El Teatro y Su Doble

EL TEATRO Y SU DOBLE ANTONIN ARTAUD Alumno: Oscar Diego Leaño Isijara Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, julio de 2010

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EL TEATRO Y SU DOBLE ANTONIN ARTAUD

Alumno: Oscar Diego Leaño Isijara

Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, julio de 2010

El teatro de Alfred Jarry La idea de un teatro absolutamente puro queda relegado a un segundo plano debido a la desnaturalización de todos los valores humanos, razón por la cual todas las artes se han visto desacreditadas. El teatro a diferencia de las otras artes no puede prescindir del público, por lo tanto el público se convierte en elemento integrante de cualquier propuesta, el teatro es un arte que se basa íntegramente en la ilusión, por lo tanto el teatro debe darnos un mundo efímero y verdadero .El teatro ideal debe conseguir que el espectador sienta la angustia, la culpabilidad, la victoria, la saciedad, etc. El espectador deberá ser sacudido e irritado por el dinamismo interior del espectáculo que no será más que el reflejo de la vida misma del espectador. La propuesta será que cada espectáculo que sea montado represente una parte grave, entendiendo por esto que ya no se busca que exista solamente una excitación de los sentidos y del espíritu del espectador, si no a su existencia toda, se representa su vida en escena. El espectador que participa del espectáculo sabe que se ofrece a una operación verdadera en la que no solo su espíritu y sus sentidos están en juego, sino también su carne, y que no saldrá intacto de la función. El espectador debe estar convencido que el teatro es capaz de hacerlo gritar. Teatro de Alfred Jarry Año Primero (1926-1927) Artaud, dentro de esta primera etapa determina que se debe creer en lo que se ve, y que las convenciones teatrales han dejado de existir. El espectáculo que presenciamos debe ser único como la vida misma, de esta forma a través del teatro nos reconciliamos con la vida y no nos alejamos de ella. Al conseguir que cada uno de los espectáculos sea único, conseguiremos que exista la realidad y de esta forma se generará la ilusión. Manifiesto para un Teatro Abortado. Una vez más Artaud plantea que existe una franca decadencia en el estado del ser humano y sus valores y que fruto de esto no es posible vislumbrar un teatro como tal, que las puestas en escena no pueden definir la calidad del espectáculo por lo que la utilización de utilería y luces debe ser minimizado, dando valor a los gestos del actor. Textualmente dice: “Concebimos al teatro como una verdadera operación de magia. No nos dirigimos a los ojos, ni a la emoción directa del alma; lo que tratamos de crear es determinada emoción psicológica en que los resortes del corazón sean expuestos.”

PREFACIO Artaud toma como primera parte del análisis que desencadena el Teatro y su doble, a la cultura y el papel que cumple en el momento histórico en el que se encuentra, determina que la cultura no es más que un tiranizador del ser humano y que no le interesa la vida. Determina también que el hombre abandona la búsqueda de la cultura ya que como premisa tiene la resolución de sus necesidades básicas; y que la cultura ha tomado un carácter pasivo abandonado la acción como tal. La civilización ha determinado que un hombre culto es quien conoce sistemas y que piensa a través de sistemas, por lo tanto dentro de esta formación concibe el pensamiento y posteriormente la acción y no viceversa, por lo tanto se ha convertido en un espectador de lo que hace. La aceptación de una visión diferente donde el pensamiento sea el resultado de las acciones implica la aceptación de que existe magia, sin embargo hasta quienes aceptan esta teoría no pueden dejar de temer que todo tenga una implicación mágica. Por lo expuesto anteriormente se asume que la cultura se ha convertido en un cementerio de ideas y por lo tanto de la vida, como si la cultura no fuera una forma de ejercer la vida. Entender la cultura, no como un legado de documentos, sino como una creación diaria y un encuentro con la energía que indujo a la gente a idear y a transcribir dichos documentos, es primordial. La búsqueda de un teatro verdadero debe involucrar la mayor cantidad de lenguajes, ya que el apropiarse de un solo lenguaje lleva al desencantamiento del mismo y por lo tanto a su desecación, entonces se debe destruir el lenguaje para alcanzar la vida y entender que dicho acto no es sagrado pero para poder hacerlo se deberá tener preparación. La visión de Artaud es que el hombre debe adueñarse de lo que no existe y hacer que nazca, de tal manera que no sea simplemente un cronista o un instrumento de registro. Tomando como misión la transmisión de dichos conocimientos. EL TEATRO Y LA PESTE La peste como enfermedad sirve a Artaud para poder representar la analogía existente entre el efecto de la enfermedad con el efecto que debe conseguir el actor, basándose en La ciudad de Dios de San Agustín, que lamenta la similitud entre la acción de la peste, que mata sin destruir órganos, y el teatro que sin matar, provoca en el espíritu, no ya de un individuo sino de todo un pueblo las más misteriosas alteraciones. El teatro es también para Artaud como la peste ya que afecta a importantes comunidades y las trastorna en idéntico sentido, por lo tanto el teatro es un delirio y es contagioso.

El teatro como la peste rehace la cadena entre lo que es y lo que no es, entre lo posible y lo que ya existe en la naturaleza, descartando lo imposible, restituye todos los conflictos que duermen en nosotros. El teatro solo existe en el momento en que se inicia lo imposible, el verdadero teatro es capaz de perturbar el reposo de los sentidos, libera el inconsciente reprimido, es una formidable renovación de los poderes que llevan al espíritu a la fuente misma de sus conflictos, el teatro es la fuente del mal el triunfo de las fuerzas oscuras, desata conflictos, libera fuerzas, desencadena posibilidades, y si esas fuerzas son oscuras no son la peste o el teatro los culpables sino la vida misma. Las únicas formas de resolución del teatro y de la peste son la muerte o la curación, invitando de esta forma al delirio. Al entenderse al teatro como esa fuerza oscura que no es más que la vida misma, permite que los hombres se vean tal como son, descubriendo mentiras, debilidades, bajezas, etc. LA PUESTA EN ESCENA Y LA METAFÍSICA Artaud afirma que el teatro occidental como se conocía en el momento en el que prepara el texto, se ha prostituido a todo menos al teatro real, aparentemente el teatro oriental es el único que no habría sucumbido a la decadencia de la utilización del dialogo. Partiendo del principio que la escena es un espacio físico y concreto que debe ser ocupado por un lenguaje propio y no por los diálogos. El lenguaje que debe ocupar dicho espacio deberá ser independiente de la palabra y deberá satisfacer todos los sentidos, este lenguaje deberá ser concreto y físico de la escena. El lenguaje que se utiliza en escena deberá ser poesía para los sentidos antes de orientarse al espíritu, asumiendo múltiples aspectos de expresión utilizables dentro de la escena como la música, la danza, la plástica, la pantomima, la mímica, la gesticulación, la entonación, la arquitectura, la iluminación, y el decorado; cada uno de estos medios posee una poesía propia, que nace de las posibles combinaciones. Un teatro que subordine al texto la puesta en escena y la realización, es desde la óptica de Artaud, un teatro de idiotas, de locos, de invertidos, de gramáticos, de anti poetas, es decir occidental. Artaud determina que el teatro no puede ser una herramienta de análisis del carácter de los hombres o que muestre sus pensamientos. El teatro contemporáneo, en la época histórica de Artaud, se encuentra en franca decadencia por haber perdido los sentimientos serios y de la risa. Con el fin de poder recuperar la función básica del teatro se deberá hacer metafísica con los lenguajes, por ejemplo hacer metafísica con el lenguaje hablado, será hacer que el lenguaje exprese lo que normalmente no expresa. Todo este juego permite que se abandone el teatro psicológico y se retome el teatro místico religioso, sin que esto se refiera a la religiosidad y al misticismo como una manera de seguir a las religiones contemporáneas, sino más bien con el vínculo de lo espiritual. Por lo tanto la metafísica que se describe está referida al encuentro de lenguajes que sean

capaces de generar en el espectador otras sensaciones sin tener que recurrir al lenguaje hablado utilizándolo de una manera convencional. EL TEATRO ALQUIMICO Desde la visión de Artaud el teatro y la alquimia tienen una serie de similitudes, pero las principales son la esencia, y en que el teatro y la alquimia son artes virtuales que no llevan en sí mismas ni sus fines ni su realidad. La comparación entre el teatro y la alquimia lleva a Artaud, a determinar que la alquimia es el doble espiritual de una operación que solo funciona en el plano de la materia real, por lo que el teatro debe ser considerado como un doble de una realidad peligrosa en la que los principios se muestran de manera parcial. El teatro contemporáneo que critica Artaud ha tomado el mismo camino del lenguaje, que ya no es capaz de despertar imágenes, convirtiéndose de esta manera en un cementerio del espíritu. TEATRO BALINÉS Artaud, hace una minuciosa aproximación al teatro Balines, encontrando en él, el teatro puro. Un teatro donde la danza, el canto, la pantomima, y un poco del teatro occidental de su época, se fusionan en ceremonias milenarias que causan alucinación y temor. El teatro balines basa su drama en estados espirituales y no así en sentimientos, creando de esta forma un lenguaje físico basado en signos y no en palabras. Consiguiendo haber desarrollado gestos y mímicas para todas las circunstancias de la vida. La utilización de gestos milimétricamente ensayados y con una intencionalidad espiritual, que denotan que no existe una improvisación, hacen de la presentación del teatro balines algo realmente atractivo. La perfecta sincronía entre los movimientos y la música consigue hacer perder al espectador el sentido de la realidad e inclusive de la forma corporal de los actores, entendiendo que sus cuerpos son prolongaciones de la música. El teatro occidental contemporáneo a Artaud, no habría sido capaz de imaginar esa metafísica de gestos, ni de emplear la música con fines dramáticos. A pesar de lo complejo del idioma del teatro balines, el lenguaje establecido entre el actor y el espectador consigue envolver al espectador con la trama, debido a la calidad de los movimientos, los gestos realizados, la música y las palabras. La capacidad de corresponder los movimientos con gritos y sonidos que aparentemente saldrían del alma misma del actor, consigue generar un efecto hipnotizante en el espectador, llegando inclusive a generar terror por que aparentemente las alegrías y dolores que representan están al servicio de antiguos ritos y dictados por inteligencias superiores. Toda la creación nace de la escena y encuentra sus orígenes en un impulso síquico del lenguaje anterior a la palabra.

El director de estas obras se convierte en un maestro de ceremonias sagradas, en un ordenador mágico y que la materia que hace palpitar no es la suya sino la de los dioses, lo que pone en movimiento es una física primitiva que en el caso de este tipo de teatro nunca se ha alejado del espíritu. El teatro balines, no busca generar un entretenimiento, ya que su esencia se genera en el centro mismo de la vida y de la realidad, tiene una cualidad ceremonial de rito religioso, pues no buscan crear en el espectador la idea de la simulación y de imitación irrisoria de la realidad. Lo mágico del teatro balines es que consiguen plasmar el espacio intelectual, al juego síquico y los silencios que encontramos en una frase escrita, en el espacio escénico, en el aire, en un cierto número de gritos, colores y movimientos. El movimiento, el sonido, los gritos propuestos dentro del teatro balines consigue llevarnos por caminos abruptos y difíciles para el espíritu hundiéndonos en el estado de incertidumbre y angustia inefable que es característica de la poesía. TEATRO ORIENTAL Y TEATRO OCCIDENTAL El teatro balines, desde el punto de vista de Artaud, consigue demostrar que un teatro físico y que da un valor superior a la puesta en escena es posible, consiguiendo con esto no dar un supra valor al texto, algo que estaría muy lejos de poder ser comprensible para la gente de teatro de la época de Artaud. Esta teoría consigue definir que el teatro es un lenguaje muy diferente a la música, la pintura, la danza, etc. Artaud entonces plantea que el lenguaje del teatro, se confunde normalmente como la materialización visual y plástica de la palabra y todo cuanto puede expresarse en la escena independientemente de la palabra, de todo cuanto encuentra su expresión en el espacio o puede ser afectado o desintegrado por él. El cuestionamiento que se presenta en este capítulo es que si dicho lenguaje teatral puede no necesitar pensamientos, ¿podrá hacer pensar? Y Por lo tanto conseguir determinar la eficacia de un lenguaje que solo se basa en ruidos, gestos, etc. Dentro de la esta visión el teatro deja de tener como fin, la resolución de conflictos sociales, psicológicos o morales, sino demostrar con gestos activos ciertos aspectos de la verdad; conseguir unir el teatro con las posibilidades expresivas de las formas, de los gestos, de los colores, de los movimientos, etc. Es devolverle al teatro su función pura o primitiva, restituyéndole el aspecto religioso y metafísico con el que se inicio, es decir, reconciliarlo con el universo. En el teatro occidental, la palabra se utiliza para expresar conflictos psicológicos particulares, es decir la realidad cotidiana, claramente este tipo de conflictos no necesitan a la escena para solucionarse, por lo tanto dar mayor importancia a la expresión efectiva de los gestos y a todo lo que afecta el espíritu por medio de elementos sensibles en el espacio. Todo sentimiento poderoso produce en nosotros la idea del vacío, teniendo las palabras la capacidad de destruir ese vacío. En si

todo el análisis de Artaud no busca suprimir la palabra dentro del teatro sino reencontrar su posición y sobre todo reducir su ámbito. El valor del teatro oriental, es que tiene un enfoque metafísico a diferencia del enfoque psicológico del teatro occidental, buscando encantar, excitar y perturbar al espíritu, desechando el aspecto exterior de las cosas en un único plano; el teatro oriental participa de la intensa poesía de la naturaleza y conserva sus relaciones mágicas. La puesta en escena es instrumento de magia y de hechicería, no el reflejo de un texto escrito, es la ardiente proyección de todas las consecuencias objetivas de un gesto, una palabra, un sonido, la música y la combinación de todos estos elementos. NO MAS OBRAS MAESTRAS En este capítulo Artaud plantea que erróneamente se guarda un respeto innecesario a ciertas obras maestras, las cuales son celosamente conservadas por un circulo que se considera superior, definiendo que las obras maestras del pasado están bien para el pasado y no para la época en que se vive, de esta forma se deja abierta la puerta a que las ideas antes ya expresadas se puedan volver a decir, lógicamente adaptadas a las condiciones de la actualidad. Se acepta que la gente está ávida de misterio, que las palabras mueren una vez pronunciadas, y que el teatro es el único espacio donde un gesto no se puede repetir del mismo modo. La visión de Artaud es que si la gente no toma en cuenta las obras maestras literarias, es porque su enfoque es estático y que la visión con las que se han plasmado pertenecen a otra época. La existencia de obras maestras de la literatura, responde a la comodidad de un grupo de gente conformista de la burguesía. El reto consiste en presentar al público un espectáculo válido y no culparlo por entretenerse con cualquier cosa. Este teatro deberá llevar la verdad que no se encuentra en una sala de teatro sino en la calle, y si existe un concepto de que el teatro es una farsa o una mentira, no es más que el resultado de más de medio siglo de teatro narrativo y descriptivo, separando al público del espectáculo. Generando una visión del arte por el arte, y por lo tanto separándola de la vida. Artaud, dictamina de manera radical: Basta de poemas individuales que solo benefician a quien los escribe y no así a quien los lee. Basta, de una vez por todas, de esas manifestaciones de arte cerrado, egoísta y personal. Y determina que el teatro es una herramienta de cambio de la sociedad y que de ninguna manera se puede esperar a que la sociedad cambie para que el teatro cambie. Por lo que plantea un Teatro de la Crueldad, que no es un teatro relacionado como con la sangre como erróneamente se asume, sino a un teatro difícil y cruel; el teatro de la crueldad no se basa en la mutilación o en el asesinato, sino que más bien busca enseñar que no somos libres y que el cielo se puede caer sobre nosotros en cualquier momento.

El teatro desde la visión de Artaud, debe retomar esa visión metafísica de las acciones, conseguir recobrar en el arte las energías que crean el orden y elevan el nivel de la vida, debe ser un teatro que recobre el conocimiento físico de las imágenes y que el ser humano asuma que tiene una función en la vida diferente al desorden, al hambre, la sangre, la guerra y las epidemias, en el caso de que la poesía y el teatro sean incapaces de alcanzar esos ideales, entonces es preferible abandonar las artes ya que no tiene sentido seguir bajo la misma visión. El teatro deberá conseguir que una función tenga a los espectadores en el centro y el espectáculo a su alrededor, conseguir que a través del organismo que el espectador alcance las nociones más sutiles. El teatro lejos de copiar la vida, busca comunicarse con las fuerzas puras, combinando música, sonorización y luces, consiguiendo a través de imágenes violentas el quebrantamiento y la hipnotización del espectador. EL TEATRO Y LA CRUELDAD El teatro desde la visión de Artaud, se ha convertido en una muestra de la vida de un fantoche representada en escena, y es por esta razón que la gente abandona los teatros, y prefiere a los cines, donde se muestra con violencia imágenes filtradas que no son capaces de alcanzar nuestra sensibilidad, Artaud identifica a su época como un periodo angustioso y catastrófico. El teatro de la crueldad propone una salida al teatro sicológico ordinario que se basa en la excitación de los sentidos, el teatro de la crueldad debe buscar convulsionar a las masas, darles todo cuanto se pueda encontrar en el amor, en el crimen, en la guerra o en la locura; para ello se deberá concentrar en crímenes atroces, en devociones sobrehumanas, o en personajes famosos, sin utilizar las viejas imágenes de los mitos, buscando de esta forma un teatro de realidad verosímil y que sea para los sentidos y el corazón un impacto que solo se percibe con una sensación real; para conseguir esto se debe conseguir que la escena y la platea se hagan uno, cubriendo la platea con elementos sonoros, y visuales. El fin del teatro de la crueldad es la recuperación de los conceptos básicos del teatro, recobrando la idea de un espectáculo total, que ha sido absorbido, por el cine, el music-hall, y el circo, entendiendo que se debe llegar a tomar en cuenta todos los lenguajes posibles en escena y de esta manera crear un espectáculo donde la vida puede perderlo todo y el espíritu ganarlo todo también. CONCLUSIONES Dentro de la concepción del Teatro ofrecida por Artaud, se encuentra que como fundamento del teatro esta la cultura, y la concepción de la cultura por el hombre, Artaud define que la cultura en su tiempo se ha convertido en un tiranizador del Hombre y a la vez un cementerio de ideas, por lo que insta al ser humano a

reencontrarse con la verdadera cultura y por ende el verdadero teatro, a través de la destrucción de los lenguajes; al conseguir esto alcanzará la vida. Con el fin de poder explicar el efecto que debe tener el teatro en la sociedad, Artaud hace una comparación entre el Teatro y la Peste, por lo que el teatro debería buscar afectar a grandes comunidades en un delirio contagioso, este teatro verdadero que plantea Artaud es un teatro que es capaz de perturbar el reposo de los sentidos libera, el inconsciente reprimido, lleva al espíritu al origen mismo de sus conflictos, libera fuerzas, desencadena posibilidades, todas estas reacciones se encuentran en la vida misma, con oscuridad si es que es el caso, pero como concepción tiene la de despertar a la vida en cada uno de los individuos. Por lo que se busca que el teatro se utilice como una herramienta de transposición de la vida a la escena y de esta forma conseguir que los individuos se vean reflejados en ella. El teatro occidental dentro del momento histórico de Artaud, se ha prestado a todo menos al teatro como tal, ha entregado de manera fundamental su esencia al texto, olvidando la presencia de otros lenguajes, y basando todo su movimiento a las palabras, por lo tanto se ha convertido en un teatro de idiotas; Artaud toma como base del teatro verdadero al teatro Oriental, que aparentemente consigue mantener su función metafísica religiosa, sin esto referirse a la religiosidad como el seguir a algún dogma religioso, sino a encontrar un desarrollo espiritual. En este punto, Artaud plantea dos cosas que desde mi óptica no son del todo aplicables, en primer lugar el teatro occidental tiene una raíz distinta al teatro Oriental, por lo que en realidad el teatro occidental no volverá a sus orígenes sino que deberá readecuarse a una nueva visión de teatro, que deberá incluir lenguajes que aparentemente en nuestra actualidad ya se han logrado incluir a las propuestas teatrales, es decir, la música, las luces y la rotura de la separación entre la platea y el escenario; por otra parte el teatro actual que no concentre su atención en el texto es algo que resulta aún imposible, es muy probable que dicha rotura no pueda llegarse a dar del todo, ya que el texto o la palabra sigue siendo uno de los lenguajes con mayor posibilidad de asimilación del espectador, sin embargo el teatro contemporáneo presenta un sin número de propuestas que ya plantean su desarrollo a lenguajes diferentes dentro de la escena. En la búsqueda de este teatro verdadero Artaud hace un minucioso análisis del teatro Balinés, que aun en nuestra actualidad, es decir a más de cien años del proceso de análisis de Artaud, aun conserva su esencia, el teatro balines consigue durante su desarrollo histórico minimizar el uso de las palabras y maximizar la utilización de lenguajes como la música y la pantomima, llegando al extremo de perfeccionar movimientos que simbolizan todos los estados de ánimo, haciendo de esta forma sus representaciones teatrales perfectamente entendibles para todo tipo de público. Otra de los grandes avances del Teatro Balines es que basa su drama en estados espirituales y no así en sentimientos, el teatro Balines no busca entretener ya que su esencia se genera en el centro mismo de la vida.

Dentro de la visión de Artaud la razón por la que el proceso de desarrollo en la cultura, el arte y por lo tanto en el teatro, se halla detenido es principalmente porque existe un respeto inútil hacia las obras maestras, las obras maestras fueron concebidas en un contexto histórico y por lo tanto estarán bien para ese contexto, pero el contexto cambiante de la sociedad hace que dichas obras ya no tengan validez actual. Por lo que la función del teatro deberá ser la de llevar la crueldad de la vida, sin referirse esto a la mutilación, al escenario. El teatro de la crueldad debe buscar reconciliarse con el público y darle todo lo que se pueda encontrar en el amor, en la guerra o en la locura. Definitivamente la visión de Artaud del teatro como concepto, puesta en escena, como proceso y como resultado, es visionario y vanguardista, sin embargo considero que su aplicación en la actualidad no ha sido alcanzada en su totalidad ya que la sociedad occidental sigue basando su desarrollo a la palabra alejándose cada día más de los otros lenguajes, somos como se dice, una sociedad de la tinta y el papel, y la visión metafísica cada día más extinta es considerada un lujo dentro de muchas de las sociedades, creo que el teatro contemporáneo ha conseguido asimilar una serie de las reflexiones de Artaud, pero creo que tiene como tarea pendiente conseguir la reducción del texto como esencia.