El Taller, El Templo y El Hogar

EL TALLER, EL TEMPLO Y EL HOGAR. YEFERSON ZULUAGA GALLEGO UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN FACULTAD DE INGENIERÍA INGENIERÍA AM

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EL TALLER, EL TEMPLO Y EL HOGAR.

YEFERSON ZULUAGA GALLEGO

UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN FACULTAD DE INGENIERÍA INGENIERÍA AMBIENTAL MEDELLÍN- COLOMBIA 2018

El taller, el templo y el hogar. William Ospina en este maravilloso escrito nos da a entender que la humanidad, en los últimos años, se ha enfrascado en el pernicioso y penoso mundo al que llamamos “moderno”, el cual está lleno de todas las banalidades y todo aquello que resulta totalmente superfluo. Y que no solamente no has llegado a afectar como seres humanos que somos, seres que sienten, que tienen sueños e ilusiones; seres que son compasivos y se deslumbran por su alrededor y que son altruistas con este mismo y con todos los entes que también cohabitan con ellos, específicamente hablo de la naturaleza en todo su esplendor; el ser humano se ha encargado de deteriorar paulatinamente y -casi- que sin ningún remordimiento. Junto con un poco de poesía y la belleza que el lenguaje mismo representa intenta que volvamos a la realidad y que nos demos cuenta de la magnitud del problema ambiental, personal y por ende humano, que existen en esta época de tantas prisa, en donde hasta apagar una bombilla nos cuesta, en donde tener el celular cargado resulta más importante que salir a dar un paseo por el parque; porque el hecho de que estemos en un mundo con tantos avances tecnológicos, hemos llegado a parecernos a estas mismas tecnologías vacías e inmutables, nos hemos vuelto unos autómatas que están ensimismados y ajenos a todo lo que suceda en el exterior, entre esos sucesos está el innegable calentamiento global y todos aquellos problemas de corte ambiental que aunque nos hagamos los tontos, nos afecta en gran medida. Desde hace cierto tiempo que el mundo ya no es ni la sombra del que solía ser y que en este caso ya no serviría decir que el tiempo no cura todo, porque es eso lo que no hay. No hace mucho salió la noticia de que nosotros depende si la naturaleza, con todo su belleza y complejidad, logra mejorar, que los bosques se están acabando, aun sabiendo lo importante que resultan para nosotros porque ellos son quienes recogen todo el CO2 (dióxido de carbono) que se presenta en nuestra atmosfera y que también estamos acabando con los preciados páramos que son tan importantísimos en nuestro vivir diario. Entonces lo que anunciaban era que seríamos los responsables del salvamiento o de la destrucción de la tierra, y que sólo era posible tener una opción. Ray Bradbury tenía razón al decir en su libro

de Crónicas Marcianas: “Nosotros, los habitantes de la tierra, tenemos u talento especial para arruinar las cosas grandes y bellas”. Antes de pensar en arreglar algo tan grande como lo es nuestro planeta, creo que primero deberíamos empezar por nosotros mismos, porque creo que hay que dejar atrás ese egoísmo y ensimismamiento que tanto nos carcome y nos convierte en seres que sólo existen y que no viven en absoluto, simplemente por el hecho de ignorar lo que es realmente importante y lo que sucede a su alrededor. Es hora de hacer el cambio, es hora de darnos cuenta de la realidad, de lo que esta sucediendo en nuestro planeta y que nosotros, aun con una acción nimia, hacemos daño en proporciones gigantescas, como el hecho de dejar una bombilla encendida o el cargador del celular conectado o cada vez que se pretenda ingerir un alimento fuera de casa, tener que generar tantos residuos sólidos, los cuales no son aprovechados en absoluto. La hora del cambio empieza ya, y eso es lo que Ospina nos quiere dar a entender con esta espléndida lectura de El taller, el templo y el hogar.