USD". Tomás sabía que Lola quería esa pintura porque la había estado mirando fijamente desde que estaba exhibida en el satélite. "Cien mil." Fue Jorge quien comenzó la primera puja tranquilamente. "Quinientos mil." Jorge, que había estado mirando su teléfono móvil en las manos, hizo una oferta sin levantar la vista. "Un millón." Esa fue una competencia entre dos hombres poderosos. Todos los invitados quedaron asombrados por su intento y estallaron en un alboroto. Esa pintura no valía un millón de USD en absoluto, pero la oferta continuaba. "Dos millones." Al escuchar la oferta de Jorge, Yolanda en secreto le tiró de la manga a Jorge para recordarle que la pintura no valía tanto dinero. "Cinco millones." Tomás lo siguió sin dudarlo.

"Diez millones." Jorge siguió con la oferta de Tomás. Al escuchar la oferta de Jorge, los invitados parecían estar más emocionados y también confundidos. Todos sabían que Jorge y Tomás estaban compitiendo por algo. Su discusión se hizo cada vez más acalorada. "¿Por qué demonios están luchando el Sr.Jiménez y el Presidente Herrero?" Minutos después, una voz surgió y sorprendió a todos, "Veinte millones". Lola tiró ligeramente de la manga de Tomás y susurró: "Esta pintura no vale tanto dinero".

Capítulo 71 Comenzó a luchar La abuela de Lola no era maestra de la pintura. A Lola le importaba esa pintura, solo porque su abuela significaba mucho para ella. Mirando a la pequeña mujer ansiosa junto a él, Tomás Herrero sonrió y dijo: "No importa. Si lo quieres, te lo compraré". "No hay necesidad de competir con Jorge. Deja que lo tome. No gastes demasiado dinero en cosas indignas". Lola miró a la espalda de Jorge y se mordió el labio inferior. ¡Qué tonto es! ¿El dinero quema en el bolsillo? "Treinta millones." Jorge levantó su remo de nuevo. Esta vez, Tomás Herrero no lo siguió. Con la caída de un martillo, el subastador dijo: "¡Treinta millones, última oportunidad! ... Licitante No. 6, Sr. Jimenez. ¡Felicidades!" Durante la siguiente subasta, Tomás Herrero ofreció una antigüedad de la dinastía Qing por veinte millones. Jorge tomó una pintura al óleo de un famoso artista francés del siglo XVII con una oferta de cincuenta millones. Su esplendor dejó a todos sin palabras. Después de la subasta, Lola y Tomás Herrero se despidieron de los invitados con una sonrisa. Lola sintió que su rostro se estaba congelando. Al fin se fue todo el mundo. Lola y Tomás salieron del hotel escoltados por varios guardias detrás de ellos. Cuando se acercaron al estacionamiento, Lola relajó su agarre, sacó su teléfono en silencio, echó un vistazo rápido al mensaje y lo volvió a guardar. Al ver su ligero movimiento, Tomás solo sonrió y no dijo nada. En el estacionamiento. El Maybach negro se detuvo abruptamente en el camino y un hombre se puso casualmente la chaqueta del traje en el hombro y se aflojó la corbata. Las colillas

de cigarrillos al lado de sus pies mostraban que llevaba mucho tiempo esperando. Jorge hizo un anillo de humo, viéndose desanimado pero guapo. Tomás miró su propio coche. El caso era que su automóvil podría salir solo si Maybach se marchaba. ¡Parecía que el hombre estaba tratando de causar problemas! "Sr. Jiménez, ¿podría por favor mover su carro? ¡Gracias!" El chófer de Tomás, con gran respeto, le preguntó al hombre frío que estaba delante. "Lo haré si ella me pide que haga eso". Jorge tomó la última bocanada y apagó el cigarrillo. Luego señaló a Lola, que tenía puesta la chaqueta de Tomás sobre sus hombros. "Eh..." El chofer miraba avergonzado al presidente y no supo qué hacer. "Sr. Jiménez, ¿no tiene prisa por regresar y acompañar a la señorita Moza?" La mujer a su lado se puso rígida cuando Tomás abrió la boca. Sí, ¿cómo podría ser tan estúpida esperar que este hombre viniera por ella? "No hay necesidad de acompañar a otras mujeres. Estar con mi esposa será suficiente. Pero, Sr. Herrero, ¿no hay ninguna mujer en el país A? ¿Por qué tiene que molestar a mi esposa? ¿Quiere que le envíe una docena de mujeres?" Jorge encendió otro cigarrillo y dio una bocanada. Tomás Herrero sonrió: "Gracias, pero no es necesario. Las mujeres están en todas partes, pero solo hay una que es de mi gusto". Sus palabras le sacaron la última paciencia a Jorge. Lola miró las colillas y miró a Jorge. Entonces ella se dirigió hacia él. Ella le quitó el cigarrillo y lo tiró al suelo mientras lo observaba. Luego apagó el cigarrillo con sus tacones negros. "No se me permite fumar. ¿Por qué sigues fumando aquí? ¿Por qué?" ¿Podría ser cierto el viejo dicho: un hombre puede robar un caballo mientras que otro puede no mirar por encima de un seto?

Esto era la diferencia entre Yolanda y Lola. Yolanda persuadiría a Jorge para que dejara de fumar. Pero ella nunca se atrevía a subir y hablar con él de esta manera. Por el contrario, la temperamental Lola podía correr directamente hacia él para quitarle su cigarrillo sin palabras amables. Jorge miró la colilla en el suelo. Pero él no estaba irritado. Se volvió hacia Tomás y le preguntó: "¿Estás decidido a acosar a mi esposa?" Tomás Herrero, que siempre era maduro y encantador, sonrió. "No es así. En realidad, Lola quiere ser actriz y sucede que puedo ayudarla a cumplir el sueño. Soy totalmente diferente de alguien que se preocupa por su ex novia en lugar de su propia esposa. ¡Qué ridículo!" Lola solo podía ver una figura destellando a su lado cuando una chaqueta con un olor familiar cayó en sus brazos. Al mismo tiempo, los dos hombres de allí comenzaron a pelear... Los guardias de Tomás se acercaron de inmediato para separarlos. Tomás y Jorge ambos recibieron puñetazos del otro y sus caras estaban magulladas. Se miraban el uno al otro enojados. Lola tiró la chaqueta de Jorge y la chaqueta cayó sobre el suelo, "¡No seas tan infantil!" Luego se fue con sus tacones de 3 pulgadas. "¡Ustedes dos pueden continuar y la gente de todo el mundo se reirá de usted mañana por la mañana!" Uno era el presidente del País A y el otro era director general de una empresa, luchando por una mujer. ¡Era extremadamente ridículo! Ella se adelantó llena de resentimiento. Clip-clop, clip-clop, clip-clop ... "Señor Herrero. ¡Por favor, manténgase alejado de mi esposa de ahora en adelante!" "¡Si no puedes cuidarla adecuadamente entonces no prometo nada!" Jorge, que se enfadó bastante con la intención de correr hacia Tomás, y Tomás estaba también listo para contraatacar. Los guardias se apresuraron a detenerlos y tres de ellos tuvieron a Jorge y lo

llevaron de vuelta al Maybach. Un guardia rechoncho dijo con tacto: "Sr. Jiménez, ¡la señorita Hernández se ha ido sola! Hace frío y todavía lleva puesto un vestido. ¡Me temo que es un poco peligroso! Después de que Maybach salió del estacionamiento al galope, el chófer miró a su alrededor con cuidado para verificar que no había reporteros. Luego el chófer acompañó a Tomás al coche y llamó a Naomi Borrás, pidiéndole que se quedara en la villa de Fuente Perla. Lola caminaba enojada en el camino. Su vestido rojo y su hermoso rostro atrajeron la atención de muchas personas. Aquellos que querían entablar una conversación con ella estaban todos asustados por su mirada enojada. Cuando otro hombre quiso volver a intentarlo, un lujoso auto se precipitó y se detuvo en la carretera. Luego todos vieron que un hombre se llevó a la belleza hasta el asiento del pasajero del auto y luego el auto se alejó al galope. Todos suspiraron: ¡Perdedores como son, no se entenderá el mundo de los ricos! "Lola, ¿cómo te atreves? ¿Quién te dio el permiso para presentarse con un hombre en público?" Jorge bloqueó las puertas del coche para que Lola no pudiera escapar. "¡Jorge, no tienes derecho a juzgarme! ¿No te quedaste con otras mujeres en público? Y hasta la trajiste a casa. ¿Te gustaría estar rodeada de mujeres?" Lola alzó la voz enojada. ¡Este hombre era realmente una persona con mucha cara! Él asintió como si estuviera pensando en algo, "¿Rodeado de mujeres? Em, buena idea". "Eres... un bastardo, déjame salir del auto!" Al ver que Jorge lo pensaba seriamente, Lola estaba tan furiosa que rompió en maldiciones. "¡No vuelvas a hablarme así, Lola!" En los últimos años, los que se atrevieron a maldecirlo terminaron en tragedia. Necesitaba pensar en cómo castigarle. "¡No volveré contigo!" ¿Cómo podía que esa mujer dormía complacientemente

con su esposo en su casa después de matar a su bebé? El hombre se burló: "¿Por qué? Desde que te hiciste amigo de Tomás Herrero, ¿querías tener una aventura con él?" Las palabras satíricas de Jorge hicieron que los ojos de Lola se pusieran rojos. "¿Y qué? ¿No me estás engañando?" Lola estaba segura de que ya se habían acostado juntos.

Capítulo 72 Os haré un favor Jorge se burló con desdén. ¿Estaba engañándola? "¿Qué pruebas tienes para decir que te estoy engañando?" ¡Esta mujer era una idiota ridícula! "¿Qué pruebas tienes para decir que aborté a mi hijo?" Lola siempre había querido hacerle esta pregunta. ¿Qué le hizo estar tan seguro de que abortó a el niño a propósito? "¿Prueba?" Enfurecido por el tema del niño abortado, Jorge detuvo el auto. "El registro, la lista de diagnóstico y firma de operación en el hospital, ¿no es suficiente?" Se desabrochó el cinturón de seguridad, salió del auto y también sacó a Lola. ¿Registro? ¿Firma? Lola estaba confundida. ¡Yolanda realmente se dedicó a preparar estas "pruebas"! Un poco distraída, Lola no se resistió cuando Jorge la empujó hacia el asiento trasero. El hombre intentaba cabalgar sobre ella. "Lola, mataste a mi hijo, debes darme otro. ¡No! Uno no puede compensarme. ¡Deben ser diez!" ¿Diez? ¿La tomaba como una máquina? ...... En medio de la noche, la perezosa Lola sentía que la metía en la cama. Atrapada bajo el peso de un cuerpo pesado, ella ejerció toda su fuerza para echar al hombre de la cama. "¡Vete!" Jorge cayó al suelo y se levantó de nuevo. Lívido de rabia, Jorge fijaba sus ojos en la mujer medio dormida. Jorge se arrojó sobre Lola sin vacilación. Al día siguiente, Lola se despertó cuando sonó el teléfono de Jorge. Ella solo vio a Jorge levantarse después de contestar el teléfono con un zumbido. Lola también se levantó. Pero las dos personas no se dijeron nada entre sí.

Después de lavarse, Jorge bajó las escaleras primero y Lola lo siguió. Yolanda había estado esperando en la mesa del comedor. Al ver a Jorge, ella le hizo señas a la Sra. Pepa para que le sirviera el desayuno. Cuando el desayuno estaba casi terminado, el timbre de la villa sonó y la Sra. Pepa fue a abrir la puerta. Era el asistente Sánchez, quien entró mientras intercambiaba saludos con la Sra. Pepa. "Jefe, los tres autos han sido arreglados. Puedes cogerlos ahora". Sánchez sacó tres llaves del auto y los documentos de su maletín. "Tu último Maybach, en el mundo solo hay dos. Esta es la llave del rojo Buggati Veyron de la señorita. Y esta es la llave del Ferrari de edición limitada de la señorita Moza". Sánchez colocó las llaves al otro lado de la mesa, dio un paso atrás y estaba preparándose para irse, en este momento, Lola abrió la boca. "Espera un momento, Sánchez, ¿quién es la propietaria de Ferrari?" Lola caminó hacia el otro lado de la mesa y tomó una de las llaves. "Mi Señora, como lo ordenó el Jefe, es en nombre de la Srta. Moza." Sánchez se secó el sudor. Algo estaba pasando mal. "¡Gracias, Jorge! Siempre he tenido ganas de conseguir este auto". Yolanda estaba tan feliz que tomó la mano de Jorge. Lola miró fríamente a sus manos cogidas. "Jorge, cambia el nombre. ¡Podría ser de cualquiera excepto ella!" La sonrisa en la cara de Yolanda al instante se convirtió en queja. Ella sostenía la mano del hombre aún más fuerte. Jorge, tranquilamente, terminó su último bocado de desayuno y se limpió la boca. "¡No!" El tono afirmativo estaba fuera de toda duda. Al escuchar su respuesta, Lola se rió entre dientes. "¿¡No!? ¡Bien! ¡Desde hoy en adelante, ya no viviré en esta casa! ¡Os haré este favor!" Arrojó la llave en la mesa, y sus ojos firmes se fijaban en Jorge. En la mesa de ébano aparecieron algunos rasguños al instante, pero a nadie le

importaba. El aire estuvo congelado por el momento. La señora Pepa estaba ocupada con sus tareas. Sánchez ni se atrevía a levantar la cabeza, esperando órdenes. Yolanda aún sostenía la mano de Jorge con fuerza. "¡No!" Jorge insistía en su decisión, diciéndole a Lola que subiera a empacar sus cosas de inmediato. Bien, a nadie le importaba, no pasaba nada, pero de todos modos eso lastimaba sus sentimientos. Cuando Lola regresó a su habitación, Jorge limpió elegantemente sus labios finos y sensuales y le ordenó: "Sánchez, cambia la propiedad del Ferrari a nombre de Lola". ..... Todos se quedaban asombrados. Yolanda contenía su cara de regocijo y gritó con voz afligida: "Jorge, sabes que no me importa el auto ... ¡Pero no me avergüences así!" Sin decir ni una sola palabra, Jorge retiró su mano de la de ella, se levantó y subió las escaleras. Cuando Jorge abrió la puerta, Lola estaba arrojando las dos tarjetas bancarias que le había dado Jorge sobre la mesa. Al ver que Jorge estaba entrando, Lola salió con su bolso. "No quiero nada de lo que me has comprado. Por favor, retire toda la propiedad de mi nombre". "La ropa que llevas ahora también también te la compré yo". El hombre habló tranquilamente, de pie en la puerta, mirándola con una expresión de calma. "¡Tú!" Lola estaba tan enojada que sus ojos se pusieron rojos. "La tomo prestada, ¿de acuerdo? ¡Te la devolveré!" ¿Cómo se había vuelto tan desgraciada que ni siquiera tenía ropa? "¡No! Para salir hoy por esta puerta, debes quitarte la ropa. ¡Y tu ropa interior también! porque también te la compré yo" Lo que quería decir era que, si insistía

en salir, ¡ella tenía que salir desnuda! Lola miraba al hombre auto-poseído. Él tenía la intención de humillarla. "¡De acuerdo, lo haré! ¡Entonces no me culpes por llamar a otro hombre!" ¡Lola lo hizo aposta, ella estaba dispuesta a llamar a otro hombre! Lola sacó su teléfono celular de su bolso, lista para sus contactos. Pero Jorge se lo quitó, y con un gesto de la mano, la sujetaba contra la puerta. "¿Pretendes llamar a Tomás Herrero? ¿Hum?" Jorge presionaba su mano izquierda contra la puerta, y pellizcaba su pequeña barbilla con su mano derecha, acercándose a ella. "Yo no me meto en tus asuntos, Y tú no te preocupes por el mío". Lola atrapó su palma, tratando de deshacerse de él. "¡Lola, bien por ti! Has matado a mi hijo. ¿Quién te da el derecho a ocuparte de mis asuntos?" Jorge fríamente miraba a la malvada mujer frente a él. "¿Cómo sabes que es tu hijo?" Lola sonrió y lo miraba con desprecio. Al escuchar su respuesta, Jorge se volvió frío por completo, y miraba directamente a la mujer. "¡Provocarme no te hará nada bueno!" Si ella se atreviera a tener hijos para cualquier otro hombre, ¡él la habría matado! Lola estaba asustada por su fría mirada y no podía menos que temblarse. "Jefe Jiménez, por favor, déjame ir, tengo cosas que hacer hoy!" Lola había hecho una cita con Tomás la noche anterior. No podría llegar tarde a la entrevista con la compañía de entretenimiento. "¡Si no vuelves, Lola, verás lo que te espera! ¡Tu esposo te dará una lección!" Jorge rió cuando terminó sus palabras. Lola también se rió. Luego le echó los brazos al cuello y besó sus delgados labios. Para besar a Lola, Jorge movió su mano de la barbilla de Lola a la parte posterior de su cabeza. La mujer avanzó unos pasos y el hombre retrocedió. Con una mirada astuta, Lola mordió el hombre en el labio sin piedad. Jorge soltó sus grandes manos con dolor. Ignorando la boca sangrante del hombre, Lola

escapó de sus brazos y salió corriendo por la puerta.

Capítulo 73 Hazla famosa a cualquier costo Cuando Lola bajó las escaleras, Sánchez se había ido y Yolanda estaba considerando algo con una mirada hosca. Al ver a Lola correr hacia abajo, Yolanda la miró con resentimiento. "Estoy de buen humor ahora. Si quieres ese auto, ¡cógelo!" Ella salió de la villa después de arrebatar la llave de su coche. No, mejor dicho, ella quería escapar de ese hombre. ¡Ja, ja, ja! En la villa, Yolanda pensaba que era el momento adecuado para dar el siguiente paso, con su mano derecha tocando la mesa. "Lola, todavía no he terminado contigo, ¡no dejaré hasta que te vayas de la vida de Jorge para siempre!" pensando Yolanda. En Raymond Entertainment Company. Esta era una de las dos compañías de entretenimiento gigantes en la ciudad D. El otro era JH Entertainment. Se decía que el jefe del primero era del País A, mientras que el jefe de este último era desconocido. Cuando llegó a Raymond Entertainment, había algunas mujeres en fila esperando para la entrevista de trabajo. Eran todas mujeres impresionantes con su propio encanto. Aunque algunas de ellas se habían sometido a alguna cirugía estética, en la era de hoy, muchos famosos también se había sometido a la cirugía. Esas candidatas miraban a Lola, que llegó apresuradamente, tras observarla un poco, se dieron la vuelta para reanudar su preparación para la entrevista. En ese momento, Lola recibió un mensaje que decía: "Distinguida Sra. Hernádez, ¡hola! Recoja su Ferrari y Buggati Veyron en nuestra cadena de tiendas en el número 8 de la calle Bosque. Con su tarjeta de identificación antes de las 5:00 de la tarde. Gracias. ¡Le deseo lo mejor!

¿Ferrari y Buggati Veyron? ¿Jorge cambió la propiedad de Ferrari? Ella sonrió, sintiendo que pronto derrotaría a esa mujer. Pronto, fue el turno de Lola. Cuando entró con su currículum vitae, varios entrevistadores compartieron un acuerdo tácito y comenzaron a hablar en voz baja. Tal vez, habían sido instruidos por Tomás Herrero antes. Siendo la beneficiaria del nepotismo, Lola se sentía un poco avergonzada... Por lo tanto, ella se esforzó al máximo en su actuación de la entrevista. Aunque no había bailado durante mucho tiempo, no estaba fuera de la práctica. Su encantadora danza y la luz en los ojos... eran extremadamente perfectas. Como esperaba, uno de los entrevistadores le dijo que comenzara a trabajar al día siguiente y que se preparara para interpretar un papel. Lola se sorprendió al saber que podía participar en un drama en el primer día de trabajo. Estaba un poco arrepentida por haber recibido la oferta con ese tipo de tratamiento diferencial, lo que definitivamente daría lugar a rumores y chismes sobre ella. Bueno, como ella había estado allí, decidió hacer todo lo posible. Lola se agachó para agradecer a los entrevistadores y salió de la sala de entrevista mientras los entrevistadores asintieron con cabeza a ella. "Ella tiene muchos contactos. ¡Nos han ordenado hacerla famosa a cualquier costo!" Uno de los entrevistadores ajustó sus gafas para ver el currículum vitae de Lola. "¿Está bien? No hemos tenido tales cosas en nuestra compañía antes. ¿Quién es ella?" "Ella tiene una formación sobresaliente en educación, pero nunca antes había recibido ese tipo de órdenes de la gerencia. ¿Puede ser una amante de alguna figura clave?" ......... Lola se fue en taxi, porque iba a recoger el coche por la tarde.

Cuando llegó a la tienda, varios empleados la recibieron con gran entusiasmo. "Hola, bienvenida a nuestra tienda. ¿En qué puedo ayudarle?" Debían brindar un servicio sobresaliente, ya que los clientes que venían aquí eran todos millonarios. "Estoy aquí para recoger mis nuevos coches". Lola sacó la llave de la Buggati Veyron de su bolso con una sonrisa. "Está bien, ¡por favor muéstrenos su tarjeta de identificación!" Lola pasó su tarjeta de identificación al personal y fue invitada a una sala VIP, donde se le sirvió una taza de zumo recién exprimido. En menos de dos minutos, el personal regresó y dijo: "¡Hola, Sra. Hernández, sígame, por favor!" El personal la llevó a un salón de exposiciones y se detuvo frente a dos autos de lujo cubiertos con tela de seda. El personal bajó la tela de seda para mostrar el Buggati Veyron rojo brillante, que atrajo la atención de todos los presentes. El coche tenía una forma única con una cabeza redonda, de color rojo brillante con algo de negro. Con el paquete premium, la única desventaja del auto que Lola pudo encontrar era su extrema visibilidad. Si la vieran conduciendo este auto, pensarían que era una chica rica o que un hombre rico la estaba manteniendo... Eso tenía sentido, después de todo, ya que parecía que Jorge la estaba manteniendo. ¡Probó el Buggati Veyron y era excelente! Luego, el personal la llevó al otro automóvil, que también estaba cubierto con un paño de seda. Cuando se bajó la tela, apareció una edición limitada del color blanco de Ferrari, Que provocó varios comentarios. "¿Qué hace ella? ¿Cómo podría pagar el enorme precio de estos dos supercoches?" "¡Oh, Dios mío! ¡Son tan increíbles!" "Ella no parece una amante con su temperamento. ¡Así que probablemente tiene

un padre muy rico!" ..... "He olvidado la llave del Ferrari. La recogeré cuando esté libre", dijo Lola al personal antes de que saliera de la cadena y dejó atrás a la envidiosa multitud. ¡Dijo eso en un tono tranquilo como si expresara que no estaba de buen humor. Estaba bien. Aunque Jorge compró el auto y le cambió la propiedad, ella no quería recogerlo antes de sentirse bien. Sin embargo, nunca se sentiría bien si Yolanda todavía estuviera allí. Condujo el supercoche hacia el centro comercial Isla Azul. Como al día siguiente comenzaría su carrera como actriz, debía prestar atención para vestirse. ¡Pero fue ella quien rechazó la tarjeta y la dejó en casa por la mañana! Aunque estaba cerca del Grupo SL, aunque se sentía renuente, todavía se dirigía a la compañía para buscar a Jorge. ¡Pero su inconsistencia era como golpearse a sí misma en la cara! Después de estacionar el auto bien en la puerta del Grupo SL, Lola salió. Ella entró en la empresa, presenciada por otros con envidia y complejidad. Pero muchos la saludaron todavía, y ella les devolvió la sonrisa. Ella vino directamente al piso del CEO. ¡Esos secretarios sabían quién era ella! Entonces la llevaron a la oficina y le dijeron que tenía que esperar un tiempo hasta que el CEO terminara su reunión. Lola se sentó en el sofá y caminó por la espaciosa oficina de Jorge para matar el tiempo. Ella empujó otra puerta para abrirla, donde el glorioso sol se reflejaba en la amplia cama para la residencia temporal. En el armario se ponían ropa y zapatos de Jorge. En ese momento, la puerta de la oficina se abrió, y Lola salió del salón. Después de colocar sus documentos en el escritorio, Jorge miró a la mujer que salía del salón y se acercó a ella. ¡La marca de mordida en su boca era un recordatorio constante para él de lo que la mujer había hecho esa mañana!

"Tengo mi razón para venir aquí. Jefe Jiménez, necesito tu ayuda". dijo Lola, un poco sonrojada en las mejillas mientras miraba a Jorge, que era extremadamente atractivo, como siempre vestido con traje y corbata. "¡Di!" Se sentó en el sofá a su lado, elegantemente con las piernas cruzadas.

Capítulo 74 Lanzar el dinero en la cara de Jorge Acababa de arrojar las tarjetas bancarias sobre la mesa por la mañana y ahora vino aquí otra vez ... "Quiero comprar algo". Lola dijo descaradamente. Por cierto, los dos pequeños moretones en sus labios eran muy divertidos... "¿Es tan gracioso?" Jorge era valiente para asistir a la reunión con las marcas de mordedura. Al ver la expresión retorcida de los ejecutivos que intentaban contener la risa, Jorge quiso reducir sus bonos este mes a la mitad. "¡En efecto!" Lola se tocó la nariz y respondió con la verdad. Jorge respondió con una mirada asesina en sus ojos. "Comprar algo, ¿verdad?" El hombre se apoyaba en el sofá y miraba tranquilamente a la mujer que tenía delante. ¡Realmente quería matarlo por su arrogancia! "¡Sí! ¡Ya que has cambiado el nombre de Yolanda por el mío, por eso he venido a buscarte!" Ella parecía indefensa. "¡No hay problema!" Cuando Lola fue llevada a la cama grande en el salón de la oficina de Jorge, se juró a sí misma. Maldita sea, ella debía ganar mucho dinero en el futuro y arrojar dinero a la cara de Jorge, ¡estaba vendiendo su cuerpo para poder conseguir el dinero! Cuando Lola se subió al auto, agarrando una tarjeta VIP dorada, ¡quería llorar! ¡Ser torturada por unas horas! ¡Este fue el precio de la tarjeta! ¡El punto era que la tarjeta estaba registrada a su nombre! Jorge le dijo que era el beneficio neto del centro comercial Isla Azul en los últimos dos meses... En el centro comercial Isla Azul.

Cuando Wendy salió del trabajo, Lola la llevó al centro comercial para ir de compras. Wendy no tenía más remedio que acompañar a la esposa de su jefe. "¡Wendy, vamos a cenar juntas!" Lola se estaba probando un par de botas de tacón alto, ¡le quedaba muy bien! "¡Lo siento, no puedo! El niño al que estoy enseñando va a tomar el examen nuevamente. ¡Tengo que pasar dos horas más dándole clases hoy!" Recientemente, Wendy se convirtió en gerente del centro comercial con la ayuda de Lola. ¡Con el aumento de los ingresos, no tenía que hacer varios trabajos de medio tiempo al mismo tiempo! "¡De acuerdo! ¡Entonces regresaré sola!" Su plan para comer juntas se echó a perder. "Oh, ¿por qué no recuperas tu motocicleta? ¡La he estado manejando durante mucho tiempo!" Wendy recordó algo importante. Lola agitó la mano y dijo: "Puede que ya no la necesite. ¡Quédate con ella!" ¡Montar en una motocicleta al rodaje podía parecer bastante extraño! "¿Por qué? ¿No vas a salir?" Wendy inclinó la cabeza y miró a Lola, que se estaba quitando las botas. Era un poco imposible. ¡Ella no era esa clase de persona! "¡He ido a una entrevista en una compañía de entretenimiento hoy y mañana tendré el rodaje!" Lola se alegró de compartir las buenas noticias con su mejor amiga. "¡Felicidades! ¡Al fin vas a cumplir tu sueño!" El último sueño de Lola era estar en el escenario mundial. "Gracias. Pero en realidad es bastante vergonzoso. He tirado de algunas cuerdas, ¡ay!" Ella susurró al oído de Wendy. "No importa. Puedes trabajar duro en el futuro. Además, todo el mundo usan sus contactos, mira, yo, me he convertido en la gerente gracia a ti, ¿no es así?" Sosteniendo el brazo de Lola, Wendy exclamó contra la injusticia de esta sociedad.

Lola se sintió aliviada después de un segundo pensamiento. Luego empacó las botas y se despidió de Wendy. Cuando Lola volvió a la villa llevando todo tipo de bolsas de la compra, Yolanda estaba mirando su teléfono móvil en la sala de estar. Al ver a Lola, Yolanda puso los ojos en blanco y siguió jugando con su teléfono. Lola puso las bolsas en las escaleras, con la intención de pedir a la Sra. Pepa para que las llevara hacia arriba. Pero, abandonó esa idea en seguida ya que la señora Pepa estaba ocupada preparando la cena en la cocina. Así que Lola se rindió y estaba lista para hacerlo sola. "¡Oh, la señorita Hernández depende de Jorge otra vez!" Yolanda no apartó la vista de su teléfono móvil. Lola puso los ojos en blanco. "¡Tienes que saber una cosa, Jorge es mi marido! Puedo depender de él si quiero. ¡A diferencia de ti, la perra viciosa, te quedas en la casa de otras personas todos los días, arruinando el matrimonio de los dueños!" Ella hizo hincapié en la palabra "perra". Yolanda arrojó su teléfono móvil al sofá y caminó hacia las escaleras, lista para discutir con Lola. Antes de que Yolanda comenzara a hablar, la puerta de la villa estaba abierta desde el exterior. Era Jorge. "Lola, no me iré a menos que Jorge me lo pida!" Lola se sorprendió de ver cómo Yolanda de repente puso una cara tan descarada. ¡Era este un talento imprescindible para una actriz! "¿Qué está pasando aquí?" Jorge miró a las dos mujeres por las escaleras mientras se cambiaba los zapatos. "¡Jorge, mejor me marcho! Esta mujer me maldice todos los días y me llamó perra viciosa. ¡Ya no puedo soportarlo más!" Yolanda se acercó y habló débilmente, completamente diferente a lo dominante que solía ser. "¡Bien! ¡Vete lo antes posible! ¡No estás bienvenida aquí!" Mirando con desdén sus trucos, Lola dejó escapar su pensamiento interior.

"Jorge..." Con los ojos enrojecidos, Yolanda bajó la cabeza deprimida. Jorge miró a las dos mujeres. "¿No planeas trabajar para JH? He comprado un apartamento en la ciudad. ¡Puedes mudarte allí ahora!" Sacó un juego de llaves de su maletín, lo puso sobre la mesa y luego le dijo a Yolanda la dirección. Jorge tomó las bolsas de las manos de Lola y subió las escaleras. JH Entertainment Company. ¿Yolanda se iba a instalar en la ciudad D? ¡Eso no sería algo bueno! "Jorge, ¿vas a allanar el camino para todo su futuro? Ella era una superestrella, ¿no puede comprarlo ella misma?" Mirando al hombre que estaba en el piso de arriba, Lola no pudo entender en qué pensaba. "Sólo es un apartamento". Jorge miró a la enojada Lola con una mirada desconcertante. ¿No era ella quien le acababa de pedir a Yolanda que se fuera? ¿Por qué estaba tan enojada ahora? Si el corazón de una mujer era una aguja en el fondo del mar, ¡debía estar en Mariana Trench! "¡No le des nada, ni siquiera un apartamento!" Dijo Lola arbitrariamente, tirando del hombre para evitar que subiera las escaleras. Llegaron a un punto muerto. "Lola, no puedes ser tan infantil" Jorge miró la pequeña mano que tiraba de su muñeca. Realmente no había nada que él pudiera hacer con ella. ¿Ella era infantil? Bueno. Lola tomó lo que tenía en la mano, la llave del apartamento, y salió rápidamente. "¡Ustedes dos, sigan coqueteando, me iré!" Cuando Lola se estaba cambiando los zapatos, Jorge la observó y cerró los ojos con irritación. ¿Qué debía hacer para evitar que esta mujercita le causara problemas? ¡Como quisiera! Yolanda se regocijó muco ante la salida de Lola por la puerta. ¡Esto era exactamente lo que ella quería! Antes de que Lola subiera a su automóvil, echó un vistazo a la puerta cerrada de la villa. Le entristecía que Jorge ni siquiera le pidiera que se quedara. Ella se alejó en su Bugatti Veyron.

En la dirección mencionada por Jorge, Lola presionó el botón del ascensor para el piso 28. En lugar de utilizar la huella digital, Lola abrió la puerta del apartamento con la llave. Con una superficie de más de 200 metros cuadrados, el apartamento estaba perfectamente amueblado con electrodomésticos de alta calidad. "¡Humph! ¡Jorge, debes haber comprado este apartamento para mantener una amante!" A Lola le dolía el corazón. ¿No era la Fuente Perla No.8 una mejor opción para que hiciera eso? "¡Bien, te daré la oportunidad y no tengo que ver a esa perra viciosa todos los días! Yo tampoco te avergonzaré. Heh. ¡Jorge, bien por ti!"

Capítulo 75 Se convirtió en un éxito Lola escogió una habitación con balcón, sacó un juego de sábana desde el armario e hizo la cama para ella misma. También puso los cosméticos recién comprados en el cuarto de baño. Después de terminar todo el trabajo, sentía hambre. Todos los enseres de cocina estaban bien preparados. Pero el problema era ... ¡No sabía cocinar! A regañadientes, Lola cogió el bolso y salió, tratando de encontrar un lugar para cenar. Mientras comía, Lola todavía estaba pensando si era demasiado estúpida que salió de la villa en lugar de echar a Yolanda de la villa. Antes de acostarse, Lola miró su teléfono celular, pero resultaba que no recibió ningún mensaje... Sólo en Twitter, vio muchos mensajes privados enviados por los internautas, ninguno de los cuales fue enviado por Jorge. Lola decidió dejar de pensar en Jorge, y se preparó para dormir. Al día siguiente, Lola, que vestía un traje blanco y una chaqueta larga negra, fue a la oficina para encontrarse con el director. Howard Cruz, el director de cine, hacía años se hizo famoso de la noche a la mañana por hacer una película con el tema de un terremoto. Hoy en día se contaba entre los directores más importantes. Era franco, pero de naturaleza temperamental. Al ver venir a Lola, el director se mostraba satisfecho. "Este es el guión. Léelo. Tu participación en la obra no es mucho, solo algunos diálogos en los primeros episodios. Eres novata. Veamos cómo te va para decidir el trabajo después ". Lola asintió con la cabeza para agradecerle y se fue a leer el guión a un lado. Un rato después, una mujer se acercó a Lola. Se puso un traje de negocios y parecía que tenía unos treinta años. Al ver a Lola, dijo, "Señorita Hernández, soy Mona Cruz, la hermana de Howard Cruz. ¡Serviré como su agente de ahora en adelante!" Lola se levantó en seguida y le dio la mano a Mona, "¡Mona, un placer

conocerte!" Mona observaba a Lola y asintió con la cabeza con satisfacción. A pesar de que Lola recibió privilegios, ella parecía amable y simpática. Sin embargo, no se sabía cómo sería su desempeño del papel, porque no hizo el casting. Pero al parecer, eso no era nada importante. "Después de que termines el guión, le llevaré a la empresa para el siguiente trabajo". Mona se sentó a su lado, en caso de que Lola quisiera hacer algunas preguntas, siempre preguntaba a Mona sin vacilación. Las dos personas se llevaban muy bien. Mona le explicó brevemente esta telenovela. Los protagonistas eran Manolo Camela y Yolanda Moza. ¿Manolo Camela? ? ? ¿Yolanda Moza? ? ? ¡Qué mundo más pequeño! Lola consideraba su papel en la obra: tendría que trabajar con Yolanda en dos episodios y con Manolo en tres episodios... Pero, afortunadamente, actuaría como una concubina imperial llamada LingNing, que era nada importante... Por supuesto, Manolo desempeñaría el papel del emperador, y Yolanda jugaría el papel de la emperatriz... El rodaje comenzó hacía tres días, pero la actriz original de LingNing tuvo que renunciar por un accidente de tráfico. Lola solo tendría un episodio hoy. Cuando ella y otras concubinas imperiales admiraban las flores en el Jardín Imperial, solo tenía que hablarle al emperador, "Viva Mi Majestad". Entonces terminaría su trabajo de este día, y luego comenzaría un nuevo episodio diez días después. Cuando Manolo llegó, se había cambiado de ropa y se había maquillado. Ahora se parecía a un emperador verdadero. Su mirada maliciosa de costumbre se volvió tan digna y elegante que los fans y las actrices se sonrojaban al verlo. Lola trató de esconder su cara detrás del guión. Afortunadamente, Manolo, con toda su atención puesta en Yolanda, no prestó atención a ella. Pero cuando levantó la cabeza para saludar al emperador, se encontró con las miradas de Yolanda, quien echó una sonrisa irónica a ella mostrando desdén.

Sin hacerle mucho caso a Yolanda, Lola terminó el trabajo de hoy y regresó a la compañía con Mona. Mona le dijo a Lola que acababa de organizar un anuncio para ella. Pero la compañía de la publicidad todavía estaba dudando, porque Lola era nueva. Esta compañía era una empresa grande y sus ideas publicitarias eran creativas. Si Lola obtenía esta oportunidad, no podría haber una mejor oportunidad para su carrera en el entretenimiento. Así que Lola y Mona fueron juntas a negociar con la compañía, y tardaron toda la tarde hablando con esta empresa, la cual aceptó finalmente firmar un contrato considerando que Lola era atractiva y que su apariencia y su estilo coincidían con el personaje del anuncio. Estaba solo en el comienzo, entonces Lola no estaba muy ocupada. Regresó al apartamento después de hablar sobre la cooperación publicitaria. Después de comer fideos instantáneos, ella cogió el guión y comenzó a leer con gusto. Como solo tenía algunas escenas en la serie de telenovela, Lola comenzó a trabajar en la publicidad al día siguiente. Lola pasó todo el día tomando fotos publicitarias, en las que sus expresiones faciales y sus emociones eran perfectas. Como era amable Lola, todos estaban satisfechos y dispuestos a hablar con ella. Por lo general, se llevaban muy bien entre Lola y los trabajadores. Durante toda la semana, Lola se ocupó de la publicidad, y Jorge también no vino a buscarla durante tantos días. Sacudiendo la cabeza, Lola intentaba borrar la imagen de Jorge de su mente y se centró en el efecto de la publicidad. Al igual que todo el mundo esperaba y deseaba, Lola sacó la fama de este exitoso anuncio de sombra de ojos. En el teléfono móvil de Jorge, él vio esta publicidad, en la que Lola llevaba sombras de ojos de color naranja, con los ojos cerrados y los labios ligeramente entreabiertos, encima de su cabeza, un modelo masculino estaba a punto de besarla. Entonces, durante los próximos días, Lola se convirtió en un éxito y apareció en la pantalla grande en todas partes. Jorge tenía la sensación de que debía haber

alguien que estaba ayudándola. ¿Raymond Entertainment Company. ¡Probablemente sabía quién era la persona detrás del éxito de Lola! A las once de la noche, la exhausta Lola regresó al apartamento. Como novata en este ámbito, Lola no se había acostumbrado a ser despertada a cualquier hora por la mañana temprano y terminar el trabajo alrededor de las once o doce de la noche. Se decía a sí misma que tenía que esforzarse más para conseguir el éxito. Al abrir la puerta del apartamento, ella sólo tenía ganas de tomar un buen baño y dormir. Ella continuaría el acto de la concubina imperial LingNing al día siguiente. Lola arrojó su bolso sobre el sofá y entró en el dormitorio. "¡Ah!" El hombre acostado en la cama la sobresaltó, y todo el cansancio se escapó de repente. Después de calmarse, Lola fue directamente al baño y cerró la puerta desde el interior, sin echar un segundo vistazo a él. Jorge también estaba muy tranquilo, y esperaba en la cama hasta que Lola terminara la ducha. Lola casi tardó una hora en tomar el baño. Ella salió del cuarto de baño envuelta en una toalla y se fue directamente a la habitación del otro lado. Una vez más, cerró la puerta y no tenía intención de dejar que Jorge entrara. Después de esperar durante más de diez minutos sin ver a Lola, Jorge se levantó para buscarla. Cuando él descubrió que la habitación vecina estaba cerrada con llave desde el interior, comprendió lo que estaba pasando en un instante. Jorge sacó la llave de repuesto desde el cajón del estudio y abrió la puerta directamente. Lola estaba haciendo la cama. Al ver a Jorge que entró con un rostro sombrío, se quedó sin palabras por un momento. ¿Por qué Jorge siempre tenía la llave de cualquier habitación? A pesar de ser ignorado por Lola, Jorge la mantenía en sus brazos y miraba a su

pequeña esposa desobediente. "¿Cuándo vas a parar de todo esto?" Lola no le respondió y no dejaba de forcejear para liberarse de sus brazos. Sin embargo, Jorge la abrazaba con fuerza, sin dejarle ninguna oportunidad para escapar. ¿Cómo podía ser tan terca como para salir de casa por una semana sin volver! ¡Bien! ¡Muy bien!

Capítulo 76 El hombre que ella extrañaba secretamente "¿Te has vuelto famosa con la ayuda de otro hombre?" La mujer estaba en silencio, no dijo nada. "¡Lola, estás cometiendo un error!" La mujer todavía estaba callada. "¿No hablas? Muy bien, ¡hagamos otra cosa para que abras la boca!" "¡Jorge, suéltame!" Lola abrió la boca finalmente. "¿Soltarte? ¡De ninguna manera!" La sostenía en los brazos con fuerza y la besó. Incapaz de liberarse del control de Jorge, Lola pisó su pie fuertemente y saltó de inmediato mientras Jorge estaba distraído. Miraba al hombre que estaba delante de ella, Lola se frotó los labios con fuerza. Era injusto. Él podía mantener relaciones extramatrimoniales, dejando que otra mujer viviera en su casa, ¡mientras que ella estaba criticada por él por empezar su propia carrera! Mientras la mujer se frotaba los labios, los ojos del hombre brillaban con sensación de peligro. Jorge dio un paso adelante, levantó a la mujer, la tiró en la cama de su habitación y la detuvo. "¡Vete!" Ella trató de darle una patada, pero falló. Sosteniendo fuertemente la barbilla de Lola, Jorge estaba bastante enfadado, "¿Qué te he dicho? No te permito entrar en el círculo de entretenimiento. ¿Lo has olvidado?" Jorge controlaba a esta mujer desobediente fuertemente. Lola dejó de forcejear y giró la cabeza a un lado, ignorándolo. En ese momento sonó el teléfono celular personal de Jorge. Sacó el teléfono de

su bolsillo, echó un ojo al número en la pantalla y presionó el botón, "Responder". "Señor, la señorita Moza parece tener dolor del estómago y está enferma. No sé qué hacer". Con voz temblorosa, Magdalena le informó a Jorge de lo que Yolanda le dijo. "¡Dile que vaya al hospital!" "Pero... la señorita Moza no puede levantarse por el dolor. No puedo llevar a ella por mí misma..." Al oír la voz de Magdalena, Lola se burló. ¡Qué perra era esa mujer! "¡Vuelvo ahora!" Jorge colgó el teléfono, se levantó de encima de Lola y se preparaba para irse. Lola estaba acostada en la cama, burlándose. ¡Este era su esposo nomial! ¡Estaba pensando en otra mujer incluso cuando estaba en la cama con ella! "Voy a volver a la Fuente Perla. ¡Te digo por última vez, no entres en el círculo de entretenimiento!" Jorge salió del apartamento después de decir las palabras. Lola se quedaba sola, mirando al techo durante mucho tiempo... Lola no abandonó el círculo del entretenimiento. En cambio, había ganado popularidad. Sus seguidores de Twitter crecieron de unos 10 millones a más de 50 millones. Muchas personas estaban curiosas por saber si Lola tenía el apoyo del presidente. Muchas veces Jorge vino al apartamento para buscar a Lola, pero ella se ocupó en su trabajo, así que Jorge no pudo encontrarla en su residencia. Sin embargo, Yolanda estaba tomando menos roles en el círculo de entretenimiento y venía a acompañar a Jorge cada vez que estaba libre. El tema sobre Jorge y Yolanda se estaba volviendo cada vez más caliente, y parecía imposible de controlarlo. Era finales del otoño. Hacía un tiempo muy fresco. Lola se bajó del taxi y caminó hacia el apartamento con su equipaje.

Cuando Lola encendió la luz, descubrió el hombre que estaba recostado perezosamente en el sofá, con los ojos cerrados para ocultar su cansancio. Lola hizo una pausa. ¡Ella y Jorge no se habían visto durante más de dos meses! Había pasado tanto tiempo sin que se dieran cuenta... Después de cambiarse de los zapatos, Lola comenzó a desempacar su equipaje. Jorge miraba a Lola, que estaba ocupada haciendo su propia cosa. Se sintió irreal por un momento... En el dormitorio, Lola guardó la última prenda de vestir, y estaba lista para tomar una ducha. Abrazada por detrás, Lola se detuvo. Sintiendo la sensación familiar, Lola cerró los ojos con pena. El hombre que ella extrañaba secretamente en innumerables noches, en su corazón había otra mujer... Lola quitó la mano de Jorge de encima y se dirigió al baño. Jorge de repente tiró de Lola con fuerza, la giró para abrazarla y le besó en los labios rojos que había estado extrañando durante los dos meses. ¿Acaso ella no sintió ni el menor anhelo por él durante estos días? A lo mejor era para castigar la indiferencia de Lola, la besó apasionadamente. Lola se limpió una gota de lágrima del rabillo del ojo y le devolvió el beso. ¿Qué debería hacer para que él amara a ella? Al día siguiente, Lola se tomó un día libre, por lo que no tenía que levantarse temprano. Jorge la abrazó y durmió con ella hasta el mediodía, ya que durante los últimos dos meses Jorge estaba muy cansado. Para dejar de pensar en ella, Jorge dedicó todo su tiempo al trabajo. Lola miraba al hombre, sintiéndose triste. ¿Quién era ella en el corazón de este hombre? ¿Parecía que se estaba prostituyendo? Ella sabía que todavía tenía a otra mujer en el corazón de este hombre. No se levantaron hasta el mediodía. Cogidos de manos, los dos salieron del

apartamento para almorzar. Lola se subió a Maybach de Jorge y se dirigieron al restaurante. Por la tarde, la pareja dominaba la portada de noticias de entretenimiento. En la foto, el hombre estaba escoltando a la mujer hasta el asiento del pasajero, con la mano alrededor de su cintura. Cuando el hombre caminaba hacia el asiento del conductor, los paparazzi tomaron una fotografía de su cara, que era Jorge, quien tenía la misma expresión indiferente durante todo el tiempo. Luego millones de comentarios aparecieron en las cuentas de Twitter de los cuatro protagonistas, Yolanda Moza, Jorge Jiménez, Lola Hernández, así como el señor presidente. Mona estaba tan ocupada contestando las llamadas telefónicas de los reporteros que el teléfono se estaba quedando sin batería. Antes de que su teléfono apagara, se puso en contacto con Lola, la protagonista de las noticias. Lola estaba comiendo un bistec en el plato y se sentía impotente después de que Mona le contara las noticias. Algunos paparazzi incluso tendieron una emboscada cerca de su residencia. Desde que fueron fotografiados, Lola se preguntaba cómo reaccionaría el hombre que estaba sentado enfrente. "Mona, luego lo resolveré". Después de colgar el teléfono, Lola estaba vacilante de abrir la boca. "Di", Jorge tomó un sorbo de la sopa de mariscos con elegancia. Se notaba que Lola tenía algo que decir. Lola dejó el cuchillo y el tenedor sobre la mesa. "Un paparazzo nos acaba de fotografiar." Todavía estaba en el comienzo de su carrera y no podía meterse en los escándalos. "¡Come!" Jorge no mostró su actitud, y con calma miraba a la ansiosa Lola. "¿No borraste todas las noticias que tenías con Yolanda antes? ¡Elimina también la nuestra!" La calma del hombre hizo que Lola se sintiera un poco más nerviosa.

El hombre la miraba con atención y echó una palabra, "¡No!". Su respuesta contundente dejó a Lola sin palabras. Lola hizo un puchero y sacó su celular para ver si su cuenta de Twitter estaba ocupada por "teclamans". Sin embargo, Jorge le quitó su celular y lo guardó en su bolsillo. "¿Puedes disfrutar la comida?" Descontenta, Lola cortó el bistec en el plato, pero su mente estaba llena del escándalo, y lamentaba mucho no haber salido disfrazada. "No me importa. ¿Por qué te importa tanto? ¿Te molesta que te fotografíen cuando estás conmigo?" Jorge tomó el plato de Lola, cortó el bistec rápidamente y se lo entregó. Ella gruñó: "¡Por supuesto que me importa! Estoy en el comienzo de mi carrera, si los fanáticos que creen que tú y Yolanda son una pareja me toman como la amante, sería un desastre para mí". ¡Millones de sus seguidores de Twitter probablemente gritaban insultos hacia ella ahora mismo! "¿No has tomado una foto de nuestro certificado de matrimonio? ¡Publícalo, tienes mi permiso!" ¡Callar la boca de los demás era la forma más sencilla!

Capítulo 77 No lo hice Lola apretó los labios, pensando que si su matrimonio estaba expuesto, su carrera como actriz pronto terminaría. Decidió dejarlo, porque la mejor manera era guardar silencio. Cuando el tema se desvaneciera, la gente se olvidaría de eso. Después del almuerzo, Lola sacó sus gafas de sol de la bolsa y se los puso, pero lo que Jorge quería hacer era simplemente tirarlos, porque cubrían gran parte del rostro de Lola. Luego, Jorge hizo lo que quería. Después de darle una mirada fulminante, Lola levantó el cuello de la ropa para cubrir la cara antes de subirse al coche de Jorge. "Lola, regresa a la villa." ¡Esta farsa debería llegar a su fin! Jorge hizo la orden en tono calmado mientras conducía el coche con habilidad. La mujer hizo una pausa y preguntó: "¿Y Yolanda?". Su simple pregunta dejó a Jorge guardar silencio durante medio minuto. "Mi madre ha venido a nuestra casa hace dos días". Al saber que Yolanda estaba a punto de marcharse, su madre estaba muy enfadada y amenazó con romper con Jorge si expulsaba a Yolanda. Lola guardó silencio. Entonces, ¿por qué debería volver? ¡Todavía recordaba el truco sucio de Yolanda para abofetearla varias veces bajo la cobertura de la trama de la filmación! "¡Lola, puedes ignorar su presencia!", dijo Jorge en voz baja. Él resolvería esto después de todo. La mujer respondió con una sonrisa burlona. "¿Has escuchado un dicho? Si soy la persona quien amas, no tendré miedo a interminables rivales en el amor. Pero no estoy en tu corazón", murmuró Lola, lo que dijo ella enfrió la atmósfera del coche. "¿Cómo sabes que no estás en mi corazón?" Jorge le dijo, apretando los dientes.

"¿No está ella también en tu corazón? ¡Realmente hay mucho espacio en tu corazón!" Lola se burló, y su sonrisa fría dio un impulso de estrangularla a Jorge. Jorge detuvo el coche hábilmente. "¿No te he dicho que necesito algo de tiempo?" La mujer lo miraba fijamente. "¿Tiempo? ¿Cuánto tiempo necesitas? ¿Media vida?", le preguntó Lola en un tono tranquilo, poniendo un mechón de cabello detrás de su oreja. Jorge sostenía su rostro para hacer que lo mirara. "No, no necesito tan largo tiempo". Los ojos del hombre estaban llenos de profundo afecto, que casi atrapó a Lola. "¡Volveré cuando te olvides de ella totalmente!" Ella le echó una mirada directamente a los ojos y quitó sus manos de encima antes de abrir la puerta para salir del coche. Después de dar unos pasos adelante, Lola tomó un taxi para regresar a su apartamento. Jorge se apoyaba en el respaldo del asiento, mirando a la figura de Lola y se perdió pensando que era hora de poner fin a todo esto. Lo que ya pasó es pasado. Desde que eligió a esta pequeña mujer, debe ser responsable. A ella para toda la vida... Lola regresó a su apartamento. Mirando la habitación vacía, sentía que su corazón también se vaciaba. En el sitio de filmación. Yolanda encontró un lugar menos ruidoso para consultar las noticias de hoy con su teléfono móvil, pero su rostro se volvía sombrío. "Lola no abandona a Jorge a pesar de que ha estado fuera durante tanto tiempo. ¡Bueno, tomaré otras medidas!", pensaba Yolanda. Luego le ordenó a Manuel que tomara medidas de inmediato y regresó al sitio de filmación con una sonrisa. Según lo ordenado, Manuel caminó a un lado para hacer llamadas telefónicas

inmediatamente. Mientras tomaba un descanso, Lola revisaba su Twitter y encontró muchos comentarios abusivos contra ella como se esperaba. ¡La acusaron de ser la demoledora entre Jorge y Yolanda y le aconsejaron que se quedara con el señor presidente! ¡Pero había otras personas creían que una amante como Lola no merecería al presidente! ... Apagó el teléfono móvil y bajó para ir al supermercado para comprar algunos bocadillos. Tiró de su abrigo fuertemente y caminó lentamente hacia el supermercado. Cuando ella estaba en el punto muerto de la cámara de vigilancia, pasó una camioneta y Lola no estaba a la vista. En el puerto. Cuando Lola se despertó, descubrió que estaba extendida en la playa. Ella apretó su abrigo para defenderse contra el viento frío del mar y miró a su alrededor en alerta. Recordaba claramente que en el camino al supermercado, alguien le tapó la boca y la nariz con un pañuelo para hacerle perder el conocimiento. En este momento, cinco o seis hombres fuertes con tatuajes se acercaron a ella, entre los cuales se encontraban occidentales y africanos. Al instante Lola contuvo el aliento y se retiró hacia atrás. Dos hombres de ellos se acercaron a Lola primero, al verlos, Lola se mordió el labio inferior con fuerza. ¿Qué harían ellos? "¿Por qué me secuestráis?" "¿Por qué? Lo sabrás pronto". Respondió un hombre africano en chino fluido. Los dos hombres levantaron juntos a Lola y la arrojaron a un sofá viejo colocado en un lado. Lola se retiró a un rincón del sofá.

En este momento, una mujer entró, con su cabello y ropa en un pequeño lío, y miraba a Lola con una sonrisa burlona. "Yolanda, ¿qué demonios estás haciendo?" Al ver a Yolanda, Lola tenía un presentimiento aún peor. "¡Lola, te arruinaré hoy!" Un hombre trotaba acercándose y dijo en voz baja, "¡Aquí viene!" Yolanda hizo un guiño a esos hombres extranjeros, y Lola, que estaba muy confundida, veía que los hombre se acercaban a Yolanda. ¿Qué era lo que estaba pasando? Luego, Yolanda se dejó caer al suelo y comenzó a gritar. "¡Ayuda! Lola, ¿qué quieres hacer?" Los hombres comenzaron a rasgar el abrigo de Yolanda. Lola se levantó del sofá tratando de expulsarlos. Yolanda era bastante mala, por cierto, se vengaría de todo. Pero Lola no era tan cruel como para ver a Yolanda ser humillada por estos hombres frente a ella. "¿La estúpida mujer está tratando de salvarme?" pensó Yolanda. Al mismo tiempo, ella seguía llorando. "¡Lola, por favor, déjame ir! ¡Ah! ¡No!" Lola estaba bastante confundida por lo que Yolanda lloraba. "¡No conozco a estos hombres!" ¿Pensaba Yolanda que había sido secuestrada hasta aquí por Lola? ¡Lola era la que había sido secuestrada! "¡Para!" dijo un hombre veloz y ferozmente con una voz fría y familiar. "¡Jorge, ayuda!" Yolanda lloraba bastante triste, como si Jorge fuera el salvador de ella. El susto en los ojos de Yolanda lo devolvió a Jorge al día en que Yolanda lloraba desesperadamente pidiendo ayuda en el hotel mientras él no estaba a su lado. Los hombres se detuvieron una vez que vieron a Jorge, y el hombre africano que montaba a Yolanda giró la cabeza hacia Lola para preguntar, "Señorita

Hernández, ¿debemos continuar?" ... La mirada amenazadora de Jorge hizo que Lola se diera cuenta de repente de lo que había pasado. Ella cayó en la trampa de esta mujer... "¡Jorge, no lo hice!" Miró a Jorge de inmediato, pero solo encontró que los ojos rojos de Jorge estaban pegados a Yolanda. Él ni siquiera la miró. Jorge corrió hacia Yolanda y le dio una patada al africano. Los hombres fuertes se reunieron detrás de Lola inmediatamente. "¡Yolanda, debes estar loca!" Al ver a esos hombres escondidos detrás de ella como si estuvieran buscando refugio, Lola se enojó tanto que le temblaban las manos. Yolanda también estaba temblando tumbada en los brazos de Jorge, quien se quitó el abrigo para cubrir los hombros de Yolanda. Lola dio un paso adelante con furia para quitarle el abrigo y tirarlo al suelo.

Capítulo 78 Estaré en el infierno "¡Pah!" Con un sonido seco, la cara de Lola se giró hacia un lado porque Jorge le zumbó una bofetada. Él... la abofeteó... Jorge no usó toda su fuerza. Aunque a Lola le dolía el rostro, era su corazón el que dolía aún más. "Jorge, ¿no me crees?" Lola se tocó la cara abofeteada, todavía preguntando a Jorge inocentemente. "¡Lola! ¡Ya basta! ¡Nunca he pensado que eres tan cruel!", dijo Jorge con los dientes apretados. Hasta ahora, finalmente descubrió la verdadera cara de esta mujer, ¡era una mujer insidiosa y cruel! Después de decir estas palabras, levantó a la mujer temblando en el suelo y se preparó para irse con ella. Lola sonrió con un toque de burla de sí misma. "Jorge, ya que no me crees hoy, ¡nos ... nos divorciaremos!" ¿Por qué tenía que aferrarse a un matrimonio como este? El hombre se dio la vuelta y pronunció dos palabras fríamente: "¡De acuerdo!" ¡Su expresión dio la sensación a Lola de que nunca lo había conocido! Incluso aceptó divorciarse, ¡eh! Mirando al hombre que se dio vuelta, Lola gritó, "¡Jorge, si me das la espalda hoy, estaré en el infierno!" Lola se retiró paso a paso hacia el mar vasto. Jorge la miró profundamente y se dio la vuelta sin vacilar. No dio unos pasos antes de escuchar un fuerte "Plop" Alguien saltó al mar... Al oír eso, Jorge se detuvo, pero no se dio la vuelta. Luego, una docena de plops se escucharon continuamente.

Al día siguiente. Un vídeo se difundió por el Internet ampliamente. Alguien había filmado sigilosamente lo que pasó la noche anterior en el puerto. Era muy emocionante. La persona grabó intencionalmente el vídeo desde que pidiera ayuda Yolanda. El vídeo terminó con la escena de que Lola saltó al mar y una docena de hombres de traje negro siguieron a ella. Obviamente era un triángulo amoroso, en el que Lola secuestró a Yolanda, quien fue salvada por Jorge. La parte en la que Lola mencionó el divorcio también se cortó deliberadamente, por lo que los internautas confundieron que Lola amenazaba con suicidarse porque Jorge no la amaba. Durante la noche, Lola estaba desaparecida. Incluso se había convertido en "la amante zorra" que todos despreciaban. Fuente Perla No.6. En el dormitorio pintado en colores negro, blanco y gris, una mujer inconsciente yacía en la cama. No mostró ningún signo de despertarse hasta que Naomi le dio otra inyección. En ese momento, se abrió la puerta del dormitorio y entró un hombre alto. La sonrisa habitual no se encontraba en ninguna parte de su rostro. "¿Cómo está ella?" Tomás miró a la mujer pálida en la cama. "Está a punto de despertarse del coma". Naomi se quitó los guantes y la máscara, luego salió del dormitorio con los aparatos médicos. Sentado junto a la cama, Tomás miró a la mujer en silencio y suspiró. Si él no hubiera enviado a alguien para que la protegiera, o si sus hombres hubieran llegado un minuto tarde, ella habría muerto. Podrían haber llegado antes, pero ella desapareció demasiado repentinamente, y sus hombres la siguieron solo desde la distancia.

Sus hombres no encontraron su ubicación rastreando su teléfono móvil hasta después de más de diez minutos. Cuando llegaron, Lola estaba bastante agitada y luego saltó al mar. Sus tres guardaespaldas saltaron inmediatamente para rescatarla. Había más de una docena de personas que iban a salvarla, que también parecían venir del País A. Sus hombres rescataron a Lola antes que ellos. Tomás corrió hasta aquí esa misma noche en su jet privado. Desde que ella era una celebridad ahora, Tomás no la llevó al hospital. En cambio, la llevó a su casa. Pero ella había estado en coma por 46 horas y finalmente tenía signos de despertarse ahora. En este momento, el dedo de la mujer se movió ligeramente y abrió la boca con voz débil, "Agua, agua..." Sus ojos aún estaban cerrados. Tomás le sirvió un vaso de agua, mojó un hisopo de algodón y untó agua en sus labios secos y pálidos. Lola se lamió los labios con sed y volvió a dormirse. Tomás no perturbó su descanso y fue directamente al estudio. Él ingresó a su Twitter y descubrió que todos los vídeos habían sido eliminados, mientras que el Twitter de Lola estaba lleno de insultos. Se conectó a la cuenta de Twitter de Lola. Había tomado medidas técnicas para obtener la contraseña de ella. Pasó unas páginas, y encontró que la publicación anterior de su anillo de matrimonio ya había sido eliminada. Luego Tomás eliminó todas las otras publicaciones. "Lola, cuando despiertes, podrías comenzar una nueva vida. Ya no tendrías a Jorge en tu vida." "Envíe su cuenta bancaria a mi asistente y continúe aumentando la popularidad de Lola Hernández. Solo dígame cuánto dinero necesita". Tomás hizo una llamada telefónica a alguien.

"Pero, señor Herrero, Lola Hernández se ha visto atrapada en tal problema; ¡no es fácil de resolver!" La persona en la línea parecía tener dificultades para tomar una decisión. "No se preocupe. Publique un anuncio primero y dígales a todos que fue un casting, pero el señor Jiménez lo tomó en serio equivocadamente". No existía una mejor manera. "¡De acuerdo, señor Herrero!" Después de colgar el teléfono, esa persona comenzó a ponerse en contacto con los medios de comunicación e hizo un anuncio como lo deseaba Tomás, luego encontró una empresa de relaciones públicas para que se encargara de este asunto. Se necesitaba una gran cantidad de dinero para evitar que la situación siguiera empeorando. Con la poderosa influencia de Tomás, la reputación de Lola se había recuperado un poco en cierta medida. Cuando Lola se despertó, eran más o menos las diez de la mañana siguiente. Descubrió que un hombre sentado cerca de ella estaba trabajando con su ordenador portátil. "Señor... Herrero", dijo Lola con voz ronca. Al ver a Lola despertarse, Tomás dejó su trabajo y se acercó más a ella. "¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien?" Tomás la miraba con ternura, y sus ojos estaban llenos de preocupación. La ayudó a levantarse de la cama y colocó la almohada debajo de su espalda para que se apoyara. Lola asintió con la cabeza suavemente, "¿Me salvaste?" Antes de abrir los ojos, Lola recordó todo que pasó aquel día. Él debía de ser el hombre que la salvó. No importaba cuál era su objetivo, la había salvado, ¿no? "Mis hombres llegaron tarde, solo para verte saltar. ¿Por qué hiciste la tontería?" Sentado junto a la cama, Tomás se sentía preocupado y forzó una sonrisa.

Ella se rió de sí misma, porque pensó que amenazar al hombre con su suicidio haría una diferencia de las cosas. Pero por fin sabía ella que no tenía lugar en su corazón, incluso si estaba en peligro. "Gracias, señor Herrero." Lola le dio las gracias con sinceridad. "Está bien. Cuídate. Tu trabajo se ha aplazado con un par de días, y no puedo manejar eso si no te sientes bien". La miraba con un toque de broma. Lola asintió con la cabeza suavemente y le dijo, "Necesito dormir un poco más". Tal vez debido a que acababa de recuperarse y todavía estaba débil, Lola se sentía cansada, aunque solo se sentó un rato. Tomás la ayudó a recostarse y le puso la almohada. "¡Descansa bien!"

Capítulo 79 Todo lo que ella necesita es terminar todo Lola asintió con la cabeza y cerró los ojos. Una lágrima rodó por sus mejillas al escuchar los pasos de Tomás retrocediendo en la distancia. Ella había roto con Jorge. No había necesidad de humillarse, así que, ¡debía dejarlo ir! Lola durmió hasta la noche, y cuando se despertó, una chica entró con una bandeja. "Señorita, usted se despierta". La chica parecía tener la misma edad que ella. Cuando vio que Lola se despertó, puso la bandeja sobre la mesa, corrió hacia ella para ayudarla a levantarse con cuidado. "Bueno, ¿qué hora es ahora?" Lola estaba mejor ahora, excepto le dolían un poco la garganta y el pecho. "Son las siete y pico, señorita. Por favor, tome un poco de sopa que acabo de hacer". Ella trajo la sopa, la colocó junto a la cama y la preparó para servirle la sopa a Lola. "¡Gracias, lo haré yo mismo!" Sintiéndose avergonzada, Lola tomó el tazón, pero casi se le cayó de las manos temblorosas. Afortunadamente, la sopa no se derramó porque el tazón no estaba lleno. "Está bien, señorita. No se siente bien, déjeme alimentarla". La joven sonrió alegremente, lo que hizo que Lola se sintiera cómoda. "Puedes llamarme Lola. ¿Cómo te llamas?", preguntó Lola con curiosidad mientras la chica estaba recogiendo la sopa. "Mi nombre es Coco Gómez. ¡La conozco, eres una estrella famosa!" Coco miraba a Lola con envidia. ¡Había tenido tanta suerte de poder conocer al presidente del País A y una estrella famosa!

"¡Me estás halagando! ¡Todavía no soy famosa!" Yolanda no podía detenerse en eso. Según la opinión de Lola, esa mujer llevaría las cosas más lejos provocando protestas públicas contra ella. Después de terminar la sopa, Lola recuperó fuerzas y quiso tomar un baño. Tomás había contratado a Coco Gómez para que cuidara especialmente de Lola. Cuando Lola estaba en el baño, Coco la vigilaba en la puerta, en caso de que pudiera sentirse incómoda y necesitar ayuda. Lola descubrió que Coco ya había preparado el baño de leche para ella cuando entró. Junto a la bañera había varias botellas de artículos de tocador de lujo para mujeres, así como productos de baño para hombres que se habían abierto. Este debía ser el baño de Tomás Herrero... Ella preferiría ducharse si lo supiera antes. Sin embargo, el agua estaba bien preparada. Lola entró en la bañera, se hundió en el agua y levantó la cabeza en menos de medio segundo. En el momento en que enterró la cabeza en el agua, se sintió atrapada por una profunda sensación de miedo... Se lavó a la ligera y salió, envuelta en una toalla de baño. Coco ya había preparado un pijama nuevo para ella. Al ver a Lola salir, Coco le pasó una toalla para que Lola secara el pelo. El teléfono celular de Lola podría haberse caído en el mar, porque no se podía encontrar en ninguna parte. Tomás compró un teléfono nuevo y le pidió a Coco que se lo diera. Lola inició sesión en su cuenta de Twitter y descubrió que no había ni un solo mensaje para ella. Para su sorpresa, todas sus publicaciones en Twitter habían desaparecido. ¿Fueron eliminadas por alguien? ¿Le habían pirateado la cuenta? Bueno... No fue malo que se eliminaran. Sin embargo, el nombre de Yolanda todavía estaba en el centro de atención y Lola descubrió que muchos internautas todavía estaban insultándola, así que salió de su Twitter con una sonrisa fría.

Al día siguiente, ella se sentía mucho mejor. Aprovechando un momento en que Jorge y Yolanda no podrían estar en casa, Lola caminó lentamente hacia la Fuente Perla No. 8 y abrió la puerta de la villa con su huella digital. La villa estaba tan tranquila como siempre, obviamente no había nadie dentro. El dormitorio era igual que antes. La Sra. Durán lo había mantenido limpio y ordenado. Lola sacó una pequeña caja de un cajón del armario y abandonó la villa. Luego tomó un taxi para ir al apartamento. Quería resolver todo antes de volver al trabajo. Afortunadamente, la puerta del apartamento estaba equipada con una cerradura de huellas dactilares, de lo contrario, ¡realmente no podía entrar porque había perdido la llave! El apartamento era igual que cuando salió esa noche. Lola sacó su maleta y comenzó a hacer las maletas. Antes de irse, también pasó un tiempo limpiando el apartamento. Lola regresó a la Fuente Perla No. 6. Coco era la única que estaba allí, ocupada con las tareas. Tomás ya había regresado al País A, ya que tenía muchos asuntos con los que lidiar. Después de desempacar su maleta, Lola imprimió algunos materiales en el estudio y llamó a Ramón por teléfono. "¡Dios mío! ¡Lola, eres tú! ¡Estás viva!", gritó Ramón en voz alta al escuchar la voz de Lola. La emoción casi le hizo llorar a este chico. "Bueno, me rescataron. Necesito tu ayuda". Lola y Ramón hicieron una cita. Tomás tenía un auto deportivo negro Maserati en el garaje. Antes de irse, Tomás le dijo a Coco que Lola podía usar ese auto como quisiera. Era de madrugada cuando Lola conducía el Maserati lentamente saliendo del garaje. Cuando estaba a punto de salir del barrio, Lola notó que un Maybach familiar

venía hacia ella, subió la ventanilla y pasó a las dos personas en Maybach sin darles ni una mirada, como si no se vieran ni se conocieran entre sí. Fingiendo no sentir el dolor en su corazón, Lola miró las cosas en el asiento del pasajero, que era todo lo que necesitaba para terminar con todo. Ramón había estado en la cafetería durante bastante tiempo. Hizo un gesto con la mano a Lola al verla entrar. Lola, que llevaba gafas de sol, caminó hacia Ramón con la cabeza baja. "Oye, ¿estás bien?" Ramón miró a su alrededor, bajó la voz rápidamente y le preguntó a Lola. Justo ahora, estaba demasiado emocionado y algunos otros ya lo habían notado. "Bueno, ¡estoy bien!" Lola pidió una taza de café y se perdió en sus pensamientos. Cuando se encontró con Jorge en la Fuente Perla, la trató como a un extraño. "¿Lola? ¿Lola?" Ramón llamó el nombre de Lola varias veces para que ella recuperara la prudencia. "¿Qué pasa?" Lola sonrió, de una manera que era completamente diferente a la de antes. "Tú y... Yolanda y Jorge, ¿qué está pasando?" Ramón había visto el vídeo y estaba muy desconcertado. ¿Lola encontraría a alguien para humillar a Yolanda? Era definitivamente imposible. Incluso si Lola odiaba a esa mujer, no haría tal tipo de cosas. Solo aquellos que no la conocían creerían en el contenido del vídeo. ¡Dios sabría cómo se produjo el vídeo! "Eso es la razón por la que vengo a buscarte hoy... ayúdame a ir a la compañía de Jorge y entregarle esto". Lola sacó una cartera con muchas cosas adentro. Ramón echó un vistazo rápido a lo que estaba impreso en el papel y miró a Lola con los ojos abiertos. "Lola, ¿estás segura de que quieres hacer esto?" Ramón sentía que su corazón estaba temblando, como si pronto obtendría algo que había perdido...

Lola no notó su reacción anormal. Tomó un sorbo del café amargo y asintió con la cabeza. Después de un largo silencio, Ramón abrió la boca, "Se lo enviaré mañana".

Capítulo 80 No quería nada del divorcio "Te daré su número de teléfono. Si no puedes entrar, llámalo". Lola le dijo así a Ramón y ingresó el número privado de Jorge en su celular. "Ok. Lola, si me necesitas, dígame no más. Estoy siempre a tu lado." Lola sintió un cariño profundo por parte de Ramón, pero no lo tomó en serio y sacudió la cabeza para despertarse. "Ya lo tengo. Una cosa más... "Lola pensaba que era mejor mudarse de la casa de Tomás Herrero lo más pronto posible. "A pesar de todo, no me conviene vivir allí." "¿Que pasó?" Preguntó Ramón. Estaba muy dispuesto a ayudarle. "Prefiero alquilar una casa. ¿Podrías arreglarlo?" "No hay problema. ¿Qué tipo de casa quieres? " "Un lugar tranquilo y limpio con espacio suficiente para vivir, nada más". Contestó Lola. Ella no tuvo mucha exigencia. "Ok. Voy a ver y te llamaré mañana". Después de hablar sobre unas otras cosas, Lola fue al centro comercial Isla Azul y llamó a Wendy en la entrada. Wendy ya se había ido a casa después de salir del trabajo. Estaba tan emocionada por la llamada de Lola que saltó de la silla de inmediato. Si Lola no garantizara repetidamente que estaba todo bien, Wendy seguramente vendría a verla en persona. "Ya está muy tarde hoy. ¿Qué te parece si hablamos en Wechat? Iré por ti un poco más tarde", prometió Lola.

"Está bien. Cuidado al conducir", dijo Wendy. Lola colgó el teléfono y se marchó conduciendo. Al día siguiente, Ramón marcó el número que Lola le dio. "¡Hola!" Una voz más fría vino desde el teléfono. "¿Estás trabajando ahora? Tengo alguna cosa de Lola", su franqueza hizo que Jorge se quedó en silencio por un rato. "Estaré allí pronto", dijo Jorge finalmente. Sánchez recogió a Ramón en el primer piso y lo guió hacia las escaleras para arriba. Echando una vista a la oficina enorme, hizo una mueca de desdén. "¿Para que sirve una compañía tan grande cuando su dueño es un idiota tanto mental como emocional?" En la oficina, el desdén desapareció de repente cuando Ramón tuvo un contacto visual con el hombre que estaba fumando en el escritorio. Se sintía un poco frío y tiró la cartera sobre el escritorio. "¿Ni una palabra de ella?" El hombre no se apresuró a abrir la cartera, pero lanzó una pregunta. "No." Dijo Ramón. El hombre sacó en silencio las cosas de la cartera con un cigarrillo en la boca. Una llave de apartamento, una de auto, un anillo, un certificado de la Isla Azul, un certificado de propiedad, dos tarjetas bancarias, unos papeles impresos de tamaño A4 con el título: Acuerdo de divorcio. Con la firma de Lola, el acuerdo mostraba que Lola no quería nada del divorcio. Al ver su firma en una escritura delicada a mano, Jorge lanzó una nube de humo. No quería nada, parecía que quería borrar el matrimonio de su mente. No se veía la expresión facial cuando él seguía fumando. Luego sacó el bolígrafo sobre el escritorio y firmó su nombre junto a la firma de

Lola. Su firma con fuerza significaba un fin verdadero del matrimonio que duró menos de un año. Estaba haciendo cada vez más frío. Lo bueno era que había calefacción en la casa de Lola. Ella había estado aquí por más o menos medio mes. El lugar no era tan grande pero era suficiente para ella. Hoy era su primer día de período. Lola no se sentía muy bien, así que fue a un supermercado cercano a buscar una toalla higiénica. Salió con mucha prisa y se olvidó de sus gafas de sol. Caminando hacia el local "Cuidado de las Mujeres" con su cabeza baja, de repente se chocó con alguien. "¡Lo siento!" Ella pidió perdón en seguida con voz débil. Pero... "¿Lola?" Una voz femenina familiar llegó a sus oídos, haciéndola un poco incómoda. Su adivinación era correcta. Jorge estaba de pie junto a Yolanda. Parecía que vinieron por lo mismo. "Estarían más comodos sin ella", pensó. Lola fue a la caja después de tomar las tollas higénicas que necesitaba al azar. Empezó a nevar cuando salió. Intentó calmarse y volvió a casa. Jorge observaba su figura desapareciendo con indiferencia, y caminaba hacia su auto abrazando el hombro de Yolanda. Se vio obligado a salir con Yolanda y nunca había pensado que se encontraría con Lola. Planeaban ir a un centro comercial, pero Yolanda cambió de opinión y eligió un supermercado cercano. Lola siempre tenía un dolor feo en su primer día de período. Debía ser el mismo esta vez.

Antes de conducir lentamente a casa, Jorge encendió un cigarrillo, dio una nube de humo y lo apagó. Lola corrió al baño y se lavó el cuerpo. Luego se acostó en la cama después de tomar un poco de agua caliente. Al iniciar sesión en Twitter, vio noticias numerosas diciendo que Jorge y Yolanda se iban a casar. Y en cuanto a ella, aunque poseía recursos de buena calidad de la compañía, no era tan acogida debido al vídeo. Ella no publicó nada en Twitter después de ese día. La gente creería que simplemente desaparecía si no aparecía en algunos programas de televisión. Ella comenzó a trabajar de nuevo al día siguiente. Mona Cruz le consiguió una nueva drama de disfraces, en el que interpretaría a una protagonista secundaria. La protagonista, otra cez, era Yolanda Moza. Lola quería rechazarlo, pero le dijeron que el personaje que interpretaría era alguien muy noble, lo que sería útil para mejorar su situación. Ella pensó por un rato y estuvo de acuerdo. Era una película de Xianxia. Su papel era bastante exigente. Como una zorra que se fingía como una adolescente, tenía las características coquetas e inocentes. Y el papel de Yolanda era una hija de una familia rica. Su compañero era Manolo, quien actuaría como un hombre poderoso llamado Ryan Yan. Esta pareja de pantalla era tan popular como Yolanda y Jorge. La historia era bastante repetitiva en las telenovelas: la protagonista secundaria amaba al protagonista, mientras que el secundario mostraba cariño a la protagonista. La pequeña zorra que interpretaría Lola se llamaba Perla, quien no tendría un buen final y desaparecería completamente cuando su alma se destrozó por una magia de la protagonista. En el primer día de filmación, Manolo intentó vengarse de Lola, pero lo que recibió fue una mirada calmada, que no fue tan animada y traviesa como ese día. Pensando en lo que pasó antes, Manolo decidió no hacerle caso.

El primer episodio fue un buen comienzo. Yolanda actuó de manera incisiva y Lola también hizo bien su trabajo, lo cual fue lo más feliz para el director. Cuando se terminó el trabajo, Lola escuchó a dos chicas murmurando mientras se estaba cambiando de ropa, "Yolanda debe estar muy feliz ahora. Por fin le recogió Sr. Jimenéz."

Capítulo 81 La belleza incomparable "¡Estoy muerta de la envidia con Yolanda! No es de extrañar que Lola tenga ganas de ser una amante que le da asco. El Señor Jiménez no solo es guapo, rico sino también tiene excelente cerebro. Ninguna mujer puede rechazar a este tipo de hombre". De repente, Lola salió por detrás, y les asustó. Pensaban que Lola no escuchó lo que estaban coversando, porque Lola simplemente pasó por ellos sin decir nada. Cuando Lola caminó triste hacia la puerta del lugar de filmación, como lo adivinado, vio a Yolanda subir al auto de Jorge. Para disimular su vergüenza embarazosa, ella sacó su teléfono móvil de inmediato y fingió que estuviera jugando con el teléfono esperando a un taxi. Yolanda también le vio a Lola. "¿Está ella acá para tratar de seducir a mi Jorge otra vez? Si ella se atreve a intentarlo otra vez, no la voy a dejar salir segura." Ella río sarcásticamente. Cuando Lola pasaba lentamente por el Maybach de Jorge, un Ferrari blanco se detuvo a su lado. Era Manolo. "Sube al auto. ¡Yo te llevo a casa!" Manolo estaba sentado en el auto lujoso y agitó su mano a Lola con una sonrisa brillante en su cara atractiva. Sin embargo Lola meneó su cabeza diciendo: "No, gracias". Ella no quería hacerse amiga ni tenía contacto con demasiadas personas en aquel momento. Al escuchar esa respuesta inesperada, Manolo salió del auto y dijo: "Sinceramente, me siento muy cómodo quedándome contigo. ¿Qué te parece si te doy la oportunidad de ser mi hermana?" El miró a Lola con arrogancia, porque

en su propia opinión, ser su hermana era un honor supremo para cualquier persona. Lola puso los ojos en blanco ante este chico arrogante y soltó dos palabras de nuevo: "No, gracias". Luego llamó a un taxi y se fue directamente, dejando a Manolo parado allí en un estado de asombro. Manolo estaba tan enojado y juró que iba a enseñarle una lección a Lola al día siguiente. Jorge vio todo eso a través del espejo retrovisor. Aunque Jorge mantuvo su cara de póker sin cambio, Yolanda todavía se sentía bastante preocupada. Ella supo que era Lola a quien Jorge había estado mirando. "¿El Todavía ama a Lola Hernández?", Quería saber la respuesta locamente. Jorge no encendió su auto hasta que el taxi se perdió en su vista. Era un día nevado. La parte de Lola era una mujer encarnada de zorra. Necesitaba mostrar lo simpático de Perla, quien se convirtió en una mujer por primera vez. Lola botó atrás todas sus emociones negativas y mostró sus características más atractivas. Su acto sorprendió a todos. ¿Cómo pudo esa pequeña Perla inocente destruir el matrimonio de otros? Lola llevaba una chamarra blanca de estilo antiguo hecho del piel de marta, y estaba sentada en la nieve acariciando la nieve sin mancha alrededor de ella. Se parecía a una hada bonita con una sonrisa desarrollada en su cara. Un fotógrafo capturó este momento maravilloso y lo puso en Twitter. Esta foto ya era suficiente para haber revertido la impresión de los internautas en Lola. Muchos internautas incluso comenzaron a apoyarla, a la llamada amante. Entre estos comentarios incontables, había uno que era como la mayoría de los casi miles de comentarios. "Para nosotros es fácil juzgar a los demás. Pero no sabemos que le ha pasado a ella. Puesto que Jorge y Yolanda no han reconocido sus relaciones en público, ¿por qué la criticaron y le consideran como una amante tan temprano? No hay nada absolutamente correcto o malo en una relación de amor. Si hay algo

correcto, eso sería: sé valiente y lucha por tu amor". Este comentario vino de Ramón. "Estoy totalmente de acuerdo contigo. ¡No puedo resistirme en pinchar en Me Gusta para ti!" "Sí. No juzgues a alguien fácilmente cuando no tienes ni idea de la verdad". ... Lola también vio estos comentarios cuando estaba recostada en una silla plegable navegando en Twitter en el tiempo de recreo. Al ver tantos comentarios que la apoyaban, sonrió débilmente. El fotógrafo que estaba sentado no muy lejos de ella capturó este momento por coincidencia. ¡En la foto Lola estaba hermosa incomparablemente! Manolo se acercó a Lola, quien estaba sentada sola y le pasó un vaso de té caliente. Otros estaban todos sentados alrededor de Yolanda porque todos intentaron cantar losas a Yolanda. Lola dejó su teléfono móvil a un lado y tomó el vaso, "¡Gracias!" Sentía más calor pronto con ambas manos sosteniendo el té caliente. Mirando hacia abajo en el vaso en las manos, le vino a su cerebro un dicho: "Cuando te tengo en mis manos, eres mi todo mundo. Cuando me canso de eso, no eres nada". Tenía los mismos sentimientos de ese dicho. "Ninguno está dispuesta a tenerme en mano más. Ya no soy nada ahora", pensó Lola. En esos días estaba inundada por las emociones negativas. Al darse cuenta de que Lola estaba distraída, Manolo se agachó y la observaba: "¡Lola, estás llorando!" Manolo tapó su boca con una mano, estaba asombrado y también sentía un poco pánico. Tenía miedos a las lágrimas de las mujeres porque no sabía cómo consolarlas. Al ver una gota de lágrima caída por la mejilla de Lola, se dijo a sí mismo que estara tranquilo y dijo: "¿Si Alguna vez alguien te ha dicho que no arruines tu hermoso rostro con lágrimas?" Al escuchar las palabras amables de Manolo, Lola inclinó la cabeza para recuperar el calma, levantó su cabeza después de unos segundos y miró a Manolo con una sonrisa clara.

El fotógrafo definitivamente no perdería ese momento bello que no se veía mucho, así que sacó la cámara y tomó muchas fotos de ellos. En las fotos, Lola y Manolo, ambos con vestidos de estilo antiguo, se miraban entre sí. Todos los empleados sabían que Lola era la estrella más importante de su compañía en ese momento. Era muy apreciada por su jefe. Así que todos los fotógrafos de Raymond habían prestando mucha atención a cada movimiento suyo, intentando capturar sus momentos más hermosos y luego publicar fotos en Internet después de editar. "No. Pero recuerdo que una vez cuando estaba llorando, una persona me dijo 'solo esta vez, no más lágrimas en el futuro'", respondió Lola. ¡Mira! Ella tenía sus palabras grabadas en su mente, pero, ¿y qué sería ...? ? Manolo podía adivinar quien sería la persona, muy probable que era el señor Jiménez. No sabía qué sucedió exactamente entre Jorge y Lola, pero no le molestaba que la llamada amante estaba frente a él. Manolo echó su vista a Yolanda, que estaba sentada al otro lado, pero no muy lejos, y descubrió que Yolanda también los estaba mirando. Se miraron entre sí durante unos segundos. y Manolo volvió a mirar a Lola. No sabía por qué se sentía tan incómodo al ver a la llamada novia. La compañía compartió las fotos bonitas de Lola tanto en la cuenta oficial de la película como en la cuenta oficial de Raymond. Más de diez mil internautas reenviaron esas fotos en minutos. Los comentarios fueron mucho más tolerantes. La mayoría de los internautas se hicieron menos críticos y comenzaron a cambiar sus opiniones sobre Lola. A pesar de todo, nadie odiaría a esa Perla encantadora.. Sin embargo, siempre había gente pagada para que insultara a Lola, además los fanáticos locos de Yolanda intentaban hacerle daño a Lola con un ataque verbal. "¿Cuánto dinero te pagó Lola Hernández para alabarla?" "Lola, eres una amante. No trates de ocultar esta verdad". "¡Sirena, aléjate de mi Manolo!" ...

En la oficina del CEO del Grupo SL. Jorge estaba sentado en la silla del presidente y deslizaba fotos en Twitter. La mujer en las fotos era hermosa e inocente con una sonrisa floreciendo en su rostro rosado. Jorge no pudo resistirse a descargarlas. Por supuesto, las que estaba con Manolo estaban omitidas por él. Jorge encendió un cigarrillo y dio una bocanada de humo mientras entrecerró los ojos hacia la mujer en fotos. "¡Lola Hernández! ¿Cómo puedes ser tan feliz y libre después de que le hiciste eso a Yolanda?", Pensó Jorge. Jorge hizo una llamada interna, mandando a Sánchez que viniera a su oficina. Antes de entrar Sánchez respiró profundamente fuera de la puerta para estar completamente preparado a enfrentar la "tormenta" que iba a venir. Se dijo a sí mismo que debía tener cuidado todos los días. Porque durante ese período de tiempo, su jefe se convirtió en un adicto al trabajo de mal humor. El siempre trabajaba con horas extras y se enfadada en cualquier momento. Todos los empleados tenían demasiado miedo al acercarse a él. "¡Jefe!" "Investiga dónde vive Lola ahora". Jorge echó la ceniza al cenicero con su dedos delgados. Estaba demasiado dependiente al cigarrillo en estos días. "Ok", respondió Sánchez. Pero ahora Sánchez estaba un poco confuso ya que su jefe y la señorita Hernández se habían divorciado, ¿por qué su jefe todavía quería saber dónde vive ella? En su opinión, Lola solo era como una princesa que podía estar de mal humor e infantil a veces, pero absolutamente nada mala. Su jefe era engañado por su exnovia. Aunque Sánchez era un espectador con mente clara, no se atrevía a decirle a su jefe su idea del momento. . En el lugar de filmación. Judi (el nombre de Yolanda en esta telenovela) dio bofetón a Perla porque ella

volcó su bálsamo por accidente, al cual Judi había gastando un día y una noche cuidando. La cara de Lola se hinchó pronto.

Capítulo 82 Mostrando el amor en público Lola tapó su mejilla hinchada y fijó sus ojos a la mujer frente a ella. En un momento, ella de veras quería golpear y estrangularla. "Señora, no quise hacerlo". Los ojos de Perla brillaban con una luz extraña y roja, lo que hizo que la asustada Judi retrocediera un paso hacia atrás. A pesar de un vértigo, Judi notó que la luz roja en los ojos de Perla desapareció después de un segundo. En este momento, se presentó el protagonista--el emperador, interpretado por Manolo. Con una túnica larga y blanca, y una cascada de cabello negro y decorado con una simple horquilla de jade, preguntó con una cara fría qué estaba pasando. Judi rápidamente tiró de la manga del emperador, quejándose con un tono miserable. Judi se quejó de que Perla volcó deliberadamente el bálsamo, el cual había llevado día y noche cuidando. Y ella tenía la propuesta de darle este regalo precioso al emperador. El emperador miró fríamente a Perla sin simpatía, cogió la mano de Judi y caminó hacia la sala de ala. Lola los miró a los dos, como si hubiera visto la espalda de Jorge en aquel día cuando protegió a Yolanda en sus brazos y se fue firmemente. Con lágrimas en los ojos, Lola se sentía como si se rompiera su corazón, dolorosa, frustrada y un poco desesperada. "¡Cut!" Dijo el director, quien estaba muy satisfecho con esta parte del episodio. Lola, sin embargo, parecía que era incapaz de liberarse de la presentación. Las lágrimas seguían cayendo desde sus mejillas, y un aire de melancolía la rodeaba. El fotógrafo rápidamente le dio un reportaje especial, con el texto: "Todavía me gustas mucho. Eres como la nieve, hermosa pero fría. Si tuviera el talento, escribiría cientos de poemas dedicados a tu belleza". Cuando Mona vio que Lola estaba en un estado obcecado en un tiempo bien

largo, vino a despertarla. Lola miró hacia atrás a Mona y se quedó confundida. "¡Lola, mueve a la siguiente escena!" Hasta este momento, Lola se dio cuenta de lo que estaba pasando. Ella inmediatamente secó las lágrimas de la cara. "¡Esto es muy duro!" Mona observó la huella de bofetadas en la cara de Lola, murmuró descontentamente, y luego llamó al maquillador que pusiera más maquillaje y la ocultara. No se podía ocultar la huella aunque se había puesto una gruesa capa de maquillaje. ¡No hacía falta preocuparse! Ella no se iba a dejar controlar por emociones en nada antes de que fuera suficientemente fuerte. Lola se dijo a sí misma: "Yolanda, ¡un día te haré probar toda la vergüenza que me has traído!" En el País A. "Mi Señora, hemos encontrado a la niña, pero ella está bajo protección especial. No podemos acercarnos a ella". El guardaespaldas informó respetuosamente a la dama noble, quien estaba reclinada en el sofá. "¿Oh? Hay muy pocas personas que lo sepan. ¿Quién ha mandado a la gente para protegerla? La dama noble tocó el cuello de piel de su abrigo de marta y preguntó con voz moderada. El guardaespaldas paró sus palabras sin seguir. "Puede ser las personas que se apresuraron a salvarla, cuando en la última vez cuando ella saltó al mar, ... eran los hombres del presidente Herrero". "¿Presidente Herrero?" La señora se levantó del sofá, con la cara nublada. ¿Tomás Herrero supo el secreto? Puesto que Tomás pudo descubrir este secreto, el hermano mayor de esta señora y su esposa pronto lo sabrían.. Ella debía acelerar las cosas, incluso tendría que revelar a la niña, siempre y cuando ella misma no se presentara. "Encuentra una oportunidad adecuada para traerla al país A. Ten en cuenta, no le hagas ningún daño". Por lo menos la niña era su sobrina. Y una vez obtuviera lo que quería, sería amable con la chica.

"¡Sí! ¡Mi señora!" El guardaespaldas se inclinó con una reverencia y se fue de la villa antigua y lujosa. En el sitio de filmación que la compañía construyó temporalmente, la filmación estaba a punto de terminar. Mañana, Lola iría al país M para otra filmación. Ella empaquetó algunas cosas de su maleta y se dirigió al aeropuerto. Cuando Lola llegó al hotel reservado por el equipo de filmación en país M, vio un Maybach con el techo corredizo abierto, justamente cuando ella salió de un taxi. Por supuesto ella sabía de quién era el coche. ¡Ah! ¡Estas dos personas no tenían ningún escrúpulo sobre mostrar amor en público! Lola se puso las gafas de sol, bajó el sombrero y mantuvo la cabeza hacia abajo mientras caminaba hacia el hotel. "¡Lola!" Yolanda la llamó por su nombre. "¿Qué quiere hacer ella? ¿Mostrar su ventaja? ¿O mostrar su amor?" Sin detenerse en sus pasos, Lola seguía caminando hacia el hotel. La sonrisa en la cara de Yolanda se convirtió en rabia. Cada vez que se encontraban, Lola la ignoraba, esta maldita mujer. "Jorge, ¿por qué no te quedas por unos días?" Yolanda le preguntó a Jorge, con una voz suave y coqueta. "No, estoy muy ocupado recientemente. Llámame cuando termines tus cosas. Yo te recogeré." Jorge retiró su vista hacia Yolanda, soltó sus manos que le sujetaban, caminó y subió a su auto. Yolanda miró el Maybach que estaban desapareciendo, pataleando sus pies con enojo. Pero estaba bien, la noche del pasado mañana, ellos dos iban a filmar un programa de variedades, y ella ya le había pedido a Manuel que se pusiera en contacto con el anfitrión de antemano.

Parecía que en el país M hacía un poco más frío que en la ciudad D. Lola llevó solo un traje antiguo y delgado durante la filmación, y se resfrió un poco en la siguiente mañana. Tomó algunos medicamentos para el resfriado y se apresuró al estudio de filmación. Pero su voz nasal y gruesa había retrasado un poco el proceso de filmación. La productora procesó su voz un poco, y así sonaba más natural. Por la noche, Lola participaría en el espectáculo de variedades. Ella leyó sus líneas de filmación en el hotel. No había problema. El espectáculo iba a durar quince minutos. Ella no era la protagonista, ni necesitaba hablar mucho. Al comienzo del espectáculo, Lola llegó al escenario con un vestido largo y de lana blanca, además un abrigo de camello. Se sorprendió y se conmovió mucho cuando vio que muchos de sus fanáticos estaban presentes. Aunque su reputación era bastante mala, la gente estaba aquí apoyándola. ¡De veras ella estaba muy emocionada! En total había seis personas del equipo de filmación, todos los protagonistas y otros papeles asistieron al espectáculo. "¡Ah! ¡Manolo te amo!" "¡Yolanda, estamos aquí!" Los fanáticos, la mayoría de los cuales estaban aquí para Manolo y Yolanda, agitaban locamente las placas luminosas con los nombres de sus ídolos. En comparación con Manolo y Yolanda, los fanáticos de Lola y otros papeles secundarios eran mucho menos. "Estimados, bienvenido a nuestro show. Esta vez hemos invitado a los seis papeles principales en Long-Cherished Wish, la película bastante popular. Ahora demos la bienvenida a Manolo... " Cuando la presentadora estaban dando la presentación a Manolo, entre los fanáticos estallaron gritos y vítores. Manolo saludó a los fanáticos con su sonrisa encantadora. Cuando se mencionó el nombre de Lola, ella sostuvo el micrófono, un poco nerviosa. Esta era su primera vez que participó en un espectáculo de variedades.

"Hola a todos. Soy Lola Hernández. Encantada de conoceros. ¡Gracias!" Sus saludos simples y elegantes ganaron gritos de los fans. Los fanáticos de Yolanda no la respetaron, incluso pasó algo peor, alguien gritó, "¡Puta, vete!" Fue un poco incómodo, por lo que la presentadora se apresuró a iniciar el siguiente tema. "Estamos emocionados al ver a nuestros actores y actrices. Vamos a empezar a entrevistarlos. Si tiene alguna pregunta, siéntase libre de enviar un mensaje de texto al número de teléfono en la parte inferior de la pantalla. Te ayudaremos a obtener la respuesta". "Sí. Ahora déjame comenzar con nuestro guapo-Manolo y la hermosa-Yolanda. Como protagonistas de Long-Cherished Wish, ya han colaborado entre sí varias veces. ¿Podría decirles a los fanáticos cuál es el carácter personal de su compañero?"

Capítulo 83 Se consideraban como desconocidos entre sí La presentadora les pasó dos micrófonos a Manolo y Yolanda respectivamente, lo que introdujo gritos emocionados de los fanáticos bajo el escenario. "Manolo es un bombre vivo y inteligente. ¡Él siempre tiene sus maneras de animar la atmósfera y hacernos reír!" Yolanda respondió a los fanáticos de Manolo con su sonrisa comercial, sus palabras hicieron que todos los fanáticos gritaron locamente de nuevo. "La súperestrella internacional-- Yolanda es una reina hermosa y competente y siempre tiene presentación fabulosa. Ella nos ha enseñado mucho". Manolo solo comentó simplemente porque no quería decir demasiadas cosas que iban en contra de su voluntad. A partir de entonces, los fanáticos de Yolanda coronaron a su Reina Internacional. Luego la presentadora dirigió su atención a Lola y le preguntó: "La Perla linda interpretada por la señorita Hernández es encantadora pero también pura e inocente de vez en cuando. Me interesa saber cómo es usted en la vida real? "Eh... Mi característica personal en la vida real es diferente de la de Perla, en mi opinión soy una persona casual en la vida". Lola rió al responder esta pregunta. Ella pensaba que no tenía ningún rasgo de personalidad especialmente destacado. "Señorita Hernández, ¿le puedo hacer una pregunta en nombre de los fanáticos? Muchos internautas dicen que es la amante del Sr. Jiménez de Grupo SL. ¿Podría hacerme favor explicando esto a sus fanáticos? La pregunta de la presentadora silenció a todos los fanáticos porque todo el mundo quería saber la respuesta. Lola parpadeó por causa de asombro. Esa pregunta no estaba en la lista. Pero todos los fanáticos la miraban con curiosidad y esperaban su respuesta, así que no tuvo otro remedio que contestar directamente. Ella pensó por un momento y

dijo: "Sr. Jiménez y yo solo somos amigos. Para evitar malentendimientos innecesarios de nuevo, hemos llegado a un acuerdo. Nos consideramos como desconocidos en el futuro". "El divorcio es un tipo de acuerdo, ¿no?" Estaba pensando Lola. Ella estaba intentando sonreír para que por lo menos pareciera que tuviera una actitud relajada. Pero esta presentadora lanzó otra pregunta. "¿Qué opinión tiene usted sobre el vídeo que fue eliminado? Mucha gente dijo que secuestraste a nuestra Yolanda y al final el Señor Jiménez la salvó. Esta pregunta enfrió el ambiente vivo de inmediato. El director del espectáculo le guiñó un ojo a esta presentadora varias veces tratando de detenerla. Pero la presentadora ignoró su advertencia. Lola respiró profundamente y levantó el micrófono cerca a su labio, "Eh ... No quería hablar sobre este vídeo. Ya que usted me está preguntando, me gustaría explicarlo un poquito. No soy una amante de ninguna manera. Ese vídeo es un completo malentendido. Las partes inicial y mediana fueron cortadas para engañarles. De todos modos, por favor no lo prestan más atención. Señor. Jiménez y yo nos consideramos como desconocidos en el futuro. Espero que ustedes puedan prestar más atención a mi película. ¡Haré mis mejores esfuerzos para ofrecerles más películas de calidad! ¡Gracias!" Todos los fanáticos estaban en silencio y escuchaban a Lola con toda su atención. Después de escuchar la respuesta de Lola, sus fanáticos gritaron con entusiasmo: "¡Lola, confiamos en ti!" "Lola, siempre estamos a tu lado. ¡Te amamos!" "Aunque solo le conozco a Lola por unos meses, según mis conocimientos de ella, definitivamente no es la amante de la que estás hablando. ¡En mi corazón, ella es una hermana hermosa que está trabajando con esfuerzos por su carrera de actriz! " Al escuchar las palabras de Manolo, todos los fanáticos comenzaron a discutir. Yolanda se sentía embarazosa. Ella no esperaba que Manolo estaba al lado de Lola. Pero como una actriz que tiene mucha experiencia, volvió a sonreír de inmediato: "Como todos sabemos, la farándula es un lugar inundado de rumores. Muchas personas están exagerando las cosas. Lola de veras es una actriz excelente. Espero que puedan prestar más atención a nuestra película que los

rumores. ¡Gracias!" Con el "apoyo" de la súperestrella Yolanda, la mayoría de los fanáticos comenzaron a cambiar sus opinión sobre Lola. La explicación de Lola fue grabada y publicada en Twitter por los fanáticos. El comentario más popular era: "Creo que Lola realmente ama al Sr. Jiménez. Lola mencionó dos veces que se consideraban como desconocidos en el futuro. Si Lola realmente le ama, ¡qué dolor de corazón tendrá al decir eso! "Tu sonrisa es tan brillante y pura. ¡Lola, soy tu fan de ahora en adelante!" "Nuestro Manolo es el mejor. Dijo que Lola era buena gente, ¡entonces creemos que lo es! ... Jorge estaba viendo el programa en vivo a través del teléfono móvil y se preguntaba a sí mismo cuándo ellos dos llegarían a un acuerdo de considerarse como desconocidos en el futuro. Al ver el comentario: "amor verdadero", él hizo una mueca de desdén, "¿Amor verdadero? Ese tipo de mujer malvada, ¿como podría realmente amar a alguien? "¿Cuánto dinero ha pagado Tomás Herrero para limpiar los obstáculos y elogiarte? ¿Todavía quieres fingir como una persona inocente después de hacer todas las cosas viciosas? ¡De ninguna manera!" Jorge pensó. Lola había ganado muchos fanáticos nuevos después del espectáculo. Sentada en la furgoneta especial, Lola estaba leyendo noticias en Twitter. Reenvió un poema con sus fotos publicadas por la cuenta oficial de la película en Twitter, con el texto diciendo: "Paz en mente. Sé mi propia protagonista". Ella recibió una gran cantidad de comentarios pronto. El teléfono móvil seguía sonando, recordándole los mensajes nuevos. Pero ella no los leyó y puso el teléfono en el modo de silencio. Se sentía cansada debido al resfriado, por lo que se quedó dormida poco minutos después de regresar al hotel. Ella vio una inundación de comentarios cuando inició la sesión en Twitter al día

siguiente en el sitio de filmación. En la lista de comentarios salió primero el de Tomás otra vez, "Te apoyaré para siempre. ¡Ánimo, Lola! "Gracias. señor. Herrero". Respondió Lola. El comentario de Manolo ocupó el segundo lugar: "¡Lola, mi hermana, te deseo una vida feliz!" ¡Lo más gracioso era que muchos de los fanáticos de Manolo también la llamaron "hermana" y le dijeron que eran sus cuñadas! "Mis cuñadas están invadiendo mi Twitter, ja ... jaja..." Respondió Lola. El comentario en tercer lugar era de su mejor amigo Ramón: "La mejor amiga de mi vida, Lola. Eres la mejor." Lola le respondió alegremente: "¡Sí, amigo de vida!" Al ver que tanta gente estaba apoyándola, Lola se animó mucho y se volvió positiva. "Quizás los días nublados estén cerca de su fin, ¿no es así?". Pensó. Ella había aceptado la realidad de que viviría sola sin Jorge. No se podía determinar de quien era la culpa, de ella o de Jorge. No importa qué sería, sus relaciones se habían terminado. Pero todavía le dolía el corazón al acordarse de Jorge y de su pasado feliz. "Es seguro que Jorge se lleva felizmente con Yolanda. ¿Si me extraña de vez en cuando, igual que la forma en que lo extraño?". Pensó ella. Lola se quedó en país M por su película por más de un mes. Muchos fanáticos que conocían su itinerario fueron al aeropuerto con anticipación para darle la bienvenida en el día que regresó. El aeropuerto estaba lleno de fanáticos. Estaban llevaban tablas elaboradas con el nombre de Lola y esperaban pacientemente a Lola. Lola estaba sorprendida y agradecida de ver a tantos fanáticos esperándola, así que quitó las gafas de sol para demostrar su respeto a ellos. La reacción de Lola hizo que los fanáticos se hicieron más emocionados. El

aeropuerto se llenó de gritos ensordecedores pronto. "¡Lola Hernández, te amamos!" "¡Lola, nos gustas mucho!" "Lola Hernández, " Lola Hernández, te amamos..." Lola aprovechó el tiempo para firmar y tomar fotos con los fanáticos cercanos con paciencia. En todo el momento, mantuvo una sonrisa dulce en la cara que la hizo amable y accesible. Cuando caminaba hacia la furgoneta, otras chicas emocionadas se empujaron por codillos hacia furgoneta para intentar acercarse a Lola. Al ver eso, Lola arrojó su bolso y gafas de sol a Mona en seguida.

Capítulo 84 ¿Puedo ayudarte Se levantó con la ayuda de Lola, la chica estaba demasiado emocionada para decir algo, pero redeaba el cuello de Lola con sus brazos. Otros fanáticos chillaron, "¡Qué simpática es Lola!" "¡Qué afortunada es ella!" Lola también le dio a esa chica un abrazo y una firma antes de subir a su auto. De esta manera, un momento embarazoso de esta chica resultaba ser una cosa dulce y agradable con la ayuda de Lola. Al ver que se alejó el auto, todos los fanáticos se fueron reaciamente. Lola debería tener dos días libres antes de ir al País A para la próxima filmación. Mona Cruz consiguió una película de vida juvenil para Lola, en la cual interpretaría el papel principal. Lola estaba de acuerdo a participar en esa después de revisar su agenda. Después de dormir todo el día, Lola tenía tanto hambre que tuvo que levantarse y bajar por las escaleras con una sudadera con capucha. Al caminar, de repente oyó un ruido por detrás. Volviendo la cabeza, descubrió que era una pelea de atrás. Se puso la capucha e intentó escaparse. Desafortunadamente, se le vio por dos compañeros del grupo de pelea y casi tenía el riesgo de ser atrapada. Con rapidez Lola se escapó a un centro comercial y finalmente se liberó de los dos tipos. "¡Oh Dios mío! Me asustaron mucho. ¿Quiénes eran? ¿Por qué me persiguieron? Pensó Lola. Parecía que no eran paparazzi, sino guardaespaldas de dos empleadores... Estaba un poco confusa y salió por otra puerta del centro comercial. "¿Es posible que un grupo sea enviado por Tomás Herrero para protegerme mientras que el otro me haga daño? ¿Entonces los dos grupos comenzaron a pelearse después de encontrarse allí?" Sí, esta era la única posibilidad.

Concentrada en su pensamiento, Lola apenas se dio cuenta de que los dos seguidores aparecieron de nuevo. Ella no se les dio cuenta hasta que la detuvieron los dos. Uno de ellos dijo: "Señorita Hernández, mi jefe le invita a su lugar, por favor, vaya con nosotros". "¿Quien es tu jefe?" Preguntó Lola mientras caminaba hacia adelante. "Lo sabrá cuando llegue, señorita Hernández...", el guardaespaldas quería detenerse y comenzó a correr de nuevo, porque Lola había comenzado a cruzar la calle de forma inesperada. Un chirrido del sonido de freno de un auto llamó la atención de los peatones. Mirando al auto lujoso que se detuvo a menos de 1 pulgada de distancia de ella, y la mirada furiosa de Jorge, Lola se sintió perdida por unos segundos. Pero pronto se acordó de lo que había sucedido y se escapó sin pedir perdón. Pero Jorge todavía estaba enojado mientras veía a Lola perseguida por dos hombres. ¡Lola habría muerto si su sistema de freno no fuera de buena calidad! Planeaba seguirla para ver qué estaba pasando. Sin embargo, la puerta del asiento de atrás se abrió de repente, y alguien subió a su auto. Era Lola, quien se había vuelto. "Yo sé que me odias, pero por favor, permíteme estar aquí por un ratito. ¡Gracias!" Lola le rogó. Observando al hombre que estaba sentado en el asiento delantero con un aura de autoridad, no estaba segura de si el hombre iba a ayudarla o no. "Fuera", respondió el hombre. Aparcó el coche en medio de la carretera y no tenía ganas de moverse, incluso cuando la luz verde estaba encendida. Ella no esperaba que el hombre pudiera tener ni simpatía. "Lo haré, pero en el siguiente cruce". No podía abandonar su última manera de salvarse, aunque estaba al borde de la desesperación. Al cabo de un rato, el coche comenzó a moverse de nuevo. Mirando por la ventana, Lola entendía ahora estaba a salvo, porque los dos hombres estaban casi

fuera de la vista. "Por favor para aquí. ¡Gracias!" Pero esta vez, el coche siguió avanzando hacia adelante. Al esperar la luz verde en un cruce, Lola abrió la puerta y salió del auto. Mirando a la mujer que salió de su auto con determinación, Jorge no tenía ninguna reacción. Quitó la capucha y se dirigió a un restaurante de la calle. Después de sentarse, sacó su móvil y llamó a Ramón. "Hola superestrella, ¿qué puedo hacer por ti?" Ramón hablaba con un tono de broma. "Es una historia larga. Quiero mudarme la casa". Ella no se atrevía a volver y vivir allí en la casa actual sola. "¿Qué pasó?" "Me rastraeron unos desconocidos. Ya no quiero vivir allí". Lola se sentó allí, a veces pateó las piedras cercanas. El auto de Jorge se estacionó lentamente frente a ella. "¿Por qué ... por qué estaría aquí?" Ella se preguntó. "Bien. Entonces, ¿cuál es tu plan para esta noche? "Ramón inició sesión en un sistema en su computadora para contactar a un conocido. "¿Hola?" Preguntó Ramón. Pasaron varios segundos pero recibió ninguna respuesta de ella. Lola se levantó de la silla, dando un paseo y respondió: "¿Sí?" "¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no respondes? Ramón adivinaba que algo podría pasar con ella, lo que le hizo fruncir el ceño. "Nada, ¿cuál es tu pregunta?" El auto le seguía cada vez que ella avanzaba. Lola finalmente contestó la pregunta de Ramón después de su repetición. "Volveré allí esta noche y me iré a otra ciudad mañana. Todo estará bien."

"Déjame llevarte en persona a tu casa", Ramón paró ingresar algo a su computadora. "No, gracias. Me he liberado de los seguidores. Me voy a salir de allí mañana mismo y estaré a salvo", dijo Lola. Ella pensaba que no le importaba nada aunque le estaba seguiendo por ese hombre. A pesar de todo, ella podría volver a casa con la "ayuda" de él. "De acuerdo. ¿A donde irás mañana?" "Es un viaje de dos días. El plan es llegar al país A pasado mañana. Pero llegaré allí un día antes. Así que necesito empaquetar mis cosas esta noche. ¿Puedes ayudarme a transportarlas? Te invitaré una cena rica", dijo riendo. Era una pena que ella nunca le hubiera invitado a Ramón una cena rica ya que él la ayudaba en todo el momento. "No hay problema." Después de colgar el teléfono, Lola ya estaba cerca de su casa. Observando a su alrededor con alerta, Lola no encontró nada sospechoso excepto el auto de Jorge. Ella subió las escaleras directamente. El sonido de un golpe en la puerta llegó a sus oídos poco después de que ella la cerró. Sabiendo quién estaba allí, caminó lentamente hacia la puerta sin intención de abrirla. Se dio otro golpe. Ella abrió la puerta al final. Después de que entró el hombre alto, parecía que la habitación era un poco chiquita para ellos dos. Era un hombre maduro vestido con un abrigo hecho a mano de una marca italiana. Él echó una vista a su alrededor con frialdad y sentía que el espacio era pequeño pero cómodo y agradable. "Señor. Jiménez, en que puedo ayudarte?" Preguntó Lola. Apoyándose en la puerta, ella no la cerró, lo cual significaba que ni quería que se quedara allí por mucho tiempo.

"Parece que has vivido una buena vida". Dijo Jorge mientras se sentó en el sofá, que era tan pequeño y compacto que se sentía un poco incómodo. Lola no le respondió, todavía inclinada allí, casualmente. Jorge se levantó, la arrastró adentro y cerró la puerta. Luego la empujó contra la pared con una cara seria. "¿No quieres hablar conmigo?"

Capítulo 85 Sal de aquí El aire estaba lleno de incomodidad. Lola volteó su cabeza, sin querer enfrentarse a él. "Jefe Jiménez, es tarde. ¡Será mejor que ya se vaya!" Jorge se burló de ella, "Lola, has lastimado a otros, mientras eres libre y sin restricciones. ¡Qué bien por t!" Luego, procedió a pellizcar el pequeño mentón de Lola con su mano derecha. "¡Jorge Jiménez, sal de aquí, ahora mismo!" Lola pudo liberarse de su control, ir hacia la puerta, abrirla y pedirle que se fuera. "¿Me estás pidiendo que salga? ¿Con qué derecho me lo ordenas, mala mujer?" Jorge cerró la puerta con una patada y una expresión sombría en sus ojos; y confrontó a Lola en la habitación. "¿Yo soy la mala? ¿No fui yo la que decidió divorciarte? Y me había alejado muy lejos de ti. ¿Qué es lo que quieres de mí?" Lola estaba un poco agitada cuando escuchó a Jorge llamarla una mala mujer. Y al mirar la expresión dolorosa de Lola, Jorge también se sintió incómodo. "¿Qué es lo que quiero de ti? Nunca te he culpado por eso. ¡Siempre soy lo suficientemente amable contigo! ¡Parece que has logrado encubrirte bastante bien últimamente! ¡Si vuelves a lastimar a Yolanda una vez más en el futuro, serás excluida del mundo de la farándula!" Él la miró y dijo con voz fría. Resultaba que Jorge estaba tratando de vengar a su novia. "¡Sal de aquí!" Lola señaló en dirección hacia la puerta, con ojos de color rojo. Ella no quería ver al hombre ni un segundo más. "¿Salgo de aquí?" Jorge envolvió sus manos alrededor de la cintura de Lola. Sin cuidado, Lola tropezó y cayó en los brazos del hombre. "Jorge, no tenemos nada que ver el uno con el otro. ¡Si te atreves a tocarme, te demandaré!" "¡Inténtalo, de aquí no me iré hoy!" Jorge la llevó por la cintura y pateó la puerta de la habitación de Lola para abrirla.

"¡Bastardo, suéltame!" Lola estaba realmente enojada. ¿Por qué él debería molestarla una vez más? Un ex marido, a quien no le importaba la vida de Lola, todavía coqueteaba con ella. ¿No era esto lo suficientemente insultante? Jorge la controló, ignorando sus protestas. Una noche desvelada... Cuando Lola se despertó al día siguiente, vio que estaba sola en el dormitorio. El olor a crema de baño permanecía en el aire, y a su cuerpo le afectaba estaba la incomodidad. "¡Maldita sea, imbécil estúpido!" Lola se levantó y se tambaleó hacia el baño. El pequeño baño en vapor sugería que el hombre se había ido hacía solo unos minutos. ¿Cuál fue la intención de Jorge de venir anoche? ¿Para humillarla y advertirla? Después de bañarse, Lola empacó sus pertenencias en varias cajas de almacenamiento, para que Ramón pudiera llevárselas directamente. Entonces Lola comenzó el siguiente viaje, sacando una pequeña maleta. En el Num. 8 de Fuente Perla. Yolanda se levantó por la mañana y abrió la puerta del dormitorio principal. Al ver la limpia manta en la cama, supo que el hombre nunca regresó a casa la noche anterior. Sacó su teléfono celular y llamó a una de las secretarias de Jorge en el Grupo SL. Les preguntó si Jorge se había tomado un descanso en la compañía la noche anterior y si él estaba en la oficina en ese momento. La secretaria le dijo en voz baja que la sala del CEO no estaba ocupada la noche anterior y que eran casi las diez en punto, pero que el jefe aún no había acudido a la oficina. Yolanda se alertó rapidamente y llamó a Manuel Mendez para investigar la

vigilancia alrededor de la casa de Lola. Como era de esperarse, el nuevo Maybach de Jorge se había estacionado allí durante la noche. Yolanda estaba tan enojada que tiró al suelo todos los cosméticos del tocador. Yolanda se habló consigo misma: "Lola, estás realmente llena de artimañas. Aunque eres una mujer viciosa en el corazón de Jorge, conseguiste acostarte con él. ¡Buen trabajo!" "¡Perra! ¡Perra! ¡Seduciendo a su hombre incluso después del divorcio! ¡Bien! ¡Entonces séra pelea lo que tendrás!" En el País A. Lola llegó a la habitación del hotel reservada por el equipo de filmación y descubrió que había un hombre en la habitación esperándola. "Sr. Herrero, ¿qué puedo hacer por usted?" Lola verificó el número de la habitación y se aseguró que era el de ella. ¿Cómo entró el hombre aquí? Después de todo, como el presidente, Tomás era capaz de entrar en cualquier habitación del hotel tan fácilmente como abrir y cerrar los ojos. "Algunas personas te seguían ayer y te he dado algunos guardaespaldas adicionales." Tomás se acercó a ella y la miró a los ojos con sentimientos encontrados. "Gracias, Sr. Herrero. ¿Sabe quién los envió?" Lola también tenía curiosidad por saber por qué alguien la estaba siguiendo. No podría haber sido Yolanda. Ayer, el hombre dijo que su jefe le pidió que viniera. Si fuera Yolanda, Lola hubiese estado entre la espada y la pared, en lugar de ser tratada tan cortésmente. "No estoy seguro. Estoy investigando." Mirando a la pequeña mujer que estaba tratando de mantener una distancia, Tomás se rió en voz baja. Ella siempre lo rechazó de manera imperceptible. ¿Cuándo se volvió tan desagradable? "Bueno, muchas gracias, Sr. Herrero." Lola se sentó en el sofá, lista para sacar su teléfono celular.

"Usted se ha divorciado de él. ¿Qué tal si comienza su carrera en País A?" Tomás se sentó en el sofá frente a ella y miró a la mujer ligeramente aturdida. "No. Gracias a su ayuda, he ganado popularidad en Ciudad D en un corto período de tiempo. No debería molestarle más." Lola sonrió y se negó. Tomás la escuchó con una sonrisa, como si no hubiese afectado el rechazo de Lola. "Lola, ahora estás soltera, ven a mí, déjame protegerte desde ahora en adelante, ¿qué dices?" Lola miraba fijamente al serio Tomás y no pudo encontrar ninguna señal de broma. ¿Por qué este hombre noble y superior la protegería incondicionalmente? "¿Quiere decir que le gusto o simplemente está interesado en mí?" Tomás sonrió y caminó a su lado. "¿Eso es importante?" "Sr. Herrero, lo siento, no estoy de buen humor ahora mismo. Ahora que me ha pavimentado tan buen camino en el mundo de farándula, debo de cumplir con sus expectativas. Me centraré en mi actuación." Ella estaba con Jorge ayer, ¿cómo podría tener el ánimo de encontrar a otro hombre? Tomás sacudió la cabeza y sonrió. "Bueno, entonces toma un descanso. Haz tu mejor esfuerzo en la filmacion de mañana. ¡Yo también tengo trabajo que hacer!" Él no quería acorralarla. Lola se sintió aliviada después de que Tomás se fue. Él siempre le daba una especie de sentimiento opresivo. "¡Asegúrate de ganar buen dinero en el futuro y luego pagarle!" En este momento, Lola escuchó una llamada a la puerta. Miró a través del ojo de la puerta y vio a Manolo. Cuando Lola la abrió, Manolo estaba apoyado contra el marco de la puerta, con una sonrisa radiante en su rostro. "Buenos días, famosa estrella." Lola se apoyó contra la puerta y lo miró. "Mi casa está en el País A. Pasa por allá cuando quieras." Manolo fue

directamente a la suite presidencial, miró a su alrededor y asintió con satisfacción. Lola se quedaba sin poder hablar. ¿Era Manolo siempre tan hospitalario? "¿Puedo ayudarle?" Lola dejó la puerta media abierta. "Sí, tengo que preguntarte algo. Cuando estabas en la Ciudad D, tú y Laura teníais el título de ser bellezas de la clase alta. Tú estás aquí. ¿Qué hay de ella?" Manolo se acercó a Lola, la cual se estremeció. "¿Cómo rayos sé dónde estaría ella?" Lola giró sus ojos ante Manolo, el cual actuaba como un niño.

Capítulo 86 Capitulo Expia por tu pecado "¿Qué hace ella usualmente?" Preguntó Manolo. "No lo sé." Ella respondió. "¿En qué parte de la Ciudad D vive?" Preguntó de nuevo. "No lo sé." Ella contestó. "¿Como está ella?" Preguntó de nuevo. "No lo sé." Ella respondió de nuevo. ...... Estupefacto, Manolo miraba a Lola y le preguntó: "¿No vas a decir algo más que no sea 'No lo sé'?" Lola respondió con una mirada desconcertada. "Nunca hemos estado en contacto. ¿Cómo puedo saber todo eso?" "Olvídalo. ¡Nunca debí preguntarte!" Manolo se despidió y caminó hacia la puerta de la habitación. Cuando abrió la puerta, vio la escena que sucedía en la habitación opuesta y cerró la puerta a toda prisa. Al darse cuenta de la extraña reacción de Manolo, Lola sospechó y caminó hacia él. "¿Qué acabas de ver?" "¡Nada, no vi nada!" Manolo se reía y hablaba evasivamente. Nada convencida, Lola hizo a Manolo a un lado y abrió la puerta para ver por sí misma. En la habitación opuesta, Yolanda sostenía el brazo de Jorge, el cual llevaba una maleta de cuero. Cuando Lola abrió la puerta, los dos enamorados también la vieron.

Lola miró a Manolo. "¿No te ibas a ir?" "¡Me quedaré un poco más!" ¿Qué tal si ella nunca volvía en sí después de eso? "¡Me iré si tú no lo haces!" Lola entró en la habitación, recogió su bolso del sofá y salió. Manolo cerró la puerta con llave y la siguió. "¿Lola?" La llamó por detrás. Lola se le quedaba mirando al sonriente Manolo: "¿Estás enamorado de mí?" Al oír su pregunta, Manolo casi se ahogaba en su propia saliva. "Mira, muchachota, ¡a mí no me interesa estar con niños!" Aliviada, Lola le lanzó una mirada a Manolo, el cual se dio cuenta de la resignación de Lola. "¿Qué quieres comer esta noche? ¡Yo te invito!" Manolo preguntó generosamente. "Realmente dudo de tus motivos. ¿No tienes que repasar el guión?" Juntos, Lola y Manolo salieron del ascensor y salieron del hotel. "Meh. Ese guión es pan comido, pero no debería dejar pasar la oportunidad de pasar el tiempo con una persona tan interesante como tú. ¿Qué tal si damos un paseo?" Manolo no llevaba gafas de sol. Pero no importa, él y Lola solo eran amigos, no temía ser fotografiados por los paparazzi. "¡Muy bien! ¡Vamonos!" Por el rabillo del ojo, Lola vio una figura familiar, mientras caminaba hacia el lujoso automóvil de Manolo sin pensarlo dos veces. Manolo acompañó a Lola a uno de los mejores restaurantes de estofado en el País A. Lola pidió su plato super picante. Como resultado, Manolo tuvo un tiempo muy difícil. Salió con una mano en la pared, sintiéndose como si el estómago estuviera sangrando. Lola miró al gracioso Manolo y lo arrastró al centro comercial. Al pasar junto a una tienda de vinos tintos, Lola recordó que había comprado unas cuantas

botellas de vino tinto en el País A y las había dejado en Fuente Perla. "¡Olvídalo, deja que Jorge se ocupe de ellas!" Lola y Manolo fueron a la boutique, y Lola compró un regalo para Wendy. Lola pensaba que Ramón se había perforado la oreja izquierda, así que ella le compró un par de pendientes de hombre. Al final, Lola le compró a Manolo una muñeca hecha a mano porque estaba muy feliz de tener su compañía. "Oye, Lola, ¿cómo puedes darme algo tan infantil?" Protestó Manolo. "¿Lo quieres o no? Si no, ¡devuélvemelo!" Lola le lanzó una mirada de reojo. "Está bien. ¿Por qué no?" Manolo puso la muñeca en el bolsillo de su abrigo y tomó las bolsas de las manos de Lola. Manolo la llevó de vuelta a la puerta del hotel antes de irse a casa. Lola abrió la puerta de la habitación, la cerró, encendió la luz y vio a un hombre sentado en la habitación, ¡lo que la asustó mucho! Ella juró no volver a vivir en este hotel nunca más. "¿Cómo es que alguien puede entrar y salir de mi habitación tan fácilmente?" El hombre en el sofá sopló lentamente un anillo de humo. "Tú y ese hombre han estado fuera durante tres horas y veinte minutos. Me has hecho esperar una hora y diez minutos". "¡Tú lo pediste!" Lola tiró las bolsas en el sofá, se quitó el abrigo de lana y lo colgó en la percha. "Sr. Jiménez, está en la habitación equivocada. La habitación de su novia está en el lado opuesto. Por favor, salga." Lola se cambió los zapatos de tacón alto y sus pies se sintieron mucho más cómodos. Jorge fue directo a su cama, estiró las piernas y ocupó la mitad de la cama. Lola lo miró indiferente, abrió la puerta de la habitación y se preparó para llamar a la puerta de Yolanda.

"¡Atrévete a salir de esta habitación!" La fría advertencia del hombre vino de la habitación. Lola retiró su pie que estaba ya fuera de la habitación. Lola cerró la puerta con rabia y regresó a la cama. "Jorge, ¿por qué no me dejas en paz?" "¿Por qué debería? ¿Para complacerte?" Apagó su cigarrillo y jugó con el encendedor. "Sr. Jiménez, ¿qué debo hacer para que me deje en paz?" Lola se sentía realmente impotente. Ya que se habían divorciado, ¿por qué no podían romper de una vez por todas? "¡Duerme conmigo!" Al escuchar su clara respuesta, Lola agarró la almohada y la golpeó contra el cuerpo de Jorge. "Sr. Jiménez, pero si soy tan mala mujer. ¿Aún así cree que soy la adecuada como para dormir con usted? Lola dijo irónicamente y miraba al hombre despreocupado en la cama. ¿No debería estar disgustado de verla? "¡Es por tu maldad que te torturaré lentamente!" Aún después de decir todo eso, Jorge continuó jugando con el encendedor. Ella se rió entre dientes. "Jefe Jiménez, ya lo había dicho en el show. A partir de aquel momento, usted es como un extraño para mí. ¡No puede hacerme romper mis palabras!" Se sentó en el sofá, mirando al hombre descarado. "¿Por qué estoy seguro de que no hemos llegado a un consenso?" Lola estaba a punto de volverse loca. ¿Cómo puede ella deshacerse de este tormento? "¿Te vas o no? Si no te vas, arrojaría a Yolanda al mar para alimentar a los tiburones". Lola trató de amenazarlo y funcionó. El hombre puso una cara de espanto instantaneamente. "Me estás amenazando de nuevo con la vida de Yolanda, ¿verdad?" Jorge se levantó de la cama y caminó hacia Lola. ¡Este hombre peligroso! Lola se levantó del sofá y corrió hacia la puerta de la habitación. Jorge la alcanzó y la tomó del brazo.

Arrojó a Lola al sofá, "¡Lola, atrévete a tocar a Yolanda una vez más!" Jorge miraba a Lola con tristeza, listo para darle una lección. Lola se levantó del sofá y lo miraba a los ojos. "¡Si no quieres que lastime a tu mujer, entonces saldrás de aquí ahora mismo!" Jorge gradualmente extendió su mano alrededor del delgado cuello de Lola. Él dio un paso adelante, y ella retrocedió, hasta que estaba presionada contra la fría pared. "No puedes ordenarme a que vaya a ninguna parte. ¡Lo que debes hacer ahora es expiar por tu pecado! ¡Contigo misma!" Jorge la agarró por la muñeca y se dirigió hacia la cama. Lola sonrió con desprecio. "¿Está tu mujer sin tener sexo? ¿Dejándote andar? Jorge la presionó en la cama y besó a esta mujer inflexible en los labios... En este momento, Lola escuchó un golpe en la puerta.

Capítulo 87 Fuera de mi habitación Jorge le miraba a Lola con los ojos entrecerrados. "¡Si fueras un hombre, estarías muerta! Tomás Herrero y Manolo Camela, un presidente y una súper estrella, ¡realmente eres alguien! " Lola le empujó al hombre para alejarle. Jorge mordió el labio de Lola y luego se levantó reaciamente. Lola arregló su ropa rápidamente y luego caminó hacia la puerta. Jorge se reclinó en su cama y jugó con su fuego. Lola abrió la puerta y descubrió que era Yolanda, la mujer que vivía en la habitación al frente. "¿Por qué le costó tanto tiempo abrir la puerta?" Meditaba Yolanda, con sospecha obvia en sus ojos. Su sospecha se duplicó cuando vio el rubor en las mejillas de Lola. ¡Debía haber alguien en la habitación! "Me permites usar tu baño, por favor." Yolanda empujó a Lola a un lado e intentó entrar directamente al baño. Lola tiró del brazo de Yolanda de inmediato y trató de alejar a Yolanda. "¡Todavía no tienes mi permiso!" Ella miró a Yolanda con una mirada fría. "Dios. Parece que he adivinado correctamente!" Yolanda apretó sus dientes y arrojó las manos de Lola por rabia, "Sólo quiero usar tu baño. No seas tan tacaño". Ella continuó caminando hacia la habitación. Yolanda fue tan rápida que Lola no pudo detenerla. Lo único que podía hacer era verla entrar. Al ver a Jorge, que acababa de salir de su habitación, reclinado en la cama de Lola y jugando con un fuego, Yolanda se detuvo con sufrimiento y asombro. Jorge había salido su habitación por más de una hora. Pero su auto todavía se quedaba abajo y se veía desde la ventana suya. Era evidente que Jorge vino a la habitación de Lola. Sus ojos se hicieron rojos en un segundo. "¡Jorge!"

Yolanda, como una esposa que descubrió a su marido de traición. Ella se echó a llorar. "Ya están divorciados, ¿no? Pero, ¿por qué están ahora en la misma habitación y Jorge está en su cama?" Ella estaba pensando. Pero parecía que Jorge no tenía simpatía a las lágrimas de Yolanda. Miró a Lola y dijo con una sonrisa malvada pero todavía encantadora: "Ella me estaba seduciendo". Yolanda mordió el labio inferior y se dio una vuelta de repente. Luego se dirigió rapidamente a Lola y le dio una fuerte bofetada. Un sonido claro de bofetada repercutió en la habitación tranquila. La habitación quedó en silencio por unos segundos. Jorge lanzó una mirada fría a Yolanda, quien todivía no quería bajar la mano. Pero recuperó pronto la expresión indiferente como antes. A ver, Jorge no la defendió. ¡A él no le importaba nada en absoluto! "¡Puta! ¿Seducir a hombres es lo único que puedes hacer? Manteniendo la cabeza alta, Yolanda miraba a Lola. Esa bofetada realmente había ayudado a ventilar su ira. Lola manoseó la mejilla donde había huella de bofetada y luego le dio un bofetón a la mujer frente a ella sin ningún titubeo. Otro sonido claro de bofetón. Lola le devolvió el befetón con todas sus fuerzas. Ella sabía que estos dos se unieron para insultarla. Pero ella no era una cobarde que ni se atrevía a devolver el golpe después de haber sido insultada. "¡Fuera de mi habitación ahora mismo, vosotros dos!" Ella gritó a Jorge y Yolanda con rabia repleta. Sentía que en ese momento hubiera un cuchillo que le penetró el corazón. Yolanda planeaba devolverle la bofetada otra vez. Cuando levantó la mano otra vez, Jorge se levantó de la cama y gruñó, "¡Basta!" Jorge caminó hacia Lola y Yolanda y luego llevó a Yolanda salir de la habitación. Ambos se fueron con la puerta cerrada de un portazo por Jorge. ¡Boom!

En el momento en que se cerró la puerta, Lola se sintió liberada. Ella retrocedió unos pasos vacilantes y se cayó en el sofá detrás. Mucho más tarde, recogió un paquete de cigarrillos que había sido regalado gritis por el hotel sobre el escritorio, sacó un cigarrillo y lo encendió lentamente. "¡Eh....!" Ella comenzó a toser violentamente después de lanzar el humo. Era la segunda vez que fumaba. Ella encendió una tras otra. Hasta toda la habitación estaba envuelta por el humo. Luego llamó a la recepción del hotel, pidiendo una botella de licor. Sonó una llamada en la puerta en menos de 5 minutos. Dejó el cigarrillo medio fumado y se levantó para abrir la puerta. Después de echar una vista rápida a la habitación opuesta con la puerta cerrada, ella recibió licor del hotel y luego regresó a su habitación. Se recostó en el sofá, llenó un vaso con licor y tomó este licor picante por una vez. "No tengo familia ni marido. Lo peor es, mi ex esposo disfrutó de insultar y burlarse de mí con la ayuda de otra mujer. ¡Soy un pobre chiste ahora!" Una sonrisa amarga agitó su labio por este pensamiento. Lola volvió a llenar el vaso. "Podemos considerarnos como desconocidos y nunca contactarnos en el futuro. ¿Pero por qué? Jorge Jiménez, ¿por qué viniste a mi lugar y me trajiste dolor una y otra vez? ¿Mi sufrimiento te hace feliz? Vació el vaso otra vez. Ella ya no podía caminar seguramente para entonces. Luego siguió el cigarrillo que estaba casi terminado y lo consumió hasta el fin. "¿Qué debo hacer para liberarme del dolor y la tristeza?" Ella se preguntó. Cuando más pensaba ella sobre este tema, más enojo tenía. De repente, botó la botella vacía contra la pared y gritó: "¡Iros al infierno, todos vosotros!"

"¿Por qué el alcohol no puede ayudarme a olvidarle? ¿Por qué al pensarle me duele y se me está rompiendo el corazón? Sentía un poco desesperada. Acarició su cabello desordenado y largo y luego llamó a la recepción para pedirle otra botella de licor. Lola encendió otro cigarrillo. Después de que otra botella de licor fue enviada a su habitación, ella inmediatamente abrió la botella y la vertió directamente a su boca. Ella pensaba que el alcohol podía aliviar su dolor, y la única razón por la que todavía le extrañaba era que no estaba suficientemente borracha. En el pasillo del hotel. Dos camareros murmuraban en la esquina: "He visto a la súper estrella Lola Hernández en esa habitación por casualidad". "¡Oh Dios mío! ¿De Verdad?" "Sí. Pero ella se ve borracha. Ella ha pedido dos botellas de licor". Jorge, que acababa de salir de la habitación de Yolanda, paró sus pasos al oír su conversación. Cerró los ojos por unos segundos. Luego dio una vuelta, pero parecía que ahora él estaba tan frío como un hielo. Jorge tocó el timbre de la habitación de Lola. Pasó mucho tiempo antes de que Lola se tambaleó para abrir la puerta. Ella era incapaz de mantenerse de pie. Sin el apoyo de la puerta, Lola, que olía a humo y alcohol, cayó en los brazos de Jorge. Jorge frunció el ceño. Pero aún apoyó a Lola en el momento en que se estaba cayendo y la ayudó a entrar en la habitación. Jorge cerró la puerta y miró a su alrededor, siete u ocho colillas de cigarrillos, botellas rotas, licor desparramado sobre la mesa y medio vaso de licor.

Él movió su mirada hacia la mujer en sus brazos. Solo se había ido por menos de media hora. ¡Pero en qué caos se había convertido ella misma en tan poco tiempo! Le llevó al baño con una mirada más fría. Él le tiró a Lola directamente en el suelo y abrió la ducha. Agua fría cayó sobre el cuerpo y el cabello de Lola pronto. Sintiendo el frío, Lola sacudió la cabeza mientras gritaba: "¿Por qué hace tanto frío? ¿Está lloviendo? Yo tengo mucho frío. ¡Por favor, deja de llover! Estaba tan borracha que ya no podía entender qué estaba pasando. Ella se sentía muy fría. Jorge ignoró el cuerpo tembloroso de Lola y siguió bañándola. Lola no podía parar de temblar hasta que el agua se calentara gradualmente. Ella se apoyaba en la pared, desanimada. Pensando en algo, Jorge caminó hacia Lola con una sonrisa malvada y luego la sacó del baño. ... Estaba viniendo la noche. Yolanda miró al Maybach con desesperación que todavía estaba estacionado abajo. Ella sabía que Jorge estaba en la habitación opuesta sin duda. A las 8 de la mañana del día siguiente. Lola se despertó por los timbres ininterrumpidos del teléfono móvil. Con un dolor extremado de cabeza, ella no quería moverse una pulgada. Pero su teléfono móvil seguía sonando. Lola finalmente extendió su mano para alcanzar el teléfono móvil cuando llegó la novena llamada. Después de verificar la identificación de llamadas, ella contestó el teléfono.

Capítulo 88 La fiesta para celebrar la terminación de película "¿Qué estás haciendo por la madrugada?" Lola se acogió los hombros, reacia a dejar su cama cómoda. "¿Qué estoy haciendo? ¿Sabes que en menos de media hora comenzará el rodaje de filmación? Las palabras de Manolo despertó totalmente a Lola, quien se levantó de la cama de inmediato. ¡Ella iba a llegar tarde! "¡Espérame!" Lola salió de la cama, desnuda... ¿Qué pasó anoche? Lola rascó violentamente el cabello largo. ¿Por qué estaba desnuda en la cama? Dio unos pasos y se sintió bien, excepto que le dolía la cabeza y tenía la boca un poco seca. Quince minutos después, Lola abrió la puerta de su habitación. "¡Lola, no te has maquillado!" Manolo se sorprendió como si descubriera el nuevo mundo. Lola temía que Manolo se diera cuenta del caos de su habitación, pues lo llevó directamente al ascensor. Lola le pidió a la camarera en el pasillo que limpiara su habitación. "¿Qué importa si esta mañana yo no uso maquillaje? ¿Rompo alguna ley? Lola respondió a la pregunta de Manolo después de que entraron en el ascensor. "No, eres tan hermosa incluso sin maquillaje, ¡lo cual es bastante raro!" ¡Como un hombre, Manolo estaba un poco celoso de la piel bonita de Lola! "¡Bueno, yo nací hermosa!" Lola se arreglaba el pelo frente al espejo. Al escuchar la respuesta narcisista de Lola, Manolo frunció la boca y no dijo más. Llegaron al estudio de filmación en los dos últimos minutos, y el grupo había

preparado todos los equipos necesarios para filmar. Cuando el director vio que llegaron casi sin alientos, no dijo nada y comenzó a filmar. En el País A, les costó una semana para todo el trabajo de filmación, y todo se desarrollaba con éxito. En la noche antes de que Lola se iba, Tomás apareció de nuevo. Él dijo: "Lola, hay un par de personas que te están buscando. Cuando vuelvas a la Ciudad D, no salgas a pasear demasiado y oculta tus pertenencias importantes". "... ¿Sabes por qué me están buscando? Lola fijó sus ojos en él, porque ella pensaba que este hombre tenía el mismo propósito que las otras personas que se le acercaban! ¿Qué especialidad tenía ella incluso que el presidente quería dignarse a acercarse a ella? Tomás escuchó su pregunta, mirando por la ventana, y quedando en silencio durante mucho tiempo. "Que descanse bien, y buen viaje mañana". Se dio la vuelta y salió del hotel. Al día siguiente, cuando estaba a punto de irse del hotel, Lola se encontraba rodeada por un grupo de personas. Estaban dispuestos a protegerla, o mejor dicho, a vigilarla. Cuando Lola estaba yendo a coger su vuelo, no había fanáticos ni paparazzi, porque ella misma compró el boleto sin que nadie lo supiera. Sentada en un taxi, Lola recibió la llamada de Mona. "Lola, ¿dónde estás?" "Acabo de salir del hotel para el vuelo a la ciudad D. ¿Qué pasó?" Lola subió las gafas. "Esta noche, la fiesta para celebrar la terminación de película se llevará a cabo en el crucero por la costa oeste, a las siete en punto, ¡llega a tiempo! ¡Por cierto, necesitas traer a un compañero de baile!" Mona le recordó. Un compañero de baile... "Está bien, entendido." Cuando colgó el teléfono, Lola estaba pensando a quién debería invitar, en este momento sonó su teléfono de nuevo. Esta vez era Manolo.

"Lola, voy a ofrecerme como tu compañero de baile esta noche. ¡De nada!" Manolo sacudió sus piernas con arrogancia. ... Lola dijo: "¡Oye, niño, me has impresionado!" Afortunadamente, Manolo le salvó del problema. "¿Niño? Yo tengo diecinueve años." "Solo tienes diecinueve años, ¿por qué no estás en la universidad? ¡Qué tonto estás!" ¡No podía ser que su familia era demasiado pobre para pagar la matrícula! "No, no estoy muy ocupado este semestre. He aprendido las cosas por mí mismo y he pedido permiso. ¡Después de que termine esta película, es casi la hora de volver a la universidad!" ¡Resultaba que Manolo era un estudiante excelente! "¡Todo bien! ¡Ok, ahora lo entiendo! ¡Te veo esta noche!" ¡De repente recordó algo muy importante, que no sabía dónde estaba su hogar! Después de terminar la llamada, Lola contactó a Ramón y le pidió al taxista que cambiara la ruta. Ramón con pelo rojo le estaba esperando en la puerta principal del nuevo barrio cuando Lola llegó. Lola corrió hacia él, tirando de su maleta. "¿Has esperado mucho tiempo?" "No, vamos. Te llevaré adentro" Ramón estacionó su motocicleta y acompañó a Lola al apartamento. Todos los edificios del barrio eran recién construidos. Ramón había alquilado un tercer piso para Lola. Lola abrió la puerta de su nuevo hogar y se encontraba bastante contenta al ver este nido pequeño pero cómodo. Porque era una casa nueva, todas las cosas eran cien por cien nuevas. "Es posible que necesites algunos muebles y electrodomésticos. Si no tienes tiempo, solo dímelo. Yo los compraré para ti". Ramón le entregó la llave a Lola. "Bueno, bueno, te lo pagaré más tarde. ¿Cuánto has pagado? Lola abrió el

ventanal que conectó el suelo con el techo de la sala de estar, desde lo que podía conseguir una vista muy amplia. "Es gratis. ¡Disfrútala!" Con una luz brillante en los ojos, Ramón incluso no se atrevía a encarar a la mirada de Lola. "¿Eh? ¿De quién es esta casa?" Lola lo miró con curiosidad. "Yo... Un amigo mío, él ... ahora está en el extranjero. ¡Pues ahora, nadie vive aquí! Ramón estaba actuando de una manera extraña, pero Lola no se dio cuenta de eso. "¡Ok está bien! Entonces, cuando esté libre, haremos la compra juntos". A cambio de la bondad, planteó comprar algunos muebles extras para la habitación. "Uh huh. como tú quieras. Tengo que volver al trabajo, estoy ausente sin permiso. Tus cosas están en el dormitorio, ¡pues las arreglas tú misma!" Ramón corrió hacia la puerta mientras hablaba. Lola se despidió de él y comenzó a hacer la limpieza. A las 6 pm, Lola le envió a Manolo su ubicación y luego se puso un maquillaje simple. Sacó el pijama de noche de invierno que había preparado antes. El cuello de la ropa blanca del color de arroz estaba bordado con un moño, con el cual salía muy madura y elegante. Y después de ponerse una chaqueta larga, recibió una llamada de Manolo. Todos eran figuras públicas, pues era inconveniente entrar y salir de lugares concurridos como el hotel. Así que la fiesta de celebración se llevaría a cabo en un crucero lujoso. En la oscuridad, el crucero estaba adornado con mucha luz. El director se quedaba en la entrada para revisar a todos los que iban a bordo. Cuando Lola y Manolo llegaron a la fiesta de celebración, solo habían venido unas cuantas personas. Como todos eran colegas, mantuvieron charlas en grupos en lugar de saludarse mucho.

En este momento, una conmoción ocurrió en la puerta. Una colega gritó. "¡Yolanda y Jorge!" Entonces todos se reunieron alrededor de ellos. Manolo se fue a saludar a otros colegas. Lola, que sostenía el vino tinto, se quedaba sola al lado de una mesa de vino, evitando la multitud. Yolanda, con su vestido negro de invierno, sosteniendo el brazo de Jorge, sonrió ante las envidias o las bendiciones de todos. Solo había uno que se quedaba lejos y les daba la espalda. ¡Debía ser Lola! Después de comer algunas golosinas, Manolo ya no estaba en el alcance de la vista.

Capítulo 89 Prohibía la presencia de Lola Hernández en el mundo de la farándula Lola se sentía un poco sofocada por la multitud en el baile, así que dejó la copa de vino y caminó hacia el borde del crucero para respirar un poco de aire fresco. El crucero se alejó de la costa y levantó las olas de abajo. Lola miraba a la oscuridad a lo lejos, recordando la noche en la que saltó al mar. El hombre que antes le perteneció a ella ahora estaba disfrutando del centro de atención con otra mujer, mientras que ella no tenía más remedio que concentrarse solo en la filmación. ''Aquí estás", ignorando la voz repugnante de atrás, Lola siguió mirando la oscuridad en la distancia, con las manos en la barandilla. "¿Bien? ¿Te vas a suicidar de nuevo? Yolanda estaba sacudiendo el vino en su copa, pareciendo estar de buen humor. Lola permaneció en silencio. ¡Yolanda había arruinado totalmente su momento! Justo cuando Lola estaba a punto de irse, Yolanda la agarró del brazo. "¡Suéltame!" Le dio asco a Lola solo porque Yolanda había tocado su muñeca. ¡Era la mano de Yolanda, la cual le había empujado desde las escaleras y había asesinado a su hijo! El pensamiento causó que Lola arrancó la mano de Yolanda, pero Yolanda no la dejó ir. En cambio, Yolanda de repente tiró la copa de vino al mar y subió a la barandilla, con una mano todavía aferrada a Lola. ¡Yolanda estaba tratando de tenderle trampa otra vez! ¿No le daba miedo la muerte? Pero Lola tuvo tiempo de reaccionar esta vez, así que tomó la mano de Yolanda de inmediato para pararla.

"¡Mierda! ¡Puedes quitarte tu propia vida, pero no me metas en esto! Pero Lola no alcanzó detenerla. Yolanda se subió a la barandilla y, cuando notó que venía gente, se resbaló deliberadamente y perdió el equilibrio. "¡Ayuda! ¡Ayudame por favor!" Yolanda agarró el brazo de Lola firmemente con las dos manos. Sintiendo que su brazo estaba haciendo fuerza, Lola todavía se apresuró a agarrar a Yolanda con ambas manos. Yolanda no pudo caer. Si lo cayera, Lola nunca podría recuperar su reputación. La llamada de ayuda atrajo la atención de algunas personas y Jorge supo de inmediato que algo iba mal. Corrió hacia allí y vio a Lola tirando a alguien desde la barandilla. Corrió hacia ellos y encontró que Yolanda, parte de cuyo cuerpo estaba en el agua, estaba agarrando las manos de Lola con fuerza. Lola se veía pálida, con la frente sudando en un día tan frío de invierno. También sostenía con fuerza la mano de Yolanda para evitar que se cayera. Sin dudarlo, Jorge alcanzó la muñeca de Yolanda. Con la ayuda de otras personas, finalmente llevó a Yolanda al suelo de crucero. Lola sostuvo su adormecido brazo izquierdo y miraba fríamente a Yolanda, que temblaba en los brazos de Jorge. "¡Lola, eres tan tonta! ¿Por qué no te mueres ahora? Esta no es la primera vez que caes en la trampa de Yolanda, ¡y tú dejas que ella lograra su meta de nuevo! ¡Qué inútil eres!" Lola se maldijo a sí misma. Ella escuchó lo que otras personas estaban diciendo sobre ella. "Lola es una mujer tan viciosa. No esperaba esto". "Sí, por eso decimos que no podemos juzgar a los demás por sus apariencias". Lola rió amargamente. Habían determinado que ella era la culpable incluso antes de que Yolanda les dijera si Lola la estaba rescatando o asesinando. "Lola, Jorge y yo nos amamos. ¿Por qué siempre quieres matarme?" Las

lágrimas cayeron de la cara de Yolanda. Ella gritó como si estuviera sufriendo una desesperación. "¡Así que Yolanda y el Sr. Jiménez son de hecho una pareja!" "Y así que según el vídeo de antes, ¡Lola debe ser la amante!" "Yolanda es una buena persona. ¿Cómo podría Lola intentar matarla? ¡Ella es muy mala!" Lola se inclinó hacia atrás y se echó a reír. ¿Qué podría ella decir para defenderse? Para ellos eso era la verdad, ¿no? "Señorita Moza, ¿disfrutas fingiéndote ser tan pura e inocente?" "¡Lola todavía no admite que su crimen se descubrió en el lugar! " "¡Ella es una sinverguenza!" Jorge, después de un silencio largo, fríamente le dio a Lola una sentencia de crimen. "¡Prohibiré la presencia de Lola Hernández en la farándula a partir de hoy!" "Yolanda, ¿es esto lo que quieres? Déjame decirte. Jorge Jiménez solo es como un par de zapatos usados por mí. ¡Solo tómalo si quieres! Además, un ciego sin la capacidad de distinguir la verdad y la mentira no merece mi amor. ¡Yo te lo doy a ti!" "¡Qué complejo es un amor de triángulo!" "¡Tanta información! ¡Nuestra adivinación más loca no sería más interesante que eso!" Lola miró a la multitud y dijo: "Jorge y yo obtuvimos nuestro certificado de matrimonio en verano, pero nos divorciamos en invierno, después de que esta mujer entró en nuestra vida. ¡Ahora díganme quién es la amante! Las palabras de Lola dejaron a la multitud en silencio con asombro. Ahora le tocó a Yolanda experimentar enojo y vergüenza. "¡Lola, para tu lucha sin significado!"

Jorge, lleno de ira escalofriante, caminó hacia Lola. ¿Ella dijo que él era un par de zapatos usados? ¿Un ciego que no supo distinguir la mentira y la verdad? Jorge le agarró a Lola por la garganta, como si fuera el demonio del infierno, con hoz de la muerte. Lola cerró los ojos sin miedo. Sus palabras llegaron con la brisa. "Esta mujer también mató a nuestro hijo y me convirtió en un chivo expiatorio. Ridículamente, nuestro ciego Jorge todavía cree en su mentira. Jajaja... ¡Ehhem!" Lola ya no pudo hacer ningún sonido al final. La gente alrededor giró la mirada a Yolanda. Ella se puso nerviosa y se explicó de inmediato. "¡Escogiste abortar tu mismo! Definitivamente no tenía nada que ver conmigo. Lola, ¿estás loca?" Era difícil decir quién estaba mintiendo. ¡Esa fue una conversación con mucha información! Todo el mundo se quedaba como piedras. ¡La familia rica y poderosa tenía historias tan absurdas! Los brazos débiles de Lola estaban cayendo. Para ella, la vida no tenía significado ya que ahora que su carrera como actriz se había terminado. Justo entonces, Jorge la dejó libre. "¿Deseas morir? ¡De ninguna manera! ¡Quiero que te mantengas viva y sufras!" Su voz profunda fue llevada por la brisa del mar. Lola se arrodilló en el suelo, temblando, con sus ojos rojos fijos en Yolanda. "¿Y sabes por qué me casé contigo?" Jorge le dio una sonrisa peligrosa y le informó de la verdad que Lola entendió por fin. "Tienes algo que todos desean, incluido Tomás Herrero. ¿O crees que eres realmente tan encantadora? Interesante." Afirmó con desdén: "¡Él solo quiere eso de ti como todos lo quieren!" Pues esto era la razón... Lola finalmente se dio cuenta de que era su reloj de bolsillo que llamó la atención tanto de Jorge como como de Tomás Herrero. Gracioso...

"¡De ahora en adelante, puesto que sigo respirando en este mundo, Jorge Jiménez y Yolanda Moza son mis enemigos mortales hasta el final!" Su voz era un poco ronca pero suficientemente fuerte como para hacerse escuchar claramente. Yolanda se fue con el apoyo de Jorge, seguida por los presentes. Pronto solo Lola, que estaba aturdida, todavía estaba sentada sola en el suelo. Después de un tiempo, Lola escuchó a los pasos de Manolo que estaban acercandose a ella.

Capítulo 90 Cancelar el contrato "¿Qué te pasó, Lola?" Manolo se sorprendió al ver cómo Lola estaba sentada en el suelo, desanimada. ¿Por qué ella quedó atrapada en el dolor cuando él estuvo ausente solo por un tiempo tan corto? "¡Vamos, levántate, el suelo está frío!" Manolo fue a tirar del brazo de Lola, quien gemió de dolor. "¿Qué le pasó a tu brazo?" Manolo descubrió que había pasado algo malo al brazo de Lola. Lola solo sacudió la cabeza, incapaz de decir ni una palabra. "¡Vamos, te llevaré al hospital!" Manolo levantó a Lola desde el suelo frío. Lola, sin embargo, de repente retiró su brazo débil y miraba fijamente a Manolo. "Manolo, ¿por qué te acercas a mí y me tratas tan amable? ¿Tienes el mismo propósito como ellos?" Lola lo interrogó con voz triste, con el rostro sin expresión. Manolo estaba confunso. "¿Qué estás diciendo? ¿Cuál es mi propósito? Miraba a Lola, que estaba de mal humor. Qué acababa de pasar... Lola observó la expresión perpleja de Manolo. Bueno, finalmente existía alguien que no acudió a ella por eso. Con el consentimiento de Lola, Manolo la llevó al hospital privado Sans. El examen mostraba que el brazo izquierdo de Lola estaba fracturado debido a un esfuerzo excesivo. Cuando Lola salió de alta del hospital, Manu Sans estaba listo para salir del trabajo. Se sorprendió al ver a las dos personas saliendo del departamento de ortopedia. ¿Esa mujer no era la actriz recientemente muy famosa, así como la esposa de

Jorge? ¿Por qué la acompañaba otro hombre en el hospital tan tarde de la noche? Manu entró en el departamento de ortopedia y salió dos minutos después. Marcó el número de teléfono de Jorge. "¡Jorge!" "¿Bueno, qué pasa?" Sonaba rara la voz por teléfono, pero Manu no podía decir por qué tenía esta sensación. "¿Cómo se rompió su brazo tu esposa? ¿Y por qué vino con otro hombre? Hubo un largo silencio en el teléfono. Justo cuando Manu pensó que no hablaría, Jorge respondió: "Estoy divorciado". Luego se colgó el teléfono. Desconcertado, Manu miró el teléfono que estaba colgado. ¡Matrimonio y divorcio como relámpago! ¿Y la boda impetuosa prometida? Manolo llevó a la silenciosa Lola a su nuevo hogar. Mirando el brazo izquierdo de Lola en yeso, Manolo repitió su sugerencia. "No puedes mover tu mano izquierda en los próximos dos meses. Encontraré una niñera para que te cuide". Sentada en el sofá, Lola sacudió la cabeza con sus ojos vacíos. ¿Cómo podría Manolo no preocuparse por ella? Le llevó una niñera a su casa al día siguiente, a pesar del rechazo de Lola. Cuando regresó a casa esa noche, preguntó qué había pasado cuando no estaba al lado de Lola en aquella noche. Todos los demás dijeron que Lola empujó a Yolanda al mar, quien fue salvada por Jorge. Frunció su labio, ya que no creía que Lola era ese tipo de persona. El timbre de la puerta sonó durante mucho tiempo antes de que Lola abrió la puerta. Todavía llevaba el vestido que se ponía en la fiesta. Parecía que ella no había dormido en toda la noche. Manolo suspiró en silencio. "Lola, esta es la niñera que he encontrado para ti. Su nombre es Mandy Ma. Ella va a cocinar para ti. La he pagado por tres meses. Solo te quedas en casa y cuídate". Manolo fue a la cocina y miró a su alrededor. Tal vez porque ella acababa de mudarse, no había nada en absoluto.

"¡Hola, señorita Hernández, llámeme si necesitas algo!" Mandy tenía unos treinta años y era gordita y amable. "¡Hola!" Lola forzó una sonrisa. "Señora. Ma, te acompaño a comprar algo". Manolo abrió la puerta y se dispuso a salir. Lola lo llamó y sacó una tarjeta bancaria de su bolso. Era todo su ahorro. Se lo entregó a Manolo. "Toma la tarjeta". Manolo la rechazó. En cambio, curvó sus labios y se fue directo. Lola miró a la puerta cerrada, sin ganas de alcanzar a él, así que se recostó en el sofá, distraída. Su teléfono celular sonó. Era Mona. "Mona". "Lola, ¿cómo podía haber pasado eso?" Mona estaba tan ansiosa que no sabía qué hacer. Lola estaba en silencio. "Lola, ¿sabes que Jorge Jiménez está tratando de excluirte de la farándula? ¡Nadie quiere cooperar más contigo! Lola seguía quedando en su silencio. Después de un buen rato, ella dijo: "Mona, ¡entonces cancelaré el contrato con la compañía!" "Tu contrato expirará seis meses después. La sanción es de unos dos millones. ¡Debes pensarlo otra vez!" Mona estaba tan emocionada que era como una hormiga en una sartén caliente. Lola calculó que había ganado dos o tres millones en estos meses y sería suficiente. "Sí, he decidido. Me ayudas con los trámites. Te transferiré el dinero". La influencia de Jorge era tan grande que Lola no tenía otra manera si él insistía en expulsarla. Ella pensaba que era mejor para ella dejar de luchar y renunciar a cualquier cosa relacionada con él. Después de colgar el teléfono, inició sesión en su Twitter y escribió un post: "A partir de hoy, yo, Lola Hernández, finalizo el contrato laboral con Raymond

Entertainment Company. Y abandonaré la farándula. Me gustaría agradecerles por su amor y compañerismo. Les agradezco mucho. ¡Gracias!" Un ratito después de esta publicación, sonó su teléfono celular. Era Tomás Herrero. Lola no lo contestó. Entonces Wendy la llamó y esta vez sí que ella contestó el teléfono. Le dijo a Wendy su dirección y le pidió que le visitara cuando estaba libre. Finalmente la llamó Ramón. Parecía que todavía estaba en el trabajo porque hablaba por teléfono en una voz baja. "Lola, ¿tu cuenta de Twitter ha sido hackeada o qué?" "No, lo publiqué yo misma por mi cuenta". Ella explicó a la ligera. "¿Qué? ¿Qué sucedió contigo? Estuviste bien ayer". Ramón no pudo resistir levantar la voz. "Podemos hablar de esto cuando nos reunimos la próxima vez". Lola colgó el teléfono. Su teléfono celular no volvió a sonar. ¡Nadie se preocupaba realmente por ella ahora, pensó, excepto Wendy, Ramón y Manolo, tal vez! Bueno, ella no estaba sola! ¡Esto le alivió un poco del dolor! En la noche, después de que Ramón salió del trabajo, condujo su motocicleta a toda velocidad hacia la casa de Lola. Una mujer desconocida abrió la puerta, ¡Ramón echó un vistazo al número de la casa, que era correcto! "Hola, ¿vive Lola aquí?" "Señora. Ma, déjalo entrar, él es mi amigo! Llegó la voz de Lola, que hizo que Ramón se sintiera cómodo. "Hola, adelante, por favor". Mandy dio paso a Ramón de inmediato. Lola estaba cenando en la mesa del comedor. Al ver a Ramón, ella le dijo a Mandy: "Sra. Ma, ¡por favor dale un asiento! "¡Bueno!"

"Lola, ¿qué está pasando? ¿Has contratado a una niñera? Ramón se sentó frente a Lola y miró los dos platos sobre la mesa y la sopa de arroz en el tazón de Lola. ¡Definitivamente no se cocinó por ella misma! "En realidad, ¡es Manolo Camela que la contrató para mí!" Lola seguía revolviendo la sopa en su tazón. Se estaba haciendo fría, pero ella no había tomado ni un bocadillo. En ese momento, Mandy trajo un tazón de sopa, lo puso frente a Ramón y le dio un pan grande al vapor. "¡Gracias!" "De nada. ¡Disfrute la comida!" Mandy sonrió cuando sirvió la sopa y luego fue a la cocina. "Anda, Lola, ¿qué pasó? ¿Y quién es Manolo? ¿La superestrella, Manolo Camela? ¿Desde cuándo has tenido relaciones con Manolo?

Capítulo 91 Debe tiene sus motivos "Bueno, nada más. Como lo que he dicho, ya me retiré del espectáculo". Lola respondió brevemente. Había unas cosas que no quería mencionar ni explicar más. "¿Y qué pasó con tu brazo en yeso? ¿Está todo bien?" Ramón obviamente no lo creía. Comió un bocadillo del pan al vapor de su mano, lo masticó varias veces y miró la cara de Lola. Evidente que estaba escondiendo algo. "... Me lesionó cuando estaba filmando". "... ¿Por causa de él?" Ramón cambió su sopa caliente por la fría de Lola. Su preocupación cariñosa a Lola siempre era muy natural. "Uh... ¡Hey, ya la he comido esa sopa!" Lola dijo un poco débilmente. "¿Tienes una enfermedad contagiosa?" Ramón cogió algunos platos, que estaban tan deliciosos. Lola puso los ojos en blanco hacia él, cogió la cuchara y tomó la sopa caliente en el tazón. "¡Deberías sacarle fotos desnudas y amenazarle todos los días!" Ramón miró la expresión de Lola y suspiró. Después de que Lola escuchó las palabras de Ramón, ¡sus ojos tristes y grises brillaron instantáneamente! Sin darse cuenta de la reacción de Lola, Ramón escogió algunos platos al tazón de Lola. "Disfruta tu comida en este tiempo. El cielo no está cayendo. ¿No estás retirándote del círculo de la farándula? Eso está bien. ¡Si no puedes encontrar un trabajo, puedo apoyar a ti y a mi novia!" Dijo tranquilamente, pero los ojos de Lola se pusieron rojos. "Oh señor García, eres tan amable conmigo. ¿Qué tal si me caso contigo y con tu novia a la vez?" Lola estaba tomando la comida en su tazón y parecía que tenía un apetito mucho mejor. "¡Buena idea! ¡Cásate con nosotros, en este caso no existe absolutamente

ninguna amante!" Ramón lo dijo medio serio, y medio bromista. ¡Lola no notó su reacción, pero seguía pensando en las palabras que Ramón había dicho previamente! Ramón observaba su mirada mixta, y supo que no estaba pensando en casarse con ellos. Esto no le importó, pues terminó la sopa en el tazón. Cuando se fue Ramón, Lola reflexionó sobre la propuesta de Ramón toda la noche y creía que sería factible. Lola guardaba la cama en casa todos los días en lugar de ir a cualquier lugar, esperando que su brazo se recuperara. Después de un mes y medio, ¡su brazo finalmente se recuperó! ¡No podía esperar más a ir al hospital para quitar el yeso! A las 9 de la noche. Jorge alejó sus ojos dolorosos de la pantalla y miró a la distancia por un rato. En su WeChat llegó un nuevo mensaje. Deslizó la pantalla para abrir su WeChat y vio unas pocas palabras, lo que le hizo hundirse en pensamientos. Después de un largo tiempo, sonrió con desdén. Apagó el teléfono y la computadora, y luego caminó hacia fuera de la oficina. Su teléfono sonó. Era Yolanda. Pulsó el botón verde. "Jorge, ¿cuándo volverás? Te he estado esperando por mucho tiempo". ¡La voz suave y cariñosa de Yolanda hizo que Jorge se sintiera un poco nervioso! "Estoy muy ocupado hoy. No volveré por la noche. Que descanses temprano". Yolanda miró el teléfono que había colgado y sentía un dolor fuerte en su corazón. En este momento no quería ir a casa cuando Lola estaba ausente. Pero él seguía dar una vista ciega ante las insinuaciones que ella le había dado... "Jorge, no me decepciones..." Lola puso un maquillaje delicado y llevaba un pijama delgado dentro de la chaqueta larga. En ese momento, se sentó en el sofá de la suite presidencial del Hotel Telles,

sosteniendo con fuerza su teléfono celular y mirando el mensaje que acababa de enviar. "Habitación 2806, Hotel Telles. Aquí te espero. Tengo algo que decirte". Él todavía no le contestó. ¿Si vendría él...? Después de un largo tiempo, ya eran las diez y media. Decidió esperar allí hasta las once. ¿La tenía él en su corazón? Si él vino, la respuesta debería ser Sí; De lo contrario, ella estaría bastante embarazosa... Estaba perdida en el pensamiento errante. La espera interminable la hizo sufrir. A las 10:40, sonó el timbre. La mano de Lola que estaba sosteniendo su celular tembló. Caminó hacia la puerta de la habitación, respiró hondo y la abrió. Era Jorge, pero la expresión de su rostro era tan seria que Lola nunca había visto antes... Ella sentía dolor en su corazón, pero de todas maneras, ¿no siempre era así? Jorge vio a Lola en pijamas negros, con ojos fríos pero seductivos. ¿Qué trucos iba a jugar esta mujer? "¿No quieres entrar? ¡Mi ex marido!" Lola chupó un lado de su boca y acarició su cabello largo, haciendo todo su esfuerzo para llamar la atención del hombre que estaba en la puerta. Era la primera vez que esta mujer se vestía de manera tan seductiva delante de él. E incluso ella eligió hacerlo en el peor momento de sus relaciones. "¡Debe tiene sus motivos!" Él debía averiguar por qué ella estaba así. Jorge le pasó y entró a la habitación, luego casualmente tiró su bolso en el sofá y se sentó. Lola cerró la puerta detrás de él con una sonrisa pícara y caminó hacia el hombre imponente en el sofá. De hecho, ella lo conocía profundamente. Así que ella dijo: "Jefe Jiménez,

¡supongo que no estás muy contenta a venir a verme!" Lola, coqueta, cogió un vaso de vino tinto y se le acercó. "Claro que sí. ¡No quiero venir!" Jorge no dudó en rechazar el vino. Solo Dios sabía si era venoso o no. Lola estaba tan obediente que dejó el vino tinto a un lado y sonrió, sin enfadarse. ¡Si ella se hubiera enfadado, todos sus esfuerzos anteriores se perderían! Jorge observaba el rostro de la mujer con atención. Ella estaba llena de ideas viciosas y él debía estar alerta. Un poco desesperada, ella bajó la cabeza. Ahora, en su corazón, ¡ella era solo un transeúnte de corazón frío! Sin embargo, puesto que ella ya había hecho tantas cosas, era imposible dejarlo ir. ¡Ella solo se podía arriesgarse! Respirando hondo, ella se acercó a él. "¡Jefe Jiménez, no puedes ser tan cruel!" La mujer parpadeó y se quejaba con sus ojos llenos de inocencia. Si no fuera por el plan que había preparado para esta noche, se habría escapado sin duda alguna. "No tengo corazón, ¿eh? ¡Lola, no te he lanzado a la cárcel y te dejo pudrir allí! Eso es porque fuiste mi esposa!" El hombre le estaba despreciando. Ella mordió un poco su labio y se decidió. Ella debía hacerlo hoy. ¡Cien por cien seguro! Al ver que ella se movió hacia él, Jorge se levantó y caminó hacia la puerta de la habitación. ¡Lola pensaba que él estaba confuso! ¿Pero cómo ella podría dejarlo ir fácilmente? Lola se apresuró corriendo hacia él y le rodeó la cintura con sus brazos. "Jefe Jiménez, ¿tienes tanta prisa?" Entonces se dio cuenta de que Jorge cerró los ojos para ocultar su deseo sexual. Ella sonrió contentamente y le dio un beso. ¡Su último plan funcionó!

Cuando Jorge se despertó, ya era la tarde del día siguiente, pero Lola no se encontraba aquí. Él era el único que quedaba en la habitación. Por lo general, era Lola quien seguía durmiendo después de que se levantara. Esta vez era al revés. ¡Parecía que esta mujer tenía mucha energía! Sin embargo, ella no exigió ni se quejó de nada...

Capítulo 92 Se explotó de rabia Jorge reflexionó sobre qué era el objetivo de esta mujer. Después de tomar una ducha, Jorge encendió su teléfono celular y vio una foto de la pequeña mujer en WeChat. La cara de Jorge se hizo espantosa al verla. Luego apretó su celular. Incluso las venas verdes se revelaban en sus pieles. En la foto, dormía tranquilamente en la gran cama, sin un pedazo de ropa puesta... ¡Mierda! ¡Fue engañado por esta mujer! Otro mensaje era, "Jefe Jiménez, ¡esto no es nada comparado con el insulto que me hiciste! ¿Crees que a mí me gusta ligarme en la cama contigo? ¡Bah! De ahora en adelante, solo quiero vivir mi propia vida sin molestia exterior. Por favor, no me molestes de nuevo! Si no puedes garantizarlo, ¡esta foto aparecerá en la portada de noticias de entretenimiento!" "¿Lola, vivir tu propia vida? ¡En tus sueños!" Rápidamente escribió algunas palabras para enviar, pero descubrió que él había estado en la lista negra de ella. Jorge se explotó de rabia y arrojó su teléfono celular a la pared. La pantalla del teléfono estaba completamente rota. Brilló dos veces y se apagó. Jorge cogió su bolso y se dirigió a la compañía. Lola, ¡bien hecho! "¡Una y otra vez desafiaste mis límites! ¡Yo no voy a escatimar mis esfuerzos para encontrarte y humillarte todos los días! Jorge regresó a la compañía con su rostro pálido como una fantasma. Entró en su oficina y vio a Yolanda sentada en el sofá. Cuando vio a Jorge de tan mal humor, Yolanda quería saber si tenía algo que ver con Lola. Anoche obviamente no estaba en la compañía. Ella había esperado dos horas hoy antes de que él regresó. ¡Era anormal!

"Jorge, ¿qué te pasó?" Ella se acercó a Jorge con preocupación y se paró frente a su escritorio, observando a Jorge frotando los ojos. "Salgas y prepárate. ¡Celebraremos el compromiso después de que termine mi trabajo!" Al ver la sorpresa en los ojos de Yolanda, ¡Jorge se puso más agitado! Los ojos de Yolanda se hicieron rojos de emoción, no sabía qué decir. Ella había esperado tanto para este día. Ella asintió con la cabeza y salió de la oficina con su bolsa. Ella quería preguntarle dónde estaba anoche, pero lo olvidó por la emoción. Una vez que se comprometieran, todo estaría bien, ¿no sería así? Cuando Lola llegó a casa, la sala de estar estaba en un caos. Hoy señora Ma no necesitaba venir. ¿Que pasó? ¡De repente recordó lo que Jorge dijo en el crucero el otro día que tanta gente se acercó a ella por el viejo reloj de bolsillo! Se apresuró a correr al balcón y buscó detrás de la maceta. ¡Por suerte, todavía estaba allí! Como le dolía todo el cuerpo, Lola se acostó a la cama y abrió el viejo reloj de bolsillo. Como era demasiado viejo, el reloj interior no se movió y se quedaba a las 5 en punto. Ella jugaba con el reloj de bolsillo marrón que ya perdió su color y no podía determinar por qué valía tanto. Mucha gente se le acercó o la secuestró solo por este aparatito. ¿Realmente valía mucho dinero? Pues era mejor que lo escondía con mucho cuidado. Tal vez tenía alugunas funciones, de las cuales ella no estaba consciente. Se levantó de la cama para cerrar la cortina del balcón. ¡En el último segundo de cerrar la cortina, vio un telescopio en el edificio opuesto! Con un escalofrío, Lola agarró la cortina, pensó un momento, y entró en la cocina. Escondió el viejo reloj de bolsillo en la caja de condimientos en el armario, lo cubrió con una gran cantidad de pimienta, puso la caja en la esquina

y luego la cubrió con algunos tazones nuevos. Cuando la señora Ma vino, ¡Lola le diría que la pimienta le prestó al vecino y le pidió que comprara algo nuevo! ¡Estaba tan cansada! Lola estaba demasiado agotada físicamente para limpiar el desorden en la casa. ¡Se arrastró a la cama y se durmió! En la antigua villa del país A. La dama noble, maquillada con un lápiz de labios rojo oscuro, completamente desconcertada, caminaba por la habitación mientras contestaba al teléfono. "¡Por favor, perdóname, señora! ¡Hemos revolucionado su casa, pero no hemos encontrado nada! En el edificio opuesto a la casa de Lola, el guardaespaldas le informó de la última situación a la dama noble. "¡Carajo! Presta atecnión a cada movimiento suyo. Mi hermano mayor ha ampliado su área de búsqueda en la ciudad D. ¡Tenemos que encontrar ese viejo reloj de bolsillo antes que él! La dama noble golpeó el tocador con su puño. Una docena de hombres de Tomás Herrero siguieron a Lola de cerca. Sería difícil si ella quería secuestrarla directamente. "Si, señora. Ella regresa justo ahora. Ahora ella ha cerrado la cortina. ¡Seguiré vigilándola!" El guardaespaldas colgó respetuosamente el teléfono y se frotó los ojos doloridos. Debido a que tenía que observar todos los movimientos de Lola y no confiaba en otras personas, pues no había dormido durante los dos últimos días. Se animó y continuó vigilando la habitación opuesta a través del telescopio de alta precisión, esperando que la mujer abriera la cortina pronto. La existencia de Lola era tan efímera en la farándula. Ahora ella estaba bastante preocupada. ¿Dónde podría encontrar un trabajo? A cualquier lugar, la gente ya la conocía. ¿Cómo podría ella hacer un trabajo común? Si no encontraba trabajo, se quedaría en casa indulgente con pereza. Finalmente, Lola trabajaba como una camarera en una cafetería cerca de su casa. Mucha gente la reconoció y quiso tomar fotos con ella, pero ella amablemente

les rechazó. Pasaron tres meses tranquilamente, durante los cuales Manolo pasó a visitarle de vez en cuando. Al ver que ella había despedido a la criada, Manolo no dijo nada. Tomás llegó en una noche por una vez, pero estaba tan ocupado que solo conversaron poco. Lola se despidió de él diciendo, "No lo tengo". Esa noche, el ambiente era muy embarazoso. Tomás la miraba con vergüenza. Era la última vez que la visitó, y no volvió a por ella. Jorge, sin embargo, vino por ella varias veces y la humilló de todas las maneras. ¡Ella siempre no le hacía caso! Al final, la obligó a dormir con él. Lola estaba explotada de rabia. ¿Qué tipo de ex marido era? Estaba haciendo cada día más calor. Lola salió del edificio con un abrigo fino. Llamó a un taxi y se dirigió al hospital. Había pasado más de medio mes desde la última vez que Jorge vino a verla, pero su período no había llegado por mucho tiempo... ¿Dos meses? ¿Tres meses? Ella no podía recordar. Ayer por la noche, ella fue a la farmacia y compró dos aparatos de prueba de embarazo. Ella los usó a la mañana siguiente. El resultado... ¡La hizo casi se derrumbara! Llamó al gerente para pedir un día de permiso y fue al hospital para una revisión completa. A pesar de que habían pasado algunos meses desde que abandonó su trabajo de farándula, se le reconocía fácilmente. Con una gorra y gafas de sol, caminaba a lo largo de la pared hacia el departamento de obstetricia y ginecología del hospital. Había llamdo con antelación para concertar una cita. Cuando el médico llamó el nombre de Lola, unos pocos pacientes que estaban esperando la echaron la vista. Querían saber si ella era esa gran estrella Lola Hernández. Para evitarlos, ella corrió sin demora a la sala de examen. ¡Ella le rogó a la doctora que lo mantuviera en secreto para ella!

Después del examen, Lola se sentó en una silla, con la cabeza inclinada. Mientras esperaba los resultados, jugaba a su celular. En menos de cinco minutos, la doctora volvió a llamar su nombre y vio su informe de eco...

Content Capítulo 51 Un sonido agudo de bofetada Capítulo 52 Mi esposa legítima Capítulo 53 Acompáñame Capítulo 54 ¿Cómo te atreves a pegarme Capítulo 55 Traviesa Capítulo 56 Billetera marrón Capítulo 57 Tu gato ha muerto Capítulo 58 Caos en el laboratorio Capítulo 59 Vete de mi casa Capítulo 60 Destrozar una habitación Capítulo 61 Señor presidente Capítulo 62 Otro peligro más Capítulo 63 Virus N7d9 Capítulo 64 La mataste Capítulo 65 Cirugía de aborto Capítulo 66 Que Dios le traiga felicidad. Capítulo 67 Manolo Camela Capítulo 68 ¿Estás Loca Capítulo 69 Eres demasiado sucio Capítulo 70 Batalla de subasta entre dos hombres Capítulo 71 Comenzó a luchar Capítulo 72 Os haré un favor Capítulo 73 Hazla famosa a cualquier costo Capítulo 74 Lanzar el dinero en la cara de Jorge Capítulo 75 Se convirtió en un éxito Capítulo 76 El hombre que ella extrañaba secretamente Capítulo 77 No lo hice Capítulo 78 Estaré en el infierno Capítulo 79 Todo lo que ella necesita es terminar todo Capítulo 80 No quería nada del divorcio Capítulo 81 La belleza incomparable Capítulo 82 Mostrando el amor en público Capítulo 83 Se consideraban como desconocidos entre sí Capítulo 84 ¿Puedo ayudarte Capítulo 85 Sal de aquí

Capítulo 86 Capitulo Expia por tu pecado Capítulo 87 Fuera de mi habitación Capítulo 88 La fiesta para celebrar la terminación de película Capítulo 89 Prohibía la presencia de Lola Hernández en el mundo de la farándula Capítulo 90 Cancelar el contrato Capítulo 91 Debe tiene sus motivos Capítulo 92 Se explotó de rabia

Índice Capítulo 101 Hazlo por mi mejor amiga Capítulo 102 ¿De quién es esa niña Capítulo 103 Si te atreves a decir que no Capítulo 104 No voy a estar con ella. Capítulo 105 Estoy aquí para proponerte matrimonio. Capítulo 106 Este hijo de puta Capítulo 107 Ascenso y aumento de sueldo Capítulo 108 La perra es una perra Capítulo 109 La compañera de clase de su prometida Capítulo 110 Llamada de su novia Capítulo 111 Entonces, fuera de mi casa Capítulo 112 El CEO perdió su calma Capítulo 113 No me llames presidente Capítulo 114 Sr. Jiménez. Qué coincidencia Capítulo 115 Traje a mi novia Capítulo 116 Fue víctima de acoso verbal y murió en la ciudad D Capítulo 117 ¿Parezco un fantasma Capítulo 118 Un joven galán Capítulo 119 Herido a muerte en la calle. Capítulo 120 Estaba jugando con fuego Capítulo 121 ¿Qué te sucede hoy Capítulo 122 Compénsame por diez veces de gastos médicos Capítulo 123 Todo esto es regalo de tu papá Capítulo 124 Estoy ocupado coqueteando con ella Capítulo 125 Anunciaré mi renuncia Capítulo 126 Le dio una bofetada a Lola Capítulo 127 Golpearon a su ex esposa Capítulo 128 Carta de renuncia Capítulo 129 Quedarse con el jefe era demasiado peligroso Capítulo 130 Se acortaron los bonos de tres meses de Sánchez Capítulo 131 ¿Ya no te importa Capítulo 132 Hagamos una carrera Capítulo 133 Renuncio Capítulo 134 Papi es tan guapo Capítulo 135 Creció sin la compañía de su papá

Capítulo 136 La próxima vez llámame cuñado. Capítulo 137 Tú también tienes una hija, ¿no es así Capítulo 138 Ella tuvo que obedecer a este gran pez gordo Capítulo 139 Miguel Capítulo 140 Pasa el resto de su vida con él. Capítulo 141 Miguel está muerto Capítulo 143 Gastroenteritis aguda Capítulo 144 Me voy a morir Capítulo 145 Todo es tu culpa Capítulo 146 Quiero golpear a alguien con mi auto Capítulo 147 Renuncia al cargo de presidente Capítulo 148 Mi hija con Tomás Capítulo 149 Qué hombre tan coqueto Capítulo 150 Regreso de los glaciares Capítulo 151 Estúpida cara

Capítulo 101 Hazlo por mi mejor amiga Lola respiró profundamente y miró hacia atrás. Podía ver la mirada helada detrás de la ventana del coche. Se fue rápidamente. En su camino hacia el estacionamiento, se encontró con Sánchez, que llevaba una bolsa de plástico. Lola tenía prisa por salir del alcance de la vista de Jorge, así que ni siquiera se despidió de Sánchez. Sánchez vio que la señorita Camela pasaba a su lado sin decir una palabra y miró las cosas que había metido en la bolsa de plástico quedándose sin palabras. En ese momento sonó su teléfono. ¡El jefe Jiménez lo estaba llamando! Colgó inmediatamente y corrió hacia el coche. Sánchez sintió que era necesario esconder la bolsa en su mano, pero… — ¿Qué compraste? —Preguntó Jorge perezosamente desde el asiento trasero. Con las dos cajas en la mano, Sánchez se atrevió a no responder directamente. —No. Nada especial, jefe. —¡Dámelo a mí! Sánchez casi lloraba. Tuvo que pasar lo que compró al hombre detrás, sin siquiera atreverse a dar la vuelta. La cara de Jorge se oscureció mientras miraba las dos cajas de condones. ¡Podría haberlo necesitado justo ahora! Enseguida Jorge solo los tiró en el asiento trasero. —Vámonos. —El coche aceleró lentamente hacia adelante. ¿Qué? ¿El jefe lo dejó ir así? Ciertamente fue una agradable sorpresa para Sánchez. En realidad, el jefe solo estaría de buen humor con Lola Camela. Lola corrió a su casa y sostuvo a Estrella en sus brazos. La suavidad y calidez de la niña calmó los nervios de Lola. —¡Mami, te extraño mucho! —Estrella sostuvo el cuello de Lola con fuerza, anhelando la comodidad. —También te extraño mi amor. Ven. ¡Vamos a la cama! —Mientras llevaba a Estrella a su habitación, Lola notó que su hermano mayor entró al estudio, por lo que se apresuró a seguir sus pasos. —¡Yonata! —Lola entró en el estudio con Estrella. —Hola, Lola. Estrella, ven aquí. ¡Dame un abrazo! —Yonata tomó a Estrella en sus brazos y la observaba con amor y cuidado. —¡Yonata, tienes que hacerlo por mi mejor amiga! —Lola fue al grano.

Había que resolverlo bien hoy. Habían hablado de ello varias veces antes, pero Yonata siempre respondía vagamente. Yonata observó la mirada determinada de Lola, recordando esa noche de varios años antes. Reflexionó un momento y dijo: —De acuerdo, tienes la última palabra —Se comprometió porque no le importaba con quién se casaría y sus padres lo habían presionado para que lo hiciera. —Entonces deberías ir a la Ciudad D algún tiempo y pedir su mano —¡Lola estaba muy emocionada de ser la cuñada de Wendy! —Está bien, revisaré el horario y te contaré más tarde. —Mami, que es pedir la mano? —Preguntó Estrella con curiosidad mientras jugaba la muñeca. —Lo sabrás cuando crezcas. Dejemos a tu tío solo y regresemos a nuestra habitación —Lola dejó el estudio con Estrella. Yonata miraba por la ventana, perdido en sus pensamientos. Recientemente, todo el personal estaba completamente agotado por el exceso de trabajo, todo debido a las reformas exhaustivas de Jorge. También Lola. Sentada frente a la computadora con un traje negro, llamó a Leo Campos. —Por favor, ven a mi oficina. —Srta Camela. —Pronto Leo tocó la puerta. —Envíe este archivo de datos a la oficina del director general adjunto y este al director general. Gracias. —Tomó varias carpetas de entre pilas de archivos y se las pasó a Leo. Leo regresó en poco tiempo. —Srta. Camela, El director general dijo que hay un problema con los datos. Quiere verla en la oficina. … Lola pensó en el archivo que le dio a Jorge. ¿Cómo podría haber algún problema? Lo había revisado tres veces. —Está bien, estaré allí en un minuto. ¡Hablaré contigo más tarde! Lola se arregló el cabello y fue a la oficina del CEO con datos de referencia. Sánchez le dijo a Lola: —El jefe dijo que puedes ir en cualquier momento que estés aquí. Lola asintió. Pero considerando que Jorge era su jefe, pensaba que era mejor evitar cualquier malentendido. Así que llamó a la puerta y entró solo cuando escuchó el permiso del interior. —Jefe, ¿puedo saber qué hay de malo con los datos? —Ella estaba en la puerta, a cierta distancia del hombre que estaba absorto en su trabajo. —Cierre la puerta. Es confidencial. —Jorge no levantó la vista, todavía leyendo los papeles. Lola respiró hondo y cerró la puerta. Las secretarias de afuera querían saber que sucedía entre el CEO y Lola, pero

no se atrevieron a preguntar a Sánchez. —¿Sr. Jiménez? —Jorge siguió leyendo sin decir ni una palabra después de que la puerta estaba cerrada. —Siéntate, espera un momento. —Jorge hojeó las páginas, escribió algunos comentarios y luego los guardó. Se puso de pie y caminó hacia Lola. —Acabo de revisarlo de nuevo. ¡Los datos financieros son correctos! — Jorge se sentó junto a Lola, lo que la hizo apartarse un poco. Su movimiento para mantener la distancia entre ellos de alguna manera lo molestaba. —Ahora que no hay problema, debería volver al trabajo si está bien para usted —… ¿Le estaba jugando una broma a ella? Lola se levantó del sofá, y enseguida la atrapó de la muñeca. —No está bien. —Jorge le pidió que se sentara, pero Lola se movió al sofá de enfrente con sus archivos y se sentó allí. A Jorge no parecía importarle. —Hay una fiesta de celebración organizada por nuestro socio esta noche. ¡Ven conmigo como mi cita! Lo dijo directa y claramente. —Lo siento, me gustaría pero tengo planes esta noche. —Lola se negó con una sonrisa. Jorge la miró fríamente. —¿Qué planes? —Sr. Jorge Jiménez, ¿es porque ahora soy parte de la familia Camela? ¿Es por eso que quiere invitarme ahora? —Se burló—. ¿Por qué no va con su novia, la superestrella? ¡He terminado de jugar con usted! Luego se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta. —¡Detente! —Jorge la llamó y se le acercó. —¡Señor Jiménez, no tiene derechos para presionar a sus empleados! — Respondió con la misma voz fría, sin siquiera volverse. —Ciertamente no. —¡Pero de todas formas te haré hacer lo que yo quiera! —Jorge la detuvo y miraba su cara, irritándose. Sus profundos ojos negros estaban fijos en ella, como si fuera su presa. —¡Simplemente no voy a ir! —Lola intentó irse. Jorge la arrastró de sus brazos y la abrazó con fuerza, diciendo despiadadamente: —¡No estás en posición de rechazarme, mujer salvaje! —Bien bien. Todos ustedes son personas amables nobles y su novia es tan pura e inocente. Entonces, ¿por qué no dejas ir a esta salvaje? ¿Soy salvaje? ¡Incluso está comprometido con la mujer que mató a su hijo! —¡Idiota! —Ella no pudo evitar insultarlo. La expresión de Jorge se volvió sombría. Estaba dotado de un poder e influencia increíbles, y casi todos los que lo rodeaban lo respetaban y lo

honraban, ¡mientras que solo ella le mostraba una desobediencia reiterada! — ¡Nunca vuelvas a decir eso! —Ella lo llamó idiota? ¡Estaba jugando con fuego!

Capítulo 102 ¿De quién es esa niña —¿Crees que no me atrevo? He intentado matar a tu prometida. ¿Crees que es apropiado que ella te vea abrazándome? —Miró con desdén al hombre que la sostenía y abandonó la lucha. —¡Mujer! ¡No te servirá nada hacerme enojar! Le advirtió furiosamente, apretando su barbilla. —Bueno —le quitó su gran mano, se liberó de sus brazos y dijo con una sonrisa, —¡Sr. Jiménez, por favor, compórtese dentro de la compañía de ahora en adelante! —¿Comportarse? ¿Estás segura de que no vas a ir esta noche? —¡Sí! —Respondió sin rodeos y lo miraba directamente a los ojos con una sonrisa. ¡Muy bien! El hombre la miró y dijo: —La señorita Camela desobedeció a su jefe y trabajará horas extras con toda la plantilla esta noche. ¡Esta y la siguiente una semana! Su rostro frío e inexpresivo se volvió aún más tenso después de decir estas palabras. —¡Qué carajo! ¿Trabajar horas extras durante una semana con todos en la compañía? Lola lo maldijo desde el fondo de su corazón. ¡Eso la convertiría en su enemigo público! —Olvídalo, una mujercita sabe cuándo ceder y cuándo no. —“¡No, me voy! ¡Bueno! ¿No era solo una fiesta? Él no la tendría de todos modos. —Eso es todo. Srta. Camela, puede volver al trabajo ahora. ¡Por favor venga a mi oficina a las 6 en punto! —Satisfecho, la besó en sus labios mientras ella estaba desprevenida, y volvió a su computadora como si nada hubiera pasado. —¡Maldito seas! ¡Seduciéndome! —Lola pensó: —¡Debí haber tomado una foto y enviarla a su novia! Se enderezó la ropa y salió furiosa de la oficina. Las secretarias estaban desconcertadas al mirar a Lola, quien actuaba extraña cada vez que salía de la oficina del CEO… Lola estaba llena de furia cuando regresó a su oficina. Este hombre había intentado seducirla por todos los medios desde que apareció de nuevo. ¿Tendría algunas ventajas el seducirlo? A las 5:55 pm, salió de su oficina después de decirle a su madre lo que estaba pasando por teléfono. A las 5: 59 pm, apareció en la oficina del CEO. Jorge la había estado esperando. Cuando la vio entrar, ordenó los documentos y salió. Lola hizo una mueca por detrás y lo siguió. Sánchez había estado esperando en el auto en el estacionamiento de la

compañía. Jorge y Lola entraron y se sentaron en el asiento trasero. —Te llevaré al salón de belleza primero —Dijo brevemente, y luego se recargó hacia atrás con pereza, cerrando los ojos. Ignorándolo, Lola sacó su teléfono celular y comenzó a jugar con él. En este momento, el teléfono sonó. Era Manolo. —Lola, Estrella ha estado llorando por ti —Manolo miraba impotente a Estrella, sin poderla consolar. No tenía más remedio que llamar a Lola. —Emm, dale el teléfono —Se dirigió hacia la ventana, lo que alertó al hombre. ¿Con quién estaba al teléfono? —Mami, ¿dónde estás? —Al escuchar la tierna voz de Estrella por teléfono, Lola sentía que su corazón se aceleraba. —Tengo que asistir a un cóctel esta noche, así que regresaré más tarde — Respondió con amor maternal. Incluso Sánchez miró de reojo a la mujer por el espejo retrovisor. —¡Mami, mi maestra nos pidió que trajéramos a papá y mamá pasado mañana a la escuela para hacer manualidades juntos! —Ella lo esperaba con ganas, pero nunca había visto a su papá y no se atrevió a preguntarle a mamá sobre él. —Ya veo… —Estrella apenas iba a la guardería. Era la primera vez que Lola se encontraba con una situación tan incómoda. ¿Dónde podría encontrar un padre para Estrella? Aunque el padre biológico de Estrella estaba a su lado, ella no tenía el coraje de pedirle que la acompañara. —Está bien. Tu tío irá contigo —¡No había otra manera! —Bueno, mami, ¿puedo hacerte una pregunta? —¡Bueno! —¿Mami, dónde esta mi papi? —Estrella se armó de valor para preguntar. —… Estrella, te lo diré cuando esté en casa, ¿sí? Estoy un poco ocupada ahora, ¿eh? —Jorge escuchó la suave voz de Lola, entonces abrió los ojos y la miraba fijamente. ¿Quién era esa niña? ¿De quién era esa niña? Decepcionada, Estrella colgó el teléfono, se lo lanzó a su tío y se dio la vuelta. —¡Estrella, espérame! —Manolo rápidamente se puso a cuidar a la niña. Probablemente sabía algo sobre el padre de la niña, ¡pero pensaba que era mejor dejar que su hermana se lo contara a Estrella! —¿De quién es esa niña? —Preguntó Jorge bruscamente. Lola se estremeció. —Bien… ¡Es mi ahijada! —Lola puso su teléfono en su bolso y se giró hacia la ventana para evitar su mirada. —¿Ahijada? —Jorge preguntó con incredulidad. —¿Ella vive contigo? —¡Sí! Su madre está en un viaje de negocios y se queda en mi casa unos días

—Sonaba convincente. Jorge no preguntó más. Lola estaba secretamente aliviada. Solo tenía una pregunta en la cabeza: ¿Cómo explicarle a Estrella sobre su papá? ¿En el extranjero? ¿Muerto? ¿O perdido? No le diría que su padre estaba muerto, ya que le rompería el corazón. Le diría que su padre se había ido al extranjero. Tal vez ella podría conocer a un hombre que fuera amable con Estrella, y ella podría aceptarlo como su padre biológico… A petición de Jorge, el estilista diseñó un peinado simple y generoso para Lola, quien también se puso un vestido rosa un poco conservador. Se veía blanca y delicada vestida de rosa. Lola se miraba en el espejo. Cumpliría veintisiete años pronto. ¿Realmente era apropiado llevar tal color? Cuando Lola apareció en el cóctel, sorprendió a todos. La sensación que causó incluso opacó a Yolanda y Jorge. Varios altos funcionarios del País A fueron invitados, mientras que otros eran ejecutivos de la compañía. Theron se sorprendió al ver a Lola aparecer junto a Jorge Jiménez. Parecía que realmente se conocían de antes. Pero como el director general adjunto, ¡no podía hablar de ellos! Theron los saludó, mano a mano con su pareja. Lola miró a Theron con vergüenza, mientras que Theron le guiñó un ojo para que se sintiera aliviada… A la mitad de la fiesta, los saludos aún no terminaban y Lola seguía con el hombre. Su rostro se puso rígido por sonreír tanto todo el tiempo. Había estado pensando en cómo escapar de todos ellos. De repente, Lola vio a una figura familiar. Miró más de cerca y vio que era Ramón. Cuando Jorge estaba intercambiando saludos con los directores ejecutivos de otra compañía, Lola le susurró al oído: —Discúlpeme por un segundo —Jorge la miró y soltó sus brazos. Ramón estaba sentado en un rincón, vestido con un traje formal y sosteniendo una copa de vino tinto.

Capítulo 103 Si te atreves a decir que no Lola siempre era deslumbrante. ¿Cómo podría no verla? Pero él se echó atrás al ver al hombre a su lado. —¡Ramón! —Una voz familiar vino de atrás. ¡Por supuesto que Ramón sabía quién era! —¡Lola! —Sonrió enormemente. Habían pasado cuatro años sin verse y ella era más atractiva que antes. Ramón quería darle un abrazo. Pero resistió el impulso de hacerlo. —¡Ramón, realmente eres tú! —Emocionada por ver a su mejor amigo, Lola se levantó y lo abrazó. Ramón se puso rígido y la abrazó. En solo medio segundo, Lola aflojó su abrazo. Al percibir su abrazo vacío, Ramón sintió una sensación de pérdida. —¿Por qué estás aquí? —La mujer dibujó una brillante sonrisa y le preguntó con curiosidad. —Yo… Para ser breve, el cóctel de esta noche está a cargo de mi padre. Y me hice cargo de él hace dos años —De hecho, Ramón era el hijo ilegítimo de Johnson García, un gigante comercial en el país A. Se dio cuenta que no podía confiar en su hijo legítimo. Por lo tanto, había obligado a Ramón a hacerse cargo de su compañía hacía unos años. —¿Eres el hijo de Johnson García? Llevo cuatro años en el país A, ¡pero nunca te he visto! —Preguntó Lola con curiosidad. No tenía sentido. Ella había estado en el mundo de los negocios durante tres años. Deberían haberse encontrado alguna vez. Ramón tomó un trago de vino tinto con una sonrisa de autodesprecio. —¡No solo soy un bastardo sino también una marioneta! —Lo único que tenía que hacer era sentarse en silencio en la oficina del CEO todos los días. Era un completo títere que fue manipulado por Johnson García. Él solo ocupaba el puesto, y todo lo decidía Johnson García. —¿Qué? —Lola lo miraba triste. —He estado en el grupo de SL durante tres años. Todo está bien. —Se sentaron lado a lado de espaldas a la fiesta. —Bueno, tú … ¿Estáis juntos? ¿Estás con él de nuevo? —Ramón miró su expresión triste. Lola negó con la cabeza. Aliviado, Ramón apretó su vaso contra el de ella para un brindis. Intercambiaron sus números de teléfono. Después de un cuarto de hora, Jorge

los encontró. ¡Cuando vio las espaldas de un hombre y una mujer, sus ojos brillaban con frialdad! Al darse cuenta de que alguien estaba detrás, Ramón supo que era Jorge y le dijo a Lola al instante: —¡Tu ex esposo está aquí, me voy! —Lola se quedó sin palabras cuando Ramón corrió a otra esquina del salón de banquetes, y Jorge se acercó a ella. Cuando ella salió de la fiesta, Sánchez ya se había ido. Jorge llevó a Lola con la familia Camela. Lola nunca apartó los ojos de su teléfono. Las dos personas permanecieron en silencio hasta la mansión de la familia Camela. —Gracias, Sr. Jiménez, me voy ahora —Lola vio en su casa, aunque sentía cierta curiosidad por saber cómo es que Jorge sabía que vivía allí. Pensándolo bien, se dio cuenta de que era pan comido para este astuto hombre encontrar su dirección, sin mencionar lo famosa que era la familia Camela. —¡Te recogeré mañana por la mañana! —Dijo Jorge mientras tiraba de la mujer que estaba a punto de salir. Ella lo miró perpleja. Era en este momento que Lola recordó que su auto todavía estaba en la compañía. —No, puedo ir sola a la empresa —Ella se negó, porque podía pedirle a su hermano que la llevara al trabajo. Con una expresión abatida, Jorge la tomó en sus brazos y bajó la cabeza. La escena en el lujoso automóvil fue vista por un hombre en un vehículo militar. Yonata miró más de cerca y estaba seguro de que era su hermana, y el hombre parecía… ¿Jorge Jiménez? La leyenda en el mundo de los negocios. ¿Por qué su hermana se quedaba con él? Sin embargo, cuando pensaba en Estrella, quien de hecho se parecía a Jorge, se preguntó si… Sabiendo que Jorge no era nada bueno, Lola quería zafarse de sus brazos. Jorge le susurró al oído: —Pasaré por ti mañana por la mañana. ¡Si te atreves a decir que no, estás condenada! … Aunque no se habían visto durante unos años, Jorge todavía era demasiado dominante. —A las siete y media —dijo. Una vez más ella accedió. ¡Cuatro años habían pasado y Lola aún caía en su trampa! El hombre la besó de nuevo antes de dejarla ir. Cuando Lola salió del auto, Jorge vio al hombre en el auto de enfrente mirándolo directamente. Sin sentirse nada avergonzado, solo asintió cortésmente a Yonata y se marchó. Sin embargo, Lola sintió vergüenza al ver a su hermano mayor, ¡quien debía

haberlo visto todo! Yonata le hizo señas a Lola para que subiera al vehículo militar. Sentada en el asiento del pasajero, Lola dijo: —Yonata, yo … —¡Él es el padre de Estrella! —Dijo Yonata asertivamente, cuando cogió el volante y conducía el vehículo al garaje de la villa. ¿Yonata ya había adivinado? ¿Era porque Estrella y Jorge se parecían? ¡No, Estrella se parecía más a ella misma! —¡Sí, Yonata, por favor, no le digas ahora! —Dijo Lola. No había resuelto las cosas bien entre Jorge y ella, por lo que era probable que el hombre se llevara a Estrella lejos en represalia. Yonata asintió y apagó el motor. Salieron del vehículo a la villa. Los demás se habían ido a la cama. En este momento, Yonata pensó un segundo y dijo: — Estaré libre pasado mañana —¿Irás a la ciudad D conmigo? —¿Vas a la ciudad D a proponerle matrimonio a Wendy? —Ella sonrió alegremente, pero negó con la cabeza cuando se dio cuenta de que tenía planes. —Tengo que ir a la guardería infantil de Estrella pasado mañana. Yonata, ve solo. Sé bueno. ¡Wendy es una buena chica! Yonata asintió y entró en el estudio. Lola fue a la habitación de Estrella. Recientemente había pasado menos tiempo con su hija. Con un sentimiento de culpa, llevó a su hija dormida a su cama. Estrella se dio la vuelta y volvió a dormirse. Lola miró la carita de su hija, sonriendo con satisfacción. De hecho, ella estaba contenta de tener a Estrella. En cuanto a Jorge… —¡Déjalo ir! A la mañana siguiente, Lola se despertó con los besos de su hija. Echó un vistazo a su teléfono celular. Eran las seis en punto. Esta niña se despertó tan temprano. —¡Mami, llegas tarde al trabajo! —Estrella se sentó en la cama y miró a su mamá, que era muy bonita.! Y volvió a besar a Lola en la mejilla. —Bueno, mi dulce Estrella, ¿te gustaría dormir un poco más? —Lola sostuvo a su gordita hija en sus brazos y la besó. Estrella negó con la cabeza. —Mami, ¿te olvidaste de decirme dónde está papá? —Ella mantenía esta pregunta en su pequeño cerebro, porque realmente quería ver a su papá. Lola se puso seria cuando escuchó la pregunta de Estrella. —¡Tu papá se ha ido al extranjero para ganar dinero para ti, y volverá pronto! —Solo podía inventar tal excusa. ¡Oh, el hombre dijo que la recogería a las siete y media! —¿Qué aspecto tiene papá? ¿Es el hombre en el teléfono de mamá? —¿Su teléfono? Oh, ella conservó algunas fotos de Jorge en su celular…



Capítulo 104 No voy a estar con ella. —Sabrás quién es tu padre cuando lo veas. Me estoy levantando. Puedes esperar un segundo, ¿sí? Lola se acomodó el cabello y se sentó en la cama. Bueno, ella tenía bastante sueño… Estrella sacudió la cabeza y se levantó de la cama. Ella sabía que su madre estaba ocupada y fue con su niñera, la Sra. Vargas. Lola se sentía aliviada cuando vio a su obediente hija. Estaba realmente pensativa. Lola recordó que cuando estaba a punto de dejar de darle pecho a su hija, la sostuvo y le dijo: —Estrella es una niña grande ahora. Una niña grande no toma leche materna —Estrella asintió obedientemente y desde entonces no había bebido leche materna. Por la noche, sin leche materna, de alguna manera se sentía emocionalmente insegura. Se despertó varias veces por la noche, pero no la pidió. Lola se sintió muy conmovida de ver que su bebé no lloró ni protestó. La alegría brotaba en su corazón cada vez que pensaba en su hija. ¡Estrella era verdaderamente su corazoncito dulce! Eran casi las siete y media después de que le dio de desayunar a Estrella… Lola le pidió a Manolo que primero llevara a Estrella a la guardería infantil, mientras ella subía las escaleras para cambiarse. Manolo sentó a Estrella en el asiento para niños y la abrochó. Luego se cambió al asiento del conductor y se puso en marcha. Jorge estaba esperando afuera de la Mansión Camela veinte minutos antes de lo esperado. Prestó poca atención cuando vio salir un auto. Pero cuando la niña pequeña en el asiento trasero le sonrió, su ritmo cardíaco se disparó. Mientras la miraba, Jorge estaba impresionado. Por su cara redonda, grandes ojos negros, boca pequeña y dientes rectos. Incluso estando tan lejos, podía ver a la niña con una blusa rosa a través de la ventana del coche. ¡Qué linda niña! Si Lola no hubiera abortado, ¡su hija habría sido mayor que esa niña! Notó a Manolo en el asiento del conductor. ¿Acaso esa niña era la ahijada de Lola? No, eso era raro. Lola salió de la casa y tardó diez minutos en llegar a la puerta. Ya eran las ocho y treinta y cinco. Llegó cinco minutos tarde. El auto de Jorge había estado esperando en la puerta. Lola apresuró el paso y abrió la puerta del coche. Tan pronto como entró en el auto, sintió que Jorge estaba de mal humor. Con

los ojos cerrados, se recostó en el asiento sin expresión alguna en su rostro. Lo que dijo a Lola la puso tensa de inmediato. ¿Acaso vio a Estrella? —Acabo de ver a una niña muy linda. ¿Era tu ahijada? … ¡Se estaba volviendo loca! —… ¡Oh, sí! Jorge acercó su cabeza a Lola. —Lola, si no hubieras abortado, ahora sería padre. ¡Cómo puedes ser tan cruel! —Parecía triste. Pensando en Estrella, Lola ni siquiera se atrevió a encontrarse con su mirada. Jorge pensaba que Lola se sentía culpable por su aborto, lo que lo desanimó. —Yo… no lo hice —Abrió la boca, pero no pudo dar una explicación convincente. Jorge simplemente la miraba, pero no dijo nada más. Arrancó el auto y condujo hacia su compañía. En la oficina del gerente general. Lola se dio una palmadita en el pecho para calmarse. Ella nunca había esperado que Jorge viera a Estrella un día. Incluso se olvidó de eso cuando le pidió a Manolo que llevara a Estrella a la guardería. Afortunadamente, Jorge no sabía que Estrella era su hija. Debería ser más cuidadosa la próxima vez. Nunca dejaría que esto volviera a suceder. Antes de irse del trabajo, le envió un correo electrónico al director ejecutivo adjunto para solicitar un permiso. Theron lo reenvió inmediatamente al CEO. Al ver su solicitud de permiso, Jorge pensaba en la llamada que contestó en el auto anoche y dio su aprobación. En ese momento, su teléfono sonó. Dudó durante dos segundos cuando vio el identificador de llamadas, pero aún así contestó. —¡Jorge, has estado ausente por más de una semana! ¿Puedo ir por ti? — Yolanda hablaba en el teléfono en voz baja. —Si no quieres quedarte solo en la ciudad D, simplemente regresa al país C —Se puso de pie, mirando al paisaje del país A por la ventana. Yolanda guardó silencio unos segundos antes de decir: —¡Jorge, es hora de casarnos! Estoy envejeciendo. Nuestros padres nos están presionando para casarnos. ¡No sé cómo explicárselo a mis padres! Jorge se frotó las sienes adoloridas y respondió: —Esperaré y ya veré. ¡Acabo de hacerme cargo de la empresa y estoy bastante ocupado con ella! Si Rocío no lo hubiera amenazado con su vida, ¿cómo se habría comprometido con Yolanda? Él ya no la amaba. Tampoco quería hacerla perder su tiempo. Sin embargo, Rocío pensaba lo contrario. Yolanda guardó silencio de nuevo. ¡Ella sabía que él debía estar intentando retomar el viejo romance con Lola! Pensando en eso, Yolanda habló con franqueza: —Jorge, no olvides lo que esa mujer me hizo en aquellos días. ¿Vas a

meterte con ella? Sus palabras le recordaron a Jorge lo que sucedió hacía cuatro años. —No. Lola es una mujer malvada. No voy a estar con ella más. Lo que hizo entonces fue vengarse de ella. ¡Sí, esa era la razón! En la puerta de la oficina del CEO, Lola dejó caer las carpetas de sus manos. El metal en las carpetas tocó las baldosas del piso, provocando un estrepitoso sonido. Jorge se dio la vuelta. Lola lo miraba sin expresión alguna. Podía ver claramente la tristeza en sus ojos. Sintiendo su mirada, Lola se agachó y se apresuró a recoger las carpetas. Luego, se apresuró a huir con el montón de carpetas en sus brazos y subió al ascensor antes de que Jorge se acercara para alcanzarla. La oficina de Lola estaba al lado del Departamento de Diseño. Cuando Lola pasó por el Departamento de Diseño, todos adentro se miraron confundidos. Se sorprendieron al ver a la gerente general con los ojos llenos de lagrimas… Habían pasado tres años desde que la gerente trabajaba en esta compañía. En el corazón de todos, ella era la Dama de Hierro, que era tranquila, elegante, hermosa y muy competente, así como la amante de los sueños de muchos hombres. Tal escena creó un gran revuelo en la compañía y todas las oficinas se llenaron de conversaciones al respecto. Además, Lola no se presentó en la compañía al día siguiente porque fue a la guardería de Estrella para su actividad. Las conversaciones se volvían aún más exageradas. —La gerente debe haber sido víctima en el amor. ¡Todos en el Departamento de Diseño habían visto las lágrimas en sus ojos! —Sí. Y ella ni siquiera vino a trabajar hoy. Algo debe estar mal. —¡Bueno, la señorita Camela es muy linda! ¿Cómo podría engañarla ese idiota? —Tienes razón. ¡La señorita Camela es nuestra Afrodita! ¡Ese idiota debería irse al infierno! … Sánchez, que acababa de pasar, frunció el ceño. El CEO fue tomado como un idiota por los empelados. Pero eso era gracioso, ¡ja ja! No pudo evitar reírse. Le pareció tan divertido que todavía estaba riendo cuando regresó a su escritorio. Desafortunadamente, la puerta de la oficina del CEO estaba abierta. Jorge inmediatamente vio eso. —¡Sánchez! —Al escuchar que el jefe lo llamaba, Sánchez borró la sonrisa de su rostro y lo miraba seriamente.

¡Todas las secretarias se sorprendieron por su repentino cambio de expresión!

Capítulo 105 Estoy aquí para proponerte matrimonio. —¡Señor CEO! —Sánchez se preparó para lo peor, respiró profundamente y luego entró en la oficina del CEO. Jorge todavía estaba molesto por lo que pasó ayer cuando Sánchez apareció con una risita burlona. Naturalmente, el pobre Sánchez se convirtió en el saco de boxeo de Jorge como en ocasiones pasadas. —¿Qué es tan gracioso? Compartelo conmigo. —Eh… Jefe, ¿está seguro de que quiere oírlo? —Sintiéndose incómodo, Sánchez tosió y pensó. Luego dijo obedientemente: —No estoy feliz. Al contrario, me siento triste. Se dice que la Gerente General volvió a su oficina con lágrimas ayer. ¡Todos en la oficina estaban maldiciendo al imbécil que decepcionó a su diosa! —Sánchez bajó la voz cuando murmuró la palabra — idiota —pero Jorge alcanzó a entenderlo. Al hablar de lo que sucedió ayer, Jorge hizo una mueca de inmediato. — Tienes tiempo darte una vuelta hasta el Departamento de Diseño. ¡Qué holgazán eres! ¿Qué tal si invitas a todo el personal a tomar un café este mediodía en nombre de la empresa? ¡Sin viáticos! Las dos últimas palabras devastaron a Sánchez. ¡Sin viáticos! El Grupo SL tenía más de mil empleados en el país A. Era decir, tenía que pagar más de diez mil dólares. —¿Jefe? —Sánchez quería rogar por misericordia. Pero no se atrevió. Porque por lo que sabía de su Jefe, la mendicidad solo incurriría en un castigo más severo. Así que solo se curvó el labio inferior y luego salió a tomar un café. Al ver a Sánchez saliendo de la oficina, Jorge se levantó inquieto de su silla ejecutiva, atormentado por la triste expresión que tenía Lola ayer. En el jardín de niños. Lola y Manolo tomaban las manos de Estrella y corrían con ella. —¡Vamos, Estrella! —Estrella tenía muchos pequeños fanáticos que la alentaban. De repente, Manolo recogió a Estrella, luego corrió hasta el final y puso su muñeca de trapo en la caja allí. La regla del juego era: —Los niños y sus padres hacen una muñeca de trapo juntos y luego la ponen en la caja al final. El más rápido será el ganador. En el momento en que Estrella puso su muñeca de trapo en la caja, ella soltó un grito de júbilo: —¡Sí! ¡Somos los primeros! Los niños sentían envidia de Estrella por tener una madre tan hermosa y un

tío tan guapo. Cuando Manolo apareció al principio, muchos padres lo reconocieron. Las madres jóvenes se acercaron a él con entusiasmo. Continuaron siguiendo a Manolo hasta que un maestro salió para mantener el orden. Al ver chispas de adoración en los ojos de sus esposas, los padres se pusieron celosos de Manolo. Pero no había otra forma, ya que sabían que no podían vencer a ese guapo súper estrella. —Estrella, ¿dónde está tu papá? ¿Por qué viene tu tío hoy? —Preguntó un niño a Estrella, que estaba sosteniendo el premio con entusiasmo. —Porque mi papá está en el extranjero. Ganó mucho dinero allí para mí y para mamá —Respondió Estrella ingenuamente. Al escuchar la voz infantil de Estrella, Lola casi lloró. —Estrella, ayer tu papá acaba de decir que no vivirá con mamá. Incluso piensa que mami es una mujer malvada —Pensó Lola tristemente. A partir de entonces, Lola juró que haría todo lo posible para evitar que Jorge y Estrella se conocieran. También comenzó a planear encontrarle un papá a Estrella, quien la abrazaría y la trataría bien. Las clases habían terminado antes que de costumbre ese día, por lo que Lola y Manolo llevaron a Estrella a un parque de juegos para divertirse antes de irse a casa. En la ciudad D. Wendy iba a casa en la motocicleta de Lola. Cuando se acercó al edificio en mal estado en el que vivía, vio a muchos de sus vecinos reuniéndose alrededor de un elegante automóvil y discutiendo entre ellos. Al ver a Wendy, muchos de ellos se acercaron a ella. —Wendy, ¿quién es ese hombre? —Wendy, ¿es tu pariente o tu novio? Wendy estaba totalmente confundida. ¿Un hombre? ¿Quién? Finalmente pasó a través de esos vecinos curiosos y subió las escaleras. Se quedó estupefacta en el momento en que abrió la puerta y vio al hombre, que llevaba un uniforme militar, sentado en el sofá. —¡Wendy, te hemos estado esperando durante mucho tiempo! —La madre de Wendy, Janne Selena, atrajo a la atónita Wendy de inmediato. Luego volteó la vista al hombre en el sofá con entusiasmo. ¡Estaba bastante satisfecha con ese yerno! —Mamá… —Wendy finalmente pudo pronunciar algo. Habían pasado cuatro años desde la última vez que se vieron. No tenía idea de lo que Yonata estaba haciendo en su casa. —Wendy, ¿por qué no me dijiste que ya tienes novio? No debí molestarme en hacer una cita a ciegas para ti —se quejó Janne con una sonrisa en su rostro.

El padre de Wendy falleció cuando ella era muy joven. Había sido extremadamente difícil para su madre criarla a ella y a su hermano durante años. Por lo tanto, al ver que su yerno era un hombre tan perfecto, Janne Selena se llenó de alegría. —¿Novio? —Pensó Wendy confundida. Entonces se dio cuenta de que había algunos regalos de lujo en la mesa. —¿Qué diablos está haciendo este hombre aquí? —La confusión de Wendy se duplicó. —¡Mamá, hablaré contigo más tarde! —Wendy empujó a su madre fuera de casa y cerró la puerta. Sin importar lo fuerte que Janne Selena golpeaba la puerta, Wendy le hizo oídos sordos. —¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó Wendy. La llegada de Yonata le recordó a Wendy esa noche de hacía cuatro años. Yonata se levantó y se acercó a ella. Por primera vez se dio cuenta de lo pequeña que era. —Estoy aquí para proponerte matrimonio. —Fue directo al punto. Al escuchar la respuesta de Yonata, Wendy sonrió con incredulidad. Luego abrió la boca un poco tratando de decir algo, pero no emitió ningún sonido. Se sentía confundida. —¿Proponerme matrimonio? ¿Te preocupa que ningún hombre esté dispuesto a casarse conmigo porque no soy virgen? —Su franqueza le hizo fruncir el ceño. —Parece que a ella no le importa mi propuesta en absoluto — Pensó. —Lola me pidió que lo hiciera. Quiere que seas su cuñada —dijo Yonata. Sus palabras decepcionaron a Wendy. —¿Quieres decir que la propuesta de matrimonio es lo que Lola quiere y lo estás haciendo solo por ella? —Pensó. —¿Eres el hermano mayor de Lola? —Preguntó Wendy. Sólo estaba tratando de cambiar el tema. Lola ya le había contado sobre su nueva familia hacía dos años. —Sí lo soy. —Asintió Yonata. Entonces Wendy recogió los regalos de la mesa y los puso en las manos de Yonata. —Ya puedes irte. No quiero ser la cuñada de Lola. ¡Ser su mejor amiga está bien! Yonata se sintió avergonzado. Nunca había sido rechazado por las mujeres. Sin mencionar que ella rechazó su propuesta. —Vamos, Wendy. Sé que necesitas dinero ahora. Tu madre tiene una enfermedad en las piernas, así que no puede trabajar. Y tu hermano necesita pagar su colegiatura. ¿Estás segura de que me rechazarás? —Yonata estaba tratando de persuadir a Wendy. —Si te casas conmigo. Puedo enviar a tu

hermano a una de las mejores universidades y encontrar al mejor médico para tu madre —Añadió. … Yonata parecía conocer todas las necesidades de su familia. Al escuchar las palabras de Yonata, Wendy se molestó tanto que casi quiso abofetearlo. — ¿Lola te dijo todo esto? —No. Ella acaba de decirme que eres una buena mujer. No puedo fallarte — Las palabras de Yonata parecían sinceras. Su honestidad le causó gracia a Wendy. Ella sabía que Lola lo hacía por buena intención. Wendy se acercó a un taburete y se sentó, apoyando la frente en su mano. Ella no supo qué decir y solo habló después de un largo rato. —No te preocupes. Estoy bien ahora. ¡Por favor, vete y no olvides expresar mi agradecimiento a Lola! Parecía que las palabras de Yonata no pudieron comprar a Wendy. Yonata se sintió un poco frustrado. Se acercó a Wendy, inclinó la cabeza y la miró.

Capítulo 106 Este hijo de puta Sin atreverse a mirar directamente a los ojos agudos de Yonata, Wendy volteó la cabeza hacia un lado. Al escuchar lo que dijo a continuación, ¡casi se volvió loca! —¡Debes hacerte responsable de mí! … … Veinte minutos más tarde, Yonata estaba parado junto a su lujoso auto en la planta baja. Janne Selena, que estaba murmurando con otros, se acercó de inmediato. — Hola. ¿Cómo estuvo la charla? —Bueno, les pediré a mis padres que vengan conmigo a pedir su mano en dos días. Usted puede poner sobre la mesa cualquier requisito si lo desea — Yonata asintió cortésmente a Janne Selena y se fue. En un par de minutos, la noticia de que Wendy se casaba con un apuesto hombre del ejército viajó a lo largo y ancho del distrito norte de la ciudad D. Wendy habló con Lola por teléfono. —Lola, acepté casarme con tu hermano. ¡No te preocupes! —Cuando vio a su madre entrando con alegría, Wendy supo que debió encontrarse al hermano de Lola en la planta baja. Lola acababa de regresar a la casa. Cuando escuchó las buenas noticias, toda la tristeza en su corazón se fue. —Muy bien, ¡pronto serás mi cuñada! Wendy no pudo evitar quejarse: —Eres una tonta, ¿cómo obligaste a tu hermano a proponerme matrimonio? —Sacudiendo la cabeza, Wendy se aseguró que el hombre debería ser una persona sincera. —No, te equivocas. Mi hermano estuvo de acuerdo cuando se lo dije. Parece que tiene una muy buena impresión de ti —Como no había tenido un buen descanso durante mucho tiempo, Lola se sentía más cómoda en la cama que nunca. —Bueno, basta de mí. ¿Qué hay de ti y él? —Wendy recibió un mensaje de Lola anteayer, diciendo que su ex esposo apareció en el País A. —No lo menciones. Quiero estrangular a ese hijo de puta —¡Él había estado jugando al ñaca-ñaca con ella y su prometida! Lola tenía tanto sueño que decidió no bajar a cenar. ¿Qué pasaba con Estrella? Su mamá y papá no estaban en casa, ¡dejaban que Manolo la cuidara! Cuando se trataba de Estrella, ¡el hermano menor de Lola había sido de gran ayuda para Lola! —¡Todo bien! Entonces hablaremos sobre eso la próxima vez. Mi madre acaba de regresar y tengo que hablar con ella —Wendy colgó el teléfono a toda

prisa, llamó a Janne Selena y comenzó a preguntar qué había dicho el hombre hoy. Lola bajó las escaleras, le dijo a Manolo que vigilara a Estrella y subió ante la mirada incrédula de Manolo. Sin pensar en todos sus pendientes, se fue directamente a la cama y se quedó dormida. Manolo miró a su pequeña sobrina, que estaba jugando con un juguete, y le dijo de forma traviesa: —Ves, tu madre no es tan buena como yo. —Tío, piensas demasiado. ¿No ves que mamá está muy cansada? —Contestó Estrella en defensa de su mamá. Manolo se tocó la nariz y dijo: —¡Realmente tienes el don de la palabra! —¡Tío, no eres muy bueno con las palabras! —Estrella le lanzó una mirada de disgusto, que lo dejó mudo. En medio de la noche, Lola estaba profundamente dormida. De repente, su teléfono celular sonó como una bomba. Miró su reloj, eran más de las once de la noche. Un número desconocido, ¿quién estaba llamando? —¡Hola! —La mujer hablaba en voz baja por el teléfono. Parecía que ella apenas se despertaba de su sueño. Sin embargo, desde que fue despertada, ¡estaba alerta! —Sal. Estoy fuera de tu casa —La voz masculina familiar hizo que Lola se despertara completamente. —¡Lo siento, Sr. Jiménez, ya me he ido a la cama! ¡No puedo salir ahora! — Realmente quería fingir que no lo conocía, ¡pero quién la dejó hacer el ridículo para trabajar para el Grupo SL y ser su subordinada! ¿Estar en la cama era una excusa para no salir? —Si no sales en cinco minutos, entraré —Luego colgó el teléfono. ¿Llegando? Murmurando malas palabras, Lola se levantó de la cama en pijama, se puso una chaqueta y salió corriendo. Normalmente, tardaría diez minutos en caminar hasta la puerta. Así que cinco minutos deberían ser suficientes si corría. Manolo, que bajó las escaleras en busca de agua, vio a Lola corriendo como una ráfaga de viento. —¿A dónde vas, Lola? —¿No dijo que estaba cansada? —A ningún lado. ¡No te metas en mis asuntos! —Apenas su voz se había desvanecido, Lola ya se había alejado. Aunque al principio no se preguntaba qué estaba pasando, Manolo sintió mucha curiosidad al escuchar sus palabras. ¿Qué me meta en mis propios asuntos? ¿Algo que se suponía que no debía saber? ¿Qué era? No podría ser… ¡Un hombre que venía por ella!

Manolo estaba listo para espiarla, pero pensó que su hermana ya era una adulta. Si la atrapaba saliendo con un hombre, ¿qué vergonzoso sería? Bueno, decidió regresar y seguir jugando vídeojuegos. Cuando llegó a la habitación de Estrella, abrió la puerta y miró a la niña en silencio. Estrella dormía de costado profundamente, con la mano derecha bajo la mejilla. ¡Bien hecho, no se quitó la manta! Cerró la puerta en silencio y volvió a su habitación. Lola, con el cabello suelto, corrió hacia la puerta y echó un vistazo a su teléfono celular; le tomó exactamente cinco minutos. La noche era más oscura de lo normal y la casa de campo de la familia Camela estaba muy tranquila. Respirando agitadamente, Lola se detuvo y miró al Maybach que no tenía las luces encendidas. Necesitaba recuperar el aliento primero. ¡Este hijo de puta! ¡Deambulando frente de su casa en medio de la noche, por el amor de Dios! El humo de los cigarros hizo que Lola se diera cuenta de que Jorge estaba parado afuera de la puerta del conductor. Bajo la tenue luz de la farola, ella no podía ver su rostro, pero podía decir por su gesto dominante que seguramente era Jorge. Caminó con renuencia y se detuvo frente al auto, manteniendo la distancia. En la oscuridad, ninguno de ellos habló. Después de terminar un cigarro, Jorge lo apagó y lo tiró a la basura. Desabotonó casi la mitad de su camisa blanca. Ella fijaba sus ojos en este hombre poderoso, sintiéndose muy confundida. Sin embargo, ¡tuvo que admitir que su encanto era absolutamente irresistible! Estuvo en silencio por un rato y se acercó a él. —¡Ve conmigo! —Le puso la mano en el hombro y la condujo al coche. Lola se liberó en el acto. Sr. Jiménez, ¿qué pasa? —Este hombre era demasiado descarado. ¿Cómo podría venir y llevársela después de prometerle a Yolanda que no estaría con Lola? ¿Por qué la tomaba? Jorge miró a Lola, que llevaba una chaqueta sobre el pijama. Trató de poner su brazo en su hombro de nuevo, pero fue rechazado por ella. Después de varios intentos, Jorge perdió la paciencia. La jaló hacia sí y la abrazó. Lola no podía entender lo que el hombre pensaba todos los días. Él la maldijo como una mala mujer una y otra vez, mientras seguía acosándola todos los días. Estaba a punto de hablar, cuando la besó en los labios. ¡Este hijo de puta! Lola lo empujó con ambos brazos, tratando de poner distancia entre ellos. Por mucho que lo intentaba, el hombre no se movía.

Bajo la luz tenue, el hombre sostenía a la mujer en sus brazos. Un vehículo militar que se acercaba destellaba sus faros desde una distancia. Lola pensó — ¡Rayos! —Como su hermano mayor había ido a la ciudad D y su hermano menor estaba en casa, no podían ser otros que su padre y su madre que aparecieron tarde en la puerta de la familia Camela…

Capítulo 107 Ascenso y aumento de sueldo Lola estaba tan avergonzada que pellizcó bruscamente la cintura de Jorge. Pero ya era demasiado tarde para hacerlo. Harold y Angie habían salido del auto y Angie caminó hacia la pareja con una cara seria. Había reconocido esa silueta. No podía ser nadie más que su hija. Jorge no soltó a Lola hasta que sintió que alguien se les había acercado. Lola se sintió tan incómoda y cuando apareció Angie quiso que la tierra se la tragara. Atrapada en el lugar, no pudo alzar la mirada, pero saludó a Angie con voz débil: —Madre. Lola se sonrojó de vergüenza. Angie no miró a Lola, pero miró a Jorge enojada. —Buenas tardes señora. —Jorge saludó a Angie de manera educada y asintió con la cabeza a Harold, que estaba parado no muy lejos de él. —¿Quién eres tú? —Preguntó Angie. Todavía miraba a Jorge con coraje. Había vivido en el ejército durante tanto tiempo, que estaba acostumbrada a actuar de esta manera. La gente mostraba su debilidad al enfrentarla. Pero con Jorge, las cosas serían diferentes. Jorge no esperaba que lo arrastraran a su auto cuando estaba a punto de presentarse. No se dio cuenta en qué momento Lola abrió la puerta de su auto, ni imaginó que Lola tenía tanta fuerza para llevarlo dentro. Lola cerró la puerta y caminó cogida de la mano de Angie hacia su casa y explicó: —Madre, ese hombre es solo mi jefe. No me malinterpretes Vamos a casa. Jorge ya tenía una mirada desagradable cuando fue arrastrado al auto. Se puso furioso cuando escuchó las palabras de Lola y pensó: —¿Soy solo tu jefe? ¿No te equivocas? ¡Bien, Lola! Cambiaré tu forma de pensar. Lola se subió al auto de Harold con su madre. —Lola, ¿ese es tu nuevo novio? —Preguntó Angie. Su cara no estaba tan seria ahora. Comprendió que era natural para su hija tener un nuevo novio, pero esta vez, le gustaría desempeñar su papel de madre para evitar otro matrimonio fallido. —Madre, no, él es mi jefe… —Respondió Lola tímidamente. No estaba segura de si debía decirles a sus padres que Jorge era el padre biológico de Estrella. —¿Cómo podría un jefe tomar ventaja de su empleada justo frente a su casa? Lola, no te dejes engañar por él —Le advirtió Angie. Estaba un poco molesta cuando escuchó la respuesta de Lola. Después de todo, los besos y

tomarse de las manos era algo natural entre las parejas. Si ese hombre no tiene nada que ver con Lola, ¿cómo podría aprovecharse de su hija? —Madre, él es… —Lola quería explicárselo, pero no tenía idea de qué decir. Sabía que las palabras de su madre eran por amabilidad. —Suficiente. Lola es una adulta. Ella tiene sus propios pensamientos e ideas. Métete en tus asuntos. —Harold rescató a Lola diciéndole esto a Angie. Sabía qué tipo de persona era su hija y creía que siempre se comportaría. —Me preocupo por ti, Lola. Entiendo que quieres volver a casarte con un hombre por el bien de Estrella y tuyo. Ten cuidado y trata de mantenernos al tanto, ¿de acuerdo? —Desde en el asiento del copiloto, Angie se dio la vuelta y se lo dijo a Lola. Estaba muy angustiada y preocupada por Lola. —De acuerdo. Entiendo. Gracias. —Respondió Lola. Comprendió que sus padres no querían que volviera a conocer a alguien como Jorge, pero no sabían que el único hombre que había tenido una relación con ella era Jorge… Los tres volvieron a la casa. Después de comprobar que Estrella durmió bien, Lola se tiró sobre la cama. Dudó un momento y luego decidió enviarle un mensaje a Jorge: —Jorge, sería mejor que no nos volviéramos a encontrar en privado. En segundos, recibió una respuesta, —¡De ninguna manera! Lola pudo imaginar la expresión de Jorge cuando estaba escribiendo el mensaje. Debía estar furioso y ansioso por matarla. —¿Estás decidido a vengarte de mí por tu novia? —Preguntó Lola desesperadamente. Jorge detuvo su auto para leer este mensaje. —Tal vez ella tiene razón. Pero si solo quiero volver con ella, ¿por qué me preocupo por ella todos los días? Pensó Jorge. —Me alegra que sepas esto —Así que rápidamente escribió algunas palabras y las envió, pero ya no obtuvo respuesta. Sosteniendo una almohada en sus brazos, Lola leyó el mensaje y lloró en silencio. —Si él no tuviera novia, simplemente podría volver con él —A pesar de que él me confundió con una persona perversa, creía que el tiempo probaría todo lo contrario, ¿no era así? Pero tenía una prometida, con la que tendría muchas peleas en el futuro. ¿De qué lado se pondría? ¿Sería tolerante con mi venganza contra Yolanda? Pensó Lola. La noche se volvió cada vez más oscura. Lola se quedó dormida. El viernes por la mañana era el momento de las reuniones regulares de la alta dirección. Ese día, Lola caminó en la sala de reuniones sobre sus tacones después de asegurarse de que su maquillaje fuera perfecto. Con un traje, Jorge también entró con el rostro frío dos minutos antes de la

hora de la reunión. Lanzó un informe sobre el escritorio, lo que desconcertó a los ejecutivos. No tenían idea de lo que significaba eso y se miraban unos a otros. Jorge comenzó a hablar: —Theron Soto, el director general adjunto de la compañía, ha malversado dinero y se ha involucrado en prácticas corruptas — Theron se quedó estupefacto y pensó: —¿Cómo es que el CEO conoce su secreto? —Jefe, ¿tiene alguna evidencia? —Preguntó Theron. Intentó mantener la calma, pero bajo el escritorio sus manos no podían dejar de temblar. Jorge puso los ojos en blanco con frialdad después de escuchar la pregunta, luego se volvió hacia Jack Chang y dijo: —Jack Chang, el subdirector general, ha acosado a muchas empleadas, ha aceptado sobornos y ha comprado muebles para su casa con dinero malversado. —Soy inocente, jefe —Gritó Jack. Se secó el sudor frío en la frente con una cara pálida y luchó desesperadamente por demostrar su inocencia. —¿Inocente? ¿Evidencia? Compruébenlo por ustedes mismos. Theron Soto y Jack Chang fueron despedidos luego de compensar las pérdidas de la compañía. La gerente general Lola Camela es ascendida a directora general adjunta. El gerente de recursos humanos es responsable de los candidatos para el nuevo gerente general y vicepresidente general. Los candidatos calificados deben pasar la entrevista de la nueva directora general adjunta. Eso es todo por hoy. Cualquier pregunta, vengan a mi oficina después de la reunión —Dijo Jorge. Luego salió de la habitación. Eso dio mucho de que hablar. Theron y Jack se apresuraron a revisar el portafolio en el escritorio. Dentro se encontraban el reporte conjunto de algunas empleadas contra Jack y evidencia de soborno en contra de Theron, lo que los dejó sin palabras. Despidieron a dos ejecutivos y promovieron a Lola a directora adjunta en menos de tres minutos de la reunión. Ese era el estilo de Jorge. Siguiendo a Jorge, Sánchez lo admiraba de corazón y finalmente llegó a conocer la razón por la cual Jorge estaba tan ocupado recientemente. Lola quedó desconcertada por la repentina promoción y abandonó la sala de reuniones bajo las envidiosas y celosas miradas de otros. En esa tarde, Lola se trasladó a la oficina del director general adjunto con la ayuda de Leo. En cuanto a la oficina vacía del subdirector general, Lola se sintió muy confundida. El lugar de trabajo era como el campo de batalla. Era posible que algún día la despidieran de una posición alta. Jack fue uno de los ejemplos. En realidad, Jack

intentó acosarla hacía un año. Pero ella le puso un alto inmediatamente. Después, Jack quiso tenderle trampas para despedirla. Pero ella siempre se comportó bien y nunca le dio la oportunidad de hacerlo. Nunca había esperado que Jorge aclarara las cosas poco después de asumir el cargo. Después de pensar por un momento, Lola decidió ir arriba y hablar con Jorge.

Capítulo 108 La perra es una perra Las secretarias estaban todas ocupadas. Al ver a Lola acercarse, Sánchez asintió educadamente y luego volvió al trabajo. Lola le respondió con una sonrisa. Entonces llamó a la puerta. —Adelante. —El sonido era familiar. Abrió la puerta y entró. —Jefe. —Lola saludó a Jorge, quien estaba concentrado en su trabajo, por cortesía. —¿Qué pasa? —Jorge alzó la mirada para ver a Lola. Luego volvió a inclinarse sobre su trabajo. No pensó que estuviera allí para agradecerle. Eso era seguro… —Jefe. Tengo una idea. —Lola pensó que lo que iba a decir era necesario. —Adelante. —Podemos reclutar una nueva persona como Gerente General. En cuanto al Vice Director General, podemos promover a uno de nuestros gerentes de departamento a esa posición —De esta manera, ella no sería la única que ascendería, y otros en la compañía dejarían de sentir celos de ella. Además, alguien que era realmente competente podría tener una oportunidad. —¿Cualquier candidato? —Preguntó Jorge mientras firmaba el documento. —Sí. Jeremy Duan, el gerente del Departamento de Diseño. Aunque solo tiene dos años más que yo, lleva ocho años trabajando en la empresa. Está bastante familiarizado con el negocio de la empresa. Además, él es muy bueno en gestión —Jeremy era un hombre humilde. Una vez ayudó mucho a Lola cuando estaba en problemas. Lola había querido devolverle sus favores. Además, Jeremy estaba más que calificado para ser el Vicedirector General. —De acuerdo. Le pediré al Departamento de Recursos Humanos que emita sus promociones para mañana —Lola estaba asombrada por la decisión de Jorge. Parecía que confiaba mucho en ella. Ella no sabía que se suponía que debía ser feliz con eso. —Gracias jefe. ¡Gracias por su tiempo! —Lola se dio la vuelta, para irse. — Espere, señorita Camela —Jorge dejó el bolígrafo y se levantó. Al ver a Jorge de pie, Lola tuvo un mal presentimiento. Quería huir lejos. Se movió dos pasos hacia la puerta. Pero Jorge se adelantó y cerró la puerta. … En ese momento, Lola pensó que era un tonto conejo que llegó voluntariamente a las fauces de un lobo. —Sr. Jiménez, ¿hay algo que pueda hacer por usted? —Se dijo a sí misma que debía estar tranquila. Si él se atrevía a ofenderla de nuevo, seguramente le

daría una cachetada. —Sí, por supuesto. Yo te ascendí. ¿Tiene alguna recompensa para mí? ¿Srta Camela? —Jorge le dio una pista a Lola mientras la miraba. Al escuchar sus palabras, Lola sonrió levemente. —¿Recompensas? ¿Qué tal enviar tu foto desnudo a tu prometida? En realidad, ella ya había borrado esa foto. Al pensar en esa foto, Jorge se avergonzó: —¿Podría ser que nuestra nueva directora general adjunta haya estado pasando las noches solitarias viendo mi foto en los últimos años? ¡Mierda! —Lo siento mucho. Ya he borrado esa foto. Además… —Lola contó todo. —Lola Camela, ¡qué torpe eres! —Se culpó a sí misma. Mirando la cara de regocijo de Jorge, Lola se enojó más. Puso los ojos en blanco y volvió a dirigirse a la puerta. Pero de repente se le ocurrió un truco cuando tocó el teléfono móvil en el bolsillo. Se detuvo y se dio la vuelta. —Jefe, ¿realmente quiere una recompensa? — Preguntó con una voz tierna y encantadora totalmente diferente a la anterior. Se enganchó al cuello de Jorge y lo besó en los labios mientras se tomaba un selfie. —¡Lola Camela! ¡Cómo te atreves a hacer eso! —Jorge gruñó mientras fruncía el ceño a Lola, que parecía estar bastante satisfecha con la foto que acababa de tomar. Lola se volvió sorda al reclamo de Jorge. Guardó el teléfono móvil en el bolsillo mientras se dirigía a la puerta. Pero Jorge no planeaba dejarla ir. Se acercó a Lola y la tiró. —¿Por qué? Es solo una foto. Sr. Jiménez, no desperdicie su hermosa cara —Lola sonrió mientras le enderezaba la corbata a Jorge. Pero Jorge vio a través de sus engaños. Miró a Lola con una mirada fría: — ¡Parece que no tienes en cuenta mis palabras! —Jorge estaba tratando de evitar conflictos entre Yolanda y Lola. Ciertamente Lola había estado recordando sus palabras. Le lanzó una mirada de enojo. Entonces sacudió la mano de Jorge y corrió fuera de la oficina. Viendo a Lola que huía de nuevo, Jorge se sintió un poco desesperanzado. Ya no sabía cómo llevarse bien con Lola. Lola sacó su teléfono móvil para ver la foto otra vez después de regresar a su oficina. ¡Lindo! Ambos se estaban besando apasionadamente. Luego abrió Twitter y envió esa foto a la cuenta oficial de Yolanda. Por la noche, el sistema mostraba que la foto había sido vista. Pronto, Lola recibió una respuesta que decía: —Perra. Al mirar el mensaje, Lola no se enojó. Por el contrario, ella se regodeaba,

porque esa palabra indicaba que Yolanda estaba enojada. Ah… ah… Yolanda apretó su teléfono. Aunque la foto fue enviada por alguien anónimo, ella sabía que debía ser Lola Camela, ¡esa perra! —Jorge me prometió que no estaría con esa perra. ¡Parece que esa perra está seduciendo a mi Jorge otra vez! —Pensó Yolanda. Entonces Yolanda le envió esa foto a Jorge preguntando: —Jorge, ¿cómo explicas esta foto? ¡Me prometiste que no volverías a estar con ella! Jorge estaba fumando en ese momento. No se sorprendió al recibir esa foto de Yolanda. Sabía que era el pequeño truco de Lola. Descargó la foto y luego apagó la pantalla. No planeaba responder. Después de una larga espera, Yolanda se dio cuenta de que Jorge no iba a responderle. Después de pensarlo profundamente, hizo una llamada telefónica. —¡Hey!, su majestad, ¿qué le hace llamarme? —La voz en el otro extremo del teléfono era tan diabólica que Yolanda tenía de piel de gallina. —Julie, ya regresaste al país A de Wall Street, ¿verdad? —Yolanda se propuso ignorar la repugnante voz de Julie. Ella preferiría tener a Julie Tan, esta mujer asquerosa, como rival que a Lola Camela, esa perra. —Sí, he regresado hace alrededor de quince días. ¡Pero voy a volver a Wall Street pronto! —Julie Tan respondió mientras arreglaba su ondulado cabello rojo. No tenía idea de lo que Yolanda estaba planeando. —La compañía de Jorge está reclutando un nuevo gerente general y ofrece un salario más alto que el de Wall Street. Puedes intentarlo. —Yolanda obtuvo la información de su espía en SL Group en el país A. Lola Camela, esa perra, volvió a trabajar en la compañía de Jorge y fue ascendida a directora ejecutiva adjunta. Al escuchar las palabras de Yolanda, Julie mostró una expresión sorprendida: —¿El Grupo SL está buscando un Gerente General? —Esa era una buena oportunidad. —Sí. ¡Ya que has sido vicepresidente en Wall Street antes, creo que estás totalmente calificada para ser gerente general! —Respondió Yolanda. Lamentó no haberse especializado en algo como la administración económica. De lo contrario, ella le quitaría a esa perra a Jorge sola. Julie no era estúpida. Sabía que Yolanda nunca permitiría que una mujer se acercara a su prometido, y mucho menos a ella, una mujer que era buena coqueteando con los hombres. ¡Debía pagar por ello! —¿Qué quieres de mí? —Preguntó Julie. Estaba planeando ponerse de acuerdo sobre lo que Yolanda iba a decir. Porque Jorge Jiménez era un señuelo tan irresistible para ella. No desperdiciaría ninguna oportunidad de acercarse a

Jorge. —Yolanda Moza, no me culpes por seducir a tu prometido. Ja… ja… — Pensó Julie. —Hay una perra trabajando en la compañía de Jorge. Ella ha estado seduciendo a Jorge durante años y hoy está ascendida a directora general adjunta. Creo que ya sabes qué hacer… ¡Preferiría tenerte como mi rival que a cualquier otra! —Dijo Yolanda. Julie Tan fue notoriamente depravada. Yolanda estaba segura de que Jorge nunca se engancharía con ese tipo de mujer. —Entonces, ¿y si tiento a Julie Tan a unirse a la compañía de Jorge y dejar que Julie Tan y Lola Camela luchen entre sí? Entonces yo sería la verdadera beneficiaria —Yolanda se estaba regodeando.

Capítulo 109 La compañera de clase de su prometida Al escuchar las palabras de Yolanda, Julie se burló de sí misma: —¿Quieres que pelee con la directora general adjunta? —Bueno, dado que Jorge era un pez gordo, aceptó de mala gana. —¡Entonces intentaré un round con ella! ¡Vamos a ver y esperar! —Bueno, ¡vigila a Jorge por mí! —Dijo Yolanda hipócritamente. —La perra es perra —Ella pensó: —¡Cuando llegue al país A, todos se irán a la mierda! —¡No te preocupes! —¡Julie decidió ir a buscar un poco más de ropa, la más sexy! —Yolanda, quien siempre fingió ser noble, ciertamente no usaría ropa sexy, ¡así que haré que Jorge cambie su gusto! —Julie pensó: —¡En cuanto a la mujer de la que habló Yolanda, depende! Si ella no se interpone en mi camino, la dejaré sola. ¡De lo contrario, la echaré de la compañía! En el Grupo SL. A las 10 de la mañana, el gerente de recursos humanos llamó para informarle a Lola que una candidata para el gerente general había llegado a la compañía y la candidata tenía buenas calificaciones y una enorme experiencia laboral. Había llegado un montón de candidatos para el puesto en estos días. Casi todos ellos fueron eliminados por el departamento de recursos humanos. Lola rechazó a las únicas dos que había entrevistado. Al escuchar que esta estaba bien calificada, Lola le dijo al gerente de recursos humanos que guiara a la candidata directamente a su oficina. Cinco minutos después, Lola escuchó el golpe en la puerta de su oficina. —¡Entra por favor! —Lola guardó el documento en la computadora y miró a la mujer que entró. Estaba vestida con una chaqueta corta, blanca, una falda roja a la cadera, medias de seda negras y estiletes negros. —¡Hola! ¡Vengo a solicitar el puesto de gerente general de la empresa! —La mujer se veía bonita y coqueta, pero era muy educada. —¡Hola, siéntese por favor! —Lola cerró la carpeta, se levantó y se sentó en el sofá frente a la mujer. Lola la evaluó de forma natural. El defecto más destacado era su coqueteo. La mayor ventaja era su compostura. —Señorita Camela, este es mi currículum. Por favor revíselo. —Julie aprovechó la oportunidad para mirar a la mujer amable y agraciada, cuya vestimenta profesional de color blanco la hacía parecer una mujer ejecutiva.

Esta joven parecía más poderosa que Yolanda. Ella también tenía un encanto indescriptible. No era de extrañar que Yolanda prefiriera buscar la ayuda de Jolie en lugar de permitir que una despampanante mujer se quedara al lado de Jorge. Para decirlo claramente, esta directora general adjunta era un rival muy competitivo. —¡Muy bueno! Tengo curiosidad por saber por qué renunció a su cargo de vicepresidente —Lola cerró el currículum de esta retornada altamente educada en el extranjero. —Razones privadas. No tenía más remedio que rendirme y ya no quiero ir a Wall Street —Respondió Julie brevemente. —Bueno, señorita Tan, ¿puede dar su punto de vista sobre la gestión de la empresa? —Lola cambió el tema al lado profesional. Cuando Julie estaba a punto de responder, llamaron a la puerta de la oficina y la abrieron antes de que Lola pudiera pronunciar una palabra. Era Jorge. En este momento, la oficina parecía mucho más pequeña, tal vez debido a la intensa arrogancia y frialdad que tenía todo el tiempo. —¡Jefe! —Lola se levantó respetuosamente y lo saludó. Para toda la gente, eran simplemente jefe y empleada. Pero justo ahora Jorge entró antes de tener el permiso de Lola. Eso fue un poco anormal. Si esto era la oficina de un hombre, no importaba. Sin embargo, esta era la oficina de una mujer… Julie era muy consciente de que la relación entre las dos personas no era simple. —¡Jefe Jiménez! ¡Mucho tiempo sin verle! —Julie se levantó, sonrió y saludó con gracia. —¡Bueno, hola! —Jorge asintió tímidamente con ella y se volvió hacia Lola. —Lola, vengo a informarte que ella fue compañera de la escuela de mi prometida —La presentó brevemente. Lola los miró. —¡Oh! ¡Compañera de escuela de su prometida! —La rareza en sus ojos hizo que Jorge se sintiera incómodo. —¡Sí! —Frunció el ceño y asintió. ¿Por qué molestarse en venir, entonces? —Sr. Jiménez, la compañera de escuela de su prometida, es una buena opción. ¡Es su llamada! —Julie y Jorge sintieron los celos en el tono de Lola. Jorge le dirigió a Julie una mirada tibia y dijo resueltamente: —Tu pasantía comienza a partir de mañana. Si no tienes la habilidad, nadie puede salvarte. Los ojos de la mujer estaban llenos de adoración y afecto. —¡Por supuesto! Gracias, jefe Jiménez. ¡Entonces déjeme ir ahora! —¡Julie solo tenía ojos para Jorge, mientras ignoraba a Lola, la directora adjunta!

Después de que Julie se fue, Jorge dio dos pasos hacia adelante para mirar el rostro sombrío de Lola. —Ella vendrá mañana y la llevarás contigo. ¡Cuando trabajó en Wall Street, hizo un buen trabajo! —Jorge dio a entender que la capacidad de trabajo sería la única razón para que Julie se quedara. Trabajar con la directora general adjunta, fue un buen punto de partida para Julie. Lola se sentó en el escritorio y dijo con indiferencia: —Está bien, jefe, ¡tengo que irme a trabajar ahora! ¡Adiós! Jorge dijo con el ceño fruncido: —¡Ven a Crescent Spring esta noche! ¡Tengo algunos asuntos de los que hablar! Su voz no permitía ninguna duda. La gente del país A sabía que Crescent Spring era la zona de residencias de mayor categoría y también era propiedad del Grupo SL. Irritada por la invitación, Lola quería arrojar la carpeta en la cara de Jorge. —Sr. Jiménez, tiene propiedades en todo el mundo. ¡Incluso tienes una casa privada en el país A! —Contuvo su ira. Sin una pizca de modestia, el hombre dijo: —De hecho. Pero no debes dejarme plantado. ¡Si lo haces, todos los empleados trabajarán horas extras los próximos quince días! —¡Qué amenaza tan inescrupulosa! Lola intentó reprimir su furia y miró al malvado pero encantador hombre. ¿Cómo podría rechazar tal invitación de su jefe? —Sr. Jiménez, amenazando así a una empleada, ¿no tiene miedo de la rebelión? —Se levantó con una sonrisa burlona, tocó el escritorio… suavemente… ¡Porque ella no se atrevió a golpear fuerte! Tocó el flequillo de la mujer. —Si te atreves a rebelarte, ¡tengo muchas maneras de ponerte bajo control! —Jorge se quedaba mirando la fingida calma en el rostro de Lola. Realmente quería ver cómo era esta mujer cuando estaba enojada. —¡Bueno, jefe, nos vemos luego! —Lola soltó unas pocas palabras, conteniéndose para no arrojar la carpeta en su cara. Lola sabía que quedaría en las manos de Jorge si desataba su enojo. ¡Maldición! Jorge, la bestia, invitándola así, ¿hablaría de otra cosa que no sea una mierda? ¡Bah, ella no era una adolescente! Iría allí, pero debería intentar todos los medios para protegerse. —¡Hasta entonces! —El hombre le dio un beso en los labios y se fue con satisfacción. Lola se frotó la boca frenéticamente. ¡Hijo de puta, robándole un beso todos los días!



Capítulo 110 Llamada de su novia En la Villa de Crescent Spring. A las ocho de la noche. Lola tocó el timbre de la villa. El hombre, vestido con una bata gris, abrió la puerta con una copa de vino tinto de buena calidad. La mujer ocultó su rostro limpio y hermoso por el maquillaje fuerte y el labio rojo. Llevó un traje deportivo negro y zapatillas negras. ¡Ella definitivamente vino con su intención! Enojo llenó los ojos de Jorge. Una mujer debería agradecer a Dios por haber sido invitada por Jorge. —¡Vete! —El hombre lanzó dos palabras. Él realmente no tenía apetito en ella. ¡La mujer sonrió secretamente, sintiéndose muy contenta por haber conseguido lo que quería! ¡Ella apreciaría su coraje si a él le interesaba a pesar de que estaba vestida así! La mujer se dio la vuelta y se fue. —¡Un momento! —Llegó la voz fría del hombre. Ella miró hacia atrás con una sonrisa. —¿Qué pasa, jefe Jiménez? ¿No me mandó retirarme? —Pero ya me cambié de opinión. —¿Fue difícil de entender? ¿Existía barreras de comunicación entre las dos personas? Lola hizo una mueca en un instante y su expresión fantasmal se vio claramente. ¿Ella le odiaba? Pensando en esta posibilidad, Jorge puso su copa de vino tinto en el porche delantero. La metió en la villa. ¿Le odiaba? ¡Él no lo permitió! El interior de la villa estaba decorado en el mismo estilo como el Num. 8 de la Fuente Perla. Jorge siempre quería mantener su casa limpia sin ninguna mancha. Y el blanco era el color dominante. Si prestabas atención a los alrededores de esta villa, que ocupaba miles kilómetros cuadrados, notarías que el papel de pared, los sofás, los candelabros y las alfombras eran todos blancos. Solo los armarios, los sostenes para vinos, las mesas y unos otros estaban pintados en color gris claro o negro. —¡Boom! —Jorge dio un portazo. Al escuchar el sonido fuerte, Lola casi saltó al aire con miedo. Mirando su rostro sombrío, Lola quería saber si estaba enojado. ¿Por qué siempre estaba enojado de todas maneras? ¡Ellla estaba enojada de

hecho! Lola se liberó de la mano del hombre, se quitó los zapatos y caminó hacia la sala de estar. El piso de la villa estaba cubierto con alfombras suaves de lana, por lo que no tenía que preocuparse por el frío. ¡Jorge era realmente rico porque cada villa suya tenía una decoración tan lujosa! Mirando a la mujer caminando directamente hacia la sala de estar, Jorge la siguió con una expresión satisfecha en su rostro. Se sentó frente a ella y se recostó perezosamente en el sofá, observando cada movimiento de la mujer. Lola, sin embargo, no se movió, pero miraba curiosamente a los muebles. Como el hombre no habló durante mucho tiempo, ella rompió el hielo primero. —¡Jefe Jiménez, ya puede empezar con los trabajos ahora! —Miraba al hombre en el sofá, que que siempre tenía un estilo dominante todos los tiempos. Jorge fijaba sus ojos en la cara de Lola y dijo: —Mira tu cara, lávala, ¿lo puedes hacer? ¡No estoy en tal humor para hablar de trabajo! Tamboreando sus dedos en los pasamanos, estaba esperando a que la mujer le lavara la —mancha —en la cara. Lola hizo un gestión descontento. Ella no lo lavaría, porque ella había gastado dos horas para el maquillaje. Ella sonrió débilmente. —Jefe Jiménez, ¿algo más? ¡Si no, me voy a despedir entonces! ¡Como se atrevía a rechazarlo! ¡Qué bien! Lola. Jorge se levantó del sofá y lentamente se le acercó a ella. Lola saltó enseguida. —¡De acuerdo, lo voy a lavar! ¡Él era el jefe! ¡Tenía el poder! Jorge se sentó en el sofá donde ella se había sentado y miraba fríamente a la mujer que era como un fantasma. —En la segunda planta. La habitación más interna. ¡Limpíate, o no me ofrezco a ayudarte! ¡Otra amenaza! ¡Hijo de puta! Lola corrió rápidamente al segundo piso para encontrar la habitación que dijo. Cuando caminó hasta el final del pasillo, no pudo abrir la habitación de la izquierda. Así que ella giró la chapa de la habitación en la derecha y la abrió. La enorme habitación estaba tan limpia como las del primer piso. En la habitación salía el olor único del hombre. Ella pensó que él tal vez acababa de haber tomado una ducha porque se podía notar un poco de gel de ducha en el baño.

No había desmaquillador. ¿Cómo podría ella limpiarse? Echó un vistazo a los artículos de baño de Jorge y tomó una botella de crema facial de limpieza de una marca inglesa, ¡Era la única manera! Aunque se había lavado casi diez minutos y había usado la crema facial dos veces, no logró quitar totalmente el maquillaje en la cara. Había usado mucho basa de BB, más la sombra de ojos, mientras que la crema facial para hombres no sirvía para quitar el maquillaje. Por lo tanto, Lola bajó las escaleras con —ojos de panda —causados por el delineador. Jorge miró a Lola, que se veía mucho mejor aunque su maquillaje no se había limpiado. Cuando Lola se volvió más agradable de mirar, Jorge tiró de la mujer hacia sí mismo y lentamente bajó la cabeza. … … Lola miró al hombre que estaba tan cerca a ella. ¡Este era su propósito! Pensando en esto, le mordió sin duda, ¡mucho más fuerte que la última vez! Ella rápidamente corrió hacia otro lado, observando los labios sangrantes de Jorge… Jorge miraba a la mujer obstinada, y en ese momento él realmente quería colgarla y pelearla. Se levantó del sofá con la intención de enseñarle una lección. Lola observó su reacción, ¡Carajo! Ella corrió hacia al detrás del sofá. —Jefe Jiménez, ¿cómo puedes actuar como un pícaro? —Ella protestó, alejándose del hombre. El hombre la miró con ojos agresivos, como un lobo descubiera a una oveja. En este momento, ella vio el teléfono de Jorge en la mesa. Se le ocurrió una idea. Se movió con cuidado hacia la mesa y rápidamente cogió su teléfono, mientras vigilaba al hombre que podría lanzarse hacia ella. Al verla agarrar su teléfono, Jorge pensó que ella tenía plan vicioso, así que caminó hacia ella para alcanzarlo. La mujer gritó y corrió detrás del otro sofá, evitando que Jorge se le acercara. Al ver a la mujer sonriente, Jorge tuvo el impulso de botar el sofá afuera. —Jefe Jiménez, piénsalo bien. Tu celular está en mis manos. Si marco el número de su novia por accidente… —La mujer sonrió astutamente a Jorge, quien también sonrió. —Lola… —La voz de Jorge fue interrumpida por una vídeollamada de WeChat. Aunque asustada por el ruido repentino, Lola echó un vistazo a la pantalla y vio el nombre de Yolanda.

Y echó un rápido vistazo al hombre que se acercaba y presionó el botón — Aceptar —sin duda. Se anotaba evidentemente la alegría Yolanda, solo porque Jorge finalmente aceptó su videollamada. El problema era que ella vio el techo al principio, y luego la cámara fue ajustada a Jorge. Obviamente, no era Jorge quien respondió a su vídeo llamada. ¿Quién podría ser? Yolanda de repente sintió algo malo. —Jorge. —Ella le llamó suavemente.

Capítulo 111 Entonces, fuera de mi casa La cara de Jorge se volvió sombría al escuchar la voz de Yolanda. Lola Camela, para su sorpresa, respondió a la vídeollamada de Yolanda. Lola se rió, con el teléfono en la mano, —¡Sr. Jiménez, me divertí mucho! — ¡Fue muy bueno! Caminar por la alfombra de lana descalza era, por supuesto, muy cómodo. Jorge podía decir por la voz seductora que estaba tramando algo. Yolanda no podía reconocer la voz, pero sabía que era una voz de mujer. El mero hecho de divertirse inevitablemente hizo volar su imaginación. Con el rostro distorsionado de rabia, Yolanda se preguntó en cuántos escándalos se había involucrado Jorge. Pero ella estaba orgullosa de haber elegido a un hombre tan buscado. Una gran cantidad de escándalos fueron, de hecho, una fuerte prueba de su inteligente elección. De repente, una mujer en ropa deportiva apareció en la pantalla. Yolanda miró claramente su rostro, el rostro de la mujer que se había ido durante cuatro años. ¡Era Lola Camela! ¡Esa perra otra vez! Ella apretó los puños, —¡Jorge! —La voz desgarrada de Yolanda se escuchó desde la línea. Recordó que una vez Jorge juró que nunca estaría con Lola. ¿Pero qué demonios estaban haciendo ahora? El rencor, la desesperación y la pena conmovieron cada nervio de ella en ese momento. Habiendo escuchado la voz de Yolanda, Jorge tomó el teléfono y colgó, lanzando una mirada fría a la mujer que ahora había perdido todo su comportamiento dominante visto en la compañía durante el día. —¿Cómo te atreves a hacerle daño? La pregunta teñida con un tono congelado endureció la sonrisa de Lola y luego la borró por completo. Estaba helada; Se sentía como una torpe en el aire deprimente. Lola subestimó totalmente lo que Yolanda significaba para Jorge. Incluso mantuvo el engaño que Jorge todavía sentía algo por ella misma. Había una probabilidad de que su invitación era verdaderamente solo por negocios. Tal vez pensó demasiado. En ese caso, ¿por qué se metió con ella una y otra vez? ¿Tenía la intención de

ganársela como amante con su fama y fortuna? El largo silencio y la mirada mutua finalmente terminaron en el momento en que sonó el teléfono de Lola. Cogió el teléfono de su bolso en el sofá. Resultó ser un número extraño. —¿Hola? —Su voz vaciló. Ella se volvió de espaldas a Jorge. —Lola, soy yo —Una voz familiar venía del teléfono. Ella supo quien era de inmediato. ¿Por qué diablos la llamó Tomás Herrero ahora? Habían estado sin contacto desde aquella vez que se conocieron en la fiesta de cumpleaños del abuelo. —Hola señor. Herrero —De repente, Lola cambió su tono. Una amargura inexplicable brotó de ella. Jorge frunció el ceño ante el nombre. ¿Había estado en contacto con Tomás Herrero todo el tiempo? Se sentó tranquilamente en el sofá, cogió el medio vaso de vino tinto y siguió bebiéndolo. —¿Estás ocupada? —Tomás estaba en ese momento en la oficina, frotándose la sien. Regresó hoy. Con los ojos pegados a sus pies, ella respondió: —No, no lo estoy. ¿Qué pasa? —¿Estás libre mañana por la noche? Quiero invitarte a cenar —Declaró sus intenciones directamente. Lola estaba a punto de rechazar la invitación, pero considerando la presencia del hombre detrás, dijo: —Ok, ¿a qué hora? Estaré a tiempo —Respondió suavemente. Aturdido, Tomás se preguntó qué estaba pasando allí. —¿A qué hora sales? Vendré a recogerte. —Normalmente a las seis. Te avisaré cuando haya terminado —Con su dulce voz, Tomás concluyó, si estaba en lo correcto, ella no estaba sola. —Muy bien. Se está haciendo tarde. ¡Buenas noches! —Comprobó la hora, sabiendo que ya era momento de irse a casa. —Buenas noches. —Lola volvió a poner el teléfono en su bolso después de colgarlo y se dirigió directamente hacia la puerta. La cara de Jorge se puso pálida después de ser testigo de una cita telefónica. —¡Detente! —¿Y ahora ella se iba a ir sin decir ni una palabra? Una voz baja y severa vino detrás de ella. Ella se detuvo diciendo: —Sr. Jiménez, es tarde. Puede hablar conmigo mañana en la empresa —Por la forma en que hablaba, no era para nada agradable. Llamas de ira surgieron dentro de él. ¿Tenía que ser tan obstinada? Ella nunca se rindió, ¿verdad? —Realmente crees que puedes ir y venir por tu propia voluntad, ¿eh? — Cuando se acercó, Lola estaba lista para salir corriendo.

Al ver su movimiento, Jorge tiró de su espalda después de avanzar unos pasos. Sus labios parecían más atractivos sin usar un lápiz labial rojo. La besó suavemente y sintió su respiración. Lola lo apartó y le dio una bofetada justo en su rostro. El aire y el tiempo se detuvieron en este momento. Toda la casa cayó en un silencio absoluto. Lola sintió alfileres y agujas en su mano, diciendo: —¿Por quién me tomas? ¿Una prostituta que siempre está a tu entera disposición? —Ella podía mantener su voz fría cuando lo miraba, pero la sola idea de lo que acababa de decir la abrumaba por completo. —Si tienes miedo de que le ponga las manos encima a tu novia, ¡entonces aléjate de mí! —Levantó la voz. Jorge lamió su herida, fijaba sus ojos en la mujer y puso su mano derecha en su cuello blanco. —¡Lola, te atreves! —Cuando la despiadada amenaza resonó en su oído, la tomó del cuello con su gran mano. Aunque ella hizo todos los esfuerzos para apartar su mano, él no se movió ni un centímetro. Al ver la astucia y la frialdad en su rostro al igual que hacía cuatro años, Lola cerró los ojos, las lágrimas corrían por sus mejillas. No tenía ni idea de por qué derramó lágrimas. ¿Era debido al reclamo? ¿O miedo? O dolor, tal vez. Todo era realmente desconocido para ella. A medida que el tiempo pasaba, dejó de apretar, mirando fijamente a la mujer que lloraba. Manteniendo toda la energía acumulada a raya, gritó implacablemente: — ¡No estoy aquí para volver, Lola! ¡No lo olvides! Para mí solo eres una mujer normal y no hay nada serio entre nosotros. Una nota de sarcasmo mordaz fue revelada en su sonrisa. ¡Bueno! En ese caso. —Gracias por recordármelo. No quiero verte por el resto de mi vida —Lo miró a los ojos obstinadamente y pensó: —No puedo perder, no importa cuán poderoso se vea. Debo aferrarme hasta las últimas consecuencias. Jorge enfureció instantáneamente y la sacudió violentamente. —¡Entonces fuera de mi casa! —Lola perdió el equilibrio y chocó contra la puerta. Por suerte para ella, no se hizo daño. —¡Estúpido! ¡Estaba loco! Lo maldijo en silencio. Se puso los zapatos, abrió la puerta y salió corriendo. Antes de que golpeara la puerta, gritó: —¡Jódete, Jorge! —La puerta se cerró de golpe, y la mujer se fue. El mundo entero se quedó en silencio.



Capítulo 112 El CEO perdió su calma A las siete y media, Lola Camela se presentó a tiempo en su oficina. Era el primer día en el que Julie Tan iba a trabajar aquí, por lo que Lola tendría que acompañarle y darle una presentación de la compañía por una media hora. Después de que ella se sentó, pronto alguien llamó a la puerta. Ella dijo: — ¡Adelante! —Luego puso sus cosas personales en la caja de su escritorio. Era Julie Tan, con un traje rosa y un abrigo largo y blanco. Llevaba la insigna de practicante, y el cabello rojo rizado colgaba sobre los hombros. ¡Pintando sombras rosadas de ojos y labio rosado, se veía hermosa y encantadora! —Señorita Camela, ¡es un honor trabajar con usted! —Julie Tan se puso recto de pie, mirando a la mujer delante de ella. Lola Camela llevaba una blusa blanca, pantalones largos y sueltos y zapatos de cuero blancos con tacón alto. Su corto abrigo negro se acostaba sobre la silla. —A mí también. Ayudaré en los trabajos siguientes —Ven y pregúntame por cualquier duda que tienes —Con su teléfono en la mano, Lola Camela salió primero de la oficina, mostró a Julie Tan la situación de la compañía y le explicó en detalle la distribución del departamento. Cuando llegaron al primer piso, se chocó con Jorge, que acabababa de entrar a la oficina de afuera. Había una clara huella de mordida en su labio. A Lola Camela le molestaba cuando recordó lo que había pasado la noche anterior. Pero ella aún lo saludó: — ¡Buenos días, señor. Jiménez! Los ojos de Julie Tan se iluminaran de inmediato al ver a Jorge. ¡Pensaba que era una buena opción trabajar en el Grupo SL, donde podía ver al guapo Jorge todos los días! ¿Pero, el labio del Sr. Jiménez se mordió por alguna mujer? Inconscientemente, miró a Lola Camela, quien parecía no saber nada de lo pasado y saludó: —¡Buenos días, Sr. Jiménez!’ Saludó como Lola Camela. Jorge solo le echó un vistazo a Julie y asintió con la cabeza antes de caminar hacia el ascensor, con una cara de póker. Esto hizo a Lola Camela un poco avergonzada. Recuperó su calma y siguió presentando la planificación y el desarrollo de la compañía a Julie Tan. Julie Tan se dio cuenta de la expresión extraña en el rostro de Lola Camela y miró al hombre que acababa de pasar. ¡Ella era consciente de que algo había sucedido entre ellos dos! A las ocho y media. Ya era hora de la reunión diaria. Lola Camela caminó hacia el ascensor con algunas carpetas en sus manos.

La puerta del ascensor se abrió, y se vio que Jorge estaba parado sin expresión con Sánchez a su derecha y Julie Tan a la izquierda, quien estaba conversándose con Jorge. Al ver esto, Lola Camela se quedó rígida, fingiendo estar revisando las carpetas. Estaba esperando el cierre del ascensor para poder tomar el siguiente. —¿No entras, señorita Camela? —Preguntó Sánchez, pensando por qué no había entrado. Lola Camela lo miró y sonrió. —No ahora. Estoy esperando a alguien. Puedes irte primero. En el último momento, antes de que la puerta del ascensor se cerrara lentamente, sintió una mirada helada directamente lanzada hacia ella como una espada afilada. Vio que el ascensor bajaba poco a poco. Llegó otro ascensor y ella entró corriendo. Jeremy, el nuevo subdirector general, estaba dentro del ascensor. Al ver a Lola Camela, él asintió levemente, —¡Buenos días, señorita Camela! Lola Camela respondió con una sonrisa: —¡Hum, buen día! Jeremy miró a la jefa que estaba a su lado y le dijo: —Srta. Camela, yo sé que ha balado mucho para mi promoción. ¡Mi esposa quiere invitarle a cenar si tiene tiempo! Había un montón de talentos en una gran empresa como el Grupo SL. A muchos les gustaba jugar trucos. Cuando era superior a Lola Camela, pensó que ella tenía la oportunidad de promoción porque trabajó muy duro y fue excelente en todo. Por eso la ayudó. Ella hizo un buen trabajo e incluso había ganado un cargo muy superior a él ahora. Y nunca había esperado que ella dijera una palabra bonita para él frente al CEO. Lola Camela arregló el pelo suelto de su oreja y respondió: —¡De acuerdo! Iré cuando tenga tiempo! —Conoció a su esposa una vez, una mujer entusiasta, quien estaba manipulando una cafetería. Jeremy y Lola entraron a la sala de reuniones, hablando y bromeando. Su sonrisa era una molestia para el hombre en el asiento de prensentador. Todos los ejecutivos principales en la sala de reuniones vieron la huella mordida de labio de Jorge. Pero nadie se atrevió a hacer bromas ante su nariz. —Srta. Camela, ¿cómo está el caso con el Sr. Acosta? —preguntó Jorge en voz baja incluso antes de que Lola Camela se sentara. ¿Cómo? ¡Estaba preguntando sobre el caso de desarrollo de viviendas que ella acababa de tramitar hacía menos de tres días! Ella respondió: —Todavía

estoy siguiendo. Podemos firmar el contrato mañana si todo en su lugar. Él le dirigió una mirada insatisfecha. —¿Qué problema tiene? Señor Acosta es nuestro cliente habitual. ¿Por qué llevas tanto tiempo manejando el caso? ¿Estaba él cuestionando sus capacidades de trabajo? Mirando su labio, Lola Camela sonrió. —Sr. Jiménez, señor Acosta se ha ido al extranjero. Pero he entablado contacto con su secretaria. Ella me lo hará saber cuando él regrese — Ella se arrepintió de no haberle mordido más fuerte. Señor Acosta estaba en un viaje de negocios. ¿Qué podía hacer ella? ¿Acompañarle en el viaje de negocios? —Mira qué eficiencia tienes. ¡Resuelve esto mañana, o de lo contrario, otra persona puede reemplazarte! —Al escuchar su voz exasperada, todos en la sala de reuniones se quedaban muy callados. Estaban pensando en secreto de qué manera la señorita Camela le había enojado. Lola Camela tenía muchas ganas de romper la mesa. ¡Por favor, no le importaba nada! Miró a Julie Tan frente a ella, pero estaba hablando con Jorge. —Entonces, ¿quién crees que puede ocupar mi lugar? Se refería a la mujer frente a ella, ¿verdad? Wow, esto sería interesante. Al oír esto, Jorge miró a Lola Camela, que tenía una cara seria. ¿Estaba ella desafiándole? —Señorita Camela, cuéntanos todos los datos de ayer —Dio una orden simple. Lola Camela, tratando de no perder el calma, respondió con voz alta: —Jefe, supongo que esto es lo que debería hacer ahora la señorita Tan, ¿no? —Dios. ¿Estaba tratando de vengarse a través de los trabajos? Julie Tan miró a Jorge y Lola, que estaban irritándose de manera oscura y parecía que tendrían una pelea pronto. Jorge, en su asiento, golpeó la mesa con fuerza. Todos los demás estaban asustados por la atmósfera con sudor frío en la frente. ¿Qué problema tenía la señorita Camela hoy? ¿Por qué ella seguía molestando al CEO, quien era un demonio? ¡Por favor, les dejaban salir! Era la primera vez que el CEO perdió su calma en público. Hubo un silencio mortal en la sala de reuniones. Todos bajaron la cabeza, quienes ni siquiera se atrevieron a respirar. Lola no movió ni un momento su mirada en el hombre, el cual le siguió haciendo daño. Jorge preguntó: —¿Cómo? Ya que ahora eres la directora general adjunta, incluso yo mismo ya no puedo darte ordenes? Hubo un momento embarazoso cuando Lola Camela estaba humillada por el hombre. Respiró hondo y se levantó, con cara de póker. Pero la silla, que casi fue

botada hacia detrás, demostró su ira. Cogió el telecontrol del proyector en el centro de la habitación y respondió: —¡De dónde puedo conseguir la valentía para estar en contra de usted! ¡Su orden es lo más importante! Se dirigió a la computadora con sus zapatos de tacón alto y buscó en el proyector para obtener información de la compañía. —Ayer, nuestro stock subió por un 10%. La tasa de fuga de empleados fue cero… —Su voz agradable hizo eco en toda la sala de reuniones.

Capítulo 113 No me llames presidente Desde la llegada de Jorge, los negocios del Grupo SL en el país A habían experimentado un crecimiento significativo en todos los aspectos, y Jorge mismo también había ganado la admiración de su personal. Veinte minutos más tarde, la reunión se había terminado y Lola, con pura ira, estaba sentada sola en la sala de reunión. Después de un ratito, ella se calmó lentamente. —¡Lo que será será! — pensó. —¡Pase lo que pase, no tengo miedo! Cogió las carpetas sobre la mesa y salió. En el momento en que ella salió por la puerta, vio a Jorge sujetando el brazo de Julie, quien parecía haberse torcido el tobillo por su zapato de tacón alto. Ella hizo una muneca de desdén al verlos. Cualquier persona que hubiera visto una telenovela aburrida sabría la posible intención de esta mujer. Fingiendo no haber visto a las dos personas, Lola pasó directamente por delante de ellas. Ella escuchó la voz coqueta de Julie. —Jefe Jiménez, me duele mucho el pie… Lola sonrió con sarcasmo, pero lo notó Jorge. —Lola, envía a la señorita Tan al hospital —Diciendo esto, empujó a Julie a los brazos de Lola. Lola dio un paso atrás por el golpeo de este empujo. Las dos mujeres se abrazaron, congeladas por asombros. Mirando a Jorge, que estaba listo para irse, Lola tomó la muñeca de Julie y dio unos pasos para detener al hombre. Mirando a los ojos fríos, Lola empujó a Julie hacia adelante y la devolvió en sus brazos. —¡Jefe Jiménez, prefiero que usted sea el héroe! —Julie puso los brazos alrededor de la cintura del hombre como si se fuera a caer. —¡El es bastante hermoso! —pensó Julie, —¡Él podría ser un buen compañero de cama! ¡Pero la mordida en su labio es tan obvia! Cuando un fuerte olor de perfume asaltó la nariz de Jorge, se enojó. —¡Lola! ¡Párate ahí! —¿Por qué tengo que escucharte? —Pensó Lola. Trotó hacia el ascensor y presionó el botón sin dudar. Al ver que Lola se fue y Jorge tenía una expresión espantosa, Julie se puso recta rápidamente. —Parece que mi tobillo se ha mejorado mucho. ¡Jefe Jiménez, no te molestaré más! Años de experiencia en negocios la habían moldeado como una mujer astuta

que sabía como comportarse frente a diferentes tipos de personas. Era una capacidad esencial. Con la carpeta en mano, Julie todavía se dudó en irse. Apretando los puños en los bolsillos de los pantalones, Jorge se preguntó si había sido demasiado tolerante con Lola. En menos de diez minutos, el hecho de que Jorge tuviera una huella de mordida en su labio recorrió la compañía. Por supuesto, quién lo hizo se convirtió en el foco de una discusión intensa. Después de que Lola regresó a su oficina, le dio una palmadita en el pecho para aliviar su rápido salto de corazón, pensando que definitivamente había irritado a Jorge. Ella tuvo que mantenerse alejada de él durante los próximos días. Lola echó un vistazo al reloj y estaba lista para salir del trabajo. Pensando en la llamada de Tomás ayer, dejó su trabajo antes del tiempo. Cuando ella estaba recogiendo sus cosas, sonó su teléfono, era de Tomás. —Ya se terminó el horario de mi trabajo ahora, lista para irme. ¿Dónde estás? —Agarró su bolsa, se lo llevó por encima del hombro y apagó todas las luces. Caminó por el pasillo hasta el ascensor. Cuando vio que Leo todavía estaba trabajando, se despidió saludando a él. Leo asintió con su cabeza y él también estaba a punto de salir del trabajo. Lola puso su teléfono celular en su bolso y caminó hacia la carretera. Caminó más rápido cuando vio el número de placa que Tomás le había dicho. El chófer ya había salido del auto y respetuosamente abrió la puerta trasera. —¡Gracias! —Lola dijo con cortés, y entró en el Lincoln alargado. Tomás no pudo ocultar su alegría al ver a Lola. —¿Qué quieres cenar? —Su voz llegó a los oídos de Lola. Lola le sonrió. —Cualquier cosa me conviene. Tomás devolvió una sonrisa a la brillante de Lola y le dijo al chófer: —Haga una reserva en la Casa Flora. El chófer asintió e hizo una llamada a la Casa Flora. —¿Qué tal tu trabajo aquí? —Mirando a la mujer a su lado, Tomás estaba lleno de alegría. —Bueno, no podría ser mejor. He venido al país A por más de tres años — Ella le respondió, mientras una figura con una cara fría saltó a su mente. Tomás estaba suspirando, el tiempo pasaba volando. —Como fuera solo durante un parpadeo de ojos, ya nos hemos conocido más de cuatro años. ¡Cómo voló el tiempo! —Pensó en la primera vez que la vio, en un día de verano de mucho calor, cuando llevaba una chaqueta roja y larga. Aun así, tenía una

sonrisa brillante e inocente en su cara en ese momento. Ahora, ella se había vuelto más madura, elegante y tranquila. No importaba cómo se había cambiabo Lola, él no podía apartar los ojos de ella. —Sí. Hace un par de días, te vi en las noticias, has visitado a muchos países. Volando aquí y allá todos los días, y debes estar muy cansado, ¿eh? —Como presidente, Tomás era el foco de todas las noticias diarias. Y normalmente Lola solo lo veía en la pantalla. Tomás miraba profundamente a Lola, quien desvió la cabeza después de que se encontrara con sus miradas. —No estaría tan cansado si pudieras acompañarme a cualquier lugar que vaya. Al escuchar su declaración repentina, Lola estaba perdida. Ella le dio una mirada en blanco. —Presidente Herrero… —No me llames presidente. Puedes llamarme por mi nombre. Lo dijo tranquilamente. El chófer concentró su mente en la conducción, fingiendo no haber oído nada desde el asiento trasero. Lola se sintió un poco embarazosa y rápidamente cambió de tema. —¿Vamos a una casa de té? —La Casa Flora, ¡qué elegante era el nombre!. Al escuchar sus palabras, Tomás desvió su mirada, con una sonrisa amarga. —Em, sí. Es un local donde hay té y comidas —Tomás sabía que, había mucha posibilidad de que Jorge vino al país A por ella. Unos diez minutos después, el auto se aparcó lentamente en un estacionamiento y las dos personas salieron del auto. En la Casa Flora. Un letrero de madera del árbol de pera en la puerta de bambú decía: Casa Flora. La recepcionista, que estaba vestida con un cheongsam verde, los recibió con respeto en el momento en que vio a Tomás. Luego los acompañó al patio por el camino de adoquines. A ambos lados del camino habían dos grandes habitaciones de vidrio que estaban llenas de plantas verdes y té. Al final de las habitaciones de cristal había un puente de arco de piedra decorado con faroles. Debajo del puente había una río corriente. El puente estaba adyacente a un edificio de dos pisos, al lado del cual había gabinetes innumerables. La recepcionista los llevó a un gabiente más interna llamada —Plum Blossom —Abrió la puerta y ellos entraron, uno tras otro. En un estante de la entrada había todo tipo de adornos de porcelana con

elementos de flor de ciruelo, así como varios tés famosos. En el interior había una larga mesa de piedra con figuras de flores de ciruelo. Varios juegos de vajillas estaban en orden allí. Junto a la mesa del comedor había una mesa de piedra más pequeña, en la que había una bandeja de té y tazas de porcelana de Jingdezhen con figuras de flor de ciruelo.

Capítulo 114 Sr. Jiménez. Qué coincidencia Tomás tiró cortésmente de una silla de madera, sobre la cual había un cojín suave, para Lola. —Gracias. —Lola le sonrió y se sentó. Una camarera, que vestía el mismo cheongsam verde que la recepcionista en la puerta, entró en la habitación privada al segundo después de que Tomás se sentó cerca de Lola. La camarera se acercó a ellos con una dulce sonrisa en su rostro. —Hola, este es nuestro menú —Dijo mientras ponía el menú en medio de Lola y Tomás. Tomás acercó el menú a Lola y le pidió que ordenara. Lola no se negó. Cogió el menú y lo miró. —¿Cuál prefieres, Tieguanyin o Pu’er Tea? —Ahora que estaban allí para apreciar el arte del té, esos dos tipos de té serían las mejores opciones. —¡Tieguanyin, por favor! —Tomás señaló el Tieguanyin, que era el té más caro del menú. Costaba más de 1200 por cada tetera. ¡Sólo había algunas de hojas de té en cada tetera! Lola pensó que era demasiado caro, pero aún así dijo. —Está bien. Al ver a Tomás pedir el té más caro, la camarera mostró una sonrisa más brillante. Porque la comisión de una tetera de Tieguanyin sería más alta que su salario diario. El té fue servido pronto. Lola observaba a la camarera enjuagando las hojas de té y el arte de té para ellos. Luego la camarera sirvió dos tazas y les pidió a Lola y Tomás que olieran el ligero aroma del té y luego que probaran. Lola rara vez probaba el té, porque no tenía mucho tiempo extra para ese tipo de actividades de ocio. Todo su tiempo estuvo ocupado por el trabajo y Estrella. Pero realmente disfrutó el té. Después de la primera infusión, el té de color claro enviaba un aroma fresco que podía animar a la gente. Lola tomó un sorbo. El olor permaneció en su boca después de que el agua de té de sabor suave bajara por su garganta. —¿Cómo está? —Tomás miraba a Lola con una tierna sonrisa. Lola vació su taza y asintió. —Es realmente bueno —Ella encontró que degustar el té era realmente agradable. La camarera volvió a llenar sus tazas. —Sí. Este restaurante es bastante bueno. He venido aquí varias veces. ¿Te gustaría venir aquí de nuevo la próxima vez? —Tomás estaba feliz de ver la

expresión de placer de Lola. Al ver a Lola asintiendo sin vacilar, Tomás reveló una sonrisa emocionada. Aunque la camarera era bastante hábil en todos los procedimientos de preparación del té, seguía siendo cautelosa con cada uno de sus movimientos. Porque a quien servía era al presidente, el hombre más poderoso del país A. De repente, alguien llamó a la puerta. Tomás desvió la vista hacia la puerta y dijo: —Entra, por favor. La puerta se abrió de inmediato. Entonces una mujer mayor con pelo gris entró lentamente. Al ver a la mujer mayor, Tomás se levantó de inmediato. Lola lo siguió para ponerse de pie. Aunque ella no tenía idea de quién era esa mujer. Tomás se acercó a la mujer mayor y le estrechó la mano: —Sra. Romero, no esperaba verla aquí hoy. ¡Que suertudo soy! —Melody Romero le sonrió amablemente a Tomás. Tomás era su mejor estudiante y estaba orgullosa. Ella enseñó a Tomás durante tres años en la escuela secundaria. —Ja… ja… Estaba planeando irme a casa, pero me dijeron que estabas aquí —Dijo la señora Romero. Melody Romero era una maestra retirada. Su nieto la ayudó a abrir ese restaurante después de su retiro. Tomás miró a Lola, que estaba de pie detrás de él en ese momento. —Sí. He venido con mi amiga hoy. Realmente le gusta aquí. Al oír que Tomás hablaba de ella, Lola se acercó a la mujer mayor y la saludó como lo hizo Tomás: —Hola, señora Romero. Encantada de conocerla. Melody Romero se volvió hacia Lola y le estrechó la mano. Luego se volvió hacia Tomás: —¡Qué bella! Tomás, ¿es tu novia? —Aún no. Pero estoy trabajando en ello —Tomás fue muy directo con esa anciana. Al escuchar la respuesta de Tomás, Lola se sonrojó al instante. —¡Por qué tan directo! ¡Qué vergonzoso es! —Pensó. —Ja… ja… Señorita, no lo pienses más. Tomás es un hombre excelente. Estoy segura de que no te arrepentirás si lo eliges —La señora Romero parecía estar bastante satisfecha con Lola. Había estado esperando que su nieto tuviera una novia lo antes posible. Lola sonrió levemente ante sus palabras y luego vislumbró a Tomás. Notando la mirada de Lola, Tomás preguntó. —Sra. Romero, ¿le gustaría acompañarnos? La señora. Romero sabía que Tomás estaba tratando de cambiar el tema para que Lola no se avergonzara. Les sonrió a Lola y Tomás. —Quizás la próxima vez. Es muy tarde hoy. Me gustaría ir a casa ahora.

Era fácil para la anciana cansarse. Melody Romero realmente quería ir a dormir en ese momento. Varias camareras vestidas en cheongsam rojos llegaron con exquisitos platos en sus manos poco después de que Lola y Tomás despidieran a Melody Romero. Pusieron los platos en la mesa de piedra más cercana. Lola y Tomás se movieron a la mesa de piedra después de que todos los platos fueron servidos. Tomás escogió un camarón, que estaba frito con té Longjing, para el tazón de Lola. —Prueba esto. La señora. Romero y su nieto abrieron este restaurante. Hablando de su nieto, creo que lo conoces. Luego Tomás escogió un camarón para él mismo mientras le presentaba el restaurante a Lola. El nieto de Romero era el amigo de Jorge. Se desempeñaba como asesor legal en el Grupo SL. —¿Conozco al nieto de la señora Romero? ¿Quién es? —Preguntó Lola mientras se metía los camarones en la boca. Los camarones estaban bastante tiernos. —Samuel Silva, el famoso abogado —Respondió Tomás. Samuel Silva era considerado como una leyenda en la comunidad legal. Casi todos en la comunidad legal lo conocían. Lola recordó a ese hombre, había estaba con Jorge hacía años. —Lo conocí una vez antes —Asintió. Ambos disfrutaron mucho de la cena y el ambiente era bastante bueno. Estaba lloviznando cuando salieron del restaurante. Tomás abrió el paraguas que trajo su chófer y lo sostuvo para Lola. Luego comenzaron a caminar lado a lado hacia el auto estacionado frente a la puerta. Sánchez sostenía un paraguas para Jorge, que solo acababa de beber con Samuel Silva, y caminaba hacia el puente cuando vio una figura familiar. —¿Esa mujer se parece a nuestra directora general adjunta? —Sánchez no pudo evitar pronunciar lo que se estaba preguntando. Al escuchar las palabras de Sánchez, Jorge, quien se había sonrojado después de beber, miró de reojo a la mujer que estaba delante de ellos de inmediato. Sánchez sabía que tenía razón, porque la mirada de Jorge se volvió fría al segundo después de haber visto esa figura. —¿Quién es el hombre con la señorita Camela? —Se preguntó Sánchez. Pero no se atrevió a preguntar en voz alta. Jorge recordó la llamada telefónica que Lola respondió anoche. —Parecía que era de Tomás Herrero y estaban hablando de la cita de hoy —Pensó Jorge enojado.

Sus pasos se hicieron cada vez más rápidos. Sánchez tuvo que trotar para seguirle el paso. Solo Dios sabía si era coincidencia o destino. El Maybach de Jorge y el Lincoln de Tomás estaban estacionados uno al lado del otro. Al ver el Maybach familiar aparcado cerca por accidente, Lola tuvo un mal presentimiento. Entonces una voz fría se escuchó detrás de ella, —¡Presidente Herrero! — Lola estaba tan asustada que no pudo evitar sostener el brazo de Tomás de inmediato. Mirando las manos de Lola que sostenían su brazo con fuerza, Tomás sonrió. No importaba por qué Lola hizo eso, él estaba feliz de estar más cerca de Lola. Sabía quién era el hombre detrás de ellos. Tomás se volvió con una sonrisa feliz en su rostro. —Sr. Jiménez. ¡Qué coincidencia! Lola agachó la cabeza y se miraba los zapatos. No estaba planeando saludar a Jorge. Si no estaban en la compañía, entonces solo eran extraños, ¿no? Con una mirada helada, Jorge lamió el bocado de sus labios y miró a la mujer, que mantenía la cabeza gacha y le hizo la vista gorda. —Sí. Qué coincidencia Señor presidente. ¿Vino aquí a cenar también? —Dijo Jorge con un abrigo negro que llevaba ese día. Además, su camisa y sus pantalones también eran negros. En ese momento, estaba parado allí recto con ambas manos en los bolsillos. Detrás de él estaba Sánchez, que sostenía un paraguas. Jorge parecía un rey honorable.

Capítulo 115 Traje a mi novia —Sí. Hoy, traje a mi novia a degustar la cocina privada de la señora Romero —Lola se sobresaltó por sus palabras. Su relación podría ser malentendida por Jorge. Lola apretó su agarre en el brazo de Tomás y él lo sintió, por supuesto. Él sonrió y le dio unas palmaditas a la mano de la mujer. Con una cara sombría, Jorge miraba a la mujer, que no reaccionó en absoluto, y sus ojos se llenaron de rabia. —Lola, ¿eres la novia del presidente Herrero? Le preguntó a la mujer que estaba bajando la cabeza. A Lola le sorprendió su tono frío, como si fuera a acabar mal si se atrevía a decir que sí. —¡Por supuesto! ¿El sr. Jiménez no quiere felicitarnos? —Tomás respondió por Lola y miraba al hombre furioso, con los ojos brillando de placer. Sin embargo, había una marca sospechosa en sus labios. ¿Eso era una marca de mordida? ¿Quien lo mordió? ¿Fue Lola? Sin embargo, las dos personas que estaban tomadas del brazo de repente se pusieron pálidas al escuchar lo que Jorge dijo en respuesta. El hombre reprimió su ira y puso una expresión pícara. —Ella y yo tuvimos una relación, ¿no te importa, Tomás? Estaba lloviendo más fuerte. Las cinco personas se pararon en un incómodo silencio. Totalmente avergonzada, Lola realmente quería abofetear a Jorge en este momento. ¿Cómo podía volverse tan descarado? En la penumbra, Jorge sacó un cigarro, como si nada estuviera mal. El aturdido Sánchez vio la escena e inmediatamente sacó el encendedor de su bolsillo y encendió el cigarro para Jorge. Tomás respiró hondo y dijo: —Sr. Jiménez, eso fue en el pasado. No me importa. Todos necesitamos seguir adelante, ¿no? Lola le lanzó una mirada furiosa a Jorge y le dijo a Tomás: —¡Déjalo en paz, vámonos! —Se dio la vuelta, sosteniendo el brazo de Tomás. Ese hijo de puta, ¡no desperdiciaba un minuto sin humillarla! Al ver a Lola y Tomás irse en pareja, Jorge dio una calada a su cigarro. Para dar rienda suelta a su ira, lanzó una bocanada de humo a la cara de Sánchez. —¡Tos! —En un momento, sin advertencia, el inocente Sánchez se ahogó con el humo. Sánchez lanzó una mirada melancólica a su jefe, que se dirigía al Maybach bajo la lluvia. Sánchez se apresuró a alcanzar y sostener un paraguas sobre Jorge.

Realmente quería preguntar en voz alta: —¿Qué tiene que ver esto conmigo? Mientras la lluvia seguía cayendo, Tomás le pidió al chófer que se dirigiera directamente a la casa de la familia Camela y la llevó a la puerta de la casa. Salió del coche con el paraguas, abrió la puerta para Lola y lo colocó sobre ella. Bajo el techo de la casa, Lola dijo: —Gracias, Herrero… —Lo llamó Herrero cuando pensó en lo que él había dicho antes. Cuando Tomás escuchó que Lola lo llamaba Herrero, su ira desapareció. ¡Esto fue un gran paso para él! —Lo que dijo Jorge… —Lola bajó la cabeza con vergüenza. Quería pedirle que no pensara en las palabras de Jorge. Tomás notó su vacilación y supo lo que quería decir. —Lo sé, Lola. ¿Quién no tiene un pasado? No deberías tomarlo en serio, tampoco. No tenía complejo virgen. Si realmente lo molestaba, él no la perseguiría. —Bueno, es tarde. ¡Deberías irte a casa ahora! Miraba a Tomás, que encontró bastante encantador su rostro sonrojado. De repente bajó la cabeza y se acercó a ella. Lola dio un paso atrás por reflejo y mantuvo la cabeza baja. Tras su negativo silencio, Tomás se dio cuenta de que no había ningún progreso sustancial, excepto en la forma en que ella lo llamaba. —Me voy. Buenas noches, Lola —Levantó su paraguas y caminó hacia la lluvia. Mirando al Lincoln que se iba, Lola dejó escapar un suspiro de alivio. —Lo siento, Tomás, todavía estoy… atada a Jorge. Cuando Lola subió, ya eran más o menos las diez de la noche. Llevó a su hija a su habitación. Después de ducharse, fijaba sus ojos en la niña dormida en sus brazos. Estrella, ¿qué debería hacer mamá después? Al día siguiente, Estrella despertó a Lola, quien se frotó contra su pecho. —Estrella —Habló con voz ronca. Estrella, cuyo cabello estaba en un lío, miró a su mamá con una sonrisa. — ¡Mami, estas despierta! Sin palabras, Lola miró a su hija. Con todo el roce, ¿cómo podría estar dormida? Miró la hora, eran las seis y media. —Vámonos. Mamá te ayudará a lavarte —Se arrastró fuera de la cama, levantó a su hija y caminó hacia el baño. Había estado lloviendo durante toda la noche. Cuando Lola y Estrella terminaron de desayunar, la lluvia cesó y el cielo se aclaró.

Como su auto estaba en la compañía, tuvo que pedirle a Harold que la llevara a la compañía antes de enviar a Estrella. Después de que salió del auto de Harold y se despidió de su padre y su hija, caminó sin prisas hacia la compañía. Después de la reunión de la mañana, necesitaba negociar un contrato con el Sr. Acosta. En la noche, fue invitada a una fiesta de celebración organizada por el departamento de diseño en el que trabajaba. Repasó su agenda mentalmente y continuó sus pasos. Lo bueno de trabajar con Jorge era que podía verlo todos los días. Cuando acababa de llegar al estacionamiento frente a la compañía, vio a Jorge saliendo de su auto. Inmediatamente bajó la cabeza para mirar su teléfono celular, fingiendo no verlo y rápidamente entró en la compañía. Jorge miró en silencio a la pequeña mujer que estaba acelerando su paso. Por supuesto que podía ver que ella lo estaba evitando. Cuanto más intentaba evitarlo, menos probable era que la dejara ir. Después de una reunión matutina tranquila, Lola se sintió aliviada de que Jorge no la avergonzara. Regresó a su oficina y recogió sus cosas, lista para tomar los documentos para reunirse con el Sr. Acosta. Su teléfono celular sonó en este momento, era de la oficina del CEO… —¡Hola, Sr. Jiménez! —Al escuchar el sonido profesional, Jorge frunció el ceño. —Iré contigo para negociar el contrato con el Sr. Acosta —Él habló de su intención. La autoestima de Lola estaba realmente herida. —Si no crees en mi capacidad de trabajo, ¿por qué me dejas el contrato? El hombre en el teléfono se quedó en silencio. ¿Pensó que él no creía en su capacidad de trabajo? —Espérame en la puerta de la compañía —Colgó sin explicación alguna. Mirando la carpeta en su mano, Lola realmente quería tirarla por la ventana. Jorge se estaba volviendo más y más capaz de lastimarla. ¿Lola realmente dudaba si era masoquista? ¿Quedarse aquí y sufrir su abuso? Cuando Lola llegó a la puerta de la compañía, Jorge ya había llegado. Aunque Jorge le había pedido que lo esperara, llegó tarde ella. Así que el hombre estaba muy descontento con eso. Al ver a Lola, se dirigió a su auto sin mirarla.



Capítulo 116 Fue víctima de acoso verbal y murió en la ciudad D Lola se apresuró a alcanzar a Jorge. Fue a su auto y se preparó para conducir. —¡Entra! —Con solo dos autos entre ellos, Jorge se sentó en el asiento del conductor, llamando a la mujer. Lola miró su auto, pero los ojos del hombre brillando con una advertencia la hicieron caminar a regañadientes hacia su auto y entrar. —Destino. —Pisó el acelerador e hizo una vuelta en U. —No lo sé. —Dijo enojada mirando al hombre que estaba a su lado. Pero los ojos furiosos de Jorge le hicieron decir obedientemente una dirección. El lugar reservado era un café al aire libre, y cuando llegaron, el Sr. Acosta ya estaba allí. El café estaba en la orilla del río, decorado al estilo europeo. —Hola señor Acosta. Soy Jorge, el CEO del grupo SL. Ella es Lola Camela, la directora general adjunta —Obviamente, era Jorge en lugar de Lola quien tenía la voz. El señor Acosta, que estaba en sus cincuenta años, se levantó de inmediato para darle la bienvenida a Jorge. —¡He oído mucho sobre usted y finalmente tuve la oportunidad de conocerle! —Nuestro grupo valora este contrato, así que vengo a reunirme con usted. Fue un gran placer para el Sr. Acosta para escuchar que el contrato era muy valorado por el grupo SL. Con Jorge aquí, Lola no necesitaba hablar en absoluto. Después del saludo, Jorge deliberadamente sacó la silla frente al Sr. Acosta para Lola. Viendo esto, Sr. Acosta sonrió, —¡Sr. Jiménez, es un caballero de verdad! Con una leve sonrisa en su rostro, Jorge dijo con naturalidad: —Es un placer. —Dos tazas de café con leche, una con azúcar y otra sin azúcar, ¡gracias! — Le dijo Jorge al camarero. Una vez más, tomó la decisión por su cuenta, lo que puso a Lola un poco molesta. Entonces, Lola comenzó a presentar el plan de la compañía y la perspectiva de su cooperación. Después de su introducción, el Sr. Acosta y Jorge hablaron sobre algunos problemas relacionados con el precio, el desarrollo, etc. Lola se levantó silenciosamente de su asiento y caminó hacia el baño. Siguiéndola con la mirada, Jorge continuó su conversación con el Sr. Acosta sobre el contrato.

Después de salir del baño, Lola aún se preguntaba cuál era el propósito de Jorge en la reunión con el Sr. Acosta. Mientras se lavaba las manos, un hombre salió del baño de hombres y la miró con incredulidad. Aunque estaba absorta en sus pensamientos, todavía podía sentir la mirada fija en ella. Se dio la vuelta con curiosidad, pero su rostro cambió repentinamente cuando vio al hombre detrás. Para su sorpresa, era Miguel, a quien no había visto por años. Había perdido mucho peso y llevaba un traje casual común, mientras que sus ojos estaban llenos de asombro y sorpresa. Pablo Mota fue víctima de un agresión verbal de los hombres de Jorge y murió en la ciudad D hacía dos años, luego Miguel no pudo permanecer allí y tuvo que huir al país A el año pasado. Había estado viviendo en los suburbios del país A, y afortunadamente hoy tuvo la oportunidad de ir al centro de la ciudad para una entrevista de un puesto de supervisor de hotel. No esperaba ver a Lola aquí. ¡Habían pasado varios años desde la última vez que se vieron, y Lola se volvió más atractiva, elegante, madura y hermosa! Mirando a su enemigo que una vez había sido su novio, Lola tenía un sentimiento muy extraño. Pero pronto, su corazón se llenaba de un fuerte odio. Cada vez que recordaba lo que habían hecho, ella rechinaba los dientes. —Lola… —Miguel habló primero, con una voz mucho más vieja que antes. Al escucharlo, Lola levantó la voz de inmediato: —¡No me llames así! Miguel vio su odio y se sintió un poco culpable. Pasó por tiempos difíciles mientras era perseguido por Jorge. Pasó del puesto de vicepresidente al de camarero en restaurantes y bares, así como a un trabajador en las obras de construcción. Incluso jugaba vídeojuegos por otros para ganar dinero… Había pasado por todo tipo de dificultades que no había experimentado antes. Sin embargo, esta mujer se vestía muy bien y tenía una vida tan maravillosa. Había oído que Lola era una hija desaparecida de la respetable familia Camela en el país A. En ese entonces no lo creyó. Pero ahora parecía ser verdad. La culpa de Miguel desapareció de repente y sus ojos se volvieron codiciosos. —Bueno, ¿por qué no ponerse al día? —La siguió fuera del baño y se paró junto a ella en la puerta.

Ella le devolvió la mirada con frialdad: —Miguel, ahora que vienes tú mismo, vamos a aclarar cuentas. Sabía que Jorge había enviado a alguien para derribar a Miguel y a su padre hacía mucho tiempo, y probablemente esa era la razón por la que Miguel se mostraba tan miserable. —¿Aclarar cuentas? Lola, el pasado es pasado —Miguel quería restarle importancia a este tema, ya que ahora había caído en una vida tan miserable. —¿Pasado? —Lola miró a Miguel, pensando que era ridículo. —Mi padre trataba a Pablo como su verdadero hermano, pero él lo traicionó. ¿Ahora me dices que ha pasado? ¡Como quieras! No había noticias de José. Pensando en esto, Lola no pudo evitar apretar los puños. —Pero también fuimos acosados por Jorge y lo perdimos todo. Gracias a él, mi padre murió y Rosa se convirtió en prostituta. En cuanto a mí, ¿parece que vivo bien? —Miguel comenzó a enojarse y deseaba poder despellejar a Jorge vivo. Hablaron en voz alta y muchas personas se sintieron atraídas. —¡Esto es lo que te mereces! —Dijo Lola con furia. Miguel notó que muchas personas los miraban, así que sostuvo la muñeca de Lola y la apartó. —¡Suéltame! —Ella luchó por deshacerse de él, pero Miguel era mucho más fuerte que ella. Miguel la arrastró al río y Lola se aferró a la barandilla de madera, sin querer dar un paso adelante. Al ver esto, Miguel volvió a quitar su mano de la barandilla. —¡Miguel, solo déjame ir! —El otro tirón de Miguel hizo que Lola gritara, y su confrontación finalmente atrajo la atención de todos. En ese momento, Miguel vio a un hombre que se acercaba a ellos con una cara tétrica. ¡Ese era Jorge! Miguel estaba tan asustado de verlo que repentinamente soltó a Lola, lo que hizo que la mujer golpeara la barandilla y perdiera el equilibrio. Entonces ella cayó de cabeza al agua. —¡Ah! —Los gritos de la mujer desaparecieron en un chapoteo. Cuando Jorge se acercó, Miguel se apresuró a huir con miedo. En lugar de correr tras Miguel, Jorge se quitó el abrigo y saltó al agua para salvar a Lola. Si no estaba equivocado, el hombre que huyó era Miguel. ¡Jorge se sorprendió de que él hubiera venido al país A! —Bueno, solo lo atraparé más tarde.

Lola cayó al agua que tenía 8 pies de profundidad. No sabía nadar, así que tragó mucha de agua después de no poder contener la respiración. El agua estaba fría y ella se sentía terrible. ¿Quién vendría a ayudarla? ¿Habría alguien para salvarla? —Jorge, ¿dónde estás? ¡Si no vienes a salvarme, nunca te hablaré por el resto de la vida! Su estómago estaba lleno de agua de río repugnante. ¡No quería morir, y no podía dejar atrás a su amada Estrella!

Capítulo 117 ¿Parezco un fantasma La mujer, que había estado luchando en el río, desapareció inesperadamente. Jorge nadó rápidamente hacia el medio del río. En el último minuto antes de que Lola perdiera el conocimiento, tomaron su brazo. Luego, dos poderosos brazos sujetaron su cintura. Sintió un beso familiar, soplando aire en su boca. Extrañaba tanto a Jorge… El hombre la sostuvo con un brazo y nadó hasta la orilla con el otro. Por fin, Jorge la llevó a tierra en medio de la multitud de mirones. Los que se reunían alrededor de la orilla del río, inmediatamente les abrieron paso a ellos. Alguien incluso ayudó a sujetar a Lola y la puso en el suelo. Jorge inmediatamente le dio una compresión en el pecho a la mujer que se desmayaba en el suelo. —¡Lola, mujer malvada! Acabas de caer en el agua. ¡No juegues a la muerta! ¡Había demostrado algunas habilidades reales aquí! Era guapo, amable y hasta podía salvar a la gente. ¡Oh Dios mío! —Le preguntaré si tiene novia cuando termine. Una chica universitaria, cuyos ojos brillaban de emoción, miraba al frío Jorge. —¡Tal vez la chica es su novia! —El hombre de su lado le dio una mirada desdeñosa a la chica que estaba enamorada de Jorge. Al oír eso, la cara de la colegiala cayó de inmediato. Lo que sucedió a continuación rompió su esperanza por completo. Después de que Lola escupió la mayor parte del agua en su vientre, ¡Jorge se arrodilló para darle respiración boca a boca sin dudar! El señor Acosta lo vio tan claro y supuso que Jorge debía tener una aventura con ella. Cuando Jorge notó la pelea, se acercó después de simplemente disculparse con el Sr. Acosta. Luego saltó sin dudar un momento cuando vio a la señorita Camela caer al agua. No era de extrañar que el Grupo SL se hubiera convertido en un imperio en el mundo de los negocios. El CEO era amable y leal, diferente del cruel y despiadado que había oído hablar. El jefe era fiel y los empleados eran responsables. El proyecto tenía altas ganancias y perspectivas. ¿Tenía alguna razón para rechazar la cooperación con ellos? La mujer finalmente volvió en sí misma. De lo contrario, Jorge llamaría a la ambulancia.

El cielo azul y el apuesto hombre con agua cayendo de su cabello… — ¿Estoy muerta? —preguntó Lola débilmente. Jorge miraba a la mujer en el suelo con una mirada extraña. Respondió tristemente. —¿Parezco un fantasma? Los mirones se dispersaron cuando descubrieron que la mujer estaba bien. El señor Acosta se quedó donde estaba. Al darse cuenta de que todos los demás se habían ido, regresó a su asiento y firmó su nombre en el contrato. Lola, que todavía estaba tendida en el suelo, cerró los ojos y luego volvió a abrir. Todavía podía ver a Jorge. ¡Oh! —Así que no estoy muerta. —¿Bien? ¿Estás decepcionada? —Se levantó y la miró fríamente con las manos en los bolsillos. Su blusa blanca estaba toda mojada y la camiseta podía verse débilmente. La cara de Jorge se puso pálida. Cogió la chaqueta y la cubrió con ella, — ¡Levántate! Lola miró la chaqueta confundida. Se levantó y le arrojó la chaqueta a Jorge, —¡No tengo frío! Jorge iba a explotar. La cubrió de nuevo con la chaqueta de manera ruda: — ¿Vas a mostrar tu camiseta negra a todos? Al oír esto, Lola se sonrojó. Se sacó la chaqueta de inmediato y lo miró, — ¡Sinverguenza! —¿No podría él simplemente mirar en otro lugar? Justo entonces, El señor Acosta se acercó y sonrió a los chicos mojados. — Srta. Camela, ¿está bien? Lola se alisó el cabello mojado y sacudió la cabeza con una sonrisa amarga: —Gracias, Sr. Acosta. Estoy bien. El señor Acosta le entregó el contrato a Jorge, —¡Sr. Jiménez, señorita Camela, espero con interés la cooperación! —Extendió su mano hacia Jorge. En el momento en que Jorge tomó el contrato, entendió lo que el Sr. Acosta quiso decir. Sonrió, —¡Yo también! —Se estrecharon las manos, anunciando el inicio de otro proyecto gigante. Normalmente, un contrato relacionado con cientos de millones debería haberse firmado en presencia de los medios de comunicación. Pero Jorge y el Sr. Acosta lo mantuvieron con un perfil discreto. Así que firmaron el contrato tranquilamente. —Encuentren un lugar para que se cambien —Mirando a los muchachos empapados, el Sr. Acosta señaló un hotel cercano. —Está bien señor Acosta. ¡Estamos en contacto! —Se dieron la mano y se despidieron. En YZ International Hotel. Jorge se registró en una suite presidencial de manera extravagante incluso

para simplemente bañarse y cambiarse. Cuando entraron en la habitación, le pidió a Lola que se diera un baño primero. Lola lo miró, que estaba tan mojado. —Tú … ¿Nos bañamos al mismo tiempo? Hay otro baño, ¿no? Al escuchar esto, Jorge arqueó las cejas. —No, solo hay un baño. ¿Me estás invitando? —¡A él no le importaría, por supuesto! Lola se sonrojó y se mordió el labio inferior. Le dirigió una mirada dura, — ¡Simplemente disfruta de los sentimientos húmedos aquí! —Luego se dirigió al baño. Cuando salió en una bata de baño del hotel, Jorge se veía terrible. Había arrojado su ropa mojada al cesto de la basura. Ella se sobresaltó cuando vio al hombre sentado en el sofá. Se apresuró a apoyarse contra la puerta del baño. Maldito hombre. Simplemente se sentó en el sofá, desnudo. ¡Qué pervertido! Al encontrarse con su mirada malvada, Lola inmediatamente giró la cabeza, se apretó el cuello y caminó hacia el tocador. Sacó el secador a toda prisa, para secarse el cabello. A través del espejo, vio a Jorge levantarse del sofá. Inmediatamente bajó la cabeza y buscó el enchufe. Cuando estaba a punto de insertar el tapón, fue empujada hacia atrás en un fuerte abrazo. … El hombre le besó suavemente el cabello mojado. El secador de cabello cayó de su mano, sobre la alfombra. Abofeteó los brazos alrededor de ella y gritó, —¡Ve a bañarte! —Sonaba algo temblorosa y ni siquiera se atrevió a mirarlo a los ojos. Jorge puso una sonrisa malvada y la giró para que lo enfrentara. Tomado por un repentino impulso, Jorge besó sus labios con suavidad. Lola cerró los ojos inconscientemente. Había silencio en la habitación. Nada se podía escuchar, excepto la respiración más profunda hasta que Lola fue arrojada a la cama. Se incorporó y apretó el cuello. —Por favor, compórtese, Sr. Jiménez. — Giró la cabeza, tratando de evitarlo. Jorge se inclinó y agarró su muñeca con una mano. Le tomó la barbilla con la otra mano y la obligó a mirarlo a los ojos. —Venga. ¡Lo repites de nuevo! ¡Lola, estás pensando demasiado! —Luego la soltó, con un rostro impasible y entró al baño. Lola se sintió aliviada, se levantó de la cama y se secó el cabello. Se estaba secando el cabello cuando sonó el timbre. Mientras Jorge todavía se estaba bañando, ella tuvo que dejar el secador y abrir la puerta.

Era Sánchez. Al verla, miró vagamente la habitación y preguntó: —¿Dónde está el Sr. Jiménez?

Capítulo 118 Un joven galán ¿Cuándo se convirtió Sánchez en un chismoso? Lola lo miró con furia, fingiendo estar enojada. —¡Él no está aquí! —¡Entonces ella tomó la bolsa de sus manos y cerró la puerta! Sánchez entendió lo que estaba pasando, sonrió y se fue. Dentro de la bolsa estaba la ropa que Jorge le había pedido a Sánchez que trajera al hotel, y Lola quería cambiarse la ropa antes de que saliera el hombre. Mientras se quitaba la bata de baño, la puerta del baño se abrió. Lola miró al hombre consternada. ¡Qué buen momento! Fue absolutamente intencional. Lola respiró hondo y se puso la ropa normalmente. En este momento, cada segundo era un tormento para Jorge. Miró las curvas sensuales de la mujer. Supuso que ella debía estar esperando que él saliera y se cambiara. Al verla ponerse un abrigo amarillo claro, Jorge se secó el cabello con una toalla. De hecho, su reacción física ya lo había traicionado. Después de cambiarse, Lola tiró la ropa mojada directamente a la basura y salió del hotel sin decir una palabra. Jorge sintió que era un caballero en ese momento porque se había controlado frente a una mujer atractiva. Sin embargo, solo él mismo sabía cuánto intentaba contener el deseo. —Lola, me hiciste sufrir hoy —Pensó: —¡Te haré sufrir más la próxima vez! Sacó el costoso traje de la bolsa, se lo puso y salió del hotel. A las ocho de la noche. En Storm Nightclub. Lola estacionó su auto frente a la discoteca y caminó en un par de tacones negros de 3 pulgadas. Escuchó que Jorge y varios jefes se estaban reuniendo aquí esta noche. Fue Sánchez quien la alertó a través de WeChat: ¡Dios sabe por qué! Realmente no temía que Jorge recortara sus bonos mensuales. Después de unos minutos de reflexión, Lola fue a su casa a cambiarse de ropa y luego se fue a Storm Nightclub. Cuando Lola apareció en la habitación privada, con un maquillaje ahumado y una chaqueta larga y negra, todos los del departamento de diseño estaban hirviendo de asombro. —¡Oh Dios mío! Srta. Camela, ¡qué admirable está poniéndose maquillaje especialmente para esta fiesta! —Sí, jefa Camela, usualmente no usa maquillaje pesado.

—Jefa Camela, venga, todos la están esperando, ¡debe beber tres vasos de cerveza por llegar tarde! Los empleados de mayor rango ya sabían que Lola era una persona sociable cuando trabajaba en el departamento de diseño. Entonces, aunque Lola había sido promovida, la invitarían cuando tuvieran reuniones. Como no estaba en la empresa, los jóvenes del departamento de diseño comenzaron a instar a Lola a beber. Lola no los decepcionó. Después de que Jeremy le sirviera un vaso de cerveza, ella tomó un pequeño sorbo y se lo pasó todo de una vez. —¡Oh, Jefa Camela, es genial! —Bueno, llegué tarde. Es mi culpa. Lo siento, chicos —Lola tomó el segundo vaso de cerveza, cuando Jeremy se levantó y habló en voz alta. —La jefa Camela suele estar muy ocupada. Es normal que llegue tarde. ¡Dos copas son suficientes! Todos hicieron eco. —Sí, sí, dos copas. —¡Sí! Lola miró a los más de treinta colegas con alegría. —OK gracias. Terminaré esta bebida y todos nos divertiremos. ¡Es mi regalo esta noche! —¡Oh! —La habitación entera comenzó a agitarse de nuevo y hubo todo tipo de cumplidos para Lola. —Jefa Camela, nuestra diosa, ¡le queremos mucho! —Sí. ¡Jefa Camela, siéntese aquí y coma algo! … … Lola se sentó entre dos compañeras y escuchó a dos jóvenes cantando una canción de amor en el centro de la habitación. Los otros se estaban muriendo de la risa. Después de la canción de amor, un joven galán llamado Joshua, quien era un interno del departamento de diseño, subió al escenario. Tenía piel blanca, cejas gruesas con forma de cuchillo, párpados modernos de un solo pliegue y labios delgados de color rojo púrpura natural, lo que lo convirtió en un Príncipe Azul para muchas chicas de la compañía. Escogió —A causa del amor —de Leandro Chan y habló con Lola, sosteniendo el micrófono en su mano. —¿Puedo cantar con usted? La invitación afectuosa de Joshua causó revuelo en la habitación. La gente a su alrededor comenzó a silbar. Un colega empujó a Lola y dijo: —¡Jefa Camela, suba al escenario y compita con Joshua! Lola no quería cantar, pero tampoco quería decepcionarlos. Se levantó. Con una ronda de chillidos y vítores, Lola se frotó las orejas y le quitó el

micrófono a Joshua. Cuando comenzó la música, Joshua cantó el principio de la canción. —Aquí hay un viejo CD/ Escucha nuestro amor en ese entonces… Su voz era baja y agradable. El único inconveniente fue un toque de inmadurez. Lola se aclaró la garganta y comenzó a cantar. —Ya no puedo cantar ese tipo de letra/ Sólo escuchándola, me sonrojo y me escondo… Su voz era suave y dulce. Jorge, que estaba caminando más allá de la Sala 333, se detuvo al escuchar la voz femenina. ¿Por qué sentiste que Lola estaba cantando? Jorge pensó que debía haber oído mal, así que se dirigió a la habitación 366 cercana. La sala 366 también se llenó con el sonido del canto. Cada uno de los CEOs de la compañía estaba acompañado por una hermosa joven. Jorge se sentó junto a Edith Lin, la directora general de Chuangda Group, quien era su socio en este momento. Como había bebido unos cuantos vasos de licor, Edith se sonrojó y se sintió un poco mareado. Cuando vio que Jorge regresaba de la habitación de los hombres, apoyó la cabeza ligeramente sobre su hombro. A pesar de que él quería alejarla, Jorge no tenía ninguna intención de hacerla avergonzada porque esta noche salieron para divertirse. El CEO al lado de Jorge conversó con él por un momento sobre asuntos de negocios y luego comenzó a ponerse atrevido con la belleza a su lado. —Jefe Jiménez, ¿su prometida en la ciudad D vendrá aquí? —Preguntó Edith a Jorge cuando los dos hombres terminaron de hablar. Edith, una mujer de 32 años de edad, tenía un marido rubio que vivía de ella. Como una exitosa mujer de carrera, en realidad esperaba que su esposo pudiera ser un hombre valiente y dominante como Jorge. Sin embargo, su esposo, que era bueno para nada, siempre confiaba en ella, lo que la agotaba. Como sus arrugas estaban cubiertas por maquillaje pesado, parecía una mujer joven de unos veintisiete años. Cuando hablaron de Yolanda, el corazón de Jorge se hundió, y forzó una sonrisa misteriosa. Se inclinó hacia Edith y escupió una palabra con un tono frívolo. —No. Edith olió la esencia masculina del hombre, su corazón latía con fuerza y su rostro se enrojecía. Animada, acercó sus manos al brazo de Jorge y le susurró al oído de manera

seductora. —Sr. Jiménez, ¿cómo puede estar solo? ¿Cómo podría el hombre no entender lo que ella estaba insinuando? Tal vez porque no había estado tan relajado durante mucho tiempo, Jorge no la decepcionó. —¿Qué piensas, entonces? —Pero su verdadera intención era salir de aquí con una excusa adecuada.

Capítulo 119 Herido a muerte en la calle. Edith Lin enganchó su brazo alrededor del cuello de Jorge. —¿Qué tal si salimos a divertirnos? Solo tú y yo. Jorge vislumbró el elegante reloj en su muñeca izquierda y descubrió que eran casi las nueve p. m. Llevaba estando allí más de una hora. Ya era hora de irse. —Señora. Lin está un poco borracha. Tengo que llevarla a casa. Que disfruten —Dijo y se puso de pie. Edith Lin se acurrucó con Jorge íntimamente. Al ver eso, otros CEOs entendieron y se rieron. —Señor ¡Jiménez, será mejor que lleve a la Sra. Lin arriba! —Bromeó un CEO. Jorge asintió con indiferencia hacia él. Luego Jorge y Edith Lin abandonaron la habitación privada cogidos del brazo, dejando atrás los chismes y risas. —¡Edith Lin es realmente especial! No puedo creer que se haya juntado con Jorge Jiménez. —¡Yo tampoco! Se dice que Jorge es un hombre disciplinado en su vida privada. Además, su prometida es la Reina Internacional, Yolanda Moza. Parece que Edith Lin es realmente buena en esto ja … ja… … Sánchez, que estaba escondido en un rincón apartado y enviando mensajes a Lola, apagó la pantalla y los alcanzó de inmediato en el momento en que vio a su Jefe salir de la habitación privada con una mujer. En el salón de Storm Nightclub. Lola estaba allí para tomar un poco de aire fresco. Joshua la siguió. Estaban charlando cuando Lola recibió el mensaje de Sánchez. Entonces ella vislumbró a Joshua parado a su lado, —¡Hazme un favor! — Antes de que Joshua asintiera con la cabeza, Lola sostuvo su brazo rápidamente. Joshua estaba totalmente confundido. —¿Qué pasó? —Pensó. Pero estaba súper emocionado de estar tan cerca de su diosa. Pensó que era porque sus esfuerzos esa noche dieron frutos. Había estado enamorado de Lola durante mucho tiempo. Pero Lola era mucho más superior que él, por lo que pensó que no podía haber ninguna posibilidad para él. La advertencia de Lola se levantó cuando todavía estaba distraído. —Ven conmigo. ¡No te atrevas a voltear!

Parecía como si estuvieran murmurando íntimamente desde atrás. Jorge vio a Lola, quien llevaba un maquillaje distintivo y sostenía el brazo de un hombre joven, en el momento en que salía del ascensor con Edith Lin. Edith Lin había estado observando la expresión de Jorge. Al ver la mirada de Jorge volverse repentinamente fría, ella se asustó. Lola, con una sonrisa soleada en su rostro, caminaba hacia el mostrador de recepción con Joshua. Cuando vio que Jorge se acercaba, fingió ignorancia. —Wow, Sr. Jiménez. ¡Qué coincidencia, otra vez! —Luego cambió su mirada hacia la mujer que estaba de pie cogida del brazo de Jorge. ¡Lola quería despellejarla viva! Jorge pensó que era una coincidencia. —Sí. ¿La señorita Camela también está aquí por diversión? —Sonaba indiferente. Lola obviamente podía sentir que Joshua seguía temblando ligeramente y tenía la intención de huir ya que veía a Jorge. —Sí. ¡Estamos aquí para registrarnos! Escuchando lo que Lola acababa de decir, Joshua la miraba fijamente con sus ojos sobresaltados. —Hola, Je … Jefe Jiménez —Joshua saludó a Jorge con una voz ligeramente temblorosa después de que Lola le pellizcara el brazo con fuerza. Jorge entrecerró los ojos hacia Lola, quien mantenía una sonrisa encantadora en su rostro durante todo el tiempo, con gran furia. Luego sacó una tarjeta de su billetera. —También planeamos reservar una habitación. Tu habitación la pago yo. ¡De nada! Al escuchar las palabras de Jorge, Edith Lin estaba emocionada. Pensaba que iba a tener éxito pronto. Al escuchar su conversación, Sánchez, quien se había estado escondiendo detrás de Jorge, se quedaba estupefacto. —¿Qué está pasando? ¿El ex marido va a reservar una habitación para su ex esposa y otro hombre? ¡Eso debe ser lo más raro en este mundo! ¡Estos dos monstruos! —Pensó Sánchez. —¡Bueno! Gracias. ¡Jefe Jiménez! —Dijo Lola. ¡Ella nunca se inmutaría! Joshua no podía moverse una pulgada con dos piernas débiles. Lola no tenía más remedio que arrastrarlo hacia el mostrador de recepción. No fue hasta entonces que Joshua se dio cuenta de lo que sucedió. ¡Pero parecía ser demasiado tarde! —¡Dios me bendiga por favor! ¡El jefe Jiménez no debería echarme la culpa a mí! Él no me conoce, ¿verdad? —Rezó. Él era solo un don nadie en la compañía. ¡Su oportunidad de pasantía en el Grupo SL le costó mucho dinero a su padre! Si su padre supiera que perdió ese trabajo por culpa de una mujer, ¡su padre definitivamente lo heriría de muerte en

la calle! Lola se molestó cuando vio que Jorge le entregaba su tarjeta a la recepcionista, no porque reservara las suites más caras del presidente, sino porque pensaba que Jorge realmente iba a tener sexo con esa mujer. Sabía que los hombres, tan exitosos y hermosos como Jorge, siempre tenían a más de una jovencita. Pero Edith Lin parecía una mujer casada. Lola no podía creer que fuera del tipo de Jorge. La recepcionista terminó el proceso de reserva y le entregó dos tarjetas de habitación a Jorge. Jorge le pasó una a Lola. Lola tomó la tarjeta de la habitación con una sonrisa. —Gracias. Jefe Jiménez. Cuando pasaban por una tienda en el hotel, de repente se le ocurrió una idea a Lola. Se apresuró a entrar en la tienda sola. Había algo que necesitaba. Agarró dos paquetes de condones extra pequeños rápidamente. Al ver que Jorge y Edith Lin entraban en el ascensor, Lola aceleró para alcanzarlos. —Señor Jiménez. Estos son para usted. ¡Diviértase y gracias! Tiró esos dos paquetes de condón en los brazos de Jorge y luego se volvió hacia el Joshua de aspecto sombrío con pasos graciosos. Al mirar esos paquetes de condones en brazos, Jorge mostró una sonrisa malvada. Edith agachó la cabeza por timidez. —¿Quién es esa mujer? Me gustaría darle las gracias un día ja … ja… —Ella pensó con entusiasmo. Cuando Jorge vio claramente el tamaño de la caja, su sonrisa se congeló. —¡Lola Camela hizo esto a propósito, definitivamente! Ella sabe mi talla, ¿verdad? Es un insulto. ¡Bueno! ¡Yo estoy feliz! ¡Estoy muy feliz de tener estos regalos de mi ex esposa! —Pensó Jorge mientras rechinaba los dientes con ira. Lola y Joshua entraron en el ascensor después. Joshua le rogó a Lola que lo soltara. Lola puso los ojos en blanco y dijo: —¡Vamos, sé un hombre! ¡No arruines mi plan! —Joshua casi se iba de la lengua justo ahora. Joshua puso sus palmas sobre el pecho y dijo seriamente: —¡Ese es nuestro CEO! ¡Estoy tan asustado! ¡Cómo me atrevo a estar contra él! ¡Por favor dejame ir! ¿Hum? Lola puso sus palmas juntas sobre el pecho como lo hizo Joshua y lo miraba con una mirada sincera. —Ya casi está hecho. Lo único que debes hacer a continuación es entrar a esa habitación conmigo. Te debo un favor. ¿Qué te parece invitarte a cenar después de eso? ¿O qué es lo que más quieres? ¡Dímelo! Te daré lo que quieras —Dijo Lola. Ella estaba tratando de persuadir a Joshua.

Mirando a la hermosa mujer, que estaba frente a él y mirándolo con sinceridad, Joshua pensó: —Lo que más quería antes era a ti, ¡pero ahora encuentro que mantener mi trabajo es lo más importante! Él negó con la cabeza en una forma de pánico. —No. ¡Srta. Camela, no quiero nada! Ya no quiero enfrentar a nuestro jefe. ¡Es tan aterrador! ¡Por favor! —Cuando el ascensor llegó al piso 32, donde se encontraban las suites del presidente, sus piernas se sentían como gelatina. El ascensor se abrió. —¡Solo esta vez! —Parecía que Lola no quería dejarlo ir. Luego salió con gracia del ascensor. Joshua estaba planeando presionar el botón —cerrar puerta —en el momento en que Lola salió. Pero Lola entendió su intención. Se dio la vuelta y sacó a Joshua del ascensor. La lucha de Joshua los hizo chocar entre sí y el ruido que hicieron atrajo a las dos personas que caminaban frente a ellos. Antes de que Jorge se diera la vuelta, Joshua reunió el coraje para sujetar a Lola contra la pared con ambas manos.

Capítulo 120 Estaba jugando con fuego Joshua inclinó la cabeza hacia la derecha, ¡parecía que la estaba besando! ¡Lola le dio el visto bueno a escondidas! —¡Sr. Jiménez, vamos! ¡Se ve que esas dos personas no pueden esperar! — Dijo Edith con voz coqueta y tiró del hombre que apretaba los puños a su habitación. —¡Pum! —Al oír el golpe de una puerta, Joshua, con un sudor frío, se arrodillaría en el suelo si Lola no lo sostuviera. Lola observó al cobarde Joshua, con impaciencia le puso el brazo en el hombro y lo arrastró a la habitación reservada por Jorge. ¡Estaba al lado de la habitación de Jorge! Cuando Jorge entró en su habitación, puso una expresión de mal humor. Asustada por su cara fría, Edith retrocedió unos pasos. ¿Qué le pasó? Sacó su celular y llamó a Sánchez. —Ven aquí y lleva a la Sra. Lin a casa. Cuando Edith escuchó las órdenes, la posibilidad de que Jorge la estuviera usando pasó por su mente. Y, mientras los fuertes gritos seguían saliendo de la habitación de al lado, los ojos de Jorge se estaban volviendo más asesinos. ¡Edith finalmente entendió! Ella se recompuso. ¿Qué podría ella decir? Al ser utilizada por un hombre tan formidable, tampoco se atrevió a decir nada. Todavía tenía su dignidad, así que cuando Sánchez llegó, Edith se fue con él sin demora. No quería ser utilizada. Comparado con Jorge, este hombre terrible, su propio marido resultaba ser más favorable para ella. En la habitación 3202. Lola se apoyaba en el sofá, dejando escapar gritos hacia la puerta de la habitación una y otra vez. Joshua, acostado en otro sofá, con los ojos fijos en su diosa, gimió de vez en cuando. ¿Cuál era la relación entre su diosa y el jefe? —Srta. Camela, usted y el jefe Jiménez… —La curiosidad lo llevó a preguntar. Lola lo miró con una sonrisa. ¿Cómo debería responder? ¿Jorge la estaba persiguiendo? Era obvio que él tenía una novia, ¿ok? ¿Ella estaba persiguiendo a Jorge? ¡Qué vergonzoso sería eso! —Nada. No sé cómo explicártelo. ¡No le digas a nadie lo que pasó esta

noche! —Observó de cerca al joven, dudando de su fiabilidad. Joshua asintió rápidamente. ¡De ninguna manera se atrevería a chismear sobre su jefe a sus espaldas! —Señorita Camela, me debe un favor. ¡Si el Jefe Jiménez me va a responsabilizar, debe estar a mi lado! —Joshua se sentó y miró a Lola seriamente. Lola había sido fría y elegante en tiempos normales, aunque resultaba que también era … ¡linda! Eso era interesante. Lola agitó levemente su brazo y dijo: —¡No te preocupes! —Jorge no debería tener idea de quién era Joshua. Entonces Joshua corrió hacia la pared, tratando de escuchar los sonidos de la habitación de al lado. Pero estaba tranquilo. Por el momento, su celular sonó. Cuando estaba a punto de contestar el teléfono, el teléfono de Lola también sonó, era Jeremy. ¡Sus colegas de abajo debían estar buscándolos! Pusó en silencio su celular y suavemente le dijo a Joshua: —¡Dile que vas a regresar! —Señaló la puerta de la habitación. ¡Nunca querrían que nadie supiera que estaban en una habitación juntos, de lo contrario se despertaría una tremenda protesta pública! Joshua comprendió al instante y respondió al subdirector del departamento de diseño como Lola le indicó, mientras que Lola se hizo a un lado para responder a la llamada de Jeremy. —Hola, Jeremy —Ella mantuvo su voz baja. Jeremy preguntó dónde estaba ella, porque la fiesta casi había terminado. —Bueno, Jeremy, me tuve que ir por algunos asuntos urgentes. Lo siento. — Retomó su voz normal solo después de ver a Joshua colgar su teléfono. Jeremy dijo —Entiendo —y colgó. Entonces, el timbre de la habitación sonaba. Lola se dirigió a la puerta y vio a Jorge a través de la mirilla. Miró a Joshua con una sonrisa hechizante y le hizo una seña para que se acercara. Joshua negó con la cabeza de inmediato porque no tenía agallas para tocar a la mujer que podría tener una relación con su jefe. —Ven aquí, ¿quieres? —Ella dijo en un tono amenazador. ¡Y el timbre de la puerta sonaba cada vez más frecuentemente, lo que indicaba que la persona que estaba afuera ya estaba impaciente! Joshua le dio unas palmaditas en la frente, sin palabras. ¡Parecía que estaba involucrado en algo serio! Cuando Joshua caminó hacia ella, Lola se miró a sí misma, se quitó el abrigo

de manera decisiva y lo tiró al suelo. Y luego desabrochó los dos botones superiores de las camisas de Joshua. Joshua miró a Lola con asombro, sintiendo que estaba jugando… ¡con fuego! ¡Lola estaba junto a la puerta, pasó un brazo alrededor de la cintura de Joshua y lo atrajo a sus brazos! Joshua tenía miedo de moverse una pulgada. Ella… Ella… Lola … ¡Joshua estaba petrificado! Sin embargo, Lola abrió la puerta y preguntó de mal humor: —¿Quién está allí, arruinando mi estado de ánimo? Tan pronto como se abrió la puerta, Jorge entró con una cara fría, mirando a las dos personas que se abrazaban con ternura. La ira en sus ojos estaba a punto de estallar como un volcán. Al ver el abrigo de la mujer en el suelo y la camisa desabrochada del hombre, ¡Jorge supo que los había interrumpido! Con una cara molesta, Jorge agarró a Joshua por el cuello y lo echó de la habitación. —¡Pum! —La puerta se cerró de golpe. Joshua trotó escaleras abajo, como si saliera de la cárcel. ¡Buena suerte con la señorita Camela! —¿Qué estás haciendo? ¡Es grosero interrumpir a los demás! —Lola lanzó una mirada de disgusto a Jorge, con sus labios rojos fruncidos. Jorge estaba tan celoso y enfurecido que no notó los labios rojos de la mujer. La acercó y Lola chocó contra su fuerte pecho. Mientras perdía el equilibrio con los tacones altos, quedó atrapada en sus brazos. —¿Estás tan caliente? ¿Eh? —El hombre pellizcó su pequeña barbilla con fuerza, haciéndola mirar a él. Lola se mantuvo en pie y preguntó: —¿Eso tiene algo que ver con usted? ¿Sr. Jiménez? —Lola tiró de la mano de Jorge e intentó abrir la puerta. Jorge, con el rostro molesto, la hizo retroceder otra vez y la inmovilizó contra la puerta. Lola estaba atrapada entre sus manos. —¿Cómo te sientes besar a tu juguetito? —Pensando en la escena que acababa de ver, Jorge quería estrangular a esta mujer. ¿Juguetito? ¡Joshua probablemente saltaría del edificio si escuchara eso! Lola se echó a sonreír. ¡Se estaba burlando de la reacción exagerada de Jorge, mientras que Jorge pensó que estaba reviviendo! La besó apasionadamente en los labios, ya que no permitía que ningún hombre tocara a esa mujer. Porque… —¡Eres demasiado cruel para tener incluso a un juguete! —Escupió unas pocas palabras en su oído.



Capítulo 121 ¿Qué te sucede hoy Bueno, ese era su verdadero pensamiento. La alegría de Lola desapareció de repente. ¿Qué más podría ella decir? Puso sus brazos contra el pecho de Jorge y se burló de él, —¡Incluso si tengo a un juguetito, no tiene nada que ver contigo! Recordando las palabras de esa noche, ella continuó: —No tengo nada que ver contigo, ¡y tú no eres nada para mí! ¡Sólo salga de aquí ahora! Mientras gritaba, ella se volteó para abrir la puerta y trataba de sacarlo empujándolo. —¿Que salga? ¡Solo esta mujer se atreve a decirme esto una y otra vez en toda mi vida! —Jorge pensó: —Ella tiene agallas. Cerró la puerta con una mano y sostenía la muñeca de ella con la otra para arrastrarla a la habitación. —¡Jorge, hijo de puta! ¡Suéltame! —Ella trataba de deshacerse de él con ambas manos. Pero, ¿cómo podía Jorge dejarla ir? ¡Él debía aprovechar esta buena oportunidad hoy para darle una lección! —¿Extra Pequeño? Creo que has olvidado algo después de varios años —La arrojó a la cama, entrecerrando los ojos hacia la mujer que luchaba por levantarse, con los ojos luminosos de descontento y rabia. —¡Click! —Jorge se desató el cinturón… Después de cuatro años, Lola era más atractiva. Jorge desató toda su ira hacia ella sin piedad. Después de las dos de la mañana. Una mujer, con el pelo suelto colgando en sus hombros, salió de la tormenta con el abrigo en las manos. Buscó la llave en la bolsa y se apresuró para subir a su coche. Luego pisó el acelerador y condujo hacia su casa. No se atrevió a detenerse hasta que estaba a tres o cuatro kilómetros del hotel. Se apoyó en el volante exhausta y no pudo evitar maldecir a Jorge en su mente una y otra vez. ¿Cómo demonios salió de esa habitación justo ahora? Ni siquiera suplicar funcionó. Tuvo que ponerse la ropa y salir corriendo antes de que Jorge saliera del baño. Mientras estaba perdida en sus pensamientos, sonó su teléfono celular. En la noche oscura, su cuerpo temblaba cuando escuchó el timbre. Incluso sus secos y pálidos labios empezaron a temblar.

¡Debería ser él! ¡Absolutamente! Lola sacó su teléfono celular a toda prisa y vio el nombre de Jorge en la pantalla. ¡Era Jorge! De repente, se sentía tan indefensa. ¿Debería ella contestar el teléfono? Ella no podía decidirse. El teléfono sonó durante un rato, luego se mordió los labios donde se había estropeado el labial y presionó el botón de contestar. —¿Dónde estás? —La voz fría del hombre vino del otro lado del teléfono. Con el pelo goteando, Jorge se quedaba mirando la habitación vacía. En realidad, no quería dejarla ir tan fácilmente antes de que se calmara. La completamente agotada Lola se recostó en el asiento, tratando de responderle con una voz normal. —Solo ve a casa. No quería decir mucho porque su garganta estaba ronca. ¡Qué furioso estaba Jorge con ella justo ahora! Sin embargo, su voz ronca aún se podía sentir. Jorge escuchó su voz y una sonrisa malvada y cruel apareció en su rostro. Estaba feliz de ver sufrir a Lola. —¡Vuelve! —Dio una orden directa. Lola recogió su desordenado y largo cabello, suplicando suavemente: —¡Por favor, déjeme ir, Jefe Jiménez! En el silencio de la oscuridad, la mendicidad suave de la mujer ablandó su corazón. —¡Déjame llevarte a casa! —Lola se sintió aliviada al oír que Jorge cambiaba de tono. Pero ella lo rechazó al ver las tenues luces a lo largo de la carretera y los pocos autos que pasaban. —No, gracias, Sr Jiménez. Buenas noches. Colgó el teléfono y se preparó para arrancar el auto, pero su teléfono sonó nuevamente. Fue un mensaje de Jorge: —Envíame un mensaje cuando llegues a casa. ¡De lo contrario, estarás condenada! Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Lola. ¿Cómo debería sentirse ella? ¿Dulce? ¿Impotente? O… … Ella no podía distinguirlo por sí misma, así que encendió el motor y regresó a casa lentamente. A las tres en punto. Jorge estaba fumando mientras esperaba el mensaje de Lola. Desbloqueó la pantalla del teléfono en cuanto escuchó el timbre y sonrió al ver el mensaje. —Sr. Jiménez, ya he llegado a casa, ¡buenos días! Jorge envió su palabra rápidamente, dejó caer el teléfono en la mesita de

noche, apagó el cigarrillo y se dispuso a descansar. —Duerme. Lola también estaba feliz de ver su respuesta. Apagó el teléfono y se fue a la cama con una sonrisa en la cara. Tenía mucho sueño, pero le dolía el cuerpo. Tal vez debería ir al hospital después de levantarse. … Durante la reunión de la mañana. Era inusual ver a Lola usar un traje deportivo casual blanco con su gorra y gafas de sol en las manos. Se vestía así porque tenía que ir al hospital al mediodía. Ella se ató el pelo largo que usualmente estaba recogido en una cola que se balanceaba. Ella fue la primera en llegar a la sala de reuniones. Sintiendo un dolor repentino, cerró los ojos. Cuando sus ojos estaban abiertos de nuevo, ya volvió a su estado normal. Abrió la carpeta sobre la mesa y comenzó a pensar en la agenda de la reunión. El segundo en estar aquí fue Jeremy. Como Lola no se veía bien, preguntó casualmente: —Señorita Camela, ¿está bien? —¿Qué? —Lola miraba con curiosidad a Jeremy, que estaba sentado en ese momento, y se preguntó si de verdad estaba tan pálida. Luego ella negó con la cabeza ligeramente. —Estoy bien, solo me he refriado. ¡Gracias! —¡No debería decir que estaba bien, porque iría al hospital al mediodía! Los altos ejecutivos llegaron uno por uno. Todos tenían curiosidad acerca de por qué Lola cambió de estilo y usaba una chaqueta deportiva. Dos minutos antes de la reunión. El hombre que causó su miseria entró en la sala de reuniones con gran ánimo. Junto a él estaba exactamente la compañera de universidad de su prometida. Entraron con una sonrisa en sus caras. Lola de repente escuchó a un gerente general adjunto susurrar a otro hombre: —¿Qué es eso en el cuello del CEO? Al oír esto, inmediatamente levantó la cabeza y miró la sospechosa marca roja en el cuello de Jorge. Luego, antes de que el hombre mirara hacia ella, bajó la cabeza y comenzó a pensar. ¿El chupetón fue dejado por ella? ¿Cómo no podía recordarlo? ¿O fue dejada por Julie Tan, quien estaba hablando y riéndose con él en este momento? Jorge miró a Lola que estaba mirando hacia abajo. Parecía que ella no quería hablar. —Bueno, déjala en paz, ya que hoy me siento bien —Él pensó.

En la reunión, que no duró más de 30 minutos; Jorge habló durante diez minutos, los cuales más de la mitad se dedicó a hablar por Lola. Luego, después de que cada departamento informara sobre su desempeño, la reunión se retiró de inmediato. Los ejecutivos se apresuraron a salir de la sala de reuniones y comenzaron a chismear sobre Jorge al darse cuenta de que Jorge no había pasado por donde estaban ellos. ¡Estaban adivinando quién estaba con su CEO anoche!

Capítulo 122 Compénsame por diez veces de gastos médicos Lola recogió sus documentos tarde a propósito. Ella planeó irse después de todos los demás. Sin embargo, el hombre en la silla ejecutiva estaba todavía sentado allí después de que ella hubiera terminado de recoger por más de medio minuto. Julie Tan miró a Lola y luego desvió la mirada hacia Jorge con una sonrisa coqueta: —Jefe Jiménez, ¿Todavía no se va ahora? Su voz era tan coquetamente tierna que Lola estaba con los pelos de punta. —¡Bien! ¡Ahora que ellos no se van, yo me iré primero! —Pensó Lola. Luego se levantó con cuidado y salió de la sala de reuniones con las piernas débiles bajo la mirada de Jorge. Lola recibió un mensaje de Wechat poco después de regresar a su oficina. Era una solicitud de contacto de Jorge. Después de que se pelearon la última vez, ella decidió no hablar más con Jorge. Así que ella lo puso en lista negra. Pero no se atrevió a realmente ignorarlo. —¿Estás bien? En el momento en que aceptó la solicitud, recibió un mensaje de Jorge. —¿Está preocupado por mí? —Lola pensó con una risita. Después de un tiempo, ella respondió: —Desarrollé una enfermedad incurable. Jorge no le creyó por supuesto. Él respondió de inmediato. —Ven a mi oficina. Yo te revisaré. … Lola le respondió con un emoji de horror y un mensaje de texto diciendo: — Jefe Jiménez, pero si es hora de trabajar —Luego apagó la pantalla con una sonrisa. Ella estaba planeando ir al hospital para tener un chequeo. ¡Si algo andaba realmente mal con su cuerpo, perseguiría a Jorge Jiménez por el resto de su vida! Lola condujo al hospital de ginecología cercano durante el almuerzo. Se puso la gorra, las gafas de sol y la máscara de gasa antes de salir del auto. Se sometió a un examen y aplicó ungüento bajo la guía de su médico de cabecera ahí, por lo que se sintió mucho mejor después. Lola regresó a su oficina con varios informes de exámenes y facturas. Mirando los papeles, Lola reflexionó un momento y decidió ir a ver a Jorge. Ella pensó que era necesario hacerle saber lo que él le había hecho a ella.

Lola vislumbró el reloj en la pared. Eran alrededor de las diez y una. Según lo que ella sabía de Jorge, él estaba descansando o trabajando en su oficina en ese momento. Ella puso esos informes de examen y facturas en un archivo y salió del ascensor. Vio a Sánchez en la división de secretarios como se esperaba. Si Sánchez estaba allí, entonces Jorge debería de estar en su oficina. Porque en general, si Jorge salía por negocios, definitivamente llevaría a Sánchez con él. Al ver a Lola acercarse, Sánchez se levantó para darle la bienvenida con una sonrisa halagadora de inmediato. —Srta. Camela, ¿cómo estuvo todo anoche? — Sánchez preguntó en voz baja. Al escuchar la pregunta de Sánchez, Lola se sonrojó de inmediato: —No pasó nada especial. Gracias por su mensaje. ¡Por favor manténgame actualizado! —En realidad, Lola sabía que era por ella misma que ella tenía esa lesión. Fue ella quien hizo enojar a Jorge Jiménez primero la noche anterior. Ese hombre era realmente aterrador cuando estaba enojado. Sánchez ayudó a Lola a llamar a la puerta de la oficina. —Entre, por favor. Al escuchar el permiso de Jorge, Sánchez ayudó a Lola a abrir la puerta de inmediato. Al ver a Lola entrar a la oficina, Sánchez volvió a su asiento. Muchas secretarias se acercaron de inmediato a él. —Sánchez, ¿habías conocido a la señorita Camela antes? —Sánchez, ¿sabes lo que está pasando entre el jefe Jiménez y la señorita Camela? Las secretarias curiosamente rodearon a Sánchez, quien mostraba una sonrisa astuta en su rostro y lanzó preguntas sucesivamente. Sánchez arqueó las cejas. Estaba de buen humor, así que decidió contarles un poco más. —Una vez trabajé con la señorita Camela. En cuanto a su relación con el jefe Jiménez… ¡No lo sé! —Sánchez levantó las manos. Él era inteligente. Él sabía qué podía decir. Al darse cuenta de que Sánchez no revelaría más, otras secretarias regresaron a sus asientos en decepción. Entonces, ¿cuál era la relación entre el jefe Jiménez y la señorita Camela? Seguía siendo un misterio de interés para todos. En la oficina del CEO. Jorge estaba inclinado sobre su trabajo. Al ver que entraba Lola, se sorprendió. —¿Estás aquí para el examinación? —Dijo en una lengua coqueta que hizo que la cara de Lola se pusiera roja de nuevo.

Lola se acercó a Jorge, se armó de valor y golpeó los papeles en su mesa. — Jefe Jiménez, compénseme por diez veces de gastos médicos. Al escuchar las palabras de Lola, Jorge enarcó las cejas y levantó el papel. Eh… Eso fue culpa suya. Y no lo había negado. Jorge pensó mientras miraba el cuerpo de Lola con una sonrisa malvada. Las mejillas de Lola se volvieron más rojas y calientes. —Dese prisa. ¡Compénseme! —Ella le instó a Jorge. Si Jorge la miraba con esa sonrisa desagradable una vez más, ella correría hacia adelante y cubriría sus ojos. Jorge empujó el contrato, que valía al menos mil millones, con la mano a un lado, se puso de pie, se metió las manos en los bolsillos y se acercó a Lola lentamente. Se sentó en el borde del escritorio y se inclinó. —¿Cómo quieres que te compense? —Le susurró a Lola al oído. Estaban tan cerca que Lola podía escuchar claramente su respiración. Lola retrocedió en pánico. —¡Este hombre es realmente bueno coqueteando! — Pensó. Hizo mala cara y miró a Jorge. —Págeme mis gastos médicos. ¡Estoy en la quiebra ahora! Su salario era bastante satisfactorio, claro. Pero en comparación con otros miembros de su familia, ella era a la que peor le pagaban. Y lo que era peor, ella dejó que Estrella subiera de puesto. ¡Así que era más que razonable que ella estuviera en la quiebra! —¿De verdad está en la quiebra? Su familia es una de las familias más ricas y poderosas del País A. ¿Cómo es tan difícil para Lola? —Jorge pensó. Pero todavía se recostó en su silla ejecutiva y sacó un cheque. Escribió —1 —primero y añadió varios —0 —¡Un número de 8 cifras en total! Lola estaba totalmente estupefacta al ver eso. —Esto es por esas horas de anoche. ¿Suficiente? —Preguntó Jorge. Parecía que iba a añadir más ceros. Esas horas… anoche… Al escuchar sus palabras, Lola hizo una mueca larga a la vez. ¡Mierda! ¿No podría ese hombre decir algo dulce? ¿Era así como ese hombre pensaba en ella? —Detente. Ya no lo quiero más —Se dio la vuelta y caminó hacia la puerta decepcionada. Jorge estaba totalmente confundido. ¿Por qué? ¡Si ella pensara que eso no era suficiente, él agregaría más ceros! —¡Detente! —Dejó el bolígrafo de la mano y caminó hacia Lola, que se detuvo junto a la puerta. Jorge la miró con el ceño fruncido. La mujer enojada era tan adorable para él. —¿Qué pasa?

Lola lo miró y gritó: —¿Qué quieres decir con ´Esto es para esas horas de anoche´? ¿Que piensas de mí? ¿Que soy una prostituta? —Lola no quitó esa palabra de su boca. Eso era demasiado desagradable. Al escuchar a Lola, Jorge mostró una sonrisa más brillante. Con esa sonrisa, se veía tan encantador que Lola fue incapaz de apartar su mirada. Jorge estaba satisfecho de ver a Lola mirándolo cariñosamente. Luego sacó su billetera del bolsillo. Al ver la billetera, Lola se sorprendió con ojos saltarines. Ella había comprado esa billetera para Jorge. Habían pasado años… No podía creer que Jorge todavía la estuviera usando. Ella vislumbró a Jorge con una mirada mezclada. Ella no podía adivinar lo que Jorge estaba pensando. Jorge sacó una tarjeta familiar y dijo: —Esta es una ganancia del centro comercial en la Ciudad D. Está bajo su nombre y la contraseña no ha cambiado.

Capítulo 123 Todo esto es regalo de tu papá La cantidad de las ganancias de Isla Azul era mucho más que el monto del cheque sobre la mesa, ya que Jorge pagó el impuesto por sí mismo y se trataba del beneficio neto. Mirando la tarjeta, Lola Camela se quedaba en silencio y no pudo evitar sentirse triste. —Está debajo de tu nombre y la contraseña no ha cambiado —¿Qué quiso decir él con eso? —¿Alguna vez ha estado un poco nostálgico sobre nuestro matrimonio o los días libres sin Yolanda? Sus ojos se pusieron rojos. Ella apartó su mano y se dirigió afuera. Ella ignoró las palabras y amenazas de Jorge y simplemente se fue de la oficina. Jorge estaba tan furioso que tiró la tarjeta en la mesa con toda fuerza. Se sorprendió al descubrir que Lola Camela se convirtió en una mujer pensativa que elaboraba todas las cosas en su mente en secreto. Al ver esos informes de exámenes, Jorge se veía mucho más agradable. Encendiendo un cigarrillo, llamó a Sánchez a través de la línea interna. Sánchez entró, y se paró frente a su mesa. —Jefe —Como la jefa Camela no se veía bien, Sánchez se preguntó qué pasó con los dos jefes. Sánchez conocía la tarjeta que se empujaba hacia él. Se abrió a nombre de Lola Camela hacía cuatro años y todas las ganancias del centro comercial Isla Azul se transferirían a ella. ¿Para qué sacó la tarjeta ahora? —Ve y dáselo a ella —Dijo, fumando fuerte. En el fondo, pensaba que le pertenecía a ella. Sánchez asintió. Jorge continuó: —Si ella no la toma, entonces dile que ella vendrá con frecuencia a pagar gastos médicos. —¿Gastos médicos? —Un signo de interrogación colgaba sobre la cara de Sánchez. Esta amenaza aparente de su jefe a Lola le hizo muy confundido, y no entendía lo que estaba pasando realmente. No paró de pensar en eso hasta que llamó a la puerta de la oficina de la directora general adjunta. Le pasó la tarjeta a ella. —Es la orden del Sr. Jiménez. Mirando la tarjeta, Lola Camela no tenía ninguna intención de aceptarla. Sánchez repitió exactamente lo que Jorge dijo cuando Lola estaba a punto de

abrir la boca. Ella se sonrojó y cogió la tarjeta de su mano. —Por favor envíale mi gratitud a él —Sánchez acertadamente le describió a Jorge cómo Lola rechinó los dientes con ira. Jorge parecía estar de buen humor y le dio a Sánchez una sonrisa que rara vez se veía. Luego, Sánchez volvió a su asiento con alivio. ¡Qué rey y reina! Su trabajo, a decir verdad, era unir a los dos. Salió del trabajo a tiempo, Lola Camela planeaba acompañar a Estrella. Tocando accidentalmente la tarjeta en el bolsillo antes de subirse al auto, recordó la amenaza de Jorge de repente. ¡Bien! Ella no se asustaría nunca por la cantidad de dinero que él le había dado, en lugar de eso fue directamente al centro comercial. Después de comprar mucho para Estrella, se detuvo en la tienda de objetos de hombres, se llevó consigo una navaja de afeitar y una taza de agua ya que pagaría con la tarjeta de Jorge. Con las bolsas de la compra en sus manos, regresó a casa. En casa solo estaban el abuelo, Estrella y la Sra. Yuan. —Lola, ¿obtienes tu salario hoy? —preguntó Landon Camela, mirando con curiosidad a su nieta que llevaba un montón de cosas. Como el día de pago estaba a finales de mes, Lola Camela lo engañó con una cara de regocijo: —He recibido mi bono. Landon Camela creía en eso sin sospecha. Le gustaba tanto la tetera de arena púrpura comprada por su nieta que no podía quitarle las manos. Amaba el té Pu’er, que se preparaba mejor con la tetera de arena púrpura. Tenía su propia colección de docenas de teteras de arena púrpura, todas estaban de buen estado y conservación. Mirando a su abuelo sonriente, Lola Camela pensó para sí misma: —Es regalo de mi ex esposo para usted. —¿Hay algún regalo para mí, mami? —Estrella dejó a un lado la muñeca y comenzó a hurgar el bolso. Lola sonrió. El dinero de Jorge definitivamente debería gastarse en su hija biológica. —Por supuesto, mamá te he comprado hermosos vestidos y juguetes —Lola sacó unos vestidos de diferentes colores y los agitó ante Estrella. Ella tenía la intención de comprar dos al principio, pero la ropa de niña era adorable y compró un poco más. Estrella actuaba como una niña mimada ya que no podía esperar para cambiarse. Después de decirle adiós a Landon Camela, quien todavía estaba

acariciando la tetera, Lola la llevó a su hija arriba. Lola Camela ayudó a su hija a ponerse un vestido rosa púrpura. Al ver el reflejo en el espejo, Estrella se llenaba de alegría. —¡Soy tan bonita, mami! ¿Cómo podría ser tan bonita? —Sin palabras, Lola Camela, después de escuchar la autoestima narcisista de su hija, se preguntó cómo había aprendido a presumir de sí misma a tan temprana edad. Reflexionó por un minuto y decidió decirle a Estrella la verdad. Ella comentó: —Cariño, todo esto es regalo de tu papá. En el rostro de Estrella se veía sorpresa. Sosteniendo a Lola alrededor del cuello, le preguntó: —¿Cuándo vendrá papá a casa, mamá? —La ropa de su padre obviamente la complació. El mayor temor de Lola Camela era exactamente lo que Estrella acababa de preguntar. Ella respondió: —Tomará algún tiempo. Pero papá ha ganado mucho dinero, ¿verdad? Lo ves. Cogió a Estrella en sus brazos, tratando de complacerla. Ella tampoco tenía idea de cuánto tiempo tomaría. A la hora de la cena, Estrella mostró su precioso tesoro a sus abuelos. — Abuela, abuelo, papá me compró mucha ropa. La pareja dejó de comer con asombro por un segundo y miró a Lola Camela, quien nunca había esperado que su hija soltara todo directamente. Avergonzada, Lola asintió con la cabeza a sus padres. —En algún sentido así es. Su respuesta ambigua molestó a sus padres. —¿Conocía la existencia de Estrella? —Preguntó Landon Camela en voz compuesta. Mirando a su encantadora hija, Lola sacudió la cabeza y dijo: —No le he dicho nada todavía. Ahora no es el momento adecuado —Era muy probable que le quitaran a Estrella después de que supieran la verdad. Harold Camela intercambió ojos con su esposa y continuó comiendo. Después de la cena, Angie siguió a Lola a la habitación de Estrella. ¡Dios! ¡Llegaban rondas de interrogatorios! Cuando Lola desempacó el juguete de Estrella, Angie González abrió la boca. —¿Qué pasa ahora? Lola suspiró. —Nada. Solo es… . Después de todos estos años, nos volvimos a encontrar. Echando un vistazo a la tranquila hija, Angie le preguntó directamente: — ¿Se reunirán ustedes dos? —Sí, yo lo quiero —Ella respondió simple y directamente. Angie González reflexionó, eso sería lo mejor tanto para su hija como para su nieta.

—¿Está él aquí? ¿Qué está haciendo? ¿Por qué no lo invitas a casa algún día? —Al igual que otros padres, Angie González tenía ganas de llegar al fondo del asunto. La madre tenía mucho de qué preocuparse. Lola Camela dijo con resignación: —Tiene una empresa aquí. Lo traeré a casa otro día. Ella no contó toda la historia porque tenía tanto miedo de que sus padres pudieran correr directamente hacia la compañía de Jorge. Angie González, quien vestía a la muñeca de Estrella, echó un vistazo rápido a Lola, sabiendo que estaba mintiendo o escondiendo algo mientras su hija parecía incómoda.

Capítulo 124 Estoy coqueteando con ella

ocupado

Pero Lola era una adulta ahora y podría no necesitar demasiada intervención. —Solo toma las decisiones por tu cuenta. ¡Si necesitas algún consejo, siempre estoy aquí para ti! Lola asintió con la cabeza, —¡Veré qué pasa! Sólo esperamos Angie González recordó haber visto a un hombre esa noche: —¿Es él el hombre que vi esa noche? Lola dudó un momento y por fin asintió, lo que era suficiente para que Angie obtuviera toda la información. Esta noche, cuando Lola abrazaba a Estrella para dormir, Estrella hizo muchas preguntas sobre su papá. Lola respondió basándose en la imagen de Jorge. Como era la primera vez que Estrella sabía sobre su papá, durmió unos 40 minutos más tarde que lo habitual. Lola acariciaba gentilmente a Estrella, pensando en maneras de recuperar a Jorge del lado de Yolanda. Al día siguiente. Lola se levantó muy temprano. Justo cuando ella terminó de limpiarse, Estrella se sentó en la cama, adormecida. —Mamá —Su dulce voz estaba derritiendo el corazón de Lola. Lola besó a Estrella, la vistió y la llevó a limpiar. Después del desayuno, Lola se fue al trabajo primero, ya que Harold llevaría a Estrella a la guardería hoy. Al ver el regalo en el asiento trasero, Lola sonrió, preguntándose si él le daría una sonrisa cuando lo viera. En la reunión ordinaria de la mañana. La reunión duró aproximadamente una hora porque se discutió un importante proyecto de cooperación. Después de esta reunión, mientras empacaba sus archivos, Lola observaba con atención a Julie Tan hablar con Jorge. —Jefe Jiménez, ¿puedo ir a su oficina más tarde y hacerle algunas preguntas? Jorge asintió, se levantó y salió. Julie le dio a Lola una sonrisa de satisfacción y siguió a Jorge para irse. —¡Humph! ¿Qué estás mostrando? ¿Solo le haces algunas preguntas? Una

vez me casé con él, ¿no lo sabes? Y yo no era como tú en ese momento. Lola estaba molesta. Salió de la sala de reuniones con los tacones altos. Cuando regresó a su propia oficina, todavía estaba enfadada por el hecho de que Julie Tan intentara seducir a Jorge otra vez. ¡Humph! Lanzó una mirada furiosa a la bolsa de regalos a su lado. ¿Por qué se molestaba para comprar regalos para ese playboy? ¡Debería haber gastado todo su dinero en comprar propiedades para Estrella! Consideró por un tiempo y le envió a Jorge un mensaje por Wechat. —Jefe Jiménez, ¿te importaría si voy a tu oficina ahora? —¡Sí, ella quería interrumpirlos! El teléfono zumbó después de dos minutos. —Sí, me importa. Estoy ocupada coqueteando con ella. ¡Qué demonios! ¡Estaba totalmente indignada! Estaba tan furiosa que golpeó su teléfono contra el escritorio y caminaba de un lado al otro junto a la ventana, con los brazos cruzados. Luego levantó el teléfono y le devolvió el mensaje. —Bueno, lo siento si te he molestado entonces, jefe Jiménez. Gracias por tu tarjeta por cierto. ¡Puedo pagar por más gigolos ahora! Este mensaje fue respondido pronto. —Estoy ocupado en el salón. Deja de molestarme. ¿Ocupado en el salón? ¿Qué quiso decir él? ¿Salón? Había una cama en el salón. ¿Ya lo estaban haciendo en la oficina?! Lola ya no podía mantener la calma. ¿Cómo podría este hombre disfrutar de la compañía de unas cuantas mujeres y exigirle una lealtad absoluta? De esa manera, ella tendría que explicárselo y vivir su propia vida a partir de hoy. Lola, enojada, tomó el regalo y salió de la oficina. Al salir, también recogió dos carpetas para ocultar el regalo en sus brazos. —Será mejor que mantenga un perfil bajo en la compañía, después de todo. En la oficina del CEO. Lola saludó a Sánchez, que se acercaba a ella, y entró a la oficina de Jorge sin tocar la puerta, dejando a las secretarias aturdidas. Sánchez no estaba seguro de si debía esconderse o no. Si el CEO intentara provocar a Lola nuevamente, ¡podría que Lola se enfadara mucho. No había nadie en la oficina. Una luz aguda y asesina brillaba en los ojos de Lola mientras se dirigía al salón cerrado. En el salón. Julie Tan, totalmente despistada, miraba a Jorge, que estaba sentado en el sofá tranquilamente. ¿No se suponía que un hombre y una mujer solos en una habitación debían hacer algo especial? Julie le guiñó un ojo a Jorge, con sus largas pestañas

bailando, pero su esfuerzo fue totalmente ignorado. Julie tuvo que adoptar una actitud de ocio y se sentó en otro sofá. Justo cuando estaba a punto de tomar más medidas, escucharon que la puerta se abría. Jorge inmediatamente arrastró a Julie hacia él y la empujó sobre la cama. ¡En este momento Julie sentía que su corazón había perdido un latido! ¡Jorge era tan maravillosamente masculino! Lola Camela caminó hacia la puerta cerrada sin vacilación. Justo cuando puso su mano en el asa, escuchó la molesta voz de Julie. —Jefe Jiménez, por favor no lo hagas. Los ojos de Lola ardían con fuego. ¡Ella directamente empujó la puerta para abrirla y los encontró tumbados en la cama! Lo que era peor, no se detuvieron, incluso después de que Lola entró y vio todo. ¡Bueno! Lola Camela les tomó una foto con su teléfono celular. El sonido del obturador finalmente puso fin a la escena. Jorge se puso de pie y se tomó el tiempo para alisar su ropa un poco desordenada. Julie se sentó en la cama y miraba a Lola furiosamente porque ella arruinó su mejor momento. Otra foto instantánea de sus caras fue tomada. Bajo la fría mirada de Jorge, Lola tuvo que dejar el teléfono a un lado. —¡Voy a enviar las fotos a tu prometida! ¡Y ella sabrá qué don Juan eres! ¡Escoria! —Ella comenzó a correr una vez que terminó de hablar. ¡Jorge, seguro, no la dejaría ir! Él se dirigió hacia ella, la agarró del brazo y la tenía bajo control. —¡Fuera ahora! —La orden fue sin duda para Julie Tan. Julie Tan se sorprendió al ver que luchaban después de que Boss Jiménez corriera tras Lola… Se fue a regañadientes y siguió manteniendo mucha curiosidad. Notó la frialdad en los ojos de Jorge. ¿No le tenía miedo Lola? Aunque tomó algún tiempo, Julie Tan se fue al final y la puerta se cerró de nuevo. Lola se puso ansiosa y pisó los zapatos nuevos de Jorge, dejando una mancha que no se podía pasar por alto. ¡Jorge parecía estar bien, pero la forma en que miraba a Lola se estaba congelando! —¿No te he advertido que no puedes volver a hacerle daño? —Parecía como el diablo del infierno. Al oír eso, Lola se enfrió repentinamente con una mirada astuta y pronto se hundió en la melancolía. Sus ojos estaban llorosos como si empezara a llorar en

cualquier momento. Lola tiró la carpeta que sostenía al sofá. La maquinilla de afeitar y la taza salieron de la bolsa. Jorge estaba mucho menos enojado cuando vio sus lágrimas y los regalos que ella preparó para él. Lola sacó su teléfono, encontró la cuenta de Yolanda en Twitter y comenzó a subir las fotos. —¡Te atreves! —A pesar de su advertencia, Lola todavía hizo clic en —ENVIAR. —¡Maldita sea, estás pidiendo problemas! —Jorge lentamente puso su mano alrededor de su cuello. Mientras tanto, Lola guardó el teléfono en el bolsillo, se dio la vuelta y le guiñó un ojo a Jorge. —¡Sí lo estoy! ¡No deberías hacerme enojada en primer lugar!

Capítulo 125 Anunciaré mi renuncia Lola lloró tan patéticamente que Jorge no pudo evitar aflojar su agarre. ¡Se quedaron allí de pie cara a cara, y Lola no pudo soportar el silencio! —¡Bueno, Jorge! Antes era una tonta, pero a partir de este momento, ¡no tendré nada que ver contigo! —Respiró hondo y continuó: —¡Si no quieres verme, me mantendré lejos! ¡Como desees! Jorge escuchó lo que ella dijo y la frialdad en sus ojos comenzó a convertirse en fuego. —¿Quién soy yo para ti? Ya que no me tomas por nadie, ¡entonces déjame en paz! —Gritó las últimas palabras. La oficina de Jorge estaba bastante bien aislada, pero Sánchez aún escuchaba algunas de las palabras de Lola. ¿Estaban peleando? Su voz podía ser escuchada incluso fuera de la oficina. ¿Quién era ella para él? ¿QUIÉN? Incluso el propio Jorge no sabía la respuesta. Al ver la histeria de Lola, Jorge la soltó gradualmente. Se metió las manos en los bolsillos, se dirigió al escritorio y encendió un cigarro. Lola estaba enojada al verlo fumar. —Fumas otra vez. ¿Por qué sigues fumando? Fumar mata, sabes —Jorge permanecía en silencio, solo entrecerrando los ojos ante su ataque. La observó durante mucho tiempo. —¿Qué estás mirando? ¿No puedes decir ni una palabra? —Dijo Lola enojada. —¡Lo que sea! —Finalmente abrió la boca, pero lo que dijo no era nada mejor que el silencio. Lola se quedó sin habla. ¿Lo que sea? ¿Quiso decir que iba a terminar su relación? Lola sentía que era una verdadera tonta. Le compró regalos para hacerlo feliz. ¡Qué tonta era! Cogió la navaja de afeitar y la taza que le había comprado y las desempacó. Rompió la navaja en el suelo. Con otro lanzamiento, la copa se rompió también. Las explosiones secuenciales en la oficina eran tan aterradoras que la curiosidad de Sánchez casi lo obligó a entrar. Jorge solo seguía fumando, mirando a Lola con indiferencia, mientras la mujer estaba explotando. Incluso en este punto, Jorge todavía estaba en silencio. ¡Qué reacio estaba de hablar con ella! —Anunciaré mi renuncia en la reunión de mañana —Dijo y finalmente se calmó, dejando la oficina con la carpeta en sus brazos.

—¡Plaz! —La puerta se cerró de golpe. No sabía que Lola tenía tanta fuerza. Después de que ella se fue, el mundo entero se calmó. Sánchez se asustó por el ruido cuando Lola cerró la puerta. ¡Parecía que la señorita Camela se equivocó esta vez! No tenía idea de por qué dos enamorados se hacían daño cada día. —La señorita Camela es realmente tonta. ¿Alguna vez ha visto a alguien atreverse a perder el temperamento frente a Jorge? —Sánchez pensó: —Incluso su novia no se atreve a hablarle en voz alta, y mucho menos perder su temperamento. Srta. Camela, el jefe Jiménez es tan bueno con usted. ¿Por qué haces tanto escándalo? —Sánchez, ¿qué pasa con la señorita Camela? —Una secretaria se le acercó y le preguntó en voz baja: —¡Dios, la señorita Camela acaba de cerrar la puerta y se fue! El hombre dentro de esa oficina es el Sr. Jiménez, ¡un demonio del infierno! ¿Cómo se atrevió la señorita Camela a azotar la puerta? Sánchez se dio la vuelta y sacudió la cabeza, fingiendo no saber nada. —Tal vez solo se pelearon por el contrato. … La secretaria lo miró sin palabras y volvió a su trabajo. Sánchez era, de hecho, un buen asistente para Jorge. Siempre guardaba el secreto. Lola volvió a su oficina para agarrar su bolso. Cuando estaba a punto de irse le dijo a Leo Campos: —Voy a salir a hacer algo —Si alguien me llama por la tarde, simplemente dígales que estoy con el cliente. Leo se dio cuenta del engaño ya que Lola nunca dijo mentiras, ni había estado ausente del trabajo sin razón o por asuntos personales. Entonces, ¡esta fue la primera y quizás la última vez que ella hizo esto! Lola estaba extremadamente molesta ahora. Sacó las llaves del auto y salió conduciendo del estacionamiento a más de 100 km/h, asustando a los guardias de seguridad. Los guardias se preguntaban qué había pasado y por qué la señorita Camela se apresuró a irse. Lola pasó más de media hora en el centro de la ciudad, y su teléfono celular sonó repentinamente. Era Sánchez. ¿Le pidió Jorge que la llamara? Lola negó con la cabeza. ¿Cómo fue eso posible? —¿Hola? —Se puso los auriculares bluetooth y contestó el teléfono. —Bueno, señorita Camela, un contrato está esperando su firma y no la he encontrado en la oficina —Sánchez sonaba natural porque era bueno actuando. De hecho, se paró frente a Jorge y se vio obligado a hacer la llamada. Lola se deprimió mucho con sus palabras.

—Bueno, no estoy en la empresa. Si no es urgente, lo firmaré mañana —La luz verde por delante de repente se volvió roja. Lola se apresuró a pisar el freno, pero ya era demasiado tarde. Su repentino freno hizo un ruido penetrante en el oído y se produjo un golpe después de eso. … Ella miró el coche sin palabras. Parecía que ella se había estrellado contra el coche delante. —Srta. Camela, ¿qué pasa? —Sánchez escuchó el choque y se puso nervioso. Jorge también lo escuchaba. Dejó de fumar y se concentró en el teléfono de Sánchez. —Nada serio. Parece ser una colisión trasera. Tengo que colgar, y puedes pedir directamente la firma de Jorge. ¡No me importa eso! —Fuera de su auto había un hombre alto y fuerte, que tenía unos treinta años y llevaba un grueso collar de oro alrededor de su cuello. En ese momento él golpeaba su ventana, y Lola se apresuró a bajar la ventana. El hombre comenzó a culparla. —¿Qué te pasa? ¿Estás ciega? ¡Es un auto nuevo, y usted debe salir a pagar por el golpe! Lola colgó el teléfono apresuradamente para abordar el problema. Sánchez miró a Jorge con ansiedad: —Jefe, parece que la Srta. Camela tuvo un accidente debido a mi llamada —En realidad, no fue el culpable porque fue Jorge quien le pidió que la llamara. Jorge quería ir a ayudar a Lola, pero regresó a su asiento cuando recordó su pelea en ese momento. —¡Hazte cargo! —Ordenó a Sánchez casualmente mientras lo miraba a los ojos. Sánchez entendió su significado a la vez. ¡El jefe quería que se pusiera al tanto del accidente e informara todos los detalles de la escena! En la calle Unión. Lola salió de su auto en sus tacones de dos pulgadas de alto y vio que el auto del hombre era un nuevo Porsche, que era de color rojo brillante. Su cajuela estaba muy deformada por el choque. ¡En un choque, el coche que estaba detrás era totalmente responsable! Mala suerte. Lola se disculpó: —Lo siento, señor. Puede reparar su auto y yo pagaré. —¿Lo siento? ¡Mierda! Estoy ocupado todos los días y no tengo tiempo para repararlo —El hombre miró a Lola obscenamente y se sorprendió por su forma atractiva y su cara bonita. Además, conducía un BMW que valía más de un millón. ¿Era una mujer mantenida?



Capítulo 126 Le dio una bofetada a Lola Sus coches bloquearon la carretera. Los conductores detrás de ellos estaban tocando la bocina con impaciencia. —Señor, ¿y si movemos nuestros coches primero? No se preocupe. ¡Me haré responsable por los daños! —Aconsejó Lola pacientemente. —¿Mover los carros? Estás planeando huir, ¿verdad? ¡De ninguna manera! —Luego, un hombre fuerte y alto, con un tatuaje en el cuello, que llevaba un par de gafas de sol, salió del Porsche. Parecía alguien de una pandilla. —Dev, ¿por qué te demoras tanto? —Ese hombre se metió las manos en los bolsillos de sus pantalones blancos y miró a Lola de arriba abajo. Pensaba que se veía muy cool de esa manera. El hombre llamado Dev cambió a una actitud reverente de inmediato y dijo: —Brad, esta chica dijo que pagará las reparaciones. El hombre llamado Brad vislumbró a Lola con indiferencia y dijo: —¿Qué? Acabo de comprar este coche ayer. ¡Mira lo que le has hecho! No puede ser devuelto a la condición original de todos modos. ¡Cómprame uno nuevo! —”¿Comprarle uno nuevo? ¡Definitivamente me está chantajeando! Lola pensó con el ceño fruncido, y gritó: —¡Me estás chantajeando! —¿Chantaje? —Brad miró a Lola con desprecio. Lola estaba de mal humor. Pero estaba bien. ¡Él estaba más interesado en esa chica ardiente! —¿Cómo podrías comprar un BMW que valga más de un millón a tan temprana edad? ¡Usted debe ser la mantenida de alguien! De hecho, había muchos niños nacidos en cuna de oro en el país A. Era común que mantuvieran a una amante. Lola estaba molesta con Jorge. Al escuchar las palabras de Brad, se enojó más: —Eres un mantenido. ¡Todos tus familiares son unos mantenidos! —Oye. ¡Cuida tu lenguaje! —Al escuchar las palabras agresivas de Lola, Dev se adelantó y la empujó violentamente. Lola perdió el equilibrio. Si no se apoyaba contra el auto, se habría caído. Lola miró a aquellos hombres que no podían ser considerados como caballeros en absoluto, —¡Usted es un sinvergüenza, como se atreve a empujar a una mujer! ¡Detengan los autos ahora! ¡Vamos a aclarar las cuentas! Sus autos ya habían provocado un embotellamiento y estaban rodeados por muchos transeúntes que hablaban de ellos con una mirada de desaprobación. Al

ver eso, esos dos hombres comenzaron a sentirse avergonzados. —Dev, detén su auto. ¡No podemos dejarla ir! —Brad ordenó a Dev. Al escuchar las palabras de Brad, el halagador Dev se acercó al BMW de Lola de inmediato y entró. Entonces Brad volvió a su Porsche. Segundos después, detuvieron los autos con sus luces de emergencia encendidas. Lola sacó su teléfono móvil de camino hacia ellos. Se estaba preparando para llamar a la policía. Al ver que Lola estaba haciendo una llamada telefónica, Brad supuso que estaba llamando a la policía, así que se acercó a Lola y le quitó el teléfono móvil. —¿Qué estás haciendo? Podemos resolver esto nosotros mismos. ¡No hay necesidad de llamar a la policía! —Dijo Brad mientras apagaba su teléfono móvil, el cual valía más de diez mil y acababa de ser lanzado al mercado. Brad estaba seguro de que Lola era rica, por lo que decidió no dejarla ir fácilmente. Mirando su teléfono móvil en la mano de Brad, Lola se burló y dijo: — Quieres que compre un auto nuevo para compensar, ¿verdad? —¿Estos dos idiotas piensan que soy tan estúpida como ellos? —Pensó Lola. Brad mostró una brutal sonrisa en su rostro y asintió mientras miraba a Lola con los ojos entrecerrados, —¡Sí, chica inteligente! Lola sonrió levemente y dijo: —Ciega, sorda, ¿me veo como una pusilánime?. —Ciegos y sordos, se parecían sus nombres —Pensó Lola. Brad pensó que Lola pronunció sus nombres con una extraña pronunciación. Pero no pudo señalar qué era exactamente lo que estaba mal con eso. —No estamos acosándote. Eres tú quien primero dañó mi auto nuevo. No puede ser devuelto a la condición original. ¡Qué vergonzoso sería para mí conducir un auto roto! Brad estaba enojado. Caminó hacia Lola, la miró y tiró su teléfono móvil al suelo. Lola no le tenía miedo en absoluto. Al contrario, estaba tranquila. Se inclinó y recogió su teléfono móvil, que afortunadamente se mantuvo intacto. —No te preocupes. Los mecánicos en la tienda 4S son hábiles. Además, cuentan con sofisticados equipos. ¡Prometo que tu coche será el mismo que antes! —Dijo en tono tierno porque pensó que la preocupación de Brad era razonable. Había más y más espectadores llegando. Todos estaban preocupados de que Lola fuera acosada por esos rufianes. Al escuchar las palabras de Lola, Dev se acercó a ella y le dijo: —¡Chica, no más tonterías! Haz lo que te dijo Brad. ¡Compra un carro nuevo para él!

Tenemos algo importante que hacer después. ¡No desperdicies nuestro tiempo! —Luego empujó a Lola de nuevo. Tomada por sorpresa, Lola se cayó, con su teléfono móvil cayendo a un lado en el suelo. Estaba totalmente enojada para entonces. Luchó por ponerse de pie, se arregló la ropa, miró a esos rufianes y gritó: —¡No esperes que te pague nada! Luego se acercó a su BMW y entró. ¡Ya no planeaba negociar con esos psicópatas irracionales! Al ver que Lola estaba a punto de irse, Brad también se molestó. Se quitó las gafas de sol y se las dio a Dev. Había una cicatriz profunda que parecía un cuchillo cortado entre sus cejas. Corrió al BMW de Lola, abrió la puerta y tiró del largo cabello de Lola. Eso fue tan doloroso que Lola dejó de luchar. Pronto la sacó del auto. —¡Dios! ¿Qué estás haciendo? ¿Puedes ser un caballero? —Gritó Lola. Su cabello aún estaba tirado violentamente por Brad. Brad miró a la mujer obstinada y gruñó: —¡Seré un caballero en la cama! Al escuchar las desagradables palabras de Brad, Lola se sintió asqueada. Agarró el brazo de Brad y lo mordió con todas sus fuerzas. Esa mordida fue tan fuerte que Bard gritó y le soltó el cabello inconscientemente. Lola no liberó su brazo hasta que hizo sangrar el brazo de Brad. Mirando su brazo ensangrentado, Brad cayó en una gran rabia. Le dio a Lola una fuerte bofetada a la vez. —¿Cómo te atreves a morderme? Perra, ¿quieres morir? —La mejilla de Lola se puso roja y se hinchó pronto. Ella miró a esos rufianes con una mirada fría. De repente se le ocurrió una idea cuando miró a su alrededor. —Quieres un coche nuevo, ¿verdad? Espera aquí. Voy a sacar algo de dinero —Ella dijo. Al escuchar sus palabras, Brad se puso menos furioso. Le guiñó un ojo a Dev y le pidió que siguiera a Lola al cajero automático. Lola entró en el cajero automático cercano mientras se masajeaba la mejilla hinchada y sacó diez mil en efectivo. Luego salió de la cabina del cajero automático bajo la vigilancia de Dev. Pero ella no caminó directamente hacia Brad. Ella entró primero en un gimnasio cercano. Dev miró la pizarra con el nombre —Chungi Taekwondo. Pocos minutos después, Lola, cuya mejilla aún estaba roja e hinchada, salió del gimnasio con unos ocho hombres robustos detrás. Al ver eso, Brad tuvo un mal presentimiento pronto. Sacó su teléfono móvil de inmediato, tratando de pedir ayuda a su gente.

No esperaba que Lola reuniera a esos hombres fuertes. ¡Pero él no se inmutaría! Los espectadores no dejaban de llegar. Pero todos se quedaron lejos y no se atrevieron a acercarse. Lola y esos hombres robustos se acercaron a Brad poco después de que colgó el teléfono móvil. Lola lo miró con frialdad y luego se volvió hacia esos hombres. —Denle una paliza y pueden tomar el dinero —¡Yo me encargaré de las consecuencias!

Capítulo 127 Golpearon a su ex esposa Lola sacó un fajo de dinero y lo sacudió delante de sus caras. Con los ojos brillando de emoción, el grupo de personas rodeó a Dev y Brad, frotándose las manos y apretando los puños en preparación para la pelea. —No se … … ¡atrevan! Saben quién es Brad … Él es de una pandilla clandestina. ¡No se atrevan! —Aunque asustado, Dev se paró frente a su asustado amigo Brad y lo dijo con una expresión arrogante. Cuando el grupo de personas escuchó el engaño de Dev, se mostraron un poco vacilantes, poco dispuestos a provocar ese tipo de persona. Al darse cuenta de su vacilación, Lola dijo: —Esta es mi tarjeta de presentación. Llámenme si es necesario. El líder de ellos aceptó la tarjeta de presentación de la directora general adjunta de SL Group. ¡Grupo SL! Todos miraron la tarjeta, miraron a Lola con admiración y decidieron confiar en ella. Incluso si alguien pretendiera ser un gran estafador, nadie se atrevería a hacerse pasar por la vicepresidenta general del Grupo SL. Después de guardar la tarjeta, el líder hizo un gesto a sus hombres para que le dieran una buena paliza a Brad y Dev. —¡Bravo! ¡Bien hecho! —Alguien en la multitud comenzó a animarlos. Animado por la alegría, alguien gritó: —Dos hombres grandes acosan a una mujer. ¡Bien hecho, señorita! ¡Golpeen a esos hombres! Encantada de escucharlos llorar de dolor, Lola ordenó: —¡Golpeen en la cara a estos dos cerdos! Sánchez escuchó las palabras de Lola en el instante en que salió del auto. Encontró a Lola después de investigar todas las cámaras de vigilancia de los semáforos. Sorprendido por lo que vio, Sánchez realmente quería alabar a Lola, ¡porque incluso tenía amigos del gimnasio de taekwondo! Grabó un pequeño vídeo y se lo envió a su jefe. No mucho después de que empezaron a pelear, la policía estaba en camino a la escena, así como una docena de pandilleros que Brad había llamado. Al escuchar las sirenas, los chicos del gimnasio de taekwondo se detuvieron a la vez y retrocedieron detrás de Lola. En el suelo, Brad y Dev estaban cubiertos de moretones. Lola también escuchó las sirenas. Así que les dio el dinero y les dijo que

corrieran. Sánchez se sorprendió al ver a los hombres fuertes que tomaron el dinero y corrieron. La señorita Camela era realmente de cuidado. Sin embargo, varios autos se detuvieron frente a ellos y una docena de pandilleros se bajaron. Los espectadores comenzaron a dispersarse, pero algunos valientes todavía esperaban allí. Sánchez no tenía la intención de ser un espectador porque parecía que las cosas se estaban poniendo más serias. Esas personas solo las podían enfrentar personas del mismo tipo. Sacó su teléfono celular, llamó a alguien y luego caminó hacia Lola. Lola todavía estaba preocupada por si debía llamar a su hermano mayor, ya que habían venido muchos pandilleros. Cuando Sánchez apareció repentinamente, tuvo menos miedo, ¡sus ojos se iluminaron! Al darse cuenta de la bofetada en el rostro de Lola, Sánchez sintió un escalofrío de aprensión. Observó a las dos personas que estaban siendo ayudadas. Fueron golpeados hasta desfigurados, pero eso ciertamente no fue lo peor… Si su jefe supiera que su ex esposa fue golpeada, él… —¡Ata esa pequeña perra! —Brad gritó con ira. Era la primera vez que lo golpeaban así, e incluso por una mujer. ¡Él tenía que atarla y hacerla pedazos! Cuando las sirenas se acercaron, varios policías salieron del auto. Cuando Brad los vio, avanzó y se echó a reír. —Todo está bien. Acabamos de tener un poco de fricción. ¡Estaba andando con esta dama! Al ver a Brad y los mafiosos, un policía preguntó: —¿Pueden resolver el asunto entre ustedes? Brad asintió de inmediato, —¡Sí! ¡Sí! ¡Por supuesto! El policía miró a Lola y ella asintió. Después de todo, ella había ordenado a esos tipos pelear y no quería ir a la estación de policía. Entonces los policías se marcharon. Tres hombres que parecían sinvergüenzas se acercaron a Lola, y el hombre alto y de pelo blanco le silbó. Sánchez pensó que debía informárselo a Jorge. —Espera un minuto. —Sánchez se levantó las gafas y extendió la mano para detener a los tres hombres. Al ver que Sánchez era gentil y delgado, Brad no parecía preocuparse, pero seguía gritándole. —Déjate de tonterías. ¡La señorita viene con nosotros! Sánchez sintió pena por él y detuvo a los tres hombres que intentaron agarrar a Lola. Fue en este momento cuando dos coches de la policía se detuvieron junto

a ellos de nuevo. Algunos policías se bajaron. Un policía vio que el jefe de los mafiosos era el sobrino del subdirector, y no podía reconocer a Sánchez y Lola, por lo que inmediatamente supo qué hacer. El policía dijo con seriedad: —Recibí el aviso de que se reunieron para crear problemas. Ahora resulta que es verdad. ¡Vendrán a la estación de policía conmigo! —Luego sacó las esposas y caminó hacia Lola. Cuando Brad vio esta situación, estaba muy encantado como para preocuparse por el dolor en su rostro. —Señor, no es gran cosa. Deje que Brad le enseñe una lección a esta mujer y la enviaré personalmente a la estación de policía —Un hombre fuerte intercambió miradas con Brad y se acercó. Ese policía echó un vistazo al maltratado Brad, vaciló y asintió. Entonces, ¡Lola vio que el coche de policía rugía! ¡Qué mierda! … Sánchez mantuvo tranquilamente esta escena en su mente, le informaría a su jefe, sin perder ningún detalle. Cuando los hombres intentaron volver a agarrar a Lola, Sánchez los detuvo. Esta vez Sánchez mencionó un nombre. —Espera, ya he llamado al Sr. V y le he hablado sobre este asunto. Nos pidió que fuéramos al V Hall. Al escuchar el nombre, los tres hombres inmediatamente retiraron sus manos, y trotaron de regreso a Brad frunciendo el ceño. —¿Con quién estoy tratando? —pensó: —¿Quién era esta mujer? El señor V, cuyo nombre real era Vern Moza, tenía más de cincuenta años y era una leyenda en el mundo de mafia del país A. Tenía decenas de miles de hombres en todo el país. —¿Quienes son? Conocen al Sr. V, el jefe de pandillas del país A? —Brad pensó: —¡Estamos condenados! Algunos de los mafiosos huyeron en coche. Los cuatro o cinco restantes se subieron a sus autos, asustados. —Srta. Camela, será mejor que vaya al hospital ahora. Yo me encargaré de eso —Dijo Sánchez con una sonrisa obediente. Lo que iba a pasar a continuación era definitivamente sangriento y violento. Sería mejor que Lola se mantuviera al margen. Lola se tocó la cara dolorida y asintió. —¡Gracias, Sánchez, te traeré un bocadillo mañana! —Primero tenía que reparar el auto y aplicar una compresa fría en la mejilla cuando llegara a casa. —¿Bocadillo? Olvídelo —Sánchez rió sin miedo. —Señorita Camela, sabe por qué vengo aquí. No tiene que agradecerme. ¡Si se lleva bien con el Sr. Jiménez, estaría agradecido! —¡Solo si esta dama se llevaba bien con su jefe,

tendría una buena vida! ¿Sánchez quiso decir que debería agradecer a Jorge? Pensando en lo que había sucedido en la empresa, detestaba la idea. —Dales algunos golpes por mí. Me voy ahora ¿Unos puñetazos? ¿Cómo era suficiente con unos pocos golpes? Sánchez sonrió en silencio.

Capítulo 128 Carta de renuncia Lola se alisó el cabello y miró su coche. Sánchez le dio la llave de su auto. —Señorita Camela, usted puede irse a casa primero. Déjemelo a mí. Lo conduciré de vuelta después de que sea reparado. Lola le sonrió y le dijo: —Gracias. ¡Te pagaré absolutamente todo! —Ella sabía que Sánchez siempre la había estado ayudando, por lo que le devolvería el dinero una vez que lo necesitara. La sonrisa de Sánchez se volvió más brillante. —Señorita Camela, es muy amable. Por favor, hable bien de mí delante del jefe —¡Realmente lo decía en serio! ¿Hablar bien de él? Eso era difícil, ya que Jorge no estaba dispuesto a hablar con ella ahora. ¡Sería mejor que comprara algo delicioso para Sánchez! Se despidió de él con ánimo bajo y se fue. En V hall. Dos hombres se sentaron en los asientos superiores, el más joven era frío y arrogante, mientras que el mayor era majestuoso y amenazador. A ambos lados, en el pasillo, había hombres de negro, con armas de mano, mirando a los hombres en medio con indiferencia. Después de que Sánchez envió el auto de Lola a la tienda 4S, entró y le contó a Jorge lo que había visto. Jorge arqueó las cejas después de enterarse de que Lola logró encontrar ayudantes. Ella no era estúpida. Luego Sánchez sacó el teléfono y le mostró un vídeo a Jorge, que fue subido por un testigo. Bloqueó el vídeo pero conservó una copia. Jorge miró a tres personas peleando en el lado de la carretera en el vídeo, pero no pudo escuchar lo que decían. Sin embargo, vio claramente que Dev empujó a Lola al suelo, y Brad agarró el largo cabello de Lola y la sacó del auto. Se enojó aún más y Brad y sus hombres estaban tan asustados que no podían mantenerse en pie. Todavía no entendían por qué el Sr. V y el sr. Jiménez defendían a la pequeña mujer con la que se metieron. Mientras Jorge miraba el vídeo, Vern Moza estaba bebiendo una taza de té verde, sin expresión. Después de que Jorge terminó de mirar, Vern Moza habló con calma: — Jorge, ¿qué quieres de ellos? ¡Todos, esperen! —Los hombres en el medio no eran nadie, excepto Brad Durán. —¡Sí, señor V! —Los hombres de Vern respondieron con una sola voz, lo que aumentó el terror en Brad y sus hombres.

Dev estaba tan asustado que cayó de rodillas. —Sr. V, por favor perdóneme —No quería quedar discapacitado, y mucho menos ser asesinado. Pero Vern Moza continuaba bebiendo el té verde y cerró los ojos ante sus súplicas. Jorge miró a los dos hombres llenos de moretones y dijo con voz fría: — ¡Corten sus brazos y destruyan su guarida! Luego los hombres de Vern fueron hacia ellos, y antes de tocarlos, los dos pobres hombres comenzaron a gritar. Luego vinieron los gritos y las súplicas, pero Vern Moza y Jorge continuaron tomando té como si nada estuviera sucediendo. Incluso estaban haciendo una pequeña charla. El olor a sangre llenó gradualmente toda la habitación, y los dos hombres fueron torturados hasta desmayarse. —Jorge, ¿cuándo me presentarás a tu mujer? —Vern Moza estaba muy contento con su sobrino, que era rápido, decidido, implacable y con visión de futuro. Jorge dejó la taza y preguntó: —Tío, ¿a cuál te refieres? —¿La que en verdad amaba o con la que estaba comprometido? Vern Moza se rió. —¿Me estás diciendo que tienes muchas mujeres? —Miró a Jorge con satisfacción. Porque en realidad sabía que su sobrino no era un mujeriego. Jorge sonrió y volvió a llenar sus tazas. —Tío, ¿cuándo irás al país C? Mi madre sigue quejándose de que no la echas de menos. Vern Moza rara vez regresaba al país C, por lo que apenas podía ver a su hermana. Suspiró al pensar en su hermana obstinada: —Ella está mimada por tu padre e iré a verla después de un tiempo. Kevin había sido muy amable con su hermana. No era de extrañar que su padre le encargara a su hermana. —Mi madre es realmente obstinada, a veces incluso irrazonable, y se debe a que mi padre la mimó demasiado —Pensó Jorge. Entonces pensó en su pequeña mujer que era tan caprichosa como su madre y no pudo evitar sonreír alegremente. Si ella fuera su mujer, él haría cualquier cosa para mimarla y amarla… Al ver las tiernas miradas en el rostro de su sobrino, Vern Moza sonrió y se dio cuenta de que estaba enamorado de una mujer. Brad y sus hombres ya habían sido torturados y su sangre también fue limpiada como si no hubiera pasado nada sangriento aquí. —Brad no es nada, pero debes cuidarte de su tío —Vern Moza advirtió a

Jorge. De ninguna manera le tenía miedo al padre de Brad. Solo quería que Jorge estuviera alerta. Jorge era lo suficientemente poderoso como para defenderse del tío de Brad, quien era el subdirector de la oficina de policía. Jorge suspiró y una mirada asesina apareció en sus ojos. —Me temo que no se atreve a venir. Atontado por un segundo, Vern sacudió la cabeza y se echó a reír al mismo tiempo que estaba preocupado. La familia de Brad era poderosa, y su sobrino tampoco era un don nadie. Luego se levantó y dijo: —Ven conmigo. ¡Te atenderé esta noche! —Palmeó el hombro de Jorge y caminó hacia el patio trasero. Jorge dejó su taza, se levantó y lo siguió. En la casa de la familia Camela. Lola estaba cansada, tendida en la cama con compresas frías en la cara. Su lesión no mejoró hasta que había pasado una hora. Estrella no estaba en casa; Manolo salió a jugar juegos de computadora y Landon fue a jugar ajedrez con sus viejos amigos, dejándola sola en la casa. Cuando su cara estaba mucho mejor, cubrió la hinchazón con un ligero maquillaje. Fue al auto de Manolo en el garaje y encontró la llave donde le dijeron que estaría, luego fue al jardín de niños para recoger a Estrella. Por la noche, Lola llevó a Estrella de compras y regresaron a casa después de cenar afuera. Al día siguiente, Lola fue a la compañía en taxi una hora antes. Era el primer día de su período y tuvo que imprimir su carta de renuncia. Había demasiadas cosas que hacer y ella no podía llegar tarde a la reunión. Después de imprimir la carta de renuncia, se veía pálida como resultado de los cólicos menstruales. Miró la carta con sentimientos encontrados y pensaba que no tendría ninguna conexión con Jorge después de dejar este lugar. Con los documentos de la reunión y la carta de renuncia en sus manos, entró en la sala de reuniones con anticipación. Todos los demás llegaron después de más de diez minutos. Jorge notó que Lola no se veía bien, pero no le puso atención a eso. En la reunión, Lola se aclaró la garganta y luchó por terminar su informe. Todos vieron que no se veía bien, pero nadie se atrevió a decir nada. Lola sacó su carta de renuncia cuando la reunión estaba a punto de terminar y todas las personas se quedaron en silencio temporalmente. —Sr. Jiménez, esta

es mi carta de renuncia. Mientras decía esto, las personas presentes no podían evitar murmurar: — ¿Por qué la Srta. Camela renuncia cuando acaba de ser promovida? Julie Tan miró a la mujer pálida pero se veía tan seria, que no parecía estar bromeando. Sánchez sacó su teléfono y llamó a la tienda de 4S mientras Lola se alejaba.

Capítulo 129 Quedarse con el jefe era demasiado peligroso Jorge mantuvo su cara de póquer sin cambios y comenzó a hablar de manera distraída en la conferencia. Parecía que ni escuchaba sus palabras ni veía su carta de renuncia. Hubo un largo silencio antes de que Jorge hablara en voz baja: —Hay otra cosa. Decidí organizar una fiesta en Fontainebleau Resort este sábado. Todos los gerentes y personal de confianza serán invitados. Yo invito. Al escuchar las palabras de Jorge, todas las personas se sorprendieron. Fontainebleau Resort era el resort más grande y lujoso del grupo SL. Con hermosos paisajes, diversas instalaciones de entretenimiento y servicio de cinco estrellas, nunca dejó de ganarse el cariño de los turistas. Al ver que todo el mundo estaba emocionado y ya no notaba su renuncia, Lola se sintió avergonzada. Agarró su carta de renuncia en la mano y se mordió el labio inferior mientras miraba a Jorge, quien parecía ignorar su resignación. ¿Por qué hizo eso? Lola pensaba que en ese momento parecía un payaso. —Eso es todo por hoy. —Dijo Jorge. Luego se levantó de la silla ejecutiva y caminó hacia la puerta. Julie Tan miró a Lola y alcanzó a Jorge. Luego todos los gerentes salieron de la sala de reuniones uno tras otro. Jeremy Duan estaba preocupado por Lola. Se acercó a la pálida Lola y le preguntó: —Señorita Camela, ¿está bien? Se preguntó por qué Lola quería renunciar. Lola miró a Jeremy, sacudió la cabeza y respondió con una sonrisa: —Sí. Gracias. Jeremy sabía que Lola no quería hablar en ese momento, así que no dijo nada más, pero recogió sus documentos y salió de la sala de reuniones. Solo estaba Lola en la silenciosa sala de reuniones. Se inclinó sobre la mesa de conferencias. —Se dice que el dolor menstrual disminuye mucho después de tener un bebé. Pero ¿por qué no funciona para mí? ¿No es suficiente una niña? ¿Necesito dar a luz a uno más para aliviar mi dolor? —Se preguntaba Lola. Se encorvó sobre la mesa de conferencias durante mucho tiempo. Su teléfono móvil vibraba cuando casi se dormía. Ese fue un nuevo correo electrónico de Julie Tan informando de la fiesta que

Jorge acababa de mencionar durante la reunión. Lola se levantó lentamente, recogió sus documentos y luego caminó hacia su oficina. En el momento en que salió del ascensor, Leo Campos corrió hacia ella y le dijo: —Señorita Camela, su teléfono seguía sonando. Es el Sr. Jiménez. Le pidió que fuera a su oficina y discutiera con la señorita Tan sobre la fiesta del sábado. Ella no estaba de humor para discutir eso. —Llame a Sánchez y dígale que no voy a participar en esa discusión. Deje que el jefe Jiménez y la señorita Tan decidan —Dijo ella. Además, no planeaba participar en esa fiesta. Al escuchar las palabras de Lola, Leo Campos se quedó asombrado. No esperaba que Lola fuera en contra de las instrucciones de su jefe. Pero aún asintió y llamó a Sánchez por lo que Lola le había indicado. Al mirar el teléfono en la mano, que estaba colgado, Sánchez se puso muy ansioso. No se atrevió a decirle a su jefe que la señorita Camela lo rechazó. ¡Lola lo metió en problemas! Sánchez se levantó, respiró hondo y finalmente llamó a la puerta de la oficina de Jorge. —Entra por favor. —La voz de Jorge se escuchó desde adentro. Sánchez abrió la puerta y descubrió que Julie Tan estaba sentada en el sofá y escribiendo una propuesta mientras su jefe estaba sentado en su silla ejecutiva y escribiendo. Rogó a Dios. Luego se armó de valor e informó: —Jefe. Leo me acaba de llamar. Dijo que la señorita Camela estaba ocupada con otras cosas, por lo que no tiene tiempo para discutir la fiesta ahora… Al escuchar las palabras de Sánchez, el rostro de Jorge se volvió frío. Pero él solo dijo con indiferencia: —Está bien, entiendo. Sánchez se sintió aliviado. Luego se dio la vuelta y salió de la oficina de inmediato. Quedarse con su jefe era demasiado peligroso. Al ver a Sánchez irse, Julie Tan se perdió pensando: —¿Qué le pasa a Lola? —“Señorita Tan, discuta la fiesta con Jeremy y cuénteme el resultado —Dijo Jorge. —De acuerdo. —Respondió Julie Tan. Luego recogió sus papeles y salió de la oficina. —¿Lola no está dispuesta a discutir conmigo? —Pensó en el camino de regreso a su oficina. Se sintió molesta al pensar en la posibilidad, así que planeaba asignar a Jorge y Lola dos cuartos muy separados el uno del otro la noche del sábado. En la oficina de la directora general adjunta. Lola estaba reclinada en la silla de su oficina y leyendo un documento. Se sintió mucho mejor después de beber varios vasos de agua caliente.

De repente, su teléfono móvil sonó. Lola sintió una emoción momentánea antes de ver el identificador de llamadas. Estaba esperando la llamada de Jorge. Descolgó el teléfono y se sintió triste cuando supo que era Tomás Herrero. —Hola señor Herrero. Dijo Lola mientras tomaba el vaso en la mano y bebía un poco de agua caliente. —¿Estás ocupada? —Tomás le preguntó. Estuvo ocupado toda la mañana y finalmente pudo llamar por teléfono a Lola durante el receso. Lola asintió y dijo: —Acabo de terminar una reunión. ¿Qué pasa? Tomás se puso de pie, caminó hacia la ventana y miró el tranquilo y majestuoso patio del edificio del gobierno. —Nada especial. Solo quiero invitarte a comer si estás libre. Él sonrió al pensar en su última cita. Lola estaba disfrutando mucho en aquel momento. Si no se hubieran reunido con Jorge, esa cita podría haber sido más perfecta. —Lo siento. Señor Herrero. No me siento bien hoy. ¿Qué tal si le invito una comida la próxima vez? —Dijo Lola mientras se acomodaba un mechón de pelo detrás de la oreja. Todavía no estaba acostumbrada a llamarlo —Tomás — directamente. —¿Qué pasa? ¿Fuiste al hospital? —Al enterarse de que Lola estaba enferma, Tomás frunció el ceño. —Eh … Estoy bien. Solo tengo un ligero resfriado —Era vergonzoso decir que tenía su período, así que solo inventó una excusa. De repente, alguien llamó a la puerta de su oficina. —Entra por favor. — Respondió Lola. Tomás pensó que Lola iba a lidiar con los negocios, así que dijo: —Cuídate y llámame cuando estés libre, ¿de acuerdo? —Ok señor Herrero —Lola respondió mientras miraba a Sánchez caminando hacia ella. Luego colgó el teléfono. Sánchez puso una llave en su escritorio. —Srta. Camela, esta es la llave de su auto. Su coche está bien reparado. Está en el estacionamiento ahora. —¿Era el señor Herrero quien llamó a la señorita Camela otra vez? —Pensó Sánchez. Lola guardó la llave en su bolso y sacó una bolsa de papel. —Gracias. Sánchez. ¡Esto es para ti! Sánchez se sorprendió. Tomó la bolsa de papel y dijo: —Gracias, señorita Camela. Lola sonrió y dijo: —Estos bocadillos no son suficientes para pagar tu

amabilidad. Te compraré una gran comida. Al escuchar sus palabras, Sánchez quedó se asombrado. —¿Así que estos son solo bocadillos en la bolsa? —Pensó. Al ver la expresión cambiante de Sánchez, Lola lo despidió con una sonrisa apagada. —¡Diviértete! —Sánchez salió de su oficina con la bolsa en sus brazos. Al mirar los paquetes de fruta seca en la bolsa, Sánchez suspiró. ¡No podía creer que Lola hubiera comprado unos bocadillos para devolverle su favor! Regresó al piso ejecutivo y compartió esos bocadillos con otras secretarias. —La señorita Camela me compró estos bocadillos. Disfrútenlos —No se olvidó de hablar por Lola mientras repartía bocadillos. Jorge, quien acababa de abrir la puerta de su oficina y estaba a punto de salir, frunció el ceño después de escuchar las palabras de Sánchez. —¿Por qué Lola compró bocadillos para Sánchez? —Pensó. Después de que Sánchez compartió todos esos bocadillos, tocó una pequeña caja.

Capítulo 130 Se acortaron los bonos de tres meses de Sánchez Sánchez sacó la cajita con sorpresa y vio la marca de Rotary, que era una marca muy lujosa de reloj. Y el reloj de esta marca era muy caro. ¡La señorita Camela era tan generosa! Mientras pensaba, los otros secretarios regresaron a sus asientos en silencio. Solo Sáncehz no sintió nada anormal. No se dio la vuelta hasta que sintió la atmósfera fría y familiar y vio que el Jefe Jiménez estaba detrás de él con una cara sombría. Sánchez estaba tan nervioso que casi tiró el regalo. Se apresuró a ocultar el reloj y volvió a su escritorio. —Je… Je… Jefe, yo estoy trabajando —Sánchez tartamudeó. Jorge extendió su mano sin una palabra, y Sánchez lo miró patéticamente, porque el reloj era el regalo más caro que había recibido. Pero a medida que la mirada de Jorge se enfría, Sánchez entregó la cajita del reloj. Jorge abrió la cajita y vio un reloj que valía decenas de miles. Los celos le inundaron gradualmente con la frialdad en sus ojos. Apretó la caja del reloj hasta que se transformó, tratando de convencerse de que no era un asunto suyo. Medio minuto después, devolvió el reloj y se fue, mientras que Sánchez se sintió aliviado al ver que se iba. Pero luego dijo en el corredor: —Se acortaron los bonos de tres meses de Sánchez, ya que él arregla sus negocios personales durante el tiempo de trabajo. … Las secretarias miraron a Sánchez con simpatía, quien estaba extremadamente sorprendido. ¡Bonos de tres meses! Un bono fue incluso mayor que el salario base! Todos los demás tenían mucha simpatía por él. Sánchez no podía describir cómo se sentía en este momento. ¡Realmente quería explotar! Como este era el caso, Sánchez decidió avisar a Lola sobre lo que Jorge hacía todos los días. Sánchez frunció los labios y comenzó a trabajar. Llevaba el reloj en su muñeca deliberadamente para que Jorge estuviera celoso cada vez que lo veía. El sábado. Lola condujo al Fontainebleau Resort en las afueras sin quererlo porque no

quería ver a Jorge allí. ¡Ella realmente no quería verlo ahora, ya que ella tendría el impulso de pelearlo cuando se encontrarían! En el Fontainebleau Resort. El lugar estaba a docenas de kilómetros del centro de la ciudad, y había un denso bosque frente a su puerta. La puerta de piedra tenía una forma de arco, y dentro se encontraban rocallas y bambúes. Detrás del jardín rocoso había un gran estacionamiento, y cientos de empleados del Grupo SL, que llegaron en bús, se reunieron en la plaza. Hoy, Lola estaba vestida de una manera muy casual, con un par de gafas de sol, una chaqueta verde oscuro, pantalones negros y zapatillas blancas. Su largo cabello estaba atado en una suma. Podía ver las caras emocionadas de todos al caminar hacia la plaza después de que ella salió del auto y se quitó las gafas de sol. —¡Hola, señorita Camela! —¡Buenos días, señorita Camela! Se le saludó la gente del Grupo y les sonrió. Muchos de ellos estaban observando cada movimiento de ella, pensando en sus asuntos personales. El gerente del departamento de secretaría ya había comenzado a distribuir las tarjetas de habitaciones. Algunas personas vivirían en habitaciones dobles, mientras que otras en triples. Un Maserati negro se detuvo en el frente cuando todos recibieron la tarjeta de su habitación. —¿Está el CEO dentro del auto? ¡Estoy muy emocionada! —Una empleada miró el coche con entusiasmo. —Espero ver a nuestro CEO. Estaré satisfecha incluso si puedo echarle un vistazo. —Sí, ¿pero quién es esa mujer? ¿Señorita Tan? … La discusión de las personas detrás de Lola fue más fuerte cuando vieron a Julie Tan en el auto. Sánchez abrió la puerta trasera del Maserati negro y Jorge salió. Incluso la ropa casual no pudo cubrir su carisma y forma imponente. La otra puerta del coche se abrió y Julie salió. Llevaba una chaqueta naranja, una sexy camiseta blanca y un par zapatos de tacón alto de color naranja. —¿Cuál es la relación entre el CEO y Julie? —Bueno, siempre he visto a Miss Tan junto con el CEO recientemente. —¿Pero el CEO no tiene una novia? ¿Cómo puede la señorita Tan hacerse

tan cariñosa con el CEO? … Lola no estaba contenta de escuchar los cotilleos y los miró con seriedad. Al encontrarse con su mirada seria, los que estaban detrás dejaron de hablar obedientemente. Jorge se paró frente a la gente y todos lo saludaron a coro, —¡Buenos días, Jefe Jiménez! —La voz alta llamó la atención de muchos turistas. Jorge asintió a los empleados con una sonrisa y habló en voz atractiva: — Hola a todos. Gracias por sus trabajos de estos días. Ahora pueden divertirse. yo les invito. Todos aplaudieron calurosamente tan pronto como terminó de hablar. La multitud comenzó a farrear. —¡El jefe Jiménez es tan generoso! ¡Los servicios aquí son muy caros! —¡Sí! He oído que bañarse en las aguas termales cuesta más de 1000. … Mirando sus caras emocionadas, Lola también sonrió. Jorge se fue primero, luego el gerente del departamento de secretaría anunció: —¡Ahora podéis revisar vuestras habitaciones y hacer lo que queráis! Todos los empleados salieron, dejando a los altos ejecutivos allí. El gerente sacó otra pila de tarjetas de habitaciones. —Aquí están las tarjetas de su habitación individual. Julie Tan se paró junto a Lola y sonrió mientras veía a Jorge irse. Lola sacó su ropa del auto y se dirigió al hotel con la ropa y la tarjeta de la habitación en sus manos. Ella se sorprendió por la decoración exagerante de la sala cuando entró. Fue definitivamente decorado según los estándares de hoteles de cinco o seis estrellas. Una docena de brillantes y lujosas luces colgantes estaban pendientes en el techo, y los pilares estaban cubiertos con exquisitos papeles pintados parecidos a las pinturas al óleo de belleza. Había un par de sofás de cuero a la izquierda y muchos buenos bocadillos de bufé al lado de la ventana. A la derecha había una enorme pecera de vidrio para peces tropicales raros, que tenía alrededor de 12 a 15 pies de alto y casi 30 pies de ancho. Mientras entraba, vio un bar grande delante de ella y un techo abovedado. A la izquierda había algunos pilares blancos, rodeando un artefacto de cristal. En el lado opuesto, seis ascensores etaban en funcionamiento simultáneamente. Presionó el botón del ascensor y mientras esperaba, un hombre de repente se

levantó de algún lugar y caminó a su lado. Lola bajó la cabeza y se preguntó por qué estaba parado a su lado, dado que había tantos ascensores. Dos ascensores llegaron al mismo tiempo. Entraron separados en diferentes ascensores. Lola vio que el hombre en el ascensor diagonalmente opuesto la miraba fríamente antes de que la puerta se cerrara. —¿A quién estás mirando? ¡Soy yo quien debería observarte! —Pensó Lola, curvando sus labios. El ascensor pronto llegó al octavo piso. Salieron de los ascensores al mismo tiempo y ella ralentizó sus pasos a propósito. Con una mirada rápida a la tarjeta de su habitación, buscó su habitación 805 de acuerdo con las señales en la pared. Su habitación estaba al final del pasillo y la habitación de Jorge estaba en el otro extremo del corredor. Ella vio claramente que su vecina era Julie Tan.

Capítulo 131 ¿Ya no te importa En el momento en que entró en su habitación, vio a Julie Tan entrar a la habitación de Jorge. Lola cerró la puerta, sintiéndose triste. Por su sorpresa, el balcón del salón de su suite de lujo daba al mar. La vista del mar la animó un poco, así que ella dejó el equipaje a un lado y caminó hacia el balcón. Los jazmines se colocaban a ambos lados del balcón, los cuales estaban en su máxima belleza y desprendían una fragancia agradable. Lola se sentó allí y jugó con su teléfono. Tomó una foto del mar y los jazmines y la publicó en su momento de red social diciendo: —Frente al mar con flores de belleza. Pronto la actualización recibió mucho —me gusta —de sus colegas. A medida que se estaba cayendo la noche, habló con Estrella vía teléfono durante media hora, y luego dejó el teléfono para que cargara la batería. Mientras que otros colegas corrían montando a caballo, disfrutaban de las aguas termales o recibían un spa, Lola se había quedado en su propia habitación. Alrededor de las 9 pm, Lola comenzó a tener hambre, así que se fue a cenar y planeaba tomar un baño en las aguas termales después. Casualmente, cuando abrió la puerta, notó que la puerta de la habitación de Jorge también se abrió. Salieron dos personas. Lola cerró la puerta como si no los viera, hasta que escuchó: —Señorita Camela, ¿va a salir a divertirse? Julie Tan llevaba un bikini rojo brillante, y un abrigo negro con un cinturón que le apenas cubría. Ese era el traje para las aguas termales. ¿Estaban yendo juntos? Lola miró a Jorge, que estaba vestido apropiadamente, y se volvió hacia Julie Tan. —Realmente no. Solo para comer algo. Luego se fue sin mirar atrás. Julie miró a Jorge y, como esperaba, Jorge le estaba viendo a Lola irse. Julie sonrió, curvó su labio con una señal de éxito. Ella no permitiría la intimidad entre Jorge y Lola. Cuando Lola llegó al restaurante de bufé, muchos colegas todavía estaban cenando, aunque era bastante tarde. ¡El bufé parecía agradable! Se proporcionaba una increíble variedad de comidas ricas, incluida la comida de marisco, la comida de Sichuan, la comida cantonesa y la comida occidental. Lola recogió algo de comida y encontró un rincón para sentarse. De veras eran muy delicosas.

Alguien puso su plato en la misma mesa y se sentó frente a Lola. ¡Joshua! Joshua tuvo que actuar furtivamente porque temía que lo viera el CEO. —Tú también estás invitado, Joshua. Has tenido resultados muy satisfactorios en tu trabajo —Lola lo miró y continuó comiendo el tofu en su plato. Joshua tomó un bocadillo de espagueti y miró a Lola Camela, que parecía estar tranquila y calmada. —Srta. Camela, ha desaparecido todo un día, mientras que el CEO y la Srta. Tan estuvieron juntos todo el tiempo. ¿Ya no le importa? Miró a Lola con curiosidad, quien fue su diosa, pero ya no se atrevía a tener ninguna idea irreal. —¿No le importa? —Lola dejó de arreglar el cangrejo y miró a Joshua con la misma mirada curiosa, como si estuviera mirando a su hermano. Tal vez fue porque las caraterísticas suyas de veras eran muy similares. Joshua tragó otro bocado de espagueti y se inclinó hacia Lola. —¿Usted y el CEO no tienen sentimientos entre vosotros mismos? ¿Tan aprovechó vuestra pelea de esa noche y metió la pata? Lola Camela sacó una cuchara y golpeó la cabeza de Joshua con la misma. —Eres demasiado chismoso. ¿Y Tan? ¡Deberías llamarla señorita Tan! —Ella puso una mirada seria y le dijo a Joshua. Joshua cerró sus labios sin palabras. ¿Dónde estaba ese CEO procurador simpático y divertido que vio esa noche? Luego se movió hacia ella otra vez. —Pero para ser honesto, usted es mucho mejor que la señorita Tan… ¿En qué está pensando el jefe Jiménez? ¿Qué piensas? —Se llenó con otro bocado de espagueti. Lola se fijaba en la pareja mencionada que estaban en un lugar no muy lejos. Luego le sonrió a Joshua. —¿Qué tal si vamos a una termal juntos más tarde? Joshua negó con la cabeza dramáticamente enseguida. —No. He estado allí todo el tiempo cuando estabas escondida en tu habitación. ¡Me matará por las aguas termales si vuelvo allí otra vez! —Eso era cierto. La fuente termal aquí fue estupenda, pero quedar allí todo el día sería demasiado para cualquiera. Lola se enojó mucho y lo mostró con la mirada. —¿Sí o no? ¡Si no, entonces no hablas conmigo más! … Su última frase sonaba bastante infantil y chistosa, en contraste con su apariencia madura y elegante. Pero cuando la mirada fría del CEO relampagueó en su mente, Joshua apagó sus emociones de inmediato. —Bueno. Bueno. Ahora que nuestra señorita Camela me ha invitado, voy a aceptar en cualquier momento —Joshua todavía no tenía idea de por qué Lola le

pidió que la acompañara. Jorge estaba llena de rabia cuando vio a Lola comportarse con tanto cariño con ese tipo. ¿Cuándo se volvieron a ligarse otra vez? ¿Era este hombre un empleado en su compañía? Si era así, definitivamente iba a ser despedido. ¿Jorge Jiménez estaba aquí para cenar? ¿Le gustaría condescender a comer aquí? Lola se preguntó mientras pasó por a Jorge y Julie, quienes parecían muy íntimos. —Volveré y me cambiaré para bañarme. Nos vemos en las aguas termales más tarde —Eso fue las últimas frases que Jorge escuchó antes de salir del restaurante. En ese momento, Joshua le estaba rogando a Lola para quedar en un lugar donde Jorge no pudiera verlos. —Srta. Camela, jefe Camela, ¿podría por favor dejarme ir? —¡Eso lo explicó! Solo le interesaba saber por qué la señorita Camela le pidió que la acompañara. Cuando pasaron por a Jorge y Lola lo dijo con una intención obvia, finalmente Joshua llegó a entender. Ella lo estaba usando para hacerle a Jorge celoso… Lola sonrió a Joshua mientras caminaba hacia el ascensor. —Joshua, Josh, mi Josh simpático… Ewwwww… —Le dieron asco a Joshua los apodos cariñosos que Lola acaba de tomar para él, y él estaba sudando sin cesar por el miedo. No sentía ninguna intimidad. En cambio, ¡esperaba desesperadamente a que Lola, la directora general adjunta, pudiera dejarlo liberarse de esto! —Joshua, ¿qué te parece si te invito a salir ahora? —Sorprendido por lo que Lola dijo, Joshua comenzó a presionar el botón ABRIR del ascensor como loco. ¿Ella le pidió salir con ella? Era inconsciente, aparente y definitivamente una gran intriga, que lo arruinaría totalmente. ¡Sería un tonto si decía que sí! ¡Sería mejor que se mantuviera lo más lejos posible de su diosa! La actitud determinada de Joshua hizo que Lola comenzara a perder confianza en sí misma. —¿Soy tan poco atractiva ahora? —¡Joshua! ¡Párate! —Lola Camela arrastró a Joshua para meterle al ascensor y cerró la puerta. Joshua estaba desesperado al ver que la puerta se cerró y sacudía la cabeza con tristeza. —¡Oh no! —Él estaría condenado a muerte … —Joshua, si te atreves a rechazarme, haré un anuncio en la compañía sobre cómo un empleado jóven del departamento de diseño intentó acosarme sexualmente —Lola Camelo miró a este chico y comenzó a amenazarlo. El ascensor pasó por el piso de la habitación de Joshua y finalmente se detuvo en el piso de Lola. Salieron y se pararon en el pasillo, en un conflicto silencioso.



Capítulo 132 Hagamos una carrera Mirando a su diosa, Joshua apretó los dientes y decidió arriesgarlo todo. — Voy a cambiarme de ropa —Con esto, se dirigió directamente al ascensor, con una mirada decidida. Sin importarle, Lola regresó feliz a su habitación para cambiarse. Jorge la había molestado. Ella tampoco lo haría feliz. —¡Hagamos una carrera! En las aguas termales de Fontainebleau. Jorge y Julie permanecían juntos en una piscina de aguas termales al aire libre. Julie, que fijaba sus ojos codiciosos en el fuerte pecho y la figura musculosa del hombre, seguía degustándose. Lola miró a otras colegas, que lanzaban miradas a Jorge de vez en cuando. Cuando apareció en las aguas termales en un bikini negro, muchos colegas masculinos no pudieron evitar comenzar a silbar. Joshua, quien estaba tomado del brazo con Lola, levantó una toalla de baño sobre su cabeza. Si no tuviera que mirar el camino, seguramente se cubriría la cara. Por supuesto, lo que temía no eran las miradas celosas de los colegas masculinos, sino los ojos asesinos de Jorge. Sin embargo, Lola eligió una piscina que estaba justo enfrente de Jorge y Julie. Jorge, apoyado en el borde de la piscina, entrecerró los ojos ante el cuerpo bien formado de Lola. Cuando miró al joven a su lado, la ira en su corazón se encendió. La mujer se quitó las sandalias. Con la ayuda de Joshua, entró lentamente la piscina. Sonrió con comodidad mientras estaba rodeada por el agua caliente. Y Joshua se sintió cautivado al instante por su brillante sonrisa. Al ver que Joshua estaba babeando por ella, Lola lo miró fijamente: ¡se suponía que él era su aliado! Lo pellizcó secretamente en el agua, y Joshua soltó un grito instantáneamente. —¡Ay… …! —Era un grito desgarrador. … … Todos los miraron y se preguntaban si estaba gimiendo. Lola se sonrojó al escucharlo. —Joshua, ¿qué estás haciendo? —Dijo con los dientes apretados, con una sonrisa forzada. Joshua inmediatamente tosió un par de veces, se puso de espaldas a Jorge y

se mantuvo alejado de Lola. —Srta. Camela, será mejor que me aleje de usted. ¿No sabe? ¡Los ojos del jefe Jiménez podrían matarme! —Joshua se inclinó hacia Lola y dijo misteriosamente. Lola dejó escapar una risa suave, que era bastante ofensiva para los oídos de Jorge. Lo hizo deliberadamente. Pero después de que ella coqueteara con Joshua por unos momentos, Jorge se hizo de la vista gorda. Julie casi se recostó contra el pecho de Jorge, y el hombre no quiso rechazarla en absoluto. Sintiéndose aburrida, Lola le dijo a Joshua con impaciencia: —¡Me volveré a dormir! —¡Bueno! —Lola salió de la piscina en bikini. En este momento, su mejilla rosada parecía particularmente tentadora. Al darse cuenta de que Lola estaba a punto de irse, Jorge cerró los ojos, pero no pudo sacarla de su cabeza. Joshua salió apresuradamente de la piscina y trataba de seguir a Lola. Pero cuando Jorge de repente abrió los ojos y lo miró, Joshua estaba tan asustado que cayó de nuevo en la piscina. … … Joshua salió tambaleándose de la piscina, llorando un río de lágrimas en su corazón. Esa noche, los colegas comenzaron a difundir varios chismes. El primero, por supuesto, era que su jefe Jorge debía tener una relación inusual con Julie. El segundo era que Joshua, del Departamento de Diseño, quien se hizo con la directora general adjunta Lola, tendría un futuro brillante en la empresa. De regreso a su habitación, Lola se dio una ducha y se sentó en el balcón, absorta en su teléfono celular. Hizo clic en abrir WeChat y conversó con Ramón, concertando una cita para tomar un trago algún día. Eran las once de la noche. Apagó el teléfono, lista para irse a la cama. Sin embargo, escuchó algunos sonidos débiles fuera de su habitación. Miró con curiosidad por la mirilla y vio que un hombre y una mujer se estaban besando justo delante de su puerta… ¡Qué demonios! Lola abrió la puerta con rabia. La puerta prácticamente se abrió de golpe, lo que dio un gran susto al hombre y a la mujer. La mujer miró hacia atrás con sorpresa y miró a la enojada Lola, desconcertada. Al ver el rostro de la mujer, Lola no podía sentirse más avergonzada.

El hombre era Tim Zhao, el Gerente de Compras de la compañía. Lola no tenía idea de quién era la mujer en bikini amarillo. —Lo siento, no sabía que estabas aquí. No quiero molestarte. Continúa por favor… Lola se disculpó con vergüenza. Por el rabillo del ojo, vio a Jorge agarrar la cintura de Julie y entrar a su habitación… . —Lo siento, señorita Camela, mi esposa y yo no nos hemos visto en mucho tiempo… No pude controlarme —Tim Zhao tiró de la mano de su esposa y miró a Lola con vergüenza. Lola dijo con una sonrisa: —Está bien. Adelante. No quise molestarte. Regresaré a mi habitación —Lola dejó escapar un suspiro de alivio cuando cerró la puerta. ¡Mierda! Ella acababa de ver a Julie y Jorge entrar a su habitación, abrazándose. Al pensar en esto, Lola sintió una punzada de dolor. Ella los vio entrar a su habitación juntos. ¿Cómo podría no saber qué pasaría después? Pero, ¿qué podía hacer ella…? Aunque estaba metida en la cama, no podía dormir. Todos los demás vinieron a Fontainebleau para relajarse y divertirse. Sin embargo, ella no lo había pasado bien por Jorge. Lo que era peor, ella estaba de mal humor, mientras el hombre estaba teniendo relaciones con otra mujer en su habitación. ¿Valió la pena? Sintiendo una sensación de pérdida, sacó su teléfono celular y abrió Twitter, buscando algunos mensajes conmovedores para consolar a su alma herida. Lo sintió monótono después de escanear algunos de los mensajes. A medida que se ponía más inquieta, tiró el teléfono a un lado, apagó la luz y trataba de dormir. Pero tan pronto como pensó en las dos personas que estaban en la habitación no muy lejos, Lola estaba demasiado molesta como para quedarse dormida. Sin embargo, ya no era su esposa. ¿Qué podía hacer? Tenía que pensar si debía renunciar a Jorge, un hombre que no la amaba… De repente oyó un tono de mensaje. Echó un vistazo casual al teléfono. Era un mensaje de WeChat de Jorge. ¿Mensaje de voz? Desconcertada, hizo clic y subió el volumen. Sin embargo, vino el gemido de una mujer durante el sexo… ¡Qué mierda! ¿Qué estaba tramando Jorge? Haciéndole escuchar los gemidos sexuales de la mujer con la que estaba acostada, ¿qué estaba tramando? Lola se incorporaba en la cama con rabia. Sin dudarlo, se puso el abrigo y salió corriendo hacia la puerta de la habitación de Jorge.

—¡PUM! ¡PUM! —Seguía golpeando la puerta. Si no fuera por la acústica, muchas personas saldrían a ver qué estaba pasando.

Capítulo 133 Renuncio Nadie respondió. Lola se sintió súper débil al pensar en lo que podría estar sucediendo dentro. —¡No importa! Vete a la mierda con Jorge —Ella ya no quería preocuparse más por él ya que estaba dañado el imagen de él. Ella era terriblemente agresiva. En este momento, quería sofocar su ira y volver a su habitación. De repente, una mano la arrastró con fuerza hacia la habitación. Con la puerta cerrada, ella fue empujada contra la puerta en un instante. En la oscuridad, le dio un beso familiar antes de darse cuenta de quién lo hizo. Ella se tambaleó, tratando de alejarlo. Por más que lo intentó, él no cambió su postura. —¿Dónde está Julie Tan? ¿Quiere tener un 3P? —Ella pensó para sí misma. Pensando en la posibilidad, Lola le mordió con fuerza en el labio. Jorge inmediatamente la levantó por la cintura. Aunque estaba completamente oscuro, Jorge la llevó al dormitorio. —¡Tú, carajo, déjame ir ! —Lola saltó intentando escapar de sus abrazos. De repente, encendió la luz, que brillaba tanto que Lola se detuvo para frotarse los ojos borrachos. Mientras la levantó otra vez, rugió: —Suéltame —Mientras tanto, ella lo sostuvo alrededor de su cuello para que no se cayera. Para su sorpresa, no se encontró a nadie allí, solo una cama limpia y ordenada. ¿Ellos dos no estaban durmiendo juntos? ¿Lo hicieron en el sofá? No, estaba limpio, también. ¿En el baño tal vez? Mientras desviaba su atención al baño, encontró solo la puerta cerrada. La desconfianza surgió dentro de ella. Observando las dudas en su rostro, Jorge sabía exactamente lo que estaba pensando. Para castigarla, él se paró a la cama y la lanzó sobre el colchón. El colchón era suave, sin embargo, Lola tenía una cabeza de mareo en el momento del impacto. Este idiota siempre no podía dejar de acosarla. —Lola, ¿puedes estar menos ansiosa? —Finalmente habló, pero no de manera amistosa. Lola se levantó en la cama y gritó: —¡Qué vergüenza tienes al decir eso! ¿Acabas de dormir con otra mujer y ahora quieres hacer lo mismo conmigo? ¡Tú mujeriego! —Ella dio un resoplido. ¿Mujeriego? Al observar a la mujer irritada, entrecerró los ojos, que parecía

tan peligroso, como si un lobo se encontrara con una oveja. Sintiendo las miradas penetrantes, Lola se controló un poco y amenazó al hombre: —Si te atreves a tocarme, tu novia estará en problemas —Ella lo miró audazmente. ¡Se sintió tan bien al mirarlo de esta manera! Jorge, por otro lado, la miró. ¡No se sentía bien! La obligó a acostarse en la cama y le dijo: —¡Créeme! —Se congeló la mirada suya. Después del alarma, Lola se sintió ofendida. ¿Él podría molestarla tanto como quisiera pero ella no podía hacer nada para defenderse? Quería volver al pasado, pero no pudo. Las lágrimas cayeron lentamente hacia su ropa y la cama. Con esto, la frialdad en sus ojos desapareció de inmediato. Le abrazó a ella y dijo: —Durante este tiempo, has estado planeando hacer algo en contra de mi novia. ¿Qué debo hacer para castigarte, Lola Camela? —Él acarició sus lágrimas con su pulgar. Cerca de él, en la habitación tranquila, ella miró al hombre con calma y dijo: —Jorge, yo renuncio. Te prometo que nunca te echaré un vistazo. Por favor déjame ir. Ella sabía mejor que nadie que era la mejor manera de controlarse y olvidarle. ¡Ella le pidió que la dejara ir! Jorge sintió que su corazón estuviera siendo destrozado. —¡De ninguna manera! —Él la besó en los labios rojos. Trataba de darle algunas lecciones de todas las formas posibles. Estaba oscureciendo. A las 4:00 de la mañana, una mujer, con el cabello despeinado, salió de una habitación y volvió a su habitación. La escena era familiar. Lola entró al baño temblando y se duchó rápido. Después de eso, ella se acostó y descansó bien. En otra habitación, del cuarto de baño salió Jorge, que estaba muy inflamado cuando vio la habitación vacía. —¿Ella me odia tanto ahora que ni siquiera quiere verme otra vez? —Jorge pensó solo. Ya que ella todavía era lo suficientemente vigorosa para huir, él decidió dejarla sin posibilidad de huir la próxima vez. La relación tensa no se alivió en absoluto, ya que los dos todavía se rechazaron a conversarse como antes. Llegó el primer día de mayo. Lola no estaba de vacaciones. En cambio, se fue a trabajar como de costumbre. En la villa de la familia Camela.

La sala de estar estaba vacía, excepto que Manolo y su sobrina estaban jugando al videojuego. —¡Tío Manolo! —Estrella, con una falda rosa de burbuja, miró a Mabolo con sus ojos de brillo. —¿Sí? —Manolo respondió tranquilamente. Estrella miró a su alrededor y le susurró al oído de él después de que ella se aseguró de que no habían otras personas. Manolo preguntó con los ojos bien abiertos. —¿Estás seguro? Estrella asintió con firmeza y dijo: —Pero tenemos que guardar un secreto. Manolo analizó el plan a fondo para evaluar su factibilidad, riesgos y consecuencias latentes. —Manolo, ¿por qué piensas tanto como un anciano? —Estrella se enojó un poco por la vacilación de Manolo. ¿Anciano? Manolo realmente tuvo ganas de golpearle en el trasero. —Es un descortés decirlo. —Lo sé. ¡Tranquilo! Nunca le dije esas cosas a los demás antes —dijo Estrella, sentada en el sofá y mirando de reojo a Manolo. … Manolo fingió su enojo: —Bueno, no te llevaré allí. Estrella se puso de pie rápidamente en el sofá y gritó con voz dulce: — ¡Abuela, abuelo, ayúdame! ¡Tío Manolo me va a golpear! Manolo la abrazó inmediatamente y le tapó la boca. ¡Jesucristo! ¡A quién le importaba el hecho estúpido! Si su mamá y su papá supieran que la había golpeado, definitivamente se unirían para plearle. —¡Todo bien! ¡Todo bien! ¡Bebé traviesa, vas a venir conmigo! Manolo miró a la niña satisfecha, que puso exactamente la misma expresión como la de su hermana. Estrella se patinó abajo desde sofá y corrió por escaleras arriba a su habitación después de ponerse las zapatillas. Llevaba su mochila Hello Kitty y su muñeca Sophia. En la planta baja, Manolo gritó: —Padre, madre, daré un paseo con Estrella. Harold Camela salió del estudio y se despidió de ellos. No lo tomó en serio, ya que pensó que Manolo solo iba a dar un paseo con Estrella.



Capítulo 134 Papi es tan guapo Manolo sentó a Estrella en el asiento para niños y luego salió del garaje. —Estrella Camela, solo soy tu conductor, y tú eres responsable de lo que suceda a continuación —Quería distanciarse porque si Lola lo sabía, ella ciertamente le daría una paliza. Estrella disfrutó del paisaje afuera con emoción, ignorando lo que dijo Manolo. En Grupo SL. Estrella tomó el ascensor del estacionamiento subterráneo directamente al piso del CEO. Llegó el ascensor, pero no salió nadie. Las secretarias pensaron que alguien podría haber elegido el piso equivocado. Así que siguieron trabajando. Lo que no vieron fue a una niña pequeña que se agachó y salió furtivamente del ascensor. Estrella abrió la puerta de la oficina del CEO en voz baja mientras las secretarias se concentraban en su trabajo. Oyeron que la puerta se cerraba. Pero no sabían lo que sucedía en la oficina, ni les importaba. En la oficina, Jorge y Estrella, que estaban parados en la puerta, se miraban. La niña parecía una princesa con la falda rosa. —Disculpa, ¿eres Jorge? —Preguntó la niña con una linda voz. Jorge se puso de pie junto al escritorio y la miró de manera paternal. —Sí. ¿Qué puedo hacer por ti niña? Reconoció a la linda Estrella, que una vez vislumbró en la puerta de la familia Camela. —No puedo encontrar a mi mamá, ¿puedo descansar aquí? —Estrella frunció sus labios lastimosamente y Jorge se agachó para verla de cerca. —¿Dónde está tu padre? —Él realmente quería abrazarla. En realidad, lo hizo. No pudo evitar sentirse protector hacia esta pequeña niña. —Mamá dijo que estaba buscando fortunas en el extranjero —Se sentía cómoda en los brazos de Jorge. —Papi es tan guapo —Pensó Estrella. ¿En el extranjero? Jorge recordó que Lola había dicho que la madre de la niña estaba en un viaje de negocios, y tal vez Estrella era demasiado joven para notar la diferencia. —Tío, ¿estás casado? —Ella vino aquí para averiguar si su madre todavía tenía la oportunidad de casarse con Jorge. Ella estaba muy feliz de ver al hombre sacudir la cabeza. ¡Siendo así, nadie se llevaría a su papá! Estrella puso sus brazos alrededor del cuello de Jorge con fuerza, lo que le

hizo pensar que tenía miedo. Así que él sonrió y dijo suavemente: —¿Cómo te llamas? —¡Tío, soy Estrella! —Estaba feliz de tener a Jorge como su padre porque él no solo era guapo, sino también tan alto como su tío Yonata. —¿Estrella? ¡Qué maravilloso nombre! —Jorge se sentó en el sofá y puso a la niña en sus piernas. Estrella siguió agarrando su cuello, y él estaba feliz de verla haciendo esto. Se preguntó si el padre de la niña a menudo iba al extranjero. —Tío, ¿podrías llevarme un poco de helado? —Estrella miró a Jorge seriamente, esperando que su padre no la rechazara. —¿Por qué quieres comer helado? ¿Tienes hambre? —Su voz se volvió tierna inconscientemente y los ojos fríos y arrogantes se llenaron de felicidad. —No. Todos mis compañeros van a comer helado con sus papás, pero mi papá nunca va conmigo —Estrella realmente quería que su padre la llevara a comer helado y la alimentara. Al oír eso, Jorge pensó que su padre estaba muy ocupado y no tuvo tiempo para cuidar de su hija. Él podía entender esto, porque él mismo estaba a menudo demasiado ocupado para comer. —OK vamos. Todas las secretarias estaban tan asombradas que no pudieron pronunciar una palabra al ver a Jorge saliendo de la oficina con una niña pequeña en sus brazos. Sánchez se frotó los ojos con incredulidad. ¿Quién era esa chica? ¡Incluso estaba en los brazos de Jorge! —Lucy, ¿has visto alguna niña? Tal vez estaba equivocado. —Le preguntó a una secretaria a su lado que también se sorprendió. —¡Sánchez! ¿Hay una niña? ¿Quien es ella? —¿Cómo podría estar una niña en la empresa? —¡Bien! Por supuesto que estaba equivocado —Pensó Sanchéz. Se quitó las gafas y decidió descansar un poco porque el cansancio lo mareaba. Jorge salió del ascensor con Estrella en sus brazos y salió de la compañía, ignorando a la multitud asombrada. —¡DIOS MIO! ¡El CEO tiene una hija en sus brazos! ¡No puedo creerlo! —Oh, esa niña es tan linda. ¿Es ella la hija del CEO y Yolanda? —El CEO se preocupa tanto por la niña. ¡Ella debe ser su hija! —¡Wow, la hija del CEO y Yolanda ha crecido! Los chismes se difundieron pronto y todos sabían que la CEO y Yolanda tenían una hija. Lola se sentó en el baño más cercano en el inodoro, escuchando a los que hablaban de la hija de Jorge y Yolanda afuera.

Pensó con desprecio: —¡Jorge ha cubierto la verdad durante tantos años! Si tiene una hija, ¿cómo podía jugar con sus sentimientos? ¡No está calificado para ser padre! A los ojos de Jorge, Lola también tenía una hija con otro hombre, por lo que su relación, que no era apropiada para ser expuesta, debería terminar. Después de todo, los niños no debían ser heridos. Esas mujeres dejaron de hablar cuando Lola salió del cubículo del inodoro. Le sonrieron con vergüenza y se dispersaron. Lola sonrió y asintió con la cabeza, como si no hubiera oído nada. Ella volvió a la oficina, decepcionada. En la oficina, Manolo estaba leyendo una revista, con las piernas cruzadas. —¿Por qué estás aquí? —Lola le preguntó a su hermano con sorpresa, quien de repente había aparecido en su oficina. Manolo respondió con la excusa que ya había inventado: —Solo pasaba por tu compañía y me iré pronto. Por supuesto, Lola no le creyó. Pero ella comenzó a trabajar de inmediato y ya no hablaba porque estaba de mal humor. En la calle peatonal cerca de la empresa. Muchas personas iban y venían por la calle en la hora pico. Cuando Jorge, quien se destacó entre la multitud de personas, apareció en la heladería con la encantadora Estrella en sus brazos, todos los miraban. La tienda se llenó de inmediato. Aunque una pequeña cucharada de helado podía costar casi 100, la gente todavía estaba luchando para comprar. La mayoría de los consumidores eran chicas, que vinieron aquí principalmente para ver a la pareja de padre e hija, que eran tan hermosos que todos querían echar un vistazo. Jorge colocó a Estrella en una mesa limpia y ordenada y le compró seis cucharadas de helado cuando lo pidó, tres de las cuales tenían sabor a fresa y otras a sabor a plátano. —Tío, ¿puedes alimentarme? —Estrella observó a Jorge con impaciencia, y el hombre no pudo resistir las súplicas de la niña. Tomó la cuchara y alimentó a Estrella con el helado mientras hablaba de cosas divertidas. Estrella se reía a ratos, lo que atrajo la atención de los demás. Jorge esbozó una extraña sonrisa y muchas personas le tomaron fotos con su teléfono en silencio. Él habló con Estrella felizmente y le limpió la boca suavemente cuando ella terminó de comer. La niña lo miró mientras sonreía. Ella estaba feliz de tener un padre tan considerado. Jorge rara vez tenía la oportunidad de descansar en el trabajo. Llevó a

Estrella a comer paella de marisco. También le compró una última muñeca Barbie de edición limitada. Estrella estaba tan emocionada que lo besó en la cara varias veces.

Capítulo 135 Creció sin la compañía de su papá Jorge llevó a Estrella y regresó a la oficina a plena vista de sus empleados sorprendidos y confundidos. Esta vez, las secretarias sabían que lo que habían visto antes era real. Así que aquí vino la pregunta. ¿Quién era la niña en los brazos del CEO? ¿Cuándo y cómo entró la niña a la oficina? Un poco cansada, Estrella descansó su barbilla en los hombros de Jorge en silencio. —Estrella, ¿tienes sueño? —Jorge no pudo evitar sonreír cuando vio que esa pequeña y linda niña estaba a punto de dormir. No era la primera vez hoy que deseó que Estrella fuera su hija. Estrella asintió. Entonces Jorge la llevó a su salón. —Llama a mi tío más tarde. Él también está aquí —Estrella no se olvidó de recordarle eso a Jorge antes de quedarse dormida. —¡Bueno! —El hombre respondió. Arropó a Estrella y estaba listo para salir. De repente, una pequeña mano se apoderó de su palma. —Papi. —Murmuró inconscientemente Estrella, dándole a Jorge la ilusión de que era su hija. Estrella lo tomó de la mano y lo llamó —papá —Parecía que ella creció sin la compañía de su padre. Él le frotó el pelo y besó suavemente su frente antes de salir de la habitación. Si Lola no hubiera abortado a su hijo, debería ser tan lindo como Estrella. Después de salir, Jorge estaba perdido en sus pensamientos. Después de un buen rato, llamó a Lola con su teléfono. En la oficina de la directora general adjunta, Lola vio el identificador de llamadas y estaba un poco confundida. ¿Por qué la llamó durante las horas de trabajo? —Dile a Manolo que venga a mi oficina —Escuchó la voz baja pero dulce de Jorge. —¡Ah, vale! —¿Cómo supo que Manolo estaba en su oficina? —¡Manolo! Has estado en mi oficina por mucho tiempo. ¿Qué piensas hacer? —Lola colgó el teléfono. Miró a Manolo, sintiendo que estaba muy raro hoy. Siempre jugaba juegos de computadora cuando no tenía nada que hacer. ¿Por qué vino a su oficina y se quedó allí por varias horas sin razones? —¿Qué? ¿No podría quedarme aquí por un tiempo? —Manolo fingió estar un poco enojado. De hecho, no tenía otra opción… —Jorge te está esperando en su oficina —De repente Manolo se levantó del

sofá. Lola le lanzó otra mirada, porque supuso que estaba escondiendo algo. —Espera un minuto. ¿Por qué Jorge te está buscando? —Lola se acercó y caminó alrededor de él. Podía sentir la conspiración. —Por nada. —Manolo puso los ojos en blanco ante su sospechosa hermana. Pensándolo bien, Lola supuso que podrían hablar de negocios. —¡Puedes irte ahora! Manolo se fue tan pronto como Lola terminó sus palabras. Con gafas de sol, Manolo apareció en el piso de la oficina del CEO. Sánchez ya había recibido las instrucciones de Jorge y dijo: —Sr. Camela, puede entrar directamente. Manolo se quitó las gafas de sol y asintió con la cabeza a Sánchez. Luego parpadeó ante aquellas secretarias que estaban emocionadas de verlo. Las secretarias estaban en éxtasis de inmediato, completamente embrujadas por el apuesto Manolo. En la oficina del CEO. Al ver al joven entrar, Jorge preguntó: —¿Trajiste a Estrella aquí? Manolo se quedó en blanco de repente. No estaba al tanto de lo que había sucedido entre Estrella y Jorge. Así que él asintió y dijo: —Sí, había planeado llevarla con mi hermana. Pero esa niña traviesa dijo que tenía algo importante que hacer y se escapó. Incluso me prohibió seguirla —Manolo se encogió de hombros. ¡Era imposible que Jorge le creyera! —¿Es realmente la hija de la amiga de tu hermana? —Preguntó de nuevo. Manolo estaba confundido. —Si mi hermana lo dice, entonces eso es. ¿Dónde está Estrella? ¿No está aquí? —Miró a su alrededor para buscarla. Jorge comenzó a mirar a Manolo con sus ojos penetrantes, lo que lo intimidó. El segundo antes de que Manolo se sincerara, Jorge dijo: —Está durmiendo en el salón. Suspiró aliviado, abrió la puerta del salón y entró. En este momento, Jorge recibió un breve mensaje de Lola. —¡Ya no deberíamos vernos en privado! El hombre estaba molesto. Empezó a pensar por qué le envió el mensaje. Después de un rato, él respondió: —¿Estás insatisfecha con mi desempeño en la cama? Entonces Manolo salió de la sala con Estrella en sus brazos. Jorge le frunció el ceño. —No te la lleves hasta que se despierte. Manolo miró a Jorge y luego a Estrella, pensando en alguna mentira. — Bueno, Estrella Camela. Sólo tenías media hora para dormir. De lo contrario, tu madre estará en casa antes que nosotros.

Después de que llevó a Estrella de vuelta al salón, Jorge miró su teléfono. — No puedo estar más satisfecha con tu desempeño. Pero creo que es… inapropiado… que nos veamos en privado. —¿Dónde está tu hermana? —Esta pregunta inesperada confundió a Manolo, quien acababa de salir del salón. Tenía que pensar en cómo responder. —¡Ella no ha estado en ninguna parte más que trabajando en su oficina después de que llegué! —¿Qué estaba pasando entre ellos dos? Jorge se quedó en silencio. Nunca se podría saber lo que una mujer estaba pensando. ¿Ella tuvo la última palabra? ¿Quería dejarlo? Manolo tembló al ver a Jorge irritado. Se preguntó por qué aceptó dejar que Estrella dormara aquí un poco más. Este hombre era tan intimidante. Manolo lloró en secreto y decidió concentrarse en su teléfono en lugar de mirar a Jorge. Su hermana fue tan valiente para tener un hijo con un hombre tan frío. ¿No tenía miedo de morir congelada? ¡Jorge debía ser un demonio! Al pensar en esto, Manolo realmente quería huir. —¡Detén tu imaginación salvaje! —La fría voz de Jorge lo interrumpió. Jorge sabía bien lo que Manolo estaba pensando por sus expresiones cambiantes. Manolo se sintió avergonzado y le sonrió. ¡Este hombre debía ser un profeta! Jorge miró al sonriente Manolo, que se parecía a su hermana. —Sr. Jiménez, ¿es bis… bisexual? —La mirada de Jorge asustó a Manolo. ¿Por qué elegiría quedarse con un hombre así? ¿En qué estaba pensando? Jorge fríamente escudriñó su rostro de nuevo y dijo: —No eres tan atractivo. ¡Sólo tengo ojos para tu hermana! Con eso, Manolo se dio una palmadita en el pecho de inmediato. —Oye, ex cuñado… —¡No me importaría si me llamas cuñado! —El hombre interrumpió, todavía mirando la computadora. Manolo se quedó sin palabras a la vez. Luego, el hombre de repente se paró frente a él y le dijo: —Tengo varias compañías internacionales líderes en entretenimiento. Puedo darte una oferta, la que desees y ayudarte a desarrollar tu carrera. Además, puedo comprarte una casa en la ciudad que quieras, así como un Supercar Shelby. —¿Quieres ser mi sugar daddy? —Después de un largo rato, Manolo abrió la boca y miró confundido a este hombre poderoso.



Capítulo 136 La próxima vez llámame cuñado. Las palabras de Manolo dejaron a Jorge estupefacto. Sintió que la forma de pensar de Manolo era muy similar a Lola a veces. —No te preocupes. No tengo interés en ti. ¡Llámame cuñado la próxima vez! —Interrumpió la imaginación de Manolo con un tono fresco. Las palabras de Jorge hicieron que Manolo volviera a la realidad. Asintió. — ¡No hay problema! ¿Algo más? —¿A quién apoyarás a Tomás Herrero o a mí? —Preguntó Jorge mientras sacaba un cigarro del paquete y tomaba su encendedor. Pero pensó en que estaba Estrella en el salón cuando estaba a punto de encender el cigarro. Así que dejó el encendedor y jugó con el cigarro en la mano. —Cuñado, te he idolatrado mucho. ¡Estoy de tu lado, por supuesto! — Manolo se inclinó sobre el escritorio ejecutivo con entusiasmo y miró profundamente a los ojos de Jorge. —¡Lo que Jorge me ofrece es tan tentador! ¡Lo siento por mi hermana! —Pensó Manolo. Al escuchar las palabras de Manolo, Jorge asintió con satisfacción. De repente, la puerta del salón se abrió desde el interior. Estrella salió, medio despierta. —Estrella, mi amor, despertaste —Dijo Manolo. Cuando estaba a punto de subir, Jorge ya se había agachado junto a Estrella. Jorge levantó a Estrella. Parecía a un padre amoroso que sostenía a su hija. —Tio Jorge. Mi tío esta aquí. ¿Me va a llevar a casa? ¡Te extrañaré! —Dijo Estrella al mismo tiempo que se enganchó al cuello de Jorge. ¡No quería irse! Jorge mostró una leve sonrisa. —Pídele a tu tío que te traiga aquí la próxima vez. ¡Siempre te esperaré aquí! Al oír eso, Estrella se emocionó. Apretó su cuello y dijo emocionada: —¿En serio? ¿Puedo venir aquí y jugar contigo otra vez? Manolo estaba totalmente estupefacto al ver eso. No podía creer que el CEO con cara de póquer pudiera comportarse de una manera tan paternal. ¡Ay! Jorge siempre llevaba una sonrisa cuando estaba con Estrella. Tal vez ese era el poder de unión entre padre e hija. En realidad, Jorge fue un poco patético. Porque estaba sosteniendo a su propia hija sin saberlo. Manolo no pudo imaginar lo que sucedería después de que Jorge supiera la verdad… —¡Si ese día llegara, Dios bendiga a mi hermana! —¡Ciertamente! ¡Nunca miento! —Jorge respondió mientras sostenía a

Estrella con una mano y alisaba su fleco con la otra. —¡Genial! ¡Tío Jorge, eres el mejor! ¡Te amo! —Estrella aclamó y besó la mejilla de Jorge. Luego caminó hacia su tío asombrado después de que Jorge la soltó. —¡Tío, te ves tan tonto! Ja… ja… —Estrella se rió de Manolo. Manolo contuvo su asombro y gruñó con una mirada fulminante: —¿No puedes decirle algo dulce a tu querido tío? ¡Te he estado cuidando todo el tiempo! Jorge arqueó una ceja al escuchar a —querido tío. —¡Entonces no actúes tontamente! Ja… ja. .! —Estrella se seguía riendo de Manolo. Entonces ella tomó el juguete que Jorge le dio y se despidió de él. Luego Jorge acompañó a Estrella y Manolo al ascensor. Para ser precisos, se estaba despidiendo de Estrella. Cuando Jorge regresó, vio a Sánchez parado y mirándolo como un tonto. Retomó su mirada fría de inmediato y preguntó: —Sánchez, ¿no tienes trabajo que hacer? Totalmente distraído, Sánchez asintió. Cuando logró darse cuenta de lo que le preguntó, vio que el Jorge, furioso iba a aumentar su carga de trabajo. —No, jefe. Tengo muchas cosas que hacer. ¡Lo escuché mal! Sánchez corrió a su escritorio y se inclinó sobre su trabajo de inmediato. Al ver eso, Jorge volvió a su oficina sin decir nada más. Estaba de buen humor ese día, así que decidió ser amable con Sánchez. Sánchez se dijo a sí mismo que debía ser más tranquilo y cuidadoso en el futuro. Porque su jefe sería impredecible cuando lidiara con todo lo relacionado con la señorita Camela. Más tarde, Jorge le asignó una tarea relacionada con Manolo. Esa tarea mejoró la comprensión de Sánchez de lo profundo que era su amor por Lola. ¡Sí! ¡Amor! Lola salió del trabajo antes de lo habitual ese día. Landon, Manolo y Estrella estaban a punto de cenar cuando ella regresó a casa. Todos se sorprendieron al ver a Lola regresar a casa tan temprano. —¡Lola, la cena estará lista pronto! —Dijo Landon mientras sacaba un par de palillos más para Lola. —Está bien, abuelo —Lola besó a Estrella y fue a lavarse las manos. Después de la cena, cuando Lola se estaba bañando con su hija, Estrella dijo emocionada: —¡Mami, hoy estoy muy feliz! Lola miró a Estrella que parecía estar de buen humor y le preguntó: —¿En serio? ¿Por qué? Compártelo con mamá. Estrella reveló una sonrisa misteriosa. Tomó el cuello de Lola con ambos brazos y dijo: —Hoy conocí a un tío. ¡Estaba tan feliz de estar con él!

Lola supuso que Estrella acababa de encontrarse con alguien y se pasaba bien con ese extraño. —¿De Verdad? ¿Se hicieron buenos amigos? —Lola enjabonó con ternura a Estrella. —Sí, por supuesto. ¡Mamá puede unirse a nosotros la próxima vez! — Jugando con sus juguetes, Estrella pensó en Jorge y sonrió. Lola sonrió y se lavó el cuerpo. —Mami, ¿puedo dormir contigo esta noche? —Estrella miró a Lola con expectación. —Sí, por supuesto. ¡Mi corazón! —Después de darle un beso a Estrella, Lola la levantó y salió del baño. Estrella se la pasó riendo todo el tiempo. Lola se sentía feliz y relajada cada vez que se quedaba con Estrella. En la cama, abrazó a Estrella y se tomó una selfie. Estaba bastante satisfecha con esa foto. Así que la publicó en los momentos de Wechat. Después de que Estrella se durmió, Lola sacó su teléfono. A muchas personas les gustaba y comentaron la foto que acababa de compartir. Un colega preguntó: —¡Qué linda! Señorita Camela, ¿es su hija? Lola reflexionó un momento y respondió: —Sí, es mi hija :D. En cuestión de minutos, numerosos comentarios de sus colegas inundaron su foto de Wechat, mostrando su sorpresa e incredulidad. Su currículum decía que no estaba casada y que nunca antes había llevado a Estrella a la compañía. Así que todos los colegas pensaron que era soltera. Era más, ella había estado ocupada trabajando en los últimos tres años y nadie la había visto salir con ningún hombre. No era de extrañar que todos se sorprendieran al saber que tenía una hija. Todos pensaron que estaba saliendo con Joshua desde lo que sucedió en el Fontainebleau Resort. Tal vez ese post podría desviar la atención de la gente de ese rumor. Cuando estaba hundida en sus pensamientos, sonó su teléfono. Ante el temor de que Estrella pudiera despertarse con el timbre, contestó el teléfono inmediatamente antes de verificar el identificador de llamadas. Era su —ex marido. —Hola, Sr. Jiménez —Dijo cortésmente mientras caminaba hacia el balcón. Después de medio minuto de silencio, Lola finalmente escuchó la voz de Jorge. —¿De quién es hija Estrella? —Aunque Jorge estaba tratando de sonar sin emociones, Lola podía sentir que se molestó. Lola frunció el ceño ante sus palabras. Se volvió y miró a Estrella, que estaba profundamente dormida, y le preguntó: —¿Cómo sabes su nombre? —Lola no sabía que se habían encontrado antes. Jorge dijo lentamente. —Eso no importa. Dime de quién es hija Estrella —

Durante el día, solo planeaba compensar el dolor que causó. Pero por la noche, se enteró de que ella tenía una hija. ¿Quién era el padre de Estrella? Lola respiró hondo mientras miraba en la oscuridad lejana. —Sr. Jiménez. Creo que sabe perfectamente que Estrella es mi hija.

Capítulo 137 Tú también tienes una hija, ¿no es así Las palabras que salieron de la boca de Lola dejaron a Jorge en silencio. Pasó mucho tiempo antes de que él preguntara: —¿Quién es su padre? —Intentó averiguar más. Las estrellas parpadeaban en el claro y oscuro cielo nocturno. Podría que fuera un buen día mañana. —¿Eso importa, Sr. Jiménez? Tú también tienes una hija, ¿no? —Ella sonaba fría. Jorge frunció el ceño ligeramente cuando escuchó palabras tan extrañas. Apagó el cigarro y se desató la corbata. —¿Quién te dijo eso? —¿Qué estaba imaginando ella? Se volvió a callar. Lola recordó los chismes entre sus colegas. No estaba equivocada. —Llevaste a la niña a la compañía hoy. No la vi, pero muchos otros lo hicieron. No necesitas esconderlo, Sr. Jiménez. —Tal vez estaban llegando a su fin. ¡Cualquiera podía ser herido, excepto niños inocentes! Jorge se burló. —Señorita Camela, ¿así que incluso crees en los rumores? — ¡Y esa era su hija en verdad! Si Estrella fuera su hija, él la presentaría a todos… Pero desafortunadamente, no lo era. Se divorciaron hacía más de cuatro años. ¿Cómo podría Estrella ser su hija? ¿Qué dijo? ¿Rumores? ¡Así que no era su hija! Al oír esto, Lola dejó escapar un suspiro de alivio. Había tanto silencio que incluso podían oír el suave aliento de cada uno. Durante innumerables días y noches en el pasado, se habían acurrucado el uno al otro y sentían el aliento de cada uno en paz. Pero ahora, no estaban en posición de cuidar y ponerse en contacto entre sí. ¿Mantendrían su relación ambigua? Recordando sus ocasionales miradas feroces y sus advertencias heladas, Lola quería darse por vencida. —¡Buenas noches señor Jiménez! —Dijo suavemente. En lo profundo de su corazón, se dijo a sí misma que debía dejarlo ir. Jorge se derrumbó en el sofá con los ojos cerrados y escuchó la suave voz. Su rostro sonriente cruzó su mente y ahí permaneció. —Lola. —¿Um? Dijo su nombre con una voz masculina. La noche tranquila estaba

impregnada de romance. Su corazón latía con fuerza. En este momento, su mente quedó totalmente en blanco como si estuviera flotando en una nube sin saber a dónde ir. —Ven a mi lado. —Dijo Jorge gentilmente. Quería verla ahora, desesperadamente. Lola se esforzó por salir de su suave trampa antes de que casi dijera que sí. ¡Era realmente bueno coqueteando con las chicas! —Conquistador. —Rechinó los dientes y terminó la llamada. Jorge parecía enojado cuando la llamada se cortó de repente. ¡Muy bien, Lola! Lola miró su teléfono y trató de calmarse. ¿Cuándo comenzó a seducirla? Esa noche en Fontainebleau Resort, ¡también la sedujo fácilmente solo porque la conocía bien! Esta noche intentó hacer eso otra vez. ¡Dios, ella quería darle una paliza! El día siguiente era soleado como se esperaba. Se estaba poniendo más cálido. Lola simplemente llevaba un vestido largo de oliva de manga larga. En la conferencia de la mañana. Un gerente superior fue transferido aquí desde la sede, que compartía la misma posición que Jeremy. Se decía que era altamente competente y muy valorado por Jorge. Después de la reunión, Lola contestó la llamada de un cliente y abrió su computadora cuando vio un correo electrónico de salida en la bandeja de entrada. ¡Joshua fue despedido! Notó que el correo electrónico fue enviado por Sánchez explicando que no estaba trabajando seriamente. Sin más información… Si estaba en lo cierto, Joshua fue despedido por Jorge. Tomó el teléfono y llamó a Sánchez. —¡Sánchez, dile a Jorge que él es el CEO y que no puede usar su posición para vengarse de su empleado! —Se lo dijo directamente. Al oír eso, Sánchez repitió lo que su jefe le había dicho. —El jefe dijo que puedes acudir directamente a él si tienes alguna objeción. Después de colgar el teléfono, Lola se mordió el labio inferior y se dirigió al piso de la oficina del CEO con su teléfono. Bien, ella iría a hablar con él directamente. Estaba en la empresa. ¿Por qué estaría asustada? Pero para ser honesta, si lo estaba un poco… En la oficina del CEO. Sánchez la saludó asintiendo. Lola abrió la puerta antes de que Sánchez le dijera que su jefe estaba hablando con otras personas en la oficina.

Muy bien. Era muy tarde. Sólo lo olvidó. Luego Sánchez volvió a su asiento para seguir trabajando. Lola estaba a punto de gritar el nombre de Jorge, pero se calló cuando vio a otros dos hombres en la oficina. —Lo siento. No sabía que estabas ocupado Perdón por molestarte. —Se disculpó avergonzada, fingiendo estar tranquila. En la oficina, Jorge, Samuel y el nuevo subdirector general Jim Dang estaban discutiendo algo. Todos miraron a la mujer que irrumpía. Jim fue el único que se sorprendió. ¿No era esa la señorita Camela? ¡Cómo se atrevió a entrar en la oficina del CEO! Se volvió hacia los otros dos que no parecían sorprendidos en absoluto. Oh, eso fue una especie de revelación para él. Jorge la miró y habló a tiempo para salvarla de la vergüenza. —Jim, llamé a la señorita Camela para una presentación formal. ¡Cooperarás plenamente con ella en el futuro! Lola finalmente dejó escapar un suspiro de alivio y recuperó su valor como de costumbre. Caminó elegantemente hacia ellos. —Señorita Camela, soy Jim Dang. ¡Tengo mucho que aprender de usted! — El hombre de piel clara parecía estar en sus veinte años. Pero tenía una voz bastante femenina. Lola le estrechó la mano con una sonrisa. —Es un placer, Sr. Dang He escuchado mucho de usted. Acabo de tomar esta posición. ¡Su ayuda será muy apreciada! Los dos hablaron cortésmente. Habiendo notado la gran sonrisa en la cara de Lola, Jorge parecía disgustado. Samuel lo vio claramente. Sospechaba anteriormente si la mujer era realmente la ex esposa de Jorge. ¡Pero ahora, estaba 100% seguro! Habían pasado cuatro años. ¿Por qué se estaban involucrando de nuevo? —¡Hola, señorita Camela! —Samuel se levantó para saludar a Lola. Tenía curiosidad por saber lo que pasó entre ellos. El hombre, que sonrió tranquilamente con un traje, zapatos de cuero y gafas con montura de alambre, le pareció familiar a Lola. —Hola, ¿y usted es? —Ella debía haberlo visto antes, pero no recordó quién era él en ese momento. Estrecharon las manos cortésmente cuando Samuel se presentó. —Soy Samuel Silva. ¡Yo era el abogado del Grupo SL en ciudad D!



Capítulo 138 Ella tuvo que obedecer a este gran pez gordo ¡Oh! Ese era Samuel, a quien Lola conoció hacía cuatro años. —Disculpe mi mala memoria —¡Samuel, el famoso abogado internacional! ¿Cómo podría olvidar a un hombre tan impresionante? El posesivo Jorge estaba feliz de ver que se había olvidado del guapo Samuel. Samuel se sentó con indiferencia y comenzó a recoger sus documentos. — Jorge, me quedaré en Crescent Spring por un tiempo —A regañadientes, tenía que quedarse en el país A por Jorge a partir de mañana. —De acuerdo. Tengamos una reunión con Chuck y Leandro más tarde — Jorge se sentó en el sofá y encendió un cigarro. Samuel asintió, se despidió de ellos y se fue con su portafolio. Al ver que Samuel se iba tan pronto, Jim se dio cuenta de que sería mejor seguirlo y hablar con el CEO algún otro día. —Jefe Jiménez, voy a volver al trabajo. ¡Tómate tu tiempo! —Jim Dang también se fue. Ahora solo quedaban dos en la oficina. Lola estaba extremadamente enojada con Jorge, quien estaba fumando tranquilamente. Caminó hacia el hombre en sus tacones altos, tomó el cigarro de su boca y lo apagó en el cenicero. —Señor Jiménez, ¿por qué despidió a Joshua? —La pregunta directa disgustó mucho a Jorge. —¿Por qué? ¿Necesito una razón para despedir a alguien? —¡Qué arrogante era! Jorge miró la colilla del cigarro en el cenicero y encendió otro. Lola pensó por un momento y dijo: —Por supuesto que no necesitas una razón. ¡Así que despídeme por favor! —Joshua fue despedido por culpa de ella. Ella sentía pena por esto y ya no quería quedarse aquí. Al escuchar lo que dijo, Jorge dio una profunda calada y la detuvo. Desprevenida, Lola cayó en sus brazos rápidamente… Jorge sopló humo en su cara sin darle oportunidad de hablar y Lola comenzó a toser violentamente. Se atragantó e incluso su adorable rostro se puso rojo. ¡Maldito el bastardo! ¡Así era como la acosaba! No se recuperó hasta que tosió durante casi un minuto mientras se apoyaba en el pecho del hombre. Le pellizcó la cintura con toda su fuerza. El fuerte hombre no se inmutó

mientras Lola sentía un dolor en su mano. Jorge observó a la mujer tosiendo en sus brazos. Tan pronto como ella se recuperó, le echó humo de nuevo en la cara. … ¡De nuevo, Lola tosió en sus brazos! Estaba tan enojada que lo maldijo en su mente. Fue vencida por un terrible ataque de tos. Jorge miró a la mujer enojada con una sonrisa. Debía pagar el precio de la desobediencia. ¡Por supuesto, no terminó ahí! Lola agarró la mano de Jorge y la mordió tan pronto como pudo recuperar el aliento. Él no la detuvo, pero ella gradualmente aflojó su mano porque no quería lastimarlo. Sólo hacerle marcas de mordidas. Su piel no estaba herida. Estaba a punto de hablar, pero el hombre la besó en sus labios rojos. Entonces Lola comenzó a toser con fuerza una vez más. Esta vez, Jorge lanzó humo directamente a su boca. ¡Lola se ahogó hasta las lágrimas! ¡Ella lo maldijo cientos de veces en mente! Luego se levantó, tomó los pañuelos del escritorio, se enjugó las lágrimas y miró molesta al indiferente Jorge. —¡Jorge, hijo de puta! —¡Estaba furiosa por lo que le había hecho! Jorge apagó el cigarro, sus ojos brillaron de ira. ¡Ella lo maldijo de nuevo! —Lola Camela, vamos a averiguar cuántas veces me has maldecido —Sin embargo, Lola se había acostumbrado a su voz fría y replicó. —¡Me molestaste cada vez! —Lola se sonrojó y lo culpó. Jorge protestó. —Me robaste mis líneas —Se sintió bien al ver su cara roja. ¡Oh no! ¡Ya no quería enredarse con él! ¡Casi la empujó contra la pared! Se levantó nerviosamente del sofá y miró al hombre. —Jorge, escucha. ¡Si despides a Joshua, renunciaré a la oficina! Jorge dejó de sonreír. —¿Sabe el padre de Estrella que tienes un hombre? ¿Tengo un hombre? ¡Calma! ¡Calma! Lola estaba totalmente enfurecida y respiró hondo… ¡Se decía a sí misma que este hombre era el padre de Estrella, así como su amado! ¡Quedó cegada por el amor! —¡Por supuesto que lo sabe! Pero son mis asuntos. No tiene nada que ver contigo. —Lola trataba de calmarse. El ambiente se estaba congelando. Nadie sentiría algo de calor a su lado en el verano. —¿Renunciar? ¡De ninguna manera! —Jorge tomó su decisión final y volvió a su escritorio. Aparentemente iba a trabajar.

Viendo la mirada hostil en su rostro, Lola pensó que tenía que obedecer a este gran pez gordo, y solo de esta manera podría tener una oportunidad. Con eso, respiró hondo y caminó hacia Jorge con una sonrisa. —Señor Jiménez, en su opinión, ¿cómo podemos salvar al inocente Joshua? Su mejor actitud satisfizo a Jorge. Hizo su petición de manera breve y clara. —Toma una siesta conmigo. Lola perdió los estribos que había estado tratando de mantener. —¡Pum! — ¡Golpeó el escritorio y lo miró molesta! Sintió un dolor en su mano… ¡Realmente doloroso! Pero el hombre no le importaba. Sus ojos se pusieron rojos. ¿Era Yolanda la única con la que estaría dispuesto a ser tierno? Los ojos de Lola brillaron con decepción. ¡Bueno, solo una siesta! De todos modos, ¡habían dormido juntos muchas veces! Cuando Jorge pensó que ella se daría la vuelta, se dirigió a su salón. Estaba satisfecho con su obediencia y sonrió maliciosamente. Sin embargo, ¿significaba que ella estaba dispuesta a acostarse con él por Joshua? Si alguien más le pidiera que hiciera eso, ¿seguiría siendo tan obediente? Al pensar en eso, él retiró su sonrisa. Lola se sentó en el salón, esperando a Jorge. Pero después de más de 10 minutos, no vio entrar a nadie. Tuvo que salir para ver qué pasaba, pero no había nadie en la oficina… Lola estaba a punto de explotar. ¡Jorge la había molestado una y otra vez! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Si le dieran un arma, ¡absolutamente le dispararía a muerte! Cuando Lola salió de la oficina, todos podían ver la ira en su cara. Intentó mantener la calma, pero fue en vano. Al ver que había salido, Sánchez se apresuró y dijo: —Señorita Camela, el jefe se reunirá con el jefe de la oficina de seguridad pública. Acaba de decir que es mejor que vuelva al trabajo y deje de pensar cosas irrelevantes —Luego se acercó y añadió: —Y nunca intente engancharse con él.

Capítulo 139 Miguel Con esto, Sánchez dio un paso atrás para mantener distancia con Lola. Al escuchar las últimas palabras, Lola lanzó una mirada penetrante a Sánchez, quien estaba tratando de contener su risa. —¿Estás seguro de que esto es lo que dijo? —Preguntó Lola con incredulidad. Sánchez asintió. No tenía las bolas para decir tonterías en nombre de su jefe. Lola sacó el teléfono y le envió un mensaje de Wechat a Jorge. Mientras conducía, Jorge escuchó el tono del mensaje y abrió el teléfono. Era un mensaje de Lola. —¡Hijo de puta! Se volvió loco ya que esta mujer cada vez se contenía menos. —Vamos a aclarar cuentas. ¡Pagaré los costos de hospitalización! ¡Después de leer la respuesta, ella realmente quería matarlo! Afortunadamente, el correo electrónico de Sánchez alivió la ira de Lola. —Se ha comprobado que el aviso anterior es una calumnia maliciosa. Como resultado, Joshua está restituido. Después de un tiempo, recibió una noticia titulada —El criminal Brad Durán fue encarcelado, como criminal sospechoso bajo investigación ¿Brad Durán? ¿Ese era Brad de aquel día? Dio clic para abrir las noticias. Brad Durán fue encontrado en la calle, paralizado. A medida que la investigación continuaba, la policía descubrió que Brad Durán estaba involucrado en bastantes casos de delitos y que ahora había sido encarcelado. Además, la policía rastreó una gran cantidad de propiedad robada y cerró tres centros de entretenimiento y bares de calidad inferior. Su tío estaba involucrado y ahora estaba bajo investigación. El hombre de la foto no era más que Brad, con una gasa médica en los ojos y manchas de sangre en todo el cuerpo. Junto a él estaba Dev con una gasa médica en los ojos también. Sus brazos estaban rotos. Lola culpó de todo esto a Jorge. Sin embargo, no sintió empatía por ellos después de que se enteró de lo que habían hecho antes. A mediodía, Lola salió de la empresa para almorzar. Detrás de una escuela secundaria había un callejón donde se ubicaba un delicioso restaurante de fideos de arroz. Lola estacionó el auto y luego salió con sus bolsos. Tan pronto como ella entró en el callejón, alguien dijo su nombre con una voz familiar. —¡Lola! Ella se puso vigilante de inmediato y fingió no escuchar nada. Mientras

tanto, marcó el número de Jorge en el historial de llamadas. —¡Lola Camela! —Lola sabía que no podía deshacerse de él, así que se dio la vuelta. Miró fríamente a Miguel en el frente, estaba más abatido que hacía unos días. El abrigo gris desgastado, los vaqueros desaliñados y los zapatos sucios lo convertían en un hombre totalmente diferente al que siempre estaba impecablemente vestido. No fue de ninguna manera una mera coincidencia. Miguel la vigiló durante días, pero no podía llegar a ella sola. Hoy, finalmente tuvo la oportunidad después de seguirla todo el camino. —Miguel, ¿todavía tienes las agallas de aparecer? —Habló tan fuerte, esperando que Jorge pudiera oírla. Mirando con avidez a la mujer cada vez más hermosa, Miguel quería hacerla suya en el acto. —Sólo quiero una suma de dinero y luego me iré. Por eso estoy aquí hoy — Después de lo que sucedió la última vez, Jorge envió a sus hombres a buscarlo y matarlo. Estaba tan intimidado que no se atrevió a buscar trabajo, sino que vagaba por ahí todos los días. Entonces había estado llevando una vida vagabunda, rogando por comida cuando tenía hambre y bebiendo agua corriente cuando tenía sed. ¡Había sufrido suficiente! Después de quejarse, Lola se burló. —Miguel, arruinaste a mi familia. ¿Ahora estás esperando dinero de mi parte? ¡De ninguna manera! ¿Por qué no vas a tu prometida Rosa? Los transeúntes miraron con curiosidad a los dos que se enfrentaban. Miguel lentamente se arregló la ropa. —Hablemos en otro lado. Es muy ruidoso aquí. La mantuvo a la distancia de los brazos ya que sabía que Lola no querría quedarse más cerca. Miraba a Lola, pensando en los días en que ella lo llamaba cariñosamente a Miguel. Pero Rosa era la única a quien amaba. No había lugar en su corazón para Lola. Cuando estuvieron juntos, él solo la usó durante todo ese tiempo. En su cumpleaños del año 22, se veía tan hermosa con el vestido completo que le regaló Miguel. Puso droga en el vino tinto ya que estaba decidido a conseguirla, pero negó toda la responsabilidad. Para su sorpresa, no se presentó hasta que despidieron a su padre de la oficina. Lola había querido negarse. Pero ella estuvo de acuerdo después de pensarlo

dos veces. —De acuerdo. ¡Vamos al café Old Tree de allí! Su clara respuesta alertó a Miguel. Se tocó el bolsillo inconscientemente. Al borde de la desesperación, había decidido llevarla con él si quería tenderle una trampa. Lola caminó hacia el lugar lleno de gente. Pero tan pronto como salieron del callejón, Miguel puso su brazo alrededor de su hombro. Parecían una pareja. —Regresa. No vamos al café —Él no era estúpido. Sabía lo que ella quería hacer mientras caminaba hacia la multitud. Lola no pronunció palabras, pero regresó ya que el objeto afilado contra su cintura la lastimaba. Supuso que era un cuchillo. Miguel miró a su alrededor y la llevó a un callejón destartalado donde no se encontró ni una sola alma. La empujó contra una pared sucia. Eso hizo que Lola se le revolviera el estómago. Pero a Miguel no le importaba eso. Se acurrucó contra su cuerpo perfumado, con la mano derecha sosteniendo el cuchillo contra su cintura. ¿La llamada no llegó? Lola se sintió un poco frustrada al pensar en eso. Pero ¿y si Jorge contestaba el teléfono al final? Así que decidió luchar contra el enemigo en lugar de rendirse. Cuando Miguel se acercó, el olor desagradable de él la enfermó aún más. Ella frunció el ceño y dijo: —¿Quieres dinero, verdad? Puedo dártelo. ¿Cuánto quieres? Miró hacia el cielo, tratando de tomar aire fresco. Olfateando su fragancia, afirmó: —He cambiado de opinión. ¡No solo dinero, yo también te quiero a ti! Con eso, intentó besarla en los labios rojos. Lola se dio la vuelta. —Miguel, si te atreves a tocarme, no obtendrás nada —Lola, que había estado tranquila, ahora estaba asustada porque Miguel realmente haría lo que quisiera.

Capítulo 140 Pasa el resto de su vida con él. Cuando Miguel escuchó que no podía obtener el dinero, vaciló. De todos modos, podría poseer cualquier tipo de mujer si tuviera el dinero. —¡Bueno, dame diez millones! —Lo que dijo le dio un susto a Lola. Entrecerró los ojos al hombre frente a ella, conteniendo una sensación de molestia. —Me estás sobrestimando. Mi salario anual ahora es de apenas más de un millón, y acabo de tomar la posición este mes. ¿Cómo puedo conseguir tanto dinero para ti? Miguel se echó a reír. —Tu marido, él tiene dinero. ¡Para él, diez millones es una gota de agua! —Usted está equivocado. Jorge ya no es mi esposo. ¡Él tiene una prometida! Eso era un hecho. Decirlo solo lastimaría sus sentimientos. Miguel levantó el cuchillo al nivel de sus ojos. —Si no obedeces, no me importa cortar tu pequeña cara blanca como la nieve —Con los ojos llenos de un malvado deseo, le puso la mano en el hombro. —¡Suéltame, y te daré el dinero! —dijo ella. Mientras la tocaba, Lola tenía que hacer una promesa primero. —Jorge, ven y ayúdame. ¡Si me salvas, te escucharé! Lo prometo. —Pensó para sí misma. Al escuchar las palabras de Lola, Miguel sonrió, lo que hizo que Lola se enfermara. ¡Qué estúpida fue por haber tenido una relación con un hombre así! —¿A dónde vas? —Le preguntó al hombre, tratando de ganar tiempo y esperando que alguien la salvara. Miguel besó su mejilla, puso sus manos alrededor de su cintura y miró a Lola con una sonrisa asquerosa. —¿Qué tal si vas conmigo? Se secó la mejilla con fuerza, como si hubiera algo desagradable en ella. ¡Fue tan idiota como para haberse sentido atraída por este bastardo de Miguel en el pasado! Disgustado de ver su reacción, Miguel agitó el cuchillo frente a ella. El cuchillo afilado cortó lentamente el cuello de su vestido. —¡Para! ¡Voy a buscar el dinero! —Retuvo la sensación de náusea y apretó su mano. —Bueno, he cambiado de opinión otra vez. ¡Primero tienes que servirme, y te dejaré ir por el dinero! —Quería tomar el dinero y dejarla ir, pero ella era tan

tentadora que no podía dejarla ir tan fácilmente. Continuó cortando su ropa con el cuchillo y Lola no se atrevió a luchar. — Miguel, si no te detienes, ¡no recibirás un centavo! —Lo amenazó con una voz severa. Agitó la mano y miró la cara de la mujer. —No sirve de nada decir cualquier cosa, Lola. ¡Ahora sólo te quiero a ti! Al escuchar sus palabras, Lola no tuvo más remedio que tirar el bolso y agarrarlo del brazo con ambas manos. —¡Tócame otra vez, y verás que voy a dar pelea! Miguel se deshizo de sus manos fácilmente y sacó la mano que sostenía el cuchillo. Lola aprovechó la oportunidad para liberarse de su control y se escapó. —¡Ayuda! —Exclamó. Pero Miguel la alcanzó rápidamente. Cuando estaban tirando el uno al otro, su brazo fue cortado por el cuchillo. Sus mangas de oliva se perforaron y la sangre comenzó a brotar. Miguel tiró el cuchillo al suelo y le tapó la boca con una mano. Con la otra mano, él la sujetó y evitó que se moviera. Luego levantó el cuchillo y lo puso en su garganta. —¿Gritar por ayuda? Hazlo de nuevo y te apuñalaré en el cuello —Miró ferozmente a la mujer y recordó los días pasados, con los ojos inyectados en sangre. Lola siguió luchando. De repente, el cuchillo afilado hizo un pequeño corte en el cuello. —¡Ah! —Miguel, quien estaba casi encima de ella, soltó un grito, frunció el ceño de dolor y dejó caer el cuchillo. Se cubrió el brazo izquierdo que sangraba, pero su brazo derecho comenzó a sangrar mientras gritaba. Lola echó un vistazo a sus brazos y vio dos… ¡heridas de bala! Miguel cayó al suelo en agonía. Lola se incorporó de inmediato y se desplomó en un abrazo familiar. ¡Jorge lo hizo! Lola se apoyó en el pecho del hombre y agarró su camisa. Jorge le dio una palmada a la mujer que temblaba un poco, mirando su manga manchada de sangre y el collar rasgado… Con una expresión fría y sombría, levantó la pistola que estaba equipada con un silenciador y disparó varios tiros hacia Miguel. Incapaz de gritar más, Miguel se desmayó debido al dolor. Jorge tiró la pistola al suelo y llevó a la mujer en sus brazos, protegiéndola de los ojos curiosos. Después de que se fueron, Sánchez recogió la pistola y el bolso de Lola y

esperó a que llegara la policía. Sánchez pensó en la llamada telefónica que Jorge hizo hacía una docena de minutos, en la que reveló todo lo que sentía por Lola. —Pídale a la policía que encuentre la ubicación del teléfono móvil de Lola y me la envíe. Trae la pistola y te encontraré allí —Aunque sus palabras eran normales, su tono era todo lo contrario. Estaba en una profunda ansiedad aparte de la frialdad habitual. En pocos minutos, la policía localizó el teléfono móvil de Lola. Jorge y Sánchez llegaron al pequeño callejón detrás del café Old Tree, que no estaba lejos de la compañía. Al ver a Miguel presionando a Lola contra el suelo, Jorge le disparó sin dudarlo. La policía vino y se llevó a Miguel. Sánchez fue a la estación de policía con ellos. Jorge se apresuró a su auto con Lola y la puso en el asiento trasero. Antes de ir al asiento del conductor, Lola agarró su camisa. Primero tuvo que volver al asiento trasero, y Lola abrazó al hombre que vino a rescatarla. Ella lloró felizmente en el momento en que sintió su aliento. Él no la decepcionó. Cuando más lo necesitaba, él vino a protegerla. ¿Cómo podría ser caprichosa otra vez? Él era el amor de su vida. ¿Cómo podría dejarlo ir? —Jorge, gracias. —Lo dijo suavemente mientras se acurrucaba en sus brazos, sus manos apretando fuertemente su camisa. Jorge sonrió, le dio una palmada en la espalda y la besó en su largo cabello. —Quédate aquí. Te llevaré al hospital. Lola hizo lo que dijo y observaba al hombre con admiración. ¡Ella debía pasar el resto de su vida con él! Ay… Para aliviar el dolor en su brazo, ella sopló en la herida. En el hospital privado de Manu. El vestido de Lola estaba hecho tiras. Jorge la llevó a una habitación individual y llamó a la mejor cirujana del hospital. El médico limpió y vendó su herida, que no era profunda, y luego les dijo que podían irse. Jorge llevó a Lola de regreso a Crescent Spring y llamó a alguien para que le trajera ropa. Lola se sentó y miró alrededor del enorme dormitorio del hombre. Esta era la segunda vez que venía a su casa en Crescent Spring, y la última vez tenían una terrible pelea. La puerta de la habitación se abrió y Jorge entró con una bolsa.

Mirando a la mujer sentada en la cama, aturdida, le preguntó: —¿En qué estás pensando?

Capítulo 141 Miguel está muerto Lola se recuperó y se rió entre dientes. —Estaba pensando en mi príncipe encantador —Sus ojos brillaron con afecto. Jorge se sentó en la cama y acarició el brazo de Lola, el cual estaba vestido con capas de gasa. —¿Todavía está herido? Lola tristemente hizo un puchero: —¿Ni siquiera preguntas quién es mi príncipe encantador? —Con eso, ella retiró su mano de la de él. Jorge la besó en los labios con una sonrisa astuta y preguntó confiado: — ¿Alguien más aparte de mí? —Si Lola lo engañaba y le decía que se trataba del padre irresponsable de Estrella, Jorge no dudaría en cortar la conexión de ella con ese hombre. Ella miró al hombre como un niño mimado y dijo: —¡Salte! —“¡Salte! —“Me voy a cambiar. Jorge miró a la mujer voluble que ahora no estaba siendo linda. La sacó de la cama por la cintura y le pidió que se diera la vuelta. Después de que Lola lo hizo, Jorge comenzó a desabrocharle el vestido. La respiración de él se aceleró alrededor de ella, pero ella no sintió nada. La sostuvo en sus brazos, disfrutando del momento de paz. La escena en el callejón pasó por la mente de Lola. Ella lo empujó y tiró su vestido al cesto de basura. —¡Voy a darme una ducha! —Ella le dio una mirada ansiosa. Jorge la abalanzó en sus brazos. —Ahora no puedes tocar el agua —“Déjame ayudar. Ella pensó que él le ofrecería ayuda. Pero resultó… A medida que se acercaba la noche, Jorge miró con una sonrisa de satisfacción a la exhausta mujer. Después de las 7 pm. Despertada por el tono de llamada de Jorge, Lola abrió sus ojos cansados y miró al hombre que contestó el teléfono a lo lejos. Dándose cuenta de que estaba oscuro afuera, Lola se incorporó de inmediato, se puso la ropa y se levantó de la cama. Jorge la observó vestirse y dijo fríamente: —Está bien. Después de colgar el teléfono, él se acercó. —Miguel está muerto —Le habló directamente a la sonrojada mujer. Miguel fue golpeado en la estación de policía y murió a causa de una fuerte hemorragia. ¡Él tuvo que haber sido torturado aún más! Lola se detuvo cuando alcanzó su bolso de mano. Murió… El hombre del que ella había estado enamorada, murió…

En el tiempo en que ella no quería nada más que venganza, nunca pensó que algún día él moriría. Su muerte no era para lamentarse. Pero de alguna manera Lola lo lamentaba. Probablemente lo lamentaba por los días que había pasado con él. Él le dio montones de momentos felices, a pesar de que toda esa felicidad y cuidado no eran más que mentiras. Pero ella era feliz en ese tiempo. A Jorge le desagradaba el ver que la cara de ella se ponía pálida. Ese hombre la lastimó una y otra vez. ¿Ahora ella estaba triste por su muerte? Él agarró su muñeca y la sostuvo en brazos. —¿Estás sintiendo pena por él? —Preguntó fríamente. Ella miró al hombre, preguntándose si estaba enojado. ¿Por qué? —Te estoy preguntando si estás sintiendo pena por él —Jorge preguntó agresivamente, decidido a obtener la respuesta. Hasta entonces, Lola se recuperó de la conmoción. Cuando ella lo tomó suavemente por la cintura, la ira de Jorge se alivió mucho. Ella recostó su cabeza en el pecho de él para sentir los latidos de su corazón. —No. Solo estoy un poco sorprendida de escuchar eso. Sentí pena por él por un momento. Pero ahora estoy bien. Él se lo merecía. En su juventud, él la manipuló, arruinó a su familia, la lastimó y la insultó. Peor aún, intentó obligarla una y otra vez. ¿Cómo podría ser posible que ella se sintiera herida por su muerte? Satisfecho de escuchar eso, el hombre tiró el teléfono sobre la cama, acarició el largo cabello de ella, sostuvo su rostro y la besó en los labios. —Espera un segundo. Te llevaré a cenar y luego te llevaré de vuelta. Ella asintió con la cabeza obedientemente y lo abrazó. Cómo deseaba ella que el tiempo se pudiera detener en ese momento. ¿Cuánto tiempo podría durar la paz y el esfuerzo duramente ganados? Sin pensar, ella aflojó su firmeza. Sus sentimientos de ansiedad la consumieron… Cuando Jorge fue a cambiarse, dejó decididamente el Crescent Spring y le envió un mensaje de texto a Jorge. —Me voy sola. ¡Adiós!. Le tomó bastante tiempo caminar fuera del barrio de la villa. De repente, un auto se detuvo a su lado con un sonido de claxon. Dentro del auto estaba Jorge, mirándola fijamente, con el rostro lívido. ¡Ve! Su paz y esfuerzo momentáneo se esfumaron. Fue debido al temor a que ella fuera demasiado dependiente de él y odiara separarse lo que le hizo irse sola. Así que él no debería tener el rostro inexpresivo ahora, ¿verdad?. —¡Entra al coche! —Él lo dijo con calma, mirando a la mujer que estaba

aturdida y preguntándose qué tenía ella en mente. Ella se mordió el labio inferior antes de abrir la puerta del frente y entró en el coche. Jorge se inclinó hacia ella inmediatamente después de que se sentara bien, lo que definitivamente la asustó. Jorge observó a la estupefacta Lola y le abrochó el cinturón de seguridad por ella. Sorprendida por un beso inesperado, ella no sabía qué hacer. Como Lola no le devolvió el beso, Jorge se pellizcó el dedo. No fue hasta entonces que ella se recuperó de su lapsus. La luz se puso verde y el coche detrás de ellos les pitó. Jorge tuvo que aflojar su agarre sobre su presa. Del lado ancho de la calle estaba a toda velocidad el Maserati negro, dentro del cual Lola contemplaba en silencio al conductor. Tenía un buen perfil, ceja gruesa, nariz romana y labios delgados. Complacida con su tentador perfil, ella no podía quitarle los ojos de encima. —¿Suficientemente caliente? —Preguntó él casualmente. Lola asintió la cabeza con franqueza y dijo: —Sí. Tu cuerpo caliente me impresiona! … Ella no se dio cuenta de lo que acababa de decir. Él fijó sus ojos de águila sobre ella. ¿Por qué seguía contemplándola? Él repitió justo lo que ella murmuró cuando estaban esperando la luz verde en el cruce. Er… Ella miró sin comprender al hombre sonriente. ¿Era eso lo que ella acababa de decir? Con toda probabilidad, dado que ese era su verdadero pensamiento… Él rápidamente robó un beso de sus labios antes de dejar el gas y pasar el cruce. Fueron a comer Fondue Chino como Lola lo pidió. Jorge actuó como un mesero, hirviendo verduras y carne para Lola que comía con entusiasmo. Sin embargo, los ojos llenos de amor de las chicas cercanas la irritaban.



Capítulo 143 Gastroenteritis aguda Ella no tenía nada que decir. Desde que él la rechazó, ¿qué otra cosa podría hacer? —Vamos, volvamos —Samuel pasó por delante de Luna hacia la habitación privada. Ella se estiró para detenerlo. —Samuel, ¿están… juntos? —Luna no había renunciado a la esperanza. Al pensar en la actitud de la abuela, Samuel dijo: —No, rompimos. Pero no puedo olvidarla —Expresó claramente que tenía a alguien en su corazón, esperando que Luna pudiera aceptar el hecho y dejara de perder el tiempo con él. Luego se fue, dejando sola a Luna. Ella permaneció allí durante bastante tiempo antes de que sonara su teléfono. Era su hermano Leandro. Respiró profundamente. —Hola, hermano. —¿Dónde estás? Te hemos estado esperando. —Cuando Leandro estaba al teléfono, Samuel bebía una copa de vino no muy lejos de él. Al escuchar las palabras sus palabras, Samuel supo que estaba llamando a Luna y miró por encima. La mano de Luna temblaba porque todavía estaba deprimida. —Hermano, tengo una situación y necesito ir primero. ¡Sólo disfrútenlo! —Trató de sonar tranquila. El hermano despistado realmente no sintió nada malo. —OK, ten cuidado. —Bueno. Adiós. —Luna dejó el club después de colgar el teléfono. Samuel miró la taza que tenía en la mano y le preguntó a Leandro con indiferencia: —¿Luna se fue? Se preguntaba si aceptaría a Luna si su corazón no estuviera ocupado. Tal vez no… Leandro bebió un trago de vino y dijo sin pensar: —Sí. La niña ya ha crecido y tiene muchos secretos. Incluso no me dijo que se rompió una pierna mientras filmaba hace algún tiempo. Samuel se quedó en silencio. Jorge notó su inusual silencio. Sin embargo, Leandro seguía hablando de Luna sin detenerse. —… La chica parece haberse enamorado de alguien y seguía mirando su celular todos los días —Hablando de esto, miró a Samuel, que todavía estaba bebiendo, y continuó: — Por cierto, vi tus fotos en el teléfono celular de Luna. Me dijo que realmente admiraba tu elocuencia y quería ser abogada como tú. ¿Gracioso, verdad? Todos ustedes saben que es tan tímida como un conejo y que si alguien la amenaza, seguramente se echará a llorar…

Sin darse cuenta del silencio de Samuel, Leandro habló mucho sobre Luna. Según las palabras, todos se daban cuenta de cuánto se preocupaba por su hermana. Samuel dejó la taza, se levantó y se despidió de los demás. —Tengo algo que hacer. ¡Tengo que irme ahora! —No sabía por qué comenzó a preocuparse por Luna después de escuchar lo que Leandro había dicho. Leandro no sabía por qué Samuel se fue con tanta prisa. Lo miró con sorpresa y dijo: —¿Qué pasa? ¿Rara vez tenemos la oportunidad de reunirnos y te vas ahora? Bueno, ¡paga la cuenta primero! —Al ver a Samuel caminando hacia la puerta, Leandro se dio cuenta de que tenía que irse ahora. Como no podía detener a Samuel, quería que pagara la cuenta como compensación. Samuel gesticuló —Está bien —y abrió la puerta de la habitación privada. Después de pagar la cuenta, salió apresuradamente. Sabía que podría tener que beber esta noche, así que vino con su chófer. Le pidió al chófer que lo llevara a buscar a Luna. De repente, Luna apareció ante sus ojos, caminando lentamente a un lado de la calle y secándose las lágrimas. Samuel no salió del auto. En cambio, le dijo al chófer que disminuyera la velocidad y la siguiera. —Aunque ahora está triste, eso es mejor que hacerle una promesa vacía y decepcionarla en el futuro —Pensó Samuel. Leandro regresó del extranjero especialmente para unirse a la fiesta de hoy. Luna estaba filmando una serie de televisión en el país A. Así que Leandro la trajo al club con él. Al ver a Luna entrar a su hotel, Samuel le dijo al chófer que regresara. Pensó mucho en el camino de regreso, y finalmente se convenció de que había tomado la decisión correcta. Empacó y se mudó del Crescent Spring de Jorge al hotel donde vivía Luna. —Bueno, sólo vete, y te pagaré —Jorge prometió pagar los gastos del hotel sin dudarlo. Samuel notó que su voz no estaba bien. —¿Estás bien? ¿Qué pasó ahí? Jorge se recostó en el sofá y cerró los ojos con fuerza. —No te preocupes. Tal vez solo bebí demasiado y me dolía el estómago —Su estómago comenzó a doler después de que comió la olla caliente. Las tazas de licor que bebió habían empeorado las cosas. —Tienes a un médico allí. Pídele que te revise —Fue a la suite presidencial con la tarjeta de la habitación en la mano. Después de salir del ascensor, vio a una mujer entrar en su habitación. Si no estaba equivocado, esa mujer debía ser Luna. —Lo sé. ¿Cómo pudiste irte tan temprano? ¡Nos debes una comida! Se sentó, con la cara pálida.

Samuel accedió pronto y abrió la puerta de su habitación, que estaba diagonalmente opuesta a la de Luna. Luego colgó el teléfono. El chófer llevó su equipaje a la habitación y se fue. Samuel vivía en el País C. Esta vez, vino a al país A para ayudar a Jorge, justo como cuando él fue a ciudad D para ayudarlo la última vez. Jorge fue su mayor cliente y también lo ayudó a abrir su bufete de abogados. Samuel realmente apreciaba su ayuda. Después de colgar el teléfono, Jorge le pidió a Chuck que lo llevara al hospital. Solo quedaban Leandro y Sánchez. Sin poder hacer nada, siguieron a Jorge al hospital privado de Manu para ver qué le pasaba al tipo duro. En el hospital. Jorge fue diagnosticado con gastroenteritis aguda. Chuck lo llevó para que le administraran suero en una habitación de clase alta. Leandro se sentó junto a la cama y observó al hombre recostado sobre ella. —¿Qué comiste? —Nunca había visto a Jorge estar enfermo. —Comió algo picante y bebió mucho licor. ¡Eso es! —Chuck respondió mientras recogía su medicina y herramientas. Jorge cerró sus ojos perezosamente. —Déjenme en paz. Aquí tengo enfermeras. Cuando todos se fueron, abrió los ojos de repente. Usó el teléfono celular para tomar una foto de su mano con la intravenosa puesta. Luego seleccionó un contacto en WeChat y envió la foto. El teléfono celular de Lola sonó cuando estaba a punto de quedarse dormida con su hija en brazos. Era muy tarde y ella sacó su teléfono a regañadientes, preguntándose quién demonios era. ¡Era Jorge! ¿Por qué seguía despierto hasta tarde en la noche? Comenzó a preocuparse al ver la foto que le envió. —¿Quién es? —¡Yo, por supuesto! —No estaba de humor para tomar fotos de otros. Ella se sentó y rápidamente respondió unas pocas palabras. —¿Qué sucede contigo? —Jorge estaba bien cuando estuvieron juntos. ¿Cómo? —Habitación 606 en el hospital privado de Manu —Él envió su dirección porque quería verla y estar con ella. Lola se levantó rápidamente, puso a su hija en su propia cama y se dirigió al hospital después de cambiarse de ropa. Corrió al hospital y abrió la puerta de la habitación 606. El hombre se recostaba en la cama, con los ojos cerrados. A pesar de caer enfermo, todavía parecía noble.



Capítulo 144 Me voy a morir —Jorge, ¿estás bien? —Preguntó Lola ansiosamente mientras se acercaba a Jorge. —Voy a morir. —Respondió Jorge en voz baja sin abrir los ojos. Su tono desesperado duplicó la ansiedad de Lola. Lola se arrojó a sus brazos, sus ojos se pusieron rojos. —Jorge, dime que te pasa? ¿Cómo te sientes? —Preguntó mientras lo revisaba. Jorge tomó su mano y dijo con voz ronca: —¡Tengo una enfermedad incurable! ¿Enfermedad incurable? Lola estaba devastada al escuchar eso. —¿Cómo pudo pasar eso? No puedo vivir sin él —Pensó. Las lágrimas corrían por su rostro y caían sobre el brazo de Jorge. Sus lágrimas estremecieron a Jorge. Colocó la cabeza de Lola contra su pecho de inmediato y dijo: —No llores. Sólo estoy enamorado. ¿Qué? ¿Enfermo de amor? Lola dejó de llorar al instante. Con los ojos llorosos, levantó la cabeza y miró al hombre sonriente. Lola pellizcó la cintura de Jorge con toda su fuerza toda malhumorada. Al ver que Jorge solo frunció el ceño, Lola levantó el brazo de Jorge y lo mordió para descargar su odio. No lo soltó hasta que dejó marcas de mordidas en el brazo de Jorge. —¿Eres propensa a la violencia? —Preguntó Jorge mientras revisaba su brazo, que había sido mordido y pellizcado por Lola muchas veces. Lola se secó las lágrimas y le dio una bofetada a Jorge. —Sí, ¿y qué? ¡Me engañas primero! —Estaba realmente asustada. Porque Jorge no era ese tipo de persona que bromeaba sobre eso. Jorge secó sus lágrimas cuando Lola murmuró. —Enfermo de amor. Si extrañas a tu prometida, puedes llamarla. ¿Por qué me enviaste un mensaje? ¡Sí! ¿Por qué le envió un mensaje a Lola? Jorge miró a Lola con desdén. —… ¿Por qué me miras de esa manera? Lola se quejó mientras se sentaba junto a la cama. Jorge cerró los ojos, tratando de ignorar a esa mujer tonta. —Oye, ¿me llamaste para ver tu cara de póquer? —Dijo Lola mientras golpeaba el brazo de Jorge que mordió. Si alguien dijera que Lola no era propensa a la violencia, Jorge sería el primero en presentar objeciones. Jorge se sentó y se hizo a un lado para dejarle espacio a Lola. Luego palmeó la cama y le pidió a Lola que se acostara a su lado. Su ternura alivió enormemente la ira de Lola. Ella se acostó obedientemente,

con la cabeza apoyada en su brazo. Jorge la apretó contra su pecho, —¡Duerme! Mirando las bolsas de infusión de Jorge, Lola preguntó: —¡No me has dicho qué te pasa! ¿La olla caliente le hizo mal? Si esa era la causa, entonces ella era culpable. Jorge podía adivinar lo que estaba pensando Lola. Explicó: —Bebí un poco de licor esta noche. Lola lo miró. Llegó a la conclusión de que su olla caliente más el picante licor lo enfermó. —Así que no volveremos a comer una olla caliente y deberías beber menos alcohol —Lo aconsejó seriamente. —De acuerdo. —Respondió Jorge y le dio un beso a Lola en la frente. Rara vez comía platos picantes. La olla caliente que ordenó Lola era demasiado picante para él. Ignoró el leve dolor cuando estaban de compras. En la Tormenta, se sintió mejor. Pero después de beber varias tazas de licor, las cosas empeoraron. La habitación estaba tan tranquila que Jorge y Lola podían oír los latidos del corazón. Era muy tarde. Así que Lola se durmió pronto en los brazos de Jorge. Eran más de las tres de la mañana cuando se completó la infusión. Se incorporó después de que una enfermera sacó la aguja. Antes de que la enfermera estuviera a punto de decir algo, él le indicó que se callara. La enfermera asintió y se fue. Luego Jorge levantó a Lola dormida por la cintura y salió de la sala. Puso a Lola en el asiento trasero. Fue bastante amable y cuidadoso para no despertarla. Pero aún así Lola se despertó. Aún somnolienta, Lola le preguntó: —¿Cómo te sientes? ¿Mejor ahora? Al escuchar las palabras cariñosas de Lola, Jorge asintió. —Vuelve a dormir. Te llevaré de vuelta —¿Llevarla de vuelta? ¿A dónde? Cuando Jorge se dirigió al asiento del conductor, Lola se sentó y se dio cuenta de que estaba en el auto. —¿La infusión se completó? ¿Te sientes mejor ahora? —Preguntó. Jorge se subió al auto y se dio la vuelta para mirarla. —Sí. Vamos a casa ahora. Lola se quedó dormida de nuevo en el camino. Jorge la llevó a Crescent Spring. Lola se despertó por el tono de llamada de su teléfono móvil a la mañana siguiente. Tocó una cara cuando estaba tanteando su teléfono. Lola se asustó y abrió los ojos de inmediato, solo para encontrar a Jorge mirándola.

Al ver a Jorge, se sintió aliviada. Recordaba que estuvieron en el hospital anoche. —¿Pero por qué estoy aquí? —Se preguntó Lola. Jorge le pasó el teléfono, que seguía sonando. Era de Yonata. Lola se aclaró la garganta y respondió: —Buenos días, Yonata. —¿Dónde estás ahora? Te vi en casa anoche —Preguntó Yonata en tono preocupado. Había llamado a la puerta de la habitación de Lola por un tiempo, pero nadie respondió. Abrió la puerta y descubrió que Lola no estaba en la habitación. Mirando a Jorge sonriente, Lola trataba de encontrar una excusa y dijo: — Eh… Estoy en la compañía ahora. He estado un poco ocupada recientemente, así que voy a trabajar más temprano hoy —Esto fue convincente. Yonata vio el reloj. Eran las 7 de la mañana más o menos. Le creyó a Lola y dijo: —Sé que trabajas duro. Pero cuídate —Lola había estado trabajando duro desde que se unió al Grupo SL. Ser una mujer profesionista no estaba mal. Pero toda la familia esperaba que Lola pudiera cuidarse más a sí misma. —De acuerdo. Lo haré. Por favor, ayúdame a llevar a Estrella a la guardería —Dijo Lola. Como Yonata estaba en casa, él o Manolo podía llevar a Estrella. Lola se sintió aliviada después de colgar el teléfono. Viendo que eran las 7 y pico, Lola se levantó de inmediato. Al ver a Lola levantarse de la cama, Jorge se quejó: —¿Soy invisible? Lola se rió. Se inclinó y besó a levemente a Jorge: —Jefe Jiménez. Por favor déjeme ir o llegaremos tarde. ¿Podría un beso leve satisfacer al jefe Jiménez? La respuesta era —No —por supuesto. Jorge tiró de Lola a sus brazos y le dio un beso apasionado. Después de la dulce madrugada, fueron juntos a la compañía. Eran las 8 de la mañana cuando llegaron. De acuerdo con las normas de la empresa, llegaron tarde. Después de comprobar que no había nadie en el área de estacionamiento, Lola salió del Maserati negro de Jorge rápidamente. Antes de que ella entrara en el ascensor, ella le pidió que tomara el siguiente para subir. Jorge estaba tan molesto que tuvo el impulso darle una lección en el auto. Lola tenía diez minutos de retraso cuando finalmente llegó a su oficina. Recogió rápidamente los documentos de la reunión y corrió a la sala de conferencias. Jorge entró en la sala de conferencias poco después de que ella se sentara. Julie los miraba con sospecha. Qué extraño era que tanto Jorge como Lola

llegaran tarde a la reunión. Pero no podía entender qué sucedió exactamente entre ellos.

Capítulo 145 Todo es tu culpa Por la tarde, Lola recibió un mensaje de WeChat de Jorge: —Ven a mi casa esta noche y me lo compensas. … … Era directo. —¿Qué tal si en lugar de eso te compro un regalo? —Ella le ofreció una alternativa. —No intentes cambiar mi decisión —Respondió de inmediato. ¡Bien! —De acuerdo —Respondió ella a regañadientes. La noche era oscura y ventosa. En la casa de Crescent Spring. Mientras se relajaban después de tener sexo, Jorge vio que la mujer estaba a punto de quedarse dormida y le dijo en voz baja: —No vayas a casa esta noche. Se dio la vuelta y dijo: —¡No! ¡Si me quedo fuera toda la noche, me desollarán viva! —Finalmente la mujer pudo recuperar el aliento y descansar. ¡No quería quedarse con él toda la noche! —¿Oh? ¿Podrías? ¡Apuesto a que no saldrás de esta habitación! —El hombre le pasó el brazo por la cintura, sin escuchar sus protestas. —Dime, ¿tuviste otros hombres en estos cuatro años? —Al pensar que ella podría haber estado junto con otros hombres, Jorge apretó los dientes. —¿Qué? ¿Tienes una prometida, pero no me permites estar con otros hombres? —Al escuchar las palabras de Lola, el hombre tuvo un estallido de pasión y tuvo sexo con furia. … … Después de mucho tiempo, llevó a Lola al baño. Debido al sonido del agua que corría, ella no escuchó el timbre del teléfono. En medio de la noche, Jorge secó a la mujer y la arropó cuando escuchó el timbre de su teléfono celular. Sacó el teléfono y vio muchas llamadas perdidas de sus hermanos. Su hermano menor estaba llamando. Jorge miró a la pequeña mujer que estaba durmiendo y presionó el botón —Contestar. —Hermana. ¿Por qué no contestas el teléfono? ¿Qué estás haciendo a medianoche? —Preguntó Manolo con voz ansiosa y exasperada. —Ella no volverá esta noche —La voz masculina en el teléfono sobresaltó a Manolo, que echó un vistazo al número de teléfono y se aseguró que era de su hermana. —¿Quién eres tú? ¿Dónde esta mi hermana? —Al escuchar las palabras de Manolo, Manolo se puso alerta. —Tu cuñado, ¿no me recuerdas? —Su simple respuesta hizo que Manolo se callara.

¿Jorge? … Manolo no reconoció su voz… ¿Qué debería decir? —Cuñado, cuida a mi hermana. —Lo haré. Tenemos algo de que hablar —El hombre encendió un cigarro y miraba por la ventana. No le importaba hablar con Manolo. —¡Deja que mi hermana conteste el teléfono! —¿Hablaban de trabajo? ¿Quién diablos hablaría de trabajo en medio de la noche? —Ella está cansada y se quedó dormida. … … Manolo colgó el teléfono en silencio. ¿Qué más podría decir? ¿Alguien podría decirle qué más podría decir? —Lola está con su ex marido —Yonata miraba a su hermano menor y dijo afirmativamente. —Um… Lola no vendrá a casa esta noche —Manolo esperaba que su ex cuñado no lo decepcionara. —Si maltrata a mi hermana una vez más, ¡le pediría a mi hermano que arrasara su casa con su ejército! —pensó Manolo. Aunque Jorge le ofreció beneficios, no debería fallarle a su hermana. Yonata se levantó del sofá y dijo: —Vete a la cama. Lola es adulta. Ella sabe lo que está haciendo. —Luego volvió a su habitación. Manolo miró la espalda de su hermano, se encogió de hombros y caminó hacia su habitación. Esperaba que Lola no volviera a ser tan tonta esta vez. —Por cierto, quedan algunos días antes de firmar el contrato con la empresa, ¿verdad? Cuida a Estrella por tu hermana en estos días —Añadió Yonata. ¡Manolo dejó escapar un suspiro, porque se había convertido en una niñera! ¡No, tuvo que llamar a Jorge el otro día para averiguar qué estaba haciendo! —¡Cierto! ¡Eso es! A la mañana siguiente, Lola sintió un beso en la cara. —¡Estrella, para! Mamá se está levantando en este momento. ¡El hombre se detuvo y pensaba que Lola y su hija eran muy íntimas! Cuando él le dio un beso más en los labios, ¡Lola se dio cuenta de que no era Estrella quien la estaba besando! El hermoso rostro del hombre le bloqueaba la vista. Si su boca no hubiera sido sellada por el beso del hombre, ella habría gritado. Ayer… ¡No volvió a casa en toda la noche! Maldición. Estaba tan obsesionada con el hombre. Como no regresó en toda la noche, su familia sin duda la llamaría. Apartó al hombre y miró su teléfono celular. Bastante seguro… —¡Mujer! —Jorge habló con voz enojada. —Desgraciado. ¿Cómo pudiste contestar la llamada de mi hermano? —Lola vio el registro de llamadas. Ya que eran los únicos dos en la habitación, ¡nadie pudo haber contestado el teléfono excepto Jorge!

Jorge frunció el ceño. —¿Cómo me llamaste? —Él se lanzó sobre ella otra vez, haciéndola mirar a los ojos. —Todo es tu culpa. ¿Qué le dijiste a mi hermano? Después de bloquear la pantalla del teléfono, Lola pellizcó al hombre en su cintura. —Le dije que estábas cansada y te quedaste dormida —respondió honestamente, mirando a la pequeña mujer que se estaba cubriendo la cara con las manos. La forma en que ella le pellizcó la cintura era tan adorable. Después de mucho tiempo… Lola salió corriendo del baño después de asearse rápidamente. Recogió su bolso y corrió escaleras abajo. —¡Jorge, desgraciado, debes compensarme por el bono de asistencia! ¡Mientras bajaba las escaleras, vio a la señora Durán! —¡Señora. Durán! —Gritó con alegría. La señora Durán también se sorprendió gratamente al escuchar la voz de Lola. —¡Lola, estás aquí! —Lola le dio un gran abrazo a la señora Durán. — Señora Durán, vamos a ponernos al día en otra ocasión. ¡Voy a llegar tarde! —¡Desayuna primero! —Sosteniendo la bandeja del desayuno, la señora Durán observó a Lola saludar y marcharse. La señora Durán sacudió la cabeza. Pero pensándolo bien, se sintió contenta de que Lola hubiera pasado la noche en la casa con el señor Jiménez. Parecía que esas dos personas todavía tenían una oportunidad. ¡Genial! Aunque condujo a toda velocidad todo el camino, Lola todavía tenía diez minutos de retraso. En el primer piso, los empleados de la recepción miraron a Lola con sorpresa. Ella les sonrió con vergüenza y entró en el ascensor. La directora general adjunta había asumido el cargo durante algunos meses y llegaba tarde al trabajo. ¿Quién más tendría las agallas para hacerlo? Sin embargo, nadie podía culparla, ¡porque era el hombre que la sedujo a quien se debía culpar! El hombre, sin embargo, seguía disfrutando tranquilamente de un desayuno en casa. No necesitaba perforar tarjetas, ni tampoco explicar a nadie, incluso si llegaba tarde. ¡Qué envidiable era eso! Bueno, un día, ella se convertiría en la directora ejecutiva en funciones y ¡él tendría que ceder! ¡Ella lo haría! ¡Lola se dedicaría a una nueva meta a partir de hoy! Al mediodía, Lola recibió un mensaje de texto. —Sube las escaleras, ahora. La mayoría de los colegas estaban almorzando en este momento. La oficina del CEO estaba solo un piso arriba. Cuando Lola subió las escaleras, vio a Sánchez en la división de secretarias. —Srta. Camela, el señor Jiménez la está esperando en la oficina —Sánchez

pronunció algunas palabras, las mismas que decía cada vez que venía Lola. Lola asintió y abrió la puerta de la oficina. Jorge estaba sentado en el sofá, mirando su celular. Varios platos y comida estaban colocados en el escritorio. —¡Vamos, el almuerzo está listo! Como no había desayunado por la mañana, en realidad estaba hambrienta en ese momento. Lola vaciló y se sentó. Jorge abrió la caja de comida y levantó algunos platos para ella.

Capítulo 146 Quiero golpear a alguien con mi auto —Come más. ¿Recuerdas lo que dije anoche? —El hombre preguntó casualmente, mientras observaba a la mujer comiendo. Ella recordó que Jorge dijo mucho en la cama anoche. ¿Quién sabía exactamente lo que estaba preguntando? —No sé lo que estás preguntando —Y se llevó un gran bocado a la boca, que sabía suave y delicioso. —¡Tú! ¡Debes darme un hijo! —Su franqueza casi la hizo atragantarse. Parecía que lo había dicho anoche. Jorge le pasó el jugo. —Todo lo que quiero es un niño. No es gran cosa. ¡Relájate! —Un niño podría ser capaz de unirlos para siempre. —¿Quieres un niño? ¡Fácil! Ve a buscar a tu prometida —Jorge la miró con un rostro sombrío. —Si me entero de que alguna vez tomas píldoras anticonceptivas, ¡estás condenada! —Jorge rechazó a propósito el uso del condón. Él había hecho grandes esfuerzos, pero aún así no pudo tener un segundo hijo. Debía trabajar más duro. —¿Por qué debería darte un bebé? ¡Solo eres mi jefe! —Lola hizo una pausa y dijo fríamente. —No hay razón. ¡Sólo te recuerdo los diez hijos que me debes! —Él recogió naturalmente algunas verduras en su tazón. —¡No soy una cerda! —Enloquecida, dijo rudamente. A Jorge no le importó, pero con calma dijo: —¿No eres una cerda? Lola dejó el tazón de arroz y le lanzó una almohada. —¿Quieres que coma o no? Después de agarrar la almohada voladora con una mano, Jorge la echó a un lado y dijo: —No coquetear durante la comida. Después de mirarlo fea, Lola terminó la comida rápidamente y volvió a la oficina. Se retorció el cerebro pensado en comprar algunas píldoras anticonceptivas o no. Por fin, concluyó que no era prudente tomar esas píldoras dañinas. Si estuviera embarazada, lanzaría el ultrasonido directamente a la cara de Yolanda para hacerla enojar. ¡Eso era exactamente lo que ella había estado planeando! Con esa idea, Lola comenzó su trabajo de buen humor. —Yolanda, estoy esperando que aparezcas. No puedo esperar para vengarme.

Tengo muchos medios para torturarte —Pensó para sí misma. Cargada de mucho trabajo hoy, salió del trabajo tarde. Lola conducía el coche de vuelta a casa. En un lugar desolado en el camino, un grupo de hombres salieron repentinamente, cada uno con un palo en la mano. Lola se atascaba en el freno. Bajo la tenue lámpara de la calle, los hombres le gritaron y golpearon su auto con el palo. Con los autos apresurados de aquí para allá, no le quedaba más remedio que recurrir al auto rescate. —¡Sal del auto! —¡Sal ahora! ¡O aplastaré tu BMW! —Cuando un hombre caminaba hacia ella con un palo en la mano, ella subió las ventanas de inmediato. Pensó rápidamente. Tenía la intención de llamar a su hermano mayor. Pero como era complicado, le gustaría pedirle ayuda a Jorge. De lo contrario, su tiempo durmiendo con él se había ido en vano. Ignorando a los hombres provocadores que estaban afuera, Lola llamó a Jorge y se comunicó en un abrir y cerrar de ojos. —Señor Jiménez, ya que he dormido usted, necesito su ayuda ahora —Dijo Lola con un propósito. —¿Qué pasa? —Jorge frunció el ceño ante su forma de hablar. —Quiero golpear a alguien con mi auto. ¿Está bien? —Su tono de repente se volvió serio. —Haz lo que quieras. Dime dónde estás. Voy a limpiar el desorden — Parecía que Lola se metió en problemas. Jorge guardó los datos, apagó la computadora y salió de la oficina. ¡Brillante! Él fue el único al que ella recurrió en el momento crítico. Lola colgó después de decirle la dirección. Estaba cerca de la compañía. Consiguió arrancar el automóvil y condujo lentamente hacia adelante después de retroceder unos 3 metros. Los dos en el medio fueron atropellados antes de que pudieran esquivar el auto entrante. —¡Mierda! ¡Esa perra estaba lo suficientemente loca como para atropellarnos! Un hombre tatuado vino a golpear su coche un par de veces. Con una cara fría, Lola metió reversa y dirigió el volante para golpearlo. Fuera de guardia, ese hombre fue golpeado y mandado a volar por tres metros. Quedaba tan mal por el golpe que lloraba de dolor. A escondidas, un hombre rápidamente golpeó la ventanilla del conductor después de ver la escena. Lola se dio la vuelta para evitar los vidrios rotos que luego se dispersaron a su alrededor.

Rápidamente condujo el auto y avanzó para derribarlo a una velocidad bien controlada. El hombre se alejó y gimió en el suelo. Como era un camino estrecho, girar no fue fácil. Lola no se atrevió a matar gente. Así que ella los golpeó a baja velocidad. ¿Los envió Yolanda? No podía pensar en nadie más excepto en ella. Los dos se pusieron de pie, caminaron hacia el lado derecho, estiraron las manos para abrir la puerta. Además, había dos hombres de pie delante. Lola tuvo que retroceder para arrastrar a los dos hacia abajo. —¡Maldición! ¡Esa perra va a morir aquí hoy! Enfurecidos, los hombres se levantaron y dieron vueltas alrededor de su auto. Lola apretó los dientes y golpeó a los dos que estaban frente a ella en el capó. En un breve freno, se cayeron y quedaron tendidos en medio de la calle. Lola volvió a poner en reversa. El hombre de la izquierda que estaba tratando de abrir la puerta fue arrastrado hacia atrás por varios metros. —¡Detén el auto, hija de puta! ¡Juro por Dios que te mataré una vez que abra la puerta! Mientras hablaba, se abrió la puerta. Lola lo echó de inmediato. El hombre, desprevenido, cayó al suelo. Antes de que ella tuviera tiempo de cerrar la puerta, otro hombre se apresuró, tomó el control de su volante y sacó las llaves de su auto. —¡Ah! ¡Apártate! —Ese hombre tomó la muñeca de Lola.. Sintió náuseas al instante. De repente, un Maybach corrió directamente hacia la puerta del conductor. El hombre en el suelo fue enviado volando en el aire, se golpeó y se desmayó. Aunque la puerta del lado del conductor estaba doblada, el hombre que agarraba a Lola seguía luchando contra ella. Como un demonio del infierno, Jorge salió del auto inmediatamente con una cara fría y sacó a ese hombre. Con un buen puñetazo en la cara, el hombre se atontó, sangrando la nariz. Al ver la situación, los cuatro hombres se acercaron para atrapar a Jorge. Los cinco se agarraron a golpes. Sánchez salió del asiento trasero. Su jefe conducía tan rápido que se había mareado. Mientras observaba a Jorge y a los rufianes que se desgarraban, Sánchez llamó a la policía de inmediato.



Capítulo 147 Renuncia al cargo de presidente Mirando fijamente a los cuatro hombres que golpeaban a Jorge, Lola recordó la pistola que su hermano mayor le había dado para defenderse. Rápidamente la sacó de una caja oculta. —¡Boom! —Con un sonido ensordecedor, los mafiosos levantaron sus manos inmediatamente. Como Lola no era buena para disparar, disparó al aire para advertirles. —¡No se muevan, o dispararé! —Salió del coche con calma y apuntó con la pistola a los mafiosos que querían escapar. ¡Si no hubiera disparado justo ahora, no hubieran sabido que tenía una pistola real en la mano! Todos habían escuchado el sonido y habían visto el casquillo en el suelo. Al mirar a Lola, que estaba inusualmente fría y calmada, Jorge se hundió en sus pensamientos. Él la miró de arriba abajo. Afortunadamente, ella estaba sana y salva. Todavía le preguntó con preocupación. —¿Estás bien? Lola asintió. Entonces Jorge le quitó la pistola. No dudó en apretar el gatillo y le dio a cada uno de los cuatro hombres un tiro en la pierna. En un instante, gritaron como en el infierno. —¡Señor, misericordia! —¡Señor, no dispare! Frente al espantoso hombre que parecía venir del infierno, los mafiosos pedían clemencia, sin atender las heridas en sus piernas. Varios de ellos estaban tan asustados que se orinaron en sus pantalones. Lola se sorprendió por la puntería precisa del hombre. ¿Por qué era tan buen tirador? ¿Se había entrenado en el ejército? En este momento, tres coches de la policía se acercaron, con las sirenas encendidas. Una docena de policías bajaron y esposaron a todos los pandilleros. El lugar fue bloqueado rápidamente. Los policías no se atrevieron a pedirles a Jorge y Lola que declararan y mucho menos que investigaran el disparo. —Señor Jiménez, lo siento por lo que pasó. ¡Vamos a intensificar las patrullas en esta área! —Le dijo un capitán de cara severa, inclinándose hacia Jorge Jorge asintió. —Averigua quién los contrató y llama a mi asistente. Si no lo

haces, me quejaré con tu superior. Dicho eso, metió a Lola en su auto. Sánchez fue a la estación de policía para dar su declaración. Fuera de la mansión de la familia Camela, Lola salió del auto, todavía no se recuperaba del susto. Jorge salió del auto y caminó hacia ella. Mirando su cara ligeramente pálida, él la abrazó con fuerza. Lola pusó su cara contra su pecho, con sus ojos cerrados. Este hombre siempre podría darle un sentimiento de seguridad. —Está bien, vete a casa y descansa —La voz baja y masculina del hombre sonaba suavemente. Lola abrió la boca. Quería mencionar a Yolanda, pero no lo hizo. Sería mejor que no hiciera eso porque aún no tenía evidencia. Una vez que encontrara la evidencia, ¡haría que Yolanda pagara por todo! Puso sus brazos alrededor de su fuerte cintura y habló con una sonrisa astuta. —Jorge… Yo… Jorge escuchó su voz ligeramente temblorosa y la abrazó con más fuerza. —Eh? ¿Temerosa? —Susurró suavemente. Bajo la tenue luz de la calle, no hablaron más y se quedaban allí, abrazados. Después de un rato, la mujer secretamente feliz sacudió suavemente la cabeza. —Estoy bien. ¡Deberías ir a casa! —Cedió su abrazo, dio un paso atrás y recogió su largo cabello. Jorge la miró, asintió y subió al auto. Lola miró desaparecer al Maybach y dio un suspiro de alivio antes de caminar hacia la casa. En la entrada de la mansión, un hombre alto estaba parado junto a un automóvil. ¿Por qué no se dio cuenta sino hasta ahora? El corazón de Lola latía con fuerza. El hombre no era nadie más que Tomás Herrero. Caminó hacia ella. Este hombre siempre había sido impredecible… —¿Fuera del trabajo ahora? —Miró a la mujer con una sonrisa como si no hubiera visto lo que sucedió justo ahora. Lola parpadeó. —Señor Herrero, ¿por qué está aquí a esta hora? Lola asintió y preguntó. —Te estoy esperando. —Miraba a los grandes ojos brillantes de la mujer, y por un momento quiso renunciar a todo lo que tenía ahora. —¿Qué pasa? —Ella recordaba lo que Jorge había dicho hacía cuatro años. La gente se le acercó porque tenía algo que querían… Entonces, ¿ahora Jorge y Tomás se acercaron a ella de todas las formas posibles por ese viejo reloj de bolsillo?

—¿Están juntos otra vez? —preguntó. Ella sacudió la cabeza suavemente. Jorge tenía una prometida. ¿Cómo podrían estar juntos? —Bien… Lola, si renuncio a algo, ¿estarás conmigo entonces? Aunque normalmente estaba muy ocupado, de vez en cuando su cara sonriente pasaba por su mente. Lola lo miró en estado de shock. ¿A qué era eso a lo que se refería? ¿El viejo reloj de bolsillo? ¿O su poder? Tomás la miró con una sonrisa. Tenía que admitir que al principio se había acercado a ella por ese viejo reloj de bolsillo, pero ahora lo que hizo no tenía nada que ver con el reloj de bolsillo. —No quiero el viejo reloj de bolsillo y estoy dispuesto a renunciar para estar contigo —Dijo en voz madura y baja, lo que impresionó a Lola. Estaba dispuesto a renunciar al viejo reloj de bolsillo y al cargo de presidente … En el pasado, Tomás ansiaba el viejo reloj de bolsillo para consolidar su posición como presidente. Ahora él podría dejarlos a ambos. —¡No soy la mujer adecuada para ti! —Esta era la única excusa que ella pudo encontrar. Jorge todavía tenía un lugar en su corazón, y tenían una hija. Además, se reunían casi todos los días. ¿Cómo podía enamorarse de otro hombre? —¿Aún lo amas? No me importa. Lo borraré de tu mente —Dijo explícitamente mientras ponía las manos en el hombro de la mujer y agachaba la cabeza para mirarla con afecto. Lola negó con la cabeza. —No puedo olvidarlo. He estado enredado con él todo el tiempo. Y yo… tengo una hija. —Si Jorge supiera que ella estaba con Tomás, ¡no la dejaría ir! —Conozco a Estrella. Ella es muy linda. Estoy dispuesto a aceptar todo sobre ti. … … Ya que ella estaba en una relación de amor-odio con Jorge y su novia nunca se rendiría, la confesión de Tomás era bastante tentadora para ella. No quería involucrarse en la intriga y la lucha. Lo que ella quería era vivir una vida pacífica y alegre con su pareja y su hija. Tomás estaba dispuesto a aceptar todo sobre ella… Lola bajó la cabeza y las lágrimas de alguna manera cayeron por su mejilla. Tal vez, ¡fue porque ella no había escuchado algo tan tierno durante mucho tiempo! El hombre limpió las lágrimas de su cara y ahuecó su carita en sus manos. —Lola, hablo en serio. No habrá otra mujer entre nosotros. ¡Por favor confía en mí! —Mientras el viento se levantaba, Lola miraba al hombre dominante

llorando. A diferencia de Jorge, él era más maduro y sabía mejor cómo cuidar a una mujer.

Capítulo 148 Mi hija con Tomás Lola sabía lo que necesitaba y lo que quería, pero todavía estaba perdida… Tomás no pudo evitar bajar la cabeza para besarla. Pero en el momento en que sus labios tocaron los de Lola, ella lo apartó. — Dame dos meses —Dijo ella mientras se limpiaba las lágrimas. Si no podía solucionar su problema con Jorge en dos meses, ¡lo dejaría para siempre! —Eso es mucho tiempo. —Murmuró Tomás insatisfecho con las manos todavía sobre los hombros de Lola. De repente, un rayo de luz del coche atravesó la oscuridad. Jorge regresó… Se volvió muy frío al ver a Lola y Tomás permaneciendo cerca en la noche oscura. Jorge se desabrochó el cinturón de seguridad, salió del auto, se acercó a ellos y movió a la llorosa Lola a un lado. En un segundo, Jorge se quitó la chaqueta y la tiró al suelo. Al ver eso, Tomás hizo lo mismo, sin temor a los problemas que pudieran surgir. Mirando el intercambio de golpes, Lola cerró los ojos con impotencia. ¡Qué infantiles eran! ¿Por qué Jorge se volvía loco cada vez que veía a Tomás Herrero? Se preguntó Lola. Se golpearon entre sí con toda su fuerza. ¿No se sentían heridos? —¡Deténganse! ¡Suficiente! —Les gritó Lola. Pero Jorge y Tomás siguieron luchando con la menor intención de parar. Medio minuto después, otra luz de coche brillaba sobre ellos. —¡Dios! ¡Es el auto de papá! —Lola realmente quería esconderse en algún lugar. Al ver a los dos peleando allí, Lola se puso ansiosa y pensó en cómo separarlos. No se atrevió a acercarse a ellos porque temía lesionarse. —Jorge Jiménez, Tomás Herrero, paren ahora. ¡No se deshoren! Les gritó de nuevo. Aun así ninguno de los dos se detuvo. Harold y Angie salieron del auto pronto. Se sorprendieron al ver a Jorge y a Tomás golpeándose entre ellos. Harold miró a Lola con confusión. Luego se acercó a los hombres en lucha, tratando de separarlos. Tomás Herrero era el presidente. Si su pelea era captada por los reporteros, ¡sería desacreditado! Como soldado con experiencia, Harold era bueno en artes marciales, pero aún así fue golpeado por accidente. ¡Ay! ¡Eso fue realmente doloroso! —¡Presidente Herrero, Sr. Jiménez, por favor, compórtense! —Mirando a Jorge y Tomás, que estaban parados cada uno en su lado, Harold no pudo

entender por qué peleaban. —¡Ustedes dos se van ahora! —Lola se movió para recoger sus chaquetas del piso y las arrojó a sus brazos. Esos dos hombres golpeados avergonzaron a Lola frente a sus padres. Tomás se acercó a Lola. —Está bien. Me voy ahora. ¡Pero Lola, no olvides tu promesa! —Luego asintió cortésmente a Harold y Angie, enderezó su ropa y se fue. Lola se volvió hacia Jorge y le dijo: —Y tú. ¡Sal! —La mirada de Jorge era horriblemente fría. ¿Y qué? ¡Ella también estaba enojada con él! Jorge ignoró a Lola. Caminó hacia Harold y Angie y los miró con naturalidad. —¿Puedo hablar con Lola por unos minutos? Harold ya había investigado a Jorge después de esa noche. Pero lo que pudo conseguir era bastante limitado. Solo sabía que Jorge era rico y poderoso, y lo más importante, ¡Jorge había estado comprometido con la Reina Internacional Yolanda Moza! Harold no quería interferir en sus asuntos. Mientras Lola pudiera ser feliz, él respetaba todas sus elecciones. —Diez minutos. ¡Es muy tarde después de todo! —Dijo. —Gracias. —Dijo Jorge. Angie tocó las manos de Lola para consolarla. Luego volvió a subirse al auto con Harold y condujo hacia su casa. —¿Es posible que tanto el presidente Herrero como ese tipo pierdan la razón por Lola? —Preguntó Angie. Después de pensar por unos segundos, Harold asintió. —Tal vez. Anteriormente no soportaban verse el uno al otro, pero luchar en frente de una mujer. Sólo los rivales en el amor harían eso. Al darse cuenta de que era muy probable que su suposición fuera cierta, se preguntaron si deberían sentirse felices o sentir pena por Lola. —Tal vez uno de ellos sea el padre de Estrella. Supongo que es Jorge Jiménez. ¡Estrella se parece a él! —Añadió Harold. Hablando de eso, Harold y Angie se perdieron en sus pensamientos. En la entrada de la mansión, Jorge encendió un cigarro y fumó en silencio. Minutos después, finalmente terminó el cigarro y apagó la colilla. Lola vio su reloj. Quedaban siete minutos para entonces. Jorge miró a Lola. Luego la abrazó en sus brazos y la besó apasionadamente. Lola no apartó a Jorge. Pero tampoco le devolvió el beso. Pasaron tres minutos. Jorge se detuvo y dijo: —Lola Camela, eres mía. ¡Estamos destinados a estar juntos en todo momento! —Jorge apretó violentamente la barbilla de Lola y la besó de nuevo. Lola luchó por liberarse con todas sus fuerzas y le dio una bofetada. El mundo entero estaba de repente en silencio.

Jorge miró a Lola, que tenía una cara larga, con llamas de furia en los ojos. Era la segunda vez que Lola lo abofeteaba. —¡Jorge Jiménez! ¡Qué descarado de tu parte decir eso! Soy tu ex esposa y ahora estás comprometido con otra mujer. ¿Qué piensas hacer? ¿Quieres que sea tu amante toda la vida? —Lola le gritó a Jorge histéricamente. ¿Cómo podía seguir buscándola mientras estaba comprometido? ¡Eso era injusto para ella! ¿No podía ponerse en el lugar de ella y ser considerado con ella? Las palabras de Lola lo dejaron mudo. Después de un largo silencio, dijo. — Lola Camela. Eres una mujer violenta. ¡Así que solo podrías ser mi amante! Lola levantó la mano para abofetearlo de inmediato, pero Jorge la detuvo. —¿Ser tu amante? Preferiría ser la esposa de Tomás Herrero. ¿Qué te hace creer que seré pisoteada por ti y por esa mujer toda mi vida? —Lola sonrió irónicamente y miró a Jorge con desprecio. Jorge apretó los dientes y presionó la cabeza de Lola contra su pecho con furia. —Lola Camela, dije que estamos destinados a estar juntos en todo momento. Si te atreves a estar con otro hombre, lo haré desaparecer de este mundo, sin importar quién sea y cuán poderoso sea —La mirada horrorosa de Jorge asustó a Lola. ¿Cuándo se volvió tan frío? De repente, se le ocurrió una idea. Ella dijó. —Jorge Jiménez. ¡Estrella es mi hija, mía y de Tomás! —Lola se burló y se dirigió a casa, dejando a Jorge parado allí en shock. Se estaba volviendo cada vez más sombrío. Lola ya se había ido. De pie solo en la oscuridad, Jorge estaba desconsolado. Ese dolor en su corazón esta vez era mucho más intenso que el que Yolanda le había ocasionado hacía años. Lola entró en la casa con sentimientos encontrados y encontró a Harold y Angie sentados en el sofá, esperándola. Mirando la cara pálida de Lola, Harold y Angie se miraron entre sí, preocupados. Angie se levantó y fue hacia ella. —Lola. —Madre. —Lola miró a Angie con vacilación. —¿Qué está pasando? —Viendo que Lola estaba inconsolable, Angie preguntó preocupada.

Capítulo 149 Qué hombre tan coqueto Lola recogió sus pensamientos y le dijo a Angie, que estaba muy preocupada. —Madre, le dije que Estrella es hija mía y de Tomás Herrero. No tengo idea de por qué lo dije. ¿Lo estoy alejando? Lola estaba profundamente confundida, por lo que no pudo evitar decirle su opinión a Angie. Angie y Harold se miraron, y luego Harold subió las escaleras en silencio con el ceño fruncido. Angie dejó que Lola se sentara con ella en el sofá. —¿Por qué elegiste trabajar para SL en primer lugar? —La pregunta era acertada. Le recordó a Lola su motivación original. Sí, eso era porque quería ver a Jorge otra vez. —Aún lo amas, pero sabes que él no puede darte lo que quieres. Por el contrario, el presidente Herrero vino a ti en el lugar correcto en el momento adecuado. Él puede darte lo que quieres. Por eso estás confundida —Las palabras de Angie golpearon el corazón de Lola. Era cierto, pero ¿qué debía hacer entonces? Angie pareció percibir la pregunta implícita de Lola: —Para ser honesta, ambos son jóvenes muy decentes. Normalmente, Estrella no debería estar separada de su padre biológico. Pero considerando todos los enredos y la complejidad de su relación, podría ser mejor dejarlo en caso de que tú y Estrella se lastimen nuevamente. Lo que sea será. Si él no está destinado a estar contigo, tus esfuerzos no harán ninguna diferencia. El tiempo dará la respuesta final. Estas palabras le dieron mucho consuelo a Lola y la ayudaron a decidir que su prioridad ahora era Estrella. En cuanto a Jorge, ella lo dejaría a la voluntad de Dios. Lucharía con lo mejor de ella, pero no se esforzaría demasiado por lo que no. En cuanto a Tomás Herrero, ella tenía dos meses para considerar su relación, ¿no era así? Si finalmente funcionaba entre ella y Jorge, le diría a Tomás Herrero que no la esperara por adelantado. … Lola puso a Estrella en su propia cama y la abrazó con fuerza. Estrella era la persona que más apreciaba en su vida. Ella no permitiría que nadie se la llevara. ¡Nadie!

Esta noche era una noche de insomnio para ella. Al día siguiente, Lola se quejaba de las ojeras en su cara y se puso un maquillaje ligero antes de ir a la compañía. En la sesión informativa de la mañana. Cuando Lola entró en la sala de reuniones con una sonrisa profesional, todos estaban presentes, excepto Jorge. Dada la apretada agenda, el CEO no tenía que asistir a todas las reuniones informativas, pero Jorge siempre se presentaba. Hoy, sin embargo, había llegado 10 minutos tarde. Tal vez no asistiera. Lola hizo algunos ajustes rápidos y comenzó a presidir la reunión. Cuando la reunión estaba a punto de terminar, la puerta se abrió de repente. Jorge, vestido con traje, entró de manera agresiva. El moretón en la esquina de su boca sorprendió a todos. ¿Qué le sucedió? Sin siquiera mirar a nadie, Jorge abrió una carpeta. —Estaré a cargo de la cooperación con LU hoy. Srta. Tan, prepare los materiales y vaya conmigo. Además, el Departamento de Diseño ahora también estará a cargo de la señorita Tan. Jeremy, consulta con la señorita Tan cuando tienes dudas. ¡Terminamos! ¡Qué demonios! ¡Él acababa de transferir a personal muy importante para ella! Otras personas siguieron a Jorge y salieron de la sala de reuniones. Sólo Lola se quedaba pensando. La negociación con LU era su tarea, pero ahora Jorge se haría cargo. ¿Planeaba convertirla en una simple figura? Lola negó con la cabeza y decidió esperar y ver. En su camino de regreso a la oficina, vio a Jorge y Julie Tan leyendo de una carpeta y discutiendo. Lola pasó junto a ellos sin una palabra, fingiendo leer sus propios archivos. Mientras tanto, escuchó a Julie Tan hablar con su coqueta voz. —Jefe Jiménez, ¿cómo se lastimó? … Una sonrisa amarga curvó los labios de Lola ante el pensamiento. ¡Qué hombre tan coqueto! Lola comenzó a sumergirse en el trabajo inmediatamente después de haber regresado a la oficina, para que no pensara en todo el desastre. Después de que Sánchez llamó a la puerta y entró, Jorge solo lo miró y luego siguió trabajando. —Sr. Jiménez, acabo de recibir la llamada de la policía —Jorge recordó el incidente esa noche, así que dejó que Sánchez continuara. Sánchez se secó el sudor frío. —Todos los pandilleros fueron asesinados excepto uno que queda en coma… La gente detrás de esto debía ser bastante poderosa ya que podrían acabar

con los sospechosos en la cárcel. Así que solo el sobreviviente podía ser el último testigo. —Ya veo. ¡Mántenme informado! —Entonces Jorge volvió a su trabajo. La idea de que Lola podría haber manipulado esto pasó por su mente, pero pronto disipó el pensamiento. Lola se había dedicado recientemente a trabajar. Su apretada agenda no le dejaba tiempo para pensar en Jorge, aparte de la sesión informativa de la mañana cuando tenía que reunirse con él. En la sesión informativa de la mañana. Jorge entró en la sala de reuniones y comenzó de inmediato. —El avalista anterior no está calificado. ¡Necesito un reemplazo! Yolanda Moza y Manolo Camela, la popular ‘pareja de las pantallas’ de la actualidad, serán apropiados. Pero Manolo todavía no ha firmado contratos con ninguna compañía de entretenimiento, así que, señorita Camela, usted va a negociar con él. Lola se quedó en blanco en el momento en que su nombre fue mencionado. Miró a Jorge y se preguntó por qué él solo dijo su nombre. Oh, él le pidió que hablara con Manolo sobre la promoción. —¡No hay problema!’ Respondió decididamente. —En cuanto a Yolanda Moza… —Antes de que Jorge terminara su discurso, Julie Tan interrumpió. —Yolanda es su prometida, ¿verdad? Ella no estará en desacuerdo —Luego se tapó la boca y se echó a reír. Las palabras de Julie despertaron muchas discusiones. Aunque muchos de ellos sabían acerca de la relación entre Jorge y Yolanda, aún era sorprendente escuchar a alguien que lo mencionaba. Solo Lola, inexpresiva, estaba escribiendo algo allí, como si no tuviera nada que ver con ella. Jorge le dio a Julie una mirada rápida y miró a Lola. —Yolanda llegará al país A mañana. La señorita Camela también estará a cargo de esto. ¿Le pidió a ella que negociara con Yolanda Moza? Lola se preguntó si podría refrenarse revelando a esa perra hipócrita. —Sr. Jiménez, me temo que no puedo —Los ejecutivos se quedaron sin aliento. ¿Cómo se atrevía a objetar la solicitud del CEO? —Sí, tú puedes. Entregue a la señorita Tan lo que está haciendo y concéntrate en la promoción —Jorge no le dio ninguna oportunidad de decir que no. —He estado trabajando en dos proyectos importantes durante dos semanas. No será fácil entregarlos a la señorita Tan en este momento. Por favor reconsiderelo, Sr. Jiménez. Y en cuanto a la cooperación con Manolo, prometo que continuará sin problemas —Otros se asombraron de la aparente ira de Lola,

ya que rara vez perdía la calma. Estaba enojada, porque él no solo le pidió que negociara con Yolanda, sino que también ignoró todos sus esfuerzos en los dos proyectos y se los quitó de repente.

Capítulo 150 Regreso de los glaciares —En caso de cualquier dificultad, hable conmigo. Esa es la decisión final. Sánchez te enviará la dirección del hotel de Yolanda, y eso es todo. ¡Podemos terminar ahora! —Al escuchar las palabras dominantes de Jorge, Lola se mordió el labio inferior. Después de que los ejecutivos salieron de la sala de conferencias, Lola recibió una dirección en su teléfono celular. Apagó su teléfono celular y lo sostuvo con fuerza en su mano, enfurruñándose. Si hubiera sido una empleada menor, se habría negado a ir. Pero como subdirectora general de la compañía, ella podía pensar en todo lo que dijo e hizo. Lola estaba deprimida al pensar en la negociación con Yolanda. Recientemente, Jorge la había tratado realmente como a una empleada. Siendo ese el caso, no podía molestar a esa mujer mostrando su amor por Jorge. ¡Tenía que pensar en numerosos planes para volver con esa mujer! Molesta, salió de la sala de conferencias hacia su oficina. Tan pronto como bajó del ascensor, un repartidor de flores la detuvo, sosteniendo un gran ramo de rosas. —¿Es la señorita Lola Camela? Lola vio que los colegas del Departamento de Relaciones Públicas la miraban con envidia. Asintió con vergüenza. —Hola, esto es para usted. Por favor firme aquí. Rápidamente firmó su nombre y tomó el ramo, preguntándose quién lo envió. El repartidor de flores presionó el botón del elevador y se fue. En el ascensor, un hombre alto vio a Lola sonrojada que sostenía el gran ramo de rosas. Lola lo miró a los ojos e inmediatamente se giró hacia la oficina con el ramo en sus brazos. Solo Jorge, Sánchez y el repartidor de flores estaban en el ascensor. Después de echarle un vistazo a su jefe, que recientemente estaba extraño, Sánchez no pudo evitar preguntar al repartidor de flores. —¿Amigo, quién le envió esas flores a la señorita Camela? —No sé el nombre, ¡pero debe ser un hombre! —El repartidor de flores miró al hombre que estaba parado en silencio junto a él. Parecía tan poderoso y severo. ¿Acababa de regresar de los glaciares? Cuando terminó sus palabras, sintió una mayor presión por parte del hombre. Asustado, salió corriendo de SL Group tan pronto como se abrió la puerta del ascensor. Cuando Lola regresó a su oficina, encontró una tarjeta en el ramo, que decía:

—Que tu sonrisa florezca como una rosa roja —T. O —Mirando el acrónimo, supo de inmediato quién envió la flor. Le sorprendió que el presidente pudiera ser tan romántico. Esa noche, Lola convenció a Manolo para que apoyara a la compañía. ¡Su hermano menor era tan obediente que aceptaría lo que ella le pidiera! Al día siguiente, ella vino a la compañía para una reunión antes de visitar a la Srta. Moza. Sin embargo, en el momento en que entró en la empresa, vio que el joven que entregó flores ayer llevaba un gran ramo de rosas. Al verla, inmediatamente corrió hacia ella. ¡Toda la compañía pronto supo que alguien estaba persiguiendo a su directora general adjunta! Lo que era peor, Lola se encontró con Jorge después de aceptar el ramo y darse la vuelta. Fingiendo no notarlo, entró en el ascensor con el ramo. El hombre entró en el ascensor antes de que se cerrara. Lola maldijo su mala suerte. Por temor al hombre dominante, Lola retrocedió unos pasos. Fue tan embarazoso. ¡Tenía que llamar a Tomás cuando regresara a su oficina! Antes de que ella saliera del ascensor, escuchó al hombre decir: —Si este tipo de cosas ocurrieran en la compañía nuevamente, tendrías que hacer una autocrítica frente a todo el personal. La puerta del ascensor se cerró automáticamente… —¡Qué demonios! —Pensó. Al ver subir el ascensor, Lola realmente quería preguntarle: —¿Eso tiene algo que ver contigo? ¿Por qué no envías también flores a tu novia? Deprimida, Lola regresó a su oficina con el ramo. ¿Cómo debería persuadir a Tomás para que no vuelva a enviar flores? Mientras Lola se preparaba para la reunión con el ceño fruncido, sonó su teléfono. ¡Miró la pantalla y vio el nombre de la persona a la que quería llamar! —¿Te gustan las flores? —Su suave voz llegó por teléfono. —Bueno… No vuelvas a hacer eso. Soy una ejecutiva de la empresa. Es inapropiado. —Ella trataba de hablar en un tono suave. El hombre sonrió. —No haré eso si no te gusta. ¡Vamos a cenar juntos esta noche! —Era inusual que el hombre pudiera tomarse un tiempo para cenar con ella. Lola pensó por un momento y dijo: —Esta noche, está bien, ¡lo supongo! — Si Yolanda no la molestaría, podría ir a cenar. —Bueno, llámame cuando estés fuera del trabajo. Estaré esperando. — Después de colgar, ¡Lola se dio cuenta de que parecía estar de acuerdo en cenar con Tomás!

¡Muy bien! Ya que Jorge era tan inaccesible, ¡ella no rechazaría a Tomás una y otra vez! Sosteniendo los documentos para la reunión, entró en la sala de conferencias. Jorge fue el último en llegar. Mencionó brevemente algunas notas y declaró terminada la reunión. La reunión a la velocidad del rayo era una característica de Jorge. Las reuniones celebradas por anteriores CEOs siempre duraron de veinte minutos a media hora. Jorge, sin embargo, generalmente terminaba las reuniones matutinas en menos de cinco minutos, excepto los viernes. Lola tomó un taxi hasta el hotel donde se hospedaba Yolanda. Como su auto había sido básicamente desguazado, le tomaría tiempo para comprar otro. En el Hotel Wistaria de cinco estrellas. Llamó a la puerta de la habitación 3306. Manuel Mendez, asistente de Yolanda, vino a abrir la puerta. —Hola, soy la directora general adjunta de SL Group. He venido a hablar sobre la promoción con la señorita Moza —Ella simplemente explicó su intención. En realidad, Manuel ya lo sabía. Manuel le dirigió una larga y dura mirada y regresó a la habitación sin saludarla. Lola lo siguió. En la habitación, otra asistente estaba maquillando a Yolanda. Al ver a Lola en el espejo, Yolanda no expuso su sorpresa, sino que mostró una sonrisa complaciente. —Señorita Camela, debe esperar un rato. Puede llevar mucho tiempo maquillarse —Manuel se lo dejó claro a Lola. Aun así, Lola esperó más de tres horas mientras jugaba con su teléfono celular en el sofá. Su teléfono se estaba quedando sin batería. Finalmente, Yolanda se acercó a ella como si fuera una diosa. —Cuánto tiempo sin verte, señorita Camela —Yolanda se sentó frente a ella con elegancia. Pasados unos años, los ojos de Yolanda estaban ligeramente arrugados. ¿Había estado demasiado ocupada con su carrera? —Si no tenemos que vernos nunca más, ¡eso es lo mejor! —dijo Lola con indiferencia. Ella sacó el contrato que trajo y los puso frente a Yolanda. Yolanda sonrió y hojeó el contrato. Después de un tiempo, ella dijo: —No estoy contenta con mi comisión. Y el horario es demasiado apretado. No tengo mucho tiempo. Lola la miró. —Su comisión está en línea con el precio de mercado. En cuanto al horario, puede ir a la empresa y hablar con nuestro CEO.



Capítulo 151 Estúpida cara —¿Hablar con tu CEO? ¿Entonces, porque estás aquí? —preguntó Yolanda rudamente. Lola sonrió. Su buena educación y calidad le impidieron abofetear la estúpida cara de Yolanda. —Lo siento. Mi deber hoy es solo verte firmar. El horario depende de nuestro gerente general. —¡Entonces no lo voy a firmar! —Yolanda arrojó el contrato sobre la mesa con indiferencia y comenzó a revisar su teléfono. Lola la miró más indiferente. ¡Yolanda no era la única artista femenina! — No me importa si lo firmas o no. No eres la única superestrella en la Farándula. ¡El señor Jiménez tomará la decisión! ¡Adiós! —Si Lola se quedaba allí un minuto más, no podría evitar abofetear esa estúpida cara. Lola se levantó y se dirigió a la puerta sin decir nada más. Yolanda la miró por detrás. —Puedes irte ahora, pero me quejaré por la actitud grosera y poco profesional de la directora general adjunta de SL Group —Al oír su amenaza, Lola le contestó sin paciencia y luego salió del hotel. Yolanda se quedaba sola con gran odio. —Habían pasado años desde la última vez que se vieron. Pero Lola seguía siendo una perra molesta como antes —Pensó Yolanda. Yolanda le pidió a Manuel que se pusiera en contacto con el Grupo SL y se quejara de Lola por lo que acababa de decir. Era la primera vez que el departamento de postventa recibió una queja sobre la directora general adjunta. Así que el gerente de postventa lo informó directamente a Julie Tan. Julie Tan se quedó mirando la ridícula hoja de quejas. ¡Qué irritable era Yolanda! Julie Tan fue directamente a la oficina del CEO con la hoja de quejas y se la mostró a Jorge. Jorge simplemente asintió y le pidió que se fuera. Cuando Lola regresó a la compañía por la tarde, se le notificó que dos patrocinadores designados acudirían a la sala de reuniones para discutir el plan preliminar con el CEO y la subdirectora general en la sesión informativa de mañana. Lola miró fríamente el aviso y lo cerró. Yolanda, bueno, ¡adelante! ¡Lola se preparó! A las 7 pm. Lola y Tomás llegaron a un restaurante occidental. Lola tenía curiosidad por ver el restaurante vacío. Tomás sonrió como si comprendiera a ella cabalmente. —He reservado todo el restaurante esta noche. Nadie más vendrá.

Eso tenía sentido. Él era el presidente, de todos modos. Los medios de comunicación definitivamente lo reportarían si lo encontraran cenando con una mujer. Lola eligió un asiento junto a la ventana y pidió un bistec bien hecho, una pizza de marisco y una taza de jugo fresco antes de darle el menú a Tomás frente a ella. Tomás pidió un espagueti y un filete australiano. Luego le pidió al camarero que llenara sus copas con vino tinto. Chocaron los vasos y tomaron un sorbo. —Trae a Estrella la próxima vez. ¡Podemos salir los fines de semana! — Tomó un sorbo con gracia y miró a Lola del otro lado de la mesa. Lola asintió levemente. —Siempre estoy demasiado ocupada para sacarla por diversión. ¡Pero lo haré algún otro día! Lola tomó otro sorbo cuando notó el Maybach en la carretera. Frunció el ceño ligeramente cuando Yolanda salió del Maybach en brazos con Jorge. Entonces, Jorge se encontró con su mirada. Al darse cuenta del hombre frente a ella, se detuvo. Volvió al Maybach con Yolanda, quien todavía estaba confundida. —¿Qué pasa, Jorge? —le preguntó gentilmente. —Nada. Simplemente no quiero comida occidental —Sostuvo el volante con tanta fuerza que sobresalían las venas azules, tratando de contener la ira. En el restaurante occidental. Lola observó a Maybach alejarse y hablaba con Tomás Herrero con vergüenza. —¡Señor Herrero, me temo que le decepcionaré! La sonrisa de Tomás fue reemplazada por la pena. —¡Lola, no te apresures a rechazarme! ¡Todavía tienes mucho tiempo antes de nuestro acuerdo! Lola giró el vaso. —Gracias por su amor, pero no puedo darle nada a cambio. El chef sirvió el filete él mismo, lo que interrumpió su conversación. Tomás cortó el bistec por Lola antes de cortar el suyo. Era vergonzoso cenar con alguien a quien ella no amaba. Lola se comió el bistec, pero lo encontró sin sabor. Tomás la miraba fijamente. —Estaré ocupado. Tienes mucho tiempo para pensarlo. Lola se detuvo y luego asintió. —Bueno, solo deja que las cosas sigan su curso —“Debes trabajar duro para nuestro país. Nunca pienses en la renuncia, o te menospreciaré. Lola fingió una mirada desdeñosa, lo que divirtió a Tomás. —Todo lo que quiero es estar contigo, mi querida niña —Él dejó de sonreír y la miró seriamente. Era la primera vez por la que Tomás había estado dispuesto a

renunciar a todo por una mujer. Al escuchar eso, Lola dejó el cuchillo y el tenedor. —¿Alguna vez has considerado mis sentimientos? Si abandonas un país por mí, un país que amas y que te ama, estaré bajo mucha presión. Y no voy a ser feliz con tanta presión. ¿Entiendes? —¡A veces me comporto como un niño! Tomás pensó. Mantuvo lo que ella dijo en su mente y asintió. —No haré eso. Después de la cena, Tomás llevó a Lola a casa. —Estoy muy feliz hoy. Me tengo que ir. Adiós. —Puso el abrigo de Lola cerca de ella. —Bueno. Conduce con cuidado. —Ella lo saludó con la mano. Después de que Tomás giró el auto y se fue, su teléfono sonó. Ella lo sacó de su bolso. ¡Era Jorge! Ella no quería contestar. El teléfono seguía sonando. Ella no tenía más remedio que presionar la tecla Responder. —¡Ven aquí! —Ella se confundió. —Mira hacia atrás. —añadió él. Lola miró hacia atrás y vio un auto con la luz encendida no muy lejos. Era él, supuso ella. Ella caminó hacia el coche inconscientemente. Ella estaba muy cerca de eso incluso antes de darse cuenta. ¿Por qué ella se acercaba a él inconscientemente? Lola colgó el teléfono y se volvió rápidamente hacia la mansión de la familia Camela. Al darse cuenta de eso, el hombre salió del auto a toda prisa y corrió hacia ella. Al escuchar los pasos detrás, Lola aceleró. Así lo hizo el hombre. No pasó mucho tiempo antes de que la alcanzara y le pasara el brazo por la cintura con fuerza por detrás. Él la levantó por su cintura. La sorprendida Lola pronto puso sus brazos alrededor de su cuello con fuerza. La puso en el asiento trasero, se trasladó al asiento del conductor y se alejó. —¿A dónde vamos? —Lola miraba con calma al hombre que conducía en el asiento delantero. Él ignoró su pregunta, giró el volante y salió de la carretera. No había luz en la calle. Estaba oscuro afuera, perfecto para una aventura amorosa. Salió del auto, abrió la puerta del asiento trasero y se sentó.

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Mi querido general

La Frialdad de Rocío

Content Capítulo 151 Estúpida cara Capítulo 152 Yolanda se cayó Capítulo 153 Hermana, ¿cómo pudiste hacer eso Capítulo 154 Tomó el teléfono de Jorge Capítulo 155 Una familiaridad innata entre padre e hija Capítulo 156 Una imagen eterna Capítulo 157 Echo Bay Capítulo 158 Se separó de su hija Capítulo 159 Nadie les molestaría Capítulo 160 Hada del paraíso Capítulo 161 Sinvergüenza Capítulo 162 La abuela de Estrella Capítulo 163 Luchando por la madre y la hija Capítulo 164 Debe sentirse terrible Capítulo 165 Su matrimonio bien planificado Capítulo 166 Es la hora del espectáculo Capítulo 167 Pasando a distancia Capítulo 168 ¿Cuánto te paga ella Capítulo 169 Jorge Jiménez, ¿dónde estás Capítulo 170 Por qué cerraste la puerta Capítulo 171 De vuelta a casa a escondidas Capítulo 172 Una belleza como tú muere joven Capítulo 173 Estar con ella para siempre Capítulo 174 Mi nuera Capítulo 175 Dile que pase por mí. Capítulo 176 Estoy tan halagada Capítulo 177 Ni siquiera se lavó la cara Capítulo 178 Compensar a Estrella Capítulo 179 Donde hay fuego cenizas quedan. Capítulo 180 Estar en una relación íntima con dos mujeres Capítulo 181 Más que justificado para seguir a la persona que amas Capítulo 182 Escaparse también es una forma de expresar amor Capítulo 183 Liberarse a sí mismo Capítulo 184 Canalla Capítulo 185 Protege a tu mamá

Capítulo 186 Tan sinvergüenza Capítulo 187 Zapatos Desgastados Capítulo 188 Noventa y nueve colores Capítulo 189 Estás condenada Capítulo 190 Mostrar su amor a ella Capítulo 191 Cinco horas y veintiún minutos. Capítulo 192 La madre y la hija desaparecidas. Capítulo 193 Mantener su fuerza física Capítulo 194 Yo amo a Lola. Capítulo 195 ¿A dónde fue Lola Capítulo 196 Quiero verte feliz Capítulo 197 Montó un gran pastor caucásico Capítulo 198 Un cuerpo mutilado. Capítulo 199 El perfecto Ramón Capítulo 200 Carta de renuncia

Capítulo 151 Estúpida cara —¿Hablar con tu CEO? ¿Entonces, porque estás aquí? —preguntó Yolanda rudamente. Lola sonrió. Su buena educación y calidad le impidieron abofetear la estúpida cara de Yolanda. —Lo siento. Mi deber hoy es solo verte firmar. El horario depende de nuestro gerente general. —¡Entonces no lo voy a firmar! —Yolanda arrojó el contrato sobre la mesa con indiferencia y comenzó a revisar su teléfono. Lola la miró más indiferente. ¡Yolanda no era la única artista femenina. — No me importa si lo firmas o no. No eres la única superestrella en la Farándula. ¡El señor Jiménez tomará la decisión! ¡Adiós! —Si Lola se quedaba allí un minuto más, no podría evitar abofetear esa estúpida cara. Lola se levantó y se dirigió a la puerta sin decir nada más. Yolanda la miró por detrás. —Puedes irte ahora, pero me quejaré por la actitud grosera y poco profesional de la directora general adjunta de SL Group. —Al oír su amenaza, Lola le contestó sin paciencia y luego salió del hotel. Yolanda se quedaba sola con gran odio. —Habían pasado años desde la última vez que se vieron. Pero Lola seguía siendo una perra molesta como antes. —Pensó Yolanda. Yolanda le pidió a Manuel que se pusiera en contacto con el Grupo SL y se quejara de Lola por lo que acababa de decir. Era la primera vez que el departamento de postventa recibió una queja sobre la directora general adjunta. Así que el gerente de postventa lo informó directamente a Julie Tan. Julie Tan se quedó mirando la ridícula hoja de quejas. ¡Qué irritable era Yolanda! Julie Tan fue directamente a la oficina del CEO con la hoja de quejas y se la mostró a Jorge. Jorge simplemente asintió y le pidió que se fuera. Cuando Lola regresó a la compañía por la tarde, se le notificó que dos patrocinadores designados acudirían a la sala de reuniones para discutir el plan preliminar con el CEO y la subdirectora general en la sesión informativa de mañana. Lola miró fríamente el aviso y lo cerró.

Yolanda, bueno, ¡adelante! ¡Lola se preparó! A las 7 pm. Lola y Tomás llegaron a un restaurante occidental. Lola tenía curiosidad por ver el restaurante vacío. Tomás sonrió como si comprendiera a ella cabalmente. —He reservado todo el restaurante esta noche. Nadie más vendrá. Eso tenía sentido. Él era el presidente, de todos modos. Los medios de comunicación definitivamente lo reportarían si lo encontraran cenando con una mujer. Lola eligió un asiento junto a la ventana y pidió un bistec bien hecho, una pizza de marisco y una taza de jugo fresco antes de darle el menú a Tomás frente a ella. Tomás pidió un espagueti y un filete australiano. Luego le pidió al camarero que llenara sus copas con vino tinto. Chocaron los vasos y tomaron un sorbo. —Trae a Estrella la próxima vez. ¡Podemos salir los fines de semana! — Tomó un sorbo con gracia y miró a Lola del otro lado de la mesa. Lola asintió levemente. —Siempre estoy demasiado ocupada para sacarla por diversión. ¡Pero lo haré algún otro día! Lola tomó otro sorbo cuando notó el Maybach en la carretera. Frunció el ceño ligeramente cuando Yolanda salió del Maybach en brazos con Jorge. Entonces, Jorge se encontró con su mirada. Al darse cuenta del hombre frente a ella, se detuvo. Volvió al Maybach con Yolanda, quien todavía estaba confundida. —¿Qué pasa, Jorge? —le preguntó gentilmente. —Nada. Simplemente no quiero comida occidental. —Sostuvo el volante con tanta fuerza que sobresalían las venas azules, tratando de contener la ira. En el restaurante occidental. Lola observó a Maybach alejarse y hablaba con Tomás Herrero con vergüenza. —¡Señor Herrero, me temo que le decepcionaré! La sonrisa de Tomás fue reemplazada por la pena. —¡Lola, no te apresures a rechazarme! ¡Todavía tienes mucho tiempo antes de nuestro acuerdo! Lola giró el vaso. —Gracias por su amor, pero no puedo darle nada a cambio. El chef sirvió el filete él mismo, lo que interrumpió su conversación. Tomás cortó el bistec por Lola antes de cortar el suyo. Era vergonzoso cenar con alguien a quien ella no amaba. Lola se comió el bistec, pero lo encontró sin sabor. Tomás la miraba fijamente. —Estaré ocupado. Tienes mucho tiempo para pensarlo.

Lola se detuvo y luego asintió. —Bueno, solo deja que las cosas sigan su curso. —Debes trabajar duro para nuestro país. Nunca pienses en la renuncia, o te menospreciaré. Lola fingió una mirada desdeñosa, lo que divirtió a Tomás. —Todo lo que quiero es estar contigo, mi querida niña. —Él dejó de sonreír y la miró seriamente. Era la primera vez por la que Tomás había estado dispuesto a renunciar a todo por una mujer. Al escuchar eso, Lola dejó el cuchillo y el tenedor, —¿Alguna vez has considerado mis sentimientos? Si abandonas un país por mí, un país que amas y que te ama, estaré bajo mucha presión. Y no voy a ser feliz con tanta presión. ¿Entiendes? —¡A veces me comporto como un niño! Tomás pensó. Mantuvo lo que ella dijo en su mente y asintió. —No haré eso. Después de la cena, Tomás llevó a Lola a casa. —Estoy muy feliz hoy. Me tengo que ir. Adiós." Puso el abrigo de Lola cerca de ella. —Bueno. Conduce con cuidado. —Ella lo saludó con la mano. Después de que Tomás giró el auto y se fue, su teléfono sonó. Ella lo sacó de su bolso. ¡Era Jorge! Ella no quería contestar. El teléfono seguía sonando. Ella no tenía más remedio que presionar la tecla Responder. —¡Ven aquí! —Ella se confundió. —Mira hacia atrás. —añadió él. Lola miró hacia atrás y vio un auto con la luz encendida no muy lejos. Era él, supuso ella. Ella caminó hacia el coche inconscientemente. Ella estaba muy cerca de eso incluso antes de darse cuenta. ¿Por qué ella se acercaba a él inconscientemente? Lola colgó el teléfono y se volvió rápidamente hacia la mansión de la familia Camela. Al darse cuenta de eso, el hombre salió del auto a toda prisa y corrió hacia ella. Al escuchar los pasos detrás, Lola aceleró. Así lo hizo el hombre. No pasó mucho tiempo antes de que la alcanzara y le pasara el brazo por la cintura con fuerza por detrás. Él la levantó por su cintura. La sorprendida Lola pronto puso sus brazos alrededor de su cuello con fuerza. La puso en el asiento trasero, se trasladó al asiento del conductor y se alejó. —¿A dónde vamos? —Lola miraba con calma al hombre que conducía en el asiento delantero. Él ignoró su pregunta, giró el volante y salió de la carretera. No había luz en la calle. Estaba oscuro afuera, perfecto para una aventura amorosa.

Salió del auto, abrió la puerta del asiento trasero y se sentó.

Capítulo 152 Yolanda se cayó El coche finalmente dejó de temblar después de mucho tiempo. Después de ponerse la ropa, Jorge regresó al asiento del conductor y condujo hasta la puerta de la mansión. —¡Sal del auto! —Dijo. ... ¿Así que solo vino por sexo? Se preguntó Lola. Cerró la puerta trasera con enojo. —¿No podría esa bestia ser tierna? —Pensó mientras se tambaleaba hacia la casa con sus piernas de gelatina. El auto de atrás rugió lejos. ... ¡Mierda! Temprano en la mañana siguiente, Lola y Manolo fueron a la compañía juntos. Las colegas mujeres se emocionaron al ver a Manolo. Al ver que Manolo las miraba fijamente, Lola lo fulminó con la mirada. —¡Oye, quédate tranquilo! Manolo le sonrió a Lola, —¿Me tienes envidia? ¡Entonces vuelve al círculo de entretenimiento! Lola puso los ojos en blanco y lo llevó a su oficina. Hora de la reunión. Lola llevó a Manolo a la sala de conferencias, lo que causó un gran revuelo. Los colegas estaban emocionados de ver a Manolo pero no se atrevieron a acercarse. Sin decir una palabra, Lola entró en la sala de conferencias. Alrededor de tres minutos después, surgió otro grito. Lola sabía que esa mujer había venido. ¡Bastante seguro! Yolanda Moza, que llevaba un abrigo azul recién lanzado y un par de tacones de 3 pulgadas, caminaba hacia ellos del brazo con Jorge. Lola miraba al hombre con Yolanda y se dio cuenta que ni siquiera la miró. Su labio se curvó. Todos estaban presentes. Manolo se sentó junto a Lola. Yolanda tomó asiento de Julie junto a Jorge después de susurrarle en el oído de Julie. Jorge hizo una breve introducción del contrato. Manolo asintió para mostrar su acuerdo. Yolanda miró a Lola sin mostrar las solicitudes que hizo ayer. A cambio, Lola miró a los ojos a Yolanda con desprecio.

El contrato se firmó sin contratiempos. Lola estaba bastante satisfecha con la siguiente asignación de trabajo. Ella se encargaría de los asuntos de Manolo, mientras que Julie estaría a cargo de Yolanda. Después de la reunión, Lola estaba sentada todavía en su silla. Al ver a Lola sentada, Manolo no se levantó. Después de que Jorge salió de la sala de conferencias, Yolanda se puso de pie para alcanzarlo inmediatamente. Luchando con sus tacones altos de 3 pulgadas, se tropezó y se cayó torpemente. En ese momento, Lola se levantó con sus documentos en las manos y sacó a Manolo de la sala de conferencias. Al escuchar el grito de Yolanda, Jorge se dio vuelta para ver qué estaba pasando. Lola le guiñó un ojo a Manolo. —Oiga, Sr. Jiménez necesito una aclaración sobre algunos temas. Hablemos. —Manolo intentó empujar a Jorge hacia su oficina después de tomar la insinuación de Lola. Lola tiró de la mano de Jorge y dijo. —Sr. Jiménez. ¡Vamonos! —Lola y Manolo llevaron a Jorge hacia su oficina. Manuel Mendez ayudó a Yolanda a levantarse. Otros ejecutivos salieron de la sala de conferencias uno tras otro, haciendo todo lo posible por no echarse a reír. Sentada en la silla, Yolanda frunció el labio inferior y miró a Julie, que estaba sentada enfrente tranquilamente. Julie sonrió. —Yolanda, ¡qué sonrojada estás! La Reina Internacional no debería deshonrarse así. Lo único que Julie quería saber en ese momento era que ¿cómo se había tropezado Yolanda, por la silla o por alguien? Yolanda estaba segura de que fue Lola quien estiró la pierna y la hizo tropezar. —¡Bien! ¡Lola Camela! ¡Pagarás por lo que has hecho hoy! —Yolanda pensó con una mirada fría. En la oficina del CEO. Lola empujó a Jorge a su oficina y cerró la puerta. Manolo ya había ido a la oficina de la directora general adjunta como se lo ordenó Lola. —¿Dónde está tu hermano? ¿No tiene algo que discutir conmigo? —Jorge miró a Lola con frialdad cuando supo lo que estaba tramando. —Sr. Jiménez, no se preocupe. Me ocuparé de los asuntos de mi hermano. —Lola estaba 100% segura de que Yolanda definitivamente le diría a Jorge pronto. Una idea vino a su mente. Metió a Jorge en el salón de la oficina, cerró la

puerta y se apoyó contra ella para bloquear la salida. ... brazos alrededor del cuello de Jorge, ella dijo suavemente. —Sr. Jiménez, no se vaya. Tengo algo que hablar contigo. —Entonces ella tiró de su mano y caminó hacia la cama. ... sonrisa malvada, Lola iba a hacer de las suyas. Jorge se había dado cuenta, por supuesto. —¡Infantil! —Pensó. Luego apartó a Lola y dio un paso hacia afuera. Lola se metió en una solapa al instante. Cogió a Jorge inesperadamemte, lo empujó sobre la cama y lo inmovilizó contra ella. Estando en la parte inferior, Jorge hizo una cara larga a la vez y apartó a Lola. —¡Jorge Jiménez, no te hagas el inocente! —Lola gritó enojada. Sin palabras... Jorge no se estaba haciendo el inocente. Solo que no deseaba jugar con ella. Pero sus comentarios lo irritaban. Jorge se dio la vuelta y quedó encima. Al oír que se abrió la puerta de la oficina, Lola besó a Jorge de inmediato. Jorge también sabía que alguien estaba entrando. ¡Bien! Si a Lola no le importaba meterse en problemas, no tenía nada de qué preocuparse él. La puerta del salón se abrió pronto. Al ver a Jorge y Lola en la cama, Yolanda temblaba de ira. —Jorge. —Yolanda finalmente pudo pronunciar una palabra después de un largo silencio. Después de notar la sonrisa de Lola, Jorge mordió los labios de Lola, se levantó sin prisas y se arregló el traje. Lola hizo lo mismo después de mirar a Jorge. —Lo siento, Yolanda. No es lo que parece. Solo estábamos hablando de negocios. ¡Por favor no te enojes! — Lola dijo deliberadamente. Su voz coqueta prendió fuego a Jorge. Yolanda, con lágrimas en los ojos, se acercó a Lola para abofetearla. Al ver a Yolanda levantando la mano, Lola se apresuró a esconderse detrás de Jorge. — Sr. Jiménez creo que su novia está malentendiendo las cosas. Será mejor que le explique. ¡Me tengo que ir! —Luego salió corriendo de la oficina del CEO. —¡Jorge! —Yolanda miró a Jorge con sus ojos húmedos. ¡Realmente quería despellejar a Lola viva! —Para de llorar. No hicimos nada. —Indiferente a sus lágrimas, Jorge salió. Yolanda lo siguió y dijo. —Sé que lo hizo a propósito. ¿Pero podrías por favor alejarte de ella? —Jorge se recostó en su asiento ejecutivo y se puso a trabajar.



Capítulo 153 Hermana, ¿cómo pudiste hacer eso? —¿Alguna pregunta sobre el contrato. —Jorge cambió el tema. No quería hablar de lo que acababa de suceder. En cuanto a Lola, él lo arreglaría. —No. —Entonces deja que Manuel te lleve de vuelta. —Jorge abrió su computadora personal y comenzó a escribir. —Jorge, estaré aquí por alrededor de una semana. Soy tu prometida. ¡No quiero quedarme en el hotel! —Yolanda caminó detrás de Jorge y enganchó sus brazos alrededor de su cuello. Jorge le quitó los brazos de inmediato. —Bueno. Le pediré a Sánchez que te lleve a Crescent Spring. —Jorge hizo todo lo posible por ser paciente y llamó a Sánchez. Sánchez llevó a Yolanda a Crescent Spring y le dijo que la habitación más interna del segundo piso era la habitación de Jorge y que podía elegir cualquier otra habitación. Yolanda subió las escaleras y miró a su alrededor. Eligió el dormitorio al lado de Jorge. Luego fue a la habitación de Jorge y la sala de estudio. No se sintió aliviada hasta que no encontró ropa ni productos para mujeres allí. De repente, su teléfono móvil sonó. Era de Manuel. —¿Qué pasa? — Yolanda contestó el teléfono. —Steven huyó a Islandia después de que mató a esos hombres en la cárcel. Se encontró siendo acosado recientemente. Ahora está pidiendo cinco millones para huir a otro lugar. —Manuel dijo en voz baja en un rincón apartado. —¡Un cerdo tan codicioso! ¡Ya le he dado diez millones! Esta es la última vez. Dile que no tengo mucho dinero. —La voz enojada de Yolanda resonó en la habitación. —De acuerdo. ¡Voy a llamarlo de vuelta! —Respondió Manuel. —¡He gastado mucho dinero para tratar con esa mujer! Pídele a Steven que se ponga en contacto conmigo cuando esté a salvo. Tengo un nuevo plan.... — ¿Esa mujer? ¿Un nuevo plan? La señora Durán estaba confundida. Ella, de pie fuera de la habitación, subió las escaleras para comprobar si Yolanda necesitaba algo de comer. Para su sorpresa, escuchó la llamada de Yolanda. —Como la

señorita Moza está en el teléfono, le preguntaré más tarde. —Ella pensó y se fue. Yolanda se frotó la sien después de colgar el teléfono. —¡Maldición! Lola Camela. ¡Debo encontrar una manera de deshacerme de ella! En el oficina de la directora general adjunta. —Lola. ¿No podrías pedir un día libre. —Dijo Manolo casualmente mientras hojeaba la revista en sus manos. —¿Qué pasa? —Dijo Lola mientras cambiaba la mirada de su computadora personal a su hermano. —¡Acompaña a Estrella! ¡Me he convertido en su niñera recientemente! — Manolo miró a Lola y se quejó. Pensó que su hermana era una adicta al trabajo. ¿Estrella? ¿Quién era Estrella? Sánchez acababa de regresar de Crescent Spring. Jorge le pidió que le enviara algo a Lola. En la puerta, escuchó su conversación. Al darse cuenta de que no era educado, Sánchez llamó a la puerta. —Entra por favor. —Srta Camela. El jefe me pidió que le traiga esto. —Dijo Sánchez mientras ponía un expediente en el escritorio. —Hay una llave de auto dentro. Como su auto se estrelló la última vez, compró un nuevo Maserati para usted. Está en la tienda 4S ahora. Puede ir a buscarlo. —En realidad había otras cosas en el expediente... Una sorpresa para la subdirectora general. Tan pronto como Sánchez se fue, Manolo se acercó a Lola y le preguntó. — ¿Jorge estrelló tu auto? ¿Estás bien? —¿Estaba tratando de matar a mi hermana? —Pensó. —¡Deja de llenar tu cabeza de tonterías! Él me salvó. —Dijo Lola mientras recogía el expediente. Varias fotos cayeron al suelo cuando abrió el expediente. Lola se inclinó para recoger esas fotos. Al ver a la persona en las fotos, Lola comenzó a llorar. Era José Hernández, su padre adoptivo. En las fotos, él, cuyo cabello se volvió gris, estaba escribiendo en un pizarrón en un salón de clases en mal estado. Parecía que se convirtió en profesor en un pueblo. En las otras dos fotos, Rosa estaba pidiendo ayuda en la carretera, usando mucho maquillaje y ropa sexy. Lola se tapó la boca para ahogar su grito. ¡Finalmente encontró a su padre! —Lola, ¿qué pasa? —Manolo se asustó por su repentino estallido de llanto. En el expediente, Lola encontró una hoja de papel con una dirección en Echo Bay. Era un pequeño pueblo lejos de aquí. —¡Jorge encontró a mi padre! —Gritó Lola emocionada. Manolo estaba confundido al principio. Luego se dio cuenta rápidamente de que Lola estaba

hablando de su padre adoptivo en la ciudad D. Al ver que Lola estaba tan emocionada, Manolo supuso que el hombre debía ser un padre amoroso. Lola estaba muy feliz. Como fue Jorge quien la ayudó a encontrar a su padre, Lola sacó su teléfono móvil y le envió un mensaje. Manolo se acercó a Lola, con los ojos fijos en su pantalla. Lola lo empujó a un lado y dijo. —¡Oye! ¡Privacidad! Manolo se inclinó sobre el escritorio de Lola y le preguntó en tono exagerado. —Lola. ¿Vas a casarte con Jorge por esto? ¡No seas impulsiva! Lola puso los ojos en blanco. —Sí. ¿Algún problema? Manolo negó con la cabeza de inmediato. ¿Cómo se atrevía a tener algún desacuerdo? Jorge estaba agachado por el trabajo cuando sonó su teléfono móvil, recordándole un nuevo mensaje. —¡Jefe Jiménez, vamos a buscar una habitación! —Al ver el mensaje de Lola, Jorge casi dejó caer su teléfono móvil al suelo porque no esperaba que Lola fuera tan directa. ... Jorge nunca perdería la oportunidad de estar con Lola, por supuesto. Hizo una llamada telefónica para reservar habitación de inmediato. Luego le envió la dirección del hotel a Lola. Cuando Lola estaba considerando cuántos días de descanso debía pedir para visitar a su padre, recibió el mensaje de Jorge. —Habitación No. 2308, Hotel con vista al mar. ... —¡Tan rápido! —Lola exclamó. —¡Manolo Camela! —Pensando que no podía acompañar a Estrella esta noche, Lola sintió pena. Al oír que Lola lo llamó por su nombre completo, Manolo ya estaba al tanto. Debido a que su experiencia pasada demostraba que cada vez que Lola le pedía ayuda, lo llamaba por su nombre completo. —¡No me mires de esta manera! No voy a ir a casa esta noche. Ayúdame a ocultarlo y cuida de Estrella, ¿vale? —Lola mostró una sonrisa amistosa en su rostro. —Hermana, ¿cómo puedes hacer eso? Abandonar a tu hija y pasar tiempo con un hombre. —Manolo se quejó. ... Lo sé. ¡Pero estoy haciendo esto para recuperar al padre de Estrella! Llevaré a Estrella a visitar a mi padre días después. —Explicó Lola. Ella supuso que su padre debía estar feliz de ver a su nieta. —De acuerdo. Pero esta debe ser la última vez, ¿de acuerdo. —Dijo

Manolo. En realidad no estaba preocupado por cuidar a Estrella solo. El abuelo y la niñera lo ayudarían. Además, su padre y su madre volvían a casa con más frecuencia desde que se reunieron con Lola. —¿Quieres algo? Puedo pedirle a Jorge que te lo compre. —Lola sonrió. ¡Ella decidió derrochar el dinero de Jorge! —Eh... No necesito nada por el momento. —Manolo era rico para poder comprar lo que quisiera en cualquier momento. —¡Manolo! ¿No puedes pensar en algo que quieras? —Lola puso los ojos en blanco ante su hermano. ¿No necesitaba nada? ¡Vaya chico rico tan afortunado! —Bueno. ¡Ya que lo pones de esa manera, quiero a Laura! —Al pensar en Laura, Manolo no pudo evitar mostrar una sonrisa feliz en su rostro.

Capítulo 154 Tomó el teléfono de Jorge —¿Sabes que ella es al menos tres años mayor que tú? —Dijo Lola mientras giraba los ojos hacia Manolo. Ella no quería que su hermano estuviera con Laura. Se preguntó cómo se conocían. —Por supuesto. ¡Pero no importa! ¡No me importa eso! La chica madura es más pensativa. —Dijo Manolo. Al ver la feliz expresión de Manolo, Lola no quería herir sus sentimientos. Luego cambió de tema mientras ordenaba su escritorio. —Es casi mediodía. Tengo que irme antes para conseguir el coche. ¡Vas conmigo! Luego cogió la llave del auto y sacó a Manolo de la oficina. En su camino hacia el área de estacionamiento, muchas colegas miraron furtivamente a Manolo. Gracias a Dios. Todos sabían que eran de la misma familia; De lo contrario, habría rumores sobre ellos. Era un Maserati blanco nuevo modelo. Al ver a Lola subiendo a su auto nuevo y rugiendo, Manolo sintió envidia. En ese momento, Manolo descubrió lo que quería. Quería un auto nuevo que fuera más caro que el nuevo Maserati de Lola. Pensaba en su propio Ferrari, que valía solo varios millones. ¡Manolo pensó que su Ferrari no era lo suficientemente elegante, así que estaba decidido a comprar un auto nuevo! Pero debía tener el permiso de su padre antes de eso. ¿Y si su padre no le permitía comprarlo? ¡Se iba a rebelar! Deprimido, Manolo volvió a casa. Era sábado. Harold y Angie estaban jugando con Estrella en la sala de estar. —¡Padre, madre, quiero comprar un carro nuevo! —Dijo Manolo con decisión. —¿Por qué? Acabas de comprar este. ¡Costó tres millones! —Dijo Angie. Para ser precisos, Manolo compró el auto hacía meses. —Padre, madre, ahora puedo ganar dinero. ¿Podría tomar la decisión por mí mismo? ¿Saben que Lola está conduciendo un auto por valor de decenas de millones? —Para obtener lo que quería, Manolo le dijo a Harold y Angie sin vergüenza sobre el nuevo auto de Lola. Harold y Angie se miraron con incredulidad. —No digas tonterías. ¡El BMW de tu hermana solo vale ochocientos mil! —Dijo Angie.

—¡Ella acaba de conseguir un auto nuevo! Su BMW fue chocado por... — Manolo señaló a Estrella, que lo miraba con los ojos entrecerrados—. Su tío Jorge el otro día. Así que le compró un nuevo Maserati, que vale más de cincuenta millones. —En realidad, Manolo podría ganar fácilmente decenas de millones filmando películas y anuncios. Pero sus padres nunca le permitieron ser extravagante. Qué triste... —¿Qué pasó? ¿Tu hermana está bien? ¿Por qué no me lo dijo ella? —Al escuchar las palabras de Manolo, Angie se levantó ansiosamente y caminó hacia él, que estaba reclinado en el sofá. —No te preocupes. Ella está perfectamente bien. Dijo que era porque ella... Manolo señaló a Estrella que todavía lo estaba mirando, su tío Jorge quería salvarla y luchó con el mafioso que chocó el auto. Después de decir eso, Manolo hizo una mueca a Estrella. —¡Eso es lo mejor! ¡Manolo, mantente alejado de los asuntos de tu hermana! Jorge Jiménez y Tomás Herrero son de cuidado. ¿Entiendes? —Angie le advirtió a Manolo seriamente. Manolo puso los ojos en blanco ante Angie. ¿No sabía que su tiempo libre estaba ocupado por Estrella? ¡No tenía tiempo para interferir en los asuntos de su hermana! Luego se acercó a Estrella y le sonrió. —Oye, pequeña bribona. Soy tu tío. Te cuido todos los días. ¿Podrías dejar de entrecerrarme los ojos de esa manera? ¿Mi pequeña princesa? —¡Eres un tonto! —Dijo Estrella mientras miraba a Manolo con los ojos entrecerrados. ... —¡Madre! ¿Cómo puede decir eso? ¿Quién le enseñó a decir eso? —La molestia de Manolo y la risita de Estrella resonaron a través de la casa. Por la noche. Lola salió del trabajo una hora más tarde deliberadamente. Se apresuró a su nuevo coche después de que la mayoría de los colegas se habían ido. Porque no quería que supieran que ella manejaba un Maserati; De lo contrario, habría rumores de que un chico rico la mantenía. Su BMW se estrelló. ¡No tenía más remedio que conducir ese Maserati! Lola abrió el GPS y se dirigió al Hotel Sea View. Era un hotel privado con varias docenas de plantas y situado junto al mar en el oeste del país A. En el hotel, los huéspedes podían escuchar el sonido de las olas rompiendo en la orilla. Después de estacionar su auto, Lola caminó hacia el vestíbulo del hotel con su bolso. —Hola señorita. ¿Es usted nuestra clienta VIP? —Una joven y bella

recepcionista de hotel se acercó a Lola y le preguntó cortésmente. —No. ¿No puedo entrar si no soy la VIP. —Dijo Lola mientras miraba alrededor del vestíbulo del hotel, que estaba decorado al estilo del mundo marino. —Así es, señorita. Estamos abiertos sólo para VIP. —Respondió pacientemente la recepcionista. —En realidad, mi amigo me está esperando aquí. Él está en la habitación 2308. —Explicó Lola. Como la sala 2308 era la suite presidencial, la recepcionista dijo con voz tierna. —Está bien. Por favor, espere un minuto. Tengo que confirmarlo. Luego se dirigió a la recepción, hizo una llamada y regresó con Lola en menos de un minuto. —Lo siento por hacerle esperar, señorita. Por aquí por favor. —La joven recepcionista dijo mientras le hacía un gesto a Lola para que la siguiera. ¡Qué gran servicio. —¡Gracias! —Lola sonrió a la recepcionista. —¡De nada! —Después de llevar a Lola al piso 23 y decirle que la habitación más alejada era la habitación 2308, la recepcionista regresó al ascensor y se fue. Lola se dirigió a la habitación 2308. De pie afuera, se sintió un poco nerviosa de alguna manera. Respiró hondo y llamó a la puerta. Jorge, vestido con una bata de baño, abrió la puerta. Acababa de terminar de ducharse. —¡Buenas noches, Sr. Jiménez! —Lola mostró una sonrisa profesional deliberadamente y se inclinó. Jorge llevó a Lola a la habitación, cerró la puerta y la empujó contra ella. Mirando hacia abajo a la ligeramente ruborizada Lola, Jorge besó sus labios con entusiasmo. El bolso de Lola cayó al suelo. Pero ninguno de ellos se dio cuenta de ello. Jorge levantó a Lola por la cintura, caminó hacia la ventana francesa y la tomó. A la medianoche. Lola le rogó a Jorge que la soltara con voz débil. Jorge se levantó y la llevó al baño. En el baño, Lola estaba tendida en la bañera mientras Jorge estaba de pie junto a la bañera y duchándose como hacía varios años. Al mirar los labios rojos y sexy de Lola, Jorge reveló una sonrisa malvada. Cuando se vieron en el hotel por primera vez, hicieron lo mismo en el baño. Pero esta vez, Lola estaba sobria. Al darse cuenta de lo que Jorge iba a hacer, Lola miraba a ese demonio con

los ojos bien abiertos. ... —¡Jorge Jiménez, pervertido! Lola murmuró después de que Jorge la puso en la cama finalmente. Jorge, de buen humor, enganchó su brazo alrededor de la cintura de Lola por detrás y se quedó dormido pronto. Al amanecer, Lola se despertó. Tomó el teléfono móvil de Jorge en la mesita de noche. Luego, rápidamente se tomó una foto, abrazándose cara a cara sobre la cama. Abrió el Wechat de Jorge y le envió la foto a Yolanda. Luego, Lola borró el mensaje de chat, volvió a poner el teléfono móvil en la mesita de noche y se fue a dormir nuevamente. Pensó que Jorge no se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Pero Jorge abrió los ojos después de que ella se durmiera.

Capítulo 155 Una familiaridad innata entre padre e hija Jorge revisó su teléfono celular pero no encontró nada inusual. No creía que Lola usara su teléfono solo para ver la hora, pero, ¿qué otra cosa podía hacer ella. —Bueno, ¡solo déjalo así! Aunque era Domingo, Lola se apresuró hacia la compañía para asistir a la reunión de la mañana. Jorge vestía de una camisa casual blanca hoy con las mangas metidas arriba del codo. Había un reloj precioso en su muñeca izquierda, pero ahí la muñeca derecha atraía más la atención en donde justo en medio había dos filas de marcas de mordidas. ¿... dejada por Lola? ¿Fue eso tan serio? Bueno, aunque no fuera la gran cosa, no debería exponerla... Lola fingió que no vio las marcas mientras que los demás ya sabían lo que su Director General había hecho la última noche anterior. Con vergüenza Lola tiró el cuello de su camisa para cubrir su piel de cuello, por temor a que la marca en su cuello fuera vista por otros. Después de la reunión, Jorge miró a propósito a la ruborizada Lola. Lola miró de prisa hacia otro lado. ¡DIOS MÍO! ¿Por qué ella comenzó a sentir que estaba teniendo una aventura con él? ... En Crescent Spring. Después de un día ajetreado, Yolanda revisó casualmente su teléfono y vio el mensaje de WeChat de Jorge. Estaba tan enfurecida por la foto que recibió que estrelló el teléfono contra el suelo y apretó su ropa con ambas manos. ¡Jorge anoche se acostó otra vez con esa mujer y seguramente la foto no fue enviada por él!. Realmente estaba enviada por esa perra después de que tuvieron sexo. ¿Ella quería presumir? ¡Lola Camela! Ahora ella ya no podía mandar a Steven a lidiar con Lola, ¡pero podía pedirle ayuda a la madre de Jorge! Ella cogió el teléfono. Su pantalla estaba rota pero aún podía hacer una llamada telefónica. Antes de llamar, recibió en WeChat una foto de Manuel. En la foto, Jorge sostenía en sus brazos a una niña pequeña con una tierna

mirada en su rostro. Sin embargo, la niña tenía un mosaico y Yolanda no podía ver su apariencia. ¿Cómo pudo Jorge haber sostenido a una niña? La niña se veía de tres o cuatro años. ¿De quién era esta niña? ¿De Lola y Jorge? Pensando en ello, Yolanda se sintió helada de la cabeza a los pies. ¡No!. ¡Eso era imposible!. Si ella fuera realmente la hija de Jorge, ¡seguramente él la llevaría a casa! ... ella era solamente la hija de su amigo. Sí, debería ser eso. Ella había sabido que hacía diez años Jorge quería tener un hijo ... ¡Así que ella debía ser la que le diera a él un bebé, no Lola! Tenía que encontrar la manera de darle un niño ... Después de la reunión de la mañana, Lola se preguntaba si debería pedir permiso para retirarse. Ella vaciló porque tuvo que lidiar con la aprobación de Manolo y Yolanda. Al final decidió retirarse debido a que la compañía aún tenía a cargo al director general y al gerente general después de que ella tomara días libres. Entonces no habría problema. Ella le envió un correo electrónico a Jorge, solicitando permiso de irse cuatro días a partir del siguiente día. Al mediodía, Jorge respondió. —¿Quieres ir a Ciudad X?. ¡Iré contigo! ... ¡Era una solicitud de permiso para el director general, no un itinerario para el esposo! Por supuesto, ella se negó, porque también llevaría a Estrella y no quería que Jorge estuviera con la pequeña niña. Había una familiaridad innata entre padre e hija. ¿Qué pasaría si Jorge descubriera la verdad? Pero la respuesta de Jorge fue aún más simple. —¡No aprobaría el permiso de Lola si ella no le permitía ir juntos! —Añadió que la recogería en la mansión de la familia Camela a las ocho en punto mañana temprano. ... Lola se frotó su adolorida sien y aceptó. De cualquier forma, le era difícil llevar a viajar sola a un niño. Lola llamó a sus padres en el ejército y la pareja de ancianos la apoyó para traer a José de vuelta. Por la noche. Lola yacía tendida boca abajo junto a su hija que estaba jugando los bloques. Su mirada seria a Lola, le recordó a Jorge... —Estrella, te diré algo —Lola le iba a decir a su hija con anticipación para

asegurarse que estaría mentalmente preparada para lo que sucedería mañana. Estrella la miró y le dijo. —¡Adelante, mamá! —Mañana, mami te llevará a ver a tu abuelo. Yo fui criada por él. —Ella llevaría a José al País A si él estaba dispuesto a venir con ella. Por lo tanto, ella no tendría que preocuparse por él desde que ellos vivían juntos. —¿Cuántos papás tienes? —Esa era una pregunta incómoda. Lola sonrió. —¡Mami tiene dos papás!. La abuela está de acuerdo con que vayas conmigo mañana, y ¿quieres venir conmigo. Estrella asintió con la cabeza y dijo dócilmente. —Iré a donde sea que mamá vay. Ella acarició alegremente la coleta de su hija y dijo. —Un tío irá con nosotras. ¿Te importará? —Ella preguntó. Estrella dejó los bloques y preguntó astutamente. —¿Es al que veo en tu teléfono? —Por supuesto, a ella le encantaría ir con papi. Pensando en la foto de Jorge en el teléfono, Lola asintió, —¿Quieres que él venga?. Estrella asintió con la cabeza rápidamente con sus ojos brillando de felicidad tan pronto como su mamá terminó. —¡Sí!. ¡Por supuesto—. ¡Estaba tan feliz de poder ir con papi! Lola dejó escapar un suspiro de alivio después de que Estrella estuvo de acuerdo. Estaba confundida de el porqué Estrella estaba tan emocionada. Quizás era solo porque le caía bien el tío guapo. A la mañana siguiente, Manolo los acompañó hasta la puerta de la mansión y encontró un Maybach estacionado allí. En el auto, Jorge miró hacia Lola y Estrella con el atuendo azul claro de madre e hija. Eso era tan acogedor. Para los ojos de Jorge, Manolo a un lado era invisible. Tomó con su teléfono una foto de ellos detrás de la ventana del auto. ¡Buena esa! Sería mejor si Manolo fuera removido por Photoshop. En la mente de Jorge, Manolo era la persona que no debería estar ahí. Cuando Jorge salió del auto, José gritó con emoción. —¡Cuñado! ¡Cuñado—. ¡Su lujoso auto y villa estaban a la vuelta de la esquina! Lola se sonrojó y abofeteó la cabeza de él, —¿Quién es tu cuñado. Tan pronto como ella acabó, Estrella se soltó de su mano y corrió hacia Jorge. —¡Tío, tío! Lola estaba tan sorprendida, preguntándose por qué Estrella estaba tan emocionada de conocer a Jorge. Al ver a Jorge levantar a Estrella con una sonrisa en su rostro, ella sintió que algo estaba mal. —¿Ellos alguna vez se han visto—. ¡Esta pregunta era para Manolo!

—¿Cómo puedo saberlo? —Temiendo que su secreto fuera descubierto, Manolo miró hacia otro lado y se dirigió al Maybach con la maleta pequeña. —¿Irás a ver al abuelo conmigo? —Estrella abrazó el cuello de Jorge con fuerza, esperando que Jorge dijer. —sí. —¡No te lo diré a menos que me des un beso! —Él no respondió, pero la mantenía adivinando. Sin dudarlo, Estrella besó su rostro. El sol salió en el este y brillaba sobre los hermosos padre e hija. La escena era increíble y nadie quitaría la vista de ellos.

Capítulo 156 Una imagen eterna Manolo tuvo la oportunidad de tomar una foto del padre y la hija al lado del Maybach con su teléfono. En la foto, dos filas de sombrillas chinas en la avenida limpia y amplia de la mansión Camela eran el papel de aluminio perfecto para el Maybach negro, y justo en el medio, Jorge con una camisa blanca estaba disfrutando el beso de Estrella en sus brazos. Jorge la bajó y le arregló su desordenado flequillo. Manolo nunca podría perderse ningún momento maravilloso. Lo fotografió para convertirlo en una imagen eterna. Lola, quien estaba inmersa en el hermoso momento, se levantó y trotó hacia ellos. Manolo estaba levantando su teléfono celular, listo para tomar fotos de toda la familia. ¡Él lo hizo! Jorge no lo decepcionó. Tan pronto como Lola los alcanzó, Jorge la abrazó y la besó en la frente. Estrella, con una sonrisa brillante, miraba a su padre que estaba besando a su madre. La bella escena no fue estropeada a pesar de que Lola estaba de pie de espaldas a la lente. Después de tomar estas magníficas fotos, Manolo huyó rápido a la casa. Decidió usar las fotos para pedirle a Jorge algo. ¿Qué debía pedir él? Lo pensaría... El beso de Jorge hizo que Lola se sonrojara. Inmediatamente lo apartó y dijo. —Estrella está aquí... La inteligente Estrella se tapó la boca, sonrió y bromeó. —No veo nada. — Luego se apresuró a cubrir sus grandes ojos con la otra mano. —¡Impresionante, Estrella! —Jorge abrazó a Lola de nuevo, con ninguna intención de dejarla ir. Lola hizo un puchero, le lanzó una mirada rápida y le dio una palmada en el brazo. Luego se agachó para recoger a Estrella. —¿Vamos o no? —Le preguntó al hombre, que parecía complaciente. Jorge levantó a Estrella, abrió la puerta del asiento trasero y la puso sobre el

nuevo asiento para niños con cuidado. Luego empujó a Lola en el asiento del copiloto. Lola volvió a mirar el asiento para niños y los sentimientos encontrados la llenaron. —Oye, voy a ver a mi padre. ¿Qué vas a hacer? ¿Cómo debo presentarte? ¿Mi jefe? ¿Mi novio? Ninguno es apropiado... —La había confundido durante mucho tiempo. Jorge miró al Maybach y la miró de reojo. —¡Me presentaré! —¿Cómo te presentarás? ¡Ese es el punto! —Lola echó un vistazo a su hija que los miraba con curiosidad. —¿Eso importa? —Jorge giró su Maybach con indiferencia y se dirigió al centro comercial. Lola hizo un puchero, pero no discutió. Jorge los llevó al supermercado para comprar algo de agua y comida para el viaje. La encantadora familia atrajo muchas miradas de admiración. Pero no eran una verdadera familia. Lola recogió las cosas rápidamente y llevó a Estrella al Maybach. Jorge no la forzó. Fue solo al centro comercial y compró algunos regalos antes de regresar al Maybach. Luego se dirigió directamente a la autopista. La ciudad X estaba en la frontera del país A y la ciudad D. Tomaría cinco o seis horas en la autopista. Gracias a Estrella, el Maybach se llenó con vítores y risas. Mirando a su hija, que estaba cantando con la cabeza inclinada hacia un lado, y Jorge, que obviamente parecía feliz, Lola se sintió irreal. Hubo innumerables ocasiones en las que soñaba con la familia feliz por la noche. Cerró los ojos para ocultar sus lágrimas. Jorge pensó que estaba cansada, así que se detuvo en el área de descanso. Acomodó el asiento trasero como una pequeña cama, de modo que Lola y Estrella pudieran descansar después de que volvieran del baño. —Espero que lleguemos en menos de dos horas. Puedes descansar. Jorge puso a Estrella en el asiento. ¡Los niños siempre eran enérgicos! Estrella se arrastró felizmente después de que se quitó los zapatos. Después de que Lola se acostó, miró a Jorge que estaba listo para irse. — Descansa primero. ¡No tenemos prisa! ... agotador conducir. ¡Ella lo sabía bien! ... necesidad. No estoy cansado. ¡Duerme un poco y te despertaré cuando lleguemos! —Jorge cerró la puerta y volvió al asiento del conductor. Estrella se durmió rápido, pero Lola se quedaba despierta. Ella se sentó. Notando el violento temblor, ella protegía a Estrella de caer

con una mano. —Jorge... Miró por el espejo retrovisor, —¿No tienes sueño. —¡No! —Lola se quedaba en silencio cuando miraba al hombre que conducía con cuidado. Se preguntó si él también estaba cuidando bien a Yolanda. ¿Se casaría con Yolanda si no la hubiera conocido? Ella se mordió los labios y preguntó. —Si no fuera por mí, ¿te habrías casado con ella? —¿Era ella un poco sentimental? Jorge se mantuvo en silencio por un buen rato antes de responder. —¡Estoy contigo ahora! ¡Así que deja esos pensamientos inútiles! Lola no volvió a hablar durante el resto del viaje. Ella solo miraba a su hija y al hombre en el frente en silencio. Casi dos horas después, habían pasado las 2 de la tarde cuando el Maybach salió de la autopista. Tenían que comer en un restaurante y verificaban el sistema de guía. Todavía faltaban más de dos horas para llegar a Echo Bay, donde vivía José. Mirando fijamente al hombre que estaba almorzando elegantemente, ella se sintió afortunada de que los condujera aquí. O se sentirían mal si hubieran viajado en autobús. Preguntó después de pensar por un momento, —¿Qué tal nos quedamos a pasar la noche aquí y seguimos mañana por la mañana?. Jorge lo pensó y le preguntó a Estrella, que estaba comiendo con apetito. — Estrella, dime si te sientes cansada. Estrella asintió honestamente. —Un poco. —¡Era la primera vez que viajaba en un automóvil durante tanto tiempo! —Bueno. Nos registraremos en un hotel entonces. —Jorge eligió algo rápido y aceleró para terminar su almuerzo. Lola se quedó sin habla y les echó un vistazo. ¡Muy bien! No encontraron un hotel de cuatro estrellas recomendado en una App hasta que dieron la vuelta a la ciudad. Jorge dejó a Lola y Estrella esperando en el sofá en el pasillo y fue a registrarse. Pidió una suite presidencial y el recepcionista los condujo escaleras arriba. Mirando alrededor de la suite, Jorge frunció el ceño. La habitación no era tan buena como la habitación estándar de un hotel de tres estrellas en el país A. ¡Pero la buena noticia era que la cama era lo suficientemente grande para los tres! Después de desempacar la maleta, Lola le preguntó al hombre que todavía

estaba jugando con Estrella. —¿No regresas a tu habitación para descansar. Jorge la miró y le preguntó a la niña que estaba a su lado. —Estrella, ¿te gustaría acostarte con tu mamá y conmigo esta noche. Estrella asintió de inmediato. Al darse cuenta de la reacción de su mamá, Estrella de repente pasó sus brazos alrededor del cuello de Jorge con fuerza. — ¡Mamá, vamos a dormir juntos esta noche! —Está bien, Estrella, ¡vamos a dormir juntos esta noche! —Estaban unidos. ¿Qué más podría pedir Lola?

Capítulo 157 Echo Bay Lola se acercó a Jorge y le dio discretamente un pellizco. Jorge retorció con dolor su rostro a propósito. Al ver su agonía, Estrella puso una expresión de preocupación y preguntó. —¿Qué te pasa, tío Jorge? ¿Estás enfermo? Jorge sacudió su mano. —No estoy enfermo. ¡Tu mami me iba a echar! ¡Ayúdame, Estrella! Su penosa apariencia sorprendió a Lola. ¿Cómo podía ser él tan infantil? —¡Mami, apiádate de él, por favor! Déjalo dormir con nosotras, ¿está bien? —Estrella se dirigió hacia Lola y tiró penosamente de su ropa. ... Al anochecer, los tres durmieron en una sola cama, Estrella acostada en medio. Pero a la medianoche, la trasladaron. Los demás susurraron. —¡Jorge, detente! ¡Estrella está aquí! —Relájate. Yo solo quiero abrazarte. No hago nada más. ¡Buenas noches! —Sumergiéndose en la fragancia de ella, disfrutaba de la serenidad del momento. ¿Jorge solo abrazaría a Lola para dormir? ¡Por supuesto que no! El hombre salió de la cama y la llevó por la cintura hacia el baño. Cuando salieron, Estrella estaba durmiendo horizontalmente a través de la cama. Jorge se rió, puso a Lola en el borde de la cama y movió a un lado a la durmiente Estrella. Justo cuando él acomodó a Estrella, se escuchó un golpe sordo. Jorge miró hacia atrás y encontró ausente a la mujer. Lola se levantó y lo miró. —¡Cómo te atreves a echarme de la cama! El hombre contuvo su risa y la subió a la cama. —¡Lo siento!. ¡Te olvidé, mi amor! —Jorge la ayudó a sobar en donde le dolía. Después de un rato, ¡él se sintió de humor de nuevo! Lola rápidamente tiró de la manta para cubrirse. —¡Hora de dormir! Cuando él decidió dejarla en paz, abrigó a Estrella, acurrucó a Lola en sus

brazos y se quedó dormida tranquilamente. A la mañana siguiente, ellos partieron hacia Echo Bay. En el pueblo de Echo Bay. Ubicado en un lugar desolado rodeado de imponentes montañas, era un antiguo pueblo con una historia de miles de años. Para llegar al pueblo de Echo Bay, tuvieron que pasar por un camino largo y tortuoso. Era un camino estrecho, pero el gobierno lo hizo un camino de doble carril. El camino era tan zigzagueante que dieron la vuelta para llegar al otro lado de la montaña. Con una vista muy abierta, uno podía ver todo el pueblo con casas viejas ordenadamente separadas en dos filas por la amplia Echo Bay. Había docenas de musgosos puentes de piedra sobre la bahía. De vez en cuando un barco flotaba río abajo. El agua fluyendo a lo largo de los escalones podía encontrarse por aquí y por allá entre las casas. Como en ese entonces era verano, la cascada estaba toda verdosa bajo los verdísimos árboles. El cielo nublado anunciaba la lluvia. Las altas montañas a lo lejos, estaban inmediatamente envueltas en las nubes y las nieblas. Las lloviznas se detuvieron en menos de diez minutos, tan repentinamente como llegaron. A lo largo de la izquierda de la carretera asfaltada, encontraron la escuela primaria con un tablero. —Escuela Primaria Echo Bay" en la puerta. La escuela se constituía de aulas con techo de tejas. El Maybach de Jorge se convirtió en una verdadera atracción. Le preguntaron a un transeúnte dónde vivía José y obtuvieron la respuesta de inmediato. La escuela solo tenía tres maestros: dos locales y José Hernández, que era extremadamente famoso en todo el pueblo. Jorge condujo el carro hacia el este. Encontró la tienda mencionada por el transeúnte. Junto a la tienda había un edificio de dos pisos en mal estado. Eso era todo. Jorge detuvo el auto y bajó a Estrella. Lola sabía que habían llegado y salió del auto. Jorge y Estrella caminaron al frente, tomados de las manos. Después de que salieron del camino asfaltado, encontraron el camino enlodado, ya que acababa de llover. Levantó a la niña y le pidió a Lola que esperaran en el camino antes de ir a tocar la puerta. Al escuchar el zumbido del coche, los vecinos salieron corriendo para ver quién venía. El coche estaba inmediatamente rodeado de niños y adultos. Algunos miraban fijamente al auto, mientras que otros miraban fijamente a los

tres extraños. Era un anciano quien abrió la puerta con las manos toscas. Arrugado y con la cabeza canosa, llevaba un abrigo gris con parches. —Hola señor. ¿Esta es la casa de José? —Preguntó educadamente Jorge. El anciano apuntó a su oreja, indicando que no podía oír. Jorge echó un vistazo a Lola. —¡Entremos! Con sentimientos complicados, Lola caminó a través del patio con decoración china. Un perro retozaba hacia ellos, meneando su cola. Estrella se regocijó al ver al perro que venía. Jorge bajó a Estrella al suelo de cemento limpio. Un hombre con ropa antigua de algodón salió. Mientras él caminaba, dijo. —Madre. Supongo que tenemos un invitado. ¡Déjame ver! —La voz familiar hizo que Lola rompiera en llanto. José se quedaba inmóvil ante la vista de los invitados. Sus labios temblaron. Después de un largo rato, dijo. —¡Lola! —¡Padre! —Lola trotó hacia José y lo abrazó, que parecía mucho más viejo que antes. Cuatro años habían pasado. Lola se ahogó con sollozos y los ojos de José estaban húmedos. —¿Cómo pudiste dejarme sola, padre? —Lola dio rienda suelta llorando a todas sus quejas de todos esos años. La culpa llenó el corazón de José después de escuchar la reclamación de Lola. —¡Mami! —La voz baja de Estrella vino de atrás. Lola soltó a José y se secó los ojos. —Padre, esta es mi hija, Estrella Camel. ¿Estrella Camela? Jorge levantó levemente sus gruesas cejas. —Tomás Herrero permitiría que su hija tomara el apellido de su madre. —Él se preguntó. —¿Tu hija? ¡Ella es ahora una niña tan grande! —José se sorprendió de ver a la linda niña. ¡Cómo vuela el tiempo! Su hija ahora tenía una hija. —¡Abuelo! —Estrella saludó dulcemente a José. José levantó a Estrella con cuidado. Estrella era tan encantadora y justo se parecía a la Lola pequeña. Parecía que volvía a ver la cara redonda de su hija. Jorge llevó imperceptiblemente los regalos desde el auto y los otorgó al anciano más cercano. Caminó hacia José y dijo. —¡Encantado de conocerlo, señor! ¡Soy Jorge Jiménez y estoy pretendiendo a su hija! —¿Pretendiendo a mi hija? ¿No es Estrella su hija? —José estaba confundido.

La cara de Lola se puso colorada. ¡Era lo suficientemente descarado como para decir de golpe todo!

Capítulo 158 Se separó de su hija ¡Jorge Jiménez! Por lo familiar que era este nombre, José bajó la cabeza y se hundió en sus pensamientos. ¡Tardó en un segundo para recordar quién era Jorge. —¿Eres el CEO del Grupo SL? —Le dio mucha sorpresa esta idea. —Sí lo soy. Lo siento por visitarle de esta manera. —Los dos hombres apretaron sus manos cortésmente. Al escuchar el saludo cortés de Jorge, José asintió. —¡Adelante, por favor! —José los indicó a un edificio de dos pisos. La casa era un poco vieja, pero bastante limpia. Se sentaron en la sala de estar. José, sosteniendo a Estrella en sus brazos, les presentó al anciano. —Lola, este es tu abuelo. Ya no podía escuchar nada desde hace unos años. —Se refería al anciano que acababa de abrirles la puerta. —¡Abuelito! —Aunque el anciano no pudo oír, Lola lo saludó dulcemente. ¡Ella pensó que el llamad. —abuelito" sería más cariñoso qu. —abuelo. El anciano miró a su boca y entendió. Él le tomó las manos y asintió con alegría. —¡Buena niña, buena niña! Nunca había visto a sus abuelos, porque estaba muy lejos de ellos y no aprobaron el matrimonio de sus padres. Más tarde, su madre se despidió secretamente de Echo Bay y nunca regresó durante más de 20 años... En este momento, una anciana con una chaqueta casera salió con un bastón y los ojos desenfocados. Jorge, que estaba más cerca de ella, la ayudó. —¡José! ¿Quién es? —Jorge la ayudó a sentarse en la silla y volvió a su asiento. —¡Madre, mi hija Lola, su hija Estrella y su novio Jorge están aquí! —José les presentó a su madre. Lola se acercó a la anciana de cabello gris. —¡Abuelita! Soy lola. ¡Tu nieta! —Lola la saludó cariñosamente, sujetando las manos gruesas de la anciana. —¡Lola! ¡La hija de ella—. ¡La anciana estalló en lágrimas al pensar en su propia pobre hija! Ella nunca podría aceptar que ya se separó de su hija. ¡Después de que su hija salió de casa, ella lloró hasta que ambos ojos se

hicieron ciegos! Lola se sintió muy triste cuando vio llorar a su abuela. Después de la reunión llorosa, José salió con Estrella. —Vosotros vayan primero y yo más lueguito os busco. Lola y Jorge habían estado escuchando atentamente las cosas que la abuela hablaba sobre la madre de Lola. Y su abuelo estaba tan satisfecho que él apenas podía apartar la vista en ellos. Rió contento, pero Lola se sintió triste al ver los pocos dientes restantes en su boca. Cuando José regresó, sostenía a Estrella en sus brazos y les seguía una mujer gordita. Desconcertada, Lola miró a Jorge. —Esta es la señora Niu, una excelente cocinera en el pueblo. ¡Le he pedido que nos prepare un almuerzo! —Al escuchar lo que dijo Jorge, Lola se sintió aliviada. Señora Niu sonrió tímidamente. —No, señor Camela me está halagando. ¡Sólo puedo cocinar algunos platos caseros! —Señora Niu, tenemos invitados importantes hoy. ¡Dime si necesitas algunos ingredientes, te daré dinero para comprarlos! ¡Compra unos cuantos kilos de carne! —Cuando la abuela se puso de pie sobre el bastón, Lola se apresuró a ayudarla a caminar hacia la Sra. Niu. Al escuchar lo que la abuela estaba diciendo, Lola intentó agarrar su bolso, pero Jorge actucó más rápido. —¡Señora Niu, gracias! Toma esto. —Jorge metió unos billetes grandes a la mano de la Sra. Niu, que la hizo nerviosa. —No no no. ¡Uno es suficiente! —Señora Niu sacó un billete y rápidamente devolvió el resto al joven frente a ella. ¡Nunca había visto a un joven tan guapo! —¡Tómalos y compra algo más! ¡Tal vez te molestemos más tarde! —El hombre puso el dinero en las manos de la señora Niu de nuevo y con calma volvió al taburete. —¡Señora Niu, toma el dinero! ¡Es un rico! ¡Si no puedes agotarlo, puedes comprar comida para los niños del pueblo! —Lola bromeó con una sonrisa mientras observaba a Jorge. El hombre también sonrió. Señora Niu sostenía los billetes con manos temblorosas. Apenas había salido del pueblo en su vida. Tampoco había visto tanto dinero, porque nació en una familia pobre. Por no tener idea de qué hacer, se volvió hacia José. —Señor Hernández... José sonrió y le dio una palmadita en el hombro. —¡Tómalos! Compra alguna comida sabrosa. Y también necesito que me traigas dos mantas y

cubrecamas nuevas esta noche. Señora Niu asintió honestamente, apretó el dinero y decidió hacer lo que Lola dijo. Al mediodía la señora Niu llamó a su hija para ayudarla. Hicieron ocho platos especiales de Echo Bay. Mirando los nuevos cubiertos y los platos ricos, Lola estaban conmovida. —¡Si no viniéramos, ciertamente no comprarían cubiertos nuevos y prepararían tantos platos! —pensó Lola. Fue un almuerzo agradable. José y Jorge tomaron mucho, y su abuelo también un poco. Por la tarde, José no fue a la escuela, sino que se conversó con Jorge durante mucho tiempo. Estrella, acompañada por Lola, estaba jugando con los niños vecinos en el patio. Antes del atardecer, la señora Niu trajo dos mantas recién hechas, una roja brillante y otra verde oscuro. Lola no pudo controlar su risa por el color de las mantas, pero aún ayudó a la Sra. Niu a extender las mantas en la habitación que su padre había preparado. Antes de eso, Jorge le había preguntado a Lola cuántas habitaciones necesitaban. Lola respondió sonrojando. —Sólo nos quedaremos unos días. Vamos a compartir una habitación. Luego, ella le susurró al oído a José. —Estrella es su hija, pero no es el momento adecuado para decirle la verdad. Padre, no me traiciones. —¡Explicó el asunto! José asintió con comprensión y no dijo más. Como no había más entretenimiento en el pueblo, se acostaron temprano en la noche. Así era como vivía la gente allí. Después de lavarse los pies, Estrella se durmió antes de las nueve. Los dos adultos estaban bien despiertos en la oscuridad. —No estás acostumbrado a eso, ¿verdad? —preguntó Lola. Habiendo vivido una vida extravagante durante años, Lola no estaba acostumbrada a la vida aquí, y mucho menos Jorge. El hombre movió a Estrella al lado interior de la cama y sostuvo a Lola en sus brazos. —¡No! —Lola protestó en voz baja, ya que las habitaciones de aquí no protegían mucho a los secretos. Jorge sonrió en silencio y dijo. —¡Has pensado demasiado! Ella le dio un suave pellizco. El hombre resopló y dijo. —Ya que me estás seduciendo, ¡no es mi culpa! Lola retiró rápidamente sus manos y las colocó en ambos lados de su cuerpo. La cama solo era suficiente para que los tres se acostaran. El hombre la abrazó de nuevo. —Este lugar es hermoso. Estoy pensando en

invertir y desarrollarlo. —Simplemente expresó sus pensamientos. —¿Ah? ¿Invertir y desarrollar? —Estaba un poco sorprendida, pero el lugar era realmente hermoso con aire fresco.

Capítulo 159 Nadie les molestaría —Sí. Necesito subir a la montaña temprano mañana por la mañana para verificar nuevamente y decidir cómo desarrollarlo. —Echo Bay era un pueblo remoto. Debido al transporte inconveniente, las escuelas recibían ayuda financiera a raras veces. Les debía interesar a las personas de afuera el pueblito original. —¿Cómo puedo convencer a mi padre para que vaya conmigo? ¿Y mi abuelo y mi abuela? ¿Estarán dispuestos a salir de aquí? —Preguntó Lola mientras yacía en los brazos de Jorge y acariciaba su pecho. Jorge agarró su mano con una mano y la pellizcó con la otra. —¡Hey, párate! —Dijo Jorge en una voz ronca. Allí surgió la risita de Lola a la vez. ¡Sabía que Lola lo estaba seduciendo deliberadamente! —Puedes preguntarles primero. Será lo mejor si están dispuestos a ir contigo. Si no, puedo financiar las escuelas aquí para mejorar el ambiente de enseñanza de padre. Y también puedo desarrolar unos puntos de interés turístico para mejorar su nivel de vida. A pesar de todo, Echo Bay es un buen lugar para que pasen el resto de sus vidas. —Jorge respondió. Si a Lola le gustara, la llevaría a vivir recluidos. Nadie los molestaría entonces. ¡Qué maravilloso sería! Después de pensarlo, Lola estuvo de acuerdo con lo que dijo Jorge. La vida aquí no era tan mala. ¡Ella realmente disfrutaba la vida tranquila y feliz con Jorge y Estrella aquí! ¡Cómo deseaba que este momento pudiera durar para siempre! En Crescent Spring del país A. Yolanda seguía llamando a Jorge, pero no logró ponerse en contacto con él en este momento. Ella tenía que preguntarle a Sánchez. Según Sánchez, la señorita Camela pidió permiso de varios días para asuntos personales; La señorita Tan sería responsable de su cooperación con Manolo antes de que Lola regresara; y el jefe Jiménez tenía un viaje de negocios de tres o cuatro días al extranjero. Pero descubrió que Jorge no reservó ningún vuelo. —¡Jorge no se fue al extranjero! Lola Camela pidió un permiso. No existe tal coincidencia. ¡Deben estar juntos! —Yolanda pensó enojada. Pero ella no

pudo averiguar exactamente dónde estaban... Ella preparó la cena de velas para Jorge y compró su vino favorito. ¡Pero él no estaba en el país A! La cara de Yolanda estaba transformada por la ira. Cogió los filetes preparados y el vino y los arrojó al suelo con enojo. Jorge nunca le informaba a dónde iba. ¿Cómo le consideraba a ella? ¿Era ella nada para él? Durante el día, vio el momento actualizado de Wechat de Manolo en el estudio fotográfico. Ella vislumbró una foto. Era Lola Camela sosteniendo a una niña. —¿Es la hija de Jorge? No. Jorge nunca dejaría que su hija viviera fuera de la familia Jiménez. Entonces, ¿de quién es esta hija? De todos modos, no importa de quién sea su hija, es una bastarda. ¿Cómo podría Lola Camela seguir seduciendo a Jorge cuando ya tiene una hija? —Pensó Yolanda. Cogió su teléfono y llamó a Rocío Moreno. Ella ocultó el hecho de que Lola era la hija de la familia Camela del país A. Ella solo le dijo que Lola todavía estaba seduciendo a Jorge cuando ya tenía una hija. Después de escuchar la queja de Yolanda, Rocío Moreno decidió ir al país A tan pronto como Jorge regresara. No podía creer que Lola Hernández trabajaba en el Grupo SL nuevamente. Antes de las 7 am del día siguiente, Jorge se levantó. Lola se sentía cálida y cómoda en la cama, por lo que no quería levantarse. Después de envolverse en el edredón, se acercó a Estrella, la abrazó y siguió durmiendo. Sin embargo, Estrella se despertó también. —¡Buenos días papi! —Estrella sonrió mientras miraba a Jorge que se estaba poniendo la chaqueta. Lo que Estrella acababa de decir despertó a Lola. —¡Estrella, él es tu tío Jorge! A Jorge no le importaba lo que dijo Lola. Le sonrió a Estrella. —Buenos días. —Jorge le levantó a Estrella, que estaba con pijama, y la sentó en el borde de la cama. Lola se dio vuelta y descubrió a Jorge sin emociones ... Hacía un poco de frío por la mañana en el campo. Jorge sacó un par de pantalones chiquitos y un grueso abrigo desde la maleta. Luego se acercó a Estrella, le quitó el pijama y la vistió torpemente. ... eso, la Lola de sueño se despertó totalmente. —Hagas rectos los pantalones primero. —Se acostó en la cama e instruyó al malvado Jorge que ya comenzó a sudar. Finalmente lo terminó. —¿No te levantas? Voy subiendo a la montaña.

¿Vienes conmigo? —Preguntó Jorge mientras acariciaba a Lola debajo del edredón. Lola tiró del edredón para cubrirse la cabeza de inmediato y le mordió la mano de Jorge. Sintiendo el dolor, Jorge retiró su mano de inmediato. Había una huella de mordida leve a la izquierda. Jorge besó esa huella de mordida delante de Lola. —¡Bastardo! —Lola puso los ojos en blanco hacia Jorge, pero pronto sonrió. Estrella siguió moviendo la mirada entre Jorge y Lola y preguntó con curiosidad. —Tío Jorge, ¿estás jugando con mamá? —No. Estrella. ¡Vamos a lavarnos! —Jorge dijo mientras sostenía la mano de Lola. Minutos después, Lola finalmente se levantó. Fue al patio y descubrió que Estrella se estaba lavando la cara sola bajo la guía de Jorge. Sólo había un grifo en el patio. Así que utilizaron ese grifo para casi todas las cosas, como lavarse los dientes, la cara, la ropa, verduras, etc. Lola se estiró el cuerpo y caminó hacia ellos. —Mamá. ¡Nos hemos cepillado los dientes! ¡Eres muy perezosa! —Estrella se rió mientras se lavaba la cara. —¡Lo haré con prisa! —Jorge apretó pasta en un cepillo de dientes nuevo y lo pasó a Lola. Lola se sorprendió un poco y aceptó el cepillo de dientes. Recordó que Jorge también lo hizo por ella si no tenía que levantarse temprano para ir al trabajo antes de que se divorciaran. La Señora Niu estaba ocupada preparando el desayuno en la cocina y colocando los platos en la mesa del comedor en la sala de estar. —Rápido. ¡El desayuno esta listo! —José los urgió. Al oír eso, Lola asintió a su padre. Jorge se secó la cara con una toalla y aplicó un poco de crema hidratante. Luego ayudó a Estrella a limpiar su cara. —Tío Jorge, ayúdame poner un poco. —Estrella dijo con voz tierna. Jorge se frotó un poco de crema hidratante en las manos durante un largo rato mientras miraba la carita de Estrella. No tenía idea de cómo aplicarlo para otros, especialmente para una niña. —¡Tío Jorge, rápido! —Estrella dijo. Luego levantó la cara, cerró los ojos y mantuvo la boca cerrada. —¡Sólo pruébalo! —Jorge decidió. Caminó detrás de Estrella, se agachó y luego comenzó a poner la crema hidratante en la cara. —¡Tío Jorge, entró en mi boca! Es dulce. Por favor, pones un poco en mi frente... —La voz de Estrella resonó en el patio. Le divirtió mucho a Lola, que estaba cerca y se lavaba los dientes. —

Estrella, tu tío nunca ha hecho esto para nadie más antes. Deberías estar contenta. —Pensó Lola. Después del desayuno, Jorge le dijo a José que subiría a la montaña para revisar los alrededores. José asintió y le pidió que se cuidaran. Luego se fue a la escuela con Estrella. Lola fue con Jorge. Cruzaron un puente de piedra, pasaron varias cascadas y llegaron al pie de una montaña. Jorge tomó la mano de Lola y subió a la montaña. Era la madrugada. Había rocíos sobre hojas verdes a su alrededor. Varios aldeanos que llevaban canastas pesadas de bambú caminaban por la montaña.

Capítulo 160 Hada del paraíso ... jóvenes con ropas finas llamaron alguna atención curiosas de los aldeanos. Cuando llegaron a un costado de la montaña, Lola comenzó a respirar profundo mientras el hombre no tenía ninguna señal de cansancio en absoluto. —¡Yo te llevaré! —El hombre se acercó a ella y se agachó. Lola le dio una palmada en la espalda y negó con la cabeza. Después de que continuar caminando un poco más, pudieron ver la vista panorámica de la villa Echo Bay desde la altura. Había humo montañoso, montañas elevadas y ríos y cascadas corrientes, ¡qué agradables eran los paisajes! Si tomaras una foto con filtro, se convertiría en una pintura de paisaje de publicidad. No había nadie más a su alrededor, ya que todos los aldeanos probablemente habían bajado. El hombre caminó hacia el césped y descubrió una planta. Se acercó y lo olfateó. —¡Mira! ¡Codonopsis salvaje! Aquí están... ¡Ginseng y Fallopia multiflora! —Jorge caminó más lejos y descubrió muchas hierbas medicinales chinas. —¿Conoces las hierbas medicinales? —Cuando el hombre mencionó algunas hierbas medicinales chinas, Lola lo miró con admiración. —Bueno, he aprendido un poco con la abuela de Chuck antes. —La abuela de Chuck era una doctora que estudiaba medicina china todos los días. Cuando Jorge era un niño, la abuela de Chuck le enseñó a Chuck y Jorge a reconocer las hierbas medicinales chinas. Después de graduarse de la universidad hacía tres años, estuvo ocupado y no tuvo tiempo de seguir aprendiendo con ella. Jorge miró a su alrededor y notó muchas hierbas medicinales conocidos, como Angélica dahurica, Coptis chinensis y madreselva, que habían sido cosechadas. ... faltaban muchos los conocimientos medicinales en el pueblo, así que aún no se habían encontrado otras hierbas medicinales raras. Había un montón de hierbas en el mercado, pero las salvajes como éstas se veían a raras veces, también eran caras.

Después de dar una vuelta en la montaña, Jorge tuvo muchos descubrimientos. También había hablado por teléfono con alguien cuando regresara. Después del almuerzo, Lola y Estrella jugaban con los niños y adultos en el pueblo. Jorge le pidió a un joven que lo llevara a la casa del jefe de la aldea. Al anochecer, Jorge volvió. En la madrugada del tercer día en el pueblo. Muchos aldeanos vinieron a la casa de los abuelos de Lola, algunos con comidas locales recién hechas, algunos con carne de jabalí en escabeche y otros con fruta seca. Al ver a Lola salir afuera, se agruparon a su alrededor con sonrisas profundas en sus caras, , lo que la sorprendió mucho. La señora Zhang dijo. —Lola, aquí tienes un regalito. ¡Por favor acéptalo! Y la señora Li dijo. —Sí, usted ha hecho una gran contribución al pueblo y nos permite ver la esperanza en nuestros hijos. ¡Muchas gracias! —¡Realmente eres la hada del paraíso! Este es el pastel que acabo de hacer. ¡Pruébelo! ... Bien... ¿Qué estaba pasando aquí? Miró a Jorge, que solo sonrió y aceptó todos los regalos de los aldeanos. ¡Estos alimentos naturales serían buenos para Lola y Estrella! Lola sonrió y agradeció cortésmente a los aldeanos. En este momento, vino José. Ella rápidamente lo jaló y susurró. —¡Padre! ¿Qué está pasando aquí? José miró a su hija con confusión. ¿Ella no lo sabía. —Jorge ha donado diez millones al pueblo en tu nombre, para construir escuelas y caminos. ¿No lo sabes. Mirando al hombre que estaba comiendo pasteles, Lola tuvo sentimientos complicados. Ella sonrió a los aldeanos y dijo. —Tías, ustedes son demasiado amables. Pero es Jorge quien ha hecho la donación. ¡Pueden agradecerle! La señora Niu dijo alegremente. —Oye, ¿no son una pareja? ¡Pues sale igual agradecer a cualquiera de ustedes! Jorge asintió con satisfacción. ¡La señora Niu tenía tanta labia! Lola estaba un poco avergonzada al mirar al hombre que fingía no saber nada. ¡Él debería haberle dicho sobre eso, para que ella no estuviera más clara de lo que estaba pasando! José ayudó a Lola a acompañar a los aldeanos entusiastas a sus casas y Lola regresó después de ver que todos se habían ido.

—Jorge, ¿por qué no me lo dices? —Preguntó mientras el hombre estaba olfateando a una jarra de miel. ... necesidad de hacer una publicidad. Son solo diez millones. —El hombre siguió mirando la jarra de miel y dijo. —Puedes traer esta miel a casa. A estrella le gustará. Lola aceptó la miel que le entregó, se dirigió a la sala de estar y la puso sobre la mesa. —Padre, nos iremos mañana. ¿Por qué no nos acompañas? Ella no lo había mencionado este asunto hasta hoy. Estaba esperando que su padre ya lo hubiera pensado bien. José la miró y encendió un cigarrillo. —Yo sé tu propósito. Pero es bueno vivir aquí. ¡Yo no me voy! Tus abuelos estamos muy felices aquí. No nos acostumbramos a la vida fuera del pueblo. ¡Entonces, Lola, solo ven a vernos cuando tengas tiempo! José estaba muy contento de que su hija había crecido mucho. Se sintió aún más aliviado de que ella hubiera encontrado a sus padres biológicos. Además, ella tenía un hombre tolerante y una hija encantadora a su lado. —Estos son suficientes. —pensó con satisfacción. —Padre... —Lola se giró hacia su abuela. Su abuela sonrió. —Mi niña, tu abuelo y yo hemos estado aquí toda nuestra vida. Será mejor que no vayamos a ningún otro lado. Tal como dijo tu padre, ¡ven a vernos cuando estés libre! La abuela de Lola apretó sus tiernas manos con fuerza. ¡Era realmente una buena chica! Incapaz de persuadirlos, Lola solo podía abandonar esta idea. Como dijo Jorge, ella debería venir a verlos en lugar de obligarlos a ir con ella. —¡Padre, por favor acompaña a mi abuelo y a mi abuela al país A para visitarnos algún día! —Lola se sentó junto a José, sostuvo su brazo y suplicó con un tono cariñoso. José acarició las manos de su hija. —¡Todo bien! ¡Iré cuando tenga la oportunidad! Lola, Jorge y Estrella se fueron a la mañana siguiente. Lola no estaba dispuesta a despedirse de su familia, con los ojos rojos. Jorge suspiró secretamente, tomó su mano y la llevó al asiento del pasajero delantero. Sentada en el asiento para los niños, Estrella bajó la ventanilla para despedirse de su abuelo. Muchos aldeanos vinieron a despedirse de ellos y les regalaron muchas productos típicos locales. Después de poner los regalos en el maletero del automóvil, el automóvil se

alejó lentamente. Mirando hacia atrás, Lola vio a varios niños corriendo detrás del auto. Lola derramó las lágrimas cuando estaban fuera de vista. Jorge paró el auto y secó las lágrimas. —Ya no eres una niña. ¡No llores! Sacó dos servilletas para limpiarle la cara. —Mami, no puedes llorar. ¡Te verás fea cuando estás llorando! —Las palabras de Estrella la hicieron sonreír entre lágrimas. —Bueno, mamá no lloraré. ¡Estrella tampoco puedes llorar en el futuro! — Secándose las lágrimas, animó al hombre a seguir manejando.

Capítulo 161 Sinvergüenza Esos días en Echo Bay dejaron una impresión imborrable en Lola. Se llevaba un recuerdo feliz. Sin conflictos y sin conspiraciones. Estaba rodeada de pura felicidad. Después de regresar al país A, Jorge pronto se fue a la oficina. Para evitar los rumores innecesarios, Lola pasó otro día con Estrella en casa y se fue a la compañía al día siguiente. En Grupo SL. Lola caminó hacia el ascensor después de estacionar su Maserati en el estacionamiento. Alguien se metió antes de que la puerta se cerrara. Lola se sorprendió ya que era el primer día después de que regresaba al trabajo. —¡Buenos días señor Jiménez! —Con una camisa y un traje rosa, Lola lo saludó con una sonrisa profesional. ... ojos brillando de alegría, Jorge la sujetó contra la pared y bajó la cabeza para besarla en sus labios rojos. ... ... Jiménez estaba de buen ánimo tan temprano por la mañana. El ascensor tintineó. El hombre la soltó de mala gana y se lamió los labios. Lola salió del ascensor. —¡Que tengas un buen día! Enrojecida, ella le dirigió una mirada fulminante, se mordió el labio inferior y se dirigió a la oficina. Al ver la llegada de Lola, Leo saludó. —Señorita Camela, tiene una invitada esperando en la oficina. ¿Una invitada? ¿Quién vendría a verla tan temprano? Desconcertada, Lola asintió a Leo. Después de abrir la puerta, apareció una elegante dama con un abrigo rosa en el sofá. Su largo cabello negro se coronaba con un moño en la parte superior. ¡Su distanciamiento y arrogancia era bastante similar al hombre en el ascensor! Esta invitada no estaba bienvenida. Lola sonrió. —Tía, mucho tiempo sin verte. Rocío Moreno se levantó y la miró de arriba abajo. —¡Mucho tiempo sin

verte! ¡Aún conoces los trucos para ligar con hombres! Lola la consideraba una dama bien educada si guardaba silencio. Sin embargo, una vez que abría la boca, su elegancia desaparecía por completo. Afortunadamente, ella ya no era su suegra, así que no había necesidad de complacerla. —Tía, gracias a tu nuera, ¡ahora estoy soltera! ¿Ligar con los hombres? ¿Tu hijo? ¡Él me acosó primero! —Dijo Lola con una sonrisa orgullosa. Rocío estudió de nuevo a la mujer más madura y graciosa frente a ella. Cambió mucho en los últimos años. Tarareando una alegre melodía, Manolo, que llevaba gafas de sol, salió del ascensor y se dirigió a la oficina de la Directora Ejecutiva Adjunta. Desde que se abrió la puerta, pudo ver claramente quiénes estaban allí. ¿No era la rival de su madre en la universidad, Rocío Moreno? ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Ligando con los hombres? ¡Maldita sea! ¡Debió venir aquí para causar problemas! Como él sabía, Rocío Moreno nació arrogante y su esposo la consintió mucho después de casarse. Inmediatamente llamó a su madre para salvar el día. En la mansión Camela. Tomás Herrero llegó a la mansión con gafas de sol. Angie, que iba a llevar a Estrella al ejército, se sorprendió al verlo. —¡Presidente Herrero! —Saludó con respeto. Tomás Herrero se quitó las gafas de sol y asintió con la cabeza a Angie. — ¿Puedo llevar a Estrella a divertirnos esta mañana. Su petición puso a Angie en un dilema. Ella supo lo que pasó entre él y su hija y sabía que era inapropiado. Mientras Angie pensaba, el teléfono sonó. Sacó su teléfono, —¿Qué, Manolo? —Madre, ¿te acuerdas de Rocío Moreno? Tu compañera de clase. — Manolo corrió a la esquina y bajó la voz. Por supuesto que recordaba a Rocío Moreno, su mayor rival en la universidad. —¿Qué pasa? —Ponte tu imponente uniforme militar, llama a tus soldados y ven a la compañía de Lola. ¡Está molestando a mi hermana! —Sin darse cuenta de lo que estaba pasando dentro, Manolo sabía que su hermana estaba en desventaja. —Rocío Moreno se está metiendo con tu hermana? ¿Por qué no puede dejar de causar problemas? —Angie y Rocío compitieron entre sí en la universidad durante tres años. Después de graduarse, ¡Rocío se casó con alguien en el país C y su hijo realmente era alguien importante! ¿Qué estaba haciendo ella? ¿Perdió

con Angie en la universidad y ahora fue a molestar a su hija? Angie se puso furiosa. Después de colgar el teléfono, le confió a Tomás Herrero que cuidara de Estrella. —Presidente Herrero, Lola me necesita ahora. ¡Diviértase con Estrella! Como jefe del estado, debía ser protegido por guardaespaldas, sin importar a dónde fuera. Estrella estaría a salvo con él. Corrió escaleras arriba, se puso el uniforme, la gorra y bajó nuevamente. Tomás Herrero y Estrella se estaban divirtiendo en la sala. Cuando la vio bajar las escaleras, dijo. —¡Permítame llevarla allí! —Gracias. Pero no quiero molestarle. —¿Cómo podía manejar él para llevarla allí? ¡Esa no era una buena idea! Tomás Herrero sonrió, se puso las gafas de sol y levantó a Estrella. — ¡Vamonos! Lola necesita ayuda, ¿verdad? Como era urgente, Angie estuvo de acuerdo. Se subió al auto de Tomás Herrero y se dirigió a Grupo SL. En Grupo SL. Rocío caminó por la oficina de Lola. —Como eres muy joven, debes haber participado en muchas prácticas deshonestas para obtener el título de Directora Ejecutiva Adjunta. Lanzó una mirada de desprecio a Lola, que estaba preparando los archivos de la reunión. Lola contestó de manera contundente. —¡Lamento decepcionarte! Nunca usé medios deshonestos. Sin embargo, Lola se preguntó si era una práctica deshonesta acostarse con su hijo. Rocío sonrió desdeñosamente y dio un paso hacia ella. —Lola Hernández, si dejas el Grupo SL ahora, te salvaré la cara; de lo contrario, te humillaré frente a todos los demás. Lola sonrió. —Tía, ¿por qué debería dejar el Grupo SL? Mi padre, Harold Camela, no me permitirá hacerlo. ¿Su padre, Harold Camela? ¿Qué Sucedió? ¡No importaba. —No te vas a ir, ¿verdad? —Exigió una respuesta. —¡Así es! ¡A menos que la compañía me dé una razón bastante poderosa! —Vio la pantalla del teléfono para verificar la hora. La sesión de la mañana comenzaría dentro de cinco minutos. Rocío la miró de reojo y dijo. —¡Sinvergüenza! —Entonces se fue. Lola claramente sabía que Rocío no la dejaría en paz tan fácilmente. Sin embargo, no había nada de qué preocuparse. —¡Pase lo que pase, no tengo miedo! Caminó hacia afuera después de revisar los archivos de nuevo. Justo cuando

salió de la oficina, alguien la sujetó. —¿Qué estás haciendo aquí? ¿Buscando problemas? —Asustada, Lola miró hacia atrás solo para encontrar al disimulado Manolo. Al ver a Rocío entrar en el ascensor, Manolo preguntó. —¿La hiciste enojar? Ella puso los ojos en blanco y dijo a Manolo. —¡No metas la nariz en mis negocios! ¡Date prisa! Vas a venir a la reunión, ¿verdad? Mientras el estudio terminaba de preparar la foto, Manolo vino a negociar el siguiente paso. Fueron a la sala de conferencias juntos. Cuando Lola abrió la puerta, vio a Rocío Moreno sentada en su lugar y mirándola con una sonrisa satisfecha. Yolanda se sentó a su lado como una diosa. Todos los demás ejecutivos guardaron silencio. Ahora estaba segura de que las dos mujeres vinieron a causar problemas aquí.

Capítulo 162 La abuela de Estrella Manolo se paró junto a Lola y frunció el ceño a Rocío. Lola le indicó a su hermano que tomara asiento primero y caminó hacia Rocío sin prisas y con gracia. —Tía, este es mi asiento. ¡Eres la madre de nuestro CEO y puedes sentarte aquí! —Señaló el asiento de Jorge. Yolanda dijo rotundamente mientras jugaba con su teléfono. —La tía es propietaria de todo el Grupo SL y puede sentarse donde quiera. ¿Cómo te atreves a darle órdenes. Lola sonrió. —Encantada de verte, nuestra reina internacional. Estoy hablando con la tía Rocío y ¿por qué te metes? —Así que iban a molestarla juntas. —Maldita zorra. ¿Cómo puedes hablarle así a mi nuera? —Rocío golpeó la mesa con enojo y se levantó. ¡Le parecía que Lola solía molestar a Yolanda! Bueno, ¡ella le enseñaría una lección a esta zorra hoy! —¿Puedes modelar tu lenguaje? ¿Cómo puedes llamar a mi hermana zorra? —Manolo se paró enfrente, parecía muy serio en este momento. Rocío miró a Manolo que estaba defendiendo a Lola y lo encontró de alguna manera familiar. ¿Se habían conocido antes? ¡Oh! Ella recordó. Él era Manolo Camela, esa estrella mundialmente famosa. —¡Manolo, siéntate! —Lola fulminó con la mirada a su hermano. No quería que él se entrometiera. —Entonces pídele a tu hijo que trabaje en otra parte. Será lo mejor para todos. —Puso los archivos en el escritorio y se metió las manos en los bolsillos. Lola se había convertido en una exitosa mujer de carrera, lo que provocó la envidia de Yolanda. Rocío estaba tan enfurecida que ni siquiera podía discutir. Si ella pudiera controlar a su hijo, Jorge ya se habría casado con Yolanda. Rocío caminó hacia Lola y la llevó afuera. ¡Le diría a todos en la compañía que Lola era una una zorra y la echaría! Lola no dijo nada. Sin embargo, Manolo se levantó y agarró la muñeca de su hermana.

—¿A dónde llevas a mi hermana? —Si Rocío no fuera una mujer o una anciana, él la habría golpeado. Lola le quitó la mano y dijo. —Sé buen chico, siéntate y no te metas. Los otros ejecutivos no se atrevieron a emitir un sonido. Julie Tan casi no se atrevía a hablar, ya que había visto lo irrazonable que era Rocío. Rocío arrastró a Lola fuera de la sala de reuniones y levantó la voz. — Vengan y miren. ¡Su directora general adjunta es una zorra! Esa mañana, muchos departamentos estaban teniendo reuniones en ese piso. Había estado tranquilo antes de que se abrieran varias puertas. Algunos empleados salieron confundidos y miraron a las dos mujeres que se peleaban. Salió más gente cuando Rocío continuó. —Mi hijo tiene una prometida, ¡pero su supuesta directora ejecutiva lo sedujo! Ahora incluso tiene el descaro de trabajar en SL Group. ¡Qué descarada es ella! Era inconcebible y los empleados suscitaron una acalorada discusión. Lola puso los ojos en blanco. —¡Tía, déjame ir! Por favor, mide tus palabras, ¿de acuerdo. Después de deshacerse de Rocío, masajeó su muñeca adolorida. Un empleado pasó, sosteniendo dos tazas de café en una bandeja. Rocío levantó levemente la mano y el café se derramó sobre el traje rosa de Lola. Su traje se puso marrón inmediatamente. El empleado se asustó y se disculpó de inmediato. —Señorita Camela, lo siento. ¡Lo siento! ¡No quise hacer eso! Alguien la había empujado. —Todo está bien. —Simplemente se ordenó el traje y le pidió al intendente que limpiara el café en el suelo. Entonces una voz de mujer vino desde atrás. —¡Puedo probarlo! ¿Es convincente? —Yolanda salió de la sala de reuniones con elegancia, pero parecía bastante triste. Manolo la agarró de la muñeca, la llevó a la sala de reuniones y la tiró sobre una silla. —Solo sé la reina y guarda silencio. Dijo Manolo y señaló a su nariz. Yolanda la miró y le dio una palmada en la mano. En ese momento, el ascensor tintineó. Una mujer con un uniforme del ejército salió. Caminó directamente hacia la ruidosa sala de reuniones y miró fríamente a Rocío. —¡Madre! ¿Por qué estás aquí? —Lola miró a Angie caminando hacia ella. Angie colocó a su hija justo detrás de ella y le dijo. —¡Rocío, escuché que estabas acosando a mi hija!

¡Se veía imponente en el uniforme del ejército! Muchos empleados la admiraron a la vez. Rocío miró a Angie enojada. Así que Lola era su hija. ¡Angie era difícil de tratar! Tenía que concentrarse. ¡Afortunadamente, había enviado a su hijo lejos con una excusa! —Madre, mantente fuera de esto. Voy a volver a la oficina primero. —dijo Lola. Su traje estaba empapado con café y tuvo que regresar a limpiarse. Angie la soltó y asintió. Después de que Lola se fue, Angie caminó hacia Rocío con una mirada fría. —Han pasado años que no nos vemos. ¡Señora Moreno, estás mucho más mimada! Incluso llevas esto a la compañía de tu hijo. ¿No tienes miedo de deshonrarlo. Angie se sintió libre de burlarse de ella, lo que molestó mucho a Rocío. —Señora González, cuida de tu hija y evita que seduzca a mi hijo. —¡No pretendía hablar de eso en la compañía! —¿Quién es tu hijo? ¿Por qué no sé que mi hija lo ha seducido? —Angie se burló y lanzó una mirada severa a su hijo que estaba parado en la puerta de la sala de reuniones. Manolo se sintió inocente y se frotó la nariz. Él la llamó, ¿no? —¡Mi hijo es Jorge Jiménez, CEO de esta compañía! Tu hija lo sedujo hace años. No sabes nada, ¿verdad? —Hablando de Jorge, Rocío se volvía muy arrogante. ¡Jorge era el mayor honor de su vida! —¿Jorge es tu hijo? —Angie parecía obviamente asombrada. ¿Entonces esta mujer era la abuela de Estrella? Rocío pensó que estaba asustada y luego se burló. En la puerta del Grupo SL, Tomás Herrero estaba jugando con Estrella cuando vio detenerse repentinamente un Maybach. Jorge se apresuró hacia la compañía. —¿Lola se metió en problemas? Al pensarlo, Tomás se puso las gafas de sol, recogió a Estrella y corrió tras él. Angie y Rocío aún se encontraban en un punto muerto de su pelea en la sala de reuniones, que estaba rodeada por muchos espectadores. —¡Jefe! —Alguien exclamó. Entonces el saludo d. —Jefe" se escuchó continuamente. Todos los empleados se dispersaron, se escondieron en las salas de reuniones cercanas y contuvieron la respiración. Jorge miró fríamente a su madre y a Angie en la sala de reuniones. ¡Ni siquiera necesitaba preguntar antes de saber qué había pasado! —¡Tía! Lamento haberte molestado. —Jorge asintió ligeramente a Angie González. Rocío estaba tan molesta que miró a su hijo. ¿Cómo podía pedirle

perdón a Angie?

Capítulo 163 Luchando por la madre y la hija Angie González lo ignoró y se dio la vuelta molesta. —¡Abuela! —Estrella llamó a Angie mientras se arrojaba a sus brazos. Angie González se suavizó al escuchar la suave voz detrás. —Estrella, mi amor, ¿qué estás haciendo aquí? —Angie González levantó gentilmente a Estrella. Rocío miró a la pequeña rosadita en los brazos de Angie, llena de envidia. ¿Cuándo podría ella tener una nieta? Sintiendo su envidia, Yolanda se sintió herida. —¡Tío Jorge! —Estrella se inclinó hacia Jorge. —Estrella. —Jorge la tomó con una gentil sonrisa. Aunque renuente, Angie no quería ir en contra de la voluntad de Estrella. Estrella besó a Jorge en la cara. ¡Increíble! ¡Incluso las personas en la habitación contigua claramente escucharon que su director general habló con una voz tierna! Yolanda cerró sus puños como de costumbre porque sabía que a Jorge le gustaban mucho los niños. Al ver la mirada sorprendida de los demás, Angie dijo con orgullo. — ¿Sabes de quién es la hija? —¡Mía! —¡Mía! Dos hombres respondieron al unísono. Tomás Herrero se quitó las gafas de sol y se acercó. Jorge y Tomás se miraron el uno al otro, los cuales estaban llenos de ira. —¡Presidente Herrero! —¡Presidente Herrero! La bienvenida de Rocío, Yolanda y Manolo ensordeció a todo el piso. ¡Oh Dios mío!. ¡Este era el presidente Herrero! Todo el piso cayó en silencio total. ¡A Angie nunca se le ocurrió que el presidente Herrero diría eso! Esos dos poderosos hombres de pie en la cima del mundo ahora luchaban por la madre y la hija.

La pregunta era quién era la madre de ella. —¿Estrella? —Una suave voz rompió el silencio. De hecho, ¡era su sub-director general!. Bajo la mirada aturdida, Estrella se sacudió las manos y corrió hacia Lola. —¡Mami! La gente estaba de nuevo conmocionada debido a que no esperaban que su diosa tuviera una hija. Además, la niña era su hija junto con uno de los mandamases. ¡Oh Dios mío! ¿Era un sueño? —¿Ahora qué estás haciendo? —Perpleja, Lola miró a los dos poderosos parados cara a cara. ¿Iban ellos a pelear? ¡Estaban en la empresa! —Estrella, ven aquí. ... hombres dijeron al unísono otra vez. Todos los demás estaban atónitos. Al ver eso, Angie tomó de Lola a Estrella y dijo. —Presidente Herrero, Señor Jiménez, nos vamos yendo. ¡Adiós! Apuntando fríamente a los dos hombres en confrontación, Lola preguntó. —¿No tienen nada más que hacer? ¿Se va a ir SL a la quiebra? ¿Todos los asuntos de su administración están hechos? Aquellos empleados se quedaban sin aliento ante su forma de hablar. ¡Qué impresionante era ella! Como la mancha de café no se había quitado, Jorge frunció el ceño. —Lola, déjame llevarte a casa para cambiarte. —Dijo Tomás Herrero con una sonrisa. La ropa debió haber sido manchada justo al momento. ¡Oh Dios mío! El presidente Herrero siempre aparecía en la televisión, ¡pero no esperaban que pudiera ser tan amable! Para su sorpresa, fue su subdirectora general quien poseía tal ternura. —¡Jorge! —Una suave voz puso la piel de gallina. Aquí estaba ella. La prometida de Jorge. Yolanda fue hacia Jorge y le enderezó su corbata. —Hemos prometido a mi madre elegir hoy el vestido de novia, ¿verdad? —¿Van a elegir el vestido de novia? —Parecía que su boda estaba a la vuelta de la esquina. Después de escuchar eso, Lola entró decididamente en el ascensor. Más sorpresivamente, tanto Jorge como Tomás corrieron a perseguirla. ... cara seria, Lola le dijo a Jorge, quien sostenía la muñeca de ella. —Soy la vagabunda según tu madre, señor Jiménez. Por favor, quite su mano de mí. Luego se volvió hacia Tomás Herrero con una cara sonriente. —Señor Herrero, muchas gracias. Ahora tengo que trabajar. ¡Podemos tomar un aplazamiento algún otro día!

De esta manera, los dos hombres influyentes y poderosos fueron restringidos del ascensor con éxito. ¡Increíble! Tomás Herrero asintió indiferente con la cabeza. Se puso las gafas de sol, se metió en otro ascensor y se fue. Jorge volvió enfurecido. Se detuvo frente a Manolo sin siquiera mirar a Rocío. —Cuñado.... —Manolo mantuvo su voz baja al ver su mirada enojada. Con eso, la ira de Jorge se vio disminuida. —Dame tu teléfono. El teléfono de Jorge había estado apagado. Manolo le pasó su teléfono a Jorge. Abrió el WeChat y le envió un mensaje de voz a Lola. —¡Venga a la sala de reuniones ahora! ¡O asuma las consecuencias! Los presentes sabían que le estaba hablando a Lola. Cinco minutos después, apareció Lola, con la cara enrojecida. Miró ferozmente a su hermano que la había traicionado antes de regresar a su asiento. Rocío se había ido. Todos miraron a Lola con asombro. Al darse cuenta de la mancha de café en su traje, Jorge agarró el teléfono de Lola y lo desbloqueó. Lola no tuvo tiempo de decir que no, con la cara sonrojándose. Jorge hizo una llamada a Sánchez. Se escuchó un saludo respetuoso. — ¡Hola, señorita Camela! —¡Soy yo!. ¡Compra un traje a la señorita Camela y envíalo a su oficina ahora mismo! —Cegado por la asombrada mirada de los demás, Jorge devolvió el teléfono de ella. Parecía que habían presenciado una manifestación pública de afecto. Aunque en apariencia despreocupada, ¡Yolanda en el fondo ya se había puesto furiosa! Jorge abrió la boca. —Señorita Tan, por favor haga un anuncio de que si alguien divulga lo sucedido, se considerará que filtra la información confidencial de la compañía. ... Julie Tan asintió con la cabeza y dio el anuncio de inmediato. Ahora todos sabían una cosa con certeza. Su sub-directora general tenía una hija. Pero no estaban seguros de quién era su padre. Escudriñando a las personas presentes, Jorge continuó. —Lo que acaba de pasar es mi asunto privado. No lo manejé apropiadamente. No dejaré que eso vuelva a suceder. Trabajaré gratis durante los próximos dos meses como castigo. La señorita Camela es la víctima, pero también debe ser responsable. Vamos a

deducirle el salario de un mes. Luego lanzó una mirada fría a Yolanda y dijo. —¡Que comience la reunión! Después de tranquilizarse, Lola abrió los archivos que acababa de traer y comenzó su presentación. Después de que terminó la reunión, todos los demás ejecutivos se fueron, dejando a Jorge, Lola, Yolanda, Manolo y Julie discutiendo allí los acuerdos de los últimos dos días.

Capítulo 164 Debe sentirse terrible Por fin, Julie y Manolo dejaron la sala de reuniones. Cuando Lola estaba a punto de irse, escuchó a Jorge lanzarle una pregunta a Yolanda. —¿Cuándo le prometimos a madre ir a escoger el vestido de novia?. Lola le dio la espalda a Jorge y Yolanda con una sonrisa burlona y se alejó, dejándolos solos. Cuando volvió a su oficina, ya había lista una bolsa de papel en su escritorio, dentro de la cual había un traje liso color blanco. Después de cerrar con llave la puerta de su oficina, Lola se quitó la ropa manchada y la puso en la bolsa para lavarla en casa. Cuando Jorge y Yolanda volvieron de la compañía a Crescent Spring, Rocío estaba sentada aturdida en un sofá. —Tía, ya estamos de vuelta. —Yolanda corrió felizmente hacia Rocío. Tomando las manos de Yolanda, Rocío le sugirió a Yolanda que se sentara junto a ella. Luego se volteó hacia Jorge y soltó un resoplido de desprecio. —Madre, lo que hiciste hoy ha ido demasiado lejos. —Dijo Jorge fríamente para mostrar su decepción. —¿Y bien? ¿Me estás cuestionando? —Rocío se levantó del sofá y respondió con tristeza. No tenía idea del por qué Jorge la desobedecía una y otra vez. Ella todavía creía que Jorge amaba a Yolanda. Sintiendo que Rocío estaba de mal humor, Jorge volvió su voz más tenue. —No es apropiado hacer una escena en la compañía. Te has deshonrado. — Estaba preocupado de que ahora Lola se sintiera terrible. —¡Jorge! Sé exactamente lo que estaba haciendo. Mañana elige un vestido de novia con Yolanda. La madre de Yolanda y yo elegiremos una fecha para tu boda. Deberías casarte pronto con ella. —Rocío arrojó sobre la mesa una tarjeta de presentación de una tienda de novias. —... a ir. —Jorge inmediatamente se negó. Esa respuesta le hizo daños a Yolanda. Mirando al hombre que ella tanto amaba, dijo. —Jorge, hemos estado comprometidos por cuatro años. Es hora de casarnos.

Entonces desde atrás ella puso sus brazos alrededor de la cintura de él. Su agradable y encantador olor le fascinaba a ella. Jorge le dirigió la mirada a sus delgadas manos y se las quitó. —Te he dicho que ya no te amo más. Vamos a cancelar el compromiso. Yolanda se echó hacia atrás y se dejó caer en una silla, llorando desconsolada. Con un suspiro, Jorge se dio la vuelta y dijo suavemente. —Yolanda, no podemos volver. ¡No podrían volver! —¡Jorge! Lola es una malvada. Ella me ha hecho daño varias veces. ¿Por qué la quieres? ¡Me has prometido que no estarás con ella! ¡Me lo prometiste! — Yolanda chilló. Ella tuvo un estallido emocional y trataba de levantarse para saltar a los brazos de Jorge. —Jorge, ¿cómo puedes decir eso? —Preguntó Rocío. Al ver a Yolanda desmoronarse, Rocío se sintió triste. En sus ojos, Yolanda era amable y generosa. Ella debía tener el corazón roto por las palabras de Jorge. Enfrentándose a la presión y cuestionamientos de Rocío y Yolanda, Jorge insistió. —Terminar el compromiso. Será lo mejor para todos nosotros. Al darse cuenta de que Jorge estaba convencido, Rocío tomó un cuchillo de fruta sobre la mesa para cortarle la muñeca. —¡Madre! ¿Qué estás haciendo? —Jorge refunfuñó mientras tomaba de Rocío el cuchillo. ¡Otra vez! Estaba tan enojado y angustiado que arrojó el cuchillo hacia la pared. En la pared, la pintura china de Catharine estaba cuarteada. —Tía, ¿estás bien? —Yolanda mostró preocupación por Rocío y se apresuró a revisarla. Aliviada, Rocío confirmó su idea de que Yolanda era una buena chica y era la mejor opción para su hijo. Rocío sacudió la cabeza y se volvió hacia Jorge. —¡Haré una cita con la tienda de novias mañana y debes ir! —Sus palabras no dieron lugar para negociar o discutir. Jorge la miró fríamente, salió de la villa y azotó la puerta, dejando a Rocío gritando detrás de la puerta. —Jorge, vuelve aquí! Cuando llegó a la compañía, Jorge sacó su billetera del bolsillo. En la billetera, él aún conservaba la foto de Lola, quien sonreía alegremente. Acariciando la foto, Jorge guardó silencio. Al cabo de un rato, recibió un mensaje por Wechat. Era una solicitud de amistad de Manolo.

Jorge aceptó esa solicitud y pronto recibió una imagen borrosa y un mensaje. —Cuñado, un Motor Trueno a cambio de una imagen original, ¿es un trato?. ... foto de Estrella, Lola y él frente a la villa de la Mansión Camela. Pero, sus caras fueron puestas borrosas por Manolo a propósito. Jorge respondió de inmediato, sin vacilarlo. —Hecho. La imagen original fue pronto enviada. Al mirarla, Jorge no pudo menos que sonreír. En la foto, él estaba besando a Lola mientras Estrella los miraba alegremente. El fondo eran las sombrillas chinas y su Maybach, lo que hizo que el retrato fuera más artístico. Ese momento fue capturado por Manolo a propósito. —¿Nada más? ¡Una foto por promesa! Las quiero todas. —Jorge capturó rápidamente esas palabras. Manolo estaba en éxtasis. Después de todo, era bastante raro que Jorge hiciera promesas a la vez. Al mismo tiempo, Manolo se dio cuenta de cuánto amaba Jorge a su hermana. Él respondió. —¡Tengo tres más! ¡Sostén tus palabras! —Trato hecho. Entonces Jorge obtuvo esas tres fotos de Estrella, Lola y él mismo. Eran como una familia feliz. Guardó las fotos en su teléfono, seleccionó una como su protector de pantalla y tenía una copia de seguridad en su disco USB privado. Luego llamó a Sánchez. —¡Jefe! —Sánchez tocó la puerta y entró. —Te enviaré algunas fotos a través de WeChat. Tenlos impresos en secreto. —Las palabras de Jorge confundieron a Sánchez. —¿En secreto? ¿Por qué? ¿Esas fotos no son presentables. Cuando Sánchez salió de la compañía, recibió las fotos. ¡Él estaba asombrado! Era... tan hermosa. ¡Su jefe era espléndido! ¡La niña era tan linda! ¡Y la señorita que solo le dio la espalda a la cámara debía ser la señorita Camela! ¡Parecían ser una familia! Sánchez aceleró el paso y encontró una tienda para completar su tarea. Después de asegurarse de que no había ninguna copia de seguridad guardada en la tienda, volvió a la compañía. Jorge estaba muy satisfecho con las imágenes impresas. —Buen trabajo.

Obtendrás un aumento de sueldo. Órale, este... Este era el estilo de Jorge. Sánchez consiguió un aumento de esa forma... —Gracias, jefe. —Luego volvió a su asiento, emocionado. —¡Oh sí, aumento de sueldo! ¡Aumento de sueldo! Mirando al extraño Sánchez, las otras secretarias no tenían idea de lo que había sucedido, pero sentían pena por él, porque pensaban que debía sufrir mucho por culpa de su jefe en este momento. Eran las 9 de la noche. Lola finalmente salió de la compañía. Como ella había pedido un permiso, tuvo que trabajar horas extras para acabar el trabajo. Se sorprendió al notar que el Maybach de Jorge todavía estaba allí junto al Maserati de ella. —¿Todavía seguirá en la oficina? ¿Debo ir arriba para encontrarme con él? —Ella se preguntó. Mejor no. Después de todo, los rumores acerca de ellos se habían extendido por toda la compañía.

Capítulo 165 Su matrimonio bien planificado Lola se acercó a su Maserati, pero la puerta del Maybach se abrió de repente. Miró hacia atrás y, como esperaba, Jorge estaba allí. —¡Entra en el coche! —Estaba recostado contra el asiento perezosamente, rodeado por un ligero olor a cigarro. Tomó el asiento del pasajero y cerró la puerta. El Maybach retrocedió sin problemas y salió rápido del estacionamiento. El ambiente deprimente en el interior indicaba que Jorge se había puesto de mal humor. Jorge detuvo el auto en la puerta de un centro comercial. —Ve y tráeme unas corbatas y ropa. Compra más, mejor. ... Lola notó su mirada seria. Aunque estaba sin palabras, aún así se bajó y entró en el centro comercial como lo pidió. ¿Su cuenta bancaria estaba restringida por su familia? ¿Parecía haberse quedado sin dinero? Confundida, Lola entró en una tienda de ropa masculina de lujo y escogió ocho corbatas de varios patrones y varias cajas de ropa interior. Dos camisas casuales blancas llamaron su atención. Como no podía decidir cuál encajaba mejor, tomó las dos. Después de agarrar otros tres cinturones de piel de cocodrilo, Lola se dirigió a las cajas. No pudo evitar sentirse incómoda con la idea de que otros pudieran pensar que iba a tener citas con un par de hombres. Con varias bolsas de compras en las manos, Lola se detuvo en una tienda en busca de productos de piel. Recordando que Jorge todavía estaba usando la billetera que ella le compró hacía años, entró y le compró una nueva. Aunque no pudo poner su foto en ella esta vez. De regreso al auto, Lola puso todas las bolsas en el maletero y se sentó nuevamente en el asiento del copiloto. —¡Esto es suficiente para un buen tiempo! Jorge no respondió. En su lugar, se alejó. Lola oyó el sonido de las olas acercándose. Cuando se bajó del auto, se dio cuenta de que estaban en la playa.

Caminaron por el mar en silencio. Las conchas aparecieron en la playa por las mareas que fluían. Bañada a la luz de la luna, Lola sostenía una concha limpia y opalescente en la mano. Después de un rato, Jorge la levantó de repente y la llevó de regreso al auto. Después de poner a Lola en el asiento trasero, se inclinó hacia ella y sacó un condón de la nada. El coche se mecía vibrante junto al mar. Jorge abrazó a Lola con fuerza, besando suavemente su oreja. Su voz era ronca. —Lola, voy a elegir el vestido de novia con ella mañana... Lola levantó la vista, solo para dejar que las lágrimas cayeran sobre su largo cabello y se fundieran en el asiento. La concha, que no había tenido tiempo de tirar, estaba sujeta con fuerza en su puño. Los ásperos bordes cortaron su palma, con la sangre cayendo. Lo que la lastimó no era la concha, sino sus palabras. Jorge trataba de limpiar y besar sus lágrimas, pero Lola le devolvió el beso con imprudencia. Ella no tenía idea. Hacía cuatro años, perdió ante Yolanda una y otra vez. Hoy, ella estaba condenada a perder esta pelea nuevamente incluso antes de comenzar. ¿Cómo? ¿Por qué no podía al menos tener una oportunidad? Ella lo había estado esperando en el Grupo SL durante tres años. Ahora ella era fuerte y él estaba aquí. ¿Pero ahora le estaba diciendo que él y el matrimonio bien planificado de Yolanda iban a terminar con todos sus planes? ¡No quería rendirse! Con lágrimas derramando, dejó de besarlo. —¡Jorge Jiménez, no mereces mi respeto! —Debido a que se rindió tan fácilmente. Porque simplemente perdió la confianza de esa manera. Porque iba a casarse con la mujer que asesinó a su propio hijo. Jorge puso su cabeza en el cuello de Lola, abrazándola con fuerza. —¿Por quién me tomas? ¿Tu prostituta? Jorge, ya no soy quien era. Omitió mi advertencia sobre Yolanda. Ella sabía lo que me debía. De ninguna manera voy a dejarla ir fácil. —Luego apartó a Jorge, se arregló la ropa rápidamente y dejó el coche. Después de dar varios pasos, volvió y abrió el maletero. Jorge la observó tirar las bolsas al mar y el mar, con sus olas y sus mareas, tragó todo de inmediato. Cuando Lola se fue con firmeza, Jorge enderezó su ropa y caminó hacia el mar para recuperar las bolsas.

¿Yolanda se lo debía a ella? ¿Hizo presunciones terriblemente equivocadas en ese momento? Lola caminó mucho tiempo antes de poder encontrar un taxi, así que era bastante tarde cuando finalmente llegó a casa. Toda la familia se habían ido a la cama. Lola llamó a la puerta de la habitación de Manolo. Después de un rato, la puerta se abrió. Manolo había estado escuchando música con los auriculares puestos, por lo que casi no escuchó el ruido entre las canciones. —¡Manolo, necesito tu ayuda! —Dijo Lola sin expresión alguna. Manolo sintió que algo debía estar mal. —¿Qué pasó, Lola. ¿Era por el incidente de esta mañana? —Está bien. Ayúdame a descubrir dónde va a elegir Yolanda su vestido de novia. —¡Le gustaría causarles algunos problemas! Manolo estaba disgustado al escuchar el nombre de Yolanda otra vez. — Lola, ¿por qué quieres que lo haga? ¡Sabes cómo quiero abofetearla cada vez que la veo! Si hubiera sabido que Lola era su hermana en la ciudad D, ¡ya lo habría hecho! —¿Me ayudarás o no? —Lola miró a su hermano. Manolo asintió sin dudar. —¡Por supuesto! ¡Te daré la ubicación mañana! Generalmente no acepatría este tipo de peticiones, pero su propia hermana era ciertamente una excepción. Lola le dio una palmadita a Manolo en la espalda. —¡Bien, mi buen hermano! ¡Estaré esperando tu mensaje! Entonces, si él no estaba de acuerdo, ya no sería un buen hermano... En la familia García en el país A. Ramón García se estaba angustiando y poniéndose furioso en la habitación, mientras que el doctor que estaba afuera negó con la cabeza a Andrew García. —Su hijo sufre de depresión moderada. Si todavía se niega a recibir un tratamiento adecuado, me temo que... —El doctor suspiró. Desesperadamente, había presenciado cómo la leve depresión de Ramón se convirtió en depresión moderada por la ausencia de tratamiento. Las cejas de Andrew García se juntaron en sus pensamientos. Aunque Ramón era un hijo ilegítimo, en este momento era la única esperanza para él. ¡Sus otros dos hijos estúpidos fueron los culpables de esta situación! —¿Qué tipo de tratamiento necesita? —Preguntó Andrew García. Si su condición empeorara, él anunciaría su relación con la madre de Ramón en público, aunque ella ya hubiera fallecido.

... más, el médico suspiró. —El tratamiento de la depresión moderada no es fácil. Incluye el autoajuste del paciente, el apoyo de la medicina y el asesoramiento psicológico profesional. Puede que necesites convencerlo de esto. Sin el tratamiento adecuado, se desarrollará una depresión severa, tarde o temprano. ¡Y eso sería demasiado tarde! Luego se fue con el expediente médico de Ramón. Las familias ricas tendían a ser complejas y miserables. ¡Ramón debió haber estado bajo tanta presión y preocupación, que le provocó la depresión a tan temprana edad! Andrew abrió la puerta y entró en una habitación desordenada con olor a alcohol. —Ramón, si aceptas recibir el tratamiento, daré a conocer mi relación con tu madre. Ramón lo miró demacrado. ¡Había decidido dejar esta familia para siempre! Distante, Ramón desafió a Andrew, su supuesto padre, con indiferencia. —¡Si quieres que acepte el tratamiento, saca a Diego García de esta familia! —Él rechinó los dientes a su padre. Diego García, el hijo de Andrew, había pedido a dos hombres que acosaran a Ramón...

Capítulo 166 Es la hora del espectáculo ¡Maldición! ¡Ramón juró que se vengaría un día! La ira ardía en el corazón de Andrew y sus dedos no pudieron evitar temblar. Diego era su hijo favorito. ¡No podía soportar a nadie ofendiendo a su hijo favorito! —¿Te niegas a recibir tratamiento? ¡Bien! Te gusta Lola Camela, ¿verdad? —Vio varias veces que Ramón miraba fijamente sus fotos y soltaba una sonrisa. ¡Su amor por ella era tan evidente! El secreto enterrado en el corazón de Ramón fue expuesto a plena luz del día, se sentía como si estuviera desnudo, de pie allí. Miró furioso a su padre. ¿Cómo lo supo? Andrew ignoró su mirada enojada. —Te lo advierto. No tendrás ninguna posibilidad. ¿Sabes qué dicen los rumores? Lola tiene una hija con Jorge Jiménez de SL Group o Tomás Herrero, ¡el presidente del país A! Frente a estos dos enemigos poderosos, si no tomas tratamiento ¿cómo puedes luchar por Lola. Ramón estaba asombrado. ¿Lola tuvo una hija? ¿Y qué tiene que ver ella con el presidente? ¿Todavía no resolvió las cosas con Jorge? Durante mucho tiempo, Ramón estuvo adormecido ahí, reposando. Su madre se había ido. Lola había encontrado a alguien que le gustaba. Sintió que no había razón para que él viviera en este mundo. Decidió ir a ver a su madre en la ciudad D en unos días y luego volver a visitar a Lola. Ambas eran el verdadero amor de su vida. Si su vida continuaba de esta manera, ¿por qué no elegir terminarla? Le gustaba Lola desde el primer día. No le importaba ser su mejor amigo y la consolaría cuando ella lo necesitara. Se sentía inferior por su pobreza, así que decidió ocultar este amor durante diez años enteros cuando estaba con ella. ... fuertes antecedentes familiares, él era simplemente un niño pobre y no podía darle una vida rica. Cuando ella lo perdió todo, él sintió dolor por ella, pero en el fondo de su corazón, también estaba encantado, porque estaban emparejados. Su matrimonio con un hombre rico fue un rayo del azul para él. Desde ese

día, él optó por contener su amor y siguió siendo su mejor amigo. Aprender lo que estaba haciendo y compartir su felicidad sería suficiente. Su compañía era la confesión de su amor más profundo, un tipo de amor que nunca habló por sí mismo. A su lado, nunca proclamó su presencia. Solo la extrañaría secretamente en medio de la noche, cuando el mundo entero estuviera dormido. Estaba encantado de verla sonreír, y sufría al verla llorar. Nunca la culpó por su repentina partida. Más tarde, llegó su padre biológico. Su familia lo necesitaba. A partir de entonces, consiguió muchas cosas, pero al mismo tiempo perdió más. No supo en qué momento comenzó a amarla, pero sabía que nunca dejaría de hacerlo. Ahora ella se convirtió en madre. Se sentía feliz por ella y trataría de enterrar su amor en el rincón más profundo de su corazón. —Si no puedo estar contigo por el resto de mi vida, ¿por qué te molesta estar con los demás? Todos son iguales para mí. —Se dijo a sí mismo. Elena dijo una vez que Ramón era el mejor actor del mundo, ya que había interpretado con éxito el papel de mejor amigo frente a Lola. Se decía que si un hombre y una mujer se habían convertido en mejores amigos, uno de ellos debía estar enamorado del otro a escondidas. —Me alegro de que alguien finalmente sepa cómo soy realmente. Estaba tan cansado de fingir. ¡Perdí a Lola! ¡Deseo que seas feliz! —Pensó Ramón. Una lágrima cayó sobre la almohada y desapareció. En Grupo SL. Un taxi se detuvo en la puerta principal. Lola, con tacones negros, salió del auto. Llevaba un par de pantalones anchos de color rojo brillante, con un bolso negro de edición limitada en sus manos, y sus labios también estaban pintados con un rojo brillante, diferente del color claro normal. Su pelo negro colgaba suelto sobre su hombro. Lo elegante y accesible se volvió fría y sexy. —¡Buenos días, señorita Camela! —¡Hola, señorita Camela! —¡Buenos días, señorita Camela! —Normalmente ella devolvería sus saludos con una sonrisa, pero hoy solo asintió con la cabeza a todos los que encontró. Al verla pasar, todos se susurraban el uno al otro. —¿Qué le pasó a la señorita Camela? ¡Se veía diferente! —¡Sí! ¡Es más sexy y más fría que antes!

—¿Tal vez es por lo que pasó ayer. —¿Quién sabe? Ella cambió. ¡Pero sigue siendo bonita! —¡Exacto! —Todos estuvieron de acuerdo en eso. —No importa cómo cambie su estilo, ¡siempre es tan bonita! Y tan elegante! Al entrar a su oficina, Lola puso su bolso en el gabinete y comenzó a ordenar los archivos para la reunión. Su teléfono sonó. Era su hermano. Con una sonrisa en sus labios rojos, ella contestó el teléfono. —Lola, a las siete de la noche, Best Love en NS Road. —Dijo Manolo al otro lado. Estaba confundido acerca de lo que su hermana quería hacer. ¿A las siete de la noche? Eso debería ser después de que salieran del trabajo. —¡Ayúdame a encontrar un gigolo, y pídele que me llame al mediodía! —¿Qué dijiste? —Sentado con indiferencia en la silla, Manolo se metió el dedo en los oídos y saltó de la silla porque temía haberlo oído mal. El maquillador cercano estaba tan asombrado que dejó caer el costoso lápiz de cejas y lo rompió. ¿Qué dijo ella? Lola quería un... ¿gigolo? ... ... Al escuchar la exclamación por teléfono, Lola se sacó el teléfono de la oreja y lo volvió a colocar después de un rato. —Pará de gritar. ¡No es para mí! ¡No había manera de que ella encontrara un gigolo para sí misma! Sintiéndose aliviado, Manolo se recostó en la silla. —Bien. ¿Cuál es tu plan? —Preguntó por curiosidad. Lola se llevó una sonrisa maliciosa a los labios. —Bueno, Yolanda quiere elegir su vestido de novia. ¡Es la hora del espectáculo! ¡Le haré saber quién es realmente Lola! Manolo estuvo de acuerdo. —¡Por supuesto! ¡Mi hermana perfecta, Lola! Bien. ¡Te encontraré un gigolo! ¡Pase lo que pase, Yonata y yo siempre estaremos a tu lado! —Se dio una palmadita en el pecho para jurar eso, pero Lola no podía verlo en el teléfono... Lola colgó el teléfono y se dirigió a la sala de conferencias con los archivos en sus manos. Sólo había varios altos ejecutivos en la sala de conferencias. Saludaron a Lola y les devolvió un leve asentimiento. Después de sentarse, Lola se concentró en sus archivos. Más y más altos ejecutivos vinieron. Algunos de ellos se sorprendieron de su maquillaje e incluso se quedaron en blanco. ¿Qué le pasaba? ¡Parecía extraña hoy! ¿Era por lo que pasó ayer? Se miraron el uno al otro. Nadie sabía la respuesta. En los últimos dos minutos antes de que comenzara la reunión, Jorge entró

en la sala a paso tranquilo. Todos, incluyendo a Lola, se levantaron para saludarlo. La corbata que llevaba parecía ser la que ella compró ayer... . Lola se sobresaltó y se sentó. Recordaba que había tirado la corbata en el mar. ¿Saltó al mar y lo recogió? Jorge le lanzó una mirada e inmediatamente pudo notar la diferencia. La reunión comenzó. Se trataba de la inversión en el desarrollo de Echo Bay. Jorge adelantó puntos clave y dejó el tiempo restante para la discusión. Luego todos los demás ejecutivos intercambiaron sus ideas mientras Lola se mantenía en silencio todo el tiempo. —Señorita Camela, ¿cuál es su opinión? —Julie Tan notó que Lola había estado mirando la misma página por un tiempo. Ella supuso que estaba distraída.

Capítulo 167 Pasando a distancia Todos voltearon a verla al instante. Lola volvió en sí y dijo. —Está bien. Creo que podemos construir lugares panorámicos sin eliminar instalaciones o residencias locales. Se detuvo para revisar los planes de adquisición antes de agregar. —Para los recursos de la planta, sugiero que cosechemos a granel regularmente. Sin darle oportunidad a la competencia. ¡Gracias! Cuando terminó, todos hablaron entre ellos por un tiempo. Asintieron mostrándose de acuerdo. —¡La sugerencia de la Srta. Camela es buena! — Jeremy tomó la iniciativa de apoyar sus ideas. —Sí, creo que es genial. Más personas siguieron su ejemplo. Jorge anunció. —De acuerdo, agrega el consejo de la señorita Camela al plan. Me puse en contacto con el gobierno de Echo Bay y le estoy asignando a Jeremy recogiendo ideas con los gerentes de los departamentos de Diseño y Planificación. ¡Necesito un nuevo diseño en una semana! Jeremy asintió con entusiasmo. —¡Sí señor! Jeremy se sintió halagado de que el CEO lo hubiera puesto a cargo de un proyecto tan importante. —No te olvides de coordinar con el jefe del pueblo. Es sabio involucrar a los lugareños en la construcción. En cuanto a otros aspectos, Jeremy y los gerentes del departamento de Diseño y Planificación pueden ir a mi oficina para una discusión más detallada. Jorge se levantó con una carpeta en la mano. —Pueden retirarse. Todos los ejecutivos se retiraron y Lola fue la última en abandonar la sala de reuniones. El rol de Director de proyecto debería haber sido para ella o para Julie Tan. No tenía sentido. ... tenía miedo de que las mujeres no pudieran hacerlo? ¿O pensaba que no eran tan buenas como los hombres? ¡Mierda! Un repentino dolor en su pie interrumpió sus pensamientos. Gimiendo de

dolor, se aferró a la barandilla para sostenerse. ¡Maldita sea! Esta era la primera vez que Lola había usado tacones de aguja, y se torció el tobillo. Jorge miró hacia atrás antes de entrar en el ascensor. Vio a Lola aferrándose a la barandilla con dolor. Por instinto, quería acercarse a ella. Pero dudó antes de finalmente entrar en el ascensor. Lola movió suavemente su tobillo para comprobar si estaba tan mal. Sintiendo que el dolor comenzaba a desvanecerse, pensaba que no era grave. Dio unos pasos con cuidado, y no pasó nada. Para ese momento, Lola se había quedado sola en el piso de las conferencias. Movió su tobillo otra vez antes de caminar hacia el ascensor. No más tacones de aguja para mí... A la hora del almuerzo. Lola organizó una reunión en una cafetería cercana. El extraño con el que tenía una cita estaba vestido con una camisa gris y medía aproximadamente 1. 9 metros de altura. Era guapo, pero se veía un poco femenino. Se puso de pie al ver a Lola, con los ojos llenos de interés. Lola era muy atractiva. No podía evitar fantasear con lo buena que debía ser en la cama. Le encantaría pagar una noche por ella. Ante su mirada pervertida, Lola lo miró con disgusto. No queriendo pasar más tiempo del necesario con él, inmediatamente se puso a trabajar. Sacó un cheque de 20, 000 y lo empujó hacia el hombre. —Obtendrás otros 20, 000 después de que el trabajo haya terminado. El hombre miró el cheque vacilante. Podía sacar 40, 000 de esto. ¡Dinero fácil! ¡Pero el objetivo era la reina internacional Yolanda! Podría terminar siendo asesinado por su guardaespaldas o alguien más. Lola percibió su duda y lo tranquilizó. —Además del hombre aterrador que la acompaña, nadie más la acompañará cuando vaya por su vestido. No te preocupes. Sin siquiera tomar un sorbo del café servido en la mesa, inmediatamente se retiró para regresar a la oficina tan pronto como terminara la reunión. Vio a Jorge, que estaba saliendo. Cuando se acercaron, miró deliberadamente su teléfono móvil. Estaban tan cerca que sus hombros casi se rozaban. Incluso podía oler su aroma familiar. A pesar de esto, ninguno de ellos se reconoció. Se pasaron el uno al otro con indiferencia. Cerca, Sánchez observó a la pareja con suspicacia. ¿Qué había de malo con ellos? ¿Peleando de nuevo? A las 7 de la tarde.

Yolanda llegó del brazo de un hombre alto en una tienda llamada Best Love International Wedding Dress. Todo el personal los recibió con entusiasmo. — ¡Bienvenidos a Best Love, Sr. Jiménez y Srta. Moza! Yolanda asintió con gracia hacia ellos, mientras que Jorge los seguía en silencio. —Señorita Moza, señor Jiménez, este es un vestido nuevo del diseñador francés Pitt. Le tomó 99 días coser esto a mano. —El gerente de la tienda se los presentó, haciendo que un par de asistentes empujaran a un maniquí que llevaba un vestido de bandeau blanco y elegante. Yolanda lo estudió y asintió con satisfacción. Se volvió felizmente hacia su prometido. —¿No es encantador, Jorge. —Pruébatelo. — dijo el hombre sin levantar la vista. A Yolanda no le importaba su desinterés. Asintió con la cabeza al gerente y entró en el vestuario. —¡Esa es la reina internacional Yolanda! ¡El hombre elegante es Jorge Jiménez, el CEO de SL International Group! —Varias chicas susurraron emocionadas entre sí al otro lado de la puerta del vestidor. Algunas se tapaban la boca con sorpresa. —Un hombre talentoso y una mujer hermosa. ¡Una pareja tan perfecta! —¿El Grupo Internacional SL no tiene una línea de vestidos de novia? Se llama P M o algo as. —¡Oh Dios mío! P M? —gritó una de las chicas. —¿No es esa la tienda donde los artículos más baratos cuestan cientos de miles, y los más caros son inestimables. —¡Sí! ¡Los vestidos de novia de P M están diseñados por personas famosas! Las chicas comenzaron a soñar despiertas, disparando miradas anhelantes a Jorge de vez en cuando. ¡Era tan guapo y elegante! ... Jiménez no se ve algo triste? —Una chica le susurró al oído a otra. La otra chica la miró con desaprobación. —¡No lo sabes! Aunque el señor Jiménez parece elegante, dicen que es una persona fría. ¡Una mirada de él al parecer puede asustar a un hombre lo suficiente como para mojarse los pantalones! —¡Wow! —La chica que estaba preocupada por Jorge lo miró con asombro. Todavía estaban cotilleando entre sí cuando Yolanda salió del vestuario. Su belleza los dejó sin palabras. Con una sonrisa tímida, Yolanda se volvió hacia el hombre en el sofá todavía absorto con su teléfono móvil. —Jorge, ¿qué te parece este. Jorge levantó sus ojos brevemente y asintió. —Se ve bien. — Inmediatamente se volvió hacia su teléfono. —Muéstrame el siguiente.

Mientras tanto, un hombre se acercó a la entrada de la tienda y una de los empleadas lo saludó. —Buenas noches señor. Ya estamos cerrados hoy. Por favor vuelva mañana. Ya era hora de cierre, pero su gerente dijo que algún VIP llegaría esta noche, así que todos tenían que trabajar horas extras. El hombre levantó su hermoso rostro y encantó a la chica con una sonrisa. —En realidad estoy buscando a Yolanda. Soy su amigo. —Oh, mi error. Por aquí por favor. —La chica no preguntó más al hombre y respetuosamente lo llevó a la sección VIP de la tienda. En la sección VIP, Yolanda estaba evaluando los vestidos de novia recomendados por el gerente uno tras otro. Cuando el recién llegado la vio, sus ojos se iluminaron. El hombre de inmediato puso una expresión afectuosa y se acercó. — ¡Yolanda! Yolanda se quedaba mirando fijamente al extraño que se acercaba a ella. El gran abrazo que le dio sorprendió a todos en silencio. Pensando que era un fanático apasionado, Yolanda lo rechazó por vergüenza. —¡Discúlpeme señor!

Capítulo 168 ¿Cuánto te paga ella? El hombre miró a Yolanda con afecto. —Sé que estás enojada conmigo, pero estás embarazada de mi bebé. ¿Cómo puedes casarte con otro hombre, Yolanda? —El extraño le tomó la mano, mirándola emocionalmente. Yolanda supuso que el hombre estaba loco. —¿De qué estás hablando? ¡Ni siquiera sé quién eres! —Ella trataba de sacudir la mano del hombre. Al ver cómo se desarrollaba el drama, los dependientes empezaron a murmurar. El hombre continuó. —Yolanda, ¿cómo puedes ser tan cruel y dejarme? Sé que es más rico que yo, ¡pero no puedes irte así! —Se limpió dramáticamente sus lágrimas. Avergonzada, Yolanda exclamó. —¡Seguridad! Saquen a este hombre. ¡Ni siquiera lo conozco! Debía estar loco. ¡Maldición! Yolanda levantó el vestido de novia y caminó hacia Jorge, quien había permanecido en silencio. —Jorge, por favor, no me malinterpretes. ¡Ni siquiera lo conozco! El desconocido la siguió y se arrodilló junto a Yolanda, sorprendiendo a todos. —Yolanda, por favor no me dejes. ¡Te amo! —El hombre se estaba volviendo más cariñoso al tocarla. Yolanda era una mujer atractiva, y él quería dormir con ella. . Yolanda no pudo evitarlo y le dio una patada al hombre en el pecho con disgusto. En un tono tan despiadado que Jorge nunca había presenciado antes, ella dijo. —¡Deja de decir tonterías, o te demandaré! ¿Qué estaba haciendo este hombre? ¡Esto era humillante. —¡Jorge, no le creas! El hombre miró a Yolanda desesperadamente y parecía que tenía más que decir. Jorge se volvió hacia Yolanda. —Ve a cambiarte, nos vamos. Yolanda miró a Jorge con nerviosismo y quiso decir algo, pero hizo lo que le dijo. Antes de irse, miró al hombre que ahora estaba haciendo una escena, llorando en el suelo. Tan pronto como Yolanda se fue para cambiar, la cara de Jorge cambió. La

expresión enfurecida que tenía asustó incluso a los dependientes. ¡Oh Dios, qué expresión tan terrible! Jorge miró al hombre en el suelo. —¿Cuánto te paga ella? —Supo que todo era trampa de inmediato. El hombre miró a Jorge en confusión. ¿Cómo sabía eso. —¿Qué estás diciendo? No entiendo. Mientras insistía en fingir ignorancia, Jorge lo miró fijamente. Asustado, el hombre se sentó en sus piernas y casi se mojó los pantalones con miedo. —Contesta la pregunta. —Dijo Jorge con frialdad y una dura amenaza en su tono. El hombre levantó sus brazos. —¡20, 000! ¡Conseguiré otros 20, 000 después del trabajo! —Mirando la expresión peligrosa de Jorge, el hombre creía que era un trabajo difícil. Jorge sacó su billetera y sacó un cheque, donde anotaba 400, 000. Entonces, se lo tiró al hombre. —Tómalo y vete. El hombre miró el cheque en el suelo en estado de shock. ¡Era de 400, 000! ¿Y todo lo que tenía que hacer era irse? El hombre tomó el cheque y se fue inmediatamente. Cuando Yolanda se cambió, tuvo un mal presentimiento. El hombre debía estar tramando algo. Después de ponerse su propia ropa, ella salió. —¡Jorge! Él. Jorge se puso de pie, interrumpiéndola. Se dirigió al gerente de la tienda para ordenar. —Empaque este vestido de novia. El gerente de la tienda tomó el vestido de novia de inmediato y se apresuró a empacar. —Jorge, eso no es suficiente. ¡Todavía no he escogido el vestido para las fotos de boda y la recepción! —Yolanda agarró la mano de Jorge y le bloqueó el camino. Originalmente quería que las fotos de la boda se tomaran en el país C, pero tenía que hacerlo en el país A porque Jorge estaba ocupado. Jorge la miró. —Tengo algo con que lidiar en el trabajo ahora. Vuelve otro día con tu amiga. Elige lo que quieras y cárgalo a mi tarjeta. Soltó su mano y fue con el cajero para liquidar la compra. Con el pesado vestido de novia en sus manos, Yolanda trotaba para alcanzarlo. —Jorge, ¿cómo llego a casa. Jorge la había llevado a la tienda en su auto. Miró su cara triste y suspiró. —Te daré un paseo. Yolanda felizmente puso el vestido de novia en el maletero antes de tomar su lugar en el asiento del pasajero junto a él.

Yolanda estaba sola en la casa. Con una mirada hosca, sacó su teléfono y llamó a Manuel. —¿Alguien te preguntó dónde iría de compras de vestidos de boda con Jorge hoy. Manuel lo pensó por un rato. Varias personas realmente preguntaron al respecto. —Los miembros de la tripulación, incluidos el fotógrafo y la asistente de Manolo, Cassie. —¡Eso es! —¿Lola no estaba relacionada con Manolo? ¡Maldición. — Pregunta al personal de SL Group si Lola ya se fue de la oficina. Si no, diles que la mantengan allí. Estaré ahí. ... En el edificio del Grupo SL, Lola se frotó los ojos cansados. El reloj le dijo que eran las nueve. ¿Por qué el hombre al que le pagó no la había contactado todavía? Sacó su teléfono para llamarlo, pero su teléfono estaba apagado. Ella frunció. ¿Algo salió mal? —¡Olvídalo! —Iría a casa y le pediría a Manolo que lo contactara. Guardó sus cosas rápidamente y salió de la oficina con su bolso. Cuando salió del ascensor, la mayoría de las luces en el vestíbulo estaban apagadas. En el exterior, solo una o dos farolas iluminaban el camino de la compañía. Un hombre con su saco puesto casualmente sobre su hombro entró al edificio. ... pares de ojos fríos se encontraron. Caminaron en direcciones opuestas. Lola podía escuchar el latido de su corazón mientras salía corriendo. Cuando llegó a su auto, se detuvo en la puerta. Caminó hacia el frente de Maserati y se dio la vuelta, solo descubrió que el hombre había desaparecido. Estaba muy decepcionada, pero estaba bien romper con él... En su camino a casa, se detuvo en un semáforo en rojo en una intersección. Sintió un ligero dolor de estómago y se dio cuenta de que debía estar hambrienta. Tenía que apresurarse a llegar a casa para comer algo. Así que pisó el acelerador y siguió su camino. No había ido muy lejos cuando varios hombres de aspecto fuerte la detuvieron. ¡Qué mala suerte! Sacó su teléfono para llamar al único hombre en el que confiaba, su hermano Yonata. Bajando la cabeza discretamente, rápidamente le dijo a Yonata su ubicación y colgó el teléfono como si nada hubiera pasado.

Después de recibir la llamada de Lola, Yonata sintió que algo estaba mal, así que reunió un escuadrón y condujo varios vehículos militares a su ubicación inmediatamente. El Maserati se detuvo. Una mujer vestida con una chaqueta de cuero negra y pantalones de cuero estaba entre los hombres. Aunque llevaba gafas de sol, Lola podía reconocerla fácilmente. ¡Era Yolanda! Ella tomó represalias tan rápidamente. Eso debía significar que el hombre tuvo éxito. ¡Bien! Yolanda metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y se acercó para golpear la ventana del asiento del conductor. Lola bajó la ventanilla y preguntó fríamente. —¿Qué quieres? ¿Estás aquí para romper mi auto de nuevo. Yolanda sonrió. Ella era inteligente. —No. Contrataste a un hombre para que me humillara, así que quiero devolverte el favor con varios hombres. Lola no parecía desconcertada. —¿Quieres tenderme una trampa como lo hiciste hace años? —Mientras hablaban, Lola apagó el motor del coche. Si ella no se escapaba, Yolanda no la dejaría ir.

Capítulo 169 Jorge Jiménez, ¿dónde estás? Lo único que Lola podía hacer ahora era retrasar el tiempo y esperar a su hermano. Yolanda se recostó casualmente contra el auto y dijo. —Usar los mismos viejos trucos te derribará. —No eres muy inteligente, ¿verdad. —Puede que no sea tan inteligente, pero Jorge debe ser un idiota para creerle a alguien como tú. —Trabajando en su oficina, Jorge estornudó. Pensó egoístamente que Lola debía estar hablando mal de él. Ofendida por los comentarios de Lola sobre Jorge, Yolanda se quebró. — ¡No te dejaré hablar mal de Jorge de esa manera! —Mientras hablaba, trataba de abrir la puerta del auto de Lola. Lola aprovechó la oportunidad e inmediatamente subió la ventanilla de su auto. Se encerró a salvo dentro. Al darse cuenta de que el auto estaba completamente seguro, Yolanda hizo un gesto a sus hombres y ordenó. —¡Tráeme un ladrillo! Miró a Lola y le dijo. —¿Crees que encerrarte en el auto te mantendrá a salvo? —¡Lo abriremos y te sacaremos! Un hombre se acercó al coche con un ladrillo que recogió en la carretera. Yolanda ordenó rápidamente. —¡Abre la ventana! Ella se alejó y el hombre comenzó. Lola examinó la situación. Si la ventana se rompiera, definitivamente se lastimaría y su rostro quedaría marcado por los fragmentos de vidrio. Lola abrió rápidamente la ventana en pánico. —No nos apresuremos. Yolanda inmediatamente la agarró por los brazos y la arrastró fuera del auto. Los hombres la rodearon para evitar que escapara. Necesitaba ganar más tiempo. —Yolanda, sé que quieres a Jorge. ¡Bueno, puedes tenerlo! —Se quitó el polvo y se limpió la ropa. Yolanda se puso furiosa con sus palabras. El hecho de que ella tuvo la audacia de hablar de Jorge como si él fuera insignificante la hizo reaccionar. — ¡Él es mío! ¡Nunca tienes el derecho a decir eso! —Hizo un señal a los hombres para que tomaran acción. —¡Esta mujer es toda suya ahora! Los hombres se acercaron. Lola se enderezó y dijo con firmeza. —

¡Atrévanse! Sorprendidos por su mirada fría y tono severo, los hombres se detuvieron. Se miraron tentativamente, sintiéndose inseguros. Lola evaluó cuidadosamente la situación y continuó faroleando. —¡Mi abuelo es el ex vicepresidente y mi novio es el actual presidente! —"Lamento haber usado tu nombre, Tomás Herrero. —pensó. Yolanda se rió de ella. —No escuchen sus tonterías. Está loca. ¡Llévensela! Los hombres sabían que las palabras de Lola tenían cierta verdad, pero no estaban convencidas de que su novio fuera el presidente. Uno de los hombres agarró a Lola por la muñeca y trataba de sacarla de la carretera. —¡Vamos niña! ¡Déjame cuidarte bien! Lola era una mujer muy atractiva y con mucho carácter. Estaba seguro de que ella sería bastante agradable. —¡Suéltame! Maldito sea. ¡Si te atreves a tocarme, te cortaré y te daré de comer a los perros callejeros! —El hombre la calló con la mano. Una mano grasienta que apestaba a cigarros cubría su boca. Casi vomitó de disgusto. —¿Dónde estás, Yonata? —Pensó desesperadamente. Dos hombres la presionaron contra la hierba y comenzaron a quitarle la ropa. Lola se sintió tan disgustada, que comenzó a vomitar. Sus manos estaban apretadas, y no podía llorar por ayuda. Pensó en Miguel y en cómo la trataba la última vez. El miedo brotó en su pecho. Yolanda miraba a Lola con aires de arrogancia y disfrutaba de su angustia. —¿Quieres pelear conmigo? ¡Bien por ti! ¡Veremos quién ríe al último una vez que estos hombres hayan terminado contigo! ¡Terminarás con una perra sucia y a Jorge ya no le gustarás más! Lola seguía luchando contra los hombres. Sus esfuerzos fueron inútiles y las lágrimas corrían por su rostro. ¿Quién se presentaría ahora y la ayudaría? La cara fría de un hombre vino a la mente. —¿Jorge dónde estás? ¿Dónde estás? ¿Aparecerás a tiempo como antes. ... Por fin, varios carros militares se detuvieron junto al Maserati. Una docena de soldados vestidos con atuendo militar salieron de los autos. Yonata lanzó una dura mirada a la escena en los arbustos. Notó a una mujer en el suelo atrapada debajo de un hombre. ¡La angustiada mujer semidesnuda no era otra que su propia hermana! Otra mujer con gafas de sol los vio venir y se alejó huyendo de la escena. Yonata levantó su pierna y la pateó justo en el abdomen. Ella cayó al suelo y se agarró el estómago con gran dolor.

Los soldados detrás de Yonata lo vieron hacer un movimiento y siguieron su ejemplo. Se adelantaron y se unieron a la lucha. Los hombres en los arbustos estaban a punto de violar a Lola, pero al darse cuenta de que eran superados en número, entraron en pánico y desaparecieron. Pero los soldados de Yonata no les dieron una oportunidad. Atacaron agresivamente a la escoria que huía. Uno de los hombres fue sometido en segundos. El resto de ellos rápidamente se alejaron de Lola. Mirando a su hermana, Yonata gritó a sus soldados. —¡Atrás! Los soldados detrás de él se detuvieron, sintiendo que su jefe estaba lidiando con algo difícil. Yonata rápidamente se quitó el abrigo y cubrió a Lola con él. Levantó a su hermana temblando y la acunó en sus brazos. ¿Qué pasó? Los soldados revisaron a la mujer en brazos de Yonata. Su rostro estaba oculto por su largo cabello, por lo que no podían decir quién era ella. —¡Sáquenles los ojos! Yo me haré responsable. —La voz de Yonata temblaba de rabia. Ignoró los gritos de misericordia detrás de él y se subió al auto de Lola. Con gran cuidado, dejó suavemente a su hermana en el asiento trasero. Indignado, a Yonata le costó mucho calmarse. Se sentó en el asiento del conductor y notó que el teléfono de su hermana estaba sonando. Tocó el botón del altavoz. —¿Dónde estás? —una profunda voz masculina habló. El gran peso sobre los hombros de Jorge desapareció ahora que finalmente respondió su llamada. En su oficina, Jorge pensaba en Lola y comenzó a preocuparse de que algo hubiera pasado cuando estornudó. Intentó calmarse y concentrarse en su trabajo, pero no pudo deshacerse de la sensación de que algo estaba mal. Después de dudar un rato, finalmente marcó su número. No obtener respuesta después de llamarla cuatro veces, lo puso nervioso. Alguien finalmente contestó después del quinto timbrazo. Yonata reconoció la voz en la línea y comenzó a sentirse enojado de nuevo. —¿Dónde diablos estabas cuando mi hermana más te necesitaba? —Yonata apretó el volante con fuerza. Sabía que era irracional culpar de esto a Jorge. Pero aún así quería que él tomara el control total de la situación y llevara justicia a los responsables de la terrible experiencia de su hermana. Él era el hermano de Lola, pero Jorge era su amante. Sería mucho mejor que Jorge los castigara por Lola. Pero si Jorge no podía manejar las cosas de la forma adecuada, tampoco lo iba a dejar ir.

Jorge sintió que algo estaba mal por el tono de Yonata. Yonata siempre era un hombre compuesto que hablaba con calma. ¿Cuál era la razón para que perdiera la calma? ¿Le había pasado algo a Lola? Jorge se levantó de su silla y agarró las llaves de su auto. Salió de su oficina a toda prisa. —¿Dónde está ella ahora? —preguntó con urgencia. Parecía agitado. —Necesitas que alguien limpie el desorden en la intersección. Te estaré esperando en el hospital militar. —No podía enviar a su hermana a un hospital regular en su estado. Jorge colgó el teléfono e instruyó a Sánchez para que arreglara el desorden como la última vez. Sin dudarlo, corrió con su auto hasta el campamento militar de Yonata. Yonata llevó a su hermana temblorosa a sus cuarteles y llamó a la única doctora en el campamento para que la examinara. Hizo que la médica firmara un acuerdo de confidencialidad que le hizo prometer que se quedaría con todo lo que viera o con quien se encontrara. Él enfatizó que de otra manera enfrentaría severas consecuencias.

Capítulo 170 Por qué cerraste la puerta La doctora miró a Lola acurrucándose en la cama. Aunque se cubrió con la manta, pudo asumir lo que pasó por su cuerpo tembloroso. La médico no sabía cómo proceder. —Hola. —dijo tentativamente. —Soy doctora. Por favor permítame examinarte. Le dio unas palmaditas a Lola con suavidad. Lola sentía escalofríos por todas partes. Ni siquiera la manta podía calentarla. —Eso no es necesario. —Dijo Lola, su débil voz era amortiguada por la sábana. Simultáneamente, la puerta del salón se abrió de golpe desde el exterior. —¿Dónde está? —Al escuchar la voz familiar, Lola estalló en lágrimas. Jorge entró y miró a la doctora. La doctora le hizo un gesto a Lola sin poder hacer nada. —No me deja examinarla. —La doctora levantó las manos en señal de rendición y se despidió de Jorge. Jorge y Lola se quedaron solos en la habitación. Al ver a la mujer temblorosa que se escondía debajo de la manta, se sintió abrumado por la emoción. Después de un par de minutos, retiró suavemente la manta. Su rostro se volvió tormentoso al ver a Lola medio desnuda bajo el abrigo militar. ¿Qué le pasó? La levantó suavemente y la sostuvo en sus brazos. Lola dejó sus brazos colgando a los costados. No sabía dónde ponerlas. El abrazo de Jorge la hizo sentir cálida. Pero él no sabía cuán sucia se sentía después de ser casi abusada por esos hombres. De repente, empujó a Jorge desesperadamente. Sin esperar el movimiento, Jorge dio unos pasos hacia atrás. Mirando su cara desplomada, caminó cautelosamente. —Cálmate. Estoy aquí. —Jorge no estaba enojado. La tomó en sus brazos de nuevo y alisó su desordenado cabello. Lola no pudo soportar empujarlo de nuevo y cayó en sus brazos, llorando amargamente. Jorge la consoló, haciéndola sentirse mucho mejor.

—Estoy sucia... —Susurró después de mucho tiempo. Ante sus palabras, Jorge levantó la cara y la besó. Lola lo empujó lejos. Se sentía tan sucia. ¿Cómo podía merecer a un hombre tan decente? Se cubrió con la manta de nuevo. Jorge retiró la manta y vio que sus pantalones estaban intactos. Se inclinó más cerca y volvió su rostro hacia él, besándola de nuevo. —No me importa. —Dijo suavemente en su oído. Lola dijo con desprecio. —Definitivamente no te importa. ¡No te casarás conmigo en el futuro! —Al pensarlo, apartó a Jorge y se levantó de la cama. Poniéndose la chaqueta de Yonata, dijo. —¡Maldita sea! ¡Estaba abusada! ¡Le pagaré a una docena de hombres para hacerla sufrir! —Bramó con coraje. Jorge la escuchó murmurar y frunció el ceño. Parecía saber quién era la responsable de esto. —¿Quién te hizo esto? —Preguntó Jorge. Lola apoyó la mano en la perilla de la puerta. —Si te digo que fue Yolanda, ¿me creerías. El silencio de Jorge fue muy revelador. Ella se burló. Sabía que él no le creería. Cerró la puerta con furia. Jorge llamó a Sánchez para saber que había pasado. —¿Cómo fue. Sánchez todavía estaba en el cruce. La escena era horrible. Los ojos de los hombres fueron arrancados. —Es bastante perturbador aquí. La situación es un poco complicada. Una docena de hombres de Yonata les sacaron los ojos, los golpearon y se fueron. Antes de que se los llevaran a la estación de policía, confesaron que Rosa los había ordenado... ... Rosa... ¿Por qué Lola dijo que era Yolanda? Lola cerró la puerta del salón. Yonata estaba fumando afuera. Cuando ella salió, él la miró. Ya se había calmado. Jorge fue de gran ayuda. —Yonata, quiero irme a casa. —Quería darse una ducha para lavarse el cuerpo. Al salir de la sala, Jorge se ofreció. —Déjame llevarla a casa. Tenía que convencerla de que Yolanda no era tan cruel como creía. —¡Yonata, no quiero que me lleve a casa! —Fumando tranquilamente en su asiento, Yonata miró a su obstinada hermana. Jorge no dijo nada más. Tomó la muñeca de Lola y caminó afuera. Cuando Lola se escapó fuera de su apretón, la levantó y se alejó. ...

Lola acercó su cara al pecho de Jorge. Aunque era muy tarde, todavía había muchos soldados de guardia. Ella no quería quedar mal. De hecho, los soldados de guardia los observaban con curiosidad. El coronel había llevado a esa mujer antes. ¿Por qué otro hombre la estaba sacando? Aunque estaban confundidos, se pusieron de pie y actuaron como si no vieran nada. Al empujar a Lola al asiento del pasajero, Jorge cerró la puerta. —Jorge, ¿por qué cerraste la puerta? ¡Deja de ser tan arrogante! ¡Prefiero caminar de regreso que dar un paseo en tu auto! —Lola se sintió maltratada. Desde que apareció Yolanda, ella había sufrido mucho. Se movió para abrir la puerta, pero Jorge la agarró de la muñeca. — ¡Quédate quieta! A juzgar por su tono, también estaba enojado. Esto la puso furiosa. —¿Por qué debería hacer lo que dices? ¡Déjame ir! Lola se apoyó en su brazo y lo mordió enojada. Aunque dolía, mantuvo su agarre firme. Después de morderle el brazo tres veces, todavía no había eliminado su ira, y lo miró con furia. —¿Estás satisfecha ahora. —Jorge la miró fríamente. Las marcas en su brazo se estaban volviendo azules, pero él las ignoró. Al ver las tres marcas de mordidas obvias en su brazo, Lola finalmente se calmó. Volvió la cabeza hacia la ventana y no lo miró. Después de abrocharse el cinturón de seguridad, Jorge arrancó el auto. Estaba muy tranquilo en el coche. Jorge condujo sin problemas. Agotada, Lola cerró los ojos y se recostó en su asiento. —Llamé a Sánchez justo ahora. Han sido encarcelados. Confesaron que Rosa les dio órdenes... Lola lo interrumpió enfadada. —¡Basta! ¡Jorge, claramente la vi a ella! Obviamente era Yolanda. —Lola, ¿no te estás confundiendo? ¡Ella no es una mala persona! — Comenzaron a tener conflictos de nuevo. Jorge todavía no le creía. Lola se desabrochó el cinturón de seguridad. —¡Jorge, si no te detienes, saltaré de aquí! Jorge detuvo al Maybach inmediatamente. Lola abrió la puerta y se bajó. Luego de desabrocharse el cinturón de seguridad, Jorge la alcanzó y la levantó con fuerza sobre su hombro. A pesar de su lucha, abrió la puerta del asiento trasero. Él entró después de empujarla dentro.

—¡Déjame ir! ¡Si te atreves a tocarme, te demandaré! —Lola empujó fuerte a Jorge, pero él no se movió. Jorge tiró de sus brazos. —¡Lo haré de todos modos! —Jorge, varios hombres abusaron de mi esta noche. ¿No crees que estoy sucia? —La tensión abandonó su cuerpo, pero Lola frunció el ceño a Jorge. Ciertamente, no podía dejar ir a los hombres. No fue suficiente el sacarles los ojos. ¡Solo aprenderían su lección después de perder tanto sus brazos como sus piernas!

Capítulo 171 De vuelta a casa a escondidas —Oye, estás bien. Todo ha terminado ahora. El tono calmante de Jorge consoló a Lola y la devolvió a la realidad. Ella inconscientemente puso sus brazos alrededor de su cuello. —Tú eres Jorge, ¿verdad? —Pidió una respuesta y su rostro pálido estaba lleno de ansiedad. El hombre secó sus lágrimas y miró su rostro bonito con tristeza. —Sí, soy yo. —"Quédate quieta... Su cuerpo rígido se relajó lentamente bajo sus palabras. Ella solo había estado con un hombre. Ese era Jorge. Jorge era la única persona que la había tocado. Pero esta noche, su cuerpo fue manoseado por otros hombres. Todavía podía sentir sus manos fantasmas en su cuerpo. —Me siento sucia... Necesito ducharme... Ellos... Me manosearon... ¡Ugh! —La escena repulsiva volvió a ella y comenzó a vomitar de nuevo. Jorge la miró con preocupación. Debía sentirse realmente enferma por el incidente. Chica tonta, no era tan grave como pensaba. Pero, ¿cómo podría consolarla? Jorge se levantó y buscó una botella de agua para ella. La ayudó a sentarse y le llevó la botella a la boca. Ella se sintió mucho más cómoda cuando él la sostuvo en sus brazos. Tomó la botella de agua de sus manos y la puso a un lado. Inclinándose, le susurró suavemente al oído. —Déjame ayudarte a olvidarlo. Su profunda y seductora voz masculina la cautivó. Ella miró de nuevo a sus intensos ojos y sintió que él la empujaba lentamente hacia abajo. Estaba oscureciendo. Las ropas de Lola estaban desgarradas. Afortunadamente, todavía tenía el abrigo de su hermano para cubrirse. Rechazó fríamente la propuesta de Jorge de registrarse en un hotel. Él la reprendió, diciendo que lo usó antes de deshacerse de él despiadadamente. Lola todavía estaba molesta con Jorge en su camino de regreso a la casa.

Para ella, ¡Jorge era solo una segunda opción! Él era solo un hombre a su disposición, listo cuando ella lo pedía. Aparte de eso, no había ataduras. Silenciosamente se escabulló escaleras arriba y regresó a su habitación. Todo el incidente debía mantenerse en secreto. No podía dejar que su familia lo descubriera. No quería que se preocuparan por ella. Lo primero que hizo fue quitarse la ropa y tirarla al contenedor. Entonces se preparó un baño. En la bañera, Lola se frotó el cuerpo con brusquedad. Maldijo a Yolanda muchas veces en su cabeza. Pero se sintió mejor cuando Jorge vino a consolarla. Pasó casi dos horas en la bañera, quedándose hasta el amanecer. Salió del agua fría y se secó. Luego fue a ver a Estrella. Cuando volvió, Lola cerró los ojos y descansó un rato. Jorge no le creyó en absoluto. No podía contar con él, así que tenía que dejarlo a un lado y enfrentarse a Yolanda. Al día siguiente, Lola bajó las escaleras con los ojos inyectados en sangre. Toda su familia se acercó a ella con preocupación y le preguntó por sus ojos hinchados. Ella estaba profundamente conmovida. Su familia era su sol. Siempre le daban una calidez incondicional. Lola les sonrió y fingió que no había pasado nada. —¡Buenos días! Estaba bastante ocupada con el trabajo de la empresa últimamente. Me quedé despierta hasta tarde anoche trabajando en ello. Me desperté así debido a la falta de sueño. Yonata, que estaba comiendo junto a la mesa del desayuno, se detuvo al escuchar sus palabras. Pero guardó silencio. Podría ser una buena idea que la familia no supiera la verdad, ya que se preocuparían. Pero necesitaba hablar con su hermana cuando fuera el momento adecuado. Landon Camela miró a Lola con cariño y dijo. —Lola, si el trabajo es demasiado difícil, simplemente renuncia. ¡Podemos darnos el lujo de apoyarte! Lola le devolvió la sonrisa, su corazón estaba lleno de gratitud. —Abuelo, estoy bien. Voy a equilibrar el trabajo y la diversión a partir de ahora. Quiero darle mejores cosas a Estrella. ¿Cómo no puedo trabajar? —Ayudó a su abuelo a sentarse más cómodamente para disfrutar de su desayuno. Su padre, Harold, dijo. —Algo horrible sucedió en el cruce por el que generalmente pasas después del trabajo. Algunos hombres fueron encontrados tendidos allí con sus ojos arrancados. Fueron puestos en la cárcel, donde alguien también les cortó los brazos y las piernas. Deben de haberse cruzado con alguien poderoso. Es un asunto gravísimo, Lola. ¿Qué tal si dejas que tu hermano te recoja del trabajo a partir de ahora? —Observaba la cara de su hijo mientras decía esto. Se rumoreaba que fue llevado a cabo por los soldados de Yonata.

Pero no se pudo encontrar evidencia tangible. La cara de Yonata permanecía tranquilamente en blanco. Harold no podía leer su mente en absoluto. ¡Aunque sus hijos ya habían crecido, todavía debían decirle a sus padres la verdad si algo hubiera sucedido! Lola se volvió rápidamente hacia su padre y le dijo. —Papá, no hay necesidad de eso. Mi hermano está ocupado todo el día. Terminaré de trabajar temprano y volveré a casa de inmediato de ahora en adelante. No más horas extras. —¡Bien, no más horas extras! ¡Ya no había manera de que Yolanda la atacara en el cruce! Pero no fue lo suficientemente bueno. Debería pedirle a su hermano un arma más tarde. Si Yolanda la acosaba de nuevo, acabaría con ella permanentemente. Harold miró a su hija y notó su expresión. Parecía diferente últimamente. A juzgar por sus expresiones, se veía bastante indiferente en estos días. —Lola, si algo te ha pasado, tienes que decirnos. No escondas tus sentimientos. —Angie González puso algo de comida en el plato de Estrella. Analizó a su hija pensativamente. La noche anterior, atrapó a su hija escondida en casa con el abrigo militar de Yonata. Cuando se despertó a la medianoche para ir al baño, escuchó un ruido abajo. Curiosa, bajó para averiguar qué estaba pasando. Vio a su hija en las tenues luces. Llevaba el abrigo de Yonata y se veía bastante despeinada. Después de lo que presenció la noche anterior, no había manera de que ella creyera en las palabras de Lola de que nada había sucedido. ... noticias de la mañana en la tele. Le fue difícil no juntar los dos incidentes. Pero se sintió bastante aliviada de que su hijo estuviera allí. Si su hija no deseaba hablar de eso, estaba bien. Mientras estuvieran bien, no era necesario que peguntara demasiado. Sintiéndose un poco culpable, Lola ocultó su cara en el tazón. No quería que su familia se preocupara por ella. —Mamá, estoy bien. Tengo hermanos jóvenes y amorosos. No causaré ningún problema. Ella quería decir que si algo le pasaba, tenía a sus hermanos para apoyarse. No había necesidad de recurrir a sus padres. —Muy bien muchachos, necesitan cuidar de mi preciosa hija. Si algo le sucede, definitivamente los haré responsables. —Angie miró a sus hijos y pensó que Lola era su favorita. Tuvo tanta suerte que incluso le dio una dulce nieta. Sin embargo, su hijo mayor ya tenía treinta y tantos años y acababa de

encontrar una prometida. Podrían pasar varios años más hasta que él le diera un nieto. En cuanto al tercer hijo... ¡Todo lo que hacía era fanfarronear! Hacía dos días, consiguió un coche de lujo de la nada. La familia Camela era conocida por tener una disciplina estricta y una educación rigurosa. De lo contrario, habría llegado a la conclusión de que él obtuvo el auto por medios deshonestos. —¡Mamá, realmente prefieres a mi hermana que nosotros! —Manolo protestó con frustración, mientras que Yonata asintió con la cabeza. Vaya. Ambos eran sus hijos, pero se comportaban de maneras completamente diferentes. —¡Cállate! ¿Por qué no vas y me das un nieto también? Mi dulce Estrella es tan adorable. —Con estas palabras, Angie se inclinó y besó con cariño la mejilla gordita de Estrella. Estrella sonrió alegremente. —¡Abuela, Estrella te quiere mucho! Angie rápidamente dejó sus palillos y la abrazó con fuerza. —Por supuesto, mi corazoncito. ¡Abuela también te quiere mucho! Manolo observó a las dos chicas riendo y se puso en los zapatos de su hermano. —Hermano, ¿por qué no te casas con tu prometida ya? ¡Eso me quitará la atención de mamá! Lola asintió en acuerdo. ¡Sí! Realmente necesitaba casarse con Wendy pronto. Ella ansiaba más compañía. Yonata se limpió la boca con calma con la servilleta y dijo. —Pronto. — Dirigiéndose a sus padres, dijo. —Madre, padre, ¿por qué no nos ponen una fecha para nosotros. —Por supuesto. Discutiré con tu padre y te avisaré mañana. —Angie asintió con gran satisfacción. Conocieron a su novia hacía un par de días. Era una buena chica. A ellos no les importaba sus orígenes. Su hijo mayor era un introvertido. Para ser honesto, ya estarían muy satisfechos si se casara y les diera algunos nietos.

Capítulo 172 Una belleza como tú muere joven Yonata asintió y luego miró hacia su hermana. —Lola, ¿podrías venir al estudio cuando termines de comer. Al escuchar esto, Lola rápidamente terminó su congee y se limpió la boca. Luego se inclinó hacia Estrella y la besó en sus mejillas regordetas. —Mi querida bebé, siéntate aquí y come. Sé una buena niña. Hablaré con tu tío y volveré en un momento. Estrella la miró y solo asintió con indiferencia. En el estudio. Al escuchar los pasos de Lola, Yonata sacó una pistola del cajón, miró a Lola y se la dio. —Tómala y protégete. Si te encuentras con algo que no puedes manejar, avísame y estaré allí. Con cautela, Lola rápidamente puso la pistola en su bolso. Su arma anterior se la había entregado a Jorge. —Hermano, estoy bastante nerviosa si descubren que tú fuiste el involucrado en el incidente de anoche. —Estaba muy preocupada por el problema. Yonata la miró profundamente. —Ya no es un problema. Él ya se encargó de eso. —¿Él? —pensó Lola. —¿Jorge. —Además, los tipos en la cárcel confesaron que fueron enviados por alguien llamada Rosa. —Sin dudarlo, compartió esta información con su hermana para evitar que se preocupara. Lola dejó escapar una pequeña sonrisa y dijo. —¿Es esto lo que Jorge descubrió en su investigación. Yonata sacudió la cabeza y explicó. —Bueno, él dijo eso. Pero también tengo algunas conexiones en la estación de policía y es cierto que los criminales confesaron. Lola negó con la cabeza en desacuerdo. —Hermano, creo que no fue Rosa. Fue la mujer a la que pateaste anoche. ¡Su nombre es Yolanda Moza y ella es la líder! —¡Qué método tan astuto de lavarse las manos de todo esto! ¡Incluso

tuvieron las agallas de culpar a Rosa, que se prostituía en la Ciudad D! —Lola reflexionó sorprendentemente. Yonata escuchó sus palabras y frunció el ceño. Recientemente había oído hablar de Yolanda, una celebridad internacional, que también era la llamada prometida de Jorge Jiménez. —Iré y recogeré la evidencia por ti. Lola pensó por un momento y se negó. —No hay necesidad de eso. Yo puedo hacerlo. Yolanda y yo tenemos una larga historia de conocernos. ¡Haré mi mejor esfuerzo para cazarla yo misma! —Si ella no podía resolver el problema, entonces podría recurrir a su ayuda. Pero por ahora, no quería arriesgar a su familia al involucrarlos. Yonata miró a su hermana, que parecía decidida y tranquila, y luego asintió con aprobación. —Si te encuentras con algo, solo llámame. Si no estoy disponible, ¡llama a nuestro padre! ¡Nuestra familia siempre te respaldará! Como un gesto de agradecimiento, Lola se acercó a su hermano y le dio un gran abrazo. —Hermano, las palabras no podrían describir lo agradecida que estoy contigo. Los labios de Yonata se curvaron hacia arriba ya que rara vez estaba contento de esta manera. Le dio una suave palmadita en la mano y le dijo. — Uno de mis muchachos condujo tu auto de regreso anoche. ¡Ahora debes apresurarte a trabajar! —¡Seguro! —Lola apresuradamente tomó la llave del auto y salió corriendo del estudio. ¡Después de todo, su familia era lo único con lo que podía contar! Ya tuvo tanta suerte de que sus padres adoptivos la trataron como a su propia hija. ¡Ahora sus padres biológicos también la trataban igual! ¡Esto era tan genial! En Grupo SL. Lola entró en el edificio y estaba en el vestíbulo cuando la gente a su alrededor sintió de inmediato su presencia. Llevaba un top blanco con una falda larga a cuadros de talle alto negro y tacones altos negros que se destacaron aún más por su larga chaqueta blanca. Sus ojos estaban un poco rojizos. Gracias a una fina capa de base que puso, pudo aclarar su tez. Sin embargo, sus pestañas eran rizadas y largas y sus labios suaves y rojos eran muy atractivos. La directora General Adjunta era conocida por su gusto de moda de alta gama. Sin embargo, debido a sus recientes expresiones frías, el personal pensó que se parecía demasiado al CEO ahora... Algunos de ellos se forzaron a entenderla bien. Creían que la razón para que ella se viera tan malhumorada fue porque la madre del CEO causó una gran escena en la compañía.

En la sala de reuniones. Aparte de la alta dirección, tanto Yolanda como Manolo estuvieron presentes. Lola miró con desdén a Yolanda. Después de un breve momento de conexión incómoda, ella miró hacia otro lado. Yolanda la hizo sufrir mucho anoche. ¡Pero apostaba a que Yolanda sufriría más por el apoyo de Yonata! ¡De hecho fue el caso. —Ahem ejem..." Yolanda les dio la espalda, obviamente para dejar escapar una dolorosa serie de toses. —Señorita Moza, ¿por qué no se siente bien? —Yolanda apretó los dientes y pensó. —¿No me siento bien? ¡Gracias al hermano de esa maldita! La noche anterior, estaba gravemente herida y ni siquiera podía caminar erguida. Por suerte para ella, Manuel llegó a tiempo y la ayudó a escapar. De lo contrario, ¡ella también sería enviada a prisión! Mostró una sonrisa falsa pero elegante. —Señorita Camela, no ponga mucha atención a la situación. Esta pequeña tos no es algo que no pueda manejar fácilmente. Lola se sentó en su asiento y la miró fijamente. —Si estás sufriendo de tos, es mejor que no te quedes afuera en la noche. La empeoraría. ¡Sería una vergüenza si una bella como tú muere joven! Una belleza como tu muere joven... La alta dirección estaba compuesta por puras personas inteligentes. Al instante comprendieron el significado detrás de las palabras de su directora general adjunta. Por un momento, la sala de reuniones estaba completamente silenciosa. Yolanda estaba tan enojada que no podía decir nada. Ni siquiera alguno de los altos directivos se atrevió a romper el silencio. Por lo que ellos sabían, estas dos damas se odiaban tanto. —Señorita Camela, no te preocupes ni un poco. ¡Estoy perfecta de salud! —Debajo de la mesa, Yolanda apretó el puño con furia. Fingiendo no escuchar nada, Lola revisó los documentos al azar y ya no le prestó atención. Después de un tiempo, Sánchez abrió la puerta y Jorge entró. Caminando con aire de autoridad, lanzó una mirada a la multitud y dijo. — Hoy es el último día que trabajamos en cooperación con estas dos celebridades. Todos los seguimientos deben hacerse al final del día. Luego continuó: . —partir de ahora, su subdirectora ejecutiva, la señorita Camela, estará a cargo de las reuniones de la mañana, ya que yo podría regresar a la sede en el país C en algún momento en el futuro. Espero que todos puedan demostrar sus talento, ya que sé lo hábiles que son. ¡Durante mi estancia aquí, no

me perderé la oportunidad de buscar talentos verdaderos! ¿Estaba insinuando que se iría al país C algún día a partir de ahora? Lola miraba fijamente los documentos sobre la mesa y pensaba que, bajo la presión del tiempo, ya no habría nada entre ellos dos. —No es de extrañar que se rindiera y decidiera dejar todo atrás.... —murmuró para sí misma. Gradualmente, todos empezaron a salir de la sala de reuniones y Manolo caminó casualmente hacia su hermana que no estaba en su estado habitual. —Hermana, no pienses demasiado. ¡No sabemos exactamente cuándo se irá! —Manolo sabía muy bien lo que estaba pensando su hermana e hizo todo lo posible para consolarla. Lola negó con la cabeza. Demasiado tarde, ya no le importaba ella... —¿Yolanda se irá a la ciudad D pronto? —Preguntó. Manolo asintió. —Ella todavía tiene un contrato en curso con la compañía allí. Entonces, creo que ella debe regresar. Necesitaba aprovechar el tiempo restante. Podría ser una buena oportunidad. Pero después de todo lo que sucedió, ella dudaba si él estaría dispuesto a estar cerca de ella otra vez. —Sólo tengo una petición simple. Ve y envía un poco de flores a Yolanda. ¡Asegúrate de que se la entreguen en persona! Escuchó que Yolanda odiaba más las flores nube de novia. Debía haber una razón. Manolo estaba confundido, pero llamó a su asistente y de todos modos pidió un ramo. Se aseguró de que el ramo fuera entregado a Yolanda en persona. Bueno, inmediatamente descubrieron por qué. El repartidor entregó una gran cantidad de nube de novia al estudio de Yolanda y la persiguió, intentando pedirle su firma en el formulario. Yolanda hizo todo lo posible para evitar estar cerca de las flores. Sin embargo, el repartidor insistió en que ella sostuviera el ramo. Él la tomó por sorpresa y empujó las flores en sus brazos. Yolanda fue enviada al hospital y todos fueron testigos del incidente. Jorge y Rocío inmediatamente fueron al hospital para revisar a Yolanda. Tenía mucho dolor y se veía completamente fea con erupciones rojas en todo el cuerpo. Yolanda era alérgica a la nube de novia desde que era una niña y se mantenía alejada de la vergüenza para mantenerlo en secreto. Acostada en la cama de la sala y llorando muy fuerte, acusó a Lola del truco. Jorge pensaba con remordimiento en el temperamento de Lola y estaba de acuerdo en que esto parecía algo que ella haría. Permaneció en silencio mientras Rocío la maldijo con gran ira. Al escuchar estas palabras hirientes, Jorge se sentía incómodo y enfermo.

Se levantó rápidamente y estaba a punto de salir de la habitación. —¡Jorge! ¿A dónde vas? ¡Yolanda sigue enferma! —Ignoró las palabras de Rocío y salió del hospital. —Tal vez Yolanda y Lola son tan opuestas entre sí. Esto siempre significaría problemas y conflictos entre ellas. ¿Qué tengo que hacer? —Jorge se dijo esto a sí mismo cuando salía por la puerta del hospital.

Capítulo 173 Estar con ella para siempre En la oficina de la directora general adjunta. Temblando, Lola apretó fuertemente las pastillas que acababa de comprar. —¿Debería tomarlas? —Lola se estaba balanceando. Aunque Jorge había usado el condón, ella todavía estaba preocupada por eso. Sin embargo, si los tomaba, sabía que sería perjudicial para su salud. Si no los tomara, ¿qué pasaría si volviera a quedar embarazada? Todos sus planes en la vida se destruirían de nuevo. —¡Debería tomarlas! —Lola trataba de convencerse a sí misma. Casualmente puso las pastitllas en la mesa, sacó una taza y tomó un poco de agua. Justo cuando había terminado de desenvolver las pastillas, la puerta se abrió, revelando una figura familiar. Inesperadamente, era Jorge. Se veía pálido. Tal vez él vino a averiguar la verdad... Lola escondió apresuradamente las pastillas que estaba a punto de tomar para que él no se diera cuenta. Jorge miró a Lola temblorosa, cerró la puerta y caminó hacia ella. Lola tenía tanto miedo de que pudiera ver las pastillas. Desafortunadamente, olvidó que todavía había una caja de ellas sobre la mesa. Se acercó y las tomó. —¡Devuélvamela! —Lola se puso de pie, frenéticamente tratando de agarrarlo. Jorge, que era mucho más alto, las levantó. ¡Por la expresión de Lola supuso que debía haber algo mal! —¡Pastillas anticonceptivas! —Jorge gritó. —Lola, ¿quién te pidió que las tomaras. —Jorge tiró la caja al bote de basura y la miró con rabia. —Había usado el condón, ¿verdad. —Jorge trataba de recordar. Lola hizo un berrinche y dijo débilmente. —¡Déjame en paz! ¡Sal! Jorge estaba tan enojado que sintió ganas de estrangularla. Miró la taza llena y su puño cerrado. —¡Dame eso! —Enojado, extendió su mano, esperando que ella le diera las

pastillas. Ella fingió estar confundida. —¿De qué estás hablando. Jorge tomó su mano con fuerza, le quitó las pastillas y las tiró a la papelera. —¡Qué estúpida eres! Usé condón, no necesitas tomar pastillas. Me preocupa que puedan poner en peligro tu salud. No te quedarás embarazada. No hagas las tonterías..." Dio un paso más, con una mirada amenazadora. —¿Te acostaste con alguien más, Lola. —¡Slap! El fuerte sonido que su mano causó al golpear la mejilla derecha de Jorge fue seguido por un silencio incómodo. Lola miró a Jorge, quien, molesto, giró su cara hacia otro lado. Jorge la miró ferozmente, —¿Cuántas veces me has abofeteado? ¿Eh, Lola? —Ella fue la primera en abofetearle la cara. ¡Y no era la primera vez que hacía eso! Se secó las manos y miró fríamente a Jorge. —¡Me insultaste! ¡Te lo mereces! Jorge tomó su muñeca y la acercó más. —Lola, solo estaba preocupado por lo que te pasó. Profundamente preocupado. Sin embargo, ¿me abofeteaste la cara? ¡Pues bien! —Tiró a Lola en el sofá con fuerza. Lola no estaba preparada, por lo que se vio obligada a caer en él. Al ver que Jorge estaba caminando enojado hacia ella, al instante se puso de pie y corrió hacia el otro lado de la mesa. —Jorge, estamos en la oficina. ¿Qué vas a hacer? —Lola miró a Jorge con desprecio y miedo. ¡Era como una bestia enfurecida y acalorada! Jorge sonrió maliciosamente. —Bueno, todavía no hemos intentado hacerlo en la oficina. Probemos nuevas posturas. ... —¡No! ¡Qué descarado eres! ¡Ni siquiera trates de acercarte a mí! —Lola corrió hacia la puerta en un repentino intento de escapar. Jorge se movió mucho más rápido. Detuvo a Lola con su fuerza bruta. Lola se esforzó por liberarse del fuerte apretón de Jorge. Sus ojos se enrojecieron de ira. —Bastardo, ve a buscar a tu novia. ¿Qué estás haciendo aquí. Lola mencionó a Yolanda, lo que le recordó a Jorge por qué vino aquí. —Yolanda tuvo una reacción alérgica y ahora está hospitalizada. ¿Qué hiciste. Lola dejó de luchar y lo miró fríamente. Simplemente se sentó en el brazo del sofá y levantó la cabeza con orgullo. —¿Qué harías si soy yo? ¿Y si no soy

yo? No tienes pruebas. ¿Por qué vienes a mí. Ella ahora podía hacer lo que Yolanda había hecho. Este era el momento en el que demostraría que también podía jugar todos los trucos que Yolanda le hacía. Si Jorge no podía presentar ninguna evidencia, ¡ella no lo admitiría! Jorge miró a la obstinada Lola y no pudo evitar reírse. Él levantó su barbilla, frotándola suavemente con su mano. —Excepto tú, ¡no sé con quién estar en desacuerdo! La piel de Lola era mucho más suave. Incluso su barbilla se sentía muy suave. Lola se burló con desdén. —Eres el culpable. ¡Yolanda y yo peleamos ferozmente por ti! Se puso de pie, dejó de burlarse y colocó sus manos de manera encantadora en el cuello de Jorge. Entonces Jorge se dio cuenta de que él era la causa principal de todos los problemas y conflictos. Parecía más triste que nunca. —¡Déjalo ir! Decidió que debía escuchar a su madre, que lo había criado. Lola también estaba profunda en sus pensamientos. —¿Debería ella dejarlo ir? —se preguntó a sí misma. Era más fácil decirlo que hacerlo. Lola amaba a Jorge profundamente. ¿Cómo podría renunciar eso tan fácil? —Jorge, debo estar contigo. ¡Me volveré loca si te casas con ella! —Lola nunca lo había mirado tan sinceramente. Jorge miró a Lola con profundo amor. También sabía que quería estar con ella para siempre. Sin embargo, la realidad era demasiado cruel. Nunca podría tener todo lo que quería. Besó los temblorosos labios de Lola con fuerza y la abrazó con fuerza en sus brazos. No sabía qué debía hacer con Lola. En este momento, solo Lola podría hacerlo feliz. Solo ella podía hacerle sentir cada emoción. Solo ella podía volverlo loco. ... siempre había estado al mando, siempre era obediente con ella... La oficina estaba en silencio. Sólo se podía escuchar su rápida respiración. Después de un largo rato, Lola le soltó las manos y dijo con suavidad. — Ella se irá, ¿verdad? Después de que ella se vaya, ¿podrías estar conmigo? ¿Con todo tu corazón solo para mí. Ella bajó la guardia, abrió su corazón y esperó su respuesta. Se sintió profundamente conmovido y le acarició su suave cara con el pulgar. —Si me caso con ella un día, ¡será injusto para ti! Qué chica tan tonta.

Se acercaron el uno al otro, sus frentes tocándose suavemente. Ella puso su cara en su pecho y disfrutaba íntimamente el olor de su cuerpo. —Jorge, no me importa. Solo quiero estar contigo a pesar de cualquier cosa que suceda. Jorge la abrazó con todas las fuerzas que aún tenía. Él debería ser el que dijera esas palabras. Ahora ella condescendió a decir eso. Él le debía demasiado amor... demasiado tiempo… Bajó la cabeza para besarla de nuevo. Jorge y Lola reflejaron una imagen de la luz del amor. Sus besos se hicieron más profundos y más apasionados. Si pudieran envejecer juntos. Era su único deseo ferviente. Ella podía sentir su aliento y su amor. De hecho, ella debería estar satisfecha con esto. Pero, quería más. Quería cada parte de él. Quería que Jorge estuviera con ella y con Estrella y que las cuidara para siempre. Permanecer juntos los tres mientras vivieran... De repente, la puerta de la oficina se abrió, rompiendo el silencio íntimo que ambos compartían. Yolanda, que se cubrió toda para ocultar sus erupciones, vio a Jorge y Lola abrazados con sus propios ojos. Entonces olvidó su dolor físico cuando la ruptura de su corazón la consumió instantáneamente. Jorge y Lola se separaron lentamente. Mirando a Yolanda en la puerta de la oficina, Lola miró felizmente a Jorge, con un obvio sarcasmo en su rostro. Su pintalabios estaba un poco manchado. Ella sonrió y limpió el chupetón de la cara de Jorge suavemente con su dedo. Jorge tomó su mano inquieta y suspiró, alejándose de ella. Yolanda entró apresuradamente y se paró frente a ellos. Rápidamente levantó la mano y abofeteó a Lola en la cara. —¡Perra! ¿Cómo te atreves a seducir a mi prometido? Tan pronto como ella dejó de gritar, Lola le golpeó la cara con fuerza y sus gafas de sol casi cayeron al suelo.

Capítulo 174 Mi nuera Lola la miró con incredulidad. ¿Qué demonios le dio las agallas para golpearla? ¿Quién se creía que era? ¿Cómo se atrevía a acosarla así? ¡Ella no la dejaría escapar con esto! —¡Yolanda! —Jorge se puso serio cuando rápidamente puso a Lola a su lado y empujó a Yolanda. ... ojos bien abiertos, Yolanda miró a Jorge con consternación. ¿Por qué Jorge estaba protegiendo a Lola? ¿Qué tipo de hechizo le lanzó esta bruja? Jorge acarició suavemente la bonita cara de Lola y frunció el ceño cuando vio las marcas rojizas dejadas por la bofetada de Yolanda. —Le pediré a Sánchez que te envíe unos cubitos de hielo. Vuelve al trabajo primero. Lola asintió de acuerdo, obviamente contenta de la inesperada preocupación de Jorge. Jorge lanzó una mirada fría a Yolanda y dijo en voz baja. —Ven a mi oficina. Necesito hablar contigo. La oficina volvió a quedar en silencio cuando los dos se fueron. Lola se aferró a su mejilla ya que le dolía bastante. Pensaba en la bofetada que le dio a Jorge. Debía ser muy doloroso para él también. Se calmó y decidió planear sus acciones. No quería que Yolanda estuviera cerca, tratando de sabotear sus planes. Realmente necesitaba aprovechar cada oportunidad que tenía con Jorge. Tenía que convencer totalmente a Jorge para que la eligiera. En un momento, Sánchez entró en la habitación y le dio los cubitos de hielo. —Aquí tiene Srta. Camela, por favor ponga un poco en su mejilla derecha. Necesito compartir un secreto usted. La escuché discutiendo con el jefe en la oficina. Fue bastante feroz y ruidoso. Pero estoy firmemente a su lado. ¡Necesita usted animarse! —Sánchez mostró su apoyo alentador y corrió hacia el escritorio de Lola. Actuó rápidamente y con un propósito, como un verdadero asistente. Lola se echó a reír y respondió. —Gracias por tu apoyo. Si se presenta una oportunidad, me aseguraré de hablar bien de ti frente al CEO. Sánchez asintió con gran aprecio. Por lo que él sabía, el CEO siempre

tomaba muy en serio las palabras de Lola. Si solo Yolanda no se involucrara, el Sr. Jiménez definitivamente escucharía a Lola todo el tiempo. Sánchez regresó a la oficina del CEO y vio a Yolanda salir de la habitación. Llevaba un par de gafas de sol. Dentro de la habitación, Jorge estaba parado, parecía que estaba mirando por la ventana y estaba profundamente perdido en sus pensamientos. Sánchez cerró silenciosamente la puerta que dejó abierta Yolanda y regresó a su asiento con las demás secretarias para continuar su trabajo. Después de una acalorada discusión con su prometida, Yolanda regresó a Crescent Spring y comenzó a empacar sus cosas. Rocío escuchó el ruido y curiosamente salió a ver qué pasaba. Encontró a Yolanda metiendo su ropa en la maleta mientras se limpiaba las lágrimas con gran tristeza. Se acercó a ella y le preguntó en tono calmado. —¿Qué pasa, Yolanda. Yolanda apartó la mirada momentáneamente para limpiarse los ojos, luego se dio la vuelta y forzó una sonrisa. —Estoy bien, tía. Ahora que terminé mi trabajo aquí, tengo que irme a la ciudad D. Rocío miró a Yolanda y notó que la mayoría de sus erupciones habían desaparecido. —¿Entonces por qué estás llorando? ¿Fue por Jorge. Yolanda hizo una pausa y asintió con vacilació. —Tía, tengo miedo de que mi relación con Jorge haya terminado. —La idea casi la mataba y se puso a llorar. Rocío rápidamente la tomó en sus brazos y dijo. —Por favor, cuéntame todo. ¿Que pasó? ¡Haré mi mejor esfuerzo para ayudarte! ¡Ella sabía que tenía algo que ver con esa bruja! Yolanda usó algunos pañuelos para limpiarse los ojos llorosos y continuó. —Tía, estoy realmente enamorada de Jorge. Nunca he sentido este tipo de sentimientos en mi vida. No sé qué haría si no puedo estar con él. ... No te he dicho ya... ¡Que tú debes ser mi nuera! —Rocío le trajo más pañuelos. Yolanda trataba de calmarse y estaba pensando mucho en cómo explicarse mejor. —Jorge me dijo una vez que solo accedió a estar comprometido conmigo por ti. También dijo que debería alejarme de Lola y evitar tener conflictos con ella. Ella apretó los dientes con gran ira al recordar lo frío que Jorge la estaba tratando últimamente. Con todos estos comentarios ásperos, ¡la trataba casi como a una extraña! ¡Se estaba comportando así todo a causa de esa mujer! Rocío miró el rostro triste de Yolanda y sintió su dolor. Sin embargo, no

sabía qué decirle. Ella solo podía amenazar a su hijo con su vida. ¿Pero no era demasiado extremo hacer eso? No tenía otras opciones. ... horrible es que Lola siempre trata de ponerme contra las cuerdas. Siempre está probando mis límites. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo para alejarme de ella. Pero siempre intentaría lastimarme de cualquier manera posible. ¿Que más puedo hacer? —Con esto, Yolanda se sintió increíblemente presionada y lloró aún más fuerte. Rocío pensó en sus palabras y respondió. —Mi querida niña, no llores más. Si digo que eres la nuera de la familia Jiménez, ¡entonces lo eres! Si te vas, me iré contigo. ¡Iré a casa y le diré a mi esposo que programe una fecha de boda para ustedes dos! Yolanda se sintió aliviada por dentro mientras se secaba los ojos. —Gracias tía. ¡Eres realmente amable conmigo! —Abrazó a Rocío con fuerza como una niña pequeña. Rocío le dio unas palmaditas en la espalda mientras estaba consumida por emociones mezcladas. Cuando estaba a punto de terminar su trabajo del día, Lola marcó el número de Ramón García. —Ejem, jefe García, ¿cómo está? —Trataba de sonar seria en el teléfono ya que siempre era divertido burlarse de él. Cuando Ramón recibió la llamada de Lola, estaba sentado ansiosamente en su oficina mirando los documentos que necesitaban su aprobación. Al escuchar la voz de Lola, se sintió encantado y rápidamente se olvidó de todas sus preocupaciones. —¿Qué jefe? ¡Para! No soy un verdadero jefe. No puedes ver que ni siquiera estoy ocupado en este momento. De todos modos, ¿por qué me llamaste? Sabes lo raro que es recibir una llamada tuya. —Ramón añadió. Lola rompió en una sonrisa. —No te enfades. Yo misma estaba ocupada. ¿Qué tal un trago esta noche? ¡Está bien! Sabes que siempre estoy dispuesto a hacerlo. ¡Cualquier bebida que quieras! —Ella palmeó su muslo con emoción. —Ay..—. ¡Eso dolía mucho! Frotó suavemente su muslo para aliviar el dolor. Andrew entró en la oficina y vio una sonrisa rara y genuina en la cara de Ramón. Levantó las cejas con sorpresa y tuvo una vaga idea de con quién podría estar hablando. Pero no dijo nada y se sentó en el sofá para esperar a que Ramón terminara la llamada. ... problema. Solo dime la hora y el lugar. —Dijo Ramón con un obvio tono de emoción. Ramón notó que su padre entró y su sonrisa desapareció. Rápidamente cambió su tono en un susurro.

Lola pensó por un momento y respondió. —¿Qué hay de Lux Bar? Saldré del trabajo alrededor de las seis y estaré allí a las seis y media. ¿Está bien. ... problema. ¡Hecho! Necesito irme ahora. Hablaré contigo más tarde." Ramón estuvo de acuerdo sin dudarlo. Cualquier cosa que Lola quisiera, él cumpliría. Ramón colgó el teléfono y miró a su padre. Las ansiedades y las preocupaciones volvieron de repente. —¿Qué puedo hacer por ti? —Su tono sonaba rígido. Andrew sintió el tono desanimado pero no se ofendió. Conocía a Ramón demasiado bien. En cambio, él sonrió gentilmente. —¿Lola te llamó? —Tenía un fuerte presentimiento. Ramón guardó los documentos del escritorio y lo ignoró. Esto irritó a Andrew enormemente mientras le gritaba enfadado. —Soy tu padre. ¡Qué tipo de actitud tienes ahora! ¡Qué hijo tan rebelde! ¡Debería haberlo abandonado cuando aún era joven! ¡Y su vil madre, también! Ella lo sedujo. Esa fue la única razón por la que tuvo un hijo. ¡Él nunca quiso esto! —Bueno, te pregunté en qué te podría ayudar. ¿No me respondiste y ahora me culpas por mi actitud? —Ramón agitadamente tiró los documentos a un lado. No estaba de buen humor cada vez que veía a alguien de la familia García. Andrew golpeó su puño con fuerza sobre el escritorio y lo señaló con gran ira. —¡Ramón! ¡La única razón por la que ahora estás sentado en esta silla de lujo de CEO es gracias a mí! Ramón se puso de pie y miró profundamente a su supuesto padre y respondió con desprecio. —No me importa. Si quieres recuperarlo, ¡haz lo que quieras! —¿No te importa? —Si mis otros dos hijos míos prometieran, ¡nunca te dejaría que te encargues de la compañía! —Andrew añadió sarcásticamente. Él tenía sus razones. Odiaría ver caer a la compañía en manos de otras personas. Tenía que reconocer a Ramón como su hijo. Simplemente no tenía otra opción. —Oh, padre, muchas gracias por apreciarme por lo que soy. Un CEO que ni siquiera hizo nada para merecer lo que obtuvo. —Se metió las manos en los bolsillos del pantalón de su traje gris y se apoyó en el escritorio. Andrew estaba completamente sorprendido que no podía decir nada a cambio. Señaló al indiferente Ramón con consternación. ¡Qué bastardo!



Capítulo 175 Dile que pase por mí. —Ramón, te lo estoy diciendo. La familia Camela tiene fuertes conexiones en el país A; Es una fuerza bastante poderosa allí. Si pudieras casarte con la Srta. Camela, sería genial. Ahora que Jorge Jiménez tiene una prometida y Tomás Herrero es acusado por los funcionarios debido a Lola Camela, es el momento perfecto para que ganes a Lola . —dijo Andrew. Había gastado una gran suma de dinero solo para obtener una información tan pobre y este hecho lo enojó mucho. Ramón miró con desprecio a Andrew y le dijo. —No debes molestarte con todas estas cosas. ¡Deberías concentrarte mejor en tu propia salud! —El cáncer de Andrew estaba en su etapa terminal y estaba programado para someterse a una cirugía dentro de un par de días. Ramón cerró la puerta de la oficina del CEO y caminó directamente hacia su motocicleta. Ya llevaba un par de años en el país A, pero para transportarse prefería la motocicleta a la limusina que le ofrecía la familia García. En Lux Bar. No había tantos invitados en el bar, ya que aún era temprano, pero el flujo de suaves canciones de música pop que llenaban el aire hizo que Ramón se sintiera bastante relajado y cómodo. Encontró una mesa tranquila y discreta en un rincón, se sentó y se ordenó un trago de licor. Luego comenzó a enviarle un mensaje de texto sobre su ubicación a Lola. Transcurrió otra media hora y finalmente apareció ella. Ahora el bar estaba abarrotado y casi lleno. Encontró la mesa en la que estaba Ramón, se sentó y, casualmente, se puso el bolso detrás de la espalda. —Oye Ramón, ¿estás a dieta? ¿Cómo es que has perdido tanto peso? — preguntó Lola. Lola se inclinó y examinó cuidadosamente a Ramón bajo las coloridas luces del bar. Ramón se tocó la barbilla, que parecía más delgada que antes, y se encogió de hombros. —¡Tal vez sea por el trabajo tan ocupado que tengo, me estresa y todavía no estoy acostumbrado! —No mencionaría la verdadera razón a los

demás. Lola, por otro lado, seguía siendo tan encantadora y divina como la última vez que la había visto, hacía mucho tiempo. —Deberías comer más. ¡Realmente perdiste mucho peso! ¡Te ves demasiado flaco ahora! Ramón no le dio tanta importancia, asintiendo con la cabeza y llamando al mesero por más licor. Quería que Lola ordenara algo de beber para evitar este tema. Lola se pidió un vaso de una bebida llamada Elfo de la noche. El cóctel era bajo en alcohol y tenía un sabor dulce y no muy picante. Se inclinó hacia él y le susurró al oído de manera maliciosa. —Si me emborracho más tarde, puedes llamar a Jorge y decirle que pase por mí. — Estaba claro que lo tenía todo planeado desde el principio, incluso al llegar al bar en taxi. A la luz tenue del bar, había algo extraño en los ojos de Ramón. Sin embargo, Lola no pareció darse cuenta. —¡Bueno! —comenzó Ramón, —¿Cómo están las cosas con vosotros dos ahora? —Actuó tan casualmente como le fue posible según le pidió. Lola le dio una sonrisa cansada y su mirada triste hizo que Ramón sintiera pena por ella. —¿Qué está pasando entre vosotros dos de todos modos? ¡Mírate, me siento mal por ti! —Enrrolló sus labios en desafío. Lola le devolvió la sonrisa y dijo. —Sucedieron muchas cosas, ¡pero creo que al final habrá un final feliz entre los dos—. ¡Definitivamente tendría que trabajar más duro por su amor! Ramón también sonrió. De hecho, mientras Lola estuviera feliz, él siempre se sentiría seguro de que todo estaba bien. Lola se sentía cómoda ahora y se estaba comportando con Ramón, y los dos conversaron alegremente durante más de dos horas. No pudo evitar hablar de Estrella con él. Durante toda la noche mencionó constantemente a Estrella y a Jorge. Estaba tan concentrada en hablar sobre sus propios problemas que no prestó mucha atención a la apariencia de Ramón. Cuando Lola estaba con su tercer vaso de Elfo de la noche, su cara ya se estaba sonrojando. Ramón la escuchaba con una delicada sonrisa en sus labios. No pudo evitar pensar que Lola era tan bella cuando hablaba con tanta emoción. Pero cuando estaba triste y sus ojos estaban llenos de tristeza, él también se ponía triste, como si estuviera compartiendo su estado de ánimo.

Disfrutaba mirándola y escuchándola con el mayor interés. Para él, estar a su lado era maravilloso. —¡Ramón, creo que estoy borracha! ¡Haz la llamada telefónica, ahora! — Lola se apoyó contra la barra y sacó su teléfono celular. Lo abrió y se lo entregó a Ramón. La imagen de la pantalla era la de una niña dulce con una sonrisa hermosa y radiante. ¡Debía ser su hija, Estrella! ¡Qué linda era! ¡Se parecía mucho a ella! Revisó los contactos y vio un número registrado como Jiménez. Lo marcó. El teléfono pronto se conectó y Ramón escuchó una profunda voz masculina, pero no tan fría como solía ser. Esto realmente debía ser amor, pensó Ramón. Jorge era conocido por su crueldad, pero ahora parecía que trataba a su chica especial con gran amabilidad y cuidado. —Lola está borracha. Estamos en el bar Lux. ¡Deberías venir por ella! — Ramón habló con calma por teléfono y su voz sonaba igual que hacía cuatro años. —¿Ramón García. —Jorge no estaba muy seguro de quién estaba hablando en la otra línea. ¿Cómo sería que Ramón estaba con Lola? Por un momento, Jorge pensó que estaba de vuelta a la ciudad D. —Soy yo. —dijo Ramón. —Lux Bar, mesa 9. Ella ya está dormida. —Una sonrisa amarga se extendió por el rostro de Ramón mientras miraba en silencio a la chica ahora dormida. Se veía dulce y sexy a la vez. Jorge estaba trabajando en su computadora en el salón de la oficina y no planeaba regresar a Crescent Spring esa noche. Tan pronto como terminó la llamada, Jorge apagó su computadora, tomó su maletín y se dirigió apresuradamente hacia Lux Bar. Pero antes de que llegara al bar, Jorge sacó su teléfono y rápidamente reservó una habitación en el Sea View Hotel. Lola estaba ya bastante borracha. Cuando vio entrar a Jorge, saltó de alegría y hasta lo arrastró a la pista de baile. ¿Cómo se puso tan borracha? Jorge frunció el ceño y la levantó. Encontró su bolso y estaba a punto de salir de la barra cuando se dio cuenta de Ramón. —¿Qué hay de ti? ¿Puedes controlarte? —preguntó Jorge. Lanzó una mirada fría e indiferente hacia Ramón, quien instantáneamente se estremeció cuando sus ojos se encontraron. —Por supuesto, por supuesto. Será mejor que se vayan ahora. —¡Lola era un poco masoquista! Jorge tenía un aspecto y una sensación tan sombríos, ¿y ella disfrutaba estar con él?!

Jorge llevó a la chica inquieta en sus brazos hasta su auto. La acostó en el respaldo del asiento del automóvil y fue a una tienda cercana a comprar unas botellas de agua. A su regreso, descubrió que Lola estaba ahora fuera del automóvil. Se sentó en la capucha de su Maybach, su largo cabello volaba al viento y sus hermosas piernas se balanceaban hacia adelante y hacia atrás, como una niña inquieta. Fuera del bar, algunos hombres la miraban con audacia y estaban a punto de hacer su movimiento. Sin embargo, todos retrocedieron cuando Jorge regresó y les dirigió a cada uno una mirada feroz. La bajó del capó y la apretó contra los lados del auto para mantenerla en su lugar. Luego abrió una botella y le llevó el agua a los labios. —¡Bebe! Lola se comportó y tomó un sorbo de la botella. Jorge la condujo al asiento delantero del auto y la ayudó a ponerse el cinturón de seguridad. ... traviesa esta noche que Jorge la cuidó más. La cara de Lola se sonrojó, se recostó en el asiento y miró a Jorge con sus borrachos y confusos ojos. Jorge sabía la condición en la que estaba y condujo el auto directamente al hotel. Sacó su celular y marcó un número. —Ella está conmigo ahora" dijo brevemente. Alguien se detuvo en el otro extremo del teléfono y luego preguntó. — ¿Está bien. —Está bien. ¡Pero está borracha y se niega a irse a casa! —En el rabillo del ojo, Jorge notó que Lola se mordía el labio inferior. Yonata hizo una pausa y luego dijo. —Bien. Cuida bien de ella. Hablaré con mis padres. Jorge enrolló sus labios. Tanto el hermano mayor de Lola como el hermano menor eran sus compañeros. ¡Qué maravillosamente conveniente era eso! —¡Gracias! He escuchado que deseas ser ascendido al rango de coronel. Eso no será problema. Hablaré con tu general sobre este ascenso. —Jorge conocía muy bien la forma de hacer las cosas de Yonata. Yonata nunca dejaría que su propio padre hablara con el general.

Capítulo 176 Estoy tan halagada Como era de esperar, Yonata se negó. —No, gracias. Solo cuida bien de mi hermana. Jorge hizo la promesa y colgó el teléfono. Lola cerró los ojos, reflexionando con un corazón palpitante. ¿Conocía a un general del ejército? Y también parecía que tenían una buena relación con él. En el Hotel Sea View. Jorge la levantó en sus brazos mientras salía del auto y luego caminaron juntos hacia el hotel Sea View. Le pidió la llave a la camarera y luego abrió la puerta de la suite presidencial que había reservado. Lola tuvo que posar su cara en su pecho de camino a la suite para que nadie la notara en el pasillo. No mucho después de que entraron en la habitación, Jorge la arrojó sobre la cama grande y tiró su abrigo al sofá. Lola se levantó de la cama. —Hola señor Jiménez. —Levantó su pequeña mano en el aire para saludarlo. En realidad, Lola no estaba tan borracha, solo un poco mareada, pero solo un poquito... —¿Cuánto has bebido? —preguntó el Sr. Jiménez. Fue a ponerse las pantuflas desechables y notó que los ojos de la mujer se movían mientras ella trataba de recordar. Lola levantó decisivamente tres dedos en el aire. . —¡Tres! Luego, deliberadamente, se quitó los tacones y dijo. —¡Quiero pantuflas! —Era tan obvio que estaba coqueteando con él. El hombre levantó los ojos y la miró. Bien, parecía que ahora ella había encontrado las agallas para mandarle. Pronto, un par de pantuflas desechables se pusieron delante de ella. Pero mientras tanto parecía que cambiaba de opinión cuando se las estaba poniendo. —¡Quiero salir a ver el mar! —dijo ella. El hombre se detuvo mientras se desabotonaba la camisa. Se acercó a ella. —¿Qué hay que mirar allí? Puedes solo mirarme a mí. Se acercó, apoyando sus antebrazos en ambos lados de su cuerpo, su camisa medio desabotonada reveló su pecho masculino, haciéndola tragar saliva

brevemente. Alguien como Jorge estaba diseñado para hacer el amor, ¡y ella tendría que disculparse con su cara y cuerpo bonitos si no se lo hacía! Agarró su cuello y lo atrajo hacia ella. Con un aroma a alcohol en su aliento, le susurró deliberadamente al oído: —¿No quiere jugar en la playa, Sr. Jiménez. Los ojos oscuros del hombre eran realmente atractivos. Jorge se abotonó la camisa sin decir una palabra. Pero Lola sonrió y agarró la mano del hombre para detenerlo. ... he cambiado de opinión. Tengo que tomar una ducha ahora. —dijo Lola con malicia. No le haría el amor ahora, ya que él parecía rechazarla. Jeje... Jorge se burló de esto. ¿Realmente decidió burlarse de él así, o simplemente estaba borracha? ¿Realmente ella comenzó a tomar decisiones ahora y ya se controló? Se abotonó la camisa, se agachó, levantó los pequeños pies de la mujer y volvió a ponerse los tacones. Lola miró con incredulidad al hombre que estaba medio agachado delante de ella. Su CEO, el Sr. Jiménez, la estaba ayudando a ponerse los zapatos... El débil sonido de las olas rompiendo fuera de la ventana y el rostro serio del hombre la hacían parecer en un sueño. Pronto Lola estaba vestida con sus tacones altos. El hombre miró su rostro aturdido y le dio una sonrisa suave y un delicado beso en sus labios. —De nada. —dijo. Mirándola a los ojos, con una sonrisa profunda, estaba decidido a ser bueno con ella mientras viviera. Lola se sonrojó y fingió despreciarlo. —Qué narcisista de tu parte, no te iba a agradecer. —Entonces de repente saltó de la cama. Sin embargo, su frente golpeó la de Jorge cuando saltó de la cama, y un sonid. —dong" amortiguado estalló cuando chocaron entre sí. La boca de Lola estaba torcida, pero cuando miró al hombre que soplaba aire en su ahora dolorosa frente, todas las protestas com. —¡Tu frente es tan dura! —se atoraron en su garganta y no salieron. En ese momento él era tan amable, soplando suavemente aire en su frente; realmente parecían una pareja enamorada... Pero, desafortunadamente, no eran una pareja. Ellos estaban en su mejor momento .. Bien... ¡Amigos con derechos! Sintiendo que estaba empezando a sentirse triste, inmediatamente respiró hondo y se dijo a sí misma que no debía pensar en las cosas tristes. De hecho, siempre y cuando ella pudiera estar con él, siempre y cuando fuera feliz, en el momento, eventualmente funcionaría, sin importar lo que fuera para él.

Agarró su cuello y besó sus labios. —¡Salgamos a jugar! —Sus ojos parpadearon y brillaron como estrellas iluminando el cielo nocturno. ... sonrisa en sus labios, Jorge se acercó al teléfono y llamó a la recepción, pidiéndoles que trajeran a la suite un traje de baño de mujer y bañadores de hombre. Después de colgar el teléfono, volvió a la cama y tiró de la pequeña mujer hacia él, tocando su largo cabello suelto. —¿Tienes pinzas para el cabello para atarlo? ¿O tal vez una liga? Lola asintió y rápidamente sacó una liga negra de su bolso. El hombre tomó la liga de su mano y la colocó frente a la cómoda y luego se paró detrás de ella. —No quieres peinarme, ¿verdad? —Preguntó. Se sorprendió al ver al hombre en el espejo asentir como si estuviera diciend. —Por supuesto. —Deberías estar honrada. Es la primera vez que peino el cabello de una mujer. Lola torció su boca y se rió. —Está bien, gran Sr. Jiménez, estoy tan halagada! Ahora, hazlo rápido. Jorge sonrió. Lola se sorprendió de nuevo. ¡Cómo era que tenía una cara tan bonita! ¡Era un desperdicio tan vergonzoso que no sonreía más a menudo! El hombre tomó el peine y le cepilló el pelo, luego lo sostuvo torpemente entre sus grandes manos. Intentó arreglarlo con la liga, que brotó sin control de su mano y luego de la mesa hacia el suelo. Jorge frunció el ceño ante la liga desaparecida. Lola se rió entre dientes, la recogió del suelo donde cayó y hábilmente tiró de su cabello en un moño en la parte superior de su cabeza. Su cuello estaba desnudo, Jorge lo besó por detrás, y se asustó de inmediato. Este hombre realmente sabía cómo coquetear con una mujer. ¡Ella ya estaba muerta por él sin siquiera saberlo. —Bueno yo..." comenzó Lola, que ahora estaba completamente sobria pero hablando incoherentemente. El hombre sonrió al verla avergonzada cuando alguien llamó a la puerta. Se dirigió a abrir la puerta. El botones trajo lo que había pedido antes. Tomó el traje de baño y condujo a Lola al vestuario detrás del hotel. Lola se quedaba sin habla mientras miraba el bikini negro preparado para ella. ¿Esto significaba que ahora sería devorada por la bestia? Su único propósito esta noche era estar a solas con él, ¡y ella no dudaría ni se echaría para atrás por nada en el mundo! Se puso el bikini negro sin dudarlo y se puso una bata blanca de hotel con una banda atada alrededor de la cintura.

Cuando salió, Jorge también la estaba esperando con bata de su hotel del mismo color. Le ofreció una mano cuando se acercó a él. Lola corrió alegremente hacia él, le dio la mano y caminó con él por la playa. Recordó que la última vez que estaban en la playa, él le dijo que iba a elegir un vestido de novia con esa otra mujer... Pero ella no lo dejaría ir hasta el último minuto. Simplemente no sabía si él también haría lo mismo que ella... Pero ahora se estaba haciendo tarde, y solo dos o tres parejas estaban en la playa. El olor del mar se levantó soplando junto con el viento, y luego una ola azotó y mojó sus pequeños pies. El agua de mar se sentía fresca, pero no helada. Al tomar su mano, ella recordó la vez que saltó al mar hacía unos años.

Capítulo 177 Ni siquiera se lavó la cara Sin saber qué sentir, ella volteó solo para ver la mirada cariñosa del hombre. Si ella muriera ese día, no podría verlo ahora. En este momento, ya no podía sentir el odio que la consumía durante mucho tiempo. ¡Ella no entendía! Tal vez esto era a lo que le llamaban amor. Ella no era fanática de la natación, por lo que no sabía nadar. Todo lo que quería era relajarse y dar una caminata por la playa, el frío del viento soplando contra su piel cálida. Las encantadoras estrellas brillaban en el cielo oscuro y el agua del mar ocasionalmente rozaba sus pies descalzos. Caminaron tomados de la mano en silencio, ambos disfrutando de un momento de intimidad entre ellos. En un estallido de pasión despreocupada, Lola repentinamente soltó la mano de él y corrió hacia el mar. Ella hundió sus manos en el agua fría y la esparció alrededor como una niña pequeña. Jorge la siguió hasta el agua helada y atrajo a esta juguetona chica a sus brazos. Él recostó la cabeza de ella contra su pecho y le preguntó. —¿No estás ya borracha? ¿Estás de acuerdo, pequeña niña obstinada? —Añadió Jorge juguetonamente. Su burlona voz la hizo sonrojar. Avergonzada, Lola trataba de ocultarle su cara. —Nunca dije que estuviera borracha. ¡Yo no me emborracho! —Ella murmuró en voz baja, tratando de explicarse. Solo estaba fingiendo estar ebria para que así Jorge la cuidara. Quería parecer indefensa y débil para poder sentir la calidez de sus amorosos brazos. Escéptico, Jorge hizo una mueca con los labios e ignoró su explicación. Siempre que estaba con ella, él tendía a olvidar todo el tedioso trabajo y los pensamientos sombríos. Lola puso los ojos en blanco para expresar su consternación. Se alejó más de la orilla. En un movimiento rápido, se aflojó el cinturón y se quitó la bata del hotel. Su sexy bikini negro instantáneamente llamó la atención de Jorge. Sus ojos se posaron en su cuerpo y ya no pudo apartar la cabeza. Jorge estaba realmente disfrutando de este hermoso momento. Pero se dio cuenta de su entorno y

rápidamente revisó si había personas que pudieran verlos. Afortunadamente para ellos, esta parte de la playa estaba bastante lejos del hotel. Como ya era tarde en la noche, de todos modos nadie estaba mirando en esa dirección. Lola sabía que Jorge no podría resistirse a ella. Ella lo miró de vuelta y lo miraba fijamente a los ojos de una manera seductora. Una idea audaz cruzó su mente, y ella corrió más lejos con sus pies descalzos. La escalofriante brisa del mar la hizo estremecerse. —No es de extrañar que digan que la belleza tiene un precio! Usar este bikini en este momento de la noche definitivamente no es fácil. —Pensó Lola. Para no sentirse adormecida por el frío, se mordió el labio inferior y caminó directamente hacia el mar. Pronto el agua llegó a su cintura y no se atrevió a ir más lejos. La vista de Jorge era buena. A pesar de que la luz de la luna estaba pálida, todavía podía ver a Lola de pie en el agua en su bikini. Su cuerpo curvilíneo era tan atractivo. En el calor del momento, Jorge también se quitó la bata del hotel, la tiró junto a la suya en la arena y comenzó a caminar hacia ella. Pronto él estuvo a su lado, ambos mirándose apasionadamente el uno al otro. Ella era aún más hermosa ahora que cuando él estaba más cerca de ella. Sabiendo cómo atraerlo aún más, Lola intentó correr más lejos de él. Sin embargo, él la detuvo y la abrazó con fuerza en sus brazos y ella no pudo hacer nada más que soltar un grito de sorpresa. Ella miró los fuertes brazos que rodeaban su cintura y podía sentirlo soplando en su oído. Era cálido, y bastante sexy. También fue cosquilloso y ella comenzó a reírse como una niña feliz. Jugando de nuevo a hacerse la difícil, Lola se liberó de los brazos de Jorge y estaba a punto de dar un paso atrás cuando él fácilmente logró jalarla de vuelta. Esta vez, él no la dejaría escapar. Jorge sostuvo a Lola por la barbilla y luego la volteó para encararlo. Tenía muchas ganas de ver su cara bonita de cerca. —Gran Jefe, ¡no estés tan ansioso! —Ella susurró dulcemente las palabras en su oído. Su voz sensual despertó todos los sentidos en él. Jorge apretó aún más su abrazo y su aliento estaba caliente contra el cuello de ella. ¡Qué cosa tan dulce! La brisa marina soplaba suavemente sobre ellos como una manta de aire fresco. Lola sintió un poco de frío y se acercó al musculoso pecho de Jorge, buscando por más calor. Él la condujo más lejos hacia el mar, hasta que el agua llegó hasta su

hermoso cuello. Lola tocó la cara de Jorge con tanto anhelo que no podía entender. Ella le acarició suavemente el pecho, y todos sus hermosos rasgos. Parecía una obra maestra perfecta por un escultor perfecto. Ella dejó escapar un suspiro de satisfacción. Finalmente estaba intimando con el hombre que había amado durante años. Él estaba parado justo delante de ella. Tan cerca... Lamentablemente, él no le pertenecía. Mientras la levantó del agua, ella sostuvo su encantador rostro más cerca del de ella y selló sus labios con un beso suave. La luna pálida los iluminó. Era como una escena tomada de la página de un libro muy romántico. Permanecían en paz en el agua del mar, mirándose con cariño, como si todo el mundo detrás hubiera desaparecido. En el hermoso silencio, solo se veían el uno al otro. Eventualmente la luna se escondió en las gruesas nubes y Jorge ayudó a Lola a regresar a la orilla. Como un bebé, la llevó en sus finos brazos a la orilla y la envolvió con la bata del hotel. Entonces los dos volvieron al hotel. En el baño de la suite del hotel. El pelo de Lola estaba todo mojado. Se sentó contra la bañera mientras Jorge le desenredaba su largo cabello. Él usó agua fresca para lavar la sal del mar del cabello de ella. También le aplicó champú. Sin embargo, él era nuevo en estas cosas y la espuma estaba por todas partes. —Es de verdad estresante para estas mujeres mantener un cabello largo y limpio. ¡Ella solo debería tener corto el pelo! —Pensó Jorge. Entonces recordó cómo se veía ella con un cabello corto. Aunque era hermosa como siempre, también era de alguna manera menos femenina. ¡Tal vez el pelo largo le quedaba mejor! Al ahogarse en estos simples pensamientos de su belleza, torció los labios y acercó el cabezal de la ducha para eliminar la espuma. Repitió el proceso hasta que toda la espuma se había ido. Luego, suavemente envolvió el cabello de ella con una toalla limpia y seca. Para entonces, Lola ya se había quedado dormida con su pequeña boca medio abierta. La acunó hasta el dormitorio, le secó el cabello con un secador y luego la metió con cuidado en la cama. Él la miró con amor y le dio un suave beso en la frente. Jorge regresó al baño y se dio una ducha rápida. Después de limpiarse, se acostó a su lado y la abrazó debajo de la cobija. Lola estaba medio dormida y sintió sus manos sobre todo su cuerpo. —

Duérmete. ¡Deja de jugar! Jorge, si no te comportas, te morderé otra vez! —Lola le bromeó con los ojos aún cerrados. —Oh, por favor. ¡Solo duerme! —Jorge respondió con los ojos ya despidiéndose de una noche muy memorable. ... Lola se despertó temprano a la mañana siguiente. Salió corriendo de la cama y se limpió rápidamente. Recordando que todavía tenía mucho trabajo por terminar, instó a Jorge a llevarla a la oficina de una vez. El pobre Jorge ni siquiera tuvo la oportunidad de lavarse la cara. En el coche. —¡Mi cara es más importante que mi trabajo! —Jorge protestó mientras conducía el auto. ¡No podía creer lo que ella le hizo hacer! Tenía en sus treinta y esta fue la primera vez que salió sin lavarse la cara. Ninguna otra dama podía obligarlo a hacer eso. De alguna manera, se sonrojó ante esta idea. Lola burlonamente tocó su propia cara y se alegró de haberla lavado. — Deberías culparte por ser travieso esta mañana. —Sonaba como si la hubieran ofendido. Jorge pensó en lo que hicieron esta mañana y volvió a sus sentidos alegres. —El ejercicio matutino es tan importante como el desayuno. —Pensó Jorge con una gran sonrisa en su rostro. —Me lavaré la cara tan pronto como lleguemos a la oficina. —Jorge Jiménez, el honorable y respetable director general del grupo SL ni siquiera se había molestado en lavar su cara en la mañana. ¡Este rumor nunca debía ser revelado porque de lo contrario, sería el hazme reír de la compañía! En el estacionamiento subterráneo. Lola apoyó la mano en el cinturón de seguridad de Jorge y le dijo con una voz seria. —Espero que vengas más tarde. No importa si llegas tarde. Debes esperar hasta que el ascensor se haya ido. ¿No quería volver a ser vista con él? Esta vez se sintió realmente ofendido por lo que exclamó. —¿Por qué todavía vienes a mí cuando realmente crees que debería estar oculto todo el tiempo? —¡La acusó a ella de ser injusta! Ella solo le guiñó un ojo y se rió. Acariciando su cara con su suave mano, ella dijo. —Relájate, ahora estás en la compañía. ¡Solo necesitas llevar esa máscara imaginaria tuya! ¡La misma regla aplica para mí! —Soltó su mano, agarró su bolso y salió corriendo del auto. Corrió todo el camino hacia el ascensor. Tan pronto como llegó el ascensor, Lola entró y presionó el botón de cierre. Tenía miedo de que Jorge la siguiera y se escabullera en el ascensor para estar

con ella. Entró a la oficina del sub-director general a toda prisa y comenzó a escanear y arreglar sus documentos para la reunión. Revisó rápidamente la hora y, para su sorpresa, solo le quedaban cinco minutos. Pronto presidiría la reunión en nombre del director general. Lola intentaba calmarse y rápidamente restauró la elegancia habitual. Confiada como antes, entró en la sala de reuniones. Pero Lola se olvidó por completo de algo realmente importante. Lo gracioso era que todos dentro de la habitación notaron que la señorita Camela todavía llevaba la misma ropa que llevaba ayer. Como esto nunca había sucedido antes, intercambiaron miradas divertidas y furtivas. Después de todo, todos tenían la misma especulación: la señorita Camela no se fue a casa anoche... A mitad de la reunión, Jorge entró. Para sorpresa de todos, ¡también llevaba la misma ropa anterior! Las personas intercambiaron miradas de nuevo, pero estaban demasiado confundidas para decir algo. ¡Había demasiada información! Ellos creían que algo estaba pasando entre estos dos y este era un asunto muy privado en el que nadie podía entrometerse. Como resultado de su nerviosismo y miedo, no se atrevieron a discutir este asunto. Lola rápidamente le lanzó una mirada a Jorge, quien permaneció en su estado habitual sin emociones. Él debió entonces haber ido a lavarse la cara... A pesar de lo que sucedió anoche, ella estaba haciendo todo lo posible para concentrarse en la reunión. Jorge asintió con la cabeza a Lola y le indicó que continuara la reunión. Caminó tranquilamente hasta su silla asignada y se sentó en silencio. En su habitual actitud vigilante, Julie Tan vio algunas ligeras marcas en el cuello de Lola. Aún más extraño, Jorge también tenía algo en su brazo. ¡Estos dos eran tan divertidos! Ella rodó los ojos con disgusto y una sonrisa desdeñosa se extendió por su rostro mientras pensaba. —Pobre Yolanda. Oh tú, la célebre Yolanda. Tu prometido te engañó con su ex-esposa. ¿Sabe usted acerca de eso?.

Capítulo 178 Compensar a Estrella Jorge no pudo el evitar ver fijamente a Lola. Tenía esta rara aura de puro encanto e ingenio mientras presidía la reunión. Sus pensamientos lo llevaron a la noche anterior cuando ella le susurró palabras de amor. Al ver que ella brillaba en el escenario con confianza y gracia, Jorge asintió con la cabeza con satisfacción. —Ella es incluso mejor que antes. ¡No, creo que ella lentamente se está volviendo mejor que yo! A medida que la reunión se acercaba a su fin, Jorge dijo con su habitual voz sin expresión. —Yolanda y Manolo han terminado su trabajo. Es la primera difusión de hoy. Si la sub-directora general y la gerente general encuentran algo mal, comuníquense con el equipo de filmación lo antes posible para evitar problemas innecesarios. Lola y Julie asintieron al mismo tiempo reconfortantemente. Después de que se concluyó la junta, Jorge, quien siempre fue el primero en abandonar la sala de reuniones, no se apresuró a irse. Mientras él se quedaba, los ejecutivos no se atrevían a irse. Respetaban demasiado a Jorge y, debido a esto, no tenían las agallas de ser los primeros en irse. Al ver esto, Lola suspiró y se fue primero. Luego los otros ejecutivos siguieron su ejemplo y se fueron. Fingiendo no darse cuenta, Jorge vio a Lola irse por el rabillo del ojo. Ella siempre era la última en irse, ¿no? Él la esperaba en esta ocasión. ¿Por qué ella se fue tan rápido? Jorge frunció el ceño y se sintió realmente mal. Después de que todos los demás abandonaron la habitación, se levantó y comenzó a caminar de regreso a su oficina. Poco después de haber regresado a su oficina, recibió un correo electrónico. ¡Era de Lola! Ella estaba pidiendo un día libre para mañana. Él respondió. —¡Dime lo que quieres hacer mañana! Lola sonrió. Era exactamente lo que ella esperaba. Ella respondió rápidamente. —Salí con un hombre anoche. ¡Mañana es sábado, así que quiero compensar a Estrella y salir con ella! Ella hizo clic en 'enviar' y apretó el puño, esperando que él dijera que él iría

con ellos. Tratando de no ser demasiado ansiosa, ella esperaba tranquilamente su respuesta. Finalmente, recibió un nuevo correo electrónico y lo abrió instantáneamente. —Me reuniré con ustedes en la puerta de la mansión Camela mañana a las 8 de la mañana. ¡Sí! Con la compañía de Jorge, Estrella debía estar muy feliz. Lola se sonrojó y juguetonamente respondió. —¡Señor Jiménez, maneje con cuidado! Lola no era la única con excelente ánimo. Al ver que ella no rechazó su oferta de unirse, Jorge también estaba muy feliz. De repente, alguien llamó a la puerta y Sanchez entró, viendo la alegría en la cara de Jorge Le informó. —Jefe, su mujer me llamó anoche y me preguntó dónde se encontraba. Ella está esperando la llamada de usted. Se supone que debe ver a la señorita Moza. Jorge inmediatamente se veía sombrío. El corazón de Sánchez se sacudió. —¡Hazlo por mí! —Dijo Jorge con indiferencia. Era obvio que todavía estaba preocupado con sus pensamientos respecto a Lola. ... —¿Voy a ver a la señorita Moza yo solo? Esto podría ponerse un poco complicado. —Sánchez pensó ansiosamente. Sánchez se secó el sudor frío, aceptó a regañadientes y se fue. A las 7:55 en la mansión Camela el sábado. Sosteniendo su mano, Lola llevó a Estrella a la puerta. Ambas llevaban chaquetas amarillas. Atractivos como ellas ahí, Jorge no pudo evitar fijar sus ojos en ellas. Salió del auto y caminó hacia ellas. Al ver a Jorge, Estrella soltó la mano de Lola y corrió alegremente hacia él. —¡Tío! ¡Tío! —Jorge sonrió. Se puso de cuclillas para levantar a la pequeña niña. No se percataron de que en la puerta de la mansión Camela, Manolo sostenía su teléfono móvil. Todavía estaba en pijama. Enfocó la cámara y tomó muchas fotos de ellos. Jorge vestía una camisa blanca casual como de costumbre. Sostuvo a Estrella en sus brazos mientras ella lo besaba en la mejilla y tomó la mano de Lola mientras caminaban hacia el auto. Incluso a espaldas de él, las imágenes mostraban su profundo amor. Manolo tomó una docena de fotos de una vez. Luego las revisó y guardó a las tres

mejores. Las ideas le rodearon la mente mientras caminaba de regreso a la villa en pantunflas. Con estas evidencias en su poder, tenía tres oportunidades más para negociar con Jorge. ¡Bien! ¡Debía pensar en cómo usar estas condiciones de la mejor manera posible! ¿Qué tal pedirle un alto puesto en el Grupo SL? No, él no estaba calificado. Él no podía hacer eso, o Lola y Estrella sufrirían... Manolo murmuró maldiciones para sí mismo, regresó a la villa y empacó las cosas. Pronto iría al País C para comenzar su nueva carrera en la farándula. Jorge condujo el auto y preguntó. —Vamos al parque de diversiones. Estrella, ¿qué te parece? —Miró a Estrella por el espejo retrovisor en el auto, dándose cuenta de lo linda e inocente que era la niña pequeña. Había revisado todos los parques de diversiones con antelación se enteró de que Disneylandia era el más grande. Estrella asintió de inmediato. —¡Está bien, tío! Jorge miró a Lola que escondiendía una sonrisa. Él también sonrió, —¿Que se siente que ustedes dos tengan una cita conmigo? Lola lo miró coquetamente. —Tú eres el jefe. Esto debe ser bueno. —Ella dijo con un toque de broma juguetona. Sin esperar esta respuesta, Jorge levantó las cejas. —Me halaga. Qué gran honor. Vamos, ella no lo aduló. ¡Ella no planeó hacerlo. —¡Qué malo eres! ... narcisista pero sí confiado! —Él acarició la mano de ella y la sostuvo mientras su mano izquierda estaba en el volante. ¡Las manos de ella se sentían suaves y lisas! Luego hablaron alegremente de casi todo. En el asiento trasero y sin palabras, Estrella los miró con infantil disgusto. ¿Cómo podrían ellos mostrar su amor en público? Era sábado, así que Disneylandia estaba llena de gente. Jorge se levantó de su asiento, levantó a Estrella y tomó la mano de Lola. Encantadores y atractivos como eran, atrajeron muchas miradas de admiración. En la entrada, Jorge le entregó a Estrella a Lola. —Sostenla. Iré a comprar nuestras entradas. Lola tomó a Estrella y la puso en el suelo. —Ya creciste. ¡No siempre podemos cargarte! Estrella hizo un puchero. —¡Bueno, él se ofreció voluntariamente a cargarme! —¡Y esto no es culpa de ella! Lola pensó para sí misma.

Lola miró a Estrella con impotencia, sacó un sombrero de sol blanco de su bolso y se lo puso. Si demora, Jorge volvió con las entradas. Quería tomar de nuevo a Estrella, pero Lola lo detuvo. —Ella ha crecido. ¡No la cargues! Ella se acostumbrará y eso no es bueno. Jorge se negó y gritó con una sonrisa en el rostro. —¡Bueno, me gusta! — Luego cargó a una Estrella muy feliz y verificó las entradas. ... —Mami. Tío, quiero subir a la rueda de la fortuna, al pequeño tren, al barco pirata, al carrusel y al vehículo espacial.... —Estrella levantó su mano y usó sus dedos para contar. Jorge felizmente asintió con la cabeza con aprobación. En la rueda de la fortuna. De hecho, Lola temía a las alturas, así que se sentó quieta y no se atrevió a moverse. Jorge y Estrella la obligaron estar aquí... Jorge, con Estrella en sus brazos, se sentaron en el lado opuesto y pensó que su cara nerviosa se veía linda. —Relájate. Con Estrella y yo aquí, no necesitas tener miedo. Ella no dijo nada. Su ritmo cardíaco fue una milla más rápido cuando la rueda de la fortuna se elevó hasta la cima. Con toda la fuerza que pudo reunir, Lola miró hacia abajo y vio los edificios y las coloridas estructuras alrededor de Disneylandia. Por otro lado, Estrella ni siquiera estaba un poco asustada. Se bajó de Jorge y fue hacia Lola. —¡Estrella, vuelve y siéntate quieta! —Ella ya estaba temblando de estar demasiado nerviosa. Estrella se echó a reír y caminó de vuelta hacia Jorge. Jorge sostuvo a Estrella con una mano y tomó la mano de Lola con la otra. —No montaremos esto la próxima vez. No te preocupes. —Le aseguró Jorge. Lola asintió con la cabeza, miró sus bonitos ojos y sostuvo la mano de Jorge. Entonces ya no estaba tan asustada, pero todavía no se atrevía a mirar abajo. Finalmente, pasaron los cinco minutos y Lola dejó escapar un suspiro de alivio. Cada minuto era como una hora de duración. Dejó la rueda de la fortuna con las piernas temblando, dejando a Jorge y Estrella felizmente sentados.



Capítulo 179 Donde hay fuego cenizas quedan. Mientras el personal cerraba la puerta, esperaba y se preguntó cómo era que había sido un día perfecto. No podía olvidar lo feliz que era Estrella y cómo brillaban sus ojos cada vez que Jorge estaba cerca. —¡Bien! Supongo que no debería meterme demasiado en esto. Esto es demasiado bueno para ser verdad.. —exclamó Lola tristemente. Caminó hacia donde estaban Jorge y Estrella y los esperaba allí. Después de 3 rondas en la rueda de la fortuna, Lola no podía hacer nada más, así que dejó que los dos pasaran a las otras atracciones. Pero Estrella tenía muchas ganas de jugar en el Barco Pirata, por lo que Jorge las llevó al barco y las esperó en el suelo. Jorge observó a las dos chicas felices, sonriendo alegremente y teniendo el mejor momento de sus vidas. Después de eso, llevaron a Estrella a cada juego que ella señalaba. A pesar de todas estas actividades agotadoras, Estrella todavía no estaba dispuesta a irse. Ya era la hora del almuerzo y después de innumerables intentos, los dos adultos finalmente lograron que entrara en el auto. —Estrella, vamos al mundo marino esta tarde, ¿vale. —Dijo Jorge mientras se apresuraba a consolarla cuando vio que la pequeña estaba un poco triste. Al escuchar esto, Estrella inmediatamente se interesó, con una repentina chispa en sus ojos. —¡Sí, sí! ¡Vamos! —Estrella, ya es hora de comer. ¿No tienes hambre? —Lola trató de sonar tan paciente como pudo. Estrella tocó su estómago vacío y plano, y asintió con énfasis. —¡Sí, Estrella tiene hambre! ¡Uf! —Sí. Primero comemos y luego vamos al mundo marino. ¿Está bien? Estrella asintió obedientemente. —Oye, ¿no necesitas ir a la compañía? —Lola miró a Jorge, que estaba ocupado consolando a la aún enérgica Estrella. Él negó con la cabeza. Sánchez podría manejar todo por mí. Jorge llevó a las dos chicas a un elegante restaurante. La comida era

excelente y sabía que a Estrella le gustarían las comidas para niños que ofrecían. Al ver que Lola ya tenía mucha hambre, Jorge se ofreció a dejarla comer primero mientras cuidaba a Estrella, que estaba comiendo arroz sola en una silla alta. Como un verdadero padre, Jorge le seguía sugiriendo comida para que la probara. —Bacalao al vapor. Come más, Estrella. —Estrella, toma un poco de sopa de mariscos. ¡Esta es la mejor sopa de este restaurante! —Esto es Spring Amaranth. ¡Estrella necesita vegetales verdes! ... —¡Lo estaba haciendo muy bien como padre! —Lola observaba mientras ocultaba disfrutar al verlos. Estaba tan absorta en la escena que casi se olvidó de comer. Jorge notó eso y tomó algunas patas de cerdo para ella de la sopa de soja. —Come más. ¡Es bueno para ti! Sin palabras, miró su pecho que casi había crecido de copa B a copa C. ¿No era lo suficientemente grande? Los ojos de Lola eran como dagas mientras lo miraba y decidía devorarlos. Después del almuerzo, partieron hacia el mundo marino. Jorge respondió a una llamada de Sánchez de camino al parque de diversiones. Usando un dispositivo Bluetooth, condujo mientras hablaba con Sánchez. —Jefe, la señorita Moza tomó un taxi y se fue sola. Frunció el ceño, descontento con la noticia. —¡Como quiera! —El colgó el teléfono. Lola vio que obviamente era infeliz. ¿Ella? ¿Podría ser Yolanda otra vez? —La señorita Moza es una persona importante y debe ser tratada como tal. Deberías enojarte con ella. —Se notaba los celos en el aire. Jorge se volvió positivo inmediatamente después de sus palabras. Él se rió, —¿Quién es más importante, qué piensas? ¿Tú o ella. Lola le dio una sonrisa tímida. —Adivina, entre tú y Tomás Herrero, ¿quién es más importante? —Ella respondió con obvio sarcasmo. El hombre le tomó la mano y la apretó con fuerza. —¡Ciertamente soy yo! —... ¡Estás tan lleno de ti mismo! —¿Cómo puedes estar tan seguro? Jorge sonrió, soltó su mano y giró el volante para estacionar el auto. Inesperadamente, se acercó más a ella. Pareció serio y dijo. —¡De ahora en adelante seré tu único amor! ¡Serás la única con la que haré el amor a lo largo de mi vida! —Nunca se acostaría con Yolanda. —¿Es eso posible? —Ella no estaba segura.

—Haré mi mejor esfuerzo para resolver mi problema con Yolanda, y tú resolverás el tuyo con Tomás Herrero. Espero que estés de acuerdo con eso. — También necesitaba persuadir a Rocío para que aceptara su elección. Se desabrochó el cinturón de seguridad, salió del auto y abrió la puerta del asiento trasero para sacar a la soñolienta Estrella. —Estrella, ¡aquí estamos! —Su voz estaba llena de una emoción paternal! ¡Oh! ¡Le dijo a Jorge que Tomás Herrero era el padre de Estrella! ¿Y ella era la única mujer con la que tuvo sexo? En otras palabras, ¿él solo se había acostado con ella y nunca hizo lo mismo con Yolanda? Ella sonrió alegremente. Al menos ninguno de los dos había hecho nada malo todavía. Pero él ya había creído que Estrella era la hija de Tomás Herrero. ¿No se preguntaba si ella se había acostado con otro hombre? Incluso si ese asunto ya hubiera terminado, ¿estaría enojado si se enteraría? En realidad, ella le era fiel. Debía preguntarle y decirle todo en otro momento. Lola reflexionó mientras lo veía comprar boletos para ellos. Realmente quería saber cómo se sentiría él. En el mundo marino, Estrella hizo algunas preguntas realmente difíciles de vez en cuando, atrayendo la atención de la gente. —Tío Jorge, ¿una sirena es un niño o una niña? —Tío Jorge, ¿puedo quedarme con esta adorable medusa. —¡Tío Jorge, este es un pez tan gigantesco! ¿Puedo montar en su espalda en el mar? ... Pero Jorge fue muy paciente para responderle a cada pregunta. ¡Qué padre tan amable! ¡Lola, la misma madre, estaría cansada de sus preguntas! Era casi de noche cuando salieron del mundo marino. Finalmente sintiéndose cansada, Estrella se quedó dormida inmediatamente tan pronto como se sentó en el auto. Lola la abrazó para que se sintiera cómoda. Cuando llegaron a la casa, Jorge notó que Estrella estaba durmiendo. Entró en la casa y no se detuvo hasta que estuvieron justo frente a la entrada. Él tomó a Estrella, y cuando Lola salió del auto, la puso de nuevo en sus brazos. Le dio un beso en la mejilla a Estrella y luego besó a Lola. Después de eso, se subió al auto y esperó a que entraran a su casa. Lola llevó a Estrella a la casa con un ligero rubor en sus mejillas. Con las emociones consumiéndola, miró a Jorge por última vez en lo que podría ser su

día más inolvidable. Él no se fue hasta que ella entró en la casa y cerró la puerta. El domingo. En la finca de los Jiménez en el país C. Con un estilo de decoración clásico y sencillo, la casa grande era de una belleza antigua, de alto grado y un motivo marrón oscuro en los muebles. Había una sala de té y todo tipo de antigüedades, caligrafías y pinturas. —¡Clap! —Un periódico de entretenimiento se dejó caer en la costosa mesa de sándalo en la sala de estar, rompiendo el silencio ensordecedor. Un anciano de pelo gris, vestido con una túnica blanca, se enojó mucho. Estaba mirando el titular del periódico: ¡EL CEO DE SL, JORGE, ESTÁ TENIENDO UN AMORÍO! —¡Donde hay fuego, cenizas quedan! ¿Jorge se iba a volver a casar? —Jorge" también se había convertido en una búsqueda popular en Twitter. Los reportajes estaban llenos de fotos donde Jorge, Lola y una niña pequeña disfrutaban su tiempo en el parque de diversiones. ¡La gente especulaba sobre la relación y quién era el verdadero padre de la niña! Mucha gente también descubrió lo que sucedió en la ciudad D hacía cuatro años. Por un tiempo, las tres personas cayeron en una abrumadora cobertura de medios de entretenimiento. Jorge, Lola, Yolanda. Sin embargo, era bien sabido que Jorge y Yolanda estaban comprometidos. ¡Por lo tanto, la gente enojada acusó a Lola de ser la amante! Sólo unas pocas personas se pusieron del lado de Lola. ¡Creían que ella era el verdadero amor de Jorge y deberían casarse!

Capítulo 180 Estar en una relación íntima con dos mujeres —Debe ser amor verdadero entre Jorge y Lola. De lo contrario, Jorge se habría casado con Yolanda hace mucho tiempo"., un reportero llamad. — Hombre araña" escribió alegremente en su línea final. —¡La única verdad es que Jorge y Yolanda están comprometidos, y Lola Camela es la otra mujer! —como citado d. —Jumping Heart. —¡Tal vez la hija de Lola también nació fuera del matrimonio! Para empeorar las cosas, la foto de la niña estaba deliberadamente borrosa. —Aunque parecía una niña encantadora. En la sala de estar, el abuelo de Jorge señaló los periódicos con su dedo tembloroso y le dijo a Kevin. —¡Mira lo que tu hijo ha hecho! ¡Acaba de engancharse con su ex esposa! ¡Quién sabe qué daño le hará esto a la empresa! ¡Si la familia de Yolanda no llamara, ni siquiera sabríamos de este ridículo escándalo! Kevin respondió con calma. —¡Padre! Jorge tiene casi 30 años. Él es capaz de cuidar de su propio negocio ahora. Confío en él para aprender de sus errores. —Kevin siempre había estado orgulloso de Jorge, por lo que estaría firmemente de su lado, sin importar nada. Él conocía a Jorge demasiado bien. El abuelo de Jorge obviamente estaba aún más enfurecido. —¿Es él? El escándalo fue expuesto esta mañana y todavía ocupa todos los titulares de entretenimiento ahora. Son casi las 3 de la tarde! ¡Esto se está convirtiendo en un chisme a nivel nacional! Nunca solía preocuparse por su nieto, pero la relación de Jorge se había convertido en un gran problema recientemente. ¡El triángulo amoroso de hacía cuatro años había vuelto a pasar! ¡Si continuara así, su nieto se deshonraría a sí mismo y a la fama de la compañía por ponerse a sí mismo en una relación íntima con dos mujeres al mismo tiempo! Kevin se limpió las gafas y se las volvió a poner. —¡Padre! No es fácil juzgar las cosas cuando se trata de relaciones. El corazón es tan difícil de enseñar. Hace cuatro años, Jorge se casó con Lola Camela. No se habría complicado, si Yolanda y Rocío no se molestaran en entrometerse en su matrimonio. Con una ex novia y una madre que insistió en su elección de una

nuera, ¿cómo podría la pareja vivir una vida pacífica. Kevin había hablado con la Sra. Durán, de quien supo que Lola era una persona muy agradable. También conversó con el asistente de Jorge, Sánchez, sobre Lola y también escuchó comentarios favorables. Además, ¡confiaba en su propio hijo! Él entendía a Jorge de una manera que ninguna otra persona podía. El abuelo de Jorge reflexionó mientras se acariciaba la barba. Yolanda y Jorge habían pasado mucho juntos durante los últimos doce años. Incluso si Jorge no le contaba todo, siempre podía averiguarlo. Hacía cuatro años, poco después de que Yolanda fuera a la Ciudad D, Jorge, Lola y ella eran vistos con frecuencia en los titulares. Eventualmente terminó con un divorcio pero su instinto le dijo que no era tan simple. Tal vez su matrimonio no fue muy sólido en primer lugar. O tal vez fueron los errores de Yolanda los que causaron la situación. Su mente le estaba jugando una mala pasada, pero sentía que Jorge había estado muy agobiado por todo lo que pasó. Sánchez le dijo que Lola se fue de la ciudad D y, básicamente, no dejó que Jorge la volviera a ver inmediatamente después del divorcio. Desde entonces, su nieto se convirtió en una persona irritable y, más a menudo, era como una figura gélida y sin emociones cuando no estaba enojado. Ahora, después de todos estos años, las viejas historias se remontaban de nuevo. Pero, esta vez una niña estaba involucrada. Las cosas se habían vuelto aún más desordenadas. ¿Ella era la hija de Jorge? Si era así, ¿por qué Jorge no la llevó a presentar a la familia? ¿O podría ser que Lola estaba viendo a Jorge con la hija de otra persona? ¡Él no permitiría que esto sucediera! El abuelo de Jorge descolgó el teléfono, con ganas de hablar de inmediato con su nieto. Marcó su número y se preparó para lo peor. —Abuelo. —Jorge respondió, sus ojos fijos en las noticias en línea. Al parecer, la llamada tuvo algo que ver con la noticia. El abuelo de Jorge se aclaró la garganta. —¿No se supone que debes darle una explicación a la familia de Yolanda? —Las dos familias habían disfrutado de una larga amistad, y el abuelo de Jorge prefería mantener esta conexión. Jorge hizo una pausa. —No lo creo, abuelo. Yolanda lo explicará por sí misma. —No quería perder tiempo con personas que no le importaban en absoluto. Siempre había sido escéptico en cuanto a los objetivos de la familia de Yolanda. En cambio, la principal preocupación ahora era la situación de la familia de Lola, especialmente porque sus familiares eran funcionarios de alto rango en el

gobierno. Si Lola era considerada como la amante, ¡sería una pena para la familia Camela! Él no dejaría que eso le sucediera a Lola. Había tomado medidas con la difusión de noticias y le pidió sinceramente a la gente que eliminara todos los comentarios insultantes a Lola. La respuesta de Jorge claramente irritó a su abuelo una vez más. —¡Cásate con Yolanda lo antes posible! ¡E insisto en que tú y Lola sigan siendo amigos! Esta podría ser la única forma posible de que ambas partes ganaran, pensó. Su dedo se apoderó del ratón de la computadora y respondió. —¡Abuelo, no es justo para nadie! —Tanto el padre como el abuelo eran hombres sensatos, por lo que a veces tomaba sus consejos sobre ciertos temas. Pero sintió que había otras cosas que solo requieren su propia decisión. El abuelo de Jorge pensó por un momento y dijo. —En este triángulo amoroso, alguien está obligado a salir lastimado. Tu compromiso con Yolanda ha sido presenciado por todo el mundo, ¡así que básicamente no tienes otra opción! ¡Vuelve a casa y cásate! —Tal vez después me disculpe personalmente con los padres de Lola. —No podía permitirse ignorar el dolor de Lola y su familia. Si iba a casarse con Yolanda tarde o temprano, sería muy injusto para ella. El abuelo de Jorge asintió. Sintió que Lola seguía siendo la prioridad para Jorge. No pudo evitar preguntarse cómo era que Rocío había obligado a Jorge a comprometerse con Yolanda. Debía haber sido tan manipuladora. —Y sobre esa niña.... —el abuelo de Jorge trató de sonar lo más suave posible. Sabiendo lo que le preguntará su abuelo, Jorge intervino. —Estrella no es mi hija. —¡Jorge creyó que Lola no le mentiría sobre eso! ¿Estrella? Así que ese era el nombre de esa niña. ¿No era la hija de Jorge? El abuelo de Jorge volvió a acariciarse la barba y tuvo la sensación de que algo estaba mal. ¡No! La relación de sangre era un gran problema. Tenía que ir al país A y averiguarlo por sí mismo. El abuelo de Jorge decidió tomar este asunto en sus manos. —Ya veo. ¡De todos modos, vuelve cuanto antes y cásate! —Lo dijo con un tono de desesperación. ¡Si no fuera su abuelo, Jorge hubiera colgado antes de que lo empujaran a casarse una y otra vez! —¡Sí, abuelo! —Colgó, pensó un rato y decidió llamar a Lola. —Necesito verte en mi oficina. —No quería hacerlo, pero parecía que tenía que hablar con Lola...

Lola estaba terriblemente distraída y herida por las noticias que se difundieron por todo Internet. ¡Todo parecía como hacía cuatro años! La única diferencia de cuatro años antes y ahora era que tenía a Estrella ahora. Afortunadamente, los paparazzi que probablemente no habían perdido la conciencia, tuvieron la conciencia para difuminar el rostro de Estrella. Al recibir la llamada de Jorge, tuvo el presentimiento de que algo grande estaba sucediendo. El hecho de que ella y Jorge una vez había estado casados y el rumor de que ella era la otra mujer era irónico y confuso. No era un secreto en la empresa ahora. Lola ató su largo cabello en un moño y salió de la oficina. Podía ver a varios colegas susurrando entre ellos. Pero todos se detuvieron cuando vieron a Lola. Lola se acercó a ellos y con calma dijo. —No todo es lo que parece. No saquen coclusiones tan fácilmente. ¡Solo hagan su trabajo! Luego, en absoluto silencio, entró en el ascensor, sus tacones altos hacían un ruido de golpeteo. Cuando entró en el piso de la oficina del CEO, Sánchez la saludó. —Srta. Camela, el jefe Jiménez dijo que puede ir a su oficina en cualquier momento tan pronto como llegara aquí. Lola sonrió y asintió. Cuando entró en la oficina de Jorge, el humo del cigarro la cubrió de inmediato. Lola frunció el ceño y caminó hacia él. Le quitó el cigarro a medio terminar y lo arrojó al cenicero. Mirando fijamente a Jorge, dijo. —Si mueres por fumar, encontraré a otro hombre con quien pasar el resto de mi vida. Jorge se levantó de un salto y empujó a Lola contra la pared, con la intención de besarla. Pero se detuvo en el último momento. Por su comportamiento, Lola entendió de inmediato lo que Jorge estaba pensando y planeando hacer. Su instinto le dijo que tuviera que prepararse para ser herida.

Capítulo 181 Más que justificado para seguir a la persona que amas Sí, ¡Jorge planeaba deshacerse de ella y casarse con Yolanda! ¿Cómo se suponía que iba a reaccionar? Parecía que no podría tolerar todo esto. Ella no podía entender. Ciertamente elegiría a Yolanda. ¡Esa serpiente astuta! Lola lo empujó y tuvo la intención de salir de la habitación, solo para ser atrapada por su fuerte agarre. Jorge estaba tratando de detenerla mientras ella también intentaba huir de él. Era un punto muerto. Después de un rato, Jorge la soltó un poco, cuidando de no lastimarla. Lola aprovechó esta oportunidad y se soltó de él. Ella sonrió. —Cumple tu palabra. ¡Ve y cásate con ella! No tienes que decirme. Hemos estado en esta situación más de una vez en nuestra vida. —Luego se alejó sin voltear y se dirigió al ascensor. En la casa de la familia Camela. ... momento de la semana cuando todos los miembros de la Familia Camela se reunían y cenaban juntos. Todos excepto Manolo estaban presentes. Ni Harold ni Angie mencionaron la noticia de hoy. Landon también se enteró, así que planeaba hablar con Lola después de la cena. Yonata miró a Lola, que estaba sonriendo mientras limpiaba el chocolate en la boca de Estrella. Al verlas así de felices juntas le hizo tragar sus preguntas. El timbre sonó. —¿Quién vendría a visitar en este momento? Ya es hora de la cena. —Angie miró con curiosidad a la puerta. La señora Yuan corrió a abrir la puerta. —Buenas noches señor. ¿Puedo preguntar a quién busca? El apuesto joven que tenía ante ella se le hizo tan atractivo debido a que la Sra. Yuan lo reconoció, ¡fue él quien salió con Lola y Estrella ayer! —Buena noches. ¿Podría decirles que un hombre llamado Jorge Jiménez ha venido a disculparse sinceramente con ellos? Gracias." Él cortésmente esperaba en la puerta mientras llevaba preciosos regalos en su mano. Después de que la señora Yuan pasó el mensaje, Angie y Harold se miraron y luego se giraron hacia Lola, quien bajó la cabeza y dejó de comer.

Harold pidió la opinión de Landon. Landon miró a Lola y cuando se dio cuenta de que ella no estaba tomando ninguna posición, inmediatamente tomó una decisión. —No vamos a dejar frío a nuestro invitado. ¡Muéstrale la entrada! En el momento en que Jorge entró, Lola levantó a Estrella de su silla y ambas subieron las escaleras. Al ver a Jorge, Estrella se puso muy alegre como siempre lo era cuando él estaba cerca. —¡Tío! —gritó y trataba de soltarse de su madre. Entonces Jorge vio a Estrella en los brazos de Lola en el medio de las escaleras. Él sonrió. —Estrella! ¿Cómo estás? Luego miró a los demás y le preguntó respetuosamente. —¿Podrían darnos un momento? Landon, Harold y Angie se miraron en silencio, asintieron y empezaron a terminar su cena. Estrella luchó por saltar y Lola tuvo que rendirse. Ella la dejó y se limpió el aceite en los labios de nuevo. Estrella corrió hacia Jorge inmediatamente. —¡Tío! ¿Estás aquí para jugar conmigo? —Estrella le dio a Jorge un fuerte abrazo cuando se agachó. Todos en la familia Camela se quedaron sin palabras. Los lazos de sangre hicieron su magia. Lola subió silenciosamente las escaleras. —¿Por qué no dejar que Estrella pase más tiempo con su padre? —Ella se rindió. Tal vez su padre se casaría con alguien más pronto y Estrella nunca más volvería a saber de él. En la sala de estar. La señora Yuan estaba retirando los platos mientras Yonata se marchaba al estudio justo después de un momento o dos con Jorge Jiménez. Landon, Harold y Angie estaban sentados en el sofá frente a Jorge, quien todavía tenía a Estrella en sus brazos. —Señora Yuan, ¡lleve a Estrella con Lola por favor! —Lo pidió Landon cortésmente. La señora Yuan rápidamente se limpió las manos y se llevó a Estrella. Jorge se puso de pie y se inclinó ante ellos de una manera muy educada y respetuosa. Harold y Angie no esperaban esto y se sentían un poco incómodos, ya que este joven poderoso era tan humilde con ellos. ¡Era un poco exagerado! —Vine aquí hoy para pedirles una disculpa. Aunque no era mi intención, Lola ha sufrido humillación y vergüenza por mi culpa. Por mucho que quiera estar con ella y con Estrella, no puedo prometer un futuro que sea seguro para todos nosotros, especialmente para ella... Lo siento profundamente por todos los

problemas que causé. ¡Lo siento! ... Lola no tenía idea de cuándo Jorge ya se había ido. Cuando Angie entró, ella le estaba leyendo un libro de cuentos a Estrella. Angie entró con algunos regalos de Jorge. —No queríamos sus regalos, pero él insistió fuertemente. Lola, ¿por qué no los guardas? —Angie colocó las bolsas en su escritorio. Lola ni siquiera se molestó en echar un vistazo a estos regalos. —Madre, siento mucho lo que pasó ayer. No era una buena hija. A esta edad, todavía traía vergüenza a sus padres. Angie negó con la cabeza. —Está bien. Nadie se atrevió a murmurar en el ejército. Entiendo que todos cometemos errores. Después de todo, no somos perfectos. —Tomó suavemente la mano de Lola. Lola sonrió. —Está bien. Tengo la suerte de tenerte, madre. Si se va al país A, sería genial. Si él no lo hace, simplemente renunciaré a mi trabajo. Ella no sabía qué hacer. Sería tan devastador si tuviera que presenciar su matrimonio. ¡Se odiaría a sí misma por no poder detenerlo! Angie miró a Lola y le puso una mano en el hombro. —Lola, solo haz lo que quieras. Estás más que razonable para perseguir a la persona que amas. Los que te juzgan no te conocen en absoluto. No te preocupes. Apoyándose en el hombro de su madre, Lola decidió buscar una salida sin importar nada. ¡Ella no era cualquiera otra mujer! Ella no merecía todas estas humillaciones, mientras que Yolanda gozaba de protección contra las dolorosas acusaciones... El día después de eso, Jorge hizo su primer anuncio oficial sobre el rumor. Afirmó en Internet que Lola y él eran simplemente amigos. Fue al parque de diversiones con la hija de una amiga. Eso fue todo. A pesar de todos estos rumores, regresará al país C para casarse con Yolanda Moza. Lola había mostrado una capacidad impresionante como directora ejecutiva adjunta, por lo que asumiría el cargo de directora general provisional de la empresa. ... Al enterarse de esto, Lola arrojó violentamente todas las carpetas y papeles en el escritorio. Todo se arremolinó y cayó, creando un fuerte golpe. ¿A quién le importaba la posición de un CEO provisional? Ella vino aquí con un único propósito: ¡Jorge! ¿Una amiga? ¡Negó todo lo que tenían solo por el bien de Yolanda! Eso dolía. Incluso podía sentir físicamente el dolor de su corazón. Con el

rostro enterrado en el escritorio, lloró desesperadamente sin aliento. ¿Qué debería hacer? ¿Qué podía hacer? Cada día, no podía dejar de recordar cómo Yolanda asesinó a su hijo. ¡Ella no podía permitir que esto sucediera! ¡No podía soportar verlos casarse! No podía dejar que Jorge estuviera con la mujer equivocada por el resto de su vida... Su mano derecha con las uñas pintadas de color escarlata, agarró la pluma que sostenía. Se estaba volviendo loca... —... Si no nos hubiéramos encontrado ese día, ¿estaría menos confundida ahora? Si no nos hubiéramos encontrado ... — El tono de llamada que puso recientemente sonó. Ella no se movió. En su lugar, tomó el teléfono y miró la pantalla a través del escritorio transparente. Era la llamada de Ramón. Su voz era apática. —Hola. Ramón la llamó inmediatamente después de ver el anuncio que Jorge acababa de hacer. Sabía cuánto amaba Lola a Jorge. ¡Eso debía dolerle! Así que no se sorprendió al escuchar el llanto de tristeza de Lola desde el teléfono. —Lola, acabo de leer las noticias... —Ramón no pudo decir nada más. Él no sabía cómo hacerla sentir mejor. Lola forzó una sonrisa amarga. Ahora el mundo sabía que ella era simplemente una amiga y empleada de Jorge. La puerta se abrió lentamente, pero Lola no se dio cuenta. Ella todavía estaba inclinada sobre el escritorio. —Lo he leído también. El pasado se ha ido, Ramón. Se acaba. Tengo que empezar de nuevo.

Capítulo 182 Escaparse también es una forma de expresar amor A lo mejor ella estaba sufriendo por dentro, pero trataba de poner cara de entusiasmo en la oficina. Tenía que actuar profesionalmente en todo momento por ella misma y por Estrella. Pero Ramón podía ver los verdaderos sentimientos de Lola. Conocía a Ramón desde hacía mucho tiempo. Hizo una pausa en sus pensamientos y dijo. —Lola, si estás libre esta noche, ¿por qué no tomas una copa conmigo para relajarte? —Ramón se paró dolorosamente frente a la ventana y contemplaba el paisaje. Cada vez que Lola estaba triste, él estaba aún más triste. Ramón quería decirlo aún más fuerte. —¡Lola, por favor, permíteme protegerte por el resto de tu vida! Pero su mente estaba llena de ese hombre de todos modos. Ese hombre tenía todo lo que uno podía pedir. Poder, riqueza y fama entre muchas otras cosas. Además, ¿qué podría darle para asegurarle su felicidad cuando él mismo estaba en un lío? No tuvo el coraje de decirle lo que sentía. Temía que una vez que le abriera su corazón, ¡todo cambiaría entre ellos! No podía arriesgarse a dejarla ir. La puerta de la oficina se cerró lentamente desde el interior. Jorge miró el desorden en el suelo y al instante sintió pena por ella. Él estaba aquí para comenzar la rotación del comando pero terminó tratando de arreglar todo esto. Lola se veía tan molesta mientras hablaba con alguien en el teléfono. Ella se comportaba así cuando estaba sola. Lola rió secamente. Ella y Ramón todavía podían pasar el rato como en los viejos tiempos, bebiendo alegremente en los bares de la ciudad D. Sin embargo, ella y Jorge ya no podían volver a los tiempos en que tenían relaciones íntimas, ya que tenían que hacer felices a los demás. En un estallido de dura realidad, su risa seca finalmente rompió en un triste llanto. No importaba lo que hiciera y haría, Jorge ya no era suyo para quedarse. —Ramón, realmente lo amo. Lo amo mucho. —Su voz era increíblemente débil y las palabras hirieron profundamente los corazones de Ramón y Jorge.

—Lola, yo también te quiero mucho. —Ambos tuvieron un momento de cómodo silencio. —Lola, a veces alejarse es también una forma de expresar amor. —Había diferentes maneras de mostrar el amor de uno. Algunos lo demostrarían por ser fieles y leales compañeros. Otros lo expresaban alejándose por caminos distintos. Lola se detuvo, miró a Ramón con lágrimas en los ojos y luego dijo. — ¿Alejarse? —Murmuró. —Lo pensé, ya sabes, traté de dejarlo ir. Pero nunca funcionó. Ni una solo vez lo dejé ir con éxito. —Estaba realmente feliz cuando estaba con él. El sentimiento de felicidad era el sentimiento más genuino que tuvo en su vida. A veces, se metían en acaloradas discusiones. Incluso entonces, ella se sentía segura y en casa cuando sus ojos se posaban en su hermoso rostro. Ramón escuchó que su voz era tan débil y su corazón se llenó de dolor como si alguien estuviera cortando su carne con un cuchillo afilado. Si Lola no estaba contenta, ¿cómo podía pararse aquí y no hacer nada al respecto? —No estés triste. ¡No te rindas hasta el último momento! —En su mente, Lola era mujer dura y fuerte que nunca renunciaría. ¡Ella nunca se rindió! ¿No rendirse hasta el último momento? Ella lo sabía. Estaba muy desconsolada en este momento. —¡Busquemos un lugar y bebamos por todas estas penas! —Ella se negó a mantener sus sentimientos dentro. La soledad la quemaría por dentro. La mataría lentamente y ella necesitaba mantenerse sana por Estrella. Necesitaba encontrar un lugar para beber y bailar, para poder sentirse mejor y descargar su tristeza. De alguna manera, sintió que había alguien más en la oficina. Podía sentir un olor con el que estaba muy familiarizada. Lola levantó la vista rápidamente y no encontró a nadie más que a su propio reflejo en la ventana de la oficina. La oficina estaba vacía y ella todavía estaba sola. Sólo el cartel que decí. —Tocar antes de entrar" colgaba del pomo de la puerta y se balanceaba ligeramente. Estaba demasiado atrapada en sus pensamientos. Ya ni siquiera podía estar consciente de su entorno. Tenía que hacer algo al respecto. En el club nocturno. La pista de baile estaba llena de gente guapa. Olía a sudor, pero la música animada le hacía olvidar eso. Muchas mujeres y hombres bailaban con sus corazones en la pista. La música se estaba volviendo tan fuerte y feroz. Todo el piso estaba hirviendo de emoción. Lola estaba en el asiento de la cabina en la esquina. Sostenía una botella de licor y había otra botella vacía frente a ella. Había estado bebiendo sin parar

desde que llegaron aquí. Ramón encendió otro cigarro y la miró en silencio. No bebió nada esta noche. No podía darse el lujo de beber, ya que aún tenía que llevarla a casa a salvo más tarde. Podía que no tuviera la atención de Lola, pero se había prometido a sí mismo que la protegería en todo momento. Lola terminó otra media botella de licor y ahora estaba demasiado borracha para entender nada. Estaba completamente borracha y Ramón sonrió amargamente. Había estado pronunciando la palabr. —imbécil" tantas veces esta noche y gradualmente se había convertido en su palabra favorita. Él sabía muy bien a quién se refería. Hasta el último momento de su desmayo, todavía estaba murmurando un nombre: Jorge. Él envidiaba tanto a Jorge. No por su riqueza y poder, sino por todo el amor y la atención que recibía de Lola. Pensó que Jorge no se merecía todo esto. Ramón apagó el cigarro y sacó a la durmiente Lola del club. Caminó hacia su Benz, abrió la puerta del auto y la acostó en el asiento trasero. Se paró junto al coche y al instante recordó algo. ¡Olvidó una cosa muy importante. —¿Cómo podría olvidarme de preguntar por su dirección cuando todavía estaba sobria. Si se dirigía con su supuesto padre en busca de ayuda, seguro que le causaría más problemas innecesarios. Estaba bien, estaba bien. Él simplemente la llevaría a un hotel primero. Pero Ramón no sabía que todo lo veía el hombre sentado en el Maserati negro, no muy lejos de ellos. Ramón registró a Lola en una habitación de hotel y la acostó en la lujosa cama de la suite. Se quitó los zapatos y la metió bien en las sábanas. Luego se sentó tranquilamente en el sofá junto a la cama y dejó que sus ojos se detuvieran en la hermosa mujer en las sábanas. Al principio, Lola se quedó callada y luego comenzó a darse la vuelta, inquieta, como si le doliera mucho. Dio vueltas en la cama por un par de minutos, luego, de repente, se sentó y caminó en el suelo con los pies descalzos. Ramón rápidamente trajo un par de zapatillas para ella y murmuró. —¿Qué pasa, usa tus zapatillas primero. Lola se tapó la boca con un movimiento rápido y se puso las zapatillas. Señaló ansiosamente el baño y Ramón comprendió de inmediato. Se acercó y le abrió la puerta.

Lola vomitó con fuerza en el baño. Ramón sintió pena por ella y le abrió una botella de agua para que ella bebiera cuando terminara. También salió y pidió té caliente en el mostrador de servicio del hotel. Lola estuvo en el baño por más de diez minutos. Cuando finalmente salió, confusamente tomó la botella de agua de Ramón. Se tambaleó de regreso al baño y se enjuagó la boca allí. Lola estaba realmente borracha y no podía decir quién estaba parado frente a ella. Ella abrió la boca y le preguntó con una sonrisa tonta. —Jorge, ¿eres tú? Regresaste." Puso una mano en el hombro derecho de Ramón. Él miró a la cara sonrojada de Lola y una sensación de dolor lo atrapó por completo. Después de todo, en sus ojos, ella solo veía a Jorge. Ramón meneó la cabeza sin poder hacer nada, pero para su sorpresa, Lola se rió y le rodeó el cuello con las manos. —Jorge, por favor no estés con Yolanda, ¿de acuerdo? ¡Ella es la mujer más malvada! Ramón apartó los brazos de Lola y la abrazó suavemente. —Chica, deberías comportarte y dormirte ahora. —Pacientemente, le susurró dulcemente al oído. Lola se dirigió hacia la dirección de la cama. Pero no pasó mucho tiempo antes de que ella se levantara y entrara al baño otra vez. Luchó de un lado a otro del baño a la cama durante más de dos horas. Bebió todo el té caliente, pero no fue muy útil. Siguió vomitando. Al final, Ramón se rindió y decidió enviarla al hospital. Al oír esto, Lola se quedó dormida milagrosamente en la cama como un ángel pacífico. Agarró el brazo de Ramón y ya no estaba murmurando el nombre de Jorge. Ramón se rascó la oreja. Realmente había escuchado lo suficiente esta noche hasta el punto de que pensó que su oreja iba a sangrar. El teléfono de Lola comenzó a sonar dentro de su bolso. Ramón cuidadosamente sacó su brazo de las manos de Lola y alcanzó el teléfono. No dudó en contestar el teléfono por ella. Afuera del hotel. El Maserati Negro estaba aparcado junto a la carretera. Junto al coche había una docena de colillas de cigarros. Jorge estaba parado aquí desde el momento en que los dos entraron al hotel. Jorge hizo un gran esfuerzo para convencerse de que no debía entrar al hotel e interferir con la vida de Lola. Él se había hecho esto a sí mismo. Después de todo, ella merecía tener su propia vida. Sin embargo, sus puños apretados revelaron sus verdaderos sentimientos. ¡Lola entró en una habitación de hotel con un hombre! Lo peor era que esa chica tonta estaba borracha.

No podía imaginar lo que estaba pasando dentro de esa habitación. ¿Quién era él para juzgar y alejarla de ese hombre? 2 horas y media después. Un automóvil militar se detuvo con urgencia junto al Maserati negro. La persona que salía del auto caminaba directamente hacia el hotel a toda prisa.

Capítulo 183 Liberarse a sí mismo —Oye, Yonata. —Yonata se detuvo cuando escuchó la profunda voz familiar. Se dio la vuelta y vio al hombre apoyado en el Maserati. Los ojos de Yonata tenían algo muy complicado y ansioso en ellos. —¿Cuánto tiempo llevas aquí? —Notó las colillas de cigarros en el suelo y pensó que Jorge debía haber estado esperando aquí durante horas. ¿Pero por qué dejaría a Lola quedarse en la misma habitación con otro hombre? Conociendo a Jorge, no podía arriesgarse a que le pasara algo malo a Lola. Jorge apagó otra colilla y buscó otro cigarro. Se estaba preocupando mucho y fumar era su única forma de reprimir sus emociones. Desafortunadamente, la cajetilla ya estaba vacía y se había quedado sin cigarros. Sacudió levemente la cabeza y miró a Yonata. —Sólo ve y recógela. Finge que nunca me viste aquí. Yonata pensó en lo que sucedió durante el día, asintió en silencio y entró enérgicamente al hotel. Dentro de la suite del hotel, Ramón limpió la cara de Lola con una toalla caliente y la ayudó con las sábanas. Justo en ese momento, alguien llamó a la puerta y él fue a responder. Fuera de la puerta había un hombre con un impecable uniforme militar. Debía ser el hermano mayor de Lola, pensó Ramón. —Hola. Soy el hermano mayor de Lola. —Yonata examinó brevemente a Ramón de pies a cabeza. Esta fue la primera vez que se vieron. Escuchó a su hermana mencionar que ella tenía un amigo íntimo. Él debía ser el único entonces. Ramón se hizo a un lado y dijo. —Hola. Lola ahora está durmiendo dentro. Será mejor que la lleves a casa entonces. Yonata asintió y entró en la suite. Vio a su hermana acostada en la cama. Junto a la cama, había un lavabo lleno de agua y una toalla limpia. Llevó a su hermana dormida en sus brazos y comenzó a caminar hacia la puerta. —Gracias por cuidarla. Te devolveremos los gastos que debiste haber pagado. —Extendió su sincero agradecimiento a Ramón. ... necesidad de eso. Lola y yo hemos sido amigos por años. Es mi

obligación ayudarla. —Ramón recogió el bolso de Lola y decidió irse con ellos. ... sacaron a la durmiente Lola del hotel y se detuvieron junto a la carretera. Ramón preguntó. —¿Dónde está tu coche? Voy a ayudar a llevar su bolso. — Caminó unos metros más adelante y vio un jeep militar. Ese debería ser. Sin embargo, también se dio cuenta de un coche de lujo negro al lado del jeep. Un hombre estaba apoyado contra el coche con las manos en los bolsillos de sus pantalones. La figura parecía familiar. Jorge vio a Yonata y una chica en sus brazos. Se aseguró de que Lola estuviera bien y luego se sentó en su auto. No podía arriesgarse a que Lola lo viera ahora mismo. Sin decir nada, arrancó el motor y se marchó. Los ojos de Ramón siguieron el auto de Jorge cuando desapareció en la distancia y luego abrió la puerta del jeep militar. Yonata ayudó a poner a Lola en el jeep junto con su bolso en el asiento trasero y luego se despidió de Ramón. El jeep se fue también. Ramón se detuvo cuando ambos autos se perdieron de vista. Una fuerte sensación de desolación se apoderó de él y sintió un tinte de soledad. Estuvo enamorado de ella durante tantos años y, sin embargo, nunca se atrevió a mostrarle su amor. No tuvo las agallas para hacerle saber. Sonreía cuando ella estaba feliz y se sentía triste cuando lloraba. Nunca olvidaría el día en que conoció a Lola. Era una niña tan encantadora con una sonrisa muy brillante. Con solo mirarla, supo que le había entregado su corazón para siempre. Sin embargo, ella nunca le correspondió su amor. Primero se enamoró de Miguel y luego de Jorge. Ella nunca lo amó a él. Nunca le prestó ninguna atención especial a él. Un coche a toda velocidad pasó muy cerca. El deseo de Ramón de liberarse de toda la decepción se hizo aún más fuerte. Intentó esforzarse para volver a la realidad. Se convenció a sí mismo de que no era el momento adecuado para volverse loco. La compañía lo necesitaba y Lola lo necesitaba aún más. Solo tenía que ser el mejor amigo que ella podía tener. Yonata trajo a Lola de vuelta a la casa sin despertar a nadie. Después de acostarla, regresó a su sala de estudio. Se sentó en la silla y encendió un cigarro. En la oscuridad, Yonata recordó que su hermana también tenía una amiga íntima, Wendy, y otra mujer. Pensó en todo esto y finalmente llegó a la conclusión de que olvidaría a esa mujer y se casaría con Wendy. Trataría a Wendy con pleno respeto. No debía dejar que su matrimonio molestara a su hermana. Estaba oscureciendo más y ya era tarde.

Mientras tanto, en Crescent Spring, Jorge tampoco podía quedarse dormido. Trabajó muy tarde en su estudio. Antes de irse, quería resolver todos los asuntos de la compañía para que Lola no se estresara más. Necesitaba reubicar a dos asistentes muy capaces de la sede para ella. La carga de trabajo de un CEO era realmente abrumadora. Estaría muy ocupada. Lo único que podía hacer por ella era conseguir que dos asistentes calificados la ayudaran. En medio de todo esto, su mente finalmente se agotó un poco. Pensó en el hermoso y adorable rostro de Lola y ya no podía concentrarse en su trabajo. Frunció el ceño y cerró los ojos con angustia. Jorge suspiró y alcanzó un cigarro. Lo encendió y hundió en pensamientos profundos. Yonata despertó a Lola a la mañana siguiente. Le dolía la cabeza como el infierno. La resaca de la bebida de la noche anterior era algo que no había experimentado antes. —Deberías tomarte un día libre. ¿Qué tal descansar en casa por hoy? — Yonata miró a su hermana con cuidado mientras ella se frotaba por dolor de cabeza. Lola negó con la cabeza. —No, no puedo. Tengo mucho que tratar en el trabajo. —Jorge se iba pronto. Seguro que tenía mucho que entregarle. Después de que ella se convirtiera en la nueva CEO, su trabajo sería considerablemente más complicado y estresante. Yonata estuvo de acuerdo y dijo. —Entonces debes vestirte. Le he pedido a la señora Yuan para que te prepare algo de sopa para aliviar tu resaca. Lola asintió en agradecimiento. —Gracias hermano. Por cierto, ¿cómo llegué a casa anoche? —Ella le preguntó en voz baja. —Fui allí y te recogí. —También se encontró con Jorge, pero decidió no mencionarle esto a Lola. Lola asintió. —¿Papá y mamá se enteran de esto? —Bebió tanto que todos sus recuerdos de la noche anterior se habían ido. Yonata negó con la cabeza. Lola se sintió bastante aliviada y fue al baño a vestirse. En Grupo SL. Lola se presentó con un elegante vestido negro mientras caminaba por los pasillos de la compañía. Fue cálidamente recibida por el personal. —¡Buenos días, señorita Camela! Asintió y caminó rápido hacia el ascensor. El personal comenzó a chismear detrás de su espalda. —¿Ustedes piensan que no hay nada entre la señorita Camela y el jefe

Jiménez. —No lo creo. Hace cuatro años, ya tuvieron una historia. Fue bastante sensacional. —"Escuché que no hace mucho tiempo, la madre del Sr. Jiménez realmente vino a la compañía para arreglar las cosas. ¡En ese momento, el jefe Jiménez confirmó que él era el padre de la hija de Lola! —¡Sí! También me enteré de esto. ¡Creo que el presidente Herrero también está involucrado! —"¡La señorita Camela siempre llama la atención de la gente! —No en el buen sentido. El rumor dice que tuvo un romance con Joshua del Departamento de Diseño. Creo que ella es bastante cachonda. ... Como Lola ya no estaba cerca, se atrevieron a chismear detrás de ella sobre casi cualquier cosa. Unas pocas palabras volaron a los oídos de Lola, pero ella las ignoró y entró directamente en el ascensor. A ella ya no le importaba lo que otras personas dijeran. Jorge iba a dejarla de todos modos. ¿Qué otra cosa podía hacer? Lo importante era hacer su papel como la nueva CEO y eso era todo. Dentro del ascensor vacío, la cara de Lola estaba llena de incertidumbre y decepción. En la reunión de la mañana. Lola hizo un gran esfuerzo por concentrarse en su trabajo y resolvió eficientemente las tareas para sus subordinados. Se controló a sí misma al mirar a Jorge, que estaba sentado en la silla en la que solía sentarse. Cuando terminó la reunión, Jorge llamó a Lola y le dijo. —Señorita Camela, por favor, venga a mi oficina, tengo algo que darle para que se encargue. Lola se detuvo secamente sin mirar atrás. Ella simplemente asintió y respondió. —¡Claro, Sr. Jiménez! Se alejó y dejó a Jorge solo en la sala de reuniones. Él miró el lugar donde solía estar de pie cuando presidía las reuniones. Luego pensó en Lola y en cómo ella recientemente hacía su trabajo habitualmente. Sentía como si ella estuviera de pie junto a él y él no pudo evitar extender sus manos para tocarla. Pero no había nada. Lola estaba en un lugar completamente nuevo y esto era su culpa. Jorge se levantó de su silla en gran angustia. Cuando regresó a la oficina del CEO, Lola ya estaba allí esperándolo. Cerró la puerta de la oficina y miró profundamente a la mujer que estaba arreglando los papeles en el escritorio. —Srta. Camela, ¿está lista? —Se paró frente a ella y le hizo la pregunta sin ningún indicio de emoción.

Lola estaba confundida. ¿Lista para qué? ¿Se refería a que ella se hiciera cargo de su trabajo. —Aún no. No creo que alguna vez esté lista para eso.

Capítulo 184 Canalla Lola intentó mirar a Jorge de manera tentadora, pero también sabía que nada podía cambiar la situación ahora. Él no se quedaría. ... tiempo que perder. ¡Comencemos ahora! —Sacó las carpetas que preparó y las puso delante de ella. —Hice todo lo que tenía que hacer durante los próximos días de la rotación. Arreglé y pulí todos los rincones del sistema para que no tengas que esforzarte por limpiarlos. Ya he marcado como hacerlos. Dale un vistazo. Pregúntame si tienes alguna duda. Se sentó en el sofá frente a ella, con los ojos fijos en su persona. Miró los papeles y volvió su mirada hacia él. —No conozco a ninguno de ellos. Lola estaba siendo desobediente. Miró a Jorge con desprecio y él miró hacia atrás con simpatía. —Tómalo en serio. Lea el documento médico primero. —Tomó una carpeta roja y la colocó delante de Lola. Lola leyó la etiqueta de la carpeta frente a ella pero no la abrió. —Jefe Jiménez, ¿podría por favor explicármelos todos. Sin el desprecio y el odio en sus ojos, Lola le preguntó en tono serio. Si él realmente se iba, ella quería que él explicara los asuntos uno por uno lentamente, para que pudiera tener más tiempo para estar con él. Cada minuto que podía tener con él era precioso. Él no la dejaría tan pronto, ¿verdad? Jorge tomó la carpeta y comenzó a explicárselo. Podía parecer que Lola estaba prestando atención, pero ella no lo escuchó. Mientras Jorge explicaba seriamente, Lola lo miraba fijamente y escuchaba su voz sexy y profunda. De repente, sintió que unas lágrimas corrían por su rostro. Ella le pidió que le explicara todo y él estuvo de acuerdo sin decir nada. Todavía la amaba, ¿verdad? Al pensar en esto, Lola se levantó del sofá y caminó hacia Jorge. Confundido, Jorge frunció el ceño. Sentada íntimamente en su regazo, Lola le puso las manos alrededor del cuello y apoyó la cabeza en su hombro. Jorge vaciló, pero se rindió e irresistiblemente puso sus manos alrededor de

su cintura. —Jorge, no te cases con ella. No quiero dejarte ir. —Le susurró al oído con una dulzura familiar, haciendo que Jorge se entristeciera. Él quería casarse con Lola. Sin embargo, era algo que no podía cambiar, no importaba lo que hiciera. Contuvo sus sentimientos y apartó a Lola. —Tienes que ponerte al día con todo. Sigamos trabajando. Lola se enojó. Tiró la carpeta al suelo enfáticamente. —No quiero trabajar. Jorge, ¿no sientes nada por mí? Todavía me amas, ¿verdad? —Hizo un puchero como una niña y lo miró. —No, ya no tengo ningún sentimiento por ti. ¿Estás satisfecha ahora? Volvamos al trabajo. —Solo él sabía que lo que decía era mentira. —Jorge, dime por qué Yolanda es mejor que yo. ¿Qué tiene ella que no tenga yo? ¡Dime! —Levantó la vista hacia el techo y trató de evitar que sus lágrimas cayeran. Jorge no dijo nada. Sacó un cigarro y fumó. —Jorge, si la quieres mucho, ¿por qué tenías que darme alas? ¿Por qué tuviste que entrar en la vida de Estrella solo para dejarnos a las dos? —¿Por qué no podía el destino dejarlos estar juntos? Como Jorge no le respondió, Lola se puso muy desconsolada y se echó a llorar. Corrió hacia él y lo golpeó en sus brazos. —¡Canalla! Escoria... Jorge la abrazó con una mano y sacó la mitad del cigarro de su boca. Él no la detuvo. Dijo que él era escoria. Tal vez tenía razón. Estaba comprometido, pero le dio esperanzas y la decepcionó. Él se merecía esto. Lola se cansó y descansó en sus brazos, sollozando. Jorge la abrazó con fuerza. Estaba tranquilo en la oficina. Solo se podía escuchar su voz. Después de mucho tiempo, Jorge sintió que era extraño. Miró a Lola, que ya estaba acurrucada en sus brazos. Había cerrado los ojos y no había dejado de llorar. Jorge suspiró. Quizás se cansó de lo que pasó anoche. Parecía tan borracha cuando salió del bar. Jorge la levantó por la cintura y la puso en la cama en el salón. Lola dormía. Jorge se sentó junto a la cama, sintiéndose satisfecho. Mientras él pudiera verla, estaría complacido. Se veía tan hermosa cuando estaba en paz. Pero sus ojos se habían hinchado mucho por el llanto constante. Le hizo sentir muy mal lo que sentía y deseaba poder ser el único que sufriera.

Él nunca se cansó de mirarla, así que se acostó a su lado y la tomó en sus brazos, dejándola dormir sobre su hombro. Le acarició el pelo largo y trató de mantenerse despierto para que él apreciara la tranquilidad y la belleza de este momento. Después de todo, esta podría ser la última vez que esto sucedería. Jorge y Lola se acurrucaron en la cama hasta que ambos se quedaron dormidos. El sol brillaba a través de la ventana del piso al techo, emitiendo una luz bastante deslumbrante. Lola se despertó al mediodía. Miró el candelabro de la habitación, sin saber dónde estaba ni cómo había llegado hasta allí. Este parecía ser el salón de Jorge. ¿Cómo se quedó dormida? Debía haber estado tan cansada de todo lo que había sucedido. Sintió un poco de dolor en la cabeza, pero mejoró mucho cuando ella había recobrado los sentidos. Justo cuando se sentó en la cama, Jorge abrió la puerta, sosteniendo el almuerzo que Sánchez preparó. Vio a Lola sentada en la cama, pero la ignoró y puso el almuerzo en la mesita. —Hora de almorzar. Necesitas comer." Abrió las loncheras y esperó a que Lola se sentara. Lola empujó el edredón, se levantó de la cama y fue al baño a lavarse las manos. Después de esto, volvió con Jorge y se sentó a su lado. Tomando los palillos de Jorge, Lola comenzó a comer. Jorge puso una patita de cerdo en su tazón. ... ¿Por qué siempre le daba patas de cerdo? Lola también puso una pata de cerdo en su bol. Jorge la miró y dijo. —Ya tengo suficiente en mi tazón. ... lo puso de nuevo en su tazón. Un poco decepcionada, ella ignoró esto y siguió comiendo. Lola miró hacia abajo y se perdió de nuevo en pensamientos simples. ¿Por qué ella debía comer patas de cerdo? Al ver lo que hizo, Jorge sonrió. Puso otra pata de cerdo en su tazón y comenzó a comer el lomo estofado en su tazón. Lola realmente quería hacerle comer la pata. Sus pensamientos la habían estado torturando últimamente. ¿Escogió a Yolanda para qué? ¿Por qué. —Soy más débil e inferior. Yolanda es mucho mejor, así que la elegiste, ¿verdad. ... estaba pensando ella? Jorge frunció el ceño, miró la seria cara de Lola y dijo fríamente. —¡Come!

—¿Comer? ¿Así que no lo niega? —Lola de repente perdió todo el apetito. A pesar de lo sabrosa y deliciosa que estaba la comida en su tazón, ella simplemente no tenía ganas de comer. Jorge miró a Lola y bajó sus palillos. —¿No te gusta almorzar conmigo. Al escuchar esto, Lola lo miraba fijamente y respondió. —No me gusta. — Ella respondió con otro argumento. Jorge ya no la quería. Demonios, tal vez ni siquiera le gustaba ella. Bueno, ella se enteraría demasidado tarde. Jorge comenzó a comer de nuevo. Mientras ignoraba a Lola, ella pensó que tenía razón. Comió arroz lentamente pero todavía no estaba de humor. Cuando terminó la mitad del arroz, Jorge ya había terminado el suyo. Se limpió la boca, se puso de pie, tomó los palillos de la mano de Lola y los puso sobre la mesa. —¡Oye! ¿Qué pasa? —¿Él ni siquiera le permitió terminar su comida? ¡Como se atrevía! —Quiero demostrarte que todavía me gustas. —Dijo con pasión en sus ojos, arrojando a Lola sobre la cama. Lola estaba confundida, pero él la ignoró e hizo lo que quería. Después de las dos de la tarde. Lola se sonrojó. Después de que se alisó el cabello, abrió la puerta de la oficina del CEO y entró directamente en el ascensor. Se sostuvo de la barandilla en el ascensor. Sus piernas eran tan débiles que apenas podía pararse. Casi se arrodilló en el suelo. Estaba cansada, pero muy contenta.

Capítulo 185 Protege a tu mamá ¡El canalla la torturó de nuevo antes de irse! ¿Cómo pudo dejar que esto pasara? Frotándose los pechos adoloridos, no podía creer lo fácil que había vuelto a ser presa de él. Tan pronto como ella entró en la oficina, Jorge la siguió. Abrió la puerta y vio a Lola en su escritorio con la cara volteada hacia abajo. Él sonrió de forma engreída. —Tú... Tú... . ¿Por qué estás aquí de nuevo? —Miró al hombre con un poco de pánico. ¡Qué malo era ese hombre! Jorge tiró los documentos sobre su escritorio. —Todavía tienes que estudiarlos hoy. —En realidad, ella sabía que esto era para su beneficio. De lo contrario, no podría acudir a nadie más en busca de ayuda cuando él se fuera. Lola miró la carpeta e inmediatamente puso los ojos en blanco. —No puedo pararme. Me duelen las piernas." Habló en voz baja y débil, mirándolo fijamente a la cara. Jorge se sentó en el sofá y la miró con indiferencia. —Si no los revisas aquí y los terminas ahora, trabajarás toda la noche. —Lola frunció los labios y se apoyó en la mesa para ponerse de pie. Estaba tan débil. Ya sentada en el sofá, fingía estar bien. Jorge nunca lo entendería. Solo ella podía sentir el dolor. Hablaron en la oficina durante tres horas. Jorge le explicó con detalle los archivos y los documentos importantes que acababa de traer. Hizo hincapié en todas las precauciones que siempre debía tomar como líder de la empresa. — ¿Estamos claros acerca de todo? —Se apoyó en el sofá y la miró con los ojos entrecerrados. Ella estaba haciendo todo lo posible para tomar debidamente las notas. —Si no nos reuniéramos ese día, ¿estaría menos confundido ahora? Si no nos reuniéramos..." Justo en ese momento, sonó el celular de Lola. El tono de llamada era de un tono triste y melancólico, un fondo perfecto para su historia de amor. —Hola, Ramón. —Lola le respondió con calma a Ramón. Ramón estaba fumando un cigarro mientras jugueteaba con los pendientes

que Lola le había dado hacía mucho tiempo. —¿Te sientes mejor. Lola sonrió y pensó en lo bendecida que era por tener a alguien que siempre estaba de su lado. —Mucho mejor, gracias por tu ayuda anoche. —Habló con Ramón como si no hubiera nadie alrededor. Jorge escuchó a Lola mencionar a Ramón, y sus ojos se volvieron intensos y penetrantes. Recordó lo que pasó anoche. ¡Su amigo realmente se preocupaba por ella! Se estaba volviendo escéptico, y un poco celoso. —El gusto es mío. ¿Deberíamos salir a cenar esta noche? —Solo quería pasar sus últimas horas con ella. —¿Esta noche? ¿Cenar? —Repitió lentamente, pensando si su horario estaba libre esta noche. Jorge se dio cuenta que iba a decir que sí, y de repente dijo. —¡Tienes que trabajar esta noche! ... Lola miró a Jorge que había cerrado los ojos para que ella no viera cómo sus ojos se habían vuelto rojos inyectados en sangre. Ella entendió totalmente lo que quería decir. Estaba deliberadamente evitando que comiera con Ramón. —¿Quién está hablando? —Ramón parecía escuchar la voz de un hombre. —Nadie. Estoy en la oficina, y se supone que debo trabajar horas extras esta noche. Te llamaré más tarde si puedo salir temprano de aquí. —Realmente se sintió mal por rechazar su invitación. Solo cuando Jorge se fuera podría hacer otra cita con Ramón. Decepcionado, Ramón se puso el pendiente en el bolsillo y respondió con calma. —Está bien, por favor, estamos en contacto. Solo estoy aquí. Después de colgar el teléfono, Lola miró a Jorge, que estaba con los ojos entrecerrados, y un poco incómodo. —¿Qué deseas. Jorge se puso de pie lentamente. —Vamos a comer mariscos esta noche y llevaremos a Estrella. ... —¡No iré contigo! —¿Por qué tenía que seguirlo? Lola intentó rechazar su oferta. Jorge metió las manos en los bolsillos de sus pantalones y le dirigió a la mujer una mirada fría. —¿Un ejercicio más para el cuerpo? ¡Me encantaría ayudarte! Me encanta ayudarte. La cara de Lola de repente se sonrojó de vergüenza. —¡Jorge, eres un hombre malo! —Estaba molesta. ¿Cómo le estaba controlando cada acción? Jorge salió de su oficina, dejando las carpetas detrás, mientras soltaba una breve carcajada. Hacía un poco de frío por la noche. Lola le puso una delgada bata blanca a Estrella y la sacó de la casa. En frente de la casa, Jorge se apoyó en el auto, esperándolos pacientemente.

Se volvió amable y feliz al ver a la pequeña. —Estrella. —¡Tío Jorge! ¡Tío Jorge! —Estrella inmediatamente se separó de la mano de Lola y corrió hacia Jorge. Estrella corrió sin cuidado escaleras abajo. Desafortunadamente, ella perdió el equilibrio y estaba a punto de caer. Lola corrió hacia su hija. —¡Estrella! Una figura alta, más rápida que ella, atrapó a Estrella antes de que ella pudiera caer al suelo. Lola dejó escapar un suspiro de alivio. Se asustó mucho. Si ella hubiera caído al piso abajo, habría sido gravemente herida. —Gracias." Cortésmente expresó su gratitud. Jorge miró a Estrella en sus brazos y le enderezó su pasador. Estrella miró a Jorge como si fuera su ídolo y tenía sus brazos alrededor de su cuello. —¡Tío Jorge, tío Jorge, eres increíble! —Sin su tío Jorge ella se habría tenido en un accidente. Al escuchar la linda voz de la niña, Jorge sonrió como nunca antes lo había hecho. —Tienes que ser tan fuerte como el tío Jorge cuando crezcas y protejas a tu mamá, ¿vale. Los ojos de Lola se ensancharon de felicidad. ¿Necesitaba protección. — ¿Me veo débil? —Se acercó a ellos y rechazó la idea. —¡No eres débil, pero a veces puedes ser un poco tonta! —Jorge respondió burlonamente. Estrella se rió de sus palabras. Él llevó a Estrella al asiento trasero y la puso en el asiento para niños. Lola se mordió el labio inferior con disgusto hacia Estrella. Ella se echó a reír cuando escuchó las bromas juguetonas de Jorge. ¡Lola decidió que se las pagaría cuando llegara a casa! En el restaurante Seafood King. Jorge había reservado una mesa con antelación. Puso a Estrella en una silla de bebé junto a él y tomó el menú del gerente del restaurante. —Una langosta australiana, una ensalada de aguacate, un pescado lenguado al vapor, cangrejos del lago, abulones con salsa de ostras, vieiras de ajo ..." Pidió muchos mariscos en un movimiento rápido y le pasó el menú a Lola, —¿Deseas algo más. Ella revisó el menú. La comida aquí era muy cara. Un solo plato de pescado costaba varios cientos. Vio un plato en el menú que le recordó lo que sucedió al mediodía cuando Jorge le aconsejó que comiera más patitas. Ella prometió ser más cuidadosa esta vez. —Hola, señor, diez ostras de mostaza y un guiso de pepinos de mar con mijo y granos.

Ciertamente, después de hacer el pedido, tanto de Jorge como del gerente la miraron confundidos. Pero el gerente mantuvo una postura profesional y siguió sonriendo. —De acuerdo. ¿Algo más. Lola le pasó el menú. —¡No, gracias! —Jorge había ordenado suficiente comida. Después de que el gerente se fue, Jorge sirvió un poco de jugo para Estrella y miró a la pequeña mujer a su lado. Al pensar en cómo pasarían la noche después de la cena, Jorge dijo. —Llevemos a Estrella a casa después de la cena, esperemos a que se duerma y vienes a casa conmigo. No había cuarto de niños en su casa. No quería que Estrella durmiera sola en una habitación. Pero se molestarían si ella dormía junto a ellos. Por lo tanto, era mejor dejar que Estrella se quedara en casa y regresar a la primera hora de la mañana.

Capítulo 186 Tan sinvergüenza Lola obtuvo el vaso de jugo y tomó un sorbo. Era fresco y dulce. Este lugar era maravilloso. Pero las palabras de él casi la hacían ahogarse con la bebida. Ella respondió secamente. —Sr. Jiménez, tengo un hogar. Tengo un lugar donde quedarme. No necesitamos su ayuda. Jorge no aceptó su rechazo. Limpió la mancha de jugo de la boca de Estrella y dijo. —Bien, entonces yo iré a tu casa. Ella estaba completamente sin palabras. ¿Cómo podría alguien ser tan decidido como él? Casi conseguía todo lo que quería. —Claro que no. Sr. Jiménez, usted es muy importante y nuestra humilde casa es demasiado pequeña para usted. Jorge acarició la mejilla gordita de Estrella y miró a Lola con desprecio. ¡Él Tenía que enseñarle a ella una lección por hablarle a él así! Él realmente no quería que la gente lo tratara de manera diferente solo porque era una persona altamente considerada en la sociedad. —Es verdad. Puede que tenga muchos bienes y la fama está de mi lado. Sin embargo, también puedo adaptarme a cualquier situación. Así que tu humilde hogar me queda muy bien. —Su voz era bastante tranquila e indiferente. Pero el mensaje que transmitió era fuerte y claro: ¡él no iría esta noche a ninguna otra parte! Él quería estar con ella. —Estuve con usted durante el día, ¿no era suficiente? —Lola ligeramente acurrucó sus labios. En primer lugar, ella debía ser la que debería estar molesta y dolida. Ella tenía todo el derecho a enojarse con él. Estrella miró a sus padres mientras ellos discutían. Sus grandes ojos parpadearon como si pudiera entender lo que estaba pasando. —¡No, no es suficiente! ¡Estamos hablando de lo que ya es la tarde! —El día que ambos tuvieron anteriormente debía ser olvidado. Ya no deberían hablar sobre nada del pasado. Lola dejó su vaso y miró al hombre que estaba atendiendo a su hija. Ella nunca podía predecir lo que él quería y pensaba. Un minuto después.

—¿Ya es lo suficientemente caliente? —Los ojos de Jorge todavía estaban en Estrella, pero su pregunta estaba dirigida a Lola. Lola asintió firmemente con la cabeza y dijo. —¡Tan Sinvergüenza! ¡Tu desvergüenza es bastante indignante! ¡Ten cuidado con tus palabras la próxima vez! —Ella espetó con una expresión seria en su rostro. Jorge lanzó una mirada fría a su dirección y Lola casi se mordió la lengua. ¡Ella creía firmemente que tenía el derecho de regañarlo! —Estrella, ¿ya tienes hambre? —Le preguntó a la niña linda con una voz suave. Él realmente amaba a su niña hermosa. El vínculo entre ellos era tan profundo que la amaba desde el fondo de su corazón. Todo lo que él hizo por ella fue sincero y fue por puro amor. Estrella levantó su pequeña taza y tomó un sorbo. Ella respondió con una voz dulce y dijo. —Tío, creo que solo beberé este jugo. —Estrella sabía que la cena aún no estaba lista. Ella era lo suficientemente paciente como para esperar la comida. Jorge sonrió mientras presionaba el botón y llamaba por el servicio. Alguien llamó a la puerta cortésmente y el gerente entró. —Jefe Jiménez, ¿qué puedo hacer por usted. —Por favor, sirva nuestros platillos lo antes posible. Gracias." Pidió tranquilamente. El gerente general respondió con todo respeto. —Por supuesto, Jefe Jiménez. ¡Les serviremos de inmediato! —Ya le había dicho a la cocina que aceleraran la cocción de estos platillos porque sabía que el Jefe Jiménez vendría a cenar esta noche. Después de decir que la comida está casi lista, salió rápidamente para atender la cocina. Después de cinco minutos, varios camareros caminaron uno por uno con bandejas en sus manos. Se veían muy profesionales con sus guantes blancos puestos. El gerente general colocó los platillos sobre la mesa y les explicó personalmente cada comida. —Esta es la ostra con salsa de mostaza. Ese es un plato fresco cocinado con jengibre y especias. Ese de allá es una vieira con fideos con sabor a ajo... Jorge tomó un poco de salsa de marisco para Estrella y la mezcló con el arroz en su plato. Él puso suavemente el tazón frente a ella. Lola lo miró mientras atendía a su hija. Ella no dijo nada, pero siguió comiendo la vieira en su plato. Sería bueno que Estrella lo llamara papá, ya que era un muy buen padre. Pero ahora, estaba más que segura de que no era algo bueno de hacer. El

momento no era el correcto. Le preocupaba que él aún se casara con Yolanda incluso si ella le contaba toda la verdad. Entonces ella también perdería a Estrella. Jorge eventualmente se la llevaría con él. Por lo tanto, ella optó por permanecer en silencio. Miró un camarón pelado en su plato. Jorge lo había puesto en su plato para que se lo comiera. Lola se apartó de sus profundos pensamientos. Jorge notó la mirada perpleja en su cara y le preguntó. —¿Qué estás pensando? —Bajó los palillos y la miró directamente a los ojos. Confundida, Lola lo miró. —¿Eh? Nada. Jorge se inclinó y selló su boca con un beso. —Come tu comida." Él ordenó con una voz serena. Ella no podía estar distraída mientras cenaba con él. Era algo que realmente no le gustaba. Estrella vio esto y se rió. —¡El niño besa a la niña, guácala, guácala! Mi maestra dijo que los niños no deberían besar a las niñas. ¡Eso no es nada bueno! Lola miró a su hija mientras agitaba la cuchara en el aire con sus pequeñas manos regordetas y se divertía con su inocencia. —Estrella, sé una buena chica y come tu comida. ¡No deberías reírte de tu mamá! Jorge estaba muy contento mientras las observaba a ambas, muy felices juntos. Miró a la hermosa mujer y a la adorable niña sentada a su lado. Se puso los guantes y abrió un cangrejo. Él hábilmente sacó la carne de cangrejo y los sirvió en sus platos. En ese momento, alguien llamó a la puerta del salón. Jorge dijo. —Entra. El gerente general entró con una gran sonrisa, seguido por varios camareros. —Jefe Jiménez, el plato de langosta y los demás ya están terminados. Levantó la tapa de la bandeja del primer camarero. En la bandeja, había una enorme langosta que pesaba más de cinco kilos. La langosta estaba muy bien presentada en el plato. La cabeza estaba intacta y se colocaba delicadamente en el centro del plato, mientras que el cuerpo se cortaba a la mitad y se vestía con una rica salsa cremosa. El plato estaba decorado con brócoli verde y otras decoraciones frondosas. ¡Se veía muy sabroso y delicioso! —Todos sus platos están ahora servidos. ¡Disfruten de su comida! —Con estas palabras, el gerente salió de la sala junto con los camareros. —¡Vaya, que gran langosta! —Estrella estaba asombrada por el tamaño de la langosta. Su pequeña boca estaba abierta mientras la miraba. Jorge le guiñó un ojo y le sonrió amablemente. Cogió un trozo de carne y lo puso en la cuchara de Estrella. —Pruébalo, Estrella.

También puso algo de carne en el plato de Lola antes de cavar para sí mismo. Ella vio que el padre y la hija se habían conectado muy bien entre sí. Lola disfrutó su comida mientras observaba a Jorge cuidando a Estrella. Estaba bastante emocionada, que espontáneamente puso algunas ostras y pepinos de mar en su plato. Jorge le lanzó una mirada significativa. Sin dudarlo, sumergió la ostra en la salsa de mostaza y le dio un gran bocado. No era un gran fanático de la comida picante, pero podía manejar bien una refrescante mostaza. Acabó el resto de las ostras con salsa de marisco. También disfrutó de los pepinos de mar que Lola recogió para él. Después de la comida, Jorge los llevó a la calle principal. Caminaron un poco para ayudar a sus cuerpos a digerir la comida que acababan de comer antes de dirigirse a casa. ¡Habían comido mucho! Jorge cargó a Estrella en sus brazos mientras Lola lo sostenía de su brazo. Los tres caminaron por las concurridas calles y algunas personas les lanzaron miradas furtivas. —¡Quiero helado! —Estrella vio un quiosco de helados y gritó de emoción. Lola, a regañadientes, negó con la cabeza y pensó que su hija ya tenía suficientes dulces para el día. Estaba a punto de rechazarla, pero Jorge ya había decidido consentir a la niña. —Vamos. ¡El tío te comprará helado! Ya era bastante tarde y Jorge no quería que ella ingiriera demasiada azúcar. Él le compró un cucurucho con solo dos cucharadas. Felizmente compartieron el cucurucho de helado juntos. Lola no podía creer lo que veía. ... de extrañar que dijeran que la sangre era más espesa que el agua! Lola se sintía excluida cuando estos dos estaban juntos. Se conectaron e interactuaron de una manera muy natural. Cuando pasaron frente a una tienda de juguetes, Jorge tomó las manos de Estrella y entró directamente en la tienda. Allí, él le compró docenas de juguetes de lujo. Ya eran las nueve de la noche cuando Estrella fue enviada devuelta a la familia Camela. Lola acostó a Estrella y le dijo a Angie que necesitaba trabajar en la empresa y que esa noche no volvería a casa. ¡Angie miró la cara ruborizada de Lola y supo de inmediato que estaba mintiendo! Sin embargo, ella no trataba de hablar sobre esto, y simplemente agitó las

manos y dijo. —Sólo ve y cuídate. —Ella creía en su hija. En Crescent Spring. En el balcón del dormitorio. Lola se dio una ducha refrescante y estaba sentada en el banco mientras contaba las estrellas parpadeantes en el cielo nocturno. No pasó mucho tiempo hasta que Jorge salió de la ducha. Ah, esos ojos hermosos suyos la perseguían tanto.

Capítulo 187 Zapatos Desgastados Jorge no encontró a Lola en la cama, así que se dirigió al balcón. Ahí estaba ella. Era tan hermosa de mirar meciéndose con el viento. Sentado cerca de ella, estiró los brazos alrededor de su cintura y apoyó la cabeza en su hombro. Podía oler la loción perfumada de vainilla que ella frotaba en su piel. Estaba tan tentado. Lola se acurrucó en sus brazos y ninguno de los dos habló, disfrutando de la comodidad y la tranquilidad de este momento. El camino por recorrer era tan incierto y querían aprovechar al máximo su tiempo juntos. Las estrellas brillaban en el cielo nocturno. El centro de la ciudad todavía estaba brillantemente iluminado en la distancia. La vista de la noche era tan agradable a la vista. Hizo que la noche fuera más festiva y romántica. Después de un largo rato, Lola rompió el silencio. —Jorge, ¿realmente me amas? —Ella hizo la pregunta una vez hacía cuatro años, pero no obtuvo su respuesta. Esta vez, ella se preguntaba cómo respondería él... Jorge la atrajo hacia él y respondió sin dudarlo. —Sí, sí te amo. ... sonrisa, ella giró la cabeza y lo agarró por el cuello. —No quiero dejarte ir. Por favor, no me dejes sola. ¿Puedes hacer eso? —¿Cómo podría ella vivir sin él? Cuando ella enterró la cara en sus brazos, Jorge guardó silencio por un rato antes de decir lo que pensaba. —Te llevaré a ti ya Estrella a un lugar donde nadie nos conoce. Empezaremos de nuevo. ¿Qué te parece eso? —La levantó y la miró fijamente a los ojos. Lola estaba sorprendida. ¿Estaba él proponiendo que se fugaran con Estrella? ¿Por qué? Todo era tan tranquilo hacía unos momentos. ¿Cómo habían ahora llegado a tan lejos? ¿Estaba Jorge escondiendo algo de ella? ¿Estaba sufriendo de profunda tristeza? ¿Por qué preferiría escapar con ella en vez de romper públicamente con el compromiso de Yolanda? Aun así, si ese era el caso, debía estar sufriendo un dilema realmente difícil. Bueno, ella supuso que debía ser Rocío quien lo había puesto en este momento

tan difícil de su vida. Pensando en la posibilidad, ella negó con la cabeza suavemente. Rocío era la madre de Jorge. ¿Cómo podría obligarlo a hacerle daño a su familia solo por el bien de ella? —¡Espero que pienses en mí cuando sostengas y toques a otra mujer! — Lola le echó los brazos al cuello de nuevo y lo miró de cerca. Jorge, que no podía imaginar poner sus manos sobre cualquier otra mujer, la besó apasionadamente en los labios y respondió. —Por supuesto que lo haré. Al escuchar sus palabras, Lola le lanzó un puchero y dijo en tono acusador. —¿Acaso querías decir que le harías el amor a otra mujer. Jorge no pudo pronunciar una palabra pero se rió. ¡No quiso decir eso! Se levantó del sillón reclinable, la levantó y entró en el dormitorio. ... despertaron a la luz emitida por el sol de la mañana. Se ponían cómodamente en los brazos del otro. A las ocho de la mañana, Lola salió apresuradamente del Maserati y corrió hacia el ascensor. —¡Voy a llegar tarde a la reunión otra vez! —pensó. —Qué vergüenza. Jorge, sin embargo, salió del auto solo unos minutos después de que Lola entró en el ascensor. Lola le había advertido. —No salgas del auto antes de que yo esté en la oficina. ¡No se nos puede ver tomando el mismo ascensor! Lola presidió la reunión de la mañana, se estaba acostumbrando a ser la líder. Su actuación no decepcionó a Jorge. Ella era buena actuando. ... mujer de carácter decisivo, y con conocimiento considerable en lo que era invertir. Su única debilidad sería su muy amable corazón. La amabilidad era una debilidad en los negocios. Uno tenía que ser competitivo en todo momento. Se quedó dos horas en la oficina del CEO y esta vez, cuando hablaron, era realmente sobre el trabajo. Lola estaba de buen humor debido a la noche anterior. Cuando terminaron de hablar, una serie de golpes rápidos en la puerta los interrumpió. —¡Adelante! —Lola se movió de lado para mantener una distancia razonable de Jorge. Para su sorpresa, entró Yolanda. Se suponía que ella estaba en el País C justo en este momento. Llevaba una falda de cadera de una pieza de color rosa y tacones altos con el color llamativo similar. Su cabello se dispersaba detrás de su espalda. Mirando a Lola sentada junto a Jorge, reprimió sus celos y su ira y puso una cara sonriente. —¡Jorge! —Ella lo llamó suavemente y caminó hacia él.

Jorge frunció el ceño. —¿Por qué volviste. Yolanda notó el disgusto de Jorge y eso apretó su corazón con dolor. Estaba realmente molesta porque Jorge estaba con Lola. Cada día que Jorge se quedaba en el País A era una tortura para ella. —Tu madre me dijo que te trajera de vuelta al País C. —Ella sonrió y se sentó en el lado derecho de Jorge. En ese momento, los tres formaron una línea recta. Era bastante incómodo. Lola los miró a los dos, mostró una sonrisa pícara y puso sus brazos alrededor del cuello del hombre. —Jefe Jiménez, tengo que irme ahora. ¡Acuérdese de extrañarme! Para enfatizar, le dio a Jorge un beso en los labios. Luego se puso de pie y caminó hacia la puerta de la oficina, ignorando a Yolanda, que estaba apretando los dientes con rabia profunda. ¡Absolutamente furiosa, Yolanda nunca dejaría que Lola simplemente saliera así por así! —¡Lola, detente ahí! —Al escuchar su voz aguda, Jorge se puso muy nervioso. Yolanda se puso de pie y siguió a Lola. Lola no la detuvo. ¡Yolanda estaba loca de remate si pensaba que Lola seguiría sus ordenes! Yolanda avanzó y tiró de Lola, sin prestar atención a lo que Jorge pensaría. ¡Hoy, ella debía enseñarle una lección! Cuando Lola alcanzó el pomo de la puerta, Yolanda tomó su mano y la apretó. Soltó su mano con una sacudida y miró a Yolanda. —¡Suéltame! ¡Eres demasiado sucia—. ¡Lola odiaba ser tocada por Yolanda! Ella no podía soportar ser acosada por una persona tan malvada. Yolanda estaba realmente enojada. —¿Cómo se atreve ella a acusarme de estar sucia? ¿Quién se cree que es? —pensó. Su tono de repente cambió. Su aura se aligeró y sonrió. Lola estaba confundida. —Jorge y yo nos vamos a casar pronto. Ambos te invitamos a nuestra boda. El hombre miró fríamente a las dos mujeres que se peleaban y se sentó en su silla, obviamente cansado de la pelea. Lentamente, encendió un cigarrillo, tratando de ignorar lo que estaba sucediendo. Lola no estaba molesta por las palabras de Yolanda. Se acercó al hombre y le rodeó el cuello con las manos. —Está bien. Cuando él te abrace, estará pensando en mí. ¡Estoy satisfecha con eso! ¡Cuando te esté tocando, me estará haciendo el amor! Sonriendo de placer, Lola fijó sus ojos en Jorge mientras le hablaba a Yolanda. ¡Cómo podría Yolanda no estar enojada de esta vergonzosa falta de respeto!

Jorge se sentó sin emociones, continuó fumando su cigarrillo y miró a Lola. Ella hacía lo que le gustaba y él parecía no tener intención en detenerla. Por un momento, Yolanda casi se daba por vencida, ¡pero este hombre había estado en su corazón durante más de diez años! ¿Cómo podía ser tan cruel, decir adiós y nunca mirar atrás? Pero aun así, ella también fue una vez importante en su corazón, ¿verdad? Yolanda se sintió aliviada al pensar en eso. —No importa qué pase, eres simplemente una amante. Y muy bien, no te importa tu propia reputación. ¿Pero no te importa la reputación de tu familia? ¡Deberías estar avergonzada de ti misma! Esto enfureció enormemente a Lola. Sonriendo y haciendo pucheros una vez más, miró a Jorge con los ojos entrecerrados. ¿Entonces no iba a hacer nada al respecto? —¡Tienes razón! Puedes tener mis zapatos desgastados! ¡De nada! No me importa nada, ¿de acuerdo? —Las palabras de Lola proyectan una sombra sobre los rostros de Yolanda y Jorge. Al final, Jorge sopló fríamente un pesado humo en su boca. La ahogó hasta que sus lágrimas estallaron. —Ugh... —Ella se separó de él y se agachó, tosiendo violentamente. ¡El bastardo jugó con ella una vez más!

Capítulo 188 Noventa y nueve colores ... a las dos personas actuando muy íntimamente frente a ella, Yolanda no podía esperar para golpearle la cara a esa mujer! ¡Una mujer descarada! Cuando dejó de toser, Lola tomó la mano de Jorge, lo besó en la muñeca y la mordió suavemente antes de soltarla lentamente. Ella rápidamente se fue. ¡Jorge y Yolanda siempre habían sido muy duros con ella! ¡Ella no solo se quedaría aquí para que la acosaran! Se defendería de la forma en que mejor sabía. Jorge miró la marca fresca de la mordida en su mano y sonrió. La puerta de la oficina se cerró de golpe. —Jorge.... —se quejó Yolanda con voz débil. —Vuelve al país C. Volveré pronto. —Dijo de espaldas a ella, sin prestar atención al dolor que sentía en ese momento. Su débil tono no reveló la menor emoción. Yolanda todavía estaba luchando. —Fue tu madre quien me preguntó... —¡No lo diré otra vez! —Su tono frío forzó una sensación escalofriante en todo su cuerpo. Nunca había sido así antes. Él tenía sus propios planes. Necesitaba atenderlos primero. Después de todo, el cumpleaños de Lola se acercaba rápidamente... Se escucharon pasos desde atrás, y luego el sonido familiar del cierre de la puerta. Después de que Yolanda se fue, Jorge llamó a Sánchez. Al mirar a las dos mujeres que salieron una tras otra, Sánchez sintió un cosquilleo en su columna vertebral al mismo tiempo que se puso nervioso de imaginar cómo se sentía su jefe en este preciso momento. ¡Escuchó atentamente! Después de todo, era Lola a quien su jefe amaba con todo su corazón y alma. Él sabía de esto tanto como conocía la palma de su mano. ¡Pobre Yolanda! ¡Sus emociones siempre sacaban lo mejor de ella! —¿Está listo el regalo. Sánchez asintió. —Recibí una llamada de Suiza esta mañana y me dijeron que el regalo llegará mañana. —Ese era un regalo que su jefe le había pedido hacía tanto tiempo para pensar y prepararlo.

Jorge asintió y dejó que Sánchez volviera a su trabajo. Después de dos días de paz, llegó el cumpleaños de Lola. Había estado tan ocupada con el trabajo y con lo de ser la próxima CEO. ¡Casi había olvidado su cumpleaños! A las once de la mañana, Leo llamó a la puerta de la oficina. —¡Srta. Camela, su paquete está aquí! —Puso una pequeña caja en su escritorio. —¡Gracias! —¿Su paquete? Con las manos temblando un poco, abrió lentamente el paquete y vio una fina caja de madera. Abrió la caja y vio una hermosa pulsera de cristal. ¿Quién la envió? Curiosamente jugueteaba con la caja y encontró un pedazo de papel que decía. —¡Feliz cumpleaños, princesita! ¡Entonces recordó que hoy era su cumpleaños! Sin embargo, no había firma en el papel. ¿Su hermano lo envió? O… Justo cuando lo adivinó, su teléfono sonó. ¡Era Ramón. —¡Hola! —Respondió enérgicamente, ¡pensando que probablemente fue enviado por él! ¡Bastante segura! Sorprendida por su voz alegre, Ramón preguntó. —¿Te gusta el regalo de cumpleaños. Mirando el brillante brazalete de cristal, ella respondió. —Por supuesto, me gusta mucho. ¡Es muy hermoso! Riéndose espontáneamente, a Ramón le agradó que le gustara. —¡Lola, feliz cumpleaños! —Extendió su sincero saludo. En cuanto a cualquier emoción implícita, ¡probablemente solo él lo sabía! —¡Gracias, mi querido Ramón! —Respondió medio en broma. A pesar de saber que Lola estaba bromeando cuando lo llam. —querido. — ¡todavía se sentía bien y su corazón latía un poco! —¡Me debes una golosina! —Dijo tímidamente, porque sabía que ella estaría muy ocupada esta noche. Por supuesto, sabía que él no sería con quien ella pasaría su cumpleaños. Lola se puso el brazalete y asintió alegremente. —¡Claro! ¡Tienes mi palabra! —Cuando Jorge se fuera, ¡ella se encargaría de invitar a Ramón a cenar! Después de colgar, Lola levantó la muñeca, miró el elegante brazalete y lo levantó para que el sol brillara sobre él. La pulsera reflejaba la luz brillante. Era muy hermoso y estaba fascinada con su regalo. A mediodía, Lola estaba terminando su trabajo matutino. Ordenó sus cosas, preparándose para almorzar. Oyó un golpe en la puerta de la oficina. Era Leo. Se detuvo y preguntó. — ¿Qué pasa.

Leo miró a Lola y respondió con respeto. —El Departamento de Seguridad acaba de llamar y pidió que salga. —Había algunos paquetes afuera y estaban bloqueando las puertas de entrada y salida de la compañía. Lola curiosamente miró hacia abajo desde la ventana y vio a un grupo de personas rodeando algo que no podía saber qué era. ¿Era otro regalo de cumpleaños para ella? ¿Quien lo envió? ¿Jorge? Si fue enviado por Jorge, ella estaba esperando... No, no podría ser Jorge. Estaba a punto de ir al país C y casarse. Ya no ejercería un esfuerzo tan enorme. Ramón ya le había enviado un regalo. ¿Entonces tal vez fue enviado por Joshua? ¡De ninguna manera, él no tenía las agallas! Entonces, ¿fue enviado por Tomás? Antes de salir del edificio de la empresa, sus colegas envidiosos ya la presionaban. Oyó voces débiles que decían que el paquete era muy caro. Era la hora del almuerzo. Una docena de colegas se hicieron a un lado para que Lola pasara cuando la vieran venir. Alrededor de cien cajas pequeñas con un precioso empaque fueron colocadas en el piso en forma de corazón. Miró más de cerca y supuso que eran lápices labiales. —Srta. Camela, esto lo envía su novio, ¿verdad? ¡Dios mío, noventa y nueve colores del internacional Feel! Un colega se le acercó audazmente y le gritó con entusiasmo. Lola también estaba sorprendida. Feel era una marca de pintalabios muy buscada. ¡Incluso una sola pieza costaba más de mil dólares, y aquí había noventa y nueve, lo que valdría al menos cientos de miles! ¡Sacudió la cabeza confundida, sin tener idea de quién la envió! —Srta. Camela, por favor, coloque su firma en el formulario de entrega. — Las dos chicas guapas que entregaron los lápices labiales lanzaron miradas de envidia a Lola cuando confirmaron que ella era la receptora. Lola escribió su nombre en el recibo. Su teléfono celular sonó de nuevo. Las barras de labios fueron enviadas por Tomás, pero él no parecía ser una persona tan prominente... —Hola. —Ella respondió a la llamada. Tomás dejó su pluma y sonrió. —¿Te gusta? —Le había pedido consejo a su prima antes de que decidiera enviarle a Lola las barras de labios como regalo de cumpleaños. Lola se quedó quieta y, por un momento, no supo qué decir. Cada vez más colegas susurraban con envidia.

—¡Es muy caro! —respondió Lola, aunque sabía que a Tomás no le importaría el dinero en absoluto. Tomás sonrió torpemente. —Bueno, ¿no te gusta? —Su prima le dijo que a cada mujer le encantaban los cosméticos y que los usaban casi todos los días. Entonces pensó que sería la mejor opción. Antes de que Lola le respondiera a Tomás, escuchó a sus colegas saludar al jefe Jiménez. Tenía miedo de mirar hacia atrás, pero sonrió y levantó la voz. —¡Me encanta, gracias por tu regalo! Al escuchar su alegre voz, Tomás también sonrió. —Eso es genial. ¡Lola, feliz cumpleaños! —¡Bueno, gracias! —Luego colgó el teléfono. Jorge se quedaba mirando los lápices labiales en el suelo. Sánchez sintió que un escalofrío le recorría la espalda cuando echó un vistazo a su jefe. Escuchó a los colegas hablar sobre los lápices labiales, por lo que le dijo a Jorge. Entonces Jorge dijo. —Ya es hora de comer. No me importa esto. —Y salió de la oficina.

Capítulo 189 Estás condenada Al escuchar a Lola decir que le gustaba tanto el regalo, Jorge se puso más irritado. Esto definitivamente no lo envió una mujer. Era cierto que Lola tenía algunas amigas íntimas, pero no le darían un labial tan caro. ¡Mucho menos tantos! Esto fue hecho por un hombre que sentía algo por ella. ¿Tal vez Joshua García? No, Joshua no se atrevía a hacer este tipo de cosas. ¡Así que fue enviado por Ramón García o Tomás Herrero! —¡Srta. Camela! —Su voz fría dispersó instantáneamente a las personas alrededor de Lola y su regalo. El sol estaba ardiendo. Aunque Lola no miró hacia atrás, ya tenía una idea de quién le gritaba. —Ayúdenme a guardarlos, gracias." Miró la gran caja de lápices labiales que había junto a ella y le pidió a las dos hermosas mujeres que la ayudaran. Luego se dio la vuelta con una sonrisa encantadora. —Jefe Jiménez, ¿va a almorzar. ¿Qué? ¿Cómo podría estar tan feliz? Jorge la miró directamente, su cara estaba llena de alegría, y escupió unas palabras. —¡Tíralos a la basura! Si se atrevía a negarse, él le apretaría el cuello. Jorge estaba tan celoso y enfurecido. Lola lo maldijo en su mente. —¡Joder! —"Lo siento, Sr. Jiménez, este es un regalo de mi amigo. No tiene ningún derecho de decidir que hago con ellos. Después de decir estas palabras, levantó las cajas grandes llenas de lápices de labios empacadas por las dos hermosas mujeres y caminó hacia su propio auto. ¡Eran muy pesadas! Inmediatamente recibió un mensaje de WeChat después de ponerlos en el maletero y se aterrorizó al leer el texto. —Estás condenada esta noche. —Jorge y Sánchez habían desaparecido cuando ella miró hacia atrás. ¿Era una amenaza real o solo una broma? Lola estaba un poco confundida.

Tal vez se iría temprano después del trabajo y correría a casa. ¡Debería estar bien! Rumores y rumores se habían extendido dentro del Grupo SL. Escuchó mucho sobre eso cuando regresaba a la oficina. Todos sabían que la señorita Camela recibió un regalo muy especial de su pretendiente: 99 lápices labiales de diferentes colores de una marca internacional muy famosa. Una mezcla mixta de admiración y celos llenaba el aire. Pero justo después de la pausa del almuerzo, todos los colegas recibieron un correo electrónico de disposición cuando empezaron a trabajar. Decía que la Srta. Camela no cumplió con las reglas de la compañía durante el trabajo y había causado improductividad y otros efectos negativos en la empresa. Las siguientes sanciones se imponían como castigo: sanciones por tres meses y trabajo extra continuo por un mes. Los rumores se hicieron más fuertes y feroces. Como fue enviado desde el correo de Sánchez, debía haber sido ordenado por el CEO. Algunas personas dijeron que el jefe Jimenéz todavía amaba a la señorita Camela. El viejo refrán decía que cuanto más profundo era el amor, más profundo sería el odio. Algunos dijeron que el CEO pretendía ser firme en separar los asuntos personales de los públicos. Algunos decían que se puso celoso. En realidad, Joshua sabía que el CEO sentía mucha envidia. No se atrevió a involucrarse en la relación entre Lola y Jorge después de lo que había experimentado la última vez. Él sólo quería hacer su trabajo de la mejor manera posible. Sin embargo, después de pensarlo, todavía le envió un saludo a Lola. — ¡Feliz cumpleaños! Lola estaba muy deprimida mientras miraba el correo electrónico de la compañía. Pero se sintió mucho mejor después de leer sus saludos de cumpleaños. —No hay mejor momento que tu cumpleaños. Después de responder rápidament. —gracias" a Joshua, dejó el teléfono a un lado y siguió mirando el correo electrónico. ¡Horas extras continuas por un mes! ¿Cómo podría cuidar a Estrella? ¡Le gustaría protestar por esta decisión! ¿No podía pasar por alto su comportamiento el día de hoy? ¡Era su cumpleaños! Él mismo ni siquiera envió un regalo, así que tal vez se volvió muy inseguro al enterarse de que los hombres le habían estado dando muchos regalos. Le envió un mensaje a Jorge. —¡Voy a protestar por este castigo! Jorge miró las palabras fríamente. Dejó los documentos en sus manos y

respondió. —¡Háblame en persona esta noche después del trabajo! ¿Debería hablar personalmente con él? ¿Para qué? Parecía que todavía había alguna oportunidad de negociar su castigo. Entonces finalmente se sintió aliviada. Ella esperaba lo mejor. Sacó un documento y comenzó a leerlo para que pudiera dejar de pensar en el correo electrónico. Jorge llamó personalmente a Yonata antes de irse del trabajo y luego fue al estacionamiento a esperar a Lola. Lola, que todavía estaba leyendo desesperadamente el contrato en la oficina, de repente recibió otro mensaje de WeChat. —¡Venga al estacionamiento ahora! Curiosamente revisó el mensaje de WeChat y descubrió que efectivamente era de Jorge. ¿Debería tratar de negociar ahora? Luego empacó sus cosas, tomó su bolso y salió de la oficina sin pensar demasiado. En el estacionamiento. Golpeando el volante varias veces con sus delgados dedos, Jorge estaba sumido en sus pensamientos. Lola miró a su alrededor para asegurarse de que nadie estaba mirando en esta dirección. Luego abrió rápidamente la puerta del Maserati negro y se sentó en el asiento del copiloto. Jorge arrancó el auto y salió del estacionamiento. —¡Oye! ¿Podrías decirme a dónde vamos primero? Miró por la ventana y no esperaba ninguna respuesta. ¿Celebrarían su cumpleaños juntos? El hombre condujo en silencio sin decir una palabra y finalmente se detuvo frente a un restaurante elegante. Entraron en el edificio, se dirigieron al ascensor y, cuando llegaron al piso 55, el lujoso restaurante del piso superior tocaba música romántica ligera. La luz tenue iluminaba las mesas del comedor. Uno de ellos, apoyado en el borde, estaba iluminado con velas blancas. Entonces... ¿Estaban aquí para una cena a la luz de las velas? Sentimientos de cariño y ansiedad llenaron su frágil corazón. ¿Iba a celebrar su cumpleaños con ella? Él sostuvo suavemente su mano y caminó hacia esa mesa, tirando de la silla para que se sentara. Fue un verdadero gesto romántico. Se sentaron cara a cara. La gran mesa del comedor estaba decorada con algunas rosas rojas en el medio. Momentos después de que se sentaron, varios camareros con bandejas se

acercaron y colocaron platos de comida occidental uno por uno frente a ellos. El primer plato fue foie gras y caviar. Podían ver fácilmente el hermoso paisaje nocturno del país A. Fue emocionante. Mirando a Lola, Jorge no habló. Lola también optó por guardar silencio. Llenando su boca con caviar, Lola se sintió un poco incómoda, preocupada de que esta cena a la luz de las velas pasara en silencio. No sabía qué decir. —¿No tienes nada que decir? —Miró al hombre elegantemente comiendo foie gras, cuya aura era tan noble y natural. El hombre solo puso los ojos en blanco y la miró en silencio. Lola hizo una mueca con sus labios en desagrado. ¿Qué tipo de celebración era esta? Los camareros se acercaron a buscar los platos vacíos. Varios minutos después, servían sopa de mariscos y sopa de verduras italiana. Lola, probando lentamente la sopa de mariscos, miró casualmente a su alrededor, mirando de vez en cuando a la mesa vacía junto a ellos. Se preguntó si Jorge había reservado todo el restaurante. Ella prefería que estuvieran solos. Luego miró las rosas en la mesa, que eran diferentes a las del país A y podrían haber venido de algún lugar lejano. Por fin, miró al hombre que estaba sentado frente a ella, adivinando si se mantendría en silencio hasta el final de la cena. ¡Este estúpido hombre! Luego sirvieron los platos principales, incluyendo el solomillo cocido, la carpa plateada salteada y el pavo asado. Al darse cuenta de que Lola estaba comiendo su bistec festivamente, Jorge puso su bistec intacto en su plato. Al ver el bistec ya picado en su plato, Lola se puso muy contenta. Él siempre le cortaba el bistec cada vez que comían juntos comida occidental. Se enfocaron en su comida sin emitir ningún sonido. Lola estaba casi llena después de comer los platos principales. Luego el camarero trajo los quesos y los frutos. Primero comieron el queso y luego procedieron a consumir las frutas. Cuando terminaron de comer, Lola se limpió la boca, se levantó de su asiento y caminó hacia el otro lado de la azotea sin decir nada. Una brisa fresca sopló y el largo cabello de Lola se agitó en el viento. —¿Disfrutaste la comida. —Jorge la abrazó por detrás. Lola no esperaba esto. Pero a ella le gustó tanto, deseando que fuera así para siempre.



Capítulo 190 Mostrar su amor a ella Fascinada por las luces parpadeantes a la distancia, ella simplemente asintió en respuesta. Jorge se quedó quieto detrás de ella y puso sus brazos alrededor de su cintura. Rodeada por un aura de seguridad y amor, Lola cayó voluntariamente en sus brazos, acogedores y cómodos. Disfrutó y valoró la serenidad de este momento. Jorge extendió su mano y señaló hacia adelante. Confundida, Lola entrecerró los ojos y luego miró hacia donde señalaba su dedo. Había un enorme espectacular electrónico. De repente, el anuncio se convirtió en una palabra compuesta de rosas: Lola, con un fondo de forma de corazón y luego siguió una frase que decía. —Feliz cumpleaños. ¡Te amo! Esa vista impresionante fue presenciada por muchas personas. Las sorpresas de cumpleaños en una pantalla gigante en el centro de la ciudad definitivamente no fueron planeadas por gente común. ¡Los espacios publicitarios como este eran muy caros! El corazón de Lola latía con fuerza y no había manera de calmarlo. Sostuvo su mano alrededor de su cintura con fuerza, con los ojos fijos en el cartel. ¿Era esta su manera de mostrarle su amor? Lola se sonrojó y miró a Jorge, quien estaba observándola. Cómodamente puso su cabeza contra su pecho. —¡Gracias! —Allí estaba ella, feliz y contenta. Nunca se había sentido así antes. Esto era algo nuevo, y a ella le encantaba todo. Jorge besó los suaves labios rojos de Lola y miró la imagen en el espectacular. Se permitió disfrutar del momento y pasar un tiempo con Lola sin que lo molestara nadie ni nada. Cuando Lola finalmente recogió sus pensamientos y volvió a sus sentidos, Jorge la sacó del restaurante. De vuelta en el coche, Lola dijo. —Gracias, Jorge. Has completado mi día. —Con una gran sonrisa, inclinó la cara y apoyó la cabeza en sus hombros. Jorge aprovechó la oportunidad que la luz roja le proporcionó y le dio un

largo beso amoroso. Lola puso mala cara juguetonamente. —Detente en el siguiente cruce. Tomaré un taxi a casa. —Él debía haber estado cansado ya, de todos los problemas y el estrés en el trabajo. Jorge le dirigió una mirada elocuente, lo que hizo que Lola se preguntara acerca de sus planes para el futuro. Se dio la vuelta y miró por la ventana. Estaba a punto de llevarla a casa. Esta hermosa noche estaba por terminar. ... el jefe hoy! Sin embargo... Esta no era la ruta a su casa. Se volvió hacia Jorge, desconcertada. ¿De qué se trataba? Claramente, este era el camino de regreso a Crescent Spring. Lola era buena con las direcciones. ¿La estaba llevando a Crescent Spring? —Llamé a Yonata. Él sabe que te vas a quedar conmigo. —Jorge notó su confusión, así que le explicó y le aseguró. ... ¿Llamó a Yonata. —¿Qué le dijiste. —¡Que eres mía esta noche! —Declaró con tanto orgullo. Lola se sonrojó al instante. ¿Cómo pudo su hermano decirle que sí después de todo lo que sucedió. —De ninguna manera. ¡Mis padres me matarían si me quedara fuera toda la noche otra vez! —Se puso un poco ansiosa. —Yonata les dirá que fuiste al país C por asuntos urgentes. No deberías tener que preocuparte. —Dirigió hábilmente el automóvil hacia la dirección opuesta y condujo hacia Crescent Spring. ¿Qué más podría ella decir para detenerlo? No tenía otras razones para decir que no. Se había quedado sin excusas. Justo cuando Jorge y Lola entraron mano a mano en la casa, Sánchez se escabulló con algunos otros tipos. Había una luz tenue en la casa, pero Lola no le prestó atención porque estaba ocupada cambiándose los zapatos. Pero en el momento en que se dio la vuelta, se detuvo justo en su camino. . Estaba completamente sorprendida por la escena frente de ella. Se tapó la boca con sus manos temblorosas. No sabía qué sentir o pensar. Un camino de varios metros de largo, hecho de pétalos de rosa, serpenteaba hasta el segundo piso, y velas de jalea en copas se colocaron a lo largo de ambos lados. Era una escena tan romántica. Velas de dos tonos formaron letras que decía. —¡Feliz cumpleaños! Jorge de repente se puso nervioso y preocupado por lo que Lola sentiría. Esto era solo un gesto muy simple. Tomó la mano de Lola y la condujo al segundo piso. Cuando Sánchez sugirió este plan por primera vez, se mostró un poco

escéptico. Él no había hecho nada como esto antes. ¡Bien! ¡Ahora duplicaría el salario de Sánchez como recompensa! El camino de rosas y velas, que iluminaba espléndidamente el pasillo, los llevó a la habitación de Jorge en el segundo piso. La iluminación en el dormitorio también era oscura. Las rosas estaban por todas partes, rodeando una tabla decorada que decí. —Feliz cumpleaños. Pétalos de rosa en la cama formaban creativamente un corazón. Mientras Lola sentía los pétalos frescos y tiernos en el piso, escuchó que Jorge la llamaba. —Lola. Ella se dio la vuelta. En la penumbra, se acercó a ella, sosteniendo un pastel en forma de corazón que tenía dos velas que representaban su edad. Ella cumplía 26 hoy. Las lágrimas corrían por su rostro mientras Jorge se acercaba lentamente a ella. Lola nunca había experimentado tanta felicidad celestial. ¡Esto era lo que el amor podía hacer y solo Jorge podía hacerla sentir así! Nunca esperó que un hombre digno como Jorge hiciera este dulce gesto por ella. Jorge se paró frente a ella, poniendo su habitual sonrisa encantadora. Mirando a Lola sollozando, no pudo evitar sentirse protector hacia ella. —Pide un deseo, Lola. —La esperó pacientemente mientras Lola estaba demasiado emocionada para pensar con claridad. Lola se secó las lágrimas, cerró los ojos y pidió un deseo. Luego soplaron las velas juntos. Cuando Jorge estaba a punto de cortar el pastel, Lola se puso un poco de crema en la nariz y se echó a reír a carcajadas. Jorge dejó el cuchillo, tomó su mano y lamió la crema que le quedaba en el dedo. Lola tembló ante su cálido toque, y tímidamente bajó los ojos. De repente, sintió que algo frío se ponía alrededor de su muñeca. Ella miró su muñeca solo para descubrir que Jorge le estaba poniendo un reloj encantador. ¡Lo miró más de cerca y estaba montado con aproximadamente 100 diamantes pequeños! Entonces Jorge sacó algo de su bolsillo y se lo dio a Lola. —Ayúdame a ponérmelo. ... versión negra de su reloj, excepto que esta era la versión de un hombre. Al parecer, Jorge había comprado un par de relojes para los dos.

Ella tomó el reloj y lo puso suavemente en su muñeca. Jorge la abrazó y le susurró. —¡Feliz cumpleaños, Lola! —'¡Te amo!' Jorge dijo estas palabras solo en sus pensamientos. Él no quería darle más presión y dolor. Lola lo abrazó con fuerza. —¡Jorge, estoy muy feliz hoy! —Estaba realmente muy feliz. ¡Cómo deseaba que este momento de felicidad pudiera durar para siempre! Jorge sostuvo su delicada cara y le besó las lágrimas. —¡No llores, incluso si no estaré en el futuro! —Te amo Lola. Incluso el propio Jorge no sabía con certeza cuánto la amaba. Al escuchar esto, a Lola le recordó el hecho de que se estaba yendo, y más lágrimas corrieron por sus mejillas ya húmedas. Pero al menos, él le había dado un recuerdo tan perfecto y precioso como su regalo de cumpleaños. Puso sus brazos alrededor del cuello de Jorge y se puso de puntillas para besarlo suavemente. Este era el mejor día de su vida.

Capítulo 191 Cinco horas y veintiún minutos. Muy pronto, los pétalos de la cama se aplastaron. La noche era más y más profunda. Las felicitaciones que aparecieron en la gran pantalla a la distancia fueron reemplazadas en cinco horas y veintiún minutos. Y se dijo que se necesitaron miles o decenas de miles de dólares para alquilar esa gran pantalla solo por un segundo. Habría costado una fortuna alquilarlo durante tanto tiempo, durante cinco horas y veintiún minutos. Oh Dios mío... Lola estaba tan feliz. En el grupo WeChat de SL, todos sus colegas estaban tan emocionados. ¡Lola! Creyeron que la señorita Camela debía tener otro pretendiente. ¡Su diosa era tan alabada y amada que recibió muchos regalos y confesiones de amor en su cumpleaños! Pero todos estos regalos y confesiones costaban mucho, y no pasó mucho tiempo para que la gente empezara a sospechar que sus pretendientes incluían a Tomás Herrero y Jorge Jiménez. A partir de ese momento, Lola se había convertido en una leyenda viviente del Grupo SL. Al día siguiente, Jorge llevó a Lola al auto y la envió al estacionamiento subterráneo de la compañía. Lola pronunció las mismas palabras de siempre. — Iré primero, espera aquí un segundo. Sin embargo, después de que Lola arrastró sus piernas de jalea de regreso a la oficina, Jorge todavía estaba sentado y fumando en el auto. Luego arrancó su auto y regresó a Crescent Spring. Lola organizó distraídamente la conferencia matutina del día. El asiento vacío a su lado la hizo sentir que algo malo podría haber sucedido. ¿Llegó él? ¿Por qué no estaba allí? De vuelta en su oficina, Lola revisó su correo electrónico y de repente se derrumbó. Aunque estaba bien preparada para esta noticia, su corazón aún se hundía hasta el fondo del lecho marino. No pudo evitar llorar cuando leyó que la compañía la nominó oficialmente hoy como la directora ejecutiva en funciones de la compañía.

Su nominación oficial significaba que él se iría. Y anoche fue en realidad su última noche. Ella lo escuchó susurrar en sus oídos. —¡Lola, olvídate de mí! Sostuvo firmemente en su mano derecha el reloj enviado por él y recordó su amor de la noche anterior. ¿Cómo podría olvidarlo? Cada uno de sus movimientos la atrajo de una manera fatal. ¿Terminaron por culpa de Yolanda? ... momento, deseó que Yolanda desapareciera del mundo! ... Cuando escuchó el llanto en la oficina, Sánchez se detuvo. Su jefe abordaría un avión mañana por la mañana, por lo que ahora estaba entregando el trabajo. Vino a contarle a Lola sobre el vuelo de su jefe. Al escuchar su sollozo así, apostó a que una mujer orgullosa como Lola ciertamente no era reacia a ser vista débil por los demás. Decidió no molestarla. Sánchez suspiró, bajó la mano, que estaba a punto de llamar a la puerta, y se fue. Cuando Sánchez le contó a Jorge sobre este evento en su estudio en Crescent Spring, Jorge estaba de pie junto a la ventana, admirando el cielo oscuro y fumando un cigarro. Frunció el ceño y su rostro se llenó de una expresión rara y angustiada. La única mujer por la que sintió lástima en toda su vida era ella. Y cada vez que la abrazaba para dormir, Lola siempre se acomodaba suavemente en sus brazos. No era tan terca, arrogante y malhumorada como parecía ser... Resultó ser suave y gentil. Y ciertamente sabía con certeza que ella no se atrevería a comportarse así frente a alguien a quien no amaba. En definitiva, al final del día, le rompió el corazón. Pero en comparación con Yolanda, a Lola la amaba mucho más. La amaba tanto que podía emocionarse fácilmente con solo verla. Sin embargo, tenía que renunciar a ella, la única a la que realmente amaba. Entonces se acordó de Estrella, la niña linda. El tío ya no podría jugar contigo en el futuro. Era medianoche. Yonata llamó a Lola una y otra vez, pero su teléfono estaba apagado. Se preocupó con una sombría sensación de presentimiento. Aunque dudó un momento, al final llamó a Jorge. —Yonata. —Jorge habló con voz ronca, y también parecía estar cansado y

triste. —¿Lola está contigo? —Esperaba que estuvieran juntos. Entonces él se sentiría aliviado. Él respondió al instante. —No, estoy trabajando desde casa. Yonata le colgó y se puso cada vez más nervioso. Lola no se iría de casa sin decir una palabra. Incluso si no regresara, definitivamente habría informado a su familia antes de irse. Yonata luego llamó a Manolo, que parecía estar en un bar, otra vez. Luchó por preguntarle si Lola se había puesto en contacto con él, pero Manolo dijo que no. Lola, que nunca había llegado tarde al trabajo, tampoco se presentó al día siguiente. Fue entonces cuando todos se dieron cuenta de que Lola había desaparecido... Jorge y Sánchez empacaron sus cosas y estaban a punto de irse al aeropuerto para volar al país C. En la sala de espera VIP del aeropuerto. —Por favor, los pasajeros del vuelo C330 a ciudad Weier en el país C comenzarán a abordar ahora... —La dulce voz de la locutora vino del altavoz de arriba. Jorge se puso un traje negro casual y lentes de sol en la sala de espera VIP, se levantó y caminó hacia la puerta de entrada. Sánchez, quien arrastró dos maletas detrás, lo siguió. Esperaron en fila. En ese momento, Sánchez recibió una llamada de la compañía. Varios minutos después: —Jefe, Leo Campos, el asistente de la señorita Camela, acaba de llamar. ¡Dijo que la señorita Camela tampoco fue a trabajar hoy! —Al oír estas palabras, Jorge frunció el ceño. Recordó que en la primera mitad de la noche anterior, Yonata le había preguntado si ella estaba con él. ¿Le pasó algo? Salió de la línea de boletos y, aparte, sacó su teléfono celular para llamar a Yonata. —¿Lola está contigo. La pregunta de Jorge hizo que Yonata se sintiera incómodo. Inmediatamente pasó su boleto de avión a Sánchez y salió corriendo del aeropuerto. Sánchez miró a su jefe, y luego miró los boletos de avión. No tuvo tiempo de pensar dos veces. Siguió a Jorge saliendo del aeropuerto. Tomaron un taxi de regreso al edificio de la compañía. Jorge siguió llamando a Lola en el camino, pero su teléfono todavía estaba apagado. Jorge verificó las grabaciones de la cámara de seguridad de la noche anterior en la sala de monitoreo en el momento que regresó.

A las 6:45, la mujer salió del edificio poco a poco, a pie y sin conducir su auto. Luego miró el área de monitoreo exterior y la vio caminar hacia el norte por la carretera y luego desaparecer del alcance de la cámara. Inmediatamente le pidió a Sánchez que se pusiera en contacto con la policía para ver los siguientes videos de cámaras de la calle. Fue a su oficina, que estaba vacía, y podía oler vagamente su perfume. Cerró los ojos y se dijo a sí mismo. —Lola, sal. ¡No juegues así nunca más! ¡Qué tan profundamente la había lastimado! Cerró la puerta de golpe y salió del estacionamiento para buscarla en las calles de la ciudad. Ya hacía calor en esta temporada, y solo había unas pocas personas en la calle. Después de doblar una esquina hacia otra calle, Sánchez lo llamó. —Jefe, comprobé las cámaras de la calle. Mostraron que la señorita Camela fue secuestrada por tres hombres al lado del parque ZS. ¿Secuestrada? ¡Esto era aún más preocupante que irse sola! —¡Empieza a buscarla por toda la ciudad! Usa tanta fuerza policial como sea posible. ¡Pagaré lo que sea necesario! —Su voz fría hizo que Sánchez se estremeciera e inmediatamente comenzó a buscar a alguien para organizar una búsqueda policíaca para Lola.

Capítulo 192 La madre y la hija desaparecidas. Otra persona definitivamente podría contribuir más. Jorge llamó a Yonata para contarle lo que pasó. Yonata inmediatamente envió al ejército a registrar la ciudad y luego informó de los eventos que habían sucedido a su padre. ¡Hasta ahora, acababan de descubrir que Lola había desaparecido por casi 20 horas! La segunda hija de la familia Camela había desaparecido repentinamente, y se envió a un gran número de policías y militares para buscarla, lo que causó conmoción y controversia al instante en el país A. En el edificio de gobierno del país A. En todo el patio gubernamental de cinco pisos, no había polvo. La oficina del presidente en el edificio de oficinas era austera y discreta. Tomás Herrero, quien había sido acusado recientemente por funcionarios de alto rango debido a los diversos rumores que corrían sobre su relación con Lola, ahora estaba ocupado manejando sus obligaciones oficiales. Su chófer entró y dijo. —Sr. Presidente, hay un asunto que no sé si debo informárselo o no. Como el chofer sabía que la relación entre Tomás Herrero y Lola era especial, sintió que era su deber que le dijera la verdad cuando se enterara de este asunto. —¿Que pasa? —Tomás Herrero miró a su chófer, que rara vez hablaba de esta manera. El chófer le dijo a Tomás Herrero la noticia de la que acababa de oír. — Señor Presidente, la señorita Camela lleva desaparecida casi un día y una noche. El CEO del Grupo SL está usando todo su poder e influencia para buscarla, y el Teniente Harold y el Coronel Yonata también han enviado su propio ejército para llevar a cabo una operación de búsqueda exhaustiva. Tomás Herrero dejó de sonreír y dejó los documentos que estaba tratando. ¿Estaba realmente desaparecida? —¿Qué tipo de policía desplegó Jorge? —Preguntó en detalle, ya que no quería repetir las mismas acciones. El conductor pronto recordó. —Cientos de policías armados y policías especiales del Departamento de Seguridad Pública General del país A han estado

buscando durante cinco horas, pero todavía no han tenido suerte. También se dijo que la hija de la señorita Camela también desapareció esta mañana. Toda la familia Camela estaba en total desesperación. Jorge una vez más hizo arreglos para que otros dos equipos internacionales de investigación de la policía criminal de las Naciones Unidas, y también un equipo antiterrorista y un equipo de trabajo de balística estén en modo de espera. ¡Jorge era tan poderoso que incluso podría haber competido con el mismo Presidente en poder e influencia! Incluso el equipo de la Policía Criminal Internacional de la ONU, que no pudo ser movilizado en ningún momento ni por el Presidente, ¡ahora se movió fácilmente! ¿Este hombre iba a derribar al país A solo para encontrar a una madre y su hija? —Dado que ya ha enviado tantas fuerzas policiales, iré personalmente con la familia Camela y hablaré con ellos. —Tomás Herrero se puso de pie. Estaba tan ocupado estos días que ya no tenía tiempo para visitarla. ¿Cómo pasó esto? El chófer detuvo rápidamente a Tomás Herrero. —¡Señor Presidente, esto no es correcto en absoluto! Los altos funcionarios del gobierno están tratando de impugnarle. ¡Debería evitar estos asuntos a toda costa en este momento! Si no hubiera sido por su fuerte tradición familiar, Tomás Herrero ya habría sido destituido y despojado de su posición por esas personas. Tomás Herrero ahora se frotaba las sienes adoloridas. No le importaba su posición y no tenía ningún apego a ella en absoluto. Sin embargo, sus dos abuelos habían hecho mucho por él y se habían esforzado mucho para que estuviera en esta posición, y ahora, como era de esperar, ¡definitivamente no se le permitió abandonarlo! —¡Infórmeme inmediatamente tan pronto como se tengan los progresos más pequeños! —Y ahora tenía que esperar. El chófer asintió y salió de la oficina. Sentado en su silla, Tomás Herrero cerró los ojos. Estaba tan ocupado todos los días que no tenía tiempo para pensar en ella. —¡Lola, cuídate! —pensó. En un sótano oscuro. Lola durmió mucho tiempo y finalmente se despertó en una cámara oscura. Lentamente abrió sus ojos, se encontró atada fuertemente de brazos y piernas con una cuerda muy gruesa. Solo había una bombilla muy pequeña con una luz tenue muy baja sobre su cabeza. Había un fuerte olor a humedad en el aire y no había ventanas. ¿Dónde estaba? O mejor aún, ¿por qué estaba aquí? Reunió todas sus fuerzas para sentarse y vio una pequeña silueta, que también estaba atada y arrojada al suelo, no muy lejos de ella.

Aquel vestido rosa con el que Lola estaba más que familiarizada era el de su hija. —¡Estrella! —Lola, quien antes estaba tranquila, ahora estaba tratando desesperadamente de alcanzar a su hija. Como estaba atada y no podía levantarse, tuvo que arrastrarse por el suelo sobre sus rodillas para llegar a ella. —Estrella, Estrella... —La llamó suavemente dos veces. —Estrella, la bebé de mamá, despierta pronto. —Su hija parecía estar durmiendo extrañamente, lo que hizo que la voz de Lola se sacudiera un poco. Volvió a recostarse en el suelo, en paralelo con su hija. Estrella tenía los párpados bien cerrados. No había ni una sola señal de que se despertaría pronto, y esto aterraba a Lola. —¡Estrella, mi cariño! ¡Despierta! —suplicó Lola. Acarició la carita de su hija con la suya, pero Estrella todavía no se movía. Lola, a estas alturas, se ponía cada vez más ansiosa. ¿Qué podía hacer? En ese momento, las personas que estaban fuera de la cámara donde ella y su hija estaban cautivas, escucharon el ruido que estaba haciendo y abrieron la puerta. Una brillante luz se dirigía al rostro de Lola, lo que la obligó a cerrar los ojos. A su alrededor vio que había algunos muebles muy viejos. Los hombres que estaban parados en la puerta llevaban capuchas negras y ropas destrozadas, con solo sus ojos y labios sobresaliendo. —¿Quiénes son, qué quieren hacer con nosotras? —preguntó Lola. Recuperó su sentido y con dificultad comenzó a pararse sobre sus piernas. Uno de los hombres la miró con ojos fríos. —Quédate allí y quédate tranquila. No te haremos daño. Alguien te dará algo de comer más tarde. —Su voz sonaba muy áspera y tonta, y parecía más como si estuviera tratando de cambiar el sonido de su voz. Lola asintió rápidamente. —Estoy dispuesta a cooperar contigo. Por favor, primero desata a mi hija. ¡Sólo es una niña! —Trató de negociar con los hombres con calma. Los hombres se miraron, y el hombre encapuchado entró y comenzó a desatar las cuerdas de Estrella. Cuando el hombre se acercó a ella, Lola olió el olor a pescado de su ropa y cuerpo. Trataba de superar el disgusto que este mal olor le producía olfateando el aire por la nariz con más frecuencia. Este olor le recordaba a los pescadores de la orilla del mar. Fuera de la cámara en la que estaban cautivas, solo había otra habitación vacía, con una mesa y algunas sillas a su alrededor, aún no podía decir nada de

su entorno, de dónde estaba. —¿Qué le pasó a mi hija? ¿Cuál es tu propósito en todo esto? —ella lloró. Al ver que el hombre desató las cuerdas de Estrella, Lola se acercó a ella. El hombre de la capucha la miró y le dijo. —Solo actuamos según lo que se nos ordena hacer. Tu hija pronto se despertará. En cuanto al propósito de todo esto, ¡no lo sabemos! Después de decir estas palabras, tiró a un lado las cuerdas que ataban a Estrella y volvió a cerrar la puerta. La habitación estaba oscura otra vez. —¡Estrella, no duermas, por favor despierta pronto! —Sus secuestradores enmascarados debían haber drogado a la hija de Lola, de lo contrario no habría dormido tan anormalmente profundo. ¿Qué monstruos le harían este tipo de cosas a una niña de tres años?! ¿Quién demonios hizo esto? ¿Podría haber sido Yolanda Moza? Por el momento, ella era la primera sospechosa. Pero el hombre acababa de decir que no le harían daño y que pronto le llevarían comida. Si Yolanda los secuestró, ¿no les habría hecho daño ya? Esto descartó a Yolanda. Entonces, ¿quién pudo haberles hecho esto? No tenía ni idea. ¿Por qué las secuestraron a las dos? La familia debía estar ahora en una completa desesperación y discordia. ¡Ah! ¡Hizo que su familia se preocupara por ella otra vez! En la familia Camela. Landon Camela estaba caminando sin descanso en la sala de estar. Aunque había pasado por muchas cosas, su rostro aún estaba lleno de ese sentimiento específico de ansiedad. Había pasado más de un día y una noche, y todavía no tenían noticias sobre su hija y su nieta. Angie, que siempre estaba a su lado con una cara pálida, tampoco podía sentarse. Junto a ella, la señora Zhuang derramó pesadas lágrimas. Se culpó a sí misma por no cuidar bien a Estrella. Esas personas también la habían drogado, y así era como habían logrado llevársela. La puerta de la casa quedaba abierta, y Manolo entró corriendo en la habitación como una ráfaga de viento.



Capítulo 193 Mantener su fuerza física —Abuelo, madre, ¿tienen alguna nueva noticia? —Al enterarse de que Lola y Estrella fueron secuestradas, Manolo tomó el primer vuelo de regreso del país C. Landon lo miró y suspiró. Angie de repente agarró su gorra y salió. —Madre, ¿qué estás haciendo? —preguntó. Al no obtener respuesta, Manolo estaba empezando a sentirse cada vez más ansioso. Con su mente vagando en otros lugares y no en el momento presente, Angie respondió. —Tengo que buscarlas. ¡No puedo quedarme en casa y no hacer nada! —Angie, no te molestes, no puedes encontrarlas por ti misma, y también mucha gente las está buscando. Cálmate. No te preocupes. Manolo las encontrará. —dijo Landon. Se calmó y finalmente se sentó en el sofá. Manolo se apresuró a alejar a Angie de la idea de buscar a Lola y Estrella. —Madre, iré a buscarlas. Espera en casa. ¡Por favor! Él salió corriendo. Todos en el país A sabían que la Srta. Camela de SL Group fue secuestrada, y por supuesto que todos los empleados también lo sabían. Jorge volvió a hacerse cargo con sus propias manos. Había terminado todos los documentos en la oficina del CEO. Había pasado más de un día, pero Sánchez no había llamado todavía. Jorge había buscado a fondo en cada rincón y grieta del país A, pero no podía encontrar a Lola y Estrella. ¿Se fueron del país A? No, no era posible. Ya había pensado que los secuestradores tenían como objetivo el viejo reloj de bolsillo. Si era así, Lola y Estrella no estarían en peligro antes de que lo obtuvieran. Tendría que esperar. Sonó el teléfono, y él inmediatamente lo levantó para ver quién estaba llamando. Su rostro cambió al ver el nombre de la persona que llamaba. —¡Madre! Rocío estaba furiosa con él. Jorge había prometido volver a casa hoy, pero

todavía estaba en el país A. —No me llames 'madre'. Me humillaron frente a la madre de Yolanda. — Hoy esperaron más de tres horas por él, pero Sánchez les dijo por teléfono que Jorge todavía estaba en el país A. Cerrando los ojos, Jorge dijo fríamente. —Estoy ocupado con algo importante. No llames y pongas mi línea ocupada. —Después de colgar el teléfono, sonó de nuevo, pero lo colgó directamente porque sabía que era la misma persona que lo había llamado antes. Rocío estaba tan furiosa que quería tirar su teléfono a la pared. No tenía idea de por qué su hijo estaba siendo tan grosero con ellos. Pero Kevin, mientras leía el periódico a un lado, miró a Rocío, que comenzó a estallar de rabia y, finalmente, suspiró. —Rocío, no obligues a Jorge. Él ya nos ha prometido regresar y casarse. Eso es suficiente." Habló Kevin. Sentada de nuevo en el sofá, Rocío se veía mal. —Esa puta es la culpable. No deja que Jorge vuelva. —Debió haber vuelto con Jorge hacía unos días. Mirando a Rocío, Kevin negó con la cabeza sin poder hacer nada. —Es duro. Ella es una buena chica. No la llames así. —Es la hija de Angie. ¿Te sientes molesta por eso? —Rocío se enfureció ante estas palabras. Tanto Angie como Rocío habían hecho todos los esfuerzos posibles para ganarse el corazón de Kevin mientras estaban en sus años universitarios. Ambas tenían sentimientos por Kevin, pero a Kevin le gustaba más Rocío. Sin embargo, Angie no tenía idea de esto. Todavía quiso acercarse a Kevin varias veces, y Rocío lo notó. Le dijo a Angie claramente que ella y Kevin habían estado enamorados durante casi dos años. Angie finalmente renunció a este sentimiento. Sin embargo, se unieron a la misma asociación, por lo que a menudo tenían que reunirse por negocios. Rocío creía que Angie y Kevin habían desarrollado una relación sentimental entre ellos, por lo que la hizo desconfiar mucho de Angie. Esto duró varios años. Y no llegó a su fin hasta que Angie se casó en el país A. Kevin se quedó sin palabras. —Todo ya es el pasado. ¿Por qué no lo dejas ir ya? Lo juzgo como es ahora, en el momento. Al oír lo que dijo, Rocío permaneció en silencio. En el país A. Después de recibir la llamada de Jorge, Ramón buscó a Lola y Estrella en todas partes, pero falló. Manolo se dirigió a la playa y se preguntó si Yolanda estaba involucrada de

alguna manera en este asunto. Sin embargo, como era una mujer débil, no podía tener las agallas y el ingenio para esconder tan bien a Lola y Estrella. Jorge había buscado a fondo en todos los vuelos, trenes de alta velocidad y autobuses, pero al final no encontró nada. El secuestrador o los secuestradores debían ser muy astutos. Estrella durmió varias horas antes de despertarse en los brazos de su madre, Lola, que también había sido eventualmente desatada. —Mamá. —Su voz suave y delicada hizo que Lola estallara en lágrimas. Ella no debería haber sufrido esto. Lola le pidió que se sentara. —Estrella, estoy aquí. ¿Te sientes bien. Estrella sacudió la cabeza aturdida. —Debes estar tan hambrienta. Aquí, ten un poco de congee. —Los secuestradores les dieron un plato de sopa de arroz. Aunque estaba aguada, ya la había probado para asegurarse de que estaba bien para ella. Tomó la cuchara pequeña y comenzó a darle a Estrella la sopa fría de arroz con unos bollos al vapor. Tenían que mantener su fuerza física para hacer frente a lo que sucedería a continuación. Después de que Estrella se llenó, Lola comió el arroz y los pepinillos sobrantes. Estrella todavía estaba adormecida. Se apoyó en los brazos de Lola. — Mamá, ¿dónde estamos? Está oscuro y huele mal aquí. Lola abrazó a Estrella con fuerza. —Querida, no importa lo que pase después, estoy contigo. Tienes que escucharme si pasa algo, ¿de acuerdo? — Apoyó la barbilla en la cabeza de Estrella. Estrella asintió, haciéndola sentirse aliviada y segura. 48 horas después de que Lola y Estrella desaparecieran, el teléfono sonó en la Mansión Camela. Sentada junto al teléfono, Angie lo recogió de inmediato. —¿Quién es. La persona que llamó utilizaba un cambiador de voz. —¿Eres Angie González? ¿Quieres que tu hija y tu nieta vuelvan. El secuestrador finalmente había llamado. Angie se calmó. —Por supuesto. Dime que quieres. Mientras ella hablaba con el secuestrador, Landon caminó sobre sus muletas. —¿Qué quiero? Jajaja. —La risa extraña del secuestrador hizo que Angie se sintiera más inquieta y frunciera el ceño. —Quiero el viejo reloj de bolsillo. Pídale a Landon Camela que cambie el viejo reloj de bolsillo por su hija y su nieta en el lugar que designaré a las 9 de la mañana siguiente. ¡Si él no llega a tiempo o viene con alguien más, ambas

morirán! ¿El viejo reloj de bolsillo? ¿El secuestrador quería encontrarse con Landon? Angie miró a Landon que estaba sentada a su lado ahora. —¿Cuál es la dirección. El teléfono fue colgado tan pronto como ella preguntó. —¿Qué dijo? —preguntó Landon. Landon era canoso, viejo y arrugado. Miró con nerviosismo a Angie, pero Angie ya no sabía qué decirle. Landon era demasiado viejo para soportarlo. —Quieren el viejo reloj de bolsillo. —Angie no se atrevió a decir nada más. Landon frunció el ceño. El secreto del viejo reloj de bolsillo había sido revelado. Jorge tenía el teléfono en la Mansión Camela monitoreado, por lo que ahora sabía que se hablaba del viejo reloj de bolsillo por teléfono.

Capítulo 194 Yo amo a Lola. El equipo de SWAT no encontró nada más que un terreno baldío en el lugar desde donde se realizó la llamada. Cuando volvieron a llamar al número, ya no estaba registrado. Jorge condujo inmediatamente a la mansión Camela. Otros miembros de la familia también comenzaron a regresar a casa de inmediato, para reunirse todos en la sala de estar y consultar entre ellos sobre el asunto en cuestión. El secuestrador pidió el viejo reloj de bolsillo, pero no encontraron ningún posible sospechoso después de su larga discusión. Intercambiaron miradas entre ellos cuando Jorge apareció. Sabían cuánto había hecho este hombre por Lola y Estrella en el último par de días. Landon se levantó y le ofreció un asiento en el sofá. —Iré con el señor Camela mañana. —La petición de Jorge dejó a todos los demás en completo silencio. Por supuesto que debía ir, tenía derecho a hacerlo, porque, después de todo, era el padre de Estrella. Sin embargo, también era mejor que no se fuera, ya que pronto saldría del mundo de Lola y Estrella. —Señor Jiménez, no tiene que hacer esto por nosotros. Harold o Yonata lo acompañarían sin problemas. —Angie lo rechazó de manera indirecta. Ella tenía claro la complejidad de la relación de él con Lola, y después de todo, era asunto de su familia. Jorge entendió su preocupación. —Yo amo a Lola. ¡Y ciertamente no retrocederé cuando ahora ella está en peligro! —No era fácil rechazarlo teniendo en cuenta su actitud inflexible y orgullosa. Después de más o menos otra media hora, Jorge los dejó. A medianoche, Angie recibió un mensaje. —Muelle Central del Distrito del Este. Solo Landon Camela deberá estar allí, o Estrella Camela perderá su vida. El remitente fue rastreado inmediatamente, pero nuevamente, no había nada más que un terreno baldío en la ubicación y pronto el número ya no existía. Estos chicos fueron serios en ocultar sus rastros. Angie se apoyó contra la cabecera. ¿Cómo sabían su número? Y Estrella fue secuestrada en su propio jardín trasero. ¿Podría ser que

alguien a quien ellos conocían se hubiera colado en esta casa y todo esto fuera solo parte de una conspiración de hacía tiempo? También fue una noche sin sueño para Harold. Debían haber exigido la presencia de Landon intencionalmente, porque claramente parecía que tenían un plan para elegir solo a los ancianos y los niños, que apenas podían defenderse. —Duerme un poco, mi amor. Tenemos que prepararnos para mañana. — Harold arropó en la cama a Angie y apagó las luces. En la oscuridad de la noche, una mujer se burló mientras todas las luces se apagaban en la mansión Camela. Jorge se quedó hasta las 4 am para preparar todo, y después de una rápida siesta, llegó a recoger a Landon a las 8 am. Landon se subió al auto con el viejo reloj de bolsillo, mientras que Yonata y Harold los siguieron en otro auto hasta que Angie eventualmente les llamó. —¡Harold, dicen ellos que tú y Yonata tienen que regresar ahora o matarán a Estrella! —Harold frunció el ceño y miró a su alrededor con cautela. Nada parecía sospechoso. ¡Estaban observados sin darse cuenta! Esa no era una buena señal. —Regresa. Ahora. —Harold lanzó una rápida mirada a Yonata, y Yonata dio la vuelta al auto sin pronunciar una sola palabra. En el Muelle Central. Jorge estacionó el auto cerca de la costa y ayudó a Landon a salir del auto. Con Jorge ayudándole, caminó hacia el muelle. La tranquilidad en la suave brisa, el aire fresco y el agua tranquila de alguna manera indicaban el preludio de algo inusual que estaba a punto de suceder. El teléfono de Jorge sonó. —Sí, señora Camela. —Ellos pidieron que te fueras. —Angie siguió recibiendo llamadas de diferentes números y comenzó a escuchar una voz diferente cada vez. Jorge colgó, informó a Landon sobre lo que pasó y revisó el área circundante. Cuando estaba a punto de irse, sucedió algo. Un yate se acercaba a la orilla, con una tabla por detrás conectada solo con una cuerda. Una niña pequeña estaba sobre la tabla, y flotaba inestablemente. Jorge apretó los puños al ver esto, y Landon no pudo contener más su ira. —¡Estrella! ¡Cómo pueden hacerle eso a una niña! —Golpeó fuertemente el muelle con su bastón. Al momento, el teléfono de Jorge volvió a sonar. Previendo de qué se trataba esta llamada, dio un paso atrás. Cuando el yate llegó al muelle, un hombre encapuchado salió de él y le gritó con una pistola apuntando a Estrella. —¡Dame el reloj!

Landon levantó el reloj en el aire y se lo mostró. Pronto, otra persona encapuchada se acercó a Landon con un arma. — Dámelo a mí. —dijo. ... había ordenado matar al anciano una vez que el reloj estuviera en sus manos! El área era segura, y no había prácticamente nada o nadie cerca excepto un barco y varios botes a la distancia en el mar. Jorge sacó su arma por detrás. Estrella estaba en la tabla. ¿Cómo estaba Lola? ¿Estaba ella también en esa nave? Landon pasó el reloj al hombre, quien lo revisó y apuntó de inmediato su arma hacia Landon. Landon, para su sorpresa, de repente golpeó el arma de su mano con el bastón. El arma cayó al mar y su dueño se tocó el brazo con dolor. Landon lo golpeó de nuevo y lo hizo arrodillarse. Justo entonces Jorge disparó su arma, apuntando al hombre en el yate y acertando justo en su brazo. Después de un breve alarido, su arma también cayó al mar. El secuestrador se veía siniestro. Sacó un cuchillo de la cabina, cortó la cuerda, se escondió en la cabina y se llevó lejos el yate. La estrecha y delgada tabla comenzó a tambalearse a lo largo de las olas. Estrella lo agarró con fuerza y vio que el tío Jorge se quitaba la camisa y saltaba al mar para salvarla. Mami le había dicho a ella que no se asustara. ¡Serían rescatados! Y mami tenía razón. El tío Jorge vino a rescatarla, y Estrella sonrió alegremente ante su vista. Varios tipos aparecieron en la nave y ahora apuntaban sus armas hacia Jorge. Pero también, al momento, las fuerzas especiales en los helicópteros de ruido reducido, apuntaban en lo alto hacia la nave. En un instante, una cadena de sonidos de disparo se escuchó por todo el lugar. Jorge no escatimó esfuerzos para nadar hacia Estrella. Una bala atravesó la falda de Estrella y la tabla que la apoyaba. —¡Resiste ahí, Estrella! —Jorge rezó para sí mismo. Pero pronto Jorge fue herido por un disparo en su brazo. Él gimió, y el agua a su alrededor se volvió roja. Ahora estaba a solo 2 metros de Estrella, así que a pesar del dolor agudo, no podía disminuir la velocidad. Varios villanos fueron derribados por las fuerzas policiales disparando desde el aire. Sin embargo, algunos más salieron y comenzaron a dispararles a

Jorge y Estrella como locos. Afortunadamente, fueron derribados rápidamente antes de que pudieran tener éxito alguno en sus viles intentos. En el barco, un hombre alto se arrastró hasta la cubierta y se escondió bajo el marco de una puerta, para que así la policía no pudiera detectarlo. Pero Jorge podía. ¡Y ese hombre estaba apuntando con su arma a Estrella, que ahora estaba sonriendo a su tío Jorge! Jorge agotó su energía restante y se lanzó sobre Estrella para protegerla de la bala con su propio cuerpo. Una bala acertó brutalmente uno de sus hombros y su rostro se tornó pálido.

Capítulo 195 ¿A dónde fue Lola? —¡Papi! —La sonrisa en el rostro de Estrella desapareció cuando vio al herido Jorge con sangre sobre él. Ella dejó escapar un chillido de miedo. Al escuchar el chillido de preocupación de Estrella, Jorge olvidó todo el dolor que sentía, levantó la vista y una radiante sonrisa se extendió por su rostro. Él le dijo. —¡Estrella, buena chica! Estoy bien. Papi está aquí. —La abrazó con fuerza en sus brazos. Por mucho que le preocupara su vida, le ansiaba más saber si Estrella estaba a salvo. Pero en el siguiente segundo, otro proyectil penetró su otro hombro. El dolor punzante y agudo le hizo sudar profusamente y se estremeció de dolor. Los aviones de combate hicieron una formación de acrobacia con giro y comenzaron a descender para conseguir un objetivo más fácil sobre los enemigos. Vieron la ubicación de los secuestradores y comenzó un feroz intercambio de disparos. En unos segundos, los secuestradores fueron aniquilados en el lugar. Varios soldados de las fuerzas especiales saltaron de los aviones de combate. Se lanzaron en paracaídas al mar y tomaron gentilmente a Estrella de los brazos de Jorge. Al darse cuenta de que Jorge estaba gravemente herido, los soldados se hicieron cargo y lo ayudaron a nadar hasta la costa. Aparentemente sucedió que los soldados de las fuerzas especiales recibieron un aviso mientras estaban patrullando en un lugar cercano e inmediatamente llegaron a la escena con médicos. Una docena de soldados fueron enviados a buscar el barco para encontrar a Lola, pero no encontraron nada ni a nadie. ¿A dónde fue Lola? La pregunta permanecía sin respuesta. Cuando Jorge y Estrella fueron rescatados en la costa, los médicos estaban listos para brindarles primeros auxilios. Landon abrazó cálidamente a Estrella mientras miraba a su padre de rostro pálido, cuyas heridas en los hombros estaban siendo cuidadosamente atendidas y cubiertas por las enfermeras. —Estrella, ¿sabes en dónde está tu mamá? —Preguntó Landon en un evidente tono preocupado.

Estrella parecía confundida cuando respondió con voz baja y temblorosa. —¡El chico malo me trajo aquí después de que se la llevó! ¡Ella está con ese chico! Jorge escuchó sus palabras y la miró atentamente, diciendo. —¿Todavía recuerdas la ruta del camino hacia aquí? —Se preocupó tanto por Lola que se negó a ser llevado a las camillas. En cambio, presionó su herida cubierta para detener la hemorragia y se puso de pie con gran esfuerzo. —Señor Jiménez, necesita que ahora mismo lo lleven al hospital para una cirugía inmediata. ¡Necesitamos remover los proyectiles de balas dentro de usted! ¡Su cuerpo se infectará por las heridas internas! —Los médicos se sorprendieron cuando vieron a Jorge moverse. Tenía tres proyectiles dentro de su cuerpo y se consideraría un peligro inminente para él si esos proyectiles no se removían a tiempo. Agitó las manos y dijo firmemente. —Lidiaré con ello más tarde. Hay asuntos más importantes que atender. ... doctores se quedaron sin palabras. ¿Cómo podía simplemente ignorar su propio salud de esa manera? ¿Qué le daba la fuerza y las agallas para hacer eso?. Estrella saltó apuradamente a los brazos de Jorge, puso su pequeña mano sobre la cara de él y lo miró amorosamente. —Tío, ¿te duele? —Ella miró fijamente a la gasa blanca en sus brazos. Jorge negó con la cabeza. Desesperadamente preocupado por Lola, continuó haciéndole a Estrella las preguntas importantes. —En tu camino hasta aquí, ¿viste algo familiar, como algunos edificios? ¿O casas de colores?. Estrella pensó por un momento y luego exclamó. —¡Sí!. ¡Creo que vi nuestra finca a través de la mirilla! Sus palabras inquietaron a Landon. Pensó para sí mismo. —¿Podría ser ella?. Jorge notó la mirada inusual del viejo. Justo cuando estaba a punto de preguntarle, su teléfono sonó repentinamente. La extremadamente frenética voz de Angie habló. —¡Dile a Landon que Lola está en manos de Luisa! Jorge le pasó el mensaje a Landon. Al escuchar las noticias, Landon miró hacia el profundo mar oscuro y soltó un suspiro de gran pesar. Esta pesadilla acababa de empeorar. Habían enviado numerosos grupos de búsqueda para Lola y Estrella. ¡No era de extrañar que sus esfuerzos por buscar en cada rincón de un país no hubiera producido ningún buen resultado! ¡Todo porque el lugar más seguro era también el más peligroso! —¡Vamos a casa! —Estampó fuertemente su bastón en la cubierta y apretó

firmemente su reloj de bolsillo. Jorge se negó a ser enviado al hospital e insistió en ir a casa con Landon. El equipo médico trataba de negarle su absurda petición, pero no pudieron hacer nada para detenerlo. Todos se apresuraron hacia la finca. Tan pronto como llegaron a la finca de Camela, el caso quedaría totalmente resuelto. Estrella y Lola fueron secuestradas por la tía de Lola. Mientras tanto, fuera de la otra finca de la familia Camela, los soldados de las fuerzas especiales ya estaban listos para el combate. La ventana de vidrio del balcón en el segundo piso se rompió en pedazos. Una señora elegantemente vestida estaba parada en el balcón con un cigarrillo en la mano. Ella inhaló profundamente el humo y luego arrojó con elegancia las cenizas al suelo. Junto a ella estaba Lola, cuya boca estaba tapada y con las manos atadas. Era como una escena dramática de una película, excepto que esto era real. Luisa, usando un atrevido labial rojo y una oscura sombra de ojos, parecía perversamente peligrosa. Una sonrisa malvada se extendió por su rostro, y Luisa miró a su cuñada con una pequeña sonrisa y le dijo. —¿De verdad tienes las agallas de ignorar a tu propia hija? ¿Cómo te atreves a matar a mis muchachos solo para salvar la vida de un simple niño inútil?. Con Estrella en sus brazos, Angie gritó seriamente. —Luisa, te daré el reloj de bolsillo. Ahora, ¡deja ir a Lola! Fue esta mujer la que secuestró a Lola hacía más de dos décadas. Landon la tuvo encerrada en esta finca y la aisló. El hermano menor de Harold, Hilton, quería divorciarse con ella por este motivo. Pero ella nunca estuvo de acuerdo. Más tarde, sucedió algo más que causó que Hilton sufriera un severo ataque cardíaco que eventualmente después de un tiempo lo mató. El pobre Landon tuvo que despedirse de su joven hijo. Tuvieron a Luisa aislada durante casi diez años. Nunca se les ocurrió que ella era capaz de forjar sus propios medios y se relacionara con otros tipos peligrosos. Ella había vuelto para vengarse. Se atrevió a planear un plan inteligente para secuestrar a Lola y Estrella con el fin de obtener el reloj reliquia de la familia. Al escuchar las palabras de Angie, Luisa sonrió. —Muy bien, entonces manda el reloj arriba. Justo cuando Angie estaba a punto de subir, alguien tiró de su manga. Con el reloj de bolsillo en la mano, Jorge tranquilamente dijo con sentimientos desbordados de coraje y ansiedad. —Yo iré. Angie tenía sentimientos encontrados respecto a ello. Ella miró fijamente

sus heridas y finalmente respondió. —No es necesario, yo iré, Jorge. Estás en muy mal estado. Ella no me hará nada. Jorge sacudió la cabeza y la interrumpió bruscamente. —Lo último que puedo hacer por ella en este momento es salvarla. Por favor, déjeme hacer eso por ella. Él necesitaba verla a salvo. Incluso si eso era lo último que él vería en este mundo cruel. Lola, que estaba atrapada en el segundo piso, lloraba en silencio cuando lo vio caminar hacia ella. ¡Poco sabían que detrás de ella había un hombre con bombas pegadas por todo el cuerpo! ¡Solo sería una fracción de segundo antes de que todos ellos murieran! Sus ojos se encontraron y, en esa instante, Jorge leyó el pensamiento de Lola de que ella no lo quería ahí. Su conexión entre sí era innegable. Caminó firmemente hacia la sombría finca. Podía oír pasos siguiéndolo. . ¡Se dio la vuelta y vio a Yonata, Manolo y Ramón! —¡Regresen! Esto es demasiado peligroso. —Jorge les dijo bruscamente mientras fruncía el ceño con desaprobación. Luisa los miraba y quedaba encantada. ¡Cuanto más, mejor! Ella quería que todos murieran. —¡Ella es mi hermana! —Yonata ignoró la ira de Jorge. —¡Ella es mi hermana! —Manolo se estremeció pero aún así levantó la cabeza con valentía. Se parecía mucho a Lola. Ambos eran intrépidos y abnegados. Jorge empujó con fuerza a Manolo hacia atrás. No quería ponerlo en peligro. Luego se volvió hacia Yonata e hizo todo lo posible para también retirarlo. Como último recurso, miró a Ramón y lo desafió. —¿También te voy a echar, o prefieres irte tú solo? —A Ramón no le importó su advertencia y corrió escaleras arriba. Atrapó a Jorge con la guardia baja. Jorge se puso muy furioso. ¡Mientras más personas estuvieran involucradas, más peligrosa sería la situación! Cerró la puerta de golpe para apartar a los hermanos Camela. Sin vacilar más, se dirigió al segundo piso. Todas las habitaciones del segundo piso estaban bien cerradas. El pasillo sombrío se veía espeluznante y misterioso. La habitación más alejada del pasillo se abrió repentinamente. Salió un hombre con objetos sospechosos que cubría todo su cuerpo. Jorge instantáneamente supo lo que iba a suceder... Ramón y Jorge entraron cautelosamente en la habitación.

La habitación tenía intimidantes tapices con patrones de esqueleto. En la mesa junto a la pared, había varios envases con diferentes órganos corporales empapados en el interior con formol. Entre ellos había un par de globos oculares atrapados en una pequeña botella de vidrio, mirándolos fijamente. También había corazones humanos y cabezas humanas intactas con los ojos cerrados. La habitación era realmente aterradora. Ramón sintió ganas de vomitar mientras Jorge se acercaba con calma a Luisa. Junto a Luisa había un hombre bien vestido. Tan pronto como vio lo que había en la mano de Jorge, sus ojos se ampliaron con avaricia. —Tengo el reloj de bolsillo que quieres. ¡Ahora deja ir a Lola! Siguiendo despacio, Jorge levantó la mano firmemente y les dejó que echaran un vistazo al reloj. Ahora mismo todo su corazón estaba vociferando para sacar a Lola de este desastre. Él ahora no podía ver nada más que ella. Luisa se puso de pie y con gracia se movió hacia el frente. Con una sonrisa maliciosa en su rostro, le ordenó al hombre. —Desata las cuerdas alrededor de ella.

Capítulo 196 Quiero verte feliz Tan pronto como Lola se desató, les gritó con voz ronca. —¿Están ustedes dos locos? ¿No me vieron sacudiendo la cabeza? ¡Tiene explosivos por todo el cuerpo! —Señaló al chico que les abrió la puerta justo ahora. Jorge y Ramón sonrieron y eso puso a Lola aún más confundida e indefensa. ¡Eran tan estúpidamente intrépidos! ¡Estaban locos! Tomás Herrero también se apresuró al lugar del crimen. Lola lo vio y le gritó que no volviera más. —Todos deberían irse. ¡Aquí hay una bomba! Tomás Herrero se detuvo de inmediato en su lugar. Levantó la vista y vio al intrépido Jorge y a un sonriente Ramón. Los respetaba tanto por el coraje que mostraban. Todos retrocedieron ante la advertencia de Lola. Luisa se rió histéricamente. —Yonata y Manolo deberían venir aquí también. ¡Después de todo, soy su tía! Es un poco triste morir sola. ¡Cuantos más, mejor! ¡Jajaja! —Luisa, el reloj de bolsillo está aquí. ¡Vamonos! No hay tiempo que perder. —El tipo del traje que estaba detrás de Luisa miró con avidez el reloj en las manos de Jorge. Su rostro estaba lleno de lujuria y adoración. Al escuchar sus palabras, Luisa se echó a reír con desprecio. —Eres un tonto. Incluso si consigo el reloj, no podré tomar posesión del petróleo crudo. ¡No creo que puedas evadir la ley por tu cuenta! ¡Buena suerte con eso! ¿Petróleo crudo? ¿Qué quiso decir ella con eso? Lola lanzó una mirada a Luisa. Estaba absolutamente confundida. Luisa le devolvió una sonrisa perversa. —Chica tonta, ¿no sabes el secreto del viejo reloj de bolsillo? El presidente Herrero y este hombre se acercaron a ti tan efusivamente por eso. ¿No sabes nada? Chica tonta. —Luisa le dirigió a su sobrina una mirada elocuente. ¡Era realmente una belleza! El pasado la inundó y le dolió el corazón. —Niña tonta. ¡Este reloj es la mayor fortuna de la familia Camela! ¡Tu abuela te lo pasó como su única nieta! ¡Estoy tan celosa de ti! Realmente no creo que te lo merezcas. —Encendió otro cigarro de una manera encantadora y luego

lanzó un anillo de humo al aire. Jorge detuvo a Lola para que pudiera estar más lejos de Luisa. Luisa vio esto y se burló de ellos. A ella no le importaba. Tenía todo lo que quería. —Olvídalo. Solo querías estar cerca de ella por el bien del reloj. Lo que me confunde es, ¿por qué estás fingiendo que estás enamorado. Jorge irradió una mirada fría y respondió. —¡Ocúpate de tus propios asuntos! Lola lo miró y notó que la sangre goteaba lentamente de su herida. La situación acababa de empeorar ya que ahora estaban en un punto muerto. —Luisa, te daremos el reloj. ¡Solo déjalos ir! —La voz familiar de Landon se escuchaba desde abajo. Luisa miró a Landon y emitió una carcajada maliciosa. ¡Gracias a este anciano, se casó con Hilton! ¡Ese perdedor! —Bueno, he cambiado de opinión. ¡Quiero que todos mueran aquí conmigo! ¡Jaja! —La risa salvaje de Luisa aterrorizó literalmente a todos. ¡Landon se puso tan furioso que casi se desmayara! Apretó su pecho tan fuerte. Al enterarse de que el enemigo tenía explosivos arriba, Harold aconsejó a los demás que abandonaran el sitio. Solo le pidió al escuadrón de bombas que permaneciera a su lado para que las bajas potenciales pudieran reducirse al mínimo. —¿Estás seguro de que quieres que los demás se vayan al infierno contigo? —Ramón había guardado silencio todo este tiempo, pero ahora abrió la boca cuando notó algo diferente sobre el hombre con la bomba envuelta en él. Sus ojos parecían sin vida y se estaba comportando como un niño confundido. —Ramón, vete con Jorge. ¡Sólo dame el reloj! No tienes que jugar el papel de héroe. Nada cambiará. —Lola tomó el reloj de la mano de Jorge y caminó directamente hacia la ventana del piso. Estaba parada justo en el borde. —¡Lola, ven aquí ahora mismo! —La cara de Jorge se congeló al mismo tiempo que estaba completamente sorprendido. ¡Cómo se atrevía a desobedecerle así! ¡No podía ponerla en tanto peligro! Lola miró al enfadado Jorge. Ella quería recordar este momento y su rostro en su mente. Luisa fue testigo de todo esto y solo sonrió. Agarró a Lola por los brazos. —¡Tómalo con calma, mi querida sobrina! No quieres morir sola, ¿verdad. Jorge inmediatamente tomó acción y la jaló hacia él. En ese momento crítico, el hombre que abrió la puerta para ellos levantó su ropa. Tenía un

encendedor en la mano y su pecho estaba lleno con explosivos. Ahora Jorge tenía la oportunidad de mirar de cerca la bomba. ¡Tenía una mecha muy corta y podía encenderse fácilmente para explotar en solo tres segundos! —¡Todos evacuen ahora! —Lola se asustó y gritó a todos en el patio. Al escuchar su advertencia, todos se movieron con cautela hacia atrás. Angie ya había sacado a Estrella del patio. —Jorge, ya no estoy relacionada contigo en absoluto! ¡Sal de aquí! Y tú, Ramón, ¿por qué demonios has venido aquí? ¡Todos deberían irse ahora! —Lola se había visto cada vez más presionada por la situación y los había empujado hacia la puerta con toda su fuerza. —¡Deténganse! —Exclamó Luisa brutalmente. —¡Nadie puede irse! Ramón miró a Lola y le dijo en tono solemne. —¡Lola, esto es por ti! ¡Quiero verte feliz! Eso es todo lo que podría pedir en esta vida. Con estas palabras, saltó sobre el hombre con la bomba y lo forzó hacia la ventana. —¡Ramón, vuelve! —¡Ramón! —¡Enciéndelo! Todo sucedió demasiado pronto. Jorge, Lola y Luisa gritaron al mismo tiempo. La bomba se encendió al instante. Ramón se aferró al hombre con fuerza y ambos cayeron por la ventana a la planta baja. Todo sucedió en 3 segundos. —¡BUM! —La temida explosión ocurrió frente a sus ojos. Como la mitad del primer piso explotó en pedazos, el segundo piso ya estaba empezando a colapsarse. Otro hombre cayó directamente hacia abajo. Lentamente, Luisa y Ramón se deslizaban hacia abajo. Luisa pronto cayó en los escombros de la planta baja. Su brazo izquierdo todavía se aferraba a Jorge. Ella también estaba tratando desesperadamente de agarrar la mano de Lola. Diez segundos después de la explosión, los oídos de todos seguían sonando. Lola yacía en un pedazo del piso roto. Levantó la vista y pudo ver a Jorge sosteniendo su mano con gran esfuerzo. Su cara estaba pálida y su brazo estaba sangrando. Ella quería soltarlo pero lo vio decir algo de una manera determinante. No podía oír una palabra, pero a juzgar por el movimiento de su boca, podía decir que él dijo: ¡No te atrevas, Lola!

Cuando la ola se apagó, Yonata y Tomás corrieron hacia el segundo piso, en un intento de rescatar a todos. Juntos, levantaron a la indefensa Lola. Los cuatro fueron rápidamente evacuados de la escena. La audición de Lola y sus otros sentidos volvieron. Sin dudarlo, corrió hacia los escombros. Las lágrimas corrían por sus mejillas y ni siquiera tuvo tiempo para limpiarlas. —¡Ramón! ¡Ramón! —Su cara estaba tan pálida como el papel. No hizo nada más que gritar su nombre una y otra vez. El suelo era una escena horrible. La sangre y la carne estaban esparcidas por todas partes. La explosión fue tan grande que no quedaría un cuerpo completo. Harold retiró a su hija para que ella no diera un paso más en los escombros. —¡Ramón! Padre. ¡Por favor, déjame encontrarlo! —Ella sabía bien que era imposible... ¡Pero todavía tenía una chispa de esperanza de que él estuviera vivo! Al siguiente segundo, sintió un pecho cálido y familiar. Esta vez, el abrazo olía a sangre. Jorge insistió en abrazarla y trató de calmarla. Era imposible que Ramón estuviera vivo... —¡Jorge, solo déjame ir! ¡Necesito encontrar a Ramón! ¡Déjame ir! — Lloró y pataleó como si pudiera recuperar a Ramón. Él presionó su cabeza contra su pecho y compartió su dolor. Le dijo suavemente. —Lola... Ramón se ha ido. Fue tu héroe hasta el final. Lola estalló en lágrimas. ¿Por qué su mejor amigo murió así? Se sacrificó por todos ellos... Ella odiaba eso. ¡Ella debería ser la que muriera! ¡Ramón no se merecía esto! ¡Ahora ella estaría viviendo el resto de su vida con culpa! La policía pronto llegó al sitio y cumplió con sus deberes. Landon, Harold, Yonata y Tomás tenían pensamientos diferentes mientras observaban a Jorge abrazar a Lola frente a la casa destruida.

Capítulo 197 Montó un gran pastor caucásico Dos policías esposaron y se llevaron a Luisa. Su rostro estaba todo cubierto de sangre. Todavía tenía la cabeza bien levantada y parecía indiferente ante todo el caos cuando pasó junto a ellos. Sacaron otro cuerpo. ¡Era el amante de Luisa! La escena era tan horrible que los hombres que estaban acostumbrados a tiempos difíciles voltearon la cabeza. La presión arterial de Jorge era baja. Apretó los dientes, pero el sudor frío seguía cayendo por su frente. Las heridas que tenía por las balas habían comenzado a sangrar internamente. Eventualmente ya no pudo sostenerse así mismo. Empujó a Lola a los brazos de Yonata y se desmayó. Lola estaba aterrorizada mientras gritaba en voz alta. —¡Jorge! —Después de un segundo, ella también se desmayó. Todos de la familia Camela estaban en shock... Hacía mucho tiempo, los duraznos estaban floreciendo con una verdadera belleza. Una joven estaba trepando en el árbol de durazno, tratando de recoger la flor más pura. Debajo del árbol, no lejos de ella, un grupo de niños perseguían a un niño que llevaba un chándal blanco. Finalmente, el niño se quedó sin aliento y no pudo correr más. Se detuvo junto al árbol, jadeando por aire. —¡Vamos! Pégale. ¡Es un bastardo sin padre! ¡Qué vergonzoso es eso! — Un niño gordo de unos diez años señaló al niño con chándal blanco y le gritó a sus compañeros. Los demás niños se reunieron alrededor de él. Todos parecían malvados y estaban ansiosos por golpear al pobre niño. —¡FIUU! ¡Muérdelos! —Una voz joven habló por encima de sus cabezas. Una fracción de segundo después, un gran pastor caucásico apareció de la nada y cargó contra ellos, ladrando sin temor. Los niños se asustaron tanto y se apresuraron a huir. El chico del chándal blanco levantó la vista. Entre las hermosas flores de durazno, había una linda niña. Llevaba un elegante vestido rosa y se veía

absolutamente adorable. La luz del sol besaba suavemente su rostro brillante. Pensó que ella tenía la sonrisa más hermosa del mundo. La miró fijamente y estaba completamente perdido en sus ojos. Fue hasta que, de repente, se cayó del árbol y lo golpeó, que recuperó el sentido. —¡Auch, me duele la espalda! —La niña sacó la lengua con una sonrisa y estaba a punto de alejarse con el perro. Rápidamente se levantó del suelo. Mientras frotaba su trasero, tímidamente le hizo una pregunta. —Oye, pequeña hada, mi nombre es Ramón Garcia. ¿Puedo saber tu nombre también. La niña se dio la vuelta y le dio una gran sonrisa. —¡Claro Ramón, mi nombre es Lola Hernández! No olvides mi nombre, ¿vale? —Ella cruzó los brazos frente a su pecho y le sonrió. Sonrió ampliamente, revelando una boca llena de dientes blancos. Ella había estado en su mente desde entonces. ¡Lola Hernández, la pequeña hada que montó un gran pastor caucásico! Un sueño tras otro, Lola veía a Ramón sonriéndole entre las estrellas parpadeantes. Le dijo con una dulce y suave voz. —Lola, te amo, pero ahora tengo que irme. ¡Deberías estar feliz! No llores por mí ahora. —Se veía absolutamente impresionante en el sueño con su cabello rojo y una sonrisa fresca. El pasado la perseguía. ¡Otra gran explosión resonó en sus oídos! —¡Ramón! ¡Ramón! —Gritó Lola cuando se despertó por sus propias pesadillas. Se sentó en la cama, temblando como una hoja en el frío viento del otoño. Al escuchar el grito agudo de su hija, Angie salió rápidamente del baño para ver cómo estaba. —¡Oh Lola, te despertaste! —Presionó el botón y llamó al médico. Lola miró a su alrededor, tratando de averiguar dónde estaba. ¿Estaba en el hospital? ¿Cómo terminó en un hospital? Había soñado con Jorge y la primera vez que conoció a Ramón. —¡Madre! ¿Dónde están Jorge y Ramón? —Abrió la boca y miró a Angie, cuyos ojos eran bastante rojos. Asumió que su madre había estado llorando mucho. Angie se acercó a su cama y colocó ligeramente su mano. —Jorge... Él está en la habitación junto a la tuya. Todavía está en coma... Al escuchar su respuesta, Lola retiró rápidamente el equipo de goteo y levantó la sábana. Estaba tan desesperada por ver a Jorge. —¡Lola! ¡Ve más despacio! ¡Deja el goteo encendido! Lola por favor... —

Angie persiguió a su hija fuera de la sala. Lola miró a su alrededor y buscó en las habitaciones una por una. Presionó su cara en el vidrio de la puerta, tratando de encontrar a su Jorge. Luego, en una de las habitaciones, vio a Rocío. Lola abrió la puerta con todas sus fuerzas y entró corriendo. Angie no pudo detenerla a tiempo y la vio entrar en la habitación. Mientras Rocío estaba en la habitación, Angie también siguió a Lola. El hombre que solía ser tan enérgico y lleno de vigor ahora estaba acostado en una cama, inmóvil. No, ella no podía soportar verlo así. Le dolía el corazón de gran agonía. Al ver a Lola, Rocío estaba furiosa. ¡Fue debido a esta mujer que su hijo ahora estaba acostado en la cama en coma! —¡Vete de aquí! —Su rostro se contrajo de ira cuando señaló la puerta y le gritó a Lola. Kevin vio la mirada de su esposa y rápidamente se acercó para calmarla. Angie se asomó y dijo. —Por favor, Rocío, esto es un asunto entre nuestros hijos. ¡No debemos interferir con ellos! —¿No interferir? ¿Cómo podría quedarme sin hacer nada y ver a tu hija engañar a mi hijo hasta matarlo? ¿No sería demasiado tarde para entonces? — Kevin ya no podía soportar que su esposa estuviera histérica. Subió y trató de sacarla de la habitación. —¿A dónde me estás arrastrando? ¡Suéltame! —La puerta se cerró de golpe, pero sus fuertes gritos todavía se podían escuchar desde lejos. Angie también salió de la sala para que su hija pudiera estar sola con Jorge. Lola se echó a llorar y se tiró sobre su cama. Se arrodilló a su lado y lloró. —Jorge, por favor despierta. Estarás bien, ¿vale? ¡Necesito tu compañía! ¡Jorge! Eres un hombre tonto! Por favor, despierta pronto! Lo siento mucho... te necesito tanto. —Ramón ya la había dejado. —¿Podrías por favor levantarte y estar conmigo? Te quiero mucho. ¡No sé qué haría si nunca despiertas! —Ella estaba literalmente llorando desde su corazón. Después de mucho tiempo, finalmente dejó de llorar. Sólo el murmuro de Lola y sus ocasionales sollozos se podían escuchar. —Jorge, arriesgaste tu vida para salvarme a mí y a Estrella. ¡Me casaré contigo! ¡Te seguiré hasta el fin del mundo! —Apoyó su cabeza a su lado y le apretó la mano con fuerza. Milagrosamente, el hombre en la cama recobró el sentido. Abrió los ojos lentamente mientras escuchaba sus palabras. Él sonrió en silencio. Estando pálido, dejó escapar un gemido. La puerta de la sala se abrió de nuevo. Jorge cerró los ojos y se quedó allí

con un suspiro. —¿Qué demonios estás haciendo aquí? —Lo que le sucedió a la familia Camela del país A causó revuelo mundial. Yolanda se apresuró a llegar aquí desde el país C tan pronto como escuchó lo que le pasó a Jorge. Pero cuando entró en la habitación, vio a Lola abrazando a su hombre con fuerza. Jorge casi muriera a causa de ella y su hija bastarda. ¡Quería matarla ahora mismo! Lola tenía una bata de paciente. Se incorporó y se secó las lágrimas de la cara. —Estoy aquí para hacerle compañía. ¡Me salvó a mí y la vida de mi hija! —Su tono estaba lleno de orgullo y aprecio. Yolanda dejó su bolso en la cama y se acercó a Lola. Agarró su brazo y comenzó a arrastrarla fuera de la habitación. —¡Vete de aquí! ¡Es por ti y tu hija bastarda que Jorge es así! —¡PAF! ¡PAF—. ¡La cara de alguien fue abofeteada dos veces! La habitación ahora estaba tranquila. La cara de Lola estaba tan pálida como el papel. Miró a Yolanda con ira. —¡Yolanda, eres de la famosa familia Moza del país C! Debes actuar con más elegancia. ¿Qué quieres decir con bastarda? ¡No le hables así a una madre! —Lola se adelantó y miró desafiante a Yolanda mientras sostenía su rostro. ¡Debería haber aprendido karate cuando aún era joven! ¡Para que pudiera golpear a esta mujer! Sin escuchar a Yolanda, continuó. —Mi hija es una dama de la familia Camela del país A. ¡No importa quién sea el padre de Estrella, ella ciertamente no es una bastarda! Hoy solo te abofeteé la cara. La próxima vez habrá más. ¡Debes saber cómo dirigirte a los demás de manera más cortés! Sepas dónde estás parada, mujer. Lola todavía tenía puesta su bata de paciente, pero su manera imponente era incuestionable. Yolanda se sorprendió y se quedó sin habla cuando Lola se alejó.

Capítulo 198 Un cuerpo mutilado. Después de detenerse en su lugar por un momento, Yolanda levantó la mano y estuvo a punto de devolverle la bofetada. Pero Lola tomó su mano en el aire. —¡Señorita Moza, no te atrevas a tocarme! ¡De todos modos, Jorge es mío! Sé que ustedes dos están comprometidos, pero ¿y qué? ¡Tú, ángel pretencioso, arruinaste mi matrimonio! ¿De verdad crees que te dejaría tan fácil. Yolanda retiró su muñeca, mirando a Lola con una sonrisa en su rostro. — ¡Jaja! ¿Quién crees que eres? Pero, no soy tan mala. ¡Aún eres bienvenida a nuestra boda! ¡Te saludaré personalmente! Lola estaba molesta por su tono jactancioso, pero al instante se calmó y sonrió. —Bueno, ya verás, señorita Moza. ¡Lo juro, después de este momento, lucharé hasta el amargo final! ¡Yolanda no podría estar con su Jorge! Ella no podría estar con él. A pesar de que no usaba maquillaje y estaba vestida con una sencilla bata de hospital, Lola se alejó de su rival de amor, orgullosa y elegante. Jorge había escuchado su conversación. ¿Luchar hasta el amargo final? ¿Estaban ocultándole algo? Tenía muchas ganas de averiguarlo. Yolanda se congeló por un largo tiempo antes de acercarse a la cama del hombre. Ella acariciaba obsesivamente su rostro frío y perfecto. Era tan encantador incluso cuando dormía... Deprimida y aburrida, Lola se quedó en el hospital un día más. No fue dada de alta del hospital hasta que los médicos le dijeron que todo estaba bien y que solo necesitaba descansar de vez en cuando. La gente le dijo que Jorge ya estaba despierto del coma y que estaba acompañado por su familia. De repente, se sintió demasiado avergonzada de verlo. Sin embargo, ella todavía estaba decidida a ir con Estrella y verlo antes de que salieran del hospital. En la habitación, estaba sentado en la cama con un mejor aspecto y no se veía tan pálido como antes. ¡Esto la alivió de preocupación y ansiedad! Jorge miró cada una de sus hermosas características de nuevo.

Kevin estaba leyendo periódicos en el sofá. Yolanda se sentó junto a la cama, agarrando con fuerza la mano de Jorge, y Rocío regresó a casa para traer algo de ropa limpia. —¡Hola señor Jiménez! ¡Perdón por molestarle! —Lola saludó a Kevin con respeto. El hombre, el padre de Jorge, parecía más amable que su madre. —¡Hola! —Kevin dejó los periódicos y asintió con la cabeza. —Hola, abuelo Jiménez. El tío Jorge me salvó a mí y a mi mamá. ¡Sólo queremos decir gracias! —dijo Estrella. Llevaba un vestido largo de lavanda, su cabello con dos pequeñas coletas y un sombrero de copa. Al ver a Estrella, Kevin se volvió brillante y alegre. —Hola, mi pequeña marioneta. ¿Cuál es tu nombre. —Abuelo Jiménez, mi nombre es Estrella. —Lola miró a su encantadora hija y al instante se llenó de tantas emociones. Por un momento, el rostro de Estrella le recordó a Kevin cómo se veía su hijo cuando era niño, y estaba a punto de pensar en ello cuando Lola dijo. — ¡Señor, vamos a visitar al jefe Jiménez! Kevin fue interrumpido por sus palabras y perdió sus pensamientos. Fueron al otro lado de la cama, y cuando Lola vio a Yolanda sosteniendo su mano, se sintió extremadamente herida y celosa. Dios. ¿Estaba realmente bien con esta muestra pública de afecto? Dijo que solo me tomaba de la mano a mí en público. —Tío Jorge, ¿todavía sientes dolor? ¿Estas bien? —La voz de Estrella, inocente y tierna, interrumpió su profunda meditación. Jorge le quitó la mano a Yolanda y miró a Estrella suavemente, acariciándole el pelo. —¡Me siento mejor ahora, casi recuperado! Gracias por ser mi pequeño ángel guardián. Yolanda miró la escena y eso la molestó. Se imaginó cómo los tres, Jorge, Lola y su hija, parecían una familia feliz. Estrella asintió vigorosamente y sonrió. —Tío Jorge, gracias por salvarme a mí y a mi mamá. ¡Eres realmente nuestro superhéroe! ¿Un superhéroe? Jorge levantó una ceja. ¡Sonaba bien! Lola respiró profundamente. —Jefe Jiménez, ¡gracias por salvarnos! ¡Visitaremos su casa para expresar nuestra sincera gratitud! ¿Podría interpretarlo como un indicio de que ella iba a dormir con él? Yolanda se burló. —No, en absoluto, señorita Camela. Jorge atesora la amistad. ¡Haría lo mismo con cualquiera de sus amigos! Él no lo hizo solo por ti. Además, cuando Jorge se recupere, regresaremos al país C para nuestra boda. ¡Señorita Camela, no tendrá tal oportunidad! Ella respondió, sonando como la prometida de Jorge. Sonaba educada y

persuasiva. Lola sonrió. Ella no le devolvió el golpe ni volvió a mirar al hombre. — Señor Jiménez, nos vamos. Uno de mis amigos... nos salvó... y se fue. ¡Voy a verlo! —Lola se despidió de Kevin, con los ojos húmedos y rojos. —Ramón nos salvó. Quiero despedirme de él. ¡Vamos juntos! —Jorge respondió con determinación y rápidamente trató de levantarse de la cama con el apoyo de la parte inferior de su cuerpo. Todavía se veía guapo y atractivo incluso con un bata de hospital. Yolanda se apresuró a sostener su brazo, pero él solo la miró y dijo. —No, gracias. ¡Volveré pronto! Lola llevó a Estrella con Angie y Landon en su propia habitación antes de ir a la morgue con Jorge. Bajaron al B2 donde se encontraba la morgue. Era sombrío y frío. Lola inconscientemente agarró a Jorge de su bata y sus labios se estremecieron. Tenía miedo de tres cosas: fantasmas, estar sola en la noche y gatos. Jorge notó que algo estaba mal con ella, y él, soportando el dolor, movió su brazo herido envuelto en una gasa y sostuvo su hombro con fuerza. —Los difuntos descansan en paz. ¡No tengas miedo! Llegaron a la morgue 3 donde había seis cadáveres cubiertos de ropas blancas. Cuando lo vio, Lola perdió el aliento debido al miedo. Estaba empapada en sudor, y se sentía caliente y sedienta. Había estado de luto por la muerte de Ramón, y no podía aceptar el hecho de que su mejor amigo ya se había ido. ¿Cómo podía descansar, sin vida, en esta fría morgue? Intentó reprimir el llanto cubriéndose la boca. Jorge encontró la cama etiquetada con el nombre de Ramón. Aunque estaba cubierto con una tela blanca, el cuerpo debajo obviamente no estaba en su forma completa. La cabeza todavía estaba allí, pero la parte superior del cuerpo había desaparecido, y solo le quedaba la mitad de su pierna... Lola temblaba violentamente en los brazos de Jorge, llorando amargamente con tristes gemidos y sollozos. Vino a despedirse de quien se sacrificó por ellas y murió con un cuerpo mutilado. Le debía su vida y siempre estará en deuda con su mejor amigo. —No llores. ¡No es lo que él quería! —dijo Jorge que tenía una profunda admiración por su coraje y amor. El hombre se sacrificó sin dudar por su verdadero amor. Si Ramón aún estuviera con vida y él mismo no pudiera deshacerse de Yolanda, podría pedirle que cuidara de Lola...

—¡Ramón! Te has ido... ¿Has considerado lo que siento ahora? Quién va a beber conmigo si no estás aquí... Quién será mi mejor amigo... — Lola se puso muy emocional y sus piernas se daban por vencidas. Estaba a punto de sufrir una crisis. Recordaba que él siempre la había ayudado en momentos de necesidad durante los últimos diez años. Cada vez que acudía a él en busca de ayuda, él siempre estaba disponible. Crecieron juntos, se prepararon para el examen de ingreso a la universidad, estudiaron en la universidad y se quedaron despiertos toda la noche y el día para jugar juegos como senderismo, bebida, carreras... ... importante para ella. No era solo un amigo cercano. Él era su hermano. ... joven que ella. Ella insistió en ser su hermana mayor. Siempre intentaría guiarla con consejos y sugerencias. Pero ella no le prestó atención y lo había dado por sentado. Ahora extrañaría todo lo que él hizo por ella. Ahora que se había ido...

Capítulo 199 El perfecto Ramón Cuando Lola estaba en una pelea con otros a una edad más temprana, Ramón llamó a muchos amigos para ayudarla. Como resultado, iría a la cárcel por una semana por protegerla. Siempre había estado allí para ella en los mejores y los peores días de su vida. Ahora que ella ya era lo suficientemente fuerte, él se había ido. —Ramón... —Le sorprendió que perder a su mejor amigo pudiera ser la cosa más horrible de todas. —Lola, déjalo descansar en paz. —¡Gracias, Ramón! Jorge sostuvo a Lola temblorosa, pensando que sería mejor si no viera a Ramón así, para que pudiera recordar al perfecto Ramón. Cuando salieron de la morgue, la sangre comenzó a gotear nuevamente del brazo de Jorge, y Lola todavía estaba llena de lágrimas. Él la envió de vuelta a la habitación. Su madre y su abuelo lloraron amargamente cuando la vieron desanimada y deprimida. Tanto la familia Camela como la familia Jiménez estaban muy agradecidas con el sacrificio de Ramón, ¡el joven de la familia García! —Tómate un descanso, y lo veremos en su funeral. —Él la consoló con una voz tranquilizadora y la ayudó a sentarse en la cama. Lola se calmó por un momento, tomó el pañuelo que Jorge le había dado y se secó los ojos. Miró a Jorge, quien estaba haciendo una mueca de dolor pero estaba tratando de ocultarlo. —Tu brazo está lesionado de nuevo. Ve a cuidarlo o de lo contrario se infectará. Voy a ser dada de alta hoy y volveré a trabajar mañana. Jorge se sentó a su lado y dejó que ella lo enfrentara. —Lola, deja de llorar. ¡No quiero verte llorando! Landon y Angie salieron de la habitación para darles espacio. Lola miró a Jorge y pensó en Ramón de nuevo. Sus lágrimas cayeron inmediatamente al pensar en él. —¡Por favor, sólo vete! —¿Por qué lloras otra vez? —Él frunció el ceño y suavemente limpió sus lágrimas con su palma. Ella evitó su mano y miró el verdor fuera de la ventana. —De ahora en

adelante, tú y Ramón ya no están en mi mundo... Sólo estoy yo. No quiero perder a otro hombre. Me lastima y me duele mucho. Si estuviera de mal humor, nadie volvería a beber con ella. Si quisiera ir a los autos de carrera, nadie la acompañaría. Si ella no podía quedarse con Jorge, nadie la llevaría a otros lugares. ... Al mirarla así, Jorge sintió como si innumerables agujas le pincharan el corazón. Se puso de pie, caminó hacia ella y la atrajo hacia él. —Me quedaré contigo por un tiempo. La mujer se retiró de sus brazos y lo miró fijamente. —Jorge, ¿sabes lo que quiero. Él la miró profundamente. ¿Cómo podría no saberlo? Lo que ella quería era lo mismo que él más quería, ¿no? —Puedo darte cualquier cosa menos un matrimonio. Él podría darle todo, corazón y alma. Al oír sus palabras, ella cerró los ojos. —Por favor, vete. ¡Conseguiré lo que quiero sola! Déjame sola ahora—. ¡Ella quería más que su corazón y creía que podía conseguir todo lo que quería! El sol se reflejó en la figura de Jorge a través del cristal y lo hizo ver más noble y extraordinario. —¡Te daré todo lo que quieras! ¡No había necesidad de hacerlo! Ella sabía que él comprendería y se casaría con Yolanda. —¡Por favor, vete! ¡Solo estás empeorando las cosas! —Ella dejó caer sus hombros débilmente y se apoyó contra la cama. ¡Jorge realmente odiaba no poder hacer feliz a la única mujer que amaba! Odiaba verla así. Por primera vez en su vida, se sentía tan impotente. Tan indefenso Él la acercó a sus brazos de nuevo. —Lola... —¡Vete! —Levantó la voz y luchó por liberarse. ¿Por qué estaba todavía aquí? ¿Qué estaba tratando de probar? Lola se puso de pie y lo empujó fuera de la habitación con toda la fuerza que le quedaba. Cerró la puerta y dio un suspiro de alivio. Necesitaba que la dejaran sola para aclarar su mente. Angie y Landon observaron cómo Lola empujaba a Jorge fuera de la habitación y se miraban sorprendidos. Sólo Lola se atrevía a tratarlo así. —Abuelo, tía, Lola está muy inestable emocionalmente en este momento. La veré cuando salga del hospital. Por favor cuiden de ella. Se lo ruego.

... ancianos asintieron a la vez. —¡Estamos en deuda contigo, Jorge! Gracias por salvar a mi hija y nieta. ¡Le pediré a Lola que se lleve a Estrella y que vaya a tu casa para ofrecerte nuestra gratitud! Landon vio con sus propios ojos cómo Jorge había salvado a Estrella. Y cómo volvió a la casa e intentó salvar a Lola. Lo habían visto y estaban muy agradecidos. —Por favor no lo mencione. ¡Disculpe, me tengo que ir ya! —Echó una última mirada a la habitación de Lola y corrió hacia la suya. Presionó la alarma para llamar al médico y ponerle una venda en el brazo. Al ver que Jorge regresaba, Yolanda se levantó rápidamente del sofá. — ¡Jorge! Ella era la única en la sala ya que Kevin no estaba allí. —¿Estás bien? —Yolanda vino a ayudarlo, pero Jorge apartó la cara de ella. Los ojos de Yolanda se pusieron rojos cuando lo vio tratarla tan fríamente. Él había estado con ella durante tantos años y nunca la había tratado así antes. Ella se estaba volviendo tan insegura. Solo quería estar con él. ¿Qué estaba mal con eso? Él accedió a casarse con ella. Ella tenía todo el derecho de actuar así. ¿Qué estaba mal? Afortunadamente, viviría el dolor solo por un corto tiempo. Iban a celebrar una boda en menos de tres meses. ...... En Grupo SL. Lola se sentó en la oficina del director general adjunto, ocupada nuevamente con el trabajo. Aunque ya era la directora ejecutiva en funciones, no quería mudarse a su oficina, en caso de que él pudiera regresar en unos días. Ella estaba haciendo las cosas como él lo haría y estaba haciendo lo que él hubiera hecho. A las 12 en punto de la noche. Lola miró su reloj. Ya era tarde. No había traído ningún artículo de aseo. ... a casa, lo supongo. —pensó. Pero ya eran las doce en punto. No quería causar ningún problema innecesario. La gente en la casa ya estaba dormida. —¡Olvídalo, solo una noche! Acostada y vencida por la fatiga, se sentía incómoda porque nunca había dormido en un sillón. A más o menos la una de la madrugada. Solo había un salón temporal en la oficina del CEO del Grupo SL. Se aclaró sus propias cosas y se dirigió a la oficina del CEO. Estaba completamente oscuro fuera de su oficina. Encendió la linterna de su teléfono móvil para guiarla en el camino hacia el ascensor.

La puerta de la oficina del CEO no estaba cerrada. Ella empujó y encendió todas las luces. La oficina se volvió instantáneamente brillante. Sus cosas habían sido empacadas y retiradas. La puerta del salón estaba cerrada. Ella había revisado todos los cajones pero no encontró la llave. Se quedó mirando el teléfono, dudando en llamarlo. Al final, lo llamó. El teléfono sonó varias veces antes de que él contestara. Podía distinguir por su voz ligeramente ronca que se había quedado dormido... —Bueno, es tarde, y quiero dormir en el salón por una noche, pero no puedo encontrar la llave..." Al escuchar la voz avergonzada de la mujer por teléfono, Jorge se levantó de la cama. Había estado tan ocupada en el trabajo. Ni siquiera se molestó en ir a casa. Por supuesto, ahora que se convirtió en la directora ejecutiva en funciones, debía estar ocupada todo el día. ... ¿Era demasiado cruel con ella? ¿Puso demasiada presión sobre ella? —Ve a buscar en la oficina de la secretaria, mira si han guardado la llave. Lola asintió y respondió. —Está bien. —Luego colgó el teléfono. Estaba muerta de cansancio.

Capítulo 200 Carta de renuncia Dos minutos después, encontró una cadena de llaves de oro con la que solía entrar en el salón. La habitación estaba muy ordenada y la ropa de cama estaba recién puesta. Todo en la habitación le hacía sentirse tan relajante. Lola estaba tan cansada que inmediatamente se durmió una vez que estuvo en la cama. Todos los eventos previos a este día habían agotado toda la energía en ella. Como resultado, perdió todas las llamadas de Jorge. A las dos de la mañana. Alguien estaba llamando a la puerta de la sala, que estaba cerrada por dentro. Ya dormida, Lola solo se dio vuelta cuando escuchó el ruido y se quedó dormida otra vez. —¡Plas! ¡Plas! —Por la fuerte combinación de los golpes y el timbre de su teléfono, Lola finalmente se despertó. ¿Quién estaría llamando aquí tan tarde en la noche? ¿Era Jorge? Ella comprobó la llamada entrante. Entonces contestó bruscamente la llamada. —Abre la puerta. —¡Era él! Con el pelo despeinado y los ojos confundidos, Lola miró la sombra oscura de un hombre que estaba afuera de la puerta. —¿Cómo puedo ayudarle, jefe Jiménez? Es bastante tarde, lo sabe. —Ser despertada del sueño no era una experiencia agradable. Era algo que nunca le había gustado. Pero Jorge encontró su mirada de confusión extremadamente adorable. No pudo comunicarse con ella a través del teléfono varias veces, por lo que le preocupaba que pudiera estar nuevamente en problemas. Los desafortunados acontecimientos que experimentaron también le causaron un pequeño trauma. A pesar del hecho de que Rosa Flores había sido arrestada y condenada a muerte, la familia Camela estaba en mayor riesgo ya que más personas sabían sobre el antiguo reloj de bolsillo después del secuestro. El valor del reloj de bolsillo se había informado en todos los canales de la radio y la televisión. —Nada. ¡Vuelve a dormir! Siento mucho molestarte. —Entró y se sentó en el sofá. Le dolió el corazón cuando vio a Lola arrojándose de nuevo a la cama.

Estaba tan agotada. Deseaba poder quitarle su cansancio y su dolor para que ella ya no se sintiera agotada o dolida. No debería haberle pedido que actuara como CEO en primer lugar. Sin embargo, todavía podía darle una mano. Se podrían asignar varios asistentes competentes para ayudarla. . Lola se obligó a permanecer despierta y ver qué haría Jorge, pero se quedó dormida de nuevo en poco tiempo. Cuando se despertó de nuevo, ya eran las 7 de la mañana. Su computadora portátil estaba en el escritorio, junto con algunas carpetas. Cogió una de ellos y descubrió que se había examinado a fondo, se había marcado con comentarios detallados de revisión y se había aprobado cuidadosamente. Sus comentarios, escritos en un estilo elegante, siempre fueron acertados. Revelaron todos los riesgos ocultos y las fallas que ella no había notado. Jorge había dado sugerencias prácticas para cada uno de ellos, lo que significaba que solo le tomó a Jorge algunas horas para hacer frente a su carga de trabajo de una semana entera... ¿Era tan bueno? Incluso se quedó despierto toda la noche para terminar su trabajo. La amaba mucho. Cuando estaba a punto de abrir la puerta después de limpiar, Sánchez la abrió desde afuera y entró lentamente. Le mostró a Lola la bolsa en la mano. Había varias loncheras. —¡Srta. Camela, el jefe Jiménez se acaba de ir y me dijo que le trajera un desayuno! ¡Él es tan dulce con usted! —En realidad, era una historia trágica para Sánchez. Esperó abajo toda la noche después de recibir la llamada del jefe a las 2 de la mañana. No había dormido desde entonces. Lola se quedó estupefacta por un momento, y luego asintió. —Gracias, Sánchez. ¡Es muy amable de tu parte! ¡Eres tan dulce también! En las loncheras había un bollo cremoso cocido al vapor, una barra de masa frita con salsa especial de especias, huevos en conserva y gachas de cerdo picadas. Todo parecía muy calientito y apetecible. —De nada. La veré luego, señorita Camela. —¡Finalmente! ¡Podría volver a casa y dormir un poco ahora! Después de que Sánchez se fue, Lola llevó el desayuno a la oficina del CEO. Era temprano en la mañana, así que nadie estaba en el trabajo todavía. Volvió a la sala de estar, tomó su computadora portátil, sus carpetas y limpió la habitación. Después de la sesión informativa de la mañana, Julie Tan le entregó a Lola

una carta de renuncia. Julie llevaba esa sonrisa encantadora como si la carta no fuera de ella. Lola repasó toda la carta y la razón principal por la que Julie declaró irse, no era nada más que idoneidad para su trabajo en SL. —Señorita Tan, ¿es realmente por eso que decidió irse? —Lola dejó la carta en su escritorio y miró a Julie con los brazos cruzados. Julie Tan fue una gerente extraordinaria a pesar de su naturaleza poco profesional de coqueteo. Si se iba, sería una pérdida para la gerencia de la empresa. Era un activo valioso. —Vine aquí por el señor Jiménez, para ser sincera. Pero ahora parece que está lejos de mi alcance. Y se irá pronto, así que no tiene sentido quedarme aquí por más tiempo. —Julie dijo sin rodeos, sentada frente a Lola. Lola sonrió. —¿Por el jefe Jiménez? Qué casualidad. ¡Vinimos aquí por la misma razón! Sin embargo, no me he rendido incluso después de cuatro años de espera. ¿Por qué tienes tanta prisa. ... cierto. Lola planeaba hacer algunos movimientos audaces después del funeral de Ramón. Ojo por ojo, ella enviaría de vuelta a esa mujer tarde o temprano. No dejaría que la justicia subestimara lo que el mal de una mujer le había hecho. Yolanda arruinó su carrera en la farándula, por lo que no le permitiría disfrutar de la fama y el poder de hoy. En última instancia, ella destruyó su matrimonio. De repente, Julie cambió la forma en que estaba pensando en Lola. Realmente había algo especial en ella. A pesar de sus diferencias, todavía adoraba a Lola. Simplemente hablando, estaban persiguiendo a un mismo hombre. Pero Lola parecía estar bien con eso. —¿De verdad no te importa? —Normalmente, Lola echaría a esas rivales. —Por supuesto que sí. Pero todavía no es mío. Entonces, ¿por qué debería importarme? Además, eres muy valiosa para esta empresa. —Lola se rió, radiante de confianza, como una típica súper mujer. Julie rompió el papel, esperando en secreto que Jorge no fuera tan ciego para elegir a Yolanda, esa perra astuta. —Señorita Camela, ¡finja que nunca me presenté aquí hoy! —Julie se puso de pie. Inspirada por las palabras de Lola, decidió quedarse en su lugar. Lola asintió, se paró al mismo tiempo y le tendió la mano. —Señorita Tan, espero su excelente desempeño. Creo que tendrás un futuro brillante en SL. Julie Tan tomó la mano de Lola y la encontró extremadamente suave. Obviamente, Lola fue bien educada en una familia rica. —¡Realmente aprecio su amabilidad, señorita Camela! No voy a perder esta oportunidad.

Poco después, Julie Tan dejó la oficina del director general adjunto y tiró los trozos de papel en el bote de basura. El brillante sol fuera de la ventana era como la sonrisa en el rostro de Lola cuando miraba a Jorge. Le recordó a Julie a los hombres que recién iban y venían en su vida. ¡Ahora estaba decidida a terminar este largo tiempo de amor y ser una mujer elegante, independiente y única como Lola! Julie incluso quería agradecerle a Yolanda Moza. ¡Si no fuera por ella, no hubiera venido a SL y sus valores habían cambiado para mejor después de aprender de la gente aquí! Miró de nuevo a la oficina de Lola. —¡Lola Camela, lo vas a conseguir seguro! ¡Espero que lo hagas! Eres la mejor mujer. Alrededor de las 7 de la noche, Lola agarró su bolso y corrió al estacionamiento. Casi olvidaba que tenía una cena importante con algunas figuras políticas de alto rango. Estas reuniones eran muy importantes para la promoción de la empresa. Llamó a Yonata en el camino y le pidió que la recogiera entre las 8 y las 9 de la noche, ya que por lo general él estaba libre durante la noche. Exactamente a las diez para las ocho, Lola llegó al hotel Marriott. Cuando entró en el Salón privado 666, una docena de personas se habían sentado alrededor de una mesa redonda, y Lola fue la última invitada. —¡Miren! ¿No es esta Srta. Camela del Grupo SL? —Un hombre robusto se acercó bruscamente a su lado para darle la mano a Lola. Lola lo reconoció. Él era Danny Fang, el CEO de Fang Holdings Group. ¡No podía creer que podría conocerlo! A la edad de su padre, este Sr. Fang era notoriamente lujurioso, infame por su lujuria por ambos sexos y frecuentes escándalos sexuales. Al mismo tiempo, era un astuto hombre de negocios y ya había logrado mucho éxito. Lola le estrechó la mano de manera rutinaria. Cuando Danny Fang estaba a punto de iniciar una conversación, ella se alejó de inmediato hacia el invitado de honor. Ella no tenía tiempo que perder.

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Enamorada del CEO

Mi querido general

La Frialdad de Rocío

Content Capítulo 201 Hizo mucho esfuerzo Capítulo 202 Me considerarán a mí y al grupo de SL como su peor enemigo Capítulo 203 Apareciste encantadoramente Capítulo 204 Comparte el honor y la gracia desde entonces Capítulo 205 No puedo olvidarme de él Capítulo 206 No puedo soportar la consecuencia Capítulo 207 Mi hermana no era la amante Capítulo 208 No interferiré. Capítulo 209 Lo haré por ti Capítulo 210 Mando Bay Capítulo 211 El secreto del viejo reloj de bolsillo. Capítulo 212 Tan poderoso Capítulo 213 Denigrada y criticada por el público. Capítulo 214 Tengamos nuestro último romance Capítulo 215 El Ligre Capítulo 216 Dejar que su imaginación vuele sin fronteras Capítulo 217 Seré tuya Capítulo 218 Llena de sus sombras. Capítulo 219 Todos supieron que el Sr. Jiménez realmente amaba a Lola Capítulo 220 La renuncia de Tomás Herrero Capítulo 221 Hortensias azules. Capítulo 222 En las búsquedas más populares Capítulo 223 La publicidad Capítulo 224 ¿Se estaba enamorando de alguien Capítulo 225 Estaba bastante satisfecha con su futuro yerno. Capítulo 226 Besa a otra mujer Capítulo 227 Sólo una extraña para ti Capítulo 228 El día de la boda. Capítulo 229 Robar el protagonismo de tu hermano. Capítulo 230 No se rindió Capítulo 231 Bienvenida a la Bella Novia Capítulo 232 El juego había terminado. Capítulo 233 Conozco mi distancia y limitaciones Capítulo 234 Devuélveme a Estrella Capítulo 235 Oveja de alimento hacia las fauces de un tigre.

Capítulo 236 La cara enrojecida debido a su furia Capítulo 237 Quién te dio el permiso para traer chicas Capítulo 238 Todavía no es mi novia Capítulo 239 Los mataré a los dos Capítulo 240 Engañarme Capítulo 241 La prima de Yolanda Capítulo 242 Ayuda a tus empleados Capítulo 243 ¿No puedes luchar sola Capítulo 244 Trataría a Estrella como mi propia hija Capítulo 245 La actitud de Jorge Capítulo 246 Un anillo de plástico Capítulo 247 Una amiga de tu hermano Capítulo 248 Divorciate de ella Capítulo 249 Muy preocupada por ellos Capítulo 250 Ama tanto el color rosa

Capítulo 201 Hizo mucho esfuerzo Miró al hombre alto y flaco sentado en la silla principal de invitados. El hombre tenía un aire natural de autoridad en su comportamiento. Una sonrisa educada y profesional se extendió por su rostro. —Señor Hugo, damas y caballeros, perdón por llegar tarde. Chris Hugo era el secretario del comité de capital del país A. Era un hombre de perfil bajo y rara vez se lo veía en público. Esta vez fue invitado a un banquete para celebrar y lanzar el desarrollo de un nuevo proyecto inmobiliario propuesto por varios directores ejecutivos de diferentes corporaciones. Chris Hugo era un amigo cercano del ex director general interino del grupo SL. Lola lo había visto varias veces antes, pero no hablaron tanto. Chris asintió a la elegante Lola y dijo con calma: —Es bueno verte. Siéntese por favor, Sra. Camela. Vamos a empezar el procedimiento. Otra CEO del país A, Juana Moreno de CP Capitals escuchó las palabras y emitió una carcajada. Era una mujer de treinta y tantos años y era conocida por su fuerte determinación en el negocio. Lola solo asumió su responsabilidad como CEO en funciones recientemente, pero su nombre se había extendido rápidamente por todo el país A. ¡Casi todos sabían de ella! Juana miró a Lola con atención y dijo: —Sra. Camela, de hecho está llegando tarde. ¿Qué tal si bebe tres tragos de vodka como castigo? Lola Camela era de hecho un nombre con una naturaleza problemática. Fue capturada por primera vez en los escándalos de amor con Yolanda y Jorge. Recientemente, fue el centro de atención de un plan de secuestro. Sin mencionar la explosión ocurrida en su patio trasero que llevó a la muerte de varias personas. Casi todos en el país A supieron de ella y su nombre había sido objeto de rumores desde entonces. ¡Lola Camela, que persona más disputable! Algunas personas atestiguaron que era una buena mujer, mientras que otras sostenían la opinión totalmente opuesta... ¡Esta noche podría ser una buena oportunidad para que todos la conocieran! Al escuchar las palabras de Juana, Lola le dirigió una sonrisa sofisticada y se sirvió un trago de vodka. Esto sorprendió a todos en la habitación. —Sra.

Moreno, por supuesto que voy a tomar el castigo. Es mi culpa por llegar tarde. No voy a poner ninguna excusa. Por eso, aceptaré el castigo. Espero que ya nadie tenga malos pensamientos sobre mí. ¡Muchas gracias! ¡Era directa! ¡Y humilde! Esta fue la primera impresión real que les dio. El primer tiro cayó. Les mostró a todos el fondo del vaso. Bebió un segundo vaso. Su cara se puso un poco rojiza. Y finalmente, logró beber el tercer trago de vodka. Mantuvo su frialdad en la superficie, pero su estómago estaba en realidad bastante molesto. —¡Bravo! ¡Sra. Camela, que mujer tan dura! —Danny Fang, que estaba sentado al lado de Lola, la felicitó aplaudiendo. Era tan hermosa y sería divertido verla tan borracha... Jaja... —Sra. Camela, seguro que eres una buena bebedora. ¡Tenga otro por favor! —A Juana le gustaba Lola y encontraba su carácter muy agradable. Apreciaba la forma en que Lola hacía las cosas y sinceramente quería tomar una copa con ella. Lola tomó un sorbo de agua corriente. Miró a Juana con interés en sus ojos. Sabía que Juana no era una simple mujer. Podría aprender mucho de ella. Pudo encontrar su propio lugar en el círculo de negocios del país A. Seguro que tenía algunas habilidades únicas. Lola sonrió y volvió a llenar su vaso. Levantó el vaso y chocó suavemente el vaso de Juana con respeto. Juana asintió con aprobación, ya que Lola entendía muy bien la etiqueta social. La segunda impresión que Lola dejó en todos fue cortés. Lola tuvo cuatro tiros consecutivos. Tuvo que beber un poco de agua para aliviar el ruido en su estómago. Se excusó y se retiró al baño. Allí, se lavó las manos y vomitó el exceso de alcohol. Pasó bastante tiempo vomitando antes de salir del baño. Junto a la puerta, estaba Juana, que también se estaba lavando las manos. Al ver a Lola saliendo del baño, le dio una sonrisa de comprensión. No quería avergonzarla. —¿Está bien, Sra. Camela? Lola se enjuagó la boca y la secó. Miró a Juana y le explicó: —Estaré bien. El alcohol siempre me trastorna el estómago. Es eso. Las dos mujeres se refrescaron y volvieron a la habitación juntas. Lola probó algo de comida caliente y café y se sentía mucho mejor. Danny Fang amaba beber con todos. Acababa de tomar una copa con el Sr. Hugo, y ahora se acercó a Lola y llenó su vaso con gran entusiasmo. —¡Señorita Camela, aquí hay una bebida para nosotros! —Con estas

palabras, apoyó el brazo en el respaldo de la silla donde estaba sentada Lola y parecía que la abrazaba por detrás. Lola estaba pensando rápidamente en cómo rechazar su brindis de una manera educada. —Señor. Fang, lo siento mucho pero seguro que no puedo beber más. Yo bebí demasiado ¡Lo siento! —¡Tonterías! Srta. Camela, solo un vaso más. Le conseguiré un chófer y haré que la envíe a casa más tarde. No se preocupe —La excusa de Lola era una tontería para él. No la dejaría escapar con eso. Señorita Camela, qué rara belleza. Danny la examinó con los ojos. Tenía una piel tan suave y sus mejillas eran tan delicadas. Él puso los ojos en blanco ante su cuerpo, asombrado por el hecho de que ella no se parecía a una mujer que había dado a luz. Qué figura más sexy... Si solo él pudiera dormir con ella... En ese momento, Juana se paró en el medio y llamó a Danny, —Sr. Fang, la señorita Camela dijo que ya no quería beber. ¡Tal vez debería dejar de molestarla! Danny era conocido por ser un mujeriego. A pesar de que tenía una esposa dura en casa, ¡todavía eligió darse al ligue! Lola miró a Juana con gran aprecio. —Realmente lo siento, Sr. Fang... Danny dejó su vaso sobre la mesa con fuerza y le dijo a Lola con voz fría: —Señorita Camela, ni siquiera se molestaría en tomar una copa conmigo. ¡Está siendo irrespetuosa! La habitación quedó en silencio. Todos los presentes inmediatamente se sintieron incómodos ante la situación. La sonrisa de Lola también se había ido. Sin embargo, mantuvo su cortesía y explicó: —Piensa demasiado. Si no hubiera bebido ya cuatro vasos, definitivamente tomaría una copa con usted ahora mismo. Pero... ¡La verdad era que odiaba tomar algo con Danny! ¡Las palabras estaban justo en la punta de su lengua! —¡No hay ningún pero! ¡Vamos, levante su copa y brindemos! ¡No sea aguafiestas! —Danny la estaba obligando muy duro. Lola estaba completamente disgustada por sus modales. El señor Hugo, que estaba sentado en la silla principal para invitados, echó un vistazo a su dirección pero no dijo nada. Todos los demás también estaban callados. La compañía de Danny tenía una fuerte conexión comercial con todos. Compartieron el interés común por lo que no tendría sentido molestar a Danny. Lola miró fríamente el regordete brazo de Danny en su silla y dijo bruscamente: —¡Quite el brazo!

Danny lo estaba empujando demasiado lejos. ¡Lola se enojó y se negó a ser cortés con él! Las palabras de Lola empeoraron la situación. Danny movió descaradamente su brazo de la silla y se apoyó en su hombro. Todos se sorprendieron. ¡Había ido demasiado lejos! Juana volvió a hablar, y esta vez sonaba muy seria, —Sr. Fang, esta noche es solo una cena informal. Se supone que debemos divertirnos. ¡Debe tratar de comportarse! Todo el grupo de SL pertenecía a Jorge Jiménez. Por lo tanto, Lola podría ser su mujer. Él no debía molestar a Lola. Como vieja amiga de Danny, Juana se sintió obligada a advertirle de antemano, ya que Jorge Jiménez era un hombre difícil de tratar. Muchas personas aprendieron sobre el poder de Jorge por el reciente secuestro. Aunque el incidente se ocultó de los medios de comunicación, las personas bien conectadas todavía recibieron las noticias de canales confiables. Danny estaba ansioso por emborracharse con Lola para poder dormir con ella. Ignoró completamente la advertencia de Juana. —Srta. Camela, usted es demasiado joven para ser la directora ejecutiva en funciones del grupo SL. ¡Apuesto a que ha hecho un gran esfuerzo para obtener el puesto! —Estaba insinuando algo y todos podían decir eso. Lola sonrió. Sacudió el brazo de Danny, se levantó y tomó el vaso de su mano. Danny se alegró de verla aceptar el vaso. ¡Finalmente la convenció! ¡Oh, esta sería una noche de placer! Sin embargo, para sorpresa de todos, ¡Lola vertió el alcohol en la cabeza de Danny! Haciendo caso omiso de los gritos de Danny, se aclaró la garganta y le dijo palabra por palabra: —¡Obtuve el puesto de CEO en funciones debido a mi arduo trabajo! ¡Tú y tus numerosos escándalos de amor! ¡Supongo que ya tienes alguna ETS! ¡Así es! ¡Sinvergüenza! —Con eso, Lola levantó la cabeza y se alejó.

Capítulo 202 Me considerarán a mí y al grupo de SL como su peor enemigo Al escuchar sus duras palabras, Danny perdió instantáneamente todos sus modales. Se sintió enormemente humillado. —¡Sólo eres una amante! ¿Cómo te atreves a hablarme así...? —¡Paf! —Lola le dio una bofetada en la cara muy fuerte y con éxito le impidió seguir hablando. Nadie se acercó para detener la disputa. La gente solo se miraba con consternación y miedo. El negocio de Danny era importante para ellos, por lo que no quisieron involucrarse y quedar atrapados en el fuego cruzado. Si se produjera una ruptura entre Jorge Jiménez, del grupo de SL y Danny Fang, entonces ellos se pondrían automáticamente al lado de Jorge, ya que era el más significativo y poderoso. Sin embargo, Lola Camela no era tan importante para ellos. ¡No querían involucrarse por ella! —¿Tú, descarada amante te atreves a abofetearme? —Danny miró a Lola con incredulidad. Señaló su rostro con consternación y gritó: —¿Quién demonios eres? —¿La segunda hija de la familia Camela? ¡No era más que un juguete sexual para hombres! —¡Basta! —Chris Hugo finalmente habló. Él había mantenido su silencio mientras observaba a los dos tratar de pelear entre sí. Pero ahora, había visto suficiente cuando golpeó su puño apretado con fuerza sobre la mesa. La mesa se movió, y cubiertos y copas de vino bailaban. Todos los presentes se sorprendieron de las palabras que dijo. —¡Danny, tu compañía ya no es considerada para la oferta esta vez! ¡Lo informaré yo mismo al alcalde! ¡El círculo tiene que tomar una posición y nunca toleraremos tales modales! —Siempre había considerado a Danny de personalidad desagradable y esta vez lo atrapó con las manos en la masa. Era hora de que él ignorara su negocio por la licitación. —¡Señor Hugo! ¡No puede hacerme esto! ¿Por qué? ¡Soy un activo irremplazable para el círculo! —Danny, con el alcohol goteando de su cabeza y con una bofetada en la cara, caminó torpemente hacia Chris y le rogó que cambiara de opinión.

¡La oferta esta vez fue crucial para su compañía! ¡Estaban esperando un gran beneficio de ello! ¡Perder la oferta significaría decir adiós a cientos de millones! Chris solo miró a Danny y respondió con un tono severo: —Lola Camela es una dama y te atreves a humillarla verbalmente de esa manera. No creo que seas un hombre decente, por lo tanto, ¡no te consideraría en absoluto para ofertar! Mantenemos nuestro principio de altos modales aquí. Tú lo sabes. Su respuesta hizo que Danny se pusiera furioso. Lanzó una mirada de enojo a Lola y la maldijo de todo corazón. ¡Qué puta! Ya no tenía excusa para quedarse aquí. Sin pensar más, agarró el brazo de Lola por la fuerza y corrió hacia la puerta. —¡Suéltame! —Cuando ella se sintió disgustada y violada por su firme contacto, Lola gritó en voz alta. Algunos altos directivos vieron esto y decidieron ayudar a Lola. Tan pronto como se acercaron a Danny, les gritó y amenazó: —¡Si se atreven a detenerme, dejaré de cooperar con sus compañías de inmediato! ¡No te atrevas a acercarse a mí! Al escuchar sus palabras, retrocedieron, se encogieron de hombros y se sentaron en los asientos. En ese momento, Joyce se levantó y le entregó la bolsa de Lola. Ella hizo un esfuerzo para separar a los dos y puso un par de ojos enojados al hombre loco. —¡Danny Fang! ¿Cuál es tu problema hoy? ¡La señorita Camela es del grupo SL! ¡Ella forma parte de nosotros! —Juana era un poco gordita, así que trataba de esconder a Lola detrás de su espalda. Ella sabía las consecuencias de meterse con el Grupo SL, por lo que siguió señalando a Danny, esperando que él se detuviera ahora mismo. Sin embargo, Danny estaba tan furioso que ya no podía escuchar ningún consejo, incluso si se trataba de alguien importante para él. Estaba tan loco ahora. Empujó a Juana a la habitación y gritó: —¡Sal de mi camino y quédate allí! Mantente alejada de mi negocio! Cerró rápidamente la puerta de la habitación y se dio la vuelta para perseguir a Lola en el pasillo. Lola entró en pánico y comenzó a correr en su ritmo más rápido. Sin embargo, era demasiado lenta para él. Danny se acercó y la agarró despiadadamente por el pelo. —¡Idiota, suéltame! Ella trataba de sacar su teléfono celular de su bolso a toda prisa. —Maldito seas, tan pronto como mis amigos estén aquí, ¡te cortarán tus sucias manos! —¡Como quieras! ¡Estás a mi merced ahora! —Danny sonrió mientras agarraba su largo cabello y la empujaba a una habitación oscura cercana.

Lola alcanzó su teléfono y marcó un número al azar en pánico. La pantalla mostraba un brillo cegador en el cuarto oscuro. —¿Te atreves a tratar de llamar a alguien? ¡Como quieras! —Danny golpeó el teléfono de su mano. Cayó al suelo y rebotó debajo de una de las mesas. Danny no sabía que la llamada ya estaba conectada. Arrojó a Lola en un sofá y estaba a punto de violarla. Sus manos tocaron su cuerpo vigorosamente. Lola luchó frenéticamente y encontró un cenicero a su lado. Ella rápidamente lo levantó y trataba de golpearlo en su frente. Sin embargo, Danny lo esquivó a tiempo y lo tomó de su mano. Tiró el cenicero al suelo y la miró con una sonrisa malvada y victoriosa. —Danny Fang, ¡te acnsejo que me toques ahora! ¡Soy la mujer de Jorge Jiménez! Danny se detuvo al escuchar el nombre de Jorge. ¡Para él, Jorge Jiménez era un dios de hombre! Lo respetaba tanto. Sin embargo, recobró el sentido y se rió de ella: —¡Buen intento! ¡El jefe Jiménez dijo que ustedes dos son solo amigos! ¡Eres mía ahora! ¡Ja! Él emitió una risa desagradable cuando la alcanzó. Lola esquivó desesperadamente su toque y corrió hacia el otro lado de la habitación. —¡Maldición! ¡Si te atreves a tocarme hoy, definitivamente te mataré! — Lola apretó los dientes y con todas sus fuerzas, le rompió la bolsa en la cabeza. Danny sacudió la cabeza con dolor. Con un rugido profundo, se lanzó hacia adelante y continuó alcanzándola. Lola le dio una patada a su gran barriga con el tacón alto. Funcionó cuando Danny se aferró a su vientre ya que estaba gravemente herido. Esto le dio a Lola algún tiempo. Corrió hacia la puerta. Sin embargo, Danny la atrapó por su largo cabello de nuevo. —¡Perra! Déjame enseñarte una lección hoy! ¡No te metas con Danny Fang! En este momento crucial, la puerta fue abierta por una gran fuerza. Cuando golpeó con fuerza contra la pared, muchas personas salieron de sus habitaciones. Una figura alta y peligrosa estaba junto a la puerta. —¡Plas! —Él prendió la luz. ¡Jorge Jiménez! Lola exclamó en éxtasis. Llegó en el momento adecuado. ¡Casi quiso llorar de alegría! ¡Era verdaderamente su ángel guardián! —Oh... —El hombre detrás de Lola vio la mirada peligrosa en la cara de Jorge y se sintió completamente intimidado. Estaba tan asustado de decir algo. Perdió el control de sus piernas y se arrodilló en el suelo. Lola aprovechó la oportunidad y se escapó de su agarre.

Jorge se acercó a Danny y le dio una patada en el pecho. Sus ojos ardían como el fuego. ¡Ella nunca había visto este coraje antes! —¡Ah! ¡Jefe Jiménez, por favor tenga piedad! ¡No quise ofenderle! —Danny se aferró a su pecho y rodó por el suelo en agonía. Detrás de Lola, la gente se había reunido y señalaba a Danny que yacía en el suelo, gritando como un cerdo. Uno de los brazos de Jorge todavía estaba envuelto en una gasa, pero logró patearle el trasero a Danny con sus movimientos estándares de karate. Pisó la mano derecha de Danny y torció el pie. Danny dejó escapar un grito de dolor y al segundo siguiente, su mano fue dislocada. Sánchez y los demás llegaron a la escena a toda prisa. —¡No te saldrás con la tuya! —La mirada fría en la cara de Jorge era intimidante. Pronunció las palabras entre sus dientes sin siquiera echar una mirada al hombre en el suelo. Se sintió afortunado cuando logró llegar aquí a tiempo. Sucedió que estaba cerca cuando Yonata lo llamó para que recogiera a Lola. Pasó junto a Lola y se dirigió directamente a la habitación de al lado. El señor. Hugo ya había salido de la habitación. Jorge miró a los gerentes principales en la sala uno por uno y pronunció las palabras entre dientes: —¡A partir de este momento en adelante, si se atreven a realizar cooperaciones con la compañía de Danny, me considerarán a mí y al Grupo SL como su peor enemigo! Escuchen mis palabras. Con estas palabras, salió de la habitación, dejando el resto en pensamientos profundos. Todos se retiraron a su propia habitación cuando Jorge salió de la puerta. Lola tomó su teléfono de las manos de Sánchez y rápidamente siguió a Jorge. Él estaba caminando tan rápido que tuvo que correr para alcanzarlo. Una vez que estaban fuera del hotel, el hombre se detuvo. Lola no lo vio venir y corrió directamente hacia su fuerte espalda. Se golpeó la cabeza contra la musculosa espalda de Jorge. —Duele... Jorge se dio la vuelta y la vio frotándose la nariz. Él sonrió y la llevó a su lado. —¡Lola! —llamó su nombre mientras descansaba sus manos sobre sus hombros. —¿Cómo podría dejarte aquí? —Sonaba preocupado y desamparado. Lola dejó de frotarse la nariz. Ella miró directamente a sus profundos ojos y dijo con un tono serio: —¡Entonces no debes irte! ¿Qué me pasará si te vas? ¿Quién más me protegería? Tú eres mi ángel guardián, Jorge. No me dejes, ¿de acuerdo?

Los problemas siempre la encontraban. ¡Tenía que contratar algunos guardaespaldas lo antes posible! Aun así, Jorge siempre sería su protector número uno. Pero se iría pronto...

Capítulo 203 Apareciste encantadoramente Jorge sostuvo a Lola en sus brazos. Se abrazaron dulcemente bajo la romántica luz de la luna. —¡Lola Camela! —Dijo su nombre, como si quisiera estar con ella toda la vida. Pero sabía que era casi imposible. Lola también lo abrazó con fuerza para sentir su aliento. El calor de su presencia era algo que ella siempre desearía. También sabía que él no quería dejarla. Estaba en sus ojos. —¡Déjalo ir! —Él dijo. Después de mucho tiempo, Lola dijo: —Jorge, ¿realmente la amas? ¿Más de lo que sientes por mí? —Aflojando su agarre, miró a Jorge sin comprender, temiendo lo que él respondería. Jorge se quedó en silencio. Se alejó de él. Las lágrimas inevitablemente llenaban sus ojos. —Lola, no llores. Un hombre que se casará con alguien más no merece tus lágrimas. Con gran consternación, Jorge golpeó su puño en el pilar de piedra junto a él. Tenía todo el poder y el dinero que un hombre podía pedir. Sin embargo, ni siquiera podía hacer nada para estar con la que realmente ama. Cuando Lola volvió a casa, Estrella ya estaba dormida. Gentilmente la llevó a su habitación. Estrella se despertó por el movimiento repentino y entrecerró los ojos de una manera muy linda. Ella la miró con amor. Sus labios eran como los de Jorge. —Estrella, lamento privarte del amor de tu padre. Te mereces mucho, mi pequeña. ... Como directora general adjunta, Lola estaba más ocupada. La parte difícil era que algunos ejecutivos de la compañía aún no estaban convencidos de sus habilidades. En el tercer día, Jorge transfirió a dos ejecutivos de élite de la oficina central. A juzgar por sus curriculums y puestos en la oficina central, fueron nombrados subdirector general y subdirector gerente general respectivamente.

Ahora, el Grupo SL tenía un CEO, un director general adjunto, un gerente general y dos directores generales adjuntos. Ahora que Jorge estaba detrás de las líneas, todavía necesitaban personas sobresalientes para ocupar puestos de directores para satisfacer las necesidades del grupo. Podría resultar costoso, pero a largo plazo valdría la pena. Los dos ejecutivos de élite fueron de gran ayuda para Lola. No solo se alivió la carga en ella, sino que también aprendió mucho de estos dos miembros principales. Excepto por cosas o documentos muy importantes, podrían resolver todos los demás problemas de la empresa. Hoy fue el séptimo día después de que Ramón muriera en la trágica explosión. Lola se puso un traje blanco, sosteniendo el brazalete de cristal que Ramón le regaló. Ella había decidido que siempre usaría este brazalete para poder sentir su presencia incluso si él se hubiera ido. Dudó sobre si llamar a Jorge. Dijo que asistirían al funeral juntos. Mientras pensaba en esto, su teléfono de repente sonó. Era de él Lola lo colgó. Jorge volvió a llamar, pero ella seguía colgando. Fue una protesta silenciosa. Él no podía simplemente entrar de nuevo en su vida. Él simplemente acabaría con sus esperanzas. Ella condujo a la mansión García. En la Mansión. Después de la muerte de Ramón, nadie en su familia accedió a establecer un salón de duelo en su casa. Sin embargo, la noticia se había extendido tan rápido que todas las personas del país A ya lo sabían. La solicitud y el pésame de la familia Camela y la familia Jiménez causaron un impacto negativo y estresante para Andrew. Solo para evitar cualquier chisme y para respetar a Ramón, creó una sala de luto en casa. Dirigida por el mayordomo, Lola entró en la sala de luto. Ella llegó temprano. Nadie había venido a llorar o vigilar al lado del ataúd. Había una docena de coronas en la puerta. Lola entró y vio un ataúd negro cuidadosamente colocado en el centro de la sala, rodeado de crisantemos blancos. Sintió la piel de gallina en todo su cuerpo. Nunca imaginó este día en su vida. Ahora que estaba sucediendo, deseaba poder regresar al pasado. La foto en blanco y negro que mostraba a un Ramón sonriente se colocaba en frente. Al verlo, Lola estalló en lágrimas. Lentamente, dirigiéndose al ataúd, supo que no sería capaz de controlar sus emociones.

Nunca podrían volver a verse. —Ramón, aquí estoy. ¿Quieres verme? Lola tomó el cirio a su lado, lo quemó lentamente y conversó en silencio con él. —Ramón, nunca te volveré a ver. Qué estúpido eres. ¿Cómo pudiste dejarme sola? Junto a la sala de duelo había una adolescente con un vestido blanco liso. Miró a Lola, que estaba llorando amargamente. ¿Ella era la mujer que le gustaba a su primo y de la que le había contado numerosas historias? La adolescente se acercó lentamente. —Hola. ¿Eres Lola Camela? Lamento interrumpirla. Lola miró a la chica que se acercaba a ella, se secó las lágrimas y asintió. La niña sacó un sobre de su bolsillo. —El mayordomo lo encontró cuando estaban clasificando las cosas de Ramón. Lola tomó el sobre. Solo había un pedazo de papel dentro. La niña agregó: —Ramón sufrió de depresión moderada. Trató de suicidarse antes, pero su familia lo salvó. ¿Ramón sufría de depresión moderada? Él nunca le dijo eso a ella. Pero siempre parecía feliz y lleno de alegría. Lola miró a la niña con gran sorpresa y se preguntó si lo que decía era verdad. La niña la miró y continuó: —Soy su prima. Él fue amable conmigo. Ella rápidamente abrió el papel. Las palabras escritas la hicieron ahogarse con sollozos. Querida Lola, fue un gran privilegio conocerte en esa temporada de duraznos. Esta es la mayor alegría y riqueza en mi vida. Apareciste encantadoramente en los momentos más bellos, como un toque de sol que calentó esos tiempos muy fríos. Contigo, no me arrepiento en esta vida. Gracias. Tus sonrisas me impidieron quitarme la vida. Fuiste la única alegría constante en este mundo cruel en el que estoy viviendo. Sabes qué, siempre te he amado. Desde el principio. Querida Lola, mi mejor amiga, sé feliz. Me voy. Querida Lola, no me visites en mi tumba. No quiero ver tu tristeza. No quiero verte llorar. Querida Lola, espero que siempre puedas ser feliz, y con eso, no me arrepentiré. Por tu mejor amigo, Ramón. 12 de diciembre. ...

Lola perdió todos los sentidos y se arrodilló en el suelo. Sus lágrimas mojaron el papel. Ramón en realidad intentó suicidarse el año pasado, pero Lola ni siquiera sabía que le diagnosticaron depresión. —Ramón... —Lola se inclinó sobre su ataúd, llorando amargamente y sosteniendo el brazalete con fuerza en su mano. En ese momento, Jorge entró. El grito de Lola rompió su corazón en pedazos. Sostuvo a Lola en sus brazos. Lola seguía pensando en Ramón y el porqué le ocultaba su depresión. —Somos mejores amigos. ¿Por qué harías eso? — Sintió que un brazo familiar la sostenía, pero no se molestó en mirarla a la espalda. Ramón dijo que la amaba, pero ella nunca lo supo. Ella odiaba su indiferencia hacia él. Ella sabía cómo amar a alguien, especialmente a alguien que realmente la amaba. Sin embargo, a menudo mostraba su amor con Miguel y Jorge delante de él. Él debía estar tan desconsolado. Jorge se hizo cargo de la carta en la mano de Lola. Aunque algunas palabras estaban llenas de lágrimas, lo que decía era muy revelador. Ramón fue genial. Amó a Lola durante más de diez años, pero nunca dejó que otros lo supieran. Puede ser compañerismo y el amor más sincero. Al oír que Lola y Jorge habían venido, Andrew se apresuró a la sala de luto con su hijo. Al acercarse a Lola y Jorge en ropa formal, dijo: —Jefe Jiménez, señorita Camela, por favor, contengan su dolor. —Andrew estaba afligido. Jorge lo miró y no habló. Anoche, trató de saber más sobre Andrew. Ramón era el hijo ilegítimo de Andrew. Andrew no lo aceptó a él ni a su madre. Más tarde, su madre saltó de un edificio para suicidarse por eso. La madre de Ramón también sufría de depresión. Uno de los hijos de Andrew era homosexual, y el otro se dedicaba al arte y llevaba una vida errante por todo el mundo. Andrew no podía contar con ellos, así que nombró a Ramón como el CEO nominal. Ramón creció en una familia llena de problemas y conflictos. No era de extrañar que se hubiera puesto triste y no se abriera con los demás. Jorge nunca había sentido más simpatía por una persona.

Capítulo 204 Comparte el honor y la gracia desde entonces El hijo mayor de la familia nunca había mantenido una buena relación con Ramón. A la esposa de Andrew no le gustaba Ramón y le hizo pasar un mal rato. Al ser criado en una familia como esa, Ramón desarrolló una depresión grave después de que se mudó de la ciudad D a la casa de la familia García en el país A. Se negó a recibir tratamiento y dijo que no a la asesoría personalizada de los psicólogos. Prefirió tomar un camino natural para deshacerse de su depresión, pero nunca lo escuchaban. Incluso, el diciembre pasado tomó demasiadas pastillas para dormir para suicidarse pero tuvo la suerte de seguir vivo. Andrew trataba a su hijo como a un extraño. ¡Hoy había establecido este salón de luto como un movimiento muy pretencioso! —Señor García, sabe muy bien cómo vivió su vida Ramón. Ahora que está muerto, espero que pueda tener algo de simpatía y honrarlo con una ceremonia decente. También debería reconocerlo sinceramente a él y a su madre como parte de su familia. —Jorge sostuvo a Lola, que lloraba, en sus brazos y miró fríamente a Andrew, quien al parecer se sentía incómodo por sus palabras. En sus ojos, Andrew se sentía incómodamente culpable. Sin dudarlo, Jorge continuó, —Sinceramente, este no es mi asunto. No estoy en posición de siquiera molestarme. Sin embargo, salvó la vida de la familia Camela y la familia Jiménez. Si hace lo que le digo, lo trataré como mi amigo en nombre de Ramón. De lo contrario, si no sigue mis instrucciones sobre este asunto, debe soportar las consecuencias. Para mí, Ramón era de mi familia y hago todo lo que puedo por mis seres queridos. Su amenaza era tan obvia que Andrew cambió de cara en un instante. Entendió el poder de la familia Jiménez y la familia Camela. No se atrevió a luchar contra los dos. Por lo tanto, le dio una sonrisa forzada y respondió: —Por supuesto que tiene razón. Ramón era mi hijo. Seguro que le daré una ceremonia decente. Gracias. Con estas palabras, se volvió hacia su hijo mayor y le ordenó que reservara una tumba en el cementerio PS. El cementerio PS estaba ubicado en el lado este

de la capital del país A. Estaba rodeado de hermosas montañas y lagos y era considerado el cementerio más caro de todo el país. Pero en la mente del hijo mayor, Ramón era simplemente un bastardo en la familia García. ¡No merecía esta costosa ceremonia! Lanzó una rápida mirada confundida a su padre y simplemente enterró su maldición en su interior. Sin decir nada en contra, se fue a reservar la tumba. Fue solo después de que la gente escuchó acerca de la visita de Jorge a la familia García, que más de ellos se presentaron en la sala de duelo. Los que llegaron temprano incluso tuvieron la oportunidad de conocer a Jorge Jiménez en persona. Después de que Jorge le mostró su respeto al ataúd de Ramón, se fue con Lola, quien ya se había calmado un poco. Le abrió la puerta trasera del Maserati y luego se sentó en el auto. Muchas personas los vieron irse, pero todos guardaron silencio y no se atrevieron a hablarles. Dentro del auto, Jorge sostuvo a Lola en un cálido abrazo. Podía leer la tristeza en sus ojos mientras ella descansaba su cabeza en su fuerte hombro. Cómo deseaba poder quitarle la soledad. Realmente no podía soportar mirarla así. No se hablaron mientras Lola seguía pensando en el pasado cuando Ramón todavía estaba vivo y en cómo solían ser tan felices cuando estaban juntos. Jorge lo sabía y respetaba su silencio. Miró a Lola con gran pena mientras sostenía firmemente la carta de Ramón. Luego rompió el silencio y le dijo: —Ramón no descansará en paz si sigues comportándote así. Él no lamentó haberte salvado la vida para que pudieras ser feliz. Él la amaba. ¡Debió haber deseado sinceramente su felicidad! —Solo descansará en paz una vez que estés feliz de nuevo. Cuando tengamos algo de tiempo, siempre visitaremos su tumba. Lola cerró los ojos. Se secó las lágrimas mientras se enderezaba. ¡Sí! Necesitaba continuar con su vida felizmente. ¡Necesitaba ser valiente y seguir adelante! A Ramón le encantaría verla feliz, ¿verdad? Era solo que todo esto había sucedido tan rápido y ella no había podido entender por qué y cómo. Trató muy duro de controlar sus sentimientos, mientras que las siguientes palabras de Jorge hicieron que sus lágrimas cayeran por su rostro nuevamente. —Me voy mañana por la mañana. Necesitas cuidarte bien una vez que me haya ido. Eres una mujer fuerte, Lola. Siempre he creído en ti. Lola se mordió el labio inferior con fuerza. ¡Su corazón tembló al recordar las palabras de Yolanda de que iban a tener una boda dentro de tres meses! Ramón la dejó y ahora era su turno...

—¡Oh, sólo vete! —¡Estaría bien porque todavía tenía a Estrella y su familia! Además, confiaba en recuperarlo. Podía sentir a Jorge volviendo hacia ella. ¡Se prometió a sí misma que haría todo lo posible porque no tenía nada que perder! Jorge presionó su cabeza contra su pecho. Podía escuchar los fuertes latidos de su corazón, un corazón que latía solo por ella. Quería besarla como si no hubiera mañana, pero se controló y finalmente la soltó. No quería volver a hacerle daño. Se odiaba a sí mismo por ser así, pero no tenía otra opción. Deseaba que hubiera otro universo en el que pudieran estar juntos... y que pudiera besarla cuando quisiera. Lola miró a Jorge con sentimientos encontrados, mientras abría la puerta del auto y se sentaba en el asiento del conductor. Jorge abrió la puerta del auto también. Tal vez esto ya era un adiós. Sus caros zapatos de cuero tocaron el suelo cuando estaba a punto de dejar el coche. Su voz firme habló: —Sr. Jiménez, lo despediré mañana como la CEO en funciones de la compañía. —¡Estoy ansiosa! —Él le lanzó una última mirada, esperando que ella también mirara hacia atrás. Ella no lo hizo. Con el corazón roto, dejó el coche. Jorge regresó al Maybach. Cuando Sánchez encendió el motor, Jorge abrió la boca: —Usa mi jet privado para enviar a Yolanda y mis padres al país C. Tomaré un vuelo comercial mañana mismo. Sánchez estaba confundido con esto. ¿Qué planeaba hacer? El todopoderoso y VIP, Jorge Jiménez, había decidido tomar un vuelo común. Sin embargo, no le hizo ninguna pregunta. —¡Si jefe! Más tarde esa noche, mientras Lola seguía hablando de negocios con uno de sus clientes importantes durante la cena, recibió un mensaje de texto que decía: —El vuelo despega a las 10 AM. Hizo una pausa mientras pensaba en sus comentarios anteriores. Con sentimientos complicados, apagó el celular. Ajustó su estado de ánimo, mantuvo la compostura y continuó su reunión con el cliente profesionalmente. A las 9 de la mañana del día siguiente. Lola se sintió inquieta mientras miraba su teléfono. Había estado revisando constantemente el tiempo y se sentía torturada por sus propios pensamientos. A las 9:20 AM, ya no podía luchar contra ella misma. Se levantó de la cama, se puso ropa decente y corrió con su Maserati al aeropuerto. Cuando finalmente llegó al aeropuerto, ya eran las 9:48.

—Atención por favor, ahora estamos abordando a los huéspedes del vuelo C330 a ciudad Weier en el país C. Atención por favor... —La dulce voz del anunciador del aeropuerto hizo eco en el pasillo. Lola corrió frenéticamente hacia la sala VIP. Apareció un hombre vestido con un traje azul oscuro. Tenía las manos en el bolsillo y se veía absolutamente impresionante, ya que llevaba gafas de sol negras y elegantes. Como si hubiera sentido su presencia, se detuvo y se dio la vuelta. ¡En el momento en que sus ojos se encontraron, su corazón estaba gritando por él! Ella no pudo contener sus sentimientos. Se enamoró de él por su aspecto, luego descubrió su talento y finalmente fue conquistada por su personalidad. Jorge se había apoderado de ella y ella nunca pudo resistirse a él. Pero lo más importante, ella lo amaba porque él era su marido. El certificado de la boda era simplemente un pedazo de papel frío, pero los ataba juntos. Estaban unidos para compartir honor y gracia desde entonces. Su corazón estuvo siempre conectado con él. Habían pasado por buenos y malos momentos y ella tenía recuerdos hermosos e insustituibles. Su rostro era tan guapo y parecía una obra maestra perfecta de un escultor. Ahora, él la miró con su única y brillante sonrisa. Ella no prestó atención a las miradas de las otras personas y comenzó a correr hacia él. Voló a sus brazos abiertos. Sintió como si un rayo lo golpeara cuando su cuerpo tocaba el suyo. La chispa entre ellos era innegable. Sus ojos eran tan encantadores y sus suaves labios eran tan atractivos. Llevaba un vestido de raso blanco limpio y tenía un par de tacones rojos en los pies. Se miraron cálidamente como si el resto del mundo ya no importara. Era como una escena de película romántica. Sus lenguas se tocaron. Mientras su aliento se humeaba contra su frágil piel, Lola estaba completamente perdida. De hecho, eran una pareja impresionante. Incluso las gafas de sol en sus caras no podían ocultar su encanto. Los pasajeros de embarque giraron sus cabezas hacia su dirección. Pero al final, él optó por dejarla atrás y abordar el avión. Lola estaba en el pasillo de salida y vio que su avión despegaba frente a las ventanas del techo.

En el país A tenía hacía buen tiempo ese día. El cielo era azul claro con nubes salpicando como hilo de caramelo. Lola se susurró a sí misma: —¡Jorge Jiménez, nos veremos pronto! —Con eso, puso una sonrisa en su rostro y se emocionó al enfrentar su vida nuevamente. Las cosas volvieron a la normalidad después de que Jorge se fue. Pero Lola no podía mentirse a sí misma y sentía que la vida sin Jorge no tenía sentido. Todos los días, intentaba enterrarse en su trabajo tedioso. Se mantuvo ocupada reuniéndose con diferentes clientes. Un día, terminó su trabajo como de costumbre y estaba a punto de irse a casa. Junto a su coche había un hombre que no había visto en mucho tiempo. Tomás Herrero vio venir a Lola y le dio una gran sonrisa. ¡Se veía aún más delgada que la última vez! Debía estar ocupada con su nuevo trabajo como CEO interina. A lo mejor no había comido bien últimamente. —Lola, ¿has terminado de trabajar? Lola giró la llave del coche alrededor de su dedo y le devolvió la sonrisa. — Oiga, Presidente Herrero, ¿por qué está libre hoy? Qué agradable sorpresa.

Capítulo 205 No puedo olvidarme de él —¿Ir a ver una película te suena bien? —Lola se detuvo porque ya eran las ocho de la noche. ¿No sería demasiado tarde para una película? Tomás notó su mirada y se echó a reír. —He dimitido oficialmente de mi trabajo. ¡Tengo mucho tiempo para tener citas contigo de ahora en adelante! — Jorge Jiménez le había dado la espalda. Todo debería volver a la normalidad, ¿verdad? ¿Era cierto? ¿Renunció? Pero su trabajo era muy importante para él. Lola miró a Tomás con incredulidad. —¿Por qué dejaste tu trabajo? Ya has invertido mucho de ti mismo en eso. —Esperaba secretamente que él no lo hiciera por ella. Tomando cariñosamente su largo cabello teñido en color vino, Tomás le mostró una gran sonrisa. —Era demasiado agotador. Ya era hora de que me fuera. No tengo excusas. Ya tenía treinta y cinco años. Había dedicado todo su tiempo y esfuerzo al gobierno y al país. Sentía que debía hacer algo por sí mismo ahora. Lola se sintió aliviada al descubrir que compartía los mismos sentimientos con Tomás. Había estado completamente ocupada estos días. Ella asintió de acuerdo, —Bien por ti. Lo mismo también me ocurre. El chófer los llevó al centro comercial Grandix. Tomás se puso las gafas de sol mientras caminaba junto a Lola. Había una conexión incómoda obvia entre ellos. Juntos, subieron al último piso. Dentro del cine grandix. Yolanda y Manolo ya no hacían películas juntos. Cada uno de ellos tenía sus respectivas películas en los horarios de máxima audiencia. Sin ninguna duda, Lola eligió ver la película protagonizada por Manolo. Era una comedia. Lola le dijo a Tomás que lo esperara mientras iba a buscar palomitas de maíz y refrescos. Ella le sonrió y le dijo: —¡Son esenciales para ver una película! ¡Palomitas de maíz y refresco! Sin estos dos, será realmente aburrido simplemente sentarse y mirar. —Tomás sonrió de alegría cuando vio su encantadora y entusiasta mirada.

—Esta es la primera vez que vengo a ver una película. ¡No sé sobre eso! — La versión anterior de él no tenía tiempo para este tipo de actividades. Viajaba entre países y ciudades, lidiando con todo tipo de asuntos públicos. Era un trabajo que demandaba mucho tiempo. Su presencia en el cine giró varias cabezas. Algunas chicas jóvenes parecían verlo y seguían lanzando miradas de coqueteo en su dirección. La película empezaría pronto, así que se apresuraron a entrar en el salón de exhibición. Tenía un pasado lleno de acontecimientos y ahora lo único que deseaba era una vida simple. Deseaba una vida en la que pudiera acompañar a la persona que amaba, ocasionalmente ir al centro comercial con ella y disfrutar de una película o dos. Esto era lo que él anhelaba. En su camino hacia el pasillo, Tomás sostuvo las palomitas de maíz entre su brazo y el pecho para poder sostener el refresco en su mano izquierda y usar la mano derecha para sostener la mano de Lola. Lola se sonrojó y trataba de liberarse de él. No podía negar que esto era muy dulce. Sin embargo, él insistió, así que caminaron hacia el pasillo de la mano. El pasillo estaba casi lleno. La mayoría de la audiencia eran chicas y algunas parejas también estaban allí. Vinieron a ver a Manolo, una superestrella en funciones muy famoso en la farándula. Lola suspiró en silencio. A ella le gustaría aclarar algo con él antes de que fuera demasiado tarde. La película comenzó. El papel de Manolo en la película era de un joven cuya familia anteriormente rica se hizo muy pobre. El personaje de Manolo en la película fue a Dubai para encontrar a su amada cuando su familia se declaró en bancarrota. Atrás quedaron los días en que solo era un mocoso mimado con una enorme riqueza. Ahora era un hombre humilde que tenía que trabajar con sus propias manos. Conoció a una chica en su camino. A lo largo del viaje ocurrieron todo tipo de incidentes divertidos. Finalmente, encontró a su chica en Dubai, pero resultó que ya estaba casada. Ella le dio la espalda cuando descubrió que su familia se había quedado sin dinero. Se deprimió, pero encontró consuelo en la chica que conoció en su camino hacia allí. Era una comedia romántica. La chica que se dirigía a Dubai le confesó su amor, pero él la rechazó. Con el corazón roto, Manolo regresó a su propio país. Partiendo de cero, hizo su fortuna a través de varios años de arduo trabajo. Al final, se convirtió en un multimillonario hecho a sí mismo. Su ex novia cambió de opinión al verlo volver a ser exitoso. La niña con la que fue a Dubai lo acompañó durante sus

días de arduo trabajo. Pero ella lo dejó sin aviso cuando finalmente tuvo éxito. Todo fue muy irónico. El papel de Manolo llegó a la conclusión de que era la chica que lo acompañaba cuando no tenía nada la que más necesitaba apreciar en el mundo. La buscó por todas partes y, después de dos años, la encontró trabajando en un restaurante en algún lugar del extranjero. La película tuvo un final feliz. Las primeras partes de la película fueron muy divertidas, mientras que la última parte fue bastante emocional y moral. Manolo hizo un gran trabajo interpretando el papel. Interpretó el personaje principal vívidamente. La audiencia quedó encantada por su buena actuación. La película fue realmente un éxito. Lola escuchó algunos comentarios de la audiencia cuando estaba saliendo lentamente del sala con Tomás. Sus felicitaciones a su hermano hicieron que su corazón saltara de alegría. Eran casi las once de la noche. Las calles se habían callado y la mayoría de las tiendas habían cerrado. No fueron directamente al coche. En cambio, caminaron por el camino mientras el chófer los seguía no muy lejos de atrás. —Señor Herrero. —Lola habló. Sacó todo su coraje ya que sabía que tenía que enfrentar este asunto con urgencia. Tomás volvió la cara hacia ella y sonrió gentilmente. Podía saber por su mirada lo que estaba a punto de decirle. Se había preparado para esto. —¿Sí? —Tuvo una noche divertida. Estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa que se interpusiera en su camino. Su sonrisa se desvaneció cuando volvió la cabeza hacia ella. —Todavía no puedo olvidarme de él. ¡Pero al menos puedes olvidarte de mí! Lo siento. —Lo escupió todo mientras valientemente miraba su hermoso rostro. ¡Bastante seguro! La cara de Tomás era inexpresiva. Hizo una pausa, miró a Lola por un momento y dijo: —¿Aunque se va a casar pronto? Lola, tienes que seguir adelante también. —Tomás, a veces, realmente deseo que Yolanda pueda desaparecer del mundo. Ella ha tomado tanto de mí. —Era por ella que no podía estar con el que realmente amaba. Tomás Herrero sostuvo su mano temblorosa con fuerza mientras miraba su cara pálida. —¡Lola, no seas tonta, todavía tienes a Estrella! Tienes que contentarte con eso porque ella también necesita verte feliz y satisfecha. Por supuesto, ella lo sabía. Su dulce Estrella. Si alguna vez matara a Yolanda, sería llevada ante la justicia y luego Estrella ya no la tendría como su madre. Pero no podía ser esa clase de madre y persona que Estrella seguiría...

Lamentablemente, no pudo evitar asustarse cuando el pensamiento de Jorge le vino a la mente. Él ocupaba su mente completamente. Extrañaba sus labios sensuales, su mirada profunda, incluso su temperamento impredecible. Extrañaba todo de él. Incluso las partes malas de él. Él realmente salió a salvar la vida de Estrella sin pensar en su propia seguridad. El pensamiento de la acción heroica de Jorge hizo que el corazón de Lola doliera. Ambos se amaban mucho entre sí. ¿Por qué no podía el destino dejar que estuvieran juntos? ¿Por qué? Todavía no sabía que Estrella era su hija. Sin embargo, sacrificaría su vida por ella sin dudar. Si alguna vez descubriera que Estrella era su hija, ¿le daría todo en el mundo? Lola también lamentó que no aceptara su propuesta la otra noche de que los tres podrían dejar todo atrás y mudarse a otro lugar como Echo Bay y vivir felices allí. Tomás miró a Lola y sintió su dolor. Pensó por un momento y luego le dijo con voz decidida: —Sé que estás preocupada por Estrella. Te preocupa que la familia de Jorge no te acepte y prefiera alejar a Estrella de ti. ¿Y si tuvieras dos Estrellas? Las cosas pueden cambiar un poco, ¿verdad? Si dos "Estrellas" no podían hacer que Jorge y su familia cambiaran de opinión, probablemente Lola se enamoró de la persona equivocada. Definitivamente no sería digno de las lágrimas de Lola... Lola se sorprendió absolutamente cuando escuchó sus palabras. Ella estudió su rostro seriamente en la tenue luz. La luz de la calle le emitía un brillo cálido y se veía brillante y angelical. Dos "Estrellas"... se refería a dos niñas... —La boda de Jorge está programada dentro de dos meses. ¡Debería ser suficiente para ti! —Tragándose sus propios sentimientos, Tomás le dio a Lola una sonrisa tranquilizadora. Él no estaba feliz en absoluto cuando vio la tristeza en su rostro. Pero no podía hacer nada más que estar con ella a través de esta etapa dura y difícil de su vida. Solo se sentiría feliz una vez que ella se animara. Los ojos de Lola estaban un poco llorosos mientras murmuraba en voz baja: —Pero él ahora está en el país C. ¡No me dará la oportunidad! Tomás miró su rostro pálido y pudo decir que ahora estaba confiando desesperadamente en él para obtener una respuesta. Suspiró profundamente y dijo: —En lugar de que vayas tras él, ¿por qué no lo engañas para que te vea? Funcionaría. Solo confía en mí, Lola.

Capítulo 206 No puedo soportar la consecuencia ¿Lo había escuchado bien? "¿Engañar a Jorge para que me vea? ¿Pero cómo? —Lola estaba realmente confundida ya que no entendía lo que Tomás quería decir. ¿Qué debería hacer ella entonces? Lola tomó la mano de Tomás en desesperación e inocentemente le preguntó : —Tomás, lo siento... Pero, ¿podrías por favor mostrarme la salida? —Ella lo decía sinceramente, ya que sabía que Tomás estaba enamorado de ella, pero no podía devolverle los sentimientos. Tomás no le había hecho nada malo y había sido un buen amigo. Al contrario, ella era la que estaba haciendo algo que lastimaría sus sentimientos en ese preciso momento. Tomás sonrió amargamente mientras miraba la mirada ingenua de Lola. Él sabía que ella estaba realmente enamorada de Jorge. —Necesitas saber como causar un incidente, exagerarlo e intentar llamar la atención de los medios de comunicación. Y por supuesto, debes hacer todo esto sin arruinar tu reputación y la de él. Esto debe ser planeado cuidadosamente. Por lo tanto, tendría que ponerse en contacto contigo porque definitivamente estará preocupado. —Habló con tono calmado, esperando a que ella entendiera lo que él estaba diciendo. Él creía definitivamente que Lola sería capaz de encontrar mejores maneras de llamar la atención. Lola pensaba en las palabras Tomás. Y luego, se dio cuenta de repente de que en realidad tenía una imagen de esto en uno de sus discos. ¡Debería de funcionar! Lola controló sus sentimientos y se disculpó contestando: —Tomás, espero que algún día encuentres a alguien mejor que yo. Eres un buen hombre y te mereces a la mejor mujer que hay en este mundo. —Su mirada era sincera y sus ojos brillaban. Tomás Herrero era un hombre tan bueno. Algún día, él haría a alguien muy feliz con todo su encanto y sus buenos modales. Era una pena que el corazón de Lola ya estuviera ocupado por Jorge. Si ella conociera a Tomás Herrero primero, definitivamente estaría con él. Lola miró profundamente en los ojos de Tomás, como si tuvieran algunos secretos no contados. No pudo evitar comparar a estos dos hombres en su corazón.

Tomás Herrero le dio la impresión de ser un chico súper maduro con un toque de personalidad misteriosa. Cuando estaba con él, a veces se sentía un poco nerviosa ya que no podía ser fiel a sí misma. Ella siempre se sentiría un poco incómoda con él. Jorge Jiménez, con su cara de poker y sus gestos inexpresivos, siempre fue indiferente a todo. Pero sin embargo, tenía sentimientos cálidos hacia ella. A pesar de que él ocasionalmente le lanzaba miradas frías, ella todavía podía sentir su afecto debajo de su máscara. Cada vez que ella estaba con Jorge, podía actuar fiel a sí misma. Al igual que un niño, ella era capaz de perder el tiempo y hacer las cosas a su propia voluntad. Él siempre estaría allí, la ayudaría y resolvería sus problemas. El pensamiento la hizo culpable. Lola bajó la cabeza y dijo en voz baja: — Lo siento, Sr. Herrero, tengo sentimientos por él. ¡Eso es injusto para usted! Pero no puedo fingirlo más. Tragándose sus propios sentimientos, Tomás le dirigió una gran sonrisa y asintió. —Lola, no te preocupes. Mientras seas feliz, yo también seré feliz. No tienes que hacer esto por mí. —Realmente no importaba quién sería su futura amante. Con todo su corazón, agregó: —Si alguna vez se casa con otra mujer o te trata mal, ¡seguiré amandote! Siempre estaré aquí, Lola. Lola esquivó su cálida mirada, tratando de enfocar su vista en sus zapatos. ¡Bien! Si Jorge alguna vez se casaba con otra mujer, entonces ella aceptaría a Tomás. Tomás miró la hora y notó que ya estaba acercándose a la medianoche. Condujo a Lola directamente de regreso a la villa Camela. Lola volvió a su dormitorio. Sin ducharse, corrió hacia su computadora. Revisó las carpetas y finalmente encontró la foto que estaba buscando. Ella sonrió consigo misma pero todavía tenía la duda de si esta imagen funcionaría o no. Pero de lo que era seguro, era que arruinaría la reputación de Yolanda. En cuanto a él, no estaba tan segura. Lola marcó el número de Manolo. Manolo respondió, con un fuerte sonido de música de fondo. ¡Ella pensó que él podría estar en el bar! —Dímelo hermanita, ¿qué pasa? —Para poder responder mejor a la llamada, Manolo salió de la ruidosa sala con un cóctel en la mano. Ya se sentía un poco mareado. Lola pensó en la película de Manolo que había visto con anterioridad y sonrió. —Vi tu película esta noche. ¡Hiciste un gran trabajo! ¡Bien hecho! Manolo tomó un sorbo de su vaso y rió a carcajadas. —¡No me digas que

solo me estás llamando para felicitarme! Te conozco demasiado bien, Lola. — ¡No era algo que ella haría! —Nop. —Ella respondió rápidamente. ¡Él lo sabía! "Bueno, ¿qué es lo que quieres, mi querida hermana? — Preguntó con un gran bostezo, apoyándose contra la pared. —Necesito un número para un paparazzi. Algunos paparazzi realmente buenos. —Pensó en la foto. Hacía cuatro años, ella nunca pensaría en sacar esto, pero ahora era el momento perfecto. Este fue el primer paso que necesitaba para acabar con Yolanda. Este era su momento de brillar. —¿Para qué? Hermanita, ¿qué estás tratando de revelar? —Manolo sonaba muy curioso y cauteloso. Lola se detuvo porque aún no quería compartir las noticias con su hermano. Ella rápidamente respondió: —Sólo dame el número de los paparazzi. Mañana por la mañana, podrás averiguarlo en el periódico. Ella colgó el teléfono. En un minuto, Manolo le envió un número por mensaje de texto. Marcó el número sin dudarlo. A pesar de su apretada agenda, siempre hacía tiempo para ella. Ella tenía un muy buen hermano. Una voz femenina habló. A pesar de las tardes horas, aún sonaba profesional y alerta. Lola caminó hacia su balcón. Mientras apreciaba la hermosa luz de la luna, dijo indiferentemente al teléfono: —Por favor, deme su número de WeChat, ya que deseo enviarle una foto ahora. —Ella fue directo al grano. La mujer que hablaba por teléfono se detuvo. Luego ella bruscamente respondió: —Mi número de teléfono también es mi número de WeChat. Puedes agregarme a través de él. —Su voz sonaba un tanto familiar. Tan pronto había terminado la llamada, Lola le envió su solicitud de amistad al número. ¡Para su sorpresa, la foto de perfil vinculada al número era la de Laura Muñoz! ¡Por eso su voz sonaba tan familiar! ¿Qué era de ella ahora? Lola envió su nombre "Lola Camela" en su solicitud de amistad. Laura Muñoz sonrió al ver la solicitud. ¡Era ella! —¡Hola! ¡Mi vieja amiga! —Laura la saludó calurosamente. Laura escuchó muchísimo sobre Lola. Laura sabía que a Lola le estaba yendo bien en País A, trabajando como CEO interina del Grupo SL. Lola respondió con un emoji sonriente: —Cuánto tiempo sin verte, ¿qué tal en estos días? —Estoy trabajando como editora de una revista en la Ciudad D. ¡Escuché que te ha ido muy bien en estos días! —Laura recordó vagamente que Lola era la

segunda hija de la familia Camila en el País A. El famoso actor Manolo era en realidad su propio hermano... Ella era de una familia y herencia muy popular. —Supongo que estoy bien. Escucha, tengo una foto para que la publiques mañana a primera hora. Con suerte, llegaría a los titulares. Ponle un precio a la foto. —Lola adjuntó la foto de su álbum y se la envió a Laura. Laura pronto respondió con un emoji impactante, —¿Estás bromeando? ¿No hiciste photoshop de esto? ¿Estás segura? Lola se quedó sin habla. —No lo encuentro necesario. Para ser honesta contigo, necesito acabar con Yolanda. ¡Espero que sepas qué escribir en tu informe! Realmente necesito esto tan pronto como sea posible. —Ella escondió su verdadera agenda. No le importaba contarle sobre todo el problema de Yolanda, ya que conocía a Laura hace mucho tiempo y la encontraba confiable. Esta foto expondría demasiados secretos. —Tu ex marido es un poco difícil de tratar. Si nuestra revista está arruinada por tu foto, no podré soportar la consecuencia. La revista para la que trabajaba era una de las principales en la Ciudad D. En ese entonces, su jefe invirtió una gran suma de dinero en ella. Ella no podía arriesgar todo solo por una sola foto. Lola pensó por un momento y se preguntó si debería llamar a Jorge para notificarle con anticipación. Eso sonaba mejor. —Espera un momento. Necesito llamar a alguien. —Ella rápidamente le envió el mensaje a Laura. Luego ella armó con todo coraje y marcó el número de Jorge. La espera pareció tardar una eternidad. Lola se sintió realmente nerviosa. Desde que se fue, nunca se contactaron en privado. Solo se vieron cuando tuvieron llamadas de conferencia con otros gerentes de alto nivel. Finalmente tomó la llamada, —¿Qué pasa? —Sonaba muy distante. La cara de Lola palideció y le dolió el corazón porque pensó que él ya no la amaba. Su voz fría le hizo preguntarse si debería abrir la boca y decirle la verdad. Parecía que ya se había olvidado de ella. Si él ya no se preocupaba por ella, ¿por qué debería molestarse en hacer estas cosas? ¿No se veía como una tonta haciendo todas estas cosas innecesarias e irrelevantes? Torturada por sus propios pensamientos, Lola permaneció en silencio hasta que una voz femenina habló dulcemente por teléfono: —¡Jorge, es hora de dormir! Cuelga el teléfono.

Capítulo 207 Mi hermana no era la amante Lola podía reconocer la voz. Si no era Yolanda, ¿entonces quién era?. Se sintió más triste y sus ojos se pusieron rojos. Definitivamente era Yolanda. Ella llegó demasiado tarde. Como ellos todavía estaban juntos hasta tan tarde, ¿ya habían decidido vivir juntos? Si ella les permitiera continuar de esta manera, ¿ella realmente se convertiría en la amante? No, no podía ser... Mientras ella no hablaba, Jorge tampoco quería obligarla a abrir la boca. Estaban en silencio y solo podían oír la leve respiración el uno del otro. Lola agarró fuertemente con su mano derecha la silla en el balcón, respiró profundamente y abrió la boca. —Jefe Jiménez, quiero pedirle alguna ayuda mañana. Espero que a usted aún le sea posible ayudarme. Al escuchar esa educada solicitud, frunció el ceño inconscientemente y respondió en uno tono frío: —¿Qué sucedió?. Él estaba tan frío e indiferente que ella estaba avergonzada, sintiéndose incapaz de hablar. —Bueno, quiero pedirle que no tome importancia a lo que vea mañana. Quiero pedirle que simplemente olvide algo que sucederá mañana por la mañana. —Ella bajó la cabeza y lo dijo en una voz mucho más baja. Él simplemente respondió: —Depende. Después de guardar silencio por un momento, ella abrió suavemente la boca, —Está bien, descanse bien, Jefe Jiménez. Perdón por molestarlo. Gracias. Cuando el teléfono estaba colgado, Jorge siguió mirando al teléfono que tenía en su mano, sin querer dejarlo por un largo tiempo. ¿Ella no diría algo más? Ella siempre le había hablado acerca de todo. ... Lola colgó directamente el teléfono y le envió de vuelta un mensaje a Laura. —Envíalo, me encargaré de todo lo malo que suceda. Yo siempre seré a quien se deba culpar. Mientras Jorge le daba a ella una respuesta ambigua, Lola solo podía decir que si él se enojaba, ella deseaba poder afrontar la ira de él...

Cuando Lola llegó a la compañía al día siguiente, ya estaba en las horas pico de trabajo. Sus colegas, que iban y venían, la saludaron. Pero hoy, parecía que la miraban de una manera muy diferente. Ella se volvió un poco cautelosa. ¿Estaban sintiendo lástima por ella? ¿Tal vez remordimiento? ¿O solo era mera simpatía? ¿Qué demonios? Pensó en lo que hizo anoche. Cuando ella regresó a la oficina, inmediatamente encendió su teléfono móvil para consultar las noticias de Twitter. Como ella esperaba, el nombre de Yolanda se convirtió en el titular de Twitter en letras de color rojo vivo. Su actual cuenta de Twitter también había sido expuesta por otros y se convirtió en un tema candente con Jorge. Ella casualmente hizo clic en un pedazo de una noticia con el titular: — ¿Quién es la víctima de este triángulo amoroso?. La foto que anoche envió a Laura estaba colgada debajo de las noticias. ¡Sí! Era la única foto de su certificado de matrimonio con Jorge. Ella la había conservado y finalmente resultó útil. La espera valió la pena. La noticia brevemente mencionó la relación de triángulo amoroso entre ellos de hacía cuatro años, que finalmente terminó con el fracaso de Lola, quien también terminó su temporada en la farándula. Entonces ella revisó la cuenta de Laura. Los comentarios se habían ido acumulando hasta más de 500, 000. Después de leer el contenido, finalmente supo por qué todos simpatizaban con ella. ¡Fue porque Laura escribió completamente sobre ella como la víctima dentro del triángulo amoroso! El contenido era el siguiente: —Lola Camela, fue una súper estrella de la Ciudad D hace cuatro años. Fue esta mujer quien fue maldecida como la amante en un triángulo amoroso con la Reina Internacional, Yolanda, y el todopoderoso, Jorge Jiménez, hace cuatro años. Al final, ¿quién era realmente la tercera mujer? Sé el juez y mira la imagen debajo. Que yo sepa, de hecho, desde hace mucho tiempo recibieron un certificado de matrimonio. Como Jorge Jiménez siempre había mantenido su vida privada de bajo perfil, el matrimonio se había ocultado del público. Esta fue la razón por la cual la verdadera amante podría ser capaz de ganar la gloria. Lola, como una mujer y una recién llegada que acababa de debutar, estaba bajo la trampa de un villano, y fue percibida como la amante y fue condenada por casi todos. ¡Se puede ver cuánta presión estaba soportando ella por el bien de Jorge Jiménez! ¡Esto era amor verdadero! ¡Un verdadero amor silencioso! Ya no hay mucho más que decir aquí. La foto fue suficiente para demostrar

todo. ... El comentario principal de Twitter a continuación era de Manolo. —Lola es mi hermana. ¡Puedo probar que mi hermana no es una amante! —¡Dios ha hecho maravillas por ella! ¡Hermano! Luego era Mona Cruz, su ex asistente: —Lola siempre había sido de bajo perfil y trabajadora en su carrera de la farándula. ¡Como su ex-agente, yo también estoy de su lado!. —Era conmovedor y el comentario le tocó el corazón. Oh mi querida Mona... El siguiente comentario era de una amiga de la red llamada Joyful, que envió una foto acompañada de estas palabras: —¡Esta es la foto del Sr. Jiménez y la señorita Camela de hace cuatro años!. —La foto fue tomada en la calle. Ella abrazaba la cintura de Jorge, quien la miraba hacia abajo. La pareja estaba llena de tierno amor. Este debía ser Sánchez. ¿Pero cuándo tomó esta foto? Parecía que se tomó cuando acababan de recibir el certificado de matrimonio. Ella podía recordar vagamente. Resultó que Sánchez también la apoyaba. Ella estaba inexplicablemente emocionada. El comentario del siguiente era en realidad algo que invitaba a Lola a regresar a la farándula. ¡Casi todos la apoyaron! Luego había varios tipos de blasfemia y maldiciones iracundas hacia Yolanda. Cada uno estaba lleno de emojis enfadados y enojados. Luego Lola revisó el Twitter de ellos. En el Twitter de Jorge, el primer comentario era para divulgación empresarial, que estaba comentado por cientos de miles veces. —¡Sr. Jiménez, no renuncies a tu amor verdadero! ¡Solo sucede una vez en la vida!. —¡Príncipe azul, te permitimos estar con Lola Camela!. —¡Yolanda, la amante, aléjate de nuestro príncipe!. ... En el Twitter de Yolanda, había sido maldecida por mucha gente. Originalmente ella tenía decenas de millones de fans. Sin embargo, el número se redujo a menos de 10 millones en justo una sola mañana. Pero en el Twitter de Lola, ella estaba asediada por muchos fanáticos. El número de sus fans aumentó instantáneamente a varios millones. Lola estaba estupefacta. Ella pensó que el impacto de este incidente sería grande, pero nunca pensó que sería así de tanta importancia. Ella estaba sorprendida en un buen sentido.

Sin embargo, este fue también su objetivo final. ¿No era así? En la finca de Jiménez en el País C. Yolanda estaba refrescando Twitter, que estaba lleno de nuevas alertas de mensajes. Sus manos temblaron y sus ojos ya rojizos estaban mirando fijamente y aturdida el certificado de matrimonio de Lola y Jorge. ¡Esta maldita mujer en realidad tenía esta foto! ¡Ella también lo envió, maldita sea! Se había terminado y su Twitter ya había caído. ¡Ya había sido reconocida como la amante! Se acabó todo para ella. En este caso, la empresa rescindiría el contrato con ella. No podían arriesgar una perdida en patrocinio. En el peor de los casos, Rocío evitaría que se casara con Jorge... Justo en ese momento, alguien llamó a su puerta. Apagó su celular y trataba de enfriar sus emociones. Ella abrió la puerta. Era Rocío, quien se paró afuera con una cara pálida y decepcionada. Inesperadamente, su primera frase salió, como: —¡Esta maldita zorra, por qué fue más allá de sus límites! ¿Por qué ella publicó el certificado de matrimonio? Sucedió hace cientos de años. ¿Por qué lo reveló justo ahora? —Tía, está bien. Yo amo a Jorge. ¡No me importan las demás personas!. — A ella no le importaban las demás personas, ¡pero definitivamente no permitiría que Lola se saliera con la suya! ¡Se vengaría de ella! Rocío miró a Yolanda, quien se veía muy consternada, y la consoló, — Yolanda, no te preocupes. No importa lo que digan los demás sobre ti, eres la nuera de la familia Jiménez. Después de casarte, abandona la carrera de la farándula y da a luz a mi nieto en casa. —Ella palmó las manos de Yolanda. Durante la estancia de Yolanda aquí, ella cuidó bien a Jorge. A pesar de su estatus de super-estrella, Yolanda en realidad había tomado un bajo perfil y había cuidado de Jorge y también era muy educada con los ancianos. ¡Ella era realmente una buena chica! Yolanda miró emocionalmente a Rocío. —Tía, eres tan amable conmigo. ¡Sabes que realmente amo a Jorge! Por favor continúe apoyándome. Te necesito, tía. —Por supuesto, lo sé. ¡O de otra manera, no te apoyaría así!. —Rocío se arregló la ropa y volvió a palmar las manos de Yolanda con una sonrisa.

Capítulo 208 No interferiré. Rocío le recordó a Yolanda que deberían ir a tomar algunas fotos de la boda en estos días. En el Grupo SL En la oficina del director general, que de tamaño tenía más de cien metros cuadrados, se colocaban cristales simétricos en ambos lados del sur y norte de la habitación, con un escritorio blanco, muy caro, en el centro. El suelo estaba cubierto con baldosas blancas. Había muchos libros sobre el tema de administración y varias obras maestras famosas en las estanterías de celosía en la entrada del lado este. En el lado oeste de la oficina, había un lujoso conjunto de sofás blancos y algunos otros muebles valiosos. Un hombre noble estaba sentado en su escritorio con un cigarrillo en la boca, mirando en silencio los titulares que aparecían en su teléfono. ¿Era por esto que la mujer le había pedido que no le importara lo que fuera que viera hoy? Ahora todo el mundo sabía de su relación. Estaba tan ansiosa y feliz que ella incluso publicó su certificado de matrimonio en línea. ¿Por qué estaba tan inquieta? Luego, los datos en la computadora mostraron el mercado de valores del grupo SL en País A, que tuvo un aumento sustancial, todo debido a Lola. Sánchez llamó a la puerta de la oficina y entró. Mirando al suelo, le informó respetuosamente a Jorge. En realidad, se sentía bastante culpable mientras se lo reportaba. Había apoyado a Laura y a Lola sin el permiso del jefe. —Jefe, el precio de las acciones en País A han aumentado mucho. ¿Quiere que organice una reunión y celebremos?. —Sánchez cerró la boca inmediatamente cuando Jorge lo miró. Sentado en la silla de su oficina con las piernas cruzadas, Jorge miró a Sánchez, que estaba frente a él, con una mirada fría, abrió la boca y comenzó a hablar: —No sé cuándo empezaste a apoyar a Lola en todo esto. ¿Qué tal si te transfiero al País A como su asistente?. Sánchez inmediatamente levantó la cara y puso una mirada lastimosa. — Jefe, no lo quise decir de esa manera, eso es totalmente incorrecto. ¡Yo solo soy leal a usted!.

¡Su lealtad claramente había sido atestiguada por el cielo y la tierra! Jorge comenzó a golpear casualmente el escritorio con sus dedos índice y medio. —No necesitas enfocarte solo en mí. Ya que eres bueno para tomar fotos, ve y compra una cámara. Es tu deber manejar el trabajo de promoción de la compañía de este mes. Dios mío, trabajo de promoción... Como el Grupo SL era enorme, ¡el trabajo de promoción también sería inimaginablemente difícil! Sánchez casi lloraba en desesperación: —Jefe, ¿puedo tener otras formas de compensarlo?. —Preguntó de una manera débil, una manera que en realidad estaba pidiendo un castigo aún más severo. Sánchez, ¿cómo pudiste olvidar el dolor después de que tu cicatriz se curara? —Dos meses. —Las palabras de Jorge lo hicieron salir corriendo de la oficina con los documentos en sus manos. Ahora solo quedaba Jorge en la gran oficina. Se levantó y caminó hacia la ventana, mirando a algo o a alguien. Lola le estaba dando a la persona algo de su propia medicina. Ella fue maldecida por otros en ese año por ser la amante de él. En realidad, Lola incluso había sido más lastimada en esto que Yolanda. ¡Que dejaba lo que quisiera hacer entonces! Ahora sonaba su teléfono, y era alguien que llamaba desde la casa de él. —¡Jorge, vuelve y cena esta noche!. —La majestuosa voz de su abuelo hizo eco en sus oídos desde la bocina del teléfono. Jorge dudó un momento y pronto adivinó la razón de la invitación: —No puedo. Estoy ocupado hoy. —No quería volver a casa porque sabía que esas dos mujeres todavía estaban allí. —Jorge, ¿no quieres lidiar con este asunto de una vez por todas? Yolanda es tu prometida después de todo. Su fama está relacionada con la tuya. —No obligó a Jorge a volver a casa, pero el problema tenía que resolverse de una manera u otra. Jorge recordó las palabras de esa mujer: —Abuelo, no interferiré en ninguno de los asuntos de esas mujeres. El abuelo de Jorge suspiró brevemente en silencio después de escuchar sus palabras por teléfono. Esta vez, podía darse cuenta de cuál era la actitud de su nieto hacia Yolanda cuando regresara. También estaba su nuera en el juego. A su nieto no le gustaba ninguna de estas dos mujeres. Y no se había comportado así antes, y ahora se mantendría alejado de casa por un tiempo indefinido. Aunque antes era distante, él aún acudía a casa. —Tú es el director general del grupo. Tú eres el amo de ti mismo. ¡Los

padres de Yolanda ahora ya están insatisfechos contigo!. —No se olvidó de recordarle que todavía tenía a un par de suegros futuros que debían ser atendidos. —¡Por favor, cuídalos, abuelo!. —Era la primera vez que Jorge le pedía ayuda a alguien. Su furioso abuelo no dijo nada durante un largo rato. —¡Adiós abuelo!. Al final, no pudo contenerse más y llamó a Lola. Mirando el identificador de llamadas, Lola vaciló porque no estaba segura de poder soportar la ira de él. —¿Cómo está? ¡Jefe Jiménez!. —Su introducción completamente formulada lo hizo fruncir el ceño en un instante. —¡No estoy bien!. ¡A ver! ¡Su tono era hostil desde el principio! —¡Jefe Jiménez, siento mucho haberle causado problemas!. —Ella se burló en silencio. ¿Protegería él a Yolanda? ¡No era favorable para su futuro trabajo si él se comportaba de esta manera! —Ven al País C. Le pediré a Sánchez que te recoja. —Él no respondió a su pregunta. ¿Al País C? El corazón de Lola se estremeció, ya que no esperaba que el plan saliera tan bien. —¿La amas tanto?. —Su repentina pregunta hizo que Jorge de repente se confundiera. ¿Por ella qué estaba preguntando sobre sus sentimientos hacia Yolanda? ¿En qué estaba pensando ella todos los días? —Ese no es el punto. Entregue tu trabajo a ellos en los próximos dos días. —Decidió encontrarse con ella en persona para enseñarle una lección. Ella tenía que asegurarse de por qué Jorge le había pedido que fuera allí. Si él tomara represalias contra ella, entonces ella seguramente estaría muerta. — ¡No iré allá!. —¡Ella se negó de inmediato! ¿Y qué tal si ellos se unieron para matarla y luego dejaran su cadáver en el desierto para que los animales se comieran sus huesos? Jorge cerró los ojos. ¡Era difícil lidiar con esta mujer! ¿Por qué ella no podía simplemente escuchar sus palabras y cooperar? —¡Si no vienes, te buscaré en la compañía o en casa!. —Él la amenazó fríamente. ... ¡Hijo de puta! ¡La amenazaba de nuevo! Parecía que estos dos días no eran tan buenos, tal como su período justo acababa de pasar. Pero cuando llegó su tiempo de ovulación... Oye. —¡Iré! ¡Pero no en estos dos días!. —Rápidamente ella encontró una

excusa en su mente: —¡El jefe del pueblo de Eco Bay llegará para discutir el futuro plan de desarrollo!. El hombre que hablaba por teléfono inmediatamente aceptó: —De acuerdo, le pediré a Sánchez que entonces te recoja en dos días. Él sonrió, pero ella no pudo ver. En los cuarteles generales del País A. Un grupo de mujeres soldados vestidas con uniformes militares blancos estaban dando pasos de ganso en el amplio campo de entrenamiento, armadas con pistolas. Angie, que también llevaba el mismo uniforme blanco, estaba hablando con el vice-presidente del País A para aprobar el desfile militar. Mientras hablaban, su asistente de soldado se apresuró a acercarse con su teléfono móvil y le susurró al oído para evitar que el vicepresidente escuchara: —General, es la llamada de la maestra de jardín de infancia. Mirando al vice-presidente que estaba delante de ella, Angie se preguntó por qué la maestra la llamaría a ella justo ahora. —Ve y llama a mi hijo mayor y deja que se encargue de ello. Si él no está disponible, ¡regresa conmigo de nuevo!. La asistente inmediatamente regresó a su salón temporal, encontró el teléfono de Yonata y le llamó. Yonata, quien también estaba involucrado en el entrenamiento, recibió la llamada telefónica. Después de escuchar que su pequeña sobrina tenía algunos problemas en el jardín de infantes, inmediatamente condujo con su vehículo militar hacia allí. En el Jardín Artístico de Infancia. Cuando Yonata llegó, el profesor de Estrella, un niño y los padres del niño lo esperaban en la oficina del director. Todos se sintieron repentinamente nerviosos, cuando vieron a través de las ventanas a Yonata salir de su auto en un uniforme militar formal y entrando al jardín de infantes.

Capítulo 209 Lo haré por ti Solo había algunos escritorios y sillas en la oficina, y solo había dos maestras trabajando en la oficina. La hermosa apariencia de Yonata atrajo toda su atención. ¡Oh! Se veía bastante guapo con el uniforme... —¡Tío Yonata! —Una pequeña figura rosa corrió hacia él y abrazó su muslo cuando entró a la oficina de la directora. Yonata sonrió y se inclinó para abrazar a su adorable y pequeña sobrina. La directora de la guardería, que era una mujer de más de 50 años, sabía que Estrella tenía una sólida formación familiar, y cuando vio el uniforme militar de Yonata, no pudo evitar debilitarle la voz. —Señor Camela, Estrella acaba de golpear a su compañero de clase. Yonata dejó a Estrella y miró al niño y su madre. El niño gordo estaba vestido con un traje deportivo gris y su madre, Marry Li, que tenía unos treinta años, había estado gritando y gritando justo antes de que viera a Yonata entrar a la oficina: —¡Llama a los padres de esta bastarda y pídeles que se disculpen! — Su ímpetu ahora se fue sin dejar rastro. —Hola... Yo soy... La madre de Zac Wong. ¡Por favor, vea cómo Estrella mordió el brazo de mi hijo! —Cuanto más dijo Marry Li, más angustiada se sentía por su hijo y lo que le había sucedido. Cogió la manga de su hijo y reveló un lugar donde había unas pocas marcas de dientes verdes y morados. Yonata miró a su sobrina con una mirada irreverente y Estrella inmediatamente discutió. —¡Tío Yonata, Zac Wong levantó mi pequeña falda y mamá dijo que a los niños no les permitían levantar las faldas de las niñas! Estrella cruzó los brazos sobre su pecho mientras hablaba y parecía a una pequeña adulta. La frustración de Marry Li se debilitó, pero habló: —Todavía eres joven, él no puede ver nada levantando tu pequeña falda. ¡Pero no puedes morder el brazo de tu compañero de esta manera! —Marry Li realmente quería darle una lección a la niña por su cuenta. Al escuchar sus palabras, Yonata se inclinó casualmente contra el escritorio y sacó un cigarro, pero pronto se lo puso en la oreja, ya que recordaba que todavía había niños a su alrededor. Realmente levantó la falda de Estrella. Miró a su pequeña sobrina y al niño agraviado y finalmente dijo: —¡Estrella, ve y

golpéalo! ¡Si estás cansada, lo haré por ti! ¡Wow! ¡Qué guapo y genial era este tipo! Las otras dos jóvenes maestras del jardín de niños miraron a Yonata con admiración y estima. Al escuchar las palabras de su tío, Estrella se puso feliz y emocionada y se levantó y le dio una patada a la pierna del niño. Zac Wong inmediatamente comenzó a llorar. Marry Li tomó rápidamente a su hijo y lo puso detrás de ella. Estrella le dio una patada en el regazo. —¡Estrella Camela, bastarda! ¡Detente! —Estrella llevaba botas rosadas, y Marry Li fue herida por su poderosa patada. —Oiga, señor, ¡no puede educar a los niños de esta manera! —La directora rápidamente vino para persuadirlo para que Estrella se detuviera y evitar que pateara. Al oír a Marry llamar a Estrella "bastarda —Yonata la miró con frialdad. —¡Zac Wong era un bastardo! Tengo un padre. ¡Mi padre es super poderoso! —¡Humph! Estrella miró a Marry Li con sus grandes ojos redondos abiertos como si estuviera a punto de levantarse y morderla. De pie frente a su hijo y mirando a la pequeña niña enojada, Marry argumentó: —¿De qué estás hablando? El padre de mi hijo es el gerente general de una empresa. Todos en el jardín de niños saben que no tienes padre. —La directora estaba irritada cuando la mujer lastimaba a la niña con sus duras palabras. Yonata, que llevaba botas de soldado, dio dos pasos hacia adelante, abrazó a Estrella y dijo: —¿Estrella no tiene padre? Déjame decirte que Estrella no solo tiene un padre, su padre es tan poderoso que todos los padres en todo el jardín de niños no pueden compararse con él. Al escuchar sus palabras, todos se callaron. Como Yonata era un soldado, no mentiría. ¿Quién era, efectivamente, el padre de Estrella? Yonata miró al niño asustado otra vez y continuó: —Dime cuál es el nombre de tu padre. ¡Volveré más tarde y dejaré que el padre de Estrella se encuentre con él hoy! Zac Wong le dijo el nombre bajo la mirada de sus ojos sin escrúpulos: —Jill Wong. Aunque Marry Li era medio escéptica acerca de las palabras de Yonata, todavía estaba un poco asustada cuando escuchó a su hijo decir su nombre. Yonata sacó su teléfono móvil y escribió un mensaje con los dedos. Marry Li inmediatamente se sintió amenazada y gritó: —¿Qué estás haciendo? ¿A quién le escribes? Yonata frunció el ceño y miró a Marry con rudeza. Pensó que si Wendy se ponía así cuando envejeciera, ¡preferiría no casarse con ella!

Wendy, que estaba en la ciudad D, estornudó repentinamente. —¡Estás interfiriendo demasiado! No es de tu incumbencia. —Se guardó el celular en el bolsillo con gracia y pensó: —¡Espera hasta que veas las consecuencias por haber llamado así a Estrella! Entonces, Marry Li comenzó a causar problemas una y otra vez. Estrella aflojó la mano de Yonata y volvió a morder el brazo de Zac, y luego se apresuró hacia su tío. Zac Wong lloraba mientras sostenía su brazo con fuerza. Marry Li rápidamente y con ansiedad consoló a su hijo, luego miró ferozmente a Estrella detrás de Yonata. Luego le gritó a la directora: —¿Es esta su manera de lidiar con los problemas en el jardín de niños? ¿No quiere hacer su trabajo? La directora se sintió avergonzada ya que era la primera vez que se encontraba con padres tan fuertes en ambos lados. Echó un vistazo a Yonata y llamó a Angie. Sin embargo, recordó que la abuela de Estrella también había servido en el ejército. Zac Wong tenía que persignarse para salir de esta ... Yonata casualmente vio a su propia sobrina darle a Zac otro puñetazo y patada y no dijo nada. Mirando la relajada mirada de Yonata, Marry Li levantó sus cejas semipermanentes y levantó su nariz hacia el cielo y reveló sus dientes. Tiró ferozmente de Estrella, levantó su mano derecha y casi le abofeteó la carita. Una fuerza se apoderó de su brazo levantado y la arrojó hacia atrás. Marry Li gimió, se aseguró a sí misma sujetándose de la mesa y enojada miró al hombre que la había arrojado de esa manera. Otro auto estaba ahora estacionado en el jardín de niños. La directora se sintió aliviada cuando vio a la persona que salía del auto. Angie llevaba un uniforme militar blanco y una gorra militar. Marry Li se sorprendió de nuevo. ¡Toda su familia eran soldados! —¡Abuela! —Estrella sonrió brillantemente mientras miraba a Angie. Angie se sintió aliviada al ver que su nieta estaba bien. —¿Qué pasó, directora? —Miró seriamente a todas las personas en la oficina y exudaba la majestuosidad de los soldados, que era exactamente la misma que la de Yonata. La directora explicó brevemente la situación, y miró a Yonata antes de atreverse a decir la verdad. Angie miró a su hijo mayor después de escuchar las palabras de la directora. Le pidió que viniera a manejar el problema, ¡no para empeorar el problema! Luego miró a Zac. Marry Li se asustó de inmediato y quiso proteger a su hijo.

Angie miró a la mujer que protegía a su hijo, la cruzó y se agachó para mirar y hablar a Zac desde la misma altura.

Capítulo 210 Mando Bay Aunque Angie parecía estar seria, su tono era muy suave y amable: — Pequeño amigo, eres un niño. Los niños no deben levantar la falda de una niña. Como eres un hombre, deberías ir y disculparte con Estrella primero, ¿de acuerdo? Zac Wong tímidamente miró a su madre. Aunque la cara de Marry estaba un poco avergonzada, ella asintió. Como esta familia era intocable, ¡tenía que salir de esta situación de una manera u otra! Zac Wong se acercó a Estrella con la cabeza baja y con lágrimas en los ojos, y le dijo con voz débil: —Lo siento, Estrella. Estrella levantó con orgullo la cabeza. Aunque era más baja que Zac, levantó la cabeza para que lo mirara con aire superior: —Te perdono por levantarme la falda, pero no te perdonaré por las otras cosas. —¡Tu madre me llamó bastarda! —¡Era una princesa, por cierto! Marry Li parecía nerviosa. Ella obviamente no tenía padre. ¿Por qué no debería decir la verdad? Dios. ¿Realmente quería que ella se disculpara? —Mamá, discúlpate con Estrella. —Zac Wang tiró de la ropa de Marry Wong, asustado de que lo golpearan de nuevo. Marry Li no quería disculparse, pero a la directora le pareció justo: — Madre de Zac Wong, por favor, discúlpese con Estrella, y Estrella, discúlpate con Zac, ¿vale? —La directora tocó amablemente la cabecita de Estrella para consolarla. Bueno, todos los niños de este jardín de niños eran de familias poderosas. Justo ahora, su tío había dicho que su padre era más poderoso que el de cualquiera, por lo que él era aún más poderoso que ellos. ¡Después, ella tendría que tratar bien a esta pequeña heredera! —Bien. —Estrella asintió obedientemente. Marry, lamiendo sus labios, luchó un poco y finalmente dijo: —Estrella, lo siento, ¡no debería haberte llamado así! —¡Bastarda! ¡Realmente dijo eso! —Está bien, te perdono! Zac Wong, quiero disculparme contigo. ¡No debería haber mordido tu brazo! ¡Si todavía estás herido, deja que mi tío te lleve al hospital! —La forma orgullosa de Estrella de manejar las cosas hizo que todos

sacudieran la cabeza. Si Lola hubiera visto esto, ¡definitivamente habría golpeado a Estrella! Zac Wong seguía pensando que, de ahora en adelante, nunca más se atrevería a irritar a Estrella. Al escuchar sus palabras, él rápidamente negó con la cabeza. —No duele, no duele... Al ver la apariencia cobarde de su hijo, Marry puso cara de hierro. El asunto se resolvió de esta manera, y los tres salieron del jardín de niños. Al ir al lado del auto, Angie miró a su hijo mayor y le habló: —No protejas ciegamente a Estrella. Mira el temperamento de su orgullosa princesita. Cuando sea necesario, tienes que reprenderla, ¡de todas maneras! Yonata solo asintió y se subió al auto, haciendo que Angie se enojara aún más. ¡Su hijo mayor era un caparazón duro! ¿Por qué era tan diferente de Manolo? Pero, afortunadamente, el carácter de Lola equilibró a todos sus tres hijos. En el grupo de SL, Lola estaba ocupada revisando algunos datos en su computadora. La puerta fue golpeada tres veces, y era Leo Campos. —¡Srta. Camela, una mujer que dijo era la esposa de Danny Fang quiere verla! ¿La esposa de Danny Fang? Ella sabía por qué había venido. —Déjala entrar. Quería saber qué pasaría realmente con Danny Fang. Ella sabía que Jorge no mostraría una gota de misericordia. Una mujer entró a la oficina en dos minutos. Tenía el pelo corto que caía paralelo a sus orejas, una cara redonda con mucho maquillaje, que no podía cubrir su expresión cansada, sin importar lo mucho que tuviera. Estaba gorda y llevaba un vestido rojo de una pieza y un par de zapatos planos negros. Con un gran bolso rojo, de marca internacional, y con sus uñas falsas, parecía una mujer débil en todos los aspectos. —¡Hola, señorita Camela! —Jenny Shan miró a la hermosa y elegante mujer que estaba frente a ella, sentada en el escritorio. ¡Ese idiota realmente tenía buen gusto! —Hola. —Dejó la pluma y la miró, pero no tenía planes de entretenerla. Jenny caminó dos pasos hacia adelante y lloró al pensar en el horror de su propia familia. —Señorita Camela, soy la esposa de Danny Fang. ¡Vine aquí para disculparme con usted! Buscó a tientas su bolsa roja y sacó un anillo de forma peculiar frente a

Lola. Había un diamante azul en el anillo, y dentro del diamante había una letra x roja. El anillo parecía un adorno de plata. La apariencia general era que era un anillo para hombres, en una forma especial. ¿Qué significaba todo esto? Jenny recordó lo que su suegra le había dicho y dijo: —¿Has oído hablar del país Green, el país M y la isla Yu? Lola recordó y asintió. Los tres países parecían estar adyacentes entre sí, pero estaban muy lejos del país A. Había oído hablar de ellos, pero nunca había estado en ninguno de ellos. —En las fronteras de estos tres países, hay una ciudad con una población de cientos de miles de personas, llamada Mando Bay. Ninguno de los tres países gestiona esta ciudad. ¿Sabía sobre esto? Ella asintió de nuevo. Mando Bay tenía una historia de cientos de años. Muchos criminales internacionales huyeron allí y había mercancías peligrosas y tabúes espeluznantes por todas partes. Nadie, que fuera capaz de vivir en la ciudad, estaba totalmente limpio. Aquellos que escalaron a una posición estable allí también habían hecho otras cosas pervertidas, como asesinatos. En esa ciudad, las personas se disparaban y se mataban casualmente... Ella no sabía nada más que esto. Jenny Shan volvió a hablar: —Este anillo está conectado a su antiguo reloj de bolsillo. Tienes que pasar por Mando Bay si quieres descubrir el secreto del antiguo reloj de bolsillo. Pero una persona normal no puede sobrevivir a esa ciudad. —Puso su bolsa sobre la mesa y luego puso el anillo en la mano de Lola. —Mando Bay tiene las dos organizaciones más grandes y antiguas: una es el 'Sacrificio de Sangre' y la otra es 'Asesina de Almas'. Este es uno de los tres anillos dominantes de Sacrificio de Sangre. Con él, decenas de miles de miembros de Sacrificio de Sangre obedecerán tus órdenes. Volvió a poner el anillo en la mesa de Lola y declaró su objetivo final: —Y mi suegra está dispuesta a darte esto mientras puedas acordar liberar a su hijo. Una persona que ha sido discapacitada y una compañía en bancarrota ya no tendrá ninguna esperanza de convertirse en algo bueno. ¿Su suegra? ¿Quién era ella? ¿Por qué y cómo era propietaria de este anillo? Al ver que tenía dudas, Jenny Shan le sonrió y habló nuevamente: —Mi suegra nunca había querido decirlo. Ahora que el anillo te ha sido dado, ya no es importante si se lo diga o no. Mi suegra es una de las cabezas de la novena generación del Sacrificio de Sangre. Ella dejó Mando Bay por mi suegro hace mucho tiempo.

Mirando el anillo frente a ella, Lola preguntó: —¿No deberías ir con el Sr. Jiménez por este asunto? ¿Por qué viniste a mí? Ella sintió más curiosidad por el secreto del viejo reloj de bolsillo. ¿Qué había adentro? ¿Por qué debería ir a Mando Bay, a ese lugar terrible? Jenny Shan se acercó a ella y miró a la mujer que aún estaba aturdida incluso por el poder que tenía en sus manos: —Mi suegra se comunicó con el Sr. Jiménez y él dijo que todo dependía de ti. ¿Jorge quería que ella tomara la decisión final? Mirando el anillo en su mano, Lola dijo claramente: —¡Está bien, dele las gracias a la señora Fang por mí! Era una mujer amable y sacrificó el tesoro que tenía por su hijo. Lola deseaba que Danny Fang se convirtiera en un buen tipo en el futuro. —Gracias, señorita Camela. Me voy ahora." Jenny Shan se sintió aliviada. Pero Lola le habló de nuevo cuando se había dado la vuelta para irse.

Capítulo 211 El secreto del viejo reloj de bolsillo. —Dile a la señora Fang cuando vuelvas, que se lo devolveré inmediatamente después de que lo use. No era de Lola y tampoco lo quería tomar. Aunque no estaba dispuesta a buscar el secreto del viejo reloj de bolsillo, no podía garantizar que, tal vez, pudiera cambiar de opinión un día. Sin volverse, Jenny Shan asintió y pensó que, aunque Lola estaba en una posición tan alta, tenía una buena personalidad. En la familia Fang. Al abrir la puerta de su casa, Jenny olió la fragancia de Tieguanyin, una variedad de té verde. Una señora de pelo blanco con un cheongsam estaba de pie frente a la mesa de bambú y disfrutaba de su té. Las arrugas en su cara no podían ocultar su manera seria y tranquila. Al oír la puerta abrirse, abrió lentamente los ojos. Jenny Shan fue directamente hacia ella y habló con respeto: —Madre, Lola estuvo de acuerdo. —Ella sabía como era su marido y lo qué había hecho. Tal vez fue por ella. Ebisu Yelisa frente a la mesa de té, trató de levantarse y Jenny dejó a un lado su bolso a toda prisa y fue a ayudarla. —Ese viejo reloj de bolsillo es un objeto que muchas personas estarían más que ansiosas por tener. Un día, ella podría ir a Mando Bay. Aunque podría ser protegida por el Sacrificio de Sangre, Asesinos de Almas no la dejaría andar fácilmente por la ciudad. ¡Dios la bendiga! —Ebisu Yelisa se sentó en el sofá de la sala de estar y comenzó a tomar sus cuentas. Al pensar en las palabras de Lola, Jenny le dijo a su suegra: —Ella dijo que si se necesita el anillo un día, lo devolverá poco después. ¿Si se necesitaba un día? ¿No planeaba develar el secreto del viejo reloj de bolsillo? —¡OK ya veo! Has hablado con el asistente de Jorge, ¿verdad? Ese asistente parece normal pero debe ser alguien anormal. Ponle mucha atención a él. —Ebisu Yelisa ahora estaba perdida en sus pensamientos. Si tenía razón, Sánchez debía estar relacionado con Mando Bay y él debía ser alguien importante.

Si Sánchez estaba relacionado con Mando Bay, ¡qué poderoso sería Jorge! Ella había prestado atención a las noticias recientes en entretenimiento sobre un triángulo amoroso entre el hombre y las dos mujeres involucradas en la historia. Aunque era una anciana, era sabia. Jorge podría ser un rey en el negocio, pero su historia de amor no podría ser tan suave como lo había planeado. La dama de la familia Moza no era fácil de tratar, pero ese hombre no le prestó atención sino a la segunda hija de los Camela durante varios años. Bien, bien. No era de su incumbencia y podría pensar poco sobre eso. Pero lo más importante para ella en ese momento era educar a su hija, hacer buenos preparativos para su descendencia. En la oficina del CEO en el país C. Jorge miraba fríamente todos los datos que presentó el gerente de alto nivel. Después de la presentación, comenzó a hablar: —Entregue una propuesta comercial de 3000 palabras hoy antes de que acabe su jornada. Si no estoy satisfecho con eso, ¡ya no será el gerente! Su voz fría asustó al gerente que sudaba frió. —Sí, jefe Jiménez. —El gerente se apresuró a regresar a su oficina. ¡Dios, fue tan terrible! Jorge tiró todas las hojas de datos en el cubo de basura. Mientras hacía esto, sonó su teléfono celular y comenzó a leer los mensajes de texto que acababa de recibir. —Estrella ha sido intimidada por tu culpa. Jill Wong, gerente general de una compañía en la ciudad D. ¿Por su culpa? Sin pensarlo, Jorge le pidió a Sánchez que investigara en qué compañía trabajaba Jill Wong. Cinco minutos después, Sánchez descubrió que Jill Wong era el gerente de una corporación farmacéutica. Jorge ordenó sin pensar: —¡Hazlo polvo! Sánchez asintió pero pensó, ¿qué le había hecho Jill Wong a su jefe? ¿Fue por Lola? Con esta curiosidad en mente, solo llamó a dos personas y resolvió el asunto en 30 minutos. En la mansión de la familia Camela. Lola terminó el trabajo a tiempo hoy, y no había visto ni jugado con Estrella durante mucho tiempo. Se fue directamente a casa temprano hoy. Estaba oscuro afuera. Lola se dirigió hacia su Maserati y, mientras estaba lista para entrar en su auto, algunos extraños se acercaron a ella y la detuvieron. Gritaron con emoción: —Srta. Camela, Srta. Camela...

Cuando los extraños se acercaron, se dio cuenta de que eran unas chicas jóvenes, que ahora se reunían a su alrededor: —¿Quiénes son ustedes? —Ella volteó y miró a cada una de estas chicas emocionadas. Una de ellas habló alegremente: —Señorita Camela, somos sus admiradoras. ¡Te hemos amado durante años! —¡Sí! ¡Sí! Ahora que la hemos encontrado finalmente, nuestras expectativas se han esfumado de inmediato. ¡Es realmente bonita! —Lola, ¿puede tomarse una foto con nosotras, por favor? ¿Volverá alguna vez a la farándula? —Sí. ¡Todos queremos verla actuar de nuevo! ... Lola sabía quiénes eran y les sonrió. Luego, las chicas sacaron su cámara para tomar una foto. ¡Lola era demasiado hermosa! —Gracias. ¡Ahora estoy trabajando en otro negocio y no he planeado volver todavía! Conocían a Lola hacía mucho tiempo y les gustaba desde entonces. Lola se sintió realmente conmovida por ellas. —¿Ah? Eso es todo. Hemos visto las fotos en el micro-blog publicado por Laura. ¿Cómo es su relación con el Sr. Jiménez? —¡Todos esperamos que puedan ser la pareja del Sr. Jiménez, y que él deje a esa perra! —Sí. Desde antes sabíamos que no eras su amante. Ahora, la verdad sale, por fin. ¡Lola, estamos muy felices por ti! ... Esas chicas no podían dejar de hablar con Lola y sonrió sinceramente al verlas. Era tan activa y abierta con ellas como si tuviera su edad otra vez. En el pasado, ella se negó a enterrar sus pensamientos más íntimos. Pero ahora, tenía que pensar las cosas más concisamente en la mayoría de las circunstancias, sobre lo que debería o no debería decir. Ella las admiraba... —Gracias porque todavía me quieren, muchas gracias. Pero ahora estoy viviendo una vida feliz y no tengo ningún plan para volver al negocio del entretenimiento. ¿Qué tal si le envío una solicitud para ser amigos en Wechat? Entonces podríamos comunicarnos más a menudo cuando estemos libres. Luego, sacó su teléfono de la bolsa y solicitó ser su amiga Wechat, y también se tomó una foto con ellas. Después de eso, se fue directamente a casa. Cuando llegó a casa, escuchó que su teléfono estaba sonando. ¡Cuando lo

miró, fue increíble! Esas chicas habían creado un grupo llamado "Nuestra hermana —y Lola era miembro. El grupo estaba lleno en un segundo con 500 personas. Después de tantos años, todavía tenía muchos fans ahí afuera. —¡Hola a todos! Soy Lola. Encantada de verlos, chicos. —Ella les envió una frase. Saliendo de su Maserati, fue hacia la casa mientras jugaba con su teléfono. En la casa. Landon se veía feliz al ver a Estrella corriendo. Angie y Yonata también estaban en casa, pero Harold no estaba. —¡Mamá! —Estrella corrió hacia su madre cuando la vio de vuelta en casa. La abrazó y la besó —¡Mi amor! —Mami, Estrella te extrañó mucho! ¡Te amo!

Capítulo 212 Tan poderoso Con una mirada feliz, Lola volvió a besar a su hija en las mejillas. Después de saludar y hacer la pequeña conversación habitual con sus padres y su abuelo, se sentó apresuradamente en el sofá. —Estrella, ¿cómo va todo en la escuela? ¿Te estás divirtiendo con tu profesora y tus compañeros? ¿Escuchas lo que dice tu profesora? ¿Eres una buena chica en la escuela? —preguntó Lola, obviamente extrañaba mucho a su hija. Angie recordó algo y su mirada se volvió un poco extraña. Ella escuchó a Estrella decir: —Mamá, le pegué a un niño porque me levantó la falda. Una vez me dijiste que los niños no deberían levantar la falda de las niñas. No es bueno, ¿verdad? —Estrella se quejó en un tono muy enojado. Escuchar a Estrella expresar su queja, hizo que Lola se estremeciera un poco. Su bebé seguramente estaba creciendo ahora. Lola miró fijamente a su hija y respondió: —¿Estás herida, te devolvió el golpe? —¿Cómo se atreve a hacerle esto a mi hija? ¡Él también debería ser golpeado en la cara! Pensó Lola. Estrella sonrió y se echó a reír. —Oh, estoy bien. ¡Pero yo lo mordí! Miró a su hija riendo y le estrechó la mano. —Pero la próxima vez que vuelva a suceder, debes decirle a la maestra para que el niño se detenga. ¿Bueno? Angie estaba escuchando el recuento del día de su nieta y se estaba divirtiendo. Mirando a su hermano mayor e imaginando lo que sucedió, Lola sonrió y dijo: —Hermano, ¡eres tan poderoso! Angie miró a su hija e interrumpió: —¿Qué quieres decir con ser poderoso? ¡Era él quien debía lidiar con eso y no causar ningún problema! Es hora de que se case con tu amiga para controlarlo. De repente, Angie sacó un pedazo de papel del cajón y se lo pasó a Lola. — ¡Mira, selecciona una de las fechas de estas tres! ¿Le pedía a Lola que elijiera la fecha? ¿De Verdad? Lola miró a su hermano. Yonata dijo en un tono muy tranquilo: —Estoy bien con estos tres días. Sin preocupaciones. ... Lola se había estado preocupando por esta boda por algún tiempo. ¿Wendy estaría feliz si se casara con el hermano de Lola? Yonata no quería mostrar sus

emociones y era un poco conservador. —Hermano, Wendy es mi mejor amiga. ¿Podrías estar más preocupado por su boda y ser más activo en su preparación? Yonata tomó bruscamente el papel de la mano de Lola y dijo: —Entonces, ¡esa es la fecha! —Seleccionó la fecha de en medio. Lola contó los días. Sería justo dentro de un mes. —La madre organizará y hará los preparativos para la ceremonia. Seré voluntaria para ser la que tome fotos. Eso servirá, supongo. —Pensó Lola. Landon comenzó a protestar: —Lola, creo que primero deberíamos analizar tu situación. Hay muchas cosas sucediendo en esta ciudad en estos días. Casi todos sabían lo que le pasó a su nieta. No podía entender por qué los jóvenes eran tan prominentes y extrovertidos. Lola, acariciando la linda y pequeña mano de Estrella, respondió: — Necesitaba hacerlo y quería demostrarle al mundo que no tengo la culpa y que estoy diciendo la verdad. No me arrepiento. ¡Por Estrella, no dejaría que Jorge se fuera! Angie pensó por un rato después de escuchar eso, y advirtió a Lola. — Rocío no es una mujer fácil de tratar. ¡No voy a aceptar que ella sea tu suegra! ¡Esa mujer está loca! Rocío era una mujer muy agresiva que siempre conseguía lo que quería. Lola sería acosada si se casara con Jorge. Landon no podía estar más de acuerdo porque ya había visto a Rocío varias veces. Pensó que su nieta solo sería un trapo arrugado y se ensuciaría si se casaba con Jorge. No podía permitir que este matrimonio sucediera. —¡Madre, Rocío fue cruel conmigo por Yolanda! Ahora que sabe la verdad, tal vez ella cambiaría. —Si Rocío supiera que tenía una nieta, ¡sería feliz! Angie vio que Lola estaba pensando e inmediatamente decidió no discutir más. Sólo le advirtió. —Tú decides. Pero dinos cuando necesites algo. ¡Siempre te apoyaremos! Lola asintió y recordó que Jenny Shan la había visto esta mañana. Sacó el anillo de su bolso y se lo pasó a su abuelo. —La madre de Danny Fang me lo dio y me dijo que sería útil cuando buscáramos el secreto de este viejo reloj de bolsillo en Mando Bay. Al escuchar la mención de la Mando Bay, Yonata frunció el ceño y se preguntó por qué deberían ir a ese lugar. —¿Señora Fang? —Landon estaba profundo en sus pensamientos y finalmente entendió. —Abuelo, ¿cuál es el secreto del viejo reloj de bolsillo? Tengo mucha curiosidad. —Lola comenzó a interesarse cada vez más en él. ¿Había un tesoro

conectado al secreto? Después de un segundo de reflexión, Landon dijo: —Tu abuela había dicho una vez cuando estaba viva que este reloj contenía un gran tesoro heredado de sus predecesores. Pero necesita una parte importante del reloj y una imagen para descubrir el tesoro. ¡Era un tesoro! ¡Fantástico! Un día, ¿le encomendarían una aventura para buscarlo? —¡Pero, no quiero buscarlo! —Ella respondió con decisión. No quería ir allí porque era peligroso. Sería inútil ser asesinada solo por encontrar un tesoro que no estaban seguros de si era verdadero. Landon negó con la cabeza y miró a su nieta con seriedad. —No te permitiría buscarlo antes. Era demasiado peligroso. Pero ahora, a medida que más y más personas conocen el secreto del reloj, si renuncias a buscarlo y lo pones al mundo, estarás en peligro en todas partes y en todo momento. Los hechos hicieron que toda la gente se callara en silencio. Todos estaban pensando lo mismo. ¿Llegaría ese día? Al día siguiente, Lola se despidió de Estrella, la envió al coche de Yonata y se fue a trabajar. Una vez que estacionó su auto en el estacionamiento temporal, vio a muchas personas en el frente del edificio de la compañía. Era una vista inusual. ¿Qué había pasado? Alguien en la primera línea de la multitud gritó: —¡La señorita Camela viene! ¡Ella esta aquí! Lola se vio repentinamente rodeada por todas las personas que llevaban micrófonos y tenían cámaras. Sí, eran periodistas... —Srta. Camela, por favor díganos si la foto circulada por Laura es verdadera. ¿Eso realmente sucedió? Ninguna compañía se atrevía a reportar noticias de entretenimiento sobre Jorge antes. Jorge era tan influyente. —Como está comprobado que la oficina de Laura no se mete en problemas, nos atrevemos a entrevistarle hoy. ¿Eso significa que Jorge está de acuerdo? —Srta. Camela, ¿qué quiere decir sobre llevar todas las imágenes negativas del público todos estos años? —Señorita Camela, el señor Jiménez se casará con Yolanda. ¿Permitirá eso? —¿Era la niña con la que estaba en el parque de diversiones la misma niña que usted y Jorge Jiménez dieron a luz? ... Lola escuchó todas las preguntas en una apariencia tranquila en el exterior,

pero su mente estaba completamente enredada. Todos estos años, la gente la había visto de manera negativa y no le había prestado mucha atención. Ella no estaba acostumbrada a esto. Debido al permiso de Jorge, especialmente en relación con sus acciones en la oficina de publicaciones de Laura, ¡casi todos los periodistas de la ciudad llegaron hoy! Si ella no dijera una palabra acerca de lo que sintiera, ¿sería injusta e irrazonable? ¿O sería tan difícil de tratar? Luego sonrió a una de las cámaras y dijo de manera sofisticada y tranquilizadora: —Buenos días a todos. Estamos en los terrenos de mi empresa. Como director ejecutivo en funciones, no es adecuado responder a ninguna de sus preguntas sobre mi vida privada aquí. Tenemos que mantener nuestro profesionalismo en todo momento. Por favor, preste más atención a SL y apoye al grupo. ¡Gracias! —Señorita Camela, ¿puedo tener un segundo con usted para una entrevista uno a uno? —Sí, señorita Camela. Aunque ya no está en la farándula, todavía tiene muchos fans que quieren saber de usted. Solo para ellos, ¿puedo hacerte algunas preguntas? ... En ese preciso momento, un grupo de guardias acudió en ayuda de Lola y la ayudó a salir corriendo por la puerta de entrada. —Me disculpo, pero he estado ocupada con mi trabajo recientemente. Si algún periodista quiere preguntarme algo, contáctese con mi asistente, Leo Campos, y él responderá sus preguntas. ¡Gracias! —Después de decir eso, Lola entró en el edificio con guardias en ambos lados.

Capítulo 213 Denigrada y criticada por el público. Lola sonrió cortésmente y asintió a los reporteros. No quería sonar y parecer arrogante. Luego se dirigió directamente a la oficina. Era la primera vez que se enfrentaba a tantos reporteros, por lo que se quedó un poco estupefacta y en realidad no sabía qué decir. Después de entrar en el edificio, Lola se sintió aliviada en secreto y caminó hacia el ascensor. En la familia Moza del país C. Yolanda se sentó en la sala de estar y miró enfadada la televisión. Estaba la entrevista en vivo de Lola sobre el tema. Lola llevaba un mono naranja fuera del hombro, poco o nada de maquillaje, pero todavía era lo suficientemente atractiva como para que muchos hombres se pusieran de pie. Enfrentada a numerosos reporteros, sonreía tranquilamente como si tuviera todo bajo control. Lola parecía más que una reina, con su labial naranja. Se veía muy sofisticada. Aunque Yolanda no quería admitirlo, no podía negar que Lola era perfecta e incomparable. Estaba brillando como el centro de atención. Una pareja de edad abrió la puerta. La mujer llevaba un vestido negro, y el hombre alto y corpulento estaba en un traje. Al ver a su hija sentada tranquilamente en el sofá, Molly Lozano se acercó con los talones golpeando ruidosamente en el suelo. —=Yolanda! ¡El mundo entero lo sabe! ¿Cómo puedes simplemente sentarte aquí sin hacer nada? ¡Esto es inaceptable! —Molly se apresuró a sentarse junto a su hija y miró a la mujer en la pantalla. ¡Fue ella! !Esa mala mujer! James Moza arrojó la llave a su cara mesa de madera de color rosa y miró a su hija. Ahora todos sabían la verdad. ¡Se estaba convirtiendo en una desgracia! Aunque James y Molly sabían que Yolanda había hecho algo realmente malo, todavía no querían admitirlo. Todavía deseaban proteger su imagen. —Yolanda, pídele a Jorge que cene con nosotros. ¡Que a Jorge ni siquiera le importaban los padres de su novia! Él no era un verdadero hombre. ¡Los caballeros no trataban así a las mujeres! ¿Fue tan fácil para él cortejar a una mujer, juntarse y romper de repente con ella? Ambos ya estaban comprometidos. James no podía simplemente ignorar las

noticias y acercarse a todo sin estar enojado. La idea de pedirle a Jorge que cenara con ellos la hizo temblar. Yolanda se burló. Probablemente ni siquiera contestaría a su llamada. Era tan frío con ella. —¿Escuchaste lo que tu padre acaba de decir? ¡Pídele a Jorge que venga aquí esta noche! —Molly tiró del brazo de Yolanda y le frunció el ceño. Yolanda no podía controlarse más. Ella gritó: —Madre, acabo de perder mi trabajo y mi teléfono está al límite de las llamadas. ¡Mi vida acaba de convertirse en un desastre! ¿Podrías dejarme en paz? Después del incidente, las personas de mayor rango en la farándula dijeron que a ningún equipo le gustaría trabajar más con ella. Incluso dijeron que iban a rescindir su contrato. —¡Bien! Termínalo. ¡A quien le importa! Yo podría reconstruirme... — Yolanda pensó. Y sus supuestos "amigos —La molestaban, quienes apenas podían creer la noticia. Después de un momento de silencio, James y Molly se miraron. Decidieron tomar el asunto en sus propias manos. —Está bien. Si no lo llamas, yo lo haré. No me quedaré aquí sin hacer nada para corregir esto. —James tomó su teléfono, encontró el número privado de Jorge y marcó. Fue Sánchez quien respondió. Sánchez dijo que Jorge no podía responder porque estaba teniendo una video conferencia. James enfureció de rabia. Cuando colgó el teléfono, miró a Yolanda, pensó un momento y la consoló. —Vosotros dos habéis estado juntos por más de diez años... ¿Cómo pasó esto? Si no le importas en absoluto, ¡no te cases con él! ¿Por qué tienes que rogarle así? Él está arruinando tu vida... y tu carrera. Sí. No podía negar que Jorge era muy influyente y poderoso. También serían ricos si su hija se casara con él. Pero James no podía soportar ver a su hija sufrir después de la boda. Ese hombre era un insensible. Cuando se enteró de la descarada desaprobación de su padre por el matrimonio, Yolanda se puso nerviosa, se levantó rápidamente y gritó: —¡Padre! ¡Son mis asuntos! ¡Déjame sola! En dos meses a partir de ahora, se casarían. Después de la boda, Lola nunca sería la esposa de Jorge, sino una amante, denigrada y criticada por el público. Ella todavía creía en esto. Además, debería ponerse en contacto con Steven esta noche. ¡Tenía que hacer algo para deshacerse de esa perra! Al ver a su hija ponerse furiosa, James suspiró profundamente. ¡Que demonios! Molly consoló a su hija y le dijo que se sentara en el sofá. —Iré a visitar a

tu futura suegra y le pediré que convenza a Jorge. Ella influye enormemente en Jorge, ¿verdad? Molly se sintió aliviada al pensar en Rocío. Después de todo, sabía que Rocío trataba bien a su hija. No tenía que preocuparse por eso. Y esa fue una de las razones principales por las que Molly aceptó la firme determinación de su hija de casarse con Jorge. ¡Pero como madre, tenía que hacer algo! ¡Debía hablar con Rocío rápidamente antes de que fuera demasiado tarde! Yolanda se sintió mejor. Su madre todavía se preocupaba por ella a pesar de lo que había hecho. Lo que podía hacer ahora era confiar en Rocío, para poder casarse con Jorge. —Jorge todavía debe preocuparse por mí. Cuando nos casemos, no actuaré más para poder acompañarlo a donde quiera que vaya. ¡Seré la mejor esposa para él! Yolanda pensó. En la oficina del CEO, Jorge vio a Sánchez colgar la llamada de su futuro suegro y le pidió que lo dejara solo por un momento. Miró el video que acaba de pausar y dio clic en continuar. Jorge abrió la caja y encendió un cigarro, mientras miraba a la mujer en la entrevista. Brevemente inhaló y lentamente dejó salir un chorro de humo. Con la luz del sol en su mono naranja de hombro, se veía tan fresca y linda. Se sintió muy atraído cuando vio sus hombros impecables expuestos. ¿Cómo se atrevía a usar ropa tan sexy sin su permiso? —¡Espera y mira cómo te castigo! —se imaginó. Si fuera Lola quien lo acompañara toda su vida, habría tanta felicidad. Lo había pensado una y otra vez. Siempre llegó a la conclusión de que quería estar con Lola, no con Yolanda. —Pero la veré mañana, ¿verdad? —Jorge esperaba sinceramente. En la lujosa oficina, miró por la ventana que daba a la ciudad y soltó un anillo de humo con la boca en alto. —Lola, no quiero terminar tan rápido... Deseo que estés conmigo ahora. En SL Grupo del país A. Lola mintió a su familia, incluida Estrella, con una excusa de viajar por negocios. No quería que lo supieran. Le prometió a Jorge ir al país C mañana, y planeaba pasar esta noche en el salón después del trabajo. Se estaba poniendo lentamente ansiosa. A las siete de la tarde, alguien llamó a la oficina del CEO. —¡Entra por favor! —Lola miró a la persona que estaba de pie junto a la puerta, mientras colocaba su firma en un documento. ¿Sánchez? ¡No lo podía creer! Se suponía que él estaría aquí mañana,

¿verdad? ¿Qué estaba haciendo aquí ahora? —¡Señorita Camela, mi jefe me pidió que la recogiera! —Sánchez sonrió y miró a Lola, quien obviamente no esperaba esto. Estaba aturdida. —Niña tonta. ¿Ella realmente pensó el Sr. Jiménez esperaría hasta mañana? Por supuesto que le encantaría verla lo antes posible. Además, ¡qué maravillosa noche era esta! ¡Cómo podría desperdiciar esa oportunidad! —se dijo Sánchez en diversión. Sánchez siempre estuvo del lado de Lola. Era realmente una mujer elegante y tenía un corazón cálido y amoroso. Lola recogió sus archivos y se apresuró a abordar el avión privado de Jorge... ¡El avión de Jorge era emocionante! En el lujoso y espacioso avión había estantes para vinos, baños, camas y una mesa de comedor con una docena de sillas. ¡Esto debía haber costado millones! Lola se emocionó mucho al pensar en el hombre que iba a ver. Charlando y riendo con Sánchez durante todo el vuelo, parecía que el viaje fue rápido y corto. Aterrizaron alrededor de las 9 pm El avión aterrizó en el claro, luego se abrió la puerta. Lola bajó los escalones con cautela en sus tacones altos. Aunque era de noche, se sorprendió y fascinó por lo que vio. Una propiedad extravagante apareció ante sus propios ojos, cubriendo un área de al menos cientos de hectáreas. ¡Oh, esto era la vida!

Capítulo 214 Tengamos nuestro último romance Aeropuerto privado, campo de golf, lago privado, invernadero transparente, bodega y similares, todos propiedad de Jorge. Vagamente el sonido de las olas llegaba a sus oídos. El lugar donde aterrizó del avión estaba justo en la puerta principal del castillo blanco de tres pisos. Dos líneas de lujosas farolas iluminaban el camino oscuro; la fuente en el pequeño jardín y los chorros de agua de manantial. Se abrió la puerta blanca de tres metros; delante de él había un hombre vestido con una túnica negra. El hombre la miró con sus ojos oscuros mientras giraba una copa de vino añejo. La mujer que llevaba un traje blanco caminaba cada vez más cerca; Su afecto en los ojos ya no podía ocultarse. Incluso Lola, nacida en cuna de oro, no pudo evitar maravillarse ante la magnificencia de la mansión. Cuando llegó por primera vez aquí, de alguna manera se sintió un poco inferior. ¡Qué rico era Jorge con todas esas casas, mansiones y autos caros! En el primer piso, dos líneas de pilares separaban el salón espacial en dos, uno de los lados era una piscina lúcida y el otro un muro de exhibición blanco de pinturas famosas. El hombre miró a la mujer que caminaba hacia él, le tomó las manos y la acercó. Dio un elegante sorbo de vino antes de poner la copa en la cabina. La sostuvo en sus brazos tirando de sus manos y besó sus sonrientes labios. Sus ojos oscuros eran tan encantadores que hicieron que el corazón de Lola se acelerara. —Hola mi e. —Ella retrocedió un poco y lo saludó con una sonrisa. Ex… Jorge tomó un trago de vino y se preparó para besarla de nuevo en su boca. ... Lola instantáneamente caminó unos pasos hacia atrás antes de decir "Jorge, eres asqueroso. —Fingió una mirada enojada hacia el hombre. ¿Era asqueroso? Al oír esto, el hombre arrugó sus hermosas cejas.

Dejó la copa a un lado y la levantó por la cintura. Con los pies de repente separando la alfombra blanca, Lola abrazó su cuello a toda prisa. Miró su sonrisa maliciosa y se sintió bastante confundida, no se suponía que ella debía ser castigada aquí. Después de pasar por dos líneas de pilares, finalmente llegó la sala, casi cubriendo un área de más de 100 metros cuadrados. Todavía estaba amueblado con muebles blancos y negros. Luego subió las escaleras con ella en sus brazos, incluso la balaustrada de las escaleras era puramente blanca. —Bájame. —En la misma línea, sus ojos solo podían alcanzar su manzana de Adán, por lo que levantó la cabeza y miró al hombre. Jorge no dijo nada, pero caminó hacia una habitación. Abrió la puerta blanca tallada y entró. ... El dormitorio, con ventana francesa al este y al sur, podía cubrir un área de 200 metros cuadrados. Jorge la acostó en la lujosa cama de tres metros de ancho, luego se inclinó y se quitó los zapatos de tacón alto. Miró al hombre, tan malvado y encantador, su corazón se aceleró aún más. Jorge tiró su bolso a un lado y sacó su teléfono del bolsillo antes de tirarlo sobre la mesa de noche. Él se inclinó, mirándola, y luego puso sus labios sobre los de ella. —¿Quieres un descanso? Ruégame. —El hombre la miró con arrogancia. Lola se sintió un poco desgarradora: ¿estaba tan desesperado por vengarse de su prometida? Ella movió su cabeza a un lado y dijo obstinadamente: —Nunca. El hombre la levantó de la cama y la llevó al balcón. Fuera del balcón se extendía el vasto mar. La puso en la balaustrada, la mitad de su cuerpo colgando sobre el mar. —Ruégame. —El hombre exigió de nuevo. Lola miró el mar, se mordió los labios y pensó: —Un hombre sabio no lucha cuando las probabilidades están en contra de él. Además, ella no ha logrado su objetivo. —Así que suplicó: —Por favor, déjame ir. El hombre, satisfecho, la llevó dentro de la habitación. Dijo junto a sus oídos: —Lola, tengamos nuestro último romance. —A pesar de que su boda iba a ser decidida finalmente, él todavía la amaba. Lola miró al hombre frente a ella, sintiéndose bastante enamorada. Justo en ese momento, el teléfono de Jorge sonó en la mesilla de noche. Lola le dio una palmadita al hombre, pero él simplemente ignoró la llamada. Ella buscó a tientas y encontró su teléfono.

Vio el identificador de llamadas y el hombre en ella, sonrió y pensó: —La llamada llega justo a tiempo. Contestó sin dudarlo y puso el teléfono debajo de la almohada. Ahora Jorge sentía que ella era un poco diferente. El hombre sacó el teléfono debajo de la almohada. En la pantalla se leía: — En la línea, Yolanda. Miró directamente a la mujer y pensó: —Ella realmente necesita ser domada. Jorge colgó el teléfono y la llevó a otra habitación. Cuando se abrió la puerta, Lola sintió una ráfaga de viento frío. Ahora estaban en el balcón. El gran balcón daba al vasto mar. Jorge puso a la mujer sobre la alfombra y se apoyó en la balaustrada, de nuevo hacia ella. ... En la familia Moza. Yolanda pensó que era necesario hablar con Jorge esta noche para darse una oportunidad de enamorarse de ella nuevamente. Tomó el teléfono y lo llamó. No contestó hasta que sonó un rato. Sin embargo, casi no dijo nada cuando una voz de mujer vino del teléfono. Su rostro de repente se puso pálido. Al oír la voz, Yolanda ciertamente entendió lo que estaba sucediendo en el otro lado. La voz de la mujer era atractiva. ¿Quién era? Puso el teléfono aturdida junto a sus orejas, mirando alrededor de su habitación con confusión. ¿Eh, Lola? —De ninguna manera. Ella debería estar en el país A ahora. ¿Alguna otra mujer? ¿Jorge preferiría tocar a alguna otra mujer que a ella? ¿Pensó que ella era impura? ... El teléfono colgó en medio del ruido. Pasó mucho tiempo antes de que recuperara la conciencia. Se sintió con el corazón roto, sus lágrimas cayendo sobre la almohada. ¿Jorge ya no le gustaba? ¿Ni un poco? Después de mucho tiempo, Yolanda se secó las lágrimas y marcó el teléfono de su perro guardián en SL Group en el país A. El hombre ayudaba a vigilar a Lola. Cualquier cosa relacionada con Jorge sería reportada a ella. —¿Dónde está Lola? —preguntó con los dientes apretados. El hombre al otro lado del teléfono se levantó de la cama y respondió solo después de que llegó al balcón. —Ella dio algunas instrucciones en el trabajo al gerente general y al director general adjunto antes de irse a un viaje de negocios de dos días. Pero no tengo claro a dónde va. Después de colgar, Yolanda pensó por un momento si la mujer era Lola.

Bueno, mañana lo sabría después de un viaje a Leroy Manor, donde vivía Jorge. Luego encontró el teléfono de Manuel y le transfirió algo de dinero para que Steven estuviera de guardia. Si esa mujer era Lola, haría lo que fuera necesario para deshacerse de ella. Por la mañana, el sol brillaba. Lola seguía dormida. El hombre abrió la cortina del balcón después de la ducha. Al abrir la puerta de vidrio, el sonido de las olas llegó instantáneamente a sus oídos. Lola se frotó los ojos adormecidos. Quería dormir más en la gran y acogedora cama. Jorge volvió a la cama en bata, tomó a la somnolienta Lola en sus brazos y besó sus labios rojos. Lola canturreó un poco y abrazó su cuello. En el balcón, disfrutaron del sol, la vista al mar y las olas. Esa lugar daba justo hacia el mar, la mejor ubicación para practicar deportes al aire libre. Nunca tomaron en cuenta que alguien podría interrumpir.

Capítulo 215 El Ligre Ya era tarde cuando Lola se despertó de nuevo. Se encontraba sola en la lujosa habitación. Se había quedado completamente dormida. Totalmente agotada por todo el trabajo que tenía que hacer recientemente, se arrastró hasta el baño, una habitación sofisticada cubierta con azulejos de color marrón claro pintados a mano. Un gran espejo dividía la suite en dos áreas. En el exterior, se colocaron dos lavabos junto a una mesa redonda que tenía todo tipo de artículos de tocador. Había un inodoro automático caro y un gran sofá en el interior. Los diseñadores también colocaron una bañera circular junto a una ventana francesa. Era lo suficientemente grande como para albergar una docena de personas. Como el mar no estaba lejos de la habitación, uno podía disfrutar de un baño de burbujas caliente y una hermosa vista del mar al mismo tiempo. ¡Jorge realmente sabía vivir como los ricos! Lola abrió el grifo y lentamente entró en la bañera donde el agua ya fluía suavemente y la llenaba. Para disfrutar plenamente de su momento privado, también corrió la cortina antes de sumergirse en un baño de leche caliente. Después de relajarse por un largo tiempo, se secó el cabello y salió del baño con una toalla alrededor de ella, la alfombra blanca acariciaba suavemente sus delicados pies. Al ver los fragmentos de su ropa en el piso, tuvo un flashback de la noche anterior cuando Jorge se quitó la ropa con avidez como un lobo y la arrojó al suelo. Que recuerdo tan maravilloso, sexy... ... Así que ella decidió usar su ropa. Entró en el guardarropa donde los trajes, camisas y pantalones colgaban pulcramente en varios armarios. ¡Jorge tenía todo tipo de atuendos aquí! De repente notó el estante para las corbatas. ¿Por qué las corbatas le parecían tan familiares? ¡Oh! ¡Todas eran de ella! ¡Todas ellas! ¡Las sacó del mar! ¡Qué sorpresa! —Está bien, por todas las cosas malas que me has hecho, te concedo el perdón esta vez —pensó Lola con una gran sonrisa en su rostro. Eligió una de sus camisas para ponerse. ... La camisa solo cubría sus piernas, pero a ella no le importaba. Se subió

las mangas y salió del guardarropa. Extrañaba a Jorge y pensó en buscarlo. Sacó su teléfono del bolso. Todavía tenía que desbloquear el teléfono cuando escuchó un golpe en la puerta. Lo dejó y corrió para abrir la puerta, solo para encontrar a Sánchez parado ahí. Pensó que era Jorge y estaba un poco decepcionada. Al ver a la sexy dama frente a él, Sánchez estaba avergonzado y se cubrió los ojos apresuradamente con las manos. Ella se miró a sí misma y pensó que todo estaba bien. Puso los ojos en blanco ante su comportamiento exagerado y curiosamente preguntó: —¿Qué tiene de malo? —Señorita Camela, estoy bajo la orden del jefe de enviarle algo de ropa. — Respondió y luego le entregó una bolsa de papel a Lola con una mano cubriendo sus ojos. En el momento en que ella le quitó la bolsa, él se escapó de la habitación tan rápido como pudo. ... Mirándose a sí misma, todavía se preguntaba por qué se sonrojaba cuando se veía tan conservadora. Llevar una minifalda era mucho más sexy. Se quedó sin habla mientras miraba la bolsa de papel. Después de ponerse un elegante vestido beige, salió de la habitación. La mansión se deleitaba en silencio. No había nadie en la sala de estar, pero había varios platos delicados cubiertos con tapas blancas sobre la mesa. Podía ver platos exquisitos aún muy calientes. No había visto este tipo de platillos antes. Levantó los párpados y encontró una abundante comida esperándola: dos carnes y dos aperitivos vegetales salteados, pescado al vapor, sopa de mariscos y arroz. De repente se sintió tan hambrienta. Lola se sentó de inmediato y comió con avidez. Jorge todavía no había regresado cuando terminó su comida. Sabía que él debía estar ocupado tratando con asuntos de negocios, así que decidió ir de paseo sola en la mansión. Lola había estado caminando por el camino cuidadosamente tallado durante mucho tiempo cuando vio el campo de golf y el invernadero. El moderno edificio de cristal llamó su atención y caminó hacia él. Aunque el sol estaba empezando a crepitar, incluso desde la distancia se podía decir que algunos profesionales cuidaban bien la casa ya que todas las flores florecían en su interior. Espera... ... ¿Que era eso? Lola estaba curiosa y aterrorizada. Lola había encontrado una jaula enorme donde vivía un blanco ... ... un monstruo blanco? ¿Era esto incluso real?

¡Un monstruo blanco que podía moverse! No podía creer lo que veía. La curiosidad la llevó a acercarse más a la jaula. Lola estaba observando atentamente a la inusual criatura cuando Yolanda la vio. Yolanda estacionó el auto en la carretera y caminó furiosa hacia Lola con sus tacones altos creando un ruido molesto. ¡Yolanda finalmente encontró a la perra de quien estaba increíblemente celosa! ¡Se libraría de ella! Cegada por la ira, no se dio cuenta del terrible animal que tenía delante y tiró del cabello de Lola, dando una fuerte palmada en su rostro perfecto sin ninguna duda. —¡Plaz! —Lola estaba indefensa ya que no sabía que Yolanda ya estaba detrás de ella. Lola se cubrió el rostro punzante, levantó la vista y vio a Yolanda parada frente a ella. Se permitió poner una sonrisa irónica. Cuando estaba a punto de vengarse, un rugido explosivo salió de la jaula, ensordeciéndolas. A juzgar por su aspecto, Lola supuso que el animal que estaba de pie debía ser un ligre, un hijo de un león macho y una hembra tigre. ¿Qué? ¡Jorge estaba cuidando a un ligre como mascota! Lola sintió un tamborileo en sus oídos después del rugido. Se tapó las orejas de dolor. Entonces se dio cuenta de un problema muy aterrador: ¡la jaula quedó abierta! El miedo se deslizó en su mente y su rostro palideció en un instante. ¡Qué mierda! El ligre miró con avidez a las dos mujeres que permanecían inmóviles, conteniendo la respiración. —¡Corre! ¡Perra! A pesar del dolor en su rostro, Lola le gritó a Yolanda y se apresuró a alejarse del ligre. Le marcó a Jorge por teléfono mientras corría. A Yolanda le desconcertó que Lola se alejara de repente, pero cuando miró hacia atrás y vio a la criatura gigante a punto de salir de la jaula, sus ojos se llenaron de miedo. ¿Cómo era que la jaula fue abierta? ¡Estaba viniendo hacia ella! Retrocedió aterrorizada y corrió apresuradamente hacia el coche. En la mansión, un ligre salía de su jaula y dos mujeres huían con un miedo demente. ¡Qué drama! El teléfono de Jorge se conectó rápidamente. Al escuchar el rugido, Lola se

estremeció, —La ... jaula... está... abierta ... ¡No sabía que tenías un ligre aquí! No se atrevió a mirar hacia atrás y corrió con todas sus fuerzas. Murmuró en voz alta: —¿Por qué la mansión está tan lejos de aquí? ¡Venga! ¡Corre más rápido! ¡No quiero ser comida de ese monstruo! Jorge miró el reloj en su muñeca. Era exactamente la hora de alimentar al ligre. ¡El animal debía estar muy hambriento ahora mismo! Con el corazón acelerado, empujó una palanca que aumentó considerablemente la velocidad del auto. Lola se arriesgó a echar un vistazo a su espalda y se asustó mucho. Se ralentizó por un segundo y tartamudeó, —Dios mío... Yo... Yolanda... está... ¡tumbada! Muchos gritos provenientes del teléfono hicieron que Jorge frunciera el ceño. ¿Qué le había pasado a Yolanda? ¿Cómo se atrevía a venir a su casa sin su permiso? Lola gritó otra vez antes de que pudiera decir una palabra, —¡Jorge! El ligre... está rasgando el vestido de Yolanda... —Se sorprendió de la escena que estaba presenciando y se olvidó de correr. Se quedó allí, congelada de terror. ¿Qué? ¿Rasgó el vestido de Yolanda? Jorge no podía creer lo que estaba oyendo. —¿No hay un cuidador cerca? —Preguntó en pánico. Giró hábilmente el volante y luego vio su mansión. No había nadie por aquí. Ella solo podía escuchar los gritos de Yolanda así que negó con la cabeza, —No... ¡No hay nadie aquí! ... ¡MIERDA! ¿Que voy a hacer? —Una repentina maldición de Lola profundizó su ceño. ¿Que pasó? ¿Por qué Lola está soltando de repente groserías? ¡Rara vez hablaba con obscenidades! El ligre era usualmente muy dócil. Solo podía dar miedo cuando tenía hambre. ¡Oh Dios mío! Averiguando la situación, cerró los ojos por un segundo y respiró hondo. Como esperaba, los gritos de Lola confirmaron nuevamente sus temerosas preocupaciones.

Capítulo 216 Dejar que su imaginación vuele sin fronteras —J. . J. . ¡Jorge! ¡El ligre está atacando a Yolanda! ¡Y va a ser devorada por esa bestia! —¡Además, era versión en vivo! Ella no podía soportar ver esto a través de sus propios ojos. Yolanda chilló, luchó y lloraba frenéticamente mientras yacía en el césped de espaldas. ¡Oh Dios mío! ¡El ligre la estaba agarrando con fuerza! ¡Esto podría causar muchos rumores y noticias! Espera, aunque esta ligre no le había hecho nada perjudicial o vergonzoso a Yolanda, si tenía un vídeo de la vergonzosa experiencia, podría usarlo para hacer cualquier cosa que quisiera contra esa perra en el futuro. Colgando de inmediato, abrió la cámara de su teléfono, la acercó y luego grabó en vídeo durante un rato. Si Yolanda intentara deshacerse de ella, subiría este vídeo en línea. Su pánico hizo que Lola se sintiera tan contenta. Las lágrimas corrieron por las mejillas de Yolanda. Estaba tendida en el suelo y controlada por el ligre. Sus brazos estaban apretados fuertemente por sus garras. Su ropa también fue mordida en pedazos. ¿Quién podría ahuyentar a esta repugnante bestia? ¡Que alguien la ayudara! "¿Dónde estás, Jorge? ¡No quiero que me traten así! —Murmuró Yolanda. El olor apestoso de la ligre la hizo querer vomitar, pero no podía hacer nada que pudiera enojar a la criatura. Yolanda pronto se convirtió en histeria y locura mientras gritaba con horror y desesperación, —¡Aléjate de mí! No me toques. Alguien por favor ayúdame... —Jorge, no quiero que me veas así. ¡No! —pensó Yolanda. ¿Quién podía salvarla? Estaba cada vez más aterrorizada. ¡El maldito ligre! Usó toda la fuerza que le quedaba para deshacerse de sus garras. Pero lo que hizo fue inútil. El ligre sacó su larga lengua y estaba babeando incontrolablemente. Cuando Yolanda olió el hedor de la boca del ligre, volvió la cabeza hacia él y comenzó a vomitar. Por otro lado, a Lola le preocupaba que el ligre se volviera más agresivo, así que miró a su alrededor y corrió hacia un árbol. Por suerte, este árbol no era muy alto. Quitándose los zapatos de tacón alto, comenzó a trepar al árbol. Los

ásperos bordes del tronco rascaron sus piernas impecables. Era tan difícil para ella escalar porque no lo había hecho en mucho tiempo. Solo pudo alcanzar una altura que era la mitad de este árbol después de varios intentos de subir mucho más alto. Pero finalmente se rindió y tuvo una visión clara y vívida del lugar. ¡Era la primera vez que veía una batalla entre un animal y un ser humano! La naturaleza agresiva del ligre se había reprimido mucho porque había estado encerrado en la jaula durante mucho tiempo. Ahora que estaba libre, ¿se volvería más aterrador? ¿Lastimaría y se comería a Yolanda? ¿Jorge se casaría con Yolanda después de ver esta escena? Comenzó a dejar que su imaginación volara sin fronteras. De todos modos, parecía que el ligre le había arañado la cara. ¡Ja! Habían pasado diez minutos cuando Jorge llegó a la escena. Se desabrochó rápidamente el cinturón de seguridad. Los gritos de Yolanda resonaron en el césped, que se podía escuchar desde muy lejos. Jorge redujo la velocidad de sus pasos, mirando a su ex novia y su actual novia, que estaba controlada por el ligre. Además, su ropa había sido rasguñada y rota en pedazos. Había muchas heridas y manchas de sangre en su cuerpo... Luego miró alrededor del amplio jardín y el invernadero, encontrando a Lola... Trepó a un árbol frutal que no estaba tan alto, se mordió los dedos y observó con placer esta escena grotesca y de mal humor. Aunque había criado a ese ligre, nunca se acercó a él cuando no estaba en una jaula. Se puso en contacto con el entrenador que salió a comprar comida. Sin embargo, lo que sucedía cerca de ellos tuvo que continuar ya que el entrenador aún no había regresado. ¡Esto era una tragedia! Se acercó al árbol y levantó a Lola, abrazándola en sus brazos. —¡Jorge, esta es la versión en vivo de una batalla entre humanos y bestias! ¡Me pregunto si el ligre se comería a Yolanda o no! —La señaló con curiosidad y conmoción. —¡Te lo mereces! ¿Quién te dice que me puedes pegar? —pensó Lola. Al darse cuenta de la marca rojiza en su dulce rostro y mirar a la mujer que estaba controlada por el ligre, Jorge supo lo que había sucedido. Sus ojos brillaron con una luz fría. Bueno, entonces, él no manejaría esta situación hasta que el entrenador volviera. En cuanto a si este ligre la lastimaría o no, no le importaba en absoluto. Merecía ser tratada así. Luego, ignoró totalmente a Yolanda y sostuvo el hombro de Lola mientras regresaban a la mansión.

Inclinando su cabeza de una manera vergonzosa, Yolanda observó cómo caminaban mientras se abrazaban y se dirigían a la mansión. Sintió una oscura desesperación de correr. Sus brazos y piernas estaban ensangrentados por los arañazos del ligre. En el castillo. Poniendo a su chica en el sofá, Jorge entró a la cocina con una cara sombría. Luego tomó los cubitos de hielo del congelador y los aplicó sobre su cara punzante. Mirando a Lola, sus ojos estaban llenos de amor y ternura. Preguntó: — ¿Todavía duele? Inclinando la cabeza, Lola se cubrió la cara con la mano y contestó con astucia: —No podía sentir dolor porque te encargaste de ello. Gracias, mi Jorge. —Pero, ¿estaría Yolanda en peligro real? De todos modos, si ese ligre realmente la asesinara, ella ya no necesitaría vengarse. Jorge supuso que Lola debía haber estado pensando en Yolanda porque su expresión facial estaba cambiando de vez en cuando. Tomando su teléfono con otra mano, llamó al entrenador y le preguntó con frialdad: —¿Qué está pasando ahora? Fue una suerte para Yolanda el hecho de que no hubiera sido devorada por el ligre. Pero cuando el entrenador regresó a la mansión y llegó a la escena, Yolanda ya se había desmayado. —¡Qué ha sucedido! —Pensó el entrenador después de ver la escena. Tomó el silbato y lo sopló inmediatamente para ahuyentar al ligre, y lo volvió a encerrar en la jaula. ¡Esta bestia había hecho un lío! Podría ser asesinado por el Sr. Jiménez. El jefe no toleraba acciones incontrolables. Luego recibió una llamada de Jorge. Él respondió con un estremecimiento de emociones, —Sr. Jiménez, ya encerré al ligre en la jaula. Mientras tanto, la mujer parecía haberse desmayado. Necesita atención médica. Por lo general, dejaba salir al ligre para una caminata corta. Pero algo terrible sucedió después de que salió a comprar comida para el ligre. Se preguntó si esa mujer estaba en peligro real. —Bueno, envíenla a un hospital y envíen a ese ligre lejos de aquí. —Ese ligre no lo atacaría cuando se encontraran. Se fueron por caminos separados como si fueran extraños entre sí. Pero, su Lola estaría viviendo en la casa ahora. No podía arriesgarse a ponerla en peligro. Era mejor enviar a esa bestia para evitar que algo innecesario pasara. A su lado, Lola le apretó la mano con fuerza. Él la miró y vio que ella estaba sacudiendo la cabeza hacia él.

Fue una lástima enviar a ese guapo ligre lejos. Estaba dispuesta a criarlo ella misma. Creía que el ataque de hoy a Yolanda fue solo un accidente. Ella limpiaría a esta ligre cuidadosamente y lo bañaría. De lo contrario, se sentiría realmente disgustada cuando pensara que había tocado a Yolanda. Jorge probablemente sabía en qué estaba pensando ella. Tenía tanto miedo a los gatos, así que, ¿cómo podía estar encariñada con ese ligre? Luego recordó que hacía varios días, encontró a una hembra ligre para aparearse con el macho. La hembra ligre sería entregada aquí varios días después. Así que él asintió con la cabeza. —No lo mandes lejos. Solo enciérralo en la jaula. —Muy bien, Sr. Jiménez. —Con un suspiro de alivio, el entrenador cerró la jaula y encontró la ropa rota cerca. —Incluso una bestia podría tocar a tientas a una mujer —pensó el entrenador. Mirando a la avergonzada Yolanda que yacía en el suelo, se le ocurrió una idea perversa y se echó a reír a carcajadas. Fingió cubrir a Yolanda con su ropa cuando pensó que había equipos de monitoreo alrededor de la mansión. Luego la llevó al coche y se marchó. La mansión de Jorge estaba en un lugar apartado. Sin embargo, el entrenador detuvo su auto en un lugar más apartado. Miró a Yolanda con llamas en los ojos. ¡Maldita sea! Tenía una piel tan suave y una figura perfecta... Era tan irresistible.

Capítulo 217 Seré tuya El hombre puso una sonrisa asquerosa y luego se arrodilló apresuradamente sobre la casi desnuda Yolanda. Sabiendo que esta era una oportunidad que era demasiado buena, aprovechó el momento antes de enviarla al hospital. Dentro del castillo. —Incluso ahora envidio a Yolanda. Puede enfrentar valientemente a ese ligre por sí misma. Ella debe ser una pareja perfecta para ti. —Lola, dio una palmada a Jorge audazmente en el hombro, para sorpresa de este último. Jorge, que estaba aplicando los cubitos de hielo en su cara, primero le dirigió una mirada fría y luego dijo con seriedad: —Nunca la tocaré. —Tú eres la única, la especial. No te preocupes ni un poco. —Luego miró profundamente en sus pensamientos y agregó en un tono más serio: —A diferencia de ti, yo no me acuesto con las demás. Por unos segundos, Lola se sintió bastante confundida. Pero al pensar en Estrella, su hermosa hija, lo entendió todo. —Oh, Jorge, te estás burlando de mí. Ya he soportado todas las cosas negativas porque durante cuatro años permanecí en silencio. Pero ahora, mi hija y yo necesitamos la familia que siempre hemos deseado. ¡Te haré saber la verdad después de quedar embarazada! —Pensó Lola. Fingió estar enojada, apartó la mano de él y se levantó del sofá. Pero Jorge se negó a dejarla ir y la llevó de vuelta a su regazo. Lola apartó la cara en un ángulo que él no podía ver. —Bien, bien. Nunca lo volveré a mencionar. —La consoló gentilmente. Después de todo, ya tenían cuatro años divorciados. No tenía derecho a obligarla a serle fiel. Especialmente cuando se trataba de Tomás Herrero, Dios sabía qué trucos jugó para conseguir a Estrella. Se preparó por un rato y luego sus lágrimas se inundaron. Volvió a mirar al hombre gentil de manera lastimosa y dijo: —Si estás realmente enojado por el hecho de que estoy durmiendo con otro hombre, deberías dejarme ir. De todos modos no te fui fiel. Jorge se asustó al ver sus lágrimas. Dejó los cubitos de hielo y le secó las

lágrimas. —Tonta, que lo pasado sea pasado. Dime, ¿quién ocupa ese corazón tuyo? La miró directamente a los ojos. Ninguna mentira podría escapar de sus ojos. Lola parpadeó y recordó que una vez le preguntó: —¿Me amas? —Él respondió: —Adivina. —Adivina. —Cuatro años después, ella devolvió la misma respuesta. La hizo reír. La boca de Jorge se abrió de sorpresa y recordó que una vez le dijo esas palabras a ella. Por supuesto que podía sentir su amor por él. Luego puso sus labios sobre los de ella. Lola recordó por qué vino aquí esta vez y se acercó más a él. Le tomó las manos firmes. El hombre sintió un arrebato de rigidez a través de su cuerpo y pensó: —Qué hermosa es esta dama. En un hospital privado alrededor de las 11 pm. Yolanda finalmente se despertó después de un largo rato. Sus ojos se entrecerraron en la luz deslumbrante y se preguntó por qué estaba en este lugar. Luchó por mover su cuerpo. —Está despierta." Una enfermera se apresuró a ayudarla a levantarse. Antes de levantarse para sentarse, sintió un dolor en la vagina. Frunció el ceño y gimió, —Joder. ¿Qué me pasó? —Señorita, su herida ha sido tratada con medicina. Antes de que se recupere completamente, no exponga la piel al agua todavía. —Al pensar en las heridas de Yolanda, la enfermera se sintió bastante aterrorizada: debió haber sido violada por un grupo de personas. Qué pena. Era una dama tan hermosa. Yolanda sintió que las palabras de la enfermera eran una broma. No podía creerlo. Su rostro se puso pálido cuando miró a la enfermera con enojo y gritó: —Váyanse al infierno. La enfermera se sorprendió por su actitud tan mala. Pero dada su trágica experiencia, esa actitud era comprensible. La enfermera empacó sus cosas al instante y se fue. Antes de salir por la puerta, ella le recordó: —Por favor, póngase en contacto con su familia lo antes posible para cumplir con los trámites correspondientes. —Una vez que terminó de hablar, la enfermera salió inmediatamente y cerró la puerta. Yolanda se sentó en la cama del hospital, y apretó los puños al recordar lo que sucedió ese día. Jorge, Lola, ¡me dejaron allí para ser herida por ese ligre! Ok, de ahora en adelante, decidió tratarlos como sus enemigos mortales. Incluso el Jorge que ella amaba. Si ella no viviría bien en el futuro, tampoco lo harían ellos.

Cuando la enfermera volvió a entrar, Yolanda le dio un número. Manuel acababa de disfrutar de un momento romántico con su esposa. Después de la llamada, se apresuró al hospital en poco tiempo y trajo algo de comida caliente para Yolanda. Estaba muy preocupado. Cuando abrió la puerta, la mirada miserable de Yolanda en la cama lo sorprendió. Nunca la había visto tan enojada. —¿Que pasó? —preguntó ansiosamente. Llevaba casi diez años trabajando para Yolanda y nunca la había visto en tan mal estado. Inmediatamente sintió mucha empatía por ella. Poniendo la comida caliente sobre la mesa, se acercó a ella. Yolanda miró a Manuel, que estaba lleno de preocupación. Ella se sintió un poco tentada. Desde que Manuel se convirtió en su asistente, él la había estado cuidando. No importaba lo que ella dijera, él nunca respondió y siempre siguió sus instrucciones. Sabía que la adoraba. Incluso cuando le pedía que hiciera cosas ilegales para tenderle trampas a Lola, él lo haría sin ninguna duda. Incluso en este momento cuando estaba en un escándalo, solo Manuel la ayudaría voluntariamente. Cuando Manuel se acercó, de repente lo abrazó por la cintura. Manuel se sorprendió y se congeló. Para él, la mujer a su lado era como una diosa. Una hada extraordinaria. Ahora que estaba tan cerca de ella, una sensación extraña surgió desde el fondo. Sintió una chispa correr por su espina dorsal. Estaba casado, pero cuando la chica con la que siempre había soñado lo abrazó, él también la abrazó con fuerza y la acogió. Yolanda lloró un rato, luego levantó la cabeza y le dijo a Manuel: —Si me ayudas a matar a esa perra Lola, seré toda tuya después de que me recupere. Manuel miró boquiabierto a la mujer en sus brazos, ¿estaba soñando? La chica de sus sueños, siempre tan alta y llena de vanidad, se ofreció a ser suya. Solo era un don nadie. Después de recuperar la compostura, Manuel respondió de inmediato: — ¿Lola te hizo esto? —También sabía mucho sobre la enemistad entre Yolanda y Lola. Yolanda no respondió su pregunta. Ella dijo: —Paga la factura médica de forma anónima y pídele al médico que elimine mi expediente. No preguntes el caso o mi enfermedad. Saldré del hospital en un minuto. ¿Qué sucedió realmente? Dudaba en preguntarle. Aunque bastante confundido, Manuel simplemente asintió. Después de

poner la comida caliente delante de ella, se fue. Yolanda comió pero sintió que la comida era como masticar cera. Cuando Manuel regresó, salió bruscamente del hospital con él a su lado. En el apartamento Waterfront. Era alrededor de la medianoche y nadie podía verlos aquí. Manuel se llevó a Yolanda, que aún estaba en bata de hospital, a su apartamento. El apartamento contaba con cuatro habitaciones y dos estudios, con una superficie de más de 200 metros cuadrados. Jorge se lo dio ocho años antes. El apartamento estaba un poco desordenado ya que nadie había vivido allí recientemente. Manuel lo limpió para ella tan rápido como pudo. Limpió y arregló la cama y la llevó a ella. Pero Yolanda no solo lo dejó ir, lo besó cálidamente en sus labios. Su boca había sido violada por ese ligre. Debía ser limpiada por la boca de alguien más. Pensó ella. El repentino beso casi paralizó a Manuel. ¿Qué estuvo mal con Yolanda hoy? Estaba sorprendido y complacido. No podía entender por qué de repente ella se había fijado en él. ¿Lo estaba usando para algún propósito? En el último momento, Manuel recordó su herida, por lo que se obligó a soltar su hermoso cuerpo y la dejó descansar.

Capítulo 218 Llena de sus sombras. Sabiendo que Manuel estaba considerado con ella, Yolanda lo sintió aún más conmovedor. Había pasado mucho tiempo desde que alguien se preocupaba tanto por ella. Debido a esa mujer, Jorge ni siquiera la amaría incluso si se casaban. En lugar de experimentar un matrimonio encantado, ella también podría engañarlo. —De ahora en adelante, yo soy tuya. Manuel la miró y se quedó totalmente estupefacto. No pudo evitar preguntarse si esto era solo un sueño. Yolanda tomó la iniciativa de poner sus brazos alrededor del cuello de él y abrazarlo. Miró al hombre frente a ella. Manuel también era muy guapo. —En serio, ven a mi departamento después de cuatro días. ¿Está bien?. —Ella susurró seductoramente en sus oídos. Ya era medianoche cuando Manuel abandonó la casa de Yolanda y condujo en éxtasis a casa. Él sabía que Yolanda estaba realmente obsesionada con Jorge y que estaban a punto de casarse. Pero su invitación era demasiado tentadora y difícil de rechazar. Entró en su casa y miró a su esposa que estaba un poco gordita. Él estaba confundido. Parecía estar viendo a otra mujer. Manuel pasó una noche sin dormir. Dentro del castillo. A pesar de solo permanecer en la mansión durante dos días, Lola se sintió fresca y relajada. No había nada realmente divertido que hacer en el hogar de Jorge, pero ella nunca se sentía aburrida. Pero el problema era que ella debía dejarlo sin importar cuanto aborreciera la idea. En la familia Camela. La explosión y el secuestro de la última vez llevaron a Luisa a ser condenada a cadena perpetua por tráfico de órganos y personas, y consumo de drogas. Luego Landon hizo demoler las ruinas de su finca destruida para que

pudieran comenzar una nueva. El terreno abierto se convirtió en un aeropuerto perfecto así como un helicóptero aterrizó esa noche al lado de la finca. Llamó la atención de Harold y su esposa, así como de Yonata: todos estaban mirando hacia misterioso avión privado. Del avión salieron un hombre y una mujer que eran muy familiares. Sólo entonces se dieron cuenta de lo que estaba pasando. Jorge y Lola salieron del avión, con las manos entrelazadas. —Ve adentro. Él miró a la hermosa mujer que tenía delante y le arregló de cerca el pelo. Lola asintió con la cabeza, sus ojos llenos de amor y afecto. Sin embargo, se obligó a si misma a soltar sus manos y dio un paso adelante. Pero ella casi se arrodilló cuando sus débiles piernas cedieron. Afortunadamente, Jorge estaba cerca para ayudarla. Lola se avergonzó y apartó la mano de Jorge. Ella realmente trabajó intensamente para darle a Estrella una hermana. —Te acompañaré. —Los gentiles ojos del hombre eran más atractivos que las estrellas parpadeantes en el cielo. Ella se impulsó a pensar de una manera positiva. Ella no quería que su familia los viera de esta manera. Después de todo, su relación aún no era segura y establecida. Jorge no la obligó. Él besó sus labios rojos y dijo: —Sólo ve adentro. Ella asintió con la cabeza y la dejó de mala gana. La cortina del segundo piso estaba cerrada. Yonata volvió al trabajo y todos los demás intentaron fingir que no habían visto nada. Harold y su esposa intercambiaron miradas de confusión, el hombre estaba a punto de casarse, pero actuaban de manera muy íntima. ¿Era algo bueno? ¿O simplemente señales para más escándalos y problemas? Solo Dios lo sabía. Dentro de la mansión, Jorge vacilante soltó a la mujer en sus brazos después de un largo tiempo. —Cariño, es hora de ir arriba a la cama. —Dijo suavemente en el oído de ella. Ella asintió con la cabeza, se puso de pie y avanzó. Esta vez ella no sintió ninguna debilidad en sus rodillas. Su andar era elegante, equilibrado y confiado. Para la hora en que Lola regresó a la finca, el reloj ya leía las 9:30 p. m. Llamó a la puerta de sus padres. Angie apresuradamente la abrió. Lola se veía tan feliz. Angie quería decir más, pero solo expresó: —Bienvenidos de vuelta del viaje de negocios. —Padre, madre, ¿por qué ambos aún siguen despiertos?. —Lola dijo sonrojada, esperando que sus padres no vieran a Jorge y a ella afuera.

—Todavía estamos despiertos. Estrella acababa de irse a dormir. Puedes ir y echarle un vistazo. Ella te extraña mucho. Lola asintió con la cabeza y entró en la habitación de Estrella después de decirle "buenas noches" a sus padres. Encendió la lámpara y vio que Estrella ya estaba dormida. Junto a la almohada de su hija, puso las muñecas y la ropa que eran regalos de Jorge, la besó y se preparó para irse. Pero pensándolo bien, tomó a su hija en sus brazos y fue hacia su habitación. Esta noche, su pequeña bebé dormiría con ella. Ella puso a Estrella en la cama y se dio una ducha. El agua se sentía tan cómoda y se fue a la cama justo después. Cuando ya se estaba quedando dormida, recordó algo y marcó a su número. Su teléfono sonó justo cuando Jorge lo activó después de bajarse del avión. Comprobó el identificador de llamadas y sonrió, —¿En serio? ¿Ya me extrañas? —Del otro lado del teléfono surgió el hombre bromista juguetón. Lola puso los ojos en blanco y respondió: —Nadie te echa de menos. Pero deberías llamarme cuando vuelvas a casa. Tengo que saber que estás sano y salvo. —Ella enfatizó. —Iba a llamarte. Pero marcaste justo cuando bajé del avión y prendiera mi teléfono. Usted acaba de llamar primero. —Sánchez abrió la puerta del castillo y Jorge caminó grandes pasos hacia el segundo piso. Si él caminaba rápido, tal vez aún pudiera sentir la presencia y oler la fragancia de ella en la habitación. Después de pensarlo, Lola se dio cuenta de que lo que Jorge dijo era verdad. Ella sonrió con satisfacción. —Duerma temprano. Necesita un poco de descanso. Lamentablemente, cuando él entró en el dormitorio, ya lo había limpiado el mayordomo; incluso la puerta de cristal del balcón quedó abierta. La habitación parecía estar llena de sus sombras: linda, sexy, fría, caliente, etc. Ella le hizo sentir cada emoción. —Sin ti a mi lado, yo solo puedo trabajar. No podré dormir cómodamente. —Él vestía una camisa blanca, se metió la mano izquierda en el bolsillo de los pantalones y entró en la amplia sala de estudio. No había diversión sin ella. Él ya la extrañaba demasiado. Lola se rió, él siempre supo cómo complacer a una mujer. —Sr. Jiménez, ¿hará lo que yo le diga?. —Su voz se volvió gentil como si estuviera tramando algo. Jorge levantó una ceja y dijo: —Pruébame. —Abrió hábilmente el paquete

de cigarrillos, se puso un cigarrillo en la boca y se preparó para encenderlo. Todo el proceso fue tan natural. Él lo había hecho antes tantas veces. Pero se detuvo cuando escuchó su voz seria: —¿Puedes dejar de fumar cuando no ande cerca?. —Ella sonaba bastante seria. Jorge podía incluso imaginar cuán seria se veía la cara de ella en ese momento. Sacó el cigarrillo y jugó con él en la mano. Con una sonrisa malvada en su rostro, él respondió: —¿Alguna recompensa si no fumo?. Lola miró a su hija que dormía como un tronco, sonrió y dijo de manera sugerente: —Por supuesto. Obtendrás un poco. —Sin alguna recompensa, ¿cómo podía ella recuperarlo? —Cuéntame sobre ello. Vamos a ver si es lo suficientemente tentador. — Después de arrojar el encendedor precisamente en el contenedor de basura de muy lejos, se recostó contra la silla, puso el cigarrillo debajo de su nariz y disfrutó de su olor. Era como el olor de ella, tentador, atractivo e irresistible. Ella apagó la lámpara de la cama, se tendió en la cama a espaldas de Estrella y bajó la voz lo más posible. Ella dijo con encanto: —Cariño, te extraño mucho. En una noche tan silenciosa, la exquisita voz de Lola envió un agradable escalofrío al cuerpo de él. Se quedó inmóvil y sintió que algo dentro de él brillaba. Respondió con voz áspera: —Princesa, espera por mi para dominarte. Lola sonrió, su rostro lleno de afecto, y respondió: —Sr. Jiménez, deberías dormir ahora. No se quede despierto trabajando. Jorge, al principio preparado para encender la computadora, retiró su mano y miró su reloj. Ya se estaba haciendo tarde en la noche. —Em... Hora de ir a la cama. —Buenas noches. —Bien. Buenas noches. Después de colgar el teléfono, Jorge entró en el dormitorio, se dio una ducha y luego se fue a la cama. Siguió pensando e imaginando a Lola hasta que se quedó dormido.

Capítulo 219 Todos supieron que el Sr. Jiménez realmente amaba a Lola A la mañana siguiente. Lola, refrescada y rejuvenecida por otro día de trabajo, fue a la mesa con Estrella para el desayuno. Angie miró a Estrella, que llevaba un vestido azul nuevo, y se preguntó: —¿Cuándo recibió este vestido Estrella? Lola sonrió cuando vio a su madre mirar fijamente el vestido de su nieta. Estrella dijo alegremente: —Abuela, mamá dijo que este vestido era del tío Jorge. El tío es tan dulce, ¿verdad? Todos entonces sabían lo que estaba pasando. Sabían que Jorge todavía pensaba que Estrella era la hija de Lola y de otro hombre. Pero estaba bien incluso con eso en mente: seguramente amaba a Lola con todo su corazón y alma. —Me pareció escuchar a un helicóptero aterrizar fuera de la casa. — Cuando el helicóptero llegó anoche, Landon ya estaba en la cama y no se levantó. La repentina pregunta de Landon avergonzó un poco a Lola. Ella tosió y luego explicó: —Abuelo, la compañía me envió anoche por un viaje de negocios. No hay nada que ver, ¿de acuerdo? Luego Landon puso una expresión de incredulidad. Los otros tres solo levantaron las cejas y miraron con escepticismo a Lola que estaba escondiendo su vergüenza comiendo. ¿Realmente vieron a Jorge? "Bueno Lola, ¿realmente fuiste en un viaje de negocios? ¿No a una cita? La broma escéptica de Angie hizo que Lola ocultara su cabeza aún más abajo. Simplemente respondió: —Madre, come más, habla menos. Pero Landon sabía por la mirada feliz de su nieta que estaba realmente contenta y feliz. Secretamente esperaba que Jorge y Lola encontraran la manera de volver a estar juntos de verdad. Angie le dio una cucharadita de sopa a Estrella, luego recordó: —La madre de ese niño pequeño que estaba molestando a Estrella la última vez, trató de verte y te pidió que le dieras un descanso y algo de espacio a su esposo. ¿Que

está pasando? Pero Lola no sabía nada sobre el incidente. Levantó la cabeza para mirar a Estrella y dijo con confusión: —¿Quién es su marido? —¡Jill Wong! —Yonata, que estaba comiendo en silencio, levantó la vista y dijo: —No lo conozco. —¿Quien es ese hombre? —¿Quién era Jill Wong? ¿Por qué su esposa le diría que le diera algo de espacio a Jill? ¿Qué había pasado? Angie miró a su hijo y se preguntó si Yonata había hecho algo para causar este conflicto. —Su hijo levantó el vestido de Estrella; su madre dijo algo malo sobre Estrella; por eso le escribí un mensaje de texto al padre de Estrella. Eso es lo pasado. —Yonata dijo lentamente después de que terminó una cucharada de gachas. El padre de Estrella... Jorge. ¡Bien! Todo este incidente tenía sentido... Jorge le hizo pasar un mal rato a Jill Wong. Jorge no solo dejaría pasar esto. —Tío, ¿dónde está mi papá? ¿Quién es mi papi? —Estrella interrumpió de repente, mirando a Yonata con sus grandes ojos. Se veía tan inocente. Al principio Yonata estaba comiendo con sus palillos. Al oír esto, se detuvo. Estaba sorprendido por la pregunta. Lola respondió rápidamente: — Estrella, mamá te dijo antes que papá está en el extranjero, ¿verdad? Volvería pronto. Este triste tema cambió instantáneamente el ambiente en la mesa del comedor. Todos fueron golpeados por una realidad muy triste. —Estrella, ¿qué tal si voy a la escuela contigo después de la comida? — Básicamente, Harold nunca decía nada a la hora de comer. Esta vez solo estaba tratando de distraer la atención de Estrella. Los niños eran niños. Al oír que el abuelo rompería una regla para acompañarla a la escuela, Estrella se emocionó. Ella inmediatamente asintió y siguió comiendo. Lola se sintió aliviada y le dijo a Angie: —Madre, si vuelve a venir otra vez, solo envíala con Jorge. Angie miró confundida a su hija y asintió con aprobación. Lola entonces vio a Yonata, reflexionando sobre por qué su hermano mayor le contaría esto a Jorge. Después de la comida, se despidió de su hija y llevó el auto de Yonata a la compañía. Dentro de la empresa. Lola contempló por un momento, —En estos días, la tasa de fertilidad alcanza su punto máximo cerca del momento de la ovulación. Ella solo tiene que

esperar el resultado después de esto. Pero si Jorge y ella tuvieron relaciones sexuales muy buenas, ciertamente vendría a tener sexo con ella otra vez. Ella había cumplido su deseo. Así que ahora solo intentaría mantenerse alejada de él durante los primeros tres meses de esta fase crítica. En otras palabras, no podían tener relaciones sexuales durante los próximos meses. ¡Bien! Ella debería encontrar alguna razón para hacerle saber que estaba enojada y mantenerse alejada. Accidentalmente, se conectó a WeChat y descubrió que se había agregado a un nuevo grupo. Resultó que Jorge la había agregado al grupo de CEOs de la compañía SL. Tenía más de 300 miembros que mostraban cuántas sucursales tenía la empresa. Después de un tiempo, apareció otro grupo: Grupo Este de Ejecutivos Superiores de la Compañía SL. El número de miembros había alcanzado su máximo. Así que Jorge había echado a alguien y la había agregado. Ella era tan valiosa e importante para él. ¿Grupo Este? Entonces, ¿eso significaba que había otros grupos del oeste, norte y sur? ¡Reglas de SL! ¡Jorge! Un nuevo miembro establecía todo el grupo en modo activo. Una cuenta de WeChat llamada "Sede - William" envió un mensaje de texto: —¡Bienvenida! La novata debería enviarnos regalos a todos. Se suponía que era tan serio como un grupo de trabajo. Pero al ver que alguien lo había iniciado, todo el grupo comenzó a pedir sus regalos. Además, Sánchez, que estaba en el grupo de CEO, también siguió su ejemplo. Copió el texto de los regalos y algunos otros directores ejecutivos también se unieron a él. Pero lo que realmente dejó a Lola sin palabras fue que Jorge también se unió al grupo que pedía regalos. Ella no sabía que él también podía interactuar con la gente. Pensó al principio que él era muy sin emociones y arrogante. Después de este mensaje, todos se dieron cuenta de que Lola era la chica de Jorge. Luego Jorge le transfirió 199, 999 por cinco veces seguidas. Ella respondió rápidamente, —Gracias por los regalos del Sr. Jiménez. Lola luego envió más de 20 regalos, 200 para cada uno, a los dos grupos de WeChat. El Grupo del Este tenía más miembros, así que ella envió algunos regalos más. El grupo se entusiasmó al instante, especialmente el Grupo Este. ¡Se estaba convirtiendo en una cadena alegre! Varios miles de dólares no eran mucho para

altos ejecutivos. Pero nadie, excepto Jorge, había sido tan generoso antes. Sánchez esta vez fue el que envió un mensaje de texto: —Gracias por los regalos de la señorita Camela. Realmente apreciamos el gesto. Todos los otros directores ejecutivos ofrecieron su agradecimiento. El grupo estaba tan emocionado como el momento en que Jorge envió los regalos hacía un rato. El grupo del este estaba eufórico. Alguien tenía más de 100 dólares, ¡muy buena suerte! Para los regalos, la cantidad no era tan importante. Mientras el número no fuera tan pequeño como varios centavos, todos se sentirían bastante bien entonces. ¡Era como un juego! —La señorita Camela manda. ¡Gracias, señorita Camela! —Lo que dijo Swan en el grupo de altos ejecutivos hizo que todos los demás se unieran al grupo de agradecimiento. Lola pensó por un momento, luego alentó y motivó a los miembros, —Está bien. Todos estamos trabajando para que la compañía de SL sea mejor. Luchemos juntos y logremos más éxito en el futuro. Jorge respondió: —Buenas palabras. Te mereces un regalo. ... Después de estas palabras, Jorge envió un regalo a Lola en el grupo de CEO. Otros en el grupo tenían un acuerdo tácito para no obtenerlo. Respetaban a los dos mucho. Aunque no estaban cara a cara, Lola se sonrojó y reclamó el regalo. —Gracias, jefe Jiménez. Sigue siendo el mejor. —Ella respondió cortésmente y envió nuevos regalos en el grupo. En más de diez minutos, todos los CEOs y algunos altos ejecutivos de la compañía de SL supieron que el Sr. Jiménez realmente amaba a Lola. Todos pensaban bien de Lola ya que era bastante generosa. Sin embargo, no sabían que el dinero en realidad provenía del jefe Jiménez. Entonces Lola repartió y aceptó muchas peticiones de amistad. Las solicitudes fueron de la compañía de SL y del grupo de fans en el que estaba anteriormente. Mientras no los viera como malas influencias, aceptaba todas las solicitudes. Se sentía bastante generosa... y realmente feliz.

Capítulo 220 La renuncia de Tomás Herrero Muy pronto, la aplicación WeChat de Lola dejó de sonar. ... Ella lo arrojó por desesperación. Pudo haber colapsado debido a la gran cantidad de mensajes que recibió. Sería más inteligente concentrarse primero en su trabajo. Alrededor del mediodía, Lola volvió a encender su teléfono para buscar un restaurante cercano para su almuerzo. Dio clic en abrir Twitter y se sorprendió de lo que vio. El titular era la renuncia de Tomás Herrero. El internet estaba lleno de esa cobertura. Se convirtió en un problema a nivel nacional. La atención de Lola fue captada de inmediato. Dejó de masticar su comida mientras hojeaba rápidamente las noticias. Le sorprendió que Tomas Herrero hubiera dimitido oficialmente de su cargo hoy y ahora estuviera tomando un papel secundario y trabajando en algunos asuntos gubernamentales menores. Era realmente cierto. En realidad pensó que Tomás solo estaba faroleando... ¡Pero él realmente dejó su trabajo! Agitó al mundo que repentinamente decidiera renunciar al cargo de presidente. Las principales plataformas de noticias informaban el asunto con detalle. Muchos ciudadanos sintieron mucho pena que su presidente guapo y amable decidiera desaparecer del escenario. Tomás Herrero no era solo un espécimen físico, también era eficiente en lo que hacía. Justo en ese momento, el amado ex presidente estaba marcando el número de Lola. No podía evitar pensar en ella todo el tiempo. Sin siquiera darse cuenta, ya había marcado su número. Su corazón aún gritaba por Lola. Todos estos años... —¿Te gustaría ir al centro comercial esta noche? ¿Estará bien para ti? —Su tono era casual y alegre. Lola podía sentir su sonrisa con solo escuchar su voz. Lo pensó y aceptó felizmente su oferta. —Por supuesto. Pero podría terminar tarde hoy. Hay mucho trabajo por hacer. —Tomó una cucharada de su almuerzo, un plato de paella, que pidió hacía unos momentos. ¡Tomás, él no dejaría de perseguirla! ¿Por qué siempre ella? Podría ganarse el corazón de cualquier mujer. Necesitaba hablar con él esta noche. Necesitaba

detener esto. No quería perder su tiempo... —Está bien, vendré a recogerte. —Tomás se sentó en el sillón de su balcón. Nunca había estado tan relajado. Su trabajo siempre lo obligaba a estar alerta y consciente de todo. Lola terminó la llamada confirmando que realmente iría con él. Luego, rápidamente se comió la comida restante y regresó a la compañía. Cuando estaba a punto de entrar en el edificio, se encontró con una mujer. Lola examinó a la dama con curiosidad ya que no sabía por qué se detendría frente a ella de esa manera. La gordita tenía unos treinta años y llevaba un vestido azul oscuro. Tenía un par de cuñas blancas en los pies y una bolsa del mismo color en sus manos. La mujer parecía triste al principio, pero sus ojos brillaban de emoción cuando reconoció a Lola. Lola era muy famosa en la zona. —Hola, lamento molestarle. Sé que está muy ocupada. ¿Pero es la madre de Estrella? Marry Li le preguntó a Lola mientras la miraba con alegría. Lola era muy elegante y se vestía con estilo. Podría decir que Estrella heredó su gusto por la sofisticación. ¿Estrella? ¿Ella era la madre de ese niño? Ella debía ser. Lola asintió: —¿Cómo puedo ayudarte? —Tenía el presentimiento de lo que buscaba la mujer, pero todavía le preguntaba educadamente. No quería sonar grosera. Las lágrimas de Marry instantáneamente corrían por su rostro. Lloró y suplicó: —¡Oh, por favor! Me disculpo con usted. ¿Podría decirle al padre de Estrella que perdone a mi marido? Lamentamos los inconvenientes causados a usted y a su hija. —Su esposo fue despedido por su compañía por alguna razón desconocida el otro día. Lo que era peor, la mayoría de las grandes empresas no deseaban contratarlo en absoluto. Jorge Jiménez era la única persona que podía influir tanto en las empresas. Era muy poderoso. Marry no era estúpida. Descubrió muy pronto lo que estaba pasando. Pero no se atrevió a decirle la verdad a su marido. Tenía que encontrar a Lola en privado para resolver el problema. Era su culpa y ella necesitaba tomar la iniciativa. Esperó fuera de la escuela por varios días. Resultó que los abuelos o el tío de Estrella siempre la acompañaban todos los días. Nunca tuvo la oportunidad de conocer a la madre de Estrella. Finalmente, descubrió gracias a la directora que la madre de Estrella era la directora ejecutiva en funciones del famoso grupo SL. Marry estaba completamente en shock. Nunca había lamentado tanto cruzarse y discutir con alguien como ella, ¡una dama de la famosa familia Camela!

Trató de encontrar a Lola en su oficina. Pero la seguridad no la dejaba entrar. Pensó que la única forma de conocer a Lola era toparse con ella y hablar con ella frente al edificio de la oficina. Tan pronto como supo gracias al guardia de seguridad que esa elegante dama era Lola Camela, la directora ejecutiva, rápidamente se acercó a ella. La primera impresión de Lola la abrumó. Lola era tan encantadora y llena de carácter. Marry Li se sintió humilde frente a ella de inmediato. Además, no era arrogante ni orgullosa. Lola dejó escapar un suspiro y respondió: —El padre de Estrella hizo eso. Necesitas hablar con él, no conmigo. —Ella puso énfasis en las palabras, —El padre de Estrella. Las lágrimas de Marry no se detendrían, ya que no tenía ni idea de quién era el padre de Estrella. Hizo un esfuerzo exitoso para encontrar a Lola Camela pero para encontrar a ese hombre, ella sabía que no tenía ninguna oportunidad. ¿Dónde demonios podía encontrarlo? Marry se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y le suplicó aún más: —Por favor, señorita Camela, sé que es de buen corazón. ¿Podría perdonar a mi marido por favor? —Marry estaba tan triste que estaba a punto de arrodillarse delante de Lola. Lola la detuvo rápidamente ya que las personas a su alrededor ya se habían vuelto locas. Muchas personas que pasaban estaban lanzando miradas cuestionadoras en su dirección. Lola se sintió absurda al ser detenida por una mujer que lloraba bajo la amplia luz. —Detente ahora mismo. Solo vete a casa. Hablaré con el padre de Estrella. No tienes que preocuparte por eso. —Lola no podía soportar ver a Marry comportarse así. Ella se rindió y accedió a su petición. Al escuchar su promesa, Marry se iluminó al instante. Una gran sonrisa se extendió por su rostro. Se agachó frente a Lola y le dio las gracias una y otra vez: —¡Es una persona tan maravillosa! ¡Gracias señorita Camela, gracias! Más y más cabezas se volvieron. Lola se sintió incómoda por la situación. Rápidamente se despidió con un gesto. —No te preocupes. Por favor solo vete y cuídate. Marry se fue con lágrimas en el rostro. Había decidido que lo primero que haría cuando llegara a casa era transferir a su hijo a otra escuela. Debían mantenerse alejados de la familia Camela en la medida de lo posible. Más tarde, todos en el jardín de niños supieron que Estrella Camela tenía padres poderosos. Sus abuelos y tíos también eran poderosos. Nunca habían visto a su padre, pero nadie se atrevió a llamarla una bastarda sin padre. A las 7 pm.

El teléfono de Lola sonó repentinamente. Era Tomás. Rápidamente firmó los documentos a la mano y presionó el botón del altavoz. —¿Ya terminaste en el trabajo? —Su voz era pacífica y calmante. Por un momento, ella pensó que estaba hablando con Miguel. Asintió y se dio cuenta de que él no podía verla. Lola rápidamente respondió: —Pronto. —Está bien, te veré abajo entonces. Lola empacó abruptamente sus cosas y salió del edificio de oficinas con su bolso. En la plaza fuera de su compañía, un hombre con una camisa a rayas azul y pantalones negros la estaba esperando. Se veía encantador con sus manos en los bolsillos de los pantalones y una gran sonrisa hermosa. Estaba mirando directamente a ella. Cuando Lola entró en su vista, su sonrisa creció aún más. Lola le devolvió una dulce sonrisa: —Perdón por hacerte esperar. Aprecio que hayas venido aquí a buscarme. Tomás negó con la cabeza. —No es gran cosa. ¿Quieres cenar conmigo? ¿Qué te apetece esta noche? Te dejaré elegir. —Caminaron hacia la limusina aparcada junto a la carretera. Tomás saludó al conductor mientras él personalmente abría la puerta del asiento trasero para Lola. Lola le dio las gracias en voz baja. No podía negar que Tomás era realmente dulce. Cuando él se unió a ella desde el otro lado del auto, ella dijo: —Cualquier cosa servirá. Sorpréndeme. Tomás la miró y le dijo: —Pensé que el hotpot sería tu mejor opción. — Recordó que eso era lo que escribía el informe. Lola pensó por un segundo y estuvo de acuerdo: —¿Por qué no? Hay uno que me gustaría probar. Justo en la calle principal. —Lo recomendó con gran interés. Tomás le pidió al chófer que se dirigiera a la calle principal. Luego se dio la vuelta y buscó una caja grande para ella. Sus ojos brillaban de emoción, — ¡Ábrelo! Espero que te guste. Lola estaba sorprendida. Tomó la caja y miró la envoltura. Se sentía emocionada y ansiosa por esto. Era una delicada caja cuadrada con un hermoso lazo blanco encima. La caja era enorme. Lo abrió y encontró un ramo de raras rosas azules dentro. Eran realmente hermosos Ella las contó y se dio cuenta de que había 19 rosas en la caja. —Los hice transportar por aire desde Japón más temprano hoy. ¿Te gustan? Espero que sí. —Estaba muy satisfecho y complacido de ver a Lola sorprendida

de alegría. Lola estaba realmente conmovida. Cómo deseaba que fuera Jorge quien le enviara estas rosas.

Capítulo 221 Hortensias azules. Al ver que Lola se quedó sin palabras, Tomás Herrero tomó su mano suavemente y puso las flores en ella. —Hmm. ¿No te gustan? Lola negó con la cabeza y dijo: —Sí, pero ... esto es demasiado para mí... No creo que pueda aceptarlo... —Pues bien. No tienes que preocuparte por eso. Todo lo que eres para mí es más que suficiente. —Él cortó suavemente sus palabras levantando su dedo índice. Ella solo lo miró sin comprender y se quedó inmóvil. Por un momento, no supo qué decir. Pensó que iba a renunciar a ella. No esperaba que Tomás la amara tanto. Tomás bajó el dedo, notó que Lola estaba en trance y le sonrió. Sabía lo que ella estaba pensando. Pero simplemente no podía dejarla ir. Su mente decía que se debía ir, pero su corazón estaba muy en desacuerdo. —¿Tienes algún tiempo libre estos días? ¿Qué tal si salimos con Estrella por varios días? Es todo lo que pido. —Tomás ocultó su tono de desesperación al sonreír de nuevo. Lola reflexionó un poco, pensó en sus dulces palabras y dijo: —No, sé que acabas de renunciar. Pero todavía debes estar muy ocupado. Lo rechazó como solía hacerlo, sin dejarle ninguna posibilidad. Tomás apretó los puños en la oscuridad. —Lola, él va a casarse. ¿No puedes ver eso? No quiero que te lastimen de nuevo. Le preguntó en tono serio. La sonrisa en su rostro se había ido. Ella respiró hondo y lo miró, parecía enojado, y respondió: —Sr. Herrero, dije que no me rendiría. Tomás retiró la mirada, se apoyó en el respaldo de la silla y cerró los ojos. ¿Qué debería hacer con ella? Parecía que había hecho todo lo que podía. Estaba tan silencioso en el auto que el conductor también se puso nervioso. Nunca había visto al Sr. Herrero estar tan molesto como ahora. Llegaron a la calle peatonal. Tomás salió del auto y caminó para abrirle la puerta a Lola.

Ella rápidamente salió del coche, dejando atrás el ramo. Pero Tomás sacó el ramo del auto y lo puso en las manos de Lola. — Llévalo contigo para la cena. Por favor. ... —Tomás está actuando bastante raro. Ha estado muy agresivo hoy. — Pensó Lola. Tomás siempre fue un hombre con un temperamento relajado. ¿Qué estaba pasando hoy? Llevó a la mujer a un lado de la carretera y dejó que el conductor se alejara. En la zona peatonal de LM Fashion. Era tan brillante como la amplia luz del día allí. Era el momento más animado del día. Los oficinistas estaban fuera del trabajo y las personas que no estaban trabajando se reunían en lugares públicos. Caminaron cerca de un pequeño jardín al pie de la calle peatonal. Tomás le habló duramente: —Realmente me gustas, Lola, tengo tiempo para tratar contigo. Puedo darte todo lo que él te dio, solo necesito una oportunidad. Nunca había estado tan clavado con una mujer como esta. Su mente estaba completamente ocupada por ella cuando él no estaba trabajando. Pensó que lentamente se estaba enamorando locamente de ella. Lola lo miró y bajó la cabeza. —Sólo lo tengo a él en mi corazón. ¿Podrías simplemente darte por vencido? Por favor ahórrate el dolor. —No se sentiría bien lastimar a alguien que te quería. Mirando a la mujer frente a ella, Tomás la sostuvo en sus brazos y la besó en sus suaves y rojos labios. El ramo azul de hortensias estaba entre ellos y el beso de dos personas bonitas atrajo mucha atención. Lola luchó por liberarse de Tomás, pero él la abrazó tan fuerte que no la soltó. No la soltó hasta que sintió sus lágrimas después de mucho tiempo. —Lola, te amo. Así como no te rendirás por él, no puedo simplemente renunciar a ti. — Una punzada de dolor recorrió sus ojos. Al mirarla llorar en sus brazos, se sintió un poco culpable. Una mujer que lloraba siempre fue su debilidad. Se separaron el uno del otro. El ramo se deformó. —No llores, por favor, lo siento. —Él secó sus lágrimas cuidadosamente. No tenía idea de por qué le hizo eso. —Llévame a casa. —Ella dijo en un tono sin emociones. Tomás cerró los ojos y dijo: —Lo haré. Después de la cena. Lola negó con la cabeza, devolvió el ramo a Tomás y se alejó de él. Él la atrapó bruscamente con las flores todavía en la mano. Pero ahora, se dio cuenta de que debía comprometerse. Fue él mismo quien tuvo la culpa. Era obvio que ella no estaba interesada

en él en absoluto. ¿Por qué debería forzarla así? Lola tiró su mano y limpió las lágrimas en su mejilla. Se sintió mal cuando vio que todavía lloraba. —Lola, mira... —No tuvo la oportunidad de terminar sus palabras. De repente, fueron rodeados por cinco o seis hombres con máscaras sobre sus cabezas y sombreros negros. Al ver esta situación, Tomás rápidamente tiró las flores en la silla y tiró de Lola detrás de él. —¿Quiénes son ustedes? —Preguntó mientras le decía a Lola que no se asustara. —Entregue a la mujer detrás de usted y estará bien. —Un hombre sacó una navaja, señaló a Tomás y le gritó. Todas las personas a su alrededor estaban aterrorizadas y se alejaban de ellas. ¿Qué? Lola frunció el ceño y estaba terriblemente asustada. ¿Quiénes eran estas personas? —¡En tus sueños! —Tomás la ocultó por completo detrás de él y miró atentamente la navaja que tenía delante sin miedo. Los mafiosos se miraron y uno de ellos corrió hacia Tomás con una daga. —¡Cuidado, Tomás! —Lola vio venir la navaja en cuanto sacó la cabeza y rápidamente retiró a Tomás. La parte superior de su cuerpo se inclinó hacia atrás y paró la navaja con el brazo. La sangre brotó de su golpe de brazo. Lola al instante palideció de miedo. —¡Deténganse! Iré con ustedes. Soportando el dolor de sus brazos, Tomás pateó al gángster en su pecho. — ¡No! —Él no la entregaría a estos hombres. En este momento, varios hombres vestidos con ropa sencilla corrieron hacia ellos. Todos intentaron luchar contra los hombres enmascarados. Parecían ser expertos en artes marciales y vinieron a salvarlos. Justo cuando Lola dudaba de quiénes eran, el teléfono en su bolso sonó y ella rápidamente sacó el teléfono. Era Jorge... Mirando a las personas que estaban luchando contra los mafiosos frente a ella, probablemente lo sabía. Sintió una cálida sensación en su corazón. —¿Estás con él? —Jorge preguntó desde el otro lado del teléfono. Obviamente no estaba feliz. —Sí. —Lola, aléjate de él. —Advirtió severamente Aquellas personas que fueron enviadas por Sánchez podrían ser reemplazadas. Cuando Lola estaba en

problemas, no fueron a salvarla al principio, sino que llamaron a Jorge para recibir más instrucciones. Lola recordó sus pensamientos temprano ese día. —Debo colgar, el señor Herrero está herido. —Inmediatamente colgó el teléfono y lo puso en su bolso. Al mismo tiempo, Tomás se había puesto en contacto con el chófer. Ella levantó su brazo y la sangre comenzó a gotear. Parecía un corte profundo. La sangre hizo que Lola se sintiera seca su boca. Quería tocar su herida pero tenía miedo. —No es gran cosa, no te preocupes. —Lo que le importaba a Tomás no era el corte en su brazo, sino el miedo en la cara de Lola. Al cabo de un rato, los patrulleros acudieron en su ayuda. Ninguno de los guardaespaldas enviados por Jorge resultó herido. Agarraron a unos cuantos mafiosos y los enviaron al coche de la policía. El chófer condujo allí tan rápido como pudo. Se sorprendió al ver que Tomás estaba herido. Solo hoy que no hubo guardaespaldas, y sucedieron cosas malas... Deberían tener más cuidado la próxima vez.

Capítulo 222 En las búsquedas más populares Jorge, en la oficina del CEO en el país C, estaba muy enojado por que le colgaron. —¡Bien hecho! Ella se está volviendo arrogante ahora. Debería enseñarle una lección. ¡No solo se quedó con ese hombre, sino que incluso se atrevió a colgarle! —Pensó Jorge. El hombre se sentó en una silla de oficina, su rostro mostraba mucha ira y desesperación. En ese momento, alguien entró a la oficina. Sánchez, que no sabía lo que pasó, sostuvo su teléfono móvil con una mano temblorosa. Cuando Sánchez vio que su rostro estaba cubierto de ira, dudó en acercarse a él. —Esto no es bueno —pensó. En este caso, no debía hacerle saber las noticias. Al pensar en esto, Sánchez retiró su teléfono de inmediato y lo puso en su bolsillo. Volvió a la puerta de la oficina. La mezquina acción de Sánchez no escapó a sus ojos astutos. —¡Saca tu teléfono! —La voz baja y profunda de su jefe era como una voz del infierno. Le asustó y se quedó allí, congelado e inmóvil. Después de que Sánchez se secó el sudor de la cara, honestamente le dijo al jefe: —Jefe, está de mal humor, así que creo que es mejor que no vea las noticias. Después de escuchar esto, ese hombre lo miró cada vez más enojado. Sánchez sacó el teléfono rápidamente, y luego se lo dio a Jorge mientras se dirigía a su escritorio. También pasó la página de su teléfono al tema de moda en Twitter y luego puso el teléfono en el escritorio de la oficina. Un título visible apareció en sus ojos: el ex presidente besa a la directora ejecutiva de SL Group en las calles. ... La imagen era muy clara: un hombre estaba abrazando fuertemente a una mujer que sostenía un ramo de hortensias en la calle. ¡Se estaban besando! Los comentarios habían explotado en Internet, y la gente había estado clamando por más chismes y rumores. El más popular de los cuales era que: — Sr. Jiménez, salga y luche. Hay alguien que le quiere arrebatar a su señorita

Camela. Además de eso, los demás comentarios fueron hechos por admiradores de Tomás: —Querido Tomáss, ¿Podrías no entrometerte en la relación entre ellos, haciendo un triángulo de amor mundano? Además, un amigo en línea llamado "Bebiendo vinagre en el tiempo libre" hizo un comentario: —El Sr. Jiménez tiene su propia prometida. ¿De qué estás hablando? ¡Así que el querido Tomás debe estar con la señorita Camela! Jorge escudriñó los comentarios en línea de forma casual y descubrió que la mayoría de las personas apoyaban a Tomás. Apretó el teléfono de Sánchez por un buen rato. —Borra todos estos —dijo en voz baja. En el momento siguiente, agitó su mano. Jorge se detuvo en seco. Sorprendido, Sánchez miró a su jefe con una expresión pensativa. ¿Qué pasó? Jorge también estaba sumido en sus pensamientos. Él mismo se iba a casar con otra mujer. Entonces, no debería evitar que otros hombres sean amables con ella solo por su propio deseo egoísta, ¿verdad? Se suponía que ella era más feliz, ¿no? Si a ella le gustaba Tomás, ¡debería dejarlos solos! —Te puedes ir. No hay necesidad de borrarlos. Gracias. —Tan pronto como dijo esto, comenzó a trabajar. Sorprendido, Sánchez tomó el teléfono y miró a su jefe. Después de un corto tiempo, salió de la oficina. Finalmente descubrió la razón por la que su jefe dijo eso. Porque una persona enamorada casi nunca tenía una mente razonable. En el hospital. Lola siguió a Tomás para curar sus heridas. El médico dijo que la herida no era ni profunda ni superficial, pero aún daba algunas advertencias. No debían presionar el corte y eso no debía estar contaminado con agua, y muchas cosas más. Lola intentó recordar todo. Ambos todavía no sabían que habían estado en los titulares de los periódicos. Ya eran las 10 de la noche cuando salieron juntos del hospital. Tomás insistió en llevarla a cenar a un restaurante privado y enviarla a la mansión Camela después de que terminaran de comer. —Siento molestarte. —Lola miró su herida vendada con un sentimiento de culpa. Sus mangas fueron cortadas por la daga. —No importa. Una pequeña lesión. ¡No te preocupes por eso! Él sonrió. La consoló gentilmente. Ella asintió, —Descansa cuando llegues a casa. Por favor ponte en contacto. —Y luego salió del coche. Ella se dio la vuelta para ver su reacción. Tomás no salió del coche. En una tenue farola, Lola no podía ver su

expresión claramente. Apenas vio que él asintió con la cabeza en el coche. De vuelta en la casa, no había luz en la sala de estar. Lola se cambió los zapatos y se dirigió al segundo piso. Angie escuchó algunos movimientos afuera, así que abrió la puerta y detuvo a su hija. —Lola, has vuelto. Lola miró a su madre en pijama y asintió. —Madre, todavía no has dormido. Angie asintió y vino a tomar la mano de su hija, caminando hacia su habitación. —Madre, ¿qué pasa? Después de encender las luces de la habitación, Angie cerró la puerta y se acercó a Lola. —Lola, para ser honesta, quiero que me cuentes todo. Puedo ayudarte. —Debía confirmar qué era lo que estaba pensando realmente su hija para que pudiera estar en paz consigo misma. Aunque se preguntaba por qué su madre repentinamente haría esa pregunta, Lola entendió lo que quería decir. Puso su bolsa sobre la mesa. —Madre, no voy a renunciar a Jorge. —Esto era honestamente desde el fondo de su corazón. —¿Entonces por qué sigues con el presidente Tomás? —Se acercó a su hija y se preguntó qué pasó con las dos personas que aparecieron repentinamente en las noticias de Twitter esta noche. La imagen se veía real. Lola estaba muy confundida. ¿Cómo supo que estaba con Tomás esta noche? Al ver su expresión de asombro, Angie dijo: —¿No la conoces? ¡La foto que muestra que te besaste con el presidente Tomás tuvo un titular esta noche! —Angie suspiró y pensó que si esto seguía así, la reputación de su hija se arruinaría por estos dos hombres. Lola sacó su teléfono móvil y abrió Twitter. Los nombres de Tomás y Jorge, junto con ella, estaban de hecho en las búsquedas más populares. Esto indicó que la tasa de atención de esta búsqueda había sido muy popular. Lola se quedó sin habla. ¿Quién había tomado esta foto? Ella ya no estaba en el círculo de entretenimiento. ¿Por qué el titular de entretenimiento todavía pondría su foto? ¡Esto se estaba yendo de las manos! —Madre, tengo mis propios planes. Siento dejar que te preocupes por eso. No tengo nada que ver con Tomás. Quiere estar conmigo pero me he negado. Ya le dije muy claramente. —Simplemente le explicó a su madre la situación actual. Angie escuchó y asintió. Las noticias recientes de Lola eran incluso más populares que las de su hermano menor. —Debes romperlo lo antes posible. De lo contrario, tu reputación será arruinada por los dos hombres. Lola asintió y conversó con su madre sobre Estrella. Después de un rato, Angie se fue.

Cuando ya estaba sola, Lola abrió la sección de búsqueda de Twitter. La foto del beso entre ella y Tomás se volvió a publicar y el número de comentarios llegó a cientos de miles. —Ah, es una pena que ella no volverá al círculo de entretenimiento. — Sonrió secretamente. El primer comentario en realidad decía de que deberían estar juntos. Ella estaba aún más silenciosa. El segundo fue decirle a Jorge que alguien estaba robando a su mujer y pedirle que se mantuviera alerta. También encontró comentarios positivos sobre ella. Luego, por supuesto, hubo algunos malos: —¡Una mujer sin moral, que tiene dos amantes y engancha al novio de otra persona! —Pasó mucho tiempo leyendo todos los comentarios y observaciones. Finalmente, apagó el teléfono, se dio una ducha y se fue a dormir. En Grupo SL. Lola, que acababa de dejar el auto de su hermano, vio la puerta de la compañía rodeada de muchas personas. Debían ser los reporteros. —Definitivamente, fueron las noticias de anoche las que llevaron a los periodistas a verificar. —Pensó Lola. Volvió a sentarse en el auto, dejando que su hermano manejara en el estacionamiento subterráneo. Se preparó para evitar a los reporteros y tomar el ascensor directamente a la oficina del CEO. Sin embargo, no esperaba que hubiera varios reporteros alrededor de los ascensores en el estacionamiento subterráneo... Esto estaba realmente fuera de control.

Capítulo 223 La publicidad Cuando Lola salía del auto, un reportero la vio y corrió hacia ella. —¿Qué tal si te envío allí? Hay más gente aquí. —Yonata frunció el ceño cuando vio a los reporteros salir corriendo. Ella negó con la cabeza. Yonata, no te preocupes, puedo resolverlo por mi cuenta. Cuídate y no te preocupes demasiado por mí. —Lola se bajó, cerró la puerta y caminó hacia el ascensor. Mantuvo su barbilla en alto y tenía una "sonrisa profesional" en su cara. Inmediatamente, la rodearon los reporteros y le hicieron todo tipo de preguntas. —Srta. Camela, ¿Usted está con el Sr. Jiménez o con el Sr. Herrero? —Srta. Camela, la vimos besar al Sr. Herrero en las fotos. ¿Se van a casar pronto? ¿O es solo un gesto romántico? —Señorita Camela, la boda del Sr. Jiménez y la Srta. Moza está a la vuelta de la esquina. ¿Qué hay de usted y el Sr. Herrero? ¿Se casarán también? Ella se detuvo y sonrió. —Lo siento. Esta es el área de la oficina. Esas preguntas son mis asuntos privados. No tienen nada que ver con mi trabajo. ¡Gracias! Después de escuchar esas palabras, los reporteros, por supuesto, no estuvieron satisfechos, y hablaron más. —Señorita Camela, se dice que las acciones de su compañía han aumentado mucho. ¿Está utilizando los asuntos privados para aumentar la publicidad y la fama de su empresa? ¿Publicidad? Lola se burló en silencio y pensó: —No soy alguien que se aproveche de la gente para volverse rica y famosa. —Srta. Camela, ¿está en contacto con el Sr. Jiménez? Unos cuantos guardias se acercaron, y finalmente Lola pudo alejarse de ellos. Se sintió un poco aliviada cuando entró en el ascensor. Se frotó las sienes y pensó: —Un hombre teme la fama como un cerdo teme ser gordo. Qué dicho tan apropiado... Apesta ser famoso... Realmente solo quiero una vida simple y cómoda. Lola fue a una fiesta al mediodía y a una reunión para negociar un contrato por la noche. Miró la hora. Ya se estaba haciendo tarde. El trabajo realmente había consumido todo su tiempo.

Lola sacó su teléfono, marcó el número de Tomás Herrero y le pidió su dirección. En un condominio. Lola compró algunas frutas en un supermercado y una sopa de paloma guisada con champiñones en un conocido restaurante. Tocó el timbre. Fue Tomás quien abrió la puerta, vestido con una toga gris de aspecto cómodo. Sus mangas estaban enrolladas. Podía ver la gasa en su brazo. —¡Entra por favor! —Tomás tomó las frutas y la sopa, y se hizo a un lado para dejarla pasar primero. Era un apartamento de más de trescientos metros cuadrados, decorado en un estilo minimalista y modernizado de negro, gris y blanco, que era similar a su casa en Fuente Perla. Cuando trabajaba hasta tarde, siempre pasaba la noche aquí. Había un estante al este de la sala de estar, lleno de todo tipo de libros. Estaba lleno de libros de política escritos en varios idiomas. El resto de los muebles consistía en un televisor colgado en la pared, un sofá gris y una mesa de centro de vidrio. El gabinete del vino estaba al lado de la cocina y estaba lleno de varias botellas de vino tinto caro. Lola se dio la vuelta y tomó la sopa. —Umm... Soy demasiado torpe para cocinar, así que compré la sopa para ti. —Lola se sintió un poco avergonzada. Ella no había aprendido a cocinar porque alguien siempre lo hacía en su casa. —Está bien. Ya estoy muy feliz porque eres tú quien lo trajo. No puedo agradecerte lo suficiente por esto. —Respondió y entró directamente a la cocina para buscar la vajilla. Lola notó que todavía no la había mirado a los ojos. —Si no hubiera conocido a Jorge, realmente me quedaría con él. Yo lo elegiría. —Lola pensó mientras miraba su espalda. Pero Lola conoció a Jorge. —No te quedes parada. Toma asiento por favor. —Parecía estar de buen humor a pesar del dolor que estaba soportando. Tomó su muñeca y la dejó sentarse en el sofá. Pero ella se paró de nuevo cuando pensó en la sopa. Rápidamente tomó el cucharón de sopa en su mano. —Déjame que te sirva un plato de sopa. Solo siéntate aquí. Tomás no se negó. Simplemente se sentó en el sofá, sonrió a la torpe pero amorosa chica en su casa. La sopa todavía estaba caliente. Ella sirvió medio cuenco y se lo llevó. Había una alfombra gris debajo de la mesa de café. Desafortunadamente, no se dio cuenta de esto y de repente tropezó.

—¡Ah! —Con un grito, la sopa se derramó sobre la alfombra. Lola sintió dolor en su brazo izquierdo de inmediato. Ya era verano. Llevaba una camiseta de media manga, así que la sopa caliente se derramó sobre su brazo impecable. Tomás lo vio todo. Sucedió tan de repente. Se levantó rápidamente cuando ella se cayó. Se apresuró y la ayudó a levantarse. —¿Estás bien? —Levantó su brazo izquierdo con ansiedad, y miró la parte de la piel que se puso roja. Afortunadamente, no fue muy grave. —Me duele un poco... —Dijo suavemente. En realidad, dolió realmente mucho. La llevó a la cocina y se quedó detrás de ella. Abrió el grifo y tiró del brazo para que el agua pudiera aliviar el dolor. Con agua fría corriendo sobre su brazo, se sintió mucho mejor. —Debí haberte detenido. No notaste la alfombra en el suelo. Lo siento. — Miró a la hermosa mujer frente a él con remordimiento. Podía oler su fragancia y miró su cuerpo involuntariamente. De repente, su rostro cambió. Así como el ambiente. Lola estaba abrumada por el dolor. Ella no notó su posición hasta que cerró el grifo y se dio la vuelta. No se atrevió a mirarlo a los ojos, y se sintió tan incómoda que quería retroceder. Pero había un fregadero detrás de ella que no le permitía moverse. Un extraño aire llenó la habitación. —Yo... ¿Tienes medicina aquí? —Ella intentó soltar su brazo izquierdo de su mano, pero no funcionó. Entonces tuvo que decir algo para despertar al hombre que la estaba mirando fijamente. Llegó a sus sentidos y le soltó el brazo de inmediato. —Iré a echar un vistazo. —Justo en ese momento, salió rápidamente. Parecía que estaba tratando de evitar algo... De pie junto al fregadero, se sintió un poco aliviada, agitó el brazo y murmuró: —No debería haber venido aquí por la noche... ¿Qué debo hacer si se conduce a algunos malentendidos? No había medicina para escaldar en el botiquín de primeros auxilios. — Espera un momento, saldré a comprar un poco. —Entró en su habitación para cambiarse a ropa casual. Ella quería negarse y volver a casa. Pero él ya había entrado en su habitación y cerró la puerta. Se sentó en el sofá y lo vio salir a toda prisa. Cuando la puerta se cerró, ambos se sintieron aliviados. En la mansión Leroy del país C.

En el estudio, parado junto a la ventana, Jorge contestó el teléfono de su guardaespaldas. Sus ojos se enojaron. —Jefe Jiménez, la señorita Camela se fue a un condominio. No sabía quién estaba allí, pero vi al Sr. Herrero salir. Y parece que va a una farmacia cercana. Era tan tarde. Ella se quedó en su casa, y él fue a una farmacia. ¿Fue allí para comprar... condones? ¿O las píldoras anticonceptivas? Cuando pensó en esto, inconscientemente sostuvo la copa con más fuerza, con las venas mostrando sus brazos. Con un choque, finalmente, la copa se rompió. —¡Maldición! Ayer estabas en mis brazos, ¿y ahora estás en los suyos? ¡Qué mujer! ¡No puede soportar estar sola!

Capítulo 224 ¿Se estaba enamorando de alguien —Ve y pregunta qué ha comprado. Necesitamos saber. —Mirando la sangre que manaba de su mano, supo lo que estaba pasando. El guardaespaldas, a pesar de sus años de entrenamiento, estaba tan asustado que casi perdió la voz. En ese momento, de repente escuchó la voz fría del teléfono y respondió frenéticamente: —¡Sí! ¡Señor Jiménez! Colgando rápidamente el teléfono, el guardaespaldas vio a Tomás Herrero entrar al apartamento y luego trotó hacia la farmacia. —Hola. Quiero la misma medicina que el caballero acaba de comprar. Hazlo rápido. El cajero miró de forma extraña al guardaespaldas que llevaba gafas de sol y le pidió al médico que le diera el mismo medicamento. Después de retirarse, miró el nombre del pastillero y volvió a llamar a Jorge. Jorge, que estaba limpiando su herida con una cara muy preocupada, se veía mucho mejor cuando escuchó el nombre de la medicina. —Entonces, ¿quién fue el herido? —Su voz no era tan fría como antes, lo que alivió las preocupaciones del guardaespaldas. —Emm... No vi lesionado al señor Herrero. Aunque lo vi entrar al apartamento de una manera muy ansiosa. Así que me temo que podría ser ... la Srta Camela. —El guardaespaldas estaba adivinando. Pero su instinto era casi siempre correcto. —Está bien, sigue mirando y mantente alerta. ¡Si no puede garantizar su seguridad, todos sabrán cuáles son las consecuencias! —Lentamente se limpió los dedos con alcohol bajo la luz brillante y puso su teléfono en la mesa de palo de rosa. Puso el altavoz para que pudiera escuchar de inmediato cualquier actualización. Parecía un poco relajado, como si no sintiera ningún dolor de los dedos. Pero su mente estaba acelerada mientras atravesaba todos los escenarios posibles. —¡Sí, jefe Jiménez! ¡Lo haremos! —En poco tiempo, la voz cortés de la guardaespaldas se escuchó desde el fondo. Jorge colgó el teléfono. —Lola, ¿eres realmente feliz cuando estás conmigo?

¿O nos quieres a los dos? ¿Es esto lo que realmente quieres? ¡Si es así, Lola, eres tan codiciosa! ¡Y él, Jorge Jiménez, no lo permitiría! En el condominio. Tomás abrió el analgésico, acercó el brazo de Lola y le aplicó la pomada. La piel escaldada estaba hinchada, pero no había rastro de ampollas. Así que no fue demasiado grave... Se sintió muy aliviado. —¡Está bien, puedo hacerlo yo misma! —Mirando al hombre frente a ella, se sintió un poco incómoda y quiso rechazar su dulce gesto. Tomás la miró y la aplicó más a la ligera. —Está hecho. Lleva el ungüento contigo para que puedas hacerlo tú mismo. Ella asintió. —Gracias. ¡Tómate la sopa tú! ¡Necesitas mucha! Jaja. —Ella sonrió juguetonamente. ¡Ja! ¡Nadie era más juguetóna y burlóna que ella! Pero a él le gustó... Tomás la miró con una sonrisa. —Bueno. Lo haré. —Lavó todos los utensilios y colocó dos platos de sopa delante de ellos. Lola no quería tomarla, pero no se negó porque él ya lo había hecho. Sería tan descortés si no comiera también. —¿Todavía duele la herida? —Después de terminar la sopa, ella miró su brazo con aire de preocupación. —Todo está bien. No es gran cosa. —Fue secuestrado cuando era muy joven y había sufrido lesiones más graves que esta. —Bueno, está bien. —Miró el reloj en su muñeca. —Ve a la cama temprano. Tengo que irme ahora. —Dijo, levantándose lentamente del sofá. Tomás asintió. —Es demasiado tarde. Aparca tu coche aquí y déjame llevarte a casa. Lola negó con la cabeza. Tenía guardaespaldas enviados por Jorge, y un auto la seguía. Estaría a salvo. —No te preocupes. Tengo guardaespaldas. —Respondió rápidamente. Él asintió, salió con ella de la puerta del apartamento y apretó el botón del ascensor. —Deberías volver ahora. El coche está aparcado abajo. Por favor cuídate. Tomás la acompañó hasta el ascensor. —Vámonos. Te acompañaré hasta el carro. Lola no volvió a negarse. Salieron del apartamento juntos. Ya eran las 11 de la noche. La vista nocturna fuera del apartamento era brumosa y hermosa. Una repentina ráfaga de viento frío hizo que Lola se estremeciera. Sintió que iba a tener fiebre. Tomás, al ver a la mujer frotarse los brazos para calentarse, dijo: —¡Espera

un momento, te conseguiré un abrigo! —Regresó al apartamento a toda prisa. Pero Lola se puso las mangas. —No, estaré bien tan pronto como suba al auto. —Ella sacudió la cabeza con una sonrisa encantadora. Caminaron hacia ella Maserati. La vio entrar en el coche y se despidió de ella. Lola regresó a la casa y subió lentamente las escaleras. Cuando pasó por el estudio de Yonata, vio que la luz de la habitación seguía encendida. Le dio curiosidad. ¿Yonata seguía despierto? Esto era inusual de él. Llamó a la puerta y fue el mismo Yonata quien la abrió. Un cigarro estaba medio fumado y aplastado entre sus dedos. Parecía un poco apagado. —Hermano, ¿por qué no has descansado todavía? Ya es tarde. Al ver a su hermana, Yonata volvió al estudio y apagó el cigarro. —Bueno, ¿acabas de salir del trabajo? —No, fui a ver a Tomás. Fue herido por mi culpa. Me quedé para asegurarme de que estaba bien. —Ella lo siguió hasta su mesa y le explicó brevemente. Yonata estaba profundamente en sus pensamientos. —¿Esa noche? ¿En serio? Si él necesita alguna ayuda, siempre podemos brindarle asistencia. —No, se veía bien. —Cogió un trozo de papel sobre la mesa con curiosidad y estaba garabateado con un... ¿un nombre? Sharon Qiao. Ella lo leyó. La cara de Yonata cambió y frunció el ceño. Sacó el papel de la mano de su hermana y lo arrugó. Inmediatamente lo tiró a la papelera. Lola estaba aturdida. ¿Quién era esta mujer? ¿Se estaba enamorando de alguien? Su hermano nunca había estado así antes. —Deja de pensar en ello. Ella vendrá mañana. —Yonata le dijo con una voz suave y sin emociones. Su secreto fue expuesto por primera vez, lo que lo hizo sentir realmente incómodo. ¿Quién? ¿Era... —¿Wendy? —Ella se sorprendió gratamente. Se sentía emocionada por su hermano. Yonata miró la cara sorprendida de Lola y asintió con las comisuras de su boca ligeramente moviéndose. —¿Viene a tomarse fotos de la boda mañana? —Lola olvidó al instante el nombre que vio y se llenó de alegría. Estaba demasiado ocupada para contactar a Wendy recientemente. ¡Pero afortunadamente vendría mañana! Se sintió aliviada. —Sí. —Lo que se había ido, se había ido. De ahora en adelante, su esposa era Wendy López.

Lola volvió felizmente a su habitación después de hablar un poco más con Yonata sobre Wendy. De hecho, tuvieron una buena conversación de corazón a corazón. Mirando a la puerta cerrada, Yonata miró el papel en la basura. El día siguiente. Sabiendo que Wendy vendría hoy, Lola no trabajó horas extras y rechazó una invitación a una fiesta para regresar a casa temprano. Tan pronto como ella entró en la casa, vio a muchas personas hablando con alegría. En ese momento, dos personas se apresuraron hacia ella. —¡Mamá! —¡Lola! Las voces familiares eran simultáneas entre sí. Los ojos de Lola se llenaron de alegría mientras rápidamente se cambiaba sus zapatos, sosteniendo a Estrella en sus brazos. Después de besar a su hija, la puso en el suelo y se acercó a la mujer con una falda color lavanda. —¡Lola! —Mi querida Wendy, ¡te he extrañado tanto! Los dos se abrazaron fuertemente. ¡No se habían visto por unos años! Al mirarlas, todos en la sala de estar sonrieron. Después de un largo rato de no verse, estaban muy emocionadas de hablar y contar historias. —Podré verte todos los días. ¡Esto es tan bueno! —Diciendo eso, Lola besó amorosamente a Wendy en su mejilla. La risa de Angie González y Janne Selena, la madre de Wendy, hizo eco en la sala de estar. Janne estaba segura de la vida matrimonial de su hija cuando vio a Lola y Angie. Se dio cuenta de que su familia era muy cálida y acogedora. —Mami, ¿por qué besaste a tía? —Estrella las miró confusamente. Se habían abrazado durante mucho tiempo. A pesar de estar lejos el una de la otra, su amistad todavía estaba muy unida. Wendy sonrió y recogió a Estrella. —¡Porque la tía y mamá son muy buenas amigas! Lola llevó a Wendy y Estrella a la sala de estar. Landon Camela estaba sentado todavía en el sofá. Harold y Yonata estaban a su izquierda y derecha. La noche de la alegría acababa de empezar.

Capítulo 225 Estaba bastante satisfecha con su futuro yerno. Yonata tenía un traje casual que rara vez usaba. En un top casual blanco, jeans negros y zapatos de negocios marrones, ahora estaba sentado en el sofá y los miraba fijamente. —Señora. López, ¿dónde está Lucas? ¿Viene? —Lucas era el hermano menor de Wendy. Janne compró una hermosa falda para el evento de hoy. Partiendo de la elegante falda roja, su piel se veía justa y sin defectos. Con una sonrisa, se levantó y llevó a Lola a su lado. —Lucas tiene que tomar un examen hoy, por lo que no podrá llegar. Mucho tiempo, sin verte, Lola. Te has vuelto más bella. Lola dejó su bolso sobre la mesa y tomó la mano de Janne. —¡Señora López, se ve aún más joven! Janne se rió y entrecerró los ojos arrugados. —¡Qué dulce de tu parte! Creo que solo estás bromeando. —Bueno, Lola está aquí. He reservado una habitación privada en el hotel esta noche. Vámonos. —Al ver que Lola tenía buenas relaciones con Janne y Wendy, Harold se sintió muy feliz. Inmediatamente se dirigieron al hotel. De acuerdo con el acuerdo de Lola, Landon tomó su auto, Angie y Harold tenían a Estrella y Janne, y Wendy fue en el vehículo militar de Yonata. En el auto, Wendy estaba mirando nerviosamente Twitter y no se atrevió a mirar al hombre que estaba a su lado. Había estado soñando con esto durante tanto tiempo. Ella y este hombre tomarían sus fotos antes de la boda mañana y se casarían en menos de veinte días. No había música en el coche, por lo que era muy tranquilo. Fue un poco incómodo. Tenía que decir algo para romper el silencio. —Señor. Camela, yo... —Nos casaremos pronto. No hay lugar para las formalidades. Puedes llamarme Yonata. —Respondió en un tono frío mientras conducía hábilmente. —Bueno." ¿Podría llamarlo Yonata? Qué gesto tan íntimo... Wendy se

sonrojó de vergüenza. Yonata se volvió hacia ella y vio una extraña mirada en su rostro. Era como esas mujeres que no eran ni bonitas ni feas. Simplemente no se destacó. Sin ningún tipo de maquillaje, parecía una chica común y sencilla. Pero en el momento adecuado, su rostro sonrojado era tan atractivo. El ambiente en el coche se estaba volviendo cada vez más incómodo. Yonata cambió de dirección para poder estacionar el auto. Wendy miró por la ventana y se sintió aliviada. Habían llegado al hotel. Yonata se bajó rápidamente del asiento del conductor y se dirigió al asiento del pasajero. Abrió la puerta y extendió su brazo para ayudarla. Sonrojándose de nuevo, Wendy se desabrochó el cinturón de seguridad y puso su mano temblorosa en la suya. Yonata era un soldado, por lo que había muchos callos en su palma. Su mano se sintió un poco áspera. Sus manos eran más tiernas. Sin embargo, eso no significaba que ella no soportara el trabajo duro. Tomándose de la mano, no tenían los mismos sentimientos el uno por el otro. El vehículo militar era un poco alto. Con su ayuda, Wendy fácilmente se bajó del vehículo. Rápidamente soltó su mano y se paró a su lado. Al ver su mirada avergonzada, Yonata la molestó al tomar su mano otra vez. Como era de esperar, la cara de Wendy se volvió aún más roja. Ella miró sus manos, con su corazón latiendo muy rápido. Caminaron hacia la puerta del hotel de la mano como una pareja. Lola se quedó con Landon detrás y sonrió a la pareja que acababa de entrar. Yonata no pudo ocultarle nada. Vio claramente que él tomó la mano de Wendy. ¡Ja! Este hotel de lujo era uno de los mejores hoteles del país A. Wendy se maravilló ante la magnífica sala, la bienvenida dulce y cálida de los camareros y el servicio hospitalario. La habitación privada estaba decorada con elegancia. No parecía un lugar para cenar. Se parecía más a una sala de actos para una baile. Se estaban divirtiendo. Harold le dio a Janne la lista de los regalos de compromiso. - una casa a nombre de Wendy en el centro del país A, un lujoso automóvil, un regalo en efectivo de 6, 888, 888, ocho piezas de oro y muchos más regalos caros.

Janne se tapó la boca en shock. —Angie, estos regalos costosos son demasiado. No hay necesidad de hacerlo. —Estaba tan emocionada que no sabía qué hacer. —Cálmese. Aparte del dinero, todo lo demás viene de Yonata. Como fuera. Todos los regalos eran para Wendy. Ella pensó que eran demasiado. —Pero…" Janne estaba un poco ansiosa. Eran realmente extravagantes. Todos estos... Lola recogió algo de comida para que Estrella la comiera. —Señora López, cálmese. Es una muestra de que Yonata ama mucho a Wendy. ¿No le gusta eso? —Ella se echó a reír y bromeó. ¿Estos extravagantes regalos mostraban el profundo amor de Yonata? ¿De verdad? En el fondo, ella creía que el amor debía mostrarse a través de actos intangibles de cuidado y ternura. Wendy miró nerviosa al hombre guapo a su lado. Yonata consiguió platos de comida sabrosa para ella. Sus ojos se encontraron. Wendy bajó la cabeza con timidez. ¿Por qué Yonata la trataba tan bien? ¿Era posible que la amara? —Si seguro." Janne respondió. La felicidad de Wendy era justo lo que ella quería y deseaba. Era un poco cautelosa. No podía tomar el dinero. Lo depositaría en la tarjeta de Wendy. Yonata dejó los palillos y miró a Janne. —Señorita. Mota, quédate en la casa esta noche. Puedes mudarte al apartamento mañana. Se está haciendo tarde de todos modos. Después de que Lucas termine su examen, le pediré a alguien que lo recoja. Habían llegado a un acuerdo. Después de que Wendy se casara, se mudarían al país A. Janne no quería que Wendy estuviera aquí sola, así que estuvo de acuerdo. La casa que estaba en la lista ya estaba preparada y amueblada para ellos. —Bueno." Janne miró a Yonata. Aunque no siempre estaba sonriendo, se veía tranquilo y relajado. Además, dio muchos regalos y fue agradable con Wendy. Era un hombre en el que todos pueden confiar. ¡Estaba bastante satisfecha con su futuro yerno! Lola le susurró algo a Wendy, haciendo que se sonrojara de vergüenza. Yonata se sorprendió por la mirada de Wendy. De repente se veía un poco diferente. Sin darse cuenta de Yonata, Wendy pellizcó a Lola. —¡Por supuesto contigo! ¡No tienes que preguntar! Resultó que Lola le preguntó a Wendy con quién se acostaría esta noche. ... Sorprendida de que Wendy la pellizcara, ella respondió en voz baja: —

Bueno, Wendy, he decidido que te enviaré a la habitación de mi hermano esta noche. Ignorando los rostros curiosos de las personas que los rodeaban, Lola continuó susurrándole a Wendy. Wendy pellizcó a Lola de nuevo. Lola se frotó el brazo dolorido y se burló de ella. —Trata de ganarte el corazón de Yonata con lo que eres capaz de hacer. ¡Ay! ¡Ay! ¡Duele! —Fue tan doloroso que Lola gritó. Angie la ignoró y siguió hablando con Janne mientras conversaban alegremente entre sí. ¡Qué indiferente era ella! Debajo de la mesa, Yonata tomó suavemente la mano de Wendy. ... Tanto Lola como Wendy intercambiaron miradas y finalmente se quedaron en silencio.

Capítulo 226 Besa a otra mujer —Perdóneme. Solo necesito ir al baño. —Al ver a Yonata sosteniendo la mano de Wendy, Lola se puso de pie, controlando su sonrisa. —Iré contigo." Wendy encontró una oportunidad de tener una excusa para soltar la mano de Yonata y salió con Lola. Salieron corriendo de la habitación privada riéndose y bromeando, ignorando las miradas confusas de otras personas. Wendy estaba feliz. Lola la miró y también se sintió contenta. Empujó a Wendy contra la pared, puso su mano derecha al lado del hombro de Wendy, y la miró con lujuria. Wendy puso los ojos en blanco. Ella sabía lo que venía. —Háblame francamente. Amas a Yonata, ¿verdad? —Miró fijamente a Wendy. Wendy se sonrojó de nuevo. Señaló con un dedo a la cabeza de Lola. —¿Que estás pensando? —Trató de caminar por delante. Pero Lola la hizo retroceder y la presionó contra la pared de nuevo. Un hombre y una mujer pasaron y vieron esto. Lola llevaba una blusa de gasa blanca con mangas de encaje, pantalones holgados de talle alto y tacones de siete centímetros. Se veía elegante y agraciada pero parecía que estaba a punto de besar a otra mujer. El hombre y la mujer lo encontraron muy raro. Entonces Lola actuó como un hombre. Con los ojos bien abiertos, Wendy se limitó a mirarla. —Dime honestamente, o no podrás dormir conmigo esta noche. Lola no pudo evitar recostarse y reír. Wendy puso los ojos en blanco ante Lola, que estaba bromeando con ella. —Vete. Vamos al baño. En su camino hacia el baño, encontraron a una pareja mirándolos directamente. Lola estaba muy feliz hacía un tiempo, pero de repente estaba irritada y de repente parecía feroz. Resultaron ser Yolanda y Jorge. Se tomaban de las manos. El ambiente en el pasillo se volvió extraño e incómodo. Lola y Jorge se miraron fijamente. Wendy rompió el silencio y asintió a Jorge. —Sr. Jiménez, buenas noches. ¿Cómo está?

Jorge también asintió, pero no apartó la mirada de Lola. Lola frunció el ceño a Jorge. Incluso no le dijo que había venido al país A. Incluso tuvo las agallas de ir con Yolanda. Parecía que a él no le importaba nada sobre Lola. Al pensarlo, Lola se sintió muy triste. Lola se volvió hacia Wendy y le cogió la mano. —Vámonos. No tengo tiempo para esto. Yolanda sonrió con orgullo. Lola la ignoró y pasó rozándolos. Jorge y Yolanda caminaron a la habitación privada opuesta. Tan pronto como abrieron la puerta, se sorprendieron de una atmósfera tan formal. Más de dos docenas de líderes ya estaban sentados en la gran mesa redonda. El recién nombrado presidente del país A, un hombre de unos cuarenta años, estaba sentado en la silla de honor. Al ver a Jorge y Yolanda entrar, se mantuvo de pie como una forma de respeto. Originalmente quería saludarlos, pero dada su identidad actual, se quedó allí y esperó pacientemente. —Señor. Jiménez, bienvenido. —El Director del Departamento de Seguridad Pública del país A echó un vistazo al presidente recién nombrado y supo que debía tomar la iniciativa. Jorge asintió, soltó a Yolanda y se dirigió directamente al presidente. — Felicitaciones, Sr. Romero. He preparado un regalo de bienvenida para usted. Yolanda sacó de inmediato el regalo del bolso y lo presentó al nuevo presidente con una sonrisa encantadora. El documento A4 estaba lleno de notas sobre la transferencia de tierras. El gobierno siempre había querido obtener esta tierra tan significativa, pero siempre había fallado. La tierra valía varios cientos de millones, pero Jorge se la dio al Sr. Romero. Él, que tenía tanta riqueza, hablaba más fuerte que los demás. El señor Romero aceptó agradablemente el documento de transferencia de tierras y tomó las manos de Jorge firmemente. —Muchas gracias, Sr. Jiménez. Esto es muy apreciado. Jorge sonrió. —Es solo una pequeña muestra para mostrarte mi respeto. Espero que le guste. ¿Un pequeño símbolo? ¿Para mostrar su respeto? Por supuesto al señor Romero le gustó. —Me gusta. Gracias Señor. Jiménez. Venga. Tome asiento. Fue sabio de su parte invitar a Jorge, un magnate de los negocios muy prominente. Tiró de la silla de madera rosa para que Jorge pudiera tomar asiento fácilmente. Herrero miró la escena que tenía ante él con una sonrisa. Se sentó en silencio y no dijo nada. Sabía lo poderoso y rico que era Jorge. Obviamente, el Sr. Romero quería

sentirse cómodo con él. En realidad, invitó a Jorge del país C a asistir a la reunión de los líderes del país A esta noche. Eso decía mucho. Pero no importaba. Tomás no pondría su dedo en el pastel de otro como el Secretario de la Comisión Disciplinaria. No se atrevió a hacerlo. Angie notó que Lola había perdido todos sus sentidos después de regresar del baño. —¿Qué pasa? ¿Te sientes cansada? —Le susurró a Lola que estaba un poco en trance. Escuchando lo que ella dijo, Lola volvió en sí misma. —No, solo estoy pensando en algo. —Ella sonrió y bebió un poco de jugo. Estrella parecía tener un poco de sueño. —Me llevaré a Estrella a casa primero. Ella duerme temprano en la noche. —Lola sacó a Estrella de la silla de los niños y la puso suavemente en su regazo. Janne miró a Estrella. —No hay necesidad. También hemos terminado de comer. Vámonos. Todos ustedes han estado ocupados. Vuelvan a casa para que puedan dormir temprano. Los otros también estuvieron de acuerdo. Se pusieron de pie y estaban a punto de irse. Justo cuando se abrió la puerta, las personas en la habitación privada opuesta también estaban a punto de salir. Ambas partes se miraron de inmediato. El señor Romero vio a la familia de Harold y se acercó. Harold, Angie y Yonata los saludaron con respeto. —Señor Camela, no le he visto en mucho tiempo. ¿Cómo ha estado últimamente? —El señor Romero le dio la mano amablemente a Landon, y los líderes se apresuraron a saludarlo uno por uno. Estrella tenía mucho sueño. Lola la sostuvo en sus brazos. Se quedó en la sala privada y miró a Jorge que estaba hablando con el Director del Departamento de Seguridad Pública. Parecía estar un poco molesto. Él no parecía ver a Lola. Yolanda se paró a su lado y sonrió. Qué pareja perfecta. Pensó de una manera sarcástica. Tomás se acercó. Miró a Lola que sostenía a Estrella en sus brazos y le dijo: —Es bueno verte aquí. ¿Cómo estás? —Parecía sorprendido. Lola asintió. —Bueno, Yonata se casará pronto. Aquella es mi futura cuñada. Acabamos de cenar juntos. —Señaló a Wendy que estaba cerca de ellos. Tomás y Wendy se saludaron. Quería recoger a Estrella de los brazos de Lola. —No te molestes. Tu brazo aún no se ha recuperado. He estado acostumbrado al peso, de todos modos. —El hecho era que Estrella pesaba casi 15 kg. Ya era muy pesada.

—Srta Camela. —Lola, que estaba hablando con Tomás, escuchó una voz extraña. Ella miró hacia atrás y vio al Sr. Romero. Bajó la cabeza y se inclinó con respeto. —Hola señor Romero. El señor Romero sonrió a Lola, una inexplicable mirada llenó sus ojos. Estaba impresionado con Lola. El señor. Camela presentó a otros a su nieta en su fiesta de cumpleaños. Más tarde, toda la gente supo lo que estaba pasando entre Jorge, Yolanda y ella. Además, su escándalo con Tomás se extendió cuando él todavía estaba trabajando como presidente. Probablemente, Tomás dejó el trabajo por culpa de ella. Todos sabían que Estrella era la hija de Jorge, que era poderoso y rico, o Tomás. El misterio aún no se había resuelto.

Capítulo 227 Sólo una extraña para ti El señor Romero se rió a carcajadas y dijo: —¡Señorita Camela, no la he visto en mucho tiempo! ¡Mi hija es su fan más leal! —Él la conocía bien solo porque escuchó muchas cosas sobre ella por parte de su hija. Su hija le contó muchas historias sobre esta mujer. Lola estaba un poco sorprendida y extrañada. —¿De verdad? ¿Su hija era mi fan? Me parece difícil de creer." ¿Estaba realmente encariñada con ella? —Sí. Recuerdo que hace cuatro años, filmó una obra de televisión y tuvo un papel llamado Pearla en ella. ¡Estuvo espléndida! —Cuando el señor Romero mencionó ese nombre, Lola se perdió repentinamente en sus recuerdos. —Fue un gran honor para mí que alguien como usted, Sr. Romero, aún recuerde a Pearla. Ni siquiera yo podía recordarla más. —Lola respondió con humildad. Todavía estaba en la ciudad D cuando actuó como Pearla. Y también fue este papel el que aumentó su popularidad y la catapultó a la fama. El señor Romero volvió a reírse con su habitual estilo brillante, lo que atrajo la atención de muchas personas. Fue inesperado que el Sr. Romero pudiera tener una charla tan maravillosa con Lola. —Fue mi hija la que siempre decía que Pearla era tan hermosa. Seguía mencionando ese nombre todos los días a mi alrededor, así que lo tenía en mente. —El señor Romero tenía una sonrisa amable y cariñosa cada vez que pensaba en su hija. Lola también sonrió, mientras sostenía a Estrella en sus brazos. —Me gustaría invitar a su hija a mi casa cuando esté libre. Es bienvenida a venir en cualquier momento. El señor Romero asintió con la cabeza y dijo: —Está bien. Se está haciendo tarde y su hija ya se ha dormido. Será mejor que se vaya a casa temprano. La gente en las dos habitaciones abarrotaba el corredor. Todos caminaron hacia el exterior del hotel mientras el Sr. Romero se despidió. Pero Tomás Herrero regresó a la habitación privada mientras tomaba una llamada en silencio. Lola, Wendy y Janne Selena caminaron detrás de la multitud. En ese mismo momento, Jorge y Yolanda habían disminuido la velocidad de sus pasos. Y cuando Jorge se paró paralelo a Lola, tomó a Estrella de los

brazos de Lola sin obtener su aprobación. ... En lugar de enojarse, Lola se sentía relajada porque no tenía que llevar a Estrella durante todo el camino. Se estaba poniendo muy pesada. Yolanda miró a Lola como si quisiera matarla. ¿Cómo se atrevía a dejar que esa pequeña bastarda se metiera en los brazos de su hombre? Ignorando completamente a Yolanda, Lola mantuvo su ritmo con Jorge al frente. Tirando de su ropa, Lola dijo: —Déjame a Estrella. Está bien." Había mucha gente a su alrededor, y todos miraban con curiosidad. Con Estrella en sus brazos, Jorge fingió no escuchar lo que ella dijo. Echaba mucho de menos a Estrella. Sosteniéndola en su mano izquierda, sostuvo la mano de Lola en su otra mano. Pasando a través de la multitud bajo su atónita mirada, caminó hacia el Maserati. Extendió la mano por la llave del coche y Lola se la entregó obedientemente. Abrió la puerta del asiento trasero y dejó que Lola entrara primero. Luego puso a Estrella en sus brazos. Ambos se acercaron el uno al otro. Jorge la miró y le dio un suave beso. Lola estaba demasiado nerviosa para respirar por este beso. ¡La gente los rodeaba! ¡Qué hombre tan malo era este chico! Después de cerrar la puerta a Lola, Jorge caminó hacia la multitud y se acercó al Sr. Romero. —Señor Romero, Lola no se siente del todo bien. La llevaré a casa primero. No se sentía bien... Lola podría ser atendida por su familia. Pero nadie se atrevió a cuestionar a este líder tan poderoso e influyente. —Está bien, primero llevas a Lola y su hija a casa. Cuídate. —El señor Romero miró a Jorge con mucha comprensión. Esto le beneficiaría a él para construir una buena relación con la familia Camela. Jorge caminó hacia Landon con su actitud impresionante y encantadora. — Señor Camela, llevaré a Lola a casa primero. ¿Estaría bien? —Se inclinó ligeramente, pidiendo su aprobación. Landon miró a Jorge con satisfacción y asintió con la cabeza. —De acuerdo. Las llevas a casa primero. Tomaré el auto de Harold. Luego, Jorge se despidió de Harold y Angie, y se sentó en el asiento del conductor del Maserati. Al encender el auto, Jorge llamó a Sánchez. —Envía a Yolanda al hotel, luego recógeme en la mansión Camela. —Luego colgó y se centró en su forma de conducir. Sosteniendo a Estrella en sus brazos, Lola miró a Jorge y se sintió segura y

a salvo. Sin embargo, tenía que fingir ser infeliz. De lo contrario, podría querer tener sexo con ella más tarde. Pero podría estar embarazada ya. No podía decirle... Pensaban cosas totalmente diferentes. Al darse cuenta de que la expresión facial de Lola cambiaba de vez en cuando a través del espejo retrovisor, Jorge no podía dejar de sonreír. Habló primero después de un rato. —Comenzaste una relación con Tomás Herrero sin mí, ¿verdad? —Dijo de una manera muy sarcástica. Pero también mostró sus celos. —¡Tienes razón! Nos llevamos bien el uno con el otro, y creo que voy a quedarme con él. Me gusta. —Ella respondió de una manera indiferente, lo que enloqueció a Jorge sin ninguna razón. —¿Bien? ¿Todavía recuerdas que pediste misericordia en mis brazos hace varios días? Pero una vez que me fui de aquí, te hundiste en los brazos de otro, ¿verdad? ¡Realmente tienes un alto deseo sexual! —La forma en que lo dijo hizo que Lola se enojara. ¡Él la mira como si fuera una puta! —Señor ¡Jiménez, debería acompañar a su novia! Solo soy una extraña para ti. —Intentó reprimir su ira y miró por la ventana. El ambiente en el coche era un poco helado. Jorge también tenía una cara sombría. ¿Cuándo era que no pudo controlar sus emociones y sentimientos? Al doblar una esquina, Jorge condujo hacia la mansión Camela y se detuvo en el estacionamiento. Abrió la puerta del asiento trasero con una cara obviamente solitaria. Jorge sostuvo a Estrella en sus brazos y ayudó a Lola a salir del auto. Sintiendo que Jorge la estaba abrazando, Estrella cambió a un gesto más cómodo en sus brazos y se quedó dormida otra vez. Jorge sostuvo a Estrella en sus brazos y caminó hacia la casa. Lola tuvo que trotar para seguirle el paso. Cuando estaba a punto de abrir la puerta, ella la bloqueó y dijo: —Sr. Jiménez, dame a Estrella. Puedes irte a casa ahora. Mirándola con ojos escalofriantes, Jorge habló lentamente, —Entra primero. Enviaré a Estrella sola. ... Lola se detuvo frente a la puerta. Jorge tuvo que empujarla hacia un lado de la puerta con la mano. Luego entró en la casa con Estrella en sus brazos y se detuvo en las escaleras. Le ordenó a Lola, —Ve primero. Te seguiré. Lola corrió escaleras arriba de inmediato. Sintió emociones encontradas sobre esto. ¿Por qué tuvo que correr? "Bueno, ¿por qué debería hacer lo que dices? —

Lola murmuró para sí misma. Al abrir la puerta de la habitación de Estrella, Lola encendió las luces y dejó entrar a Jorge. Era una habitación grande con papel tapiz rosa de Hello Kitty a su alrededor. También había una gran cama cubierta con sábanas de color rosa. Alfombras rosas rodeaban la cama. Había muchos juguetes en esta habitación. Esto era totalmente una habitación elegante para una princesita. Se quitó los caros zapatos, pisó la suave alfombra y puso a Estrella en su cama. Vio a Lola quitarle la pequeña falda. Después de eso, Estrella mostró su cuerpo desnudo. Estrella se veía tan linda y encantadora. Era tan inocente y bonita. Mostró ternura en sus ojos. Se dio la vuelta con las manos en los bolsillos. Era la habitación de Estrella. Él podría decorar esta habitación aún más hermosa si Estrella fuera su hija... —Señor Jiménez, deberíamos irnos ahora. Gracias por traernos a casa. — Poniéndose los zapatos, Lola miró a Jorge, quien miró fijamente las fotos de Estrella en silencio. Se dio la vuelta, se puso los zapatos y salió de la habitación con Lola. Luego cerró la puerta despacio. Parecían una pareja que acababa de poner a su hija en la cama. Fue un momento dulce para ambos. —Te mostraré la salida. —Ella salió primero, pero fue arrastrada por Jorge. —¿Dónde está tu habitación? —Apoyándose contra la pared, Jorge preguntó con su distintivo tono sin emociones. ¿Qué iba a hacer? El corazón de Lola latía rápido.

Capítulo 228 El día de la boda. Al darse cuenta de las dudas que se arrastraban en los ojos de Lola, Jorge ya no explicó nada. —Date prisa. —Solo quería echar un vistazo a su habitación y nada más. No había nada por qué preocuparse. Lola señaló sin palabras la puerta de la habitación junto a la de Estrella. Lentamente lo abrió y encendió la luz. El interior era todo azul cielo: una cama azul cielo, una cómoda, una alfombra y un sillón. Obviamente Lola diseñó esto. Era realmente femenino... Ella lo siguió. —Señor Jiménez, ya es tarde. ¡Debería llegar a casa temprano! Necesita descansar también. —Trató de pedirle suavemente que se fuera. Jorge la miró. Hoy, se veía un poco más madura con maquillaje ligero en la cara. Le gustó más de esta manera. Se veía tan natural. Caminando detrás de ella cuando estaba cerrando la puerta, la tomó por la cintura cuando Lola pensó que se iba. Su corazón se estremeció. Miró sus profundos ojos como si fuera a ser absorbida. Siempre le habían gustado sus ojos. La besó mientras un familiar y cómodo aroma venía hacia él. No fue hasta que alguien llamó a la puerta que las dos personas complacidas entraron en razón. Lola lo empujó rápidamente, limpiándose el rubor mientras se reflejaba en su rostro. Lo empujó más lejos antes de abrir la puerta. Afuera, todos se pararon allí y solo los miraron fijamente. Lola rápidamente sacó al hombre detrás de ella y lo empujó hacia el frente de la multitud, —¡Jefe Jiménez, cuídate! —Luego tiró de Wendy. Wendy miró la cara enrojecida de Lola y dijo juguetonamente: —Sé honesta. ¿Qué hiciste en la habitación? La tía Angie llamó a la puerta varias veces antes de que la abrieras. ¿Qué pasó con el retraso, eh? Esta vez fue su turno de hacer que Lola se sienta enferma y torpe. ¡Ja! ¿Qué? "¿Unas pocas veces? ¿No solo una? Acabo de escuchar un golpe. Me estás tomando el pelo. —Tontamente miró a Wendy, que estaba con una sonrisa en su rostro. Wendy se tapó la boca para no reírse. —Oye, ¿no es el momento adecuado

para que regresemos? Lola le dio unas palmaditas con ternura. —¡Te llevaré con mi hermano si no dejas de hablar! Detén esta locura. —Dijo Lola mientras sonreía. Luego corrió hacia el armario, sacó la pijama y se preparó para ducharse. Wendy rápidamente hizo un gesto de silencio y contestó alegremente: — ¡Vamos a bañarnos juntas! —Abrió su maleta y sacó su pijama. Se habían bañado juntas antes, por lo que todavía era natural que fueran al baño de la mano. Eran realmente las mejores amigas. Lola se metió en la bañera mientras Wendy se duchaba. No se olvidaron de llevar a Estrella a la habitación y ponerla entre ellas después de bañarse. Al día siguiente, Wendy y Yonata tuvieron una sesión de fotos pre-nupcial. Lola se enterró nuevamente en su trabajo y no se contactó con Jorge hasta el momento en que tuvo que reportarse por videollamada. Tomás Herrero le había estado pidiendo que salieran a dar una vuelta de vez en cuando, pero todavía había algunas personas que querían llevársela para poder tomar el viejo reloj de bolsillo. Los guardaespaldas enviados por Jorge la seguían todo el tiempo, junto con la gente de Tomás Herrero. Estaba bien protegida, por lo que esas personas no tuvieron éxito a pesar de haberlo intentado varias veces. El día de la boda de Yonata y Wendy pronto llegó. Era un día soleado y el cielo estaba despejado. El clima era realmente genial. En un jardín de bodas al aire libre del hotel de cinco estrellas Venecia. El lugar de la boda era como un océano de rosas blancas y rojas. Ya sea en las mesas y sillas blancas, en el escenario o en la alfombra roja, todos estaban cubiertos de rosas. Era realmente una boda de ensueño. Las personas que fueron invitadas fueron los ejecutivos del país A y algunos eran amigos de Yonata en el ejército. Manolo estaba jugando con la niña de las flores, Estrella, al lado de los globos y Wendy estaba sentada nerviosa en el salón de la novia, vestida con un hermoso vestido blanco. Lola se había levantado el pelo hoy con una pequeña horquilla de diamante. Llevaba un vestido rosa ceñido y un par de tacones altos del mismo color. Se veía tan joven con su traje rosa como si solo tuviera 20 años. Al ver a Wendy nerviosa, sonrió y pasó junto a ella. —¡Wendy, oh no! ¡Mi cuñada! ¡Jaja! —Sostuvo el cuello de Wendy y miró con envidia a la hermosa novia... Ella quería experimentar la alegría de ser una novia... Aunque una vez se casó con Jorge, no tuvieron una ceremonia de boda. ¡Qué fracaso!

La cara de Wendy se puso roja. —No me molestes. ¡Estoy tan nerviosa ahora! Pronto se convertiría en esposa, y estaba llena de expectativas y tensión. En ese momento, la puerta de la habitación se abrió de nuevo. Era Jorge con un traje azul oscuro. Definitivamente se veía tan guapo. Lola parpadeó, preguntándose si su hermano también lo invitó. Jorge no pronunció una sola palabra. Miró directamente a Lola mientras estaba sentado en una silla de descanso. ... ¡Si solo el aura de Jorge no fuera demasiado fuerte, realmente podrían ignorarlo! Pero Jorge se veía tan encantador como cualquier otro día. Aunque solo estaba sentado en un rincón. De nuevo, se abrió la puerta del salón. Una mujer de aspecto extraño entró, vestida con una falda negra hasta la rodilla y luciendo un pelo corto y rizado. ¿Quién era ella? La mujer que acababa de llegar se acercó a Wendy y sonrió. —Hola. ¿Eres la novia de Yonata? Wendy asintió. —Sí lo soy. ¿Quién eres tú? Sharon Qiao examinó a Wendy con cuidado. Ella era regular. ¡Si no fuera por su maquillaje, sería fea! —Yo fui el primer amor de Yonata. Hoy, vengo aquí particularmente para echarte un vistazo. —Sus ojos, vestidos de sombra de ojos negra, miraban desdeñosamente a un lado. ¿El primer amor de Yonata? ¡Ella debía estar aquí con malas intenciones! Efectivamente, la felicidad y la tensión en el rostro de Wendy se habían ido. En cambio, su rostro se puso pálido. Ella no esperaba esto. Al ver esto, Lola se enojó tanto que sacó su teléfono y llamó a Yonata, que estaba saludando a los invitados. —Yonata, ¿cómo pudiste dejar entrar a todos? Sharon miró a Lola sin comprender. ¿Quién era esta mujer? ¡Cómo se atrevía a hablarle así a Yonata! Jorge, que era como el aire porque estaba muy inmóvil, sonrió cuando escuchó las palabras de Lola. Era una mujer de carácter y le gustaba. Yonata frunció el ceño. Fue a la sala de la novia después de informar a su madre y su padre. La extraña mujer corrió hacia él cuando abrió la puerta. —¡Yonata! — Sharon se sujetó la cintura con fuerza. ¡Ella estaba aquí! ¡Esto significaba que renunció a todo solo por estar aquí! Incluyendo a ese hombre... Yonata miró a la mujer en sus brazos por unos segundos. Él tampoco

esperaba esto. Los ojos de Wendy estaban rojos. Este era el hombre con el que ella eligió pasar el resto de su vida, y él estaba abrazando a otra mujer. Justo en el día de su boda... Lola puso su bolso en las manos de Wendy y caminó sobre sus tacones altos, abruptamente sacando a Sharon de los brazos de su hermano. —¿Quién es esta mujer desvergonzada que tiene al marido de otra mujer? ¡Que la seguridad la eche! Yonata escuchó la feroz voz de Lola antes de que él pudiera responder. Y la mujer en sus brazos había sido apartada por su hermana. —¡Yonata! —Sharon miró a Lola y luego miró a Yonata de una manera bastante seductora. —¿Quien es ella? ¡Es tan grosera! ¡Detenla! Yonata miró a Wendy. Él también puso una cara larga y ceñuda. —¡Vete! Fingiré que no apareciste hoy. ¡Solo vete ya! ¡La mujer quien se había ido durante ocho años ahora apareció sin una razón! ¡Esto era muy irónico y triste! Wendy se quedó sentada en silencio, escuchando a Yonata. Esperaba que Yonata entrase en sus sentidos y simplemente resolviera este problema. Independientemente de su pasado, siempre que él estuviera dispuesto a mantenerse alejado de esa mujer, ella elegiría continuar su matrimonio. Sharon perdió los estribos e inmediatamente fue con Yonata. —Yonata, estaba equivocada. ¡Estoy de vuelta ahora! ¡Por favor elígeme! —Cuando escuchó la noticia de que se iba a casar, inmediatamente se dio cuenta de todo y supo que siempre lo había amado.

Capítulo 229 Robar el protagonismo de tu hermano. Además, desde su época en el jardín de niños hasta la universidad, ella y Yonata siempre estuvieron juntos. Se conocían muy bien. Lola estaba más emocionada que la nueva pareja, en su mente, su cuñada no podía ser nadie más que Wendy. Ella sabía a quién su hermano quería y necesitaba. —¡Tú, vuelve de donde viniste! —Señaló la puerta mientras miraba fríamente a Sharon. Sharon levantó la barbilla y le devolvió la mirada. Ella no se movió ni un paso. —¿Quién crees que eres? ¿Cómo piensas qué escucharé lo que dices? Yonata empujó a Sharon a un lado y le ordenó firmemente: —Sal de esta habitación. La chica con la que me casaría hoy es Wendy. ¡Vete a casa! —Los ojos de Sharon se llenaron de lágrimas rápidamente mientras seguía mirando a Yonata esperando ser suya. Se sintió tan lastimada por su frialdad. —Yonata, quiero casarme contigo. Por favor, dame una oportunidad más. El pensamiento de que la ex novia de Yonata apareció repentinamente en la boda hizo que Wendy se estremeciera. Dejó de guardar silencio y sonrió. —De hecho, una ex novia es como un sapo, no solo molesta, sino también es asquerosa. Sharon se enfureció por el insulto. —¿¡Qué palabras repugnantes estás escupiendo! ? —Ella apenas se detuvo de abofetear la cara de Wendy. Wendy miraba a Sharon con tanta ternura, pero de manera sarcástica. Mientras tanto, ella seguía sonriendo mientras respondía: —Asquerosa, sí, exactamente. Al darse cuenta de que Wendy se refería a ella, Sharon se apresuró a abofetearla. Yonata y Lola corrieron para detener a Sharon. Agarró el brazo ya levantado de Sharon, y Lola ya había abofeteado a Sharon en su cara, —¿Quién crees que eres? ¿Cómo te atreves a ofender a mi cuñada en su boda, justo aquí frente a mi familia? ¡Vete ahora! Sharon solo escuchó la primera parte de sus palabras y no notó el resto mientras sacaba su brazo de la mano de Yonata con su cara cubierta con una mano.

—¡Tú perra! De repente, Sharon empujó a Lola, y cayó hacia atrás indefensa. —¡Lola! —Wendy agarró la mano de Lola rápidamente, pero había alguien mucho más rápido que ella y Yonata, Jorge. Por supuesto, su Jorge. Jorge atrapó a Lola en sus brazos antes de que cayera al suelo, mientras miraba a Sharon con sus ojos fríos. —Si te atreves a hacerle daño otra vez, estás muerta. ¿Quién era él? ¡Qué horrible era este hombre! Sharon estaba asustada por la expresión fría de Jorge y dio un paso atrás, casi cayendo al suelo. Después de mirar a la triste Wendy y su hermana menor Lola que estaba en los brazos de Jorge, Yonata le dijo directamente a Sharon: —¿Te irás sola o debería llamar a seguridad? Su voz era tan fría, que hizo que los ojos de Sharon se humedecieran otra vez. —Yonata... Wendy miraba con tristeza a Yonata. Ante las expresiones de sus ojos, Yonata llamó a seguridad de inmediato mientras miraba a Sharon: —Lleva a dos guardias de seguridad al salón del hotel ahora mismo. Sharon sintió que su corazón estaba desgarrado. Ella asintió con la cabeza débilmente, —No es necesario, Yonata, me iré sola. ¿Es eso lo suficientemente satisfactorio? —Su Yonata había desaparecido. Ella apenas podía reconocer a este hombre con el traje limpio justo aquí. Era muy tarde. Cerró la puerta de golpe y se fue con lágrimas en los ojos. Mirando la espalda de Sharon, Lola parecía aliviada en los brazos de Jorge. Al darse cuenta de los brazos que rodeaban su cintura, Lola se apresuró a alejarse de Jorge. Se estaba poniendo realmente incómodo. —Muchas gracias, Sr. Jiménez. —Le dijo a Jorge cortésmente con la cabeza baja. Obviamente, Jorge no estaba tan satisfecho con su actitud. Miró a la nueva pareja, luego la sacó del salón. Quería hablar con ella sobre algo. En el salón. Wendy se veía especialmente bonita hoy. Yonata la miraba ansiosamente. —¿Estás bien? Lamento mucho que esto tenga que pasar. Wendy asintió con la cabeza y se sentó en la silla, obviamente perdida en sus pensamientos. —Si la quieres. ... —No la amo. Hoy me casaré contigo y te haré feliz todos los días. —Él interrumpió sus palabras con voz reconfortante. El único sonido en su corazón era amar a esta chica delante de él. Ya que lo habían herido antes, no haría nada para lastimarla. Wendy miró sorprendida a Yonata. Este hombre que sería su marido, podría

ella... ¿contar con él? Yonata pareció demostrarle esto cuando la sostuvo en sus brazos y la besó en sus labios rugosos. Su primer beso, su todo, todos fueron entregados a este hombre... ¿Yonata se casaba con ella porque Lola le pidió que lo hiciera? Como fuera. Wendy decidió hacer cualquier cosa por él. Él se convertiría en su marido, ¿no? La boda se celebró de manera pacífica. Estrella y otro niño pequeño eran los niños de las flores. Lola estaba tan avergonzada sentada en la audiencia porque Tomás Herrero estaba a su izquierda, y Jorge estaba a su derecha. Los dos hombres guapos y hermosos y su estatus de élite trajeron a Lola la envidia de muchas chicas jóvenes. ¿Quién invitó a estos dos tipos realmente famosos? Ella se preguntó. Si la nueva pareja no se presentara a tiempo, habría salido disparada de ahí. Nunca antes había sentido esto tan incómodo. Lola se sintió aliviada, y finalmente comenzó la boda. Yonata llevó a Wendy, cuya cara estaba cubierta por el velo, al escenario con una feliz canción al fondo. El novio besó a la novia, terminando la ceremonia para la alegría de todas las personas. Lola era incluso más feliz que la nueva pareja ya que aplaudía vigorosamente. Jorge se sintió triste y arrepentido mientras la miraba. Aunque ella se casó con Jorge antes, él no celebró ni siquiera una boda simple para ella. Parecía que no podía hacerla feliz. Sin embargo, los pensamientos de Tomás Herrero eran totalmente diferentes. Ya estaba planeando celebrar una boda para Lola que todas las chicas definitivamente envidiarían. —¿Cuándo será su boda, Sr. Jiménez? Se está convirtiendo en la comidilla de la ciudad. —Tomás Herrero preguntó muy casualmente, como si preguntara cómo estaba el clima hoy. Lola escuchó la pregunta y el próximo matrimonio de Jorge cruzó por su mente. Llegaría en alrededor de un mes. Tomó un sorbo de vino e ignoró el tema. La idea de que Jorge se casara con alguien que no era ella la hizo sentir mal del estómago. La expresión facial de Jorge se volvió hosca y respondió con indiferencia: —Cuando sea. —A él nunca le importó la boda, ya que la chica con la que se casaría no era la que realmente ama. Tomás Herrero sonrió y miró a Lola. —¿Qué regalo llevaremos a la boda del Sr. Jiménez?

Lola casi no pudo contenerse, se rió ante las palabras de Tomás Herrero. Ella sabía lo que él estaba pensando. Entonces, ¿por qué no cooperar con él? "Eso suena genial. El señor Jiménez se casará con la reina Moza que recibió abundantes saludos de un ligre. ¡Debes sentirte bien! —Ella lo estaba mirando a los ojos, como si lo estuviera desafiando a un duelo. Jorge estaba recostado en la silla, enviando un aura de ira. Al recibir el desafío de la pequeña dama, sostuvo su barbilla entre dos dedos y respondió: — ¿Puedo robar el protagonismo de tu hermano ahora? Eso significaba que haría algo con Lola aquí, ¡justo delante de todos! Tomás Herrero miró la mano de Jorge en la barbilla de Lola. La sonrisa en su rostro se estaba desvaneciendo lentamente. Lola desenganchó su mano, escondió su vergüenza con una tos seca y se incorporó. —¡Por favor, compórtese, jefe Jiménez! ¿Comportarse? Jorge sonrió. ¿Realmente necesitan comportarse el uno con el otro? Justo a tiempo, Estrella había terminado su trabajo de niños de las flores. Manolo la hizo entrar. Esto rompió el hielo entre estos tres adultos. Lola sostuvo a Estrella en sus brazos, observando mientras su hija bromeaba y jugaba con los dos grandes. Ella se tocó la frente tranquilamente. Estrella seguía llamándolos "tío... tío.... —¿Cuándo se volvió tan dulce?

Capítulo 230 No se rindió Wendy se puso su vestido rojo detrás del escenario y comenzó a brindar con sus brazos alrededor de Yonata. La boda había sido un evento muy feliz. Yonata le sonrió amorosamente. Parecían ser una pareja muy feliz. Al caer la noche, Jorge tuvo que volver al país C. Lola se dijo a sí misma que nunca lo abandonaría, ya que lo miraba desesperadamente cuando estaba subiendo a su avión privado. Sabía con seguridad que se reunirían muy pronto. Estaba segura. La habitación de Yonata había sido decorada como la habitación de bodas. No había regresado todavía, así que Wendy fue a bañarse después de quitarse el maquillaje. Estaba muy alegre, pero también algo agotada. Cuando salió del baño con una toalla alrededor de su cuerpo, se encontró con Yonata, que estaba a punto de entrar. El tiempo se congeló mientras se encontraban cara a cara. Wendy se sonrojó y recogió el pijama negro que había dejado en la cama. Volvió al baño. ¡La pijama que tomó fue la que Lola le compró ayer! Cuando Wendy se estaba poniendo el pijama, Lola estornudó. Mirándose a sí misma en el espejo, Wendy se sonrojó de nuevo. Lola, su cuñada, le había comprado su sexy pijama negra... ¿Cómo podría salir del baño con esta pijama? Estaba realmente avergonzada ahora. Yonata había estado esperando por más de diez minutos afuera, pero todavía no había visto salir a Wendy, por lo que curiosamente llamó a la puerta del baño. —¿Podrías traerme por favor... una pijama? —La suave voz de Wendy salió del baño. Yonata podía sentir que todavía era un poco tímida con él. En ese momento, el teléfono de Yonata emitió un pitido para indicar un texto: —¡No le aceptes ninguna petición! Si ella no sale del baño, deberías entrar. Yonata cerró el teléfono e inmediatamente abrió la puerta del baño. Esto sorprendió enormemente a Wendy, pero se abstuvo de gritar. Sus ojos se profundizaron cuando vio a Wendy en un pijama muy sexy. Y ahora se dio cuenta de lo que su hermana quería.

Se encogió de hombros. ¡Lola realmente los amaba a ambos! —Por favor espera... afuera. —Wendy se sonrojó, y no sabía dónde ponerse las manos para cubrirse. Yonata caminó lentamente hacia ella, le tomó la mano fría y la sacó del baño. Aunque ya habían tenido este tipo de noche juntos hacía cuatro años, todavía parecían estar un poco nerviosos esta noche. Yonata apagó la luz superior, encendió la lámpara de la cama y dijo: —¡Voy a bañarme! —Esto finalmente ayudó a calmar los nervios de Wendy. Todavía no estaba lista. Así que solo asintió y se metió en la cama, envolviéndose bien con el interior de las sábanas. Al ver esto, Yonata sonrió y entró en el baño con su pijama. Cuando Wendy se quedó sola en el dormitorio, descolgó el teléfono y le envió un mensaje a Lola, —¡Lola, solo espera y verás! Lola, que estaba acostando a su hija, le respondió: —¡De nada, Wendy! Luego se enviaron mensajes de texto hasta que se olvidaron de la cosa del pijama. Wendy estaba escribiendo en el teléfono cuando la puerta del baño se abrió, —Lola... —pero de repente Yonata tomó su teléfono. La lámpara de la cama estaba apagada y Wendy estaba nuevamente en tensión. Tal vez esto era realmente como era cuando estabas con tu ser querido... —¡A dormir! —Dijo Yonata mientras se quitaba la pijama, la dejó caer en el taburete y se metió en la cama. Hurgó a tientas bajo las mantas, solo para encontrar a Wendy recostada al otro lado de la cama. Él sonrió Su cuerpo fragante abrazó a la mujer rizada en sus brazos, presionó sus grandes palmas ásperas contra las pequeñas de ella, haciéndola casi perder el aliento. Él le dio la vuelta y la abrazó. La vaga respiración llenó la habitación. A medida que avanzaba la noche, Estrella ya se había quedado dormida. Lola sonrió a sabiendas cuando Wendy ya no le ha enviado mensajes de texto. En el apartamento de Water Bank Town, en el país C. Yolanda se estaba viendo con Manuel en su apartamento desde que Jorge se había ido al país A. Cuando Jorge llegó a su apartamento inesperadamente, abrió la cerradura de huellas dactilares y abrió la puerta. Oyó un extraño sonido en el interior. Se preguntó que era y entró. Detrás de la puerta entreabierta, había un hombre y una mujer tendidos

juntos, y la ropa esparcida en el suelo. Sus ojos estaban llenos de disgusto. Se fue en silencio y cerró la puerta. Sentado en el asiento trasero del Maserati, se inclinó con los ojos cerrados. A medida que se acercaba la fecha de la boda, debía tener una conversación realmente seria con Yolanda. Si todo era inevitable, y ella insistió en casarse con él, él renunciaría completamente a Lola. Si solo Rocío no fuera tan persistente con este matrimonio, se apartaría de él. La escena en la habitación que acababa de presenciar comenzó a enfermarlo de nuevo. Esa era con quien estaba a punto de casarse. Ella fue obligada a hacerlo hacía varios años. Pero ahora, ¿fue forzada de nuevo? Estaba claro que el hombre era Manuel, su asistente. ¿Cuánto tiempo habían estado juntos? Todavía fingía estar enamorada de él. —Perra mentirosa —recordó el comentario de Lola sobre Yolanda. Era tan cierto. Teniendo en cuenta todo esto, era necesario que reconsiderara lo que había sucedido hacía cuatro años. En Grupo SL, en el país A. Después del trabajo, Lola se coló en la farmacia con una máscara en la cara. Allí, compró tres de los kits de prueba de embarazo más caros y los puso en la bolsa que trajo. Se levantó temprano a las 6 en punto con entusiasmo y expectativa. Besó a su hija que todavía estaba profundamente dormida. —¡Querida, deséame buena suerte para tener una hermana o un hermano para ti! Me gustaría que tuvieras un compañero de juegos pronto. —Luego entró en el baño. El resultado la decepcionó, pero ella decidió no darse por vencida. Diez minutos tarde. Lola se sentó en la cama preguntándose qué hacer a continuación. Se había puesto tan preocupada. Miró a su hija y tomó una decisión en su mente. Inmediatamente levantó el teléfono y llamó a Manolo. Llamó tres veces, pero nadie respondió. No se rindió y llamó a cuatro, cinco, seis veces más... —¡Lola Camela! ¡Todavía son las seis en punto! —Manolo había estado trabajando en las películas hasta las tres de la mañana, y estaba a punto de quedarse dormido cuando sonó el teléfono. Eso la puso muy molesta. Pero Lola ignoró su enojo y dijo: —¡Manolo, despierta, algo sucedió en casa!

Lo amenazó con este tono pesado que funcionó bien para aclarar la cabeza de Manolo. De repente, entró en razón. —¿Qué pasa? ¿Que pasó? ¿Está bien Estrella? Luego vino la atractiva voz de Lola desde el otro lado de la línea: —Tienes que recordar lo que voy a decir, ¡pero no le digas a nadie más! ¡Prométemelo! Manolo se incorporó y logró abrir los ojos. Corrió al baño para enfriarse la cara y refrescarse con agua. —¡Lola, adelante! ¡Estoy completamente despierto ahora! —Limpió su cara a toda prisa y se concentró intensamente en lo que Lola diría. Lola se rió, haciendo que Manolo se sintiera realmente confundido, —Lola, ¿estás loca o estás en un shock? ¿Estaba loca? ¿Le dijo que necesitaba colgar y llamar a su hermano recién casado Yonata? ¡Pero, Yonata debía estar durmiendo con su esposa en sus brazos en este momento! ¡Manolo no debía perturbar su momento especial! Mamá dijo que Yonata se había quedado en casa más tiempo que nunca desde que se había casado... ¡No, ese no era el punto! —¡Manolo, escúchame! Presta atención a lo que voy a decir. —Con eso, Lola comenzó a hablar. Todo esto asustó a Manolo.

Capítulo 231 Bienvenida a la Bella Novia —¡Manolo, Jorge se va a casar! ¿Qué puedo hacer? ¡Tengo que hacer algo! Tienes que llevar a Estrella allí! Deja que Estrella reconozca a su padre. ¿Me ayudarás? ¿Por favor? —Dijo todo esto sin detenerse a respirar. Estaba tan desesperada. Había puesto todas sus esperanzas en Estrella, su amada hija. Manolo estaba algo sorprendido. Aun así, seguía de acuerdo. Sabía que Jorge estaba mejor con Lola. ¡Pero espera! ¿Eso significaba que necesitaba destruir la ceremonia de boda de Jorge? Oh, el gran y poderoso Jorge Jiménez. Al pensar en su frío e influyente ex cuñado, estaba un poco asustado. Se las arregló para controlar estos pensamientos. —¡Sí, te ayudaré! ¡Absolutamente! —¡Él debería y debía ayudar a su hermana en cualquier circunstancia y hacer lo que ella necesitara! Lola asintió con la cabeza de una manera satisfactoria. Pero necesitaba calmar sus emociones para organizar todos los procedimientos que Manolo tenía que hacer. Le explicó todos los detalles una y otra vez. No quería que nada obstaculizara su plan. —Yolanda, voy a luchar contra ti. Pero el resultado dependerá de a quién elegirá Jorge, Estrella o tú. ¡Espero que el destino no permita que la mala persona gane esta vez! —Pensó Lola. Lola recordó un video que Yonata le había dado antes. Sostuvo su celular con fuerza y comenzó a planear su venganza. ¡Se había puesto a ella y a Estrella en una pelea contra Yolanda Moza! ¡Jugaría todo por el todo! Si perdiera, sería un eterno fracaso... Era un hermoso día soleado. El 6 de junio era un día de suerte en el calendario lunar chino. Esto significaba algo realmente bueno, esperaba. En el hotel Sophis de cinco estrellas, en el país C. La gran foto de la boda fue puesta en frente del hotel. Atrajo a numerosos turistas y gente local debido a la hermosa dama y al apuesto hombre. Esta boda atrajo la atención mundial. Muchos internautas incluso dejaron comentarios tranquilizadores debajo de la publicación de Lola en Twitter. Cada detalle de la ceremonia fue preparado por Rocío misma. Había deseado desesperadamente que esto sucediera. Finalmente, llegó el gran día. El

hotel era realmente grandioso y lujoso. Rocío lo decoró a su gusto. Fuera de la entrada, había un pedazo de alfombra roja en una capa. Al entrar en el hotel, había un marco de arco a dos aguas decorado con hermosas flores artificiales. El camino hacia la plataforma blanca estaba decorado con seda blanca y púrpura. Ambos lados de las carreteras que conducían al hotel estaban llenos de rosas. Todas las mesas y sillas estaban decoradas con manteles blancos proporcionados por los organizadores de bodas. El video en la plataforma mostraba las fotos de la boda del novio y la novia repetidamente. Todas las personas que fueron invitadas eran los amigos y familiares tradicionales de la familia Jiménez. Mientras que la familia Moza había invitado a casi todos sus amigos y parientes, incluidos aquellos que podrían haberlos visto una vez. Realmente tenían la intención de presumir hoy y jactarse de esta boda realmente cara. Todo porque su hija se iba a casar con Jorge Jiménez, a quien creían que era el mejor hombre del mundo. ¡Necesitaban que todos supieran sobre eso! Pronto, todas las mesas estaban ocupadas. Rocío había reservado las habitaciones y el segundo piso. Básicamente, era como si el hotel fuera todo suyo. En el vestidor. Yolanda se puso el vestido sin tirantes personalizado y fue vestida por los maquilladores y diseñadores de moda. Había tenido una sonrisa feliz en su cara todo el día. ¡Qué feliz estaba hoy! Era su ceremonia de boda con Jorge. —Lola, ¿estás viendo todo esto? Debes estar muy celosa! ¡Ja! Aunque Jorge no la amaba, estaría feliz de estar con él. Tendría todo lo que quería en este mundo. Además, Steven había aceptado su orden. Entonces, Lola había sido un número en la lista de la muerte. ¡Por fin, ella tuvo la última palabra! Solo quedaban cinco minutos antes de la ceremonia, pero Jorge aún no se había visto en el lugar. Rocío no podía calmarse y había estado en un montón de pánico por un tiempo. Nadie respondió cuando intentaron contactar a Jorge. Dio la bienvenida a los visitantes y murmuró a Kevin: —¿Dónde está Jorge? No puede estar ausente en este día tan importante. ¡Él debe ser el que salude a los invitados! Después de mirar a su esposa que llevaba un cheongsam rojo, Kevin no pudo decirle lo que realmente sentía al respecto. Siempre había tenido dudas

sobre esto. Como obligó a Jorge a casarse con una mujer que no amaba, ya debería ser suficiente que Jorge estuviera de acuerdo. —Pero en ese día, no esperes que salude a los invitados. Él no está feliz, obviamente. James Moza y su esposa también se sentían ansiosos y le preguntaron a Rocío: —¿Qué demonios está pasando con Jorge? Sabían que el hombre no estaba dispuesto a casarse con su hija, pero Yolanda quería ser su esposa. La vieja pareja simplemente no pudo evitar que ella consiguiera lo que quiere. Pero Jorge todavía no estaba aquí. La ceremonia estaba por comenzar. ¿Estaría arrepentido y ausente hoy? Rocío los miró torpemente. Bueno, ella estaba aún más preocupada por eso. —Él vendrá. Ya está de camino. —La verdad era que ella no podía saber si él estaba de camino o no. Finalmente, en el último minuto, Rocío vio una figura familiar y se dirigió hacia él con entusiasmo. —¡Jorge! —Llevó a su hijo sin emociones al hotel. Todos los fotógrafos y periodistas tomaron fotos del hombre bien vestido con el traje blanco. Era tan serio que no se parecía a alguien que estaba a punto de casarse. Algunas personas susurraron y hablaron sobre cómo sabían que Jorge no era muy amigable Pero era su ceremonia de boda. Definitivamente debería ser feliz. ¿El Sr. Jiménez realmente se quería casar con Yolanda? Comenzó la marcha nupcial. Entonces, el luminoso salón se iluminó con luces moradas. El salón era como algo que verías en los cuentos de hadas. Jorge caminó hacia la plataforma con las manos en los bolsillos de sus pantalones. En su bolsillo, guardaba una foto que había visto todos los días. ¡Muy guapo! ¡Tan hermosa! Los jóvenes bajo la plataforma empezaron a gritar y silbar. El anfitrión nerviosamente dio la bienvenida a Jorge. Lo llevó a su lugar en la plataforma. Junto al marco del arco a dos aguas no muy lejos, Yolanda sostenía a su padre por el brazo. Miró al hombre en la plataforma y sonrió alegremente. A partir de entonces, serían pareja por el resto de su vida. El anfitrión estaba tan nervioso y casi se olvidó de hablar porque Jorge Jiménez estaba de pie junto a él. —Distinguidos invitados y queridos amigos, buenas tardes! Hoy es 6 de junio y en este día de suerte, queremos agradecerles por asistir a esta ceremonia de boda entre el novio Jorge Jiménez y la novia Yolanda Moza... Jorge escuchó sus comentarios con impaciencia y dijo: —¡Date prisa! — Pero toda la gente de la plataforma no pudo escuchar lo que dijo.

El anfitrión estaba tan asustado que casi no podía recordar sus palabras. ¡Era la primera vez que conocía a un novio tan serio! ¡Esto era todo nuevo para él! —En este momento, creo que todos ustedes están tan emocionados como yo... Bien, entonces, demos una cálida bienvenida a la hermosa novia. Con el caluroso aplauso de la multitud en el fondo, Yolanda caminó lentamente hacia donde estaba Jorge. El anfitrión le preguntó a Jorge cuando James Moza le pasó a su hija. — Usted, señor Jiménez, toma esta dama, ¿para amarla y respetarla a partir de este día? Para bien, para mal, en la riqueza y en la pobreza, en enfermedad y en salud, para amar y para cuidar, hasta que la muerte los separe. ¿Acepta? —... La hermosa rima se escuchó en el pasillo, pero Jorge guardó silencio. Todo estaba en silencio, excepto la música lenta. Todos los invitados miraron ansiosos a la pareja. Debido al silencio extremo, la suave y pequeña voz de una niña pequeña hizo eco a través del pasillo. —Papi.

Capítulo 232 El juego había terminado. La suave y tierna voz derritió el corazón de todos los presentes en el salón. Todos se dieron la vuelta. En la puerta, Manolo estaba allí con un traje casual blanco y sostenía la mano de una niña con una falda de burbuja blanca. La niña se veía tan encantadora. Miró a Jorge que estaba en el escenario ahora, y toda la audiencia estalló en un alboroto. Todos pensaron que esto era una especie de broma. Jorge estaba más sorprendido que nadie mientras miraba a Estrella, quien de repente apareció y lo llamó papá. Estaba perdido en el momento. El cariño era tan íntimo para él. El corazón de Yolanda se apretó de inmediato, y una sensación de urgencia la atravesó mientras le guiñaba el ojo al anfitrión. El anfitrión se apresuró a continuar, —A continuación, la novia Yolanda... —Pero sus palabras fueron detenidas por el gesto de Jorge. Manolo había llevado a Estrella al camino hacia el escenario, mientras que todos los camarógrafos y periodistas cambiaron sus posturas y giraron la vista hacia la linda niña. El abuelo de Jorge miró a Estrella con atención, y se dio cuenta de que se parecía mucho a su nieto cuando aún era un niño. La nariz, la boca, e incluso los ojos eran de Jorge... Rocío miró a la niña que llamaba a su hijo papá. —¿No es la hija de Lola? ¿Por qué está aquí? ¡Yolanda es su nuera ahora! No puede permitir que esta pequeña niña arruine el matrimonio. —Rocío pensó. Mientras que ella solo estaba dando un paso para hacer algo, fue detenida por el abuelo de Jorge y Kevin. —Papi, soy Estrella. De repente, las dudas de Jorge fueron eliminadas. Finalmente vio la verdad ahora. Estrella sonrió amablemente. Estaba tan feliz de verlo y llamarlo papá. Yolanda miró a la niña con incredulidad. Por un lado, no podía negar que la chica se veía exactamente igual que el joven Jorge. Agarró el brazo de Estrella y trató de sacarla. —¡Sal, payasa graciosa! ¡No arruines mi boda! La otra mano de Yolanda fue agarrada por una gran palma, y la flor en su

brazo cayó del escenario. —Déjala en paz. La voz fría de Jorge fue escuchada por casi todos los invitados. Yolanda estaba aturdida. El juego había terminado. Por algunos días, ella había estado temiendo que esto sucediera. Aflojó su agarre sobre la niña y Estrella se precipitó a los brazos de Jorge inmediatamente. Manolo se acercó y le entregó una cubierta de archivo a Jorge. La carpeta estaba llena de documentos. Luego se dirigió a la sala de proyección con un USB. Jorge soltó la mano de Estrella y abrió la tapa del archivo. Había archivos de resultados de identificación de ADN. Decía: Probabilidad entre padre e hija: 99. 9999%. Esta enorme sorpresa lo golpeó en el pecho como lo haría una bala. ¡Estrella era su hija! ¡Su instinto fue correcto todo el tiempo! El shock, la sorpresa y la ira se mezclaron. En ese momento, hubo un video que comenzó a reproducirse en la pantalla grande. Parecía que estaba grabado a través de una cámara. El video se grabó en la oficina de un hospital y en él apareció la hermosa cara de Yonata. Un médico asustado en el video apareció y dijo: —¿Qué quieres? Yolanda reconoció al médico ya que fue el encargado del aborto de Lola en la ciudad D hacía cuatro años. —¡Apaguen la pantalla grande! —Ella gritó hacia el público como una loca. Ellos se sorprendieron y se disgustaron por su imagen loca. El señor y la señora Moza también se pusieron de pie. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba tratando de mostrar ese video en la pantalla grande? Estaban llenos de confusión. En la pantalla, Yonata señaló la cabeza del doctor con una pistola. —Por las preguntas que voy a hacerte, si te atreves a mentir con una sola palabra, estarás muerto hoy. El médico asintió bruscamente. Yonata preguntó: —¿Conoces a Yolanda Moza? —Yonata parecía tranquilo, pero todavía sostenía el arma. El médico se asustó y asintió con la cabeza otra vez, —¡Sí, sí, la conozco! —Hace cuatro años, tuvo una paciente llamada Lola Hernández. Estuvo aquí para abortar, ¿todavía te acuerdas? —¡Sí Sí! La cara de Yonata se volvió fría, y todos en la boda se sintieron aterrorizados. —¿Cómo perdió a su hijo? El doctor sintió que el arma apuntaba a su cabeza. Tenía que decir la

verdad. —El hombre... que estaba con Yolanda nos dijo que hiciéramos un aborto, pero en realidad... ¡Ella ya había abortado antes de ser enviada al hospital! El video terminó justo allí y todas las personas hablaban de esto en el pasillo. Yolanda ya estaba arrodillada en el suelo por miedo. Mientras miraba el video, Jorge recordó que hacía cuatro años, Lola le dijo que había abortado por culpa de Yolanda. Pero él no confiaba en ella en absoluto... Hasta este momento, Jorge finalmente se había dado cuenta de cuánta confianza le debía a esa mujer, ¡cuánto amor le debía a ella! Hacía cuatro años, se fue en silencio, dio a luz a Estrella y la crió durante cuatro años. Pero él la malentendió una y otra vez... Jorge tomó una decisión mientras miraba enojado a Yolanda en el suelo. Sostuvo a Estrella en sus brazos y caminó hacia Rocío, —¿Ves? Si no fuera por ti y por Yolanda, ¡pudiste tener una nieta hace mucho tiempo! ¡Si sigues insistiendo en obligarme a casarme con esta mujer cruel, renunciaré al grupo de SL y... la familia Jiménez! Después de que terminó sus palabras, Jorge ya no miró a Rocío. Le entregó a Estrella a Kevin. Estrella palmeó el cuello de Kevin, y ella lo miró fijamente. —¿Eres mi abuelo? Kevin estaba eufórico por la palabra "abuelo. —¡Tenía una nieta que ya tenía 4 años! ¡Qué gran sorpresa era para él! ¡Este era un día tan feliz! El abuelo de Jorge se apresuró a presentarse a Estrella: —¡Bisnieta, soy tu bisabuelo! ¿Cómo estás? Todavía recordaba la última vez que la familia de Estrella estuvo expuesta y luego pensó que su historial no era tan simple. Más tarde, investigó pero no consiguió nada. Pensó que tal vez la familia Camela quería proteger a Lola, así que borraron todos los registros sobre su embarazo y el parto. —¡Bisabuelo! —Estrella nunca era tímida con los extraños, así que lo llamó con su voz realmente dulce. Ahora, todo el público sabía que esta niña era la nieta de la familia Jiménez. Todos sonrieron y se unieron a la conversación. Rocío fue empujada a un lado por la multitud. Miró a Yolanda, que todavía estaba en el suelo. ¿Tomó la decisión equivocada? La nuera en la que había creído firmemente y en la que había confiado durante más de diez años la traicionó a ella y a la familia. ¿Qué tipo de persona era? ¿Realmente la conocía? Tal vez solo hubo un malentendido... Pero, aun así, Rocío todavía estaba asustada por las palabras de su hijo de

renunciar a todo ... En ese mismo momento, Jorge caminó hacia el escenario y tomó el micrófono. —Lo siento, mis invitados. Esta boda no continuará. ¡Gracias por venir! Su presencia es muy apreciada. Él compensaría todas las cosas que le debía a Lola Camela. ¡Por supuesto, tampoco la perdonaría tan fácilmente! ¡Debería haberle dicho la verdad! Se atrevió a mentirle durante tanto tiempo, así que él estaba realmente enojado con ella. ¿Cómo podría ocultarle a su propia hija durante cuatro años? Lola estaba llorando lágrimas de alegría delante de la televisión mientras miraba la escena. ¡Lo consiguió! ¡Finalmente lo consiguió! En tan poco tiempo, Yolanda se había convertido en la peor persona delante de todos. Y Lola se había convertido en la gran princesa hermosa del poderoso Jorge Jiménez.

Capítulo 233 Conozco mi distancia y limitaciones Después de que Jorge supiera la verdad sobre Estrella, su estado de ánimo cambió de inmediato. Nunca pensó en haber sido engañado por esa mujer durante tantos años. Solía ser muy transparente y honesta con él. ¿Seguiría mintiéndole si él no se casaba hoy? ¡Ese pensamiento lo puso realmente enojado! Parecía que todas las mujeres siempre le estaban mintiendo. Como Lola pensó que tendría éxito, nunca esperó que Jorge la esperaría con una tortura interminable. Estaba tan felizmente atrapada en el momento. Lola había marcado el número de teléfono de Manolo cuando él se dio cuenta de que Jorge parecía enojado y estaba a punto de abandonar el lugar. Pero Jorge escuchó el timbre de su teléfono y vio el nombre de Lola en la pantalla. —¡Hermana! —Manolo bajó la voz. De repente, alguien le quitó su teléfono. Manolo se sorprendió al ver que Jorge ponía el teléfono en su oreja. Jorge no perdió el tiempo. —¡Cómo te atreves a mentirme, Lola! Tú eres la primera que me hizo esto. ¡Tendrás que pagar de ahora en adelante! ¡Me quitaste a mi hija durante años! —Los dientes de Jorge rechinaban mientras decía estas palabras. Lola había imaginado a un Jorge feliz y una celebración simple y tranquila. No esperaba esto. ¿Qué haría ese hombre para castigarla? No sonaba como una broma. Era realmente serio todo esto. —¡Estrella! —Pensó: —¡Esto es horrible! Va a llevar a Estrella con él, ¿no? ¿Eso significa que no podré ver a mi hija ahora? —¡Maldición! Volvió a marcar el número de Manolo frenéticamente, pero todo lo que pudo escuchar fue la voz fría que le decía: —Hola, el número de teléfono que marcó no está disponible en este momento. ¡No! No podría vivir sin Estrella. ¡Jorge, no pudiste hacerme esto! Marcó el número de Jorge, pero fue colgado directamente después de que sonó una vez. Y entonces, nunca podría contactar el número de nuevo. Podría haber bloqueado su número. ¿Ahora qué? ¿Qué se suponía que iba a hacer ella?

Lola estaba completamente nerviosa ya que nunca pensó que perdería a su hija por esto. Pensó que esto sería un motivo de celebración. Resultó ser una verdadera pesadilla. Ella fue la perdedora hoy. Se obligó a calmarse y llamó a su hermano: —Hermano, ayúdame a hablar con Jorge. Tenemos que hablar de esto. Lola sonaba muy ansiosa y Yonata se preocupó. —¿Qué pasa? —Regresó al ejército esta mañana y estaba demasiado ocupado para saber algo sobre esto. —Hermano, se llevó a Estrella... ¡Se ha enterado de que Estrella era su hija y tal vez nunca me la devuelva! —Lola se echó a llorar mientras les contaba esto. ¡Su Estrella, la bebé por la que había arriesgado su vida! Yonata recordó que hoy era el matrimonio de Jorge. Ahora que sabía que Estrella era su hija y que Lola estaba tan triste, significaba que algo horrible debió haber sucedido. —¡No llores, lo llamaré ahora! Haré lo que pueda hacer. —Yonata consoló a Lola por un rato y colgó para poder llamar a Jorge. El teléfono estaba sonando durante mucho tiempo, cuando Jorge finalmente lo contestó. —¿Qué está pasando entre ustedes dos? —Yonata le pregunto directamente. No permitía que nadie hiciera llorar a su hermana. ¡Ni siquiera Jorge! Jorge incluso quería matar a Lola ahora, mientras estaba sentado en el auto fumando. Al escuchar la pregunta de Yonata, no se enojó, sino que simplemente respondió: —Una mujer te ha ocultado algo durante más de 4 años y te mintió durante más de 4 años. —¿Qué se supone que debes hacer? ¿Mantenerte feliz, ser feliz y no hacer nada? Dime. Yonata no pudo evitar pensar en Wendy. Y si ella hiciera lo mismo... Él también estaría enojado. Entendió lo que Jorge estaba sintiendo en este momento. —Pero, Lola sigue siendo mi hermana. No permitiré que nadie la haga llorar o sentirse infeliz. Espero que podamos hacer algo para resolver este asunto. —Yonata tuvo que cambiar el tema. Este hombre, Jorge, que era tan poderoso y admirable, siempre fue el foco de la admiración del público. ¿Quién, en su sano juicio, se atrevería a engañarlo? Pero Lola había ocultado la verdad de que Estrella tenía la sangre de la familia Jiménez. Ella le había mentido. Yonata se sintió realmente preocupado. —Yonata, conozco mi distancia y limitaciones. Solo quiero enseñarle una lección. No la lastimaré. Sabes que odio lastimarla, ¿verdad? Las expresiones obstinadas de Lola aparecieron en su mente, y él quería hacer las cosas bien con ella.

Yonata pensó en esto por un momento. ¿Sería capaz de confiar en este hombre? ¿Quién era él? Podría decirse que era el empresario más poderoso del país. Siempre había sido tranquilo y agudo. Él sabía lo que estaba haciendo. Jorge notó el silencio de Yonata, por lo que continuó, —Hermano, sí, ella inevitablemente se sentirá herida. Pero este es un problema entre los dos, y Estrella es mi hija. Por favor, permítanos resolver este asunto por nosotros mismos. Él nunca quiso hacerle daño. Ella era tan delicada y tímida. Era la cosa más linda que había visto nunca. Pero una vez que pensó en Estrella, su corazón se llenó de ira nuevamente. —¿Qué hay de Estrella? Al menos, deja que Manolo la traiga de vuelta. Jorge reflexionó un momento y dijo: —Después de un tiempo, lo haré. Pero ahora, solo quiero pasar mi tiempo con Estrella. Me perdí mucho de ella y necesito compensarlo. —Sus palabras fueron tan decisivas, y esto hizo que Yonata se sintiera un poco incómodo. —Jorge, ¡no te permitiré lastimar a Lola ni un poquito! Los dos hombres originalmente parados en el mismo lado terminaron su conversación de mal humor esta vez. Jorge dejó de fumar y trajo a Estrella a su mansión. Pasaría más tiempo uniéndose con ella. En la mansión. Jorge estacionó su Maserati en el garaje y sacó a Estrella del auto en sus brazos. Estrella puso sus manos alrededor del cuello de su papá. ¡Estaba tan feliz porque finalmente podría estar con su padre! ¡Esto era tan bonito! Jorge sostuvo a la niña que lo estaba mirando y le sonrió. —Estrella, de ahora en adelante, el tío Jorge es tu padre. ¿Estás feliz? Estrella, de repente, lo besó en la mejilla y respondió: —¡Estrella está tan feliz! ¡Muy muy feliz! Jorge abrió la puerta de la mansión de buen humor y puso a Estrella en el suelo para que juegara y recorriera la casa grande. Estrella se sorprendió por el espacioso castillo y se quedó inmóvil. Estaba muy sorprendida. Él le dijo amablemente: —Esta es tu casa ahora, Estrella. —Si la mujer se comportaba, y no causaba problemas para molestarlo, ¡él también consideraría traerla aquí! Pero ahora mismo, tenía que esperar. Siempre era fácil satisfacer a los niños. Cuando Estrella escuchó que esta mansión muy espaciosa sería su hogar, sus pequeñas mejillas se enrojecieron debido a la emoción. ¡De repente, ya tenía un padre y también un nuevo hogar! Estrella y su papá se persiguieron juguetonamente por un tiempo. Al darse

cuenta de que Estrella estaba un poco cansada y con sueño, Jorge fue al baño para dejarla tomar una ducha. Aprovechó el momento para llamar a Sánchez y le informó que preparara todas las cosas necesarias para mañana. Necesitaba una habitación de niños. Pero no era tan urgente porque Estrella podría dormir en su habitación por ahora. Cuando Jorge regresó a la habitación, vio a Estrella jugando un mini-juego en su tablet mientras bostezaba. Dejó el cojín a un lado y la llevó en sus brazos al baño. Pasó una hora bañando a su hija y la sacó entre sus brazos. Jorge todavía tenía mucho que aprender sobre cuidar a un niño. Fue un poco incómodo para él en este momento. La camisa de Jorge estaba totalmente mojada cuando Estrella chapoteó y jugó con el agua sin cesar. Pero a él no le importaba, ya que esta era su princesita. Se había perdido una gran parte de la vida de Estrella y haría todo lo que un padre debería hacer para compensarlo. A partir de ahora, Estrella era la princesita de Jorge. Y si alguien la lastimaba, esa persona se arrepentiría de vivir en este mundo.

Capítulo 234 Devuélveme a Estrella En la familia Moza. La página de Twitter de Yolanda ya no estaba en la lista popular. Antes de los desastrosos eventos en su vida, tenía más de 10 millones de fanáticos, pero ahora solo tenía millones de seguidores falsos. Regresó a casa como una loca porque no sabía qué hacer. Estaba tan perdida en sus pensamientos. Toda la familia estaba triste por su aura contagiosa. Yolanda todavía tenía su vestido de novia. Sentada sola en su habitación, miraba con agonía su teléfono mientras veía el video clip de su ceremonia de boda. ¿Cómo podrían pasar las cosas así? Todo cambió en el último minuto. Años de arduo trabajo fueron en vano. Todo se había convertido en un desastre. La mujer que odiaba durante años la reemplazaría y se convertiría en la amante de su Jorge. ¡La vida era tan injusta para ella! No necesitaba salir para averiguar qué tan mala era su imagen en este momento. Una vez fue una estrella brillante internacional famosa. Una vez fue querida por todos. ¿Cómo era que todos la odiaban ahora? ¡Todo esto pasó por esa mujer! ¡Necesitaba deshacerse de Lola Camela! Era lo justo. Desde este momento hasta el final, Lola Camela sería su enemiga jurada. ¡No se detendría hasta que esa mujer ya no existiera en este mundo! En ese momento, la puerta se abrió. James Moza entró. Encontró a su hija sentada en la cama triste e indefensa. James se sintió enfadado y arrepentido por ella. El internet se había vuelto loco durante el evento del día. Todos culparon a su hija y algunos incluso criticaron que él y su esposa no educaron bien a su hija. Se referían a su hija como una amante que trataba de tenderle trampas a otros. Dijeron que deberían haberle enseñado buenos modales. Suspiró profundamente y dijo: —Yolanda, ¿qué sucedió realmente? Deberías haber tenido más cuidado con esto. Al escuchar la voz de su padre, Yolanda volteó a la ventana sin mirarlo. Estaba tan avergonzada.

—Papá, lamento que te hayas involucrado. No debería haber sido tan amable con Lola. —Si solo Lola hubiera podido desaparecer totalmente del mundo hacía mucho tiempo, entonces todas estas pesadillas no habrían ocurrido. Ella y su familia estarían felices y seguras en este momento. James Moza se quedó completamente sin palabras. ¿Cómo podría ser tan obstinadamente tonta? Dijo bruscamente, —Yolanda, deberías dejar de hacer cosas estúpidas en este momento. De ahora en adelante, deberías venir a la compañía de papá y trabajar allí. Deberías comenzar una nueva vida. Se culpó a sí mismo por estropearla. Desde el día en que se dirigió a la industria del entretenimiento, él había dejado de guiarla. Había muchos días que ella no estaba en casa. No hacía mucho tiempo, tuvo el incidente con el director y eso casi le costó su reputación de por vida. —¡Papá, no lo haré! ¿Cómo podría salir cuando las cosas están así? Ya no puedo mirar a los ojos de la gente. ¡Todos ellos piensan muy mal de mí! — Yolanda miró su vestido de novia. Su voz fue más alta a medida que el pasado la perseguía. Hoy se suponía que iba a ser su gran día. Pero el novio la abandonó. Toda su buena reputación se había ido. ¿Cómo podría comenzar una nueva vida? Debía ser la mayor idiota en la historia. ¡Incluso se reiría de sí misma! James le dio una palmadita en el hombro y le dijo: —Tal vez deberías quedarte en casa por un tiempo. Cuando las cosas se calmen un poco, puede venir a mi empresa y trabajar. Ya no deberías ver a Jorge. ¡James sintió pena por sí mismo ya que no tenía a nadie más que a él mismo a quien culpar! Debería haber sido más estricto con su hija. Se culpó a sí mismo por no educarla bien. Yolanda seguía callada. Ignoró completamente las palabras de James. Ella no se rendiría. No había forma de que dejara que Lola estuviera con Jorge. La vida no tenía un significado para ella si no tenía a Jorge a su lado. ¡No sobre su cadáver! A las 11 pm con la familia Camela, en el país A. A pesar de sentirse agotada mental y físicamente, Lola marcó su número una y otra vez. Estaba tan desesperada por las respuestas. La incertidumbre de todo eso la estaba matando. Ella sabía que él había bloqueado su número pero no se rendiría tan fácilmente. ¡Su hija estaba en juego en esto! Finalmente, la batería se apagó cuando marcó la sexagésima sexta vez. Ella bajó las escaleras. Cada paso se sentía muy pesado. Lola descolgó el teléfono en la sala de estar y marcó nuevamente ese número familiar. En su primer intento, nadie respondió. La segunda y la tercera vez fueron

las mismas. Sin embargo, alguien lo contestó en su cuarto intento. Aunque, fue un silencio incómodo. Lola tuvo que abrir la boca primero: — Jorge... —Su voz era tan suave pero poderosa. Penetró la oscuridad que está sintiendo dentro de él y fácilmente llamó su atención. Sin embargo, se quedó en silencio. Lola hizo una pausa y luego dijo con voz firme: —¡Devuélveme a Estrella! Él se rió, —¿Devolvértela a ti? ¡Lola, piensas demasiado! ¿Me diste esa oportunidad antes? ¡No! —Lanzó una mirada a Estrella, que estaba profundamente dormida a su lado. Sus ojos se llenaron repentinamente de alegría paternal en el momento en que vio su cara bonita. Las palabras que le dijo a Lola no eran para nada amables. Le hicieron daño a Lola como dagas frías que golpeaban su pecho. Lola estaba furiosa. Se culpó a sí misma por ser estúpida y enviar así a su hija. No pensó con inteligencia las cosas. Sin embargo, todavía se sentía aliviada de que él no continuara su matrimonio con Yolanda. Aunque no importaba. Su hija era la persona más importante en su vida. —¿Entonces qué quieres? ¿Cómo puedo recuperar a Estrella? — Controlando su ira con tanto esfuerzo, le preguntó con voz tranquila. Jorge se levantó de la cama y caminó hacia el balcón. Cerró los ojos y recordó la noche en que ella estaba aquí con él. Todavía podía sentir sus labios sobre sus... —Discutiremos esto otra vez. —No había manera de que él hablara de esto con ella ahora. Lola apretó los puños. Realmente necesitaba distraerse ahora para no sentirse abrumada por la ira. De lo contrario, se volvería totalmente loca. Demasiado furiosa para continuar la llamada, colgó el teléfono sin decir adiós. Jorge se sorprendió de que Lola incluso se atreviera a colgar. Fue provocado por sus malos modales. —Lola Camela, ¡necesito enseñarte una lección para que puedas deshacerte de tu mal genio, de tu desagradable orgullo y de tus formas impredecibles de hacer las cosas! —Jorge pensó, mientras una sonrisa se extendía en su rostro. Lola se sentó en la sala oscura con una almohada en sus brazos. Estaba pensando en sus planes para recuperar a Estrella. De todas formas. Jorge era el padre de Estrella. ¡Él era realmente bueno con ella como si fuera la princesa de su mundo! De hecho, no había nada de qué preocuparse. En este momento, solo necesitaba concentrarse en cómo ver a su hija y resolver las cosas con Jorge.

Después de todo, él era el padre de su hija. El pensamiento hizo sonreír a Lola. Solo eran un par de días. Estaba segura de que podría arreglárselas para componer bien sus emociones. La puerta de la casa se abrió desde el exterior. Harold y su esposa entraron. Encendieron la luz de la sala de estar mientras se dirigían hacia la habitación de Lola. Angie llamó a Lola mientras subía las escaleras: —¿Por qué no encendiste la luz? ¿Estrella ya está dormida? Lola abrió la boca pero no salió nada. No sabía qué decir. Finalmente, bajo la presión de la preocupada mirada de su madre, ella confesó: —Estrella se quedará con su padre durante un par de días. No hay nada malo en ello. Jorge tiene todo el derecho de hacer eso. Angie estaba confundida. Levantó las cejas y se acercó a ella. —Bueno, pensé que Jorge se iba a casar hoy. Entonces, ¿qué está haciendo Estrella allí? Creo que no estoy de acuerdo con la idea de que ella esté con Yolanda Moza. — ¡Realmente no entendía las formas de hacer las cosas de su hija! Parecía que sus padres no sabían lo que pasó con la boda de Jorge y Yolanda. Lola trató de explicar: —Su boda fracasó. Angie y Harold intercambiaron miradas. Harold sintió que algo andaba mal aquí, así que de repente le preguntó: —Lola, ¿qué está pasando? Lola suspiró profundamente y explicó: —Jorge descubrió que Estrella es su hija, así que canceló la boda con Yolanda. —¿De qué otra manera lo pondría? ¿Decirle a sus padres con sinceridad que Jorge iba a luchar por la custodia de la niña? ¡No era tan estúpida! No podía dejar que sus padres se preocupen por esto. Las palabras de Lola funcionaron. El señor y la señora Camela estaban muy contentos con la respuesta. Pensaron que Jorge canceló la boda por el bien de Estrella. Parecía que a Jorge le importaba mucho su hija y su nieta. Esto hizo a la pareja de ancianos muy complacidos. Lola notó las miradas en el rostro de sus padres y se sintió aliviada. Sin embargo, también le preocupaba la posibilidad de que Jorge decidiera quedarse con Estrella y, ¿qué debería decirles a sus padres entonces? Lola regresó a su habitación, pero realmente no podía quedarse dormida. Seguía dando vueltas en la cama, pensando en Estrella. No estaba acostumbrada a dormir sin Estrella a su lado. Al final, se sentó con gran frustración. ¡Ella no podía hacerlo! Si Jorge alguna vez decidiera quedarse con Estrella, ¡no podría hacer nada más que presentar una demanda legal contra él! ¡Tenía que recuperar a su hija! Podía que

no sea fácil, pero era lo correcto. Esta decisión la hizo sentir mejor. Con el tiempo, Lola se quedó dormida. El tiempo pasó rápido. El Internet todavía estaba loco por la boda desastrosa. La gente seguía hablando de Jorge y Yolanda. Sin embargo, Estrella no fue mencionada ya que Jorge hizo todo lo posible por cubrirla. Estrella era simplemente demasiado joven para ser expuesta. Él haría todo lo posible para mantenerla a salvo.

Capítulo 235 Oveja de alimento hacia las fauces de un tigre. Cada noche que Lola regresaba a su finca, siempre revisaba la habitación de Estrella como costumbre. Cada vez que entraba en la habitación y veía el pequeño edredón todavía doblado, se daba cuenta de que su hija no estaba en casa. Esto le dio tanto sufrimiento. Jorge agregó su número telefónico móvil a la lista negra, por lo que era bastante difícil para ella hablar con su hija. Esto enfureció a Lola. Al mediodía, llamó a Jorge a través del teléfono fijo de la compañía. Esta vez, el teléfono se conectó rápidamente y llegó una voz profunda y decisiva de Jorge. —¡Dime!. —¿Decir qué? ¿Qué quieres que yo te diga?. —Se preguntó Lola. Lola torció el labio de una manera descontenta. —Jefe Jiménez, ¿dónde está mi hija?. —Estaba de mal humor por no haber visto a su hija durante varios días. Esto era como una tortura para ella. Su estado de ánimo general últimamente había sido diferente y había afectado sus emociones. —Mi hija está tomando una siesta en la estancia. No tienes que preocuparte por ella. ¿Qué pasa, señorita Camela?. —Jorge se quedó mirando la puerta de la estancia y sonrió mientras pensaba en la encantadora niña que estaba dentro. Para compensar los días de su ausencia, ahora la llevaba consigo a todas partes y todos los días. Estos habían sido los mejores días de su vida. Incluso cuando su abuelo y sus padres querían ver a Estrella, tenían que ir a la mansión de Jorge para hacer una visita. No había forma de que él dejara que Estrella fuera a la casa de ellos. Lola reflexionó respecto a las palabras de Jorge. Él dijo "mi hija. —Sin embargo, él acaba de llamarla "señorita Camela. —¿Ya no quería estar conectado con ella? —¡Por supuesto, quiero ver a mi hija! —Puedes conocer a mi hija en el País C. Ambos estaban enfatizando "mi hija" como si quisieran la propiedad exclusiva de Estrella.

¿En el país C? Lola frunció el ceño. ¿Por qué tenía la sensación de que ella era como una oveja de alimento hacia las fauces de tigre? Su hija ya estaba allí en las fauces del tigre. ¿Iría también ella allí por sí misma? Pero, ¿cómo podría uno conseguir cachorros de tigre sin entrar en la guarida del tigre? Ella quería a ese cachorro de tigre, su Estrella. Colgó el teléfono, conectó la línea interna para llamar al sub-director y al gerente general. Luego, comenzó a encomendarles el trabajo para los siguientes dos días. Finalmente, ella dejó todo asentado antes de que en la noche terminara el horario de trabajo. Lola se fue a País C lo cual indicó que era un viaje de negocios. En las puertas de salida del aeropuerto, Lola estaba esperando un taxi hacia Mansión Leroy cuando un vehículo todoterreno deportivo Porsche se detuvo enfrente de ella. Un joven en un traje salió del auto y le preguntó respetuosamente: — Señora, ¿es usted la señorita Camela?. Lola asintió con la cabeza sorprendida, y el joven le abrió la puerta trasera. —Hola, señorita Camela, la llevaré a la mansión por parte del señor Jiménez. ¡Oh!. Entonces, ese hombre aún tenía un poco de conciencia. —Sí, ese sería yo. ¡Gracias!. —Ella le dio las gracias al joven y se sentó en el asiento trasero. Llegaron a Mansión Leroy muy pronto. El conductor la escoltó hasta la puerta y luego se fue. El guardia de seguridad abrió la puerta de inmediato para Lola, —señorita Camela, el señor Jiménez nos indicó recibirla en cuanto usted estuviera aquí. Por favor entre. Lola reconoció al guardia de seguridad, —Tu nombre es... Tom Bonilla, ¿correcto?. —Ella pudo haber preguntado por su nombre cuando vino aquí la última vez. Tom Bonilla se sorprendió de que la señorita Camela todavía lo recordara. Siempre le había gustado esta mujer. Él respondió con entusiasmo, —Sí, lo soy. He estado aquí por más de dos años. —Bueno, gracias. Nos vemos más tarde. —Ella sonrió a Tom Bonilla con dulzura y lentamente se dirigió a la mansión. Lola no se dio cuenta de qué tipo de sorpresa provocó su sonrisa a la cara de Tom. Esto lo hizo sentir como un hada que acaba de llegar a la tierra. ¡De hecho, ella era la mujer más hermosa que jamás hubiera vivido! Ella entró de nuevo en el castillo, y todavía se veía como lo era antes. Pero esta vez, había algo más: la risa de un niño.

—¡Estrella!. —Gritó su nombre dichosamente cuando vio a la pequeña niña vestida de rosa. Ella estaba jugando con la señora Durán y los dos sirvientes cuando Estrella fue sorprendida por la voz de su mami. Se levantó de la alfombra y miró hacia la puerta de la mansión. ¡Era mami! Ella rápidamente corrió hacia Lola con sus dos pequeñas piernas. Lola también corrió hacia ella. Sostuvo a la pequeña niña en sus brazos con fuerza, besándola una y otra vez. Estrella también besó varias veces a Lola en la cara. Ella no había visto a su mami por tantos días. Ella la extrañaba tanto. —¡Mami! ¡Te extrañé!. —Estrella apoyó la cabeza en el hombro de Lola, con sus dos brazos envueltos con fuerza alrededor de su cuello. Los ojos de Lola se volvieron de repente tan emotivos. ¡Estrella nunca había estado lejos de ella durante tanto tiempo!. —¡Mami también te extraña!. Así que aquí estoy. Desde el momento en que Lola se bajó del auto hasta ese instante, todos sus movimientos fueron capturados en los ojos de un hombre a través de algunas cámaras aéreas de alta definición. Jorge miraba fijamente a la madre e hija sin mover los ojos por un momento. Miró a la feliz Lola, que sonrió bellamente incluso al guardia de seguridad. En este momento, él solo quería verla llorar un poco. Así que llamó a Sánchez a través de la línea interna. Pronto, Sánchez llamó a la puerta y entró. —¡Jefe!. Cruzando dos manos sobre su pecho, Jorge murmuró: —Encuéntrame a una mujer guapa. —¡Nunca podría permitir que una persona fea y sucia entrara en su mansión! Sánchez se sorprendió de que su jefe hubiera pedido por una mujer. Esta era justo la primera vez que lo hacía. —¡Detén tus fantasías salvajes!. —Jorge miró la expresión en la cara de Sánchez, sabiendo que estaba ocupado con su imaginación fantasiosa. Sánchez volvió a sus cabales de inmediato, —¡Muy bien, jefe!. En el castillo. Estrella estaba jugando con sus juguetes de edición limitada con Lola y la Sra. Durán en la sala de estar. Jorge siempre obtendría lo que Estrella quiera, aunque ello sea realmente caro. —Estrella, ven a casa con mami. ¿Está bien?. —Lola intentó preguntarle a Estrella. Ella lloraría si se negaba. Estrella asintió con la cabeza y pensó por un momento: —¿Papi vendrá con

nosotras?. —A ella le agradaba mucho papi. ¡Él también era tan bueno con ella! Lola puso los ojos en blanco. ¿Por qué ella se preocupaba por su papi? Pero a pesar del poco tiempo de estar juntos, ella ya había desarrollado una conexión íntima con su padre. ¿Qué hizo Jorge por ella? —Papi no vendrá. Sólo tú y mami irán a casa. —Lola simplemente se negó a dejar que Jorge fuera con ellas. Pero los labios de Estrella se curvaron y sus ojos se pusieron rojos. Ella se quejó, —Mami, quiero estar con papi y mami. Quiero tener una familia completa. —Estrella nunca quiso separarse de ninguno de ellos. Lola no sabía qué decir mientras miraba la pequeña cara triste de su hija. Por supuesto, a ella también les gustaría que los tres se quedaran juntos. ¡Pero, parecía que ese hombre no la perdonaría en absoluto! La señora Durán les llevó a ellas un plato de frutas frescas mixtas. —Lola, Estrella, tomen algunas frutas. —¡Gracias señora Durán!. —Lola tomó el plato de la señora Durán, le dio las gracias y le dio de comer a Estrella con un pedazo de mango. La señora Durán las miró alegremente. ¡Estaba muy agradecida de saber que Estrella era la hija de Jorge y Lola! Aunque Jorge no lo mencionó, ella podía distinguir que Estrella se parecía más a Lola. ¡Y por un lado, se parecía a Jorge! Cuando ya eran las ocho de la noche, Lola bañó a su hija y le cantó para dormir. Según la señora Durán, Estrella se acostaba con Jorge todos los días. Él era tan amable con Estrella, ya que incluso la mantenía a su lado cuando estaba durmiendo. Lola se sintió un poco celosa. Pero, ¿dónde debería dormir ella? La señora Durán ya había regresado a su habitación. Había varios dormitorios al lado de este, pero no había camas dentro de ninguno de ellos. ¿Esto significaba que...?. Oh no. Ella no podía soportar dormir con ese hombre.

Capítulo 236 La cara enrojecida debido a su furia ¿Debería ella ir a un hotel o a una posada cercana? No importaba. ¡Igual podría esperar a Jorge y hablar sobre ello con él! La cama de Jorge era demasiado grande para Estrella. Ella estaba en el medio de ella. Ella nunca se caería aunque estuviera allí toda sola. Jorge también tenía el lado de la cama acolchado con alfombra de lana gruesa. Para que, en caso de que ella se cayera de la cama, no se hiciera daño. ¡Qué considerado de su parte! De verdad sabía cómo ser un buen padre. Lola cerró suavemente la puerta del dormitorio y bajó las escaleras. Se sentó en el sofá de la sala mientras esperaba a Jorge. Exactamente a las nueve de la noche, un Maserati familiar se detuvo frente a la mansión. Un hombre y una mujer salieron del auto y se dirigieron a la puerta. La mujer tenía un hermoso cabello rizado que colgaba suelto sobre sus hombros. Su sonrisa se veía extraña mientras sostenía al hombre por el brazo, cuya cara era tan fría como un témpano de hielo. Jorge aún tenía su postura seca y sin emociones. Ella era la hija más joven del vice alcalde de País C. Bonnie también tenía hermanos y hermanas muy famosos. Ellos la habían eclipsado para que no captara tanta atención de parte de sus padres. Y como nunca fue la hija favorita de la familia, tampoco recibió mucha ayuda financiera de ellos. Con el fin de obtener dinero extra para gastar, tenía que encontrar otras maneras. Ella apenas acababa de terminar su trabajo en el café. En su camino a casa, estaba tan perdida en sus pensamientos que casi golpeó el auto de Sánchez. Sánchez tenía un plan cuando la envió a un estilista para que se viera adorable y encantadora. Luego la envió directamente hacia donde Jorge. Ella había oído hablar de Jorge Jiménez hacía mucho tiempo. Como todos sabían, ella también pensó en él como una encantadora leyenda de los negocios. Finalmente se reunió con él en persona, pero se sorprendió por su apariencia fría. ¿Cómo podría alguien llevar una cara de poker todo el día? Bonnie casi quiso darse por vencida cuando le contaron todo el plan. Ella no estaba acostumbrada a hacer escenarios como este. Pero sin embargo, ella

decidió tomar la tarea en aras de la lucrativa recompensa. Mientras seguía pensando en qué hacer a continuación, Jorge ya la había llevado a la mansión. La decoración de las habitaciones brillaba tan bellamente que ella se quedó sin aliento. Cuando estaba a punto de examinar y echar un vistazo alrededor de la casa, Jorge casualmente colocó una mano en su cintura. Bonnie se congeló al sentirse incómoda. Luego pensó en las palabras de Sánchez de que todo esto era solo un acto y que no tenía por qué estar nerviosa. Todo lo que necesitaba hacer era actuar junto con el jefe. Bonnie se relajó un poco y miró al frente. No lejos de donde estaba ella, una hermosa mujer sentada en el sofá la estaba mirando. Su cuerpo curvilíneo estaba envuelto en un elegante vestido azul y llevaba un par de sofisticados tacones blancos. La mujer parecía absolutamente furiosa. Sus labios rubí estaban fuertemente comprimidos. La mujer era tan hermosa que no podía entender por qué Jorge quería lastimarla. Bonnie estaba sorprendida y confundida por la intención de Jorge. Entonces entendió. Bonnie sintió que algo estaba pasando aquí. Con una sonrisa falsa, actuó y se acercó aún más a Jorge. Lola los miró, con los ojos llenos de ira. Ella se sintió muy ofendida. Lanzando la revista económica que estaba leyendo sobre la mesa, Lola espetó: —¿Qué diablos te pasa, Jorge? ¿Qué significa todo esto? —Su hija todavía estaba durmiendo arriba y se atrevió a llevar a una mujer a casa. Jorge le lanzó una rápida mirada. Luego miró profundamente a Bonnie y le dijo: —No es asunto tuyo si decido llevar a una mujer a mi casa. Los ojos de Bonnie se ensancharon mientras su corazón latía súper rápido. ¡El hombre era tan increíblemente guapo que ya no podía contener la respiración! Sin embargo, Bonnie sabía que debía controlarse ya que él era demasiado peligroso para ella. Ella no podía arriesgarse. Bonnie ajustó su estado de ánimo para que pudiera concentrarse mejor en el plan. Con una sonrisa suave y vulnerable, preguntó: —Jefe Jiménez, ¿quién es esta mujer? ¿Por qué está ella aquí? Pensé que estaríamos solos. Jorge le devolvió la sonrisa mientras caminaba hacia las escaleras de arriba. —No te preocupes, dulce amor. Vayamos al dormitorio. Que no te importen estas personas innecesarias. Eres mucho más importante para mí. Lola se sorprendió por sus palabras. Ella los miró sin creer lo que veía. ¿Dulce amor? ¿Cómo se atrevía a referirse a otra mujer así? ¡Él nunca llamó a Lola así!

Bonnie sabía que era solo un acto, por lo que cooperativamente puso sus manos alrededor de su cuello y respondió con una voz muy seductora: —Jefe Jiménez, ¡usted es tan travieso! ¡Ella nos está mirando! Debería tener más cuidado la próxima vez. —Sus manos estaban llenas de un frío sudor cuando dijo estas palabras. Pero ella logró ocultar su inquietud. Jorge Jiménez no era su tipo. Era demasiado frío e indiferente para ella. Bonnie también lo encontró misterioso, como un libro que era muy difícil de entender. En este momento, Bonnie encontraba la situación incómoda ya que sabía que Jorge estaba definitivamente enamorado de la mujer sentada en el sofá. Ella sintió cierta simpatía hacia esa hermosa mujer. ¡Él le pagó una buena cantidad de dinero para hacer un espectáculo como este para lastimarla! Bonnie llegó a la conclusión de que Jorge era un hombre peligroso y que debía mantenerse alejada de ese tipo de hombres. Por suerte, Estrella no estaba presente. En ese mismo momento, Jorge levantó a Bonnie por la cintura. Su rostro estaba tan cerca de ella que ella podía sentir su cálido aliento. Su voz era tan atractiva: —Podemos hacerlo aquí en el sofá, si lo prefieres. No te preocupes por ella. Sus audaces palabras hicieron que las caras de ambas mujeres se pusieran rojas. Bonnie se sonrojaba de timidez mientras la cara de Lola se enrojecía debido a su ira. ¡Lola quería destrozar tanto la cara de Jorge! ¡Estaba tan disgustada con él! Sin embargo, ella necesitaba calmarse y controlarse. Para la sorpresa más grande de Lola, Jorge no tenía la intención de detener la humillación, ya que suavemente dejó a Bonnie en el sofá y estaba a punto de bajar la cabeza para besarla. Lola no podía creer lo que estaba viendo. ¿Qué estaba tratando él de mostrar aquí? ¿Se veía a sí mismo como una estrella porno? ¡Ella no le permitiría que él le hiciera esto! Lola agarró furiosamente a Jorge por el brazo y lo apartó de Bonnie. Luego empujó a Bonnie del sofá con fuerza. —¡Ay! ¿Que pasa contigo? ¡Jefe Jiménez, ella acaba de lastimarme! —La muñeca de Bonnie fue fuertemente agarrada por Lola. Ella gritó de dolor cuando fue arrastrada por Lola hasta la puerta. Jorge se quedó indiferente en la sala mientras observaba a Lola correr hacia la puerta con Bonnie en la mano. Lola se detuvo de repente cerca de la puerta. Luego empujó a Bonnie y la llevó hacia otra dirección. Jorge se dio cuenta de algo pero ya era demasiado tarde. Escuchó el grito agudo de Bonnie y luego un sonido de grandes

salpicaduras de agua. ¡Alguien cayó al agua! ¡Parecía que Lola empujó a Bonnie directamente a la piscina! A la piscina no le quedaba mucha agua, porque estaba pensando en la seguridad de Estrella. Sin embargo, todavía tenía suficiente agua para alcanzar la cintura de un adulto. Desafortunadamente, Bonnie tomó varios sorbos de agua en la piscina antes de que finalmente escapara del agarre de Lola. Jorge corrió a la escena y la ayudó a salir del estanque. Parecía preocupado mientras trataba de arreglar su largo y mojado cabello. Lola perdió totalmente la calma cuando vio la mirada en sus ojos. ¿Cómo podría él tratar a otra mujer con tan generoso afecto? Sin pensarlo más, Lola continuó su ataque. Ella le dio a Jorge un gran empujón para que cayera directamente en la piscina también. Bonnie se sorprendió por completo al ver a Jorge caer. Su boca estaba seca ya que no podía decir nada. Estaba tan asustada de siquiera abrir la boca. ¿Quién era la mujer? ¿Cómo se atrevía a empujar al legendario Jorge al agua? ¿Estaba loca? ¡Solo alguien más poderoso que Jorge Jiménez podía hacerle eso! —¡Mierda! —Jorge encontró su equilibrio en el agua y se levantó por completo. Con una sonrisa torcida, miró a la mujer al lado de la piscina y gritó: —¡Lola, estás en gravesproblemas! ¡Y lo sabes! Lola sabía que había cometido un error. A pesar del pánico, corrió de regreso a la sala, tomó su bolso del sofá y salió corriendo de la mansión. Jorge la persiguió de inmediato. No había manera de que él la dejara escapar después lo que ella había hecho. ¡Ella lo había avergonzado completamente! Lola gritó cuando Jorge la agarró por detrás y la agarró por la cintura. Ella se defendió con todas sus fuerzas mientras gritaba: —¡Déjame ir, loco fenómeno! —Lola lo golpeó con sus puños mientras luchaba por liberarse. Ella seguía gritando, por lo que no tenía más remedio que besar sus labios de color rubí. Lola se sorprendió, pero logró morderle los labios. Jorge tuvo que dejarla ir. Él la miró profundamente a la espalda mientras ella corría hacia la puerta. Tom estaba de pie inmóvil junto a las puertas. Parecía realmente confundido y preocupado. Le susurró a Lola mientras miraba a Jorge no muy lejos de donde estaban, —Srta. Camela, lamento no poder abrirle la puerta sin la orden del Jefe Jiménez. No es posible. Lola estaba realmente frustrada. Por enojo, miró al hombre cuyo cabello todavía estaba goteando agua. Luego decidió calmarse. Se quitó rápidamente los

tacones y le entregó el bolso a Tom.

Capítulo 237 Quién te dio el permiso para traer chicas Lola se subió las mangas y le ordenó a Tom con determinación: —Date la vuelta. Ahora. —Tom le dirigió una mirada rara pero obedientemente se dio la vuelta. Lola miró a la puerta alta y comenzó a subir. Al ver esto, Jorge sintió un dolor agudo en la sien. ¡No parecía una mujer que tenía casi 30 años! Se acercó a ella y la sacó de la puerta sin dificultad. Debía cambiar esta puerta con una placa de madera maciza para que nadie pudiera entrar ni salir fácilmente. —¡Eres un hijo de puta! ¡Aléjate de mí! ¡Déjame ir! —Lola fue derribada cuando finalmente había subido dos tercios de la puerta. ¿Cómo no podía estar tan enojada? Tom se quedó de espaldas a ellos y en secreto se secó el sudor frío. ¡Qué valiente heroína era! Se atrevió a maldecir a Jorge como un hijo de puta. ¡Nunca había visto algo como esto! Jorge tiró de Lola y caminó hacia la mansión. Ella no podía liberarse de su apretado agarre por lo que simplemente sucumbió a su control. Bonnie estaba limpiando su ropa dentro. Aún no se atrevía a ir a casa porque no había obtenido el permiso de Jorge. También necesitaba el dinero. Los miró luchando entre sí, y se quedó inmóvil de inmediato. Jorge miró a Bonnie. Luego se quitó la corbata y ató las manos de Lola con ella. —Jorge, ¿qué estás haciendo? —Era demasiado fuerte. No podía salir de su control. Luego Jorge abrazó a Bonnie y dijo: —Sin esta mujer ruidosa y molesta, podemos subir. —Bonnie inmediatamente obedeció y ambos subieron las escaleras. Con los ojos bien abiertos, Lola los miró con incredulidad. ¡Él! ¡Él! ¡Incluso la etiquetó como una mujer ruidosa y molesta! Ella los siguió de inmediato. ¡Aunque sus manos estaban atadas, sus pies estaban libres! ¡No les dejaría tener sexo esta noche! ¡No en su guardia! Al escuchar los rápidos pasos detrás de él, Jorge hizo un plan para que no

molesten a su hija dormida. Luego puso a Bonnie en el suelo y se apretó contra ella con las palmas contra la pared. Era la primera vez que Lola veía a Jorge hacerle esto a otra mujer. Su mente estaba llena de tristeza, dolor y rabia. —¡Cariño, ella nos estaba siguiendo! —Bonnie controló sus manos temblorosas y apretó sus ropas. Luego se obligó a mirar a Jorge. Jorge le dio una sonrisa encantadora. Su camisa estaba empapada, y su cabello estaba mojado. Se veía tan seductor y atractivo. Bajó la cabeza e iba a besar a Bonnie. En ese momento, Lola pateó impulsivamente a Jorge en su pierna. Bonnie estaba asombrada de ser testigo de esto. Al ver lo que Lola había hecho, casi se echó a reír. ¿Quién te dio permiso para traer chicas? ¿Quién te dio permiso para perseguir a las mujeres? Pero justo cuando estaba a punto de darle una patada otra vez, Jorge rápidamente agarró su tobillo. Entonces se dio cuenta de la cara oscura de Jorge. Se sintió un poco aterrorizada. Ella había visto esta cara antes. Significaba peligro. —¡Lola! ¡Eres carne muerta! —Rechinó los dientes mientras decía esas palabras. Luego, bruscamente la soltó. Lola se desplomó en el suelo indefensa. Por suerte para ella, había alfombras por todas partes. No fue tan doloroso. —Esta mujer arruinó la noche. Por ahora, vete a casa primero y te recogeré de nuevo mañana. Luego iremos a un hotel donde nadie nos pueda molestar. — Dijo Jorge y la ayudó a arreglar su largo y húmedo cabello de aspecto desordenado. Lo que Lola no sabía era que no había emociones en los ojos de Jorge. No podía saber esto cuando él estaba de espaldas a ella. Bonnie asintió con la cabeza de inmediato. Deseaba tanto irse ahora. Tenía mucho miedo de que la mujer tirada en el suelo le disparara con un arma. Parecía ser tan valiente y peligrosa. Después de que se fue, Jorge miró a Lola con ojos fríos y dijo: —Viniste a ver a Estrella, ¿verdad? Ya te di ese permiso. ¡Pero no puedes interferir con mi vida privada! —Empujándolo a la piscina, mordiéndolo y dándole una patada en la pierna... ¡Él se reconciliaría con ella por todo esto! Se agachó y le pellizcó la barbilla para obligarla a mirarlo. Lola obstinadamente volvió la cabeza hacia el otro lado. —Fuiste el culpable aquí. Trajiste a una mujer a casa mientras nuestra hija todavía estaba aquí. ¡Tu vida privada es tan asquerosa! ¡Me devuelves a Estrella ahora! —¿Devolvértela a ti? —Jorge se rió en voz baja, como si acabara de

escuchar una broma. Ignorando la loca expresión facial de Lola, dijo: —Es hora de hacer cuentas Asustaste a mi chica, ¡así que me compensarás contigo esta noche! La levantó del suelo y entró en el dormitorio. Lola quería llorar. Pero cuando pensó en su hija dormida, tuvo que apretar los dientes y mirar a este hombre en silencio. La llevó directamente al baño. La puerta estaba medio cerrada. —¡Afloja mis manos ahora! Era más fácil para ella escapar con las manos libres. De lo contrario, ni siquiera podía abrir la puerta. Arrojándola a la bañera, Jorge se burló y la miró. Luego escupió las palabras: —¡Estás soñando despierta! ... ... En medio de la noche. La durmiente Estrella se dio la vuelta y se acercó a Lola, a quien Jorge había puesto en la cama. Lola sintió que tocaba su pequeño cuerpo, y se acercó a su hija para abrazarla. Al salir del baño, Jorge mostró ternura en sus ojos cuando vio a Lola y Estrella abrazándose. Moviendo a su hija al otro lado, se acostó detrás de Lola y puso sus manos alrededor de su cintura. Se quedó dormido rápidamente. A la mañana siguiente, el beso de su hija despertó a Lola. Abrió los ojos y vio a Estrella mirándola. El doloroso latido en su frente desapareció cuando vio la encantadora sonrisa de su hija. —Estrella, ya estás despierta. Pero quiero dormir un poco más. —Se sentía somnolienta y estaba adolorida por todas partes. Al salir del guardarropa, Jorge recogió a su hija que se estaba poniendo sus pequeños pantalones. —Ven, papá te ayudará a usar esto. Tu mami esta muy cansada Déjala dormir un poco más. Jorge estaba satisfecho con lo que pasó anoche. Había echado mucho de menos a Lola. Curiosamente, Estrella miró a su padre que la estaba abrazando. —¿Por qué? ¿Qué hizo mamá anoche? Jorge puso una sonrisa misteriosa. —Anoche, tu mamá me dio un baño. Eso fue demasiado agotador para ella. Al oír esto, la encantadora niña movió su cabeza con curiosidad y pensó por un momento. —Papi, ya eres un adulto. Deberías tomar un baño por ti mismo. Jorge puso a su hija en la silla del salón en el baño y dijo: —Tu mamá

estaba dispuesta a hacer eso por mí, y no pude rechazarlo. —Levantó las manos sin poder hacer nada. Jorge se apresuró a ir al guardarropa a buscar algo de ropa para ella. Estrella miró a su espalda y murmuró: —Debería preguntarle a tío Manolo algún día. — Todavía no entendía por qué su mamá tenía que ayudar a su papá a tomar un baño. Era casi mediodía cuando Lola se despertó. Estaba sola en la habitación. Frotándose su cintura adolorida, entró al baño lentamente. Sentada en el taburete, y mirando la bañera cerca de ella, se sintió tan apenada cuando recordó lo que había pasado la noche anterior. Solo encontró a la Sra. Durán y los dos sirvientes que nunca había visto cuando bajaba las escaleras. Estrella no estaba aquí. —Señora Durán, ¿dónde está Estrella? —Lola miró la sala de estar y a su alrededor. Estrella no estaba a la vista. La señora Durán miró a Lola con una sonrisa. —La joven maestra la ha enviado al jardín de niños. —Jorge nunca permitía que otras personas enviaran a su hija al jardín de niños. En cambio, él siempre era el que hacia eso por ella. Estrella era muy importante para él, y ya tenía cuatro años sin estar con ella.

Capítulo 238 Todavía no es mi novia Al oír esto, Lola frunció el ceño. ¿Él era el que iba con Estrela al jardín de niños? Eso era tan dulce de su parte. Pero también parecía claro que Jorge quería mantener a su hija en el país C. Un momento de miedo pasó por su mente. ¡De ninguna manera! Tenía que llamarlo urgentemente. No permitirá que esto suceda sin su permiso. Llamó a su teléfono personal desde el teléfono fijo en la sala de estar, y Sánchez respondió. —Señorita Camela, el Sr. Jimenez está en una reunión importante en este momento. Después de decir esto, Sánchez miró a su jefe que lo estaba mirando desde detrás de la mesa, y se preguntó si estaban peleando de nuevo. ¿Una reunión importante? Lola creyó esto sin ninguna duda, por lo que preguntó: —¿A qué hora se supone que habrá terminado? —El problema de su hija no podía retrasarse. Ella planeaba llevársela en uno o dos días. Tenía que hablar con él urgentemente sobre esto. —Realmente no podría asegurarlo ahora mismo. ¿Hay algo más que pueda hacer por usted, señorita Camela? —Nada. —Lola respondió en tono de decepción. Pero cuando Sánchez estaba a punto de colgar el teléfono, la voz de Lola volvió a sonar desesperada. —Por favor, dile que me devuelva la llamada después de la reunión. ¡Por favor! —No hay problema, señorita Camela. Después de colgar el teléfono, Sánchez repitió sus palabras a Jorge, que estaba sentado en silencio. Jorge pensó rápidamente y dijo: —Quiero otra mujer. Sus palabras pusieron a Sánchez realmente confundido. ¿Qué sentido tenía coquetear con otras mujeres frente a Lola? Pero de todos modos, hizo lo que le habían ordenado y comenzó a buscar otra mujer para él inmediatamente. Él era su jefe, de todos modos. Lola no recibió ninguna llamada de él después del almuerzo. Lo pensó y sintió que algo estaba mal. Antes, era fácil comunicarse con el teléfono personal de Jorge y él solía contestarlo solo.

Pero, esta vez, Sánchez respondió, y acababa de decir que su jefe estaba en una reunión... Si no estaba equivocada, él debía haber estado evitándola y deliberadamente perdió su llamada. Pensando en esto, Lola no sabía si estar enojada o triste. Después de todo, no quería responder a su llamada. ¿Solo estaba enseñándole una lección o ya había perdido el amor por ella? De la nada, decidió revisar sus momentos de WeChat y descubrió que Jorge acababa de publicar una foto. En la imagen, la mano de un hombre estaba entrelazada con la mano de otra mujer, y claramente, reconoció el reloj en la muñeca del hombre. ¡Era el reloj de Jorge! Lo sabía porque era como el suyo. Maldición. ¡Él estaba afuera persiguiendo a las chicas de nuevo, y ni siquiera tuvo tiempo de devolverle la llamada! En la oficina del Grupo SL, Jorge había configurado sus momentos de WeChat para que los amigos seleccionados pudieran verlos. En la lista de nombres, solo estaba Lola. Era decir, que sus momentos solo podían ser vistos por Lola y él mismo. Y ahora apenas podía esperar a verla enojada por esto. Como era de esperar, Lola se volvió loca por ello y caminaba impacientemente por la habitación. Al cabo de un rato, colgó el teléfono para hablar con Manolo, que se encontraba en el país C. Quería preguntarle por qué había apagado su teléfono cuando ella lo estaba llamando la última vez. ¡Quería vengarse de él! En el estudio, el asistente de Manolo guió a Lola hacia el set de la película. Al oír que una mujer estaba visitando a Manolo, algunas actrices la miraron con envidia en sus ojos. Al ver sus expresiones, Lola se rió entre dientes. —¡Su hermano era un hombre encantador! En el estudio, Manolo estaba en un traje antiguo blanco, con una horquilla en la cabeza. Su largo cabello se fijaba casualmente sobre sus hombros. Esta escena le había recordado a Lola cuando era actriz hacía años. Actuó como "Pearla" en una película, y este se convirtió en su papel favorito. Recordó que acababa de divorciarse de Jorge después de que interpretó un papel en una película con Manolo. Los años pasaron rápidamente, y ahora Estrella ya había cumplido tres años. Durante el descanso, Manolo se acercó rápidamente a ella. No lo había visto durante días, Lola descubrió que le había crecido una

barba masculina. —¿Qué pasa, Lola? ¿Por qué estás aquí? —dijo Manolo, sentado a su lado con sus ojos preguntándose, no de la misma manera humorística que antes. Lola lo miró desconcertada y le preguntó: —¿Estás bien? —¿Fue por la presión que Jorge le puso la última vez? Manolo sacudió la cabeza con frustración. —Oh, esto no es nada realmente. Es solo porque... —Bueno, olvídalo. Él había perseguido a una chica durante años, e incluso la había metido en la cama, pero todavía no se había ganado su corazón. ¡Qué vergüenza hablarlo! —¿Es por Jorge? Miró hacia atrás para ver a su hermana que estaba con una mirada culpable, y la tranquilizó. —No es por él. Él no tiene tiempo para mí. Es solo un asunto privado. No tienes que preocuparte por eso. Lola se sintió aliviada. Luego recordó algo y le preguntó con una sonrisa en su rostro, —¿Es por tu novia? Manolo bajó la cabeza, miró sus zapatos de cuero negro y murmuró: — Todavía no es mi novia. Ella todavía tiene que aceptarme. —¿Solo porque era tres años mayor que él? ¿Realmente importaba? ¿Realmente importaba la edad? —¿Es Laura? —preguntó tentativamente. Realmente no quería interrogar a su hermano ahora. Como era de esperar, se sorprendió y se limitó a mirarla. —¿Cómo puedes saber de ella? —Traga tu mirada sorprendida. Has estado mencionando su nombre todos los días. ¿Cómo podría no saberlo? —Lola lo miró mientras decía esto. —Está bien. Pero ayer, ella me echó de la casa sin una razón. Lola, ¿crees que hay otro hombre? —Al pensar en la noche en que Laura lo echó de la casa, Manolo estaba desconsolado. ¿Lo echaron? Lola se sorprendió de esas palabras y preguntó: —¿Están viviendo juntos? —Preguntó en voz baja para evitar ser escuchada por otros. Manolo había sido hasta ahora uno de los famosos más populares. Cualquier chisme sería atrapado y ampliamente divulgado por los medios de comunicación. Manolo miró a su querida hermana, y estaba decidido a contarle todo. —Sí. Hemos estado juntos por un mes. —Durante ese tiempo, había pasado medio mes trabajando y volando por todo el país. Con eso, él podría decir que habían estado viviendo juntos durante medio mes antes de que lo echaran. Lola lo pensó porque había estado siguiendo las noticias de su hermano todos los días. Pero no podía pensar en una mujer que estuviera vinculada a él. La relación estaba bien cubierta.

—¿La lastimaste? —ella preguntó. —¡De ninguna manera! No podría hacerle eso a ella. —Estaba seguro de eso. —¿Había otro hombre que ella amara antes de que ustedes dos se juntaran? Manolo se quedó callado. Cuando estaban juntos, Laura nunca había contactado a nadie más. También se habían mantenido en contacto por teléfono todos los días durante su estancia en la ciudad D. Ella parecía actuar de manera normal. Además, no es una mujer coqueta. Si estuviera enamorada de los demás, no le habría dejado tocarla. La conocía muy bien ya. —¡No! —dijo con firmeza. Lola ahora también se sentía confundida. Bueno, ¿por qué demonios haría eso? "Tal vez pueda preguntarle sobre esto? —Las mujeres siempre tenían su propia manera de comunicarse entre sí sobre este tipo de asunto. Ella podría abrirse camino alrededor de Laura. Manolo volvió a negar con la cabeza, con las manos aferrándose a las mangas largas y dijo: —Lola, no te preocupes por mí, lo manejaré yo solo. Ahora soy un hombre adulto. —Si él no podía hacer una mujer le gustara, ¿qué otra cosa podría hacer? Se sentía tan decepcionado de sí mismo. —¡Bueno! Creo que puedes hacerlo de todos modos! Así que dime... ¿Por qué apagaste tu teléfono el otro día cuando estabas con Jorge? —Esto era exactamente por lo que ella lo visitó hoy. —Oh, sobre eso ... No fui yo. Fue Jorge quien se enojó mucho, ¡así que no me atreví a decir una palabra! Se puso un poco aterrador ese día. —Manolo recordó su rostro cuando Jorge escuchó que Estrella era su propia hija. ¡Eso fue horrible! Lola se sintió incómoda por esto. ¿Por qué se enojó tanto? Al menos, ella le dijo la verdad.

Capítulo 239 Los mataré a los dos Después de visitar a Manolo, Lola fue directamente a la mansión. Al principio pensó que tenía que ir a comer con él para poder hablar al respecto. Pero ahora estaba saliendo con otra mujer y de todas formas no tenía tiempo para comer con ella. Así que volvió sola. Había planeado recoger a Estrella, pero no sabía en qué jardín de niños estaba... Una hora después, Lola llegó a la mansión. Sánchez había traído a Estrella de la escuela hacía un tiempo. La madre y la hija se besaron en las mejillas, luego Lola llevó a Estrella a la sala de descanso y se lavó las manos. Había pasado mucho tiempo desde que tuvieron su última cena juntos. Ella no podía quedarse mucho tiempo aquí. Su compañía también la necesitaba. Entonces, debía resolver el asunto sobre Estrella esta noche. Jorge no volvió a cenar. Estrella ya estaba profundamente dormida a las nueve de la noche. Lola no tenía idea de si Jorge volvería porque parecía haber dicho que planeaba pasar la noche con esa mujer en el hotel hoy. Asumió que él no iría a casa esta noche. Pero todavía bajó las escaleras hasta el pasillo para esperarlo. A las nueve y media, al igual que la noche anterior, el Maserati se detuvo en la puerta de la mansión. Del auto salió una pareja, excepto que esta noche, la mujer era una americana rubia. La mujer llevaba puesto un par de pantalones negros y una falda con un par de tacones altos de unos nueve centímetros. La mujer se veía fuerte y poderosa. Lola creía que no podría arrojar a esta mujer a la piscina... Abby era una mujer de mente abierta y liberada, y podía hacer todo tipo de acciones íntimas sin que Jorge tomara la iniciativa. Los dos entraron en la mansión de una manera íntima. Vieron a Lola todavía sentada en la sala a altas horas de la noche. Se apoyó en el sofá perezosamente, jugando en el teléfono móvil. Mirando

a la pareja que entró, no parecía enojada como lo hizo ayer. Tomados de la mano, Jorge y Abby se apoyaron en el sofá justo enfrente de Lola. Esta vez, la diferencia fue que Abby tomó la iniciativa de besar en los labios delgados de Jorge. Una mirada implacable y repulsiva apareció en sus ojos. ¿No se dio cuenta Sánchez? La pareja se besó como nadie más estuviera cerca. Lola apagó el teléfono celular y se sintió más decidida a que Estrella no fuera entregada a este bastardo. Lola se levantó del sofá y se acercó a ellos. Cuando Jorge pensó que Lola estaba subiendo las escaleras, se dio la vuelta. Al ver que Lola se acercaba a ella, sabía que algo malo pasaría. Llegó frente a la pareja enredada, sosteniendo un cuchillo de fruta afilado apuntando al cuello de Abby. —¡Ah! —Abby gritó tan fuerte que lastimó los oídos de Lola y Jorge. —Shhh... ... Mi niña sigue durmiendo. —Lo dijo con facilidad, como si el movimiento no estuviera apuntando con un cuchillo a otra persona. Jorge no se levantó. Tomó la mano de Lola, tomó el cuchillo de la fruta y lo lanzó. Al no ser tan fuerte como Jorge, Lola solo podía ponerse de pie y ver cómo el cuchillo de la fruta volaba por la habitación. —Jorge, lo creas o no... ¡Os mataré a los dos hoy! —Ella le mostró una mirada muy feroz, tomó el cuchillo y lo colocó entre ellos. Jorge todavía no dijo nada mientras continuaba sonriéndole a Abby. ¡Las dos personas una vez más la ignoraron! Las largas y deprimidas emociones de Lola volvieron a estallar. —¡Hijo de puta! Si el tigre no ruge, ¿crees que soy solo una especie de Hello Kitty que se pararía y sería amable? Puso la punta afilada del cuchillo de la fruta y la colocó de nuevo en el cuello de Abby. —Si alguien se atreve a moverse, la haré derramar sangre como si fuera agua. —Mientras decía esto, estaba mirando profundamente a Jorge. Él todavía tenía esa frialdad en sus ojos. —¡Realmente me estás provocando! ¡Sal de mi casa! —Jorge se levantó irritado y rápidamente del sofá. La mano de Lola no se movió. Miró a la mujer extranjera en el sofá con una mirada de precaución y le dijo: —¡Si te atreves a dormir con Jorge esta noche, te sacaré los ojos y se los daré al león y al tigre! Abby quería ser obstinada, pero mirando el cuchillo en su cuello, solo podía decir: —¡Está bien! —en voz seca. Al oír esto, Lola le quitó el cuchillo. Abby miró a Jorge y le preguntó: —

¿Quién es esta mujer tan extraña? —Sin el cuchillo apuntando a su cuello, inmediatamente se escondió detrás de Jorge y miró a la furiosa Lola. Al ver que Abby todavía estaba allí, Lola levantó el cuchillo en su mano otra vez y lo sacudió ante los ojos de Abby. Abby se sorprendió y se escondió totalmente detrás de Jorge. En este momento, Jorge se acercó con determinación y enojo. Le dio una palmada en la mano a Lola. Con la fuerza, Lola gritó, y el cuchillo de la fruta cayó a la alfombra. Lola se mordió los labios en señal de queja mientras observaba a Jorge recoger el cuchillo y tirarlo a la papelera. —¡Sácala! ¡Sácala! —Ella amargamente mordió el brazo de Jorge con persistencia. ...... Enojado, Jorge miró a Lola quien se había aprovechado de él. Su ira alcanzó un máximo histórico. —¡Sal de aquí! —Su voz fría y oscura asustó tanto a Abby. Si él estaba hablando con ella o no, inmediatamente decidió empacar su bolso e irse a casa. Estas dos personas eran terribles. Debería ser más cuidadosa la próxima vez. ¡El dinero y los hombres guapos no le salvarían la vida! La mansión se volvió realmente tranquila, y Jorge descubrió que las mujeres que traía aquí irritaban fácilmente a Lola. ¡Pero ella también podía irritarlo fácilmente! —¿Qué? ¡Has corrido a mi chica de nuevo! ¿Por qué, no puedes esperar para reemplazarla? —Jorge miró a la mujer frente a él, con una sonrisa maliciosa en su rostro. ¿Reemplazarla? ¡Reemplazarte a ti! Lola resistió su fuerte impulso de maldecirlo y se calmó. —Jorge, quiero hablarte de Estrella. Al escuchar esto, dio un paso adelante y dijo: —¿Hablar? ¿Ahora me estás hablando? ¿Después de cuatro años de mentirme en la cara? —Él se rió malvadamente de ella. Relajada por su actitud imponente, Lola retrocedió inconscientemente. Luego cuadró los hombros y respondió: —Por supuesto, te estoy hablando como la madre de Estrella, no como tu novia. El hombre despreciaba y frotaba la marca de los dientes en su brazo derecho. Su mordedura dolió tanto. —Sin mí, no tendrás a Estrella, ¿verdad? ... ... Su rostro cambió instantáneamente. Ella lo miró con gracia, metiendo las manos en los bolsillos y estaba a punto de subir las escaleras. Las cosas aún no estaban resueltas. ¡No debía ir! Ella agarró su mano, pero

fue sujetada por Jorge. La levantó y la llevó arriba. —¡Ah! ¡Jorge, déjame ir! —Con su cuerpo al revés, Lola se sentía muy incómoda y parecía que su cabeza se hacía más pesada. —¡Si quieres perturbar el sueño de mi hija, grita todo lo que quieras! ¡Nadie vendrá a rescatarte, no importa cuánto te esfuerces! — Desafortunadamente, lo que dijo era verdad. Lola cerró la boca obedientemente y esperó hasta que Jorge entró en el dormitorio. Fueron al balcón sin molestar a Estrella. La puso en la repostera del balcón mientras cerraba la puerta corredera. Luego se sentó a su lado. —Lola, ¿todavía quieres hablar conmigo? — Preguntó en un tono plano, sin emociones. Lola asintió de inmediato. Esto era algo de lo que debían hablar. Ambos eran padres de Estrella. Él sonrió. —¡Bueno, muéstrame tu sinceridad! Necesito ver que puedo confiar en ti. —Había algo más en sus palabras. ¿Cómo era que Lola no podía oírlo? Lola no pensó por mucho tiempo. Decidió simplemente ir por su hija. No había necesidad de ser afectuoso con él. Eran adultos, y deberían hablar como tal.

Capítulo 240 Engañarme Las estrellas brillaban maravillosamente en el cielo. Lola cerró los ojos por un rato y se abrió el vestido. Luego caminó lentamente hacia Jorge. ... Pero cuando se despertó de nuevo, descubrió que estaba completamente vestida y que estaba en el avión privado de Jorge. Sentada en la cama, miró alrededor del pequeño espacio, obviamente confundida. ¿A dónde iba ella? El estruendo vino del exterior. ¿Estaba realmente en el avión? Saltó apresuradamente de la cama y encontró una ventana. Ahora estaba convencida de su idea. Al abrir la puerta del baño, vio filas de lujosas sillas y una mujer desconocida dentro. ¡Qué maldito hombre! —¿Dónde está Jorge? —le preguntó con desprecio a la mujer delante de ella. De hecho, la mujer era un guardaespaldas enviado aquí por Jorge. Al escuchar su pregunta, ella respondió respetuosamente, —El Sr. Jiménez está en el país C y él dijo que no era lo suficientemente sincera. Así que ahora, usted será enviada de regreso al país A, y él hablará con usted acerca de su hija más adelante. ¡No podía creer esto! Podría haber muerto en el balcón, pero Jorge aún diría que no era lo suficientemente sincera. ¡Qué hijo de puta era ese hombre! Lola estaba demasiado enojada para decir algo. Inhaló y se dijo a sí misma que no se enojara por esto. —Señorita Camela, el señor Jiménez preparó los cosméticos antiarrugas para usted y le dijo que no se enojara para evitar arrugarse a una edad tan temprana. —El guardaespaldas recogió una bolsa y la entregó mientras hablaba. Lola miró la bolsa vestida de color blanco y negro. Sabía que era una marca internacional de primer nivel y que costaba al menos cientos de miles de dólares. Normalmente se pondría estos caros maquillajes en su cara, pero ahora preferiría tirarlos del avión. Sería mejor tirarlo a Marte.

¡Jorge, idiota! ¡No habías hecho nada más que engañarme y causar más problemas! Ahora me has enviado lejos. ¿Crees que todavía te tengo miedo? ¿Cómo puedes jugar con mis emociones tan casualmente y fácilmente? Recibió los cosméticos del guardaespaldas y solo decidió dárselos a su madre. Pensó que aún estaba en sus veinte años y no lo necesitaba. Eran más para gente que ya era algo vieja. Parecía que tenía que encontrar otras formas de recuperar a Estrella. Consideró esto por un tiempo y pronto el avión aterrizó frente a la casa de su familia. Lola se bajó del avión distraídamente. No estaba segura de cómo podría hacer que Estrella volviera con ella. Aunque Jorge y Yolanda ya no se casaron, no significaba que se volvería a casar con Lola. Y si... Murmuró, mientras se detenía en la hierba. De repente, una gran idea vino a su mente. Pero, sería humillante si fallara. El riesgo de este acto era grande. Tenía que ser cada vez más cautelosa ya que Estrella estaba involucrada en esto. ¡Pero no había nada malo en intentarlo! Podría invitarlo a salir alguna vez y elegir un lugar tranquilo donde pudieran estar solos... ¡Sí! ¡Eso funcionaría! Lola comenzó a sonreír de nuevo con ese pensamiento y se dirigió a la casa. Yonata, que estaba parado en el alféizar de su estudio, la había visto bajar del avión y murmurar sin moverse. Él sabía que ella debía estar pensando en algo otra vez. Mirando a su extraña hermana, supuso que debía haber algo relacionado con Jorge que sucedió mientras estaba ausente. Pero más tarde, cuando vio que seguía sonriendo, ya no estaba tan preocupado. Bueno, decidió quedarse fuera de esto mientras Jorge no lastimara a su hermana. Lola regresó a su trabajo y fue abrumada por la pesada carga diaria. No podía imaginar cómo Jorge trabajaba a su manera en esto. Pero gracias a los varios empleados valiosos que él contrató para ella, su trabajo se hizo mucho más liviano. Lola estaba teniendo una videoconferencia en la sala de reuniones. En realidad, los ejecutivos siempre participaban en una videoconferencia con Jorge una vez al mes. Todos le informaban y lo actualizaban de sus propias preocupaciones.

Ya había pasado media hora. Pronto sería el turno de Lola y su teléfono sonó inesperadamente. Habiendo olvidado de poner su teléfono en modo silencioso, miró a los otros ejecutivos y colgó. Después de colgar, echó una mirada para ver el número de teléfono, y era de Tomás Herrero... Miró con culpabilidad a Jorge en el video. Jorge la estaba mirando ansiosamente al mismo tiempo. Eso hizo que Lola se sintiera más culpable. En realidad no sabía por qué necesitaba sentirse así. No era la que hacía trampa aquí. La pantalla se encendió de nuevo y Lola colgó. Luego envió un mensaje a Tomás Herrero. Cuando terminó el informe, Jorge comenzó a decir: —El Grupo HF tendrá una fiesta de aniversario pasado mañana. Invitaremos a todos sus ejecutivos a venir con sus socios. —Hizo una pausa y vislumbró a Lola, —El Grupo HF valora tanto esta fiesta, así que yo también iré. ¿Realmente iría él también? Al oír eso, los ojos de Lola se iluminaron. Se preguntó si llevaría a Estrella a la fiesta con él. ¡Si Estrella pudiera venir, Lola podría tener la oportunidad de llevársela! Jorge continuó hablando sobre los asuntos a la mano. Pero no ignoró los ojos brillantes de Lola y ciertamente sabía en qué estaba pensando. Para evitar que su deseo se hiciera realidad, no llevaría a Estrella a la fiesta. Después de la video conferencia, Lola regresó a su oficina y llamó a Tomás Herrero. —Hay un nuevo restaurante de comida caliente en Wanchang Road. ¿Qué tal si vamos allí esta noche para probar? —La suave voz del hombre venía del otro lado del teléfono. Lola estaba tan nerviosa y su cabeza comenzó a girar. Estaba pensando en cómo rechazarlo. Pero recordó la fiesta de celebración que tendría lugar en dos días. Aceptó su invitación para poder pedirle que la acompañara en ese momento. Durante la cena, le pediría educadamente que fuera su compañero en la fiesta. Por supuesto, estaba segura de que diría que sí. En la fiesta de celebración del Grupo HF. Los altos ejecutivos de las empresas estuvieron presentes en la fiesta ese día. El primer piso del glorioso hotel se veía muy magnífico y sofisticado. Había una pancarta colgada en el escenario con la declaración "Celebrando quince años de éxito del Grupo HF. A las siete de la tarde, cientos de personas ya estaban en el hotel, vitoreando

y riendo. Pero tenían curiosidad acerca de por qué la CEO interina del Grupo SL aún no había aparecido. Se les informó que ella vendría. Entonces la puerta del hotel se abrió. Lola, quien estaba vestida elegantemente con un vestido de noche negro y caminaba junto con Tomás Herrero. Tomás estaba vestido con un traje limpio. Mucha gente sabía que Lola era hermosa, pero aún se sorprendían cuando la veían a través de sus propios ojos. ¡Manteniendo el maquillaje simple, se veía tan atractiva con su lápiz de labios rojo retro! Su vestido de noche era un poco más maduro y sexy. La suave tela se aferraba a su cuerpo y claramente mostraba sus sexys curvas. Llevaba una falda larga que se arrastraba por el suelo y se había puesto muchas joyas caras. Para lucir más sofisticada, puso el reloj que Jorge le había regalado en la bolsa. Al ver a su compañero el ex presidente Tomás Herrero, casi todos en el salón los miraban fijamente. El jefe del Grupo HF se acercó a ellos para darles una cálida bienvenida, — ¡Señor Herrero, señorita Camela, bienvenidos! Es un placer verlos aquí. —Marte Velazquez que tenía casi sesenta años, sonrió de oreja a oreja. La alegría en sus ojos era innegable. Estos dos harían aún más popular a su compañía. Después de darle la mano a Marte Velazquez cortésmente, Lola y Tomás Herrero pronto fueron rodeados por una multitud de personas. El camarero ofreció algo de beber y Lola tomó una copa de champán y comenzó a saludar a los demás. La noche acababa de empezar.

Capítulo 241 La prima de Yolanda Lola sabía claramente que no era ella a quien realmente prestaban atención. Estaban enfocados en el título del CEO interino del Grupo SL. Después de beber dos copas de champán, Lola comenzó a perderse en sus pensamientos. ¿Por qué no había aparecido Jorge? ¡Tenía tanta prisa por ver a Estrella! ¡No podía esperar más! Cuando estaba a punto de beber su tercer vaso, la puerta del hotel se abrió de nuevo. La persona que apareció al último momento siempre atrajo una gran cantidad de atención. Jorge, vestido con un traje de negocios negro con camisa blanca, una corbata roja opaca, pantalones de vestir y un par de zapatos de cuero hechos a mano completamente nuevos y brillantes, se dirigió lentamente hacia la habitación. La aparición de este atractivo y rico magnate de los negocios llamó la atención de muchas mujeres en la sala. Pero lo que más sorprendió a todos fue la mujer que estaba a su lado. ¡Incluso Lola estaba desconcertada! Su compañera llevaba un vestido completo fuera del hombro que era lo suficientemente largo para sus pies descubiertos, una faja con innumerables diamantes alrededor de su cintura y un par de tacones negros de 7 cm. Tenía una combinación perfecta de rasgos faciales. Sus ojos sesgados estaban ligeramente pintados con sombra de ojos y el labial rojo destellante brillaba en su boca. El valioso traje de diamantes que llevaba era definitivamente de alta calidad y costo. No había duda de que ella y Lola eran las dos mujeres más hermosas esta noche. Como compañera de Jorge, su vestido era lo suficientemente caro para mostrar cuán rico era Jorge. Sin embargo, en comparación con la envidia y los celos de otras mujeres, todo lo que Lola sentía en este momento era una simple sorpresa. Lola no estaba celosa de esta mujer, y mucho menos de su inestimable vestido. Solo se preguntaba por qué Laura aparecería aquí con Jorge.

Nunca escuchó que Laura y Jorge se conocieran. Entonces pensó en su hermano menor. Se sentía mal del estómago. Necesitaba resolver todo esto más tarde. Su hermano necesitaba algunas respuestas. Desde que apareció el CEO del Grupo SL, todos habían vuelto sus miradas hacia Jorge. Lola estaba feliz de esto. Tomó a Tomás del brazo y caminó hacia el área de descanso. Tenía dos problemas en los que pensar: por qué Jorge y Laura aparecieron al mismo tiempo y si Estrella vendría después. Tomás miró la expresión de Lola, y una sensación de pérdida apareció en sus ojos. Desde que Jorge apareció, ella había perdido el control de su mente. Él y Lola solo estaban hablando casualmente cuando su teléfono celular sonó repentinamente. —Voy a tomar una llamada. Quédate aquí." Él le hizo un gesto a señalando su teléfono. Lola asintió y se fue a tomar otra copa de champán en el salón. Una mujer con un vestido de color ligero había notado durante mucho tiempo cada uno de sus movimientos. Se decía que su relación con Jorge era muy inestable ahora y que el hombre que la acompañaba ahora también era un ex presidente. Bueno, sería conveniente para ella dar el siguiente paso. Sosteniendo un vaso de vino tinto, Michelle Loano caminó hacia Lola. — Srta Camela. —Dijo su nombre en un tono muy casual. Lola miró a la persona que se acercaba, una mujer con un vestido claro que tenía el pelo corto hasta los hombros, con maquillaje ahumado y un labio apretado. Aunque no conocía a la mujer. Sin embargo, respondió cortésmente: —¡Hola! Michelle Lozano tomó un sorbo de vino tinto y miró de un lado a otro a la mujer que tenía delante. No es de extrañar que ella era una mujer que tenía todo lo necesario para encantar a Jorge. Incluso su prima no podía igualarla en términos de valor nominal. Sin embargo, cada vez que pensaba en la trágica situación actual de su prima, los ojos de Michelle Lozano brotaban de ira. ¡Esto fue culpa de Lola Camela! A Lola le pareció que la mirada aguda de la mujer era muy incómoda. Estaba a punto de deambular con su copa de champán cuando Michelle la detuvo. Volvió la cabeza hacia atrás y miró con curiosidad a la mujer. Michelle tomó otra copa de vino tinto de la bandeja del camarero y luego mezcló las dos

copas. Dos tercios de la copa se llenaron instantáneamente con vino. Sin embargo, parecía que todavía no era suficiente, ya que ella recogió otro vaso. Esta vez, todo el vaso estaba lleno. Bueno, Lola estaba aburrida de todos modos. Jorge y Laura estaban rodeados y halagados por multitudes de personas, por lo que no pudo encontrar la oportunidad de preguntar por Estrella. Esta mujer parecía conocer bien a Lola así que Lola supo lo que quería hacer. Michelle Lozano se acercó a ella y dijo con prepotencia: —Soy Michelle Lozano, la hija de Calvin Lozano del pais C. ¿Cómo estás? —Ella tenía la intención de usar su identidad para sorprender a Lola. ¿Quién era Calvin Lozano? Era la persona que disfrutaba del poder más alto en la ciudad de Weier del país C y era conocido por todos en esa ciudad. Sin embargo, para decepción de Michelle, la cara de Lora se mantuvo sin cambios y respondió con calma: —Hola, Michelle Lozano. ——¿Conoces mi otra identidad? —Mirando el vaso lleno de vino tinto, Michelle Lozano respondió con desdén. Lola negó con la cabeza. ¿Por qué debería saber su otra identidad? Ella no estaba realmente interesada. Una vez más, estaba a punto de irse con el champán en sus manos cuando Michelle la atrajo hacia atrás sujetándola de su muñeca. Quería hacer que Lola se viera como una tonta aquí hoy y dejarla probar la sensación de perder todo como lo hizo su prima. —¡Y mi prima favorita es Yolanda Moza! —Sus palabras atrajeron con éxito la atención de Lola. No era necesario que ella la jalara mientras Lola se daba la vuelta sola. ¿Entonces Michelle Lozano era la prima de Yolanda? ¿Vino a causar problemas? Justo cuando Michelle Lozano terminó sus palabras, vertió un vaso lleno de vino tinto en la cabeza de Lola para sorpresa de todos a su alrededor. Le complacía ver a más y más personas venir y ver este desastre. El peinado de Lola se cambió completamente ya que estaba totalmente empapada por el vino. Fue realmente embarazoso ... —Lola, ¿no puedes hacer otra cosa que siempre ser la otra mujer? —La voz de Michelle Lozano era lo suficientemente fuerte como para que las personas que la rodeaban la escucharan claramente. Inmediatamente, chismes y pequeñas conversaciones estallaron alrededor

de la habitación. Al ver a la señorita Camela humillada, incluso los ejecutivos de SL Group no sabían qué hacer. Al mismo tiempo, se volvieron para ver a Jorge detrás de ellos. Todavía estaba detenido por Laura y estaba mirando fijamente la escena desde la distancia. Nadie podía adivinar lo que estaba pensando. Laura lo miró varias veces. ¿No protegería a la mujer que amaba? Después de un tiempo, todavía no mostraba ninguna señal de ayuda. Al mismo tiempo, las cosas comenzaron a agitarse nuevamente entre Lola y Michelle Lozano. Lola se desató lentamente el largo y mojado cabello y lo dejó caer sobre su espalda. Como una mujer hermosa que acaba de tomar una ducha, se veía tan encantadora y hermosa. Puede sentirse avergonzada por dentro, pero todavía estaba muy ardiente de ira por fuera. Lola caminó frente a ella con una sonrisa en su rostro y extendió la mano para tomar el vaso de vino tinto de las manos de Michelle Lozano. Por supuesto, Michelle no se lo daría. Sin embargo, Lola no lo tomó. Se lo llevó a la boca y bebió su propio vino. Su acción fue tan audaz y sensual que varios jóvenes incluso comenzaron a silbar. Caminó hacia la esquina de la mesa y rompió el vaso. Mirando el vidrio roto roto, Lola sonrió con satisfacción. Su repentina sonrisa era como un ramo de rosas tiernas. Todos estaban congelados ya que estaban fascinados por su belleza. ¡La belleza de la Srta Camela, la directora general de SL Group, realmente merecía una gran reputación! Y también era digna de ser la ex esposa de Jorge, el gigantesco magnate de los negocios. La belleza era realmente impresionante. Al ser observada por todos los presentes en el pasillo, Lola acercó un poco más a Michelle Lozano. Como no podía liberarse de su control, Michelle Lozano observó cómo colocaban su mano sobre la mesa junto a ellas. Entonces Lola hizo algo que sorprendió a todos.

Capítulo 242 Ayuda a tus empleados —¡Ah! —Todo el piso del hotel de repente se quedó en silencio. Todas las personas se reunieron en la escena en la que las dos mujeres fanfarroneaban una contra la otra. La copa de champán rota desafortunadamente golpeó las tiernas manos blancas de Michelle, y la sangre brotó instantáneamente de su piel. Michelle no podía abrir los ojos con el dolor severo, ya que su cara se puso pálida y su frente comenzó a filtrar sudor. Era demasiado doloroso que no se atreviera a moverse. Lola soltó sus manos pero no planeó detenerse allí. Ella no se echaría atrás frente a esta mujer. Hizo un gesto al camarero estupefacto con su dedo índice. El camarero se acercó de inmediato a su lado. Lola repitió lo que Michelle hizo mientras vertía el vino tinto, el alcohol y el champán en una taza. Como no estaba llena, agregó otro vaso de jugo en la taza, por lo que casi se desbordó. En este momento, el compañero de Michelle vino rápidamente para detener a Lola. Agarró la muñeca de Lola para evitar que siguiera moviéndose. Lola pisó sus zapatos con los tacones en sus pies y golpeó muy fuerte. Inmediatamente saltó al otro lado y aulló de dolor. Michelle finalmente abrió los ojos, mientras miraba a Lola que se acercaba a ella otra vez. El horror llenó sus ojos. ¡Esta mujer era sanguinariamente brutal! Sin ninguna vacilación, Lola vertió el vaso de bebida en la cabeza de Michelle y luego rompió el vaso de vino rojo bajo sus pies. Unos cuantos pedazos de vidrio roto golpearon a Michelle en sus pies. Ella gritó en agonía. Esta escena había quedado completamente atrapada por los ojos de Jorge, que miraba con admiración a la encantadora y avergonzada mujer. Así era exactamente como sería la madre de su hija: a veces arrogante y con voluntad propia, a veces encantadora e inteligente, ya veces traviesa y linda... En este momento, varios guardaespaldas corrieron desde el exterior del hotel y se colocaron junto a Michelle. Estaban demasiado preocupados y formaban un círculo a su alrededor.

Michelle se levantó de inmediato y señaló a Lola enojada. —¡Agarren a esta mujer! Lola no tuvo el menor temor y miró al guardaespaldas que ya estaba listo para agarrarla. Inmediatamente se dio la vuelta y salió corriendo. Al ver esto, todos se volvieron de espaldas y se dispersaron. Nadie se atrevió a ayudar a la mujer ensangrentada. Sólo un hombre y una mujer permanecieron en su lugar, ambos con calma sosteniendo vasos de vino tinto. Al ver a Jorge, Lola ciertamente no renunciaría a esta buena oportunidad. Agarró el traje de Jorge y se escondió detrás de él. —Señor Jiménez, como CEO del Grupo SL, ¿no debería tratar de ayudar a sus empleados que están en problemas? —La voz directa de Lola se elevó detrás de él. ¿Por qué debería ayudar a esta mujer cruel? Ella comenzó la conmoción. Jorge curvó sus labios y miró a Lola. Varios guardaespaldas vieron a Lola, quien se escondía detrás de Jorge, todos estaban estupefactos. Este hombre era el famoso Jorge Jiménez, y ni siquiera se atrevieron a acercarse a él. Los guardaespaldas tuvieron que volver y consultar a Michelle. Mientras Michelle sacaba un fragmento de la copa de champán que tenía en la mano, casi se desmaya con gran dolor. ¡Ella recordaría este dolor para siempre! ¡Esa Lola probará una dosis de su propia medicina! Le devolvería todo lo malo que le había hecho. —Señorita, el señor Jiménez está al lado de Lola así que... —Las palabras del guardaespaldas casi hicieron enojar a Michelle. ¿Cómo podría Jorge todavía protegerla? Tomando su mano herida, Michelle caminó hacia Jorge. Miró a Lola que estaba alisando su largo cabello detrás de él. Reprimiendo su enojo, ella dijo: — ¡Sr. Jiménez, por favor, déjeme llevarme a esta mujer que me hizo daño! —Su voz estaba llena de cautela y desesperación. Jorge miró a Michelle, cuya cara estaba pálida, y se alejó. Lola miró al hombre desapareciendo ante ella. ¿Qué? ¿Cómo pudo dejarme aquí? En este momento crítico, Jorge solo... ¡Se alejó! En este momento, Tomás Herrero, quien finalmente regresó de la llamada telefónica sobre su trabajo gubernamental, se sintió confundido cuando vio a los guardaespaldas. El ambiente parecía realmente extraño. Muchas personas dieron vueltas y señalaron a ambas mujeres. Chismes y rumores volaban por el pasillo. Cuando recordó a la pequeña mujer, de repente tuvo un mal presentimiento e inmediatamente se dirigió a la escena.

¡En efecto! Era Lola, cuyo cabello aún estaba mojado, quien estuvo involucrada en este lío. Cuando el guardaespaldas fue a tomar el control de Lola, Tomás Herrero gritó rápidamente: —¡Para! Ella está conmigo. Caminó a través de la multitud y, sin darse cuenta, vio que Jorge estaba al lado. ¿Cómo era que no había hecho nada para resolver este asunto? —El señor Herrero vino a rescatar a Lola de este lío. —El señor Herrero parecía tener una buena relación con Lola Camela. ¿Son realmente una pareja ahora? —¡Bueno, los medios de comunicación también tomaron una foto de ellos besándose en la calle! ...... Al escuchar los susurros de las personas que lo rodeaban, Jorge apretó el vaso de vino tinto que sostenía. —¡Lola! Si te atreves a irte con él hoy, ¡inténtalo! El contacto visual del hombre era demasiado fuerte. Lola no pudo evitar mirar a Jorge. Realmente sintió peligro en su aura. ¿Qué quiso decir con esto? ¿No quería salvarla pero estaba impidiendo que otros hombres lo hicieran? ¿Realmente quería que algo malo le sucediera? Pensando en esto, hizo que su corazón se apretara con ira. Al ver al ex presidente Tomás Herrero venir, a Michelle no le importó en absoluto. ¡Era solo un presidente extrovertido! Él no tenía ninguna posición ahora. —¡Agárrala! —El dolor en su mano era casi insoportable, pero su corazón no estaría contento si no viera con sus propios ojos que Lola fuera capturada por sus guardaespaldas. Al ver que Michelle lo había ignorado por completo, Tomás Herrero no se sintió enojado. Se dirigió a Lola, la mantuvo detrás de él y la protegió como una gallina que cuidaba a su polluelo. —No me importa quién eres. ¡Si quieres llevarte a Lola hoy, necesitas mi consentimiento! Detrás, Lola se sentía en desacuerdo. Levantó la vista y vio la espalda ancha de Herrero como si fuera una pared que la protegiera del peligro. Jorge estaba observando cada movimiento de Lola cuidadosamente cuando la vio mirar a Tomás Herrero con admiración. Estaba lleno de ira. Los guardaespaldas de Michelle y Tomás Herrero estaban en un punto muerto y nadie daría un paso atrás. Jorge miró al director general de Grupo HF y dijo fríamente: —¿El grupo

HF solo está viendo a mi gente siendo acosada de esta manera? —La copa de vino tinto se rompió con sus palabras. ¿Su gente? ¿Su mujer o su empleada? Toda la gente estaba asustada, y Jorge solo sacó con calma un pañuelo blanco del bolsillo de su pecho y se limpió el vino rojo y la sangre en las manos. Era como si nada hubiera pasado. El CEO de grupo HF envió inmediatamente a una persona a tomar el botiquín de primeros auxilios y luego se limpió nerviosamente el sudor frío de la cara. Caminó hacia Jorge. —Señor Jiménez, lo siento. Voy a resolver este problema ahora. Michelle era hija del alcalde del país C, a quien no se atrevió a ofender. También estaba en un punto muerto. Sin embargo, Jorge lo había dicho. Estaba obviamente enojado, así que tenía que hacer algo ahora. El director ejecutivo se acercó a Michelle y le dijo en tono tranquilizador: —Señorita Lozano, verá que hoy es un día feliz, así que no deje que cosas desagradables atraigan su interés. —Le ruego que deje pasar esto. Michelle miró la cara estoica de Jorge. Estaba aterrorizada, pero no podía simplemente dejar a Lola en paz.

Capítulo 243 ¿No puedes luchar sola? No tenía más remedio que decir: —¡Por el bien del Sr. Jiménez y el CEO de HF, la perdonaría si se disculpara! —Michelle Lozano levantó su barbilla en alto y continuó irradiando un humor arrogante. Justo en ese momento, Lola había salido de detrás de Tomás Herrero. El CEO del Grupo HF la vio y sonrió. —Señorita Camela, usted lastimó la mano de la señorita Lozano después de todo. Así que si puede disculparse con ella, todo estará bien ahora. Lola miró al director general de HF con una sonrisa burlona y luego miró a Michelle Lozano. —¿Quieres que me disculpe? ¡En tus dulces sueños! —¡Tú! —Michelle Lozano rechinó los dientes con ira mientras miraba al CEO y luego a Jorge. —Como ves, ella es la que no está dispuesta a ceder. —Primero me insultaste, así que, ¿por qué debería disculparme? —Lola ciertamente no era tan fácil de tratar. Era una mujer muy decidida. La situación estaba estancada de nuevo. El CEO de HF miró a las dos mujeres y luego miró a Jorge, cuya herida estaba siendo limpiada por un médico. Ni siquiera se veía de esta manera, así que obviamente se mantenía fuera de la discusión. ¡De repente, Michelle Lozano se acercó a Lola y levantó su brazo para abofetearla! En el último momento, Michelle Lozano fue detenida por el hombre detrás de Lola. Tomás Herrero rara vez se veía tan enojado como ahora. Agitó el brazo de Michelle Lozano rápidamente. Michelle se sorprendió y retrocedió torpemente. Habría caído al piso si el guardaespaldas no la hubiera ayudado. Michelle Lozano estaba demasiado enojada para hablar. Miró al hombre y la mujer frente a ella, y ordenó a sus guardaespaldas con resentimiento: — ¡Agarren a esta mujer! Si alguno de ustedes la deja irse, ¡están todos despedidos! En ese momento, se abrió la puerta del hotel y entraron muchos hombres uniformados. El que estaba al frente era Manolo con un traje rosa y dos o tres escuadrones de guardaespaldas lo seguían. —¡Quién se atreve a tocar a mi hermana! —Su voz alta y clara inmediatamente llamó la atención de todos.

Manolo ignoró el alboroto y las miradas que atrajo, fue hacia Lola y se colocó a su lado. —¡Oh Dios mío! ¿No es ese el superestrella Manolo? —¡Sí Sí! ¡Él es muy guapo! —Jesús, ¿cuántos guardaespaldas trajo aquí? ... Pero eso fue todo. Los 20 o 30 guardaespaldas de Manolo formaban una línea, cuando hubo otro alboroto desde la puerta. Nuevamente, el conductor de Tomás Herrero trajo más de 10 guardaespaldas. Estaban detrás de Tomás esperando su orden. ¡El aire se llenó con el olor a pólvora! Todos cubrían sus bocas abiertas. Se asombraron al ver una escena tan grande que solo aparecía normalmente en las películas. En el momento en que Manolo apareció, Laura todavía estaba de pie junto a Jorge. Apretó la manga de Jorge con fuerza y ya no podía apartar los ojos de Manolo. Después de cuidar la herida en su mano, Jorge estaba apoyado en el banco sentado perezosamente, mirando la escena de una manera impasible. La mente de Lola estaba llena de preguntas mientras observaba a los guardaespaldas entrar al salón y ponerse detrás de ellos. ¿Por qué estaba Manolo aquí? ¿No debería estar en el País C? Michelle Lozano estaba muy asustada por la escena. Su rostro se puso pálido y sus guardaespaldas aguantaban la respiración. Había tanta gente en el lado opuesto, que serían golpeados fácilmente si peleaban. —Lola, ¿no puedes luchar sola, eh? Incluso necesitas tanta gente. ¿No estás avergonzada? —Michelle Lozano alzó la voz con un estremecimiento. Lola se burló de Michelle, que creía que ya estaba aterrorizada. ¿No fue ella la primera que intentó pelear con unos guardaespaldas justo ahora? —¿Y qué? Llama a más guardaespaldas entonces. Si todavía tienes alguno. ¡No servirá de nada, incluso si te disculpas ahora mismo! —Ella ya estaba satisfecha. No necesitaba su disculpa. El cuerpo entero de Michelle Lozano estaba temblando, mientras la sangre en su mano todavía goteaba. —¡Vamos a salir de aquí! —Ella dejaría ir a esta mujer hoy. —¡Lola, cuida tu espalda! Vamos a esperar y verás. —pensó. ¿Solo salir de aquí? "He traído a mi gente aquí, ¿entonces nos dices que quieres irte de repente? —Manolo se quedó mirando a Michelle Lozano, fingiendo estar en shock. Era sarcástico al respecto.

Michelle Lozano quedó atrapada en un dilema. —Lola, ¿qué quieres que hagamos con ella? —Tomás Herrero le preguntó amablemente a la señora que estaba a su lado. Sin importar lo que ella quisiera hacer, él asumiría las consecuencias. Manolo también dijo: —Entonces, hermana, haz lo que quieras. Estamos aquí detrás de ti. Entonces Manolo notó a la chica al lado de Jorge por accidente. Ella estaba de pie erguida, con el brazo sosteniendo a Jorge. Lola intentó controlar su ira mientras miraba a sus dos salvavidas. Tuvo tanta suerte de que hubiera gente que lucharía por ella. Bueno, excepto Jorge... —La señorita Lozano carece de educación. ¡Que los policías le enseñen una lección! ¡Para que no dañe a la gente otra vez en el futuro! Al escuchar estas fuertes palabras de Lola, Michelle estaba aterrorizada. ¿La pondría en la cárcel? ¡No! —¿Quién eres tú para hacerme esto? —Michelle Lozano gritó con su voz aguda, pero nadie lo escuchó. Los guardaespaldas al lado de Lola arrastraron a Michelle Lozano y a sus guardaespaldas fuera del hotel. La escena terminó justo allí. Lola guiñó un ojo a los dos hombres a su lado. No les importaron las miradas furtivas de la gente y simplemente procedieron a alejarse. Todo el mundo vio que Tomás Herrero cubría los hombros de Lola con el saco de su traje mientras se acercaba a la puerta del hotel. Fue un gesto muy dulce. Lola le sonrió amorosamente y se aferró a sus brazos. Salió del hotel de la misma manera noble en que entró. Por supuesto que Jorge también vio esta escena. Giró la copa de vino rojo en su mano y luego la puso sobre la mesa. Se arregló la ropa, mostrando su dignidad en cada movimiento que hizo. Con Laura distraída sosteniendo su brazo, Jorge se acercó al CEO de HF y le dijo: —Sr. Lyu, el Grupo SL y el grupo HF no tendrán ninguna cooperación a partir de ahora. Me han decepcionado. —Cuando terminó su declaración, Jorge ignoró al CEO de HF y se marchó a su manera encantadora. En ese momento, Julie, quien se escondió en la esquina, salió después de disfrutar del espectáculo. Le recordó al CEO de HF: —La señorita Camela era la ex esposa del Sr. Jiménez. —Y luego se fue en sus tacones altos con varios gerentes de alto nivel del grupo de SL. Ciertamente, el CEO de HF sabía que Lola era la ex esposa de Jorge. Pero era su ex esposa, ¿no? Si se amaban, ¿por qué terminaron su matrimonio? Y entonces recordó de repente que Jorge solo dijo "mi gente. —Lola era su... ¿mujer? ¿Otra vez?

Cuando el director general de HF recobró el sentido, la mayoría de las personas ya habían abandonado el hotel. La fiesta de celebración estaba completamente desordenada. Tomás y Lola salieron del hotel. Quería llevarla de vuelta, pero Manolo estaba allí ahora, así que ya no había necesidad de eso. Solo acompañó a Lola hasta el auto de Manolo, y ella lo miró cálidamente. —¡Gracias por lo de hoy! —Lola expresó sinceramente su gratitud. Inesperadamente, Tomás y Manolo acudieron en su ayuda cuando ella la necesitaba. Estaban con ella y la hicieron sentir muy orgullosa y feliz.

Capítulo 244 Trataría a Estrella como mi propia hija Tomás amorosamente colocó su cabello suelto detrás de sus orejas y sonrió. —¿Qué tal si me invitas a cenar algún otro día para agradecerme? —Él no esperaba que ella dijera que sí. Para su grata sorpresa, Lola asintió bruscamente sin ninguna vacilación. — Oh no hay problema. ¡Claro que sí! —Realmente quería agradecerle adecuadamente. Lo que hizo por ella antes fue heroico. Por primera vez, Tomás había experimentado la sensación de ser halagado. Sentía más que nunca que necesitaba protegerla y cuidarla. —Vete a casa y descansa temprano. Trabajas demasiado duro. Tú también debes cuidarte. —Dijo en voz baja. Sabía que, como directora ejecutiva en funciones del Grupo SL, Lola estaba muy dedicada a su trabajo. Esperaba ser de ayuda para ella. Ella estuvo de acuerdo. Con una sonrisa amistosa, se puso el abrigo y se sentó en el auto de Manolo. —Tendré que lavar el abrigo y te lo enviaré mañana. Gracias por esto. —Se dio la vuelta para mirarlo y le prometió eso. Tomás asintió. Con un tono humorístico, dijo: —¡Oye, necesitas entregar el abrigo tú misma! Lola respondió con una sonrisa y el auto se fue. Tomás los vio salir y regresó a su propio auto. Su chófer lo saludó y salieron del estacionamiento. Pero tan pronto como el auto de Tomás desapareció en la distancia, el auto de Lola regresó. ¡Casi olvidó que necesitaba con urgencia ver a Jorge y hablar sobre Estrella! Salió del coche y miró a su alrededor. Pronto vio el auto de Jorge en el estacionamiento. No lejos de aquí, Jorge y Laura ya iban caminando hacia ella. —¡Jorge! —Lola gritó mientras corría hacia ellos. Él escuchó su voz y miró hacia arriba. Lola llevaba un abrigo y un par de tacones altos. No fue fácil usar los tacones de aguja. Lola se mostró cautelosa mientras corría. Laura lanzó una rápida mirada a Jorge. Sin decir nada, se sentó primero en

el coche. Ella no necesitaba ningún permiso para esto. Esto era por su hija. Jorge tenía sentimientos complicados sobre esto. Se sentó en el auto con Laura y fingió que no le importaba Lola. Cerró despiadadamente la puerta del auto en su cara. Sólo la mitad de la ventana del coche quedó abierta. Lola se apoyó contra la ventana. Mientras jadeaba por aire, preguntó apresuradamente: —Jorge, ¿dónde está Estrella? —Ella no está aquí. —Apoyándose en el asiento, respondió con los ojos cerrados. ¿Aqui no? ? ? Los ojos de Lola se ensancharon de ira. Su voz temblaba, — ¿Por qué no me la traes? —Le gritó. Su indiferencia sobre asuntos importantes siempre la enojaba. Jorge abrió los ojos. Con una mirada fría, él respondió: —¿Tienes alguna otra pregunta? Estoy un poco ocupado aquí. Lola golpeó sus palmas en la ventana del auto. Se quedó completamente sin palabras ante la respuesta de Jorge. Luego se volvió hacia Laura y le preguntó: —Laura, ¿amas a mi hermano o no? ¿Qué significa esto? ¿Qué clase de mujer eres? —Ella no tenía idea de lo que estaba pasando entre Manolo y Laura, pero de todos modos la desafió con la pregunta. La cara de Laura se puso pálida. Pensó en las palabras de su padre y luego dijo con voz suave: —Dile a Manolo que no lo amo. ¡El hombre que amo se llama... Jorge Jiménez! —Sabía cuáles serían las consecuencias una vez que le diera esta respuesta. No quería esto también. De ahora en adelante, ella no tenía nada que ver con Manolo y se había convertido oficialmente en la rival del amor de Lola. ... Bajo la tenue luz, Lola miró a la pareja con absoluta incredulidad. Jorge todavía estaba en su misterioso aspecto y Laura estaba algo perdida en sus pensamientos. Ambos realmente parecían extraños. Físicamente, eran una pareja natural, pero ambos tenían diferentes personalidades. Se quedó sola fuera del coche como una idiota. Su corazon saltó un latido. Lola se sentía desesperada en ese preciso momento. Se sentía tan sola. Amargamente curvó sus labios. Yolanda se había ido pero aquí venía Laura. ¿Por qué el destino no podía permitir que tanto ella como Jorge estuvieran juntos? ¿Eso nunca volvería a suceder? De repente, comenzó a lloviznar. Pequeñas gotas de lluvia la golpearon y mojaron su hermoso y largo cabello medio seco. Finalmente, abrió la boca y dijo con voz seca: —Jorge, solo devuélveme a

Estrella... ¡Te dejaré ir! ¡Realmente lo haré! Yo lo... prometo! ¡Sólo devuélveme a mi hija! El tiempo parecía inmóvil mientras la lluvia se hacía más pesada. El maquillaje de Lola comenzó a mancharse. Los apretados puños de Jorge revelaron sus verdaderos sentimientos y respondió con desdén: —Lola, durante los últimos cuatro años, ¿cómo me has estado tratando? La mantuviste como un secreto para mí. ¿Ahora te atreves a pedirla de vuelta? ¡Ya quisieras! ¡Ella es mi hija también! ¿Qué dijo? Lola no podía sentir sus piernas. Estaba empezando a sentirse realmente adormecida. Se sentó en el suelo, mirando el vacío frente a ella. Dentro del auto, Laura la tranquilizó: —Si pudiera estar con el Sr. Jiménez, trataría a Estrella como a mi propia hija. ¿Como su propia hija? ¡No, ella odiaría ver eso! —¡Sánchez, arranca el auto! —Su tono era tan frío y sin emociones. Nunca se había sentido tan sola así antes. Lola observó cómo se alejaba la limusina cuando su visión comenzó a empañarse. Por desesperación, ella gritó en voz alta: —¡Jorge Jiménez, te odio! Un paraguas apareció sobre su cabeza. Manolo le tendió la mano. — Hermana, vamos a casa —lo dijo mientras la ayudaba a levantarse del suelo. Manolo acompañó a Lola al carro. Cada uno de sus pasos era pesado y arrepentido. Dentro del coche, no hablaron en absoluto. Manolo tenía una vaga idea sobre lo que había sucedido. Su hermana estaba desconsolada. Pensó que la única razón sería que Jorge y Laura decidieran estar juntos. Manolo sonrió con amargura. ¡Qué chiste! ¡Su mujer iba a ser la nueva amante de su ex cuñado! Ese hombre no tenía emociones reales. Estaba absolutamente sorprendido... y enojado. La lluvia seguía cayendo cuando llegaron a la puerta de la casa Camela. Lola abrió la puerta del coche con tristeza y se dirigió al porche. Su abrigo estaba empapado. Abrió la puerta y entró directamente. No vio a nadie abajo. Era posible que sus padres no regresaran esta noche ya que el clima era muy malo. Subió las escaleras y llamó a la puerta de la habitación de su hermano. Yonata abrió la puerta. Inmediatamente supo que algo estaba mal cuando vio el rostro pálido y el cabello mojado de su hermana. —Oye, ¿estás bien? —Él frunció el ceño cuando notó su triste mirada. —Hermano, ¿Wendy podría acompañarme esta noche? ¿Te parece bien? — Wendy ya estaba en pijama. Llegó a la puerta y se sorprendió por la patética

mirada de Lola. —Lola, ¿qué te ha pasado? ¿Cómo es que dejas que la lluvia te empape? Te enfermarás mucho. —Tomó las frías manos de Lola y le preguntó con voz preocupada. Manolo también se dirigió al segundo piso. Yonata miró a su hermano menor y se confundió. ¿Por qué estaba él aquí y qué hicieron ellos? Todo parecía inusual. Wendy acompañó a Lola a su habitación. Los hermanos Camela fueron directamente al estudio. Manolo se sentó en el sofá con una cara sombría mientras trataba de ignorar las preguntas de Yonata. Él no estaba esquivando las preguntas. Simplemente no sabía qué decir. Tampoco sabía qué sentir. ¡Su hermana estaba en un desastre! Acababa de salir del avión esta noche. Todo lo que siempre quiso fue volver a casa silenciosamente. Pero su plan fue interrumpido con la llamada de Jorge. Dijo que su hermana necesitaba ayuda y que había organizado un grupo de hombres fuertes. Lo que Manolo tenía que hacer era ir al hotel con esos hombres fuertes para salvar a su hermana. ¡Sería un error decir que Jorge no amaba a su hermana! ¿Cómo podría Jorge amar a alguien más? ¿Realmente amaba a Laura? Pero de hecho, él todavía la lastimó al final... Entonces, ¿de quién fue la culpa? Él mismo no tenía la respuesta. Yonata no podía hacerlo hablar. Fumaba un cigarro tras otro con ansiedad. Finalmente perdió la paciencia. Con una patada en la pantorrilla de Manolo, él soltó: —¿Fue Jorge? Vamos, dime ahora. Yo también soy parte de la familia. Merezco saberlo. —¡Estaba bastante seguro de que debía ser él! Estrella todavía estaba en el país C. Las cosas se estaban complicando. ¡Su hermana definitivamente estaba escondiendo algo, ya que Estrella no solo se quedó con Jorge por un par de días! Esto se estaba yendo de las manos...

Capítulo 245 La actitud de Jorge Manolo tuvo la corazonada de que debería decir algo bueno de Jorge porque antes le había hecho muchos favores. Pensó que Jorge quería algo a cambio. Sin embargo, se tragó todo lo que estaba a punto de decir. Él simplemente no podía ser falso a sí mismo. En su lugar, solo dijo: —Es asunto de Lola. ¿Por qué no le preguntas tú mismo? ¡Yo tampoco sé mucho sobre eso! Yonata miró fríamente a su inquieto hermano y le respondió: —¿De qué te sirve entonces? ¿No sabes cómo proteger a Lola? ¡Es nuestra hermana, por el amor de Dios! Manolo se sintió ofendido por sus comentarios. La verdad era que no siempre estuvo en el país A. Su hermana siempre había tenido mal genio. Ella siempre había sido una chica valiente. La única persona que realmente podía lastimarla era Jorge Jiménez. La pregunta era, ¿qué podría hacer él para enfrentar a Jorge sobre esto? ¡Le debía muchos favores a ese tipo! Él simplemente no podía dejarlo así. Ya le había regalado un coche y un departamento. A veces se sentía como si fuera la amante de Jorge por la forma en que lo había consentido. Incluso la compañía para la que trabajaba ahora pertenecía a Jorge. Pensándolo bien, sintió que algo estaba realmente mal aquí. Se dio cuenta de que podía ser solo una marioneta para Jorge. Una cosa de la que estaba seguro era que Jorge definitivamente amaba a su hermana. No se podía negar eso. Pero como era un asunto privado, él y su hermano deberían mantenerse al margen. Jorge y Lola ya tenían edad suficiente para resolver sus problemas. La mente de Manolo acababa de volverse un desorden. No había resuelto su propio problema, sin embargo, aquí vino el problema de su hermana. ¡Necesitaba desesperadamente un poco de paz y consuelo! Ignorando la mirada furiosa de su hermano mayor, salió del estudio y regresó a su habitación. Lola tiró su ropa mojada a un lado y entró al baño. Se sintió mucho mejor después de una ducha caliente, pero emocionalmente, no podía dejar de doler todavía.

El costoso abrigo de Tomás parecía arruinado. Sintió pena por él y planeaba comprar uno nuevo mañana. Wendy se sentó en la cama con un secador de cabello en la mano. Al ver a Lola tan perdida en sus pensamientos, sonrió y le pidió a Lola que se acercara para poder secarle el cabello. Era la cuñada de Lola, pero siempre se había comportado como su madre. En el fondo, se sentía agradecida por su familia ya que tanto Lola como su suegra la trataban muy bien. Wendy se sintió obligada a devolver su amabilidad de vez en cuando. La habitación estaba en silencio, y solo se escuchaba el sonido del secador de pelo. Lola no tenía ganas de hablar en absoluto. Wendy respetó eso y tampoco le hizo preguntas. Sabía que si Lola quería hablar, lo habría dicho todo hacía mucho tiempo. No tenía sentido que molestara a Lola con un montón de preguntas si no estaba de humor para hablar. Pero esta noche, Wendy la acompañaría a dormir. No quería que Lola estuviera sola con sus pensamientos en este momento. Miró su piel sana y perfecta y sonrió. —Cuñada, ¿no estás súper feliz con mi hermano? —Podía decir por su aura radiante que estaba en un matrimonio muy feliz. Wendy se sintió un poco tímida y susurró: —Basta. ¡Siempre me sentiría feliz una vez que tú y tu madre estén en casa! —En cuanto a su marido tranquilo y sin emociones, ¡ella no estaba tan interesada en él! Wendy se sonrojó cuando una gran sonrisa se extendió incontrolablemente sobre su cara. Lola miró a Wendy y se sintió verdaderamente feliz por ella. ¡Ella había tomado la decisión correcta en ese entonces! Qué suertuda... —Wendy, él no me devolverá a Estrella. Extraño mucho a mi hija. —Lola finalmente abrió su corazón y compartió sus preocupaciones con Wendy. Al escuchar sus palabras, Wendy frunció el ceño e inmediatamente se sintió más triste. Fue muy difícil lidiar con eso. Jorge Jiménez era un hombre de poder y capacidades ilimitadas. No tenían ninguna posibilidad de ganar para recuperar a Estrella por la fuerza. Sería tan inútil. —¿Por qué no se casan otra vez? —Sería bueno para los dos. Estrella podría ver a su madre y a su padre más a menudo. Más importante aún, ella los vería a ambos. Lola pensó en casarse con él de nuevo. ¡Sin embargo, su actitud fue tan desagradable que literalmente la volvió loca! Además, ahora tenía una nueva chica. —No sé por qué estaba tan enamorado de Laura ahora. No sé si él realmente la ama, o simplemente está insistiendo que no. —Ella murmuró. Por lo que ella sabía, Laura solía estar en la ciudad D todo el tiempo. No

podía entender por qué estaría aquí. Lola estaba muy confundida. —¿Laura? ¿Es esto cierto? —Wendy recordaba a esa dama. Hacía mucho tiempo, tanto Laura como Lola fueron reconocidas por la clase alta de la ciudad D como las mujeres más hermosas de la ciudad. Entonces Laura se desvaneció del escenario. No fue hasta ahora que volvió a aparecer. Pero fue tan extraño que ella se presentara como la amante de Jorge. —No tienes idea de cuánto lo odio ahora. ¡Yolanda era historia, pero Laura se había hecho cargo de su papel! —Sabía que Jorge estaba en el ámbito todo este tiempo. A ella no le podía importar menos. Sin embargo, tanto Yolanda como Laura eran obviamente serias en tener una relación con él. Wendy trató de consolarla. —Es normal. Jorge Jiménez es un hombre bien establecido que debería haber algunas mujeres a su alrededor tratando de ganarse su corazón. Es algo con lo que deberías aprender a vivir, Lola. —Yolanda Moza y Laura Muñoz eran dos nombres bien conocidos. Apostó que había otras mujeres de las que Lola ni siquiera sabía. Lo más importante aquí era la actitud de Jorge. —Me siento tan mal ahora. Realmente me vuelve loca con su actitud. Cuando me mostraba su amor y cuidado, me sentía como si estuviera en la cima del mundo. Sé que no lo estaba fingiendo. Pero cuando era cruel conmigo, su frialdad podría matarme. ¡Sé que él tampoco lo estaba fingiendo! ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo puedo hacerle eso a alguien que ama? —Se decía que los corazones de las mujeres eran imposibles de adivinar. ¡La mente de Jorge era aún más difícil de leer! Acostada de lado, Wendy miró a Lola con atención y dijo: —¿No crees que actúa así porque está enojado contigo por mantener a Estrella lejos de él? Cuanto más te ama, más se sentiría perjudicado por ti. ¡El sentimiento era tan fuerte que finalmente perdió el control de su corazón y todas sus emociones se convirtieron en odio! Lola, Estrella es su hija. —Eso explicaría su actitud indiferente. Lola negó con la cabeza confundida. Nunca se le ocurrió que Jorge estaría tan loco. —¡Él está exagerando! ¡Le dije la verdad! Pensé que sería feliz... — Ella frunció el ceño en señal de angustia. Las dos mujeres conversaron hasta tarde esa noche, pero Lola todavía estaba deprimida. Una de las ideas de Wendy en realidad tenía sentido, Lola debería fingir salir con otro hombre. Si Jorge todavía la amara, definitivamente actuaría y evitaría que sucediera. Después de todo, se sabía que Jorge era un hombre dominante y egoísta. Él no toleraría que ella estuviera con otro hombre. Lola decidió llevar a cabo este plan para ver si a Jorge le importaba o no. Si

él la rechazaba de nuevo, ella realmente se rendiría para siempre. Para entonces, ya no era su problema si ella se casaba con otro hombre o no. Ella también merecía ser feliz. Lo suficientemente justo. ¡Ahora era el momento de la batalla para ambos! La lluvia paró a la mañana siguiente. El clima era brillante. Lola fue a la compañía en el carro de su hermano. Para evitar recordar lo dolida que estaba, se dedicó al tedioso trabajo. Para la hora del almuerzo, tenía tiempo para llamar a la Sra. Durán y consiguió con éxito las respuestas que necesitaba. Al principio, sin embargo, la Sra. Durán no estaba dispuesta a hablar de Estrella. Pero como Jorge no le prohibió específicamente que dijera la verdad, le dio a Lola la dirección de la escuela infantil de Estrella. Dos días después, Lola voló al país C. No se contactó con Jorge por días. Echaba de menos a su hija porque no había hablado con ella durante días. Esos días fueron una tortura para ella. Pero gracias a la dirección dada por la Sra. Durán, Lola finalmente vio a su hija en el jardín de niños. Se emocionó tanto que estalló en lágrimas. ¡Su Estrella, su dulce bebé! Como nunca había ido a la escuela, Lola tuvo que explicarle a la maestra que ella era la madre de Estrella. El fuerte abrazo de Estrella y su feliz sonrisa finalmente convencieron a la maestra. Ella tomó a su hija de la mano y salieron de la guardería a toda prisa. Tan pronto como se fueron, la maestra llamó a Jorge y le explicó lo que había sucedido. Jorge se detuvo al escuchar las noticias. Entonces él simplemente dijo: — Está bien. No necesitaba saber más. Esperaba que esto sucediera. Terminó la llamada. Sabía con seguridad que Lola no podría llevarse a Estrella con ella. No le importaba que estuvieran teniendo un rato de madre e hija en este momento. Lola planeaba sacar a Estrella del país. Tenía un plan que después del almuerzo, llevaría a Estrella directamente al aeropuerto. Sin embargo, su plan fracasó. A mitad de camino hacia el aeropuerto, su taxi fue detenido por el auto de Jorge. ¡Salió de la nada! ¡La mirada fría y asesina en sus ojos la asustó! ... Ella y Estrella fueron llevadas inmediatamente a la mansión. Dentro de la mansión. La puerta de la mansión fue cambiada por dos tablas de ébano. Parecían más altas y más grandes. Parecía que Jorge ya había aprendido su lección. Jorge le dejó claro al equipo de seguridad que a ninguna persona se le

debería dar permiso para irse. Con estas palabras, regresó a la empresa para terminar su trabajo. Lola no dejaría escapar la posibilidad de llevar a su hija a casa. Sin embargo, tan pronto como se acercó a la puerta, el equipo de seguridad apareció y la detuvo a tiempo. Tuvo que volver a la mansión con su hija. Allí, jugaban con algunos juguetes juntas. Lola incluso se bañó con Estrella antes de acostarla. Miró con cariño su cara dormida. Lola apreciaba cada momento que tenía con Estrella. Eran tan preciosos para ella. Pronto, serían mundos separados otra vez. Justo cuando Lola estaba a punto de quedarse dormida al lado de la cama, se despertó con una corriente de brisa fresca. Ya eran las once de la noche. Inmediatamente abrió sus ojos pero solo encontró a Jorge parado a su lado, mirándola sin emociones en su rostro. Su visión todavía estaba borrosa pero llegó a sus sentidos en segundos. Ahora estaba en la habitación de Jorge. La llevó aquí por la fuerza. Echó un vistazo a su hija dormida y juntó su coraje para enfrentar a Jorge. Lola se tocó la cosa en el bolsillo mientras sostenía valientemente la mano de Jorge. Juntos, salieron del dormitorio. En el balcón. Las estrellas brillaban en el cielo oscuro como millones de diamantes. La fría brisa del mar hizo temblar a Lola. Pensando en su próximo movimiento, Lola sintió un sudor frío formándose en su frente. Jorge tenía una camisa gris. Parecía relajado mientras se apoyaba contra la silla en el balcón. Lola apretó su puño. ¡Tenía que hacer esto por el bien de su hija! Sin previo aviso, se arrodilló sobre una rodilla y dijo: —¡Jorge, te lo voy a proponer! ¡Necesito que te cases conmigo! ... Jorge se quedó completamente sin palabras por el movimiento de Lola. Se sintió muy ofendido por su propuesta. Esta era la menor de sus expectativas. ¡No tenía idea de que él, como hombre, sería propuesto por una mujer como esta! Lola entró en pánico e inmediatamente quedó indefensa. A juzgar por el rostro sombrío de Jorge, ¡había arruinado las cosas! Antes de que ella se diera cuenta, Jorge la agarró del brazo y la levantó. La obligó a apoyarse contra la pared y gritó con voz grave: —Lola, ¿estás loca? Lola esquivó su mirada enojada, se cubrió la mano y con fuerza colocó un anillo de plástico en su dedo meñique. Era un anillo que ella había traído de la tienda de juguetes para niños.

El anillo era demasiado pequeño para su dedo. Se pegó en el primer nudillo. Jorge miró increíblemente el anillo de plástico. Sinceramente, no podía sentirse más molesto. Se quitó el anillo sin decir nada. Al segundo siguiente, ¡arrojó el anillo al océano profundo con toda su fuerza! Lola lo miró con gran decepción. Su plan se llevó a cabo como había esperado. Ella no estaba segura de que su propuesta funcionara. Había esperado esto, de todos modos. Para no gastar dinero en el anillo de diamantes si su propuesta fallaba, ella compró uno de plástico por si acaso. Si Jorge aceptara casarse con ella, ¡a ella no le importaría comprarle un anillo de diamantes de diez quilates más adelante! Mirando el interminable océano, Lola echó su largo cabello hacia atrás. ¡No importaba, todavía valía la pena intentarlo! Se lo merecía. Ya que era un asunto entre ella y Jorge, ¡no se sentía avergonzada en absoluto! Nadie lo sabría. El pensamiento la alivió. Lola caminó lentamente hacia el dormitorio. Sin embargo, fue detenida violentamente por Jorge. Parecía tan peligroso cuando la forzó contra la pared y dijo bruscamente: —¡Tú! ¿Cómo te atreves a insultarme y alejarte? ¡De ninguna manera! ... Lola se sorprendió por su acusación. Ella definitivamente no quería insultarlo. Bien. Tal vez su anillo era barato. Pero ella solo lo compró en caso de que él rechazara su propuesta. Un verdadero anillo de diamantes sería una pérdida de dinero, ¿no? Ella sólo estaba siendo práctica. Sacudió la cabeza y dijo con voz deprimida: —Sr. Jiménez, por favor, no me malinterprete. Pero solo lo hice por el bien de Estrella. Sólo quiero que ella esté con sus verdaderos padres. ¿Qué quería decir? ¿Que solo propuso casarse con él por el bien de su hija? Jorge se enojó más con sus palabras. Se inclinó, presionó sus labios contra los de ella y la besó ferozmente como castigo. Lola lo empujó y salió corriendo del balcón. Acababa de rechazar su propuesta. Entonces, ¿por qué la besó? ¡Qué idiota! Con una sonrisa, Jorge secretamente puso la cosa que debía tirar en su bolsillo. Caminó detrás de ella y la hizo retroceder una vez más. Esta vez, la obligó a recostarse en la silla del balcón. —¡Despreciable! ¡Imbécil! ¡Déjame ir! Oye... . Oh. Sus gritos finalmente se detuvieron cuando él selló sus labios con su boca. En el dormitorio, Estrella se había dado la vuelta mientras dormía. Ella tenía una

dulce sonrisa en su rostro. Estaba soñando con sus padres. Se estaban besando Qué dulcemente vergonzoso... ... La noche fue larga. No se oía más charla aparte de gemidos apagados, suaves y dulces. Cuando llegó el amanecer, Jorge llevó a la durmiente Lola al baño. También ordenó a su jet privado que esperara en la mansión. Una hora más tarde, Lola fue llevada a la cama en el avión mientras todavía dormía. Finalmente se despertó de su sueño. Al darse cuenta de que estaba en el avión, Lola se incorporó de inmediato. Corrió hacia la ventana del avión. ¡Qué demonios! Ese idiota la había enviado de regreso al país A. El avión acababa de aterrizar en la tierra de la casa Camela. Wow, lo había vuelto a hacer. Vio a su abuelo con muletas caminando hacia el avión. A pesar de sentirse débil en los músculos de sus piernas, Lola salió corriendo del avión para saludar a su abuelo. Al salir, ella agarró su bolso de la guardaespaldas. —¡Abuelo! —Lola lo saludó con una gran sonrisa mientras lo ayudaba con las muletas. Los dos caminaron de regreso a la casa juntos. Landon, con curiosidad, miró el avión mientras despegaba y preguntó con los ojos entrecerrados: —Lola, ¿de quién es ese avión y dónde estabas anoche? Siempre debes tomar un descanso de vez en cuando. No te metas demasiado con el trabajo. Lola estaba avergonzada por las preguntas. Pensó en sus excusas y explicó: —Estaba en un viaje de negocios en el país C. Me necesitaban en la sede allí. Cuando la reunión se acabó, el CEO me envió de vuelta en su jet privado. Landon asintió como si estuviera completamente convencido. Mientras caminaban hacia la casa, de repente dijo con una sonrisa en su rostro: —¿No es el CEO Jorge Jiménez? ... Su abuelo tenía una sonrisa tan sarcástica que Lola sabía que él estaba jugando una mala pasada. —Abuelo, solo fui a ver cómo estaba Estrella. —Dijo mientras bajaba la cara con vergüenza. Al escuchar el nombre de Estrella, Landon se detuvo. —¿Estrella va a regresar? —La verdadera pregunta estaba en la punta de su lengua. Quería preguntarle cuándo volverían a hacer el nudo. Escuchó rumores de que el país C pronto sería testigo de una buena noticia. Jorge Jiménez estaba a punto de comprometerse con la hija mayor de la familia

Muñoz del país Z. Si ese fuera el caso, nunca perdonaría a Jorge, ¡incluso en su lecho de muerte! Lola parpadeó. Escondió sus verdaderos sentimientos mientras trataba de consolar a Landon. —No te preocupes. Lo arreglaremos muy pronto. Jorge todavía me ama. Puedo sentirlo. —Pero ella sabía que eran solo sus buenos deseos. La verdad fue que su propuesta fue rechazada y él la besó por la fuerza como castigo. El pensamiento puso triste a Lola. Landon tenía la edad suficiente para ver a través de sus mentiras. Sin embargo, no la expuso, simplemente dijo: —¡Será mejor que lo hagas! No tiene sentido arrastrar el tema. Ahora eres una adulta y confío en que puedas tomar las decisiones correctas. —Por supuesto, abuelo. —Lola suspiró profundamente. El tiempo pasó tan rápido. Después de algún tiempo, ya había pasado una semana. Lola se dio cuenta de repente de que todavía le debía a Tomás su traje y una cena. Sacó su teléfono y marcó su número. Él respondió a su llamada de inmediato. Parecía que él estaba esperando su llamada todo el día. — ¡Finalmente me llamaste! Espero que no te hayas olvidado del... Al escuchar su voz, Lola se rió. —Lo siento. He estado ocupada. ¿Qué tal una cena conmigo esta noche? —¡No hay problema! —Llevaba días esperando la invitación de Lola. Tomás se sintió tan emocionado.

Capítulo 246 Un anillo de plástico Terminaron la llamada cuando acordaron que Tomás la recogería más tarde. Lola terminó su trabajo rápidamente y luego, abruptamente, salió de la oficina. Tomás, después de retirarse del puesto, tenía más tiempo libre. Incluso tenía menos asuntos que hacer que Lola en este momento. Cuando Lola estaba saliendo de la oficina, Tomás ya estaba allí esperándola. Al verla con unos pantalones amarillos, inmediatamente se acercó. —Puedo ver en tus ojos que ya estás cansada. —A veces, pensaba renunciar a su trabajo actual para acompañarla y ayudarla en su trabajo diario. Siempre parecía estar tan agotada. Lola negó con la cabeza. —No demasiado. Estoy acostumbrada a eso. — Ella podría soportar eso. Los dos subieron al auto de Tomás. No llevó al conductor con él esta vez, así que él mismo condujo hasta el hotel. Después de todo, quería pasar un tiempo a solas con Lola. Llegaron a la Casa Flora. Habían estado aquí un par de veces y a ambos les encantó la comida y el ambiente. Tomás hizo una reservación para una habitación privada aquí de nuevo. Al igual que la vez anterior, primero tomaron el té cómodamente antes de cenar. Pronto terminaron de comer y Lola se excusó para ir al baño. En Grupo SL, en el país C. Después de un largo tiempo de tratar y trabajar en su negocio, Jorge se sentó frente a las ventanas francesas para relajarse. Había sido un día largo y agotador. Sacó algo de su bolsillo y se lo puso en la mano. ¿Qué estúpida y atrevida era Lola para comprar un anillo de plástico para engañarlo? El hombre miró el anillo por un rato y tomó una decisión. Sacó su teléfono celular y desbloqueó el número de teléfono de Lola. Sin dudarlo, lo marcó.

—Hola." Una voz de hombre se escuchó al otro lado del teléfono, lo que pellizcó el corazón de Jorge. Si no adivinó mal, esta voz firme y familiar debía ser Tomás Herrero. ¡Los dos seguían juntos! ¡En esta misma noche! —¡Lola, realmente estás buscando la muerte! —Jorge pensó. —¿Dónde está ella? Al escuchar esta voz fría, Tomás levantó las comisuras de sus labios y dijo lentamente una palabra: —Baño. Si estaba diciendo la verdad o no, Jorge todavía se enojaba y colgaba directamente. No le importaba, de todos modos. O al menos él pretendía eso. Arrojó el teléfono sobre su escritorio y se deslizó desde el escritorio hasta el suelo. No le importaba en absoluto. Poniendo el anillo de plástico justo frente a él, se dijo a sí mismo: —Lola, coqueteas con otros hombres a mis espaldas, ¿y quieres a mi hija? Eso no está sucediendo. No puedes faltar al respeto de esa manera. ¡De ninguna manera! Tomás le contó a Lola sobre Jorge cuando salió del baño. —Jorge Jiménez te llamó hace un momento. —Sería mejor no decirle más. Tenía que jugar algunos trucos si quería tener a Lola. ¿Jorge la llamó? Al escuchar esto, Lola se sorprendió con sus ojos ampliamente abiertos. Bueno, eso significaba que él había eliminado su número de la lista de bloqueados y estaba llamando para decir algo importante. ¿Finalmente se había arrepentido del asunto de Estrella? Volvió a llamar rápidamente, pero nadie respondió, aunque lo intentó varias veces. Y como consecuencia de llamar varias veces su número se agregó nuevamente a la lista negra... Lola colgó el teléfono decepcionada. ¡Él no la llamaría para hablar de Estrella con tal actitud! ¡Qué hombre tan raro! Lola se puso un poco triste cuando estaba terminando su cena. Pero eventualmente recobró el sentido y se dio cuenta de que estaba con Tomás cuando miró el hermoso paisaje exterior. No debería traer sus emociones con Jorge aquí esta noche. Le debía a Tomás un gran favor. Le sonrió al hombre a su lado. —La última vez, en realidad rompí tu traje. La lluvia lo arruinó por completo. Vámonos. ¡Te compraré uno nuevo ahora! Tomás ciertamente no rechazaría algo tan bueno. Fueron de la Casa Flora al centro comercial. En el centro comercial Auchan. Lola y Tomás fueron directamente al piso de ropa de hombre, charlando mientras caminaban. Atrajeron la atención de muchas personas con su hermosa apariencia. Realmente se veían lindos cuando estaban juntos.

Mucha gente reconoció a Tomás y los siguió, tratando de no molestar. Los dos entraron casualmente en una tienda de moda masculina de marca internacional. Lola, que llevaba unos zapatos de tacón alto de cinco centímetros, tropezó de repente mientras se abría camino hacia adentro. Tomás inmediatamente atrapó su cuerpo y la abrazó con fuerza. Esta escena fue vista por una mujer cercana que jugaba con su teléfono. Deslizó la cámara y le tomó una foto a la vez. Luego tomó algunas vistas frontales más que podrían probar concretamente que las dos personas eran Lola Camela y Tomás Herrero. Lola se puso de pie mientras se sonrojaba de vergüenza. —¡Gracias! —Era tan embarazoso que ella no viera sus pasos. ¡Tomás miró su cara tímida y se sintió bien! —Está bien. ¿Te lastimaste los pies? —Preguntó con tono preocupado. Lola negó con la cabeza. —¡No, vamos a elegir un abrigo para ti! Caminaron juntos frente a los trajes hechos a mano y comenzaron a escoger. Pero Tomás no miró los trajes en absoluto. No pudo evitar mirar a Lola, que estaba seleccionando cuidadosamente un traje perfecto para él. Le gustaría siempre que ella eligiera por él. No le importaba en absoluto. —Bueno, ¿qué hay de este? —Lola señaló una chaqueta de traje oscuro de color sólido y le pidió su opinión a Tomás. Ella realmente se veía tan encantadora y linda. Tomás miró a la vendedora detrás de él y le guiñó un ojo. La vendedora supo inmediatamente qué hacer. Se quitó el abrigo y se lo dio para que se lo probara. El clima estaba un poco caluroso esta noche. No llevaba una chaqueta y llevaba una camisa blanca informal en el interior. Una parte del collar estaba metida cuando él lo usaba y Lola tomó la iniciativa para ponerlo en orden. Mirando a la pequeña mujer frente a él, Tomás nunca se había sentido así. Parecía estar sonrojándose un poco. Anteriormente, toda su ropa era hecha a medida por sastres. No tenía tiempo para comer, y mucho menos comprarse un abrigo listo para usar. —Bueno, mírate en el espejo. ¡Te ves muy guapo! —Lola realmente lo elogió. Tomás tenía un cuerpo cincelado y sus rasgos eran como haber sido tallados por Dios. Si Jorge Jiménez pertenecía a lo mejor de lo mejor, entonces Tomás Herrero era el mejor. Su cuerpo era una perfección. Tomás se miró en el espejo y le pidió a la vendedora que seleccionara una corbata. Se veía muy bien.

Mientras probaban otro abrigo que también se veía bien, una repentina voz femenina los interrumpió: —¿No es esta la señorita Camela? ¿De compras con un hombre? Qué familiar era la voz. Lola sabía quién era, incluso si no miraba hacia atrás. Tomás miró a la pequeña mujer que no cambió su expresión. Ahora lo estaba haciendo bien y había aprendido a no exponer sus emociones. Lola recogió la corbata y se la entregó. —Prueba esta. —Tomás se la probó obedientemente. Ignoraron completamente a la mujer detrás de ellos, lo que hizo que Yolanda Moza rechinara los dientes con ira. —Yolanda. —Una voz vino de detrás de ella. Era Manuel Yolanda dejó de intentar hablar con ella y caminó hacia Manuel. —Bueno, ¿has decidido? —Ordenando sus emociones, le sonrió a Manuel. Ella fue capaz de controlar sus emociones bien. —¿Qué hacías justo ahora? ¿Dónde está mi mamá? ¿La has visto? — Manuel miró a su alrededor. Arrojó el teléfono sobre su escritorio y se deslizó desde el escritorio hasta el suelo. Yolanda tomó el brazo de Manuel y se dirigió a otra área. —Tu madre ha ido al baño y regresará pronto. ¿Te gusta ese? Déjame comprarlo para ti! Solo elige lo que quieras. Al oír esto, Manuel se echó a reír. —¡Me va a gustar, siempre y cuando sea comprado por ti! Sin preocupaciones. Desde la cancelación de la boda con Jorge, Yolanda había estado deprimida en su casa durante mucho tiempo. Se había vuelto tan delgada y ya no se había ocupado de su aspecto. Sin embargo, Manuel vino al país A en un viaje de negocios, así que se llevó a Yolanda con él. Podía que Manuel no fuera la persona a la que realmente amaba, pero estaba muy agradecida de tenerlo.

Capítulo 247 Una amiga de tu hermano En ese mismo momento, finalmente apareció la madre de Manuel. Después de revisar los artículos que compraron, estaban a punto de irse. Antes de irse, Yolanda deliberadamente miró a Lola. —¿No te encantó tomar fotos y enviármelas? Esa es tu forma de echarme, ¿verdad? Ahora te pagaré de la misma manera. Sólo espera, fenómeno. —Yolanda se burló. Lola no sabía lo que quería decir en ese momento. Finalmente, Tomás y Lola seleccionaron dos corbatas y una chaqueta de traje. Fiel a su promesa, ella pagó por todo. —¡Gracias! —Tomás llevaba la bolsa de muy buen humor. Era como un niño que acababa de recibir un juguete. Hoy marcó la fecha en que Lola le dio un regalo por primera vez. En la mansión, del país C. Jorge le estaba contando a Estrella la historia de El Lobo y El Cordero. En menos de cinco minutos, el angelito se quedó dormido. Esta era una rutina para ellos todas las noches. A su hija le encantaba que le contaran historias. Dejó el libro y besó suavemente la frente de su hija antes de levantarse de la cama. El teléfono que dejó a un lado sonó cuando notificó un nuevo mensaje. Lo tomó y abrió el SMS. Un número desconocido le envió un mensaje. Abrió las fotos, y el amor paternal en su rostro desapareció sin dejar rastro. Sintió ira profundizar en su corazón. En una de las fotos, una mujer estaba fuertemente sujeta por un hombre en sus brazos. Las otras eran fotos de la misma mujer comprando trajes para el hombre. Esa familiar y encantadora sonrisa picó sus ojos. —¡Lola Camela, te atreves a estar con otro hombre a mis espaldas y coquetear con él! —Jorge estaba furioso. Se paró en el balcón mientras observaba el mar infinito. Jugó con su teléfono en la mano y marcó un número. —Transfiere a Tomás Herrero del país A. No importa a dónde sea transferido, siempre y cuando no esté en el país A. Hazlo ahora.

Al colgar, dejó el teléfono a un lado y sacó el anillo de plástico del bolsillo. —Lola, esta vez haré que voluntariamente caigas en mis brazos y hacerte aprender a apreciar a todas las personas que te cuidan y... a amarme con todo tu corazón. Unos días más ocupados pasaron rápidamente. Lola estaba demasiado ocupada todos los días, pero no dejaba de pensar en Estrella de vez en cuando. Cuando estaba mirando cuidadosamente los detalles de operación de la fábrica, la computadora notificó un nuevo correo electrónico. Lo abrió y descubrió que era un correo electrónico de la compañía enviado por el mismo Jorge. Era un aviso, en dos días todos los CEO en funciones tendrían una reunión en la compañía de la sede. Este tipo de reunión era normal. Cuando ella no estaba en la oficina antes, el ex director ejecutivo a menudo acudía a la sede del País C para reuniones. Pero, la idea de ir al país C otra vez... ¿Podría ver a Estrella? Había estado deseando verla. Extrañaba mucho a su bebé. Había sido un largo tiempo... Irritada, después de cerrar el correo, hizo los preparativos para la reunión. Para Lola, quien ahora estaba involucrada en asuntos de negocios, dos días pasaron en una brisa. En el aeropuerto. La mente de Lola, al mirar fijamente el boleto de avión en su mano, comenzó a vagar. Iba a ver a ese hombre otra vez. Era como ayer que los dos se habían visto por última vez. Ahora, ella lo vería de nuevo. Parecía no estar lista para esto... Su teléfono sonó exactamente diez minutos antes de abordar. Era Wendy. Estaba demasiado ocupada estos días así que se quedó y durmió en la compañía todo el tiempo. ¿Por qué llamaría Wendy a esta hora? Ella felizmente contestó el teléfono. —Hola. El otro lado estaba en mero silencio. Lola comprobó el teléfono y confirmó que la llamada aún se estaba conectando. —¿Hola? " —Lola. —Wendy comenzó a hablar en un tono vacilante y Lola inmediatamente sintió que algo andaba mal con ella. —¿Qué pasa? Dime por favor. Wendy. —Se sentó en un banco cercano y escuchó atentamente a Wendy. Wendy hizo una pausa, —Lola, tu hermano y una mujer... durmieron juntos. —Sus lágrimas cayeron ante el pensamiento de la escena que ella imaginó en su mente. ¿Cómo podía ser? ¡Su hermano no era ese tipo de persona! ¿Qué podría

llevarlo a hacer tal cosa? "¿Lo viste con tus propios ojos? —Sí, esa mujer... estaba tendida en los brazos de tu hermano. No puedo creerlo... —Wendy gritó. Lola también estaba confundida. ¿Cómo pudo su hermano hacer esto? "¿Hubo algún malentendido entre ustedes dos? ¿Qué dijo mi hermano? ¡No podía ser! —No. He estado con mi madre por dos días ... Tu hermano no me envió un solo mensaje ni intentó llamarme . —Llamó a Lola porque realmente no sabía qué hacer. No quería que Lola se preocupara por ella. Lola la consoló. —No llores. Lo llamaré ahora mismo. Ya sabes, él no es ese tipo de persona. No te pongas inmediatamente triste. Podremos resolver esto de inmediato. Wendy trató de calmar sus emociones. Era cierto que Yonata no era ese tipo de persona. Siempre regresaba a casa sin importar lo tarde que fuera. Esperará la llamada de Lola. Todavía tuvo fe en su marido. Después de colgar el teléfono, Lola llamó a Yonata de inmediato. Sin embargo, fue una mujer quien contestó el teléfono. —Yonata está ocupado. ¿Qué pasa? —¿No debería su hermano estar en el ejército en este momento? Él ya debería estar allí. Lola frunció el ceño y contestó fuertemente: —¿Quién eres? ¿Dónde está Yonata? Sharon sonrió mientras escuchaba sus preguntas. La hermana de Yonata era realmente de mal genio. ¡Pero ella realmente no era nadie! Acababa de casarse con un hombre poderoso hacía mucho tiempo, ¡y eso era todo! "Lola, soy amiga de tu hermano. Y ahora se está bañando. ¡Tomando un baño, y una mujer contestando el teléfono en la habitación! ¡Wendy tenía razón! —¡Llama a la puerta y pídele a mi hermano que conteste el teléfono! ¡Ahora! —Dijo con frialdad. Sharon miró el teléfono con desdén. —¿Quién se cree que es? ¡No es nadie delante de ella! —Pensó Sharon. —Creo que eso no será apropiado... —¿Realmente sabes lo que no es correcto? Si conoces el significado de eso, entonces, ¿por qué eres una amante? ¿Eres descarada? —Lola levantó la voz, atrayendo mucha curiosidad de las personas que la rodeaban. Recordó que este era un aeropuerto, así que se levantó y encontró un lugar tranquilo para continuar la llamada. Cuando escuchó que Lola la llamaba amante y descarada, Sharon perdió los estribos. —Esa mujer es la amante. ¡Yonata y yo realmente nos amamos! ¡Yo fui la primera aquí!

Lola se burló. —¿Y qué si realmente se aman? ¿A dónde fuiste antes de que mi hermano se casara? ¡Lo dejaste! Ve y pídele a mi hermano que conteste el teléfono. No quiero hablar con una amante. ¡Me da asco! Sharon agitó los puños con rabia. ¡Si Lola estaba frente a ella, ya debían de haberse sacado los dientes! El baño se quedó en silencio. Sharon trató de controlar sus emociones. — Tu hermano acaba de salir del baño ahora mismo. Espera un minuto. El hombre salió del baño envuelto en una toalla de baño y frunció el ceño cuando vio a Sharon. —¿Por qué sigues aquí? —Al ver su teléfono en su mano, él lo tomó de inmediato. —¿Una llamada de Lola? ¿Por qué me estaba llamando ahora? —Yonata estaba confundido. —Lola. Lola finalmente oyó la voz de Yonata. —Hermano, ¿qué estás haciendo? ¿Estás loco? —Ante la pregunta de Lola, Yonata estaba desconcertado. —¿Por qué? ¿Qué pasó? —Tenía muchos reclutas en estos días, lo que lo tenía muy ocupado. ¿Qué le pasó a su hermana? Lola escuchó a Yonata preguntarle qué pasó. ¿Cómo podía él todavía negar lo que estaba haciendo? Cerró los ojos y se dijo así misma que no se enojara. —Hermano, ¿dónde estás tú y Sharon en este momento? ¿Dónde está mi cuñada? Ya estás casado. ¿Te importa eso? Al oír eso, Yonata pensó por un momento. No había contactado a su esposa estos últimos días. ¿Qué le pasó a ella? Luego miró a Sharon, que estaba sentada en el sofá, pensando en todo lo que pasó. Nada sucedió ese día y Wendy no podría haber sabido nada al respecto.

Capítulo 248 Divorciate de ella —Dilo. —Yonata caminó hacia la ventana, mirando el paisaje. —Wendy me llamó y te vio dormir con Sharon. Ha estado en agonía y realmente siento pena por ella. Pero aquí estás, todavía jugando con esa mujer. ¿Cómo pudiste hacer esto? ¡Me has decepcionado! —En sus ojos, su hermano siempre había sido un hombre decente. Siempre se había mantenido fiel a sus principios y valores. Pero como había ocurrido tal cosa, Lola no sabía qué decir al respecto. ¿Wendy vio que se acostaba con Sharon? ¿Cómo lo supo? ¿Cómo sabría del hotel donde se alojaban? De repente se dio cuenta de algo y de inmediato miró a Sharon, que todavía estaba sentada en el sofá. Debía ser su trama. Oh no. Esta mujer intrigante. —No hay tal cosa. Ella lo entendió mal. Me encargaré de eso más tarde. No te preocupes por eso. Debes cuidarte ya que tu trabajo está tan ocupado. No seas tan temperamental. Le estaba explicando gentilmente a su hermana, lo que hizo que Sharon lo mirara más de cerca. ¡Parecía que su hermana significaba mucho para él! Lola escuchó a Yonata decir que Wendy no entendió la situación y se sintió aliviada. —Entonces llama a Wendy inmediatamente. No puedes lastimarla. O, ¡seré tu primer enemiga! Estaba defendiendo a su amiga y cuñada. —Lo sé, ¿de acuerdo? No haré nada que la lastime. Cuídate. —Yonata colgó, volvió a mirar el paisaje y pensó un rato. Luego levantó el teléfono para llamar a Wendy. Después de mucho tiempo, la llamada finalmente se conectó. Escuchó su voz ronca, —¿Qué necesitas? — Apenas podía hablar. Yonata se sintió angustiado. —¿Dónde estás ahora? Yo te recogeré. Tengo que hablar contigo. —Estaba dispuesto a explicarle todo a ella. Al escuchar su tono inalterado, Wendy pensó: —¿Qué haría cuando me vea? ¿Confesar? ¿Explicar? O... ¿Divorciarse de mí? —Voy a ir por ti. Por favor. ¿Dónde estás? —Ella estaba en la casa de su madre. No era un buen lugar para hablar. Después de decirle a Wendy el hotel donde se hospedaba y el número de la

habitación, Yonata colgó, mirando Indiferentemente a la mujer que lo estaba mirando. Se sintió tan disgustado. —Sal de mi habitación, o te obligaré a salir. ¡Ahora! Sharon se congeló cuando escuchó sus palabras. —Yonata, ¿cómo puedes hacerme esto a mí? Después de todo... Soy... Él no la escucharía más. Dio un gran paso, sostuvo su muñeca y caminó hacia la puerta. Después de abrir la puerta, la arrojó bruscamente al pasillo, cerró la puerta y la cerró con llave. Lo que fuera que hacía afuera, no hizo caso. No le importaba. Después de un tiempo, finalmente estaba tranquilo afuera. Cuarenta minutos más tarde, cuando Yonata pensó que ya se había ido, escuchó un golpe en la puerta. Después de que abrió la puerta, su esposa y Sharon estaban paradas frente a él. Yonata frunció el ceño y llevó a la deprimida Wendy a la habitación, listo para cerrar la puerta. Sharon no estaba satisfecha, y también se metió en la habitación con ellos. Yonata la miró con irritación, y luego vio a su esposa que lo estaba observando tristemente. Sus ojos estaban rojos e hinchados. Estaba claro que había estado llorando durante mucho tiempo. Sintió que sus rodillas se doblaban de consternación. Echó otro vistazo a Sharon. —¿Seguro que no saldrás? Sharon levantó la cabeza con arrogancia. —No, no voy a salir. Yonata. ¡Te pido que te divorcies de ella! —Señaló directamente a Wendy, dándole orden. Yonata se burló, de repente cerró la puerta y luego llevó a Wendy al interior. Sharon, por supuesto, todavía los seguía. A Wendy la habían llevado a la cama y, sorprendida, vio al hombre que había venido a besarla sin ninguna explicación. Los ojos de Sharon se pusieron rojos cuando vio esto. Ella no se iria Debería ver si realmente podían actuar y hacer el amor justo delante de ella. —Wendy, Yonata acaba de acostarse conmigo. ¡Seguro que estás herida por esto! —Tuvo que volverse hacia la mujer que le había robado a Yonata. Cuando Wendy escuchó estas palabras, se puso muy rígida. Una oleada de ira fluía dentro de ella. ¿Cómo podría no importarle? Entonces, trató de levantarse bruscamente de la cama, pero Yonata no la dejó. Ignorando a Sharon, controló a su joven esposa que se resistía tímidamente a su comportamiento, y luego realizó una acción simple que hizo que las dos mujeres se congelaran de asombro. Yonata hablaba en serio...

Wendy no pudo contener su gemido. Cuando Sharon lo escuchó, se puso furiosa, lloró y salió corriendo de la habitación del hotel. Yonata debería estar haciéndolo con su esposa después de todo... La puerta se cerró de golpe, y dentro de la sala, el espectáculo continuó. Después de mucho tiempo. Yonata llevó a Wendy al baño para bañarse, —Tú... —Wendy estaba parada bajo la ducha, con la cara enrojecida, mientras trataba de decir algo. Abrió la ducha y la miró, sabiendo lo que quería decir. —Toma una ducha primero —dijo mientras la besaba suavemente en la frente. Después de la ducha, Yonata encendió un cigarro, se sentó en el sofá y miró a la mujer que se estaba secando el pelo. Wendy notó que él la estaba mirando, así que rápidamente se secó el cabello y apagó el secador. Tan pronto como se levantó, la empujaron hacia la silla. Con el cigarro en la boca, Yonata tomó el secador de pelo y comenzó a secarse el cabello él mismo. Fue realmente un momento dulce para ambos. Nadie habló, pero el ambiente era cálido y amoroso. Mirando al hombre detrás de ella, Wendy sonrió dulcemente. Hubo un dolor ocasional en el cuero cabelludo cuando él tiraba de su cabello, pero ella no dijo nada. Más de diez minutos después. Yonata dejó el secador de pelo y sostuvo a Wendy en sus brazos. Estaba de pie detrás de ella. —¿Por qué vendrías al hotel? ¿Y cómo viste a Sharon y yo acostados en la cama? —Él fue drogado esa noche y la dosis fue muy pesada. Cuando se despertó, ya estaba durmiendo al lado de Sharon. Pero estaba seguro de que no pasó nada entre ellos. Wendy apartó las manos, se levantó de la silla y se mantuvo alejada de él. —¿Me has enviado un mensaje de texto y ahora me preguntas sobre eso? —De hecho, quería mirarlo con furia, pero no se atrevió a hacerlo. Mirándola con ojos perplejos, Yonata levantó su teléfono del escritorio y revisó sus mensajes. No había nada sobre ese mensaje. —Debió ser Sharon quien te lo envió. No deberías creerlo. Lo siento mucho. Mientras ella confiara en él... —¿Cómo puedo creerte? —Ella lo miró sin comprender. Sabía que no iba a explicar nada más. Era raro que ella fuera tan agresiva delante de él. Yonata dejó el teléfono, fue hacia ella y la miró seriamente. —Ya te tengo.

¿Por qué te engañaría? Eres la mujer con la que siempre he soñado. —Sus manos cruzaron sus hombros y trató de abrazarla de nuevo en sus brazos. Wendy se negó, y retrocedió varios pasos. —Yonata. Lo vi con mis propios ojos. ¿Crees que voy a comprar tu explicación casual? Eso es solo una excusa poco convincente. —Acababa de acostarse con otra mujer y tuvo las agallas para tocarme de nuevo hoy. ¡Realmente tenía un buen apetito! —Pensó Wendy. Yonata miró profundamente a su mujer. Siempre había sido cariñosa y amable con él. Le dolía verla de esta manera. Era solo que no habían tenido peleas y discusiones importantes antes. Pero esta lo era. Sin embargo, no fue una cosa mala. Cualquiera que fuera el tipo de persona que fuera, ella era su esposa. —¿Qué quieres saber? ¡Te lo contaré todo! Al darse cuenta de que Yonata aparentemente estaba poniendo una excusa otra vez, Wendy estaba tan enojada que no sabía qué decir.

Capítulo 249 Muy preocupada por ellos Wendy se cambió la bata de baño frente a Yonata. Ignorando la sorpresa en su rostro, tomó su bolso, cerró la puerta y se fue. Maldición. Ya que Yonata no sabía cómo explicarlo, ¿por qué la llevó al hotel? Él sólo perdió su tiempo. —Esa mujer no lo satisfizo, así que ahora me prefiere? —se preguntó Wendy. Estaba furiosa. Desde que se casaron, ella siempre había estado tratando de ser gentil y virtuosa. No importaba por qué se casaron al principio, ella siempre fue considerada y cariñosa. Tenían que llevarse bien como pareja. Wendy pensó que había hecho lo que se suponía que debía hacer. Había sido una esposa muy amorosa. Pero lo que hizo Yonata fue más que decepcionante. Ni siquiera se molestó en dar una explicación. Para decir lo menos, incluso si no pasara nada entre ellos, ¿por qué no la tranquilizó? Wendy salió furiosa del hotel y tomó un taxi hasta la casa de su madre. Ya no volvería a la mansión Camela. No con lo que acababa de pasar. Yonata debía ser el que explicara eso a sus padres. Al pensar en esto, Wendy vaciló. Después de todo, sus suegros siempre habían sido muy amables con ella. Le habían dado todo lo que podría haber pedido. Como nuera, era mejor que les contara su decisión por sí misma. Sacó su teléfono de su bolso y llamó a Angie. En ese momento, Angie estaba ocupada entrenando nuevos reclutas. Respondió a la llamada mientras tomaba un descanso. —Hola, Wendy. —Angie dijo gentilmente. Realmente trataba a Wendy como su hija. Al escuchar su suave voz, Wendy se sintió un poco culpable. Ella también se sintió muy triste. Angie era su segunda madre. Pero pronto se calmó. —Madre, no volveré allí por un tiempo. Viviré con mi madre por unos días. La voz de Wendy era tan suave como de costumbre, pero Angie sabía que algo estaba mal. —¿Que pasó? ¿Wendy? Dime. Por favor. Preguntó en tono ansioso. Wendy trató de contener sus lágrimas. —Todo está bien. Solo quiero

quedarme con mi madre por unos días. Solo la extraño, lo supongo. Angie pensó que algo debería ir mal. No estaba convencida por su explicación. La voz temblorosa de Wendy sugirió que definitivamente estaba pasando algo. ¿Dónde estaba Yonata? —Wendy, dime lo que pasó. Haré mi mejor esfuerzo para ayudarte. Wendy se mordió el labio inferior, vacilando. Decidió no decirle a Angie. Fue realmente humillante. —Madre, está bien. No te preocupes Solo quiero decirte esto. Voy a colgar ahora. Adiós y cuídate siempre. Colgó apresuradamente, sus lágrimas rodaban por sus mejillas. Angie fue muy amable con ella. Ya no quería molestar a Angie. Deseaba no estar enojada con ella. Sin embargo, simplemente no podía ver a Yonata ahora. Todavía estaba sufriendo. No pasaba nada. Esperaba hasta que él podía demostrar su inocencia y le diera una explicación razonable. Angie inmediatamente llamó a Yonata. Él contestó después de que el teléfono sonó varias veces. —Madre. —En la mente de Angie, Yonata siempre fue aburrido y siempre le habían faltado emociones. Angie puso los ojos en blanco. —Yonata, ¿qué le pasó a Wendy? ¿Por qué de repente es así? Sonaba tan extraña. —Ella preguntó en un tono muy serio. Yonata ya se había acostumbrado a eso, o de lo contrario se hubiera asustado. Mientras lo interrogaba, Yonata supuso que Wendy ya le había contado lo sucedido. Sin embargo, Yonata pensó que era bueno, porque podría significar que Wendy también le había pedido a Angie que le ayudara a resolver el problema. —¿Qué dijo ella? —Mientras hablaba con Angie, Yonata conducía sin problemas a la estación de las tropas. Lo que dijo irritó más a Angie. —Por eso te estoy llamando ahora mismo. Si hubiera sabido lo que pasó, no te hubiera llamado. —Ella gritó en un tono muy serio. La cara de Yonata se puso pálida. No esperaba que Wendy no dijera nada al respecto. —Está bien. No te preocupes. —Él respondió en un tono muy bajo. —Ella ha ido a la casa de su madre. ¿Cómo puedo pretender que todo está bien? —Lola y Manolo siempre fueron alegres, pero Yonata era la oveja diferente. Siempre estaba de mal humor. Angie no sabía por qué. —Se ha ido de nuevo. —Yonata palmeó el volante con desaliento. —La traeré de vuelta esta noche. —Ella no podía irse a menos que él lo aceptara. —Bueno. Como hombre, tienes que hacer feliz a tu esposa. Ella te necesita. Ambos se necesitan el uno al otro. Espero que lo sepas. —Angie estaba muy

preocupada por ellos. Los amaba tanto. —Ya veo. —Yonata colgó. Estaba siendo grosero. Siempre era así, de todos modos. Angie miró el teléfono y lo maldijo. Después de subir al avión, Lola apagó su teléfono y decidió llamar a Yonata cuando llegara. Más de dos horas después, encendió el teléfono y lo llamó. Sin embargo, tanto él como Wendy habían apagado sus teléfonos. Estos dos se estaban poniendo tan difíciles de tratar... No tenía más remedio que ir al hotel primero. Los llamaría de nuevo cuando estuviera libre. Sentada en el taxi de camino al hotel, miró el paisaje mientras pasaban rápidamente y recordó lo feliz que estaba con Jorge la última vez. Deseaba que esos momentos pasaran a menudo. En el hotel de cinco estrellas reservado por la compañía, Lola dijo su nombre a la recepcionista, tomó la tarjeta de su habitación y subió las escaleras. La reunión comenzaría a las 8 de la mañana del día siguiente. Tenían que llegar una noche antes para descansar o tener tiempo libre. Más importante aún, eso significaba que estaban libres esta noche. Después de sus cosas en la suite presidencial, Lola abandonó bruscamente el hotel. Lo primero que tenía que hacer era visitar a Estrella. Su hija siempre fue su primera prioridad. Hoy era domingo. Lola llamó a la señora Durán en un tono vacilante y le preguntó por Estrella. Jorge solía cuidar de Estrella todos los fines de semana, pero de repente la envió a la mansión esta tarde. Estrella se estaba divirtiendo con la Sra. Durán en la mansión. Lola tomó un taxi hasta la mansión, y Tom le abrió la puerta. Estrella remaba en un bote en el lago artificial construido por Jorge. Mirando a su pequeña niña con la falda naranja no muy lejos, Lola se sintió muy triste y arrepentida. Recordó la escena cuando Estrella comenzó a balbucear y llamarla "mamá. —Eran tiempos realmente felices y memorables. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. —Estrella. —Se secó las lágrimas y se acercó al lago. Al ver a Lola, la sra. Durán tomó el largo palo de bambú para llevar el bote de Estrella a la orilla. —¡Mamá! —Estrella gritó alegremente. No había visto a su mamá por

mucho tiempo. Era tan obvio que la extrañaba tanto. Jorge siempre le aseguró que su mamá pronto estaría con ellos aunque solo estaba ocupada trabajando para que pudieran tener dinero. Estrella bajó los escalones. Lola le dio un gran abrazo y la besó en las mejillas. La señora Durán tenía sentimientos encontrados cuando vio cómo se amaban. Se fue tranquilamente, dejando a Lola y Estrella solas. —Mami, te extraño. ¿Dónde has estado? —Con la cabeza apoyada en el hombro de Lola, Estrella se acurrucó en el cuello de Lola con fuerza, disfrutando de su aroma. Lola estalló en lágrimas con emoción, pero pensó que no debería llorar frente a Estrella. Se secó las lágrimas y dijo con voz ronca: —También te extraño. ¿Estás feliz con tu papá? ¿Te lo estás pasando bien aquí? Estrella asintió con la cabeza. —Sí. —Su papá era como un súper héroe para ella. Cenaba, dormía y se divertía con ella y le contaba historias todos los días. Además, él le daba lo que quisiera. Estrella estaba bien cuidada aquí. Tal vez fuera mejor que ella se quedara aquí...

Capítulo 250 Ama tanto el color rosa Estrella estaba muy feliz y contenta, pero Lola tenía sentimientos complicados. Jorge era sin duda un buen padre. Sin embargo, ella también era una buena madre. Lo sabía en sí misma. ¿Por qué debería ser privada de su derecho a ser madre? Era totalmente injusto. Debía luchar para recuperarla. Debía hablar con Jorge y tratar de recuperar a Estrella. Si ella fallaba, no tenía otra opción... que recurrir a la ley. Definitivamente sería una batalla difícil, pero arriesgaría todo por su hija. Después de decidirse, Lola le preguntó tímidamente a Estrella: —Estrella, si tienes que elegir una entre tu padre y yo, ¿a quién elegirás? Dime honestamente. Miró a Estrella con anticipación. Podía sentir que su hija estaba pasando por un momento difícil. Estrella lo pensó y finalmente dijo: —Los quiero a los dos. Estaba más feliz cuando estaba con su papá y su mamá. —No, solo puedes elegir uno. —Pero Lola sabía que empujaba a su hija solo para obtener la respuesta que quería. —¿No puedo elegir a los dos? ¿Por qué? —Decepcionada, Estrella estaba confundida. Lola comenzó a sentirse nerviosa. Finalmente, Estrella dijo: — Elegiré a papá. ... Lola se sorprendió mucho. ¿Por qué? ¿Por qué? Crió a Estrella durante casi cuatro años, pero Estrella pensó que no era tan buena como Jorge, que se había ocupado de ella por unos días. ¡Era injusto! Estaba tan triste que quería llorar. Estrella miró la cara decepcionada de Lola y se dio cuenta de que su respuesta había molestado a Lola. Estrella bajó la cabeza y pensó un rato. Si le pidieran que eligiera de nuevo, todavía elegiría a su papá. Porque su papi era muy amable con ella. Además, él podría ser su superhéroe. Quería tener un superhéroe como lo que había visto en las películas.

Pero ¿qué pasaría con su mamá? Seguramente, su mamá también era agradable. Pero como solo podía elegir uno, ciertamente elegiría a su papá. —Mami, no estés triste. Los amo a los dos. —Se agachó en el suelo y abrazó a Lola con fuerza. Lola miró a Estrella y suspiró. No debió haber hecho esta pregunta en primer lugar. Simplemente la ponía muy triste. A pesar de su tristeza, aún llevó a Estrella a la mansión. Estrella le mostró con orgullo su habitación bellamente decorada a su madre. Su habitación estaba justo al lado de la habitación de Jorge. Incluso la puerta fue reemplazada por una delicada puerta de madera con dibujos rosados de Hello Kitty. Al abrir la puerta, Lola se maravilló del mundo de su princesita. La habitación estaba vestida de rosa y blanco y tenía todo tipo de juguetes de Hello Kitty. El candelabro y la alfombra parecían muy lujosas. Todos los muebles, como la ropa de cama y las fundas de almohadas, eran todos de color rosa. La cama redonda era la más especial. Estructurada en la forma de la cabeza de Hello Kitty, estaba equipada con dos orejas. La ropa de cama también fue hecha especialmente para que coincida con la cama. Incluso Lola quería dormir en ella. Por otra parte, también había un guardarropa especial. Con una puerta corredera rosa, albergaba una variedad de ropa de marca internacional para Estrella. Ropa para todas las temporadas estaaba cuidadosamente colocada y categorizada. Había sombreros en varios colores, de decenas de zapatos con diferentes estilos, bufandas, guantes y todo tipo de joyas. Además, había una pequeña habitación donde se guardaban los juguetes. Todos los juguetes de alta gama y costosos se colocaban en el gabinete de madera rosa. En el baño, había una bañera redonda blanca de aspecto cómodo. Además de la bañera había lociones para el cuerpo y gel de ducha de marcas famosas perfectamente colocadas y preparadas. Jorge incluso instaló un inodoro rosa para Estrella. Todo era muy parecido a una niña y una princesa. Lola conocía bien a Estrella y sabía que a su hija le encantaba el color rosa. —Mami, papá dijo que ahora puedo dormir en su habitación. Pero tengo que dormir aquí sola si vienes un día. —Estrella puso mala cara de

insatisfacción. Ella no sabía por qué. No quería dormir sola en esta gran habitación. ¿Qué? Lola reflexionó sobre lo que dijo Estrella. ¿Estrella dormiría sola en esta habitación cuando estara aquí? ¿Que significaba eso? Sintió un tinte en su columna vertebral. Así que Jorge sabía que ella vendría... ¿O eso significaba algo más? Al pensar en esto, Lola solo sonrió y escondió su confusión. ¿Jorge ya la consideraba como un miembro de esta familia? Sin embargo, como él le fue indiferente durante la fiesta de celebración del Grupo HF, todos sus sueños ya se habían hecho añicos. Él era de sangre fría. Dijo esto solo para hacer feliz a Estrella. Después de que Lola cenara con Estrella y la bañara, ya eran las siete de la tarde. En la casa NC de país A. Janne llamó a la puerta. Wendy se había quedado en su habitación todo el día, excepto cuando era hora de comer. Algo debía haber sucedido. Tumbada en la cama, Wendy leyó la sección de trabajo en el teléfono. Al oír un golpe en la puerta, ella dijo con voz muy débil: —Adelante. Janne la miró. —¿Qué pasó? ¿Por qué no vuelves a casa con tu marido? Wendy la miró. —Me siento tan aburrida recientemente, así que pensé en quedarme aquí. —¿Qué tipo de trabajo debería buscar? Ya se sentía un poco desesperada. Janne no se convenció. Al darse cuenta de que Janne sospechaba, Wendy dejó su teléfono y le dio la espalda. —Madre, son casi las diez en punto. Deberías ir a dormir. ¿Bueno? Janne se rió de Wendy y salió de su habitación. Justo cuando cerró la puerta, sonó el timbre de abajo. Ya era tarde. ¿Quién era ese? Janne miró hacia la puerta cerrada y se preguntó si era Yonata. Rápidamente corrió escaleras abajo y miró desde lejos. De hecho, era Yonata vestido con un uniforme militar. No podía negar que se veía muy sofisticado en su uniforme. Ella abrió la puerta. —Madre, lamento molestarte. —Yonata vino directamente porque Wendy no había contestado su teléfono. —De ninguna manera. Adelante. —A Janne le gustaba mucho Yonata. Esperaba que cualquier problema de Wendy con él se resolviera rápidamente. —Madre, ¿Wendy está en el segundo piso? —Ante sus palabras, miró hacia arriba. Janne asintió y dijo: —Sí. Sube las escaleras. ¿Te quedarás aquí esta noche?

Yonata miró su reloj y dijo: —Sí. Si eso está bien para usted. —Wendy debía estar acostada en la cama. Él se iría mañana. No podía dejar a su esposa atrás. Wendy seguía mirando su teléfono. Pensó que sería mejor encontrar un trabajo en una empresa. Mientras pensaba profundamente en esto, alguien abrió la puerta. —Madre, ¿por qué no te acuestas ya? Dormiré de inmediato. —Sin saber quién venía, Wendy gruñó. Pero ella escuchó pasos entrar. La puerta se cerró con llave. Era raro. Parecía haber un cálido olor y sensación en el aire. Inmediatamente miró hacia atrás y vio una figura familiar.

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Mi querido general

La Frialdad de Rocío

Capítulo 251 Es la regla de oro Realmente era Yonata. —¿Por qué demonios estaba él en mi casa? —Se preguntó Wendy. Wendy inmediatamente puso una expresión severa y fría. — ¿Qué estás haciendo aquí? Yonata se quitó la chaqueta militar y mostró su musculoso pecho marcado que ni siquiera el chaleco podía cubrir. Wendy se sonrojó al ver esto. —Sal. —No queriendo verlo en absoluto, ella señaló la puerta. La verdad era que lo quería a su lado, pero pensó que no estaba lista si él la lastimaría de nuevo. Yonata la ignoró y caminó unos pasos hacia adelante. Al cabo de un rato, se quedó quieto junto a la cama. Wendy tiró de la manta para cubrirse. Era como una niña cubierta con una manta. Pero ella siempre había dormido desnuda y no quería que él la viera. Yonata la miró de cerca y luego se dio la vuelta para caminar hacia el baño. Wendy se puso rápidamente la pijama. Sin embargo, no funcionó. Si él realmente quería hacer algo, ella sabía que no podía resistirse. —Olvídalo. Será mejor que duerma primero. Después de dormirme, él no podría hacer nada. —Pensó Wendy. Yonata pronto abrió la puerta del baño mientras Wendy se sacudía y se giraba en la cama. Volviéndose de espaldas al baño, no volvió a moverse e inmediatamente cerró los ojos. Pretendía estar ya dormida. Yonata apagó la luz, y la habitación cayó en total oscuridad. Se acostó en la cama y trató de sostener a Wendy en sus brazos. Pero Wendy se mostró inflexible y se liberó de sus brazos. Llevó directamente una almohada al otro extremo de la cama y la tendió allí. Yonata la siguió y la abrazó por detrás. Wendy se liberó de sus brazos otra vez y tomó la almohada hasta el final de la cama. Yonata lo siguió, pero esta vez se acercó directamente hacia Wendy. Sólo

iban y venían. —Ya que eres tan enérgica, hagamos algo.

... Wendy trató de darle una patada, pero él rápidamente agarró su pie. Era un soldado después de todo. Tenía reflejos muy rápidos. Ella intentó abofetearlo en la cara, pero él la detuvo con la otra mano y la apretó. Las manos de Wendy estaban atadas sobre su cabeza. No pudo resistirse en absoluto. Ya no. —Cariño, como dije, hagamos algo. —Yonata susurró seductoramente en sus oídos. Wendy levantó el pie esta vez, tratando de darle una patada en el regazo. Él inmediatamente controló su pie con el suyo. Wendy falló de nuevo. ¿Por qué este hombre era tan poderoso y rápido? Yonata la besó fuertemente en los labios. —Yonata, déjame ir. —Wendy se quedó sin aliento. Yonata puso sus manos alrededor de su cintura. —Estaba equivocado. Lo siento mucho. —Aprendió por Internet que un hombre debía disculparse primero cuando su esposa se enojó sin importar de quién fuera la culpa. Era una regla estándar. —¿Realmente sabes de qué te arrepientes? —No lo sé. Solo sé que te enojaste y debería disculparme. —Yonata no sabía por qué Wendy se enojó. Wendy lo empujó furiosamente. —Ya que no sabes por qué, ¿entonces qué estás haciendo aquí? Internet también decía que si no se aceptaban las disculpas, tenía que usar el último recurso. —Es la regla de oro. —Yonata murmuró y besó a Wendy en los labios. Wendy sintió que se estaba volviendo loca. La pelea finalmente terminó en sexo. Otra vez. Ella simplemente no pudo resistirse. Se estaba haciendo tarde. Yonata le preguntó a Wendy en el baño. —¿Todavía estás enojada? —No. —Ella simplemente eligió ocultar sus sentimientos. —¿Sí? —Yonata advirtió. —No. Ya no estoy enojada. —Wendy respondió con amargura.

—¿Volverás a casa? —Bien. —No tenía más remedio que irse a casa. —¿Sí? —Wendy todavía estaba renuente. —Sí. —respondió en voz baja. Ya tan agotada por todo lo que sucedió en el día, Wendy dio una respuesta simple. Tenía que llamar a Lola mañana y contárselo todo. En la mansión en el país C. Eran casi las nueve de la noche cuando Estrella se quedó dormida. Afortunadamente, Jorge no había regresado todavía. Lola pensó que primero volvería al hotel. Besó a Estrella en la frente y se fue. La señora Du todavía estaba ocupada. Lola la saludó y caminó hacia las puertas de la mansión. En la entrada, vio por el rabillo del ojo las figuras de dos personas. Jorge sostenía la mano de Laura que acaba de bajarse del asiento trasero. Él la tomó en sus brazos y caminó a su lado. Los tres se encontraron y se enfrentaron. Jorge preguntó primero: —Srta. Camela, ¿me pidió mi permiso para venir aquí? ¿Qué estás haciendo aquí? — Qué voz tan fría y sin emociones. Mirando dulcemente a Jorge, Laura dijo: —Querido, no te enojes. Ella es la madre de Estrella, de todos modos. Vamos a casa. ¿Ir a casa? Qué cruel era esta señora. ¿Estaban realmente en una relación? —Bueno. Continuemos lo que no terminamos anoche. Sabes a lo que me refiero. —La sonrisa malvada de Jorge era irritante. Lola no era una tonta. Seguramente sabía lo que significaba. Estaba tan avergonzada cuando se quedó allí, inmóvil. Era como si ella los hubiera interrumpido. —Sé amable conmigo esta vez, por favor" Laura se apoyó seductoramente en el pecho de Jorge y le dio unas palmaditas. Pasaron por la asombrada Lola y caminaron hacia la mansión. Laura gritó y se rió en éxtasis. Lola miró hacia atrás y vio que Jorge la levantó por la cintura y se dirigió al segundo piso. Su risa hirió a Lola. Jorge podía dormir con cualquier mujer excepto con ella. Lola no sabía cómo había vuelto al hotel. Estaba realmente perdida en sus pensamientos cuando regresó. Después de cerrar la puerta, se tiró sobre la cama y lloró amargamente. Estaba obsesionada por la escena en la que Jorge recogió a Laura por la

cintura. Sus lágrimas fluían incontrolablemente hacia sus mejillas. Lola se secó las lágrimas, fue a bañarse y se acostó. Todavía estaba despierta después de mirar al techo durante dos horas. Siguió dando vueltas y vueltas. ¿Qué estaban haciendo Jorge y Laura ahora? ¿Estaban haciendo el amor en este mismo momento? Lola sacó su teléfono e hizo clic en Momentos en WeChat. Ella lo actualizó y leyó lo que otros habían publicado, y de repente sintió la necesidad de publicar algo. —Buenas noches, al mundo. Luego se levantó de la cama y tomó una fotografía de la brillante vista nocturna del país C a través de la ventana. Después de eso, apagó su teléfono y se fue a dormir. En la mansion Vestido con ropa occidental y zapatos de cuero, Jorge estaba sentado frente a la computadora en el estudio. Pasó la pantalla del teléfono y miró sin comprender lo que Lola publicó hace algún tiempo. Al pensar en su cara pálida justo ahora, se sentía realmente culpable. Sin embargo, recordando lo que hizo, cerró el teléfono y sacó una caja de cigarros del cajón. Hacía mucho tiempo que no fumaba. Lola dijo que no quería que él fumara. Sin encender el cigarro, se lo sacó de la boca y simplemente lo jugó en la mano. Repitió el nombre de Lola en silencio en su corazón. Su corazón estará siempre ocupado por Lola Camela. El teléfono sonó. Era de Sánchez. —Jefe, he enviado a Laura de vuelta. Francis me dijo que espera que puedas casarte lo antes posible . Jorge sonrió. —Dale lo que quiere y dile que es por el bien de Laura. —Vale jefe. Lo haré. Colgando el teléfono, Jorge recordó lo que Laura acababa de decir. —Jefe Jiménez, no es de lo que se trata el amor. Tienes que atenerte a la corteza, o te arrepentirás. —Se sentó allí, mirando fijamente la pared.



Capítulo 252 Un saludo militar Entonces, ¿cómo podrían él y Lola reavivar su amor? Mientras se quitaba las mangas de la muñeca, miró su reloj de cristal. Lo miró y recordaba que no había visto el reloj en la muñeca de Lola en este momento. Él la dejaría ir esta noche. Habría mucho tiempo para que pasaran juntos. Tendría tiempo de calidad con ella en el futuro. A las siete de la mañana. Lola todavía estaba un poco mareada. Apagó el despertador y se levantó. Miró alrededor de la suite presidencial desconcertada cuando de repente recordó que tenía que asistir a una reunión hoy. Entró al baño inmediatamente y rápidamente se dio una ducha. Luego preparó algo de comer para el desayuno y se apresuró a la sede corporativa. Bajando del taxi, Lola miró el enorme rascacielos. Era único en su forma y estaba estratégicamente ubicado en el área del centro de la ciudad. Era el edificio del Grupo SL. Tenía más de cien pisos. Estaba sorprendida de lo rico que era Jorge. Realmente se convirtió en un hombre financieramente sólido y fuerte. Pero cuando pensó en lo que pasó la noche anterior, sacudió la cabeza y se deshizo de estos pensamientos. Lola llevaba un pantalón blanco y un par de zapatos blancos de tacón alto. Se veía tan decidida, profesional y elegante. Era tan sofisticada. La recepcionista la reconoció de inmediato en cuanto entró en la oficina. —Buenos días, señorita Camela. —La recepcionista la saludó en un tono muy educado. Escuchó que Lola no solo era una CEO en funciones, sino también la ex-esposa del Sr. Jiménez. Había muchos rumores por ahí. Lola levantó ligeramente la cabeza y respondió: —Buenos días. ¿En qué piso está la sala de conferencias? Mirando la encantadora sonrisa de Lola, la recepcionista se obsesionó inmediatamente con ella. No pudo evitar devolver una sonrisa.

Lola era realmente hermosa. No era de extrañar que ella fuera la esposa de Jorge antes. —¿Hola? —Lola miró a la recepcionista, que parecía estar aturdida por la curiosidad. Bueno, Lola siempre había recibido respuestas como esta. Debería tener algo que ver con su apariencia... La recepcionista recuperó la compostura y respondió: —Lo siento, señorita Camela. Está en el piso 18. Lola asintió y trató de permanecer inexpresiva. Luego se dirigió hacia el ascensor. Allí estaban algunas personas frente al ascensor. También actuaban como CEOs de otras compañías, y solo se reunía con ellos cuando tenían videoconferencias con Jorge. La saludaron inmediatamente cuando la vieron. —¿Es usted la señorita Li del país A? He oído mucho sobre ti. —Un hombre de unos cincuenta años extendió sus manos hacia ella de una manera muy cortés. —¡Oh, nunca he pensado que la señorita Li pudiera ser tan hermosa! —Sí. Además, la señorita Li es tan joven. Señorita Camela, es una verdadera heroína para nosotras las mujeres.

...... —Me halaga. Pero aún soy muy joven y le buscaré por algún consejo en el futuro. —Lola sonrió y extendió las manos. Entonces ella los saludó con apretones de manos a todos ellos. —Señorita Camela, usted es demasiado modesta. Es realmente bueno ver que también tiene una buena personalidad. Pero estas personas estaban pensando en otra cosa. Podía sentir que había algún tipo de hipocresía en sus ojos. Había muchos rumores y chismes sobre Jorge y ella. Podrían pensar que todo lo que ella ganó y logró en su carrera se debió a Jorge. En la sala de conferencias. Hoy, docenas de CEOs interinos del este habían asistido a la reunión. El noventa por ciento de ellos eran hombres. Había muy pocas CEOs mujeres. Aunque ya no eran jóvenes, todos conservaban una buena imagen y temperamento. Todos parecían profesionales. Cuando Lola apareció en la sala de conferencias, atrajo la atención de todas las personas. Pensaron muchas cosas sobre ella. Ella era diferente de ellos

porque todavía era joven. Eligió un asiento que estaba lejos del CEO y se sentó. Junto con las otras personas, esperó en silencio la llegada de Jorge. Cinco minutos antes de que comenzara la reunión, un hombre guapo vestido con un traje formal entró a la sala de conferencias de una manera muy noble. Todas las personas se pusieron de pie y lo saludaron. Jorge asintió con su habitual expresión inexpresiva y les dijo que se sentaran. —Buenos días. Aprecio su presencia aquí hoy. Presentaré el contenido general de la reunión de hoy. A su lado, una secretaria femenina abrió la pantalla y puso la presentación de diapositivas. Se centraron principalmente en la dirección de desarrollo de los próximos seis meses, algunas empresas cooperativas importantes y la fase de desarrollo del nuevo software de alta tecnología. La reunión transcurrió muy bien. En el país A. A la mañana siguiente, Wendy siguió a Yonata de regreso a su casa después de desayunar. Estaba sentada en la cama, mirando al hombre que se cambiaba de ropa y dijo: —Yonata. Levantó los ojos y respondió: —Oye. ¿Por qué? —Yo también quiero ir a trabajar. —Lo había pensado una y otra vez, y quería lograr su deseo personal de ser una entrenadora personal de taekwondo. Yonata pensó en su sobrina, Estrella, y dijo: —De ninguna manera. — Llevaba a cabo tareas pesadas ahora. Realmente se agotaría y él no quería correr el riesgo de que le ocurriera algo.

... ... —Yonata, me siento tan aburrida de no hacer nada en casa. —Se recostó en la espaciosa cama y pensó en cómo podría persuadirlo. Yonata se acercó a ella y la presionó. —¿Aburrida? Entonces dame un hijo que sea tan encantador como Estrella. Wendy lo apartó de inmediato y se incorporó. —No depende de mí. Depende de ti. No siempre estás en casa. Yonata se abotonó la ropa y miró la cara de Wendy. —No me importa si esto depende de quién o qué. Lo pondré en mi agenda y me esforzaré más en el

futuro. Después de decir esto, hizo un saludo militar a Wendy.

... ... En el país C, la conferencia ya llevaba más de tres horas. Jorge pausó la reunión y anunció que continuaría a la 1:30 de la tarde. Jorge salió de la sala de conferencias primero. Luego los otros CEOs interinos siguieron su ejemplo y se retiraron. Lola ordenó y acomodó sus archivos en silencio en su asiento. Después de que toda la gente había salido, sostuvo sus notas en sus brazos y salió de la sala de conferencias. Jorge todavía estaba discutiendo e intercambiando ideas con varios CEOs afuera. Entonces vio a Lola saliendo. Jorge solo la miró por un segundo. Luego continuó respondiendo las preguntas de los CEOs. Lola bajó la cabeza al pasar junto a ellos. Luego escuchó lo que dijo Jorge: —Hablaré sobre algunos casos de recompensas y castigos en la tarde y pondré énfasis en el país A... Lola se sintió perpleja y se detuvo. ¿Qué estaba mal con el Grupo en el país A y por qué lo mencionó específicamente? Se había estado desarrollando muy bien y no había pasado nada malo. —Srta. Camela, si no se va a ir por ahora, sígame a mi oficina y analice los errores que cometió. Gracias. —Jorge la miró fijamente. Lola respiró hondo y miró hacia atrás. —Señor. Jiménez, tengo algo que... Jorge la interrumpió y no le dio oportunidad de hablar. —Puede tratar sus propios asuntos por la tarde. Pero en este momento, necesitamos resolver los problemas que suceden en el país A. —Después de escuchar esto, otros directores ejecutivos probablemente entendieron lo que Jorge quería decir. Todos se despidieron de él y salieron apresuradamente. Miraron a Lola con cierta intención, y esto la hizo sentir realmente incómoda. Jorge había estado causando grandes problemas para ella. —Señor. Jiménez, no creo que haya ocurrido algo desastroso en el país A. Se ha equivocado. —Ella solo lo miró sin expresión y dijo esto de una manera hostil. —Lo que pasó no era el punto. El punto es dar a todos una advertencia severa. Quiero que estén alerta en todo momento. —Él la miró a los ojos. Podía sentir que ella se estaba volviendo cada vez más bella a medida que pasaba el

tiempo. Él también la extrañaba. Cuando escuchó esto, Lola mostró una sonrisa sarcástica. —Si el señor Si todavía insiste en causarme problemas, no tengo más remedio que aceptarlo. — ¿Lo que pasó no era el punto? ¿Qué quiso decir con esto? Él deliberadamente quería castigarla y avergonzarla. Realmente no podía soportar a este hombre. No quería que ella permaneciera en la posición. Tal vez... Estaba demasiado impaciente y no quería esperar para echarla. Tal vez él quería promover a su novia a esta posición. ¡Bien! Laura quería tomar su posición. Y ella era una tonta por dejarla entrar.



Capítulo 253 Cuida tu imagen —Señorita Camela, ¡no me haga decir esto dos veces! —Su tono era muy frío y severo. La estaba mirando con peligro en sus ojos. Lola se quedó en silencio. Si lo seguía a su oficina, ¿podría haber alguna posibilidad de que pudiera explicar su versión? Oh-Oh. Jorge era alguien de autoridad única. —Señor Jiménez, no hay manera de que pueda conseguirlo todo. ¡Ya que ya tienes una mujer, no provoques a otras personas y destruyas sus vidas! —Como no había nadie cerca, a Lola no le preocupaba que la escucharan. Jorge dio unos pasos hacia adelante, y Lola inmediatamente retrocedió mientras miraba al hombre que se acercaba. Estaba un poco cansada de todo esto. —Srta. Camela, ¿de qué tiene miedo? —Él dio unos pasos hacia adelante otra vez, ya que ella estaba tratando de ir hacia atrás. Ya estaba apoyada en la pared. Estaba acorralada. Nerviosa, respiró hondo. —Nada. Si el señor Si tiene algo que decir, entonces iré a su oficina. —Su voz temblaba. Ella se rindió ante él. No estaba segura de si Jorge intentaría estrangularla. Ella estaba haciendo esto solo por seguridad. Jorge frunció los labios y se dirigió a su oficina. Pero no tenía idea de que Lola deseaba darle una patada y dejarlo caer por las escaleras. ¿Cómo podría existir un bastardo tan cruel en este mundo? Tenía todo tipo de mujeres hermosas en sus manos, pero todavía estaba planeando cosas malas para su ex esposa. En la oficina del CEO. Sabiendo que estaba en un lugar peligroso, Lola no quería pensar más. Después de todo, sabía lo que iba a pasar si tomaba represalias. Tiró un expediente en el escritorio junto a Lola. —¡Vea lo que sus empleados habían hecho y a usted, como CEO interino, se le impidió saber algo!

El hombre, arrogantemente, se sentó en el sofá, sus dos largas piernas se retorcieron y sus dos brazos se estiraron en la espalda. Lola tomó el archivo con duda en sus ojos. Joshua, quien estaba en el departamento de diseño, robó el plano de diseño y se lo vendió a otros. La imagen de la transacción, así como la vigilancia fueron muy claras. Era Joshua seguro. ¡No podía creerlo! Susan Durán, la gerente de recursos humanos, también aceptó sobornos de los empleados y ajustó voluntariamente la promoción y la degradación de estas personas. Y la directora del departamento de contabilidad se llevó el salario de horas extras a su propio bolsillo... Las evidencias se sucedieron una tras otra y ella estaba convencida. Pero, sobre Joshua, no podía creerlo... Era una persona tan agradable y honesta. — Joshua no es ese tipo de persona. ¡Él no haría una cosa tan ridícula! Al igual que Manolo, Joshua era extrovertido, humorístico, emocional y directo. ¡Realmente no haría una cosa tan fea! Después de que Jorge escuchó que Lola estaba defendiendo al hombre, su rostro se puso pálido. —No hablaremos de eso esta tarde ya que seguiré investigando cuando regrese, ¿de acuerdo? —Si era cierto o no, tendría una influencia negativa en la imagen de Joshua. —Srta. Camela, ¿me está pidiendo que deje a su hombre libre de castigo? —La fría voz de Jorge hizo que Lola frunciera el ceño con decepción. ¿Su hombre? Si ella tenía algún hombre, ¿no era él, Jorge Jiménez? — Señor Jiménez, por favor observe sus palabras. ¿Cómo puede probar que Joshua es mi amante? Él es uno de mis empleados, y siempre hago lo mejor para proteger a mi gente. Su diálogo hizo que la gran oficina se llenara de odio y disgusto. —Entonces, ¿cómo puedes hablarme en tal tono? Parece que estabas tan desesperada. —¡Bien hecho! Jorge, finalmente te enojaste por otro hombre. Mirando su rostro hosco, Lola respiró hondo. ¡Realmente quería presionar a este hombre sobre el sofá y darle una tremenda paliza! Pero no quería que esta discusión se intensificara aún más. Quería hacerle saber, sin embargo, que ella no era una oveja que podría ser sacrificada por cualquiera. —Jorge, le creo. Lo conozco desde hace años. ¿Qué puede hacerte decidir no molestarlo más? ¿Molestarlo? —Lola, ¿qué quieres decir con decir esto? —De repente se levantó del sofá y se acercó a ella, con su cara un poco feroz. —Era... Creo que puedes haber cometido un error. No quise decir nada

más... ¡Ah! —Ella retrocedió, pero sus tacones altos tropezaron con la alfombra y estaba a punto de caer hacia atrás. Lola tenía miedo y trató de agarrarle la manga, ¡pero solo consiguió aire! Jorge rápidamente dio un paso e inclinó su cuerpo hacia adelante. Él sostuvo su cintura y la tomó en su brazo. Lola se topó con el brazo del hombre indefensa, y su frente le dolía por el golpe. Se frotó la frente y se sintió como si su cara se hubiera torcido de dolor. Jorge resopló suavemente en su frente. Las dos personas se estaban abrazando así. El buen olor de su aliento hizo que Lola olvidara el dolor. Ingenuamente levantó la cabeza para mirar al hombre, y su suave rostro la cautivó. ¿Cómo podría ser posible que de repente fuera tan amable y reconfortante con ella? En sus ojos, la odiaba; todavía estaba muy enojado con ella; él quería hacerla sufrir; Todavía estaba en desacuerdo con ella sobre la niña. Y sin ella, buscaba todo tipo de mujeres fuera. Pero él no podía simplemente dejar que se lastime. No delante de él. Lola lo apartó y se mantuvo a cierta distancia de él. —Señor Jiménez, espero que pueda ser imparcial sobre el asunto de Joshua. —Trajo el tema anterior de vuelta para ocultar su vergüenza. ¡Joshua otra vez! —¿Ser imparcial? Bien. Podría si... Ella sabía lo que quería decir, incluso sin que él dijera nada. Podía verlo en sus ojos. —¡No, no lo haré! ¡No lo haré esta vez! —Ella se negó de una manera directa. Tenía tantas chicas hermosas a su alrededor, ¡y aun así quería meterse con ella! ¡Era realmente un bastardo! La suavidad en el rostro de Jorge desapareció, y su expresión se volvió más imponente cuando se enteró de su negativa. Por fin, una sonrisa viciosa barrió su rostro. —Señorita Camela, ¿ha estado pensando demasiado? Quiero decir que si él puede mostrar evidencia que pueda salvarlo, puedo considerar su sugerencia. De lo contrario, la cámara de vigilancia y el documento de transacción prueban que él es el sospechoso. El hombre se acercó lentamente a Lola de nuevo, y observó cómo su rostro palidecía de miedo. Era como un espectáculo de maquillaje facial... Pensó en llamar a Joshua inmediatamente para ver cómo respondería él. Sacó su teléfono, pero fue retirado tan pronto como terminó de

desbloquearlo. Parecía muy desconcertada cuando Jorge ahora estaba bloqueando su teléfono celular y llevándolo a su propio bolsillo. —¡Tengo una cuenta pendiente para resolver contigo ahora! ¡Pon atención! —Jorge dijo en voz baja. ¿Resolver alguna cuenta pendiente? ¿No era este el negocio del departamento financiero? ¿Cómo era que ella estuvo involucrada? —Señor Si yo... De repente, el hombre le puso la mano en la cara, le levantó la barbilla para obligarla a mirarlo. Se miraron a los ojos. Sus pequeñas manos instantáneamente agarraron su mano para alejarlo. Pero él apretó aún más su agarre. Ella no podía hacer nada ahora. —¡Lola, te atreves a comprar ropa para otro hombre y abrazarte a mis espaldas! ¡Eres la madre de mi hija, por el amor de Dios! —Dijo esto mientras apretaba los dientes con amargo odio. Lola estaba estupefacta. ¿Cómo pudo saberlo? Era porque... Un pensamiento brilló en su mente, y supo que la molesta Yolanda le contó todo. ¿Era demasiado feliz estos días? No le molestó encontrar algo que le causara problemas a Lola. ¿Y el abrazo? —¿Cuándo me abracé con Herrero? —Confundida, lo miró sin comprender. —Y lo más importante es... ¿Qué te importa a ti, de todos modos? Él mismo estaba enganchado con otras chicas. ¿Cómo podría él criticarla y controlar sus emociones y acciones? El hombre se burló de disgusto. —¡Eres la madre de mi hija, así que debes cuidar tu imagen! —Su razón del bien y el mal casi hace que Lola se vuelva loca. ¿Cómo podría haber un hombre tan irrazonable en este mundo? —Bueno. Soy la madre de tu hija, pero tú también eres el padre de mi hija. ¿Cómo es que no te veo cuidando tu imagen? —Ella le devolvió la afirmación. ¡Simplemente no podía predecir a este tipo! Mientras el magistrado era libre de quemar casas, ¡a la gente común se le prohibía encender lámparas! El mundo era realmente injusto.



Capítulo 254 Castigar a ella como una advertencia para otros Las palabras de Lola lo dejaron mudo. No podía decir nada para defenderse porque nunca le diría que esas mujeres solo estaban allí para enojarla. Entonces, Jorge se inclinó hacia ella y puso un dedo en los labios rojos de Lola. Quería sofocar todas sus quejas e insatisfacción. La abrazó como si estuviera sosteniendo a una princesa en sus brazos y la llevó a la sala a pesar de sus esfuerzos por liberars... A la 1 de la tarde, en el baño de la oficina del CEO. Lola arqueó la espalda y sostuvo la palangana con los brazos. Su cabello estaba hecho un lío. Su rostro estaba pálido, ya que había sufrido todo tipo de dolores. En todo lo que estaba pensando era en arrastrar a ese hombre para alimentarlo hasta los ligres. Una persona tan terrible debería estar viviendo con todo tipo de bestias. Dejó escapar un suspiro de alivio mientras arreglaba su desordenado cabello. Recuperó la compostura y salió del baño. Jorge ya estaba sentado en la silla de su oficina mientras la miraba tranquilamente. Lola se mordió el labio, tomó sus propias cosas y estaba a punto de irse. No lo miró. —¡Detente! —Su voz fría sonó en su espalda. Lola se detuvo involuntariamente y luego lo escuchó decir: —¿Me estás ignorando? ¿Lola? Ni siquiera me miraste una vez. ¡Te lo advierto de nuevo! —¡Jorge! ¡Eres un hijo de puta! Estás coqueteando con tantas mujeres y, sin embargo, ¡todavía me estás torturando aquí! ¿Fuiste monje en tu vida anterior? ¿Es esto algo que realmente has anhelado? —Ella se volvió y le preguntó con severidad. A ella no le importaba cómo se veía ahora. ¿Cómo podría él tratarla así?

El hombre la miró en silencio. Continuó quejándose: —¡Quién sabe si sus mujeres tienen alguna enfermedad contagiosa! No te importa, pero a mi sí! Después de que Jorge escuchó eso, sus pupilas se contrajeron rápidamente y se disparó un destello de sus ojos. Lola estaba aterrorizada. Pero después de que se metió el cuello, continuó diciendo sus últimas palabras: —¡No te atrevas a tocarme de nuevo, o llamaré a la policía! El hombre se levantó de su silla y se acercó a ella con arrogancia como un rey. Lola estaba aterrorizada y al instante abrió la puerta y salió corriendo de la oficina. Ni siquiera pensó en cómo se veía. —¡Bam! —La puerta de la oficina se cerró de golpe. Fuera de la oficina de Jorge, el personal de la división de secretarios escuchó el sonido y todos levantaron la cabeza para mirar a Lola. Lola sintió que sus ojos la miraban, y luego, avergonzadamente, corrió incluso más rápido para entrar en el ascensor. Al entrar en el ascensor, se sintió enormemente aliviada. Miró la hora y ya era la una de la tarde. La reunión estaba a punto de reanudarse. Pero, se sentía tan hambrienta. No había comido su almuerzo todavía. Tocando su estómago retumbante, maldijo a Jorge miles de veces en su mente. Entonces, recordó que eso era otra cosa que debía considerar. Probablemente tendría que pedirle que le reembolsara la tarifa médica. En ese momento, sonó su teléfono, era Wendy. ¡Justo a tiempo! —Wendy, ¿cómo están tú y mi hermano? —Preguntó con ansiedad. Wendy sonrió. —Lola, estamos bien ahora. Acabo de llamarte para informarte esto. —Su tono convincente hizo que Lola supiera que estaba realmente enamorada. Después de que Wendy explicara una y otra vez, y garantizase que lo que decía era verdad, Lola colgó el teléfono. Le aseguraron que la pareja estaba bien. En la reunión de la tarde, Jorge destacó la importancia de saber todo lo que está sucediendo en la empresa al mostrarles el departamento financiero y el departamento de recursos humanos de la oficina de Lola. Todos se sentían extraños y confundidos en cuanto a cómo el CEO podía saber un asunto menor. Por fin, Jorge dijo: —La compañía en el país A tiene al gerente del Departamento de Planificación de la sede. Su nombre es Matías y él estará allí para ser el director general adjunto. Si tales cosas vuelven a suceder, Matías es completamente capaz de tomar el lugar del CEO en funciones. Durante toda la reunión, Lola se sintió aliviada de que Jorge no mencionara a Joshua. Pero cuando se enteró de esto, sintió que se estaba muriendo en el

infierno. Mirando al hombre en la silla anfitriona, era increíble que la privara de su posición como directora ejecutiva en funciones solo por acusaciones tan ridículas. ¿No era demasiado duro con ella? Sus palabras implacables la avergonzaban. Incluso si él quería castigarla como una advertencia para otros, no era necesario comenzar con ella. Todos la miraron con simpatía. Aquellos que habían pensado que Lola consiguió el puesto gracias a Jorge ahora estaba totalmente en silencio. Esta declaración del Sr. Si contradecía todo. Algunos especularon que si estas dos personas se habían enamorado, Jorge estaba haciendo esto para castigarla. Pero por qué Jorge hizo esto, solo él mismo lo sabía. Limitando su queja interior, Lola pensó si era porque estaba demasiado débil que cayó en manos de Jorge. Se sentía tan débil... La reunión terminó exactamente a las cuatro de la tarde. Lola aprendió de su experiencia reciente mientras seguía de inmediato a todos fuera de la habitación. Caminando lentamente hacia la plaza de la comida, de repente no estaba de humor para comer. Jorge marcó su número, pero colgó después de que sonó varias veces. Marcó de nuevo, pero no se pudo conectar. Así que aparentemente, ella ya bloqueó su número. ¡Hizo lo que él le hizo a ella antes! Jorge estaba muy enojado. Ella era demasiado difícil de tratar. Sin mencionar su temperamento, también estaba interesada en salvar su cara. Era tan terca. No sabía por qué se enamoró de ella. Después de que bloqueó el número de Jorge, Lola fue directamente al hotel. No planeaba visitar a Estrella, su dulce niña. Esto la lastimó tanto, pero no quería verlo llevando a diferentes mujeres. Pero ahora era demasiado tarde y ya no habían más vuelos que regresaran al país A. Así que Lola tuvo que quedarse aquí una noche más. Alrededor de las seis de la tarde, sonó el teléfono. El número de teléfono fijo parecía familiar. Ella contestó, y la voz suave y linda de Estrella se escuchó: —Mami. Lola estaba tan emocionada y feliz de recibir la llamada. —Estrella, mi amor. —Esto fue tan reconfortante para su corazón herido. —Mami, tengo hambre. Quiero comer pizza. Llévame a una pizzería, por favor. —En realidad, Jorge le pidió a Estrella que llamara a Lola y dijera eso.

¿Hambrienta? —¿Nadie está cocinando para ti en este momento? — Preguntó en un tono muy preocupado. Estrella negó con la cabeza. —No quiero comer la cena hecha por la Sra. Durán. Quiero comer pizza. —Después de que Estrella dijo eso, una sonrisa apareció en el rostro del hombre a su lado. ¡Su Estrella lo estaba haciendo realmente genial! Por supuesto, Lola no rechazaría a su hija. Pero antes de responderle, le preguntó: —¿Dónde está tu papá? —No quería ver a ese hombre malo. Estrella vaciló y dijo: —Él no está aquí. Tal vez todavía está en el trabajo. —Pero la verdad era que Jorge ya estaba en casa. Así que Lola pensó que Jorge todavía estaba en la compañía. Contestó alegremente: —Pídele al chófer que te lleve al hotel. Te esperaré en la puerta. — Se había encontrado con el chófer en la mansión de Jorge dos veces. Era muy simpático. —¡De acuerdo! —Estrella colgó el teléfono y trotó mientras se lanzaba a los brazos de Jorge. —Papá, todo está arreglado. Mamá dijo que sí. —Miró a Jorge felizmente. Jorge abrazó cariñosamente a su hija y la besó en la mejilla. Los dos subieron las escaleras. —¡Mi Estrella es realmente la mejor! Papá te llevará al parque de diversiones, ¿vale? ¡Esa es tu recompensa! —Ver la cara feliz de su hija todos los días ya era una recompensa inestimable para él. Estrella dio una palmada de emoción y alegría. —Oh sí sí. ¡Quiero montar el barco pirata, por favor!



Capítulo 255 El chófer de mi hija —Está bien, papá irá contigo. —¡Papá, yo también quiero montar la rueda de la fortuna! —También papi! —Jorge respondió en un tono muy feliz. Al ver a su hija tan apasionada por esto, pensó que era necesario construir un parque de diversiones dentro de la mansión. Tendrá todo tipo de instalaciones recreativas para que ella use cuando quiera. A las seis treinta. Después de esperar un rato junto a las puertas del hotel, Lola vio que un Lamborghini negro se detenía frente a ella. Jorge, que estaba en el asiento del conductor, presionó el botón de la ventana del asiento trasero. Una cálida y linda cara apareció. Era Estrella quien preguntó con entusiasmo: —¡Mami, entra y siéntate conmigo! ¡Vamos! Mirando el lujoso Lamborghini, Lola dejó escapar un suspiro de sorpresa de que Jorge incluso preparara un auto que valía decenas de millones de dólares para el chofer. ¡Qué rico y generoso era! Estrella seguía instándola a entrar. Le mostró una cálida sonrisa a Estrella y luego entró desde el otro lado del auto. —Cariño, ¿qué quieres comer además de pizza? —Lola le preguntó gentilmente a Estrella. Lola cerró la puerta y puso toda su atención en su hija, ignorando completamente al hombre en el asiento del conductor. Estrella pensó por un momento y dijo: —Mamá, no quiero comer pizza ahora. —Ella dijo esto porque Jorge sugirió comer los mariscos que su mamá amaba tanto. Esta noche era realmente para su mamá. —Bueno, mi hija realmente tiene la mente de una mujer —pensó Lola. Ella le sonrió a su hija y luego recordó algo. —Bueno. ¡Vamonos! —De alguna manera, ella se sentía un poco extraña. Esto le parecía familiar... —¡Bueno! ¡Voy a comer un banquete de mariscos! —Sentada en la silla de

la niña, Estrella aclamó y posó como un superhombre. A Lola le divertía su inocencia. —¡Está bien, está bien, vamos a una cena de mariscos ahora! —Sin embargo, ella no sabía dónde podían comer deliciosos mariscos en el país C. No conocía muy bien esta área. Decidió preguntar al chófer, cuyo primer nombre parecía ser Tian. —¡Esta bien mami! —Estrella besó a Lola en el cuello. Lola se frotó placenteramente la pequeña cabeza de Estrella, miró al hombre que tenía delante y le preguntó: —Sr. Tian, ¿podrías enviarnos a un conocido restaurante de mariscos? Gracias. —¡Un segundo! ¿Por qué el chófer le parecía tan familiar? La curiosidad la llevó a acercarse para ver claramente la cara. ¿Qué? ¡Era Jorge! ¡Increíble!

... ¡Santo Dios! ¿Qué trucos tontos estaba jugando ahora? ¿Ser un chófer en silencio? Al darse cuenta de que Estrella se reía con la mano cubriéndose la boca, de repente comprendió lo que estaba pasando. ¡Su hija también le había jugado una mala pasada! —¡Estrella! —Llamó a su hija con una voz muy profunda. ¡Ambos la habían engañado! Estrella inmediatamente explicó: —¡No fui yo! ¡Yo no! —Estrella se desvinculó ingeniosamente del truco a la vez. Estaba señalando con entusiasmo a su padre. Lola miró al hombre en el asiento del conductor y le preguntó con seriedad fingida: —¿Qué quieres decir con esto? ¿Por qué no me dijiste? —En su mente, en el momento en que descubrió que el conductor era Jorge, de hecho estaba un poco... ¿sorprendida? Y en realidad un poco contenta... ¿Qué? —¿Incluso este simple truco te puede sorprender? ¡Lola, qué perdedora eres! ¡Es tan fácil para él ablandar y halagar tu corazón! —Lola se maldijo en su mente. Al controlar hábilmente el volante, Jorge respondió con calma: —Soy el chófer de mi hija. Esto no tiene nada que ver contigo.

...

¿Qué más podría decir acerca de que él era el chófer de su hija? Bueno, ¡entonces debería ser profesional al respecto y no bajarse del auto en el restaurante! ¡Él era sólo un chófer, de todos modos! En un restaurante de mariscos. Jorge se desató el cinturón de seguridad, salió del auto, abrió la puerta del asiento trasero y llevó a su hija. Luego caminó hacia el otro lado y abrió la puerta para Lola, esperando que ella se bajara. ¡Jorge, el honorable y respetable CEO de SL Group, le abrió la puerta a ella personalmente! No podía creerlo con sus propios ojos. Gracias a Estrella, ella también estaba recibiendo este tipo de tratamiento de él... Después de que se bajaron del auto, Jorge cerró la puerta y siguió a Lola y Estrella al restaurante. Un gerente inmediatamente se les acercó cuando vio la figura de Jorge que se acercaba. —¡Buenas noches señor Jiménez! ¡Bienvenido a nuestro restaurante! —Se sabía por todas partes que Jorge era un pez gordo. Todos los miembros del personal en el restaurante sabían que debían servirlo lo mejor que pudieran. También daba generosas propinas. Dos hileras de chicas que hacían cola y se inclinaban cortésmente hacia ellas. Dijeron al unísono: —¡Sr. Jiménez, bienvenido a nuestro restaurante! Jorge asintió con calma. —Señor Jiménez, déjeme mostrarle el salón 2088. Está en el segundo piso. —El gerente le ofreció con entusiasmo su servicio personal a Jorge. Llevó a la familia adentro de una manera muy respetuosa. Cuando entraron en el ascensor, Jorge levantó suavemente a Estrella con la mano izquierda. También puso su mano derecha en el hombro de Lola, la llevó al ascensor sin ningún indicio de emoción. Al ver esto, el gerente miró a Lola y se preguntó si la niña era de ellos. En apenas unos segundos, llegaron al salón. Tenía decoraciones lujosas y mucho más espacio para que se sentaran. El gerente les sirvió el té más caro y le entregó el menú a Jorge. Jorge directamente pasó el menú a Lola, dándole a su amor la prioridad de ordenar su comida favorita. Siendo tan directa como era, Lola aceptó el menú. Después de todo, ¡los mariscos eran sus favoritos! Teniendo en cuenta el gusto de Estrella, primero ordenó algunos alimentos no picantes digeribles para su hija. Luego ordenó camarones, vieiras y varios tipos de platos de pescado. Finalmente, puso el menú frente a Jorge, que estaba sentado entre ella y Estrella.

Jorge ordenó sin mirarlo porque ya estaba de acuerdo con todas las elecciones de Lola. —Eso es todo. Puedes empezar a preparar los platos para nosotros. —El gerente cortésmente tomó el menú y salió de la habitación. En el momento en que se fue, Lola se quedó mirando al hombre que estaba tomando té tranquilamente. —Señor Jiménez, ¿por qué tienes que interferir en las raras ocasiones en que Estrella y yo nos divertimos? El hombre dejó la taza y puso su largo brazo alrededor de la silla en la que estaba sentada. Parecía que la estaba sosteniendo... —¡Un chófer también tiene derecho a comer algo! No quieres que él tenga hambre, ¿verdad? Nadie más te llevará a casa —Jorge respondió rápidamente.

... —Sí, mami. No quiero que papá tenga hambre —Estrella intervino. Parecía que su padre era más importante que ella en la mente de Estrella. Esto puso a Lola un poco decepcionada. Se puso un poco triste y tuvo la necesidad de llevar a Estrella de vuelta a su casa. Pequeña traidora, ¡qué crédula eres ahora que estás completamente de pie junto a tu papá! ¡Bien! ¡Que así sea! Lola se rindió y se levantó impotente de la silla. Justo cuando estaba a punto de dar el primer paso, una gran mano tiró de su muñeca. Desconcertada, se volvió hacia Jorge, que la estaba mirando fijamente con sus ojos intensos y penetrantes. Su tono era ligeramente frío: —¡No puedes ir a ningún lado!

... ... A Lola le divertían sus palabras: —Disculpe, Sr. Jiménez. ¿Tengo que pedir su permiso si quiero ir al baño? Al oír su risa, el hombre aflojó su agarre. —¿Te estás riendo de mí, Lola Camela? —¡La cara del hombre se estaba poniendo rojiza! Lola no lo podía creer.

Estrella no pudo evitar sonreírle a su papá y a su mamá porque estaba tan feliz de estar con ellos. Lola se recostó en su silla, miró la cara ruborizada como si fuera el Nuevo Mundo que acababa de descubrir. ¡Nunca había visto a Jorge tan avergonzado! —¡Oh Dios! ¡Señor Jiménez, te estás sonrojando! Jorge la miró fijamente, pero a ella no le intimido porque conocía demasiado bien sus modales: él solo fingía ser frío con su broma juguetona, para poder ocultar su vergüenza. Lola pensó que Jorge era tan lindo y se estaba riendo como una niña pequeña mientras iba al baño. De repente, sentimientos de cariño llenaron su corazón. Cuando regresó del baño, vio a Jorge jugando y riéndose con Estrella. Miró con envidia esta escena de amor. Qué feliz era para ellos estar juntos. ¡Si solo ella pudiera congelar este momento, y pudieran permanecer juntos para siempre! En ese momento, también olvidó lo molesta que estaba con Jorge. Quería darle toda su atención a su hija y... El hombre que una vez le perteneció. Cuando Lola se recostó en su asiento, Jorge le puso la palma de la mano en el cuello, tiró de su cabeza hacia él y la besó suavemente. Estrella vio esto y se rió junto a ellos. —Chico besa a una chica. ¡Vergonzoso, vergonzoso! Lola apartó ligeramente a Jorge con su rostro obviamente sonrojándose. — Estrella está aquí. Ella no puede ver lo que estamos haciendo. Al oír esto, Jorge se burló más de Lola. —Así que puedo hacerte de todo si Estrella no está aquí, ¿verdad?

... ... Lola lo miró seductoramente y le preguntó acusadoramente: —Tú eres el jefe. Puedes tener muchas amantes si quieres. ¡Solo soy tu ex esposa y no creo que realmente te preocupes por mí! Al pensar en esas mujeres, se puso tan celosa de nuevo. Su corazón se agría como si un frasco de vinagre se partiera por dentro. —¿Por qué eres tan atractivo y todas las mujeres quieren seducirte? ¿Por qué todas te dan la oportunidad de coquetear con ellas? —Lola se preguntó y secretamente deseó que Jorge Si fuera todo suyo.



Capítulo 256 Manipularse el uno a otro Jorge de repente se dio la vuelta y miró a través de sus ojos. —¿Qué tal si te conviertes en mi esposa otra vez? ¿Otra vez? ¿Era esto de verdad? Lola estaba estupefacta ya que lo que quería decir era... ¿Se volverían a casar? ? Mirando sus ojos, ella pensó que esto podría ser un truco de nuevo. Pero la última vez que le propuso matrimonio, él se negó, ¿no? Así que dijo: —¡No! —Se negó rotundamente. El rostro del hombre se oscureció. —¡Lola, eso es horrible! ¡Eso es una estupidez de tu parte! Luego se sentó de nuevo, se reclinó perezosamente en su silla y cerró los ojos para que Lola no pudiera ver las emociones en sus ojos. Él estaba herido. ¿Ella era estúpida? Lola frunció los labios. ¡Era él quien era realmente estúpido! Ella se lo había propuesto y él le dijo que no. Por supuesto, no creería que lo que él dijo en este momento era cierto. Aparte del anillo, lo más importante sería la sinceridad, ¿verdad? ¿No se negó él también? ¡Qué desvergonzado era decirle lo estúpida que era! —Señor Jiménez, tú eres el que comenzó esto. Tú eres el que actúa estúpido. Todavía no abrió los ojos, pero agarró sus pequeñas manos y las envolvió intensamente con su gran palma. Podría haber sido una escena romántica, pero Jorge intensificó su agarre, y Lola comenzó a gritar: —¡Ay, ay! Estrella, que estaba jugando con algunos juguetes al lado de ellos, los miró de forma extraña. Inmediatamente dijo: —Papá, no le pegues a mamá. Pensó que mamá estaba gritando porque papá la estaba golpeando. Al escuchar lo que Estrella había dicho, Jorge relajó un poco su mano y se

frotó la pequeña y dolorida mano. La mujer lo miró en silencio. ¿Era este el llamado "bofetada y beso"? Justo en ese momento, alguien llamó a la puerta de la habitación y Jorge dijo con voz débil: —Adelante. Entonces el gerente entró con varios camareros detrás de él. Empezaron a servir. Este primer plato era la carpa plateada favorita de Estrella. Posteriormente se sirvieron los camarones y los platos de pescado. Al igual que antes, la madre y la hija disfrutaron comiendo juntas. La cena terminó antes de las 8 pm. Regresaron al Lamborghini, y Jorge condujo el auto fuera del estacionamiento. Lola estaba acariciando el pelo de su hija. Estaba realmente renuente a irse. Entonces le dijo a Jorge: —Me dejas en el cruce de la carretera. Tomaré un taxi de regreso al hotel sola. Mañana, volaría de regreso al país A en el primer vuelo. Simplemente le dolía no saber cuándo volvería a ver a su hija. Después de que terminó sus palabras, hubo un incómodo silencio en el auto. Jorge la miró por el espejo retrovisor, mientras observaba con cariño a Estrella. Su situación era realmente complicada. —Esta noche, te puedes quedar con Estrella. Los ojos de Lola brillaron. —Entonces solo haz una parada en la esquina. Tomaremos un taxi de regreso al hotel. —Maravilloso. Esta noche, Lola podría abrazar a su hija y cantarle para dormir. Mirando a su ingrata ex esposa, Jorge ensombreció su rostro inmediatamente. Sin darle la oportunidad de decirle tonterías, condujo directamente el auto a la mansión. En la entrada de la mansión, había luces encendidas. Lola se dio cuenta de que Jorge las había llevado a la mansión. Después de salir del auto, Jorge sacó a Estrella del asiento para niño. Lola pensó por un momento y las palabras salieron de su boca. —¿Laura está en tu casa? Sintiendo un destello de un disparo mortal en los ojos de Jorge, Lola reconoció su error. Realmente tenía la intención de hacerle sentir culpable. Sin embargo, ¡no podía permitir que él fuera tan íntimo con Laura! Continuó repitiendo las palabras intencionalmente. —¿Ella no está en casa? ¡No es bueno llevar a otra mujer a esta casa! ¿Y si nos atrapa? Ella romperá contigo. Jorge puso a Estrella en el suelo y gentilmente le dijo a su hija: —Estrella,

ve a la sala de estar. Estaré ahí. Estrella asintió y corrió a la sala de estar. Mirando la espalda de Estrella, Lola se dio cuenta de que Jorge se acercaría a ella. Estaba a punto de correr, pero Jorge la atrapó con fuerza por los brazos. Sus labios estaban pegados a su oreja y él dijo suavemente. —Trata de alejarte de mí. Y sufrirás las consecuencias. ... ... ¡Realmente él podía engañar a las mujeres! Mirando el cielo oscuro en la distancia, sintió que sus piernas se debilitaban. —Señor Jiménez, esto es realmente malo para ti. Laura está dispuesta a considerar a Estrella como su propia hija. Pero si hacemos algo a sus espaldas y nos atrapa, ¿crees que todavía es posible que Estrella tenga buenos días en el futuro? Trató de liberarse de su agarre en su cintura, pero no sirvió de nada. —Si ella no es buena con mi hija, ¡no la dejaré entrar! Es tan simple como eso. —Estaban tratando de manipularse el uno al otro. La ira inmediatamente fluyó hacia Lola. Cuando estaba en el restaurante, solo insinuó que volvería a casarse con ella. Ahora todavía quería casarse con Laura. Él era rico, pero ¿y qué? ¿Quién le permitiría tener dos esposas incluso si tuviera ese dinero? —¡Jorge, déjame ir, déjame ir! —No quería esperar a que él y Laura mostraran su amor más tarde. El hombre no habló, y los dos se aferraron fuertemente. ¡Si no fuera porque Estrella estaba sola en la sala de estar, seguramente le habría dado una lección a esta mujer problemática aquí mismo! La obligó a mirarlo y siguió sujetándole la cintura. Solo cuando ella estaba en sus propios brazos, se sintió aliviado... y feliz. Lentamente, bajó la cabeza y besó sus tiernos labios. Una ráfaga de viento hizo estremecer a Lola. La puso en su hombro y caminó dentro de la mansión. —¡Jorge, bájame ahora! ¡Ah ah ah! —Lola gritó de disgusto. Pero Jorge era demasiado poderoso. La llevó consigo a la sala de estar. Estrella estaba muy feliz de verlos, y molestó a Jorge para que la sostuviera sobre su hombro. Jorge puso a Lola en el sofá y luego se adelantó para abrazar a Estrella. Levantó a Estrella y la dejó cabalgar sobre sus hombros. Estrella gritó alegremente. —¡Papi, eres tan increíble! —Lola se recostó suavemente en el sofá, observando al feliz padre e hija y disfrutando tranquilamente de este momento de felicidad. ¿Cuándo podrían ella y Jorge realmente estar juntos? Secretamente, ella

deseaba una vida en la que solo hay dos de ellos, viviendo una vida simple y pacífica. Al igual que en Echo Bay, realmente extrañaba los días tranquilos allí. La noche se hacía más profunda y era hora de irse a la cama. Jorge dejó que Estrella siguiera sentada sobre su cuello, llevándola al dormitorio en el segundo piso. Estrella estaba muy feliz hoy porque mamá y papá ayudaron a bañarla. Cuando llegó el momento de la historia, ella lo disfrutó tanto porque ambos estaban de su lado. La niña, que seguía sonriéndose y riéndose de la historia, se quedó dormida rápidamente. Al ver que su hija se había quedado dormida, Lola estaba lista para ir al baño a recoger los juguetes que esparció. Tan pronto como entró al baño y comenzó a limpiar el lugar, Jorge la siguió. —¿Quieres usar el baño? —Sostenía dos pequeños patos de goma amarillos en sus manos y le preguntó al hombre con curiosidad. Jorge miró a Lola y cerró la puerta del baño. —¿Acabas de decir que temías ser atrapado por Laura? Lola miró al hombre que se acercaba más a él. Estaba un poco estupefacta. ¿Él iba a culparla? —No no. Olvídalo. No dije nada. —Ella se movió lentamente hacia atrás. —No voy a olvidar eso. No dejaré que nos atrape. No te preocupes — Luego se apresuró y la giró para que pudiera ver la hermosa vista del mar junto a la ventana. Jorge cubrió su boca de protesta e hizo lo que le gustaba detrás de ella.



Capítulo 257 ¿Cuántos bancos posee este tipo Cuando Lola finalmente se despertó, se encontraba de nuevo en un avión que volaba hacia el país A. Ella había estado en esta situación dos veces. Incluso la propia Lola estaba confundida por esto. ¿Realmente durmió tan profundamente que no sintió nada cuando Jorge la vistió y la sacó de la mansión? O tal vez fue porque Jorge la cuidó de una manera muy gentil. El avión aterrizó en el patio trasero de la casa Camela, donde Lola se bajó con las piernas ya temblando. Soportó el dolor y no fue al hospital ayer. El dolor parecía empeorar hoy, por lo que fue directamente al garaje y se dirigió al hospital inmediatamente después de que se bajó del avión. Se estaba preparando para lo peor...

... ... Se registró y solicitó un tratamiento especializado, pagó los gastos médicos y regresó a la compañía. Lola se sentó en la oficina del director general adjunto y trató de refrescarse cerrando los ojos. Después de unos minutos, sacó su teléfono, tomó una foto de su registro médico y se la envió a Jorge. Estaba rechinando sus dientes con ansiedad. —¡Jorge! ¡Debes reembolsar diez veces los gastos médicos! En pocos segundos, su teléfono recibió un mensaje. Indicaba que Jorge le había transferido 50 millones de dólares a ella... ¿Qué? ¡Wow! Los gastos médicos solo le costaron 500 dólares. Simplemente lo molestó para que pagara diez veces la cantidad original y eso costaría 5, 000 dólares. ¡Pero en cambio le dio 50 millones de dólares! — ¿Cuántos bancos posee este tipo?

Era una cantidad tan grande de dinero que podía malgastar el dinero durante muchos años, incluso si no iba a trabajar. Sin embargo, su corazón derretido se calmó cuando recordó que Jorge le provocó un shock ayer en la reunión. Él la avergonzó directamente. Lola se incorporó y le dijo a Leo en la línea interna: —¡Por favor, pídele a Joshua del Departamento de Diseño que venga a mi oficina! Ella resolvería los tres problemas recientes uno por uno. Esperaba terminar y resolver estos problemas hoy. Se sentía culpable porque pensaba que era un poco negligente con los acontecimientos que la rodeaban. Ella decidió rectificar el espíritu de la compañía y castigar a las ovejas negras. Joshua vino de inmediato. Parecía que estaba de mal humor. —¡Srta Camela! —Joshua saludó cortésmente porque sabía claramente la razón por la que Lola lo llamó. Una persona graciosa de repente se volvió tan cortés. Lola se sintió un poco inusual con esta versión de Joshua. —Toma asiento. Apuesto a que sabes la razón por la que te llamé —dijo Lola. Se puso de pie, le sirvió un vaso de agua y lo colocó delante de él. —Gracias, señorita Camela. Y sí lo sé. —Todos en el Departamento de Diseño lo ignoraron y le hicieron pasar un mal momento por lo que sucedió recientemente. Lola se sentó frente a Joshua. Era la primera vez que hablaban con tanta calma y seriedad. —Puedo darte la oportunidad de explicar. Entonces dime todo y no me ocultes nada. Joshua miró seriamente a Lola y dijo: —Señorita Camela, ¿cree en mí? ¿Confía en mí? —En su opinión, solo podía explicarle si Lola estaba dispuesta a creerle. De lo contrario, ¿qué sentido tenía explicarle esto? Lola asintió sin dudar y respondió: —Aunque no te trato muy a menudo, creo que no lo hiciste porque tienes un carácter similar a mi hermano, que es muy honesto. Mirando a Lola, Joshua se sintió tan conmovido por sus palabras ya que ella era la única que creía en él. Significa mucho y él sabe que le debía mucho a esta mujer. Joshua regresó al Departamento de Diseño después de que hablaron durante aproximadamente una hora en la oficina. —¡Oh, el ladrón ha regresado de la oficina del CEO! —Al ver a Joshua saliendo, un colega se burló de él sin piedad. Se estaba acostumbrando, de todos

modos. Otro colega masculino siguió su ejemplo. —Creo que el ladrón se ha juntado con la señorita Camela. Te estás deshaciendo de tus cuotas haciendo trampa, ¿verdad? —¡Jajaja! —Varios colegas masculinos que se reunieron en el salón de té se rieron sin rodeos. ¡Apretando los puños, Joshua se sonrojó porque su paciencia había llegado a su fin! ¡Era inocente! ¿Por qué siguieron insultándolo? ¿Por qué no intentaron investigar primero? Él podía soportar los insultos antes, ¡pero habían ido demasiado lejos esta vez! ¡Debían tener motivos internos para decir que se enganchó con la señorita Camela! Se lanzó hacia adelante. Cuando estaba a punto de golpear a su colega con el puño, una voz detrás lo detuvo de inmediato. —¡Joshua! —le gritó Lola. Ella ya había predicho que muchas personas chismorrearían si llamaba a Joshua a la oficina. Sucedió exactamente como lo esperaba. Al ver a Lola, algunas personas en el departamento de diseño se pusieron nerviosas e inmediatamente se volvieron respetuosas. —¡Srta Camela! — Después de los saludos, se dirigieron a sus asientos, llevando sus tazas. —¡Deténganse! —gritó Lola. Quedándose quietos con sus cabezas inclinadas, estaban tan asustados porque pensaban que estaban condenados. Lola avanzó unos pasos, señaló a una de las personas y preguntó con severidad: —¿Cómo te llamas? ¿Quién te dijo que Joshua se enganchó conmigo? El hombre señalado vaciló unas pocas palabras: —Señorita Camela, soy Chris Don. De pie frente a él, Lola lo miró con fría determinación y dijo en tono áspero: —Ahora me gustaría anunciar a todos que el Grupo SL considera que Chris Don, del Departamento de Diseño, tiene malas cualidades porque difundió rumores y disturbios trazados. ¡El departamento financiero le cobrará el sueldo y ya puede salir de aquí! —¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Srta. Camela, me disculpo! Fue mi culpa. Juro que no volverá a suceder. ¡Por favor perdoname! —Chris Don rogó por la misericordia de Lola. Aunque solo era un asistente de diseñador menor en el Grupo SL, estaba bien pagado. No quería perder este trabajo bien remunerado que le costó tanto esfuerzo conseguir. Lola se enojó más cuando vio que suplicaba piedad. Alto y grande como era él, su mendicidad no era masculina en absoluto. Sin mencionar la forma en que él cotilleaba.

—No cambiaré la decisión, no importa lo que digas. Que esto sea una lección para todos ustedes. ¡Sal de aquí! ¡Ahora! —Lola cruzó el salón de té. Varios empleados ingresaron a la oficina del departamento de diseño, sin dejar que Chris Don le rogara nuevamente. Al ver entrar a Lola, las personas que estiraban sus cabezas para ver lo que estaba sucediendo se sentaron en sus lugares para trabajar nuevamente. Lola recorrió el departamento de diseño y descubrió que el gerente no estaba en la oficina. ¡Entonces decidió resolver los problemas por sí misma! —Queridos colegas, por favor, denme unos minutos de su atención. Recientemente, hubo un rumor de que Joshua, del Departamento de Diseño, robó los diseños de la compañía. Espero que todos no lo vuelvan a discutir y cuiden su propio negocio. La verdad eventualmente saldrá a la luz ya que dejaré que la policía intervenga para investigar este asunto. De lo contrario, tendrán el mismo resultado que Chris Don... La voz de Lola sonaba extrañamente resonante en la habitación. Todos la adoraban por su confianza y nobleza. ¡Qué heroína era! No era de extrañar que el Sr. Si se casara con ella. Pero ¿por qué se separaron? ¿Cómo era que renunció a una dama tan encantadora? Todos estaban desconcertados. Lola también les dio mucho ánimo. Después de eso, el departamento de diseño la recibió con un aplauso entusiasta. Tan pronto como regresó del departamento de diseño, Lola llamó al jefe del departamento financiero y al gerente del departamento de personal respectivamente, hizo el castigo correspondiente y dejó que la secretaria publicara un anuncio. Lola nunca trató con los empleados en persona antes. Esta vez, decidió manejar personalmente el problema frente a ellos. Resolvió los problemas correctamente sin ninguna piedad y moderación. Los colegas hablaron de Lola durante todo el día. Pensaron que se veía digna y respetable al igual que el Sr. Jiménez. Comprendieron que a partir de ahora deben comportarse bien bajo los ojos de Lola. De hecho, Lola se ocupó de estos asuntos de acuerdo con el consejo de Jorge porque pensó que era muy eficiente. Tal vez por eso la gente notó el estilo de Jorge en sus acciones. Ella podría agradecerle por esto en otro momento.



Capítulo 258 Ya estoy atada a él En la ciudad D. Tan pronto como salieron del trabajo, todos los miembros de la oficina de revistas salieron inmediatamente del edificio. Un deslumbrante automóvil deportivo amarillo Maserati se detuvo en la puerta de la oficina de las revistas periódicas, atrayendo la atención de muchas personas. El hombre en el coche que llevaba gafas de sol estaba mirando a las puertas. Se veía realmente encantador y rico. Media hora después, una mujer alta, vestida con un vestido largo y floral, salió con su largo cabello que fluía bellamente a través de sus hombros. El hombre que llevaba gafas de sol abrió rápidamente la puerta y caminó directamente hacia ella. Él tiró de su muñeca para obligarla a acercarse. Estaba lista para gritar, pero cuando vio el familiar traje rosa, logró contenerse. Ella fue arrastrada hasta el auto deportivo. Manolo intentó forzarla para que se sentara en el asiento trasero, y luego se sentó en el asiento del conductor y se alejó. El coche galopaba hasta la carretera principal. Las dos personas que estaban dentro estaban tan silenciosas que el ambiente era algo extraño e incómodo. Justo cuando estaban frente al apartamento, Manolo se detuvo de inmediato y pisó los frenos, haciendo mucho ruido en la noche tranquila. Ninguno de ellos bajó del auto, ni tampoco encendieron las luces. Se quedaron sentados en silencio total. Después de un largo tiempo, Laura miró fuera del auto y dijo suavemente: —Manolo, ya lo dije muy claramente. ¿Qué estás haciendo? ¿Qué pasa? —Ser íntima con Jorge y casarse con él era su única salida ahora. Manolo gruñó ruidosamente: —¡Cállate! —No quería que Laura hablara de

eso. Realmente lo hizo sentirse decepcionado de sí mismo. Ella lo miró y se sorprendió. Nunca se había visto así. Cuando estaba al lado de ella, Manolo siempre era como un hermano menor. A menudo, él era muy lindo y divertido. Él siempre la hacía feliz. —Laura, ese hombre es mi ex cuñado, el ex marido de mi hermana. ¿Puedes por favor alejarte de ellos? —Las manos de Manolo sujetaron firmemente el volante y las gafas de sol cubrieron las emociones en sus ojos. ¿Alejarse de ellos? De hecho, ella realmente no quería hacer esto. —Si me caso con él, seré buena con tu pequeña sobrina. La trataré bien. —Solo vio a Estrella una vez. Esa chica encantadora era realmente una niña adorable. Muchas personas en el país C ahora sabían que Jorge tenía una pequeña princesa y que ella vivía en su mansión. Los que estaban en las manos de Jorge podrían tenerlo todo en este mundo. Después de escuchar esto, Manolo golpeó el volante con las manos. Abrió la puerta y se sentó en el asiento trasero. Tiró de su cuerpo para dejar que ella lo enfrentara. Su habitual sentido del humor había desaparecido. Ahora, no tenía más que dolor y rabia en su rostro. —Laura, eres mi mujer. ¿Crees que Jorge todavía te querrá? —Esas palabras estaban en lo cierto. Jorge era tan orgulloso. ¿Cómo podría un buen hombre casarse con una mujer que tenía una aventura con otros hombres? Tal vez Jorge solo la estaba usando... Cubriendo la tristeza en sus ojos, ella respondió: —¡Aunque él no me quiera, ya estoy atada a él! —Solo Jorge podría salvarla. Salvarla era salvar a su padre y su familia. Ella necesitaba hacer esto. Manolo se burló: —Si estás atada a él, significa romper la relación entre él y mi hermana. ¿Desde cuándo te volviste tan cruel? ¿Qué pasa contigo? —Él la miró con una mirada astuta, queriendo ver algo en sus ojos. Solo bromeó y miró al hombre frente a ella. —Siempre he sido muy ambiciosa. No puedes verlo. ¡Eres demasiado joven! La odió de inmediato porque dijo que aún era joven. Si él no la amara, la habría echado del auto. —Si tiene un hijo conmigo, no tendrá oportunidad de estar con Jorge. — Manolo pensó.

...... Lola arrastró su cuerpo cansado a la casa después del trabajo.

Originalmente había planeado dormir en la oficina esta noche. Sin embargo, no se trajo nada a la oficina de nuevo, así que primero tuvo que irse a casa. En el segundo piso, Lola dudó por unos momentos y luego llamó a la puerta de su hermano. Cuando Wendy vio a Lola de pie frente a ella, se sorprendió. —Lola, ¿cuándo volviste? La expresión de su rostro aún era feliz y dulce. Se sintió aliviada. —En realidad volví esta mañana. Pero inmediatamente fui a la compañía porque tenía que arreglar muchas cosas allí. ¿Tú y mi hermano ya están reconciliados? Sólo confirmando personalmente podría sentirse realmente aliviada. —Estamos bien. ¡Tómalo con calma! No te preocupes demasiado por nosotros. —Wendy la miró con las mejillas rojizas. Lola echó un vistazo casual a la habitación. —¿Dónde está mi hermano? —Él no ha vuelto todavía. ¡Tal vez vuelva pronto! —Siempre estaba ocupado y era normal que regresara a casa a las 11 en punto cada noche. —Bueno, está bien. Solo espera a que mi hermano regrese. ¡Voy a dormir en la habitación primero porque estoy tan cansada! —La cara de Lola mostraba un agotamiento absoluto. Wendy miró detenidamente a su mejor amiga, creía que era realmente una mujer fuerte. —No necesitas ser demasiado dura contigo misma. Mira el cansancio en tu cara. Que tengas un buen descanso, por favor. Lola asintió y volvió a su habitación. Cuando terminó de ducharse, ya eran las 11 de la noche. Acostada en la cama, se suponía que debía dormir, pero descolgó su teléfono móvil y le envió un mensaje de WeChat a Jorge. —¿Puedes tomar una foto de mi hija y enviármela? —¡No! —Esas dos letras simples le causaron mucho dolor en el corazón. —¿Te quedas con otra mujer? ¿Por eso no tienes tiempo para tomar la foto? —Ella dijo a propósito. Jorge, que estaba trabajando en el dormitorio, quedó sorprendido por la pregunta. —¿Vive para una mujer todos los días en su corazón? —pensó. —¡Eres lista! —Rara vez elogiaba a la gente así que Lola debía sentirse honrada. Lola escuchó estas palabras y ya no estaba de humor para seguir charlando con él. Sintió que Jorge siempre le gustaba molestarla en la noche. Esto había estado causando su falta de sueño. Cerró el teléfono, lo arrojó a un lado y se fue directamente a dormir. Jorge no tuvo noticias de ella durante unos minutos, así que pensó que podría haberse ido a bañar.

Había pasado ya media hora, y no había ningún mensaje de ella. ¿Qué estaba haciendo? Empezó a sentirse un poco solo. Lola se había quedado dormida hacía mucho tiempo, pero Jorge seguía mirando su teléfono celular, esperando desesperadamente su respuesta.

...... No fue hasta la una de la madrugada que Jorge se frotó los ojos cansados y volvió a mirar el WeChat desde su teléfono móvil. No hubo respuesta, y supuso que ella ya se había quedado dormida. —¡Cómo se atreve a irse a dormir sin responderle primero! ¡Lola, recordaré este momento! —Pensó Jorge. Encontró un pequeño cuaderno para anotar todas las cosas que ella hacía que lo hicieron infeliz. Cuando estuvieran juntos, pagaría por todo eso ... ... Eran ya pasadas las ocho de la mañana cuando Lola se despertó. ¿Cuántas veces se activó la alarma? ¡No la esuchó ni un poco! Debía estar tan cansada. Cuando salió de la cama, se sintió un poco mareada y aturdida. Inmediatamente se recostó en la cama de nuevo. Se frotó la sien dolorida y sintió que algo andaba mal. Era como una fiebre. Sin embargo, no pensó mucho en eso. No podía ausentarse del trabajo hoy. —Usar agua fría para lavarme la cara me hará sentir mucho mejor —pensó y se tranquilizó. Eran las nueve cuando Lola llegó a la compañía. La cita de hoy con un cliente era de suma importancia. Intentó resistirse a la severa incomodidad causada por el frío y corrió a la sala de conferencias con las carpetas en sus manos. Cuando llegó, el cliente ya la estaba esperando. Fue una suerte que tuviera una buena recepcionista en la oficina. Era Julie.



Capítulo 259 Mostró la ansiedad en su rostro Se intercambiaron saludos y comenzaron a hablar sobre la cooperación. La reunión se prolongó durante dos horas antes de que salieran de la sala de conferencias. Julie envió al cliente primero. Lola se sentía muy mareada y se inclinó sobre la mesa de la oficina. Decidió comprar algunos medicamentos en la farmacia más tarde. Después de despedir a la cliente, Julie regresó de inmediato y vio a Lola inclinada sobre la mesa. Se preocupó mucho y le preguntó: —Señorita Camela, ¿está bien? —Su rostro estaba muy rojo cuando entró en la sala de conferencias. Y ahora todavía estaba muy rojo. Era muy inusual. Debía sentirse mal hoy. Lola ni siquiera podía levantar la cabeza, pero aún así pudo sacudir la cabeza y responder. —Estoy bien. Solo me siento un poco mareada. Compraré un medicamento en la farmacia más tarde. No te preocupes por mí. Trató muy fuerte de sentarse derecha. Parecía que el dolor había pasado por su cuello y espalda. Recogió sus papeles, los sostuvo en sus brazos y se levantó de la silla. Pero se sintió tan débil que todos los papeles cayeron al suelo. Sintió que sus piernas se debilitaban. Entonces, de repente, la oscuridad llegó a sus ojos y se desmayó. Julie estaba tan asustada y constantemente dijo el nombre de Lola, tratando de obtener cualquier respuesta de ella. Estaba tan nerviosa y salió a pedir la ayuda de un colega. La enviaron directamente al hospital. La noticia de que Lola se había desmayado en la empresa se difundió rápidamente. Esta noticia también llegó a los grupos de WeChat de la oficina justo cuando Lola fue enviada al hospital. Sánchez descubrió que todos estaban hablando de Lola. Sintió curiosidad y comprobó los registros de chat rápidamente. Luego se apresuró a la oficina del CEO. Jorge estaba hablando por teléfono.

Frunció el ceño cuando Sánchez entró corriendo. No quería ser interrumpido. Sánchez se dio cuenta de que empujó con fuerza la puerta de la oficina y entró corriendo cuando vio la insatisfacción en los ojos de Jorge. No le pidió permiso. Se detuvo de inmediato y se arregló la ropa avergonzado. —Bueno, siempre he puesto énfasis en nuestra cooperación. —Jorge se comprometió con su socio cooperativo en el teléfono. Luego, Sánchez revisó bruscamente los registros de chat y colocó la oración más importante en el centro de la pantalla para que su jefe pudiera ver claramente. Luego se lo entregó a Jorge. A los cinco segundos, Jorge dijo: —Bueno, Sr. Daza, me pondré en contacto con usted en unos días porque tengo que manejar algunas circunstancias de emergencia ahora. —Luego colgó el teléfono. —¿Qué pasa? —Se quedó mirando la frase en el teléfono de Sánchez: Grandes noticias aquí. Lola se desmayó en la sala de conferencias justo ahora. Sánchez negó con la cabeza y respondió: —Me acabo de enterar hace unos minutos. Entonces vine a decirle. Lo siento si me apresuré. Jorge mostró su ansiedad en su rostro y salió de la oficina con el teléfono en la mano. —Prepara el avión para mí y averigüe en qué hospital está. —Se lo ordenó a Sánchez, luego llamó a Rocío. La dejaría recoger a Estrella, y dejaría que Estrella se quedara en la vieja casa esta noche. En el Hospital 126 de la Policía Armada. Lola se acostó en la cama del hospital en una sala general. Aún no había despertado. Las medicinas debían haberla puesto a dormir. Su colega que la envió al hospital no se atrevió a enviarla a la sala superior sin obtener su aprobación. Solo podía acomodarla en la sala general. Cuando Jorge entró en la sala con sus nuevos zapatos y su costoso traje, inmediatamente llamó la atención de todos. El hombre en frente de la puerta se veía tan poderoso y honorable. Su aparición creó un completo silencio en los pasillos. Decenas de directores de hospitales, médicos y enfermeras asistentes lo siguieron. Todos estaban en espera, ya que tenían una idea de quién era esta persona. A través de un solo vistazo de la habitación, encontró a Lola recostada en la cama en un rincón. Se veía tan sola e indefensa. Miró a su alrededor, estaba tan disgustado. El director del hospital que estaba detrás inmediatamente se acercó a él y le dijo con gran respeto: —Sr. Jiménez, la señorita Li está allí.

Luego se frotó las manos y se hizo a un lado con ansiedad. Hacia varios años, el Grupo SL invirtió enormes fondos en su hospital. Estaba tan nervioso por estar frente al jefe de esa compañía. Jorge era un hombre realmente rico, así que se tomó el tiempo de saludarlo en persona. Ignorando al director, avanzó y caminó hacia Lola. Sostuvo a la mujer desmayada y la llevó en sus brazos ante la mirada asombrada de todos. A su lado, el médico que lo atendía siguió su ejemplo y levantó la botella de goteo de inmediato. El director del hospital era un hombre experimentado, e inmediatamente le ordenó a la enfermera jefe que estaba a su lado: —Prepare una sala superior para la señorita Camela. Ahora. La sala superior estaba en el octavo piso. La enfermera jefe se apresuró a la estación de enfermería y llamó a la estación en el octavo piso. Mientras tanto, el director mostró personalmente la salida de la sala para Jorge. Caminaron hacia el octavo piso con urgencia en sus pasos. La gente en la sala habló sobre Jorge por mucho tiempo, aunque solo apareció por dos minutos. Su discusión duró mucho tiempo. Y cuando lo mencionaron, todos dijeron, recordé que una vez ... ... Las personas en el pasillo miraron extrañamente a la multitud liderada por Jorge cuando se hicieron a un lado para que él pudiera pasar fácilmente. Con Lola en sus brazos, Jorge escuchó al director informar sobre sus condiciones con una cara solitaria. —Tenía una fiebre alta de alrededor de 41 ℃ cuando la enviaron aquí. Ya se ha desmayado para entonces. Ahora, hemos logrado controlar su fiebre alta. Solo podremos confirmar sus otras condiciones cuando se despierte. ¿Fiebre alta de alrededor de 41 ℃? ¿Esta mujer era estúpida? ¿Cómo podía seguir trabajando cuando estaba realmente enferma? ¡Por eso se desmayó! Y ni siquiera se molestó en decirle que estaba enferma. Jorge se enojó mucho y una expresión sombría y fría se reflejó en su rostro. Todos a su alrededor dieron un paso atrás cuando sintieron su ira. Sánchez se apresuró entre la multitud, se resbaló y se dirigió a los procedimientos de admisión. En la sala superior, Jorge puso a Lola suavemente en la cama de hospital y la metió. Después de arreglar la botella de goteo, Jorge agitó las manos a las personas detrás de él. Inmediatamente supieron lo que quería decir y todos se fueron rápidamente. Ahora solo había dos personas en la sala. Sentado a un lado de la cama, miró la cara pálida de Lola. Le puso las

manos en la cara y le acarició las mejillas. Mostró ternura en sus ojos y le preguntó: —Lola, ¿eres tan estúpida como un cerdo? Esta mujer estupida. Ni siquiera podía cuidarse sola sin él, ¿verdad? Ya estaba oscuro afuera cuando Lola se despertó. Frotándose los ojos borrosos, Lola miró la lámpara del techo. —¿Qué es este lugar? —ella se preguntó. Se abrió la puerta del baño de la sala y salió un hombre vestido con una camisa blanca casual. Lola no podía creer que pudiera ver a Jorge a través de sus ojos. Ella podría estar alucinando. De lo contrario, ¿cómo podría ver a este hombre que debería estar en el país C ahora? Cerró los ojos de nuevo, los volvió a abrir y vio que él la estaba mirando a los ojos. Parpadeó otra vez, y vio que Jorge se había acercado a la cama. —No cierres los ojos de nuevo. Soy yo. Estás viendo bien. —Se paró a un lado de la cama y miró con cariño a Lola, que seguía parpadeando de vez en cuando. Bien... Ella debería estar en un hospital. Lola miró la botella de goteo y preguntó: —¿Qué me pasó? ¿Qué? —¿No lo sabes? Estás muy enferma, y no lo sabes? —Su expresión facial se volvió un poco fría. Él realmente quería abofetearla para decir lo que pensaba. ¿Por qué ella no pudo hacer esta pregunta? Estaba realmente confundida. Lola estaba estupefacta y se limitó a mirar su rostro enojado. Entonces lo escuchó decir: —Tienes una fiebre alta de alrededor de 41. Te desmayaste en la oficina. Lola, ¿eres tan estúpida como un cerdo? ¡Ella, que tenía casi 30 años, podía permitirse una fiebre alta de alrededor de 41 y no hacer nada al respecto! ¿Cómo podría ser tan estúpida? ¿Qué? Lola se preocupó tanto cuando escuchó esto. No era de extrañar que se sintiera tan incómoda cuando se despertaba por la mañana. Pensó que solo tenía un resfriado. No le prestó atención. Pensando en esto, ella lo miró y respondió: —¿Cómo puedes tratarme tan mal ahora? Deja de culparme. ¡Estoy enferma! Al oír esto, Jorge miró su rostro indefenso y retiró su ira. Luego la ayudó a incorporarse y recostarse en la cama. Después de eso, caminó hacia la mesa cercana.



Capítulo 260 Aún tenían que llegar a un acuerdo Jorge le preparó un tazón de papilla saludable enviado por la niñera de la familia y de inmediato regresó con ella. —¿Cómo supiste que tengo fiebre? —Al mirarlo acercarse, Lola preguntó con un tono curioso. Jorge revolvió la crema en el tazón y la miró. —Toda la compañía lo sabe. ¿En serio? Tal vez fue porque se había desmayado. Eso crearía demasiada preocupación, por supuesto. —Abre la boca. Necesitas comer esto primero. —Se sentó en el borde de la cama y sopló la papilla en la cuchara para que se enfriara un poco. Luego lo colocó al lado de su boca. Lola abrió la boca y obedientemente se comió la crema. —¿Dónde está mi hija? Jorge le dio otra cucharada y la tranquilizó: —Mi hija está con sus abuelos. Ella es la menor de tus preocupaciones en este momento. Aún tenían que llegar a un acuerdo sobre el tema de Estrella. Dijo que Estrella era su hija y ella también protestaba que Estrella era su hija. Nadie parecía retroceder. Lola torció la boca con descontento y tomó otra cucharada de papilla. — Estoy enferma, y todavía me estás quitando a mi hija. —La mujer miró fijamente al hombre lastimosamente. Jorge no miró sus ojos y solo dijo fríamente: —¡No vas a morir todavía! Deja de reaccionar exageradamente.

... Al escuchar lo que él dijo, ella realmente quería tomar la escoba y

ahuyentarlo. —No necesitas sentirte mal por mí. Pero ¿por qué me hablas así? Eres desconsiderado de mis sentimientos. ¡Sal de aquí! —Con lágrimas en los ojos, Lola comenzó a hacer una escena al parecer indefensa. Sabía que Jorge siempre se rendiría a una persona más débil y no a los fuertes y poderosos. Necesitaba conformarse a sus ideas para hacerlo feliz. Tenía que fingir que estaba indefensa o el gran hombre no se preocuparía por ella. Jorge estaba desconsolado cuando vio sus ojos llenos de lágrimas. Dejó el cuenco en la mano y le secó las lágrimas. —¡Para de llorar! Eres una adulta. Incluso mi hija es más fuerte que tú. — Eso era cierto. Nunca había visto a Estrella llorar así. Esta mujer debía estar hecha de agua. ¡Sus lágrimas siguieron fluyendo! No era porque estaba hecha de agua, sino porque una vez fue una actriz popular. Era una habilidad básica en la actuación. Se aferró a su cintura y se acostó en sus brazos, mientras actuaba como una niña mimada. —¿Es mi hija la persona más importante en tu corazón? Dime por favor. Jorge acarició su largo cabello y mostró una sonrisa amorosa en su rostro. —¡Por supuesto! Estaba muy tranquilo en la sala. Tumbada en sus brazos, Lola podía sentir su corazón latiendo vigorosamente. Ella se entregó a sí misma en este momento de paz y no tuvo ganas de responder a sus palabras. Solo quería sentir este momento. Levantó la cara de ella, la miró fijamente y de repente la besó en sus labios rojos. Se besaron por un rato y esto hizo que su respiración se acelerara. En ese momento, escucharon un débil sonido cerca de la puerta. ¡Alguien estaba aquí! Lola apartó a Jorge de inmediato. Su rostro estaba más rojo que cuando tenía fiebre de 41. Vieron a su hermano mayor y su esposa de pie justo en la puerta. Jorge arregló pacíficamente su largo cabello antes de levantarse de la cama. —Señor Camela. —Con calma saludó al hombre en la puerta y cortésmente asintió con la cabeza a Wendy. Yonata también saludó a Jorge y miró a Lola, cuya cara estaba sonrojada por la timidez. Dio un paso adelante y preguntó preocupado: —Pensé que la fiebre ya había bajado. ¿Por qué tu mejilla está tan roja? Wendy, que había estado riendo en voz baja, suavemente tiró de la camisa de su marido. Sabía que Lola estaba avergonzada. Eres un hombre estúpido. Yonata miró a su esposa que le estaba guiñando un ojo. Luego volvió sus

ojos hacia Lola. Podría haber entendido algo. Wendy se acercó a Lola y sonrió. —¿Te sientes mejor? ¿Cómo puedes tener repentinamente fiebre alta? Ni siquiera lo sabíamos. —Sintió su temperatura tocando la frente de Lola. Afortunadamente, se sentía normal. Lola asintió. Luego levantó la cabeza y dijo: —En realidad no estoy segura. Pero es tan tarde ahora. No tenían que venir. No quiero molestarlos. Eran las diez cuando Yonata regresó a casa del ejército y se apresuró inmediatamente cuando recibió una llamada de sus padres. Acababan de venir del hospital esa vez. —No lo sabía y tu hermano no recibió la llamada telefónica de mamá hasta que estuvo fuera del trabajo. Así que vinimos ahora. —Wendy se sentó a su lado, sosteniendo su brazo con evidente preocupación en sus ojos. Mientras las dos mujeres hablaban íntimamente, Yonata caminó hacia Jorge. Se sentaron en el sofá. —¿Puedes traer a Estrella contigo la próxima vez? La extrañamos. —Hacía mucho tiempo que no veían a Estrella. Jorge solo asintió y miró a Lola, quien todavía se estaba recuperando de su fiebre. En realidad dependía de ella. Si le obedecía, él estaría muy feliz de llevar a Estrella al país A. La encantadora mirada de Jorge hizo que Lola volviera a estar distraída mientras hablaba con Wendy. Como Lola ya estaba acompañada por Jorge, Yonata y Wendy se quedaron solo unos minutos y abandonaron la sala. Lola se sintió un poco cansada después de que se fueron y bostezó, lo cual no era tan femenino. Jorge bajó la cama y la dejó acostarse. —Solo duerme entonces. Estaré contigo. Él la besó en la frente y la metió. Lola tiró de un rincón de su prenda y dijo seductoramente: —No, quiero que durmamos juntos. —¡Una vez se quedó a su lado cuando él estaba enfermo! Ella pensó que él le debía lo mismo. Jorge la siguió y se sentó en la cama. Lola inmediatamente se movió a un lado para dejarlo acostarse. Aunque la cama no era muy grande, era más que suficiente para dos personas. Jorge la sostuvo en un brazo y puso otro en su cintura. Siempre olía tan bien. Lola sonrió. Siempre era fácil estar feliz y satisfecha con él.

No pediría nada y podría dejar de lado toda la infelicidad mientras pudiera quedarse con él. —Jorge. —Lola hizo un suave sonido. —¿Sí? —Su encantadora voz la sedujo instantáneamente. —Jorge. —Ella volvió a decir su nombre, esta vez en un tono más suave. —¿Sí? —Respondió pacientemente. Sus corazones latían más rápido ahora. —Jorge. —Le gustaría decir su nombre así durante toda la vida... —¿Sí? —Él no la dejaría ir. Ella solo podía ser suya de ahora en adelante. Murmuraron toda la noche. El dulce y feliz sentimiento llenó el aire. Mientras estuvieran juntos, la felicidad sería fácil de conseguir. Mientras estuvieran juntos, incluso el silencio sería dulce y reconfortante. Mientras estuvieran juntos, estaría el sabor del amor en todo momento.

... A la mañana siguiente. Lola se despertó justo cuando el médico jefe acababa de terminar sus rondas de las salas. La temperatura de su cuerpo volvió a la normalidad y se le permitió que la dieran de alta del hospital si quería. Además del personal médico, Landon, Harold y Wendy también estaban en la sala. Pero Jorge no estaba aquí. No estaba por ninguna parte. Todos ellos se sintieron aliviados cuando escucharon lo que dijo el doctor. Todos se reunieron y la rodearon cuando se despertó. —¿Estás bien, cariño? —Landon miró a Lola con preocupación, por temor a que ella se sintiera enferma nuevamente. Había estado demasiado estresada con todo lo que estaba pasando, y él sabía exactamente lo que necesitaba.



Capítulo 261 Me voy a casar contigo Al mirar a la gente alrededor de la cama, obviamente preocupada por ella, Lola estaba tan emocionada que se quedó con los ojos llorosos. La idea de que mucha gente se preocupaba por ella la hacía sentirse tan feliz. —Abuelo, estoy bien ahora. Realmente no hay nada de qué preocuparse. — Se le quitó la aguja del brazo y Lola se levantó de la cama con facilidad. Todavía no veía a Jorge. ¿Ya se había ido? Incluso un minuto sin él le causaba tristeza... Mirando a su hija tratando de encontrar algo en la sala, Angie supo de inmediato lo que estaba pensando. —Deja de buscarlo. Ya se fue esta mañana. Lola miró a todos con vergüenza. ¿Era tan obvia? ¡Pero realmente le molestó que Jorge se fuera sin decirle! Tan pronto como salió del hospital, Lola fue inmediatamente a la compañía a pesar de las opiniones en contra de su familia. El trabajo se había acumulado mucho recientemente y tuvo que volver a la oficina para lidiar con eso. Simplemente combinaría trabajo y descanso y saldría temprano. Cuando llegó a la compañía, todos la saludaron alegremente de inmediato. También hubo colegas que estaban preocupados por ella y le preguntaron si todavía estaba enferma. Ella les respondió con una sonrisa. Cuando entró en la oficina, vio las carpetas en su escritorio en orden alfabético. Abrió una de ellas al azar y descubrió que había sido revisada. También estaba con una nota escrita por Jorge, en la que se enumeraban deficiencias y sugerencias detalladas.

... Lola se conmovió de nuevo. ¿Cuándo terminó de revisar carpetas tan gruesas para ella? ¿Fue cuando estaba durmiendo ayer? Eso significaba que no tenía ningún descanso... Tenía que pensar más en Jorge. Cuando era malo, podía abandonarla bajo la lluvia y dejarla sola. Cuando era bueno, ¡era tan dulce con ella y cariñoso! No podía entender a este hombre ... Sacó su teléfono y marcó su número. Afortunadamente, se conectó en apenas unos segundos. La voz cansada de Jorge vino del otro lado del teléfono. —¿Qué pasa? Sonaba muy cansado. ¿Tomó un descanso? Todo fue por ella. Se sentía tan culpable ... —Jorge. —¿Sí?

... El ambiente parecía haber vuelto al de anoche. Las dos personas que no podían verse tenían dulces sonrisas en sus caras. Estaban tan conectados entre sí. —¡Me voy a casar contigo! —Ella dijo esta sin restricciones. ¡Quería que Jorge fuera suyo! El hombre se rió en silencio y luego fingió ser infeliz. —¿Oh? ¿Casarte conmigo? ¿Estás buscando una lección otra vez, Lola? —Esperó a que ella respondiera. Lola se sentía impotente. ¿Qué podía hacer ella? Él no dijo nada después de que ella había dicho que quería casarse con él. ¡Estaba tan ansiosa! —¡Eres un idiota! ¡No te hablaré más! —Perdió los estribos cuando se puso ansiosa y rápidamente colgó el teléfono. Confundida miró la pantalla de su teléfono. Terminó la llamada de nuevo. ¿No se suponía que ella debía agradecerle? ¿Por qué se enojó de nuevo?

¡Él debía estar decepcionado de ella! Pensó en llamarlo de nuevo para disculparse, pero sería muy incómodo. Mejor no hacerlo ahora mismo... El clima se estaba volviendo más frío pero la relación entre Lola y Jorge aún no estaba clara. Pasó más de la mitad de un mes, y no se vieron ni una vez. En cambio, fue Tomás quien visitó a Lola en ese tiempo. Le dijo que iría a la Provincia de la Corona en el país A para reemplazar al secretario del partido provincial. Mientras decía eso, la miró profundamente. Estaba un poco desconcertada. ¿Por qué Tomas fue nombrado para ser el secretario provincial del partido? Parecía que fue trasladado por mala intención. ¡Solo Jorge y Tomás sabían la razón! Lola y Tomás cenaron juntos esa noche y al día siguiente, Lola lo envió al aeropuerto. En el aeropuerto, él tomó su mano y dijo sinceramente: —Cuídate y volveré a verte cuando tenga tiempo. Pensó en Jorge. Él nunca le dijo palabras tan dulces. Alguien los vio y llegó a la conclusión de que estaban coqueteando incluso cuando Lola sacó su mano. Desde la última vez que sucedió algo, Jorge había aprendido su lección y había plantado a algunas personas para espiar a Tomás, monitoreando cada uno de sus movimientos. Cuando supo que las dos personas estaban cenando juntas y que ella lo envió al aeropuerto, se volvió ansioso e infeliz una vez más. Y cuando él se sentía infeliz, todas las personas tenían que ser infelices, excepto Estrella. Al día siguiente, después de que Tomás se fue, Lola llamó a Jorge para poder hablar con su hija en su tiempo libre. Molesto, el hombre era tan cruel que no la había llamado durante mucho tiempo. Recordando las fotos de Jorge y Laura que asistieron a la fiesta de caridad en E-news recientemente, supuso que ahora había puesto todo su corazón y su alma en Laura. La llamada había sido contestada y esto la apartó de sus dolorosos pensamientos. Suavemente puso el teléfono en su oreja. Él no estaba hablando en absoluto. —Señor Jiménez, ¿dónde está mi hija? —Ahora, estaba hablando de su hija. ¿Qué era él en su corazón? ¿Había algún lugar para él? Parecía que solo era alguien con quien ella podía coquetear. Con un rostro sombrío, Jorge jugó con el anillo de plástico en sus manos y

dijo fríamente: —En la escuela. —¿Cuándo la devolverás? —Suprimiendo la irritación y el dolor en su corazón, preguntó con suavidad, incluso con un toque de petición. Jorge simplemente respondió. —Cuando me sienta bien, te dejaré ver a mi hija. Por ahora, no lo haré. Después de terminar esta frase, escuchó un fuerte "bam" por teléfono. Supuso que la mujer se puso furiosa y le puso la mano en el escritorio. Jorge tenía razón. Lola golpeó el escritorio con ira cuando lo escuchó. Oh, me dolió ... Lola rápidamente se frotó el área del dolor en su mano. ¡Este maldito chico astuto! —¡Jorge Jiménez, me estás lastimando intencionalmente! —Apretó los dientes con disgusto. El hombre levantó la ceja y no lo negó. —Srta. Camela, Estrella no ha tenido un padre por más de cuatro años. ¿No te sientes culpable por eso? —Él fríamente la interrogó. En particular, esto fue su culpa. ¿Ella sabía realmente cómo cuidar en serio a Estrella? Después de escuchar la pregunta de Jorge, Lola se sintió un poco culpable. ¿Cómo podría no serlo? Sin embargo, ¡era él quien debía ser culpado por todo! Esto no sucedería si no se hubieran separado. Ella gruñó: —¡Para ser justos, los dos cuidaremos a Estrella por turnos! Sus palabras pusieron a Jorge muy insatisfecho. ¿Lo que ella quería era solo a Estrella? ¿No a él? —Piensas demasiado. No te privo de visitarla, ¿verdad? Verás a Estrella una vez al mes. Eso es todo. —Sabía que ella no estaría de acuerdo con eso. Lola abrió sus ojos ampliamente. —¿Una vez al mes? ¡Jorge Jiménez, yo soy la que dio a luz a Estrella y soy su madre! ¿No crees que has ido demasiado lejos? ¡Eres absurdo! —Ignorando completamente sus dramáticas palabras, Lola explotó de nuevo. —Primero, el apellido de Estrella es Jiménez. Segundo, es cierto que eres su madre. Y yo también soy su padre. La niña no conoció a su padre por más de cuatro años. Creo que eres tú quien ha ido demasiado lejos. —Las palabras sin emociones del hombre dejaron a Lola sin palabras. ¡Está bien! "Entonces, ¿vas a quitarme a Estrella? Lola se ajustó la ropa y esperó que el hombre no respondiera que sí, pero ... —¡Sí! —Su simple respuesta interrumpió su pensamiento. Esa sola palabra hizo palidecer el rostro de Lola. ¿Parecía que iban a estar uno contra el otro?

—Entonces, señor Jiménez, te veré en la corte"



Capítulo 262 Saluda a tu padre Al oír esto, Jorge se burló. ¿Cómo podría ser Lola tan infantil? ¿Por qué no podía entender lo que estaba pasando? ¿Pensó que podría recuperar a Estrella yendo a la corte? No tenía ninguna posibilidad. Era demasiado ingenua... —Como quieras. Lola y Jorge se separaron con disgusto. Lola se frotó las sienes adoloridas. No sabía por qué habían llegado a esto. Era como, ayer que estaban tan enamorados. Ahora eran enemigos ... Sabía bien que si acudía a los tribunales, sería una completa broma en el país A. Jorge era un hombre muy poderoso. Sin embargo, tenía que intentarlo para recuperar a Estrella. Samuel, a quien una vez conoció en la oficina de Jorge, era un abogado de renombre internacional. Parecía ser un buen amigo y compañero de Jorge. Lola pensó en ponerlo de su lado. —¿Puedo contar con él? De todos modos, tengo que intentarlo. —Lola reflexionó con ansiedad. En la firma de abogados de Samuel en el país C. El edificio de oficinas elevado no estaba lejos de la oficina del Grupo SL. Jorge se llevó a Estrella con él. Acababa de despertar y todavía se sentía un poco adormecida. Llegaron a la oficina de Samuel sin informarle de antemano. Sorprendido, Samuel se frotó los ojos y vio que el hombre frente a él era realmente Jorge Jiménez. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron. Jorge había venido con una niña pequeña. ¿Quién era esta chica? Escuchó que Jorge había estado cuidando a una niña recientemente, pero no lo tomó en serio. Ahora los veía con sus propios ojos. Además, Jorge no invitó a sus amigos a su boda hacía algún tiempo. Se dijo que la boda fue cancelada. Quería preguntarle a Jorge sobre eso, pero nunca tuvo la oportunidad de hacerlo.

—Jefe Jiménez, ¿quién es la niña? —Samuel se quitó las gafas con los bordes dorados, las colocó sobre el escritorio y caminó hacia ellos. Jorge lo miró y le sonrió a Estrella. —Cariño, saluda a tu padre. ¿Qué? Samuel se veía extraño. Debía ser una broma. ¡No! Se habían prometido una vez que todos ellos serían el padre jurado de sus hijos. —¿Entonces esta chica es la hija de Jorge? ¿Estoy escuchando bien? Con este pensamiento, Samuel estaba aturdido. ¿Cómo era que Jorge tenía una hija tan linda y adorable? —Hola padre. —Estrella sonrió al aturdido Samuel y pensó que se veía algo gracioso. Samuel finalmente se calmó después de un largo tiempo de estar en shock. Jorge y Estrella ya estaban sentados en el sofá, preparando un poco de té. —Cariño, ¿este hombre te engañó para que vinieras aquí? —Con una sonrisa, Samuel fue a sentarse junto a Estrella y bromeó. Estrella negó con la cabeza y respondió seriamente: —No, él es mi papá. Él es muy amable conmigo. Samuel se acercó a Jorge y le preguntó en tono serio: —¿Ella es la hija de tu ex esposa? —Era la única posibilidad. Vertiendo el agua en el recipiente, Jorge lanzó una rápida mirada a Samuel. —Eres inteligente. No has cambiado. Samuel pensó en las noticias que veía sobre ellas. —Tú, Lola y tu hija fueron a divertirse la última vez, ¿verdad? ¿Aún recuerdas? —Sin embargo, Jorge le dijo a los medios que Estrella era su sobrina. ¿Por qué tendría que hacer eso? Jorge estaba de buen humor en este momento, pero al pensar en la mentira de Lola, golpeó la tetera en la mesa. Samuel se sorprendió, pero se conocían desde hacía mucho tiempo. Estaba acostumbrado al temperamento de Jorge. —Es por eso que vine. Si Lola te llama para pedirte que seas su abogado... —Jorge negó con la cabeza y Samuel asumió que lucharían por la custodia de la niña. Sin embargo, Jorge quería mucho a Lola. ¿Por qué decidieron ir a la corte? Era realmente extraño. Antes de que Samuel pudiera decir algo, Estrella le preguntó con curiosidad a Jorge: —Papá, ¿por qué? ¿Estás peleando con mamá? Miró a Jorge a su lado y pensó que el mundo de los adultos era tan complicado. Jorge le sonrió amorosamente a Estrella. —No quiero dejarte, pero tu mamá no está de acuerdo. ¿Qué dices? Estrella no quería dejar a su papá, pero también extrañaba mucho a su

mamá. —Nosotros tres podemos permanecer juntos. Eso será perfecto. Jorge asintió. —Es por eso. —Quienquiera que fuera el abogado de Lola, nunca podría llevarse a su Estrella. Él no la dejaría hacer eso. Estrella asintió aunque no lo entendía del todo. En ese mismo momento, el teléfono de Samuel de repente sonó. Cogió el teléfono de la mesa y lo levantó. Al obtener el número de teléfono de Samuel con gran esfuerzo, Lola finalmente hizo esta llamada. —Hola señor. Silva. —Al escuchar su voz, Samuel inmediatamente le guiñó un ojo a Jorge. Entonces Jorge supo quién era la persona que llamaba. —Hola, señorita Camela. —Samuel se aclaró la garganta y la saludó cortésmente. Lola estaba un poco sorprendida. ¿Cómo supo que ella estaba llamando? De todos modos, tenía que pedirle ayuda. —Señor Silva, ¿podría por favor tomar mi caso? Diga su precio. Estoy de acuerdo con cualquier cosa. Samuel quería decir que sí, pero no podía, ya que Jorge lo estaba mirando fijamente. —Lo siento, señorita Camela. Mi agenda no tiene vacantes a partir de este momento. Estoy demasiado ocupado para tomar cualquier otro caso. Lo siento mucho. Su negativa molestó a Lola. Ella debería haber esperado esto. —Señor Silva, ¿tiene el corazón para verme perder a mi hija? —Ella no podía rendirse. Debía recuperar a Estrella. Después de pensar por un momento, Samuel miró a Jorge y a Estrella que estaban tomando té. —Señorita Camela, ¿a quién quiere demandar? ¿Puedo saber? —Quería declinar de otra manera. Tenía algo en la manga. —Jorge Jiménez. —Respondió Lola enojada. Samuel mantuvo una cara seria y respondió con seriedad: —Lo siento, señorita Camela, acabo de tomar el caso de él. No quería meterse en este problema. No tenía idea de por qué tenían que ir a la corte. Al escuchar lo que dijo, Lola comprendió al instante lo que quería decir. Jorge pudo ir a Samuel primero. Pensó: —¡Qué estúpida soy! No debería haberlo llamado porque él y Jorge son buenos amigos. —¿Cuánto le ofreció? ¡Voy a doblar el precio! Por favor, Samuel. —Ella todavía no quería rendirse. Estrella estaba en juego en esto. Seguramente, había otros abogados destacados, pero Samuel era el mejor. Era el mejor de la ciudad. Samuel puso su mano sobre la boquilla y le dijo deliberadamente a Jorge: —Ella ha duplicado tu precio.

Jorge lo miró y bebió tranquilamente su té. —Dile que te ofrecí 10 mil millones. Samuel miró en silencio al muy calmado Jorge. Si tan solo le ofreciera 10 mil millones. De hecho, era pan comido para él. 10 mil millones no era nada para un hombre rico como Jorge. —Señorita Camela, el jefe Si me ofreció 10 mil millones. Si ofreces 20 mil millones, lo pensaré. ¡10 mil millones! Lola seguramente creyó que el muy rico de Jorge Si podía ofrecer un precio tan generoso. Sin embargo, ella no era una tonta. Instantáneamente supo lo que pasó. Jorge debió haberle pedido a Samuel que no tomara su caso. Si era así, ¿qué más podría decir? Ella lo pensó por un rato. —Por favor, dile a Jorge que puede pagar a todos los abogados si quiere, ¡pero nunca me rendiré!



Capítulo 263 Cita en la corte Tan pronto como colgó el teléfono, Samuel finalmente no pudo evitar reír a carcajadas. —¡Ustedes dos son muy interesantes y extraños! ¡Su ex esposa dijo justo ahora que continuaría buscando a otros abogados a menos que tu los hayas comprado a todos! Aunque eso no es posible. Jorge no dijo nada cuando escuchó eso. Por supuesto, Samuel sabía que era capaz de hacer algo así. Luego Samuel jugó con entusiasmo con Estrella por un momento. Poco después, Jorge la sostuvo en sus brazos y abandonó el despacho de abogados de Samuel. Después de colgar con Samuel, Lola hizo todo lo posible por abstenerse de insultar a Jorge. No creería que ningún abogado podría tomar su caso y ayudarla a ganar. Después de todo, ella también era una mujer rica. Pero la verdad era que contactó a más de diez abogados, y su teléfono se colgó una y otra vez cuando los abogados supieron que el acusado era Jorge Jiménez. Jorge era tan poderoso e influyente. Peor aún, uno de los abogados le preguntó antes de colgar: —¿Te estás volviendo paranoica? ¿Jorge y tu hija? ¡Ahhhhhhhh! ! ! Lola quería matar a ese abogado. ¿Qué había de malo en ella? ¿Por qué todos se pusieron del lado de Jorge? Por la tarde, alguien llamó inesperadamente y le preguntó si estaba buscando un abogado. Ella realmente no esperaba esto, ya que estaba a punto de rendirse. Respondió de inmediato —sí —y para su sorpresa, este abogado aceptó ocuparse de su caso. Realmente no estaba tan segura, por lo que preguntó la ubicación de la oficina de abogados y se enteró de que estaba en el país A. No esperó más y

rápidamente fue allí para comprobarlo. Aunque la oficina no era tan grande como la de Samuel, tampoco era tan pequeña. Entonces, la pelea por Estrella entre Jorge y ella estaba a punto de comenzar. ¡Esto realmente sucedería! Nunca esperó que Jorge la empujara a esta situación. Si iban a la corte, significaba que ya eran enemigos. Tal vez, nunca sería posible para ellos volver a estar juntos. Lola obviamente tenía sentimientos encontrados sobre esto, pero cuando pensó en Estrella, supo que esto era lo correcto. De pie y sosteniendo el dinero en sus manos, sintió que su corazón sangraba emocionalmente cuando pensaba en esto. Después de respirar profundamente, pagó la tarifa y salió de la oficina de abogados con el recibo. No le dijo nada a su familia sobre esto, ya que no sabía cómo decirlo sin hacer que todos se preocuparan por ella. Así que optó por ocultárselo hasta el día en que se enteraran por sí solos. Lola le envió un mensaje a Jorge en WeChat. —Jefe Jiménez, ¡nos vemos en la corte! ¡Estaré lista para ti! Regresó a su oficina muy decepcionada ya que no obtuvo respuesta de Jorge. ¿Cómo pudo quedarse callado con todos estos acontecimientos? Además, el problema de Joshua estaba claro ahora. Había un traidor en el departamento de diseño y se había mantenido oculto echando la culpa a Joshua. Estaba recogiendo las evidencias que el abogado le preguntó mientras también manejaba el negocio de la compañía y sus problemas. Se sentía como un robot, y estaba completamente agotada. En el país C. Jorge estaba escuchando el informe del abogado en el teléfono. —... La señorita Li pagó la tarifa legal y ha estado reuniendo las evidencias... Él respondió rotundamente: —Todo lo que necesitas hacer es actuar en consecuencia y que no se de cuenta ella. —Lola, ¿en serio? ¡Despierta! Si no contrato un abogado para ti, ¿quién se atrevería a tomas tu caso? ¡Eres demasiado ingenua! —Pensó Jorge. Jorge pensó en el mensaje de WeChat que ella acababa de enviar y sus labios se curvaron en una sonrisa. —¿Verme en la corte? ¡Ja! Realmente estás pensando demasiado. Te gustan los giros y vueltas como esta, así que solo iré contigo. ¡De todos modos, el resultado ya estaba escrito en la pared! Tienes que quedarte en la palma de mi mano. ¡Incluso si quieres irte, no lo permitiré! —Jorge pensó.

Mirando el anillo de plástico en su mano, lo tiró en el cajón. El momento había llegado. Ya no quería pasar otro día sin ella. —¡Lola, mi linda, esperame! Lola estaba muy ocupada con el caso recientemente. Este período podría considerarse como el momento más bajo de su vida. Ni siquiera anticipó que había una gran sorpresa esperándola. Pasó otro medio mes, y Lola ya había preparado todos los materiales y evidencias que el abogado había pedido. Mañana sería la cita en la corte. Pero parecía un poco extraño que hasta el momento no hubiera noticias sobre una acusación a un tipo tan popular como Jorge. Era realmente inusual que los medios no se hubieran enterado de esto. El mismo día, Manolo Camela, Yonata Camela, Chuck Jiménez, Samuel Xue y Leandro Bo recibieron la llamada de Jorge. Cuando escucharon el mensaje sobre todo lo que Jorge les estaba pidiendo que arreglaran, Manolo volvió a revisar su teléfono con incredulidad. De hecho era su cuñado. Si él hizo esto, ¿qué pasaría con Laura? ¿Qué se suponía que iba a hacer ella? ¿Qué sentiría ella? Jorge se adelantó a esto y dijo simplemente: —Se lo he dejado claro a Laura. Si me ayudas esta vez, tengo buenas noticias para ti. Una buena noticia que haría feliz a toda la familia Camela. Manolo asintió con la cabeza sin comprender, pidió permiso al equipo de filmación y voló de regreso al país A. Alrededor de las 10:00 pm. Lola regresó cansada a su casa. Estaba realmente fulminada ahora. Aunque el director general adjunto ya vino a la compañía, todavía había muchas cosas que necesitaban su atención y aprobación. Yonata vio a su agotada hermana cuando bajaba a buscar agua para Wendy. Se preocupaba tanto por Lola ya que siempre la veía muy cansada. Pero en ese momento, solo pensó en la llamada de Jorge, y se sintió reconfortado de inmediato. —Lola, vete a la cama temprano. —Había algo extraño en sus palabras. Por supuesto que Lola tuvo una idea. Miró a su hermano con atención. Tal vez él ya sabía que mañana sería la cita en la corte entre Jorge y ella ... Imposible, ni siquiera se lo contó a nadie, y no hubo noticias al respecto. —Oh... De acuerdo. —Pero ella todavía asintió y respondió con voz suave. Yonata no lo sabía todavía. Si lo supiera, no estaría tan tranquilo así. ¡Sí, eso era todo! Lola se persuadió y se sintió aliviada. —¿Dónde está Wendy? —Se dirigió a las escaleras y le preguntó a Yonata

quién estaba ocupado tomando un vaso de agua. —En el dormitorio. —Yonata y Wendy acababan de terminar de hacerlo. Él sonrió en secreto mientras pensaba en su esposa que le pedía agua con su voz ronca. Entonces, en caso de que Lola visitara a Wendy ahora, Yonata agregó: — Ella ya está dormida. —Oh... Ya veo. —Lola estaba a punto de llamar a la puerta, pero retiró su mano después de escuchar las palabras de su hermano. Lola se duchaba en su habitación. Decidió dejar de pensar y dormir bien antes de que abriera la sesión del tribunal mañana por la tarde. El problema era que no podía dormir en absoluto. Todavía no podía evitar estallar en lágrimas mientras miraba al techo. Estaba pensando en Estrella y Jorge ... ¿Cómo llegaron a esta situación? Estaba tan desconsolada. Nadie sabía que lo amaba tan profundamente. No había nada en este mundo que ella no haría solo por estar en sus brazos. Pero por Estrella, tenía que renunciar a él. Su hija debe ser su máxima prioridad. A la mañana siguiente. Como la sesión del tribunal se abriría por la tarde, Lola fue a la compañía primero. Se decidió mientras estaba en la oficina vacía y grande. No importaba lo que sucediera esta tarde, incluso si ganara el caso, ya no se quedaría en el grupo de SL ... Si ganaba, se iría al país A con Estrella, dirigiría una cafetería y tendría una vida tranquila. Si perdiera el caso... Ella... No podía imaginar la vida sin su hija... Sus lágrimas se derramaron sobre el papel tamaño A4 en el escritorio, cuando se sintió tan afectada por el dolor y el miedo. Estrella era parte de ella, la bebé por la que arriesgó su vida... Ahora lamentaba haberle ocultado la verdad a Jorge. ¡Ese hombre terrible! Si pudiera volver a empezar, le contaría todo. Tal vez no necesitaban estar en donde estaban ahora. Si solo pudiera volver el tiempo atrás ... A las 1:00 pm en el Grupo SL, en el país A. Los medios de comunicación y los reporteros llevaban mucho tiempo esperando en las puertas del Grupo SL. Les habían dicho que el Sr. Si haría algo grande aquí. ¿Algo grande? Los reporteros en realidad no sabían ni un poco, así que estaban aquí para comprobarlo. Todo el mundo estaba en una gran sorpresa.





Capítulo 264 Increíble propuesta de matrimonio También había muchos espectadores y fanáticos que se habían congregado en la entrada de la compañía. La seguridad no tuvo más remedio que sacar el cordón. Pero todavía había demasiada gente, y la multitud estaba creciendo y creciendo. En ese momento, un silbido vino desde atrás. Había varios coches de lujo. Todos se movieron para que pasaran. Luego, seis grandes autos rojos de lujo se alinearon continuamente frente al Grupo SL. La escena era increíble ya que nadie había visto un desfile de autos de lujo en esta área. —¡Wow! ¡Maserati, Ferrari, Maybach, Pagani, Aston y SSC! ¡Ese es en realidad un SSC rojo! —Los fanáticos de los autos reconocieron inmediatamente los seis autos de lujo de edición limitada global. Todo era surrealista. Luego, desde el auto, seis hombres con lentes de sol y seis trajes de diferentes colores se abrieron paso hacia las puertas. La elegancia en el aire era innegable. —¡Wow! ¡Qué hombres tan guapos! Ahhh. ¡No puedo creerlo! ¡Realmente está derritiendo mi corazón! —algunas chicas cerca de la escena gritaron de admiración. —¡Santo Cristo! Manolo en un traje rosa. ¡Increíble! ¿Pero quién está en ese traje rojo? —Yonata estaba en un traje negro, mientras que Jorge estaba vestido con un traje blanco. Chuck llegó con un traje azul y Leandro estaba vestido con el traje gris. —¡Oh, Dios, todos los hombres más guapos del mundo están aquí! ¡Jorge Si propondría matrimonio y cinco hombres encantadores vinieron a ayudarlo! Era la primera vez que veían una propuesta de matrimonio tan increíble. ¡Y el hombre del traje rojo era Sánchez! Pensaron que Jorge estaba realmente

enamorado para hacer un esfuerzo como este. Los maleteros de los seis autos de lujo se abrieron al mismo tiempo y todas las mujeres gritaron de nuevo con asombro. ¡Había tres coches llenos de delicadas rosas rojas! Mientras que los otros tres autos estaban llenos de objetos dorados que brillaban a la luz del sol. Sin embargo, una persona de ojos afilados pronto lo reconoció, mientras se apoyaba en la persona que estaba a su lado. Con sus piernas temblando, dijeron: —¡Dios mío! Son... rosas doradas... ¡En efecto! ¡Los tres maleteros restantes estaban todos llenos de rosas hechas de oro puro! ¡Hombres atractivos! ¡Carros de lujo! ¡Rosas de oro! ¡Rosas rojas! La escena hermosa y lujosa era impresionante! Los gritos de emoción romántica se sucedieron uno tras otro, y la multitud bulliciosa estaba casi fuera de control. Algunos guardaespaldas que entraron en la escena colocaron creativamente las rosas doradas y las rosas rojas en una forma imaginaria de un corazón justo en frente del edificio. —¿Están filmando para un gran programa de televisión que necesitan tantos periodistas y cámaras? ¿Qué va a pasar realmente aquí? —No lo sé. Todos vinieron aquí, así que los seguimos. ¡Resultó que tenemos razón! ¡Realmente no puedo creer esto! —¡Sí, sí, ya ves, es Manolo! ¡Dios mío, es tan guapo! Nunca lo había visto tan cerca y en persona. Jorge le guiñó un ojo a Manolo y supo que debía ir a buscar a Lola a su oficina. ¡Era un gran honor hacer esto! La compañía estaba vacía, ya que todas las personas ya se habían ido para ver la escena. ¡Qué extraño que a nadie le importara el negocio de la empresa en este momento! Todos los ojos estaban en Jorge Jiménez. El piso de la oficina del CEO todavía estaba tranquilo y las tres secretarias estaban muy ocupadas trabajando. No tenían idea de lo que estaba sucediendo afuera. —¡Oigan, chicas hermosas! ¡Hola! —Manolo, que acababa de salir del ascensor, saludó encantado a las secretarias. —¡Manolo! ¡Es realmente Manolo! —Las secretarias estaban todas abrumadas y sus ojos brillaban con repentina excitación. —¡Sí, soy realmente yo! ¿Quieren ver algo maravilloso? ¡Vamos, bajen las escaleras para ver el espectáculo! —Entraron en la oficina del CEO mientras los miraban. ¿Ver el show? ¿Qué quiso decir con eso? Las secretarias se miraron la una a

la otra. No podían creer lo que oían. Pero él era el hermano de la CEO. Seguramente, no diría nada que no fuera cierto. —¡Empaquen las cosas! Vamos a salir ahora. —¿Por qué estás aquí? ¿Cómo entraste a la oficina? —Lola miró a su hermano que de repente apareció de la nada. ¿Él ya sabía que ella iba a ir a la corte? Pensó nerviosamente. Manolo agitó las manos con un poco de ansiedad en su rostro. —¡No lo menciones! ¡Ven ahora! Miró a su hermano con curiosidad. ¿Qué estaba haciendo? ¿Todavía estaba deprimido por cómo Laura lo había dejado? Los hermanos eran tan patéticos ... Manolo miró la expresión de dolor de Lola y no pudo soportarlo más. Sabía lo que ella estaba pensando. Con un sentido de urgencia, dijo: —Haz las maletas ahora. ¡Te llevaré a un lugar! Lola negó con la cabeza. —¡Ve solo! —Ella arreglaría sus cosas e iría a la corte tan pronto como Manolo se fuera. El pensamiento de la sesión de hoy en la corte la abrumó mucho. — Hermana, sé que te sientes incómoda y no quiero que vayas sola. Así que te llevaré allí. ¡No te arrepentirás si me sigues! —Se inclinó sobre el escritorio de Lola y la miró con sincera simpatía. Lola realmente no estaba de humor para estar con la gente. Ella solo miró la computadora y agitó su mano hacia él. —Estoy ocupada ahora. ¡Por favor vete ahora! Sus esperanzas de un futuro mejor se hicieron añicos, de todos modos... Pero Manolo respondió apresuradamente: —¡Oh, apúrate! Hay cosas más importantes en la calle para ti. ¡Nuestro hermano también te está esperando afuera! Lola miró al ya asustado Manolo. También se estaba molestando ahora. — ¡Bueno, está bien, voy a ir! —Eres tan terca, Lola. Vamos ahora. —En realidad, el corazón de Lola ya latía rápido. Su hermano mayor había venido, por lo que parecía que sabían que ella tenía que ir a la corte. Estaba avergonzada de sí misma. Bueno, estaba bien. Ya lo sabían. Eventualmente sabrían, de todos modos. Tomó su bolso, pero todavía estaba gruñendo. Apagó la computadora y salió a regañadientes de la oficina. —Oh, ¿dónde están las secretarias? Tengo que recordarles algo importante. —Miró con curiosidad a la división secretaria vacía. —Creo que estaban demasiado ocupadas, ¡así que los dejé descansar un rato! Ellas también se lo merecen, ya sabes. Lola miró a Manolo. —¿Tú? ¿Dejaste descansar a mis secretarias? —Tiró

del cabello bien peinado de Manolo. —No sabes que su salario se deducirá si faltan al trabajo. Manolo hizo puchero lastimosamente. —¿Qué tal si les doy su salario? Está bien, de verdad. Lola estaba furiosa y caminó hacia el ascensor mientras pisaba sus zapatos de tacón alto en el suelo. Cuando se acercaron al vestíbulo del primer piso, Manolo cubrió los ojos de Lola. —Hermana, te daremos un regalo primero. Solo espera un momento antes de verlo. Se paciente, ¿de acuerdo? Lola oyó el ruido del exterior. ¿Qué estaban haciendo? ¿Por qué había gente en las puertas? —Manolo, ¿quieres que te golpee? No estoy de humor para sorpresas ahora. ¡Quita tu mano! Lola salió airadamente de la puerta de la compañía mientras pellizcaba la mano de Manolo. —Hermana, ¿no puedes quedarte quieta? ¡Me lastimas la mano! Al escuchar su doloroso lloriqueo, Lola le soltó la mano. ¿Cuál era el problema? Su hermano parecía realmente extraño. Quería volverse loca ahora. ¡Nadie la detendría! Sin embargo, no podía dejar de pensar en el ruido del exterior. ¿Qué había pasado? ¿Algo estuvo mal? Manolo se detuvo. —Está bien, hermana. Estamos aquí ahora. ¡Puedes abrir los ojos! Frotándose los ojos incómodos, Lola abrió ligeramente los ojos e inmediatamente se tapó la boca de miedo. Estaba teniendo una ilusión y vio a Jorge en ella. ¿Se estaba volviendo loca ahora? Frotándose los ojos de nuevo, abrió los ojos ampliamente esta vez, y Jorge todavía le estaba sonriendo cálidamente. Qué extraño... ¿Vino a traerla a la corte? ¡No! Eso era imposible. Eran enemigos, ¿verdad? Pero... ¡El suelo donde estaba Jorge en medio estaba lleno de rosas! Eran doradas... ¿Rosas doradas en el círculo interior? Además, ¿por qué había muchas personas a su alrededor? Los cinco hombres guapos en diferentes colores de trajes estaban de pie detrás de Jorge. Junto a ellos estaban los coches de lujo. ¿Qué estaban haciendo? ¡Esto era realmente surrealista! Manolo y Yonata estaban entre ellos. ¿Por qué vinieron aquí? Lola estaba estupefacta y perpleja. No sabía qué pensar. ¿Una demanda realmente ocurría así? Jorge, que estaba vestido con un sofisticado traje blanco, la miró, se frotó los ojos tres veces y miró a su alrededor con confusión.

Jorge de repente cayó de rodillas, sacó una caja de su bolsillo y la abrió. Los espectadores que habían visto la caja saliendo de su traje comenzaron a gritar de nuevo. ¡Los deslumbrantes diamantes en la caja eran de docenas de quilates! ¡Más deslumbrante y caro que las rosas doradas! —Tú... —¡El corazón de Lola se disparó después de ver el anillo de diamantes! Él estaba... Lola ya no podía pensar con claridad. Su corazón latía acelerado más rápido que antes. Esto era como montar una montaña rusa. Ella solo quería cerrar los ojos mientras sus rodillas temblaban y se debilitaban. —¡Lola Camela, cásate conmigo! —La suave y dulce voz de Jorge Si sonaba en la plaza, unos decibeles más altos de lo habitual.



Capítulo 265 ¿Qué pasa con la demanda —¡Wow! ¡Woah! ¿De Verdad? ¡Diga que sí! ¡Diga sí ahora! —Srta. Camela, dígale sí al Sr. Si rápido. ¡Venga! —Estos fueron los gritos de sus colegas. La escena era demasiado impactante de una buena manera. ¡Los espectadores se veían tan asombrados y emocionados! —Cásese con él! ¡Prométa estar con él! —La gente a su alrededor comenzó a gritar al unísono, y Manolo silbó con su habitual encanto. Escuchando todo el ruido a su alrededor, el aura de Lola comenzó a brillar, y se tapó la boca de emoción. ¿Estaba soñando? ¿El hombre que ella amó, esperó y extrañó por varios años, y el mismo hombre con el que tenía que luchar por la custodia de su hija, en realidad se lo estaba proponiendo? ¿Qué pasa con la demanda? Todo esto era muy confuso para ella. Las voces a su alrededor se hicieron más y más fuertes, y las lágrimas de Lola comenzaron a caer. Ella se mordió los dedos y se pellizcó. Hizo esto para convencerse a sí misma de que no solo estaba imaginando. Entonces, lo que vio era real. ¡Jorge Si acababa de proponerle matrimonio! Después de un largo período de tiempo, Lola miró a Jorge. Él estaba sonriendo en anticipación. Finalmente se calmó y trató de controlar sus emociones. Se enjugó las lágrimas y luego obstinadamente abrió la boca para decir: — ¡No! —La fuerte negativa hizo que todos se callaran. —¡Escuchaste bien! Dije que no. ¡No estoy de acuerdo! —Ella se negó varias veces mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. ¿Sobre qué base debería ella decir que sí a esto? Todo era tan incierto. ¿Y cuando le pidió que se casara con ella? Él la rechazó, ¿verdad? La gente a su alrededor comenzó a murmurar, pero la cara de Jorge no cambió un poco. La mujer que realmente amaba era bastante única. Él lo sabía.

—Wow, tienes razón, Sánchez. Esta mujer es realmente diferente. Ella se negó sin dudar a una escena de propuesta de matrimonio tan asombrosa, y a una persona tan increíble que se lo propuso en una rodilla. —Leandro miró al asombrado Sánchez que estaba de pie detrás de él. ¿Jorge se enamoró de un monstruo? Samuel y el resto de la gente solo sonrieron. No era sorprendente para ellos porque habían visto a Lola así antes. La conocían muy bien. Si hoy, ella aceptó de repente, ¡entonces se sentiría extraña al respecto! —¡Debes aceptar! —Jorge tomó su mano y gritó. ¡Había decidido que ella era su mujer y no la dejaría ir! Lola se burló y miró al hombre que estaba sobre su rodilla. —Señor Jiménez, hoy es el día que acordamos reunirnos en la corte. Después de este día, no nos volveremos a ver. Hemos terminado Lo siento. ¿Qué? Jorge estaba incrédulo. ¿Qué quiso decir con esto? Jorge se rió. —¿Realmente no estás de acuerdo? —De repente se levantó del suelo y se encontró cara a cara con ella. Lola lo miró obstinadamente: —¡No! ¡Nunca me convencerás! —Pero dentro de su corazón, una voz fuerte decía: —Sí, sí, estoy de acuerdo. —¡Pero Lola no quería que la atrapara tan fácilmente! El siguiente movimiento de Jorge hizo que el público volviera a gritar de emoción. Esto fue más que impresionante que la atmósfera del concierto de una estrella internacional. Jorge sostuvo a la mujer en sus brazos y de repente besó sus labios rojos. A pesar de todas las luchas por las que tuvo que pasar, simplemente no pudo dejarla ir. Después de mucho tiempo, Jorge aún no había aflojado su agarre a Lola. Su frente estaba contra la de ella. —¡Di que sí, o te besaré hasta que no puedas respirar más! Lola quería separarse de él, pero todavía estaba atrapada en sus brazos. — ¡Lo siento, Lola! Se disculpó bruscamente y la hizo llorar de nuevo. Irresistiblemente se puso de puntillas para sostenerle el cuello. Luego le dio un mordisco en el hombro y le dijo: —¡Jorge, eres un tipo tan malo! —¡Sí, soy un tipo malo! —La agarró con fuerza, permitiéndole que lo mordiera a él. En realidad le gustaba... Cuando ella dejó de llorar, él le tomó la mano y dulcemente le puso el anillo de diamantes. Luego la besó de nuevo. La gente hacía todo tipo de ruidos debido a la escena romántica que tenían

delante. —¡Ah! ¡Mi príncipe azul y su diosa están finalmente juntos! —¡Oh! Mi ataque al corazón estaba a punto de estallar. ¡Estoy muy emocionado! —¡Dios! Los amantes finalmente se iban a casar. ¡Jack finalmente ha conocido a su Jill! Los titulares de entretenimiento de todas las compañías de noticias que estaban aquí ya estaban circulando el video. De principio a fin, Lola y Jorge habían ganado muchos seguidores y alabanzas. En el hotel de cinco estrellas del país A. Dado que se les permitió gastar el dinero de Jorge, Leandro, Samuel, Sánchez, Yonata y Manolo pidieron mariscos enviados por avión e incluso la comida más rara y costosa. Por supuesto, ¡también pidieron un vino tinto muy costoso de los años 80! Leandro miró a Lola y no movió los ojos. Jorge se sentó a su lado, con su mano derecha firmemente entrelazada con sus dedos. Él sonrió tan ampliamente, mostrando lo feliz que estaba en este momento. Nunca antes había sentido tanta alegría en su vida. Lola no podía soportar la mirada de Leandro. Ella dejó los palillos. —Oye, estás mirando a la esposa de tu amigo. Eso no es apropiado. Jorge entonces notó a Leandro. Dejó de sonreír y le lanzó una mirada de advertencia. Samuel sonrió gentilmente y los tranquilizó. —Leandro debe tener mucha curiosidad acerca de ti. Solo se pregunta cómo podrías domesticar a Jorge bajo tu control. ¡Ja! Al escuchar esto, Lola miró al hombre que estaba a su lado y respondió en tono modesto: —¡No, es porque Jorge es tan encantador! Mira cuántas mujeres en todo el mundo desean casarse con él. Es pura suerte que él me elija. —Ella miró a Jorge y le sonrió seductoramente. ¿Sólo pura suerte? —¡Jaja! —Todos en la mesa se rieron bruscamente de ella. —Señorita Camela, ¿de dónde sacaste esta mierda de suerte? Quiero tener la misma. —Dejando su copa de vino rojo, Samuel soltó una broma ridícula. Al mirar a su feliz hermana, Manolo recordó todas las cosas que sucedieron en los últimos cuatro años y sintió un poco de simpatía por ella. Sin embargo, tampoco olvidó que Jorge dijo que habría buenas noticias. Le preguntaría sobre eso más tarde. —¿Vendrás al país A y te quedarás conmigo? Señor Jiménez, debe designar un CEO interino para el Grupo SL en la Ciudad D. —Cuando Lola estaba feliz,

siempre era divertida y alegre. Ahora sostenía la mano de Jorge y bromeaba por todo el lugar. —De acuerdo, Samuel, SL Group en la ciudad D te será entregado. —Al ver la cara ruborizada y brillante de Lola, Jorge no pudo ocultar su satisfacción y felicidad. Samuel casi se ahogaba con el vino tinto que acababa de beber. —¡Oh, no seas tan tonta! ¡Estás mostrando públicamente tu amor! Nunca has sido así. — ¡Qué broma! El era un abogado. No podía hacer nada más que eso. Yonata llevaba una sonrisa todo el día y esto era realmente raro para él. — ¡Date prisa y encuentra una esposa para presumir frente a ellos! ¡Se está poniendo un poco envidioso ahora! —Recordó a su pequeña esposa en casa y de repente quiso irse a casa. La extrañaba mucho. —No tienes que preocuparte por Samuel. Él tiene una chica extranjera con él. —Apoyándose en la silla, Leandro dejó escapar perezosamente el secreto de Samuel. Samuel lo miró con frialdad: —Oye, esa es mi vida privada. Has expuesto mi privacidad. ¿Cómo puedo castigarte? Déjame pensar. Se acaba de beber un vaso de vino con la chica extranjera. ¿Cómo podía saber tanto? De repente, el pensamiento de Luna Bo brilló en su mente. Samuel rápidamente sacudió la cabeza y se obligó a estar sobrio. —Señor Silva, ¿no puedes mostrar tu conocimiento sobre las leyes cada vez que nos reunimos en una fiesta? Leandro se metió el dedo en la oreja para mostrar su incredulidad. El camarero comenzó a servir la comida. El primero fue un mijo guisado con pepino de mar. —¡Jefe, apúrese! ¡Qué plato tan saludable! —Sánchez estuvo a punto de conmoverlos hasta las lágrimas por su lealtad. Cada vez que se servía un plato, él pensaba en su jefe primero. Jorge sonrió con sarcasmo, miró el plato, luego miró a Yonata. —¡Por la felicidad de nuestras esposas, hagamos esto juntos! Yonata miró el plato, y llevó tres de los pepinos de mar a su plato. Manolo se sorprendió al ver los pepinos de mar en su tazón, siendo devorados en tan solo unos segundos. Los hombres casados eran simplemente inimaginables...



Capítulo 266 Fanfarronear Otras personas miraron a Yonata con admiración. —Estos son los pepinos de aguas profundas. Jorge, toma un poco más. Te gustarán estos. —Leandro puso un poco más en el plato de Jorge y sonrió. Yonata y Jorge se los comieron en un minuto. Lola pellizcó la mano de Jorge y murmuró con sarcasmo. —Oh. No soy tu esposa ¿Quieres volver a casarte sin celebrar una boda? ¡De ninguna manera! ¡Quiero una grandiosa! —Bueno, estás fanfarroneando para ponernos celosos. —Bromeó Samuel. —Como vuela realmente el tiempo. ¡Tu hija ha estado creciendo tan rápido y ahora tiene cuatro años! Al pensar en Estrella, Leandro se sorprendió. —Jorge, eso es impresionante. Todavía estamos solteros, pero tu hija tiene unos cuatro años. ¡Estás haciendo un buen trabajo! Chuck, que había permanecido en silencio, dejó su copa de vino. — Preséntanos a Estrella. Somos sus padres jurados de ahora en adelante. — Hicieron una promesa. Samuel y Leandro también asintieron. Eran los mejores amigos, de todos modos. —Bueno. Preparen algunos regalos costosos. Quiero que Estrella tenga todo lo que quiere. —Jorge dijo esto fríamente. Con tres padres jurados, Estrella estaría muy feliz. Miraron a Jorge con desprecio. —Jorge, ¿vas a irte a la ruina ahora? Incluso nos pediste que trajéramos regalos caros. Podrías hacer eso por ti mismo. — Chuck preguntó en tono serio pero sarcástico, haciendo reír a Lola. Jorge contésto con calma. —Eres lo suficientemente rico para comprarle dos casas a Estrella. No se hagan ilusiones. ¿Qué? Leandro puso los ojos en blanco. —Olvídalo. ¿Dos casas? Dios mío, iré a la

quiebra. Ya no tendré ningún futuro. —Gritó en voz alta. Jorge le sonrió. —No, no lo harás. Sé que te puedes permitir decenas de casas. —Leandro era un diseñador de renombre internacional y Jorge sabía que no iría a la quiebra. Después de pensarlo un momento, Samuel preguntó seriamente: —Jorge, si compro dos casas, no tendré un lugar donde vivir. ¿Me puedes dar tu mansión? Chuck les echó un vistazo y siguió su ejemplo: —Jorge, si compro dos casas, no tendré dinero. ¿Me puedes invitar a cenar? Jorge puso los ojos en blanco. —Olvídenlo. No te presentaré a Estrella. —¡No! ¡Compraré tres casas para ella! Estaba bromeando, ya sabes. — Samuel hizo una rápida promesa. —¡Voy a comprar una mansión! —Leandro inmediatamente hizo un movimiento. —Compraré... Han comprado casas y mansiones. ¿Que hay de mí? ¿Qué puedo comprar? —Empujando sus gafas, Chuck estuvo inmerso en sus pensamientos durante un largo rato. —Le daré mi parte en el hospital privado de Sans en en el país C. Los beneficios anuales ascienden a millones. Tendría mucho dinero en poco tiempo.

... Lola se sorprendió por sus regalos. Con esto, Estrella sería rica incluso si solo fuera una niña. Manolo comió un poco más y se limpió la boca. —Lola, tengo que esforzarme para complacer a Estrella. Acaba de convertirse en multimillonaria. ¡Dios mío, es tan rica! Lo que dijo hizo que otras personas se echaran a reír. Después de la cena, se fueron a casa. Yonata y Manolo regresaron a la Mansión Camela, mientras que Jorge tomó la mano de Lola y se subió a su lujoso auto rojo Ferrari. Después de llegar a Crescent Spring, rápidamente subieron las escaleras. Nadie vivía aquí, así que la sra.. Du ya había cubierto todos los muebles y limpiado la cama. Jorge apartó la tela del sofá y le pidió a Lola que se sentara en su regazo. Inmediatamente la besó en los labios y quiso ir más lejos. —No... —Lola lo detuvo seductoramente. Jorge simplemente la ignoró. Estaba emocionado esta noche. Sería mejor

tener sexo. Finalmente, consiguió lo que quería. Echaba de menos hacer el amor con Lola. Después de un largo tiempo de ir y venir, Jorge llevó a Lola completamente agotada a la habitación del piso de arriba. Mirando la cama desnuda dentro de la habitación, Jorge se volvió hacia la mujer de aspecto rubicundo en sus brazos y susurró: —Querida, por favor. Lola miró la cama y supo a qué se refería. Ella se liberó de sus brazos y fue a hacer la cama. Mientras Jorge estaba tomando un baño, ella hizo la cama con suavidad y rapidez. Tomó su bolso y comenzó a revisar su teléfono mientras se acurrucaba cómodamente en la cama. Había tantos mensajes de WeChat que su teléfono colapsó de inmediato. Sus antiguos fans y colegas habían enviado sus mejores deseos. Además, hubo muchos mensajes del grupo de directores ejecutivos del Grupo SL y del grupo de altos ejecutivos. Ella hojeó los mensajes. Alguien publicó el video de la propuesta al grupo, y las reacciones seguían aumentando. Sánchez incluso les pidió a Jorge y Lola que enviaran regalos hace un momento. Lola pensó por un momento y obedientemente envió algunos. Al instante, otras personas enviaron sus respuestas. —Gracias, señorita Camela. Es muy amable de su parte. El señor Si fue afortunado que haya aceptado. Ella sonrió y agradeció a las personas que enviaron sus deseos. Después de eso, ella hizo clic en Twitter. La propuesta de Jorge se convirtió en un éxito instantáneo en Twitter. Hizo clic en la identificación de Jorge. El primer mensaje era el video de la propuesta que ya había ganado millones de comentarios. Cuando volvió a los comentarios, sorprendentemente descubrió que el primer comentario era del propio Jorge. Escribió este comentario a las tres de la tarde. —Me perdí muchas cosas y había recuerdos que podríamos haber pasado juntos. ¡Pero todo será lindo en el futuro! Hubo cientos de miles de respuestas. —Jefe Jiménez, vaya por ello. ¡Los mejores deseos! —Jefe Jiménez, sea bueno con Lola en el futuro! ¡Es una mujer realmente buena! El segundo comentario era de Manolo. —Es bueno ver que finalmente

decidiste volver a casarte. Miles de personas también escribieron sus respuestas, que mostraban lo popular que era Manolo. Sin embargo, todavía no se habían vuelto a casar. Jorge acaba de hacer la propuesta y ella dijo que sí. Las cosas no estaban tan seguras todavía. El tercer comentario era de alguien a quien ella no pensó que respondería. Era una cuenta certificada llamada el abogado Samuel. —Amigo, bien por ti. ¡Vuelve a casarte rápidamente! ¡Lo apruebo! El cuarto comentario era de la cuenta certificada del Diseñador Parisino de Modas- Leandro. —Amigo, invítanos a tu boda esta vez. Me enfadaré si no lo haces. El quinto comentario era de la cuenta certificada de Chuck, el Director del Hospital Privado de Sans. —Amigo, estoy esperando tu gran boda.

... Todo el mundo había visto el vídeo de la propuesta. —¿Quiere decir que me quiere mucho? Esto es tan surrealista. —Al pensarlo, Lola sonrió dulcemente. Al abrir la puerta del baño, Jorge solo vio la dulce sonrisa de Lola. Él sabía lo que eso significaba. —¿Qué te hace tan feliz? No te he visto así de feliz en mucho tiempo. — Lola inmediatamente apagó su teléfono cuando Jorge estaba caminando hacia ella. Rápidamente caminó hacia la puerta del baño justo antes de que Jorge se acercara. —Nada. Solo quiero tomar una ducha. Sonrió sarcásticamente y entró al baño. Jorge se rió de ella cuando entró al baño. Tocó coquetamente en la puerta del baño. —¿Necesitas mi ayuda? Yo sé que si. Lola respondió en voz alta: —¡No! ¡Y hablo en serio! —Intentó resistir la imagen de Jorge en su mente.



Capítulo 267 Laura estaba embarazada Jorge también se recostó en la cama, sacó su teléfono móvil y miró Wechat y Twitter. Resultó que Lola le había dado regalos a todos, así que lanzó algunos más. El grupo, que había estado tranquilo por algún tiempo, rápidamente echó chispas y estuvo activo de nuevo. Agregó "me gusta" en los diez primeros comentarios en Twitter y envió un mensaje privado a Manolo. —Laura estaba embarazada cuando vino a mí. Manolo tuvo una gran contribución a su exitosa propuesta, y recordaría eso como un favor que le debía. En cuanto a los comentarios de los varios amigos, no planeaba responder más porque estaba un poco agotado. Luego cerró todas sus redes sociales e hizo una llamada para pedirle a Sánchez que preparara algunos materiales que usarían para mañana. Había perdido tanto tiempo con Lola y no iba a esperar más. Lola salió del baño y vio que Jorge estaba llamando a alguien. Ella no tenía pijamas, así que se envolvió en toallas de baño. Esto hizo que los ojos de Jorge brillaran en un instante. Colgó el teléfono rápidamente y llevó a su futura esposa a la cama. —Estoy cansada y quiero dormir ahora. —Ella jadeó ligeramente para evitar que las manos de Jorge siguieran bajando por su cuello. —No te muevas. —Su voz suave y dulce sonó en su oído. Después de un largo rato, dijo: —¡Desde hoy, eres mía! —¡Finalmente la consiguió! Él no dejaría pasar esta oportunidad. Lola se movió para poder adoptar una postura cómoda y luego escuchó sus dulces palabras. Después de pensar un rato, lo miró fijamente. —¡Pero no soy esa clase de mujer que puedes obtener y disponer cuando quieras!

Jorge sonrió, la besó en los labios y la abrazó con fuerza. —No, no lo haré. Nunca. Te ganaré a toda costa. No volveré a cometer los mismos errores. Lola cerró los ojos y disfrutó de su abrazo. Era tan cálido y bueno —Si quieres ganarme, dependerá de tu sinceridad. ¡Tu amor debería soportar incluso las tormentas más fuertes! —Era demasiado fácil para él conseguirla. Él no lo apreciaría con valor si no hiciera un esfuerzo por tenerla. Ella debería probarlo regularmente y hacerle las cosas difíciles. Jorge miró a la hermosa mujer en sus brazos y la besó de nuevo. —¡Mi sinceridad puede ser vista por el sol y la luna! —¡Señor. Jiménez, es un maestro de las palabras dulces! Deliberadamente miró con dulzura a Jorge. ¿Dónde aprendió esta habilidad? Sonrió e intentó burlarse de ella. —¡Aprendí estas palabras para poder usarlas contigo! Lola le pellizcó suavemente el brazo: —¡Mentiroso! ¡Las usas para diferentes mujeres! Comenzó a sentirse un poco adormecida. —¡Ve a dormir! Tenemos que hacer tantas cosas importantes mañana. —Al ver que Lola ya estaba bostezando, apagó la luz de la mesilla. Lola asintió con la cabeza aturdida, y se durmió cómodamente en sus brazos. Jorge la besó en la frente. Finalmente consiguió a esta mujer. ¡Este fue el día más memorable de su vida! Antes de que la alarma sonara por la mañana, Lola ya se había despertado por costumbre. Vio su reloj y ya eran las seis y media. Dejó su teléfono celular y miró al hombre a su lado. Él ya estaba despierto y la estaba mirando como si estuviera acariciando el momento. Ella se frotó los ojos brumosos. —Te despiertas muy temprano. Él le sonrió. —¡Buenos días cariño! Despertar contigo a mi lado es un momento muy dulce. —Y estaba pensando en besarla ahora mismo.

... ... Era la primera vez que Lola escuchaba a Jorge llamarla así. ¡Sus palabras eran tan ingeniosas ahora que tenía que protegerlo por temor a que saliera a buscar a otra mujer! —Me estoy levantando. Es hora de trabajar. Tengo que volver a la oficina. —Ella estiró los hombros. Jorge la miró con satisfacción.

Lola se levantó de la cama y entró al baño como si nada hubiera pasado. ¡Pero de hecho, su corazón había estado latiendo tan rápido otra vez! Jorge llamó al nuevo director general adjunto del Grupo SL en el país A y le dijo que la señorita Li no iría a la oficina hoy. Colgó inmediatamente. Este director general adjunto trabajaba como sustituto de Lola cuando Jorge quería salir con ella o llevársela de vacaciones. Luego la llevó a desayunar primero. Intentaron mantener un perfil muy bajo. Cuando entraron al restaurante, muchas personas todavía giraban la cabeza para mirarlos. En realidad, algunas personas los habían reconocido y habían tomado fotos. A Jorge no le importó, ya que acomodó a Lola y fue a ordenar su comida. Después del desayuno, fueron juntos al cementerio. Visitaron la tumba de Ramón, que siempre era limpiada por los barrenderos. Lola colocó el crisantemo delante y luego miró el retrato de Ramón en la lápida. Su sonrisa se fijó permanentemente aquí. Luego recordó el día en que ocurrió el accidente. Le gustaba tanto que estuvo dispuesto a sacrificar su vida para salvarlos. —Ramón, ya estoy comprometida con Jorge. Nos vamos a casar pronto. ¿Sabes que? Estoy muy feliz. Espero que también seas feliz. Su amiga íntima, ella lo traicionó una vez... Mirando la foto de Ramón, Jorge juró en secreto que debía ser bueno y leal a Lola. No debían dejar morir a Ramón en vano... Al salir del cementerio, Lola todavía estaba muy deprimida. ¿Por qué las personas se arrepientían solo cuando ya habíam perdido a alguien o algo? Jorge levantó la mano y la besó. —No te sientas mal. Si eres feliz, él también será feliz. —Si la persona que amana era feliz, sería feliz tambiém. Era el deseo de todos los que verdaderamente amaban. Ella asintió. Ella viviría bien con Jorge en el futuro y no decepcionaría a Ramón. Esa tarde, Lola y Jorge tomaron un avión al país C. ¡Al pensar que siempre estaría con Estrella en el futuro, se sentía muy feliz! Ella realmente planeaba quedarse en la mansión por unos días más. Mientras estaba en la casa Li en el país A, Wendy sostenía la prueba de embarazo, ¡y tenía dos barras en ella! Se tapó la boca con sorpresa, ya que sería madre como Lola. ¡Qué feliz era! Inmediatamente recogió su abrigo y fue al hospital para confirmar. Si fuera

cierto, iría directamente a la base militar de Yonata y le diría las buenas noticias. Wendy tomó un taxi de inmediato y fue al departamento de obstetricia y ginecología del Hospital First People's para realizar una ecografía en modo B. Diez minutos tarde Wendy fue llamada a la habitación del doctor. Inmediatamente reprimió la emoción y escuchó atentamente al doctor que le daba instrucciones. —Cuando vaya a casa, siempre preste atención a todas las precauciones y no participe en actividades físicamente exigentes. Venga regularmente para el chequeo. —Ok, gracias doctor. Al salir del hospital, tomó un taxi directamente a los cuarteles. En el auto, Wendy había estado observando el resultado del ultrasonido B durante todo el viaje con la felicidad en la cara. ¡Ciertamente estaría más feliz de verlo! Cuando pensó en cómo Yonata se reiría feliz de escuchar las noticias, estaba muy emocionada. El coche se detuvo en la puerta de los cuarteles. Wendy ya había estado en los cuarteles varias veces, por lo que los guardias sabían que era pariente de un oficial militar. No la detuvieron y la dejaron entrar después del registro. En el salón temporal de Yonata. Todo el corredor estaba muy tranquilo, y solo podía escuchar las órdenes del personal militar, que estaba entrenando desde lejos. Aceleró el paso, esperando que Yonata todavía no hubiera ido al campo de entrenamiento. La puerta del salón estaba medio cerrada. Yonata no cerró la puerta. Definitivamente estaba dentro. Ella puso la mano en la manija de la puerta y estaba lista para empujarla y abrirla. —¡Es tuyo! ¡Yonata, tendré un hijo tuyo! —Escuchó la voz familiar de Sharon.



Capítulo 268 Le dio una cachetada en la cara Wendy de repente dejó de girar la manija de la puerta. La voz de Sharon instantáneamente atormentó su mente. Las palabras hicieron eco en su mente: —Es tuyo, Yonata. ¡Tendré un hijo! Debió haber estado demasiado preocupada por su felicidad como para haber olvidado totalmente la aventura de una noche entre Yonata y Sharon. ¡Era una tonta! Debería haber anticipado esto. Ella también tendría un bebé de su marido. Dentro de la habitación vinieron las palabras serias de Yonata: —Déjate de tonterías, Sharon. Sal de aquí ahora. No es mío. Ella no sabía qué estaba pasando exactamente dentro. Solo podía escuchar su conversación. —Tú eres mi único hombre. Si ese bebé no es tuyo, ¿de quién podría ser? Llevo ocho semanas embarazada. Hace ocho semanas, dormimos juntos en el hotel. Es completamente obvio. La acusación de Sharon fue seguida por un incómodo silencio. Yonata la miró. Si tuvieron sexo esa noche, ¿por qué no sintió nada? Definitivamente sentiría algo, ¿no? —Aquí tienes. El resultado de ultrasonido. Avergüenza tú mismo. —Sharon sacó un pedazo de papel de su bolso y lo puso frente a Yonata. Yonata vio claramente que el documento llevaba su nombre y el tiempo del embarazo. Eso era cierto. Hubo algunos pasos afuera y luego escucharon la voz de un oficial militar: —Wendy, ¿por qué no entras? ¿El señor Li no está ahí? Creo que está aquí. ¡Mierda! ¿Por qué estaba Wendy afuera? ¿Cuándo vino? ¿Estaba escuchando todo lo que decían? Yonata apresuradamente apartó la silla y salió corriendo. Pero lo que vio fue solo la espalda de Wendy desapareciendo rápidamente del corredor. Yonata la siguió inmediatamente. Wendy estaba a punto de llegar a la puerta.

Aceleró sus pasos aún más y finalmente la alcanzó en la puerta. —¡Wendy! ¡Espera! —Él agarró su muñeca. Wendy se dio la vuelta y le dio una cachetada en la cara. La bofetada ensordecedora no solo sorprendió a Yonata, sino también al guardia. No todos los días un oficial militar era golpeado por su esposa. La aparentemente débil Wendy, esposa del Sr. Camela, lo abofeteó a plena luz del día. Mientras Yonata estaba boquiabierto, Wendy se sacudió la muñeca y salió corriendo con la cara fría. Como esta era una zona militar, los taxis no llegaban aquí. Wendy se vio obligada a caminar en ese momento. La felicidad que sintió en su camino hacia aquí se convirtió en dolor, gracias a ese hombre, Yonata y su amante, Sharon. Bien por él. Consiguió dos mujeres embarazadas al mismo tiempo. ¡Que se joda! Wendy miró hacia el cielo y contuvo sus lágrimas. Obligó a sus labios a curvarse con una sonrisa burlona. Yonata miró la espalda de Wendy, sabiendo que ella había escuchado la conversación entre él y Sharon. No creía que el bebé de Sharon fuera suyo. Pero ¿por qué Wendy creía eso? ¿No confiaba en él en absoluto? Yonata tocó su dolorida mejilla y se alivió a sí mismo. —Su ira solo me muestra su amor, ¿no es así? Oh, ¿por qué tengo que arruinarlo? Con ese pensamiento en mente, corrió al estacionamiento y condujo su auto militar hacia afuera, hacia donde se dirigió Wendy. Sharon no podía hacer nada, solo mirar fijamente el auto de Yonata dejando las puertas. Inmediatamente se subió a su propio auto y lo siguió. El guardia se sorprendió de la escena, pensando: —Nuestro coronel tiene tanta suerte de que tantas mujeres se enamoren de él. Los hombres como él son tan afortunados. En la carretera había un parque, dentro del cual fluía un río. Caminó hacia el río mientras trataba de controlar sus emociones. Ella ahora necesitaba algo de tiempo para enderezar su mente. ¿Por qué su marido dejaría a otra mujer llevar a su hijo? ¿Fue por ella? ¿Qué hizo mal? ¿No era tan bonita como Sharon? O, ¿tal vez nunca la amó? Se detuvo en la cerca que rodeaba el río y miró el agua, profundamente perdida en sus pensamientos. En ese momento, su teléfono sonó. Sacó el teléfono de su bolso. Al ver que

el identificador de llamadas decía Yonata, colgó sin dudarlo. Él llamó y ella solo le colgó. Este ciclo continuó por más de 20 veces. Entonces su WeChat notificó un mensaje. Él lo envió y dijo: —¿Dónde estás? Por favor déjame hablar contigo. Apagó su teléfono con disgusto. Caminó por el río y luego se sentó en un banco. Wendy no estaba por ninguna parte, pero de repente Sharon estaba justo frente a él. La cara de Yonata se oscureció. —Yonata, no me mires así. Me dejaste embarazada, ¿y ahora solo quieres cortarme? ¿Qué clase de hombre eres? —Nunca le pasó por la cabeza a Sharon que Yonata sería tan frío y cruel con ella. ¿Cómo podría un hombre ser así? Yonata lanzó una mirada fría a Sharon y pensó: —Esta mujer nunca se detendrá hasta que Wendy y yo terminemos. —Vete de aquí. —Eso fue lo que Yonata le dijo a ella. El corazón de Sharon se rompió en pedazos. Gritó enojada. —Yonata, ya que solo quieres sexo y no al niño, entonces yo... me suicidaré en lugar de pasar por esto sola. —Sharon vio el río en el parque y corrió hacia él. Yonata ni siquiera trató de mirarla. Continuó llamando a Wendy pero su teléfono todavía estaba apagado. Sharon ya estaba en la orilla del río. Pero cuando miró hacia atrás, Yonata no la había seguido en absoluto. Se sintió abrumada por la ira y saltó al río de verdad. —¡Splash! —El fuerte ruido hizo que muchas personas gritaran pidiendo ayuda. —¡Ayuda! Alguien saltó al río. Creo que ella puede estar intentando ahogarse. Yonata se dio cuenta de que Sharon había desaparecido y la gente gritaba pidiendo ayuda. Descubrió que Sharon realmente se zambullía, pero ella no sabía nadar. Al instante se quitó la chaqueta y saltó al río también. El agua no era muy profunda, pero era lo suficientemente profunda como para tragar a Sharon. Nadó a tientas en el agua durante medio minuto, pero todavía no podía encontrarla. Salió a la superficie para respirar y vio que alguien agitaba sus brazos a un metro de distancia. Luego nadó hacia ella. La orilla del río ya estaba llena de gente. Cuando llegó, Sharon ya se estaba ahogando. La sostuvo en alto, con la cabeza sobre el agua, y nadó de regreso a la tierra. Varias personas a lo largo del río extendieron una mano de ayuda y pusieron

a la inconsciente Sharon en el suelo. Yonata inmediatamente presionó su pecho y la ayudó a escupir agua. Después de repetir esto una docena de veces, Sharon finalmente reaccionó. Yonata se sintió bastante aliviado. —Eres muy joven. Nada vale la pena para morir. —Exactamente. La vida es preciosa. No te rindas fácilmente. Varias mujeres de mediana edad comenzaron a dar su consejo. Sharon miró a la gente a su alrededor. Yonata todavía llevaba una cara sin emociones. Ella sabía que él la salvó. Se incorporó y abrazó a Yonata, cuya ropa también estaba empapada. —Yonata, sé que nunca me dejarías. Realmente me amas. —Sabía que él todavía la amaba, aunque solo un poco. Con esa vista, la multitud comprendió al instante lo que estaba pasando. Todos negaron con la cabeza y se fueron. Los jóvenes ahora pensaban muy poco en la preciosa vida. Un pequeño problema llevaría al suicidio, preocupante, en verdad preocupante. Wendy estaba cerca, mirándolos fríamente abrazándose. —Él se preocupó por ella de hecho. Sharon simplemente se arrojó al río con descuido, e inmediatamente saltó dentro para salvarla. Qué conmovedor... —Pensó Wendy mientras rodaba los ojos con disgusto.



Capítulo 269 Vas a ser abuela Yonata le dio una palmada a Sharon en la espalda: —¡Bueno gracias a Dios! Estás bien. No vuelvas a hacer eso. —Por un momento, estuvo realmente asustado. Después de todo, no quería ser la causa de la muerte de una persona. Sin embargo, en lo que realmente estaba pensando en este momento era en su esposa. ¿Dónde estaba? En la distancia, una figura familiar atrajo la atención de Yonata. Inmediatamente, dejó a Sharon, recogió su abrigo y estaba a punto de correr hacia esa figura familiar. Sin embargo, fue jalado por Sharon cuando estaba a punto de ponerse de pie. —Yonata, por favor no te vayas. ¿Puedes quedarte conmigo por un tiempo? No me siento muy bien. —Sharon lo miró de una manera emocional. Pensó que Yonata en realidad no era tan cruel y grosero con ella. Yonata se soltó de su fuerte agarre y persiguió a Wendy hacia la dirección en la que simplemente desapareció. Mirando en esa misma dirección, Yonata se fue amargamente. ¡Sharon se juró a sí misma que no se rendiría y que recuperaría a su hombre! Wendy caminaba sin rumbo por la calle, sin saber a dónde ir. Era como una loca, perdida. No se atrevió a volver a la casa de su madre porque no quería que se preocupara. Tampoco quería volver con la familia Li porque sabía que él estará allí... Hubo un sonido rápido y constante de alguien corriendo detrás de ella, por lo que inmediatamente aceleró su ritmo. Sabía quién era sin mirar atrás. Yonata también aumentó su ritmo y la alcanzó en solo dos o tres pasos. La tomó por su muñeca, pero ella aún logró escapar. —¡Wendy López! —Dijo su nombre enojado en voz baja. No quería atraer la atención de la gente. Este era un acto tan difícil de hacer. No sabía cómo consolar a una mujer.

Peor aún, ahora su esposa estaba enojada. Decidió no prestar atención a la atención de todos, la levantó en sus brazos y se dirigió directamente hacia su automóvil. —¡Déjame ir! —Wendy lo golpeó con el puño, pero Yonata era tan fuerte que no sintió ningún dolor. No importaba cómo lo golpeara, Yonata no se limitaría a ceder. La puso en el asiento del copiloto. Luego se sentó en el asiento del conductor, cerró la puerta y se alejó rápidamente. En el camino, ambos permanecieron en silencio mientras Yonata no sabía cómo consolarla. Wendy estaba tan enojada que no quería hablar con él. Sin embargo, cuando pensó en el bebé en su vientre, una sonrisa apareció de nuevo en su rostro. Sin darse cuenta al ver eso, Yonata sintió que Wendy estaba actuando de manera extraña. ¿Por qué sonrió de repente después de todo lo que pasó? ¡Indudablemente! El corazón de una mujer era tan difícil de adivinar y era como una aguja en el pajar que era demasiado difícil de conseguir. Eran tan impredecibles. Cuando llegaron a la casa de los Camela, la sala de estar estaba vacía. Yonata aún no dejaba ir a Wendy a pesar del hecho de que su ropa todavía estaba mojada. Le tomó la mano mientras iban al baño juntos. Finalmente, Wendy se liberó con éxito. Intentó forzar sus emociones temblorosas para calmarse. Luego se tambaleó hacia el jardín con su teléfono y llamó a Lola. Cuando recibió la llamada de Wendy, Lola estaba mirando al ligre enjaulado que tenía enfrente ya que Estrella todavía estaba en la escuela. —Mi querida cuñada. —Lola le dijo a Wendy. Después de escuchar la voz feliz de Lola, Wendy se mostró vacilante en decir su problema. No quería que Lola se preocupara por ella. Al darse cuenta del silencio en el otro lado, Lola inmediatamente tuvo un mal presentimiento. —Wendy, solo dilo. Siempre he sabido cuando algo andaba mal contigo. Me enfadaré si me ocultas algo. —Una de las debilidades de Wendy era que a ella siempre le gustaba guardar las cosas para sí misma. Wendy suspiró pesadamente. Lola realmente la conocía. —Estoy embarazada, pero... Lola ya estaba a punto de saltar de alegría, pero el repentino "pero" la obligó a fruncir el ceño. Luego escuchó a Wendy decir en voz baja: —Hay otra mujer que también está embarazada de tu hermano. No sé qué hacer ahora. —Se apoyó contra un

gran árbol con lágrimas en los ojos. El temperamento irascible de Lola se encendió al instante. —¿Qué dijiste? ¿Qué mujer iba a tener un bebé con mi hermano? —Ella iría a dar una lección a esta mujer en persona. —Era la mujer que llegó inesperadamente para interrumpir nuestra ceremonia de boda. ¡Sharon Qiao! ¡Lo sabía! Lola apretó los dientes con ira y se preguntó cómo podría haber tantas mujeres descaradas como Yolanda Mo en el mundo. —¿Le dijiste a mi hermano que estás embarazada? Wendy negó con la cabeza. —No, ni siquiera tengo el coraje de decirle. Tengo miedo de cómo reaccionará. —Toda la emoción, la expectativa y la alegría habían desaparecido cuando escuchó su conversación. El viento soplaba un poco fuerte, pero no podía alejar sus problemas. Lola lo pensó por un rato y lentamente caminó hacia la mansión. —Wendy, no te enojes ahora, mi hermano no es ese tipo de persona. Tienes que creerle. Le pediré a Jorge que investigue este asunto. ¡Hablando del Rey de Roma! Jorge no la encontró en la casa, por lo que sabía que ella debía estar aquí para ver al ligre. Aquí estaba ella, pero no se veía tan feliz mientras hablaba con alguien por teléfono. Inmediatamente, también estaba de mal humor. ¿Quién se atrevió a molestar a su mujer? Wendy no estaba segura de si debía volver a confiar en Yonata. —Está bien, Lola, voy a esperar. —Después de colgar el teléfono, Wendy miró las nubes en la distancia y todavía no estaba de buen humor. Al cabo de un rato, volvió a la casa y vio que Angie ya había regresado. Al ver a Wendy entrando por la puerta, Angie la saludó de inmediato. —Wendy, ¿a dónde fuiste? Te estaba buscando. —Angie fue por Wendy y caminó hacia la sala de estar. Como Lola ya estaba a punto de casarse después de estar comprometida, tendría a esta única hija en casa. Wendy no pudo evitar llorar al ver a Angie ser tan amable con ella. Pensó de nuevo en Yonata. —¿Qué te pasa, querida? Dime ahora mismo. —Al ver a Wendy de repente llorando, Angie se sorprendió y sacó una servilleta para limpiar sus lágrimas. Cuando Wendy aún dudaba en contarle sobre su embarazo, Angie adivinó: —¿Yonata te molestó otra vez? ¡Voy a encontrarlo! Tan pronto como Angie dijo eso, se levantó del sofá y estaba a punto de subir escaleras enojada. Angie vio a su hijo vagando por las escaleras. Wendy la jaló. —Mamá, tengo una mala noticia y una buena noticia. ¿Cuál te gustaría escuchar primero?

Wendy se secó las lágrimas y decidió decirle a Angie la verdad. Ella era como su madre ahora, de todos modos. Angie se sentó de nuevo y miró a la agraviada Wendy. Pensó que debía ser sobre su hijo. Rara vez expresa sus pensamientos. —Las... las malas noticias primero. —La mala noticia es que vas a ser abuela. —Al oír eso, Angie se sorprendió gratamente. Pero ella se dio cuenta de que había algo mal. —Dilo con claridad. —Pero hay otra mujer que está embarazada del bebé de Yonata. —Wendy dijo eso con amargura. Al oír esto, Angie se levantó de repente y miró alrededor en busca de algo. —Mamá, ¿qué estás buscando? —Wendy miró confundida a Angie, que estaba girando de lado a lado. —¡Estoy buscando un palo o algo para golpear a mi irresponsable hijo hasta la muerte! —Corrió a la cocina para tomar la escoba y estaba a punto de correr escaleras arriba. Wendy la tiró de nuevo rápidamente y la tranquilizó: —¡Mamá, por favor, cálmate! —Wendy. No me detengas. Tengo que enseñarle una lección al irresponsable de mi hijo. ¡Yonata, escúchame! Angie gritó enojada con una escoba en la mano. Wendy se conmovió enormemente cuando su suegra la trató tan bien como si fuera su propia hija. Pero Wendy tomó bruscamente la escoba de la mano de Angie y la consoló. —Mamá, ¿no olvides que todavía hay una buena noticia?



Capítulo 270 Que aborte Angie miró expectante a Wendy, dispuesta a calmarse mientras esperaba a escuchar sus noticias. —Mamá —comenzó. —La buena noticia es que pronto también serás abuela. —Wendy se apresuró a dar la noticia, sonrojándose ligeramente. Sin embargo, Angie no se dio cuenta de eso y no se sentía igual que Wendy. Levantó la voz con incredulidad. —No quiero a ese nieto. —Pensó en las otras chicas, enfadándose. —¡Voy a abofetearlo! —Exclamó. —¡No me detengas, Wendy! Al escuchar las voces de abajo, Yonata frunció el ceño y salió de su estudio para investigar. Se detuvo al escuchar el suave sonido de la voz de su esposa. —¡Mamá, cálmate! —La oyó decir: —¡Estoy embarazada! Éstas son las buenas noticias. —Ella terminó en silencio. Yonata llegó a las escaleras cuando la noticia fue compartida entre las damas de abajo. Angie comenzó a entender, mientras Wendy asintió con gesto recatado en afirmación. —Oh, Wendy, por favor, siéntate aquí y cuéntame sobre eso. —Angie dejó la escoba a un lado y tomó las manos de Wendy para ayudarla a sentarse en el sofá. Al oír la emocionante noticia de que su esposa estaba embarazada, Yonata bajó las escaleras. —Sí, mamá —dijo Wendy mientras sacaba un pequeño papel para mostrarle a Angie. —Mira, esto es un ultrasonido del bebé. —Le entregó la foto para sorprender a Angie. Angie abrió el papel doblado y lo miró por un largo tiempo antes de darle un abrazo a Wendy y exclamar alegremente: —¡Voy a ser abuela! —Había estado esperando mucho tiempo para escuchar la noticia de que sería abuela. Yonata se acercó y tomó a Wendy de los brazos de Angie para sostenerla preguntando: —¿Voy a ser padre? —Miró a Wendy, sorprendida por este

repentino giro de los acontecimientos. Wendy asintió en silencio mientras Yonata le sonreía. La noticia llegó, ¡iba a ser padre! Estaba pensando, cómo tendría un hijo tan lindo como Estrella, cuando sintió un golpe seguido de más golpes. Angie lo estaba golpeando profundamente pensando en las malas noticias que Wendy le había dicho antes. —Yonata, seamos claros en esto, ¿tendrás un hijo con otra mujer? —Ella lo maldijo. —¿Por qué? —Ella continuó su ataque. —Cuando tienes una esposa tan maravillosa, ¿por qué te acuestas con otra mujer? Wendy alcanzó a detener el ataque de Angie a Yonata, quien estaba completamente perdido en sus pensamientos. —¡Deberías recibir un disparo! — Angie continuó con su diatriba en un aparente catatónico Yonata. —Mamá, para por favor. —Wendy suplicó: —No sé qué puedo hacer ahora. —Wendy miró hacia abajo tristemente. Pensó que necesitaba contarle a Angie lo que había sucedido. Pero ella no quería ver su preocupación. Angie inmediatamente prometió: —Wendy, no te preocupes, solo aceptaremos a tu hijo. ¡Yonata, pídele a esa promiscua mujer que aborte! La atención errante de Yonata se centró en el presente y la conversación cuando escuchó la última parte. Yonata frunció el ceño mientras pensaba en Sharon. —Mamá, podemos resolver el problema por nosotros mismos. —Anunció, mientras lo conducía hacia las escaleras. Angie vio que Yonata y Wendy subían las escaleras. —Ten cuidado" dijo Angie con tono preocupado. Yonata miró a su esposa con una mirada tierna, y desaceleró el paso. Tan pronto como estuvieron en su habitación, y la puerta se cerró, Yonata lanzó sus brazos alrededor de Wendy. Él la miró y la besó pensando en lo afortunado que se sentía. —Cariño, por favor confía en mí —dijo, inclinando su cara hacia arriba para verla a los ojos. —No soy el padre del hijo de ella. Yonata miró a Wendy esperando que creyera su sincera confesión de que no se había acostado con Sharon esa noche. Wendy lo miró fijamente; sus sentimientos encontrados la hicieron dudar por mucho tiempo antes de finalmente elegir creerle. Lo desafió de todos modos: —Pediré una prueba de paternidad cuando ella tenga a su hijo. Si el bebé es tuyo, me divorciaré de ti. —Wendy estaba dispuesta a esperar los ocho meses para estar segura. Además, Lola ya le había pedido a Jorge que investigara este asunto. Yonata asintió con firmeza y la tomó en sus brazos, jurando que cuidaría de

su creciente familia. En el país C. Lola sintió una mezcla de felicidad y enojo cuando terminó su llamada con Wendy. —¿Qué pasa? —Preguntó Jorge mientras besaba los pequeños y enojados labios de Lola. Lola vislumbró a Jorge cuando la tomó en sus brazos y se preguntó si todos los hombres tenían asuntos extra matrimoniales. Jorge estaba un poco preocupado. —¿Qué está pasando? ¿Quién te llamó? Lola se sentó en el regazo de Jorge y le dijo mientras rodeaba su cuello con sus brazos. —Wendy me llamó. Me dijo que está embarazada —ella hizo una pausa: —¡También me dijo que otra mujer ha afirmado estar cargando al hijo de mi hermano! Me ha molestado. —Ella terminó, haciendo pucheros. Lola no creía que su hermano fuera un mujeriego. Jorge asintió, mientras escuchaba. —Por favor ayuda a mi hermano y mi cuñada a investigar a esa mujer. ¡Confío en mi hermano y quiero limpiar su nombre! —Dijo Lola con fervor. Jorge asintió de nuevo. ¡Por supuesto, él haría cualquier cosa por su esposa! —¿Cuál es su nombre? Encontraré la verdad. —Aspiró el aroma embriagador de Lola como prometió. —Sharon es el nombre de la mujer. —Dijo Lola distraída. —Ella dice que se acostó con mi hermano hace dos meses. —Ella acarició la mano de Jorge. Esto era importante, y sus caricias estaban desviando sus atenciones. Jorge la levantó y con una sonrisa encantadora la llevó a las escaleras. —No hay problema, cariño, pero has encendido mi deseo erótico y te quiero. Lola miró al hombre sin poder hacer nada. ¡Bien! Pensando en su ferviente amor, ella accedió a cumplir con su requisito. Al día siguiente, Lola regresó al país A porque tenía mucho trabajo que hacer y estaba preocupada por Wendy y Yonata. Jorge miró a Lola mientras abordaba el avión. Asegurar los preparativos para un banquete de bodas con sus padres en el país A era su máxima prioridad. Después de eso, él terminaría los arreglos para su ceremonia de boda. Pensando en esto, Jorge decidió llevar a Estrella a la vieja casa por la noche. Era la hora de la cena cuando llegaron. Estrella se adelantó, y Jorge la siguió después de cerrar su auto. El abuelo de Jorge se encontró con la niña cuando entró. Dijo con una sonrisa: —Estrella, ¡dale un abrazo a tu bisabuelo! —Él amaba y le encantaba su

bisnieta. Estrella inmediatamente corrió hacia él. —Bisabuelo —dijo Estrella dulcemente. —Bien mi querida. —Rocío se apresuró a bajar las escaleras cuando vio que su hijo y su nieta habían llegado. —¡Estrella! —Dijo mientras bajaba la escalera. Realmente amaba a esta niña, a pesar de sus sentimientos hacia Lola, la madre de Estrella. —Abuela. —Dijo Estrella, con el rostro iluminado de felicidad. Estrella corrió hacia la escalera, esperándola. Su animada hija le recordó a su encantadora esposa. Sus ojos brillaron su sonrisa. Kevin, el jefe del Grupo SL, volvió a casa cuando los platos se colocaron sobre la mesa. La familia se sentó a la mesa y Jorge sirvió la cena de Estrella. Ella comió su platillo con gusto. Durante la cena, Jorge cortó el silencio de la comida: —Abuelo, padre y madre.



Capítulo 271 No quiero una madrastra —¿Qué sucede? —Los tres ancianos lo miraron. Jorge dejó los palillos antes de responder: —Han visto el video en el que le propuse matrimonio a Lola, la madre de Estrella. —Hizo una pausa antes de sugerir: —Entonces, pensé que tal vez podrían ir al país A conmigo en los próximos días, para cenar y conocer a los padres de Lola. —Honestamente, pensó, debería ser simplemente una fiesta de compromiso. ¡Pam! El sonido lo sobresaltó, y miró a Rocío. Rocío golpeó sus palillos sobre la mesa, su rostro se oscureció de ira. No había planeado discutir sobre el video hoy; sin embargo, ya que su hijo lo mencionó, ella expresaría lo que sentía. —¡Cómo te atreves! —ella comenzó—. ¿Te molestaste en consultar a tus mayores sobre esta propuesta? ¿Esa mujer es digna de una boda tan magnífica y lujosa? El corazón de Jorge se hundió ante las críticas de su madre. Kevin puso su mano sobre la de Rocío y le recordó: —No seas tan dura con Jorge. Déjalo hacer lo que quiere. El abuelo de Jorge no dijo nada. —Puedes aceptar esto pero yo no puedo. Aceptaría a cualquiera, menos a Lola como mi nuera. —Rocío levantó su voz mientras su frustración crecía. Ella pensaba que Lola era una mujer calculadora y tuvo algo que ver con lo que sucedió cuando Yolanda no se casó con Jorge. Rocío no aceptaría a esa mujer como su nuera. Estrella miró a los ancianos con curiosidad ante la mención de su madre. Kevin se dio cuenta y miró a su esposa. —Rocío, ¿viste cómo ha crecido Estrella? No querrás que deje a su madre o viva con una madrastra —dijo tranquilamente. Pensó que Lola era una buena elección y estaba feliz con su hijo.

Rocío miró a Estrella con afecto y le respondió a su esposo: —¿Qué hay de malo con una madrastra? Si podemos encontrar una buena nuera, la tratará incluso mejor que su madre biológica. —No quiero una madrastra. —Estrella añadió. Finalmente descubrió lo que los adultos estaban discutiendo. Golpeó su cuchara de golpe. Su boca se volvió hacia abajo mientras hacía un puchero. El estado de ánimo de Jorge cambió inmediatamente y sonrió. Era tan parecida a Lola. Rocío tranquilizó a su nieta apresuradamente. —Mi pequeña bebé, abuela no quiere decir eso. La abuela solo estaba diciendo... Estrella cortó las palabras, cubriéndose las orejas voluntariamente, y sacudió la cabeza. —No estoy escuchando, no estoy escuchando. Ya no me gusta la abuela. —Ella interrumpió las palabras de Rocío. Cuando Jorge vio que Estrella se molestaba, la tomó de la silla alta y la sentó en su regazo, junto a él. —No te preocupes, papá no reemplazaría a mamá con una madrastra. — Sostuvo gentilmente a Estrella en sus brazos, tranquilizándola. Estrella dejó de hacer pucheros, pero ya no le gustaba la abuela, porque la abuela no quería a su madre. —Madre, si no quieres ir, iremos sin ti. —Viviría con Lola y Estrella en la mansión. —Cómo te atreves. —Rocío miró a su hijo, demasiado enojada para completar sus palabras. El abuelo de Jorge, que había permanecido en silencio hasta ahora, bajó los palillos lentamente. Se limpió los labios antes de agregar a la conversación: — Jorge, ahora tienes 30 años y eres lo suficientemente maduro como para tomar tus propias decisiones. Apoyo cualquier elección que hagas. —Gracias abuelo. —Jorge sonrió. Dado que su abuelo había expresado su aprobación, Rocío ya no podía objetar la decisión de Jorge de casarse con Lola. Ella nunca iría al país A porque no quería ver a Angie y a su hija Lola. Una vez que se resolvió el problema, Estrella se negó a responder a Rocío, independientemente de lo duro que su abuela trató de convencerla. Estrella empujó a su padre para llevarla de vuelta a la mansión. Más tarde, esa noche, cuando estaban a punto de irse a la cama, Kevin miró a su esposa sentada en el tocador y suspiró: —Hoy no fuiste nada razonable. Al oír esto, Rocío se enojó. Se ajustó la máscara facial y respondió: —¿Qué hice mal? ¿Crees que rechazar a Lola como nuestra nuera no es razonable? Kevin la señaló con impotencia: —Como una persona mayor, no deberías

haber reaccionado de esa manera. —Ah, pensó, ella actuó así porque él la mimó cuando eran más jóvenes. —¿De qué manera no me he comportado como una persona mayor? —"Si Jorge estuviera comprometido con otra mujer, diría que sí de inmediato. Sin embargo, esta es Lola Camela, y nunca estaré de acuerdo. Él no podía hacerla ver la razón cuando estaba enojada de esta manera, por lo que pensó que era mejor y, en lugar de discutir, decidió dejarla pasar por esto ella misma. —Hora de dormir. —Le dijo a ella. Rocío miró a Kevin tendido como si estuviera dormido, su ira todavía la mantenía en nudos. Dentro de la mansión. Jorge llevó a Estrella a la cama, y después se dirigió al balcón para hacer una llamada. Encontró su número y lo marcó. —Me estoy bañando ahora, te volveré a llamar cuando termine. —Los ojos de Jorge se nublaron ante sus palabras. Pensó en los días que ella estaba cerca. —Tú, sirena. —Respiró hondo y cerró los ojos con desdicha. Lola se rió, se secó las manos y se pasó el teléfono a la mano. —¿Qué pasa, jefe Jiménez? ¿Me extraña? —bromeaba juguetonamente. Su voz era bastante encantadora para él. —Termina de ducharte primero. —Intentó no pensar en ella en su estado, y pensar en otra cosa. Lola colgó el teléfono, terminó su ducha rápidamente y salió de la bañera. Ella solo usaba una toalla de baño cuando saltó a la cama y llamó a Jorge. —¿Terminaste de ducharte? —Su aplomo había tardado unos minutos, pero había vuelto. —Sí. —Ella sonrió al hombre al otro lado del teléfono. —¿Qué puedo hacer por usted, jefe Jiménez? —Se quedó mirando al techo, con la voz llena de afecto y felicidad que sentía. Jorge puso las manos a la obra antes de poder distraerse como antes. —Dile a Wendy que no pasó nada entre Yonata y esa mujer. —Se rumoreaba, que la mujer no decía la verdad ni siquiera cuando estaba amenazada y que era cuando pensaba que la vida de su familia estaba en peligro por una espada de Damocles que hablaba honestamente. Lola sonrió, sabía que su hermano había sido acusado injustamente. Lola respondió alegremente: —Espera —arrojó el teléfono a la cama, se puso el pijama y salió corriendo. Jorge pensó que Lola debía estar tratando de decirle a su mejor amiga las

buenas noticias. Estaba en lo correcto. Lola llamó a la puerta junto a la de ella. Yonata abrió la puerta, estaba tratando de ayudar a su esposa embarazada, Wendy, a relajarse y descansar sin éxito. —¿Dónde está Wendy? ¿Dónde está Wendy? —Lola preguntó emocionada, inclinando su cabeza para ver en la habitación detrás de su hermano. Wendy se sentó en la cama de espaldas a la puerta. Al escuchar la voz de Lola, se levantó gradualmente y caminó hacia ella. — ¿Qué pasa, Lola? —Le preguntó a Lola. —Yonata, por favor déjanos. —Empujó a Yonata fuera de la habitación un poco. Yonata miró a las dos mujeres en la puerta sin poder hacer nada y entró. Lola le susurró al oído a Wendy. —No pasó nada entre mi hermano y esa mujer. Wendy, sonrojada, le dio un empujón a Lola hacia atrás. —Gracias, ahora podré dormir. Vete a la cama. —Su corazón finalmente estaba tranquilo.



Capítulo 272 Así que te dejé Lola sonrió maliciosamente, pensando, por supuesto, que iba a volver a su habitación, Jorge todavía estaba en el teléfono esperando. —¡Buenas noches, Wendy! —Dijo poniendo manos sobre su hombro mientras se deslizaba de regreso a su habitación. Wendy se sintió afortunada de tener una amiga que haría todo lo posible por ayudarla. Pensó mientras cerraba la puerta y volvía a la cama. Yonata vio que el color regresaba a sus mejillas y sintió curiosidad: —¿Qué te susurró Lola? Wendy yacía de espaldas a él, sonriendo alegremente. Se dio la vuelta y besó la mejilla de Yonata. Yonata se tocó la cara, asombrado mientras miraba la espalda de Wendy. Se preguntó qué era lo que su hermana le había dicho a su esposa. Pensó por un momento en dejarlo pasar, pero no, ¡debía saberlo! Sosteniéndola por la cintura, él se apoyaba contra su espalda y le susurró al oído. —Dime —bromeó. —o puede que no te deje ir hoy. —Él le rogó juguetonamente. Wendy se frotó la oreja; se sintió cosquilleada y con picazón después de que le habló en voz baja. Se volvió una vez más para enfrentarlo y le pasó el brazo por el cuello. Lo miró seriamente y le dijo: —Confiaré en ti en el futuro. A lo largo de este incidente, Wendy se dio cuenta de que las parejas debían confiar entre sí para ser felices. Yonata sonrió con satisfacción. —¿Me crees que el niño no es mío, entonces? —Yonata se preguntó si Lola había investigado eso. Wendy asintió, con el corazón molesto. —Lo siento, tú eres mi esposo y debería haber tenido fe en ti. Solo confiaré en ti en el futuro. —Lo besó, y Yonata se tragó las palabras que había querido decir, en cambio, disfrutó de este

momento reafirmando el vínculo íntimo de confianza entre marido y mujer. Lola cerró la puerta y se lanzó sobre la cama mientras agarraba el teléfono. Sonrió al teléfono exclamando emocionada: —¡Hola! —a su prometido en el otro extremo. Jorge desvió su atención del monitor de su computadora cuando escuchó su voz. —¿Les dijiste? —Preguntó. —¡Sí! —respondió, su alegría se podía escuchar burbujeando en su voz. — ¡Gracias Señor. Jiménez! —dijo tímidamente. Lola se dio la vuelta y, tendida de espaldas, lo escuchó en el otro extremo. Al oírla referirse a él como el Sr. Jiménez, Jorge sonrió. Tenía muchos nombres para él. —¡Llámame cariño! —Él demandó. Lola se sonrojó: —¡Todavía no, es demasiado pronto! —Después de todo, ella acababa de aceptar su propuesta, y todavía no estaban casados. —Debes hacerlo, ahora, cariño. —Las palabras sonaban tan naturales, y le recordaron a Lola que él la había llamado cariño hacía cuatro años en la Ciudad D. Lola se demoró, prolongando el silencio más tiempo, antes de que casi susurrara. —Cariño. En ese momento, era como si estuviera en la misma habitación que Lola. Jorge era un caballero tradicional, y disfrutaba los términos matrimoniales simples de cariño. —¡Quiero verte ahora! —Dijo antes de colgar. Lola miró desconcertada a Jorge que colgó el teléfono de repente. Tan repentinamente, recibió una solicitud de WeChat para una videollamada. Mirando la solicitud entrante, sonrió, ¡así que eso era! Lola sonrió dulcemente y presionó el botón de respuesta. Jorge apuntó la cámara, por lo que solo su computadora apareció en la pequeña pantalla mientras observaba cómo la pequeña imagen de Lola apareció. —¿Dónde estás? —ella hizo un puchero. Su respiración era su única respuesta y al escucharla, ella no pudo evitar sonrojarse. Miró el teléfono, confundida. ¿Qué estaba haciendo él?, se preguntó. —Enciende las luces. —Ordenó con frialdad.

...

Sin palabras, a su orden, Lola se estiró para encender la luz obedientemente. Jorge hizo algunas peticiones más ... Al cabo de un rato, Jorge dejó el teléfono en la mesa y entró al baño. Lola estaba tumbada en la cama pensando en silencio. Unos minutos después, la pantalla negra se volvió más brillante cuando Jorge levantó su teléfono y finalmente ella lo estaba mirando, en lugar de la computadora. Su hermoso rostro sonrió en la pantalla. Vio que estaba envuelto en una toalla de baño. —Deberías ir a dormir. Iré a la habitación a trabajar. —Estrella no podía quedarse sola por mucho tiempo. Mientras caminaba hacia la puerta con su computadora portátil, Lola miró el reloj y vio que eran más o menos las diez de la noche. Le advirtió: —No trabajes demasiado tarde. Abrió la puerta del dormitorio y dijo en voz baja: —Está bien. —¡Espera un minuto! —Lola agregó con ansiedad: —Apunta la cámara a mi bebé y déjame verla por favor. —Jorge dejó su computadora portátil sobre la mesa y cruzó la habitación. La cara dormida de Estrella apareció en la pantalla, con Jorge de pie junto a su cama. —Mi adorable bebé, muack. Luego se cambió el teléfono, y ella lo vio mirándola juguetonamente. —Yo también quiero uno.

... Lola dijo de inmediato: —Muy bien, mi marido, ¡muack! —¿Satisfecho? ¿Mi esposo? —Pensó Lola. Jorge asintió. —Duerme un poco ahora. Enviaré a Hans Zhao para que te reemplace en el trabajo tan pronto como sea posible. —Estaba enviando a Hans Zhao, que era el director general adjunto de la compañía. Lola pensó un momento y preguntó: —¿Estás enviando a Hans Zhao para que pueda hacerse cargo de mi trabajo inmediatamente después de que nos casemos? —Ah, lo ves ahora, ¿verdad? —Le dijo casualmente al teléfono mientras se sentaba y examinaba los correos electrónicos en su computadora.

Lola miró su perfil en la pequeña pantalla, sin palabras. ¿Había planeado esto todo este tiempo? —¿Por qué me permitiste ir a la corte si planeabas casarte conmigo? —Se quejó. El se rió. —¡Querías hacer eso, así que te dejé! Lola se dio cuenta y recordó al abogado que tomó la iniciativa para hacer una cita, pero no se comunicó con ella más tarde. —¿El abogado fue enviado por ti también? —Saltó de la cama enojada por su fría respuesta. —Chica inteligente, sí. —¡Jorge Jiménez! —Estaba enfurecida ahora. Miró a su imagen en la pantalla. Sus acciones y ahora su actitud serena la hicieron querer golpearlo. — ¿Porqué no estás aquí? —Ella dijo con los dientes apretados. —¿Por qué, estar a tu lado? —Él preguntó: —¿Para que puedas morderme? —Ella explotó de nuevo mientras él miraba, sonriendo. Ya estaba bastante de mal genio. Él se estaba divirtíendo. Lola se paralizó de repente, preguntándose: ¿lo sabía todo? De acuerdo, se calmó, por el bien de su matrimonio, lo dejó pasar y dijo: — No trabajes demasiado tarde y duérmete pronto. Jorge escuchó su tono y la miró con las cejas levantadas. ¿Qué? ¿Era tan infeliz que ni siquiera discutiría? —Llevaré a Estrella al país A en dos días. Dile a tu familia que nos espere. —Él le recordó a ella. —¿Para qué? —Preguntó secamente, todavía pensando, ¡este apestoso chico! ¡Lo malo de una relación a larga distancia era que ella no podía dispararle! —¿Para qué? ¡Para hacerte mi esposa correcta y adecuadamente! —Su sonrisa iluminó sus ojos. Lola sonrió. Fue más que eso. —Bueno, si no hay un regalo de compromiso decente y una gran boda, ¡no voy a... ¡Casarme! —Ella hizo una pausa entre cada palabra para enfatizar. —¡Contigo! —Añadió obstinadamente. Jorge sonrió. —Si no tuviera nada más que ofrecer, ¿te casarías conmigo? —¡Humph, no, encontraría un sugar daddy! ¡Me aprovecharía de hombres ricos! —Ella lo molestó deliberadamente. A pesar de que él sabía que no hablaba en serio y que estaba diciendo cosas que sabía que lo molestaban, su sonrisa se desvaneció. —¡Lola Camela, volaré allí ahora y te tomaré! —Amenazó. Lola sacó la lengua. —Bien, me voy a dormir. ¡Tengo que levantarme temprano mañana! —¡Buenas noches! —Miró su reloj y eran pasadas las once de la noche. Debería haber estado ya durmiendo.





Capítulo 273 Uno de mis regalos de compromiso para Lola Lola se fue a dormir después de colgar el teléfono. En SL Group al día siguiente. Cuando Lola, la CEO en funciones y novia de Jorge Jiménez, apareció en la empresa, los empleados parecían ocupados. Lola entró a la oficina del CEO con una sonrisa. Tenía mucha confianza en la reunión programada para más tarde. Sin embargo, primero buscó en Twitter las búsquedas más populares a través del teléfono celular. ¡Qué sorprendente noticia! Las noticias más populares enumeradas decían: —¡Manolo Li y Laura Muñoz obtienen su certificado de matrimonio! Lola se apresuró a hacer clic en la pantalla para leer las noticias y vio que Manolo había publicado una foto del certificado de matrimonio en su cuenta de Twitter... ¡Manolo... y Laura! El matrimonio era una cosa tan importante. Le sorprendió que Manolo hubiera decidido dar este paso sin decírselo a nadie. Lola estaba emocionada e inmediatamente marcó el número de Manolo. Había pasado poco más de una hora desde que Manolo publicó su certificado de matrimonio, y tanto el teléfono de la compañía como su celular no habían dejado de sonar. Escuchó el timbre del teléfono, y no quería mirarlo, y mucho menos contestarlo. Obviamente, quienquiera que estaba llamando ya había leído su publicación en Twitter. ¿Por qué se molestaban en llamarlo? Miró el identificador de llamadas y respondió tan pronto como vio que era Lola. —¿Qué hay de nuevo? —Lola preguntó inocentemente. Por supuesto que lo sabía, pero no podía evitarlo. —Estoy seguro de que ya lo viste —dijo con calma. Al pensar en Laura,

Manolo sonrió alegremente. —¿Por qué no nos dijiste? —Lola estaba emocionada por su hermano. ¡Matrimonio! Un asunto serio por cierto. Sus padres aún no habían recibido la noticia. Manolo pensó por un momento. —Soy un adulto y tengo derecho a tomar mis propias decisiones. Además, estaremos en casa en dos días, nos vemos pronto.

...... ¿Tomar sus propias elecciones? ¡Lola iba a telefonear a sus padres y decirles! —¡Cuelga y llamaré a casa y le contaré a tu padre lo que has hecho! — Ella sonrió al teléfono: —¡Creo que él usará un látigo para enseñarte una lección! —Se sentía tan maliciosa. —Hermana, debes prestar atención a tus acciones, ten en cuenta que debes casarte pronto, ¿de acuerdo? —Manolo no necesitaba ver a Lola para saber que estaba enrojeciendo. Tan seguro como él sabía que ella lo amenazaría. Lola se quedó sin palabras. Sentada en su oficina, respondió tranquilamente al teléfono: —Bien, te dejo solo, ¡depende de ti decírselo a nuestros padres! No pasará desapercibido, sin embargo, que les hayas dicho a todos, excepto a tus padres, ¡la gente asumirá que no la reconoces como tu esposa! —¿Es así? —Manolo sospechó lo que había dicho y, justo después de colgar a Lola, llamó al número de teléfono de su abuelo para contarle sus noticias. Luego llamó a sus padres, seguidos por cada miembro de la familia, uno por uno. Después de que se lo contó a su familia, se sintió seguro de que lo que encontraría cuando llegara a casa serían más látigos. Su padre se lo había advertido ... El martes. Según Jorge, Lola lo esperaba en casa. Cuando el abuelo de Jorge, Kevin, Jorge y Estrella llegaron a la mansión Camela, fueron recibidos por toda la familia. Angie sabía que Rocío no aprobaba el matrimonio inminente por su ausencia. Estrella estaba encantada de ver a su familia completa y revoloteaba abrazando alegremente a todos.

Después de que los saludos se calmaron, Jorge y Lola se sentaron juntos. Jorge miró a Lola, se sentó a su lado y sacó algo del bolsillo. Lo colocó frente a Harold y Angie. —Tío y tía, este es uno de mis regalos de compromiso para Lola, un cheque por 666. 6 millones. —Dijo.

... Todos, incluso Manolo, que normalmente no se sorprendía, se sentían en shock ante el regalo. Lola pellizcó a Jorge y susurró: —¿Estás loco? —¡6. 6666 millones! ¡Dios mío! Lola no podía pensar, estaba tan sorprendida como el resto de las personas en la habitación. Jorge le dio unas palmaditas en las manos y sacó una cartera. Dentro había muchos papeles, cada uno impreso con el Acuerdo de Transferencia de Acciones del Grupo SL. Jorge tenía el 60% de las acciones de la compañía. Presentó porcentajes a nombre de Lola y Estrella por el 20% de las acciones a cada una.

...... ¡20%! Esto era igual que el 6. 6666 millones. Lola una vez más estaba demasiado aturdida para responder. Jorge ciertamente ofreció mucho para casarse con ella. Aunque su abuelo y su padre no estuvieron de acuerdo, no expresaron opiniones. Esta era la vida de Jorge, así que necesitaba tomar sus propias decisiones. Jorge sonrió de nuevo. —Abuelo, tío y tía, planeo llevar a Lola y Estrella y establecernos en el País C. Serían una familia de tres viviendo felices. El anuncio de Jorge dejó en silencio a la familia. No podían soportar pensar en Lola y Estrella viviendo tan lejos de ellas. Por mucho que la extrañaran, sabían que este día llegaría. —Voy a solicitar el certificado hoy, y celebraremos la boda en el país C, una vez que se hayan completado los preparativos. —Una gran boda debía ser

arreglada con cuidado y tomaría tiempo. Angie consideró que el arreglo de Jorge era apropiado y ella asintió. — ¿Qué hay de tu mamá... ? —Angie intervino. Al pensar en la mandona Rocío, Angie estaba preocupada por su hija en la casa de Jorge. Jorge pensó en su madre. —Lola y yo viviremos en la mansión. No habrá mucho contacto entre ellas. —Él protegería a su amada para que no sufriera más daño. Kevin añadió. —De hecho, Rocío es muy amable, solo es un poco amargado conmigo. Voy a prestar más atención. —Kevin pensó, su esposa no era mala, pero podía haber juzgado mal a Lola. Más tarde, la familia discutió los asuntos a profundidad y luego Lola llevó a Jorge a su habitación en el segundo piso para pasar un tiempo a solas antes de la cena. El hecho de que Jorge pagó un precio increíble por los regalos de compromiso se extendió rápidamente por todo el país A, seguido por el país C y luego por el mundo... Las mujeres envidiaban a Lola. Lola llevó a Jorge a su habitación y, cuando se abrió la puerta, se reveló una habitación azul cielo decorada con buen gusto. La habitación estaba acentuada por varios tonos de azul y blanco y un aroma cálido y dulce llenaba el aire. Notó que Lola prefería un espacio limpio y ordenado como él. Su habitación estaba despejada y limpia. Se sentó en un sillón blanco y Lola se sentó en su regazo. Sus brazos alrededor de su cuello. —De hecho, date cuenta ... No había necesidad de un gesto tan grande. —Ella habría estado satisfecha de tener solo su amor. Él colocó un dedo índice en sus labios antes de decir audazmente "Aun así quiero hacerlo. —Él siempre querría dar lo mejor a su esposa e hija. Lola miró al hombre en silencio y dijo ingeniosamente. —¿No te preocupa que me lleve las acciones y los regalos de boda y me escape? Él sonrió y declaró con arrogancia: —¡No puedes escapar de mi alcance durante toda la vida! —' ¡Bien! Ella puso los ojos en blanco, a su alarde, pero en verdad, no quería correr.



Capítulo 274 ¿Te lo he dicho La habitación estaba en silencio y respiraba su olor. Lola se recostó con la cabeza apoyada en su hombro mientras jugaba distraídamente con un botón en su camisa. Se preguntó si finalmente habrían superado las dificultades y si disfrutarían de la felicidad. Jorge le besó el cabello y le preguntó: —¿Te lo he dicho? —¿Hmmm? —Lola levantó la cabeza mirándolo con suspicacia. Jorge la miró con dulzura y dijo seriamente: —Lola, te amo. Su corazón dio un vuelco a sus palabras. El afecto en su rostro lo hizo aún más atractivo y la conmovió. Ella respondió rotundamente: —No te amo. El corazón de Jorge se hundió, pero después de unos momentos dijo: —Eso no importa, es suficiente con que yo te ame —se detuvo sonriendo. —Además, te enamorarás de mí. —Su rostro estaba tranquilo, sus ojos brillaban, pero su tono era arrogante. —¡Eso dependerá de tus acciones! —Dijo ella y se levantó para luego acostarse en su cama. Sin embargo, era inapropiado estar acostada en la cama. Así que se levantó apresuradamente, pero ya era demasiado tarde. Ya había reducido la distancia entre ellos. Él no cayó sobre ella, sino que se tendió a un lado y la sostuvo en sus fuertes brazos. —Quiero que nuestra boda sea el día de mi cumpleaños. —Le susurró al oído. Una gran ceremonia de boda necesitaría tiempo y energía para prepararse. ¿Su cumpleaños? Ella no recordaba haber celebrado su cumpleaños antes. Se sintió avergonzada. Su cumpleaños era el 9 de noviembre, por lo que era escorpión. Su cumpleaños aún estaba muy lejos. A Lola no le importó esperar, siempre que pudiera casarse con él, cualquier día sería perfecto.

Asintió con la cabeza. —Está bien, ¡adelante con los arreglos! —Tendrían fotos de la boda, jejeje. Estaba emocionada pensando en tener fotos de boda de los dos. Pensó en lo guapo que era y se sintió orgulloso de aparecer en fotos con él. Ella puso sus brazos alrededor de su cuello y dijo: —Pensé que querías esconder nuestro matrimonio. —Lo dijo a propósito para molestarlo. Jorge rió. —No, no lo haré. Además, todos en el mundo ahora saben que tú, Lola, eres mi mujer. Todos pensarán que soy tacaño si no te doy una gran ceremonia de boda. —Por supuesto, esta no era la razón por la que Jorge celebraría la ceremonia de la boda. Cada hombre en el mundo quería que su esposa fuera feliz. Lola levantó una ceja. —¿Entonces me estás dando la ceremonia porque quieres mostrar lo generoso que eres? —¡Si él decía que sí, ella no estaría de acuerdo en casarse con él! Esperaba que él no estuviera de acuerdo con lo que dijo. Jorge cambió su posición para poder sostenerla en sus brazos: —¡Por supuesto que no, es porque te amo! ¡Era tan listo! Solo admítelo, a todas las mujeres les gusta escuchar palabras dulces. Susurraron por un rato, antes de escuchar a alguien tocar la puerta. La tierna voz de Estrella desde el otro lado gritó: —Papá, mami, ¿por qué no me trajeron cont ustedes? Al escuchar las palabras de Estrella, Lola se rió, lo que atrajo la atención de Jorge. Puso su gran palma en su cuello y sostuvo a Lola cerca de él. Besó sus labios rojos sin preguntar. Después de robarle el beso, se levantó y le abrió la puerta a Estrella. La cara de Lola estaba enrojecida. Se levantó apresuradamente y caminó hacia la puerta. Estrella estaba de pie sola. Jorge tomó a su pequeña niña en sus brazos y la besó en ambas mejillas. —¿Papi? ¿vas a dar un paseo conmigo? —Estrella estaba preguntando con entusiasmo: —¡Podemos llevarnos a mamá también y caminar afuera! Jorge vio que aún faltaban más de dos horas para la cena, así que se llevó a Lola y Estrella. Cuando salieron de la casa, Manolo y Wendy se reunieron con ellos para salir a caminar. El ambiente era armonioso mientras caminaban por la ciudad y en el centro comercial. Cuando llegaron al hotel, la fiesta de compromiso aún no había comenzado.

En el hotel de cinco estrellas. Jorge había ordenado la habitación privada con antelación. Los arreglos de asientos tenían a los dos miembros más grandes juntos, con Harold y Kevin en sus lados izquierdo y derecho. Luego Jorge, Estrella y Lola. Angie estaba sentada junto a Yonata y Wendy, lo que significaba que Lola y Wendy estaban juntas. El ambiente de la cena fue amistoso. No fue influenciado por la ausencia de Rocío. La cena estableció el compromiso. Las fotos de la boda se tomarían en los próximos días, y el día de la boda se agendó el 9 de noviembre. Después de la cena, cuando salían del hotel, Jorge envió a Lola y Estrella a la mansión. Luego llevó a su abuelo a Crescent Spring. Fuera de la mansión. Lola observó a Jorge caminar en dirección opuesta. Ella se había mostrado renuente a decir adiós, pero tener a Estrella con ella esta noche fue un gran consuelo. —Te llamaré cuando regrese. —Besó las frentes de su esposa e hija antes de irse. Lola llevó a Estrella arriba. Estaba deseando contarle sus cuentos para dormir después de la rutina nocturna de Estrella. Estrella estaba demasiado emocionada para dormir, pero finalmente se quedó profundamente dormida. Después de una ducha, Lola sostuvo a su hija mientras esperaba que Jorge la llamara. ¿Por qué no había llamado? Aburrida, Lola revisó su teléfono. La hizo preguntarse, si Jorge lo supiera, ¿se reiría de ella? Lo extrañaba a pesar de que hacía un momento estaban juntos. Pensó durante varios minutos. El celular la sobresaltó cuando finalmente sonó. Levantó el teléfono haciendo un puchero: —¿Por qué tardaste tanto en llamar? Él rió. Estaba discutiendo la boda con su padre y ahora estaba llegando a su habitación. —Si me extrañaste, ¿por qué no me llamaste? Lola fingió impotencia: —Quería, pero ¿y si te hubiera interrumpido a ti y a otra mujer? —¿Entonces qué? —Exactamente, pero ella ya se fue. Entonces, ¿quieres unirte a mí ahora? —Era raro que Jorge bromeara, ¿cómo podría Lola no seguirle el juego?

—Oh no lo sé. —Se burló. —No estoy segura de que puedas con tantas mujeres, ¡Ah! Supongo que será mejor que busque a alguien más. —Su tono era de remordimiento y arrepentimiento. Jorge se frotó su dolorida sien y puso los ojos en blanco dándose cuenta de que esta mujer era su talón de Aquiles. —Si encuentras uno, lo eliminaré y si encuentras dos, eliminaré a los dos. Ella no pudo evitar reírse: —¡Sr. Jiménez, te estoy poniendo los cuernos! Al igual que el albaricoque rojo, cuya ramita se deslizará fuera de la pared. —La imagen de Lola engañándolo llenó su mente. —Cariño, te atraparé si lo haces. —Pronunció las palabras con suavidad, pero dejó una amenaza velada escondida en ellas. Lola inmediatamente enderezó su espalda. Sabía absolutamente que Jorge era un hombre vigoroso y decidido. Si él decía que vendría, lo haría. Ella respondió: —Jefe Jiménez, lo siento, me equivoqué. Eres tan poderoso, ¿cómo me atrevo a salir a buscar a otro hombre? —Se había comparado con un albaricoque rojo. Jorge asintió con satisfacción. Miró la computadora, con una sonrisa diabólica creciendo en su rostro. Pasó la noche en un hotel. Porque las únicas dos habitaciones limpias estaban ocupadas por su padre y su abuelo ahora. —Déjame ver a Estrella. —Colgó el teléfono e hizo una videollamada a través de Wechat. Lola respondió y le puso la cámara a Estrella, que estaba durmiendo profundamente. Un minuto después. —Ok, ahora quiero verte. —Este era su verdadero propósito.



Capítulo 275 Mi computadora tiene un virus Lola hizo un puchero de una manera realmente irresistible y dijo: —¿No me acabas de ver hoy? Creo que no habrá necesidad de verme otra vez en el vídeo. —Recordó la videollamada de hacía dos días, e inmediatamente se sonrojó avergonzada. ¡Este hombre travieso y seductor! Sin embargo, Jorge no la dejaría escaparse tan fácil. Con un aire de confianza, respondió: —Te mostraré algo. Espera. Luego cambió la cámara a la pantalla de una computadora en la habitación del hotel. Estaba mostrando una película japonesa.

... Cuando Lola finalmente descubrió lo que estaba en la pantalla, se sintió tan enferma y casi quiso vomitar. —Jorge, ¿por qué tienes ese gusto? ¡Eso es asqueroso! Jorge apagó la computadora y dijo descuidadamente. —Oh. Mi computadora tiene un virus. Lamentablemente lo encendí y apareció.

... Lola se tocó la mejilla caliente y roja y dijo: —¿De verdad crees que te creería? Sólo ve a dormir temprano. Yo también iré a dormir. —Ella no quería hablar con él. —No, quiero chatear más contigo. No seas tan aguafiestas, Lola. —Eran las

nueve en punto, por lo que aún era muy temprano para ir a dormir. —Eres un verdadero coqueto. ¡No tengo ganas de hablar contigo! —Él siempre había estado coqueteando, y ella planeaba ignorarlo ahora. Quería ver cómo reaccionaría él. Luego se levantó de la cama y bebió un poco de agua. —Quiero hablar contigo, así que no puedes simplemente colgar. ¡Haz lo que te digo inmediatamente! No me ignores. —Al ver con ella bebía agua de forma sexy, Jorge fue hacia el baño. —¡No! —Lola se negó sin vacilaciones. El hombre levantó una ceja. —¿No? Creo que mi suegra y mi suegro no quieren que yo aparezca allí ahora mismo... ¡Era una amenaza otra vez! Lola se apretó los dientes y dejó el vaso. Tenía que hacer algo. Luego entró al baño sin querer ... Media hora después. Lola sostuvo el teléfono que ya estaba colgado y volvió a la cama para dormir. ¡Realmente no quería recordar nada de lo que pasó esta noche! ¡No, ella no quería pensar en eso! ¡No, en absoluto! Al cabo de un rato, Lola retiró el edredón y se quedó mirando fijamente el techo. Su mente estaba llena de Jorge. Ya no podía dormir ... Como Estrella tenía que ir a la escuela, Jorge volvió al país C con ella al día siguiente. Lola volvió a la oficina y trabajó como de costumbre. Habló con Jorge por videollamada todos los días. Un día, Jorge apareció repentinamente en el Grupo SL en el país A. Los altos directivos estaban todos en la sala de reuniones. Sánchez cortésmente le abrió la puerta. En la sala de reuniones, Lola estaba arreglando algunos problemas con su trabajo en Echo Bay. Se puso muy nerviosa cuando vio a Jorge. —¿Señor Jiménez? ¿Por qué está aquí? —Ella se levantó con sorpresa. ¿Por qué no le dijo que vendría? Jorge la miró con amorosa dulzura. —Entregue esos documentos a Hans tan pronto como sea posible. —Suavemente la empujó por sus hombros y le indicó que se sentara. Era como si no le importara lo que pensaran los demás. Err... Lola miró a los otros gerentes sin palabras. Todos estaban poniendo ojos de envidia hacia ella. De hecho, Jorge se había acostumbrado a ser descuidado, por lo que nunca consideró lo que otras personas pensarían sobre lo que hizo.

Después de que Lola se sentó, Jorge miró a todos y dijo: —A partir de este momento, la señorita Li volverá a casa para prepararse para la ceremonia de su boda. Los ojos de Lola estaban abiertos de asombro. Miró a Jorge que estaba de pie junto a ella. ¿Qué quiso decir con esto? Ella no podía simplemente salir de la oficina. Había tanto trabajo por hacer. Jorge ignoró su asombro y miró a Hans. —Hans tomará el lugar de la srta. Li y manejará el trabajo integral del desarrollo de Echo Bay y Star Sea. Julie se hará cargo de la cooperación con el gobierno y el desarrollo de la casa de bienestar. Jeremy se encargará de la cooperación inmobiliaria con la corporación Romero... Al escuchar al hombre terminar de arreglar todo el trabajo de una manera tan decisiva, Lola se quedó estupefacta. Realmente era una persona de poderosa autoridad e influencia. Así que, en conclusión, ella no tenía nada que hacer a partir de entonces. ¿Ningún trabajo en absoluto? ¿Estaría sin trabajo? Luego Jorge sostuvo a Lola y salieron de la sala de reuniones, dejando a otras personas discutiendo sobre ellos. Lola empacó sus cosas lentamente. Miró al hombre que la esperaba en el sofá como si estuviera pensando en algo. ¡No, ella quería protestar! ¡Esto no era justo para las personas que dejaría y también para ella! "No quiero ser reducida a un ama de casa que cocina. —Tomó la foto de Estrella en su mano y puso mala cara con disgusto. —Pero también depende de qué tipo de ama de casa vas a ser. —El hombre no levantó la cabeza y todavía estaba mirando en su teléfono celular. Ella lo miró con dureza: —¿Por qué tenía que decidirse de repente? ¡Ni siquiera me diste una pista de que venías! —Ella continuó quejándose. Luego levantó la cabeza para mirarla. Vio que ella estaba llena de agravios. —Un jefe diseñador de la P M Gowns ha llegado. Esperemos a que termine tu vestido. Si el tiempo lo permite, tendremos nuestra sesión de fotos de boda. Los datos en el teléfono celular también mostraron que el valor de las acciones del Grupo SL había aumentado recientemente. Este progreso podría atribuirse al arduo trabajo de Lola. ¡De acuerdo! En los vestidos de P M. —¡Bienvenido Sr. Si y señora Jiménez! —Los recepcionistas todos les dieron la bienvenida al unísono. ¿Señora Jiménez? ¡Eso sonaba tan bien! Oh, algún tiempo antes esto era su sueño... Ellos asintieron educadamente y entraron. —¡Bienvenido señor Jiménez! —¡Srta. Camela! ¡Oh, disculpe señora

Jiménez! —El gerente de la tienda los saludó personalmente. Jorge era el gran jefe de esta tienda. Todavía era temprano y ya había invitados que tomaban fotos de la boda en la espaciosa tienda de vestidos de boda. Solo Jorge y Lola estaban escogiendo el atuendo que usarían. Cientos de vestidos estaban alineados en el armario de vidrio y todos eran caros y hechos a mano. El color y la mano de obra eran claramente presentados. El menos costoso era más de varios cientos de miles. El más caro alcanzó los ocho dígitos. ¡Era una verdadera tienda de lujo! Jorge, que había estado sosteniendo dulcemente la cintura de Lola durante todo el tiempo, comenzó a hablar: —¿Cuándo llegará la señorita Fila? —Señor Jiménez, ella llegará en unos diez minutos. Hay un atasco en el aeropuerto. —El gerente de la tienda respondió con respeto. Jorge asintió y miró los vestidos modelo en el escaparate. Los miró por todas partes, señaló los varios vestidos blancos y dijo: —Sácalos todos. —Ok, espere un minuto, Sr. Jiménez. Las dependientas de inmediato fueron a buscar los vestidos. Lola estaba mirando al hombre que estaba escogiendo vestidos para ella. ¡Wow, esto era tan dulce! Recordó que él había acompañado a Yolanda a recoger vestidos antes. ¿Hizo lo mismo por ella? Una explosión de envidia flotaba en su corazón... —¿También elegiste el vestido de novia para Yolanda en esta tienda antes? —Puso mala cara, lo miró mientras observaba atentamente los vestidos y le pellizcaba la esquina de la camisa. Jorge se rió. —Piensas demasiado. No era aquí, y nunca he escogido vestidos para ella. Mirando su expresión de envidia, él la tranquilizó pacientemente. Bueno, eso estaba bien. Lola tomó el primer vestido felizmente y fue llevada al vestuario. Cinco minutos después. El largo cabello de Lola estaba enrollado en la parte superior. El vestido blanco como la nieve con su diseño ajustado realzó su figura con curvas. Se veía tan sexy en ese vestido. Lola llevaba un par de tacones altos y posó frente a Jorge, haciendo que sus ojos se iluminaran. Jorge miró de cerca a la extremadamente hermosa mujer frente a él. Se veía tan increíble en cualquier vestido de novia elegido al azar, y él realmente estaba ansioso por tomarse fotos con ella. Luego se cambió a un vestido de novia ajustado sin tirantes con un estilo de cola de pez. Se veía tan impresionante en los ojos de Jorge.

—Eso es realmente maravilloso. Te ves tan hermosa. Puedes probarte el vestido formal ahora. —Temiendo que su mente ya estuviera cansada, Jorge tomó la decisión por ella. Le entregó el vestido formal rojo y el vestido de novia blanco a la dependienta. Lola se estaba probando el vestido formal rojo. Si no fuera por la ayuda de los tres ayudantes de tienda, ella habría empezado a sentirse molesta. Fue un proceso tedioso, incluso para probar estos vestidos de novia y vestidos formales. ¿Cómo se sentiría cuando se tratara de tomar fotos de la boda? Debería tener más paciencia...

Capítulo 276 Te amo cariño Lola vestía un cheongsam clásico rojo cuando salió del vestuario. Al ver que Jorge la estaba mirando con asombro en sus ojos, se sintió aliviada. Jorge la sostuvo en sus brazos y le susurró: —Vamos a comprar más cheongsams más tarde. Al darse cuenta de lo que quería decir con eso, Lola se sonrojó en un instante y pellizcó a Jorge, que estaba sonriendo. —No te burles de mí. Yo seré tu esposa. El empleado y el gerente que los seguían les tenían envidia. Eran una pareja con un amor tan profundo. Como lo vieron en Internet, Lola Li y Jorge Si finalmente se volverían a casar. Cuando Lola volvió a ponerse su ropa casual, la srta. Fila, una mujer de mediana edad con cabello rubio y piel clara, entró en la tienda. Traía un aire de sofisticación con ella. Rápidamente se acercó a Jorge y le pidió disculpas: —Lo siento, jefe Jiménez. Realmente estaba atrapada en el tráfico. Es mi culpa que no pude anticiparlo. —Era una diseñadora de bodas con fama internacional y ya había ganado muchos premios internacionales de diseño. Sin embargo, todavía se sentía honrada y, en realidad, un poco nerviosa por el hecho de que le encargaran diseñar el vestido de novia para Lola Camela. —Está bien, señorita Fila. En realidad, lamentamos molestarle. —Se dieron la mano y se sentaron en el sofá. Lola salió del vestuario con un vestido blanco. La señorita Fila no pudo apartar los ojos de Lola. Qué bella y elegante belleza oriental. Definitivamente podría resaltar completamente el vestido de novia que ella diseñó. Era la modelo perfecta para ello. —Lola, esta es la señorita Fila. Srta. Fila, esta es mi novia, Lola Camela. Espero que se lleven bien. —Jorge se puso de pie, puso su mano alrededor de la cintura de Lola y se presentó a Lola y a la señorita Fila. Como CEO en funciones del Grupo SL, Lola saludó a la señorita Fila con elegancia.

—¡Hola, señorita Fila, un placer conocerle! He oído muchas cosas buenas sobre usted. —Con una sonrisa, le dio la mano a la señorita Fila. La señorita Fila estaba abrumada de alegría. Una mujer tan hermosa debía ser muy llamativa con el vestido de novia que ella diseñó. —Señorita Camela, ¡también estoy muy feliz de conocerla! Luego Jorge detalló los requisitos para el vestido de novia a la srta. Fila y determinó el tiempo para tomar las fotos antes de la boda dentro de unos días. No fue hasta este momento que sintió la alegría y la expectativa que trajo el matrimonio. Después de salir de la tienda, Jorge llevó a Lola al centro comercial y le compró unos diseños diferentes de cheongsams. Fueron al supermercado en el primer piso subterráneo para comprar algo de comida. Lola llevó a Jorge escaleras arriba para pasear casualmente. Después de eso, volvieron a Crescent Spring. Después de estacionar el auto en la puerta de la casa, Jorge tomó a Lola del asiento del pasajero y la puso suavemente en el suelo antes de dirigirse al maletero para tomar sus cosas. Cerró el maletero, sonrió a Lola y extendió el brazo. —Vámonos. Lola lo miró fijamente y tenía sentimientos encontrados. Después de que le había propuesto matrimonio, realmente la había estado cuidando bien. Lola esperaba que esto continuara para siempre ... Sosteniendo las bolsas de comida, Jorge y Lola caminaron lentamente hacia la casa. Después de poner la comida en el refrigerador, Jorge se dio cuenta de que ya era mediodía. En la sala de estar, Lola estaba comiendo un paquete de frutas secas mientras miraba televisión. Jorge le preguntó en tono preocupado. —¿Tienes hambre? Ella asintió suavemente. Jorge había comprado ingredientes como pescado y camarones. —Bueno, ¿sabes cocinar? No tengo idea, en realidad. —Respondió Lola. —Espera. Cocinaré para ti. Quédate aquí. —Fiel a sus palabras, Jorge fue a la cocina y comenzó a preparar los ingredientes. Jorge inmediatamente la dejó en la sala de estar. Todavía en shock, Lola le preguntó en voz alta. —¿Tú sabes como cocinar? ¿Escuché eso, es verdad? Jorge volvió a ver su mirada sorprendente y respondió en tono de broma: — Tú eres la única que no sabe cocinar. Es una pena. —Lola estaba irritada. Jorge inmediatamente dejó las cebollas verdes y caminó para sentarse a su lado. Sosteniéndola en sus brazos, dijo: —No te enojes. Siempre cocinaré para ti

en el futuro, ¿de acuerdo? Susurró suavemente y la besó en los labios. —Simplemente no sé cocinar. Incluso si supiera cómo, habría personas que cocinan para nosotros en la casa. Lola puso mala cara y se sintió ofendida. Ella añadió. —Me estás juzgando. Sin embargo, como madre, debería saber cocinar. Aprenderé algún día. Jorge puso su mano alrededor de su cintura de nuevo y dijo dulcemente. — Vamos. Te amo cariño. No tengo la intención de juzgarte. —Lola se echó a reír. Sabía que solo quería adularla. Miró a Jorge seductoramente. —Es muy dulce de tu parte. Debes haber aprendido esa línea de alguien más. Jorge sonrió y la besó con ternura en los labios. Dijo seriamente esta vez: —No, me viene a la mente tan pronto como te veo. Lola sonrió y le pellizcó el brazo. —Ve y termina de cocinar. Tengo hambre. Jorge asintió. —Espera aquí. —De hecho, rara vez veía a Jorge cocinar y esa era la razón por la que estaba sorprendida. Después de casi una hora, Lola había terminado de comer la fruta seca. Finalmente, Jorge abrió la puerta de la cocina. —Hora de cenar. —Mientras servía tentadores platos uno por uno, Lola trotó hacia la mesa del comedor y se maravilló de los platos. Se sentía como una verdadera princesa. Había gambas cocinadas de múltiples maneras, un pescado al vapor con mandarina, verduras salteadas con salsa de ostras y una sopa de trotón. Lola corrió rápidamente a lavarse las manos y se sentó en la mesa, ansiosa por probar los platos. Jorge se desató el delantal, lo dejó a un lado y trajo algo de arroz para su futura esposa. —Estos son realmente tentadores. Déjame probarlo. —Cogió un trozo de berenjena estofada y tomó una cucharada. —¡Wow! ¡Delicioso y muy sabroso! —Al masticar la tierna y deliciosa berenjena, le gustaba tanto que no podía hablar. Jorge la estaba mirando. Comió la berenjena y le preguntó: —¿Aprendiste a cocinar antes? ¿Tal vez del chef de un hotel de cinco estrellas? Creo que estos platos eran de restaurantes de lujo. Jorge asintió. —Estudié artes culinarias durante dos meses cuando estaba en la universidad. Vivía solo y no quería que la sirvienta entrara en mi casa. Así que decidí estudiar cómo cocinar. —¡Oh es por eso! —Lola tomó un pedazo de berenjena y lo puso en el tazón de Jorge. —¡Jorge, pruébalo! ¡Es realmente delicioso!

Jorge miró la comida frente a él y de inmediato le pidió: —Recoge otra pieza y ponla directamente en mi boca. Quiero que hagas eso por mí, por favor. Lola estaba comiendo un filete en ese momento. Ella le sonrió a Jorge y le dio un filete. —Señor Jiménez, por favor abra la boca. Jorge abrió la boca y se comió el filete. Lola se sirvió toda la comida y se comió todas las gambas que Jorge le había pelado. Después de que terminaron de comer todo, Jorge se limpió la boca y tiró los platos al lavaplatos automático. La dulce noche era como la cena habitual de una pareja casada.



Capítulo 277 Estar embarazada de repente Después de la buena comida, Jorge la llevó al segundo piso. —Puedo caminar sola. No te preocupes por eso. —Ella protestó, ya que él la había estado cargando demasiado a menudo. Y también sintió que iba a engordar rápidamente si no se movía después de comer. Recordó cuando descubrió que estaba embarazada de Estrella. Estaba realmente en su cuerpo en forma normal. ¡Pero unas pocas semanas cuando regresó a la casa de su madre, se sorprendió al darse cuenta de que había aumentado diez libras más en tan solo un corto período de tres meses! —¡No, no te dejaré ir! ¡Déjame llevarte! —Inmediatamente se negó. ¿Cómo podía dejar fácilmente a la mujer por la que había pasado por todas las dificultades solo para ponerla en sus brazos? ¡Él no la dejaría ir por el resto de su vida! ¡No habría posibilidad de que esto suceda! En el dormitorio del segundo piso. Jorge la condujo a la silla del balcón. —Está bien, puedes ver el paisaje. Es realmente hermoso aquí arriba. —El Crescent Spring estaba en el lado este del país A. Podían ver fácilmente los bulliciosos edificios altos del país A desde su vista. Lola se quedó en silencio. —No es tan interesante ver el edificio alto. ¿Puedo ir a buscar mi celular, Sr. Jiménez? —Ella sonrió, probando cautelosamente su paciencia. —Solo espera. —Jorge bajó rápidamente las escaleras. En segundos, Jorge le trajo la bolsa que estaba usando. Lola sacó el teléfono con mucho gusto, pero fue retirado tan pronto como lo abrió. —Llama a tus padres y diles que estarás conmigo los próximos días. ¡Y no tienes permitido jugar con tu celular! ¡Seremos solo nosotros dos! —El hombre se inclinó, sus brazos se aferraron a la silla y le ordenó que hiciera lo que quería. Él estaba ahora frente a ella, ¿y todo en lo que estaba pensando era jugar

con su celular? ¿No era lo suficientemente atractivo e interesante? ¿Ella simplemente ignoraría su presencia? Por supuesto, él no permitiría que eso sucediera. Lola se quejó, pero aún así obedientemente sacó su teléfono y marcó el número de su familia. Fue Landon quien atendió el teléfono. Acababa de terminar de comer su almuerzo. Lola le contó brevemente la situación. Landon asintió felizmente mientras escuchaba. —Bueno, tomar fotos es un trabajo agotador. Cuidate. Después de que ella colgó el teléfono, vio que Jorge había regresado a la habitación con vino tinto en sus manos. Ella se lamió los labios con emoción. Miró directamente al vino tinto. El color rojo brillante parecía realmente tentador de beber. Jorge involuntariamente la vio lamiendo sus labios. Luego tomó un sorbo de vino y se acercó a ella. Ella rápidamente dio un paso atrás, evadiendo su mala intención. —Ve y cambia tu cheongsam. —Susurró dulcemente en sus oídos.

... —¡Bribón! —Lola se sonrojó y saltó de la silla. Luego se apresuró a la habitación. Cuando Lola se puso un cheongsam blanco y reapareció en el balcón, Jorge solo la miró fijamente con el vino en la mano. Se veía tan irresistible en ese cheongsam. El cuello del cheongsam era el estilo clásico desde el hombro hasta la curva del brazo. Estaba hecho de seda, mientras que la parte debajo del cuello hasta la rodilla estaba hecha de seda de morera. En el lado izquierdo, había una fila de botones blancos de arriba a abajo, y la parte debajo de los botones estaba dividida en la rodilla. El cheongsam mostraba perfectamente la figura curvilínea de Lola. Había arreglado su cabello en un moño y solo había dejado briznas de flequillo en cada lado de sus mejillas. ¡Era tan hermosa! Los ojos de Jorge se oscurecieron, como si no pudiera ver lo suficiente. Cuando estaba eligiendo el cheongsam, había varios hombres esperando junto a él, así que no dejó que ella se lo probara allí. Resultó que su elección era correcta. Si otros hombres vieran cómo se veía ella en ese cheongsam, ¡él realmente les sacaría los ojos!

Dejando el vaso, la saludó con la mano y ella lo siguió obedientemente. También llevaba un par de tacones blancos. Cuando estaba cerca de Jorge, de repente tropezó con él. Él naturalmente se estiró y la dejó caer en sus brazos. —Lo hiciste a propósito, ¿verdad? Sé lo que estás haciendo, Lola. —Su voz baja y sexy sonó en sus oídos. Una brisa escalofriante envió un estremecimiento a su columna vertebral. —¿Lo hice? No sé por qué me caí. —Respondió como fue, pero incluso ella misma no creería lo que dijo. Su tropiezo parecía que estaba escrito... Jorge sonrió y bajó la cabeza para ver a la mujer temblar en sus brazos. — ¿Tienes frío? —Estoy bien. —Ella realmente se sintió un poco incómoda debido al viento helado. ¿Bien? —'Bueno, no estoy bien yo. —Dijo de manera directa y besó sus labios rojos. El beso fue seguido por el repentino grito de Lola. —Jorge, ¿por qué me los robaste? ¡Eso es una lástima! ¡Esto es caro! —¡Lo quería! —Terminó la conversación de manera seductora.

... Junto con ellos, la noche se hizo más profunda. En el apartamento de lujo del país C. Una pareja estaba sentada frente a frente en el sofá. Se miraban fijamente el uno al otro. El ambiente era extraño e incómodo. Después de media hora de silencio, el hombre comenzó a hablar: —¡Debes ir! De todas formas, no quieres hablar conmigo. —El tono fue con un toque de desafío. La mujer no dijo nada. Ella simplemente no entendía por qué había estar embarazada de repente. Pero fue por el hombre sentado frente a ella. ¡El padre del niño! —¡Manolo, te arrepentirás de esto! —La voz de Laura sonaba extrañamente encantadora en la noche oscura. Él tenía poco más de veinte años y su carrera en el entretenimiento estaba en su apogeo. Si estallaba la noticia de que se había casado, ¿no estaba destruyendo su carrera solo? ¡Era demasiado joven y demasiado ingenuo!

Manolo sonrió con humor y miró a Laura. —Laura, quiero saber en qué estás pensando. No dudaré en dejar la farándula solo por ti. Laura se secó la frente. ¿Cómo podría el hombre ser tan estúpido? Ella no podía hacerle esto ... ¡Estúpido! ¡Era tan estúpido que quería matarlo! Manolo se levantó del sofá y se sentó a su lado. Ella inmediatamente se movió al otro lado. —Aléjate de mí, por favor. —Ella dijo esto mientras señalaba el asiento en el que había estado hacía tiempo. Manolo la ignoró. Él la tocó en sus hombros y la tomó en sus brazos. —Laura, ves, a mi cuñado no le gustas en absoluto. Él nunca te amó. Ahora está comprometido con mi hermana. Te has casado conmigo e incluso vamos a tener un hijo. Entonces, ¿por qué eres tan terca? ¿Por qué tienes que hacer esto? Ella no quería decir algo como que no lo amaba. Él no lo creería. Él ciertamente podía sentir su amor. Eso era cierto. Ella lo amaba con todo su corazón. Y para él, había renunciado a asistir a la fiesta de compromiso de su hermana solo para estar con ella. ¿No estaba conmovida por todo lo que él sacrificaba por ella? Laura abrió la boca pero no pudo decir nada. Ella no sabía a qué se estaba aferrando. —Manolo, ahora la gente ya sabe sobre la cosa de nosotros. Ni siquiera me atrevo a salir. ¡Solo puedo culparte de esto! —Tenía en un tono de impotencia y constantemente suspiraba pesadamente. Esto puso triste a Manolo. —¿Perdiste algo cuando te casaste conmigo? Laura frunció el ceño y se golpeó la cabeza. —¡Debes aprender a cocinar y ser un hombre de verdad! De hecho, Manolo podría ser muy ingenuo a veces. Pero él era un buen hombre, y no era un mal marido en absoluto. Había muchas chicas que le mostraban afecto, pero él nunca les prestaba atención. Cuando su certificado de matrimonio apareció en línea, incluso se dijo que las chicas que estaban enamoradas de Yonata estaban tan deprimidas. Sus cuentas de Twitter estaban a punto de colapsar con millones de comentarios. ¡Era una cosa tan horrible estar con una superestrella internacional! Parecía que si ella mostraba una leve falta de respeto hacia él, ¡sus admiradores la matarían!



Capítulo 278 Casi había cumplido todos los deseos de sus padres ¿Debería aprender a cocinar? Manolo frunció el ceño. Pero cuando miró hacia ella, él recordó que ella estaba embarazada de su propio hijo. Se sintió aliviado. Laura sintió su mirada y lo miró fijamente con insatisfacción. —¿Entonces? Si no fuera por mi precioso hijo, ¿no aprenderías a cocinar? ¿Ni siquiera lo harías por mí?. Manolo inmediatamente se echó a reír y la tomó en sus brazos. —¡Cómo puede ser eso cierto! ¡Mi esposa siempre será lo más importante para mí! Poniendo la cabeza de ella en sus brazos, Laura solo sonrió. Él tenía mucho miedo cada vez que ella estaba enojada cuando anteriormente estaban juntos. No había cambiado. —Debido a tu buen desempeño esta noche, acepto de mala gana. Esta será tu recompensa. —Ella iba a ver a sus futuros suegros. Estaba tan emocionada. Pero ella también estaba tan nerviosa. Manolo la besó en los labios. —Debido a tu buen desempeño, te recompensaré con una boda. —Él iba a elegir un día y preparar una gran boda para ella. Laura sonrió y respondió fríamente: —Parece que soy yo quien se moriría por casarse contigo, la super-estrella. —¡Cómo podría ser eso posible! No. Soy yo el que estoy ansioso por casarse contigo. ¿Estará bien eso?. —Manolo trató de interrumpirla abruptamente. Él siempre tenía palabras dulces y amables a la mano. Laura estaba recostada en el sofá, y apoyaba su cabeza en el regazo de él. Manolo acarició gentilmente su cabello largo hasta los hombros. —¿Vas a continuar con el rodaje? —Ahora ella estaba embarazada y temía que él no pudiera resistir la tentación de las chicas guapas que estaban afuera. El círculo de la farándula estaba lleno de bellezas que eran realmente buenas para coquetear. Incluso si él pudiera ejercer el autocontrol, otras podrían tentarlo

exitosamente. —¡Por supuesto! Ganaré dinero para alimentar a nuestro bebé. Sabes que actuar es mi único trabajo, ¿verdad?. —Él no entendió su preocupación implícita y pensó que solo estaba preocupada por su carrera de actor a la baja. Sin embargo, con su rico cuñado como su patrocinador, todavía sería rico aunque no trabajara. Pero quería poner en marcha un ejemplo. Él quería darle a la mujer que más amaba la mejor vida posible. Laura sabía que él no entendía lo que ella realmente quería decir, pero ella no dijo nada más. Ahora que ella lo había elegido a él, ella solo pondría su confianza en él. Manolo tomó a la mujer embarazada en sus brazos y fue hacia la habitación. —Es hora de ir a la cama. ¡Las mujeres embarazadas no pueden estar despiertas hasta tarde!. —Él reemplazaría todos cosméticos caros de ella por unos especializados para maternidad. Los brazos de Laura estaban alrededor de su cuello, mirando su sonrisa torcida. Le recordó la primera vez que se conocieron cuando él lucía esa sonrisa todos los días y siempre bromeaba con ella. Entonces, una noche, el hombre la engañó para que fuera a su fiesta de cumpleaños. Fue un truco perfecto. Ella no sabía que ella sería la única invitada de esa fiesta. Estaba muy feliz cuando la vio venir. Ambos tomaron unos cuantos tragos. Entonces, ellos eventualmente se juntaron esa noche. En Trajes P M. Varios miles de metros cuadrados de majestuosidad lo hicieron lucir muy espléndido. Hoy, el lugar estaba completamente lleno. Una docena de empleados trabajaban alrededor de un hombre y una mujer. El fotógrafo principal de P M estaba ocupado, tomando el mejor ángulo e iluminación. La mujer con gasa blanca de matrimonio y el hombre en el traje blanco no necesitaban posar tanto para verse bien en las fotos. Ellos ya eran naturalmente una hermosa pareja. Dos horas después. Jorge había estado un poco impaciente, y todavía estaba escuchando al fotógrafo gritar: —Sí, eso es. Levanta un poco tu cabeza. Lola sintió su impaciencia, lo miró y le preguntó en voz baja: —¿Por qué estás tan infeliz al tomar fotos de boda conmigo?.

Fue él quien preparó esto, ¿verdad? Jorge sostuvo apresuradamente su elegante cintura, mientras mostraba una rara sonrisa. —¿Cómo podría ser eso posible? Mientras seas feliz, yo estaré contigo. —Su boca se movió hacia adelante e ignoró completamente las instrucciones del fotógrafo de que deberían estar tomados de las manos y un poco alejados el uno del otro. La cara de Lola, que estaba delicadamente cubierta de maquillaje, se puso roja de inmediato: —¡Maldito tonto!. —¿Maldito tonto? —Cuando escuchó esas palabras, Jorge levantó las cejas e instantáneamente cubrió los labios rojos de ella. El fotógrafo estaba tan emocionado que presionaba un obturador tras otro. Las dos personas finalmente entraron en un estado natural de ser. No podría ser más perfecto. La sesión de fotos de la boda se realizó durante dos días enteros. Para el siguiente paso, Jorge fue responsable de organizar la ceremonia de la boda. Lola todavía iba a trabajar todos los días. Manolo llevó a Laura a conocer a sus padres. Todavía no les había dicho a sus padres sobre el certificado de matrimonio, y mucho menos del bebé. Casi había cumplido todos los deseos de sus padres. Laura se acercó a los dos ancianos, que sostenían un trapeador y una escoba. —Tía y tío, ¿no quieren aceptarme? —Un toque de tristeza fluyó del corazón de Laura. Si querían aceptarla, ¿por qué tenían que castigar a Manolo de esta manera? Arrojando la escoba de inmediato, Angie agarró la mano de Laura y se sentó en el sofá. —¿Quién te dijo eso? Es solo por el mal comportamiento de Manolo. Ahora usted y su cuñada están embarazadas. Múdense aquí para vivir, para que así pueda cuidar bien de ustedes dos. ¿Cómo podrían estar descontentos con el devenir de dos nietos? Por supuesto, ¡ellos estaban llenos de alegría! Wendy estaba comiendo la naranja pelada por Yonata y dijo alegremente: —Sí, estoy muy aburrida de solo estar conmigo misma todos los días. —Por favor múdate aquí lo antes posible para acompañarme. Lola también estaba comiendo naranja, que era tan ácida que apenas podía abrir los ojos. Sin embargo, ella todavía dijo: —Manolo necesita una paliza. Pueden confiar en que se pueden mudar aquí. Los protegeremos. Él no se atreverá a molestarte ni un poco. El deshonrado Manolo fue mencionado de nuevo y miró a Lola, muy poco convencido. —Lola Camela. —Oye, oye, ¿cómo me estás llamando? Recuerda respetar a tu mayores. — Lola lo interrumpió con desaprobación y lo miró con arrogancia y amenaza.

Manolo no pudo hacer nada al respecto. Su familia prefería a las niñas que a los niños. Lo único que podía hacer era enojarse y cuidar bien de su esposa. Manolo gritó enojado: —Quiero separarme de la familia. Ya no quiero esto. —Por supuesto, era solo una jugada para engañarlos. Angie peló el mango y se lo entregaba a Laura sin echar ni una mirada a Manolo. —Ahora que ya tengo a mis nueras, Manolo y Yonata pueden ir a donde quieran. No tengo ningún problema con eso. —¡Niñas encatadoras! Yonata miró a su madre de forma extraña. —¿Qué error he cometido? ¡Mi esposa se quedará aquí así que definitivamente no iré a ningún lado!. Lola no pudo evitar echarse a reír. Su abuelo también se estaba riendo. Toda la familia era feliz y armoniosa. Manolo encontró la oportunidad de sentarse junto a Laura, ofreciéndole té y masajeando sus hombros para que se relajara un poco. En Octubre, Lola renunció oficialmente al Grupo SL en País A y Hans Zhao asumió el cargo de Director General en funciones. Entonces Jorge la llevó a País C. Los tres vivían felices en la mansión. A mediados de Octubre. El abuelo de Jorge lo llamó para pedirle que llevara a Lola y Estrella a la antigua casa para cenar juntos. Jorge le preguntó a Lola por su opinión y después de obtener su consentimiento, llevó a su esposa e hija a la antigua casa. En la vieja casa. Rocío llevaba mucho tiempo permaneciendo en la puerta. Estaba tan ansiosa por conocer a su querida Estrella. Ella había esperado mucho tiempo para esto. ¡Finalmente! El auto se frenó, y después de que la puerta se cerró, la voz de Estrella hizo eco: —¡Gran abuelo, abuelo! ¡Ya viene Estrella!. Jorge se quedó para estacionar el auto de manera pareja y Lola llevó a su hija al interior de la casa. Al escuchar las palabras de Estrella, Lola miró a su hija con asombro. —Estrella, también está aquí la abuela. ¿Por qué no llamas a la abuela?.



Capítulo 279 También dar a luz a un hijo Cuando Rocío entró por la puerta, solo escuchó las últimas palabras que dijo Lola. —... No llamas a abuela.... Inmediatamente, ella se puso furiosa y le gritó: —¿De qué estás hablando? ¿Por qué no le permites a Estrella que me hable? ¿La estabas alejando de mí?. Lola miró con impotencia a la enojada Rocío. Ella quería explicar algo, pero no sabía cómo dirigirse a ella. Fue porque era demasiado temprano para llamarla mamá, así que tal vez debería llamarla tía primero. —Tía, no me entendiste. Le estaba preguntando a Estrella... —¡Cállate! He escuchado lo que dijiste, ¡así que no hace falta explicar nada!. —Rocío interrumpió a Lola bruscamente y su voz aguda llamó la atención de su suegro y su esposo, ambos alojados en la sala de estar. —¿Que pasó? —Junto con Kevin, el abuelo de Jorge caminó hacia la puerta de la sala de estar con sus muletas. ¿Cómo era posible que la suegra y la nuera hubieran comenzado a disgustarse incluso antes de que Lola se casara con su familia? —Lo siento, abuelo y tío. Pero no es la gran cosa. Simplemente tía me ha entendido mal. —Lola respiró hondo, pensando que tenía que aguantar a su suegra por el hombre que amaba. Ella tuvo que pasar por esto. En ese momento, Jorge también entró con los regalos que Lola había comprado para todos. Al ver a la gente reunirse en la puerta y al darse cuenta de la cara enojada de Rocío, casi pudo darse cuenta de lo que había sucedido. Su madre era realmente así. —¿No nos dejas volver para la cena? Entonces, ¿qué pasa con este alboroto? —Le preguntó a Rocío con una voz distante y sostuvo los hombros de Lola, mostrando claramente a quién apoyaba. ¡Al ver la acción de su hijo, Rocío estaba tan enojada que quería romper a

Lola en pedazos! Su hijo estaba realmente fascinado por esta mujer, ¡sin embargo, esta mujer todavía tenía relaciones inciertas con el ex presidente Tomás Herrero y el hijo de la familia García. ¡No, ella expondría la verdadera identidad de Lola a su hijo! —Jorge, esta mujer le dijo a Estrella que no me llamara abuela. Entonces, ¿de quién fue la culpa? No me culpes a mí. —Ella no tenía la intención de dejar ir el asunto. Aunque su nuera no era Yolanda, ¡nunca lo sería Lola Camela! ¡Ella no permitiría que eso sucediera! Jorge miró hacia abajo para ver a la mujer en sus brazos y preguntó: — ¿Qué sucedió realmente aquí? ¿Eso es verdad? Lola trató de explicar su versión. Después de eso, Jorge guió a Lola hacia la sala de estar, ignorando directamente a Rocío que aparentemente no creyó lo que Lola dijo. Jorge pensó que la mente de su madre ya estaba cerrada en ese momento. Estrella también fue llevada a la sala de estar y estaba mirando hacia atrás para ver a la furiosa Rocío, preguntándose por qué su abuela le hablaba así a su mami. —Lola aún es joven, así que no regatees ni una onza con ella. —Mirando a su esposa, Kevin no podía entender por qué no le gustaba tanto a Lola. —¿Aún joven? Tiene casi treinta años. No es joven en absoluto. A pesar de que todavía es joven, ¿debería soportar todos sus errores?. —Rocío no bajó la voz y para nada le importó que sus palabras pudieran ser escuchadas por los demás. Kevin miró a su esposa profundamente y sabía que todo era culpa suya el haberla mimado hasta convertirla en una persona irrazonable. Ignorándola, Kevin se dio la vuelta y se dirigió a la sala de estar. Mientras todas las personas se hacían de la vista gorda con ella, Rocío se sintió incómoda al quedarse sola en la puerta. Así que ella cerró la puerta de la mansión y simplemente fue a la sala de estar. En la mesa. —Estrella, cociné este panqueque de vegetales para ti. ¡Pruébalo! Sé que este pescado es también tu favorito, así que pruébalo... —Rocío deseaba poder darle todo lo mejor a Estrella. Al ver a la abuela volver a llenar su tazón, Estrella no dijo nada. Pensó en lo que se suponía que ella debía hacer si no quería comerlos. —Estrella, ¿qué pasa? —Lola le preguntó con curiosidad. Ella estaba sentada a su lado y notó que Estrella ni siquiera se molestó en levantar la cuchara. Estrella miró a su mamá y le dijo: —Mami, ¡quiero comer la comida que tú

me das! Es más deliciosa. —La última vez, la abuela dijo que buscaría una nueva madre para ella. Estrella la odiaba por eso. Rocío miró a su nieta en shock. ¿Qué estaba pasando? A Estrella le gustaba jugar antes con ella, ¿verdad? Se volvió hacia Lola y descubrió que también estaba un poco incómoda. Así que Rocío se preguntaba si Lola había dicho algunas cosas malas sobre ella a Estrella. —Estrella, verás, la abuela ya te ha dado bastante comida. Primero deberás comer toda esa, luego mamá llenará tu tazón. ¿Te parece bien? —Lola consolaba pacientemente a su hija. Estrella asintió obedientemente, y entonces comenzó a comer la comida en su tazón. Lola se sintió aliviada y comenzó a comer también la comida en su propio tazón. Jorge continuó rellenando el tazón de ella el cual ya tenía tanta comida que ella apenas pudo terminarla. Con Jorge de su lado, ella realmente engordaría... —Suficiente suficiente. Está bien. —En voz baja, ella le impidió a él volver a llenar su tazón. En ese momento, ella ya estaba llena en un 80 por ciento, pero aún quedaba mucha comida en su tazón... Después de la cena, Estrella corrió divertida hacia la sala mientras los otros miembros de la familia estaban sentados en el sofá. Estaban fascinados por lo linda que era Estrella. Estrella ni siquiera estaba cerca de Rocío. Rocío estaba tan preocupada y se le ocurrió una idea. Ella dijo: —Cuando te cases, criaré a Estrella por ti. Entonces ambos pueden enfocarse en su trabajo. Cuando ambos estén libres del trabajo, den a luz un hijo también. ¿Está bien?. Aunque una niña ya era una bendición, ¡necesitaban un niño para heredar la propiedad familiar! Al oír lo que ella dijo, Lola se quedó sin habla. ¡Su suegra en el futuro quería que ella fuera a trabajar y diera a luz a un niño! ¡Ella no era su esclava! Jorge sostenía la pequeña mano de Lola y se divertía con eso cuando escuchó lo que dijo Rocío. Frunció el ceño y respondió con voz clara: — Criaremos a Estrella por nuestra cuenta y no nos daremos prisa para tener otro hijo. El abuelo de Jorge se sentó en silencio, mientras Kevin añadió. —Lola, relájate. Todas las cosas dependerán de ti y de Jorge. Si quieres ir a trabajar, te ayudaremos a criar a Estrella...

Sin embargo, Rocío no estaba satisfecha con eso. Cruzó los brazos sobre el pecho, miró a su marido con enojo y luego dijo: —Estrella es mi nieta. ¡Actualmente, los nietos serán criados por sus abuelos mientras sus padres van a trabajar!. Rocío se enojó mucho porque Kevin había apoyado el lado de Lola. Bajando la cabeza, Lola escuchó a Rocío en silencio. ¡Pero el hecho era que ella realmente quería irse! Sin embargo, se dio cuenta de que el hombre a su lado nunca la dejaría sentir preocupada. Ella puso una sonrisa encantadora. Sin titubear, Jorge le respondió a Rocío: —Si Lola quiere ir a trabajar, entonces ella trabajará. Si no, está bien para mí que se quede en casa mientras duerme, come bocadillos o juega. Mamá, no tienes que preocuparte por nuestro negocio. No consideraremos lo que dijiste. —Lo único que Lola tenía que hacer era calentar la cama y hacerle el amor... ¡Todo lo que poseía era para su esposa y su hija! Pero si tuvieran un hijo en el futuro, él no le daría todo. ¡Su hijo necesitaría luchar por sí mismo! ¡Pensando en esto, Jorge decidió trabajar más y complacer a Lola en el futuro! En ese momento, el abuelo de Jorge, que dejó que Estrella se sentara sobre sus piernas, dijo: —Bueno, esta es su vida. Nosotros no intervendremos. ¡Jorge, trata a Lola bien! ¡Me agrada mucho ella!. Lola levantó la cabeza y lo miró con gratitud, sabiendo que él estaba de su lado. —Sí, abuelo, ciertamente lo haré! Gracias. Ella es mi esposa. Por supuesto, la trataré bien. Al oír lo que había dicho su suegro, Rocío no se atrevió a decir nada. Ella solo se sentó allí con su expresión de enojo. ¿Cómo podría esta mujer ser parte de esta familia? ¡De ninguna manera! ¡Nunca dejaría que esta mujer engañara otra vez a su hijo! A las ocho de la tarde de esa noche, el abuelo de Jorge se fue a la cama. Entonces Jorge, junto con su esposa y su hija, se fueron de la mansión.



Capítulo 280 Entonces me arrepiento Tan pronto como se fueron, Kevin y Rocío tuvieron una acalorada discusión. Kevin cerró la puerta de golpe y fue al estudio. Mientras miraba esto, Rocío se decidió secretamente. Ella había oído hablar de la boda cara y fantástica que Jorge estaba planeando para Lola. —Nunca me dejes saber donde será —pensó—. ¡O lo arruinaré por todos los medios! Pensó en su hijo, que a menudo trabajaba día y noche para llegar a donde estaba hoy. Ciertamente no estaba dispuesta a ver todo el dinero de su hijo gastado en esa mujer. En la mansión. Después de acostar a su hija, Jorge y Lola fueron al balcón para ver la hermosa vista del mar. Aquí era donde siempre iban a relajar su mente. Jorge estaba detrás de su novia, con sus brazos alrededor de su cintura. —Querida, ¿dónde te gustaría pasar nuestra luna de miel? —Susurró dulcemente en sus oídos. Levantando las comisuras de su boca, Lola respondió sin vacilar: —¡Quiero recorrer el mundo! Ese era mi sueño cuando era niña. Hablando de esto, Lola deseó poder salir y viajar con Jorge de inmediato. Cuando ella estaba en el país A, casi no había tiempo para viajar y descansar debido a la agitada agenda. ¿Un viaje alrededor del mundo? —No hay problema, te llevaré por todo el mundo tan pronto como te cases conmigo. —No era un problema en absoluto. Tenía todo el dinero del mundo. —¡Pero, no puedo esperar más! Quiero ir mañana. —Ella lo miró con sus dulces y encantadores ojos. Después de todo, ella había viajado por muchos países y ya había dejado sus huellas en muchos lugares.

... ¡Ah! ¿Por qué estaba tan ansiosa por ir? —Tengo ciertos proyectos a la mano. Pero una vez que estén terminados... te llevaré a donde quieras. No te preocupes" Sosteniendo sus labios con su dedo índice, ella dijo: —Sé que estás ocupado, pero puedes cuidar de Estrella y yo iré primero. —¡Ja! ¡Qué buena idea! Jorge entrecerró los ojos hacia su novia y pensó en el malvado plan que tenía en mente. ¿Iría sola? —¿Con otro chico? ¡De ninguna manera! —Había un tono peligroso en sus palabras. ¿Cómo pudo él pensar así? —Simplemente no quiero tomar tu valioso tiempo. Ya ves, ya he renunciado al trabajo. Tendríamos que vivir de nada si abandonas tu trabajo. — También le ofreció mucho dinero a su familia. Ese dinero sería posteriormente transferido a su cuenta por su madre, quien dijo que podría usarlo para emergencias. ¿Vivir de la nada? —¿Quieres vivir con nada? —Le tocó la frente con la suya y olió el perfume frutal de su cuerpo. Lola lo pellizcó suavemente y dijo: —Tú, chico malo. Yo no. Jorge sonrió. —Entonces, ¿a dónde quieres ir mañana? —Podría ir a cualquier lugar que quisiera, y él esperaría a que ella regresara. Lola pensó por un momento y luego respondió: —¡Canadá! —¡Había soñado toda su vida para ver personalmente las hojas de arce! Debería ser increíble. Se frotó la frente y gruñó: —¿Qué pasa si te extraño? Sabes que estaré solo. —Él no sentirá ni un poco de alegría sin ella a su lado. Lola se rió entre dientes. —Me iré por unos días. ¡Tranquilo, te llamaré! — No podría salir por mucho tiempo porque Estrella eventualmente la buscará. Una brisa marina se precipitó y su cabello salió volando mientras su pulgar acariciaba suavemente su mejilla. Tenía una cara muy suave y tierna. —Jorge Jiménez. —Susurró. Él pellizcó su mejilla. —¿Cómo me llamaste? —La nota contrariada la obligó a corregirse de inmediato. —Cariño… —¡Está bien! Así es cómo me llamarás de ahora en adelante. —En su rostro, había una sonrisa que pensó que haría que el sol y la luna se eclipsaran. Ese momento conmovedor pareció que duró para siempre. —¡Te amo! —Al escuchar una revelación tan afectuosa de su sentimiento,

Lola sintió que había una onda en su corazón. Él era realmente bueno en conversaciones dulces. Especialmente en este caso. Ella nunca se cansaría de él. —¡Otra vez! ¡Dilo otra vez porfavor! —Con los brazos alrededor de su cintura, ella quería más. Después de esta oportunidad, él la levantó y la dejó tumbada en la repostera junto a ellos. Susurró en sus oídos una y otra vez. —Lola Camela, eres el verdadero amor de mi vida, te amo... Estas dulces palabras entre la pareja podrían hacer que la hermosa luna se escondiera en la vergüenza. Después del almuerzo del día siguiente, Lola tomó el avión privado de su prometido a Canadá. Llegó a Quebec a la hora de la cena. Después de registrarse en el hotel reservado por Jorge, lo llamó inmediatamente. —¿Cuándo regresarás? Ya te extraño. —Expresó su tono de descontento en cuanto recibió su llamada. ... Lola realmente no tenía nada que decir. ¡Acabo de llegar justo ahora, mi JEFE! —Me acostaré después de la cena y luego comenzaré mi recorrido desde las Cataratas del Niágara en Quebec mañana por la mañana. Estaré siguiendo tu consejo. Al escuchar su voz feliz y relajada, Jorge se olvidó de lo solo que estaba. Mientras ella fuera feliz, él también sería feliz. —Te llevaré allí de nuevo si no puedes disfrutar al máximo esta vez. Sólo disfruta de las vistas y relájate. Disfruta tu tiempo allí. Ella solo pudo responder de acuerdo: —¡Ok, ok! Lo sé. ¡Extraño a Estrella, después de todo! —Sí, echas de menos a Estrella. ¿Y entonces? ¿Sólo a ella? Ella simplemente no podía creer lo que escuchaba. En las palabras de Jorge, había un indicio de... ¿Expectativa? Acostada en la cama y tratando de deshacerse de su agotamiento, respondió con los ojos cerrados: —¡Y a ti, Jorge Jiménez, mi querido! ¡Por supuesto que te extraño! —¿Feliz ahora? Gran jefe ... —Por supuesto, ahora ve a cenar y te esperaré para que podamos tener una videollamada. —Hablaba de forma tan plana como si solo estuviera hablando del clima soleado de hoy en el país C. Fue muy casual. La distancia nunca se adaptaría a ninguna relación con Jorge. Era demasiado posesivo. Debía ver a Lola todo el tiempo y en todo momento.

—¡Ah, jefe, eres un rufián tan natural! Realmente no me dejará descuidada ni un segundo. Pero Jorge estaba orgulloso de eso. —¡Por supuesto! ¡Era realmente malo, y a menudo hablaba de algunos chistes sucios para divertirla! —Oh, entonces me arrepiento... —Estaba desprevenido cuando ella dijo estas repentinas palabras, así que rápidamente se puso en alerta. Respondió bruscamente: —¿Qué quieres decir con eso, Lola Camela? —La destruiría con sus propias manos si se atrevía a decir que lamentaba estar comprometida con él. Pero ella acababa de colgar el teléfono. ¿Cómo pudo hacerle esto otra vez? Su rostro al instante se puso pálido. Debía ser así, como lo que él pensó. Siempre tenía ansiedad cuando Lola no estaba cerca. La llamó de nuevo, pero Lola simplemente colgó directamente. Al ver el teléfono en su mano, no pudo entender su propio estado de ánimo. ¿Tenía miedo? ¿Preocupado? O, ¿tal vez estaba enojado? Sintió que su corazón latía aún más rápido... En ese momento, un mensaje de WeChat llegó a su teléfono. Echó un rápido vistazo a la pantalla del teléfono, abrió el mensaje y luego se echó a reír. —Me arrepiento de venir a Canadá, ya que no quiero estar sola sin ti. ¡Sí, incluso por un corto tiempo! ¡Esta pequeña y traviesa mujer! ¡Se reconciliaría con ella tan pronto como regresara! Con una sonrisa, apagó su teléfono y salió de la habitación. Esa noche, tuvieron una hora y media de videollamada antes de que él terminara la conversación y la dejara dormir. Ya eran más o menos las diez de la noche cuando Lola se durmió sosteniendo la almohada y con su mejilla sonrojada. Durmió de buen humor. En la segunda mañana Lola se levantó temprano. Se puso un traje deportivo blanco y zapatos blancos. Entonces comenzó su viaje. Él había contratado un conductor para ella para que pudiera ir a donde quisiera. Desde Quebec hasta las cataratas del Niágara, había una distancia de 800 kilómetros. La famosa avenida Maple de Canadá se puede encontrar allí. Toronto, Kinston, Ottawa y muchas otras grandes ciudades se podrían pasar junto a Maple Avenue. En la ciudad de Hull, al lado de Ottawa, había un famoso mirador para las

hojas de arce: la plataforma de observación de hojas de arce en el Parque Gatineau. Ella planeaba ir allí.



Capítulo 281 Apareció en su foto Canadá, un país que cubre un vasto territorio con una población escasa, no estaba tan lleno de gente. Pero el paisaje extremadamente hermoso era insuperable. Las hojas rojas de arce eran como tentadoras llamas ardientes. En el aire fresco, las hojas de arce podrían representar el paisaje puro de otoño. Se extendían capa por capa en buena proporción. Los colores pesados parecían pinturas de tinta. Se sintió fascinada por ellos y una sensación sonora brotó de su corazón. Tomó una hoja de arce rojo fuego del suelo y la usó para cubrir su ojo izquierdo. Sacó su teléfono y se tomó una selfie. Envió esta selfie y varias fotos artísticas de otras vistas del paisaje a Jorge. Usó la cámara HD que le dio Jorge y tomó muchas fotos de escenas espléndidas. Visitó las calles en la ciudad vieja de Quebec y Maple Road de Canadá. A lo largo de su viaje, también se tomó el tiempo para apreciar valles, ríos, montañas y lagos. Las hojas rojas de arce estaban por todas partes y sus colores eran realmente asombrosos. En el tercer día, fue a las Cataratas del Niágara. Fue a lo largo de Maple Road que el increíble paisaje de la hoja de arce se podía ver de cerca y personalmente. De pie frente a la majestuosa escena, vio que el agua estaba mezclada con rojo fuego, amarillo dorado y verde jade contra el color del otoño. Su corazón estaba fascinado por esto. Visitar Canadá en esta temporada podría traer una fiesta visual a los viajeros como ella. El sonido agradable de las hojas que caían, los ruidos juguetones de los niños y las escenas amorosas de parejas jóvenes, se registraron en su cámara.

Había usado la cámara al máximo para capturar este magnífico escenario. De repente, un hombre con rasgos faciales sofisticados, apareció en su foto. Llevaba ropa deportiva en blanco y negro y parecía entusiasta. También poseía una sonrisa realmente encantadora. Esto hizo que su mano vacilara en presionar el disparador. Ella solo sonrió y se tomó una foto con él en la escena. Luego corrió sin vacilar hacia el hombre y se precipitó a sus brazos. La abrazó con fuerza y besó sus labios rojos sin pensar en lo que sentirían las otras personas. Había estado lejos de él por más de 72 horas, por lo que él no podía esperar para encontrarse con ella. Había estado tan triste durante tanto tiempo. Mirando a las parejas que se besaban voluntariamente, las personas de alrededor comenzaron a silbar de manera dulce. Estaban emitiendo la luz del amor. Muchas personas sacaron sus cámaras y capturaron a esta pareja en el contexto de la majestuosa cascada. —Cariño, ¿te lo estás pasando bien? —Como no estaba dispuesto a dejarla ir esta vez, él continuó sosteniendo su cintura y le susurró al oído. Lola se acurrucó en sus brazos y respondió dócilmente como si fuera una gatita. —Estaba tan feliz y ahora, estoy aún más feliz de que estés aquí. —La repentina aparición de Jorge fue una gran sorpresa para ella. Sin embargo, él era un adepto a disfrazar. Varias horas antes, solo estaban hablando por teléfono durante tanto tiempo. Sus palabras lo satisficieron y él le dio otro beso. Luego, Jorge entrelazó su mano con la de ella y caminaron lentamente hacia otros lugares. Dejaron sus huellas en el suelo de las cataratas del Niágara. Después de eso, Jorge la llevó a Ile d'Orleans, que aún mantenía la fuerte tradición de Normandía y también era una excelente isla para apreciar las hojas de arce. El perímetro de la isla era de unos 60 kilómetros, y había huertos y pastos rodeados de agua. Las hojas de arce rojas que se reflejan en los lagos claros representaban otro tipo de belleza. De la mano, caminaron en silencio por la avenida cubierta por hojas de arce rojas. Eran tan atractivos y felices, e incluso sus espaldas reflejaban su encanto. —En el futuro, deberíamos volver aquí en nuestro aniversario de bodas. — Ella imaginó su vida romántica y feliz sin ningún dolor y ansiedad. Deseaba que se casaran pronto. El hombre asintió. Mientras ella deseara y estuviera dispuesta a hacerlo, él podría traerla aquí en cualquier momento. El nombre original de Ile d'Orleans era Isla Baco, y significa "Isla del Vino. Debido a la tierra fértil y los bosques espesos, las principales profesiones

eran la siembra de frutas, los productos lácteos y la cría de aves. Toda la isla estaba centrada en la agricultura, especialmente el cultivo de manzana y fresa. Incluso podrían ser cosechados por los propios turistas. En el huerto de manzanas, manzanas rojas y redondas colgaban de manzanos. Estas manzanas eran puramente naturales. Jorge tomó una manzana de un árbol y la puso románticamente frente a Lola. Mirando la manzana que era incluso más sabrosa que la manzana Fuji en China, iba a dar un mordisco. Mientras tanto, lo escuchó decir: —¡Cada vez que estabas en mis brazos, tu cara estaba tan roja como la manzana!

... ... Lola ciertamente sabía lo que quería decir. Agarró la manzana de su mano de una manera coqueta y le dio un mordisco sin dudarlo. La manzana era crujiente y dulce y contenía un jugo muy sabroso. Jorge la tomó de nuevo y sostuvo la manzana en sus manos. Estaba absolutamente de muy buen humor. —Mira. Es mucho más como tu cara ya que tiene un hoyuelo en este momento.

... ... Lola todavía no estaba convencida y dijo: —Obviamente, era el logotipo de tu computadora, ¡una manzana con un solo bocado! Con una sonrisa encantadora, Jorge tomó varias otras manzanas y las puso en la canasta. —Ven aquí. Vamos a llenar tu cesta. ¿Por qué se debía llenar la canasta? Miró al hombre en profunda confusión. —Al mirar las manzanas que se parecen a tu bonita cara, me da mucha hambre.

... ...

Jorge jugaba y bromeaba con ella todo el tiempo. Ella tomó deliberadamente varias manzanas verdes que aún no habían madurado y luego las escondió debajo de las manzanas rojas. Su acción secreta ciertamente no podía ser ignorada por el hombre, pero él no le prestó atención. En realidad, él ya estaba pensando que podrían tener relaciones sexuales cuando regresaran al hotel. Al llegar al hotel después de la cena, encontraron que la cesta de manzanas había sido colocada en la mesa antes de entrar a la habitación. Lola sacó una manzana de la canasta y se la dio a Jorge. —Querías comer la manzana justo ahora, ¿verdad? ¡Aquí tienes! Él aceptó la manzana, la puso de nuevo en la canasta y luego la levantó. —No nos habíamos visto en tres días, así que lo que quiero comer no es la manzana.

... ... En el cuarto día. Lola no se despertó hasta el mediodía. Cuando abrió los ojos, Jorge ya se estaba vistiendo con su bata de baño. Estaba en el balcón y estaba llamando a alguien. Notó que ella abría sus ojos. Se arrastró perezosamente de la cama y entró al baño. Con esto, dejó que Jorge mirara su espalda sexy que lo obligaría a tener pensamientos sucios. Simplemente le dijo a Sánchez las cosas importantes que tenía que hacer. Luego entró en la habitación, colgó el teléfono, se quitó la bata y también entró al baño. Ya eran las tres de la tarde cuando se dirigían a su próxima estación: Vancouver. Debido a varios días de viaje y falta de sueño por la noche, Lola durmió todo el camino. Lo que más decepcionó a Lola fue que tuvo su período el segundo día después de que llegaron a Vancouver. Fue realmente incómodo. Sintió tanto dolor que tuvo que quedarse en la cama. Jorge ya le había preparado dos tazas de té de azúcar moreno, pero el dolor seguía allí. También se acostó en la cama para poner su cabeza en sus brazos mientras sus cálidas manos tocaban suavemente su abdomen inferior. Luego, se sirvieron en la habitación cuencos de nidos de aves comestibles

con leche y sopa de pollo. Lola realmente admiraba la influencia y el poder de Jorge, ya que incluso podía tener acceso a platos y comidas raras en casi todos los lugares. Cuando le sirvieron el tercer tazón, Lola estaba demasiado llena para beber más. Dijo: —La cantidad de nido de ave comestible que una persona toma por día debería ser limitada. —Sería un desperdicio de la deliciosa comida si tratara de comer más. La mano de Jorge se puso un poco rígida. Se decepcionó un poco al escucharlo. Pero él dijo en tono preocupado: —¿Te sientes mejor ahora? — Antes, él siempre veía a Yolanda comer esto por dos o tres veces al día. Esperaba que Lola también se sintiera mejor.



Capítulo 282 Golpeó su cara —¡OK! ¡OK! Estoy mucho mejor ahora. —Ella no le hizo saber que todavía no se sentía bien. Podría pedirle que comiera algo más si ese fuera el caso. Jorge escuchó que se sentía mejor y se sintió aliviado. Dejó la sopa a un lado, tomó su teléfono y marcó un número. —Entrega el suministro de un año de este tipo de nido de ave comestible al país C. Debería durar cuatro o cinco veces a la semana.

... Lola no tenía nada que decir sobre este hombre tan rico. ¿No sería demasiado exagerado comer esto todos los días? Ni siquiera sabía si tenía un efecto secundario o algo así. Jorge también buscó en todos los tónicos que eran buenos para la salud de las mujeres y llamó a los fabricantes para que los enviaran a la casa con la cantidad de un año o medio. Wow, él realmente sabía cómo cuidar a una mujer. Pero... Lola lo miró con horror y le preguntó con incredulidad: —Espera. ¿Quieres abandonarme? Si es así, ¡dilo! Parece que no estarás ahí para mí durante todo un año. Y tal vez esos son para otras mujeres... —Pensando en esto, pensó que su corazón iba a ser aplastado de nuevo. Jorge inmediatamente frunció el ceño ante sus palabras. ¿Compró todas estas cosas para otras mujeres? —Las otras mujeres no merecen ese tipo de tratamiento. Solo haría eso por ti. —Dijo en un tono tranquilizador. —Entonces, ¿por qué me haces esto? ¿Conoces el único resultado de comprar tantos tónicos? —Se dio la vuelta, impotente, y se tumbó en la cama.

—¿Qué? —Engordaré. ¡Creo que después de un mes, mi peso se duplicará! ¡Ese es el resultado! —Ella lo miró y Jorge de repente se echó a reír. Oh, eso era lo que le preocupaba. —No te preocupes. Mientras no vuelvas a estar enferma, e incluso si pesas 300 libras más, aún te querre. Eso nunca cambiará. —Él se inclinó, mirando su cara directamente. Ella se conmovió por este dulce gesto. Qué feliz estaba en este momento... Pero esto era simplemente increíble. Ella no podía creer lo que acababa de escuchar en este momento. Todos estos sentimientos la abrumaron. Levantó la cabeza, se acercó más a él y le hizo una pregunta ingenua: —¿Qué pasa si se sale de control y de repente peso cuatrocientas o quinientas libras? Seré fea para entonces... Él puso sus brazos alrededor de sus hombros y le dio un beso en la punta de su nariz. —¿Hay alguna diferencia entre 300 libras y 500 libras? Si es así, entonces cambiemos las posiciones. ¿Qué quiso decir con eso? Estaba un poco estupefacta. Le susurró unas palabras al oído. Lola, que estaba un poco pálida ante la idea de engordar, se sonrojó de inmediato. ¡Lola tiró de la colcha, se cubrió la cabeza y trató de golpear el peto con la otra mano! Desafortunadamente... —¡Paz! —¡Una bofetada le golpeó directamente la cara! Lola se quedó atónita y se quedó inmóvil. Su mano parecía realmente abofetearle la cara. Ups. Ella no quiso hacer eso. Solo quería jugar con él. Durante mucho tiempo, hubo mero silencio. Lola descubrió tranquilamente una esquina de la colcha. Jorge de repente se acercó a ella y esto la asustó. Gritó y se cubrió con la colcha de nuevo rápidamente. —No me pegues. Eso no fue a propósito. — Ronroneó. Lo golpeó de verdad. Oh, esta chica obtendría su castigo ... Agarraron la colcha desde el exterior, pero Lola la sostuvo con fuerza para evitar que su escudo fuera arrancado. El hombre no tuvo más remedio que acercarse a su oído y decir: —Sal, o te sofocarás. Err... Sonaba que no estaba tan enojado. Lentamente lo miró, pero él la estaba mirando con frialdad. Quería volver a levantar la colcha, pero era demasiado tarde. Jorge rápidamente se la quitó.

Ella se estremeció y rápidamente se cubrió la cabeza con los brazos. —No fue a propósito. No fue a proposito.... Jorge tomó sus brazos y la acercó aún más a él. No había ningún rastro de miedo en su cara en absoluto. Ella se rió cuando recordó cómo lo había golpeado en la cara. Él le tomó las manos con más fuerza y ya le estaba apretando la mano. —¿No fue a propósito? ¡No te atrevas a mentirme! ¿Crees que no puedo hacer nada contigo ahora? ¡Podría castigarte si mientes! —Su voz de advertencia silenció su risa. Lola dijo tímidamente: —Sr. Jiménez... —Pero ahora ella era su prometida, su esposa. Entonces, ¿por qué debería estar tan asustada de él? ¿Era necesario que ella le obedeciera? ¡Por supuesto que no! Tosió secamente y dijo con arrogancia: —Jorge, ¿te estás quejando de que te haya golpeado? Al ver cómo cambiaba de expresión, el hombre no respondió su pregunta, pero solo le preguntó: —¿Qué tal si regresas a la farándula y tomas un papel en una serie de televisión? —Unos años antes, su habilidad para actuar ya había sido incomparable en el círculo del entretenimiento. Era una de las mejores. Ahora, después de pulirla un poco, se esperaba que fuera a un nivel más alto. Pero solo estaba diciendo... Err... Estaba un poco confundida, por qué deberían siquiera discutir este tema. ¿Asumir un papel en una serie de televisión? ¿Realmente quería que ella trabajara? —Detén tus pensamientos. Olvídate de lo que dije. Quédate en casa y da a luz a varias chicas tan lindas como Estrella. —Estaba tan serio que al instante cayó en la red de amor que él estaba tejiendo. Antes de que ella pudiera responder, él tomó sus pequeñas manos y dijo: — Los niños también están bien, pero por favor da a luz a otra hija para mí. Todas mis acciones y otras propiedades pertenecerán a ti y a nuestras hijas.

... Jorge estaba diciendo todas las palabras correctas. ¿Estaba en un sueño en este momento? ¿Por qué la trataba tan bien? Estaba realmente conmovida, aunque tenía la sensación de que era por los niños. Estaba realmente halagada. Puso sus brazos alrededor de su cuello y le

preguntó: —¿Qué hay de ti? ¿Qué te sucederá? —Él les dio todo. ¿Qué hay de él? ¿Qué tendría él? ¿Alguna vez había considerado esta posibilidad? Él la miró y le pellizcó la nariz con ternura. —¡Todavía estoy en el grupo de SL, trabajando para ti! Las lágrimas brotaron de sus ojos pronto. Incluso si lo que él dijo era verdad o no, ella todavía no podía creer sus palabras. Estaba profundamente conmovida. ¿Cómo pudo haber hecho que fuera tan dedicado con ella? Todavía podía recordar esa vez cuando Estrella había sido secuestrada... Había arriesgado su vida para protegerlas, aunque en aquel entonces no sabía que Estrella era su hija. Las lágrimas caían por su rostro cuando se decidió a estar con este hombre y darle su corazón y su alma. Ella cuidaría bien a sus suegros, incluso si su suegra no estaba interesada en ella. Solo por el bien de él, ella los trataría bien para que él no estuviera en una encrucijada. No le gustaba que ella estuviera involucrada con otros hombres, por lo que ya no se acercaría demasiado a ningún otro hombre. Quería tener hijos tan hermosos como Estrella, por lo que aceptaría su petición y daría a luz ocho o incluso diez hijos solo para él.

... Jorge besó suavemente sus lágrimas. —Buena niña, no llores ahora. —Le dolía verla llorar... Lola se secó las lágrimas y besó sus finos labios una y otra vez. La imagen en la que se vieron a la luz de la puesta de sol de Vancouver fue tan hermosa. Nadie sabía si su amor era el efecto de la puesta del sol, o el atardecer era el efecto de su amor. Juntos, podrían ser la pareja más bella del mundo. Sin embargo, sin importar lo que sucedió, su amor mutuo siempre sería lo mejor que les sucedió. Más tarde, Lola y Jorge volvieron a casa, porque no sería conveniente que estuvieran lejos de Estrella durante mucho tiempo. Era mejor para ellos volver a casa. Después de la ceremonia de la boda, podrían continuar con su luna de miel de todos modos.

Mientras estuvieran juntos, dondequiera que estuvieran, ¡eran realmente felices! Eran más o menos las ocho de la tarde cuando llegaron a la mansión. Jorge había enviado a Estrella a la casa vieja. Pero cuando Rocío escuchó que Lola se fue sola de viaje, se quejó de nuevo con disgusto.



Capítulo 283 Una sonrisa amorosa Rocío decidió darle una lección a Lola cuando llegó a la vieja casa. Aunque el día siguiente ya era domingo, Jorge seguía yendo a la compañía ya que el negocio se volvió más activo durante la temporada alta. Por lo tanto, Lola condujo a la vieja casa sola. Estaba un poco nerviosa. En lugar de ir a la compañía, Rocío también estaba en la vieja casa porque tenía que cuidar a Estrella. Al ver a Estrella corriendo por la casa, su bisabuelo se echó a reír alegremente. Kevin también estaba en la compañía en ese momento. Rocío la perseguía incansablemente. —Mi querida pequeña Estrella, ¿te gustaría venir con la abuela aquí para que puedas comer algunas frutas? —¡Estrella, mi amor, corre despacio y por favor cuídate! ¡Podrías tropezar y lastimarte" Rocío miró a su nieta que corría rápido. Su corazón saltó ante esto, ya que tenía miedo de que se lastimara. Lola apretó el timbre de la vieja casa y fue Rocío quien abrió. Después de ver a Lola, la expresión feliz de Rocío se convirtió inmediatamente en una amarga. —Tía, vengo a recoger a Estrella. Me ocuparé de ella por el momento. — Luego le entregó una bolsa a Rocío y le dijo: —Este es el perfume que te traje de Canadá. ¿Te gustaría echar un vistazo? Es una marca realmente popular. —Lola miró a Rocío con gran expectación. Rocío tomó el bolso de su mano con una expresión sombría, caminó hacia afuera y luego lo tiró a la papelera sin siquiera mirarlo.

... ... Al ver esto, Lola recordó la primera vez que vio a Rocío en la ciudad D

hacía unos años. El regalo que ella le envió también lo había tirado así. La ira se elevó dentro de ella. Lola reprimió los sentimientos incómodos y pensó en Jorge, el hombre que se preocupaba por ella. Recordó que estaba haciendo esto por Jorge. Entonces, una sonrisa reapareció en su rostro cuando entró a la sala de estar. —¡Mamá! —Estrella corrió hacia ella con un estallido de emoción. Lola se agachó de inmediato para atrapar a su hija. —Estrella, ¡mami te extrañó mucho! ¿También me extrañaste? —Luego besó las gorditas mejillas de su hija una y otra vez. Estrella se aferró al cuello de su madre. —Mami, yo también te extrañé. — ¡Estaba tan feliz de ver finalmente a su madre! Había pasado mucho tiempo desde que ella estuvo fuera. Lola caminó frente al anciano Jiménez, se detuvo y bajó a Estrella. —Abuelo. —Saludó cortésmente al anciano. Él la miró con una sonrisa, asintió y le preguntó amablemente: —Bueno, ¿cómo fue tu viaje al extranjero? ¿Disfrutaste de todo? Lola estaba feliz cuando escuchó sus palabras y asintió. —Bueno, fue genial, abuelo. Aquí está el té de hoja de arce para usted y para mi tío. Hay algo de jarabe de arce, pero es muy dulce, así que puede probar un poco. Y este es el ginseng americano. Puede remojarlo en agua caliente de vez en cuando. ¡Escuché que puede proteger el sistema cardiovascular y mejorar su sistema inmunológico! El anciano Si constantemente asintió con placer y se los llevó a todos. Siempre le había caído bien Lola. Pero cuando vio a su nuera entrecerrando los ojos furiosa detrás de él, él le preguntó suavemente: —¿Has comprado algo para tu tía? Lola lo miró con vergüenza. Luego el anciano lo interpretó como si ella hubiera olvidado llevarle un regalo a Rocío. Rápidamente empujó los regalos y los puso delante de ella. —Ve a ver qué le gusta. Después de todo, los sentimientos también deben ser alimentados. Lola lo miró y negó con la cabeza. Ya no tenía intenciones de ocultar la verdad. —De hecho, le compré a mi tía un frasco de perfume y se lo di a ella justo ahora, pero... No terminó su oración, pero el viejo ya lo entendió. Cuando su rostro cayó en decepción, él respondió: —Buena niña. Algún día, a ella también le caerás bien. ¿No vienes a recoger a Estrella? Ve y vuelve a tu casa. ¡Estrella extraña tanto a los dos! Iré a visitarte cuando esté libre. —Rocío ha ido demasiado lejos. —Dijo el anciano Jiménez. —Está bien, adiós abuelo. Adiós tía. ¡Voy a llevar a Estrella de vuelta! —

Sosteniendo las manos de Estrella, Lola caminó hacia la puerta. Después de que Lola se fue con Estrella, Rocío regresó a su habitación mientras su suegro caminaba fuera de la casa. De verdad había un bolso recién empacado en el bote de basura afuera de la puerta. Lo sacó y reconoció las letras inglesas en él, que decían "perfume. Sabía que a su nuera no le gustaba Lola, ¡pero era demasiado mala esta vez! ¡Era demasiado grosera! Así que sacó el perfume, tiró la bolsa y volvió a la casa. Cuando Lola llevó a Estrella de vuelta a la casa, era casi la hora de la cena y la Sra. Du ya estaba preparando la cena en la cocina. Sacó su teléfono y le envió a Jorge un mensaje en el Wechat: —¿Volverás a cenar? —¿Quieres que vuelva? Lo haré si quieres que lo haga. —Pronto, llegó una rápida respuesta. Lola no sabía si se reiría o lloraría cuando leyó la respuesta de Jorge. Después de pensarlo, ella lo satisfizo diciendo: —¡Por supuesto! Me gustaría que regresaras. Y ven temprano si no estás ocupado. Ya te extraño. Jorge se apresuró a regresar a la hora de la cena con una gran cantidad de documentos, preparándose para quedarse despierto toda la noche para trabajar en el estudio. En la mesa. Antes de comenzar a comer, Jorge recogió algo de comida para el tazón de Estrella y luego para el de Lola. Lola estaba muy conmovida al mirarlo hacer esto con dulzura y amor. Ella tomó una cucharada de granos de maíz con queso y lo puso al lado de su boca. Él comió voluntariamente los granos de maíz de su cuchara con una sonrisa. Luego, Estrella comenzó a protestar: —Mami, ¡también quiero que me des maíz! Al oír eso, Lola miró a su hija. ¡Ella era realmente linda! Lola no tuvo más remedio que tomar la pequeña cuchara de Estrella, tomar un poco de maíz otra vez y ponerla en su boca. Estrella sonrió y quedó satisfecha. —Estrella, después de la comida, papá te llevará a ti ya tu mamá a ir de compras. Así que termina tu cena rápidamente, ¿de acuerdo? —Jorge miró a Estrella con una sonrisa amorosa. Estrella asintió de inmediato, y comió su cena con más entusiasmo. ¿Ir de compras? Lola recordó que se acababa de mudar aquí. De hecho, era necesario comprar algunas cosas. Después de la cena, Jorge llevó a Estrella al auto mientras Lola corría escaleras arriba para cambiarse el vestido.

Después de que se subió al auto, los tres se dirigieron al centro de la ciudad. Cada vez que iban de compras con Estrella, debían comprarle un helado. ¡Ese era su favorito de todos los tiempos! "Papi, me gustaría comer un helado. ¿Me puedes comprar uno, por favor? Lola la detuvo: —Hoy hace frío, así que no puedes. Estrella hizo un puchero de inmediato para mostrar su insatisfacción: — ¡Sólo quiero comer helado! ¡Papi! ¡Por favor! —Estrella era tan inteligente que se volvió para preguntarle a Jorge en lugar de a Lola. Sabía que su padre no podría resistirse a ella. Lola miró sin palabras a su hija, que intentaba convencer a su padre. — Jorge, no puedes dejar que coma eso. Podría enfermarse. Mirando la cara realmente linda de su hija, Jorge pensó por un segundo y sugirió. —¿Qué tal esto? Papá comprará dos bolas de helado. ¿Uno para ti y otro para mí? —¡Él siempre quería satisfacer a su hija! Estrella lo pensó y asintió. Tomó el cuello de Jorge y dijo en voz baja: — Papá, no lo compartamos con mamá. —¡Porque mamá siempre la detuvo de comer el helado! Jorge sonrió y le dijo algo bueno a su esposa: —Mamá no te permite comer helado porque hace mucho frío en este momento. Sería fácil enfermarse si lo comes. Y si eso sucede, ¡no podrás jugar más! Estrella asintió como si hubiera entendido. Luego vio la seria mirada de su madre y dijo: —Bien, ¡entonces podemos dejarla comer un poco! La dulce voz de Estrella obligó a Jorge y Lola a echarse a reír. Jorge fue a la heladería y Lola abrazaba a Estrella mientras lo esperaban. Pronto, Jorge salió de la tienda con varias chicas ruborizadas detrás de él. ¡Este hombre era realmente bueno para atraer mujeres y niñas! Esas chicas parecían tener solo 18 años. ¿Y seguían a un hombre así? Oh, qué le había pasado a la juventud...



Capítulo 284 Prometida actual Lola le dio una cálida bienvenida a Jorge mientras sostenía a Estrella: — ¡Hey, ahí está mi marido! Esto puso a Jorge muy feliz pero también lo confundió un poco. Ella no lo había llamado así antes. Cuando volvió a mirar a los ojos de Lola, recibió el mensaje en un instante. Jorge sonrió. Varias chicas jóvenes se fueron decepcionadas al ver a la bella dama llamar a su ídolo "marido. Estrella extendió sus pequeñas manos hacia Jorge cuando lo vio sosteniendo la taza de helado. Jorge cargó a su hija y le dio el helado. Con su otra mano alrededor de los hombros de Lola, caminaron alegremente. Los tres eran tan hermosos que ganaban toda la atención de las personas que los rodeaban. Jorge y Lola eran muy populares entre ellos porque habían estado en la televisión varias veces. La gente los reconocía fácilmente. Sus fotos familiares también fueron subidas en línea. Mientras los tres tomaban helado juntos, sus nombres ya estaban nuevamente en la búsqueda más popular de Twitter. —Papá, quiero volver a comer un helado la próxima vez. ¡Gracias por esto! —Estrella se lamió los labios. ¡Qué delicioso era un helado! —De acuerdo. Papá comprará una máquina de helados y los hará para ti sola. ¿Será mejor eso? —Ahora que a su hija le encantaba comerlo, todo lo que debía hacer era controlar la frecuencia con que ella lo comería. Demasiados dulces la harían enfermar. Lola tomó el brazo de Jorge y lo miró. —Señor Jiménez, ¿no tienes miedo de ir a la quiebra si sigues haciendo esto? Siempre compras cosas caras para nosotras . —Ella lo dijo a propósito. Incluso si él perdiera su trabajo ahora, su propiedad podría, de hecho, brindarle una vida de lujo durante siglos.

Entraron juntos al centro comercial. —Para mi esposa y mi hija, incluso gastar todo mi dinero estará bien para mí. Lola se quedó sin habla de nuevo. ¿Cuándo se volvió tan bueno al decir las palabras correctas? La familia fue al otro piso por la ropa de las mujeres. Jorge planeó comprar algo de ropa para Lola ya que la suya era como las de las enfermeras y las criadas. Lola no sabía en qué estaba pensando Jorge. Estaba ocupada recogiendo hermosos vestidos. Ir de compras siempre la hacía muy feliz. —Ve y prueba esto, esto y esto... —Jorge señaló varias prendas de diferentes colores y estilos. La vendedora estaba tan emocionada que tomó la ropa de inmediato y llevó a Lola al vestuario. Era Jorge Jiménez. El popular hombre de negocios estaba justo delante de ella. Si él compraba una vez, la vendedora obtendría una comisión igual a su salario de uno o dos meses. Eso era lo extravagante que Jorge Si estaba gastando. Lola fue al probador. Jorge se sentó en el sofá del otro lado mientras sostenía a Estrella. Estaban jugando mientras esperaban a Lola. Tres minutos más tarde, Lola salió en un traje naranja. Jorge echó un vistazo rápido y dijo: —El siguiente. Lola se sentía como una modelo. ¡Se había estado probando tantos trajes! El siguiente set fue un vestido morado rosa. Tan pronto como salió, dos mujeres entraron en la tienda. Luego las tres mujeres se encontraron cara a cara. —Tía, es bueno saber que también estás comprando aquí. —Lola tomó la iniciativa y saludó a Rocío. Junto a ella había una dama con un vestido azul cielo y una bata blanca. Parecía tener la misma edad que Lola. Entraron y estaban hablando y riendo. Rocío miró con desprecio a Lola y le dijo a la dama: —Cherry, vamos allá. Cherry miró a Lola con vergüenza. Estaba sorprendida de que Rocío la ignorara. —Señorita Camela, iremos primero. —En el país C, todos sabían que Lola Li era la prometida actual de Jorge Jiménez. Lola ya se estaba acostumbrando a la actitud arrogante de Rocío. Cuando escuchó el saludo de Cherry, sonrió y asintió. Luego vino la voz sorprendida de Rocío: —¡Jorge! ¡Estrella! ¡Te echo de menos! Al ver a su hijo y su nieta, ella siempre ponía una sonrisa en su rostro. Todos se pusieron de pie cara a cara, y solo Jorge se sentó en el sofá con

elegancia, sin signos de levantarse. Estaba en su ser sin emociones de nuevo. Rocío tomó a Estrella de los brazos de Jorge y le besó la carita. —Abuela. La bien educada Estrella miró a su feliz abuela y la llamó. Rocío se puso aún más feliz. —Cariño, ¿extrañas a la abuela? —Rocío no podía amar más a su querida nieta. Se preocupaba mucho por ella. Estrella asintió, y esta encantó a Rocío. Rocío de repente recordó algo y puso a su nieta en el suelo primero. Tomando la mano de Cherry, Rocío dijo: —Jorge, déjame presentarte a alguien. Esta es Cherry Jiao, la hija más joven del alcalde. Cherry, este es mi hijo, Jorge Jiménez. —Qué excelente sería si Jorge tuviera una relación con Cherry. Esa estúpida Lola arruinó sus planes... El corazón de Cherry latió rápidamente al ver al noble hombre elegante. Ella solo lo había visto unas cuantas veces en la televisión, o desde la distancia en algunas fiestas. Siempre le había gustado. ¡Era la primera vez que estaba tan cerca de él y se veía tan encantador! Logró controlar sus emociones, le ofreció su mano derecha y dijo suavemente: —Hola, Sr. Jiménez. He oído muchas cosas buenas sobre usted. Jorge enfocó sus ojos hacia Lola. Parecía un poco sola. —Este se ve bien. Vamos a comprar todos estos. Luego sacó la billetera del bolsillo e ignoró totalmente a Rocío y Cherry. Lola se sintió avergonzada. Pero Jorge fue directamente a la caja registradora, dejando a las tres mujeres mirándose con torpeza. Cherry miró la espalda de Jorge. Estaba decepcionada de que él la ignorara. Al principio, ella no estaba tan interesada en él. Pero estaba tan mimada porque creció teniendo todo lo que quería. ¡Nadie se atrevió a ignorarla así! Ahora este hombre logró despertar su interés. Pero ya estaba comprometido. ¿Realmente la amaba? Si Rocío no le gustaba Lola para él, entonces aún tenía la oportunidad de ganárselo. Miró a Lola y tuvo que admitir que ella también era muy hermosa. Pero no le importaba tener una competencia justa con ella. Cuando Lola salió del vestuario, Jorge ya había salido de la tienda con Estrella en sus brazos. Rocío y Cherry lo siguieron también. En este momento, Rocío estaba hablando de algo con Jorge. Jorge estaba de mal humor. Lola tomó los paquetes de la vendedora, le dio las gracias y salió. Lola sostuvo el brazo de Jorge íntimamente, sin tener en cuenta su conversación. —¡Vámonos! Quiero comprar algo para ti y Estrella. Cherry vio felicidad y dulzura en los ojos de Lola. Jorge respondió con una rara ternura. Quería mostrarle a Rocío y Cherry cuánto amaba a Lola.

—Sí, vamos ahora. Madre, es mejor que vuelvas a casa temprano si no tienes nada que hacer. No pierdas el tiempo. —Con estas palabras, Jorge las dejó con su brazo alrededor de los hombros de Lola. Rocío no pudo recuperar el aliento y tosió violentamente. —¿Qué te pasa, tía? —Cherry le dio una palmadita en la espalda con ternura y con un tono de preocupación. Rocío agitó su mano. Después de que tomó el control de su respiración nuevamente, tomó la mano de Cherry. —Cherry, ya has visto a esa mujer. No me gusta en absoluto. Si quieres, te ayudaré a ganar el corazón de Jorge. Cherry se sorprendió por sus sencillas palabras. —La boda del Sr. Si y la srta. Li se llevarán a cabo en un mes. Me temo que no tenemos mucho tiempo. —El tiempo no era suficiente. Después de la boda, ya no se podía cambiar nada.



Capítulo 285 Lleva a Estrella a mi cumpleaños Rocío le dio una palmadita en la mano para tranquilizarla y agregó: —Está bien. Sigues teniendo una oportunidad. Siempre estoy a tu lado. Todavía no han solicitado documentos para volver a casarse. ¿Aún no habían solicitado un nuevo matrimonio? ¡Bien entonces! Todavía valía la pena un intento. Cuando finalmente decidieron perseguir a Jorge, fueron a otras tiendas y siguieron comprando. Cherry aprovechó la oportunidad para comprarle algo de ropa y cosméticos a Rocío. Aunque a Rocío no le interesaban estas cosas, dado que se las obsequió la nuera que le gustaba, lo aceptó a todo con gusto. Mientras miraba a Jorge, Lola supuso que lo que Rocío había hecho en ese momento no podía ser una mera presentación. Ella sabía que Rocío tenía un plan en su mente cruel. Lola se sintió amenazada una vez más. Estaba tan agotada porque siempre había mujeres alrededor de Jorge. Además, todas ellas tenían un estatus noble. Yolanda, cuyo título era la Reina Internacional y Bonnie, que era la hija mayor del vicealcalde, eran sus competidoras más fuertes por el corazón de Jorge. Ahora, otra mujer apareció esta noche, Cherry, ¡una hija del alcalde! Sin embargo, ella todavía tenía que animarse para poder lidiar con eso. Sabía que si se aflojaba un poco, sería reemplazada por otra mujer. —Jorge, ¿conoces a la señorita Cherry? —Fingió preguntar en un tono informal mientras miraba los zapatos de niños que estaban cerca. Jorge la miró y recordó a la chica que acababa de conocer. Inmediatamente entendió lo que ella quería decir. No dejaría que nadie reemplazara a Lola en su corazón. —No te preocupes. ¡Solo estaré contigo en el futuro! —Dijo esto

directamente, tratando de tranquilizar a su futura esposa. Sin embargo, ella no estaba convencida y respondió: —No estoy preocupada. Solo me pregunto que ya que esa chica es muy bonita y es la hija del alcalde, ¿cómo no la conoces? —No tiene nada que ver conmigo si es bonita o no. Ni siquiera quiero conocer al alcalde, y mucho menos a su hija. Simplemente no me importa en absoluto. —Jorge simplemente respondió. Lo que había dicho hizo que Lola lo mirara de nuevo. Se preguntó, ¿cómo podría este hombre ser tan arrogante? Bueno, él era realmente un hombre influyente. Lola decidió abandonar esta pregunta, pensando que mientras él la amara, ¡nada sería un problema! Solo confiaría en él. Lola tomó la mano de Estrella mientras Jorge llevaba bolsas grandes y pequeñas en la suya. Luego, regresaron a su mansión juntos. Durante toda la noche, lo que molestó a Lola no fue Cherry. ¡Lo que la molestó era Jorge, que en realidad le compró muchos trajes de cosplay! Cuando estaban comprando esta ropa, ¡la vendedora la miró con envidia! Ella casi se derrumba, y pensó que él realmente tenía un corazón de piedra. Después de regresar a la mansión, Lola ayudó a Estrella a tomar un baño y la acompañó a su dormitorio. De hecho, no hizo mucho esfuerzo, porque Estrella se durmió tan pronto como se acostó en la cama. Su hija se cansó de caminar interminablemente en el centro comercial. Parecía que Jorge iba al estudio cuando estaba contestando un teléfono. Sin embargo, regresó justo en el momento en que Lola se iba a bañar. Se metió en el baño y forzó la puerta. Lola inmediatamente supo lo que quería hacer ... Pasadas las once en punto, Jorge puso a Lola suavemente en su cama y le besó la frente. Si no tuviera que lidiar con tanto trabajo urgente a través del cual apoyaba a su esposa e hija, ¡nunca la dejaría dormir tan pronto! Exactamente a las tres de la mañana, Lola se dio la vuelta, extendió la mano y solo sintió un pequeño cuerpo. Abrió los ojos y, efectivamente, solo estaban Estrella y ella en la cama. Se dio cuenta de que ya eran más o menos las tres de la mañana. ¿Jorge todavía estaba en el estudio? Bostezó y fue al estudio. Como la puerta estaba abierta, vio que Jorge estaba escribiendo correos electrónicos rápidamente. —Jorge. —Una suave voz hizo eco en la habitación. De repente, el corazón

de Jorge fue confortado. Al ver a Lola en su pijama, frotándose los ojos en la puerta, se levantó de la silla y caminó hacia ella. —¿Por qué te despertaste? Por favor duerme un poco más. —La abrazó y volvió a besarla en la frente. Todavía aturdida, Lola se sujetó la cintura y preguntó en tono preocupado: —¿Por qué no te vas a dormir ya? Es muy tarde. Mientras acariciaba su suave cabello, Jorge la miró cariñosamente y respondió: —¡Me iré a dormir tan pronto como termine este correo electrónico! Lola asintió y respondió: —Te esperaré, entonces. —No tienes que hacerlo. Me iré a dormir enseguida después de esto, lo prometo. Tú acuéstate primero. ¡No! —¡Quiero esperarte! —Sin estar satisfecha, ella acarició dulcemente su rostro contra su pecho. Jorge apretó los dientes y la levantó por la cintura. ¡Qué mujer tan tentadora! —Bien. —Puso a Lola en su regazo, mientras continuaba escribiendo el correo electrónico. Pocos minutos después, lo terminó. Cuando Jorge apagó su computadora, Lola casi se quedó dormida otra vez. Sin embargo, antes de volver a la habitación, Lola sintió que Jorge la puso sobre el escritorio. Entonces lo que sucedió después estaba fuera de su control. Al día siguiente, Lola no se despertó hasta el mediodía y se quedó sola en la habitación. La vida en la mansión era así todos los días. Lola se sintió tan avergonzada porque siempre se levantaba al mediodía y luego almorzaba directamente. ¡Pero todo era culpa de Jorge! Cuando se quejaba con él, él siempre decía: —Sí, lo entiendo. La próxima vez, no te despertarás hasta la cena.

... ¡Eso no era lo que ella quería decir! El 12 de octubre. Era el cumpleaños de Rocío. Lola no tenía idea de eso, y Rocío tampoco tenía la intención de decírselo. Ni siquiera planeaba invitarla. Rocío llamó a Jorge y le ordenó directamente: —Lleva a Estrella a mi

cumpleaños. ¡Pero, no quiero ver a gente que no me gusta! ¡Es mi cumpleaños! Al oír esto, Jorge cerró los ojos con impotencia y respondió: —Entonces puedes venir y recoger a Estrella. Tengo que lidiar con algo importante esta noche. Rocío ciertamente sabía lo que quería decir: si Lola no iba a celebrar su cumpleaños, ¡él tampoco lo haría! —¡Jorge, soy tu madre! ¡Yo debería ser el asunto más importante para ti en mi cumpleaños! ¡Ni siquiera te has casado con esa mujer todavía! ¡Todavía eres un miembro de esta familia! Solo quiero celebrar mi cumpleaños con mi familia. ¿No estás dispuesto a hacer esto por mí? —Su tono se volvió suave y gentil. Recurrió a suplicarle. —No importa. Simplemente iría temprano y volvería temprano. Jorge colgó el teléfono, lo miró y reflexionó. —Como mamá no la quería allí, entonces sería mejor que no se lo contara. Ella se enojará, seguro. Antes de la cena, Jorge llamó a Lola. —Voy a llevar a Estrella de vuelta a la vieja casa. Tienes que cenar sola esta vez, ¿de acuerdo? ¿Quiso decir que él y Estrella cenarían en la vieja casa? Bueno, está bien. Ella tampoco quería ver a Rocío, de todos modos. —Muy bien. Pero por favor recuerda volver temprano. Te extrañaré. Después de colgar el teléfono, Jorge se sintió muy culpable. Pensó que tenía que compensarlo y suavizar el malentendido entre ellas. Él nunca permitiría que Lola se hiciera daño. En la vieja casa de la familia Jiménez. Cuando Jorge llevó a Estrella a la vieja casa, sintió que la atmósfera era un poco rara. Si no fuera por el cumpleaños de Rocío, el abuelo de Jorge ya se habría ido. Y considerando que había invitados, Kevin pensó que era impropio enojarse con su esposa. —¡Bisabuelo, abuelo y abuela! ¡Regresé! ¡Hola! —Antes de que Estrella entrara en la sala de estar, su linda voz sonó en la habitación. La voz encantadora y enérgica alivió la situación incómoda en la sala de estar. Jorge observó a su hija corriendo hacia la sala, con los ojos llenos de amor. Pero tan pronto como descubrió quiénes eran las personas en la sala de estar, se sintió muy frustrado. ¡Esto era lo que Rocío quería hacer!



Capítulo 286 Bella Dama Enojado, Jorge puso el regalo sobre la mesa y estaba a punto de salir de la casa con Estrella. Rocío se levantó de inmediato y bloqueó el camino de su hijo. No dejaría que Jorge arruinara sus planes esta noche. —Jorge, hoy es mi cumpleaños. ¿Vas a irte así? —Rocío ya estaba alterada. Jorge la miró fríamente. —Señora Jiménez, simplemente me decepcionaste de nuevo. En ese mismo momento, la mujer que había estado en silencio, se levantó y dijo en voz baja: —Sr. Jiménez, por favor cálmese. Fui yo quien tomó la iniciativa para venir aquí esta noche. Si estás molesto con mi presencia, me iré ahora. No quiero ser quien sea la causa de sus peleas. Rocío miró a Cherry con admiración. ¡Qué buena mujer era! Aun así, Jorge no la miró en absoluto. Simplemente dijo débilmente: — Señorita Jiao, ya que sabe que estoy molesto, por favor salga de aquí. O mi prometida se enojará si sabe esto. Cherry se sintió tan avergonzada y se mordió el labio inferior mientras se alejaba rápidamente con su bolso. —Señora Jiménez, lo siento. Tengo que irme ahora. Pero Rocío se mantuvo firme e impidió que Cherry se fuera. Luego le dijo a su hijo: —Es solo un cumpleaños. ¿Por qué deberías arruinar esto solo por esa mujer? —Provocaste esto tu misma. Yo no. —Jorge replicó sin hacer caso de los sentimientos de su madre. Rocío estaba sin aliento con ira. De repente, tuvo una idea. Sostuvo su cabeza como si estuviera mareada y luego cayó al suelo. —¡Madre! —Jorge rápidamente atrapó a su madre en sus brazos. —¡Señora Jiménez! ¿Está bien? —Preguntó Cherry en un evidente tono preocupado.

El abuelo de Jorge y Kevin también se apresuraron en un instante. —¡Rocío! ¿Qué pasa contigo? —Kevin se asustó tanto cuando vio caer a su esposa. Ella nunca había perdido la conciencia de esta manera antes. Rocío fingió estar muy débil. Todo esto era parte de su plan. —Oh, no es nada. Solo me siento un poco mareada. Jorge levantó a su madre y le preguntó: —¿No has ido al chequeo regular este mes? —Tenían un médico privado en su casa para sus chequeos regulares. Se hacía una vez al mes. —Si fui. Nada estaba mal en mi cuerpo, excepto mi presión arterial alta. — El médico en realidad dijo que había signos de presión arterial alta y que debía controlar su temperamento. Pero ella no tomó en serio las consideraciones en absoluto. Mirando a su madre con simpatía, Jorge sintió que debía preguntarle al Dr. Fei algún otro día. No quería que esto le pasara a su madre otra vez. Jorge finalmente decidió quedarse a cenar. El esquema cruel de Rocío realmente funcionó. Durante toda la noche, Cherry lo estuvo mirando fijamente. Jorge estaba cuidando a Estrella, y ella lo admiraba por esto. Había rumores de que él tenía una hija y que ella era la niña de sus ojos. Eso era cierto. Se dio cuenta de que si quería ganarse el corazón de Jorge, también debería tratar a la niña como si fuera su propia hija. Cuando terminó de cenar, Cherry se limpió la boca con suavidad y sonrió a Estrella. —Estrella, es la primera vez que nos encontramos hoy. ¿Quieres un regalo después de la cena? ¡Oh! ¿Un regalo? Los ojos de Estrella se ensancharon de emoción. ¡Ella amaba los regalos! No importaba si era caro o no. Lo que importaba era que obtendría un regalo. ¡Las sorpresas siempre fueron sus favoritas! Estrella asintió emocionada y dijo alegremente: —Gracias, bella dama. Eres muy agradable. La niña dulce siempre fue un motivo de felicidad en una familia. Cherry le sonrió sinceramente a Estrella de nuevo. Rocío se sintió muy feliz de ver esto. Ella se dio cuenta de algo. Si Cherry se ganara el corazón de Estrella, podría acercarse aún más a Jorge. El abuelo de Jorge solo se concentró en su cena y cerró los ojos ante todo esto. Esto se estaba volviendo muy cansado para él. Kevin frunció un poco el ceño. Él ciertamente sabía lo que Rocío estaba pensando. Pensó que necesitaba hablar seriamente con su esposa. Jorge tomó una cucharada de caramelos y lo puso en el tazón de Estrella.

Actuaba como si no le importara. Inmediatamente después de la cena, Cherry sacó una bolsa de mano y se la entregó con cariño a Estrella. —Estrella, este es el juguete del tren Thomas que mi amigo trajo del extranjero. ¿Te gusta? Estrella rápidamente tomó el regalo y agradeció a la bella dama de nuevo. Cherry felizmente ayudó a Estrella a abrir el juguete. También se quedó con Estrella para que pudieran jugar con los juguetes por un rato. Pero cuando se dio cuenta de la hora, le dijo a Rocío: —Sra. Jiménez, me voy a casa. Se está haciendo un poco tarde ya. —Sus padres eran muy estrictos con ella. Era hija de una persona muy importante, por lo que la seguridad era una preocupación principal. Debía estar en casa a las diez. Rocío miró a su hijo que estaba ocupado hablando por teléfono y luego le hizo un guiño a Cherry. El guiño le indicó que debía esperar a que Jorge terminara su conversación por teléfono. Cuando terminó de contestar la llamada, Jorge ya pensó en irse con Estrella. Rocío le dijo a su hijo: —Cherry vino aquí en taxi. Se está haciendo tarde y no podría ser seguro afuera. ¿Podrías por favor llevarla a su casa? Al escuchar las palabras de su madre, Jorge la miró con el ceño fruncido. Él sabía lo que ella estaba pensando. Salió directamente de la habitación sin responder a su madre. Se estaba enfureciendo tanto. Estrella dejó el pequeño juguete del tren cuando vio a su padre salir. — Papá, quiero jugar el juego en tu teléfono móvil. ¿Por favor? Jorge se volvió y le dio el teléfono a su hija. —Estrella, espérame un minuto. Volveré pronto y te llevaré con tu madre. La niña tomó el teléfono y asintió. Se sentía tan feliz de ver a su madre. Jorge se levantó y se dirigió a la puerta. Rocío le guiñó un ojo a Cherry e inmediatamente lo siguió. Dentro de la mansión. Lola estaba cenando sola, pero estaba un poco triste porque no había visto a Jorge y Estrella por horas. Así que subió las escaleras y trató de llamar a Jorge. Deseaba que él pudiera volver pronto. Caminó hacia el balcón de una manera obviamente melancólica. Mirando hacia el vasto mar, marcó el número privado de Jorge. —¡Mamá! —La tierna y encantadora voz de su hija revivió los espíritus felices de Lola al instante. —Cariño, ¿qué estás haciendo? —Estaba un poco confundida. ¿Por qué Estrella sostenía su teléfono? Solo le dejaba el teléfono a ella cuando él no estaba. ¿Dónde estaba él?

—Mami, estoy jugando juegos en el teléfono de papá. Oh, ese era el caso. Bien entonces. Esta niña linda podría contestar un teléfono ahora. Así de inteligente era. —Cariño, ¿podrías por favor pasarle el teléfono a papi? —Ella se estaba aburriendo sin los dos. —Mami, papá no está conmigo. ¡Él fue a enviar a una hermosa dama a casa! —Kevin quería detener a Estrella, pero Estrella había terminado sus palabras cuando él se colocó delante de ella. Era muy tarde. ¡Eso fue muy malo! —¿Una hermosa dama? ¿Qué quieres decir? —Lola frunció el ceño y pensó para sí misma: —¿No fueron a cenar a la vieja mansión? —Sí. Justo la que conocimos en el centro comercial esa noche. ¡Incluso me dio un juguete! Ella es tan agradable. —Estrella le respondió honestamente. ¿La mujer en el centro comercial? Esa era la hija del alcalde que estaba con Rocío, ¿verdad? —Bueno ya veo. ¿Dónde estás ahora? Reprimiendo la ira y la acidez en su corazón, le preguntó a su hija con calma. Pero no fue fácil para ella mantener la calma, ya que no podía dejar de pensar que una mujer estaba con Jorge en este momento. Y ellos también estaban solos... —Hoy es el cumpleaños de la abuela, ahora estoy con mis abuelos. ¿Vienes, mami? Ojalá lo hicieras. Cuando escuchó que Estrella le había explicado todo a Lola, Kevin estaba ansioso por querer quitarle el teléfono de las manos a su nieta. Rocío se preguntaba cómo hacerle saber a Lola que Jorge estaba llevando a Cherry a casa. Quería que Jorge y Lola se separaran de nuevo. ¡Bueno, esto fue perfecto! ¡Estrella lo hizo bien! ¿Hoy era el cumpleaños de Rocío? Lola se quedó en trance. ¿Por qué nadie le dijo a ella?



Capítulo 287 Es mejor ofender a un villano que ofender a una mujer ¡Lola lo entendía ahora! Hoy era el cumpleaños de Rocío y Jorge llevó a su hija a la vieja casa para celebrar el cumpleaños de su futura suegra. Pero, ¿por qué había otra mujer? ¿Y por qué no la invitaron? Cuando se dio cuenta de esto, el corazón de Lola se rompió en pedazos nuevamente. Inmediatamente colgó la llamada telefónica con su hija y se sentó en el balcón. Estaba muy decepcionada de Jorge. Lola entendió que la razón por la que no estaba informada del cumpleaños de Rocío era que a Rocío no le agradaba. Sin embargo, ¿cómo podría fingir que no le importaba el hecho de que Jorge llevó a su hija a la vieja casa y cenara con otra mujer, por no mencionar que la llevó a casa después de la cena? Cuando Jorge regresó a la vieja casa, descubrió que su abuelo y Estrella no estaban en la sala de estar. Mientras tanto, Kevin y Rocío ya estaban peleando entre ellos. —¡Eres una mujer tan irrazonable! ¡Creo que esta vez deberías ocuparte de tus propios asuntos! Después de decir eso, Kevin estaba a punto de subir, pero por casualidad vio a su hijo entrando. Por un momento, las palabras le fallaron. Siempre había sido un hombre de muchas palabras. Como padres, en lugar de reducir la carga de su hijo, siempre lo metían en problemas. Estaba avergonzado y lo sentía por ello. Cuando Rocío vio a su hijo, su ira se calmó un poco. —Jorge, ¿por qué has vuelto tan temprano? —ella preguntó. Recordó que Cherry en realidad vivía lejos de aquí. Jorge le dio una mirada, y simplemente no dijo nada. Estaba tan cansado de esto.

—¿Qué pasa, padre? Kevin suspiró profundamente, preguntándose cómo explicar todo el asunto sin herir los sentimientos de su hijo. Por fin, finalmente respondió: —Lola llamó hace un momento, y Estrella estaba en la habitación de su abuelo. ¡Será mejor que la lleves a casa ahora mismo! Lola puede haberse enterado de lo que pasó aquí. Si Lola se molestara por esto, la entenderían todos totalmente. Sólo un loco no estaría enojado por esto. ¿Lola llamó? Teniendo un mal presentimiento, Jorge se apresuró a ir a la habitación de su abuelo. Dentro de la habitación. El abuelo de Jorge se reía y hablaba alegremente con Estrella cuando Jorge apareció. —¡Papi! —Estrella inmediatamente corrió a los brazos de Jorge. Ella era tan empalagosa con su padre. A juzgar por el ritmo acelerado de Jorge, el abuelo de Jorge era consciente de que debía haber sabido que Lola llamó. Levantándose de su silla y mirando a su nieto, el anciano dijo: —Estrella podría quedarse en la casa esta noche, así puedes regresar y explicarle todo a Lola. Tomando a Estrella en sus brazos y pensando en Rocío, Jorge no tenía otra opción. —No, abuelo, me llevaré a Estrella de vuelta. Será mejor que descanses ahora. Se está haciendo tarde ya. El abuelo de Jorge no lo presionó más. —Jorge, Lola es una buena chica. A todas las mujeres les gustan las palabras dulces. Di algo dulce. No siempre lleves una cara fría. ¡Pero esa mujer no era tan fácil de consolar! Él asintió y observó a su pequeña niña sosteniendo su celular en sus manos. —¡Dile adiós a tu bisabuelo! —¡Adiós, bisabuelo! —Después de que Estrella saludó a su bisabuelo con sus manos, Jorge la sacó de la habitación. Kevin estaba parado en la puerta de la sala de estudio y observaba cómo salían el padre y la hija. —¡Jorge, ve a casa temprano! Jorge asintió y bajó las escaleras, con su pequeña niña en sus brazos. Al ver a su hijo y su nieta bajando las escaleras, Rocío se acercó apresuradamente y dijo: —¡Jorge, para! ¡Tengo algo que decir primero! Jorge ni siquiera se detuvo por un segundo y se dirigió hacia la sala de estar. —Es demasiado tarde para otra conversación. Hablaremos otro día. La puerta estaba fuertemente cerrada como si la hubieran cerrado de golpe. Al escuchar el sonido, Rocío se enojó pero no encontró a nadie a quien culpar. En la mansión.

Después de que Jorge estacionó el auto en la puerta, rápidamente subió las escaleras con su hija. Estaba tan preocupado. Cuando Jorge abrió la puerta del dormitorio, la mujer sentada frente al tocador le hizo respirar con un suspiro de alivio. Pensó que Lola se había ido. Entonces Lola se volvió y los vio. Ella se acercó alegremente: —¡Estrella, estás de vuelta! Date prisa, mamá te llevará a la ducha. Al ver su amorosa sonrisa, Jorge no pudo evitar preguntarse. —¿No está enojada conmigo? Debería estarlo, ¿no? ¡Algo anda mal! —Sintió que Lola estaba actuando un poco extraño. —Ok mami. Estrella se liberó de los brazos de Jorge y alcanzó a Lola. Luego ambos fueron al baño. Sin embargo, Jorge escuchó claramente que la puerta del baño estaba cerrada por dentro. Hacía solo unos días, fueron ellos dos quienes le dieron una ducha a su hija. Ahora, ¿no lo estaba rechazando cerrando la puerta? Ella no le había dicho una sola palabra. No en vano, todavía estaba enojada... Después de cambiarse, Jorge comenzó a jugar juegos en su teléfono mientras esperaba que salieran del baño. Media hora después, Lola salió y sostenía a la pequeña chica envuelta en una toalla. En ese momento, Estrella le gritó a su papá: —Papi, tengo sed, quiero jugo. Sin pensarlo dos veces, Jorge asintió y salió del dormitorio. En el momento en que bajó, la puerta de la habitación se cerró por dentro. ¿Qué estaba pasando aquí? Estrella observaba con curiosidad a su madre. Ella vio que su madre estaba de un humor triste. —Mami, ¿por qué tenemos que cerrar la puerta? ¿Cómo podrá entrar papá? —¿Por qué ella también le pidió que le mintiera a su papá diciendo que tenía sed? Lola miró a su hija con una sonrisa. —Tu papá quiere encontrarte una nueva mamá. ¿Crees que mamá debería estar enojada o no? ¿Papá quería una nueva mamá para mí? Con los brazos alrededor del cuello de Lola, Estrella inclinó su carita y le suplicó: —Mamá, no quiero una nueva mamá. ¡Te quiero! Lola se sintió muy conmovida, así que frotó el pelo despeinado de Estrella y dijo: —Mamá no te dejará. Mamá siempre se quedará con Estrella, ¿vale? Estrella asintió profundamente. Luego se acostaron en la cama, listas para irse a dormir.

Con jugo fresco en la mano, Jorge subió las escaleras y trató de girar la perilla, pero falló... ¿Qué? Lo intentó de nuevo, luego dos veces y tres veces... Parecía que Jorge cayó en la trampa de su esposa e hija. ¿Significaba que no dormiría en la cama esta noche? Mientras lo pensaba, Jorge no pudo evitar reírse, pero entonces comprendió realmente el proverbio chino que decía: —Es mejor ofender a un villano que ofender a una mujer. A regañadientes, él solo bebió el jugo fresco de un trago y fue al salón de estudio. Al día siguiente, Lola se levantó temprano y luego vistió bien a su hija. La sacó de la habitación. En la puerta, Jorge estaba apoyado en la pared con su bata de baño puesta. Había estado esperando varios minutos antes de que la puerta del dormitorio se abriera finalmente. Al instante, Jorge tomó sus manos y la arrastró a sus brazos. Con una cara fría, Lola despiadadamente se deshizo de su control y corrió escaleras abajo con su hija. Al mirarlos bajar las escaleras, Jorge se lamió los labios y sonrió. En la mesa. Cuando Jorge se cambió y bajó a desayunar, Lola y Estrella ya habían terminado la mitad de su desayuno. —¡Papi! ¡Ven aquí! —Estrella saludó a Jorge con entusiasmo mientras Lola seguía comiendo casualmente su sándwich en el plato. Ella no levantó la vista ni una sola vez. Cuando vio que Lola ni siquiera lo miró, Jorge acarició el cabello de su hija y se sentó junto a Lola. De repente, Jorge tomó rápidamente el sándwich del que Lola seguía comiendo y lo devoró por completo. Sin embargo, aún no hubo respuesta de Lola, ya que se limpió la boca con una servilleta y comenzó a beber su leche. Luego Jorge también tomó la leche en su mano y también la bebió por completo. Al darse cuenta de que algo estaba mal, la Sra. Du sostuvo el desayuno de Jorge en sus manos y los miró en una expresión muy confundida. Puso la bandeja del desayuno delante de Lola. Como Lola todavía tenía algo de hambre, tomó el nuevo sándwich sin dudarlo y lo lamió intencionalmente antes de dar el primer bocado.

... Mientras miraba a Lola lamiendo el emparedado, los ojos de Jorge se abrieron con asombro. ¡Su chica realmente sabía cómo contrarrestar! Lola estaba comiendo alegremente, pero su emparedado fue agarrado nuevamente. En un instante, ya estaba en la boca de Jorge.



Capítulo 288 Ella no vendrá a casa Ella no podía soportarlo más. Ya se estaba volviendo ridículo. —Señor Jiménez, ¿por qué no puedo comer tu sándwich? Ya te comiste el mío. Al ver que su padre le guiñaba un ojo, Estrella se echó a reír. El hombre no respondió, y siguió jugando con su hija. Tratando de controlar la ira en su corazón, Lola se puso de pie y subió las escaleras. Diez minutos más tarde. Estrella ya se iba a la escuela cuando se sorprendió al ver a su madre parada en las escaleras. Ella exageró sus impresiones y abrió los ojos: —¡Wow! ¡Woo! ¡Mi mami es tan hermosa! Lola llevaba un cheongsam azul hasta las rodillas, cubierto con el abrigo en el mismo tono y color. Un par de tacones altos blancos de cinco centímetros estaban en sus pies. Se veía atrevida y sexy. Se ató el pelo largo en un moño en la parte superior, se puso un maquillaje exquisito en la cara y se aplicó barras de labios carmín. Sostenía una bolsa de marca internacional y bajó las escaleras con gracia. Ella nunca se había visto tan hermosa como ahora. Al ver esto, los ojos de Jorge se encendieron. ¿Qué estaba haciendo ella? ¿Realmente iba a salir con el cheongsam? Tomando la mano de su hija, Lola sacó las llaves del auto y se dirigió hacia la puerta de la mansión. —¡Detente! —La voz fría sonó desde la parte de atrás de Lola, pero se detuvo por un segundo y luego siguió caminando sin dudar. Jorge estaba demasiado enojado, ya que su cara se había puesto pálida de disgusto. ¡Lola se había vuelto loca! Ella no solo estaba tirándole una mala pasada, sino que también quería comenzar una guerra fría. ¡Qué mujer tan valiente!

Lola detuvo el auto en el estacionamiento de la escuela y sacó a Estrella. El jardín de niños estaba lleno de padres que también estaban llevando a sus hijos a la escuela. Normalmente solo veían a Jorge, que siempre llevaba gafas de sol, o al chófer. No estaban acostumbrados a ver a Lola Camela. Era la primera vez que habían visto a una joven tan hermosa con Estrella. Antes, nadie se atrevía a acercarse a Jorge, pero hoy, muchas personas se acercaban para ver a la mujer. —¿Eres la madre de Estrella? ¡Eres hermosa! —Una niña con la que Estrella a menudo jugaba preguntaba con curiosidad. Lola asintió con una sonrisa. —Sí, lo soy. ¡Hola! La madre y la hija fueron juntas a la escuela. —Son muy hermosas. ¡Tu figura parece como si nunca hubieras tenido hijos! ¡Tan sexy! —La madre de la niña miró a Lola con profunda apreciación. Lola se sintió avergonzada de escuchar tales elogios. —Usted me halaga. Acabo de ponerme un poco de maquillaje hoy. ¿Cómo podría lucir tan bien sin maquillaje, verdad? ¡Si no fuera por hacer enojar a ese imbécil, ella no se habría presentado hoy con un perfil tan alto! Después de dejar a Estrella en su salón de clases, Lola fue a su auto y conducía sin rumbo. En realidad no conocía a nadie aquí, excepto a Jorge. O podría llamar a Manolo para preguntarle dónde estaban él y Laura en este momento. Podría ir a verlos para una visita. Sacó su celular. Cuando estaba a punto de llamar a Manolo, sonó el teléfono. Era Jorge. Ella sonrió y respondió cortésmente: —Hola, Sr. Jiménez. Al escuchar su dulce voz, Jorge frunció el ceño. —¿Dónde estás? Iré a recogerte. —En la tierra. Espera, ¿no lo sabías? —Ella respondió en tono sarcástico. —¡Lola, solo háblame seriamente! —Su tono de advertencia la hizo ponerse un poco nerviosa. ¿Era la persona que había hecho algo malo y la estaba amenazando? — Señor Jiménez, si no tienes nada bueno que decir, colgaré. —¡Lola, si te atreves a colgar, estarás muerta! ¡No lo hagas! —Jorge la amenazó de nuevo. Lola detuvo el auto a un lado de la carretera y dijo: —¡Di la maldita cosa que quieres decir!

... Jorge frunció el ceño: —¡Vuelve a la mansión ahora! —Le ordenó sin ningún indicio de respeto. ¡A ver cómo la castigaría tan pronto como ella volviera! —No, no lo haré. ¡Estaré lejos de casa! ¡No me detengas! ¡Sólo cuida de tu otra mujer! —Colgó bruscamente y condujo el lujoso automóvil a gran velocidad. ¿Qué? ¿Ella no vendría a casa? El hombre no se enojó por que le colgara, pero se sintió bien al escuchar esas palabras. Parecía que ella había pensado en la mansión como su hogar. Tal sentimiento fue... ¡Muy confortante y bueno! Sacó su teléfono y marcó un número. —¿Tienes a la chica? Sánchez, quien tenía bloqueada a a Bonnie, se sintió angustiado al escuchar lo que el jefe le preguntó. Él respondió en tono casual: —¡No, ella no quiere verme! —¡Esa mujer era tan terca! ¡Ella no sabía que para perseguirla, él le había pedido especialmente al jefe que le diera varios días de permiso! Pero era culpaba de él. La había obligado a dormir con él. Debería haber conocido sus limitaciones. —¡Señor Sánchez eres tan estúpido! ¿Sabes lo que estás haciendo? —No estaba en horario laboral en este momento, por lo que Sánchez podría elegir no ser su asistente. Sánchez respondió: —No trates de ocultármelo. Ya sé que estás en desacuerdo con tu mujer. ¡Y tienes el descaro de hablar de mí! La cara de Jorge se puso pálida de inmediato. ¡Solo lo estaba despertando para hacer un trabajo para él en medio de la noche! ¿Qué pasaba con él? ¿Cómo podía saber sobre él y Lola? —Sánchez. ¿Qué pasa contigo? ¿Estás discutiendo conmigo? —Su tono frío solo podía entenderse entre ellos. Se conocían muy bien. —No diga eso, Jorge, ahora soy su asistente especial. ¡Nunca habrá un jefe como usted! —Por supuesto, fue debido a su otra identidad, que no le gustaría mencionar. Simplemente lo cubrió con el título, 'asistente especial'. Al oír esto, Jorge dijo: —Tonterías, ¡vuelve al trabajo mañana! Por favor, hazlo. Sánchez dudó por un momento. —Si la consigo esta noche, volveré mañana. Si fallo... Está bien, yo también volveré. —¿Qué más podría decir?

Jorge murmuró fríamente en satisfacción. —Y mi esposa está enojada, así que trata de encontrar una manera de resolver esto. —Finalmente llegó al propósito de su llamada. Sánchez abrió los ojos: —Mi gran jefe, la señorita Li es realmente una mujer extraña... Ella es realmente única con su personalidad. ¡Una estrategia habitual no funcionaría en ella! El hombre frunció el ceño y dijo con fiereza: —Si fuera fácil de resolver, ¿te lo preguntaría? ¡Por supuesto que sé que es difícil lidiar con eso!

... Sánchez miró a la distancia. También fue atrapado en un punto muerto debido a una mujer. Pero su jefe le había pedido que lo hiciera de inmediato. —¡Solo obliga a ella! —¿Soy una persona tonta? —La sarcástica y fría voz atravesó a Sánchez provocando un escalofrío a través de su espalda. Él preferiría no forzarla. Pero él prefería consolar gentilmente a esa mujer. —¡Entonces hazle una sorpresa! ¡Hazlo grandioso! ¿Lo entiendes? — Sánchez había visto completamente la intención de esto. Intelectualmente, Jorge era realmente inteligente. Pero emocionalmente, era débil en eso. ¿Una sorpresa? Jorge lo pensó por un rato. Entonces él inmediatamente colgó el teléfono. Sánchez se sobresaltó y se confundió. ¿Funcionaría una sorpresa en ella? Jorge caminó en círculos en el dormitorio y, sin darse cuenta, vio la cámara sobre el escritorio. Era la cámara que Lola había llevado a Canadá. Si revelara toda el rollo y luego ... Entonces Jorge tomó la cámara y salió rápidamente de la casa. Por la noche, Lola y Estrella todavía no regresaban. Jorge, que había estado ocupado toda la tarde, llamó a Lola. Ella no respondió. Luego llamó a la escuela. La maestra le respondió cortésmente. —Señor Jiménez, Estrella fue recogida por su madre después de la escuela. No sé a dónde irían. Al escuchar esto, Jorge siguió llamando a Lola, y el teléfono finalmente se encendió.

—Papi, soy yo, Estrella. —La encantadora voz hizo que Jorge se sintiera mejor. Realmente fue un alivio saber que su hija estaba feliz y segura.



Capítulo 289 Vayamos a casa —¿Dónde estás? —Le preguntó a su hija con voz reconfortante. No quería molestar a Estrella. Ella era su única forma de llegar a Lola. Estrella se dio cuenta de que su mamá todavía no había salido del baño. — No lo sé. Mamá dijo que estábamos en casa de mi tío. —En realidad, Estrella estaba realmente confundida porque no vio a Manolo aquí. ¿Tío? Tal vez, ¿Manolo? —¿Te dijo mamá cuando regresabas aquí? —Sí. Ella me dijo que no volveríamos esta noche. Nos quedaremos aquí. — Lola abrió la puerta del baño y salió con una toalla envuelta en su cuerpo. Luego encontró a Estrella sosteniendo su teléfono. ¡Oh Dios! Ella podría estar contestando el teléfono y contándole todo a Jorge. Corrió para agarrar el teléfono de la mano de Estrella. ¡Bastante seguro! ¡Era Jorge en la llamada! Ella estaba hablando con su padre. Inmediatamente colgó y sostuvo a su hija en su regazo. —Estrella, ¿qué le dijiste a tu papá? Esta pequeña tonta. Esperaba no haberle dicho a Jorge dónde estaban ahora. Estrella pensó por un momento y sacudió la cabeza. —Papá preguntó cuándo regresaríamos. —Solo podía recordar la última frase. —Entonces, ¿qué dijiste? —Dije que no volveríamos. Tú dijiste eso, ¿no? —Su mamá le dijo esto, ¿no? Lola no preguntó más. Fue a otra habitación a buscar su ropa. Lola llevó a Estrella a cenar y luego regresó al apartamento de Manolo. Aparcó el coche abajo. Cuando estaba a punto de sacar a su hija del auto, un hombre salió del callejón oscuro. Lentamente se acercó a ella. La mitad del cuerpo de Lola estaba en el auto preparándose para sostener a su hija. Ella no podía ver quién venía. Entonces, un brazo pesado y fuerte la tomó por la cintura y la sacó.

Justo cuando Lola estaba a punto de gritar, ella inhaló un olor familiar. Luego ella fue sujetada a su pecho y, efectivamente, era él. ¿Cómo supo dónde estaban? Estrella se rió en secreto en el auto cuando vio a su papá abrazando a su mamá. —Cariño. —Su profunda y sensual voz sonó dulcemente en sus oídos. En un instante, Lola se sintió tan seducida por Jorge. Se debía imaginar que el hombre que amabas era extremadamente guapo y te llamaba cariño con una voz suave y sexy. ¿No te sentirías mareada? ¿No serías seducida? —¡Oye! ¡Déjame ir! —Ella retorció su cuerpo frenéticamente para liberarse de sus brazos. —Buena niña, basta. Vamos a casa.

...... Cuando Lola escuchó estas palabras, se quedó atónita por un segundo. ¡Qué hermosas palabras! Por un momento, se sintió conmovida, como si todos los celos y la ira hubieran desaparecido. Por primera vez en su vida, sintió que Estrella finalmente tenía una familia completa. La noche de repente se veía tan hermosa mientras Lola y Jorge se abrazaban. Ella levantó la vista y encontró al hombre mirándola con amor. Asintió con placer. Jorge llevó a Lola al auto y se sentó junto a Estrella. Había conducido hasta aquí personalmente para recoger a su esposa e hija. En el asiento del conductor, sonrió cuando vio a la mujer todavía aturdida a través del espejo retrovisor. Después de un viaje de medio camino, Lola se dio cuenta de que Jorge se había desconcertado por su belleza y encanto. ¡Se suponía que estaba enojada con él! De vuelta en la mansión, Jorge llevó a Estrella al baño para que se diera un baño mientras Lola yacía soñolienta en la cama, esperando para contarle a su hija algunas historias. No esperaba que lo perdonara tan fácilmente. No sería tan generosa. Se conocía a sí misma.

Cuando Jorge salió y llevaba a Estrella a la cama, Lola ya estaba casi dormida. No se despertó hasta que Jorge la besó en la mejilla. Sentada a su lado, Estrella sonrió y quedó encantada con lo que vio. Lola envolvió sus brazos alrededor de Estrella y se cubrió con la colcha. — ¡Hora de dormir! Estrella cerró los ojos obedientemente, y luego los abrió de nuevo en secreto, mirando a su papá detrás de ella. —Papá, ¿puedes contarnos una historia? ¿Por favor? Jorge dejó su toalla de baño, se subió a la cama, tomó un libro de cuentos y comenzó a leer la historia del sheriff gato negro. Mientras leía el libro de cuentos, miraba a Lola. Sus ojos eran realmente encantadores. Estrella se durmió rápidamente. Lola retiró suavemente su brazo de debajo de ella. Luego fue al baño para quitarse el maquillaje y refrescarse. Mirando a su espalda, Jorge ya no se preocupaba. Dejó el libro de cuentos, tapó a Estrella y también se levantó de la cama. Lola se lavó la cara en el baño y regresó a la habitación para cambiarse a su pijama. Así que cuando Jorge volvió a ver a Lola, vio una belleza con una figura perfecta resaltada por un cheongsam azul cielo y un hermoso cabello largo. La sostuvo contra su pecho y olió la fragancia de su cabello mientras la conducía al vestidor. Lola intentó empujarlo, pero él siguió abrazándola. Era demasiado fuerte. —Jorge, voy a cambiarme de ropa. Deberías volver a tu estudio. Jorge la besó en la frente, la levantó de nuevo hacia su pecho y salió del dormitorio. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y no tenía la intención de facilitarle las cosas. —Jorge, no esperes que te perdone gracias a tu dulzura esta noche. ¿Cómo podría perdonarlo? La dejó sola y fue a celebrar el cumpleaños de su madre con otra mujer. Cuanto más lo pensaba, más agraviada se sentía. Se sentía sola y que a nadie le importaban sus sentimientos, incluso antes del matrimonio. Las cosas debían empeorar después del matrimonio, entonces. Jorge la colocó en la puerta de la habitación, sujetándole la mejilla con las manos y dejando que ella lo mirara. —¿Qué tal si no nos enojamos? ¿Puedes hacer eso por mí? —¡No! —Sus labios hicieron pucheros y sus ojos se enrojecieron de

disgusto. Mirando sus quejas, Jorge no pudo evitar reírse. La sujetó contra la pared con los brazos en los costados. —¿No sabes dónde está mi corazón? —Él la miró y dijo en un tono sorprendentemente serio. Ella nunca podría rechazar su afecto. Lo amaba demasiado. Lola fue sofocada por un momento. Por supuesto que podía sentir su amor por ella. No se podía negar eso. Al notar su silencio, continuó diciendo: —¡Te quiero, Lola Camela!

... Este hombre era realmente bueno en palabras dulces. ¿Qué más podía decir cuando la mayor parte de su ira ya se había ido? —Cierra tus ojos. —La tomó de la mano y se dirigió a la habitación junto a ellos. Lola lo miró dubitativamente, pero cerró los ojos de forma obediente. La puerta se abrió y ella escuchó el sonido de un botón. —Abre tus ojos. —Se sorprendió al ver lo que estaba frente a ella. La enorme sala estaba vacía excepto por un piano blanco en el medio. Una línea de lámparas en forma de vela yacían sobre el piano, todas brillando con una tenue luz roja. También había fotos de diferentes tamaños en el fondo de pantalla. Estaban rodeados de coloridas bombillas. En ese mismo momento, la habitación estaba iluminada por las bombillas coloridas en lugar del faro. Justo enfrente de ellos, en las ventanas francesas, había un corazón con forma de bombillas rosadas que decían "Te quiero, mi Lola". Ella miró las fotos cuidadosamente y descubrió que la mayoría de ellas fueron tomadas en Canadá. Había fotos de paisajes, sus selfies y las suyas también. En el otro lado, había fotos de ellos y Estrella. Era el día en que fueron a Echo Bay, frente a la mansión Camela. Jorge estaba abrazando a Estrella en la foto y la sostenía sobre sus hombros. Y en una foto, Jorge estaba inclinado y besándola. Desde estos ángulos, la única persona que pudo tomar estas fotos era Manolo. Esto fue realmente una agradable sorpresa.





Capítulo 290 Estás bienvenida a supervisar mi trabajo en cualquier momento Las otras fotos eran las suyas, incluida una selfie de su billetera que le regaló hacía 4 años y las fotos que compartía en Twitter. También había fotos de su personaje, Pearla, en las películas y algunas fotos tomadas cuando participaba en programas de variedades.

... ¿Cómo consiguió tantas fotos de ella? Incluso reveló todas estas. ¡Debió ser costoso! La otra mitad de la pared estaba vacía. Él la detuvo colocando sus brazos alrededor de su cintura y siguió su mirada. —Esta habitación será nuestro espacio para todos los recuerdos que tengamos. Podemos publicar nuestras imágenes futuras en este muro vacío. —Jorge le aseguró. Las fotos de la boda se entregarían recientemente, y él ya les había dicho que revelaran algunas fotos pequeñas para poder colocarlas en la otra pared. Repentinamente estaba con los ojos llorosos cuando vio esta gran sorpresa. ¿Por qué siempre hacía esas cosas? Él siempre la conmovió. ¿Cómo podría no gustarle a ella? Se dio la vuelta y se arrojó a sus brazos. Ella gritó: —¡No me gustas más! ¿Cómo puedes hacerme llorar todos los días? Jorge abrazó a la pequeña niña inquieta. Él sólo quería que ella estuviera feliz. No quería hacerla llorar. Lola no era tan traviesa como siempre y dijo seriamente: —¡Jorge, te quiero mucho! ¡Estás en mi corazón de corazones! ¡Espero que no te vayas con otra mujer otra vez!

La miró con amor y sonrió. Aunque tardó toda la tarde, estaba de buen humor ya que la sorpresa funcionó. Debería agradecer a Sánchez por esto. Añadió: —Sé que te gusta viajar y tomar fotos. Mañana, le pediré a algunas personas que envíen varias cámaras desde el extranjero y que hagan un estante y algunos álbumes de fotos aquí. Señaló un lugar vacío y ya había ordenado a algunas personas que hicieran el estante. Ellos vendrían mañana para arreglar todo. —También les pediré que traigan una silla colgante aquí y la pongan frente a las ventanas francesas. Cuando estés cansada, puedes sentarte y contemplar el paisaje. Este será un lugar para tu relajación. —Señaló la ventana francesa. Fuera de la ventana estaba el mar infinito. Desde este punto de vista, también podían ver la mitad del jardín. También tendría arces plantados a ambos lados del sendero del jardín. Cada otoño, caminarían juntos debajo del árbol de arce. Las hojas serían majestuosas. Todavía recordaba que ella le dijo una vez que soñaba con abrir una cafetería. Dijo: —Compré un local de la tienda cerca de la mansión. La cafetería será renovada. Después de casarnos, puedes concentrarte en dirigirla. Estaba cerca de casa. Además, en realidad solo había unas pocas personas para que no estuviera ocupada todos los días. No importaba si ella ganaba dinero o no. Lo importante era que disfrutaría haciendo lo que quería. Todo dependería de su voluntad. No importaba que incluso no quisiera manejarlo. ¡Podía mantener una cafetería durante décadas y cientos de años sin ninguna presión o carga! Lola lloraba incontrolablemente. Nunca antes había estado tan feliz y los sentimientos la abrumaban. Mientras tanto, Jorge continuó: —Si sientes que el negocio no está creciendo debido a la escasez de clientes, puedo invertir para construir un distrito comercial aquí para que la gente se sienta atraída. —No tienes que preocuparte por eso. Lola arrastró la esquina de su camisa, y sus lágrimas mojaron su camisa blanca. Ella solo podía decir entre sollozos. —Jorge... . ¡Qué amable eres conmigo! Ya no estaría enojada con él. Estaba muy ocupado lidiando con la administración diaria del grupo de SL, y ahora también tenía que prestar tanta atención para hacerla feliz. ¿De dónde sacaba tanta energía? Definitivamente se sentiría tan solo si ella todavía estuviera enojada. La decepción llenaría su alma. Sostuvo a la temblorosa mujer en sus brazos y sonrió con el aura de la brisa

primaveral. Él estaba dispuesto a hacer todo por ella mientras fuera feliz. No dudaría en dar su vida por ella y su hija. Este era el pináculo de su vida. Ella se levantó de puntitas y besó sus delgados labios. Lo amaría bien para siempre. Ellos sabían que se amaban tanto. Cuando la mujer dejó de llorar, Jorge la dejó sentarse en el nuevo piano y observó su bonita cara en la tenue luz. Finalmente, el hombre le pidió que se girara y se tumbara boca abajo en el piano. Su largo cabello negro estaba esparcido sobre el instrumento, flotando de un lado a otro.

... ... Después de un largo rato, Jorge regresó a la habitación con la mujer en sus brazos y vio a su pequeña hija durmiendo en el medio de la cama. Luego abrió la puerta del baño y entró con Lola. —Tengo mucho sueño... . Me has hecho sentir tan cansada. —Protestó débilmente. —¡Pero, te sigues durmiendo!

... Lola realmente quería patearlo. Siempre había querido dormir temprano pero Jorge siempre la mantenía despierta por la noche. No en vano, se levantó al mediodía del día siguiente. Había sido una rutina para ella. Mientras Lola estaba almorzando, recordó lo que Jorge dijo ayer sobre comprarle una tienda cercana. Podría ir allí y mirar alrededor del área. Ya podía planear algunas ideas. Fuera de la puerta de la mansión, vio a algunos trabajadores caminando hacia el pasillo. Curiosamente le preguntó a Tom sobre eso. —¿Qué harán ellos? —Oh, estos son los trabajadores que Jorge asignó. Plantaron los árboles de

arce a ambos lados de la carretera de allí. —Tom respondió con la verdad. ¿Árboles de arce? ¡Oh! Recordó que Jorge ya le había hablado de esto ayer. Pero estaba tan emocionada que casi lo olvidó. ¡Estaba tan atrapada en el momento! ¡Jorge era realmente un hombre de palabra! Sabía cómo cumplir sus promesas. En su camino hacia el garaje, Lola llamó a Jorge. —Mi amor y yo realmente nos conocemos. —Jorge dijo estas palabras tan pronto como contestó el teléfono. Él sabía por qué ella estaba llamando. —¿Eh? Jorge estaba organizando sus papeles cuando dijo: —Iba a llamarte y pedirte que me lleves a casa. ¿Podrías hacer eso? —Apenas había levantado el teléfono cuando ella llamó. ¡Oh! —¿Por qué quieres volver ahora? Es un poco temprano, ¿no? —¿Y le pidió a ella que lo recogiera? Esto no había sucedido antes. —Las fotos de la boda se entregaron y ahora se espera que lleguen a la mansión. Tú vienes a recogerme, porque necesito ir a casa para supervisar el trabajo. —Las fotos de la boda deberían ser manejadas con cuidado. ¡Qué cosa tan maravillosa! Como ella no tenía nada que hacer, ¡podía llevar a su esposo a casa! ¡Se sintió tan emocionada! Lola sonrió y dijo: —Espérame. Iré allí ahora. —Le dijo dulcemente. No podía esperar para verlo de nuevo. —¡Genial! Ven directamente a mi oficina. Eres conocida aquí, de todos modos. Sin embargo, Lola recordó que había ido a su oficina dos veces antes, ¡y siempre estaba acompañado por mujeres hermosas! —Creo que no es una buena idea. Solo te esperaré afuera. Me temo que si vuelvo a entrar directamente, seré culpable de molestarte. Sabes a lo que me refiero. —El olor de los celos estaba en el aire. Jorge sonrió al pensar en esto. —¡Mi querida esposa, estás bienvenida a supervisar mi trabajo en cualquier momento! ¡Eres mi jefa! —Era la única mujer que tenía relaciones sexuales con él, y sería la única para siempre. Fue una gran sensación tenerla de su lado. Lola sonrió con satisfacción: — ¡Espera, estaré allí! —Conduce despacio. No tengo prisa. Cuídate. —Aunque era una buena conductora, él no podía evitar preocuparse por su seguridad. —¡No te preocupes! Lola se sentó en el coche, luego arrancó el motor. Condujo directamente a la oficina del grupo SL.

En Grupo SL. Incluso sin decir una palabra, un acomodador inmediatamente la llevó cortésmente al ascensor. ¡Eso era! Todos la conocían desde que era la mujer a quien el Sr. Si había propuesto matrimonio. Llegó al piso 66. Sánchez vio que Lola estaba saliendo del ascensor. Corrió hacia ella y le dijo con un aire de afecto: —Entre, por favor, señora Jiménez. ¡Es realmente bueno verla! Lola estaba muy feliz de escuchar que la llamaba Sra. Jiménez. Parecía que el tiempo acababa de volver hacía cuatro años y ella estaba en la ciudad D. Todos los recuerdos volvieron a ella. —¡Gracias! —Ella se dirigió a la oficina del CEO felizmente.



Capítulo 291 Hoy era un buen día. No había nadie en la oficina. Lola miró a su alrededor con curiosidad y terminó mirando el salón. ¿Estaba dentro? Sería mejor que entrara y lo descubriera. Lola abrió la puerta y entró. Sin embargo, nadie estaba allí. ¿Dónde estaba Jorge? Ya se estaba poniendo tan nerviosa. De repente, un hombre la abrazó por detrás. Su corazón saltó al instante. Con el olor familiar, sabía que el hombre era Jorge. No tuvo que mirar atrás. Después de calmarse un poco, finalmente se dio la vuelta para miralo. Ambos sonrieron amorosamente y ella dijo: —¿Desde cuándo nuestro Jefe Si se volvió tan infantil? Tienes que estar alerta porque alguien puede ver esto y burlarse de usted. Entonces ella acarició su hermoso rostro con sus manos. Su sonrisa era demasiado encantadora y atractiva. Ella no pudo evitar rendirse. Él bajó la cabeza, besó sus labios rojos y dijo en tono serio: —Aquellos que se burlen de mí serán despedidos. Ellos son los que estarán en problemas, no yo. Lola se rió, y le acercó la corbata. —Jorge, de ahora en adelante, solo puedes sonreírme. ¡Sólo a mí! Jorge rechazó la idea de inmediato. —De ninguna manera. Jorge miró los labios pucheros de Lola, se tocó la nariz y dijo: —También tengo que sonreírle a mi pequeña bebé. Lola entendió. Bien entonces. Bien. Bien. Después de todo, esa pequeña bebé era su hija. —Bien entonces. Pero solo a nosotras, ¿de acuerdo? Jorge la abrazó con fuerza. —Sí, mi querida esposa. Tus deseos son órdenes para mí. —Vamos, Jorge. Hora de ir a casa. Hay cosas que tenemos que hacer. —Sí, señorita Camela. ¡Vámonos! Hoy era un buen día. La carcajada de Lola llenó la habitación.

Lola esperaba que cada día fuera así. Después de salir de la oficina, Lola se mantuvo a cierta distancia de Jorge. Este era un lugar de trabajo profesional, por lo que no quería ser obviamente cariñosa. Luego él le devolvió una mirada enojada y extendió su brazo. Lola sostuvo su brazo sonrojada y susurró: —Estamos en la compañía. Necesitas mantener una buena imagen y profesional. —Su intimidad podría reflejarse mal en él. De repente Jorge se dio la vuelta y miró al personal de la división de secretarios. Los miró y preguntó: —¿Qué vieron? ¿Han visto algo? Sánchez tomó la iniciativa de sacudir la cabeza, luego se inclinó y cortésmente respondió: —Jefe Jiménez, no vimos nada. Nada en absoluto. — Realmente entendió las expresiones de su jefe. Jorge miró a Lola a su lado, mientras levantaba una ceja de manera sarcástica. Lola no sabía cómo responder y solo dijo: —Vamos. Ya nos están esperando. Luego se fueron, con sus brazos envueltos uno alrededor del otro. No fue hasta que entraron en el ascensor que toda la división de secretarios levantó la cabeza y habló sobre la dulce pareja. Sánchez había esperado lo suficiente. Los llevó a todos a un grupo para chismear. Antes de regresar a la mansión, Jorge de repente dio un giro y se detuvo frente a una tienda. Bajó la ventanilla y dijo: —Esta está en construcción. Tiene dos pisos, con una superficie de 1600 metros cuadrados. Lola se dio la vuelta y vio una propiedad que aún estaba en proceso de renovación. Sólo un parque estaba allí. Todavía no había tiendas. El entorno se veía tranquilo y silencioso. —Gracias, mi querido esposo. Eres el mejor. —Ella sostuvo su brazo y lo frotó dulcemente con su mejilla. —No tienes que darme las gracias. Acostúmbrate. Somos una familia ahora, ¿no? —La miró con descontento. Lola de inmediato levantó la cabeza y se rió de él. —Bien. Bien. Bien. Te haré un accionista entonces. ¿Qué te parece, chico grande? Jorge miró su expresión de confianza. Besó sus labios rojos y respondió: — No hay necesidad de eso. Estoy bien mientras me ames con todo tu corazón y alma. ¿Su cuerpo o su corazón? Sabía lo que él siempre había deseado de ella ... Quería que toda ella fuera suya.

Condujo despacio. En solo un par de minutos, ya estaban en la mansión. Los dos jóvenes que entregaron las fotos de su boda ya habían estado esperando en la puerta de la mansión. Jorge y Lola bajaron del auto juntos. Le dio la llave del auto a Tom y luego los guió dentro de la mansión. Los dos jóvenes los siguieron mientras sostenían las fotos. Miraron alrededor del pasillo y se sorprendieron ante el lujo de la mansión. ¡Nunca podrían permitirse un lugar tan lujoso incluso si trabajaran durante un millón de años! En el dormitorio del segundo piso, un hombre cavó un hoyo en la pared cerca de la cabecera. También había un clavo dentro del hoyo. Luego se fueron según lo ordenado mientras Jorge colocaba la foto más grande de la boda. En la foto, Lola llevaba un precioso vestido blanco y apoyaba la cabeza contra Jorge. Él vestía en un traje negro y elegante. Una gran sonrisa cruzó el rostro de Jorge. Se veían tan lindos juntos. Las otras fotos estaban colocadas en el dormitorio, la sala de estudio y el cuarto de Estrella. Por último, pero no menos importante, las pequeñas imágenes adicionales que Jorge había pedido que se revelaran estaban pegadas en la sala de imágenes. Jorge sacó la cinta y la pegó en cada esquina. Entonces, Lola puso la foto en la pared. Lola trató de modelarlos en la forma de un corazón, pero se inclinó un poco. Cada foto mostraba lo felices que estaban. Uno podría fácilmente decir que estaban profundamente enamorados. —Mira eso. ¡Te estabas aprovechando de mí! —Lola vio de repente una foto donde Jorge puso su mano en un área privada de su cuerpo. Ella acababa de enterarse de eso ahora mismo. Jorge miró donde ella estaba señalando y sonrió. —No me importa. ¿Por qué te importa? —Dijo audazmente y dejó que Lola lo pellizcara como venganza. —¿No pensaste que eso era vergonzoso? ¡Había tanta gente mirándonos! — Su rostro sonrojado llevó a Jorge a la más salvaje de sus fantasías. Jorge dejó la cinta y la empujó hacia la mesa detrás de ella... se inclinó hacia delante y la inmovilizó. Finalmente, estiró sus brazos a sus dos lados, gradualmente acercándose a ella. Mirando su cara bonita, parpadeó y se preguntó si él estaba coqueteando con ella.

La habitación se volvió más silenciosa con solo el sonido de su aliento haciendo eco en ella. El corazón acelerado de Lola latía aún más rápido. —Tú... Ella comenzó a hablar lentamente. —Realmente no puedes esperar. Yo... Pero ella no pudo completar la oración. Había perdido el habla y no estaba segura de las palabras adecuadas para decir. El carisma de Jorge la cautivó. En este momento, él era aún más fascinante con esa encantadora sonrisa en su hermoso rostro. Jorge la levantó un poco sobre la mesa para poner sus ojos al nivel de los de él. Miró a Lola nerviosa y le preguntó tentativamente: —¿Qué pasa? Lola se sonrojó de vergüenza. No pudo negar que fue seducida de nuevo... —Nosotros... Deberíamos salir de la habitación ahora. —Tartamudeó, mientras trataba de evitar mirar sus oscuros ojos. ¿Qué? ¿Salir de aquí? Jorge levantó una ceja con desaprobación y la llevó a la ventana francesa. —¿Es hermoso el mar? —Preguntó de repente. Lola, aunque confundida, asintió: —Es bastante bonito. —El mar estaba claro, y libre de cualquier contaminación. De hecho, era fascinante. —Entonces échale un buen vistazo. Concéntrate en el paisaje. —Él le dio la vuelta, puso su espalda contra él, y le susurró dulcemente a sus oídos.

... —No estoy de humor para mirarlo ahora mismo. —Protestó suavemente. Escuchó el sonido familiar de un cinturón que se estaba quitando. Él dijo: —Demasiado tarde. —Ella era demasiado débil para resistirse. Él no pudo controlar su impulso. A la hora de la cena. —Señora Durán, ¿dónde está Estrella? ¿Cuándo volverá a casa? —Lola le preguntó mientras bajaba las escaleras y bostezaba. Ella estaba limpiando la casa. La señora Du detuvo instantáneamente lo que estaba haciendo y sonrió. — El señor dijo que él te sacaría esta noche, así que envió a Estrella a la vieja casa.



Capítulo 292 Sólo te quiero a ti —¿Sacarme? ¿Mandó a Estrella a la vieja casa? ¿A dónde me llevará? —Lola se perdió en sus pensamientos. Regresó a la habitación, tomó su teléfono y llamó a Jorge. —¿A dónde vamos esta noche? ¿Por qué no me dijiste sobre esto? —Le preguntó a Jorge tan pronto como llegó. Jorge le sonrió. —Samuel llamó. Tendremos una reunión esta noche. Te llevaré allí. —¿Ah? ¡Ya veo! Voy a cambiarme ahora. ¿Cuándo regresarás? —Mientras seguía hablando con Jorge por teléfono, Lola se dirigió al guardarropa. —En alrededor de media hora. Vístete y espérame abajo. Después de colgar el teléfono, Lola se lavó la cara y se puso un maquillaje ligero. Llevaba una bata blanca y una falda base azul oscuro. Mientras bajaba, Jorge ya estaba en el pasillo. Miró su reloj de mano. Habían pasado 28 minutos. Jorge siempre llegaba a tiempo. Al ver que Lola todavía estaba en el segundo piso, Jorge se detuvo y la esperó. Entonces Lola se le acercó. Jorge extendió su mano hacia ella como un príncipe noble que conoció a su amada princesa. Lola sonrió dulcemente y puso su mano derecha sobre la suya. Salieron de la mano. Un Maserati convertible rojo estaba aparcado en la puerta. Lola nunca había visto este coche antes. Sin embargo, no preguntó. Jorge, un magnate de los negocios, tenía todo lo que uno podía pedir. Sabía que todavía había cosas que Jorge poseía y que ella no había visto aún. Abrió la puerta del asiento del pasajero y la dejó entrar. Era un verdadero caballero esta noche.

Luego regresó al asiento del conductor, se ajustó los cinturones de seguridad y se alejó de la mansión. El Maserati finalmente se detuvo en la playa. Había un crucero de lujo magnificamente decorado esperando cerca. Cuando Jorge tomó su mano y estaba a punto de abordar el crucero, Lola de repente recordó lo que sucedió en la ciudad D unos años antes. Una vez abordaron un crucero y Yolanda le tendió una trampa. Jorge mencionó que fingió ser amable con ella por el viejo reloj de bolsillo. ¿Y ahora? Al pensarlo, su cara se puso pálida. —¿Estás bien? De repente te ves tan preocupada. —Jorge sabía lo que significaba cada expresión de Lola. Ella apretó su mano con fuerza y estaba dudando en dar un paso adelante. Estaba tan feliz y Jorge era muy amable con ella recientemente. Parecía un sueño. Se decía que todo lo bueno llegaba a su fin. Tal vez todo cambiaría después de que abordara el crucero. Recordó lo que Jorge le dijo despiadadamente en la ciudad D hacía cuatro años: —¡A partir de hoy, serás excluida del círculo de la farándula! ¡Quiero que sufras! ¿Sabes por qué me casé contigo? Tienes algo que mucha gente quiere, incluyendo Tomás. ¿De verdad crees que eres muy atractiva? ¡No! Recordando el pasado, Lola comenzó a temblar. —Lola, ¿qué estás pensando? Dime. —Preguntó Jorge con voz reconfortante. Sostuvo su cuerpo tembloroso y supo que estaba ansiosa y asustada. Miró a su alrededor pero no encontró nada sospechoso. Pero Lola había estado actuando de forma extraña. —Oye, dime, ¿qué está pasando? Por favor. —Jorge le rogó. Lola se puso la mano en el pecho y, de repente, lloró. No pudo reprimirlo más. Estaba tratando de calmarse diciéndose a sí misma: —Lola, no lo pienses. Que lo pasado sea pasado. Sin embargo, falló y todavía estaba obsesionada por lo que Jorge dijo. Aunque se puso muy emocional, Jorge todavía le preguntó con paciencia: —Oye, dime, ¿qué pasó? Estoy preocupado por ti. Su cariñosa y gentil voz apartó a Lola de sus dolorosos pensamientos. Miró sin comprender al hombre que tenía delante. —El viejo reloj de bolsillo. Jorge, todavía intentas conseguirlo, ¿verdad? Lola finalmente admitió lo que estaba pensando. Jorge se sobresaltó cuando escuchó esto.

También recordó esa noche en la ciudad D hacía cuatro años. Todavía podía recordarlo con remordimiento. En ese momento le dijo que pretendían ser amables con ella por el viejo reloj de bolsillo. Jorge se sintió culpable. Sabía que no debería haber dicho eso. —No, Lola, es solo un malentendido. Estaba tan enojado contigo pero no quise decir nada de lo que dije. Mírame. No quiero el viejo reloj de bolsillo. Ya tengo todo el dinero y los tesoros del mundo. ¡Solo te quiero a ti! Levantó la cabeza de Lola para que ella pudiera mirarlo a los ojos. Sus ojos estaban borrosas por las lágrimas. No podía ver claramente la mirada ansiosa de Jorge. —Lo siento. No debería haber dicho eso. Lola Camela, por favor acepta mis disculpas. —Varios años habían pasado, pero Lola todavía estaba asustada. Obviamente, Jorge la lastimó profundamente y realmente sintió pena por eso. Lola se secó las lágrimas y se agarró la cabeza con pánico. Ella ansiaba una respuesta definitiva. —Jorge, solo quieres estar conmigo, ¿verdad? Dime que quieres estar conmigo porque me quieres. —Estaba tan asustada que las palabras le habían fallado. Jorge la miró a los ojos y asintió solemnemente. El viejo reloj de bolsillo no significaba nada para él. Nunca significó nada para él. ¡Incluso si el viejo reloj de bolsillo pudiera traer una enorme riqueza, a él no le importaría! —Olvida el pasado. Te amaré mucho en el futuro. Tienes mi palabra. —La vida era importante, pero el amor era lo más grande en la vida. Lola asintió suavemente. —Confío en ti. Por favor, no vuelvas a romper mi corazón. Jorge se secó las lágrimas y respondió: —Si no te quiero mucho, ¡entonces desearé morir! —Juró solemnemente. Lola negó con la cabeza. —Confío en ti. No necesitas prometer más. —Jorge, ámame con todo tu corazón y alma. ¿Sí? Ya no quiero ver mujeres a tu alrededor. Jorge asintió, la besó en los labios y juró: —¡Lola Li será mi única esposa por el resto de mi vida! Lola puso sus manos alrededor de su cuello. —¡Jorge Si será mi único esposo por el resto de mi vida también! —Ella respondió ansiosamente, por temor a que él no supiera acerca de sus sentimientos. Poniendo su mano alrededor de su cintura, Jorge respondió con un tono serio. —Confío en ti. Se abrazaron mientras caminaban por la orilla. Jorge secó las lágrimas de Lola y la tranquilizó suavemente.

Después de un rato, Jorge le susurró algo a Lola, y esto hizo que Lola se sonrojara de vergüenza. Lola golpeó su pecho y le mordió el brazo en tono de broma. No muy lejos de ellos, Yolanda los veía claramente. Vino aquí para asistir a la fiesta de cumpleaños de Leandro. Se puso tan celosa. Jorge nunca mostraba alguna expresión, pero Lola lo había cambiado. Ahora, sus emociones eran fáciles de ver. Él podría estar ansioso y preocupado. También se sentiría herido y fruncir el ceño. ¡Él mimó a Lola tiernamente! Yolanda no esperaba que el frío Jorge se volviera así. Cuando estaban juntos, nunca la trataba así. ¿Qué estaba mal con ella? Jorge y Lola se abrazaron bajo la luz de la luna. La brillantez de su amor encantó a las personas que los rodeaban. Ignorando las bromas de Jorge, Lola se calmó y abordó el crucero con él.



Capítulo 293 Príncipes de la barbacoa Ya había una docena de personas en el stand privado cuando llegaron. Las palabras: —¡Feliz cumpleaños a Leandro Akerman! —estaban impresas en una pancarta clavada en la pared. Ella sabía que hoy era el cumpleaños de Leandro. Pero no sabía que ella y Jorge iban a venir, por lo que no pudo comprar un regalo. Algunos muchachos estaban a punto de silbar cuando vieron a Lola, pero no lo hicieron porque Jorge estaba de su lado. —¡Bienvenidos señor y señora Jiménez! —Leandro estaba muy feliz de que hubieran venido y le dio un gran abrazo a Jorge. Entonces Jorge lo apartó, alejándose un mero metro de él. A Leandro no le importaba en absoluto. Extendió su mano derecha hacia Lola. —Querida Lola, ¿bailamos? Es mi cumpleaños, de todos modos. Jorge, que estaba de pie junto a ellos, se quedaba sin expresión. Arrastró a Leandro por el cuello y lo tiró al sofá antes de que Lola pudiera decir algo. Todos se echaron a reír y Sánchez comenzó a molestarlos. —Sr. Akerman, ¿cómo te atreves a coquetear con la señora Jiménez? ¡Y justo enfrente de Jorge! Sánchez estaba sentado junto con Samuel y los otros chicos. Lola se preguntaba por qué Sánchez estaba siempre con ellos. ¿Cómo podrían convivir juntos un asistente especial y esos muchachos ricos? Sánchez parecía ser más que un asistente especial... —¿Qué estás pensando? Ven acá. —Jorge tomó la mano de Lola y se sentaron en un rincón. Sacó un artículo de su bolsillo y se lo lanzó a Leandro. —¡Tu regalo de cumpleaños! ¡De nada! Leandro lo abrió de inmediato y lo miró felizmente: —¡Qué buen amigo! ¡Gracias hombre! —Estaba a punto de darle un abrazo de nuevo. Jorge estiró su pie rápidamente para detener a Leandro: —¡Bueno, para! Leandro se congeló inmediatamente y estaba a solo dos centímetros de su

zapato. Luego lo miró con desdén: —Sólo quiero un abrazo. Ni siquiera abrazo a otras personas. ¡Solo dale un gran abrazo a este pobre hombre! —Entonces, realmente te gusta Jorge, ¿eh? —Samuel pidió hablar de otro tema para que la atmósfera se aligerara un poco. Lola se sentía cómoda. Los chicos que estaban delante de ella eran padres jurados de Estrella. Realmente tenían una buena relación entre ellos. Pero en ese preciso momento, la puerta se abrió de nuevo. Entró una mujer con un pantalón verde oscuro y un abrigo corto azul marino. La cara de Lola se amargó rápidamente. Leandro dio un paso adelante para dar la bienvenida a la mujer. Pero la verdad era que realmente se sentía avergonzado. —Hola. Yolanda, ha pasado mucho tiempo. —Se abrazaron de manera cortés. Jorge pensó que su relación aún no era lo suficientemente profunda como para asistir a la fiesta de cumpleaños del otro. Alguien arregló esto deliberadamente. ¿Quién podría ser? Yolanda dulcemente miró a Leandro y le entregó un regalo muy caro. — ¡Feliz cumpleaños! ¡A ti, chico guapo! —Gracias bella dama. ¡Sirvan una copa de vino para nuestra bella dama! ¡A disfrutar de la noche, todos! —Leandro gritó a los otros chicos. Varios chicos se acercaron a la vez para mostrar su cortesía. Aunque su reputación estaba casi destruida, todavía era una mujer hermosa. Un hombre siempre se sentirá atraído por una mujer sexy. Jorge se apoyó en el sofá perezosamente, jugando la mano de Lola de un lado a otro. Él no quería apartarse su lado. Después de cantar, la multitud de personas se trasladó a la popa de la nave justo fuera de la cabina privada. Una variedad de vinos, así como parrillas ya se preparaban allí. Solo tenían que ir allí y servirse ellos mismos. Lola miró a Jorge y pensó si iba a comer barbacoa. ¡La respuesta fue absolutamente no! Sin embargo, Jorge se quitó el abrigo y llevó a Lola al lado de Samuel y los demás. Tomó un kebab y le preguntó a Lola: —¿Has comido esto antes?

...

¡Él era la persona que nació en cuna de oro! Era a él a quien se le debería hacer esta pregunta. Ella asintió. De repente pensó en Ramón. Siempre se reunían para cenar barbacoa cuando ella estaba en la ciudad D. Tomando el kebab de su mano, ella dijo: —Eso es mío. Gracias. —Lola limpió los palitos con una servilleta y comenzó a comer. Mirando cuán hábil era ella en esto, Jorge sonrió. —Estos muchachos en realidad los llamaban príncipes de la barbacoa en la universidad. Estaban obsesionados con eso. Bromeaba juguetonamente. Samuel se tragó el cordero enérgicamente y dijo: —Parece que no eres uno de nosotros. Eso es extraño. —Ustedes me obligaron. —Jorge dijo en un tono muy casual. Samuel comió otro trozo de cordero y respondió: —Tú eres Jorge Jiménez. ¿Quién se atreverá a forzarte si no te gusta? Ese hombre estará en serios problemas. Tal vez, Jorge estaba de buen humor esta noche. —Pero me obligaron a comer barbacoa al principio. Tengo muy buena memoria de eso. Lola no pudo evitar reír. Debería ser muy divertido ver a Jorge ser obligado por varios tipos. Jorge estaba muy feliz de verla sonriendo. Puso su mano sobre su hombro y le preguntó: —¿Qué más quieres comer? Asaré lo que escojas para que puedas comer. ¿Podría asar y rostizar? ¿Realmente podía hacerlo? Leandro se emocionó mucho. —Él es un experto en esto. No te preocupes, Lola. ¡Tenemos mucha suerte hoy ya que podemos probar su barbacoa! —Creo que Jorge debería asumir la misión de asar para todos nosotros esta noche. Eso será un gran honor. —Samuel intervino con Leandro. No había rastro de su personalidad seria y aguda habitual que mostró en la corte. Jorge les dirigió una mirada fría y les dijo: —¿He dicho que haré esto por ustedes? ¡En sus sueños! —¡Sólo servía a su chica! Samuel y Leandro fingieron llorar de manera dramática. Terminando el kebab en sus manos, Lola se limpió las manchas de grasa en su boca y respondió: —Como sea. Depende de ellos. Samuel levantó un pulgar a Lola y dijo: —¡Buen trabajo! ¡Realmente nos llevaremos bien unos con otros! Leandro le sirvió un poco de vino y le dijo: —Lola, aquí tienes. Jorge le dirigió una mirada de advertencia a Leandro y le dijo con tristeza: —Lola se está preparando para el embarazo. No puede beber vino. ¿Lo entiendes?

... Al escuchar lo que Jorge acababa de decir, Lola lo miró con los ojos bien abiertos. ¡Eso no era divertido en absoluto! Leandro, Samuel y Chuck solo se miraron y mostraron sonrisas significativas. —No es de extrañar que Jorge haya dejado de fumar recientemente. —Entonces, no arruinaríamos sus planes. Sólo beberé esta copa de vino. ¡Salud por mi! —Leandro tocó fondo al vino en solo un segundo. Jorge se levantó y le entregó el abrigo de su traje a Lola. Dio un paso hacia la parrilla de la barbacoa. Leandro fue a la otra mesa para hacerse cargo de sus invitados, dejando a Samuel, Chuck y Lola en esta mesa. Yolanda había estado prestando atención a Jorge incluso cuando estaba hablando con otras personas. Sus ojos estaban fijos en él. El ambiente estaba tan animado en su mesa. Samuel y Chuck estaban hablando algo sobre la ley. Lola no podía entender nada al respecto. Así que se levantó y caminó hacia los rieles. Se sintió tan relajante cuando la brisa acarició sus mejillas. Después de relajarse un rato, Lola se dirigió a las parrillas para ayudar a su futuro esposo.



Capítulo 294 Cariño, tú decides A tan solo unos pasos de Jorge, una mujer con un largo y hermoso cabello estaba evidentemente apurada. Alguien tomó la iniciativa por ella, así que pensó que ya no tenía que ayudar a Jorge. Lola volvió a su asiento. Más comida recién asada llegó a la mesa, y ella los llevó a su plato y comió con tanto gusto. Samuel y Chuck se miraron confundidos. —Lola, ¿no viste que una mujer se está acercando a Jorge? ¡Hey Mira! ¡Otra mujer ha venido! ¿No haces algo al respecto? Realmente, las dos mujeres estaban caminando alrededor de Jorge. Era como si estuvieran coqueteando con él. Pero ella también vio que Jorge las había ignorado totalmente. Confiaba en él, de todos modos. —¿Crees que Jorge pondrá un ojo en esas Fu silvestres? Definitivamente no. Si fuera Yolanda quien hubiera venido, tal vez estaría celosa e intervendría rápidamente. Después de todo, ella era la ex prometida de Jorge. Había una regla estricta para eso. Al oír esto, Samuel sonrió al instante. Había escuchado de Sánchez que esta pareja eran realmente raros. ¡Parecía realmente cierto! En ese mismo momento, Sánchez había ido a algún lugar antes de que finalmente regresara a la mesa. Se sentó en el lugar de Leandro y comenzó a comer la barbacoa. —Sánchez, tu jefe está rodeado de cuatro mujeres en este momento. ¿No quieres compartir esas damas con él? —Samuel bromeó con Sánchez. Sánchez miró a Lola. Ella todavía estaba muy tranquila. —Nuestra señora Si todavía está inmóvil, eso significa que no tengo que ir allí. Sí, Lola estaba en realidad un poco extraña esta noche. ¿Por qué no estaba

celosa de todo esto? Sánchez volvió a echar un vistazo a Lola. Estaba muy sorprendido por lo tranquila que se veía. Jorge estaba sosteniendo un plato y se acercó a ellos. —Oye, prueba un poco de esta carne. ¡Es múy déliciosa! Jorge tomó un pincho y dejó que Lola se comiera un bocado. Lola le dio un mordisco y sonrió. Ella asintió con la cabeza después de masticarla. ¡Esta era una excelente carne! ¡Tan deliciosa! Tuvo la suerte de casarse con un Jorge todopoderoso. Samuel y las otras personas se quedaron estupefactos ante esta pareja realmente cariñosa. Entonces Sánchez tomó el pincho de carne y se lo comió. Todos los pinchos de carne asados por Jorge se acabaron en tan solo unos segundos. Otro chef de la barbacoa dejó un plato de ostras asadas en la mesa. Samuel inmediatamente movió el plato frente a Jorge. —Amigo, come esto. ¡Es un trabajo difícil dejar embarazada a tu esposa! ¡Debes haber estado muy cansado! Jorge miró las ostras y aceptó el plato. —Gracias hermano. Luego añadió. —Si tengo una reacción alérgica esta noche, usted es responsable de los honorarios del hospital. ¿Está bien? La cara de Samuel palideció. —¡Eres un hombre tan astuto! —¡Gracias por tus alagos! —Dijo Jorge bromeando, luego continuó alimentando a Lola con los pinchos de carne. Lola evadió el pincho de carne, volvió la cabeza y se echó a reír. Sus labios estaban curvados en una sonrisa como una luna creciente. ¡Estaba tan feliz! Jorge se limpió la boca con el pañuelo y tomó el cuello de Lola para darle un beso. —La cara sonriente de mi esposa es tan hermosa. ¡Apuesto a que ustedes están celosos!

... Todas las personas que miraban a Jorge inmediatamente estaban desconcertadas. ¡Jorge se había vuelto tan diferente! ¡Debía estar profundamente enamorado! Cuando Leandro volvió a su asiento, Yolanda también se acercó. —Hey guapo Leandro, hoy es tu cumpleaños. ¡Te haré un brindis! Sin levantar la cabeza, Lola recogió la berenjena a la parrilla y la puso junto a la boca de Jorge. —No quiero comer esto. —Dijo en un tono seductor. Jorge al instante abrió la boca y se comió todo.

—Toma un poco de jugo, por favor. —Jorge le dio su vaso de jugo. Yolanda miró a la pareja mostrando grandemente su afecto y se puso más y más celosa. Este hombre le habría pertenecido a ella, ¡pero ahora estaba enamorado de otra mujer! ¡La vida era realmente injusta! ¡Lola, esta perra de mujer! El estado de ánimo en la mesa se estaba volviendo incómodo y raro. Leandro tosió intencionalmente para romper el silencio y se levantó para hablar con Yolanda. —Gracias. —Chocaron los vasos y bebieron el vino. Después de beber la copa de vino, Yolanda tomó la bebida alcohólica sobre la mesa y llenó el vaso. Las otras personas estaban anticipando lo que pasaría. ¿Qué iba a hacer? Si lo bebiera todo, ¿seguiría viva? ¡Estaría tan borracha para entonces! Levantó el vaso lleno e hizo un brindis a la pareja que estaba a su lado. —Jorge, Lola, este vaso es para expresarles mis disculpas. Todo fue culpa mía. Jorge, ¿puedes perdonarme? Lola se apoyó más cómodamente en el hombro de Jorge. Cuando escuchó la última frase, se burló de disgusto. ¡Esta perra intrigante estaba apuntando a su marido otra vez! Jorge miró a Lola. Ella estaba apoyada en su hombro. —Cariño, tú decides. Las mandíbulas de todos cayeron en un instante. Nunca habían visto a Jorge comportarse así antes. ¿Cuándo le pidió permiso a otros? ¡Siempre fue el autoritario! Yolanda casi se mordió los labios de asombro. ¡Jorge estaba completamente fascinado por esta astuta mujer! Lola sonrió y dijo en tono sarcástico: —¿Oh, perdonarte? ¿Realmente mereces ser perdonada? Yolanda cerró los ojos, y estaba en gran agonía. De hecho, ¡ella ya había destrozado a Lola miles de veces en su corazón! Abrió los ojos y le rogó a Jorge aún más. —Jorge, reconocí que he cometido errores. Para demostrar mi sinceridad, voy a beber todo esto. Levantó de nuevo el vaso y bebió el vino. A excepción de Leandro, nadie quería detenerla. Todos miraban la escena en silencio. Ellos no tenían ni idea Retirando las lágrimas, Yolanda se obligó a beber el vino. —¡Clap-Clap-Clap! —Lola aplaudió, mostrando una sonrisa irónica en su rostro. Puso sus brazos alrededor del hombro de Jorge y dijo: —Cariño, si no la perdonas, ella beberá hasta la muerte.

¿Beber hasta la muerte? ¿Qué?! Yolanda agarró el vaso con fuerza en su mano. —¡Vas a beber hasta la muerte, perra! —Yolanda maldijo en voz baja. —¿Qué tiene que ver conmigo? No me importa en absoluto. —Su voz era muy fría cuando dijo esto. Pero sus ojos estaban llenos de afecto cuando levantó la vieira y la puso en la boca de Lola. —¡Jorge! —La voz de Yolanda ahora tenía una gran pena. A Jorge todavía no le importaba mirarla. Lola estaba descontenta y se estaba impacientando. Ella se burló implacablemente. —Yolanda, ¿crees que es interesante fingir que eres la mujer maltratada aquí? Todos sabemos que eso no es cierto. Yolanda la ignoró. Al ver que Jorge no tenía la menor intención de hablar con ella, volvió a llenar el vaso con alcohol. —Jorge, sé que he cometido horribles errores antes. Si todavía no me perdonas, hoy, beberé hasta morir aquí. Al oír esto, Lola estaba furiosa. Golpeó la mesa y se puso de pie. — Yolanda, ¿a quién crees que estás amenazando? Entonces agarró su vaso y vertió todo el vino en su cara. Comparado con todas las cosas malas que Yolanda le había hecho, esto era solo una gota en el cubo. Así que, independientemente de la mirada ajena y los gritos de la avergonzada Yolanda, Lola la arrastró por la muñeca y se dirigió hacia la barandilla. Las dos tiraron y se empujaron, mientras todos se acercaban para ver la escena. Jorge se sentó inmóvil en su asiento y sacó la carne de la vieira para Lola. Entonces Lola dijo: —Yolanda, hace cuatro años, dijiste que quería empujarte al mar. Les mostraré a todos que significa lo que dijiste.



Capítulo 295 Su ex prometida pretenciosa Entonces, Lola empujó a Yolanda hacia el lado del bote. —Lola Camela, ¿te has vuelto loca? ¡Ayuda! Leandro intercambió miradas con los otros hombres. No querían que ocurriera un accidente mortal justo delante de ellos. Así que la sacaron a la fuerza de las manos de Lola. Lola era increíblemente fuerte. Yolanda aterrizó dolorosamente en su trasero. Su cabello mojado se pegó a su cabeza, haciéndola parecer una rata ahogada. —¡La mataré, lo juro! —pensó enojada. —Sé que amas a Jorge, pero yo también lo amo. Simplemente no puedo evitar amarlo. ¡Pero me lastimas una y otra vez por mis verdaderos sentimientos! ¿Realmente me puedes culpar? Actuó tan bien que a algunas personas les conmovió su sinceridad y su dolor. Casi olvidaron que era una actriz profesional hacía apenas un par de años. Lola sentía pena cada vez que esta desagradable mujer fingía. Fácilmente hizo que pareciera que el problema era con Lola. —¡Yolanda Moza, eres una perra! ¡Déjate de tonterías! Estás distorsionando la verdad. ¡Sal de aquí ahora! —Lola la fulminó con la mirada y gritó desde lo profundo de sus pulmones. ¿Cuál sería su truco? ¿Se disculparía con él y continuaría jugando a ser un ángel? ¡Lola había tenido suficiente de ella! ¡Estaba poniendo fin a esto! —¡Jorge Jiménez! —Lola gritó el nombre de su prometido. ¡El bastardo! ¿Cómo podía quedarse allí y no hacer nada? ¿Realmente no estaba dispuesto a lastimar a su ex novia? ¿Se preocupó por ella en absoluto? Con la gente mirándolos, Jorge se levantó y dio un paso hacia ella. Tenía esa mirada amorosa y preocupada en su rostro. Esa mirada era solo para Lola. —¿Sí, mi vida? ¿Qué pasa? —Miró a su prometida, le tendió la mano y le acarició el cabello con suavidad. Luego la besó amorosamente en la frente. La gente estaba desconcertada por esto. ¿Era ese el hombre sin emociones

que estaban acostumbrados a ver? Realmente estaba actuando raro esta noche. Él estaba... ¿bajo la autoridad de su futura esposa? —¿Qué quieres decir? ¿Te sentarás y me verás lastimarme por esta estúpida mujer? —Wendy había dicho que la ex prometida de Jorge era una mujer realmente cruel y estúpida. Siempre actuó de manera impulsiva. ¡Wow! ¿Ella realmente quiso decir eso? La gente miró a la mujer arrugada, y se les puso la piel de gallina. Yolanda se estremeció y apretó los dientes con frustración. ¡Desearía poder despellejar a Lola Li viva y matarla ahora mismo! Jorge frotó suavemente la mano de su mujer y la consoló. —No te enojes mi querida. ¿Qué tal si la tiramos al mar, para que nunca la vuelvas a ver? — Dijo esto en un tono casual. Parecía que estaba tan tranquilo, pero sus palabras ya estaban asustando a la multitud. Incluso si matara a esta mujer ahora, él podría limpiarse y poner fin a esto. Era el hombre de negocios más poderoso del país. Pero Lola solo aspiró. ¡Ella no lo dejaría ir a prisión por su ex prometida pretenciosa! "Tírala de la barca. Pero no la mates. ¡No queremos meternos en problemas! Jorge miró a Leandro. Leandro intercambió miradas a sabiendas con otros y sacó a la mujer que estaba luchando. Yolanda se sintió tan humillada. Una sensación de odio inexpresable despertó sus emociones. Se juró a sí misma que algún día la mataría. Lola miró a Jorge y Leandro y trató de calmarse. —Leandro, Yolanda Mo es tu amiga. No tengo derecho a intervenir. Es tu decisión. —Dijo mientras se giraba hacia Jorge. —Pero no esperes que yo participe en ninguna de las fiestas en las que estará involucrada. Esta será la última vez. —Luego se bajó del bote en tacones altos y se fue bruscamente. Jorge la miró y luego se volvió para darle una mirada de advertencia a Leandro. —¡Mi esposa se ha ido, yo también! Tú provocaste esto, Leandro. — Corrió hacia su mujer con grandes zancadas. A partir de ese momento, la gente supo cuánto significaba Lola para Jorge. Esta escena cambió lo que la gente pensaba de Jorge. Al verlos irse, Samuel puso su brazo en el hombro de Leandro y le preguntó: —Yo digo, ¿qué te pasa? ¿Cómo pudiste traer a Yolanda Mo aquí? ¡Sabes que ella causaría problemas! Leandro hizo una mueca ante eso. Yolanda le rogó que la llevara. Ella le había salvado la vida antes y él solo quería estar agradecido. Jorge alcanzó a Lola antes de que se subiera al auto. —¡Mi querida! ¡Espérame! —Él dijo. Su voz era innegablemente tierna y

dulce. La acercó más a él, la abrazó por detrás y la consoló. —No te enojes. De ahora en adelante seré tuyo, ¿vale? Confías en mí, ¿verdad? —Quiero 'carne fresca', o un hombre fiel como Niu Lang*. ¡No quiero un 'tocino viejo'! (* TN: Niu Lang es un personaje ficticio en una leyenda popular china sobre el amor. ) ¿Tocino viejo? Su rostro se volvió oscuro al escuchar las palabras de su boca. ¿Era demasiado viejo? ¿Parecía viejo? ¿De verdad? —¡Sí Sí! Soy 'tocino viejo'. Vámonos. Deja que el viejo tocino te lleve a casa. —Jorge le respondió. Luego le susurró algo al oído. Su rostro de repente se sonrojó. Ella se volvió para pellizcarlo en la cintura. ¡Qué bastardo! ¿Qué más podría hacer él, excepto molestarla? Pero ella siempre se rendía... Jorge la levantó descuidadamente y la colocó en el asiento del pasajero. Ajustó el cinturón de seguridad por ella, y luego se subió al auto también. Lola lo miró, y de repente se echó a reír. Levantó su dedo índice hacia él. Los ojos de Jorge se oscurecieron aún más cuando se dio cuenta de que ella estaba coqueteando con él. —¿Que quiere hacer? Así que se inclinó hacia ella. Ella le susurró seductoramente a su oído: — Cariño, ¿qué tal si tenemos una cita sudorosa esta noche? —¡Buena idea! Estoy listo para eso. —¡De ninguna manera! ¡Sólo bromeaba! —De repente cambió de humor y dijo bruscamente, mientras le pellizcaba la oreja con su delicada mano. ¡La mujer malvada! ¡Él debía enseñarle algunas lecciones! —¡Lola Camela, estás en un gran problema! ¡Prepárate para algunos azotes! —Advirtió mientras ponía una sonrisa. Lola al instante retiró su mano. Jorge arrancó el auto antes de que ella pudiera bajarse de él. Condujo rápido para salir de la playa, olvidándose de su dolorido oído. —¡Cariño, me equivoqué! ¿Podrías por favor perdonarme? —Lola se asustó y suplicó piedad. Pero él resopló: —¡De ninguna manera! ¡No hay forma de salir de esto! — Él dijo lo que ella le dijo un rato antes.

...

Después de conducir recto durante un tiempo, redujo la velocidad y giró el volante con pericia para detenerse a un lado de la carretera. Luego salió del auto y caminó hacia el otro lado para sacar a Lola. La sacó con fuerza del coche. Dio un paso hacia un oscuro bosque cercano. —Déjame ir. ¡Es oscuro y aterrador! —¡Estás a salvo conmigo! No te preocupes. —¿A qué le tenía miedo? ¿Los fantasmas? ¡No! Los fantasmas le tendrían miedo.

... —Cariño, ¿podemos ir a casa ahora? ¡Es demasiado tarde! Algo malo nos puede pasar... —Lola tembló al pensar en las cosas que vendrían. Ella sabía lo que Jorge deseaba hacer. —¡De ninguna manera! —Él respondió con firmeza. Ya había tomado su decisión. —Es tan terco como un niño pequeño. ¡Ya no iré en contra de sus deseos! —Lola se juró a sí misma. Pasó el tiempo, y la noche era cada vez más profunda... Jorge salió de la arboleda con Lola en sus brazos. La ayudó a recostarse en el asiento trasero. Cerró silenciosamente la puerta del auto, y luego se alejó. Cuando llegaron a la mansión, Lola logró abrir los ojos y se levantó del asiento. Le temblaban las rodillas... Jorge apagó el motor y salió del auto. Abrió la puerta trasera para sacarla.



Capítulo 296 La boda fue cancelada Él solo tenía algo importante que decirle a ella. Jorge sacó una pistola del coche y se le entregó con cautela a Lola. —A partir de hoy, siempre pon esto en cualquier auto que quieras manejar para protegerte. Lola no la rechazó y tomó la pesada pistola. Ella sabía que Jorge solo estaba preocupado por su seguridad. Después de que ella se bajó del auto, fue al garaje y la puso en el auto deportivo blanco. Ella no podía garantizar que Yolanda no vendría y la lastimaría algún día de nuevo. Ella tenía que ser muy cuidadosa. Por cierto, ¿realmente él tenía la intención de librarse de Yolanda? Fue un momento tan feliz para ella que se olvidó de pensarlo. —¿Simplemente quieres dejarla ir así?. Jorge frunció el ceño. —¡Cómo podría ser eso posible! Por supuesto que no. —Bajo su presión e influencia, ninguna compañía de farándula la contrataría. Su carrera como actriz ya había terminado. Su familia también iba a la bancarrota. —No la voy a dejar ir. Haré lo que pueda para hacer su vida miserable. —Le acarició la mano y la tranquilizó. ¿Cómo podía él dejar ir a quien había lastimado a su hija y a su esposa? Él solo quería que la vida de ella fuera más trágica. En la familia Moza. Yolanda huyó de regreso a casa. Después de una ducha, sacó su celular. Durante todo el día, ella se perdió en sus pensamientos. Ahora, ningún truco podría funcionar más contra Jorge Jiménez. Lola Li también no era fácil de engañar. Yolanda se encontró con una foto en su cuenta de redes sociales y mostraba una carta de invitación de la boda de Jorge. Ella de repente estalló llena de odio. Leyó que la boda de Jorge Si y Lola Li se celebraría en un hotel de cinco estrellas propiedad del Grupo SL el 9 de noviembre.

Sostuvo su celular con fuerza y cerró los ojos en agonía. Recordó cómo Lola la humilló esa noche y cómo su boda supuesta que sucedería con Jorge, quedó completamente destruida. Luego ella marcó un número de teléfono, prometió dar una gran cantidad de dinero y comenzó a planificar su próximo paso de venganza. El 8 de noviembre. Jorge llevó a Lola al sitio de la boda para hablar con el anfitrión para el itinerario de la boda de mañana. La enorme planta baja del hotel ya no estaba disponible para los visitantes. Todas las mesas y sillas estaban cubiertas con diseños blancos y morados. Ambos lados de la plataforma serían colocados con rosas rojas, que llegarían en avión esa noche. Las luces, los arcos de Fu y el gran escenario estaban todos en blanco y púrpura. Aunque solo estaba a medio terminar, todo el sitio se veía muy cálido y majestuoso. No mucho después de que llegaron, Kevin y Rocío también aparecieron. Las dos parejas estaban de pie cara a cara en el escenario. Fue un poco incómodo. Rocío resopló cuando vio el lujoso y elegante sitio de la boda. —¿Es necesario decorar de manera tan lujosa? De todos modos muchas personas no vendrán. Qué desperdicio. Ella insinuaba algo en sus palabras. Jorge la miró con enojo. —¿A qué te refieres?. Lola también miró extrañamente a la mujer que estaba a punto de convertirse en su suegra. Rocío sintió su mirada y la observó de vuelta. —¿A qué me refiero? Hasta ahora todavía insistes en casarte con esta mujer, pero ya les he dicho a todos mis amigos y socios de negocios invitados que la boda fue cancelada. La cara de Jorge se volvió oscura y aterradora cuando escuchó sus palabras. Lola estaba tan dolida. —Tía, Jorge es tu hijo. Incluso si no lo apoyas, ¡cómo podrías hacer cosas como esa! Eres una madre tan cruel. —¡Qué madre! Rocío estaba profundamente ofendida. —¡Cállate! Si no fuera por ti, ¿habría estado yo en esta situación con mi hijo?. Jorge miró a su malvada madre, obsesionada con la guerra, como si nunca la hubiera conocido. ¿En qué se había convertido ella? —¿Qué demonios has hecho, Rocío Moza?. —Kevin miró estupefacto a su esposa. Ella se estaba volviendo cada vez más y más irracional. ¡Cómo podía ella tratar a la boda de su hijo de esta manera! Rocío ignoró las críticas de su esposo y habló amablemente a su hijo: —

Jorge, si te casas con Cherry mañana, mamá escuchará cualquier cosa que digas en el futuro. Por favor, solo atiende mi simple petición. ¿Cherry Jiao? ¡Ja!. Lola se burló de una manera sarcástica. Los ojos de Jorge estaban llenos de decepción. Lola tomó su mano y lo animó. —Jorge, está bien. Sé que quieres casarte conmigo y eso es suficiente. No necesito ninguna validación de otras personas. No importaba si habría o no alguien para presenciar su boda. Ella estaría contenta de renovar votos con Jorge en la Ciudad D después de la boda. Jorge tomó la mano de ella con fuerza. Al momento, lo que ella dijo significaba mucho para él. Fue muy dulce por parte de ella. Rocío miró a Lola con desdén. —No seas tan hipócrita. Incluso si te casas con Jorge, no aceptaré que una mujer como tú sea mi nuera. Luego, de repente, rompió las cortinas blancas del escenario detrás de ella. —Jorge, si todavía quieres casarte con ella, ¡comenzaré el mismo infierno en este lugar!. Kevin se apresuró y agarró los brazos de ella para evitar que destrozara todo. Mientras miraba la cortina en el suelo, Jorge dijo abruptamente: —¡Rocío Moza, ya basta!. No era potente, pero con mucha frialdad. La voz de él era extremadamente fría y oscura. Rocío se detuvo a regañadientes. Al ver la expresión de su hijo, ella estaba asustada. Nunca pensó que su hijo le pudiera hablar a ella así. —¡Rocío Moza, no estás bienvenida en nuestra boda mañana! ¡Vuelve a casa ahora!. Con estas palabras, Jorge sacó a Lola del hotel. Al salir, pasaron junto al anfitrión por la puerta. No tenía idea del porqué se fueron y se preocupó de inmediato. En el carro. Jorge sostuvo a Lola con fuerza contra su pecho. —No importa lo que pase mañana, yo me casaré contigo. Tienes mis palabras. A él no le importaba si habría invitados o si habría una fiesta de bodas. Mientras la novia fuera esta mujer delante de él, él ya estaba más que feliz. Lola asintió pesadamente. Ella sabía que Jorge quería darle una boda fantástica. Ella conocía el corazón de Jorge como la palma de su mano. No solo se preparó para la boda durante mucho tiempo, sino que también invitó a muchas personas de alto estatus social a su boda. Parecía que Rocío no solo había difundido una noticia de que la boda había sido cancelada.

Era más probable que ella los hubiera contactado uno por uno. Eso demostraba lo desesperada que ella estaba. —Si Rocío mañana sabotea la boda otra vez, te llevaré al extranjero para que podamos casarnos allí. —Él planeaba para lo peor. Y respecto a Rocío, él no la perdonaría. Una verdadera madre amorosa no le haría esto a su hijo. —Bueno, olvídalo. Vamos a recoger a madre y padre pronto. ¡Alégrate!. — Ella trató de aligerar el estado de ánimo, pero Jorge todavía veía la tristeza en los ojos de ella. El avión privado de Jorge había volado a País A por horas y se esperaba que llegara pronto. Arrancando el auto, se fueron a la otra finca de Jorge. Solo tardó más o menos unos 10 minutos en llegar, ya que no estaba tan lejos de la mansión. Como Lola se iba a casar aquí, estaba bien decorada y limpia. —Lo aguantaré y te dejaré quedar aquí esta noche. ¡A partir de mañana, serás mía!. —Jorge la abrazó cariñosamente por la cintura y la condujo escaleras arriba. Lola se echó a reír y le dio un suave giro en las caderas. —Hablas en serio. Todas las habitaciones de arriba se habían limpiado y todo estaba listo para el registro. Por la tarde, todos los familiares de la familia Li habían llegado, incluidos los abuelos de José y Lola. Esa noche, Jorge los llevó al elegante restaurante que reservó y tuvieron una cena de reunión familiar. ¡Todos estaban muy felices y emocionados!



Capítulo 297 Su vida ya estaba al borde del precipicio Jorge se veía bastante contento. Con la presencia de la linda Estrella que jugaba, el ambiente estaba realmente lleno de alegría. Después de la cena, Jorge reservó algunos autos para llevar a la familia de regreso a la villa. Él mismo llevó a Lola y a Estrella de vuelta a casa. Después de llegar a su destino, Jorge volvió a besar a Lola y se mostró reacio a marcharse. La extrañaría mucho. Sin ella, incluso por una noche sería demasiado... El día siguiente. Lola se despertó para maquillarse muy temprano en la mañana. A las ocho y media, finalmente, se puso el vestido de novia. Wendy que estaba embarazada, se paró junto a ella, mirando a su alrededor con deleite. —Lola, ustedes dos, al fin, van a casarse. Después de todo lo que sucedió, ha llegado este momento. —Wendy estaba realmente muy feliz por ella. Los dos estaban juntos hacía más de cuatro años, y enfrentaron muchos obstáculos desde entonces. Lola trataba de reprimir esa sensación desconcertante. ¿Por qué estaba tan intranquila en este momento? ¿Era porque realmente hoy se casaba? A las nueve de la mañana. Jorge tomó la delantera con su automóvil rojo SSC de alta velocidad y una flota de 30 sedanes deportivos de lujo lo siguieron. La escena fue muy espectacular y única. Después de pensarlo mucho y de entregar un montón de sobres rojos, la puerta de la habitación de la novia finalmente se abrió. Primero, Jorge llevó a Lola a su habitación en la mansión. El gran cuarto estaba decorado con un motivo muy festivo. Las sábanas, que originalmente eran de color blanco y negro, en este momento, estaban cubiertas de rojo. Había carteles de papel con la palabra

"Felicidad" colgados en la puerta y la pared y algunas cintas de colores adornando el techo. Sus fotos de boda se decoraron, también, con rosas rojas. Parecía que cada rincón estaba colmado de alegría y amor. A las doce del mediodía. La felicidad y dicha del amor estaba en el corazón de todas las personas en este lugar. Jorge y Kevin daban la bienvenida a los invitados en la puerta. Dos tercios de ellos no habían llegado todavía. Sin embargo, Jorge no se deprimió por esto. La boda era solo una parte del proceso. Lo más importante era que, las dos personas que se amaban, finalmente estarían juntas. Sin embargo, toda esta escena, no la hacía muy feliz a Rocío. Se dirigió al baño para buscar a Lola y expresarle su insatisfacción. En el baño del hotel. Lola dejó que la artista de maquillaje refinara su rostro, pero le pidió que se fuera cuando entró su suegra. Ni siquiera llamó a la puerta. Las dos quedaron solas en la habitación. Cuando Rocío cerró la puerta, instantáneamente, Lola se sintió muy incómoda en el pequeño vestidor. Afortunadamente, las ventanas estaban abiertas para que pudiera entrar algo de aire fresco. De lo contrario, ella, ya se habría sofocado. —¡Lola, hija de perra! ¡Debes estar feliz porque finalmente obtuviste lo que querías!. —Al mirar a la mujer que llevaba ese vestido de novia blanco frente a ella, Rocío no podía estar más furiosa. —¿Quieres ser la novia más hermosa? ¡Ni lo sueñes! ¡Eso no sucederá! — murmuró, Rocío. Antes de que Lola pudiera decir algo, Rocío levantó su mano de repente. Intencionalmente, le dio una bofetada. La cara de Lola se hinchó de inmediato por lo fuerte que la había golpeado Rocío. Lola caminó hacia ella fríamente. En el primer piso. En el pasillo, la familia Li que estaba sentada en una gran mesa redonda, sentía que algo no andaba bien. Aunque, había una extraña sonrisa encantadora en el rostro del novio y los invitados eran menos de cien de personas. No coincidía con el estilo y personalidad popular que tenía Jorge. Angie, que estaba sentada entre Laura y Wendy, les servía un poco de leche. —Vamos, coman algo. Beban... —¡UN ESTALLIDO! —Obviamente, se escuchó el sonido de un disparo que provenía desde el segundo piso del hotel. Todos se quedaron en silencio y se

pusieron muy nerviosos. Harold, Angie y Yonata, que habían servido en el ejército, se alertaron de inmediato. Jorge inmediatamente frunció el ceño y se puso nervioso por Lola. ¿Cómo se explicaba ese disparo? —¡Otro más! —Nuevamente se oyó otro disparo fuerte que provenía del segundo piso. ¡Y el vestidor de la novia estaba allí, en el segundo piso! ¡Definitivamente algo malo sucedía! Un pensamiento apareció en la mente de todos al mismo tiempo. Desesperado por esto, Yonata se levantó inmediatamente de su silla, corrió y subió las escaleras. Jorge, incluso fue más rápido que él. Las reacciones instantáneas de los dos, asustaron a todos los invitados. Después de consolar a las dos embarazadas que estaban desconcertadas, Angie los siguió rápidamente junto con Harold. Sin saber qué sucedió, José le pidió a Manolo que cuidara a las dos mujeres embarazadas y, también, hizo lo mismo. Manolo, aunque también estaba preocupado, no tenía más remedio que sentarse allí y cumplir con su deber. La gente en el pasillo comenzó a hablar de esto. Decidieron que si había una emergencia, tenían que mantenerse a salvo primero y, luego, salir de allí rápidamente. Jorge y Yonata tardaron menos de dos minutos en llegar al baño, al mismo tiempo, después de escuchar el primer disparo de la pistola. Jorge pateó la puerta de la habitación y esa escena en el cuarto, los conmocionó. —¡Madre! —Jorge reaccionó primero y corrió hacia la mujer que estaba en el suelo. El piso estaba totalmente cubierto de sangre. Vio a su hermana pálida en un costado y Yonata no tenía idea de lo que había sucedido. Se quedó congelado junto a la puerta. —¡Llama a una ambulancia! ¡Ahora!. —Jorge gritaba en la puerta, sin atreverse a tocar a Rocío que estaba llena de sangre. Miró a la mujer que parecía asustada y sorprendida, fue a consolarla y la agarró del hombro diciendo: —Lola, no tengas miedo. No es lo que parece. ¿Qué sucedió aquí?. En ese mismo momento, Lola estaba tan enojada que casi gritó. No dijo nada. Jorge realmente creía que no era ella quien le había herido a su madre. Solo estaban los dos en la habitación. Sin saber desde cuándo, las ventanas estaban cerradas. A una corta distancia, había un arma tirada en el piso. Después de ver el

arma, la mano de Jorge tembló un poco. Kevin lo siguió y vio a su esposa tendida en un charco de sangre. Se agachó a su lado y, obviamente, estaba fuera de control: —¡Rocío! ¡Rocío! ¡despierta! ¿Qué te pasó? ¡Oh, no! ¡no!. La sacudió muy fuerte, desesperado. Ella abrió los ojos lentamente y con su último aliento. —¡Rocío, estás despierta! —Kevin estaba más aliviado y Jorge, rápidamente, se acercó a su madre. Mientras Rocío estuviera bien, estaba dispuesto a no investigar quién era el sospechoso... —¿Quién te hizo esto?! ¿Quién?. —Kevin le preguntó con fuerza. Rocío, sin embargo, solo miró hacia donde estaba Lola con mucho odio. Estaba demasiado incómoda para pronunciar una palabra. Solo pudo levantar su dedo lentamente y apuntar en dirección a Lola. Cuando Rocío la señaló, Lola estaba de pie, junto a la ventana y sus ojos se abrieron con incredulidad.

... El mundo entero parecía estar en silencio y, la atención de todos, estaba concentrada en Lola. Kevin gritó su nombre. Tampoco podía creerlo. ¡Lola Camela! —¿Cómo podía ser posible algo así? ¿Cómo podía él creer eso? ¡Lola no pudo hacer algo como esto! Rocío movió un poco su cabeza y parecía que quería decir más. Sin embargo, su vida ya estaba al borde del precipicio. Ambos disparos impactaron directamente en su corazón y ella no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir. Cerró los ojos para siempre, sin poder decir sus últimas palabras. —¡Rocío! ¡Rocío! —Kevin gritó su nombre en forma desgarradora. Rocío ya no reaccionó porque su corazón había dejado de latir. Los ojos de Jorge se enrojecieron. ¿Cómo podía creer que, su esposa, había asesinado a su madre, el día de su boda? Él había confiado en ella. Sin embargo, el arma tirada en el suelo y el reconocimiento personal de su madre, lo obligaron a enfrentar una dura realidad. Su amada mujer mató a su madre.





Capítulo 298 Los lazos entre nosotros serán cortados para siempre —Lola, yo sé que la odiabas. Pero no tienes que hacer esto. ¿Por qué mataste a mi madre?. —Él miró al amor de su vida. Su corazón estaba roto en pedazos. Yonata inmediatamente se acercó y se paró frente a Lola: —¡Jorge, no te confundas con lo que ves! ¡Es imposible que mi hermana fuera capaz de hacer esto!. Pero también vio que Rocío había identificado a Lola y la señaló. Él también escuchó que Rocío siempre había odiado a Lola. Estaba tan confundido y no sabía en qué creer. Jorge movió sus ojos llorosos desde Yonata hacia el suelo y levantó el arma. Se acercó a Lola y gritó como si nunca antes hubiera gritado: —Lola, díselo. ¿No es esta arma un regalo que te envié?. A pesar del dolor en su muñeca, Lola asintió inexpresivamente con la cabeza. Todas las personas estaban pasmadas. Increíble. Entonces Lola inmediatamente negó con la cabeza. Miró al hombre desanimado con lágrimas y quiso explicarle todo. Pero el trauma la había paralizado y ninguna palabra salió de su boca. Kevin también miró a Lola con gran decepción. Él tuvo que haber confiado en su esposa. No era de extrañar por qué su esposa odiaba tanto a esta mujer. ¡Lola Li era una mujer maliciosa! —Lola, sé que ella no te agradaba. ¡Pero respecto a este asunto, haremos lo correcto!. La mente de Lola estaba todavía en blanco. —Jorge, yo no lo hice, yo no.... —Miró a Jorge a su lado y comenzó a defenderse a sí misma. Jorge cerró los ojos con gran agonía. Cuando finalmente abrió los ojos, había una frialdad aterradora en ellos. Se quitó las manos de Lola violentamente, y de repente levantó el arma. Apuntó el arma hacia Lola antes de que alguien pudiera reaccionar.

—¡Bang! —Otro disparo de pistola. Antes de que Yonata pudiera reaccionar, Jorge ya le había disparado al hombro de Lola. Angie gritaba y levantó a su hija que colapsaba con la ayuda de Yonata. Entonces, Jorge fríamente tiró el arma al suelo. —Lola, de ahora en adelante, los lazos entre nosotros serán cortados para siempre. No voy a vengar sobre ti la muerte de mi madre, pero nunca volverás a ver a Estrella. ¡Nunca! Dejaba que ella probara la amargura de una madre siendo apartada de su hijo para siempre. Después de que terminó de decir eso, Jorge caminó hacia la puerta. A pesar del gran dolor en su hombro, Lola lo alcanzó y lo agarró por la esquina de su camisa. —Jorge, escúchame, yo no.... —Dijo Lola, con sus pálidos labios soltando dolorosamente las palabras. Jorge le echó un vistazo a ella y miró su camisa arrugada. Estiró sus manos arrancó la esquina de su camisa con fuerza. Lola sostuvo la tela cortada y supo lo que él quería decir. Él estaba decidido a romper su relación... . ¡No! ¡No! ¡Ella no quería que esto sucediera! ¡Ella debería explicarse! — Jorge, no te vayas. ¡Escúchame! ¡Por favor! —Ignorando sus suplicas, Jorge cargó a su madre y salió del vestidor. Al ver a Jorge desaparecer de la habitación, Lola se arrodilló con las piernas temblorosas. El dolor en la herida de su hombro se hizo cada vez más intenso. —¡Deprisa! Lleven primero a Lola al hospital. —Yonata cargó a su hermana y caminó hacia la planta baja. Pero Lola ya se había desmayado cuando Yonata la estaba levantando. Una boda feliz había terminado con tal tragedia. Las noticias se extendieron instantáneamente a través del País C. Incluso se reportó a cada rincón del mundo. Mientras Lola todavía estaba siendo operada esa tarde, el médico privado del hospital Chen declaró oficialmente la muerte de Rocío. El cuerpo de Rocío fue trasladado a la morgue. Kevin sintió que se hacía más viejo de la noche a la mañana. Cuando su presión sanguínea subió de repente, fue enviado de regreso a la casa antigua. Mientras Jorge miraba las jubilosas decoraciones en la mansión, se sentía muy contradicho. Locamente derribó la foto de la boda en la pared de la habitación y la tiró al suelo. Los cristales que cubrían la foto se rompieron en pedazos. Su mente tuvo recuerdos fugaces de ella... Su sonrisa, su cara traviesa y

linda, y su... Su maldad... Él tiró todas las cosas de ella en el armario y las pisoteó ferozmente con sus zapatos nuevos.

... En el hospital. A las 8 en punto, Lola, que había estado en coma por un día y una noche, finalmente se despertó. En realidad estaba teniendo una pesadilla. En la pesadilla, las crueles reprimendas y los abusos de Jorge caían como granizo en su cuerpo, pero era su corazón el que estaba más herido. —¡Lola, Lola! —Las palabras ansiosas la sacaron de la pesadilla. Ella abrió lentamente sus ojos. Wendy, Angie, Harold y Laura estaban alrededor de su cama. Ellos estaban muy preocupados por ella. De repente ella se sentó y accidentalmente rompió la venda de la herida en su hombro. Su cara se puso tan pálida. —Mamá, hoy es el día de la boda de Jorge y yo. ¿Por qué estoy aquí acostada? ¿Qué pasó? ¡Yo debería estar allí! Jorge me está esperando. —Ella acababa de tener un sueño, una pesadilla muy larga y cruel. Angie vio a su hija, que siempre había sido muy fuerte, de repente volverse tan frágil. No pudo evitar llorar secretamente en el rincón de la habitación. Wendy la miró y se ahogó con sollozos. —Lola, no te muevas. Todavía tienes la herida en el hombro. ¿Herida? ¿Qué herida? Lola miró a Wendy, confundida. Entonces sintió que realmente había un dolor incontrolable en su hombro. Podría ser... ¿Que la pesadilla era real? —¿Dónde está Jorge? Él debería estar aquí para cuidarme, ¿verdad? — Preguntó con cautela y curiosidad. Wendy tomó sus manos y dijo: —Lola, vuelve al País A con nosotros, ¿de acuerdo?. —La familia estaría junta de nuevo. Necesitaban estar allí para Lola, especialmente en estos momentos de su vida. Mirando la cara triste de Wendy, Lola sacudió la cabeza con fuerza. ¡No! ¡Ella no se rendiría por Jorge fácilmente! Intentó levantarse de la cama a pesar del dolor en su hombro. —Lola. ¿Qué es lo que vas a hacer? Quédate en la cama, por favor. — Wendy detuvo a Lola a toda prisa, pero sus manos fueron apartadas. Yonata inmediatamente se interpuso para proteger a Wendy y la empujó a

un lado. Angie intentó controlar a Lola. —¡Mamá! ¡Déjame! Yo solo quiero ver a Jorge. —¡Quería explicarle a Jorge que ella no había matado a Rocío! Ella estaba demasiado emocional y fuera de control. Todos fallaron en calmarla y, considerando que tenía una herida en el hombro, no querían usar la fuerza. Tenían miedo de poder lastimarla más. Por fin, Yonata no tuvo más remedio que llevarla a la mansión Leroy. Él no podía dejarla así. En la mansión. El ayudante había arreglado todo para volver a su lugar original. Jorge le estaba contando historias a Estrella cuando sonó su celular. Era del guardia de la puerta. —Sr. Jiménez... La señorita Li está en la puerta. Ella quiere verlo. —Mirando a Lola que estaba sufriendo delante de él, Tom le informó a su jefe. Esto no era fácil para él. Jorge respondió con una voz fría: —¡Dile que estoy ocupado!. —Luego terminó la llamada y continuó contándole historias a su hija. Cuando el teléfono volvió a sonar, Estrella ya se había quedado dormida. Llevó el celular a la sala de estudio y lo tomó enojado: —¡Largáte de aquí! —¡Jorge, soy yo! —Podía oírla llorar al otro lado de la línea. Jorge apretó su agarre en el teléfono y lo colgó sin dudarlo. Luego lo apagó directamente. Tomó la caja de cigarrillos de la mesa y encendió un cigarrillo. Lola marcó el número una y otra vez, reaciaba a renunciar. Pero lo que ella recibió fue solo el mensaje de voz. —¡Lo sentimos mucho! Pero el número que marcó no está disponible en este momento.



Capítulo 299 ¡Sácala de aquí! Aún sentado dentro del auto, Yonata, miró tristemente a su hermana. Media hora más tarde, se bajó del auto y arrastró a Lola. Ella todavía no se daba por vencida y, así, la metió dentro del auto. —Hermano, déjame en paz. Vuelve primero. —¡Jorge la quería tanto que estaba dispuesto a escuchar su explicación! Ella trató, de forma desesperada, bajarse del automóvil. Yonata cerró rápidamente la puerta. No podía permitirse ver a su hermana, así, rogándole a ese hombre. Ya tenía demasiado de todo esto. —¡Hermano, déjame ir! ¡Por favor!. —Al ver que no podía abrir la puerta, Lola ya estaba en estado de pánico. Sin mirar a su hermana, Yonata salió de la mansión. En el camino de regreso, Lola estaba muy callada. Cerró los ojos y se recostó en su asiento, cubierta de tristeza y desesperación. Cuando llegaron al hospital, solo estaban allí Harold y Manolo. Angie fue al hotel con las dos mujeres embarazadas. Necesitaban descansar un poco porque un exceso de estrés, eventualmente, significaría un peligro para su salud. Al darse cuenta de que Lola parecía perdida y angustiada, los dos hombres sabían que no pasaba nada bueno en su viaje hacia la mansión. Tres días después. A excepción de Manolo y Lola, todos habían regresado al país A. Cuando Lola fue dada de alta del hospital, optó por quedarse primero en un hotel. Con las cortinas cerradas, se quedó en la habitación todo el día, sin comer ni beber. Rara vez hacía algo y siempre se quedaba en blanco, mirando fijamente hacia el techo. Por el bien de Lola, Manolo pidió una semana de licencia en el trabajo para cuidarla. Cuando lo resolviera todo, la enviaría de regreso al país A. Lo que más lo contrariaba y preocupaba, era que ella no comía ni bebía.

Pero debido a su constante persuasión, Lola finalmente comió algo caliente para calentar su estómago dolorido. Al séptimo día, después de la muerte de Rocío, su último adiós se celebraría en la antigua casa. Lola se puso un vestido negro y dejó que Manolo la llevara hasta allí. El clima era realmente sombrío y desagradable. Parecía como si fuera a llover en cualquier momento. Mucha gente se reunió aquí para mostrar su profundo respeto por Rocío, y todos se sorprendieron mucho al ver a Lola. Junto con Manolo, Lola se dirigió hacia la sala de luto con un ramo de crisantemos blancos entre sus brazos. En la sala de luto Había un personaje, que se suponía filial, en la camisa negra de Jorge. De pie junto a una mujer que vestía un traje blanco, miró con tristeza el retrato de Rocío. Lola escuchó lo que Jorge decía: —Mamá, yo era un niño desobediente y fui tan estúpido en creer en una persona inmoral, causando que te fueras a esta temprana edad... Quemó una varilla de incienso en recuerdo de su madre y agregó: —Si te hace tan feliz vernos, a Cherry y a mí juntos, bueno, entonces... Te prometo que me llevaré bien con ella. Tienes mi palabra, madre. Al escuchar esto, Lola dejó caer involuntariamente las Fu al suelo. —¡Lola! —Una voz áspera resonó detrás de ellos. Cuando Kevin vio a Lola, comenzó a perder el control nuevamente. Jorge y Cherry se dieron vuelta y se enfrentaron a Lola al escuchar la voz de Kevin. Estaba delgada y pálida. Miraba a la pareja que estaba no muy lejos de ella. Bajo sus pies se esparcieron pétalos. Jorge la miró fríamente, luego, abrió la boca y gritó: —¡Llama a seguridad! ¡Llévenla de aquí! Las personas que estaban a su alrededor salieron al instante a llamar a la seguridad. Ella fingió no oír lo que acababa de decir. Lola se dirigió lentamente hacia la sala de luto. —Jorge, ¿me dejas explicarte? Por favor, solo dame la oportunidad para defenderme. —Lola no tenía la intención de echarse a llorar. Sin embargo, en el momento en que lo vio más cerca, no pudo evitar derramar algunas lágrimas. Jorge se sintió disgustado al mirarla, así que, se dio la vuelta y le dio la espalda.

Cherry fue testigo de esta triste escena y dudaba si debía enfrentarse a esta mujer flaca y, obviamente, deprimida que estaba parada frente a ella. No pasaba nada. No quería dejar que Lola pensara que se estaba luciendo. Sería mejor no hacerlo. El equipo de seguridad entró en el salón y la sacó bruscamente. Entonces, una pequeña figura apareció y corrió frenéticamente hacia Lola. —¡Mamá! —Para Lola, la voz inocente de Estrella, era como una melodía enviada por el cielo. Luchó por librarse del guardia y trató de hacer todo lo posible por correr hacia su hija. —¡Estrella! ¡Estrella! Mi corazón. ¿Cómo estás?. Lola la abrazó con mucha fuerza. Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo, se quedaron inmóviles pero nadie se atrevió a entrar en la sala de luto. —Mamá. —Estrella también lloró muy tristemente. La gente decía que era su mamá quien mató a su abuela. Aunque ella no lo creía. Su madre nunca haría una cosa así. —Mamá, no fuiste tú, ¿verdad? ¿Por qué no le dices a papá? —Le preguntó a Lola con voz solitaria. Más lágrimas corrían por las mejillas de Lola. Incluso Estrella, una niña de apenas tres años, le creía. Ella le respondió con tristeza: —Estrella, no fue mamá. Tienes razón. Mamá no.... Una voz distante la interrumpió, destruyendo esa escena hermosa pero triste, entre la madre y su hija. —Seguridad, ¿qué diablos hace? ¡Sáquela de aquí! Cuando Lola escuchó esta voz, se estremeció y abrazó a su hija aún más fuerte, sin querer separarse de ella. Se desesperó. Estrella tuvo una idea de lo que sucedería y abrazó fuerte a Lola. Gritó en voz alta: —Mamá, ¡no quiero separarme de ti! ¡Él es un mal papá! ¡Te quiero más a ti, mamá! Muchos invitados que presenciaron esta escena, comenzaron a secarse sus lágrimas en secreto. La seguridad, al ver esa situación tan amorosa, no sabía qué hacer y tuvieron que convencerla. Con un tono muy triste le pidieron: —Lola, por favor, vete. ¡No nos traigas problemas!. Como si no hubiera escuchado eso, Lola le dijo a Estrella: —Vete con mamá, ¿vale? ¡Te sacaré de aquí! Lola convirtió sus lágrimas en sonrisas cuando Estrella, asintió con la cabeza agradecida. La tomó entre sus brazos y se dirigió hacia la puerta. De repente, sintió que la agarraban con fuerza, muy fuerte y fue incapaz de

dar otro paso. —¿Quieres quitarme a mi hija? Lola, eso es imposible! ¡Dámela! —Sin darle la oportunidad de decir nada, Jorge tomó a la niña de entre sus brazos y Lola lo arrastró con mucha ansiedad. —¡Devuélveme a mi hija! —Ella no quería nada más en este mundo que estar con su hija, con ella, todos los días de su vida. Jorge se rió de un modo sarcástico y respondió: —Lola, me hiciste experimentar lo que significa estar separado de mi madre para siempre. ¡Bien, entonces, te mostraré cómo se siente no poder ver a tu hija otra vez!. —Después de esto, él, poderosamente se libró de su mano. Al no poder mantener el equilibrio, Lola cayó al suelo con dolor. —¡Papá, quiero estar con mamá! ¡Suéltame, déjame ir! —Estrella lloró y luchó en los brazos de Jorge cuando vio a su madre caer al suelo así. Lloró más fuerte mientras golpeaba el pecho de Jorge sin cesar. Jorge trató de calmarla y miró a Lola con mucho odio. Y le dijo con firmeza: —Lola, ya te lo advertí. ¡No vuelvas a aparecer en el país C otra vez!. Manolo estaba afuera cuando escuchó el ruido y sintió que algo andaba mal. Cuando entró en la sala de luto, vio que Jorge había empujado a Lola y estaba tendida en el suelo. —¡Hermana! —Corrió hacia ella y con unos pocos pasos, la ayudó a levantarse. —¡Tío! ¡Tío! —Estrella fue ingenua al pensar que, Manolo, podría solucionar este problema y evitar que la seguridad se llevara a su madre. Lola se puso de pie y corrió hacia Jorge como loca. Lo empujó con toda la fuerza que pudo reunir y Jorge se vio obligado a retroceder medio paso. Enojado, apartó a la mujer, impidiéndole que se llevara a su hija. La empujó, tirándola al suelo, una vez más. —¡Mamá! —Estrella lloró profundamente y sus gritos hicieron eco en el pasillo.



Capítulo 300 Último piso del Hospital Lola no se dio por vencida tan fácilmente. Se levantó otra vez y continuó rogándole a Jorge. Pero cuando se puso de pie, no vio nada más que oscuridad. Se desmayó y se desplomó en el suelo luego de esta situación. Estaba en una cama de hospital una vez más cuando ella se despertó. Vio a Manolo sentado a su lado. Chuck la estaba examinando. Al verlo, pensó en Jorge inmediatamente. De repente, Lola se levantó de la cama y se retiró la intravenosa de su brazo. Salió corriendo descalza. Los dos hombres que estaban en la sala se sobresaltaron y rápidamente corrieron tras ella. Cuando salieron, Lola ya había pasado a través de la multitud que había en el corredor y entró en el ascensor. Manolo llegó al elevador y vio que, el número de piso en la parte superior, aumentaba rápidamente. Se preocupó mucho e inmediatamente tuvo un mal presentimiento. Caminó hacia otro ascensor y presionó el botón varias veces. Esperaba muy nervioso. Chuck sintió que sus venas estaban a punto de estallar cuando vio que, el número que aparecía, era el del último piso. ¡Treinta y dos! ¡Es el piso más alto del hospital! ¡El último piso! La cara de Manolo estaba casi blanca. Estaba impaciente. Al ver eso, Chuck marcó un número. —Ella ahora está en el piso más alto. No sé qué piensa hacer. No podemos llegar hasta allí porque el elevador aún no ha bajado. —Estaba en el sexto piso. Si subían por las escaleras, tardarían mucho tiempo. Tuvieron que esperar. Luego de casi un minuto de silencio, en el otro extremo del teléfono, el receptor dijo: —¡No es asunto mío! Chuck colgó sin decir una palabra. En ese momento, el ascensor finalmente

llegó. Manolo expulsó a todas las demás personas que estaban dentro del ascensor. Se apresuraron para llegar al último piso. Una vez allí, Manolo se quedó boquiabierto de miedo cuando vio lo que sucedía frente a sus ojos. Lola estaba sentada en el borde del edificio, movía los pies y miraba fijamente hacia el cielo. —Hermana... —Manolo la llamó con voz temblorosa: —No tomes los problemas de esta manera. Tenemos mejores cosas por delante. Todo va a mejorar. Lola sonrió alegremente. Fue realmente extraño. —Manolo, estás aquí. Pero ella solo imaginaba a Jorge. La forma en que la miraba, las palabras que dijo, las cosas que hizo por ella, cómo la amaba, cómo la cuidaba... Sonrió y luego comenzó a llorar. Su corazón estaba roto en pedazos. Destrozado. Dolía mucho. Ella solo quería saltar de allí para nunca más, sentir este dolor tan extremo. —Oye, tu cuñada va a dar a luz pronto. Vas a ser tía. —Con su mente dando vueltas, Manolo se acercó poco a poco a ella y decidió hablarle de cosas importantes para llamar su atención. Lola había visto mucho esto en la televisión. No esperaba que sentarse justo en el borde del techo de un edificio, se sintiera tan bien. —Querido hermano, no sigas. No quiero lastimarte. Lola sonrió otra vez. El sol brillaba intensamente. Era como esos momentos cuando estaba con Jorge y el aire estaba lleno de amor y cuidado. Recordó las palabras que Jorge siempre le decía: —Lola, te amo. —Lola, de ahora en adelante, tú eres mi mujer. ¡Estaremos juntos por el resto de nuestras vidas!. Su habitación de recuerdos en la mansión... ¿Él destruyó todas las imágenes o no? Destruido. Todo está arruinado y destruido... Lola comenzó a llorar. Si las imágenes se arruinaran, se sentiría muy triste y decepcionada. ¡Realmente le rompería el corazón aún más! Lola miró hacia abajo y se sintió mareada. En realidad le tenía miedo a las alturas. El teléfono de Manolo, de repente, sonó. Era una llamada de su hermano mayor. ¿Qué diría si supiera lo que le sucedió a su hermana? —Yonata, ¿dónde está Wendy? —Su voz estaba temblorosa y Yonata sintió que algo andaba mal.

—¿Qué te pasa? ¿Qué sucede? —Escuchó que su hermana se había desmayado y se preguntó si era verdad. Manolo no dijo mucho. No quería preocupar a su hermano. —No está muy bien por aquí. Pídele a Wendy que conteste el teléfono, por favor. Yonata inmediatamente la llamó. Entonces, su voz se escuchó del otro lado de la línea. Manolo dijo inmediatamente: —Wendy, Lola no se siente bien. ¿Podrías hablar con ella?. —Wendy se sorprendió por el tono intenso de su voz. Manolo nunca se había angustiado así antes. —BIEN, BIEN... Deja que hable con ella. ——¡Niña, no seas tonta! Chuck se acercó a Lola lentamente desde el otro lado. Estaba planeando alejarla más del borde. Pero Lola notó rápidamente su movimiento. —Chuck, déjame en paz. — Solo quería sentarse tranquila y pensar en las cosas que sucedieron recientemente. Chuck se detuvo de inmediato. No supo qué hacer. Siempre pensó que Lola era una chica alegre y divertida desde la primera vez que la vio en la televisión y, aún así, más tarde, cuando se enamoró de Jorge. ¡Qué muchacha tan feliz y entusiasta que era! Nunca imaginó que algo así le pasara a ella. En este momento, era exactamente lo opuesto a todo eso. Parecía que él subestimó el poder y la influencia del amor. —Lola, piensa en Estrella. ¡Te arrepentirás si saltas desde allí!. —Chuck rara vez se entrometía en los asuntos de otras personas. Pero este fue un caso diferente. Lola solo sonrió. ¿Estrella? ¿Su querida hija? —Ni siquiera puedo verla más. Es mejor morir. Chuck se quedó mudo. Se preguntó por qué una boda feliz, tendría un final tan triste. En ese momento, Manolo se acercó con su teléfono móvil: — Hermana, llamó Wendy. Dijo que tenía algo que decirte. Con las lágrimas que corrían por su rostro, Lola miró su teléfono. Luego, extendió la mano y le quitó el teléfono a Manolo. —¡Tú retrocede! —le gritó a Manolo que intentó acercarse a ella. Wendy se asustó cuando escuchó los gritos de Lola. ¿Qué estaba pasando allí? —Wendy. —Lola contestó el teléfono con calma. —¡Lola, el bebé me dio una patada en el estómago hoy! ¡Fue maravilloso! —Dijo Wendy emocionada. Lola recordó cuando estaba embarazada de Estrella. Estaba tan emocionada y feliz como ella.

Sin embargo, Wendy no pudo compartir la alegría con su hermano. Solo podía contarle estos momentos felices, a ella y a Angie. —¡Wendy, tú y mi hermano deben ser felices! ¡Eso es bueno para ti!. —Esa respuesta hizo que el corazón de Wendy se inquietara. ¿Realmente quería morir? —Lola, quiero ir de compras contigo. ¿Me puedes acompañar? ¡Por favor! Compraremos algunas cosas para mi bebé. —Ella intentó que su tono de hablar sea normal. Lola se echó a reír. Recordó todas sus experiencias alegres con Wendy. Sin embargo, se había acostumbrado al trato de Jorge y sus palabras dulces. ¿Cuál sería el significado de su vida sin Jorge y Estrella? Ya no tendría sentido vivir así. —Wendy, cuida bien al abuelo, a mamá y a papá. Muchas gracias por todo. El teléfono se cortó repentinamente. La mano de Wendy temblaba de miedo y el teléfono se cayó al suelo. Estaba temblando. Yonata la sostuvo inmediatamente. Él sintió su preocupación. —¿Qué pasa? Miró sin comprender al hombre parado frente a ella: —Lola, ella... . ¡Quiere suicidarse! ¡Tenemos que hacer algo! ¡Tenemos que ir al país C rápidamente!. —Ella no debería haber vuelto aquí. Si no lo hubiera hecho, Lola no terminaría de este modo. La cara de Yonata se puso pálida. Pero no podía entrar en pánico ahora. Tomó el teléfono y marcó un número. —Jorge, te lo ruego. Habla con mi hermana. —Casi se atragantaba al escuchar el final de su oración. No podría soportar tener que perder a su hermana de nuevo. Sentado en la oficina, Jorge escuchó las palabras de Yonata con los ojos cerrados. Ella debía estar en una muy mala situación. Luego marcó el teléfono de Chuck y preguntó fríamente: —¿Qué está pasando? Siempre lo metería en problemas. ¡Nunca aprendería a comportarse! Chuck le explicó la verdad: —Ya llamamos a la policía. Pero ella, todavía está en el borde del techo. Aunque parece muy tranquila, está muy extraña. No nos dejará acercarnos a ella.

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Enamorada del CEO

Mi querido general

La Frialdad de Rocío

Content Capítulo 301 Suficiente es suficiente Capítulo 302 Dos hermanas Capítulo 303 La Dama Especial Capítulo 304 Cayó al suelo Capítulo 305 Tener un nuevo comienzo Capítulo 306 Nunca será posible Capítulo 307 Cada recuerdo que tengo de ti Capítulo 308 LE Capítulo 309 Un beso en sus labios Capítulo 310 ¿No te volverías loco Capítulo 311 Ya no habrá ninguna conexión Capítulo 312 Tomó el control de su cuerpo Capítulo 313 Tan cruel Capítulo 314 Yo lo llamaré Capítulo 315 ¿No te importa hacer cosas tan denigrantes como esta Capítulo 316 ¿Por qué te preocupas por otras mujeres Capítulo 317 Mi camino para recuperar a Lola Capítulo 318 Tuvo una pelea Capítulo 319 Quiero verte Capítulo 320 Protegiéndola Capítulo 321 Nunca confiaré en ti Capítulo 322 Capitulo Mujer borracha Capítulo 323 Dejen que su relación termine Capítulo 324 ¿Queda algo por explicar Capítulo 325 Las flores están floreciendo a lo largo de la pasarela. Capítulo 326 Había un respaldo en mi computadora Capítulo 327 Sonrió así otra vez Capítulo 328 Cementerio Panlong Capítulo 329 Una oportunidad para remediar su pérdida Capítulo 330 La razón perfecta Capítulo 331 ¿Están locos o están escasos de dinero Capítulo 332 Cargada en hombros Capítulo 333 Te llevaré lejos de él Capítulo 334 Asesina Capítulo 335 El bebé desapareció

Capítulo 336 Golpéala hasta que tenga cara de puerco Capítulo 337 No quiero romper tu corazón Capítulo 338 Tan audaz y atrevido. Capítulo 339 Todo saldrá bien Capítulo 340 Tú eres mía Capítulo 341 Quédate fuera toda la noche Capítulo 342 No cuelgues el teléfono Capítulo 343 Cambio de humor instantáneo Capítulo 344 En una condición mental mucho mejor Capítulo 345 Mi cita Capítulo 346 Su Mujer Capítulo 347 Esta es su jefa, la Señorita Li Capítulo 348 Te echaré porque estás de más Capítulo 349 Jorge Si es mi hombre Capítulo 350 ¿Cómo se atreve

Capítulo 301 Suficiente es suficiente ¿Lola realmente estaba haciendo esto? ¿Se había vuelto loca? Jorge recordó muy claramente que el hospital privado de Sans tenía 32 pisos. Sabía que Lola tenía miedo a las alturas. Debía estar decidida a quitarse la vida, de lo contrario no iría allí. Jorge colgó el teléfono y salió bruscamente de la oficina. Estaba muy preocupado. Cuando llegó al Hospital Privado de Sans, vio mucha gente en la puerta. Hablaban de algo y los bomberos ya habían colocado un colchón de aire. Inmediatamente levantó la vista y vio a Lola sentada en el borde del techo del último piso. No la quería perder otra vez. No de esta manera. Se sintió angustiado, muy asustado y enojado. Así, corrió y entró al hospital. No era momento para pensar siquiera en sus sentimientos. Cuando él llegó a lo más alto del edificio, Lola se levantó y estiró los brazos para respirar un poco de aire fresco. Incluso si no saltaba, era muy probable que se cayera. Manolo la trató de convencer, pero su voz ya estaba temblorosa. —¡Lola, es muy estúpido de tu parte renunciar a tu familia por un hombre! Todavía tienes a Estrella. Si saltas, perderá a su mamá. Todavía estás preocupada por tu hija, ¿verdad? Lo que Manolo dijo, entristeció mucho a Jorge. Se dio cuenta de que había sido demasiado duro con Lola. Avanzó unos pocos pasos y se detuvo. —Lola. —Dijo con cierta cautela. Ella le devolvió la mirada. Sentía sus ojos vacíos y en blanco. Como si estuviera mirando a alguien que no conocía. —Suficiente es suficiente. —La voz de Jorge la deprimió aún más. Con una sonrisa brillante, Lola respondió: —Jorge, deberías estar trabajando en la empresa en este momento. ¿Qué haces aquí? ¿Quieres presenciar mi muerte? ¿O tienes alguna otra cosa más en mente? Lola ya no lo miró y avanzó unos pasos. Los tres hombres se sorprendieron. Jorge no podía soportar ver su sonrisa brillante. Era realmente extraño y misterioso. —Quédate allí quieta. Voy a traer a Estrella hasta aquí. Espérame. —

Tenía que hacer un sacrificio. Su amor por Lola era inquebrantable. Ella lo miró con indiferencia y desprecio. —No es necesario. Me siento aliviada de que Cherry y tú, hayan cuidado a mi hija. Ya estoy satisfecha con eso. Eres un buen papá. No tengo que preocuparme por eso. Una vez más, se sentó en el borde del edificio. Ella no dudó. La verdad era, que solo estaba esperando. Pero ella misma tampoco sabía qué esperaba exactamente. —¿Por qué no piensas en las personas que se preocupan por ti? Detén esto, Lola. —Dijo Jorge con una mirada muy firme. Lola preguntó: —Bueno, ¿te preocupas por mí? Jorge vaciló. Ella se echó a reír y nuevamente se levantó. —Está decidido. Jorge, no importa lo que pase hoy, nunca te volveré a ver. —Él incluso se negó a escucharla y le explicó su punto de vista sobre lo que pasó. Le rompió el corazón. Esos maravillosos recuerdos se fueron con el viento. —Está bien, ya es hora. ¡Adiós, mi querida hija y mis seres queridos! ¡Por favor, perdónenme! Lo miró muy conmovida, tratando de memorizar su rostro en su mente. Jorge se dio cuenta de que ella saltaría y corrió de forma desesperada para alcanzarla. Sin embargo, Lola estiró los brazos y saltó. Fue muy tarde. —¡Hermana! —¡Lola! —Ella escuchó todas sus frenéticas palabras en el momento en el que saltó. No importaba si era el cielo o el infierno, ella no se arrepentiría de lo que acababa de hacer. Mientras se escuchaban los gritos de las personas que estaban abajo, cayó sobre un cobertizo. Este, se rompió y rápidamente seguía cayendo. Otro cobertizo se rompió y finalmente cayó sobre el colchón de aire. Todo el personal médico que estaba preparado, la levantó inmediatamente para acostarla en una camilla. Luego le aplicaron los primeros auxilios. En la sala de emergencias. Cuando estaba todo listo, Chuck entró en la sala de operaciones para curar las heridas internas de Lola. Jorge y Manolo la miraban tristemente antes de que se cerrara la puerta de la sala de emergencias. Manolo se sentó en una silla y oró en silencio para que la operación tuviera éxito.

Después de que Lola entrara a la sala de operaciones, Jorge salió del hospital de mala gana sin mirar atrás. Todo se venía abajo como una avalancha. Rápido e inesperado. La cirugía terminó finalmente después de tres horas. Chuck salió primero. Manolo inmediatamente se acercó a él, pero estaba demasiado asustado para hablar. Chuck se quitó el barbijo. —No te preocupes. Lola estará bien ahora. — Manolo se sintió muy aliviado. Chuck continuó: —Pero la hemorragia intracraneal provoca un coma moderado. Tiene una fractura en la pierna izquierda. Manolo preguntó con preocupación: —¿Coma moderado? ¿Es serio? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias? Chuck sacudió su cabeza. —Ya le hice una cirugía de descompresión intracraneal. Ella está bien. Se despertará en una semana aproximadamente. En cuanto a las fracturas de su pierna izquierda, necesita algo de tiempo para recuperarse. Se someterá a sesiones de rehabilitación por sus lesiones en las piernas. Manolo dejó escapar un suspiro de alivio. Afortunadamente, Lola sufrió un coma moderado y fractura, incluso después de haber saltado desde el piso 32. —Esos dos cobertizos donde ella primero aterrizó, efectivamente disminuyeron el impacto. De lo contrario, ni el colchón de aire la hubiera salvado. —Después de esta explicación, Chuck dio un último vistazo a Lola que estaba inconsciente y se fue. Ella salió de la sala de emergencias con tubos por todo el cuerpo. Fue trasladada de inmediato a la Unidad de Cuidados Intensivos. La enfermera le colocó un respirador e hizo algunos procedimientos esenciales. De pie fuera de la sala, Manolo tenía sentimientos encontrados mientras miraba a su hermana. Sacó su teléfono y llamó a Yonata. Tan pronto como llegó al país C, corrió directo al hospital. Manolo le dijo por teléfono que Lola había saltado del edificio. De todos modos, ahora, estaba a salvo y la controlaban regularmente en la Unidad de Cuidados Intensivos. Llamó a Wendy, pero no le dijo que estaba en coma moderado. Solo le contó que tenía una pierna fracturada. No quería molestarla más. Wendy dio un suspiro de alivio y se fue a dormir después de comer algo. Sin embargo, Yonata decidió mantener a su familia al margen por el momento. Tan pronto como Lola recuperara el sentido y se mejorara, la trasladaría de inmediato al país A.

En ese momento le contaría a su familia. De esta manera, su familia, especialmente su abuelo, no estarían tan preocupados. Después de que la boda de Lola se había arruinado, ninguno de ellos pudo dormir bien. Por lo tanto, para liberarlos de la preocupación, tenía que mantenerlos al margen, incluso si tuviera que mentir al respecto. Sin embargo, los demás no sabían que Lola había matado a Rocío, que se había arruinado su boda y que saltó de un edificio. Habían tomado precauciones para prevenir que los medios cubrieran estos desafortunados eventos. Solo él, tenía el poder de ocultar tales noticias al público. Al tercer día de estar en coma, sus indicadores gradualmente se estabilizaron. Fue trasladada a una sala normal. Esa noche. Con la ayuda que le brindaban la enfermeras, Yonata no tuvo que quedarse hasta tarde para cuidar de Lola. Se fue a la sala contigua a descansar. Ya era la una de la madrugada. Poco después, un hombre de la nobleza, vestido con un abrigo de lana negro apareció afuera de la sala. Llevaba gafas de sol para cubrir sus ojos cansados e hinchados. De pie, allí afuera, fumó un cigarrillo antes de entrar a la sala. Vio a Lola acostada en la cama, todavía en coma.

Capítulo 302 Dos hermanas Una sensación de angustia destelló en sus ojos. Fue ayer que imaginó un hermoso proyecto de vida juntos. No sabía por qué terminó así. Recordó que dijo: —Lola, te amo. Ella siempre contestaba: —Jorge, te quiero tanto que me duele el corazón. Pero en un momento, todo cambió. Recordó que dijo: —De ahora en adelante, los lazos entre nosotros se romperán para siempre. Incluso ella no se echó atrás y le dijo antes de saltar: —Ya sea que esté viva o muerta, no estaré nunca más frente a ti. Entonces, probablemente los lazos que los unían, se cortaron de una vez por todas debido a la muerte de Rocío. Él agitó los dedos. Pero finalmente, se fue de la sala sin siquiera tocarla. Así como llegó aquí en silencio, se fue sin dejar un solo rastro. Después de siete días, Lola, finalmente se despertó del coma. Si seguía inconsciente, Yonata y su hermano, realmente no sabrían cómo explicarle a su madre y a su padre, que deberían volar y llegar lo más pronto posible aquí. Yonata inmediatamente decidió trasladarla a otro hospital. Regresaron al país A, el día después de que ella se despertó. Lola, miró a sus hermanos al lado de la cama y supo que estaba viva. ¿Por qué no murió? Estaba frustrada. ¿Por qué seguía en este mundo solo para sufrir todas las torturas y sentir dolor? Sus ojos se enrojecieron y se llenaron de lágrimas. No dijo nada y siguió a sus hermanos al país A. Ella no fue al Hospital Privado de Sans. Encontró otro hospital cerca de su casa y se quedó allí para recibir tratamiento. Todo iba muy bien, excepto el hecho que extrañaba mucho a su hija. El único cambio fue que se volvió más callada, a veces, todavía más silenciosa que Yonata. Estaba desprovista de emociones. Todos los días, tocaba el celular sin pensar o simplemente se sentaba en la silla de ruedas y observaba el paisaje en el parque. Recibía todas las noticias sobre el mundo exterior desde su teléfono celular. No se atrevió a visitar lugares públicos.

Ella, también recibió las noticias del cumpleaños de Estrella en su teléfono celular. Se enteró en línea de que Jorge, había preparado una gran fiesta de cumpleaños en un hotel de cinco estrellas para celebrar el cuarto cumpleaños de su hija. La hija del alcalde, Cherry, fue invitada. Los chismes y rumores circularon de inmediato cuando el día de la boda de Jorge y Cherry ya se estaba acercando. De hecho, muchos chismosos, que odiaban a Lola y Yolanda, sentían simpatía por Jorge. Las bodas con estas dos mujeres fueron un fracaso total. Los días pasaban tranquilamente. Después de dos meses, Lola seguía en la silla de ruedas. Había estado en la casa durante estos dos meses. Algunas veces, conversaba con Wendy y Laura en el patio. La forma en que pasaba las noches y lo mucho que extrañaba a su hija, eran cosas que solo guardaba para ella. Finalmente llegó el invierno. Lola se sentó junto a la ventana con su gruesa chaqueta puesta. Observaba la primera nevada del país A. Recordó el primer copo de nieve en el invierno del año pasado. Estrella todavía era muy pequeña. Terminaba de aprender la palabra: —Mamá" mientras mostraba sus lindos dientes. Las cosas habían sido totalmente diferentes este año. Estrella estaba lejos y no había ninguna posibilidad de que pudiera verla. Como estaba aburrida, sacó el celular y buscó en Twitter. En los temas más destacados, el primer tuit resultó ser el de Jorge. Solo había una foto que mostraba a Estrella y Cherry abrazándose. ¿Entonces Estrella ya había aceptado a otra mujer como madrastra? Las lágrimas corrían por su rostro. Nunca pensó que un día, su propia hija llamaría a otra mujer como a su propia madre. Guardó la foto, recortó a Cherry y solo dejó a su hija en la fotografía. Luego colocó esa imagen como fondo de pantalla en su teléfono móvil. Antes de la Fiesta de la Primavera. La hija del presidente Han se casó e invitó a todas las personas de la familia de Lola a asistir a la ceremonia de boda. Ese día, cuando el ejército dio la bienvenida a los líderes de otros países, Harold, Angie y Yonata no asistieron al acto. Landon ya era una persona de edad avanzada y se encontraba en un mal estado de salud. Se resfrió y tampoco asistió. Finalmente, solo Laura que tenía tres meses de embarazo y Lola que estaba en la silla de ruedas, fueron a la ceremonia de boda. Lola no tenía muchas ganas de asistir. Su situación ahora, causaría muchos

problemas para los demás. Pero el señor Han le dijo a Harold que su hija quería ver a Lola. Así, Lola dócilmente se cambió de ropa y fue a la ceremonia con Laura. Fue al hotel con la ayuda del conductor. Miró por la ventana sin comprender y recordó que cuando el Señor Han tomó el cargo, Jorge había venido a celebrar. ¿Volvería a aparecer con Estrella esta vez? No importaba si él aparecía o no. A ella solo le importaba su hija. Realmente la extrañaba y cada día lejos de ella, había destrozado lentamente su corazón. —Hermana, ¿qué estás pensando? —Laura notó que Lola solo miraba hacia afuera y le preguntó preocupada. Lola recobró el sentido y sacudió la cabeza: —Nada. Pasó demasiado tiempo desde que salí la última vez. Todo lo que está afuera me parece extraño. Laura suspiró profundamente. Las noticias acerca de su boda fallida, también llamaban mucho la atención por esos días. Aunque las noticias se habían mantenido en secreto, todavía había mucha gente que cotilleaba en privado. Básicamente, muchas personas escucharon las noticias de que Lola había matado a la madre de Jorge con un arma. Pero la declaración que vino del lado de Jorge, era una versión diferente. La gente quería comentarlo, pero temían hablar demasiado. La policía y el gobierno mantuvieron la boca cerrada sobre el tema. —No pienses demasiado en eso. Estaré contigo. —No quería pensar en la muerte de Rocío. Pero realmente deseaba que Lola no fuese la asesina. Ella todavía creía que en realidad era inocente. Lola giró la cabeza y le sonrió: —Estoy bien. Es solamente... Que extrañé un poco a Estrella. —Era mucho más que un poco. Ella misma, no sabía cómo describir cuánto deseaba estar con su hija. Cuando llegaron al hotel, el conductor ayudó a Lola a salir del auto. Se sentó en la silla de ruedas y Laura se ofreció voluntariamente a empujarla. Dos hermanas, una vestida de verde y la otra vestida de azul, aparecieron en la puerta del hotel. Al instante, atrajeron la mirada de muchas personas. Laura vestía una chaqueta de color azul cielo. Debido al embarazo, se alimentó con mucha comida saludable y su piel se iluminó y estaba más tersa y suave. Lola estaba vestida con un abrigo verde. Adelgazó mucho estos últimos dos meses. Sus ojos no eran tan brillantes y claros como antes. La gente tenía la impresión de que Lola estaba deprimida.

—¿Señorita... ? —La voz detuvo a Lola y a Laura. Se dio cuenta de que Joshua, en realidad, saludaba a los invitados en la entrada del hotel. Vestía muy formalmente un traje y llevaba un broche con la palabra 'novio' en su pecho. ¿Joshua era el yerno del presidente Han? Lola estaba extremadamente sorprendida. No pasó mucho tiempo desde que lo vio la última vez. ¡Ahora estaría casado con la hija del Señor Han! —Tú... ¡Felicidades, Joshua! ¡Estoy tan feliz por ti! —Lola tenía la intención de preguntarle sobre su matrimonio, pero finalmente solo lo felicitó. Joshua asintió tímidamente: —¿Cómo está, Lola? Ya extrañaba hablar con usted. —Había oído de los problemas y conflictos de Lola. Se enteró de que no había querido suicidarse después de matar a una persona. También, que ella no podía caminar. Confirmó que era verdad cuando la vio en la silla de ruedas. Lola sonrió con amargura: —Excepto por mis piernas, estoy bien. —Las señaló mientras sonreía ligeramente. —¿Se ha recuperado? —Sí. Creo que ahora estoy mejor. —Hizo todo lo posible para hablar con un tono ligero y casual. Después de todo, hoy, se suponía que sería un día feliz para la pareja. No debía estropear la atmósfera. Joshua asintió hacia ellas. —¡Aquí, déjeme ayudarle! —Tomó el asa de la silla de ruedas y empujó a Lola dentro del hotel. —Gracias. Lo siento mucho por la molestia. —Lola se sintió un poco avergonzada. No estaba acostumbrada a estos gestos.

Capítulo 303 La Dama Especial Sin prestar atención a las miradas desconcertadas de la gente, Joshua le ofreció una silla y le dijo: —De nada. Es un placer. —Lola lo ayudó cuando lo trataron injustamente en la compañía la última vez. Esta era una manera de agradecerle esa acción. Como la silla de ruedas era más alta, Lola simplemente se quedó allí sentada. Laura se acomodó al lado suyo y ayudó a Joshua a dejar la silla en su lugar. —Sé que estás ocupado esta noche. ¡Gracias por tu ayuda! ¡No te preocupes, Laura está aquí! —Lola le respondío. Como había tantos invitados ese día, Joshua asintió de manera cortés y se fue. Después de que Joshua se retiró, Lola notó que muchas personas la miraban. No le importó. Tomó una taza de té y disfrutó mirando las elegantes decoraciones para ceremonia de la boda. Está a punto de comenzar y Estrella todavía no estaba aquí. Lola se comenzó a preocupar porque realmente quería ver a su hija hoy. ¿Podría ver a Estrella aquí? Ya eran alrededor de las once. Solo faltaban diez minutos para el inicio de la ceremonia de boda. En ese momento, un grupo de gente muy bien vestida y hermosa entró al salón y atrajo la atención de todos los presentes. Un hombre guapo, vestido con un traje azul oscuro hecho a mano y un par de sofisticados zapatos negros de cuero italiano; una dama con un vestido estampado de lana rojo y una niña encantadora en medio. ¡Esa era Estrella! Se volvió más alta después de dos meses. Su pelo era más largo y estaba atado en un lindo moño. Vestía una chaqueta rosa y un par de botas blancas. Esa era su Estrella, su bebé, su dulzura. . Nació después de nueve meses muy difíciles. Lola estaba a punto de llorar. Su bebé, con quien jugaba y abrazaba antes, ahora estaba muy lejos de ella.

Estrella y su padre se mostraban en público con otra señora. A nadie le importaba quién era su verdadera madre. Solo sabían que el padre de Estrella era Jorge Si, el hombre de negocios más poderoso del país. Laura le dio un pañuelo para secarse sus lágrimas. Decidió ignorarlos y despedirse del pasado. Quizá ya era suficiente para ella, verla así. Estrella estaba sentada al otro lado de la plataforma. Podía ver su espalda mientras seguía mirándolos. —¿No vas a hablar con tu hija, hermana? —Laura dijo en voz baja. Después de pensarlo un poco, Lola negó con la cabeza. Tenía miedo de que Jorge se enojara si hablaba con Estrella sin pedirle permiso. Pronto, comenzó la ceremonia de la boda. La novia era realmente hermosa. De pie junto a Joshua, ambos parecían una pareja perfecta. Con un micrófono en la mano, el anfitrión expresó sus profundos deseos a la pareja. Ambos sonrieron alegremente en el escenario. Si no hubiera sido por la muerte de Rocío, su boda con Jorge se habría concretado y serían felices como esta pareja... Entonces, llegó el gran momento. El novio finalmente besó a la novia. Todos los invitados aplaudieron con entusiasmo. Esto era el final de la ceremonia. La nueva pareja comenzó el brindis y un hombre entró, de repente, por las puertas del hotel. Pasó a través de todos los invitados y se detuvo frente a la dama especial. En ese momento, Lola estaba comiendo. El hombre encontró una silla vacía y se paró al lado suyo. Pero no notó algo especial. No le importaba absolutamente nada. —¿Cómo va todo? —Le preguntó el hombre de modo educado y cortés. Las manos de Lola se congelaron, y se sorprendió al ver a Tomás Herren al lado suyo. Él sonrió y dijo: —Estoy bien. ¿Acabas de llegar? Parecía haber envejecido un poco desde la última vez que lo vio. Quizá porque trabajaba mucho y estaba ya un poco cansado. Ella lo miró de arriba abajo. Tomás también hizo lo mismo. En efecto, ella no estaba bien. Estaba muy delgada y sus ojos no tenían esa chispa habitual. Sólo el abrigo brillante que llevaba resaltaba su fina piel. Pero ella, todavía, seguía sentada en una silla de ruedas. Tomás observó todo esto y definitivamente se preocupó. Se dijo que Lola intentó suicidarse después de matar a una persona. Estaba muy ocupado para preocuparse por ese rumor. Pero en cuanto a eso, ¡solo pensó

que era ridículo! Sin embargo, sus piernas paralizadas confirmaron esta sospecha. Inmediatamente se sintió ansioso por la salud de Lola. ¿Qué diablos le pasó a esta buena niña? ¿Cómo podría haber matado a alguien e intentar quitarse la vida? Se sintió realmente muy angustiado con solo mirarla. —Sí. Hubo algunos asuntos que tuve que resolver en el camino. ¿Ya se terminó la ceremonia de boda? Lola asintió pero no dijo nada. Solo siguió comiendo. Laura miró a Tomás Herren y luego miró a la desolada Lola. Pensó que Tomás era una buena persona. Era gentil, maduro y encantador. Además, sintió que realmente se preocupaba por Lola. Pero ¿por qué Lola eligió a Jorge Si? Aunque no era tan malo, era tan frío que nadie se atrevía a estar cerca de él. Todos pedían siempre permiso antes de acercarse. En ese momento, el presidente Han vino a su mesa con su hija y su yerno. Harían un brindis. Todos se levantaron a excepción de Lola. Ella estaba en su silla de ruedas. Por eso, más personas los miraron y hablaron de ella. —¿Quién es la señora que está en la silla de ruedas? ¡Ella me resulta muy familiar! —¡Absolutamente! ¡Ella es Lola! ¡Fue entrevistada para la televisión varias veces! —¡Sí! Esa es la dama que intentó quitarse la vida pero fracasó. No es de extrañar, que esté sentada en una silla de ruedas. ¿Quedó paralizada para siempre? —¿Quién sabe? Era tan despiadada que trató de matar a su suegra. ¡Nadie debería preocuparse por ella!

... Habiendo escuchado los chismes de la gente, Jorge miró sin expresión el vaso de vino y fingió no escuchar nada. Cherry también había oído todo eso. Giró la cabeza para ver la reacción de Jorge pero descubrió que tenía una cara de póquer. ¿Jorge ya no amaba a Lola? ¿De verdad? Pero, no importaba si él la amaba o no. No era asunto de ella ahora. Porque ningún hombre amaría a una persona que había matado a alguien.

—Estrella, ¿quieres un poco de quiché de queso con maíz? —Cherry le preguntó dulcemente a la niña a su lado. Estrella era tan linda que le tenía mucho cariño. Era muy amable con ella aunque no fuera su verdadera hija. Estrella asintió con la cabeza pero no dijo nada. Durante ese tiempo, parecía estar bien y tranquila. Pero Jorge había sentido que su hija se había vuelto más silenciosa. Nunca se había comportado así antes. Últimamente, quería dormir sola en su habitación. ¡Quizá estaba enojada porque no permitió que su madre la viera! Cherry tomó una cucharada de maíz para Estrella. Al ver eso, Jorge pensó profundamente. Recordó que mucho antes, Lola también le daba maíz en la mansión. Jorge cerró los ojos, se apoyó en la silla y tocó el reloj que tenía en su muñeca izquierda. Cherry notó su extraño comportamiento y se preguntó en qué estaba pensando.

Capítulo 304 Cayó al suelo Vera Han, la hija del señor Han, estaba tan feliz de ver a Lola que habló un poco más con ella. Cuando supo que su esposo y Lola trabajaron una vez en la misma compañía, se arrepintió de no haber podido conocer a Joshua antes en su vida. Realmente le agradaba Lola. Incluso sabía que ya se había retirado del mundo de farándula. —Disculpe, señor Herren. Señores Li. Señorita Li. Vamos a proponer un brindis a la siguiente mesa. ¡Perdónennos por ser un mal anfitrión y disfruten de su comida! —Después de decir esas hermosas palabras con una mirada orgullosa y triunfante, el Señor Han, procedió a llevar a su hija y a su yerno a otra mesa. Lola quería ir al baño y, así, le susurró suavemente a Tomás: —Disculpa, me gustaría salir un momento. Tomás no estaba dispuesto a dejarla ir. Tenía un poco de miedo de que pudiera ir dónde estaba Jorge. —¿Adónde vas? Te acompañaré. Lola se sonrojó y respondió: —No, gracias. Laura estará allí para ayudarme. Ya vuelvo. Mirando su cara ruborizada, Tomás pareció entender su punto. —Bien, ten cuidado. Me quedaré aquí. —Le dijo con ternura. Laura ayudó a Lola a ir al baño en la esquina del pasillo y trató de no llamar la atención de la gente. Sin embargo, todavía, algunas personas murmuraban a sus espaldas cuando pasaban por allí. En el baño. Lola se levantó con mucho dolor de la silla de ruedas y se sentó en el sanitario. Entonces, Laura empujó la silla de ruedas hacia afuera y cerró la puerta. La esperaba afuera. Unos minutos más tarde, Lola la llamó y entró. Con la ayuda de Laura, logró sentarse en la silla de ruedas. Su pierna izquierda estaba mucho mejor ahora, pero, todavía, no podía caminar sin una muleta o una silla de ruedas. Fuera del baño, por casualidad, Lola vio el jardín trasero del hotel. —Laura, me gustaría quedarme en el jardín un rato. ¿Está bien? —Claro, Lola. Tómate tu tiempo. —Entonces, Laura la llevó lentamente

hacia el jardín. Dos mujeres pasaban y al ver a Lola, la señalaron y dijeron algo: —¡Qué mujer tan despiadada! ¡Matar a la madre de su prometido! ¿Cómo tiene las agallas para venir aquí? —¡Indudablemente, no debe tener vergüenza! ¡Debería sentirse avergonzada! En la esquina del pasillo, un hombre estaba fumando un cigarrillo en secreto. Estaba escuchando, indiferente, todo esto. Supuso que Lola debía estar cerca. —¿De qué estupideces están hablando? ¡Por favor! ¡Váyanse de aquí! ! — Sin embargo, Lola no fue la que se enojó. Laura perdió la paciencia primero y miró ferozmente a las dos mujeres. Tironeando de la ropa de Laura, Lola negó con la cabeza y dijo: —Vamos al jardín. No le des importancia. No le importaba lo que escuchara. Ya estaba acostumbrada. A veces, Lola realmente se sentía desilusionada en este mundo. Incluso pensó en ser monja. Cuando se acercaron a la puerta del jardín trasero, Lola vislumbró una figura que le era familiar. Un hombre con un abrigo de lana negro estaba apoyado tranquilamente contra la pared. Fumaba un cigarrillo con indiferencia. Lola le quitó la vista repentinamente, tomó conciencia de lo que vio y se fue. Eligió un lugar donde las bellas Fu de invierno florecían cerca de un lago artificial. Le pidió a Laura que regresara y se sentó allí, sola. Tomás notó que solo Laura regresó y preguntó: —¿Dónde está ella? —Mi hermana quiso estar sola un momento en el jardín. Me llamará más tarde. —Lola se había acostumbrado a sentarse, durante mucho tiempo, sin hacer nada. De hecho, ella se sintió cómoda con eso. Pero podría enfermarse si continuaba viviendo así. —Voy a echarle un vistazo. —Entonces, Tomás se levantó y caminó hacia el jardín trasero en busca de Lola. Aunque ya era pleno invierno, todavía no había nieve. Todavía. La gente temblaba por el clima tan frío. Sin embargo, Lola no lo sentía. Tenía una sensación de entumecimiento. Ella observaba los pétalos de la Fu de invierno, uno por uno, que caían suavemente y, luego, flotaban en el agua. Solo pensaba en su hija, Estrella. ¿Cómo demonios podría estar con ella de nuevo?

Viviendo la vida durante dos meses como un muerto viviente, estaba casi al borde del adormecimiento. Sin Jorge... Sin Estrella, su vida era oscura y su futuro estaba perdido sin ellos. Tomás vio a la mujer solitaria desde la distancia, luego se dirigió hacia ella. —¿No sientes frío? —Una suave voz de un hombre se oía detrás de ella. Esto hizo que Lola volviera a la realidad. Negó con la cabeza ligeramente. ¿Qué era la frialdad? ¿Qué era el dolor? Ella ya no sentía nada. Sus emociones le habían fallado. Tomás sostuvo sus delgadas manos y descubrió, como era de esperar, que estaban terriblemente frías. Con ambas manos entre sus cálidas palmas, Lola sintió que una corriente caliente corría por su cuerpo. Levantó la cabeza y miró a Tomás. Bañado por el majestuoso sol de invierno, parecía más fantástico y encantador. Intentó liberar sus manos, pero Tomás no la soltó. Se arrodilló cerca, sus ojos buscaron a los de ella. Tomás observó sus hermosos ojos y dijo: —Lola, sígueme. Te llevaré lejos de aquí. —Él la tendría a su lado y la protegería de cualquier daño. Haría eso de ahora en adelante. Lola, sin comprender, miró sus ojos cariñosos y dijo confundida: —Maté a una persona. ¿Cómo querrías estar conmigo? —En realidad, solo ella sabía si mató a Rocío o no. Tomás sonrió y la hizo sentir bastante cómoda. —Sea lo que sea, lo arreglaré por ti. No tienes que preocuparte por eso. —Él solo quería abrazarla, cuidarla y hacerla feliz. Cuando los vientos fríos soplaron, Lola tenía los ojos llorosos. Se miraron como si no hubiera nadie más en el mundo. —Mamá. —De repente, una dulce y pequeña voz hizo eco detrás de ella. Lola se dio vuelta de manera sorprendente. ¡Efectivamente! Era Estrella de pie, desde lejos y mirándola. En ese mismo momento, las lágrimas corrían por sus mejillas como gotas de lluvia. Lola estaba temblando y su voz agitada: —Estrella.... —Su voz era un poco ronca. Estrella corrió hacia Lola rápidamente. Ella no podía soportarlo mucho más tiempo. Sin embargo, sin darse cuenta, tropezó con una roca y cayó al suelo. Cuando Lola vio a su hija que estaba a punto de tropezar, se levantó rápidamente de la silla de ruedas y dio su primer paso. Pero en su segundo paso, ella también cayó al suelo. Había hierba y, por eso, no sintió mucho dolor.

Sin embargo, Estrella cayó en el camino de grava. Esto hizo que Lola se sintiera extremadamente mal. Así, no podía esperar a que Tomás la levantara. Lo empujó hacia el lugar donde estaba Estrella. —¡Ve a ver cómo está Estrella! —¡Por el amor de Dios! ¡Estrella debería estar bien! Ella esperaba que no tuviera lastimadas las piernas... Sin embargo, primero, Tomás la ayudó en su silla de ruedas y luego levantó a la niña. Estrella ya estaba en el suelo. Sentía un gran dolor, pero logró contener las lágrimas. Al ver a su mamá mirándola, supo que ya tenía el corazón roto. Si mamá la viera llorar, rompería su corazón aún más. Tomás llevó a Estrella delante de Lola y luego, la puso con dulzura entre sus brazos. Como si llevara un tesoro, Lola sostenía a su hija con orgullo. A su niña a quien había anhelado montones de días y noches. —¡Mami, no llores! ¡Por favor! —Estrella dulcemente limpió las lágrimas de Lola y luego, puso sus brazos alrededor del cuello de su madre con fuerza. Tomás pudo comprobar, que probablemente, no había visto a su hija desde hacía mucho tiempo. Inmediatamente se sintió realmente triste. Ese tipo, en verdad, no tenía corazón. Aunque sabía que esta mujer y su hija se extrañarían profundamente, evitó que se vieran. ¿Realmente la amaba? De lo contrario, ¿cómo podría ser tan duro con ella? De pie detrás de Lola, Tomás le dio una palmadita en el hombro y la consoló dulcemente. —No llores. ¿No estás feliz de ver a tu hija?

Capítulo 305 Tener un nuevo comienzo El cálido sol brillaba espléndidamente sobre ellos y los situaba en una escena impresionante y majestuosa. La imagen era tan cálida y dulce que los tres parecían una verdadera familia. Esta escena emocionó al hombre, que seguía fumando en el alféizar de la ventana, que estaba cerca. Lola, ¿cómo se sintió perder a tu amado? ¿Cómo se sintió extrañar a alguien que ya no podrías ver nunca más? —Estrella, ¡mamá está tan feliz de verte de nuevo! Cuando vuelvas, escucha a tu papá y obedece siempre. Cuando crezcas, ven y busca a mami. ¿Está bien? Te estaré esperando. —Ella acarició la carita de su hija con amor y dijo esas tristes palabras. Estrella asintió con la cabeza pero no entendió perfectamente todo. Cuando creciera y pudiera ganar dinero, vendría a buscar a su madre y se quedaría con ella para siempre. El tiempo que pasaron juntas fue muy corto. Pasaron menos de diez minutos antes de que Jorge perdiera la paciencia. Fríamente miró a Cherry que estaba a su lado y ella, inmediatamente, se dirigió hacia el jardín. Él todavía debía amar a esa mujer. Ella podía verlo en sus ojos. Si no era así, ¿por qué trajo a Estrella aquí, a propósito? —Estrella. —Se quedó donde Estrella había tropezado y pronunció suavemente el nombre de la chica. Era la segunda vez que Cherry veía a Tomás Herren. La primera vez, fue en la fiesta de cumpleaños de su abuela. Ellos asintieron amablemente. Cuando vio a Cherry, Lola supo que era hora de despedirse de Estrella. Ella apretó a su hija contra su pecho muy fuerte. —Estrella, llama a mamá cuando puedas. —Luego, le repitió su número de teléfono varias veces, con la esperanza de que lo memorizara. Estrella era muy inteligente. Ya lo había memorizado cuando Lola se lo repitió la segunda vez. Besó a su hija en la frente y Estrella, también, hizo lo mismo. Estaba a punto de ponerse a llorar y de muy mala gana, se separó de su

madre. Mirando como su hija se alejaba, Lola contuvo las ganas de llorar. Estrella estaría a salvo con su padre. ¿Por qué tendría que llorar? No tenía nada de qué preocuparse. El hombre a su lado, se agachó otra vez. Siguió a Estrella con la mirada y la vio, finalmente, que entraba por la puerta trasera del hotel. —Me voy del país A esta tarde. Quiero que vengas conmigo. Deseo que lo hagas y que me acompañes. —Le expresó, otra vez, su idea a ella. Lola ni se negó ni prometió. Ella solo dijo: —Por favor, ve tú solo esta vez. Cuando mi pierna se recupere, podemos hablar de esto, otra vez. ¿Está bien? No sonaba como un rechazo, pero insinuaba algo así. Miró su pálida cara y, de repente, perdió la calma. Le preguntó en un tono un poco más agudo: —Lola, ya te ha tratado muy mal. ¿Por qué no te olvidas de él y simplemente te permites comenzar de nuevo? Lola lo miró en silencio. Ella no se enojó. Le dijo y también a sí misma: — Nunca más habrá una posibilidad de que, Jorge y yo, estemos nuevamente juntos. La razón por la cual no acepto tu invitación es que, todavía, no me he liberado completamente de esa relación. No es justo para ti. Tomás oyó eso y se arrodilló frente a ella. —Está bien, te daré tiempo. Cuando te recuperes de tu lesión, volveré por ti. Ella lo miró también, pero, aun así, no le prometió nada. —Te llamaré, Herren. —Lo llamaría sin importar si se lo prometía o no. Tomás bajó la cabeza, cerró los ojos y cedió otra vez: —Está bien, estaré esperando tu llamada. Cuando regresaron, muchas personas ya se habían ido. Laura respondía una llamada de Manolo y estaba sentada en el sofá. Ella sonrió alegremente. Al ver a Lola que venía con Tomás Herren, colgó rápido el teléfono y se acercó a ellos. —¡Vámonos! —Lola miró a Laura y le sonrió vacilante. Parecía que todos estaban felices. ¿Qué habría de ella? ¿Dónde estaba su felicidad? ¿Se fue para siempre? En la Mansión Leroy en el País C. Eran alrededor de las diez, cuando Jorge bajó a Estrella del auto y se dirigió a la mansión. Estrella ya estaba dormida y Cherry los seguía. Lo observó a Jorge abrazar a Estrella en la habitación de la niña. Le quitó los zapatos, el abrigo y los pantalones. Sería bueno si Estrella fuera su hija. Ella se merecería ser muy feliz. Jorge cerró la puerta después de acostar a Estrella. Se volvió hacia Cherry y le dijo: —Es tarde. Elige una habitación para que puedas descansar.

Cherry asintió y reprimió su alegría interior. Se decía que, ninguna mujer había vivido aquí, excepto Lola. Cherry eligió la habitación más cercana a la niña. Pero tan pronto como abrió la puerta, Jorge le gritó: —¡Cualquiera, excepto esa! —Su voz era tan fría que Cherry cerró la puerta con temor inmediatamente. Aun así, había visto el interior de la habitación por la luz que estaba en el pasillo. Eligió otra habitación después de que Jorge fue a su cuarto. Justo ahora, se atrevió a pensar en esa habitación. Vio una pared repleta de fotografías, un piano en el medio, varios marcos apilados sobre una mesa y una hamaca frente a la ventana estilo francés. ¿De quién eran esas fotos? ¿Para qué estaba esa habitación? ¿Por qué Jorge se lo ocultó? Podría tener algo que ver con Lola. Al pensar en esto, Cherry sonrió con amargura. ¿Ella tomó la decisión correcta? Ella sabía exactamente cuánto amó Jorge a esa mujer. Incluso si no pudieran estar juntos, él no dejaría de amarla. Pero, se dijo: —Cherry, ahora que hiciste tu elección, no puedes rendirte. ¡Vamos! A altas horas de la noche. El hombre en el estudio estaba de pie junto a la ventana, mirando el mar y fumando incesantemente. Todavía no podía entender por qué ella mató a Rocío. ¿Qué había sucedido entre ellas en el baño ese día? Sabía que a su madre no le gustaba Lola. Pero ¿qué había hecho? ¿qué había dicho que obligó a Lola a matarla? Él creía en Lola, pero ¿cómo podría su madre mentir antes de morir? Ella ya no mentiría nunca más. No serviría de nada. Además, solo había dos personas en esa habitación y su madre no pudo ir tan lejos como para decir que se había suicidado. Había enviado el arma para ser verificada y tenía las huellas dactilares de Lola. Así, la pregunta volvió otra vez a su mente. ¿Qué hizo Rocío para que Lola estuviera lo suficientemente loca para matarla? ¿O quizá Lola siempre había sido una mujer malvada y escondía esta personalidad de todos? Eso era imposible. Creía en sus propios instintos. Lola no era una mujer despiadada. Estaba molesto por estar pensando en este problema. Jorge tomó una bebida

alcohólica del bar y se sirvió un vaso lleno. Lo bebió hasta el fondo de un trago. Volvió a llenar el vaso una y otra vez. El alcohol comenzaba a paralizar su cerebro. Salió mareado del estudio y abrió la puerta de la habitación a la que nadie podía entrar. El cuarto todavía estaba repleto de pertenencias personales de Lola. Allí, estaba su ropa, cosméticos, bolsos y zapatos. Y también sus fotos de boda. La silla del balcón donde se habían abrazado miles de veces, todavía, estaba intacta. Puso la hamaca frente a la ventana estilo francés especialmente para ella y Lola solo se había sentado allí una sola vez. Jorge sintió un profundo anhelo en su corazón.

Capítulo 306 Nunca será posible Jorge se dirigió hacia la silla y se sentó en ella. Mientras miraba en la distancia, notó que el hielo delgado ya se había formado en la superficie del océano. Su mente estaba llena de ella. Incluso memorizó la forma en la que ella sonreía y la forma en la que ella fruncía el ceño. Incluso pensó en lo linda que se veía cuando ella estaba enojada con él... Golpeó sus puños tan fuerte contra la ventana que el cristal a prueba de balas se movió un poco. Lola Li, ¿cómo pudiste hacerme tanto daño? ¿Como pudiste hacer esto? ¡Ahora él se sentía cien veces más herido que en el tiempo cuando ella no estaba presente por aquellos cuatro años!. ¡Qué malvada mujer! ¿Qué clase de hechizo había lanzado ella sobre él, que ahora estaba sufriendo en gran agonía? ¡Ella lo hizo sufrir de esta manera! ¡Él tampoco dejaría que todo fuera fácil para ella! Era la noche antes de la víspera del año nuevo chino. Lola ahora podía caminar por sí misma unos pocos pasos. Wendy y Laura estaban ocupadas ayudando a Angie a hacer bolitas de masa tradicionales en la cocina. Las dos mujeres se habían esforzado tanto por moverse alrededor debido a sus barrigas de embarazo. Lola permanecía en el segundo piso, mirando fijamente vagamente la pantalla de su teléfono móvil. La foto con Estrella y Cherry en el teléfono le lastimaba sus ojos y corazón. Ellos estaban sonriendo juntos alegremente en la foto. Cherry lo había publicado en Twitter. Lola había estado leyendo el Twitter de Cherry. A través de eso, ella pudo conseguir noticias de su hija. De numerosos tabloides, también pudo leer acerca de cómo Cherry y Jorge fueron a fiestas y banquetes hombro con hombro. Ya eran una pareja dulce. Los periódicos informaban que los dos pronto contraerían matrimonio. Jorge estaba a punto de casarse con la hija del alcalde Jiao. Algunos de los periódicos incluso publicaron informes sobre cuando Cherry se quedó a pasar la noche en la mansión de Jorge. Uno de los paparazzi incluso

tomó una foto de ella saliendo de la propiedad. Parecía que todo era real, no algo inventado. Lola también encontró un lugar cerca de casa para abrir una pequeña cafetería. La cafetería era acogedora y decente. Ella había pagado todos los fondos necesarios y tenía previsto renovar la tienda tan pronto como terminara el Festival de Primavera de China. Echó un rápido vistazo a la tarjeta que estaba sobre la mesa. Era un regalo de dinero por parte de Jorge. La suma total fue un impactante 666. 66 millones. Sin embargo, ella nunca tocó ni un centavo de eso. Lola estaba tratando de encontrar una manera de devolverle el dinero. Esperaba devolverlo cuando viera a Estrella o Cherry la próxima ocasión. Esa era su única oportunidad. Esta fue la primera vez que la familia Li celebró el Año Nuevo Chino sin Estrella. El estado de ánimo no era tan alegre y festivo como antes. No podían negar que Estrella era la pila de la familia, especialmente en fiestas como esta. Afortunadamente, Angie todavía estaba contenta por el hecho de que sus dos nueras estaban embarazadas y le darían más nietos. Justo en ese momento, sonó el teléfono de Lola. Ella se sintió nerviosa instantáneamente. Ella oró ansiosamente para que fuera Estrella. ¡Funcionó! El número familiar era de hecho de Estrella. Lola presionó con entusiasmo el botón del altavoz. —¡Oye, Estrella! —¡Mami! —Jorge no estaba en casa. Estrella aprovechó la oportunidad y llamó inmediatamente a su madre. —Estrella, ¿me extrañaste o no? ¿Cómo estás? —La voz de Lola se transmitió a la oficina de Jorge en la sede principal del Grupo SL a través de un monitor. La tecnología había sido actualizada en la compañía de Jorge. Él podía oír todo fuerte y claro. —Mami, ¡por supuesto que te extraño mucho! Te diré qué, papi va a ir al País A después del Festival de Primavera para atender a algunas reuniones importantes. De todos modos, ¡papi me llevará a País A! —Jorge fumó su cigarrillo mientras escuchaba atentamente el diálogo. Le divertía que su hija se estuviera convirtiendo en una pequeña traidora. Ella era como su madre. Lola intentó contener sus emociones y no sonar demasiado emocionada. Ella respondió: —Mi querido bebé, ¿podemos vernos en privado? Estrella gritó con alegría y rápidamente aceptó: —¡Claro que sí! Pero mami, ¿cómo podremos encontrarnos? —¡Estaba sobre la luna cuando se dio cuenta de que pronto podría encontrarse con su madre! Lola sabía a ciencia cierta que Jorge enviaría a alguien para que cuidara de

Estrella todo el tiempo porque aún era joven. Así que ella simplemente dijo: — Yo llegaré y te encontraré. Puedes preguntarle a tu papi a dónde te llevará. Si él no te lo dice, todavía está bien. Simplemente hazme saber tu paradero cuando ya te encuentre en País A. —Está bien, mami. Realmente te extraño. Espero verte pronto. —La voz de la niña de repente sonaba muy triste y estaba llena de nostalgia. Lola también se sintió triste. Ella olfateó y respondió: —No te preocupes bebé, todavía tienes a tu papi y una tía bonita contigo. Solo sé una buena chica. —A través del monitor, Jorge podía sentir claramente la tristeza de su voz. ¿Una tía bonita? ¿Se estaba refiriendo ella a Cherry Jiao? Pero a la única mujer que él veía bonita era en realidad... —Pero mami, deseo que tú y papi puedan estar juntos. Además yo.... Lola casi se echó a llorar cuando escuchó esto por la misma Estrella. Se aclaró la voz, trató de controlar sus emociones y dijo: —Estrella, deja de pensar así. Papi y mami no van a estar juntos. Ya no más. Nunca será posible... Cuando crezcas un poco, ven a visitar a mami. —Con estas palabras, ya no pudo contener las lágrimas. Ambas comenzaron a llorar por teléfono. Nunca sería posible... Jorge fumaba sus cigarrillos uno tras otro. Él también se estaba poniendo triste. —Estrella, no llores. Estarás muy feliz viviendo con tu papi. Puedes tener todo lo que quieras, ¿verdad? Te visitaré siempre que sea posible. ¿Estará bien así? —¿Cuando sea posible? Lola sintió que su pecho se encogía, ya que no sabía con certeza cuándo tendría la oportunidad de visitar a Estrella. Estrella sollozó mientras de mala gana estaba de acuerdo con su madre: — Te haré caso, mami. ¿Cómo está tu pierna? A Lola le complacían las palabras de Estrella. Su pequeña hija estaba creciendo tan rápido que ahora ella sabía cómo consolar a los demás. ¡Su hija se preocupaba por ella! —Esta mejorando. Cuando me recupere completamente, te visitaré en privado. ¿Qué te parece? —Ella simplemente decidió visitarla en privado para no causar más inconvenientes posteriores. —¡Por supuesto! ¡Mami, te quiero! —Estrella le lanzó un beso imaginario a Lola por teléfono. Lola sonrió entre lágrimas. ¡Qué adorable niña! —Yo también te quiero. Mi querida Estrella. ¡Tú eres mi bebé! —Estrella era la niña de sus ojos. Eso nunca cambiaría más. El teléfono finalmente se cortó. Jorge dejó su celular y cayó en pensamientos profundos. El cigarrillo ardía entre sus dedos, pero no notó nada más que sus pensamientos respecto a Lola. Se había dejado llevar por sus propios sentimientos.

El festival de primavera terminó. Lola se estaba recuperando rápidamente. Ahora ella podía caminar normalmente, pero no durante mucho tiempo. Después del Festival de los Faroles, Lola recibió otra llamada de Estrella. Estrella le contó que al siguiente día iban a ir al País A. Ella le dejó la dirección del hotel donde se alojarían. Lola se envolvió en un largo abrigo de invierno color negro. Ella también tenía un sombrero y un par de gafas de sol en la cabeza para que así nadie pudiera reconocerla. Ella supo por Estrella que se estaban quedando en ese hotel por la primera noche. Sin dudarlo, Lola se dirigió rápidamente al hotel. Ya estaba a mitad de camino cuando Estrella la llamó de nuevo. —¡Mami, ven aquí rápido! Papi salió. ¿Jorge estaba fuera? Eso era extraño... Lola frunció el ceño: —¿Cómo puedo dejarte sola en la habitación del hotel? —No mami. La niñera está conmigo. La mandaré lejos cuando tú llegues. —Estrella le habló en voz muy baja. Lola rápidamente terminó la llamada y corrió al hotel. ¡Estaba tan emocionada con la idea de ver pronto a Estrella! Tan pronto como estuvo frente al hotel, volvió a llamar a Estrella para confirmar. Estrella mandó aparte a la niñera según lo acordado y dejó la puerta ligeramente abierta para Lola. Lola bajó el borde de su sombrero y miró a su alrededor con alerta. No vio a ningún hombre alrededor, así que entró directamente al hotel. Un super-deportivo SSC estaba estacionado justo en frente del hotel. Dentro del auto, un hombre entrecerró los ojos por detrás de Lola cuando ella entraba al hotel. Él vio todo lo que se venia. Lola finalmente localizó la habitación con la ayuda de las instrucciones de Estrella. En el momento en que abrió la puerta, Estrella saltó a sus brazos con entusiasmo. —¡Mami! —¡Oh, mi bebé! —Lola sostuvo a su niña fuertemente contra su pecho. Ella besó su rostro con amor. Se sentó en el sofá con Estrella en su regazo. Las dos empezaron a charlar y reír sin parar. Estrella le dijo que se quedaría aquí por tres días. Mañana, volverían a la finca y se quedarían allí. Acordaron volver a reunirse mañana, tan pronto como Jorge fuera a un banquete.



Capítulo 307 Cada recuerdo que tengo de ti Después de visitar a su hija durante aproximadamente una hora, Lola se dio cuenta de que tenía que irse. Pero ella realmente quería hacerle compañía a esta chica encantadora. Ella estaba en una encrucijada con esto. Pero en ese preciso momento, la puerta se abrió de repente. Un hombre alto con un abrigo azul oscuro entró en la habitación. Lola y Estrella lo miraron con una sorprendida expresión, mientras que Jorge solo las miraba fijamente en silencio e indiferencia. Mirando a Lola, pensó para sí mismo: —Le he dado una hora para visitar a mi hija. ¿Por qué sigue ella aquí? Incluso debería estar agradecida conmigo. Lola al instante se puso triste y desconsolada. Este era el hombre que una vez amó. Le dio a su hija besos en ambos lados de sus mejillas y se despidió de ella. Después de hacer esto, se puso el sombrero y las gafas y se dirigió a la puerta. —Señorita —la llamó él. No era ni amable ni cálido. Su voz era muy fría e indiferente. Lola estaba aturdida. No se imaginaba a Jorge diciendo su nombre otra vez. Ella no miró hacia atrás ni le habló. —Bueno, quiero decir, debería alejarse de mi hija. ¿Sabe lo que haré si usted no me obedece? —Lola estaba tan dolida por el tono de su voz. Intentó aliviar sus emociones y dio pasos largos en silencio hacia la puerta. Pero él solo la miró fijamente y luego bloqueó su salida. —Lo siento, ¿de acuerdo? —Dijo Lola suavemente. Ella solo deseaba poder salir de ahí tan rápido como pudiera. No quería pasar tiempo con este hombre que la había lastimado una y otra vez. ¿Ella lo sentía? Era exactamente algo irónico que ella dijera que lo sentía. Jorge apretó los dientes y reprimió su ira. —Si intenta visitar a mi hija de nuevo sin mi permiso, señorita, le acusaré de asesinato. Sabe que yo sería capaz. —Dijo él con voz amenazadora. Esto era solo un recordatorio de que la mujer frente a él había matado a su madre. El estado de ánimo en la habitación inmediatamente se calentó. Estrella no quería que su padre peleara con su madre. Así que ella agarró frenéticamente la

pierna de Jorge, "No culpes a mi mami, por favor. Yo quiero verla porque la extraño mucho. No te enojes. —Estrella chillaba. Jorge se calmó cuando vio el adorable rostro de su hija. Luego tomó a Estrella en sus brazos y se fue más adentro. Entonces Lola abrió la puerta y salió corriendo antes de que el hombre regresara. Ella no dejó de correr hasta que alcanzó al ascensor. Lola pensó que ya tenía la capacidad de dejar esta relación. Pero cuando volvió a encontrarse con Jorge, supo que aún lo amaba. Tal vez ella no podía simplemente olvidar sus fuertes sentimientos hacia Jorge. Pero él ya no confiaba en ella, ella debería abandonar esta relación. Saliendo por las puertas del hotel, Lola se puso una bufanda y se dirigió al coche. Pero de repente fue empujada a un lado por unas manos realmente fuertes cuando ella justo estaba llegando a la puerta de su auto. La fuerza de él la obligó a ser azotada dolorosamente contra el auto. ¡Maldición! Lola maldijo en sus pensamientos. Ella se sintió tan frustrada y molesta. Era tan doloroso que apenas podía mantener los ojos abiertos. Ella sintió la familiaridad ya que podía reconocerlo sin siquiera abrir los ojos. —¡Déjame ir! —Lola gritó con un chillido. Al escuchar sus palabras, el hombre se congeló en un instante. —¿Cómo podía decir eso ella? Ella mató a mi madre. ¿Por qué ella no se siente para nada culpable? ¿Era ella realmente culpable? —Pensó para sí mismo. —¿Quién te crees que eres? ¿Cómo te atreves a ordenarme de esa manera? ¡Muestra algo de respeto! —Él gritó con enojo. Su voz tenía un toque de desesperación. Lola y Jorge estaban pasando por la decepción y el desamor. Pero seguían torturándose el uno al otro. Era tal como un ciclo. —Tú no eres nada para mí. ¿Cómo te atreves a tocarme? —Lola lo desafió con desprecio. Ella abrió los ojos y lo miró fijamente. Jorge le pellizcó la barbilla y la obligó a mirarlo. La mirada de él era muy seria y sombría. Era tan dura como, si pudiera romper él los huesos de ella. Pero Lola simplemente apretó los dientes. Los dos se pelearon amargamente ya que ninguno de ellos admitió la derrota ni hizo un compromiso. —Lola, tus buenos días pronto se acaben mientras me provoques. —Él dijo

con una mirada amenazadora. Empezó a dar un paso adelante. Lola intentó dar un paso atrás, pero no había vuelta atrás. Ella estaba anclada a un costado del coche. Con su cuerpo presionado contra el de ella, Jorge miró a Lola con una cara aterradora. Lola cerró los ojos en agonía y dijo: —Lo siento. No te estoy provocando deliberadamente. Solo extraño a mi hija. —¡Ella no es tu hija! —Él lo dejó salir. —Desde que ella le disparó mi madre, Estrella ya había perdido a su madre. No permitiré que Estrella tenga una madre maliciosa. —Él pensó. —Jorge, no puedes negar que he dado a luz a Estrella. Ni siquiera me diste una oportunidad para explicar. —Ella alegó. —Puedes cambiar todo lo que quieras, ¡pero no puedes negar que tengo un lazo familiar con Estrella! —Lola añadió con enojo. Su voz se hizo cada vez más fuerte, hasta que casi estaba gritando. Su ansiedad la había abrumado. —Sí, no puedo cambiar eso, ¡pero nunca te dejaré ver a mi hija otra vez!. —Dijo Jorge, mirándola furiosamente. Lola intentó todo lo posible para alejarlo cuando escuchó estas palabras. Jorge tuvo que abrir los dedos y dejarla ir. Lola fue directamente al auto porque ya no quería quedarse con Jorge. Ni un segundo más. Jorge le impidió cerrar la puerta. —Lola, estás caminando sobre hielo frágil. ¡No me provoques, o acabaré con cada recuerdo que tenga de ti!. —Dijo Jorge, con una voz cruel y fría. —Oh, ¿lo harás? —Dijo Lola con desprecio. Estaba ella tan harta de mirarlo. —¡Vete de aquí! —Respondió Lola mientras ya se estaba sintiendo indiferente. ¿Vete? "Ya no eres a quien yo amaba. —Se burló él. —Me iré si pagas el precio, un precio caro. —Dijo Jorge astutamente en un suave susurro. Lola fue jalada por Jorge sin ningún recato. Ella no pudo sostenerse y comenzó a caer. Pero él rápidamente la atrapó en sus brazos. Lola se levantó de inmediato, sostuvo su mano derecha y abofeteó a Jorge en la cara. Pero Jorge era demasiado rápido. Él le cogió la mano antes de que ella pudiera abofetearlo. Lola trató de liberarse de su agarre. Quería abofetearlo aún más cuando observaba su frío rostro. Ella estaba abrumada. —¿Qué es lo que estoy esperando? ¿Todavía estoy encantada con él? ¿Todavía lo amo? —Se preguntó a

sí misma. —¿Quieres pegarme? —Gritó él con rabia. Entonces él trató de hacer algo que la aterró tanto. Jaló a Lola hacia él y la empujó dentro del auto. —¡Maldita sea, déjame ir, bastardo asqueroso! —Ella chilló. Lola luchó e intentó patearlo y golpearlo. Ella lo tomó como un desahogo por su miedo y su ira. ¿Qué quería el? ¿Quería él violarla? ¿O estrangularla? Pero él estaba tan enojado que empuñó ambas manos y rasgó su abrigo. —Aléjate de mí.... —Lola intentó decir algo. Pero terminó con un gemido cuando Jorge repentinamente besó sus labios.

··· Después de unas cuantas horas, se abrió la puerta del coche. Pero se cerró de inmediato con un fuerte golpe. Se puso el abrigo y rápidamente entró en el hotel. Lola descansaba en el asiento del coche. Estaba asustada y avergonzada. Las lágrimas llenaron sus ojos. Temblaba y se puso rápidamente la ropa, pensando en las últimas palabras del hombre que una vez amó: —¡Si quieres ver a Estrella, debes acostarte conmigo! ¿Entonces ella podía ver a Estrella si ella lo complacía? Debería darle las gracias a él por perdonarla, por no importarle su odio por haber asesinado a su madre. ¿También debería ella darle las gracias por su generosidad? Lola reflexionó sobre esto dentro del auto. ¡Que irónico! Ella se burló incómodamente. No era sorprendente que el hombre tuviera un gran interés en el sexo. ¡Se acostó con alguien que había matado a su madre! —¡Jorge, bastardo asqueroso! ¡Qué verguenza! —Se dijo a sí misma Lola cuando sus rodillas comenzaron a temblar.

Capítulo 308 LE Lola se acurrucó en el asiento trasero durante media hora antes de volver al asiento del conductor. Tan pronto como se acomodó en ese lugar, se alejó rápidamente. Sintió toda clase de dolores por todo su cuerpo. ¡Ese monstruo era tan cruel! Estaba muy dolorida... Finalmente, llegó a casa. Se cruzó con Laura que bajaba por las escaleras para buscar agua. Laura la miró con curiosidad. Vio que su rostro estaba pálido y afligido. —¿Qué te pasa, hermana? ¿Qué pasó? —Dejó su vaso y la abrazó. Lola agitó su mano de inmediato y la tranquilizó: —Estoy bien. Iré arriba. Estoy un poco cansada. —Sintió que sus orejas estaban hinchadas debido a su mordida. No quería que nadie la notara. Así, hizo todo lo posible por ocultarlo y luego subió las escaleras. Mientras subía, Laura sintió que Lola actuaba de un modo muy extraño. Luego, le preguntó: —Hermana, ¿te duele la pierna otra vez? Deberías descansar un poco más. —Llamó a Lola que ya estaba en el medio de las escaleras. Lola se conmovió por su preocupación. Se dio vuelta y respondió: —Estoy bien. Solo fui a ver a Estrella... Probablemente es, porque estoy un poco emocionada y sensible. —Laura entendió por qué se comportaba de ese modo. Solo asintió y le respondió: —Entonces, que descanses bien. —La pobre madre y su hija... Se extrañaban mucho pero no podían verse. Fastidió a Jorge sobre este asunto. De repente, se sintió muy culpable. Al ver a Lola desaparecer por el pasillo, Laura prometió que siempre la cuidaría en el futuro. Lola no tenía sueño y estaba inquieta esa noche. Estaba preocupada y ansiosa por saber si podría ver a Estrella al día siguiente o no. Si la fuera a ver, se encontraría de nuevo con Jorge. Cosa que no quería. Ya se estaba cansando de ese hombre... Realmente no quería esto. Pensó que Jorge había ido demasiado lejos esta vez. Años atrás, la falta de fe y confianza entre ellos, los llevó al divorcio. Entonces ella se fue.

Cuatro años después de eso, todavía permanecía esa falta de confianza que la llevó a ese fatídico día de bodas. En ese preciso momento, decidió no ir a ver a Estrella. Ya no podía ver más a Jorge. Pero, Estrella, también necesitaba ver a su verdadera madre. ¿Cómo podría librarse de Jorge? En la madrugada del día siguiente, Lola fue al hospital por primera vez, a buscar un medicamento. Luego, se dirigió a su cafetería. Ya había comenzado con la decoración del interior de la tienda. Contrató a un diseñador profesional para crear un estilo con una decoración refinada. Estrella la llamó otra vez ese día. Ella inventó una excusa para no verla. Realmente le rompió el corazón y su voz temblaba un poco. Estrella parecía muy enojada y decepcionada. Inmediatamente, colgó el teléfono después de eso. Lola se quedó sentada allí y miró su teléfono celular mientras pensaba profundamente. ¿Era demasiado egoísta? Para evitar verlo a Jorge, renunció a la oportunidad de ver a su hija. Pasó un mes inmersa en la tristeza. Al terminar la decoración de la tienda, Lola la llamó: —LE. El significado era muy claro: Lola y Estrella. Su hija siempre sería la inspiración para dirigir el negocio. El clima era muy bueno el día de la apertura. Simplemente, puso varias canastas con Fu en la puerta y la declaró abierta. Contrató a varias muchachas y chicos jóvenes como empleados. Todos eran muy amables y trabajadores. Se sintió muy satisfecha. Joshua se enteró de la noticia de la apertura de la cafetería de Lola. Llevó a su esposa a la tienda y lo anunció en la compañía. Pero solo unas pocas personas asistieron. Todos escucharon las noticias sobre el escándalo: —Lola mató a la madre de su prometido" y, por esta razón, la mayoría de las personas dudaron en concurrir. Todos intentaron evitar conectarse con ella. Pero, a Lola, no le importó en absoluto. Ya había pensado en esta posibilidad. En el Grupo SL, País C Jorge se sentó en la silla, con un cigarrillo en la mano y escuchaba que Sánchez le contaba las últimas novedades. —Lola abrió una cafetería en el país A. —Su tienda parece estar ganando popularidad... Sánchez se secó el sudor de la frente. Se preguntó, por qué estas dos personas tan amorosas terminaron así.

Estaban a punto de casarse hace tiempo atrás. Jorge guardó silencio después de escuchar esta noticia. Encendió otro cigarrillo y ordenó: —Abra una nueva cafetería justo enfrente de la suya, con un precio más bajo y mejores decoraciones.

... Sánchez miró a su jefe y se sintió desconcertado. ¿Acorralaría a Lola para hacerla fracasar? —¿No escuchaste lo que dije? Esto es en serio. —Se estaba poniendo un poco furioso. Miró fríamente a Sánchez que todavía estaba aturdido. Sánchez asintió y, de manera obediente, salió de la oficina sin decir nada más. Jorge tenía mal genio, otra vez, como cuando Lola dejó la ciudad D. Pero esta vez, se volvió aún más irritable e irracional. ¿Abrir otra cafetería justo enfrente de la tienda de Lola? ¡Millonario y precipitado! ¡Qué hombre! En la cafetería LE. Lola se sentó, tranquilamente, en un sofá en un rincón de la tienda. Sostuvo su computadora, miró el parque que está detrás de la tienda y pensó en las ventas de la cafetería del día anterior. Muchas personas, al entrar, verían a una hermosa mujer sentada en el Cacolet en un rincón de la tienda. Se dieron cuenta de que Lola, normalmente, se sentaba allí en silencio durante horas. Solo, en algunas ocasiones, bebía una taza de café o té con leche. Más tarde, supieron que la mujer era la dueña de la cafetería. Un día, Lola fue a la tienda como de costumbre. Vio, enfrente, un lugar que estaba en construcción. No le prestó atención y, simplemente, entró en su cafetería. Los empleados estaban ocupados haciendo la limpieza. Cuando vio a Lola, el cajero le dijo: —Señorita, alguien la está esperando allí. Lola miró el lugar hacia donde él señalaba. En el asiento, junto a la ventana, había un hombre que le sonreía. Su cara estaba un poco oculta por las gafas de sol que llevaba puestas. Lo reconoció inmediatamente. Lola se acercó, se sentó enfrente y preguntó: —¿Cuándo volviste? Sus labios coloreados con brillo estaban ligeramente fruncidos. Brillaban con la luz del sol. Un mes atrás, ella lo llamó una vez para contarle sus proyectos e ideas.

No quería ir a ninguna parte. Decidió abrir una cafetería en el país A y llevar una vida tranquila aquí. Tomás Herren sonrió: —Llegué ayer. Primero, fui a la antigua casa. — Luego, tomó un sorbo de café e hizo un cumplido: —¡Este café recién hecho es realmente bueno! Ella se rió suavemente. —¿Cuándo te vas? ¿Qué tal si almorzamos juntos? —Será un placer. Me iré ahora. ¿Quieres dar un paseo conmigo? —Era una oportunidad única para que Tomás Herren tuviera tiempo para relajarse. No quería dejarla pasar. Salieron juntos de la cafetería y entraron al auto de Herren. Enfrente, un capataz tomaba fotos de la fachada a medio terminar, desde diferentes ángulos. Las enviaría a su jefe más tarde. En una de las fotografías, se veía a una mujer subiendo al auto de un hombre, por casualidad. Pensó en borrarla más tarde. Luego, tomó varias imágenes más de la tienda y se olvidó, por completo, de eliminar la imagen que no tenía ninguna relación con la construcción. Envió directamente las fotos a Sánchez, quien simplemente, miró las primeras y luego se las envió a Jorge. Examinó las fotos más de cerca, desde el principio hasta el final. Cuando llegó a la última fotografía, sus manos se congelaron inmediatamente. La imagen captó la majestuosa primavera y una encantadora mujer, con un abrigo rosa y pantalones blancos, que subía al Benz de un hombre. Junto al automóvil estaba Tomás Herren con un traje informal. Las gafas de sol no pudieron cubrir su mirada suave y dulce hacia la mujer. Apretó el ratón de la computadora y se sintió muy infeliz. ¿Lola quería estar con Tomás Herren? ¡Estaba soñando! ¿Lo amaba realmente cuando estaban juntos? Si realmente lo amaba, ¿por qué lo ignoraba? En el cine. Lola miró el frente del cine. Luego, miró al hombre a su lado. Tomás Herren asintió con aprobación y dijo: —Espérame aquí. Voy a comprar las entradas. Luego, se dirigió a la boletería. Mirándolo de espaldas, Lola bajó la cabeza y pensó en algo. Enfrentaba realmente un dilema. Ya no sabía qué sentir.



Capítulo 309 Un beso en sus labios ¿Debería tratar de amar a este hombre? Tomás Herren no regresó hasta que compró las palomitas de maíz. Luego, le tomó la mano y caminaron hacia el ingreso de la sala. Esta era la segunda vez que veían una película juntos. Tomás eligió una que protagonizaba Manolo. Era una buena película de acción. Se sentaron en el centro de la última fila, esperando pacientemente a que comenzara la proyección. —¿Cómo era tu vida allí? ¿Cómo estaba tu trabajo? —Fue la primera vez que Lola comenzó a preguntarle sobre su vida allí. Él se sorprendió ante este dulce gesto. Le respondió: —Todo estaba bien, excepto que estaba muy ocupado. —En cuanto a las cosas traicioneras, era innecesario contarle. Ella asintió levemente y siguió comiendo del cubo de palomitas de maíz. —¿Puedo ir contigo esta tarde? ¿Podría acompañarte?

... Lola vio el cambio en la cara de Tomás Herren por primera vez. —Tú... No lo tomes a mal, por favor. Solo quiero relajarme y estar tranquila allí por dos días. —Le explicó tímidamente y deseaba que él no lo tomara a mal. Tomás sacudió la cabeza y se sintió feliz mientras ella estuviera con él. —Te llevaría conmigo. No te preocupes por eso. Después de que la película terminó, fueron a almorzar. Más tarde, Lola regresó a casa para empacar su ropa e informó a su familia esta noticia. Después de eso, abordó el avión hacia la provincia de Crown con Tomás. Pero, Lola nunca imaginó que se quedaría allí por un largo tiempo. La provincia de Crown le ofreció un lugar para vivir a Tomás Herren. Cuando Lola estaba allí, él se encargó de que se quedara en su apartamento. Desde entonces, sin importar lo ocupado que estuviera, siempre regresaría

feliz al apartamento. Siempre y cuando, no estuviera en un viaje de negocios. Jorge, accidentalmente, supo que Lola estaba en la provincia de Crown con Tomás Herren. Manolo lo sabía y se lo había contado a su jefe. En ese momento, Lola ya hacía una semana que estaba en la provincia de Crown y la estaba pasando muy bien en el lago Kazza. Este lugar ofrecía vistas realmente escénicas donde parecía que, el agua y el cielo, formaban una línea recta. Esa noche, Tomás fue al apartamento. Miró su cabello, largo y despeinado, y dulcemente se lo arregló. Se lo acarició y luego regresó. En el apartamento, Lola se quitó los zapatos inmediatamente y entró al dormitorio con los pies descalzos. Ya era abril. Era primavera y ya no hacía tanto frío. Como el piso estaba alfombrado, estaba caluroso dentro de la habitación. Al ver sus pies descalzos, Tomás Herren la tomó de la mano, la sujetó por la cintura y entró con ella en el dormitorio. Lola se sobresaltó y pasó los brazos por su cuello muy rápido, por temor a caerse. La colocó en su cama y tomó sus zapatillas. Se puso en cuclillas frente a ella y las puso en sus pies. Mirándolo, Lola recordó que Jorge, una vez, le puso las zapatillas en sus pies de esta misma manera. En ese momento, Tomás Herren vio que Lola estaba aturdida y que sus ojos, ya estaban llenos de lágrimas. No tenía idea de en qué estaba pensando. Sus manos estaban apoyadas en la cama junto a ella. —Debes estar muy cansado hoy. ¡Deberías dormirte temprano! Ella se quedó mirando el hermoso rostro que tenía delante. Se preguntó si podría olvidar a Jorge si intentaba amar a Tomás. Entonces, Lola reunió coraje y levantó la cabeza para darle un beso en sus labios. Sin embargo, ella no sentía nada... Los ojos de Herren se concentraron de repente en los de ella. Él no era Xiahui Liu (un hombre que sin duda se adhirió a las reglas morales en la antigua China), por lo que no pretendía desperdiciar la iniciativa de Lola. La abrazó entre sus brazos y le devolvió el beso. Cuando esos besos se transformaron en más profundos, Lola le agarró las manos.

Negó con la cabeza: —Lo siento mucho. —Todavía no estaba lista para esto. Tomás cerró los ojos con fuerza y se calmó. Él no la culpó. Estaba realmente emocionado de que ella estuviera dispuesta, a llevar su relación, al siguiente nivel. —¡Ve a dormir temprano! —Él abandonó bruscamente el dormitorio de Lola y volvió al baño. Vio que la puerta se cerraba y Lola estaba en trance, en un estado de confusión. ¿Por qué no pensó en Tomás incluso después de besarse? El tiempo pasó y Lola había estado, allí, durante casi un mes sin siquiera estar consciente de ello. De repente, recibió un mensaje de WeChat del gerente de su cafetería: —Señorita, se abrió una nueva cafetería justo enfrente de la nuestra. Lola leyó esto y sintió que algo andaba mal. Tomás Herren la llevó de regreso al país A al día siguiente. Lola fue directamente a la cafetería. Dentro del auto, Lola miró al hombre que estaba a su lado. —Tomás, gracias por el cuidado y la atención que me has brindado, durante este difícil momento. —La Provincia de la Crown era hermosa y siempre amaría ese lugar. Aunque Tomás estaba ocupado todos los días, siempre pensaba en ella. Lola se bajó del auto y se dirigió a su cafetería. Tomás le pidió que descansara por un tiempo. Ella se dio vuelta. Él la abrazó y le dio un suave beso en los labios. —Podríamos estar en contacto a través de nuestros teléfonos. ¡Entra ahora! —Lola observó su ternura y estaba confundida. Solo asintió porque no tenía idea de cómo responder. Cuando el hombre se dio vuelta y se subió al auto, Lola gritó: —¡Tomás, gracias! Mirándola, él sonrió. En realidad, no estaba dispuesto a permitir que ella lo dejara. Pero, si realmente la amaba, la esperaría. Él asintió con la cabeza como un gesto de despedida. Luego, se alejó lentamente. Lola observó a Tomás alejarse hasta que el auto desapareció de su vista. Después de eso, vio a un hombre con ojos fríos. Ese hombre, permaneció en silencio al otro lado de la calle ancha, con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo un cigarrillo. Lola se dio vuelta para entrar en la cafetería y parpadeó. Cuando cerró la puerta de cristal, el hombre ya había desaparecido.

Era la hora de mayor clientela en la cafetería. Pero, ahora, había clientes solo en dos mesas. Se dio vuelta y miró enfrente de la calle, a través del cristal. De repente, apareció una construcción de dos pisos, en el lugar en que antes, había un terreno vacío. El establecimiento estaba decorado con lujosos diseños de estilo europeo y un gran letrero. Allí, se leía la palabra: —Dominator. Lola sabía el significado de esta palabra inglesa. Significaba alguien que controlaba a las personas y a las cosas. El estilo y el letrero eran obviamente de Jorge. Pudo sentirlo inmediatamente. Pensó en el hombre que había visto hace un momento y comprendió lo que sucedía. Al margen de Jorge, nadie lo haría ni podría abrir una cafetería en tan poco tiempo. Verificó el ingreso por ventas de los últimos días y encontró que era lo habitual antes de ayer. Sin embargo, las ventas de su cafetería bajaron de manera desastrosa, después de que la tienda de enfrente abriera ayer. ¿Qué quería demostrar con todo esto? Un magnate de negocios en el país C, de repente, abrió una cafetería enfrente de su tienda en el país A. Escuchó que sus precios eran los más bajos en la industria y que, también, tenían un menú con mucha variedad y diferentes sabores. ¿Estaba tratando de que su negocio fracasara? De pie, frente a la ventana y con las manos apretadas, Lola vio que cada vez más clientes entraban en la tienda de Jorge. Era como si el café de Lola no existiera. Después de más de 20 minutos, Sánchez abrió la puerta de la cafetería y lo seguía un hombre inexpresivo. Sánchez también abrió la puerta del Maybach estacionado en la calle para su jefe. Inclinó la cabeza, la cintura y luego, se subió al automóvil. La ventanilla del coche estaba medio abierta. Lola podía ver claramente su expresión. Él solo miró hacia el lugar donde ella estaba parada, con ojos fríos. Obviamente, la estaba mirando. Abrió la boca, dijo dos palabras y se alejó lentamente.



Capítulo 310 ¿No te volverías loco Desde ese día, la cafetería de Lola estaba en un declive constante. Afortunadamente, ella compró la propiedad con dinero en efectivo, por lo que no tenía que pagar un alquiler. Solo necesitaba preocuparse por pagar los salarios del personal a tiempo. En ese momento, ella estaba bien. Todavía tenía algunos ahorros de su trabajo anterior en SL Group. También tenía dinero de él... cuando le pagó sus gastos médicos. Lola podía usar el dinero para pagar los salarios de sus empleados. Su negocio había dado pérdida por dos meses consecutivos. Un día, Lola llegó cansada a la tienda. Todas las preocupaciones y ansiedades la habían agotado. Miró a su alrededor y notó que el primer piso tenía cuatro mesas ocupadas. El mejor día en los últimos dos meses. También notó a un joven, llamado Minmin Quan, que trabajaba incansablemente en el café. Su diligencia llamó su atención. Siempre lo veía corriendo y buscando cosas para los clientes. Cuando en el café no había clientes, limpiaba o simplemente hojeaba los libros en los estantes. Lola lo observó por días y le pareció muy trabajador. Parecía sincero y educado. Muchos clientes incluso lo elogiaron por su excelente servicio. Había otra empleada trabajando en el café. Era una chica muy joven. Lola verificó su identificación y confirmó que ya tenía 21 años. La joven también era trabajadora. Incluso prestó más atención a los detalles que Minmin. Lola pagaba 3000 dólares a su personal como salario básico. Con bonos e incentivos, podrían ganar más de 4000. Lola también brindaba la comida y alojamiento a su personal. Todo lo que ofrecía, era realmente muy decente y razonable. Su personal fue leal a ella a pesar de la caída del negocio. Era porque su jefe los había cuidado bien. Lola pensó que debería agregar otros 1000 como bonificación extra este mes. Mil dólares podría no ser mucho para ella que tenía una vida lujosa. Su

vestido solo, costaría fácilmente más de mil. Pero para su personal, esa suma equivalía a medio mes de trabajo y, tal vez, incluso al costo de vida de todo un mes. Lola se sentó en el columpio mientras hojeaba las actualizaciones de Twitter. Una foto publicada por Cherry llamó su atención. Era una imagen encantadora de un corazón y un anillo. Ella no dijo de quién era el anillo. Pero debajo de su publicación, muchas personas la felicitaban a ella y a Jorge. El anillo era de una marca de diamantes perteneciente al Grupo SL. Lola no tenía ninguna duda de que Jorge lo compró para Cherry. El anillo le recordó a su sortija, la que Jorge le dio cuando le propuso casamiento. A pesar de que ya no estaban juntos, guardaba el anillo en un cajón de su habitación. En ese momento, alguien la llamó y la devolvió nuevamente a la realidad. —¡Hola, hermana, estoy aquí! —Manolo entró con un cálido y emocionado saludo. ¡Lola se sorprendió un poco cuando vio a Manolo y a Laura! —¡Oye! Estás tan perdida en tus pensamientos de nuevo. ¿Qué estabas pensando? —El embarazo de Laura ya estaba más avanzado. Laura miró a escondidas la computadora de Lola y advirtió la imagen con el anillo de diamantes. ¿De quién era ese anillo? Medio minuto después, Lola finalmente salió de sus pensamientos. Apagó el ordenador portátil y se levantó del columpio. Ayudó a Laura a sentarse, cómodamente en la silla junto a ella y, solo dijo: —Necesitas tener mucho cuidado cuando estás embarazada. Evita correr. Podría dañar al niño. —Como Wendy tenía programado el parto en los próximos dos días, la familia ya le había aconsejado ir a la sala de maternidad. Lola iría al hospital para acompañarla esa noche. Manolo estaba un poco molesto cuando vio que Lola solo hablaba con su esposa. Deliberadamente puso una cara graciosa y las interrumpió: —Tengo poder de superestrella ahora. ¿Cómo es que no me notas? Lola miró a su hermano. Detrás de él, algunos de los empleados del café estaban discutiendo y se reían de esa situación. Siempre fue muy popular con las chicas. —No eres bueno. Tu esposa está embarazada pero, rara vez, estás en casa para acompañarla. Tómate una licencia en el trabajo, Manolo. Laura sonrió con gracia ante sus palabras. Manolo se defendió al instante. —Estoy ocupado ganando dinero. Por el bien del niño, intento ganar más dinero. Tenemos que comprar pañales y esas cosas, ¿verdad? —Abrazó a Laura

tomándola del hombro, para mostrar más su amor. —No escuches a mi hermana. Te quiero mucho. Las dos mujeres intercambiaron miradas extrañas y divertidas por sus palabras. Manolo tenía una lengua de miel. ¡Decía palabras dulces con mucha facilidad! —Solo vete ya. Mi joven equipo de chicas te miraron mucho. ¿Por qué no vas y les das tu autógrafo? Podrías tomarte fotos con ellas, ¿verdad? —Lola ahuyentó a Manolo, luego se dio vuelta y le sirvió un vaso con agua a Laura. Manolo hizo lo que Lola le sugirió. De modo sorprendente, el negocio creció por un tiempo porque se corrió la voz de que él estaba allí. En el hospital. Manolo estacionó el auto. Lola sostuvo el brazo de Laura mientras caminaban hacia el ascensor. En la sala VIP. Wendy estaba un poco molesta, porque no entendía por qué ya estaba en el hospital. Sin embargo, Yonata ignoró todas sus quejas. Ella le arrojó enojada una almohada. Yonata finalmente habló para calmarla: —Cariño, no deberías estar enojada. Solo estoy preocupado por ti. Wendy lo miró con los ojos muy abiertos. —Tengo programado el parto para los próximos cuatro días. Pero ya me trajiste aquí y me prohíbes hacer cualquier cosa. Si estuvieras en mi lugar, ¿no te volverías loco? Yonata se echó a reír mientras acariciaba su cabello. —No te preocupes. Pasará rápido. Esos cuatro días pasarán muy rápido y pronto, se terminará. ¿Cuatro días? ¡Wendy no era estúpida! "Luego cuatro días más después de dar a luz y me dirá que me quede en cama otro mes más para recuperarme. ¡Será aún más aburrido! —¡Ella sabía lo que le esperaba! Leyó mucho en los libros de maternidad. Pero, temía el hecho de que tenía que descansar durante mucho tiempo. Él besó rápidamente sus suaves labios y respondió: —Siempre estaré allí y te acompañaré. No te aburrirás en absoluto. —Él haría cualquier cosa por ella. Pidió específicamente quince días de licencia. Sería la primera vez que no iría al trabajo durante tanto tiempo. Wendy miró su rostro y pensó por un momento. Finalmente, se calmó. En ese momento, la puerta de la sala se abrió. Lola y Laura entraron con cálidos saludos y sonrisas encantadoras. Wendy se animó al instante. —¡Lola, Laura! ¡Están aquí! —¡Qué maravilloso! ¡Ya no estaba aburrida! ¡Finalmente! Lola se acercó a su cama con una gran sonrisa. —Hermano, realmente no

deberías haber traído a Wendy tantos días antes. Ella dará a luz en cuatro días. Ahora se siente aburrida hasta las lágrimas. Yonata sonrió y no dijo nada. Lo hizo por Wendy porque era muy prudente. Para ser honesto, cuando Lola dio a luz a Estrella, fue una escena tan desagradable y lo puso tan nervioso, que sintió miedo por su esposa. En ese entonces, Lola ingresó al hospital tres días antes de dar a luz. Era medianoche y ella se doblaba del dolor. La enviaron rápidamente al hospital. Allí, los médicos le informaron que, el parto natural no era ideal para ella, debido a su situación. Ella tuvo una cesárea. Terminó con un sangrado y muchos problemas. Dos horas después del nacimiento de Estrella, los médicos aún intentaban reanimar a Lola en la sala de emergencias. La familia se asustó. Oraron por ella, esperando que sobreviva a la operación. Finalmente, Lola fue salvada por los médicos y enviada sin peligro a la sala para que pudiera descansar. —Lola. Laura ven aquí y siéntate conmigo. ¡Déjame que te cuente lo injusto que fue conmigo! —Se rieron mientras se sentaban a su lado. El ambiente en la habitación era muy cálido y estaba lleno de alegría. Yonata decidió darles algo de espacio y salió a fumar un cigarrillo. —Hermano, Wendy pronto entrará en trabajo de parto. ¿Cómo es que todavía no dejaste de fumar? Será perjudicial para tu hijo. —Al salir, escuchó la voz de Lola. Yonata asintió: —¡Lo intento! ¡Aunque no lo creas! ¡No me juzgues! —En realidad, fumaba menos cigarrillos. Pero, lo estaba haciendo lenta y gradualmente. Mirándolo, Lola inconscientemente pensó, en otro hombre que fumaba, incluso más que su hermano mayor. Tomás Herren, por otro lado, no fumaba mucho. No tenía malos hábitos. Yonata se encontró con Manolo cuando salía de la sala. Le dijo: —Vamos. Deja la habitación para que las mujeres puedan conversar. Manolo miró a través del panel de vidrio y accedió a alejarse con su hermano. Las tres mujeres tenían una relación muy estrecha y eran muy buenas amigas. Cada vez que tenían la oportunidad, se reunían y hablaban por largo tiempo. Nada las detendría para poder conversar. Así, los hermanos decidieron dejarlas y fueron a un lugar más tranquilo y pacífico. Dentro de la sala, las tres mujeres tenían una discusión acalorada sobre el niño, el parto y otros temas relacionados. Todo era femenino y divertido.



Capítulo 311 Ya no habrá ninguna conexión Zona para fumadores. Yonata fumaba un cigarrillo mientras miraba a su hermano que jugaba negligentemente con el celular. —¿Has visto a Jorge últimamente? Todavía estaba preocupado por su hermana. ¡Dijeron que su hermana era una asesina! Eso era ridículo. Él no creía nada de eso. Manolo solo asintió una vez. Vio a Jorge una vez en su compañía. Pero en ese momento, Jorge ya estaba con una mujer. El asunto entre su hermana y Jorge era bastante complicado y no quería ir demasiado lejos al respecto. Yonata vio la expresión de Manolo y adivinó que apenas había hablado con Jorge antes. ¡De ninguna manera! No permitiría que su hermana estuviera con ese hombre cruel nunca más. Quería encontrar algún momento para hablar muy seriamente con su hermana y que considerara conocer un poco más a Tomás Herren. Habían pasado un tiempo juntos en la Provincia de Crown durante un mes. Parecían llevarse bien. Más tarde, la familia dio la bienvenida al nuevo niño. Wendy finalmente dio a luz a su bebé. Estaban todos inmersos en la alegría que traía el bebé recién nacido. Lola miró a su sobrino con mucha felicidad y esto, le recordó el momento cuando nació Estrella. El recién nacido pesó 3.400 kg. Estrella pesó de 3.100 kg al nacer. ¡Eran casi iguales! Al día siguiente, el titular en las noticias de entretenimiento, publicó que Jorge y Cherry ya se habían comprometido en un centro turístico privado. Muchas personas no opinaron sobre el tercer compromiso de Jorge. Aunque querían discutir sobre esto, no se atrevieron a hacerlo. Pero, todavía, mucha gente sentía mucha simpatía por él. Después de todo, pensaban que era su anterior prometida a la que debían

culpar. Ambos eran demasiado viciosos. ¡Y Dios mío! ¡sus verdaderas intenciones se revelaron el día de la boda! Pero nadie se atrevió a decir que Jorge tenía mal gusto. Si realmente lo tuviera, ¿cómo podría ser su negocio tan exitoso? Tal vez, solo tuvo un poco de mala suerte con sus relaciones. Al salir de la habitación del bebé, Lola estaba bastante enojada por las noticias que leyó en Twitter. Buscó la tarjeta bancaria, el anillo de compromiso y otras cosas que él le había regalado. Las colocó todas juntas en una caja. Ella quería deshacerse de todo eso. Ella deseaba mucho poder seguir adelante. Así, sus lazos se cortarían completamente y ya no habría ninguna conexión nunca más. Envió el paquete a la oficina del Grupo SL a través de una compañía de entrega urgente. Jorge miraba los datos de las dos cafeterías en el País A cuando Sánchez llamó a la puerta. Lo dejó entrar. —Jefe, esta caja es para usted. Por favor, mírela. —Sánchez siempre fue muy responsable con el manejo los correos y entregas. Como Jorge no tenía tiempo de revisarlos todo, solo miró lo más importante que Sánchez le entregó. —¡Colócalo primero sobre el escritorio! —Jorge ni siquiera levantó la cabeza. Sánchez quería decir algo pero siguió sus instrucciones. Colocó la caja sobre la mesa y luego salió de la oficina. Sin embargo, antes de cerrar la puerta de la oficina, agregó: —Jefe, las cosas que están en la caja son muy importantes. Jorge finalmente levantó la cabeza ante sus palabras y miró el paquete. Él lo abrió. Vio que había una tarjeta bancaria con un código grabado en ella. Algunos archivos A4 y un anillo en el fondo... Al igual que varios años antes, Lola le devolvió todo esto e implicaba una ruptura con él. Rompió los archivos con sus manos y los arrojó furiosamente al cubo de basura. Recordó que le había dicho que si quería ver a Estrella, debía sacrificarse. Pero ella nunca regresó después de eso. Nunca volvería a encontrarse con Estrella otra vez. Aparentemente, ella odiaba a él, como lo que él mismo hacía. Colocó las cosas dentro del cajón y encendió un cigarrillo.

Ella había estado con Tomás Herren en la Provincia de Crown durante más de un mes. Lo que era más, el día que regresaron de allí, ella no mostró el menor disgusto cuando Tomás se le acercó en forma más íntima. Increíblemente, cada vez estaban más cerca. Así, pensó que sería ridículo si no pasaba nada entre ellos. Tomás Herren no dejaría pasar esta oportunidad. Tal vez su relación... ¡se concretaría pronto! Ese hombre era bueno con ella. Lola estaría muy feliz si estuvieran juntos. ¡Pero Jorge no dejaría que esto pasara! El hombre se burló y se dijo: — ¡Estás soñando, Lola! No te lo haré tan fácil. En el país A. Lola estaba sentada en el sofá como lo hacía normalmente. Miraba el paisaje fuera de la cafetería. Su teléfono celular de repente sonó. ¡Era Estrella! ¡Había pasado mucho tiempo desde la última vez que la llamó! —¡Estrella! —Ella emocionada la llamó "mi amor. —¡Soy yo! —La fría voz que se escuchó del otro lado, instantáneamente, hizo que su rostro palideciera. ¿Jorge ya sabía que estaba llamando a Estrella sin su permiso? —¿Cuál es... el problema? —Su voz se notaba muy diferente porque estaba demasiado nerviosa. Temía que Jorge le preguntara sobre sus conversaciones secretas con Estrella. —Estrella tiene fiebre muy alta, 39 grados. Ahora está gritando que quiere verte. —Su tono aún era muy frío. ¿Estrella tenía fiebre? —Bueno, ¿cómo está ahora? Dime, por favor. —La voz ansiosa de la mujer hizo que el hombre sonriera. ¡Qué simuladora era esta mujer! Fingía preocuparse por su hija... ¿No había renunciado a ver a Estrella? Si realmente la amara, haría cualquier cosa solo para verla. —Envié un avión para ir a buscarte. Ven aquí lo más rápido que puedas. — La llamada se había terminado. No quería explicarle la situación de Estrella ahora porque Lola se preocuparía mucho. Volvió rápidamente a la mansión. Lola le dijo a su hermano que iría a ver a Estrella. Yonata estaba muy preocupado. Temía que Jorge la lastimara de nuevo. Vio este episodio una y otra vez. —Ya te di un arma. Si se atreve a lastimarte otra vez, directamente lo matas. Yo me haré responsable. No tengas miedo. Yonata fue muy directo con esto. Después de todo, Jorge era el hombre que

una vez amó. ¿Cómo podría matarlo? Wendy enfrentó a Yonata y dijo: —¿Qué estás diciendo? ¡Esto no tiene sentido! Solo busca y consigue varios guardaespaldas para protegerla. —Sin embargo, si Jorge realmente quisiera hacerle daño, varios guardaespaldas no eran suficientes. ¡Jorge era muy astuto y fuerte! Lola negó con la cabeza y bajó la voz: —Hermano, solo iré a ver a mi Estrella. No voy a enfrentarme con él. —Ella no lo irritaría. Sería mejor si se cruzara con él. Cuando Lola fue al patio trasero, el avión hacía varios minutos que la estaba esperando. Lola se subió lentamente al avión y se fue. En Leroy Manor, País C. Dos horas más tarde, el avión aterrizó en los parques de la mansión. La hermosa mujer, con un abrigo amarillo claro, salió del avión y corrió para entrar. No encontró a nadie en el primer piso, así inmediatamente subió las escaleras. Sin embargo, no había nadie allí. Era extraño. No sabía si Estrella estaba en la habitación de Jorge o en la habitación de la niña. Cuando estaba por entrar al cuarto de Estrella para buscarla, la puerta de la sala del estudio se abrió de repente. Jorge, con un cigarrillo en la boca, se interpuso en su camino. —Te lo he dicho y espero que no lo hayas olvidado. Si quieres ver a Estrella, debes hacer lo que te digo. Debes seguir mis deseos. —Miró a la mujer y dijo en tono despreocupado. Lola no podía creerlo. Ahora estaba muy preocupada por su hija enferma y él, tenía el descaro de pedirle que hiciera algo más. Ya tenía una novia, y todavía estaba pensando en meterse con otra mujer. ¡Qué bastardo! ¡Descarado! Este hombre no obtendría lo quería hoy. —Jorge, ahora estoy muy preocupada por Estrella. Por favor, solo déjame verla. Te lo pido amablemente. —Ella dijo con voz fría. Jorge fumaba el cigarrillo y le habló lentamente: —Estrella está ahora estable. Su fiebre ya está bajando. Ya envié a alguien para que la cuidara. No tienes que preocuparte por ella. Si ella aceptaba su petición, la llevaría a ver a su hija. Lola cerró los ojos con angustia. Sus insultos habían ido demasiado lejos.



Capítulo 312 Tomó el control de su cuerpo Finalmente, el abrigo amarillo claro cayó al suelo. De repente, una mano fuerte tomó su mano y la arrastró a la siguiente habitación. Instantáneamente, olvidó el dolor en su muñeca cuando vio la escena en el cuarto. A excepción de unas cuantas cajas más, se veía exactamente igual que antes. Era como si nada hubiera pasado. Las fotos aun estaban allí y el piano todavía estaba en el centro de la habitación. Pero la "declaración de amor" frente a la ventana estilo francés ya había desaparecido. La miró a los ojos y la empujó, más y más, cerca del piano. La inmovilizó por la espalda. Ya en el suelo, pudo ver que el marco de cristal de la foto de la boda estaba roto. La hizo sentir incómoda y muy triste. —Ahora que tienes novia, ¿otras mujeres ya no pueden entrar a tu habitación? ¡Podríamos hacer esto en un lugar más adecuado y confortable! Incluso hacer el amor, tenía que hacerse en esta habitación. —¡Te lo mereces! —Respondió fríamente, poniendo las manos en su cinturón. —¿Soy tan indigna? —Ella le dio la espalda con una sonrisa burlona y lo provocó deliberadamente. —Maté a tu madre. ¿No se sentiría culpable por jugar con una asesina, Señor Si? Lo que le dijo, solo lo pondría más furioso e irritado. Ella lo sabía. —¡Así debes compensarlo! ¡Así será como me pides perdón! Luego la golpeó con fuerza en el piano. Estaba oscureciendo. Él abrió la puerta y se marchó bruscamente. Con los brazos cubriendo su cuerpo desnudo, Lola se sentó desesperada en el suelo frío, en un rincón de la habitación. Miró la foto en la pared y las lágrimas empañaron su mirada. No sabía cuánto tiempo pasó. La puerta nuevamente se abrió y el hombre, que había salido, regresó con un bolso. Al verla en un rincón, se sintió un poco irritado. Tiró el bolso delante de ella, cerró la puerta y se fue otra vez.

Había un traje nuevo dentro del bolso. La ropa que traía puesta al llegar, ya estaba rasgada cuando la desnudó. Ella se puso de pie contra la pared. Se puso el conjunto, se arregló su largo cabello y salió de la habitación. Abrió la puerta del cuarto de la niña. ¡Como era de esperar! ¡su pequeña hija estaba allí! Estrella justo se despertó. Tenía una almohadilla en la frente para reducir la fiebre mientras la sirvienta le daba algo de comida caliente. —¡Mamá! —Estrella gritó de sorpresa cuando la vio acercarse junto a la cama. Lola corrió hacia ella y tomó a la niña entre sus brazos. Eso era suficiente. Abrazadas y juntas. La sirvienta dejó el plato con avena a un lado y salió de la habitación en silencio. —Cariño, ¿te sientes mejor ahora? —Los ojos de Lola brillaban de alegría al ver a su hija. Todo su dolor y ansiedad había desaparecido. Miró a su hija con inmensa alegría. Parecía que había crecido más. Estrella negó con la cabeza: —Mamá, te extraño mucho. Ojalá siempre estuvieras aquí para cuidarme. —Ella sostuvo su cintura con fuerza y puso su cara entre sus brazos. Lola acarició su largo cabello suavemente: —Estrella, yo también te extraño mucho. Vine aquí para ver a mi bebé. —Besó a Estrella en la frente y le dijo con amor. El tiempo que pasó con ella, fue demasiado corto. La envolvió de gestos dulces y amorosos. Sostuvo a su hija en sus brazos por más de dos horas y no quería dejarla otra vez. Estrella finalmente se durmió de nuevo. Lola deseaba que tuviera un dulce sueño... Quitó sus brazos de su cuello y luego, la puso en la cama. Ella también se acostó a su lado y solo la observó dormir. El tiempo pasó. Ella también se durmió. La puerta se abrió. La persona que entró, se quedó mirando fijamente a la madre y a la hija allí, dormidas. Durmieron mejilla con mejilla y sus manos también estaban entrelazadas. De repente, Lola se despertó por una salpicadura de agua fría. Cuando abrió los ojos, ya estaba en la bañera llena de agua. Jorge estaba bien vestido fuera del baño. Ella se estremeció y él, solo la

miró con su expresión fría como el hielo. Miró a su alrededor. Era el baño en la habitación de Jorge. —¿Quieres dormir? —Su voz seguía fría como el hielo. Lola cerró los ojos por un rato. Salió de la bañera y bajó los escalones. Pero Jorge la tomó de la muñeca y la detuvo. —¡Eres muy atrevida como para ignorar mis palabras! —La atrajo hacia él. Lola se tambaleó y casi se cayó. Pero, finalmente, se estabilizó mientras sostenía su abrigo. —¡No me toques! —Ella lloró desesperada. ¡Realmente quería morderlo! Jorge tomó una toalla de baño y secó su cuerpo. Luego abrió la puerta y la arrojó sobre la cama. Lola intentó levantarse porque el empujón hizo que se mareara un poco. Sin embargo, Jorge llegó a la cama y se aferró a su cuerpo. Ella lo empujó violentamente, luego le dio una bofetada en la cara. Justo en el blanco. Jorge estaba sorprendido. No había aire y Lola se sintió sofocada. La tomó por su cuello, la estranguló y su mirada fue aterradora. Lola estaba atrapada, con fuerza en la cama y no podía respirar. Ella luchó, pero fue incapaz de gritar. En el último momento, en que pensó que se estaba muriendo, Jorge sacó las manos de su cuello. Ella, frenéticamente, respiró el aire fresco. Sin embargo, Jorge la abrazó y le susurró: —¡Ahora sabrás lo que significa haberme golpeado! La soltó y colocó una cámara justo al lado de la cama. Lola todavía estaba dolorida y no le prestó atención a la cámara que manipulaba. Ella ni siquiera la vio. Cuando volvió en sí, Jorge tomó el control de su cuerpo. Se sentía muy débil.

... Por fortuna, se sintió reconfortada cuando vio que Estrella estaba en sus brazos cuando se despertó al día siguiente. Estrella la besó con todo su corazón cuando se despertó. Lola ni siquiera podía levantar sus manos. —Estrella, ¿estás mejor ahora? —Su voz era áspera. Lola lamió sus labios secos y deseaba beber un poco de agua. Estrella asintió y le preguntó con tono preocupado: —Mamá, ¿tienes sed?

—Los labios de mamá estaban muy secos. Lola asintió levemente. Estrella se bajó de la cama de inmediato y buscó agua para darle. Lola comprendió que la llevaron a la habitación de Estrella sin que ella se diera cuenta. Después de beber un poco de agua, se sintió mucho mejor. Intentó levantarse de la cama y jugó con su hija toda la mañana. Al mediodía, Jorge la expulsó después de que su hija terminó su almuerzo. Cuando llegó a casa, Lola se fue a su habitación en silencio y durmió el resto del día. Estaba muy cansada físicamente. Cuando apareció en la mesa del comedor a la mañana siguiente, todos se sorprendieron al verla. Lola sostuvo a su pequeño sobrino en sus brazos con amor, y les dijo a todos que regresó muy tarde la noche anterior y que no quiso molestarlos. Después del desayuno, Lola, primero fue al hospital e hizo una cita con un ginecólogo. Luego, fue a la cafetería. Se sentó en una hamaca y fijamente miró la factura del hospital. Ahora, nadie le pagaría sus gastos médicos. Lola tomó la factura y la tiró en el cubo de basura. Luego, se arregló su largo cabello muy irritada. Se daría una oportunidad con Tomás Herren. Esa era la opción correcta. Pero ¿cómo podría amarlo? Ella solo sentía cariño y tenía una profunda amistad con Tomás.

Capítulo 313 Tan cruel ¡Maldito sea! Jorge era un hombre de principios cuando manejaba asuntos importantes, ¿verdad? Entonces, ¿por qué no pudo manejar esa situación y no humillar y avergonzar a una mujer como ella? Sacó su teléfono y le envió un mensaje a Tomás Herren a través de Wechat. Resistiéndose un poco, ella escribió: —Tomás, no soy lo suficientemente buena para ti. ¡Por favor, solo déjame ir! ¡Mereces a alguien mejor! Ya era tarde, en la noche, cuando Tomás vio su mensaje. Sostuvo su teléfono y meditó profundamente. Tomás trató de entender qué significaba ese mensaje. Luego, abrió la puerta del dormitorio donde ella dormía. Parecía que todavía allí dentro estaba su fragancia. Aún olía su dulce perfume en el aire. —Lola, si te propongo y te ofrezco matrimonio, ¿dirás que sí? —Le envió un mensaje sincero. Cuando lo leyó, Lola comenzó a sentirse triste y angustiada. Le gustaría, pero temía que Jorge no la dejara ir tan fácilmente. Respondió honestamente: —¡Jorge no me perdonará! ¡Me castigará Jorge por eso! Cuando vio el nombre de Jorge en su respuesta, comprendió de inmediato lo que estaba sucediendo. Apretando los puños con ira, ¡no podía esperar para matar a Jorge! ¡Fue demasiado lejos! —Vamos a enfrentar todas estas dificultades juntos. De ahora en adelante siempre estaré a tu lado. ¿Podría ella decir que sí? No perdería nada intentarlo, ¿verdad? —Sí. Al día siguiente, Lola se reunió con Tomás en su lugar porque no podía presentarse en lugares públicos. Su trabajo en el gobierno lo obligó a mantener un perfil bajo. Tomás le propuso matrimonio en una cafetería y Lola aceptó con una sonrisa en su rostro. Saludos y buenos deseos pronto invadieron el pequeño café. Le puso un anillo en el dedo y la abrazó con fuerza entre sus brazos.

Su relación era aún más profunda. Bajo la sugerencia de Herren, Lola regresó a la Provincia de Crown con él nuevamente. Luego de tres días en la provincia de Crown, Jorge supo que Tomás y Lola se habían comprometido. Entonces sonó el teléfono de Jorge. Era un número desconocido. Fue extraño recibir esta llamada. Se había comprometido a mantener confidencial su número privado. Cuando contestó el teléfono, un hombre dijo: —Jorge, hablemos. Esto es un asunto muy serio. —La voz tranquila de Tomás Herren se oyó por el teléfono. Jorge guardó silencio y se preguntó si llamaba para hablar sobre Lola. —No es necesario. No pierdas tu tiempo. —Él lo rechazó directamente. Aunque Tomás estaba enojado, continuó diciendo: —Ella es mi prometida en este momento. ¿Puedes dejarla ir y dejarla vivir su propia vida? Jorge se burló. —Lola Li no merece la felicidad. Te aconsejo que te mantengas alejado de ella. Tomás Herren sabía que Jorge no perdonaría a Lola tan fácilmente. Le dijo: —Ya tienes a tu prometida. No es bueno que los demás sepan que eres un playboy. Tienes una hija. —¿No te importa saber si te ha engañado? —preguntó Jorge con una voz clara y sin emociones. Tomás apretó los puños, sabiendo que Jorge debió haberle hecho algo a Lola. Esta debía ser la razón por la que ella le dijo que no era lo suficientemente buena para él. —Pasado es pasado. Ya no me importa. Jorge sonrió en forma burlona y se preguntó si pensaban que él se los haría fácil. —Dile a Lola que si se casa, un título de ella es una asesina, la seguirá durante toda su vida. Lo digo en serio. Después de decir esto, presionó el botón del teléfono y finalizó la llamada. Tomás estaba tan enojado que golpeó la mesa, ¡odiaba el hecho de que ese hombre fuera tan cruel! Sin embargo, ¿cuál fue la razón por la que Lola mató a la madre de Jorge? A menudo, reflexionaba sobre eso. ¿Realmente lo hizo ella? Quería saberlo, pero no tenía el coraje de preguntárselo. Pero, siempre tenía una manera de descubrir la verdad. Llamó a su secretaria y comenzó a investigar. En la habitación de al lado, Lola estaba a punto de irse a dormir cuando su teléfono emitió un sonido. Cuando abrió el teléfono, descubrió que tenía una solicitud de amistad de

un extraño. No quiso confirmarlo porque no aceptaba solicitudes de personas desconocidas. Sin embargo, había unas palabras adicionales que decían: —Te mostraré una foto nuestra. Naturalmente, pensó en Jorge. Así que, confirmó la solicitud de amistad sin pensarlo. Poco después, recibió una fotografía que parecía una captura de pantalla. Ella la amplió para verla un poco más grande. Después de verla claramente, Lola estaba tan enojada que sus manos comenzaron a temblar. Luego le envió un mensaje a Jorge: —¡Eres tan despreciable, descarado e indecente! ¡Debes avergonzarte de ti mismo! Ella nunca pensó que Jorge haría algo tan humillante. Lo desconocía. Parecía que en realidad, tomó un vídeo de ellos teniendo sexo... Lo hizo sin su permiso. ¡La estaba amenazando! ¡Lo maldijo diez mil veces en su corazón! —Si te atreves a casarte, no me importará que más personas vean esto. — Jorge respondió en una forma simple y franca. Lola cerró los ojos e intentó calmarse. ¡Tranquila y no te asustes! —¡Ahora te ruego que me demandes! ¡Vamos, llévame a la cárcel! —¡Ya no quería soportar más sus torturas! Era mejor enfrentar todo y seguir adelante. —¿Por qué llevarte a la cárcel? ¡Torturarte todos los días, hasta que mueras, eso es lo que quiero exactamente! —Respondió en su habitual sarcasmo. Lola tenía muchas ganas de tirarle el teléfono en su cara tan arrogante. ¡Era una pena que ella no pudiera hacerlo! —¿Por qué no me dejas casarme con Tomás Herren? ¿Todavía me amas? —Seguido por un emoji enojado, ella envió estas respuestas. Sentado frente al escritorio, el hombre mostraba una sonrisa muy desdeñosa. ¿Realmente pensaba que todavía la amaba? —Tú lo deseas. ¿Cómo podría dejarte ser feliz tan fácilmente? Pero ella, no era feliz en absoluto. —Devuélveme a Estrella. ¡Si lo haces, nunca me casaré! ¡Tienes mi promesa! Y puedes hacerme las cosas que quieras. ¡Me entregaré a ti! Jorge lo pensó por un momento. Parecía tentarlo. —¡En tus sueños! ¡Incluso si no te devuelvo a Estrella, voy a seguir controlando tu vida! ¿Cómo podía ser tan cruel, así de esta manera?! —¡Bastardo! ¡Vete al infierno! Luego, le envió otra captura de pantalla... ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿De verdad, controlaría su vida por siempre? Sabía que él era capaz de esto. ¿Cómo podía tratarla así? ¡Si estuviera

frente a ella, ahora mismo, lo mataría con un cuchillo! Al día siguiente. Lola tuvo que despedirse de Tomás Herren porque no podía quedarse más tiempo. Si Jorge decía la verdad, realmente no la dejaría ser feliz. No podía involucrar a Herren en sus problemas. Tomás la miró profundamente y adivinó que Jorge le había hecho algo. De lo contrario, ¿por qué se iba de repente? Ayer estaba tan feliz y emocionada. —¿Qué te hizo? —Supuso que la había amenazado una vez más. Al recordar las capturas de pantalla, Lola estaba furiosa y molesta. Sin embargo, estaba muy avergonzada para contárselo. —Nada. No tienes que involucrarte en las cosas entre Jorge y yo. Lo resolveré lo antes posible. No te preocupes por eso. —Ella debía encontrar una solución a esto, de una vez por todas. Finalmente, Tomás le preguntó: —¿Qué sucedió exactamente el día de tu boda? Ella lo miró en silencio por un largo tiempo. Fue tan largo que pensó que no hablaría de eso. Finalmente, ella dijo: —¿Me creerías si te digo que no maté a su madre? Tomás la miró seriamente, luego asintió. —¡Te creo! Esta respuesta no la animó porque la siguiente pregunta fue la clave. Ella continuó: —¿Qué pasa si te digo que su madre me señaló antes de morir? Era como si estuviera diciendo que yo la maté. Tomás Herren se quedó, aún más en silencio. Pensó en el hecho de que solo estaban Lola y Rocío en la habitación en ese momento. Al notar su silencio, Lola se sintió un poco perturbada y decepcionada. — Deja de pensarlo. Esa es la verdad. Puedes creer que la maté. No tengo manera de salir de todo esto. —A pesar de que siempre tenía algo para decir, no pudo dar una explicación convincente para protegerla. Ese recuerdo en realidad, le causó un trauma. Observó su expresión de frustración, le dio una suave palmada en los hombros y dijo: —No. Yo te creo. —Creyó todo lo que ella dijo. Así es como confía en ella. La razón por la que Rocío la señaló podría ser porque tenían una mala relación. Quería torturarla con eso. Sin embargo, ya era tarde. A ella solo le importaba su primera reacción. Sin embargo, la primera reacción de Tomás fue cuestionar la verdad de todo el asunto. Esto no significaba que no confiara en ella.



Capítulo 314 Yo lo llamaré Ella sacudió la cabeza con desaprobación. A ella no le importaba nada. El hombre que una vez la amó profundamente ya ni siquiera le creía nada. ¿Qué más podría esperar ella de otras personas? —Sigue con tus propios asuntos. Puedo pasar por esto por mi misma. — También sería más complicado si él la llevara a casa en cada ocasión. Jorge podría tenerla vigilada, incluso aquí. Tomás pensó que ella dijo eso debido a la ira y decepción. Él sintió mucha simpatía por Lola. La sostuvo en sus brazos. —Lola, yo te creo. Puedes confiar en mí sea lo que sea. Sólo así Lola se dio cuenta de que él podría haber pensado que ella estaba enojada. —No estoy enojada. No es conveniente que siempre me lleves a casa. Sé que estás ocupado. Él sacudió la cabeza. —Todo está bien. Te amo. Puedo hacer lo que sea por ti. —Si él no podía hacer cosas simples como llevarla a casa, ¿qué otra cosa podría ella esperar de él?. Lola estuvo de acuerdo sin discutir más. Herrero la besó en los labios antes de sacarla. Al ver el lado amable de su rostro, una sensación de culpa se elevó en ella. Ella no quería que Tomás tomara esto de la manera equivocada. ¿No era él antes el presidente? Ella no podía creer que él fuera tan dulce y así de romántico... Cuando ella regresó, el negocio del café todavía no había progresado. Manolo reenvió sus micro blogs y momentos de WeChat. Funcionó un poco. Manolo era muy famoso. Mansión Leroy. Tan pronto como Jorge regresó a casa de la compañía, fue detenido por Estrella en la sala de estar. Estrella lo miró enfadada. Jorge pensó por un momento y pensaba que no había hecho nada para molestar a su pequeña princesa. Estaba tan confundido. —Papi, ¡no me gusta lo que estás haciendo! —Estrella estaba a punto de gritarle a su papi.

Jorge se agachó un poco, la miró y le preguntó en voz baja: —¿Qué está mal, Estrella? —¡Quiero ver a mi mamá! ¡Si no quieres verla aquí, yo volaré sola a la casa de mi abuela!." Estrella no le tenía miedo a Jorge en absoluto. ¡Si ella tuviera éxito esta vez, protestaría en el futuro sobre este asunto todos los días! Al oír esto, los ojos de Jorge se volvieron fríos. Su hija tenía el coraje y las agallas de su madre. Sin embargo, él todavía dijo: —Espera aquí, por favor. La invitaré a ella aquí. No te preocupes por eso. Estrella sacudió felizmente su pequeño trasero de emoción y besó a Jorge en la mejilla. —¡He sabido que papá es la persona más amable del mundo! Por supuesto, él siempre estaba satisfecho de ver a su hija feliz. Por lo tanto, Lola recibió un mensaje de WeChat de Jorge esa noche. — Estrella quiere verte. El avión te recogerá mañana por la mañana. Lola estaba desconcertada. Él ya no quería más esto, ¿verdad? ¿Entonces qué sucedió? ¿Era esta su nueva forma de perjudicarla y acosarla? —Jorge Si, ¿qué trampa estás tramando conmigo ahora? Simplemente detente. Jorge quería matar a esta ingrata mujer. Él respondió enviándole una foto de una captura de pantalla. Los dientes de él se apretaban con ira. Ella ciertamente estaría feliz de ir a ver a su hija si él no tramaba trampas. El día siguiente. El avión apareció en el patio trasero de la casa de los Li a tiempo. Angie miró seriamente a su hija. —Lola, ¿podrías por favor no ser tan tonta? Sabes lo que pasará si vas allí. —Al ser falsamente acusada de asesinato e incapaz de ver a su propia hija, ¿cómo iba a ser posible que Angie no se preocupara de la situación de ella? Ella temía por su seguridad. Lola solo miraba a sus propias puntas de los pies. Era la primera vez que su madre le había hablado de una manera tan dura. —Lamento haberte preocupado tanto, mamá. Pero Estrella también me necesita. Angie miró al techo con ira, "Rocío Mo te incriminó antes de morir y Jorge cree que tú eres el asesino. Ciertamente él no te tratará bien. ¡Abandona cualquier esperanza sobre él! —Ella escuchó que Lola tenía una relación cercana e íntima con Tomás Herren. Ella no sabía cómo comentarlo. Incluso su madre sabía que Jorge no la trataría bien. Lola se sintió muy triste porque había hecho todo lo posible por liberarse de esta relación. Al notar su silencio, Angie no pudo evitar decirle: —El señor Herren te ha estado esperando. ¿No se llevan bien entre ustedes? Si es posible, ¡olvídate de

Jorge completamente! No te enredes en esta relación. ¡No quiero verte herida una y otra vez! —Mamá, Jorge... me prohíbe estar con Herren. Él me castigará por eso. — Ella dijo esto con una voz débil. Angie miró fijamente a su hija. —Ese bastardo no te trata bien y te prohíbe estar con Herren. ¿Acaso él quiere que estés sola durante el resto de tu vida? Lola volvió a guardar silencio y siguió mirando hacia abajo. Ella no estaba acostumbrada a escuchar a su madre regañándola. —Dame su número de teléfono. Yo lo llamaré. Esto debe evitarse lo antes posible. —Angie estaba estallando en verdadera ira. A ella no le importaba el poder y la influencia. Si alguien se atrevía a intimidar a su hija, ella no le temía nada. Lola miró a su madre en pánico y negó con la cabeza en un instante. — ¡Mamá, todo está bien! Puedo manejarlo… —¿Manejarlo por ti misma? ¿Estás segura? ! —Angie la interrumpió directamente. —Siempre intentas persuadirme y a tu padre. ¿Lo manejaste bien? Si es así, ¿por qué no puedes ni siquiera ver a tu propia hija? Lola no sabía qué decir en ese momento. Miró a su madre que estaba tan loca como un tigre salvaje y suspiró: —Mamá, no te enfades. Haré mi mejor esfuerzo para lidiar con eso. Lo siento mucho por esto. Simplemente no quiero causar más problemas para ti y para mi padre. Pero Angie quería revelar su mente aún más. Cuanto más pensaba en ese hombre cruel, más se enojaba ella. —¿Crees que todavía no sé cómo te rompiste la pierna?. Tú y tus dos hermanos incluso tramaron una forma de ocultármelo. Tengo que decirte que eres demasiado joven e ingenua. Lola, no podría soportar verte de nuevo así porque no quiero que te lastimes aún más. Tú y tus dos hermanos ya han tenido demasiados problemas. Esta niña tonta también pensó en saltar de un edificio debido a ese hombre malvado y desconsiderado. Cuando Angie se enteró, llamó a sus dos hijos de inmediato y los reprendió. Los dos deberían haber hecho algo. Lola miró a su madre con sorpresa. ¿Cómo sabía ella acerca de eso? ¿No acordaron ocultárselo a ella? Sin embargo, muchas personas fuera lo sabían y no era sorprendente que sus padres finalmente obtuvieran la información. —Mamá, no volveré a ser tan estúpida. —Ella había intentado quitarse la vida dos veces por él y ella juró que nunca volvería a hacer eso. Él no valía la pena... Al ver su rostro deprimido, Angie se ablandó y acarició el cabello de Lola. —Dame tu teléfono. —Tenía que llamar a Jorge hoy. Ella no podía dejar que él molestara a su hija otra vez.

Lola volvió a negar con la cabeza. —¡Mamá, por favor, cree en que lo dejaré claro con él el día de hoy! Por favor, confía en mí. —¿Ella lo dejaría claro hoy con ese hombre? ¿Qué podría decir ella para cambiar de opinión de él? ¿Solo decirle que ella no le disparó a su madre? Ella no tenía ninguna evidencia de ello. ¡Ni siquiera sabía cuándo ella había perdido su arma! Pero ella no podía hacer que su madre lo llamara. Eso solo intensificaría el conflicto entre los dos. Angie estaba exasperada y advirtió desesperadamente a su hija: —Si estás más muerta que viva de nuevo a causa de él, iré al País C para encontrarlo en su compañía. ¡Grábate mis palabras! —Angie había ido antes por Lola a la compañía. También podría hacerlo con Jorge por su hija. Jorge no se atrevería a ignorar a alguien como Angie Li. Lola asintió obedientemente. Sin embargo, ella misma no creía que Jorge la soltara del anzuelo tan fácilmente. Ella lo conocía bien y entendía que Jorge era un hombre terco. Él siempre obtenía todo lo que quería. Tres horas más tarde. Como era de esperar, justo después de que Lola llegara a la mansión, Jorge apareció en la puerta con una cara sombría. Esto era extraño ya que él nunca lo había hecho antes. ¿Por qué estaba él en las puertas deteniéndola?

Capítulo 315 ¿No te importa hacer cosas tan denigrantes como esta? Cuando ella pasó a su lado, solo miró hacia adelante, fingiendo que no lo había visto. Pero se detuvo con un poco de frustración: —¡Para! Pensó sin expresión. Después de todo, esta era la casa de Jorge. Tenía que seguir sus reglas. Los mendigos no podían elegir. —¿Te di permiso para entrar? —Dio la vuelta, se paró junto a ella y se sintió aún peor cuando vio que lo miraba fijamente. Lola reprimió esos sentimientos inexplicables que había en su corazón y contestó suavemente: —Señor Si. Si me odia tanto, ¿por qué te molestaste en encontrarme aquí? El hombre la olió con desprecio. —¿Cómo? ¿Quieres decir que no debería estar en mi casa? ¡Qué tontería!

... —No me importa lo que estés pensando. Estoy aquí para ver a mi hija y no estoy de humor para hablar contigo. —Ella siguió caminando con sus tacones altos que resonaban en el piso con fuerza. Entonces, se dio cuenta de algo. ¿No debería estar Estrella en la escuela ahora? Cuando lo miró, su cara era aún más severa. La siguió unos pocos pasos. Tomó su mano y la empujó contra la columna junto a ellos. Entonces y a pesar de su resistencia, le desató la bufanda blanca que llevaba alrededor de su cuello. Rápidamente le ató las manos con el chal. —¿Qué demonios estás haciendo? ¡Por favor, no lo hagas! ¡Déjame ir! —Lola lo miró desesperada. Pero simplemente la ignoró. La tomó de los brazos y la llevó arriba. Después de que se abrió la puerta del dormitorio, la empujó con fuerza y cayó al suelo. Sus manos estaban atadas y estaba indefensa. Afortunadamente, el suelo estaba alfombrado y no resultó herida. Lola estaba muy enojada y maldijo: —¿Has tomado drogas desde que nos encontramos la última vez? ¿Te has vuelto loco? —Hablar sin pensar, siempre

era el punto débil de Lola. Era muy impulsiva cuando se trataba de palabras. Luego, Jorge sacó una bufanda del guardarropa y también, le ató los pies. La levantó y la empujó hacia balcón... Lola cerró los ojos, trató de controlar sus emociones y se dijo a sí misma, que no debía enojarse porque no valía la pena. Cuando volvió a abrir los ojos, solo lo miró sin ninguna emoción. Observó su rostro inexpresivo, levantó su mentón y la obligó a mirarlo. Lola no estaba dispuesta a ceder y así, cuando levantó la cabeza, cerró los ojos. Jorge se rió de manera muy sarcástica cuando vio esto. ¿Realmente pensaba que él no podía hacer nada al respecto? Sacó su teléfono celular de su bolsillo, seleccionó un vídeo y presionó el botón de reproducción. Inmediatamente, Lola se avergonzó hasta sentir que se moría. La pantalla mostraba claramente, lo que sucedió la última vez, en el dormitorio. —Jorge Si, ¿no te das cuenta lo vergonzoso que será esto? ¿No te importa hacer este tipo de cosas denigrantes? ¡Eres el Director Ejecutivo, el CEO, de un gran grupo de empresas! —Giró la cabeza hacia un lado, pero todavía podía escuchar el sonido de esa grabación. Estaba muy avergonzada. Pero le fue imposible apagar ese vídeo. Jorge sostenía con mucha fuerza el teléfono. Todo lo que podía hacer era maldecir y maldecir a Jorge, mil veces en su mente. —¿Vergonzoso? ¿Denigrante? Si lo subo en línea, la gente sentirá mucha simpatía por mí. Siempre fue así. —El tono del hombre era muy soberbio, arrogante. Toda la calma y la indiferencia de Lola, se derrumbó frente a él. Ambos permanecieron en silencio. Jorge miró seriamente el vídeo, apoyado contra la barandilla del balcón. Lola escuchó la grabación y sintió escozor en su piel. —¡Suficiente es suficiente! Jorge, ¿morirás si no me humillas? ¿Esto que haces, realmente te mantiene vivo? —Un par de hermosos ojos miraron sin piedad al sonriente hombre malvado. Finalmente, Jorge bloqueó la pantalla del teléfono. Se acercó a ella y sonrió con el rostro frío. —¡Dime, por favor, por qué le disparaste a mi madre! —Su voz tenía una mezcla de violencia y tristeza. Siempre quiso saber la respuesta, la razón. No podía entender por qué Lola, repentinamente, fue tan violenta ese día. Lola lo miró intensamente. ¿Por qué no confiaba en ella? ¿Podría el amor

sin confianza llamarse amor? Al percibir su silencio, Jorge la empujó con rabia al suelo y rasgó su abrigo. —¿Me responderás o no? ! —Sus ojos fríos como el hielo la asustaron. Sacudió su cabeza. Ella no le disparó a Rocío. ¿Qué esperaba que ella le dijera? Pero Jorge consideró que su silencio, era un signo de negarse a responder su pregunta. Arrojó su abrigo directamente al mar. Sus muñecas le dolían mucho porque Jorge también rompió la bufanda que ataba sus manos. Miró fijamente su feroz expresión, se incorporó y retrocedió con horror. —¡No! —Ella temblaba. —¡No me hagas esto! ¿Cómo podía escucharla? ¿Cómo podría convencerlo? Jorge también se quitó el abrigo y lo arrojó al suelo. Luego, se paró frente a ella y la miró. La tiró hacia atrás, la presionó contra el suelo con un brazo y comenzó a hacer lo que le agradaba.

... No se detuvo hasta que ambos, escucharon un ruido abajo. Ella tomó el edredón para cubrirse y lo miró de espaldas. Jorge se levantó y fue al baño muy frustrado. Se sentía desolada y debilitada. Sus lágrimas caían sobre la almohada. Cuando Jorge regresó, la vio llorar muy angustiada y fuerte. Estaba muy inquieto. Fue al cuarto con su teléfono. —¿Cómo va todo? —Su voz sonaba muy agitada. El hombre del otro lado, respondió respetuosamente: —Se revisaron los registros de vigilancia y nadie más, entró al salón ese día. —Luego, revisa la ventana o cualquier lugar por donde la gente pudo entrar o salir. ¡Verifica todos los registros de seguridad! ¡Todos! —El hombre perdió la paciencia. Estaba muy irritado y disgustado. —Sí, señor Si. Colgó el teléfono, lo arrojó a un lado y encontró a Lola que ya estaba parada en la puerta. Se secó las lágrimas y se envolvió en una toalla de baño. Ella lo miró directamente a los ojos. —¿Qué estás investigando? Escuché todo. ¿No me culpaste como la asesina

desde ese mismo día? —El frío tono irónico de Lola avergonzó a Jorge. Se dio la vuelta, tomó una camisa bien planchada del armario y se la puso. —¿Me estás cuestionando? ¿Qué derecho tienes? —Su voz sonaba natural pero su rostro expresaba autoridad. —Entonces, ¿qué derecho tienes para decir que me amas aunque no confías en mí?! ¡Eso no es amor! —Su voz era dulce pero desesperada. Se abotonó lentamente la camisa y la miró. —Confíe en ti antes. ¿Pero tiene sentido que una mujer moribunda te incrimine? Definitivamente, no. Se quitó la toalla y la tiró en el sofá frente a Lola. El rostro tranquilo de Lola se ruborizó y apartó la mirada de inmediato. —¡Jorge, por favor, investiga! ¡Entonces, sabrás la verdad y te avergonzarás! ¡Y nunca más te perdonaré! Ella lo miró y gritó las últimas palabras. Luego salió del cuarto de baño y se sentó en la cama. Sin su ropa, no podía ir a ninguna parte. ¡Nunca te lo perdonaría! Jorge estaba en pánico y decepcionado. Se arregló la ropa y salió lentamente. Se quedó inmóvil a un lado de la cama y la miró. Tranquilizó a la mujer solitaria envuelta en el edredón y dijo: — Será mejor que reces para que pueda descubrir toda la verdad. Y si te acusé injustamente, te voy a pedir perdón. Tienes mi palabra.

Capítulo 316 ¿Por qué te preocupas por otras mujeres? Realmente, deseaba que hubiera algún tipo de evidencia para probar su inocencia. Todavía tenía sentimientos por ella y además, era la madre de Estrella. Pero hasta ahora, no tenía nada... Ella lo miró de una forma despectiva. —No puedo creerlo. ¿Te disculparás? Jorge, incluso si hay evidencia, ¡no puedes importarme menos! Me causaste demasiado dolor. ¿Cómo se atrevía a hablarle como si nada hubiera pasado? Si ignoraba sus sentimientos y el dolor que le causó, ¿por qué ella no podía hacerle lo mismo? Sin dejarlo hablar, ella continuó rápidamente: —El día que limpies mi nombre, será el día en que te deje para siempre. ¡También será el día en que Tomás y yo nos casemos! Ella no necesitaba su amor. ¡El amor sin confianza nunca valdría la pena! Ya no importaba. Después de todo, no estaba segura de si Jorge la amaba o no. ¡Era demasiado arriesgado! ¡Lo que fuera! Ella se burló y lo miró profundamente. Jorge estaba tan enojado que le pellizcó el mentón. —Lola, estás interpretando demasiado mis palabras. ¡Ni pienses que puedas huir de mí en esta vida! Puedo hacer muchas cosas que pueden lastimarte. Recuerda eso siempre. —Su tono era agresivo y exigente. —¡Me das asco! ¡Tú, idiota! Solo me quieres porque tienes necesidades. ¿Para qué otra cosa más me quieres? ¿Para torturarme y lastimarme? ¡No soy tu esclava! ¡Deberías estar avergonzado! —Ella lo miró con ira. ¡Nunca lo perdonaría por todas las cosas espantosas que le hizo! Luego, Jorge terminó la conversación con estas palabras: —¡Puedo ser un idiota, pero te estaré vigilando toda tu vida!

... ¡Qué imbécil irracional! Lola se cubrió la cabeza con el edredón para ocultar su total frustración. Quería rasgar toda la manta para poder descargar su ira, pero era bastante

difícil. Finalmente, se calmó y pensó en dormir un poco porque estaba muy cansada. En ese momento, la empleada abrió la puerta. Entró con una bolsa en sus manos. —Señorita Li, el jefe Si le pide que se vista porque su hija ya la está esperando abajo. Lola se despertó con esas palabras. La idea de ver a su hija siempre la emocionaba mucho. Asintió con la cabeza a la criada y respondió: —Claro, muchas gracias. Diez minutos más tarde. Lola bajó y encontró a Estrella esperándola. La niña estaba tan encantada de verla que inmediatamente se abalanzó sobre ella. —¡Mamá! —Su voz estaba llena de alegría y júbilo. Lola la atrapó con los brazos abiertos. La mirada de su hija le devolvió una sonrisa a la cara. Estrella la aliviaba de todas sus tensiones. —¡Estrella, mi querida niña! —La abrazó con mucha calidez mientras se saludaban con amor. Jorge se sentó de manera casual en el sofá mientras observaba a sus dos niñas. Las sonrisas en sus caras realmente iluminaron todo el ambiente. Se puso de pie y caminó hacia el exterior de la mansión. Sacó su teléfono celular y rápidamente marcó un número. —Ve e investiga a Yolanda por mí. Comprueba lo que hizo últimamente y con quién se ha contactado. Luego, terminó la llamada y se dirigió a una cena que había arreglado con Samuel Xue y algunos otros amigos. Durante la cena. Mientras Jorge miraba su bebida, en silencio, Samuel intercambió miradas con sus otros amigos. Algo le estaba molestando claramente. Era extraño. Leandro fue el primero que rompió el silencio. —Jorge, escuché que Cherry y tú se comprometieron? ¿Es eso cierto? Samuel Xue lo miró con firmeza. ¿Por qué demonios preguntaría por este tema? No querían molestar a Jorge. —No. —Jorge respondió con una simple palabra. Ya había encontrado al culpable. Estaba desconcertado. Chuck tomó un sorbo de su bebida y añadió: —Jorge. Desde mi punto de vista, estás equivocado con esto. Jorge dejó el vaso, lo miró y lo alentó a continuar. —No creo que Lola sea una mujer despiadada y menos como para matar a

alguien el día de su boda. Por tu falta de confianza, no le diste la oportunidad de explicarlo y la encontraste culpable en ese mismo momento. —Ahora, ambos sufrían las consecuencias. —¡Le di mi confianza! —Jorge respondió bruscamente con desaprobación. Definitivamente, confiaría en ella si solo su madre no estuviera involucrada. Estaba realmente en una encrucijada con esto. Chuck se apoyó contra el respaldo de la silla y respondió con tono casual: —¿Realmente investigaste todo esto? ¿Por qué llegaste tan rápido a una conclusión y crees que es culpable? ¿Cómo? Jorge lo miró severamente mientras tomaba su bebida. —¿Qué estás diciendo? —Creo que estás enamorado de ella. Pero la amas de una manera diferente que puede interpretarse que no la amas. Tienes que cambiar tu enfoque con ella, hombre. Un ruido interrumpió. Jorge golpeó el vaso sobre la mesa muy fuerte y se enfureció. ¿Cómo se atrevían a pensar que no la quería? Entonces, ¿por qué pensaba en ella todos los días? Si no la amaba, ¿por qué le importaba ofrecerle las mejores cosas? No le importaba lo que otras personas sentirían. Pero ¿cómo podía ella no darse cuenta y sentir su amor? Las palabras de Chuck le preocupaban. Sabía que Chuck no decía tonterías. Jorge estaba confundido. Tomó grandes sorbos de su bebida mientras miraba a Chuck. Buscaba un rastro de algo. —Chuck, ¿estás enamorado de Lola?! ¡Dime! —De repente, preguntó esto de la nada. ¡Samuel Xue y Leandro no pudieron contener la risa cuando escucharon esta extraña pregunta! ¡Jorge debería haberse vuelto loco! Chuck, un tipo tan dedicado a su carrera en medicina, ¿realmente se enamoraría de alguien? ¿Y alguien que era la amante de su amigo? ¡De ninguna manera! ¡No tenía tiempo para eso! Estaban completamente sin palabras. Chuck, dejó de beber porque también estaba perdido en sus propios pensamientos profundos. Tal vez, sentía algo por ella, algún sentimiento. Él también estaba confundido. Jorge estaba enojado y paranoico cuando notó la expresión de la cara de Chuck. Se levantó de la silla y caminó directamente hacia él. Con fuerza, agarró a Chuck por el cuello. Samuel y Leandro intentaron rápidamente apaciguar la situación. Trataron de detener la escena y retiraron a Jorge que estaba muy exaltado.

Chuck, sin miedo, miró a Jorge y dijo: —¡Estás interpretando mal! ¡ni siquiera he admitido algo! Estas palabras impactaron mucho a Jorge que levantó su puño. Samuel lo detuvo a tiempo. Los cuatro hombres estaban provocando una escena en el comedor del lugar. —¡Chuck! ¿Eres consciente de que ella es mi chica? —La mirada de Jorge era aterradora. Miró a Chuck mientras luchaban cuerpo a cuerpo. Chuck comenzó a reír. —Para ser honesto, Jorge. Ella ya no es tu chica, ¿verdad? —Su mirada era tan seria que era difícil saber si estaba mintiendo o no. Intentaba verse así, para provocar a Jorge aún más. Jorge se burló mientras agarraba el cuello de Chuck con más fuerza: —Pero ella estuvo conmigo hoy, más temprano. Chuck se defendió con audacia mientras gritaba: —Si realmente la amas, ¿por qué te preocupas por otras mujeres? Creo que está contigo porque está obligada a hacerlo. Estas palabras fueron la gota que colmó el vaso. Jorge perdió totalmente la calma y golpeó a Chuck muy fuerte en la cara. Su fuerza fue tanta que la cara de Chuck se volvió hacia el otro lado. Sin dudarlo, se levantó y se defendió con todas sus fuerzas. A pesar de que Samuel y Leandro intentaron separarlos, los dos seguían atrapados en una acalorada pelea, forcejeando y pegándose. No podían hacer nada más que verlos rodar por el suelo, con sus puños volando por todo el lugar. ¡Eran mejores amigos desde hacía más de una década y ahora estaban peleando y pegándose por una chica! Finalmente, la pelea llegó a su fin cuando ambos estaban totalmente agotados. Sus caras se veían horribles. La sangre caía por sus mejillas. Jorge no se llevó la peor parte. Chuck terminó con más contusiones. Tenía un ojo ennegrecido y su cara terriblemente magullada. Jorge se acercó a la mesa y buscó más alcohol. Se tragó rápidamente el resto de su bebida y tiró muy fuerte el vaso vacío sobre la mesa. Estaba completamente fuera de control. ¡Pensó que Lola se había encontrado con su amigo! Sentado en el suelo, con la espalda apoyada en el sofá, Chuck habló otra vez en forma provocativa: —Será mejor que la trates bien. ¡De lo contrario, te dejará para siempre! La ira de Jorge se agigantó mucho más. Al escuchar estas palabras, corrió hacia Chuck con toda su fuerza. Leandro y Samuel Xue se lanzaron delante para detener esta locura.

—¡Jorge, basta! Llamaré a Sánchez para que te lleve a casa. —Samuel sacó su teléfono y marcó su número. Jorge se levantó del suelo y se enderezó la camisa. Con una mirada feroz, le dijo a Chuck: —¡Olvídate de Lola! Si quieres mujeres, te enviaré docenas de chicas hermosas. Incluso si quieres tener estrellas internacionales de cine, puedo enviarlas a tu cama. Pero en cuanto a Lola, Chuck, ¡ni siquiera lo pienses! Chuck lo miró con desprecio y respondió: —Ella casi murió dos veces por tu culpa. Incluso tiene un hijo contigo. Eres un idiota por creer que es una asesina. ¿Cómo te convertiste en un magnate de negocios con un cerebro así, tan tonto? ¡Hazte hombre, Jorge!

Capítulo 317 Mi camino para recuperar a Lola —¿Cómo? ¿Qué dices? ¿Crees que lo creí de inmediato? ¡Lo vi con mis propios ojos! Mi madre la señaló antes de morir. —Jorge golpeó el vaso contra la pared. Cayó al suelo y se hizo añicos. Su madre odiaba a Lola. Pero una mujer moribunda no mentiría, ¿no? Conocía a su madre. Ella también tenía un buen corazón. —Dejen de pelear, chicos. Jorge, lo primero que debes hacer es descubrir la verdad, lo antes posible. Comienza de nuevo con este asunto y usa tu lógica, no tus emociones. —Samuel Xue trató de persuadir a ellos que no pelearan más. Como abogado, era el conocido pacifista del grupo. Jorge no creía que Lola podría matar a alguien, sin mencionar, que la persona que fue asesinada era su suegra. Algo debería estar mal. La verdad se debía descubrir pronto. De lo contrario, tanto Jorge como Lola estarían en conflicto con esto. Jorge se sentó en una silla. Buscó una botella de bebida blanca sin abrir, la abrió y la bebió directamente. Jorge bebió media botella, encendió un cigarro y se dejó embriagar por el alcohol. Su mente tenía locos pensamientos y quería escapar de todo eso. Leandro arrastró a Chuck y lo dejó sentado en el sofá. Estuvo tranquilo por un tiempo porque ninguno de ellos dijo ni una sola palabra. Jorge abrió otra botella de la bebida alcohólica y se la dio a Chuck. Chuck la tomó con gratitud y comenzó a beber. —Será mejor que no te hagas más ilusiones con Lola. Solo estoy yo en su corazón. No la tendrás. Te lo garantizo. —Jorge no fue consciente de que había dicho esto con un tono muy arrogante. Pero Chuck, sí. Continuó bebiendo como si solo bebiera agua. Él sabía cómo Jorge y Lola se amaban. Por eso, nunca le mostraba su cariño a Lola. Nunca jamás. Simplemente se mantenía alejado de ella. Pero fue muy duro consigo mismo cuando no pudo protegerla y saltó del último piso del hospital. La verdad era que, si no era él quien podría ganarse el corazón de Lola, deseaba que Tomás Herren lo hiciera. Jorge la lastimó mucho y solo quería que

ella lo olvidara. ¿Por qué ella debería tomar el camino más difícil? Tal vez, solo aceptaba a Jorge como su amante. Incluso el mismo Chuck no tenía idea de si realmente la amaba. Rara vez se encontraban. Él solo la veía ocasionalmente en la televisión. Debido a sus conflictos con Jorge, Lola se volvió muy popular. Los Paparazi la seguían por todas partes y era muy popular en las plataformas de redes sociales. Además, Jorge siempre la llevaba a sus reuniones y fiestas. Cada vez que la veía muy feliz con Jorge en esos momentos, Chuck también se sentía feliz por ella. No sabía que su sentimiento por Lola era más profundo hasta que saltó del último piso del hospital. Se sentía feliz por su felicidad y también, mal por su soledad. Chuk tomó otro sorbo de la bebida espirituosa mientras pensaba en esto. —Sé bueno con ella. No me dejes que tenga ni una sola oportunidad. —A Lola nunca le faltaron admiradores. Estaban, casi, en todas partes. Lola y sus admiradores, a menudo, eran el comentario de la ciudad D. Si Chuck no fuera un buen amigo de Jorge, ya le habría tirado la botella en la cabeza. Ese hombre no merecía una chica tan hermosa y de buen corazón. En ese mismo momento, Sánchez llegó. Llevó al borracho Jorge fuera de la habitación. Samuel Xue le consiguió a Chuck un conductor designado para que lo llevara a casa. La farsa y la lucha finalmente, se terminaron. Dentro de la mansión. Sánchez estacionó el automóvil en la puerta de la mansión. Decidió ayudar a Jorge a entrar en la casa antes de irse. Le preocupaba que su jefe, se desmayara. Estaba demasiado ebrio. Jorge agitó la mano y dijo: —Vuelve. Estoy bien. —Realmente parecía estar bien, a excepción de sus piernas temblorosas y sus mejillas enrojecidas. Entonces, Sánchez se fue. Jorge miró su reloj. Ya eran más o menos las diez. Estrella debía estar dormida. ¿Y esa mujer? ¿Dónde estaba? Se dirigió a la habitación de Estrella en el segundo piso. Estaba completamente oscuro. Encendió la lámpara y vio que, madre e hija, se abrazaban y dormían muy profundamente. Besó suavemente a su hija en la mejilla y levantó a Lola de la cama. Lola se despertó aturdida, pero de inmediato, se dio cuenta de que Jorge la

había levantado y estaban caminando fuera de la habitación. Le preguntó con recelo: —Jorge, ¿qué vas a hacer conmigo? Por favor. Ya estoy cansada y tengo sueño. ¿Cuánto vino bebió? Estaba casi ahogada por el olor del alcohol. Jorge la llevó a la otra habitación y la tendió en el suelo. —¡Lola, eres realmente alguien! —Además de Tomás Herren, a su buen amigo, también le gustaba ella. Tenía tantos admiradores. Le gritó con aliento a alcohol. Lola miró a un lado y observó la hamaca que colgaba, frente a las ventanas estilo francés. —¡No sé de qué estás hablando! Jorge la acorraló contra la pared y la dejó aferrarse. —¿Cuánto perdió tu cafetería? ¡Lola, ruega! Dejaré de lado tu cafetería de inmediato. ¡Lo prometo! —Bajó la mirada hacia ella, mientras su aliento alcohólico salpicaba su cara. Lola frunció el ceño y dijo: —Solo vete a la cama si estás ebrio. —Ella lo empujó lejos. Nunca le rogaría a este hombre abominable. Jorge sostuvo su brazo con fuerza y la tiró hacia atrás. Con las manos en la pared, le dijo a Lola nuevamente: —¡Lola, estoy diciendo que me supliques! ¡No me rechaces! —¿Por qué debería rogarte? No me importa incluso si se cerrara.... —Jorge la detuvo antes de que terminara sus palabras. ¿Ella no quería rogarle? Pero, Jorge sabía que en algún momento se rendiría. Después de un tiempo, Lola se subió a la silla y susurró: —Jorge, yo... te ruego que... ...dejes el tema de mi cafetería. Él sonrió maliciosamente y arrojó su ropa al suelo. Luego, la llevó nuevamente al dormitorio y la empujó sobre la cama. Hicieron el amor de nuevo. Esa noche, Jorge fue más delicado que varios días antes. Lola se sintió un poco halagada y no supo por qué cambió repentinamente. Realmente lo disfrutó esta vez. Sin embargo, la enviaron al país A al día siguiente. Se quedó en la cafetería durante dos días y descubrió que había más clientes. Dejó que alguien preguntara qué había pasado y, la verdad, fue que otras cafeterías habían actualizado sus bebidas a sus precios originales. Algunos eran incluso más caros que los de su café. ¿Este era el beneficio de ceder a sus deseos? Ciertamente, fue fiel a sus

palabras. Las jornadas pasaron tranquilamente los días siguientes. Lola solo pasó el tiempo o se iba a casa temprano para jugar con su pequeño sobrino. Esa era su rutina diaria. En el Grupo SL, en el País C. Jorge estaba muy ocupado últimamente que ni siquiera podía acompañar a Estrella para almorzar. Alguien golpeó la puerta de la oficina. —Adelante. —Jorge respondió sin levantar la cabeza. Sánchez entró con un teléfono móvil: —Jefe. —Quiso decir algo pero se detuvo y vaciló. Jorge lo miró y dijo: —¿Qué pasó? —Me temo que estará bastante ocupado en los próximos días. —Hablaba con tono cauteloso. Jorge miró los archivos apilados frente a él y dijo: —Ya estoy muy ocupado. Sólo dime. —Hay noticias de las personas que enviamos. Escuchando lo que Sánchez acaba de decir, Jorge inmediatamente dejó la pluma que tenía en su mano, levantó la cabeza y lo observó cuidadosamente. Sánchez se puso pálido y esto lo preocupó. —Esta es la verdad. —Nunca antes había estado tan nervioso porque esto cambiaría su vida. Sánchez le dijo lo que escuchó, desde el otro lado del teléfono. —No hay un monitor detrás del hotel y solo había pequeños almacenes. Pero hay una construcción de viviendas alejada del hotel. Nuestra gente preguntó casa por casa y encontraron algo. Así, mi camino para recuperar a Lola comienza. —Al principio, todas las personas dijeron que solo escucharon el disparo pero no vieron a nadie. Pero cuando nuestra gente estaba por rendirse, un estudiante de secundaria regresaba de la escuela. Dijo que estaba estudiando para una prueba, en el balcón de la casa, ese día. Vio todo lo que pasó.

Capítulo 318 Tuvo una pelea Jorge se levantó de su silla mientras se sumergía profundamente en sus pensamientos. Sánchez le explicó todo en detalle. Al principio, el niño de la escuela, no se atrevió a decir la verdad porque tenía miedo de tener problemas. Temía por su vida. Finalmente, relató todo porque estaba bajo mucha presión. Ese mismo día, mientras hacía su tarea en el balcón, vio que un hombre enmascarado trepaba por la ventana del segundo piso. Esto, inmediatamente, llamó mucho su atención. Era bastante extraño. Miró más de cerca y vio que el hombre sacaba algo del bolsillo y lo apuntaba hacia la habitación. Al segundo siguiente, escuchó una gran explosión de un arma. Sintió pánico, se escondió debajo de la ventana y solo sacó un poco la cabeza para ver lo que sucedía. Una segunda explosión se oyó inmediatamente. El hombre enmascarado arrojó el arma dentro de la habitación, cerró la ventana y huyó de la escena rápidamente.

... La oficina tenía un incómodo silencio. Era demasiado molesto. Sánchez notó que la cara de Jorge, tenía sentimientos encontrados, contradictorios. Alegría, culpa, emoción y agonía... . La expresión de Jorge era un poco extraña. Él recordó los movimientos de su madre, en el momento en que estaba agonizando. ¡Ella no estaba señalando a Lola! ¡En realidad señalaba la ventana, detrás de ella! ¡Qué idiota! ¿Por qué Lola no le explicó todo? Sin embargo, en ese entonces, sin importar lo que ella dijera, ¡automáticamente consideraba todas sus palabras como mentiras! —Obedezca y siga las instrucciones de la policía para investigar al hombre enmascarado. En cuanto al chico, dígale que tiene una beca y sus estudios

asegurados para concurrir a las mejores universidades. Si lo desea, puede venir y trabajar para mi compañía directamente después de su graduación. Sánchez se imaginó esto y con gran admiración, supo que a partir de este momento, el chico tendría una vida espléndida por delante... Luego, Sánchez, oyó la profunda voz de Jorge que murmuraba: —¿Qué puedo hacer para compensarla? —¡La acusó de algo que nunca hizo! ¡Ella nunca lo perdonaría! Sánchez sintió pena por él y dijo con vacilación: —Jefe, es difícil decirlo. ¡Su chica no es una mujer común! ¡Realmente tiene que hacer algo especial esta vez! —¡Era tan difícil negociar con ella! Jorge esbozó una amarga sonrisa. Sánchez tenía razón sobre esto. Tuvo muchas dificultades en su camino. ¡Lo que necesitaba, en este momento, era mucha paciencia y un corazón fuerte! Dos días después, Jorge se llevó a Estrella al País A. La regresó con la familia Li. Más tarde, Lola supo por Wendy, que Yonata y Jorge tuvieron una pelea ese día. Estrella estuvo con la familia Li por un par de días cuando Jorge fue al café y luego se marchó al País C. Como de costumbre, Lola volvió a la mansión. En la puerta, creyó oír la voz de Estrella. Pero no le prestó atención porque pensó que solo estaba soñando despierta. ¿Era una ilusión? ¿Extrañaba tanto a Estrella? Cuando entró en la sala de estar, vio a una niña jugando con el bebé, ¡y ella, no era otra que su Estrella! —¿Estrella? —¡Ella debía estar en sus sueños más salvajes! ¿Cómo era que Estrella estaba aquí, justo en su casa? ¡Esto era imposible! Estrella se levantó de un salto y corrió hacia ella. Gritaba sin cesar, con emoción: —¡Mami, mami! —¡Era su Estrella! —Mi querida bebé, ¿por qué estás aquí? ¿Quién te envió aquí? —Abrazó a su niña con afecto y notó que había crecido mucho desde la última vez que se vieron. Estrella envolvió los brazos alrededor de su cuello con emoción y contestó a su madre con una voz dulce: —Papi, me envió aquí. ¡Dijo que puedo quedarme con la abuela por un par de días! Lola estaba bastante confundida con sus palabras. ¿Por qué Jorge traería a Estrella de vuelta aquí? Esto era realmente casual e inesperado. Justo en ese momento, Harold y Angie llegaron a casa. Vieron la mirada desconcertada, en la cara de Lola y estaban felices. Parecía que Jorge no había

hablado con ella todavía. Angie se acercó a su hija y le explicó: —Jorge, entró hoy para disculparse con nosotros. Tu hermano incluso tuvo una pelea con él.

... Entonces, ¿esto significaba que Jorge investigó todo el incidente y entendió la verdad? Lola se perdió en sus pensamientos. Con una sonrisa vacilante en su rostro, se preguntó si ya, en sus ojos, no se reflejaba que era una asesina... —¿Cómo está ahora mi hermano? Jorge podría estar en forma y ser fuerte, pero su hermano, era un soldado de élite del ejército. Así, era difícil decir quién ganaría la pelea. Angie pensó en lo que sucedió antes, en el estudio y suspiró. —Tu hermano está bien. Jorge no se defendió mucho. Salió de nuestra casa con moretones por todo el cuerpo. Al principio, Angie, se sintió aliviada cuando su hijo golpeó a Jorge. Luego sintió pena por él porque vio que realmente, no se defendía. Así, los separó a tiempo. Harold todavía estaba muy enojado con Jorge cuando dijo que regañó a su hija. —No importa lo que diga o haga, ¡no lo perdonaré tan fácilmente! —¡No podía dejarlo ir! ¡Jorge lastimó mucho a su hija! Lola, con Estrella en sus brazos, se sentó tranquilamente junto a la cuna. Su mente estaba agobiada con sus pensamientos. No podía perdonarlo. Simplemente no podía... Estrella saltó de sus brazos y corrió hacia la cuna. Allí, jugó con el bebé. En ese momento, Yonata bajó las escaleras. Vio a Lola sentada allí, con sentimientos encontrados en su rostro. No dijo nada y solo pasó junto a ella. Se acercó a Estrella y jugaron con el bebé en la cuna. Esa noche, Lola y Angie, ayudaron a Estrella para dormir. Luego, después de que ella se durmió, conversaron durante mucho tiempo. Era un buen momento para madre e hija. No hacían esto desde hacía mucho tiempo. Decidida, Lola le envió un mensaje de texto a Tomás, al día siguiente: — ¡Finalmente limpié mi nombre! Tomás miró su teléfono fijamente durante un tiempo cuando recibió su mensaje. Después de todo, el hombre, descubrió la verdad. Entonces, ese era el final de su historia. Ya no era suya. —¡Felicidades! Tendrás que hacer preparativos porque me reuniré con tus padres muy pronto. Quiero que la boda sea lo antes posible.

El corazón de Lola, dio un salto mientras leía su mensaje. Tomó el anillo que él le dio, el día que se lo propuso. Lo sacó de su bolso. Lo observó fijamente, con un corazón abatido y le respondió con una sola palabra: —Bueno. Tomás estaba encantado cuando recibió su respuesta. Aunque, en su interior, supo que ella había dudado. Lola estaba a punto de guardar su teléfono cuando Estrella entró con una sonrisa feliz. —Mami, es hora de cenar. Lola le devolvió una sonrisa y guardó su teléfono y el anillo. Miró a Estrella con amor y quería decirle algo. Pensó que sería bueno que conozca a Tomás antes de la boda. —Estrella, ¿recuerdas a un tío que se llama Tomás Herren? —Lola preguntó vacilante a su hija, con una dulce voz. Estrella asintió con la cabeza mientras lo recordaba. Tomó coraje y Lola, finalmente planteó la pregunta: —Si mamá se casa con él, ¿te gustaría llamarlo papá? Estrella rápidamente sacudió su pequeña cabeza y se negó de inmediato. — No, no lo haría. Ya tengo un papá. ¡No quiero llamar a alguien más papá! ¿Por qué mamá se casaría con el tío Tomás? Estrella decidió que le contaría esto, a su papá, en secreto. Lola suspiró porque su hija no obedecería. Pero, no había nada más que pudiera hacer en este momento. —Bien. Muy bien. Entonces, bajemos y vamos a cenar. Esa noche, después de tomar un baño, Estrella preguntó si podía buscar algunos juegos en el teléfono móvil de Lola. Estuvo de acuerdo y le descargó algunos. Cuando su madre entró al baño, Estrella encontró rápidamente un número en el teléfono y presionó el botón de llamada. En cuanto Jorge vio el número que aparecía en la pantalla, supo que era su hija. Después de todo, Lola nunca lo llamaría. ¡Era Estrella. —¡Papi! —La dulce voz de Estrella, se escuchó desde el teléfono. Extrañaba mucho esa voz... —¿Ya lo extrañas a papi? —En el estudio, Jorge apagó su cigarrillo y se concentró en la conversación con su hija. A causa de los moretones que tenía en su rostro, no fue a la compañía. Durante días, estuvo trabajando en casa. Fue un poco solitario. —¡Papá, algo está sucediendo! Mamá, se va a casar pronto. ¡Ella me encontró un nuevo papá! —Bajó la voz y miró hacia el baño. Temía que Lola apareciera repentinamente.

Al escuchar sus palabras, Jorge interrumpió sus pensamientos. Se sorprendió. Luego, continuó: —¿Sabes con quién se va a casar? Estrella asintió con la cabeza y rápidamente le dio el nombre. —Tomás Herren. ¿Lo conoces, papá?

Capítulo 319 Quiero verte —Está bien, no te preocupes. Que la pases bien con mami. Papá se encargará de este problema. —Con estas palabras, Jorge finalizó la llamada con Estrella. Sacó otro cigarrillo e inhaló el humo mientras caía en sus más profundos pensamientos. ¿Lola planeaba casarse con Tomás Herren? ¡No se quedaría sentado y dejaría que eso sucediera! ¡Nunca le permitiría casarse con otro hombre! Rápidamente, tomó el teléfono y llamó a Tomás. Le informó que tenía algunas pruebas muy desagradables y que podría usarlas fácilmente contra Lola. Lo amenazó para que no continuara con la boda. Tomás lo desafió con una risa burlona. —¡Jorge, muy buena jugada! Eres el presidente del Grupo SL. No te olvides de eso. ¿Por qué te rebajarías con un truco tan pésimo y mezquino? Jorge se rio nuevamente. Haría cualquier cosa para recuperar a Lola. Ni siquiera le importaba su imagen. —Si ignoras mis advertencias e insistes en casarte, entonces voy a destruirla. Sabes que puedo hacerlo, Tomás. Tomás no dijo nada, simplemente finalizó la llamada. Jorge sonrió y marcó el número de Sánchez. Dio una orden breve y directa a su asistente: —Envíe a alguien para que vigile a Tomás. Si pasa algo, debes informarme de inmediato. —Estaba seguro de que Tomás tenía algunos puntos débiles. Todos tenemos debilidades. Todo el mundo lo hizo. Para él, Lola y Estrella eran sus debilidades. Mientras tanto, Lola esperó a Tomás durante varios días después de que Estrella regresó con su padre. Tomás nunca fue para conocer a su familia. Lola estaba muy angustiada y compró un pasaje de avión directo a la Provinica de Crown. Planeaba hablar con Tomás sobre eso. Fue directamente desde el aeropuerto a su apartamento y descubrió que no estaba en casa. Abrió la puerta con sus propias huellas dactilares. Tomás lo preparó para que siempre pudiera entrar en la habitación sin ningún problema. Pensó que sería bueno esperarlo en su apartamento.

Estaba todo muy ordenado. Alguien lo limpió con mucho cuidado. Abrió la antigua puerta de su dormitorio. Todo parecía igual, sin cambios. Lola pensó por un momento y decidió llamarlo. Tomás se dirigía hacia otro apartamento suyo cuando recibió su llamada. Después de saber que estaba ahora, aquí, en la provincia de Crown, regresó con su auto y fue directamente a verla. No la había visto en mucho tiempo. Aunque sus días estaban muy ocupados con el trabajo, en todo momento, ella estaba en su mente. Nunca pensó que sentiría tantas emociones y tendría tantos sentimientos por Lola. En el momento en que entró en el apartamento, ella lo saludó con una gran sonrisa encantadora. Lo hizo sentir como en casa. Tomás caminó hacia ella y la abrazó con todo su corazón y su alma. Lola se sintió desbordada por tanta pasión. Sin darle más espacio para pensar ni hablar, él bajó la cabeza y selló sus suaves labios rojos con un apasionado beso. Estaba a punto de detenerlo pero la abrazó y la llevó al dormitorio. Todavía tenía vergüenza de hacer esto... Tumbado junto a ella, le susurró dulcemente al oído: —Lola, te extrañé mucho. —Con estas dulces palabras, la abrazó con mucha fuerza contra su pecho. A pesar de esto, Lola detuvo su movimiento en el último minuto. Tomás se quejó y estaba decepcionado cuando la soltó. Con los ojos cerrados, se tendió junto a ella y pensó. Puso su mano en su cintura y le preguntó seriamente: —Lola, ¿realmente quieres casarte conmigo? Lola hizo una pausa. Luego asintió con seguridad: —Sí. Te esperé para que conozcas a mi familia y hablar sobre la boda. Nunca viniste. Estoy decepcionada, Tomás. —¡Tendrán mucha intimidad después de la boda! ¡Debería haber sido más paciente! Tomás observó cuidadosamente su rostro y dijo: —¿Jorge tiene algo que pueda usar en tu contra? Dime, honestamente, Lola. Ella se sorprendió por sus palabras. Lo miró horrorizada. ¿Cómo se enteró? ¿Jorge le dijo algo? No era de extrañar. Esperó en vano en el país A y Tomás nunca vino por ella. ¡Jorge hizo algo para arruinar las cosas! Este pensamiento amargo hizo que Lola se mordiera los labios. Se sintió encarcelada, aprisionada por Jorge. —Tomás... Lo siento, pero estoy en sus manos. Tal vez... Ya deberíamos separarnos... No quiero causarte complicaciones ni problemas. —Tenía todas las intenciones de establecerse con él, pero Jorge, simplemente, no permitiría que eso sucediera. Debería haber imaginado que esto sucedería.

Tomás la abrazó con fuerza entre sus brazos. ¡Sus palabras lo lastimaron tanto que deseaba matar a Jorge de la manera más desagradable posible! "Cualquier evidencia que tenga, siempre y cuando no te importe... A mí.... ...tampoco me importa. Lola sonrió con amargura ante su promesa. Pero ¿cómo no podía importarle lo que Jorge tenía? Si Jorge revelara el incidente al público, se sentiría tan avergonzada que, probablemente, pensaría en quitarse la vida de nuevo. —No hay nada que podamos hacer en este momento. Solo espera y veamos cómo va. —Pensaba que si pasaba el tiempo, Jorge perdería el interés en ella y la dejaría en paz. Tomás levantó la cabeza y la miró directamente a los ojos: —Lola, desearía que estés conmigo, tanto emocional como físicamente. Realmente me importas. —Tomás estaba seguro de que Jorge se daría por vencido cuando Lola se convirtiera, de verdad, en su mujer. Deseaba que Jorge fuera un ser humano respetuoso. Lola sabía muy bien de qué se trataba eso. Pero ella negó con la cabeza. Tener relaciones sexuales con Tomás, solo enfurecería más a Jorge. Quería estar con Tomás sin causar una escena mayor o traer más problemas. Deseaba una vida tranquila y cómoda. Tomás estaba muy irritado por la situación. Era un oficial de alto rango. ¡Estaba segura de que podría encontrar una manera de negociar con Jorge que era un simple hombre de negocios! La noche se hizo más profunda. Se durmieron mientras se abrazaban. Ambos tenían algo intenso y profundo en sus mentes. El sonido de una llamada en el teléfono de Lola, repentinamente, rompió el silencio de la oscuridad. Al instante, tuvo un mal presentimiento. Ella tomó el teléfono. No la sorprendió en absoluto. Era Jorge... Se quedó de pie, junto a la cama, mirando fijamente la pantalla del teléfono. Luego, levantó la vista y vio a Tomás que también se despertaba. Después, él le hizo un gesto de aprobación y caminó hacia el balcón con el teléfono. —Lola, ¿dónde estás? Te extraño. —Una profunda y dulce voz masculina, habló desde el teléfono. Lola suspiró en silencio y miraba las estrellas sobre su cabeza. —¿Qué quieres? En ese momento, recordó cómo la hizo rogar por su cafetería. ¿Ahora qué? ¿Quería que suplicara por su misericordia otra vez? Así, la dejaría, a ella y a Tomás, en paz.

—Quiero verte. —Lo dijo directamente, claro y fuerte. No tenía que andar con rodeos con esto. Lola se burló con desprecio. —Jefe Si, eres reconocido por tus romances y buena apariencia. Siempre estás rodeado de mujeres hermosas. ¿Por qué deseas ver a una asesina como yo? ¿No te parece ridículo? —Su voz era fría, sin afecto o emoción. Luego, él se disculpó sinceramente: —Estaba equivocado. Te juzgué muy mal. —Dijo en voz baja. Ella se sintió aún peor al decirle que lo sentía: —¡Demasiado tarde para tu disculpa! ¡Nada puede compensar el dolor y la vergüenza que me causaste! ¿Recuerdas cómo me torturaste? Jorge Si, fui demasiado amable contigo. Siempre consigues lo que quieres. ¿Crees que fui una especie de persona fácil que se dejó persuadir y convencer? Sollozó mientras los recuerdos la perseguían. La acosaban cada noche. —Voy a hacer mi mejor esfuerzo para compensarte. Por favor, vuelve conmigo, ¿de acuerdo? Por favor, perdóname. —Su voz era tan dulce y atractiva cuando era amable con ella. Pero ya tenía suficiente de eso. Estalló de disgusto. —¡No! Regreso a dormir con mi novio ahora. Señor Si. ¡Deja de molestarme en esta noche tan hermosa! Cuando estaba a punto de terminar la llamada, escuchó un grito: —¿Estás en la Provincia de Crown? ! Ella no le dijo nada. —Lola, ya es hora de descansar. Simplemente corta la llamada. —La voz de Tomás se escuchó por teléfono y atravesó el incómodo silencio como un cuchillo afilado. Jorge se despertó al instante. Miró el cielo oscuro por la ventana. Apretó los puños. —¡Lola Li, si te atreves a hacer algo con él, lo perseguiré y lo mataré! ¡Recuerda mis palabras! —Su voz era tan fuerte que incluso Tomás escuchó su peligrosa amenaza. —¿Quién eres tú para decidir qué puedo hacer y qué no puedo? ! —¿Qué tipo de amenaza era esa? Una sonrisa maliciosa se extendió por la cara de Jorge mientras dijo lentamente, palabra por palabra: —Lola, nunca olvides el momento en que te até las manos con tu bufanda y te apreté contra el balcón.... —Ella debería conocer su lugar y mejor posición. —¡Cállate, ser malvado! —Lola gritó a todo pulmón mientras intentaba evitar que siguiera hablando. —Entonces, sé amable conmigo. Ve a un hotel y te iré a buscar mañana por

la mañana. —Otra vez jugó y la manipuló con su voz seductora. En ese momento, Tomás tomó el teléfono y abrazó a Lola con sus brazos. Con un tono burlón, dijo: —Señor Si, ¿está loco? Cada propiedad que poseo, también pertenece a mi novia. ¿Por qué tenemos que molestarnos en ir a un hotel? ¡El ambiente y la atmósfera en nuestra casa es mucho más dulce!

Capítulo 320 Protegiéndola Con estas palabras, cortó la llamada, le devolvió el teléfono a Lola y la llevó a la habitación con los brazos alrededor de sus hombros. —Por favor, sigue durmiendo. Necesitas descansar un poco. —La abrazó por los hombros y la besó en la frente. Miró el teléfono y Lola, asintió nerviosa y entró en el dormitorio. Después de una ducha, se quedó dormida con el teléfono todavía en sus manos. A las tres de la mañana. El celular de Lola volvió a sonar repentinamente. Se despertó en un segundo y se sobresaltó por el sonido del timbre del teléfono. Como era de esperar, la persona que llamaba era Jorge. No. Jorge otra vez... Tomó el teléfono para silenciarlo y lo vio sonar una y otra vez. A continuación, una notificación de un mensaje de WeChat se veía en la pantalla. Jorge dijo que si no la veía en cinco minutos, no dudaría en subir las escaleras. Lola se cambió de ropa de inmediato y salió de la habitación con su bolso incluso antes de arreglarse el cabello. Llamó a la puerta una y otra vez. Mientras Lola hacía esto, en la puerta de la habitación de Herren, él continuaba leyendo los periódicos. En realidad, escuchó la primera vez que sonó su teléfono. Ya sabía lo que estaba pasando. Él abrió la puerta y la sostuvo contra su pecho antes de que ella pudiera decir una palabra. Lola se sobresaltó. Después de calmarse porque su corazón latía rápidamente, dijo suavemente: —Herrero, que tengas una buena noche. Tengo que irme. —¡No te dejaré ir! No permitiré que te lastimen otra vez. —La abrazó con mucha fuerza y no la soltó. Lamentablemente, sus cinco minutos pronto se terminarían y Lola temía que Jorge subiera por las escaleras. Trató de alejarlo, pero en lugar de dejarla ir, Herren solo la besó en los labios. Estaba atrapada en la puerta y no podía moverse.

¡Mala suerte! ¡Ninguno de los dos hombres la abandonaría! Lola no podía pensar con claridad. Herrero sintió su pánico y la tranquilizó: —No tengas miedo. Estaré aquí contigo. Afuera, el hombre con una camisa blanca se metió las manos en los bolsillos. Al mirar con frialdad la puerta, Jorge le ordenó a los dos hombres que estaban detrás de él: —Les daré un millón a cada uno. ¡Sólo pateen la puerta para mí! Los dos guardaespaldas se miraron sorprendidos e inmediatamente, dieron un paso al frente. Patearon la puerta del apartamento violentamente justo antes de que Herren terminara sus palabras. Una dura patada siguió a otra. En muy poco tiempo, la puerta se abrió enérgicamente. Fuera, los dos guardaespaldas se apartaron de inmediato para dar paso a su jefe. —Cien millones para que maten a este hombre. ¡Vamos! Lola que estaba en brazos de Herren, abrió los ojos con asombro y con mucho miedo. ¡Jorge realmente quería matarlo! Los guardaespaldas que estaban detrás, de inmediato sacaron su arma. No dudaron ni un segundo. Nunca soñaron con esa gran cantidad de dinero. Lola estaba tan asustada que se paró frente a Herren, protegiéndolo. El ambiente en la habitación se había enardecido de una forma incómoda. Esto hizo que Jorge se enloqueciera más. —¡Ahora! Lola extendió sus brazos y dijo: —Jorge, ¿te volviste loco? Al ver a Lola delante, protegiendo a Tomás, los dos guardaespaldas miraron a Jorge y enfrentaron un dilema. Tenían miedo de lastimar a Lola. No tenían un disparo claro del objetivo. Pero Tomás no era cobarde como para permitir, que una mujer, lo protegiera. La acercó más a él y la tranquilizó: —No tengas miedo. Voy a hablar con él. Vamos a resolver esto. Luego lo miró. Jorge se veía muy aterrador. Dejó escapar estas palabras: — Ella es mi prometida ahora y no voy a dejar que se vaya contigo. Espero que seas suficientemente hombre para aceptar esto. Tuviste tu oportunidad y la perdiste. Jorge se acercó a Herren y lo golpeó. Pero él fue tan rápido como un gato. Tomás lo detuvo tomándolo por el brazo. Entonces se desató el infierno. Los dos hombres se pelearon y los puños volaron por todo el lugar.

... ¡Lola miró a los dos hombres y no podía creer que estuvieran peleando otra vez! —¡Oye, por favor! ¡Rápido! ¡Separa a estos dos! —Lola gritó así, a los guardaespaldas, que estaban tan aturdidos como ella. Ellos entraron en razón e intentaron separar a los dos hombres. Lola recogió su bolso que estaba en el suelo y salió por la puerta. Al ver a Lola irse, Jorge la siguió de inmediato y dejó de luchar con Herren. En ese momento, llegó al elevador y detuvo la puerta con fuerza antes de que se cerrara por completo. Miró a la mujer inexpresiva que estaba allí, cambió su rostro de enojo inmediatamente y puso su habitual sonrisa encantadora. —Lola, por favor, ven. Quédate conmigo. Lola bajó la cabeza para no mirarlo y caminó unos pasos hacia adelante y se ubicó de espaldas. Jorge puso su brazo lastimado alrededor de sus hombros. Pero, inmediatamente, ella lo apartó. —Si me vuelves a tocar otra vez, llamaré a la policía. —Miró al hombre fríamente y le dijo en un tono muy serio. Ella quiso decir cada palabra que pronunció. Jorge sacó su teléfono de su bolsillo y se lo entregó. —Llama, por favor. Adelante. —Luego, puso su otro brazo alrededor de sus hombros. Estaba tan enojada que le pisó el pie con fuerza. Él cerró los ojos para aguantar el dolor. Ella estaba con sus tacones altos. Cuando el ascensor llegó al primer piso, salió y caminó hacia la carretera. Él todavía, la seguía de cerca. —Lola, ya es tarde y no hay ni un taxi aquí. ¿A dónde vas? Ella no dijo nada y se limitó a caminar por la carretera. Con un gesto de Jorge, el Rolls-Royce se detuvo en la carretera y los siguió en un instante. Su coche tenía sensores de movimiento. Aceleró el paso y se paró frente a ella. —Mi automóvil está aquí. Vayamos al hotel primero. El silencio fue su única respuesta. Jorge estaba muy molesto por esta reacción. Entonces, pudo imaginar la desesperación de Lola. Pensó que volvería a estar desolada y desesperanzada y temía que pudiera intentar suicidarse otra vez. Se acercó un taxi y Lola agitó la mano. El automóvil se detuvo, inmediatamente, frente a ellos.

Jorge la tomó de los brazos cuando estaba a punto de abrir la puerta. Ordenó al taxista: —Ya puedes irte. —Por favor, necesito que me lleve. Espere un momento, por favor. —Lola luchó por liberarse de él. El taxista se limitó a mirarlos. Estaba muy desconcertado y no sabía qué hacer. Jorge no quería hacerle daño y así, la acercó a su pecho y se dirigió al Rolls-Royce. El conductor se bajó de inmediato y abrió la puerta del asiento trasero. Lola subió al auto y Jorge se sentó a su lado, inmediatamente, para evitar que escapara. Sabía que la puerta, del otro lado, ya estaba cerrada. Finalmente, se dio por vencida y cerró los ojos mientras se apoyaba en la otra puerta para alejarse de él. En el apartamento. Tomás Herren se sentó en el sofá y miró con tristeza la habitación. Todo estaba mal, un desastre. El corazón de Lola no estaba con él en absoluto. ¿Por qué querría irse? Ella estaba con él y quería casarse, solo para alejarse de Jorge. Deseaba que Jorge se arrepintiera de haberla dejado ir, pero su corazón, no era tan fuerte como para decidirse. Jorge se frotó sus sienes hinchadas y la cara lastimada y luego, llamó a su asistente. Tenía que decirle algo importante. En el hotel. Si no fuera porque Jorge era demasiado guapo y encantador, el camarero habría llamado a la policía con toda seguridad. La mujer que lo acompañaba, seguía luchando frenéticamente. Todo el mundo podía verlo. Tomando la tarjeta de la habitación que ya tenía reservada, Jorge la llevó hacia el ascensor. Lola lo miró fríamente y le dijo: —¡Suéltame! Jorge levantó las cejas y la soltó de inmediato. Antes de que pudiera hacer algo, él la inmovilizó contra la pared del ascensor. La espalda de Lola ya estaba apoyada y ella, lo miró con odio y repugnancia. —¡Te odio! ¿No lo sabes? Él, simplemente, asintió con la cabeza. La expresión de su rostro no cambió. —Sí, lo sé. Entonces, quiero que me ames otra vez. —Dijo con plena confianza. Ella odiaba esa arrogancia, su soberbia. Sonrió y respondió: —¿Qué te hace

pensar que te amaré otra vez? ¡Estás soñando despierto, de nuevo! —Luego de esas palabras, ella lo empujó y lo alejó.

Capítulo 321 Nunca confiaré en ti Él no se movió. Sostuvo sus brazos contra el ascensor y le impidió salir. —¡Es un hermoso sueño que te enamorarás de mi de nuevo! ¡Sé que lo harás! —Estaba actuando como un loco. No coincidía con su identidad e imagen en absoluto. Cuando llegó el ascensor, la levantó de nuevo y se dirigió a su habitación. —Esta es mi habitación. Puedes irte ahora." Ella intentó sacarlo. Lola odiaba el hecho de que parecía que le gustaba seguirla a cualquier lugar que fuera. Jorge le tomó las manos y la atrajo a sus brazos. Su rostro ya estaba tocando la barbilla de Jorge. —¡Sal de aquí! —Ambos se empujaron violentamente hacia adelante y hacia atrás. Finalmente, Jorge cerró la puerta de golpe. Tirándola sobre la cama grande, él inmediatamente la sujetó y miró su linda carita. —Lola, lo siento. —Se disculpó en tono sincero. Lola no podía creerlo. Antes, todas sus disculpas siempre llevaban un toque de sarcasmo. Pero Lola presionó el asunto aún más. Ella no estaba satisfecha todavía. — Jorge, ¿cómo me has tratado en el pasado? —Cuando estaba feliz y alegre, la abrazaba gentilmente y con dulzura. Cuando estaba molesto, la torturaba y la empujaba. —De ahora en adelante... Lola se apartó. —¡Vete! ¡Ya no me hagas ninguna promesa! ¡Maldición! Nunca te atrevas a prometerme nada más. ¡Simplemente me decepcionarías! ¿De ahora en adelante? ¿Solo podía decir esas palabras después de todo lo malo que le había hecho? ¡Ella nunca volvería a escuchar sus promesas! "No tenemos futuro. Vuelve a tu casa y viviré mi vida. ¡No nos debemos nada el uno al otro! Ahora que él sabía que ella no era la asesina, ya había sido absuelta del crimen. No había necesidad de que se mantuvieran en contacto. Sintiendo su ira, le acarició las mejillas. —No, estás equivocada. Te debo demasiado. Tengo que pagarte. —Si crees que me debes una, ¡vete de aquí y nunca vuelvas a aparecer! Eso es lo que quiero." Nunca deberían verse el uno al otro. Eso sería lo mejor que le

pasaría a ella. Ella agarró su gran mano torciendo su rostro, y lo mordió con fuerza. —¡No me toques! ¡Levántate! Él besó donde ella había mordido, y luego se levantó de la cama. Su rostro se sonrojó de vergüenza cuando vio este dulce gesto. Él se agachó a medias a su lado para quitarse los zapatos. Luego se quitó los suyos y se fue a la cama. La sostuvo en sus brazos. —Buenas noches. Se está haciendo tarde ya. Se liberó de sus brazos y se dirigió al otro lado de la cama con la espalda hacia él. Apagó la lámpara de la mesilla y se acercó a ella. Ella se resistió de inmediato. —¡No me toques! —Bueno, no te tocaré. Solo te abrazaré por un momento. Vamos a dormir un poco, ¿de acuerdo? Lola no sabía cuánto tiempo luchó con él, pero no escapó de sus brazos hasta que se quedó dormida. Poco después, el cielo se iluminó una vez más. Aguantando el dolor, fue al baño y tomó una ducha fría. Cuando salió, Lola se movió un poco pero volvió a dormirse. Él sonrió, la tomó en sus brazos, la besó en la frente y también se fue a dormir. Al mediodía del día siguiente, Lola se despertó en sus brazos musculosos. —Buenos días. —Una voz ronca y sensual sonó sobre su cabeza. Recordó que estaba en Crown Province en este momento y Jorge la siguió hasta aquí. Se levantó de sus brazos lentamente, sacó el teléfono de su bolso y marcó un número. Jorge todavía estaba acostado en la cama, y medio desnudo. Miró a Lola, que estaba tratando de soltar su cabello atado. —¿Dónde estás? —Ella sonaba natural. Cuando ella habló con Jorge anoche, su voz era un poco sin emociones. —Bueno, que tengas un buen día. Volveré al país A hoy y te contactaré más tarde. —Su voz se volvió muy suave cuando de repente se sintió culpable. Después de colgar el teléfono, Lola fue directamente al baño e ignoró al hombre en la cama. Jorge salió de la cama, se envolvió con una toalla de baño, sacó un cigarrillo y lo encendió. Cuando ella salió del baño, él ya había fumado dos cigarrillos. Ella se sentó frente a la cómoda. Jorge la miró y sacó el cigarrillo. Caminó hacia ella.

Puso sus brazos alrededor de su hombro. Sabía que a Lola le encantaba cuando la abrazaba por la espalda. —Querida, ¿vendrás conmigo al país C para ver a nuestra hija? Sus palabras eran muy tentadoras. ¡A ella solo le importaba su hija ahora! Pero cuando pensó en estar con él y vivir en su casa, se negó: —¡No, tendré una hija con Herren! —Ella no podía mover sus fuertes brazos. Él se acercó aún más y la miró con enojo a través del espejo. Le advirtió: — ¡Si lo mencionas de nuevo, lo mataré ahora mismo! ¡Y lo haré de verdad esta vez! —Le apretó la cara con fuerza. Lola agitó las manos, se levantó de la silla y lo empujó hacia atrás. Jorge dio un paso hacia atrás, pero su toalla cayó accidentalmente al suelo. Lola lo miró sorprendida, y de repente se puso roja. Entonces ella inmediatamente se dio la vuelta y se sentó frente a la cómoda de nuevo. — ¡Bribón! Jorge recogió la toalla del baño en el suelo y sonrió. —¡Te conozco! Parece que estabas decepcionada anoche. Lola quería alejarse del tema. Ella golpeó el peine en la mesa. —¿De qué estás hablando? Tu SL Group está bajando, ¿no es así? ¿Cómo puedes estar tan aburrido, Sr. Si? Deberías estar más ocupado ahora. Curiosamente, Jorge se sintió aliviado al ver su ira. Después de tirar la toalla sobre la cama, la besó en las mejillas. —No te preocupes. Puedes confiar en mí. Incluso si el Grupo SL va a la quiebra, puedo permitirme vivir así durante toda la vida. —¡Nunca confiaré en ti! ¡También puedo permitirme vivir así! —Lola miró su cuerpo perfectamente sexy y acurrucó sus labios amargamente cuando entró al baño. Oyó un ruido afuera cuando se estaba duchando y supo que Lola había tratado de huir de nuevo. Pero él no tenía prisa. ¡Ella eventualmente le pertenecería! Lola huyó del hotel y tomó un taxi al aeropuerto. En el país A. Lola fue directamente a su cafetería. Tenía mucho tiempo libre ya que ya no trabajaba en el Grupo SL. A la cafetería le estaba yendo bien y siempre estaba llena de clientes. Miró a la tienda al otro lado de la calle. ¿Cómo lo hizo? ¿Por qué mucha gente tomaba un café tan caro voluntariamente? En este momento, un hombre de traje y corbata venía de la calle opuesta. Obviamente, él venía por Lola. Lola yacía en la cesta colgante. El hombre le dijo respetuosamente: —

Señorita Li, tengo algo que informarle. ¿Informar a ella? Lola miró al hombre frente a ella. Estaba confundida. — ¿Quién eres? —Podría haberse equivocado al acercarse a ella. No sabía quién era él. Tal vez él era sólo uno de los nuevos empleados. O tal vez una nueva persona aquí en la ciudad. —Señorita Li, soy el gerente de Dominant. Los documentos de los registros de ventas y algunas nuevas políticas de la empresa necesitan su firma.

... Bueno, solo había una posibilidad. ¡Jorge podría haberle transferido la propiedad de su cafetería a ella! —¿Por qué necesita mi firma? Deberías buscar a Jorge para eso. El hombre se sintió avergonzado. No sabía qué decir. —Srta. Li, ¿no sabe que Dominat ha estado bajo su nombre? ¡Lo sabía! Lola puso los ojos en blanco. ¡Jorge era realmente bueno jugando trucos y sorpresas! —Dile que no necesito esto. —¿Por qué no, señorita Li? —El gerente de la tienda preguntó sorprendido. Ninguna otra persona rechazaría una gran oferta como esta. Lola dijo con franqueza: —No tengo nada que ver con él. No hay ganancias sin dolores. Esta es siempre la cosa con él. El gerente de la tienda se dio cuenta de que el Sr. Jiménez solo usaba la cafetería para mostrarle su afecto. Con eso, salió de la tienda de Lola sin poder hacer nada.

Capítulo 322 Capitulo Mujer borracha Todo lo que mencionó Lola fue anotado y reportado a Jorge al momento. En cuanto a eso, Jorge simplemente dijo: —De ahora en adelante, solo informe directamente a Sánchez. El resto de las ganancias todavía se contabilizarían en la cuenta de señorita Li. Tan pronto como terminó la llamada, Jorge se dio cuenta de algo y marcó rápidamente el número de Sánchez. Lola había estado estudiando los informes de ventas durante más de dos horas cuando finalmente se sintió cansada y decidió llamarlo un día. Se presionó la sien para aliviar el dolor de cabeza mientras guardaba los documentos. Luego se fue a la casa de la familia Li. En la sala de estar, Laura y Wendy se estaban divirtiendo con el bebé. Pusieron caras graciosas para hacer reír al bebé. Al ver a Lola, ambas estaban encantadas. —Oh, ¿acabas de terminar de trabajar en la tienda? ¿Cómo está todo ahora? —Wendy caminó lentamente hacia Lola, ya que no se había recuperado completamente de su parto. Escuchó que Lola había estado en la Crown Province, pero no estaba segura de lo que había sucedido entre ella y Tomás Herren. Si algo bueno hubiera pasado, Tomás habría estado con ella en este momento... Lola, con tristeza, negó con la cabeza y solo respondió: —No importa. Gracias a Jorge el idiota, hasta ahora no he hecho nada. Si Jorge no hubiera sido un imbécil, Tomás ya habría conocido a todos sus parientes y discutido sobre su boda. Cuando escuchó esto, Laura inmediatamente dejó de comer sus uvas. Estaba alarmada y preocupada. Se acercó a Lola mientras descansaba sus manos en el vientre de su bebé. —¿Que pasó? Cuéntame. Lola tuvo que explicar todo el incidente ya que ambas estaban muy interesadas y preocupadas. Cuando Lola terminó de contarles todo, Laura se enfureció tanto. —Le dije a Jorge que definitivamente se arrepentiría si se atreviera a tratarte así otra vez! —Él nunca la escuchó. ¡Ahora recibiría una dosis de su propia medicina!

Lastimó a Lola tan mal. Quería quemar todos los puentes entre ellos. Al ver al bebé en la cuna pateando sus gorditas piernas, Lola disfrutó mucho el tiempo en familia. Wendy la alentó y le dijo en voz baja: —No sé qué decir. Es tan difícil de decir. Deja que la naturaleza siga su curso. Sin embargo, si te has decidido a romper con él para siempre, debes ser fuerte y nunca rendirte. Lola asintió. De hecho, ella tenía miedo de ser demasiado débil. Ese hombre era demasiado malvado y astuto para que ella lo manejara. Él conocía todas sus debilidades. —Lindo bebé, llámame tía pronto. ¿Bien? —Lola se lo estaba pasando bien jugando con el bebé en sus brazos. Ella no quería molestarse con los problemas. Wendy se echó a reír. —Vamos, él todavía es muy joven y pequeño. ¿Cómo podría abrir la boca y decir algo? ¡No es una especie de genio bebé! Lola se rió mientras miraba el vientre de Laura. —¿Cuándo es la fecha límite del parto? —Manolo siempre estaba ocupado volando de un país a otro. Rara vez se le veía en casa. Laura respondió con una sonrisa feliz y emocionada: —¡Dentro de dos meses! —¡Manolo es tan desconsiderado! Tan pronto como regrese a casa, lo regañaré por ti. Pobre de ti, solo puedes verlo en la pantalla cuando lo extrañas. ¿Al menos te llama con frecuencia? —Lola no estaba muy contenta por la forma en que su hermano trataba a su esposa embarazada. Él debería ser más práctico. La cara de Laura se sonrojó mientras sonreía. —¡Nos llamamos todos los días! Manolo le había informado que dentro de un mes, él terminaría el rodaje de ambas películas. Luego le prometió dedicarse por completo a ella y al bebé. Lola se sintió feliz por ellos. Miró dulcemente a su sobrino y le preguntó a su cuñada: —Entonces, ¿cómo vas a llamar al niño? Wendy le peló un lichi a Lola para que la comiera mientras le contestaba alegremente: —Hemos acordado nombrar al niño Colin Li. Lola al instante amó el nombre mientras masticaba la fruta jugosa. Ella asintió con satisfacción. Entonces se preguntó cómo llamaría a su segundo hijo. Dios, ¿qué estaba pensando? Ni siquiera estaba embarazada... Lola escupió la semilla de la fruta en el cubo. Recordó que ella y Jorge nunca tuvieron ninguna medida anticonceptiva. Nunca usaron una. ¿Porqué no quedó embarazada? ¿Había algo malo con ella? No estaba muy interesada en la idea de un segundo hijo. Sin embargo, con todo ese sexo sin protección que tenía, ella todavía parecía no estar embarazada. Lola estaba preocupada por ella misma. Wendy miró fijamente el rostro de Lola por un rato y le preguntó: —Lola,

¿te sientes bien? De repente te veías preocupada. —¡Nada! —Lola se despertó de sus pensamientos pendientes y rápidamente se volvió hacia su sobrino para ocultar su vergüenza. Laura también notó el rubor sospechoso en la cara de Lola. Con una sonrisa, preguntó: —¿Estás pensando en algún chico ardiente? —Disparates. ¡No estoy pensando en nadie! —Para probar su punto, rápidamente agregó: —¡Si Jorge alguna vez me acosa, iré a las montañas y viviré allí como monja sola! Su cara se veía muy seria. Wendy recordó el horrible incidente de la última vez, así que dejó de molestar a Lola. Con un tono firme, le dijo a Lola: —Lola, tienes que dejar que todo se vaya. Te ha lastimado una y otra vez. Él te ha violado y traumatizado. Ya no debes perder tu tiempo o tus sentimientos con él. Piensa en tu abuelo y en tus padres. ¡Él no vale tu amor! —Lo sé. Ya no haré nada estúpido. No me haré daño a mí ni a mi familia a causa de él. De ahora en adelante, lo evitaré tanto como sea posible. —Su atención debería centrarse en Tomás Herren. Justo en ese momento, el bebé comenzó a llorar. Lola lo levantó y le dio una palmadita en la espalda. Colin Li seguro se parecía a su madre Wendy. Tenían los mismos ojos encantadores. Lola extrañaba mucho a su hija. Se preguntó cuándo sería la próxima vez que se reunieran de nuevo... El bebé comenzó a llorar. Estaba hambriento. Lola se lo entregó a Wendy. Tan pronto como alimentaron al bebé, dejó de llorar. Laura observó a la madre y al hijo y alabó sinceramente a Wendy. — Cuñada, eres muy buena en esto. Ni siquiera necesitas la ayuda de una niñera. — Angie había contratado una niñera para la joven pareja, pero Wendy declinó cortésmente. Ella creía que cuidar al niño por su cuenta era la mejor opción. —No necesito niñera. Somos una gran familia y soy ama de casa. ¡Tengo mucho tiempo para tratar con el bebé! —Su esposo Yonata y sus suegros eran muy útiles. Gastaron su tiempo y esfuerzo en cuidar al recién nacido y a ella. No se sentía cansada en absoluto. Lola sonrió. —Wendy es realmente capaz. La conozco desde hace mucho tiempo. Ella siempre ha sido tan considerada y capaz. —Recordó cuando Wendy trabajaba en el centro comercial. No era un trabajo fácil. Tuvo que usar trajes gruesos de mascota durante el verano para repartir folletos en la calle. Pero Wendy nunca se quejó. Laura asintió en acuerdo. Ella también observó la actitud trabajadora de Wendy. Durante los últimos meses de convivencia bajo el mismo techo, llegó a

conocerla aún mejor. Las tres mujeres se sentaron en el sofá, charlando entre ellas con un espíritu elevado y alegre. Por primera vez en mucho tiempo, Lola finalmente se sintió relajada. Tal vez la disculpa de Jorge funcionó. Laura estaba realmente aburrida en casa. En realidad, se le ocurrió un plan audaz sin informar a Manolo. En secreto, compró un boleto de avión al país C. Llegó al país C a última hora de la tarde. Ella supo por Manolo que todavía estaba en el rodaje de una película. Sin embargo, esa noche habría un banquete para el reparto. Ella fue directamente a su apartamento ya que decidió darle una gran sorpresa. Primero limpió su apartamento. Luego se sentó y vio programas de televisión al azar para pasar el tiempo. Ya eran las diez en punto, pero Manolo todavía no había regresado. Laura finalmente se sintió con sueño. Su embarazo le había hecho sentirse mareada todo el tiempo. Eran más o menos las once cuando Laura se despertó con el sonido del giro del pomo de la puerta. Se sintió emocionada mientras imaginaba su sorprendida y feliz mirada. Estaba muy orgullosa de su gran sorpresa para él y realmente esperaba que a él le gustara. ¡Sin embargo, ella lo escuchó hablar con alguien más en la puerta! Laura rápidamente se levantó de la cama. Se puso las zapatillas a toda prisa y corrió hacia la puerta. Afuera de la puerta estaba su esposo Manolo. Para su sorpresa, él estaba acompañado por una mujer borracha. Ella estaba en sus brazos y él parecía absolutamente irritado. Como le prometió al director de cine, Manolo no tuvo más remedio que cuidar de la joven actriz. Si él tuviera opción, la abandonaría por el camino hace mucho tiempo. —La joven actriz era bastante guapa. Pero eso fue debido a toneladas de cirugía plástica. No como Laura, una belleza natural... —Pensó Manolo. En ese momento, la mujer en su pecho de repente levantó sus brazos y los envolvió alrededor de su cuello. Ahora, parecía que ella lo estaba abrazando de una manera muy íntima.



Capítulo 323 Dejen que su relación termine Manolo estaba muy molesto. Él sólo quería tirarla. Estaba tan disgustado. Pero la mujer lo abrazó tan fuerte que ambos tropezaron con el sofá. Manolo sintió a la mujer debajo de su cuerpo. A él no le gustó. Ni siquiera un poco. La puerta de la habitación se abrió repentinamente, y él miró hacia atrás con asombro. Inmediatamente se puso pálido cuando vio a la persona en su habitación. ¿Estaba soñando despierto? ¿Cuándo llegó Laura? ¡Estaba en casa cuando envió un mensaje esta mañana! Bueno, eso no era importante entonces. Laura se sorprendió y sus manos temblaban con lo que vio justo delante de ella. ¡Mierda! Manolo pensó. ¡Estaba en serios problemas! Bajó las manos de la mujer sobre su cuello, sin mostrar ningún interés por ella. —¡Cariño! —La mujer en el sofá se dio la vuelta y cayó al suelo. Pero él simplemente se apresuró a la habitación. Laura azotó de golpe la puerta y la cerró. Manolo casi golpeaba su nariz en la puerta. ¡Estaba a solo unos centímetros de distancia! ¡Oh, estaba muerto! ¿Cómo podría explicar esto? Manolo estaba frenéticamente golpeando sus puños en la puerta. —Laura, por favor déjame explicarte. ¡No es tan malo como lo parece! —No podía dejar que su relación terminara de esta manera. Laura se sentó en la cama sin comprender. Se sentía tan adormecida. No lloró ni se volvió loca. Se sentó allí tranquilamente. Ni siquiera respondió a los gritos de Manolo. Pensaba que Manolo era muy sencillo y fiel. Pero la verdad era que había tantas mujeres hermosas en el círculo de entretenimiento. Y él era un actor de cine superestrella. Ya se entiendía que muchas mujeres lo rodearían. Ella confiaba en él todo el tiempo hasta este mismo día. Creía que él podía resistir la tentación, pero obviamente estaba equivocada. —Cariño, estás esperando un bebé. Por favor, no te enojes. Dejame explicarte. ¡Cariño! —Manolo siguió hablando con su esposa fuera de la

habitación. No podía soportar rendirse. ¡Maldita mujer! ¡Maldito sea su director! Él enviaría a la mujer lejos ahora mismo. Marcó el número de teléfono de su agente y le permitió llevarse a la mujer. Nunca más volvería a cooperar con ese director. Después de que su agente sacó a la mujer de la habitación, Manolo se volvió hacia Laura de nuevo: —Cariño, la mujer ya se ha ido. Abre la puerta por favor. Laura estaba molesta por los interminables golpes. Así que abrió la puerta con cansancio. Luego se puso rápidamente el abrigo y salió por la puerta con el bolso. Ni siquiera miró a Manolo. A ella no le importaba. Ya no. Manolo rápidamente se paró frente a ella y dijo: —Oye, cariño, ¿podrías escucharme? —Manolo detuvo a su esposa embarazada y trató de adularla. —¡Quítame las manos sucias! —Laura miró al hombre frente a ella. Permaneció inexpresiva. Ella no querría ladrar al árbol equivocado. —¿Cómo podría gustarme esa mujer fea? —¿Así que quieres decir que dormirás con ella si es bonita? —Laura replicó a la vez. Manolo puso sus manos en su rostro. —Cariño... ¡Todo es mi culpa! Por favor, cálmate y déjame que te lo explique. —Por favor no te enojes. Podría lastimar al bebé. Laura apartó las manos y señaló el sofá. —¡Siéntate en el sofá! —Manolo se sentó en el sofá obedientemente y observó a Laura abrir la puerta y salir. —¿Hey qué estás haciendo? —Manolo la siguió de inmediato y bloqueó a Laura antes de que ella subiera al ascensor. Laura señaló la puerta esta vez y dijo: —¡Entra en la habitación! Manolo fingió volverse hacia atrás, pero de repente agarró la espalda y los hombros de Laura y la cargó. —¡Manolo, déjame ir! Manolo cerró la puerta con el pie. Puso a Laura en la cama y se agachó delante de ella. Él le suplicó. —Querida, ¿podrías darme la oportunidad de presentar una apelación antes de condenarme a muerte? Laura guardó su bolso y lo miró fríamente, "Estoy escuchando. Manolo se sintió un poco aliviado. —Estaba borracha en el set. En ese momento, solo estábamos ella, el director y yo. El director tenía prisa y me obligó a cuidarla. Eso es todo. No pasó nada malo, Laura. Laura guardó silencio, y esto hizo que Manolo volviera a estar ansioso. — Nunca he traído a una sola mujer aquí antes. Te lo prometo. —Levantó su dedo

índice y medio mientras le decía esto a Laura. Laura lo miró con desprecio. —Deja de jugar al inocente. Creo que no trajiste a las mujeres, pero no soy una tonta. Sé que hay un lugar llamado hotel. Manolo miró hacia abajo y dijo: —Tú sabes que los paparazzi vigilan constantemente a las personas de la industria todo el tiempo. Ni siquiera necesitamos ser supervisados por nuestras esposas. Las cámaras están en todas partes. Si llevo a una mujer al hotel, ya se ha convertido en un chisme. ¿Has oído hablar de algún chisme de mí? —Manolo estaba muy orgulloso cuando se trataba de esto. Estaba muy orgulloso de que él fuera un marido leal. Pero Laura lo obligó a poner una cara larga de nuevo: —Eso es porque tienes un cuñado poderoso. Él puede suavizarlo incluso si matas a alguien. — Manolo le dijo una vez que Jorge había sido muy bueno con él. Él podía hacer cualquier cosa bajo el nombre de Jorge Si. Pero el mismo Manolo no causó ningún problema. O incluso si lo hiciera, podría lidiar con eso por su cuenta. Él no necesitaba ninguna ayuda de otras personas. —Cariño, ¿por qué no confías en un buen tipo como yo? —Manolo se estaba alterando y estaba entrando en pánico. Se puso de pie y se sentó una y otra vez. Laura se quitó los zapatos y dijo: —Tengo sueño. Necesito descansar. Duermes en el sofá esta noche y hablaremos de esto mañana. Manolo dejó dormir a Laura y luego se dirigió al sofá. Después de asegurarse de que Laura estaba durmiendo profundamente, se acostó a su lado y puso sus manos sobre su gran barriga. Los titulares de las noticias de entretenimiento al día siguiente fueron todos acerca de Manolo. Una estrella de cine internacional había sido vista llevándose a otra mujer a casa. El actor casado Manolo llevó a la nueva actriz Cassie a su apartamento a altas horas de la noche. Manolo engañó a su esposa embarazada con Cassie, una joven actriz. También pusieron las fotos en las noticias. El hombre de las fotos ciertamente era Manolo. Tenía a una mujer en sus brazos y obviamente no era su esposa, porque no había una gran barriga. Los micro blogs de Manolo, Laura y Cassie se llenaron con millones de comentarios. Después del matrimonio, Manolo había sido un buen marido a los ojos de todos. Todos sus fans esperaban su explicación. No querían creer que esto era cierto.

Manolo cerró la puerta del dormitorio. Una llamada telefónica siguió a otra. Era un ciclo sin fin. —No, no lo hice... ¡La traje de vuelta, pero luego la envié lejos! —La primera llamada que recibió fue de Lola. Lola estaba enojada con su hermano y no podía dormir por eso. Ella caminaba de un lado a otro en la habitación. Laura no podía enojarse más. ¿Acaso Manolo pensó en las complicaciones y consecuencias antes de hacer tal cosa? —Manolo, si no engañaste a Laura, arregla esto lo antes posible. ¿Cómo está Laura ahora? —Lola escuchó que fue a sorprender a Manolo en su departamento. Manolo echó un vistazo rápido a su habitación. —Ella todavía está durmiendo ahora. —Recientemente Laura siempre había tenido mucho sueño. Solo déjala dormir un poco más.

Capítulo 324 ¿Queda algo por explicar? —¿Por qué te molestaste en traerla de vuelta? ¿No sabes que figuras como tú, Manolo Li, están constantemente acechadas por muchos ojos y cámaras? — Lola no podía entender por qué su hermano cometería un error tan tonto. ¡No era un novato en absoluto! Manolo no pudo negar que cometió un error. Solo podía rascarse la cabeza. —Solo Laura puede ayudarme. No hago nada malo, ¿de acuerdo? —Ella estaba en el apartamento de Manolo anoche. Los reporteros se callarían si solo se la pudiera ver saliendo con él. Sin embargo, Manolo no estaba seguro de si Laura todavía estaba molesta. Él no podía arriesgar su salud en este momento. —¿Quieres que Laura te salve? Ella es tan amable que ni siquiera te mató por lo que hiciste. —Lola respondió sarcásticamente. Si esas cosas le sucedieran a Jorge, ella no podría imaginar lo que le haría a él... ¡Deja de pensar en eso! Lola negó con la cabeza de inmediato. ¡Qué loca! —¿Qué quieres decir con salvarme, hermana? Soy inocente. ¿Bueno? —¿Inocente? ¿No llevaste a esa mujer a tu casa anoche? —Lo hice. ¡Pero eso no significa que hayamos hecho algo mal! —De todos modos él la envió lejos. Ella ni siquiera durmió allí. Lola dudó de cómo su hermano sobrevivió en el círculo de entretenimiento durante años. —No eres inocente ya que la has dejado entrar. Manolo comenzó a estar de acuerdo con su hermana. Ella tenía un punto. Era culpable en este asunto. —Esperaré a que Laura se despierte. Y hablaré con ella de inmediato. —La puerta de la habitación se abrió mientras Manolo todavía estaba hablando. —Tengo que colgar, Lola. Ella está arriba ahora. —Manolo inmediatamente colgó el teléfono y corrió frente a Laura. La saludó con una voz tan dulce como pudo decir: —Buenos días, cariño. Qué "buena" mañana. Laura solo le dio una mirada fría. Su teléfono no había dejado de sonar. Ella ya sabía lo que estaba pasando. Vio 999 mensajes de Twitter en la notificación de la pantalla del teléfono en este momento. Activó el modo silencioso. Todavía había docenas de llamadas perdidas.

Manolo se rindió cuando vio a Laura teniendo tantas dificultades para caminar. Él podría manejar esto solo como un hombre. —Ve y lávate, cariño. Vamos a desayunar después. —Manolo preferiría comer con su esposa antes de ir a trabajar. Laura estaba desconcertada en cuanto a por qué Manolo no dijo nada sobre el asunto. Después de todo, nadie podía ayudarlo más que a ella. Laura se vistió después de lavarse y salió del apartamento junto con Manolo. Ella sostuvo su mano mientras caminaban lentamente. Sorprendido, Manolo miró la mano de Laura y le preguntó: —¿Ya me crees? Laura no respondió. Ella presionó el botón del ascensor y entró. El silencio hizo que Manolo se molestara un poco. Fuera del apartamento, los medios de comunicación esperaban ansiosamente a Manolo y a la joven actriz. Al ver a Laura, todos se confundieron. Sus bocas se abrieron con asombro. ¿Dónde estaba Cassie? ¿No estaba allí? ¿Cómo podría aparecer la embarazada Laura en este momento? Confundidos como estaban, los medios de comunicación se reunieron y pidieron sus preguntas. Nunca consideraron que la aglomeración de la pareja forzaría a la embarazada Laura a una situación difícil. —Señor Li, ¿puede explicar lo que pasó anoche? —Señora Li, ¿qué piensa de la infidelidad de su marido? —Señor Li, ¿cuánto tiempo lleva saliendo con Cassie? Los medios ya habían llegado a conclusiones. Laura solo escuchó sus preguntas, despreciando su vergüenza. Ella sonrió y abrió la boca: —Por favor, escúchame. Los reporteros se callaron. Solo se escuchaba el chasquido de las cámaras. Manolo miró a la mujer a su lado también. No quería dejarla hablar en su nombre. Pero escucharía ahora que ella había decidido hablar. —Hay un malentendido. Llegué aquí ayer por la tarde. Mi esposo me llamó anoche y me dijo que una colega de él estaba borracha y me preguntó si podía llevarla a su casa y dejarla quedarse por un tiempo. Acepté porque era más incómodo para él ir a un hotel. Explicó Laura, luego sacó el boleto de avión de su bolso para demostrar su hora de llegada. Ella continuó: —No esperábamos que esos reporteros comenzaran a escribir algunas noticias falsas. Además, esa persona fue enviada pronto a su casa por el agente de mi esposo. Porque era un inconveniente para ella quedarse aquí. Podrían preguntarles a ambos si quieres estar seguro.

Inmerso en la suave voz de su esposa, Manolo se perdió en sus pensamientos. Estaba dispuesta a creerle y, lo que era más importante, hablaba por él. Ella lo amaba y lo cuidaba mucho. Después de terminar sus palabras, Laura le dio un pellizco a su esposo. Manolo inmediatamente volvió a sus sentidos. —Sí, esa es la verdad. Las revistas y los reporteros que han estado inventando historias podrán esperar las demandas de nuestra empresa. Daremos seguimiento a este asunto. ¡Gracias! —Así es... Todos los reporteros estaban alborotados, pero la verdad había sido clara cuando Laura salió del apartamento junto con Manolo. Sin embargo, algunos periodistas no se dieron por vencidos. Querían más declaraciones para poner en su artículo. —Señora Li, ¿podría explicar por qué fue un inconveniente para Cassie quedarse? Aceptó que Cassie fuera al apartamento, pero ha dicho que era un inconveniente. ¿No se contradicen sus palabras? —Si señora Li, ¿podría explicar eso? Al ver a estos feroces reporteros, Laura dudaba si tenían ética profesional o no. Ni siquiera pensaron que estaba embarazada. En ese momento, Manolo miró a los reporteros antes de poner su brazo alrededor de la cintura de su esposa y dijo: —¿Hay algo más que explicar? Por supuesto, necesito un espacio a solas con mi esposa después de tanto tiempo de no vernos. Reteniendo su ira, Laura bajó la cabeza y se quejó de las desvergonzadas palabras de su marido. Todos los reporteros estallaron en una risa mística. Poco después, informaron todo lo que obtuvieron en Internet. Al mismo tiempo, la compañía de Manolo también lanzó una acusación en Internet. La firma del abogado en la esquina inferior derecha realmente sorprendió a todos: ¡es Samuel Xue! Esas revistas que difundían rumores eran carne muerta. Nunca volverían a recuperar su negocio. Al ver el vídeo en línea, Jorge no vio la necesidad de actuar en consecuencia. Solo necesitaba contactar a Samuel. Entonces, ¿podría tomar el crédito de su mujer? Después de todo, Samuel no era un abogado al que era fácil acercarse. Apenas unas horas después del mediodía, todos los rumores sobre Manolo se demostraron erróneos. Algunas revistas incluso publicaron sus cartas de disculpa tan pronto como pudieron. Pero, ya era demasiado tarde. Siguiendo a su esposa en todas partes, Manolo comenzó a consolar a Laura

por todos los medios. —¡Eres tan amable, cariño, te amo, te amo, te amo! Sin ganas de hablar con él, Laura abrió la puerta del auto y se sentó adentro. —Déjame ayudarte a abrocharte el cinturón de seguridad, querida. ¡Te amo! —¡Oh, tantos 'te amo'! Laura no podía soportarlo más. —¡Eres demasiado desagradable y molesto, Manolo Li! —Qué hombre tan infantil, pensó. Ella le dirigió una mirada fría a la cara sonriente frente a ella. Pero él le dio un beso en las mejillas. —Puedo hacer lo que quieras que haga una vez que ya no estés enojada. Mirándolo de reojo, Laura respondió: —¿Fue esta la forma en que llevaste a esa chica a casa? Manolo puso cara de decepción de inmediato. Ya irritado, él respondió: — ¡Nunca me menciones a esa mujer! Ya no cooperaré con ella y ese director. Le diré a Jorge mañana que lo envíe a Mauricio.

Capítulo 325 Las flores están floreciendo a lo largo de la pasarela. Laura resopló y miró a Manolo de manera arrogante. —¡De acuerdo! ¡Puedes subir al auto! Manolo la siguió felizmente hasta el auto. Pero a pesar de que Laura lo había perdonado, Harold lo regañó con dureza tan pronto como llegaron a la casa de los Li. Como Lola se levantó muy tarde hoy, casi era mediodía cuando llegó a la cafetería. Sin embargo, eso no importaba. La cafetería era de su propiedad, ella podía ir a la tienda cuando quisiera. Era uno de los beneficios como propietario de un negocio. Además, su equipo y el personal eran confiables y responsables. ¡Ella disfrutaba de la libertad! Cuando llegó a la cafetería, una asistente le dijo con entusiasmo que había un repartidor de tienda de flores que la había estado esperando durante mucho tiempo. ¿Flores? Le recordaba a Tomás Herren. ¡Las flores deberían ser de él! Ella no tenía dudas al respecto. El repartidor se acercó cuando vio que el asistente lo saludaba con la mano. El cliente que ordenó las Fu hizo hincapié en que las flores debían entregarse al receptor en persona. Así que el repartidor no se atrevió a irse antes de poder entregarle personalmente el ramo. El cliente realmente le dio una propina muy buena. Lola miró el ramo de rosas rojas con asombro. ¡Había 99 rosas delante de ella! La hermosa escena de tantas rosas rojas atrajo la atención de todas las personas en el café. —Srta. Li, por favor firme con su nombre aquí. ¡Gracias! —El repartidor le pidió a Lola que confirmara el recibo. Lola intentó controlar sus emociones y pensamientos. Ella no firmó su nombre de inmediato, pero tomó la tarjeta de las flores para ver qué había escrito en ella. —Las flores están floreciendo a lo largo de la pasarela. Es hora de que vuelvas, pero sin prisas.

Justo aquí, por ti espero. Tu querido esposo.

... Hasta este momento, se dio cuenta de que las flores no podían ser de Tomás Herren. Ella pensó que él no haría gestos tan dulces como este. Realmente él no era ese tipo de hombre. ¡Pero el hombre que envió las flores era realmente tan descarado! ¡Se atrevió a llamarse a sí mismo su marido! Miró el ramo de nuevo y de repente se le ocurrió una buena idea. Sacó su teléfono y rápidamente llamó a Sánchez. —Hola. ¿Es la señorita Li? —Sánchez contestó el teléfono con incertidumbre. Lola sonrió y dijo: —Sí, soy yo. ¿Me puede dar la dirección de la señorita Cherry? Sánchez miró hacia la puerta cerrada de la oficina. No pensaría que Lola quería obtener la dirección de Cherry porque le causaría problemas a Jorge. Lola siempre era una mujer amable y sofisticada. Sin embargo, no importaba lo que Lola estuviera haciendo en este momento, él tomará partido con ella. Lo siento, jefe Si. Sánchez rápidamente le dijo la dirección en voz baja. —Esta bien, lo tengo. ¡Muchas gracias! ¡Te debo una, Sánchez! —Lola nunca olvidaría la ayuda de Sánchez hoy y decidió devolverle su favor siempre que se presentara la oportunidad. Colgó el teléfono y recitó la dirección al repartidor: —Por favor, envíe las flores a esta dirección. Ve de inmediato. Pídale a ese hombre que te dé el reembolso de los boletos de avión y todos los demás gastos. —Ella se deshizo de las flores de una manera decisiva. Ya no quería tener nada que ver con Jorge. El repartidor se quedó estupefacto. ¿Le estaba pidiendo que enviara flores a otro país? Esperaba haberla entendido mal. ¡Esto era tan absurdo! Lola miró su expresión de asombro y luego recordó que había olvidado darle el nombre a quien le pediría el reembolso. Ella inmediatamente sacó un pedazo de papel y escribió algo en él. El repartidor miró el nombre en el papel. ¿Jorge Si? ¡El nombre era tan familiar! ¿El Jorge Si del Grupo SL? ¡Oh! Él recordó... Definitivamente era el famoso magnate de los negocios, Jorge Si, seguro. Instantáneamente negó con la cabeza. Estaba un poco nervioso. —Srta. Li, ¿puede pedirle a otras personas que hagan esto? Lola se sintió frustrada por su rechazo. Entonces ella lo amenazó

intencionalmente, "¿Por qué? Toma esto. O llamaré a tu jefe y me quejaré por tu mala actitud y veré si puede seguir mi petición. El repartidor percibió la firme mirada de Lola y se mostró reacio a preguntar: —¿Y qué tal si el Sr. Si... ¿Y si no me lo reembolsa? —¡El boleto de avión le costaría su sueldo de un mes! Y también habría otros gastos. Él no tenía tanto dinero. —Sin duda te dará el dinero. Pero si algo sucede, solo ven a buscarme. Te daré el dinero. No te preocupes por los gastos, ¿de acuerdo? —Jorge era rico. No dudaría en dar dinero. No le importaría tan poco dinero, de todos modos. Al escuchar las palabras de Lola, se sintió aliviado y emprendió su misión. Lola miró al repartidor que salía del lugar. Entonces pensó en Jorge con desprecio. Resultó ser un hombre tan superficial que quería conquistarla con meras Fu. ¡No sería engañada esta vez! ¡Ella jugaría a hacerse la difícil a partir de ahora! A las cinco de la tarde, Sánchez fue a la oficina del CEO con una obvia sonrisa. —Oye. ¿Qué es tan gracioso? Compártelo conmigo. —Jorge lo miró y estaba confundido al ver por qué Sánchez se veía un poco extraño. Sánchez hizo todo lo posible para no reírse. Él le respondió: —Jefe, había un repartidor de flores en las puertas. ¡Está pidiendo un reembolso! —¡Ve directo al tema! —Jorge lo miró fríamente. —Usted organizó la entrega de rosas a la señorita Li esta mañana. Resultó que ella se negó y le pidió directamente al repartidor que le enviara las flores a la señorita Cherry en avión. El repartidor dijo que era la autorización de la señorita Li que el Sr. Si debería pagar los gastos. —Sánchez terminó de contarle la historia sin pausa. Estaba asombrado por la extraña relación entre Jorge y Lola. Eran realmente como un gato y un ratón. De repente el celular de Jorge sonó. Frunció el ceño y luego se conectó a la llamada. —¿Qué pasa? Cherry sostuvo el pedazo de papel en sus manos y le preguntó: —Recibí un ramo de rosas. La nota dice que fue de mi prometido y me pidió que la cuidara bien. —Repitió las palabras de la nota con vacilación. ¡Había 99 rosas rojas extraordinarias importadas! Si realmente fueran enviados por Jorge, ella se volvería loca. No estaba acostumbrada a que él fuera tan dulce con ella... Pero en realidad, ella y Jorge no habían estado comprometidos todavía. Jorge nunca había mencionado esto. Así que ella no se atrevió a mencionarlo. No creía que las rosas fueran realmente para ella. Jorge sonrió. Podía imaginar la expresión de Lola cuando hacía esto. —Está

bien, ya veo. —Colgó el teléfono de una manera muy fría. Cherry ahora estaba mirando las radiantes y hermosas Fu, pero no se sentía feliz. ¡Las flores no eran para ella! Se sintió furiosa y las tiró a la papelera. ¡Debería haber previsto esto! Lola recibió las flores de Jorge en los siguientes días consecutivos. Sin embargo, no las aceptó y solo le envió el ramo a Cherry de la misma manera que antes. Esto era tan angustioso para Cherry. Se sentía tan deprimida y sola. El hombre que amaba enviaba flores constantemente a otra mujer. ¡Era tan humillante para ella! Pero Lola no se sintió triunfante al hacerlo. Tenía que acostumbrarse a las extrañas miradas de otras personas todos los días. Su mente comenzó a preguntarse de nuevo cuando se sentó en el sofá y observó en silencio el paisaje en el parque. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo en la entrada de su tienda. Un automóvil deportivo Lamborghini se detuvo en la puerta de la tienda, atrayendo a una multitud curiosa. Sánchez salió del asiento del conductor y abrió suavemente la puerta para Jorge, que estaba sentado en el asiento trasero. Un par de zapatos nuevos y brillantes pisaron el concreto. Entonces el arrogante hombre con camisa blanca y traje negro se paró frente a ellos. El diamante en el reloj de su muñeca brillaba bajo la luz del sol. —¿No es ese nuestro jefe? ¿Qué está haciendo él en ese café? —Sí, es extraño. Pero hubo noticias de que nuestra tienda y la tienda frente a nosotros se han incorporado en una sola. —Me enteré del chisme de que la jefa de esa tienda recibió recientemente 99 rosas importadas. ¡Qué romántico fue! ¿Crees que fue de nuestro Sr. Si? —Tal vez lo fue, pero quién sabe! ¡La propietaria es realmente una hermosa dama! Ella podría tener una gran cantidad de pretendientes.

... Los dos supervisores en el Dominator hablaron en voz baja mientras observaban la escena. El hombre de las gafas de sol miró a Sánchez y le dijo: —Saca los materiales por mí. Sánchez fue a buscar los archivos del auto y entró a la cafetería LE con

Jorge. Su aparición en la tienda provocó emoción en el interior. Se metió las manos en los bolsillos y caminó generosamente hacia la dirección de Lola. Todos lo miraron con admiración. El encanto de Jorge nunca falló una vez. Sánchez detuvo al asistente de la tienda que lo saludó alegremente. Ordenó cortésmente: —Una taza de café con leche, por favor. Gracias.

Capítulo 326 Había un respaldo en mi computadora La dependienta se dirigió a regañadientes al mostrador de la salida. ¡Se dio cuenta que este hombre tan guapo vino aquí por su jefa! ¡Era realmente un caballero atractivo! Había una mesa redonda cerca del asiento colgante. Jorge la movió intencionalmente cerca de una ventana, una posición que estaba opuesta a Lola. Sánchez inmediatamente dejó los materiales y movió las dos sillas. Lola todavía estaba perdida en sus pensamientos. No se dio cuenta de lo que había sucedido hasta que Jorge se sentó frente a ella. Al mirar a ese hombre guapo sonriéndole, ella dijo: —¡Fuera! ¡Tu no eres bienvenido aqui! —Realmente deseaba ser descortés con él. Sin embargo, la sonrisa en el rostro del hombre no se desvaneció en absoluto. Él ya se había preparado mentalmente y sabía que si quería recuperarla, debía ser totalmente de piel gruesa y muy paciente. ¡Lola era tan difícil de tratar! Sánchez se rió en secreto al escuchar lo que dijo Lola. Sabía que solo Lola podía atreverse a hablarle así a Jorge. Después de colocar todos los materiales en su lugar para su jefe, Sánchez encontró un asiento en la esquina para esperar a que su jefe cortejara con éxito a la chica. Alguien puso una taza de café con leche delante de Jorge. Sin embargo, los ojos de Jorge estaban puestos en la mujer que lo estaba mirando fijamente. Esto rompió completamente el corazón de la empleada. Ella quería que él la mirara a los ojos. ¡De hecho, este hombre tan guapo vino aquí por su jefa! —¿Dominator fue a la quiebra? El jefe Si viene a LE frecuentemente estos días. ¿Qué podría estar pasando? —Ella habló con arrogancia, haciendo que Jorge quisiera besar sus labios para evitar que dijera otra palabra. —Cariño, ¿ya te has olvidado? Ahora, Dominator y LE solo tienen un jefe. ¡Y eres tú, querida! —LE Café... Le encantaba el nombre de su cafetería, ya que representaba a Lola y Estrella. Las dos chicas que más amaba en el mundo... Ella no podía soportar escuchar sus palabras halagadoras. ¡Lola tenía muchas ganas de sacarlo con una escoba! Sin embargo, decidió ignorarlo. Decidida, encendió su computadora portátil

y comenzó a verificar los datos de ventas recientes. Después de eso, también actualizó su Twitter. Hizo todo esto mientras Jorge solo se sentaba frente a ella en silencio y comenzó a trabajar seriamente con los archivos que traía. Los rayos dorados del sol brillaban sobre ellos a través de la ventana. ¡Qué hermosa y emocionante escena! Cuando llegó la hora del almuerzo, Jorge simplemente clasificó los materiales y los puso a un lado. Luego caminó directamente hacia Lola, apagó su computadora portátil y también la dejó a un lado. Se arrodilló y la miró. Ella todavía estaba en el asiento colgante y no reaccionó a nada de lo que él hizo. Finalmente, dijo. —¡Invítame el almuerzo!

... Lola puso los ojos en blanco de disgusto y lo miró. Respondió con desdén: —Jorge, ¿tu prometida se ha llevado tu tarjeta bancaria? ¿Necesitas algo de dinero ahora? ¿Es por eso que estás aquí? Inesperadamente, el hombre admitió lo que dijo y respondió: —Sí, vine para que llenes mi estómago hambriento. Aquí, estas son todas mis tarjetas bancarias. ¿Puedo entregártelas? —Mientras decía esto, se levantó para sacar su billetera y se la entregó directamente a Lola. —¡No me importa! —Sin dar una mirada, ella también se puso de pie y salió. Jorge le agarró la muñeca para intentar detenerla. —¿Estás segura de que no quieres invitarme el almuerzo? —Su tono sonaba casual pero sus palabras eran amenazadoras. Ella tiró su mano y respondió: —¡Sí, estoy bastante segura! ¡Ahora, aléjate de mí! —Bien entonces. Parece que necesito ver un vídeo aquí para calmar mi corazón roto. —Mientras decía esto, sacó su teléfono y lo encendió. Lola se congeló por un par de segundos y luego entendió lo que quería decir. Ella inmediatamente se dio la vuelta para agarrar su teléfono. Pero él sostuvo su teléfono tan alto que Lola tuvo que apretar los dientes y caminar de puntillas para alcanzarlo. Jorge aprovechó esta oportunidad para abrazarla y rápidamente le advirtió que no luchara por liberarse. —¡No te muevas! ¡Si sigues luchando, te abrazaré

aún más fuerte! Lola estaba extremadamente enojada con esto, así que pisó fuerte sus nuevos zapatos de cuero. Al ver al hombre cerrar sus ojos en agonía, ella se suavizó un poco. Sin embargo, su comportamiento aparentemente íntimo llamó la atención de mucha gente. Al darse cuenta de que todavía estaban en la cafetería, Lola lo empujó lejos para que dejara de abrazarla. Rápidamente agarró su bolso y aceleró sus pasos para salir. Jorge le guiñó un ojo a Sánchez y él se levantó de inmediato y corrió hacia el lado del asiento del conductor. Lola se llenó de ira reprimida y cuando vio el fabuloso Lamborghini afuera de la puerta, le dio una patada fuerte. Como resultado, la alarma del automóvil se disparó de inmediato. Sánchez presionó apresuradamente el botón antirrobo, y la alarma se apagó. Al ver su reacción, Jorge no pudo evitar sonreír. Él le preguntó: —¿Eres infeliz? Si no estás contenta, puedes encontrar un ladrillo y simplemente romperlo. Lola miró a Jorge como si pensara que estaba loco. Luego, cuando Jorge estaba fuera de guardia, ella agarró su teléfono y lo arrojó a un charco de agua cerca de ellos.

... Al ver el teléfono en el charco, Lola se dio la vuelta rápidamente y se fue. ¡Sabía que él se pondría tan molesto! ¡Sin el vídeo, no podría amenazarla más! ¡Salió victoriosa esta vez! Resultó que este era su verdadero propósito. Jorge se apoyó contra la puerta, la miró y dijo fríamente: —¡Había un respaldo en mi computadora! ¿De verdad crees que no estaría listo para esto? Al escuchar sus palabras, Lola tuvo que detener sus pasos y lo maldijo diez millones de veces en su corazón. Lola realmente quería decirle: —¡Continúa con esto para que podamos destruirnos el uno al otro! —¡Pero ella no tenía el coraje! Todavía tenía sentimientos por él... Caminó frente a él con una expresión de suficiencia y le ordenó: —¡Fuera! —Al verla tan agresiva, ¡Jorge realmente quería empujarla sobre el auto y enseñarle una lección!

Sin embargo, Jorge le abrió la puerta como un caballero. Cuando Lola se sentó en el auto, Jorge la siguió. —¿Qué quieres comer? Sólo dime." Jorge puso su mano sobre la suya y miró su expresión helada con cálido afecto. Lola apartó la mano y respondió con frialdad: —Jefe Si, cuide su comportamiento. Soy una mujer que ya está comprometida con alguien. Así que por favor no me toque. La tierna mirada en su rostro desapareció gradualmente y de repente besó sus labios rojos. No importa cuánto luchaba ella, él simplemente no la dejó ir. Estuvieron así durante varios segundos. Jorge finalmente se detuvo cuando Lola casi perdió el aliento. Luego, le susurró al oído: —Si vuelves a mencionar a otro hombre, te garantizo que le romperé los huesos. Los hermosos ojos de Lola lo miraron. Ella lo vio sonriéndole. —Jorge, además de amenazarme, ¿qué más puedes hacer? Jorge agarró la esquina de su traje descuidadamente, y respondió: — ¡Amenazarte es lo único que quiero hacer! ¡Me da tanta alegría y satisfacción! Aparte de eso, no necesito hacer nada. Mirando por la ventana, Lola decidió no hablar con él. ¡Ella solo se disgustaría y se enfurecería más ante sus palabras! —¡Ve a un restaurante de comida estofada ahora! Estoy hambriento." El hombre ordenó con indiferencia. ¿Estofado? ¡Lola tenía una sonrisa en su rostro, pensando que era él quien estaba buscando que lo trataran mal! En el restaurante de estofados. Lola pidió muchos de sus platos favoritos. Sin preguntar la opinión de Jorge, le dijo al camarero: —Sopa picante de estofado, por favor. ¡Gracias! Mientras fumaba un cigarrillo, su estómago se contrajo un poco cuando escuchó la palabra "picante. —A él nunca le gustaron las comidas picantes y sabía que Lola estaba enterada de eso totalmente. Sin embargo, no dijo nada. Arrojó la ceniza de su cigarrillo y miró a la mujer frente a él. Intentó estar de buen humor. —Lola, ¿qué tal si vas conmigo hoy? —Él le estaba pidiendo su opinión. Fingiendo no escuchar nada, Lola tomó un sorbo de su bebida y no respondió. No mostró que le importara en absoluto. Él anticipó que ella lo ignoraría. Volvió a fumar, se inclinó hacia delante y luego lanzó una bocanada de humo a su cara. —¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! —Lola agitando frenéticamente sus pequeñas manos,

tosió muy mal.

Capítulo 327 Sonrió así otra vez Con un cigarrillo en la boca, Jorge miró a Lola con aires de intrépida. Estaban sentados en una habitación privada en el restaurante. La habitación estaba reservada principalmente para personas muy importantes. Lola corrió hacia él y le quitó el cigarrillo. Aplastó el cigarrillo en el extremo del cenicero y tiró la media caja restante de cigarrillos caros a la basura. —Vuelve al país C si fumas otra vez. No voy a soportar ese desagradable hábito tuyo. Luego se sentó de nuevo en su lugar y miró la aturdida expresión de Jorge. —Bueno, haré lo que mi esposa quiera. —Jorge se rindió. —¿Por qué eres tan dulce y descarado en este momento? Sabes que tengo un prome... —Se detuvo a la mitad de la frase cuando vio la expresión de advertencia de Jorge. En ese momento, un camarero llamó a la puerta y trajo la sopa. Jorge estaba consternado cuando vio la sopa picante roja. —¡Pero, por mi esposa, arriesgaré mi vida! —Pensó. No está acostumbrado a comer comida picante... Las verduras y la carne fueron traídas pronto. Inesperadamente, Lola ayudó a Jorge a poner la comida en su plato. —Si termino toda la comida que me das, ¿vendrás conmigo esta noche? ¿Por favor? —Jorge se apoyó perezosamente en la silla mientras observaba la expresión de Lola. Ese fue el único propósito con el que visitó a Lola hoy. Lola se comió una albóndiga para aliviar su ira. —¿Jefe Si quiere torturarme otra vez? Si eso es todo lo que haremos, entonces no iré. Jorge le guiñó un ojo con una sonrisa. —Voy a ser muy amable. Lola se tragó la albóndiga en su boca sin expresarse, y luego puso más comida en su plato. —Termina esto primero. Todo. ¿Cómo podría acordar cenar con un hombre tan cruel? Ella cedió a su encanto de nuevo... Lola, ¿querías que te torturara aún más? Jorge bebió mucha agua debido a toda la comida picante que comió. Usó los palillos para terminar todo en el plato. Lola continuó poniendo más y más comida en su plato. Él obedientemente

comió todo lo que ella le hizo consumir. Su estómago estaba tan lleno ahora. Solo quería mantenerla a su lado incluso si tenía que ir al hospital por eso. Solo deseaba hacer lo que fuera necesario para conquistarla. Finalmente, comieron todo el estofado. Lola se mantuvo sin emociones incluso cuando Jorge ya había bebido varias botellas de agua. Salieron del restaurante de estofados. Jorge abrió dulcemente la puerta del auto para Lola. Lola miró a Jorge e inmediatamente pudo decir que no se sentía bien. —¡Es realmente bueno resistiendo! Desearía que él siempre pudiera ser así de paciente y dulce. —Pensó. —Jefe Si, ¿beberemos un poco de vino? —Ella preguntó deliberadamente. Recordó algo en el pasado. Él bebió vino después de comer estofado. Fue al hospital inmediatamente después de eso. Jorge levantó las cejas cuando escuchó eso. Parecía que ella no dejaría de acosarlo hasta que se derrumbara. —Ven conmigo esta noche. ¡Podemos beber juntos toda la noche! —Él la estaba mirando directamente con un significado sensual implícito en sus palabras. Obviamente, ella no estaba interesada. —No, gracias. Tengo una cita esta noche. Por favor, simplemente envíame a casa. —No importa lo que hagas. No funcionará en mí. —Pensó con una actitud determinada. ¿Irá a una cita?! Jorge contuvo los calambres estomacales y la miró con irritación, "¿Una cita con quién? Lola solo lo miró y dijo: —Jefe Si, ¿no te das cuenta de que ya estoy rechazando tu propuesta? No iré contigo ya que ya tengo un prometido. —Y luego, ella le dijo en qué estaba pensando realmente. —No necesitas hacer nada por mí. Es imposible para nosotros estar juntos otra vez. Jorge, será mejor que nunca nos volvamos a encontrar. Eso es lo que realmente quiero. El aire en el coche de repente se volvió frío. No se escuchó ni una sola palabra después de eso. Fue realmente incómodo. Sánchez se estaba centrando en su forma de conducir. Él eligió ignorar la conversación entre ellos. Solo se estresaría ya que la pareja siempre era así. —Estaba equivocado. Lo siento, Lola. ¡Pero no puedes alejarme así! — Jorge terminó su declaración con un profundo suspiro. Lola se burló y miró por la ventana, "Es demasiado tarde. No importa lo que vayas a hacer con Herren, nos casaremos. Te aconsejo que te cases con Cherry también. Adelante, Jorge. Iríamos por nuestros propios caminos y nunca

nos volveríamos a ver. —Lola, sabes que no puedes soportar las consecuencias si me haces enojar. Puedo hacer lo que quiera. —Era una amenaza obvia. Jorge ya estaba al borde de la desesperación. —¡Para el coche! —Ella no quería quedarse con él por un minuto más. —¡Conduce al hospital! —La orden alta y clara de Jorge puso a Sánchez en un dilema. No sabía si debía parar o seguir conduciendo. Y luego Lola descubrió que Jorge ya estaba sudando abundantemente. Su cara se veía pálida. De repente, Lola ya no estaba tan enojada con él. Ella estaba muy preocupada. Aunque al principio quería torturarlo, ahora se sentía incómoda cuando se dio cuenta de que él estaba realmente enfermo. Bajo esta situación inusual, Lola no sabía qué decir ni pensar. Llegaron al hospital privado de Sans pronto. Jorge miró a Lola y trató de empujarla para que saliera del auto. —¡Déjame en el carro! ¡Ve por ti mismo! —Ella se negó frenéticamente a acompañarlo cuando se dio la vuelta para volver al coche. Jorge le guiñó un ojo a Sánchez, así que Sánchez se alejó enseguida. —Sin tu ayuda, ¿cómo podría entrar al hospital? —Fingió apoyarse en su hombro tan débilmente. Lola lo miró y dudó de él. Sabía que él solo estaba exagerando. Pero no estaba dispuesta a discutir con un paciente. No era la práctica correcta en un hospital. Así que lo tomó del brazo, lo colocó sobre su hombro y lo sostuvo con otra mano. Jorge sonrió con satisfacción al ver este dulce gesto. Ella luchó por un momento, pero no se liberó. Jorge también era un poco pesado. ¡Esta sería la última vez que le permitiera acercarse a ella! Lola se convenció decididamente de sí misma. En el hospital. Lola se registró y entró en la sala con Jorge. Chuck todavía estaba en el país C, pero el médico a cargo de Jorge también era un experto. Era el segundo mejor médico del hospital, y Chuck era el mejor. Jorge estaba tendido en la cama del hospital. El médico le puso un goteo, hizo algunas rutinas de procedimiento y se fue. Lola también estaba a punto de abandonar la sala con el médico, pero Jorge la detuvo. —Lola, ¿cómo puedes dejar a un paciente aquí solo? —Jorge se quejó con ella con una dulce cara.

¿De verdad quería irse? ¿No se sentía culpable o preocupada de que él estuviera en una situación tan lamentable? —Sé que eres un paciente. ¿Pero eso tiene algo que ver conmigo? Llama a Cherry si quieres." Se detuvo y se dio la vuelta. No había sentimientos en sus ojos cuando lo miró fijamente. Se había registrado por él y lo había enviado a la sala. Hizo lo que tenía que hacer. Ella había terminado aquí. Jorge se sintió muy mal. Entonces se dio cuenta de que cuando la trataba así, ella debía haberse sentido aún peor. Jorge hizo un gesto con la mano a Lola y le dijo que entrara. Lola no se movió ni un paso, solo fijó sus ojos en él. Parecía que realmente quería mantenerse alejada de él. Jorge sonrió amargamente. ¿Qué tan profundo la lastimó? Ella debería haber estado tan dolida por la forma en que lo rechazó en este momento. —Lola, por favor no te vayas hasta que me duerma. Por favor. —Trató de regatear gentilmente con ella. Lola sintió que no podía soportar esa sonrisa agridulce en su rostro. Lentamente regresó a la sala. Y luego él sonrió así otra vez mientras sostenía su cintura con sus brazos y descansaba su rostro en su vientre. Lola quiso negarse de inmediato. Esto era lo que sus instintos le decían. Pero ella no se movió cuando vio la aguja de infusión en su mano. Jorge realmente quería besarla cuando olió su perfume distintivo. Pero no podía apresurarse. Le gustaría que ella lo aceptara sola, y no le importaba perseguirla. Movió su cuerpo para que Lola pudiera sentarse a su lado y dijo: —¡Lola, capturaré tu corazón otra vez! La confesión repentina confundió a Lola. ¿Quería cortejarla de nuevo? Ella se burló y le quitó la mano. —¡Jorge, no reaccionaré a nada de lo que harás! Ya aprendí mi lección. ¿Pensó que podría inventarse todas las cosas persiguiéndola? Estaba siendo divertido y demasiado confiado. ¿Sabía que ella nunca podría volver a confiar en él? Después de todo lo que le había hecho, ella nunca volvería a creer en él.

Capítulo 328 Cementerio Panlong Jorge sonrió irónicamente de nuevo. Así que este era el sentimiento de ser rechazado con frialdad y sin corazón. Realmente duele mucho. —No tienes que prometer nada. Solo te digo que te conquistaré otra vez.

... ¿Podría ser manejado de esta manera? Lola lo miró sin palabras. Era tan difícil de tratar. Él era tan impredecible y no sabía si él realmente la amaba... Pensó por un momento y sintió que era necesario aclarar sus palabras aún más. —¡Jorge, la antigua Lola ya murió en el momento en que quise suicidarme por ti! ¡Esa vez, morí completamente más que hace cinco años cuando salté al mar! Aunque todavía estoy usando este cuerpo, el corazón que te amó ya no existe. ¡Y no quiero estar contigo nunca! No puedes cambiar eso, Jorge. Con estas palabras, sus ojos se pusieron rojos. Cuando lo pensó de nuevo, sintió que era como una tonta que no debería haber hecho un acto tan ridículo por un hombre como él. Jorge le apretó las manos con fuerza. Él la miró. Lola ya se estaba poniendo emocional, así que la tranquilizó con una voz suave: —¡De ahora en adelante, déjame pasar el resto de mi vida compensando todo el dolor que te he causado! Lola agitó las manos. —¡No me hables como si quisieras hacer todo lo que acabas de decir ya! ¿Cuántas veces me has dicho que me amarías toda la vida? ¿Alguna vez has cumplido tu promesa? ¿Una sola vez? —Estalló en lágrimas y dio un paso atrás. Nunca había conocido realmente a este hombre acostado en la cama. Jorge, en su memoria, era quien siempre la había abrazado contra su pecho, diciéndole dulces palabras; No el que no confiaba en ella y la lastimaba una y otra vez. Sin embargo, eso era lo que realmente era Jorge. Esa era su personalidad. Así que decidió renunciar, sin importar lo que Jorge haría. No podía permitirse ser amada y luego ser lastimada de nuevo... Al verla así, Jorge estaba lleno de culpa y arrepentimientos. Todo fue por su estupidez que ahora la alegre y cariñosa Lola se había ido.

Sin embargo, él no se rendiría. Tenía que encontrar de nuevo la versión original de Lola. Él la amaría, la mimaría y confiaría en ella de ahora en adelante. —Voy a llamar a Sánchez. Puedes volver primero. Gracias. —Estaba dispuesto a comprometerse ahora. Sabía que esto tendría consecuencias positivas en el futuro. Sin ninguna vacilación, Lola se fue y cerró la puerta detrás de ella. Corrió hacia el ascensor con el rostro lleno de lágrimas. Este hombre era tan malvado. ¿Por qué le recordó todos los tiempos difíciles y traumáticos de antes? Sánchez sostenía papillas cuando vio a Lola salir corriendo del ascensor llorando. Mirando si Jorge la estaba siguiendo, se preguntó qué les había pasado. Algo malo debería haber vuelto a pasar. ¿El jefe la lastimó de nuevo? Era un ciclo interminable, brutal. Jorge estaba a punto de llamar a Sánchez a la sala cuando la puerta se abrió de repente. Su leal asistente entró. —Jefe, ¿qué le ha hecho a la Srta. Li otra vez? —Sánchez no pudo evitar preguntarle. Estaba muy preocupado. Jorge frunció el ceño. —¿Por qué? ¿Qué pasa? —Ella se apresuró a salir histéricamente. ¿Quería lastimarse otra vez? Deben hacer algo para detener esto. Después de que pensó en esto, el ansioso corazón de Jorge dio un vuelco. —Ella salió corriendo del hospital llorando. Jorge, ¿no puedes simplemente consolarla ya que la has lastimado tanto? Sánchez abrió la caja de comida, sacó la papilla y se la entregó. Este fue un momento raro en el que hablaron de algo personal. Jorge no siguió el consejo. —Ella no se hará daño a sí misma, ¿verdad? — Estaba más preocupado por este problema apremiante en este momento. Sánchez puso los ojos en blanco y le dijo la verdad: —Sr. Si, puedes ser lo suficientemente encantador para otras mujeres. Pero por lo que sé, Lola no hará nada extremo por ti de ahora en adelante. Ella está más allá de esa etapa. — Desde ese momento en que saltó de un edificio, Sánchez supo que Lola ahora estaba decidida a mantenerse alejada de Jorge. Jorge comió la papilla en silencio y bebió lentamente, como si estuviera pensando en algo realmente profundo. —Vuelve a la compañía primero. Tú y mi padre tienen que enfocarse más en eso. Si algo importante sucede, envíamelo. Estaré en el país A durante los próximos días. —Estar separado de ella no funcionaría. Tenía que comprometerse y ser el que se ajustaría. Cuando salió del hospital, Lola no sabía a dónde ir. Pensó en Ramón una

vez más. Si Ramón todavía estuviera vivo, podría llamarlo para ir a las carreras de autos o tomar algo en el bar. Aunque estuviera borracha, Ramón la enviaría a casa a salvo. Él nunca intentaría acosarla o violarla.

... Tomó un taxi y decidió ir al cementerio. Al llegar al cementerio, Lola caminó lentamente hacia la tumba de Ramón. Lola no pudo evitar llorar al ver su lápida, su foto y su dulce sonrisa. ¿Por qué Ramón no podría estar con ella para siempre? Incluso no como un amante, un amigo o un miembro de la familia sería más que suficiente. Él era el único que realmente la entendía. —Ramón, ¿por qué fuiste tan tonto? ¿Por qué moriste por mí? Fuiste tan tonto como yo. —Ella se agachó en su lápida y murmuró. —Me amabas mucho, pero solo podía ver a Jorge en ese entonces. Lo quería mucho, pero él no me dio el amor que merecía. —Ambos fuimos tan estúpidos. ¿Por qué debería quitarme la vida por él? ¿Por qué no pensé en mi pobre Estrella? —Nunca más lo perdonaré. Ramón. Él no creyó en mí hace cinco años, y tampoco lo hace ahora. Sin él, podría vivir una vida mejor. —Incluso si Tomás no estaba en la foto, no lo perdonaré. Pero Ramón, ¿por qué me duele tanto mi corazón? ¿Por qué? —Estaba arrodillada frente a la tumba de Ramón y lloraba mucho. El viento fresco soplaba y su cabello flotaba en el aire. Sus palabras de desesperación también se alejaron con el viento. Si hubiera una vida después de la muerte, ella inmediatamente encontraría a Ramón y lo cuidaría. Si no pudiera darle amor, sería muy cariñosa con él. Después de un largo rato de llorar su tristeza y ansiedad, se sintió un poco aliviada. Lola se frotó los ojos rojos. Luego se inclinó frente a la tumba de Ramón "Ramón, lamento no haber venido a verte todos los días. Tenías que cuidarte allí. Haría todo lo posible por hacerme feliz para no preocupar a quienes me amaban. Seré una mejor Lola en el futuro. Ramón, nos veremos la próxima vez. Ya estaba oscureciendo cuando Lola salió del cementerio. El cementerio era un lugar remoto y no podía encontrar un taxi. Así que tuvo que sacar su teléfono celular y llamar a su hermano mayor.

El teléfono de Yonata había sonado durante mucho tiempo, pero él no contestó. Tal vez estaba ocupado en el cuartel. Al caminar por el sendero desierto con su teléfono, inconscientemente pensó en Ramón otra vez. Fue Ramón quien la llevó a casa hacía cinco años, cuando un taxista la dejó en el suburbio de la ciudad D. En ese entonces, ella llamó a Jorge, pero él no respondió a su llamada urgente. En ese momento, su teléfono sonó y ella pensó que era Yonata quien llamaba. Contestó el teléfono antes de que pudiera ver el nombre de la persona que llamaba: —Yonata, estoy en el cementerio de Panlong y no hay ningún taxi aquí. Por favor ven y recógeme. ¿Cementerio de Panlong? El hombre del otro lado colgó el teléfono después de un suave "Hmm. Sólo había un suave: —Hmm. —Era extraño. Pero Lola no pensó demasiado en eso. Abrió su Twitter y esperó mucho tiempo. Twitteó un comentario: —Estoy en el suburbio de nuevo y todavía no hay ningún taxi para regresar. Sin embargo, esta vez tu teléfono nunca se volverá a conectar. —Con los ojos llenos de lágrimas, hizo clic en el botón de enviar. Después de calmar sus emociones, comenzó a refrescar otras publicaciones. Justo después de la transfusión en el hospital, Jorge fue a la cafeteria LE. Pero no encontró a Lola allí.

Capítulo 329 Una oportunidad para remediar su pérdida Jorge llamó a Lola directamente cuando no la vio en la cafetería. Estaba realmente preocupado de que ella pudiera lastimarse de nuevo. Pero Lola accidentalmente contestó el teléfono y lo confundió con Yonata. Le dijo que estaba en el cementerio de Panlong. Jorge supuso que debió haber ido al cementerio para visitar a Ramón. Por supuesto que no le dijo la verdad de que era él, no Yonata. ¡Si hubiera sabido eso, no le permitiría que la recogiera! O peor aún, habría ido a un lugar que él no sabía. El tono de notificación de su Twitter le llamó la atención cuando conducía. Había establecido el tono de notificaciones para una sola persona al recibir nuevas publicaciones en Twitter. Esa era Lola. ¿Habría actualizado una publicación en su Twitter? Aprovechó la oportunidad para echar un vistazo al teléfono móvil mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde. De hecho, Lola había hecho una actualización. El tono de sus palabras fue muy triste. Podía sentir lo deprimida que estaba ya que estaba sola en el cementerio en este preciso momento. Al pensar en esto, Jorge aceleró un poco más. Estaba muy ansioso por verla. Media hora después. Al escuchar el silbido de un auto, Lola levantó la cabeza, solo para ver al familiar Lamborghini. No era Yonata, ya que el automóvil de su hermano era un vehículo militar. ¿Qué había pasado? ¿Por qué vino aquí? Estaba tan desconcertada. Luego hojeó los registros de llamadas en su teléfono celular. ¡Sucedió que la llamada que acababa de recibir era de Jorge! Era una pena... Ella había pensado que era de Yonata. Debería haber comprobado el nombre en la pantalla primero. Lola se culpó a sí misma por ser tan estúpida. Jorge dio la vuelta al auto y se detuvo abruptamente justo delante de ella. Se bajó del auto y abrió suavemente la puerta para Lola. —Sube al coche, por favor. Lola miró a su alrededor. Estaba oscureciendo, y no podía encontrar a nadie que pudiera ayudarla aquí. Suspiró y luego de mala gana se subió al auto.

Escucharon una suave música en el auto y guardaron silencio. Estaba completamente oscuro afuera. Cuando llegaron al centro de la ciudad, ya eran más o menos las siete. Lola dijo cortésmente: —Sr. Si, por favor pare en el siguiente cruce. Me bajaré allí. — Ahora estaban en el centro de la ciudad, así que solo debía pedir un taxi para ir a casa. Sintió que no era necesario que él la llevara hasta su casa. Jorge la miró pero aún se mantuvo en silencio. Mantuvo una de sus manos sosteniendo el volante, mientras arrastraba la de ella con otra mano. —Sólo espera. Iré al supermercado a comprar algo de comida. Podemos cocinar y cenar en mi casa. Sus palabras de repente le recordaron a Lola que el día antes de ir a tomar las fotos de la boda, también habían ido juntos al supermercado. Recordó que él también compró algunas verduras y carne y cocinó para ella en casa. Él era un buen cocinero y ella disfrutaba la comida que le preparaba. Ambos se sintieron muy felices ese día. Pero ahora, todo había cambiado. No había necesidad de repetir las cosas que hacían antes. Nada bueno saldría de eso. —Gracias Señor. Si. Aprecio su oferta Pero quiero irme a casa. Por favor, detenga el auto. —Sacó las manos de la palma de su mano y miró firmemente hacia afuera. Jorge notó que había un supermercado al lado del camino. Así que inmediatamente detuvo el auto en el estacionamiento al lado de la carretera. Estaba oscuro dentro del coche. Detuvo el motor y sostuvo sus hombros para dejar que ella lo mirara y la acercara aún más. Luego, sinceramente, suplicó: —Lola, dame una oportunidad para remediar tu pérdida, ¿lo harás? Por favor déjame hacer esto. Ella lo miró pero no supo qué decir. Añadió: —No es necesario responder o hacer nada. Me sentiré satisfecho si no rechazas lo que te ofreceré. —Si ella le daba otra oportunidad, él haría cualquier cosa para ganar su corazón otra vez. —Señor. Si, hay tantas mujeres en el mundo. Y además, ya estás comprometido con Cherry. ¡Te estás comportando como un imbécil ahora para meter la pata conmigo! —Sus ojos estaban llenos de desprecio. No había otras emociones aparte de eso. Jorge desabrochó el cinturón de seguridad y la tomó en sus brazos. La besó en la cabeza y le explicó: —No, no estoy comprometido con Cherry, ella no es mi novia. Le di un anillo Pero... Realmente no puedo olvidarte. Todavía estoy enamorado de ti, Lola. —Había planeado seguir la voluntad de su madre para casarse con Cherry. A su madre le había gustado Cherry. Y ya había puesto la fecha de la propuesta en su agenda. Sin embargo, antes

de ese día, Estrella repentinamente tenía fiebre alta. Debido a la fiebre muy alta, Estrella se puso histérica y lloró por estar con su madre. Retrasó la propuesta en ese momento. —Aunque pensé que eras la asesina de mi madre, tu imagen siempre ha estado presente en mi mente cuando no te veía. —No podía controlar su mente ahora. Solo quería recuperar su corazón. Lola se quedó sin habla en sus brazos. Ella estaba realmente conmovida por sus palabras. Pero aun así, no podía perdonarlo. Ella ya había decidido irse de aquí. Se quitó el cinturón de seguridad y se preparó para bajarse del auto. Jorge sostuvo su muñeca una vez más. —Lola, sé que estás enojada conmigo. Pero por favor dame una oportunidad, por favor. —Él puso sus manos alrededor de su cuello y trató de acercarla más a él. Sin embargo, mirando a este hombre ansioso e indefenso, esta vez no cambiaría de opinión. —Lo siento, Sr. Si. La Lola que conoció antes ya está muerta. —Terminó sus palabras con voz fría y luego dejó el auto sin dar la vuelta. Al ver a Lola desapareciendo en la noche, golpeó con fuerza el volante. Se sentía tan molesto y enojado. Se odiaba a sí mismo. Odiaba haberle hecho tantas cosas malas a Lola. Lola paró un taxi y se fue a casa. En el auto, se apoyó en el asiento trasero y pensó en las palabras de Jorge. Las lágrimas corrían por sus mejillas. El coche iba muy rápido. Miró el escenario nocturno y sacó una servilleta para limpiar sus lágrimas. Se dijo a sí misma. —Lola, ¿puedes sostenerte y ser fuerte? No es digno derramar lágrimas por ese hombre cruel. —Cerró los ojos y se mordió los labios con amargura. Dijo que había estado pensando en ella todo el tiempo. Y también dijo que no estaba comprometido con Cherry. Quería compensar sus errores. ¿Debería volver con él? ¿Debería confiar en él una vez más? ¿Valdrá la pena el dolor y el sacrificio? ¡No! ¡No! ¡No quería volver a confiar en él! ¡Ni una sola vez! El taxi se detuvo a las puertas de la mansión Li. Lola pagó la tarifa y se bajó del coche. Bajo la tenue luz de la carretera, se detuvo un auto con el que estaba muy familiarizada. El hombre se apoyó en el coche. Casualmente estaba fumando un cigarrillo. ¿Qué estaba haciendo él? Parecía que él no se rendiría si ella no accedía a su petición. ¡Había ido tan lejos como para seguirla a su casa! ¡Estaba realmente decidido!

Al ver que Lola se había bajado del auto, Jorge inmediatamente apagó el cigarrillo, tiró la colilla a la papelera y caminó hacia ella. Dijo en un tono de impotencia: —Pensé por un momento, y si realmente querías ir a casa, por favor, llévame contigo. Me he preparado para la peor situación en la que tu madre y tu padre me golpearán duro. Pero aun así, todavía quiero ir contigo. ¡Entremos juntos! —Después de decir esto con sinceridad, sostuvo los hombros de Lola y se preparó para entrar en la casa. Lola estaba estupefacta. ¿Qué? ¿Estaba bromeando o algo así? ¿Realmente quiso decir esto? Bueno, él era realmente tan valiente y decidido... ¡Si lo dejaba entrar a la casa con ella, sus padres los echarían a ambos! —¡Escuche señor Si, eres un descarado! —Estaban atrapados de nuevo en un punto muerto. Jorge sonrió y la miró, ya que no estaba dispuesta a avanzar hacia él. — Estoy al límite de mi humor. Si no pongo mi cara boca abajo, ¿cómo podría recuperar el corazón de mi esposa? Lola lo miró fijamente y no supo qué decir. Ella dijo: —¿Por qué siempre haces cosas tan extrañas para destruir tu imagen? ¿Crees que es interesante y divertido? ¿Estás tan aburrido de tu vida? —Trató de avergonzarlo. Jorge de repente la abrazó. —No importa lo que digas, te seguiré hasta el final. ¡Lola, no te dejaré que te vayas de mi lado por el resto de tu vida! ¡Me doy cuenta de que eres la única persona que puede hacerme feliz! —Dijo firmemente. Había un indicio de desesperación en su tono. Jorge la metió en el auto otra vez. Inmediatamente se lanzó sobre su cuerpo y amenazó: —Si no vas conmigo, lo haré aquí ahora mismo. —Estaba decidido a llevarla a casa esta noche. Lola cerró los ojos. Estaba muy cansada por su constante molestia. Su cabeza ya estaba literalmente dolorida. Por fin, se rindió y asintió. Jorge regresó al asiento del conductor y se llevó el auto. En el camino, el teléfono de Lola sonó. Era de Yonata. Acababa de terminar su trabajo y descubrió que Lola lo había llamado antes. —Hermano, ¿has terminado tu trabajo? No es nada. Estoy bien ahora. Gracias por tu preocupación." Ella se recompuso y contestó el teléfono. Tenía que controlar sus emociones.



Capítulo 330 La razón perfecta —Em... No llevo mi teléfono conmigo en el trabajo. ¿Estás en casa ahora? —Yonata puso sus guantes sobre la mesa y estaba a punto de cambiarse de ropa para que él pudiera irse. Lola se detuvo y miró al hombre frente a ella. —Hermano, tengo algo que hacer esta noche, así que... No volveré a casa. Estaré bien." Solía tener una excusa de que trabajaría horas extra y se quedaría en la compañía por la noche. Pero ahora, ella no pudo encontrar ninguna excusa para no volver a casa. Su familia tenía una idea ya. Yonata se detuvo e inmediatamente pensó que debía estar relacionado con el Jorge. De lo contrario, Lola no diría una excusa tan simple. —Estás con Jorge. —Dijo Yonata en un tono muy positivo. Excepto por Jorge, su hermana nunca se quedó con otros hasta entrada la noche en el país A, y mucho menos toda la noche. Lola permaneció en silencio, lo que significaba que lo admitía. Yonata respiró hondo y dijo: —¿Te obliga a esto?! ¡Dime honestamente, Lola! —Si la respuesta era sí, inmediatamente dejaría que alguien trajera a su hermana. Jorge no podía hacer nada con los militares. ¿Jorge no le hacía suficiente daño a Lola todavía? ¿Qué más quería hacer? Realmente era un hombre violento. —No, hermano, nosotros... tenemos algo que resolver Es urgente. ¡No te preocupes, solo ve a casa! —Tanto su cuñada como su sobrino todavía lo estaban esperando en casa. Su hermano debería estar preocupado de cuidar de ambos. Después de escuchar eso, Yonata ya no la persuadió, pero seguía preocupado. —Llámame de inmediato si algo sale mal. —Lo sé, querido hermano. Lo haré. Gracias." Cuando Lola terminó la llamada, el semáforo se puso rojo y Jorge detuvo el auto. Jorge miró a Lola. —¡Como te has portado tan bien, estoy pensando en cocinar algo realmente delicioso para ti hoy! —Miró la hora y se dio cuenta de que eran las ocho en punto, por lo que el supermercado seguía abierto. Lola puso el teléfono dentro de su bolso y respondió sin ninguna emoción. —Ya que me estoy portando tan bien, ¿puedes dejarme ir? —Nunca pienses en eso, Lola. —Jorge inmediatamente se negó. Él no

aceptará nada de la constante negativa de Lola. En el supermercado. Lola, perdida en sus profundos pensamientos, lanzó toneladas de bocadillos en el carrito mientras Jorge estaba recogiendo ingredientes para la cena. Sin embargo, como aún no habían comenzado a preparar la cena, debería ser ya muy tarde cuando terminaran. Ambos estaban muy hambrientos ya. Por lo tanto, Jorge eligió ingredientes que podrían cocinarse de manera simple y rápida para Lola. Ya eran más o menos las nueve de la noche cuando finalmente llegaron a Crescent Spring del supermercado. Crescent Spring había sido limpiada, y todos los utensilios de cocina también estaban bien preparados. Jorge puso unas cuantas bolsas grandes en la mesa de centro de la sala y sacó los ingredientes de los alimentos. —Puedes comer algunos bocadillos primero, pero no comas demasiado, ya que también deberías comer los alimentos que cocinaré. —Luego se llevó los ingredientes a la cocina. Al ver a Jorge entrar a la cocina, Lola se sentó en el sofá, abrió algunas bolsas de bocadillos para comer y navegó por Twitter. Sin saber en qué momento lo hizo, Jorge hizo un comentario en su publicación y ya estaba al límite de respuestas: —Él es feliz solo cuando tú eres feliz. Lola estaba comiendo frutas secas mientras pensaba en el significado implícito del comentario de Jorge. ¿Significaba que Ramón estaría feliz si ella pudiera ser feliz con él? Ella había cambiado las cuentas de Twitter varias veces. Y esta fue una nueva registrada después de que se recuperó. ¿Cómo podría él saber esta nueva cuenta? En realidad no quería que Jorge lo supiera. Así que debido al comentario de Jorge, la cuenta de Lola ganó un gran número de fanáticos rápidamente. Poco después, su identidad ya era conocida. Lo que siguió era en su mayoría comentarios coquetos, mientras que hubo algunos indicios de comodidad. ¿Por qué simpatizaban con ella? Lola hizo clic en el Twitter de Jorge, donde estaba la publicación principal. —Te debo una disculpa. Lamento haberte malentendido, Lola. Hubo un comentario, entre los millones de comentarios, donde Jorge respondió. Dijo: —¿Significa que Lola no tiene nada que ver con la muerte de tu madre? —Y la respuesta de Jorge fue: —Sí. Ella no es culpable de eso. Recientemente, Lola no había prestado atención al Twitter de Jorge, por lo que no había sabido de esto antes. Comprobó la fecha de la publicación. Fue

exactamente el mismo día que le envió el ramo de rosas hacía una semana. Mirando a Jorge, que estaba ocupado cocinando la cena en la cocina, Lola estaba con emociones mezcladas. Él era una figura pública, por lo que nunca pensó que él se disculparía públicamente con ella. Era realmente conservador a la hora de admitir sus emociones en público. Lola pensó que Jorge era tan impredecible y esto la hizo sentir molesta de nuevo. En ese mismo momento, el tono de llamada de su teléfono de repente interrumpió sus pensamientos. Era Tomás Herren. Lola miró al hombre en la cocina y se dio cuenta de que él acababa de mirarla. Era tan raro que se sintió un poco culpable. Sin embargo, Lola todavía contestó el teléfono. —Hey. Justo ahora en su apartamento, Tomás Herren vio el Twitter de Lola y supuso que había visitado a Ramón y que no estaba de buen humor. —¿Visitaste a Ramón? Tomás Herren se frotaba las sienes. Estaba demasiado ocupado para conectarse con Lola recientemente. Estaba molesto consigo mismo porque no pudo prestarle atención. Lola se levantó del sofá y caminó hacia las ventanas de la sala. Miró las tenues luces de la calle y respondió: —Sí, lo he hecho. —Puedes venir a la Province Crown si estás libre. Puedes relajarte aquí . — La extrañaba mucho. Tomás Herren frunció el ceño cuando vio los comentarios de Jorge en la publicación de Lola. Incluso quiso matar a Jorge cuando pensó en él. Pensó que Jorge era un tonto pretencioso. Después de dudar por un segundo, Lola decidió decirle a Tomás Herren la verdad, ya que no encontró una razón válida para ocultarla. —Tomás, Jorge no quiere rendirse y dejarme ir. Pero haga lo que haga, estoy trabajando duro para estar contigo. Haré todo lo posible para estar contigo pronto . —Y estaba trabajando duro para persuadir a Jorge de que la dejara ir. O incluso para odiarla ... Lola siempre había querido rechazar a Jorge. Tal vez, no porque lo odiara, sino porque ya no podía correr el riesgo de sentir ningún dolor por él. Tomás hizo clic en el Twitter de Jorge y vio el mensaje. Luego se quedó en silencio. En pocos minutos, ninguno de los dos habló por teléfono. Se estaba poniendo incómodo. —Herren, ¿estás bien? Estás sin palabras. ¿Por qué? —Preguntó Lola gentilmente.

—Estoy bien, Lola. Solo quiero decir que no tengo miedo de lo que Jorge Si haría si realmente quisieras estar conmigo. —Independientemente del futuro, siempre que Lola estuviera dispuesta a estar junto a él, resolvería todas las dificultades y las complicaciones. Incluso arriesgaría su imagen pública por ella. Pero Tomás se preguntaba si ella realmente quería estar con él... ¿Realmente quería estar con él, o solo deseaba usar a Tomás para escapar de Jorge? —Querida, ayúdame a doblar mis mangas. Me molesta un poco mientras estoy cocinando. —La voz de Jorge de repente estalló detrás de ella. Esto asustó tanto a Lola que casi tiró el teléfono. Estaba nerviosa de que él descubriera con quién estaba hablando. La voz de Jorge sonaba muy suave. Sin embargo, sus ojos decían lo contrario. Solo podía ver una peligrosa advertencia en ellos. —Herren, tengo algo con que lidiar ahora. Te devolveré la llamada. — Colgó el teléfono a toda prisa y caminó junto a Jorge hacia la sala de estar. Tomás agarró el teléfono y lo apretó. Lola estaba con Jorge ahora. Herren recordó que la última vez, Jorge también la llamó cuando estaba con él. Sin embargo, Lola no colgó el teléfono con tanta prisa... ¿A quién amaba realmente Lola? ¿Todavía tenía sentimientos por Jorge? Las respuestas eran obvias ahora, ¿verdad? La mano de Lola temblaba mientras sostenía la bolsa de papas fritas. Jorge no la perdonaría si sabía que ella había atendido una llamada de Tomás. Exactamente, Jorge se estaba acercando a Lola y Lola olía una sensación de peligro. De repente, Jorge levantó la barbilla de Lola, quien cerró sus labios rojos con los suyos y la sujetó en el sofá. Después de un largo rato, Jorge dejó de besarla. Mirando a los confundidos ojos de Lola, la consoló con una voz suave y dulce: —Una vez que te vea tomar la llamada de Herren otra vez, te besaré de nuevo. Después de hacer eso tres veces, oh no, dos veces, te tiraría directamente a la cama. Sabes lo que yo haría. —Encontró una razón perfecta para llegar a ella. Lola no estaba dispuesta a escucharlo. Ella se mordió el labio inferior y preguntó: —¿Por qué debería escucharte? Herren es mi prometido, no tú. Tú lo sabes. —Y mírala, una mujer que se quedó con otro hombre sin decírselo a su prometido... Ella no podía entender a la gente a su alrededor. Pero ahora, tampoco podía entenderse a sí misma.



Capítulo 331 ¿Están locos o están escasos de dinero? Jorge realmente quería sacar el anillo que le había dado Tomás a ella y luego tirarlo a la papelera. Ella todavía se resistía un poco a él, y él no podía forzarla por el momento. —Rompe con él ahora mismo, de lo contrario, ¡estarás esperando que tu prometido sea cornudo día tras día! —Tras pronunciar estas palabras, el hombre se levantó del sofá y volvió a la cocina para freír el bistec. Si volvían a tener algún problema, estaba decidido a llevarla de regreso a la ciudad D y volver a casarse, donde podrían tomarse su tiempo y preparar adecuadamente la ceremonia de boda. Si le gustaba o no, volver a casarse era la principal prioridad por el momento. Él iba a pasar toda su vida complaciéndola. Quería hacerle saber eso; Realmente hablaba en serio esta vez, y no habría más desconfianza entre ellos. La cena estaba finalmente lista cuando eran casi las diez. Al estar distraída por las cosas que la rodeaban, Lola no tuvo tiempo para comer demasiados bocadillos. Y entonces tenía un gran apetito y ganas por comer el bistec, los espaguetis y las otras cosas que él cocinó para ella. Por cierto, Lola tuvo que admitir que Jorge era realmente un buen cocinero. Comió tres trozos de filete de pimienta negra, un plato de espaguetis con mariscos, cinco langostinos de queso y una ensalada de frutas. Se sentía de buen humor después de la deliciosa comida. Después de limpiarse la boca con gracia con una servilleta de papel, Jorge comenzó a limpiar la mesa. Lola tenía la intención de darle una mano, pero pronto se olvidó de eso y fue a la sala de estar. Debido a que estaba demasiado llena por comer tanto, Lola tuvo que deambular por un rato en la sala de estar. Estaba pensando en llamar a Estrella, pero temía que se hubiera ido a dormir mucho antes de las 11 pm. Sin embargo, Estrella, que estaba profundamente dormida en la vieja casa, murmuraba mientras dormía: —Papá coqueteó con mamá, y luego la pequeña Estrella se queda con papá y mamá para siempre ... Al escuchar las palabras de Estrella, Kevin, que la había estado cuidando en

ese momento, también se sintió triste. Cuando su hijo le dijo que Lola no era la asesina, se sentía culpable por la niña. 'Rocío, ¿quién te mató?' Mirando la oscuridad fuera de la ventana, Kevin extrañaba profundamente a su esposa. En Crescent Spring Jorge no salió de la cocina hasta que tiró todos los cubiertos y los platos al lavaplatos. Al ver a Lola retorciéndose después de la cena, se acercó a ella y la cogió por las manos. —Vamos a dar un paseo —dijo. Lola no lo rechazó, y por eso lo siguió fuera de Crescent Spring. A esta hora del día no había nadie afuera, aparte de ellos, y caminaron lentamente hacia el parque. Cada vez que Lola se deshacía de su mano, Jorge la sostenía de nuevo. Después de unas cuantas veces, sostuvo su mano firmemente contra la suya y señaló casualmente en algún lugar de la arboleda oscura, diciendo: —Al otro lado, alguien saltó al río un tiempo atrás. Lola tembló mientras miraba el lugar oscuro; De todas las cosas en el mundo, lo que más temía eran los fantasmas. —¡Salgamos de aquí, lejos de ese lugar! Tratando de no reírse, Jorge sostuvo su pequeña mano con fuerza y siguió caminando. —No te preocupes, estaré aquí para ti si algo sucede. Sigamos caminando y vayamos a casa después. Debería haberla llevado al cine para ver una película de fantasmas. No pudo evitar sonreír suavemente ante el hecho de que Lola se hubiera estremecido constantemente en sus brazos con miedo toda la película. —¿De qué te ríes? —Terriblemente asustada, Lola miró su inexplicable rostro sonriente. ¿Estaba contento de verla asustada? Pero Jorge luego apartó su sonrisa apresuradamente y tosió: —¡Nada, vámonos ahora, rápido! Cuando se acercaron al lugar oscuro, Lola aceleró involuntariamente sus pasos. Sin rodeos, Jorge puso su brazo alrededor de su hombro, y ella no lo rechazó. En este momento, algunos sonidos extraños se escucharon de repente provenientes de la arboleda. Lola estaba tan asustada que ya casi no podía sentir sus piernas. En ese momento, ella quería huir, pero no pudo, porque Jorge estaba sosteniendo su mano. Los sonidos extraños se escucharon acercándose a ellos, sin embargo,

parecía que algo estaba mal ... Lola escuchaba con más atención. '¡Qué carajo! ¡No es así como suena un fantasma!' En cambio, sonaba como una mujer en la cima de un orgasmo. En la oscuridad, Jorge miraba a Lola con ojos juguetones. Lola se sonrojó al instante y murmuró: —¿Se están volviendo locos o están escasos de dinero? ¿Por qué no consiguen una habitación en el hotel? —Al momento siguiente, ella se escapó. Obviamente, había olvidado totalmente el hecho de que Jorge también la había llevado una vez a la arboleda el año pasado. Al verla huir, Jorge se echó a reír. ¡Qué adorable era esta mujercita! Moviéndose rápido y al alcanzarla finalmente, Jorge continuó asustándola. —¡Mira allí! Escuché que un accidente ocurrió hace unos días. Parece que... —¡Jorge, deja de hablar y apresúrate! —Ella lo creía todo, sin duda alguna. Para su sorpresa, Lola tomó su gran mano y luego caminó hacia el lugar iluminado que tenía delante. Sin sentirse divertido por el reflejo de Lola, en cambio, comenzó a sentir el corazón pesado. Simplemente le había jugado una mala pasada, pero ella todavía le creía. Notó que ella confiaba en él con su corazón. Jorge luego la levantó cariñosamente hacia su pecho y comenzó a correr desesperadamente con ella. —¿Qué pasó? ¿Qué pasó? —Asustada por la repentina carrera de Jorge, Lola hundió la cabeza en lo profundo de su pecho, sin siquiera atreverse a mirar hacia arriba. ¿Vio algo peligroso? ¿Qué pasó? Ignorando todas sus preguntas, Jorge siguió corriendo hacia adelante, respirando pesadamente. No la bajó hasta que llegaron a la casa, y ya le caían gotas de sudor de la frente. Aún atormentada por sus miedos, Lola miró hacia atrás pero vio que no había nada allí. —¿Qué demonios viste? —Preguntó Lola. Ella no pudo evitar preguntarle, tratando de asegurarse de que nada malo los hubiera estado persiguiendo. Tocando su largo cabello suavemente, Jorge la miró con amor infinito en sus ojos y dijo: —¡Vi nuestro futuro feliz! —Por eso había acelerado su ritmo, para perseguir la felicidad que les pertenecía.

... Lola pensó que estaba bromeando con ella, así que le quitó la mano con descontento. —¡Bien, guarda tus secretos para ti mismo entonces! Después de cambiar sus zapatos deportivos, Jorge la abrazó nuevamente y se dirigió escaleras arriba. Pensando en irse a dormir más tarde, Lola se aclaró la garganta y dijo: — Por favor, déjame el dormitorio. Puedes dormir en la habitación de huéspedes. —Había una gran lámpara en el dormitorio, para que ella pudiera irse a dormir con las luces encendidas. Aunque sabía que también había una lámpara en la habitación de huéspedes, no se sentía segura allí. Jorge no pronunció palabra en respuesta. Al ver su respuesta, ella dijo: —Usted, como Gran Hombre, no sería tan malo como para rechazarme una habitación, ¿verdad? —¿Sería tan tacaño? E incluso si él no estuviera de acuerdo, ella nunca dormiría con él, ¡ni siquiera en la misma habitación que él! En frente de la puerta del dormitorio, Jorge la bajó. Entonces, casi en un instante, Lola lo empujó y trató de cerrar la puerta. ¡Pero Jorge nunca la dejaría dormir sola! ¡Y con éxito se metió a través de la puerta de la habitación! Mirando a Jorge yendo al baño triunfal, Lola se sintió frustrada por no ser tan poderosa como él. ¿Tenía que dormir en la sala de estar por ser tan débil? Cuando lo pensó, Lola abandonó su lucha porque esta era, después de todo, su casa, y ella era solo una forastera. Lola no tenía idea de que ya se había convertido en la dueña de esta casa, hace mucho tiempo. Después de abrir la puerta de al lado y encender la luz, Lola descubrió que los muebles en su interior estaban cubiertos por una tela blanca.

Capítulo 332 Cargada en hombros La habitación de al lado era la misma. Y así eran todas las habitaciones en el segundo piso. Parecía que Jorge no la dejaría ir tan fácilmente esta noche. ¿Qué debería hacer ella? ¿Si escapaba? Desde que se fue de la mansión de Li, ya no había necesidad de preocuparse por sus amenazas. Bajó por las escaleras en silencio, buscó su bolso y estaba lista para dejar este lugar. Sin embargo, no pudo abrir la puerta de la mansión. ¿Qué sucedía? Lola intentó abrirla, pero fue en vano. Luego se acercó a la ventana y, para su sorpresa, la abrió con muy poco esfuerzo. Después de abrirla, buscó una silla y se subió a ella. Pero cuando miró hacia abajo, vio un montón de flores con espinas. Sería un desastre si saltaba y caía sobre ellas. Tuvo que renunciar a esa idea y luego, vio otra ventana y también la abrió. Miró afuera y vio que solo había hierba. Así, sacó primero un pie para poder salir. —¿Qué estás haciendo? —Ella, escuchó la voz del hombre que se acercaba. Estaba tan asustada que casi se cae. Perdió el equilibrio porque estaba con un pie fuera de la ventana. Tuvo que agarrarse del marco de la ventana con fuerza y esperó a que la salvaran. Jorge se acercó a ella tan rápido como pudo y la bajó. Sabía que planearía huir y por esta razón, se aseguró de que la puerta estuviera cerrada con llave. Pero, inesperadamente, decidió escaparse por la ventana. ¿Cuánto lo odiaba realmente? Ella se sintió mareada. Cuando abrió los ojos, descubrió que la llevaban en hombros. —¡Bájame, me siento muy mal! —Ella le imploró con la poca fuerza que le quedaba. Era muy desagradable que la llevara en hombros. Jorge ignoró cada una de sus palabras y luego, la tendió en la cama.

Luego, presionó su cuerpo contra ella y le preguntó: —Quieres huir, ¿no es cierto? Lola pestañeó por un rato y luego volvió a la normalidad. Puso sus manos contra su pecho y dijo: —¡Levántate, aléjate de mí, por favor! Jorge sintió sus cálidas manos contra su pecho y se calmó. Se incorporó y se puso de pie frente a ella. —Ve y toma un baño. Honestamente, no sé qué te sucede. —Jorge le advirtió, dándole la espalda. Lola no tuvo otra opción que bañarse y obedecerlo. Media hora más tarde, cuando salió del baño y vestía solo una toalla, descubrió que estaba sola en el dormitorio. ¿Jorge se fue a dormir a la habitación de huéspedes? Al pensar en esto, Lola no sabía si debía estar tranquila o no. Sin pensarlo mucho más tiempo, se metió directamente en la cama. Unos minutos después, Jorge abrió la puerta y caminó hacia la mujer que estaba allí. Lola lo miró con atención, hizo un movimiento en la cama y se envolvió con la manta. Sin embargo, Jorge la retiró rápidamente y se acostó con ella. —¡Jorge, vete! ¡Vete de aquí! ¡No voy a dormir contigo! —Lola comenzó a darle una patada en la cama. Jorge luego, dijo suavemente: —Antes de traerte aquí, vi a una mujer.... Ella le cubrió la boca para asegurarse de que no pudiera pronunciar una sola palabra más. Se cubrió la cabeza con la manta y, acurrucada, le dijo: —¡Duerme! Jorge la tomó entre sus brazos con orgullo y la abrazó muy fuerte desde atrás. —¡Suéltame! ¡Duerme! —Quitó la manta para protestar pero, sin embargo, la toalla de baño en la que estaba cubierta también se resbaló junto con ese movimiento. Jorge ahora la vio desnuda y parecía que estaba pensando en algo. Lola estaba a punto de gritar, pero no lo hizo. Recordó que se había quedado con él, que estuvieron juntos antes. Rápidamente, se envolvió nuevamente en la manta y, dándole la espalda, le dijo: —¡Vete a dormir a la habitación de huéspedes! —Como ya estaba comprometida, no se acostaría con él. Jorge la tomó en sus brazos de nuevo y dijo con impotencia: —¡Muy bien, duérmete y no te tocaré! ¿Qué quiso decir cuando dijo que no la tocaría? ¿No estaba ya, abrazándola? Lola se durmió y pronto, se cansó de discutir con él. Bostezó y pronto se

quedó dormida. Al verla dormir, Jorge besó su hermosa mejilla blanca. Luego, se dirigió al baño y tomó una ducha. Jorge apenas si podía dormir. Estuvo tirado en la cama toda la noche. Temprano, a la mañana siguiente, cuando se despertó, Lola descubrió que estaba sola en el dormitorio. Miró todo a su alrededor y luego, estiró los brazos. Se sentía bien y sabía que Jorge no le había hecho nada. ¡Qué gentil que era! Encontró una bolsa sobre la mesa y en ella, había algunas ropas listas para cambiarse. Después de lavarse, Lola, se vistió y bajó las escaleras. Jorge estaba en la cocina y preparaba el desayuno. —Espera un momento que el desayuno está casi listo —dijo. Ella no dijo nada y solo lo miró con una mirada perdida en sus ojos. Obviamente, él estaba tratando de complacerla y por eso, hacía todo esto. ¿Todavía la amaba? ¿O era para él, solo un reloj antiguo de bolsillo? —A las personas les gusta el dinero, y él no es la excepción. —Pensó. Quizá Tomás Herren también vino por su antiguo reloj de bolsillo. Ni siquiera sabía si él, la había amado o no. El desayuno se veía muy bien preparado, pero ella, seguía allí de pie, mirando a la nada. —Vamos —dijo Jorge. Puso los huevos fritos, las tostadas y la leche en la mesa y la invitó a sentarse. Ya en la mesa, Lola bebió una cucharada de leche tibia. —¿En qué estás pensando? Dime, soy tu esposo. —Jorge tomó un trozo de pan tostado y le añadió un poco de mermelada. Luego, se la entregó. Lola lo tomó y dijo: —Tú no eres mi esposo. Un desayuno no serviría para el perdón. Estaba muy lejos de eso. Pero Jorge solo tomó otra tostada y dijo: —Piensa más en eso. — Realmente, pensó que podía volver a casarse con ella. Dio un mordisco a la tostada y luego, la colocó en el plato frente a ella. — Nadie puede cambiar mi decisión. —Él, ciertamente, no podía decidir sobre su destino. —Lo intentaré. —Jorge, luego, dejó la tostada y se limpió la boca. Entró en la habitación de huéspedes y llamó a Sánchez con su teléfono móvil. —Lleva el avión a Crescent Spring... Ahora, sí. Luego, cortó la llamada y volvió a la mesa. Lola no le preguntó nada aunque era muy curiosa. Mientras desayunaban tranquilamente, Jorge preguntó: —¿Te gustaría ir a

la ciudad D y volver a casarte? —Habría sido mejor, si ella hubiera accedido a ir.

... Ella preguntó inocentemente: —¿Con quién volverás a casarte? Jorge la miró y le dijo: —Solo puedo obtener el certificado de matrimonio con Lola. —¡Solo con Lola! No supo qué decir luego de esto. —Jorge, no puedes hacerlo. No puedo y no me volveré a casar. —Lola lo miró con mucha severidad en sus ojos. Después de que Jorge colocó los platos dentro del lavavajillas, se acercó y se sentó a su lado. —Quiero volver a casarme contigo. —Pensó que podía hacerlo si realmente lo quería. Lola se puso de pie nerviosa y, mientras lo miraba a los ojos, dijo: —¿Por qué debería escucharte? ¿Por qué tengo que volver a casarme contigo? ¡Eso no sucederá! ¡No volveré a casarme!

Capítulo 333 Te llevaré lejos de él No iría con él. ¿Realmente conseguiría el certificado sin ella? Entonces, Jorge pensó en cambiar su estrategia. —Después de que nos volvamos a casar, te prometo, que puedes hacer lo que quieras y será lo mismo que ahora. No me entrometeré en tus asuntos. Además, Estrella se quedará contigo. Las condiciones del acuerdo eran tentadoras y Lola estaba casi convencida. —Esto es un truco. No me volveré a casar, solo olvídalo. ¡Jorge, no puedes seguir tratándome así! —Inmediatamente después de pronunciar estas palabras, se levantó de la silla, corrió hacia la sala de estar, recogió su bolso y salió a la calle. Jorge la detuvo, acercándose rápidamente: —¡Lola! —Se equivocó otra vez. Ella se soltó de su mano con desprecio e intentó abrir la puerta. Pero todavía, estaba cerrado. Estaba tan enojada que golpeó su bolso contra la cerradura y le gritó: —¡Abre la puerta! Una vez más, Jorge detuvo a la mujer enojada, la abrazó y la consoló. — Lola, prométeme que ya no estarás en contacto con Tomás Herren y no iré a la ciudad D hoy. Lola golpeó sus puños contra el pecho de Jorge y dijo: —Solo déjame ir, ya no quiero estar más contigo. —Él, podría haberla estrangulado hasta morir si hubiese querido hacerlo. Pero Jorge simplemente la besó en sus labios y detuvo todos sus reproches. Lola estaba casi encantada por el aroma de Jorge. La vio tan angustiada que finalmente tomó la llave, que estaba en el estante al lado de la puerta y la abrió. Lola lo miró con mucha duda y luego, observó el estante. ¿Estaba ciega la noche anterior? ¿Por qué no vio la llave que estaba justo delante de sus ojos? Jorge la llevó a LE. La siguió mientras ella entraba en la cafetería. Jorge se sentó frente a Lola y comenzó a revisar sus archivos comerciales. Miró a los camareros que estaban en su tienda. ¿Por qué no tiraron sus archivos como si fueran basura? Se ató su largo cabello, fue a la barra, hizo una sola taza de café y luego la

colocó delante de él. —¡Gracias! —El hombre bebió tranquilamente su café negro sin agregarle azúcar ni leche. '¿No está amargo?' Deseaba que Lola le preguntara eso. Sin embargo, tardó casi media hora en tomar el café y nunca le preguntó nada. Lola todavía estaba enojada y por eso, lo dejó beber el café amargo sin decir nada. Le entregó el teléfono y le dijo: —Quiero hablar con Estrella. Marca, por favor. —Era sábado y Estrella no iba al jardín de infantes. Jorge tomó el teléfono y marcó el número. —Padre, deja que Estrella hable por teléfono. La voz de Estrella se escuchó rápidamente, en el altavoz del teléfono. — ¡Papi, te extraño mucho! Jorge se mostró muy tierno cuando escuchó la voz de Estrella, lo que a su vez, puso a Lola muy celosa. Pero no era asunto suyo con quien quisiera ser tierno. —Estrella, papá está con mamá ahora. ¿Quieres hablar con ella? Luego, le entregó el teléfono a Lola y ella, rápidamente, se lo arrebató de la mano. Se alejó de Jorge y habló por teléfono afuera de la cafetería. Después de hablar con Estrella durante más de media hora, Lola entró nuevamente con muy buen humor y colocó el teléfono en la mesa junto a Jorge. —Jorge, ¿te vas a quedar en el país A mucho tiempo? Él miró a Lola y dijo: —No. Te llevaré al País C después de que te recupere. —Su respuesta hizo que Lola se ruborizara. —Será mejor que vuelvas ahora mismo o los dos terminaremos por no tolerarnos. Jorge sacudió la cabeza. —Solo haz lo que tengas que hacer. Te respetaré y te perdonaré siempre. ¿Eran honestas estas palabras? Lola lo miró y luego, abrió su ordenador portátil. Al mediodía, un automóvil Cayenne sedán, se estacionó frente al LE y un hombre con zapatos de cuero negro, bajó de él. La cafetería estaba alborotada por la presencia de Jorge hoy, pero ¡ahora Tomás Herren también estaba allí! Todos los clientes y curiosos vieron que los dos hombres bien parecidos, estaban allí, solo por Lola. —¿Herren? —Lola que estaba sentada en el sillón colgante, se sorprendió por la repentina aparición de Herren. Estaba en Crown Province la noche anterior. ¿Cómo pudo llegar al país A

hoy? Tomás miró rápidamente al hombre que estaba concentrado en los archivos. No se saludaron y el ambiente, en la cafetería, de repente, se había vuelto más tenso. —Sí, Lola. Te llevaré a Crown Province. —Le sonrió a la pequeña mujer que era su prometida. Lola miró a Jorge y se sintió un poco avergonzada. Pero no rechazó a Herren y dijo: —¿Cuándo? —Pensó que si estaba lejos de Jorge, ya no podría influenciarla. —Ahora, si quieres. —Tocó el largo cabello de Lola y lo acarició. Jorge, que estaba revisando sus archivos, de repente, miró a modo de advertencia a Lola y a las manos de Herren. Lola se sintió muy incómoda. ¿Qué tenía que hacer? Si se iba con Tomás, no soportaría la furia de Jorge. Pero, a pesar de todo esto, ella estuvo de acuerdo luego de considerarlo mejor. Tomás sonrió y Jorge se enojó cuando escuchó sus palabras. Lola se incorporó de la silla colgante y colocó el ordenador portátil sobre la mesa. Quería llevar su bolso también. Tenía miedo de... Mientras la sostenía, Tomás sintió que su brazo temblaba. Mientras se iban, Lola sintió que la tomaban de la mano de repente. Miró hacia atrás y vio que Jorge se levantaba de la mesa, con una mano en el bolsillo y la otra en su muñeca. Se veía frío y serio. Por un momento, permanecieron en silencio y esto atrajo la mirada de todos los clientes presentes en la cafetería. Dos hombres guapos compitiendo por una mujer hermosa. —Lola, si te atreves a irte con él hoy, no sobrevivirá a las consecuencias. — La idea de matar a Tomás se profundizó dentro del corazón de Jorge. Al oír esta advertencia, Tomás sonrió a la mujer y dijo: —No te asustes, te llevaré lejos de él. Jorge la miró con frialdad y dijo: —¿Estás segura de que quieres hacerme enojar? —No le importaba si estaba asustada. Todo lo que quería, era que se quedara allí, con él. Lola estaba furiosa porque estos dos hombres, sujetaban sus manos. ¿De qué se trataba todo esto? Se liberó las manos y luego, señaló la puerta de la cafetería y dijo: — ¡Ustedes dos, salgan de aquí! ¡No vuelvan a venir otra vez! ¡De ahora en adelante, prefiero estar sola durante toda la vida que perder el

tiempo de esta manera! Sin embargo, los dos hombres solo la miraron con indiferencia. Ninguno quería irse. Lola no tuvo otra opción que abandonar la cafetería, sin mirar hacia atrás. Tomás Herren borró la amabilidad de su rostro y le preguntó a Jorge bruscamente: —¿Vas a empujarla a la muerte otra vez?

Capítulo 334 Asesina —Sé exactamente lo que estoy haciendo. Pero te advierto, señor Herren, si insistes en seguir molestándola, por favor, luego no me culpes si alguna vez te sucede algo malo. —Esto no significaba que lo mataría. Podría hacer otra cosa. La competencia entre los dos hombres era constante, pero también, era muy fácil ver quién tenía la ventaja. —Señor Si, eso solo pasará si consigue llevarme del país A a Crown Province. ¿Puedo preguntarte si tienes algún otro lugar en mente para mí? —El grupo SL, de Jorge, era realmente muy importante. Muchas personas estaban a su entera disposición para que no se sintiera ofendido. —¿Cómo puedes ofrecerle felicidad y seguridad si un día lo pierdes todo? —Luego que pronunció estas palabras, Jorge salió de la cafetería LE. Lo que quería decir Jorge, era que no solo lo alejaría, sino que también, se aseguraría de que fuera tan pobre que, nunca más, podría mantener a una mujer. Jorge se fue con mucha seguridad. Herren apretó los puños mientras él dejaba el lugar. Se burló porque iba a provocar su propia destrucción, solo por su ambición de luchar por una mujer con Jorge. El teléfono de Lola sonó cuando cruzaba la calle. Era Jorge y sin la más mínima vacilación, rechazó su llamada. Ahora, no quería hablar con nadie. ¡Solo quería que la dejaran sola! Una mujer, sentada en un BMW rojo, al borde de la carretera, vio a Lola y mostró una expresión de resentimiento en su rostro. —Lola Li, finalmente te conozco. —¡Fue por ti que estuve tres meses en prisión! Michelle Wu juró que se vengaría de Lola. Cuando los semáforos se pusieron en verde, la mujer salió del cruce con rencor. Lola no tenía la menor idea de esto. Ella tomó un taxi y volvió a casa. Cuando llegó, ya era la hora de almorzar. Con una sonrisa forzada en su rostro saludó a su pequeño sobrino y luego, se sentó a comer algo. Laura estaba en el País C y todas los demás, en el ejército. Ahora, solo Lola, Landon y Wendy, almorzaban juntos. —Lola, ¿cómo va la cafetería? —Wendy miró a la distraída Lola y supo,

que una vez más, algo la molestaba y la fastidiaba. —Seguro, tiene que ver con Jorge —pensó. Lola no había regresado a casa la noche anterior. Cuando Wendy le preguntó a su esposo con curiosidad, le dijo que Lola estaba con Jorge. Lola asintió: —Nada mal. Puedes ir con el bebé cuando puedas. —La cafetería era un buen negocio porque siempre asistían celebridades que colaboraban. Los más conocidos como Manolo, Herren, Jorge y así, sucesivamente. —¿Qué tal si salimos a caminar esta tarde? Preguntó Wendy alegremente. Reflexionó sobre esa idea por un momento y decidió que tenía que relajarse un poco. —De acuerdo, está bien. —Abuelo, ¿necesitas algo? —Su abuelo almorzaba en silencio. —No necesito nada, solo salgan y diviértanse. Puedes decirle a la señora Yuan que cuide al bebé, si no quieres llevarlo. —Landon miró amablemente a su nieta. Sabía que Lola tenía algún problema, pero no se atrevió a preguntar. Pensaba que ya era demasiado mayor para ayudarla con casi cualquier cosa. Era mejor para los jóvenes que resuelvan sus problemas por sí mismos. Después de que miró a su hijo en la cuna, Wendy finalmente se decidió. — Llevaremos al bebé. Solo vamos a salir a caminar, puedo llevarlo en el cochecito para bebés. Después de la cena, fueron al centro comercial. Allí, Lola, no se dio cuenta de que su teléfono estaba apagado hasta que lo sacó para mirar la hora. Lo encendió y vio docenas de mensajes de texto inundando la pantalla, todas eran notificaciones de llamadas. Tres eran de Herren y el resto, eran todas de Jorge. Eran más de treinta en total. Lola se sintió muy mal y no respondió a ninguna. Guardó su teléfono y luego, llevó a su sobrino al sector de artículos para bebé mientras Wendy sostenía su bolso. En el sector de bebés. Lola miró toda la ropa para niños pequeños y le gustaron mucho. Su Estrella siempre usó ropa como esta cuando era bebé. No muy lejos, un pequeño abrigo con un oso de peluche, le llamó la atención. Empujó el carrito del bebé hasta allí, pero antes de que pudiera llegar, otra

mujer repentinamente se paró frente a ella. La miró detenidamente y se dio cuenta de que era la mujer que había causado todos los problemas en la boda de su hermano mayor. Lola decidió entregárselo. De todos modos, no le importaba mucho un abrigo. Sin embargo, Sharon vio a Wendy detrás de Lola y, pensando en lo que había sucedido antes, se enojó mucho. Vio que Lola estaba empujando un cochecito de bebé, y el pequeño que estaba dentro, podría ser de Wendy o de Yonata. Luego de entregarle su hijo al joven que estaba a su lado, quien tenía tatuajes, Sharon se acercó a ellas. —¡Increíble! ¡una asesina y una amante están comprando juntas! Al escuchar estas palabras, las dos mujeres, se dieron vuelta al mismo tiempo y miraron a Sharon, que buscaba problemas. —¿Quién dijiste que era una asesina? ¿Quién dijiste que era una amante? —Lola la miró muy fríamente. Ella no era una asesina y definitivamente, no iba a permitir que nadie la calumniara. Con los brazos alrededor de su pecho, Sharon las miró con desprecio y dijo: —Ustedes dos. ¿Cómo se atreven a venir de compras aquí? —Todos sabían que Lola, le disparó a la madre de Jorge en su propia boda. —¡Cuida tus palabras! —Lola le advirtió. Sharon ignoró esa advertencia. Miró al bebé, en su cochecito, que era de Wendy y Yonata. Sintió un dolor agudo por los celos que la hizo temblar y pasó sus afiladas uñas de color, sobre la pierna del bebé que comenzó a llorar al instante. Lola vio lo que sucedió muy claramente y Wendy, se apresuró a consolar al bebé para que deje de llorar. Caminó alrededor del cochecito del bebé y se acercó a Sharon. La abofeteó con fuerza en la cara, sobre ese rostro con maquillaje delicado. El ruido aturdió a todos los presentes en el lugar. Incluso los ayudantes de compras, vinieron a ver qué había pasado. Cubriéndose la cara, Sharon que estaba enfurecida se arrojó sobre Lola frenéticamente. Wendy que sostenía al bebé en sus brazos, vio esto e inmediatamente, le dio una patada a Sharon en el estómago y permitió a Lola poder escapar de su ataque. Sharon cubrió su estómago con las manos por el dolor y se puso en cuclillas, en el suelo, durante un momento. Wendy practicó taekuondo y por eso, el dolor causado por su golpe de

patada no era fácil de aguantar. Pasó un largo rato antes de que Sharon sintiera que el dolor disminuía. Luego, tomó a su hijo de los brazos del hombre que lo sostenía a su lado y le exigió: —¡Golpéalas! ¿Cómo se atreve a darme una patada? ¡Mátalas! —Ella, Sharon, era la jefa. ¿Cómo se atreve una amante a pegarle una patada? ¡Hay que darle una lección! El hombre con tatuajes, que también estaba entrenado, movió el cuello y dijo: —¿Quién será la primera? El bebé que sostenía Sharon, era suyo. Al principio, para engañar a Yonata, Sharon eligió dormir con este hombre. Señaló a Wendy que sostenía a su bebé entre sus brazos. —¡Dale una paliza a ella primero! —le dijo. Cuando vio que Sharon la señalaba, Wendy le entregó el bebé a Lola y le contestó: —Si quieres pelear, salgamos de aquí. En ese momento, todos salieron de la tienda de bebés. Wendy ya estaba preparada y lista para pelear. Lola volvió a poner a su sobrino en el cochecito, sacó su teléfono y estaba a punto de llamar a su hermano mayor. Jorge la había llamado y así, buscó los registros de llamadas para encontrar el número de su hermano. Lo marcó muy rápidamente pero, en su lugar, llamó a Jorge por error.

Capítulo 335 El bebé desapareció —¡Lola! —Escuchó la suave voz de un hombre y luego, miró la identificación de la persona que llamaba. Ahora, sabía quién estaba realmente del otro lado de la línea y no pudo evitar sentir culpa por su ignorancia. Debería haberlo imaginado porque esa persona era Jorge. Luego, cortó la llamada sin pronunciar una sola palabra. Pero Jorge, volvió a llamar. Ella rechazó su llamada y él, seguía insistiendo una y otra vez. No tuvo más remedio que contestar el teléfono. —Te llamaré sin parar si sigues cortando el teléfono —dijo Jorge, directamente. —Necesito ponerme en contacto con Yonata. Es algo urgente. ¿Puedes dejar de marcar mi número por un minuto? —Lola le gritó furiosamente en el teléfono. Afuera, con una gran cantidad de espectadores a su alrededor, Wendy y el hombre tatuado ya estaban peleando. —¿Que sucedió? Cuéntame, por favor. —Él, también, podría resolver su problema. Lo que fuera. Muy preocupada por lo que estaba sucediendo, Lola le contó a Jorge toda la historia muy rápidamente. —En el tercer piso, del centro comercial QY, afuera de la tienda para bebés, alguien nos está molestando. Mi cuñada, ahora, está peleando con un hombre. Es una situación muy urgente. — Después de que le contó toda la historia, rápidamente, se dio cuenta de que Jorge podría ayudarlas mejor con este problema. —Ya estoy de camino. —Él estaba en el país A solo para ella. Así, su negocio era asunto suyo y si alguna vez, tenía algún problema, él correría hacia ella en un abrir y cerrar de ojos. Jorge hizo varias llamadas y luego, condujo rápidamente hacia el centro comercial QY. Wendy era muy buena rival para el hombre. Cuando vio que Lola hablaba por teléfono, Sharon se acercó a ella y la agarró pero Lola ya había terminado de hablar con Jorge. —¿La asesina está pidiendo refuerzos? —Esta broma, hizo que los espectadores miraran a Lola con curiosidad.

Lola estaba un poco más tranquila, ahora que sabía que Jorge llegaría pronto. Luego contestó: —Si continuas hablando sin sentido, te coseré la boca con agujas e hilo. Sharon miró al bebé de Yonata en el cochecito y luego, miró al suyo. Una chispa se iluminó en sus ojos. La ropa y el cochecito de su bebé, eran mucho mejores que los de ella. —¡Increíble! ¿Mataste a la madre de tu prometido pero te enojas cuando otros hablan sobre eso? —Luego, intentó colocar sus manos sobre Colin, en la silla de paseo. Pero Lola, rápidamente tiró de él y así, los esfuerzos de Sharon fueron en vano. Lola dijo: —No solo lo que sale de tu boca tiene maldad, tu corazón también. Has caído tan bajo que intentaste pellizcar a un pequeño bebé. Lola estaba cada vez más nerviosa porque Wendy todavía estaba peleando con el hombre y con una pequeña desventaja. Más nerviosa aún porque Jorge no había llegado. En ese momento, algunos de los guardias de seguridad del centro comercial, se acercaron. Pero, vieron que la lucha era demasiado feroz en ese momento para intentar separarlos. Todos se quedaron allí, sin hacer nada, e incluso con temor ni para avanzar un solo paso. Sharon se regodeó ante la mirada nerviosa de Lola. Lola, vio el biberón de Colin y lo arrojó hacia el hombre. Este, golpeó su brazo derecho y mientras estaba distraído, Wendy le dio una patada en la cara. El hombre cayó al suelo. Sharon vio la caída de su hombre y estaba más que enfurecida. Arrojó a su bebé en los brazos de un guardia que estaba cerca y luego, tiró del cochecito de Collin. Lola inmediatamente se arrojó sobre ella y la golpeó en las manos. —Esto es entre nosotros, los adultos. No hay necesidad de lastimar a un pequeño bebé. ¿Te volviste loca? ¿Por qué siempre intentas lastimar a los niños? ¡Estás loca! Sharon, luego, pateó un poco dolorida, la pantorrilla de Lola. Luego, la abofeteó. Lola recibió esos golpes de forma inesperada. Entonces, su ira estalló instantáneamente. Incluso Jorge jamás se atrevió a ponerle un dedo encima. ¡Cómo se atrevía a golpearla! Miró a su alrededor y notó que, cerca de ella, había un mostrador lleno de productos para bebés. Wendy terminó de golpear al hombre y se había acercado. Después de entregarle el bebé a Wendy, Lola trajo la lata de leche en polvo del mostrador. Sin vacilar ni por un segundo, Lola le aplastó la lata a Sharon en la cabeza.

El dolor terrible que le provocó, casi dejó en coma a Sharon. Al ver que la feroz lucha había cesado, los guardias de seguridad llevaron a un lado al bebé de Sharon y se acercaron para sostener a Lola. Lola se detuvo justo, cuando trataba de darle un segundo golpe a Sharon. — ¡Suéltame! Los guardias estaban desconcertados por la impactante reacción de Lola e inconscientemente la dejaron ir. Con la leche en polvo aún en la mano, Lola golpeó nuevamente la cabeza de Sharon con fuerza. Por temor y para que no fuera más grave, los guardias se prepararon y se acercaron para detenerla. —¡Déjenme ir! ¡No me empujen! —Gritó ella. —Déjenla ir. —Una fría voz se escuchó claramente, detrás de la multitud allí reunida. Vieron a un hombre, con una camisa blanca que se acercaba con confianza y lo acompañaban un montón de personas atrás. La multitud se hizo a un lado de inmediato, para dejarles espacio. Vio a Lola con los guardias y Jorge corrió hacia ella y pateó a las dos personas de seguridad. Esta actitud, al instante, le hizo ganar muchos admiradores. Lola tiró la lata de leche en polvo al suelo y Jorge la sostuvo en sus brazos y la miró de arriba a abajo. Jorge vio un moretón en su rostro y se enfureció de inmediato. Sus fríos ojos asustaron incluso a Lola. Le pidió que se diera vuelta y vio que sus pantalones, estaban sucios. 'La deben haber golpeado', pensó. —¿Quién te hizo esto? —No podía dejar ir a quién la había lastimado. Sharon conocía a Jorge. Ella, cubrió el golpe en su cabeza y estaba a punto de huir pero los guardias de Jorge la detuvieron. Lola señaló a Sharon. Entonces, Jorge guiñó un ojo a los guardias. Las dos personas de seguridad, inmediatamente, sostuvieron a Sharon. Entonces, Lola señaló al hombre tatuado que se levantaba del suelo. El hombre, estaba a merced de los dos guardias, lo que casi lo asustó por completo. Jorgé frotó dulcemente la mejilla hinchada de Lola y dijo: —¿Qué quieres hacer con ellos? La multitud, vio que Jorge la protegía y sintieron bastante envidia. Con tantos curiosos, Lola sintió bastante timidez con la cercanía de Jorge. Le quitó la mano tímidamente de su cara.

Pero Jorge le tomó la mano. Lola caminó con él hacia Wendy y le preguntó: —¿Estás bien? —Wendy sacudió la cabeza. Estaba bien pero había recibido una patada. Jorge era, después de todo, una figura pública y si trataba este asunto aquí, al aire libre, tendría un gran impacto en él, más tarde. Él dijo: —Saquen a estas personas de aquí. Ella también tiene un bebé, toma al bebé también. —Lola miró a su alrededor pero no veía al pequeño niño de Sharon. Sharon se dio cuenta que no estaba. Su bebé había desaparecido. Sharon era madre y al ver que su niño no estaba, comenzó a llorar. —¡No! ¡no! ¿Dónde está mi bebé? ¡Mi bebé! —Luchó por liberarse de los guardias pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Lola la miró sin ninguna simpatía. La culpó y le dijo: —Le diste tu bebé a alguien solo para intimidar a otros. Te lo mereces. Dentro del centro comercial, los gritos de Sharon por su bebé, hicieron eco. Jorge sostuvo el hombro de Lola y luego, se fueron. Antes de subir al auto, marcó un número y ordenó: —Llévelos al Salón V. Luego de que terminó la llamada, Lola no quiso irse con Jorge. —Mi auto está en el estacionamiento —dijo. Quería conducir a su casa. Miró la mano de Jorge, confundida, porque él tomó su bolso y sacó las llaves de su auto.

Capítulo 336 Golpéala hasta que tenga cara de puerco Llamó a uno de los guardaespaldas y luego, señaló a Wendy y a su hijo. — Llévenlos de regreso a casa —ordenó. Después de entregarle la llave al guardaespaldas, la tomó de la mano y fueron juntos hacia el automóvil. Lola saludó a Wendy y le dijo: —Vete a casa tú primero, volveré más tarde. Wendy miró a Jorge quien cuidaría bien de Lola. Ella asintió y luego, fue hacia el automóvil con su hijo. En el camino, Wendy llamó a Yonata y le contó todo lo que había sucedido. Cuando se aseguró de que Wendy y su hijo estaban bien, Yonata llamó a su hermana. —Hermano —respondió Lola. Yonata luego, se subió rápidamente en el automóvil. —Quiero hablar con Jorge. Aunque Lola estaba confundida, le dio su teléfono al hombre que la estaba abrazando con fuerza. —Señor Li. —Jorge era muy educado con él porque pronto sería su hermano. —¿Dónde los llevas? Iré allí, ahora mismo. —No los dejaría ir tan fácilmente y pensó que deberían pagar por sus actos. Jorge le dio la dirección del Salón V y luego, se dirigió allí de inmediato. Lola le quitó el teléfono y trató de sacar la mano de la suya. En lugar de soltarla, Jorge besó su mejilla lastimada. —¿Todavía te duele? —¡Juró que cortaría la mano de esa mujer quien la había lastimado! Ella, negó con la cabeza, con un poco de timidez. Otra vez, él se acercó con más libertad y Lola dijo: —Aléjate. ¡Ya no me duele! —Lo empujó y luego, miró por la ventana para no tener que mirarlo más. Jorge quería besar su cara enrojecida. Esperó a que se diera vuelta y luego, besó sus labios rojos.

...

La besó inesperadamente y sin problemas. Incluso antes del viaje, la besó sin vergüenza. Pero Lola le pellizcó la cintura y sintió su protesta entonces, finalmente la soltó. Esto hizo que ella, se diera cuenta, de que ya no podía dejarse engañar por su atractivo sexual. En el Salón V. Jorge ordenó toallas y hielo e hizo las bolsas solo para Lola. Nunca olvidó que Yonata la había golpeado, en la mansión hace tiempo atrás y sus ojos mostraron un poco de amargura. Cualquiera que la haya lastimado, pagaría caro eso. Vern Mu entró y observó la escena, preocupado por su sobrino. Cuando su madre murió, casi mata a Lola. Cuando le contaron que ella no era la mujer, él se asustó y rápidamente, retiró a los hombres que la habían emboscado. Si no hubiera sido por la protección de la familia Li, sus hombres ya la habrían matado. Luego se sentó junto a Jorge en silencio y tosió levemente. Jorge volvió a mirar a Vern Mu y le dijo a Lola: —Este es mi tío. ¿Tío? ¿Cómo debería llamarlo? —¿Cómo está, hermano mayor de mi padre? * ES: Padre bajo juramento: Parecía un poco mayor que su padre y ella pensó, que era apropiado llamarlo así. Pero Jorge no estaba satisfecho y le dijo: —Llámalo tío. Acércate más — continuó. Pero Lola lo miró y dijo groseramente: —No quiero acercarme a ti. —Sin embargo, después de decir esto, le sonrió tímidamente al anciano que estaba sentado cerca de ella. Vio que su sobrino fue rechazado, se sonrió alegremente y dijo: —¡Jorge, vamos! Pocas chicas son tan valientes. —Lola se atrevió a hacerle frente a Jorge. ¡Interesante! —Yo también, tío. —Jorge miró a la pequeña mujer que estaba frente a él con un gesto de asombro. La volvería a enamorar otra vez. Lola le pellizcó el brazo y le dirigió una mirada feroz. Sharon y el hombre tatuado llegaron y los obligaron a tirarse al suelo. Ella miró las dos filas de guardaespaldas negros con gran tristeza. Sus ojos estaban rojos y muy doloridos por llorar constantemente por su bebé. Cuando el hombre tatuado vio a Vern Mu, se asustó de manera instantánea. El hombre, frente a él, era el famoso Señor V.

—Señor V, por favor, perdóneme.... —Inmediatamente, se arrodilló y suplicó. Lola miró al tío de Jorge con curiosidad. ¿Era el jefe de alguna organización clandestina? —¿Qué pasa con la mujer? —preguntó Jorge. Lola recordó que la había abofeteado con mucha fuerza. —Golpéala hasta que tenga cara de puerco, desfigurada —dijo. —Que lo sienta de verdad. Vern Mu hizo un gesto con la mano a un fuerte guardaespaldas quien luego, levantó a Sharon del suelo y le abofeteó la cara con fuerza. Sharon se quejó y la mitad de su rostro se inflamó rápidamente. Una bofetada siguió a otra, lloró y lloró. Pronto, su rostro tuvo la expresión de "cara de puerco. Yonata también llegó. Cuando Sharon lo vio, se arrastró hacia él, llorando y suplicando. —Yonata, sé que me equivoqué. ¡Ayúdame, por favor! —Yonata ignoró sus palabras y se dirigió directamente a su hermana. Sharon se desplomó en el suelo, sabía que Yonata no la ayudaría. Él miró con curiosidad a Jorge que sostenía una bolsa de hielo en la cara de Lola y asintió con la cabeza. Luego, preguntó: —Lola, ¿cómo te sientes? —Hermano, tu exnovia me abofeteó de esta manera! —Lola temía que Yonata sintiera lástima por Sharon quien se quejó de inmediato. —¡No, no! ¡ella me golpeó primero! —dijo, Sharon. No podía hablar claramente porque tenía su rostro totalmente hinchado. Lola le soltó la mano a Jorge y caminó hacia ella, en sus tacones altos. — ¿Por qué te golpeé? Sharon seguía hablando de lo que había oído tontamente. —Asesinaste a la madre del Señor Si con un revólver! ¡Eres una asesina! Lola se burló, miró directamente a Jorge y dijo: —Señor Si, ¿cómo puedes compensarme por arruinar mi reputación? —Todos pensaban que era una asesina, ¡su reputación se arruinó por este tipo! Jorge rió entre dientes mientras sostenía la bolsa de hielo. Todos estaban asombrados, incluso Vern Mu. Solo la voz baja del hombre luego se escuchó. —¿Qué tal si te compenso por eso? —¡Matar dos pájaros de un tiro fue una buena idea!

... Lo que dijo Jorge sorprendió a todos aún más.

Lola estaba avergonzada y enojada. ¡Tenía el descaro de coquetear con ella delante de tanta gente! —No te quiero. Diles, ¿soy realmente una asesina? Todas las personas estaban desconcertadas por su rechazo directo. Pensaron que debía ser una tonta. ¿Cómo rechazaba a un hombre tan importante? Jorge se puso serio y, sin mirar a Sharon, le ordenó: —¡Arráncale la lengua, en caso de que salga y diga tonterías otra vez! Lola lo miró asombrada. ¿Estaba hablando en serio? Si lo hiciera, ¿sería arrestado por cargos de tortura? —Espera, Jorge, ya es muy miserable ahora. Incluso perdió a su hijo. Solo envíenla lejos del país A. Wendy era una mala mujer, pero Lola no quería que Jorge tuviera más problemas por esto. —Lola, eres misericordiosa. ¿Alguna vez pensaste que si Jorge no llegaba a tiempo hoy, qué te hubiera pasado a ti, a Wendy y a Colin? —dijo Yonata a su hermana. También entendió, que las mujeres no son tan despiadadas como los hombres.

Capítulo 337 No quiero romper tu corazón Sharon miró a Yonata, y jamás creyó que él fuera tan despiadado con ella. Parecía que a él no le importaba en lo más mínimo. —No me cortes la lengua, por favor, me disculpo, ¡no volveré a decir ninguna tontería, lo prometo! —Ella estaba tan asustada y le suplicaba a Jorge que la dejara ir. Al ver esa escena, Vern no pudo evitar burlarse; Sharon era realmente estúpida. Ella no se había dado cuenta de que la única persona que tenía su destino en sus manos y podía decidir su final, era Lola. Yonata tenía razón, Lola, ven aquí y dale una lección. —Jorge saludó con la mano a Lola, ella miró a Sharon y pensó en lo que le había hecho antes, estaba realmente furiosa. Luego se acercó a Jorge y le arrebató la bolsa de hielo de la mano. Jorge se dio la vuelta para mirarla y le hizo un gesto al guardaespaldas, el cual indicaba que seguiera castigando a Sharon. Jorge presionó cuidadosamente la bolsa de hielo sobre el rostro de Lola y usó su cuerpo para protegerla de la brutal escena que estaba a punto de comenzar. Lo primero que Lola pudo escuchaba fue el llanto de Sharon, que rápidamente se convirtió grito de dolor y alaridos, los cuales fueron seguidos de ... un sonido en particular, muy parecido al que se produce cuando rompe de hueso. Lola sintió tanta curiosidad que no pudo evitar mirar por encima del hombro de Jorge para ver qué estaba pasando, pero inmediatamente Jorge se movió para impedirle que viera la escena tan perturbadora y sangrienta. Lola se puso mucho más ansiosa y quiso apartarlo de nuevo, pero Vern ya había ordenado a los guardaespaldas que se llevaran a Sharon a otro lugar. Cuando Lola finalmente pudo echarle un vistazo a la escena, únicamente pudo ver un charco de sangre en el suelo, y junto a el, vio a un hombre tatuado desvalido, tendido en el suelo. —¡Yonata, tienes que decidir cómo vamos a proceder con este hombre, escucho sugerencias! Yonata simplemente asintió mientras pensaba en la mejor manera de torturarlo. Miró furioso al hombre que quiso golpear a su esposa.

—¡Rompe sus manos, también piernas y... déjalo paralizado! Lola tenía curiosidad de mirar de nuevo, pero Jorge volvió a bloquear su vista, sin darle oportunidad alguna. —¡En serio Jorge, eres tan irritante! —Le gritó impaciente a Jorge Y Vern comenzó a carcajearse. Pensó que jamás en su vida vería al mandón Jorge, ser reprendido por una mujer, Sin embargo, Jorge no se sintió humillado cuando Lola le gritó. Por el contrario, la persuadió gentilmente diciéndole: — Esta hecho un completo desastre y no querrás ver eso, solo quédate donde estás, ¿de acuerdo? —Él inmediatamente se arrepintió de haberla llevado ahí. Lola no tuvo otra opción que obedecerlo y quedarse sentada en la silla esperando a que todo terminara. Al escuchar el llanto y los lamentos del hombre, ella se preocupó mucho, pero no podía hacer nada al respecto. Estaba intentando imaginar toda la escena en su mente, pero en cuando pensó toda la sangre que habría en realidad, ¡quedó totalmente aterrada! Después de eso, ella no intentaría ver más, la curiosidad se había ido, Así que, obedientemente se dedicó a presionar la bolsa de hielo sobre su cara, Pero el olor dentro de la habitación, la distraía, la hacía sentir muy incómoda. Ella alcanzó a ver al hombre y él miraba su cara enrojecida. Los guardaespaldas sacaron al hombre tatuado de inmediato y el lugar se limpió en cuestión de minutos. De repente, Jorge dijo sin pensar: —Lola, deberías tratar a mi tío en la cena, él casi siempre esta muy ocupado, así que aprovecha esta oportunidad y convive un poco con él . —Jorge también estaba muy ocupado con otras cosas, pero tenía que apresurarse y en verdad quería recuperar el amor de Lola, a como diera lugar. Lola miró a Jorge, que ahora estaba sonriendo, y se sintió obligada a aceptar su proposición. Luego miró a Vern y asintió. —Sí, tío Vern. Si no le importa, lo invitaré a cenar. Vern miró a su sobrino y le dijo: —De acuerdo, será un honor cenar con usted, señorita Li. La cena estaba pactada, pero Lola tenía algo más que agregar: —Y Jorge, tú no estás invitado, seremos únicamente, Yonata, el tío Vern y yo. Vern estaba a punto de hablar en nombre de su sobrino, pero antes de que pudiera decir una sola palabra, Jorge ya había desaprobado el plan. Negó con un movimiento brusco y dijo: —No, ¿Y si alguien intenta hacerte daño otra vez y yo no estoy allí para protegerte? Lola se retiró la bolsa de hielo de la cara y sintió que estaba mejorando; cualquier marca visible en su rostro podría ser cubierto fácilmente con un poco maquillaje.

—No te preocupes, el tío Vern y Yonata estarán conmigo en todo momento. ¿Quién se atrevería a lastimarme con ellos a mi lado? —Se tocó con cuidado la herida de su cara, se sentía mucho mejor. Al escuchar las palabras de Lola, Vern comenzó a reír y dijo: —Tal vez no lo sepa señorita, pero sin la ayuda de Jorge, yo no sería tan famoso en estos círculos. —Jorge había esforzado tanto en ayudar y facilitarle todo el camino, Así que él se lo debía y lo apreciaba de una manera tan sincera desde el fondo de su corazón. Lola puso cara de pocos amigos. —¡Es solo una cena! —pensó. —Está bien, después de todo, no creó que él me haga daño...¿o si?. —Bueno, puedes venir con nosotros, reservaré una habitación y más tarde, le diré a tío Vern el lugar y la hora. —Finalizando la discusión. Después de salir de la sala V, Lola caminó hacia el auto de Yonata, pero Jorge lo tomó y la llevó en dirección opuesta. —Te llevaré a elegir la habitación del hotel. —Luego, le dijo a Yonata: —Puedes adelantarte e irte a casa con Wendy. Yonatan miró a la pareja y comprendió que no debía entrometerse, no era su asunto, así que solo asintió y dejó el lugar. Con los ojos abiertos y con tal desconcierto, Lola vio el auto de Yonata alejarse más y más, ahora se habían quedado completamente sola con Jorge. —¡Jorge, hiciste todo esto a propósito! En verdad necesito que elijas la habitación del hotel —Lola miraba a Jorge caminando frente a ella, se sintió tan impotente e incapaz de poder escapar de cualquiera que fueran sus intenciones. Para sorpresa de Lola, Jorge confirmó sus sospechar, era obvio. —Sí, lo hice a propósito, ¡lo descifraste enseguida!, ¡debería darte un premio! —De repente, cuando menos lo esperaba, él la besó sin reparo.

... Lola le dio un pellizcó en el brazo y le dijo: —¡Eres un vil canalla! ¡No lo puedo creer! ¡Te aprovechaste de mí y a plena luz del día! '¡Este hombre es tan molesto!', pensó. Jorge no le dio importancia a sus palabras, la subió al asiento trasero de su automóvil, y ya que aún era temprano para la cena, le ordenó al conductor: — Llévanos al cine. Lola miró al hombre que tenía a su lado con mucho más desconcierto., algo estaba mal. ¿Jorge realmente la estaba llevando al cine? —¿Estas loco o qué te pasa? —preguntó. Él no era el Jorge que ella

conocía, era muy distinto, no se parecía en lo absoluto. Él nunca había tomado la iniciativa de invitarla a salir, mucho menos a ver una película. Jorge tomó sus manos y respondió: —Sí, tienes toda la razón, estoy loco, pero no le des importancia, solo sígueme, ¿de acuerdo? Él había seguido el consejo de Leandro, quien le había dicho que ir al cine era una de las cosa que las parejas siempre hacían en las citas. —No, no quiero ir. ¿dime por qué debería ir al cine contigo?, ¿por lo menos te dignaste a preguntarme si quiera ir? —Ella lo rechazó obstinadamente. —Ni siquiera tengo que preguntar, me siento tan feliz de estar con las personas que amo, incluso si no coincidimos en nuestras decisiones. —Él estaba tan seguro de que Lola lo amaba. Probablemente lo dedujo porque él la había lastimado profundamente, tanto que ya no estaba dispuesta a estar cerca de él, Pero se lo compensaría con el pasar del tiempo y la amaría por el resto de su vida. ¡Lola sintió la arrogancia de aquel hombre, un hombre seguro de sí mismo! —Señor Si, aquí hay un malentendido. Lo siento, pero... yo estoy enamorada de alguien más. —Ella realmente quería olvidarlo por completo y centrar toda su atención en otro hombre. ¿Había ella podido cambiar lo que su corazón sentía? Jorge levantó una ceja y preguntó serenamente: —¿Te has enamorado de Tomás Herren? —Él estaba tan tranquilo que a Lola le resultaba difícil adivinar sus verdaderas intenciones. Lola reunió el coraje necesario y respondió "Sí, él ahora es mi prometido, y esta más que claro que lo amo." Se había propuesto a sí misma y a su corazón que haría todo lo posible en este mundo por amarlo de verdad. Jorge se echó a reír de manera irónica y dijo: —Lola, deberías saber que aún no lo he matado por una razón, y esa razón eres tú, no quiero romper tu corazón, pero eso no significa que lo no lo haga en un futuro. Bueno, si todavía insistes en estar con él, simplemente él dejará de existir. ¿Realmente quieres eso? —Él miraba profundamente sus ojos mientras le advertía sobre su posible futuro. ¿Realmente pensaba que él le perdonaría la vida tan fácilmente? Sus ojos cristalinos brillaban con tal furia que parecía que la devoraría en cualquier momento. —¡Incluso si él no tuviera nada, yo seguiría a su lado completamente, junto a él! —Ella entonó cada una de esas palabras firme y claro.



Capítulo 338 Tan audaz y atrevido. Jorge soltó las suaves manos de Lola y aplaudió de manera indiferente. — Qué conmovedor … no te importa estar con el pobre de la historia, pero ¿qué hay de él?, ¿cuál sería el propósito de su existencia si ni siquiera podría apoyarte en nada? Lola golpeó sus manos sin ocultar su enojo, y le preguntó: —Jorge, ¿eres masoquista o qué demonios te pasa?, en verdad estás loco. —Ella lo trató con crueldad, pero él nunca mostró indicio de darse por vencido y dejarla ir de su vida. Jorge, al escuchar la pregunta de Lola, dibujó una enorme sonrisa en su cara y susurró de una manera pícara: —Si fueras sádica, yo sería el masoquista definitivamente. —A él no le importaría dónde o de qué manera se produjera el abuso, siempre y cuando, la abusadora fuera ella. Lola, sonrojada, tomó la mano de Jorge, la llevó a su boca y la mordió tan fuerte como pudo, pero Jorge actuó como si nada hubiera pasado… se limitó a besar la marca de la mordedura.

... Lola sintió que realmente necesitaba alejarse de Jorge, ella quería un poco de paz, en verdad quería estar lejos de ese casanova. Se recostó en el asiento y disfrutó la vista, esperando que todo eso terminara pronto. Por fin el chofer encontró un gran cine para ellos. Jorge, con sus gafas de sol puestas, tomó la iniciativa y bajó del auto. El encantador hombre de camisa blanca pronto llamó la atención de muchos, especialmente de unas chicas que reían nerviosamente con solo mirarlo, Incluso con las gafas de sol puestas, su atractivo y su gallardía no podían ocultarse. De la nada, decenas de mujeres se detenían solo para mirarlo, De hecho, a Lola también le encantaba verlo usar camisas blancas, lo hacían lucir limpio y guapo. Así que, Jorge usaba camisas blancas casi todo el año, solo por que a ella le gustaban, quería toda la atención de Lola sobre él.

En este momento, Jorge extendió su mano y ayudó a Lola a bajarse del auto. Lola, con delicadeza, puso su mano sobre la de él. La pareja atractiva bajó del lujoso auto e instantáneamente llamaron la atención de casi todo el mundo. Bastantes personas pudieron reconocieron a Jorge y Lola, pero no hicieron nada por acercarse, ya que se cohibieron de tan espectacular pareja. Solo se limitaron a verlos de lejos, aunque muy emocionados y a pesar de querer tomarse una foto con ellos, la timidez fue mayor. Jorge tomó la mano de Lola y entraron al lugar. Algunas chicas de la multitud que notaron su llegada, comenzaron a gritar con entusiasmo: —¡Jorge! —Pero Jorge ni siquiera las miró, solo llevó a su mujer al interior del centro comercial. Lola miró a Jorge sujetando su mano con firmeza, de manera tan obvia y notoria, como si quisiera presumirla, tan contradictorio a su estilo. Él nunca quiso mostrar su cariño en público, Solían salir como todos pero sus citas básicamente eran durante la noche o en algún lugar donde la gente raramente iba. Sin embargo, hoy, Jorge fue al centro de la ciudad con ella, a un lugar lleno de gente y testigos... ¿Qué estaba tratando de hacer? Muchas personas los seguían detrás y la multitud se estaba aglomerando lentamente en el primer piso. Entraron en el ascensor tomados de las manos, había ya varias personas dentro y algunas mujeres audaces los siguieron dentro. El ascensor se llenó de gente en segundos y Jorge frunció el ceño ante el disturbio provocado. Inmediatamente, cambió a Lola de lugar, la llevó a la esquina del elevador, y la protegio con su cuerpo para que nadie pudiera acercarse a ella. Debido a que el ascensor era cristal, la escena íntima de Jorge pudo ser vista por muchas personas que se encontraban alrededor. Lola inclinó la cabeza y froto su sien, tenía una ligera jaqueca. Jorge era una estrella demasiado brillante para pasar desapercibido. ¡Era tan popular! Atraía la atención de todo el mundo incluso con su acción más insignificante, así que su intimidad con ella, los volvía locos. Varias chicas en el ascensor, tomaban a escondidas fotografías de Jorge, mientras disimulaban toda la emoción que les producía estar cerca de él. Gracias a eso, su cita y las fotos ya se habían difundido por todo el internet antes de que ellos siquiera llegaran al cine. Al ver la enorme fila para los boletos, Jorge frunció el ceño y llevó a Lola a

la barra a comprar golosinas y bebidas. Mientras tanto, él marcó un número telefónico; —En el Cine AM, del octavo piso del centro comercial QY, reserve una sala de proyección." Colgó enseguida de haber dado la orden. Al voltear, no encontró a Lola, no estaba a la vista. Él comenzó a alarmarse y miró a su alrededor, Aún así, no había rastros de ella. Rápidamente tomó su teléfono, la llamó, al no ver respuesta, le envío un mensaje: —Si no apareces en tres segundos, habrá serias consecuencias, y tú lo sabes bien. —Esa amenaza dejó sin opción a Lola y no tuvo más remedio que regresar. Ella realmente había planeado huir del lugar, estaba muy incómoda con todo lo que pasaba. Solo hasta que la vio de regreso, Jorge comenzó a relajarse de nuevo. Frente a la dulcería, él miró los bocadillos y bebidas y le preguntó: —¿Quieres algo? Lola enseguida tomó una bolsa grande de palomitas de maíz y dos botellas de agua. Ella los puso en el mostrador esperando a que Jorge se acercara a pagarlos, sin embargo él no tenía la mínima intención de hacerlo. Esto la hizo enfadar y pensó: —Pero qué tacaño eres Jorge. !Ay sí!, la invitó a una cita pero no le compró nada. Eres tan mezquino. —No obstante, Jorge ni se inmutaba por la mirada quejumbrosa de Lola, después de todo, nunca llevaba ni un solo centavo con él. Al final, Lola pagó la cuenta y caminó hacia Jorge. En ese momento, dos personas se acercaron a ellos; —Bienvenido al cine, Jefe Si. —El gerente del cine dijo sin aliento mientras extendía su mano para saludarlo. Jorge simplemente estrechó la mano del gerente y seguidamente volvió a meterla en su bolsillo. —Jefe Si, hemos ordenado una sala de proyección especial para ustedes, está justo por allá, por favor, síganos. —A continuación, el gerente y el personal del cine los llevaron a su sala. Después de que entraron en la espaciosa y vacía sala VIP, Lola se dio cuenta que Jorge había reservado toda la sala solo para ellos dos. El gerente le preguntó a Jorge amablemente: —Jefe Si, ¿qué película quieren ver hoy? Jorge se sentó en medio de la sala y dirigió su mirada hacia Lola. Le recordó a Lola que ella elegiría la película que verían en ese momento Y sin preámbulos, eligió una película de acción. Seguidamente, el gerente organizó su proyección. Después de que el gerente y el personal se retiraron de la sala, ellos eran las únicas personas que se encontraban en la enorme sala, rodeados de cientos de

asientos vacíos. Lola recordó que cuando veía películas con Tomás Herren en el pasado, solían ser muy discretos ... solo compraban dos entradas, y pasaban desapercibidos entre los espectadores. En cambio Jorge, había reservado una sala entera. Él era tan audaz y atrevido. Lola estaba muy contenta comiendo palomitas mientras esperaba a que la película iniciara. Cuando Jorge le preguntó; —¿Está rico? —Él miró con indiferencia las palomitas de maíz que ella sostenía en sus manos, estaba confundido. ¿Qué demonios es eso? Él había ido al cine con Samuel Shao en sus días de escuela secundaria y universidad, pero nunca había probado esas cosas. Ellos pensaban que esos bocadillos eran muy ordinarios y corrientes. Ella tomó una palomita y se la ofreció generosamente. Jorge dudó un poco pero aún así, intentó comerla. Lola metió la palomita en su boca y él la masticó lentamente. —Esto esta muy dulce, ¿puedes terminarte la bolsa entera?, ¿en serio puedes hacerlo? —Preguntó incrédulo. Lola respondió después de comer las palomitas de maíz que tenía en la boca. —Obviamente, dame otra bolsa y te prometo que también me la termino. —Ver una película sin comer algo, no era un placer en lo absoluto. Lola se terminó toda la bolsa completa de palomitas de maíz antes de que iniciara la película. Jorge se levantó de inmediato y se dirigió a la salida de la sala de proyección. Lola ni siquiera se molestó en preguntarle a dónde iba, pero Jorge no tardó, volvió enseguida. Lola abrió una botella de agua, bebió el agua fresca y la dejó a un costado, inmediatamente, Jorge tomó la misma botella y bebió el agua que sobraba. —Sabes, hay una botella de agua cerrada ahí. —Anteriormente, él solía ser muy obsesivo con la higiene, le tenía tanto miedo a los gérmenes y al polvo, pero ahora parecía que no le importaba beber el agua que ella acaba de beber. —El agua que acabas de beber estaba más limpia. ¿Qué? Eso no tenía sentido. Él realmente debió haber cambiado por completo. Olvídalo. Simplemente deja solo a este sujeto extraño. Pronto, la intensa escena de lucha de la película, robó tanto la atención de Lola Que ni siquiera notó que el personal del cine estaba entregando más comida. No fue hasta que Jorge colocó otra bolsa de palomitas en sus manos, que

ella lo notó. —¡Bueno, gracias! ¿Quieres un poco más? —Preguntó cortésmente y como era de esperar, Jorge negó con la cabeza. Así que, ella comenzó de nuevo a devorar las palomitas de maíz. Mmmm... Era una película extranjera la que se proyectaba, al principio, fue bastante interesante. Lola extrañaba formar parte de la industria del entretenimiento. Pero media hora después, la trama de la película se tornó aburrida.

Capítulo 339 Todo saldrá bien Lola comenzó a sentir un poco de sueño y dejó las palomitas de maíz a un lado. Los ojos de Jorge estaban fijos en la pantalla, pero aún así podía verla de reojo, toda su atención estaba concentrada en Lola. Él se acercó a ella para que ella pudiera recargarse sobre su hombro, poco después, Lola finalmente se durmió. Jorge también se aburrió y prefirió jugar en su celular que terminar de ver la película. Una escena de la película mostraba a un hombre y una mujer abrazándose felizmente después de no verse por mucho tiempo. Miró profundamente a la mujer que dormía a su lado y recordó el comentario de Leandro; —Si algo sucediera... en la sombría sala de cine, sería algo completamente alucinante. ¿En la sombría sala de cine?, ¿qué quiso decir con eso? Había una sonrisa engañosa en su rostro, un tanto petulante. Guardó su celular en el bolsillo y dejó que Lola durmiera profundamente en sus brazos. Luego … besó sus labios. Lola no estaba en un sueño tan profundo, así que se despertó tan pronto sintió el beso húmedo de Jorge. ¡Este maldito casanova siempre se aprovechaba de ella! Ella alejó su rostro. Jorge dejó que se levantara por un segundo, pero inmediatamente la jaló con fuerza hacia él. Lola cayó sentada sobre su regazo, su espalda reposando sobre el pecho de él. —Sólo mira la película. ¿Cómo podía ver la película como si nada estuviera pasando? Ella no era tonta, indudablemente podía sentir que algo pasaba... Jorge rodeo la cintura de Lola con sus brazos, podía percibir el fresco aroma de su cabello. Enseguida, Lola se dio cuenta de lo que trataba de hacer, lo apartó con fuerza y rápidamente se puso de pie. ¡Qué buena oportunidad tenía! Estaban solos y él no la dejaría ir fácilmente, Pero ninguno de los dos admitiría su derrota frente al otro. ¡Finalmente Lola alzó la voz! —Jorge, me voy a enfadar demasiado si

continúas haciendo esto, jamás saldré contigo de nuevo. —Intentó pararse y alejarse de él un par de veces, las mismas veces que Jorge la jalaba hacia él. Él simplemente acaba de hacer oídos sordos a su advertencia, ¡No le importaba en lo más mínimo! ¡Este maldito bastardo! ¡Él no podía controlarse! Ella soló miró la pantalla en silencio. ¡La pelicula es un asco! Al final de la película, Lola se ajustó el vestido y caminó hacia el tocador, Jorge la vio alejarse y sonrió con satisfacción. La sensación fue realmente buena, esta había sido una nueva experiencia. Definitivamente, él la invitaría a ver una película de nuevo en un futuro no muy lejano. Él salió del cine y fue a la vestíbulo del centro comercial para evitar que ella intentara escaparse de nuevo y se fuera sin él. Después de más de diez minutos, Lola salió apresurada del tocador Y simplemente decidió ignorar al hombre que la estaba esperando parado en la puerta. Ella fingió no haberlo visto. Jorge se puso de nuevo sus gafas de sol y alcanzó a la mujer enojada, colocó su mano sobre su hombro sin importar que la gente los vería. —¡Déjame ir! —¡El maldito bastardo no se cansa de hacer lo mismo! Ella había sido tan buena con Jorge que ahora él se sentía con el derecho de hacer lo que le diera en gana. Jorge se tomó el atrevimiento de abrazarla y susurrarle seductoramente al oído: —¿Qué tal si lo hacemos de nuevo más tarde? —e inmediatamente le dio un firme mordisco en el brazo. Las personas que los veían pensaban que la hermosa pareja estaba coqueteando entre sí. Había mucha gente esperándolos afuera, toda la multitud se emocionó cuando aparecieron en la salida del centro comercial. La mayoría de ellos habían ido por Jorge y no paraban de aclamar repetidamente su nombre. Por el bien de su imagen pública, Lola prefirió salir del centro comercial en perfecta armonía con Jorge. Ya eran más de las seis de la tarde cuando salieron del recinto, podrían llegar al hotel justo a tiempo, Así que, rápidamente subieron al auto. Lola se sentó lejos posible de él, lo ignoró todo el camino y se limitó a apreciar el paisaje desde la ventana. A Jorge no le importó en lo absoluto, entre tanto, él solo llamó a Vern Mu y a Yonata respectivamente y volvió a guardar su celular en su bolsillo. —Lola. —Jorge se acercó más a ella, quería hacerla sentir feliz de nuevo. —Llegué a pensar que estarías emocionada. ¿Ahora quieres ponerte en mi

contra, yo que soy tu amigo? Sus palabras le provocaron tanta ira que tenía unas ganas enormes de quitarse los tacones solo para arrojárselos directo a la cara. ¡Él era tan arrogante y confiado! —¡Tienes una cara tan gorda que si quisieran atravesarte la cara con una bala, no lo lograrían!, ¡Eres tan confiado! —Ella de repente volteó y comenzó a gritarle, ya no podía soportarlo un minuto más. Jorge no estaba seguro si quería verla perder la cabeza o no. Por una parte, él quería verla así porque era tan linda cuando estaba enojada pero, por otro lado, él no la quería hacerla enojar. ¡Fue realmente confuso! Incluso el chofer se puso nervioso cuando escuchó cada una de las palabras de Lola. Jorge replicó. —¿Qué mi cara qué? ¿Por qué debería necesitar una cara cuando voy detrás de mi mujer? No necesito nada de eso. Lola estaba fastidiada, no pudo hacer nada más, ella jamás se imaginó que fuera tan arrogante. En cuando llegaron, Lola no dudó un segundo, abrió la puerta y se bajó del auto rápidamente. Jorge la alcanzó de inmediato y tomó su mano, ella sacudió su mano para soltarlo. Él la tomaba de nuevo y ella volvía a retirarla. Fue un ciclo sin fin, No importaba que tan rápido caminara Lola, él siempre la seguía y sostenía su mano. Siguieron repitiendo el ciclo hasta que llegaron al ascensor y después entraron en la habitación que Jorge había reservado. Enseguida de que el camarero salió de la habitación, Lola pensó que era necesario dejarle las cosas en claro, respiró hondo y comenzó a explicarle a Jorge: —Jorge, no sirve de nada que estés detrás de mí a cada momento, que me persigas a todas partes, no hay posibilidad de que estemos juntos otra vez, no volverá a pasar jamás. Él lentamente se reclinó en la silla y miró el rostro que tenía de frente; "Para mí, ¡nada es imposible! —¡Si habláramos de algo realmente imposible, eso sería Tomás Herren ganándose el corazón de Lola Li! Lola cerró los ojos con tal desesperación y desesperanza que al momento de abrirlos, no expresaban ni una sola emoción. —Si necesitas mujeres, yo te puedo dar una docena. Todas esas palabras eran tan familiares para Jorge, recordó que le había dicho las mismas palabras a Chuck el otro día. —Solo entrégate a mí, para que todo mejore y vuelva a ser como antes.

¿Todo esto mejorará si ella solo se rinde? ¡Maldito seas!, ¡No voy a hacer eso! —Después de la cena, tú regresarás a País C y yo iré a casa. Entiende, nosotros jamás regresaremos, no tendremos nada más que ver el uno con el otro, tenemos que separarnos. —Así que esto podría ser considerada como la cena de despedida. Jorge se sentó y dijo: —¿qué tal si no vas a casa y regresas a País C conmigo? Estrella, tú y yo viviremos felices juntos por el resto de nuestras vidas. ¿Realmente crees que podemos vivir felices todos juntos? ¡Vete al infierno con tu supuesta e hipotética felicidad! Lola volvió a cerrar los ojos, lo más fuerte posible para poder cubrir toda la amargura que llenaba su corazón. —¿No entiendes?, desde el momento en que salté del hospital supe que nosotros ya no podríamos ser felices juntos, cuando lo hice, ¡yo decidí sacarte de mi vida! La habitación se llenó de un largo e incómodo silencio y después de unos minutos, que parecieron una eternidad, Jorge se levantó y salió de la habitación. Lola se sintió un poco culpable al verlo salir de esa manera. Ella nunca lo había visto hacer algo así antes. ¿En verdad se estaba yendo? A un hombre arrogante como él le gustaría complacer y tolerar cualquier tipo de situaciones de una mujer como Lola... ¿será que ha ido demasiado lejos?, ¿había sido demasiado dura con él? Varios minutos después, Yonata y Wendy entraron a la habitación con su sobrinito en una carriola. Lola eliminó todo rastro de sentimientos y emociones negativas y se puso de pie. —Ven aquí Colin, ¿cómo estás? —Después de todo lo que había pasado, en su rostro por fin se dibujaba una sincera y dulce sonrisa, y tomó en brazos a su sobrino. Él era realmente una píldora de felicidad para ella. Yonata notó que solo estaba ella en la habitación y preguntó: —¿Dónde está él? La expresión de Lola de repente cambió. —Es muy probable que ya se haya ido. —Ella contestó en un tono inseguro. Wendy y Yonata se miraron mutuamente. ¿Qué estaba mal con ellos? ¡Parecían perros y gatos, solo peleando! Mientras Lola se distraía jugando con Colin, Yonata la miraba fijamente, queriendo decir algo, pero él no quería hacerla enojar o incomodarla, así que prefirió no decir nada. Después de un rato, el camarero abrió la puerta, eran Jorge y Vern Mu.



Capítulo 340 Tú eres mía Él... él no se había ido. De alguna manera esto tranquilizó a Lola, se sintió un poco aliviada. Después de que Yonatan y Wendy saludaron cálidamente a todos, Vern Mu le sonrió a Lola y le dijo: —Señorita, debió haber estado esperando mucho, espero no le haya molestado mi impuntualidad, había demasiado tráfico. Lamentablemente estuve atrapado en la hora pico. Lola se puso de pie, tomando en brazos a Colin. Ella lo negó haciendo un ademán con la cabeza y una dulce sonrisa iluminó su rostro. —No hace mucho que llegué, no se preocupe, por favor, póngase cómodo. Vern Mu fue guiado al asiento principal. Al ver a Collin en los brazos de Lola, él llenó una caja roja de regalo para el niño. Jorge pasó al lado de Vern Mu y se detuvo junto a Lola, puso su cajetilla de cigarros y encendedor en la mesa y enseguida se sentó a su lado. Inmediatamente, Lola notó Jorge el aroma a cigarro, y pensó; —¿Jorge solo salió a fumar sin decirme nada? Jorge miró a Colin, y de forma inesperada cargó al bebé y lo sujeto firmemente entre sus brazos. Pero lo que Jorge agregó enseguida, fue lo que descartó completamente las sospechas de Lola que tenía sobre él. —¿Sabes sería lo mejor del universo? … que pudieras tener conmigo otro hermoso bebé, ¿no te gustaría también? — Mientras miraba a Colin, él no paraba de imaginar lo hermosa que debió haber sido Estrella cuando era bebé. Él nunca conoció a Estrella cuando era pequeña... En cuanto Yonata escuchó todo lo dicho por Jorge, se molestó. —Jefe Si, cuando Lola dio a luz a Estrella, su parto se complicó, su vida corría peligro, ni siquiera sabíamos si ella sobreviviría al embarazo. En verdad estarías pidiendo demasiado al querer tener otro bebé. En lugar de incomodarse con lo anterior, Jorge miró a Lola y le dijo con afecto: —Podría casarme contigo de nuevo, mañana mismo si así lo quisieras. — Claramente manifestó su más profundo deseo, moría de ganas por decirlo desde hace mucho. Ahora la decisión final, se encontraba en las manos de Lola y no en las de él.

Lola tomó a Collin de los brazos de Jorge, mientras una sonrisa de superioridad se dibujó en su rostro, "No acepto, en verdad no quiero. ¿Aún recuerdas que yo no quiero estar más contigo? Yonata los vio comenzar a discutir, sintió un repentino dolor de cabeza así que prefirió quedarse fuera de esa batalla, como un simple observador. Él ya sabía en dónde terminará todo esto. Para entonces Jorge solo jugueteaba con la tierna y pequeña mano de Colin, parecía estar disfrutando su momento con el bebé. Al mismo tiempo, como si nadie estuviera ahí, dijo con firmeza y determinación; —Tú eres mía. —No importaba la manera, él siempre tenía todo lo que quería, podía conseguir todo lo que deseaba, siempre.

... La mesa estaba puesta y pronto el camarero se dedicó a atenderlos, comenzó a servir los deliciosos platillos del menú. Jorge le pidio al camarero que abriera dos botellas del vino más caro y lujoso que tuviera, seguidamente, llenó las copas de los tres hombres. Había conductores designados el hotel, así que podían beber hasta el amanecer, sin siquiera se preocuparse por embriagarse. El ambiente de la cena fue realmente fantástico, Vern Mu no paraba de hablar de lo bueno que Jorge era, sin embargo, Lola se burlaba por dentro. Ella conocía todos y cada uno de los defectos de Jorge, Pero reconocía que Jorge en verdad sabía como dar una buena imagen. Para Vern Mu, él era el ejemplo claro de un esposo modelo. Jorge únicamente sonreía en silencio, mientras, por debajo de la mesa, sus manos acariciaban de forma juguetona las manos de Lola. Por fin, Lola se levantó y le dijo a Wendy: —Necesito ir al baño de damas, ¿qué hay de tí?, ¿me acompañas? Wendy rechazó la invitación, así que Lola salió sola de la habitación. Después de lavarse las manos, salió del baño y vio que Jorge se encontraba afuera, en el pasillo, fumando de nuevo. Al ver a Lola salir del baño, Jorge agarró su mano y la llevó a otro lugar, Abrió la puerta de salida, la empujó hacia allá y finalmente la puso contra la pared. El olfato de Lola inmediatamente reconoció el peculiar aroma del alcohol y tabaco. Ella frunció el ceño, empujó a Jorge a un lado y dijo: —¿Por qué me trajiste aquí?

Jorge puso sus manos sobre la pared, se acerco a ella mirándola fijamente. —Ya que tú me has dejado claro lo que quieres, entonces yo te diré lo que también deseo... Lola, no importa cuánto quieras librarte de mí, nunca lo harás, jamás me rendiré. Ella podía notar la gran determinación que su voz desprendía. De repente, Lola se dio cuenta que había una manera de alejarlo de su vida, de una vez por todas. —Sabes que he estado en la Provincia de la Corona, ¿cierto? Jorge la miró fijamente a los ojos. Ella podía sentir su desesperación. —He vivido con Herren por más de un mes y estuve ahí de nuevo hace un tiempo. ¿tú crees que no pasó nada entre él y yo? Dime, ¿ahora crees que una mujer como yo será lo suficientemente buena para ti? Me he acostado con otro hombre, seguramente, ya no me querrás más. —Ella se percató de la palidez en la rostro de Jorge, esto le dio cierta satisfacción, se sintió un poco complacida al ver que finalmente se rendiría. Todo hombre se preocupa mucho por la pureza y fidelidad de una mujer, especialmente un hombre tan orgulloso como Jorge. —¿Así que te acostaste con él? ¿en verdad sucedió? —Preguntó directamente. Él quería que lo admitiera. Pero le enfatizó: —Si te atreves a mentirme, estas tonterías simplemente continuarán. ¿Atreverse a mentirle? Definitivamente, ella no se atrevió a hacerlo... El titubeo de Lola que Jorge notó, suavizó su expresión de su rostro. Él se dio cuenta de que posiblemente ella solo inventó eso para deshacerse de él. La rodeo con sus brazos, se acercó a ella y besó cariñosamente sus labios. De inmediato, Lola lo empujó a un lado y respondió: —Sí... sí... ¡Me he acostado con él! —Ella confesó rápidamente. Jorge cubrió la nuca de Lola con toda su mano, luego llevó su cabeza a la suya y apoyó la frente contra la de Lola. Él respondió: —Lola, ni siquiera deberías intentarlo, no me mientas porque yo confiaré en todo lo que salga de tus labios, con toda mi alma y corazón. Sin siquiera mirarlo a los ojos, ella respondió: —Si no quieres creerlo, no lo hagas, no intentaré convencerte de nada, piensa lo que quieras. Jorge sonrió y respondió con un tono sarcástico: —Está bien, si esto es así, entonces dime... ¿quién es mejor amante? Al ver su sonrisa burlona, Lola quería realmente abofetearlo con tal fuerza que olvidará su eexistencia ... ¡qué pregunta tan indecente y desvergonzada hacía! Sin embargo, aunque en contra de su voluntad, ella respondió; —Mi

prometido es mejor, obviamente, no hay duda alguna. Jorge no dejó siquiera que Lola terminara la frase cuando la empujó hacia la pared y se puso sobre ella, sus manos sujetaron su cintura con fuerza. —¿Estás segura?, ¿estas completamente segura de lo que dices? —Él la amenazó. Ella sentía su corazón palpitar con tal fuerza que pensaba que explotaría en cualquier momento, luego movió su cabeza negando sus palabras; —No, no estoy segura... —Bien por ti, Jorge... pero esto aún no se acaba, un día te pagaré con la misma moneda, solo espera y verás. Estás coqueteando conmigo, ¿eh? pues iré a Crescent Spring esta noche. —Lola planeaba en silencio. Al ver a Lola avergonzada y la mirada baja, Jorge se sintió incluso más feliz de haberse atrevido a besar sus labios rojos. Después de todo el juego de poderes, regresaron a la cena, aunque Jorge seguía insistiendo mientras Lola forcejeaba. Cuando la cena terminó, los subordinados de Vern Mu lo llevaron tranquilamente a casa. Después Lola se dirigió a la recepción a para pagar la factura, sin embargo, el cajero le dijo que la cuenta ya había sido pagada. Miró a su alrededor, especialmente a Jorge, que se encontraba buscando a un conductor designado que llevara a Yonata a casa. Pensó que tal vez Jorge era el que había pagado la cuenta. Después de que casi todos se habían retirado, Jorge le dijo a Yonata: —Creo que bebí demasiado, necesito que Lola me lleve a casa. Además, si ya es muy tarde para ella, puede pasar la noche en mi casa . Lola fijó mirada en el creído de Jorge y se preguntó: —¿Cómo puede ser tan arrogante? Yonata miró a Lola y le dijo: —Tú decides si lo llevas o no. —Era una verdadera molestia tratar con esa pareja; podían mostrarse cariñosos en un momento y al minuto siguiente podían empezar una guerra mundial. Yonatan no quería involucrarse más con esta situación. Jorge también miró fijamente a Lola, con unos ojos llenos de amenaza que la advertían de algo. —Yonata, no te preocupes, vete a casa primero. —Ella volverá más tarde. Lola se convenció a sí misma. Wendy cargó a Collin en sus brazos mientras Yonata metía la carriola en la cajuela del auto. —De acuerdo Lola, entonces nos iremos a casa, lo mejor será que conduzcas lento, vete con cuidado. —Yonata se acercó a tomar al bebé y lo subió

al auto y enseguida ayudó a Wendy también. —¡Adiós! El coche militar desapareció entre la noche. Lola extendió su mano derecha hacia Jorge y enseguida le dio las llaves del auto. Subieron al auto juntos. Lola se subió en el asiento del conductor y encendió el motor, Jorge se acomodó en el asiento de a lado y cerró los ojos. Había bebido demasiado. Desde hace tiempo, tenía sentimientos encontrados. Primero estaba de mal humor, y bebió de nuevo para poder sentirse mejor. Bueno, de hecho, él había bebido demasiado esta noche, no se sentía muy bien. Durante todo el viaje, Lola permaneció en silencio, creando en su mente diferentes escenarios e ideas sobre cómo hacerle una broma. Crescent Spring. Cuando Jorge bajó del auto, no pudo mantenerse en pie, se tambaleaba, no podía caminar bien. Le hizo un gesto a Lola, quien enseguida caminó hacia él y tomó su mano.

Capítulo 341 Quédate fuera toda la noche Jorge levantó sus cejas con sospecha. ¿Por qué estaba tan silenciosa y bondadosa todo el camino de regreso a casa? Era realmente extraño. Debe tener algo en mente. Lola abrió la puerta de la casa y encendió las luces. Secretamente puso la llave del auto en su bolso mientras Jorge no le prestaba atención. Entonces tomó el brazo de Jorge y lo llevó al segundo piso. Lola ayudó a Jorge a sentarse en la cama. Jorge estaba desconcertado mientras miraba a Lola. ¿Por qué era tan dulce de repente? Entonces Lola se quitó voluntariamente las zapatillas... Jorge levantó sus cejas una vez más mientras observaba sus movimientos. Estas no eran las cosas que Lola haría en esta situación. Estaba planeando algo. Él podía sentirlo. Sintiendo la mirada de los agudos ojos de Jorge, Lola se sintió un poco nerviosa, pero fingió estar tranquila y lo empujó hacia la cama. Le susurró dulcemente al oído: —Sr. Si, es hora de dormir. Ella se acostó a su lado. Sus ojos se volvieron más profundos. Cada vez que ella actuaba así, algo malo pasaba. Jorge se puso en alerta una y otra vez, pero finalmente sucumbió ante Lola... Alrededor de 10 minutos después. Lola se levantó rápidamente de la cama de Jorge y salió corriendo de la habitación al primer piso. Mientras la observaba huir como el viento, Jorge todavía yacía en la cama y cerraba los ojos. Parecía que Lola estaba realmente extraña esta noche. Él no podía entenderla. Después de unos minutos, Jorge logró controlar la respiración y entró al baño para tomar una ducha fría. ¡Qué valiente era Lola! ¡Se atrevió a coquetear con él y huir más tarde! Ella pagaría por esto. ¡Lola se sonrojó mientras su corazón latía tan rápido! Pero rápidamente sacó la llave de su bolso y abrió la puerta del auto. Condujo a Lamborghini de Jorge hacia la casa de la familia Li.

Una vez que arrancó el motor del auto, se sintió aliviada al estar segura de que Jorge nunca podría alcanzarla. En la casa de la familia Li. Yonata puso a su ya dormido y encantador hijo en su camita. Wendy estaba saliendo del baño cuando vio a Yonata besar suavemente la frente de su hijo. Ella sonrió y le susurró: —¿Ya está dormido? Yonata se levantó y asintió. Luego se acercó a ella y le tocó el hombro. — Cariño, ¿estabas asustada y nerviosa hoy? —Él estaba hablando de Sharon. Wendy se rió y sonrió. —No olvides que puedo hacer Taekwondo. ¿Cómo podían asustarme? ¡De ninguna manera! —Bueno, ese hombre realmente fue golpeado por ella. Yonata dejó escapar un suspiro de alivio cuando escuchó lo que ella dijo. Al ver a Wendy que acaba de terminar su ducha, algo cruzó sus ojos. Yonata besó sus labios y se quejó en un tono dulce: —Cariño, nuestro hijo ya tiene dos meses. —Y él no le había hecho el amor por mucho tiempo ... Wendy se sonrojó en un instante y le apretó el cuello con fuerza. Yonata la levantó y la puso en la cama. Luego se sujetó a ella... Cuando casi estaban allí, de repente oyeron algo. —¡Tok tok tok! — ¡Alguien estaba llamando a la puerta! Wendy estaba tan nerviosa que apartó a Yonata y se escondió debajo de la colcha. Yonata mantuvo la misma postura en la cama por un tiempo. ¿Quién demonios estaba ahí fuera? Ya era muy tarde. ¿Quién los perturbaría a estas horas? Yonata abrió la puerta con el ceño fruncido y vio a la feliz Lola. Lola notó que su hermano no estaba de buen humor. Estaba confundida, "¿Qué pasa, hermano? ¿No estás feliz de verme? —¿Qué pasa? ¿Por qué no dejó que Jorge probara este tipo de sentimiento? —Yonata pensó. —Oh nada. ¿No dijiste que no volverías esta noche? Me sorprendió. —¿Por qué regresó a interrumpirlos? ¿Porqué ahora?! Lola no se dio cuenta de que, por primera vez, Yonata esperaba que su hermana se quedara fuera toda la noche. —Uh... Ya no soy la esposa de Jorge, por supuesto, necesito dormir en casa. ¿Dónde está Wendy? —Ella estaba aquí para ver si Wendy ya estaba durmiendo. —Entonces, ¿llamaste a la puerta solo para comprobar si Wendy todavía estaba despierta? —La cara de Yonata se volvió aún más oscura. Lola asintió inocentemente. ¡Era tan ingenua! "Sí, solo quiero decir hola ..." ¿Qué pasa con Yonata? ¿No estaba emocionado de verla?

—Bueno, ahora te digo que tu cuñada y tu sobrino están durmiendo. Vuelve a tu habitación y no más golpes molestos, ¿de acuerdo? —Yonata inmediatamente cerró la puerta después de decir eso. Lola estaba más confundida mientras miraba la puerta cerrada frente a ella. En la habitación, Yonata acababa de meterse debajo de la colcha. —¡Tok tok tok! —¡Volvió a llamar a la puerta! Yonata nunca había pensado en un momento en el que quería golpear a Lola. Hasta ahora... Wendy se rió en secreto debajo de la colcha y empujó a Yonata al borde de volverse loco, "Abre la puerta. No podemos ser demasiado ruidosos. Colin ya está durmiendo. La puerta se abrió de nuevo y Yonata parecía tan molesto. Lola preguntó con ansiedad: —Hermano, ¿te peleaste con Wendy? —¡Esa debería ser la razón por la que se veía tan enojado! Colin todavía era demasiado joven. No deberían pelearse delante de él. Lola no se dio cuenta de que estaba preocupada por nada. Todavía trató de mirar dentro de la habitación para buscar a Wendy. —¿No sabes que estás interrumpiendo el tiempo íntimo de tu hermano y de Wendy? —Yonata apartó a Lola de la puerta y volvió a entrar con esas palabras. La puerta se cerró de nuevo. Pero esta vez, Lola se sonrojó afuera de la puerta, ah... bien. Ella no quería hacer eso. Se sintió un poco avergonzada. Entonces Lola oyó débilmente las palabras de Yonata detrás de la puerta. Estas palabras la hicieron sentir más avergonzada. ¡Ahhhhhh, ella no quiso hacer eso! Oh hermano, ¿por qué no podía esperar hasta que ella estuviera fuera? Corrió a su propia habitación de inmediato. De repente, el teléfono sonó mientras ella todavía se sentía molesta y avergonzada de sí misma. Por supuesto, ese era el malvado Jorge. Se había enterado de su plan astuto. Lola intentó controlar su propio estado de ánimo y le preguntó con suavidad: —¿Qué pasa, Sr. Si? —Su tono sonaba muy educado y respetuoso. Jorge miró con desprecio el teléfono. Acababa de terminar de ducharse. — Tú eres responsable de mí. —¿Cómo podría ella simplemente alejarse? ¡Demonios, incluso se escapó! Tenía miles de maneras de recuperarla. —Señor Si debe estar bromeando. —¡Qué mal hombre! Él exigió que ella fuera responsable de hacerle sentir bien. —No estoy bromeando. Me enfermé. ¡Ven y cuídame! ¡Ejem ejem ejem! — Ella no podía adivinar si la tos repentina era real o no. ¿Cómo se resfrió? Pero estaba sano y activo hace algún tiempo ... —¿Eso tiene algo que ver conmigo? —Se había acostado en la cama y ya

no tenía la energía para levantarse. —Ejem ejem... —Jorge no habló más, solo tosió una y otra vez. Tosió tan mal, pero Lola no le creyó en absoluto. Ella sabía que solo era una táctica obligarla a volver con él. —Señor. Si, ya estoy en la cama. Por favor no me moleste más. Tomaba alrededor de 30 minutos ir desde la casa de Jorge hasta la de Lola. Realmente la molestaría si regresaba. Jorge se molestó. ¿Ella realmente quería mentirle? —Estrella volverá mañana. —Al escuchar la voz cansada de Jorge, Lola se incorporó de repente en la cama. ¿Realmente Estrella regresaría al país A mañana? ¡Oh Dios mío! ¡Podía ver a Estrella de nuevo! Estaba tan emocionada que casi lloró de todo corazón. ¡Ella podría ver a su bebé mañana! ¿Era verdad? ¡Qué emocionada estaba! —Pero, Lola. Si no te presentas ahora mismo, no podrías ver a Estrella mañana. —La verdad era que, incluso si ella no regresaba esta noche, él la dejaría ver a Estrella de todos modos. Lo necesitaba para poder recuperar su corazón. Lola ciertamente sabía qué pasaría si regresaba a la casa de Jorge ahora. ¡El hombre malo era tan desconsiderado! ¡Siempre fue tan vengativo! De todos modos. Ya estaba acostumbrada a que Jorge la torturara. Ya no era algo nuevo. ¡Por Estrella, ella haría cualquier cosa!

Capítulo 342 No cuelgues el teléfono Lola dejó la casa de la familia Li a toda prisa y aceleró deliberadamente su ritmo cuando pasó junto a la habitación de su hermano. Sin embargo, después de pensarlo por un segundo, Lola todavía decidió decir algo antes de irse. Ella gritó en el pasillo: —Wendy, me voy ahora y no volveré esta noche. La respuesta que recibió fue un grito que venía de su habitación; Lola bajó las escaleras en un instante con la cara roja cubierta por las manos. Cuando ella estaba caminando afuera de la puerta, su teléfono volvió a sonar. Ella respondió, y dijo con impaciencia: —¡No me apures más! ¡Ya estoy en camino! El hombre al otro lado del teléfono se echó a reír y dijo: —No tienes que venir ahora, es demasiado tarde. Puedes venir mañana por la mañana si quieres." Sin embargo, si ella insistía en venir, él la recogería. Lola rechinó los dientes con ira. El hombre era tan repugnante que ella realmente quería pisar su cara y aplastarla con sus tacones altos. —¿No quieres que vaya? ¡Definitivamente voy a ir entonces! —Ahora, Lola solo quería ir contra su voluntad. —Si insistes, iré a recogerte. Espérame en la puerta. —Jorge estaba preocupado de dejar que Lola condujera sola tan tarde en la noche. Lola frunció la boca y luego abrió la puerta de su auto y dijo: —Sé que eres un viejo conductor y experimentado, pero tampoco soy tan mala en eso. ¿Un viejo conductor? ¡Había algo en lo que ella decía! (* TN: Viejo conductor en chino es una jerga para describir a aquellos hombres que tienen experiencia en hacer bromas difíciles sobre el amor y el sexo. ) —Sé buena y espera a que te recoja. —Jorge escuchó a Lola arrancar el auto después de que acababa de terminar su oración. ¡Ella era tan desobediente! Al no persuadirla de ninguna manera, Jorge no tuvo más remedio que decir: —No cuelgues el teléfono entonces, solo deja que la llamada corra. ¿No cuelgues el teléfono? ¿Deja que la llamada corra? Lola dejó el teléfono a un lado sin entender por qué.

Al escuchar el sonido proveniente del otro lado de la casa, Jorge bajó las escaleras y encendió todas las luces de la calle en las puertas de la casa y esperó a Lola frente a la puerta. Ocasionalmente, al otro lado de la línea se escuchaban bocinas de automóviles, lo que hacía que Jorge estuviera tranquilo. Media hora más tarde, un automóvil con luces intermitentes apareció en la línea de visión de Jorge. Colgó el teléfono y se dirigió hacia el coche con una sonrisa en la cara. Lola salió del auto y luego lo cerró. Miró al hombre sano y se sintió engañada. —¿No dijiste que te resfriaste? Jorge tomó la llave del auto de la mano de Lola, la tomó en sus brazos y luego caminó hacia la casa. —¿Quién te dijo que me resfrié? —preguntó. Al no poder escapar del control de Jorge, Lola tuvo que dejar que la llevara. —¡Fuiste tú quien me dijo en primer lugar! —ella dijo. '¿Por qué negó estar enfermo?' —Dije 'me enfermé'. —Repitió lo que había dicho antes cuando entraron en su casa. —Sí, y también tosiste. ¿Eso no significa que te resfriaste? —Ella se paró en la entrada de la casa y lo miró de arriba abajo; Parecía totalmente normal. Jorge sonrió, luego miró a Lola y dijo: —Si toso no significa necesariamente que me resfrié. Solo estoy enamorado.

... Esta vez, Lola realmente se quitó los tacones y fingió arrojarlos a la cara de Jorge. Jorge tomó los zapatos de las manos de Lola y los tiró. Luego, la tomó en sus brazos y subió las escaleras. —¡Vine aquí para ver a Estrella mañana! ¡Déjame ir! —Lola le mostró a Jorge una mirada enojada. ¿Cuándo se había vuelto tan astuto? A mitad de las escaleras, Jorge bajó a Lola de sus brazos. Las siguientes escaleras estaban cubiertas por una alfombra, por lo que no tenía que preocuparse de que ella sintiera sus pies fríos al caminar sobre ellos. Después de que subieron el resto de la escalera, Jorge la empujó contra la barandilla y dijo: —¿Has olvidado que tienes que obtener mi permiso si quieres ver a Estrella? ¿UH Huh?

... ¿Esta era su actitud para reconciliarse con ella? ¿Y era realmente lo correcto para revivir su relación? —Jorge Si, si te atreves a hacerme algo esta noche, ¡nunca me volveré a casar contigo! —Al ver que la cara de Jorge se ponía lívida, Lola orgullosamente balanceó su cabeza y se dirigió al segundo piso pisando la suave alfombra debajo de sus pies. Al llegar al interior de la habitación, Lola corrió directamente hacia la cama grande y estaba lista para irse a dormir con una mente tranquila. De repente, Jorge entró. Cerró la puerta de la habitación, apagó las luces y luego se acostó a su lado en la cama. —¡Acabas de aceptar no tocarme esta noche! —Lola miró vigilante al hombre tendido a su lado. Jorge volvió a apagar la lámpara de la cama y sostuvo a Lola en sus brazos sin importar sus objeciones. Como ahora Lola estaba en su cama, ¿no era él quien decidía qué pasaba? Tres minutos después. —¡Cómo te atreves a tocarme! ¿No quieres volver a casarte conmigo? Lola le advirtió seriamente a Jorge de nuevo. —No te sentirás cómoda de todos modos si duermes con tu ropa. Te estoy ayudando —dijo Jorge. —Está bien... Está bien, puedes dormir ahora. ¿Qué sigues haciendo? protestó Lola. —Sólo quiero abrazarte —dijo Jorge, angustiado. Después de un tiempo, Lola sintió que había sido realmente estúpida al creer algo de lo que el hombre le había dicho antes. Todas las protestas siguientes de Lola fueron bloqueadas cuando Jorge besó sus labios. Era demasiado difícil ir tras ella, y aún más difícil tener la oportunidad de abrazarla. Quien sabía si habría otra oportunidad de hacer esto. Jorge tenía que apreciar cada momento de la oportunidad de pasar la noche con ella. No hablaron nada durante toda la noche y solo hicieron el amor. A medida que el amanecer comenzaba a amanecer, Lola finalmente se deshizo del agarre de Jorge e inmediatamente se quedó dormida. Había maldecido a Jorge miles de veces durante toda la noche. A la hora del almuerzo Jorge se despertó primero y cuando miró la hora, ya habían pasado las 12

am. Y su mujer amada, acostada a su lado en la cama, todavía estaba profundamente dormida. Después de besar la frente de Lola, Jorge se levantó de la cama tan tranquilo como pudo, para no molestar a Lola. Jorge llamó a alguien para que le enviara algunos comestibles a la casa y luego entró en el baño. Planeaba cocinar el almuerzo para su esposa más tarde. Cuando Jorge salió del baño, llamó a la casa vieja. Kevin contestó el teléfono y le dijo a Jorge que Estrella ya estaba en el avión y de regreso a casa. Jorge colgó y fue a su estudio para revisar los correos electrónicos de su empresa. Había demasiado trabajo esperando que él se ocupara de eso a tiempo. —¡Cariño, levántate! ¡Es hora del almuerzo! —Jorge gentilmente llamó a Lola en su oído. Lola, quien estaba profundamente dormida, tuvo la impresión de que había regresado a la primera y dulce época de su matrimonio. —Ok, cariño. Ya voy." Lola le respondió a Jorge con voz ronca. Pero Jorge estaba satisfecho por como lo llamó Lola. Ella le había respondido. —¡Cariño! Pero, Lola de repente abrió los ojos, se sentó en la cama y comenzó a despertase. Mirando confundida a Jorge, que estaba sonriendo, Lola negó con la cabeza con desdén. '¡No! ¡Esto no está bien!', pensó. ¡Ella no estaba en el país C y Jorge era su enemigo! Entonces, Lola recordó lo que Jorge le hizo la noche anterior. Salió de la colcha y entró directamente en el baño. Al mirar la suave espalda de Lola, Jorge sintió que su garganta ardía repentinamente. —Querida... —Jorge siguió a Lola al baño sin vergüenza, pero fue expulsado por ella sin piedad. —¡No te equivoques! ¡No soy tu esposa! —dijo Lola. Luego cerró la puerta del baño a toda prisa, dejando a Jorge afuera. Jorge estaba molesto pero, sin embargo, sonrió con satisfacción cuando recordó lo que había pasado entre ellos la noche anterior. —¡Cariño, baja a almorzar después! —gritó Jorge a la puerta del baño antes de irse. Lola se salpicó un poco de agua fría en la cara y luego se miró en el espejo; había muchos chupetones en su cuerpo. Lola apretó el puño y se preguntó cómo volvió a hacer el amor con Jorge después de jurar todo este tiempo para mantenerse alejado de él. ¿Y cómo podría todavía casarse con Herren después de lo que pasó anoche? Nunca podría deshacerse de este hombre desvergonzado. Ella pensó que

debería decirle a Herren toda la verdad, o de lo contrario se convertiría en una mujer inconstante. En el almuerzo. Jorge puso un tazón de sopa frente a Lola y dijo: —Debes comer más para la nutrición extra. —Ella había sufrido demasiado por él, e incluso sus piernas estuvieron rotas durante tres meses a causa de él. Tenía que encontrar la manera de compensarlo.

Capítulo 343 Cambio de humor instantáneo Lola, mirando con indiferencia el plato de sopa frente a ella con dátiles rojos, tremellas, medallones y otros ingredientes, lo rechazó firmemente y dijo: —No lo quiero. Jorge sostenía un tenedor en sus manos, y de repente se puso un poco rígido y dijo: —¿O podría simplemente dártelo con la boca? —Si ella realmente quisiera eso, él habría estado dispuesto a hacerlo. ¡La había amenazado de nuevo! "Lo beberé más tarde. Entonces el hombre se sintió satisfecho, y parecía estar pensando en algo cuando miró a la indiferente mujer sentada frente a él. —Prometiste casarte conmigo mientras estábamos en la cama anoche. Lola dejó de almorzar y trató de recordar lo que había dicho. Podría haber sido cuando ella le rogaba que se detuviera. Dijo que se detendría solo si ella le prometía volver a casarse, y ella no tenía más remedio que hacer esto. —¿Y creíste las palabras de una mujer cuando estaba teniendo sexo contigo? —Ella le habló sin ninguna preocupación y luego continuó almorzando. ... Esta vez, Jorge se quedó sin palabras. Se preguntó si podía confiar en sus palabras o no. ¡Había creído cada una de sus palabras hasta este momento! —Lola, no me hagas enojar —dijo. Fingiendo estar enojado, dejó el tenedor sobre la mesa. La mujer ni siquiera lo miró, sino que respondió: —Has tenido sexo conmigo toda la noche. ¿Te hice enojar entonces? No estabas satisfecho conmigo ahora, ¿verdad? —Ella ahora lo miró con una emoción amenazadora en sus ojos. Jorge no pudo evitar sonreírle a ella. Cogió el tenedor y siguió comiendo de nuevo. —No me hubiera atrevido a disgustarme cuando mi esposa dijo que estaba contenta. —¡Jorge comprendería eso para recuperarla! Lola se tragó los espaguetis y luego dijo: —Otra cosa: no me vuelvas a llamar 'esposa'. Ya soy la prometida de otro hombre. Ahora me he convertido en una mujer temerosa de ti. ¿Morirías si no me molestaras al menos un solo día? —¡Al pensar en su situación actual, no pudo encontrar ninguna diferencia entre ella y las mujeres que estaban con dos hombres al mismo tiempo! Ella estaba particularmente molesta.

El hombre comió tranquilamente los espaguetis en su plato. Después de tragar, dijo: —Podría deshacerme de tu reputación de mujer asustadiza en cualquier momento, siempre que lo desees. Y sí, en realidad me moriría si no te molestara todos los días. Señaló las dos palabras "Me moriría —lo que llevó a Lola a mirarlo con furia. Ella no quería hablar sobre este tema por más tiempo. Ella sería la única sin palabras ahora. —¿Dónde está mi hija? Dijiste que vendría hoy, ¿verdad? ¿Por qué no la he visto ya? —preguntó Lola. Al ver su reloj, Jorge dijo: —Nuestra hija llegará en menos de una hora. — Decidió dejarles pasar la tarde juntos; Él no las molestaría. Después del almuerzo, Lola se limpió la boca y luego entró en la cocina por primera vez. Ella no hizo nada mientras estuvo en la compañía de Jorge, lo cual fue vergonzoso. Al ver que ella había recogido un plato sucio de una manera descuidada, Jorge dijo con desprecio: —Te aconsejo tener cuidado cuando ... Pero cuando casi terminó sus palabras, Jorge escuchó un fuerte golpe. Las manos de Lola eran torpes, y el plato cayó al suelo, rompiéndose en muchos pedazos.

... Al mirar el desastre en el suelo, sintió que había sido una tonta desde el principio. Jorge se acercó a ella de inmediato, y se la llevó del desastre. Luego le preguntó con un tono preocupado en su voz: —¿Te lastimaste? —Pero descubrió que ella estaba bien. Lola negó con la cabeza, suspiró para sus adentros, y después de mirar a Jorge, dijo: —¿Estabas loco por amar a una persona tan estúpida como yo? — ¿Había alguna mujer mucho más estúpida que ella? No podía cocinar y tampoco podía lavar bien los platos o incluso limpiar la cocina. ¿Estaba calificada para ser madre? —No me casé contigo porque quería un sirviente; hay otras personas que hacen este tipo de cosas. Solo tenías que calentar la cama para mí, ¡y ciertamente hiciste un buen trabajo! —Luego sacó una escoba del armario para limpiar el desorden. ... Lola lo miró de nuevo. —¿Todos los hombres del mundo son tan audaces

como Jorge? —Ella se preguntó. —Señor Jorge, ¿dónde está tu aspereza? —Irónicamente, miró al hombre que ya había comenzado a limpiar los pedazos tirados en el piso. Limpió las piezas rotas del piso con cuidado, las arrojó dentro del contenedor de basura y luego comenzó a colocar el resto de los platos en la lavadora de platos. Finalmente, se dio la vuelta y miró a Lola. —¿Aspereza? No necesito eso cuando estoy conquistando a mi esposa. —Luego sostuvo a Lola por el hombro y caminaron juntos hacia la sala de estar. La mujer se sintió incómoda, pero el hombre no tenía la intención de bajar la mano. Ya habían iniciado su interminable batalla. Muy pronto, el hombre atrapó a la mujer en el sofá. Ella dijo: —¡Déjame en paz! ¡Si me tocas de nuevo, te castro con uno de los cuchillos de cocina! El hombre no pudo evitar reírse de sus palabras. Con una sonrisa coqueta en su rostro, le susurró al oído: —Te preocuparías si yo fuera así, ¿verdad? Estaba tan molesta que le dio una patada en el muslo. —No puedo esperar más. El hombre rápidamente agarró su pie mientras daba la patada. De repente, cuando besó sus labios rojos se escuchó el timbre de la casa. El hombre aflojó su agarre sobre ella y luego fue a abrir la puerta. Lola se sentó, arregló su ropa y luego también caminó hacia la puerta con la ira ahora contenida. ¡Debía ser su bebé! Cuando abrió la puerta, Sánchez, quien sostenía la mano de Estrela, entró por ella. —¡Mi querida Estrella! —¡Mami! —Las dos se abrazaron alegremente. Al mirar la sonrisa floreciente de Lola, Jorge admiró su cambio de humor instantáneo. La escena conmovió a Sánchez, una madre e hija finalmente reunidas. Sus ojos estaban rojos y casi llenos de lágrimas. Jorge miró fríamente al ahora conmovido Sánchez y dijo: —No tienes nada que hacer en la oficina, ¿verdad? —Tenía un montón de trabajo y no le importaba darle la mitad. Al pensar en el trabajo que Jorge había acumulado porque persiguió a su esposa estos últimos días, Sánchez intentó huir de inmediato y dijo: —Jefe, he dejado su avión privado aquí. Volveré en otro avión por mi cuenta. Jorge cerró la puerta y miró a las dos abrazándose. Fue tocado por la escena.

Se acercó a ellas, las sostuvo en sus brazos y dijo: —Mi querida esposa y mi querida Estrella, las quiero mucho a las dos. —¡Papá, Estrela también te quiere mucho! —Estrella abrazó el cuello de Jorge casi en un instante. Pero Lola se deshizo rápidamente de su mano: —¡Intenta ser serio! — Podrías imaginar la escena en la que el presidente helado dijo con asco las palabras "Te quiero. Tut, tut, tut, fue increíble. Más tarde por la tarde, Lola llevó a Estrella al parque de diversiones. Lamentándose Jorge tuvo que lidiar con los asuntos de su compañía en la sala de estudio, y observó impotente a Lola y Estrella alejarse. Pero, para darles un futuro aún más brillante, tenía que ser aún más trabajador. Dentro del parque de diversiones, Lola miraba alegremente la sonrisa feliz de Estrella. Su Estrella había crecido hasta convertirse en una niña tan linda de los varios kilogramos que tenía cuando nació. '¡Cómo pasa el tiempo!', pensó. A la hora de la cena, Lola llevó a Estrella con su propia familia. Hoy, casi todos los miembros de su familia se habían reunido. Manolo y Laura regresaron del país C, y Harold y su esposa también habían regresado. Además, Lola había vuelto a casa con Estrella. Con todo, fue una reunión escasa para ellos. Una familia con cuatro generaciones de miembros en la mesa disfrutaba de la felicidad desbordante. Por la noche, Lola yacía junto a Estrella. Cuando Estrella finalmente se durmió, abrió su teléfono móvil. Le envió un mensaje a Thomas Herren en Wechat. —Tomás, lo siento mucho. No puedo ser tu prometida. —Ella le devolvería el anillo en el momento adecuado. Por ahora, era todo lo que podía hacer.

Capítulo 344 En una condición mental mucho mejor Ahora que finalmente había tomado su decisión, tendría que evitar encontrarse con los dos hombres en el futuro. Pero Jorge... Ella suspiró y se preguntó si alguna vez podría evitarlo. En la noche, cuando Herren miró el mensaje de WeChat, recordó las noticias en Twitter que decían que Jorge la había llevado al cine. ¿Podría ser que su corazón se había ablandado? Por primera vez, no respondió a su mensaje. Cuando Jorge, que estaba en Crescent Spring, vio la hora, ya eran más o menos las once de la noche. Había silencio en la casa, y él sabía que Lola había llevado a su hija a la casa de su suegra. Después de mirar su trabajo sin terminar, decidió llamarla solo cuando hubiera acabado todas sus tareas. Al día siguiente, Manolo trabajó como su conductor y llevó a Wendy, Colin, Lola, Estrella y Laura de nuevo al parque de diversiones. Manolo tomó una foto de Lola y Estrella, que estaban sentadas en un carrusel, y luego se lo envió a Jorge. Ya había llamado a Jorge y le había pedido que lo ayudara a lidiar con el caso del director hace unos días. No mucho después, el director fue enviado a Mauricio, y lo más importante era que ahora la reputación del director había sido dañada. Ya nadie trabajaría con él. Y el contrato con la actriz que tuvo una operación de estiramiento facial también se rescindió; ninguna compañía de entretenimiento la firmaría en el futuro. Su ex cuñado, y futuro cuñado, era realmente bueno en eso. Cuando Jorge recibió la foto de Manolo, se estaba frotando las sienes y pensando en un plan de inversión futuro difícil. Al ver la foto, se animó instantáneamente y también aclaró su mente. Le envió una respuesta a Manolo y le dijo: —Bien, envía más. —Después de eso, comenzó a trabajar atentamente en su computadora. Después de recibir los comentarios positivos de Jorge, Manolo envió docenas de fotos de Lola y Estrella jugando en un pequeño tren, en un barco pirata y en un barco regular, y así sucesivamente.

Sentada cerca, y viéndolo tan emocionado, Laura se acercó a él. Claramente lo vio enviando fotos. Entonces ella finalmente entendió una cosa. Después de regresar del país C, vio que Lola estaba en una condición mental mucho mejor y que su piel se había vuelto más brillante. ¡Jorge era su producto de belleza esencial! ¡Qué grande era el poder del amor! Laura miró a Lola, que estaba abrazando a Estrella no tan lejos. Esperaba sinceramente que Lola y Jorge se reunieran de nuevo y que no hubiera más malentendidos entre ellos. Cuando regresaron a casa por la noche, todos en el auto, tanto adultos como niños, estaban profundamente dormidos; todos excepto Manolo, que era el conductor. Cuando llegaron a la casa de la familia Li, Manolo despertó a los tres adultos y los dos niños pequeños. Entraron en la casa y Lola se cambió los zapatos en la entrada. Cuando vio al hombre en la sala de estar, su sonrisa desapareció casi en un instante. En la sala de estar, Jorge estaba jugando al ajedrez con Landon. Cuando Landon los vio entrar, él felizmente empacó el tablero de ajedrez. —¡Papi! —Estrella inmediatamente corrió hacia Jorge y lo abrazó. Luego Jorge levantó a su hija, la puso en su regazo y la miró cariñosamente. —Jorge, ¿lo hice bien hoy? —Cuando Manolo vio a Jorge, inmediatamente se le acercó y le pidió una recompensa. Jorge parecía estar de buen humor. Le dio una palmadita a Manolo en el hombro y le dijo: —¡Buen trabajo! Si necesitas mi ayuda con algo, solo dímelo. —Había recibido todas las fotos y las había enviado a Sánchez, quien a su vez las había enviado a la mansión para que las imprimieran. Lola miró a los dos hombres con curiosidad y se preguntó qué habrían hecho hoy. Sin embargo, durante todo el día, Manolo había estado con ellos en el parque de diversiones. ¿Cuándo tuvieron tiempo para hacer algo juntos? Se llevó a Manolo a un lado por un momento y luego comenzó a preguntarle: —Manolo, ¿qué hiciste a nuestras espaldas hoy? —No había absolutamente nada bueno en sus palabras. Manolo sonrió, apartó la manga de la mano de Lola de inmediato y luego corrió hacia su esposa. —Mi querida hermana, será mejor que le preguntes a mi cuñado sobre esto. Cuando ella lo escuchó, Lola se le acercó y le dio una bofetada en la cabeza. —¡Él no es tu cuñado! Él es Jorge Si, el Sr. Si. —¿Cuñado? Ya no.

Sin embargo, Jorge habló por Manolo. —Manolo tiene razón. Soy su cuñado. Lola miró al hombre desvergonzado y luego subió las escaleras enfadada. Jorge inmediatamente le dijo a su hija, que estaba en sus brazos. —Ve y juega con tu hermano menor primero. Papá va a ver a tu mamá. —Estrella asintió obedientemente. Caminó hacia Wendy y luego jugó con Colin. De vuelta en el dormitorio, Lola yacía apenada en su cama y jugaba con su teléfono celular. Todo su buen humor había sido echado a perder por él. La puerta de la habitación se abrió de nuevo y el hombre alto apareció en ella. —Señor. Si, ¿qué estás haciendo aquí? —Inmediatamente se incorporó de la cama y lo miró con una mirada alerta en sus ojos. Cerró la puerta y, mientras olía su aroma en la habitación, caminó hacia ella. Se sentó a su lado en la cama y dijo: —Mañana te llevaré a ti y a Estrella de regreso al país C. —En lugar de preguntarle si quería, él lo afirmó. ¿Ella también iría con ellos? ¿A su mansión? Pensando en los primeros días después de la boda, ella sonrió y dijo: —Sr. Si, ¿no fuiste tú quien me prohibió entrar en la mansión? —¿Cómo podía no oír la ironía en sus palabras? Él puso sus grandes manos en ambos hombros para que ella lo enfrentara. —Lo siento, y me disculpo. Todo fue mi culpa. ¿Podrías por favor perdonarme? —Sus ojos estaban llenos de sentimientos profundos y, durante unos segundos, Lola estuvo casi perdida en ellos. Ella sonrió y, mirando a un lado, dijo: —No, gracias. Puedes ir solo y no hay necesidad de que nos volvamos a encontrar nunca más. —Su actitud hacia él era obvia. Un toque de tristeza fluyó de los ojos de Jorge. La sostuvo contra su pecho. —¡Por favor, dime qué debo hacer para que me perdones! —Tal vez fue porque estaba herida que sintió su corazón tan frío. Ya no le importaría, no importaba lo mala que fuera su manera de hablar. Ella lo empujó lejos. —Por favor, no pierdas más tiempo en mí. —Ella lo miró directamente a los ojos y dijo: —Mi corazón está frío ahora y congelado. Solo déjame ser así. Él le cogió las manos. —Voy a calentarlo de nuevo. No puedo vivir sin ti, Lola. ¡Simplemente no puedo! Ella había sentido lo mismo por él en el pasado, pero él la había rechazado una y otra vez. Sus ojos se pusieron rojos y luego se levantó de la cama. —Eso es suficiente, Sr. Si. No me interesa lo que tenga que decir. Por favor, solo váyase

ahora. —Ven conmigo. —Él también se puso de pie, y con las manos en los bolsillos, la miró. —¡Eso es imposible! Al escuchar esto, el hombre la miró un poco más y luego finalmente salió de la habitación. Cuando la puerta finalmente se cerró detrás de él, ella no pudo evitar llorar. Había tenido éxito en ahuyentarlo. Pero ¿por qué le dolía el corazón? ¿Por qué se sentía tan triste ahora? En LE Sentada en una silla colgante, Lola escuchó al gerente principal informando sobre el trabajo reciente.

Capítulo 345 Mi cita Descubrió, que ahora, estaba a cargo como la jefa de esta compañía. Jorge se había ido por tres días y no dijo cuándo regresaba. Él le prometió que nunca renunciaría a ella. Pero ¿por qué rompió su promesa, solo unos días después? Lola se rió: —En efecto, los niños siempre serán niños. Nunca se puede confiar en sus palabras. Habrá un concurso internacional de café, la próxima semana en el país C. Muchos productores de café asistirán de todas partes del mundo. El comité organizador le envió una invitación. —¿Participarás? —El gerente de la cafetería le preguntó a Lola tal como Sánchez le había ordenado. ¿Concurso internacional de café? ¿En el País C? —¿Dónde es exactamente? —Le preguntó con calma. —El lugar de reunión está en el Centro Internacional de Cultura y Amistad, en el Nuevo Distrito. '¿Nuevo Distrito? No está muy lejos de la mansión. ¿Debo ir o no?' Se preguntó Lola. Luego de un rato, Lola asintió con la cabeza con un sí. Era una oportunidad demasiado buena para perdérsela. Después de eso, el gerente regresó a la cafetería, llamó e informó a Jorge de la decisión. Escuchó que iría y Jorge sonrió. No patrocinó el concurso para nada, después de todo. Después de cortar la llamada con el gerente, marcó su número. Vio quién era por el identificador de llamadas y Lola, de alguna manera, se sintió un poco nerviosa. Pero esperó para contestar, cuando el teléfono sonó por tercera vez. Esta vez, Lola se quedó en silencio. —Lola, el Grupo SL celebrará su aniversario en el País A, el pasado mañana. ¿Puedo invitarte para asistir a la ceremonia?. Escuchó la profunda voz de Jorge, desde el altavoz del teléfono. De hecho, la fiesta de aniversario de la compañía, estaba a la vuelta de la esquina. En los últimos cuatro años, siempre había asistido pero cada año, con

una nueva identidad. Ella extrañaba tanto los días en el SL. Si no fuera por Jorge, nunca se habría ido de allí. Pero ¿qué pasa este año? La invitó pero ¿con qué identidad? Pero parecía que ya no estaba en posición para asistir a la ceremonia. —No, no puedo. Ya no trabajo en el SL. —No tenía nada que ver con el SL ahora. Jorge sonrió. ¿Cómo pudo olvidar todo, sobre el regalo de compromiso que le había dado. —Con una participación del 20 % en SL, eres una importante accionista. Así, técnicamente, todavía trabajas en SL. Cuando escuchó esto, Lola se sorprendió bastante. Le había devuelto el documento y lo había rechazado. ¿Cómo era todavía una accionista? —Te devolví ese documento.... —Sí, lo eres. Pero antes de que lo hicieras, yo te nombré accionista. —Se puso un cigarrillo en la boca y luego, lo encendió. Cuando oyó el ruido del encendedor, ella frunció el ceño. —Debe estar fumando otra vez —pensó. Después de esto, le dijo en tono severo y frío: —Jefe Si, no puedo evitar que fumes afuera. Pero espero que no lo hagas si Estrella está cerca. —La niña era demasiado joven para estar expuesta al humo del cigarrillo de Jorge. Una gran sonrisa apareció en la cara de Jorge. Dio una larga bocanada y aplastó el cigarrillo. —Soy todo tuyo. Puedes participar en todos mis negocios, siempre que quieras. —Ella le dio órdenes y eso, sonaba genial. Lola se quedó sin palabras. —Sobre el aniversario, yo... No iré. Adiós, señor Si. —Por otra parte, ella, no quería escuchar ningún chisme. Su reputación estaba destruida ahora, por causa de Jorge. —¡No cuelgues! —La orden rápida y con tono preocupado de Jorge, la hizo detenerse justo a tiempo. ¿Era dura con ella? De repente, Lola se sintió incómoda. —Jefe Si, ¿esta es la actitud correcta de un alguien que me persigue? —No sabía por qué había hecho una pregunta tan tonta. Jorge rió y Lola se sonrojó en el otro extremo de la línea. Entonces, se dio cuenta de que sus palabras sonaban como si ya hubiera dicho que sí a su solicitud. —Lo siento. ¡Nunca seré duro o malo contigo, nunca! —Le hablaría dulcemente mientras ella quisiera. Lola se tocó las mejillas ruborizadas y pensaba que solo hablaban del aniversario antes y ahora, conversaban sobre otro tema diferente.

—No, estoy bien, jefe Si. ¡Adiós! —Sin siquiera esperar la respuesta de Jorge, colgó el teléfono inmediatamente. Lola miró las flores florecientes afuera, en el parque. ¿Por qué se sonrojaba y su corazón se aceleraba cada vez que se encontraba con él? ¿Todavía lo amaba? No podía ser. Se dijo a sí misma: —Lola, no puedes olvidar lo que sucedió antes. Entonces, recordó cómo la atormentaba, cómo estaba tan desconsolada que saltó para matarse... La aplicación Wechat mostró un nuevo mensaje e hizo un sonido. Lo abrió y vio que el remitente era de Jorge. —Prepárate. Asistirás al aniversario como mi cita. Le envió un mensaje rápidamente: —Jefe Si, no puedo aceptar tu invitación para el aniversario. —La decisión llegó de forma unilateral. —Sus palabras parecían tan mágicas y no podía aceptar un no, por respuesta. Entonces, Lola respondió naturalmente: —Está bien. Sorprendida por su respuesta, Lola se apresuró a cancelar el mensaje. Pero ya era demasiado tarde y Jorge le respondió: —Ya vi tu respuesta. Espérame, te iré a buscar, mi reina. —Jorge sonrió de oreja a oreja. Ahora, estaba seguro, de que ella todavía lo amaba. Tenía que moverse aún más rápido para volver con ella pronto. Estrella era su pequeña princesa pero Lola, era su niña, su reina. Toda su felicidad viene de ella. Lola, al otro lado, casi se cae de su silla y se culpó por no poder rechazarlo. —Debo ser masoquista —pensó. Una tarjeta de invitación de SL, para su aniversario, era demasiado valiosa para comprarla con dinero. Normalmente, se enviaba a ejecutivos de SL, empleados excepcionales y a otras empresas asociadas. El día del aniversario, Lola estaba sentada con Estrella en la cafetería LE y exploraba los temas de moda en Weibo. No pasó mucho tiempo y la noticia de la próxima ceremonia de aniversario de SL, se convirtió en el segundo titular más comentado de la red social. En los últimos años, Jorge, rara vez había aparecido en público. Pero en los últimos meses, se quedó en el país A. Por eso, la pregunta de si Jorge asistiría a la ceremonia, se convirtió en otra tendencia. Alrededor de las cuatro de la tarde, Lola estaba muy nerviosa y con mucha expectativa. A medida que pasaba la tarde, estos sentimientos se hacían cada vez más intensos en ella.

¿Vendría? El reloj mostraba que eran casi las cinco. Quizá no vendría. Mientras reflexionaba y pensaba en él, la puerta de vidrio de la tienda se abrió y Jorge entró. —¡Hola. —Los clientes de la tienda saludaron a Jorge con mucha emoción. Se rumoreaba que cortejaba a su jefa, Lola. Todo el personal lo comentaba. Cuando Jorge apareció en la puerta, Lola lo supo al instante. Mientras él se acercaba, el corazón de Lola se aceleraba cada vez más. Cerró los ojos sentada en su silla y fingió que no lo había visto. Vio que Lola no estaba prestando atención, puso su particular sonrisa que era solo para ella y la levantó de la silla. Su amabilidad y delicadeza, ya había hipnotizado a muchas clientas en la cafetería. —¡Es muy guapo! —Ciertamente, venir aquí nos da la oportunidad de ver a Jorge. —Exacto. Después de todo, no esperé aquí en vano, durante varios días. —¡Tengo que apresurarme y sacarle una foto! ¡Dios mío, qué increíble oportunidad! ¿Está realmente sonriendo? ¡Es tan guapo!

Capítulo 346 Su Mujer —¡Sí! —Jorge está sonriendo. ¡Oh, Dios mío, creo que voy a tener un ataque al corazón! ¡Casi salta fuera de mi pecho!

... En un rincón de la cafetería, cuatro o cinco chicas vieron a Jorge y hablaban de él con entusiasmo. Escucharon que Manolo y él, a menudo iban a la cafetería y por eso, estaban allí, solo para esperarlos. Su espera no fue en vano. La repentina aparición de Jorge, las sorprendió. Sin embargo, Lola que estaba en los brazos de Jorge, ya no podía fingir más y así, abrió los ojos y saltó de sus brazos. Cuando se preparaba para sentarse en la silla colgante, Jorge tomó su mano de repente y sin tener en cuenta la conmoción que los rodeaba, la sacó de la tienda. Afuera, había un automóvil Súper SSC esperándolos y esto atrajo mucha atención. Jorge abrió la puerta del acompañante, le pidió que se sentara y le abrochó el cinturón de seguridad. Después, se sentó en el asiento del conductor y encendió el motor. Bajo las miradas de admiración de todas las personas que estaban a su alrededor, el auto salió a toda velocidad. Miró su hermoso rostro y Lola preguntó: —Señor Si, ¿me sacaste de la cafetería con mi permiso?. Con la misma sonrisa, Jorge respondió: —Señorita Li, si no le importa, ¿puedo llamarla señora Si? —Si no fuera por todos los problemas...Ella, ya había sido su esposa, ¿no es así? ¿Señora Si? Lola se ruborizó pero al final, se negó y dijo: —Por supuesto que no. ¡Seré una monja en el futuro y no me casaré con nadie! ¿Ser monja? Jorge se rio a carcajadas y pensó que, mientras estuviera allí,

¿cómo podría ser monja? Era tan ingenua. —¿Por qué te ríes? Hablo en serio. —Viéndolo reír, Lola se sintió un poco avergonzada y dudó que fuera gracioso ser una monja. Jorge dejó de reír, giró la cabeza para mirar su cara rozagante y dijo: —¡Si alguna vez te conviertes en monja, entonces, te obligaré a romper esa regla que dice que nunca tendrás relaciones sexuales con un hombre! Lola se quedó sin palabras. ¡Qué malvado que era. —Señor Si, ¿saben tus empleados lo desvergonzado que eres realmente?. Si le hubiera dicho a sus empleados que su jefe, a quien consideraban una persona genial, en realidad era un canalla, ¡nadie le hubiera creído! Cuando la luz del semáforo se puso roja, Jorge detuvo el auto y le dijo con arrogancia: —¡No lo saben, solo tú! ¡y eso es porque solo soy desvergonzado contigo! —No le importaban, en absoluto, las otras mujeres. Lola miró por la ventana sin pronunciar una palabra más y decidió ignorarlo por completo. Desde que descubrió que no era la asesina, él coqueteaba con ella todos los días... El auto se detuvo en un salón de un estilista exclusivo y Lola miró el nombre que estaba escrito en el letrero y decía: —Salón de Peinados Privado Yomi. Recordó que se había peinado aquí, cuando aún era la directora general adjunta del Grupo SL y también para el aniversario de la compañía, el año anterior. Jorge abrió la puerta, se desabrochó el cinturón y dijo: —Señora Si, por favor, salga del automóvil. —Le ofreció su mano para ayudarla a salir del auto y Lola lo aceptó. De la mano, caminaron juntos hacia el salón y de repente, Lola se quebró. —¡No me llames, señora Si! —Le dijo. Lo corrigió muy firme y severa. —¡Obedeceré todas tus órdenes!

... Abrieron la puerta, vieron una gran cantidad de vestidos lujosos y unos asistentes que dormían en un sofá. Si no fuera por su jefe que era tan exigente con sus clientes, no estarían sin hacer nada. Pero ahora, al darse cuenta de que venía alguien, una estilista, con el pelo recogido, saltó del sofá y reconoció a Jorge de inmediato. —¡Bienvenido, señor

Si! Jorge asintió levemente y luego preguntó: —¿Todavía no regresó tu jefe? —Leandro Bo era el jefe de este salón. —No, señor Si. —Está, en estos días, en un desfile de modas, en Milán, pero es posible que vuelva pronto. —Cuando escucharon que alguien estaba hablando, el resto de las asesoras se despertaron de inmediato. Cuando vieron a Lola, sus ojos brillaron de emoción. '¡Qué mujer tan bella!' Eran expertas en peinados para mujeres hermosas. Antes de que Jorge dijera algo, las cinco asistentes comenzaron inmediatamente a trabajar en lo que mejor conocían. Una seleccionó los vestidos, otra preparó los cosméticos, la tercera arregló su cabello, otra eligió sus zapatos y otra preparó sus joyas. Jorge se sentó en el sofá de manera varonil, le hizo un gesto a Lola, quien estaba observando a las asistentes y dijo: —¡Pueden empezar ahora! Una especialista en maquillaje le pidió que se sentara y comenzó a trabajar. Luego de diez minutos, le mostraron algunos vestidos a Jorge. Se levantó del sofá y seleccionó los que más le gustaban. Finalmente, eligió tres vestidos: uno blanco, otro negro y, por último, uno morado claro. Todos estos vestidos fueron diseñados por Leandro. El blanco, era un vestido sin tirantes que ganó tres premios, en un desfile de modas, de Milán, el año pasado. El negro, tenía un hombro descubierto con falda irregular y recientemente, había ganado cinco premios en un desfile de modas de París, este año. El último, el morado claro, era un vestido de noche con un cuello alto y encaje en los hombros, que había ganado tres premios en la Semana Internacional de la Moda, celebrada en el país A, el mes pasado. Jorge eligió dos pares de zapatos, de tacón alto, uno blanco y el otro negro. También miró las joyas y luego ordenó: —Quiero el conjunto de joyas que se exhibe en la oficina de tu jefe. Solo ese set, que era muy valioso, merecía que lo use su mujer. —Bien, pero.... —La asistente estaba un poco avergonzada porque sabía cuán lujosas y caras eran realmente las joyas y sin el permiso de Leandro, no se atrevía a tocarlas. Jorge se sentó de nuevo en el sofá y mirándola, dijo: —Vamos, adelante, tráelas. Si pasa algo, dile a tu jefe, que me haré responsable de todo. Luego de estas palabras, la asistente se sintió aliviada y fue a la oficina de Leandro para traer el conjunto de joyas, de valor incalculable. Media hora después, la maquillaron. Lola, sin maquillaje, era bonita y lucía inocente pero, así, era aun más encantadora y hermosa.

Jorge la miró y no quiso apartar sus ojos de ella. La mujer, era mucho más hermosa que todas las demás, incluso sin maquillaje como todos los días. Pero ahora, así, estaba tan deslumbrante que quería tener relaciones sexuales con ella, allí mismo. Cuando vio que sus ojos, brillaban de deseo, Lola tosió porque se sintió avergonzada. Después de eso, Jorge les pidió a las asistentes que trajeran ese vestido negro para que ella se lo pruebe. Cinco minutos después Lola salió del probador vestida con el vestido negro. Jorge, cuyos ojos estaban llenos de admiración, estaba totalmente sorprendido. El vestido negro la envolvía maravillosamente y mostraba su figura perfecta. Tenía un estilo vanguardista y parecía extremadamente moderno. Su mujer era realmente impresionante. Se levantó del sofá, tomó los zapatos negros de tacón alto y le pidió que se sentara para, personalmente, probarle los zapatos. Miró al hombre en cuclillas, que estaba frente a ella y sintió muchas emociones mezcladas. De acuerdo con el estilo de su vestido y con su elección, el peluquero le hizo un simple moño, en la parte superior de su cabeza. Finalmente, Jorge sacó las joyas deslumbrantes y le puso el collar alrededor del cuello. La miró de arriba abajo por un rato y luego dijo: —Vamos, tenemos que volver a Crescent Spring ahora. —La arrastró fuera del salón mientras le hablaba. —¿Por qué? —preguntó, Lola. Miró al hombre que estaba apurado, con ojos curiosos y se preguntó si algo malo había sucedido allí. Jorge la miró y le susurró al oído: —Eres tan hermosa y no puedo esperar para hacerte el amor por más tiempo. Como era de esperar, Lola comenzó a darle pellizcos y regañarle.

Capítulo 347 Esta es su jefa, la Señorita Li En el hotel Sofitel Cinco estrellas La mujer que estaba vestida con un traje de noche blanco sin tirantes, llamó a la puerta de la habitación contigua. Carlos Wu abrió la puerta desde el interior y dijo: —Michelle, ¿estás lista? Michelle Wu se inclinó irritada contra la puerta y respondió: —Papá, ¿estamos aquí solo por el aniversario? —¿Esto no perjudicaba la posición social de su padre como alcalde? Aunque Jorge Si era muy rico, al final, solo era otro hombre de negocios. Carlos miró a su hija que se quejaba y la dejó entrar primero. —Si Lola Li viene a la fiesta esta noche, debes seguir mi ejemplo y luego decidir qué hacer. Si la relación entre ella y Jorge se ve bien, primero, tienes que disculparte con ella. Intentaré alejarla de Jorge y podrás aprovechar la mejor oportunidad. Si Jorge fuera su yerno, no solo su posición social sería más alta, sino también su poder. Michelle puso los ojos en blanco y dijo: —¡Papá! Esa mujer me envió a la cárcel y no habría salido, si no pagabas esa gran suma de dinero... ¿Disculparse con ella. —¿Estás loco? Carlos estaba molesto porque su hija no entendió lo que pensaba sobre este asunto. —¡Solo escucha lo que te digo! ¡Si no quieres que te humillen, seduce a Jorge y haz que se enamore de ti! —¿Existen hombres a quienes no les gustan las mujeres hermosas? Además, la apariencia de su hija, competía con la de Lola. Carlos meditó sobre esto. Su posición era un poco inestable desde que Michelle fue encarcelada. No se trataba solo de alguien que lo desacreditaba por su hija; había alguien que también, quería destituirlo de su posición. —Está bien. Seduciré a Jorge aunque no me gusta. Él es, después de todo, muy guapo e influyente. Pero, en cuanto a Lola, no la voy a dejar ir tan fácilmente. —¿Quería disculparse? ¡Tonterías! ¡Pero ya habría una oportunidad de vengarse de Lola! Carlos se paró cerca de la ventana, con las manos detrás de la espalda. — Yolanda no tiene ninguna oportunidad con Jorge y, la compañía y el negocio de

tu tío, empeoran cada vez más. Tienes que aprovechar esta oportunidad. La última vez que la vio, Yolanda, no estaba muy bien mentalmente y se quedaba en casa todo el día. No podía confiar en su esposa y así, en cambio ahora, solo tenía que confiar en su propia hija. Todos conocían la relación entre Jorge y Lola. Sin embargo, hubo rumores de que hoy en día, no se llevaban bien. Así, ahora, era el mejor momento para que su hija, se involucrara en su relación. —Papá, Jorge es incondicional. ¿Estás seguro de que tendré éxito si lo seduzco? Recordó la cara seria de Jorge y Michelle, no pudo evitar estremecerse. Sólo su poder y su dinero, la consolaban. Si se casara con él, toda su familia no tendría preocupaciones durante siglos. Después de mirar la hora, Carlos, se acomodó las gafas en la nariz y dijo: —¡Confío en que mi hija, hará un gran trabajo! ¡Vamos! ¡ahora! ¡Se acabó el tiempo! Salieron de su hotel y luego, se dirigieron al lugar donde se celebraría la fiesta de aniversario del grupo SL. En el Hotel Soodia Cinco Estrellas La fiesta de aniversario del Grupo SL, se celebraría aquí y Julie Tan ya había reservado la ubicación con un mes de anticipación. Entre las personas invitadas se encontraban: el equipo directivo, empleados con desempeños extraordinarios y personas influyentes de la escena empresarial y política. A las seis de la tarde, Julie y su asistente, en calidad de recepcionistas, saludaron a los distinguidos invitados que entraban por la puerta de una forma aparentemente interminable. Cuando eran más de las siete, casi todos ya habían llegado. Sin embargo, Sánchez, ya le había dicho a ella que el Señor Si, estaría aquí esta noche. Ella, solo tenía que esperar. Miró la lista de nombres de los asistentes y encontró, que a excepción del Señor Si, solo el alcalde de la ciudad de Weier y su hija, no habían llegado todavía. Se frotó sus brazos que estaban fríos, se animó un poco y siguió esperando al Señor Si y al alcalde. A las siete y media Un automóvil SSC se detuvo frente al hotel y Julie lo miró con atención. Luego, marcó el número de Hans Zhao inmediatamente. —¡El Señor Si, está aquí! La puerta del conductor se abrió automáticamente y un hombre, con un traje azul oscuro hecho a medida, bajó del auto. Tenía en sus pies, un par de zapatos negros nuevos hechos a medida y mirándolos con atención, se podía ver

un leve tacón en ellos. Su rostro perfecto, se podía comparar fácilmente con una excelente escultura de un gran artista. Abrió la puerta del asiento trasero con una suave sonrisa en sus labios y ofreció su mano derecha, a la mujer que estaba dentro. La delicada mano de la mujer, se envolvió perfectamente, en la gran palma de la mano del hombre. Se inclinó levemente y salió de la limusina con sus zapatos negros de tacón. Julie, Hans y un grupo de ejecutivos, se apresuraron para saludar a Jorge. —¡Buenas noches, Señor Si! —El hombre asintió con la cabeza levemente para mostrar su satisfacción por su respeto. Lola ocultó su capricho y descontento habituales y, en cambio, mostró una sonrisa perfecta mientras sostenía el brazo del hombre. El hombre, miró con ternura la pequeña mano que tenía sobre la suya y la besó dulcemente. Lola, inmediatamente, se ruborizó. Miró a los ejecutivos que bajaron la mirada y se sintió aliviada. Por suerte, nadie los había visto. Ella no lo perdonaría. Jorge miró a los ejecutivos y con una cara seria, dijo: —Esta es su jefa, la Señorita Li. Levantaron sus cabezas con curiosidad, miraron a Lola quien sostenía el brazo de Jorge y entendieron todo.. —¡Buenas noches, Señorita Li! ¿Su CEO y su antigua CEO estaban juntos otra vez? La sonrisa de Lola era enorme. —¡Buenas tardes a todos! El hombre caminó hacia el hotel y Lola lo siguió. Todos, afuera, miraban a estas dos personas hermosas. Uno era muy guapo y rico y la otra, era extremadamente bella y elegante. Realmente, eran una pareja perfecta. Cuando aparecieron, tomados del brazo en la puerta de la recepción, en el primer piso del hotel, causaron un repentino revuelo. Mientras todos estaban sorprendidos de que Lola estuviera presente allí, también, se preguntaban si había matado a la madre de Jorge. —¡Buenas noches, Señor Si! —¡Hola, Señor Si! Los saludos de la gente eran como una corriente interminable. Jorge asintió con la cabeza en respuesta a sus saludos. Incluso si la sonrisa en su rostro era débil, no era difícil ver que estaba de buen humor. Acarició la mano de Lola y caminó hacia el escenario. Luego pronunció un breve discurso. Jorge presentó a Lola, oficialmente a todos, como la principal

accionista. Cuando terminó su discurso y lo aplaudieron, la puerta del hotel se abrió de nuevo. Eran Carlos Wu, vestido con un traje y Michelle Wu, usando un vestido de noche blanco sin tirantes, que entraban al hotel. —¡Qué bella! ¿Quién es esa mujer? Aunque no es tan hermosa como la señorita Li, también es una maravilla. —Bueno, la señorita Li viste un vestido negro de noche mientras que ella, viste uno blanco. —Negro contra blanco, definitivamente, son el centro de atención de la fiesta de esta noche. —Parece que están compitiendo entre ellas. —Julie tomó un vaso de vino tinto y miró con desprecio a Michelle. Aunque era la hija del alcalde, con su rostro de cirugía plástica, no podía compararse con Lola. —Sí. No sabemos qué pasó entre la señorita Li y el señor Si pero vinieron aquí juntos. Esto demuestra que se llevan bien entre ellos —susurró un empleado destacado. Lola era una diosa en su corazón.

Capítulo 348 Te echaré porque estás de más Carlos Wu acompañó a su hija a saludar personalmente a Jorge. Extendió amablemente su mano derecha y dijo: —¡Señor Si! Encantado de verlo. Jorge le estrechó la mano y respondió: —Es un gran honor tener su presencia hoy, alcalde Wu. Carlos Wu se rió alegremente con sus palabras. Si era verdad o solo era su cortés rutina, lograba que las personas se sintieran halagadas. Jorge siempre tuvo su manera particular de tratar con las personas. —Señor Si, eres muy cortés. ¿Puedo presentarte a mi hija, Michelle Wu? Michelle, ven aquí y saluda al gran magnate de los negocios, el Señor Jorge Si. —Señor Si, he oído mucho sobre ti. Soy Michelle Wu. ¡Qué gusto verte de nuevo! —Michelle le dijo y sonrío con sus labios muy rojos. No estaba segura de si Jorge le daría la mano o no. Así, ella, solo asintió con la cabeza de una manera muy elegante. Jorge la miró y luego miró a Lola. Ella miraba a otro lugar e ignoraba a las personas que la rodeaban. Él sonrió levemente y solo asintió con la cabeza. No dijo una sola palabra. Michelle Wu se sintió muy feliz y halagada porque pensó que le estaba sonriendo. No le gustaba Jorge pero era tan encantador y adorable de cerca. Ahora estaba encantada por este hombre adictivo, justo delante de ella. Lola no miró a Michelle. Estaba un poco impaciente y alejó a Jorge, inmediatamente después de los saludos de rutina. Carlos Wu notó esa impaciencia. Luego, lo observó a Jorge para ver lo que haría. No estaba impaciente con sus acciones. En su lugar, incluso la ayudó a arreglar su cabello. Lola había bebido demasiado champán cuando Jorge la llevó a saludar y recorrer el lugar. Le susurró al oído a Jorge: —Voy al baño.... —¿Quieres que te acompañe? ¿Necesitas ayuda? —Las palabras de coqueteo ganaron nada más, que un dulce pellizco de Lola. Jorge bajó la cabeza y la escuchó. Sus frentes casi se tocaban. Muchas personas vieron esto y admiraban este cariño mutuo. Su amor era indudable.

Carlos aprovechó esa oportunidad cuando Lola fue al baño. Inmediatamente, llevó a Jorge a un lugar un poco más tranquilo. Pensó que era por negocios. Carlos se inclinó hacia Michelle y le hizo un guiño. Ella, se dio cuenta de qué se trataba y sonrió. Luego, caminó hacia ellos con dos copas de vino. Cuando Lola salía del baño, vio a Joshua que se dirigía al salón de banquetes. —¡Señorita Li! Pasó tanto tiempo. ¿Cómo estás? —Joshua la miraba. Estaba muy hermosa en su vestido de noche negro. Se veía bastante diferente que aquel día de su boda. Ella estaba más vivaz y más bonita hoy. Recordó que Jorge estaba con una hermosa mujer y su hija, mientras que Lola estaba sentada en una silla de ruedas aquella vez. Pero mírala ahora... Era una belleza radiante bañada en felicidad. Debe tener que ver con Jorge. Siempre la hizo muy feliz. —¡Estoy muy bien! ¿Cómo está el grupo ahora? —Lola tampoco esperaba que él asistiera. No se habían visto desde la boda de Joshua. Él parecía más maduro después de casarse. —Todo fue muy bien. Gracias a ti, ahora, soy el director del departamento de diseño. —Respondió con tono muy respetuoso. Joshua no era arrogante a pesar de que se casó con la hija del presidente. Al contrario, trabajó más duro que nunca. Siempre fue muy humilde. Era un empleado normal de la empresa y poco después, lo ascendieron a la posición de director. Lola estaba un poco sorprendida. No era fácil lograr un ascenso en el Grupo SL. —¡Qué bueno! ¡bien por ti entonces! Sigue adelante. A propósito, ¿dónde está tu esposa? —Pensó en su esposa, su mayor admiradora con su misma personalidad. Pensó en ella y Joshua sonrió alegremente. —Ella estuvo muy ocupada trabajando en varias inversiones últimamente. Estamos muy contentos. — Aunque no perdió mucho dinero, tampoco ganó demasiado. La responsabilidad de un hombre es mantener a la familia. Ella solo podía trabajar si le gustaba lo que hacía. Lola adivinó, por su sonrisa sincera, que vivía una vida feliz y dichosa. Hablaron unos minutos más, sobre la compañía y volvieron al salón. Lola no vio a Jorge en ese momento y así, tuvo una breve conversación con Julie. Después de más de diez minutos, todavía no encontraba a Jorge. Así, caminó por el pasillo en su búsqueda. Él era un gran fumador. Lola supuso que estaba fumando en algún lugar

más tranquilo o tal vez, en un balcón. Así, fue hacia la puerta posterior para buscarlo. Vio que había un hombre y una mujer, al final del pasillo. Parecían conocidos. Caminó hacia ellos lentamente y vio, que la mujer del vestido blanco de noche, rodeaba el cuello del hombre con sus brazos y le decía algo. El hombre alejó la mano de la mujer primero y esto hizo, que Lola estuviera muy satisfecha. Pero, la mujer volvió a intentar sujetarlo de la cintura. ¡Parecía muy desesperada! El hombre bajó la cabeza lentamente, como si fuera a darle un beso. Lola se enojó inmediatamente cuando vio esto. Ella sabía que estaba mintiendo. Todo fue una tontería. ¿Cómo jugaba con sus sentimientos de esta manera? ¿Ella parecía una persona fácil de convencer? ¡Quería matarlo! —¡Jorge! —El tono fuerte y firme de Lola, inmediatamente, llamó la atención de Jorge que estaba confundido. Él la miró. Lola se paró delante de ellos. —Jorge, eres solo un playboy. ¡No has cambiado! —Lo miró fríamente y apartó a la mujer. Michelle Wu estaba enojada con la aparición inesperada de Lola. Casi lo había logrado. —¿Qué significas para Jorge? ¿Cómo te atreves a venir aquí e interrumpirnos? Michelle temía que Lola descubriera que Jorge tenía algo malo y así, se apresuró y lo agarró de la muñeca. Lola no vio la expresión de Jorge como Michelle quería. Quería sacudirse las manos. —¿Quién soy para él? ¡Soy su mujer! ¡Solo por eso, puedo echarte porque estás de más! —Lola solo miró a Michelle y le preguntó: —Tú y tu prima, son realmente aves que tienen las mismas plumas. ¿Por qué deben ser amantes del mismo hombre? ¿No hay más hombres en el mundo? ¿Por qué todavía te aferras a él? ¿No te cansas de perseguirlo?. Michelle soltó su mano y quiso abofetearla con fuerza. Lola reconoció su intención cuando levantó la mano porque pasó por muchos momentos así antes. La detuvo sujetando sus manos y arrastrándola hacia el salón de banquetes. Jorge se tambaleó con ansiedad, para mantenerse de pie con ellas. Lola apretó su mano con fuerza por temor a que escapara. Expondría lo que le había hecho. Yolanda, tampoco, la dejaría ir tan fácilmente. Estaba esperando la

oportunidad. Ahora era el momento.

Capítulo 349 Jorge Si es mi hombre Como la prima de Yolanda, el atrevido intento de Michelle Wu de seducir a Jorge, había irritado mucho a Lola. Decidió defenderse y la pateó. Estaba cansada de que la gente la acosara. Mientras las personas se encontraban en el salón de banquetes, Lola regresó con Michelle Wu que trataba de soltarse de su brazo y se colocó en el centro del lugar. Todos, rápidamente, se dieron vuelta para ver qué pasaba. La agarró y la arrastró a Michelle sobre el escenario donde Jorge, había dado su pequeño discurso. Ella tropezó y cayó con fuerza. El pasillo quedó en silencio ante esta escena tan incómoda. Lola encendió el micrófono y dijo de manera audaz: —Estimados colegas e invitados. Hoy es la celebración del aniversario del Grupo SL. En este día tan especial, les contaré un chiste para animarlos. —Su voz fría y sarcástica acalló la suave música de fondo. Carlos Wu se dirigió hacia el escenario. Cuando vio a su hija allí, supo que algo malo había sucedido. Inmediatamente, envió a sus guardias para bajarla del escenario. Lola miró hacia el pasillo y continuó en un tono dominante. —Todo el mundo sabe que Jorge Si es mi hombre. No importa lo que haya pasado entre nosotros, ¡siempre será mío! Eso es lo que deben saber. Cuando terminó de hablar, se produjo un alboroto entre los invitados. El mundo sabía que Jorge le había hecho una propuesta de manera espectacular. Pero se rumoreaba que Lola había asesinado a su madre a tiros. Su aparición de hoy, de la mano junto a él, terminó con esos chismes. Entonces, o bien, ella era suya o él, era de ella. ¡Eran una pareja! Pero ¿Por qué lo expresó en público? No podían entenderlo. Lola notó la confusión entre los invitados. Sonrió y continuó: —¡Pero esta mujer malvada, Michelle Wu y su prima, Yolanda Mo, la famosa Reina Internacional, son destructoras de hogares! —Ahora, se escuchaban murmullos y chismes debajo del escenario. Los guardias de Carlos Wu, se apresuraron a subir al escenario para intentar detenerla. Jorge se quedó quieto, con una mano sobre la mesa para apoyarse.

Intercambió miradas con Hans Zhao. Así, Hans Zhao le indicó a sus guardias personales que ayudaran a Lola. Los dos lados, se enfrentaron con frialdad en el escenario. Lola ignoró lo que sucedía detrás de ella y simplemente, continuó con su discurso. —Dime, Michelle Wu, como hija del alcalde de la ciudad de Weier... ¿Es decente esta actuación para atraer al hombre de otra mujer? Tu hermana y tú, están avergonzando a tu padre. ¡Le estás dando una buena bofetada en la cara! ¡Deberían estar avergonzadas! La cara de Carlos Wu, al instante, se puso muy pálida. Miró a la mujer en el escenario, y la ira creció más y más en su cuerpo. Deseaba poder destrozarla en este momento. Lola vio su reacción pero no estaba asustada. No le tenía miedo a Jorge Si y mucho menos, a Carlos Wu. Hoy, también iba 'abofetear' en la cara a Jorge Si. —Jorge Si, el bastardo, que me rogaba que me volviera a casar y no pudo resistir cuando ella le coqueteaba. ¡Así, que hoy declaro, que rompo con él! Ahora, los murmullos ya se habían convertido en discusiones ruidosas. Miró a Jorge, que estaba de pie, bajo una tenue luz, cerca del escenario. Pero no vio las expresiones en su rostro. Salió del escenario y dejó atrás a todos los guardias. Ella levantó la cabeza, caminó por el sendero que la gente había despejado y corrió hacia las puertas del hotel. Para sorpresa de todos, Jorge la siguió, sin desafiarla en absoluto. Trató de tomar sus manos pero ella lo alejó. Hizo lo mejor que pudo para poner una mano en su hombro, pero ella, se soltó nuevamente. Todo el mundo estaba sorprendido por su comportamiento. Esta, era realmente la primera vez, que la gente lo había visto mostrar sus emociones. Todos sabían que Lola era alguien. El día que se enfrentó a un problema con Rocío Mu, tanto Tomás Herren como Jorge Si, intervinieron por ella. El día de su cumpleaños, un gran corazón formado por noventa y nueve lápices labiales apareció en la parte delantera de la puerta de la empresa. Esa noche, las bendiciones y deseos de cumpleaños, aparecieron en la lujosa pantalla y duraron cinco horas y veintiún minutos. ¡Eso realmente era algo muy costoso! Junto con esas noticias en auge, consecutivas, que incluyen: autos de lujo, mujeres asesinas, diamantes, rosas doradas y una propuesta llamativa, la gente ahora, había cambiado de opinión sobre ella. Ella no era solo una persona. Estaba más allá de todo.

Finalmente, Jorge la levantó a la fuerza, la llevó en hombros y salió del pasillo. —¡Qué buen espectáculo! ¡Ahora aquí vamos! —Después de que se fueron, Julie lanzó su copa hacia Michelle Wu mientras se levantaba de manera inestable. Michelle Wu la esquivó y retrocedió un paso. La copa cayó justo, a sus pies. Cuando Julie se marchaba, Hans siguió su ejemplo y la alcanzó. Sin dudarlo, comenzó a conversar con ella. Todo el personal del Grupo SL siguió a sus líderes y lanzaban sus copas hacia el escenario. Michelle Wu estaba conmocionada. Si no fuera por los guardias, habría resultado gravemente herida. Poco después, el personal de SL abandonó el hotel. Algunos compañeros de otras empresas también hicieron lo mismo. Estaban impresionados por Lola y el personal de SL. Luego, todos se fueron a excepción de Carlos Wu y sus hombres. La cara de Carlos estaba muy roja como una carúncula de pavo. Como alcalde, lo abofetearon abiertamente en público. Michelle se tambaleó por el escenario y caminó hacia su padre. Estaba llorando. Su pena molestó aún más a su padre. ¡Le pegó! La abofeteó con fuerza en la cara. Michelle miró a su padre, con incredulidad y se frotó su mejilla dolorida. Su padre jamás la había golpeado. Nunca. Lo que fuera que hubiera hecho mal, nunca reaccionó de esa manera, con un golpe. Era tan cariñoso y tierno. —¡Deja de mirarme así! ¡Has estropeado todo lo que hice por ti! —Carlos Wu se acomodó con impaciencia las gafas y miró a su hija. Sus ojos saltones estaban llenos de mucha ira en este momento. —Padre, ya bebió el vino. ¡Si no fuera por Lola Li, lo hubiéramos logrado! —dijo y comenzó a llorar. Apretaba los dientes de rabia. El odio emanaba de sus ojos. Deseaba deshacerse de Lola Li y tirarla a la calle. —¡Suficiente! ¡No más excusas! Regresa al hotel. Sal de mi vista en este momento. —Él se fue, dejándola atrás. En el camino de regreso, hizo una gran cantidad de llamadas telefónicas para tranquilizar a sus colaboradores. No quería perder su confianza por este escándalo. En los automóviles Súper SSC en el estacionamiento Jorge presionó con fuerza a Lola, contra el asiento trasero del automóvil y ella no podía moverse. —¡Aléjate de mí! —Ella siseó con disgusto. Estaba muy oscuro dentro del

automóvil. Ella solo escuchaba su respiración densa y fuerte. No podía ver nada más, que la silueta de su figura. Jorge cerró los ojos: —Lola, querida, me drogaron. ¡Eres la única que puede salvarme ahora! ¡No quise hacer eso! —Ahora lo recuerdo. Haré que la familia Wu, pague cien veces esto. ¡Me vengaré! —Pensó, muy enojado.

Capítulo 350 ¿Cómo se atreve? Después de escuchar esto, Lola, de manera sorpresiva, miró a Jorge que estaba inmovilizado sobre ella. Estaba realmente extraño esta noche. Su corazón se ablandó instantáneamente. Sin embargo, ella se negó a aceptarlo: —¿Tiene algo que ver conmigo? ¡Déjame ir! ¡Ve y busca una docena de mujeres! Siempre estarán felices de tenerte y estar contigo. ¡Realmente a mí, no me importa en absoluto! —¡No quería ser su antídoto! Se sintió un poco ofendida. Entonces, ¿tenía sentido estar drogado? ¿Era verdad? Pero Jorge solo se rió, soportando el dolor. —Lola, cuando nos vimos por primera vez, te salvé sin dudarlo. ¡No puedes ser, así, tan cruel! ¡Ahora es tu turno de devolverme el favor! Lola recordó la noche de su cumpleaños, hacía cinco años, cuando Miguel la drogó. Luego, entró a su habitación por error y comenzó ¡su relación de amor y odio! Jorge sintió que ya no podía controlarse más. De manera repentina, puso sus manos en el cierre de su vestido y descendió para evitar que ella se negara. Pasadas las once de la noche El hombre salió del asiento trasero del auto, se arregló la ropa y se apresuró para ubicarse en el lugar del conductor. Aceleró por la carretera y llevó a Lola a la mansión. En realidad, era casi media hora en automóvil pero llegaron en no más de diez minutos. Puso su traje sobre ella, le quitó el vestido de noche que arruinó y la llevó rápidamente a la mansión. Cerró la puerta de entrada con el pie. Incluso no tuvo tiempo de encender las luces en la sala de estar. Se tendió sobre Lola quien pensó que se despertaría nuevamente en el sofá. Arrojó el traje de manera bastante brusca y cubrió su boca antes de que ella pudiera decir una palabra. Entonces, comenzó a hacer lo que quería... Al amanecer, antes de que Lola se durmiera, ella no solo lo increpó sino que también recordó a Michelle Wu, que lo convirtió en una bestia. Pasado el mediodía, se despertó con el suave beso de Jorge.

Abrió los ojos aturdida y vio un delicioso plato de arroz y palillos frente a ella. Jorge todavía estaba envuelto en una toalla de baño. Puso la comida a un lado de la mesa, la levantó y la ayudó a sentarse con una almohada atrás. —¡Ay! —Sintió que algo le dolía. ¿Por qué se entregó nuevamente a él? Jorge la sostuvo en sus brazos: —Lo siento, soy muy grosero. Cuando el dolor finalmente pasó, Lola apartó al hombre: —¡Aléjate de mí! —¡Recordó todo sobre la noche anterior! Jorge miró apasionadamente su cara de enojo y comenzó a consolarla: — ¡Soy tu hombre! ¿Cómo puedo estar lejos de ti? Ven, cariño. Déjame ayudarte a comer. —No quiero comer. ¡Todavía no me cepillé los dientes! —Hizo un gesto con su boca por la incomodidad. Jorge pensó que estaba muy seductora en este momento. —Bueno... Te ayudaré a cepillarte los dientes. —El hombre se acercó para ayudarla a levantarse. —No, no... ¡No me toques! ¡No me cepillaré los dientes! —Tenía miedo de moverse. El dolor era terrible. Jorge se sentó con una sonrisa junto a la cama, tomó el tazón de arroz y comenzó a darle de comer. Un bocado de arroz y un bocado de verduras. Comía de un modo muy lindo y femenino. Lola terminó la comida rápidamente con las últimas fuerzas que le quedaban. Se limpió la boca y miró a Jorge que estaba limpiando la mesa. —Quiero beber jugo. Me ahogo. ¡Este exclusivo servicio del Señor Si era realmente muy bueno! Jorge entendió sus sentimientos. Él levantó los platos, se acercó y la besó en la boca: —Mi dulce esposa. ¡Te traeré pronto un vaso de jugo fresco! Como si supiera que lo tocaría, estiró un brazo, lo puso frente a ella y dejó que lo pellizcara y que lo mordiera. Salió de la habitación y vio las marcas de los dientes en su brazo. El mordisco de ayer ya desapareció y hoy tenía uno nuevo. Lola odiaba hacerle daño. Si realmente lo odiaba, ¿por qué no lo lastimó para siempre? Los labios del hombre se fruncieron y mientras pensaba en esto, bajó a buscar un poco de jugo para su esposa. Después de beber el jugo como ella deseaba, Lola se durmió otra vez. Mirando la cara dormida de la mujer, Jorge la besó en la frente y fue a la sala del estudio.

Comenzó a pensar acerca del asunto de anoche, pero antes de eso, necesitaba llamar a Chuck. —¿Hola! ¿Qué pasa? ¿Quieres presumir de algo otra vez? —Chuck le preguntó de manera descortés, una vez que contestó el teléfono. Anoche, Lola anunció que Jorge era su hombre. ¡Todo el mundo lo sabía! Jorge estaba de buen humor y no le importaba lo que dijera Chuck. —Le hice daño a Lola mientras lo hacíamos. ¿Qué tipo de medicamento debo usar?. Mientras más silencioso estaba Chuck, más feliz era Jorge. ¡Cómo se atreve a sentir cariño y admirar a su mujer! Chuck, quien sostenía un bisturí, con toda certeza, sabía exactamente lo que Jorge quería decir. Finalmente, en un tono un poco extraño, dijo el nombre de un medicamento y colgó bruscamente el teléfono. Miró el teléfono que colgaba con la mente ausente y Jorge no estaba enojado, sino feliz. Llamó a Sánchez. —Ve y envíale una docena de mujeres a Chuck. Sánchez se quedó anonadado. No sabía qué lo estaba volviendo loco a su jefe. Así, eligió a más de una docena de mujeres para obedecer sus deseos y las envió a todas al apartamento de Chuck. En la tercera llamada del día, el tono de Jorge aparentemente cambió: — Intente que Carlos Wu renuncie. Luego, envíe la evidencia de que tiene una amante. Su hija... Déjale eso a mi esposa. Ella sabrá qué hacer. Deja en paz a Yolanda también, mi esposa se ocupara. En cuanto a Tomás Herren... ¿Hay algo que deba saber? La persona que estaba al otro lado del teléfono le dijo algo y Jorge sonrió. Yolanda estaba haciendo un buen trabajo dejándose consumir por su propia condena. Solo Cherry era inocente. Sin embargo, debería estar preparada en caso de que la lastimen. ¡No tenía motivos para tener piedad de ella! Ya estaba oscuro cuando Lola, finalmente, se despertó. —¿Lola? —La voz de un hombre, a su lado, la sobresaltó con su voz tan dulce. No notó que ya estaba en la cama con ella. Le dio la espalda. Todos los movimientos que hacía, le causaban mucho dolor. Se acercó a ella y la besó en la frente para aliviarla. Lola se cubrió la cabeza con el edredón y se ruborizó. ¡No quería mirarlo! ¿Cómo pudo hacer algo? ¿Cómo lograba que ella hiciera cosas que no quería al principio...? Jorge fue al baño por un rato. Cuando salió, se sentó a su lado y le quitó el edredón que la cubría. —Adorada esposa, la cena está lista. ¿Puedes levantarte? Si no puedes, traeré los platos aquí. —Estaba muy feliz de servir a su esposa. Le

daba mucha satisfacción. —¡No soy tu esposa! ¡No me llames así! Jorge, ¿puedes dejarme ir? —Miró al hombre que estaba sentado junto a la cama. ¿Cuántas veces había dicho eso? ¿Por qué no la escuchaba? Él, simplemente, se negó: —¡No! Toma una decisión de una vez. Si no puedes decidir, te traeré la comida. —Dijo esto, se levantó de la cama y salió de la habitación. Miró como se alejaba y Lola tenía sentimientos encontrados. ¿No estaba enojado cuando lo avergonzó frente a tanta gente anoche?

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Mi querido general

La Frialdad de Rocío

Content Capítulo 351 Todavía te debo mucho Capítulo 352 Lo dejó en público Capítulo 353 Manolo Li la había vendido Capítulo 354 Solo era cuestión de tiempo Capítulo 355 ¡Qué mejor amigo! Capítulo 356 Todos estos serán tuyos Capítulo 357 Se convirtió en uno de los jueces presidentes Capítulo 358 Salario anual de quinientos mil Capítulo 359 Él sigue siendo tuyo Capítulo 360 No hay buenas noticias Capítulo 361 Pusiste a tu papá en un aprieto Capítulo 362 No me hables nunca más Capítulo 363 ¿Puedo ir tras tuyo Capítulo 364 Recuperación gradual en el hogar Capítulo 365 Lo que sucedió hace cinco años volvió a suceder Capítulo 366 ¿Estás molestando a mi esposa Capítulo 367 Obedecer o simplemente irse Capítulo 368 No está calificado para el puesto de CEO del Grupo SL Capítulo 369 Misofobia Severa Capítulo 370 Sentirse ofendida Capítulo 371 Sólo somos simples extraños Capítulo 372 Gracias por cuidar del Señor Si Capítulo 373 No soy Lola Capítulo 374 Estrella me golpeó Capítulo 375 Los gastos médicos de mi hija Capítulo 376 Eres un regañón Capítulo 377 Un derrame cerebral causado por la presión arterial alta Capítulo 378 Comenzó a sentirse ansiosa Capítulo 379 Las dos mujeres se sonrieron Capítulo 380 No ignores mi advertencia Capítulo 381 ¿Por qué Jorge era tan duro con él Capítulo 382 Una vida sin muchos problemas y sin sufrimiento Capítulo 383 Turmalina Paraiba Capítulo 384 Mi esposa se fue de casa Capítulo 385 ¿Cuántos harenes imperiales necesitaría él

Capítulo 386 Laura le hizo un favor Capítulo 387 Tú también podrías dejármela a mí. Capítulo 388 ¿Por qué tienes que decirme otra vez Capítulo 389 ¿Lola te perdonó Capítulo 390 La Torre Eiffel Capítulo 391 No se atrevió a mirarla a los ojos Capítulo 392 ¿Lo crees Capítulo 393 ¡He dicho que no hay fotos! Capítulo 394 Vuelta alrededor del mundo para pasar nuestra luna de miel Capítulo 395 Sentirse sola Capítulo 396 Las carcajadas de Lola Capítulo 397 La marca de un lápiz de labios rojo brillante Capítulo 398 Tienes muchos asuntos sucediendo Capítulo 399 No lo llames cuñado Capítulo 400 Lola estaba hermosa

Capítulo 351 Todavía te debo mucho Jorge trabajó incansablemente toda la tarde, así que no tuvo tiempo de cocinar. Acababa de llevar la comida preparada por un chef al segundo piso. Lola se apoyó en la cabecera de la cama sin emocines, mirando a Jorge poner la comida en la mesa larga al lado del sofá. Jorge la llevó al sofá suavemente. Se sentó a su lado y llevó una cucharada de huevo y cerdo congelado a sus labios. —Pruébalo, es realmente delicioso. Lola tomó la cuchara y el tazón de su mano. —Déjame hacerlo yo misma. No necesito tu ayuda. Parecía que Jorge se había recuperado. Entonces ella se iría pronto. Estaban cenando en silencio. Jorge puso comida en el plato de Lola una y otra vez. Cuando Lola terminó de comer, ya estaba muy llena pero Jorge le dio otra pieza de aro de calamar. —No gracias, ya estoy muy llena. —Ella lo detuvo con sus palillos. Jorge solo sonrió y puso la comida en su boca. Lola dejó el tazón vacío y rápidamente fue al baño. Unos dos minutos después, Jorge también entró en el baño y vio a Lola, que estaba peinando su largo cabello. Era tan encantadora. —¿Por qué peinar tu cabello ahora? ¿Vas a alguna parte? —Me voy a casa. —Respondió con voz suave e hizo una cola de caballo simple en la parte superior de su cabeza. Jorge se apoyó en la puerta del baño, mirando su falda de noche púrpura clara. Parecía despreocupado. Lola se puso un maquillaje sencillo en la cara y salió del baño. Acababa de ignorar a Jorge. Pero parecía perdida cuando ya estaba parada en el dormitorio. ¿Dónde estaba su ropa? Ella no tenía ropa aquí... No podía verla en ninguna parte. Por eso Jorge no la detuvo cuando supo que quería irse esta noche. ¡Él sabía que no se podía ir! ¡Ja! ¿Pensó que ella no podría volver a casa? ¡Estaba totalmente equivocado!

Lola entró en el guardarropa y abrió uno de los armarios. Como era de esperar, la ropa de Jorge estaba colgada muy bien allí. Sacó una camisa grande y se la puso de inmediato. ¡Ella no tenía ropa aquí pero podía usar la de él! En realidad no había diferencia entre esta gran camisa y su minifalda. El tamaño era el mismo. Descubrió que solo había varias pijamas nuevas en otro armario. Oh no... No podía salir así. Bueno, se puso los pantalones de su pijama de nuevo y metió el dobladillo de la camisa en ellos. ¡Parecía más a la moda! Luego cerró el armario y salió. Camisa blanca, pijama morada claro, pantuflas grandes. ¿Planeaba salir así? ¡Se veía tan horrible! Jorge se apresuró hacia ella y sostuvo su cintura. —Vete mañana. —Él no se había dado cuenta de que la tela de su camisa era tan buena y cómoda. Lola miró al balcón para evitar su mirada. —Jorge, gracias por salvarme hace años. Anoche, yo te salvé, por lo que estamos a mano ahora. ¡Déjame ir! Jorge solo levantó sus cejas. —¡No, nunca! Todavía te debo mucho. ¡Tengo que pagarte! —Estaba dispuesto a devolverle el doble. O incluso el triple. No podía permitir que ella sufriera por nada en el futuro. Su mujer... se merecía lo mejor del mundo. Lola perdió la cabeza mientras miraba los ojos cariñosos y encantadores de Jorge. Su encanto la hizo sonrojar. El latido de su corazón y su respiración se aceleraron. Pero de repente Jorge cambió su tono. —¡Te atreves a usar mi camisa, así que serás responsable de ella! —Tenía derecho a exigir su propia camisa. —¡Bastardo! ¿Cómo puedes ser tan malo? ¡Podría devolverte 10 camisas mañana! —Ella se mordió el labio inferior con fuerza. ¡Qué malvado es Jorge! ¡Siempre era tan desconsiderado! Jorge le besó la frente con suavidad. —No, no sabes de dónde vino esta camisa. ¡Fue diseñada por un ganador internacional del premio de oro de Milán! Pero en el siguiente segundo, el movimiento de Jorge hizo que Lola dudara de sus palabras. Ella preguntó: —Sr. Si, como dijiste, esta es una camisa de edición limitada, ¿temes que no puedas conseguir otra? Pensé que podrías tener lo que quisieras... Jorge sostuvo su cintura y respondió casualmente. —¿A quién le importa? —¿No puedes simplemente... dejarla ir? ¡No la retengas! —¡No! —Lola era tan escurridiza. Si la dejaba ir ahora, ella desaparecería por mucho tiempo. ¡Era buena escondiéndose!

Ella trató de negociar con él. —Hmmm... Qué tal esto... Déjame salir primero... —¡No! —Él rechazó todas sus peticiones. Esa fue la decisión más sabia. —¡Bastardo! —Dijo ella llena de rabia. —Seré tu único bastardo. Es un honor para mí, señora. —No dejarla hablar también fue una sabia elección.

... Sólo había pasado menos de una semana y algo malo ya le había pasado a Carlos Wu. ¡Era algo serio! Dos amantes y otras empresas privadas ilegales de Carlos Wu fueron rastreadas por la policía. Ahora, él estaba en la estación de policía. La hija de Carlos, Michelle, había seducido a Jorge Si, el CEO del Grupo SL. Fue atrapada en el lugar y era conocida por el público como una amante. La compañía de James Mo fue cerrada. Todas sus propiedades fueron confiscadas y vendidas. Más tarde, la información del compromiso entre Yolanda y Manuel se difundió en línea. Aún más sorprendente para el público fue que Lola anunció al público que había renunciado a Jorge el día de la celebración del aniversario del Grupo SL. ¡Esto fue un golpe fuerte en la cara de la amante! Hubo demasiados detalles durante todo el asunto, y el público estaba totalmente desconcertado. Tenían tantos problemas para creer todos estos rumores. Entonces, los comentarios sobre el Twitter de Lola en general fueron: —Al menos ustedes son felices. —Al menos ahora están juntos. —Al menos no eres la asesina. —Al menos es amor verdadero. —Al menos están casados. Lola no sabía qué decir cuando estaba sentada en el café LE y leía estos comentarios en su Twitter. Varios comentarios comenzaron con la frase. 'Al menos' aparecieron cuando actualizó a los principales comentarios. ¿Por qué tenía esta sensación de ser bendecida? La gente simpatizaba con ella. Se arregló el pelo con cansancio. ¡Ella no quería estar con Jorge! Quería que la gente supiera eso. ¡Ah! ¡Ah! Se levantó de la silla y se fue a casa para prepararse para la competencia

mundial de café en el país C mañana. Si tenía la suerte, tal vez podría traer de vuelta a un excelente barista para su cafetería. Cuando Lola regresó a la casa, vio a Manolo llevándose a Laura, quien está embarazada. Parecía que iban a salir. —Hermana, vamos de compras. ¿Quieres unirte a nosotros? Lola negó con la cabeza con cansancio. —No. ¿Cuándo es la fecha prevista del parto? —Lola tocó la gran barriga de Laura y pensó: —¿Cuándo podré tener otro lindo bebé...? Laura sonrió y también puso su mano en el vientre. —Aproximadamente dentro una semana más. —Finalmente, ella podría ser libre. —Bueno, mañana, asistiré a una competencia de café por dos días. ¡Manolo, cuida bien de Laura! ¡Por favor! ¡Estaré en contacto! —Lola les dijo dulcemente. Necesitaban ser más cuidadosos ya que Laura ya estaba a punto de comenzar con las labores del parto. Manolo se quejó cuando se estaba yendo con su esposa. —Hermana, lo sé. ¿Cuántas veces lo dijiste? Sabes que puedo repetirte estas palabras en cualquier momento. Yo me encargaré de mi esposa. —Ya no era un niño. ¡Por supuesto que sabía cómo cuidar a su esposa! Laura detuvo a Manolo que caminaba hacia adelante y le respondió cortésmente a Lola: —No te preocupes, hermana. ¡Tendremos más cuidado! Lola sonrió y asintió con la cabeza. Entonces ella ignoró a Manolo y subió las escaleras. Landon salió a jugar ajedrez con su compañero. Wendy estaba arriba acompañando a su bebé con la puerta de la habitación abierta. —Wendy. —Lola se apoyó en la puerta mientras miraba a Wendy. Wendy estaba sosteniendo y jugando con su bebé con amor. ¡En ese momento, Lola echaba mucho de menos a Estrella! —Lola, entra. ¿Qué está pasando? ¿Cómo estás? —Al darse cuenta de que Lola no estaba de buen humor, Wendy caminó hacia ella y le preguntó con curiosidad.

Capítulo 352 Lo dejó en público Wendy se preguntó. ¿No estaba ella con Jorge antes? ¿Qué había pasado? ¿Podría ser que se pelearon de nuevo? Si realmente fue así, ¡la pareja se estaba torturando mutuamente! Pensar en Jorge puso a Lola más agitada. Se sentó en el sofá sin siquiera mirar a su sobrinito ni abrazarlo por un rato. Estaba tan molesta. —Wendy, realmente no quiero estar con Jorge. Pero él no me dejaría ir. — Le contó a Wendy de manera directa lo que la estaba preocupando. Wendy se acercó a Lola con Colin en sus brazos. Observó a Lola con cuidado, pero no pudo encontrar ningún rastro de infelicidad. Su tez fina no parecía estar molesta con Jorge. Entonces solo había una posibilidad. Wendy dijo lo que sospechaba: —Así que todavía no se han reconciliado, ¿verdad? —Wendy no vio a Lola en casa por varias noches. Así que había pensado que estaba con Jorge y se llevaban muy bien. Lola se apoyó en el sofá y extendió las manos para pellizcar la pequeña y linda cara de Colin. Ella respondió: —Así es, no nos llevamos bien. Sí, ella no lo ha perdonado. Ella pensó que no era firme en su decisión. Su fe vacilaría con el movimiento más seductor de Jorge. —¿Por qué no vuelves con él? ¿Es porque no es bueno contigo o simplemente no puedes olvidar lo que sucedió en el pasado? —'Puede ser que las consecuencias de su intento de suicidio el año pasado permanezcan en su mente.' Wendy estaba muy preocupada. En este aspecto, era normal que Lola no quisiera volver con Jorge. A ella no le resultaría extraño. —No, no es porque él no sea bueno conmigo. Él está haciendo todo por mí. ¡Pero después de todo lo que sucedió, perdí completamente la fe en él! —Sí, no fue fácil para ella pasar por eso... Pero lo que pesaba en su corazón era el miedo. Temía que si volvía a estar con él, el recuerdo del pasado siempre la perseguiría. Wendy se sentó junto a Lola mientras sostenía a Colin en sus brazos. Ella sugirió. —Entonces rompe firmemente con él. Recházalo firmemente en su cara. Mantente firme, Lola. —La intención de Wendy era clara. Lola debería hacer

que Jorge la dejara por completo. Lola le entregó al bebé y bromeaba con él juguetonamente. Ella continuó. —He aclarado mi mente una y otra vez. Sabes lo que hice en la fiesta de celebración de aniversario ese día. Declaré nuestra ruptura frente a tanta gente. Él no se sintió enojado. Por el contrario, parecía molestarme con más frecuencia. ¡Era inusual de él! Jorge, un CEO internacional, era un hombre distinguido con respecto a su imagen y estatus honorables. Pero no reaccionó cuando Lola lo dejó en público. ¿Ya no le importaba su imagen? Wendy no sabía qué lado elegir. Si ella persuadía a Lola para que estuviera con Jorge, Lola no podría olvidar el daño que él le había causado. Eventualmente la traumatizaría. Si ella le sugería a Lola que rompiera con él por completo, Lola no se sentiría feliz sin él. Wendy conocía a Lola tan bien. Como su amiga íntima y su cuñada, Lola era franca en su carácter. Sonreía cuando estaba feliz y expresaba su infelicidad cuando estaba deprimida. ¡Era como un libro abierto! Pero desde que Lola sufrió el incidente del asesinato y el intento de suicidio, se había vuelto insociable y excéntrica. Nunca había visto a Lola en un estado tan extraño durante un período de tiempo tan largo. Después de eso, Jorge se acercó a ella con Estrella y trató de hacerle olvidar los malentendidos entre ellos. A partir de entonces, Lola aparentemente mejoró. Su complexión y personalidad ahora eran mejores. Se estaba recuperando gradualmente de los incidentes. Todo esto tenía algo que ver con Jorge. Así que Wendy pensó por un momento y respondió: —Lola, personalmente te sugiero que le des una última oportunidad, solo una más. Esperaba que Jorge estuviera a la altura de sus expectativas y le diera a Lola una felicidad permanente. No quería empeorar el asunto debido a su consejo. Lola se quedó en silencio. ¿Darle la última oportunidad? Eso sonaba razonable pero ella no tenía el coraje de hacerlo. —Wendy, ¿y si él no confía en mí otra vez? Entonces realmente estaré muerta. —Ella ya no podía soportar ninguna prueba de amor. Ya estaba cansada y agotada. Wendy estaba tan confundida. Lola tenía razón. Si Jorge la lastimara de nuevo, las consecuencias serían inimaginables. Sería realmente peor. El intento de suicidio fue un buen ejemplo. Lola fue realmente afortunada de sobrevivir. Gracias al oportuno rescate de emergencia, ella todavía estaba viva ahora. O definitivamente estaría muerta cayendo del piso 32 de un edificio.

Sería un desastre para la familia si perdieran a Lola para siempre. Nadie se recuperaría de eso... Wendy vaciló: —Simplemente no lo veas más. El tiempo lo resolverá todo. El tiempo sanará todas las heridas. Lola pensó dolorosamente en la idea de no verlo nunca. ¿Por qué le dolería el corazón por ese estúpido pensamiento? Su gentileza, su maldad, su rudeza... ¿Por qué estas imágenes aparecían en su mente una y otra vez? Al ver que Lola estaba atrapada en un punto muerto, Wendy se sintió muy triste por ella. Al parecer, no podía olvidarlo totalmente. Finalmente, Wendy le dijo: —Si no sabes cómo tomar una decisión, simplemente déjala ser. Ella no quería darle una última oportunidad ni olvidarlo por completo. ¡Sólo deja que sea! Entonces solo ve con la corriente... Lola estaba tan deprimida. Wendy tampoco sabía qué decir. Entraron en un incómodo silencio por un rato. ¡Bueno! ¡Sólo deja que sea! Esa noche, Lola se preparó para ducharse y luego pidió un boleto al país C. Ella se puso la pijama. Entonces su celular sonó de repente, era Jorge. Pensó en la conversación entre ella y Wendy y luego dijo: —Hola, Sr. ¡Si! —Su dulce voz sonaba tan tentadora para Jorge. Él naturalmente suavizó su voz. —Te recogeré mañana por la mañana. — Lo dijo en un tono cariñoso con un cigarro en las manos. ¿Él iba a recogerla? Era totalmente innecesario. —Gracias Señor. Si, ya compré el boleto. —Ella se negó de manera educada. Jorge levantó las cejas. —Lola, he revisado el vuelo. —Su nombre no estaba en la lista. Lo había comprobado antes de hacer la llamada. La mentira fue revelada. La cara de Lola se sonrojó, pero aún insistió: — Estaba enviando la orden en este momento. Entonces llamaste. —Originalmente había planeado reservar el boleto en ese momento, pero fue interrumpida por la llamada de Jorge. Jorge sacó la colilla del cigarro y se dirigió a las ventanas francesas de la oficina. Él podría charlar con Lola aquí fácilmente. —Te recogeré. Espérame. — Su mente ahora estaba llena de imágenes de Lola. Ya la extrañaba. Lola se tendió en la cama y observó el cielo oscuro afuera. ¿Debería rechazarlo? se preguntó. —Está bien, pero no quiero que vengas. Simplemente manda a algunas personas para que vengan aquí con el avión. —Él estaba muy ocupado todos los días. Ella no quería causarle más problemas. Pero Jorge entendió que Lola no quería verlo. Su corazón se hundió tan profundo. —Lola, no me alejes, por favor. No rechaces mi buena oferta. Lola se dio cuenta que Jorge la entendió mal. Pero ella no quería explicar

más. Si Jorge realmente la amaba, debería dejarle probar primero la amargura de un dolor de corazón. —Si continúas molestándome, no viajaré en tu avión. —Ella puso mala cara y dijo esto en un tono determinado. Al oír que lo estaba amenazando, Jorge finalmente se comprometió. —Está bien, mañana por la mañana a las nueve, el avión te esperará en tu casa. —Se tragó la amargura y juró que nunca volvería a romperle el corazón. Lola seguía acostada en la cama. Se sintió muy satisfecha. Entonces, de repente recordó algo y preguntó: —¿A dónde se dirigirá el avión? —Ella pensó que él definitivamente la llevaría a la mansión. —Adivina. —Él sonrió gentilmente. Si ella estaba en el país C, no podría escapar de él otra vez. Lola puso mala cara y respondió: —Puedo ir a tu casa, pero es por Estrella. Entonces, no tienes que volver allí, ¿de acuerdo? Puedes encontrar otro lugar para quedarte durante ese tiempo. —Sólo serían uno o dos días. Pensó que era fácil para Jorge encontrar otro lugar para quedarse. Era tan rico, después de todo. Jorge levantó las cejas. ¿No era él el amo en la mansión? ¿Por qué de repente fue expulsado de su propio hogar? —Pero me preocupa que te sientas sola. —Se metió la mano derecha en el bolsillo y sonrió. —No estaré sola con mi hija en mis brazos. No quiero verte allí, de todos modos. —Ella murmuró y se dio la vuelta, jugando con la muñeca de su hija en la cama. —Pero yo quiero verte, te extraño mucho. —Su voz sexy pasó desde el otro extremo de la línea, haciendo que su rostro se sonrojara de inmediato. Jorge estaba coqueteando con ella. Fue muy obvio. ¿Extrañándola? Bien entonces. —¿Me extrañas o simplemente extrañas lanzarte sobre mí? —Ella dejó escapar esa atrevida pregunta. Quería una respuesta ahora mismo.

Capítulo 353 Manolo Li la había vendido Lola estaba molesta por la risa en su voz profunda. —¡Deja de reírte de mí! —¡Le había hecho una pregunta muy seria! Era una pregunta muy importante para ella. —Por supuesto que... —Jorge habló deliberadamente de manera lenta para provocarla, y Lola se sintió cada vez más ansiosa por escuchar su respuesta. —Te extraño. —Mientras ella estuviera dispuesta a volver con él, él estaba más que dispuesto a ceder a muchas cosas. Lola se sintió aún más encantada cuando obtuvo la respuesta que estaba buscando; El aire estaba lleno de dulce amor. —Me parece bien, ahora puedes volver al castillo. Mientras tanto, no debes interferir en el tiempo que pase con mi hija. —Ella estaba mostrando la generosidad adecuada aquí. —Sin embargo, ¿quién tendría la última palabra en el castillo? Eso sigue siendo un misterio —pensó Lola, sonriendo. —¡A sus órdenes, señora Si! Pero Lola inmediatamente protestó. —¡Jorge Si, deja de llamarme Sra. Si! ¡No hemos discutido esto todavía! —¿Por qué siempre se aprovechaba de ella? Ella se convertiria en la señora Si, tarde o temprano, era solo una cuestión de tiempo. —¡Eres lo que yo anhelo! —Sus palabras fueron tan directas y su mirada tan sincera, que su corazón comenzó a latir cada vez más rápido mientras se sonrojaba de un rojo brillante. —¡Vete, y por favor deja de hablar así! ¡Suena espeluznante! —Si la relación funcionaría o no, ¡todo dependía de ella ahora! Lola sabía que ahora estaba pisando hielo muy fino, ya que él la había lastimado antes, y el amor que tenían entre ellos era tan fuerte que al final podría quemarla. ¿Estaba lista para volver con él? Si ella no estaba lista, entonces él no podría tener su corazón. Estaba a punto de colgarle cuando lo escuchó decir: —¡Enciende la cámara, me gustaría verte! Ella recordó lo que había sucedido durante su último video chat. La idea la hizo sonrojarse al instante, y ella dijo: —Jorge, ¡cómo te atreves a mencionarlo!

¡Espera hasta que te vea! —¡Ella había decidido que en el momento en que lo viera mañana lo mordería tan fuerte que él aullaría de dolor! Y como si él pudiera leerle la mente, Jorge dijo con una sonrisa. —¡Ven a morderme entonces! ¡Donde quieras! —Él no diría que no a sus deseos. Su coqueteo era tan obvio que ella le colgó por timidez. Lola tiró su celular a un lado y luego hundió la cara en la colcha. Su mente ahora estaba llena de lo que había sucedido durante sus video chats anteriores... ¡Dios! ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué seguía pensando en todo ese comportamiento íntimo? Lola estaba enojada consigo misma, se levantó la colcha de la cara y trató de quedarse dormida, a pesar de los rápidos latidos de su corazón. Era pasada la medianoche cuando Jorge recibió otro mensaje en el castillo. Era de Lola, y decía: —¡Idiota! —¿Qué estaba pasando? ¿Por qué le estaba diciendo eso? Jorge estaba confundido, y rápidamente le envió un mensaje de vuelta. —¿Estás bien, mi querida y dulce esposa? Pero nunca obtuvo respuesta alguna. A la mañana siguiente, a las nueve en punto, Lola apareció en el jet privado de Jorge con círculos oscuros alrededor de sus ojos. Su competencia de café se celebraría mañana, por lo que por ahora podría pasar todo el tiempo de hoy con su amada Estrella. El avión aterrizó cerca del castillo a salvo. Cuando Lola bajó del avión, vio que Jorge ya estaba parado a las puertas del castillo. Estaba bien vestido, con un bonito traje, y en el momento en que la vio, una gran sonrisa apareció en su hermoso rostro. Lola sostenía un bolso de diseñador blanco mientras caminaba hacia él elegantemente con sus tacones altos. A pesar de su movimiento elegante, la expresión de su rostro era bastante infantil. Su boca hacía un puchero y todavía estaba enojada con él. Lola estaba confundida. ¿Por qué Jorge estaba en casa hoy? Él extendió los brazos y quiso darle un gran abrazo a Lola. Sin embargo, Lola acurrucó sus labios e ignoró su entusiasmo, y pasó a su lado. Jorge se echó a reír mientras se daba la vuelta y la abrazó por detrás. Él inhaló el olor que provenía de su cuerpo mientras soltaba un suspiro de alegría. —Lola, finalmente estás aquí! —¡Se sentía como si hubieran estado separados por años!

Lola trató de contener su emoción y dijo en voz baja: —Jefe Si, ¡pensé que no estarías en casa hoy! —Su abrazo era tan fuerte que ella no podía moverse en absoluto. El castillo le parecía familiar, y en el patio estaban construyendo un nuevo columpio para Estrella. Jorge giró a Lola y selló sus labios rojo rubí con un beso apasionado y profundo. Por la emoción, dejó caer su bolsa al suelo mientras sus manos le rodeaban el cuello y lo acariciaban. Jorge la cargó y luego la llevó directamente escaleras arriba.

... Lola volvió a sus sentidos mientras luchaba por alejarse de él. Ella corrió escaleras arriba en pánico, y le gritó: —¡Sr. Si, pensé que me habías echado de menos! No pretendes aprovecharme de mí ahora, ¿verdad? ¡Deberías estar a la altura de tus propias palabras! Con estas palabras, Lola rápidamente corrió a la habitación de Estrella y se encerró dentro de ella. Después de que se calmó, Lola comenzó a mirar alrededor en la habitación de Estrella. Hoy era martes, y Estrella debía estar en el jardín de niños. Alguien llamó a la puerta, pero ella inmediatamente le gritó: —¡Vete, no quiero verte! —¡Había tenido suficiente! ¡Jorge siempre estaba tratando de molestarla! Fuera de la puerta, Jorge se humedeció los labios con una gran sonrisa en su rostro y dijo: —Solo sal. Quiero llevarte a cenar. ¡Ella no caería en nada de eso! —Estoy bien ahora mismo. Solo quiero descansar. —La noche anterior había estado inquieta debido a todos los pensamientos impuros en su mente. No se durmió hasta las tres o cuatro de la mañana, y por supuesto ahora se sentía bastante adormecida. —Muy bien, estaré en mi estudio. Cuando despiertes de tu siesta, ven a verme. —Él no la obligó a hacer algo en contra de su voluntad, y simplemente se fue. Ella ya estaba aquí en el castillo, y no tenía prisa después de todo. Lola se acostó en la cama de su hija y pensó en lo que estaba sucediendo. Muy pronto, se durmió. Estaba durmiendo tan profundamente que no era consciente del hecho de que alguien había abierto la puerta desde el exterior con una llave.

Luego, Jorge entró silenciosamente de puntillas. Se sentó a su lado mientras miraba su hermoso rostro con afecto brillando en sus ojos. Notó los círculos oscuros alrededor de sus ojos. —¿Qué hizo ella anoche? —pensó Jorge—. ¿Se durmió? Él la besó suavemente en la frente y luego salió de la habitación. Durante toda la tarde, Lola se tumbó en la cama, disfrutando de su dulce siesta. Cuando finalmente descansó lo suficiente y decidió levantarse, ya eran las cuatro de la tarde. Lola se sentó en la cama mientras examinaba la habitación vacía con ojos confundidos. Le tomó un tiempo antes de darse cuenta de que ahora estaba en el país C, en el dormitorio de su hija. Abrió la puerta del dormitorio en silencio, y el pasillo estaba vacío. Lola decidió ir al estudio. Sin embargo, notó que la habitación frente a la de Estrella estaba cerrada. Tenía curiosidad por saber qué había dentro. Él había dicho que estaba enamorado de ella, y que quería empezar de nuevo con ella. Entonces, ¿qué pasó con esa habitación? ¿Todo seguía igual allí? Lola giró suavemente la perilla de la puerta y la abrió. Luego entró con curiosidad hirviendo dentro de ella. La habitación estaba limpia y ordenada. Las fotos de la boda fueron enmarcadas y colocadas en la mesa para exhibirlas. El piano aún estaba en su rincón original. Alguien lo había desempolvado a diario. Pero las grandes maletas que se usaban para guardar su ropa vieja ya no estaban allí. La silla de columpio en el balcón se veía igual y más fotos parecían haber sido añadidas a la pared. Una foto llamó su atención. ¡Fue tomada el día en que toda la familia había ido al parque de diversiones! Ella sostenía a Estrella en sus brazos cuando estaban en el carrusel. ¿Cómo era que Jorge tenía una foto de ese momento? Entonces un pensamiento audaz vino a su mente. Lola recordó que Manolo estaba sosteniendo su celular en sus manos en ese entonces, pero ella no le estaba prestando demasiada atención. ¡Resultó que Manolo Li la había vendido! Se acercó a la pared y vio más fotos del parque de diversiones. ¡Manolo debió haber tomado muchas fotos de ella y su hija! ¡Bien! ¡Definitivamente lo reprendería por traicionarla así!

En ese momento, se dio la vuelta y se topó con un pecho cálido. ¿Cuándo entró él en la habitación? Ella no notó ni sintió su presencia en absoluto... La abrazó con sus fuertes brazos y dijo: —Espero que podamos decorar la habitación juntos. —Esperaba que el día en que Lola finalmente lo perdonara por todo llegaría pronto.

Capítulo 354 Solo era cuestión de tiempo ¿Cómo podría ella decir no a sus expectativas? Su respuesta estaba en la punta de su lengua mientras miraba sus ojos serios. Sin embargo, ella no dijo nada. Jorge continuó. —Lola, las hojas del arce crecerían este otoño. ¿Te gustaría estar aquí conmigo y verlas crecer juntos? —Tenía algunos arces plantados aquí en el patio de la mansión. Estaba esperando un océano de hermosas hojas rojas este otoño. Quería que ella estuviera aquí, con él. Juntos, podrían ver cómo los árboles crecían cada vez más a medida que pasaban los años y también se hacían más viejos. Estaba deseando decorar la habitación con ella. Quería que ella viera crecer los árboles con él. Cada palabra que decía era un grito de invitación. Le estaba pidiendo que volviera y viviera con él como antes. Por un momento, Lola vaciló, pero ella quería olvidar todo el pasado y volver a él. Juntos, podrían construir un nuevo futuro. Él se dio cuenta de la tortura que brillaba en sus ojos, y agregó: —Deberías recordar tomar los tónicos de salud que compré para ti, de lo contrario, se perderían. ¿Ok? Ella finalmente asintió y dijo con voz seria: —Sí, sería un desperdicio. Pero puedo llevarlos de vuelta conmigo. —Ella podría disfrutarlos en su propia casa.

... ¡Qué chica tan ingeniosa era! Jorge se inclinó y besó sus labios. Entonces, le tomó las manos y salió. —Es hora de llevar a Estrella a casa juntos. —¿Llevar a Estrella a casa juntos? —La idea de ver a su hija pronto la hizo sentir más alegre, y Lola lo siguió fuera de la habitación con plena cooperación. En el Jardín de Arte de la Flor Roja. Lola se sentó en el auto mientras observaba a Jorge entrar al jardín de niños con un par de costosos lentes de sol en su rostro.

Dos minutos después, salió con una linda niña en sus manos. Lola estaba tan emocionada que instantáneamente abrió la puerta del auto y corrió hacia ella. —¡Estrella! Estrella se sorprendió cuando vio que su madre había aparecido de repente. Soltó la mano de su padre y luego corrió hacia Lola. Con un salto, corrió a abrazarse y gritó: —¡Mamá, mamá! —Ella estaba llorando de emoción. Los otros padres que estaban fuera del jardín de niños giraron sus cabezas para mirar la escena y se sintieron felices por la familia de tres. Tanto la madre como el padre eran bien parecidos, y ambos parecían adinerados y felices juntos. Lola ayudó a su hija a sentarse dentro del auto. Luego se sentó a su lado con una sonrisa feliz dibujada en su rostro. Después de verlas con sus cinturones de seguridad puestos, Jorge caminó hacia el frente del auto y se sentó en el asiento del conductor. Mientras todos los otros padres todavía los miraban, se marcharon. —¿Qué les parece algo de comida occidental para cenar hoy? —Les preguntó con una alegre sonrisa en su rostro. Ver a Lola y Estrella felices juntas hizo que su corazón cantara y se agrandara. Lola sonrió a su hija y le dijo: —Mi querido bebé, papá dijo que hoy vamos a comer comida occidental. —¿Te gustaría? —Mientras estuviera con su hija, cualquier tipo de cocina estaría bien para ella. Estrella sacudió su pequeña cabeza; ella extrañaba el tiempo en que papi las llevaba a comer mariscos. Ella dijo: —Quiero comer mariscos con papá y mamá. —Expresó sus pensamientos y pensó directamente en sus padres. Jorge asintió. —Claro que sí. Papá va a reservar una mesa en este momento. Cuando se detuvieron para esperar la luz verde en el cruce, Jorge llamó al mismo restaurante a través de Bluetooth, y reservó con éxito un salón privado para los tres. Estrella estaba encantada, y soltó una risita mientras aplaudía emocionada, y dijo: —Mamá, vamos a pedirle a papá que nos pele los camarones. ¿Por favor? Lola se detuvo mientras miraba la parte de atrás de la cabeza de Jorge. Luego dijo: —Necesitas preguntarle a papá primero. —¡Mi querida esposa, estoy más que feliz de hacerlo! Lola apartó la mirada de él y se inclinó de nuevo hacia su hija. —Papi estuvo de acuerdo. ¿Qué tal si pedimos un montón de camarones? Como Jorge disfrutaba pelar camarones para ellas, bien podría no comer nada. —Buena idea, mamá! —Estrella la besó en la mejilla. Lola miró a su hija con cariño, y Estrella parecía ser un poco más alta desde la última vez que se vieron. —¡Mamá te llevará de compras después de que

comamos! —No había comprado algo bueno para Estrella en mucho tiempo. —Cariño, ¿quieres que te lleve al centro comercial después? —Jorge estaba tratando de demostrar su amor y disponibilidad frente a ellas. Lola lo miró fijamente y fingió estar enojada: —¡Deja de llamarme cariño! ¡De lo contrario, no podrás cenar con nosotras! —Bien, bien, señora Si, eres realmente cruel con tu chófer. —¿Chófer? Jefe Si, eres demasiado rico para ser el chófer de otra persona. ¡Comer mariscos con nosotras te degradaría! —Era multimillonario, y a Lola le parecía ridículo que estuviera dispuesto a actuar como su conductor. Los dos discutieron todo el camino hasta el restaurante mientras Estrella se reía de ellos todo el tiempo. ¡A ella le encantaba ver a sus padres juntos! En el salón del restaurante, Lola ordenó deliberadamente diferentes tipos de camarones. Ella estaba esperando el servicio especial de Jorge. Luego entregaron todos los platos a su mesa. Jorge ayudó a Estrella con un poco de pescado y estaba a punto de disfrutar el jugoso salmón frente a él. Pero Lola abrió la boca y dijo: —Quiero comer camarones. Jorge hizo una pausa. Luego miró la mesa llena de camarones, cocinados de muchas maneras diferentes y se echó a reír. Se tragó rápidamente algunos trozos de salmón y luego se puso los guantes de plástico en las manos. El tiempo del show de Jorge comenzó. Peló con cuidado los camarones y los puso uniformemente en los platos de Lola y Estrela. Continuó pelando los camarones por ellas. Muy pronto, el plato de Lola estaba lleno de jugosa carne de camarón. Al principio, ella estaba disfrutando de su servicio especial. Sin embargo, pronto sintió pena por él, ya que él estaba constantemente ocupado atendiendo sus necesidades sin cuidarse a sí mismo. Las puntas de sus dedos ya estaban rojas, ya que había pelado muchos camarones para ellas. Durante todo el tiempo que estuvo ocupado esperándolas, tuvo la oportunidad de tomar solo un bocado más del salmón. Cogió un camarón pelado y lo puso junto a sus labios. Con una voz fría, ella lo engañó. —No me gusta. ¿Cómo era que no le gustó? ¿No era lo suficientemente sabroso para ella? Jorge estaba confundido mientras masticaba los camarones. Sabían igual que antes. Recordó que la última vez que estuvieron aquí, había pedido un plato grande de camarones y los había terminado todos ella sola. Lola ignoró su mirada interrogadora mientras le daba un camarón tras otro a él. Al final, comió lentamente los dos últimos camarones restantes en el plato. Jorge finalmente entendió la verdadera intención de Lola. Quería que él

comiera los camarones, ¡pero era demasiado orgullosa para decírselo directamente en su cara! Jorge se sentía muy divertido al pensar en esto. Con una gran sonrisa en su rostro, continuó pelando camarones en el segundo plato. Alimentó con la jugosa carne de camarón a Lola y a Estrella. Como era de esperar, Lola pronto dijo que ya no quería comer. —Ya estoy llena. Come tú y yo pelaré los camarones en tu lugar. —Lola sintió pena por Jorge, porque durante la última media hora no hizo nada más que esperarlas. Se puso en silencio un nuevo par de guantes de plástico y comenzó a quitarle la cáscara de la carne. Solo pudo pelar uno para él cuando Jorge se detuvo. La atrajo hacia él con afecto y le quitó los guantes. Los arrojó al cubo de la basura y la miró con cariño. —Solo céntrate en la comida, ¿de acuerdo? Yo haré el resto. —Él no necesitaba su servicio. Después de que se casaran, él contrataría criados para ayudarla con las tareas domésticas. No quedaría mucho que ella hiciera eso. Solo necesitaba disfrutar de su vida como una dama bien mantenida. Lola abrió la boca, pero no salió nada cuando vio la expresión determinada en su rostro. Después de la comida, Jorge las llevó al centro comercial. A Lola le gustaba comprar ropa para Estrella, pero también le compró otras cosas. Compró pequeños pantalones y calcetines de colores. Jorge insistió en que ella fuera a la sección de ropa para hombres. Allí, Lola, sin quererlo, eligió algunas camisas para él. Debido a sus fuertes exigencias, ella también eligió un champú para él. Mientras pagaba la factura, decidió que tenía que reducir otros gastos en el año venidero. Poco sabía ella que pronto se convertiría en una mujer súper rica y que iba a figurar como una de las principales multimillonarias del mundo. Jorge había sido el No. 1 por años, y Lola se convertiría en la décima. En un futuro cercano, con su negocio en auge rápidamente, podría incluso alcanzar el primer puesto. Solo era cuestión de tiempo.

Capítulo 355 ¡Qué mejor amigo! Cuando llegaron a casa esa noche, Lola envió a su hija directamente a dormir. Después de eso, entró al baño y se dio una ducha. Decidió dormir en la habitación de Estrella esa noche y cerró la puerta de la habitación. En su estudio, Jorge estaba conversando por teléfono con Leandro. —... Bastardo descarado, el vestido es una de mis obras maestras y lo has arruinado. ¿Qué tan desesperado estabas? ¿Por qué no puedes desnudarla con tus modales? En realidad, contaba con mantener el vestido intacto después de que Lola lo usara para poder exhibirlo en otras exposiciones de moda. Jorge lanzó un anillo de humo al aire y respondió con una voz clara: —No es asunto tuyo. Leandro se quedó completamente sin palabras ante su indiferencia. Rápidamente agregó: —¿Qué pasa con el conjunto de joyas de diamantes? Pagué una gran suma de dinero y las traje desde Inglaterra. ¿Por qué la dejaste usarlas en la fiesta? ¿No pensaste que era demasiado para la ocasión? ¿Qué sucede contigo? Y por cierto, ¿qué pasó con mis diamantes? —Finalmente le habló de todas sus preocupaciones. —Los perdí. —Jorge recordó cuando los arrebató de la tienda de Leandro. Pero ahora, él no tenía absolutamente ninguna idea sobre su paradero actual. Encontró la pregunta de Leandro ridícula; Jorge tenía un asunto mucho más importante que necesitaba atender. Leandro estaba furioso por su respuesta. Gritó al teléfono con una voz aguda: —Quiero una compensación total por todo. ¡No, debes pagarme un precio diez veces mayor por lo que perdiste! Jorge apagó su cigarro en el cenicero y dijo: —Dame una cantidad entonces. —¡100 mil millones! —Leandro estaba tan enojado con Jorge que dijo un número al azar. Pero, de alguna manera, no era imposible para Jorge pagar la suma que había pedido al azar. Él respondió con una voz desdeñosa: —Crees que soy una especie de idiota, ¿no? —Su voz estaba muerta, fría y seria. Cuando escuchó su tono helado, Leandro dejó de farolear al instante y dijo: —Bien, bien. ¡Podemos resolverlo con 50 millones! —Se sintió destrozado

porque sabía que con esta suma aún tendría una pérdida significativa de ganancias. Pero, al final, Leandro consideró que podía hacer eso, ¡porque Jorge era, después de todo, su mejor amigo! ¡Y qué mejor amigo era, por cierto! Finalmente acordaron la cifra de 50 millones. Antes de finalizar la llamada, también acordaron un momento para reunirse más tarde. Jorge salió del estudio y caminó directamente a la habitación de Estrella. Sin sorprenderse en absoluto, notó que Lola había cerrado la puerta desde adentro. Pero él no tenía prisa de todos modos. Jorge regresó a su suite y tomó una agradable y relajante ducha allí. Envuelto en una toalla de baño, regresó a la habitación de Estrella y abrió la puerta con la llave de repuesto de su estudio. Casi al mismo tiempo, Lola salió desnuda del baño. No tenía nada puesto encima porque pensaba que solo ella y su hija dormida estaban en la habitación. En el momento en que vio a Jorge, se asustó totalmente. La idea de despertar a Estrella la hizo sofocar su grito mientras corría rápidamente hacia el baño. Jorge se divirtió mucho por su repentina reacción y la siguió al baño. —¡Sal! —ella gritó. Con pánico, trató de cubrirse con un montón de toallas. —Bien. Saldré entonces. —Luego la sacó del baño en brazos y salió de la habitación de la niña. Tan pronto como salieron de la habitación de Estrella, Lola abrió la boca para protestar. —Dije que necesitas salir. ¿Para qué me llevas fuera también? — Ella lo miró con sus grandes y hermosos ojos. Jorge abrió la puerta de su suite y la tiró a la cama. Mientras se inclinaba hacia su rostro, dijo: —¿Quieres tu pijama o no? Lola se mordió el labio inferior porque realmente quería gritar en su cara las palabras 'Como que sea'. Sin embargo, se controló y simplemente dijo: —Por supuesto que sí. Jorge fue al armario y abrió uno de los gabinetes, y Lola pudo ver que ya le había comprado un montón de ropa. Compró todos esos hermosos vestidos para ella. La había estado esperando con esmero todo este tiempo. Jorge regresó con un sexy camisón negro en sus manos. Lo puso a su lado y le dijo: —Puedo ayudarte a ponértelo. —Señaló la bata con una profunda sonrisa en sus labios. —No es necesario. ¡Gracias por tu amabilidad! —Lola le mostró una sonrisa falsa, pero en el fondo, ella ya lo había maldecido innumerables veces. Rápidamente se puso el vestido de noche debajo de la colcha. Después de eso, Lola se sentó en la cama con un corazón aliviado. Sin embargo, sintió que

algo todavía no estaba bien. Cuando miró hacia abajo... ¡La ropa apenas había cubierto su cuerpo! Lanzó una mirada fría a Jorge, que estaba sonriendo con diversión. Entonces, furiosa, le hizo preguntas. —¿Te estás quedando sin dinero? —Gritó —. ¿Por qué no le agregaste más tela a la bata? Un poco más de material te costaría más, ¿no? ¿Por qué no podrías comprar una bata más convencional? ¡Estaba tratando de meterse con ella deliberadamente! Jorge respondió a sus preguntas una a una con gran paciencia. —Cariño, por favor no te preocupes. Tengo dinero, pero no quería exagerar el vestido. De hecho, cuesta más dinero si se agrega más material. En cuanto al diseño, los vestidos convencionales me resultan poco atractivos. Lola estaba completamente abrumada por su manera gentil de contestar. Ella quería gritarle. ¡Jorge Si era como un libro que no podía leer! ¡Y también sería definitivamente erróneo juzgarlo por su aspecto! Se veía elegante y sobrio en público, pero solo ella sabía cómo se comportaba realmente cuando estaban juntos a puerta cerrada. ¡Se obligó a sonreír! Lola trató de aliviar la tensión en el aire, pero simplemente no pudo sonreírle. —Bien, me voy a dormir ahora. Si me trajiste a dormir aquí, entonces, por favor, sal y déjame sola. —Con estas palabras, Lola tiró de la colcha para cubrir su cuerpo y estaba a punto de cerrar los ojos. Jorge dejó la cama y se dirigió hacia la puerta, y Lola se sintió aliviada de repente cuando accedió a irse. Pero, para su sorpresa, solo fue a apagar la luz. Volvió por ella en la oscuridad de la habitación. Lola intentó evitar sus caricias, pero Jorge no le daría ninguna oportunidad de resistirse a él. ... Finalmente, Lola se quedó sin aliento. Jorge la rodeó con sus fuertes brazos y le susurró al oído: —¿Ya te has divertido lo suficiente? Podemos continuar si quieres. —Él la mantendría distraída. Le había prometido que no se forzaría con ella, pero un pequeño juego de persecución no le haría daño. Lola simplemente no pudo soportar más sus caricias. Con todas sus fuerzas, luchó por alejarse de él, lo empujó a un lado y corrió hacia la puerta. Jorge la siguió rápidamente, se estaba divertido por su aparente energía infinita. Lola estaba casi en la puerta cuando Jorge la detuvo exitosamente abrazándola por detrás. Nuevamente la arrojó a la cama. Esta vez, la presionó contra su cuerpo y

dijo: —Si aún quieres seguir, probablemente me comeré mis palabras. —Había planeado algunos otros juegos para ella. ... Lola estudió rápidamente su situación actual y decidió cooperar con él. Se acostó, se puso la colcha sobre la cabeza y luego cerró los ojos. Con una sonrisa divertida en su rostro, Jorge apagó la luz de la cama. La atrajo hacia él y la acostó a dormir. Al cabo de unos veinte minutos, Lola se durmió profundamente. Sin embargo, Jorge tuvo que tomar numerosas duchas frías para calmarse. ¡Esto era definitivamente una dulce tortura para él! ¡La deseaba tanto, con todo su ser! Lola se despertó temprano a la mañana siguiente con la competencia de café en su mente. Volvió la cabeza y vio a Jorge dormido a su lado. Incluso con los ojos cerrados, se veía peligrosamente guapo. Había pasado bastante tiempo con él durante los últimos años, pero rara vez había tenido la oportunidad de verlo dormir. Normalmente se despertaba antes que ella. La cara de Jorge se veía muy tranquila y serena. Recordó lo indiferentes y fríos que se veían sus ojos cuando estaba despierto. Tenía una nariz de puente alto y labios completamente firmes. Ella lo miró mientras sus pensamientos se volvían locos dentro de su cabeza. ¿Con qué estaba soñando ahora? En realidad estaba sonriendo mientras dormía. Uno de sus brazos estaba debajo de su cuello, mientras que otro brazo estaba acostado sobre su cintura. También tenía una forma corporal increíble que la mayoría de las mujeres deseaban en un hombre. Era perfecto tanto en apariencia como en capacidades. Era, de hecho, un hombre sobresaliente. Al siguiente segundo, ella sintió su erección presionando contra sus muslos. Lola se sonrojó al saber que él ya se había despertado, pero simplemente no quería abrir los ojos. Lo empujó con la cara brillante de la mañana. Sin embargo, él rápidamente presionó su cuerpo y besó sus labios rojo rubí. Lola inmediatamente se tapó la boca con las manos. Protestó vagamente mientras esquivaba su beso. —Todavía no he cepillado mis dientes. ¡Levántate ahora!

Capítulo 356 Todos estos serán tuyos Jorge retiró sus manos protectoras y suavemente cerró sus labios con un apasionado beso.

... A Lola todavía le quedaban algunos sentidos. En el último momento, ella lo pellizcó muy fuerte en la cintura y lo empujó con todas sus fuerzas. Sin ninguna otra vacilación más, ella entró corriendo al baño. Se miró al espejo. Su cara estaba enrojecida, febril y su cabello se veía desordenado. Ella curvó sus labios con una sonrisa amarga. ¿Por qué Jorge querría besarla con un aspecto así? Lola pasó un tiempo en el baño arreglándose. Después de eso, salió con una toalla de baño bien envuelta en ella. Jorge estaba con su teléfono. En el momento en que la vio, le entregó un conjunto de ropa nueva y limpia. La miró con una profunda sonrisa en su rostro mientras hablaba con alguien por teléfono al mismo tiempo. —Está bien, me encargaré de ello. Hablaré contigo más tarde. Lola estaba confundida porque había traído su propia ropa. Pero al no saber dónde estaban colocadas, tuvo que aceptar la ropa que Jorge le dio. Y lo hizo, y Lola obedientemente se cambió en el baño. Les habían quitado la etiqueta. Se preguntó quién más los había usado antes Este pensamiento la puso furiosa mientras salía del baño. Para entonces, Jorge ya había terminado de hablar por teléfono. Él vio la expresión de su cara y notó de inmediato que estaba de mal humor. —¿Alguien usó esta ropa antes? ¡Si es así, entonces no la quiero! —¿Por qué me humillaría haciéndome usar ropa de otra mujer? —pensó Lola enojada. Jorge se rió mientras le explicaba todo con paciencia. —La ropa nueva necesita lavarse, ¿verdad? —Toda su ropa nueva era lavada primero antes de que él la usara. Además, él sabía que ella lavó lo suyo antes de usarlo también.

Así que tenía toda esa ropa nueva lavada para ella. Había hecho todo lo posible para que ella se sintiera como en casa en todo momento. Tan pronto como se dio cuenta de que la ropa que llevaba era nueva, Lola sonrió. —¡Bien! —ella dijo. Y luego volvió al baño. Jorge sacudió la cabeza con decepción. ¿Cómo podría ella pensar que él era un ser tan despreciable? ¿Por qué demonios le ofrecería ropa de segunda mano? ¡Parecía que ella no lo conocía del todo! La ropa que Jorge había escogido para ella era un conjunto de traje. Aparte de las mangas blancas, el resto era todo rosa. Lola encontró el color ridículo para su edad. No le quedaba nada bien. Se juzgó a sí misma en el espejo, pensando que el color rosa no se ajustaba en absoluto a su personalidad. Estaba un poco preocupada por salir al mundo así. Pero, reuniendo todo su coraje, Lola salió del baño. Quería preguntarle a Jorge si él tenía alguna otra ropa de respaldo por ahí. Pero Jorge estaba otra vez en el teléfono. Él asintió con la cabeza cuando la vio salir del baño otra vez. Su confirmación hizo que Lola cediera. Pensó que también se las podía arreglar con este conjunto de traje. —Necesito tener los resultados del informe al final de este día. —Jorge soltó el teléfono mientras caminaba hacia ella. Tomó su mano y la llevó al armario de zapatos. Cuando Jorge abrió la puerta de uno de los gabinetes de zapatos, Lola se quedó sin aliento ante lo que vio. Había al menos 100 pares de zapatos en los estantes de dos metros de altura, y tenían varios diseños y colores. Se ajustaban a todas las temporadas y todas las ocasiones, y cada par fue hecho por diferentes diseñadores internacionales. —Está bien. ¡Debes evitar este tipo de errores en el futuro! —Jorge terminó la llamada con un tono severo. Luego, señaló los estantes y le dijo a Lola: — Elige tú misma un par. Ella estaba completamente sin palabras ante lo que veía. Después de un rato, logró abrir la boca y dijo: —Estos zapatos... —Ella no tuvo el coraje de terminar la frase. Pensó que estaba en un sueño. Jorge miró su traje rosa, pensó por un rato, y luego eligió un par de zapatos de cuña blancos para ella. —¡Se mi chica! Todos estos serán tuyos. —Dijo esto con un tono de broma. Después de todo, era para ella que había comprado todos estos pares de zapatos para empezar.

Sin embargo, Lola se sintió ofendida por su broma. ¿Cómo se atrevía a verla como una chica baja y barata? ¿Creía que podía comprarla con 100 pares de zapatos de diseñador? ¡Definitivamente la había subestimado! Jorge curvó sus labios mientras levantaba sus manos. Luego la llevó a otro armario. Lola estaba aún más sorprendida ahora cuando vio lo que había dentro. En la pared, había un enorme armario blanco, y parecía ser interminable. Dentro del gabinete, había dos estantes. Cada uno de ellos estaba lleno con ropa de marca de lujo, desde abrigos de piel de invierno hasta blusas de moda de primavera, el gabinete lo tenía todo. Debajo de los estantes había una cómoda. Dentro de los cajones, había todo tipo de sujetadores, calcetines y otras prendas de mujer. Jorge caminó hacia otra pared muy divertido por la mirada sorprendida de Lola y abrió otro tercer gabinete. En su interior, había numerosos bolsos de piel caros, que deslumbraban sus ojos. Las bolsas eran nuevas y venían en diferentes tipos de pieles y colores. Cada una valía decenas de miles de dólares. Lola no sabía qué decir. Jorge la sostuvo por el hombro y la llevó al centro de la habitación. Allí, él le mostró otra cómoda. Los cajones estaban todos llenos de joyas. Le mostró piedras como ámbar, diamantes, jades, perlas, etc. Todas ellas eran solo para ella. —¿Qué piensas? —Él la miró y le preguntó de inmediato. Lola fue criada por una familia acomodada y, en realidad, era inmune a todas estas cosas vanas. Pero todavía estaba sorprendida por lo que Jorge había hecho por ella. Jorge pensó que la mirada en su cara era preciosa. Algunas de las cosas que él había reunido para ella habían tomado más esfuerzo que dinero. Eran ediciones limitadas, y por lo tanto eran exclusivas solo para los más privilegiados. Algunos de los zapatos y bolsos eran de renombre mundial y eran únicos. Sin embargo, logró encontrarlos y comprarlos solo para ella. Lo que sorprendió a Lola no fue la cantidad, sino la calidad de la ropa. Los bolsos de diseñador eran fáciles de comprar para hombres ricos como Jorge, pero los bolsos exclusivos no eran tan fáciles de conseguir, incluso si tuvieras la gran suma de dinero para comprarlos. Por ejemplo, una bolsa roja en el medio de la estantería parecía haber sido diseñada por el famoso diseñador de Milán Master FT. Ella solo había tenido la oportunidad de comprar una de sus famosas obras. Sin embargo, en este momento, vio al menos cuatro o cinco bolsas en el estante que venían de las manos del Maestro FT.

Ella controló su estado de ánimo ansioso y le dijo: —Entonces, ¿planeas abrir una tienda departamental ahora? —La habitación estaba tan llena de zapatos y bolsas que podría abrir un centro comercial. Jorge le rodeó suavemente la cintura con los brazos y le susurró al oído: — Si quieres, todo esto será tuyo en un abrir y cerrar de ojos. —Él había comprado todo esto solo para complacerla. —No quiero. —Ella le espetó de nuevo. ¿Cómo se atrevía a hablarle así? ¡Qué asco! ¡Ella no era superficial! Jorge se rió y agregó: —Bueno, incluso si no quieres, son tuyos de todos modos. —Todas estas cosas bonitas solo podían ser de ella. Sólo su amada mujer merecía cosas tan lujosas y valiosas, pensó Jorge. Lola no pudo ocultar su creciente sonrisa ante sus dulces palabras. Ella lo empujó mientras caminaba de regreso al dormitorio. —¡Dije que no los quiero! ¡Déjalos para tu futura novia! Él cerró la puerta del armario y la siguió hasta el dormitorio. —Si no los quieres, está bien. Los tiraré todos y reemplazaré los gabinetes con nuevas colecciones hasta que estés satisfecha. —Parecía que estaba bromeando, pero Lola sabía que realmente haría esto si no estaba de acuerdo con él. —No quiero que pierdas más dinero. Si tomo estas cosas o no, ¡todo depende de tu comportamiento! —Se sentó en el sofá y estaba a punto de cambiarse el par de zapatos con cuña. Jorge estaba encantado con sus palabras. Rápidamente dio un paso adelante y luego se arrodilló frente a ella y dijo: —Por supuesto, querida. —Él la ayudó con los zapatos; Se veían perfectos en sus pies. ¡Parecía que él realmente sabía su talla y había construido un armario lleno de ropa y zapatos solo para ella! —Buen trabajo, me siento halagada. Te perdonaré por lo que hiciste esta mañana, y en cuanto al resto, ¡trataré contigo más tarde! —Se levantó graciosamente, lo besó en la frente y luego fue a buscar a su amada Estrella. Al mirar su espalda, Jorge sacudió la cabeza con una gran sonrisa en su rostro. ¡Había gastado miles de millones de dólares para obtener a cambio un beso! ¡Pero en verdad, el beso de esta mujer valía la pena! ¡Lo disfrutó! Cuando Lola fue a la habitación de Estrella, descubrió que las dos nuevas sirvientas ya la estaban atendiendo.

Capítulo 357 Se convirtió en uno de los jueces presidentes Una de las sirvientas intentaba ponerle algo de ropa, mientras que la otra intentaba encontrar los zapatos a juego para su atuendo. —¡Mami! —En el momento en que vieron a Lola entrar, ambas se asombraron de su elegancia y estilo. Era una mujer tan hermosa, con modales tranquilos también. —¡Señora Si! —La saludaron con gran cortesía. Lola frunció el ceño ante el título. Ella quería corregirlas, pero no dijo nada al respecto. En cambio, simplemente dijo: —Ahora cuidaré de mi hija, ¡ambas pueden retirarse por el momento! —Tomó los zapatos de la mano de la sirvienta y luego se los puso cuidadosamente a su hija. —Mamá, ¿cuánto tiempo te vas a quedar aquí esta vez? —¿Por qué su mamá siempre tenía que estar lejos haciendo cosas ocupadas? Cada vez que le preguntaba a papá sobre el paradero de su madre, él siempre decía que estaba muy ocupada y que solo regresaría cuando terminara con su negocio. Lola hizo una pausa y rápidamente consoló a su hija con una voz suave: — Mi dulce niña, mamá todavía no está segura, pero siempre que tenga la oportunidad, iré a visitarte. ¿Qué te parece? —No tenía idea de cuándo o cómo resolvería los conflictos entre ella y Jorge. Estrella se puso un poco malhumorada cuando escuchó sus palabras. Le sonrió a Lola y asintió con la cabeza, diciendo: —¡Mamá, debes cumplir con tus promesas! Lola pellizcó su mejilla gordita y prometió: —No te preocupes, mamá te quiere mucho. ¡Definitivamente te visitaré de vez en cuando! ¿Bien? —Le dio una palmadita en el hombro y luego la llevó al baño para vestirla. —¡Mamá, de verdad te amo! ¡Muack! —Estrella también pellizcó a Lola por la mejilla. En el espacioso baño, la madre y la hija se lo estaban pasando bien. Luego la familia de tres tomó un desayuno tranquilo juntos. Después de eso, Jorge y Lola llevaron a Estrella al jardín de niños. Mientras observaba a Jorge sostener la mano de su hija cuando entraban al jardín de niños, Lola se dijo a sí misma que, por el bien de su hija, al menos

debería darle otra oportunidad a Jorge. Su hija ya había cumplido cuatro años este año, pero le faltaba el amor de una familia completa. Eso era realmente triste. Jorge estaba haciendo todo lo posible por reconciliarse con ella, y ella se sintió obligada a responder a su amor. Después de todo, su corazón no estaba hecho de piedra. Lola pensó en su futuro y en el camino de regreso a casa se quedó en silencio. Jorge la miró con el rabillo del ojo varias veces mientras conducía. El ambiente en el coche era un poco incómodo. La mayor parte del tiempo Lola miraba por la ventana y de vez en cuando le echaba un vistazo. Tenía una mirada compleja en su cara. Podía sentir que ella estaba pasando por un gran cambio de humor. La competencia de café se llevó a cabo en el centro de comunicación cultural internacional y Jorge y Lola llegaron con un elegante retardo al evento. Muchas personas ya se habían reunido allí. Tan pronto como se presentaron en el evento, se convirtieron en la principal atracción de los medios de comunicación. Todos los periodistas levantaron sus cámaras y tomaron fotos de la pareja. Lola se veía feliz en las fotos y Jorge, que era famoso por su apariencia fría, también se veía amable y sonriente. Se tomaron de la mano, como si algo bueno fuera a suceder pronto. De hecho, la hermosa pareja era el centro de atención del evento. Lola se sintió absurda por causar tanto revuelo. Si solo hubiera venido aquí sola, las cosas hubieran sido mucho más fáciles para ella. Sin embargo, el hombre a su lado era demasiado extraordinario. Incluso si estuvieran en una cita en una película, él todavía podría llamar la atención y causar furor en la calle. Él era simplemente demasiado asombroso y bien parecido. La gente no podía evitar prestarle atención cuando y donde se presentara. Era un líder natural, con un sentido único de encanto. Era conocido por sus características y talentos sobresalientes. Jorge la llevó al panel de jueces y la ayudó a tomar asiento, pero Lola estaba confundida cuando vio que el nombre en la etiqueta de la mesa era suyo. ¿Desde cuándo se convirtió en uno de los jueces presidentes? Los participantes de hoy eran de 36 países diferentes. Se creía que eran los mejores baristas de sus países, y los seis jueces eran de 3 países distintos. El mayor patrocinador del evento era en realidad el Grupo SL, y Lola se sorprendió al encontrar el logotipo del grupo aquí.

Lanzó una mirada a Jorge, que estaba ocupado hablando con otros jueces. —¿Se propuso celebrar el concurso? —pensó Lola. Era un hombre de negocios muy ocupado. ¿Por qué se molestaría en invertir tanto tiempo y esfuerzo en este tipo de evento? ¿Hizo todo esto solo por ...? ¿ella? Lola negó con la cabeza, ya que quería negar sus propios pensamientos. A las 9 en punto, Jorge pronunció un discurso clave como patrocinador principal del evento. Se paró en el escenario, sonriendo amablemente a la audiencia. Había casi mil personas sentadas frente al escenario. Entre ellos, había periodistas, concursantes, invitados y así sucesivamente. Jorge, como líder natural, pertenecía al escenario. Era elocuente, confiado y conocía su discurso por dentro y por fuera. Demostró cómo debería ser realmente un líder exitoso. Tenía tal carisma que ninguna palabra podía describir el sentimiento que te daba cuando hablaba. Después de una breve felicitación, Jorge anunció la apertura del concurso de master café. La gente aplaudió su discurso mientras Jorge bajaba el escenario con plena gracia. Volvió a su asiento junto a Lola. —¡Bien hecho, jefe Si! —Susurró Lola en su oído mientras sonreía. Lola no pudo ocultar sus elogios. Jorge curvó sus labios mientras le devolvía la sonrisa. —Mientras lo disfrutes, eso es todo lo que importa. —Él hizo todo esto para ganar su simpatía, y no quería nada más en el mundo que su feliz sonrisa. Su comportamiento íntimo no escapó a las cámaras de los periodistas que se sentaron justo detrás de ellos. Lola se enderezó y luego escuchó atentamente las presentaciones de los participantes. Después de que los 36 participantes hicieron sus breves presentaciones personales, el concurso comenzó oficialmente. El primer desafío en competencia fue ¡Arte Latte'. Esta era una de las competencias más comunes en los principales concursos de café. Por lo general, en los cafés, los baristas hábiles harían la forma de un corazón o una hoja en la superficie del café con leche para los clientes. En el concurso, se requirieron técnicas más avanzadas para impresionar a los jueces. Un arte latte bellamente presentado, con un patrón o diseño en la superficie del latte, podría hacer que el degustador se sienta encantado. Se puede crear o adornar simplemente 'dibujando' en la capa superior de espuma.

El desafío requería que cada participante hiciera seis tazas de café en 10 minutos. Los únicos ingredientes que podían usar eran los granos de café y la leche. También podían usar la máquina de café expreso y las tazas de café que se les proporcionan. Necesitaban presentar a los jueces dos tazas de macchiato con exactamente el mismo patrón en ellas, dos tazas de café con leche normal y dos tazas de arte con leche de su propio diseño elegido. También se les permitió usar herramientas u otros adornos comestibles para decorar la superficie. ¡Roma no fue construida en un día! Todos los participantes tenían años de práctica diligente antes de inscribirse en el concurso. Cada participante tenía su propia cámara de seguimiento y estaban bajo supervisión todo el tiempo. El concurso fue un espectáculo deslumbrante ya que cada participante demostró su talento en tostar granos, cocinar café y dibujar arte con latte. Lola vio a uno de los concursantes. Era un joven chino que llevaba una gorra de béisbol negra, y la expresión seria de su rostro le recordó a Lola a alguien que de alguna manera conocía. Ella ocasionalmente estaba charlando con Jorge durante el período de introducción, y no estaba prestando demasiada atención al escenario. Rápidamente revisó los archivos frente a ella. Entre ellos, encontró un nombre familiar escrito bajo su foto de perfil. —Lucas Yu... Lola observó a Lucas con mucho cuidado. Pensó que él se había graduado de la universidad recientemente, pero ¿por qué ya participaba en un concurso internacional? Revisó su CV y descubrió que él ya tenía tres años de experiencia laboral en un café. Trabajaba a tiempo parcial mientras asistía a la universidad. Esperaba sinceramente que él fuera el que se destacara hoy. Si esto sucediera, tendría un futuro espléndido esperando por delante de él. Jorge atrapó la mirada de Lola. Por curiosidad, miró los archivos en sus manos. —¿Lucas Yu? ¿Es alguien que ella conoce? ¿Por qué le está prestando tanta atención? —Jorge no estaba muy contento con esto, y de hecho también estaba un poco celoso. Se acabó el tiempo y mostraron frente a los jueces varias tazas de café con latte, con un arte bellamente presentado.



Capítulo 358 Salario anual de quinientos mil Los jueces se acercaron mientras examinaban cuidadosamente el vívido arte del latte en cada una de las tazas. ¡A juzgar por la apariencia, todos se veían increíblemente satisfactorios y deliciosos! Llegaron en forma de pequeños corazones y lindas hojas. Una de las tazas llamó la atención de todos. Tenía seis corazones pequeños en el medio y una docena de corazones más pequeños en el contorno. Realmente fue una presentación muy talentosa. Lola anotó el número del concursante: No. 16. El mismo concursante también tenía otra taza, con un dibujo de un lindo osito panda. Ella se enamoró enseguida. Después de que Lola examinó cuidadosamente cada taza, comenzó a probarlas. Las tazas del concursante No. 16 se ganaron su corazón tanto en términos de presentación como de sabor. Cada juez había tomado una decisión y decidieron sus puntajes. La segunda parte de la competición continuó. Ahora, el desafío se estaba gestando. Se examinó principalmente el sabor creado por las habilidades de elaboración de cada contendiente. A los concursantes se les permitió usar sus propios granos de café para la elaboración de la bebida; en las mejores competiciones como esta, se suponía que solo usaban granos Geisha. Muchos concursantes habían gastado decenas de miles solo en practicar con granos Geisha para el concurso; Era bastante difícil ganar el desafío. Esta sección no fue el punto fuerte de Lucas. Debido a su situación económica, no tuvo la oportunidad de practicar con los granos de café caros. En este momento, solo podía confiar en su propia experiencia y habilidades. Parecía muy concentrado en el escenario. La forma en que midió la temperatura del agua y la cantidad de granos fue muy profesional. En sus profundidades, Lola pensó muy bien de él. Jorge notó que Lola había estado observando a Lucas desde el principio, y no estaba muy contento con el hecho. Ahora había decidido que definitivamente no votaría por Lucas.

Lucas estaba satisfecho con su propio trabajo, y poco sabía que ya había molestado involuntariamente a Jorge. La tercera sección del concurso fue la final. El reto consistía en elaborar el sabor original. Se suponía que nada más debía añadirse al café. Los jueces buscaban un sabor único y auténtico de granos de café puro. El sabor debía ser suave, rico y perfecto. Si el participante no lograba sacar el sabor auténtico de los granos, la taza terminaría siendo amarga y desagradable al gusto. Quince minutos después, todos los concursantes tuvieron que parar. Todos los granos de café recién molidos fueron presentados a los jueces. El concursante No. 10 era un tipo que venía de Alemania, que había pasado más de una década estudiando granos de café. El café que hizo provocó sonrisas a los jueces. No pudieron dejar de alabar su excelente labor. Después de probar todos los granos de café recién molidos, los jueces regresaron a sus asientos. Intercambiaron opiniones entre sí, y Lola tuvo pensamientos similares con los del juez italiano que estaba sentado a su lado. Jorge se sintió un poco molesto cuando Lola estaba tratando de apoyar al contendiente No. 16, el niño grande que en sus ojos ni siquiera era un hombre adulto. Cinco minutos después, todos los jueces habían emitido sus votos. Lola vio lo que Jorge escribió en su pizarra y no le gustó nada. Lo pellizcó con fuerza en su brazo debajo de la mesa. De esta manera, lo obligó a escribir el número 16 en lugar del número 10. Lola asintió con la cabeza con satisfacción. No podía ser imparcial, porque en lo más profundo de ella, deseaba que Lucas ganara la competencia. De hecho, su café era muy apetecible. Lucas, por otro lado, no le falló con sus extraordinarias habilidades. Si hiciera un mal trabajo en el escenario, ella ciertamente no habría votado por él. El resultado del concurso se publicó muy pronto. Los concursantes No. 10 y No. 16 ambos ocuparon el primer lugar, mientras que el contendiente No. 23 de Inglaterra ocupó el segundo lugar. Por lo tanto, se requirió un juego adicional para resolver el empate entre los dos. Se requirieron al concursante No. 10 y No. 16 para hacer un capuchino en el lugar. A las 11 en punto, llevaron varios capuchinos para los jueces. Los probaron cuidadosamente uno por uno y luego decidieron cuidadosamente sus votos. Eventualmente, el concursante No. 16 ganó la competencia con cuatro

votos, y los jueces le dieron el título de Master Coffee. El público lo aplaudió calurosamente mientras se encontraba en el podio del campeón, esperando recibir el premio de Jorge Si. Jorge lanzó una mirada fría al joven frente a él, cuya cara tenía fiebre debido a la emoción. Jorge no podía entender por qué estaba tan ansioso. Sin embargo, no dijo nada, y simplemente le entregó la copa de oro y un cheque por cien mil dólares. —Gracias, jefe Si. Por favor envíe mis saludos a Lola por mí. —Mientras se estrechaban las manos, Lucas le susurró a Jorge. Sabía que el Grupo SL era el principal patrocinador de la competencia y, para su sorpresa, Lola Li también era uno de los jueces presidentes. ¡Estaba bastante seguro de que Lola votaría por él! Lucas se sintió agradecido con Lola, y la vio sentada no muy lejos de él, sonriendo amistosamente. Jorge endureció un poco los hombros y respondió con una voz fría: —¡Siga con el buen trabajo! Lucas había oído hablar de la personalidad indiferente de Jorge. Hoy, cuando finalmente se reunió con él en persona, pudo confirmar que el rumor era cierto: Jorge era tan frío como un iceberg. Jorge siguió adelante mientras daba los otros premios a los ganadores del segundo y tercer lugar; Recibieron copas brillantes y lucrativos cheques. Los otros participantes, a pesar de no ganar la competencia, recibieron cada uno un premio en efectivo de diez mil dólares por su sincera participación. Todos los presentes se sintieron felices y recompensados. A las 11:30, la competición terminó con éxito. Lola se acercó a Lucas con una gran sonrisa en su rostro y dijo: —¡Lucas, bien hecho! ¡De hecho, eres un chico muy prometedor para ganar el título de Master Coffee a tan temprana edad! —Entonces le dio una palmada feliz en el hombro. La cara de Lucas se puso roja porque era tímido ante sus elogios. Ya tenía 23 años y ya no era un niño. Él le explicó rápidamente: —Realmente disfruto haciendo café. Para ser sincero, ese es mi único hobby. No me gusta hacer nada más. —Había soñado durante mucho tiempo con convertirse en barista desde la escuela secundaria, y también había pasado algún tiempo en la escuela secundaria aprendiendo de un barista local. Sin embargo, debido a la pesada agenda que tenía en la escuela, tuvo que dejar de aprender a hacer café. Solo después de ir a la universidad, tuvo más tiempo libre para estudiar el oficio con más detalle. Lola pensó por un segundo, y luego preguntó: —¿Dónde trabajas en este momento? —En una ocasión escuchó de Wendy que se suponía que Lucas

recibiría más educación al terminar la universidad, pero, sin embargo, él había rechazado su propuesta, ya que quería comenzar a trabajar lo antes posible. Jorge había terminado de hablar con otros jueces, y cuando se dio la vuelta, no estaba muy contento de ver a Lola hablando con Lucas tan cerca e íntimamente. Entonces rápidamente se acercó a ellos. Lucas ahora trabajaba en un café local promedio en el país A, pero el dueño del café subestimaba sus talentos y solo le permitía hacer tareas menores. Lola maldijo al dueño en su corazón porque odiaba ver tan buenos talentos como Lucas ser desperdiciados. ¡El dueño del café debía estar ciego! —¡Ven a trabajar para mí en LE Café, para empezar te daré un alto salario! Lucas se sorprendió alegremente de sus palabras. Había oído de su hermana que Lola Li tenía una tienda de café a su nombre. Pero no quería molestar a Lola por un trabajo porque sabía que ella ya tenía suficientes problemas en su mente. De hecho, fue una gran sorpresa para él que Lola le pidiera oficialmente que trabajara en su café. Estaba realmente emocionado con la idea. —¿Cuánto vas a pagarle cada año? —Una fría voz masculina cortó abruptamente su conversación. Lola no había pensado en la pregunta. Ella simplemente respondió: — ¡Estoy pensando en doscientos mil! —Si su negocio crecía, también le daría un aumento al año siguiente. Jorge estaba junto a ellos con ambas manos en los bolsillos. Examinó la expresión de emoción en el rostro del joven y agregó con firmeza: —Tendrá un salario anual de medio millón. Te contrataré para que te quedes y trabajes en el país C a partir de ahora.

... Lucas estaba abrumado por su oferta. ¿Lo escuchó correctamente? Salario anual... Medio millón... Sus compañeros de clase, que habían empezado a trabajar al mismo tiempo que él, apenas si ganaban algo. Lo mejor era hacer entre ocho mil y doce mil al mes. Jorge le ofreció un salario anual de quinientos mil; ¡Era casi como ganar cincuenta mil al mes! Cincuenta mil... ¡Lucas se sintió como si estuviera en un sueño espléndido! Lola también se sintió abrumada cuando escuchó las palabras de Jorge. Lo miró furiosa y le dijo bruscamente: —Jorge Si, ¿qué te pasa? —¿Por qué siempre estaba tratando de robar todo el personal talentoso de sus manos?



Capítulo 359 Él sigue siendo tuyo Sin el menor cuidado sobre lo que otros dirían, Jorge sostuvo el hombro de Lola. Él dijo: —Hice esto por nuestro futuro. —Necesitan mantener sus ojos en el largo plazo. En la imagen más grande... Lola no entendió. Ella solo sacudió su brazo y volvió sus ojos hacia Lucas que todavía estaba muy emocionado. —Lucas, no vayas con él. Tu trabajas para mí. Con esto, Lucas finalmente recuperó su compostura. Él preguntó: —Lola, ¿qué dijiste hace un momento? —Estaba muy feliz para notar lo que Lola había dicho. Jorge tomó la iniciativa de responder antes que Lola: —Irás a SL mañana y Sánchez arreglará un trabajo para ti. —Luego, ignorando la objeción de Lola, Jorge la acercó y se fue, dejando a la multitud asombrada. Dentro del auto, Lola apoyó la cabeza en el hombro de Jorge y le dio un fuerte mordisco. Todo esto mientras Jorge estaba ocupado manejando... Mientras tanto, advirtió: —Si te atreves a tocarme sin mi aprobación la próxima vez, te quitaré un trozo de carne. Jorge se quedó mirando la marca de mordida en su muñeca. Luego, como de costumbre, lo besó. —Daré la bienvenida a lo que sea que hagas conmigo... —Respondió Jorge seductoramente. Lola miró a Jorge, quien ahora conducía el auto felizmente. Pensó que él debía ser un masoquista. De camino a la mansión, Lola solo hizo un puchero sin hablar con él, sin importar lo que Jorge dijera para complacerla. Después de tomar sus cosas, ella dejaría la mansión inmediatamente. Estaba decidida a hacer esto. Cuando entraron por las puertas de la mansión, Lola salió del auto. Jorge también se apresuró y la siguió. —¡Cariño! —No me llames cariño. Descontento, Jorge se quejó: —Cuando sonreíste de oreja a oreja a otro hombre, ¿pensaste siquiera en mí? —Él estaba a su lado en ese momento. Lola se detuvo de repente, se volvió, miró a Jorge y le explicó enojada: —

Ese hombre es el hermano de Wendy. ¿Por qué no puedo sonreírle? ¡Tengo que ser cortés con él! —¿Estaba celoso? Lola reflexionó profundamente sobre esto. Jorge se distrajo. ¿Ese hombre era el hermano de Wendy? ¿El hermano de su cuñada? —Bien. Si eso es verdad, ya no estoy molesto. ¿Podrías animarte también? ¿Por favor? —Pero incluso si ese hombre fuera el hermano de Wendy, no bajaría la guardia. Después de todo, Lucas no era Manolo. Él siempre debería estar alerta... Lola siguió subiendo las escaleras mientras lo molestaba: —Jefe Si, eres un hombre ocupado. Así que sería mejor que te apresuraras a la compañía. Sería mi culpa si pierdes tu valioso tiempo en mí. —La seguía todos los días sin prestar atención a la compañía. Él era el culpable si la empresa se iba a bancarrota. Ella no le haría eso a Jorge. Jorge la llevó a su pecho y le dijo con afecto: —¿Qué tal si te quedas aquí y vives conmigo? ¿Has pensado en eso otra vez? —Había un secreto que escondía. Pero pensándolo bien, Jorge solo decidió guardarlo para sí mismo. Al menos por un tiempo... Lola saltó al suelo de inmediato y respondió: —Buen intento. ¿Acorralaste a mi gente y ahora quieres que me olvide? ¿Era tan amable antes? —Caminó hasta la puerta del dormitorio y lo miró fríamente. Tal vez fue su amabilidad lo que la llevó a su trágico pasado. Jorge la miró fijamente. ¿Realmente era así de amable? ¿Era ella tan fácil de intimidar? Al menos él nunca pensó que ella era así. Tomemos la versión actual de ella como ejemplo. Por mucho que lo intentara, Lola no podía perdonarlo. Si fuera otro hombre, Lola ya habría sido golpeada. Al ver a Lola empacar sus cosas, Jorge la sujetó por la cintura y le preguntó: —¿Cuándo me perdonarás? —Esperaba ansioso ese día. Lola frunció los labios con desdén. Jorge nunca habló de las cosas malas que hizo. Él solo quería que ella lo perdonara, pero sus acciones nunca reflejaron que merecía perdón. A medida que pasaba el tiempo, casi olvidó el tormento que él le había traído. —A ver que haces entonces. —Después de terminar la frase, salió de la habitación con su equipaje. Jorge se quedó mirando su figura. Realmente quería jalarla hacia atrás y tirarla de nuevo a la cama. Dejaría que ella le rogara en su lugar. Pero ella parecía demasiado enojada. Así que sería mejor que él siguiera sus deseos esta vez. Lola rechazó la oferta de Jorge de su jet privado y, en cambio, reservó un

boleto al país A. En medio de su enfrentamiento, Lola entró en el Lamborghini y la enviaron al aeropuerto. En el momento del registro, Jorge besó sus labios rojos y dijo: —La cafetería alrededor de la mansión ha comenzado su negocio. Lucas trabaja allí. Así que técnicamente, él sigue siendo tuyo. —Él quería decir que la cafetería todavía estaba bajo su nombre. Así que no había tal cosa como arrinconar a su gente. Al ver la hermosa figura de Jorge saliendo, Lola casi derramó lágrimas de gratitud. Ese hombre era 'terrible' siempre la hacía querer llorar. Porque todo lo que hizo parecía ser sobre la planificación de su futuro. Ella estaba en una encrucijada sobre esto... Cuando regresó al país A, lo que sucedió entre Lola y Jorge se había convertido en una fuente de los titulares nuevamente. Lola buscó todo tipo de especulaciones: comentarios positivos y abusos. Ella sintió un poco de dolor en su cabeza otra vez. Esto sucedió una y otra vez... En Crown Province A Tomás Herren lo molestaba un incidente grave y un trabajo ocupado recientemente. No tenía mucho tiempo para mantenerse en contacto con Lola. Justo entonces, su teléfono sonó. Desde el teléfono salió la voz familiar de su secretaria. —¿Cómo va la investigación? —La absurda escena volvió a surgir en su mente. Él cazaría a quienfuera que lo hubiera incriminado. No dejaría pasar esto. —Ahora, sabíamos que Cherry también fue incriminada y luego enviada a Crown Province. En cuanto a quién estaba detrás de esto, podría ser una mujer. A juzgar por las imágenes de CCTV. ¿Una mujer? Tomás Herren frunció el ceño. Había pocas mujeres a su alrededor. Reflexionó si esto era posible. Incluso podría decirse que no había ninguna mujer a su alrededor aparte de Lola. —Señor. Herren, hemos seguido la pista al país C. Creo que podríamos arreglar todo esto pronto. Después de colgar, se levantó y caminó hacia otra habitación en el apartamento. Esta habitación era donde Lola durmió una vez. Ahora, había una mujer extraña dentro. Ella tenía un hermoso cabello largo, sus brazos sostenían sus rodillas. Fue traída por Herren desde el hotel. Ella estaba deprimida No podía comer ni dormir. Tomás caminó frente a ella y dijo con calma: —La verdad saldrá pronto.

Señorita Cherry, la enviaré de vuelta al país C ahora. Pero daré una respuesta muy satisfactoria más tarde. Cherry, que se veía pálida, sonrió. ¿Dar una respuesta muy satisfactoria? ¿Descubrir quién la secuestró en Crown Province era una respuesta satisfactoria? ¿Qué había de su virginidad? ¿Qué se debería hacer acerca de su virginidad entonces? Se levantó de la cama, empacó sus cosas y caminó directamente hacia la puerta. Ignoró completamente las palabras de Herren. Antes de que abriera la puerta, Tomás la agarró y tiró de ella. Él le apretó la muñeca y la miró fijamente. Ambos se quedaron en silencio. Después de un largo rato, Tomás Herren notó su lucha. Él la tranquilizó: — Si la señorita Cherry se preocupa por eso, asumiré toda la responsabilidad y me casaré contigo. —Sus palabras estaban llenas de desesperación e impotencia. ¿Si ella se preocuparía por eso? Cherry se volvió y lo miró sarcásticamente. —Señor. Herren, ¿qué tipo de persona crees que soy? No. No soy una mujer normal. Trátame diferentemente. —Le dio una palmada en la mano, abrió la puerta y salió decididamente de Crown Province. En el camino de regreso, no pudo evitar llorar tristemente. ¿Quién demonios la secuestraría en Crown Province y la enviaría a la cama de Herren? De ahora en adelante, ella debería olvidar a Jorge. Porque con la pérdida de su virginidad, ella ya no era lo suficientemente buena para él.

Capítulo 360 No hay buenas noticias Sabía que la relación de Jorge con Lola había ido mejorando lentamente, pero aún no se había rendido. Hasta que sucedió ese incidente, ella había abandonado esa idea romántica por completo. Ahora era bastante conservadora debido a las estrictas reglas familiares y la educación de alto nivel en su familia. Con la aventura de una noche que tuvo con Herren, incluso ella no podía perdonarse. Bueno, y mucho menos a su madre... Si Tomás no se responsabilizaría por lo que sucedió y ese asunto era conocido por otros, no tendría salida. Ella enfrentaría severas consecuencias. Cafetería LE en el país A. Lola miró el ramo de rosas rojas que envió el repartidor. Para sorpresa de todos, lo aceptó por primera vez. Se preguntó si su acción significaba que estaba inclinada por una relación con Jorge... Con una dulce sonrisa, se sentó en la silla colgante, mirando el hermoso ramo. Los dependientes sabían que su jefa, Lola Li, estaba enamorada. Pero se estaban preguntando. ¿Estaba en una relación con Tomás Herren o con Jorge? No lo sabían. Al oír que Lola había aceptado sus flores, Jorge se sintió muy aliviado en la oficina del grupo SL. Pero sabía que su aceptación no significaba un completo perdón. Así que debía intensificar sus esfuerzos. Se había jurado a sí mismo que siempre haría todo lo posible por complacerla. Cuando Lola ya estaba disfrutando de la felicidad, su teléfono sonó de repente. El que llamaba era Manolo. —Lola, Lola. Mi esposa acaba de dar a luz a una niña. ¡Soy padre ahora! — La llamada telefónica acababa de conectarse y la voz de Manolo salió, llena de emoción y felicidad. Lola saltó de la silla de inmediato y preguntó alegremente: —¿En qué hospital? ¡Iré ahora! —Agarró su bolso y corrió hacia la puerta.

Entonces rápidamente pensó en las rosas. Sin pensarlo mucho, les dijo a los asistentes de la tienda que las pusieran en los jarrones. Luego se apresuró al hospital de inmediato. Laura dio a luz a una niña con éxito. Pesaba 3. 5 kilogramos, llenando a toda la familia Li de felicidad y alegría. Manolo publicó esta agradable noticia en Twitter y recibió muchos comentarios positivos. Lola reenvió el mensaje con las palabras: —Felicitaciones, mi hermanito y mi cuñada. ¡Bienvenida a nuestra familia, mi pequeña sobrina! Jorge inmediatamente comentó: —Felicitaciones, hermanito y cuñada. Bienvenida a la familia, pequeña sobrina.

... Ese comentario hizo que la publicación de Lola cobrara popularidad. Muchos cibernautas preguntaron si ya se habían vuelto a casar. Jorge respondió a uno de los internautas. —Sí. Es solo que no se lo ha dicho a ella todavía. Deseaba que estuvieran juntos en este momento. Pero legalmente, ya se había convertido en su esposa. Lola miró su respuesta y le envió un mensaje de texto a Jorge. Estaba avergonzada. —No hables de estas tonterías. ¡La gente puede maldecir y chismear! —No me importa todo esto. Si maldicen y chismean, es porque deben estar celosos . —A él nunca le importó lo que otras personas dijeran o pensaran. Lo importante era que él y Lola estaban felices y contentos. Él era Jorge Si, de todos modos. Tenía todo lo que quería y deseaba. —... — Lola le respondió con una breve respuesta. Luego volvió a la habitación y tomó a la niña de Manolo. La meció gentil y amorosamente. Mientras tanto, Jorge recordaba algo serio. Lo puso un poco ansioso y estaba fumando sin parar. Ahora tenían una sobrina. Pero, ¿por qué Lola no mostraba síntomas de estar embarazada? Se consideraba un "trabajador excelente" en ese asunto. —Pero, ¿por qué todavía no hay buenas noticias? Con bocanadas constantes, fumó un segundo y luego un tercer cigarro. Después de que terminó el cuarto, tomó las llaves del auto y decidió conducir hasta el hospital. Cuando Chuck respondió la llamada de Jorge, estaba haciendo una autopsia

a un cadáver en el laboratorio. Su ayudante puso el teléfono junto a su oreja. Entonces escuchó que Jorge ya estaba en su oficina. Chuck dejó el escalpelo, se limpió y volvió a la oficina. —¿El jefe Si estaba allí para demostrar lo feliz que es con Lola? —Chuck no había entrado todavía, pero sus burlas ya habían llegado a los oídos de Jorge. Fumar estaba prohibido en el hospital. Así que Jorge solo jugueteaba con el encendedor en el sofá. —Me esfuerzo mucho, pero Lola todavía no está embarazada. Quiero saber por qué. Así que vengo aquí para una prueba. Me temo que el problema podría ser yo. —Él explicó su intención de una manera directa. Ahora Chuck solo quería echar a Jorge de allí. Pero recordaba aquella noche con claridad. Esa noche, Jorge le dijo a Sánchez que enviara una docena de mujeres a su departamento. ¡Cómo se atrevía! Entre esa docena de mujeres, una de ellas le rogó que la dejara quedarse. Ella dijo que quedarse era suficiente para salvar su vida. Nunca fue misericordioso, y mucho menos por el hecho de que ya tenía a alguien en su corazón. Entonces, cualquier otra mujer no era nada para él. Al principio persuadió a la mujer para que saliera. Sin embargo, ella le dio una patada a la puerta, entro y se encerró dentro. Ignorando todas sus advertencias, se aferró a su sofá, sin querer irse. Incluso cuando él la amenazó con un bisturí afilado, ella simplemente lo pateó contra la pared y el cuchillo se incrustó en la pared. Estaba decidida a quedarse. Eventualmente, no tuvo más remedio que salir corriendo e ir dentro de su habitación. La dejó en el sofá por la noche. Quería saber dónde la encontró Jorge. Era una suplente con un cinturón negro en Taekwondo. —Responde mi pregunta primero. Esa noche trajiste una docena de mujeres. Una de ellas se llamaba Daisy Tang. ¿Dónde la encontraste? —Chuck aún recordaba el día siguiente cuando Daisy Tang lo obligó a abandonar el apartamento junto con ella. Incluso sostuvo su brazo cuando estaban saliendo. Como médico, tenía bastante fobia a los gérmenes. Le encantaba mantener su higiene. Hablando de tener fobia a los gérmenes, Daisy incluso se burló de él porque todo lo que su futura esposa tenía que hacer era limpiar la casa todo el tiempo. Chuck alzó la vista hacia la indiferente cara de Jorge de una manera alegre. Debería recompensar a Sánchez generosamente por lo que hizo para distraer con

éxito la atención de Chuck. —Necesitas preguntarle a Sánchez entonces. No estoy involucrado en tales cosas. —Despejó su participación esa noche. Era demasiado listo para no hacer eso. Chuck se rascó la cabeza, luego levantó las gafas con ansiedad. Olvídalo. Esa Daisy no era importante. Solo debería actuar como si nada hubiera pasado. Chuck trató de convencerse a sí mismo. —Jorge, ¿estás con Lola otra vez? —Eso era lo más importante en este momento. La pregunta de Chuck puso a Jorge un poco satisfecho. —Deberías olvidarte de Lola ahora. No solo nos volvimos a casar, también estoy planeando nuestra boda. —Respondió Jorge. Esa boda sería más lujosa que las anteriores que él había planeado. Chuck se sintió herido por la respuesta de Jorge. Se sentó en su silla, sin decir ni una sola palabra. —Llévame a hacer la prueba ahora. Mi tiempo es bastante precioso. — Jorge se levantó del sofá con insatisfacción y se apoyó en el escritorio frente a Chuck. Siempre fue el hombre impaciente. Chuck tomó un expediente de un paciente y alejó a Jorge audazmente. — Sal ahora. Estoy muy ocupado. —Está bien, me iré. Pero te enviaré una docena de mujeres todos los días. —Hablaba en serio. Chuck lo miró y respondió con ira. —¿Necesitas alguna prueba? Eres la persona más sana del mundo. No me hagas perder mi tiempo. Aunque todavía se estaba quejando, Chuck se levantó y llevó a Jorge a la sala de pruebas. No podía simplemente ignorar el hecho de que obtendría mujeres más tarde... Jorge sonrió detrás de él y se apresuró a caminar junto a Chuck. Puso el brazo sobre el hombro de Chuck y lo consoló: —Te llevaré a tomar algo más tarde para calmar tu dolor. No te preocupes.

Capítulo 361 Pusiste a tu papá en un aprieto Luego de oír esto, Chuck golpeó el vientre de Jorge con el puño y gritó: — Sal de aquí. Me pones nervioso cada vez que te veo. —Te molesté durante mucho tiempo. Durante nuestros años universitarios, siempre me amenazaste con despellejarme con tu bisturí. Pero aún así, nunca lo hiciste. Bromearon alegremente en el camino a la sala de pruebas. Después del examen, Jorge se arregló la ropa y salió con Chuck. —No hay alteraciones en la prueba actual. Los resultados de los otros exámenes saldrán dentro de dos horas. Puedes irte ahora. Te llamaré de inmediato cuando los tenga. —Chuck examinó los resultados de la prueba de Jorge y le dijo que todo era normal. Sin embargo, no le creyó. Todavía desconfiaba. Luego Jorge regresó a la compañía. Dos horas más tarde, su teléfono sonó... justo a tiempo. —Te dije que estás fuerte como un toro. Deja de molestarme de ahora en adelante. —Chuck se burló. Jorge se sintió de nuevo muy deprimido luego de escuchar estas palabras. Entonces... ¿El problema lo tenía Lola? —En ese momento, ¿le dolía en algún otro lugar a excepción de sus piernas? —Jorge se preguntó. Recordó el día en que Lola saltó del edificio. Esto hizo que su corazón se hundiera de nuevo. Chuck también guardó silencio durante bastante tiempo. En ese entonces, la examinó cuidadosamente por temor a que sintiera algún dolor en otro lugar. —Sé lo que estás pensando. Ella está sana. Tal vez necesitas intensificar tus esfuerzos. Pensó en la mujer que dormía con otro hombre y Chuck se sentía profundamente deprimido. Arrojó los resultados sobre el escritorio y luego, entró rápidamente en el laboratorio. Después de terminar la llamada con Jorge, comenzó a trabajar en algunos experimentos. Realizaba todo tipo de cirugías para tratar de tener la cabeza ocupada en lugar de pensar en Lola. Si pensara en ella todo el tiempo, simplemente se sentiría muy solo.

Jorge siguió fumando mientras pensaba que ahora, todo esto, se reducía a una sola razón: no se esforzó lo suficiente. En el País A. Laura salió del hospital varios días después. Lola sostenía al bebé y se sentó a su lado. La pequeña bebé que dormía en sus brazos, le recordó a Estrella. La extrañaba tanto. Cuando llegaran a casa, la llamaría. —Lola, muchas gracias por venir aquí personalmente. No quería molestarte. Simplemente cargaré al bebé y me iré a casa con Manolo. —La presencia de Lola hizo que Laura se sintiera un poco culpable por causarle algún problema. Ella la miró y la tranquilizó. —Soy tu cuñada. Es lo que debo hacer. ¡No te preocupes! —Su madre estaba demasiado ocupada hoy. Así, le pidió a Lola que acompañara a Laura. Ella se sintió conmovida y respondió respetuosamente: —Muchas gracias. —Luego ambas se rieron a carcajadas. Cuando llegaron a casa, Laura y Manolo, llevaron al bebé a su habitación. Wendy todavía estaba en la mansión de Janne Zhang. Antes de la hora de la cena, Lola marcó el número de la mansión. Cuando sonó el teléfono, Jorge se sentía abatido y fumaba en el salón. Estrella se apresuró en atender el teléfono. —¿Hola? —Contestó el teléfono alegremente y deseó que la llamada fuera de su madre. Tenía razón. Escuchó la voz de su hija y Lola sonrió eufórica. —¡Estrella, mi bebé! ¡En verdad era su madre! La voz de Lola emocionó a Estrella. —Mami, te extraño mucho. ¿Cuándo regresarás? La pregunta de su hija hizo que Lola se sintiera un poco culpable. Ella respondió: —Estrella, mamá regresará en unos días, ¿de acuerdo? No estés triste ahora.... —Bueno. Pero debes apurarte porque papá se lastimó y no puede jugar conmigo. Estoy muy aburrida en este momento. —Estrella se quejó y puso mala cara. Cuando escuchó que su hija contó lo que trató de ocultar, Jorge estaba desconsolado. Su herida hizo que Lola se preocupara mucho. —¿Qué le pasó a tu papá? —Se levantó de la cama con mucha ansiedad. —Papá se lastimó mientras protegía a algunas personas. —Estrella vio la señal de Jorge, pero no sabía qué significaba eso. Intentaba evitar que siguiera hablando de la lesión.

—¿A quién protegía? ¿Dónde se lastimó? ¿Cuándo? —Caminó por la habitación muy preocupada. No entendía lo que Jorge quería decir y Estrella continuó: —Papá se lastimó con un cuchillo para proteger a una mujer bonita. Su herida le duele mucho y es muy profunda. Las palabras de Estrella hicieron que se ahogara con su última bocanada porque no podía exhalar ni tragar. Se quedó inmóvil y no pudo hacer nada. —Ejem.... —Tosió muy fuerte. Por primera vez, su hija lo puso en un aprieto. Los pasos ansiosos de Lola se volvieron cada vez más lentos. ¿Una mujer hermosa? ¿Era Cherry? Comenzó a pensar sobre eso y especuló. Con esa idea en la mente, su preocupación se convirtió instantáneamente en ira. —Déjame hablar con tu papá. Ahora. —Trató de calmar su tono frente a Estrella. No quería que notara que estaba molesta. Estrella le dio el teléfono a Jorge y balbuceó: —Papá, mamá quiere que contestes el teléfono. Tal vez está preocupada por tu herida. —Después de esto, le preguntó con curiosidad porque vio la mirada malhumorada de Jorge: — ¿Mamá te extrañó realmente? Tomó el teléfono en su mano y controló el repentino descontrol de sus sentimientos. Le susurró: —Cariño, puedo explicarte... Por favor, no saques conclusiones apresuradas. —¡Canalla! ¿Puedes explicar qué cosa? ¿Explicarme con cuántas mujeres estuviste? ¿Explicarme cómo estabas con dos mujeres a la vez? ¡Eres solo un playboy! No has cambiado. No me busques ni me contactes nunca más. —Se escuchó un sonido. Colgó el teléfono cruelmente. Muy consternado, Jorge miró a Estrella que todavía estaba jugando con su juguete. Él la culpó. —Estrella, pusiste a tu papá en una situación incómoda. ¿Tú lo sabes? Estrella sacudió la cabeza confundida: —¿Papá estás en una situación difícil? Yo no lo sabía... —Ella moldeaba un delfín con la masa de arcilla con creatividad y luego, se fue dulcemente. Jorge miró la gasa en su brazo y siguió fumando. Después de media hora, sacó su teléfono móvil, llamó para pedir su jet privado y luego, voló hacia el país A. Dos horas más tarde, el avión aterrizó en el patio de la mansión de la familia Li. Jorge bajó del jet con la gasa todavía en el brazo y tocó el timbre. Manolo abrió la puerta. Lo guió por la mansión con entusiasmo. En el camino, habló con Jorge íntimamente. Miró hacia el segundo piso y preguntó: —¿Tu hermana está arriba? —Venía

por ella. —Sí. Pero ¿qué te pasó en el brazo? —Manolo vio en ese momento que tenía una gasa y que salía un poco de sangre. Jorge se miró rápidamente el brazo y luego respondió: —No es nada. Sólo una pequeña herida. Estoy aquí por tu hermana. Necesito hablar con ella. —Sin esperar la respuesta de Manolo, subió las escaleras con pasos largos. En ese momento, recordó algo, giró y dijo: —¿Dónde está mi sobrina? Tráela aquí. Quiero verla. —Lola era su esposa entonces, la niña también era su sobrina. Manolo respondió que sí, luego corrió a su habitación y abrazó a su hija. Su rostro rebosaba de alegría por ser padre. Jorge estaría celoso de Manolo si no tuviera a Estrella. Luego, tomó a la niña en brazos. El pequeño y lindo bebé acrecentó su deseo por tener otro hijo. Lamentó el hecho de perderse la etapa de la niñez de Estrella. Quería saber qué se sentiría, el tener a su propio bebé en sus brazos. Jorge colocó un cheque con una gran cantidad de números de la suerte, en el bolsillo del bebé, antes de devolvérselo a Manolo. Ese regalo, hizo que el hombre se sintiera un poco avergonzado. Después de todo, Jorge ya le había dado demasiado.

Capítulo 362 No me hables nunca más Pero sabía que el cheque llevaba las bendiciones de Jorge y así, simplemente lo aceptó. —Jorge, te ayudaré a persuadir y hablar con mi hermana. —Él era un hombre muy bueno. Solo su hermana era lo suficientemente buena para él, comprobó Manolo. Jorge asintió y luego, el hombre regresó a su habitación. Llamó a la puerta de Lola. —Adelante. —Lola jugaba despreocupada con su teléfono. Gracias a la estructura de la habitación que aislaba los ruidos, no escuchó la conversación de los dos hombres afuera. Pensó que la persona que llamaba a la puerta era algún familiar y por eso lo dejó entrar directamente. Observaba esta figura alta y conocida y no podía creer lo que veía. Se frotó los ojos, parpadeó y luego, se aseguró de que el hombre era, en efecto, Jorge. No le extrañó escuchar el sonido de un avión en su patio. —¿Quién te dejó entrar? ¡Sal de mi casa ahora! —Le gritó bruscamente. Para una escoria, no existía tal cosa como la cortesía. Jorge cerró la puerta, caminó hacia su cama y se sentó a su lado. —Estoy aquí para explicarte por qué me lastimé. —Tomó las manos de Lola, pero ella lo rechazó. Para evitar que volviera a tocarla, se cubrió con el edredón. Le gritó: —Vete de aquí. No quiero escuchar tu explicación. No hables conmigo nunca más. Jorge puso su mano sobre el edredón y luego se inclinó hacia delante. — Cariño... Por favor. —Le susurró dulcemente en sus oídos. El sonido de su respiración casi la paralizó. Se sentía como si estuviera flotando en el aire, tan suave y débil. —Si no eres feliz... —Lo que siento, no es asunto tuyo. Vete ahora. O conseguiré a alguien que te arrastre muy lejos. —Ella giró y lo miró muy fijamente. No se rendiría ante él de nuevo. —No te enojes conmigo. Si estás demasiado enfadada para volver, la hermosa ropa que te compré solo acumulará polvo en el armario. —Él la miró con mucho afecto. No había ni un leve indicio de impaciencia en su expresión. Era algo bueno que Lola estuviera enojada por esto. Si no lo estuviera,

estaría muy preocupado. Eso significaría que ella ya no lo amaba. Su esposo resultó herido por salvar a otra mujer. ¡Por supuesto que estaría enojada! ¡Por supuesto que estaba celosa! ¿La ropa? ¿Qué ropa hermosa? —Solo dásela a tu Cherry. ¿Por qué necesitas decirme esto? —Ella gritó con frialdad en sus ojos. Todo esto lo preparó Cherry, pensó Lola en silencio. No quería tener nada más que ver con Jorge. Él se acercó aún más y la besó. —Todo lo preparé para ti. Solo para ti. Lola lo empujó a un lado, sacó el edredón y se levantó de la cama. Tomó la mano de Jorge y dijo: —Vamos. Te llevaré a un buen lugar. — Cuando vio su sonrisa, Jorge sabía que no podía confiar en ella. Estaba por hacer algo realmente malo. Pero solo se dejó llevar hacia la puerta. Allí, Lola lo empujó. Cuando estaba afuera, lo perdió inmediatamente. —¡Bam! —Golpeó la puerta y la cerró bruscamente. Jorge se quedó inmóvil sin poder hacer nada desde afuera. La llamó una y otra vez. Pero ella lo echaba una y otra vez. Eso no le dejaba otra opción que salir de la mansión de la familia Li. Durante los días siguientes, sin importar cuántas veces la llamara Jorge, nunca contestaba. Lola caminaba por la carretera cuando cortó nuevamente la llamada de Jorge. Había decidido no escuchar su explicación. Hoy no conducía su auto. A la hora del almuerzo, caminó hacia la carretera e intentó tomar un taxi para ir a casa. Era la hora de mayor aglomeración de gente y de transportes. Intentó tomar un taxi varias veces pero no lo consiguió. Así, decidió seguir caminando. No tenía otra opción. Michelle Wu conducía un automóvil Volkswagen de segunda mano, un poco destartalada, hacia la última mansión de su padre para probar un poco este vehículo. En ese momento, vio una figura que le resultó familiar: era Lola. —Esa prostituta me hizo caer tan bajo que solo pude alquilar una casa que no está en muy buen estado. —Pero esa descarada, aún vive bien, con carteras de alta gama en la mano. ¡Es muy injusto! —Pensó. Al instante, se sintió desbordada por los celos. Aceleró el auto hacia Lola.... y ¡mataría a esa prostituta! Varios segundos antes de continuar con lo que planeaba hacer, de repente, recordó la súplica de su madre: —¡No trates de matarla! Ya he perdido a tu papá. No quiero que termines como él.

Con ese recuerdo en su mente, sacó el pie del acelerador y se desvió. Pero ya era demasiado tarde. El auto atropelló a Lola. Ella justo estaba pensando en cómo tratar con Jorge. De repente, un intenso dolor se extendió por todo su cuerpo. ¿Qué sucedía? Escuchó el ruido del freno del automóvil, dio varias vueltas y luego, quedó tirada sobre el concreto. ¡Qué terrible! ¿Quién conducía de esa forma tan irresponsable? Dolía mucho. Cuando los conductores vieron que se estaba por producir un accidente, muchos se cambiaron de carril. Lola no sabía si estaba muy herida. Intentó sentarse, pero su brazo izquierdo ya estaba adormecido por el dolor. Solo pudo sentarse con el apoyo de su brazo derecho. Vio a Michelle Wu que estaba en un ataque de pánico dentro del automóvil. Entonces supo quién era la culpable. Michelle lamentó profundamente el momento en que atropelló a Lola. Estaba temblando cuando sacó su teléfono y luego llamó a emergencias. Esperaba que Lola estuviera bien. Si no, sabía que sería encarcelada. Después de dar detalles del lugar donde ocurrió el accidente, se fue. Lola se puso de pie muy lentamente, su ropa en harapos, su cuerpo raspado y herido. Se arrastró hasta el borde de la carretera, recogió su bolso y planeaba llamar a Emergencias cuando escuchó que se acercaba la ambulancia. ¿Michelle Wu llamó por ella? ¿No acababa de atropellarla intencionalmente? ¿Cómo era posible? Lola se burlaba de su propia ingenuidad. Pero al ver su brazo izquierdo lesionado, de repente, tuvo una idea para engañar a Jorge. Cuando se la llevó la camilla, inclinó la cabeza y se desplomó en los brazos de la enfermera. —Jorge, solo espera y verás... —Ella tenía un plan en mente. Cuando Jorge recibió la llamada de Manolo, estaba ocupado clasificando los archivos en la oficina. Luego de la noticia del accidente de Lola y de saber que estaba en el hospital, Jorge entró en pánico. Incluso dejó caer su pluma al suelo. Luego le dijo rápidamente a Manolo que trasladara a Lola al hospital privado de Chuck y se apresuró en llegar al hospital del País C. Inmediatamente, lo llevó a Chuck que todavía estaba en medio de sus experimentos en el País A. Solo creía en su habilidad médica. Era el mejor doctor de la ciudad.

Cuando se enteró del accidente de Lola, Chuck también se puso muy tenso. Después de todo, amaba a esa mujer... En el Hospital Privado de Sans. El hombre alto se apresuró a avanzar y una gran multitud comenzó a reunirse. Todos iban al pabellón de ancianos. Por el revuelo, la sala parecía pequeña. Muchas personas se habían agolpado detrás de él. Cuando vio a su mujer en la cama, Jorge no vio a nadie ni a nada más. Corrió hacia ella, vio un rasguño en su cara y un yeso alrededor de su brazo. Estas heridas lo llenaron de ansiedad y preocupación. Su corazón se hundió aún más profundo. Le preguntó a Yonata rápidamente: —¿Cómo está ella? ¿Estará bien? —La voz de ella estaba ronca por el nerviosismo. Yonata miró a Jorge que estaba muy ansioso. Temeroso de estar cara a cara con Jorge, respondió: —No está muy bien. —¿Qué quieres decir con no muy bien? Chuck, por favor, fíjate como está. ¡Ahora! —Jorge, una vez recuperado y frío, llamó con ansiedad a Chuck para que comenzara a examinarla mientras tomaba su mano. Era obvio que estaba muy preocupado. Ella estaba en coma. —Lola, vas a estar bien. Te recuperarás y sanarás. Por favor. —Jorge deseó profundamente dentro de él... La cara de Chuck era muy seria. Se puso el estetoscopio, caminó hacia el equipo y luego se concentró en observarla. Varios minutos después, frunció el ceño. Como resultado, Jorge se preocupó mucho más.

Capítulo 363 ¿Puedo ir tras tuyo Unos minutos después, gritó: —Entonces, ¿qué va a ser? —La fuerte voz del hombre sobresaltó a todos en la habitación. Chuck dejó el estetoscopio y apagó el dispositivo. —Ella está sufriendo un trauma. No hay nada serio. —Pero ¿por qué estaba inconsciente? Al escuchar esto, Jorge se sintió aliviado pero todavía sentía que algo estaba mal. —Como no hay nada serio, ¿por qué sigue inconsciente? ¿Ella, simplemente, está durmiendo? —Miró fijamente a la mujer que dormía profundamente. Habiendo revisado el registro de enfermería, Chuck estaba seguro de que no había nada grave. —Por favor sea paciente y lo verificaré más tarde. Vamos a esperar un momento. Jorge bajó sus manos y caminó hacia Yonata y Manolo. —¿Qué sucedió realmente? Manolo sacudió la cabeza con impotencia: —La policía ha estado revisando y monitoreando la información. No hay respuesta hasta ahora. Ya llevamos mucho tiempo esperando. —No te rindas, hermana mía. Mantente fuerte. Jorge frunció el ceño y miró su reloj. —¡Han pasado tres horas y todavía no hay resultados! ¡Tipos inútiles! ¡Deberían ser despedidos! —Rápidamente salió de la sala y llamó a sus contactos en la policía. Asegurándose de que Jorge hubiera salido, Lola abrió los ojos en un instante. Fue tan repentino que Chuck se sorprendió mientras observaba la herida. Lola apoyó su cuerpo sobre el brazo ileso y se incorporó. Ella asomó la cabeza hacia afuera y se aseguró de que Jorge no estuviera cerca. Ella le dijo a Chuck: —¡Luego, dile que perdí la memoria! ¿Bueno? ¿Qué? Chuck estaba abrumado. ¿Cómo podía mentirle a un hombre que era serio con su mujer? —¿Bueno? Si no estás de acuerdo, le diré a Jorge que... ¡Le diré que me tocaste ahora mismo! —Los tres hombres y la enfermera en la sala se sorprendieron y desconcertaron. Chuck intentó no reírse y respondió: —¿Perdiste la memoria? Esa es una buena razón. Pero tienes que concederme una solicitud si quieres que yo acepte.

Lola se estaba molestando un poco. —¿Quieres aprovecharte de mí? Chuck continuó: —Ya que no te gustaría continuar con Jorge, ¿puedo yo ir tras tuyo?

... Todos se sorprendieron cuando escucharon esto. ¿Que pasó? A Chuck... . ¿Le gustaba Lola? ¿Todo este tiempo? A medida que se acercaban los pesados pasos, Lola se acostó apresuradamente y no tuvo más remedio que decir "OK, OK. —Ella tenía que prometerle primero. —De acuerdo. —Jorge no se enteraría de su secreto. Chuck la arropó. Cuando vieron a Jorge entrar en la sala, todos estaban preocupados y molestos, excepto Chuck. Jorge miró a Manolo. Manolo gritó de inmediato: —Mi hermana ha estado en coma desde que la trajeron aquí y no sé qué le pasó. Jorge se acercó a Lola de nuevo y Chuck le dijo lentamente: —Por favor, prepárate. Tengo algunas noticias. —Sus palabras pusieron a Jorge muy nervioso. ¿Qué quiso decir él? Jorge miró a Chuck con ira. —Tal vez fue golpeada en el cerebro y puede que haya perdido la memoria. —Entonces, deberías prepararte mentalmente. —Chuck dijo esto tan seriamente que Jorge lo creyó. ¿Ella perdió la memoria? —¿Solo parcialmente o por completo? ¿Es permanente o temporal? —Sus preguntas ansiosas ponían nervioso a Chuck. Él no estaba preparado para estas preguntas. —No estoy seguro de ello. Todavía tenemos que analizarlo según su comportamiento cuando despierte. —Lola había hecho que todo en él fuera extraño e incómodo. Pero perseguirla era digno de su tiempo y esfuerzos. Jorge miró a la mujer en la cama. No podía imaginarse lo que pasaría si ella lo olvidara... ¡Él haría todo lo posible para que ella lo recordara si es que verdaderamente habría perdido la memoria! Su aguda mirada asustó a Lola mientras fingía estar dormida. Estaba casi sudando. —Hermanos míos, sólo regresen a casa. Me encargaré de ella. —Lola dejó escapar un profundo suspiro y siguió fingiendo. Los hermanos se miraron y aceptaron. Como no había nada grave,

decidieron irse. —Volveré con algo de comer. —Luego salieron de la habitación. Al ver que Chuck seguía mirando a Lola, Jorge se molestó. —Vuelve a tu oficina y te llamaré cuando ella despierte. Chuck asintió y salió de la sala con la enfermera a su lado. Le pidió a la enfermera que mantuviera en secreto lo que había sucedido. No había nadie más en la sala. Lola pronto encontró difícil respirar. Ella estaba realmente muy nerviosa. Ella no tenía idea de lo que pasaría cuando él supiera que ella estaba mintiendo. ¡Él la castigaría! Jorge cerró la puerta y se sentó a su lado. Él agarró sus manos con amor y le acarició el brazo enyesado. —Lola, no debes olvidarme cuando despiertes. No podré soportar el dolor. —Él no sabría qué hacer, si ella lo olvidaba. Sería muy devastador... Al oír eso, Lola se sintió un poco triste y culpable. Ella solo quería alejarse de él... Entonces sonó el teléfono de Jorge. Se puso de pie para contestar el teléfono. —Parece que ella no hizo a propósito? ¡Necesito el resultado!... Sigue investigando y agarra a los responsables. Castigaré a todos y cada uno de ellos. —Su voz fría le dio a Lola una sensación escalofriante. ¿Y si él supiera que ella le había mentido? Colgando el teléfono, Jorge caminó hacia ella. Al escuchar sus pasos volver de nuevo, Lola estaba tan asustada que su corazón martillaba en su pecho. Se sentó a su lado y le puso la mano en el labio. —Lola, ya te extraño. Por favor despierta rápido. —Él no se perdonaría a sí mismo si algo malo le pasaba a ella. Debería haber hecho algo para evitar esto. Si él no la hubiera enfadado, se habría quedado en el País C con él. Entonces ella no se habría puesto en peligro. Al escuchar sus palabras, Lola se sintió aliviada. Fue muy dulce. Ella no sabía por qué él estaba murmurando para sí mismo cuando ella dormía. —Lola, he empezado a prepararme para nuestra boda y será más grandiosa que antes. Por favor, despierta lo más rápido posible. —Lola, la lista de las personas más ricas del mundo se ha actualizado y tú eres la segunda. ¿Te gustaría ser la primera en la lista dentro de un año? Yo podría hacer eso por ti. —Lola, no debes detestarme cuando te conviertas en la mujer más rica del mundo.

... Las lágrimas de Lola casi cayeron de sus ojos. Sus palabras fueron tan emotivas... El sol poniente brillaba en la habitación. La escena era dorada. Jorge dijo: —Eres como el sol en mi corazón. No puedo perderte en mi futuro... O me volveré tan loco... —Le susurró dulcemente a sus oídos.

Capítulo 364 Recuperación gradual en el hogar Poco después, Lola estaba realmente dormida. Estaba totalmente oscuro afuera cuando ella se despertó. Jorge la había estado acompañando desde que se quedó dormida. Aunque estaba leyendo y revisando archivos de trabajo, se puso alerta tan pronto como ella abrió los ojos. —Finalmente te despertaste. ¿Hay algo que aún te duela? ¿Cómo te sientes ahora? —Dejó los archivos y se acercó a ella. Estaba tan preocupado. Pensando en lo que sucedió antes, Lola se dijo a sí misma que era hora de maximizar sus habilidades de actuación. Entonces, ella miró contrariada al hombre a su lado y le preguntó: — ¿Quién eres? —Era como la escena en la serie de televisión. Jorge se deprimió de inmediato. Descubrió que ella no estaba familiarizada con él y que realmente había perdido la memoria. Se quedó boquiabierto de incredulidad. Presionó el dispositivo de llamada ya que quería que Chuck la examinara nuevamente. —Soy tu esposo. No tienes que pensar en nada más. Solo debes cuidarte. — Tocando su cara, dijo esto con dulzura y suavemente. Marido... ¡Vete al infierno! ¡Se atreve a engañarme otra vez! Lola fingió estar sorprendida. —¿Eres mi esposo? Entonces, ¿quién soy yo? El hombre sonrió. —Por su puesto que tú eres mi esposa. ¡Tu nombre es Lola Li! También tenemos una hija encantadora llamada Estrella. —Él se lo dijo amorosamente. Cada una de sus palabras sonaba tan hermosa. Parpadeando, Lola reconoció que tenía una hija, ¡pero se negó a convertirse en su esposa! En ese preciso momento, Chuck abrió la puerta y entró en la habitación junto con las enfermeras. Jorge no estaba de buen humor, por lo que Chuck sospechaba que Lola ya lo había engañado. —Ella ha revivido, pero parece que... ella no puede recordar nada. Por favor, vuelva a examinarla. —El hombre dijo en un tono muy ansioso. El teléfono móvil de Jorge vibró sobre la mesa. Se dirigió a ella, miró la

identificación de la persona que llamaba y contestó la llamada. Luego, salió de la habitación. —¿Cómo va todo? Dentro de la habitación, Chuck bajó la mano que iba a encender el aparato y miró a Lola, que se relajó un poco. —Estás extremadamente bien, excepto la fractura en tu brazo izquierdo. No tienes que preocuparte. Lola miró atentamente la puerta y le dijo a Chuck: —¡No lo hagas, o los dos estaremos listos! Chuck sonrió levemente. Era la primera vez que Lola veía su sonrisa. Hace cinco años en la Ciudad D, cuando lo conoció, siempre tenía una expresión carente de emociones cada vez que lo miraba. Hizo un gesto a las dos enfermeras para que se fueran. Solo estaban él y Lola en la habitación. —Lo mantendré en secreto, pero no puedes olvidar lo que me prometiste. —Se puso de pie junto a la cama con los brazos frente a su pecho y miró tranquilamente a la sorprendida Lola. —¿En serio dices eso? —Ella preguntó y se preguntó por qué Chuck quería ir tras suyo... ¿Realmente le gustaba ella? Era imposible, ¿verdad? Rara vez se encontraban. Ella miró a Chuck con incredulidad y se sorprendió de nuevo al encontrarlo asintiendo con la cabeza. Sosteniendo su teléfono móvil, Jorge regresó de inmediato. La policía ya había descubierto quién era el culpable: Michelle Wu. Entró en la habitación y los miró a ambos con tristeza. No le gustaba la idea de que estuvieran solos en una habitación. —¿Cómo está ella? Chuck se metió la mano en los bolsillos de su bata blanca de laboratorio y fingió no tener remedio: —Ella está bien, excepto por una amnesia transitoria y una fractura en el brazo izquierdo. Jorge asintió. —¿Cuál es la forma más rápida de curar la amnesia? Puedo pagar cualquier precio. —¡Lola se olvidó de él, lo cual era muy desagradable! Él no solo lo ignoraría. —Bien ahora... Es difícil curarlo ya que todavía hay una estasis de sangre en su cerebro. Pero no es necesario realizar una craneotomía. Ella puede recuperarse gradualmente en casa. —Lola secretamente aprobó a Chuck con una señal del pulgar cuando lo escuchó. Entonces, ella pareció pensar en algo y dijo: —Joven, ¡eres tan guapo! ¿Podrías ser mi novio? —Miró a Chuck con una expresión seductora. Chuck casi se ahogaba con su propia saliva y respondió con facilidad a pesar de la expresión de mal aspecto de Jorge. —¡Por supuesto! Estoy totalmente dispuesto a ser su novio! —No era nada más que la verdad. Jorge, enfadado, se dirigió hacia la barandilla de la cama y miró

condescendientemente a la mujer que tenía una expresión dulce. —Lola, soy tu marido. Estás coqueteando a otro hombre delante mío. ¡Cómo te atreves! —¿No era lo suficientemente guapo? Lola arrugó la boca y casi gritó: —Este hombre es feroz. Tengo tanto miedo. Guapo, ¿podrías echarlo de aquí? Por favor. —Luego ella jaló el edredón a través de su mano derecha para cubrir su boca que sonreía secretamente. Al darse cuenta de que ella le tenía miedo, Jorge se alarmó y se puso triste. Él se acercó y la consoló. —No tengas miedo. Te protegeré todo el tiempo. — Sus suaves y dulces palabras complicaron aún más las mentes de las otras dos personas en la habitación. Chuck dio un paso adelante: —Si le tienes miedo, ciertamente puedo echarlo. —Jorge lo miró con peligro en sus ojos. Lola miró a Chuck y asintió. Ella continuó seduciendo a Chuck. —Guapo, serás mi novio de ahora en adelante, ¿verdad? Antes de que Chuck pudiera responder, Jorge se acercó a él y lo sacó agarrando su collar. —Chuck, ¿sabes que no puedes coquetear con la esposa de tu amigo? — Jorge le gruñó. Lola y otro hombre coqueteando frente a él lo hicieron querer matarlo. Chuck se alisó lentamente el cuello que estaba arrugado por Jorge. —Ella no es tu esposa, así que también tengo la oportunidad de conquistarla. Al escucharlo, Jorge se burló. —Disculpa. Nos hemos vuelto a casar hace poco tiempo. Te mataré si haces esto. —Jorge lo miró fríamente de nuevo y entró a la habitación. Chuck estaba desconcertado. ¿Ya se volvieron a casar? ¿De verdad? Parecía que Lola no lo sabía. ¿Tal vez Jorge fue a la Ciudad D para manejar los procedimientos solo? Mirando a Jorge suavemente reconfortando a Lola, Chuck se dio la vuelta y se fue. En la habitación, Lola estaba pensando en algo. Ella puso los ojos en blanco con disgusto. Cuando vio a Jorge, arrastró la colcha para cubrirse de nuevo. ¿Estaba tan asustada de él mientras cubría toda su cabeza con la colcha una y otra vez? ¿Qué estaba pasando? Jorge, sin poder hacer nada, retiró la colcha en caso de que ella no pudiera respirar fácilmente. Él estaba preocupado. —Lola... —Oye diablo, ¡vete! —Lola se rió debajo de la colcha, lo que hizo que Jorge pensara que temblaba por miedo. ¿Se convirtió inesperadamente en el diablo cuando ella se despertó? ¡Él era quien la cuidaba! Jorge no sabía si debía reír o llorar.

La abrazó con fuerza. Ella todavía tenía la colcha en sus brazos. Levantó un poco la cabeza. —Ten cuidado, tu brazo todavía está enyesado. —Él levantó suavemente el brazo. —¿Dónde está mi novio? —Ella le preguntó con cautela. Frunciendo el ceño profundamente, él puso su mano detrás de su cuello, la acercó a él y le besó decididamente el labio rojo. Fue un beso duro, apasionado. La soltó después de mucho tiempo a pesar de su lucha. —¡Por favor recuerda que tu esposo es Jorge Si! —¡No hay tal cosa de novios!

Capítulo 365 Lo que sucedió hace cinco años volvió a suceder Lola bajó la cabeza y se quejó: —Te estás aprovechando de mí. ¡No te quiero cerca mío! —Ese bastardo de Jorge siempre le mentía. Incluso ahora que ella se había enfermado, él pretendía ser su marido. Con cariño y compasión en sus ojos, Jorge peinó su desordenado cabello con su mano. La tranquilizó: —Cariño, varios días después de salir del hospital, te llevaré a nuestra casa para visitar a nuestra hija. —Por todo lo que había olvidado, eso la ayudaría a recuperar la memoria. ¿A su casa? ¿Al País C? Oh. No. Si regresaba al País C con él, estaría atada a Jorge para siempre. Él no la dejaría ir nunca más. Pero su falsa amnesia tenía la intención de poder escapar de él... —Usted está... ¿Cuál es su nombre, otra vez? —Abrió sus grandes ojos inocentes y lo miró fijamente. Pero al segundo siguiente, su mirada se apartó. Él le respondió pacientemente. —Jorge. Tu marido. —Errr... ¿Hambrienta? —Su respuesta creó un estado de ánimo incómodo, arrojando a toda la sala en silencio. Enfatizó de nuevo. —¡Mujer! Recuerda que el nombre de tu esposo es Jorge. ¿Necesito enseñarte cómo se escribe? —Estas palabras hicieron temblar el corazón de Lola. Ella debería haber seguido. —Disparates. ¿Me conoces? ¿Cómo te atreves a llamarte a ti mismo mi marido? Ni siquiera nos conocemos. Lola permaneció en silencio. Es como si el tiempo estuviera volando... Lo que sucedió hace cinco años volvió a suceder: el mismo lugar, las mismas dos personas. Sólo su voz era menos mandona y fría. Era más cariñoso y amoroso ahora. Pero ella... Ahora, ella no era quien era hace cinco años. En ese entonces, ella terminó varias veces en el hospital. Estos recuerdos trágicos envolvieron los ojos claros de Lola con tristeza. Jorge la miró con afecto. Trató de consolarla más. —Cariño, ¿estás pensando en algo? Pareces muy molesta. —Luego, él puso su cabello detrás de sus orejas mientras la miraba con amabilidad. Ella lo miró, negó con la cabeza y recordó un dicho: —Me acordé de algo, pero ahora lo olvidé. —Sería genial si ella realmente tuviera pérdida de

memoria. Ella podría comenzar de nuevo con él... él dulce y amándolo. Tal vez entonces, ella no escatimaría esfuerzos para estar con él. Pero ella no estaba sufriendo amnesia. Su triste pasado simplemente se repitió en su mente una y otra vez. Cada vez que recordaba eso, la angustia le hacía temblar y la asustaba. Jorge evitó su brazo izquierdo herido y la sostuvo en su pecho. —Si fue un recuerdo triste, olvídalo ahora. Estaré contigo para ayudarte a recordar todos los buenos. No necesitas apresurarte. —Ella sufrió demasiado por su culpa. Su culpa era demasiado abrumadora para ser expresada en palabras. La sala se deslizó nuevamente en silencio. Su ira volvió a desaparecer cuando escuchó los fuertes latidos del corazón de Jorge. Ella parecía haber subestimado su impacto en ella. —Lola, debes mantener una actitud valiente y decidida. No dejes que su encanto se interponga en tu camino —Lola se alentó a sí misma. De repente, ella lo empujó a un lado. Sin esperar que ella hiciera eso, Jorge la soltó. Eso hizo que Lola retrocediera. Justo en el momento en que ella estaba a punto de golpear los dispositivos cercanos, Jorge la salvó rápidamente con sus manos. Ella fue atraída de nuevo a sus brazos. Pero debido al esfuerzo de su brazo herido en este momento, ella comenzó a gritar de dolor: —¡Ay, duele! Después de darse cuenta de lo que dijo, Lola se congeló. ¿Por qué razón ella no era esa persona dura cada vez que Jorge estaba cerca? En ese entonces, ella nunca gritaba sobre ningún dolor que sintiera, no importaba lo grave que fuera. Ya sea saltando, rompiéndole la pierna o tratando una herida. Pero con él alrededor, ella se volvió tan... ¿Vulnerable? Al escuchar su grito de agonía, Jorge la puso de inmediato en la cama. — ¿Que tal ahora? ¿Todavia duele? Llamaré a Chuck... —Luego se estiró para presionar el botón de llamada. Lola lo detuvo y dijo: —No, estoy bien. Gracias. Con esto, Jorge dejó escapar un suspiro de alivio. Volvió a su lado y se sentó. Él iba a decirle que Michelle Wu había sido arrestada. Pero pensándolo bien, decidió no agregar otra cosa infeliz a su mente. Podría irritarla aún más. —Cuando sea seguro que estás bien tras varios días de revisión, te sacaré del hospital. ¿Bueno? —Él sabía que ella no quería quedarse mucho tiempo en lugares como este. —No, quiero quedarme con mi novio. Eres malo. Intentarás separarnos. — Ella volvió a su dulce pero lastimera mirada. El llanto de Lola por un novio hizo que la cara de Jorge palideciera. ¿Cómo

sucedió que después de despertarse, ella pensara que tenía un novio y que era Chuck? ¡No podía creerlo! ¿Tal vez Chuck le dijo algo a sus espaldas? Jorge reflexionó profundamente... —Esta será la última vez que te digo esto. Chuck no es tu novio. Soy tu esposo. No me hagas repetir eso otra vez. —Nunca había enfatizado algo una y otra vez. Si no fuera por ella, él no haría eso. Él no se rindió. Entonces ella tampoco lo haría. —Señor. Si, ¿no se siente culpable por mentirle a una paciente así? Jorge la miró bruscamente, reclamándose en su mente que ella realmente necesitaba ser dominada. Él no respondió, pero decidió comprobar su estatus de esposo con una evidencia. Delante de ella, marcó el número de Sánchez. —Vé ahora al último cajón de mi estudio y busca el documento que demuestra mi relación con Lola. Había planeado decirle esto cuando todo se suavizara su relación. Pero ahora, las cosas eran diferentes. Ella necesitaba saber esto ahora. ¿El documento que probaba su relación? ¿Qué era? Lola se volvió loca al pensar en ello. ¿Un certificado de divorcio? ¿Fotos de la boda? Esas dos cosas eran todo lo que ella podía pensar. Entonces ella tuvo que pensar una excusa para negar esto... En ese momento, hubo un golpe en la puerta. Al entrar estaban Harold y Angie. Angie tenía una lonchera en sus manos con la cena de Lola dentro. —¡Padre y madre, buenas noches! —Jorge saludó. Harold lo miró en shock. —Jefe Si, ese saludo es demasiado para nosotros. —Bromeó. Jorge le hizo mucho daño a su hija. ¿Cómo podría él perdonar a este hombre fácilmente? Angie le dio un codazo al enojado Harold, le devolvió el saludo y le dijo cortésmente a Jorge: —Sr. Si, usted es un hombre ocupado. ¿Por qué no vuelve primero a su oficina? Estamos aquí para cuidar de Lola. Ella también estaba furiosa por ver a Jorge aquí. Pero como él había demostrado su voluntad de cambiar, entonces ella le daría una oportunidad. —Eso está bien. La compañía está dirigida por varios altos ejecutivos. Puedo estar aquí para cuidar de Lola. Gracias por la preocupación. —No le importaba la mala actitud de Harold porque su preocupación por Lola era comprensible. Después de todo, Lola era su hija. Si a Estrella la lastimara un hombre, Jorge haría mucho más que echarle una mala mirada a ese hombre. Los saludos de Jorge confundieron a Lola. Pero ella no preguntó ni dijo

nada por temor a dejar salir al gato de la bolsa. Ella no quería que él descubriera su secreto. Lo que le causó aún más curiosidad era por qué sus padres aceptaban tal discurso. Tal vez porque todavía era su prometida a pesar del hecho de que no se había celebrado una boda. La vista de Lola calmó un poco la ira de Harold. Se acercó a ella y le preguntó: —Lola, ¿estás bien ahora? ¿Todavía estás sufriendo? Dime. —Su hija estaba muy mal, ella recién se recuperó de una pierna rota. Ahora, ella fue hospitalizada debido a un brazo roto. ¡Ay!

Capítulo 366 ¿Estás molestando a mi esposa Lola disipó todas sus dudas y negó con la cabeza a su padre. Ella había persuadido a sus padres y conspiró con ellos sobre su plan para pretender una pérdida de memoria. Ella hizo esto antes de que Jorge llegara. Angie sacó la sopa de mijo y los platos de verduras, pero Jorge se los quitó antes de que pudiera caminar hacia su hija. Él le dijo dulcemente: —¡Me los puedes dejar, madre! —Luego se dirigió hacia Lola. Con la ayuda de Harold, hizo que Lola se sentara y se apoyara contra un lado de la cama. Luego comenzó a alimentarla con la sopa y los otros platos. Lola se sentía realmente curiosa por saber por qué su madre acababa de aceptar el hecho de que Jorge la llamara "madre. Pero ella no podía preguntar esto mientras Jorge todavía estuviera aquí. Ella no podía arruinar su excusa así que solo la mantuvo dentro de su corazón. —Señor. Si, no ha cenado todavía, ¿verdad? Puede ir a comer algo y yo cuidaré de Lola. —Al ver a su yerno alimentando a su hija con tanto amor, Angie se sintió un poco avergonzada y miró a su marido. Se estaba preparando para tomar un plato para ambos, pero Harold la detuvo. Dijo que Jorge no merecía su cuidado. Todavía podía recordar lo que le había hecho a su hija. ¡Solo merecía una buena y dura paliza! Era el Presidente de un grupo muy grande de empresas. Sin embargo, él era tan cariñoso y dulce con Lola... Ella ahora se estaba convenciendo de este hombre. Ya que Jorge había estado mostrando su pesar y sinceridad, su hija debería ser feliz de ahora en adelante. —Está bien. Mamá, puedes volver con papá. Ya se está haciendo tarde. Pediré a alguien que envíe mi cena aquí. Gracias. —Entendía su pensamiento como padres. Eran protectores del bienestar de Lola. No se molestaría en lo absoluto. Lola tomó un sorbo de la sopa, luego miró a sus padres. Ella les dijo: — Pueden retornar para descansar, mamá y papá. ¡Han estado tan ocupados hoy! — No necesitan preocuparse por ella. Ella ya se siente mejor, excepto por su brazo. Harold también se sintió aliviado cuando vio que cuidaban a su hija con tanto cuidado. —¡Entonces vamos! —Le dijo a su esposa. Luego salieron juntos de la sala.

El pasillo estaba en silencio ya que no había nadie más que ellos dos. Angie miró a su esposo y le dijo: —¿Crees que no estoy enojada con él? Sé lo que le hizo a nuestra hija. Pero, como Presidente de un grupo internacional, decidió tragarse su orgullo e ir tras Lola. No es tan fácil de hacerlo. Deberíamos darle una oportunidad más. Además, ¡él está cuidando a Lola todo el tiempo! Ella había visto todos sus actos de crueldad. Después de todo, incluso deseó poder matarlo con un arma cuando él llevó a Estrella a su casa antes. Pero en ese momento, Yonata ya le dio una fuerte paliza, pero Jorge no respondió. Así que su odio por él disminuyó. Además, ni siquiera parpadeó cuando su esposo levantó el látigo de cuero en su mano. Pero Yonata detuvo a su padre en el último momento, así que Jorge pudo escapar de lo que pudo haber sido un azote mortal. Harold dejó escapar un profundo suspiro. —Ustedes las mujeres son demasiado suaves de corazón. ¡Lola se entregó a sus dulces palabras otra vez solo unos días después de su doloroso encuentro! —Estaba realmente decepcionado de ella. Debería haber sido firme en cada una de sus decisiones. —Es verdad. Pero Lola nos obligó a decirle a Jorge que perdió la memoria. También es una buena oportunidad para probar si él permanecerá fiel a ella o no. —Habían estado juntos durante tantos años. Sería difícil para ellos simplemente romper en un instante. Mientras uno de ellos no estuviera dispuesto a irse, no se separarían. Ninguno de los dos quería rendirse. En su opinión, Lola estaba renuente a admitir que su corazón aún latía por Jorge. Ella solo está diciendo que quiere ahuyentarlo. Pero en realidad, ella no quería. Después de todo, tenían una hija. Definitivamente no estarían dispuestos a causar trauma y dolor a su amada Estrella. Entonces, como padres, no querían separarlos. Harold sintió que le dolían la cabeza y el corazón cada vez que pensaba en los asuntos complicados entre su hija y su yerno. Después de tantos años de estar enredados en complicaciones y ansiedades, debería ser el momento para un final feliz. Pero, ¿por qué no había signos de mejora todavía? No es bueno para ellos entrometerse en los asuntos de la pareja. —Olvídalo. ¡Dejémoslo a Lola! Ella ya es una mujer adulta. —Sin embargo, solo está preocupado por el temperamento de su hija. Tiene miedo de que ella se vuelva a lastimar. ¡Ay! Ambos eran personas inflexibles. Parecían nunca perder la confianza el uno en el otro. Oh, realmente tendrían un tiempo difícil... En la sala, Al ver que el hombre la alimentaba con tanto amor, Lola

intencionalmente le preguntó: —¿De verdad eres mi marido? —¡Estaba realmente tan seguro como para llamar a sus padres mamá y papá! ¡Las palabras salieron de su boca tan naturalmente! Quería tomar su pérdida de memoria como una oportunidad para simplemente borrar el dolor que le había causado anteriormente. ¡Ella no permitirá que eso suceda de ninguna manera! Él sonrió. Pero él no respondió a su pregunta. —Solo cuídate bien y deja que tu cerebro descanse. Relájate. ¿Bueno? —Él podría resolver todos sus problemas. Él haría todo lo posible para hacer que se vayan. Después de otro bocado del sabroso plato, notó que él aún no había comido. —También deberías comer algo. Tendrás hambre. Ella le dejaría cuidarla si él está dispuesto a hacerlo. ¡Pero ella no quería ser culpada por matar de hambre a este gran jefe! Parecía estar muy feliz cuando escuchó estas amables palabras de ella. — Lo haré, pero después de ayudarte a terminar el tuyo. —No le importaba. Era un hombre, después de todo. Pero una mujer no debería morir de hambre. Después de que ella ya había terminado de comer, Jorge llamó a alguien y le enviaron su cena a la sala poco después. Ella se sentía realmente envidiosa de su comida grande y cara. Sin embargo, no podía comer la comida aceitosa porque podría complicar aún más sus heridas. Ella solo lo miró con envidia. Más tarde esa noche, Yonata volvió otra vez. Lola se había quedado dormida y Jorge seguía mirando en la computadora. Estaba allí para reemplazar a Jorge, pero él se negó. Jorge le hizo un gesto con la mano y le dijo: —Déjamelo a mí. Deberías volver temprano. —Solo se sentiría cómodo con Lola a su vista. Yonata asintió. —Está bien. ¡Muchas gracias! ¡Volveré a traerte el desayuno mañana por la mañana! —Los platos en el hospital eran ricos y deliciosos, ¡pero las comidas caseras eran aún mejores! —De nada. ¡Vuelve a casa! ¡Y cuídate! —En realidad, Jorge envidiaba mucho a Yonata. Tenía a su esposa e hijo esperando en casa. Pero esta felicidad no estaba disponible para él. Había alejado a su esposa y siempre estaba buscando problemas para sí mismo. Lamentó profundamente todo lo que había hecho antes. Después de que Yonata se fue, echó un ojo a su esposa que todavía estaba profundamente dormida. Luego volvió al sofá y siguió trabajando. En su segunda mañana en el hospital, Lola se lavó la cara y se enjuagó la boca con la ayuda de Jorge. Solamente sentada en la cama, vio a Chuck y varios otros médicos y

enfermeras haciendo turnos en la sala. Al ver que ella había recuperado sus felices ánimos, él dijo: —¿Cómo te sientes ahora? A pesar de la expresión de su esposo, Lola agarró la manga de su médico y le dijo en un tono seductor: —Querido doctor, ¿por qué llega tan tarde? Lo he estado esperando... Todos los doctores y enfermeras quedaron asombrados ante su gesto. Chuck usualmente era muy raro y extraño. Rara vez tenía relaciones íntimas con los demás. ¡Pero ahora, una mujer le dijo algo en un tono muy dulce! ¡Era realmente asombroso! Y lo que era más importante, Chuck también le tomó la mano con una sonrisa y respondió suavemente: —Si quiere verme, puedo quedarme con usted un poco más. Sin embargo, al ver sus dos manos juntas, Jorge lanzó una mirada asesina y dijo fríamente: —Chuck Si, ¿estás molestando a mi esposa? La gente del rededor abrió la boca de par en par. ¡Era increíble! ¿Esta mujer estaba casada con Jorge Si?

Capítulo 367 Obedecer o simplemente irse Chuck de repente recordó las palabras que Jorge dijo ayer. Él retiró su mano. —Te ves muy bien ahora. Voy a hacer más rondas y volveré a ti más tarde. Descansa bien. —Él le dio una palmadita en el hombro. Lola asintió y lo vio irse. Ella no le apartó la mirada hasta que su mandíbula fue sostenida por una mano fuerte. Ella volvió la cara hacia él. —Lola Li, ¿cómo te atreves a coquetear con un hombre delante de mí? —Jorge dijo en un tono muy amargo. Lola le dio una palmada en la mano, pero no la soltó. Sus ojos miraron fijamente a los de ella. —¡Mantén tus manos lejos de mí! Duele... Por favor. —Ella se molestó por su fuerte apretón y casi lo mordió con disgusto. Él la soltó de inmediato cuando ella se quejó de que le dolía. Cuando discutían, Yonata abrió la puerta. Miró a los dos y olió una pelea en el aire. Descubrió que su hermana tenía una falsa mirada indiferente, mientras que el rostro de Jorge estaba oscuro y enojado. Claramente, ella lo habbía vuelto a molestar y fingió ser inocente. —Aquí está tu desayuno. El ejército está llamando. Tengo que irme ahora. —Dijo, mientras ponía la lonchera sobre la mesa. Rápidamente se deslizó por la puerta. Jorge se calmó, caminó hacia la mesa y abrió la lonchera. Él sacó su comida primero. Aunque estaba tan enojado, no quería que ella tuviera hambre. Cuando finalmente terminaron de comer, Chuck volvió de sus rondas. —Entonces, ¿estás tan libre? ¿No tienes nada más que hacer? Eres un hombre ocupado ¿Por qué siempre vuelves aquí? —Jorge dijo esto en un tono áspero cuando lo vio de nuevo. Chuck negó esto. De hecho, estaba muy ocupado. —Simplemente regresé para revisarla. —¿Mi esposa te necesita tanto? Ella tiene enfermeras aquí, de todos modos. —Jorge se paró junto a la ventana y se apoyó en la mesa. Estaba pensando en los próximos pasos para burlarse de él, este buen amigo suyo. Cuando Lola estaba por iniciar una charla feliz con Chuck, Sánchez

intervino justo a tiempo. Miró a Lola en la cama y le entregó una bolsa a Jorge. Jorge la abrió y un atisbo de sonrisa apareció en sus labios. Sacó algo de él y lo puso en la cama. Era un certificado de matrimonio. Lola se quedó boquiabierta de asombro. ¿No debería ser verde? ¿Un certificado de divorcio? Jorge dejó caer la bolsa en la mesa y abrió el certificado para que ella pudiera mirar más de cerca. Los nombres indicados en él eran Jorge Si y Lola Li. ¿Cuándo lo consiguió? ¿Por qué no lo sabía ella? ¿No deberían estar presentes las dos partes para adquirir dicho documento? ¿Qué estaba pasando aquí? ¡Ella quería demandarlo! ¡Se volvió a casar con ella sin que ella se diera cuenta! ¡Era realmente una pena! Chuck miró el folleto rojo y la mirada triunfante de Jorge. En ese momento se dio cuenta de que estaba fuera de la carrera hacia el corazón de Lola. Bueno, tal vez nunca estuvo dentro del triángulo amoroso. Lola nunca tuvo sentimientos por él... En el certificado, una palabra se enfatizaba: Casados nuevamente. —¿Por qué tuvimos que volver a casarnos? ¿Por qué nos presentamos a un divorcio antes? No fuiste bueno conmigo, ¿verdad? No me trataste bien. —Le dio más municiones. Ella lo necesitaba. La expresión de Jorge era insensible como de costumbre. Intentó hacer que esto desapareciera y suavemente dijo: —El divorcio fue solo un error. Pero ahora todo está claro. Siempre seré bueno contigo, Lola Li. Parecía ser tan honesto que Lola habría confiado en él si realmente hubiera perdido la memoria. Jorge realmente tiene la habilidad de capturar los corazones de las personas. Ahora el certificado de matrimonio se presentaba justo delante de ella. ¿Cómo podría ella deshacerse de él entonces? Lola todavía no estaba dispuesta a rendirse. Ella agarró la capa blanca de Chuck. —Pero he cambiado. No estoy enamorada de ti. Ahora estoy enamorada de él. —En un último intento por alejarse de Jorge, ella sonaba muy desesperada. —Debería aplaudir por un amor tan conmovedor, ¿no es así? —Él sonrió sarcásticamente. Su mirada era penetrante. Ella retiró su mano rápidamente con miedo. Chuck no quería tener nada que ver con cosas tan complicadas como estas. Se subió las gafas, le pidió que descansara bien y luego abandonó abruptamente la habitación. Lola lo vio irse. Ella carecía de palabras ahora. ¿Cómo podría ella desafiar

al hombre por su cuenta? Jorge notó sus ojos tristes y arrepentidos. Llamó a Sánchez y le susurró algo al oído. Lo dejó para que la cuidara y salió a cambiarle la venda del brazo. Lola salió del hospital al tercer día. Ante su insistencia, volvió a la casa de sus padres.

... En la casa Li. Lola estaba sentada en la silla con el brazo descansando en el yeso mientras Jorge estaba sentado frente a ella. Se miraron el uno al otro. Ella no entendía por qué Jorge no podía dejarla ir ya que sabía que ella tenía amnesia y nunca habría la posibilidad de que ella lo recordara. Fue una buena oportunidad para dejar ir el pasado y no ser lastimado por ello. ¿Por qué no tomó esta oportunidad y se deshizo de ella? Ahora es el momento adecuado para liberarse de esta complicada relación. —¿Fuiste tan humilde que te quedaste conmigo antes? —Ella lo provocó a propósito. —No, antes te me pegabas. Ahora solo estoy probando con sentimientos. — Él respondió casualmente. Sabía que la indiferencia hace crecer el cariño. Se preguntaba si mantenerse alejado de ella por un tiempo. Tal vez él estaba haciendo demasiado. Él no podía dejar que ella pensara que ella podía tratarlo así. Ella estaría aburrida. ¿Realmente me aferré a él? Él estaba diciendo tonterías. —No me importa el pasado. Después de todo, el pasado es el pasado. Ahora debes irte. No quiero quedarme con un extraño. —¡Un lobo en particular! —pensó. —¡De acuerdo! —Simplemente se rindió ante la sorpresa de Lola. —Pero te llevaré conmigo. No puedo dejarte sola. —Se puso de rodillas y terminó con esa afirmación. Estaba preocupado por su brazo. Entonces, la palabra 'de acuerdo' significaba esto. ¡Disparates! En ese momento, el teléfono de Jorge sonó. —¡Diga! Lola no sabía lo que decían del otro lado, pero ella lo vio enojarse mucho. Y después de un rato, espetó: —Es mi compañía. Tengo el derecho de tratar las acciones. ¡Diles que obedezcan o simplemente que se vayan! —¿Tratar las acciones? —Lola captó algunas palabras clave. ¿Qué quiso decir con eso? Ella sabía que él había transferido sus acciones a ella y a su hija.

¿Pero qué pasó? ¿Fue eso un problema? —¿La junta? —Se rió de una manera irónica. —La tierra se mueve sin ellos. Son más que inútiles. ¿Estoy criando cerdos? Recupera sus acciones. ¿Quién es el instigador de este movimiento? Averígualo. Lo echaré. Entonces, ¿algo estaba mal con la empresa? Ella observó cada una de sus expresiones. —Vuelvo enseguida. Fuérzalos a esperar en la oficina. —Dijo por fin antes de colgar. Lola apartó sus ojos de inmediato tan pronto como él la estaba mirando. Pero Jorge no se perdió la miradita en sus ojos cuando él dijo estas últimas palabras. —Me voy al País C. Ojalá pudieras venir conmigo. Pero si dices que no, no te obligaré. Simplemente haz lo que quieras. —Jorge pensó que desde que perdió la memoria, podría sentirse insegura y solitaria sin él.

Capítulo 368 No está calificado para el puesto de CEO del Grupo SL Lola inmediatamente negó con la cabeza: —Puedes ocuparte de las cosas importantes primero y después regresar conmigo. —Esperaba con gran impaciencia que se fuera lo antes posible, ya que le era imposible acompañarlo. Con una decepción pura, rápidamente se dirigió a Lola y se sentó a su lado, La tomo entre sus brazos y besó apasionadamente sus suaves labios. Él estaría muy ocupado los próximos días, algo crítico estaba pasando en la empresa y no podía dejarlo para después, pero él la buscaría tan pronto como arreglara el problema. —Cuídate por favor. Si por alguna situación quieres verme o simplemente me extrañas, dejaré el avión a tu disposición, para que puedas tomarlo enseguida. —Aunque él sabía que eso no pasaría, él mantenía la esperanza de que ella recuperara su memoria en algún momento. Ahora, no importaría lo que dijera, Lola podría aceptarlo todo. Ella asintió. —¡Anda, ve, no te preocupes por mí! ¡Te llamaré si necesito algo! —Se podría asegurar que en verdad acababa de toparse con un problema ineludible en la empresa, de lo contrario, ¿por qué se iría de repente? Era extraño y muy inusual en él. Él miró profundamente sus ojos y la tomó de las manos. —Por favor, encamíname. ¡Acompáñame! —Ella no se negó. Salieron juntos de la villa y se despidieron, Lola agitando su mano le dijo adiós ocultando la poca gratitud que en realidad le tenía. Jorge se alejó rápidamente de la mansión de la familia Li y Ella no volvió al comedor hasta que perdió al carro de vista. Sin embargo, en lugar de sentirse feliz porque era libre, su corazón estaba ansioso y lleno de tristeza, algo que no esperaba. En los siguientes días, Lola se recuperó tranquilamente en casa y únicamente fue a la cafetería LE unas cuantas veces. Jorge había contactado desde su partida, parecía que había desaparecido. Si Lola no supiera que en realidad había problemas en la compañía, sin duda pensaría que él simplemente aprovechó esta oportunidad para deshacerse de ella. Lola extrañaba demasiado a Estrella, sin embargo, no podía llamarla por

miedo a que él pudiera descubrir su engaño. En el quinto día, un una noticia en especial irrumpió el sitio web. —¡El CEO del Grupo SL en contra de todo el consejo! —¡Jorge podría perder su puesto en el Grupo SL! —¡Protestó en contra de los miembros del consejo del grupo SL por una mujer! ¡Él la amaba de verdad! ¡Vaya hombre!

... Por el contexto de la noticia, ella intuía lo que sucedía; Probablemente sería por la decisión que Jorge había tomado al dividir el sesenta por ciento de sus acciones en tres partes; la de él, la de su esposa y la de su hija, veinte por ciento, respectivamente. ¡Así que la junta trató de contrarrestar esa desición! Agregando la crisis interior del Grupo SL y las opiniones públicas exteriores, muchas compañías que trabajaban de la mano con el Grupo SL también comenzaron a afectarlo. El último Twitter de Jorge fue la publicación del video publicitario de SL. Los comentarios que se leían estaban cubiertos por la crítica de su propio comportamiento egoísta y de las demandas que le exigían renunciar lo antes posible. Lo peor del caso era que todas las empresas que colaboraban con el Grupo SL comenzaban a romper alianzas. Actualmente, solo cuatro personas estaban en el frente unido con Jorge; Kevin, Vern Mu, Sánchez y Samuel Xue. Sin embargo, el apoyo no era el esperado, ya que aparte del cinco por ciento de las acciones de Kevin y Vern Mu, Sánchez y Samuel solo poseían el tres por ciento. Entre los otros miembros del consejo, se encontraba el mayor José Li, quien tenía el mayor porcentaje de las acciones; seis por ciento, Del que también se rumoraba que encabezaría el movimiento. Él tomó en cuenta que Jorge era una persona muy emocional y fácilmente podía ser engatusado y manipulado por una mujer. Sin dudar concluyó que Jorge no estaba calificado para el puesto de CEO del Grupo SL. Sin embargo, no podían hacer mucho, ya que al no tener un porcentaje considerable de acciones de la compañía, la ley no les tomaría en cuenta sus demandas. Así que no tenían más remedio que iniciar una protesta.

... En conclusión, ella había causado todas las contradicciones expuestas. Con un poco de desconcierto, Lola se sentó en el sofá del café, leía una y otra vez la publicación hostil de Twitter y consideró llamar a Jorge para preguntar por la situación e internar ayudarlo lo más que se pudiera. Sin prestar mucha atención, ella leía los titulares en Twitter y le pareció haber visto un nombre familiar. Volvió a revisar las noticias y encontró lo que buscaba; Michelle Wu en los titulares. La noticia revelaba que Michelle Wu, hija de Carlos Wu, tenía una vida privada agitada y liberal; en la ciudad de Weier, fue vista yendo al mismo bar con siete hombres diferentes en un plazo de tres días; además la asociaron con transacciones ilícitas que involucraban al bar y también fue acusada de intento de homicidio. Finalmente, fue arrestada en el bar Fragrance en la ciudad de Weier hace tres días. Su padre también fue encarcelado, y todo esto provocó que su madre tuviera un colapso nervioso. Ahora su madre se encontraba internada en una institución para enfermos mentales. Por su parte, su hermano menor pudo escapar ya que se encontraba estudiando en Estados Unidos de América. . ¡Todo esto pudo haber sido hecho e influenciado por Jorge! Él era el único que tenía la capacidad y el poder para acabar con toda la familia Wu, en tan poco tiempo. Lola finalmente lo llamó, y Jorge respondió después de mucho tiempo; — Lola. —Su voz se escuchaba tan suave pero al mismo tiempo agotada. —Tú... me dijiste que tenemos una hija, quiero verla. —Ella pronunció las palabras que tanto había practicado. Jorge dejó sus archivos en los que trabajaba y levantó las cejas por la sorpresa de la petición. —Prepararé un avión que te recogerá mañana mismo. Espéralo justo después de las nueve, en el patio trasero de la villa. —Jorge estaba demasiado ocupado para tomarse el tiempo de recogerla él mismo. Lola se quedó en silencio por un segundo. —¿Qué estás haciendo? ¿Cómo estás? —Las fábricas habían dejado de colaborar con SL, se habían roto alianzas. Las empresas que aún colaboraban, lo tenían en la mira y los accionistas protestaron en su contra. ¡Debería estar muy cansado y ansioso!, por eso su voz estaba llena de cansancio. Al escuchar la obvia preocupación de Lola, sonrió felizmente; —No hay de que preocuparse, nuestra empresa ha tenido mucho trabajo recientemente. —Él

le comentó eso para tranquilizarla en caso de que ella estuviera preocupada por él y su compañía. Sin embargo, seguía pensando que ella realmente quería deshacerse de él, así que asumió que no le importaría en lo absoluto. No esperaba esto. Lola al darse cuenta de él que no quería decir lo que en verdad estaba pasando, prefirió no insistirle más. —Bueno, te veré mañana. —De hecho, ella quería recordarle que él también debería cuidarse a sí mismo, pero ella colgó sin poder decirle una palabra más. El estado de ánimo de Jorge mejoró considerablemente después de hablar con ella. Al observar todas las empresas y fábricas que dejarían de colaborar con el Grupo SL, Jorge volvió al trabajo, más implacable y decidido ¡En cuando este disturbio terminara, él tomaría en cuenta las posturas de las empresas y nunca más cooperaría con ellas! ¡Esta era su pérdida! A las 10:30 PM en el apartamento JZ. Cuando el ascensor llegó al piso 22, Chuck salió de ahí tan pronto como se abrieron las puertas, vistiendo un traje negro. Una mujer se encontraba agachada, esperando en su puerta, en cuando vio llegar a Chuck, se puso de pie rápidamente. —¡Señor Chuck, finalmente lo encuentro! —Los encantadores ojos de Daisy sonrieron de una manera que parecía que realmente florecían, pero no era una sonrisa sincera. En cuanto Chuck la vio, recordó esa noche y estalló en ira: —¿Qué demonios está haciendo aquí de nuevo? —¿Ella explicaría que alguien la obligó a quedarse otra vez? Él miró con desprecio a la mujer, ella usaba un vestido de piel negro y A juzgar por su apariencia, no parecía una persona amable. Lo más prudente de esta situación era que él se mantuviera de ella lo más alejado posible.. Daisy miró a Chuck con unos ojos que pedían misericordia. —Mi jefe dice que el invitado distinguido me exige que hoy me quede contigo, si no puedo pasar la noche aquí, me matarán... Por favor, ayúdame, no dejes que me maten. —Dai... ¿Podrías dejar de mentirme? ¿Por favor? —Chuck a interrumpió inmediatamente, no quería escucharla, y no tenía intención alguna de permitirle entrar en su apartamento. Al ver su expresión de impaciencia e incredulidad, Daisy quería patearlo, pero ella no era más que una miserable solitaria en este momento, lo necesitaba. Ella en verdad necesitaba su ayuda para poder sobrevivir. Parecía era su única alternativa, y estaba dispuesta a verlo sin que nada

importara. ¡Qué ridículo era! —Chuck, no te mentí, estoy siendo sincera. ¿Por favor, dejarme entrar? —Su jefe le dijo que ya había enviado personas al apartamento para que vigilaran todos sus movimientos. Si esa noche, ella se quedaba únicamente en la puerta del apartamento, lo perdería todo. Chuck no tenía la mínima intención de responderle, solo coloco su dedo sobre la cerradura dactilar y abrió la puerta de la villa.

Capítulo 369 Misofobia Severa —¿Qué estás haciendo?, ¿acaso te dejé entrar? —Chuck miró con mucha molestia a Daisy, bloqueó la entrada con su pie e impidió que lo siguiera. Daisy maldijo en su mente antes de comenzar a rogarle con una expresión tierna en su rostro: —Por favor, doctor Chuck, solo por una noche. No seré una molestia, puedo dormir en el sofá. ¡Por favor! —Ella realmente la estaba pasando muy mal, jamás le rogaría a alguien de no ser necesario. Con la poca paciencia que le quedaba, Chuck la empujó hacia afuera, pero de inmediato ella tomó con fuerza su mano y de un solo tirón, lo sacó del departamento. Ella abrió la puerta enseguida y corrió hacia adentro, estaba realmente desesperada. Chuck miró la mano que aquella mujer desesperada acababa de tocar, frunció el ceño e imagino miles de asquerosos gérmenes extendiéndose por todo su cuerpo. Volteó a ver a la maleducada mujer y entró rápidamente dando grandes zancadas. Sería mejor que la sacara del departamento, mientras su mano siguiera contaminada. Estaba tan disgustado en este momento. Daisy movía las manos las manos y las unió suplicando: —Doctor Chuck, por favor. Como dice un refrán, 'los médicos son los ángeles de la tierra' y los ángeles salvan personas, ¿verdad? —"Él... ¿un angel?, un demonio del mismísimo infierno. —Pensó ella desde lo más profundo de su ser. Sin embargo, tenía que ser muy amable con este hombre, él era su única salvación. Chuck no quería perder tiempo con ella, así que tiró de su muñeca y comenzó a llevarla a la salida. Después de sacarla del departamento, lavaría desmesuradamente su mano. Con gran fuerza, Chuck la arrastró hasta la puerta, pero en ese momento, Daisy apretó los dientes con determinación y levantó la pierna derecha. —¡Zaz! —La puerta se cerró por la patada que ella acababa de dar. Chuck miró la puerta que había sido azotada, soltó la mano delicada de Daisy y llamó al 911: —Hola, ¿hablo a la estación de policía …? —No tuvo tiempo de terminar la oración cuando Daisy rápidamente le quitó el teléfono de las manos y colgó la llamada. Esto logró que el rostro de Chuck se pusiera rojo del coraje. Estaba a nada

tomar un bisturí, pero recordó que ella sabía artes marciales, por lo que su intento de amenaza no serviría de nada. No le quedo más que controlar sus emociones. De manera sarcástica le pregunto a Daisy: —¿Quién demonios te envió aquí? ¿y exactamente para qué? ¡Tienes tanto que explicar! —Inmediatamente dedujo que la persona que se encontraba detrás de todo este embrollo debía ser Jorge... Y estaba en lo correcto, lo sabía. —No sé con exactitud quién está detrás de todo esto. Solo escuché que cuando mi jefe tomó la llamada, y se dirigió a esa persona como Sánchez, pero no conozco a ningún Sánchez. —Ella estaba igual de confundida que él, pero ella tenía que quedarse ahí, solo así podría ganar el dinero suficiente para pagar las facturas médicas de su madre, necesitaba a toda costa ese dinero. Sánchez. Sánchez. Chuck intentó calmarse. Solo miró a la mujer confundida que se encontraba delante de él. Él sabía muy bien que ella era el precio que debía pagar por enamorarse de la misma mujer que Jorge amaba. Realmente conocía a Jorge. De hecho, una mujer era el menor de los problemas que Jorge podía causarle. Si esta mujer consiguiera lo que se le pedía, todo seguiría su curso natural, pero si fallaba, Jorge haría lo que fuera y enviaría un millón de mujeres más solo para molestarlo. ¡Sería una desgracia! Enseguida se puso a examinar detenidamente a Daisy; tenía veinte años, quizás 22 o 23, tenía el cabello recogido en una cola de caballo, tenía un cabello hermoso. Con sus rasgos finos, sus pechos grandes y piernas largas, era la mujer perfecta con la que cualquier hombre podría haber soñado. Daisy, al sentir la mirada extraña de Chuck, lo miró de una manera fulminante como signo de advertencia. Ella había escuchado acerca de la importancia de Chuck en el campo médico, sin embargo, parecía un tipo raro, a lo que comúnmente le llamaban "bicho raro" Y su rareza era su atributo más aterrador. Por ejemplo, en ese momento ella podía comprobar lo extraño que era por su manera de actuar. Ningún hombre en su sano juicio, hubiera rechazado a una mujer hermosa y sexy como ella. No, no era posible, no entendía su rechazo, Ella no era narcisista, era solo que se parecía a la encantadora superestrella, Phil. Incluso, en varias ocasiones actuó como su suplente. Phil no era la única con una belleza promedio, ella también. A pesar que los bonitos rasgos de Phil llevaban algo de altanería mientras que los rasgos de ella eran mucho más seductores.

Mientras ella fantaseaba, Chuck le dijo: —Está bien, duerme en el sofá esta noche. Mañanas mismo te vas, y te llevas la funda del sofá, yo no podría tocar eso de nuevo. —Él nunca tocaba las cosas que otras personas habían usado, nunca sin un guante. Inmediatamente Daisy notó que Chuck tenía una grave… misofobia. Chuck con un gesto de molestia, levantó su brazo derecho, el brazo que ella tocó. Daisy vio el ademán. Extendió el brazo lo más lejos posible de él, como si hubiera algo muy sucio en él. ¿Qué pasaría si ella tomara prestadas otras cosas? Ella analizó esa insólita característica del hombre que tenía en frente. —Quisiera usar tu baño, ¿Podría? —Sinceramente a ella no le importaba la fobia a los gérmenes que él tenía, lo único en lo que pensaba era en darse un baño. Chuck la miró con desconcierto. ¿Cómo se atrevía esta mujer a siquiera pedir usar su baño? Sin decir una sola palabra, la tomó de nuevo del brazo y la llevó a la salida. Abrió la puerta y dijo: —¡Vete de aquí, TAN LEJOS COMO SEA POSIBLE ! Daisy volvió a soltarse de las manos de Chuck, cerró la puerta y dijo: — Está bien, está bien. No hay ducha, no hay ducha. Me iré a dormir justo ahora. —Era solo una noche, podía pasar una noche sin bañarse, trataba de convencerse a sí misma. Sin embargo, Chuck al ver que ella se sentaría directamente en su sofá blanco, llena de gérmenes y sin bañarse, se sacó de quicio. Finalmente, prefirió tranquilizarse un poco y le dijo: —Puedes usar esa habitación para asearte. —Le señaló una habitación vacía con un tono completamente indiferente. Daisy se alivió, se dirigió de inmediato a la habitación y entró. La habitación estaba muy limpia y ordenada; los muebles, el tapiz de las paredes y las lámparas eran todos blancos y negros, Entre ambos colores, el blanco era el color que más destacaba. Lo más importante era que cada rincón de la habitación estaba impecable. Wow, la futura esposa de Chuck estaría muerta de cansancio de tanto limpiar la casa, pensó Daisy. Ella se bañó rápidamente, pero como no llevaba ropa extra, solo se cubrió con una toalla antes de salir. Chuck estaba sentado en un pequeño sofá dentro de la habitación, estaba vestido. Al oír el sonido de la puerta abriéndose, miró hacia ella, Inmediatamente su mirada se tornó sombría. Él corrió hacia Daisy y le arrancó la toalla de un jalón. —¿Quién demonios te dejó usar mi toalla? entra y usa tu propia ropa.

Daisy miró a la puerta y luego a ella misma, esto la enfureció por completo. En cuanto salga de esta habitación, ¡definitivamente golpeará a este hombre! ¿Por qué demonios tuvo que encontrarse con un tan bicho raro? Él era tan mezquino, tanto que nadie podía siquiera tocar su toalla. ¡Eso era completamente inaceptable! Esperaba que con un poco de suerte, él dejaría de hacer tantas cosas estúpidas o ella enloquecería por completo. Se puso la ropa lo más rápido posible, abrió la puerta y salió como rayo. Chuck ya no estaba en el dormitorio, acababa de tirar la toalla en el bote de basura, la tomó tanto asco que únicamente la agarró con el pulgar y el índice. Después de tirarla, como gesto de victoria, aplaudió sarcásticamente. Al ver esto, Daisy pensó en algo impulsivo, Ella lo ayudará a deshacerse de su fobia a los gérmenes esta misma noche. En ese instante, sin decir nada, se acercó a él, lo tomó del cuello y lo arrastró a una habitación. Chuck abrió los ojos con sorpresa y rechazo, al darse cuenta que se dirigían a su recamara, y obviamente, esa mirada acabó por ofender aún más a Daisy. Ella utilizó todas sus fuerzas para hacerlo entrar, y por lo mismo tropezaron directo sobre cama. —¡¿Cómo te atreves?! —Chuck intentó detenerla en cuanto se dio cuenta de sus verdaderas intenciones, Pero Daisy ignoró su amenaza. Ella lo empujó hacia la ventana, luego se abalanzó sobre él.

... Parecía que el mundo entero se había detenido y un profundo silencio los inundó. Chuck esperaba que en cualquier momento las náuseas se presentaran, pero no fue así. Así que se dio cuenta de la gravedad de lo que había sucedido... de modo que se acercó y estrechó su cuerpo aún más al de ella. La escena que brindaba la mirada sorprendida de Daisy aumento su deseo impulsivo...

Capítulo 370 Sentirse ofendida Él se puso de pie inmediatamente, sus ojos miraban fijamente a Daisy. Ella estaba sobre la cama, aún en estado de shock. Chuck sabía que tenía misofobia. En el pasado, él había salido con ocho mujeres; cuatro de ellas lo abandonaron por su fobia a los gérmenes, no pudieron soportarlo por mucho tiempo. Las otras cuatro intentaron abrazarlo al menos una vez, pero nunca paso de ahí. Él siempre se alejaba de ellas, por lo que eventualmente estropeaba la relación. Incluso, cuando Lola tiraba su ropa al suelo, tenía que hacer un gran esfuerzo para no fruncir el ceño, pero por dentro, estaba más que furioso. Pero justo ahora, esta mujer estaba acostada en su cama y justo debajo de él y por extraño que pareciera, no había experimentado ningún síntoma a los habituales. ¡Esta era la primera vez en su vida! ¿Cómo pudo pasar esto? Como una costumbre acentuada, la apartó de inmediato y rápidamente cambió la ropa de su cama frente a ella. Daisy se mordió los labios con rabia mientras lo observaba cambiar las sábanas, se sintió tan insultada. —Doctor Si, ¿está consiente que esto ya es una enfermedad suya? La misofobia es una enfermedad psicológica y es grave, ¡creo que debería buscar ayuda, a un psiquiatra para se exacto! Chuck se detuvo en cuanto escuchó sus palabras y con una semblante gélido, le ordenó: —Sal de aquí ahora mismo. Ella estaba hablando demasiado y en su opinión, ¡su boca debería estar cosida con un hilo y una aguja! ¡Fue algo realmente molesto! Daisy inocentemente dibujó un puchero en su rostro. Se acercó y se sentó a propósito en la cama recién hecha, y al segundo siguiente, ella tocó su colcha... Los ojos de Chuck se llenaron de ira y caminó rápidamente hacia un estante, allí encontró un afilado bisturí quirúrgico. Con el cuchillo en mano, caminó directo a Daisy mientras la miraba con gran furia. Daisy no estaba asustada en lo más mínimo, no le tenía miedo, ya que había aprendido artes marciales de manera profesional, era cinturón negro en Taekwondo. Ella reaccionó de inmediato levantando su pierna, y trató de patear el

cuchillo de su mano, sin embargo, Chuck se movió rápidamente a un lado y pudo esquivar su patada sin problemas. —¡Tienes muchos pantalones!, ¡será mejor que te cuides! —Ella le objetó con una mirada de odio en su rostro, le había perdido el poco respeto que le tenía. El 95% de los hombres que había peleado con ella, había perdido. ¡Daisy estaba tan segura de ganar esta pelea así como las anteriores! Ella lo atacó de nuevo. Chuck sabía que ella era una rival de cuidado, así que en lugar de contraatacar, hizo todo lo posible por evitar sus patadas. No obstante, al final, ella pudo patear el bisturí de su mano y desarmarlo. Como signo de victoria y una sonrisa burlona, ella pisó el bisturí que estaba en el suelo. Rápidamente, y al no escuchar ninguna palabra de él, se acercó, inmovilizó sus manos y lo golpeó fuertemente con el hombro, lanzándolo por los aires. Chuck aterrizó en la cama. Él realmente estaba furioso, absolutamente colmado en ira, pero apenas alcanzó las manos de Daisy, la atrajo hacia su pecho con toda su fuerza. Como era de esperarse, la fuerza física de Daisy no se comparaba con la de Chuck, era posible que ella fuera más rápida, pero la fuerza no era uno de sus atributos principales. Finalmente, logró controlarla mientras ataba sus piernas con una corbata. Debido a eso, ella estaba inmóvil, sin oportunidad de patearlo. Chuck sabía que sus piernas eran su arma más poderosa, y mientras más lo pensaba, se dibujaba una sonrisa llena de satisfacción en su rostro. Parecía que el tiempo se había tenido en la habitación. Daisy entró en pánico y comenzó a gritar lo más alto que pudo: —Chuck Si, ¡te voy a matar! —Tu bisturí es tan afilado, ¡que si intentas hacerme daño, lo pagarás con dolor 10 veces más!

... Ella estaba haciendo tanto ruido que Chuck finalmente la cargó sobre sus hombros y la lanzó hacia el sofá de la sala sin siquiera mirarla y regresó a su habitación. La puerta se cerro brutalmente ante a sus ojos. Daisy se sintió por primera vez en mucho tiempo completamente indefensa al ver sus piernas atadas. Con lágrimas en los ojos, ella gritó: —¡Déjame ir, desátame! —¡Pero qué idiota!, ¿acaso tenía el corazón de piedra? ¿No debería ser un caballero con las mujeres? ¡Ella gritaba los más fuerte

posible que era una mujer y debería ser tratada como tal! La puerta del dormitorio se abrió de nuevo. Chuck caminó hacia el armario y sacó una sábana blanca y limpia, y sin decir una sola palabra, arrojó la sábana sobre ella. Ella estaba hecha un desastre por completo, pero a él no parecía importarle en lo más mínimo. ¡Ella fue la primera que no se comportó como debía!, ¡él solo intentaba enseñarle una lección! —¿Quieres que te desate? ¡Puedo hacerlo sin problema!, pero... si alguna vez intentas atacarme nuevamente, ¡esta vez no será tan fácil para ti! Esta será la última vez que intentas esto —le advirtió con un tono más grave en su voz. Esas mujeres que alguna vez intentaron acercarse a él, siempre se asustaban cuando lo veían sostener un bisturí en sus manos. La simple idea de lo que él le había hecho, hizo enojar a Daisy al instante. Con la mirada triste en busca de empatía, murmuró; —Déjame ir. Ya no me acercaré más a ti. —¡Estaría completamente loca si vuelve a intentar acercarse a él! ¡Realmente era un hombre muy cruel! Sin embargo, si alguna vez Daisy lo encontrara por la calle, se vengaría sin pensarlo, le pondría un saco en la cabeza y lo golpearía tantas veces fuera posible. Chuck con una gran indiferencia comenzó a desatarle las piernas e inmediatamente notó que algunas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos. ¿Ahora era ella la que se sentía triste?, ¿siquiera se detuvo a pensar en lo que sucedió y en las consecuencias que pudo causar? ¡Debió haberlo pensado antes! ¡Qué tonta! Tan pronto como Chuck la desató, Daisy quiso pelar de nuevo, sin embargo, las palabras de Chuck detuvieron de inmediato su intención: —¡Deberías quedarte aquí y comportarte! ¡Sería lo más conveniente para ti! —¿Se atrevió a pensar siquiera en controlar a un hombre adulto como él? ¡Él no era tan débil como lo había imaginado! Ella decidió no darle más problemas, pero no podía evitar el desprecio que sus ojos mostraban mientras lo miraba. Más adelante, bajó la mirada y divisó algo en el suelo, Justo ahí vislumbró su celular. Envuelta en la sábana blanca, se acercó al telefono y lo levantó, no tenía nada de batería. ¡Genial!, ahora ni siquiera tenía la oportunidad de pedir ayuda. ¡Estaba ahí sola, atrapada con ese bicho raro! Enseguida se dio la vuelta y trató de ir a la mesa en el dormitorio, caminando detrás de Chuck. Sin embargo, él rápidamente cerró la puerta de la habitación en su cara y rompió todas sus esperanzas. Ella sabía perfectamente lo que él quería decir, hizo algunos pucheros y no le quedó más remedio que volver al sofá. Mientras estaba recostada en el sofá, lo

miró y lo desairó con un simple ademán. ¡Había vivido por 24 años, y nunca se había sentido tan insultada como ahora! Siempre supo defenderse cuando los hombres intentaban aprovecharse de ella, Sin embargo, se sintió tan ofendida cuando tuvo que acercarse a Chuck únicamente por el bien de los gastos médicos de su madre. Él debió haber sido más considerado... —Chuck Si. —Daisy murmuró con ira su nombre. Ella recordaría este nombre Y comenzaba a guardarle resentimiento. Algún día, ella le regresaría todo lo que le hizo, ¡con el doble de agonía y sufirmiento! Chuck regresó a la sala y la vio recostada, como si nada pasara. Miró todo el desorden que había hecho en el suelo, movió la cabeza lentamente mostrando su desapruebo y con gran pesar, se dirigió al baño. Lo que realmente necesitaba en este momento era darse un buen baño. Después de la ducha, se dedicaría a cambiar las sábanas nuevamente, y sin duda alguna, también abriría todas las ventanas para que entrara aire fresco. Él estaba considerando seriamente usar productos químicos para esterilizar la casa por completo. Oficina del CEO del Grupo de Empresas SL. Exactamente a las 7 en punto, Jorge Si llegó a la oficina. Llegó lo más temprano posible para poder lidiar con el incidente causado por las empresas que cooperaron. Jorge envió un comunicado de prensa bajo el nombre del Grupo SL, afirmando que el grupo ya no colaboraría con ninguna de esas compañías mencionadas. Jorge era realmente conocido por su arrogancia y orgullo. Una hora más tarde, Sánchez llamó a la puerta su oficina y entró. Llegó con noticias relevantes: —Jefe, Daisy tuvo éxito, pasó la noche entera en el departamento de Chuck. Ella se quedó allí hasta las ocho de la mañana, y salieron juntos del departamento. —Sánchez no tenía ni la más mínima idea de lo que sucedía, No entendía la razón por la cual Jorge había enviado a Daisy al departamento de Chuck. Sin hacer una sola pregunta, continuó su informe con una voz profesional: —Los de seguridad reportaron que Daisy se veía angustiada al salir. Ella no estaba usando la misma ropa que con la que llegó la noche anterior. —¿Habrá pasado algo entre los dos? —Destacable lo que ha logrado. Ve y de inmediato paga todas las cuentas médicas de su madre y dile que se prepare para su próximo objetivo. —Jorge le dio órdenes brevemente, sin siquiera mirarlo, Estaba tan satisfecho con el resultado de su plan. Una mujer como Daisy debería ser suficiente para tener la atención de Chuck. Tal vez esa chica había logrado algo en él. De no ser así, a él no le importaba enviarle más mujeres, con tal de lograr que no volviera a pensar

en Lola nunca más. Leandro dijo una vez que Chuck sentía algo muy fuerte por Lola, ¿habría sido verdad? Sánchez estaba confundido, pero no se atrevió a preguntarle nada, no era un buen momento. Sabía que su jefe aún estaba estresado por todos los sucesos negativos relacionados a la empresa. Prefirió retirarse de la oficina en silencio. Jorge Si estaba más que ocupado estos días, ¡no debía molestar a su jefe con problemas insignificantes! Cerca del mediodía, Jorge recibió una llamada de la Sra. Du. Ella le confirmó que Lola había llegado a la casa. Era sábado y Estrella estaba ahí, felizmente esperándola. Jorge sabía que ella había anhelado estar junto a su madre desde el momento en que se separó de ella. Él le preguntó de manera casual a la Señora Du cómo había sido el reencuentro. La señora Du le informó que todo salió bien, como de costumbre. Jorge estaba un poco confundido sin embargo no le dio tanta importancia. ¡Después de todo, el vínculo entre una madre y una hija era más fuerte que nada! ¡No podría ser marchitado ni siquiera por la luz del sol!

Capítulo 371 Sólo somos simples extraños Después de la llamada de la señora Du, él le recordó que debía cuidar de Lola y no dejarla hacer nada. Jorge más aliviado, colgó el teléfono y decidió irse temprano a casa esta noche. Lola llevó a Estrella de compras, así que aprovecharon para cenar afuera. Regresaron a la mansión alrededor de las ocho de la noche y a decir por el silencio del interior de la casa, Lola supuso que Jorge aún no había regresado. Debido a su brazo herido, apenas podía moverse, aún así ayudó a Estrella a bañarse y llevarla a la cama. Cuando por fin se durmió, eran casi las 10 de la noche. Silenciosamente se deslizó de la cama de Estrella y salió de la habitación. La habitación de Jorge estaba completamente a oscuras al igual que su cuarto de estudio. Tal vez aún no había llegado. Pasó por la habitación y estaba llena de sus fotografías. Cuando Lola miró más de cerca, notó algunas fotos nuevas en las que podía ver a Estrella jugaba alegremente en su escuela. Después de ver todas las demás fotos, salió de ahí y cerró la puerta. Luego de un rato, alcanzó a distinguir el sonido familiar de un motor de automóvil., el sonido provenía de la planta baja. Debía ser el carro de Jorge. En cuanto supo que Jorge había llegado a casa, el corazón de Lola comenzó a latir rápidamente. Corrió a la habitación de Estrella, se acostó a su lado, la abrazó y cerró los ojos. Jorge entró dando pasos agigantados, de inmediato subió corriendo las escaleras sin siquiera soltar el saco que colgaba de su brazo. Abrió la puerta de la habitación de Estrella, estaba totalmente en silencio, como era de esperarse. Lola y Estrella se abrazaban y dormían juntas, una escena que él quería ver desde hace mucho y por fin estaba encantado de poder hacerlo. El solo hecho de verlas juntas hizo que su estrés y agotamiento desaparecieran. Mientras pudiera ver esto cada noche, a él no le importaría trabajar noche y día. Enseguida se acercó a ellas, se inclinó y besó a las dos mujeres de su vida. Al instante, Lola reconoció la esencia familiar de Jorge, que terminó por

impregnar toda su nariz. Lola, a pesar de fingir estar dormida, no pudo evitar parpadear. Jorge aprovechó rápidamente echó un vistazo al brazo de Lola, seguía cubierto de yeso, esperaba que mejorara pronto. Bien podría volver a su habitación y ducharse primero. Jorge pensaba para sí mismo. La puerta se cerró suavemente y Jorge salió de la habitación, por lo que Lola se sintió un poco más tranquila. ´Pero, ¿qué estará haciendo Jorge? ¿Se habrá ido a trabajar o directo a la cama?´ Podía sentir que Jorge ya estaba cansado, después de tantos problemas con la empresa, era lógico que si lo estuviera... Estuvo sumergida entre pensamientos por casi media hora, finalmente, se levantó de la cama y decidió salir a dar un paseo por toda la mansión. Desde afuera, la puerta nuevamente se abrió, al escuchar el sonido, Lola corrió de regreso a la cama de Estrella. Sin embargo, por más sutil que quiso ser, sus movimientos no escaparon de la mirada de Jorge. Con una enorme sonrisa en el rostro, se acercó lentamente a ella, sus ojos estaban cerrados de nuevo e intentaba no moverse. Jorge la tomó en brazos cuidadosamente y la llevó a su habitación. La recostó suavemente en su cama e intentó besarla, Lola reaccionó enseguida y colocó su mano derecha entre los labios de ambos para bloquear el beso. —Lola, te extraño tanto. —Su voz era dulce pero había rastro de cansancio en ella, pero esto no impidió que hiciera eco en los oídos de Lola y de la pusiera nerviosa. Ella se mordió los labios y intentando reunir el coraje necesario para decirle: —Señor Si, nosotros... no estamos familiarizados el uno con el otro. No te conozco. —Ahora, ella tenía que volver a su papel, y fingir que seguía con amnesia, era realmente agotador. Jorge mordió sus labios intentando castigarla. —No me llames Señor Si... soy tu esposo. —Enfatizó de nuevo el lugar que quería ocupar en la vida de Lola. Bajo la luz tenue de la habitación, Lola bajó lentamente la mirada, este gesto sedujo a Jorge y trajo a flote sus fantasías más salvajes. —Señor Si... —Lola no había siquiera terminado sus oración, cuando Jorge la besaba apasionadamente cubriendo de deseo esos labios rojos. Después de largo rato, Jorge la corrigió de nuevo: —Si no quieres llamarme 'Cariño' o hablarme como tu esposo, está bien, solo llámame por mi nombre. — Podía decir que la forma en que lo llamaba ahora era diferente a como lo hacía antes, algo había cambiado.

Sólo bastaban un par de días sin la presencia de Lola, para que él muriera por verla. Cada instante libre que tenía en el trabajo, lo llenaba con su esencia, sus pensamientos estaban llenos de ella. Se puso de pie y apagó las luces, cubriendo con completa oscuridad la habitación que compartían. Regresó a la cama, la tomó entre sus brazos y la reconfortó. —Descansa, cariño. —Él no quería presionarla demasiado, tal vez ella necesite algo de tiempo para recuperarse y aceptar estar con él. —Bueno, Jorge... ¿podemos hablar de una cosa más? —¿Qué pasa, cariño? —Él besó de nuevo sus labios y luego recostó la cabeza de Lola sobre su hombro. Ella sujetó la bata de baño frente a ella y preguntó: —Ya que Estrella es mi hija... ¿puedo llevarla de vuelta a País A? —Una vez que regresaran a País A, ella nunca volvería, ni siquiera a ver a Jorge. Lola lo había decidido. La petición extraña de Lola hizo que Jorge frunciera el ceño. Él de inmediato respondió: —Tú eres mi esposa y Estrella es mi hija. Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras, para siempre si así lo deseas, los tres viviremos felices y juntos. No tienes que preocuparte por llevarla a otro lado, aquí estarás con ella. —¿Por qué? Él no la forzó, pero... ¿aún así ella quería escapar de él? —Entiende, que para mí ahora... tú y yo solo somos simplemente extraños y no quiero estar contigo. Realmente no te conozco... —Ella se excusó. ¿Qué debía hacer Lola para que la dejara ir? Ella francamente no quería estar con él... Las palabras de Lola hirieron a Jorge, provocando que se enojara. —Si no quieres dormir ahora, no me importaría hacer otra cosa para distraerte un poco, puedo hacer lo que sea. —A pesar de sus palabras, él no intentaba insinuarle que quería tener intimidad, aunque no significaba que no lo quisiera. Él prefirió darle espacio y descanso, especialmente por su brazo herido. —Me iré a dormir. —Ella cerró los ojos de inmediato y se acomodó en la cama. Jorge le dio un beso tierno en los labios pero con gran satisfacción, después la abrazó fuertemente hacía él. Lola, al ver el rostro atractivo de Jorge, cayó en una encrucijada, se sentía más atrapada que antes. Ya no estaba segura de lo que quería, no podía decidirse. Todas sus decisiones y rechazos hacia él, se habían desvanecido en el preciso segundo que lo miró. Al día siguiente, Lola se despertó, Jorge ya se había ido al trabajo. Junto a ella, solo se encontraba Estrella jugando con sus juguetes. Ella miró el reloj, ya pasaban de las 9 de la mañana. Se levantó rápidamente de la cama y dijo: —Estrella, dame unos minutos, después de que mamá se bañe, te llevaré a un lugar bonito, nos la pasaremos bien.

Estrella emocionada, asintió. —Sí mamá, aquí te espero, ¿podríamos ir al parque de diversiones hoy? Lola besó su frente y con una sonrisa contestó: —Claro que sí, pero debemos esperar un poco más de tiempo. —Ella señaló su brazo herido y Estrella lo entendió. Tal como el día anterior, Lola pasó el día completo con Estrella, no pararon de jugar. Parecía que ninguna de las dos podían apartar la vista de la otra. Lola notó la dulzura de las acciones que Estrella a veces hacía. Por ejemplo, cuando comían frappé juntas, Estrella tomaba la cuchara y le daba primero a Lola, para después ser ella quien tomara la segunda cucharada... Y cuando algo caía al suelo, Estrella se adelantaba a recogerlo. Estrella le decía cosas dulces a Lola constantemente: —Mamá, te quiero mucho. Mamá, eres hermosa como una princesa. O Mamá, eres increíble. —El corazón de Lola se derretía cada vez que escuchaba palabras dulces salir de los labios de su hija. Ella había estado lejos de Estrella por muy poco tiempo, pero parecía que había sido una eternidad, Estrella había crecido mucho desde entonces. En la cena, Estrella tomó un poco de comida con su tenedor y la puso en el plato de Lola. —Mamá, se que aún te duele el brazo, así que déjame cuidarte. — Sus palabras llenas de consideración y amor casi hacen llorar a Lola. Mientras la institutriz se encargaba de bañar a Estrella esa noche, Lola se acercó a la bañera a jugar con ella. Pero Estrella había dejado de ser un bebé, ya no jugaban, básicamente solo platicaban. La institutriz se fue después de haber acostado a Estrella y haber limpiar el baño. Después de darle vueltas al asunto, Lola se animó a preguntarle: —¿Papá pasó tiempo contigo? ¿Ha estado jugando contigo últimamente? —Ella sabía lo ocupado que estaba Jorge en estos momentos, sin embargo, no quería que bajo ningún pretexto Jorge ignorara a Estrella, y menos por su trabajo. Con una voz tan seria, Estrella asintió y respondió: —Papá vino a verme todos los días. Aunque este ocupado, él siempre me llama, es realmente un papá genial. La respuesta de Estrella tranquilizó el corazón de Lola y le dio poco de paz. Después de acostar a Estrella, fue a tomar un baño. Mientras se relajaba en la bañera, Lola suspiraba y reflexionaba en cómo pasaba el tiempo volando. Ya habían pasado dos días desde su llegada a la mansión de Jorge, el tiempo simplemente volaba cuando estaba cerca de Estrella.



Capítulo 372 Gracias por cuidar del Señor Si ¿Qué había del futuro? ¿Ella sería únicamente un obstáculo más en la autoridad de Jorge? Pero las expectativas que el dulce rostro de Estrella tenía, le complicaron aún más tomar una decisión de tal magnitud. Restaurante JDLH. Jorge tenía una reservación para cenar ahí esta noche, y después de la cena, le esperaba una fiesta de vino con Samuel. Cuando llegó al restaurante, ya eran las ocho de la noche, entró justo cuando los otros accionistas bebían como si no hubiera un mañana. Tenía la intención de tomar el tiempo de su llegada de esta manera. Con solo entrar a la habitación, calmó el bullicio del lugar con su presencia y carisma. —Jefe Si, adelante por favor. Ellos cortésmente le dieron la bienvenida a Jorge, y lo guiaron al asiento principal. Debido a su retraso, Jorge se ofreció a beber tres copas de vino como castigo. Cuando las negociaciones y platicas terminaron, se dirigió enseguida al bar para alcanzar a Samuel. Para cuando llegó, Jorge había comenzado a sentirse en los aires, tal vez había bebido demasiado con los accionistas. Intentó calmarse un poco mientras Sánchez abría le puerta. Dentro de la habitación, Leandro y Samuel cantaban algunas canciones de amor, mientras que Chuck y Luna bebían vino y disfrutaban del espectáculo. Cuando vieron a Jorge, todos a excepción de Chuck, comenzaron a pedirle que bebiera unas copas más por haber llegado tarde. Leandro dejó el micrófono, abrió una botella de Brandy, llenó una copa y se la ofreció a Jorge. Jorge bebió la primera copa y sin perder el tiempo bebió la segunda, cuando llegó a la tercera copa, Sánchez tuvo que intervenir por su bien. —Ya había bebido mucho y la tercera copa podría ser demasiado para él. Samuel miró fijamente a Jorge, podía notar que ya había bebido lo suficiente. Entonces él dijo: —Muy bien, muy bien, creo que es suficiente. Vamos a darle un respiro y omitiremos la tercera copa. —Enseguida todos se sentaron en un lugar más cómodo. Jorge se sintió mareado, así que se recargó en

el sofá más cercano. —Jorge, ¿cómo van las cosas en la compañía? —Leandro le preguntó con curiosidad pero con voz seria. Jorge cerró los ojos queriendo evitar la pregunta. Él no quería preocuparse por esos asuntos en este momento, sin embargo no quería que nadie notara que algo iba mal. —Estoy a nada de conseguir el apoyo de los accionistas. El siguiente paso es llegar a un acuerdo con estas empresas oportunistas. —Él no dejaría ir a las compañías tan fácilmente, sin antes darles una buena lección. Mientras pensaba en ello, un escalofriante odio recorrió el cuerpo entero de Jorge. De pronto, un silencio inundó la habitación. Entonces Jorge recordó algo muy importante, echó un vistazo y encontró a Chuck, callado como pocas veces. —¿Aún no te das por vencido?, dime... ¿cómo estás? —Preguntó. Samuel y Leandro se miraron un poco confundidos, sin embargo, sabían lo que significaban las palabras de Jorge. Chuck levantó la mirada y en forma de broma le contestó: —¿Creíste que realmente funcionaría lo que hiciste? ¿Crees que soy tan fácil de manipular? — En su mente, Chuck recordaba claramente lo que había sucedido esa noche. ¡Lugh! No importaba cuán fuerte una mujer podría ser, ¿acaso no podría escapar del control de un hombre? Jorge sonrió mientras pensaba: —Solo espera y veremos si mi estrategia ha funcionado o no. —Seguidamente levantó su copa: —Venga, veamos quién puede beber más vino. —Jorge se acercó a Chuck, tratando de retarlo. Chuck se sirvió su primera copa y comenzó a competir con Jorge. Samuel y Leandro intercambiaron miradas, pensando que aquellos hombres terminarían peleando nuevamente por la misma mujer. Luna se sentó junto a ellos en silencio, mientras sutilmente no le quitaba los ojos de encima a Samuel. Pero en ese momento, la atención de Samuel estaba por completo sobre Jorge y Chuck, quienes no dejaban de beber vino. Por lo que no pudo notar que los ojos de Luna no paraban de mirarlo. A mitad de la competencia con Chuck, Jorge buscó a tientas su celular, cuando lo encontró, le envió un mensaje a Sánchez y continuó bebiendo para no perder ventaja. Chuck comenzaba a sentirse medio borracho. Jorge últimamente había tenido mucha presión y estrés y ahora era el momento perfecto para relajarse, así que bebía tanto como quería. Sin embargo, a pesar de estar borracho, no renunciaría a la competencia por nada. Siempre había sido el sujeto más competitivo de todos. Al final de la contienda, Leandro y Sánchez los ayudaron a salir del bar. Ya era medianoche, pero Lola seguía despierta, no podía dormir al saber

que Jorge aún regresaba. Ella siempre se preocupaba cuando Jorge no llegaba temprano a casa. Cuando volvió a mirar el reloj, era alrededor de la una de la madrugada. En ese momento, escuchó ruidos en el pasillo, Le pareció escuchar a Jorge hablando con alguien más. ¿Quién era? ¿Con quién volvió Jorge? ¿Estaba hablando solo? Llena de curiosidad, Lola se levantó de la cama y de inmediato abrió la puerta. En el pasillo, Sánchez ayudaba al pobre Jorge, no podía caminar de lo ebrio que estaba. Se detuvieron en la sala de estudio. Al ver a Lola, Sánchez, con un gesto de impotencia, dijo: —El jefe Si estaba muy ebrio, lo siento mucho. Lola caminó hacia ellos, bastaron algunos pasos para que pudiera percibir el penetrante aroma del alcohol. ¿Cuánto habrá bebido? Lola se preguntó. Era la primera vez que veía a Jorge así de borracho. —Recientemente él había estado bajo una presión descomunal, así que no puedo culparlo por querer olvidar un poco sus problemas. —Con este argumento, su semblante se suavizó un poco. Jorge, tan pronto como vio a Lola, gritó: —Lola, mi amada esposa" y luego tropezó hacia ella. Ya no tenía mucho equilibrio y sus pies ya no podían sostenerlo por mucho tiempo. Sánchez, al ver que el brazo de Lola aún no estaba recuperado completamente, siguió a Jorge por temor a que pudiera la lastimara. Lo sostuvo del hombro y dijo: —Lo llevaré a su recámara. —Antes de que Jorge pudiera estrechar el cuerpo de Lola, Sánchez lo tomó del brazo y lo llevó al dormitorio. Lola vaciló un poco, pero terminó por seguirlos. Después de recostar a Jorge sobre la cama, Sánchez había quedado sin aliento. —Jorge, sí que pesas. Después miró hacia la puerta donde Lola se encontraba y le dijo con mucha cortesía y diplomacia: —Señora Si, gracias por cuidar del Señor Si. Si necesita ayuda, no dude en llamar a la empleada, se encuentra abajo, para lo que necesite. Lola puso los ojos en blanco y solo le respondió: —Está bien Sánchez, gracias por todo, ve a casa para que puedas descansar un poco. Después de que Sánchez se fue, Lola caminó hacia la cama, le quitó los zapatos a Jorge con una mano. Luego de haber puesto los zapatos en el armario, Jorge se levantó de la cama. La mirada que Lola tenía lo hizo sonreír de inmediato. Extendió los brazos y dijo en un tono bastante infantil. —Cariño, ven aquí y déjame abrazarte. Apenas podía creer que el hombre que tenía frente a ella era Jorge, parecía

tan infantil, nunca lo había escuchado hablar así. Es como si estuviera completamente desesperado por su amor y atención. Ella le lanzó una mirada que mostraba el enojo que tenía mientras salía de la habitación. Estaba a punto de ir por un poco de agua fresca para él. Cuando de repente, ¡bam! Jorge saltó de la cama y justo antes de que saliera, la abrazó por la cintura. Su movimiento repentino asustó a Lola. Gracias a Dios que no alcanzó a tocar el brazo herido o dolería de nuevo... El aroma tan penetrante del alcohol provocó que Lola estornudara. —Lola, ¿estás enferma? —Le preguntó con tono ingenuo mientras la tomaba de la cintura y la giraba frente a él. Al quedar de cara a cara, la boca quedó más cerca, lo que empeoró el aroma. Lola se tapó la nariz y miró con desagrado a Jorge que seguía sonriendo sin afligirse en lo más mínimo. ¡Oh, estaba tan borracho! —¿Podrías al menos tomar un baño? —Por supuesto, pero solo si vienes conmigo, necesito tu ayuda. — Seguidamente, acercó su cara a la de Lola. Lola no soportaba el aroma así que lo apartó de inmediato y lo arrastró al baño. Abrió la puerta, se paró justo detrás de él y luego lo metió al baño de una patada, La puerta del baño se cerró tras el portazo que la patada provocó. Jorge se sobó la cintura, donde Lola descaradamente lo había pateado, sin embargo, esto en lugar de molestarle, lo puso feliz, ya que se dio cuenta que el temperamento tan impulsivo de Lola no había cambiado en lo absoluto. Con una idea en mente, comenzó a bañarse. Apartamento JZ. Cuando Leandro ayudó a Chuck a llegar a la puerta de su apartamento, se sorprendió al ver a una mujer esperando allí. Daisy escuchó el ruido que hicieron y levantó la mirada. Ella notaba la confusión de Leandro. —¿Conoces a Chuck? —Dijo mientras señalaba al hombre que llevaba en hombros. Daisy frunció el ceño al notar el olor a alcohol, pero aun así respondió: — Sí, soy amiga de él. —¿Cuánto habrá bebido para estar así? Daisy se preguntó. Chuck estaba casi inconsiente. ¿Una amiga? Leandro examinó detenidamente a Daisy, no podía ocultar su sorpresa. ¿En verdad Chuck tenía una amiga? ¡Esto era inaudito! ¿Qué tipo de amiga era? ¿Qué Chuck no le tenía miedo sus gérmenes? Ella no podía tocarlo, ¿verdad? Él tenía una grave enfermedad psicológica, por eso no tenía novia.

¿Acaso Chuck había estado escondiendo a su novia de ellos? Leandro especulaba todas las respuestas de todas sus preguntas con tal desconcierto.

Capítulo 373 No soy Lola Leandro vio que la puerta del apartamento se abría cuando Daisy puso su dedo en la cerradura de huellas digitales. Como Daisy podía abrir la puerta, Leandro ya no dudaba de ella. Solo le dijo a Daisy. —Cuida bien de Chuck. Volveré a casa. Gracias. —¡Se sentía tan indefensa! ¡Ella no quería cuidar de ese hombre! Aún así, Daisy trató de sonreír. —Está bien, lo haré. —De hecho, el hombre que había pagado las facturas de medicamentos de su madre la amenazó si no actuaba por su causa. No tenía más remedio que pedir la ayuda de Chuck. Estaba confundida y se preguntó por qué ese hombre la quería cerca a Chuck. Ayudó a Chuck a entrar al apartamento con mucha dificultad y finalmente cerró la puerta. Luego entraron en el dormitorio. —¡Qué tipo tan pesado! —Gracias a sus rutinas de ejercicio regulares, ella fue capaz de empujarlo y cargarlo. Si no fuera por ella, habría dormido en el pasillo. Abrió la puerta de la habitación y luchó por tirarlo sobre la cama. Pero él no la soltó así que ambos cayeron a la cama. Al minuto siguiente, la abrazó con fuerza y Daisy escuchó salir el nombre de una chica de su boca. —Lola. ¿Quién era Lola? ¿Era la mujer que antes estaba en el negocio del espectáculo de entretenimiento y ahora era esposa de Jorge? De repente, Chuck la besó mientras estaba pensando en eso. Se congeló cuando él la besó. Por un momento, no supo qué hacer. Lo empujó a la fuerza y él se recostó en la cama. De hecho, a Chuck solo le atraía el olor de su loción corporal. La verdad era que estaba pensando en Lola. Pero el olor había ido muy lejos y tenía que acercarse a ella. Chuck tomó su mano tan pronto como se levantó. Ella gritó: —¡Déjame ir, Chuck! No soy Lola. ¡Mírame cuidadosamente! ¡Estás borracho! —Aunque se quedaban en la misma cama, el hombre seguía pensando en otra mujer. ¡Qué triste estaba! —Eres ruidosa... No seas demasiado ruidosa. —La besó de nuevo. Daisy

intentó alejarse de él, pero no la dejó ir. Más tarde de aquella noche. Lola se encerró en el guardarropa y no abrió la puerta a pesar de los continuos golpes de Jorge. —¡Por favor sal, mi querida esposa! ¡Por favor! —Jorge llamó a Lola con entusiasmo, de pie contra la puerta con una toalla de baño alrededor de su cintura. Era demasiado tarde y Lola no tenía interés en coquetear con él. De repente ella empujó la puerta para abrirla. Jorge no estaba preparado para eso, así que cayó en sus brazos. Aunque estaba borracho, todavía abrazaba a Lola. Fue un movimiento impulsivo. —¡Jorge! ¡Compórtate! ¡Estás tan borracho! —Ella refunfuñó pero fue inútil. El licor estaba tan fuerte que convirtió al hombre, generalmente serio, en una persona ingenua. Ambos caminaron hacia la cama. Lola le ordenó en tono muy serio y enojado: —¡Duérmete ya! Jorge se recostó en la cama. —No dormiré si me dejas. Se sentía tan indefensa cuando se enfrentaba a él. Realmente podría trabajar en sus modales para hacer que ella se rindiera. A Lola le parecía increíble que Jorge se comportara así. ¡Está bien! De todos modos ya tenía mucho sueño, así que se metió en la cama desde el otro lado. Poco después, él la abrazó. Ella le dijo fríamente: —Me iré ahora mismo si no te detienes. —¡No te atrevas a hacer nada malo! Él sabía lo que ella quiso decir. Para hacer que se quedara aquí, Jorge cerró los ojos obedientemente. Ella bostezó y se durmió pronto. Jorge abrió los ojos y observó su adorable rostro, pensando en el vídeo de vigilancia relacionado con ella. En el vídeo, quedó claro que Michelle Wu se había estrellado contra ella y luego simplemente se quedó tirada al lado del camino. Pero se lastimó en el brazo en lugar de la cabeza. ¿Cómo podría perder la memoria? ¿Estaba demasiado asustada o... estaba fingiendo tener amnesia? Pero fue Chuck quien le dijo primero que ella había perdido la memoria. Ella seguía durmiendo en ese momento. Después de pensarlo mucho, Jorge decidió llevarla a un examen completo.

Le pediría a sus amigos en los Estados Unidos que enviaran el equipo médico más avanzado del mundo. Necesitaba ayuda para ello. Ciertamente, le gustaba su fragancia. Él puso su cabello en su cara y disfrutó el momento. Después de diez minutos, se levantó y se tambaleó en el baño para tomar una ducha fría. A la mañana siguiente. Lola se levantó y encontró un pesado brazo sobre su cuerpo. Pero Jorge seguía durmiendo. Ella trató de quitar su brazo y se sentó. El hombre se movía como si estuviera buscando algo. Lola recogió su almohada y luego la puso debajo de su brazo. Él siguió durmiendo después de eso. El sol brillaba en el dormitorio. Ella echó un vistazo al hombre dormido. Tiró de todas las cortinas y se oscureció en la habitación. Creyó que Jorge dormiría mejor con esto. Salió de la habitación en silencio y se dirigió a la puerta de al lado para ver a Estrella. Alrededor de las nueve de la mañana, la vibración de un teléfono despertó a Jorge. Se frotó la adolorida sien y se sentó en la cama. Era Chuck quien lo estaba llamando. Contestó el teléfono con voz ronca. —Chuck. Chuck lo regañó fríamente. —Jorge, de ahora en adelante, eres mi enemigo. Te venceré cuando te vea. —El dormitorio privado se sentía inusual hoy debido a Lola y sus leggings desgarrados quedaron en el suelo. Jorge pensó en esto por un tiempo y pronto comprendió lo que le pasó a Chuck la noche anterior. Sonrió sarcásticamente. —¿Y? ¿No serás responsable por ella? ¡Sé responsable! —Jorge había visto el perfil de Daisy. Era una buena chica con un historial limpio y el abuelo de Chuck estaría satisfecho con ella. Realmente era una mujer decente. Tenía una madre que había estado recibiendo quimioterapia por un tiempo. Pero no era un problema. Había muchos doctores en la familia de Chuck. No habría ningún problema si se casaran el uno con el otro. —¡Jorge, solo espera y seduciré a tu esposa! —Todos tienen un deseo de venganza y Chuck no era una excepción. Iba a conquistar a la esposa de Jorge. No dejaría que nada ni nadie se interpusiera en su camino. Jorge se rió. —Chuck, a quien debes considerar es a tu esposa. ¡No mi esposa! ¡Ten cuidado! —Sin embargo, Chuck impresionó mucho a Lola. Tenía

que cuidarse de él. Los dos hombres no dijeron nada más. Aunque Chuck estaba realmente enojado, sabía por qué Jorge estaba actuando así. Si su esposa era Lola o incluso otra mujer, y la querían otras personas, él ciertamente se enojaría y se pondría celoso. Sin mencionar que era Jorge, el de mente estrecha. Jorge en realidad ya había sido lo suficientemente duro con él. Estaba siendo considerado. —Entonces, ¿debería decirte gracias? —El ambiente se estaba poniendo un poco incómodo. Jorge se levantó de la cama y levantó la cortina. Vio a una mujer mirando hacia el cielo en el bosque de arce cercano. Él sonrió con las comisuras de su boca. —De nada, hermano. Iré a celebrar tu boda. Incluso la pagaré si quieres. —Estrictamente hablando, ¡era el casamentero de Chuck! ¡Y él era bueno en eso!

Capítulo 374 Estrella me golpeó Chuck colgó abruptamente el teléfono. Miró a su cama con sentimientos encontrados. Pensándolo bien, fue él quien tomó la iniciativa anoche. Pero a esa mujer, Daisy, también se le debía culpar. Después de todo, se forzó a sí misma a entrar en su casa. Entonces la pérdida de su virginidad era una lección para ella. Lola se dirigió al bosque de arces, donde había dos líneas de pequeños arces dorados. Se extendía por más de un kilómetro. Ella los miró con asombro. La última vez que vagó por un bosque de arces con Jorge fue en Canadá. En ese momento, estaban profundamente enamorados. Incluso plantaron estos pequeños arces aquí para ella. Jorge lo hizo especialmente por ella. Tal vez varios años después, estos pequeños árboles perforarían el cielo y cubrirían el tapiz azul con sus majestuosas hojas. Detrás de Lola se escucharon venir unos pasos. Se volvió y vio a la sirvienta Chang, que también tenía su edad. Al ver a Lola, dijo con ansiedad: —Sra. Lola, hay una llamada de la escuela, parece que ocurrió algo malo. La señorita Estrella pidió que usted contestara el teléfono. ¿Estrella? Sin pensarlo dos veces, Lola regresó a la mansión. Levantó el teléfono y dijo sin aliento. —¿Qué pasa, querida? Con rasguños en la cara, Estrella hizo un puchero y miró a la chica alta a su lado, cuyo cabello también estaba enredado. Al oír la voz de su madre, ella gritó de inmediato. —No llores, Estrella. Dile a mamá lo que pasó. Cálmate, ¿de acuerdo? — Lola no podía hacer nada más que escuchar ansiosamente a su hija llorar. Estrella estaba sollozando fuertemente. —Mamá, esa niña grande dijo que eras una mala mujer. Dijo que le robaste a papá a otras mujeres. —Ella ya la había golpeado, y ahora quería que su madre también le enseñara una lección a esa estúpida niña. Lo que dijo Estrella llenó de dolor a Lola. ¿Era realmente una mala mujer? ¿Realmente robó a Jorge de otras mujeres? Por desgracia, estas fueron solo algunas de las tonterías que hizo en el pasado. Después de todo, no podía ser

culpada únicamente por eso. —Estrella, no llores. ¿Crees que mamá es una mala mujer? —Trataba de consolar a Estrella. —¡No, eres la mejor! Ella estaba hablando sin sentido. No creo en ninguna palabra de lo que dijo y debo darle una paliza. —De repente, Estrella levantó su tono de una manera agresiva. Entonces tiró el teléfono a un lado y se abalanzó sobre la chica alta. Dos profesores las apartaron apresuradamente. Miraron a la malhumorada Estrella, sin saber qué hacer. Lola llamó a Estrella varias veces por teléfono, pero no recibió respuesta. Solo podía escuchar el llanto y los gritos de Estrella. Así que rápidamente le dijo a Chang que llamara al conductor mientras esperaba ansiosamente en la puerta. Veinte minutos después, llegó a la escuela. Dirigida por los guardias, corrió a la oficina de los maestros. Estrella había pasado de llorar a sollozar. Estaba acurrucada en los brazos de la maestra. A su lado había una niña mucho más alta que ella. También estaba sollozando. ¡Esa chica era en un verdadero desastre! Su rostro estaba arañado, su cabello estaba desordenado y su vestido estaba todo manchado. —Hola, debe ser la maestra de Estrella. Soy su madre, Lola Li. —Miró a la maestra, sosteniendo a Estrella con vergüenza. Al escuchar la voz de Lola, Estrella levantó la cabeza de inmediato y corrió hacia ella. —¡Mamá, finalmente estás aquí! —Entonces Lola vio dos o tres rasguños en la cara de Estrella. La maestra de Estrella le informó sobre lo que pasó. Todos los niños en la escuela estaban haciendo ejercicios matutinos en ese momento. Luego la chica alta pisó a Estrella por accidente. Al ver la marca en sus zapatos blancos, Estrella le pidió a esa chica que se disculpara. Pero en lugar de disculparse, Teresa Xia simplemente la empujó. Eso obligó a Estrella a perder la paciencia. Golpeó el brazo de Teresa Xia. Entonces empezaron a pelearse entre ellas. Cuando los maestros intervinieron, Teresa Xia estaba provocando a Estrella: —Tu padre ha visto días mejores en su compañía. Tu madre es una mala mujer. Le robó a tu papá de otras mujeres. ¡Tu madre es una puta! Sedujo a tu papá. Cuando escuchó el insulto a su madre, Estrella se liberó del agarre de los maestros, saltó hacia adelante, tiró del cabello de Teresa y se arañó la cara. Luego otros dos maestros vinieron al rescate. Con su ayuda, finalmente

pacificaron a las dos niñas enojadas. Cuando entraron a la oficina, la maestra de artes estaba calificando la tarea. Estrella le tiró a Teresa las tazas de pintura de la maestra. Así que comenzaron a pelearse de nuevo. Justo después de la reunión informativa de la maestra, entró la madre de Teresa. La mujer también tenía la edad de Lola. Su pelo era de color rojo. Llevaba un maquillaje pesado y pantalones negros. La apariencia sucia de su hija, Teresa, le rompió el corazón. Preguntó con ansiedad: —Oh, mi bebé, ¿qué te pasó? ¿Quién te hizo esto? Teresa vio a su madre y luego gritó aún más fuerte: —Mamá, Estrella me golpeó. Jenny Jiang giró sus ojos hacia Estrella y Lola. Su corazón se hundió en un instante. Había hablado mal de Lola ante su esposo por lo que sucedió con Yonata en el hotel cinco años antes. Más tarde supo quiénes eran las dos mujeres esa noche. Una de ellas se convirtió en la esposa de Yonata y la otra era la hermana menor de Yonata, Lola. ¿Escuchó su hija lo malo que dijo de Lola? ¿Lo dijo justo ahora? Por el bien de Jenny, la maestra explicó nuevamente lo que sucedió antes. El corazón de Jenny se hundió aún más profundo. De hecho, su hija debería haber sabido que no debía contar lo que decía de Lola. Su esposo aún trabajaba en SL y Jorge era el gran jefe de esa compañía. Esto sería muy malo para su familia. Después de pensarlo dos veces, Jenny sonrió y trató de reconciliarse. —Lo siento, señora. Estas peleas solo fueron algunas cosas tontas e inocentes de las niñas. Espero que no se lo tome en serio. Lola miró de cerca a Jenny. Parecía haber visto a esa mujer en alguna parte, pero no podía recordar. Pero la buena actitud de Jenny la calmó un poco. —No hables de cosas que no sabes, especialmente delante de las niñas. Estas palabras groseras nunca deberían haber salido de la boca de una niña. Por favor, sepa eso. Los regaños de Lola hicieron que Jenny se sintiera más avergonzada. Ella se rió disimuladamente. —Señora, estas son cosas que todos sabemos. Y mi hija no es la única que habla de eso. No puedes criticarla así. —Internet estaba lleno de informes sobre el escándalo que la involucraba a ella, Jorge y Yolanda. ¿Y ahora se estaba haciendo la inocente? ¡De ninguna manera! La respuesta de Jenny molestó realmente a Lola. Ella replicó fríamente. — No sé quién más habló sobre eso. Pero sé que su hija ha dicho esas cosas, así que tengo derecho a que se investigue a sus tutores por responsabilidad legal. La cara de Jenny se puso blanca de furia. —Jorge está a punto de ser

derrocado. ¿Cómo puedes todavía galardonearte aquí con tanta confianza? Oh casi lo olvido. Tu familia es bastante influyente. Yonata es un capitán en el ejército. ¿Tal vez él te apoye? —Yonata estaba en el país A. No había manera de que él interviniera en asuntos en el País C. Jenny lo sabía todo. ¿Cómo conoció a Yonata? Eso era extraño... Lola la miró confundida. Finalmente, recordó. Se familiarizó con esta mujer hacía cinco años, cuando Wendy perdió su virginidad con Yonata en la ciudad D esa noche. Esta mujer estaba con Yonata. Pero, ¿qué estaba haciendo ahora en el país C? ¿Y qué quería decir con que Jorge iba a ser derrocado? ¿Las cosas en la empresa empeoraron? Oh no. Jorge debería tener demasiados problemas y presión ahora.

Capítulo 375 Los gastos médicos de mi hija —¿Entonces Jorge ya dejó el cargo? Dime. —Preguntó Lola con calma. Jorge era demasiado sofisticado y no sería forzado a caer tan fácil. Él tenía todas las conexiones y las habilidades. Ella confiaba totalmente en su habilidad. Pero tal vez había encontrado algunas dificultades en el camino. De todos modos, siempre era el caso de cada persona. —Bueno, todavía no ha renunciado. Pero pronto mi marido lo derribará. ¿Qué tan poderoso puede ser un hombre cuando es hipnotizado por una mujer? Una mujer como tú. —Jenny bromeó, pero con un poco de celos. Todavía recordaba el impacto abrumador cuando supo que Jorge transfirió muchas de sus acciones y propiedades a Lola y Estrella. De hecho, una mujer nunca podría ser más feliz que Lola. Ella tenía todo el dinero y los recursos del mundo ahora. —¿Hipnotizado por una mujer? Mi esposo puede ser joven, pero no estúpido. Años de peleas y luchas en el mundo de los negocios lo han hecho completamente capaz de lidiar con semejantes cosas. —El orgullo y la confianza en la voz de Lola lastimaron el complaciente pensamiento de Jenny al respecto. Eran de la misma edad. Pero ¿por qué Lola podía casarse con un hombre que era tan joven y guapo como Jorge mientras ella misma se casaba con un hombre de 50 años? Se veía tan desesperada y débil. Esa ira añadió más impaciencia en su voz. —¿No te habías divorciado antes? Pero todavía te diriges a él como a tu marido. ¿No estás avergonzada de ti misma? Por cierto, si él es realmente tu marido, es mejor que busques ayuda de tu familia para salvar a tu supuesto marido. El nuevo matrimonio entre Lola y Jorge no se había hecho público. Por lo tanto, pocas personas sabían acerca de esto. —Esto no te concierne a ti. Tal vez deberías pensar más en encontrar una salida para el Sr. Xia, tu marido. Jorge lo dejará en la ruina si se entera de esto. —De repente, la voz de un hombre vino desde atrás, atrayendo la atención de la gente hacia la puerta. El hombre llevaba un traje oscuro, una camisa blanca debajo y una corbata azul. Sus ojos eran oscuros y fríos. —¡Papá! —Estrella se apresuró y voló a sus brazos. Jorge la sostuvo en alto, mirándola de una manera suave y dulce.

Toda la multitud se quedó quieta y los miró. Por supuesto, Jenny conocía a Jorge. La apariencia de Jorge la asustó ya que su esposo aún trabajaba para él... Con Estrella en sus brazos, Jorge caminó hacia Lola y le palmeó el hombro. Dijo suavemente: —Mujer tonta, problemas como este deberían dejarse en manos de tu marido. Puedo manejar problemas como este. —Acababa de irse a casa unos minutos antes. Pero después de tomar un baño, todavía no podía encontrarla. Entonces la sirvienta le dijo que Lola había corrido a la escuela. Al ver la gentileza y el encanto de Jorge, varias mujeres en la multitud comenzaron a tener pensamientos románticos. Al darse cuenta de sus ojos amorosos, Lola se sonrojó y lanzó una mirada furiosa a Jorge. Se quejaba profundamente de que cuando Jorge aparecía en público, el corazón de cada mujer se derretía. Jenny recuperó su equilibrio y explicó de inmediato: —Jefe Si, esto no es asunto de mi marido. Es solo una pelea de almohadas entre las dos niñas... Por favor, no lo tome en serio, jefe Si. —Si Jorge estuviera fuera a dejar su cargo en la oficina, esto no sería gran cosa. Pero si él permanecía en el cargo, el trabajo de su marido sería arruinado. Entonces toda su familia sería hundida. ¡Sería un desastre! La razón por la que se casó con Leo Xia fue su condición de accionista en el Grupo SL. Aunque las acciones no eran mucho, el dividendo por un año podría cubrir varios años de gastos para su familia. —¿Una pelea de almohadas? ¿Realmente no fue tan serio? —La gentileza de Jorge cambió a un comportamiento escalofriante. Miró fríamente a la niña en los brazos de Jenny. Esa mirada instantáneamente asustó a Teresa Xia hasta las lágrimas. Este hombre era intimidante. Ella pensó. Estrella abrazó el cuello de Jorge y luego agregó: —Papá, ella acaba de decir que mamá era una mala mujer, que te robó de las demás y que mamá era una puta. ¡Eh! ¡Jorge realmente le daría una lección a esta mujer! Al escuchar lo que Estrela dijo, Jorge explicó con desprecio y lentamente: —Todos están equivocados. Soy yo seduciendo a mi esposa. Siempre he sido yo compitiendo con otros hombres. —Mira, Chuck y Tomás Herren eran todos buenos ejemplos. Era solo que todos estaban atrapados en algunos problemas, por lo que no tenían tiempo para competir por Lola. Además, era realmente genial capturando el corazón de una mujer. Los arañazos hinchados deberían ser obra de esa chica alta. Jorge tomó el control del problema de inmediato. Lola ni siquiera podía

decir una palabra. Al escuchar la explicación de Jorge, Lola lo miró con vergüenza. En medio de un problema, él todavía estaba siendo muy dulce con ella. Ignorando la sorpresa en sus caras, Jorge continuó: —Los gastos médicos de mi hija serán pagados por Leo. Mucho más altos que el costo real. —Pero lo que le importaba no era el dinero. —El precio será su trabajo y su futuro. Está fuera de la compañía. Jenny no sabía si lo que Jorge dijo sería verdad, pero no pudo evitar temblar de miedo. Si su esposo perdía su trabajo en SL, toda su familia caería del cielo al infierno. —En cuanto a tu hija, ella sigue siendo una niña. Simplemente la dejaría ir. Pero si eso sucede la próxima vez, ella ya no estará contigo. —Si Jenny no sabía cómo educar bien a su hija, alguien más lo haría. Su amenaza hizo que Jenny estuviera más asustada. No dijo nada, solo abrazó desesperadamente a su hija. Pero ese no era el final de la historia. Luego se dirigió a la maestra de Estrella: —Dígale a la directora que invertí en su escuela por mi hija. Pero ahora está siendo intimidada. De ahora en adelante, dejaré de financiar su escuela y mi hija ya no se quedará aquí. Luego tiró de Lola y salió de la oficina. La directora acababa de llegar cuando los tres subieron al auto. Corrió a la oficina, olvidando incluso cerrar la puerta del coche. Sin embargo, ya era demasiado tarde... Jorge se había ido. Después de que la maestra le informó de lo sucedido, la directora sintió que le caería el cielo. Jorge era el mayor inversionista para la escuela. Desde que Estrella se inscribió aquí, el dinero que Jorge financió fue suficiente para construir otro jardín de niños de alto nivel. Ahora, si dejaba de financiar, muchos padres transferirían a sus hijos a donde estaba Estrella. Después de todo, Estrella era un anuncio ambulante para cualquier escuela... No, eso no podría pasar. Ella debía ponerse en contacto con Jorge y revertir la situación lo antes posible. En el camino de regreso, Lola por fin dijo una palabra después de pensar durante mucho tiempo: —Como quieres trasladar a Estrella a otra escuela, tal vez pueda llevarla conmigo... —Lola, mi esposa, piensas demasiado. Necesitas recuperarte primero, enfócate en eso. —Jorge interrumpió las palabras de Lola. Él sabía lo que tenía en mente. También dudaba que Lola tuviera amnesia ya que su rechazo hacia él era

como lo que había hecho antes. Parecía que nada había cambiado. Lola se mordió los labios con descontento y se volvió hacia Estrella: — Estrella, ¿quieres volver al país A con tu madre? Estrella miró a Lola y recordó lo que Jorge le dijo una vez. Ella negó con la cabeza. —Mamá, ¿puedes quedarte aquí con nosotros? Quiero una familia completa. —Papá le dijo que mientras Estrella no regresara al país A, mamá se quedaría en la mansión. Estaba muy frustrada mientras miraba a la inocente Estrella. No entendía por qué Estrella simplemente no quería volver con ella.

Capítulo 376 Eres un regañón La trataba tan bien, pero Estrella no dejaría a su padre. Estrella debió haber heredado la ingratitud de su padre, pensó Lola con tristeza. Jorge estacionó su auto en una intersección y dijo: —Primero vete a casa. Llevaré a Estrella al hospital. —No podía dejar que Lola volviera a ver a Chuck. No arriesgaría esa oportunidad otra vez. —No, iré contigo. Yo puedo manejarme. —Ella dijo con remordimiento. Ya no seguiría las órdenes de Jorge. De hecho, se rebeló contra eso. —Solo vete a casa. También regresaremos directamente a casa después de que las heridas de Estrella hayan sido atendidas. —No estoy escuchando. No estoy escuchando. ¡Eres un regañón! No me vas a mangonear. —Lola se tapó los oídos e interrumpió las palabras de Jorge. ¿Regañón? Jorge enarcó una ceja y preguntó: —Lola, ¿acabas de llamarme regañón? —Simplemente le advirtió, sin atreverse a ser demasiado duro con ella. Lola escuchó la risita de Estrella y respondió: —De todos modos, iré contigo. Estrella también es mi hija. ¿Por qué no me darías la oportunidad de cuidarla? —Increíble. Jorge pensó con decepción. Ella seguía siendo la versión vieja y gruñona de sí misma. Finalmente, Jorge negó con la cabeza sin poder hacer nada y llevó a Lola con ellos al hospital. Cuando llegaron al hospital, Chuck acababa de llegar. Los miró apareciendo en su oficina. Estaba confundido y preocupado. ¿Que pasó? ¿Por qué Jorge estaba abrazando a Estrella? ¿Por qué Lola estaba a su lado? Jorge observó la expresión de Chuck. Genial. Estaba un poco feliz por dentro. Chuck se veía tan motivado y contento. La mujer debió haber hecho lo suyo. Pero Lola de repente corrió hacia Chuck. —Guapo, estás aquí. —Se paró a su lado y le sostuvo el brazo. Esto puso la cara de Jorge en una expresión enojada y molesta. Sabía que algo pasaría cuando Lola viera a Chuck. Por eso no quería que Lola viniera con ellos. —Vuelve aquí. Oye. —Le ordenó a la obviamente emocionada Lola. ¿Su

esposa sostenía el brazo de otro hombre? Ese sentimiento le quitó la vida. Chuck mostró una gran sonrisa, se levantó y dijo dulcemente: —Lola, ¿por qué estás aquí? ¿Qué pasó? —Habría actuado más íntimamente con Lola para irritar a Jorge si Estrella no estuviera aquí. Chuck la condujo hacia Jorge. —Guapo, quiero estar contigo. Mira, tengo una linda hija. ¿Puede venir con nosotros también? Podríamos salir juntos. Chuck se detuvo frente a Jorge, tomó a Estrella de sus brazos y respondió: —Por supuesto, no me importa. Mi 'hija' es tan linda. Ven aquí, Estrella, dale un abrazo a papá. —Padrino. Solo eres un padrino. —Jorge enfatizó la diferencia. Estrella los miró, luego abrió los brazos y dijo: —Está bien, aquí está tu abrazo. Estoy feliz de verte. Entonces Chuck la levantó y vio los tres rasguños en su cara. —¿Quién te hizo esto? —Pero estas heridas no eran profundas. Así que debió ser hecho por un niño como ella. —Una chica alta me arañó. —Respondió Estrella mientras ponía mala cara con disgusto. Ella se veía tan linda. Cuando Chuck sostuvo a Estrella en sus brazos, Jorge inmediatamente tiró de Lola hacia él. Él besó sus labios y amenazó. —Cariño, Estrella nos está mirando. No quieres que se moleste, ¿verdad? Lola pellizcó a Jorge y respondió: —No soy tu cariño. Quiero a ese apuesto doctor de allí. —¿Por qué no podía simplemente deshacerse de Jorge? —Mamá, eres su cariño de papá. Eres su esposa ¿Qué estás diciendo? —La inocente voz de Estrella les hizo responder de manera muy diferente. Jorge miró a Estrella con aprobación, mientras que Lola la miró sin decir nada. Wow, ella realmente sabía cosas como esta. Ya no era esa niña pequeña e ingenua. Chuck estaba lleno de sentimientos encontrados. Sería genial si tuviera una hija tan linda y protectora. —En primer lugar, pon un poco de medicina en las heridas de Estrella. No quiero que se infecte. —Jorge le dijo a Chuck mientras se llevaba a Estrella de vuelta. Chuck los llevó al sofá, luego llamó a una enfermera para que les enviara algunos desinfectantes. La herida no era grave. La esterilización era suficiente. Cuando se fueron, Chuck le dijo a Lola que podía hacer algunos ejercicios terapéuticos para ayudarla a recuperarse. Con Estrella presente, Lola no podía exagerar. Solo dijo con una gran sonrisa. —Guapo, llámame otro día. Podemos salir juntos... Jorge sostuvo a Estrella con una mano, abrazó el hombro de Lola con la

otra y le susurró al oído: —¿Quieres reembolsar los gastos médicos? Lola de repente dejó de hablar, y su rostro se puso pálido. Recordó que estaba fingiendo una amnesia. Entonces preguntó apresuradamente: —¿Qué gastos médicos? ¿De que estás hablando, Sr. Si? Chuck no sabía de qué estaban hablando y pensó que tal vez las cosas médicas eran solo entre Jorge y Lola. Jorge no podía notar ninguna diferencia con Lola gracias a su rápida respuesta. No estaba seguro de si Lola todavía lo recordaba. No tenía más remedio que explicar más. Lola, aunque sabiendo lo que iba a decir, todavía se sonrojó. Pellizcó la cintura de Jorge y esto hizo que Jorge gritara. —Cariño, guarda tu fuerza en casa. No quieres cansarte demasiado, ¿verdad?

... Chuck los miró coqueteando frente a él y se sintió frustrado. Luego miró a Jorge. —Sal ahora. Estoy ocupado. —Él sonrió solo cuando caminó hacia Estrella. —Estrella, siempre puedes venir aquí a verme cuando estés libre. Estrella era tan linda y adorable. ¿Cómo pudo Jorge, ese hombre sin emociones, tener una hija encantadora como esta? Entonces debía ser por los buenos genes de Lola, pensó Chuck. Estrella asintió emocionada y dijo dulcemente: —Papá Chuck, adiós. La dulce voz de Estrella instantáneamente capturó el corazón de Chuck. — Adiós Estrella, te veré la próxima vez. Jorge inmediatamente salió con Estrella mientras retiraba a Lola, quien estaba a punto de hablar con Chuck. Tan pronto como estuvieron fuera del hospital, Jorge le lanzó una mirada sospechosa a Lola. Ella hizo un puchero en descontento. Dudaba que Lola tuviera amnesia. Tal vez sólo pretendía haberlo olvidado. Pronto entregarían la máquina desde el extranjero. Entonces sabría si Lola estaba fingiendo amnesia. Si lo hiciera... Nunca la dejaría en paz, en esta vida y la otra. Después de enviar a Estrella y a Lola a la mansión, Jorge regresó a la compañía. Dentro de la oficina. Sánchez estaba informando las últimos novedades a Jorge: —Como ordenaste, la familia de Cherry descubrió los detalles de esa noche entre Cherry y Herren. Su padre se ha reunido con Tomás Herren. Se dice que puede haber un

compromiso. Las charlas están progresando. —Lo que hizo Yolanda había hecho que Tomás Herren no estuviera disponible. No tenía tiempo para ver a Lola ahora. De alguna manera, Yolanda ayudó a Jorge. —Bien, eso es bueno. ¿Qué más? —Jorge se animó cuando escuchó esta buena noticia. Ya fuera Tomás Herren o Chuck, siempre que un hombre estuviera cerca de Lola, los alejaría uno por uno. Nada podía detenerlo. Entonces Sánchez recordó algo y dijo: —Yolanda se mudó a una casa alquilada. Debido a la falta de dinero, había estado en silencio recientemente. — Pero siempre había calma antes de la tormenta. Siempre era el caso. Él debería tener cuidado. —¿Y qué? ¿Qué hay de lo que pasó en la ciudad D hace cinco años? —Nuestro hombre encontró a la sirvienta Magdalena, pero su lengua parece haber sido cortada. No dijo una sola palabra. Lleva una vida miserable ahora. Cuando nuestro hombre preguntó sobre lo que sucedió hace cinco años, ella estaba demasiado asustada para decir algo. —Esa mujer era realmente cruel. Le hizo cosas tan horribles a una persona inocente. Debió haberle ido peor a Lola. Jorge estaba perdido en sus pensamientos otra vez.

Capítulo 377 Un derrame cerebral causado por la presión arterial alta ¿Ella no dijo ni una sola palabra? Jorge frunció el ceño ante esta noticia. —Pero su tensión finalmente se alivió después de que su familia la tranquilizó. Escribió todo lo que sabía. El informe era que su lengua había sido cortada por alguien que no conocía. Tenían la intención de cortarle las manos después, pero fue rescatada antes de que sucediera. Confesó que había presenciado cómo Traviesa saltaba a la piscina en lugar de ser empujada. Pero Yolanda la compró con una gran cantidad de dinero. Además, el día en que Lola tuvo un aborto involuntario, vio a un hombre salir de la casa con una mujer en sus brazos. No se dio cuenta de que algo estaba mal hasta que hizo la limpieza y encontró la mancha de sangre. Una vez más, Yolanda la calló con más dinero. También la amenazó un poco. El día en que Lola saltó al mar, escuchó que Yolanda estaba hablando por teléfono. Vagamente captó algunas palabras como secuestrar, atracar o algo así. Hasta ahora, la verdad de lo que sucedió hace cinco años había sido revelada. La razón por la que Lola siempre estaba en problemas había surgido del agua. Jorge encendió un cigarro y lo inhaló todo. Por un momento, se quedó sin habla. Estaba totalmente sorprendido. Fue consumido por la consternación. ¿Cómo pudo haber sido tan estúpido? Le dolía el corazón al pensar en la injusticia que había sufrido Lola los últimos años. Se sintió muy mal por ella. —Jorge Si, no soy lo que solía ser. Dejaré que Yolanda espere y vea. Ella sabe cuánto me debe. La haré pagar por esto. No lo dejaré pasar por tu bien. — Recordó sus palabras cuando se encontraron junto al mar en aquel entonces. Después de un rato, se frotó los ojos adoloridos y habló con voz calmada: —No tocaremos a Yolanda Mo. Déjasela a Lola. Mata al asesino que trabaja para Yolanda Mo. ¡Haz esto posible! Se sumió en la culpa y la desesperación. Nunca podría hacer las paces con

ella por sus acusaciones equivocadas. Ahora, él iba a tomar acción y contraatacar. Y lo primero que hizo fue despedir a Leo y arruinar su reputación en el negocio. No le importaban las acciones en su mano. Esto ya no se trataba del dinero. Sánchez tomó nota cuidadosamente, aunque no tenía idea de lo que había sucedido. —Retira capital de la escuela de Estrella. Encuentra otra para ella. — Sánchez conocía sus requisitos y términos, por lo que no lo mencionó más. Después de que todo había sido escrito, Sánchez salió de su oficina. Se volvió hacia la puerta cerrada detrás de él y suspiró. Podía ver lo duro que todo esto había golpeado a Jorge. Había muchas cosas cada día esperando que él lidiara con ellas. Ahora se había demostrado que su feroz ex prometida le había tendido una trampa a Lola. Tenía que hacer algo por ella. Él estaba tratando de averiguar sobre el asesinato de su madre en estos días, pero el rastro se había enfriado. Y, lo que era peor, la compañía estaba en problemas debido a la emisión de las acciones que le fueron entregadas a Lola y Estrella. Ahora, tenía que compensar a Lola con una mano, y vigilar a Tomás Herren y a Chuck con la otra. Fácil de decir, pero difícil de hacer. Todo costaría una gran suma de dinero, recursos y mano de obra. Las cosas podrían fácilmente salirse de control con un pequeño error. No digamos, otras dificultades con las que no quería contar. Sánchez negó con la cabeza y suspiró profundamente de nuevo. Solo esperaba que Jorge y Lola pudieran lograrlo lo antes posible para poder preocuparse menos. Sabía que Lola era el único amor verdadero de su jefe... Esa tarde, Sánchez ya había encontrado un buen jardín de niños que también estaba en el nuevo distrito. La escuela se llamaba jardín de niños Blue Sky. Era dirigido por uno de los amigos del abuelo de Jorge. Debería ser confiable y digno. Jorge miró algunas de sus fotos en el teléfono de Sánchez y ordenó: — Financialo inmediatamente. Diles que mejoren la comida y las instalaciones en el campus. —Consideró esto por un momento. —Tenemos que estabilizar a Estrella primero. Pronto crearemos un jardín nuevo bajo el nombre de la compañía. Tendría otros hijos. No tenía mucho tiempo para gastar en buscar escuelas

una y otra vez. Solo quería tener uno propio. Sánchez tomó notas cuidadosamente otra vez. Pensó que si él mismo tuviera un hijo, seguramente lo enviaría allí. Hoy era otro día ocupado. Jorge no volvió a casa hasta que ya eran las once de la noche. Su teléfono sonó antes de que pudiera salir del auto. La sirvienta del abuelo llamó y dijo que su abuelo estaba muy enfermo. Kevin lo envió al hospital privado de Chuck. Dio la vuelta al auto rápidamente y aceleró hacia el hospital. En el camino, llamó a Kevin preguntándole por la condición del abuelo y se enteró de que ya estaba en la sala de emergencias. Cuando llegó al hospital, las luces de la sala de emergencias estaban encendidas y el abuelo todavía estaba bajo operación. Kevin estaba sentado en el banco, obviamente agotado. —Papá, ¿qué pasó? ¿Cómo se enfermó el abuelo de repente? —Se sentó a su lado. También estaba muy preocupado. Kevin lo miró. —Tu abuelo se desmayó cuando se enteró de los problemas en la compañía. Tuvo una elevación repentina de la presión arterial. —Aunque habían estado tratando de ocultárselo a su abuelo, eventualmente se enteró. Sus manos se apretaron en puños. Realmente se arrepintió de haberlo involucrado. Diez minutos más tarde, las luces se apagaron y la puerta de la sala de emergencias se abrió. Chuck salió y miró al padre y al hijo. —Un derrame cerebral causado por la presión arterial alta. No supondrá una amenaza en su vida, pero... De repente se detuvo. Los corazones de padre e hijo latían bastante rápido. Chuck se levantó las gafas y continuó: —Podría haber algunas consecuencias como afasia, agnosia, inclinación de la boca, entumecimiento de las extremidades, hemiplejia y otros síntomas. Pero la mayor posibilidad para él es... hemiplejia. Eso es lo que me preocupa. Pero con el desarrollo de la medicina moderna, los pacientes hemipléjicos pueden tener progresos claros siempre que reciban el tratamiento adecuado. Incluso podrían estar bien un año después del accidente cerebrovascular. Todo lo que debían que tener era dinero y recursos. Ambos se sorprendieron. No dijeron nada por un momento. Para Jorge, eso realmente empeoró la situación. También para Kevin. Había perdido a su esposa este año. Ahora, su padre de repente sufrió un derrame cerebral mientras su hijo estaba en el momento más difícil de su vida. Había estado recibiendo demasiados golpes recientemente.

—La primera mitad del año será la mejor oportunidad para aplicar el tratamiento. Tal vez usted podría llevarlo a América. Allí tienen los mejores recursos. —La atención médica en el País C se quedó atrás en comparación a la de América. Como el dinero nunca había sido un problema para Jorge, un hospital estadounidense sería la mejor opción para él. Así que él asintió. Luego, las enfermeras empujaron la cama del hospital del abuelo hacia adelante. Estaba acostado en la cama con tubos en su cuerpo. Se veía tan pálido y todavía estaba inconsciente. Y luego, fue trasladado a la UCI. Ya era pasada la medianoche. Jorge estaba junto a la ventana del hospital. Apagó el cigarro y volvió con Kevin. Kevin estaba sentado en el banco, con las manos en la cara, consternado. —Papá, deberías irte a casa. Me quedaré aquí. Toma un descanso. Kevin no se movió. Él simplemente negó con la cabeza. Prefería quedarse aquí que acostarse en su cama con los ojos abiertos toda la noche.

Capítulo 378 Comenzó a sentirse ansiosa Esa noche, Jorge pensó mucho y tomó muchas decisiones. Alrededor de las 7 de la mañana siguiente, Lola abrió la puerta del dormitorio, pero no había nadie allí. Sólo el edredón estaba en su lugar original. Jorge no regresó anoche. ¿Estaba él tan ocupado y presionado en el trabajo últimamente? En ese momento, su teléfono de repente sonó en la habitación de Estrella. La criada que vestía a Estrella fue a buscarlo por ella. ¿Era Sánchez? —Hola, Sánchez. —Señorita Lola, la señorita Estrella será enviada hoy a Blue Sky Kindergarten. Le he dicho al conductor su dirección. Él se hará cargo de eso. — Esta mañana, recibió una llamada de Jorge. Él sabía allí mismo que las cosas no iban bien. Lola respondió bien. Pero ella miró la habitación vacía, vaciló y luego preguntó: —Jorge... ¿Estaba Jorge en la oficina anoche? —No, llevaron al abuelo de Jorge al hospital anoche. Todavía están en el hospital. —Sánchez le dijo la verdad a ella. Jorge no sabía que Lola le preguntaría por él, por lo que no le dijo a Sánchez qué hacer al respecto. —¿Qué le pasó al abuelo de Jorge? —Esa noticia puso a Lola ansiosa y triste. El abuelo de Jorge la trató muy bien en el pasado. Eran muy cercanos el uno al otro. —Al principio, fue un derrame cerebral causado por la hipertensión. Luego, llegó a una parálisis parcial. Ahora está en la UCI del hospital de Chuck. Después de colgar el teléfono, Lola se quedó paralizada durante bastante tiempo. Estaba tan triste y las lágrimas brotaban de sus ojos. La noticia de la repentina parálisis del abuelo de Jorge la llenó de asombro. Apenas podía soportarlo. Ella debería visitarlo en el hospital más tarde. Pero entonces se acordó de Jorge. Jorge debía estar tan cansado ahora. Él siempre estaba tratando de hacerla feliz mientras dirigía la compañía. Ahora, su abuelo estaba en el hospital... Tenía tantas cosas sobre la mesa en este momento. Terminó el desayuno con inquietud. Ella sólo quería correr al hospital. Pero

hoy era el primer día que Estrella iría a su nueva escuela, y no quería que ella pasara por esto sola. Así que ella la acompañó a su nueva escuela primero. Estrella pronto se hizo amiga de otros niños. Ella siempre era una niña amigable. Aparte de eso, ella era la hija de Jorge. Todos los maestros y el director la cuidaron muy bien. Lola se fue aliviada. Ella supo entonces que la nueva escuela sería segura para Estrella. Fuera de la guardería, Lola llamó inmediatamente a Sánchez y se enteró de que Jorge todavía estaba en el hospital. Primero regresó a la mansión y preparó el desayuno especialmente hecho por la Sra. Du, luego le pidió al conductor que lo mandara al hospital. Piso de la UCI. Jorge se desplomó en la silla en el pasillo. Él había persuadido a Kevin para que regresara a la vieja casa a descansar. El abuelo todavía estaba en peligro, por lo que debía quedarse aquí. —Tac. Tac. —El sonido de los zapatos de tacón alto le provocó un poco de expectativa. ¿Era ella? Con entusiasmo, dirigió su mirada hacia donde provenía el sonido. Ella llevaba un vestido morado claro y zapatos blancos de tacón alto. Su largo cabello caía en cascada sobre su hombro. Ella entró mientras el sol salía detrás de ella. Era majestuosa. Él sabía lo bonita que podía ser Lola. Pero esta era la primera vez que la vio revelando el sol dorado. Su brazo enyesado no comprometió tanta belleza, ni siquiera un poco. Entonces, ella se acercó a él mientras él todavía estaba fascinado por su hechizo. Lola miró a Jorge... a él le creció una barba incipiente, sus ojos parecían inyectados de sangre y su cabello era un verdadero desastre. Tenía el encanto de un hombre maduro. Se calmó un poco antes de preguntar: —Escuché que tu abuelo estaba en el hospital. ¿Cómo está él ahora? La mención de su abuelo sacó a Jorge de sus pensamientos. Sin decir nada, tomó a Lola en sus brazos y la dejó sentarse en su regazo. Lola estaba a punto de rechazar este gesto, pero con el yeso en el brazo izquierdo, realmente no podía moverse. Jorge presionó su rostro contra su vientre, cerró sus ojos cansados y dijo con voz cansada: —El abuelo todavía está en coma. —Su olor era su debilidad. Lo anhelaba todo el tiempo.

Mientras ella estuviera cerca, él podía sentirse aliviado. —¿Por qué su presión arterial repentinamente aumentó? ¿Qué pasó? —Ella escupió su confusión. Jorge negó con la cabeza, sin querer decirle lo que pasó en la compañía. Lola no lo obligó a responder. —Suéltame y toma tu desayuno primero. Debes estar tan hambriento y cansado. —Al menos debería cuidarse bien antes de cuidar a los demás. Lola pensó para sí misma. Él siguió su consejo y la soltó. Pero antes de eso, él frotó dulcemente su cabeza sobre ella. Lola lo miró sin palabras. Entonces ella se puso de pie. Había una sala de invitados al lado de la UCI. Levantó la cabeza y llevó a Jorge al interior. Entraron juntos en el salón. Lola puso la lonchera sobre la mesa mientras Jorge se refrescaba en el baño. Cuando Jorge salió, Lola estaba luchando para abrir la caja con una mano. Él sonrió, abrió rápidamente la lonchera, sacó el desayuno y comenzó a comer. Su mirada feliz alivió un poco a Lola. Luego salió del salón y se asomó a la UCI. El abuelo de Jorge estaba conectado con muchos tubos. Estaba pacíficamente recostado en la cama. A su alrededor había todo tipo de dispositivos médicos. ¡Ay! Un anciano tenía que pasar por todo esto. Fue realmente desgarrador. No sabía mucho acerca de la parálisis, pero creía que el abuelo de Jorge se recuperaría pronto, ya que el equipo y la tecnología médica eran muy avanzados ahora. El pasillo estaba muy tranquilo. Lola se apoyó contra la puerta de la UCI y rezó para que el abuelo de Jorge se recuperara pronto. Jorge comió su desayuno bastante rápido. Cuando salió de la sala, Lola todavía estaba boquiabierta en la UCI. La sostuvo por detrás y la llevó a la silla cercana. —Cariño, puedo quedarme aquí. Puedes ir a casa a descansar. Estrella también te necesita. —Él podría cuidar de su abuelo. Pero Lola negó con la cabeza. —Puedo cuidar de él. Tienes tantas cosas que hacer en la empresa. Tú ve. Estaré aquí. —Ella planeaba irse cuando Estrella se hubiese adaptado a la nueva escuela. Pero ahora ya que Jorge en serios problemas, ¿cómo podría volver al País A ahora? Ya que no podía irse ahora y no tenía nada que hacer en la mansión, podía quedarse aquí para ayudarlo con sus asuntos importantes. Jorge negó con la cabeza. Con la dolorosa lesión en su brazo, no podía dejar

que se quedara aquí sola. —Estoy bien. Ve a casa. Gracias por tu oferta. —Después de que el abuelo pasara por la fase crítica, podría encontrar una enfermera que lo cuidara. —No, tú ve a la compañía. Me quedaré aquí por ti. Si me rechazas otra vez, me enfadaré. —Ella fingió fruncir el ceño y le dio la espalda. Jorge no quería molestarla, ni siquiera un poco. Entonces él le puso las manos en el hombro y le dijo: —Bien, iré a la compañía. Mi padre podría venir al mediodía, luego puedes irte a casa a descansar. —Él también tenía muchas cosas con las que lidiar en la empresa. Él debería estar presente allí. —Date prisa. —Ella comenzó a empujarlo con impaciencia. Jorge vio su impaciente mirada, sonrió amargamente y dijo: —Llámame si algo sucede. —Lo sé. Lo sé. Para de molestarme. Solo ve. —Con tantas cosas en la compañía, ¿por qué no parecía preocupado en absoluto? Lola pensó que estaba más preocupada que él. Incluso ella comenzó a sentirse ansiosa por Jorge.

Capítulo 379 Las dos mujeres se sonrieron Esa tarde, Kevin fue al hospital para sustituir a Lola. Lola regresó a la mansión, jugó con su teléfono hasta que la batería estuvo casi agotada. Al anochecer, Jorge llamó y dijo que ella ya no tenía que ir al hospital. Su abuelo había sido trasladado de la UCI a la sala de ancianos y la enfermera que contrató se presentó. Así que Lola fue con el conductor a recoger a Estrella. Jorge volvió a casa esa noche para cambiarse de ropa. Luego se apresuró al hospital. Antes de irse, le dijo a Lola que resolvería los problemas en la empresa lo antes posible. Después de eso, él llevaría a su abuelo a Estados Unidos por medicamentos. No mencionó cuánto tiempo le tomaría, pero Lola sabía que podría ser prolongado. Alrededor de las diez de la noche, marcó el número de Jorge. —Transfiere mis acciones de vuelta a ti. Todo se resolverá entonces. Necesitas recuperar la confianza de la gente. —¿Eran las cosas tan fáciles como eso? Jorge cerró los archivos que estaba leyendo y salió de la sala. —No tienes que preocuparte por eso. Yo me encargaré. —Él abordaría este problema antes de irse. Lola se quedó en silencio por un rato, luego dijo: —Olvidé el pasado. No necesitas hacer esto por mí. Ni siquiera sé por qué estás haciendo esto. —Lola, eres mía y solo podrías ser mía de por vida. No pienses en nada más. —Dijo firmemente. Él sonaba áspero solo cuando se trataba de su posesión de Lola. Él no quería compartirla con otras personas. Cuando el teléfono estaba a punto de ser colgado, Jorge la consoló. — Cuídate. Estaré bien. Después de menos de una semana, Jorge llevó a su abuelo a Estados Unidos. Kevin fue con ellos. Lola se encargó de cuidar a Estrella. Todos los días, ella enviaba a Estrella a la escuela y la recogía por la tarde. Luego, los domingos, salía con Estrella y jugaba con ella todo el día. Sin

embargo, por la noche, todavía se sentía un poco sola. Ella extrañaba a Jorge. Jorge tenía videollamadas con Estrella casi todos los días. Pero cada vez que él pedía ver a Lola, ella siempre decía que no. El tiempo pasó. Luego llegó el verano. Lola respondió una vez a una llamada de Tomás Herren, quien le dijo que se iba a casar. Esa noticia conmocionó a Lola. ¿Se separaron por unos días y, de repente, Herren se iba a casar? Pero ella no estaba molesta en absoluto. En cambio, se sentía feliz por él. Se merecía un poco de felicidad. Realmente era un buen hombre. Pero cuando descubrió que la novia era Cherry, ella se sorprendió. ¿Qué pasó exactamente? ¿Por qué ella no sabía nada al respecto? Y para cuando lo supiera, Tomás Herren y Cherry ya se casarían. —Herren, felicidades. Acepta mis mejores deseos para ti y tu futura familia. —Ella lo decía en serio. Esperaba que Tomás Herren pudiera encontrar su propio amor en lugar de perder su tiempo con ella. A principios del mes de mayo, el brazo de Lola mejoró. Finalmente, le quitaron el yeso. Pero todavía necesitaba hacer ejercicios terapéuticos todos los días. Ella llevó a Estrella a asistir a la boda de Tomás Herren y Cherry en el País A. En la ceremonia, Cherry echó un vistazo a Lola. No se sentía cómoda porque su esposo, Herren y su barco de ensueño, Jorge, amaban a Lola. Tal vez ella no era mejor que Lola, pero tampoco peor. Pero ¿por qué estarían obsesionados con ella? ¿Era ella tan adictiva? Durante el brindis, Cherry no pudo evitar decirle: —Hazlo tuyo. Él te amó tanto. —Jorge amaba a Lola con todo su corazón y alma. Ella lo sabía. Podía sentirlo. Incluso cuando estaban juntos, ella sabía que él todavía estaba pensando en Lola. Cherry no pasó mucho tiempo con Jorge. Pero cada vez que ella estaba con él, podía notar que Jorge siempre miraba su reloj. Y Lola tenía exactamente el mismo reloj. Si ella estaba en lo correcto, los dos relojes estarían personalizados específicamente para la pareja. Lola se veía hermosa con el vestido celeste. Miró a Cherry y dijo con franqueza: —Pasaron demasiadas cosas entre él y yo. Sólo el tiempo podría decir si debería aceptarlo o no. Voy a seguir la corriente en esta ocasión. Cherry se rió entre dientes. Su brillo de labios escarlata la hacía ver increíblemente hermosa. Tomás Herren volvió con algo de vino, rompiendo el silencio. Miró a Lola, ella se volvió más bonita. Tal vez desde entonces, ella solo tenía a Jorge en su

corazón. Pensar eso rompió su corazón por completo. No quería renunciar a Lola. Él no lo hizo Lola se quedó en el País A con Estrella durante varios días antes de regresar al País C. Jorge se fue por más de un mes. Precisamente, serían dos meses la próxima semana. A veces, cuando Lola se acostaba con Estrella, Lola iba a la habitación de Jorge a la medianoche. 54 días después de que Jorge partió, de repente recibió una llamada de Chuck. El hospital de Chuck iba a organizar una ceremonia de aniversario y él necesitaba una compañera. Lola estaba a punto de rechazarlo, pero luego pensó que eso podría irritar a Jorge. Sin pensarlo más, ella dijo que sí. El clima era bastante caluroso. Lola llevaba un vestido sin tirantes verde claro y se puso un poco de maquillaje. Tomó a Chuck y fue al banquete. Una vez más, ella se convirtió en el centro de atención. No solo porque era hermosa, sino porque estaba al lado de Chuck. Nunca vieron a ninguna mujer con Chuck. Todos pensaban que Chuck era demasiado raro como para encontrar una novia. Pero algunas personas también reconocieron a Lola. Sabían que ella era la chica de Jorge. Era por eso que dondequiera que ella fuera, la gente hablaba de ella. En medio del banquete, dos personas aparecieron frente al restaurante. Lola no los conocía, pero escuchó de otros que el hombre también era un cirujano excepcional de otro hospital. La mujer se parecía bastante a la famosa actriz Phil. Cuando apareció con el vestido negro, mucha gente la confundió con Phil. Más tarde se enteraron de que ella era en realidad una actriz suplente de Phil. Luego esa pareja se acercó a Lola y Chuck. Lola pensó que Chuck estaba actuando de manera diferente, pero no sabía exactamente por qué. —Lo siento, Chuck. Llego tarde por el embotellamiento. —Felipe tomó dos copas de vino traídas por el camarero, una para él y otra para Daisy. Los dos hombres chocaron sus copas mientras las dos mujeres se sonrieron. Ambas estaban llenas de pensamientos diferentes. Lola notó que la mujer delante de ella parecía incómoda. Una vez más, ella no sabía por qué. Daisy trató de controlar sus sentimientos y miró fijamente a Lola. Ella era

tan bonita y elegante. No era de extrañar que Chuck, el raro, también se enamorara de esta mujer. Cuando Lola sonreía, se veía tan genuina y sofisticada. Daisy se llevó una admiración por ella a primera vista. Recordó esa noche cuando estaba bajo Chuck. Él la llamó. —Lola.... Ese recuerdo retorció el corazón de Daisy. Ella se veía tan pálida ahora. —Daisy, ¿qué pasa? —Felipe le preguntó a su compañero, con quien creció. Eran muy buenos amigos. Daisy levantó la cabeza, sonrió y meneó la cabeza. —Estoy bien. Solo necesito usar el baño primero. Discúlpenme por un momento. —Felipe le dijo que solo tenía que asistir a una fiesta de aniversario. Pero ella no sabía que Chuck también estaría aquí. Verlo la hizo sentir realmente incómoda.

Capítulo 380 No ignores mi advertencia Si hubiera sabido que Chuck se presentaría y lo vería allí, Daisy no habría aceptado la invitación. Daisy fue al baño; Chuck miró en la dirección a la que iba, luego llevó a Lola a conocer a otras personas. Dentro del baño, Daisy se sentó en el inodoro y recordó esa noche con Chuck. Ella tiró de su pelo con arrepentimiento. A pesar de que ella huyó de su apartamento antes de que él se despertara por la mañana, y a pesar del hecho de que ya habían pasado dos meses, todavía no podía dejar de pensar en esa noche a diario... Ella no sabía por qué ese recuerdo se pegaba a ella. Justo ahora, Chuck ni siquiera la miró. Era como si él no supiera nada de esa noche. Y ella ya decidió no volver a verlo. Incluso si ella se cruzaba con él, actuaría como si él fuera un completo extraño. Pero ¿por qué se sintió mal cuando lo volvió a ver? Era como si ella estuviera esperando que algo sucediera... El baño era como un refugio de todas sus preocupaciones afuera. Daisy ni siquiera quería salir. Pero después de una docena de minutos de lucha en su mente, salió del cubículo, abrió el grifo, tratando de verter el agua fría en su cara para espabilarse. Pero pensándolo bien, recordó que llevaba maquillaje. Así que ella solo cerró el grifo, se secó las manos y salió. No muy lejos, estaba un hombre vestido con un traje, con las manos en el bolsillo, mirándola. La mera presencia de Chuck hizo que su corazón se acelerara. Ella intentó escabullirse fingiendo que no lo había visto. Pero en el momento en que casi pasó a su lado, Chuck la tomó de la mano y la llevó a una habitación. La habitación estaba toda a oscuras. Chuck cerró la puerta y dejó que la oscuridad los cubriera. —Doctor Chuck, ¿qué quiere? —Ella trató de sonar tranquila y casual. Chuck no dijo nada, pero ella podía sentir que él se estaba acercando aún

más a ella. Después de varios minutos de silencio, se dio la vuelta y dijo: —Si no es nada importante, me iré ahora. Tengo un compañero para acompañar. —Puso la mano en el pomo de la puerta y Chuck comenzó a hablar. —Esa noche... eras tú en mi cama. —Dijo vacilante. Sus palabras hicieron que la mano de Daisy temblara de nerviosismo. Se calmó antes de responder: —No sé de qué estás hablando. Tal vez me hayas confundido con alguien más. —De ninguna manera. —Llamó a Leandro y comprobó a partir de su descripción que efectivamente era Daisy. Daisy comenzó a temblar incontrolablemente. Ella se atragantó con sus palabras. —Sí, soy yo. ¿Y qué? —De verdad, ¿y qué? ¿Se casará con ella allí mismo? Ambos eran adultos. No había necesidad de hacer una noche algo tan serio. Realmente no había necesidad de pensar mucho en ello. Chuck frunció el ceño. —¿En qué hospital está tu madre? Transfiérela al mío y la cuidaré. —Tal vez eso era lo mejor que podía hacer por ella. Su sugerencia hizo que Daisy se enojara. ¿Al menos pensó en ella? —No hay necesidad de eso. Alguien ya ha resuelto los problemas de mi madre. Adiós, doctor Chuck. Adiós para siempre. —Su madre ya había mejorado. Todo lo que tenía que hacer ahora era trabajar duro y ganar dinero para poder pagar los medicamentos de su madre. Abrió la puerta, pero se cerró de golpe. Entonces lo siguiente que supo fue que ya estaba en los brazos de Chuck. Chuck bajó la cabeza y la besó como castigo. Daisy lo apartó y lo abofeteó en la cara. Chuck intentó evitar la bofetada, pero de todos modos le golpeó. Su fría mirada asustó a Daisy. Ella inmediatamente abrió la puerta y huyó con su vestido detrás de ella. Dentro del salón de banquetes Lola se sentó en el sofá y jugó inexpresivamente con su teléfono. Ella hojeó la cuenta de micro blog de Jorge. Su primera publicación era una promoción de caridad hace tres meses. Accidentalmente, vio una foto en la zona de comentarios que fue desplazada al cuarto lugar más popular. Lo miró de cerca y al instante se quedó sin habla. ¡Qué rápido se difundieron las noticias! Ella estuvo aquí con Chuck por menos de una hora y la foto en la que lo sostenía ya fue enviada a Jorge. Y estaba en el cuarto lugar. ¡Oh, ahora el tercero! Con cada vez más 'me gusta' la foto seguía subiendo.

... ¿La gente estaba tan aburrida que estaba en internet todo el día? Cuando estaba a punto de poner una queja, Chuck la encontró y la sacó del pasillo. La sacó afuera y ni siquiera tuvo tiempo de apagar el teléfono. —¿Te vas tan temprano? —Miró a Chuck que estaba un poco diferente. Sus cejas estaban enmarañadas y sus mejillas estaban rojas. ¿A dónde fue él? ¿Qué pasó? Estas preguntas se arremolinaron en la mente de Lola. Chuck no respondió. Llamó a un taxi, la metió y se fue.

... Lola no pudo hacer nada más que decirle al conductor su dirección. Entonces vio que Chuck estaba pateando el coche. Abrió la puerta y se sentó dentro. ¡Qué hombre tan extraño era! Jorge era un poco más normal que este chico. Lola pensó para sí misma. La foto subió al primer lugar como el comentario más popular. Pero Jorge no la vio hasta el día siguiente. Agarró el teléfono con fuerza en sus manos, parado aún frente a la ventana francesa. Después de un buen rato, llamó a Lola. —Hola. —Su dulce y familiar voz vino del otro lado. Él sonrió y le preguntó sarcásticamente: —¿Te divertiste con Chuck anoche? —Escupió directamente para lo que llamaba. Estaba tan decepcionado de ella. Lola solo estaba viendo a los dos ligres comer algo. La pregunta de Jorge le recordó los nada memorables eventos de la noche anterior. Pero ella respondió: —El guapo está genial. La pasé muy bien anoche. —¿Genial? No. Fue embarcada en un taxi antes de que terminara el banquete. Fue realmente una desgracia. —Bueno. Volveré pronto. —Se había quedado en Estados Unidos suficiente tiempo. Como el abuelo ya se estaba recuperando, una enfermera sería suficiente para cuidarlo. Los problemas en su empresa ya se resolvieron. Tomás Herren se casó. Entonces tendría tiempo para estar con ella ahora. La idea de que él regresara hizo que el corazón de Lola saltara de alegría.

Parecía haberse ido por años. Ahora, ella realmente esperaba que él regresara. Pero ella no dijo nada mientras Jorge añadió: —Realmente tuviste una vida feliz durante los dos meses que no estuve allí. Apareciendo con Chuck en público y yendo a su hospital sola varias veces. —Su voz estaba llena de odio y celos. Podría ser que no estuviera en el País C, pero lo sabía todo. Caray, ella fue al hospital de Chuck para cambiar las recetas de medicamentos y quitarse el yeso. Lola se quejaba en su mente. De repente, el ligre aulló, casi volviendo sorda a Lola. —Jefe Si, solo disfruta tu estadía en el extranjero. No te preocupes por las cosas aquí en el País C. ¿No estás cansado ya? Tienes demasiado en tus manos en este momento. El rugido del ligre le aseguró que ella estaba en la mansión. —Lola, no ignores mi advertencia. Y otra cosa es... —Jorge se detuvo de repente, poniendo a Lola un poco nerviosa. Ella sintió que algo malo podría pasar. Ella tenía razón. —Te enviaré un avión para que te recoja. Puedes venir a hacer un chequeo mientras yo todavía estoy aquí. Lola no notó que su voz temblaba. Ella todavía desempeñaba el papel de inocente y le preguntó: —¿Un chequeo? ¿Para qué?

Capítulo 381 ¿Por qué Jorge era tan duro con él ¿Se enteró de algo? Pero habían estado lejos durante dos meses. ¿Qué podría descubrir? ¿Era capaz de descubrir que ella estaba fingiendo tener amnesia? Eso no era posible... Jorge sonrió. —Por supuesto, es un chequeo para tu cerebro. Tienen equipos médicos avanzados aquí. Tu amnesia no es motivo de menor preocupación para ellos. Pronto sabría si Lola tenía amnesia o no. ¿Cómo podía ella atreverse a jugarle trucos? Ella no era rival para él en términos de trucos. Lola todavía no podía creer lo que estaba oyendo. Ella se puso tan nerviosa. ¿Jorge sabía la verdad ahora? ¿Cómo? —Chuck dijo... —Ella se detuvo de repente. Lola frunció el ceño y pensó si Chuck le había dicho. —Si sé que tú y Chuck han tramado juntos para jugarme trucos, ambos están muertos. — Pensándolo bien, Chuck no estaba preocupado incluso cuando supo que Lola tenía amnesia. La amnesia de Lola podría ser realmente falsa. Eh... Las cosas no iban bien. Su mentira podría salir a la luz. Lola estaba muy preocupada. Ella sabía de lo que Jorge era capaz. —Jefe Si, no nos acuséis erróneamente. Nunca te haría bromas. No me atrevería a hacerlo. —Sus últimas palabras estaban llenas de sarcasmo. —¿No te atreves a hacerlo? —Le preguntó de vuelta Si ella no se atrevía a hacerlo, ¿quién lo hizo? Si ella estaba trabajando con otro hombre para mentirle... Él podría necesitar pensar en una manera de enseñarle una lección. Una buena y valiosa paliza. Tal vez él podría... —Hmmm... . Jorge, si digo que no lo hice, no lo hice. No iré a Estados Unidos. Si no me crees, entonces olvídalo. De todos modos, no confías en mí. — Lola trató de esconder su culpa con ira. Su enojada respuesta hizo que Jorge sonriera. Él sabía que ella estaba tratando de encubrirse con ira. Ahora conocía a Lola muy bien. Ahora estaba seguro de que Lola nunca tuvo amnesia. Ella estaba tratando de ocultar la verdad con Chuck. Ella era la misma antigua Lola.

Bueno, era mejor que cambiara a otro asunto clave ahora. —¿Tu brazo está bien ahora? —Vio en la foto que le quitaron el yeso. Varios meses fueron suficientes para recuperarse de esa lesión. Ella respondió sin ninguna emoción. —Sí. —En su mente, estaba pensando profundamente qué pasaría si Jorge descubriera que estaba fingiendo amnesia. Jorge pensó en el dicho 'ojo por ojo'. Él definitivamente contraatacaría a Lola y Chuck. Luego ella dijo inconscientemente: —Si me buscas pelea, me fugaré con Chuck. Enserio, Jorge. —Sí, ella se fugaría con ese hombre. Era su única escapada. Jorge podría tener el certificado de matrimonio. Pero ella no lo reconocería. Era fácil. La cara de Jorge se oscureció. Su frialdad podía incluso penetrar en la pantalla del teléfono. Lola se asustó un poco, pero aun así dijo voluntariamente: —Te engañaré y te enfadaré aún más. No te gustará. —Ella lo haría enojar mucho. Jorge tembló y sus ojos estaban señalando peligro. Pero él respondió con calma: —Cariño, esposa mía, dondequiera que vayas, te cazaré y te ataré a mí. No puedes escapar de mí. Por su voz, Lola apenas podía decir cómo se sentía. ¿Enojado? ¿Molesto? ¿Enfurecido? Ella no lo sabía. —Bien, bien, colgaré ahora. Tengo que hacer algo importante primero. La ligresa está a punto de dar a luz. —Comenzó a cambiar de tema y decidió irse del País C antes de que Jorge regresara. Sin Chuck, por supuesto. Wow. ¿La ligresa estaba a punto de dar a luz? —¿Cuándo vas a dar a luz para mí entonces? —Podría sonar como si estuviera bromeando, pero lo decía en serio. ¿Cuándo Lola daría a luz a otro bebé suyo? Lola instantáneamente perdió la calma. —Jorge, ¿soy para ti una especie de animal? ¿Una esclava? Ehhh... La pregunta de Lola lo hizo reír. El romance comenzó a crecer entre ellos. —Tú eres el mamífero que más amo en esta vida. —Es verdad. Lo decía en serio. ¿El mamífero que más amaba? Lola frunció los labios de insatisfacción. — Eso es porque Cherry se casó con Herren. No tienes ninguna mujer por aquí ahora. ¿Así que me he convertido en tu ser querido? Debes estar tan desesperado. —Aunque estaba bastante segura de que Jorge siempre estaba rodeado de mujeres, Lola aún decía esto para irritarlo. —Si quieres pensar así, entonces adelante. Tú serás mi única mujer de todos modos. Eso es la verdad. —Pero todas las palabras serias de Jorge solo

fueron consideradas por Lola como una conversación deshonesta y adulona. El criador comenzó el trabajo de parto con la ligresa. Luego, en la mansión se hizo eco de otro fuerte rugido. Eso le recordó a Lola el momento en que dio a luz a Estrella. Cuando ya estaba a punto de colapsar en la mesa de operaciones, fue Estrella la que le dio la esperanza de seguir adelante. Ella dijo casualmente: —Cuando estaba jadeando por última vez en la mesa de operaciones hace cinco años, disfrutabas de tu clímax en la cama con Yolanda. ¿Por qué no me devuelves a Estrella? —Él era un idiota y ella también lo era. Ella siempre cedía a sus exigencias. Él la trató tan mal antes y ahora ella todavía estaba hablando con él. Ella todavía estaba desesperada por él... Jorge se percató de los sentimientos de Lola, imaginando que el nacimiento del bebé ligre debía haberle recordado esos tristes recuerdos. Cuando Lola se estaba muriendo en la cama dando a luz a Estrella, él estaba tan asustado que incluso decidió no dejar que Lola volviera a sufrir ese dolor. —Lola, lo siento mucho. Nunca más te dejaría sola. —Sus palabras hicieron que sus ojos se llenaran de lágrimas. ¿Un perdón podía borrar lo que pasó en el pasado? No. Nunca. —Jorge, te odio. Nunca te perdonaré. Un lo siento ya no significa mucho. —Ella colgó el teléfono antes de llorar con todo su corazón. La hembra ligre luchó, aulló, aguantando todo el dolor ella misma, en la jaula. No sabrías cuánto han hecho tus padres por ti hasta que te conviertes en padre o madre. Su teléfono volvió a sonar, pero ella simplemente lo desconectó. La escena frente a ella la hizo sentir demasiado desconsolada como para poder mirarla, así que caminó de regreso a la mansión. Jorge vio que su llamada era rechazada. Sabía que debía sacar a su abuelo del hospital y apresurarse a regresar lo antes posible. Antes de eso, llamó a Sánchez. —Haz que esa mujer Daisy encuentre a Chuck de nuevo. Pagaré la factura médica de su madre en el próximo medio año. —¿Chuck no sabía de qué era capaz? ¿Cómo se atrevía a mentirle a la cara? Incluso conspiró con Lola para hacerlo. Minutos después, Sánchez volvió a llamar: —Jefe, la señorita Daisy declinó. Dijo que ella misma pagaría la factura. Jorge pensó por un segundo, luego dijo fríamente: —Encuentra una manera de hacer que ella tome esto. Ella lo hizo desde el principio y ahora ella debe ser la que lo termine. Hagas lo que hagas, asegúrate de que ella tome esto. —Ella todavía no tenía el privilegio de elegir qué no hacer. Una vez que estaba a bordo,

no podía bajarse fácilmente. Jorge se burló profundamente dentro de él. —Vale, jefe. —Y puedes intentar que el abuelo de Chuck sepa lo que pasó entre Daisy y él. Enójalo. —El abuelo de Chuck ciertamente presionaría a Chuck para que asumiera la responsabilidad y se casara con Daisy. —... Jorge, voy a llorar por Chuck por varios minutos. —Sánchez dijo genuinamente. Chuck era un buen amigo de Jorge. ¿Por qué Jorge estaba siendo tan duro con él? Jorge se sentó en el sofá, encendió su computadora portátil y respondió fríamente: —Él fue quien se hizo esto solo. —Chuck se enamoró de su Lola y ambos le mintieron. Debería haber visto venir esto. Jorge enojado pensó para sí mismo. Seguramente pensó en Chuck como su hermano. Si no, él habría lidiado con él de una manera más cruel. Después de colgar, Sánchez tomó el cheque e hizo lo que Jorge ordenó. Él era un casamentero ahora. Pasó otra semana. Un día, al mediodía, cuando Lola estaba dormida, sonó su teléfono. Era un mensaje importante.

Capítulo 382 Una vida sin muchos problemas y sin sufrimiento Ella, lentamente, colocó el teléfono en la mesita de noche y abrió un ojo. Todavía estaba somnolienta. Leyó lo siguiente: —Hoy llegaré a la mansión. — ¡Su pesadez y sueño desaparecieron completamente! Saltó de la cama y fue al baño rápidamente. Tenía que salir de aquí antes de que él llegara. Besó el rostro de Estrella y le dijo: —Cariño, mamá vendrá a verte pronto. Cuídate mucho. Ahora, primero, debería escapar de su papá. Luego, cerró la puerta de la habitación de Estrella y bajó las escaleras. Despertó a la empleada que hoy estaba de servicio y le pidió que atendiera a la niña. Además, le contó que Jorge iba a volver. Tomó su bolso y corrió hacia la puerta de la mansión como si un fantasma la estuviera persiguiendo. Cuando ya estaba cerca de la piscina cubierta, pensó en algo. ¡Maldición! ¿Por qué respondió así? Fue como si la hubieran atrapado en una aventura con otro hombre. Sin embargo, si no se iba, Jorge la culparía y castigaría. ¿Qué podría hacer entonces? ¡Correr! No dudó más y siguió corriendo bastante rápido. En la puerta de la mansión. Un automóvil Maybach negro ya estaba estacionado afuera. El conductor bajó del auto en ese instante y abrió la puerta trasera. Un par de zapatos de cuero marrón pisó el suelo. Un hombre alto con una camisa blanca apareció. ¡Lola corría tan rápido que nunca pensó encontrarse con él! Se sorprendió y miró al noble hombre que estaba cerca. Él... Dijo que volvía hoy, ¿no era así? ¿Por qué estaba aquí, ahora? Eran más o menos las doce de la noche, pero Lola pensó que volvería por la mañana. El hombre también la miró. Estaba bien vestida y llevaba su bolso. ¡Nunca pensó que saldría a recibirlo! ¡Qué gesto tan dulce! Se acercó a ella con una sonrisa: —Cariño, hace mucho que no te veo. Es bueno incluso que hayas pensado en recibirme afuera. —El corazón de Lola latía

con fuerza porque estaban muy cerca el uno con el otro. Consideró que podía controlarse y que no se sentiría atraída porque hacía mucho tiempo que no se veían. Sin embargo, estaba equivocada. Cuando la abrazó, se quedó quieta y sin habla. Su mente estaba en blanco. Olió su fragancia, bajó la cabeza y besó a la dama a quien extraño tanto. Fueron un par de meses bastante largos. Las emociones estallaron entre ellos sin control. El viento soplaba fuerte en esa noche fría. Sostuvo a Lola por la cintura y entraron en la mansión. Se miraron a los ojos bajo la luz brillante y romántica. Después de más de dos meses, estaba bastante delgado. Pero su encanto masculino de hombre maduro había crecido mucho más. En todo este tiempo, ella aumentó algunos kilos, pero, todavía, era encantadora. La empleada que estaba a punto de subir, los vio. Prestó especial atención a la desconcertada Lola. Estaba en los brazos de Jorge. Aunque estaba confundida, regresó a su habitación en silencio. En el dormitorio del segundo piso, Jorge no se movió y abrazó a Lola con fuerza sin encender la luz. —Lola, te extrañé mucho. —Le susurró al oído y su voz era tan suave que Lola, sintió emociones muy profundas en su interior. Luego, se besaron apasionadamente. Ninguno sabía quién lo inició. Después de más de sesenta días sin verse, se tocaron sin control y tuvieron relaciones sexuales toda la noche, sin decirse una sola palabra. Solo deseaban una vida tranquila como esta. Una vida sin muchos problemas y sin sufrimiento. A las diez de la mañana, el sol brillaba sobre los dos quienes aún estaban en la cama, abrazándose. Lola lo empujó porque estaba sobre ella, se dio vuelta y se quedó dormida otra vez. El hombre abrió los ojos, miró su espalda sexy cubierta por su largo cabello. Miró su cuerpo desnudo y se animó... Todavía quería tener sexo con ella. Podría hacerlo todo el día. Sosteniéndola de nuevo en sus brazos, agarró sus pechos y se apretó contra ella.

...

Cuando Lola finalmente despertó, eran las cuatro de la tarde. La cortina de la ventana estaba cerrada completamente y toda la habitación estaba a oscuras. Se encontró sola en la cama desordenada y no sabía dónde estaba Jorge. Sentía que sus piernas estaban entumecidas. Tuvieron mucho sexo desde la noche anterior... Luego, caminó lentamente hacia el baño. Llenó la bañera con agua y tomó un baño realmente refrescante. Lola miró el mar por la ventana y sintió sueño nuevamente. Estaba muy cansada. Su cuerpo resbaló dentro de la bañera. Después de menos de dos minutos, se quedó dormida de nuevo. Cuando Jorge la encontró, el agua ya estaba fría. Pero ella no se despertó. La sacó suavemente de la bañera, la cubrió con una bata y la acostó en un sofá. Lola no sintió nada. Se dio vuelta y se volvió a dormir. Dormir era lo más cómodo para ella ahora. Jorge se acercó y dudó en despertarla. Pensó que se veía muy cansada. — Cariño, es hora de cenar. —Lola no se quería despertar. Parecía muy molesta y descontenta e hizo un gesto con su boca. Jorge miró su hermosa expresión y no pudo evitar sonreír. Trajo un conjunto de ropa nueva del guardarropa y la vistió. Cuando el cierre de su vestido se cerró, Lola finalmente abrió los ojos. —¡Eres tan molesto! —Su mente todavía estaba muy confundida. Empujó la cara de Jorge, cerró los ojos y continuó durmiendo en la cama. Jorge se tocó la cara porque lo había golpeado y luego, la sacó suavemente del cuarto de baño. Le susurró otra vez al oído: —Cariño, Estrella regresó. —Mi amor, tenemos platos deliciosos para cenar esta noche. Cuando subían las escaleras, Lola, finalmente abrió los ojos. Sin embargo, esta vez, ya estaba un poco más despierta. Tenía hambre y el estómago vacío. —¿Qué tipo de platos tenemos hoy? —Preguntó con entusiasmo. Deseaba algo de comer después de tocar su estómago. En la mesa del salón comedor, en el primer piso, Estrella ya estaba sentada. Vio que su papá abrazaba dulcemente a su mamá. Se rió: —¡Qué vergüenza! Papá la está llevando a mamá. Como consecuencia de las burlas de Estrella, la cara de Lola se ruborizó y saltó de los brazos de Jorge. Sin embargo, sus piernas seguían temblorosas. Se hubiese caído al suelo si Jorge no la abrazaba.

¡Él era el culpable! Nunca se detuvo anoche... Lola miró fijamente al hombre que se reía muy feliz. —Cariño, las piernas de mamá están lastimadas. No te rías. —Pellizcó la nariz de Estrella y se sentó a su lado. En la mesa, había varios platos chinos que Jorge le pidió al chef que preparara. Había todo tipo de comidas como: estofado de cerdo al vino tinto, cabeza de pescado al vapor con pimientos rojos picados, esturión chino al vapor, berenjenas a la parrilla, pato tostado, col china y pollo frito al limón. ¡Era una gran banquete! Jorge llenó dos tazones de arroz: uno para Lola y el otro para su hija. Luego, los puso delante de ellas. Levantó a Estrella y la ayudó, pacientemente, a comer. El ambiente era relajado y feliz. Sin embargo, el teléfono móvil de Jorge sonó cuando aún estaban cenando. Dejó los palillos y lo sacó del bolsillo. Cuando vio el nombre en la pantalla de la persona que llamaba, presionó la tecla para responder y el altavoz. La voz enojada de Chuck se escuchó desde el teléfono: —Jorge. Estoy afuera. ¡Quiero pelear contigo! —Pero Jorge todavía alimentaba a Estrella tranquilamente como si la persona con quien Chuck quería luchar no fuera él. Lola lo miró conmocionada. ¿Qué hizo?! Oh, no...

Capítulo 383 Turmalina Paraiba —¡Estoy listo en cualquier momento! —Jorge respondió de manera despreocupada mientras miraba a Estrella, que estaba muy feliz con tanta comida deliciosa en la mesa. Chuck tomó un bisturí y lo clavó con mucha furia en el cuerpo de un maniquí de prácticas médicas. Se imaginaba que ese muñeco era el repugnante de Jorge. —¡Jorge, espera para ver cómo te robo a Lola! ¡Ya verás! —¡Maldito Jorge! ¡No merecía ser su hermano! ¡Era un hombre muy astuto y cruel! En ese momento, su abuelo llegó al hospital y lo golpeó con su muleta. Cuando descubrió que no tenía la intención de casarse, ¡casi destruye su laboratorio! Lola estaba estupefacta. Dejó de comer y pensó: —¿Por qué se peleaban así, por ella? ¿Fue porque Jorge se estaba vengando de Chuck cuando lo engaño con su falsa amnesia antes? —Lo siento, si te sientes decepcionado. Mi esposa ahora no tiene tiempo ni energía para engañarme. —Jorge tomó un pedazo del sabroso cerdo y lo puso en el tazón de Lola. Ella oyó esto y se detuvo cuando estaba a punto de poner la carne en su boca. Miró a Jorge con disgusto. Inmediatamente, dejó sus palillos y caminó directamente hacia él. Le iba a quitar su teléfono móvil. Pero antes de que Lola lo alcanzara, Jorge ya lo tenía en la mano. Él le dijo a Chuck: —Oye, Chuck, si todavía quieres jugar, iremos hasta el final. Haré que te sientas muy avergonzado. —Chuck era su hermano. Definitivamente, jugaría su juego hasta el final. En el hospital, el muñeco de prácticas que estaba frente a Chuck, tenía marcas de bisturí por todas partes. Estaba irreconocible. Mirándolo, Chuck suspiró aliviado. Se sintió muy satisfecho porque era como si viera a Jorge reflejado en ese maniquí. Pero había algo implícito en sus palabras. Esto, incomodó mucho a Chuck. Su rostro palideció de ansiedad. Lola se escabulló detrás de Jorge y trató de agarrar el teléfono de su mano.

—¡Quiero hablar con Chuck! ¡Dame el teléfono! —Ella gritó. Chuck contuvo sus sentimientos depresivos en su corazón cuando escuchó sus gritos desesperados y habló con un tono provocativo: —Lola, no estés con Jorge, tú y yo podríamos.... —Intentaba decir que podían huir los dos a un lugar secreto. Pero el teléfono se cortó de repente.

... Jorge hizo esto directamente frente a la cara de Lola y luego, lo apagó. Estaba muy frustrada. Volvió a sentarse y siguió comiendo. —Mami, no estás feliz ahora, ¿no es cierto? —Estrella se le acercó mientras masticaba una berenjena. Parecía muy afectada y preocupada. Frunció el ceño y habló con su padre: —Papá, mamá no está contenta. Haz algo para hacerla feliz. —Estrella pensó que fue papá quien hizo enojar a mamá. Por lo tanto, él era el que debía reparar esto. —Está bien, Estrella. Terminemos de cenar primero. Haré que tu mamá esté feliz más tarde. —Jorge miró dulcemente a Estrella y luego, mezcló el arroz en su tazón. Lola todavía estaba muy enojada. Ella no se dio cuenta de la intención detrás de las palabras de Jorge. Todavía estaba pensando en regresar al país A mañana. No estaba dispuesta a quedarse aquí con él. No, en esta situación... Después de la cena, Jorge sostuvo a Estrella con una mano y a Lola con la otra. Ella, todavía, estaba obviamente reacia a tomarlo de la mano. Se acercaron hacia las portones de la mansión. Los tres, juntos, caminaron bajo las tenues luces de la casona. Estrella estaba muy feliz. Iba corriendo de un lado hacia otro, por el camino amplio como un pájaro feliz. Pero Lola y Jorge se tironeaban y empujaban de vez en cuando. —¿Cómo está tu abuelo? —Preguntó Lola. Se sentía muy indefensa. No podía deshacerse del molesto Jorge. Él levantó su mano y suavemente, le dio un beso. Le respondió: —Él también es tu abuelo. —¿Qué significaba eso? Eso no era el punto. —¡Oye, responde a mi pregunta! Estoy muy preocupada por él. Estrella corrió hacia el lugar donde estaban encerrados los ligres. Jorge y Lola la siguieron de cerca. —Está mejorando. Ya puede caminar y comer solo. —La situación del abuelo de Jorge estaba estable ahora, porque tenía una asistente médica

profesional que lo cuidaba. Lentamente, estaba volviendo a su vida normal. Lola había planeado volver al país A mañana. Pero cambió de opinión y decidió visitar al abuelo de Jorge primero. —Mañana es sábado. Llevaré a Estrella a visitarlo. No tienes que venir con nosotros. Solo cuida de tu negocio. Jorge sonrió pero no dijo nada al respecto. Estrella observaba a los cachorros de ligre alimentándose de su madre. Le preguntó a Jorge: —¿Los cachorros son los bebés del gran ligre hembra? — Tenía una mente muy curiosa. A menudo, preguntaba sobre todo lo que veía. —Sí, los más pequeños son todos sus bebés. ¿No son lindos y adorables? —Jorge se agachó y sentó a Estrella en sus rodillas. —Papá, ¿puedo sacarlos de la jaula y jugar con ellos por un rato? —No, los pequeños ligres te pueden atacar. Son realmente muy peligrosos. —Claro... Entiendo. ¿Atacan a los adultos?

... La luz de la luna iluminaba la pradera. Las tres personas, bajo esa majestuosa luz, se veían muy hermosas y sofisticadas. Poco después, fueron a la habitación de Estrella. Jorge y Lola la acostaron. Él tomó las manos de la mujer y la arrastró fuera de la habitación. —¿Qué estás haciendo? ¡Quiero dormir con mi hija! —Lola realmente lo decía en serio. Jorge se aprovechó de ella una vez. Ya era suficiente. Ahora, quería pasar la noche con su hija. Jorge no respondió. La condujo hacia el estudio. Cuando se dio cuenta de que caminaban hacia el estudio, lo siguió por curiosidad. Dentro del estudio. Jorge cerró la puerta y soltó sus manos. Se acercó a la mesa y abrió uno de los cajones. Sacó un lujoso estuche de seda del cajón y se la entregó. —Ábrelo. —Este era un regalo que trajo para Lola. Era de América. Lola abrió el estuche. El colgante en su interior, inmediatamente, llamó su atención. Era tan... mágico. La Turmalina Paraiba de Brasil emitía ligeros rayos azules eléctricos. Era por lo menos de más de cincuenta quilates. Sus bordes estaban decorados con diamantes en forma de corazón. Cuando vio la mirada sorprendida en su rostro, Jorge sacó la cadena de platino junto con el colgante.

Le pidió que se diera vuelta para poder ayudarla a ponérselo. El costoso collar se ajustaba perfectamente con la piel blanca como la nieve de su cuello. Jorge le abrochó el collar. A partir de ese momento, esta pieza de joyería de incalculable valor, le pertenecía. Lola bajó la cabeza para mirar de cerca el colgante. Ella se imaginó que debía de ser muy caro. Era realmente brillante y emitía una luz azul neón. Era justo lo que le gustaba. Costoso con lujo moderado... Pero... Era un regalo de Jorge. —Entonces, ¿Crees que me puedes comprar? —Levantó la cabeza y lo miró. ¿Debería rechazarlo o...? ¿Conservarlo? No dudó porque era costoso. Incluso si el regalo de Jorge costara varios dólares, dudaría si conservarlo o no. La sostuvo en sus brazos y respondió: —Claro que no. Es solo un pequeño regalo para ti. Cuando lo vi, supe en ese momento, que te gustaría. —Si le hubiera dicho que era para disculparse, definitivamente no lo consideraría. Sería más fácil para ella aceptarlo, decir que era solo un simple regalo. ¿Un pequeño regalo? ¿Cómo? ¡Esto era realmente muy costoso! Lola miró a Jorge y no le creyó. —Vi una similar en una subasta de joyas. Solo una joya con cinco quilates vale millones. ¡Este collar tiene al menos cincuenta quilates y debe valer más de cien millones! ¿Estás seguro de que es sólo un pequeño regalo? —¿Crees que me importa el dinero? No me importa. —Jorge respondió. Está bien, tenía razón. ¡Cien millones no era nada para él! —Pero no podía usarlo todos los días. Atraería la atención de la gente. —Es mi regalo para ti. Debes usarlo. —La Turmalin Paraiba en su cuello, hacía que su rostro se viera más radiante. —Vale varios millones. Es imposible que lo use cuando salgo. La gente podría planear algo para atacarme. —Sentiría mucha presión. Imaginaba la escena en la que ella lo lucía y caminaba. Todos la mirarían. También, estaría preocupada a cada minuto si se pierde. Estaba en un gran dilema.

Capítulo 384 Mi esposa se fue de casa —Escucha, te compraré un colgante nuevo si lo pierdes. No te preocupes. —Trató de tranquilizarla. ¡Y si se negaba, la amenazaría! —No. Lo usaré en las fiestas. Es realmente muy especial y no para todos los días. —Decidió esto y se sintió presionada porque era un colgante muy costoso. No quería que la gente la mirara siempre. Jorge movió los ojos y se acercó a ella: —Lola, si no la usas, yo.... —La besó en la oreja de manera muy seductora... Lola se sorprendió. —¡Muy bien, lo usaré! ¡Me rindo! —¡Qué hombre tan astuto! —Está bien, vamos, te recompensaré con algo. —Él se acercó y así, tuvo que retroceder nuevamente. Ella se golpeó sin querer con la mesa. En ese momento, la agarró rápidamente y la abrazó con fuerza. —Yo... ¡Si haces algo, me voy a enojar! —Pretendía asustarlo. —¡Es tan descarado! —Pensó. También meditó por lo que había pasado la noche anterior. Era totalmente comprensible porque ambos se extrañaban mucho. Pero la enojaría mucho si lo hiciera nuevamente esta noche. Quizá ya era demasiado. —Cariño, te extrañé mucho durante los dos meses que estuve en los Estados Unidos. —Luego, la besó en la frente. Ella sintió la ternura de sus labios. —¡Claro, lo sé! ¡No tienes que decírmelo! —Dijo con indiferencia. Sin duda, también lo extrañó durante todas esas noches solitarias cuando este hombre estaba en los Estados Unidos. —Dijiste que te gustaría hablar con Chuck. ¡Estoy celoso! —Jorge expresó sus pensamientos directamente y besó sus mejillas. Lo apartó y se secó la cara: —Solo habla y por favor, no me beses. ¿De acuerdo? —Bueno, entonces, ¿cómo vas a compensarme? —Preguntó. Pensó que era lo más apropiado, porque ella era su esposa. Ella habló y se rió con otro hombre delante de sus ojos. Fue muy amable de su parte no matar a Chuck por eso. Lola pensó por un momento: —Mira, no soy una buena mujer. Tenía un

matrimonio arreglado con Tomás Herren antes, y ahora Chuck, me está persiguiendo. ¿Por qué no me dejas ir? —Lola no sabía por qué tenía tanta paciencia y discutía esto con él. —¡No! En realidad, tuve un matrimonio arreglado con Yolanda y luego, tuve algo con Cherry. No te importó demasiado, ¿verdad? Entonces, solo ven a mis brazos y te haré feliz. ¡Es la mejor elección que puedes hacer! —Sonrió y consideró que era interesante negociar con ella. Lola le explicó: —¡En realidad me importa! ¡Siempre quise castigar a esa Yolanda! ¡Cherry está casada y ya no estoy enojada con ella! Jorge le respondió con una amplia sonrisa: —Mi amor, lo sé. También estás celosa, ¿verdad? —¡Estaba seguro que ella todavía lo amaba! Lola no supo qué decir. Parecía que Jorge la había engañado. —¡No, eres malo! ¡Déjame sola! —Intentó alejarlo pero no sirvió de nada. Él realmente era muy insistente. Tenía algo más que decirle: —No castigué a Yolanda porque quiero que te ocupes de ella. ¡Te apoyaré en todo lo que quieras hacer! —Esperaba que Lola fuera cruel e implacable con Yolanda. Cuando escuchó sus palabras, Lola se asustó: —Siempre la odié. Pero nunca tuve la oportunidad de vengarme. —Lo dijo honestamente, pero nunca había pensado en matarla. Solo quería golpearla y encerrarla en un cuarto oscuro. Pero parecía que Jorge era el que la odiaba más. —¿Investigaste lo que pasó hace unos años? —Ella preguntó con mucho precaución. Jorge asintió con la cabeza y acarició suavemente su cabello. —Perdón si te hice sentir mal. —Él la miró y se sintió muy culpable porque la acusó de algo que no hizo. Ella se atragantó. Lo miró con lágrimas en su rostro. Sabía que ahora creía en ella totalmente. —¿Ahora te das cuenta que me hiciste mucho daño antes? —Lola lloró de repente. Jorge eligió, al fin, creerle. Pero no estaba segura de si ya era demasiado tarde... —Lo siento, Lola, compensaré todo el dolor que te causé. Por favor, dame una oportunidad. —La besó y trató de hacerla feliz. Se secó las lágrimas y dijo con obstinación: —No. Siempre fui inocente. Pero no me creíste. ¡No te voy a perdonar! —Ella lo mordió con mucha fuerza en el brazo. Luego se apresuró y fue hacia el estudio. ¡No lo perdonaría tan fácilmente! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea!

¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! Él se apresuró a alcanzarla y la levantó antes de que pudiera abrir la puerta. —Está bien, no importa. Pero por favor, dame la oportunidad de reparar mi error. No rechaces mi amor y mi cuidado. Por favor. —Trató de consolarla y tranquilizarla. Ella, se enjugó las lágrimas y lo miró con ira: —Ya basta. ¡Muéstrame entonces lo sincero que eres! Jorge no dijo nada más. Solo la levantó y caminó hacia el escritorio. La tendió suavemente sobre él, se quitó la camisa y le levantó ambas piernas. Ella, sintió una dulce sensación cuando la besaba lentamente en sus muslos. Iba más y más profundo... Lola estaba confundida. ¿Era así como quería demostrarle su sinceridad?

... A la medianoche. Lola se sintió muy arrepentida y comenzó a adormecerse. ¡Decidió que no iba a perdonarlo! ¡Se iría de este lugar después de ver a su abuelo mañana! A la mañana siguiente, Lola se levantó después de que Jorge se fue a la compañía. Llevó a Estrella a la antigua casa. El abuelo de Jorge estaba mucho mejor ahora. No había nada por qué preocuparse a excepción de un poco de dolor que sentía en su mano izquierda y su pierna izquierda. Estaba muy feliz de ver a Lola y a Estrella. Después del almuerzo, Lola le pidió a Kevin que cuidara mucho de su niña. Le dijo que tenía que volver al País A por un asunto urgente. Estrella vivió antes en la antigua casa y ya estaba familiarizada con este lugar. Así, felizmente, se despidió de Lola. Era de noche cuando Jorge descubrió que ya se había ido. Lola había llegado ya a su casa. Pero no respondió a sus llamadas. Jorge condujo a la antigua casa y tuvo una idea a mitad de camino. Sacó su teléfono móvil y escribió un tuit: —Mi esposa se fue de casa. Luego, ilustró el mensaje con una imagen de su reloj y anotó la cuenta de Lola en Twitter. Su mensaje fue el primero en la lista de búsquedas de tendencias principales, en media hora, y atrajo cientos de miles de comentarios. El primer comentario fue: —El Señor Si y la Señora Si solo están mostrando su amor.

El segundo fue de Manolo: —Querido cuñado, no te preocupes, ¡te ayudaré! El tercero escribió: —¡Señora Si, tu esposo te pide que regreses a casa! ¡Regresa!

Capítulo 385 ¿Cuántos harenes imperiales necesitaría él? Entonces Manolo envió un comentario: —Lola, hermana. Jorge se sentirá muy mal al regresar a casa por la noche. Estará realmente muy solo. A la hora de la cena, en la antigua casa, Jorge vio el comentario de Manolo. Sonrió y presionó el botón 'Me gusta'. Mientras Lola pudiera perdonarlo, no dudaría en hacer cualquier cosa. Ya era de noche cuando Lola vio el comentario. Su microblog estaba inundado con mensajes y comentarios. Confundida, miró la cuenta de Jorge.

... Ella regresaba a casa después de visitar a sus padres. ¿Cómo estaba afectando esto a su familia? Por supuesto, ¡también tenía algunas responsabilidades para con sus padres! ¿Por qué su hermano, Manolo, se unió también en esto...? Se mordió los labios y revisó todos los comentarios más destacados y populares. Finalmente, publicó un comentario: —Jefe Si, soy una chica demasiado simple para merecer tu afecto. Dame un respiro. Jorge no sabía nada sobre el comentario de Lola hasta que Sánchez le envió un mensaje de texto por WeChat. Lola también era una persona muy orgullosa y por eso, estaba muy contenta cuando leyó su comentario: —Cariño, todo es mi culpa. Por favor, regresa a casa. Esa respuesta invitó a que muchas personas solteras, con un poco de celos, comentaran la publicación. Todos escribieron a continuación: —Jefe Si, ¿cómo pudiste hacer tan pública esta demostración de afecto? ¿Consideraste cómo se sentirían los solteros como nosotros? —Señora Si, por favor, vuelve a casa pronto. No necesitamos otra ronda de demostración de cariño. Lola supo que Jorge le respondió y luego, le contestó alegremente: —¿Qué

cosa es tu culpa, entonces? —Todo esto. ¡TODO! Por favor, perdóname, cariño. Entonces, Lola dejó de responder. Se acostó en su cama y miró con felicidad todos sus comentarios. Su intercambio de palabras emocionó a toda la comunidad de microblog. Algunos internautas comenzaron a decir palabrotas y otros, cotilleaban sobre ellos. Cuando Lola fantaseaba acerca de cómo castigar a Jorge, su teléfono sonó repentinamente. Se mordió los labios con determinación y respondió a la llamada. —Cariño, si me arrodillo sobre algunos durian como castigo, ¿me perdonas? —Jorge encendió un cigarrillo, abrió la caja de documentos y se preparó para trabajar. Ella no pudo evitar responder: —Dame una pistola y déjame dispararte. Solo de esta manera, podría tranquilizarme. Esta respuesta hizo que Jorge se callara. Frunció el ceño. Jorge se quedó en silencio no porque no se atreviera a recibir un balazo, sino porque recordó cómo disparó contra Lola. ¿Cómo pudo hacerle eso a la persona que tanto amaba...? La maltrató de esa manera...su culpa se volvió muy abrumadora. Luego dijo con dulzura: —Está bien. Incluso puedes conseguir más armas y dispararme como quieras. Pero asegúrate de que siga vivo. —Debería seguir vivo para poder protegerla y cuidarla. Lola frunció los labios con descontento. Jorge era realmente muy bueno para hablar dulcemente. Era uno de sus mayores recursos. —No hay necesidad de eso. No me atrevo a matarte o tus legiones de fanáticos me insultarán hasta morir. Ella respondió con sarcasmo. ¿Sus legiones de fanáticos? Jorge estaba bastante confundido. —¿Qué quieres decir? No soy tan popular, de todos modos. —Si realmente tenía muchos fanáticos, los celos de Lola podrían desbordar a todos. —Bien, ya lo sabes. Jefe Si, está muy claro que eres muy atractivo. Solo mira a tus admiradores del microblog. El 80% de ellos son mujeres y todas comentaron con la palabra 'Cariño'. ¡Son incluso más dulces que yo! —Su voz estaba llena de celos, pero no lo notó ella misma. Jorge tenía más de 90 millones de seguidores. Realmente era una celebridad en las redes sociales. Ella lo había comprobado antes. Entre sus seguidores, hay todo tipo de mujeres. Todas lo llamaban 'cariño' muy íntimamente. A pesar de que su matrimonio se hizo público, sus admiradores aumentaron. Fue realmente una tendencia muy inusual. Tantas mujeres... Si tuviera que construir castillos para alojarlas como el

antiguo emperador, ¡cuántos harenes imperiales se necesitarían! Increíble... Jorge se rió: —Hola, allí. ¿Estás celosa? —También él estaba celoso. Lola tenía muchos admiradores. Miguel, Ramón, Tomás Herren, Joshua y ahora, su mejor amigo Chuck... ¡estos eran solo los hombres que él conocía! Debería simplemente mantenerla en casa, en caso de que otro hombre se enamorase de ella nuevamente. Pensó Jorge. —¿Celosa? De ninguna manera. No estoy celosa en absoluto. Jefe Si, puedes hacer lo que quieras. Incluso si te rodeas de miles de mujeres, no me importa. —Dijo sarcásticamente e hizo que se irritara un poco. —No sé. ¿Perdiste la memoria? —Jorge preguntó de repente. Su pregunta hizo que súbitamente se alertara. Se preguntó por qué le preguntó eso, pero luego recordó lo que le dijo. ¡Maldita sea, había quedado expuesta! Pero trató de ocultar la verdad y explicó: —Manolo me lo dijo. No lo pienses demasiado. 'Me traicionaste, Manolo. Ahora, este es tu castigo'. Lola se dijo a sí misma. Después de que Laura se recuperó del embarazo, Manolo la llevó a ella y a su bebé, al país C. Cuando Lola lo maldijo, estaba filmando una escena. Esas palabras lo hicieron sentir incómodo. Así, la escena debía ser filmada nuevamente. Manolo se quejó profundamente porque lo estaba maldiciendo. Jorge mordisqueó el cigarrillo y respondió: —¿Estás disfrutando mintiéndome así? De acuerdo, jugaré este juego contigo. —Si ella quería fingir que tenía amnesia, la trataría así. —Jefe Si, no entiendo, ¿de qué estás hablando? —Lola fingió ser muy inocente. Pensó que Jorge ya la había descubierto. —Solo olvídalo. ¿Cuándo regresarás? Puedo ir a buscarte. —Lo dijo muy naturalmente como si nada pasara entre ellos. Su serenidad hizo que Lola casi le creyera. Pero la verdad no era tan simple... No quería discutir sobre eso y simplemente le dijo: —Eso depende. —´Si ella está de buen humor, volverá. Si no, nunca regresaría. Así, siempre debe hacerla feliz´ Jorge golpeó sus dedos sobre el escritorio. Después de un rato, dijo: —¿Y Estrella? ¿La dejaste aquí? Ella lloró justo cuando estaba tratando de que se durmiera. —Eso era verdad. Estrella siempre quiso que su madre la llevara a dormir. ¿Ella realmente lloró? Esto la afectó y la preocupó mucho. Su matrimonio fallido les trajo dolor, sufrieron mucho y ahora le afectaba a Estrella. Era una mala madre.

—Trae a Estrella aquí. —Qué bueno sería si Jorge le permitiera traer a su hija aquí. —Está bien llevarla allí, pero, ¿si Estrella también extraña a su papá? ¿Qué debemos hacer entonces? —Llevar a Estrella no era la manera de resolver el problema. Lola se quedó en silencio. Su decisión de irse, comenzó a marchitarse. Luego dijo: —Dame algo de tiempo para pensarlo. —Tendría que llegar a algún acuerdo por Estrella. ¡Qué decepción! —Cariño, eres bienvenida aquí cuando quieras. —Ella era la anfitriona. Era la dueña de este lugar. La puerta siempre estaría abierta para ella. Igual que sus brazos. Jorge cortó la llamada y continuó trabajando mientras Lola pasaba una noche sin dormir. Repitió todas las cosas en su mente y trató de encontrar una solución. Pero incluso hasta que se cansó y se quedó dormida, no encontró una salida. Mientras existiera la posibilidad de que cambiara de opinión y volviera, Jorge la esperaría. En su propia casa, Lola tenía su antigua rutina: se levantaba por la mañana y regresaba a casa por la noche. De vez en cuando, inspeccionaba y supervisaba a Dominator al otro lado de la calle. Con Sánchez a cargo, ese lugar iba muy bien. Pero la decoración era diferente. Cuando Lola estaba en el lugar, se veía más estética y encantadora. Ahora era más lujoso y de alto nivel.

Capítulo 386 Laura le hizo un favor El negocio funcionaba de forma excepcional, aunque el precio del café era al menos dos tercios más alto que el de LE. Jorge estuvo ausente durante dos meses y se había acumulado tanto trabajo que necesitaba encargarse de él día y noche. En esta situación, decidió, por el momento, no ponerse en contacto con Lola. Pensó que esto, también le daría la oportunidad de pensar en otra cosa. ¡Cómo pasó el tiempo! Lola se dio cuenta repentinamente de que tendría veintisiete años porque su cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina. Era el día anterior a esta celebración. El año pasado, Jorge organizó una fiesta de cumpleaños que nunca olvidaría y Ramón le regaló un brazalete de cristal como presente. También recibió muchos lápices de labios de Herren y algunos todavía, estaban allí y sin usar. Cuando Lola volvió a casa por la noche, abrió un cajón. Había una delicada caja de joyas dentro. El brazalete de cristal que Ramón le regaló, estaba en ese joyero. Lo había guardado cuidadosamente todos estos meses... Ramón había fallecido hacía casi un año, y sin embargo, Lola no tuvo el coraje de usar el brazalete. Era algo que la haría pensar en él. Cada vez que lo recordaba, simplemente se apenaba, como ahora... Siempre que veía el brazalete, Lola sentía que estaba allí, a su alrededor. — Ramón, tendré 27 años mañana. ¿Qué me regalarás esta vez? —Ella murmuró en su interior. La respuesta fue solo silencio. Temprano, a la mañana siguiente, Lola fue al cementerio de Panlong con un ramo de crisantemos. Después de visitar la tumba de Ramón, regresó a LE. Al mediodía, todos sus familiares estaban con ella, a excepción de Manolo y Laura. Fueron a un restaurante para celebrar su cumpleaños. Estaban muy felices, pero Lola, sintió un pequeño vacío en su corazón. Era porque Estrella y Jorge no estaban aquí... ¿Se olvidó de mi cumpleaños? Lola ya tenía dudas. Durante más de un mes, salvo algunas llamadas con Estrella, ella no había tenido noticias de Jorge. Ni siquiera una sola llamada.

Después del almuerzo, Lola salió del restaurante con su pequeño sobrino en sus brazos. En el momento en que se lo entregó a su madre, sonó su teléfono móvil. Había un mensaje de Tomás Herren en WeChat. —¡Lola, feliz cumpleaños! Ella sonrió. Incluso Herren aún recordaba su cumpleaños, pero Jorge... Ese vacío la abrumó nuevamente. Respondió el mensaje rápidamente: —¡Gracias! Cuídate. Tienes mucho trabajo que hacer. —Cuando se quedaba en la Provincia de Crown, siempre vio al Señor Herren trabajando desde la mañana hasta la noche. A veces, también estaba en algún viaje de negocios durante varios días seguidos. Realmente necesitaba cuidarse bien o se enfermaría. Una nueva notificación llegó poco después: —Lo haré. Gracias, igualmente. —Herren descubrió que Lola y Jorge, no estaban juntos en este momento. Sin embargo, ya estaba casado y no podía intentar nada con ella. —Lo haré —respondió Lola. Este fue el final de su conversación e intercambio de mensajes. —Lola, ¿vas a volver a casa o visitarás LE? —Yonata preguntó después de hacer arreglos para su esposa y su hijo. Lola pensó por un segundo y respondió: —LE. No hay nada especial para mí en casa. —Después de despedirse de todos, Lola volvió a LE. Esa tarde, pensó que ya era la hora que Estrella volvía a casa después del jardín de infantes. Después de un rato, recibió una llamada de la pequeña, quien le deseó un feliz cumpleaños. Esperaba con mucha ansiedad los saludos de su hija en este momento. Lola, ahora, estaba muy feliz, y casi en el final de la llamada, no pudo evitar preguntarle: —¿Dónde está tu papi? ¿Está contigo ahora? —No, no está en casa y siempre vuelve por la noche, mamá. No lo veo demasiado. —Estrella estaba diciendo la verdad. Veía a su papá casi cuando era hora de dormir. Esta era la rutina más reciente de ambos. —Está bien, lo entiendo. Disfruta de tu tiempo allí, mi amor. Mamá irá a verte cuando tenga tiempo. —Lola trató de consolar a Estrella aunque un sentimiento de tristeza invadió su corazón. Su conversación duró casi treinta minutos antes de cortar. Estaba cada vez más oscuro. Cuando las luces de la noche estaban todas encendidas en la ciudad, Lola se fue de LE con muy mal humor. Estaba a punto de subir al auto y su teléfono comenzó a sonar de nuevo. Lo agarró rápidamente, solo para descubrir, que no era Jorge. Otra decepción. Luego respondió: —Hola, Laura. —Sí, era ella.

—¡Lola, feliz cumpleaños! —La voz de Laura se escuchó por el teléfono. Su voz transmitía mucha alegría. Lola respondió alegremente también: — Bueno, gracias, querida. ¿Estás bien allí? ¿Dónde está mi adorable sobrina? —Lola, volví con Manolo. Ahora estamos en el hotel. ¡Ven aquí ahora y vamos a celebrar tu cumpleaños todos juntos! ¿En un hotel? Lola estaba confundida y preguntó: —¿En un hotel? ¿Por qué no están los dos en casa? Después de una breve pausa, Laura dijo: —Era muy tarde cuando llegamos aquí y por eso es que no nos fuimos a casa. Por favor, ven aquí, rápido. ¡Te esperamos para la cena! Luego, Lola recibió un mensaje de Laura con la ubicación del hotel. Ella estuvo allí antes, con Jorge... Pensó, en ese momento, que su hermano era un hombre tan romántico que la llevó al Hotel Sea View. Guardó el teléfono y se dirigió al hotel sin pensar más. Cuando Lola llegó al piso veintitrés del hotel, trató de recordar en qué piso estuvo aquí con Jorge. Quizá fue en el veinte, pero olvidó el piso exacto. No estaba segura. Cuando se paró frente a la habitación 2308, Lola se quedó paralizada de repente. Ahora lo recordaba. Era la habitación donde Jorge y ella, se hospedaron la última vez. ¡Qué coincidencia! Una casualidad muy incómoda... Quería tocar el timbre de la puerta, pero descubrió que estaba abierta. Así, la abrió directamente. Estaba oscuro y parecía que no había nadie aquí. ¿Qué está sucediendo? ¿Estaba en la habitación equivocada? Sacó su teléfono y se preparó para contactar a Laura. Pero entonces, ¡toda la habitación se iluminó! No eran las luces del cuarto, sino las coloridas bombillas que colgaban de la pared. Formaban las palabras: —TE AMO. —Cubrían las cuatro paredes. Ella caminó unos pasos hacia adelante. El piso era suave. Miró hacia abajo y vio muchos pétalos de rosas rojas bajo sus pies. Estaba asombrada. De repente, coloridos fuegos artificiales estallaron fuera de la gran ventana estilo francés. Corrió hacia la ventana y vio una hilera de ellos colocados en la camino costero fuera del hotel. Se encendieron y luego estallaron en el aire. ¡Era hermoso! Muchos corazones aparecían en el cielo, uno tras otro. Después, más fuegos artificiales se encendieron y estallaron. Cuando llegaron al cielo, las palabras 'TE AMO' aparecieron nuevamente

ante los ojos de Lola. ¡Era tan hermoso que Lola estaba totalmente obsesionada! Ni siquiera se dio cuenta de que alguien estaba detrás de ella hasta que, de repente, un hombre la sostuvo entre sus brazos. Se asustó y quiso resistirse, pero el hombre la abrazó con más fuerza y le susurró al oído: —¿No es hermoso? Era él. Ella conocía su voz... Observó un poco más los fuegos artificiales del exterior y giró la cara hacia él. ¿Era esto...? —Sí, querida, TE AMO. —Le dijo de una manera muy cariñosa. Organizó todo esto para ella. No lo había olvidado. La vista exterior se hizo cada vez más espectacular y más 'TE AMO' aparecieron con los fuegos artificiales en el cielo. También los rodeaban otras luces redondas de colores. Lola no sabía qué decir. Estaba demasiado feliz, pero todavía tenía dudas. —Recibí la invitación de Laura.... Pero le contestaron con un beso y Jorge dijo: —Laura me hizo un favor. Debería agradecerle. Entonces, el que la invitó al hotel era... ¿Jorge Si? ¿Recordó su cumpleaños y le regaló un momento inolvidable de nuevo? Estaba tan conmovida que no sabía qué decir. Siempre fue bueno para las sorpresas. Cuando vio su mirada tan feliz, Jorge sonrió y dijo: —¡Espérame! —Luego entró en el dormitorio.

Capítulo 387 Tú también podrías dejármela a mí. En menos de un minuto, Jorge salió con un carrito. Había un pastel de cumpleaños de dos niveles de color blanco rosáceo en el carrito. Era realmente hermoso. Dos velas con la forma del número 27 estaban encendidas brillantemente en el pastel. Un pedazo de chocolate en el pastel decía: —Querida, ¡Feliz cumpleaños a ti! Jorge detuvo el carrito delante de ella y se detuvo. Entró de nuevo en la habitación. Cuando salió de la habitación, él sostenía un gran ramo de rosas en sus manos. Había 999 rosas. Las rosas blancas estaban en el círculo interno, las azules estaban en el centro y las rosas rojas en el círculo externo. Jorge puso el ramo en los brazos de ella. Había demasiadas rosas que ella apenas podía sostenerlas. Jorge besó sus labios rojos y le dijo: —¡Cariño, ¡Feliz cumpleaños! —Esas hermosas rosas fueron entregadas de otros países, y cada una de ellas fue cuidadosamente arreglada en el ramo por él mismo. Él estaría satisfecho solo si ella lo hubiera aceptado, sin importar si le agradaba o no. Él ya había enviado a Sánchez a Damasco de Bulgaria para contactar a una finca de flores. Él quería alquilar mucho. Entonces él podría llevar a Lola al lugar y plantar las rosas junto a ella. —¡Gracias! —Lola dijo sinceramente. Se sintió feliz y emocionada con cada sorpresa que Jorge había hecho por ella. Se sentía como una niña pequeña. —Cariño, soy tu marido. No necesitas decir gracias. —A él no le gustaba la forma en que ella estaba siendo tan educada con él. Jorge puso las rosas en la mesa y le dijo a Lola: —¡Vamos a comer el pastel! Las velas ya se estaban derritiendo. Lola cerró los ojos y pidió un deseo. Ella esperaba que de ahora en adelante todo fuera mejor. Ella apagó las velas. Jorge se paró detrás de ella y le tomó las manos para ayudarla a cortar el pastel. Lola se comió una pequeña rebanada del pastel. Estaba tan delicioso Se

preguntaba en dónde había ordenado esto Jorge... Después de eso, ella ya había comido tres platos de pastel. Jorge le removió los platos vacíos y los puso a un lado. Él sacó una caja de regalo del carrito y se la dio a Lola. —Querida, este es mi regalo para ti. Ábrelo.. Le fue dado a ella una gran caja de regalo blanca atada con una cinta rosa plateada. ¿Otra sorpresa? Lola miró hacia la caja bellamente decorada frente a ella. Ella estaba asombrada y al mismo tiempo, desconcertada. Él realmente había hecho grandes esfuerzos para prepararse para su cumpleaños. Ella desató la cinta de seda rosa y abrió la caja. Había tres pequeñas figuras de colores en su interior. Jorge los sacó de la caja para ella y se los puso en las manos. —Estas son figuras de arcilla polimérica que hice en mi tiempo libre. Echa un vistazo. ¿Te gustan? —Para poder hacerlas, había aprendido especialmente el oficio de escultura. Al ver este regalo, Lola se emocionó hasta las lágrimas. Las tres mini figuras que sostenía eran ella misma con un vestido blanco, Jorge con un traje negro y Estrella con un vestido rosa. Los tres se tomaban de las manos en diferentes poses. A ella le gustaba tanto este regalo. Fue muy singular y especial. Cada figura fue tallada delicadamente y fue presentada vívidamente. Él incluso hizo esto por sí mismo. Estrella se veía tan encantadora en su figura. —¡Sí, me gusta mucho! —Ella se ahogó en sollozos y respondió. Las lágrimas corrían por sus mejillas. Ella realmente quería perdonarlo. ¿Qué debería hacer ella? ¿Debería ella perdonarlo? Al ver que Lola había estado llorando, Jorge tomó el regalo de sus manos y la sostuvo en sus brazos. Él le dijo a ella. —Querida, no llores. Te las di para hacerte feliz. ¿Tú lo sabes, verdad? —Él no quería verla llorar. Lola se secó las lágrimas y le dio a él unas palmadas. Ella se quejó. — Jorge, eres tan molesto! ¡Tú siempre me haces llorar! —Ella derramaría lágrimas por ella, ya que fue herida por él o conmovida por él. Jorge se rió. Él se disculpó con ella. —Lo siento, cariño mío. Todo es mi culpa. ¿Está bien?. No llores. —Él la estaba consolando como si ella fuera una niña. Había tranquilidad en la habitación. Solo el sonido de los sollozos de ella y el sonido ocasional de las olas del mar podía ser escuchado desde afuera.

Cuando Lola finalmente se calmó, Jorge la cargó como si fuera su princesa y la llevó al dormitorio. Numerosos pétalos de flores se extendieron sobre la gran cama de la suite presidencial. Gentilmente puso a Lola en la cama. Su pelo negro estaba extendido sobre la sábana blanca. Miró a Lola y la adoró. —Eres tan hermosa, Lola. —Bajó la cabeza y la besó. La noche estaba tan tranquila. Diez minutos más tarde, Jorge de repente saltó de la cama y se puso rápidamente la ropa. Lola estaba acostada en la cama. Estaba tan mareada. Ella apenas podía levantarse. Jorge ansiosamente la levantó y la ayudó a ponerse el vestido. Después de vestirla, Jorge sacó su teléfono celular y marcó el número de teléfono de Chuck. —En este momento estoy en País A. Encuentra al mejor médico para mí y pídele que espere en el hospital. —Su voz estaba llena de ansiedad. Chuck reconoció que era una emergencia. Si fuera un caso normal, Chuck debió haberlo insultado o burlado de él cuando contestó el teléfono. La situación del abuelo de Jorge ahora era muy estable. Solo podría ser Lola quien lo haría preocuparse tanto de esa manera. Chuck se comunicó de inmediato con un experto en País A y le pidió que fuera al hospital de inmediato. Él también le pidió que le informara si algo había sucedido. Jorge cargó a Lola y salió corriendo del hotel. Mientras estaba en la cama de la habitación del hotel, la sábana de la cama estaba manchada con sangre. En el hospital privado de Chuck. Un médico experto se puso rápidamente su uniforme blanco y esperó a que Jorge estuviera en la puerta. En menos de dos minutos, un auto veloz de Lamborghini frenó de repente y se detuvo en la puerta del hospital. Jorge se bajó del asiento del conductor y sacó a Lola del asiento trasero. Su mente estaba más clara ahora. Él se dirigió hacia los médicos y enfermeras y puso a Lola en la camilla preparada para ella. El médico en jefe se puso muy serio. Hizo varias preguntas sobre la situación de Lola antes de entrar en la sala de análisis. —Había sangre y ella se sintió mareada. —Él le contó al doctor. En el

hotel, cuando estaban en la cama, sintió algo malo con ella y de repente vio la sangre en sus manos. Pero su reacción no parecía que solo estuviera teniendo una menstruación. Ella simplemente murmuró que se sentía mareada. El médico en jefe ordenó de inmediato a las enfermeras que la pusieran en la sala de operación. A Jorge le pidieron que esperara afuera. El tiempo parecía pasar lentamente para Jorge que estaba esperando afuera de la habitación. Él siguió caminando en círculos alrededor del pasillo. ¿Qué le había pasado a ella? ¿Acaso él la lastimó? Pero él fue muy gentil con ella... Veinte minutos después. El doctor salió de la habitación. Se quitó la máscara y dio un suspiro de alivio. Miró a Jorge con una sonrisa. Jorge vio que él estaba sonriendo. Eso fue muy extraño. Él frunció el ceño. El doctor le dijo a Jorge: —No te preocupes. He reportado su situación al doctor Si. Él te contactará más tarde. Cuando el doctor terminó sus palabras, el teléfono de Jorge sonó. —¡Cuéntame rápidamente de la situación de Lola! —Jorge instó tan pronto como se conectó a la línea. Chuck se quedó estupefacto por un tiempo. Se calmó y le dijo: —¿Qué le hiciste a ella?. La lastimaste. No eres un buen marido para ella. Tú también podrías dejármela a mí. —Dijo Chuck lentamente. Al oír esto, Jorge se sintió aliviado. La situación de Lola no era grave. De lo contrario, el tono de Chuck sería más desesperado. —¿No sufriste lo suficiente de la muleta del abuelo Si? ¿Una mujer no es suficiente para ti? —Jorge lo amenazó con una voz fría. Si eso no fuera suficiente, tenía muchas formas de castigarlo. Chuck realmente no quería escuchar la arrogante voz de Jorge. Pensando en Daisy, él realmente quería quitar una capa de la piel de Jorge y arrojarla a la estufa. —¡Cálmate! Son buenas noticias. ¿De acuerdo? —Dijo él con impaciencia. Jorge cerró los ojos. Su paciencia se había agotado. Gritó: —¿Buenas noticias? Ella ahora está acostada en una cama de hospital. ¿Crees que esas son buenas noticias? !

Capítulo 388 ¿Por qué tienes que decirme otra vez —Ella está embarazada. —Chuck dijo en un tono familiar. Sus palabras mantuvieron el temperamento de Jorge en su lugar. '¿Ella está embarazada?' Jorge difícilmente podía apenas creerlo. No, ella no estaba embarazada. Tal vez ella acababa de tener una hemorragia. Con esto en mente, él respondió: —¿Estás seguro de que el médico no es un charlatán? ¿Estás seguro de que es acertado en esto? Escuchando tal duda, el médico en jefe en la sala de pruebas torció la boca con consternación. Después de todo, él había ganado numerosos premios médicos y había sido parte de muchas operaciones delicadas. Chuck informó a Jorge sobre la situación de Lola: —Ella ha estado embarazada durante cinco semanas. Se sintió mareada debido a la hipoglucemia. El sangrado fue debido a su bebé. Tuvo una hemorragia cuando dio a luz a su primer hijo, por lo que debe tener cuidado con el segundo.

... ¿Entonces su esposa, Lola, estaba realmente embarazada? En lugar de estar ansioso, gran alegría abrumó a Jorge. Ah, iba a tener otro hijo. Estrella iba a tener un hermano o hermana. ¡Finalmente! —Esto es genial. Bien, te daré un descanso por tan buenas noticias. Después de todo, eres mi amigo.... —Antes de que Jorge pudiera terminar sus palabras, Chuck colgó. Pero eso no molestó a Jorge en absoluto. Él estaba tan feliz que no se enojaría de cualquier cosa. Ahora, él tendría que acelerar y arreglar algunas cosas. Todavía tenían que hacer cosas como volver a tomar fotos de la boda, volver a iniciar la ceremonia de boda y mucho más... Para proteger al bebé, Lola tuvo que someterse a un tratamiento de infusión de tocólisis en el hospital. Mientras tanto, ella miró a Jorge de manera confusa mientras él estaba sonriendo mientras tomaba sus manos. —¿Me estoy muriendo? ¿Porque estás tan feliz? —Ella preguntó descontenta. Ella quería saber qué estaba mal, pero Jorge no se lo diría. Él estaba

actuando realmente extraño. Él estaba preocupado por imaginar su futuro feliz. Jorge no recuperó su serenidad hasta que Lola se enojó. —Lola, te lo diré después. Solo descansa primero. —Él acarició su cabello con amor. Instantáneamente, Lola se enojó aún más. Ella odiaba cuando la gente le ocultaba cosas. Después de la inyección intravenosa, Jorge puso la medicina prescrita por el médico en el auto, luego regresó para recoger a Lola. Él la llevó y salió del hospital. Entraron al auto y Jorge la ayudó a sentarse en el asiento del pasajero delantero. Ya era pasada la 1 en punto... Se llevó a Lola de vuelta al hotel Sea View ya que Crescent Spring aún no había sido limpiado. Él la llevó a la habitación. Primero, la puso en el sofá, luego llamó al servicio de limpieza para cambiar la ropa de cama manchada de sangre. Lola los miró con ansiedad, preguntándose qué pasaba con ella. ¿Qué enfermedad grave tenía ella que Jorge tuvo que cuidar de ella con tanto cuidado mientras conducían de regreso al hotel? Él siempre la sostenía en sus brazos, reacio a dejarla caminar por ella misma. ¿Era la enfermedad terminal? Los limpiadores cambiaron la ropa de cama rápidamente y abandonaron la habitación. Jorge la levantó en la cama, se quitó los zapatos y la dejó sentarse cómodamente. —¿Qué está pasando? —Si él insistía en no decirle, ella perdería la calma. Jorge se sentó a su lado, sostuvo su hombro y la acurrucó en sus brazos. —Cariño, Estrella va a tener una hermana pequeña. —La alegría de Jorge no podía expresarse en palabras. Fue demasiado. ¿Estrella iba a tener una hermana?. Ella no lo entendió del todo por un momento. Espera, ¿ella estaba embarazada otra vez? Con esa idea en mente, estrechó las manos de Jorge y lo miró con una obvia expectativa. Ella parecía confundida, no podía creerlo. En su mente, ella estaba negando lo que ella estaba pensando. Así que Jorge volvió a decir: —Cariño, estás embarazada. —Tal vez ella tuvo el bebé después de que él regresó de los Estados Unidos.

...

Ella estaba embarazada de nuevo... Lola no sabía si era una buena noticia o... Con sentimientos encontrados, lanzó una mirada dudosa a Jorge cuyo rostro estaba lleno de alegría y felicidad. —Lola, no pienses en nada en este momento. No lo pienses demasiado. ¿De acuerdo? Solo descansa cada día y cuida a nuestro bebé. —Él debía llevarla de regreso al País C mañana y procurar su bien personalmente. Lola vaciló y luego dijo: —Yo... Yo no quiero al niño. —Ella acarició su vientre. Con su futuro de ser una pareja muy incierta, ella no podría tener este bebé. Eso significaría que ella estaría atada con Jorge para siempre. El rechazo de Lola hizo que Jorge se detuviera un poco. Pero entonces él pensó que tal vez Lola no lo había perdonado. Él sabía que esto eventualmente saldría a la luz. Él la tranquilizó: —Lola, tú eres mi esposa. Tú tienes que estar conmigo. —Su reconfortante, dulce tono de voz hizo difícil rechazarlo. Aun así, Lola sacudió su cabeza. —Después de este mes, cuando te mejores, tomaremos fotos de la boda. En Agosto, tendremos la ceremonia de boda. ¿Fotos de boda? ¿Otra vez? —Ya teníamos eso. ¿Por qué tenemos que tomar las fotos de nuevo? —Pronto, Jorge desvió su atención a las fotos. Ella estaba pensando en el aborto justo hacía un tiempo... Era tarde por la noche. Jorge se recostó a su lado, con las manos sobre su vientre. —Esas fotos no cuentan. Tomaré nuestras fotos de boda esta vez mientras viajamos. —A ella le gustaba viajar. Fotos de viaje y boda —pareja perfecta. ¿Fotos de boda en otro país? Ella inclinó la cabeza en contemplación. 'Suena genial', pensó ella. Ella incluso lo esperaba. Pero antes de dar su consentimiento, Lola le advirtió: —Podría estar contigo por el bien de los niños. Pero si haces cosas que no me gustan, yo podría ser muy desagradable para ti. Ella quiso decir que si ella perdía la calma un poco o era repulsiva, él debería ser paciente con ella. Ya conociendo el temperamento de ella, Jorge asintió rápidamente. —A mi parecer, tus defectos también son méritos. Por supuesto, no me importaría. Amo cada pedazo de ti, Lola. —Su furia, sus debilidades, e incluso sus ojos girando eran todos lindos al parecer de él. —Bien entonces. Es un trato. Ahora tengo sueño.... —Entonces ella se durmió. Cuando ella dormía como un tronco, Jorge se levantó de la cama, salió y

llamó a Chuck. Después de un largo rato, la voz ronca de Chuck hizo eco. —Creo que Lola está bien. ¿Por qué llamaste de nuevo? Jorge levantó sus labios con orgullo. —Mi Lola está realmente embarazada. —Él estaba confirmando pero también presumiendo. Su arrogancia hizo que Chuck quisiera levantarse de la cama, tomar su bisturí y correr al hospital. Él respondió enojado: —Ya lo sé. ¿Por qué tienes que decirme otra vez? ¿Qué diablos quieres? —Quiero que te alegres por mí. Ahora tengo dos hijos con Lola. —Sin siquiera esperar la respuesta de Chuck, Jorge colgó. Bueno, él era presuntuoso. Él debía asegurarse de hacer enojar demasiado a Chuck como para poder dormir. Entonces Chuck podría tomarse toda la noche para pensar en cómo superar a Lola. De hecho, sus palabras hicieron que Chuck perdiera un poco el sueño. Alrededor de las 3 de la medianoche, Chuck fue al hospital y se aisló a sí mismo en experimentos. Jorge estaba en el sofá, observó la vista nocturna y luego marcó otro número. —Hola. Jorge, ¿aún no estás dormido? —La emocionada voz de Leandro llegó. —Sí, estoy demasiado feliz como para dormir. —Jorge sonaba alegre y relajado. —¿Por qué? —Leandro estaba sorprendido cuando Jorge rara vez expresaba sus sentimientos o hablaba sobre su buen humor. —¿Qué buenas noticias te hacen tan feliz, que tienes que llamarme a mitad de la noche? —Tendrás dos ahijadas. Pronto. —Él intentó bajar su voz para no molestar a Lola.

Capítulo 389 ¿Lola te perdonó? La sorprendida voz de Leandro resonó en los oídos de Jorge. —¡Dios mío! Jorge, eres tan fuerte y rápido! —Lola había peleado ferozmente con él no hacía mucho tiempo atrás, ¿verdad? Entonces, ¿cómo era que Lola estaba embarazada de nuevo? ¿Los dos se reconciliaron tan rápido? —¡Por supuesto! ¡Soy el mejor! —Ahora que Leandro lo sabía, Jorge colgó el teléfono. —Hola, hola.... —La repentina llamada que se había interrumpido dejó pensando a Leandro y supuso que su teléfono no estaba funcionando. Miró la pantalla y descubrió que Jorge ya había colgado. Sacudió la cabeza de mala gana y regresó a su habitación privada en el bar, con una copa de vino en la mano. Cuando pensó que Jorge, que era tan frío como el hielo, era tan amable y expresivo debido a su esposa e hija, decidió casarse con una joven pronto y luego, también podrían tener un bebé. Realmente tener un hijo era un cambio de vida. Jorge continuó mirando sus contactos telefónicos y al instante, presionó el botón de llamada para ver el número de Samuel. Este hombre terminaba de leer los materiales para el caso de mañana y se había quedado dormido aproximadamente durante media hora. Pero ahora, se despertó por el timbre de su teléfono privado. —Jorge, todavía estás despierto. ¿Me extrañas tanto? Jorge lo llamó a mitad de la noche. Debía extrañarlo. —Bueno, tienes razón. Te extraño. —Antes era muy inexpresivo, pero ahora, Jorge, estaba inesperadamente de acuerdo con él. Esto lo hizo sospechar. —Oye, amigo. ¿Estás drogado o algo así? —Jorge lo llamó a la medianoche y dijo que lo extrañaba. Esto le puso la piel de gallina. Jorge sacudió las piernas y dijo: —Samuel. ¡Lola está embarazada otra vez! —Su voz estaba llena de emoción. Samuel estaba inmóvil. ¿Jorge sería padre otra vez? —¿Quién es la madre de tu hijo? ¿Estás seguro de esto? —¿Lola ya lo perdonó? —Esa pregunta no tiene sentido. ¡La madre de mis hijos es obviamente mi esposa! —Terminó esta frase y Jorge colgó el teléfono otra vez. No quería perder el tiempo conversando con estos tipos.

La última llamada fue a Sánchez. —¡Hola! —¿Quién lo llamaba a medianoche? Él todavía tenía sueño... Sánchez bostezó y contestó el teléfono aturdido. —¡Soy yo! —Esa voz tan familiar despertó los sentidos de Sánchez. —Jefe, ¿tienes algún trabajo para mí? Jorge tocó su propio muslo con el dedo índice y dijo: —No. ¡Solo quiero compartir una buena noticia contigo! —¿Qué noticia? ¿Son buenas? ¿Lola te perdonó? —El jefe estaba molesto por esto últimamente. Si Lola lo había perdonado, era una buena noticia para Jorge. —Bueno, creo que ya me ha perdonado. Pero, hay mejores noticias. — Continuó hablándole a Sánchez y luego, se levantó del sofá. Iba a terminar esta llamada y se iría a dormir con Lola. —¿Qué? ¿Qué mejor noticia me puede mantener despierto ahora? — Sánchez murmuró y sospechó: —¿Lola está embarazada otra vez? —Ella era la única persona que podía complacer a Jorge ahora. Tenía una sonrisa más brillante: —Realmente me conoces. Tenemos muchos años de amistad. ¡De hecho fue una noticia muy buena! Sánchez se frotó sus ojos cansados: —¡Felicidades, jefe! ¡Ya no me importa si mi bono se duplica este mes! —¡Bueno! —Jorge entró a la habitación con el teléfono todavía en la mano. Estaba tan feliz. El bono de todos los empleados de la empresa también se duplicaría. —Jorge. ¡Eres tan amable y generoso! ¡Espero que Lola dé a luz a gemelos! —Sánchez dijo estas palabras en un tono de alegría. Miró a la mujer que estaba profundamente dormida en la cama y Jorge respondió: —Gracias por tus palabras. Si Lola realmente da a luz a gemelos, ¡duplicaré su salario y tu bono todo el año! —Bromeaban entre ellos. —¡Bien, mañana iré al templo de la misericordia para orar por tus gemelos! —Entonces, Sánchez bostezó y se sintió con sueño otra vez. —De acuerdo. Pagaré los gastos de gasolina de tu auto. —Jorge colgó el teléfono. Sánchez se quedó dormido de nuevo sin colocar el teléfono en la mesita de noche. Jorge se dio una ducha, caminó hacia la cama y se acostó con su amada entre sus brazos. Llevó a Lola de regreso a la Mansión Li al día siguiente. Como ella llamó a Harold para avisarle, sus familiares la esperaban en casa. Jorge se disculpó con sus padres e incluso prometió organizar una fiesta de bodas para Lola, lo antes posible.

Entonces, se sintió un muy halagada y dijo: —Yo... estoy.... —Bajó la cabeza y no pudo decir ni una sola palabra. Jorge tomó el teléfono y dijo: —Abuelo, padre, madre, hermano y hermana, Lola está embarazada otra vez y Estrella tendrá una hermana menor. —¿Qué? ¡Qué alegría! ¡Es una noticia emocionante! —Landon asintió con una sonrisa en su rostro. —¿De Verdad? ¡Eso es genial! Por favor, cuida de Lola entonces. —¡Angie también estaba muy contenta! Afortunadamente, ya habían organizado los arreglos para el nuevo matrimonio. De lo contrario, toda la familia estaría preocupada. —¡Felicitaciones, Lola! —Wendy la miraba con mucha felicidad. Sostenía a Colin en sus brazos. Cuando vio las expresiones de alegría de todas las personas en la sala, Jorge prometió nuevamente: —De aquí en adelante, cuidaré a Lola y no los preocuparé más. Lola se dio vuelta y lo miró. Fue serio y sincero. Deseaba que pudiera cumplir su promesa. Tenía dudas sobre sus palabras... Luego, Lola le pidió a Wendy que administrara y supervisara la cafetería LE. Jorge tenía la intención de dejarla para que manejara tanto a LE como a Dominator, pero Wendy lo rechazó. No tenía experiencia en eso y primero, tendría que intentar organizar LE. Si lo administraba bien, aceptaría supervisar a Dominator también. Finalmente, Lola y Jorge regresaron a la habitación, empacaron algunas cosas y volaron de regreso al País C. Cuando llegaron a la mansión, él inmediatamente encontró a dos asistentes en maternidad para Lola. En la actualidad, había cuatro empleadas en la casa, además de la señora Du. Los días posteriores, Lola pasaba su tiempo en la cama y en el balcón todos los días. Además, tenía que tomar tónicos y medicinas para maternidad que Jorge le traía a diario. Obligó a Chuck a examinar a Lola cada dos semanas. Había pasado un mes muy rápidamente. Lola finalmente podía caminar un poco afuera. Cuando cuidaba al bebé en casa, Jorge ya había atendido muchos asuntos en la compañía. Como Chuck garantizó, en muchas oportunidades, que el bebé de Lola

estaría perfectamente bien, Jorge le permitió salir un poco. Se inclinó sobre la ventanilla del automóvil e inhaló el aire fresco. Jorge la llevó a la tienda de vestidos de novia más importante y grande de la zona. También pertenecía a SL. P. M. La señorita Fila fue contactada con anticipación y ya los estaba esperando. —¿No nos tomamos fotografías de boda ya en P. M en el País A? —Lola bajó del automóvil, miró la lujosa tienda y sintió que ya la había visitado. —Tienes una buena memoria. Es una empresa con muchas sucursales en el extranjero. —Jorge tomó su mano y entraron. Los asistentes de P. M ya estaban informados de que el gran jefe vendría hoy aquí. Los gerentes y asistentes estaban parados en la puerta: —¡Señor Jorge y señora Lola! Bienvenidos a P. M. —Lola sonrió a sus saludos cordiales y asintió con la cabeza. —¡Encantada de conocerlos, Señor Si, Señora Si! —La señorita Fila los saludó. Jorge y Lola se encontraban de nuevo con ella.

Capítulo 390 La Torre Eiffel Jorge tomó las manos de Lola y la ayudó a sentarse cómodamente en el sofá. Se sentó cerca de ella. Le contó a la señorita Fila, sus sugerencias sobre el vestido de novia. Lola era buena en inglés. Ella escuchó unas pocas palabras que decía Jorge. Así como: —El dinero no es un problema. El vestido de novia debe ser elegante y lujoso, mejor con dobladillos.... Luego, la señorita Fila debía tomar las medidas de su cuerpo y Jorge sugirió que el vestido de novia tendría que ser un poco más ancho por su embarazo. El vestido de boda, para ese día, se decidió rápidamente en media hora. Luego, Jorge organizó cuidadosamente todo el programa para los siguientes tres días. Era realmente bueno planeando cosas como esta. El director de la casa de bodas, junto con el fotógrafo principal, dos artistas en maquillaje y tres ayudantes adicionales, tomaron notas con atención sobre las cosas que necesitarían para prepararse para la sesión fotográfica. Lola miró las actividades que había organizado Jorge. Ella estaba sorprendida. ¡Había tantas cosas que tenían que hacer! Mañana irían a París. El día siguiente, su destino sería Maldivas. El tercer día, irían a la isla de Phuket. Los fotógrafos y sus ayudantes irían con ellos. Viajarían en el avión privado de Jorge. Pero era solo para tomar las fotografías de la boda. ¿Era necesario ir tan lejos y gastar tanto? Después de la discusión, Jorge revisó las notas escritas por su asistente y se las entregó a Lola: —¿Está bien? ¿Tienes algo más que agregar? —No, está bien. —¿No crees que tres días es poco tiempo? Podríamos estar seis o incluso una semana entera. —Le preocupaba que en tan poco tiempo y con tantas cosas para hacer, se cansara mucho. —Está bien. No hay necesidad de cambiar nada. —Ella respondió rápidamente. No tenía más pedidos. El itinerario ya era muy abrumador. Jorge le devolvió las notas a su asistente y le dijo: —Está bien. Pero todo depende de la situación cuando lleguemos allí. Si es demasiado para nosotros, podríamos demorarnos un poco. —Ahora Lola era el foco de todas sus decisiones. No podía hacer nada que pudiera poner en peligro al bebé.

Luego, se levantaron y Lola comenzó a probarse los vestidos de novia. Jorge la ayudó con cuidado a elegir el más apropiado para ella. Cada vez que se ponía un vestido, Jorge la hacía descansar por un rato. Le preguntaba si estaba cansada, sedienta o hambrienta. Los ayudantes de la tienda, que estaban cerca de ellos, se convirtieron de inmediato en fieles seguidores de Jorge. Estaban muy envidiosos por su amor y su cuidado con Lola. Miró al hombre que era tan dulce y considerado con ella. Era muy amable y atento, desde que quedó embarazada. A excepción de su arrogancia, apenas podía encontrar algún defecto en él. No quería perdonarlo. Estaba enojada, pero no pudo encontrar ninguna excusa para desahogarse. Cuando estaba molesta por algo, intentaba algo para hacerla feliz. Cuando era de noche, Jorge decía: —Es hora de dormir. Podemos hablar de eso mañana. —También decía: —No es necesario pelearse por eso. No tiene sentido. No importa lo que haya pasado, no estaremos separados. Siempre vamos a estar juntos. Entonces, ¿qué podía decir ella? Bueno, absolutamente nada. Jorge fue muy cuidadoso en el proceso para probarse los vestidos. Intentó tomar todo con calma. Era porque no quería que ocurrieran accidentes inesperados otra vez. Se probó diez vestidos. Pasaron toda la tarde con este proceso. Como su figura era la habitual ahora, los vestidos que se probó le quedaban bien. Pero también, pensaban que su embarazo estaría más avanzado el día de la boda. Cuando volvieron a casa, Jorge hizo los arreglos para que Estrella fuera a la casa de su abuelo durante los días siguientes, en que viajarían para tomar las fotografías de la boda. Estrella sabía que su papá y su mamá viajaban juntos. Estaba feliz por la decisión y no le importaba pasar unos días con su abuelo. ¡Estrella era una dulzura! Se sintieron encantados. En la madrugada del día siguiente Lola miró desconcertada al hombre perfectamente vestido. Jorge la despertó con su dulce voz: —Querida, es hora de irnos. Puedes seguir durmiendo en el avión. —Buscó un vestido azul en el armario y lo puso a su lado. Luego, la ayudó a levantarse de la cama y la tomó en sus brazos. La ayudaría a vestirse. Cuando se dio cuenta de lo que haría, Lola se enderezó de inmediato y lo detuvo: —No. No. Me levantaré y me vestiré sola. Gracias. Jorge sonrió y miró a Lola que caminaba un poco aturdida hacia el baño. Allí, el cepillo de dientes ya estaba listo con dentífrico. La taza, además,

estaba llena de agua tibia. Sonrió con mucha calidez. ¡Esa sensación fue realmente tan buena! ¡Siempre preparaba todo para ella! Cuando salió del baño, Jorge la ayudó a cerrar su vestido. Luego, le tomó las manos y la ayudó a bajar por las escaleras. Cuando pasaron por la habitación de Estrella, Lola miró su reloj. En este momento, la niña ya estaba en la escuela. La Señora Du ya había servido su desayuno en la mesa. Después de terminarlo, salieron de la mansión. Un avión privado ya estaba en tierra, no lejos de la mansión. Todas las personas que participaban en este viaje, los estaban esperando. Cuando Jorge apareció, naturalmente se pusieron de pie y lo miraron. El rostro frío, muy habitual de Jorge, ahora estaba lleno de amabilidad. Sus ojos miraban dulcemente a Lola. Jorge le dijo algo en el oído y se sintió muy halagada mientras lo miraba. Sánchez adivinó en su mente, que estaban muy felices juntos. Exactamente. Parecían una verdadera pareja. La primera parada de hoy era París. Cuando llegaron, ya era casi el mediodía. Sánchez ya había reservado para ellos, la suite doble más lujosa con vista a la Torre Eiffel, en el hotel Shangri-La. Miraron desde las ventanas del estilo francés de la habitación y podían ver la Torre Eiffel. El balcón ofrecía una amplia vista de la zona. Según el plan, tomarían fotografías, durante una hora a partir de las tres de la tarde. Y a las cinco, al lado del río Sena durante una hora más. Dos horas al día para tomar fotografías. De esta manera, Lola no se sentiría tan cansada. Se vistió con un vestido de novia blanco y usaba maquillaje ligero. Jorge estaba vestido con un traje blanco. Se tomaron de las manos y caminaron hacia la Torre Eiffel. Detrás de ellos, dos ayudantes sostenían cuidadosamente la parte inferior del vestido de novia. La Torre Eiffel tiene más de 300 metros de altura. Fue construida en el año 1887 y se dividía en tres pisos. Hay más de mil pasos desde el suelo hasta la cima. Lola había estado dos veces en París y ya había visitado la Torre Eiffel. Estaba bastante familiarizada con este lugar. Una pareja con vestido blanco y traje blanco debajo de la Torre Eiffel provocó toda una escena. Mucha gente se detuvo a mirarlos. Varias personas, incluso los reconocieron. Estaban bastante sorprendidos de verlos tomándose las fotos para la boda

aquí. Era demasiado pronto. Inmediatamente, sacaron sus teléfonos, tomaron fotos y las publicaron en Momentos de Whchat o en Weibo. Incluso antes de que comenzaran a tomar la primera, la gente ya sabía que estaban tomando fotografías de una boda en París debido a las plataformas de las redes sociales. Los asistentes pidieron, de manera muy educada a los espectadores, que dejaran lugar para la sesión de fotografía. Era porque debían usar la Torre Eiffel como fondo. La hermosa Lola estaba con el atractivo Jorge a su lado. Comenzaron a tomar la primera foto. El fotógrafo ajustó la luz. En la cámara, Lola frunció ligeramente sus labios rojos y miró a Jorge con dulzura. Jorge miró a Lola en sus brazos y sus ojos colmados de profundo cariño. Cuando sus ojos se encontraron en el aire, el tiempo parecía haberse detenido. ¡Era perfecto! El fotógrafo inmediatamente aprovechó el momento y rápidamente, presionó el obturador de forma continuada. Luego, según las instrucciones, Jorge sostuvo a Lola horizontalmente y bajó la cabeza para darle un beso en la frente. Sus ojos sonrieron como una luna creciente. Nunca habían visto sonreír así a Jorge. Sánchez estaba sorprendido por el mágico poder del amor. Claramente recordó cuando su jefe, se tomaba fotos con Yolanda. Su rostro estaba tan frío como el hielo durante toda la sesión de fotos. El fotógrafo que estaba en ese momento con Jorge y Yolanda estaba muy frustrado. En muchas ocasiones, debió borrar las fotos que acababa de tomar. Más tarde, compraron los boletos y entraron en el segundo piso de la Torre Eiffel. Desde este piso, pudieron ver la mejor vista de toda la ciudad. El Museo del Louvre y la Basílica del Sagrado Corazón, situada allí, se veían claramente desde donde estaban. Lola se cambió y se vistió con un vestido blanco sin tirantes en un vestidor. Un brillante girasol rojo adornaba su oreja. Jorge se cambió y se vistió con un elegante traje negro. Este era otro tema para la sesión de fotos. Jorge inclinó la cabeza y besó los labios rojos de Lola. El fotógrafo ajustó el enfoque y presionó el obturador. Sus dulces imágenes tenían de fondo el Arco de Triunfo y el Museo del Louvre.

Capítulo 391 No se atrevió a mirarla a los ojos Después de terminar las fotos en el segundo piso de la Torre Eiffel, Jorge llevó a Lola a la entrada donde había algunos bocadillos y bebidas. El fotógrafo los siguió para tomarles fotos mientras comían y se divertían. Más tarde, tomaron el ascensor hasta la cima de la torre. En lo alto de la Torre Eiffel, disfrutaron de la hermosa vista panorámica debajo de ellos. De hecho, la torre amarilla del Arco de Triunfo, el Louvre a la sombra y la iglesia blanca del Sagrado Corazón de Mengma eran claramente visibles. El colorido paisaje era una fiesta para la vista. Como se ve desde la parte superior de la torre, todo París es como un enorme mapa. Las numerosas carreteras y callejones se entrelazaban, formando diferentes líneas anchas y estrechas en el mapa. En el norte, podían ver el palacio de Charlottenburg y la fuente de salpicaduras. El Sena fluía tranquilamente debajo de la torre. El gran jardín, que solía ser el lugar de perforación del Dios de la Guerra y el antiguo edificio de la Academia Militar Francesa, estaba en el sur. El paisaje pintoresco era realmente inolvidable. Todos estaban disfrutando de esta fiesta visual. ¡Ignorando París, se quedaron mirando la única vista! Era la tercera vez que Jorge y Lola viajaban juntos. Habían estado juntos en Echo Bay y Canadá en sus últimos dos viajes. —¿Te sientes cansada ahora? Podríamos tomar un descanso primero. —Jorge le preguntó. Jorge llevó a Lola a una mesa donde podían disfrutar del paisaje y pedirle un vaso de jugo fresco. Al fotógrafo se le ocurrió una muy buena idea. Fue a la recepción y trajo una pajita. Puso la pajita en el jugo. La dulce escena de la pareja bebiendo íntimamente el jugo cara a cara junto con la hermosa vista fue capturada permanentemente por la cámara. Su apariencia y las fotos de boda de alto perfil habían causado sensación aquí. Cuando salieron de la Torre Eiffel, se dieron cuenta de que todavía había muchas personas que los seguían a pesar de haber caminado una gran distancia desde la Torre. Lola no quería volver al hotel ahora. Entró en un lujoso automóvil que Sánchez había alquilado para ella y se apoyó en el hombro de Jorge para

descansar. Tenía miedo de marearse un poco. El fotógrafo no quiso perderse ninguna oportunidad de aprovechar el hermoso momento. Él hizo clic suavemente en la cámara. Jorge bajó la ventana por él. El fotógrafo levantó su cámara para capturar la escena. Jorge se dio cuenta de esto y aceptó lo que el fotógrafo quería. El fotógrafo inmediatamente presionó el obturador fuera del auto y capturó la foto en la que Lola estaba apoyada en los hombros de Jorge. Cuando el fotógrafo terminó de tomar fotos, Jorge le dijo: —No borres ninguna foto tomada durante este viaje. Las quiero todas. El fotógrafo asintió. Por supuesto, no eliminaría ninguna de ellas. Los dos estaban tan tan bien emparejados. Era raro que él tomara tan buenas fotos. Mantendría todas las fotos. A las cinco de la tarde, Lola se despertó en los brazos de Jorge. Se sentía tan cansada que durmió como un tronco mientras se apoyaba en él. Ahora Jorge estaba revisando los datos de ventas de su compañía en su teléfono celular. Al ver que Lola ya estaba despierta, inmediatamente dejó su celular a un lado. Besó gentilmente sus suaves labios y le preguntó: —¿Tienes hambre? ¿O quieres tomar algo? —Cuidadosamente atendió cualquier cosa que ella necesitara para sentirse cómoda. Lola sonrió. Se acurrucó en los brazos de Jorge, reacia a irse. —Quiero comer helado. Quiero algo frío. —Le dijo como una niña mimada. Jorge frunció el ceño ante su petición. Se preguntaba si las mujeres embarazadas podían comer alimentos fríos sin poner en riesgo a sus bebés. Sacó su teléfono celular y buscó en Google la pregunta en Internet. Al cabo de un rato, bajó la ventanilla del coche y le hizo un gesto con la mano a Sánchez, que estaba de pie cerca del coche. —Ve y compra una cucharada de helado. Solo uno. —Destacó específicamente que uno era suficiente. Como Lola estaba embarazada, no podía comer demasiada comida fría y dulce. —¿Solo está comprando un helado para mí? —Lola pensó descontenta. — Eso no es suficiente... —Recordó que también comía helados cuando estaba embarazada de Estrella. No había sentido nada malo después de comerlo. Al oír su petición, Sánchez se volvió hacia ellos. Inmediatamente fue a preguntar a la gente local dónde podía comprar un helado. A los tres minutos, Sánchez regresó con una caja en sus manos. Lola disfrutó felizmente el helado. Pero antes de que ella siquiera mirara la taza, ya estaba vacía...

Lola lo miró con ojos ansiosos. Jorge casualmente miró hacia otro lado y le dijo: —Se acabó el tiempo de helados. Salgamos del auto. —¡Se dijo a sí mismo que no debía mirarla a los ojos! No quería ver su dulce rostro. Si la miraba, se rendiría a su petición. Por primera vez en su vida, el intrépido y mandón Jorge no se atrevió a mirarla a los ojos. El tiempo pasó tan rápido. Habían llegado al río Sena poco después. Jorge sacó a Lola del auto y la puso suavemente sobre la hierba. El río Sena es el segundo río más largo de Francia que fluye a través del corazón de París. La costa norte estaba a la derecha y la costa sur estaba a la izquierda. La orilla derecha era el principal distrito de negocios y centro político de París. La famosa cafetería y el área latina estaban en la orilla izquierda. El lugar estaba empapado en un fuerte ambiente de literatura y arte. La isla Cite estaba situada en medio del río Sena. La famosa Notre Dame de París se encuentra en esta isla. Aparte de estos, hay muchas reliquias culturales famosas en las orillas del río Sena, como el Louvre, la cúpula de los Inválidos, la Eiffel y muchos más. El río Sena también es el río madre de esta ciudad cultural de París. Ha nutrido a muchas celebridades culturales de fama mundial como Maupassant y Monet. Jorge llevó a Lola a tomar cruceros para disfrutar del hermoso paisaje de los lugares escénicos en las orillas del río. La vista era especialmente encantadora en este momento ya que la luz dorada de la puesta de sol estaba justo delante de sus propios ojos. Antes de ir al crucero, Lola se había puesto un vestido de noche rojo. En la orilla, el fotógrafo ya estaba revisando los ángulos. Luego presionó rápidamente el obturador. Se dirigieron al puente de Mari, uno de los tres puentes más antiguos del río Sena. Una ráfaga de viento apareció, levantando el vestido de noche de Lola. Contra el cielo colorido y las brillantes sombras de luz en el río, Jorge y Lola se apoyaron en el pasamanos y se miraron a los ojos. El fotógrafo estaba tan emocionado de capturar la imagen perfecta. El momento era muy majestuoso. Después de terminar el rodaje en el río Sena, Lola se cambió la ropa. Luego se unió a Jorge para disfrutar de una cena junto al río Sena. La brisa fresca los hizo sentir muy agradables. Era muy relajante y tranquilo aquí. —¿Podemos dar un paseo bajo la Torre Eiffel después de la cena? —Se

llevó un trozo del filete a la boca y le preguntó a Jorge con entusiasmo. Jorge comió lentamente la comida en su plato. Él la miró y le dijo: —No quiero que estés demasiado cansada. Tienes que ser muy cuidadosa. —Ahora estaba embarazada. Había muchas posibilidades de que viajaran aquí en el futuro. Lola hizo un puchero de consternación y dijo: —No estoy cansada. — Cuando estaban tomando las fotos, Jorge le permitió tomar descansos ocasionales. Ahora estaba llena de vigor y energía. De repente Jorge se detuvo y miró a Lola de cerca. Sí, ella tenía razón. No había rastro de fatiga en su cara. —Bueno. Pero solo una hora. —Se rindió ante ella de nuevo. Lola sonrió con pura satisfacción. No le importaba si era una hora o dos horas. Una vez que estuvieran allí para divertirse, seguramente se olvidarían del tiempo. Siempre era el caso. Siguió mirando a Jorge que estaba comiendo de una manera elegante. Siempre fue tan sofisticado. Ella sonrió y se sintió orgullosa de su inteligencia. La Torre Eiffel en la noche se veía brillante con todas las luces encendidas. Las luces amarillas suaves pero no ostentosas eran una vista para contemplar. Era como un gran imán, que atraía la atención de todos. Cuanto más cerca estaban de la Torre Eiffel, más turistas había. Jorge protegió cuidadosamente a Lola abrazándola. Se aseguraría de que nadie la tocara. Lola sacó su celular y tomó varias fotos. ¡Habían pasado siete u ocho años desde la última vez que vino aquí! Luego, arrastró a Jorge más cerca de ella y se tomó una foto con él. En la foto, Jorge llevaba un traje casual blanco. Miraba a Lola con amor en sus ojos. Lola miraba a la cámara alegremente. La foto sería perfecta después de aplicar algunos filtros en ella. ¡Sí, fue el sentimiento correcto! Lola inició sesión en su cuenta de Twitter y subió la foto. Luego añadió las siguientes palabras: —¡Adiós, París! Lo único que lamentaba era que era demasiado pronto. Solo quedaba un día aquí y se irían. Ella apagó su celular. Estaban caminando con Lola sosteniendo cariñosamente los brazos de Jorge. Ya estaban muy cerca de su hotel. Pero cuando decidieron regresar al hotel, ya habían pasado dos horas. En el camino de regreso, Jorge subió a Lola a su espalda y caminó lentamente por el lado de la carretera. Sánchez condujo el auto y los siguió por si los dos querían simplemente dar

un paseo. Miró a la pareja romántica caminando lentamente frente a él, y sintió tanta envidia. Pensó que este podría ser el momento que su jefe había deseado durante mucho tiempo.

Capítulo 392 ¿Lo crees? El magnífico hotel ahora estaba justo frente a ellos. Lola se quejó un poco y dijo: —Bueno, ahora estamos en el hotel. Bájame entonces. —Se enderezó y se preparó para bajarse de la espalda de Jorge. Pero Jorge simplemente la movió aún más hacia arriba y respondió: —No, quédate sobre mi espalda. Te llevaré a la habitación de esta manera. —¡No! Es un poco embarazoso. —Se sonrojó mientras sostenía el cuello de Jorge con un brazo. Jorge replicó con calma: —Tú eres mi esposa. Eso no es vergonzoso en absoluto. De hecho, me parece muy dulce. ¿Su esposa? —No he aceptado todavía casarme contigo. No te aproveches de mí. —Jorge podía tener el certificado de matrimonio, pero ese no era el final de la historia. Se acomodó en la espalda de Jorge y le pellizcó la oreja con suavidad. El mozo abrió la puerta cortésmente. En medio del asombro de la multitud, Jorge llevó a Lola al hotel. —De acuerdo o no, ya registré el matrimonio para nosotros. A través de una boda, le diré a todo el mundo que tú, Lola, eres mi única esposa. —Jorge respondió con franqueza, ignorando los chismes a su alrededor. Sus dulces palabras hicieron que Lola sonriera alegremente. Pero cuando entraron en la habitación, Lola fingió amenazar a Jorge: —Si me tratas mal, desapareceré con nuestros dos hijos. Entonces nunca nos encontraras. No habían encendido las luces de la habitación. Pero con la luz de las farolas, no estaba completamente oscuro. Se podían ver la cara del otro. Su amenaza le recordó a Jorge que Lola había desaparecido de él durante cuatro años. Su rostro se puso pálido. Sostuvo a Lola más fuerte en sus brazos y la besó. —No, no te dejaría irte de nuevo. Durante los cuatro años que estuviste lejos de mí, te extrañé mucho. —Dijo dulcemente. Eso era cierto. Durante esos cuatro años, tuvo que mirar sus fotos o nunca podría haber pasado las largas y solitarias noches. Incluso en el momento en que la había confundido con la persona que mató a su madre, no pudo evitar pensar

en ella. El ambiente en la habitación cambió ligeramente. Lola se acordó de Yolanda. No quería mencionar a Yolanda en este dulce momento. Pero esta era una buena oportunidad para que ella lo explicara. —No le hice daño. No la empujé al agua. Ella sobornó a la persona de la compañía para tenderme una trampa. Fue ella quien se envenenó con afrodisíaco en el país A, no yo. Y nunca contraté a nadie para violarla en la playa. Y yo no... —Comenzó a ahogarse con sus palabras. Las emociones aún eran abrumadoras para ella. Dejaría los siguientes incidentes a un lado y seguiría adelante. Ella había tenido suficiente en los últimos cinco años debido a esa mujer cruel. Su explicación hizo que el corazón de Jorge doliera. La abrazó con más fuerza en sus brazos. Él lo sabía. Se había enterado de la verdad. Era su culpa porque no había confiado en ella. Fue su culpa dejar que Lola pasara por todas estas cosas. ¡Todo era su culpa! Cuando Yolanda entró en su habitación por accidente hacía varios años, los tres estaban destinadas a cruzar caminos en sus vidas. —Yolanda me empujó por las escaleras y mató a nuestro bebé. Y mis accidentes en el crucero de la calle fueron causados por ella. Eso pasó dos veces. —Continuó diciendo todas sus quejas. —¿Pero lo crees? ¿Crees en mí? Jorge asintió firmemente. Sí, él creía en ella ahora. Por supuesto, era su esposa. La mujer a quien amaba tanto nunca haría cosas tan malas. Él pudo haber dudado de eso antes. Pero ahora se daba cuenta de lo tonto que había sido. Las lágrimas de Lola corrían por sus mejillas. Finalmente, Jorge confiaba en ella. —Te odio. Te odio tanto. No creíste en mí hasta ahora. —Ahora, sintió que era una buena decisión pedirle a Yonata que fuera al hospital en la ciudad D y buscara a ese médico. Pensándolo bien, debería haber confrontado a ese doctor hacía cinco años, ¿no era así? Y lo más importante fue... —Escucha, Jorge. Lo miró fijamente y se puso muy seria. —Eres el único hombre que tuve. No hay nadie más. Incluso cuando estaba en Crown Province, nunca me acosté con Tomás Herren. Nosotros sólo... Hmm Solo nos besamos. Pero eso fue todo. No seguí con lo demás. Eso convirtió la mirada de Jorge de sorpresa a celos. 'Bueno, incluso un beso no estaba bien', Jorge protestó profundamente dentro de él. Apoyó su frente contra la de ella, sintió su aliento y se disculpó sinceramente. —Lola, lo siento. —De hecho, le debía demasiado. Estar arrepentido nunca sería suficiente para compensarla. Usaría toda su vida para

compensar cada dolor y angustia que le hubiera causado. Si él hubiera confiado en ella desde el principio, tal vez estas cosas malas no hubieran sucedido entre ellos. Entonces recordó cómo ella saltó al mar y del edificio. Cómo quiso liquidarla impulsivamente... Estos incidentes a menudo se repetían en su mente. Odiaba su estupidez y cómo la daba por sentada. Si algo le hubiera pasado, ¿cómo podía estar tan feliz ahora? Lola se limpió las lágrimas, levantó la barbilla y dijo con rencor: —Jorge, espera y verás. Yo estaré siempre contigo. Entonces sabrás lo fiel que fui contigo. Él asintió, miró a Lola y respondió: —Usaré el resto de mi vida para compensarte a ti y a los niños. —A partir de ahora, Lola y sus hijos lo serán todo para Jorge. Él les daría lo mejor en esta vida. Lola engendró dos hijos para él. Hizo mucho por él. Sin embargo, nunca había hecho nada por ella. Así que él debía tratarla bien y cuidarla en el futuro. Lola sollozó en sus brazos y Jorge secó sus lágrimas. Estaba desconsolado. —No llores, cariño. Nunca te dejaré llorar más. Al pensar en Rocío, Lola explicó: —No sé cómo murió tu madre. No vi su cara... No tengo idea de cómo consiguió el arma que me diste... —Lola se atragantó con sus palabras. Jorge la sostuvo en sus brazos mientras asentía constantemente. —Lo sé, lo sé. No llores cariño. Solo necesito más tiempo para descubrir quién es ese hombre. También creo en lo que dijiste sobre Yolanda. Te dije que no la castigué porque quiero que lo hagas. —Él besó su suave frente. Después de un largo rato, ella lo miró seriamente. —¿Puedo confiar en ti otra vez? Jorge asintió y la tranquilizó. —Lola, debes creer en mí. Más tarde esa noche, la Torre Eiffel todavía arrojaba una luz amarilla suave. Todas sus palabras fueron reemplazadas por besos. Lola desabotonó lentamente la camisa de Jorge... A la mañana siguiente, se dirigieron a Maldivas. Maldivas estaba compuesta por más de 1000 islas. Había un hotel de vacaciones en cada isla. Estaba casi aislado. Contaba con hoteles de clase mundial, instalaciones de entretenimiento y servicios de primera categoría. Al mirar la vista desde el avión, Maldivas era como un collar de esmeralda, incrustado en un fondo de terciopelo azul, tranquilo y sereno. Los recepcionistas llegaron en el momento en que bajaron del avión. La villa del hotel estaba equipada con dos excelentes mayordomos. Jorge llevó a Lola al yate y se dirigieron hacia el mar. Después del viaje, los

camareros les entregaron leche de coco y una sola toalla con olor a coco. Disfrutaron de la vista y caminaron por varios minutos antes de llegar al hotel Paradise Island. Wow. Este era un hotel de seis estrellas...

Capítulo 393 ¡He dicho que no hay fotos! Sánchez reservó para ellos una villa junto al agua con pensión completa. Tenía una estructura formada por dos niveles. La villa estaba rodeada por la mejor zona para bucear. El director del hotel salió a su encuentro. Tenían dos mayordomos privados para esta villa que se encargaban de cuidar de todo. El interior de la villa no era demasiado grande, pero estaba bastante limpia, brillante y tenía un aspecto lujoso. Su distribución era muy acogedora. En el centro, había una cama blanca colocada con mucho gusto. La ropa de cama era blanca y azul, al igual que un lujoso sofá a su derecha. En la pared frente a la cama, la puerta había sido sustituida por una cortina blanca del tamaño de una pared. También servía como acceso hacia una piscina pequeña privada de aspecto exquisito en la terraza. Estando de pie junto a la cama, se podía ver el cielo bellamente reflejado en la piscina azul. Formaban una imagen hermosa y sofisticada. Al lado de la piscina, había dos tumbonas y una sombrilla de playa. A la izquierda, una cortina que ondeaba también sustituía a la puerta. A través de ella, se extendía un largo puente de madera de diez metros que unía la villacon una pérgola con el tejado de paja. La vista aquí era abierta y clara, por lo que era un lugar ideal para observar la inmensidad del océano. —¡Maravilloso! —Lola suspiró con admiración. Se quedaron en la pérgola y se regocijaron con la majestuosa vista mientras la brisa marina fría tocaba sus rostros. No había estado nunca en las Maldivas antes. Le sorprendía que su hermoso paisaje fuera aún más magnífico en persona. Tal vez era su presencia la que mejoraba esa sensación... Jorge pasó sus brazos alrededor de su cintura desde atrás y tocó su vientre. Él tocó su barriga de embarazada. —Nuestro niño está creciendo. Estoy muy orgulloso. —Le susurró dulcemente al oído. Le daba mucha pena haberse perdido la infancia de Estrella. Realmente se arrepintía de eso. Lola también tocó su barriga. —¿De Verdad? No noto nada.

Él la giró para estar de cara, la miró dulcemente. —Es mi hijo, lo puedo notar. —Sintió una conexión innegable con él. Ella le sonrió. —¡Bueno, tu hijo debe salir de mi barriga! Sí, sus hijos salían de su cuerpo. Qué pensamiento más hermoso. Él sonrió y miró el reloj en su muñeca. —Deberíamos ir ya a vestirnos. Comeremos en una hora. Cuando volvieron a la habitación, Jorge la abrazó y le bajó la cremallera del vestido. Se cayó al suelo, dejando sólo su ropa interior en su cuerpo. Ella se sonrojó un poco, y se tapó los ojos. —¡Deja de mirarme! Quítate la ropa rápido. — Entonces ella le le desabotonó la camisa. Su palma se deslizó hasta su cintura, esperando que ella acabara su trabajo. Después de quitarle la camisa, su torso duro y musculoso quedó expuesto frente a ella. Ella se sonrojó y se liberó de sus brazos. Cogió el bikini blanco que el ayudante del cámara le había preparado. Hoy iban a hacer fotos de boda junto al mar, así que el estudio preparó varios bikinis para que ella se los probara. —Son demasiado atractivos y sexy. ¿Cuál es la diferencia de cambiar de uno a otro? —Se quedó allí mirando a la gran cantidad de bikinis. Jorge se acercó a ella llevando un nuevo par de pantalones cortos de playa. —Venga, déjame ayudarte. —Dijo mientras extendía sus manos para quitarle la ropa interior. Y la dejó caer suavemente al suelo. Ella sonrió y se dio la vuelta. Entonces de repente ella se alejó de un salto. Cogió el bikini y se metió en el baño, haciéndole reír un poco. Jorge cerró los ojos, y disfrutó del momento. Tú, hechizante belleza... Después de que ella se hubiera cambiado, llamaron a la vestidora para que la maquillara un poco. Jorge se puso un poco de protector solar en la cara y en el cuerpo. No necesitaba maquillaje. Nunca lo necesitaba. Su rostro era lo suficientemente encantador como para deslumbrar a cualquier mujer. Cuando caminaron juntos hacia la playa, llamaron la atención de todos. El hombre era alto, fuerte y bien proporcionado. Especialmente sus firmes abdominales... Mientras que la mujer era alta y delgada con su estrecha cintura. Tenía un aspecto atractivo y sexy con el bikini puesto. Jorge notó que los ojos de ellos se posaban en el cuerpo de ella. Estaba consternado. Les dirigió una mirada penetrante a modo de advertencia. Todos los hombres bajaron la mirada inmediatamente y fingieron estar centrados en sí mismos. Jorge envió a un mayordomo a buscar toallas de baño. Se envolvieron con las toallas, pero sus delgadas piernas aún quedaban a la vista. Ahora se arrepentía de su decisión de haberla traído aquí. Él tiró de su

mano, tratando de arrastrarla fuera de la playa. —¿Qué pasa? Acabamos de llegar. —Preguntó Lola confundida. ¡Este hombre era realmente impredecible! Él la miró y dijo: —¡No quiero hacer fotos ahora! —No podía evitar pensar en romperles el cuello cada vez que pensaba en como la miraban. —¿Pero, por qué? —Ella lo miró fijamente, tratando de que volviera. El fotógrafo y los asistentes estaban listos para la sesión fotográfica. Él se mantuvo firme. —¡He dicho que no hay fotos! Lola le miró con el ceño fruncido. —No haremos fotos, entonces. Entonces, ¿Por qué estamos aquí? —Ella levantó la voz enfadada. ¡Qué decepcionante! Todos los buenos planes se iban a romper. Estaba molesta. Estaba él tan feliz y contento hacía un rato, ¿no? ´¿Qué le pasa ahora? ¿Ha cambiado de opinión?´ Su mal humor cambió cuando vio que Lola se enfadaba con él. La atrajo hacia él. —Cariño, no te enfades, por favor. ¡Lo haremos! ¿Vale? Ella le apartó la mano y se alejó. ¡Él era raro! Él la alcanzó, y la sujetó aún más fuerte. —Cariño, lo haremos. No te enfades, por favor. —Intentó aliviar su estado de ánimo e hizo un gesto a Sánchez para que lo siguiera. Lola se detuvo cuando llegaron a la sombra de una palmera. Ella lo miró fijamente. —Dime, ¿has cambiado de opinión? Se quedó sin palabras. —¡De ninguna manera! —Le susurró al oído: — Estás demasiado atractiva con este bikini. No quiero que te miren. Si siguen mirando, les arrancaré los ojos para alimentar a los tiburones. Ella se puso a reír al escuchar eso. ¡Estaba obviamente celoso! Tiró un poco de la toalla. —¡Pero estoy dentro de la toalla! ¡Nadie puede ver a través de mí! Jorge se sintió aliviado al ver su sonrisa. —Sí, pero, ¿qué pasa con tus piernas? ¡No deberíamos haber venido aquí, a sacar fotos en esta maldita playa! ¡Hay demasiados chicos por aquí! —Él apretó los dientes. Su cuerpo era solo para él. Nadie más podía mirarlo. Lola retrocedió lentamente. —¿Eres tan viejo y tradicional? Eres demasiado conservador. ¿No estás llevando pantalones cortos de playa tú mismo? Mira allí, esas chicas atractivas te guiñan un ojo. ¿Alguna vez he dicho algo desagradable sobre eso? —Dijo, señalando a las atractivas rubias que no estaban muy lejos. Jorge no levantó la mirada. Sus ojos se quedaron fijos en ella. La acercó a su pecho y la besó. —¿Estás celosa? —Preguntó con voz orgullosa. Ella le dio una palmada en el pecho y lo miró fijamente. —Bueno, no lo

puedo negar. Él sonrió con satisfacción. Luego él agarró su mano y caminó de vuelta a la zona donde harían la sesión de fotos. Cuando regresaron al lugar de la sesión de fotos, el cámara tomó algunos primeros planos de Lola. Llevaba un elegante sombrero para el sol y se metió en el mar, se detuvo y le devolvió la sonrisa. Jorge se quedó en la playa. Estaba vigilando a esos hombres, y peleaba con ellos con sus penetrantes miradas cuando sus ojos se posaban en Lola. Al cabo de un rato, Lola volvió con él. La asistente puso un velo blanco de novia largo sobre su cabeza, y ella sostuvo un ramo de flores rojas en sus manos.

Capítulo 394 Vuelta alrededor del mundo para pasar nuestra luna de miel Jorge estaba de pie detrás de ella. Ella estaba inclinada a su lado ligeramente, con su brazo derecho cruzando el pecho de él. El fotógrafo ajustó el tono de la imagen. Pronto mostró la inefable tentación y la atracción sexual, con el majestuoso mar como fondo. Después de varias fotos, Jorge interrumpió al fotógrafo y dijo: —Deja otra serie de fotos de bikini para la noche. Ahora, vamos a sacar algunas fotos en el mar. Todos se sorprendieron ante la petición de Jorge, pero el ayudante del fotógrafo ayudó a Lola a cambiarse de ropa y comenzó a prepararse para los siguientes efectos especiales en el fondo marino. Justo en ese momento, Lola apareció ante los ojos de Jorge, con un vestido de múltiples capas sin tirantes azul cielo con una falda grande, su cabello ondulado simplemente colgando suelto. Se veía tan hermosa y encantadora. Jorge llevaba una camisa informal blanca y pantalones informales de color azul cielo. Eran exactamente del mismo color que su vestido. Ya era cerca del mediodía. La luz ya era brillante, por lo que ya no era necesaria la iluminación artificial. Lola agarró las manos de Jorge nerviosa. Ella realmente no sabía nadar... —No tengas miedo, cariño. Sólo agárreme fuerte. —Él la tranquilizó con su suave voz. El fotógrafo ya estaba en el agua, esperando capturar sus hermosos momentos. El vestido azul de múltiples capas había sido preparado especialmente para los efectos del fondo marino. Su falda grande de múltiples capas tenía mejor efecto flotante dentro del agua, por lo que habría una visión artística. Lola se hundió en el agua conteniendo la respiración y después trató de abrir los ojos lentamente. Pero se rindió de inmediato porque realmente se sentía incómoda. Sin embargo, se sintió un poco encantada al ver algunos hermosos peces en ese momento. En realidad, no tenía que preocuparse por su seguridad, ya que estaba fuertemente sujeta por su hombre.

¡Oh, no! Cuando volvió a sumergirse en el mar, se sintió aún más incómoda y salió a la superficie rápidamente, buscando aire. Pero la parte inferior de su cuerpo todavía estaba sujeta por Jorge dentro del agua. Después de inhalar un poco más de aire, volvió a hundirse en el agua. Esta vez, abrió los ojos con éxito, pero salió a flote fuera del agua otra vez después de tres segundos de contacto visual con Jorge. El fotógrafo aprovechó esa oportunidad y sacó dos fotos. Parecían muy buenas. Él también salió a la superficie y dijo: —Sra. Si, trate de relajarse bajo el agua. Jorge la está sujetando, de todos modos. —Después volvió a hundirse tras limpiarse la cara. Lola intentó seguir las instrucciones del fotógrafo y soltó la mano de Jorge, relajando su rostro y sonriendo. Así, ella simplemente estaba flotando en el agua como una sirena. El colorido arrecife de coral, las algas verdes parpadeantes y diferentes formas... Mantuvo todas esas creaciones exquisitas a la vista. En menos de tres segundos, Jorge nadó a su lado y la llevó a la superficie. Ella respiró fuerte otra vez y él se preocupó mucho. —¡Ya es suficiente para este set! —Él no sacrificaría su salud por esas fotos. Pero esta vez, Lola rechazó su consejo. Se sentía cómoda en el agua justo ahora. Aunque estaban cerca de la costa, la vista del fondo marino la atraía profundamente. Le pidió a Jorge que la llevara al lado del fotógrafo. Quería ver las películas negativas en la cámara. Al ver las hermosas fotos, ¡decidió probarlo una vez más! Lola devolvió la cámara al fotógrafo y se hizo arreglar el maquillaje por los asistentes. Jorge ciertamente estaba dispuesto a cooperar con ella mientras quisiera continuar. Sólo estaba preocupado de que ella ya estuviera mareada. Lola era más valiente esta vez y abrió los ojos en cuanto se hundió en el agua. Flotaron en el agua y actuaron como dos peces besándose. El fotógrafo grabó el hermoso momento para ellos. Como Lola todavía estaba de buen humor, este conjunto de fotos costó más tiempo. Después de la sesión de fotos, ya eran las doce y media, treinta minutos más de lo previsto. Se ducharon después de volver a su habitación, se cambiaron de ropa y fueron a comer. Él eligió un restaurante a 6 metros por debajo de la superficie del mar. El restaurante estaba cubierto por un vidrio transparente de PMMA. A través del techo curvo, se podían ver varios bentos yendo de un lado a otro.

Como estaba debajo del agua clara y azul, la luz en el restaurante era demasiado fuerte. Por lo tanto, todos necesitaban llevar gafas de sol. Jorge sacó la silla para ella y la ayudó a sentarse. Después cogió el menú que le ofrecía el camarero. —Ensalada de caviar, langosta, salmón frito con miel, albóndigas con trufa, hígado de ganso frito, jugo de cítricos, carne Angus, un vaso de zumo de fruta fresca y una copa de cóctel. ¡Gracias! Al escuchar los nombres de estos platos de su boca, Lola se sorprendió ante el lujo del lugar. No había platos comunes para ella en absoluto. Sólo podía pedirlos de vez en cuando. Pero ahora, el hombre ante ella era muy generoso. ¡Era realmente muy rico! Volvió la vista hacia el mar fuera del cristal. —Mira, ¡aquí hay un tiburón! —Ella se emocionó mucho cuando vio al tiburón. Era muy diferente a su experiencia en el Undersea World de País A con Estrella. Al ver la emoción en su rostro, Jorge sostuvo su mano sobre la mesa y dijo: —Después de que des a luz, recorramos el mundo para pasar nuestra luna de miel. —Le gustaba viajar y él la acompañaría todo el tiempo que quisiera. ¡Él lo haría todo por ella! Estaba tan conmovida por sus palabras, pero tenía sus dudas. —¿Tendrías tiempo? Has estado muy ocupado últimamente. —Tenía muchas empresas y propiedades que gestionar. ¿Cómo podría estar disponible para una vuelta alrededor del mundo? Levantó una ceja y respondió: —¡Por supuesto! ¡Siempre tengo tiempo para ti! —Todo el trabajo podría ser pasado temporalmente a su padre y a Sánchez. Después de todo, había muchas mentes brillantes en la compañía. No había ningún problema con que se fuera por un corto periodo de tiempo. Se alegró de escuchar eso y dijo: —¡Genial! ¡Nunca he estado en Islandia y Suiza! —Debe ser la cosa más feliz recorrer todo el mundo con alguien a quien que amas. Jorge Si tenía más que suficiente dinero para este plan, excepto que era posible que no tuviera tanto tiempo. Pero, no importaba, ¿verdad? Lola había estado inmersa en su sueño de los días después de dar a luz. ¡Sería tan memorable! Jorge no pudo evitar reírse de esa mujer soñadora que tenía delante. Entonces él le recordó. —Aquí está nuestro almuerzo. Intenta comer primero. Debes estar muy hambrienta. —Así que se interrumpió su soñar despierta. El olor del salmón la hacía sentirse muy hambrienta. Pero primero necesitaba ir al baño. Cuando regresó a la mesa, estaba encantada de ver que el salmón había sido cortado y preparado en su plato.

Comenzó a disfrutar del delicioso salmón, pero estaba un poco decepcionada por su sabor. Era incluso peor que el salmón en País A. Cuando se sirvió el último plato de carne Angus, finalmente comenzó a asentir con una mirada satisfactoria. Estaba deliciosa. Sin embargo, de repente se tapó la boca con un trozo de servilleta, ya que se sentía asfixiada por una sensación enfermiza. Se levantó de inmediato y se apresuró a ir al baño. Él se asustó por su comportamiento, dejó el cuchillo y la siguió. —¿Qué pasa? —Él la agarró del hombro y vio una mala expresión en su rostro. Sabía que los platos aquí no eran nada del otro mundo, pero quería traerla para que disfrutara de la vista del mar. ¿Pero la comida la había hecho enfermar? Lola agitó su mano con prisa. Contaba los días en secreto. Tal vez ya era hora de que la enfermedad del embarazo llegara y la persiguiera otra vez... Corrió hacia el baño e intentó vomitar sobre el inodoro, pero no salió nada. El sonido de sus arcadas en el baño lo ponía muy nervioso. Pero no podía hacer nada. Miró su reloj. Si no salía en dos minutos, entraría. El gerente del restaurante se acercó a él y le preguntó: —Sr. Si, ¿cuál es el problema? —El gerente expresó cortésmente su preocupación. Pero Jorge estaba demasiado ansioso para responderle. Si Lola enfermara realmente por su comida, haría desaparecer ese restaurante. Justo cuando planeaba entrar a la fuerza, Lola abrió la puerta del baño y caminó hacia el fregadero. Se lavó las manos y tomó un sorbo de limonada para enjuagarse la boca.

Capítulo 395 Sentirse sola —¿Cómo te encuentras? ¿Te sientes mejor ahora? —Con suavidad le dio una palmadita en la espalda mientras miraba preocupado a Lola. Lola solo negó con la cabeza y respondió: —Estoy bien, no te preocupes. Solo deben ser las típicas náuseas matutinas. Oh... —Ella suspiró con cierto pesar. Eso significaba que al menos durante dos meses, dejaría de comer carne. Cuando estaba embarazada de Estrella, había evitado la carne para aliviar sus malestares. Su respuesta dejó más tranquilo a Jorge. Gracias a Dios, el vómito de Lola solo era un síntoma de embarazo, nada que preocuparse. Después de despedirse del gerente del restaurante, Jorge pagó la cuenta y llevó a Lola a descansar un poco. Jorge la escuchó vomitar en el baño, pero no podía pensar en algo que pudiera ayudarla. Él sentía una gran impotencia. Con una cara pálida, prefirió llamar a Sánchez para que lo ayudara. Después de saber cuál era el problema, de inmediato Sánchez salió a comprar algunas bebidas y bocadillos para aliviar los malestares de Lola. Después de vomitar, Lola se lavó las manos e intentó refrescar el semblante afligido que tenía, aunque vomitar la hizo sentir mucho mejor. Terminó de enjugar su boca y salió del baño. Entonces vio a Jorge, caminando por toda la habitación más nervioso que nunca. Ella sonrió y pensó que esto era solo el comienzo. Si Jorge supiera que esto no era nada, que los próximos dos meses serían los más difíciles de superar. Así que Jorge no debería preocuparse mucho por ahora. —Estoy bien. Deja de caminar así, me pones nerviosa. ¿De acuerdo? No estés tan nervioso. Jorge de inmediato la llevó a la cama y le preguntó con un cierta preocupación: —¿Cómo estás? ¿Qué quieres algo de comer? ¿Quieres que te lleve al hospital? Por favor, dime lo que necesitas, lo que sea. En sus ojos se podía notar la preocupación e impaciencia de no poder ayudarla. Ella rara vez veía esto en él. Ella se inclinó ligeramente a su lado, sostuvo sus manos con un gesto afectusos y negó con la cabeza. —Jorge, estoy bien, esto es muy normal durante

el embarazo. Te dije que no te preocuparas demasiado. —Me parece difícil imaginar cómo fue que superaste todo esto cuando estabas embarazada de Estrella. —Él cubrió sus manos con las suyas... hacía un poco de frío. Le preocupaba que ella pudiera enfermarse o que ya lo estuviera. Así que la metió en la cama y la cubrió con las sábanas. —Estás sobreestimando el dolor, solo son malestares matutinos. No es gran cosa, de verdad. Cuando estaba embarazada de Estrella, solía comer comidas picantes todo tiempo para aliviarlo. —Se dice que el comer comida picante hará que una mujer dé a luz a una niña, mientras que la comida ácida apunta a un niño. Muchas personas creían que ese dicho era real. Por ejemplo, esa vez a Lola le gustaba comer comida picante durante el embarazo y dio a luz a Estrella, De verdad Lola amaba la comida picante. Cuando regresó y paso su embarazo en la casa Li, su madre había reemplazado la mitad de los platillos para satisfacer todos sus antojos. Un día mientras la familia Li comía, Manolo al probar el platillo, sintió que su lengua ardía por el chile, casi lloraba de dolor, pero ella sin problema pudo comerse todo lo que encontró. Lola esbozó una sonrisa al recordarlo, Porque cuando ella regresó a casa, todos eran muy amables y se preocupaban por ella. El embarazo la hizo muy malhumorada, pero toda la familia simplemente toleró su mal genio. ¿Qué pasaría con Jorge? ¿Sería capaz de tolerar su mal genio? No, para decir más precisamente, ¿toleraría ese temperamento irascible que tenía? —Le he pedido a Sánchez que vaya a comprar un poco de comida ácida y picante, pero se está tardando demasiado. Me temo que debes tener hambre otra vez. —Jorge se estaba impacientando mucho, tomó su teléfono y de nuevo llamó a Sánchez. El teléfono sonó por varios segundos y enseguida entró el buzón de voz. Jorge estaba desconcertado, Sánchez no tenía la costumbre de hacer eso, o por lo menos no muy a menudo. De repente, alguien tocó la puerta. Sánchez estaba afuera, lleno en sudor y visiblemente muerto del cansancio. El asistente del fotógrafo lo acompañaba. Llevaban varias bolsas de aperitivos y paquetes de jugos en sus manos. Jorge les pidió que pusieran la comida cerca de Lola. Después ayudó a Lola a sentarse en la cama y puso una almohada detrás de su espalda. Su amor indiscutible, todos los detalles y cuidados que tenía por ella hicieron que Lola se quedara sin palabras. Después de todo, solo eran malestares matutinos. No era una gran cosa. Jorge no necesitaba ser tan cuidadoso y estar tan preocupado. —Echa un vistazo a la gran variedad de comida que hay y escoge lo quo quieras comer. —Jorge frunció el ceño ante las pilas de bocadillos, pensó que

eran comida chatarra. Pero Sánchez no tenía la culpa, ya que tampoco tenía idea de cómo cuidar a una mujer embarazada. Así que lo único que pudo hacer fue escoger todo tipo de refrigerios y meterlos en las bolsas y dejar que Lola eligiera lo que quería. Lola echó un vistazo y escogió los fritos de tofu picantes y las patas de pollo. Las bolsas de frituras tenían los nombres de sus marcas distribuidoras. Las marcas eran tan desconocidas que Jorge nunca había oído hablar de ellas. Eso hizo que frunciera más su ceño. ¡Iugh! ¡Comida chatarra! Se quejó por completo muy dentro de él. No estaba seguro de confiar de verdad en esta marca, pero no tenía otra opción que dejar que Lola se los comiera por ahora para poder aliviar su malestar. Tan pronto como regresaran a la mansión, Jorge contrataría a cocineros profesionales de la cocina picante de Sichuan y jamás dejaría que Lola volviera a comiera tanta basura como esa. Lola comenzó primero a comer las patas de pollo picantes. Delicia fue la única palabra que encontró para describir cómo se sentía en este momento. Por otro lado, Jorge se recostó en el sofá y la miró con desesperación. Nunca pudo entender por qué a alguien le gustaría comer comida chatarra, pero al parecer Lola era una gran fan de este tipo de comida. Cuando Lola se terminó media bolsa de patas de pollo, Jorge se acercó y tomó de su mano el resto. —Deja de comer esto, esto no es comida de verdad. Le diré al cocinero que te prepare toda la comida picante que quieras en cuanto lleguemos a casa. Será mucho más saludable que esto. —Jorge tenía razón. Estos aperitivos empaquetados fueron hechos con todo tipo de conservadores, definitivamente no eran buenos para la salud, mucho menos en su estado. Lola hizo un puchero, pero no tardó en abrir una bolsa de nuggets de pescado. De manera que su boca pudo disfrutar de otro 'viaje de placer'. La verdad era que ella realmente adoraba comer bocadillos cuando estaba en la universidad. Ella comenzó a comerlos con menos frecuencia cuando ya estaba trabajando, y los tuvo que dejar especialmente desde que comenzó su relación con Jorge. Nunca pensó que volvería a comer estos deliciosos bocadillos y ahora, con una oportunidad tan buena, no la desaprovecharía en absoluto y los comería hasta saciarse el corazón. No todos los días tenía la oportunidad de comerlos. Pero de la nada, Jorge no pudo soportarlo más, tomó la otra mitad bolsa y la tiró a la basura. —¿Qué estás haciendo? ¡No sabes cómo me gustan! —Ella lo miró con gran consternación y molestia.

Pero eso no evitó que Jorge se deshiciera de todas las bolsas de comida chatarra y las dejara en el basurero. —Puedo notar que ahora te sientes mucho mejor, así que claramente no necesitarás más de esto. Encontraré un cocinero que pueda hacerte comida picante que tanto amas esta noche. ¡Así que no te preocupes! —Él no quería que Lola siguiera comiendo ese tipo de comida. Era realmente dañino y poco saludable y estaba preocupado principalmente por el bebé. —¡Pero estás desperdiciando comida, eso no se hace! —Ella desaprobó su acción. —Estás embarazada, no puedes comer cualquier tipo de cosas. —Le dijo en un tono más serio y con cierta preocupación en sus palabras. —Las mujeres embarazadas no deben comer comida como esta, puede hacerles daño, y no solo a ti, sino también al bebé. Ella hizo un puchero con sus labios lleno de insatisfacción, y luego dijo: — Bueno, bueno, bueno. Está bien, entonces solo dormiré. —Ella bostezó, miró a Jorge y seductivamente y con un simple gesto, su dedo índice lo llamó a la cama. ¿Qué mala idea tenía ella en mente? Jorge quedó completamente sorprendió al verla coqueteando con él. Pero inmediatamente encendió el deseo de Jorge, sintió algo dentro de él. Se quitó la chamarra, saltó a la cama y la tomó de la cintura. —Debes comportarte como si todavía estuvieras embarazada. —Agarró sus manos y le advirtió en voz baja. Lola dibujó una sonrisa en su rostro y decidió darle una oportunidad, además, ella sabía que esto no sucedería todos los días. Estaba tan feliz por la forma en que la había tratado hoy, tan amable y considerado. Minutos después, la habitación quedó en completo silencio, solo se podían escuchar los ocasionales gemidos de Lola y el sonido de las olas... Después de un rato, Jorge recostó su cabeza en uno de sus brazos, lentamente apoyó una mano en el vientre de Lola y miró con cariño a la hermosa mujer que dormía a su lado. Se dio la vuelta, tomó el teléfono de la mesa y le envió un mensaje de texto a Sánchez por WeChat: —Contrata a los dos mejores cocineros de la cocina de Sichuan ahora mismo y envíalos a la mansión del País C. Además, también debía acelerar la construcción de la habitación de los niños, quería tener todo preparado antes de tiempo. Después de arreglar todos lo que faltaba, apagó su teléfono y se quedó dormido con Lola entre sus brazos. Lola tuvo una pesadilla, Jorge y Yolanda estaban desayunando juntos en la villa de Fuente Perla, se les veía tan felices. Ella simplemente se sentó en una

esquina, mirándolos sin poder hacer nada. En el sueño, ambos se veían a los ojos y sonreían con tanto amor que Lola no pudo soportarlo. Una escena en su pasado estaba ocurriendo de nuevo... Yolanda le dijo con arrogancia: —Lola, Jorge es mío, no significas absolutamente nada para él. Luego Cherry se acercaba y sostenía el brazo de Jorge cariñosamente. — Jorge también será mi hombre, no significas absolutamente nada para él. Ella trató de sujetar Jorge y alejarlo de Yolanda y Cherry, pero de la nada, él simplemente desapareció. En ese instante, Lola despertó. Había un gran silencio en la habitación, solo se podía escuchar el sonido de las olas del mar. Jorge no estaba a su lado. De repente, comenzó a sentirse sola, como si todos los momentos felices que acababa de tener con Jorge hubieran sido solo un sueño. Esa idea la aterró y entró en pánico. Rápidamente se levantó de la cama y comenzó a gritar: —¡Jorge! ¡Jorge! —En su voz se podía notar el miedo y la ansiedad. Jorge inmediatamente dejó todo en lo que estaba trabajando, se levantó del escritorio y corrió hacia la habitación. Cuando entró, vio la cara pálida de Lola y sus ojos llenos de preocupación. Jorge preguntó con ansiedad: —¿Qué pasa, cariño? ¿Te sientes enferma otra vez? La presencia de Jorge borró todas las preocupaciones de Lola en un segundo. Ella no contestó, solo tomó a Jorge entre sus brazos tan fuerte como pudo. Así era como ella se sentía segura, entre sus brazos. —¿Dime qué pasó? Cariño, dime por favor... —Jorge trató de consolarla. Pudo sentir su pánico y su cuerpo temblando. Él la abrazó más cerca de él.

Capítulo 396 Las carcajadas de Lola Le tomó un tiempo antes de volver a entrar en razón. Ella negó con la cabeza y respondió con una voz, obviamente, molesta: —Pensé que ya... te habías ido. Me puse muy triste. —Hizo una pausa antes de decir lo que realmente pensaba. Jorge sintió mucho remordimiento en su corazón cuando escuchó esto. Estaba impactado. Sí. Lo estaba. También se sorprendió. Ahora, se daba cuenta de lo importante que era para ella. De inmediato, trató de tranquilizarla: —No permitiré que esto suceda, Lola. ¡Nunca más te volveré a dejar! —Le daba mucha seguridad. Nunca más tendría que preocuparse, nunca lo perdería de nuevo. Se acercó más a él y cayó en sus brazos. —¿Es verdad eso? ¿Estás seguro de que no estoy soñando ahora? Por favor, prométeme eso, Jorge. Ahora, no era como de costumbre, la alegre y jovial Lola, cuyos ojos siempre estaban llenos de orgullo y alegría. Era como un pequeño conejito herido, que buscaba un lugar más seguro para estar. Jorge acarició su largo cabello con mucho cariño. Luego besó sus suaves labios rojos. Quería demostrarle, que todo lo que decía era real. Estaba aquí para estar con ella. Siempre. Para siempre. Lola le devolvió el beso apasionadamente. Olió su habitual y atractiva fragancia. Sí, era él. ¡Estaba segura de que no era un sueño! Una pequeña lágrima rodó por su mejilla. No pudo resistirlo. Jorge sintió que sus mejillas estaban un poco húmedas. Abrió los ojos y besó con ternura esas lágrimas que había en su rostro. Le dijo: —No llores, Lola. Soy tuyo por el resto de tu vida. Desde entonces, sus lágrimas, se convirtieron en las perlas más preciosas del mundo para él. Incluso si hubiera alguien que quisiera cambiar todo, no dejaría que Lola volviera a derramar lágrimas. —Jorge, me quedaré contigo siempre, dondequiera que vayas de ahora en adelante. —Le dijo Lola con voz decidida. Luego, se apoyó en sus hombros como una niña. Lo abrazó con fuerza entre sus brazos. Ahora, se sentía segura. Jorge asintió y la miró con afecto. —Sí. Yo también estaba pensando en

eso. Afuera, el paisaje era muy hermoso. Jorge guió a Lola a la majestuosa piscina. El brillo de la mañana en el cielo, se convertía en diferentes colores. Ahora, todo resplandecía y era brillante. La piscina estaba conectada al mar y así, el agua era de un color muy azul. Jorge se inclinó a un lado y tomó a Lola en sus brazos. Ahora, ella jugaba con el agua felizmente en su bikini amarillo. Estaban tan cerca el uno del otro, que Lola podía sentir su aliento sobre sus hombros. Era como si le hiciera cosquillas. Lola se rió. Jorge acarició su cabello mojado con la palma de la mano y miró su rostro. Estaba muy feliz y despreocupada y jugaba como una niña. Nunca la había visto tan alegre. ¿Quién pensaría que alguna vez, una empresaria tan seria y elegante en el Grupo SL, actuaría ahora como una niña mimada? Jorge la besó dulcemente en las mejillas. Lola se rió de nuevo. Su sonrisa le recordó a Estrella. Su hija, se parecía mucho a su madre, Lola. Pensó en esto y Jorge sintió mucha calidez en su corazón. Lola de repente, se volvió hacia él y lo besó en su pecho de una forma muy seductora. Jorge se enderezó. ¡Lola era muy traviesa! Quería tomarla, pero ella estaba tratando de liberarse. Luego, de modo despreocupado, tropezó y se sumergió en el agua. Salió a la superficie antes de ahogarse con un poco de agua. —¡Te aprovechas de mí! ¡Como pudiste! —Se limpió el agua de la cara y lo acusó. Sus ojos se agrandaron y Jorge solo la miró de forma inocente. Era Lola quien lo había empezado. ¡Obviamente lo estaba seduciendo ahora mismo! Pero Jorge no se enojó. En realidad, se sintió muy halagado. Le dijo suavemente: —Está bien. Todo fue mi culpa. Ven aquí, déjame darte un gran abrazo. —La llevó fuera del agua y la tomó entre sus brazos. Lola se ruborizó. Entonces Jorge la llevó a la piscina nuevamente. El sol ya estaba cayendo. Miraron hacia el mar azul profundo, que se extendía como si se encontrara con el cielo. Lola se apoyó en sus hombros. Estaba muy inmersa en la felicidad y la dulzura. Quería que siguieran así para siempre. Deseaba que siempre se adoraran y cuidaran mutuamente... por el resto de sus vidas. En la cena, los platos que había sobre la mesa eran todos vegetales. Jorge le

pidió específicamente al cocinero, que los hiciera más condimentados para satisfacer el apetito y los gustos de Lola. La mujer estaba muy feliz y comía con gusto. Después de la cena, caminaron juntos por la orilla del mar. Luego, volvieron a la habitación para cambiarse de ropa y tomarse fotografías en bikini. Esta vez, el color predominante era el negro. Este tono era muy elegante y sofisticado. Tomaron las fotografías por la noche. Para resaltar el fondo, el fotógrafo aplicó luz artificial durante toda la sesión. El resultado fue muy satisfactorio. Bajo la luz de la luna, las fotos se veían muy místicas y sensuales. Después de la sesión, todos los demás miembros regresaron a sus habitaciones. Lola y Jorge se quedaron atrás. Estaba descalza sobre la suave arena de la playa. Recogía conchas y miraba el hermoso paisaje delante de ella. Jorge la siguió en silencio. Realmente disfrutaba mirándola desde atrás. Media hora después, Jorge le recordó: —Cariño, es hora de descansar. Al día siguiente, sería el último día de su viaje y tenían que levantarse temprano para ir a la isla de Phuket. Lola arrojó las conchas nuevamente al mar y gritó: —¡Adiós, Maldivas! Luego, caminó enérgicamente hacia Jorge. Lo tomó de su brazo y caminaron hacia su habitación del hotel. Jorge colocó un brazo alrededor de sus hombros desnudos. Dejaron la playa y se oían las carcajadas de Lola. Dentro de la habitación. Lola se recostó sobre Jorge en la piscina de baño al aire libre. Jorge tomó el teléfono y marcó el número de Kevin. —Papá. ¿Ya está dormida Estrella? —Le preguntó Jorge. Kevin le estaba contando historias en la cama a Estrella. —Finalmente recordaron que dejaron a la niña aquí. ¡Pobre Estrella! ¡Los extraña mucho! Pensamos que ya no llamarían más. —Kevin exageró un poco su broma. De hecho, como sabía que su padre ahora estaba muy feliz, Estrella también estaba muy contenta. —Abuelo, no soy pobre. Tengo muchos juguetes. ¡Estoy muy feliz! — Cuando oyó que su abuelo la había mencionado, Estrella corrigió a toda prisa sus palabras. Jorge escuchó la dulce y hermosa voz de la niña. Se rió y dijo: —Papá, queremos hablar con Estrella. Mientras hablaba con Kevin, Jorge intentó colocar las manos en el vientre de Lola. Ella inmediatamente las alejó.

Tomó el teléfono de Jorge y habló con Estrella. —¡Mamá! —La voz emocionada de la pequeña hizo eco en la habitación. Habían pasado varios días desde que Lola vio a su hija por última vez. También estaba muy emocionada de hablar con Estrella. Pero lo que la niña le preguntó, a continuación, la hizo sentir un poco incómoda. —Mamá. ¿Dónde está papi? Quiero hablar con papá.

... Lola miró al techo y le dijo: —Estrella, soy mami, tu querida mamá, que te dio a luz y te crió durante casi cinco años. —Hizo hincapié en eso. —Sí, ya sé que eres mi mamá. Pero, ¿dónde está papi? —Estrella se levantó de la cama con mucha emoción. Pensó que su mamá ahora, pertenecía a su papá. Entonces, vería a su mami todos los días, de ahora en adelante. ¡Finalmente serían una familia completa! Lola se quedó sin palabras. Hizo un gesto un poco desconforme y le dio el teléfono a Jorge. Él escuchó todo y sonrió. —¡Qué niña tan traviesa y desagradecida! Ahora, estoy enojada. —Se quedó mirando el teléfono en señal de queja. Jorge sonrió ligeramente mientras se limpiaba las manos con la toalla. Luego, tomó el teléfono con una mano y sujetó la cintura de Lola con la otra. —Estrella. —Dijo su nombre con tanta dulzura que Lola se enojó más. Se dice que: la hija es la amante de su padre en su vida anterior. Bueno, esto parecía ser verdad. Lo que estaba pasando ante sus ojos, lo demostraba claramente. —¡Papi! ¿Cómo estás? —Estrella exclamó muy emocionada cuando escuchó la voz de su padre. Lola lo escuchó claramente. Jorge se sintió muy orgulloso cuando escuchó la dulce voz de su hija. ¡La chica encantadora, al otro lado de la línea, era su amor! —Estrella, papá y mamá, te extrañamos mucho ahora. Muchísimo. ¿Tú también nos extrañas? Estrella se subió a la cama y respondió: —Sí, papi. Te extraño. ¿Cuándo regresas? Miró la cara feliz de Estrella y Kevin, de repente, se emocionó mucho. La niña estaba diferente desde que, su madre y su padre, arreglaron todo y volvían a estar juntos. Se volvió más feliz y más extrovertida desde entonces. —Volveremos en dos días. Puedes ir a buscarnos cuando lleguemos al aeropuerto. ¿Está bien? —Jorge sonrió. Su rostro amable reflejaba lo mucho que

amaba a su hija.

Capítulo 397 La marca de un lápiz de labios rojo brillante Lola se puso celosa al instante. ¡Estrella era una pequeña traidora! Movió los ojos y de repente tuvo una idea. Tocó la cintura de Jorge de una manera muy seductora. El hombre sintió la intención y su tono de voz cambió de inmediato. Lola se deslizó intencionalmente sobre su cuerpo. Jorge no pudo resistirlo. Quería colgar el teléfono de inmediato. Lola oyó que le decía a Estrella: — Cariño. Ya es muy tarde. Vete a dormir. Papá te verá pronto. Entonces, Lola escuchó que Estrella le enviaba un gran beso. La llamada telefónica ya había terminado. Lola se puso de pie y estaba lista para volver a la habitación. Pero antes de que saliera de la piscina, Jorge la acercó hacia él. La dejó sentarse en su regazo. Sentía su pasión debajo de ella... '¿Jorge se enciende así tan fácilmente?' Dejó su celular sobre el estante cerca de ellos. Luego, la sostuvo de la cintura y la obligó a acostarse sobre él. —¡Estás coqueteando conmigo! ¿Te gusta? —Jorge no la había tocado en los últimos dos meses. A pesar de que quería tener sexo con ella todas las noches, siempre hacía todo lo posible por contener su impulso. Pero la quería ahora, como recompensa. Lola se sonrojó y lo empujó con suavidad: —Vete. Ahora quiero dormir. Jorge cerró los ojos y la sostuvo con firmeza entre sus brazos. Luego le susurró al oído: —Te dejaré dormir. Solo hazme un simple favor. Lola se ruborizó un poco. —¿Cómo se supone que puedo ayudarlo? Este hombre es tan molesto.... —Pensó mientras se alejaba un poco de él... La noche se hizo más profunda. El cielo de las Maldivas era muy hermoso. Pero la pareja estaba muy ocupada, en este momento, para disfrutar del paisaje. Estaban inmersos, profundamente, en los cuerpos cálidos del uno con el otro. Al día siguiente, muy temprano por la mañana. Lola se vistió y luego la guiaron hasta el avión. No estaba completamente despierta todavía. Salieron tan rápido que ni siquiera terminó de lavarse los dientes antes de que les dijeran que tenían que salir. En el avión, Lola, continuó durmiendo en los brazos de Jorge.

No se despertó hasta que llegaron al hotel. En ese momento, ya había salido el sol. Le enviaron el desayuno tan pronto como terminó de lavarse la cara. Miró al camarero que, gentilmente, les trajo el desayuno. Lola dudó y se preguntó por qué el hombre tenía rasgos europeos y no de alguien que nació en Tailandia. Pero no pensó demasiado en eso en ese momento. Quería disfrutar de su desayuno primero. Pero el estilo del desayuno era muy extraño. Había tortilla, sándwiches, salchichas a la parrilla, tartas de huevo, bollos de carne... ¿No debería traer el desayuno algo como postre de arroz dulce con mango, carne asada y gachas de avena tailandesas? Esto era realmente extraño. ¿Podría ser que el hotel que Jorge eligió lo administrara un europeo? Bueno, ¡esa podría ser una buena explicación! Rápidamente, comió las tartas de huevo y la tortilla en su plato. Jorge tomó salchichas a la parrilla y le dio sus tartas a Lola. La mujer comió todo lo que estaba en su plato. Luego se puso un poco de maquillaje y se puso un vestido de novia blanco con cola en forma de pez. Su velo lo llevaba en la mano un asistente El personal salió del hotel con el equipo y las cosas necesarias. Pero la asombró, algo que vio en ese instante. Dudaba de que hubieran ido al lugar equivocado. Era porque la ciudad, con calles anchas delante de sus ojos, parecía europea y no de Tailandia. —Ahora estamos en la Bahnhofstrasse, la calle más importante en el centro de Zúrich. Iremos al lago de esta ciudad, a la Frauenkirche que es la catedral de Múnich y veremos el río Limmat. —El motor del coche se encendió. Jorge miró la expresión desconcertada de Lola y le explicó todo. La mujer lo miró fijamente y obviamente estaba sorprendida. —¿Dónde? ¿Qué dijiste? ¿Zúrich? ¿Estamos en Suiza? —Se preguntó profundamente. — Entonces estamos... ¿En Suiza? —Dejó escapar sus dudas totalmente asombrada. Jorge asintió con la cabeza. Cambió sus destinos de viaje de improviso. Lola miraba muy emocionada por la ventana. Estaba muy sorprendida. — ¿No dijiste que íbamos a la isla de Phuket antes? —Le preguntó con curiosidad. Lola le había dicho que si tenían la oportunidad de viajar por el mundo, en el futuro, le gustaría ir a Islandia y a Suiza. ¿Era por eso que cambió el itinerario? Se preguntó Lola. —¿No dijiste que querías ir a Suiza? —Jorge le preguntó de manera casual. Planeó ir a Islandia, pero por una cuestión de tiempo no pudo organizarlo. Así, eligió ir a Suiza. ¡Efectivamente! ¡Cambió el plan porque ella lo había dicho! Los ojos de

Lola se entrecerraron mientras sonreía. No pudo evitar acariciar el cuello de Jorge y darle un beso en sus mejillas. Cuando vio que en su mejilla tenía la marca de su lápiz de labios brillante, Lola se echó a reír. Jorge se dio cuenta de esto cuando vio su cara traviesa. Sacudió la cabeza con una mirada de consternación. Luego sacó una servilleta y estaba a punto de limpiar la marca. —No lo hagas. Solo déjala como está. —Lola lo detuvo de inmediato. Quería realmente burlarse un poco de él. ¡Esto no sucedía con demasiada frecuencia! Jorge la miró y se preguntó qué pasaba por su mente. —¡Ja, ja! Estás muy guapo con la marca de mi pintalabios. Muy seductor. —Su hermoso rostro estaba marcado con ese color rojo muy brillante. Añadió otro tipo de belleza a su rostro. Jorge la miró con afecto. Luego dejó la servilleta que sostenía en su mano. ¡Bueno! ¡Su esposa debería de tener razón! ¡Su esposa siempre tenía razón! Salieron del auto y se tomaron de las manos cuando aparecieron en público. Cuando la gente vio esa marca del pintalabios en la cara de Jorge, inmediatamente, se dieron cuenta de lo que había sucedido y todos sonrieron. Jorge era totalmente indiferente a las risas de aquellas personas. La artista en maquillaje luego, volvió a aplicar lápiz de labios a Lola. Era necesario para que siempre tuviera una apariencia fresca. Cuando Lola sacó una servilleta y estaba a punto de limpiar la marca del rostro de Jorge, el fotógrafo la detuvo. —Señorita Li, el pintalabios es un símbolo de amor entre ustedes dos. Creo que podría mostrar su relación tan íntima. ¿Puede dejarlo en su cara para tomar una foto? —El fotógrafo le preguntó de manera muy respetuosa. Realmente quería decir lo que le había sugerido. Jorge no estaba muy contento cuando escuchó este pedido. Pero cuando vio que Lola ya estaba riendo, finalmente, cedió y solo aceptó. El lago de Zúrich es muy famoso y se forma por la erosión glaciar en Suiza. Tiene la forma de una medialuna. Si se mira hacia el sur, desde el lago, las personas pueden ver los majestuosos Alpes. El fotógrafo eligió un ángulo, desde el que podía usar esa cadena montañosa y la torre de la iglesia, como fondo. El hombre le pidió a la pareja que se pararan en el puente y se tomaran de las manos. Ya estaban mejilla a mejilla. El velo de novia que lucía Lola, tenía una extensión de tres metros de largo. Cuando soplaba una brisa, también se agitaba en el aire. La escena era realmente impresionante.

¡Incluso la mejilla de Jorge que estaba marcada fue capturada en la foto! Después de terminar la sesión en Zúrich, empacaron y se dirigieron a Frauenkirche, que es la catedral de Múnich. Antes de abandonar el lugar, Lola sacó su teléfono celular y tomó varias fotos del lago Zúrich. Subió las fotos a sus 'Momentos' de WeChat. Una de las fotos capturó la silueta de Jorge en el puente. Claramente le mostró al mundo que estaban juntos. Solo quería enviar las fotos a sus amigos de WeChat o en los 'Momentos' de esta red social. Pero no esperaba la cantidad impresionante de comentarios que siguieron. Tomó el brazo de Jorge y disfrutó del paisaje del lago Zúrich. Era tan hermoso. ¡También quería ir a una pequeña ciudad de Suiza! De hecho, Jorge ya había organizado el viaje a la comuna de Zermatt. Después de terminar las fotografías en el lago Zúrich, Frauenkirche y Limmat por la mañana, Lola descansó en el hotel durante un par de horas. Por la tarde, fueron a Verbier. Allí, la iglesia de San Pedro y San Pablo, la torre Verbier y la catedral del mismo nombre se pueden ver en la zona. En general, la iglesia, sería el tema principal de las fotos de boda en Suiza. Llegaron a Zermatt antes de la hora de la cena. Zermatt se jacta de tener la montaña más hermosa de los Alpes, Matterhorn. El amanecer y el atardecer también son magníficos. También está el Gornergrat Bahn que es un tren de montaña que va desde Zermatt hasta la cima del Gornergrat. Este es el recorrido turístico más grande de aquí. La gente puede disfrutar de las colinas montañosas cubiertas de blanco que están a más de 4 000 metros sobre el nivel del mar. El Paradise Glacier, que es la plataforma turística más alta de Matterhorn, ofrece a las personas una vista más cercana del paisaje de hielo y nieve de aquí. También hay lugares pintorescos como los lagos Riffelisee y Stellisee, el Palacio de Hielo, la montaña Stockhorn y, en realidad, ¡muchísimo más! Era obvio, que el estilo de la sesión fotográfica se centraba en las montañas cubiertas de nieve y las aguas claras. Eran más o menos las siete de la tarde cuando llegaron a Zermatt. Parecía que el viaje se prolongaría por un día más. Disfrutaron de la fondue de queso en Zermatt juntos. La sopa era a base de carne consistente y vino tinto. De hecho, ¡era única y deliciosa! El gerente del restaurante les recomendó un bar local muy especial. Se llamaba Matt Bar. La decoración interior era de estilo completamente europeo. También había muchos cantantes en el bar que eran muy buenos. El gerente les

sugirió que fueran allí si tenían tiempo. Era uno de los lugares más visitados de la zona.

Capítulo 398 Tienes muchos asuntos sucediendo Considerando que Lola estaba embarazada, preferiría que él la dejara volver al hotel para descansar después de un día tan agotador. Pero Lola estaba disgustada. Ella no estaba cansada ni con sueño en absoluto porque ella ya había dormido de camino en el auto o en el avión. Diez minutos tarde. La pareja apareció en el Bar Matt. Estaban rugiendo dentro del bar, y un cantante estadounidense estaba cantando una canción de Backstreet Boys con pasión. Había muchos espectadores dentro. También había muchos turistas allí, y ellos podían ver ocasionalmente personas chinas también por ahí. Todos los turistas eran básicamente extranjeros europeos, con cabello rubio y piel blanca. Jorge pidió un vaso de vino tinto local para él y un vaso de agua para Lola. Lola se sorprendió al ver el vaso de agua sobre la mesa frente a ella. Fue la primera vez que ella bebió agua en un bar. ¡Bien! Ella finalmente lo aceptó. Estaba embarazada de un pequeño bebé en su vientre, y Jorge también había sido lo suficientemente bueno como para permitirle venir aquí de todos modos. Cualquier cosa estaría bien para ella, ella no esperaría nada más. Luego ella tomó un sorbo del vino tinto de él. Fue tan bueno, y ella pronto comenzó a rogarle a él por otro. Jorge miró a Lola con frialdad y tomó su copa de vino. Lola no tuvo más remedio que escuchar la canción con la barbilla sostenida en sus manos. —El vino no es gran cosa de todos modos. Está bien beber un par de sorbos —pensó Lola. —Tengo que ir al baño. —Entonces Lola de repente se levantó de la silla y caminó hacia el baño. Pero Jorge también dejó el vino y dijo: —Espera, iré contigo. Lola negó con la cabeza. —Sólo voy al baño, y no tienes que ir conmigo. Solo quédate aquí y espérame, por favor. —Luego ella se fue al baño. Los ojos de Jorge la siguieron hasta que ya no pudo verla. En este momento, una mujer rubia con un abdomen desnudo y una falda

corta se le acercó. Ella miró a Jorge y dijo: —Oye, chico guapo. ¿Quieres comprarme un trago? Jorge continuó bebiendo su copa de vino como si no hubiera escuchado lo que ella dijo. —Este chico guapo es tan distante, pero, ¿por qué? ¡Interesante! —se preguntaba la mujer rubia. La frialdad de Jorge de inmediato provocó el interés de ella en él. Ella lo había estado observando durante mucho tiempo, y ahora finalmente se arriesgó cuando vio que él estaba solo. Los ojos de ella brillaban con fuerte confianza. —Él definitivamente es mío esta noche —pensó ella. Se inclinó más cerca de Jorge, casi tocando su cuerpo. Ella entonces sin querer le tocó el codo. Jorge la miró con los ojos entrecerrados y soltó una voz fría sepulcral: — ¡Aléjate de mí! La mujer rubia no se sintió molesta. Por el contrario, ella se interesó aún más por él. Sus pechos eran la parte más atractiva de ella para los hombres, pero a este tipo ni siquiera le gustaba mirarlos. Ella se arrojó descaradamente sobre Jorge, y puso sus brazos alrededor de su hombro. Entonces, ella le dijo a él de manera seductora: —¡Hombre guapo, vamos, sopla un poco de vapor! ¡Puedo jugar muchos juegos contigo! En ese momento, Lola salió del baño y vio que una chica rubia estaba tratando de meterse con su esposo. Ella se enfureció al instante, y entonces se dirigió rápidamente hacia la mesa. Jorge arrojó firmemente a la mujer rubia, y la mujer se tambaleó y casi se cayó; ella tomó el taburete alto con sus brazos a un lado de ella para mantener el equilibrio y no estamparse en el suelo. Luego los ojos de ella se encontraron con la fría mirada de Jorge. Ella se asustó. —¡Mi adorado y querido esposo! Ya regresé. —Entonces se escuchó una voz coqueta, y Lola mantuvo a Jorge cerca de ella. Ella había pronunciado las palabras en un inglés fluido; Lola hizo esto a propósito para que la rubia dama entendiera. Cuando escuchó que Lola llamaba a Jorge 'esposo' ella estaba en un shock total. ¿El hombre ya estaba casado? Mirando a la pareja que estaba a punto de besarse, la mujer rubia se alejó llena de vergüenza. —¡Jorge, parece que tienes muchos asuntos sucediendo! —Tan pronto como la mujer rubia dejó la mesa, Lola apartó las manos de Jorge y lo miró con

desagrado en sus ojos. Su hombre era realmente guapo y muy rico. Él también tenía una personalidad peculiar, y parecía que ella debería vigilarlo más atentamente en el futuro. Jorge sonrió y luego la tomó de nuevo en sus brazos. —Todos son basura para mí, y de todos modos, solo tengo ojos para ti. Estoy feliz contigo a mi lado. —Jorge murmuró en sus oídos con afecto, y Lola se sintió halagada. Luego apartó a Jorge y se sentó. —Solo estuve unos minutos ausente en el baño, y ya había una mujer aquí coqueteando contigo. ¿Querías ir con ella justo ahora? —Acercó ella su silla a él y continuó: —Después de todo, ahora estoy embarazada y no puedo satisfacer tus necesidades en algunos aspectos. Será mejor que vayas con ella si quieres. Jorge escuchó sus palabras, cuales no venían de su corazón, y luego le sostuvo la cintura. Luego respondió. —Está bien, tienes razón. ¡Te daré una recompensa por eso! —Él besó sus labios, impidiendo que su boca parlanchina dejara de decir más tonterías. Lola quería alejarlo, pero Jorge todavía la estaba acosando desesperadamente. Eran casi las diez de la noche cuando regresaron al hotel. Lola se dio una ducha rápida y luego salió del baño. El lugar estaba cubierto de nieve durante todo el año, justo como en invierno, pero la temperatura al interior no era tan baja. Lola no sentía para nada frío con su bata de baño puesta. Cuando salió del baño, Jorge estaba hablando por teléfono. —Está bien. Simplemente envía las tarjetas de invitación, yo me encargaré del resto. —Sí, hice la lista. —Está bien, descansa bien, padre.

... Jorge colgó el teléfono y lo dejó a un lado. Luego él tomó una toalla de las manos de Lola y la ayudó a secar su largo y húmedo cabello con ella. —¿Está todo bien con la ceremonia de boda? —Ella dejó escapar su pregunta después de una breve vacilación. Por su conversación telefónica, ella ya había adivinado que Jorge había arreglado que la ceremonia de boda se celebrara junto con su fiesta de cumpleaños. Jorge asintió. La llevó hacia la cama y la dejó acostarse sobre ella, con la mitad de su cabello mojado colgando de un lado de la cama.

Jorge entró al baño para buscar el secador de cabello para secar el cabello de Lola con él. —Los preparativos son prácticamente los mismos que los últimos. Todavía te llevaré primero a nuestra casa. —Nuestro hogar —estas palabras le sonaron tan cálidas a Lola. La Mansión Leroy sería su hogar después de que se casaran. Ya estaba imaginando la escena en su mente: sus hijos gateaban por toda la casa, ella y Jorge verían la puesta de sol juntos cuando estuvieran libres, y luego vivirían felices para siempre, así de esa manera. Solo se escuchaba el sonido de la luz en la habitación, y Lola se fue quedando dormida gradualmente. Ella todavía llevaba una sonrisa en su cara en sus dulces sueños. Jorge secó el cabello de ella y la acostó en el medio de la cama. Él la acurrucó y le dio un dulce beso en la frente antes de ir al baño. Al día siguiente, ambos se levantaron muy tarde. Lola no se levantó hasta las 9 de la mañana. Jorge ya había encendido su computadora en su escritorio para tener una reunión de vídeo con los principales gerentes de su compañía. Lola aún estaba medio dormida cuando se levantó de la cama, y sin querer entró en el campo de la cámara, vestida solo con su bata de dormir y con el pelo suelto. El gerente que estaba informando de su trabajo en la reunión de vídeo de repente vio a Lola aparecer en la pantalla en una bata de noche. Él estaba desconcertado al verla y no sabía qué decir después. Jorge notó que el gerente de repente dejó de hablar mientras escribía en la computadora; él miró a la pantalla. Jorge inmediatamente bloqueó la cámara y señaló a Lola, el gerente, quien todavía estaba en la pantalla. —¡Mierda! Jorge está teniendo una video reunión! —Entonces Lola se despertó bien y se escondió dentro de otra habitación a toda prisa. Estaba tan avergonzada de sí misma porque mucha gente la había visto con una bata de noche detrás de Jorge. Ella estaba desesperada. Pero entonces, ella de repente recordó que todas las personas que la vieron sabían que ahora era la esposa de Jorge. Y las noticias de la sesión de fotos de su boda ya se estaba difundiendo en Internet. Cuando ella lo pensó mejor, no era nada extraño o fuera de lo común si la hubieran visto detrás de él vestida así.

Capítulo 399 No lo llames cuñado Entonces ella se relajó y comenzó a lavarse. Jorge apagó la computadora y entró hablándole cuando ella estaba a punto de terminar. —Lo siento, yo no sabía. —Entonces ella comenzó explicándose a él. Jorge sonrió y dijo: —Está bien. ¿Tienes hambre? Ya he ordenado el desayuno; creo que llegará pronto. Entonces él juntó sus brazos alrededor de la cintura de ella y la besó. Y Lola respondió lanzando sus brazos alrededor de su cuello. El camarero llamó a la puerta y les llevó el desayuno. Después de que comieron, se dirigieron a las montañas nevadas. Lola llevaba un vestido de novia blanco y estaba envuelta en el traje blanco de Jorge. Este fue el último día de la sesión de fotos de su boda. Tenían montañas con cumbres nevadas, glaciares y lagos de montaña cristalinos como fondo para sus instantáneas; la pareja era de hecho muy fotogénica. Muy pocas personas viajaron alrededor del mundo solo para tomar fotos de la boda, y hasta el momento se mostraron complacidos de su viaje. De hecho, los resultados fueron espectaculares. Y sus fotos también podrían haber sido colocadas en la puerta del hotel para ayudar a promover el turismo local. Pero el señor Si no estaría de acuerdo en poner en exhibición sus fotos para el resto del mundo. Les tomó más de una hora terminar la sesión de fotos, y después del almuerzo decidieron regresar a casa. Mientras pasaron por el País A, decidieron ir primero con la familia de Lola, y eran casi las cinco de la tarde cuando llegaron allí. Pero solo encontraron a Landon, Wendy y su hijo en casa. —Lola, ¡pasa! —Wendy pronto bajó del piso de arriba y al ver a Lola de regreso, ella estaba realmente emocionada. Lola descubrió que Wendy se había vuelto más femenina, y también parecía que estaba más feliz. ¡Ella se veía bien así! Y Colin todavía tenía esa inocencia y gordura de querubín. —Hola pequeño bebé, ¡ven aquí por un abrazo! —Lola sostuvo a Colin en sus brazos y luego entró en la sala de estar. Allí ella vio a Landon, sentada en el

sofá. —¡Abuelo! —Jorge saludó a Landon, y Sánchez se fue pronto, después de dejar sobre la mesa los regalos que habían traído para ellos. Landon asintió con la cabeza y dijo: —Hola, ¿resultó bien la sesión de fotos? —Él se preguntaba por qué tenían que ir al extranjero solo para tomar un montón de fotos de boda. Pensó que eso era increíble. Él era bastante viejo y ya no podía seguir el ritmo de la moda. —Trajimos un poco de licor para usted y mi tío del extranjero. Y aquí hay algunos cosméticos para mi tía —dijo Jorge. Sacó de una bolsa varias botellas de licor de alta calidad y luego abrió una de ellas. Luego se la entregó a Landon. Eudely era famoso en Francia como un vino con propiedades medicinales, y era realmente caro. Ellos podían ver la honestidad de Jorge en su actitud. —Wendy, mira, también te traje una botella de perfume. —Lola le entregó a Wendy uno de los paquetes. Abrió la bolsa apresuradamente y con entusiasmo. Era un perfume Chanel de rosa, y ella sabía que era caro. —¡Gracias, mi querida Lola! —dijo ella. —Estas son algunas otras cosas para mi sobrino: ropa, juguetes y un montón de otras cosas. —Entonces Lola le dio otra bolsa a Wendy. —Eres tan considerada ahora que estás casada. Colin aún es muy pequeño, pero igual así de todas maneras le compraste muchas cosas. ¡Muchas gracias! Lola sonrió y respondió: —De nada, pero el dinero gastado en los regalos no era mío.... —Entonces ella miró a Jorge. Wendy asintió y se volvió hacia Jorge. —¡Gracias, cuñado! —Gracias a Lola, Jorge es muy amable conmigo —pensó ella. —¡De ahora en adelante, él me llamará cuñada! —¡Ella estaba encantada! Jorge asintió hacia ella y se sintió satisfecho con su agradecimiento. Al oír que Wendy lo había llamado cuñado, ella le susurró: —Todavía no lo he perdonado, ¡así que no lo llames cuñado! —Ella se estaba contradiciendo a sí misma. Wendy se rió al instante y dijo: —¿Estás bromeando? ¿No te acabas de casar de nuevo? —Ella se sentía realmente feliz por su hermana. A Jorge no le importaban los chismes de las dos mujeres, y comenzó a hablar con Landon mientras jugaba con Colin. Se quedaron allí esa noche y decidieron irse al País C al día siguiente. Durante la cena, la pareja de Harold también se sintió aliviada cuando vieron lo mucho que Jorge se preocupaba por Lola. Al día siguiente, los dos regresaron al País C y decidieron ir a la vieja casa. . Las clases acababan de concluir cuando ellos llegaron al jardín de niños. Al

ver a sus padres, Estrella corrió apresuradamente hacia ellos y abrazó a Jorge profundamente. —¡Papá, papá, te extrañé! —Estrella besó a su padre con entusiasmo. Lola se molestó un poco y preguntó: —Estrella, ¿también besarás a tu madre? —Preguntó ella. Estrella sabía que su madre no estaba contenta y se volvió para abrazarla. Lola abrazó a su bebé y se sintió aliviada. —Mamá, también te extrañé — dijo Estrella. La besó y Lola comenzó a sonreír. Jorge miró a Estrella y le preguntó: —¿Adivina qué regalo traje para ti? Los ojos de Estrella se iluminaron al instante. —Papá, ¿me compraste juguetes? —Ella quería muñecas de Barbie y Blancanieves... Jorge le entregó a ella la bolsa más grande, y dentro de ella encontró varias series de muñecas Barbie de edición limitada. Había 8 muñecas Barbie vestidas con ropas de diferentes colores y varias princesas. Aún más, él también le había comprado varios conjuntos de horquilla de cristal, con pequeños diamantes en ellos. Jorge sacó una horquilla de un conjunto y se la dio. —¿Te gusta? —Le daría a Estrella cualquier cosa que ella alguna vez pudiera soñar, o querer. El mes pasado le había dicho que le gustaban algunas muñecas Barbie, y ahora su deseo se había hecho realidad. Estrella sostuvo las muñecas en sus manos y asintió. —¡Me gustan mucho! ¡Gracias, Papá! —Luego bajó de la pierna de Jorge y comenzó a desenvolver las cajas. Lola saludó al padre de Jorge y a Kevin. Entonces, Jorge se acercó a su padre. —¡Papá! Esto es lo que Lola trajo para ti y para tu abuelo. —Jorge recogió una bolsa y luego se la entregó a Kevin, que también estaba contento. Dentro había un par de excelentes zapatos italianos hechos a mano. —Son muy lindos, gracias Lola. —Él le sonrió gentilmente a ella. Kevin entonces abrió la caja y los probó; su talla era perfecta. Lola sabía que el padre de él ya no podía caminar tan bien y necesitaba un bastón. Por eso ella compró un bastón nuevo para él. —Gracias, Lola. —Después de caminar unos pasos alrededor de la habitación con el bastón, él asintió con alegría. En la noche, Kevin le pidió al cocinero que les preparara una cena abundante. Era del gusto de Lola y todos los miembros de la familia estaban llenos de felicidad. Era un poco tarde para salir después de la cena. Así que Jorge decidió pasar

la noche en la vieja casa.

Capítulo 400 Lola estaba hermosa Entonces ellos arrullaron a Estrella para dormir; esta no era la primera vez que Jorge estaba acostado en la misma cama con su esposa y su hija. Pero él estaba muy emocionado y feliz por ello. Puso gentilmente a Estrella, que dormía como un tronco, en sus brazos. Estrella era suave y gordita, y temiendo que la pudiera despertar, Jorge atenuó sus movimientos. Lola vio la preocupación de Jorge y luego levantó felizmente sus labios. Toda la familia estaba durmiendo tranquilamente junta, que era fabuloso. Mientras Lola estaba acurrucada en los brazos de Jorge, ella preguntó: — Vas a trabajar mañana, ¿verdad? Si Jorge iba al trabajo, entonces ella tendría que quedarse en casa, sola. Ella se aburriría. —Em... Si te aburres, puedes salir y dar un paseo; asignaré para ti a un chófer para que te lleve a donde quieras. —También estaban los guardias para protegerla en caso de que algo sucediera. Lola asintió y pensó que si ella viviera así, todo lo que haría sería comer y dormir. Eso era tedioso, pero ella podría aprender a cocinar. —¿Te gustaría comer algo cocinado por mí? —Ella gateó y le sonrió misteriosamente. Jorge pensó que preferiría no comer ningún plato cocinado por una mano novata y principiante, pero la mirada de Lola estaba llena de expectación y él difícilmente podía decirle que no, así que de todas maneras asintió con la cabeza. Su consentimiento tranquilizó a Lola y ella dijo: —De acuerdo, comenzaré a aprender a cocinar con la Sra. Du mañana. —Entonces ella sostuvo felizmente los brazos de él. Estos días habían sido de hecho felices y memorables para ambos. Jorge se acercó y la atrajo a sus brazos. Ella sonrió y luego inclinó la barbilla de él. —¿Qué deseas? —preguntó ella. Jorge intentó besarla, pero Lola volteó su cara y esquivó su beso. Luego él levantó una de sus cejas con interés. ¿Estaba jugando con él ahora? Viendo que Lola aún estaba acostada a su lado, él también cerró los ojos.

Lola soltó una risita maliciosa. Ella solo había pretendido dormir, y no planeaba también dejarlo en paz tan fácil. Ella susurró unas palabras en su oído. Y entonces Jorge parpadeó y apretó las manos de Lola. Ella le estaba haciendo bromas, pero ahora él ya no podía hacer lo mismo a ella porque estaba embarazada. —Lola, si no te duermes, ¡te arrojaré por las escaleras! —Mientras Jorge la amenazaba, su manzana de Adán seguía rodando, y ahora se convertía en uno de los objetivos del coqueteo de ella. Ella ignoró la advertencia de Jorge, y simplemente respondió: —Está bien. —Su embarazo duraría solo un par de meses más, por lo que tuvo que aprovechar la oportunidad para bromear con él mientras ella todavía tenía la oportunidad. Ella besó su manzana de Adán, y el beso hizo que Jorge se callara. Él la abrazó y la acarició suavemente y le dio una palmada en el muslo. Sin embargo Lola todavía se quejaba. —¡Me pegaste! Eso es violencia doméstica. Jorge no podía hacer nada para aliviar su terquedad. Él la besó. Sus labios no se separaron durante un largo tiempo. —Si no puedes abstenerte de tener relaciones sexuales, irás con otras mujeres, ¿o no? —Ella le preguntó sin aliento. Jorge cerró sus ojos, giró sobre el cuerpo de ella y la abrazó; él le ordenó en voz baja: —Duerme ahora. Entonces Lola puso a Estrella en sus brazos y luego lentamente se quedó dormida. Jorge, por otro lado, seguía teniendo idas al baño para masturbarse. A la mañana siguiente, Jorge fue a la compañía después de enviar a Estrella a la guardería y a Lola de regreso a la mansión. De vuelta en casa, Lola le pidió a la señora Du que le enseñara a cocinar. Ella tenía que apresurarse y enviar a Jorge su almuerzo antes del mediodía. La señora Du primero le enseñó un platillo fácil: tomates fritos con huevos revueltos. Bajo la tutela de la señora Du, Lola terminó de cocinar el primer almuerzo en su vida. Cuando ella terminó, era casi mediodía. Encontró una fiambrera y empacó en ella algo de arroz hervido junto con los tomates fritos y huevos que había preparado para Jorge. —Lola... ¿Vas a enviar eso al señor Si? ¿En serio? —La señora Du tartamudeaba mientras señalaba hacia la caja de almuerzo. Se estremeció solo de pensar en comer los huevos quemados y los tomates.

Lola respondió bastante feliz: —Sí, lo haré. Esta es la primera vez que he cocinado, y definitivamente debo dejar que Jorge lo pruebe. —Cuando estuvo embarazada de Estrella durante los primeros meses, nunca había planeado cocinar los alimentos por ella misma. Acababa de pagarle a la casera y había decidido dejarla ocuparse de cocinar. Desde que Lola estaba determinada, la señora Du decidió no desalentarla. Ella solo deseaba que el señor Si se cuidara a sí mismo y fuera lo suficientemente sabio como para no comer el almuerzo completo. —Saldré ahora, señora Du. —Ella salió de la casa con la lonchera en sus manos. El coche ya la estaba esperando en la puerta. Lola se metió en el Maybach rojo, sosteniendo la Lonchera en sus brazos con alegría. Estaba tan feliz y emocionada de que Jorge iba a comer el primer almuerzo que había sido preparado todo por ella misma. En la sede de SL. El cuartel general de la compañía SL estaba ubicado en la parte más bulliciosa del centro de la ciudad. Cuando vio el rascacielos, el aliento de Lola fue repentinamente tomado. ¡Su marido era realmente rico! Pero ella también era adinerada. Debido a que Jorge había transferido muchas de las acciones de la compañía a su nombre. Lola caminó hacia el ascensor, pero la recepcionista la detuvo brevemente. Cuando miró más de cerca, la recepcionista descubrió que era la esposa del jefe. Luego la saludó avergonzada y apresuradamente. —Hola, Sra. Si. Mientras Lola le devolvía una dulce sonrisa, dijo: —Hola, estoy aquí por Jorge. La sonrisa de Lola hizo que la recepcionista se mareara de dicha. Desde que Lola había llamado al presidente de la compañía por su primer nombre, su relación debería ir de maravilla. Entonces la recepcionista guió a Lola al ascensor y presionó el botón del ascensor por ella. El ascensor fue especialmente diseñado de una manera particular solo para el presidente Jorge. Su oficina estaba ubicada en el piso 66 del edificio. —Gracias. —Lola le dio las gracias, y la recepcionista era bonita. Pero la belleza de Lola casi la hizo desmayarse. —De nada, Sra. Si. La oficina del presidente Si está en el piso 66. —¡La bonita recepcionista casi estaba babeando después de la belleza y elegancia de Lola! Era hermosa incluso sin maquillaje sobre ella. La repentina visita de Lola con una lonchera en sus manos llamó la atención de Sánchez en el departamento de secretaría. —Sra. Si, ¿qué está haciendo usted aquí? —Él dejó de trabajar en sus

archivos y se acercó a ella. Lola le sonrió y respondió: —Estoy aquí por Jorge. —Señaló la puerta cerrada de la oficina con el nombre de Jorge en ella. Esto hizo que Sánchez se sintiera ansioso; cada vez que Lola venía a la oficina para encontrar a Jorge, sucedían cosas y se ponían locas. —Iré y le diré su llegada —respondió Sánchez. Pero Lola lo detuvo, tal como lo había hecho varios años atrás. —No hay necesidad de eso, iré dentro por mi misma. —Sra. Si, el jefe está hablando con el gerente general de nuestra empresa asociada, y es mejor que yo informe primero su llegada para estar seguro de que está bien que usted entre. —Él terminó la oración en un solo aliento. Lola miró a Sánchez y sintió que algo estaba raro. Luego ella recordó cuando encontró a una mujer en la oficina de Jorge en la Ciudad D, y que Sánchez también había tenido la misma reacción en ese entonces como lo hacía ahora. Solo pensar en ello hizo que su cara se pusiera pálida. Ella irrumpió en la oficina y descubrió que una mujer estaba tratando de seducir a Jorge mientras él intentaba rechazarla. La puerta entonces se abrió. En la puerta ahora estaba parada Lola, con el rostro torcido de ira y su mirada penetrante mirándolos directamente. —¿Cariño? ¿Por qué estás aquí? —Jorge apartó a la mujer que se estaba presionando a sí misma sobre él y caminó a su esposa. Pero al ver la mirada en sus ojos, Jorge estaba seguro de que ella podría haber mal interpretado toda la escena. Él se volteó y miró fríamente a esa mujer llamada Ada. —Sal de aquí —dijo él. —¡El SL nunca se asociará con la compañía QY! Lola apartó la mano de Jorge, puso la lonchera en sus manos y luego se acercó a Ada. Lola la miró con desdén; ella parecía haber visto a Julie en esta mujer.

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Mi querido general

La Frialdad de Rocío

Content Capítulo 401 Es la primera vez que cocino yo Capítulo 402 Sé su marioneta Capítulo 403 La orden de detención internacional Capítulo 404 Atrapar a Lola con las manos en la masa. Capítulo 405 Enfrentar a Jorge cara a cara Capítulo 406 El Oscar te debe un premio de la Academia Capítulo 407 Te daré mi billetera ahora Capítulo 408 Piérdete Capítulo 409 Cuando gane un poco más Capítulo 410 ¿Cómo te atreves a esconder tu segunda cartera de mí Capítulo 411 Me has conquistado Capítulo 412 Una mujer envuelta en diamantes Capítulo 413 Su belleza era realmente impresionante Capítulo 414 El Sr. Shao por fin ha alcanzado la edad adulta Capítulo 415 Están juntos en el club nocturno ahora Capítulo 416 No estoy chismeando Capítulo 417 Lo mismo que tú Capítulo 418 ¿Qué tal si te quedas aquí Capítulo 419 ¿Cómo podría escapar Capítulo 420 Se quitó el traje Capítulo 421 Ella no tuvo más remedio que soportarlo Capítulo 422 Volveré contigo esta vez Capítulo 423 ¿Estabas bien allí Capítulo 424 Duele Capítulo 425 La madre necesita una transfusión Capítulo 426 Se necesita más sangre para la madre Capítulo 427 Yolanda no puede morir Capítulo 428 Ya no podía esperar Capítulo 429 No quiero verte aquí Capítulo 430 No hubo un ligero indicio de misericordia Capítulo 431 Su hijo le había arrebatado a Lola Capítulo 432 Estoy esperando que mi querida tome venganza Capítulo 433 Hemos encontrado pistas sobre el hombre enmascarado Capítulo 434 Algo malo sucedió en la mansión Capítulo 435 Secuestraron a Daniel Capítulo 436 El sistema de seguridad fue vulnerado Capítulo 437 Nuestro Daniel está desaparecido Capítulo 438 ¿Dónde está Daniel

Capítulo 439 Pídele que me llame papá Capítulo 440 Lola estaba desesperada. Capítulo 441 Él tendría fe en el amor de Lola por él Capítulo 442 Jorge lo sabe Capítulo 443 Él no te dejará ir Capítulo 444 Torturarla hasta la muerte Capítulo 445 Jorge reconoció a Daniel como su heredero Capítulo 446 No le importaría destruirla él mismo Capítulo 447 ¿Aún quieres que tu hijo regrese Capítulo 448 Por supuesto que me arrodillaré Capítulo 449 ¿Dónde están todos los durians en el supermercado Capítulo 450 Si me amas, arrodíllate en los fideos instantáneos crujientes

Capítulo 401 Es la primera vez que cocino yo Esa mujer tenía el pelo rojo vino y llevaba un vestido rosa rojizo. —Tú sabes que Jorge está casado, ¿verdad? —Preguntó a la mujer en shock con una fija mirada helada. Al ver el rostro de Lola, la mujer asintió con la cabeza, temblando de miedo. Ella ciertamente lo sabía, pero su objetivo de asociación con el SL era mucho más importante, por lo que intentó seducir a Jorge para ello. Ella estaba casi pegada a él cuando Lola entró. —¡Cachetada! —Ada Yang, horrorizada, solo miró a Lola, cuya mano todavía estaba en el aire. Sin embargo, ella no le reprochó, porque Ada parecía ser la amante que fue atrapada con las manos en la masa. —Eso te enseñará a no seducir a los esposos de otras, y si alguna vez te atreves a probar este tipo de truco de nuevo, te desvestiré y te echaré casi desnuda a la calle. —Lola comenzó su primera media frase suave, pero poco a poco se volvió cada vez más seria y feroz. Aunque Lola no llevaba tacones altos y parecía más baja que Ada Yang, su espíritu y actitud eran mucho más fuertes. Ada Yang se cubrió la cara y salió corriendo de la oficina. ¡Qué terrible fue Lola! Después de eso, la oficina entera quedó en silencio. Jorge dejó la lonchera y al instante se volvió para consolar a Lola. —¡Querida mía! ¡Ven aquí!. Por favor, no te enojes conmigo. —Jorge sostuvo a Lola por la cintura y luego la sentó en su silla. Pero Lola se quitó las manos de él, y mientras lo miraba fijamente, dijo: —Jorge, ahora vas a decirme que ella vino a seducirte para asociarse con tu compañía y que tú no tuviste nada que ver con esto, ¿verdad? ¡Él era todo un bastardo! ¡Él siempre podía atraer a las mujeres desvergonzadas! ¡Jorge se quedó sin palabras por el momento, tal como Lola tenía razón! —Cuando yo estaba a punto de correrla, entraste. —Entonces la acercó

más a él, y le frotó la mano que antes había abofeteado a esa mujer. —Puedes golpear a quien quieras, pero solo ten cuidado de no lastimarte. Lola se quitó las manos de él y dijo: —Jorge, ¿por qué quieres servir a dos señoras y dejar solo a una contenta? —Aunque ella sabía que era de hecho la mujer la que lo había seducido en primer lugar, todavía estaba muy furiosa. Jorge volvió a sostener sus manos con impotencia. —¡Querida mía, lo evité! ¡Por favor, no te enfades conmigo, estás embarazada! —Gentilmente consoló a Lola con sus manos acariciando su vientre ligeramente. Pero Lola se levantó y pasó junto a Jorge yendo hacia la puerta. Ella entonces fue jalada hacia atrás por él. Él la sostuvo en sus brazos de nuevo. —Mi amor, puedes echarme toda la culpa a mí. ¡Por favor, no te enojes! Jorge se disculpó repetidamente con ella y, al ver su expresión sincera, Lola se calmó. Luego ella se sentó en el sofá y abrió la lonchera. —¡Disfruta! — Impacientemente ella empujó la lonchera más cerca de él. Jorge se sintió un poco incómodo mientras él miraba la cosa negra dentro de la lonchera. —¿Qué es eso? —preguntó él. Eso no se veía como comida. —Arroz con huevos revueltos y tomates fritos. ¡Yo personalmente lo cociné! ¡Pruébalo! —Ella rápidamente se olvidó justo en ese momento de todo lo que había sucedido, sacó el tenedor de la lonchera y se lo pasó a Jorge con entusiasmo. Jorge casi se ahogó cuando vio lo alegre que ella estaba ahora. Pero él no sabía cómo tragar la comida en la lonchera… Lola tuvo que haber venido aquí para castigarlo. Al mirar la cara de Lola llena de dulce expectación, él reunió su coraje y comió un poco del arroz. —¡Por favor, también prueba los huevos revueltos y los tomates, que también fueron cocinados por mí! —Ella miró felizmente a Jorge que estaba comiendo el arroz. Él casi se ahogaba con eso. Sin embargo, él todavía se las ingenió para probar la horrible comida. ¡Uhm! ¡Sus expectativas eran correctas!

Lola prestó mucha atención a la cara de Jorge, pero, ¿por qué no tenía ninguna expresión pintada? Otro bocado y él todavía no tenía ninguna mueca. —Bueno, ¿qué tal está? —Ella miró al hombre frente a ella y pensó que debía ser una comida deliciosa si él seguía comiendo. Jorge tragó la dichosa comida, y luego tomó el vaso de agua de la mesa y bebió por un rato. Le sonrió a Lola y le dijo: —¿Ya lo has probado? —Ella no lo hizo. —¡Dios mío! —Ella sacudió la cabeza en un instante—. Es la primera vez que yo cocino, ¡y te lo envié sin siquiera probarlo por yo misma! — Mientras ella decía esto, ¡descubrió que también era una verdadera alegría mirar a su amado esposo comer la comida cocinada por sus propias dos manos! —¿Quién te enseñó a hacer esto? —preguntó él. —¡La Sra. Du, por supuesto! La reputación de la señora Du ahora había sido completamente destruida por Lola. Lola se dio cuenta de que Jorge la estaba mirando y que había parado de comer. —¡No me mires, termina tu almuerzo! Ella tomó el tenedor, recogió un poco de arroz en él y luego lo llevó a la boca de Jorge. Jorge dudó, pero finalmente abrió la boca y lo comió. Lola cerró la lonchera solo después de que Jorge comiera toda la comida que había dentro. —¡Cocinaré para ti la próxima vez! —Jorge, que estaba constantemente bebiendo agua, casi se ahogó cuando escuchó eso. Lola inmediatamente le dio una palmada en la espalda y dijo: —¡No estés tan emocionado! ¡Yo cocinaré para ti todos los días en el futuro! Sin embargo, Jorge todavía tosía severamente… Diez minutos más tarde, Lola salió alegremente del edificio SL. Pero Jorge siguió yendo al baño todo el día, una y otra vez. Por suerte para él, su oficina tenía un baño privado. De lo contrario, seguramente habría sido ridiculizado por todos sus subordinados.

Sosteniendo la lonchera en sus manos, Lola caminó tranquilamente hacia el Maybach rojo. Pero, desde una ventana no muy lejos de ella, una pistola de francotirador silenciado apuntaba hacia Lola. Ella no podía verlo. Cuando ella estaba a punto de abrir la puerta del auto, un niño que estaba patinando la rebasó y la derribó. La primera bala no le acertó a ella y golpeó el auto. En el suelo, Lola no tuvo tiempo de regañar al niño. Miró temerosamente la ventanilla del coche que se había roto en pedazos y luego abrió la puerta apresuradamente. Otra bala pasó a su lado otra vez, ella la esquivó, pero la bala raspó su brazo izquierdo, y la dejó ahora con dolor. Cuando el conductor escuchó el sonido de la ventana rota y las balas voladoras golpeando el auto, instantáneamente hizo una señal y varios guardias salieron corriendo de un auto. Ellos rodearon al Maybach rojo, y otra bala voló y le disparó a uno de los guardias que estaba vigilando las puertas del asiento trasero. —¡Dese prisa! ¡Agáchese! —El conductor le gritó rápidamente a Lola, y luego algunas otras balas pasaron por la cabeza de ella otra vez. Toda lo que estaba pasando finalmente había atraído la atención de algunos transeúntes. Mirando a la gente en el suelo, comenzaron a asustarse y comenzaron a gritar y correr. Lola sacó su teléfono y llamó a Jorge a pesar del dolor severo en su hombro herido. Jorge estaba revisando algunos de sus archivos de trabajo, todavía sintiéndose enfermo debido a su estómago. Cuando vio la llamada de Lola, se sintió asustado por primera vez en su vida. Cuando respondió, escuchó la voz ansiosa de Lola diciendo: —¡Ven abajo rápido! ¡Alguien está tratando de matarme! Al instante se levantó de su silla, sacó su arma del cajón inferior de su escritorio y corrió escaleras abajo. —¿Cómo estás? ¿Estás herida? —Intentó calmarse y fríamente agitó su arma frente a Sánchez. Las cosas se pusieron serias. Debido a que su acción era tan rápida, nadie podía ver claramente lo que estaba agitando en el aire a excepción de Sánchez.

Sánchez también sacó su teléfono, llamó a alguien y corrió hacia dentro del ascensor. La agitación exterior ya había empeorado mucho. Lola se inclinó dentro del auto por seguridad. El conductor también sacó su pistola y comenzó a disparar hacia la dirección de donde venían las balas. Debido a que la pistola del conductor no estaba silenciada, más y más espectadores comenzaron a entrar en pánico.

Capítulo 402 Sé su marioneta Todos gritaban y se escondían. Solo quedaba un guardia al lado del Maybach. Calculó la dirección desde donde venían las balas y disparó hacia allí. Pero estaba demasiado lejos y no hirió al francotirador, solo disparó a la ventana. Jorge ya había huido hacia el edificio de SL y lo seguían sus guardias con escudos en sus manos. Miró el asiento trasero del automóvil Maybach, que tenía varios agujeros y Jorge estaba extremadamente preocupado. El teléfono perdió su señal dentro del ascensor y su llamada se cortó. No sabía cómo estaba Lola ahora. Corrió hacia el Maybach nuevamente, apuntó al lugar de donde venían las balas y disparó. Los disparos que salían de la ventana finalmente se detuvieron y los guardias rodearon al automóvil Maybach con sus escudos. Se escuchó una sirena de la policía que se acercaba a ellos, pero Jorge no le prestó demasiada atención y abrió la puerta del asiento trasero. Lola levantó la cabeza y lo miró. ¡Finalmente llegó! Se sintió más aliviada, pero, ahora, sentía dolor en su brazo izquierdo y ardía más y más. —¿Cómo estás? ¿Estás herida? ¡Dime, por favor! —Su voz temblaba inquieta. Lola negó con la cabeza y Jorge se calmó. —Mi brazo… —Intentó levantar el brazo izquierdo. Viéndolo cubierto de sangre, Jorge pensó que podría ser el roce de una bala. Estaba furioso. ¿Quién se atrevió a intentar y querer matar a su esposa? ¡Tenía que desenmascarar al asesino y matarlo con sus propias manos! Le preguntó al conductor: —¿Todavía se puede conducir?. El conductor intentó encender el auto y respondió: —¡Sí, funciona, Jefe Si!

Luego, inmediatamente entró en el automóvil y ordenó: —Conduzca hasta el hospital. ¡A toda velocidad!. Bajó la cabeza y miró de cerca la herida en el brazo de Lola. No le gustó lo que vio. Apretó con fuerza a la mujer entre sus brazos y la consoló. —Sé que duele mucho. Por favor, aguanta un poco más. La lluvia de balas estaba, obviamente, dirigida para matar a Lola. ¿Quién demonios era el asesino? ¿Quién querría matar a una mujer embarazada? Lola asintió y dijo: —Me duele mucho. —Ella se quejó. Jorge la besó suavemente en la frente y le dijo: —Por favor, trata de aguantar, cariño. Llegaremos al hospital pronto. En ese momento, su teléfono sonó. Era Sánchez. Jorge con un tono de severidad, respondió: —Habla. —Jefe, cuando llegué al hotel, el asesino ya había huido. Investigué el registro del hotel, pero nadie había reservado esta habitación. Las computadoras, en la sala de control, también tienen fallas. Las pantallas se ven negras durante aproximadamente dos horas o más. No son reparadas hasta ahora. Hay una gota de sangre en la alfombra que podría ser una prueba. —Sánchez, estaba de pie, en el lugar donde estaba el francotirador y miraba hacia la entrada del edificio de SL. —Ve con la policía y verifica todos los circuitos cerrados de televisión circundantes. ¡Debemos averiguar quién fue el tirador cueste lo que cueste! —Ordenó a Sánchez con mucha determinación para atrapar al asesino. —¡De acuerdo! ¡Entiendo! ¡JEFE! —Sánchez llevó a la policía al restaurante al otro lado de la carretera y también, le pidió al personal de SL que le entregara todos los registros de las grabaciones de circuito cerrado de los alrededores de la compañía. Cuando llegaron al hospital, Jorge ayudó a Lola a salir del automóvil sujetándola de la cintura. No se atrevió a caminar demasiado rápido con ella, porque temía lastimar al bebé. El médico curó y bajó la inflamación de la herida, le aplicó un medicamento y luego, le envolvió el brazo con una gasa. Luego, habló con ellos por un tiempo sobre otros asuntos y más tarde, se fueron. Jorge envió a Lola de regreso a la mansión y se quedó un rato. Luego, se fue después de responder a varias llamadas. En la oficina.

Jorge tomó su medicina para el estómago. Ahora, veía el vídeo que Sánchez le había traído. La calidad del vídeo no era tan alta, pero era posible identificar que el supuesto asesino, era un extranjero. —Dile a la policía que averigüe la identidad de este tipo. —Quitó la memoria USB de su computadora portátil y le pidió a Sánchez que se lo entregara a la policía. El hombre encendió su computadora e hizo su propia investigación. Encontró a una persona que era similar al chico en el vídeo. —Jefe, el nombre de este tipo es Javier y es canadiense. Es un criminal buscado a nivel internacional por asesinato, tráfico de drogas y robo. ¿Es posible que estos dos hombres sean la misma persona? —Aunque su color de pelo era diferente, eran bastante similares en apariencia. —¿Dónde está ahora? —Jorge miró cuidadosamente a los dos muchachos y descubrió que eran, en verdad, muy parecidos. —Su guarida está en Mando Bay. Por lo general, roba o toma un avión privado hacia otro país. Nunca se lo vio en estaciones de ferrocarril o aeropuertos. —Sánchez le contó a Jorge todo lo que descubrió acerca del hombre. Su refugio estaba en Mando Bay, lo que complicó las cosas para los dos hombres en la oficina. Después de una larga pausa, Jorge finalmente preguntó: —No planeas regresar a Mando Bay, ¿verdad? La curiosa expresión de Sánchez la reemplazó, de repente, una mirada de indiferencia e impaciencia. Él respondió: —¿Qué puedo hacer si vuelvo allí? ¿Ser su marioneta? —Recordando a su ‘llamada familia’, nunca jamás quiso volver allí. —Después de todo, es tu hogar. —Él había traído a Sánchez desde Mando Bay. Aunque tenía un entorno muy complejo, lo siguió durante unos diez años. Sánchez se burló: —No hay nada más que basura para mí allí. No quiero regresar. —Incluso si su padre le hubiera suplicado en persona, no habría cambiado de opinión. Regresar a ese lugar significaba regresar para siempre. El silencio invadió la oficina. —Pídeles a todos que traten de localizar a Javier como sea. —¡Hubiese preferido matar a cien personas por error, en lugar de dejar escapar a esa

persona! —De acuerdo. —Además de eso, busca a diez guardias y que estén armados para proteger a Lola. También, hay que consolar y compensar a las familias de los guardias que murieron esta mañana. Que reciban la mayor cantidad de dinero posible. —Jorge, con calma, le ordenó esto mientras que con sus dedos índice y medio, tocaba suavemente la mesa. —¡De acuerdo! —Después de apagar su computadora portátil, Sánchez salió de la oficina de Jorge. Alrededor de las seis, regresó a la mansión. Encontró a Lola sentada en el balcón y mirando el mar. También pensaba en quién querría matarla. Jorge gentilmente se acercó a ella y la sostuvo en sus brazos desde atrás. —¿Qué estás pensando? —Le preguntó. Bajó la cabeza y la besó en la mejilla. Lola lo miró con preocupación y dijo: —¿Realmente apuntaban hacia mí? Jorge se sentó en una de las sillas, puso a Lola en su regazo y dijo: —No te preocupes, lo arreglaré todo. —Besó sus labios y dijo: —En los próximos días, si quieres salir, por favor, avísame. Organizaré todo para que algunas personas te protejan. No podían vivir una vida pacífica mientras el asesino todavía estuviera libre. La seguridad también debía reforzarse en la mansión, pero era imposible dejar que Lola siempre se quedara en casa. Todo lo que podía hacer era arrestar al asesino y enviar a más personas para protegerla hasta que todo se arreglara. Ella asintió con la cabeza y le puso las manos alrededor del cuello. Jorge preguntó dulcemente: —¿Todavía te duele el brazo? —Lo acercó hacia él y lo revisó cuidadosamente. —Estoy bien. También tienes que cuidarte mucho. —Puso su mano sobre la cara de Jorge y lo acarició mientras expresaba su preocupación. Si algo terrible le sucediera, su mundo estaría destruido. —No te preocupes, señora Si. Siempre estaré bien y seguiré tus consejos. —Sonrió y acarició suavemente el vientre de Lola.

—Tienes un control de embarazo más tarde. —La acompañaría a todas partes. Lola apoyó la cabeza en el hombro de Jorge y dócilmente respondió: — Está bien. El control del embarazo que estaba programado era en el hospital, pero, sin embargo, le pidió a Chuck que fuera a su casa. En la mansión, Jorge observaba a Lola mientras la revisaban. El pequeño aparato que trajo Chuck ya estaba preparado de antemano. Era el ultrasonido en color más avanzado del mundo.

Capítulo 403 La orden de detención internacional —¡Estoy sorprendido! Jorge, creo que hay buenas noticias para ti. —La extraña mirada de Chuck hizo que Jorge frunciera el ceño, un poco confundido. —¿Qué pasó? —Dio un paso adelante y le preguntó con ansiedad. Chuck revisó y volvió a revisar varias veces, luego confirmó: —Señor Si, Lola está embarazada de gemelos. ¡Felicidades! —Pero su embarazo era muy reciente y no se habría visto en la imagen si no fuera por un equipo tan moderno. La tecnología médica era muy avanzada hoy en día. Jorge miró el vientre de Lola conmocionado y con mucho asombro. ¡Apenas podía creer que había dos bebés dentro de ella! La repentina noticia también sorprendió a Lola… ¡Esto era increíble! ¡Tendría gemelos! —¡Genial! ¡Así, esta máquina costosa será tuya pronto! —Jorge trató de calmarse, pero no pudo evitar sonreír. Chuck lo miró con descontento. ¡Era la primera vez que lo veía tan feliz! En verdad, debería estar contento con este trato. La máquina valía más de 100 millones de yuanes y más tarde sería suya. ¡Será muy útil para el hospital y para su trabajo! Más importante aún era que solo había dos máquinas de este tipo en el mundo. Era así de rara y costosa. Y una de ellas sería suya. ¡Esto debería colmar su corazón de mucha alegría! Pero, de alguna manera, se sintió celoso al ver a la feliz pareja y especialmente, a Jorge. Entonces se acordó de Daisy. Curvó los labios y decidió encontrar algún problema para el hombre feliz que tenía delante. Chuck luego se fue, después de cambiar la receta de la medicina para el brazo de Lola. Jorge lo llevó a la planta baja y le preguntó: —¿Cuántas semanas de embarazo tiene? —Puso una cara muy cariñosa y pensativa. Chuck entendió lo que quiso decir de inmediato. Él respondió: —Doce semanas. Pero no puedes tener relaciones sexuales con ella, hasta que tenga cinco meses de embarazo. Recuerda eso. —No. No dejaría que Jorge

cumpliera sus deseos crueles y egoístas. Pero la enfermera de práctica, que estaba al lado de Chuck, dijo con un poco de confusión: —Doctor Chuck, las mujeres embarazadas pueden tener relaciones sexuales después de los primeros tres meses, ¿no es así? Tú me lo dijiste. Chuck la fulminó con la mirada y luego respondió con enojo: —Sí. Tienes razón. En algunos otros casos, tal vez… Jorge sonrió y dijo: —Le diré al conductor que te lleve de regreso. Ven aquí cada quince días. Lola tiene que controlarse regularmente. —Sabía que Chuck estaba tratando de hacer bromas. Pero ahora vio a través de él. —Tu esposa está bien. No tengo que visitarla regularmente. Pero por los siguientes tres meses, tiene que descansar en la cama y no puede tener relaciones sexuales. Después de eso, voy a venir aquí con frecuencia. —Le dijo a Jorge con voz decidida. De hecho, si el primer bebé nació a través de una cesárea, la madre estaría en mayor riesgo con un embarazo de gemelos. Si la matriz se recuperó bien, entonces, la madre estaría bien. No había nada de qué preocuparse. Si no, la mujer embarazada estaría en grave peligro. Sabía esto basado en su vasta experiencia en el campo de la medicina. Jorge asintió. Sabía lo serio que era el asunto, por lo que recordaría todo esto claramente en su mente. Cuando Chuck estaba a punto de subirse al auto, vio de nuevo la sonrisa estúpida de Jorge. En ese instante, decidió enviarle a Jorge a esa niña problemática, Daisy. Tenía un plan en mente. Después de despedir a Chuck, Jorge regresó a la habitación, cargó a Lola y giró varias veces mientras la sostenía en sus brazos. ¡Realmente era una prueba de lo feliz que era! Luego, suavemente la soltó y exclamó: —¡Cariño, eres tan extraordinaria! ¡Nunca había sido tan feliz así, en toda mi vida! —Abrazó a Lola en sus brazos con mucha emoción. No podía creer que Lola estuviera embarazada de gemelos. Todavía no había tomado conciencia de eso. Lola también se estaba riendo muy feliz. Le acarició la cara y dijo: — Jorge, mi hombre. Estoy embarazada de gemelos. Esta es una buena noticia. Entonces Jorge recordó las palabras de Chuck y le preguntó: —Tuviste una cesárea cuando diste a luz a Estrella, ¿verdad? —Él se sentó con ella suavemente al lado de la cama.

Lola asintió y respondió: —Sí. Estrella llegó más tarde de la fecha que estaba programada. Cuando ingresé en el hospital, descubrieron que tenía presión arterial alta, prolapso y las extremidades inflamadas a causa del embarazo. Mi vida estuvo realmente en peligro esa vez. Jorge sostuvo sus manos con preocupación mientras Lola agregó: — Entonces, tuve una cesárea inmediatamente. Salió todo bien, pero luego tuve una hemorragia… Toda su familia esperó afuera con mucha ansiedad aquella vez. Realmente, fue muy bueno que Estrella naciera sana y salva. Ella pesó 3, 8 kg. Pero ella todavía estaba en la mesa de operaciones y experimentó una convulsión ocasional. —Estaba en la sala de operaciones porque mi presión arterial llegó a más de 160. Entonces el doctor, me hizo una transfusión de sangre. Si lo piensas… casi podría haber muerto en ese momento. Cuando la trasladaron a la sala, tuvo otra hemorragia. Todavía recordaba su sangre en la sábana. Durante horas, solo siguió sangrando y sangrando. Pensó que perdería completamente toda la sangre que tenía en su cuerpo. Todavía recuerda a su padre llorando por su sufrimiento. Con el tiempo, mejoró después de tomar un puñado de medicamentos para mejorar los componentes de su sangre. Ella lo recordó con un tono bastante aliviado. Pero Jorge podía imaginar cuán crítica había sido la situación. Se preguntó si podría ocurrir algún accidente porque esta vez, tendría gemelos. Pero si algo sucediera, la salvaría como sea. Ya no deseaba diez bebés con ella… No quería que sufriera más. Solo deseaba que estuviera a salvo y segura. Los gemelos serían sus últimos hijos. La habitación se volvió tranquila. Jorge la besó con amor y le dijo: — Cariño, estos dos bebés serán el final de tu sufrimiento. No te dejaré pasar por tanto dolor de nuevo. Lola sonrió dulcemente y lo sostuvo del cuello. Ella le creyó… Jorge luego dijo: —Tengo que duplicar el salario y el bono de Sánchez para el próximo año. Lo adivinó, tenía razón. —¿Qué cosa? —Lo miró con mucha curiosidad. Jorge le contó sobre su conversación con Sánchez esa noche. Lola sonrió: —Dijo que estaba embarazada de un niño y una niña. Bueno, eso no lo sabemos con seguridad. Ahora sabemos que solo son gemelos. Guarda tu

dinero primero. Jorge sonrió y respondió: —Está bien. Le daré un aumento, ya que es una buena noticia. De todas formas ha sido muy bueno conmigo. Después de que Jorge regresó a la compañía, le dio a Sánchez un gran cheque directamente. Él sonrió toda la mañana en la división de secretarios mientras sostenía con orgullo el regalo. Varios días después, los testigos en el hotel, confirmaron que el criminal era Javier. Pero Javier ya había huido del país C. La ONU ya había emitido una orden de arresto internacional para atraparlo. También, desplegaron policías en Mando Bay. Sería arrestado, una vez que regresara. Lola se sentía aburrida en casa y por eso, condujo para estar con Laura que también estaba en el país C. Consideró los recientes problemas de seguridad y Jorge intensificó la protección de Lola. Así, el automóvil de Lola siempre estaba rodeado de varios autos de vigilancia. Estos, la seguían dondequiera que ella fuera. En el apartamento de Manolo, Lola jugaba con su sobrina con mucha alegría. —¡Cecilia, tía Lola está aquí para verte! —Manolo llamó a su hija ‘Cecilia’, aunque Laura tenía otros nombres en mente. Pero no podía hacer nada porque él fue realmente muy insistente con la idea de ese nombre. Laura le sirvió una taza de jugo y le preguntó con tono preocupado: — ¿Le está yendo bien a Estrella en la nueva escuela? —Siempre tenía ganas de ver a la niña en su tiempo libre. Pero era demasiado tímida para venir sola cuando Lola no estaba. Lola sorbió el jugo y respondió: —Ella va muy bien. No paso mucho tiempo con ella últimamente porque siempre se queda en la antigua casa. —El abuelo de Jorge adoraba tanto a Estrella que quería verla prácticamente todos los días. ¡La amaba tanto! Además, ella estaba embarazada ahora. Así que dejó a Estrella en la antigua casa para hacerle compañía al abuelo de Jorge. —¿Cuándo es la ceremonia de boda? —Laura preguntó con curiosidad y se sentó a su lado. Lola pensó por un momento, luego recordó la fecha que Jorge le dijo. Respondió: —Es en las primeras semanas de agosto. El ocho de agosto. —

Después del desafortunado incidente de la boda que ocurrió la última vez, esperaba que la fiesta pudiera celebrarse sin problemas.

Capítulo 404 Atrapar a Lola con las manos en la masa Laura metió a su bebé y le preguntó a Lola: —El día de la boda se acerca rápidamente, ¿verdad? ¡Felicidades! Lola. —Se sintió realmente feliz por Lola, quien finalmente se casaría con Jorge después de que habían pasado por tantas dificultades. Lola le sonrió y respondió: —Espero que todo salga bien esta vez. ¡Tengo mis dedos cruzados en esto! —No podría soportar más incidentes. Esto pondría en peligro su vida y también a los bebés dentro de ella. —Sí, todo estará bien, has sufrido bastante. Es hora de que disfrutes la felicidad y la paz. —Laura palmeó el hombro de Lola y la consoló suavemente. Luego sacaron el tema de la ceremonia de la boda de Manolo y Laura. Manolo quiso celebrar la ceremonia tan pronto como Laura se recuperara del parto, mientras que Laura intentaba retrasarla hasta el final de este año. —¿Manolo no está involucrado en ningún asunto, ya? —Preguntó Lola en tono de broma. Recordó la aventura que tuvo Manolo con una actriz popular la última vez. Laura tomó las manitas de su hija y sonrió alegremente: —Ahora es muy leal a mí. Va a casa todas las noches, excepto cuando tiene que filmar una película en otros lugares. Ha sido tan bueno conmigo, Lola. —Manolo abrazaría a Cecilia en cualquier momento que estuviera con ella. Incluso la abrazaba cuando ya estaba dormida. —Eso es bueno. ¿Quieres dar un paseo fuera más tarde? Podríamos relajarnos un poco más. —Lola no tenía nada que hacer aquí. Quería salir a respirar un poco de aire fresco. Había guardaespaldas que la protegían todo el camino. No temía que algo pudiera pasarle. Laura había oído hablar del disparo que Lola experimentó la última vez. Frunció el ceño con preocupación y sugirió: —Ahora estás embarazada de dos bebés. Será mejor que nos quedemos dentro por su seguridad, Lola. — Los bebés dentro de la barriga de Lola eran tan preciosos. ¿Cómo podía explicarle a Jorge si algo le pasaba a Lola? Laura pensó preocupada. Lola dudó después de escuchar lo que dijo Laura. ¡Laura tenía razón! ¡Tenía que considerar a sus bebés! Lola momentáneamente se olvidó de

ellos… —¿Qué tal si salgo a comprar algunas verduras para poder cocinar para ti? Solo quédate aquí y espérame. —Laura sugirió esto después de ver que Lola estaba un poco decepcionada. Lola se sintió entusiasmada con la idea y asintió. —De acuerdo, cuidaré de Cecilia por ti. ¡Sin preocupaciones! —Eso es bueno. ¿Qué quieres comer? —¡Quiero un estofado caliente! —¡Estaba ansiosa por comer estofado otra vez! Jorge había estado vigilando su dieta desde que descubrió que estaba embarazada. Era riguroso con lo que debía comer y con lo que no debía comer. Laura no creía que comer estofado fuera bueno para Lola. Pero considerando que estaba haciendo la comida sola en casa, pensó que podría hacerlo más saludable. Así que asintió y le dijo a Lola: —Está bien. Sólo espérame en casa. Iré al supermercado de inmediato. Una vez que tomaron la decisión, Laura se cambió de ropa y fue al supermercado. Cuando la cena estuvo lista, los manjares de la mesa la hicieron sentir mucha hambre. ¡Todo estaba delicioso! ¡Finalmente, podría comer un estafado saludable! ¡Estaba tan feliz! Pero en ese preciso momento, el teléfono de Lola sonó repentinamente. Era Jorge… —¡Hola! —Lola se conectó con la llamada. —Querida, ¿vendrás a casa a cenar esta noche? ¿Por favor? —Preguntó Jorge. Escuchó que Lola había estado con Laura durante mucho tiempo y que no tenía la menor disposición para irse a casa. Lola miró la olla hirviendo y negó con la cabeza. —No. Comeré con Laura mientras tanto. Tendremos mucho tiempo juntos en el futuro. —¿Qué cenarás? —Preguntó Jorge casualmente. Lola guardó silencio por un rato y tartamudeaba. —… Bueno… Sólo queso y verduras. —No podía dejar que Jorge supiera que estaba comiendo estofado ahora. ¡Se enojaría! Laura se rió cuando escuchó a Lola mentirle a Jorge. Pero pensó que estaba bien comer estofado de vez en cuando. Ella misma había comido estofado varias veces cuando estaba embarazada. No

causó nada malo. Jorge sintió que la voz de Lola era muy extraña. Se puso un poco sospechoso. Frunció el ceño y dijo: —Querida, no trates de mentirme. Sé cuando no estás diciendo la verdad, Lola. —Ella debía estar escondiendo algo a él. Lola no había comido ningún pescado o carne en casa de Jorge en los últimos dos meses. Para acompañarla, Jorge también solo comía verduras y algo de comida picante con ella. Jorge recordó que Lola siempre había rogado por comer estofado. Pero él siempre se había negado. Se dio cuenta de lo que ella estaba comiendo ahora. Era tan desobediente. Jorge pensó. —No te mentí. Te llamaré mas tarde. Voy a cenar. ¡Gracias por preocuparte! —Lola colgó el teléfono a toda prisa, temiendo que Jorge le preguntara más. Al ver que el agua ya estaba hirviendo en la olla caliente, Laura puso a su hija en el cochecito y le preguntó a Lola: —¿Qué dijo él? ¿Tu querido esposo no te permitió comer estofado? —Sí. Bueno, no he comido algo así desde hace mucho tiempo. Pero él nunca estaba de acuerdo. —Lola protestó y luego puso el estofado en el plato. Laura se rió. —Él solo estaba preocupado por ti. Ahora estás embarazada. No quiere que comas algo que sea malo para los bebés. —Jorge se preocupaba tanto por Lola, todo el mundo podía ver eso. Lola revolvió la pasta de sésamo en su tazón y puso mala cara. —Antes ya había estado embarazada. Tengo la experiencia. Está bien comer estofado por una vez. ¡Yo sé eso! —Había comido estofado varias veces cuando estaba embarazada de Estrella. Nada malo le pasó a ella, de todos modos. Laura puso algunas verduras más en el tazón de Lola y dijo: —Es hora de comer, empecemos. Tuvieron su cena de una manera muy alegre. Lola estaba de buen humor esta noche, así que comió mucho. Ya eran las 8 en punto cuando terminaron de cenar. La sirvienta no estaba aquí esta noche. Así que Laura se levantó y limpió la mesa sola. El timbre sonó en ese momento. Laura dejó el plato en sus manos y miró la hora. ¿Era Manolo? Pensó Laura. Luego corrió hacia la puerta y la abrió. Un hombre obviamente más alto

que Manolo estaba parado en la puerta. —Hola, Laura. —Jorge saludó a Laura casualmente. Vino aquí para atrapar a Lola con las manos en la masa. —¡Hola Jorge! ¡Entra por favor! ¡Lola está adentro! —Laura le dio paso para que lo dejara entrar. Tan pronto como Jorge entró en la casa, olió el aroma sabroso del estofado. Lola estaba sentada a la mesa. Acababa de terminar de comer el estofado. Antes de que pudiera levantarse, Jorge la atrapó en el lugar. Err… Miró a Jorge que apareció de repente en la casa. Estaba estupefacta. Entonces ella puso los ojos en blanco con disgusto y lo interrogó: —¿Por qué no me llamaste antes de venir aquí? Jorge se acercó a ella. Al ver los platos vacíos en la mesa, pensó que lo que predijo era correcto. Jorge miró la expresión pretenciosa de Lola. Él supo justo allí lo que ella había estado haciendo. Suspiró en su corazón y no dijo nada. Después de todo, Lola ya lo había terminado. Ya no podía hacer nada. Jorge respondió: —Vine aquí para llevarte a casa. La bebé a su lado estaba mirando a Jorge con sus grandes y lindos ojos. Ella de repente se rió y balbuceaba hacia él. Laura pensó que era extraño y único. Incluso ella misma temería a la autoridad de Jorge. La bebé no tenía miedo en absoluto. En realidad le estaba sonriendo. Jorge miró a la niña y la sacó del cochecito. —¡Ella no te tenía miedo! Eso es… un milagro. —Lola pensó que era realmente extraño. Laura pensó eso, también. Jorge estaba disgustado con sus palabras. Frunció el ceño y dijo: —¿Me veo realmente aterrador? —Si se veía aterrador, ¿por qué Lola no le tenía miedo? Jorge reflexionó sobre esto. Lola se echó a reír. Tomó las pequeñas manos de Cecilia y le dijo: — Pequeña Cecilia. ¿Crees que tu tío parece muy aterrador? Laura miró a la pareja que estaba bromeando con su hija y les dijo: —Ya es tarde. ¡Será mejor que se vayan a casa temprano! Necesitas descansar, Lola.

Jorge asintió y puso a Cecilia en la carriola. Tomó las manos de Lola y salió del apartamento. —¡Laura, recuerda visitarme en la mansión Leroy cuando tengas tiempo! ¡Te extrañaré! —Lola le dijo dulcemente a Laura. Se sentía aburrida de estar sola en casa. Laura los acompañó hasta la puerta y asintió. —De todos modos, no tengo nada especial que hacer en casa. Iré a tu casa si tengo tiempo libre. Jorge tomó las manos de Lola y entró en el ascensor. Lola aún le recordaba a Laura: —¡No te olvides de visitarme! —Estaba realmente tan aburrida en casa. Laura miró sus ojos ansiosos y se echó a reír: —Lo sé. Manejen despacio en el camino. ¡Tengan cuidado!

Capítulo 405 Enfrentar a Jorge cara a cara Después de que bajaron al apartamento, Jorge le entregó las llaves del auto de Lola a uno de sus guardaespaldas y le pidió que lo llevara de regreso. Luego llevó a Lola a su auto. Tan pronto como estuvieron dentro del Lamborghini negro, Jorge sarcásticamente le preguntó: —¿Disfrutaste tu estofado? —Jorge le preguntó a Lola con voz fría mientras conducía el auto. Lola no debería haber comido tales cosas ahora que estaba embarazada. Jorge pensó con consternación. Lola asintió con determinación y respondió: —¡Sí, estaba tan delicioso! ¿Quieres comer estofado, también? Puedo llevarte a un restaurante mañana. —Luego añadió: —Puedes comerlo con una receta ligeramente picante. — Para permitir que Jorge la acompañara a comer estofado, estaba dispuesta a renunciar a su sabor favorito de receta súper picante. Jorge sonrió gentilmente y respondió: —¡Estás pensando demasiado! — Cuando escuchó sus palabras, Lola se sintió decepcionada. Miró a Jorge, rechinando los dientes con ira. —¡Creo que no somos compatibles entre nosotros en todos los aspectos, ya sea en la personalidad, los pasatiempos o incluso en la comida que comemos! —Pero creo que estamos perfectamente emparejados en todos los aspectos, especialmente cuando… estamos… —Él sonrió y le susurró seductoramente a sus oídos. Con esto, Lola se sonrojó inmediatamente y pellizcó la cintura de Jorge. Ella le recordó: —¡No seas tan mala influencia para los bebés, Jorge! ¡Deberías tomar algo de educación prenatal! ¿Educación prenatal? Jorge levantó las cejas y dijo: —Es muy temprano para hacer eso ahora. —Estimó que los bebés dentro de la barriga de Lola todavía eran tan grandes como pequeñas albóndigas. Era demasiado temprano para que recibieran educación prenatal.

… Jorge detuvo el auto en la puerta de la mansión. Se dirigió al asiento de Lola y cargó para ayudarla a llegar a la mansión.

—Bájame, puedo caminar sola. Gracias. —Lola protestó. A ella no le gustaba estar mimada en absoluto. No había caminado mucho después de terminar su cena. Su estómago aun no digería el estofado. Debía caminar primero. —Cariño, no te muevas. Te tengo. —Ahora ella era el foco de toda su atención. Quería asegurarse de que estuviera a salvo cada minuto. Lola se quedó sin palabras. No se movió. Pero pensó que Jorge era demasiado cauteloso. Tal vez estaba exagerando. Desde que Lola quedó embarazada, no la dejaba caminar sola… Jorge la dejó en la puerta de uno de sus dormitorios en el segundo piso. Abrió la puerta y entró sin soltar las manos de Lola. En el escritorio de la habitación, estaban sus fotos de boda de 5 pulgadas. Una cinta también estaba allí. Pegó la cinta en la parte posterior de las fotos. Cada vez que terminaba de pegar la cinta a una foto, se la entregaba a Lola para que la pegara en la pared. Lola dejó de mirar las fotos. Cuando recibió las fotos de Jorge, eligió un buen lugar en la pared y pegó las fotos. Las risas de Lola y las bromas de Jorge ocasionalmente hacían eco en la habitación. Cuando Jorge terminó con la última foto, caminó detrás de Lola y le sostuvo la cintura firmemente. —Lola. —La besó suavemente y olió su fragante cabello. Su mente ya estaba vagando sobre su cuerpo. Lola puso la última foto en la pared y se volvió para mirarlo. —¿Qué te pasa? ¿Hay algo mal con la foto? —¿Estaba poniendo las fotos al revés? Lola lo pensó con cuidado. Jorge sacudió la cabeza y le cogió las manos. —No, están muy bien. ¿Te gusta aquí? —Deseaba que ella estuviera feliz con todo lo que había hecho por ella. —Por supuesto, me gusta este lugar. —Respondió Lola dulcemente. La mansión, especialmente esta habitación, era realmente especial para ella. Arrastró a Jorge para que se sentara en el taburete frente al piano. El piano blanco se conservaba bien incluso si nadie lo había usado. Ella tocó casualmente varias notas. Era realmente buena en eso, ya que era su pasión. Una pieza de hermosa música fluía de sus manos.

Jorge la sostuvo en sus brazos. Había razones por las que había puesto el piano en la habitación. Porque en realidad sabía por accidente que a Lola le gustaba mucho tocar el piano cuando estaba en la universidad. Incluso había recibido el trofeo que daban a los diez mejores jóvenes en el campus por eso. Jorge trajo este piano de cola de edición limitada solo para ella. La música melodiosa barrió su fatiga y estrés. Se perdieron en la música. Pocos minutos después, Lola terminó de tocar. Se detuvo y descubrió que Jorge la estaba mirando. Se sonrojó y preguntó: —¿Por qué me miras así? —¿No tocó bien? Se preguntó con decepción. —Estaba pensando que me he casado con una esposa versátil y muy hábil. Eres realmente buena en casi cualquier cosa. —Recordó que ella podía bailar, actuar, cantar… Cuando estaba en la empresa, podía asumir la responsabilidad de un alto ejecutivo. Lola se echó a reír y sostuvo su barbilla en alto con orgullo. —Por supuesto. ¡Finalmente te diste cuenta de lo excelente que soy! Pensé que nunca sería suficiente para ti. Jorge besó sus labios rojos. —Tú eres mía. Eso nunca más cambiará. — Lo dijo con orgullo y felicidad. Lola se echó a reír y dijo: —¡Eres una persona tan dulce! —Ella se apoyó en su hombro y disfrutó de la paz y la serena felicidad de este momento. Pero Jorge rompió el silencio que Lola había anhelado mucho. Cerró el piano y volvió a besarle los labios.

… Jorge todavía no estaba satisfecho. La llevó al baño. Lola se sentó junto a la bañera con gran ánimo. Ella miró su cara de mal humor. Hizo un puchero de disgusto y dijo: —Ahora deberías estar satisfecho. Ya te di lo que querías. Jorge tocó el agua en la bañera y se dio cuenta de que estaba un poco fría. Luego añadió un poco de agua caliente. Jorge miró a Lola con una sonrisa maliciosa. —Sabes que tu esposo no es tan fácil de satisfacer. Lo sabes, Lola.

… Lola no quería hablar de este tema con él. No importaba cuánto lo intentara, no tendría sentido para él. —Ya estoy un poco cansada. —Lola bostezó. Jorge cerró el grifo del agua y la sacó de la bañera. Jorge puso a Lola en la cama y la envolvió con la toalla. Miró por la ventana francesa que ofrecía una gran vista del majestuoso mar. Le dijo a Lola: —Levántate. Lola siguió sus palabras obedientemente. Jorge sostuvo su muñeca y la llevó a la ventana. —¡Lola, mira! Hay algo en el mar. —Le pidió a Lola que mirara afuera. Lola curiosamente miró al mar bajo las luces de la noche. Excepto por las luces intermitentes, ella no podía ver nada. Estaba a punto de preguntarle a Jorge cuando de repente él la sostuvo por detrás y le tapó la boca. Retiró la toalla de baño que la envolvía y la sostuvo en las caderas. Él le devolvió el beso lentamente desde la nuca hacia abajo… Ella le dio un fuerte mordisco en la mano.

… En medio de la noche, acostó a Lola en la cama. Se dio la vuelta y se quedó dormida mientras sostenía la colcha. La complexión de Jorge se veía mejor ahora. Fue al baño y se dio una ducha rápida. Luego regresó con Lola, la abrazó y se durmió también. Pasó una semana en tranquilidad. Los días pasaron y ahora era el día en que Lola debía ir con Chuck para un chequeo. Jorge estaba muy ocupado en su compañía. No tuvo tiempo de acompañarla al hospital hoy. Dentro de la sala de examen, una enfermera estaba de pie junto a la cama y miró a Chuck, que estaba hábilmente operando el equipo médico. Unos minutos después, Chuck dijo: —Está bien, todo está bien. Esas son buenas noticias. —Era hora de abrir completamente fuego contra Jorge. Pensó Chuck. Apagó el equipo y sacó una pila de archivos que había preparado previamente y se los entregó a Lola. Lola se estaba levantando de la cama en

ese momento. —¿Qué es esto? —Preguntó Lola con suspicacia. Una lenta sonrisa astuta se arrastraba por las esquinas de los labios de Chuck. Él dijo: —Me tengo que ir ahora. Solo revisa los archivos por ti misma. Cuídate mucho, Lola. —’¡Jorge, mira y ve que te pasa!’ —Chuck pensó secretamente en su mente. Grupo SL Un Maybach rojo se detuvo a las puertas de la compañía, atrayendo la atención de muchas personas. Del auto salió Lola con unos pantalones blancos y negros y un par de tacones blancos. Mucha gente volvió la cabeza para contemplar su innegable belleza. Lola solo llevaba maquillaje ligero. —¡Bam! —Enojada, cerró de golpe la puerta y caminó hacia el edificio con sus tacones de aguja. La recepcionista vio que la señorita Li venía. Inmediatamente la saludó. Pero dudó por un momento cuando sintió la expresión de enojo en la cara de Lola. ¿Qué le pasó a la señorita Li? Se veía tan molesta. La recepcionista se preguntó. Cuando volvió a sus sentidos, la recepcionista inmediatamente presionó el botón del elevador para Lola. —Gracias. —Lola le dijo sin emociones a la chica. Agarró firmemente el portafolio en sus manos. ¡Estaba lista para enfrentar a Jorge cara a cara!

Capítulo 406 El Oscar te debe un premio de la Academia En el piso 66 en la oficina del presidente. Lola salió del ascensor. Se veía tan intimidante con sus zapatos de tacón alto. Ella habría hecho poco ruido ya que la alfombra era gruesa y esponjosa. Pero estaba tan enojada que lo estampó, produciendo un sonido de chasquido. En la puerta de la oficina del presidente, varias secretarias de la división de secretarios se acercaron apresuradamente a saludarla en cuanto la vieron. —¡Sra. Lola, hola! ¿Cómo está? —¿Dónde está Jorge en este momento? —Miró furiosa a las hermosas secretarias. Ella no tenía tiempo para charlar. Con seis ayudantes femeninas cerca de él todo el tiempo, Jorge podría engañarla muy fácilmente. Lola pensó en esto y se enojó más. Habían visto a Lola varias veces, pero era muy amable en ese entonces. Sin embargo, esta vez, se veía tan furiosa. Sus agudos ojos eran muy parecidos a los del presidente Jorge. —El presidente… está asistiendo a una reunión en el piso 22 en este momento. —Una secretaria le respondió con tono preocupado. Se preguntaba qué estaba pasando con la Sra. Si. Se veía tan extraña y molesta. Cuando el pensamiento cruzó por su mente que Jorge pudo haber contratado a estas hermosas asistentes intencionalmente, Lola no pudo dejar de estar enojada. Después de descubrir dónde estaba Jorge, se volvió bruscamente y se fue. Por otro lado, todas las secretarias se quedaron confundidas mirándose unas a otras. —¿Quién es ella? —Una secretaria recién contratada preguntó con curiosidad. Hoy era la primera vez que había visto a Lola. Para ella, Lola era tan valiente e increíble porque tenía las agallas de llamar directamente a su presidente por su nombre. Una secretaria de alto rango la miró y respondió amablemente: —Ella es la esposa del presidente. Recuerda, puedes irritar al presidente, pero nunca a ella. —Sánchez les había dicho a todos que Jorge amaba mucho a su esposa.

Incluso más de lo que se amaba a sí mismo. Esa respuesta hizo que la nueva asistente agachara la cabeza con ansiedad. ¿Esa era mujer aún más aterradora que el presidente? En la sala de reuniones del piso 22. Lola salió furiosa del ascensor mientras Sánchez hablaba sobre los arreglos de la reunión de mañana con las secretarias. Accidentalmente se dio cuenta de una figura familiar. Al principio, pensó que estaba equivocado. Pero con una mirada más cercana, se dio cuenta de que realmente era Lola. —Señora Si, ¿qué está haciendo aquí? —Él vino apresuradamente. ¿Lola estaba usando maquillaje? ¿Y zapatos de tacón alto también? Apenas podía creer lo que veía, ya que el jefe Si le había prohibido usar estos. Pero con el maquillaje y los tacones altos, Lola no se veía como una mujer embarazada. —¿Dónde está Jorge? Dime ahora mismo. —Repitió esta pregunta otra vez. Su voz estaba llena de furia. Sánchez estaba perplejo. No sabía lo que estaba pasando. Así que solo señaló la sala de reuniones de la puerta cerrada y observó a Lola caminar hacia allí. Entonces recordó que había una reunión dentro. Así que corrió y le dijo a Lola: —El jefe Si tiene una reunión en este momento. Tal vez podría esperar a que termine la reunión. Lola lo miró como respuesta porque sabía que Sánchez también jugaba un papel en mentirle. Caminó en línea recta como si no hubiera oído lo que dijo Sánchez. Sánchez intentó detenerla de nuevo, pero ya era demasiado tarde. La puerta de la habitación se abrió de golpe, golpeando la pared con fuerza. Un ruido tan fuerte puso a toda la habitación en un mero silencio. Estaban desconcertados. Jorge frunció el ceño y miró fríamente la cara. En la puerta había una mujer bonita con la ropa más de moda. Al verla a ella, suavizó los ojos de Jorge. Pero la rabia de Lola se elevó a su punto máximo cuando vio a Jorge.

Para sorpresa de todos, ella caminó con gracia pero vigorosamente hacia Jorge. —¡Bam! —Ella tiró el portafolio en el escritorio justo delante de él. —Jorge, tengo algunos problemas graves de que hablar contigo ahora. ¿Deberíamos hablar aquí con todos afuera, o en tu oficina? —Su voz clara hizo eco en toda la sala de reuniones. La señora Si gobernaba sobre todos. ¡Se atrevió a hablarle así al jefe Si! No era de extrañar que ella fuera la chica de Jorge. ¡Incluso podría controlarlo! Era bastante inusual que Jorge Si cediera ante alguien.

… La multitud contuvo el aliento. No se atrevieron a cotillear en público, sino que solo especularon lo que estaba sucediendo en silencio. Jorge sintió su ira y se levantó de la silla. Él sonrió con vergüenza y le dijo a Lola suavemente: —Cariño, siéntate primero, no te enfades. —Después de dejarla sentarse en la silla, hizo una seña a los ejecutivos principales y les indicó que los dejaran a ambos solos mientras tanto. Con su petición, todos salieron con sus pertenencias en solo un par de minutos. Sánchez cerró suavemente la puerta. —Jorge, soy demasiado estúpida para creer lo que dijiste antes. ¡Todas esas dulces palabras fueron todas mentiras! —Lola se puso de pie enojada y miró al aturdido Jorge. —Cariño, estás embarazada, cuida a los bebés. No te enojes. Vamos a hablar de esto, ¿de acuerdo? —Jorge la consoló pacientemente. Él debía mantener su temperamento en su lugar primero, luego resolver los problemas desconocidos. Sin embargo, la mención de los bebés acababa de agregar más combustible al fuego y la furia de Lola. Ella se burló. —¿Bebés? Sabes que vas a ser padre, ¿verdad? —Levantó la voz aún más y añadió: —Si realmente me amas a mí y a los bebés, ¿por qué tienes que engañarme a mis espaldas? ¿Por qué tienes una amante? ¿Una amante? ¿De qué estaba hablando ella? Jorge estaba totalmente estupefacto. Él no tenía ninguna idea. Lola lo miró confundido, luego volvió a burlarse y dijo sarcásticamente: —¿Sigues fingiendo que no sabes nada al respecto? Eres un muy buen actor. El Oscar te debe un Premio de la Academia, Jorge.

Jorge se frotó la frente en confusión. ¿Qué sucedió realmente para poner a su Lola tan furiosa? —Cariño, no te enfades tanto ahora. Déjame ver los archivos que tienes primero. —Ayudó a Lola a sentarse nuevamente en la silla y recogió los archivos que ella trajo. Lola respiró hondo y siguió murmurando para sí misma que debía calmarse por el bien de los bebés. Jorge abrió el sobre mientras Lola miraba de cerca la expresión de su cara. Había recibos de las facturas médicas pagadas para la madre de Daisy y la reciente transferencia de la tarifa de medicamentos a la cuenta de Daisy. Al ver lo que había en él, Jorge frunció el ceño, se burló, luego lo arrojó sobre el escritorio. —Estas son las pruebas, Jorge, eres un cabrón. ¡Me estás engañando e incluso tuviste las agallas de negarlo! —Lola golpeó el escritorio con ira, luego se levantó y estaba a punto de irse. Jorge la detuvo apresuradamente mientras una expresión oscura llenaba sus ojos. Él sabía quién estaba detrás de esto… Chuck. ¡Qué buen amigo era! —Cariño, cariño, cálmate. Esto es un error. ¡No es lo que crees que es! —Sostuvo la palma de su mano que solo golpeó el escritorio, y la frotó para calmar su dolor. —Basura, deberíamos solicitar un divorcio. No quiero estar contigo. — Ese sería el fin de todo – el divorcio. Sacudió la mano de Jorge enojada. Pero Jorge la atrajo hacia sus brazos y dijo amorosamente: —Lola, es un malentendido. Ella no es mi amante. Puedo explicar esto. Déjame explicarte primero. —Cuando contrató los servicios de Daisy para molestar a Chuck, nunca había pensado que Chuck se defendiera con esto. Lola se recostó contra Jorge y dijo fríamente: —¿Explicar? No necesitas explicar, Jorge. ¡Todo está claro para mí ahora! —Las pruebas fueron presentadas aquí claramente. ¿Qué más podría explicar? —Claro, hay necesidad de eso. O seré agraviado por Chuck. —¿Por qué Chuck no se había casado con Daisy todavía? Parecía que debería darles un empujón. Un empujón enérgico. —¿Fuiste agraviado? La evidencia está aquí. No fuiste graviado Yo fui la que fue engañada. Tú me engañaste. —Ella luchó en sus brazos, no quería escuchar más explicaciones.

Era tan estúpida. Nunca volvería a confiar en él. Dios mío, era tan tonta al creer en él otra vez. Ahora, solo quería cavar un agujero y acostarse allí. Ella quería estar lejos del mundo y estar sola. —Le pagué para seducir a Chuck. —Explicó apresuradamente. Esperaba que Lola pudiera calmarse ahora, ya que no debería enojarse. Estaba realmente preocupado por los bebés.

Capítulo 407 Te daré mi billetera ahora —¿Hiciste eso para que ella estuviera con Chuck? ¡No te creo! —Ella no le creyó. Trató de librarse de su agarre y caminó hacia la puerta de la sala de juntas. Jorge la abrazó y le dijo: —¿No sabes que Chuck tiene sentimientos por ti? —¿No lo veía? ¡Era obvio! —¿Chuck me ama. —Lola estaba confundida, estaba aturdida. Dijo que la conquistaría. Pero ella pensó que él solo estaba bromeando. En ese momento, era simplemente imposible. A veces la ayudaba a molestar a Jorge. Pero no creía que él fuera tan serio. —¿Es eso cierto? ¿O es solo la excusa de Jorge para que escape de mi ira. —Lola tenía algunas dudas en su mente. —Está bien, vamos a divorciarnos entonces y estaré con él. —Cariño, realmente no deberías tomarte el divorcio a la ligera. —Jorge le advirtió. Ahora que se había vuelto a casar, nunca volvería a romper con ella. Esa fue su promesa a ella. —No trates de confundirme. ¡Déjame ir! ¡Jorge maldito bastardo! ¡No te saldrás con la tuya! —Lola lo mordió en el brazo para obligarlo a dejarla ir. Pero no lo hizo. —De acuerdo. Soy un bastardo. ¡Pero hice todo esto solo para ti! Solo haciendo esto puedo desviar su atención de ti. Lo siento. ¿Está bien? —Miró a Lola y pronunció estas sinceras palabras desde el fondo de su corazón. Lola pensó que eso tenía sentido. Se calmó un poco. Jorge se sintió aliviado. Lola dijo. —Eso tampoco funciona. ¿Cómo puedes gastar dinero en otras mujeres? ¿Está bien? Ya tienes una familia, Jorge. —Lo fulminó con la mirada. Pensó que era injusto. Jorge se rió entre dientes y le dijo a Lola: —Cariño, todo es mi culpa. Ya no gastaré un centavo en esa mujer. Lo prometo. —Invertiría todo lo que tenía para Lola, Estrella y los gemelos. Ella lo apartó y dijo: —Lo siento, Sr. Si. Ya no creeré en ti. Me has

mentido de nuevo. —Lola le dejó saber cómo se sentía al ser traicionada. Lola abrió la puerta y salió. Jorge corrió tras ella con la cartera en sus manos. El asistente en el piso 22 estaba tan sorprendido por la escena, el jefe Si estaba persiguiendo a una mujer. Luego, la historia de que una mujer regañó al jefe Si se extendió por todo el Grupo SL. Lola presionó el botón de la planta baja mientras Jorge presionó “66. — Lola vio que el ascensor subía directamente al piso 66. ¿No debería bajar primero? ¿Por qué? ¿Incluso el ascensor sabía que él era el CEO? ¿Esa era la prioridad en este edificio? En el piso 66. Jorge obligó a Lola a bajar del ascensor sujetándola por los hombros. Lola trató de sacudirse y le dio una patada en las espinillas con sus tacones altos. Cerró los ojos en agonía y la abrazó con más fuerza. Esto asustó a la gente en la división de secretarios. —Cariño, guarda algo de fuerza para nuestros deportes nocturnos. ¡Te cansarás mucho antes de eso! —Él susurró en sus oídos y sonrió. Lola lo pellizcó mientras caminaban hacia la oficina. Las personas que vieron esta conmoción pensaron que solo estaban coqueteando entre sí. En realidad eran una linda pareja. Una secretaria le dijo a una nueva secretaria: —¿Ves? Ella es el verdadero amor del jefe Si. La recién llegada asintió. Ella admiraba tanto el coraje y la presencia de la señora Si. Dentro de la oficina del presidente Jorge dejó que Lola se sentara en el sofá y le sirvió un vaso de agua tibia. —Cariño, bebe un poco de agua primero. Refréscate un poco. Ella miró el agua y le gritó: —Jorge, ¿gastaste tanto dinero en esa mujer y ahora solo me dejas beber agua? ¡Bien por ti! Jorge estaba indefenso de nuevo. ¿Por qué su mujer era tan encantadora incluso cuando estaba enojada y molesta? Puso el agua sobre la mesa y se sentó a su lado. —Cariño, te daré mi

billetera de ahora en adelante. ¿Qué piensas? —Sacó su billetera que Lola le trajo y se la dio a ella. Realmente quería cumplir lo que acababa de decir. Lola inmediatamente devolvió la billetera y dijo en tono sarcástico: — ¿Qué estás haciendo? No puedo tomar esto. —¿Cree que puede cubrir la verdad de que gastó dinero en otra mujer al darme su billetera? ¡Qué patético! —Pensó Lola. Él sonrió y la besó en los labios. —¡Sólo tú puedes quitarme eso! ¡Mi dinero es tu dinero! —Él puso su billetera en sus manos otra vez. —¿Qué puedes probar dándome esta billetera? No creas que no sé que puedes escribir cheques para ellas. ¡No soy una tonta! —Ella no lo dejaría ir tan fácilmente. —¿Cómo serías capaz de creerme otra vez. —Se sentía terrible que alguien dijera que no pudiera confiar en ti. Pero Lola de repente cambió de opinión. Puso la billetera en su bolso y luego se puso de pie. —No me detengas, o nunca más creeré en ti. ¡Te estoy advirtiendo! —Luego abrió la puerta y desapareció lentamente con la cabeza en alto y la barbilla levantada. El hombre en el sofá no pudo hacer nada más que ver a su mujer irse. Varios minutos después, llamó al guardaespaldas y le dijeron que Lola regresaba a la mansión. Él podría centrarse en su trabajo ahora. Pero antes de eso, pensó en lo que Chuck había hecho. Necesitaba la ayuda del abuelo de Chuck. —¿Chuck planea hacerse responsable de Daisy? Es el llamado bastardo que Lola decía. —Jorge pensó enojado. En la cena. Chuck se frotaba la frente después de una operación muy difícil. De repente, su teléfono móvil sonó. Era su abuelo. Rápidamente tuvo un mal presentimiento. —¡Abuelo! ¡Bastante seguro! —¡Chuck! ¡Mujeriego! ¿Estás fingiendo no escuchar lo que siempre te digo? —Estaba tan enojado. No pensaba que su nieto sería tan poco confiable como para no hacerse responsable de la chica con la que se había acostado. ¡Debería ser más maduro! Chuck sabía que Jorge hizo esto. Simplemente no anticipó que haría una respuesta tan rápido.

Supuso que Lola probablemente le había dado tantos problemas. Jaja… —¡Chico, no te hagas el sordo! ¡Habla en voz alta! —Echó un vistazo a su teléfono. Todavía estaba conectado a la llamada. ¡Ay! Su nieto siempre fue menos hablador y excéntrico. Sabía que su nieto era obsesivo con la limpieza y era estricto con las mujeres. Ahora había una chica con la que estaba dispuesto a dormir. ¿Por qué no se casaron lo antes posible? —Abuelo, he hablado con ella sobre esto. Ella se negó a casarse conmigo. ¡No es mi culpa! —Chuck se sintió molesto cuando pensó en cómo esa mujer pateaba y peleaba con él. ¡Era una persona difícil de tratar! Su nieto fue rechazado por una mujer. Eso era realmente increíble. Así que la mujer no estaba con él por dinero y estatus. ¡Deberían casarse, entonces! —Chuck, te daré una semana para resolver este problema, o te apalearé. —Golpeó su muleta contra el suelo mientras le decía esto a Chuck. Chuck estaba molesto y por un momento, se arrepintió de haber ofendido a Jorge. Él debería estar tan enamorado que aceptó la petición de Lola de ayudarla a molestar a Jorge. Debería haber sido más cuidadoso con sus acciones. ¡Un director fue controlado y golpeado por su abuelo que estaba en una muleta! ¡Qué embarazoso era eso!

Capítulo 408 Piérdete —Lo sé, abuelo. ¡Lo intentaré! —¡Qué mujer tan ingrata! ¿Realmente tengo que usar la violencia? Bueno, ¿y si ella sabe Kung Fu? ¡Yo puedo hacer cirugías! ¡Todavía soy mejor que ella! —Pensó. En el café LE. Colocaron varias hojas de tamaño A4 frente a Daisy. Ella vio claramente: ‘Acuerdo de matrimonio’ escrito en el papel. Solo el contenido del acuerdo la hizo apretar los puños con ira y consternación. La primera mitad del acuerdo era normal, pero las condiciones adjuntas hicieron que Daisy quisiera darle un puñetazo en la cara. —Primero, voluntariamente proporciono un millón de yuanes de gastos de manutención a la esposa cada mes. Segundo, la esposa no puede tocar mis cosas sin permiso. Tercero, durante el matrimonio, dormiremos en habitaciones separadas. Cuarto, la esposa no traerá a nadie al apartamento. En quinto lugar, no se permiten mascotas. La esposa debe ducharse y limpiar todos los días. Sexto, séptimo, octavo…’ Había más de veinte regulaciones en el acuerdo. ¡Era demasiado! —¿Viniste del país C para dejarme echar un vistazo a este disparate? — Daisy preguntó fríamente con sus brazos alrededor de su pecho. Ella solo estaba reprimiendo las ganas de matarlo. Chuck asintió y respondió: —Pide lo que quieras, todo lo que quieras. — Así que su matrimonio podría ser un matrimonio por contrato. Tan fácil como eso. Nadie debería complicar más las cosas. Daisy sonrió con encanto y casualmente respondió: —Solo tengo una simple petición. —Chuck no podía dejar de mirarla. No podía negar que ella era realmente hermosa…

—Sólo dilo, satisfaceré tus necesidades siempre que sean razonables. Recogió los papeles A4 de la mesa, se lo arrojó a la cara y gritó: — Recoge tu contrato. ¡Piérdete! —Los papeles estaban esparcidos por todo el lugar. Daisy salió de la cafetería LE sin siquiera mirar atrás. Salió y miró el letrero de la cafetería. LE … Sabía que esta era la tienda de Lola. —¿Por qué tienes que coquetear conmigo si te has enamorado de otra mujer? —Pensó. —¡No me casaré contigo incluso si todos los hombres en este mundo están muertos! Chuck se enderezó, cerró los ojos y trató de controlar sus emociones. ¡Nunca antes había visto a una mujer tan ingrata! ¡Nadie lo había tratado así! Para sorpresa de todos, se inclinó, recogió el contrato, lo rompió en pedazos y lo tiró a la papelera. —Daisy, ¿verdad? ¡Verás lo que sufrirás en el futuro! ¡No te dejaré ir tan fácil! —El pensó. En la oficina del CEO del Grupo SL. Jorge recibió una llamada de su guardaespaldas mientras aún trabajaba. —Di algo. —Señor Si, la señora Si acaba de ir al Pearl Apartment. Ahí estaba la casa de Manolo y Laura. Ya eran más o menos las ocho de la noche. —¿Qué quería hacer ella en casa de Laura en este momento? ¿Tiene la intención de no quedarse en casa esta noche. —Se preguntó. Pensando en esa posibilidad, Jorge se sintió tan estresado de nuevo. —Mírala y dime de inmediato en cuanto salga del apartamento. —La mujer todavía estaba enojada, así que él quería saber cada movimiento de ella. Tenía que ser muy cuidadoso con ella. —¡Sí, señor Si! —El guardaespaldas colgó después de su respetuosa respuesta. Una mujer vestida de negro con una gorra de béisbol salió del No. 3 en Pearl Apartment. El guardaespaldas la miró y volvió a poner los ojos en la puerta del apartamento. —Esta no es la Sra. Si. Solo tengo que centrarme en la señora Si, lleva pantalones blanco y negro. —Pensó. Si el guardaespaldas fuera una mujer, dudaría de por qué esta mujer

llevaba un vestido negro de moda y una gorra de béisbol. Qué extraña combinación… Eran ya las 10:00 p. m cuando Jorge llamó al guardaespaldas, pero solo descubrió que todavía estaba en el apartamento Pearl. Luego llamó a Lola, pero ella ya había apagado su teléfono. Finalmente, llamó a Manolo. —¡Hola, cuñado! —La voz de Manolo sonaba muy alegre. —Pon a tu hermana al teléfono. —Comenzó a apagar la computadora y se preparó para recogerla personalmente. —Mi hermana ya se fue. ¿Por qué? —Escuchó de Laura que Lola pasó de sorpresa y luego se había ido. —¿Ya se ha ido? —Al escuchar eso, Jorge frunció el ceño e inmediatamente tuvo un mal presentimiento. Colgó inmediatamente y marcó el número de la mansión. Pero nadie respondió. Cuando marcó por tercera vez, la sirvienta contestó el teléfono. Ella subió las escaleras y le dijo que no había nadie aquí. Jorge colgó el teléfono y se frotó la sien. —Parece que la mujer había logrado escabullirse de nuevo. —Jorge estaba tan molesto consigo mismo. —Muy inteligente. ¡Puede escaparse a pesar de que la siguen más de una docena de guardaespaldas! Ella es realmente de cuidado. —Estaba completamente asombrado. Pero ahora estaba embarazada, por lo que él estaba terriblemente preocupado por ella. ¿A dónde iba? Inmediatamente le pidió a Sánchez que la encontrara de inmediato. — ¡Revisa cada hotel para encontrar a mi esposa! —Pensó que ella no podía volver al país A y solo podría quedarse en un hotel. Lola no se haría sentir incómoda. —Comienza desde hoteles de cinco o seis estrellas. —Ordenó a Sánchez. Ya era medianoche. No había registros de que Lola usara su nombre para registrarse… Jorge se apoyó en la silla, cerró los ojos y golpeó ansiosamente los dedos en el reposa-brazos. Luego tomó su teléfono y llamó a Manolo.

Pasó mucho tiempo antes de que él tomara el teléfono. —… Cuñado, es realmente inaceptable molestar a una pareja que está durmiendo. —¡Pon a tu esposa en el altavoz! ¡Ahora! —Dijo fríamente. Sabía que Laura debía haber ayudado a Lola a escabullirse. Manolo miró a su esposa. Laura tenía una mirada extraña en sus ojos. — Cuñado, mi esposa no puede contestar el teléfono. Puedes decirme lo que tienes en mente. —Quiero pedirle a tu esposa que me diga dónde está tu hermana en este momento. —¿No está ella en casa todavía? Bebé, ¿dónde está mi hermana? La débil voz de Laura se escuchó a través del altavoz. —Yo tampoco sé… Ella se puso mi ropa y se fue. También tomó mi tarjeta de identificación. Bien, ahora sabía lo que acababa de suceder. Jorge cerró los ojos y dijo. —Continúen. —Luego colgó el teléfono. Le dijo a Sánchez. —Lola pudo haber usado el nombre de Laura para registrarse. Ve y busca más información. Sánchez respetaba a la Sra. Si en su corazón y pensó que ella sabía tantos trucos. ¡Era muy ingeniosa e inteligente! Ya eran las dos de la mañana. Un lujoso automóvil se estacionó en la puerta de un hotel de cinco estrellas ubicado en el distrito occidental. El somnoliento portero se puso serio cuando vio el elegante automóvil. Un hombre noble, vestido con una camisa blanca y un pantalón negro, bajó del automóvil y se dirigió rápidamente hacia el hotel. El portero seguramente lo conocía ya que este hotel pertenecía al Grupo de Compañías SL. Saludó cortésmente. —¡Bienvenido, Sr. Si. —Se puso alerta inmediatamente y abrió la puerta del hotel. Jorge asintió fríamente y siguió caminando. Sánchez fue a la recepción del hotel, tomó la tarjeta de una suite presidencial y se la entregó al hombre que ya estaba a punto de entrar en el ascensor. La suite presidencial estaba en el piso 33. Jorge se apresuró a subir al ascensor y presionó el botón del piso 33. Lola ya se había dormido, así que estaba en un dulce sueño y no sabía que la puerta ya estaba abierta.

De repente se despertó cuando sintió un familiar beso en la cara. Miró la cara familiar en shock y confusión … —Estoy en un hotel. ¿Por qué veo a Jorge? Todavía debo estar soñando. —Pensó Lola. Ella todavía estaba en un sueño. Lola cerró los ojos, se dio la vuelta y volvió a dormirse. Entonces ella escuchó una voz familiar. —Bebé, debemos ir a casa, vamos. —De repente, Lola abrió los ojos.

Capítulo 409 Cuando gane un poco más Ella estaba segura de eso ahora. Realmente escuchó la voz de Jorge. Se sentó en la cama y miró al hombre.

… —¡Ah! ¿Todavía podría encontrarme aunque usara el documento de identidad de mi cuñada para alquilar una habitación? ¡Sus habilidades son realmente excepcionales! —Lola pensó consternada. —¡Señor Si, no me molestes mientras estoy durmiendo! ¡Déjame sola! —Ella se quejó como una niña. Y luego, Lola, una vez más, se acostó en la cama. Con el aire acondicionado encendido, el aire de la habitación era tan frío que no se sentía caliente cuando se cubrió con el edredón. Así que, se envolvió con fuerza en la colcha de nuevo. Jorge se sentó junto a la cama, se reclinó a su lado y la consoló. — Cariño, te escapaste de casa solo por ese simple error que cometí. ¿De verdad eres una buena esposa? Cuando ella lo escuchó, Lola se incorporó de repente y lo miró enfadada. —¿Qué simple error? Si tengo un romance con un hombre fuera de nuestra relación, ¿aún podrías pensar que es un simple error? —Ella replicó. La cara de Jorge de repente se puso seria y respondió: —¡No te permitiré hacer esto! ¡Ni siquiera puedes tratar de hacer una suposición! —¡Él tampoco quería que ella se imaginara tal cosa! —Jorge Si, no quiero verte ahora. ¡Sal de aquí! —gritó Lola. Luego se acostó en la cama una vez más, con la cabeza cubierta por la colcha. Jorge la sostuvo junto con la colcha en sus brazos y dijo: —Si no quieres verme la próxima vez, puedes echarme de la casa y quedarte en casa. — ¿Estaría bien? —Ella no podía salir de su casa. Si todavía no podía persuadirla, entonces tenía que hacer un trato con ella. Esto era por su propio bien de todos modos. —¿Echarte de la casa? —preguntó Lola. Retiró el edredón y lo miró fijamente. —Eres tan insensible que incluso si te golpeo, ¡no saldrás de la casa! ¿No intentas engañarme, Jorge? —ella dijo.

Jorge la miró, no pudo evitar reírse y respondió: —Cariño, vamos a casa, ven ahora.” Como no podía quitar la colcha de Lola, Jorge la llevó junto con la colcha en sus brazos y caminó hacia la puerta. —¡Déjame ir! ¡No quiero ir a casa contigo! —Lola gritó frenéticamente. Estaba tan decepcionada y seguía luchando. Todavía estaba enojada y no quería irse a casa con Jorge. Solo quería estar sola por el momento. De repente, se quedó quieto y le susurró al oído: —Esta noche, los guardaespaldas no pudieron vigilarte. Voy a pelarles la piel y tirarlas al río para alimentar a los peces. —Por supuesto, él solo quería asustarla. Eso fue solo una mera amenaza. Como Lola estaba a salvo en el hotel, él, como máximo, simplemente los despediría. Lola se quedó en silencio y miró al hombre frente a ella con incredulidad. —Jorge Si, ¿cómo puedes ser tan cruel? —Estaba tan consternada y asustada. Cuando ella recordó a ese hombre cuyo tendón había sido retirado en el salón V, Lola creyó que Jorge haría lo que acababa de decir. ¡Era un hombre de palabra! —Bien, soy desalmado. Estás a salvo en el hotel hoy. Pero si algo malo te sucediera porque ignoraron su trabajo, creo que es misericordioso de mi parte tratarlos de esta manera. —dijo Jorge. Él no negó que era un desalmado. Pero tampoco admitió nunca que era un buen hombre. Y luego, agregó: —Si te vas a casa conmigo, puedes decidir qué es lo mejor para su futuro. Cuando Lola miró al hombre que parecía tan tranquilo como de costumbre, ella apretó los dientes con consternación. —¡Jorge Si, eres tan astuto… y cruel! —¡Gracias por el cumplido! —dijo Jorge. Levantó las comisuras de su boca y sonrió. Lola se sintió decepcionada e inmediatamente se bajó de él. Se puso el vestido negro que usaba cuando vino aquí y obedientemente salió del hotel con Jorge. No tenía otra opción, de todos modos. Cuando Sánchez, que se apoyaba en el auto, vio que Jorge y Lola salían del hotel, tiró su cigarro y abrió la puerta del asiento trasero. Cuando se acercaron a él, Sánchez fingió ser muy respetuoso. —Señor Si, señora Si, ¡por favor! —¡Gracias! —dijo Jorge. Estaba de buen humor porque logró llevarse a su esposa. Por eso no le importaba agradecer a Sánchez. ¡Sin embargo, Lola descontenta miró a Sánchez y creyó que él debía

haber ayudado a Jorge a encontrarla! Cuando vio su mirada sospechosa, Sánchez estaba confundido y se preguntó qué hizo para enfurecerla. Cuando regresaron a la mansión, ya eran alrededor de las tres de la mañana. Lola estaba muy cansada, así que se quitó la ropa, se arrastró hasta la cama y se quedó dormida. Cuando Jorge salió del baño, vio que Lola ya estaba profundamente dormida. Se veía muy hermosa cuando la colcha estaba envuelta alrededor de su cuerpo. Luego se quitó la bata, la tiró en el taburete de la cama y se durmió feliz con su esposa en sus brazos. En los próximos días, Sánchez descubrió un fenómeno muy extraño. Jorge siempre comía con él recientemente. Y cuando Sánchez le llevaba el almuerzo y la cena, no mencionaba en absoluto el reembolso. Incluso cuando invitaba a los clientes a cenar, Sánchez también necesitaba pagar la comida él solo. Finalmente Sánchez no podía evitar preguntar: —Jorge, ¿qué te pasa? Has estado actuando un poco extraño. —Estuvo en el Grupo SL durante mucho tiempo, por lo que sabía que el negocio de la empresa funcionaba normalmente. Si él no estuviera allí, podría haberle preguntado a Jorge si la compañía ya había quebrado. Jorge, que estaba abriendo la lonchera, lo miró y dijo: —Adelante, si tienes algo que preguntarme. —No me reembolsó los gastos recientemente y me va a llevar a la bancarrota, jefe Si. —Sánchez se quejó exageradamente de lo que le estaba molestando desde hace un tiempo. Jorge se detuvo mientras abría la lonchera. Parecía estar contemplando algo. Luego dijo: —Es fácil para ti mantenerme. No comeré demasiado. —¿Es fácil mantenerlo? —Sánchez estaba confundido. ¡Casi se ahogaba con su propia saliva! Estaba tan estupefacto. Él no era tan generoso consigo mismo y ni siquiera tenía los estándares requeridos para cada almuerzo y cena como los de Jorge. Jorge siempre intentaba pedir comidas caras de restaurantes elegantes. Bueno, este no era el punto y el punto era la última parte de sus palabras. —¿Cuánto tiempo continuará esto, jefe? —Sánchez preguntó con respeto.

Jorge tomó un trozo del filete, pensó un rato y le respondió casualmente: —Mi esposa solo me dio cien dólares. Cuando gane un poco más, te lo devolveré. Cuando se levantó a la mañana siguiente del día siguiente, Lola le lanzó un billete de cien dólares y le dijo fríamente: —Solo puedes gastar cien dólares en una semana. Necesitas ahorrar dinero, Jorge.

… Sánchez se quedó tan adormecido y miró al hombre que estaba almorzando delante de él. Se preguntó si Jorge había entregado todas sus finanzas a su esposa. ¡Y el CEO internacional, que incluso vivió una vida pobre, necesitaba ahorrar dinero! Sánchez era el que fue presionado en todo esto. Incluso tenía que ser responsable de este fastidioso CEO. Las necesidades de Jorge no eran tan… baratas. —¡No no no! ¡Señor Si, por favor déjeme ir! —Dijo Sánchez. ¡Esos eran los placeres y problemas de la pareja casada y él no quería estar involucrado en eso! ¡También tenía que ahorrar dinero para casarse! Jorge tragó un trago de agua y miró fríamente a Sánchez. —Doblaré tu dinero y te pagaré en el futuro. ¡Sal de aquí! —él dijo. Sánchez no salió. En cambio, dio un paso adelante y miró muy seriamente a Jorge. —Sobre todo, ¿Cuánto tiempo cree que puedo mantenerle con un pequeño depósito de dinero? —preguntó. Jorge tragó el bistec y con frialdad dijo: —¿Cuánto tiempo me puedes mantener con sesenta millones? —Dado que sus finanzas fueron confiscadas, tuvo que intentar reducir el requisito en la medida de lo posible. Sánchez ya no estaba tranquilo y preguntó: —¿Cómo supo cuánto dinero tengo? —¡Al minuto siguiente, sintió que lo que acababa de pedir era ignorado! Su dinero se mantenía en el banco privado del Grupo SL y el resto de su dinero también se usaba para comprar los productos de inversión allí. Jorge lo miró como si estuviera mirando a un idiota. —Sal, sal. Te reembolsaré todos sus gastos con el triple de tu dinero. No te preocupes. — Impacientemente se llevó a Sánchez lejos. Cuando Sánchez escuchó esto, se alegró mucho y dijo: —¡Eso suena

genial! Espéreme. ¡Iré por las facturas y le pediré que me reembolse! Pero después de que Sánchez se fue de la oficina, Jorge rasgó la factura que estaba sobre la mesa de la oficina y la tiró a la papelera. Se consideraban entre sí como hermanos y no les importaba el dinero. Eso era algo que no se podía comprar con dinero. Cuando Jorge lo llevó a su lado en ese momento, Sánchez tampoco tenía un centavo. En ese momento, le adelantó el salario de un año, le compró una casa nueva y también lo ayudó a decorar la casa. En cuanto a Lola, era tan extraordinaria que podía hacer que Jorge estuviera dispuesto a entregarle sus finanzas. ¡Ella era realmente poderosa! ¡De ahora en adelante, tenía que halagarla y adorarla tantas veces como pudiera!

Capítulo 410 ¿Cómo te atreves a esconder tu segunda cartera de mí? Una noche, cuando Jorge volvió a casa, vio a Lola sentada en el sofá de la habitación, mirándolo con furia. Tan pronto como vio que su esposa estaba enojada, la primera acción de Jorge fue consolarla y tranquilizarla. —Cariño, ¿qué pasa? ¿Por qué te ves así? Por favor, dime —le preguntó Jorge. Entonces, de repente, pensó en algo. Había una sensación incómoda que se le acercaba. Lola apartó la mano y se levantó del sofá. Luego tomó una caja de la mesa y la tiró delante de él. Jorge bajó su cabeza, con su palma tocando su frente. No podía haber esperado que su esposa lo descubriera tan pronto. —Jorge, ¿cómo conseguiste estos cheques valorados en veinte millones de dólares. —Lola lo interrogó de inmediato. Se paró frente a él, con los brazos cruzados frente a su pecho. Lo miró con autoridad. —Este hombre siempre había sido tan audaz sobre las cosas. ¿Cómo te atreves a esconder tu segunda cartera de mi. —Lola pensó enojada. Lola recordó accidentalmente el colgante de turmalina Palaiba que le regaló hacía mucho tiempo. Ella no lo había usado por mucho tiempo. Quería sacarlo para que lo usara de nuevo. ¡Entonces descubrió que Jorge había escondido una cartera secreta para sí mismo! Y también se sintió tan afortunada de haber abierto por error el cajón equivocado. La caja estaba escondida dentro del cajón de sus relojes de mano. Incluso se sintió sorprendida cuando vio todos sus caros relojes de mano. Entonces, una caja negra especial atrajo su atención. Cuando la abrió, se sorprendió al encontrar algunos cheques en ella. Jorge ahora se sentía impotente, y al azar estiró sus brazos en el respaldo del sofá. Estaba tratando de verse fresco y tranquilo por dentro. Sin embargo, incluso si era un hombre con una dignidad real, tenía que hablar honestamente con su esposa. —Eso es lo que he ganado últimamente.

—Y esa fue la cantidad de dinero que quedaba. Había devuelto tres veces de lo que Sánchez le había gastado en las últimas semanas. —¡Este hombre es realmente capaz de ganar mucho dinero! Solo han pasado dos semanas… Inicialmente solo tenía doscientos dólares. Pero ahora, ¡él está ganando docenas de millones de dólares! —pensó Lola. Ella le dijo: —¡Todo está confiscado! ¡No puedes tenerlo! —Sus frías palabras devolvieron a Jorge al infierno otra vez. Oh no… Pero Jorge solo puso una misteriosa sonrisa en su rostro. Pensó: —No importa que mi dinero sea confiscado, de todos modos, tengo muchos métodos para recuperarlo. Luego se levantó del sofá y dijo: —Si mi esposa está feliz, no importa quitarme el dinero. —Pero, ¡debo tenerte esta noche! ¡Ese es mi único deseo! —Luego apoyó las manos en su vientre ligeramente levantado. Lola había estado tan fría con él durante casi dos semanas, y él realmente quería tenerla esta noche. No se habían tocado desde hacía varios días. —Estás pensando demasiado las cosas —dijo Lola. La mujer tomó los cheques y los puso junto con su bolso. Intentó esconder su cara enrojecida. Jorge se comportó bastante bien en los últimos días para no molestarla. Él escuchó sus palabras, y solo la sostuvo en sus brazos cuando dormían juntos. Pero esta vez, Jorge no quería dejarla ir. —Mi querida esposa, por favor piensa en ello. Si no estuviera aquí, ¿quién ganaría dinero para ti y le permitiría administrar los fondos. —Luego la abrazó con fuerza en sus brazos. Él estaba detrás de ella, y cada vez más cerca. Lola se dio la vuelta, pero cuando estaba a punto de pronunciar una palabra, él la besó de inmediato. Su mano izquierda vagó alrededor de su pecho, mientras que su otra mano estaba acariciando sus perfectas piernas. Siempre fue tan poderoso que nunca le dio la oportunidad de rechazar. Al mismo tiempo, una escena similar estaba sucediendo en un vecindario común en el país A. Una semana ya había pasado cuando Chuck le dijo a su abuelo que Daisy ya había recibido su propuesta. Pero en realidad, Daisy, esa chica obstinada, no le prometió regresar. Había intentado todos los medios que podía pensar. No tenía más remedio que preguntar por su dirección, y finalmente logró atraparla en su casa.

Sin embargo, ella todavía era inflexible y quería alejarlo. Justo ahí, Chuck decidió forzarla a hacer el amor… A las dos de la mañana. El hombre entró en el pequeño cuarto de baño y examinó su baño con una mirada de consternación en sus ojos. Realmente no quería tomar un baño en el baño de otra persona. Pero no tenía otra opción. Aún así se dio una ducha en ella. Envuelto en una toalla, salió del baño. La mujer en su cama ya se había dormido profundamente. Se sentó junto a la cama y la miró fijamente. Le puso la mano en la mejilla. —Daisy, por favor despierta. No duermas ahora, tenemos que hablar de algo —dijo Chuck. Su asunto y problemas no estaban resueltos todavía. Ella aún no había aceptado su propuesta. —Eres muy molesto. Por favor vete. Quiero dormir —respondió Daisy. Daisy estaba tan cansada y soñolienta justo en ese momento que golpeó su palma en el brazo de piel blanca de Chuck para callarlo. Pero Chuck continuó: —¡Daisy, vine a discutir y resolver los asuntos contigo! —No tenía intención de quedarse en su casa. Pero ella era tan terca, y él tenía que encontrar otra manera. Esta fue la mejor manera de hacerla suplicar piedad y cambiar su decisión. Cerrando los ojos, la mujer pateó su pierna hacia Chuck. Pero solo podía patear en el aire ya que Chuck reaccionó tan rápido y efectivamente esquivó su patada. La cara de Chuck se puso pálida al instante. —Si no te levantas, te despellejaré con mi escalpelo. —Su voz grave y severa hizo que Daisy recordara la escena cuando fue herida por un escalpelo. Entonces inmediatamente abrió los ojos. —Chuck, hombre malvado. ¡Sal! ¿No eres muy consciente de la limpieza? ¿Por qué estás dispuesto a acostarte en mi propia cama? —Daisy le gritó con resentimiento con una voz fuerte. Chuck se frotó la oreja y dijo: —Ve a visitar a mi abuelo conmigo mañana. Iremos allí. —Este era el verdadero propósito por el que vino aquí. —Te dije que no iré. Escuchaste mis palabras fuertes y claras, ¿verdad?

—respondió Daisy. No podía soportarlo más. Ella pensó: —¡Tengo que demandarte! ¡Debo hacer eso! ¡Estás entrando en la casa de otra persona tarde en la noche! ¡Eso está en contra de la ley! Pero Chuck solo besó sus labios para evitar que gritara. De repente, se quitó los pantalones y también le quitó los pantalones cortos. Alrededor de media hora después, la voz suave de Daisy llenó el dormitorio. —Lo haré… iré y visitaré… Me casaré contigo. La noche se hizo cada vez más profunda. A las cuatro de la mañana, Chuck entró al baño para ducharse por tercera vez. Su tarea se cumplió. Después de ponerse la ropa, dejó el pequeño dormitorio de Daisy sin girar la cabeza. En el País C. Lola no se despertó hasta el mediodía. Se movió un poco y sintió un pequeño pie a su lado. —Mami, ¿ya te despertaste? —Estrella estaba sentada en la cama y jugando con sus juguetes. Cuando vio a Lola despertarse, se arrastró hacia ella con entusiasmo. Al ver a su hija, Lola recobró el sentido. Recordó que era sábado. — Estrella, mi querida bebé. ¿Cómo estás? —Sostuvo a su hija en sus brazos y la besó una y otra vez. —Mamá, papá dijo que necesitas desayunar tan pronto como te levantes por la mañana. —Dijo Estrella muy dulcemente. Su padre le pidió que le dijera estas palabras a su madre. —¿Desayuno? —pensó Lola. —Bueno, me he levantado tarde recientemente. Siempre me olvido del desayuno. —Pero está bien. Lo sé. Me estoy levantando ahora —dijo Lola. Cuando se incorporó de la cama, la colcha que la envolvía se deslizó. Estrella al instante abrió la boca y soltó: —¡Mamá, qué vergüenza! … Lola miró a su hija y se quedó sin habla. ¿Cómo podría esta pequeña niña saber cómo reírse de ella? —Estrella, Espera aquí. Simplemente me lavaré primero. —Salió de la cama y Estrella vio su barriga ligeramente hinchada. Despertó su curiosidad, así que le preguntó a su madre: —Mamá, ¿están mis hermanas menores en tu vientre. —Señaló el vientre de Lola. —Sí. ¡Saldrán a conocerte después de unos meses! —Lola respondió

alegremente. Se preguntó por qué Estrella pensaba que los bebés serían todas niñas. Tal vez ella fue influenciada por su padre. Jorge amaba locamente a sus hijas. Su padre seguía esperando que las gemelas fueran niñas. —¡Eso es muy genial! —De rodillas en la cama, Estrella aplaudió alegremente sus pequeñas manos. ¡Tendría a alguien con quien jugar muy pronto! Luego, cuando Lola terminó de lavarse y cepillarse, llevó a Estrella a la planta baja y almorzó de inmediato. Después de comer su almuerzo, salió a caminar. Recibió una llamada telefónica de Wendy. —Hola, cuñada. —Sostenía la mano de Estrella cuando contestó el teléfono. —Lola, tengo algo que decirte —dijo Wendy por teléfono. Su voz sonaba muy feliz y emocionada.

Capítulo 411 Me has conquistado —¡Hola! ¿Qué tal? —Lola estaba confundida por lo contenta que estaba Wendy feliz, así que le preguntó con curiosidad. Estrella se deshizo de Lola y caminó hacia el ligre cuando vio que Lola estaba hablando con alguien por teléfono. Wendy estaba saliendo del hospital. Su felicidad era muy evidente en su rostro. —¡Lola, estoy embarazada! —En realidad, estaba de dos meses. Lola estaba tan emocionada de escuchar la noticia que gritó. —¿De Verdad? ¡Eso es maravilloso! ¡Felicidades! ¡Serás madre dentro de unos meses! —¡Yonata había dejado a Wendy embarazada de nuevo en poco tiempo! ¡Era tan fuerte y bueno! Wendy se sonrojó. —Gracias. Pero ahora, quiero contárselo a tu hermano. —Había compartido la noticia primero con Lola, así que aún no se lo había dicho a Yonata. —Bueno. ¡Ten cuidado conduciendo! —Lola habló con Wendy con preocupación. Antes estaba de mal humor porque había descubierto que Jorge le ocultaba dinero. Pero ahora, estaba muy feliz. Después de colgar el teléfono, Lola le envió un mensaje a Jorge: — ¡Jorge, te perdono! —Le daría el derecho de administrar su dinero de ahora en adelante. Después de todo, él era el que lo ganaba. En ese momento Jorge estaba en su oficina en SL Group. Tan pronto como leyó el mensaje de Lola, respondió de inmediato: —¡Mi esposa es muy sabia y te quiero mucho! Lola también le envió un mensaje enseguida: —¡Sin duda eres un gran conversador! Esta noche, te devolveré tu cartera. Había escuchado que Chuck estaba haciendo todo lo posible para ir a buscar a Daisy en el País A. Y su abuelo le había advertido que si aún no podía dejar que Daisy fuera su novia, lo golpearía cada vez que se encontraran. Lola tenía una sonrisa en su rostro y le tocó suavemente la barriga. Después caminó hacia su hija que ya estaba cerca de la jaula del ligre. Jorge y Lola celebraron su boda el día 8 del octavo del mes lunar. Fue

realmente un gran y maravilloso día. La protuberancia del vientre de Lola era obvia a pesar de que llevaba puesto el vestido de novia. La gente sabría que estaba embarazada con solo mirarla. Su vestido de novia diseñado por Fila estaba decorado con delicados bordados de rosas blancas y cristales. Estaba hecha de costosas organzas blancas y kikkoshas. El dobladillo del vestido tenía cuatro metros de largo, mientras que el velo tenía cinco. Este vestido de novia era realmente caro y enorme. Tenía un valor de al menos ocho millones de yuanes. La mansión estaba decorada con adornos rojos. La mansión decorada estaba rodeada de felicidad y alegría. Todos los miembros de la familia de Lola, incluidos Jose y sus abuelos, tomaron cómodamente el avión privado a la villa Suxi. Anoche, Lola durmió con Wendy y su sobrino. A la mañana siguiente, se despertó para maquillarse, desayunar y ponerse el vestido de novia. Cientos de periodistas y reporteros de todo el mundo cubrieron la boda de Jorge y Lola. Alrededor de las diez de la mañana, finalmente comenzó la ceremonia. Jorge había gastado tanto dinero en su ceremonia de boda porque realmente tenía una gran importancia para él. Cincuenta coches deportivos de alta gama circulaban lentamente por la carretera en el País C. Quince eran rojos, quince blancos y veinte negros. Cada uno de ellos era valorado en más de diez millones. Jorge llevaba un traje negro y él personalmente conducía el SSC. Lideraba el equipo de sus coches de lujo en orden. Iban conduciendo por el centro de la carretera. Todo el mundo sacaba sus teléfonos para hacer fotos de la espectacular escena. Llegaron a la villa Suxi a las diez y media. Todos los coches estaban en una fila y pararon alrededor de la villa. Jorge se bajó del coche con un ramo de rosas rojas. Seis padrinos le siguieron detrás. Eran Leandro, Chuck, Samuel, Joshua, Sánchezy Ben.

Todos los preparativos habían sido totalmente diferentes que la última vez. Siguiendo las costumbres tradicionales, alguien encendió los fuegos artificiales. Después, Jorge entró en la villa con un ramillete que decía ‘novio’. Lola todavía estaba sentada en la cama en la segunda planta. Estaba esperando la llegada de Jorge. Varias chicas jóvenes estaban bloqueando la puerta y estaban discutiendo cómo deberían pedirle a Jorge que les entregara los sobres rojos. Sin embargo, ninguna de ellas era gente corriente. Todas eran populares en el mundo del entretenimiento. Dos de ellas eran hijas de un líder muy poderoso. Otra era Vera, hija del señor Han. El maestro de la ceremonia fue Roberto, el presentador más famoso del mundo del entretenimiento. —El novio está llegando. ¡Señoras dentro de la habitación, abran la puerta! —Al instante una multitud de personas rodearon la puerta. Las chicas que estaban dentro de la habitación dijeron: —¡Si quieres que te abramos la puerta, primero debes darnos algunos sobres rojos! Los hombres fuera de la puerta discutieron un rato y les dieron varios sobres rojos a través de la parte inferior de la puerta. Las chicas abrieron los sobres con entusiasmo. ¡Guauu! ¡Había tanto dinero! ¡Los sobres estaban llenos con billetes de 100RMB! Una chica quería abrir la puerta, pero otra chica la paró. Ella le dijo a Jorge desde fuera de la puerta. —¡Jorge, deberías cantar una canción llamada Conquistar a tu hermosa novia! Si cantas la canción, te abriremos la puerta. Todos los hombres guardaron silencio. Pero de repente, se echaron a reír. Sabían que Jorge no haría eso. Entonces, Jorge comenzó a cantar la canción con una voz sorprendentemente encantadora. —… Me has conquistado. Desde que te conocí, no puedo amar a nadie más. Mi corazón está latiendo por ti… Su voz era tan tierna y entrañable, que hizo que Lola se conmoviera tanto que casi se puso a llorar. Ella no se había sentido feliz en la anterior boda frustrada debido a su ansiedad. Pero ahora, estaba muy emocionada y feliz. Sin embargo, Lola escuchó la voz de Jorge. —¡Lola, te quiero! Los hombres que estaban fuera de la habitación estaban asombrados. Y cuando las chicas estaban a punto de abrir la puerta, todas se apretaron.

Lola los conocía a todos, excepto al maestro de ceremonias y a los fotógrafos. Debían ser famosos y expertos en sus propias especialidades. Jorge entró en la habitación con un hermoso ramo de rosas. Se veía tan guapo y sofisticado. Cuando Lola vio a Jorge, tuvo la sensación de que su sueño finalmente se había hecho realidad. Se casaría con él. Roberto leyó las líneas. Entonces, Jorge le dio las flores a Lola. Estaba muy bonita y resplandeciente hoy. Después, Jorge ayudó a Lola a ponerse los zapatos rojos de tacón alto. Seguidamente, la sostuvo en sus brazos. Al ver esto, varias chicas los siguieron instantáneamente y ayudaron a Lola a sostener su vestido largo y su largo velo. Después, todos salieron de la habitación. Otras chicas admiraban a Lola. Señor Si siempre estaba frío e indiferente. Sin embargo, ella lo influenció para mostrar su ternura y amor cuando estaba con Lola. ¡Amaba tanto a Lola! En la puerta de la villa, los fotógrafos sacaron fotos de los seis padrinos de boda, el novio y la bella novia. Y también sacaron fotos de la familia de Lola, incluído Jose. Después de eso, Jorge llevó a Lola a su SSC. Otras personas se sentaron en los coches detrás de Jorge. Salieron de la villa para ir a la mansión. Había muchos coches de lujo por la carretera. Varios fotógrafos sacaron fotos de esta espectacular escena. Cuando entraron en la mansión, Jorge llevó a Lola a su habitación. — ¡Por fin me he casado con Lola! —Pensaba Jorge felizmente para sí mismo. Sin embargo, todavía tenían muchas cosas que hacer. No se quedaron en la mansión durante mucho tiempo. Se dirigieron al hotel. Jorge condujo por el este de la ciudad antes de ir al hotel. ¡Quería que más personas supieran que se casaría con Lola hoy! En el hotel de siete estrellas Vini Empire. Era el único hotel de siete estrellas en País C. Este hotel llevaba funcionando dos años. Sin embargo, su construcción le había costado al inversor varios miles de millones. Jorge había reservado más de doscientas habitaciones para sus invitados. Podrían quedarse aquí hasta mañana. Además, también había reservado todas las habitaciones de un hotel de cinco estrellas y otro de seis estrellas. ¡Era tan

extravagante! Jorge también había contratado a miles de guardaespaldas para proteger a los invitados. Entre ellos, había doscientos francotiradores. Todos estaban situados alrededor del hotel. Además, Jorge había dispuesto de más de trescientos coches de lujo para proporcionar comodidad a sus huéspedes. En el lado derecho del hotel, había un área abierta. Había sido decorada lujosamente como el lugar de la boda.

Capítulo 412 Una mujer envuelta en diamantes La foto de la boda estaba expuesta en la puerta. Con la Torre Eiffel como fondo, el guapo novio estaba besando a la hermosa novia en la frente. El cariño entre ellos era innegable. La alfombra roja iba desde la puerta hasta el arco de flores con muchos ramos a ambos lados. Los ramos eran todos rosas blancas traídas desde Brasil. Delante del arco de flores, había una alfombra blanca que llevaba al escenario. Había arcos de flores cada dos o tres metros con un total de ocho arcos. La alfombra estaba cubierta con pétalos de rosas blancas con una disposición especial dando la bienvenida a la pareja. El techo del escenario estaba decorado como un castillo. Estaba rodeado de paredes blancas cubiertas de seda, que también estaban salpicadas con pétalos de rosa blanca. Había numerosos asientos dispuestos en orden a ambos lados de la alfombra. Todos estaban cubiertos con satén blanco y rosa, lo que convertía a la ceremonia en un evento de gran categoría. En la plaza junto a los asientos, había deliciosos bocadillos en la barra hechos por un chef de renombre mundial que había sido invitado formalmente para la ocasión. También había un bar que ofrecía vino tinto de alta gama, vino blanco, zumos, champán y una variedad de bebidas. Ahora el lugar estaba lleno de gente. Todos los invitados eran personalidades y VIPs. Cientos de ellos eran magnates de diferentes países, y otros eran estrellas internacionales. Muchos también eran funcionarios de alto rango de varios países, y otros eran diseñadores, pintores, bailarines y pianistas famosos en todo el mundo. Además, había más de una docena de cajas fuertes para guardar regalos en efectivo. Había decenas de agentes de las fuerzas especiales del departamento de policía a su alrededor que iban armados. A las 11:30 de la mañana. Una espectacular flota de limusinas se detuvo en la plaza del Hotel Vini

Imperial. Jorge sostuvo a Lola en sus brazos y se bajó del auto. Cuando Lola vio las limusinas detrás de ella, se sorprendió. Los conductores de las limusinas también eran atractivos. Todas ellas eran estrellas jóvenes y hermosas con trajes negros. Por supuesto, Manolo estaba entre ellos. Cuando el vestido de novia estuvo bien dispuesto, la pareja caminó hacia el altar de la ceremonia. Lola sostenía se agarraba del brazo de Jorge. Cuando se detuvieron en el primer arco, todos los invitados fijaron sus ojos en la hermosa pareja. La corona en la cabeza de la novia estaba decorada con más de cien diamantes. Cada uno valía al menos un millón de dólares. En sus orejas llevaba un par de pendientes hechos de diamantes blancos. Y rodeándole el cuello, un collar decorado con un gran diamante rojo. En su muñeca llevaba una pulsera cuidadosamente dispuesta con diamantes blancos. Y las docenas de quilates de su anillo eran de valor incalculable. Era una mujer envuelta en diamantes. Y la barriga de Lola también fue el tema de discusión. —¡He oído que la novia está embarazada de gemelos! —Dijo con alegría el padre de la esposa de un funcionario que tenía una relación cercana con el abuelo de Jorge. Lo había oído antes. —¡Gemelos! ¡Lola es tan afortunada! Había estado embarazada dos veces antes, ¡y ahora son gemelos! —¡Es correcto! La boda de Yolanda no se podía comparar con la de Lola. ¡Ahora todos saben que Lola se iba a casar en un hotel muy lujoso! —Tienes razón. Este es el único hotel de siete estrellas en la ciudad. Hay pocas personas que puedan permitirse celebrar una boda aquí. —¡Lola tiene mucha suerte de haberse casado con Jorge! Si Rocío no hubiera muerto, sería muy feliz de ver esto. —Lola estaba sonriendo felizmente con su vestido de novia, pero no sabía que varias mujeres estaban teniendo una conversación secreta sobre ella. Robertp estaba dando bendiciones en el altar. Los invitados le daban un cálido aplauso de vez en cuando. Lola sostenía los brazos de Jorge con fuerza. Estaba tan nerviosa en ese momento. Todo era abrumador. Era como si fuera la primera vez que ella hubiera experimentado eso.

Jorge la miró y sonrió. —Cariño, tómatelo con calma. Lo estás haciendo bien. Lola se sintió mucho mejor después de respirar profundamente. La marcha nupcial ya estaba en curso. Con las bendiciones, Jorge la tomó de la mano y pisó la alfombra blanca salpicada de pétalos. La pareja era noble y elegante. Bajo las miradas de impresionadas y de admiración de todo el mundo, el novio acompañó a la novia al altar. Después de jurar solemnemente su amor infinito, la pareja intercambió los anillos y bebieron una copa de vino juntos. Finalmente, se besaron para mostrar su amor. La ceremonia había finalizado. Los fuegos artificiales y los saludos sonaban muy fuerte fuera. Dentro del hotel. Jorge había reservado la totalidad de la primera y segunda planta del hotel. El lugar estaba casi lleno. Las fotos de la boda se iban mostrando en la pantalla. Todos los invitados admiraron a la pareja aún más cuando la vieron en persona. —¡Estas fotos son impresionantes! Es realmente importante donde se hacen las fotos. —Bueno, también es porque Jorge y Lola son hermosos. No importa dónde se hicieran las fotos, en todas estarían geniales. —Es cierto. Mira, ¿es ese el lago Zúrich? Con el fondo de los Alpes, están realmente hermosos en esa foto. —Cuando mi hija se case, ¡le diré que se haga las fotos de boda también en otros países! Sosteniendo en la mano un vaso de vino que fue había sido llevado desde Francia, las damas que estaban teniendo una conversación secreta en ese momento miraban con admiración las fotos de la boda. En el majestuoso salón, había docenas de mesas con vino cubiertas con manteles blancos y rojos. El suelo estaba cubierto de mármoles naturales, y los huecos entre los mármoles estaban decorados con sofisticadas líneas doradas. Las copas de vino sobre la mesa habían sido hechas a mano. Los palillos

y las cucharas de sopa eran de oro puro. Los pequeños cuencos de los platos de hueso estaban hechos de plata de ley. Los camareros y las camareras llevaban los mismos uniformes. Iban caminando entre los VIPs en orden con las bandejas en sus manos. Los cocineros preparaban platos en la cocina sin parar. Fue la primera vez que prepararon platos para una boda tan lujosa. El novio había pedido los platos más caros del hotel. ¡También había pedido docenas de kilogramos de caviar y trufas blancas que llegaron de Italia! Aparte de eso, también pidió miles de abalones y pepinos de mar… Y las frutas también eran de la más alta calidad. Había sandías Densuke de Japón, melón de Ruanda, fresas de Nueva Orleans y mangos de Tailandia… Había pagado una cantidad enorme de dinero solo por la comida. Los cocineros no se atrevían a tener descuidos con su trabajo. En el salón, Lola llevaba un vestido rojo que se había puesto con la ayuda de Wendy y Laura. Se sintió un poco cansada. Después de un breve descanso, Jorge le pidió que hiciera un brindis dedicado a los invitados. Con un par de hermosos tacones altos, Lola hizo su gran aparición ante los invitados. Estaba de pie junto a su marido. Inmediatamente llamó la atención de todos. Su pintalabios, el clásico cheongsam y los tacones altos con cristales brasileños eran todos de un tono rojo vibrante. Era tan noble como una reina y tan sublime como una princesa. El color rojo de su ropa y los accesorios resaltaban su belleza. Era como un hada que no se preocupaba por los asuntos mundanos de una ceremonia de boda. Pero ahora, estaba sumamente atractiva y majestuosa. Hubo un momento de silencio cuando ella apareció. Jorge estaba satisfecho con la conmoción que su esposa había provocado a todos. Jorge la llevaba de la cintura con orgullo y caminó hacia los invitados para hacer brindis. Como Lola estaba embarazada, no había vino en su copa. Había sustituido el vino por zumo. Jorge siempre había sido frío delante de la gente. Nadie lo había visto reír tanto nunca. Pero ahora, su sonrisa no desaparecía. Era fácil ver lo feliz que era hoy.



Capítulo 413 Su belleza era realmente impresionante Vino tinto francés, licor, champagne… Mientras hubiera personas que brindaran con Jorge, él los aceptaría a todos y vertía el vino en su boca. Jorge brindó con todos los invitados en el primer piso. Luego se fue al segundo piso. Lola miró la cara de Jorge con preocupación. Su rostro generalmente inexpresivo ahora se había vuelto rojo. —¡No bebas mucho vino! Te emborracharás demasiado, Jorge. —Lola le susurró con cautela. Jorge firmemente sostuvo sus manos y la tranquilizó. —Estoy bien. ¿Te sientes cansada ahora? Podríamos descansar un poco. Ella sacudió su cabeza. No estaba cansada. En cambio, se sentía muy enérgica y muy alegre. Se abrazaron y subieron las escaleras. Había tres mesas largas en el segundo piso. Todos los invitados eran los amigos y hermanos de Jorge. —¡Wow! ¡La novia y el novio están aquí! —“Tiburón —gritó, atrayendo la atención de todos los invitados hacia Jorge y Lola. —¡Jorge! Eres maravilloso. Tu gran ceremonia de boda se transmite en vivo a todo el mundo. Todas las chicas del mundo están cautivadas por tu encanto. Nadie nos hará caso ahora, pobres muchachos. ¡Tus pobres hermanos no tendrían oportunidad de encontrar una esposa! —Leandro bromeaba. Su cara se había vuelto roja ya. Probablemente bebió demasiado vino. Junto a Leandro, había una mujer que le se hacía muy familiar a Lola. Pero no pudo recordar quién era ella. . Jorge intercambió bromas con buen sentido de humor con sus hermanos. La mujer al lado de Leandro caminó hacia Lola. —¡Hola, Lola! ¿Aún me recuerdas? —Luna le dio un tintineo a Lola mientras se acercaba tímidamente a ella. Lola pensó un rato. Todavía no podía recordar quién era ella. Luna miró su desconcertada cara y sonrió suavemente. —Estaba en la oficina del hermano Jorge en la ciudad D antes. Nos reunimos ese día. —Luna susurró a los oídos de Lola.

Lola se dio cuenta repentinamente de que ella era la mujer que había conocido hacía varios años. Cuando fue a la oficina de Jorge para enviarle su ropa, vio que la mujer estaba sentada en las piernas de Jorge. Luna miró a Lola, a quien siempre había admirado y adorado. Se sintió extasiada de que Lola se convirtiera ahora en la esposa de su querido hermano Jorge. Jorge era un hombre tan indiferente. Pero ahora… ¡Wow! Era inimaginable para Luna que su corazón fuera totalmente capturado por una mujer. —¡Oh! Tú eres… —Lola no conocía su verdadera identidad. Pero parecía que ella no estaba interesada en Jorge. Luna señaló a Leandro, quien ahora estaba obligando a Jorge a beber y dijo: —Ese es mi hermano. Crecimos juntos. La última vez, lo que viste, en realidad no era lo que parecía. Me vi obligada a hacer eso. En realidad, no había nada entre Jorge y yo. Espero que no lo malinterpretes. —Luna sonrió avergonzada. Tuvo suerte de que Jorge no la culpara la última vez. Él realmente la había ayudado. Al escuchar esto, Lola sonrió amablemente y dijo: —En ese momento, me preocupaba que fueras una mujer con la que él estaba teniendo una aventura. Ya nos habíamos casado antes de que aparecieras. Luna también sonrió. Le dijo a Lola. —¡Me beberé esta copa para hacer las paces contigo, entonces! —Después de que Luna terminó sus palabras, bebió el vino. Esta mujer era audaz y directa. Ella podría ser una buena chica. Lola la miró y pensó eso. —Puedes venir a mi casa cuando tengas tiempo libre. Luna sacudió la cabeza mientras tragaba el último trago de vino. Ella dijo: —Lo siento, no voy a ir. Temblaré al ver a Jorge. Te pediré que vayamos de compras y compremos algunos regalos para tus bebés. Pero el Jorge que vio hoy era muy amigable. Debía de ser por su amor por Lola. Mientras Lola hablaba alegremente con Luna, Chuck las miraba en silencio. Estaba mirando a Lola a fondo. Era innegable que Lola estaba tan hermosa esta noche. ¡Su belleza era realmente impresionante! Jorge bebió mucho en esta mesa. Antes de que los dejara, Tiburón lo estaba llamando “Venga. Únete a nosotros para seguir bebiendo esta noche. Brindarían junto a los altos directivos de la empresa. Todos los gerentes se pusieron de pie cuando vieron que la pareja se acercaba. Lola sintió que

alguien la estaba mirando. Era Julie, que la miraba con una leve sonrisa. Lola le devolvió la sonrisa. Fue a la habitación privada del segundo piso después de terminar el brindis. Los invitados en la sala privada eran todos altos funcionarios de todos los países. Cuando abrieron la puerta de la habitación, Lola se sintió un poco avergonzada. Porque entre los altos funcionarios, Tomás Herren y Cherry también estaban allí… Al ver a Lola, Tomás no apartó la mirada de ella. Lola bajó la cabeza avergonzada. Realmente podía sentir esto… Jorge también se dio cuenta de esto. Apretó las manos de Lola aún más fuerte. La pareja brindó con todas las personas en la mesa. Tomás Herren caminó hacia ellos con un vaso en sus manos. Su cara estaba roja. Él debió haber bebido mucho ya. Se detuvo frente a Lola y le dijo: —¡Felicidades, Lola! —Le dolía el corazón cuando veía a la bella mujer delante de él. No esperaba que las cosas cambiaran así. Ahora se casó con una mujer que ni siquiera amaba. Había pensado que siempre había tenido la oportunidad… Pero ahora se sentía aliviado al ver que Lola estaba muy feliz con Jorge. Después de todo, él todavía amaba a Lola y cada vez que ella estaba feliz, él también estaba feliz… Jorge le dio la mejor boda y esto causó mucha sensación en todo el mundo. El lujo y la grandeza eran incomparables. Lola sostuvo un vaso de jugo y chocó el vaso con Tomás Herren. — Gracias Señor y señora Herren por asistir a nuestra boda. Esperamos que también sean felices juntos. —Lola lo dijo con sinceridad. Miró a Cherry que le estaba sonriendo suavemente. Tomás Herren miró al novio que estaba brindando con el secretario del comité del partido municipal del país C. Sus ojos estaban llenos de envidia. Jorge ahora era el dueño de la mejor mujer del mundo. También había otras emociones que fluían de sus ojos. Estaban llenos de celos… Tomás Herren no dijo nada. Miró profundamente a Lola y volvió a su asiento. —Señor Si, todavía estamos enojados porque no nos dijo quién era la novia la última vez. Resulta que la señorita Li es su verdadero amor. ¡Felicidades! —Cuando el secretario terminó sus palabras, otros funcionarios hicieron eco con él.

—Sí. ¡Felicidades! No es fácil encontrar a alguien que realmente amas. Señor Si debes cuidarla. —El señor y la señora Si están hechos el uno para el otro. ¡Se complementan naturalmente! Cuando Lola y Jorge escuchaban: —Sra. Si —por todas partes, ambos sonreían con orgullo y alegría. La ceremonia de boda finalmente llegó a su fin. Jorge y Lola se quedaron en la puerta del hotel y se abrazaron para despedirse de los invitados. —Puedes entrar para que puedas descansar. Me encargaré de esto. — Jorge sostuvo la cintura de Lola y entró al hotel. Había una habitación especial reservada para Lola. Lola se sentía un poco cansada. Se recostó en la cama y se quedó dormida de inmediato. Jorge le besó la frente, la metió en la colcha y salió de la habitación. No fue hasta las 7 en punto que todos los invitados abandonaron el lugar. Los invitados que tenían prisa por regresar fueron enviados a casa a través del avión privado de Jorge. Y hubo algunos huéspedes que se quedaron en el hotel por la noche. Cuando Lola se despertó, ya eran las 8 de la noche. Se dio cuenta de que ya estaba en la mansión. Estaba sola en la cama grande con sábanas rojas y todo era muy tranquilo. Estaba descalza sobre la alfombra. Abrió lentamente la puerta de la habitación. Quería bajar las escaleras. Cuando llegó a la escalera, oyó un ruido desde el primer piso. Extendió la cabeza para ver qué estaba pasando. Jorge estaba bebiendo con sus hermanos en el pasillo del primer piso. ‘Tiburón’ ya estaba desaliñado y tambaleante. Leandro estaba jugando el juego de adivinar los dedos con Samuel. Su cara se volvió carmesí porque ya había bebido demasiado. Sánchez y Chuck se estaban hablando en voz baja. Jorge estaba jugando un juego de beber con un hombre extranjero, Yonata y Manolo. Su cara también estaba muy roja ahora. Ella sintió que no era apropiado que bajara ahora. Pero estaba tan hambrienta…

Regresó a la habitación y sacó su celular del bolso. Su bolso estaba lleno de sobres rojos ofrecidos por los invitados. Le envió un mensaje de texto a Jorge: —Querido, tengo hambre ahora. En tres minutos, la puerta se abrió. Jorge entró con un plato de comida en sus manos.

Capítulo 414 El Sr. Shao por fin ha alcanzado la edad adulta Después de poner el plato sobre la mesa, Jorge se acercó a la cama y abrazó a su esposa. Pero antes de que Lola tuviera la oportunidad de reaccionar ante su comportamiento inesperado, la empujó sobre la gran cama roja. Jorge, que apestaba a vino, miró a la atractiva mujer en sus brazos y no pudo evitar besarla profundamente. —¡Crack! —La puerta del dormitorio se abrió y varios borrachos de la planta baja entraron en la habitación. —¡Ah! Jorge, ¿qué estás haciendo? ¡Ni siquiera nos hemos ido todavía! —Leandro le gritó con una botella de vino en las manos, y varios hombres en la puerta se echaron a reír. Lola inmediatamente apartó a Jorge de su cuerpo y se levantó de la cama, sonrojándose. Jorge también se levantó de la cama y empujó a los hombres de su habitación. —¡Fuera! ¡Siempre podemos beber juntos otro día! —él dijo. Su momento feliz había sido interrumpido y Jorge bajó las escaleras mientras persuadía al grupo de borrachos. Una vez más, el dormitorio estaba en silencio. Lola se limpió el lápiz labial de la boca y luego abrió la tapa del plato. Había un tazón de carpa cruciana y sopa de habichuelas, un tazón de papilla de pollo, un pequeño plato de chile, papas ácidas y dos bollos al vapor con relleno de verduras. Abajo, Jorge y Yonata, que estaban un poco borrachos, metieron a otros hombres en sus autos. —¡Jorge, eres realmente malo! ¡Solo queríamos quedarnos y celebrar tu boda contigo en la recámara nupcial! —Leandro, mientras asomaba la cabeza por la ventana, se sintió descontento y se quejó porque lo habían sacado de la habitación cuando acababa de entrar. Pero Jorge simplemente presionó la cabeza de pelo rizado de Leandro para que regresara al auto y dijo: —Mi esposa está embarazada, y no es el momento adecuado para divertirse tanto. Lo compensaré la próxima vez. Después de que le pidió al conductor que llevara a Leandro al hotel,

Jorge trató con el siguiente hombre. Samuel, que estaba al lado del auto, se jaloneaba de un lado a otro con Manolo. —Manolo, no esperaba que fueras tan guapo. ¡Ya casi no me atraen las mujeres! —él dijo. Cuando miró al borracho, Manolo, quien estaba sorprendido, se estremeció y luego lo pateó dentro del auto. —¡Jorge Si, tu esposa es tan hermosa! ¡No la mereces! —Samuel continuó hablando. No se emborrachaba tan fácilmente, pero si lo hacía, hablaría todo lo que tenía en mente. Jorge lo miró fríamente y le dijo: —Sánchez, creo que el Sr. Shao por fin ha alcanzado la edad adulta; ¡Por favor, haz un arreglo para él! —Su intención era clara. Sánchez rió e inmediatamente sacó su teléfono con su mano temblorosa, ¡pensando que Samuel iba a divertirse con una mujer esta noche! Samuel volvió a sacar la cabeza del coche y tomó la mano de Jorge. — Jorge, no te emociones tanto. ¡Cuida el vientre de tu esposa! ¡Tus dos espermas están allí! —él dijo. Luego eructó, y agregó. —¡Sube las escaleras ahora! ¡Dúchate y atiende a Lola! —Mientras Samuel seguía hablando de sus tonterías, Jorge rápidamente liberó su mano de la suya, y luego logró empujarlo rápidamente dentro del auto con la ayuda de Yonata. Después de eso, hizo un gesto al conductor y el auto se alejó. Fue fácil tratar con ‘Tiburón’ porque estaba muy borracho. Después de que lo pusieron dentro del auto, inmediatamente se quedó dormido. Juan era el último que quedaba, se apoyó silenciosamente contra el auto y esperó a que Jorge lo despidiera. —¿Estás bien? —preguntó Jorge. Se veía bien, pero justo después de que Jorge terminó de hablar con él, Juan corrió a un lado de la carretera y comenzó a vomitar.

… Todos los demás se quedaron sin palabras cuando lo miraron. Jorge le dijo al conductor: —No está muy familiarizado con este lugar, así que, por favor, cómprale algo para la resaca. El conductor asintió mientras sostenía a Juan para evitar que se cayera. Juan, el segundo príncipe de la familia real del país M, iba a tomar el trono.

Había conocido a Jorge en un juego de azar sin restricciones. Cuando dejó de vomitar, el conductor ayudó a Juan a subirse al automóvil e inmediatamente lo llevó al hotel. Chuck se hizo a un lado en silencio mientras observaba a Jorge alejar a sus amigos. Jorge se paró frente a Chuck y le dio un golpecito en el hombro y le dijo: —¡Chuck, solo ríndete! Chuck lo miró con ojos tristes y dijo: —¿Qué más puedo decir? —Todos sabían que Lola era la esposa de Jorge. ¿Qué podría decir? Jorge le sonrió y le dijo: —¡No seas irresponsable con ella, de lo contrario te voy a despreciar! Ambos sabían de quién estaba hablando Jorge. Chuck lo saludó con la mano. —No tienes que recordármelo. Adiós. Después de que Chuck entró a su auto, Jorge lo vio alejarse en la distancia. Luego pidió a dos personas que cerraran las puertas de la mansión. Solo Sánchez, Yonata y Manolo permanecieron allí. —Vayan a la cama temprano. Iré a visitar a Manolo esta noche. — dijo Yonata. Aunque Jorge quería que Yonata y su hermano se quedaran en la mansión esta noche, aún estaba de acuerdo cuando escuchó a Yonata. Eran como las nueve de la noche cuando todas las personas se fueron. Lola, que estaba en el segundo piso, se comió toda la cena, pero todavía no se sentía llena. Se había sentido cansada todo el día y solo quería dormir. Quería ir al baño y quitarse el maquillaje, pero ahora estaba tratando de desabrocharse el vestido. En ese momento, la puerta de la habitación se abrió y Jorge se tambaleó dentro de la habitación. Cuando vio a su esposa, sus ojos se iluminaron al instante. Corrió hacia ella y la sostuvo en sus brazos. —Basta, me voy a bañar — dijo Lola. Ella olía los fuertes vapores de vino que salían de su cuerpo. Recordó lo mucho que había bebido, y pensó que realmente podía retener el licor. Jorge abrazó a Lola por detrás y besó suavemente el lóbulo de su oreja. —Déjame ir. —Lola protestó en voz baja, también tembló levemente y trató de evadir sus movimientos. Los fuertes vapores de alcohol y el humo del cigarro comenzaron a

trabajar en sus nervios. Pero sus protestas fueron en vano. Se veía tan hermosa que él no podía apartar sus ojos de ella, ni siquiera por un segundo. Lola era realmente hermosa y agradable, y él creía que tenía mucha suerte de casarse con ella.

… Después de un buen rato, Jorge ayudó a Lola a quitarse la corona, los pendientes, el collar y la pulsera. Después de eso, sostuvo a su esposa en sus brazos, que tenían poca o ninguna fuerza, y entró al baño. Disfrutaron de su tiempo en su cámara nupcial. En una suite del hotel Vini Empire de siete estrellas. Luna abrió cautelosamente una de las puertas de la habitación en el hotel. Había escuchado lo que su hermano mayor le había dicho antes a Sánchez por teléfono. También le dio algo de dinero a la mujer que Sánchez envió allí y le pidió que saliera del hotel. Ella sabía que el hombre dentro de la habitación era Samuel, quien también era una figura legendaria; había estado secretamente enamorada de él durante muchos años. También había expresado su amor por él en el pasado, pero él nunca se preocupó por ella, y nunca la había llevado a su corazón y gusto. Incluso le había dicho que era como una hermana para él. Luna no podía soportar esto por más tiempo, ¡y ella quería ser más que su hermana! Cuando entró en la habitación, estaba muy tranquilo, y el hombre en la cama parecía estar durmiendo. Después de cinco minutos, Luna se quitó el vestido, lo tiró y se metió en la cama de Samuel. Samuel, que por lo general era una persona bastante cautelosa, estaba realmente ebrio. No se dio cuenta de que una mujer yacía debajo de él en este momento. La noche se hizo más oscura, y en el último momento, Samuel estaba repentinamente sobrio. Cuando vio quién era la mujer en sus brazos, sacudió la cabeza y

descubrió que en realidad era ¡Luna! Luna, que siempre fue tímida como un conejo asustado, ahora se veía linda y muy encantadora en sus brazos. Se sintió muy mareado, y antes de que tuviera la oportunidad de pensar en algo, instantáneamente se quedó dormido otra vez. Cuando Luna miró al hombre dormido, comenzó a vacilar y encogerse, pensando que no podía quedarse allí, junto a él, ¡hasta mañana! Se levantó de la cama con todo tipo de sentimientos incómodos que su cuerpo inevitablemente había traído. Luego se puso rápidamente el vestido y salió del hotel.

Capítulo 415 Están juntos en el club nocturno ahora Dentro de un viejo apartamento en mal estado a las dos de la mañana. Yolanda estaba viendo vídeos virales de internet una y otra vez. En el video, el hombre que más amaba se había casado con otra mujer con una amabilidad que nunca había visto. ¡La ceremonia de la boda fue grandiosa, hermosa! ¡Yolanda ahora se dio cuenta de lo reacio que era cuando se casó con ella en ese momento! Los comentarios de Twitter eran todos palabras que expresaban el asombro y la envidia de la gente. También había muchas personas enviando sus bendiciones y mejores deseos a la pareja a través de Twitter. Pero aún más gente se estaba burlando de Yolanda, y ella apretó su teléfono con sus sentimientos de odio. ¡Envidia, celos y rabia! Todas estas emociones inundaron su corazón en un torrente de rabia. Steven había sido realmente estúpido. Le había quitado 20 millones, pero no había logrado cumplir su tarea de matar a Lola. Y por el contrario, peor aún, él mismo fue asesinado por Jorge. Ahora Yolanda estaba embarazada del hijo de Manuel, pero no se atrevió a contárselo a su familia, porque no estaba casada. Manuel estaba pasando por el proceso de divorcio con su esposa. ¿Qué podía hacer ella? ¿Realmente quería casarse con ese pobre agente? Ella ya había pensado en un aborto, pero Manuel no estaba de acuerdo. Dijo que el niño era el primero de su nueva línea de sangre. Yolanda seguía agarrando firmemente el teléfono, y pronto estaba a punto de romperlo en pedazos. —¡Jorge debió haber estado feliz con su esposa en su habitación en la noche de bodas! —pensó Yolanda. ¡Jajaja! ¡Estaba furiosa! ¡No podía creer que estaba reducida a que todos la criticaran y condenaran! Incluso ahora sus padres tenían que trabajar para otros para ganarse la vida. ¡Toda su mala fortuna ahora era atribuida a estas dos personas! Aunque Steven había desaparecido del mundo, todavía había otros asesinos; Yolanda estaba decidida a matar a Lola. Yolanda pensó que si Lola estaba muerta,

todavía podría tener la oportunidad de recuperar el corazón de Jorge. Sus ojos ardían de ira mientras se sentaba en su cama y reflexionaba sobre su próximo movimiento. Pasó más de un mes desde que terminó la ceremonia de boda, pero todavía había mucha gente encantada de hablar de ello. Lola había estado embarazada por menos de 6 meses, pero su vientre era muy grande. Era casi como si estuviera a punto de entrar en trabajo de parto, y todos pensaron que Lola estaba embarazada de gemelos. La señora Du cocinaba todo tipo de sopas para Lola y ella pronto engordó. La mansión era un lugar tranquilo para que viviera Lola embarazada. Estrella era recogida de la escuela y traída a casa directamente, y en general toda la mansión era muy tranquila y pacífica. Pero recientemente, Lola descubrió que Jorge salía de casa temprano y regresaba tarde; ella rara vez tenía la oportunidad de verlo. Cuando Jorge regresaba por la noche, Lola ya estaba durmiendo, y cuando se despertaba por la mañana, ya se había ido. En medio de la noche, a veces podía sentirlo abrazándola, y si no fuera por esto, ella habría dudado de que regresara a casa incluso en ese momento. Esto duró un mes, y en una noche, cuando ya eran más o menos las 8 en punto, Jorge todavía no había regresado a casa. Y Lola decidió llamar a Sánchez. —¿Dónde está tu jefe ahora? Sánchez tartamudeó, y finalmente dijo. —… Algunos de sus hermanos vinieron y se lo llevaron. ¡Están juntos en el club nocturno ahora! ¿El club nocturno? ¿Juntos? —¿Qué club nocturno? —Inmediatamente preguntó Lola. Ahora Sánchez estaba atrapado en un incómodo dilema, y Lola lo amenazó: Sánchez, si estás tratando de ocultarme algo, ¡nunca volveré a hablar contigo! —¡No! ¡Por favor, no! —¡Había planeado adularla! En la compañía, y en realidad en todo el País C, todos sabían que era más efectivo adular a Lola antes que a Jorge. En los ojos de Sánchez, desde que Jorge se casó, de ser un jefe arrogante se había convertido en un marido con mucho encanto. Él actuaba con frialdad con todos en la compañía, y tan pronto como regresaba a casa, ¡hacía todo lo

que Lola le pidiera que hiciera! ¡Era muy dulce con su esposa todos los días! —Es el club nocturno Grand Future. Están en la habitación privada 888. —Sánchez también le dijo rápidamente a Lola la dirección, y luego agregó: —No le diga a Jorge que le di la dirección. O estaré acabado para siempre… Entonces Sánchez se asomó dentro de la habitación 888. ¡Oh Dios mío! Esperaba no haber visto esto. Leandro trajo a la sala a cinco mujeres apenas vestidas… ¡Bueno! Su jefe era un hombre honesto, no voltearía a ver a esas mujeres. Lola colgó el teléfono. Estaba pensando en lo que estaba pasando. Jorge y sus hermanos fueron juntos al club nocturno. No solo beberían y cantarían en ese tipo de lugar. Ahora estaba embarazada, y era obvio que no podía satisfacer sus necesidades. Así que… Lola se levantó de la cama de inmediato, sacó los cosméticos y se puso un poco de maquillaje. Media hora más tarde, un bello rostro dotado de cejas gruesas, ojos grandes y labios rojos se reflejaba en el espejo. Buscó en el armario y sacó un vestido blanco de embarazada. Este vestido fue un regalo de Laura y era perfecto para ella. Su gran barriga ahora estaba cubierta adecuadamente, y se veía más delgada en el vestido. Llevaba una bufanda blanca en el cuello y luego sacó un par de sandalias negras de cristal del cajón de zapatos. Finalmente, se llevó la bolsa negra de marca que Jorge le había comprado. ¡Ella era perfecta! Miró en el espejo, y ató su largo cabello en un moño y dejó mechones de cabello en su frente. Ahora se veía más madura y elegante. —Si Jorge está haciendo algo fuera de lugar a mis espaldas, sufrirá una muerte horrible —pensó Lola. Luego, lentamente sacó su Maserati del garaje. Encendió las luces del coche y luego se dirigió al centro. Veinte minutos después. En el club nocturno Grand Future. Lola detuvo su auto en las puertas de la discoteca, y el portero vino inmediatamente a saludarla.

Lola entró con la cara fría. —Disculpe, señorita. ¿Tiene una habitación reservada para la noche? —¡Ella es muy hermosa! —pensó el portero. El portero la reconoció. — ¡Wow! ¿No es ella señora Si, quien se casó hace un mes? —888. —Dijo el número de la habitación y luego entró con sus tacones altos en sus pies. El portero envió inmediatamente a un camarero para que la llevara a la habitación 888. De camino a la habitación privada, todas las personas en el club miraban con curiosidad su actitud imponente. Dentro de la habitación 888. Leandro y ‘Tiburón’ estaban sosteniendo a una hermosa mujer en sus brazos, y cantaban karaoke alegremente juntos. Chuck estaba llamando en voz alta a una hermosa mujer que estaba a un metro de él para que le sirviera un poco de vino, mientras que Samuel estaba bebiendo vino sin parar y con agitación. Solo un hombre estaba a gusto y simplemente sentado en un rincón. Su actitud indiferente intimidaba a la hermosa mujer que estaba a su lado de estar incluso cerca de él. La mujer reflexionó un rato. Ahora, todos en el País C sabían que la esposa de Jorge estaba embarazada. Este era un período muy sensible en su vida, y tal vez Jorge necesitaba una mujer para sus necesidades. Pensó que si ella era esa mujer, entonces se haría rica, y su destino cambiaría. Se volvió más audaz, y se acercó a Jorge. Cogió una botella de vino de lujo y le sirvió un poco en su copa. Cuando estaba a punto de llevar el vaso a su boca, Sánchez abrió la puerta. Cuando Sánchez vio que Lola venía, tartamudeó: —Je… Je… —La palabra ‘jefe’ permaneció en la boca de Sánchez durante mucho tiempo. Jorge levantó las cejas y miró a Sánchez, pero le parecía muy extraño. En este momento, la hermosa mujer al lado de Jorge ya había puesto el vaso de vino junto a su boca. Estaba a punto de dejar de lado el vino, pero Sánchez abrió la puerta. Excepto por Jorge, Sánchez solo seguiría las órdenes de una mujer. Abrió la puerta obedientemente. Jorge miró la expresión de la cara de Sánchez y se dio cuenta de lo que pasó. ¡En efecto! Lola apareció en la puerta y miró por encima de la habitación con

firmeza y fortaleza. La frialdad que brillaba por su mirada penetrante era la misma que la frialdad que irradiaba de los ojos de Jorge.

Capítulo 416 No estoy chismeando Cuando vieron a Lola, Leandro y ‘Tiburón’ dejaron de cantar inmediatamente y miraron a Jorge con ojos culpables. —¡Oh Dios mío! Esa chica inicialmente se sentó lejos de Jorge. ¿Cuándo se acercó tanto a él? Aunque Jorge generalmente estaba muy tranquilo, ahora parecía estar un poco preocupado. Debido a que había estado trabajando en el programa de inversiones todo el mes, ¡sus amigos lo habían persuadido para que se tomara una noche de relajación! Pero ahora, su esposa también estaba aquí! Entonces, la habitación se quedó en silencio al instante y, sin pronunciar una sola palabra, Jorge apartó a la chica de él y se levantó del sofá. Leandro y Chuck descubrieron que Jorge estaba levemente en pánico. —¿Por qué estás aquí? —Jorge se acercó a su esposa y la abrazó por la cintura. Sin embargo, Lola apartó las manos y la habitación quedó en silencio de nuevo. Las chicas ahora estaban tan asustadas que no dijeron nada. ¡Jorge era el chico más famoso de la ciudad! ¡Era el chico soñado de muchas chicas! ¡Pero ahora estaba siendo rechazado y alejado! Lola encendió la luz de la habitación y luego se dirigió a la chica que había tratado de seducir a Jorge. Sostuvo la mandíbula de la niña con el pulgar y el índice, y mirando a Lola, la chica estaba demasiado asustada como para pronunciar una sola palabra. —¡Jorge, mi querido esposo, tienes tan mal gusto! ¡Ella está usando una cara falsa, llena de cosmético! ¡Solo mira cuánta base tiene! ¿No tienes miedo de ser envenenado por esos labios rojos de lápiz labial barato. —Lola humilló a su marido, y a la chica, groseramente. —¿Desde cuándo tiene tan malos gustos? Leandro y los demás no se atrevieron a reírse, a pesar de que realmente querían hacerlo. Mientras tanto, Samuel se puso serio. Chuck nunca había movido sus ojos de Lola desde que ella entró por primera vez en la

habitación. Incluso si estaba embarazada, todavía se veía muy hermosa. Jorge miró severamente a Leandro. ¡Él era el principal culpable en todo esto! —¿Por qué llamaste a una hostess? ¿Ves lo que hiciste? Tengo que dar muchas explicaciones para los problemas en los que me metiste. —¡Cariño, ven aquí! ¡Por favor, no te enojes, siéntate por favor! —Jorge llevó a Lola a sentarse a su lado y le dio a Sánchez una indirecta. Sánchez llamó al camarero y le pidió que trajera una botella de agua tan rápido como pudiera. La gente en la habitación se sorprendió al ver la reacción de Jorge. En lugar de ser un hombre sin emociones, ahora estaba actuando como un esclavo de su esposa. Leandro guiñó un ojo a las hostess, y siguieron sus instrucciones e inmediatamente abandonaron la habitación. Jorge consoló a Lola y luego se sentó a su lado. —Querida, por favor, no te enojes —dijo. Ella ignoró sus palabras de consuelo, luego sacó una tarjeta de su bolso y se la pasó a Sánchez con frialdad. Luego dijo: —Sánchez, sube cinco habitaciones arriba y ordena dos o tres chicas extranjeras para cada una de ellos. Sánchez se frotó las manos y luego, torpemente, tomó la tarjeta de su mano. Los otros cinco hombres miraron a Lola sorprendentemente. Ella susurró: —Todo es mi culpa. ¡Estoy embarazada y ya no puedo satisfacer sus necesidades varoniles y fisiológicas! ¡Sánchez, consigue cinco chicas para mi marido! ¡Tres chicas no son suficientes para él! Ella sacudió su cabeza; se veía muy triste, y despreciaba a Jorge. —¿Cinco chicas? —Jorge ensanchó sus ojos. —Lola, no necesito chicas. ¡Tengo chicas todas las noches! —dijo Leandro. —¡Dios mío! ¡Tres chicas extranjeras! Lola miró a Leandro y le preguntó: —¿Llamaste a las hostess? —Ella se comportaba casual sobre todo el asunto. Leandro asintió. —¡Sí, ¡pero Jorge no tocó a ninguna de ellas! Lola sonrió y dijo: —No importa si las tocó o no, importa que se hayan aprovechado de tu hermana. ¿Cómo puedes sentarte aquí y cantar y jugar con otras chicas? —También miró a Samuel, que la miraba sorprendido. —¿Cómo supo eso. —Luna estaba embarazada, pero no se atrevió a decirle a su familia. En cambio, ella había invitado a Lola y le había contado todo.

Lola sabía que el secreto no podía ocultarse para siempre y, por lo tanto, decidió que era mejor que le contara todo a Leandro. La alegre expresión dibujada en el rostro de Leandro desapareció de inmediato. —Lola, ¿qué quieres decir? —¡Él apreciaba mucho a su hermana! No podía estar tranquilo después de escuchar esto. Lola miró de nuevo a Samuel y dijo: —¡Ella está embarazada! ¡Ya lleva un mes! —Lola y Jorge también habían estado casados por un mes. Cuando ella dijo esto, Leandro se puso furioso y se puso de pie. —¡Lola, no puedes decir eso! ¡Ella no está casada todavía! ¡Eso no puede ser verdad! Jorge miró a Leandro y advirtió: —¡Habla en voz baja! ¡No asustes a mi esposa! Pero Lola sonrió y dijo: —No estoy chismeando. —Lo que realmente quería decir era que no mentía. En comparación con Leandro, Samuel estaba aún más nervioso. Inmediatamente se levantó del sofá y salió volando por Luna. Aunque Leandro no entendió la reacción de Samuel, no lo pensó demasiado, siguió a Samuel y también fue por Luna. Ahora, dos hombres se habían ido, y todavía había tres personas dentro de la habitación, además de la pareja. Después de que Lola bebió su botella de agua. ‘Tiburón’ también se fue. Y cuando dejó la botella sobre la mesa, Chuck también dijo: —Jorge, me voy ahora. Tú… ¡Adiós! —No había razón para que se quedara; Él no quería verlos coquetear entre ellos. Ahora, solo Sánchez y la pareja se quedaron en la habitación. Cuando Sánchez cerró la puerta, Lola se levantó y fue hacia ella. Pero Jorge la hizo retroceder. —¡Cariño, no te enojes! ¡No hice nada malo! —él dijo. Jorge abrazó a Lola y le explicó todo. Lola se burló de él y le dijo: —Jorge, no puedo satisfacerte porque estoy embarazada. Los hombres son todos iguales. ¡Ustedes no pueden controlarse cuando una chica los seduce! ¡Esta debe ser la verdadera razón por la que te vas de casa tan temprano y vuelves tarde! —¡No, no! ¡Estás equivocada! ¡Me has malinterpretado completamente! —Jorge habló con sinceridad mientras tiraba de sus pequeñas manos. Se deshizo de sus manos y de nuevo se levantó y dijo fríamente: —¡No

vengas a casa hoy, y no entres a mi habitación cuando estés en casa! Puedes ir a donde quieras ahora. Sánchez estaba esperando a Jorge, y cuando vio la puerta abierta, pensó: —¡Jefe ha tardado menos en manejar a Lola! Jorge la siguió, volvió a jalar sus manos y la retuvo en sus brazos. — Cariño, vamos a casa. Ella se burló de él. —¿Ir a casa? ¡Ya quisieras! Eres rico. ¡Encuentra un hotel para pasar la noche! ¡Le pediré a Sánchez que contrate a algunas mujeres para ti! La gente en el pasillo miró a la pareja de forma extraña. —¿Por qué necesitas mostrar tu amor en un club nocturno? Jorge la siguió de cerca. Se negó a dejarla ir sola e insistió en irse a casa juntos. La presionó contra una pared. Bajó la cabeza, besó sus labios y no le importó si se comía el lápiz labial en su labio o no. Lola le dio una patada y lo empujó, pero Jorge no la soltó. —El señor y la señora Si son una pareja tan cariñosa! ¡Pueden mostrar su amor incluso en un club nocturno! —Sí. ¡Qué feliz pareja son! La señora Si también está embarazada, ¿verdad? ¡No puedo ver que lo esté!

Capítulo 417 Lo mismo que tú Dos camareros que vigilaban la puerta los miraron besándose intensamente y charlando entre ellos en voz baja. Pero lo que ocurrió a continuación los dejó en shock total: de repente el jefe Si levantó a la señora Si y salieron del club nocturno… ¡Ay! Su demostración pública de afecto llegó por sorpresa, golpeando con fuerza los corazones de estos camareros solteros. En la puerta de la mansión. Luego, Lola se sentó tranquilamente en el asiento del copiloto, sin ganas de bajarse. Jorge salió del auto, la movió y luego la levantó. Lola había estado embarazada durante más de seis meses; necesitaba descansar en la cama en lugar de vagar erráticamente. Cuando subieron al segundo piso, Jorge primero puso su maletín en la sala de estudio. Cuando salió de su estudio, Lola ya no estaba allí. Luego escuchó un ‘Crack’ proveniente del dormitorio. Lola se encerró desde dentro. Jorge se sintió bastante indefenso. Sacó su teléfono para pedir ayuda, pero descubrió que su batería ya estaba muerta. Regresó a la sala de estudio, buscó la llave de repuesto y luego abrió la puerta del dormitorio. Lola se estaba lavando en el baño, el sonido del gorgoteo de agua ocultaba el sonido de la puerta abriéndose. Quitó furiosamente su maquillaje de su cara y luego puso su mano en el agua de la bañera, mientras miraba descuidadamente por la ventana. —¡Imbécil! Esta noche, mañana por la noche, la noche siguiente después de… ¡Al menos durante un mes no volverás a dormir conmigo en la misma cama! —pensó. —¡Cómo te atreves a tratar de encontrar a otra mujer cuando tu esposa está en casa! ¿No tienes miedo de las ETS o del SIDA?

Jorge se quitó la ropa, abrió la puerta del dormitorio y luego entró. Lola no cerró las cortinas de la ventana para poder ver el mar, y él podía verla de pie junto a la bañera, de espaldas a él. Ella estaba murmurando algo para sí misma, pero la voz era demasiado baja para escucharla claramente. Jorge pensó muy pronto que ella lo estaba maldiciendo. Vista desde atrás, la cintura de Lola se había expandido mucho, pero se sentía suave cuando la abrazaba por la noche. Se acercó a ella y la sostuvo por detrás. Lola se asustó y trató de gritar por ayuda, pero él le tapó la boca a tiempo. —Cariño, cálmate, soy solo yo. —Retiró la mano de su boca y la giró para enfrentarlo. Cuando lo vio, el corazón de Lola comenzó a acelerarse. Ella preguntó con curiosidad. —¿Cómo entraste? —Recordaba claramente que había cerrado la puerta. El hombre besó sus labios rojos, y la suave intimidad que se produjo entre ellos le dio espasmos de placer. Ella entonces lo empujó lejos. —¡Sal! ¡Sal! —exigió. Le acarició la mejilla rosada seductoramente. Ella siempre podría ganar fácilmente toda su atención. Luego le susurró al oído: —No tengo ni necesito a ninguna otra mujer que no seas tú. Eres suficiente para mí, y siempre lo serás. Lola no se convenció, y luchó por liberarse de su agarre. Pero Jorge no la dejó ir, y en lugar de eso la abrazó aún más fuerte y dijo: —¡Cariño, te quiero! Sus dulces palabras, junto con su voz ronca, fueron suficientes para hacer que Lola se sonrojara. —No te creo —dijo. —No me amas, amas a los bebés que están dentro de mí. Jorge rió, agarró a Lola y la besó de nuevo. —Los amo a ambos —dijo. Su respiración se hizo más pesada, y Lola se sentía débil; ahora se aferraba firmemente al cuello de Jorge. Entonces el romance comenzó a brotar dentro del baño. Jorge la levantó y la puso en la cama. —Jorge, vete… —Ella lo rechazó, aunque no quería hacerlo, pero todavía estaba enojada con él. Tenía que aclararse rechazándolo. No, ella no podía rendirse ante su encanto. Jorge estaba junto a ella, junto a la cama, se inclinó y susurró: —Cariño,

soy tu marido. Llámame cariño. —La persuadió y la guió lentamente. Ella murmuró: —No, me engañaste… —Al escuchar su negativa, Jorge agitó su gran palma como una amenaza, y Lola pronunció sumisamente. — Cariño… Su voz era tan encantadora que Jorge inmediatamente besó sus labios rojos con impaciencia. Quería tener todo su ser en ese mismo momento. —Jorge, no pienses que puedo perdonarte tan fácilmente. No soy tan amable como solía ser —pensó Lola.

… En el apartamento de Splendid Garden Vestida con su pijama, Luna se sentó impasiblemente en la cama mientras acariciaba lentamente su vientre. Varios días ya habían pasado desde que salieron los resultados de la prueba, pero aún no podía creer que había un bebé creciendo dentro de su cuerpo. ¿Debería seguir el consejo de Lola y contárselo a Samuel? Pero… Desde esa noche, ella no había visto más a Samuel. También parecía que no sabía lo que había sucedido esa noche. De repente, el timbre sonó, rompiendo el silencio de la noche. Eran ya pasadas las once de la noche. ¿Quién podría venir a esta hora? Se puso las chanclas, caminó hacia el salón y vio al hombre afuera a través de la mirilla de la puerta. Era Samuel, y cuando lo vio, se tapó la boca en shock. ¿Por qué estaba aquí? ¿Sabía de su embarazo? El zumbido de la campana pronto se convirtió en pesadas palmadas en la puerta, y no le quedaba mucho tiempo para arreglar las cosas. Ella decidió abrir la puerta. Cuando la puerta se abrió, Samuel rápidamente se metió y luego la cerró detrás de él. Miró de cerca a Luna, la hermana menor de su amigo. Había sabido todo el tiempo que a la tímida Luna le gustaba. Pero su corazón ya había sido robado por alguien más, por lo que no tuvo más remedio que rechazarla una y otra vez. Hasta esa noche que la encontró debajo de él. Esa noche, tuvo sexo con ella.

No tenía idea de cómo se había deslizado en su cama, pero lo hizo de todos modos. A la mañana siguiente, cuando se despertó, ella ya se había ido. Si no hubiera manchas de sangre en su cama para recordarle, habría creído que todo fue solo un sueño. En ese momento él la había evitado, y no sabía cómo enfrentarla. Pero un mes después, cuando regresó al país C, supo que ella estaba embarazada … Y el bebé debía ser suyo. Estaba seguro de esto. Luna se aferró ansiosamente a un rincón de su pijama, mirando la expresión pensativa de Samuel y su mirada perpleja. —¿Samuel está aquí para preguntar sobre esa noche? ¿Sabe sobre el embarazo? —Ella tenía muchas preguntas en su mente. Durante mucho tiempo simplemente se callaron. El hombre que más amaba estaba ahora frente a ella, pero no sabía una sola palabra de qué decir. —Esa noche… —Ni siquiera terminó su primera frase cuando el timbre volvió a sonar. ¿Quién estaba en la puerta? Luna pasó junto a Samuel para abrir la puerta. Su olor llenó la nariz de él, al igual que esa noche, hacía un mes, y Samuel cerró los ojos con pesar. El hombre afuera era Leandro. —Leandro… —Luna le impidió entrar por la puerta. Leandro estaba a punto de entrar en el apartamento cuando vio que Luna estaba empujando la puerta. —¿Qué estás haciendo? Quiero preguntarte algo. Déjame entrar. —¡Es muy tarde, pregúntame mañana! ¡Necesito dormir ahora! —Luna intentó evitar que Leandro viera a Samuel, o eso habría sido incómodo. Leandro vio que su hermana menor estaba actuando de manera extraña, y se preguntó si alguien estaba dentro del apartamento con ella. En uno de los momentos de descuido de Luna, él rápidamente se metió dentro de la grieta de la puerta. Y, de hecho, fue incómodo cuando Leandro vio a Samuel. Se frotó los ojos con incredulidad, pero en realidad era Samuel. —¿Qué estás haciendo aquí en casa de mi hermana? Ya es tarde. —Los miró con suspicacia.

Luna estaba a punto de responder a la pregunta de Leandro, pero Samuel respondió: —Lo mismo que tú. —Miró directamente a Leandro, con las manos en los bolsillos. Si hubiera sido otra mujer con la que hubiera estado, él nunca se habría responsabilizado de la mujer, ni del bebé. Pero era Luna… Entonces Leandro entendió, y su rostro palideció de furia. —¿Es tu bebé? —Se lanzó hacia adelante y agarró a Samuel por el cuello. Nadie podía aprovecharse de su hermana menor, ni siquiera su mejor amigo.

Capítulo 418 ¿Qué tal si te quedas aquí? Luna se sorprendió tanto que inmediatamente sacó a su hermano mayor y le dijo: —Leandro, esto es asunto nuestro. ¡Ya puedes volver! Leandro miró a su hermana y luego soltó a Samuel de su agarre, sin siquiera cambiar la expresión de su rostro. Le advirtió a Samuel: —Te he considerado como mi hermano, pero si alguna vez te portas mal con Luna, ¡entonces tendremos un problema con eso! Leandro pronunció todas estas palabras hirientes solo porque sabían que Samuel todavía amaba a su primera novia. Pero se preguntaba cómo era que se había quedado Samuel y había dormido con su hermana. Racionalmente, no deberían haber hecho tal cosa. Samuel no era el tipo de hombre que no tenía su sentido de la propiedad. Leandro lo pensó con cuidado, pero todavía no tenía idea. Después de que Leandro se fue, solo Samuel y Luna se quedaron en el apartamento. Luna estaba un poco inquieta cuando se quedó sola con él. —¡Samuel, por favor, siéntate! —dijo Luna. Luego comenzó a jugar con sus dedos y ni siquiera se atrevió a mirarlo a los ojos. Samuel miró a la mujer que era un poco tímida, negando su propia especulación de que Luna había tomado la iniciativa de ir a su habitación de hotel esa noche. ¡Él debió haber sido el que tuvo la idea! —Esa noche, estaba borracho e hice algo que te provocó daño, y lo siento. Pero, Luna, en ese momento ya sabías que yo ya amaba a alguien más. No serás feliz si te casas conmigo —dijo Samuel. Se alisó el cabello corto y luego, todavía inquieto, se sentó en el sofá de la sala de estar. Con sus ojos enrojecidos y casi llenos de lágrimas, Luna, quien ahora estaba emocionada por lo que dijo, caminó hacia Samuel y sostuvo su gran palma contra la de ella. —No, Samuel. Estoy dispuesta… —dijo. De hecho, estaba más que dispuesta a casarse con él. Cuando la escuchó decir su nombre en una forma tan íntima, Samuel se enojó aún más. Miró a la mujer frente a él, y descubrió que ella ya no era tan pura, sino

más femenina. Ella no era la chica que solía conocer, pero tal vez se había convertido en una verdadera mujer después de esa noche que había pasado con él… Inesperadamente, Samuel asintió y dijo: —Iré a visitar al tío Bo en los próximos dos días. Luna logró contener las lágrimas y asintió con entusiasmo, sujetando con fuerza la gran palma de Samuel con la mano. Samuel se levantó del sofá y dijo: —Deberías irte a la cama temprano. Intentaré tener todo listo lo antes posible. Cuando sus manos se separaron, Luna se sintió vacía de repente. Pero, todavía estaba muy feliz. —Samuel, bebiste alcohol hoy, entonces, ¿qué tal si te quedas aquí esta noche? —preguntó Luna. Estaba preocupada y miró el rostro de Samuel, que estaba ligeramente enrojecido. Samuel volvió la cara hacia ella y la miró, que estaba en pijama, con una mirada profunda en sus ojos. Ahora Luna comenzó a darse cuenta de lo que acababa de decir, e inmediatamente comenzó a explicarse. —Quiero decir, hay dos habitaciones aquí, y puedes dormir en una de ellas… —Su cara se puso muy roja, como si le hubiera aplicado un colorete. Samuel negó con la cabeza y respondió: —Llamaré a un taxi para irme a casa. En cuanto al auto, le pediré a mi chófer que venga aquí y se lo lleve mañana . Después de ver a Samuel irse, Luna se sintió aliviada y sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría. ¡Finalmente iba a casarse con el hombre que amaba! La noche se hizo tarde, y después de que Jorge llevó a Lola con satisfacción a la gran cama del dormitorio, fue al baño a ducharse. Cuando oyó que se cerraba la puerta del baño, Lola, cuyos ojos estaban cerrados antes, los abrió de nuevo. Se sentó en la cama, sacó una pijama limpia y luego se vistió con ella. —¡No pienses que te perdonaré tan fácilmente! Si no te enseño una lección esta vez, volverás a encontrarte con otras mujeres. ¡Humph! —pensó Lola. Luego abrió la puerta de la recámara, se coló en la habitación de Estrella y cerró la puerta desde adentro. Decidió dormir en el cuarto de Estrella esta noche y abandonarlo mañana, ¡sin dejar que él incluso viera a sus hijos!

Veinte minutos más tarde, Jorge, envolviéndose en una toalla de baño, descubrió que ya no había nadie en la cama. Revisó el balcón y el armario, pero todavía no podía encontrar a Lola. Más tarde, abrió la puerta de la habitación y caminó hacia el dormitorio de su hija. Cuando descubrió que la puerta de la habitación de su hija estaba cerrada con llave desde el interior, suspiró y se sintió nuevamente decepcionado con su pequeña mujer. A medianoche, sin Lola a su lado para hacerle compañía, Jorge se sacudía y giraba inquieto en la cama. Volvió a encontrar un montón de llaves, abrió la habitación de los niños y entró con cuidado para no hacer ruido. Cuando vio que su esposa estaba durmiendo profundamente con la muñeca de trapo de Estrella en sus brazos, levantó ligeramente las comisuras de sus labios. Después de que él tomó la muñeca de sus manos, Jorge sostuvo a su esposa en sus brazos y se quedó profundamente dormido. Eran casi las once de la mañana cuando Lola se despertó y estaba a punto de volver a la habitación y lavarse. Cuando abrió la puerta del dormitorio, escuchó a Jorge, que estaba dentro, hablando por teléfono: —… Entonces arréstalo en el lugar e infórmame si no hay suficientes personas. —¿No fue a trabajar? Sentí que alguien me abrazaba cuando dormía anoche. ¿Se las arregló para colarse en la habitación de nuestra hija? —pensó Lola. Luego abrió silenciosamente la puerta de la habitación y vio que Jorge ya se había arreglado cuidadosamente. Llevaba una camisa blanca, una corbata negra con rayas oscuras, pantalones de traje negro y unos zapatos de cuero negros nuevos. También tenía un reloj caro en su muñeca. Era realmente guapo, e incluso Lola, que lo veía tan a menudo, no podía dejar de estar enamorada de él, su corazón latía salvajemente cuando lo veía. Cuando sintió que había alguien detrás de él mirándolo, Jorge volvió la cabeza y vio que su esposa lo estaba mirando obsesivamente. Jorge, quien antes tenía una cara seria, ahora estaba mirando muy tierno a su esposa. Lola inmediatamente retiró sus ojos de él, y después de que ella lo miró fríamente, caminó directamente hacia el baño. —Entonces ve allí con armas. Recuerda, debes capturarlo y mantenerlo vivo. —Lola lo oyó hablar fríamente fuera del baño.

—Arrestarlo en el lugar? ¿Con armas? ¿Mantenerlo vivo? ¿Encontró al asesino que intentó matarme? —pensó Lola. Después de lavarse, comenzó a aplicar su crema hidratante en la cara. En ese momento, la puerta del baño estaba abierta, y cuando vio en el espejo que Jorge estaba entrando en el baño, Lola miró hacia otro lado, con la cara tensa. Jorge, quien estaba de pie detrás de ella, envolvió sus brazos alrededor de su colosal vientre y le besó el lóbulo de la oreja. De repente Lola dejó de aplicar la crema hidratante en la cara. Estaba a punto de liberarse, pero Jorge solo acercó la boca a su oído y susurró: —Cariño, ahora voy a ir a la compañía y ya le pedí al chef que te prepare un banquete de mariscos al mediodía. hoy. ¡Por favor, no te enfades más! A Lola le encantaba comer mariscos, como cangrejos, camarones, peces, etc. ¡Ella felizmente aceptaría y disfrutaría toda la comida! Jorge había contratado especialmente a un chef que venía de un hotel de cinco estrellas y que se especializaba en mariscos. Lola lo miró y luego continuó aplicando la crema hidratante en la cara, diciendo: —Oh, ¿por qué no preparas el banquete de mariscos para tus otras amantes? —Su voz estaba llena de celos. Jorge se echó a reír y respondió: —¡No tengo amantes! ¡Tu eres mi única mujer amada! —Luego la besó en su rostro suave y perfumado. Pero Lola rápidamente terminó de aplicar la crema hidratante en la cara y empujó a Jorge fuera del baño. —No pienses que olvidaré que te viste con otra mujer anoche. ¡No voy a ser tan amable contigo esta vez! —ella dijo. —Verme con otra mujer… —pensó Jorge. —¿Crees que es realmente necesario que me vea con otras mujeres? — preguntó. Miró de reojo a Lola, que lo miraba a los ojos, y se preguntó desde cuándo se había vuelto tan mezquino. Incluso si era realmente mezquino, y ya había transferido todas sus acciones a su esposa e hija, ¡todavía era un CEO interino! Cuando miró a Jorge, que parecía tan arrogante, Lola sonrió y dijo: — Correcto, correcto. Eres guapo y rico, y hay muchas mujeres provenientes de familias ricas y muchas superestrellas que están enamoradas de ti y que están dispuestas a apoyarte, ¡no tienes que buscar a otras mujeres! ¡Sí, sí, y parece que el Sr. Si ya tiene muchas superestrellas y modelos jóvenes! Jorge se preguntó cómo podría ella alguna vez no mencionar que él tenía jóvenes modelos y superestrellas; Lola realmente lo decepcionó esta vez. — Eres la única mujer en mi corazón —dijo. En cuanto a todas las demás

mujeres, eran simplemente otras personas ante sus ojos.

Capítulo 419 ¿Cómo podría escapar? —Deja de mentir. Desde que estoy embarazada, los bebés crecen día a día y yo engordaré. Ahora, te levantas muy temprano por la mañana y regresas a casa muy tarde por la noche. Si ya no te gusto, puedes decirlo. ¡Me iré y nunca más te molestaré! —Al recordar las experiencias que tuvo este mes, Lola sintió que la engañaron y casi lloró. Jorge no pudo evitar reír. Pensó que su esposa era tan linda e insegura. Luego explicó: —He estado trabajando en un contrato de inversión recientemente. Los fondos son excelentes y confidenciales, así que tengo que lidiar con ellos. Estás pensando demasiado. —La sostuvo en su brazo y le besó los labios con ternura. Su vientre era más grande y se engordaba, pero esto se debía a que ella estaba cargando a sus hijos. ¿Cómo no podría apreciarla ahora? Lola lo fulminó con la mirada. Las dudas se estaban arrastrando en su mente. Le resultaba molesto casarse con un marido atractivo. Entonces dijo de repente: —¡Quiero ir de compras hoy! —Teniendo en cuenta su salud y su pereza debido al embarazo, no había salido de compras por mucho tiempo. No hacía nada, solo se quedaba en el balcón y leía novelas. Jorge lo pensó por un momento. —Claro, voy a ir contigo. —Estaba preocupado por su seguridad y salud ya que Javier apareció en el país C recientemente. —Quiero ir de compras ahora mismo. Así que si necesitas ir a la empresa, puedo ir de compras por mi cuenta. —Él debía estar bromeando. Si él la seguía, ¿cómo podría escapar? Jorge miró su reloj y dijo: —Puedes ir de compras después del almuerzo. Pediré a varias personas más que te protejan. —De hecho, él ya había ordenado algunos SWAT del departamento de policía para protegerla. Lola asintió. Bajaron juntos. Dos cocineros preparaban el desayuno para Lola en la cocina del primer piso. La señora Du estaba junto a ellos para ayudar. Viendo que Lola bajaba las escaleras, la Sra. Du corrió hacia ella y le dijo respetuosamente: —¡Mi señora! Date prisa, por favor toma tu desayuno.

Mientras decía esto, caminó hacia la mesa y ayudó a Lola a sentarse. Jorge también ayudó a Lola a sentarse en la silla y no se fue hasta que vio a la Sra. Du que puso el desayuno delante de ella. Sentado en el auto, Jorge sintió que Lola estaba un poco rara hoy. ¿Cómo podría dejarlo ir tan fácilmente? ¡De ninguna manera! ¡Tenía que dejar que los guardaespaldas la vigilaran! Era demasiado peligroso afuera. —Gracias señora. Du. —Lola le dirigió a la sra. Du una dulce sonrisa y luego comenzó a desayunar. La señora Du se limpió las manos con el delantal y preguntó: —¿Qué tal tu apetito? ¿Prefieres la comida agridulce o picante hoy? ¡Solo dime lo que quieras, Lola. —Se quedó mirando el vientre de Lola. Había dos bebés dentro. ¡Jorge y Lola fueron realmente bendecidos! Jorge ya había decorado la habitación del bebé y compró mucha ropa y juguetes para él. Así que uno podría decir cuánto esperaba ver a los bebés. Era el mismo amor con el que trataba a Estrella. ¡No importaba lo que ella quisiera, Jorge siempre la satisfacía! ¡Lola lo había culpado varias veces de mimar demasiado a su hija! Pero Jorge siempre respondía: —Ella es mi hija. Si nadie quiere casarse con ella en el futuro, la cuidaré para siempre.

… Pensando por un momento, Lola respondió: —Me gustaría algo de comida picante hoy. —A Lola le gustaba tanto la comida picante, sin importar cuán picante fuera. Ella podría comerlo todo sin pestañear. Escuchando esto, la Sra. Du se apresuró a ir a la cocina y ordenó a los chefs que prepararan mariscos picantes para el almuerzo. Pero Lola la detuvo. Dijo que iba al centro comercial para hacer algunas compras y comer fuera. La señora Du creyó en ella sin ninguna duda. Regresó a la cocina para decirles a los chefs que no necesitaban preparar el almuerzo. Esa tarde, Lola se sentó en el asiento trasero del Maserati, mientras que un conductor y una guardaespaldas se sentaron en los asientos delanteros. Detrás de ellos, varios coches seguían su auto. Dentro había guardaespaldas con la orden de protegerla. Lola suspiró y pensó que encargarse de los guardaespaldas para mantenerla a salvo era demasiado. ¿Cómo podría escapar?

Cuando llegaron al centro comercial, la guardaespaldas femenina la seguía de cerca a su derecha, mientras que otros guardaespaldas la seguían en secreto dentro y alrededor del centro comercial. Lola llevaba un vestido suelto amarillo claro y un par de zapatos planos blancos. Su rostro brillaba de felicidad y amor maternal. No muy lejos, Yolanda odiaba admitir que la mujer se estaba volviendo más y más bella. A pesar de que estaba embarazada en este momento… —¡Lola Li! —Yolanda se le acercó. Cuando Yolanda se paró frente a ella, Lola acababa de comprar algunos cosméticos para mujeres embarazadas y miró a Yolanda de forma impasible. Sin recordar por cuánto tiempo no se habían visto, Lola nunca pensó que Yolanda perdería su belleza y encanto como se veía antes. Yolanda llevaba un vestido suelto barato y su aura de elegancia había desaparecido por completo. ¿También estaba embarazada? ¿Quién era el padre de su bebé? Sin embargo, todo esto no tenía nada que ver con ella. Lola quería ignorar a Yolanda, así que se dio la vuelta y decidió alejarse. Al ver su reacción, Yolanda estaba furiosa y le impidió irse. En ese momento, la guardaespaldas junto a Lola se paró frente a ella y se preparó para proteger a Lola. Al ver esto, Yolanda se enojó más y su odio hacia Lola se hizo más profundo. También notó a aquellos hombres con trajes casuales que vigilaban y estaba bastante segura de que Jorge había enviado a esos hombres para proteger a Lola. Ella era la que se suponía que debía ser tratada así. ¿Cómo pudo Lola obtener todo esto? —¿Estás fingiendo no conocerme. —Se burló y dio un paso adelante. Al observar a la mujer inexpresiva, dijo: —Realmente deberías estar agradecida de que tu familia tenga ese viejo reloj de bolsillo. Eso hizo que Jorge decidiera elegirte a ti en lugar de a mí. Él simplemente eligió estar contigo por el dinero. Yolanda siempre había sido adicta a las mentiras que inventaba. Pero sus palabras no amenazaron a Lola en absoluto. —¿Y qué? Desde que me casé con Jorge, esa es nuestra riqueza compartida ahora. —Sin mencionar que lo que Jorge le había dado no tenía precio. Ninguna cantidad de dinero podría compararse con la felicidad que ella sentía ahora.

Además, ahora estaba embarazada. Sería mejor que no discutiera con Yolanda. Todavía recordaba que su primer bebé fue asesinado por esta mujer. Así que esta vez, ella debería ser más cuidadosa. Yolanda siempre pensó que planearía una venganza contra ella. Recientemente, la aventura entre Yolanda y Jorge realmente molestó a Lola. Ella nunca dejaría a Yolanda salirse con la suya de nuevo. Yolanda sonrió con frialdad y preguntó: —Lola, ¿eres estúpida? Ese viejo reloj de bolsillo es tan valioso que incluso puede comprar la mitad del mundo. ¿Quieres compartir la riqueza con los demás? —Yolanda descubrió los secretos del antiguo reloj de bolsillo que representaba innumerables riquezas y también sabía que el reloj era la clave para el dinero infinito. Lola miró a Yolanda con desdén y no quería seguir hablando con ella. Decidió alejarse de inmediato. Sintiendo que estaba a punto de irse, Yolanda tenía la intención de seguirla, pero fue detenida por la guardaespaldas. —¡Señorita, por favor deje de seguir a Lola! —Así que sin ninguna opción, Yolanda tuvo que ver a Lola caminar hacia otra tienda de ropa para bebés. Yolanda miró a la guardaespaldas con consternación y apretó los puños con fuerza. Sintió que su presencia no afectaba a Lola en absoluto. Sin importar lo que dijera y lo que hiciera, Lola no daría ninguna respuesta. Con estos sentimientos dentro, Yolanda tiró los cosméticos que acababa de comprar en un bote de basura y señaló los que Lola acababa de comprar. Le pidió al vendedor que se los envolviera. Los cosméticos costaban más de 60, 000 dólares. Yolanda se sintió frustrada por gastar tanto dinero. Se había vuelto tan pobre que incluso se sintió consternada por la cantidad de miles de dólares, incluso solo miles. Sin embargo, estaba bien porque sabía que iba a recuperar toda la riqueza que debería pertenecerle.

Capítulo 420 Se quitó el traje Realmente era una lata que Yolanda se presentara. Era como había dicho Wendy; una ex novia era como un sapo, un sapo que no daba miedo, pero eso solo te hacía emocionalmente miserable. Ella puso frunció sus labios y luego sacó su teléfono de su bolso; entonces llamó a Jorge. —¿Sabes a quién acabo de ver? —Miró con cansancio todas las cosas de bebé que Jorge ya había comprado para que ella no tuviera que hacerlo. Al escuchar su voz apática, Jorge sonrió y dijo: —¿A quién viste? Como era una lata, supongo que sería Yolanda. —Nadie más, excepto Yolanda, es una mala noticia para Lola, por lo que debe ser ella —pensó Jorge. —¡Hum, eres bastante listo! —Lola habló con Jorge y se quedó mirando un pequeño biberón; se preguntó si su leche materna sería suficiente para los dos niños después de que nacieran. Luego tomó dos botellas de dos colores diferentes del estante y se las entregó a la asistente de compras detrás de ella. Jorge pensó que tal vez Yolanda había sobornado a Jaime, y dijo: —Ten cuidado y mantente alejada de ella. Después de que des a luz, la buscaré por ti. —Mi esposa decidirá si puede vivir o no —pensó Jorge. Lola sonrió y dijo: —¿Será tu corazón tan doloroso como lo es ahora? ¿Lo será, señor Si? —Ella lo satirizó a propósito. —Lola, realmente eres una mujer escandalosa, ¿lo sabías. —Se frotó la zona dolorida entre las cejas y pensó que su pequeña esposa era más difícil de manejar que incluso un plan de inversión de mil millones de yuanes. Hizo un puchero de nuevo y dijo: —Jorge, ¿por qué me hablas así? — ¡Ella quería agregar todo lo que él había hecho para defraudarla! También se respetaba a sí misma, ya que Jorge estaba coqueteando con otras mujeres, y ella se mantuvo tranquila mientras hablaba con él. —¿Los recientes acontecimientos desgastaron su personalidad? —pensó Lola.

Jorge no pudo evitar reírse de sus palabras. Luego se puso un cigarro en la boca, lo encendió y estuvo a punto de fumarlo. Al escuchar el sonido del encendedor, Lola gritó: —¡Jorge! ¡Estás fumando otra vez! —Sabía que en su casa no había fumado recientemente, ¡y pensó que había dejado de fumar para siempre! Lo que no sabía era que ahora él estaba fumando en secreto en la compañía. ¡Era un fumador empedernido! Jorge luego apagó su encendedor. —Cariño, lleva tiempo —dijo. Intentó dejar de fumar durante días por ella. Pero, de alguna manera, comenzó a fumar de nuevo, y era aún más adicto al mal hábito. ¡Sí, genial! —¡Hum! ¡Entonces sigue fumando! ¡Adiós! —Después de que había terminado de hablar, Lola colgó y luego apagó su teléfono. Después de que terminó la llamada, Jorge había estado mirando su pantalla durante diez minutos. Entonces comenzó a trabajar. Lola miró a la guardaespaldas que estaba a su lado y luego salió de la tienda. Luego fue al pasillo de hombres y tomó un sombrero para Jorge. La gente a su alrededor la observaba con una mirada extraña en sus ojos, así que ella decidió también echarle un vistazo. Al salir de la famosa tienda de sombreros, pasó el bolso a la guardaespaldas y dijo: —Por favor, envíe esto al Sr. Si, realmente lo necesita. Ahora. La guardaespaldas la miró y no supo qué decir… —Señora. Si, mi trabajo es solo protegerla. Encontraré a alguien más que envíe esto por usted. Pero Lola negó con la cabeza y dijo: —Quiero que lo envíes. —Esta era su única oportunidad, y la única manera de deshacerse de la guardaespaldas. Al escuchar esto, la guardaespaldas se puso en un dilema; descolgó el teléfono y dijo: —Le preguntaré al Sr. Si. —Si se perdiera la señora, no podría ser responsabilizada por ella. Lola fingió ser impaciente. —¿Realmente debes llamarlo? ¿Qué pasa con mis órdenes? ¿Por qué te contrató en primer lugar? ¿Para seguirme alrededor? —Ella puso el problema así a propósito. La guardaespaldas apretó los dientes, se guardó el teléfono en el bolsillo y le quitó el bolso a Lola. Ella le dijo algo a otro guardaespaldas que se escondía en la multitud y luego se fue con el bolso.

Al segundo que se fue, Lola caminó hacia el baño. —¡Sostén esto por mí, gracias! —Le entregó todas las cosas que había comprado para sus hijos a uno de los guardaespaldas. —No hay necesidad de preocuparse por mí. Solo voy al baño. Los guardaespaldas se miraron, tomaron las cosas de sus manos y asintieron. La vigilaron hasta que entró en el baño. Tan pronto como entró, Lola habló con un hombre que se estaba lavando las manos. Se veía aterrorizada y dijo: —Oye, guapo, ¿podrías hacerme un favor? A Lola le resultaba familiar, pero no podía recordar dónde lo había visto antes. Felipe también se sorprendió cuando la vio y sonrió. —Hola señorita Li, ¿qué puedo hacer por usted. —Lola ya era famosa, ya que era tan graciosa y hermosa. Ya había impresionado a Felipe, incluso si solo se habían encontrado una vez. —¿Sabes quién soy. —Lola estaba aturdida, pero realmente no podía recordar cuándo y dónde lo había visto antes. Felipe se secó las manos con un montón de pañuelos y dijo: —Nos conocimos en la fiesta de aniversario, en el hospital privado de Chuck. ¿Recuerda? —¡Ah, Ok! —¡Ahora ella recordaba! En ese momento, él estaba con una mujer que hacía que Chuck se sintiera muy incómodo. —¡Hola! Lo saludó brevemente y luego rápidamente dijo: —Alguien me está siguiendo. ¿Puedes dejarme salir por el pasaje seguro. —Señaló el paso seguro en el otro lado. Felipe asintió alegremente y le dijo: —¡De acuerdo, vámonos! Mientras Felipe salía, Lola lo arrastró hacia atrás y dijo: —¡Oye, espera! —No puedo deshacerme de ellos así —pensó Lola. Felipe la miró con una mirada confusa en sus ojos. A pesar de todas las personas que los rodeaban, ella comenzó a quitarse el traje. Felipe casi se atragantó con su propia saliva cuando vio lo que estaba haciendo la embarazada. La señorita Li no era una chica normal. —Si no me cubres con el traje, me verán y me atraparán.

Dos minutos después, un hombre con una camisa azul oscuro salió del baño. Estaba sosteniendo en sus brazos a una persona vestida con una chaqueta, y luego caminaron hacia el pasaje seguro. Los dos guardaespaldas los miraron y voltearon hacia otro lado ya que eran pareja y no era apropiado mirarlos. En el pasaje seguro, Lola se quitó el traje y se lo devolvió a Felipe. Dijo: —Eres un héroe, ¡y no puedo agradecerte lo suficiente por lo que hiciste! Ahora me voy, pero deberías salir de aquí más tarde, después de que me haya ido. ¿Un héroe? Si hubiera sabido que había ayudado involuntariamente a Lola, ¡le habría asustado ser cazado por Jorge! Después de tres minutos, uno de los guardaespaldas sintió que algo estaba mal. ¿Qué le tomaba tanto tiempo a la dama? Arrastró a una mujer al azar que venía del baño, le dio cien dólares y luego preguntó: —¿Viste a una mujer embarazada dentro, vestida con un vestido amarillo claro? Miró el billete sin comprender, y pensó en lo que había visto dentro. Entró otra vez al baño para estar segura. Dos mujeres acababan de entrar, pero a excepción de ellas, estaba vacío. Salió y negó con la cabeza. —No, ella no está allí. ¡Oh maldita sea! Uno de los guardaespaldas recordó a la pareja y rápidamente se apresuró hacia el pasaje seguro. Pero la mujer ya se había ido, y solo había dejado allí a Felipe, fumando. —¿Dónde está mi señora? —preguntó uno de los guardaespaldas gruñones. Felipe sacó el cigarrillo con calma y dijo: —¿Su señora? —Felipe los miró con ojos confundidos. —Me refiero a la mujer embarazada con el vestido amarillo claro. ¡Si algo le pasara, el Sr. Si te perseguirá y castigará como consecuencia! — Entonces, los guardaespaldas se apresuraron a salir por el camino seguro para encontrar a su señora.



Capítulo 421 Ella no tuvo más remedio que soportarlo Sintiéndose indefenso, Felipe se quedó mirando sus espaldas un largo rato, y después de un rato se fue. Estaba asustado, y se preguntaba si el Sr. Si realmente lo mataría. Ese pensamiento aterrador lo torturó al menos durante un par de meses. En el Grupo SL. Sánchez informó a Jorge que la guardaespaldas de Lola quería verlo. Jorge estaba ocupado trabajando cuando escuchó lo que decía Sánchez. Frunció el ceño y pensó: —Le dije que no se alejara ni un milímetro de Lola, ¿y ahora qué hace? —Déjala entrar. —dijo Jorge. Enseguida la guardaespaldas entró en la oficina, sosteniendo un bolso en la mano. —Señor Si, esto es algo que la señorita Lola le ha comprado. Ella me pidió que se lo trajera personalmente. —Tu misión es estar cerca de la Sra. Si, y velar por su seguridad todo el tiempo. —Jorge la reprendió con una voz fría, con sus ojos mirando al bolso en el escritorio. La guardaespaldas, con gran respeto, le respondió: —He intentado explicarle mi misión a ella, pero ella se ha enfadado mucho; no tuve más remedio que traerlo aquí, yo misma. —La guardaespaldas realmente se sentía impotente y pensaba que había hecho todo lo que había podido. Jorge rápidamente se dio cuenta de que algo no iba bien. Abrió el bolso y vio que solo había un sombrero. Pero… ¡El color del sombrero era verde! Su rostro se oscureció en un instante, y pensó: —¡Esa mujer desobediente! ¡No! —De repente se alarmó. Y justo en ese momento, su teléfono sonó. —Señor Si, lo sentimos mucho. Hemos fallado en la vigilancia de nuestra señora. Ella se ha ido… ¡ha desaparecido! —Tan pronto como contesttó la llamada, Jorge escuchó al guardaespaldas comunicar la situación

con voz culpable. Masajeando sus sienes doloridas, Jorge preguntó: —¿Se ha ido? ¿Qué quiere decir con que ‘se ha ido’? —Trató de mantener la calma cuando hacía la pregunta, pero la frialdad en su voz era demasiado obvia. Apretando los dientes, el guardaespaldas tuvo que prepararse para continuar su informe. —La señora se ha escapado de nosotros cuando salió del baño de mujeres, disfrazada de otra persona…” Parecía que no era todo culpa de ellos. —¿Escapar? Seis agentes especiales de la policía asignados para una mujer embarazada, ¿y la dejáis escapar tan fácilmente? ¿De qué sirvió contrataros? ¡Si algo malo le pasa a mi esposa, lo vais a lamentar! —Jorge terminó abruptamente la llamada telefónica. Se esforzó por contener su creciente rabia. Era realmente peligroso para Lola salir sola, ya que el paradero de Javier aún era incierto. Jorge marcó el número de teléfono de Lola una vez más, pero descubrió que su teléfono todavía estaba apagado. ¡Sabía que le costaría un rato calmarse! Llamó a Sánchez, con el rostro completamente oscurecido, y le ordenó: —¡Envía a alguien al aeropuerto, a la estación de trenes y a la estación de autobuses para encontrarla y atraparla! —Dio sus órdenes sin ningún tipo de emoción. Sánchez se quedó perplejo y, mirando a su jefe, le preguntó: —¿Para atrapar a quién? —Sánchez se preguntó quién podría haber sido tan audaz como para poner a su jefe tan furioso. —Es posible que… —pensó. —¡Lola! —Jorge pronunció su nombre mientras apretaba los dientes. Pensó: —¿No se da cuenta esta mujer de que está en peligro y de que su seguridad personal aún no está completamente garantizada? ¡Está actuando de una forma tan salvaje! … Sánchez entonces limpió discretamente las frías gotas de sudor que bajaban por su cara. Al principio se había sentido un poco desconcertado por la mañana, al ver la mirada relajada de Jorge en sus ojos. Reflexionó sobre porque Lola no se había enfadado con él por lo que había sucedido la noche anterior. ¡Pero ahora todas sus dudas se habían confirmado! —¿Cuándo comenzó la señora Si a ser tan fría? Al menos debería haber tenido la paciencia de esperar una noche entera, pero en lugar de eso se ha escapado hoy… —pensó Sánchez.

—¿Por qué estáís aquí de pie? ¡Salir a buscarla! —les reprendió Jorge. Cuando escucharon sus reproches, tanto la guardaespaldas como Jorge salieron corriendo de la oficina del CEO. Jorge bajó la cabeza apoyando la frente en su mano, sintiéndose sin palabras. —Lola, ¿sabes que ya no estás tú sola? ¡Tienes dos bebés creciendo dentro de ti! ¿Por qué sigues actuando tan temerariamente? —pensó. Y, mientras miraba el sombrero verde en el escritorio, Jorge estaba tan furioso que lo tiró directamente a la basura. —¿Qué quieres decir con esto? ¿Qué quieres traicionarme? ¡No te dejaré tener la oportunidad de hacer eso! —pensó. Lola sabía que Jorge enviaría a alguien a buscarla, y por eso encontró una pensión sencilla y común para quedarse allí durante dos días. Despues, reservó a propósito un billete de avión, un billete de tren y también uno de autobús, usando su propio documento de de identidad. Todos los destinos eran diferentes, lo que hacía aún más difícil para Jorge encontrar su paradero. Caminaba ella por las calles por la noche y disfrutaba libremente de cualquier comida o bocadillo en la ciudad. Y aún tenía su teléfono apagado, en caso de que Jorge pudiera localizarla por la señal GPS de su teléfono. En los dos días que estuvo en la pensión vio la televisión durante el día y recorrió las calles durante la noche. Se sentía mal por irse de casa, y también se sentía despreciable viviendo en esa sencilla pensión. Pero no podía elegir un hotel mejor, y por eso no tenía más remedio que soportarlo. Compró un plato de tofu de fuerte olor en un puesto de la calle y se lo comió con gran placer. Jorge no le dejaba comer esa clase de comida. Luego, una pareja pasó junto a ella y ella escuchó su conversación. La mujer dijo: —He oído que Jorge Si está buscando a alguien en el aeropuerto y en la estación de trenes. ¿A quién busca? ¿Qué piensa usted al respecto? Pero el hombre solo lanzó una mirada llena de desprecio a su novia y le preguntó: —¿Por qué estás tan preocupada por eso? ¡Seguro que a ti no te está buscando! La mujer entonces apagó el teléfono y, mientras lo miraba a él, respondió: —El señor Si es el hombre de mis sueños, y estoy especialmente

preocupada por todos sus asuntos. Pero, qué pena, que ya tenga esposa. Mientras ella disfrutaba de su tofu de olor fuerte, Lola los siguió por detrás y escuchó atentamente su conversación. —¿Qué? Si él no hubiera tenido esposa, ¿planeabas seducirlo? — preguntó el hombre. Luego le dirigió una mirada de desprecio. —¡Por supuesto que sí! Jorge Si es tan rico que nunca podrías usar todo su dinero en toda tu vida; En realidad, si lo piensas mejor, ¡ni siquiera las generaciones posteriores podrían hacer eso! ¡La mujer que tuviera la suerte de convertirse su esposa, o incluso su amante, tendría una vida más que integra! —La mujer le respondió sin mostrar ningún cuidado o respeto con su novio. Lola asintió con la cabeza y se dio cuenta de que en realidad tenía razón. La mujer, que trató de acercarse a Jorge esa noche en el bar, también tenía la misma idea que la mujer que tenía ahora. Mientras se acababa su Tofu, Lola se tocó la barriga y se dijo a sí misma: —Tengo que alimentarlos bien. Después se dio la vuelta y escogió una tienda de gachas. Pidió al azar algunos platos, se los comió y volvió a su pensión. En la mansión de Leroy Manor. Jorge se sentó en el sofá con la cara lívida, sin emociones, respondiendo una llamada tras otra. Todas las llamadas informaban de lo mismo. —Señor Si, todavía no sabemos nada de la señora Si. Al oír esas palabras, Jorge dejó a un lado su teléfono, se acercó a la estantería y se sirvió un vaso lleno de vino tinto. Reflexionó sobre lo que estaba sucediendo ahora, y pensó que todo esto sucedía por culpa de Leandro. Volvió a tomar su teléfono y llamó a Leandro. Él dijo: —Mi esposa se ha escapado; ¿cómo vas a compensarme ahora? —Fue al punto de una manera directa. No tenía tiempo para charlar. En el otro lado de la línea, la mente de Leandro también estaba ocupada por el asunto entre Samuel y su hermana, y se quedó estupefacto cuando de repente se enteró de que Jorge lo estaba culpando por todo. Había escuchado que Jorge estaba buscando a alguien, pero no sabía a quién hasta esa llamada telefónica. Preguntó con cautela: —¿Aún no está tu esposa en casa. —Leandro

entendió que, en verdad, para una mujer embarazada de gemelos cuyo paradero aún se desconocía, era una situación grave. —No, y ahora solo estás preguntando tonterías. ¡Leandro, solo espera! Si a mi esposa le pasara algo peligroso, ¡te arrepentirás! —gritó Jorge. Si algo malo le sucediera a Lola, Leandro sería el primer tipo en la lista de asesinatos de Jorge. —Hermano, no estés tan ansioso. Te ayudaré a encontrarla, ¿de acuerdo? —dijo Leandro. Comenzó a analizar la situación detalladamente. Pensó que Lola todavía debía estar en el País C, ya que Jorge ya había enviado a gente a a buscarla en todos los aeropuertos y estaciones. Entonces Jorge, con impaciencia, bebió un trago de vino y dijo: —¡He enviado a personas a buscar en todos los lugares del País C! Pero todavía no han podido encontrar ninguna pista de ella. —Debes haber revisado todos los hoteles grandes, pero ¿qué pasa con los hoteles y pensione más baratas. —Las palabras de Leandro hicieron que Jorge pensara. Pero él dijo: —Mi esposa es una especie de fanática de la limpieza. No creo que haya elegido una pensión común —dijo Jorge. Él conocía bien su carácter. —¡Nada es imposible! —respondió Leandro. Jorge guardó silencio por un rato y luego colgó el teléfono. Luego ordenó a sus hombres que revisaran cada posada. Al próximo mediodía. Jorge recibió una llamada telefónica de Sánchez. Informó: —Jefe, habitación 306 de Mercury Hotel, en Kaiyuan Road. —¡Lola, realmente eres buena escondiéndote! —pensó Jorge.

… Estaba demasiado ansioso para esperar incluso un segundo más. Condujo su coche a toda velocidad hasta Kaiyuan Road.

Capítulo 422 Volveré contigo esta vez En el hotel Mercury. Lola estaba sentada en el pequeño sofá de su habitación, comiendo fruta y viendo dibujos animados en la televisión. De repente, alguien llamó a la puerta. Dejó de comer, y preguntó con cuidado: —¿Quién es? Tres segundos después, se oyó la voz de un extraño. —¡Policía! ¡Estamos aquí para hacer una inspección! Lola dejó el frutero en la mesa de café y fue a abrir la puerta, con su mano acariciando su pesado vientre embarazado. Como la puerta no tenía mirilla, Lola abrió. Cuando vio quién era el hombre que estaba fuera, ¡decidió cerrar la puerta rápido! ¡Sin embargo, no pudo, y Jorge logró entrar en la habitación! Él cerró la puerta, la abrazó y besó sus labios. No la soltó hasta que comenzó a luchar por respirar. —¡Eres demasiado vigoroso! —Respiró hondo y se burló de su marido. Pero no dijo nada, la abrazó con fuerza y le olió el pelo. Mientras ella había estado ausente cuatro días relajándose, él había estado preocupado por ella durante cuatro días. Incluso se despertó de las pesadillas en medio de la noche. Pero ahora él estaba aquí, y descubrió que ella estaba a salvo. Jorge finalmente se sintió aliviado. —¡Suéltame! —Ella le golpeó la espalda; iba a regresar al País A después de otros dos días. Pero ahora, todos sus planes habían sido destruidos. Jorge finalmente la soltó, bajó sus brazos y entró a la pequeña habitación. Mirando la habitación y su decoración, frunció el ceño descontento.

—Ella preferiría quedarse en esta habitación pequeña y sucia que volver a la mansión… —pensó. —Lola, admito que estaba enfadado, ¡pero en realidad estaba más preocupado que enfadado! —Él la miró y expresó su descontento con lo que había sucedido. Lola se burló de él y dijo: —¡Señor Si, me has engañado! ¿Cómo puede ser usted el que está enfadado? —Aunque sabía que Jorge tenía aguante, ¡no sabía hasta que punto en realidad! ¡Si no fuera un hotel pequeño con paredes delgadas, él la habría arrojado de inmediato a la cama y le habría dado una ‘lección’! —¡Lola, soy tu marido! ¿Cuándo te he mentido? De alguna manera, ella no pudo responder a su pregunta. Pero después, arqueó sus labios y dijo: —¡Mentirás para cubrir tus culpas! … Jorge se quedó sin palabras. —¡Cariño, no seas irrazonable! ¡Ahora que estás embarazada de nuestros dos hijos, tu seguridad es lo más importante! —Esperaba que ella entendiera su atención y sus buenas intenciones. Pero, sin embargo, Lola no entendió eso, y en cambio dijo: —Está bien. ¿Me habrías dejado en paz si no estuviera embarazada? —¡Niños! ¡Niños! ¡Sólo le preocupan los niños! —pensó Lola. —¡Cariño, sabes que eres la persona más importante en mi corazón! ¡Me disculpo por lo que pasó en el bar! Ya castigaré más tarde a Leandro, ¿de acuerdo. —Se preocupaba por Lola más que por sí mismo. Lola lo miró a los ojos y ya no estaba enfadado. —Cariño, lo siento. Todo es culpa mía, y esta noche, lo arreglaré todo, ¿vale? —dijo él. —¡Mi esposa es la gran jefe! —Él continuó lentamente halagándola. —¿Cómo? —Lola no quería hacerle las cosas demasiado difíciles, y por eso le preguntó cómo la iba a compensar. Ya no quería vivir de esta manera, y aunque era rica, no podía gastar su dinero sin que su marido se enterara. Y, sobre todo, echaba mucho de menos a Estrella, pero no se había atrevido a llamarla en los últimos días… Jorge se sintió un poco más aliviado al escuchar su pregunta. —Está bien, déjame ver. Tengo que ir en viaje de negocios a la Ciudad D pasado mañana. ¿Qué tal si vienes conmigo? —¡Tenían muchos recuerdos allí!

—La Ciudad D —Lola se sorprendió cuando pensó en la ciudad. Su abuela y su madre vivían allí, y ahí también estaba la casa donde había vivido cuando era pequeña. Se había ido de la ciudad hacía cuatro años, y no había regresado desde entonces. Ella realmente quería ir… —Está bien, volveré contigo esta vez. ¡Pero, esto no significa que te haya perdonado todavía! —Lo miró fijamente. ¡Eso fue suficiente! Jorge la levantó, agarró su bolso y salieron del hotel juntos. Por la noche, Jorge abrazó a Lola, que estaba dormida, y finalmente se sintió aliviado. Él no la culpaba por nada; solo esperaba que ella estuviera a salvo. No. En Num. 8 de Fuente Perla, la Ciudad D. El avión privado aterrizó en un área abierta alrededor de la villa. Jorge tomó la mano de Lola cuando bajaron del avión. El aire fresco en la Ciudad D y Fuente Perla hizo que Lola se sintiera muy emocionada. No lo había respirado hacía mucho tiempo. —¡Oh, cómo pasa el tiempo! —pensó Lola. Fuente Perla era totalmente diferente ahora, y vio que todos los muebles habían sido renovados. Mirando la nueva habitación, le preguntó a Jorge: — ¿Por qué cambiaste los muebles? El hombre sonrió. Cuando Lola desapareció, le pidió a Yolanda que viviera en Villa Circo. Eliminando todos los rastros de Yolanda en Fuente Perla. —No te gustaba que Yolanda viviera aquí. Por eso, cambié todos los muebles que ella había tocado. —Realmente fue honesto. Lola sonrió satisfecha y dijo: —¡Bien hecho! —Luego se puso de puntillas y le besó la mejilla. Jorge la miró con una gran sonrisa en su rostro y la instó a subir las escaleras. —Sube las escaleras y toma una siesta. Cuando te despiertes, iremos a visitar a tu abuela y a tu madre. —Ya le había pedido a los sirvientes que limpiaran el dormitorio en el segundo piso. Pero, después de dar un paso, se detuvo y negó con la cabeza. —¿Qué sucede? —preguntó Jorge. Ella había recordado el pasado. —Yolanda estuvo aquí de pie una vez y

me empujó hacia escaleras abajo, matando a nuestro bebé. —Señaló el lugar donde se habían peleado. Jorge se enfadó y dijo: —No te preocupes, no se lo voy a dejar pasar tan fácilmente. —Por Lola y su bebé, él nunca perdonarían a Yolanda. Lola lo agarró de las manos con fuerza y dijo: —No dejes que la muerte de nuestro hijo sea en vano. —Al recordar su accidente, odiaba a Yolanda incluso más que nunca. Jorge asintió y ayudó a Lola a subir las escaleras. Tuvo que atrapar a Steven tan rápido como pudo porque Steven fue su avance al castigar a Yolanda encima del tablero. Sin embargo, el dormitorio principal en el segundo piso no había sido reformado. Ella preguntó con curiosidad: —¿Por qué no está cambiado el dormitorio? Jorge sonrió. —Porque solo nosotros dos vivíamos aquí antes. —Durante los cuatro años de su ausencia, tuvo miedo incluso de entrar en la habitación porque podía oler su aroma allí, haciendo que la echara de menos aún más. —¡Bueno! —Ella asintió con satisfacción y dijo: —¿Me estás mintiendo? ¿Cómo pudiste no tocar a Yolanda durante cuatro años? —Ella se burló del hombre. ¡No podía creer que Jorge no hubiera tenido sexo con ninguna mujer durante su ausencia! Él la miró y dijo: —No la toqué, te lo juro. ¡Me mantuve íntegro solo para ti! —Él susurró en sus oídos. Lola no pudo evitar reírse de sus palabras. —¿Mantuviste tu integridad? ¿Sabes siquiera cuántas mujeres están enamoradas de ti? ¿Cómo has podido hacer eso? —¡Nadie puede obligarme a hacer algo que no me gusta hacer! — respondió. La llevó a sentarse en la cama, la abrazó y dejó que se apoyara en su hombro. Miró alrededor de la habitación limpia y recordó el pasado. En esta sala tuvieron momentos felices y también horribles. Había demasiados recuerdos aquí. —No estoy tan cansada. Vamos a ver a mi madre y a mi abuela. —Pensó que ya no tenía un sentimiento filial con ellas, porque había estado ausente durante muchos años y nunca había vuelto a verlas, ni siquiera una vez.



Capítulo 423 ¿Estabas bien allí? Jorge condujo un Ferrari desde el garaje, que había sido comprado primero para Yolanda, pero que después puso a nombre de Lola. Lora compró dos ramos de flores y luego fue al cementerio. El cementerio en el que se encontraban las tumbas de su madre y su abuela estaba muy limpio. Puso la maceta con flores frente a la tumba de su abuela mientras miraba la foto de su ella sonriente en la tumba. No pudo evitarlo, y de repente e inesperadamente comenzó a llorar. —Querida abuela, Lola ha venido a verte. Las lágrimas corrían por sus mejillas. Su abuela la había querido mucho… Jorge se secó las lágrimas y dijo: —Por favor, no llores. La abuela te está mirando y entristecerías su alma si te viera llorar más. Lola asintió y, mientras se secaba las lágrimas, dijo: —No volveré a llorar, querida abuela. ¡Mira, ahora estoy feliz! ¡Mira! ¡Estoy embarazada de dos hijos! —No podía evitar llorar, aunque había prometido no hacerlo. —La abuela estará muy feliz cuando vea a sus bisnietos. También traeré a Estrella a ver a mi madre y mi abuela. Jorge oyó a Lola decir que estaba feliz, y sonrió con las comisuras de su boca apuntando hacia arriba. Tenía que mantenerla feliz para siempre. Se inclinó ante la tumba de su abuela y después llevó a Lola a la tumba de su madre. La madre de Lola murió cuando Lola era solo una adolescente, y aunque Lola sabía que ella no era su madre biológica, todavía la amaba con todo su corazón. Ella nunca olvidaría como la crió con dedicación, amor y cuidado. Recordó que cuando era joven y su familia no era tan rica, Su madre y Jose siempre se habían asegurado de que proporcionarle el mejor tipo de cosas que podían conseguir y pagar. Incluso evitaron gastar dinero para sus propias necesidades. Y a medida que pasaba el tiempo, la economía de su familia había mejorado gradualmente. Luego la trataron aún mejor, dándole siempre todo lo

que quiso. Pero ella murió cuando Lola aún era pequeña. —Mamá, he venido a verte… ¿Estás bien ahí? Hace mucho que no te veía. —Murmuraba, tocando la foto de la tumba de su madre… Cuando salieron del cementerio, Lola todavía estaba desanimada. Jorge controlaba el volante del auto con una mano mientras agarraba sus manos con la otra. Llegó a la Ciudad D un día antes de lo que tenía programado para poder permitirle visitar las tumbas de sus familiares. Después condujo el coche hasta una villa en mal estado. Lola se quedó aturdida cuando vio la villa, y miró como el hombre se desabrochaba el cinturón de seguridad con una mirada desconcertada en sus ojos. —¿Por qué me ha traído aquí…? —se preguntaba ella. Después de salir del coche, Jorge sacó un montón de llaves de su bolsillo y abrió la puerta de la villa. —¿Por qué tiene la llave de mi antigua casa? Cada rincón de la casa estaba lleno de recuerdos, ya que había vivido allí durante más de diez años. Y para su mayor sorpresa, todas las cosas en su interior habían permanecido sin cambios. Todo estaba de la misma forma en que las habían dejado. El piano, en el que había practicado durante varios años estaba en el mismo lugar donde siempre lo había tocado, algunas de las pinturas al óleo de su abuela estaban en el mismo sitio en la pared, la mesa que había eligido con su padre… —Sube al segundo piso y échale un vistazo. —La suave voz del hombre se elevó. Abrió la puerta del estudio y luego su propia habitación, tapándose la boca atónita. Todas las cosas estaban exactamente en el mismo lugar, exactamente igual como ella las había dejado, con la cama cubierta con un paño blanco. Quitó la tela blanca que cubría la cómoda que su padre le había comprado cuando era joven. Solo habían unas pocas manchas de polvo en el espejo, pero aparte de eso, todas las cosas habían permanecido igual. Miró al hombre detrás de ella con una gratitud absoluta en sus ojos y dijo: —Fuiste tú, ¿no? —¿Lo había hecho todo él?

Jorge notó la sorpresa y gratitud en sus ojos y asintió. Había pasado muchas horas para devolver todas las cosas de la casa a su posición inicial. Estaba satisfecho con la felicidad que brillaba en sus ojos. Ella lo abrazó fuertemente en sus brazos. Era realmente bueno con ella. —¿Cómo le pagaré por todo lo que ha hecho por mí? —se preguntó Lola. —Gracias, mi querido esposo. Jorge sonrió y abrazó a su esposa. —Soy feliz si tú eres feliz. —Él le debía demasiadas cosas a ella. Lola abrió una de las ventanas y miró hacia el este, y un hermoso bosque de melocotoneros llamó su atención. Como no era primavera aún, no había flores floreciendo en los árboles. Ese era el lugar donde se había encontrado con Ramón, y aunque el bosque de duraznos no había cambiado, él no estaba allí con ella ahora. — Ramón, ¿estás bien ahí? —pensó. —Mira, ese es el lugar donde me encontré con Ramón. —Señaló el bosque y se lo explicó a Jorge. Jorge miró al bosque, recordando a ese hombre. Él había dado su propia vida por la de ellos. —Después de dar a luz, te llevaré a verlo. —Él se quedó junto a ella y la dejó apoyarse en su hombro. Los alrededores estaban tranquilos, y Lola sintió como si estuviera en un sueño. En su sueño, ella había vuelto a su infancia, durante sus años escolares… Sentía el amor de su padre por ella, el cuidado de su abuela, la expresión feliz de su madre brillando en sus ojos. Pero, de repente, se soltó cuando vio al hombre que estaba a su lado. Después de salir de la villa, Jorge le dio la llave a Lola y le dijo: —Iba a darle esta llave a Jose, pero él no quería volver a la ciudad D, así que no insistí. El hombre condujo el auto de vuelta a Fuente Perla. Lola, mientras miraba la llave oxidada en su mano, se acordó de su padre y dijo: —¡Después de dar a luz, llevaremos a papá al País C unos días! El hombre asintió, y despúes extendió su mano y la agarró con fuerza.

—Cariño, ¿sigues enfadada conmigo? —Cuando el semáforo estaba rojo, aprovechó la oportunidad para preguntarle. Lola no pudo evitar levantar la boca y lo miró con dulzura. —Hoy ya no estoy enfadada contigo. En cuanto a mañana, ¡todo depende de mi estado de ánimo! Él sabía que ella lo hacía a propósito, por lo que la besó y siguió adelante cuando el semáforo se puso verde. A petición de él, Lola pasó los siguientes tres meses todo su tiempo recostada en la cama o mirando el mar desde el balcón. El cuerpo de Lola se puso muy pesado cuando llegó casi a los nueve meses de embarazo. Todos estaban ahora en alerta. Javier finalmente había caído en una de las emboscadas de Jorge y lo había atrapado. Y Yolanda estaba tocando su vientre pensativamente en un apartamento miserable. Ella sabía que todo había acabado. Pero no estaba dispuesta a desaparecer en tales condiciones. Incluso si ella iba a morir, todavía quería que alguien muriera junto con ella. Pensando en esto, salió del apartamento sin preocuparse por las miradas de desdén de los demás. Fue a la mansión Leroy Manor y dijo al guardia que le dijera a Lola que alguien quería visitarla. Lola sabía que era Yolanda, y definitivamente se negó a verla. Entonces, Yolanda comenzó a gritar y protestar frente a las puertas de Leroy Manor, pero el guardia no se atrevió a detenerla, teniendo que estaba embarazada. Jorge estaba en su empresa. El guardia volvió a llamar a Lola. Lola pensó que Yolanda no causaría ningún problema en sus tierras. Así que dejó que el guardia le permitiera entrar, pero le dijo que fuera con ella. El guardia dijo que sí y entró con Yolanda, y otro llamó a Jorge para informar sobre lo que estaba sucediendo. Lola vio a la mujer, que también estaba embarazada, entrando por la puerta de la casa.



Capítulo 424 Duele Lola se sintió un poco aliviada cuando vio que Yolanda también estaba embarazada. Ella no sería tan estúpida como para hacerle daño. —¿Qué quieres? —Lola no quería dejarla entrar; por la seguridad de sus propios bebés, tenía que estar lo más lejos posible de esa mujer. Yolanda miró con envidia la barriga grande de Lola. Ella ya había oído que iba a tener gemelos. —Nada especial, solo quería visitarte, ya que estás a punto de dar a luz. —Luego, lentamente, comenzó a acercarse a Lola. Pero Lola retrocedió varios pasos y le advirtió: —No es asunto tuyo. No te acerques más a mí. Yolanda ignoró su advertencia y siguió adelante. Sus movimientos provocaron a Lola un mal presentimiento, por lo que volvió a la mansión con grandes pasos. —Tom, sácala de aquí. —Ordenó a Tom, el guardia que estaba de pie detrás de ella. Tom se apresuró a tirar hacia atrás a Yolanda, pero Yolanda lo miró enfadada, acercándose más. Ella lo amenazó: —¿Podrás hacerte responsable si le pasa algo al bebé dentro de mí? —Esto hizo que Tom dudara en sus acciones. Cuando él se detuvo, Yolanda se apresuró detrás de Lola, que había logrado entrar en la casa. A su derecha había una gran piscina. Entonces sucedió todo. Con toda su fuerza, Yolanda tiró de Lola y corrió con ella hacia la piscina. —¡Ah! —Lola gritó de pánico. Luego se arrodilló y se golpeó la barriga contra el borde de la piscina. Tom se apresuró y trató de controlar a Yolanda. Incapaz de seguir adelante, Yolanda empujó a Lola en el agua, tratando de ahogarla. La piscina no era ni muy ni poco profunda,. Lola se hundió, y mientras se ahogaba con el agua luchó por sacar la cabeza, pero no pudo. Yolanda se echó a reír histéricamente. Ella la maldijo en su mente. — ¡Aborta! ¡Aborta, Lola! Oh, ella no sabe nadar. Si no tiene un aborto involuntario, entonces se ahogará.

Esó sorprendió y asustó a Tom. Soltó a Yolanda y saltó al agua para rescatar a Lola. En medio de todo el lío, Yolanda salió de la mansión, se subió a un coche y abandonó el lugar. Lola casi se había ahogado cuando alguien le sacó la cabeza por encima del agua. Tom y otro guardia arrastraron a Lola a lugar seguro. —Duele… —Lola no pudo evitar gritar de dolor cuando de repente comenzaron sus dolores de parto. Dos guardias llamaron a Jorge y le informaron del incidente. Cuando recibió la llamada, Jorge abandonó la reunión en la que estaba y condujo hacia la casa. Si algo malo le pasaba a Lola, mataría a la mujer con sus propias manos, sin esperar lo que dijera Lola. Al ver que el guardia volvía a llamar, Jorge supo que las cosas no iban bien. Y tenía razón. —Jefe, la señora Si… Señora. Si está a punto de dar a luz a los gemelos… — La temblorosa voz de Tom sonó desde el altavoz del teléfono. Jorge colgó y se dirigió a la mansión a toda velocidad. Se puso el auricular azul con una mano y marcó el número de Chuck con la otra. Intentó calmarse y dijo: —Mi esposa está de parto. —Pero su voz aún temblaba. Se pasó varios semáforos en rojo e incluso provocó un choque, pero ignoró todo etso y siguió acelerando. Después de colgar, Chuck reflexionó con curiosidad porque Lola estaba teniendo el bebé ahora, cuando salía de cuentas unos doce días más tarde. Pero no tuvo mucho tiempo para pensarlo, ya que rápidamente llamó al ginecólogo y preparó todo el material quirúrgico. Finalmente, Jorge llegó a la mansión. Con un chirrido, Jorge pisó el freno y se precipitó dentro del castillo. La visión de Lola junto a la piscina hizo que el corazón de Jorge se rompiera en mil pedazos.

Con una de sus manos ella sujetaba con fuerza su barriga grande, y la otra vacilaba, temblando. Su rostro estaba pálido, casi blanco. Debajo su sangre fluía. Corrió apresuradamente hacia ella, le tomó la mano y le levantó el cuello. —Cariño… —Estaba demasiado débil para decir una sola palabra. Se sentía fatal, y le dolía la barriga. La debilidad de Lola hizo que los ojos de Jorge se llenaran de lágrimas. Su esposa estaba tirada en el suelo y corría un gran peligro. —No, nada malo podía pasarle a ella —pensó Jorge para sí mismo. — Lola, te ordeno que te mantengas despierta y viva. Te llevaré al hospital ahora. La levantó, se sentó con ella en el asiento trasero y le pidió a uno de los guardias que condujera. —¡Date prisa! —La impaciente y fría voz de Jorge fue tan intimidante que Tom se asustó y ni siquiera pudo poner en marcha el coche en el primer intento. Pero pensó en las tres vidas que colgaban en el asiento trasero, se calmó y consiguió arrancar el coche. —Lola, ahora vamos al hospital. ¡Lola, mírame! ¡Quédate conmigo! — Lola entonces agarró su mano, con su frente llena de sudor. Tenía la cara pálida y se mordía el labio con dolor. Intentó abrir los ojos por un momento y vio el rostro preocupado de Jorge. Ella sonrió, aliviada. Durante los momentos más dolorosos de su vida, su esposo estuvo con ella. Eso fue maravilloso. El asiento trasero del coche había quedado empapado con su sangre. Le daba demasiado miedo mirar, y Jorge ordenó de nuevo: —¡Date prisa! —Jorge rugió, haciendo que Tom casi soltara el volante debido al miedo que le había dado. La sangre lentamente comenzó a gotear por el asiento… Jorge miró la sangre con consternación. —Lola… Lola, por favor quédate conmigo. Por favor, abre los ojos y mírame. —Jorge gritó de nuevo, su corazón se hundía más y más cada vez. Lola sentía que le era difícil respirar; estaba demasiado cansada y débil.

Al ver los ojos rojos y preocupados de Jorge, sonrió y lo consoló. — Cariño… Estoy muy agradecida por… por lo que has hecho por mí… Yo estoy muy feliz en estos días… Salva a nuestros bebés al menos… Salva a los bebés. —Apenas acabó la frase debido al gran dolor que tenía. Ella quería tocarle su cara, pero estaba demasiado débil. Jorge sostuvo a Lola aún más fuerte en sus brazos. —¡Lola! Escucha, si alguna vez te pasa algo, los mataré a todos. Si no quieres que haya un genocidio, debes aguantar un poco más. —La amenazó como un loco. No podía perderla. Pero ella estaba demasiado débil para responderle, y ya ni siquiera podía mover los labios. Ella no quería morir. Ella quería cuidar y criar a sus bebés… Uno de los gemelos podría parecerse a Jorge, el hombre al que amaba tanto. Esperaba que ambos pudieran ser niños, para poder proteger a Estrella cuando crecieran… —Lola, ya casi estamos en el hospital, puedo verlo. Aguanta, aguanta, verás a nuestros bebés muy pronto… —Jorge estaba tan asustado que Lola podría desmayarse y él seguía hablando con ella. Su voz temblaba de miedo como nunca antes. Cuando mencionó a sus bebés, Lola trató de abrir los ojos de nuevo. Podía notar que estaba sangrando todo el tiempo, pero solo deseaba que sus bebés estuvieran bien… Ella puso su mano en la gran palma de Jorge, y con sus últimas fuerzas, dijo. —Cariño, te amo… —¡Lo amaba con todo su corazón! Ella se había enamorado de él desde la primera vez que se habían casado. Ella lo amaba porque él siempre era dulce y cariñoso con ella, a pesar de su frialdad y altanería con los demás. Ella estaba obsesionada con él. Ella echaba de menos sus días felices en París, Suiza y las Maldivas. ¡Ah, que tiempos tan espléndidos!

Capítulo 425 La madre necesita una transfusión Jorge sostuvo la mano de Lola muy fuerte. La oyó decir que lo amaba, pero con gran esfuerzo. Sus ojos estaban nublados por las lágrimas. Lola nunca antes había visto a un hombre que lloraba. Le dolía el corazón por haberle causado tanta angustia… Realmente quería consolarlo y decirle: —No llores, cariño… Pero no pudo reunir la energía suficiente para hacerlo. Estaba decidida a mantener la esperanza por la seguridad de sus hijos, a pesar de su agonizante lucha. Nadie sabía cuánto tiempo había pasado. Cuando Lola no pudo soportarlo más, el auto se detuvo. Jorge la tomó en sus brazos de inmediato y corrió hacia la entrada del hospital. Bajo la cálida luz del sol, Lola miró al hombre que la sostenía y que corría desesperado y, finalmente, incapaz de soportarlo más, cerró los ojos. —¡Chuck! —Jorge, gritó como un loco, pidió por su hermano y corrió dentro del hospital. Cuando escuchó a Jorge bramar en la distancia, ¡Chuck estaba seguro de que algo había sucedido! Salió ansioso corriendo de la sala de operaciones y le pidió al otro cirujano que le preparara una cama de emergencia. La sangre de Lola goteaba y caía en el suelo. El rojo sobre el blanco estéril del suelo del hospital, era impactante. El comportamiento desesperado de Jorge hizo que todos los demás se alejaran. Chuck vio la sangre y el estado en que se encontraba Jorge, lo calmó e inmediatamente le dio instrucciones al otro cirujano. —¡Rápido! ¡Detengan el sangrado! —Jorge, ahora, cubierto de sangre, puso a Lola en la cama de emergencias que el otro cirujano había preparado. —¡Chuck, por favor, tienes que salvarla! —El hombre poco a poco se puso serio. Miró la cama donde yacía la mujer inconsciente y agarró a Chuck que estaba a punto de irse. Él miró a Lola y pensó que podría ser la herida en su útero que estaba

nuevamente abierta. —Si solo uno, se puede salvar… —¡Salva a la madre! ¡Cueste lo que cueste! —Interrumpió su pregunta sin dudarlo. Para Jorge, la decisión estaba fuera de toda discusión. Chuck lo miró de una manera muy profunda y comprensiva, asintió y siguió detrás de la cama de emergencias hasta la sala de operaciones. Las luces de la sala se encendieron. Jorge se apoyó contra la pared. Kevin llevó a Estrella a la mansión y encontró la mancha de sangre en el suelo. Inmediatamente, sintió que algo estaba mal. La Señora Du no estaba en la mansión. El empleado estaba trabajando en el jardín trasero. Finalmente, se enteró del accidente por las personas de seguridad. Kevin dejó a Estrella con la empleada y se fue hacia el hospital. Cuando llegó, corrió a la sala de operaciones. Vio a Jorge apoyado contra la pared. También, la sangre que manchaba la camisa blanca y las manos de su hijo. ¿Por qué había tanta sangre…? —¿Qué está pasando? —Kevin miró con mucha ansiedad a su hijo que tenía los ojos enrojecidos. —Ella acaba de entrar —dijo Jorge y asintió con la cabeza en dirección a la sala de operaciones. Su voz era ronca por el esfuerzo que hacía para controlar sus emociones. Kevin se quedó con Jorge para esperar. Pensó en llamar a sus suegros para informarles. Cuando marcaba el número de Harold, la puerta de la sala de operaciones se abrió y salió un cirujano. Sus manos estaban manchadas de sangre. —La madre necesita una transfusión. Su grupo sanguíneo es B, pero solo tenemos dos bolsas. ¿Alguno de ustedes tiene sangre grupo B? El grupo sanguíneo de Jorge era Rh negativo y aunque era raro, no podía usarse para Lola. —¿Puede ser el grupo O? —Preguntó Kevin. —En teoría sí, pero no se recomienda. Además, la paciente necesita bastante sangre y por eso no se recomienda el grupo O —explicó el cirujano de manera breve. —¿Alguien en el hospital tiene tipo de sangre B? Por favor, quizá puedan ayudarnos. El dinero no es un problema —dijo Jorge y frunció el ceño. Para evitar más problemas, era mejor pedirle a Manolo, el más cercano de sus familiares en este momento, que fuera al hospital.

—Iré a buscarlo y lo comprobaré. —Una vez que el cirujano se fue, Jorge llamó a Manolo que estaba haciendo un programa de variedades cerca de allí. El asistente agitó con mucha ansiedad el teléfono móvil y quería entregárselo a Manolo que estaba en el escenario. ¡La llamada parecía ser muy urgente! En un primer momento, Manolo no vio al asistente. Solo cuando una coprotagonista le dio un codazo, notó que su asistente sostenía su teléfono móvil y que lo llamaba en forma desesperada. Su asistente nunca tenía que responder ninguna llamada cuando él estaba en el escenario. Pero sospechó que era algo importante y bajó del escenario. —¿Quién es? ¿Cuál es la prisa? —le preguntó a su asistente. —Su cuñado —respondió. Se preguntaba por qué lo llamaba. —¡Hola, Jorge! —Manolo lo saludó muy alegre. —¿Cuál es tu grupo sanguíneo? —Jorge le preguntó de inmediato. —Grupo B, si recuerdo bien —respondió Manolo, después de pensarlo por un segundo. —Ven, por favor, al Hospital Privado Sans inmediatamente. Es tu hermana. Necesita una transfusión de sangre. —Jorge cerró los ojos por un momento. Cuando oyó esto, Manolo salió corriendo del estudio, sin decir ni una palabra. El asistente se sorprendió al verlo irse de esa manera. El presentador y el público ya notaban su ausencia y lo buscaban. Solo pudo hacerle un gesto al presentador para indicarles que continuaran con el siguiente acto. Pero el acto de Manolo era el cierre del espectáculo de hoy. ¿Cómo podía finalizar sin él? El asistente no pudo evitar llamarlo. Sonó el teléfono móvil y Manolo se colocó el auricular bluetooth. — Manolo, ¿qué está pasando? ¡El presentador te está buscando!. —Tengo que atender un asunto urgente. Debo irme. Dígale al presentador que puede decirle a la audiencia, que pagaré por sus boletos y que compensaré el espectáculo algún otro día —respondió con claridad.

¡Nada era más importante que la vida de su hermana! El asistente no tuvo otra opción que darle el mensaje de Manolo al presentador. La audiencia estaba molesta y se creó un alboroto. Todos buscaron la página de Manolo en Twitter y exigieron una explicación. Lola llevaba ya casi una hora dentro de la sala de operaciones. Finalmente, la puerta se abrió otra vez. Dos cirujanos que tenían sus rostros bañados en sudor, salieron de la habitación, con dos bebés llorando en sus brazos. Los hombres corrieron hacia ellos. —¡Felicitaciones Señor Si! Ha sido bendecido con un niño y una niña. Pero, tienen problemas respiratorios porque el nacimiento fue prematuro. Debemos llevarlos a las incubadoras. Jorge miró a los dos bebés de mejillas rojas: sus hijos… los de él y Lola… —¿Dónde está mi esposa? —le preguntó al cirujano. La puerta de sala de operaciones se había cerrado de nuevo. —La Señora Si, todavía está bajo cuidados de emergencia, en terapia intensiva. Tenía una ruptura uterina cuando la trajeron aquí. Ha estado sangrando demasiado. Todavía es difícil decir los detalles. —El corazón de Jorge se estremeció cuando vio que el cirujano negaba con la cabeza. Lola, Lola… Llamó con todo su corazón. Kevin se sorprendió mucho por la llegada de un niño y una niña. Le pidió al cirujano que primero llevara a los bebés a las incubadoras y luego, informara a la Señora Du para traer todas las cosas que los bebés necesitarían en el hospital, tan pronto como fuera posible. Llevaron a los bebés a la guardería y en ese momento, Manolo llegó al hospital. —¡Jorge! ¿Cómo está mi hermana? Se detuvo frente a Jorge, sin aliento. Cuando lo vio cubierto de sangre, no pudo decir una palabra. Jorge detuvo a una enfermera que pasaba. —Acompáñala y que te realicen un análisis de sangre, si resulta ser grupo B, por favor, dona lo más que puedas. Manolo se fue con la enfermera. Efectivamente, su grupo sanguíneo era B y así, le extrajeron mil mililitros de su sangre. Luego, la llevaron a la sala de operaciones. Después de veinte minutos, una enfermera salió. —La sangre no es suficiente. Dos enfermeras, también donaron su sangre. Voy a buscar más. —Dijo esto y se fue corriendo.

Se utilizaron alrededor de cuatro mil mililitros de sangre. Por favor, aguanta, Lola. Tu marido y tus bebés te están esperando. Jorge pensó con sus manos apretadas y su corazón inmensamente angustiado.

Capítulo 426 Se necesita más sangre para la madre Kevin estaba muy nervioso y preocupado: —¿Cómo pudo pasar esto? — Se preguntó qué había hecho que Lola, sufriera repentinamente, una hemorragia masiva y un parto prematuro. Cuando Jorge pensó en lo que había sucedido y en la mujer que había hecho que esto pasara, sus ojos se enrojecieron. ¡La odiaba tanto que quería matarla personalmente después de asegurarse de que Lola estaba bien! Kevin no había visto nunca que los ojos de su hijo estallaban con tanta ira antes. Se sorprendió y se preguntó qué demonios había pasado. Pasaba el tiempo, pero Chuck todavía no salía de la sala de operaciones. —¡Padre, puedes ir a ver a los bebés primero! —dijo Jorge. Estaba muy agotado y miró a Kevin que estaba sentado a su lado. Kevin asintió con la cabeza. Sabía que los bebés también tenían que ser atendidos. Después de donar sangre, Manolo estaba lleno de energía y vigor nuevamente y poco después, corrió hacia donde estaba Jorge. Quería preguntar qué había pasado, pero cuando lo vio tan desanimado, no se atrevió. Entonces, sacó su teléfono y llamó a sus padres, pero sus teléfonos estaban apagados. —Probablemente, ya estén en el avión —pensó. Tres horas más tarde, la enfermera corrió nuevamente a la sala de operaciones y llevaba dos litros de sangre. Jorge, que seguía apretando los puños, fijó su mirada en la puerta de la sala. Cuatro horas después, Landon, Harold y su esposa, así como Yonata con su hijo en brazos y Wendy, que estaba embarazada, acudieron al hospital en estado de pánico. —Jorge, ¿cómo está Lola? —preguntó Angie. Cuando vio la sangre en la ropa de Jorge, ella, que era una oficial y generalmente estaba tranquila, se enojó mucho. Sus ojos se enrojecieron y casi se llenaron de lágrimas. Una mujer arriesgaba su vida para dar a luz a un niño. Esta no era la primera vez. También, Lola había sufrido una hemorragia masiva cuando dio a luz a Estrella.

Jorge miró a todos y respondió con sinceridad: —Está en la sala de operaciones hace más de cuatro horas. Han sacado a los bebés, pero ella sigue allí. Cuando escucharon sus palabras, todos se pusieron muy ansiosos. Lola llevaba más de cuatro horas en la sala de operaciones… Manolo miró a Yonata y le preguntó: —Tu tipo de sangre también es B, ¿no es así? Ve, hazte la prueba y dona más sangre. Mi hermana recibió transfusiones de sangre y necesita más. —Yonata inmediatamente le pasó a Colin a Angie y fue a buscar la sala de extracción de sangre para donarla. Veinte minutos más tarde, volvió al grupo, un poco pálido. Una enfermera, con una bolsa de sangre en la mano, se acercó y le dijo: —Señor Li, donó un litro y medio de su sangre hace un momento, por eso debe comer algo para reponer fuerzas. —Yonata asintió y entendió sus palabras. Luego, la enfermera, con la bolsa de sangre en la mano, que se usaría para salvar la vida de Lola, se dirigió a la sala de operaciones. ¿Un litro y medio? Los demás se sorprendieron y miraron a Yonata. Solo un litro de sangre era el máximo que se podría extraer de una persona promedio a la vez, y esa cantidad excedía el estándar… Jorge observó el sacrificio que Yonata y Manolo hacían por Lola. Wendy, mientras tanto, salió del hospital y le compró un poco de leche y pan para ayudarlo a recuperarse. Después de cinco horas y veintiséis minutos La luz de la sala de operaciones se apagó y Chuck salió de la habitación. Pero el grupo de personas todavía no podía ver a Lola. Jorge corrió hacia Chuck que tenía sus ojos muy cansados y su frente estaba cubierta de sudor. Se quitó la máscara de gasa que tenía algunas gotas de sangre. —Jorge, Lola… Bueno, logramos detener el sangrado y coser su útero, pero ella todavía está muy débil. Si no se despierta en las próximas veinticuatro horas, podría… —Todos sabían lo que quería decir, incluso antes de terminar la oración. Jorge agarró con fuerza el brazo de Chuck y lo miró con sus ojos llenos de incredulidad. Landon ni siquiera podía levantarse de la silla. Con sus ojos llenos de lágrimas y todo su cuerpo flojo, tanto Angie como Wendy se apoyaron en los brazos de Harold y de Yonata.

—Chuck, si… —La voz de Jorge se volvió ronca y temblorosa. Fue incapaz de decir algo más y finalmente soltó el brazo de Chuck. Cuando vio la tristeza que impregnaba y colmaba a Jorge, también se sintió muy triste. Después de todo, él también la había amado… …alguna vez. Más tarde, varias enfermeras empujaron la camilla que llevaba a Lola, fuera de la sala de operaciones. —Será trasladada a la unidad de cuidados intensivos ahora. Así, si quieren verla, ¡qué sea rápido! —dijo una de ellas. Lola era alegre y adorable, pero ahora, su rostro parecía que no tenía sangre. Estaba acostada tranquilamente, sobre la camilla, con un tubo traqueal que sobresalía de su boca. Jorge sostuvo su mano derecha con fuerza y comenzó a caminar con ella, a la unidad de cuidados intensivos. Los miembros de su familia también siguieron la camilla y todos comenzaron a caminar juntos. Después de acostar a Lola en ese lugar, se le pidió a los miembros de su familia, que esperaran afuera. Jorge miró a Yonata y le dijo: —Por favor, ayúdame a cuidarla. Necesito arreglar algo. Yonata asintió y le dijo seriamente a Jorge: —No te preocupes. Todos nosotros estamos aquí. Jorge salió del hospital y se dirigió a casa. Después de cambiarse de ropa, sacó una pistola de su estudio y, con una cara intensamente pálida, la agarró para llevársela. Se imaginó que Yolanda, estaría escondida en el mismo lugar donde vivía actualmente y Jorge se dirigió directamente a su vecindario. Estaba embarazada de ocho meses. Desde que James se fue de la compañía, solo Mónica que se preocupaba por ella, le hizo compañía. —Yolanda, ¿por qué fuiste tan tonta e hiciste algo tan estúpido? — preguntó Mónica. Ella no tenía idea de nada. Solo sabía que su hija estaba embarazada del hijo de su agente. ¡Además! Embarazada antes del matrimonio. Mónica estaba enojada y era muy exagerada. Pero los ojos de Yolanda, solo vieron la parte inferior del cuerpo de Lola que estaba sangrando. Ni siquiera escuchó lo que su madre había dicho.

—¿Jorge me buscará y se vengará? —pensó. Sin embargo, ahora estaba embarazada y creía que no sería tan cruel con ella. Justo en ese momento, un fuerte sonido que provenía de afuera, de la puerta de entrada, sobresaltó a Yolanda y a su madre, que estaban arriba. Inmediatamente, se levantaron y abrieron la puerta. Yolanda vio que un hombre que le parecía conocido, estaba en el pasillo de la planta baja. Estaba vestido con una camisa negra y un pantalón de traje negro, tan guapo como siempre. Se sorprendió gratamente al verlo y lo llamó: —¡Jorge! —Cuando la escuchó, sus ojos la buscaron y la fulminaron con la mirada. Estaban llenos de ira y se veía muy violento. Tanto Yolanda como Mónica temblaban de miedo. Jorge subió lentamente al segundo piso, de la manera noble y elegante que era su marca registrada. —Jorge Si, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó Mónica. Tuvo un mal presentimiento e inmediatamente, se paró delante de su hija para protegerla. Jorge la ignoró, miró a Yolanda y la arrastró bruscamente delante de él. —¡Cuidado! Jorge, ahora estoy embarazada, por favor, sé amable. — Yolanda estaba tan asustada que gritó. Jorge comenzó a acercarse y la empujó hacia la escalera. En ese momento, Yolanda y Mónoca parecían que veían a una Asura, una deidad sedienta de poder, muy agresiva que venía del infierno. Yolanda seguía retrocediendo. Pronto, llegó al final del descanso de las escaleras. Miró por encima de su hombro y vio los peldaños detrás de sus talones. Inmediatamente, se sostuvo de la barandilla a su lado porque ya no podía retroceder más. —Yolanda, ¿empujaste a Lola por las escaleras? —Dejó de mirarla y le preguntó mientras ella se puso pálida de miedo. Mónica se sorprendió al escuchar las palabras de Jorge. Miró a su hija y se preguntó qué había hecho. Yolanda desesperada, negó con la cabeza y respondió: —No la empujé. Simplemente se cayó por un descuido. ¡Fue así! Lola soltó su mano de la barandilla y se cayó por las escaleras. Jorge se burló de sus palabras y dijo: —¿Cómo te atreviste a dañar a mi primer, tercer y cuarto hijo? ¡Eres una mujer muy cruel! —Cuando lo escuchó gritar repentinamente, Yolanda se asustó tanto que casi perdió el equilibrio.

Jorge apartó a Mónica que quería proteger a su hija y continuó acercándose a ella. —Envenenaste a Lola en el País A, contrataste a personas para violarla en una bifurcación en el camino y también, llevaste a Steven para que la disparara en el País C. —Dijo estas palabras y se rió sin alegría.

Capítulo 427 Yolanda no puede morir Mónica se arrodilló en el suelo. No podía creer que su hija pudiera ser tan terrible. Yolanda continuó negando las afirmaciones de Jorge: —¡Es Rosa quién hizo todo esto!. Jorge la miró fijamente. ¿Cómo supo que fue Rosa? Lo que dijo solo la delató. —Yolanda, debes pagar un precio por lo que les hiciste a mi esposa e hijos. —Extendió su mano derecha que estaba cubierta con un guante blanco. Estaba a punto de estrangularla hasta que muriera. —¿Jorge me vas a matar? —Yolanda no podía creerlo. Era imposible… Dio un paso atrás con mucho miedo, perdió el equilibrio y se derrumbó por las escaleras. —¡No! —¡No! No podía moverse en absoluto. Jorge bajó las escaleras con indiferencia y miró a Yolanda como se retorcía en el suelo. —¿Lola pasó por el mismo dolor todos esos días?. Jorge se sintió culpable cuando pensó en todo esto. Le pisó sus manos para evitar que se tocara su estómago. —¡Jorge! —Yolanda miró con dolor al hombre que una vez amó. Se preguntó por qué las cosas habían terminado así. Su cuerpo, comenzó a sangrar. Ella agarró una de sus piernas con la otra mano. Jorge se sacudió la mano y la pateó de nuevo. —¡No! ¡No! —Los gritos de Yolanda hicieron eco en el edificio en ruinas. Mónica se desmayó en ese momento. Su hija… Jorge con mucha frialdad miró a la mujer en el suelo. No sentía ninguna lástima por ella.

Dio un paso adelante y la pateó nuevamente e hizo que también se desmayara. Sacó su teléfono móvil y marcó un número. —Atiende a la mujer. — Luego, se fue. Yolanda no podía morir. No la dejaría ir tan fácilmente. Los gritos de Yolanda habían atraído la atención de los vecinos. Abrieron sus puertas y luego, las cerraron nuevamente cuando vieron a la mujer, que apenas respiraba en el suelo. El abuelo de Jorge también llegó al hospital cuando escuchó que Lola estaba en trabajo de parto. —¡Abuelo! —Jorge lo saludó con el corazón entristecido. Él asintió con la cabeza y le dijo: —No te preocupes. Lola estará bien. —Dios bendiga a la gente buena. Jorge asintió con la cabeza. Esperaba que Lola estuviera bien, tal como había dicho el abuelo. Harold y Angie miraban a los dos bebés que tomaban leche de fórmula. Chuck entró en la habitación y los miró muy admirado. —Están sanos y ya no necesitan estar en las incubadoras. Jorge miró dulcemente a los dos bebés que eran exactamente iguales. Habían nacido del vientre de Lola. En ese momento, Estrella que había salido de la escuela, llegó al hospital. —¡Papi! —Estaba muy feliz de tener un hermanito y una hermanita para jugar. Jorge vio que Estrella llevaba su vestido rosa favorito. Ella corrió hacia él y le sonrió. —¡Estrella! Jorge la tomó entre sus brazos y la abrazó con mucho amor. —Papá, ¿Ellos son mi hermanito y mi hermanita? —Miró con sus ojos bien abiertos a los pequeños bebés. ¡Eran tan encantadores! Jorge le arregló el cabello y dijo: —Sí. Estrella, eres la hermana mayor de nuestra familia de ahora en adelante. —Lo que Lola le dio fue, como siempre, lo mejor del mundo. —¡Qué hermosos! ¡Quiero tenerlos en brazos. —Estrella estaba encantada. Jorge la llevó a la guardería y esperó con los demás mientras sacaban a los bebés.

La familia esperaba a los pequeños. También, esperaban alguna noticia sobre el estado de salud de Lola. Se acercaron cuando vieron a Jorge entrar con Estrella en sus brazos. —Mi amor, querida, ven con la abuela. —Jorge, ¿cómo está Lola? —Kevin se hizo cargo de Estrella y la bajó al suelo. Jorge miró a la pequeña y dijo: —No tengo ninguna noticia. —Luego, frunció el ceño. No se le permitió controlar a Lola en la unidad de cuidados intensivos. —Papá, ¿dónde está mamá? —Preguntó Estrella y buscó a su madre. La pregunta de la pequeña hizo que la familia se quedara en silencio por un momento. —Mamá necesita descansar ahora. No podemos molestarla. — Jorge le acarició la cabeza y le respondió. Estrella asintió con seriedad y dijo: —¿Mamá se cansó porque dio a luz a los bebés? —Hizo otra pregunta y Jorge asintió. Justo en ese momento, llevaron a los dos bebés a la sala de guardería. Primero, trajeron al niño y por último, a la niña. Jorge esperaba que los dos adultos mayores, elijieran los nombres de sus hijos. Su abuelo miró a sus bisnietos y negó con la cabeza. —Elige tú los nombres cuando Lola se despierte. —¡Qué triste! Pobre Lola. Jorge acarició a los dos bebés y pensó en su esposa. Abandonó la guardería en silencio y se dirigió a la unidad de cuidados intensivos. Su mujer yacía allí, en silencio. —¡Jorge! Mi hermana estará bien —Manolo lo siguió y lo consoló. Yonata estaba a su lado. Su cara se veía un poco mejor que antes. Jorge giró y se sentó fuera de la unidad de cuidados intensivos. Ella tenía que recuperarse y haría todo lo necesario para que eso sucediera. Aunque significara que tuviera que ir al infierno y volver. Yonata pensó en lo que acababa de ver y le preguntó: —Una mujer embarazada, que se llama Yolanda, fue llevado aquí, justo en este momento. Le dispararon dos veces y su cuerpo inferior estaba sangrando. ¿Fuiste tú? — Aunque, en su corazón, estaba seguro que fue Jorge. El accidente de Lola debería tener algo que ver con Yolanda.

Jorge asintió. —No la dejaré morir hasta que Lola se despierte. Que sufra el doble de lo que ella ha sufrido. —Dijo esto en un tono bastante frío. Yonata asintió con satisfacción. Si algo le pasara a su hermana, tampoco dejaría ir a esa mujer tan fácilmente. Los tres hombres se sentaron en silencio. De repente, sonó el timbre en la unidad de cuidados intensivos y dos enfermeras corrieron hacia la habitación. Jorge se levantó de inmediato y quiso entrar, pero lo detuvieron las enfermeras. —Señor Si, esta una sala especial. No se puede ingresar. Por favor, espere un momento. Jorge miró con ansiedad dentro de la habitación a través de la ventana de vidrio. Yonata y Manolo también se acercaron a ver. Chuck se apresuró a entrar en la unidad de cuidados intensivos. Varios minutos después… Chuck salió de la sala y se quitó la máscara de gasa. No sabía cómo describir el estado de Lola. El corazón de Jorge se estremeció cuando vio su intensa expresión. —Jorge, lo más probable es que Lola esté respirando su último….

Capítulo 428 Ya no podía esperar Las palabras de Chuck golpearon duro e impactaron a Jorge. Lo agarró por el cuello, lo miró a los ojos y le dijo bruscamente: —¿Qué quieres decir con ‘respirar su último’…? ¡Dijiste que tenía veinticuatro horas!. Yonata inmediatamente lo arrastró lejos de Chuck. El doctor estaba tan molesto como él. —Ella, quizá, no pueda ser capaz de salir adelante —dijo Chuck con tristeza. Como médico, vio muchas vidas ir y venir, pero le era muy difícil soportar la pena de su buen hermano y la muerte de… la mujer de la que había estado enamorado antes… Jorge lo empujó de manera salvaje y corrió hacia la unidad de cuidados intensivos. Se inclinó sobre ella y la miró con ansiedad. Estaba tendida en la cama, aún inconsciente. Sus ojos se enrojecieron. —¡Lola Li! ¡Despierta! ¡Despierta, por favor! ¡No puedes seguir tendida allí! —Lloró, con agonía en su voz. Tomó su mano inerte. ¡Ella se veía tan frágil! Chuck se acercó a él y lo tomó del brazo. Lo consoló e intentó reconfortarlo: —Jorge, cálmate. —¿No dijiste veinticuatro horas? ¿Por qué no sería capaz de recuperarse? —Rugió de manera muy histérica. Quizá, se despertaría pronto. Tal vez, no. Entonces, dormiría para siempre… ¿Tal vez…? Necesitaba estar seguro. ¿Quién lo podría confirmar? Necesitaba que ella estuviera bien. No iba a poder soportar perder a su mujer. —Lola Li, tienes tres hijos. No puedes simplemente dejarlos. No puedes. ¡Te lo estoy advirtiendo! —dijo muy enojado. Pero Lola, no respondió. Chuck lo sostuvo por el brazo. No quería que hiciera nada loco. Intercambió miradas preocupadas con Manolo y Yonata. Entraron en la unidad de cuidados intensivos para sacarlo de la habitación. —Tranquilízate, Jorge. Vamos a esperar. Todo estará bien —dijo Manolo y lo intentó calmar. Lo obligaron a sentarse en el banco y lo mantuvieron allí para que no se levantara. Él cerró los ojos e intentó calmarse, pero no lo logró.

—Jorge, ella no dejaría a los niños. Confía en Lola. —Manolo lo dijo con tanta confianza como pudo, aunque él mismo, no estaba seguro. ¿Esperar? ¡No podía esperar más! Su mujer estaba muriendo. ¿Cómo podía quedarse sentado allí y esperar? Se puso de pie, luego de rodillas y trató de soltarse de los brazos de los hermanos que lo sujetaban. Pero lo mantuvieron inmovilizado junto a ellos. —¡Aléjense de mí! ¡Voy a despertarla! —Siseó con angustia y desesperación. Su dolor hizo que los corazones de los demás se partieran en pedazos. Yolanda estuvo en el hospital. Pero Chuck se negó a verla. Los médicos la transfirieron hacia otro lugar. Se había enterado de toda la historia y de cómo esto pondría en peligro a Lola. —¡Jorge! ¡Por favor, cálmate! ¡Ella estará bien! —Yonata finalmente habló. Confiaba en su hermana. Seguramente se despertaría y estaría bien. Jorge todavía estaba atrapado, sentado en el banco y no podía moverse. Los hermanos no le permitieron levantarse, hasta que finalmente se calmó. El tiempo se hizo más lento mientras esperaban. Los tres hombres estaban en silencio, en el pasillo. Nadie dijo ni una palabra hasta que, el señor Si, apareció con una muleta en la mano. —Abuelo —dijeron. El señor Si, asintió mientras se acercaba a Jorge, su nieto. —Jorge, sé cómo te sientes —le dijo. Su voz era muy tranquila y estaba llena de amor. Recordó el día en que su esposa lo había abandonado. Estaba tan triste como Jorge lo estaba hoy. —Lola no va a morir. Se despertará para estar contigo y con sus hijos. ¡Jorge, debes confiar en ella! Él no dijo nada. Solo asintió con la cabeza y la miró con mucha ansiedad a través de la ventana de la unidad de cuidados intensivos. Lola, confío en ti. ¡No me decepciones, por favor! Dijo una oración silenciosa. En la sala de cuidados intensivos, Lola, estaba inmóvil en la cama. Estaba soñando. En el sueño, vio a su abuela y a su madre que le sonreían y la saludaban. Trató de correr hacia ellas, pero sin saber cómo, no pudo

alcanzarlas. Entonces, oyó una dulce voz que la llamaba. Miró a su alrededor y vio a un hombre a su lado. —¡Ramón! ¡Ramón! ¡Estoy tan contenta de verte otra vez! —Gritó alegremente y corrió hacia él. Pero Ramón, desapareció repentinamente. Volvió a aparecer junto a su abuela y a su madre. Se quedaron juntos y la saludaban con la mano. Cuando estaba a punto de acercarse hacia ellos, oyó llorar a los bebés. Miró hacia atrás con asombro y vio a los dos pequeños. ¡Eran gemelos! Para su sorpresa, sus caras se parecían a Jorge. Entonces, apareció un hombre detrás de los bebés. Dijo su nombre con voz suave: —Lola, no me dejes. Miró sorprendida porque los bebés también dijeron: —Mamá, por favor, no nos dejes. Se emocionó por sus suaves llantos y comenzó a caminar hacia ellos. Pero la voz de su abuela, la volvió a llamar: —¡Lola, querida! ¡Te extrañé mucho! ¡Ven conmigo, rápido!. La vio llamarla de nuevo para que fuera con ella. —¡Yo también te extrañé! ¡Ven conmigo! ¡Déjame mirarte, Lola! — ahora podía oír la voz de su madre. —Lola, ¿cómo estás? No está muy bien bien allí abajo. ¿Podrías venir conmigo? —La vaga figura de Ramón apareció, una y otra vez. Estaba desconcertada. Miró de los niños, luego al hombre… a su abuela y a su madre y por último, a Ramón. No podía decidirse. No sabía adónde ir. Finalmente, decidió reunirse con su abuela y regresar con los niños más tarde. Después de todo, la había extrañado mucho. La seguía paso a paso… En ese momento, una voz furiosa la detuvo repentinamente: —Lola Li, ¿cómo te atreves a dejarme? ¡Estás en un gran problema ahora!. También, escuchó la voz de su madre animándola de nuevo: —Lola, mamá está aquí. Despierta y mírame. Por favor, no te vayas… Luego, vio a Angie y unos minutos después, a Wendy y a Laura, al abuelo y a papá. Todos estaban juntos, con Jorge. Parecían muy nerviosos y estaban tristes… Más y más caras aparecían a su lado…

En el pasillo del hospital, Manolo cruzó los dedos frente a su pecho y rezó frente a la ventana. —Que Dios la bendiga, por favor… Por favor, que la bendiga… Por favor, que se despierte… —murmuró suavemente una y otra vez. Laura se sentó en el banco con su hija en brazos. Miró a su marido y sintió mucha pena por él. La puerta de la unidad de cuidados intensivos aún estaba cerrada. — ¡Vamos, Lola! Todos te estamos esperando. —Dijo en silencio, deseando que esa puerta se abriera. En la unidad de cuidados intensivos, Jorge se quedó junto a Lola. Le apretó la mano con fuerza. Podía sentir su respiración y su pulso que era cada vez más débil en esos momentos. No, por favor no… Su corazón tenía tanto dolor que casi no podía respirar. —Lola Li, ¿cómo te atreves a dejarme? ¡Estás en un gran problema ahora! —Él la traería desde donde sea, incluso si eso significaba el fin de la tierra. Angie estaba junto a la cama con vendajes estériles. Ella una y otra vez, persuadió a su hija: —Lola, mamá está aquí. Despierta y mírame. Por favor, no te vayas…. —Sollozaba y parecía que se ahogaba. —Lola, ¿quieres que viva con esta culpa? ¿Por qué eres tan cruel? —La interrogó Jorge. Las lágrimas brotaron de sus ojos. Le debía demasiado. ¿Cómo podría reparar su error? ¿Por qué no le dio la oportunidad de compensarla?

Capítulo 429 No quiero verte aquí De repente, hubo un brillo de esperanza en los ojos de Chuck. Se dio cuenta de que los datos en el monitor de ECG que había estado observando habían cambiado, y los datos de otros monitores médicos habían vuelto a la normalidad. Chuck no pudo resistir su emoción. No pudo evitar sostener las manos de Jorge firmemente. Jorge se sintió extraño por su movimiento. Jorge se dio la vuelta y estaba a punto de enojarse, pero solo vio la cara temblorosa de Chuck. Chuck le dijo: —Continúa hablando con ella, Jorge. El corazón de Jorge latía de repente. Miró a Chuck, que estaba mirando fijamente el monitor ECG. De repente Jorge se dio cuenta de lo que estaba diciendo Chuck. Soltó las manos de Chuck y se acercó a Lola. Agarró las manos de Lola con firmeza y dijo: —Lola, mi amor, despierta. Si no te despiertas, me casaré con otra mujer y dejaré que sea la madre de nuestros hijos y la llamarán “mamá” todos los días… Fue un momento mágico cuando las ondas en el monitor de ECG volvieron a la normalidad en un instante. Especialmente, cuando Jorge dijo que sus hijos llamarían ‘mamá’ a otra mujer, allí se veía un fuerte latido de Lola en la pantalla. La frecuencia respiratoria de Lola también se aceleró. Después de unos minutos, su respiración se hizo más lenta y normal. Todas las personas en la sala notaron la reacción de Lola. Jorge contuvo la emoción y le preguntó a Chuck: —¿Cómo está ella ahora? Chuck movió su mirada del monitor a Lola, quien todavía yacía inmóvil en el lecho de la cama. Él respondió: —Ya pasó por el momento más difícil. Solo tenemos que esperar hasta que se despierte. —Lola era realmente muy fuerte. Al borde de la muerte, todavía contenía su último aliento y finalmente triunfó. La vida y la muerte pasaron en un instante… Lola lo había logrado. Angie no pudo evitar estallar en lágrimas. Tomó las manos de Lola con entusiasmo. Estaba demasiado feliz para pronunciar cualquier palabra.

Jorge sonrió con alegría. Su expresión estaba cubierta por la mascarilla en su cara. Chuck salió de la UCI en silencio. Dio las buenas noticias a las personas que esperaban fuera de la UCI y les ordenó a las enfermeras que transfirieran a Lola a la sala general. —Oh, gracias a Dios. ¡Mi hermana es tan grandiosa! —Exclamó Manolo. Estaba tan feliz que abrazó a Laura y la besó. Luego, también besó las mejillas de su hija… Laura se sintió incómoda, pero su sonrisa se mostraba claramente en sus labios. Wendy agarró los brazos de Yonata y le dijo con lágrimas en los ojos: — Querido, Lola lo ha resistido. No pudo evitar llorar. Ella estaba muy emocionada ahora. Yonata, quien sostenía a Colin en sus brazos, se sintió aliviado con alegría. Palmeó las manos de su esposa y la consoló. —Es normal que llores por ella cuando estaba en su momento más difícil. Pero ahora, ha superado eso. Deberíamos sentirnos felices por ella. No llores, querida. Wendy se tocó la barriga abultada y asintió. Se secó las lágrimas de las mejillas y dejó de llorar… La vida había sido muy dura con Lola desde que cumplió veinte años. Fue una lucha cuesta arriba todo el camino. Hubo tantos reveses en su vida. Había sobrevivido muchas veces cuando su vida estaba amenazada. Wendy pensó que cuando Lola se despertara, todo sería mejor para ella… Harold sonrió con alegría mientras caminaba enérgicamente hacia la sala general. Estaba ansioso por contar la buena noticia a los padres de Lola y a Kevin. Ellos estaban cuidando a los bebés. Todos se sintieron aliviados después de escuchar que Lola se había despertado. Landon miró a los bebés que dormían profundamente en la cuna y les dijo: —Su madre despertó. Serían muy felices con su madre cerca. Pensó que su nieta era increíble al haber resistido un momento muy difícil. Justo en ese momento, el bebé dentro de la cuna repentinamente dejó escapar un grito. La niña se despertó por el repentino grito. Los dos bebés lloraban juntos.

Todas las personas dentro de la sala estaban enredadas para cuidar a los bebés. Por la tarde, Lola fue trasladada a la sala de maternidad para adultos, donde podía quedarse con sus bebés. Harold y Angie hablaron con Chuck para confirmar la situación de Lola. Regresaron al país A después de asegurarse de que Lola estuviera bien. Harold tenía que manejar los asuntos en la tropa. Había retrasado su trabajo debido a Lola. Ahora, era hora de volver. Esa noche, Jorge les pidió a todas las personas que se fueran a casa para que pudieran descansar, mientras él se quedaba para cuidar a Lola y a los bebés. Jorge siguió las instrucciones de Wendy para dar leche a los bebés cada dos horas. Primero levantó a su bebé. La alimentó hasta que estuvo satisfecha. Entonces, alimentó al niño. Su hijo bebió obviamente más que su hija. Jorge miró cariñosamente a sus bebés durmiendo profundamente después de que los alimentó. Luego, caminó junto a la cama de Lola y se sentó en la silla. Tomó sus manos y las besó. —Cariño, despierta, por favor. Los bebés están esperando que les des nombres. —Lola, has sufrido mucho por mí. Te amaré por siempre. —Lola había estado en el hospital por culpa de Jorge muchas veces. De hecho, ella había sufrido mucho. Jorge habló con Lola por un rato. Luego, se dirigió al baño para conseguir un recipiente de agua. Comenzó a usar la toalla para limpiar su cuerpo. Después de que terminó de limpiar, Jorge le dio un suave beso en la frente a Lola. Luego abrió la computadora para lidiar con algo de trabajo. En el segundo día, la situación de Lola se había estabilizado. Todos esperaban que se despertara. Jorge dejó que Yonata volviera al País A con Wendy. Manolo también estaba de vuelta en el trabajo. Kevin llevó a los bebés a la mansión. Chuck iba frecuentemente a la sala de Lola para ver cómo estaba. Jorge se impacientaba mucho con las frecuentes visitas de Chuck. Jorge frunció el ceño. —¿No tienes ninguna cirugía hoy. —Le preguntó a Chuck directamente.

Chuck hizo una pausa y respondió de manera directa: —Ordené a otros médicos para que hicieran las cirugías. —Lola seguía inconsciente y Chuck estaba muy preocupado por ella. Ya que sentía que era una distracción para su trabajo, no estaba de buen humor para hacer las cirugías. Jorge dejó su computadora y arrastró la bata blanca de Chuck. Le dijo a Chuck: —¡Fuera! ¡No quiero verte aquí! —Lola era su esposa. Jorge se sentía incómodo al ver a otro hombre visitar a su esposa con tanta frecuencia. Chuck miró el rostro hosco de Jorge y se echó a reír: —Soy su médico. ¿Realmente quieres que me vaya? Al escuchar las palabras de Chuck, Jorge aflojó su agarre. Se quedaron mirándose el uno al otro en el pasillo. Jorge dijo en tono de advertencia: — ¡Sé lo que estás haciendo! Mi esposa se despertará pronto. Puedo vigilarla yo mismo.” Jorge pensó que cuando Lola se despertara, la primera persona que vería sería él. A Chuck no le importaba lo que decía. Se puso su bata blanca donde Jorge la había agarrado y dijo: —Pronto me comprometeré. ¿A qué le temes? —Todo esto es gracias a ti! —Chuck pensó y rechinó los dientes. —¡Felicidades! —Jorge sonrió—. ¡Te enviaré un gran sobre rojo el día de tu boda! —¡Jorge era tan rico y tan hijo de perra! Chuck miró el rostro satisfecho de Jorge y dijo deliberadamente con un toque de sarcasmo: —Yolanda estaba en la sala general del tercer piso. Perdió a su hijo, pero todavía está viva. Los ojos de Jorge estaban llenos de disgusto. —¡Enviaré a alguien para que la eche del hospital! —Jorge sacó su celular de su bolsillo y marcó un número. Envió a dos hombres para que fueran al hospital. Chuck miró a Jorge y negó con la cabeza. —Jorge es realmente de sangre fría. Yolanda fue una vez su novia. ¡Estuvieron a punto de casarse antes! —Pensó Chuck. Después de que Jorge terminó la llamada, Chuck agregó: —Si un día te peleas con Lola y quieres deshacerte de ella, ¡solo llámame! —A Chuck le gustaría llevársela si la dejaba. Jorge miró a Chuck con frialdad y dijo: —¡No, no dejaré que eso suceda! —Jorge ciertamente no dejaría a Lola de nuevo. Chuck miró la cara enojada de Jorge, y le dio una palmada en el hombro con deleite. Se dio la vuelta para alejarse de Jorge antes de que pudiera golpearlo.

Los guardaespaldas llegaron pronto al hospital. Jorge los condujo a la sala general en el tercer piso. Había dos pacientes en la sala general en el tercer piso. Otra mujer, que estaba en la misma sala que Yolanda, estaba a punto de entrar en labores de parto. Estaba caminando y gimiendo tan fuerte debido al dolor de parto. Yolanda se acababa de despertar. Su cara estaba muy pálida. Mónica estaba limpiando sus lágrimas al lado de su cama.

Capítulo 430 No hubo un ligero indicio de misericordia En ese mismo momento, cuatro hombres aparecieron en la sala general. El hombre parado en el frente parecía tan frío como el hielo. Los ojos borrosos de Yolanda se enfocaron repentinamente en él. El hombre le parecía familiar. Era su Jorge. Él la miraba con consternación y disgusto. Ella quería decir algo. Pero ahora estaba demasiado frágil para pronunciar cualquier palabra. La mujer embarazada en la misma sala se sintió intimidada por la autoridad de Jorge. Dejó de gemir y no se atrevió a hacer ningún sonido. Así de poderosa era la presencia de Jorge. Jorge ordenó. —Tírenla fuera. Yolanda miró a Jorge. Su rostro se puso muy pálido. No creyó lo que había oído. Debió haberse equivocado. Jorge no la echaría. Yolanda pensó. Ella era muy importante para él. Mónica observó a los tres guardaespaldas acercándose. Estaba estupefacta. Su hija se estaba muriendo ahora. ¿Cómo podía Jorge ser tan frío para hacerle esto a su hija? Este hombre era tan horrible. Fue una suerte que su hija no se hubiera casado con él antes. Mónica reflexionó. Mónica recobró el sentido cuando escuchó los gritos de Yolanda. Los guardaespaldas le quitaron la aguja de la mano sin piedad. —¡Salgan de aquí! —Mónica gritó con frustración. Intentó alejar a los guardaespaldas. Uno de los guardaespaldas se apoderó de Mónica, mientras que los otros dos guardaespaldas sacaron a Yolanda de la sala. La mujer embarazada dentro de la sala se asustó demasiado. Su vientre comenzó a sufrir espasmos vehementes y se abrió su cuello uterino. Pronto fue enviada a la sala de parto. En la puerta del hospital privado de Sans. Yolanda fue arrojada al suelo sin tregua. El dolor de su corazón pesaba

más que el dolor de su cuerpo. Estaba tumbada en el suelo, avergonzada. Miró al arrogante Jorge que estaba parado en los escalones. Jorge la estaba mirando con sus ojos oscuros con disgusto. Era igual que Yolanda cuando miraba a Lola antes. Mucha gente vino a ver la escena en el lugar. Mónoca corrió hacia Yolanda llorando y gritando. Yolanda escupió un trago de sangre. Miró a Jorge y dijo con dolor: — Jorge… ¿Realmente te has olvidado del momento en que éramos jóvenes, y estábamos juntos? —Entonces Yolanda se desmayó en los brazos de Molly. Antes de cerrar los ojos por completo, vio que la cara de Jorge no cambió un poco. No hubo un ligero indicio de misericordia, ni anhelo… Jorge solo se dio vuelta despiadadamente y con arrogancia y se fue. Sacó su celular y llamó a Sánchez. Le dijo a Sánchez que pusiera en una lista negra a Yolanda en otros hospitales. No se permitía a ningún hospital admitir a una paciente llamada Yolanda. Mónica miró la miserable cara de su hija y le gritó a Jorge. —Jorge, pelearé contigo hasta la muerte hoy! —Tan pronto como se apresuró hacia Jorge, fue detenida por los tres guardaespaldas y la arrojaron junto a Yolanda. La gente alrededor comenzó a señalarlas con el dedo. Mónica gritó para rogar a los espectadores que la ayudaran a tomar un taxi o llevar a su hija a un lugar más seguro. Pero nadie respondió… Estaban aterrorizados de Jorge y los guardias. Eventualmente, una limpiadora de buen corazón estaba dispuesta a echar una mano. Ayudó a Mónica a llevar a Yolanda a un taxi. En el camino de regreso, Jorge estaba pensando en la pregunta que Yolanda le había hecho. Hizo una mueca. Si hubiera sabido que Yolanda era una mujer tan viciosa, la habría matado antes. El tiempo que había pasado con ella en el pasado fue hermoso, pero estaba planeado por ella. Así que no se lo perdió en absoluto. Ni siquiera sabía si realmente la amaba. Él sabía lo que debía hacer ahora, que era proteger a la mujer que había dado a luz a tres hijos para él. Pensando en Lola, Jorge aceleró sus pasos y volvió a la sala de maternidad. Lola había estado acostada en la cama por otros dos días. Le inyectaron

vitaminas y nutrición para mantenerla viva. Estaba más delgada que antes. Se mostraba claramente en su cara y cuerpo. A Jorge le dolía el corazón cuando la veía. A las 12 en punto al mediodía. Jorge estaba revisando un archivo urgente enviado por su compañía en su computadora. El dedo de Lola se movió ligeramente. Jorge notó eso. Ahora había estado en alerta por un tiempo. Ocultó la alegría en su corazón y puso su computadora en el escritorio. Caminó al lado de Lola. —Querida. —Jorge la llamó con voz suave. Lola soñaba con que alguien la llamaba. Era como la voz de su marido. Pero también vio a su abuela, a su madre y a Ramón en su sueño al mismo tiempo. Sus imágenes brillaron en su mente. ¿Sería posible para ella volver a verlos? Jorge vio que Lola no tenía ninguna reacción. Se puso un poco ansioso. —Lola. Despierta. Estoy aquí. Lola negó con la cabeza ligeramente. Acababa de ver a su abuela y su madre. Ella solo quería verlos de nuevo en su sueño. Jorge tomó las manos de Lola y dijo: —¡Cariño, tu querido esposo estará con otra mujer ahora! —El sonrió. ¿Qué? Lola pareció oír que su marido saldría con otra mujer. Lola abrió los ojos con furia. Miró a Jorge a su lado, levantó su mano y le dio un fuerte mordisco. Jorge se quedó mirando las marcas de dientes en su muñeca con sorpresa. Lola era tan traviesa. ¡Lo primero que hizo después de despertarse fue dejar las marcas de sus dientes en su brazo! Pero Jorge se sintió más emocionado al ver que Lola estaba despierta. Tomó a Lola en sus brazos. ¡Casi la había perdido! Lola miró a su alrededor. Estaba desconcertada. —¿Qué me pasó? ¿Dónde estoy. —Se preguntaba dónde estaba ahora. Jorge le besó las manos y respondió: —Diste a luz dos hijos para mí. ¿Lo olvidaste? Fuiste muy valiente, Lola. —Su voz estaba llena de orgullo. Lola bajó la cabeza para mirar su vientre plano. Comenzó a sentir el dolor de la incisión.

—¿Dónde están los bebés? —Miró a su alrededor pero no encontró a sus bebés. Jorge solo sonrió y la miró con afecto. —Nuestros bebés están en la mansión ahora. No te preocupes. Iremos con ellos tan pronto como te recuperes. Jorge la abrazó demasiado fuerte que casi no podía respirar. Ella movió su cuerpo y le dijo a Jorge con una voz encantadora: —Querido. ¡Me estás sosteniendo demasiado fuerte! Jorge puso una almohada detrás de su espalda y dejó que se apoyara en ella. Él le besó la frente y le preguntó: —¿Tienes hambre? Lola asintió. Jorge tomó un tazón de sopa de la mesa dentro de la habitación. Jorge había pensado que Lola se despertaría en cualquier momento. La sopa estaba preparada para ella de antemano. Jorge sostuvo el tazón y le dio la sopa a Lola él mismo. Después de que Lola terminó la sopa, Jorge llamó a Chuck. Chuck estaba muy feliz de ver a Lola despertarse, aunque ya lo esperaba. Cuidadosamente le hizo un chequeo general. Su vientre todavía necesitaba recuperarse. Todavía estaba muy frágil. Excepto por eso, no había otros problemas. Estaba seguro de que Lola estaba bien. —Lola, felicitaciones. Lo superaste en el momento más difícil de tu vida. —Chuck sonrió y miró a Lola. Lola todavía se veía muy hermosa incluso si estaba enferma. Lola le devolvió la sonrisa y dijo: —Gracias. Chuck, guapo. ¡Debiste ser tú quien me ha salvado esta vez! —Ninguna palabra podría expresar su gratitud a la gran ayuda de Chuck. Era realmente un gran doctor. Jorge frunció el ceño mientras escuchaba su conversación. Dijo: —Es su responsabilidad salvar a la gente. No tienes que agradecerle. Chuck lo ignoró y le dijo a Lola: —Si realmente quieres agradecerme, ¿qué tal si me invitas a cenar? —No esperaba que Lola estuviera de acuerdo con su idea. Después de todo, ella ya estaba casada con Jorge. Inesperadamente, Lola sonrió y asintió. —Está bien. —Su cara todavía estaba muy pálida. Ella lo dijo deliberadamente para hacer enojar a Jorge. Acababa de decir que iba a salir con otra mujer. Lola quería castigarlo. La cara de Jorge se puso muy pálida. Caminó hasta la cama y arrastró a Chuck a la puerta. Jorge lo empujó fuera de la habitación de una manera fría. Le gritó sus

palabras a Chuck a través de la puerta. —Si te sientes solo, puedo enviarte una docena de mujeres. Deja de molestarme a mí y a mi esposa. Al oír esto, Chuck pensó en Daisy. Ella era el problema que Jorge le había enviado. Chuck estaba furioso. Sacó un bisturí y lo lanzó directamente a la puerta. —Si te atreves a enviarme mujeres nuevamente, será una batalla de vida a muerte entre nosotros.

Capítulo 431 Su hijo le había arrebatado a Lola Jorge sonrió gentilmente y respondió. —Está bien. Vamos. Te esperaré. —Luego cerró la puerta con un fuerte ‘bang’. Si intentara quitarle a Lola, pensaría en miles de formas de hacerlo retroceder. Volviendo a Lola, Jorge se sintió aliviado. —¿Tienes sed, cariño. —Le preguntó amorosamente a Lola. Lola hizo una mueca y se quejó. —Acabas de expulsar a un hombre guapo. No estoy de humor para beber nada. Jorge se acercó a ella sin sentirse avergonzado. —Cariño, yo también soy muy guapo. De hecho, soy mil veces más guapo que Chuck. ¿No te parece. —Se jactó de orgullo propio. Tocó la cara de Lola con cariño. Ella finalmente había cobrado vida. Al ver el extraño comportamiento de Jorge hoy, no pudo evitar reírse en voz alta. —¿Por qué te comportas así? Me haces querer golpearte. Jorge suspiró en su corazón. ¡El espíritu de su Lola estaba de vuelta! Nada podría haberlo hecho más feliz. Él sonrió y le preguntó de nuevo: — ¿Tienes sed? Puedo traer un poco de agua para ti. Lola asintió. Jorge trajo una botella de agua. Sostuvo la pajilla para que ella pudiera beberla cómodamente. Lola permaneció en el hospital otros tres días. Realmente extrañaba a los bebés. Amenazó a Jorge y luego le rogó que la llevara a casa. Finalmente se rindió y decidió llevarla a su casa. Jorge le pidió a Chuck que revisara a fondo a Lola. Chuck dijo que estaba satisfecho con su recuperación y que no había ningún problema en llevarla a casa. Pero en casa tenía que cuidar su incisión y comer alimentos que la ayudaran a reponer la sangre perdida. Tranquilizado, Jorge llevó a Lola a la mansión. Salieron del coche. Lola estaba envuelta firmemente en ropa gruesa. Jorge la llevó arriba. Tan pronto como llegaron al segundo piso, escucharon la risa brillante de Kevin.

Lola le pidió a Jorge que la soltara. Ella aceleró sus pasos. No podía esperar a ver a sus bebés. Dentro de la habitación, Kevin estaba jugando y bromeando con los bebés. Cuando vio a Lola entrar en la habitación, inmediatamente se acercó a ella. —¿Cómo estás ahora, Lola? ¿La incisión sigue siendo dolorosa? — preguntó con preocupación. Ella negó con la cabeza y respondió: —Estoy bien. No tengo dolor en absoluto. Su mirada luego se posó en los dos lindos bebés. Estos eran sus bebés gemelos. ¡Sólo unos pocos días y eran tan encantadores! Los bebés miraron a Lola con sus grandes ojos. Al ver la escena, Kevin salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él. Ahora solo quedaban Jorge, Lola y los bebés dentro de la habitación. Jorge sostuvo la cintura de Lola. Se sentía tan orgulloso de Lola… Su esposa, la madre de sus tres hermosos hijos. Pero después de este incidente, Jorge estaba decidido a no dejar que Lola sufriera nunca más. Lola sostuvo a uno de los bebés en sus brazos y besó sus lindas mejillas. Luego, tomó al otro bebé en sus brazos y también lo besó. Realmente no quería dejar a ninguno de ellos. Fue lo mismo cuando nació Estrella. —¿Cuáles son sus nombres? ¿Quién nació primero. —Le preguntó gentilmente a Jorge quién estaba detrás de ella. Jorge le besó la nuca y respondió: —Todavía no los he nombrado. Estaba esperando que los nombres tú. Se sintió bendecido de que su esposa hubiera logrado vencer a la muerte y se encontrara en tan buen estado frente a él. Lola pensó en los nombres por un momento. Se preguntaba qué nombres serían los mejores para sus bebés. Dejó a la niña, pero continuó sosteniendo al niño. El bebé la miró con curiosidad. No había expresión en su rostro. Sí, él debía ser el niño. Tiene la misma mirada que la de Jorge. Lola estaba sorprendida. Ella le sonrió amorosamente. —Podemos llamar al niño Daniel y a la niña Yoko o Sally —dijo mencionando los nombres que había pensado antes.

Jorge pensó por un momento y decidió por ella: —Creo que Sally sería mejor para nuestra chica. —Bueno. Así es Daniel Si y Sally Si —sonrió ella. Se decidieron los nombres de los bebés. Jorge también los aprobó. Luego Jorge fue a lidiar con el proceso de registro para los bebés. Los bebés se mostraron reacios a tomar leche de fórmula después de haber visto a su madre. Pero Lola no tenía mucha leche materna. Intentó todo tipo de formas para engatusarlos para que bebieran leche de fórmula. Fue fácil persuadir a Sally. Ella bebió la leche de una botella después de que Lola la meciera suavemente. Pero Daniel no abrió la boca al ver la botella. Lola no tenía más remedio que dejar que él le chupara el pecho. Si él todavía estuviera hambriento después de la lactancia, le daría leche de fórmula. Los días pasaron felices. Jorge miraba a su hijo comer del pecho de Lola todos los días. Estaba celoso. Su hijo le había arrebatado a Lola. Jorge esperaba que creciera rápidamente y dejara de tomar leche materna. Mientras tanto, Estrella volvió a vivir en la mansión. Le encantaba estar con su hermana y su hermano. Varios sirvientes y Jorge ayudaban a Lola a cuidar a los tres niños todos los días. En el País A. Wendy caminaba por el sendero fuera de la mansión. Tenía seis meses de embarazo. Se deleitaba con el paisaje natural en su patio. Yonata se preocupaba mucho por ella. No la dejaría hacer nada que cansara. A veces, incluso se tomaría un permiso de las tropas para volver a casa. En esos días, él la acompañaría a salir a divertirse. Mientras Wendy recordaba los momentos felices que pasaba con Yonata, un automóvil salió de la mansión y se detuvo a su lado. Landon bajó la ventanilla del coche. Miró amablemente a Wendy y le dijo: —Wendy, no te quedes afuera demasiado tiempo. Voy a salir, pero volveré a casa pronto. —Claro, abuelo. Sigue adelante. Volveré a casa de inmediato. —Wendy sonrió y dijo. Ella entendió su preocupación. Wendy saludó al coche mientras se alejaba.

Dentro de la casa, Wendy hizo dormir al bebé. Luego se fue a la cocina para ayudar a la señora. Yuan a preparar la cena. Pronto se dio cuenta de que ya eran más o menos las seis de la tarde y que Landon no había regresado todavía. Terminó de ordenar las verduras y se limpió las manos. Luego marcó el número de Landon desde el teléfono fijo. —Lo siento, el número que ha marcado está apagado. —Wendy colgó el teléfono. Ella frunció el ceño. ¿Por qué se apagó el teléfono del abuelo? Lo intentó de nuevo. Pero cada vez, obtuvo la misma respuesta. Esto no era común en el abuelo, pensó. Comenzó a preocuparse. Llamó a Yonata. Yonata estaba entrenando a los nuevos soldados. Vio a su asistente corriendo hacia él con su teléfono celular. Cuando vio de quién era la llamada, sonrió y se alejó un poco para contestar la llamada. —¡Hey! ¿Qué pasa cariño? —le pregunto a Wendy alegremente —Yonata, el abuelo salió después del almuerzo. Pero aún no ha regresado. Lo he llamado muchas veces, pero su teléfono está apagado — respondió ella con voz preocupada. Wendy pensó que quizás Yonata sabría cómo conectarse con los viejos compañeros de armas o amigos del abuelo. Él sería capaz de encontrarlo. Yonata frunció el ceño ante sus palabras. El abuelo no era una persona así que salía toda la tarde sin informar a su familia. —¡Oh! No te preocupes, Wendy. Permíteme llamar al abuelo Wang y a otras personas para preguntarles si saben dónde está el abuelo. Después de colgar el teléfono, Yonata llamó inmediatamente a varios de los viejos compañeros de armas de su abuelo. Pero ninguno de ellos había visto a Landon esa tarde. El abuelo Liu, quien había visto a Landon para jugar al ajedrez ese día, informó a Yonata que había dejado el lugar alrededor de las cuatro de la tarde. Luego Yonata marcó el número del conductor. Incluso su número estaba apagado. A esta hora, Yonata había empezado a sentirse incómodo. Se dio cuenta de que algo estaba mal. Entonces llamó a Harold. Tuvo que esperar un largo rato antes de que Harold atendiera el teléfono. —¿Qué pasa? Estoy muy ocupado ahora. —Era raro que Yonata llamara, por lo que Harold comprendió que debía ser algo importante. —El abuelo Landon se ha ido. No podemos encontrarlo. Y su conductor

también está perdido. Sus celulares están apagados. —Yonata le dijo a su padre mientras caminaba hacia el estacionamiento. Él debía irse a casa ahora. Harold también se fue inmediatamente después de escuchar las noticias. Media hora después, Harold y su esposa, así como Yonata, llegaron a casa. Wendy sostenía al bebé en sus brazos. Vio a las tres personas llegar a casa al mismo tiempo. Ella sintió que algo podría haber sucedido. —¿Qué pasa? —Wendy levantó la cabeza y le preguntó a Yonata. Yonata estaba a punto de responder cuando el teléfono fijo comenzó a sonar. El áspero tintineo del teléfono atrajo instantáneamente la atención de todos. Intercambiaron miradas preocupadas entre sí. Harold fue a contestar el teléfono. —Hola, familia Li.

Capítulo 432 Estoy esperando que mi querida tome venganza —¿Es la familia Li? Hemos secuestrado a Landon Li. Si quieres salvarlo, danos tu antiguo reloj de bolsillo. De lo contrario, lo mataremos —dijo una voz modificada desde el otro extremo del teléfono. Harold estaba furioso. Dijo con severidad: —Podemos negociar sobre cualquier cosa, pero estarás bajo tu propio riesgo si Landon está herido. Al escuchar el tono áspero y las palabras de Harold, Yonata, Angie y Wendy supusieron que algo terrible le había sucedido a Landon. Estaban seguros de que había sido secuestrado. —Trato hecho. Mientras nos des el reloj de bolsillo, él estará seguro. Pero deben llegar al suburbio de Western Hill con el reloj de bolsillo dentro de dos horas. ¡De lo contrario, fácilmente podría romper mi promesa! — Después de decir esto y reírse de una manera extraña, el secuestrador colgó. Harold le contó a Yonata lo que el secuestrador había dicho en detalle y discutieron el plan de rescate. Angie se sentó cerca de Wendy, tomó su mano y la consoló. —No te preocupes. Landon estará a salvo, ya que Harold y Yonata harán todo lo posible por rescatarlo. Sosteniendo a Colin en sus brazos, Wendy miró ansiosamente a Yonata haciendo una llamada tras otra. Aunque estaba muy aprensiva, asintió a Angie. Le preocupaba la seguridad tanto de Landon como de Yonata ya que el plan requería que él fuera a la ubicación predeterminada. Media hora después, después de haber hecho todos los preparativos, Yonata partió con Harold, dejando atrás a la nerviosa Wendy. Cuando Harold y Yonata llegaron al suburbio de Western Hill, sonó el teléfono de Harold. Era de la mansión. —Harold, los secuestradores dijeron que solo una persona debe caminar hacia el parque forestal y que no debería tener armas. Su cómplice estaba esperando allí. —Angie pasó el mensaje. Suspiró al darse cuenta de que cada vez más personas codiciaban el reloj de bolsillo ancestral. De hecho, el reloj de bolsillo antiguo estaba con Lola. Harold y Yonata

habían ido al suburbio de Western Hill sin él. Yonata había aprendido su lección del caso de Luisa Wei, por lo que había ordenado helicópteros y francotiradores para llegar delante de ellos. Entonces, porque Yonata insistió, Harold le permitió ir a la puerta del parque forestal con un arma. Harold se sentó dentro del auto y vio a un niño dirigir a Yonata. Wendy había estado esperando en casa durante unas tres horas. Estaba bastante ansiosa a pesar del constante consuelo de Angie. Estaba preocupada en la sala de estar y no comió nada. Tenía miedo de que algo horrible le sucediera a Yonata. Pasó otra hora antes de que sonara el teléfono de Angie. Corrió a recogerlo cuando vio que Harold estaba llamando. —Vayan al hospital ortopédico de inmediato. ¡Landon se rompió una pierna! —Angie oyó a Harold jadeando en el teléfono. Estaba corriendo mientras hablaba con Angie. —¿Qué? ¿Cómo está Landon ahora? ¿Y cómo están tú y Yonata? — Angie preguntó con preocupación. Harold se subió a la ambulancia mientras Yonata conducía el coche siguiéndolos. —Landon se cayó. Yonata y yo estamos a salvo y los secuestradores han sido arrestados. Los secuestradores esta vez eran lacayos, y Yonata había llevado la ayuda de policías con experiencia en este tipo de criminales. Así que su guarida fue fácilmente destruida en poco tiempo. Sin embargo, uno de ellos empujó a Landon por los escalones. Cayó y se rompió una pierna. — Harold explicó. Cuando Angie y Wendy llegaron al hospital, Landon estaba siendo operado. Yonata vio la cara pálida de Wendy, comprendió su preocupación y la abrazó de inmediato. —Todos nosotros estamos bien, ahora. La pierna del abuelo está un poco rota, eso es todo. ¡No te preocupes, cariño! —le aseguró. Como Wendy estaba embarazada, le tomó un tiempo calmarse. Pero, ella lo hizo gradualmente debido a las reconfortante seguridad de Yonata. Yonata tomó a Colin de los brazos de Angie y lo miró con dulzura. Esperaba que Colin pudiera ser lo suficientemente valiente para proteger a su madre en el futuro.

En la sala, Landon se recuperó gradualmente. Miró a la familia que lo rodeaba y lentamente dijo: —Como Lola tiene que atender a sus hijos, no le cuenten este incidente. Puedes dejar que vuelva Manolo. Harold asintió y llamó a Manolo. No tenía la intención de decirle a Lola. En la mansión en el País C. Lola puso a los gemelos en la carriola y los empujó a la habitación de Estrella, donde Jorge también las estaba esperando. Luego los convenció para que se durmieran. Después de que los bebés se durmieron, Jorge quería llevar a Lola a su propia habitación para ponerse en acción. Recientemente habían dormido con sus tres hijos. Pero ahora, Jorge pensó que deberían empezar a dormir separados. Sintiéndose a sí misma siendo estimulada, Lola se levantó de la cama y se frotó los ojos. —Pero Jorge, me seguiría preocupando si no duermo con ellos —dijo reacia a quedarse en su propia habitación. Jorge tocó su frente con la de ella y dijo: —Puedes dormir con ellos, pero no ahora. —Al decir eso, Jorge presionó su cuerpo contra el de ella. Lola estaba a punto de rendirse, pero un minuto después, lo rechazó. —¡Quiero preguntarte algo! —Una pregunta importante acababa de cruzar su mente. Mirando su expresión seria, Jorge se sentó impotente en la cama, asintió con la cabeza y dijo: —Adelante. —Antes de que los bebés nacieran, Yolanda me había empujado al agua. ¿Sabes esto? —ella preguntó. Ahora que Lola estaba recuperando lentamente su fuerza debido a la atención de la Sra. Du, ella podría planear su venganza. Jorge asintió con la cabeza de nuevo y dijo: —Sí, lo sé. Lola lo miró fijamente. Después de un rato, Jorge preguntó. —¿Y? —Él no tomó ninguna acción, ¿verdad? ¿Simplemente lo dejó pasar? Lola pensó tristemente. —¿Y? —Repitió Jorge. —Estoy esperando que mi querida tome venganza. —Él atormentaría a Yolanda. Si Lola no podía hacerlo, él la ayudaría, pensó en silencio. Lola pellizcó enojada el brazo de Jorge y dijo: —¡Jorge Si! ¿La dejaste ir así? —Cuando luchaba por su vida en el hospital, ¿Yolanda estaba disfrutando de su vida? Si esto fuera cierto, ella mataría a Jorge primero.

Jorge tomó a Lola en sus brazos y dijo: —Mi amor. Por favor no te enojes Me fue imposible dejarla ir. Descubriré dónde está y te llevaré allí para vengarte. Lola sabía que Jorge no habría dejado que Yolanda se saliera con la suya con lo que había hecho. Se quitó sus brazos de encima y le preguntó: — ¿Dime qué le hiciste a ella? —¿Había castigado personalmente a Yolanda de una manera especial? Se preguntó Lola. Jorge miró la cara curiosa de Lola y frunció el ceño. —Cariño. No lo tomes a mal. —Entonces él simplemente le dijo a Lola lo que había hecho. Lola se sintió aliviada. Le mostró un pulgar hacia arriba y dijo: —¡Buen trabajo! —Había dejado a Yolanda para que Lola la torturara. Yolanda había matado a su bebé. Y ahora, Jorge la había hecho abortar a su hijo. Fue ojo por ojo y diente por diente. Lola pareció pensar en algo y sacó su teléfono. Registró una nueva cuenta en Twitter, seleccionó un vídeo y presionó el botón de subir. Preocupada de que nadie lo viera, gastó algo de dinero para promocionarlo. Ella quería que al menos un millón de personas vieran este vídeo. Jorge la miró subiendo el video y supo de qué se trataba desde su portada. Se sentía indefenso ya que no podía detenerla. Se sorprendió de que ella todavía tuviera el vídeo. Luego agarró su teléfono y lo apagó.

Capítulo 433 Hemos encontrado pistas sobre el hombre enmascarado —Cariño. ¡Ya es muy noche! —Jorge besó apasionadamente a Lola en los labios. En el Grupo SL. Jorge escuchó en silencio a Sánchez decirle lo que sucedió desde que Lola publicó el vídeo sobre Yolanda en Twitter. El vídeo ya había sido compartido y visto miles de veces. El apodo de Lola era Cola, el hada. Numerosas personas la siguieron y la mencionaron en tan poco tiempo. La Familia Mo y la Familia Wu en la ciudad Weier se habían negado a participar en este tema. Nadie ayudaría a Yolanda a abordar y resolver esto. Así que fue ganando terreno rápidamente en Twitter y los comentarios en la última publicidad de Yolanda habían alcanzado el millón. Después de que Sánchez informó sobre la situación en Twitter, dijo otra cosa importante: —Jefe, hemos encontrado pistas sobre el hombre enmascarado. —Finalmente obtuvieron algunas pistas después de innumerables senderos y dificultades. Jorge estaba repentinamente alerta y miró a Sánchez. Aunque Sánchez había estado con Jorge todos los días, esta vez le sobresaltó la reacción de él. Jorge era como un león que estaba a punto de rugir en cualquier momento. Sánchez no pudo evitar temblar un poco. —Hemos preguntado a la gente y las tiendas alrededor del hotel muchas veces. Cuando ocurrió ese incidente, varias personas mayores que jugaban al ajedrez bajo un árbol cercano se negaron a revelar cualquier cosa al principio por temor a que se involucraran en problemas. Pero uno de ellos le dijo algo a Sánchez después de que él le dio mucho dinero y se aseguró su seguridad. No vieron a un hombre enmascarado sino a un hombre alto con pelo corto después del tiroteo. Llevaba una camisa negra lisa y un par de pantalones vaqueros. Sin embargo, era desafortunado que el viejo no viera sus zapatos. Ese hombre trepó a la pared en la que los CCTV no podían cubrir.

Rápidamente tiró un objeto negro a la papelera y se alejó de la escena con un Volkswagen negro. Pero el Volkswagen no tenía un número de placa y parecía viejo. Una pegatina que decía: ‘Nuevo Conductor’ estaba en el auto. Luego, Sánchez investigó todos los CCTV del crucero en la ciudad basándose en las pistas proporcionadas por ese testigo. Condujeron el auto al área del suburbio y finalmente fue encontrado en un vertedero. Le preguntaron al dueño del patio y él dijo que había demasiados autos en el vertedero. No podían percibir si ya se habían perdido de algo más. Así, el rastro de las pistas terminó allí. —Consigue los CCTV para mí. —Ya veo. Se lo enviaré a tu correo más tarde. —Luego, Sánchez le contó a Jorge sobre asuntos en la compañía y salió de la oficina después de eso. Sánchez no vio los vídeos de CCTV del crucero cuando los recibió y los envió directamente a Jorge. Su jefe quería que los vídeos fueran enviados directamente a él. Después de un rato, se escuchó un fuerte sonido de la oficina. Entonces, Sánchez recibió la orden de entrar a la oficina inmediatamente. Jorge preguntó: —¿Yolanda se está recuperando en casa? Llévala al mercado negro. Y también a Manuel. Quiero que se vayan los dos. Jorge sacó el arma de la caja de seguridad y la puso debajo de su ropa. Cuando Sánchez salió, Jorge llamó a Lola. Intentó no sonar enojado. —Cariño. Te recogeré ahora mismo, puedes ordenarle a la Sra. Du que se encargue de nuestros hijos. —Se había enterado de quien era el asesino y no podía esperar ni un minuto. —¿Qué pasó? —Sosteniendo a Daniel en sus brazos, Lola estaba confundida y desconcertada. Ella sabía que algo estaba pasando con Jorge. De lo contrario, no la obligaría a una situación tan apresurada. Jorge reprimió su ira, sonrió y dijo: —Quieres vengarte de Yolanda. Es el momento adecuado. No podemos esperar más. Lola asintió. —Está bien, entendido.” Como este día llegaría tarde o temprano, ahora podrían enfrentarlo juntos. Sin embargo, todavía no sabían lo que iba a pasar.

En el mercado negro. Un barco en mal estado estaba cerca de la costa, pero la estructura interior era lujosa. Jorge sostuvo a Lola por la cintura y entraron en la cabina. Yolanda ya estaba allí. Manuel, cuyas manos estaban atadas, tenía miedo. Fingía estar tranquilo. Cuando vio a Jorge, Manuel inmediatamente se puso nervioso y entró en pánico. Ya faltaban pocos días para el invierno. Lola llevaba una costosa chaqueta de lana violeta claro con cuello de piel de zorro blanco. Destacaba aún más su piel blanca y brillante. Jorge llevaba una chaqueta de lana negra con el mismo estilo. Las chaquetas fueron diseñadas especialmente para parejas. Jorge había informado a los sirvientes aquí que vendría hoy. Habían encendido el aire acondicionado de antemano. —¡Señora Si, señor Si! —Más de diez guardias los saludaron respetuosamente cuando entraron. Lola sonrió y se acercó a ellos. La sonrisa no solo atrajo a los guardias, sino también a Yolanda que estaba sentada en el suelo. Por la expresión de Lola, era obvio que se casó con Jorge por amor. Jorge tomó sus manos y caminó casualmente hacia su asiento. Lola ahora estaba cómoda ya que hacía calor dentro del bote. Se quitó el abrigo. Jorge lo tomó y se lo pasó al guardia junto a él. La ropa de Lola, junto con su propia ropa, estaba colgada en el perchero. Lola llevaba un suéter de lana blanco, un par de pantalones negros y tacones negros. Su cabello estaba atado en un giro y su maquillaje era delicado y sofisticado. Se veía elegante y hermosa. Yolanda inmediatamente se sintió celosa de ella. ¡Se preguntó cómo esta perra se volvió tan encantadora! ¡Y ella misma estaba en una situación tan embarazosa! —¡Mi amor, podemos empezar! —Jorge miró suavemente a Lola, pero no miró a las dos personas en el suelo. Los guardias que se encontraban dentro del bote no eran realmente

guapos. Lola levantó su dedo con el reloj de diamantes que le dio Jorge. Señaló a los guardias. Ella ordenó a los hombres de apariencia sencilla y sarcásticamente dijo: —Ustedes pueden tener relaciones sexuales con ella. Y luego sáquenla. Yolanda una vez obligó a cinco hombres que intentaran violar a Lola. Lola estaba enojada, ¡así que se lo ordenó a ocho personas! La mujer miró a Lola con miedo y gritó: —¡Lola Li, no puedes hacer esto! Jorge, por favor ayúdame! ¡Esto es indignante!… Ah! ¡Déjame ir! Jorge, por favor ayúdame… Por favor… Varios hombres la arrastraron a la habitación. Jorge ignoró sus frenéticos gritos. Lola tampoco le prestó atención a Yolanda y se limitó a mirar al hombre que estaba a su lado. —¿Estás desconsolado ahora? Jorge lo escuchó y dijo: —Cariño, ¿cómo puedes decir eso? No siento nada. —Quería que la mujer muriera ya que ella había matado a su hijo y trató de matar a su esposa. —Si estás enojado, no puedo verlo en tu cara. —Ella provocaba a Jorge a propósito. Bueno, una vez estuvo con Yolanda, ¡una mujer desvergonzada! Jorge sostuvo su mano tranquilizadoramente. —Lola, no seas traviesa. ¡Necesitamos resolver esto primero! —Quieres decir que estoy actuando, ¿no? —Ella hizo un puchero incoherentemente. ¡Estaba enojada de ver a su ex novia! Jorge no pudo evitar sonreír. Luego, se volvió frío nuevamente y dijo: — ¡Este hombre en el suelo mató a mi madre!

Capítulo 434 Algo malo sucedió en la mansión Manuel miró con envidia a la pareja que siempre mostraba afecto en público. Le recordaban a su ex esposa. También amaba mucho a su ex esposa antes, pero luego vino Yolanda y le robó el corazón. Los duros y fríos ojos de Jorge asustaron a Manuel. Empezó a temblar incontrolablemente. Sabía lo que le estaría esperando cuando accedió a matar como Yolanda le había ordenado. Sus sentimientos por esa mujer lo cegaron totalmente. Pero cuando llegó el momento del juicio, él todavía se acobardó. Pensó que estaba listo. No debería haberse enamorado de Yolanda ni haber aceptado hacer esas cosas por ella. —Jefe Si… Me vi obligado a hacer esto. Lo siento mucho. —Manuel tartamudeó y explicó. Esperaba que las cosas dieran la vuelta. Él sería lo suficientemente feliz como para mantener su vida. Haría cualquier cosa por Jorge Si. ¿Lo obligaron? Jorge se levantó fríamente, caminó hacia Manuel y luego se detuvo frente a él. Lo miró de manera dominante y preguntó: —¿Obligado por quién? No te atrevas a mentirme otra vez. —Su voz era fría e intimidante como un demonio que venía del infierno. Luego vinieron los gritos y aullidos de Yolanda. Era extraño y repugnante. Pero todos hicieron oídos sordos. Lola, por otro lado, estaba teniendo tanta pena por Manuel. Ella vio a su esposa una vez en la ciudad D. En ese día, todos estaban filmando una escena y una mujer regordeta vestida de rosa vino por Manuel. Su esposa era tan linda con su cara regordeta, dejando una buena impresión en Lola. Ella le envió a Manuel una lonchera que había preparado especialmente para él. Eran tan felices juntos en ese entonces. Manuel también se veía tan feliz en ese momento. Pero su amor se disipó a medida que pasaba el tiempo. Casi siempre era el destino de las parejas. Pero la culpable fue la lujuria de Manuel por una mujer bonita. A decir

por sus ojos asustados, ahora debía estar muy arrepentido. Pero el arrepentimiento no serviría de nada. No tenía sentido ahora. Después de todo lo que hizo, su esposa nunca volvería con él. Se merecía tal castigo. Merecía morir. Sin escuchar lo que Manuel había dicho, Jorge le dio una fuerte patada en el pecho. Manuel se tendió dolorosamente en el suelo como un desastre. El dolor le hizo difícil levantarse. Luego Jorge sacó un arma y cortó la pierna de Manuel varias veces. Sus gritos hicieron que Lola se estremeciera. Lola no quería ver una escena tan sangrienta. Se levantó de la silla y caminó unos pasos hacia atrás. Había dos líneas de habitaciones en la parte trasera de la nave. Una de ellas tenía dos guardias en la puerta. En esa habitación debía ser donde estaba Yolanda. Cuando Lola se acercó, sus gritos sonaron más claros. Lola se abstuvo de vomitar y se dirigió a la puerta. Pero fue detenida por los dos guardias. —Señora Si, es… Es demasiado sucio y sangriento. Será mejor que se quede afuera. —Uno de los guardias le advirtió con tono preocupado. Pensándolo bien, Lola decidió no entrar. Cuando estas personas terminaran lo que estaban haciendo, ella le diría a Jorge que los recompensara generosamente. Que el dinero aliviara su corazón y sus ojos. Lola escuchó ruidos fuertes de vez en cuando y luego regresó al salón. Cuando regresó, Manuel se había desmayado, y tenía moretones en la otra pierna también. —Despiertenlo. —Jorge ordenó fríamente, dejó a un lado el arma y caminó hacia Lola. Su odio y apatía no se habían disipado todavía. Sus ojos aún eran fríos y aterradores incluso cuando miraba a Lola. Su frialdad realmente conmocionó a Lola. Pero la mirada era más suave que aquella cuando pensó que Lola había matado a su madre. —Cariño. —Llamó a Jorge dulcemente, eliminando gradualmente su odio y frialdad. Caminó, avanzó delante de ella y la sostuvo contra su pecho.

—¿Te está asustando esto? —No debería haberle mostrado una escena tan sangrienta. Después de todo, Lola era una mujer… Lola olió su aroma familiar y negó con la cabeza. Lo que la asustó no era Manuel, sino a la mirada fría de Jorge. Jorge la consoló mientras dos guardias tomaban dos cubetas de agua de mar y la vertían sobre Manuel. Ese dolor lo despertó. Le inquietaba la agonía. Al escuchar sus frenéticos gritos de dolor, Jorge palmeó la espalda de Lola y le dijo: —Ve a la cubierta. —Debería dejarla ir primero en caso de que lo que la siguiera la asustara. Cuando Lola se fue, escuchó las súplicas de Manuel: —Jefe Si, deme un respiro. Por favor déjame ir… Mataré a Yolanda por usted. Por favor, déjeme salir… ‘Ese hombre es tan cruel’. Reflexionó Lola. O tal vez estaba demasiado desesperado… Lola se dirigió a la cubierta. Estaba amueblado con cristal y el aire acondicionado estaba encendido. Detrás de ella siguieron dos guardaespaldas. Lola no tenía nada mejor que hacer, solo mirar el mar afuera. Varios minutos después, oyó unos pasos rápidos. Entonces un guardia apareció detrás de ella y dijo: —Sra. Si, el jefe Si me dijo que la llamara a usted de vuelta. Cuando vio a Jorge, Manuel ya no estaba en el pasillo. Una extremidad ensangrentada estaba en el suelo. Lola sintió que sus piernas se debilitaban. Pero Jorge la sostuvo, para que no se cayera. Jorge frunció el ceño y ordenó. —¡Limpien, ahora! —Luego bloqueó la vista de Lola y dijo: —Volvamos. Algo pasó. Recibió una llamada de la vieja casa y supo que una mujer irrumpió y secuestró a su abuelo. Si estaba en lo correcto, esa mujer debía ser Mónica Wu. Su gente acababa de tomar a su hija, así que ella se estaba vengando. —¿Qué pasó? —Lola miró ansiosamente a Jorge mientras él la cubría con el abrigo. La cara de Jorge no parecía buena. Eso significaba que algo grande y malo había sucedido.

—Todo está bien. Nos apresuraremos ahora. Puedo manejarlo. —Luego se volvió y ordenó: —Llévate a esa mujer con nosotros. En la puerta del auto, de repente Jorge le dijo al conductor: —Lleva a la Sra. Si de vuelta a la mansión. Lola le tomó la mano y le preguntó: —¿Qué pasó exactamente? ¡Necesito saber! —Ella lo miró con ansiedad. Pero Jorge no tenía mucho tiempo para explicar. La consoló: —Lo único que debes hacer ahora es cuidar a nuestros hijos. ¿Sus bebés? ¿Estaban en peligro? Eso hizo que Lola se preocupara. No podía pensar en nada más que en sus bebés, por lo que asintió. —Señora Si, por aquí. —El guardia llevó a Lola a otro auto. A mitad de camino, el teléfono de Jorge volvió a sonar. —Jefe Si, algo malo sucedió en la mansión. —Al otro lado del teléfono se escuchó la voz preocupada de Tom, junto con la Sra. Du llorando. Tenía un mal presentimiento. —¡Dilo! —El sistema de seguridad en la casa ha sido hackeado, entonces… Entonces… —Tom no sabía cómo expresarlo. —¡Dime! —La fría voz de Jorge hizo que Tom se asustara. Dijo lo que pasó en un suspiro. —Jefe Si, entonces algunas personas entraron y se llevaron a Daniel. Llevaban gorros y chalecos a prueba de balas. Todos nuestros tiros fallaron… Jorge cerró los ojos en señal de angustia. Su abuelo había sido secuestrado; y ahora se llevaron a su hijo… Cuando volvió a abrir los ojos, se enrojecieron de odio y tristeza. El teléfono se volvió inquietantemente silencioso. Justo cuando Tom se preguntaba si Jorge volvería a hablar, escuchó la voz calmada de Jorge. — Lola llegará a la casa pronto. Le dirás que el bebé fue llevado a la vieja casa. Diles a los demás que digan lo mismo. Ella no debe saber que esto sucedió. —Está bien, jefe Si.

Capítulo 435 Secuestraron a Daniel Después de colgar, Jorge llamó a Sánchez. —Mi hijo está en problemas. Averigua lo que está pasando ahora. —¿Qué hay de la vieja casa? —Sánchez ya estaba sintiendo tanta presión. Hoy fue realmente un día difícil, dos cosas grandes sucedieron al mismo tiempo. —Llegaré a la vieja casa pronto. Solo enfócate en buscar al bebé. — ¿Buscar el bebé? Sánchez comprendió lo seria que era la cosa. Saltó al coche y corrió a la mansión. Jorge le dijo al conductor que acelerara un poco más. Varios minutos después, el coche llegó a la puerta de la casa vieja. Había coches de policía por todo el lugar. Kevin estaba negociando con el jefe de policía. Al ver a Jorge, se reunieron con él. —Padre, ¿cómo van las cosas ahora? —Jorge preguntó. Kevin estaba sudando profusamente. Kevin respondió preocupado. —Mónica está loca, puso un cuchillo en el cuello de tu abuelo. Las enfermeras que cuidaban al abuelo resultaron heridas. Ahora ella secuestró a tu abuelo en la habitación. Luego, otro auto se detuvo, del cual expulsaron a una mujer. Su cabello estaba hecho un lío, su ropa en harapos. Al instante, capturó mucha atención. Yolanda se derrumbó en el suelo, su cara se puso tan pálida. Su cuerpo estaba cubierto de muchos moretones y heridas. Entonces los dos guardias la llevaron delante de Jorge. —Tráiganla. Pónganla en el pabellón. —Desde la ventana del abuelo, Mónica podía ver claramente el pabellón. Llevaron a Yolanda allí, su hija, a quien extrañaba tanto. Todos corrieron al patio donde estaba el pabellón. Un gran número de policías se colocaron alrededor de las esquinas mientras algunos intentaban negociar con Mónica a través de la ventana en el segundo piso.

Mónica al instante vio la mirada lastimosa de su hija y supo que estaba atormentada e incluso torturada. Las lágrimas corrían por su rostro. Ah, su miserable hija. Debería haber cuidado de ella aún más… —Mónica, ¿sabes lo que ha hecho Yolanda? ¿Sabes en qué tipo de persona se ha convertido? —El abuelo de Jorge le preguntó con calma mientras estaba sentado en su silla de ruedas. Mónica sacudió la cabeza y gritó: —No me importa lo que haya hecho. Ella es mi hija. No importa lo que hizo, siempre será mi hija. Mi bebé. — Yolanda era la hija de la que siempre había estado tan orgullosa. Toda su agonía se debía a Jorge. Fue su vídeo el que los insultó y abusó de ellos frente al público. Habían sido los villanos a los ojos de la gente. ¡Fueron maldecidos y condenados por el mundo! Al ver su postura terca acerca de su hija, el abuelo de Jorge dejó de gastar sus palabras en ella. Estaba bien si ella lo lastimaba porque él era demasiado viejo para temerle a la muerte. Pero esperaba que los demás estuvieran sanos y salvos. Estaba preocupado por la seguridad de Jorge y Lola. Jorge tampoco tenía mucho tiempo que perder aquí. No tenía idea de cómo iban las cosas en la mansión, por lo que tuvo que correr aquí lo antes posible. Dijo con impaciencia: —Díganle que han traído aquí a su hija. Si se atreve a poner un dedo sobre mi abuelo, la mataré a ella y a su hija. Entonces un oficial de policía trató de negociar a través de un megáfono. —Mónica, aquí está tu hija. Ahora debes liberar al Sr. Si. En ese mismo momento, Yolanda se dio cuenta de lo que realmente sucedía y por qué la trajeron aquí. Miró a Mónica con amargura y negó con la cabeza. Si bajaba, arrastraría a más personas con ella. Mónica miró a su hija. Ella ya estaba llorando. Agarró el cuchillo y empujó al Sr. Si fuera de la habitación. En el salón había muchos policías. Jorge y Kevin también entraron. Entonces trajeron a Yolanda y la colocaron en el centro. —Yolanda, mi hija. —Mónica lloró y gritó tristemente. —Suelta a mi hija, solo entonces liberaré a tu abuelo —dijo Mónica a Jorge. Ahora, ¿ella era la que dictaba los términos? ¡No tenía ese privilegio! Con la señal de Jorge, un policía al acecho mató a Mónica. El cuchillo en su mano cayó al suelo, luego bajó las escaleras.

—¡Madre! —Yolanda gritó y casi se desmayó. Ella luchó histéricamente, pero fue controlada de inmediato. Luego, el jefe de policía y su gente llevaron a Yolanda al auto de la policía. El personal médico también se acercó y se hicieron cargo del cuerpo de Mónica. Después de intercambiar algunas palabras con el jefe de la policía, Jorge siguió a Kevin al segundo piso. —Abuelo, ¿estás bien? —Jorge miró a su abuelo con preocupación. Pero su abuelo estaba realmente muy tranquilo. Sacudió la cabeza, sonrió y respondió: —Estoy bien. Solo hay un pequeño corte en mi cuello. —Levantó la cabeza y les mostró el corte. Después de que la herida del abuelo fue atendida, Jorge dijo con tristeza: —Padre, te ocuparás de las cosas y los problemas aquí. Daniel… Secuestraron a Daniel. Tengo que volver corriendo a la mansión. — Considerando la gravedad de ese asunto, Jorge les contó sobre la desaparición de Daniel. El abuelo de Jorge estaba muy callado antes, pero ahora se levantó de la silla y le preguntó: —¿Qué pasó? —Jorge, ¿por qué se llevarían a Daniel? ¿¡Quién haría eso!? —Recordó que en la pared de la mansión había sido instalado un avanzado sistema de seguridad. ¿Cómo podría alguien llevarse a Daniel lejos de ese lugar? Jorge les tranquilizó, luego les dijo que escondieran esto de Lola por ahora. Él se ocuparía de esto de inmediato. El abuelo de Jorge y Kevin estaban muy preocupados. Entonces Jorge se apresuró a la mansión. Cuando Lola llegó a la puerta de la mansión, vio a dos guardias que miraban dentro como si algo hubiera sucedido. —¿Qué pasa? —Ella siguió sus ojos y descubrió que el alambre de acero parecía haber sido cortado. Algo malo sucedió aquí… Los dos guardias fueron tomados por sorpresa por su voz. Tom tartamudeó. —Todo está bien, señora Si, todo está bien. Lola miró con curiosidad a los guardias que huyeron a la sala de seguridad. Luego miró a la red de alambre. Pero ella no pensó mucho en eso y simplemente entró. Dentro de la mansión La señora Du miraba cariñosamente a la niña en la cuna. Otras sirvientas

también temblaban de terror. Cuando vieron a Lola, la señora Du recuperó apresuradamente su compostura. —Vayan a trabajar ahora. No se reúnan aquí. —Ordenó a las otras sirvientas. Cuanta más gente hubiera aquí, sería más fácil hablar de más sobre lo sucedido. Tenían que tener cuidado ya que la señora Si era muy inteligente. Lola vio la cuna y se acercó alegremente. Pero, ¿dónde estaba el otro bebé? Solo había uno de los gemelos. —Señora Du, ¿dónde está Daniel? —Preguntó con curiosidad. ¿Daniel estaba durmiendo arriba? Luego Lola sostuvo a Sally en sus brazos. La señora Du respiró hondo, reprimió su confusión de sentimientos y respondió lo que Jorge había ordenado: —Llevaron a Daniel a la vieja casa. ¿A la vieja casa? Lola estaba confundida. Ella preguntó: —¿Por qué de repente iría a la casa vieja? La señora Du tartamudeó. —Tal vez… tal vez el jefe Si quiere… dejar que Daniel pase más tiempo con… con su bisabuelo. —Ella no sabía cómo mentir. Tuvo que inventar una razón válida y huir de la vista de Lola. Las palabras de la señora Du dejaron a Lola aún más desconcertada. No sabía por qué Jorge no le contó nada de eso. Además la señora Du parecía muy preocupada y deprimida. Parecía estar escondiendo algo. Entonces Lola decidió llamar a Jorge y preguntarle. Llevó a Sally al segundo piso y la puso en la cama. Marcó el número de Jorge. Jorge acaba de contestar varias llamadas. Su teléfono volvió a sonar. Al ver el identificador de llamadas, casi dejó caer el teléfono en pánico. Era Lola. Pero tenía que ocultárselo a ella el mayor tiempo posible. No quería que Lola se preocupara y asustara. —Cariño. Su voz parecía normal. Lola movió el pañal de Sally al lugar correcto. — ¿Llevaron a Daniel a la vieja casa? ¿Por qué no me lo dijiste? —Ella preguntó. —Sí. —Respondió de manera sencilla. . Pero Lola sintió algo diferente en su tono. —¿Por qué lo enviaste de repente allí? —ella añadió. Los gemelos solían quedarse juntos. Algo estaba pasando aquí.



Capítulo 436 El sistema de seguridad fue vulnerado Jorge se frotó las cejas, un poco cansado, antes de responder: —El abuelo extrañó a Daniel, por eso, lo envié allí por unos días. No tienes que preocuparte. La seguridad en sus palabras, finalmente, tranquilizaron a Lola. — ¿Trajiste leche en polvo y las otras cosas que Daniel necesita? —Su leche materna no era suficiente para dos niños, por eso, la gemela, era básicamente alimentada con biberón. —Está todo lo necesario. Solo quédate en casa y cuida a Sally. No salgas de casa, a menos que tengas la obligación de hacerlo. —Envió a varias personas de seguridad a la escuela de Estrella para mantenerla sana y salva. Había planeado contratar a profesores para que le enseñaran en casa, pero la educación en el hogar, no era muy buena para el crecimiento de un niño. Quería que Estrella creciera feliz y por eso, descartó esa idea. La niña necesitaba tener amigos. —¿Qué pasó en la antigua casa? ¿Por qué te fuiste de repente?. ‘¿Era esta la excusa de Jorge para darle un descanso a Yolanda porque todavía la amaba?’ Lola reflexionó sobre esta idea en su mente. —No es gran cosa. El problema está resuelto. Yolanda y Manuel fueron encarcelados. No lo pienses demasiado. —Lo que les esperaba detrás de los barrotes, no era mejor que lo que Jorge les había hecho. ¿Fueron encarcelados? Eso, alivió el estrés de Lola. Entonces, no tenía que preocuparse por los problemas de seguridad. Pensó que Yolanda era la única que quería que la mataran. Ahora que ya no estaba, podía vivir con Jorge y los niños en paz. Pero era demasiado ingenua. No sabía que su hijo, fue secuestrado por otras personas y no por Yolanda. Después de cortar la llamada telefónica, Jorge se apoyó en la silla e intentó pensar y aclarar todo el incidente. Después de un rato, llegó a la mansión mientras Sánchez investigaba en la escena criminal con detectives y policías. El sistema de seguridad en la mansión fue vulnerado por piratas

informáticos. Durante media hora, las imágenes del circuito cerrado de las cámaras de seguridad, estaban en blanco. Jorge observó todo el sistema informático que no funcionaba, con muy mal humor. Sus oponentes parecían bastante poderosos esta vez. Eran muy inteligentes. Justo cuando él y Lola dejaban la mansión, ellos irrumpieron. Así, debían haber estado aquí por bastante tiempo. Pero no debería tener nada que ver con Yolanda. Porque no tenía el dinero para contratar a tal grupo. Además, debían tener un pirata informático profesional en su equipo. Así era cómo vulneraron su avanzado sistema de seguridad. No sabía por qué se llevaron a su hijo. Pero, sabía que tendría algo que ver con el incidente del tiroteo de la última vez. —¿Qué está haciendo Javier últimamente? —Le preguntó a Sánchez. Recordó la información que le dieron hacía dos días y respondió: — Javier huyó a Mando Bay. Cuando nuestros muchachos llegaron, él ya se había escapado. Ahora, parece que se dirige a los Estados Unidos. . Sin embargo, todavía tratamos de confirmar esa información. ‘¿Está en los Estados Unidos? ¿Por qué?’ Frunció el ceño y excluyó a los sospechosos, uno por uno en su mente. Finalmente, quedó el último sospechoso que tenía apenas veinte años. Jorge pensaba que todo esto, no pudo hacerlo solo. Pero siempre creyó en no subestimar el poder y la capacidad de cada uno. Luego, le ordenó a Sánchez: —Averigua qué estuvo haciendo Martín Wu en los Estados Unidos. . Sánchez estaba confundido. Ese nombre lo escuchó en alguna parte. —Es el hijo de Carlos y el hermano de Michelle. —Estudió en los Estados Unidos. . ¡Oh! Sánchez lo recordó y luego dudó: —¿Está involucrado en esto? ¿Cómo? Solo tenía veinte años. Además, las dos familias de sus padres se fueron. ¿Por qué se involucraría en algo así? —Sánchez no creía que el joven hiciera una cosa como esa. —Pero es un sospechoso. No puedo dejarlo ir tan fácilmente. Además, solo estamos investigando qué estuvo haciendo últimamente. Solo busca y encuentra algo. —Si se quedó en la escuela y actuó correctamente, sería inocente. Si no, podía estar detrás de todo esto. Solo tenían que ser muy cuidadosos.

Sánchez asintió con la cabeza. Estuvo de acuerdo en que cualquier sospechoso, tenía que ser investigado. Después de que Sánchez se fue, Jorge contactó a sus conexiones en los Estados Unidos. Les dijo que buscaran algo de información y que ayudaran para poder encontrar a Javier. Antes de subir las escaleras, Jorge llamó a las empleadas de su casa. Dos doncellas le dijeron con miedo: —Ese hombre estaba con un traje negro. Logré verlo… Luego, me desmayé. —Me golpeó con una pistola… Después, también me desmayé. Jefe Si, lo siento. No sabíamos que la red de seguridad sería vulnerada. Jorge les preguntó acerca de las características físicas del hombre. Según la descripción, ese hombre parecía ser Javier… Esa noche, Lola se durmió pronto con sus dos hijas en los brazos. Jorge los vio durmiendo profundamente. Simplemente, no podía dormir porque estaba demasiado agotado y nervioso por lo que le pasó a su hijo. Ahora, no sabía dónde estaba. Y el secuestrador no lo había contactado todavía. Observó la vista nocturna afuera y murmuró en su mente: —Daniel, tú eres mi hijo. Eres el único heredero. Debes estar sano y salvo. Espérame. Soy tu papá y te traeré de regreso a casa. Pero después de mucho, mucho tiempo, cuando Daniel tenga quince años, Jorge le daría solo cien mil yuanes para comenzar su propio negocio… Era de noche, muy tarde. Un avión voló lentamente por los cielos de los Estados Unidos. Bordeó y aterrizó delante de una mansión. Era fácil pero difícil de notar. Un hombre se bajó del avión, tomó a un bebé en sus brazos y entró en la casa rápidamente. Después de abrir la puerta, entró en una habitación. Junto a la cama, presionó un botón y luego, se abrió la pared. Cuando entró, se cerró. Caminó por un pasaje que conducía a otro cuarto. Abrió la puerta y vio a varios hombres y mujeres sentados adentro. Cuando lo vieron, uno de los hombres, enfocó instantáneamente sus ojos en el niño.

—¿Este es el hijo de Lola? —Preguntó con calma y en hablando en chino nativo. Un hombre africano, un poco mayor, que estaba a su lado frunció el ceño y dijo: —Señor Martín, ¿realmente crees que nosotros, el Equipo G, podemos ganarle a Jorge? ¿Crees que tendremos éxito en nuestra misión?. Martín Wu se rió de una manera demasiado sofisticada para su edad. Se puso de pie, caminó hacia Javier y tomó al bebé en sus brazos. El niño estaba dormido. —Se dice que un padre prefiere a las hijas mujeres y una madre, a los niños. —Escuchó que Jorge trataba bastante bien a Estrella. Entonces, el hijo que más le importaba a Lola, debía ser este niño. Luego, sonrió y sonrió, con malicia. —Mis padres y mi hermana están en un estado muy trágico por culpa de Lola… ¡Arruinó a mi familia! —Le mostraría cómo se sentía tener destruida a su familia. Todos en el equipo se estremecieron ante su sonrisa espeluznante. Sabían que Martín podría ser joven, pero era mucho más sofisticado que ellos. —¿Qué debo hacer ahora, Señor Martin? —Javier le dijo con impaciencia. Tenía miedo de que Jorge descubriera lo que hizo. Lo perseguirá por todo el mundo. Necesitaba un lugar donde esconderse. La última vez, en Mando Bay, lo golpearon casi hasta la muerte. Martín apartó los ojos de Daniel y lo puso sobre la mesa. Luego, durante un momento de descuido, sacó la pistola con el silenciador que había preparado por la mañana y le disparó a Javier en la cabeza. El hombre murió en el acto. ‘Ni siquiera pudo matar a Lola. ¿Para qué nos sirve? Era incompetente’. Pensó Martín en su mente. Javier apenas podía creer que el hombre que lo mató, era el vicejefe del equipo en el que trabajó durante tres años. Se desplomó en el suelo con los ojos bien abiertos. El hombre africano ya estaba acostumbrado a estas escenas. Sabía que Martín había asesinado a muchas personas. Es exactamente por eso, que se escondieron bajo tierra. Luego, Martín arrojó el arma en un cajón y le dijo al asistente que estaba a su lado: —¿Dónde está la enfermera que cuida al niño? Envía al niño e intenta que se quede tranquilo. Dale drogas si es necesario.



Capítulo 437 Nuestro Daniel está desaparecido Él criaría al niño primero y torturaría a Lola lentamente. Así era como lo haría. —¡Aunque sabe que su hijo está vivo, no puede encontrarlo! ¡Este es el mejor plan para hacer sufrir a Lola! —Mart’in se echó a reír y se llevó al bebé. Daniel abrió los ojos, miró al extraño y siguió durmiendo. A la tarde siguiente. En la oficina de Jorge en el Grupo de Compañías SL, Sánchez llamó a la puerta y no sabía cómo hablar con el hombre que estaba inmóvil junto a la ventana. —Di lo que tengas que decir, Sánchez. —Dijo Jorge sin mirarlo. Estaba pensando donde estaba su hijo. —Jorge… —Sánchez se detuvo un momento—. Javier ha sido encontrado muerto en América. La habitación estaba en silencio. La muerte de Javier significaba que habían perdido todas las pistas. En ese momento, Jorge estaba seguro de que Javier tenía que ser la persona que se había llevado a su hijo. —Investiga su muerte. Averigua si hubo juego sucio. —Ahora, el País C y América serían el punto clave de su investigación. Jorge no podía ocultar la desaparición de su hijo de Lola por más tiempo. Por lo tanto, necesitaba encontrar a su hijo antes de que ella descubriera la verdad. Sin embargo, cuando Jorge decidió ir solo a América, Lola sabía todo lo que sucedía. En la mansión. Lola miró su teléfono sin comprender. ¿Qué es lo que había oído en el teléfono justo ahora? ¿Qué habían secuestrado a su hijo? ¿No volvería a ver nunca más a su hijo? —¿No está Daniel en la casa vieja. —La noche anterior, Kevin le había dicho que estaba dormido cuando ella llamó.

Intentó volver a llamar al número, pero de repente estaba apagado. Contuvo el pánico y la desesperación dentro de ella y llamó a Jorge. —Jorge… —Lola logró pronunciar su nombre en un tono normal. —Cariño. —Jorge sintió que estaba molesta. ¡Tenía un mal presentimiento sobre eso! —¿Dónde está Daniel? Dime. No me mientas.” Después de esto, contuvo el aliento y esperó que la llamada anterior fuera solo una broma para ella. Jorge aceleró y se dirigió a la mansión. —Cariño, llegaré a casa dentro de diez minutos. ¡Espérame! —¡No! ¡Dime dónde está mi hijo! —De repente, ella habló en voz alta. Quería con desesperación que Jorge le dijera que Daniel estaba en la casa vieja. Sin embargo, Jorge colgó el teléfono. No podía pensar en las palabras adecuadas. La velocidad del coche aumentó a doscientos kilómetros por hora. Jorge no le prestó atención al teléfono. ¿Cómo podía decirle que su hijo había sido secuestrado? Cinco minutos después, Jorge llegó a la mansión. Corrió al segundo piso sin cerrar el coche. Lola estaba de pie en la habitación del bebé. Su cara estaba pálida. Ella estaba de pie junto a Sally. Estaba completamente ausente mientras miraba su teléfono. —Cariño. —Susurró, caminó hacia ella y la abrazó con fuerza. Lola abrazó a Jorge con fuerza, tratando de calmarse. —Jorge, ¿dónde está Daniel? Por favor, dímelo. Jorge besó su largo cabello con tristeza. —Cariño, nuestro Daniel… — Estaba demasiado triste y con sentimiento de culpabilidad para terminar la frase. Tenía miedo de hacerle daño. Fue su culpa no garantizar la seguridad de su hijo. Finalmente, reunió todas sus fuerzas y dijo: —Nuestro Daniel está desaparecido, ¡pero estoy tratando de buscarlo! No te preocupes.

Él la consoló primero, tratando de hacerla sentirse bien. —Nuestro Daniel está desaparecido… —La mente de Lola se quedó en blanco de repente. Las palabras la golpearon como una avalancha. —¿Desaparecido? ¿Desaparecido? ¿Qué quieres decir? —Ella repitió las palabras. ¿Cómo podía estar desaparecido su hijo? —Lola, cálmate. Lo estoy buscando ¡Seguro que está bien! Estamos a punto de encontrarlo. —Él secó las lágrimas en sus mejillas y la consoló. Después de una larga pausa, Lola miró a los ojos inyectados en sangre de Jorge. —Sus ojos se estaban poniendo rojos. ¡Tal vez no había dormido en días! —Por eso no había ido a besarla ya que ella había estado durmiendo con Estrella. Por lo general, Jorge prefería a Estrella y a Sally. Jorge le fruncía el ceño a Daniel cuando lo abrazaba. En verdad, él también amaba a Daniel. Simplemente no quería demostrárselo a un hijo. Ahora, él debía estar muy preocupado. Pensando mucho en ello, Lola respiró hondo, abrazó a Jorge y le aseguró: —¡Cariño, te entiendo! ¡Busquemos a nuestro hijo juntos! —Ella no podía estar de mal humor y ocasionarle más problemas. Al mirarla, Jorge le besó la cabeza con amor. —¿Cómo puede estar tan tranquila de repente? —Sí. Vamos a buscarlo juntos. No te preocupes. Deberíamos simplemente creer en nuestros corazones que nuestro hijo está sano y salvo. Lola asintió y le dio el teléfono a Jorge. —Comprueba el número de teléfono. Estaba inaccesible cuando volví a llamar. —Las mujeres se vuelven más fuertes cuando tienen hijos. Daniel quería que Lola lo salvara. Por eso, ella tenía que ser más fuerte. Jorge volvió a llamar, pero estaba realmente fuera de servicio. Anotó el número y le pidió al departamento de tecnología especial que lo analizara. Después le dijo a Lola. —Me iré a América mañana. Tú tienes que quedarte en casa y cuidar a nuestro hija. —¿América? —Lola preguntó después de una breve pausa. —¿Para qué? ¿Negocios? —Creo que Daniel está allí. Quiero investigar. —Él le dijo la verdad

para que se sintiera cómoda. Lola dijo sin vacilar: —Yo también quiero ir. Su Daniel. Pobre niño. Jorge sacudió la cabeza. —Sólo quiero comprobar si nuestro hijo está allí o no. No necesitas ir a América. Además, nuestras dos hijas están aquí. Necesitan estar seguras. Si Daniel está en América, será muy peligroso. Lola agarró su ropa ansiosamente. —Cariño, Daniel está desaparecido. ¡No me siento a gusto si me dejas aquí! ¡Déjame ir contigo! —Ella comenzó a tener una rabieta. La presión y el estrés de perder un hijo la abrumaban. Jorge no pudo evitar reírse y casi estuvo de acuerdo con ella. —Cariño, vamos a dormir primero. —¿Dormir? No. ¡No quiero dormir para nada! Daniel está desaparecido. No puedo dormir. ¡Tú lo sabes! —Ella lo miró con frustración y consternación. Jorge movió la cuna de Sally al dormitorio y Lola lo siguió. Mirando a Estrella que estaba dormida, volvió a la habitación. Después de acostar a su hija, Lola también se fue a la cama. Jorge apagó la lámpara de la mesilla y se echó a dormir a su lado. Él le levantó la cabeza y la dejó dormir debajo de su brazo. —¡Se acerca Año Nuevo! ¿Cómo puede faltar Daniel?! Es una desgracia, especialmente en esta época del año. —Lola se durmió en sus brazos y susurró. Si no se podía encontrar al niño en los dos días siguientes, ¿cómo podrían pasar felizmente el Festival de Año Nuevo? Jorge la abrazó fuertemente. —Cariño, no te preocupes. ¡Encontraré a Daniel pronto y lo traeré de vuelta a casa! —Aunque prefería a Estrella y Sally, todavía amaba a Daniel porque era su hijo. Lola asintió. —Cariño, nuestro hijo estará bien, ¿verdad? —Sin embargo, había leído muchas historias tristes sobre niños perdidos en Internet. Decían que los traficantes de seres humanos les rompían las piernas y los brazos a los niños y los hacían mendigar en las calles… Estaba realmente asustada. Las lágrimas corrían por su rostro. ¡Lola rezó para que no le hicieran ningún daño a su pequeño bebé!



Capítulo 438 ¿Dónde está Daniel? En la oscuridad, Jorge le secó las lágrimas amorosamente. Ella debía estar preocupada por la seguridad de su hijo. —No llores. ¡Daniel estará bien! ¡Él no es su objetivo! ¡Lo mantendrán a salvo! Lola sollozó fuertemente y solo asintió. Ella esperaba que no le hicieran daño a su pequeño bebé. La mañana siguiente. Lola no durmió nada bien. En el preciso momento en que estaba a punto de dormirse, Sally se puso a llorar. Entonces, se levantó de inmediato. Miró la cama vacía. —¿Jorge ya se ha ido? —pensó Lola. No tenía ni idea de cuando se había ido. Miró el reloj, ya eran las 7 de la mañana. Salió de la cama y atendió a su hija que lloraba. Su hija era igual que su hijo. Lola susurró: —Sally, dile a mamá. ¿Dónde está tu hermano? ¿Sabes dónde está ahora? Sin embargo, Sally no pudo responder a su pregunta. Ella sólo lloraba muy alto. Jorge llegó a América alrededor de las 8 y fue directamente a la universidad de Martín. Martín originalmente había estudiado en una famosa universidad en Los Ángeles. Pero se trasladó a una universidad común cuando la riqueza de su familia disminuyó. Jorge conoció a Martín en la oficina del presidente. Su compañero de clase le pidió que viniera aquí. Llevaba una camisa gris y roja y un par de tejanos. Parecía un hombre normal con el pelo cortado a cepillo. La desgracia que le sucedió a su familia no le molestó en absoluto. Sin embargo, cuanto más normal parecía, más complicado era. —¿Martín? —Jorge le pidió al director que se fuera para poder tener una conversación privada con Martín. Martín asintió y empujó la montura de sus gafas negras. —Señor, ¿qué

pasa? —¿Señor? —Jorge no esperaba eso. Observó cuidadosamente su expresión: —¿Por qué no vives en la universidad? Martín miró a Jorge con desconfianza. —¿Hay algún problema con eso? ¿Quién eres tú? Jorge lo miró y sonrió fríamente. —Mi hijo ha desaparecido. —No dejaría pasar ninguna expresión en la cara de Martín. Martín parecía aún más confundido. —Te confundes de persona. No tengo nada que ver con la desaparición de tu hijo. ¿Por qué estás aquí? En lugar de estar enfadado, Jorge solo se rió. Si su hijo había sido capturado por el hombre que tenía delante, le aplaudiría. ¡Era un excelente actor! —No me importan tus mentiras. Solo quiero que sepas que tendrás un final trágico si has secuestrado a mi hijo. Te estoy advirtiendo. —Le advirtió fríamente. —¡Estás loco! —dijo Martín y se dio la vuelta, pero su rostro cambió. Jorge lo miró ferozmente. —Se dice que entra y sale mucha gente de tu casa. Martín se detuvo por unos tres segundos y miró hacia atrás. —Sí. Es mi casa y no es de tu incumbencia. No pienses demasiado en eso. Él ignoró a Jorge y de repente salió de la oficina. Jorge vio como Martín desaparecía en el vestíbulo y se perdió en sus pensamientos. Las personas de la edad de Martín se sentían asustadas y nerviosas cuando veían a Jorge. Sin embargo, Martín estaba muy tranquilo. ¡Definitivamente no era inocente! Además, Jorge había destruido la riqueza y el estatus de su familia. Martín sin duda era consciente de eso. Era de locos pensar que él no supiera nada de eso. Dado que comprendía un poco a Martín, Jorge se fue de la universidad e hizo que echaran un vistazo a su casa y vigilaran. Cuando Martín regresó a la casa esa noche, sacó a Daniel del sótano. Jorge no encontraría esa zona incluso si entraba en la casa. En la mansión en el País C.

Lola paseaba con su hija. Habían pasado tres días desde que Jorge se había ido a América. La gente estaba celebrando el Festival de Año Nuevo porque podía escuchar los petardos y las trompetas. Le pidió al conductor que llevara a Estrella a la casa vieja. Aunque Kevin la llamó para pedirle que regresara, ella se negó. Quería esperar a su hijo y a su esposo en casa. Estaba oscureciendo. Lola observó con remordimientos los hermosos fuegos artificiales en el cielo. Pensó en su cumpleaños. Ese día, los fuegos artificiales preparados por Jorge fueron más hermosos. De repente, ella lo echaba tanto de menos… Pensando en eso, agarró a su hija y corrió a la mansión. En la mansión, sólo estaban ella, su hija y sus guardaespaldas. Todos los sirvientes se habían ido y celebraban el festival con sus familias, excepto la señora Du. Esta noche, comerían las albóndigas cocinadas por ella. La mansión estaba muy tranquila. Lola se sentó en el sofá y trató de llamar a Jorge. Pero antes de que pudiera llamar a Jorge, su teléfono sonó repentinamente. Era Tomás Herren… Era la víspera del Año Nuevo Chino. Debería quedarse con su familia. ¿Por qué la estaba llamando? Después de una breve pausa, ella contestó el teléfono. —Tomás, feliz año nuevo. —Ella trató de hablar alegremente para ocultar su bajo estado de ánimo. Al principio no dijo nada. Más tarde, Tomás Herren dijo directamente: —Sé dónde está tu hijo. —Dijo con voz decidida. ¡Fue una gran sorpresa! Entonces, Lola le preguntó con entusiasmo. — ¿En serio? ¿Dónde está Daniel? ¿Dónde está él? —¿Daniel? ¡¿Tu hijo es Daniel? ! —Te puedo decir esto con una condición. —Sonaba un poco diferente en ese momento.

Lola se calmó lentamente. —Si puedo hacerlo, entonces te prometo que lo haré. —Lola, ¿no deberías hacer algo para encontrar a tu hijo? —¡Debería prometer todo para recuperar a su hijo! —Vale. Puedo prometerte todo si me dices dónde está mi hijo. —Si ella pudiera recuperar a Daniel, lo haría todo por él. Mirando la hermosa escena del exterior, Tomás Herren dijo lentamente: —¡Lola, quiero que dejes a Jorge y te quedes conmigo!

… Lola se quedó muy callada. —¿Qué quería decir con eso? —Estaba en un shock. —¡Herren, sabes que los dos estamos casados! —Le recordó ella. ¿Cómo podía olvidar que él también estaba casado? Tomás Herren sonrió. —Lola, me casé con esa mujer por culpa de Yolanda. ¡Ella me incriminó! ¡Tú eres a la única a la que amo! ¡Tú lo sabes! —Siempre…

… —Herren … ¿Me puedes dar otra opción? La vida de un bebé está en juego aquí. —Quería que Herren cambiara sus condiciones. Ahora estaba un poco preocupada y ansiosa. —No. ¡Esa es la única condición que te pido! Tómalo o déjalo. —Sus ojos se pusieron rojos. No sabía eso antes. . Cuando vio la foto de su boda y su muestra de afecto, quería matarla. La hubiera querido matar si no era para él. No la dejaría ser feliz en compañía de otra persona. Como Lola estaba en silencio y su hija lloraba, Tomás Herren dijo nuevamente: —Te daré tiempo para que te lo pienses. Dime tu decisión mañana por la mañana. Entonces, él colgó. Después de una pausa, llamó a la secretaria. —¡Haz lo que puedas para conseguir ese niño para mí! Aunque Lola lo odiara o lo maldijera por su amenaza, no le importaba en absoluto. Él sólo la quería a ella. Después de la llamada, Lola tiró el teléfono al sofá y sostuvo a su hija con fuerza. Estaba desconcertada y asustada.



Capítulo 439 Pídele que me llame papá ¡Tomás Herren definitivamente la estaba amenazando! ¡Cómo podía hacer eso! ¿Le había malinterpretado? Después de una larga pausa, Sally finalmente se durmió; Entonces sonó el teléfono de Lola. Al principio, no contestó el teléfono, pero cuando sonó de nuevo por segunda vez, se dio cuenta de que tenía que hacerlo. —Hola. —Respondió con lentitud. ¿Cómo podía pensar en dejar a Jorge cuando estaba tan acostumbrada a vivir la vida con él? Jorge había recibido más información sobre su hijo, y por eso llamó a Lola para consolarla. Pero, sin embargo, sintió que le pasaba algo cuando hablaba. —¿Qué te pasa? —preguntó. Le preguntó confundido. —¿Está preocupada por nuestro hijo? —se preguntó él. Lola sacudió la cabeza en silencio, pero se dio cuenta de que Jorge no estaba ahí, cerca de ella. —Estoy bien. ¿Qué pasa? Ella no sonaba tan bien. Sonaba diferente en comparación con los otros días anteriores. Sin embargo, Jorge no sacó el tema. —Hoy es la víspera del Año Nuevo Chino, y lamento no estar en casa contigo. Cariño, te echo mucho de menos, mucho. —Recordó el accidente que tuvieron en el primer Festival de Año Nuevo después de haberse casado. Las lágrimas brotaron de sus ojos mojando sus mejillas cuando escuchó sus palabras. —No importa. ¿Hay alguna noticia sobre nuestro hijo? —Ella quería saber más a través de Jorge. Jorge pensó sobre eso y dijo: —Mañana daremos un paso. —Las acciones de Martín lo habían traicionado, y decidieron que irían a su casa a buscar a su hijo. —¿Mañana? —Lola atisbó una señal de esperanza. Tal vez ella podría luchar contra él. ¡Tomás Herren podía haberle mentido! —¡Sí! ¡Eso es! ¡Cuídate y ten cuidado! —Jorge estaba sólo en América, y Sánchez no estaba allí con él. Lola estaba preocupada por él.

Jorge se echó a reír y dijo: —De acuerdo, cariño, me cuidaré bien. ¿Dónde está Sally? ¡Dile que me llame papá! Lola dijo: —Sally está dormida ahora, y además, no puede llamarte papá aunque estuviera despierta. —En el fondo, había decidido salvar a su hijo a toda costa. —Vale. Voy a llamar a Estrella ahora. ¡Descansa bien, volveré contigo pronto! —Había recibido un correo electrónico sobre el equipo G. Lola colgó el teléfono y luego se perdió en sus pensamientos. Después de pasar una noche sin dormir trabajando en sus planes, Lola envió a Sally a la casa vieja a la mañana siguiente. Le contó a Kevin todo sobre su plan, pero Kevin negó con la cabeza. — Querido, llamé a Jorge ayer, y no está seguro allí. Puedes quedarte en casa con Estrella y Sally. —Él no creía que fuera una buena idea que ella fuera a América. Lola se mordió el labio y después miró a su bonita hija. —Papá, no quiero quedarme en casa. Quiero ayudar a Jorge. —¡Una persona más contribuiría más a su causa! Finalmente, Kevin tuvo que ponerse de acuerdo con ella y él les pidió a los guardaespaldas que llevaran a Lola al aeropuerto. Antes de embarcar, Lola llamó a Sánchez y le preguntó sobre el nuevo paradero de Jorge. Ella le pidió que le prometiera que nunca informaría a Jorge de su llegada. Sánchez miró el teléfono y no pensó demasiado. Pronto volvió a estar ocupado. Los Ángeles. Una vendedora que llevaba un sombrero llegó a la villa y tocó el timbre. En el sótano, Martín miraba las cámaras de seguridad sin ninguna preocupación. Varias personas ahora estaban discutiendo su plan de acción. Jorge estaba al tanto del equipo G, pero este no era el mejor momento. Ya habían comenzado a mover su base, pero no pudieron terminar la transferencia completa en ese corto período de tiempo. La vendedora volvió a tocar el timbre, pero nadie contestó. Después sacó algo de su bolso e intentó abrir la puerta con eso. Cuando Martín vio lo que estaba tratando de hacer, gritó: —¡Mierda! —

Dio una patada a su silla y subió las escaleras del sótano. Mientras la vendedora intentaba abrir la puerta, Martín se apoyó contra la pared y la miró. —Hola —dijo. Cuando vio que el hombre estaba en la casa, se vio realmente sorprendida y lo saludó con torpeza. Entonces ella comenzó a alejarse lentamente. —¡Detente! —¡Nadie podía entrar o salir de su casa libremente! La vendedora hizo un gesto a la gente de afuera, pero Martín no lo notó. Después lo miró y, mientras se tocaba su pelo rubio, dijo: —¡Eh, señor! ¡Te he estado observando desde hace mucho tiempo! Dicen que eres chino, y eso me gusta mucho. La mujer caminó hacia él, se colgó de su cuello y besó su mejilla. Era demasiado tarde para Martín cuando descubrió que algo iba muy mal. Le dispararon en el cuello. Cayó al suelo y dijo: —¡Joder! —Martín la maldijo. Entonces, Jorge dirigió a su equipo y entró en la casa. —¡Buscar al niño! —ordenó él. Todos comenzaron a buscar al niño en la casa, pero la villa estaba muy tranquila. Parecía que no había ni rastro del hijo de Jorge. Fuera, una mujer los seguía y estaba tratando de averiguar qué estaba pasando dentro por la ventana. Sin embargo, las cortinas le bloqueaban la vista. Ahora no veía nada. —¿Qué estáis haciendo aquí? —preguntó Martín. Estaba apoyado contra la pared débilmente, y estaba realmente mal. Jorge no respondió a su pregunta, y en cambio revisaba cada habitación con cuidado. Cuando entró en el sótano, Martín comenzó a sentirse muy nervioso. En el sótano había una cama grande, muy limpia y el edredón estaba muy bien puesto. Parecía que nadie había dormido allí nunca. Jorge revisó la habitación con cuidado, y de repente encontró una grieta en la pared. Era muy difícil verla. —¿Una grieta? —A pesar de que la casa era bastante vieja, no tendría que haber una grieta en esa pared. No tenía ningún sentido. Además, era una

grieta larga y recta. Jorge caminó alrededor de la habitación y encontró un botón en la mesa al lado de la cama. Era un poco diferente de los otros botones de la cámara. Caminó hacia él y estaba a punto de apretarlo cuando, de repente, una mujer gritó desde afuera. —¿Quién está ahí? La voz familiar sorprendió a Jorge en un instante. —¡Relajaros! ¡Soy yo! ¡No dispares! —¡Me han encontrado muy rápido! ¡Lamentablemente! —pensó. Cuando Jorge escuchó su voz, se sintió al mismo tiempo muy preocupado y ansioso. —¡Lleva a mi esposa lo más lejos posible! ¿Cómo había llegado ella ahí? ¡Es demasiado peligroso para ella! ¡Ella no debería estar aquí! —¡No! —Lola se deshizo de la chica rubia y luego corrió hacia Jorge. Jorge la abrazó con fuerza y después besó su largo cabello. —Cariño, ¿por qué estás aquí? —preguntó. —¿Quién le había dicho que yo estaba aquí? Lola respondió: —¡Estoy aquí para salvar a nuestro hijo! —No podía quedarse en casa porque estaba demasiado preocupada. Jorge la miró y sonrió. —¡Que alguien saque a mi esposa de aquí lo más lejos posible! —Sonaba muy frío, y en un instante, desde el momento en que la vio, ya había tomado la decisión de sacarla de ahí.

Capítulo 440 Lola estaba desesperada —¡No voy a ninguna parte! ¡Jorge, te odio! —Jorge ignoró sus quejas y presionó el botón después de que ella se hubiera ido. Con un fuerte estruendo, la pared con una grieta se abrió. Lo primero que vieron fue una ‘G’ mayúscula. Al mirar más lejos, vieron un camino que se alejaba de la pared. Martín fue el primero en ser encontrado y atado. Estaba muy enfadado. Había pasado varios meses en la habitación secreta, ¡pero Jorge lo había encontrado! De repente, una persona salió de un lado y apuntó con su arma a Jorge. Jorge se agachó para evitar el disparo. La bala no le dio y rebotó en la pared detrás de él. Sin embargo, el hombre no dejó de disparar y Jorge tuvo que seguir agachándose para evitar que le alzanzara. Justo cuando se le estaba yendo de las manos, la chica extranjera sacó un arma y disparó al hombre. Finalmente, libre del ataque del hombre, Jorge abrió otra puerta en la habitación permitiendo que varias personas entraran. Cuando Jorge y las otras personas miraron alrededor de la habitación, se sorprendieron. Vieron cientos de botellas de vidrio alrededor de la habitación. ¡Las botellas tenían órganos humanos! La cantidad de órganos humanos encontrados en la casa de la tía de Lola era mucho menor de lo que se podía ver en esta villa. Jorge vio globos oculares en formol. También vio riñones, manos humanas, corazones, lenguas y orejas en botellas por todas partes. Lo más inquietante eran varios bebés que flotaban en las columnas de vidrio. Se acercó y lo comprobó. ¡Definitivamente eran bebés! Jorge se preocupó un poco. Notó que todos los bebés tenían el pelo rubio. —Tengo suerte, mi bebé no está aquí… —pensó e inmediatamente se sintió culpable. En lo alto, Jorge vio varias botellas suspendidas que contenían cabezas humanas. Muchas personas desaparecidas estaban aquí. ¡Todos estaban

muertos! Jorge y su equipo sintieron como si les hubieran arrancado el alma. La escena los conmocionó y los perturbó. Al ver que nadie le prestaba atención, Martín encontró un cuchillo, cortó las cuerdas que lo ataban y salió corriendo. —¡Jefe, Martín está huyendo! —dijo alguien del equipo. Jorge lo miró y dijo: —¡Llama a la policía! Diciendo eso, Jorge persiguió a Martín y lo encontró parado al otro lado de la carretera. Jorge sacó su arma y trató de dispararle a las piernas. Aunque Martín evitó el primer disparo, pronto cayó con un disparo en el muslo. Justo cuando Jorge estaba a punto de atraparlo, el guardaespaldas de Lola llegó corriendo. —¡Jefe, la señora Si se ha ido corriendo porque ha dicho que había visto al bebé! —explicó. Jorge le pidió a otro hombre que atrapara a Martín y él fue a buscar a Lola. Lola estaba siguiendo a una niñera que corría por un pasillo. Sin embargo, perdió a la niñera y al bebé. Miró a su alrededor desesperadamente pero no pudo encontrarlos. Lola estaba desesperada. Ella había visto a Daniel, pero ahora lo había perdido otra vez. Lola se quedó quieta y sostuvo su cabeza en sus manos. —¿Cómo puedo perder a mi hijo otra vez? Justo cuando Lola estaba a punto de perder toda esperanza, la niñera reapareció. Pero esta vez, sus manos estaban vacías. Ella corrió hacia la niñera y la sacudió con fuerza. —¿Dónde está el niño? ¿Dónde está mi hijo? —La niñera era china, por lo que no podía entender lo que Lola estaba diciendo. Lola reprimió su desesperación y le volvió a preguntar en chino. —Se lo han llevado dos hombres —dicho esto, la niñera se escapó. Cuando Jorge encontró a Lola, estaba en cuclillas en el suelo con la cabeza entre las manos. Los transeúntes la miraban con curiosidad. Jorge la acurrucó entre sus brazos y la ayudó a ponerse de pie. —Cariño, acabo de ver a Daniel. Se lo han llevado dos hombres. —Lola se odiaba a sí misma en ese momento. No pudo hacer nada cuando su hijo se había perdido.

Cuando había visto a su hijo, no había podido recuperarlo. —Está bien mi cariño. Seguiré buscándolo. —¡Haría cualquier cosa para encontrar a su hijo! Lola le describió la niñera a Jorge y le dijo que varias personas la estaban siguiendo. Estaba segura de que el niño que tenía la niñera era Daniel. Jorge envió a Lola al apartamento mientras aún estaba ocupado con Martín. Lola esperó ansiosamente las noticias de Jorge. Parecía que no podía hacer nada en América… De repente, su teléfono sonó. Era Tomás Herren. —¿Por qué está llamando ahora. —Lola pensó disgustada. —Señor. Herren. —Lola contestó la llamada. Tomás Herren se sorprendió un poco cuando escuchó su voz fría. Aunque se sintió un poco triste, sonrió y dijo: —Tengo a su hijo. —¡Eso es imposible! Estás en Crown Province mientras yo lo acabo de ver en América hace unos minutos. No estoy para juegos, Señor Herren. — Ella no estaba de humor en ese momento. Los estadounidenses no celebran el Festival de Año Nuevo. La ciudad estaba fría y triste, nada como su país. —¿Estrella y Sally están bien con su abuelo? ¿Sally llora mucho? Tomás Herren miró a los dos guardaespaldas y sonrió. —Espera. Te enviaré un mensaje. —Colgó el teléfono, sacó dos fotos de su hijo y se las envió a Lola. Lola abrió las fotos. Habían sido enviadas desde el número de Tomás Herren. Un lindo bebé materializado en la foto. ¡Era Daniel! Ella inmediatamente marcó de nuevo el número de Herren. Cogió el primer anillo. —¿Dónde estás? ¿Estás en América? —Lola le preguntó ansiosamente. ´¿Los chicos que se llevaron a Daniel habían sido enviados por él? ¿Cuándo se había vuelto Tomás Herren tan malo?´, pensó ella en su interior. —No es importante saber dónde estoy. Lola, quiero que prestes atención a mi petición. De lo contrario, nunca volverás a ver a tu hijo. —Tuvo que obligarla a prometer. Si ella estaba de acuerdo, él lo haría todo por ella.

Él se volvió hacia Martín para pedirle que le trajera a su bebé. Lola se mordió el labio con fuerza. Entonces ella le gritó: —¡Tomás Herren, estás casado! ¡También estoy casada! ¡No quiero hablar más de eso! —¿Por qué la seguía obligando a engañar a su marido? —No necesitas hablar de eso. Será más útil si se divorcia de él. ¡Pero no te obligaré a divorciarte de él mientras te quedes conmigo! —dijo Tomás con voz serena y considerada. ¡Todo lo que él quería era a ella! Lola se sentó en el sofá con desesperación. Ella había pensado que ahora viviría una vida feliz con Jorge después de que hubieran sucedido tantas cosas… —¿Pero por qué? ¡No me hagas odiarte, Tomás! —Ella dijo con resentimiento. Por lo general, le gustaba creer que Herren era un buen amigo. Y ella se sentía culpable por su afecto por ella ya que ella no había elegido quedarse con él al final.

Capítulo 441 Él tendría fe en el amor de Lola por él Pero después de reconocer quién era esta persona, ya no se sentía culpable. —No me importa. —Tomás Herren miró al hermoso bebé. Tener un hijo hermoso con Lola era lo que siempre había soñado. Lola cerró los ojos y dijo: —Envía a mi hijo a casa. Entonces me iré contigo. —Pero ella no planeaba obedecer su promesa. Eso no iba a suceder de ninguna de las maneras. Tomás Herren se limitó a sonreír: —Lola, te conozco. —Él pensaba en su futuro con Lola una y otra vez. Él había vaticinado lo que haría Lola. Si ella se quedaba con él, compraría una casa en Crown Province y viviría una vida feliz con ella. —Tomás, ¿qué harías si Jorge supiera lo que estás haciendo? —Preguntó Lola sin poder hacer nada. Ella lo miró, lamentando haber evitado que Jorge lo matara. Fue una verdadera lástima. Un hombre cruel como él no debería vivir en este mundo. —Él no lo sabrá si no se lo cuentas. Es tan fácil como eso —respondió Tomás brevemente. No le importaba lo que Jorge pensara. —¿Y yo qué? ¿Acaso te preocupas por mí? —Dijo Lola con evidentes remordimientos. Abandonar a su marido y tener una aventura con otro hombre siempre sería algo vergonzoso. Ella nunca podría divorciarse de Jorge. Jorge diría que no. Siempre no. —Sabes que siempre pienso en ti. Puedes divorciarte de él y quedarte conmigo. Te amo más que él. —La consoló dulcemente. Le dio todo su amor a Lola. Lola lo interrumpió. —Herren, por favor déjame ir. No puedo aceptar tu amor. Tu amor debe pertenecer a tu esposa no a mí. Soy una mujer casada. Por favor, piensa en lo que estás diciendo. —Ella intentó cambiar de opinión. —No digas eso. He tomado una decisión. Pasaré algunas semanas en América. Si echas de menos a tu hijo, llamaré a alguien para que te recoja. — Él ya sabía que ella estaba en el avión en dirección a América.

—¿Qué? ¿Me estás acosando? ¿Cómo te has enterado. —Lola dijo con una expresión de sorpresa en su rostro. Eso era increíble. ¿Cómo podía él espiarla? ¿Era eso legal? Tomás Herren sonrió de nuevo. —Cariño, no te estoy observando. Te estoy protegiendo No dejaré que Jorge te haga daño otra vez. Él no es un buen marido. Estoy haciendo esto por ti. —Sus acciones equivocadas la ponían triste todo el tiempo. Jorge juró vengarse de MartÍn Wu, el hombre que hizo daño a Lola. Pero Jorge recibió un disparo en el hombro cuando luchó con ese hombre. Después se defendió y le provocó a MartÍn una herida de bala cerca del corazón. En ese momento, Lola salió de su apartamento con Tomás Herren. Jorge se curó la herida en el hospital y regresó a su apartamento esa misma noche. La habitación estaba en silencio. Encendió la luz y trató de encontrar a Lola. ¿Estaba durmiendo? Jorge sonrió suavemente mientras entraba en su habitación. Pero ella no estaba allí. Miró por todas partes, por todo el apartamento, incluidos los tres dormitorios, el baño y el balcón. No había nadie en esta gran casa vacía. Jorge estaba confundido y llamó a Lola. Pero su teléfono estaba apagado. De repente vio un pedazo de papel sobre la mesa. Su mano tembló ligeramente cuando leyó las palabras del papel. —Jorge he encontrado a mi hijo y me lo he llevado. No puedo olvidar nuestro pasado y perdonar tus acciones equivocadas. No puedo enamorarme de ti otra vez, así que tengo que despedirme de ti. Necesitas a alguien que te ame. Pero esa persona no soy yo. Adiós Jorge. Jorge estaba muy enfadado y consternado. Arrugó el papel y tiró el teléfono. ¿Cómo podría ella decir eso? Quería preguntarle porque se había ido y por qué de repente escribía esas duras palabras. Eso no era cierto. Estaba pasando algo malo. Lola estaba enamorada de él cuando estaban juntos. Él sabía que ella siempre estaba feliz con él. ¿Ella lo había engañado? No. De ninguna manera. Jorge tiró el papel. No sabía qué le pasaba a Lola.

Decidió averiguar la verdad. Al ver el vÍdeo de vigilancia, descubrió que Lola se había subido a un Rolls-Royce negro. También había un guardaespaldas en el video. Jorge grabó su cara. ¿Quién le había pedido a Lola que se fuera? ¿Por qué se había ido en un Rolls-Royce? ¿Quién era el dueño de este coche? No recordaba que Lola era dueña de un coche así. ¿Había sido plan de Lola? No. Él creía y confiaba en ella completamente. Él tendría fe en el amor de Lola por él. Jorge le envió el número de teléfono de Lola a Sánchez, pidiéndole que encontrara algunas pistas entre sus registros telefónicos. ¿Cómo podría encontrar a Daniel sin salir? Su extraño comportamiento lo desconcertaba enormemente. La respuesta podría estar en ese Rolls-Royce. Tenía que averiguar quién era el dueño de ese coche. Jorge tocó suavemente su herida y cerró los ojos. Había tenido un día difícil. Se había mantenido despierto durante varios días mientras se embarcaba en la búsqueda de Daniel. Descubrió que Martín Wu era el líder adjunto del equipo G. Había desmantelado el equipo G pero algunos miembros habían escapado. No se preocupó por eso porque tenía nuevos problemas en ese momento. Lola y su hijo eran más importantes. Tal vez esto era un castigo por sus malas acciones del pasado… Pensando en esto, Jorge se bebió una copa de vino. Luego volvió a llamar a Sánchez. Ellos especularon sobre lo que significaba todo esto. En Crown Province. Lola estaba en una villa de lujo, echando a Daniel a dormir. Mirando alrededor los lujosos muebles y las decoraciones alrededor de la villa, ella miró con desdén disgustada. Tomás le compró esta casa porque quería que se convirtiera en su amante. Eso era una vergüenza. Lola echaba de menos a Sally y a Estrella cuando tomó a Daniel en sus brazos. Se sentía triste y quería llorar. Y Jorge, el hombre al que realmente amaba… Ella siempre lo había deseado, especialmente ahora. Él debió sentirse extremadamente herido al ver las palabras en ese papel.

No había internet, ni teléfono móvil, ni canales de noticias en la televisión. Perdió el contacto con el mundo exterior. La puerta se abrió y Tomás entró. Pero Lola ni siquiera lo miró cuando entró. Le entregó su abrigo a la niñera y miró a Lola con profunda pasión. — Mi pequeña Lola. —Susurró dulcemente. Estaba tan feliz porque podía verla todos los días. Sus palabras repugnantes interrumpieron la meditación de Lola. En ese entonces, a Jorge le gustaba llamarla ‘pequeña Lola’. Pero ella estaba decepcionada de que fuera Tomás quien lo dijera esta vez. Lola lo ignoró y entró en su propia habitación con Daniel en sus brazos. Sintiendo su actitud fría, Tomás estaba un poco molesto. Esperaba sinceramente que ella pudiera aceptar su amor. La siguió y se quedó allí mirándola con ojos compasivos. Lola acostó a Daniel y lo cubrió con una manta para abrigarlo. La abrazó por detrás, oliendo su maravilloso aroma, una fragancia muy especial. Lola cerró los ojos y se apartó de sus brazos. —Señor Herren. Pareces cansado. Vete a la cama temprano. —Dijo ella cortésmente. Ella le tenía miedo. Tenía miedo de lo que podía hacerle a su hijo. Estaba preocupada de que tal vez algún día él la obligara a dormir con él. Ella quería escaparse. Adonde estaba Jorge… Pero nadie sabía cuál era la ubicación de ella. Herren también utilizó un equipo de seguridad para buscarla cada minuto. Ella no podía escaparse. Le puso el brazo en el hombro y le besó los labios. —Vete a la cama temprano, cariño.

Capítulo 442 Jorge lo sabe Luego, se fue de su habitación. Cuando lo vio salir, se sintió un poco más aliviada. Se limpió los labios una y otra vez, pero siguió pensando en el beso. Se sintió mal del estómago y se lavó la boca en el baño. Miró sus labios rojos en el espejo, se sintió muy mal y cerró los ojos. No quería quedarse aquí… Extrañaba terriblemente a sus bebés y a su esposo… ¿Qué hacía Jorge en este momento? ¿Estaba con sus bebés? ¿Preparaba a Estrella y a Sally para dormir? —Jorge, quiero irme a casa… —Lola se dijo a sí misma. En la mansión, en el país C. Jorge miró con mucho amor a Sally y Estrella, luego de alimentarlas y llevarlas a dormir. Regresó de América hacía dos días. Ya había investigado los registros de llamadas de Lola. Según los datos, la última llamada telefónica fue de América. Luego, investigó el registro de las entradas y salidas. Esto demostraba que estuvo en el país A recientemente. Llamó a Yonata para averiguar la dirección exacta de su ubicación. Pero Lola, no había regresado a la mansión Li e incluso Yonata no sabía dónde estaba. La respuesta del hombre dejó a Jorge muy triste. Sabía que ella lo odiaba, pero ¿cómo podía ser tan despiadada y abandonarlo a él y a sus dos adorables hijas? Jorge estaba a punto de regresar a su habitación cuando Kevin apareció. Estaba viviendo en la mansión este último tiempo para cuidar a los bebés. Era de mucha ayuda para Jorge y Lola. —Jorge. ¿Hay alguna novedad? —Solo sabía que Lola había llevado a su nieto con ella. Jorge no le dijo los detalles exactos todavía. Negó con la cabeza y respondió con cansancio: —Papá, buenas noches. Deberías irte a dormir temprano. Gracias por tu ayuda.

Después de que Kevin entró en su habitación, Jorge tenía una mirada que mostraba mucho enojo. Juró que mataría a cualquiera que le impidiera estar junto a Lola. La noche se hacía más profunda. En el estudio, Jorge escuchó su teléfono mientras fumaba un cigarrillo. Estaba muy angustiado. —Jefe Si, encontré al guardaespaldas en el país A. Pero no sabe quién le asignó el trabajo. Solo sigue órdenes. —¿Entonces, dónde está Lola? —Jorge preguntó con curiosidad. Era la segunda vez que oía hablar del país A. Parecía que debía investigar a otra persona. —Dijo que se separaron en el centro de la ciudad. —Está bien, ya veo. Descubre qué estuvo haciendo Tomás últimamente. —Jorge se llevó a la boca el cigarrillo y exhaló el humo. Pensó que Tomás dejaría de prestarle atención a Lola después de casarse. Si tan solo lo hubiera adivinado. Parecía que estaba obsesionado con ella. —Está bien, jefe Si. Lo haré de inmediato. —Colgó el teléfono y Jorge miró el paisaje de la tarde afuera. No pudo evitar preguntarse: —Lola, ¿dónde estás? Te extraño tanto. —Incluso si había decidido irse, quería que le dijera la razón. Al menos, merecía una explicación. Pasó una semana rápidamente. Después de que Lola hizo dormir a su hijo, casualmente, encendió la televisión y miró. De repente, una noticia de última hora llamó su atención. Se encontraron montones de órganos de cuerpos humanos en el sótano de Martín Wu, el hijo de Carlos Wu, el anterior alcalde de la ciudad de Weier. Se informó que Martín, se unió a la Fuerza de Ataque del Mal en los Estados Unidos, cuando tenía quince años. En el lapso de cinco años, él, junto con los miembros del equipo, mató y asesinó a muchas personas. Las imágenes del sótano no se mostraron en la televisión. Pero la casa le resultaba conocida. Era la que había visto el otro día. Montones de restos de cuerpos humanos… La terrible descripción, la paralizó. Fue hacia la habitación para ver cómo estaba Daniel. Debía ser más cuidadosa y así, garantizar la seguridad de su hijo. Afortunadamente, Daniel, estaba durmiendo sano y salvo. De repente, el timbre de la puerta sonó. Lola se preguntó quién era. Por lo general, la casa estaba vigilada y no

era accesible para ningún visitante. De lo contrario, tenían que pasar primero por el control de los guardias. Por curiosidad, salió de su habitación. La niñera abrió la puerta. —¿Cuál es su nombre, por favor? —La niñera le preguntó de manera cortés. El visitante la empujó a un lado. Entonces, Lola vio a Cherry con un abrigo verde oscuro. Un rastro de pena apareció instantáneamente, en los ojos de esa mujer. Tomás no había regresado a casa, en Crown Province, en los últimos diez días. Esta era la razón por la que… lo siguió hasta aquí. Le rompió el corazón cuando vio que Tomás organizó tanta vigilancia para Lola. ¿Por qué debería tener un tratamiento especial? ¡Si ella era la esposa de Tomás! ¡Era totalmente injusto! Aunque no estaba dispuesta a aceptar todo esto, Lola la derrotó más de una vez. La primera vez, fue por Jorge y la segunda, por Tomás. Lola notó su pena y le preguntó: —¿Vamos a hablar? Esto no es lo que tú crees. —Ella así, rompió el silencio. Quería que Cherry la ayudara a escapar de aquí. La mujer asintió y la siguió hasta el dormitorio. El guardia de seguridad de afuera avisó a Tomás de la llegada de Cherry y él ya estaba de camino. Les había ordenado a los hombres de seguridad que vigilaran de cerca a Lola, en caso de que se escapara de la casa. Varios automóviles lo persiguieron a Tomás en su camino hacia allí. El conductor trató de evadirlos. Sabía que Jorge había contratado a espías para localizarlo. Durante la semana pasada, lo mismo le sucedió una y otra vez. Jorge seguro encontró algo malo. Lo sabía. Ahora, Cherry también sabía de su secreto. ¿Por qué era tan difícil estar con Lola? Todo lo que deseaba era estar con ella. Tal vez, debería llevarla a algún lugar donde nadie pudiera reconocerlos. Sí. Esa era la mejor opción. En el dormitorio. Cherry miró al bebé en la cuna. Quería abrazarlo. Daniel era muy lindo y adorable. Quería tener un hijo con Tomás, pero él nunca se acostó con ella… A pesar de que pasó mucho tiempo desde que se casaron, nunca le había puesto ni un dedo encima. Simplemente no estaba interesado. —Es el hijo de Jorge. —Lola dijo, con la ternura de una madre en sus

ojos. Pero Cherry, le respondió con palabras muy duras. —Claro. ¿Jorge sabe que seduces al marido de otra mujer, zorra? Lola no se molestó por esto. Entendió que no sabía la verdad. Si ella fuera Cherry, habría hecho algo aún peor. La humillación no fue suficiente para desahogarse. —Dame tu teléfono. Voy a dejar a Tomás ahora mismo. Por favor, ayúdame. Tengo muchas ganas de hacerlo hace varios días. —La llegada de Cherry, le dio esperanzas a Lola. Quería irse de aquí, lo antes posible. Estaba un poco ansiosa. Cherry estaba confundida y le entregó el teléfono. Lola llamó a Jorge rápidamente. Pero… …no había señal. ¡Qué mala suerte! —¿Cómo puede ser? ¿Por qué pasa esto cuando más lo necesito? —Lola se dijo muy preocupada. Intentó volver a llamar, pero el teléfono no se conectaba. Cherry miró su teléfono. Realmente, no había señal. Lola pensó que, quizá Tomás, podría haber interferido con la señal. Nunca lo había visto contestar ni una llamada dentro de la casa. Entonces, Cherry era su última esperanza. La miró y esto hizo que la mujer se asustara un poco. —Señorita Li… —Por favor, contacta a Jorge después de que salgas de aquí. Dile que Tomás me encerró en esta casa. —¡Creía que Jorge finalmente los sacaría, a ella y a su hijo! ¡Siempre encontraría una manera para que estuviera a salvo! Lola escuchó algunos ruidos en la puerta y se puso aún más ansiosa. Miró fijamente a Cherry a los ojos y le rogó: —¡Por favor! ¡Necesito que me lo prometas, por favor! Cherry estaba más que sorprendida. Nunca se imaginó que Tomás la tendría prisionera. Parecía que tenía una verdadera adicción a Lola…

Capítulo 443 Él no te dejará ir Esto significaba que Tomás la amaba mucho… La puerta del dormitorio se abrió antes de que pudiera responder. Tomás apareció en la puerta y jadeaba un poco. Estaba con un poco de pánico. Miró a Cherry muy fríamente. —Señorita Jiao, no sabía que podías amenazar a mi guardaespaldas. ¡Nunca te di ese privilegio!. La llamó señorita Jiao… Llamó a su esposa de una manera muy formal. Lola estaba un poco sorprendida. Ahora, estaba realmente muy confundida. En primer lugar, si Tomás no amaba a Cherry, ¿por qué se casó con ella? ¡Sólo está perdiendo el tiempo! Luego, se quedó asombrada cuando Tomás se la llevó a su estudio y cerró la puerta de golpe. Daniel, que estaba durmiendo, estaba molesto por el ruido. Afortunadamente, solo se movió un poco y se quedó dormido de nuevo. Lola acarició con mucho amor a su pequeño niño. No tenía idea de si Cherry, la ayudaría o no. Esperaba que ella pudiera… En el estudio. Tomás sacó un montón de papeles A4 del cajón y los tiró sobre el escritorio: —¡Firma! ¡Ahora! —Miró con indiferencia a la mujer que estaba muy aterrorizada. Cherry vio, que esos papeles, eran un “Acuerdo de divorcio. —Lo vio claramente. Las lágrimas, instantáneamente, empañaron sus ojos. Llevaban casados menos de un año… Luego, sacudió la cabeza suavemente. —No quiero… divorciarme. Por favor, no hagas esto… —¿Cómo podía él hacer algo así tan vergonzoso? —No tienes opción. Ya lo firmé, ¡y será mejor que lo firmes pronto! ¡Yo no te quiero, Cherry! —La voz de Tomás sonaba tan fría, que Cherry, que no lo entendía, sentía que se había convertido en un hombre que nunca conocía. Estaba actuando muy extraño. Tomás puso la palma de la mano en el picaporte de la puerta. Cherry

comenzó a hablar con voz tranquila. —Si insistes en que nos divorciemos, le diré a Jorge Si, que su esposa está aquí. —‘Lo siento, Lola, no puedo ayudarte’. Tomás agarró el picaporte de la puerta con fuerza, pero no lo giró. De repente, miró hacia atrás y caminó hacia ella. —¿Quieres negociar conmigo? —Señor Herren, ¡déjala ir! Tú no eres rival para Jorge Si. ¡No puedes vencerlo! —Lola Li y su hijo eran muy populares entre el público. No podrían estar ocultos por siempre y estarían expuestos a la vista de todos, tarde o temprano. En ese momento, Tomás no pudo controlarse. Estaba en llamas. Cuando escuchó sus últimas palabras, los ojos de Tomás se volvieron oscuros y enojados. . Levantó la palma de la mano en un instante y Cherry estaba tan asustada que se quedó paralizada e inmediatamente cerró los ojos. Sin embargo, Tomás fue hacia el escritorio, rompió el acuerdo de divorcio y dejó el estudio directamente. Cuando caminó hacia la puerta, dijo fríamente, sin mirar atrás: —¡No olvides lo que has dicho! Tomás se dirigió hacia la habitación de Lola. La puerta estaba cerrada. Se volvió y ordenó: —¡Saca de aquí a la señorita Jiao! Al instante, un guardaespaldas entró corriendo por la puerta y se dirigió al estudio. —Señorita Jiao, por favor. No quiero usar la fuerza. Solo venga conmigo. Cherry se secó las lágrimas de su rostro, recobró el sentido y abandonó la mansión con elegancia. Tomás llamó a la puerta de Lola, después de ver a Cherry irse con los guardaespaldas. No hubo respuesta del otro lado. Luego, decidió: —¡Lola, voy a entrar! —Abrió la puerta con fuerza. Lola estaba acostada en la cama tranquilamente y miraba a Daniel que estaba dormido. Se sentó al lado de la cama y tocó las lindas y grandes mejillas del niño. —Lola, ya no soy joven. Dame un hijo —le dijo con desesperación. Ella ni se molestó en responder a eso. Tomás se puso de pie y la levantó de la cama. —¡Qué estás haciendo! ¡Suéltame! —Lo miró con disgusto.

Tomás solo sonrió y la llevó a su habitación. —¡Señora Zhang, cuida del niño! —Le ordenó a la empleada que estaba ocupada en la cocina. —¡Sí, señor! —La señora Zhang entró en el dormitorio de Lola y cerró la puerta. Fingió que no había visto nada y tampoco escuchó ni una palabra. No tenía otra opción que obedecer las órdenes de su amo. —¡Déjame ir! ! ¡Tomás Herren! —Lola luchó con desesperación y trató de liberarse de su fuerza. Tomás la tomó de la muñeca muy fuerte y le impedía huir. La llevó forcejeando hasta la habitación. —Un golpe se oyó… —La puerta se cerró con fuerza. La levantó de nuevo y la tiró sobre su gran cama. —¡Tomás Herren! Te lo advierto. ¡Si te atreves a tocarme, te vas a arrepentir para siempre! ¡No te saldrás con la tuya! —Lola se apresuró y se colocó en una esquina de la cama. Luego, lo amenazó ferozmente. El hombre se desabrochó lentamente los botones de su abrigo oscuro y la miró peligrosamente. —¿Realmente me voy a arrepentir de lo que pasará? — Le sonrió y le dijo de manera sarcástica. —¡No importa si me arrepiento por siempre mientras seas mía! Luego, arrojó el abrigo sobre la silla, al lado de la cama. Lola sintió un dolor punzante en el corazón. —Tomás, una buena mujer solo tiene un esposo. ¡Me estás obligando a suicidarme!. Tomás se acercó lentamente a la cama y se sentó a su lado. La miró con una sonrisa muy amplia: —Lola, estamos en una sociedad moderna. ¿Por qué sigues aferrada a las tradiciones? Sin embargo, ¡te aseguro que seré tu último hombre! ¡No te preocupes por eso! —Si estuviera con él, ciertamente la protegería por el resto de su vida. Entonces, ¿qué pasaría con la sociedad moderna? ¿No se puede ser tradicional y conservador hoy en día? Lola lo miró consternada. —¡Tomás, Jorge no te dejará ir si se entera de esto! —Tuvo que usar el poderoso e influyente nombre de ‘Jorge’ para amenazarlo. Inesperadamente, esto, lo irritó aún más y la acercó a su lado: —¡Ay! — Lola gritó de miedo. Tomás la sostuvo entre sus brazos y la besó con fuerza en los labios. Lola luchó y levantó la mano sin dudarlo. —¡Plaf! —Ella le dio una fuerte bofetada en la cara. De repente, era como si el tiempo se congelara y hubo un silencio

mortal. Tomás bajó la cabeza para que Lola no pudiera ver su expresión. Lola aprovechó la oportunidad, se bajó de la cama, se paró frente a él y le advirtió: —Tomás, si te atreves a tocarme otra vez, ¡no me importará darte una paliza! —Sabía que ella se había sumergido en el mar y saltado de un edificio. No le tenía miedo a nada. Tomás también se levantó de la cama, la miró y le preguntó con calma: —¿Realmente lo amas tanto? —¡Incluso con su vida protegía su pureza! —¡Sí! ¡Lo amo! —Lola lo miró directamente a los ojos y le respondió sin dudarlo. Realmente lo amaba, así como él, la amaba a ella. —¡Genial! —Tomás sonrió otra vez. —Te llevaré lejos de Crown Province y del país A, ¡iremos a un lugar donde nadie nos reconocerá! — Estarían juntos para siempre. No la dejaría ir. Lola no dijo ni una palabra. Tomás era un oficial de alto rango. ¿Por qué arriesgaba su imagen solo por ella? ¿Cómo dirigía los asuntos del estado de este modo cuando era presidente? ¡Sus emociones siempre afloraban de su mente! ¿Cuándo se le ocurrió la idea de sacarla de aquí? No quería ir con él. Si lo hacía, no podría ver a Jorge nunca más. ¡No había forma de que fuera con él! Lola trató de cambiar su estrategia. —Me llevaste lejos y me atrapaste aquí. ¿Alguna vez pensaste en mi familia? Ahora estarán muy preocupados. —No era una buena opción mencionar a Jorge, porque solo aumentaría su ira.

Capítulo 444 Torturarla hasta la muerte —No te preocupes. ¡Te permitiré contactarlos cuando nos vayamos de aquí! —¡Tenía mil maneras de hacerla decir que ‘sí’! ¡Haría todo lo posible para que estuvieran juntos! Lola se mordió los labios con total repugnancia. —¡No me iré contigo! ¡No me hagas decirlo una y otra vez! ¡Me estoy cansando de todo esto! —Lo miró fríamente y se dio vuelta para marcharse. Cuando tuvo esa reacción, supo que lo odiaba. Se opuso a todo lo que dijo e hizo. En realidad, no le importó que ella lo odiara un poco más. —Está bien si no quieres irte. Pero, primero, me llevaré a Daniel. —¡Si abandonaba a su hijo para el bien de Jorge, entonces la haría sufrir! Lola se detuvo, apretó las manos y tembló de rabia: —Tomás Herren, no me presiones más, ¡o te mato! —En ese momento, realmente tenía ganas de hacerlo. ¡Este hombre ahora era muy cruel! Tomás se rió sarcásticamente. —¡Veamos si puedes hacerlo! —Mucha gente quería matarlo, pero aún seguía vivo. No lo habían logrado. ¡No creía que lo hiciera! Sabía que ella, no tenía lo que se necesita. Lola estaba tan enojada que volvió a su habitación sin decirle, otra vez, ni una palabra. Cuando vio a la señora Zhang que estaba a punto de tomar en los brazos a Daniel, Lola gritó en voz alta: —¡Fuera! ¡No toques a mi niño! —¡No pasaría ni un minuto más con esta mujer despreciable! Una vez, le rogó a la Señora Zhang que le enviara un mensaje a Jorge de parte de ella, pero no solo se negó… ¡La traicionó y se lo contó a Tomás! Vio lo furiosa que estaba Lola y la señora Zhang salió de la habitación. Grupo SL Sánchez reportó las últimas actualizaciones sobre la investigación. — Tomás Herren tendría la intención de renunciar y hace un tiempo que no regresa al apartamento. Todo el tiempo está en otro lugar. Siempre logra deshacerse de nosotros. Jorge estaba perdido en sus pensamientos. ¿Tomás Herren quería renunciar? Intentaba esconder sus movimientos. No podían seguir su rastro.

Eso no era muy normal. —Que nuestra gente investigue. Averigua dónde ha estado últimamente. —Descubrió que Tomás también estaba en los Estados Unidos, el día en que Lola desapareció. Si realmente fuera él… nunca era de corazón blando. Estaba obsesionado con Lola desde hacía mucho tiempo. —Sí, jefe. —Después de hablar sobre el trabajo por un rato, Sánchez salió de la oficina. Prisión de mujeres en el país C Ya era hora de comer y todos caminaban hacia el comedor. Una mujer flaca iba detrás de todos. Rengueaba porque su cuerpo dolorido le dificultaba caminar correctamente. Ya era el vigésimo día que Yolanda estaba en prisión. Se veía muy demacrada y miraba hacia arriba. Intentaba adivinar cuántos días le quedaban. Quería salir de aquí, lo antes posible. Era un lugar desesperante. La golpeaban todos los días y la maltrataban de manera inhumana. Realmente no podía soportarlo más. ¡Echaba mucho de menos a todos esos días sobre el escenario! ¡También en la industria del entretenimiento! Sin embargo, se fue hacía mucho tiempo… Si todavía no estaba arrepentida hasta este momento, no se lamentarían por su muerte. Sin embargo, le dolió porque se dio cuenta de que estaba equivocada. Sabía, completamente, que lo estaba. Pero, ¿qué podía hacer? Ahora estaba en prisión. No podía hacer nada desde aquí. Jorge le dijo al líder de la prisión, que la torturara hasta matarla. Y así lo hicieron. Cuando se cumplió el segundo día desde su llegada, la golpearon tan fuerte que su cara estaba toda cubierta de sangre. Desde ese momento, las palizas nunca se detuvieron. También, soportó las obsesiones sexuales de las presos varones de al lado. Ahora solo quería morir y así, poder deshacerse de esta miseria. Tomó un poco de pan y agua y se dirigió a una mesa que estaba en un rincón. Pero antes de que pudiera ponerse la comida en la boca, alguien le tiró su alimento al piso. Sabía quién era la persona, incluso sin mirar. No era la primera vez que

sucedía esto. Se levantó al instante y dio un paso atrás. —Hermana Wang, ahora me voy. Dijo humildemente, limpió el desorden mientras fregaba el suelo. No se atrevió a irse hasta que el piso estuviera tan limpio como antes. La mujer, que era conocida como la hermana Wang, era una asesina condenada a cadena perpetua. Era como una hermana mayor en la prisión. Todos le temían. Yolanda volvió a su celda y solo bebió un poco de agua para aliviar su hambre. En ese momento, la puerta se abrió, un grupo de personas entró y el vaso de agua que tenía en su mano fue arrojado al piso. Sus zapatos bajos de tela se mojaron. Cuando vio el vaso de agua en el suelo, Yolanda se enfureció. ¡No le permitieron comer ni beber! La persona que arrojó el vaso al piso era una mujer de casi cincuenta años. Su nombre era Marina y estaba en prisión desde hacía más de una década. Cuando vio la ira en los ojos de Yolanda, no le importó en absoluto y le señaló la mancha de agua en sus pies. —¡Lame! ¡Sé que tienes sed!. Yolanda apretó los dientes y los puños. Realmente quería resistirse: — ¡No te excedas! —Miró fríamente a las mujeres que tenía frente a ella. Le daba tantos problemas todos los días. —¡Tú, perra! ¡Cómo te atreves! —Marina hizo un gesto a las demás mujeres. Entonces, la rodearon y golpearon de nuevo. —¡No me pegues! ¡Basta! Déjame ir… Por favor. —Su voz chillona y temblorosa, se escuchó fuera de la habitación. Todos aquí habían visto muchas de estas situaciones y nadie tuvo las agallas para ayudarla. Ese grupo de personas, la golpeó por más de diez minutos sin parar, hasta que su nariz y boca comenzaron a sangrar. La mujer en el suelo, intentó levantarse varias veces, pero la sangre en su nariz seguía fluyendo. Se apoyó en la pared, fue al baño con su cuerpo adolorido y se lavó la sangre de la cara. No se había mirado en el espejo por mucho tiempo, por miedo a ver su

rostro. Ahora, finalmente tuvo el coraje. Su rostro ya no era brillante y suave. Ahora, estaba cubierto de arrugas y cicatrices. Los círculos oscuros en sus ojos y los moretones en las comisuras de su boca, casi la hicieron desmayarse. Sabía que todas estas, eran las formas en que el destino se cobraba todas las acciones incorrectas que había hecho antes… —¡Yolanda, nuestro líder quiere verte! —Una fuerte voz femenina sonó y se escuchaban las burlas y desprecios de otras personas. Todos sabían por qué su líder quería ver a Yolanda. Lo haría él mismo o enviaría a los presos varones de la puerta de al lado. Pensó en esos hombres y Yolanda comenzó a temblar. El miedo en su corazón hizo que casi se derrumbara de nuevo. Solo ella sabía que cada vez que iba ante ese hombre, arriesgaba su vida. ‘Jorge Si, ¿dónde estás? Ahora sé que he cometido errores. ¡Por favor déjame ir!’ Inclinó la cabeza con amargura, gritando en su corazón. Quién podría salvarla… Así, fue hacia donde estaba ese hombre. Pero esta vez, nunca regresó. Ya era enero y todos estaban celebrando el Año Nuevo. La ex súper estrella internacional Yolanda Mo, desapareció completamente de este mundo. Las noticias dijeron que tenía sida y murió por una hemorragia. Su muerte cumplió con las expectativas de Jorge y no tuvo ninguna respuesta. Pero, ya había pasado mucho tiempo cuando Lola sabía de la muerte de Yolanda… James ya se había fugado, a un pequeño pueblo, en la frontera del país, Green Cold, cuando se enteró de la noticia.

Capítulo 445 Jorge reconoció a Daniel como su heredero James Mo le rogó a Jorge que dejara ir a su hija. También, prometió que Yolanda ya no lastimaría a Lola nunca más. Sin embargo, nunca pensó que Jorge podía ser un hombre tan cruel y frío. Se negó a la promesa y en cambio, ¡dejó que sus hombres dispararan y mataran a su esposa! ¡Odiaba mucho a Jorge! ¡Quería matarlo! Sin embargo, siempre fracasó en sus esfuerzos audaces. Cada vez que lo quería matar, lo encontraban instantáneamente antes de que pudiera acercarse. Tuvo que huir o de lo contrario, sus hombres lo habrían asesinado. Sin su esposa y su hija, James Mo se sintió muy solo. Los extrañaba mucho… Tres días después de la muerte de Yolanda, James Mo fue a la casa de Mónica Wu. Visitó a su suegra y le dio todos sus ahorros. Entonces fue su fin. Se internó dentro del mar y se ahogó allí. La dureza de su corazón y la ignorancia de Yolanda, llevaron a la muerte a toda su familia. Y cada vez que la gente los recordaba, los despreciaba y los odiaba por todo lo que habían hecho. A finales de enero. Jorge, finalmente, encontró el lugar donde estaba Tomás Herren. Una mansión que estaba ubicada en un suburbio, en Crown Province y protegida por docenas de guardias. Pero, sin embargo, los hombres de Jorge todavía no podían entrar, por mucho que lo intentaban. Tomás Herren renunció nuevamente a su cargo como gobernador de Crown Province. Planeó llevar a Lola a un lugar desconocido y donde nadie podría seguirlos o escapar. Dentro de la mansión. Ahora, era el momento cuando la Señora Zhang salía a comprar comestibles. Dejó la mansión, con la billetera en la mano.

Ahora, solo estaban allí, Lola y su hijo. Cuando se aseguró de que la Señora Zhang estaba lejos, tomó a Daniel en sus brazos y caminó hacia la ventana. La abrió y descubrió que había un guardia allí. Miró a su alrededor y se aseguró de que todo estaba bien. Lo miró y le sonrió. —Calisto, vengo a charlar contigo otra vez. —Todos los días, a esa hora, hablaba con él. Sin embargo, Calisto no podía hacerlo. Solo era un guardia y no le permitían hablar con Lola. Si lo encontraban conversando, ¡definitivamente tendría un castigo! Por eso, se negó a darse vuelta y responder, aunque ya había escuchado su voz. Había otro guardia de pie a tres metros de ellos. Lola no se enojó por su silencio. Le dijo: —Calisto, mi hijo y yo, estamos aquí desde hace casi un mes. ¡Un mes entero! ¡Es increíble! Hace mucho tiempo que no salimos de aquí y estoy muy aburrida. Calisto ignoró sus palabras de fastidio. Pensó para sí mismo: —¡Eso no es asunto mío! ¡Solo soy un guardia! ¡No puedo hacer nada, solo tengo que garantizar su seguridad!. Lola miró al bebé en sus brazos y dijo: —Daniel, deberías llamarlo tío Calisto, ¿verdad? —Escuchó que tenía 36 años. Era mayor que ella, por eso, Daniel podría fácilmente llamarlo tío. Sin embargo, Calisto no se atrevió a responder. Si lo hacía, Lola, haría todo lo posible por enviar un mensaje a Jorge. Calisto tenía razón. Lola le dijo a su hijo: —Tu tío, le enviará nuestros mensajes a tu papá, ¿no es cierto? Si hace esto por nosotros, estoy segura de que tu papá lo protegerá toda su vida. Por supuesto, ¡tu papá también le ofrecerá un excelente trabajo! Eso sería maravilloso, ¿no es así? —Lola se hablaba a sí misma. No le importaba si había oído lo que decía o no. —Calisto, mi esposo es muy fuerte y poderoso. Es más fuerte que tu jefe. Si quieres ayudarnos y decirle a Jorge donde estamos, te dará mucho dinero a cambio, ¡y también, te ofrecerá un excelente trabajo! ¡Lo prometo!. Calisto dudó. Casi todo el mundo, había oído hablar de Jorge Si y querían trabajar en su compañía… así era que él… —Calisto, el pequeño Daniel y yo, no somos felices aquí. ¡Si nos quedamos por más tiempo, nos vamos a enfermar! ¿Vas a poder soportar vernos a los dos así? ¿Eres tan cruel?. Calisto pensó para sí mismo: —Eso no es asunto mío, ¿de acuerdo? — Daniel se parecía a su padre. Siempre era indiferente y frío y nunca sonrió a

nadie, incluso cuando era niño. —¿Sabes algo? Salvará a todo el Grupo SL si nos ayudas a salir de aquí, ¡Jorge reconoció a Daniel como su heredero! ¡Harás una gran obra!

… —Calisto, no vas a traicionar a Tomás Herren. ¿Podrías ayudarme a enviarle a Jorge una nota?. ¡También traicionaría a su jefe si hiciera eso! —Calisto, Tomás Herren renunció a su cargo. En varios días, él no estará más en su puesto y serás un criminal si no nos ayudas. Ahora, Calisto no pudo evitar mirarla. Le dijo: —Eso no es asunto mío, ¡y no puedo hacer nada al respecto! ¿Por qué sería yo un criminal? —Lola era una mujer extraña, ¡y no podía entenderla! Ahora estaba emocionada porque, finalmente, le hablaba. Le explicó: — ¡Porque te negaste a ayudar a los que lo necesitan! ¡Por eso eres un criminal!.

… —También, puedes ir al otro lado del edificio e ignorarnos, a mí y a mi hijo. Entonces, podremos irnos de aquí en secreto. ¿Verdad? —preguntó Lola de nuevo. Calisto negó con la cabeza. ¡Prefería enviarle un mensaje a Jorge que hacer eso! Lola sacó un colgante de su bolsillo y le dijo: —Calisto, Jorge me dio esta Turmalina Paraiba hace un tiempo. ¿Puedes ayudarme a devolvérselo? Si lo haces, no traicionarás a tu organización porque no estás enviando ninguna información, ¿no es así?. —¡No! —Calisto le respondió rápidamente. Lola se quedó sin palabras y Daniel bostezó. Sabía que quería dormir y así, guardó el colgante en el bolsillo y lo sostuvo en sus brazos. Se movió de un lado a otro, lentamente cerca de la ventana y, después de un rato, Daniel se quedó dormido. —Mi hijo es muy pobre, pero nació en una familia muy rica. Está sufriendo por mi culpa, ¡soy la culpable! ¡Ni siquiera puede salir de aquí por eso! ¡Qué tristeza! —Parecía que estaba llorando. La esposa de Calisto era una mujer amable y bonita y la quería tanto que,

cada vez que lloraba, no podía resistirse a concederle todos los deseos. —Mi esposo y yo, sufrimos mucho estos últimos cinco años. Al principio, nos odiábamos, pero, luego, nos enamoramos otra vez. Pensamos que finalmente, podríamos estar juntos después de tanto sufrimiento, pero ahora, ni siquiera podemos vernos. ¡Estoy tan triste y enojada! ¡Estoy sufriendo mucho! —Su corazón estaba roto en mil pedazos. —Lo que dijo es verdad. Mucha gente cotilleaba sobre el amor entre Jorge y Lola en Internet. Su amor conmovió a muchas personas… —pensó Calisto. Sin embargo, no conocía todos los detalles de lo que había pasado entre ellos. Sabía que Jorge había organizado una gran ceremonia de boda para Lola. —Calisto… Estoy muy triste. ¿Sabías que también, mi tía me secuestró cuando tenía solo tres meses? Viví sola por más de veinte años después y sufrí mucho hasta que finalmente, conocí a Jorge. Lo amé tanto que quise casarme y además, para estar con él, tuve que superar muchas dificultades y obstáculos. Pero, ahora… —¡Basta! ¡Por favor! ¡Basta ya! —Calisto no podía soportar más sus quejas. Prometió ayudarla. Como guardia, sabía que algún día podría morir en servicio, ¡y ya había hecho todos los preparativos necesarios si ese día llegaba! Sin embargo, ¡no podía negarse a ayudar a alguien que lo necesitaba! Si se negaba, ¡era un ser humano muy deshonesto! Lola, ahora, estaba tan feliz que fingió secarse sus lágrimas falsas. Miró a su alrededor con mucha cautela. Luego, le dio el colgante a Calisto. Pero, sin embargo, otro guardia vio esto y le contó a Tomás Herren lo que sucedió cuando Lola entró en el dormitorio. Al instante, ordenó a sus hombres que atraparan a Calisto. Cuando Lola salió del dormitorio y a punto de servir un poco de agua para su hijo, vio a un hombre, presionado contra el suelo y con las manos atadas en la espalda. ¡Era Calisto! ¡Lola nunca se lo imaginó! Estaba muy sorprendida y dejó caer el vaso de agua, que sostenía entre las manos. Pero no se rompió. —¡Maldición! —pensó Lola. ¡Tomás Herren estaba a punto de castigar a Calisto! Luego, corrió hacia la ventana, la abrió y gritó: —¿Qué estás haciendo? ¡Detente, por favor! ¡Déjalo ir!

Un guardia se acercó y habló con ella. —Señorita Li, esto no es asunto suyo. El señor Herren desea tener una pequeña charla con Calisto. Ahora estaba muy preocupada. ¿Cómo descubrió Tomás Herren su plan?

Capítulo 446 No le importaría destruirla él mismo Entonces, con ansiedad, corrió de regreso a la sala de estar e intentó encontrar algo que pudiera usarse para luchar contra esos bastardos. Pero ella no pudo encontrar nada adecuado para ese propósito. Entonces vio la cocina y corrió hacia ella. Encontró un cuchillo de fruta allí, y mientras lo sostenía en su mano, corrió rápidamente hacia ellos. Se apuntó el cuchillo a sí misma y dijo: —Si no lo dejan ir, yo… ¡Y entonces todos fallarán en su misión de mantenerme a salvo y viva! — Presionó el cuchillo en su cuello mientras amenazaba a los guardias. Los guardias intercambiaron miradas desconcertadas entre ellos; Uno de ellos desató a Calisto por primera vez, mientras que otro se alejó unos pasos de la mansión y llamó a Tomás Herren. Después de un par de minutos, el guardaespaldas regresó y comenzó a buscar a Calisto. Encontró el colgante de Lola. Calisto miró a Lola, con el cuchillo apoyado en su cuello, y su mirada dibujada en su rostro. Había una mirada significativa brillando en sus ojos, y pensó: —La Sra. Si es en realidad una persona amable y buena. Nunca lamentaré mi decisión de ayudarla. Cuando Lola vio que encontraron su colgante de Turmalina Paraiba, se asustó y ordenó severamente a los guardias: —¡Devuélvanlo! Es un colgante caro, y si está dañado, tendrían que trabajar toda la vida para compensarme por ello. El guardaespaldas entendió que esto era algo de gran valor y él preguntó: —Srta. Li, entonces díganos si es tan caro, ¿por qué se lo dio a Calisto? —¿Qué? Le pedí que lo cambiara por otra cosa. ¿Es un problema? ¡Eso no es asunto tuyo! —dijo Lola. Los guardaespaldas estaban estupefactos por la manera imponente de la pequeña mujer. En ese momento, parecía una mujer noble, arrogante y rica, sus palabras y su manera distinta de hablar dejaron a los guardias sin palabras. Sin embargo, aún así se llevaron a Calisto, y como Lola no sabía a dónde lo llevaban, tuvo que seguir amenazando al resto de los guardias. Ella dijo: —

Si se atreven a lastimar a personas inocentes hoy, ¡dejaré la mansión en una bolsa de cadáveres! Luego, llevaron a Calisto a la casa de Tomás Herren, y el guardia le repitió exactamente las palabras de Lola. Entonces, el guardia le pasó cautelosamente el costoso colgante de Lola. Tomás Herren agarró el colgante del guardia y sintió una enorme rabia ardiendo en sus ojos, llenando todo su ser. Recordó que se trataba del colgante de Turmalina Paraiba que fue subastado el año pasado por un noble en América. Se decía que el colgante había sido comprado por un chino por un precio enorme. Ahora, como el colgante parecía estar en manos de Lola, era innecesario decir que el comprador era Jorge Si. —La señorita Li dijo que le dio este colgante a Calisto para que lo cambiara por otra cosa. —El guardaespaldas le repitió las palabras de Lola. Tomás Herren miró a Calisto, que llevaba una cara honesta y sin pánico. Lo alabó en su mente, pero al mismo tiempo había una luz fría en sus ojos. —¿Por qué quiso que se intercambiara? —Ahora le estaba preguntando a Calisto. Calisto ya había pensado en esta pregunta en su camino hacia allí. Reunió todo su coraje y respondió: —Sólo por algo de ropa y cosméticos. — Calisto pensó que la mayoría de las mujeres amaban este tipo de cosas, así que le dio a Herren esta respuesta. Pero Tomás Herren se rió y pensó: —Lola quería cambiar un colgante invaluable por algo de ropa y cosméticos… ¿Me estás tomando el pelo? ¿Está desafiando a mi intelecto? —¡Sáquenlo, mándelo a la cárcel, pero primero enséñenle una lección! —él ordenó. Con una leve sonrisa en su rostro, tomó el colgante. —¿Lola sigue luchando por huir? Ella es una mujer tan desobediente… —él pensó. En ese momento en el país C, Jorge ya había abordado su avión privado a Crown Province. Uno de sus hombres había visto brillar el colgante en la luz a través de un telescopio. No podía ver claramente los rostros de todas las personas en la mansión, pero logró describirle el colgante a Jorge. A juzgar por su descripción, Jorge adivinó que era el colgante de turmalina Paraiba que le había dado a Lola.

Ahora no había necesidad de vacilar o dudar por un segundo más. Si Tomás Herren realmente había atrapado a su esposa en Crown Province, ¡Jorge seguramente lo destruiría! Tan pronto como el avión aterrizó en el aeropuerto de Crown Province, Jorge condujo su auto rápidamente con sus guardaespaldas hacia los distritos suburbanos. Pero Tomás Herren ya había terminado de lidiar su trabajo y regresaba a su mansión. Pero cuando salió de su auto, vio algunos autos de lujo deteniéndose lentamente detrás de él. Con su habitual sonrisa, pensó: —Jorge Si realmente llegó justo a tiempo. Si hubiera venido aquí un día después, nunca habría vuelto a ver a su esposa e hijo. Sánchez salió del asiento del pasajero delantero del primer automóvil y abrió una de las puertas del asiento trasero. Un par de zapatos de cuero negro brillante se notaron en los ojos de todos. Al ver el par de zapatos caros, Tomás Herren confirmó que era él. Se sintió decepcionado y perdió toda esperanza de nuevo. Los dos hombres, que estaban vestidos con abrigos de color oscuro, se pusieron de pie y se enfrentaron. Uno de ellos era frío y arrogante, mientras que el otro era gentil y elegante. Entonces, una docena de guardaespaldas también salieron de los coches detrás de ellos. Mirando a Tomás Herren con una cara fría, Jorge hizo un gesto a sus guardaespaldas, y luego los dos bandos comenzaron a pelear. —Señor Si, ¿qué quieres lograr al hacer todo esto? —Tomás Herren continuó mirándolo, manteniendo su débil sonrisa en sus labios. —¿Qué quiero lograr? Señor Herren, ¿qué hay si abres la puerta de tu mansión y me invitas a hablar contigo dentro? —dijo Jorge. Luego sacó un cigarro, lo encendió y lentamente le dio una calada mientras lo metía entre sus dedos. —Señor Si, lo siento mucho, pero no son bienvenidos a mi hogar, así que por favor, ¡váyanse de una vez! —respondió Tomás Herren. Sus ojos ahora habían empezado a arder con gran rabia. Al escuchar sus palabras, Jorge sonrió y luego caminó hacia la puerta de la mansión con Sánchez y otros dos guardaespaldas. Los guardaespaldas que vigilaban la puerta de la mansión intentaron detenerlo, pero al instante, los otros dos guardaespaldas de Jorge avanzaron a

zancadas desde su espalda, luchando contra ellos. Al ver que la escena se desarrollaba ante él, los ojos de Tomás Herren ardían con una ira aún mayor ahora. ¡Su plan para un futuro brillante ya había sido arruinado por este hombre odioso! Sacó la pistola de su auto y apuntó a Jorge. Jorge pudo escuchar el sonido de un gatillo, pero no se dio la vuelta. Apagando el cigarro, miró a los guardaespaldas con una mirada fría. —Jorge Si, ¿estás seguro de que quieres entrar? —Preguntó Herren en voz tranquila. Decidió que si no podía conseguir a la mujer que quería, no le importaría destruirla él mismo. Los dos guardaespaldas en la puerta pronto fueron sometidos, y uno de los dedos del guardaespaldas fue presionado en la cerradura de huellas dactilares de la puerta. La puerta de la mansión finalmente se abrió. Inmediatamente, los llantos de un bebé se escucharon desde el interior de la casa, lo que hizo que Jorge se sintiera feliz e hizo que su corazón se llenara de calidez y deleite. Caminó unos pocos pasos más hacia la sala de estar, y allí vio a una mujer con la espalda contra él, consolando a un bebé en sus brazos. La mujer escuchó el ruido proveniente de afuera de la puerta, pero no le importó un poco. Jorge caminó lentamente hacia ella, y el bebé de repente dejó de llorar cuando vio quién era el hombre. El bebé miró al hombre con sus grandes ojos llenos de lágrimas. ¡Jorge vio claramente la cara del bebé, y era su hijo, Daniel Si, a quien había perdido por más de un mes! Cuando él se acercó más y más a ellos, Lola pudo sentir su aroma familiar y con suspicacia giró la cabeza. De repente, se escuchó un sonido de bala, pero uno de los guardaespaldas se paró frente a ellos para protegerlos. Luego se escucharon otros disparos, y la madre y el bebé fueron fuertemente abrazados. Luego vio a Jorge aparecer de repente frente a ella, y cuando miró por encima de su hombro, vio a Tomás Herren tratando de dispararle. Pero un guardaespaldas los protegió a tiempo y recibió todas las balas por ellos. También vio a Sánchez empuñando su propia arma y disparando a Tomás Herren…

Todo esto sucedió en un instante. Sánchez le disparó a Tomás Herren en su muñeca y su arma cayó al suelo. Todos los disparos habían cesado. Un hombre quería matar a Lola, mientras otro intentaba protegerla… Daniel, que estaba abrazado por los brazos de su madre, miró toda la escena con una mirada tranquila en sus ojos, y luego estalló en una risa encantadora, e incluso extendió sus brazos hacia Jorge… Lleno por el calor que brillaba en sus ojos, Jorge lo tomó de los brazos de Lola y lo sostuvo con fuerza en sus brazos.

Capítulo 447 ¿Aún quieres que tu hijo regrese? El beso del hombre cayó sobre la frente, las mejillas y el cabello del bebé… Mirando la amorosa y sincera escena entre padre e hijo, Lola se quedó quieta, aturdida. Parecía irreal para ella ver al hombre, a quien ella había extrañado durante más de un mes, de repente aparecer ante sus ojos… Luego, mientras miraba por segunda vez a Daniel, quien obedientemente se sentó en los brazos de Jorge, Lola pensó que debía estar soñando. Recordó que Daniel lloraba mucho cada vez que Jorge trataba de abrazarlo cuando era un niño recién nacido. Pero ahora, Daniel ansiaba el abrazo de Jorge. ¿Cómo podría ser posible? Se frotó los ojos rojos llenos de lágrimas y una lágrima cayó al suelo. Luego volvió a abrir los ojos y vio a todas las personas que aún estaban de pie frente a ella. Jorge sostenía a su hijo en un brazo, mientras que con el otro sostenía a su esposa, besándola con fuerza en sus labios rojos rubí. Con una cara pálida, Tomás Herren vio toda la escena y sintió envidia por la pareja. No admiraba la riqueza y el poder de Jorge; No, en absoluto. Lo que realmente envidiaba era el sincero amor de Lola por él… Sin embargo, ahora no solo había perdido el amor de Lola, sino que también podría perder pronto su propia vida… La herida de bala en su pierna ya no lo dejaba pararse sobre sus propios pies. Se habría arrodillado en el suelo, pero logró levantarse y sentarse en el sofá a su lado. Se sentía cada vez más mareado cada minuto que pasaba. Finalmente, echó un último vistazo a la mujer que estaba sonriendo alegremente y luego cayó en coma. Jorge puso a su hijo en los brazos de Sánchez y luego sacó a Lola de la mansión. Sánchez estaba desconcertado cuando miró al adorable bebé en sus brazos mirándolo.

Los guardaespaldas de Jorge se llevaron a Tomás y lo enviaron a una clínica común para recibir tratamiento. Jorge también envió a algunos guardaespaldas para que vigilaran a Herren y le informaran si se había despertado del coma. En el auto, Sánchez se sentó en el asiento del pasajero delantero con Daniel en sus brazos, y Jorge ayudó a Lola a sentarse en el asiento trasero. Cuando Jorge estaba a punto de arrancar el auto, Lola de repente arrastró a Jorge de su mano y dijo: —Tomás Herren tiene un guardaespaldas llamado Calisto; por favor, ¡sálvalo! Al escuchar sus palabras, Jorge frunció el ceño y la miró fijamente. — ¿Quién es ese? ¿Tiene algo que ver contigo? —Sabía que debía ser un hombre, a juzgar por el nombre. Y se preguntó por qué Lola le había mencionado esto. —Le pedí que me ayudara a traerte el colgante, ¡pero fue descubierto por Tomás Herren! —dijo Lola. Jorge la miró y luego sacó su teléfono y marcó un número. Dio instrucciones a sus hombres para que encontraran tanto a Calisto como al colgante. Luego el coche se alejó lentamente de la mansión suburbana. Después de que se habían ido, Cherry se acercó a ver a Lola, pero ya no la encontró. Solo podía ver que los guardaespaldas fuera de la mansión estaban todos heridos y apoyados contra las paredes. La sala de estar de la mansión estaba hecha un desastre total. Cherry tenía una sensación incómoda sobre esto. ¡Ella encontró sangre en el suelo también! Caminó por la sala y luego encontró a la Sra. Zhang escondida en la cocina, asustada y temblando. Entonces Cherry caminó ansiosamente hacia ella y le preguntó qué había sucedido. Temblando incontrolablemente, la Sra. Zhang le contó a Cherry todo lo que sus ojos habían presenciado. Como Cherry había esperado, ¡Jorge finalmente había venido! —¿A dónde llevaron a Tomás Herren? —se preguntó Cherry. Entendió que la situación era muy grave, por lo que inmediatamente se comunicó con su padre y su madre, y les contó todo sobre el evento reciente. Cuando la madre de Tomás Herren se enteró de todo esto, su presión sanguínea subió instantáneamente. —¿Acaso es un niño? ¿Por qué haría esas cosas tan tontas para destruir su propio futuro? Le dije muchas veces que no

se enredara con Lola. ¿Por qué no escucharía mis palabras? ¡Ese niño rebelde! —su madre seguía murmurando.

… Esa noche, el avión privado de Jorge regresó al País C. Después de que el avión aterrizó y Lola salió, estaba realmente emocionada de ver el castillo familiar aparecer ante sus ojos. Sánchez sostuvo cautelosamente al bebé en sus brazos, quien no había dormido durante todo el camino de regreso a casa, y le preguntó a Jorge: — Jefe, ¿aún quieres que tu hijo regrese? Si no, me lo llevo. Al escuchar las palabras de Sánchez, Lola volvió a sus sentidos de inmediato y fue a buscar a su hijo en sus brazos. Pero, en ese momento, la cara de Daniel se torció repentinamente y se sonrojó, y luego Sánchez sintió un olor extraño en el aire. Lola entendió lo que estaba pasando y al instante se echó a reír, cubriéndose la boca mientras miraba a Sánchez, que estaba tratando de averiguar qué era el olor extraño y de dónde venía. Sánchez finalmente se dio cuenta de que Daniel había hecho una caca, y en un instante gritó y pellizcó el brazo de Daniel. Luego, de inmediato, se lo pasó a Lola con una mirada disgustada en sus ojos. —¡Aquí tiene, por favor, aléjelo de mí! —urgió Sánchez. Pero Jorge no estaba contento con la actitud de Sánchez y dijo: — Sánchez, el bono de este mes será cortado a la mitad. ¿Te atreves a hacerle el feo a mi hijo? Incluso si es debido a su caca maloliente, no puedes disgustarte de cualquier cosa que él haga. Cuando escuchó que su bono había sido recortado, Sánchez de inmediato estalló en un rugido y dijo: —Jorge Si, ¿por qué tengo un jefe tan inhumano como tú? ¡Uno de estos días debo privarte de tu cargo y poder! —¡Ahora todo tu bono se ha ido! —dijo Jorge. Luego se dirigió hacia el castillo, sosteniendo a su esposa e hijo. Cuando subieron las escaleras, Kevin, que ya había recibido un mensaje de Jorge, salió a verlos. —¡Lola! ¡Finalmente has vuelto! —dijo emocionado. Sonrió enormemente cuando vio que su nuera y su nieto habían regresado a casa. Entonces, Kevin estaba a punto de abrazar a Daniel. —Papá, Daniel necesita que le cambien el pañal. ¡Lo voy a bañar

primero y luego te dejaré abrazarlo! —dijo Lola. Ella también estaba ansiosa por ver a sus otros dos hijos. —Está bien, es genial que hayas vuelto. ¡Anda, ve! —dijo Kevin Le pellizcó ligeramente la mejilla de Daniel, y luego volvió a su habitación. En la habitación del bebé. Cuando Lola vio a sus dos hijas, se sintió tan conmovida y emocionada que le pasó rápidamente su hijo a Jorge y le ordenó: —Ve y limpia a tu hijo. Sin palabras, Jorge tomó a su hijo en brazos cuando vio que su esposa saltaba ansiosamente hacia sus hijas. ¡Todavía no se había reconciliado con ella! ¡Pero ya le estaba ordenando que hiciera cosas! Jorge llevó a su hijo al baño y mientras lo ponía en una camita, comenzó a limpiarlo. Él había ayudado a cambiar el pañal de Sally en el pasado, pero ahora no estaba tan dispuesto a hacer esto por su hijo. Jorge ni siquiera comenzaba, y mientras tanto Daniel comenzó a llorar cada vez más fuerte. No tenía más remedio que empezar. Primero, le quitó los pequeños pantalones. Luego le quitó el pañal sucio, que olía tan mal que Jorge tuvo que taparse la nariz antes de tirarlo a la basura. —¡Mocoso, tu caca es aún más olorosa que la de Sally! —pensó Jorge. Luego sacó algunos pañuelos mojados de un paquete y limpió cuidadosamente a su hijo. Ahora, se sentía mucho más cómodo, Daniel dejó de llorar. Lola abrió ligeramente la puerta del baño y vio la mirada cuidadosa de Jorge. Ella rio y luego volvió a abrazar a sus hijas. Jorge llenó la bañera con agua tibia y puso a Daniel en ella; Él lavó hábilmente al bebé con la ducha. Había aprendido todas sus habilidades cuando tuvo que cuidar de Sally. Pero, a diferencia de Sally, que era muy obediente, Daniel no parecía querer cooperar con Jorge. Sus manos seguían salpicando el agua, y sus piernas también seguían pateando el agua, lo que hacía que Jorge se mojara. Jorge estaba enojado y le dio unas palmaditas en su pequeña cadera, pero Daniel inmediatamente gritó tan fuerte, ¡que parecía decir que había recibido

un fuerte puñetazo de Jorge en lugar de una palmadita! El baño estaba lleno de ruidos y gritos, pero Lola se aferraba a sus hijas en el dormitorio. ¡Finalmente había regresado y podía ver a sus otras dos hijas! ¡Sintió que era maravilloso! Después de envolver a su hijo en una toalla de baño esterilizada, Jorge salió del baño. Toda la ropa de Jorge estaba mojada. Cuando lo vio, Lola tomó a su hijo y lo vistió en la canastilla.

Capítulo 448 Por supuesto que me arrodillaré Jorge volvió al baño para limpiarse. Y Lola llevó a Daniel con Kevin y regresó a la habitación del bebé. Sally parecía haber sentido el olor familiar de su madre, y se despertó y comenzó a llorar. Lola sintió pena por ella, la levantó y la arrulló. A medida que la noche se iba oscureciendo, los tres bebés finalmente se durmieron profundamente en sus cunas. Antes de que Lola casi se durmiera, Jorge la llevó de regreso a su habitación. Tan pronto como cerró la puerta, comenzó a besarla con fuerza en sus labios rojos y gruesos. Ella se apoyó contra la pared por él. Luego, Jorge escudriñó el rostro de Lola, que estaba ligeramente afinado cuando ahora comenzó a hacer lo mismo a ella. —¡Lola! ¡Te atreviste a dejarme un mensaje así! —Él la enfrentó con rabia en sus ojos. Lola dejó escapar un suspiro; sabía muy bien que él no olvidaría este asunto. Pero, en el momento en que ella estaba involucrada en tantos problemas, no tenía otra opción. Tenía que decirle algo cruel para que él la odiara, o incluso la olvidara. Pero, desde que regresó, Lola realmente no quería mencionar o recordar estos tristes e infelices recuerdos. Entonces, sin pronunciar una sola palabra, Lola presionó activamente sus labios sobre los de Jorge. Pero Jorge la empujó, lo que lastimó a Lola, porque su beso había sido rechazado. —¿Él te tocó durante este mes? —preguntó Jorge. El aire que los rodeaba en el dormitorio pronto se llenó de celos. ¡Jorge no pensaba que Tomás Herren fuera el tipo de hombre recto! Incluso si inicialmente era un caballero destacado, ¡definitivamente había cambiado cuando se había reunido con su amada mujer! Lola frunció el ceño y se preguntó por qué seguía haciendo este tipo de preguntas que no quería responder.

—¿Puedes preguntarme algo más? —Le pidió con descontento en sus palabras. Entonces Jorge sostuvo su barbilla, levantó su cabeza y la miró a los ojos. —¡No! ¡Lola, contéstame, ahora! Lola suspiró; ella sabía que él sería tan malo cuando le pedía detalles. — ¡Él quería, pero yo lo rechacé! —Le dio una respuesta simple y directa. Ella no quería recordar ningún detalle de tales cosas que alguna vez sucedieron. —¿Te obligó, o fue por tu propia voluntad? —El hombre no se dio por vencido con sus preguntas, y Lola se enojó, y sus hermosos ojos ahora ardían de rabia. —Estás preguntando tonterías” pensó Lola. Miró a Jorge, cuya cara también se había oscurecido, y dijo: —¡Si me sigues preguntando, me enfadaré mucho contigo! —Ella respondió en voz más alta ahora. Sabiendo que su esposa se iba a enojar, Jorge suavizó su rostro y dijo: — Bien, ya no te preguntaré más. ¡Cariño, no te enojes. —Será mejor que no la obligue si ella no quiere responder. —¡Hum! ¡Eso es mejor! —pensó Lola. Lola lo apartó y se dirigió hacia el armario. —Cariño, no me has dicho lo que pasó hace un mes —dijo Jorge. Jorge se preguntaba cómo había descubierto dónde estaba su hijo y por qué se había visto obligada a vivir con Tomás Herren. ¡Esta vez, él creyó absolutamente que su esposa fue obligada a dejarlo! Al abrir el armario, Lola recordó los eventos que ocurrieron hacía un mes. —Todavía no tengo idea de cómo Tomás Herren descubrió que Daniel fue secuestrado y llevado a Estados Unidos. Pero Daniel finalmente cayó en sus manos, y él… me obligó a vivir con él por la propia seguridad de Daniel —dijo Lola. Frunciendo el ceño, Jorge comenzó a analizar las razones detrás de las acciones de Herren, y pensó: —La relación entre Carlos Wu y Tomás Herren parecía ser bastante común la última vez. Y Tomás Herren estaba a punto de llevar a cabo su plan para vengarse de Yolanda, porque ella le tendió una trampa. Pero detuvo su plan… ¿Es posible que haya algunos hechos no revelados entre Tomás Herren y Martín Wu? Hay una buena posibilidad de eso. Entonces Jorge dijo: —Él realmente te ama mucho. Renunció a su cargo como presidente, y luego renunció nuevamente a su cargo de gobernador de la

provincia. Hizo todo esto solo para conseguirte y poseerte para siempre. —El aire se llenó con un aura aún más fuerte de celos. Lola le sonrió levemente y, agarrando su camisón, cuando estaba a punto de entrar al baño, se detuvo. Se quitó la ropa delante de él, y luego tiró la ropa en la cesta a su lado. Después de eso, entró tranquilamente en el baño. Lola prestó poca o ninguna atención al hombre que estaba a su lado, ignorando su existencia. Antes de que él pudiera seguirla al baño, ella cerró la puerta. Lola era consciente de que era inútil cerrar la puerta para intentar detenerlo, pero todavía lo amenazó. —Si te atreves a tomar la llave de repuesto y abrir la puerta, ¡tendrás que arrodillarte sobre un durian! El hombre que estaba afuera de la puerta pensó dos veces en sus acciones, y pensó que valía la pena arrodillarse sobre una fruta de durian por su esposa. Muy pronto, la puerta del baño se abrió de nuevo desde el exterior. —Jorge, ¿realmente crees que no te haré arrodillarte en un durian? — protestó Lola. Estaba de pie junto a la bañera cuando el hombre entró al baño. Jorge se dirigió hacia ella, y mientras llevaba una sonrisa malvada en su rostro, él se aferró firmemente a su cintura. —Si esa es la orden de mi querida esposa, ¡por supuesto que me arrodillaré! —Mi esposa tiene el mayor poder de nuestros cinco miembros en la familia —pensó Jorge. Lola estaba a punto de decir algo más para protestar, pero sus labios fueron presionados por los de Jorge para evitar que sus palabras salieran.

… —¿Realmente piensa que no voy a hacer eso? ¿Me está desafiando? — pensó Lola. Decidió comprar una fruta durian y castigarlo mañana. A la madrugada siguiente. Jorge puso a Lola en la cama amplia y luego fue a la otra habitación para llevar a los tres bebés a la suya. Puso a sus tres hijos junto a Lola primero, luego regresó a buscar las dos cunas y los colocó cerca de cada lado de su amplia cama. Puso a Sally en la cuna rosa a su lado, y Daniel durmió en la cuna azul al lado de Lola.

Estrella se acostó entre su padre y su madre, en la cama. ¡Jorge finalmente había hecho las cosas perfectas por él! Cuando miró la sincera escena, sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría. Pero, poco después de que Jorge se recostó en la cama, después de un par de minutos, de repente sintió que algo estaba mal. Luego puso a Estrella en la cuna de Sally y se aferró a su esposa. —¡Bueno, esto es mucho mejor! —él pensó. Los cinco miembros de la familia finalmente se durmieron. ¡Pero antes del amanecer, el dormitorio comenzó a llenarse de ruidos agudos! Sally estaba tan hambrienta comenzó a llorar, lo que a su vez hizo que Daniel también se despertara. Cuando escuchó el llanto de su hermana, también comenzó a llorar, aún más fuerte. Los ruidos de llanto de los gemelos despertaron a Estrella, y como Estrella todavía tenía sueño, también las siguió y estalló en lágrimas.

… Jorge aflojó los brazos de su esposa y se sentó en la cama, mirando a sus tres niños llorando. Estaba desconcertado en ese momento. Pero, muy pronto, salió de la cama y, mientras le daba unas palmaditas a Estrela, dijo: —¡Silencio, silencio! Estrella, vuelve a dormir, papá alimentará a tu hermano y hermana. Estrella tenía tanto sueño que muy pronto se quedó dormida. Luego Jorge movió a Sally a los brazos de su esposa, para que la pudiera amamantar. Pero Daniel tuvo que esperar a que su padre preparara la fórmula de leche en polvo. —¡Pequeño mocoso, no llores! ¡No despiertes a tu mami! —Jorge le advirtió a su hijo, y Daniel inmediatamente detuvo su llanto. Jorge corrió a la habitación del bebé y usó agua tibia para la fórmula de leche de su hijo. Después de aproximadamente media hora de esfuerzos, Daniel finalmente fue alimentado y se quedó dormido, y luego Jorge volvió a dormir también.

Sally no había sido puesta de nuevo en su cuna, y Jorge se recostó junto a Estrella. Pero Daniel se despertó de nuevo, justo antes de quedarse dormido. Miró al techo, giró la cabeza, miró a las cuatro personas y comenzó a llorar de nuevo… Esta vez Lola se despertó. —¿Por qué llora mi hijo. —Se preguntó. Descubrió que Sally estaba tendida en sus brazos y pensó que Sally debía haber tenido hambre y que Jorge la había puesto allí. Confundida, Lola hizo a un lado a su hija, que ahora estaba llena, y en cambio, tomó a Daniel en sus brazos. Daniel finalmente dejó de llorar cuando fue amamantado. Finalmente, los cinco miembros de la familia durmieron en la cama amplia juntos, y no se despertaron hasta que el cielo se iluminó. Estrella se despertó primero y se sentó en la cama. Aturdida, miró alrededor de la habitación, y se preguntó “¿Por qué estoy durmiendo aquí? — Cuando vio a su papá, a su mamá, a su hermano y a su hermana acostados en la misma cama, se echó a reír y le mostró los dientes caninos. Daniel también estaba despierto, y en ese momento, se encontró con los ojos de su hermana, balbuceando.

Capítulo 449 ¿Dónde están todos los durians en el supermercado? Estrella se arrastró hacia su hermano y le cogió las pequeñas manos. Luego lo sacó de los brazos de su madre y lo acercó más a ella. Pero cuando estaba a punto de jugar con él, Estrella se dejó caer accidentalmente en el tobillo de Jorge. Somnoliento, Jorge se despertó cuando sintió que le dolía el tobillo. Miró a su linda hija, que ahora se disculpaba. —Papi, lo siento. No quise hacer eso. —Pero ella no parecía arrepentirse. Entonces pellizcó suavemente la mejilla de su hermano. Jorge miró a su hija con una sonrisa forzada. Como ya se había despertado, se sentó en la cama y dijo: —Ven ahora. Papá te lavará. Cuando Lola se despertó, descubrió que solo ella y sus dos lindos bebés estaban en el dormitorio. Los dos bebés estiraban las piernas. Entonces Jorge abrió la puerta; acababa de regresar del jardín de niños de Estrella. —Cariño, estás despierta —dijo Jorge. Él besó suavemente sus labios rojos. Lola lo miró y le preguntó: —¿Llevaste a Estrella a la escuela? —Estaba sosteniendo a Sally en sus brazos y alisando su ropa. Jorge se sentó a su lado y disfrutó del momento cotidiano, pero feliz. Cuando Lola estaba a punto de ir al baño para lavarse, de repente se dio la vuelta y preguntó: —¿Vas a ir a la oficina más tarde? —Jorge estaba jugando con los bebés, y entonces parecía que no iría. —No tenemos mucho que hacer en la oficina, y Sánchez puede manejarlo. Tengo que tomarme un día libre de vez en cuando. —Jorge estaba jugando con su hija mientras hablaba con Lola. —¿Un día libre de vez en cuando? Últimamente, has estado tomando muchos días libres. Especialmente cuando estaba en el país A, cuando vas allí en avión. Está bien. Hablaremos de eso más tarde —pensó Lola. Luego dijo: —Vamos al supermercado hoy. —Esto era lo que ella realmente estaba insinuando.

Jorge la vio entrar al baño y pensó en su idea por un tiempo; él ya había adivinado lo que su terca esposa quería hacer. Cogió su teléfono y llamó al jefe de St. Deya Shopping Mall. Bajó la voz en el teléfono y exigió: —Retire todas las frutas durian de los estantes hoy… Cuando Lola salió del baño, descubrió que no quedaba nadie en el dormitorio. Eran como las 10 de la mañana, y acababa de empezar a comer su desayuno. Después de terminar su desayuno, Lola y la Sra. Du tomaron a los dos bebés y fueron al supermercado. En St. Deya Shopping Mall. Jorge estacionó el auto en el estacionamiento mientras Lola miraba el centro comercial afuera. Ella dijo: —Jorge, vamos a otro centro comercial. —Recuerdo que vi en algún lugar un bonito abrigo que quería comprarle a Estrella —pensó. Cuando la escuchó, el corazón de Jorge se hundió. Él respondió de inmediato: —Cariño, este centro comercial está más que bien. Además, ya estamos aquí, y también es de nosotros. —Jorge nunca se preocupó por tales trivialidades, y también se sintió incómodo por lo que acababa de decir. Lola le lanzó una mirada confusa y dijo: —¡De acuerdo! —Podemos ir a otro centro comercial la próxima vez —pensó. Jorge salió del auto, abrió el maletero y sacó el cochecito de bebé. Luego puso a los bebés en él. La atractiva pareja con los lindos gemelos en el cochecito de bebé atrajo muchas miradas de admiración. Cuando entraron en el supermercado, Lola, como Jorge esperaba, caminaba por el pasillo de las frutas, pareciendo buscar algo. Jorge caminó detrás de ella, llevando el cochecito de bebé. Recibió muchas miradas de admiración y envidia de la multitud. Ellos estaban susurrando. —Mira, gemelos bebés. ¡Son tan lindos! —Sí, lo son. ¡Oh Dios mío! Es un niño y una niña, ¿verdad? El hombre que maneja el cochecito también es muy guapo. —¡Ah! ¡Se parece a Jorge Si! —Jorge podía ser reconocido fácilmente incluso cuando su rostro estaba medio cubierto por gafas de sol debido a su asombrosa buena apariencia.

—¡Sí, ese es Jorge! ¡Tomemos una foto!

… Luego, se publicaron en Twitter las fotos de las compras de los Si junto con sus hijos. Y en ese momento, Lola estaba mirando ansiosamente la sección de frutas, y se preguntó: —¿Por qué no hay durians sin pelar alrededor? Sólo hay unos pelados, envueltos. Se dio la vuelta y miró a Jorge que caminaba relajado. Ella sintió que algo estaba mal. —Debe haber sido Jorge. Es capaz de eliminar cualquier mercancía de los estantes en cualquier supermercado, o incluso en cualquier centro comercial —pensó Lola. Luego, casualmente, le preguntó a un vendedor: —Disculpe, ¿tiene algún durian sin pelar? El vendedor echó un vistazo a los estantes y respondió: —Oh, nuestro gerente guardó todos los durians sin pelar. —Humph, sabía que algo estaba mal —pensó. —¿Por qué? —Ella fingió preguntar por curiosidad. El vendedor negó con la cabeza y dijo: —No lo sé. Los guardaron temprano por esta mañana. —¡No podemos decidir sobre estas cosas! Solo somos vendedores — pensó. ¡Está bien! Lola dejó de preguntarle y se alejó. Y Lola pellizcó e brazo de Jorge mientras estaba jugando con los bebés. Apretó los dientes ligeramente y preguntó: —Cariño, ¿estás coqueteando conmigo en el supermercado? —Mi esposa se está volviendo más y más salvaje —pensó. —¿Coqueteando? ¡Estás pensando demasiado! —pensó Lola. Ella cruzó los brazos sobre su pecho y lo miró fríamente. Dijo: —¿Dónde están todos los durians en el supermercado? Jorge levantó las manos en el aire y continuó moviendo el carrito hacia adelante. Él dijo: —¿Por qué no le preguntas al vendedor? —Espero que el gerente haya eliminado a todos los durians con una

explicación convincente —esperaba Jorge. —Ya pregunté Dijo que era una orden que venía directamente del gerente. Tiene algo que ver contigo, ¿verdad? —preguntó Lola. —¡Ese estupido gerente! —Jorge lo maldijo en su mente. Luego puso su brazo alrededor de la cintura de Lola y dijo: —Cariño, si quieres comer durians, podemos comprar unos pelados. Lola sonrió y suavemente respondió: —Está bien, Jorge. Voy a comer algo más en su lugar. —Jorge no se dio cuenta de que había otras cosas aparte de las frutas durian en las que podía arrodillarse, como los fideos instantáneos crujientes. Por lo tanto, para sorpresa de Jorge, cuando estaban a punto de salir, Lola puso unas bolsas de fideos instantáneos en su carrito de compras. Después del almuerzo, Lola puso a los dos bebés en su habitación y les hizo dormir. Luego fue al estudio y esperaba a Jorge. Él estaba respondiendo una llamada telefónica. —Está bien, sí, lo conozco. Dígale que me espere en mi oficina a las ocho de la mañana —habló Jorge por teléfono. Todavía hablando por teléfono, se sentó junto a su esposa en el sofá y le tomó la mano. Y sin ningún tipo de lucha, Lola puso una sonrisa falsa y esperó a que terminara su llamada. Él continuó. —Lo sé. Hablaré con él sobre todos los detalles en persona. —Vale eso es todo. Envia el cuestionario a mi correo electrónico. — Finalmente colgó el teléfono. Luego, inmediatamente la besó en la mejilla y le dijo: —Cariño, es hora de la siesta. —Tal vez tomemos una siesta juntos —pensó.

Capítulo 450 Si me amas, arrodíllate en los fideos instantáneos crujientes —Está bien, cariño, vamos a hacer eso —respondió Lola. Ella tenía una sonrisa brillante en su rostro y lo miró con un par de ojos seductores. Sus ojos brillaron cuando vio su cautivadora expresión. Entraron juntos en el dormitorio y Jorge comenzó a besarla de inmediato, pero Lola se tapó la boca con una mirada astuta. Ella le tomó la mano y caminó hacia el balcón. —¿Hum? ¿En el balcón? ¡Me gusta esto! —él pensó. Lola abrió la puerta del balcón y lo llevó fuera, la brisa del mar soplaba directamente hacia ellos. Ahora tenía una sonrisa coqueta y, mientras lo sostenía alrededor de la cintura, le preguntó: —Mi querido esposo, ¿me amas? —Estaba preparando una trampa para él. Jorge respondió con una serie de besos profundos en sus labios rojos. Después de un rato, dijo: —Tú dime… — Él acarició suavemente su cara inmaculada. —No lo sé, porque nunca lo dices —respondió Lola. Puso mala cara a sus labios con descontento. Jorge rió y dijo: —¡Cariño, te amo con todo mi corazón! —Perdido en la escena romántica, Jorge se olvidó totalmente de su ira. Lola señaló el suelo y dijo: —Si me amas, arrodíllate sobre los crujientes fideos instantáneos. Jorge la miró sorprendido. Se regodeó y añadió: —Ten cuidado de no aplastarlos.

… —¿Arrodillarme en los fideos? —Ahora Jorge estaba indefenso. Pensó. —¡Wow, ella realmente no juega según las reglas! Me escapé de los durians, pero ahora… —¿Cómo pensó en los fideos instantáneos? ¿Arrodillarse sobre

ellos? ¿No se suponía que eran comida? —Querida, ¿podemos por favor liberar tu ira de alguna otra manera? — preguntó Jorge. —Como tener sexo —pensó. Insatisfecha, Lola le lanzó una mirada y respondió: —¡No! Jorge, sé que un hombre de verdad no se arrodilla tan fácilmente. Pero no tienes que arrodillarte ante mí; ¡Arrodíllate a los cielos! ¿Arrodillarse a los cielos? ¡No! Jorge puso su brazo alrededor de su cintura y dijo: —Está bien, me arrodillaré, pero solo con la condición de que dejes de estar enojada conmigo, ¿vale? —¡O si no, todo esto será en vano! —pensó. Lola lo miró con una mirada arrogante y respondió: —Depende. Si estoy contenta, puedes levantarte en 10 minutos. ¡Si no, tendrás que quedarte de rodillas hasta mañana por la mañana! —Tiró de su cintura y exigió. —¡Date prisa! —Me haría quedar mal —pensó. Cuando estaba a punto de decir algo, Lola comenzó a sollozar y estaba a punto de llorar. Ella preguntó: —¿Quién me hizo terminar en una silla de ruedas el año pasado? Sus palabras hicieron que Jorge se sintiera culpable al instante. Sin pronunciar una sola palabra, caminó hacia los crujientes fideos instantáneos y estaba a punto de arrodillarse sobre ellos. Pero luego fue detenido por un par de manos suaves. Cuando volvió la cabeza para mirar hacia atrás, Lola lo besó en los labios y dijo: —Está bien, ahora estoy contenta. ¡Te perdono! —Nunca quise que se arrodillara. Después de todo, él es el director ejecutivo en funciones de una compañía internacional, y si alguien lo supiera, haríamos el ridículo —pensó. Jorge se levantó y la besó en sus labios rojos. —Ella realmente es adorable. ¿Cómo puedo dejar de amarla? —él pensó. En los próximos días, Lola a veces llevaba a los gemelos a visitar al abuelo de Jorge. En el resto de su tiempo, se quedaba en la mansión y cuidaba de sus hijos. En el Grupo SL. Sánchez llamó a la puerta y luego entró en la oficina. Dijo: —Jefe, nuestros socios canadienses llegarán al País C esta noche. El banquete de bienvenida comenzará a las 6:30 PM.

—Está bien —respondió Jorge. —Además, el abuelo de Tomás Herren acaba de llegar del País A y quiere verte. —Tomás Herren tenía más de treinta años, pero aún era un alborotador infantil para su familia. —¿El abuelo de Herren? —pensó Jorge. Frunció el ceño y pensó: —Si alguien más de la familia de Herren hubiera pedido verme, definitivamente los habría rechazado. Pero el abuelo de Tomás Herren me dio una mano cuando comencé mi negocio. Se lo debo, y no puedo decirle que no… —Decide una hora y un lugar para mañana —dijo Jorge. —Está bien —respondió Sánchez. —Por cierto, ¿cómo va todo con el contrato de arrendamiento en el jardín de rosas en Bulgaria? —preguntó Jorge. Sánchez recordó el contrato y respondió: —Todo va bien. Ya firmamos el contrato y ahora es un buen momento para ir allí. —Jorge es tan romántico. Alquiló un jardín de rosas en Bulgaria solo para complacer a su esposa —pensó Sánchez. Jorge asintió y pensó: —La llevaré allí dos días después de que haya terminado todo mi trabajo. El café Dominator en el Nuevo Distrito fue nombrado LE Café por Jorge, después de que él se reuniera con Lola. En un rincón del segundo piso se encontraba un anciano digno y serio. Tenía los ojos cerrados meditativamente. Había una cicatriz en su rostro que había adquirido en una guerra cuando era joven. La cicatriz era como una marca honorífica para él. —Señor Herren… —Jorge lo saludó gentilmente. Abrió los ojos y asintió a Jorge. Jorge se sentó frente a él. Él dijo: —Sr. Si, gracias por tomarse el tiempo para verme. ¡Es un honor! —¡Señor Herren, es un placer verle! —respondió Jorge. Se saludaron y luego hablaron un rato. Entonces, Alejandro Herren fue directo al motivo de su visita. —Tomás cometió un gran error y le ha ofendido a usted y a la Sra. Si. Quiero pedirle disculpas personalmente por él. —Sabía de casi todo lo que Tomás había hecho.

Jorge miró a Alejandro, quien había bajado la cabeza para disculparse. Sabía que había sido un hombre orgulloso toda su vida, especialmente cuando su nieto había asumido la presidencia, y que todos habían sido halagados por sus éxitos. Pero ahora tenía que pedir disculpas a un joven por los errores de Tomás. Jorge sintió que de hecho, no era tan simple para él. —Señor Herren, no tiene que disculparse. Espero que él pueda asumir toda la responsabilidad por sus errores —dijo Jorge. Jorge no quería que Alejandro Herren se involucrara en esto. Alejandro escuchó sus palabras sobreentendidas y suspiró en secreto. Suplicó y dijo: —Conozco a mi nieto más que a nadie. Si está bien, por favor, hazme un favor y mantenlo vivo, sin importar lo que pase en el futuro. Dos horas más tarde, Jorge salió de la cafetería. Fijó su mirada en Alejandro mientras lentamente desaparecía en la distancia. —No es tan simple. Tomás Herren es una amenaza para Lola —pensó Jorge. Las últimas palabras que le había dicho a Alejandro Herren fueron: — Tengo que discutir esto con mi esposa primero. Pensó: —Tomás Herren tuvo a mi esposa e hijo encarcelados por un mes. Por el bien de Alejandro, le prometí que lo dejaré pasar. Pero no puedo tomar esa decisión en nombre de Lola. Si ella estará dispuesta a dejarlo vivir o no, todo depende de ella. Volvió a casa, a la mansión, reflexionando sobre este asunto. En la mansión. Lola estaba plantando unas flores en el jardín. Junto a ella estaba la señora Du, empujando el cochecito de bebé con los gemelos alrededor. Jorge recordó a su madre. ¡Si aún estuviera viva, habría estado realmente feliz de ver a sus tres nietos!

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La Frialdad de Rocío

Content Capítulo 451 ¿Cómo podría ser simplón Capítulo 452 Descubrir los secretos del antiguo reloj de bolsillo Capítulo 453 ¿También necesito ir al balcón Capítulo 454 Incluso quieres matarme Capítulo 455 Nadie es más bonita que mi esposa Capítulo 456 Una princesa encantadora Capítulo 457 Hombres y mujeres trabajan bien juntos Capítulo 458 ¿Por qué estás en el piso Capítulo 459 Lirios de araña roja brillante Capítulo 460 La situación de mi hermano es desconocida. Capítulo 461 Trabajamos para el Sr. Yun Capítulo 462 Tan emocionada y casi lloró Capítulo 463 ¿Por qué está Sánchez aquí Capítulo 464 Sánchez había vuelto Capítulo 465 Demuestran su amor dondequiera que estén Capítulo 466 ¿Vinieron los lobos Capítulo 467 No hay tiempo para negociar Capítulo 468 La supervivencia era la primera opción Capítulo 469 El Pez Gordo todavía se esconde detrás de la cortina Capítulo 470 Eres asqueroso Capítulo 471 Había también algunas marcas de quemaduras Capítulo 472 Capitulo ¡Ten cuidado! Capítulo 473 Capitulo ¡Qué estúpida soy! Capítulo 474 Él murió hace una década Capítulo 475 El tiempo se detuvo, el tiempo se congeló Capítulo 476 Parece que estamos en problemas Capítulo 477 Crear una organización benéfica Capítulo 478 Ella esperaba en silencio Capítulo 479 Prefería a las niñas que a los niños Capítulo 480 Nota de agradecimiento

Capítulo 451 ¿Cómo podría ser simplón? ¿Se llevaría bien con Lola por el bien de los tres niños? A Jorge le tomó mucho tiempo controlar sus emociones. Una vez que había hecho eso, caminó lentamente detrás de Lola. —¡Cariño! —Él la llamó suavemente. La señora Du lo escuchó. Pensó que quería jugar con sus hijos y le trajo el cochecito con los niños. Lola también lo escuchó. Dejó la pala en sus manos y se volvió hacia él. —¿Jorge? ¿Cómo es que estás en casa tan temprano? —Lo miró con curiosidad. Normalmente, Jorge pasaba todo el día en la compañía. Jorge le hizo un gesto para que se acercara: —Hay algo que debo discutir contigo. —Lola se cepilló las manos, se levantó y salió del jardín cruzando las raras flores. Jorge sostenía a Sally en sus brazos. —Déjame lavarme las manos primero. —Dijo Lola mientras caminaba hacia la mansión. Jorge la vio entrar a la mansión y sonrió. —Señora Du, ¿podría por favor cuidar a los bebés por un momento? Necesito hablar con Lola. —Volvió a poner a Sally en el cochecito y pellizcó suavemente las mejillas regordetas de Daniel. Daniel, sintiendo el pinchazo, frunció el ceño exactamente igual que su padre. Jorge, aunque estaba muy contento, tampoco se sorprendió demasiado ya que solo era un bebé. Después de todo, siempre podía vencerlo cuando creciera. Jorge sonrió ante el pensamiento. —Claro, señorito. Estarán bien conmigo —respondió la Sra. Du. Los dos bebés eran tan adorables que incluso la Sra. Du no estaba dispuesta a dejarlos por un momento. En el estudio. Jorge hizo que Lola, que estaba usando una crema de manos, se sentara en el sofá. —¿Qué pasó? —Lola miró a Jorge y le preguntó. Dudó un poco y luego dijo: —El abuelo de Tomás Herren me visitó hoy. —Jorge notó que Lola se quedó aturdida por un momento pero luego continuó aplicando la crema.

Lola no dijo nada y Jorge siguió hablando. —El abuelo Herren me ayudó mucho cuando apenas estaba empezando mi negocio. Le prometí que dejaré en paz a Tomás. Pero también le dije que me gustaría tomar en cuenta tu opinión. Así que he venido a preguntarte qué quieres hacer con él. —¿Qué quiero hacer con Tomás Herren? —Lola dejó de frotarse las manos y comenzó a pensar. Tomás nunca la había obligado a hacer nada, ni la lastimó de ninguna manera en la ciudad D hacía cinco años atrás. En cambio, la había ayudado mucho. Por ejemplo, después de que ella se había divorciado de Jorge, él la rescató y la ayudó a convertirse en una actriz popular en el círculo de entretenimiento. Desde entonces, él se había preocupado mucho por ella. Ella le debía eso. Incluso la última vez, cuando la obligó a quedarse en su casa, no le causó ningún daño. Ella admitió que lo odiaba y que había querido matarlo en ese momento. Pero todo había terminado y ella y sus hijos estaban a salvo ahora. Ya no lo odiaba tanto. —Yo… —Lola estaba a punto de decir algo cuando Jorge la detuvo con su dedo índice. Él sabía que ella lo había pensado todo… —Tomás no es tan simplón como parece. Hasta ahora, todo lo que hizo… —Tenía miedo de que Lola se lastimara si le contaba todo directamente. Lola lo miró fijamente. ¿Tomás no era lo que ella creía que era? Siempre había sido un caballero ante sus ojos. ¿Se había equivocado con él? Esto no podía ser verdad… —Se convirtió en el presidente a una edad tan joven. ¿Cómo podría ser simplón? —Su abdicación voluntaria tampoco fue por lo que le había dicho al público. Jorge lo había estado siguiendo durante dos años y conocía muchos de sus secretos. Después de haber hablado con su abuelo, estaba seguro de que Tomás era muy inusual. Y este hombre horrible estuvo una vez con Lola.

Al igual que él, ¿cómo podría llegar tan lejos si no hubiera hecho nada malo? Sin embargo, lo que Jorge había hecho no era comparable con lo malo de Tomás Herren. ¿Cómo tan malo podría ser un hombre? Se guardaría Jorge todo lo que sabía para sí mismo. No quería que Lola se sintiera mal por un hombre que una vez la había ayudado cuando lo necesitaba. Si él no le contara todo esto y si él no la hubiera capturado durante un mes, ella todavía lo consideraría el caballero perfecto. Así que todo lo que necesitaba saber era que Tomás Herren era peligroso, decidió Jorge. Lola estaba perpleja. Ella no podía asociar a Tomás Herren con malos actos. Había sentido su sinceridad y preocupación por ella cuando estaba en Crown Province. ¿O le había ocultado su verdadero motivo? Si eso era cierto, entonces qué peligroso era él… —No lo sé. —Ella dijo en voz baja. Jorge sintió un poco de pena pero aún así dijo: —No olvides, Lola, que te había apuntado con su arma la última vez que estuviste en la casa. —Él no dejaría ir a nadie que quisiera matarla. —Sí. Tomás había querido matarme ese día. —Pensó Lola. Podría haber muerto si Jorge no hubiera llegado a tiempo. —Tal vez no le dé nada y le prohíba abandonar el País A por vida. Me siento mal por Cherry… —Cherry siempre había sido su rival de amores. Pero Cherry no era como Yolanda. Ella no la había odiado ni lastimado. Lola le había pedido una vez a Cherry que le pasara un mensaje a Jorge. Cherry no había hecho eso. Ella podría haber tenido sus propias razones. Jorge tomó las suaves manos de Lola y dijo: —Cherry tuvo relaciones sexuales con Tomás porque Yolanda los engañó. Y se casaron porque la familia de Cherry no lo dejó ir antes de casarse con ella. —¿Qué? —Lola podía pensar en una serie de razones por las que estaban casados, pero no esperaba que fuera por Yolanda. —¿Qué hizo Yolanda? —Ella preguntó. Jorge se sintió disgustado incluso hablando de la mujer muerta. Le contó

brevemente a Lola lo que sabía. Tomás estaba a punto de casarse con Lola, mientras que Jorge estaba con Cherry en ese momento. Yolanda había conseguido que alguien siguiera a Tomás. Finalmente tuvo la oportunidad de jugar su truco cuando él se iba a quedar en un hotel por una noche. Drogó a Cherry y la envió a su habitación. También le pagó al camarero en el hotel para drogar a Tomás. Hizo todo esto porque no quería que Cherry estuviera con Jorge ni que Lola fuera feliz. Pero Yolanda no esperaba que Jorge pudiera demostrar la inocencia de Lola tan rápido. Jorge y Lola se unieron de nuevo y Tomás se casó con Cherry con la ayuda de Jorge. Eso finalmente les ayudó. Jorge estaba feliz por eso.

Capítulo 452 Descubrir los secretos del antiguo reloj de bolsillo Más tarde, ese hombre también había vengado a su madre. Jorge no había querido que los medios de comunicación rastrearan el pasado y deseaba que su madre pudiera descansar en paz. Así que no le había dicho al público que Yolanda era la principal responsable de la muerte de su madre. Ese fue el caso. De repente Lola se dio cuenta de algo. —¿Cuántos años de prisión le dieron a Yolanda? —le preguntó a Jorge. ‘Le deben haber dado al menos ocho o diez años’ pensó Lola satisfactoriamente. Jorge miró a Lola y pensó: —Mi esposa es tan pura. Ella no tiene idea en absoluto. —Su corazón estaba limpio. —Ella murió —respondió él con voz débil. ¿Qué? Lola estaba aturdida. —¿De verdad? —Miró a Jorge con cuidado. ¿Lo oyó mal? Lo último que había oído era que Yolanda estaba tras las rejas. Jorge tomó a Lola en sus brazos. Miró sus manos finas y dijo: —Ella fue torturada hasta la muerte por los demás en prisión. —Él no le ocultó nada. Lola pensó en Miguel. Había sufrido el mismo destino que Yolanda. Ella no debería sentir pena por ellos. Se merecían el castigo. Ahora que Yolanda estaba muerta, ella estaba a salvo. —¿Entonces no necesito un guardaespaldas cada vez que salgo? —le preguntó a Jorge. Siempre era incómodo cuando alguien te estaba siguiendo. —Depende —dijo. Yolanda estaba muerta pero Tomás Herren estaba vivo. Supuso que Tomás estaba tras el viejo reloj de bolsillo. Lola vio que Jorge no se vio afectado por la muerte de Yolanda. ¿Cómo no podía estar molesto por su muerte? Lola lo miró con expresión dudosa. —¿Cómo te sientes ahora? —le preguntó. Ella observó sus expresiones cuidadosamente para que no le mintiera. —¿Cómo me siento ahora? —Levantó las cejas. Él la agarró, la abrazó con fuerza y le susurró al oído: —Me siento bien abrazándote ahora. Lola puso los ojos en blanco y lo apartó. —Te pregunto por tus sentimientos ahora que tu ex novia está muerta. ¡Oh! Eso era lo que ella estaba hablando de verdad. Jorge le sonrió. —

Dame un bonito beso largo y te diré la verdad. —Diciendo esto, él puso su cara delante de sus labios. Lola se quedó sin habla. —¿Cómo puedes ser tan cruel? Ella fue tu mujer —preguntó acaloradamente sintiéndose triste por Yolanda. ¿Sería igualmente indiferente si ella también desapareciera un día? —Bien. Pero, ella ya no es mi mujer. —Yolanda se lo había buscado, pensó. —¡Tú mocoso ingrato! —Ella lo fulminó con la mirada. —¿Qué pasa? ¿Quieres que te diga que tengo el corazón roto para que te sientas satisfecha? —Se sintió infeliz. ¿Ella realmente pensaba que él se preocupaba por esa terrible mujer? Jorge parecía disgustado. Lola se levantó del sofá con las manos en la cintura. —Jorge, ¿estás enojado conmigo? —Ella estaba muy insatisfecha con lo que él había dicho. Lola parecía una arpía. Jorge le sonrió y volvió a sostener sus brazos. — Cariño, es mi culpa. No te enojes. —¿No estaban hablando de Tomás Herren? ¿Cómo se volvió hacia él? Lola levantó su barbilla más alto en el aire. —¡Discúlpate conmigo ahora mismo! —Le ordenó altivamente. Jorge quería tirarla sobre la cama y enseñarle una lección por burlarse de él. Pero tenía que hacer negocios. —Cariño, lo siento. Por favor acepta mi disculpa. —Eso me gusta más —dijo Lola cruzando los brazos sobre todo su pecho. Todos sus caprichos se disolvieron, ella lo besó en los labios y dijo: — Hiciste un gran trabajo hoy. Te premiaré con un muslo extra en la cena de hoy. ¿Muslo? Jorge vio que estaba de buen humor. Preguntó: —¿Puedo cambiar mi premio a otra cosa? —¿Qué hay de los trotones de cerdo? —ella pregunto juguetonamente —No quiero eso. ¡Gracias! —¿Entonces las manitas de ovejas? —Continuó bromeando. —Cariño, no quiero ningún trotón. Quiero esto… justo esto. —Jorge tocó todo su cuerpo, lo que hizo que Lola se riera a carcajadas. Ella se rió tanto que tenía lágrimas en los ojos. —De acuerdo, hablemos de negocios —dijo secándose los ojos húmedos.

Jorge se levantó de encima su cuerpo. Los dos se sentaron y la atmósfera volvió a la normalidad. Lola dijo: —Estaba gravemente herido y lo ha perdido todo. Que así sea. —Tenía miedo de que Tomás no se rindiera. Pero ella no podía quitarle la vida. Eso era cruel. Jorge la miró con cariño. —¿Estás segura? —preguntó. Si esto era lo que Lola quería, entonces tendría que hacer que siguieran a Tomás todo el tiempo. Lola asintió. Jorge miró a su esposa con amor. Él pensó que ella era muy amable. La abrazó y comenzó a pensar en maneras de protegerla de Tomás Herren. El tiempo pasó volando. Los días felices siempre pasan volando como una flecha. Unos días más tarde, Yonata apareció sin previo aviso en la mansión en el País C. Quería contarle a su hermana todo lo que había sucedido con el abuelo Landon, pero no sabía cómo hacerlo. —¿Qué pasa? —Lola, al sentir que Yonata quería hablar sobre algo importante, entregó a los gemelos a la Sra. Du para que pudiera hablar libremente con su hermano mayor. Yonata pensó en su abuelo y dijo: —Tenemos que descubrir el secreto del viejo reloj de bolsillo. Lola estaba sorprendida. ¿Por qué de repente Yonata pensó en el viejo reloj de bolsillo? —¿Qué está pasando? —preguntó preocupada Había estado tan ocupada con sus tres hijos que había prestado poca atención a los otros miembros de su familia. ¡Qué desleal de ella! —El abuelo fue secuestrado hace unos días. Se rompió una pierna durante la operación de rescate. Los secuestradores han sido arrestados. Pero querían el viejo reloj de bolsillo —Yonata puso a Lola al día con lo que había sucedido recientemente. —Todavía había mucha gente que quería el viejo reloj de bolsillo. Así que he decidido descubrir su secreto para liberar a todos de todo tipo de problemas —explicó. —¿El abuelo fue secuestrado y se rompió una pierna? —Los ojos de Lola se ensancharon con preocupación. De repente se levantó del sofá. ¡Nadie le había dicho sobre esto! Yonata asintió. No le habían dicho ya que ella misma estaba en confinamiento. —Ha sido dado de alta del hospital y ahora está bien.

Lola se sintió un poco aliviada y volvió a sentarse en el sofá. Yonata estaba en lo cierto. Era el viejo reloj de bolsillo el que había iniciado todos los problemas. Pensando en voz alta, Lola dijo: —Pero para eso, tendremos que ir a Mando Bay. —He hablado con Jorge. Cuando termine mi negocio, iré contigo a Mando Bay para protegerte —dijo él. Mando Bay era tan peligroso que podrían necesitar llevar a una docena de personas para protegerse. —Está bien —ella asintió. El viejo reloj de bolsillo era como una bomba de tiempo. Alguien más sería secuestrado de nuevo si no descubrieran sus secretos rápidamente. Por la noche. Yonata fue a buscar a su compañero de armas en el ejército del País C. Lola estaba parada cerca de la ventana, mirando hacia afuera, con Sally en sus brazos. La puerta de la guardería se abrió y Jorge entró en la habitación. Se acercó a ella y le dio un cálido beso. —¿Qué estás pensando? —le preguntó perezosamente. Tomó a Sally en sus brazos y también la besó. Daniel dormía profundamente en su cuna. —Mi hermano mayor estuvo aquí hoy —dijo con una mirada lejana. Su cerebro estaba lleno de cosas de las que se había enterado durante el día.

Capítulo 453 ¿También necesito ir al balcón? Jorge asintió y gentilmente miró a su hija mientras la sostenía en sus brazos. —Puedes ir y descubrir el secreto del reloj viejo de bolsillo. ¡Enviaré personas para protegerte! —dijo. Landon había sido herido, y Jorge ya lo había visitado. Con su rostro solemne, Lola miró a Jorge y dijo: —Pero no quiero buscar ningún tesoro ni la riqueza increíble; nos causará demasiados problemas. —Si no buscas el secreto, te meterás en un montón de problemas, y habrá muchas personas que mirarán con avidez a toda la familia Li —dijo Jorge. Mientras existiera el antiguo reloj de bolsillo, los problemas serían inevitables. Después de que Jorge arrulló suavemente a Sally por un rato, se quedó dormida en sus brazos. Luego la puso suavemente en otra cuna y le besó la mejilla. Después de eso, Jorge, quien tenía sus brazos alrededor de Lola, abandonó la habitación del bebé y entró a la de Estrella. Encendió la tenue luz y vio que Estrella estaba profundamente dormida. Después de acurrucar a Estrella, Jorge apagó la luz y se fue. Ahora tenía una esposa y tres hijos, y estaba satisfecho con lo que tenía. Regresó a la habitación y rodeó a Lola con sus brazos. Desde que nacieron los dos bebés, Jorge ya no tuvo la oportunidad de sostener a Lola en sus brazos mientras dormía. Al principio, Lola dormía en su habitación, pero luego dormía en la habitación del bebé. O a veces se acostaba con Estrella para hacerle compañía. Pasaba la mayor parte del tiempo con sus tres hijos. Por la noche. Jorge y Lola estaban acostados en silencio en la cama, escuchando los latidos del corazón de cada uno. Jorge la besó en la frente y le preguntó: — ¿Todavía estás pensando en el viejo reloj de bolsillo?

Después de que ella se sacudió y dio la vuelta por un rato en la cama, y después de que finalmente se acomodó en los brazos de Jorge, Lola asintió con la cabeza. Recientemente, Jorge y sus tres hijos se quedaban casi todo el tiempo con ella. Estaba tan feliz que casi había olvidado las crueldades de la sociedad cotidiana. —No lo pienses demasiado. Sé valiente, ve y busca el secreto. Solo recuerda que siempre te protegeré —dijo Jorge. Si él no pudiera protegerla, si dejara que se lastimara una vez más, ¡ya no merecería su título! Lola asintió levemente, y pensando que, como eventualmente tenía que enfrentar esto tarde o temprano, ¡debería levantarse y enfrentarlo! Era tarde por la noche, y ahora Lola estaba profundamente dormida. Después de mirar su cara dormida, Jorge salió de la cama con cuidado. Luego agarró su teléfono, fue al balcón y llamó a alguien. —¿Cómo van los preparativos? Bien, ven a la mansión mañana a las siete de la mañana… De acuerdo. Después de colgar, Jorge dejó a un lado su teléfono y volvió a la cama con suavidad, volviéndose a dormir con el brazo alrededor de su esposa. Cuando llegó la mañana, y ella seguía durmiendo, Lola sintió que alguien la estaba ayudando a vestirse en la cama. Cuando abrió los ojos y vio que afuera todavía estaba oscuro, notó que Jorge la estaba ayudando a vestirse en la cama. —¿Por qué necesito vestirme mientras sigo durmiendo? —Ella le preguntó con una voz un poco ronca. Jorge besó sus labios y dijo: —Está bien. Quería… abrir la puerta del balcón, pero me preocupaba que te resfriaras. —Jorge, que no era tan bueno mintiendo, inventó una mala excusa. Lola lo había acompañado hasta altas horas de la noche; estaba tan cansada que ni siquiera le quedaba energía para juzgar si sus palabras eran verdaderas o falsas. Dejó que Jorge la vistiera con su ropa, incluido su abrigo. Más tarde, cuando Jorge la sostenía en sus brazos, se despertó de nuevo. —¿También necesito ir al balcón? —ella preguntó. Vio que Jorge la llevaba en sus brazos y salía de la habitación. Jorge sonrió y respondió: —No, no hay necesidad de que vayas allí. Te voy a llevar a la habitación de Estrella para que puedas dormir con ella. —

Ella se despertaba fácilmente y Jorge pensó que si alguna vez tenía que volver a hacer algo así, la próxima vez debería hacer todo lo posible para que ella se sintiera aún más cansada. —¡Oh! —dijo Lola—. ¿Por qué abre la puerta del balcón? —Lola se durmió otra vez mientras pensaba en ello. Cuando vio que ella estaba dormida otra vez, Jorge se sintió aliviado, ¡y pensó que no era nada fácil sorprenderla! Cuando Lola se despertó de nuevo, se encontró acostada en una cama grande que le parecía un poco familiar. Se preguntó por qué estaba en el avión. ¿Cómo llegó ella allí? Se dio cuenta de que estaba sola y luego comenzó a revisarse. No tenía idea de cuándo se había quitado el abrigo. Solo llevaba el traje azul cielo que Jorge le había ayudado a ponerse. Cuando se despertó… Bueno, ya eran las diez. Se puso el abrigo blanco que colgaba de la percha de ropa en un lado, y después de que ella se revisó de nuevo, Lola abrió la puerta. Dentro de la cabina. Jorge, que era noble y poderoso, se sentó en su sillón de cuero. Sostenía en una de sus manos un vaso de vino tinto, que ya casi había bebido, mientras que con la otra sostenía la última edición de la revista financiera. Sánchez, sentado a su lado, miró a Lola con una leve sonrisa. También había otras dos personas con ellos, que parecían ser los guardaespaldas. Cuando se abrió la puerta, Jorge levantó la cabeza y miró hacia ella. Sonrió cuando vio a Lola entrar por ella. Después de beber el resto de su vino, dejó el vaso y la revista y se levantó. Su figura alta se movió rápidamente hacia Lola. —¡Cariño, estás despierta! —dijo Jorge. Luego bajó la cabeza. Envolvió sus brazos alrededor de la delgada cintura de Lola y trató de besarla, pero Lola simplemente apartó la boca. —¡Ni siquiera me lavé los dientes! —ella dijo. No quería que él la besara en este momento. —Iré contigo —dijo Jorge. Luego caminó con Lola al baño, con sus brazos alrededor de ella. Lola no sabía que Jorge sería tan empalagoso a veces. —Vamos, puedo lavarme sola… Oh, y ¿qué está pasando? ¿A dónde vamos? —preguntó Lola. ¿Y dónde estaban sus hijos? ¿Dónde estaban sus tres amados hijos?

Jorge había logrado meterse dentro del baño. El baño era bastante grande, pero ahora parecía abarrotado porque Jorge también estaba allí. Jorge ayudó a Lola a buscar un nuevo cepillo de dientes, le puso un poco de pasta de dientes y llenó la taza de enjuague con agua tibia. Después de eso, le pasó el cepillo de dientes y la taza a ella, y le dijo: —Cepilla tus dientes… Más tarde descubrirás a dónde vamos. —No podía decirle en este momento a dónde se dirigían. —Ambos nos fuimos de casa… ¿Qué pasa con nuestros hijos? — preguntó Lola. Entonces comenzó a cepillarse los dientes. ¡Esta vez, Jorge realmente hizo un buen trabajo! También le había preparado el agua tibia. Mientras él estaba parado detrás de ella, Jorge puso sus brazos alrededor de su cintura. Jorge abrazó a Lola, y su reflejo en el espejo fue maravilloso. Lola se sonrojó ligeramente y luego le dio una palmadita en el dorso de la mano para insinuar que debería disminuir su control sobre ella. Pero Jorge no la soltó, y en cambio la agarró con más fuerza. —Cuando mi hermano se fue, se llevó a Sally con él. Mamá está tomando su licencia anual ahora, para poder cuidar de Sally. En cuanto a Estrella y nuestro hijo, el abuelo y mi padre vinieron a la mansión para cuidarlos —dijo Jorge. ¡Pensó que ahora estaría más cómoda, porque varias de sus personas más confiables cuidaban a sus dos hijos! Lola asintió y se preguntó si habían dejado a sus tres hijos solo para disfrutar de sus propios momentos dulces y egoístas. ¿No eran responsables de sus propios hijos? Cuando hizo gárgaras, Lola se inclinó ligeramente y Jorge comenzó a tocarla de una manera más erótica, mientras observaba su reflejo en el espejo. Lola le pellizcó el brazo para detenerlo. ¡Después de todo, había otras personas afuera! Después de abrir el grifo y ajustar la temperatura del agua, Lola se lavó las manos con el agua tibia. Luego, cerró el grifo y se dio la vuelta, agarrando su cara con sus manos delicadas y húmedas. Cuando vio que Jorge frunció el ceño ligeramente, Lola dijo alegremente: —Ja, ja. ¡Sal ahora, rápido! —Ella también le acarició la cara. Jorge, que estaba de buen humor, agarró sus muñecas con sus grandes manos y presionó su cintura contra el lavabo. —¡Eres muy traviesa, y deberías aprender una lección y ser castigada! —él dijo.

Suavemente comenzó a besar sus labios, pero finalmente Lola lo empujó fuera del baño. Cuando vio que la puerta se cerraba sola, Lola volvió a lavarse la cara. Después de secarse la cara con una toalla, Lola vio que solo había una botella de crema facial en el mostrador y se preguntó si había otros productos para el cuidado de la piel en el avión. Ella miró alrededor, pero no pudo ver ninguna botella. —¿No trajiste mis productos para el cuidado de la piel? —Abrió la puerta del baño y le preguntó a Jorge, que la esperaba pacientemente afuera.

Capítulo 454 Incluso quieres matarme Cuando habían ido al extranjero antes, Jorge siempre había puesto todos sus productos para el cuidado de la piel dentro de una caja. Pero en esta ocasión, él no llevó muchas de sus cosas a lo largo del viaje, porque iban a otro lugar. —Hazlo con lo que tengas esta vez. Pronto vamos a aterrizar — respondió Jorge. —Um… —pronunció Lola. Luego volvió a entrar en el baño y se aplicó solo la crema facial. Después de que salió, uno de los guardaespaldas llevó un sándwich caliente y un desayuno con leche y los puso junto a Jorge. —¡Gracias! —dijo Lola. Ella sonrió al guardaespaldas y bebió un sorbo de leche. Cuando miró a Jorge y a Lola, quienes obviamente estaban de buen humor, Sánchez pensó en hacerles una broma. —Señora Si, el señor Si la va a atar y venderla pronto. ¿Porqué está tan feliz? Cuando lo escuchó, Lola miró seriamente a Jorge y dijo: —¿Por cuánto me has vendido? ¡Dame todo el dinero! —Después de pronunciar estas palabras, Lola dio un mordisco al sándwich. Mientras ella masticaba lentamente, le dijo a Sánchez, perdida en sus pensamientos. Jorge lanzó una mirada fría a Sánchez y le dijo: —Te venderé en las Islas Mauricio después de que nos bajemos del avión. —África… ¡Bueno, eso no era tan malo! Sánchez emitió un gemido y preguntó en voz baja: —¡Eres tan cruel! Si me vendes, ¿quién te haría más compañía para hacer frente a la empresa? Jorge y Lola, que estaban sentados frente a él, de repente se les puso la piel de gallina. Una vez más, Jorge lo miró fríamente y gritó: —¡Fuera! Entonces, Lola pareció darse cuenta de algo y dijo: —¿Oh? ¡Así que Sánchez es tu verdadera amante! Jorge Si, ¡nunca esperé que te engancharas con un hombre! —Lola tragó otro bocado del sándwich y luego bebió un sorbo de leche. Cuando Sánchez la escuchó, se echó a reír.

Con una cara larga, Jorge puso sus manos alrededor de la cabeza de Lola y la dejó descansar contra su pecho. Después de eso, él comenzó a besar sus labios. —¡Wow, es una sorpresa verlos besarse en este mismo momento! Y, ¡que romántico! —Sánchez gritó y no apartó la mirada, sino que miró cuidadosamente a Jorge y Lola, que se estaban besando. Murmuró: —Me pregunto a qué sabe el jefe. Realmente quiero probar… Antes de que terminara de pronunciar estas palabras, una revista voló hacia él. Estaba asustado e inclinó su cuerpo, por lo que la revista voló más allá de su oreja. Después de mirar la revista que no estaba muy lejos de él, Sánchez volvió sus ojos a Jorge y Lola, que aún se estaban besando, y le dijo a Jorge con incredulidad: —¡Jorge Si, incluso quieres matarme! —Habían lanzado esa revista horizontalmente hacia él, con el borde afilado de la página frente a él. Y si el borde de la página hubiera rozado ligeramente su piel, ¡habría dejado una marca de sangrante en ella! Cuando sintió que Lola estaba luchando por alejarlo, Jorge finalmente la soltó. Lola jadeó por aire y le lanzó a Jorge una mirada fría, con la cara enrojecida. —Sánchez fue quien te provocó, pero en lugar de eso me intimidaste. ¿Por qué no besaste a Sánchez? —ella dijo. Si Jorge y Sánchez se besaran… Bueno, la escena habría sido tan sorprendente que Lola ni siquiera se atrevió a imaginarlo en su propia mente. Sánchez se estremeció al pensar en esto. No quería que Jorge lo besara porque era heterosexual… Lola todavía estaba disfrutando de esta fantasía. Jorge le dirigió una mirada de advertencia y luego le susurró al oído: —Todavía tenemos más de una hora antes de bajar del avión. No me importaría hacer algo divertido, como… Lola negó con la cabeza e inmediatamente se incorporó diciendo: —Sr. Si, ahora estoy comiendo mi desayuno. —Luego bajó la cabeza y siguió desayunando. Sánchez, que se había recostado en su silla, ahora miró a Jorge de manera desafiante y le dijo: —¿Cómo se atreve a intimidar a la señora Si de esa manera? Señor Si, ¿no tiene miedo de arrodillarse en la tabla de lavar como castigo? Después de que recibió su apoyo, Lola asintió de inmediato y luego le

dijo a Sánchez con entusiasmo: —¡Cómprame una tabla de lavar después de que regresemos! Antes de que Sánchez tuviera la oportunidad de volver a hablar, Jorge dijo rotundamente: —Cariño, ¿sabes qué es lo que más le importa a Sánchez por el presente? Después de tragar el último bocado de su sándwich, Lola negó con la cabeza, confundida. Sánchez, de repente, tuvo un mal presentimiento y solo escuchó a Jorge decir: —Lo que más ama es su pequeño cofre. Hoy, quiero ver lo triste que estará por eso. —Jorge… Jorge… —Sánchez estaba muy enojado y apretó los dientes, pero no pudo pronunciar su nombre completo. —Jorge Si… Después de limpiarse la boca, Lola se echó a reír cuando vio a Sánchez mirando a Jorge. Cuando escuchó a Lola reír, Jorge la miró cariñosamente. —¡No lo asustes! Sánchez necesita ahorrar dinero para casarse, y él no es el tipo de hombre que eres, que es bueno para persuadir a las mujeres y encontrar una esposa tan fácilmente —dijo Lola. Miró a Jorge, con la diversión brillando en sus ojos. Después de escucharla, Jorge enarcó las cejas. Y cuando vio que ella estaba feliz, también dijo: —Incluso puede casarse con diez mujeres con sus ahorros. ¡Tiene suficiente dinero para construir un harén imperial si alguna vez lo desea! Y, de hecho, Jorge no estaba mintiendo, Sánchez realmente podía hacer tal cosa si realmente quería. Pero no lo hizo, y en su lugar optó por trabajar duro. Lola miró a Sánchez, que en este momento era apático, y se preguntó quién era realmente. —Sánchez, ¿alguna mujer rica te está coqueteando? — preguntó Lola. Ella solo pensó en esta posibilidad. Sánchez, que estaba a punto de beber su copa de vino, casi se atragantó con su propia saliva cuando escuchó lo que dijo Lola. Jorge sonrió y luego puso sus largos brazos en el respaldo de la silla de Lola, ¡pensando que su esposa realmente tenía una imaginación salvaje! —Cariño, ¿puedes ser incluso más imaginativa que ahora? —dijo Jorge. Lola hizo lo mejor que pudo para pensarlo otra vez, y se preguntó cómo Sánchez recibía tanto dinero si en realidad no había una mujer rica que le

coqueteaba. Luego recordó que Sánchez le había jugado una broma a Jorge antes, pero ahora se preguntaba si realmente había dicho esas palabras en serio. —Jorge Si, ¿quieres que te guste Sánchez? Y ustedes dos… —preguntó Lola. Jorge se pellizcó ligeramente la punta de la nariz y dijo: —¿Qué? Nunca me va a gustar, porque solo te amo a ti. —De repente le expresó su amor a Lola, lo que la aturdió. En este momento, Jorge fue realmente bueno para hablar dulce… Sánchez tosió un par de veces. Mientras miraba a Jorge y Lola, quienes se miraban con afecto a los ojos, Sánchez hizo todo lo posible para hacer sentir su presencia. Sin voltear la cabeza, Jorge dijo: —Cariño, todo es mi culpa. No debería llevar a Sánchez para molestarnos. —Si Sánchez no hubiera estado allí, Lola se habría quedado obedientemente en sus brazos o en el compartimiento. Sánchez estaba frustrado y pensó que él había venido con ellos solo para trabajar. También se preguntó por qué Jorge todavía no le gustaba después de todo este tiempo… Mientras los tres charlaban alegremente, el avión aterrizó lentamente. Ubicada en la parte sureste de la península balcánica en Europa, Bulgaria era tradicionalmente un país agrícola. Las rosas, el yogur y los vinos de Bulgaria eran bastante conocidos en el mercado mundial. La cantidad de exportación de los cigarros, y la producción y la cantidad de exportación del aceite de rosa, ocupaban el primer lugar en el mundo. En el valle de rosa de Sofía. Jorge se bajó del avión, de la mano de Lola. Luego, tres hombres y tres mujeres se acercaron a saludarlos. Mientras Jorge estaba hablando con ellos, Lola fijó sus ojos en las tres mujeres. Parecían occidentales, con su largo y ondulado cabello amarillo colgando suelto sobre sus hombros. Tenían ojos de color azul verdoso, cuencas profundas, puentes de nariz alta y labios sensuales de diferentes colores y formas. Sus figuras eran especialmente atractivas, y cuando Lola midió con la vista, el pecho, la cintura y la cadera, se dio cuenta de que todas estaban a la altura, ¡incluso por encima de la norma!



Capítulo 455 Nadie es más bonita que mi esposa —¡Wow! ¡Son muy hermosas! —pensó Lola. ¿Jorge la llevó ahí solo para ver a las hermosas mujeres? No estaba contenta de que las tres hermosas mujeres miraran a su hombre. Apretó la gran palma de Jorge de inmediato, tratando de decirles que él era de ella, ¡y solo de ella! Jorge, quien estaba hablando con el dueño del jardín, sintió que algo andaba mal con la mujer que estaba a su lado, y se dio la vuelta y la miró. Su pequeña dama estaba mirando a las tres bellezas frente a él. Jorge sonrió levemente, y luego les presentó a Lola en un búlgaro fluido. —Esta es mi esposa, Lola. Luego, le dijo a Lola en voz baja: —Déjame presentarte a todos por ti. Cuando las tres bellezas escucharon que la mujer al lado de Jorge era su esposa, inmediatamente mostraron una notable mirada de decepción en sus caras. Después de los simples saludos, Lola todavía no tenía idea de dónde estaba. Hablaban en un idioma extranjero en el que ella no podía entender una palabra. Sin embargo, Lola todavía estaba emocionada por su llegada a un lugar extraño. Fue solo hasta que subieron al auto y fueron al Valle de la rosa, que Jorge le dijo que estaban en Bulgaria. —¡Wow! ¡Bulgaria! ¡Las rosas de Damasco aquí son reconocidas internacionalmente! —¡Lola no podía esperar a ver las rosas aquí! Los productos para el cuidado de la piel con aceites esenciales extraídos de las rosas de Damasco eran extremadamente caros en China, pero funcionaban bastante bien. ¡No se le ocurrió que visitaría Bulgaria antes de ir a Mando Bay! — ¡Muack! —Lola besó a Jorge en la cara. Y cuando Jorge se dio la vuelta y vio su emocionada mirada, también se sintió bien. Él sabía que ella estaría feliz con sus planes. Decidió que la volvería a sacar después de su regreso de Mando Bay. Él le había prometido que la

llevaría a viajar por todo el mundo, y sin duda cumpliría su palabra. Lola miró por la ventana. Había perros mascotas, gatos y cobayas por todas partes en pequeñas casas a ambos lados de la carretera. El auto se detuvo frente a un semáforo rojo, y una casa de madera exótica apareció ante su vista, donde una anciana de cabello blanco estaba sentada frente a la puerta. Un lindo pekinés estaba tendido a su lado. Ella había escuchado que a la gente en Bulgaria le gustaba criar mascotas, ¡y esto resultó ser cierto! Pero, desafortunadamente, a ella realmente no le gustaban las pequeñas mascotas. ¡Entonces, tal vez sea mejor que se vaya ahora! Pensando en pequeñas mascotas, recordó que una vez Estrella le había pedido que criara a un Pomeranian en la mansión, pero ella lo rechazó. Más tarde, Jorge ya había comprado un pequeño Pomerania pedigree. Y el perro se crió en la vieja casa, para que Estrella pudiera divertirse con ella cada vez que iba allí. Se preguntó si había herido los sentimientos de Estrella. Decidió preguntarle todo a su hija cuando regresaran a casa. ¡Si ella estaba realmente descontenta con eso, entonces llevarían al pequeño Pomeranian de vuelta a la mansión! Después de todo, a todos los niños le gustan los animales pequeños. Aunque no le gustaban, no tenía derecho a impedir que a su hija le gustaran las mascotas y los animales. Los autos se detuvieron lentamente frente a una hilera de casas de madera pintadas en varios colores. Alrededor de las casas, había muchas rosas exuberantes. Con sus abundantes colores, las rosas se veían realmente hermosas en el campo. ¡Eran tan increíbles como las fotos de rosas en línea y en realidad eran aún más hermosas! Detrás de las rosas, había una vasta tierra de cultivo, donde se podían ver otras pequeñas flores que crecían en los campos. Eran alrededor de las doce, casi mediodía, y podían comer allí. La comida ya había sido preparada para ellos. Dirigido por el dueño del jardín, Jorge tomó la mano de Lola y caminaron dentro de una pequeña casa de madera. Sobre la mesa había sopa de tripa de buey, jamón ahumado, carne asada, col agria, ensalada y pan. También había otro plato colocado en una olla, y parecía una especie de

estofado, pero ella solo podía identificar hongos en él. No importaba si la comida sabía deliciosa o no, Lola comía tranquilamente. Luego miró la ensalada en el plato. Era una mezcla de tomates bien cortados, pepinos frescos y pimientos verdes, además de un poco de queso especial picado y un poco de aceite de oliva y cilantro. Ella nunca fue fanática de las ensaladas, pero cuando vio el plato, inmediatamente quiso probarlo. Para expresarle su hospitalidad, el dueño del jardín trajo una botella de vino búlgaro que había dejado añejar durante mucho tiempo. Abrió la botella para que todos la disfruten. Era un Cabernet Sauvignon rojo, y sabía realmente delicado y suave, con un sabor profundo. Después del almuerzo, Jorge decidió conducir solo y llevar a Lola a Kazanlak. Debido a que el vino que el dueño del jardín les había traído sabía muy bien, Lola bebió unos cuantos vasos más. Mirando su cara enrojecida con amor, Jorge preguntó: —¿Estás borracha? ¡Volvamos y echemos una siesta! Después de que dijo esto, Jorge estaba a punto de desabrocharse el cinturón de seguridad, pero Lola lo detuvo. ¡No quería descansar! —Estoy bien, no quiero volver a dormir. ¡Quería pasar el rato en el nuevo país al que acababan de llegar! ¡Sin rumbo! Mirándole la cara, Jorge arrancó el auto y se dirigió hacia Kazanlak. El valle de la rosa estaba muy cerca de la ciudad. En menos de veinte minutos, Lola vio las rosas rosas de Damasco plantadas en ambos lados de la carretera. Antes de eso, ella había tenido un poco de sueño, pero ahora, de repente se sentía emocionada. Abrió la ventana, sacó la cámara que Jorge ya había preparado y comenzó a tomar fotografías con locura. Cuando Jorge vio lo emocionada que estaba, redujo la velocidad del auto, para que ella pudiera tomar tantas fotos como quisiera. Finalmente, llegaron a la ciudad y Jorge estacionó el auto. Luego caminaron juntos por la ciudad europea, disfrutando de cada momento de paz y felicidad.

Al ver a todas las mujeres búlgaras caminando de un lado a otro en las calles, Lola no pudo evitar sentirse sorprendida. —¡Wow! —La gente siempre decía que las cinturas de las mujeres búlgaras eran las más estándares de todas, y eso era cierto. A pesar de que ella era una mujer, no pudo evitar mirarlas. Luego miró al hombre que estaba a su lado y descubrió que él, por el contrario, la estaba mirando. Ella se rió entre dientes. —Oye, ¿no estás mirando todas las bellezas que te rodean? —¿A todos los hombres les gustan las mujeres hermosas, no? Jorge había visto todo tipo de mujeres antes, y ya estaba enfermo y cansado de esto. Puso el brazo sobre los hombros de su mujer y tiró de su brazo derecho hacia él con suavidad. —No hay nada que ver aquí. ¡Nadie es más bonita que mi esposa! — ¡Prefería ver a su esposa que a todas las modelos que caminaban por la calle a su alrededor! Su esposa era la mujer más hermosa del mundo para él, ¡y esto era algo que no se exageraba en absoluto! Lola sonrió al escuchar eso. En el fondo, ella estaba más que feliz cuando él lo dijo. Lola se deshizo de su brazo y luego caminó unos pasos adelante rápidamente. Luego se dio la vuelta y trató de tomarle una foto. Inesperadamente, Jorge sonrió a la cámara delante de él. Su sonrisa era algo mágico, que la hacía perder el aliento cada vez que la veía. Lola ajustó la configuración y presionó el obturador instantáneamente. Un hombre con un largo abrigo negro fue captado por la cámara. Lola miró la foto que acababa de tomar. —Jorge, tal vez debería dirigir una compañía de entretenimiento y convertirte en una estrella. ¡Serías totalmente un éxito! Entonces, yo sería tu manager. —¡Ella haría mucho más dinero más fácilmente! Jorge, mientras seguía mirando a la cámara, miró a la mujer que caminaba hacia atrás. Se aseguraba de que ella no tropezara con nada ni con nadie y tuviera un accidente. —Soy Jorge Si. ¿Realmente necesito vender mis encantos para ganar dinero? Lola se detuvo. Lo miró y le preguntó: —¿Qué quieres decir? ¿Quieres decir que solo estaba vendiendo mis encantos cuando trabajé como actriz antes? ¿Y qué hay de Manolo? Era una estrella popular. ¿Estaba ganando dinero vendiendo sus encantos? ¡Hum!



Capítulo 456 Una princesa encantadora Jorge la abrazó con fuerza y aunque no estaba contento con que ella fuera actriz antes, intentó convencerla y dijo: —Mi esposa tuvo éxito en su carrera solo por sus competencias personales, no por sus encantos. —Aunque quería decir ‘sí’ mucho, no tuvo más remedio que convencerla para que no lo castigara. Lola no pudo evitar sonreír y dijo: —¡Ese es mi marido! Luego, fueron a degustar algunas especialidades búlgaras, como la carne de res asada picante y el hígado de pollo. El pueblo no era muy grande; era tan grande como un pequeño pueblo en China. Eran las cuatro de la tarde cuando finalmente terminaron de visitar todos los lugares que querían ir. Las nubes colgaban pesadas en el cielo, con innumerables rayos de luz que las penetraban y golpeaban el suelo. Fue hermoso. Como fotógrafa, Lola, por supuesto, inmediatamente tomó muchas fotos de la espléndida escena. Después de que regresaron a Rose Valley, Jorge llevó a Lola directamente a su habitación. Sánchez ya los estaba esperando en la habitación, y había varios frascos colocados sobre la mesa. Cuando Sánchez vio entrar a las dos personas, hizo una reverencia adecuada y señaló los frascos que estaban puestos en la mesa, diciendo: — ¡Sra. Si, mire! Lola observó la forma en que actuaba y no pudo evitar reír. — ¡Sánchezito, qué generoso eres! Sánchez se rió, “Sra. Si, por favor, no me llame así. ¡No estoy acostumbrado! —¿Qué tal si te llamo ‘Querido Sánchez’? —Se escuchó una voz fría viniendo de la espalda de Lola. Luego, sus hombros estaban fuertemente sujetos por las grandes palmas de Jorge. Emm… Jorge parecía estar enojado, por lo que Sánchez inmediatamente dejó de sonreír y se quedó quieto. —Jefe, lo lamento. —Jorge es tan malo. Estaba yo bromeando con su esposa, ¡no es algo tan

importante! —Sánchez pensó. —¿Lo lamentas? —Jorge tomó la mano de Lola y caminó hacia los frascos, y luego se dio la vuelta y miró a Sánchez con seriedad. —¡Si alguna vez te atreves a tener las mismas intenciones que Chuck, te devolveré a Mando Bay de inmediato y te encerraré allí por el resto de tu vida! Las otras dos personas en la sala se quedaron sin palabras cuando escucharon sus palabras; Lola probablemente también sabía que Chuck estaba enamorado de ella. Pero en realidad estaba agradecida de que a Jorge le gustara tanto como para llegar a esos extremos. ¿Quién se creía que era? ¿“Una princesa encantadora”? ¿Que podía complacer a todos? Sánchez levantó la mano y juró enseguida. —¡Jefe, por favor, tenga la seguridad! Nunca me atreví a tener ningún tipo de intenciones maliciosas hacia la señora Si, y si alguna vez me atreví, yo… —¡BOOM! ¡BOOM! —Escucharon el sonido de un trueno proveniente de afuera de la ventana y del cielo. En el interior, Sánchez estaba realmente asustado por el repentino retumbar del trueno. Había oído hablar de las condiciones climáticas en Bulgaria, y sabía que los truenos y los rayos eran visitantes frecuentes aquí, pero no se le ocurrió que los truenos habían acudido en su ayuda en el momento perfecto… —Jefe… —Sánchez miró con cansancio al hombre frente a él, y parecía que Jorge tenía una mirada asesina en sus ojos. Lola casi se ahogaba cuando oyó el trueno. ¿Fue realmente una coincidencia? —¡Sal! —Jorge miró a Sánchez con frialdad, ¡y pensó que él era otro de sus amigos que estaba tratando de quitarle a su esposa! Realmente debería considerar mantener a la pequeña mujer encerrada dentro de la mansión para siempre. Sánchez no terminó su oración, pero estaba tratando de decir: —Si alguna vez me atreviera, moriría sin tener un lugar de enterramiento… —Oh. ¡Qué chico tan desafortunado era! Ahora tenía que dejar las cosas claras, incluso tenía que irse, ¡o de lo contrario nunca tendría la oportunidad de vivir una vida feliz otra vez! “Jorge, realmente no tengo ninguna intención con tu esposa. Ni siquiera soy capaz de tratar con Bonnie. ¿Cómo podría tener ese tipo de intenciones con alguien más?

Cuando Jorge lo escuchó mencionar a Bonnie, finalmente se relajó un poco. Sánchez y Bonnie parecían haber estado saliendo sin problemas durante un tiempo, y la mirada seria e inocente en la cara de Sánchez hizo que Jorge decidiera creerle, por el momento. —¡Explícale a mi esposa qué son estos! —Ordenó con indiferencia, con las manos sobre los hombros de Lola. Sánchez gritó secretamente en su corazón, y estaba decidido a que de ahora en adelante nunca más intentaría sembrar ningún tipo de discordia entre las dos personas. Lola se rió entre dientes, pensando que su hombre era demasiado malo. Si a Sánchez le hubiera gustado, él ya le habría expresado su amor hacía cuatro o cinco años. ¿Por qué tuvo que esperar hasta hoy? ¡Era demasiado sensible! Y, por cierto, ¡nunca había pensado que ella misma fuera tan encantadora! Después de menospreciar por un rato el retumbante trueno que venía de fuera, Sánchez compuso su estado de ánimo y comenzó a presentarle los cosméticos a la Sra. Si. Estos eran todos productos para el cuidado de la piel, como tónicos, lociones y cremas hechas de aceites esenciales extraídos de las rosas de Damasco. ¡El precio de estos aceites esenciales búlgaros era tres veces el de oro por kilo! Fue coronado como “oro líquido. En algún lugar, entre 3000 y 5000 kilogramos de pétalos de rosa se usaron para extraer solo un kilogramo de aceite esencial de rosa. Puedes imaginarte que era un producto extremadamente lujoso… Después de que Sánchez le contó lo que había aprendido sobre los productos, Lola comprendió rápidamente lo que estaba tratando de implicar. Los productos para el cuidado de la piel eran totalmente naturales, con cero sustancias químicas artificiales. Incluso se podían aplicar a los bebés. No era de extrañar que Jorge no hubiera traído ningún producto de cuidado de la piel para ella en el avión; Había muchos más y mejores aquí esperándola. Lola sintió que era un poco difícil elegir entre todos los productos que tenía delante, así que Jorge dijo: —Quiero cuatro paquetes. La mujer miró a Jorge con una expresión de asombro en su rostro. — ¿Por qué quieres tantos?

Jorge respondió con calma: —Por mi esposa, mi suegra y mis dos cuñadas. —Cuatro paquetes, exactamente. ¡Bien! Lola miró al hombre, que siempre estaba en sus sentidos, y admitió que estaba profundamente conmovida por él. Pero antes de que ella pudiera decir algo más, Jorge preguntó: — Sánchez, ¿no quieres probar tu inocencia? Sé un buen chico, ve y paga la factura. —Los paquetes llenos de cosméticos valían millones, como máximo, pero Sánchez podía permitírselo. —Jorge Si, bastardo… —Luego los dos miraron simultáneamente a Sánchez con la misma mirada aguda dibujada en sus caras, haciendo que Sánchez tragara sus palabras de inmediato. ¡Cómo había quedado atrapado en una situación tan incómoda era un misterio! ¿Por qué tenía que soportar la intimidación de la pareja? Llevó los paquetes con una mirada triste en la cara y luego fue a pagar la factura. Cuando salieron de su habitación, afuera, ya se había puesto soleado, y parecía como si los truenos anteriores hubieran sido una mera ilusión. Sánchez miró al cielo y suspiró. ¡Incluso Dios se estaba burlando de él! ¿Por qué tenía que tolerar todo esto? Luego, miró los productos de cuidado de la piel en sus brazos y se sintió mal por el dinero que tenía que gastar en ellos. Pero cuando se dio cuenta de que Jorge le había dado todo su dinero, se sintió mucho mejor. ¡Podría simplemente pedirle a Jorge que le devolviera el dinero cada vez que tuviera la oportunidad! ¡Sí! ¡Eso era todo! Lola no permitiría que nadie más dijera nada malo sobre su marido. ¡Ella era la única que tenía derecho a hacer eso! Sin embargo, cuando Lola pensó mejor en los cosméticos caros, se sintió un poco culpable y miró al hombre que ahora se estaba quitando el abrigo. — ¿Realmente quieres que Sánchez pague la factura? —ella preguntó. Sabía que los productos eran muy caros simplemente al escuchar palabras como ‘natural’ y ‘extraído puramente de plantas’. —No te preocupes, ¡sé exactamente lo rico que es! Finalmente pedirá un reembolso más tarde. —Jorge tenía la última palabra. ¡Oh! Bien entonces. Lola se sintió aliviada cuando escuchó eso. Le preocupaba que esto pudiera desencadenar algún tipo de conflicto entre los dos hombres. Parecía que ella había pensado demasiado…

Aún no eran las nueve de la noche, Jorge le había pedido a Lola, que todavía estaba jugando con su teléfono celular, que se acostara. —Es muy temprano para ir a la cama. ¡Son solo las ocho y media ahora! —Ella rechazó su oferta. En casa, solía irse a la cama solo después de las diez.

Capítulo 457 Hombres y mujeres trabajan bien juntos Jorge finalmente la metió en la colcha y dijo: —Vete a dormir, mañana nos levantaremos temprano a las cinco de la mañana. —¡Tenían algo muy importante que hacer! A las cinco en punto… —¿Por qué? —preguntó Lola. Cuando escuchó las palabras ‘cinco en punto’ Lola ya tenía sueño. Temprano por la mañana era un buen momento para plantar flores. — Vamos a participar en una actividad de amor interactiva —dijo Jorge. Él era misterioso. —¿Una actividad de amor interactiva? ¿Qué es eso? Aunque suena divertido —pensó Lola. Luego apagó su teléfono, cerró los ojos y se durmió. Sin embargo, más de diez minutos después… —¿No tienes sueño? —Se incorporó de la cama y vio que el hombre, que estaba sentado no muy lejos de ella, estaba trabajando. —¿Cariño? ¿Sigues despierta? —Bajó su computadora y luego se dirigió a la gran cama para acostarse. Lola asintió con un sí, porque aún era temprano por la noche y todavía no tenía sueño. Jorge inicialmente quería dejarla sola, pero ahora parecía que no había necesidad de hacer eso. Él se inclinó, besó sus labios de cereza y luego tuvo sexo con ella para ayudarla a quedarse dormida más rápido. Lola se durmió exactamente a las diez en punto. Al día siguiente al amanecer. Jorge sostuvo la mano de la mujer mientras caminaba con ella hacia los campos de rosas. Frente a él había un campo abierto, y no muy lejos de él había un campo de rosas sin límite. —Cariño, estamos aquí. —Jorge sacudió ligeramente a la mujer en sus

brazos para despertarla. Lola se apoyó en Jorge, se bajó de sus brazos y luego se apoyó en el suelo. Miró al campo abierto delante de ella, aturdida. El suelo era suave y varias chicas sentadas a su lado los miraban. —¡Mira allá! —Jorge señaló hacia el lado este, hacia donde salía el sol. Lola miró en la dirección de su dedo y se sorprendió de verdad por el magnífico paisaje que se desarrollaba ante sus ojos. Bañándose en los rayos del sol naciente, el mar de rosas, pintado en varios colores, combinado con el cielo de la mañana, formaba un paisaje hermoso y paradisíaco indescriptible. —¡Cariño! ¡Cariño! —Ella gritó de emoción, y de repente algo fue puesto en su mano. Al ver la cámara, Lola sonrió y pensó que Jorge la conocía. Apresuradamente, encendió la cámara y comenzó a tomar fotografías del paisaje sereno. Jorge también sacó su teléfono del bolsillo, retrocedió unos pasos y fotografió la espalda y el rostro de Lola. —¡Hum! ¡Esta es buena! —Guardó su teléfono sintiéndose satisfecho. Luego tomó las semillas de rosas que le ofreció una niña búlgara y comenzó a plantar las flores. Las semillas de rosas ya habían sido marcadas, y había muchos colores para elegir. Lola guardó su cámara y vio que Jorge estaba sosteniendo un pequeño frasco y la estaba esperando. Se acercó rápidamente a él y le dijo: —Dijiste que habría una actividad de amor interactiva. —¿Era solo para ver el mar rosa? —se preguntó Lola. Tomando su cámara y entregándosela a la pequeña niña a su lado, Jorge levantó el pequeño frasco en su mano. —Estas son semillas de rosas. Plantaremos algunas juntos. —Y cuando las flores estaban en florezcan, él la traería aquí nuevamente para recogerlas. —¿Plantaremos rosas? ¡Eso suena genial! —pensó. Lola luego caminó hacia él y tomó el pequeño frasco de sus manos. —¿Cómo lo hago? —¡Ella no tenía ni idea de cómo plantar rosas!

Jorge pronunció una frase en búlgaro a la niña que estaba a su lado, y otra chica, vestida con una falda rosa ajustada, se acercó a ayudarlos. Ella comenzó a enseñarles cómo plantar rosas. Lola no podía entenderla y solo podía ver sus movimientos. Finalmente, Jorge le explicó todo a Lola y comenzaron a plantar las flores. Lola colocó las semillas en el suelo mientras Jorge las cubría con unas envolturas de plástico. Como dice el dicho, “hombres y mujeres trabajan bien juntos. —Ese era solo el pensamiento de Lola. —Estas semillas se ven diferentes unas de otras. ¿Hay alguna diferencia entre ellas? —Le preguntó a Jorge con curiosidad. Jorge señaló unos cuantos tarros llenos de semillas y dijo: —Este tiene rosas rojas, y este otro rosas… —Así que la diferencia está en el color. Oh, ahora lo veo. —Lola recibió sus respuestas y plantó consecutivamente muchas rosas rojas. Luego mezcló los otros colores. Jorge no dijo nada a sus caóticos arreglos, y pensó que mientras ella estuviera feliz, él sería feliz. Media hora después, Jorge se lavó las manos y compró un poco de agua de manantial para ellos. Abrió la botella, la colocó cerca de los labios de Lola y dijo: —Vamos a beber algo. —Notó que la frente de la mujer ya estaba cubierta de grandes gotas de sudor. Lola abrió la boca y tomó un sorbo. Entonces, Jorge tomó la mitad de la botella entera. Dejó la botella y recogió un pañuelo para limpiar su sudor. Al ver la expresión seria en su rostro, Lola dijo con capricho: —Cuando seamos viejos, viajaremos por todo el mundo y viviremos en el país que queramos. ¿Qué piensas sobre eso? —Solo ellos dos, sin importar si eran pobres o ricos. El hombre le pellizcó los labios y, mientras sonreía, dijo: —Estaba pensando lo mismo. —Estaba al tanto de eso, sin embargo, en mitad de la noche o en otros momentos de tranquilidad, había pensado en lo que Lola había dicho justo ahora.

Ella juguetonamente se sacó la lengua y dijo: —Eso es un trato, no hay nada que hacer ahora. —Cuando sus hijos crecieran, ¡podrían hacer todo lo que quisieran! ¡Fue agradable incluso solo pensarlo! Jorge dejó el pañuelo usado a un lado y dijo: —Puedo hacerlo si tú también lo haces. —Su pequeña mujer siempre estaba atrapada en sus sueños de pasión de tres minutos, ¡pero él la apoyaba si alguna vez se atoraba con algo! ¡Lola asintió y luego volvió a su plantación! Nunca había hecho trabajo en la granja, y volvió a trabajar de inmediato porque su entusiasmo y curiosidad superaron su agotamiento. Ya era mediodía, y los dos ya habían plantado muchas rosas. —¡Está bien, vamos a tomar un descanso! —Jorge ya había dicho esto muchas veces, pero Lola estaba tan inmersa en su trabajo de plantación que todavía no estaba preparada para tomar un descanso. Pero esta vez, Jorge la hizo a un lado y caminó con ella hacia un fregadero para lavarse las manos. —Vamos a desayunar. —Hacía media hora, el manager del campo ya los había llamado. ¡De acuerdo! Lola miró los frutos de su labor y sonrió, revelando sus inmaculados dientes blancos. —¡Deja de mirar! Todavía puedes hacer eso después de que comamos. —Luego Jorge sostuvo su hombro y se dirigió hacia la cabaña de madera. Su desayuno era bastante rico e incluía quesos locales y hojaldres hechos de harina, huevos y queso feta. También había tres tipos diferentes de pan. Y una taza de café para cada uno. Lola tomó un bocado del pan que Jorge le entregó, y pensó que la comida china era más sabrosa. Lola se sintió somnolienta al momento de terminar su desayuno. Tomó los brazos de Jorge y luego lo llevó a la choza donde se quedaron. Al ver su mirada soñolienta, Jorge supo al instante que la mañana llena de trabajo agrícola la había dejado exhausta. La levantó en sus brazos, y antes de que pudiera regresar a la habitación con ella, Lola ya se había quedado dormida en ellos. Al ver la chispa infantil en la pequeña mujer en sus brazos, la sonrisa de Jorge se hizo aún más grande. Más tarde, los dos volvieron a plantar algunas rosas más. No

abandonaron el campo hasta el atardecer.

Capítulo 458 ¿Por qué estás en el piso? El terreno que Jorge había comprado era demasiado grande; era de 1. 5 acres, al menos. Habrían tenido que trabajar dos o tres días para terminarlo. Lola estaba demasiado cansada para trabajar, y Jorge le dijo que se sentara allí y lo esperara hasta que regresara. Luego, plantó algunas rosas rojas más alrededor de la parcela de tierra en la que habían comenzado a trabajar. De esa manera, podían encontrar fácilmente sus flores cuando regresaran varios meses después. Más tarde, el gerente del campo vino les mostró de dónde venían las rosas usadas para los extractos de aceites esenciales. Vieron grandes bolsas de rosas siendo arrojadas a una máquina, una tras otra. Solo se podía extraer un litro de aceite de rosa de cinco a seis mil kilogramos de pétalos de rosa. Lola se dejó abstraer por ese dato. ¡No era de extrañar que el aceite de rosa fuera tan caro! ¡Se usaban tantos pétalos de rosa y trabajo duro para su producción! Eso explicaba por qué su precio era tan alto. Por la noche, Lola tomó un bonito baño de rosas de Damasco mientras llevaba puesta una máscara de aceite de rosa en la cara. Dijeron que el aceite de rosa era “la reina de todos los aceites esenciales. —No solo era bueno para su cara y matriz, sino que también era útil si padecía algún trastorno endocrino y si tenía pecas. Mientras Lola se relajaba en la bañera, Jorge entró y le dio un vaso de vino tinto. —Cariño, ¿cómo te sientes? —Cuando ella levantó la mano derecha para agarrar el vaso de vino tinto, vio que todo su cuerpo estaba cubierto de pétalos de rosa. De hecho, si ella quisiera, también podría vivir una vida así en su propiedad en el País C. —¡Me siento genial! Ya no me siento cansada. —Tomó un sorbo de su vaso de vino tinto, y un poco de él goteaba de sus labios por su máscara en su barbilla.

Jorge se acercó a ella y le dijo: —¿Quieres un masaje en los hombros? —Estaba más que feliz de servirla. Lola se rió entre dientes y dijo: —Sal de aquí. ¡Déjame sola! —Ella sabía muy bien lo que realmente quería. Estaba tratando de echarlo del baño… Jorge no estaba contento con eso, pero aún así le robó un beso francés antes de salir y la dejó sola. Poco después, una hermosa mujer búlgara entró al baño. Ella habló algo en búlgaro, pero Lola no entendió una palabra. Luego vino a Lola y comenzó a darle un masaje en la cabeza. ¡Oh! ¡Debió haber sido Jorge quien había enviado a la mujer aquí! ¿Por qué no se lo dijo a ella? De todos modos, Lola se sintió muy bien. Ella comenzó a sentirse adormecida cuando la mujer preparó un recipiente limpio de agua para mojar el cabello de Lola y le aplicó aceites esenciales. Después de que su tratamiento terminó y su cabello se secó, Lola se quedó profundamente dormida. Y después de que la mujer se fue, Jorge volvió y miró a su chica con ojos sonrientes. La sacó de la bañera y la puso en la cama. Realmente olía a rosas, y él la habría llamado ‘niña rosa’ si no se hubiera quedado dormida. En su sueño, Lola se encontró tendida sobre una gruesa manta de pétalos de rosa. El cielo era sereno y azul, y las nubes eran de un blanco puro. Había muchas chicas hermosas bailando a su alrededor. Un cachorro corrió hacia ella y la besó en la mejilla. Ella lo apartó, pero él siguió viniendo una y otra vez, besándola. —¡Vete, cachorro! —No le gustaban mucho las mascotas, ni siquiera en sus sueños. El hombre que ahora estaba acostado a su lado se enojó mientras ella lo estaba alejando y lo llamaba ‘cachorro’, una y otra vez. ¡Qué chica tan atrevida era! ¡Lo llamó cachorro! ¡Necesitaba decirle quién era! Cuando el cachorro la besó de nuevo, Lola lo pateó lejos. ¡Cachorro! Y

entonces Lola se despertó de repente. Ella pensó que había oído algo extraño. ¿Dónde habían ido todas las chicas hermosas? ¿Y dónde estaba el cachorro? ¿Había estado soñando todo este tiempo? Lola se sentó en la cama y miró alrededor de la habitación oscura. Estaba confundida. —¿Dónde está Jorge? —Se preguntó. Algo se movía cerca de la cama en el suelo. ¡La asustó! Ella decidió mirar más de cerca. ¿No era ese el hombre que ella estaba buscando todo este tiempo? —¿Por qué… estás en el piso? —Observó al hombre levantarse del suelo, sorprendido. —¿Qué le sucedió? ¿Se lastimó? ¿Por qué se ve tan hosco? —¿No lo sabes? —Jorge sonaba realmente enojado y Lola retrocedió, envolviéndose con fuerza dentro de la manta. —¿Cómo debería saberlo? ¿Estás poseído? —Si no lo era, ¿por qué se veía y sonaba tan aterrador de repente? ¿No lo sabía ella ya? Su rostro se oscureció de ira. Jorge le quitó la manta a Lola y luego saltó sobre ella. Ella dejó escapar un grito, pero fue rápidamente silenciado por su beso. A la mañana siguiente, Lola se detuvo cerca del avión y se sostenía la cintura. Estaba agotada después de toda la noche de sexo. Jorge llevaba rosas y cajas de productos para el cuidado de la piel en el avión. En el avión, ella comenzó a mirar dentro de una de las cajas. Había varias cremas y máscaras de rosas, y otras, como cremas para los ojos, aceites esenciales, perfumes, acondicionadores para el cabello… Eran suficientes productos para que ella los usara durante dos años, al menos. Además, un maravilloso aroma de rosas la seguiría a todas partes donde fuera. —¿Te gusta el olor a rosas? —Ella le preguntó al hombre sentado a su lado. Jorge siempre mantenía una cara sin expresiones frente a los demás. Ella había tenido la suerte de ver los otros lados ocultos de él, incluso el lado de él en la cama. —¿Por qué lo preguntas? —La miró, sintiéndose confundido. Lola señaló los productos y dijo: —Todos ellos tienen rosas. ¡Debes amar mucho ese olor! —Aunque no le gustaban tanto las rosas rojas, aun así

usaría esos productos. Jorge dejó la revista y respondió: —Te encanta, ¿no? —Ella estaba muy feliz cada vez que él le daba rosas. Especialmente aquí, donde se veía bastante emocionada entre todas esas rosas de Damasco. Él intentaría amar lo que ella amaba. Inicialmente había pensado que a ella le encantaba el olor a rosas, y por eso le había comprado tantos productos de rosas. ¡Bien! ¡Ella no lo odiaba! Y luego ella dijo: —Está bien, lo olerás todos los días. —Miró el empaque de los productos, aunque no pudo entender ni una palabra de las instrucciones búlgaras escritas en ellos. Jorge sonrió y se dirigió a Lola. La miró en tono de broma y dijo: —¡Me encanta tu aroma! —Hasta que no la olió a ella por primera vez, nunca había sido fanático de ningún olor fuerte. ¡No estaba mal! Sánchez escuchó lo que Jorge dijo, y se acercó en secreto, tratando de escuchar algo más. Lola abofeteó a Jorge en la mano. ¿Qué estaba haciendo? ¡No estaban solos en el avión! ¡Los otros seguramente debían haber oído eso!

Capítulo 459 Lirios de araña roja brillante Fueron al País A primero para enviar los regalos para Angie y Wendy. Los productos para el cuidado de la piel que le dieron a Wendy eran puramente naturales. Estos eran seguros para las mujeres embarazadas. Esa noche, toda la familia se reunió para discutir los asuntos del próximo viaje a Mando Bay. La pareja se quedó con la familia Li durante la noche y luego llevaron a Sally al país C en avión. El señor Si y Kevin jugaban felizmente con Daniel en el césped cuando regresaron. Al oír el ruido del avión de aterrizaje frente a la puerta de la mansión, uno sabría que era la familia de tres. El señor Si cojeaba con un bastón mientras Kevin conducía el cochecito en el que Daniel estaba reclinado. La familia disfrutó de una feliz reunión. Jorge le dijo al chef que preparara más platos para la cena. Además, abrieron una botella de vino tinto de Bulgaria. Ahora, las personas provenientes de cuatro generaciones diferentes se encontraban bajo el mismo techo para pasar un tiempo maravilloso. Los momentos felices siempre pasarían rápido. Aunque Lola no estaba dispuesta a irse a Mando Bay en este momento, su cita con Yonata ya estaba programada. Renuente a separarse de su familia, Lola besó a los tres niños y se fue al aeropuerto con Yonata. Yonata estaba deseando volver pronto para estar con Wendy. Su esposa había estado embarazada durante más de ocho meses y la fecha esperada llegaría pronto. Jorge, que parecía haber estado ocupado recientemente, no se presentó. Salió una vez más temprano y llegó tarde a casa. Considerando que estaba tratando con proyectos de cooperación de nuevo, Lola suspiró con un poco de decepción. Los asuntos en la compañía se habían acumulado tan rápido.

Después de un vuelo de ocho horas, llegaron a la Isla Yu. La Isla Yu era un país pequeño al sur, contiguo al país M y a Green Cold. Habiéndose quedado en la Isla Yu por una noche, se fueron en tren a Mando Bay. Antes de llegar a Mando Bay, Yonata le dio a Lola un arma para protegerse. Tenían que ser muy cuidadosos hoy en día, especialmente con los secuestros que ocurrieron en la familia últimamente. Él le dijo que en Mando Bay, si no matabas a los que intentaban lastimarte, serías asesinados por ellos. Así de peligroso era allí. Llegaron al otro extremo del desierto después de media hora de viaje. El vasto desierto parecía que ya estaba en el borde del mundo. Ya era mediodía cuando llegaron a Mando Bay. Mando Bay era diferente de las ciudades concurridas. Era una ciudad pequeña donde la infraestructura más alta era solo un edificio de cinco pisos. Fuera de la ciudad, había una gran piedra con una inscripción en letras rojas. Decía: Mando Bay. Daba la bienvenida a la gente a la ciudad. La piedra estaba rodeada por lirios de araña de color rojo brillante, que se decía que fueron plantados en el camino hacia el inframundo según la leyenda. Parecían una alfombra de sangre desde la distancia. Crecían en la orilla. Cuando florecían, sus hojas no podían ser encontradas. Cuando las hojas estaban verdes, las flores se desvanecían. Las flores y las hojas nunca se encontraban. Avanzaron unos pasos y encontraron una dispersión de lápidas cubiertas de polvo. Había huesos secados al aire a un lado. Nadie podría decir si alguna vez fueron humanos o animales. Había un carril por delante. Junto al sendero había bosques de bambú, ¡en los que Lola vio accidentalmente un cadáver! Estaba tan sorprendida que se cubrió la boca con las manos. Yonata dirigió su mirada hacia la mirada de Lola y le dio una palmada en el hombro a su hermana. —Vamos a movernos rápido. Y aceleraron su ritmo. Un pequeño pueblo apareció ante sus ojos después de unos cinco minutos de caminata. Varios hombres extranjeros con tatuajes se estaban reuniendo en un trance bajo el alero en mal estado. Al parecer, acababan de tomar drogas. Y todos estaban mutilados…

Les faltaba un brazo o una pierna. Algunos de ellos no tenían brazos… Un olor asqueroso llenaba el aire. Si Yonata no se equivocaba, el olor debía provenir de los cadáveres en descomposición. Avanzaron lentamente y encontraron a más personas. Una mujer japonesa de una oreja con su bebé llorando en sus brazos mantuvo sus ojos fijos en Lola. Huh, cualquier mujer que viniera a Mando Bay sería un juguete de hombre. Qué lástima para esta dama tan bonita. Su mirada hizo que la sangre de Lola se congelara. —¡Dios sabe quiénes son estas personas! —Ninguno de ellos parecía normal. ¡Era muy extraño y espeluznante aquí! Yonata era guapo y ella hermosa. Más importante aún, no estaban deformados en absoluto. Obviamente, ambos no eran de aquí. Así que, naturalmente, se convirtieron en un blanco de desprecio e ira. Un hombre de cabello amarillo junto con dos hombres feos de mediana edad se les acercaron. —Mujer, ¿cuánto por una noche? Preguntó salvajemente. Esto disgustó tanto a Yonata. Uno de los hombres feos detrás, sin embargo, volvió sus ojos hacia Yonata. —Prefiero al niño, ¡debe ser virgen! —Él se rió obscenamente, y miró a Yonata de arriba abajo. Los hermanos casi vomitaban. Lola sacó el anillo que Jenny Shan le había regalado hacía mucho tiempo, y con calma lo llevaba en el dedo índice. Y por supuesto, el hombre de cabello amarillo se quedó sorprendido. Se fue inmediatamente con los dos hombres detrás de él. Los hermanos soltaron un suspiro de alivio. Ahora se habían asegurado que lo que Jenny Shan les había dicho era cierto: el anillo era un amuleto y funcionó. Caminaron por la calle sucia durante unos minutos. Ahora la escena era bastante diferente. Aunque el edificio más alto todavía tenía cinco pisos como máximo, todos ellos eran nuevos. Algunos de ellos estaban espléndidamente decorados y tenían letreros de lujo colgados afuera. Había casas de juego, salones de baile, clubes nocturnos, bares y muchos más. Si no fuera por el anillo en el dedo de Lola, muchos hombres ya se habrían abalanzado sobre ella y compartirían a la mujer sexy y con curvas.

HQ Blood Sacrifice. El gran salón estaba equipado con costosos y suntuosos muebles oscuros. Había bastantes sillones ordenados en el centro. Un hombre de mediana edad estaba parado en el área principal de la sala, de espaldas a sus subordinados. Entre ellos había un hombre que había perdido algunos de sus dedos. El hombre de mediana edad escuchó lo que dijo y se dio la vuelta, con un ojo mirando al Hombre al que le faltaban los dedos. —¿Es eso cierto? ¿Estás seguro de que no cometiste ningún error? El hombre al que le faltaban los dedos asintió de inmediato. —Señor. Qiu, el anillo que llevaba tenía una X grabada. Es el mismo que usaba el viejo maestro. ¿Era realmente la hermana del viejo maestro? —Invita a las dos personas aquí con cortesía. Recuérdalo. Iré a ver al viejo maestro. —El tuerto Zayn Qiu, había tomado una decisión. No se perdería de conocer a alguien que llevaba ese anillo. El hombre que carecía de dedo se llamaba Giorgio Zhang. Había huido del país Green Cold como un asesino y ya se había quedado aquí durante siete años. Ahora, él era simplemente un líder mezquino en el Blood Sacrifice. —Sí señor. —Giorgio respondió con respeto. Yonata acercó a Lola y caminó hacia el sur, independientemente de la multitud curiosa. En este momento, algunas personas se acercaron a ellos. Fue Giorgio y sus hombres quienes los detuvieron. —¡Honorables invitados, el Sr. Qiu les da la bienvenida a Blood Sacrifice HQ! —Giorgio los miró de una manera tolerablemente educada. Pero cuando se dio cuenta de Lola, cambió a una Mirada lasciva. —¡La chica no está mal! —No había mujeres tan sanas y puras como ella en Mando Bay. Yonata se paró frente a su hermana y fríamente miró a los ojos malvados de Giorgio y le preguntó: —¿Qué quieres?



Capítulo 460 La situación de mi hermano es desconocida. —Bueno, la mujer lleva el anillo de nuestro maestro y debemos dejar todo claro a todos los involucrados —dijo Giorgio en un tono menos educado porque todavía no estaba seguro de si el anillo era real. Si lo era, entonces esta mujer delante de él era el verdadero negocio. Yonata lo consideró por un momento y luego tomó la decisión. Siguiendo a Giorgio, llegaron a la puerta de una lujosa casa de juego. Yonata estaba observando cuidadosamente a los jugadores que entraban y salían cuando entró a la casa después de Giorgio. El casino era muy grande. Era difícil imaginar que en un lugar tan remoto, existieran todos los tipos de máquinas de juego más avanzadas. También había muchos jugadores, al menos mil o más. Casi nadie estaba completamente sano. Algunos se veían bien por fuera, pero en realidad habían perdido algunos órganos importantes dentro de ellos. Fueron conducidos al segundo piso. Se abrió una puerta y varias personas ya estaban sentadas allí. Eran el hombre de mediana edad de un solo ojo, un anciano de cabello gris, que era la única persona sana allí, y una mujer de mediana edad apoyada en un palo. El anciano que estaba sentado en el medio miró seriamente el anillo en el dedo de Lola cuando ella y Yonata entraron. —¿Quién eres tú? ¿Por qué llevas el anillo de nuestro Blood Sacrifice? —El anciano Lucien Yelisa miró seriamente a los dos jóvenes. Yonata lanzó una mirada a su hermana y murmuró. —Me lo dio la Sra. Yelisa. Se lo devolveré después de usarlo. —Y ella repitió sus palabras brevemente. —¿Quién es esta señora Yelisa que acabas de mencionar? —Lucien Yelisa se abstuvo de emocionarse demasiado y se preguntó si realmente era su hermana menor. —Ella es la señora Ebisu. —¡Sí, es ella! No la había visto durante años. Lucien controlaba sus emociones. No podía entender por qué su hermana le habría dado un objeto tan importante a un extraño. Los dos jóvenes debían

tener un propósito. Debían ser personas muy importantes. —¿Qué quieren en Mando Bay? —Preguntó impasible. Yonata intercambió una mirada con Lola y respondió: —Estamos pasando por Mando Bay para ir al sur. ¿Al sur de Mando Bay? Lucien frunció el ceño porque sabía que había un glaciar sin fronteras en el sur. ¿Qué harían allí? ¿Ellos… —¿Sabes algo de la Sra. Yelisa, su situación actual? —Estaba más preocupado por esto. Lola negó con la cabeza honestamente porque nunca había visto la cara de la Sra. Yelisa. Lleno de decepción, Lucien se dirigió a Zayn y le dijo: —Atiende bien a estos dos invitados honorables. Haz que se sientan muy cómodos. —Luego se levantó y salió del pasillo por una puerta lateral. Zayn Qiu se levantó y miró a los dos jóvenes. —Síganme. De repente, una serie de disparos agudos vinieron de abajo, seguidos de gritos y chillidos. Zayn y la mujer parecían no oír nada en absoluto. Lola tembló ligeramente y siguió a Zayn. Ahora las tres personas habían llegado a una fila de habitaciones. —Aquí están las habitaciones de huéspedes. Por favor, siéntanse como en casa. — Zayn señaló las dos puertas una frente a la otra. —¡Gracias! —Yonata asintió con la cabeza a Zayn y le indicó a su hermana que entrara primero a la habitación. Zayn se fue después de asegurarse de que ambos habían entrado en la habitación. Lola miró alrededor de la habitación y descubrió que la cama, el sofá y todos los muebles eran de estilo europeo. Puso su mochila en la mesa y caminó hacia la ventana. Casualmente miró hacia afuera. En el vecindario, había un edificio de tres pisos con una cartelera de drogas en su frente. ¿Qué caótico era aquí que incluso las casas de drogas podían existir en un lugar donde muchas personas iban y venían? Se recostó en la cama, pensando en sus hijos y su marido. De repente, alguien llamó a la puerta e inmediatamente se puso en alerta.

—¿Quién está ahí? —Soy yo. —Habiendo confirmado que era la voz de Yonata, abrió la puerta de inmediato. Yonata miró a su alrededor para asegurarse de que no lo estaban espiando, y entró. —Estamos bajo arresto domiciliario. —Bajó la voz para contarle esta mala noticia a su hermana. Lola recorrió con los ojos la habitación, pero no encontró ninguna cámara. —¿Cómo? —Miró a su hermano en shock, preguntándose por qué ni siquiera el anillo podía ayudar. —Dame el viejo reloj de bolsillo. Estoy seguro de que están planeando hacer algo. —Yonata susurró en el oído de su hermana. Lola estaba a punto de darle el viejo reloj de bolsillo a su hermano. Pero se asombró al notar que su oreja estaba perforada. —¡Está disfrazado! No es Yonata —pensó Lola. —¿De qué estás hablando, hermano? ¿Qué viejo reloj de bolsillo? —Ella sonrió como si todo fuera normal y volvió sus ojos a los objetos en la habitación. El hombre le frunció el ceño, con una mirada sospechosa en sus ojos. — Dámelo rápido. ¡De prisa! Lola se tragó su miedo y miró al hombre con confusión. —¿Estás bien, mi querido hermano? ¿De qué estás balbuceando? No sé de qué estás hablando. El hombre no podía ver que ella estaba mintiendo porque parecía bastante relajada. Se aclaró la garganta y respondió: —Bueno, acababa de escuchar que decían que tenías el viejo reloj de bolsillo. Como no tienes uno, solo olvídalo. Ahora volveré a mi habitación. La farsa había fracasado. El hombre salió de su habitación y se aseguró de que ella cerrara la puerta. Luego trotó a una habitación al final del pasillo. Lola dejó escapar un suspiro de alivio. No sabía dónde estaba su hermano en este momento, pero no lo llamó. Sacó su teléfono y le envió un mensaje a Jorge. —¿Dónde están las personas que enviaste para protegernos? —¿Qué pasó? Esto es demasiado rápido —pensó Jorge, que estaba lidiando con las últimas cosas en los asuntos de negocios de la compañía cuando vio su mensaje.

—¿Qué pasó? —Llamó a Sánchez al teléfono privado mientras estaba escribiendo. Pronto recibió la respuesta. —Detenidos por Blood Sacrifice. La situación de mi hermano es desconocida. Saben que el viejo reloj de bolsillo está conmigo. Jorge se preocupaba mientras leía el mensaje. Levantó la cabeza y vio a Sánchez. Preguntó Jorge, “¿El Asesino de Almas dijo algo? Sánchez había estado pesimista todo el día. Inmediatamente sacó su teléfono y le envió un mensaje de texto. Dos minutos después, respondió. — Los dos entraron al casino de Blood Sacrifice y no han reaparecido hasta ahora. Jorge golpeó el escritorio con los dedos y ordenó. —Envía más hombres allí. Una vez que los encuentren a los dos… No, si se te da una oportunidad, infíltrate y llévalos con el Asesino de Almas. —Sí señor. —Sánchez salió de la oficina con tristeza todavía en su rostro. —Arreglaré todo. No te preocupes” Respondió rápidamente y luego resolvió los materiales en el escritorio para entregarlos al director general adjunto. Lola descansó un poco en la habitación. Entonces, abrió la puerta como si nada hubiera pasado. Llamó a la puerta de Yonata una y otra vez, pero nadie respondió. Se puso nerviosa esta vez, preocupada de que su hermano estuviera en graves problemas. —¿Estás durmiendo, hermano? —Aún sin respuesta. Se detuvo para regresar a su habitación, como si no le importara en absoluto. Cerró la puerta y se apoyó nerviosa contra la puerta. Bajó rápidamente las cortinas para mantenerse sellada en la habitación. Una vez más, comenzó a enviarle un mensaje a Jorge en su teléfono. —Algo le pasó a mi hermano. —Jorge estaba a punto de abordar su avión privado. Cuando leyó el mensaje, reflexionó un rato. La razón por la que Blood Sacrifice se atrevió a tocar a Yonata debía ser porque sabían que tenían el viejo reloj de bolsillo. —Mantén la calma. Espera y verás. Mis hombres están a tu alrededor ahora mismo. Pide ayuda en caso de urgencia. No te asustes.



Capítulo 461 Trabajamos para el Sr. Yun Lola borró los mensajes inmediatamente y se calmó. Frotó el reloj de bolsillo y respiró hondo. Luego, caminó hacia la escalera. Un hombre salió de la esquina en un instante. Bloqueó el camino de Lola y dijo: —Sra. Lola, no es seguro afuera. Debería volver a su habitación. Lola miró al hombre discapacitado que estaba frente a ella. Se mordió el labio inferior y dijo: —Mi hermano está durmiendo. Estoy tan aburrida. Quiero salir de aquí y simplemente pasear. Ese hombre se quedó quieto y respondió: —Sra. Lola, Mando Bay está llena de peligros. Es peligroso para usted salir. Será mejor que vuelva a su habitación ahora. Esto es por su propia seguridad. Lola solo lo miró de nuevo. No podía persuadirlo, así que tuvo que volver a su habitación. Al principio, quería enviarle un mensaje a Jorge. Sin embargo, Jorge estaba en otro lugar y él no podía ayudarla, así que ella se dio por vencida. Lola estaba tan aburrida que miró las fotos de sus tres hijos en su teléfono para matar el tiempo. ¡Los extrañaba tanto! ¡No! Ella no sabía lo que le pasó a su hermano. ¡No debía esperar a que algo realmente malo le pasara a él! ¡Tenía que hacer algo! No podía decepcionar a su hermano. Tenía que salir de aquí para ver a los hombres de Jorge que estaban justo afuera del casino. Sacó un brazalete común de cloisonné de su bolso y se lo puso en la muñeca. Jorge se lo dio y él dijo que podía usarlo para protegerse. Había tantas armas en su bolso. Jorge realmente los preparó para garantizar su seguridad. Sería mejor que lo llevara con ella. Abrió la puerta y se acercó a la escalera de nuevo mientras sostenía su bolso. Presionó algo en su brazalete de cloisonné cuando ese hombre estaba a punto de confrontarla.

Entonces, algo le disparó y cayó al suelo antes de que pudiera decir una palabra. Al escuchar los movimientos, docenas de hombres salieron. —Tengo que irme de aquí lo antes posible, o me matarán. —Lola pensó y corrió escaleras abajo. Varios hombres la perseguían. —Tengo que ir al primer piso. Los hombres de Jorge están allí. —Lola pensó de nuevo. Mucha gente corrió hacia Lola y uno de ellos estaba a punto de agarrarla. Sin embargo, Lola de repente se dio la vuelta y miró a ese hombre. Nunca pensó que Lola se daría la vuelta y le haría una mueca. Estaba tan asustado que no pudo moverse por un tiempo. Justo en ese momento, Lola volvió a girar su brazalete de cloisonné. Al igual que antes, algo le disparó al hombre y se cayó por las escaleras al instante. —¡Atrápenla! —Al ver esto, un hombre gritó frenéticamente en el primer piso. ¡Habrían matado a Lola si su jefe no les hubiera advertido que no podían hacerle daño! ¡Maldita sea! ¡Sería fácil si pudieran matarla justo aquí! Lola reflexionó de nuevo cuando vio que unos pocos hombres dejaron de jugar cuando la vieron. Inmediatamente caminaron hacia ella. Lo que era peor, ¡vio a otra multitud de personas corriendo hacia ella! ¡Ella no sabía quiénes eran los hombres de Jorge! Sacó algo de su bolsillo y lo agarró firmemente en sus manos. Corrió escaleras abajo y esperó la mejor oportunidad para llevar a cabo su ataque. —¡Te dispararemos si corres de nuevo! ¡Detente! —Lola oyó que habían disparado al techo y el techo se rompió en pedazos al instante. ¿Qué debería hacer ella? ¡Qué debería hacer! Lola estaba muy nerviosa pero no se detuvo. ¡Ella se preguntaba por qué el anillo de la Sra. Yelisa no funcionaba! ¿Por qué estas personas no le obedecieron? Estaba rodeada por una multitud de personas cuando llegó al primer piso. Ella no sabía quiénes eran los enemigos, así que les esparció los polvos que traía en sus manos. Luego contuvo el aliento y corrió hacia la puerta. Alguien quería dispararle a Lola. Pero él perdió el objetivo y accidentalmente le disparó al hombre justo a su lado. Cayó al suelo al instante. Lola sabía que estaba muerto. ¡Estaba tan

asustada que no podía atreverse a moverse de nuevo! Sin embargo, cuando descubrió que estaba a punto de salir de aquí, reunió su coraje para correr. ¡Pero justo en ese momento, fue atrapada! —¡Maldición! ¡Ya no puedo irme de aquí! —Lola pensó. Sin embargo, justo en ese momento, ¡alguien le disparó al hombre que agarró a Lola! ¡Lola tuvo la oportunidad de escapar de nuevo! Hombres alrededor de Lola se estaban disparando. Lola aprovechó la oportunidad para saltar por la puerta. ¡Nadie le prestaba atención! Sin embargo, justo cuando salía alguien le disparó. Pero volvió a fallar el objetivo y disparó al muro cerca de Lola. Ninguna de las personas a su alrededor estaban en pánico. Simplemente se escondieron lejos de la escena y observaron lo que estaba sucediendo frente a ellos. Estaban acostumbrados a esto. Sabían que lo único que podían hacer era protegerse a sí mismos. Lola corría y corría. Sin embargo, varios hombres le bloquearon el camino. Tenían tatuajes extraños. Uno de ellos era negro, uno era amarillento y otro blanco. —¿Es la señora Lola? —El hombre pálido amarillento le preguntó. —No los conozco. ¿Cómo saben mi nombre? ¿Son los hombres de Jorge? —Lola pensó con ansiedad. —¿Quién eres tú? —Lola se escondió detrás del hombre negro fuerte cuando escuchó a los chicos malos dispararle. —Señora Lola, no esté tan nerviosa. Trabajamos para el Sr. Yun y le protegeremos. —El hombre blanco disparó a unos pocos hombres que todavía perseguían a Lola. ¿Señor Yun? —¿Están hablando de Sánchez? —Se preguntó Lola. Sánchez era el único hombre que conocía cuyo apellido era Yun. Giorgio corrió hacia Lola con sus hombres. Guardaron sus armas cuando vieron a los chicos de las Almas. —Esa mujer es nuestra invitada. Deberías devolvérnosla. —Les habló en tono dominante. —¿Devolverla? Giorgio, ¿me estás provocando? Quieres pelear conmigo, ¿verdad? —Ese hombre negro fuerte miró a Giorgio. Giorgio estaba un poco asustado y no se atrevió a pelearse con ese tipo. Estaba a punto de retirarse para ir con su jefe. Sin embargo, Lola lo hizo a un lado y dijo: —Mi hermano todavía está en la casa. ¿Puedes por favor dejarlo ir? —Ella no necesitaba hablar con él en inglés porque él era bueno en chino.

Pero el hombre de piel amarilla guardó su arma y miró a Lola: —No podemos entrar en el Blood Sacrifice sin permiso. Pero haré todo lo posible. Luego, avanzó y dijo: —¡Eh, Giorgio! Giorgio se detuvo y se dio la vuelta. No se atrevió a pelear con ellos porque eran de las Almas. —Todavía hay un hombre en la casa. Devuélvelo con nosotros. — Decidió ser directo con eso. Giorgio lo miró y se burló: —Es un oficial del ejército. ¿Estás seguro de que deberíamos dejarlo ir? —Casi todos en la Mando Bay habían matado a varias personas antes. Todos odiaban a los oficiales. ¡Pero al mismo tiempo, todos temían a los oficiales porque podrían ser atrapados por ellos! Al escuchar esta respuesta, se miraron y dijeron: —Sra. Lola, será mejor que esperemos al Sr. Yun Él vendrá. —También temían ser atrapados por el hermano de Lola. Lola sabía en qué estaban pensando, pero dijo: —No estén tan nerviosos. ¿Bueno? Mi hermano y yo acabábamos de pasar por aquí. Mi hermano no atrapará a nadie. ¡No tiene derecho a hacer eso! Sin embargo, Giorgio dijo: —No dejaré que ese hombre se vaya. Usted provocó y luchó contra Blood Sacrifice. ¡Se lo diré a nuestro jefe! ¡Estaba tan disgustada con Giorgio! Lola lo odiaba tanto y le preguntó: —¿Por qué nos encarcelaron a mí y a mi hermano? Giorgio miró a Lola. Ella era tan hermosa y bonita. Tenía un impulso repentino de tener relaciones sexuales con ella. —¿Encarcelar? No los encarcelamos. Los tratamos como invitados Fue usted quien quiso escapar. ¡Lola estaba tan enojada que quería matarlo! Sin embargo, no se atrevió a hacerle daño, por lo que simplemente respondió: —¿Cómo podría Blood Sacrifice tratarme así? ¡El anillo de la señora Yelisa ni siquiera funcionó! ¡No la respetaste en absoluto! ¡La señora Yelisa se molestará si se entera de esto! Lucien miró a Lola cuando escuchó su respuesta. ¡Era una mujer muy valiente! Giorgio ya no quería hablar con ella. Hizo una señal a sus hombres detrás de él e inmediatamente se fueron.



Capítulo 462 Tan emocionada y casi lloró —No, no puedes irte. —Su hermano todavía estaba en sus manos. Ella quería ponerse al día con ellos, pero fue detenida por los hombres de Sánchez. —Señorita, el señor Yun viene a Mando Bay. Puede mantener la calma. —Lola se detuvo de repente. Se dio la vuelta y los miró. —¿Sánchez es el señor Yun? —entonces ella preguntó. Los hombres se miraron confusamente y asintieron. —¿Sánchez? ¿Qué tiene esto que ver con Sánchez? ¡Pero parece que él tiene una posición bastante alta aquí! Si él viene, ¿Jorge estará con él? ¡No, no es probable! Pero espero que él venga con él… Sus pensamientos la hicieron enojar tanto. Luego fue al edificio de Asesino de Almas con los hombres. El primer piso del edificio de Asesino de Almas era una sala de juegos llena de niños y niñas que jugaban juegos diferentes. El aspecto bonito y sofisticado de Lola atrajo la atención de la gente. Los que todavía estaban con un espíritu fresco la miraban con una mirada codiciosa. La llevaron de nuevo al segundo piso. Pero ella había aprendido esta vez. Miró fijamente a la puerta, vacilando para entrar. —No, será mejor que llame a Jorge primero para confirmar. Los hombres la vieron sacar el teléfono y no hicieron nada. Lola marcó el celular de Jorge pero estaba apagado. Ella se quedó allí estupefacta. ¿Cómo pudo apagar el teléfono en este momento cuando su esposa estaba en peligro? ¿No la amaba más? ¿Ya no se preocupaba por ella? Se encontraba sola y de repente se sintió muy frustrada. Con tristeza e inconscientemente, entró en la habitación de aspecto lujoso. Ella no era consciente de esto cuando la puerta se cerró.

Se apresuró a abrir la puerta. Los hombres la miraron. Se apresuró directamente a la salida. —Señorita, si quiere irse, estaremos con usted. Bien… Pensándolo bien, era peligroso, también. —Está bien, será mejor que me quede aquí. Sólo confiaré en ellos. —Pensó. Así que ahora, ¿debería esperar a que Sánchez la rescatara, o… Bueno, parecía que no había mejor manera. Finalmente, la noche cayó sobre el pequeño pueblo. Alguien llamó a la puerta. Estaba alerta otra vez, preguntándose quién estaba allí. Sin embargo, quienquiera que fuese, tenía que abrir la puerta. No había mirilla en la puerta. Abrió un poco la puerta y miró hacia afuera. Era una chica de la misma edad que ella. —Señorita, es hora de cenar. ¿Le gustaría salir a comer o prefiere hacerlo en su habitación? Puedo traer la comida para usted. —Ella sonrió y dijo. Lola puso los ojos en blanco y dijo: —¿Hay buenos lugares para comer afuera? —Ella nunca comería la comida que cocinarían esas personas. Lo sabía mejor que nada. La chica pensó por un segundo y respondió: —Parece que no hay ninguno. Bueno, voy a traer la comida. —Entonces se fue bruscamente. Cinco minutos después, la chica trajo la comida y la puso sobre la mesa. Lola la miró con la barbilla en las manos. —¿Cuándo vendrá Sánchez?. —Preguntó. No podía esperar más porque no tenía idea de lo que le pasó a su hermano. Ya estaba tan ansiosa. La mujer miró a Lola sorprendida, preguntándose cómo podría llamar al Sr. Yun directamente por su nombre. Nadie había hecho eso aquí… —No lo sé exactamente. Tal vez pronto. —Realmente no tenía idea. Ella era sólo una sirvienta. ¿Cómo podría ella preguntarle algo sobre su señor? Lola se molestó una vez más. —Gracias. Puedes irte. —Dijo. Wow, este lugar estaba tan lleno de secretos. Estaba completamente sola de nuevo. La deliciosa comida le hizo gruñir el estómago. Estaba tan hambrienta. Pero ella se fue a la cama en su lugar. No quería comer eso. ¿Y si la

comida hubiera sido envenenada? Lola se recostó en la cama, mirando distraídamente el Twitter. Debido a la mala conexión, cargar las imágenes tomaba demasiado tiempo. Así que dejó de navegar y marcó el número de Jorge en su lugar. Todavía quedó sin respuesta. Fue tan frustrante. Entonces llamó a la mansión y la señora. Du cogió el teléfono. —Señora. Du, ¿está Jorge en casa? —Preguntó con mucha anticipación. La señora Du reconoció la voz de Lola y respondió: —No, mi señora. El señor aún no ha vuelto. La mansión estaba tranquila y triste desde que los tres niños fueron llevados a la vieja casa. Ella estaba decepcionada por esto. —Ya veo. ¡Gracias señora Du! Después de colgar el teléfono, Lola estaba ansiosa por saber qué hacer a continuación… Se quedó dormida mientras pensaba. Estaba tan tranquilo… La puerta se abrió tan silenciosamente y alguien entró en su habitación. Lola seguía durmiendo sobre la cama con la ropa puesta. Le dolió el corazón ver a su chica así. Él se inclinó y le besó la frente con suavidad. Lola estaba en alerta y se despertó de repente. Con la luz de la luna, vio la sombra de una persona y le dio una buena patada. El hombre sostuvo el pie de Lola rápidamente y se inclinó hacia ella. ¡Jorge! Cuando reconoció el rostro de su esposo, estaba tan emocionada y casi lloró. Se levantó de inmediato, lanzándose dulcemente a sus brazos. Había estado muy tensa todo el día. Al verlo, finalmente se sintió aliviada. Ella lloró suavemente, “Cariño… —Envolvió sus brazos alrededor de su cuello con fuerza. Se sentía tan segura de nuevo. Jorge también puso sus brazos alrededor de su cintura. Con una sonrisa en su rostro, consoló a su esposa dándole palmaditas en la espalda. Su esposo y compañero estaba aquí, y ella ya no se sentía sola.

Había estado muy ocupado durante las últimas semanas. Él habría venido a Mando Bay junto con ella si no estuviera tan ocupado. Pero solo dos días después, Yonata y Lola se metieron en problemas. Delegó todo el trabajo al vicepresidente y voló aquí de inmediato. El hombre besó a la chica en sus rosados labios. Había estado tan desesperado por probar sus labios de nuevo. Después de un largo rato, la chica lo soltó. —Cariño, mi hermano todavía está en sus manos. —Gracias a dios. Su hermano podría ser salvado. Jorge le tocó la cara y dijo: —No te preocupes. Me encargaré de esto mañana por la mañana. —Al verla tan preocupada, se sintió tan arrepentido por no haber venido con ellos. Lola asintió y luego se quejó con voz dulce: —Cariño, tengo mucha hambre. —No había comido nada desde el desayuno. Jorge encendió la lámpara. Cuando vio la comida sin tocar en la mesa, sonrió. Bueno, su chica estaba bastante alerta. —Voy a pedir que traigan algo de comida. —La besó en los labios y fue a abrir la puerta. Un hombre vino en seguida. Parecía sano, no un hombre de Mando Bay. Jorge dio algunas instrucciones y volvió adentro. Lola se puso los zapatos y volvió a lanzarse a los brazos de Jorge, actuando como una niña mimada. Pensó que él nunca se preocupó por ella y que no vendría. —Cariño, estoy tan feliz de que finalmente estés aquí. Pensé que no vendrías. —Ella dijo. Fue un día emocionante y ansioso. Pero sin el brazalete que Jorge le dio y el polvo químico, ella no habría escapado. Estaba feliz de ver a su encantadora y dulce chica. —Nunca te voy a dejar sola. Poco después, trajeron la comida. Después de que retiraron la comida completamente fría, Lola comenzó a devorar la deliciosa comida recién preparada. Jorge la ayudó a recoger los platos. —Come despacio. —Él le sonrió.



Capítulo 463 ¿Por qué está Sánchez aquí? Lola estaba tan hambrienta. Ella solo asintió con indiferencia y siguió engullendo el arroz, sin tener en cuenta cómo se veía. Se comió la mitad de cuatro platos, mientras que el cuenco de arroz se lo comió por completo. Lola se frotó el estómago lleno y se lamió los labios con gran satisfacción. Cuando Jorge vio esto, comenzó a perder el control. Su chica encantadora siempre era tan atractiva. Hizo que la gente se llevara las sobras y se fue a bañar. Cuando salió, descubrió que ella estaba buscando algo. —¿Qué estás buscando? —Preguntó mientras se frotaba el pelo con una toalla. Lola corrió de inmediato, levantándose la camisa. Jorge sintió un repentino impulso de tocarla. Sin embargo, el punto era que Lola había puesto el viejo reloj de bolsillo en sus mallas. —¿Dónde crees que es el lugar más seguro para ocultar esto? —Sin darse cuenta de los ojos codiciosos de Jorge, se inclinó hacia él, se puso de puntillas y le preguntó con seriedad. El hombre agarró el reloj, lo arrojó sobre la cama y luego la sostuvo con fuerza en sus brazos. —¡Oh no! Jorge, tenemos que mantener el reloj a salvo. —Lola luchó por liberarse de su abrazo, se apresuró a tomar el reloj y siguió buscando un lugar seguro. El hombre ya había perdido el control. Lanzó el reloj de nuevo. Esta vez lo puso debajo de la almohada. —Que sea aquí. Nadie lo tomaría. —Él la levantó y la tiró sobre la cama. Fue en ese momento que Lola notó un deseo sexual en sus ojos. Ella quería decir algo. Pero antes de que pudiera pronunciar una sola palabra, él ya la había abatido y la había besado tan fuerte.

También tomó un condón de algún lugar. Lola se quedó sin habla. —¡Incluso se preparó para esto! Se convirtió en una noche caliente y sensual, ya que ambos se hicieron el amor incansablemente. ¡Pobres guardaespaldas! No tuvieron más remedio que escuchar los ruidos hechos por Lola y Jorge toda la noche… Cuando el sol ya estaba alto en el cielo, Lola se despertó. Pero Jorge no estaba en la habitación. —¿Está ocupado otra vez? ¿Y si se ha ido? Tenía miedo en ese momento y se levantó de la cama de inmediato, arrastrándose al baño para bañarse. Después de vestirse, abrió la puerta. Había dos guardaespaldas. —¿Dónde está Jorge? —Les preguntó. —Mi señora, el jefe Si está abajo. Dijo que puede ir a verlo cuando quiera. —El hombre respondió respetuosamente. Ella asintió, pero de repente recordó algo importante. Corrió a la habitación y sacó el viejo reloj. ¡Allí estaba! Se lo volvió a poner en las mallas. Cuando salió de la habitación, se dio cuenta de que el primer piso estaba extremadamente tranquilo. Fue totalmente diferente a ayer. Mirando desde el segundo piso, vio a Jorge, Sánchez y un hombre de mediana edad sentados en el sofá. Frente a ellos estaban Lucien y Zayn Qiu. Como si estuvieran negociando, muchas personas de diferentes organizaciones se pararon en ambos lados. Jorge tomó una taza de té, la sopló de una manera suave y noble, luego tomó un sorbo. Cuando dejó la taza, levantó la vista, como si sintiera que ella estaba allí. ¡Ahí estaba ella! Sus ojos fríos lanzaron una mirada de afecto al verla y él saludó de manera encantadora. Los hombres en la sala vieron esto, y todos también miraron hacia arriba. Solo para encontrar a una mujer con un abrigo color caqui corriendo escaleras abajo rápidamente… Casi todos ellos fueron cautivados por la mujer. Nunca habían visto a

una mujer tan pura y perfecta en Mando Bay. Al ver los ojos codiciosos de esos hombres en su chica, la furia se encendió en él. —Entonces se hace, si no hay objeciones. —Dijo con voz fría. Al escuchar las palabras, Lucien se volvió de inmediato y dijo enojado: —¡De ninguna manera! ¡Esto es injusto! Lola escuchó las palabras del hombre mientras se dirigía hacia Jorge. — ¿Están acordando un trato? Dos hombres cargaron un sillón a la vez y lo pusieron al lado de Jorge. Jorge le tomó la mano y la condujo al asiento. Se sentó y los miró con ojos curiosos y desconfiados. En ese mismo momento, Sánchez miró seriamente al hombre frente a él. —¿Por qué está Sánchez aquí? ¿Quién es él exactamente? Al sentir los ojos de Lola sobre él, él asintió con la cabeza como un saludo. Pero entonces le dolió la mano. Se giró hacia Jorge, quien apretó su mano justo ahora. Ella vio una advertencia en sus ojos. Estaba desconcertada. —¿Qué está pasando con ella? —Señor Yelisa, espero que mi hermano mayor esté sano y salvo. —Jorge miró su mano con una mirada gentil, pero dijo en un tono cruelmente frío. — Si no pueden estar de acuerdo, entonces simplemente olvídalo. Lucien miró a Jorge y le dijo con gravedad: —Incluso si eres poderoso, no estás a cargo aquí. Este hombre no debía ser subestimado. Él había estado en Mando Bay hacía mucho tiempo, pero salió completamente ileso después de dos meses. Jorge se burló fríamente. —Si eso es lo que quieres, que termine hoy. —Sánchez dijo en un tono autoritario. En ese momento, una docena de armas apuntaron a Lucien. —¿Van a pelear? —Lola apretó la mano de Jorge con los ojos bien abiertos. Jorge le dio una palmadita en la espalda para consolarla. Los hombres de Lucien también estaban a punto de sacar las armas. Pero antes de hacerlo, ya estaban a punta de pistola. Lucien ya estaba muy furioso. Por fin, les dijo a sus hombres: — Tráiganlo aquí.

Unos cinco minutos después, trajeron a Yonata con las manos atadas a la espalda. Su frente parecía haber sido herida por un arma. —¡Yonata! —Lola soltó la mano de Jorge y corrió hacia Yonata. Sin embargo, Giorgio la detuvo antes de que pudiera alcanzar a su hermano. Al ver esto, Jorge consiguió un arma y disparó hacia la mano de Giorgio. —¡Ah! —Giorgio gritó en voz alta. Eso asustó tanto a Lola. Lucien miró a Jorge y le dijo: —¿Qué significa esto? ¿Quién diablos te crees que eres? Jorge dejó caer el arma y dijo sin piedad: —Sr. Yelisa. Por su bien, ya he salvado su vida. Si no fuera por usted, habría matado a este hombre. ¡Nadie debe tocar a mi esposa! Giorgio sostuvo su mano ensangrentada, pero le dolía muchísimo. Entonces, dos hombres se lo llevaron. Cuando Lola volvió a sus sentidos, corrió de nuevo hacia Yonata inmediatamente. Pero de alguna manera estaba delirante y extraño. —Yonata, ¿estás bien? —Lola estaba asombrada y confundida. Algo estaba mal con él. —Él debió ser envenenado —dijo el hombre de mediana edad que estuvo en silencio hasta ahora. Para ser franco, este hombre se parecía un poco a Sánchez. Lola estaba preocupada por lo que se volvió hacia Jorge. Jorge le dirigió una mirada furiosa a sus hombres y dijo: —Desátenlo. Fue un nudo rápido, así que el guardaespaldas cortó la cuerda con una daga. Finalmente Yonata se desató. Sacudió su pesada cabeza, pero todavía se sentía mareado.

Capítulo 464 Sánchez había vuelto —¿Yonata? ¿Estás bien? —Lola sostuvo y sacudió el brazo de su hermano mayor con toda su fuerza. Yonata no dijo nada. Jorge, observando toda la escena, se volvió hacia Lucien y le dijo: —Lucien, Yonata es mi hermano mayor, pero lo trataste con la droga más fuerte posible. No tenemos nada de qué hablar ahora. Jorge se levantó y con gracia caminó hacia Lola. Lucien miró a Jorge, quien incluso en circunstancias tan extremas estaba tranquilo y fresco. Inconscientemente tomó una decisión. —Primero, váyanse de aquí —dijo. La gente de Blood Sacrifice se retiró. Yonata fue llevado de regreso a su habitación y le pidieron al doctor que lo despertara. El médico le dio a Yonata una inyección para eliminar las toxinas. Poco a poco recuperó la conciencia. —¿Yonata? —Lola tentativamente lo llamó cuando notó que estaba recuperando la conciencia. Yonata sacudió ligeramente su cabeza mareada. Miró a su alrededor y vio a su ansiosa hermana. —Lola. —La reconoció con voz débil. Lola estaba feliz de ver que Yonata se estaba recuperando. Fue a sentarse cerca de él. —¿Qué te pasó hermano? —preguntó. Ver a Yonata inconsciente había asustado a Lola. Yonata vio a Jorge sentado en el sofá y recordó las cosas que habían sucedido el día anterior. Tan pronto como entró en la habitación, sintió que algo estaba mal. Al decidir volver a casa, se volvió de espaldas y se dirigió a la puerta. De repente, tres o cuatro hombres salieron de debajo de la cama. Tenían armas en sus manos. Uno de ellos lo vio abrir la puerta y le disparó. Al ver a Yonata despierto, Jorge asintió con la cabeza. —Lucien intentará lastimarnos. Debemos hacer algo antes de que él haga eso —dijo. Yonata asintió seriamente. Aunque Yonata no sabía nada de lo que había sucedido más tarde, sabía

que Jorge podía ayudarlo a abandonar Blood Sacrifice. O se vio obligado a irse o algo salió mal con las negociaciones. Al oír las palabras de Jorge, Yonata supuso que se había visto obligado a irse. —¿Por qué retuvieron a mi hermano mayor? —Lola le preguntó con curiosidad a Jorge mientras caminaba hacia él. Jorge sostuvo sus manos. —Por dos razones. Primero, saben que tienes el viejo reloj de bolsillo. Y segundo, tu hermano mayor es un oficial militar. Los hombres de Lucien son principalmente criminales. —Entonces, Jorge había hecho esto debido tanto al viejo reloj de bolsillo como al conocimiento de que Yonata había llevado a la gente a crear problemas en su territorio. Lola estaba un poco confundida. —¿Y qué hay de Sánchez? —Asintió y le preguntó a Jorge. Jorge la miró con tristeza. —¿Por qué tienes tanta curiosidad por él? — preguntó. ¡Se había atrevido a mirar a Sánchez por más de tres segundos! Ella no sabía qué decir. Mirándolo inocentemente, dijo: —Dijiste que él era tu asistente, pero es poderoso aquí. ¿No sentirías curiosidad si fueras yo? Seguía siendo infeliz a pesar de que ella solo tenía curiosidad. — Sánchez era el hijo del jefe de Asesino de Almas. Cuando visité a Mando Bay antes, se fue conmigo. Él no hubiera vuelto si nada te hubiera pasado — explicó. Entonces, como conclusión, Sánchez había regresado a Asesino de Almas por Lola. De ahora en adelante, había perdido un asistente. —¿Por mí? —Lola se señaló la nariz con sorpresa. La causa raíz de todas las cosas que Sánchez había hecho era Jorge. —¿Por qué había decidido dejar Mando Bay en ese momento? — Preguntó Lola. —Resulta que esta es la identidad de Sánchez. —Pensó Lola. —¿Y qué había hecho Jorge para que Sánchez se fuera con él y se convirtiera en su asistente voluntariamente? Jorge pensó que Lola tenía demasiadas preguntas sobre otros hombres. —En ese momento era perseguido por Blood Sacrifice. Lo había rescatado accidentalmente. Además, ya no quería quedarse en este lugar malvado. —Al recordar ese momento, Jorge se dio cuenta de que si no hubiera sido por ese disparo, que detuvo la bala volando hacia el corazón de Sánchez, habría muerto.

La habitación estaba en silencio después de que Jorge les dijo la verdad. Rompiendo el silencio, Yonata preguntó: —¿Cuándo podemos partir? — Se apoyó contra la cabecera de la cama. Su cabeza estaba totalmente clara ahora. Jorge pensó por un momento y respondió. —Mi gente vendrá aquí esta noche. Debemos partir de inmediato. Blood Sacrifice estaría vigilando continuamente nuestros movimientos. En el momento en que nos fuéramos, el grupo enviaría a alguien para asesinarnos. Entonces, necesitamos de mis hombres. Por desgracia, habría una batalla larga y dura esta noche. A pesar de estar preparado, Jorge se preocupó por la seguridad de su esposa. Debía encontrar una manera de evitar que ella se involucrara en esta batalla. Jorge y Yonata continuaron discutiendo la acción que tendría lugar más tarde esa noche. Cuanto más escuchaba Lola, más nerviosa y asustada se ponía. —Esto significa que muchas organizaciones internacionales justas cooperarán con Asesino de Almas para eliminar a Blood Sacrifice —pensó Lola mientras Jorge y Yonata seguían hablando en voz baja. Para cuando los tres finalmente se durmieron, eran alrededor de las tres de la mañana. La casa de juego se había cerrado y todos los jugadores se habían ido a casa. Después de algún tiempo, Lola sintió que alguien la recogía y la sacaba de su habitación. Luego volvió a dormirse y no supo nada más. Fue despertada por el sonido de las explosiones alrededor de las ocho de la mañana. Inmediatamente se incorporó y miró a su alrededor, confundida. Se dio cuenta de que estaba bien vestida con ropa de lana y que yacía sobre una manta de cachemira en una tienda de campaña. No había nadie más alrededor. Abrió la tienda y salió. Más de diez guardaespaldas patrullaban a menos de cinco metros de la tienda. Había gloriosos glaciares alrededor. —¿Dónde está Jorge? ¿Y dónde está mi hermano? —Ella se preguntó.

Caminó más lejos y observó los alrededores. Había un bosque del lado izquierdo. Montañas nevadas y gloriosos glaciares estaban a la derecha y Mando Bay parecía estar en el frente. Miró más y parecía que los glaciares no tenían fin. Grueso humo se levantaba desde la bahía. ¿Qué pasó? Caminó hacia un guardaespaldas y le preguntó: —¿Por qué estoy sola aquí? El guardaespaldas guardó su arma y dijo: —El jefe Si nos pidió que la mantuviéramos a salvo. No sabemos nada más. Recordó el plan que Jorge había hecho la noche anterior y corrió hacia Mando Bay. Pero fue detenida inmediatamente por un guardaespaldas. —Mi Señora, el Jefe Si dijo que no se le permita entrar a Mando Bay. Lola estaba muy ansiosa. Estaban en un lugar tan peligroso. Simplemente no podía relajarse hasta que supiera lo que estaba pasando. — Sólo quiero echar un vistazo —dijo. El guardaespaldas todavía le impedía ir. Hizo una reverencia con respeto y dijo: —Mi señora, el jefe Si también dijo que si permitiéramos que entrara en la bahía, nos mataría a todos. Lola se sorprendió. Miró a los varios guardaespaldas a su alrededor. ¿Cómo podría él chantajearla así? Otro guardaespaldas se acercó a ella y le dijo en voz baja: —Mi Señora, por favor, tengo una gran familia. Por favor quédese aquí —él dijo. ¡Bien! Lola no dijo nada. ¿Qué podía decir cuando varias vidas estaban en sus manos? Tomó el bizcocho del barco que le ofreció un guardaespaldas y bebió un poco de agua. Luego caminó hacia los glaciares siguiendo las líneas dibujadas por Jorge. Caminó durante una hora. En ese momento, un guardaespaldas se le acercó y le dijo: —Mi señora, el jefe Si le ha pedido que espere en el lago congelado más grande. Lola asintió y caminó hacia el lago helado. ¿Cuándo había planeado Jorge todo esto? ¿Cómo conocía tan bien el terreno aquí? Sentada en la manta preparada por los guardaespaldas, Lola sacó su teléfono móvil pero descubrió que no había señal. —¡Oh! Este es el fin del mundo. No hay nadie aquí. No es de extrañar

que no haya torres móviles aquí —pensó y sacudió la cabeza.

Capítulo 465 Demuestran su amor dondequiera que estén —¿Cuándo salí de Mando Bay? ¿Qué hora era? —Lola le preguntó al guardaespaldas que estaba más cerca. Recordó a alguien levantándola. Seguro fue Jorge. —Alrededor de las tres de la mañana —respondió el guardaespaldas con gran respeto. Lola luego, continuó conversando con el hombre. Casi una hora después, los hombres de seguridad escucharon un sonido que provenía de una carretera cercana. Vieron un vehículo militar equipado con un acoplado y uno todo terreno, acercándose a ellos. Inmediatamente, los hombres rodearon a Lola para protegerla y se pusieron muy atentos. Se sintió muy conmovida por esto, porque la estaban cuidando y arriesgando su vida por ella. Cuando el vehículo se acercó, los guardaespaldas reconocieron a quiénes viajaban en los automóviles. Una vez que lo confirmaron, visiblemente se relajaron. Luego, dieron paso a los hombres que bajaban. Lola vio que eran su hermano mayor, Yonata y su esposo, Jorge. Cuando vio que estaban bien, corrió felizmente hacia ellos y abrazó a su hombre. Jorge la abrazó más fuerte todavía y le dio un beso muy largo. Yonata y los guardaespaldas observaron a los enamorados y desviaron la mirada. —Demuestran su amor dondequiera que estén. Jefe Si, Mi Señora, ¿alguna vez consideraron cómo nos sentimos? —refunfuñó uno de los guardaespaldas. Lola no esperaba que Jorge la besara. —¡La gente nos está mirando! — Ella se sonrojó y apartó a su marido. Entonces se dio cuenta de que el brazo de Jorge estaba vendado. —¿Qué sucedió allí? ¿Qué le pasó a tu brazo? —Preguntó Lola con gran ansiedad.

—Nada serio. Lucien, que era astuto como un zorro, me disparó —le dijo simplemente. —¿Estaba herido él? —Pensó Lola. —¿Ya viste al médico? —Le preguntó con sus ojos bien abiertos y con preocupación. —No es nada. Me extrajeron la bala y el médico atendió la herida —le dijo y frotó suavemente sus cejas fruncidas. Lola se relajó y suspiró con alivio. Luego, se volvió hacia Yonata y le preguntó: —¿Y tú, hermano? ¿Cómo estás?. Yonata miró a su hermana menor y le dijo. —¡Finalmente notaste a tu hermano mayor! ¡Pensé que solo te preocupabas por mi cuñado! La broma de Yonata hizo que Lola se sonrojara. —Estaba a punto de preguntarte, hermano —dijo y asintió con la cabeza. Yonata miró al hombre a su lado. Se había lastimado por él. —Estoy bien —respondió y sonrió. Estaba encantado de que su hermana estuviera con un hombre tan encantador y abnegado como su marido. No podría haberlo deseado más. —Vamos, rápido. Quizá encontremos el lugar antes de la tarde —le dijo Jorge a todos. Lola se sentó con él en el vehículo todo terreno y los guardaespaldas se acomodaron en el auto militar detrás. Yonata condujo el todo terreno mientras Jorge y Lola se sentaron en el asiento trasero. —Lola, por favor, saca el reloj —le dijo Jorge a su esposa. Ella inclinó la cabeza y lo tomó de su cuello. Jorge agarró el reloj con mucho respeto. Luego presionó cuidadosamente el botón para abrirlo. La superficie era como cualquier otro reloj común. Nadie hubiera pensado que escondía tantos secretos importantes. Yonata vio a Jorge que examinaba el reloj por el espejo retrovisor. — Puedes desarmarlo, Jorge. —Dijo y asintió. Jorge sacó un destornillador del conjunto de herramientas que había preparado de antemano. Tan pronto como quitó la esfera del reloj, una hoja fina de papel de pergamino se cayó. Jorge le pidió a Lola que lo recogiera y lo abriera. Lo recogió suavemente y lo abrió con mucha prudencia. El papel tenía

algunas líneas extrañas junto con algunos pequeños caracteres complejos con una firma a continuación. No entendió lo que estaba escrito… Mientras tanto, Jorge volvió a colocar las piezas y armó el reloj. Se lo devolvió a Lola, quien se lo colocó alrededor del cuello una vez más y le quitó el papel. El pergamino tenía un mapa del tesoro dibujado. Lo estudió durante un momento y luego dijo: —El papel dice que el lugar que se muestra aquí, tiene una mina de oro. ¿Mina de oro? ¡Oh, Dios mío! Realmente era un tesoro porque en la descripción decía que era una mina. Pero ¿por qué Luisa Wei dijo que tenía petróleo en lugar de oro en ese momento? Pensó Lola en silencio. Cuando escucharon que el papel conducía a una mina de oro, los espíritus de los dos hombres se apagaron. Lola era la única emocionada en el automóvil. —¿Cómo podemos llegar hasta allí?. —Preguntó Yonata. Se preocupó por la respuesta a esta pregunta. Jorge continuó estudiando el mapa y dijo: —Deberíamos atravesar este glaciar. Después de eso, encontraremos el lugar donde está la mina. —¿Cruzar el glaciar? Quizá sea bastante tarde para cuando podamos cruzar —pensó Yonata. Después de conducir por más de dos horas, todavía había innumerables glaciares frente a ellos. Se detuvieron y descansaron un rato. Luego, continuaron conduciendo. No pudieron cruzar los magníficos glaciares incluso cuando llegó la oscuridad. Además, hacía mucho frío. Después de un tiempo, Jorge les pidió a todos que se detuvieran y armaran un campamento. Luego, retomarían el viaje al amanecer. Lola vio a los hombres sacar tiendas de campaña, edredones, sacos largos, mantas, alimentos y otras provisiones. —Nunca los vi preparando todas estas cosas —pensó Lola. Jorge se vistió y la vistió con esos largos sacos que llegaban hasta las rodillas. La temperatura variaba mucho de la mañana a la noche y supuso que podría estar varios grados bajo cero. Un guardaespaldas hábilmente hizo el fuego. Incluso preparó la leña y la olla de hierro para cocinar.

La cena consistió en: un poco de carne seca, galletas, fideos instantáneos, pan y salchichas de jamón. Después de esa cena sencilla, todos se retiraron a sus tiendas para descansar. Solo Jorge y Lola compartían una tienda. La tienda de campaña era lo suficientemente grande como para que dos personas durmieran juntas. —¡Ve y arma una tienda nueva!. —Lola bromeó un poco y reprendió al hombre que la abrazaba con fuerza. Sentía un poco de timidez, porque los demás dormían solos. Jorge cerró los ojos y la ignoró. —Es tan hermosa —suspiró—. ¡De ninguna manera! —Le respondió. —Bien, entonces. ¡Vamos a dormir!. —Lola cedió y fue incapaz de alejar a Jorge. Él la besó en los labios y comenzó a tocar su cuerpo de manera muy provocativa. Lola, inmediatamente, tomó su gran mano. —Hay mucha gente aquí y se escuchan los ruidos desde afuera —susurró—. Por favor, no te muevas. Si sigues haciendo esto, ¡me voy a enojar! Jorge respiró intensamente y de mala gana, cerró los ojos después de su advertencia. —¡Qué terrible es ella! Todos dormían profundamente. La noche era tranquila, a excepción del sonido de la madera seca ardiendo. Jorge continuó abrazando a su esposa y miró, con adoración, su cara dormida en la penumbra. Uno de ellos tenía que permanecer despierto y estar en guardia por la seguridad de los demás. Tenía miedo de que su esposa se resfriara, entonces agregó algunas mantas más y su levita a su alrededor. Seguramente hacía mucho frío afuera. Luego, miró la hora. Eran alrededor de las tres de la mañana. Salió de la cama y abrió la cremallera de la tienda. En el momento en que salió, también escuchó un sonido desde la tienda de Yonata. El hombre también apareció en esa noche tranquila y los dos, se sentaron juntos y reavivaron el fuego.

—Vuelve a dormir, necesitas conducir mañana —dijo Jorge y lo miró a Yonata. Su tono era habitualmente dominante. Yonata sonrió y negó con la cabeza. —Tú también necesitas descansar por tu herida. —Cuando estaba en el ejército antes, una vez, trabajó durante tres días sin dormir. Yonata estaba seguro de que podría lograrlo de nuevo, si fuera necesario.

Capítulo 466 ¿Vinieron los lobos? Ambos se quedaron sentados en silencio. A las tres y media de la mañana, un leve sonido se oyó de repente desde algún lejano lugar. Se miraron el uno al otro al mismo tiempo y sabían que algo se acercaba. Inmediatamente, tomaron las armas que llevaban en la cintura. Estaban listos para comenzar a pelear llegado el momento. El sonido se hizo cada vez más fuerte. Si se escuchaba con más atención, se podía percibir que no era creado por un ser humano. Se levantaron al mismo tiempo y ambos miraron hacia la dirección de donde venía el sonido. En la oscuridad, unos ojos con una luz verde brillaban. Casi de inmediato, se dieron cuenta de que era un grupo de lobos y soltaron un suspiro de alivio. Muchas veces, los humanos son mucho más terribles que los lobos. Miraron por segunda vez y comprobaron que se trataba de estos animales. Gracias a Dios que solo eran cinco o seis. Jorge, inmediatamente, puso un poco más de madera en el fuego, luego tomó la linterna que estaba a su lado y la encendió. Apuntó la linterna hacia los lobos y se podía ver que dos eran rojos y tres eran marrones. Al frente de la manada, había un lobo blanco como la nieve, que se suponía que era su líder. Todos ellos tenían la boca ancha y hocicos puntiagudos. Sus colas eran cortas y colgaban un poco, no estaban enroscadas y sus orejas tampoco eran muy largas. Si Jorge tenía razón, estos debían ser los lobos Warrah que estaban en peligro de extinción. Sin ninguna vacilación, Jorge sacó su arma e hizo un disparo de advertencia hacia la manada. Cuando escucharon el fuerte ruido de la pistola, los lobos retrocedieron de inmediato y huyeron como se esperaba. Sin embargo, el disparo también despertó a todas las personas que estaban dormidas.

De repente, Lola abrió de golpe los ojos y descubrió que dentro de la tienda no había nadie más. Oyó el disparo y al instante salió. Los guardaespaldas también salieron corriendo. Todos estaban completamente armados y atentos apuntando a los alrededores con sus armas. —Tranquilos, era solo una manada de lobos, pero ya se fueron. ¡Vuelvan todos a dormir! —Yonata miró a los guardaespaldas que lo rodeaban, armados hasta los dientes y listos para luchar. No pudo evitar preguntarse dónde encontró Jorge a todos estos hombres. Parecía que eran bastante fuertes. Jorge vio a Lola, que estaba afuera con su fino vestido. Rápidamente, caminó hacia ella y la empujó de nuevo dentro de la tienda. —No te preocupes, todo está bien. ¡Vuelve ahora a dormir!. —Se preocupó cuando la vio salir con ese fino vestido en una noche tan fría. Cuando miró la herida de Jorge, Lola le preguntó: —¿Vinieron los lobos? —Luego lo miró con toda tranquilidad. Jorge la empujó hacia atrás y dijo: —No, cariño, ¡ve a dormir! —Pero en el momento en que la ayudó a meterse en la cama, Lola se sentó de nuevo. —Vamos a dormir juntos. —Se preguntó si Jorge había dormido algo o no. La empujó hacia atrás y la volvió a meter en la cama y agregó. —Ya dormí y ahora no tengo sueño. ¡Primero duerme tú un poco! Buena niña. —No. Si no duermes, yo tampoco. ¡Me quedo contigo!. —Puso muy mala cara, frunció sus labios y miró con obstinación a Jorge. Pero Jorge solo negó con la cabeza, sonrió y dijo: —Sé buena. Todos estamos acostumbrados y mientras esté aquí, no te dejaré sufrir de ninguna manera. —Inclinó su cuerpo hacia adelante y dejó solo sus pies fuera de la tienda. No había manera de que Lola saliera. Mientras él estuviera allí, no la dejaría sufrir. Aunque estas eran solo palabras simples, Lola se sintió muy conmovida. A medida que se quedaba dormida, ya no discutía más con Jorge. — Bueno, pero puedes hacer turnos con nuestro hermano. —Después de que dijo esto, un poco aturdida, pronto se quedó dormida. Jorge le acarició su largo cabello y le dio un beso en la mejilla. Luego salió de la tienda y volvió a cerrarla herméticamente. Afuera, tres guardaespaldas intentaban persuadir a Yonata para que se

fuera a dormir. —¡Oficial, mejor que vaya y descanse! Ya descansamos un par de horas. Es suficiente, estamos bien. Jorge primero miró a los tres guardaespaldas y luego a su hermano y dijo: —Yonata, solo ve a dormir. Recuerda que mañana tienes que conducir el automóvil… Yonata dejó de discutir con ellos y volvió a su tienda. Los guardaespaldas querían que Jorge también descansara, pero él levantó sus manos y los detuvo. Ya sabía lo que querían decir. Sin embargo, se sintió mejor protegiendo a su mujer. Tres guardaespaldas conversaban en voz baja. Jorge revisó su teléfono, pero todavía no había señal. Luego, miró algunas fotografías de Lola y sus tres hijos. Había una sonrisa en su rostro y se preguntó si las tres pequeñas almas causaron algún problema en casa. Poco a poco, llegó el amanecer. A las siete de la mañana, Jorge despertó a Lola de su profundo sueño. En realidad, la despertó con un beso. Lola se frotó los ojos y vio al hombre, que se veía descansado, de pie frente a ella. Recordó que se había quedado despierto toda la noche y se preguntó por qué todavía estaba tan enérgico. ¡Realmente lo admiraba! Cerró la tienda con la cremallera, sacó la chaqueta, el abrigo militar y se los puso. —Debe estar en algún lugar, en medio del glaciar, a una temperatura extremadamente baja. —Mencionó esto casualmente mientras la ayudaba a abotonar cuidadosamente su ropa. Lola vio que el hombre la trataba como a una niña y, mientras sonreía inocentemente, le dio un pequeño beso en los labios. Jorge le respondió con sonrisas. ¡Un beso no era suficiente para él! Después de un largo rato, la entrada de la tienda finalmente se abrió de nuevo. Lola salió de allí, con el rostro enrojecido y encogiendo el cuello. ¡Hacía mucho frío! Vio el vapor que salía de su aliento y se frotó las manos. Jorge le trajo un poco de agua caliente para enjuagarse la boca y lavarse la cara. Solo comieron pan, jamón y algo de carne seca para el desayuno. Luego

empacaron para poder avanzar. Pasó otro día y todavía estaban en ese glaciar sin fin. Se prepararon para acampar en el lugar. Yonata condujo el automóvil todo el día y ahora, descansaba un poco para tener un mejor estado físico y mental mañana. Por la noche, Lola y Jorge se sentaron alrededor del fuego y conversaron. —Me quedé dormida anoche y no pude ver a ninguno de los lobos. ¿Crees que alguno vendrá esta noche? —La mujer le preguntó de una manera muy emocionada. Jorge la miró muy fijo sin decir ni una palabra. ¿Nació ayer? ¿Era tan inocente? ¿No sabía que los lobos eran animales feroces? ¡Cómo podrían gustarle! —Quién sabe. No es una sorpresa ver lobos en el fin del mundo. Lola abrió los ojos de par en par con emoción y dijo: —Cariño, ahora ve a dormir. ¡Esta noche, yo te cuidaré! —Por lo general, ella era la que necesitaba protección. Pero esta vez, era su turno. Jorge la abrazó entre brazos: —Niña traviesa. ¿Crees que necesito a una mujer para que me cuide?. —Si alguna vez permitiera esto, ¡definitivamente la gente se reiría! Lola enfrentó su arrogancia y frunció los labios con descontento y le dijo: —¡Tengo un arma! Solo puedo disparar a los lobos si nos atacan. Si tan solo pudiera capturar uno, llevarlo y colocarlo al lado del ligre. Jorge sacudió levemente la cabeza y dejó escapar un suspiro silencioso. ¡Qué mujer tan simple que era! —No son solo los lobos. Lola, es un mundo complicado y tú eres tan joven y tan sencilla. —Desde que salieron de Mando Bay y habían llegado a este lugar, todo estaba muy tranquilo. ¿Ella no se dio cuenta de eso? Tanta gente siempre quiso tener el viejo reloj. ¡Ahora muchas personas lo sabían y estaban buscando ese tesoro! Alguien podría estar ya en camino, rastreando todos sus movimientos. Alguien podría… estar siguiéndolos desde cierta distancia. Miró el pasaje por el que acababan de pasar. Estaba completamente oscuro. Este era un lugar perfecto para esconderse. Lola miró a Jorge y notó que miraba el camino recorrido. Siguió su mirada, pero no vio nada. —¿Alguien nos está siguiendo? —Eso debería ser lo que quiso decir. Por supuesto que sabía que este era un mundo complicado y peligroso.

Eso era algo que había tratado de evitar en muchas ocasiones.

Capítulo 467 No hay tiempo para negociar Jorge no quería asustarla demasiado. Besó su largo cabello, señaló hacia el glaciar cercano y dijo: —Si se vuelve peligroso aquí esta noche, te escondes en esa cueva inmediatamente. —Ya la había revisado. Se había formado por las constantes condiciones de baja temperatura, por lo tanto, era una cueva muy sólida. Las balas no podían atravesar ese lugar. Además, era más fácil para las personas esconderse en la cueva debido a su compleja topografía. Lola miró hacia el lugar y bajo la luz de la luna, los bloques de hielo parecían azules. Estaba casi a punto de asentir, pero, de pronto, pensó en una cosa y dijo: —¡No! Si me escondo en esa cueva, ¿lucharás contra el enemigo?. —Jorge siempre trató de protegerla y, por lo tanto, su seguridad era lo más importante antes que todo lo demás. Por supuesto, ese fue el plan de Jorge, todo el tiempo. —¿Hay algo mal? —La miró y vio que Lola no quería seguir sus instrucciones. —¡No es justo! ¡Quiero enfrentar al enemigo contigo! —Jorge tenía una posición social muy alta y por eso, tenía que aprender a defenderse si quería quedarse con él para siempre. Tenía que ser fuerte si quería estar a salvo. Jorge sostuvo el hermoso rostro de Lola, en sus manos, y dijo. —No necesitas hacer eso. Si realmente quieres enfrentar al enemigo conmigo, te prometo que usaremos algún disfraz y jugaremos Counter Strike cuando regresemos a casa. —¡Era un gran juego! ¡Podrían derrotar al enemigo juntos! —¿Counter Strike? —Lola frunció los labios. En realidad, no le interesaba mucho este juego. Una vez lo había jugado con Ramón, pero no era muy divertido. Sin embargo, no lo rechazó de inmediato. Planeó algo en lo profundo de su mente. —¡Espero que haya algunos lobos aquí, esta noche! ¡Un pequeño lobo sería bueno! —Realmente quería ver a un lobo. Le gustaría ver a uno, en lugar de a otros seres humanos. Jorge y Lola se hablaron en voz baja. Pero, a veces Lola actuaba como

una niña mimada. Lola sonrió y le dio unas palmadas. Jorge solo quería consentirla y sonreír. Miró el reloj y ya eran casi las diez. Le insistió a Lola para ir a dormir. Estuvo de acuerdo y lentamente, comenzó a caminar hacia la tienda. Alrededor de las doce, Lola finalmente se durmió. Jorge caminó alrededor del fuego y estaba alerta, constantemente, y miraba en todas direcciones. En ese momento, algunos lobos con ojos verdes brillantes, aparecieron alrededor de las montañas no tan lejos de su campamento. Pensó en Lola, que dormía en el suelo con su abrigo militar, abrió la tienda y la despertó. —¡Los lobos están llegando! —Dijo esto en voz baja y definitivamente, no iba a repetirlo de nuevo. Si todavía estaba despierta, le permitiría ver a los lobos, pero de lo contrario, la dejaría dormir. De repente, Lola se despertó y dijo. —¿Dónde? ¡Llévame a verlos!. — ¡Jorge dijo que eran los raros lobos australes! ¡No quería perder la oportunidad de ver eso! Jorge le pidió que se abrigara un poco más y luego le tomó sus manos y salió. Tomaron la linterna y trataron de iluminar su camino. Lola vio a los lobos a través del telescopio. —Un aullido se oyó… —De repente, un lobo gritó y todos los demás lo siguieron. Nadie sabía que ellos estaban allí. Cuando Lola los miró atentamente, un guardaespaldas gritó: —¿Quién está ahí?. —Entonces, una persona que estaba a su lado cayó al suelo. ¡Peligro! Yonata salió de la tienda tan rápido como pudo. Jorge inmediatamente le entregó la linterna a Lola y buscó el arma que llevaba en su abrigo. Entonces, ¡la empujó hacia la cueva de hielo! Lola no quería esconderse, pero Jorge le gritó: —¡Corre!. —Su severa orden hizo que Lola se sintiera muy triste. Pero, no tenía otra opción que hacer lo que le dijo. Aunque el enemigo usó un silenciador en una de las armas, pronto, cambiaron por ametralladoras y dispararon a Jorge y a su equipo cuando lograron verlos.

Otro guardaespaldas fue derribado a tiros. —¡Ocúltense! —Jorge dio sus órdenes con calma y pararon de abrir fuego. Entonces, estaba oscuro, pero las ametralladoras no dejaban de disparar hacia ellos. Jorge y todos los demás cambiaban constantemente su ubicación. Se escondían detrás de los automóviles o en el glaciar. Yonata apuntó a uno de los enemigos y le disparó. La pistola del enemigo cayó de sus manos y murió en un instante. No había tiempo para negociar. ¡Tenían que matarlos! Cuando este enemigo murió, el tiroteo finalmente se detuvo. Pero, seguían acechando en la oscuridad mientras Jorge y su equipo, estaban bajo su vigilancia. No se atrevieron a actuar de manera tonta. Lola estaba muy nerviosa dentro de la cueva de hielo. —¿Por qué hay tanto silencio ahora después de toda esa lucha? ¿Qué está pasando allí? — Estaba muy preocupada. Después de una breve pausa, decidió buscar un lugar y esconderse. Luego de unos diez minutos, Lola estaba aún más impaciente. En este momento, una feroz pelea había estallado afuera. ¡Era incluso más intensa que la última vez! Su corazón latía muy rápido con miedo. —Dios, bendice a nuestros muchachos, a mi hermano y a Jorge…. Esta lucha duró mucho tiempo y Lola no pudo evitar, cerrar la entrada de la cueva. Miró a su alrededor y trató de esconderse. Estaba todo muy mal afuera y muchas personas yacían muertas en el suelo. Sin embargo, no podía ver a Jorge y a su hermano. Quería salir de allí. Bajo la brillante luz de la luna, algunas personas luchaban entre sí. De repente, sintió que algo muy terrible, sucedía detrás de ella. Cuando Lola miró hacia atrás, en silencio, descubrió que varios lobos corrían hacia donde estaba. Quería ver a los lobos, pero no esperaba verlos tan cerca. Lola lloró y rápidamente, salió corriendo de la cueva. Gritó y corrió hacia el campo de batalla. Los lobos que venían detrás, se detuvieron en la entrada de la cueva cuando escucharon que la pelea continuaba afuera.

Lola miró a las personas que peleaban y se preguntó, qué hacía parada allí. No tenía opción. Estaba atrapada entre el enemigo y una manada de lobos. Por extraño que parezca, cuando los enemigos la vieron, no le hicieron daño. Algunos hombres, incluso trataron de acercarse a ella. ¡Quizá sabían de su antiguo reloj de bolsillo y querían atraparla! Lola sacó la pistola de su abrigo y disparó al hielo en la entrada de la cueva. De repente, todos los lobos huyeron. Se sintió un poco más aliviada y regresó a la cueva. Sin embargo, Lola subestimó a los lobos. Cuando llegó a la cueva, el lobo más grande le mordió la pierna del pantalón. Otro, le mordió el abrigo mientras los demás la miraban con ojos codiciosos. Lola ahora estaba demasiado asustada y no se movió ni una pulgada. Afortunadamente, los lobos no la mordieron con ferocidad. Jorge peleaba con los dos hombres que habían querido acercarse a Lola. No tenía idea de lo que pasaba dentro de la cueva…

Capítulo 468 La supervivencia era la primera opción Cuando Lola y el lobo estaban atrapados allí, se asustó mucho porque no podría luchar con tantos animales a la vez y dijo: —¡Señor Lobo, ¡por favor, déjame ir! —Le rogó a los dos lobos que estaban frente a ella. No le importaba si podían entender lo que decía o no y siguió hablándoles: —Verás… no te maté hace un momento. Así, por favor, solo devuélveme el favor. Tengo que atender a mis padres, abuelos y también a mis tres pequeños… Señor y señora Lobo, ¡por favor, déjenme ir! —Se inclinó hacia ellos con las manos dobladas muy fuerte. En esa situación, ¡la supervivencia era la primera opción! Funcionó. No le hicieron daño. Lola estaba muy contenta. Sabía que los lobos eran animales feroces y que cazaban a su presa en el momento en que la vieran. —¿Están satisfechos? Creo que esa es la única explicación —pensó Lola. —Señor y señora Lobo, por favor, déjenme ir. Si lo hacen, les traeré algo de comer. —No sabía si los lobos podían entenderla o no. Después que dejó de hablar, en medio minuto, el lobo que estaba mordiendo sus pantalones aflojó su mordida. Lo mismo sucedió con el otro, que mordía su abrigo militar. Lola se sorprendió y dijo con las manos juntas. —¡Muchas gracias, Señor y señora Lobo!. —Se dio vuelta y escuchó disparos que provenían de la entrada de la cueva. ¡Alguien estaba a punto de disparar! —¡Deténgase! ¡Por favor, no lo haga! —Lola no podía ver quién era. No importaba a quién apuntaba el arma, simplemente no quería que disparara. Después de asegurarle que no haría más movimientos, levantó su linterna para ver quién era y descubrió que era Jorge. Llegó rápido en el momento en que la vio. Pero, cuando vio a los lobos a su lado, se aterrorizó. Levantó el arma de nuevo. —¡Cariño, no les hagas daño! —Lola lo detuvo de nuevo.

Jorge estaba confundido y mientras la miraba fijamente, le preguntó. — Lola, ¿estás bien?. —Continuó con su arma en la mano y avanzó rápidamente. Cuando estaba afuera, solo pensaba en ella y cuando la oyó llorar, se aterrorizó. Sin embargo, estaba rodeado de muchas personas y no podía deshacerse de ellos tan rápido. Se puso más ansioso cada segundo. Logró librarse de ellos rápidamente con la ayuda de Yonata y luego, corrió hacia la entrada de la cueva para ver qué le había sucedido. De algún modo, vio que alguien estaba rodeado por algunas sombras. Luego, la escuchó murmurar algo sobre el señor y la señora Lobo y fue entonces, que supuso que, en realidad la rodeaba una manada de lobos. ¡Realmente era así! Sin embargo, ¿por qué Lola lo detuvo? ¡Son lobos salvajes que saltan sobre ti en el momento menos esperado! —Cariño, ¡estoy bien! —Lola salió con pasos muy largos, con su corazón todavía colgando en su pecho. Tenía miedo de que el señor y la señora Lobo, se arrepentaran de su decisión y finalmente, la devoraran. Sus nervios finalmente se aliviaron cuando abrazó a Jorge con fuerza entre sus brazos. Él se sintió más tranquilo cuando vio que estaba bien. Aunque los lobos eran animales feroces y podían haberlos lastimado en cualquier momento, finalmente, decidió que no podía dejarlos vivir. Jorge levantó su arma y la apuntó hacia las bestias otra vez, pero Lola lo detuvo con mucha ansiedad. —¡Cariño, no los mates! —¿Por qué? —Solo estaban mordiendo mi ropa pero no me mataron. —Lola le explicó lo que había sucedido y trató de contarle a Jorge sobre la bondad de los lobos. Estaba confundido, pero, finalmente, bajó su arma y miró a la mujer ansiosa a su lado. No creía lo que veían sus ojos… los lobos salvajes estaban sentados frente a ellos y no los atacaban. —Les prometí que les traería algo para comer. Mira, ¡qué lindos que están de pie allí!. —Los lobos se sentaron en fila en la oscuridad y sus cinco pares de ojos verdes, los miraban atentamente.

Eran muy lindos… Afuera, la lucha había terminado. —Vamos, estos muertos no se irán a ninguna parte de todos modos. —Jorge llevó afuera a Lola. La mujer no se olvidó de pedirles a los inusuales lobos que se fueran con ellos. —¡Vengan con nosotros! —Les dijo. Los lobos parecían ser, de alguna manera espirituales, la entendían y los seguían. Lola miró hacia atrás de vez en cuando para verificar que estaban allí. Cuando estaban cerca de ella, ¡se sorprendió por lo que vio! ¡Qué belleza! ¡El lobo líder era realmente hermoso, cubierto de pelaje blanco desde la cabeza hasta las patas! ¡Eran realmente elegantes! ¿Tal vez este era el rey lobo? Cuando vio a la mujer, quien ponían sus ojos fijos hacia los lobos, Jorge pensó que ella realmente era única. ¡Le gustaban las bestias como ligres y lobos warrah en lugar de gatos pequeños y cachorros! Llegaron rápidamente al campo de batalla y vieron que varios guardaespaldas seguían persiguiendo a dos enemigos mientras huían. Yonata y varias personas limpiaban el desastre y llevaban a los tres guardaespaldas, que murieron heroicamente en el campo de batalla. Todos se sorprendieron, cuando vieron la manada de lobos detrás de Jorge y Lola. Uno de los guardaespaldas también tomó su arma, la cargó y apuntó a los animales. —¡Para, no lo hagas! —Cuando escuchó la voz de la mujer, Jorge lo cegó con su linterna. La luz era demasiado deslumbrante y el guardaespaldas, al instante, aflojó el arma de su mano. Vio lo que sucedía y Yonata se acercó y les preguntó: —¿Qué pasó, Lola? Lola se soltó de la mano de Jorge y luego, caminó hacia él. Vio que las vendas de tela blanca en su hombro, rebozaban de sangre. —¡Hermano, estás herido! —¡Lola gritó! Mientras miraba a Yonata, Jorge que estaba a su lado, le pidió a dos guardaespaldas que arrojaran a uno de los hombres muertos a la manada de lobos. Los animales ahora mostraron su naturaleza de bestias salvajes y saltaron

al cuerpo muerto y dejaron solo los huesos en varios minutos. Después de esta cruel escena, Yonata también, vio a Lola, que quería controlar a sus lobos y dijo: —Lola, mi brazo todavía duele mucho. ¡Ven, por favor, fíjate como está! Escuchó esto y Lola, rápidamente lo ayudó a caminar hacia la fogata que ahora estaba encendida nuevamente. —Hermano, ¿estás bien? Déjame ver. —Yonata apenas tenía cubierta la herida que aún sangraba y no tuvo tiempo de aplicar ni tomar ningún medicamento. Le dijo a Lola. —Tú y Wang, vayan por algunas medicinas. —Wang, era uno de los guardaespaldas, que también resultó herido durante la pelea. Lola se levantó de inmediato y dijo. —Está bien, hermano, ¡espérame!. —Mientras que Lola fue en busca de las medicinas, los lobos ya habían devorado el cuerpo de otro hombre muerto. Después de que regresó, repartió todos los medicamentos y utensilios de desinfección que encontró, a todas las personas a su alrededor. Todos resultaron heridos, pero tres de ellos, estaban bastante grave. Llegó el amanecer y salieron hacia Mando Bay. —Hermano, déjame cuidarte. —Lola recogió los hisopos y ungüento que se prepararon en el Hospital Privado de Sans. Abrió el desinfectante y metió un hisopo en él. Pero, justo cuando levantó la mano, Jorge se acercó. —Vete a dormir —le dijo. El sol estaba a punto de salir y se había quedado despierta toda la noche. Antes de que Lola tuviera la oportunidad de decir algo, Yonata dijo: — Ahora, ve y descansa. No tenemos tanta prisa hoy.

Capítulo 469 El Pez Gordo todavía se esconde detrás de la cortina —¿Qué pasó? —Los miró con ojos preocupados…ambos estaban heridos. Jorge esterilizó la herida de Yonata y dijo. —Tenemos algo que discutir. Cuando terminemos, iremos a descansar. —Le hizo un gesto a Lola con la mirada para que se fuera y los dejara solos. Asintió, pero antes de entrar a la tienda, primero, buscó a sus lobos. Ya no estaban, pero cuando avanzó, los vio caminando hacia la entrada de la cueva. ¿Había varias salidas y entradas? Confundida, Lola regresó a la tienda. Tenía varios orificios de bala, pero todavía se podía usar. Entró, agachada y pronto, se quedó dormida. Justo antes del amanecer, escuchó el sonido de un motor de automóvil. El auto se usó para enviar a los guardias que resultaron gravemente heridos a Mando Bay y para encontrar nuevos hombres para su misión. Colocó atrás solo un tercio de la comida que había preparado con anticipación. Los guardias se alejaron en el vehículo todo terreno y les dejaron la camioneta militar. En la fogata. Jorge miraba, un poco melancólico, las llamas que crecían frente a él. —Estos son solo algunos subordinados sin cerebro y eso significa que el pez gordo todavía se esconde detrás de la cortina. —Yonata reflexionó sobre todo mientras miraba a su gente que limpiaba la escena de batalla. —Pienso lo mismo, pero sin ninguna señal telefónica, no podemos ponernos en contacto con Tomás Herren. No sabemos cómo van las cosas de su lado. —Sus teléfonos no podían realizar ninguna llamada y solo podían localizar su posición. Yonata miró a Jorge y se sorprendió un poco. —¿Tomás Herren? ¿El hombre que siempre estuvo cortejando a Lola? Jorge asintió con la cabeza. Nunca creyó que Tomás Herren alguna vez se recuperaría en el país A. La expedición debía ser una gran oportunidad para él. Esta era la última y única posibilidad para recuperar lo que anheló

durante todo este tiempo. Por la mañana, Jorge regresó a la tienda mientras Lola todavía dormía profundamente. La miró alegremente. Luego, levantó un poco la manta y el abrigo, se metió en la cama y se quedó dormido sosteniendo a Lola, con fuerza, en sus brazos. Después, por la tarde, siguieron su camino. Esta vez Lola, Jorge y Yonata se sentaron en la parte trasera de la camioneta. El vehículo no paró de moverse hasta que todo se oscureció. Jorge miró el dispositivo de rastreo avanzado y muy preocupado, dijo lentamente: —Los guardias se detuvieron a unos cientos de kilómetros de aquí y nunca más se movieron después de eso. Pasaron casi tres horas. Solo una cosa pudo haber ocurrido: asesinaron a los guardias en su camino de regreso. Eso era lo que Yonata también pensaba. También, pararon la furgoneta para descansar durante el día, pero nunca más de media hora. Cuando armaban la carpa, Lola vio a Jorge abrir un dispositivo, girarlo y dejar que funcionara. Pero solo después de tres sonidos mágicos, lo cerró. —Esta es la señal de SOS para Sánchez. —Le explicó todo a Lola. Pero, en un lugar donde no había señal ni electricidad, tal dispositivo no duraría tanto. Tal vez dos veces como máximo. Lola tomó el dispositivo y lo miró con mucha curiosidad. —¿Cuánto tiempo le llevará llegar hasta aquí? Jorge pensó por un momento y respondió: —Dos días por lo menos. — Pero, solo les quedaba un barril de gasolina para la furgoneta. Si Sánchez comenzaba el viaje al día siguiente, podría alcanzarlos. No era de extrañar que llegara mañana. El helicóptero se arregló con anticipación y solo faltaba preparar algunas otras cosas que necesitaban. Jorge revisó las reservas de comida. Eran diez personas en total. La comida solo alcanzaría para un solo día para esa cantidad de personas. Porque todos, a excepción de Lola, eran hombres y comían mucho. Ahora, no tenían otra alternativa que reducir su ración de alimentos. Cuando llegaran las provisiones de ayuda, las cosas mejorarían mucho, pero hasta

entonces, tenían que organizarse con lo que tenían. Después de informarles sobre la dura situación que enfrentaban, Jorge distribuyó la comida después de cortarla en un tercio. No quería que Lola comiera galletas marineras, porque sabía que no eran sabrosas ni nutritivas. En cambio, empujó la manzana y la carne seca frente a Lola. Su movimiento hizo que Lola se confundiera y le preguntó. —¿Qué estás haciendo?. Jorge le dio un mordisco a la carne y luego dijo. —No me gusta. ¿Me ayudas a comerlo? —Sus palabras llamaron la atención de Yonata. Sabía que ya había comido estas mismas cosas durante los últimos días y obviamente, le había gustado. —Pero ahora dice que no le gusta. Quizá quiere darle la comida a Lola —pensó. Sus palabras casi hacieron que Lola se ahogara con sus galletas. En una situación tan grave, ya eran afortunados por tener algo para comer. Siempre le había dicho eso. Le pasó la carne seca y la manzana a Jorge y le dijo. —No. Tienes que comerlas. —Sabía que Jorge trataba de guardar su comida para ella y sus ojos se llenaron de lágrimas de gratitud. Pero Jorge rechazó la comida y Lola, frunció los labios muy descontenta y se quejó. —¿Quieres que coma mucho y me convierta en una mujer gorda y fea? ¿Son excusas para encontrar amantes? ¿Es eso lo que estás pensando, Jorge Si? —¿Qué hay en la mente de Lola? —pensó. Le sonrió con impotencia y finalmente tomó la comida. Yonata escuchó lo que dijo Lola y negó con la cabeza. Incluso pensó que era un poco absurda esa idea. El agua helada hirvió y Jorge le dio una taza de agua caliente. —Bebe un poco. —Las galletas estaban demasiado secas para tragarlas fácilmente y un poco de agua, podría ser de gran ayuda. Yonata le dio una taza de agua a Jorge, sirvió otra taza para él y luego, comenzó a beberla. Por la noche, Lola y Jorge, conversaron sobre sus hijos y los lobos. Poco a poco, se quedaron dormidos. Al día siguiente, Sánchez no llegó. Por la tarde, Jorge revisó la comida y observó que ya no había más. No tenían gasolina y por eso tampoco podían avanzar.

Pero no podía quedarse allí sin hacer nada. Tenía que encontrar algo de comida y así, se llevó a dos tipos para buscar por los alrededores. Al atardecer, hicieron retroceder la furgoneta. El resto de las personas estaban muy preocupadas. Lola se apresuró y avanzó cuando el auto se detuvo. Miró a Jorge, que estaba sentado en el asiento del conductor, y le preguntó. —¿Adónde fuiste?. —Estaba preocupada porque se habían perdido el contacto por un rato. Jorge quería acariciar su cabello, pero en lugar de eso, levantó los brazos y la abrazó. —Estoy bien. ¿Ves? Estoy sano y salvo. Simplemente, salí a buscar algo de comida para todos. —¿Encontraste algo? —Él huele a pescado… ¿Estuvo pescando? —se preguntó. Luego, dos guardias lanzaron una bolsa al lado de la fogata. Dentro, había peces e incluso algunos langostinos. Dio un paso atrás y luego lo miró de arriba abajo. —Ciertamente, sus pantalones están empapados. Debe de haber pescado él —pensó Lola. —Cámbiate de ropa. —Le conmovió que Jorge, quien siempre vivió en la abundancia, consiguió el pescado solo para ellos. Estaba a punto de gritar en voz alta con mucha gratitud, pero se contuvo. Los pantalones empapados y el olor a pescado apestoso no eran muy encantadores. Así, Jorge siguió su consejo y fue a la tienda a cambiarse.

Capítulo 470 Eres asqueroso Ellos evisceraron el pescado y los camarones con una daga y luego, los limpiaron en el agua tibia que habían preparado con anticipación. Luego, colocaron el pescado sobre la parrilla y esperaron que se asara lentamente sobre el fuego. Los camarones, por otro lado, los arrojaron directamente dentro de una olla con algo de sal. Los guardaespaldas solo llevaban una bolsa de este condimento, porque consideraban que no la necesitarían mucho. Cuando Jorge vio esto, les pidió que trajeran más. Si las cosas seguían así, la sal sería algo fundamental. En cuanto al pescado asado, solo le agregaron unas cuantas pizcas junto con algunos condimentos simples. Ciertamente, no tenía un gusto tan delicioso como otros que habían comido antes, pero era comida. Jorge pescó mucho y todos disfrutaban alegremente. Sin embargo, el sabor de los camarones era mucho mejor. La mayoría de esta comida se cocinaba de la misma manera o similar, en agua salada. Sin mencionar que eran frescos y por eso, no era de extrañar que tuvieran un gusto muy bueno. Después de la cena, todos limpiaron la basura. Jorge le dijo a Yonata. — Voy a salir a caminar con Lola para facilitar la digestión. —Entonces, tomó la mano de Lola y se fueron. La luna se veía mucho más grande allí y era relativamente más brillante. Ambos se veían bastante bien, aunque no había ninguna otra luz artificial. Después de caminar unos minutos, Lola le preguntó con curiosidad al hombre que estaba a su lado. —¿Cómo hiciste para pescar todos esos peces?. —En efecto, había mucho pescado. —Hay un lago a unos diez kilómetros de aquí. Allí, hay tantos peces, que hasta puedes atraparlos con la mano, incluso sin tener ningún tipo de habilidad. —Giró, miró su rostro fino y tuvo una idea. Pero Lola, no sabía lo que estaba haciendo. Estaba emocionada y le pedía que la llevara a pescar con él mañana. Jorge observó todo el entorno que los rodeaba y dijo. —Vamos ahora.

Vamos ya a un lugar maravilloso. La fogata apenas se veía desde allí y Jorge la empujó hacia un espacio estrecho del glaciar. Estaba un poco confundida. Dos grandes manos acariciaban su cintura dentro de su abrigo militar. Ahora se daba cuenta de por qué Jorge la llevó a pasear. Le pellizcó el brazo con suavidad y ella dijo. —Salimos hace un buen rato. Nos vendrán a buscar. —Su rostro se sonrojó a la luz de la luna y lo miró con ojos tiernos y lujuriosos. No le importó mucho a Jorge y luego, bajó la cabeza y besó sus labios rojos. Después de una hora. La abrazó con mucho amor y luego, regresaron al campamento. Vio que solo había dos hombres de guardia allí. —¿El resto se fue a dormir? —Mientras preguntaba, siguió caminando hacia la tienda. —Sí, señor Si. —Los hombres miraron a Lola y se rieron. Yonata ya estaba acostado en su tienda y descansaba muy bien. Cuando Jorge le pidió a Lola que fuera a dar un paseo, no se preocupó por ella. Tenía claro lo que la pareja podría hacer afuera además del paseo. Extrañaba mucho a su esposa en esos momentos. Se preguntó qué estaría haciendo su mujer embarazada en casa. ¿Estaría convenciendo a su hijo para que se fuera a la cama? Aquí, no había señal de teléfono móvil y el suyo se había quedado sin batería. No le quedaba más remedio que mirar las paredes de la tienda, esperar y extrañarla. Cuando Lola finalmente se hartó de todos el pescado y los camarones, que ya había comido tres veces consecutivas, Jorge trajo una caja de carne enlatada y una bolsa de fruta seca de algún lugar. Se sorprendió cuando vio todo eso y miró al hombre, que parecía estar siempre tranquilo. —¿Dónde conseguiste todo esto? —le preguntó. Ya habían comido todas las latas de carne y frutas secas en los primeros dos días de su viaje. Solo había una posibilidad. Que no comiera sus raciones y en lugar de eso, las guardara para ella. Jorge tomó el pescado seco de su mano y le dijo. —No hace falta que sepas de dónde los obtuve. Solo cállate y come. —Abrió la lata de carne y

luego, se la dio. Para Lola, que había comido solo pescado salado asado durante los últimos días este era sin duda un festín. Sin embargo, Lola solo recogió un trozo de carne en su plato. Tomó otra ración para Jorge y se la dio. De esa manera, no tenía oportunidad de rechazarla. El hombre no tuvo más remedio que abrir la boca y comer. Lola luego pasó el resto de la carne a Yonata. —Sírvete, hermano mío. Antes de que lograra rechazarlo, Lola, inmediatamente, fingió estar enojada. —¡Vamos, hermano, come! —Todos comieron pescado durante los últimos dos días y por eso, seguramente debían estar hartos y cansados. Yonata no contestó nada y así, Lola tomó un trozo de carne y se lo puso en su plato. Lo recogió y lo iba a devolver, pero Lola parecía un poco enojada y le dijo. —Como ahora está en tu plato, hermano, ya no lo quiero. ¡Eres asqueroso! A pesar de sus sentimientos encontrados con Yonata, se puso de pie con decisión y continuó compartiendo la carne en lata con los demás. Antes de que los guardaespaldas tuvieran la oportunidad de rechazarla, tomó una pieza para cada uno y la colocó en sus platos. —Gracias, señora Si. —Muchas gracias, señora Si. —Todos se sintieron sumamente halagados porque la señora Si les había dado comida personalmente. Luego, miraron cuidadosamente a Jorge, porque temían que pudiera estar enojado. Si sucedía eso, los expulsarían del campamento y los dejarían como comida de los lobos. Cuando Lola volvió a su lugar, Jorge miró a la pequeña mujer, con una sonrisa en su rostro. Realmente admiraba su generosidad. Solo quedaban dos piezas de carne en la lata y dijo con voz alegre. — ¡Ahora, estas, son solo para mí!. Todos asintieron con la cabeza agradecidos. ¡Una pieza era suficiente para ellos! Jorge acarició su largo pelo y luego, colocó un pedazo de pescado deshuesado en su plato. Otro día había pasado. Ya había hablado con Yonata. Si nadie venía a rescatarlos mañana por la noche, tendrían que regresar allí el pasado mañana antes del mediodía para comenzar de nuevo.

Después de todo, no tenían ni idea de lo que tendrían que enfrentar en el futuro. Si no conducían hasta ese lugar, parecería un viaje sin fin. Y lo más importante era la comida. Afortunadamente, tenían muchos peces y camarones en el área del glaciar. Si había tierra más adelante, seguramente, era un lugar árido. La opción más inteligente era regresar y primero, hacer todos los preparativos. El día siguiente, por la tarde, mientras Lola estaba aburrida e intentaba encontrar algo interesante, de repente, oyó el sonido de autos. Escuchó atentamente. Sí. ¡Era el sonido de los automóviles en movimiento! Corrió hacia Jorge muy rápido, pero él ya estaba de pie y miraba a la distancia en la dirección de donde venían esos ruidos. Pasó no más de un minuto y varios autos se detuvieron frente a ellos. Estaban realmente muy emocionados cuando vieron los vieron, pero… no sabían quiénes eran sus conductores. Dieron por sentado que eran sus hombres que venían por ellos. Sánchez se bajó del asiento del acompañante del primer auto y Lola, estaba realmente muy emocionada cuando lo vio. También, le pareció ver algo de comida y muchas otras cosas que necesitaban. Lola corrió al instante hacia Sánchez. Cuando Jorge vio que la mujer corría hacia ese hombre que tenía delante, su sonrisa se desvaneció de inmediato. Luego la alcanzó, pero antes de que tuviera la oportunidad de lanzarse sobre Sánchez y abrazarlo, la detuvo. ¿Qué creía ella que estaba haciendo cuando él se quedó de pie junto a ella? ¡Necesitaba que le dieran una lección! Sin embargo, Lola, seguía saludando y gritándole a Sánchez. —Sánchez, Sánchez. ¿Trajiste alguna buena comida para nosotros? Vamos, muéstrame. ¡Te estábamos esperando hace mucho tiempo! —Jorge tiró de los hombros a Lola para evitar que cayera en los brazos de Sánchez.

Capítulo 471 Había también algunas marcas de quemaduras Sánchez se sintió contento cuando miró a Lola y le preguntó. —Señora Si, ¿me extrañaste mucho? Cuando escuchó esto, Jorge se enojó aún más. Lola finalmente se calmó y dijo: —Extrañé la comida, pero no a ti. Después de escuchar estas palabras, la expresión de Jorge cambió gradualmente y se veía mucho mejor. Luego, bajaron todos los suministros necesarios que estaban en la parte trasera de los autos. Sánchez le explicó a Jorge la razón de su demora. Su tardanza de dos días que en realidad fueron tres. Enviaron un helicóptero y se dirigían hacia ellos en el momento en que recibieron la primera señal de socorro de Jorge. Pero, a mitad de camino, se encontraron con una gran zona de glaciares y su señal repentinamente se interrumpió. No pudieron avanzar más y tuvieron que retirarse. Después de eso, avanzaron por la carretera. En su camino hacia aquí, vieron el coche de Yonata. No había nadie, pero notaron que el auto tenía perforaciones que eran orificios de bala. También había un montón de huesos a un costado. Cuando Jorge recordó a los lobos salvajes, pensó que estos animales habían devorado los cuerpos de los hombres muertos. —¿Viste a alguien en el camino? —Yonata preguntó esto con mucha confusión y giró sus ojos. Sánchez negó con la cabeza y dijo. —Todo estuvo muy tranquilo hasta aquí. Incluso cuando acampamos en la zona del glaciar por la noche, no vimos a nadie, solo estábamos nosotros. Esto era muy extraño. ¿Había otros caminos para llegar hasta aquí? Jorge pensó que no sería muy prudente dejar de vigilar todavía, porque el verdadero líder aún estaba por llegar. Se imaginaba que algo podría suceder.

¡Creía que sería así y también, estaba seguro de quién era el jefe! —No hay señal aquí. Dejaré a diez personas para protegerlos. —Esta vez, Sánchez pidió ayuda al equipo de la policía internacional, la que cada miembro era bueno en todos los aspectos. También transportaron suficientes suministros. Finalmente, Sánchez le dijo a Jorge: —No volveré esta vez. Me quedaré contigo. —Odiaba la vida en Mando Bay. Prefería atravesar los dolores y las penurias del desierto antes que regresar a ese lugar maldito, donde podría, en realidad, vivir una vida extravagante. Jorge lo miró y solo le dio una palmada en el hombro, sin pronunciar ni una sola palabra. Al día siguiente, todas las personas se dividieron en dos grupos. Algunos de ellos entraron en los dos autos y regresaron. El resto, se subió a otros cinco autos más y continuaron avanzando. Sabían que les sería muy difícil avanzar en la travesía que tenían por delante. Nadie se iba a rendir. Perseveraron no por el inimaginable tesoro, sino por la fe y por una nueva prueba que superar. Lola se sentó en el automóvil y se comió una pera fresca. Estaba escuchando a Jorge, Yonata y Sánchez que discutían su plan. En realidad, tenía muchas dudas sobre Sánchez. Pero, pensó que no debería hacer más preguntas porque Jorge estaba allí. No quería que sintiera celos de él nunca más. Después de que condujeron los autos por el glaciar, por todo un día y una noche, finalmente, vieron la tierra que estaban buscando. Jorge tenía razón y parecía que habían llegado a la tierra interminable después de pasar por todo eso. Era una tierra sin límites y árida. Solo si miraban a través del telescopio podían ver las colinas muy lejos. Luego de esto, sacaron algunos barriles vacíos y los llenaron con gran cantidad de agua helada. Después, continuaron avanzando hacia su destino. Era muy incómodo orinar o algo así en la tierra. Así, Jorge le pidió a las personas que prepararan dos baños temporales, en dos lugares separados uno del otro. Condujeron por un día en tierra firme y descubrieron que había una especie de planta que se interponía en su camino.

Todos salieron de los autos y vieron que había una gran zona de plantas rojas frente a ellos. Tenían grandes espinas y no estaban seguros de que si atravesaban el camino, las llantas de los autos resistieran. —¿Nos equivocamos de camino? —preguntó, Lola. Miró esa tierra árida y se sorprendió al ver las plantas rojas. Jorge negó con la cabeza y creyó que llegarían a su destino si seguían avanzando en esta dirección. Pidió a dos personas que condujeran los automóviles hacia adelante y verificaron qué sucedía en los lados derecho e izquierdo. Después de media hora aproximadamente, los dos hombres regresaron. —Señor Si, hay una carretera a unos diez kilómetros de aquí —dijo uno de ellos. ¿Había otro camino? Jorge, Sánchez y Yonata se miraron. —¿Es natural o fue construido por alguien? —preguntó Yonata. Si era artificial, eso sería una mala noticia. —Debe ser artificial porque vi huellas y marcas. También había algunas marcas de quemaduras. Cuando lo escucharon, todos se perdieron en sus pensamientos. Parecía que su enemigo, ya se había dirigido hacia el destino durante la noche por otra carretera. Ese camino era más corto. Tenían que aumentar su velocidad si querían alcanzarlos. Después de conducir otros cientos de kilómetros más a lo largo del camino artificial durante la noche, finalmente, pasaron esas plantas rojas. Luego, llenaron los tanques de sus autos con gasolina y después de tomar un descanso, continuaron avanzando. No tan lejos, vieron muchos cadáveres de animales tirados por toda la zona. Los autos se detuvieron y Lola se sorprendió cuando vio a los lobos antárticos muertos sobre el terreno. Había más de diez lobos de piel gris y blanca. Tenían algunas heridas en sus cuerpos que indicaban que fueron asesinados a tiros. Lola los observó cuidadosamente y se sintió un poco más aliviada porque no eran los que había visto antes. Junto a los lobos antárticos muertos, también había algunas telas de ropa

triturada y manchas de sangre en el terreno. Todas estaban secas, pero no sabía si provenían de un ser humano o de un lobo. Sin embargo, por la apariencia de las manchas, especularon que las personas que se adelantaron habían estado allí hacía varias horas. Un pequeño lobo muerto recibió un disparo en la cabeza y alguien había arrancado sin piedad sus pequeños dientes de su boca. Todos se sintieron muy incómodos y tristes al ver esta escena. ¿Quiénes eran sus rivales? ¿Por qué eran tan despiadados? ¿Por qué mataron a un pequeño lobo? Se dice que el lobo salvaje, ahora, es una especie en peligro de extinción. Pero no los protegieron, por el contrario, en realidad, los mataron… Este grupo de personas merecía morir y nadie en la Tierra, sentiría pena por ellos. Después de que regresó al automóvil, Lola estaba de mal humor. Rezaba para que los lobos que se quedaron con ella en la cueva todavía estuvieran vivos. Jorge ya sabía lo que probablemente estaba pensando, pero no pronunció ni una sola palabra y la abrazó con fuerza. Ya habían pasado por el glaciar después de ocho días, pero todavía estaban avanzando en la tierra. Jorge sostuvo el telescopio en su mano y observó todos los alrededores. Vio que todavía no había nada allí. Luego regresó al auto, sacó el mapa y el instrumento de localización. Después de mirar cuidadosamente los lugares, descubrió que ahora tenían que ir hacia el sureste. Pero el equipo de localización no mostraba ninguna información y por eso, debían continuar en línea recta. Luego, condujeron durante varias horas. Ya era la tarde y todavía estaban en la interminable franja de tierra. ¿Qué tan grande era este terreno? Condujeron durante dos días, pero aún no habían llegado al final de la extensión. Lola sostuvo el telescopio en sus manos y miró a través de él por casualidad. Hacia el sureste, vio algo que parecía un edificio. Le pasó el telescopio a Jorge con mucho entusiasmo y le dijo. —¡Mira! ¿Qué es eso delante de nosotros? —¡Probablemente estaban llegando a su

destino! ¡Sí! ¡Sí! Jorge lo tomó y miró hacia el sureste mientras Lola le daba instrucciones. —Es probable que sea un edificio —dijo. No veía con mucha claridad qué tipo de edificio era. Pero, ahora, estaba seguro de que habían llegado a su destino. Acamparon nuevamente. Solo estaban en un terreno sin fin y no vieron ninguna otra criatura junto a ellos. Dentro de la tienda. —¿Qué nos espera allí? ¿Cómo podemos llevarnos el tesoro si hay muchas joyas de oro? —preguntó, Lola. Se acurrucó en los brazos de Jorge, tocó el viejo reloj de bolsillo y se imaginó la escena final cuando llegaran al límite de ese árido terreno.

Capítulo 472 ¡Ten cuidado! Jorge sonrió y alisó el largo y sedoso cabello de Lola. Le dijo. —Si quieres que nos llevemos el tesoro, encontraré una solución. Si no, entonces, lo dejaremos. —Jorge no se preocupó mucho por eso. Todo dependía de ella. Lola pensó por un momento y le dijo. —Vamos a esperar y veremos. Pero por supuesto, ¡será mejor si podemos llevarlo!. —Se rió y pensó que un tesoro era algo irresistible para cualquiera en este mundo. Cuando vio esa chispa en sus ojos porque mencionó el tesoro, Jorge la abrazó con fuerza y le preguntó. —Te di una cantidad de dinero suficiente para vivir tres vidas enteras. ¿Todavía te importa este tesoro?. Lola siguió riéndose y le respondió. —Por supuesto que sí. ¿Si son antigüedades importantes? Si es así, las llevamos con nosotros y las guardamos en casa. —Seguramente son de nuestros antepasados y aunque no se sabe la cantidad de años que tienen, deben ser seguro muy antiguas —pensó Lola para sí misma. Jorge bajó el brazo que sostenía su cabeza y la ayudó a cubrirse con el edredón. —Primero, duerme un poco ahora. ¡Mañana nos enteraremos de todo!. —Le dijo y la tranquilizó. Luego, la besó en la mejilla y cerró los ojos. Nadie, a excepción de él, sabía que trataba de contenerse. Pero había otras personas cerca y por eso tenía que respetarla. Pero deseaba tanto tocarla… La noche estaba muy tranquila y todos, pronto, se quedaron profundamente dormidos. La mañana siguiente, a las ocho, avanzaron en dirección sureste. El camino era suave y muy estable, no tenía obstáculos ni sedimentos. Esto significaba que nunca llovió por aquí. Pasaron unas pocas horas y un edificio de piedra apareció frente a ellos. Todos salieron del auto y se sorprendieron mucho porque veían una casa en el extremo más remoto del mundo. Había una entrada formada por tres columnas de piedra muy cerca.

Detrás de esto, había una vieja puerta maltratada que tenía una altura de cuatro o cinco metros. Más allá, se veían unas pocas viviendas construidas con piedras. Pero las ventanas y las puertas estaban rotas. Era todo lo que veían en ese momento. —¿Es posible que haya algún tesoro aquí? Parece todo tan desierto — pensó Lola. Miró alrededor con mucha curiosidad. Era una extensión muy pequeña y por eso era imposible llamarlo pueblo. Luego, algunos hombres de seguridad entraron y patrullaron los alrededores. Volvieron muy pronto. Luego, informaron: —Señor Si, no hay nada dentro. Son todas casas de piedra y están vacías. Él asintió y supuso que las cosas que estaban en el interior, habían desaparecido por estar expuestas por tan largo tiempo. Quizá se destruyeron naturalmente. Después de informar a su jefe, los hombres retrocedieron unos metros y esperaban sus próximas órdenes. Jorge regresó y estaba a punto de ayudar a Lola a salir del automóvil. De repente, una bomba explotó. Reaccionó rápido y se agachó. Lola aún no había salido del automóvil pero se escuchaban disparos y sonidos estruendosos, uno tras otro. Jorge presionó su cabeza en el asiento trasero y le ordenó. —¡Es muy peligroso afuera! ¡No levantes la cabeza! ¡No salgas del coche! ¡Por favor, quédate aquí!. —Los enemigos debían ser muy fuertes. Encontraron este lugar y lo ocuparon en poco tiempo. El clima en esta zona era mucho más cálido que en la tierra de los glaciares. Lola llevaba un abrigo delgado en ese momento y Jorge sacó otros dos que eran del ejército para cubrirla y esconderla. Se acurrucó en el asiento trasero y debajo de las ropas. Era muy difícil verla. En el momento en que Jorge salió del automóvil, de repente, ella agarró su mano con fuerza. Jorge tenía una pistola. Sus ojos estaban llenos de angustia y ansiedad. Pero en ese momento, Lola no pudo decir nada más y pronunció solo dos palabras. —¡Ten cuidado!

La miró profundamente a sus ojos y asintió con un gesto tranquilizador. Luego, salió del automóvil. Después de que cerró la puerta, rápidamente, se deslizó hasta donde estaba Yonata y se agachó. El hombre estaba escondido al otro lado de la camioneta de carga militar. Escuchó que Jorge le decía con desesperación: —Llévate a Lola y vete de esta zona. Aquí es demasiado peligroso. Parecía que la cantidad de enemigos era bastante y lo que era peor, todos aparecieron repentinamente y no se veía donde estaban. No eran fáciles de enfrentar. Jorge agarró el arma de Yonata y dijo: —¡Vamos! Llévala de regreso por el camino que tomamos para venir aquí. ¡No vuelvas! —Eran conscientes de que era realmente muy peligroso para Lola quedarse aquí. Su seguridad era su prioridad. Incluso si era necesario, dejarían el tesoro para garantizarla. Yonata lo miró con malestar y le dijo. —Tú eres su esposo. Es tu responsabilidad protegerla. Jorge entendió por qué dijo esto. Pero en ese preciso momento, oyeron un disparo. Jorge movió muy rápidamente la cabeza. La bala impactó en el auto. —¡Vete ahora! —Le gritó Jorge. Miró a Yonata con una cara pálida. No podían perder ni un segundo más. Yonata todavía quería disuadirlo, pero Jorge no le dio la oportunidad. Corrió hacia el frente de batalla con su arma en la mano. Yonata no tuvo más remedio que ir y llevar a Lola lejos de aquí. Cuando vio a su hermano entrar y conducir el automóvil sin pronunciar ni una sola palabra, se asustó y le preguntó. —Hermano, ¿qué estás haciendo? Jorge y los demás todavía están en peligro. ¡No podemos irnos ahora!. Yonata giró muy rápidamente el volante para esquivar las balas que venían de atrás. Le gritó a Lola: —¡Siéntate! ¡No te muevas! El auto se movió de manera violenta e hizo que Lola se balanceara de un lado a otro. Los abrigos del ejército que la cubrían cayeron. —Hermano, no quiero irme. ¡Por favor, detente!. —Le exigió desesperada a su hermano. ¿Cómo podría simplemente irse ante esta situación? Además, Jorge todavía estaba allí.

Yonata ignoró su pedido y siguió avanzando. Pero luego, después de tantas grietas, los neumáticos del automóvil explotaron. Cuando Yonata se dio cuenta de esto, no pudo evitar maldecir una y otra vez. Luego bajó rápidamente el asiento trasero y dejó que Lola se tumbara allí. Agarró el arma en su mano y la protegió con su propio cuerpo. Fuera del automóvil, unos cuatro o cinco enemigos se acercaban lentamente con armas en sus manos. Los hombres no vieron claramente la situación dentro del automóvil e incluso miraron desde la parte delantera y no pudieron encontrar dónde estaba escondido Yonata. Así, se levantó con su arma con mucha cautela, apuntó a un hombre que estaba frente al auto y le disparó. Entonces oyó un grito. Simplemente se escondió nuevamente dentro del auto. Pero Yonata sospechó un poco y se preguntó por qué las personas que estaban afuera no habían reaccionado después de su primer disparo. Lola buscó como pudo su mochila y sacó las cosas que Jorge le había preparado. Nunca las había usado porque siempre las llevaba él. Pero, ahora, eran útiles. También, se colocó rápidamente la pulsera de piedras cloisonné. Además, el anillo que había sido tan útil. Luego se puso un gorro. Se colocó algo en la boca y se ajustó la mochila. Después, palmeó el hombro de su hermano. Yonata giró la cabeza para mirarla. Lola abrió la boca y su hermano vio algo oculto en el interior. Inmediatamente entendió su intención. —Espera mis instrucciones. Saldré primero y los distraeré. Sigue escondiéndote aquí —dijo Yonata. El auto no debía moverse ni una pulgada ahora. Se escondió en el asiento trasero y observó la situación. Vio que algunas personas corrían hacia ellos y por eso, actuó de inmediato. Miró a través de la ventana de vidrio a un lado y vio que dos hombres armados apuntaban sus armas hacia la puerta del automóvil. Luego, abrió la puerta, pero no se bajó. Pero para su sorpresa, no dispararon sus armas.

Yonata, luego miró a su hermana y solo podía ver sus ojos. Pensó que tal vez, Lola era su verdadero objetivo. Cuando se dio cuenta de esto, decidió que no podía dejar que consiguieran lo que querían. ¡Lola era su amada hermana! Rápidamente, mató a los dos hombres armados que se acercaron hacia ellos. Unas pocas balas impactaron en la puerta del automóvil. Retrocedió allí dentro y recargó más municiones en su arma. Luego, disparó a un enemigo más, a través de la ventanilla trasera que estaba cubierta con un revestimiento negro. —Tápate las orejas. —Le pidió a su hermana que se las cubrió inmediatamente con ambas manos.

Capítulo 473 ¡Qué estúpida soy! Yonata le disparó al hombre que quería matarlos. Ese sujeto dejó escapar un grito desgarrador y cayó al suelo. Lola se dio cuenta de que murió en el acto. Probablemente los enemigos sabían que Yonata estaba allí y por eso, balearon el automóvil. Querían matarlo y secuestrar a Lola. Se agachó cerca del asiento trasero y comenzó a pensar. Tenía que bajarse del auto para llamar la atención de sus atacantes y proteger a Lola. Pero, ¿cómo podría salir sin recibir un disparo? Justo en ese momento, se dio cuenta de que alguien se estaba acercando. Le disparó a muerte inmediatamente cuando estaba a punto de atacarlos. Luego se bajó y cerró la puerta rápidamente. Se apresuró y se acomodó en la parte delantera del automóvil. Entonces Lola vio que había dos hombres que le apuntaban a Yonata con sus armas. —¡Lo iban a matar! —Pensó en ese instante. Tenía que rescatar a Yonata como sea. Así, abrió la ventana del automóvil y llevó a cabo su ataque rechinando los dientes. ¡Su arma estaba en su boca! Algo como un disparo de aguja impactó en el vientre del hombre. Lola planeaba disparar en dirección a su cuello, pero no lo logró. ‘No importa. Al menos alcancé el objetivo’. Pensó Lola y se escondió dentro otra vez. Entonces, vio que el hombre cayó al suelo y tenía espuma en la boca. Había muerto. Otro hombre sintió curiosidad porque no sabía lo que le había sucedido. Lola le disparó mientras miraba a su compañero caído. Esta vez lo hizo en el brazo y cayó al suelo muy pronto. Jorge le contó que esta arma mataría a las personas en solo unos segundos. Al principio, no creyó en eso. Pero ahora, ¡sabía que era verdad! Jorge no exageró en absoluto. Yonata puso toda su atención en los hombres que estaban detrás de él cuando vio que Lola podía defenderse. Ella abrió la puerta del automóvil y corrió hacia los muertos. Agarró sus

armas y se las metió en los bolsillos. Entonces, de repente, dos hombres la rodearon. Le apuntaron y le dijeron: —¡No te muevas! Estaba muy asustada. ¡Incluso no se atrevió ni a moverse! Yonata también se dio cuenta de esto. Pero no pudo rescatarla porque estaba rodeado de enemigos. —¡Levanta las manos! —Esos dos tipos le gritaron. Lola levantó sus manos inmediatamente. Luego la agarraron de los brazos. No quería que la tocaran. Pero no podía decir nada porque tenía el arma en la boca. Tuvo que empujar sus manos y apartarlos. Los miró y les mostró su enojo. Pero, esos dos hombres le sonrieron con un poco de malicia. ‘Es muy hermosa’. Pensaron los dos. ‘¡Maldición! Tengo que salvar a mi hermana o esos dos tipos le van a hacer daño’. Yonata estaba desesperado. Afortunadamente, sus hombres llegaron y lo ayudaron a defenderse esta vez. Lucharon contra los enemigos. Yonata aprovechó la oportunidad y corrió hacia Lola. Seguía sonriendo y esto hizo que sus secuestradores sintieran curiosidad. Debería estar asustada y gritar de miedo. Pero, ¿por qué estaba sonriendo? Todavía estaban muy confundidos cuando Lola los atacó y les disparó. El hombre, que estaba en el costado izquierdo, gritó y usó sus manos para cubrirse los ojos. El individuo de la derecha, también gritó. Lola suspiró aliviada cuando las dos cayeron al suelo y murieron. En ese instante, dos coches se dirigían hacia ella. El líder estaba en un automóvil Rolls-Royce de color negro. Sin embargo, Lola nunca lo había visto antes. Jorge conducía un todoterreno detrás de ese auto negro. Su rostro mostraba mucha seriedad. Finalmente, Yonata llegó hasta Lola y la llevó al automóvil. El brazo del hombre estaba sangrando. Estaba herido de nuevo. Lola estaba muy preocupada, pero no podía decir nada porque tenía al arma en la boca. Luego, les dispararon de nuevo. Yonata se apresuró y se movió hacia el

otro lado para evitar el ataque. Esos dos automóviles se les acercaron. Yonata hizo todo lo posible para proteger a Lola. —¡Dispara hacia las ruedas del primer automóvil!. —Le gritó cuando vio que ella tenía armas en el bolsillo. ‘¡Está bien!’. Lola se dijo y asintió con la cabeza. Luego, sacó una pistola y apuntó a las ruedas del primer coche. Sin embargo… Perdió el objetivo. Un automóvil en movimiento era muy difícil de apuntar. ‘¡Maldita sea! ¡Qué estúpida soy!’. Lola pensó en su interior. Sacó otra pistola y trató de apuntar lo mejor que pudo esta vez. ¡Y lo hizo! Estaba tan emocionada que casi gritó. El automóvil comenzó a temblar porque tenía un neumático desinflado. Quería disparar a las otras ruedas, pero perdió el objetivo de nuevo. No pudo hacer nada más hasta que salió y huyó de las balas. Lo que era peor, ¡casi la mataban! Ese auto se detuvo frente a ella y un hombre que estaba en el interior, la agarró. La metieron en el coche muy rápido. Jorge tuvo que chocar a ese automóvil para rescatarla. El Rolls-Royce se movía muy lentamente porque tenía el neumático desinflado. Jorge seguía disparando. Yonata y sus hombres impactaron las otras ruedas. El Rolls-Royce se detuvo por completo. Los hombres de Jorge lo rodearon inmediatamente. Después de que la puerta se abrió, Lola bajó del automóvil. Sin embargo, alguien, detrás, le apuntaba con una pistola en la cabeza. Jorge se puso furioso. ¡Quién se atrevía! ¿Quién amenazaba a su esposa con un arma? ¡Iría a matarlo! Pero tenía que ser cuidadoso. . Todas las personas se trasladaron a otra zona porque Lola fue secuestrada. Se sintió muy molesta cuando descubrió que Jorge estaba herido. ¡Estaba sangrando! Sin embargo, no pudo hacer nada. La secuestraron y tenía las manos

atadas. Todos los autos se detuvieron. Más y más personas rodearon a Lola. Jorge mantuvo la calma mientras uno de sus hombres le ponía una venda en su herida. Esperaba que llegara el hombre secreto. Decenas de automóviles y vehículos todoterreno también se detuvieron. Ambas partes sufrieron grandes pérdidas en esta batalla. Cinco hombres del grupo de Jorge murieron. Además, casi todos estaban heridos. Sus enemigos tuvieron más pérdidas. Sin embargo, todavía había muchos oponentes a su alrededor. Jorge adivinó que había unos veinte. Un hombre se bajó del último automóvil todoterreno. Jorge sabía que él era ese hombre secreto. Vestía ropa negra y llevaba un par de gafas de sol. Caminó lentamente hacia Lola. Jorge mantuvo la calma cuando lo vio. Siempre supo su verdadera identidad. Sin embargo, Lola estaba asombrada. ¡Era Tomás Herren! ¡Cómo era posible! El hombre le sonrió a Lola como de costumbre. Luego, se paró delante de ella. —Lola, ¡hace mucho tiempo que no nos vemos!. —En realidad, se vieron hacía unos pocos días. Lola no pudo decir nada porque tenía el arma en la boca. Solo lo fulminó con la mirada. Jorge le contó que Tomás Herren era un hombre muy extraño y misterioso. Ahora, creía en lo que él había dicho. Tomás la miró y se burló. —¿Estás feliz de que yo esté aquí ahora? — Levantó la barbilla y dejó que ella lo mirara. Sin embargo, la empujó frente a él inmediatamente cuando notó que Jorge le apuntaba y le quería disparar. Cuando Jorge vio esto, tuvo que cambiar su objetivo para no lastimar a Lola. Le disparó a un guardia que estaba cerca de ellos. Y ese guardia pronto cayó al suelo. Lola supo que murió. La verdadera batalla estaba por comenzar.



Capítulo 474 Él murió hace una década Tomás Herren le hizo un guiño a su gente y dos hombres se llevaron inmediatamente al guardaespaldas herido. Sin dudar ni un segundo, la usó como escudo cuando Jorge estaba a punto de disparar. Sabía que el hombre no se arriesgaría. Esto hizo que el corazón de Lola sintiera escalofríos. Toda la bondad que Tomás Herren le mostraba siempre se había ido. Se sintió muy traicionada. Luego, ese escalofrío fue reemplazado por la furia. Lola usó nuevamente el arma que tenía en su boca y disparó hacia la persona que estaba a su lado. Inmediatamente, un guardaespaldas cayó al suelo cubriéndose sus ojos con las manos. Luego, lo hizo de nuevo en dirección a la persona que estaba a la derecha. Tomás descubrió que había algo extraño en Lola. No hablaba como habitualmente lo hacía. Nunca la había visto tan silenciosa como esta vez. ¿Por qué no se estaba quejando? Dos guardaespaldas cayeron en el suelo sucesivamente. Se formó espuma en sus bocas y murieron de inmediato. Tomás Herren le pellizcó la cara para obligarla a escupir el arma que tenía oculta en su boca. Era una caja con un resorte. Pisó intencionalmente los proyectiles que habían caído en el suelo. Los ojos de Jorge se pusieron rojos cuando vio esto. Podía mantener la cabeza fría ante cualquier cosa peligrosa a excepción de situaciones que involucraban a Lola. No podía arriesgar la seguridad de su esposa. —¡Quita tus manos de ella!. —Pronunció estas palabras fríamente. Quería disparar en dirección a la mano de ese hombre. Tomás Herren no hizo lo que dijo Jorge. Le dijo a Lola: —Ahora sabes por qué hay tantas personas a tu alrededor. La soltó y continuó. —Piensa en Jorge, en Sánchez e incluso en tu

hermano. ¿Cómo sabes que no están interesados en tu antiguo reloj de bolsillo? Te lo advertí antes, Lola. —Está tratando de separarnos. ¡No lo escuches! —Los tres hombres gritaron al unísono. Lola miró a Tomás con desprecio. —Estoy segura de que solo a ti le interesa. Son buenos hombres. —Sabía qué clase de persona era realmente y nunca le creería. Tomás se rió en ese momento. —Tal vez. —Admitió rápidamente. —¡Tú eres un traidor! ¡Un mentiroso!. —Se sentía muy estúpida porque nunca había dudado de su bondad. Debería haber escuchado a Jorge cuando le dijo que Herren le resultaba sospechoso. ¿Traidor? ¿Mentiroso? Tomás se rió de nuevo. Se burlaba de ella. Las cosas debían terminar hoy. Lola miró las cuerdas de sus muñecas y preguntó. —¿Cómo supiste que Martín se llevó a mi hijo y cómo lo hiciste? Tomás pensó cuando escuchó la pregunta. Pero se rió con maldad. —¿Por qué no me prometes una cosa primero y luego te diré la verdad?. —Observó su expresión aterradora y Lola pensó que nunca se había dado cuenta de quién era en realidad este hombre. Jorge también quería saber la respuesta, pero no dejaría que Lola le mintiera más. Así, gritó su nombre con severidad: —¡Lola! —Le advirtió con ojos amenazadores. Lola no era una tonta. No diría que sí. Lola miró a su esposo dulcemente para tranquilizarlo. Luego, miró a Tomás Herren de una manera decidida. —No esperes que te prometa nada. ¡Si quieres matarme, hazlo! —¿Crees que no te mataré? —Se apoyó en el automóvil que estaba detrás con indiferencia. No había nada amable y cortés en ese hombre. Jorge recordó que Tomás había agredido a Lola en su mansión. Ahora, la usaba como escudo sin dudarlo. Se le ocurrió una idea. —¡Tú eres el líder del Equipo G! —Estaba seguro de eso. Las personas que trabajaban para el Equipo G nunca confesaron quién era su líder, incluso cuando casi los golpeara hasta morir. Eran muy leales a él. Entendió quién era Tomás. Ya no podía ocultar ningún secreto. Era por eso que Martín tenía a su hijo.

Tomás Herren se sorprendió por un segundo y dijo: —¡Eres muy inteligente! —Ocultó su verdadera identidad durante una década. Sánchez no podía creer que Tomás fuera el líder del Equipo G. Sabía todo sobre su horrible sótano en América. —Entonces fuiste tú quien contrató a esas personas para que me asesinaran cuando estaba en un viaje de negocios. —Los ojos de Lola se abrieron ante las palabras de Jorge. ¡No tenía idea de que Jorge se enfrentó a un intento de asesinato! ¡Nunca se lo dijo! Tomás Herren lo admitió con orgullo. —Sí. Fui yo. Fuiste siempre el mayor impedimento entre Lola y yo. ¡No quería verte vivo! Por supuesto, quería matarte. —Pero nadie pudo herir ni un cabello de su cabeza. Jorge era muy bueno protegiéndose a sí mismo. Ahora que habían llegado a esto, a Tomás Herren no le importaba decir nada más. —¿Tomás Herren? Murió hace una década. Todas las personas lo miraron. Todos estaban asombrados. —¿Entonces, quién eres? —Tenía tanto miedo que Lola sintió escalofríos. La miró. En realidad, incluso él mismo, no sabía quién era. Tomó la identidad del verdadero Tomás Herren en todos estos años. —Murió justo cuando llegó al cargo de presidente. Cambié mi apariencia y ocupé su lugar. —Escondió de forma muy inteligente este secreto, incluso de las personas que planearon esta acción con él. También mató al médico que le hizo una cirugía estética. El verdadero Tomás Herren murió de una manera muy desafortunada. En verdad, ser el presidente no fue tan fácil. Era difícil fingir ser amable y ocultar su verdadera identidad al mismo tiempo. Sin embargo, no fue por Lola que renunció a la posición de presidente. Fue porque estuvo casi expuesto por su rival en el gobierno. Todavía había muchas personas que estaban listas para unir fuerzas y deshacerse de él y así, tomó la iniciativa de renunciar a ese cargo. Renunció al cargo de gobernador de Crown Province porque no quería esperar más. Planeaba traer a Lola aquí para tomar acciones por adelantado. La llamada ‘escapada a un lugar lejano’ era falsa. —¿Querías casarte conmigo solo por el viejo reloj de bolsillo?. —No sabía que estaba con un hombre tan horrible. Se sentía tan indignada y frustrada.

—Así es. —Lo admitió sin rodeos, pero también dijo: —Pero todavía tengo sentimientos por ti. Son más profundos con el tiempo. —Lola era la única mujer que amaba. Si pudiera ayudarlo a encontrar el tesoro, sería bueno con ella por el resto de su vida. El momento en que se lesionó por proteger a Lola, en la calle peatonal del país A, lo arregló todo él mismo. Quería ganar su corazón haciendo algo así. Pero subestimó su afecto por Jorge. Pensó que podía sacudir el corazón de Lola y sacarlo. Lola sintió nada más que asco cuando escuchó a Tomás decir que sentía algo por ella.

Capítulo 475 El tiempo se detuvo, el tiempo se congeló Jorge miró furioso al hombre que le dijo que estaba interesado en su esposa: —¡Qué bien! ¿Cómo te atreves a competir conmigo por mi mujer? — ¡Su tono era arrogante y dominador! Esta vez, si no lo mataba, ¡qué clase de hombre sería él mismo! Siempre se consideraba un hombre orgulloso. Herren sacó un arma de su bolsillo, lo señaló a Jorge y lo miró con desprecio. —¡Eres un obstáculo! Creo que mucha gente quiere matarte, ¡y me gustaría hacerlo por ellos! Jorge era tan poderoso que mucha gente quería deshacerse de él, ¡pero ninguno lo había logrado! Herren le apuntó con su arma. Esto alarmó a ambos bandos. La tensión se sentía en el aire una vez más. En ese instante, una vez más, el tiempo se detuvo. Todos sostenían armas, unos contra otros. Jorge movió el arma con su mano y simplemente fijó sus ojos en la cara de la mujer que estaba frente a él. Aunque Tomás le apuntó con el arma, Jorge actuó como si no le importara. Su actitud, a los ojos de Herren, era muy arrogante. Jorge demostraba que lo miraba con superioridad. Esto hizo que Herren se enojara mucho. —Jorge, baja tu arma. De lo contrario… —Agarró a Lola, le quitó el collar y dejó que lo mirara a Jorge. Él dejó de jugar. Se dio cuenta que Herren estaba pensando algo. Lo miró y se mantuvo tranquilo e inmutable. Era realmente impredecible. Jorge no planea bajar su arma. Tomás Herren le ordenó a sus hombres que le apuntaran con sus armas. Tiró de la muñeca de Lola y corrió hacia el automóvil. —¡Todo lo que quieres es solo esa fortuna!. —Dijo Jorge con voz profunda detrás de ellos e hizo que Tomás se detuviera. Miró hacia atrás. —Lo siento, ahora cambié de opinión. No solo quiero la riqueza y a tu esposa, sino también… ¡Tu vida! —Si tenía éxito o no ya no le importaba. No dejaría que Jorge se fuera de aquí vivo. Incluso si eso significaba que él también muriera.

Lola miró su mano grande que tiraba de su muñeca y la mordió con ferocidad. Tomás Herren sintió el dolor y la soltó. Luego, ella aprovechó la oportunidad para correr al otro lado. Jorge rápidamente cargó el arma en su mano y le disparó a Tomás Herren. Esquivó varios de los disparos, pero dos balas impactaron en sus brazos. Lola ya estaba a medio camino cuando Jorge rápidamente avanzó para atraparla. Sánchez y Yonata lo siguieron con su gente. Cuando los dos estaban a punto de tomarse de las manos, una bala los atravesó. Tomás Herren disparó sin piedad a Jorge. Tuvo que rodar por el suelo para esquivar los disparos. Tomás Herren estaba protegido por sus hombres y por eso, Yonata y Sánchez solo podían disparar a la pared humana que tenía delante. Una vez más, los enemigos capturaron a Lola. La colocaron en el frente como escudo. La batalla se detuvo de inmediato y otra vez el tiempo se detuvo. Los hombres de Jorge era policías especialistas en criminales antes y por eso sus habilidades eran extraordinarias. Diez de los hombres de Herren fueron asesinados a tiros nuevamente. Su grupo se redujo a la mitad en un instante. Sin embargo, a excepción de uno o dos heridos, los hombres de Jorge estaban todos vivos. Otra razón importante para detener la batalla fue que después de dos o tres enfrentamientos, ambos bandos básicamente se quedaron sin balas. Estaba oscureciendo y Tomás Herren se llevó a Lola nuevamente. Cubrió su brazo herido, agarró a Lola y la presionó contra el auto. Jorge se puso rojo de ira. Tiró el arma y el abrigo al suelo y corrió hacia ellos. Yonata y Sánchez lo siguieron inmediatamente y lo protegieron de ser asesinado por los enemigos. En segundos, la última bala se disparó. Jorge se apresuró hacia Tomás Herren, lo agarró y lo golpeó con mucha severidad y fuerza en la cara.

Sin armas y sin balas reales, todas las personas se peleaban entre sí. Lola, muy asustada, levantó la mano y trató de quitarse el accesorio de cabello que llevaba en la cabeza. En este mismo momento, Jorge atrapó a Tomás Herren en el piso. El hombre sacó un arma de la nada y le apuntó a Jorge directamente al pecho. La batalla se detuvo una vez más. Lola entró en pánico cuando vio que Herren apuntaba con su arma a su esposo. Presionó el interruptor de su accesorio de cabello. Al mismo tiempo, se escuchó el sonido de un disparo. —¡No! —Lola estaba tan aterrorizada que sus piernas le temblaban. Casi se desmayaba y se caía arrodillada en el piso. Sin embargo, la situación había cambiado. Jorge, de alguna manera, sostenía el arma. Entonces, el hombre a quién le habían disparado era Tomás Herren. Después de varios estruendos fuertes, Herren se tiró al suelo y no se movió más. El tiempo se detuvo. El tiempo se congeló. Tomás Herren miró a Lola y cerró los ojos. Hacía un momento, el disparo de la aguja del accesorio de Lola había golpeado en la muñeca del hombre. Al ver que la mano de Herren ya estaba temblando, Jorge reaccionó rápidamente y le quitó el arma. Sin dudar ni un segundo, le apuntó con el arma en dirección a su pecho y apretó el gatillo. Tomás murió. Tanto el verdadero Tomás Herren como el falso estaban muertos. Jorge se levantó del suelo. Todavía de mal humor, frunció el ceño y miró a Lola. Le guiñó un ojo a Yonata, el hombre soltó a la gente de Herren y se acercó a ella. Se preocupó porque Jorge quizá haría algo que su hermana no debería ver. Entonces, Yonata ayudó a Lola a levantarse y le bloqueó la vista. Rompió los dos brazos de Herren y se oyó un fuerte chasquido. Luego, Jorge usó un cuchillo de fruta para cortar sus manos con el que acababa de tocar a Lola.

Recordó que cuando estaba con ella, la había abrazado. Así, con su cuchillo de fruta, cortó el cuerpo de Tomás Herren. Después de eso, Jorge le pidió a su gente que lo tirara al lado del automóvil Rolls-Royce y que esperara a que el lobo se lo llevara. Su cara y su camisa blanca estaban manchadas de sangre mientras estaba frente a Lola. Ella miró el lugar donde Tomás Herren yacía y también estaba muy ensangrentado. Sabía que Jorge no lo había dejado ir fácilmente. Tomás Herren no le gustaba a Lola. Simplemente no pudo simpatizar con él. No tenía otros sentimientos a excepción de un poco de incomodidad. Había demasiados cadáveres a su alrededor. Jorge quiso abrazarla, pero recordó la sangre que tenía en sus ropas. Entonces, el hombre fue hacia el automóvil, se cambió de ropa, se enjuagó la sangre de la piel, se limpió y vendó sus heridas. Después de eso, se dirigió hacia ella. Lola miraba a otras personas que limpiaban toda la escena. La gente de Tomás Herren se rindió de inmediato. No tenían otra opción porque su líder ya estaba muerto. Lola todavía estaba aturdida y así Jorge la tomó en sus brazos y le preguntó. —¿Por qué estás triste? Ganamos. —Jorge estaba confundido. Cuando Miguel murió, Lola también mostró una cara muy sombría. ¿No deberían morir? Especialmente Tomás Herren. Ese hombre mató a mucha gente. Era un traidor. Lola sacudió la cabeza sin comprender. No sentía pena por Tomás Herren. En cambio, se sentía angustiada por todos los recuerdos agradables del pasado. Luego, levantó la cabeza y miró al hombre que estaba a su lado. —En el futuro, no… mates a más personas, ¿de acuerdo? Vivamos una vida pacífica y tranquila. —Realmente no le gustaba que las manos de Jorge estuvieran manchadas de sangre.

Capítulo 476 Parece que estamos en problemas Jorge observó vacilantemente a Lola. Se preguntaba si lo consideraba una persona cruel… Después de un momento de silencio, la miró y respondió en tono serio: —Tomás fue el primero. —En cuanto a Miguel, solo podía culparse a sí mismo por su desafortunada vida. Lola asintió ligeramente y lo abrazó con fuerza. Sin embargo, Jorge continuó diciendo. —Si todavía existen personas que quieren lastimarte, no podrán hacerlo, ¡los mataré de todos modos! Siempre te voy a proteger, Lola. —Su expresión era tranquila pero sus palabras eran muy decididas. Lola pensó por un momento y luego, decidió quedarse tranquila y mantener distancia de aquellas personas en las que podría provocar algo. No quería que Jorge, volviera a matar a alguien por su culpa. Pasaron la noche juntos. Al día siguiente, cuando el cielo se iluminó, Jorge fue el primero en levantarse. El segundo fue Yonata. Caminaron por los alrededores y descubrieron que solo quedaban los huesos de las personas muertas. Estaban seguros de que los lobos salvajes los habían devorado. Además, vagamente oyeron lobos en la última noche. Cuando Lola se despertó y terminó su desayuno, condujeron hacia el lugar donde habían estado ayer. Cuando llegaron a su destino, Jorge le dijo que esperara dentro del auto. Las otras personas se bajaron. Los cadáveres de aquí estaban en la misma situación: solo quedaban sus huesos. Pensaban que por aquí había muchos lobos salvajes, sin embargo, no sabían dónde se escondían. Después de asegurarse de que no había enemigos por los alrededores, Jorge se acercó al automóvil y le permitió bajar a Lola. También, tomó un detector. Junto con varias personas que estaban gravemente heridas, caminaron juntos hacia un pueblo cercano. Jorge, luego presionó el botón del dispositivo. Tan pronto como lo colocó en el suelo, el detector comenzó a sonar.

Tres minutos después, miró a Lola y a Yonata. Luego les dijo con calma. —Hay una gran cantidad de diamantes, lo que significa, que hay una mina aquí abajo. Si tenía razón, en esta zona, podrían encontrar otros minerales. ¡Una gran mina de diamantes! Lola estaba asombrada. ¿Habría antigüedades? ¿Cómo había en ese lugar una gran mina de diamantes? ¿Qué deberían hacer ahora? ¿Podrían sacarlos? Se miraron el uno al otro. No esperaban esto. —Como ya estamos aquí, ¡veamos qué hay debajo del suelo!. —Yonata sacó varias palas del vehículo militar y ordenó a la gente que cavara. Sin embargo, por más que lo intentaron, el terreno era demasiado rígido y muy duro. No podían trabajar a su alrededor. Las palas ya estaban completamente deformadas y aún así, no pudieron sacar nada. Parecía que estaban cavando en piedras. —Eso es tan raro. —Lola puso su mano sobre esas piedras tan duras y pensó que: —¡No se suponía que fuera así! Jorge pensó con mucho cuidado. Tomás Herren llegó antes que ellos y la razón por la que no hizo nada fue porque también se encontró con esta situación. Buscaron otros sectores nuevos para poder cavar, pero el resultado fue el mismo. —Me pregunto si toda esta zona tiene rocas o solo una parte de ella. — Observó esta difícil situación y Sánchez se arrepintió de no haber llevado ningún equipo de perforación. Jorge caminó de un lado a otro y revisó cuidadosamente el terreno, pero no encontró nada y toda la superficie era igual. Luego las cuatro personas se sentaron juntas para hablar sobre el hallazgo. Sin embargo, aunque lo intentaron mucho, llegó la noche y no llegaron a ninguna conclusión. La luna llena apareció en el cielo. Lola le dijo a Jorge que regresara temprano a su tienda. Vio demasiados cadáveres en estos días. Era normal que tuviera miedo. Jorge la sostuvo entre sus brazos. Estaban hablando de Estrella cuando claramente escucharon a los lobos afuera.

Y el sonido se escuchaba cada vez más y más cerca. Todos permanecieron alertas. Lola, no. Era la única persona que estaba emocionada. Se soltó de los brazos de Jorge y salió de la tienda. Él también se levantó y la siguió. Los demás los siguieron. No podían dejar solos a Jorge y a Lola. —Ahora no tenemos un arma y por eso, será mejor que te quedes en la tienda. —Yonata vio los ojos brillantes de su hermana llenos de emoción y trató de convencerla para que se quedara. Sin embargo, Lola sintió curiosidad por los lobos. Solo le hizo un gesto con la mano a Yonata para mostrar su negativa. Entonces, Lola sacó una linterna y continuó avanzando. En ese momento, una manada de lobos salió de la aldea. Lola hizo una pausa aterradora. ¡Vio que había más de veinte lobos! —Parece que estamos en problemas. —Sánchez no sabía que Lola se quedó con un lobo y por eso, también consideraba que eran animales peligrosos. En realidad, lo que sorprendió a Lola fue la cantidad de lobos, no los animales en sí. —Esperen. Si los lobos nos atacan, todos deben subir al auto inmediatamente. —Jorge les recordó. No podían enfrentarse a los lobos salvajes porque estaban desarmados. Sin embargo, Lola siguió caminando hacia adelante con la linterna. No escuchó las palabras de Jorge, ni sintió el horror como los demás lo hicieron. Jorge notó su reacción, la alcanzó instantáneamente y le tomó la mano. La última vez tuvo la suerte de encontrarse con lobos que estaban en el glaciar. Pero esta vez, nadie podía garantizar que estos no los atacarían. Lola miró a Jorge con curiosidad. —Ya no camines hacia adelante. —Le dijo Jorge y la detuvo. —Está bien. Solo miraré rápidamente. —Esos lobos tenían una atracción misteriosa en ella y así, se acercó a ellos. Yonata también le bloqueó el camino a Lola. Miró a su hermana muy serio y le dijo: —Los lobos del glaciar no te lastimaron pero no significa que estos no lo harán—. Vuelve al auto ahora, por favor. Lola sintió que todos estaban haciendo un escándalo y le dijo a Yonata:

—¡Hermano, por favor, espérame aquí! Volveré pronto. No te preocupes. —A medida que los lobos se iban acercando, Jorge decidió abrazarla por la cintura y la llevó al auto. Sin embargo, cuando el lobo que también era el líder de la manada, vio el movimiento de Jorge, inmediatamente corrió hacia ellos. Y todos se aterrorizaron cuando mordió muy fuerte… los pantalones de Jorge. Reconoció al lobo. Era exactamente el del glaciar. ¿Cómo podían viajar tanto los lobos? Nunca pensó que podrían encontrarlos aquí de nuevo. —¿Qué está pasando? —Sánchez estaba muy confundido y preguntó sin darse cuenta lo que estaba sucediendo. Lola se soltó del brazo de Jorge, y luego el lobo nevado le mordió el vestido de inmediato y la guió para que regresara. Todos estaban muy sorprendidos y no dijeron ni una sola palabra. Si no lo hubieran visto con sus propios ojos, nunca creerían que un lobo, en realidad, guiaría a un ser humano para caminar. Lola le dio la linterna a Jorge y alcanzó al lobo que era el líder. Un ser humano y un lobo se dirigían hacia el pueblo juntos. Jorge fue el primero en reaccionar y trató de seguirlos inmediatamente. Sin embargo, el lobo líder de repente se volvió y aulló para ahuyentarlo. Entonces, los otros animales que se encontraban cerca también comenzaron a aullar. Sus aullidos no pararon hasta que Jorge dejó de seguirlos. A excepción de Lola, todos estaban asustados por la extraña escena. Tal vez estos lobos pudieran entender los sentimientos humanos. Pero, ¿por qué solo eran amigables con Lola? Jorge trató de seguirlos nuevamente y el lobo líder emitió un largo aullido. Al instante, varios de ellos que eran grises, corrieron hacia él. Cuando todos pensaban que iban a atacar a Jorge, se quedaron en fila y le bloquearon el camino. El hombre vio esto y decidió seguir caminando hacia adelante. Sin embargo, dos lobos lo mordían en sus pantalones y ya no podía moverse.



Capítulo 477 Crear una organización benéfica Todos se quedaron sin palabras. Sánchez dio un paso con audacia para ver si los lobos harían lo mismo con él. En el momento en que lo dio, dos de los lobos inmediatamente corrieron hacia él y se aferraron de sus pantalones. Ahora todos se dieron cuenta de que los lobos solo querían impedir que siguieran adelante y no lastimar a nadie. En ese momento, Lola ya estaba en el centro de la manada. Comenzaron a moverse hacia el lugar donde se había encontrado el tesoro durante el día. Los lobos no se detuvieron hasta que llegaron a la casa de piedra. Luego se reunieron alrededor para que Jorge y los demás no pudieran ver lo que estaba sucediendo. Lola estaba asombrada. Vio al lobo blanco cavando al pie de una de las paredes. Luego, se volvió hacia ella y aulló ruidosamente para indicar que había algo allí. Lola entendió al lobo. Se agachó y comenzó a cavar con las manos. La luz de la luna hacía más fácil ver lo que estaba haciendo. Sin embargo, todo lo que vio fue tierra. Siguió cavando un poco más hasta que… …dejó escapar un grito. Jorge se asustó mucho y empujó a los lobos Corrió rápidamente a su lado. Yonata lo siguió y dejó a Sánchez solo para que luchara contra los lobos. —¡Suéltame, desgraciado! ¡Si algo le sucede a la Señora, estarás en un grave problema! —Sánchez le dijo muy enojado al lobo que le golpeaba los talones. En realidad, tenía mucha curiosidad por saber por qué los lobos llevaron a Lola a la casa de piedra. Sánchez se escapó por fin, pero el lobo le arrancó dos trozos de tela de sus pantalones.

Cuando la policía y los guardaespaldas comenzaron a moverse hacia la casa de piedra, cuatro lobos los detuvieron. Jorge primero alcanzó a Lola. Se veía pálida y asustada. Saltó a sus brazos tan pronto como lo vio. Jorge le dio una palmada en la espalda para calmarla un poco. Se quedó mirando el lugar donde Lola había cavado. Se sorprendió mucho de lo que vio. Pensó que era un cuerpo momificado. Lola había sacado una cabeza y se podía ver la cara. Los lobos se reunieron a su alrededor y siguieron cavando más. Yonata y Jorge miraban todo muy sorprendidos. Pronto, Sánchez llegó a la casa de piedra y se asustó mucho. ¡Oh, Dios mío! ¿Qué demonios estaba pasando? Terminaba de pelear con los lobos y ahora, veía un cadáver. Parecía que los lobos tardarían una eternidad, entonces Yonata comenzó a ayudarlos. Luego, observaron que el cuerpo pertenecía a una mujer. Llevaba algo alrededor de su cuello que atrajo mucho su atención. El lobo líder lo tomó con sus dientes y lo colocó a los pies de Lola. Ella temblaba de miedo. Dejó escapar otro grito cuando el lobo colocó las cosas delante de ella, pero Jorge la tranquilizó. —Está bien —le dijo—. Solo mira esto. —Jorge levantó las cosas y las sostuvo frente a ella. Era una pequeña botella de vidrio del tamaño del dedo meñique de un bebé. Contenía un líquido rojo. No tenían idea de para qué era. Lola levantó lentamente la mano y le quitó la botella a Jorge. Los lobos comenzaron a retroceder. Algunos de ellos enterraban nuevamente el cuerpo y Yonata los ayudaba. El lobo líder rasgó el vestido de Lola y ella lo siguió. Luego, llegaron al lugar donde se había descubierto el tesoro. El animal se detuvo allí. Después, rasgó su vestido nuevamente. Lola no sabía qué era lo que

quería. Estaba parada allí, ¿no era así? ¿Tenía que agacharse? En el momento en que lo hizo, el lobo líder usó su cabeza para golpear la botella que tenía entre sus manos. Se sobresaltó cuando se rompió en pedazos. El líquido rojo desapareció y solo quedaron los vidrios rotos esparcidos sobre el suelo. En ese momento, el lobo líder aulló ruidosamente. Luego, comenzó a caminar en la misma dirección desde donde habían venido. Todos los otros lobos también aullaron y comenzaron a seguirlo uno detrás de otro. Jorge y los demás estaban estupefactos. ¿Qué significaba este comportamiento de los lobos? Lola tocó el lugar donde había desaparecido el líquido rojo. El terreno allí ahora era suave. ¿Suave? Sus ojos se iluminaron y se le ocurrió una idea. Trató de cavar en el suelo y funcionó. Miró con entusiasmo a los tres hombres que estaban aturdidos más allá de las palabras. —El terreno es suave ahora —les dijo. Todos se asombraron por lo que había hecho Lola. Jorge habló primero: —¿Mi esposa es un hada?. —¿Podía hablar con los animales? Yonata continuó y dijo: —¿Mi hermana es un hada? Sánchez también: —¿La Señora es un hada? Lola se levantó y corrió hacia la carretera del pueblo. Les gritó a los lobos que se alejaban: —¡Gracias, muchachos! —Lo hizo con entusiasmo, agitó su mano y saltó de arriba abajo. Se sintió triste cuando los miraba mientras se alejaban, muy triste… Odiaba separarse de ellos. Se alejaron muy rápido y no tuvo tiempo de preguntarles si querían irse de este lugar con ellos. Ahora ya sabían que podían cavar en el suelo, entonces todos regresaron a sus tiendas. Cuando terminara el día comenzarían. Esa noche, Lola soñó con lobos. Especialmente, con el blanco que era el líder de la manada. El lobo la miró con sus ojos verdes que emanaban alegría. Lola estaba tan emocionada que, a la mañana siguiente, le pidió a Jorge que organizara una obra benéfica para los lobos.

En realidad, él lo hacía todos los años. Donó dinero a casas de asistencia social y a organizaciones que trabajaban en beneficio de las áreas montañosas afectadas por la pobreza. Ahora que Lola le había pedido esto, llamaría a distintas personalidades de la sociedad para lanzar un programa de caridad para los lobos salvajes. Después del desayuno, el equipo comenzó a cavar una vez más. Esta vez, el trabajo salió bien. En poco tiempo, un guardaespaldas corrió hacia Jorge. —Señor, vimos las cosas —dijo emocionado y señaló el área donde estaban cavando. Los cuatro lo siguieron para ver qué habían encontrado los guardaespaldas. No habían cavado muy profundo. Se veían algunos diamantes en bruto, esparcidos en las rocas. Entonces, había diamantes en el lugar. La única pregunta que quedaba ahora era si Lola quería llevarlos. —Parece que Luisa Wei estaba equivocada cuando dijo que encontraríamos petróleo —dijo Lola y miró los diamantes. Jorge asintió con la cabeza. —Se necesita mucho trabajo para explotar estas minas —dijo—. Se puede conseguir suficiente mano de obra y herramientas. Ahora, tú también tienes el dinero. Así, depende de ti, Lola. Tienes que decidir si quieres extraerlos o no. Lola frunció el ceño. No podía tomar una decisión por su cuenta. —¿Qué piensan ustedes? —Le preguntó a los tres hombres. Yonata lo pensó. —Ahora que lo hemos encontrado, ya no es un secreto. ¿Por qué no lo haces? —Le sugirió. Todos sabían que más y más personas pronto podrían encontrar el tesoro. Sánchez se encogió de hombros sin decir nada. Podría ayudar, pero no dar ningún consejo al respecto. Jorge miró a su esposa y dijo: —Será mejor que estés preparada, Lola. Creo que no solo hay diamantes sino también mucho oro. —Apoyaría su decisión sin importar lo que fuera. Este lugar, en el fin del mundo, no tenía gobierno. Si decidiera extraer el oro y los diamantes, no se necesitaba ninguna aprobación. Eso, ahorraría muchos problemas.



Capítulo 478 Ella esperaba en silencio ¿Podría haber oro también? Lola se quedó boquiabierta ante el vasto páramo ante ella. Jorge caminó alrededor de la casa con el detector de metales, dejando a Lola sola para pensar en el asunto. Podía ver una colina baja detrás de la casa de piedra. Caminó hasta la colina. Había un pequeño agujero justo en la parte delantera. Jorge puso el detector cerca del agujero. El detector comenzó a sonar de inmediato. Efectivamente, el oro estaba aquí. Cuando regresó con el detector, vio que Lola todavía estaba mirando pensativamente los diamantes en el hoyo. Aún no había podido tomar una decisión. Cuando vio a Jorge de vuelta, le preguntó tentativamente: —¿Hay oro? —¿Se convertiría por accidente en la mujer más rica del mundo? Jorge asintió afirmativamente, “Sí hay y bastante. Entonces, ¡realmente había oro para ser extraído! Lola volvió a mirar a su hermano mayor y a su esposo. Ella había tomado su decisión. —¡Sáquenlo! —ella dijo alegremente Después de todo, Yonata tenía razón. Ahora que habían encontrado el lugar, no podían ocultarlo por mucho tiempo. Jorge miró los diamantes y pensó por un momento. —La minería para diamantes es el tipo de minería más costoso. Si los depósitos aquí son grandes, la inversión requerida podría ascender a cientos de millones o incluso miles de millones de… Cortó la mitad de la oración cuando vio la expresión de sorpresa de Lola. Luego sonrió y completó la frase: —… dólares. Lola estaba aturdida. Inocentemente miró a Jorge y le preguntó: — ¿Tengo tanto dinero para invertir? —Jorge sabía que la inversión no perdería dinero. Por lo tanto, no había daño en la inversión. Jorge miró a su esposa con desdén. Era la primera vez que la miraba de esa manera. Lola estaba sorprendida. Ella lo miró al mismo tiempo.

Jorge sonrió y tocó su cabeza consoladoramente. —Cientos de millones y miles de millones de dólares no es un problema para ti ahora. —Era difícil evaluar el valor de los activos que él le había dado. Lola todavía estaba aturdida. Se pellizcó el brazo con fuerza e inmediatamente hizo una mueca. ¡Ay! Me dolió mucho. ¡Así que ella no estaba soñando! Yonata vio lo que Lola había hecho y sonrió. —Sí —dijo—. ¡No estás soñando! —Él sabía lo que ella estaba pensando. Los antepasados Li habían sido realmente ricos y habían dejado un enorme tesoro atrás. Ella se rió y miró a Jorge. —¡Entonces hazlo! Jorge asintió. Se acercó al guardaespaldas y le dijo algo. Unos minutos después, regresó y dijo: —Volvamos. —Caminó con Lola hacia el auto con su brazo alrededor de los hombros de Lola. Yonata los siguió. Dos de los guardaespaldas sacaron parte del material de su vehículo militar y lo pusieron en la cama del todoterreno. Luego reabastecieron el SUV con el combustible que habían llevado en un gran tambor. En el camino de regreso, solo había cuatro de ellos y el guardaespaldas de Tomás Herren. —¿Se quedarán todos allí? —Preguntó Lola mientras se apoyaba en el hombro de Jorge y bostezaba. —Tendrían que proteger la mina. Una vez que el teléfono tenga señal nuevamente, enviaré a más personas para respaldo —dijo. La puso en su regazo y la acomodó en una posición cómoda para que ella pudiera descansar. Les tomó unos días llegar a Mando Bay. Mando Bay había cambiado dramáticamente, con muchos lugares bombardeados y mucho menos gente. Jorge vio que Lola se sorprendió al ver el cambio. Le contó lo que había pasado el otro día. —Lucien había escondido muchas armas en lugares secretos aquí. Cuando tomamos acción, prendió fuego a todos ellos. Mucha gente fue asesinada y muchas fueron llevadas por la Interpol —explicó tan casualmente como pudo para no asustar a Lola. Pero, la escena de ese día había sido terrible. Incluso fue herido durante la acción. Primero fueron a la sede de Asesino de Almas. Muy pocas personas se podían ver allí. Probablemente fueron llevados por la Interpol. Jorge fue a hablar con Sánchez sobre la situación. Lola aprovechó la calma en la actividad y durmió en una habitación. No había dormido bien en

los últimos días y estaba muy cansada. Temprano a la mañana siguiente, los tres, Jorge, Lola y Yonata, estaban listos para irse de Mando Bay. Sánchez los acompañó a la entrada de la bahía, pero luego se regreso. Lola notó que las lilas arañas rojas ya no estaban allí. En el avión privado, Lola observó que la ciudad se hacía cada vez más pequeña mientras se elevaban en el aire y se dirigían a casa. Se sintió un poco triste. —¿Por qué no viene Sánchez con nosotros? —le preguntó a Jorge. Explicó que Sánchez había ofrecido regresar a Mando Bay. Ahora que estaba de vuelta, no podía irse. —Además, la bahía es diferente ahora y sus padres son viejos. Necesitan a alguien que los cuide bien. Lola asintió y miró las nubes por la ventana. Estaba feliz de que finalmente pudiera ver a sus hijos después de tanto tiempo. —¿Me convertiré pronto en la mujer más rica del mundo? —Lola le preguntó inocentemente a Jorge. Yonata, sentado en la parte de atrás, se echó a reír y negó con la cabeza ante la pregunta de su hermana. —Así que finalmente te has dado cuenta. Necesito prestarte atención ahora, “Jorge miró a su esposa con cariño y pellizcó con ternura su pequeña nariz. Lola también se rió de una manera exagerada, dejando a los otros dos sin palabras. Era tarde cuando el trío llegó al País C. Lola ignoró a los dos hombres detrás de ella y corrió hacia la mansión. Quería sostener a sus bebés en sus brazos tan pronto como pudiera. Sin embargo, no había nadie en la guardería ni en la habitación de Estrella. Yonata y Jorge la siguieron. Jorge estaba al teléfono. Colgó el teléfono cuando la vio buscando a los bebés por todas partes. —Papá no sabía que íbamos a volver hoy. Ayer llevó a los niños a la vieja casa y regresará mañana —dijo, tomándola en sus brazos. Sabía que Lola había extrañado mucho a los niños. Cuando estaban en la tienda, no era raro escucharla hablar de ellos. ¡Bien! Lola estaba un poco decepcionada. Jorge abrió la puerta de una habitación contigua. —Yonata, por favor, quédate en esta habitación esta

noche y te enviaré de vuelta mañana —dijo permitiendo que Yonata entrara en la habitación. Yonata asintió. Le dio las buenas noches a Lola y se retiró a la habitación. Cuando Lola regresó a su habitación, vio su gran cama. Inmediatamente se emocionó de nuevo. Felizmente se tiró en la cama. —¡Finalmente, puedo dormir en mi cama! —Ronroneó acariciando su cama. Después de haber dormido en la alfombra durante tantos días, también había empezado a extrañar su gran cama. Jorge se quitó el abrigo y miró con adoración a la mujer que estaba en la cama. Copió su tono, sonrió y dijo: —¡Finalmente, puedo dormir con mi esposa! Lola miró al hombre guapo. Ella yacía en la cama, con un brazo apoyado en la cabeza, y lo miró con los ojos entrecerrados desabotonando su camisa. Se frotó los párpados y llamó suavemente a su marido: —¡Sr. Si! Jorge contuvo el aliento al oír su voz seductora. Se detuvo desabotonando su camisa. Sus profundos ojos miraron a la hermosa mujer en la cama. ¿Podía entender que ella lo estaba seduciendo? Ella esperó en silencio. Él no respondió. ¿No era atractiva? Lola se levantó de la cama y comenzó a quitarse lentamente el abrigo. Luego se desabrochó la falda, que cayó sobre la alfombra sin hacer ruido. El hombre se acercó a ella y ella pudo sentir su aliento cálido. Lola lo ignoró y rápidamente corrió al baño. Él no dijo nada. Ella sonrió mientras abría el agua caliente. Quería tomar un largo y relajante baño. Pero no pudo escapar del hombre. La puerta del baño se abrió tres minutos después. Se había mantenido alejado de ella durante varios días. ¿Cómo podía dejarla ir tan fácilmente? Temprano a la mañana siguiente, Lola todavía estaba dormida en su gran

cama, cuando sintió que una gran mano subía por su cuerpo. —Vete, tengo sueño. —Apartó la mano. La había torturado toda la noche y ella se había quedado dormida. Tímidamente sonrió recordando la dulce tortura. Jorge miró a su esposa y sonrió. —Papá ha regresado con los niños — dijo.

Capítulo 479 Prefería a las niñas que a los niños De repente Lola abrió los ojos. —¡Mis bebés están de vuelta! —Mientras se sentaba a la vez. No podía esperar para reunirse con ellos. Mirando sus ojos emocionados, Jorge se enojó mucho. La tomó en sus brazos y dijo: —Dime, Lola, ¿quién es más importante para ti, los niños o yo? —¡Se sintió muy inseguro! Lola, miró a su esposo cuestionando su amor por sus hijos y puso los ojos en blanco. —Ellos son tus hijos, también. ¡Ahora, no seas celoso! —lo reprendió. —No. Esto no funciona. ¡Debo ser la persona más importante para ti! — Dijo agresivamente, tratando de obligarla a decir lo que quería escuchar. Lola se quedó sin habla. Envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, lo engatusó como lo hizo con Estrella. —Mi querido esposo, eres la persona más importante para mí —dijo con voz calmada. Y también nuestros hijos, se dijo a sí misma. Al escuchar sus dulces palabras, él sonrió. —¡Buena niña! Te daré una recompensa por esto —diciendo esto, Jorge abrazó a Lola con fuerza. —¡Oye, nuestros hijos están de vuelta! —Ella le quitó la palma de la mano, queriendo alejarlo, pero falló. Jorge selló su boca con la suya y después de un rato dijo: —Déjalos jugar abajo por un tiempo. Sin embargo, justo en ese momento, Estrella llamó a la puerta. Su encantadora voz les suplicó. —¡Papi! ¡Mami! Estoy de vuelta —gritó alegremente. Jorge miró a la mujer sonrojada en sus brazos y se aclaró la garganta. — Espéranos abajo. Y no vuelvas a llamarnos, Estrella —dijo. Estrella corrió con alegría a la guardería para esperar a sus padres. Veinte minutos después, vino otra vez, buscando a Jorge y Lola. —¡Papi! ¡Mami! Por favor, salgan —dijo Estrella sin fuerza llamando a la puerta de nuevo. Jorge alzó las cejas. Lola seguía en sus brazos.

Lola lo empujó juguetonamente. —No hagas que nuestros hijos esperen tanto —le imploró. Al escuchar la súplica en su voz, Jorge decidió dejarla ir aunque no estaba feliz de hacerlo. La besó con fuerza una vez más y luego fue al baño. Lola contuvo el aliento. —¡Estrella, cariño! Solo nos estamos lavando las caras. Espera un minuto —dijo ella. Al oír la seguridad de su madre, Estrella corrió de nuevo. Lola se puso la ropa y los zapatos y fue al baño. Sala de estar en el primer piso… El señor Si, el abuelo de Jorge, estaba jugando con los gemelos en el cochecito, y Estrella le estaba insistiendo para que le permitiera abrazarlos. Kevin recogió a Sally y se la entregó cuidadosamente a Estrella. —Deja que el abuelo te ayude. Ten cuidado —dijo. Jorge bajó las escaleras primero. El señor Si miró a su nieto. —Estrella tuvo que llamarte dos veces. ¿No estás avergonzado? El señor Si había adivinado lo que estaba haciendo por la expresión renovada en su rostro. Jorge alzó las cejas hacia su abuelo. —Abuelo, te preocupas demasiado —dijo. El señor Si lo miró fijamente. ¿Estaba diciendo que era un entrometido? Al ver a Jorge, Estrella le devolvió a Sally a su abuelo y corrió hacia él. Jorge tomó a su linda niña en sus brazos y le besó la cara. —¿Estrella extrañó a papi? —le preguntó acariciando su cuello. Se sentía tan feliz con su hija en sus brazos. Estrella se rió histéricamente y luego le devolvió el beso. —¡Sí, por supuesto! ¡También extrañé a mami! ¿Dónde está ella? —preguntó. —Ya viene. No te preocupes —Jorge había rasgado accidentalmente el vestido que Lola se había puesto. Entonces, tenía que cambiarse de nuevo. ¿Quién vendió tal vestido? ¡Qué mala calidad! Él no lo compraría la próxima vez. Arriba, Lola miraba el lujoso vestido roto que acababa de comprar. Se sintió muy mal. ¿Qué tan fuerte había tirado Jorge para que un vestido de tan buena calidad se hubiera roto?

Sacudiendo la cabeza, se puso un pantalón y un abrigo y se dirigió escaleras abajo. En el momento en que Estrella la vio, corrió hacia ella. Lola recogió felizmente a su pequeña niña y la abrazó. Jorge, por otro lado, estaba sosteniendo a Sally, que estaba vestida de rosa bebé, y le estaba frunciendo el ceño a Daniel, que estaba vestido de azul cielo. —¡Abuelo! ¡Papá! —Lola saludó primero a los dos ancianos y luego caminó hacia Jorge. —Él es tu hijo, Jorge. ¿Realmente necesitas fruncirle el ceño? —Ella le preguntó, bajando a Estrella. Luego recogió a Daniel, que estaba mordiendo su dedo. ¡Su pobre hijo! Sólo tenía unos pocos meses. Su padre todavía prefería a las niñas que a los niños. Jorge miró a su esposa. No permitiría que ningún hombre robara a su mujer. ¡Aunque fuera su hijo! El señor Si resopló y miró a su nieto. —Tu padre no te hizo esto cuando eras un bebé —se rió. Jorge rara vez abrazaba a su hijo, pero estaba enamorado de sus hijas. Era por eso que había un viejo dicho que afirmaba que una hija era la amante de su padre en la vida anterior. Al escuchar que todos lo molestaban, Jorge finalmente tomó a Daniel en sus brazos y le entregó a Sally a Lola. Sin embargo, Daniel comenzó a llorar en el momento en que Jorge lo tomó. Jorge se quedó sin habla. Miró a su esposa sin poder hacer nada. ¡Daniel había venido a torturarlo! —Si sigues frunciéndole el ceño así, dejará de reconocerte como su padre —bromeó Lola al hombre que tenía a su hijo. Ella suavemente meció a Sally en sus brazos. No tenía intención de ayudar a Jorge. Incapaz de soportar las burlas, Jorge intentó sonreír. Sin embargo, al ver su sonrisa rígida, Daniel comenzó a llorar más fuerte… Lola le dio a Sally a Kevin y tomó a Daniel de vuelta de Jorge. —Está bien, mi querido muchacho. No llores —ella hizo ruidos tranquilizadores mientras lo mecía suavemente. Daniel dejó de llorar de inmediato, lo que aturdió a Jorge.

Jorge ahora estaba seguro de que Daniel y él debían haber tenido algún tipo de enemistad en sus vidas anteriores. ¡Así que su hijo estaba aquí para vengarse! Jorge pronto se fue a la compañía porque tenía que hacer arreglos para comenzar la minería. A Lola le gustaba estar con los bebés y jugaba con Estrella en la mansión. El padre y el abuelo de Jorge volvieron a su antigua casa. Habían dejado a los niños en la mansión para permitirles pasar un tiempo con sus padres. Después de jugar un rato, Lola decidió llevar a los niños de compras. Le pidió a la señora Du que la acompañara para ayudarla con los niños. El conductor llevó el auto a la puerta de la mansión. Dobló el cochecito y lo metió en el maletero. Estrella se metió en el coche primero. Entonces Lola y la señora Du entraron, cada una sosteniendo un bebé. El coche arrancó hacia el centro. Lola solo podía ir de compras en el centro comercial. Cuando ella y la señora Du aparecieron en público con los niños, atrajeron mucha atención. Muchas personas miraban a sus gemelos con envidia y querían jugar con ellos. Lola fue al segundo piso del centro comercial donde se encontraba la sección de bebés. Caminó lentamente, tratando de pensar en algo que los niños necesitaban. Pero Jorge ya lo había comprado todo. Un hermoso sombrero rosa llamó su atención. Se acercó al sombrero. En ese momento, alguien más también alcanzó el sombrero. Tanto Lola como la otra persona se acercaron al sombrero. Pero Lola retiró la mano cuando vio que alguien más también quería el sombrero…. Los ojos de Lola siguieron la mano para mirar a la persona que buscaba el sombrero. Cuando vio el rostro de la persona, sus ojos se iluminaron. —¡Luna! —gritó alegremente —¿Lola? ¡Qué casualidad! —Luna miró a Lola sorprendida. Ella se acercó a Lola. Cuando vio a los niños detrás de Lola, sintió envidia.



Capítulo 480 Nota de agradecimiento Hola chicos. Somos el grupo de editores de Enamorada del CEO. La historia de Jorge y Lola termina. Es hora de decir adiós. Gracias por su apoyo incondicional en los últimos meses. De una actualización diaria, pasamos a cinco actualizaciones al día, por lo que la presión creció. Pero cuando veo sus comentarios y sé que les gusta esta historia, logré moverme más rápido. Gracias chicos. Esta es nuestra primera historia traducida en Manobook. Y tendremos más seguramente. Todas las interesantes historias se publican por primera vez en Manobook. Descárguenlo ahora en https://www. manobook. net

Enamorada del abogado Una historia entre Samuel Shao y Luna Bo. Cuando Samuel se emborrachó en la ceremonia de boda de Jorge Si y Lola Li y fue enviado a un hotel, Luna Bo se coló en su habitación. Su historia continúa. Enamorada de Daniel Una historia entre Daniel Si e Irene Shao. Deben estar familiarizados con Daniel Si. ¡Bien! Él es el hijo de Jorge. Enamorado de Colin Una historia entre Colin Li y Sofía Lo. ¿Recuerdan a Colin? Él es el hijo de Yonata y Wendy. Enamorada del Doctor Una historia entre Anel Si y Álvaro Gu. Anel es la hija de Chuck Si. ¿Daniel es tan bueno como Jorge? ¿Qué hay de la historia de Estrella? Chuck una vez amó a Lola. ¿Con quién se casó finalmente? … ¡Descúbralo usted mismo! ––––––––––––––––— ––––— Chica vengativa con su CEO Tres meses después de su embarazo, fue desfigurada y arrojada al río rugiente. ¿Quién la salvó de esta situación abismal? Con ingenio y la ayuda de Julio, Elena dejó que aquellos que la habían lastimado cosecharan lo que habían sembrado. La Frialdad de Rocío Otra novela romántica multimillonaria. Nuestra FL es una oficial militar dura. ¿Nuestro ML es otro estúpido? Oops, véanlo por ustedes mismos.

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Enamorada del CEO

Enamorada del abogado - Una parte de la historia de Enamorada del CEO narra la historia independiente de Samuel y Luna, si ya compró la serie Enamorada del CEO, no necesita volver a realizar la compra.

Mi querido general

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