El negro

El negro. Rosa Montero 17 MAY 2005 Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e ineq

Views 122 Downloads 0 File size 86KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

El negro. Rosa Montero 17 MAY 2005 Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta. Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".

1. Estructura y organización de las ideas En cuanto a su estructura externa, el texto se divide en dos párrafos. En cuanto a la estructura interna, encontramos dos partes: la primera consiste en la narración de la anécdota entre la chica alemana y el negro (texto narrativo); en la segunda se explica la opinión de la autora sobre el tema (texto expositivo-argumentativo). La historia le sirve como pretexto para hacer una reflexión y extraer una conclusión. Al pasar de un ejemplo concreto a la reflexión general, el texto presenta una organización estructural inductiva o sintetizante, la tesis que defiende se encuentra al final del mismo. El esquema organizativo del texto, por tanto, es el siguiente: Primera parte (primer párrafo): Historia de la estudiante alemana y el chico negro. Como toda narración, se trata de una sucesión de acontecimientos en orden cronológico. Puede estructurarse del siguiente modo:

- Situación inicial (1-6): En este apartado se narra la sorpresa de la universitaria al regresar a su mesa y encontrar en ella a otra persona. - Núcleo central (6-19): A lo largo de estas líneas, el texto cuenta cómo ambos comparten la comida. - Situación final (20-22): Finalmente, la alumna alemana se da cuenta del error que ha cometido.

Segunda parte (segundo párrafo): Conclusión a modo de moraleja donde se manifiesta la opinión de la autora sobre el tema tratado. Basándose en la historia anterior, Rosa Montero expone su tesis: es necesario librarse de todo tipo de prejuicios racistas. 2. Resumen y tema. El texto comienza con una anécdota que le ocurre en el comedor de la universidad a una chica alemana: se deja la comida en la mesa para ir por los cubiertos y, cuando regresa, encuentra a un chico negro comiendo de su bandeja. Ella, creyéndose muy generosa, decide compartir los alimentos, pero después descubre que se había equivocado de mesa y que su bandeja estaba detrás. Con esta breve historia, según explica la autora, desea demostrar lo equivocados que estamos los europeos al mantener determinados prejuicios hacia los inmigrantes. Como puede apreciarse, el tema desarrollado es el racismo, la autora pone en evidencia los prejuicios que tenemos los europeos hacia personas de otras razas o culturas. También podemos enunciar el tema en forma nominal: Crítica de los prejuicios de los europeos hacia personas de otras razas o culturas. 3. Rasgos que expresan la subjetividad en el texto. La intención comunicativa del texto, como se desprende de lo anterior, es persuadirnos de que hemos de librarnos de los prejuicios hacia personas de otros países, culturas o razas. Se trata, por tanto, de un texto argumentativo, aunque, como hemos comprobado, también se emplea la narración a lo largo de todo el primer párrafo para ejemplificar y reforzar la tesis de la autora. Como artículo de opinión, se define como texto argumentativo en el que el autor vierte una serie de opiniones personales suficientemente argumentadas con la finalidad de convencer a los lectores de una determinada tesis. Debe ir firmado y es de carácter forzosamente subjetivo. Entre los elementos que expresan dicha subjetividad podemos destacar: a) Personalización del discurso, mediante el uso de la primera persona (formas verbales “dedico”, “libremos” y pronombres personales “nos”. El uso del plural muestra la intención de la autora de implicar al receptor) b) Modalidades oracionales que expresan la intención de la autora de influir en el pensamiento de los lectores (oraciones enunciativas de finalidad informativa). c) Modalidades oracionales que expresan la actitud de la autora ante el contenido del enunciado (oraciones desiderativas “será mejor que nos libremos de los prejuicios”, exclamativas “pero qué chiflados están los europeos”, dubitativas “tal vez pensaba”). d) Léxico valorativo, cuya finalidad es enjuiciar la realidad: adjetivos y adverbios valorativos (“deliciosa”, “exquisita”, “inequívocamente”, “probablemente”, “quizás”, “suavemente”, “inmensamente”…), sustantivos de carácter ideológico (“bienintencionadas”, “condescendencia”, “paternalismo”, “prejuicios”, “civilización”.) e) Recursos expresivos como la ironía “creía ser el colmo de la civilización” o la hipérbole “inmensamente educado”. f) El cambio de registro que supone la inclusión de expresiones coloquiales en un texto periodístico de registro formal, es también una muestra de subjetividad de la autora

respecto al tema tratado: “ser el colmo de la civilización”, “qué chiflados están los

europeos”.