El Texto y Sus Propiedades (1)

EL TEXTO Y SUS PROPIEDADES DEFINICIÓN El texto es la máxima unidad lingüística y de comunicación. Se define como cualqui

Views 126 Downloads 0 File size 132KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

EL TEXTO Y SUS PROPIEDADES DEFINICIÓN El texto es la máxima unidad lingüística y de comunicación. Se define como cualquier producto lingüístico (oral o escrito) emitido por un hablante en una situación determinada y con una finalidad concreta. Sus propiedades son tres: adecuación, coherencia y cohesión. Algunos estudiosos añaden una cuarta: la corrección.

PROPIEDADES DE LOS TEXTOS 1. ADECUACIÓN. Es la propiedad de escoger entre todas las posibilidades lingüísticas, las más apropiadas para la situación de comunicación, o lo que es lo mismo, la propiedad por la que el texto se adapta a la situación. Para saber si un texto es adecuado, hay que atender a si consigue el propósito comunicativo que se marcó el emisor. Los registros son la muestra de la capacidad de la lengua para adaptarse a las necesidades de los hablantes. Construir un texto adecuado implica un buen conocimiento de la lengua en todos sus aspectos: léxico, sintáctico, variantes dialectales, tratamientos, fórmulas de cortesía… Supone distinguir las necesidades expresivas de la lengua oral y las de la escrita; la gradación que va de lo informal a lo formal… Igualmente es importante la presentación del texto. Por ejemplo, un trabajo académico nunca debe entregarse en hoja de cuadros o con tachones y rectificaciones.

2. COHERENCIA. Es la propiedad del texto que hace que éste se interprete como una unidad de información en la que todos los elementos se relacionan entre sí para formar el significado global. Se define como la propiedad por la que un texto se organiza globalmente para transmitir un sentido. Es lo que permite resumir un texto. Para que un texto sea coherente es necesario que se den las otras dos propiedades también: que el texto sea adecuado y que los elementos que lo formen estén cohesionados, es decir, unidos por marcas que manifiesten la conexión de las ideas. En la coherencia destacan dos aspectos:

 La selección de información: cuando hablamos o escribimos ponemos en juego una serie de conocimientos con los que contamos en el momento de seleccionar la información sin necesidad de ser dichos o enunciados. Estos conocimientos resultan imprescindibles para que el texto tenga sentido, es decir, para que sea coherente. Son los siguientes:



Los conocimientos que forman parte del contexto lingüístico (las palabras que enmarcan el mensaje). Ejemplo: cuando en el análisis de las características lingüísticas de un texto hablamos de “funciones”, todos compartimos ese concepto, lo que hace innecesario explicar todas ellas.

1



Las informaciones que aporta la situación en la que se desarrolla el acto comunicativo.



Conocimientos diversos como:

1. La

competencia lingüística que compartimos todos los hablantes para construir enunciados aceptables semánticamente. Ejemplo: sería inaceptable textos como “La enciclopedia se reía sin cesar”. No obstante, hay textos cuyo contenido choca con los conocimientos compartidos y sí son coherentes si atendemos a la situación en que se producen. Ejemplo: en las fábulas y cuentos infantiles hablan animales, en los mitos, en los chistes (“Van dos ratones en una moto y uno dice…”).

2. Los conocimientos compartidos implícitos que no hace falta hacerlos explícitos. Por ejemplo, si alguien dice que Juan se ha divorciado, se presupone que estaba casado.

3. Conocimientos culturales de todo tipo, que se presupone que el receptor comparte. Cuantos más conocimientos culturales compartidos haya entre emisor y receptor, más sencillo resulta el texto porque hay más información común que no es necesaria hacerla explícita. Por ejemplo, la literatura clásica a veces resulta incomprensible para los estudiantes por la ausencia de referencias culturales. Así pues, la selección coherente entre el conjunto de los conocimientos nos permitirá acertar en lo que es relevante y lo que no lo es, saber el grado de precisión o detalle que exige el texto, qué información hay que incluir para evitar lagunas, qué ejemplos hay que añadir… Esto nos permitirá redactar textos coherentes.

 La estructuración de la información. Para ser coherente todo texto ha de tener un tema que se manifieste a lo largo de su desarrollo. Los elementos del texto (enunciados, párrafos o fragmentos) se relacionan porque tratan sobre aspectos diversos del tema. Este se puede manifestar externamente en los títulos y subtítulos. El receptor identifica el tema resumiendo el texto a lo esencial. La estructura global de un texto es la organización de la información a través de la cual se manifiesta el tema, es decir, el orden determinado en que aparecen las ideas. Debe ser progresiva y seguir un esquema previo para evitar los defectos característicos de la falta de orden (repetición o mezcla de ideas) que rompen la coherencia del texto y dificultan o impiden su comprensión.

2

En conclusión, la coherencia supone un importante esfuerzo de selección y estructuración para ordenar el contenido que se quiere comunicar. Para construir un texto coherente, es importante tener en cuenta las siguientes reglas:

a) Regla de repetición. Es necesario que los enunciados se encadenen siguiendo un tema o temas comunes que se van retomando a lo largo del texto.

b) Regla de progresión. Es necesario que el texto se desarrolle con una aportación constante de nueva información.

c) Regla de no contradicción. Es necesario que los enunciados no contradigan los contenidos establecidos anteriormente (ni implícita ni explícitamente).

d) Regla de relación. Es necesario que los temas o hechos a los que se refiere el texto tengan relación con el mundo real o imaginario que plantea.

3. COHESIÓN. Es la propiedad por la que las unidades del texto se relacionan. La conexión se establece entre oraciones, entre oraciones y situación comunicativa, entre párrafos, e incluso entre unidades textuales mayores (apartados o capítulos). Es decir, las distintas partes que forman un texto, deben estar formalmente conectadas entre sí a través de mecanismos lingüísticos con los que se pone de relieve la unidad estructural y significativa de dicho texto. Los mecanismos de cohesión son los siguientes:  Repeticiones o recurrencias. Pueden ser de varios tipos: fónicas (la rima en los poemas), sintácticas (el paralelismo es el caso más claro), léxicas (repeticiones de palabras o palabras de la misma familia léxica) y semánticas (se emplean términos relacionados de una u otra forma por su significado). Las recurrencias semánticas se pueden encontrar en los siguientes casos:  Empleo de sinónimos.  Empleo de antónimos.  Empleo de hiperónimos e hipónimos.  Empleo de asociaciones pragmáticas, cadenas nominativas o campos asociativos: utilización de palabras que pertenecen al mismo ámbito, pero no tienen que ser de una misma categoría gramatical. Ejemplo: “Las distintas partes que forman un texto, deben estar formalmente conectadas entre sí a través de mecanismos lingüísticos con los que se pone de relieve la unidad estructural y significativa de dicho texto”.  Identidad referencial. Se trata de un procedimiento o mecanismo con el que se alude a algo ya mencionado en el texto o que se va a mencionar. Distinguimos tres:  Anáfora: Se reproduce el significado de un elemento que ha aparecido anteriormente. Esta función la desempeñan los pronombres, los determinantes posesivos o demostrativos y algunos adverbios. Ejemplo: Hoy se

3

 



marca dore s aditi marcad ores de oposició n marcad ores de causalida marca dores tempo marca dores espaci organiza dores del marcadores reformulativo s

constituye la mesa del Congreso. La formarán miembros de tres formaciones políticas.  Catáfora: Consiste en anticipar algo, generalmente con pronombres, que se va a decir después. Ejemplo: Te lo advierto: no pintes en la mesa.  Uso de palabras comodín o palabras baúl. Son vocablos cuyo significado es muy amplio y pueden servir para sustituir a muchos otros. Ejemplo: Hay muchas cosas en el mostrador: un ordenador, un cenicero, papeles escritos, folios en blanco… Elipsis. Es un tipo especial de repetición. Uno de los términos repetidos se suprime porque el contexto lingüístico suple esa ausencia. Ejemplo: Ayer vi la película. Yo también [vi la película]. Deixis. Es el mecanismo por el que un texto se refiere a elementos de la situación extralingüística. Los deícticos son pronombres o adverbios que sitúan el tema del que se habla en el tiempo y en el espacio. Son deícticos los pronombres personales, los pronombres y determinantes demostrativos y posesivos, los adverbios y locuciones adverbiales. Ejemplo: Esta mañana yo no he salido de aquí, ¿y tú? Conectores extraoracionales, marcadores de función textual o extraoracionales. Expresan una relación lógica de suma o adición (además, también, por otro lado, del mismo modo, así mismo, más aún, incluso, por lo demás, es más…). Expresan el contraste existente entre dos ideas y aparecen vinculados a las conjunciones adversativas y concesivas (sin embargo, en cambio, ahora bien, no obstante, en todo caso, por el contrario, de cualquier forma, con todo y con eso, mientras, ahora bien…). Expresan la relación lógica de causa-consecuencia (por lo tanto, por eso, por consiguiente, pues bien, en tal caso, así pues, entonces…). Ordenan cronológicamente hechos y acciones (más tarde, en otra ocasión, mientras tanto, inmediatamente, al instante, al mismo tiempo, a la vez…). Ordenan los objetos y sus partes en el espacio (a la derecha, a la izquierda, al lado, enfrente, junto a, detrás de, debajo, encima…). Señalan las distintas partes (inicio, desarrollo o fin) en que está estructurado un texto (para empezar, en principio, después, a continuación, en primer lugar, en segundo lugar, en fin, por fin, finalmente…). Desempeñan tres funciones básicas: explicación (es decir, esto es, o sea…), conclusión (en conclusión, en definitiva, en suma, en resumen…) o ejemplificación (por ejemplo, pongamos por caso, concretamente, sin ir más lejos…).

4