El Olvido Que Seremos

EL OLVIDO QUE SEREMOS En la casa Vivian diez mujeres, un niño y un señor. Las mujeres eran Tatá que había sido la niñera

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EL OLVIDO QUE SEREMOS En la casa Vivian diez mujeres, un niño y un señor. Las mujeres eran Tatá que había sido la niñera, dos muchachas del servicio Emma y Teresa; cinco hermanas Maryluz, Clara, Eva, Marta, Sol; la mamá y una monja. El niño amaba a su papa más que a nada en este mundo, le gustaba todo de él su olor, su voz, sus manos, la pulcritud de su ropa y la meticulosa limpieza de su cuerpo. Muchas veces la madre protestaba pues decía que Don Héctor Abad Gómez estaba malcriando a su hijo, el niño sentía por su papa lo mismo que sentimos por nuestras madres, él quería a su papa con un amor que nunca volvió a sentir hasta que nacieron sus hijos. Don Héctor desde muy joven había leído muchos libros, pensadores de otros lados, a lo mejor El articulo más importante que se publicó en el U-235 estaba firmado por el mayor y tal vez el único filosofo que ha tenido nuestra región, Fernando González, pidiéndole al maestro que le escribiera un artículo sobre la profesión médica, lo que Fernando González recomienda ahí, fue lo que intento practicar, y practico el resto de su vida : “ el médico profesor tiene que estar por ahí en los caminos observando, viendo, oyendo, tocando, bregando por curar con la rastra de aprendices que le dan el nombre de los nombres ¡Maestro! Si, doctorcitos: no es para ser lindos y pasar cuentas grandes y vender píldoras de jalea… es para mandarlos a todas partes a curar, inventar… y en una sola palabra “Servir”. Él era una persona de pensamiento liberal, abierta, positiva, que aceptaba incluso picardías inocentes y faltas de sus hijos, siempre confió en su hijo Héctor Abad Faciolince, depositaba en el muchas esperanzas, le agradaba sus primeros borrones de páginas, los cambios de rumbo locos los interpretaba como una excelente practica formativa, la inconstancia como una marca genética de la que el también sufría, la inestabilidad vital e ideológica como algo inevitable en un mundo que se estaba transformando ante nuestros ojos, y había que tener una mente flexible para saber qué partido tomar en el reino de lo cambiante y de lo indeterminado, nunca lo juzgó ni se le oyeron censuras o reclamos de su parte,

siempre la más tolerante y abierta aceptación de vida y de independencia, así mismo era con sus cinco hijas, muy hermosas, las muchachas más bonitas del barrio laureles. Marta era la estrella de la familia desde chiquita se había visto su gran talento; empezó a los cinco años tocando el violín, su profesor Jhosep Matza decía que nunca había visto tanto talento junto. A los catorce años empezó a cantar y a tocar en un conjunto, “Ellas”, además era una mujer muy inteligente y alegre siempre se destacó por sus altas notas, todo era felicidad en la familia, hasta que a Dios o mejor dicho al absurdo azar le dio por envidiar tanta felicidad, y descargó un rayo de ira despiadada sobre aquella familia feliz, un cáncer a los dieciséis años y en una muchacha así como era Marta Hay periodos de la vida en los que la tristeza se concentra, como de una flor se dice que sacamos su esencia, para hacer perfume, o de un vino su espíritu, para sacar el alcohol, así a veces en nuestra existencia el sufrimiento se decanta hasta volverse desbastador, insoportable; y así fue la muerte de marta, que dejo destrozada a la familia tal vez para siempre. Después de la muerte de su hija el compromiso social de Abad Gómez se volvió aún más fuerte, la primera lucha que emprendió fue con la Asociación de profesores de la universidad de Antioquia de la cual era presidente y desde la cual lideró un paro de profesores, apoyado por sus estudiantes en defensa de su categoría y contra un rector astuto y reaccionario, Luis Fernando Duque, viejo alumno de él en su misma especialidad (Salud Publica) y en un tiempo supuesto amigo suyo, pero luego el enemigo acérrimo y contrincante hasta el límite del odio. Cometió estupideces, como todos las hemos cometido, se metió en movimientos absurdos, lo engañaron por ingenuo, a veces sirvió de alta voz para intereses ajenos que supieron manipularlo, porque supieron alagar su vanidad, en un comité de amistad entre los pueblos de Colombia y Corea del Norte; en los últimos años de su vida, fue maniobrado por la extrema izquierda colombiana. Aunque siempre detesto la lucha armada, llego a ser comprensivo y casi a disculpar (aunque nunca

explícitamente) a insurgentes de la guerrilla y como estaba de acuerdo con algunas de sus posiciones ideológicas (reforma agraria y urbana, repartición de la riqueza, odio a los monopolios, abominación por una clase oligarquía y corrupta que había llevado al país a la miseria y a la desigualdad más vergonzosas). El día 24 de agosto de 1987, recibió una llamada de una emisora de radio quienes le informaban que su nombre estaba en una lista de personas amenazadas que había aparecido en Medellín y que en ella se decía que iban a matarlo. “Héctor Abad Gómez: Presidente del Comité de Derechos Humanos en Antioquia, medico auxiliar de guerrilleros, falso demócrata, peligroso por simpatía popular para elección de alcaldes en Medellín. Idiota útil del PCC-UP”. La noche del 25 de agosto antes de ir al directorio, una mujer de quien no se sabe el nombre y de la que nunca se volvió a ver, le sugirió que fueran hasta el sindicato de maestros a rendirle un último homenaje a uno de los líderes asesinados, a Don Héctor le pareció mui buena la idea, e incluso invito a Carlos Gaviria y a Leonardo Betancur a que fueran juntos, y fue hacia ese lugar cuando su mujer e hijo lo vieron por ultima vez. Dice

uno de los testigos que una moto con dos jóvenes subió por la calle

Argentina, Pararon la moto frente al sindicato, la dejaron encendida al lado de la acera, y se acercaron al grupo que estaba en la puerta, al mismo tiempo que sacaban las armas de la pretina de los pantalones. Sabemos que nos vamos a morir, simplemente por el hecho de que estamos vivos. Pero no el cuándo, ni el cómo, ni el donde, y aunque este desenlace es seguro, ineluctable. De todas las muertes posibles hay una con bastante resignación: la muerte por vejez, en la propia cama, después de una vida plena intensa y útil. El olvido que seremos un excelente libro cuyo argumento gira entorno a la gran relación de un padre hacia su hijo, que pese haber sido una figura respetada, terminó asesinado por sicarios, un hombre que lucho hasta el mismo día de su muerte por la igualdad social y no se cansó de defender los derechos humanos.

APORTES EN INGLES we already forgotten that we elemental dust we ignore and that was the red Adam, and is now, all men, and we will not see

already are in the tombs of two dates the beginning and the end. the box, the obscene corruption and the shroud, the triumphs of death, and lays.

I'm not a fool who clings the magical sound of his name. I hope this man with

I do not know who on earth. indifferent under the blue sky This meditation is a comfort

CONCLUSIONES

 Se aplicaron las normas y reglamentos exigdos para la construccion del trabajo

 Se fortaleceron muchos valores de gran importance en la vida tales como: Amor, Amistad solidaridad, confianza, respeto en la familia

 Se aprendio a trabajar en equipo, aunque surgieron algunas inconveniencias el trabajo se pudo desarrollar y terminar con exito

 Se analizo y comprendio cada texto del libro para obtener asi las figuras literarias  Se reflexiono hacerca de la vida de este gran personaje Hector Abad Gomez que debido a su pensamiento liberal y su esfuerzo por defender los derechos humanos fue asesinado lastimosamente.  Comprendimos la importance de la vida y reflexionamos hacerca de esta misma.

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