El Ritual de La Penitencia

Edoctus Juan María de Salvatierra Materia: Liturgia Sacramental IV Tema: El Ritual de la Penitencia Alumno: Ezequiel L.

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Edoctus Juan María de Salvatierra Materia: Liturgia Sacramental IV

Tema: El Ritual de la Penitencia Alumno: Ezequiel L. Amezola González Profesor: Pbro. Héctor Miranda

Fecha: A 15 de diciembre de 2012

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INTRODUCCIÓN.

La actualidad y los tiempos modernos que se han estado viviendo a lo largo de un devenir de la historia, han repercutido en la vida del ser humano, que lo han conducido a vivir unos valores que poco a poco los ha distorsionado al punto de confundir a las personas en nuestros días sobre lo que verdaderamente Dios nos ha enseñado por medio de su Palabra. En estos tiempos difíciles en donde la importancia del ser humano ha sido el dinero, la fama, la superación personal, y el hedonismo en nuestras ciudades, ha conducido a que nuestros hermanos vayan generando comportamientos poco misericordiosos y opten por conductas más placenteras, el cual aunado al uso como abuso de sustancias lícitas e ilícitas nublen su conciencia en cuanto a lo que Dios llama verdaderamente a vivir. Este tipo de comportamientos arraigos y que por falta de una formación de conciencia recta y madura, es como nuestros hermanos hoy en día se han mostrado indiferentes ante actitudes humanitarias como a sus conductas perjudiciales a los hermanos. Esta falta de preparación ha influido en que se desconozca cómo es que el pecado se ha infiltrado en nuevos comportamientos que dañan a nuestros hermanos, como el mundo mismo. De ahí que se viva en una cultura de pecado sin remordimiento y que poco a poco va distanciando de un mejor encuentro con Jesús. Por eso es importante que el testimonio de uno mismo sea reflejo del amor misericordioso que Dios regala a aquél que desea tener un encuentro íntimo con él; encuentro, que no toma en cuenta las faltas, pero sí la humillación de la persona que reconoce que ha hecho un daño y que ha lastimado lo más preciado que Dios nos ha dado que es la vida misma. Una vida que tiene su culmen en la plenitud que se vive en Dios y que Jesús invita a vivir, pero solamente estando limpios de faltas en nuestro corazón y que impulsados por un Espíritu Santo administrado, nos llama a tener un encuentro en él. Más para poder llegar a él (Dios), es importante arrepentirse y confesar todo aquella actitud que aleja del amor de Dios, a sus servidores en la tierra que son nuestros presbíteros, el cual por potestad heredada por Jesús a sus Apóstoles es como han podido ser nuestros pastores de almas a lo largo de estos dos milenios, dedicando su vida a ensañar, alimentar y perdonar en nombre de Jesús a aquellos que desean tener su encuentro con Dios. Este perdón otorgado en nombre de Jesús se ha estructurado de tal manera en que hay diversas modalidades en las cuales se han sabido administrar, dependiendo de los casos y las condiciones en que se encuentre el necesitado. Es cómo en el presente escrito se demuestra algunos puntos esenciales en cuanto a lo que refiere la penitencia como algunas orientaciones que hace hincapié en la importancia de tener una buena confesión como el llevar acabo la penitencia para crecer en el amor a Dios.

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RITUAL DE LA PENITENCIA. 1. El Padre celestial manifestó su misericordia al reconciliar al mundo en Cristo poniendo en paz, por la sangre de su cruz, a todas las criaturas de la tierra y del cielo. El Hijo de Dios, hecho hombre, vivió entre los hombres para librarlos de la esclavitud del pecado y llamarlos de las tinieblas a su luz maravillosa. Esta llamada ya resonaba insistentemente en la predicación de los profetas. Jesucristo no sólo exhortó a que abandonaran sus pecados y se convirtieran, sino que también acogió a los pecadores y los reconcilio con el Padre. Por eso, en la noche en que fue entregado, al comenzar su pasión salvadora, instituyó el sacrificio de la Nueva Alianza en su sangre para el perdón de los pecados; y después envió al Espíritu Santo sobre los Apóstoles para que tuvieran el poder de perdonar o retener los pecados. 2. Jesucristo, cuando confirió a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados, instituyó en su Iglesia el sacramento de la Penitencia, para que los fieles que después del bautismo cayeran en el pecado, pudieran, recobrada la gracia, reconciliarse con Dios. 3. “Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella para santificarla” y la unió consigo como una esposa. Sin embargo, los miembros de la Iglesia están expuestos a la tentación y lastimosamente caen con frecuencia en el pecado. Por eso, “en tanto Cristo, ´santo, inocente, inmaculado’, no conoció pecado, sino que vino para expiar los solos pecados del pueblo…y a la vez siempre necesitada de purificación por albergar en su seno a los pecadores, avanza continuamente por el camino de la penitencia y la renovación.” 4. El pueblo de Dios practica y realiza de muchas variadas formas esta continua penitencia. En el sacramento de la Penitencia, los fieles “obtienen de la misericordia de Dios el perdón de las ofensas a él inferidas y al mismo tiempo se reconcilia con la Iglesia. 5. Puesto que el pecado es una ofensa hecha a Dios, que rompe la amista con él, la penitencia “busca en último término que amemos intensamente a Dios y nos entreguemos totalmente a él.” Los hombres están vinculados entre sí por una solidaridad sobrenatural, por la que el pecado de uno perjudica también a los demás; así como la santidad de uno también los beneficia.

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El sacramento de la Penitencia y sus partes. a) Contrición Es el “dolor del alma y la detestación del pecado cometido, con el propósito de no volver a pecar”. “Sólo se puede llegar al Reino de Cristo mediante la ´metanoia´, es decir con el cambio íntimo de todo el hombre, por el cual éste empieza a ajustar su vida y su modo de pensar y de juzgar, impulsado por la santidad y el amor de Dios, manifestados y plenamente comunicados a nosotros en los últimos tiempos en su Hijo. b) Confesión La confesión de las culpas y del dolor por los pecados. El examen íntimo del corazón y la acusación se deben hacer, con todo, a la luz de la misericordia de Dios. La confesión exige en el penitente la voluntad de abrir su corazón al ministro de Dios. c) Satisfacción La verdadera conversión se completa por la satisfacción de las culpas, la enmienda de la vida y la reparación del daño cometido. d) Absolución Al pecador que manifiesta su conversión al ministro de la Iglesia en la confesión, Dios le concede el perdón mediante el signo de la absolución, y así queda completo el sacramento de la Penitencia. Pues, según la economía divina, Dios ha querido, mediante signos visibles, concedernos la salvación y renovar la alianza quebrantada una vez más. 7 Quienes se apartaron de la comunión del amor de Dios por el pecado grave, por el sacramento de la Penitencia son llamados de nuevo a la vida que habían perdido. a) Según la disposición de Dios misericordioso, para recibir el remedio saludable del sacramento, el fiel debe confesar al sacerdote todos y cada uno de los pecados graves que recuerde después de examinar su conciencia. b) Además, el uso frecuente y diligente de este sacramento es también muy útil cuando se trata de pecados veniales. La celebración de este sacramento es siempre un acto por el que la Iglesia proclama su fe, da gracias a Dios por la libertad con que Cristo nos liberó y ofrece su vida como sacrificio espiritual para alabanza de la gloria del Señor.

9 Ministro del sacramento de la Penitencia a) La Iglesia ejerce el ministerio de la Penitencia mediante los Obispos y los presbíteros, quienes por la predicación de la Palabra de Dios llaman a los fieles a la conversión y testifican e imparten el perdón de los pecados en nombre de Cristo y por el poder del Espíritu Santo.

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10 Ejercicio pastoral de este ministerio a) El confesor debe conocer las enfermedades del alma y saber aplicarles los remedios convenientes; debe también ejercer con sabiduría su oficio de juez, adquirir la ciencia y la prudencia necesarias con estudio continuo, ya que le discernimiento de los espíritus es un conocimiento íntimo de la acción de Dios en el corazón de los hombres, y es un don del Espíritu Santo y fruto del amor. d) El confesor, sabiendo que ha conocido los secretos de la conciencia de su hermano en calidad de ministro de Dios, está obligado a guardar con santidad absoluta el sigilo sacramental. 12 El sacramento de la Penitencia se administra en el lugar y sede establecidos por el Derecho. 13 La reconciliación puede celebrarse en cualquier día y a cualquier hora. Sin embargo, conviene que los fieles sepan los días y horas, señalados por el sacerdote para ejercer este ministerio. A RECONCILIACIÓN DE UN SOLO PENITENTE 15 Preparación del sacerdote y del penitente (invocación al Espíritu Santo para que el sacerdote reciba la luz y la claridad; el penitente confronte su vida con el ejemplo). 16 Recepción del penitente 17 Lectura de la Palabra de Dios 18 Confesión de los pecados y aceptación de la satisfacción 19 Oración del penitente y absolución del sacerdote 20 Cántico de alabanza a Dios y despedida del penitente Rito breve 21 El sacerdote puede omitir o abreviar algunas partes del rito. Sin embargo, siempre deben conservarse íntegras la confesión de los pecados y la aceptación de la satisfacción; la invitación a la contrición, la fórmula de la absolución y la fórmula de la despedida. Pero si es inminente el peligro de muerte basta que el sacerdote diga las palabras esenciales de la absolución: Yo te absuelvo de tus pecados… B RECONCILIACIÓN DE MUCHOS PENITENTES MEDIANTE CONFESIÓN Y ABSOLUCIÓN INDIVIDUAL 22 Cuando se reúnen muchos penitentes, conviene que se preparen a ella con la celebración de la Palabra de Dios. 23 Ritos iniciales (el sacerdote saluda e introduce en la celebración) 24 Celebración de la Palabra de Dios Escójanse aquellas lecturas que: a) la voz de Dios llama al hombre a la conversión c) se da a conocer el juicio de Dios sobre el bien y el mal en la vida de los hombres 5

25 La homilía 26 Breve momento de silencio 27 Ritos de la reconciliación (todos se arrodillan o inclinan y recitan la fórmula de la confesión: Yo confieso…, Si parece oportuna una oración litánica). 28 Despedida del pueblo. C RECONCILIACIÓN DE MUCHOS PENITENTES MEDIANTE CONFESIÓN Y ABSOLUCIÓN GENERAL. 31 Puede que por circunstancias particulares, que a veces se presentan, sea lícito y aun necesario impartir de modo general la absolución a muchos penitentes, sin la confesión individual. Es lícito absolver sacramentalmente al mismo tiempo a muchos fieles, que confiesan sus pecados sólo de modo general, pero que han sido llevados de modo apto al arrepentimiento, cuando existe una necesidad grave; concretamente, cuando el número de penitentes es muy grande y no hay confesores disponibles. Esto puede suceder sobre todo en territorio de misión. 33 Lo que respecta a los fieles, para que puedan beneficiarse de la absolución sacramental otorgada a muchos simultáneamente, es requisito indispensable que estén convenientemente dispuestos, es decir, que cada uno se arrepienta de sus pecados y que proponga la enmienda de ellos, que determine reparar el escándalo o el daño causado y que al mismo tiempo, proponga confesar individualmente los pecados graves. 35 Para reconciliar mediante la confesión y absolución general, todo se hace como se dijo para la reconciliación de muchos penitentes con confesión y absolución individual. CELEBRACIONES PENITENCIALES 36 Naturaleza y estructura Las celebraciones penitenciales son reuniones del pueblo de Dios, con el fin de escuchar la Palabra de Dios, que invita a la conversión y a la renovación de la vida, y que proclaman nuestra liberación del pecado por la muerte y resurrección de Cristo. Su estructura es la que se acostumbra en las celebraciones de la Palabra de Dios, como se propone en el Rito para la Reconciliación de muchos penitentes. 37 Utilidad e importancia Téngase cuidado de que los fieles no confundan estas celebraciones con la celebración del sacramento de la Penitencia. Las celebraciones penitenciales son muy útiles para motivar a la conversión y a la purificación del corazón.

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ORIENTACIONES LITÚRGICO-PASTORALES DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL LITÚRGICA DE MÉXICO 1 Vivimos en un mundo convulsionado por problemas, conflictos y rupturas de todo tipo. 2 El mal se deja sentir por dondequiera, como un poder que nos amenaza y nos sobrepasa. En gran medida es fruto de decisiones personales, cuyos efectos han complicado con la interdependencia de relaciones y sistemas económicos, políticos y culturales. 6 Por la fe y a la luz de la Palabra de Dios, el creyente descubre que el pecado es una ruptura consciente y voluntaria de la relación con el Padre, con Cristo y con el Espíritu, y con la comunidad eclesial, que vincula a todos los miembros con la Cabeza y entre sí, de tal manera que “el pecado de uno perjudica también a los demás, así como la santidad de uno también los beneficia.” II DIMENSIÓN ECLESIAL DE LA CONVERSIÓN 7 De la misma manera la reconciliación no es sólo una relación invisible entre Dios y el pecador, sino que, por voluntad de Cristo y por fidelidad al mismo hecho eclesial, implica una relación visible con la Iglesia y la sociedad. Además, el cristiano tiene junto a sí, el ministerio y la colaboración de la Iglesia, que con su compañía y sus esfuerzos penitenciales, le presta ayuda fraternal para vencer las dificultades y le muestra cercano el amor salvífico de Dios. III SACRAMENTALIDAD DE LA RECONCILIACIÓN a) Signo de fe 8 En la Iglesia, el cristiano es enviado a los hombres para dar testimonio, con obras y palabras, del amor salvador de Dios. La fe del cristiano que se acerca a la reconciliación sacramental no puede ser una simple fe conceptual – conocimiento de las verdades dogmáticas-, ni una fe individualista o sentimental, sino una fe activa y eclesial. c) Celebración litúrgica 10 El sacramento de la Reconciliación, como toda acción litúrgica, es una celebración que actualiza y hace presente el Misterio pascual; es la acción de Cristo y de la Iglesia: de Cristo, que asocia a su amadísima esposa la Iglesia y con ella glorifica al Padre y nos santifica. d) Relación con la Eucaristía 11 Ahora bien, la celebración eclesial por excelencia es la Eucaristía. Según la doctrina del Concilio tridentino, en este sacrificio sacramental se encuentra el perdón de los pecados incluso de los más graves, por la fuerza del misterio que se celebra, ya que Dios concede a los participantes la conversión y el amor.

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IV ASPECTOS PASTORALES a) Catequesis sacramental 12 Se necesita una catequesis sacramental de la Penitencia. La catequesis tiene un lugar imprescindible en la formación del cristiano en cualquier lugar y nivel. b) Los actos del penitente 13 Para que puede ser signo de una renovación de vida y comienzo de una nueva etapa, tiene que tratarse de algo realmente adaptado a la situación del penitente, tanto en la línea de la superación personal como la del servicio a los demás, de acuerdo a su propia condición (edad, situación económica, social, educación, salud, etc.). La oración es indudablemente una de las formas de expresar y fortalecer la conversión. Algunas veces y con la debida explicación, se puede sugerir al penitente, además de la oración, la abnegación de sí mismo y sobre todo el servicio al prójimo y las obras de misericordia. Es importante recordar que la pasividad del cristiano respecto a situaciones de pecado social es también un pecado de omisión que exige satisfacción. Es necesario discernir evangélicamente qué tan responsables somos de las estructuras pecaminosas que nos rodean y que perjudican a todos, y cómo podemos contribuir a eliminar esos pecados sociales. d) Los niños y la Reconciliación 16 El ministro, junto con los padres y catequistas, deben poner mucho esmero en la preparación y participación de la primera confesión de los niños, ya que el futuro de la frecuencia de este sacramento mucho dependerá de esta primera experiencia. e) El diálogo pastoral 17 Algunos fieles valoran la confesión sólo como una ocasión de diálogo con el sacerdote para consultas, diálogo pastoral, dirección espiritual, desahogos personales, etc. Estos aspectos tienen su importancia. Pero a la vez habrá que mantenerlos en su propio ámbito. La reconciliación es una fiesta, una celebración del Misterio pascual y de la fe de la Iglesia. La acusación de los pecados no es un mero intento de autoliberación psicológica; “es un gesto litúrgico, solemne en su dramaticidad, humilde y sobrio en la grandeza de su significado”. CONCLUSIÓN 18 Es necesario emprender una pastoral de la Reconciliación y Penitencia, conjuntando las fuerzas vivas. “El salario del pecado es la muerta; mas el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro”.

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COMENTARIOS PERSONALES El ritual sobre la penitencia actualizado hace énfasis en los ritos como el proceso de la reconciliación que necesita todo penitente para recobrar la gracia que perdió a causa del pecado, llevada primeramente toda una catequesis por la cual el origen de la penitencia y cómo es que Jesús desea siempre que sus hermanos se salven, haciendo referencia al amor infinito que tiene Dios hacia sus hijos y como es que tenemos un acceso dispuesto para volver. Este documento da pautas para ser cada vez más consciente sobre la realidad del pecado que va penetrando día a día en las diversas áreas del ser humano e invita igualmente a formar parte del testimonio que deja el perdón de Dios. Más observando la realidad en la cual viven nuestros sacerdotes aquí en México es difícil llevar a cabo atención personalizadas en cuanto los fieles sobrepasan la capacidad de los sacerdotes y es por eso que se han establecido las condiciones que hacen referencia previamente en este trabajo. Sin embargo, estos nuevos ritos los he observado dentro de mi parroquia en los retiros de evangelización kerigmática, que han tenido mucho efecto, pero no cabe duda que es un trabajo en conjunto en donde se necesita hacer oración por los pecadores, realizar sacrificios, actos de misericordia así como ayunos y la comunión eucarística. Es decir, parte del trabajo es realizado por el sacerdote, más los laicos necesitan cumplir su trabajo igual, más hoy en día que los tiempos han transformado la mente de nuestros hermanos por toda clase de ideas no cristianas, apartando al católico de su madre la Iglesia y en donde cada vez más se vuelve indiferente y egoísta sobre las cuestiones del pecado. Por eso es importante que cada vez que se reconcilia con Dios, tiene que haber compromiso de poder llevar a cabo la penitencia y crecer más como cristiano. Ya que existen personas en donde constantemente se tropieza con las mismas adversidades, tentaciones o cualquier cosa que recurre a la confesión más no hay un interés verdadero en querer ser mejor. Es cierto que Dios da la gracia para poder vencer cualquier obstáculo o contrariedad que vaya en su nombre, más la reconciliación lleva a tener un compromiso de estar constantemente en formación como cristiano, estar atento a las nuevas disposiciones que establece la Iglesia para mejorar nuestra fe, transmitir nuestro cristianismo a todo lo que nos rodea, en infinidad de situaciones en las cuales se requiere la presencia del cristiano, y más sabiendo que existen nuevas posturas sociales y morales como el pro aborto, uso de marihuana, matrimonios homosexuales entre otros. Más este trabajo es un reto ya que el documento hace mención a un punto que se me hace importantísimo en la vida de un cristiano y es: la formación catequética que llevan los niños. Ellos serán el futuro de la Iglesia y es de vital importancia que el padre de familia (principalmente) aunado a su catequista vayan penetrando la conciencia de los niños para constantemente ir desarrollando una mente madura en cuanto a las cuestiones de Dios, que habrá que decir, los niños también se encuentran expuestos a situaciones que van moldeando su mentalidad hacia el consumismo como son los videojuegos, internet mal supervisado, el bullying, etc...

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Por eso es importante que estas mentes al igual que la de los adultos vayan siendo transformadas, pero esto solamente ocurrirá cuando se esté en una disposición de humildad permitiendo la entrada del Espíritu Santo en nuestro corazón, que renueve igualmente nuestro ser. Igualmente es importante que seamos activos en cuanto a la evangelización de las personas, ya que en mi experiencia personal he observado que algunos miembros de la comunidad se encuentran presentes como parte de la parroquia, pero no se vive un catolicismo; claro está (y me incluyo) que uno mismo tiene o presenta obstáculos internos que nos evitan ser mejores católicos de ahí de la importancia de liberarse de todo aquel pecado que obstruye la mente y el corazón de cada uno. Por eso está la énfasis que hacen nuestros sacerdotes en que tener un examen de consciencia perfecto para que no haya ningún residuo de pecado que pueda evocarse nuevamente y dificulte nuestro vivir cristiano. Finalmente concluyo que es importante estar confesados y no permitir que se aplace el tiempo, ya que yo fui una persona la cual dejó pasar quince años de mi vida para poder reconciliarme con el Señor, y sinceramente es algo que jamás deseo volver a pasar, por que entre más se distancia uno de Dios, más trabajo y esfuerzo le costará salir del hoyo negro en el cual se encontraba. En mi experiencia personal he estado confesándome cada mes y medio hasta dos, pero de igual manera es llevar una vida en como referí en el principio, se complementan con la oración, sacrificios, ayunos pero más importante la Eucaristía. Ese alimento no debe faltar jamás en esta vida en uno porque de ahí es como nos impulsamos nuevamente a llevar el testimonio de cómo el amor que Dios regala a quien se arrepiente verdaderamente de corazón.

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OPINIÓN SOBRE EL CURSO

A lo largo de este semestre Dios me permitió conocer cómo es que actúa en el momento de la Penitencia, llevándome por todo el proceso histórico que ha evolucionado este sacramento, y en donde más que nada rescato la importancia de lo que es cumplir la penitencia, el verdadero sentido igualmente de decir los pecados con un dolor de corazón el cual me lleve a ser un mejor cristiano; de eso rescato gran importancia en este tiempo de clases, en el hecho de poner énfasis en cada confesión, en verdaderamente hacer y cumplir los propósitos con un fin de ser mejor, e igualmente transmitir y compartir nuestro testimonio con nuestros hermanos en lo referente a lo serio que es cuando se comete una falta a nuestro Señor y de lo importante que es reconciliarse con él. Asimismo, estar más atento a situaciones que nos rodean y me invita a ser más observador conmigo mismo así como en mis acciones ante las decisiones que tomo día con día, ya que en este momento de la historia en donde la vida está más acelerada, es preciso detenerse un momento y autobservarnos en nuestro comportamiento en las diversas áreas de la vida. Por otra parte rescato el valor que tiene el sacramento de la Unción, en donde es acción de Jesús hacía con las personas que verdaderamente lo necesitan y que en muchas ocasiones no se les atiende porque se desconoce su situación, no hay personas que se acerquen a ellos, como cualquier otro tipo de obstáculo que impida llegar a ellos. Otro punto que rescato de la Unción es el hecho de que es un sacramento que se solicita por fe así como de un grado de conciencia, ya que es una expresión de humildad así como de arrepentimiento en momentos graves de la vida del hombre como en el peligro de muerte. De ahí que uno como cristiano necesita formar parte de la pastoral de la salud en lo más mínimo, ya que existen en nuestra ciudad bastantes áreas que es imposible que las cubran los sacerdotes pero de alguna manera nuestro granito de arena ayuda y forma parte del Reino de Dios aquí en esta tierra. Concluyo mi comentario llevándome a consciencia que el Señor cada semestre que va uno avanzando lo va confrontando con uno mismo, ya que va revelando poco a poco cómo o con qué sentido son sus designios, de ahí que somos llamados a buscar la perfección así como nuestro señor Jesús en sus enseñanzas aquí en la tierra. Doy gracias al profesor por tomarse el tiempo y la disposición de ofrecer este aprendizaje para nuestra vida y que lo unamos a nuestra manera de vivir para que vayamos desarrollando un mejor sentido de cristiano en esta nuestra ciudad como país que tanto necesita de testimonios comprometidos.

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