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EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS

Dr. William Soto Santiago Viernes, 04 de Enero de 1985 Valencia, Venezuela

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para este tiempo final. Y es necesario que nosotros lo entendamos, es necesario que todos los que son hijos del Reino entiendan el misterio del Reino de Dios; porque es para beneficio de los hijos del Reino de Dios. Es para beneficio de ellos, ¿qué? El misterio del Reino de Dios, cuando es abierto al público. Dios les bendiga, Dios les guarde, muchas gracias por vuestra amable atención. Y recuerden: “EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS,” es para vosotros, es para ser conocido por vosotros, a vosotros es concedido conocer el misterio del Reino de Dios de este tiempo final. Que pasen todos muy buenas noches. “EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS.”

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nosotros, por eso Él dijo: “Mas a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, o del Reino de Dios.”Y si a nosotros es concedido conocerlos, entonces queremos conocerlo, y El tendrá la forma, el mecanismo, para que nosotros entendamos todas esas cosas del Reino de Dios. Los que hoy en día están esperando la Venida del Señor, es necesario que sepan, que entiendan que la Biblia enseña, que el Señor Jesucristo enseña en Sus Profecías, y que el Antiguo Testamento también enseña en tipo y figura y en profecía, que la Venida del Hijo del Hombre será con Sus Ángeles. Y que vendrán esos Ángeles con Gran Voz de Trompeta. Todos esos detalles son importantes para esperar la Venida del Señor. Y que vendrá a Su Templo; y que Su Templo es el Cuerpo Místico, Su Iglesia, la cual Él comenzó a construir desde el Este, y termina Su Obra en el Oeste. Y que Él vendrá, el Hijo del Hombre vendrá como el relámpago, que sale del Oriente, pues salió de allá, allá fue que cumplió Su primera Venida, y de allá salió llevando a cabo la Obra de la construcción de Su Templo; y luego se muestra, se manifiesta en el Occidente. El que no sabe estas cosas, puede irse o a la China, o al Japón, o al África, o a la India, o a Arabia, o a Israel, a esperar la Segunda Venida del Señor. Cuando dice “que será como el relámpago que salió del Oriente, pero que se muestra, se manifiesta en el Occidente,” entonces ¿qué continente es el que tiene la promesa de la Segunda Venida del Señor, de la Venida del Hijo del Hombre? El Occidente, porque en el Occidente es que estará el Lugar Santísimo, el Arca del Pacto, los dos Querubines, el Maná escondido, con el Incensario de oro. Y ese es el gran misterio del Reino de Dios para estos días finales, el cual conoceremos nosotros a la perfección, a medida que recibamos la revelación de Jesucristo que Dios le dio para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder presto, y las declaró enviándolas por Su Ángel. Por eso dice: “He aquí Yo Jesús he enviado mi Ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.” Esa es la promesa, ese es el misterio del Reino de Dios

EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS Dr. William Soto Santiago Viernes, 04 de Enero de 1985 Valencia, Venezuela Muy buenas noches, amados amigos y hermanos aquí presentes, es para mí un gran privilegio estar entre ustedes en esta hermosa noche para hablarles la Palabra de Dios. En el Evangelio según San Juan, o según San Mateo más bien, en el capítulo 13, verso 10 en adelante, dice la Escritura, llegando los discípulos de Jesús a Jesús: “Entonces, acercándose los discípulos (de Jesús a Jesús), le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.

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Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.” Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita entender; nos permita ver y entender: “EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS.” El Señor Jesucristo dijo que a los que pertenecen al Reino de Dios, le es concedido conocer el misterio del Reino de Dios, del Reino de los Cielos; pero a los otros no, a los que no pertenecen al Reino de Dios; a los otros solamente le es hablado por parábolas, para que viendo no vean, no entiendan. Ahora, el misterio del Reino de Dios es algo que todo ser humano ha deseado comprender. Porque todos los seres humanos sabemos que hay un Reino Celestial; sabemos que Dios es Rey, y sabemos que Dios tiene un Reino; pero entender el misterio de ese Reino, es lo que la gente no ha podido comprender. Por eso, los seres humanos han deseado; pero el Señor Jesucristo dijo que las parábolas eran habladas por causa de los que no pertenecen al Reino de Dios, para que viendo, no vean, no entiendan. Porque si los que no son del Reino de Dios, los que no vienen de la Eternidad, si llegan a entender, ocurre algo que no debe ocurrir. En la parábola del trigo y de la cizaña, el Señor en esa parábola reveló, mostró uno de los grandes misterios que ha estado viviendo la humanidad de generación en generación, desde que comenzó el ser humano aquí en la Tierra. Él mostró en la parábola del trigo y de la cizaña que en esta Tierra fue colocado el trigo; pero que luego vino el enemigo y colocó la cizaña. Cuando le preguntaron al Señor la parábola del trigo y de la cizaña, el Señor les dijo: “¿Y ustedes también están sin entendimiento como los demás? La parábola del trigo y de la cizaña, lo que representa es lo siguiente: El que sembró… El campo es el mundo; el que sembró la buena simiente es el Hijo del Hombre; y la buena simiente son los hijos del Reino. La mala simiente, y el que la sembró es el

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tipo y figura, viene a actualizarse, y al actualizado el diluvio de agua, actualizado el diluvio de agua es un diluvio ¿de qué?, de fuego. Y actualizado Noé, será entonces el mensajero que Dios envíe en este tiempo final, para preparar al pueblo para escapar del diluvio de fuego que viene a esta Tierra. Y los va a meter donde esté el arca, pero el Arca del Pacto; los va a meter al Lugar Santísimo, en donde el que entre ahí, entonces tendrá la promesa de escapar del fuego que vendrá, y ser transformado y guardado para vivir por toda la Eternidad. Todo eso será actualizado en nuestro tiempo, todas las cosas que acontecieron en el pasado entonces vienen a ser tipo y figura de las cosas que acontecerán en el Reino de Dios en el tiempo final. Por eso, el misterio del Reino de Dios, vean ustedes, que lo conseguimos en tipo y figura, en acontecimientos del pasado, en milagros también que hicieron los profetas del Antiguo Testamento, y también los profetas del Nuevo Testamento incluyendo al Señor Jesucristo. Todos los misterios del Reino de Dios están mostrados en esa forma. ¿Pero cómo lo entenderemos? Lo entenderemos en este tiempo final a través de la revelación de Jesucristo, la revelación apocalíptica que Dios nos dará en este tiempo final, conforme a Su promesa. Por eso dice: “Bienaventurado el que lee, y bienaventurados los que oyen las Palabras de la profecía de este Libro.” ¿De qué libro? Del libro del Apocalipsis, porque es el libro que tiene promesa; porque es el libro simbólico que se convertirá en realidad, y que dará a conocer el misterio del Reino de Dios, lo cual está oculto ahí en símbolos, en tipos y figuras ahí, para este tiempo final. Por eso, es necesario que estemos a la expectativa en este tiempo final, esperando el cumplimiento del misterio de Dios, y esperando la explicación, la revelación del misterio de Dios o del misterio del Reino de Dios. En el Reino de Dios hay muchos misterios que se cumplen, que se realizan, y que es necesario que nosotros los entendamos. Porque todos tienen que ver con nosotros, con los hijos del Reino; y son para ser entendidos por

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de Dios entre vosotros está.” Porque allí estaba el gran misterio del Reino de Dios cumpliéndose en medio de ellos. Estaba allí el Reino de Dios cumplido como estaba prometido; el gran misterio del Reino de Dios en medio de ellos. Pero no lo comprendieron: “A los Suyos vino, y los Suyos no lo comprendieron.” Ahora, vean ustedes, es necesario que sepamos lo que estamos esperando. No vaya a ser que alguien no sepa lo que estamos esperando en este tiempo, y aparezca alguna persona anciana, diciendo: “Tenemos que construir un arca, porque viene un diluvio, y se los va a llevar a todos.” Y vayamos a decir: “Hum, este parece un profeta, este parece un hombre de Dios, así que, fíjense, Noé, miles de años atrás apareció uno así, así que éste debe ser enviado de Dios también.” Y se vayan a poner a construir un arca, y venga el fuego y se los queme; se los lleve a todos, con todo y arca, y con todo viejito que se ponga a hacer esas cosas. Bueno. ¿Qué estamos esperando nosotros en este tiempo final? Estamos esperando algo como en los días de Noé, y como en los días de Lot, y como en los días de Moisés, y como en los días de Elías, y como en los días de Jesucristo. Estamos esperando la actualización de esos tiempos. Pero una cosa es la actualización y otra cosa es una repetición exacta. Las cosas no se repiten, sino que se actualizan. Y Dios siempre actualiza los ministerios; actualiza los tiempos; actualiza Su Obra, con nueva gente. Él que no pudo hacer todo lo que quería en su tiempo, ya no tiene más tiempo. Pero el ministerio, si fue bueno, y si Dios quiere usarlo de nuevo lo puede hacer; pero la persona en la cual lo usó la primera vez, ya no tiene el privilegio para que Dios la vuelva a usar con ese mismo ministerio; sino que llama a otro, para que entonces ocupe esa posición, y coloca en esa persona ese ministerio para Dios actualizar aquellos tiempos, con cosas que corresponden a nuestro tiempo. Así que, cuando decimos, cuando decimos: “Viene el tiempo como en los días de Noé,” será los días de Noé actualizado. Y ya el agua que destruyó a la Tierra en aquel tiempo, viene a ser

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diablo, el enemigo; y la mala simiente, la cizaña, son los hijos del malo.” Y ya sabemos que eso, en lo literal, ocurrió allá en el comienzo de la raza humana; y luego, en lo espiritual, comenzó o se metió luego en una forma espiritual más adelante. Ahora, el Señor aquí estaba abriendo Su boca en parábolas, como dice aquí mismo en el Evangelio según San Mateo, capítulo 13 también, verso 34, donde dice: “Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.” Cosas escondidas que no estaban abiertamente dadas a conocer a la gente, fueron reveladas por el Señor Jesucristo, pero con parábolas; para que así, aunque la gente oían esas parábolas en donde Él estaba declarando cosas ocultas desde la fundación del mundo, no las entendían. Pero dice que les explicaba aparte a Sus discípulos. Y Sus discípulos, como usted y yo, pensaría en este tiempo usted y yo, ellos también pensaban en ese tiempo: “¿Y por qué no habla abiertamente, y por qué les está hablando en parábolas? ¿Y por qué entonces a nosotros aparte nos explica las parábolas, pero al público no les explica las parábolas, sino que todo lo habla por parábolas?” Vean ustedes, el misterio del Reino de Dios es necesario que lo entiendan los que pertenecen al Reino de Dios. Si lo llegan a entender los que no son del Reino de Dios, los que no son pertenecientes al trigo representado en esa parábola, ¿qué es lo que han de hacer? Lo que han de hacer es tratar de destruir el Reino de Dios, afectar el Programa que Dios tiene en Su Reino; porque a los que no son del Reino de Dios no les interesa nada que el Reino de Dios camine hacia adelante. ¿Qué pueden hacer de bueno los hijos del diablo en el Reino de Dios? Daño, tratar de destruir el Reino de Dios, porque el diablo puede inspirar y

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puede usar a sus hijos; pero Dios puede usar a los hijos del Reino de los Cielos cuando les da a conocer los misterios del Reino de los Cielos y les muestra el tiempo en que viven y la obra que se debe llevar a cabo en ese tiempo. Por eso usted encuentra que la Biblia, para mucha gente es un libro que no puede ser entendido. Hay muchas parábolas, hay muchos proverbios (una parábola es como un proverbio), hay muchos simbolismos bíblicos, hay muchos tipos y figuras, para que así solamente los entendidos entiendan en el tiempo en que deben entender lo que les corresponde en ese tiempo a ellos. Usted y yo no tenemos que entender lo del arca de Noé; eso lo tenía que entender Noé con los que entraron al arca de Noé. Hoy en día lo entendemos, pero donde tenían que entenderlo, para ponerlo por obra, era en aquel tiempo. Y así es en cada tiempo. El Reino de Dios tiene muchas etapas aquí en la Tierra, las cuales son manifestadas y son llevadas a cabo con seres humanos que pertenecen al Reino de Dios. Y Dios tiene un Programa que ha estado desarrollando desde que colocó al hombre aquí en la Tierra; y lo colocó de acuerdo a Su Programa; y Su Programa no se ha detenido. Por supuesto, es un misterio el Reino de Dios, es un misterio la Obra de Dios, es un misterio aun el ser humano; pero todos esos misterios son hablados por parábolas, y luego son revelados, dados a conocer el significado de esas parábolas, de esos proverbios, de esas profecías, en el tiempo en que debe ser entendido todo eso, para que así nadie pueda interrumpir la Obra de Dios. ¿De qué le vale o de qué le valía a la gente que vivían en el tiempo de Noé, de que le valía conocer lo que Dios iba a hacer en estos días finales? No le valía de nada, porque lo que ellos conocieran de lo que Dios iba a hacer en este tiempo, no le servía para usarlo en aquel tiempo. Por eso Dios ha tenido Su Reino bien, pero que bien protegido, para que así el enemigo (que es el diablo, que fue un arcángel que se reveló en contra de Dios) no pueda destruir el

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entender y se cumpla así la promesa que dice: “Los entendidos entenderán.” ¿Y cómo van a entender, si no hay quién les explique? Por eso el Señor enviara uno que les explique en este tiempo para que todos podamos entender el misterio del Reino de Dios en este tiempo final. Al entender el misterio del Reino de Dios en este tiempo final, entenderemos la etapa, edad y dispensación en que estamos; entendemos la clase de ministerio que corresponde a este tiempo; entenderemos las promesas que corresponden a este tiempo. Entenderemos las promesas que se han cumplido en la forma que se han cumplido. Y entenderemos las cosas que debemos estar esperando, y en la forma que debemos estar esperándolas. Por ejemplo, hay personas que no conocen estos misterios del Reino de Dios, y están esperando la Venida del Hijo del Hombre, la Venida del Señor; pero se le pregunta: “¿Cómo estás tú esperando la Venida del Señor, al Hijo del Hombre?” –“Ah, yo no sé; pero sé que viene.” Y cuando uno espera una cosa y no sabe lo que está esperando y cómo lo está esperando, y no conoce las promesas que están hechas con relación al cumplimiento de eso, se cumple lo que él dice que está esperando, y ni lo ve. Y viene a ser un misterio para esa persona eso que está aconteciendo, y le puede llamar “del diablo” a eso que está cumpliéndose, que él dice que está esperando, pero no lo estaba esperando en esa forma. Como pasó con el Señor Jesucristo: estaban esperando la Venida del Señor, la Primera Venida del Mesías, vino, y dijeron que era Beelzebú, que era samaritano, que tenía demonios, cuando era el Príncipe de Paz, era el Mesías prometido. ¿Cómo era que se podía entender que Jesús de Nazaret era el Mesías, antes de Jesús decir que Él era el Mesías? Solamente se podía entender a través de Juan el Bautista, que vino para enseñarle a la gente el misterio del Reino de Dios que se manifestaría en ese tiempo. Por eso el Señor Jesucristo, cuando le dijeron: “Dinos cuándo será la Venida del Reino de Dios.” Él les dijo: “El Reino de Dios no viene con advertencia; el Reino

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forma de salir con todos los que están allá, para venirlos a visitar a ustedes acá. Así que, esos son misterios del Reino de Dios, son misterios que están ahí escritos en forma simbólica, en parábolas, en los simbolismos apocalípticos, pero que un día tienen que cumplirse, cada uno en su tiempo. Ya muchos se han cumplido, y lo que hacemos es darle a conocer los que ya se han cumplido, mostrarle los que están por cumplirse, y los que están más adelante para cumplirse en la resurrección y transformación de nuestros cuerpos. Y no tenemos que preocuparnos en cuanto a si vamos o no vamos a entender los misterios del Reino de Dios, porque cuando llegue el momento para que los entendamos, el más interesado que está en que los entendamos es Dios. Y Él nos hará nada sin que antes revele Sus secretos cuando tiene que revelarlos, cuando va a hacer esas cosas. Así que, fíjese los misterios del Reino de Dios que se cumplieron en las edades del pasado, aunque no fueron entendidos plenamente por la gente de ese tiempo, el mensajero de cada edad captó la revelación, el misterio correspondiente a ese tiempo, el misterio correspondiente a la Obra de Dios para ese tiempo, lo captó, llevó a cabo la Obra de Dios, y se cumplió un misterio del Reino de Dios al realizarse una edad o una etapa de la construcción del Templo de Jesucristo. Aunque no lo entendieron como hoy en día nosotros lo entendemos; pero se hizo la labor, o sea, se cumplió, se materializó ese misterio del Reino de Dios. Pero, como ya ustedes saben, por causa de que el enemigo de Dios no debía comprender cabalmente el misterio o los misterios del Reino de Dios, el Señor Jesucristo ha dejado para el tiempo final la revelación plena de todos esos misterios que se cumplieron en el pasado, los que se cumplen en este tiempo, y los que se cumplirán en el futuro. Por eso, es necesario que en este tiempo nosotros comprendamos las cosas que debemos comprender, porque es el tiempo de la revelación de Jesucristo, para que nosotros podamos

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Reino de Dios. Si hay alguien que es bien reservado es Dios. No da a conocer las cosas antes de tiempo; y si dice algo acerca de lo que Él va a hacer en el futuro, lo dice en tal forma y a través de mensajeros que lo hablan en una forma en la cual no puede ser entendido abiertamente hasta que se cumple. Cuándo se cumple, entonces es que puede ser entendido claramente, y entonces es que esas parábolas que hablaban de eso que Dios iba a llevar a cabo, entonces esas parábolas se actualizan. Mire, aun el Señor Jesucristo, enseñándole las parábolas a la gente, si no les explicaba, a los mismos discípulos si no les explicaba el significado, ellos ni entendían. Por eso el Señor en una ocasión, cuando los discípulos vienen a Él preguntándole acerca de una parábola, Él les dice: “¿Y ustedes también están sin entendimiento?” Pues claro que estaban sin entendimiento, porque si no había quién les explicase esas parábolas, aun los hijos del Reino no las pueden entender; porque son misterios del Reino de Dios. Y un misterio no puede ser entendido, a menos que sea explicado por la persona que tiene la revelación para explicar ese misterio en el tiempo señalado por Dios. Así que, el misterio del Reino de Dios es grande, pero es para ser entendido por los hijos del Reino. El Señor dijo: “Mas a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de Dios, del Reino de los Cielos.” Y por eso dijo: “Mas bienaventurados vuestros ojos porque ven. (¿Qué estaban viendo ellos?) Y bienaventurados vuestros oídos porque oyen.” ¿Qué estaban viendo y qué estaban oyendo? Ellos estaban viendo y estaban oyendo en aquellos días el cumplimientode las profecías mesiánicas para aquellos días; lo que los profetas y los santos del pasado habían deseado ver y habían deseado escuchar. Ellos allí estaban escuchando y viendo la profecía mesiánica cumplida en medio de ellos. Y cuando llega el tiempo para el cumplimiento de la profecía, ya sea que haya sido dada en parábola o en alguna otra forma, en simbolismo, en lo que sea, es realmente una bienaventuranza grande poder estar presente en ese tiempo y

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ver el cumplimiento de eso, que en otros tiempos no podía ser entendido. Porque estaba en símbolos, en parábolas, en profecías, y no debía ser comprendido hasta que llegara su tiempo. Por eso usted siempre encontrará que las profecías bíblicas, la gente siempre las malinterpreta, porque hay que esperar que llegue el tiempo en donde Dios envíe un mensajero, ordenado por Dios, con la revelación divina de esas profecías, de esas parábolas, para que le enseñe al pueblo. Y casi siempre ese es el tiempo donde Dios estará cumpliendo esas profecías también; es el mejor tiempo para entenderla: el tiempo de su cumplimiento. Por eso el Señor Jesucristo en algunas ocasiones decía: “Hoy se ha cumplido esta escritura en vuestros oídos,” cuando tomaba aquellas profecías, que algunas de ellas eran en forma simbólica, y las leía, y luego les enseñaba su significado. Y el Reino de Dios es así. Todo está mostrado con parábolas, con simbolismos, con profecías, para que así nosotros tengamos ya, en nuestra mano, lo que ocurrirá en el Reino de Dios y lo entendamos cuando ocurra; pero antes no puede ser entendido cabalmente. Solamente uno tiene la letra de lo que Dios ha de hacer en Su Reino. Así también es el libro del Apocalipsis. El libro del Apocalipsis encierra grandes misterios del Reino de Dios, y también encierra grandes misterios del reino del diablo; grandes misterios de las cosas que el diablo ha de hacer en este planeta Tierra, las cuales están ahí escritas de que el diablo las va a hacer. Y cuando sean dadas a conocer esas cosas que el diablo estaría haciendo en su reino, porque hay dos reinos sobre la Tierra: el Reino de Dios y el reino del diablo. Y el libro del Apocalipsis es un libro que contiene la revelación de Jesucristo para descubrir el misterio del Reino de Dios y el misterio del reino del diablo, para que uno escape del reino del diablo y se coloque en el Reino de Dios. Ahora, el libro del Apocalipsis, ya ustedes pueden ver que es un libro simbólico. Ese libro ha sido escrito simbólicamente, para que no pueda ser entendido por los de afuera, como dice el

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es también el lugar en donde, el que entre y coma de ese maná escondido, tiene la promesa de no ver muerte; a menos que haya sido señalado por Dios para partir y luego regresar en la resurrección, para ser testigo de la resurrección; porque eso es bueno, que algunos de los que están aquí vayan al Paraíso, estén un tiempo allá, y después regresen en la resurrección. Si nadie quiere ir, a mí me gustaría ir; y después cuando regrese, yo creo que me van a conocer de nuevo, y van a saber que soy yo por lo que voy a predicarles. Y yo no me preocupo en tener que irme, cuando me tenga que ir, si Dios me llama, ¿saben por qué? Porque aquí tenemos a nuestro hermano Bermúdez que conoce muy bien, muy bien esos misterios del Reino de Dios, y puede seguir con ustedes, y no van a tener ningún problema. Yo le he dicho así a él, y él me dice: “No, mejor me voy yo y tú te quedas.” Así que, hasta en eso, hasta en eso peleamos él y yo, porque él quiere entonces, pues, irse, pero yo creo que la esposa y los hijos no desearían eso; así que, vamos a esperar que, si Dios tiene que llevarse a alguno de nosotros dos, que me lleve a mí, y que él se quede con ustedes aquí, luchando y trabajando, y entonces me verán de nuevo, cuando regrese con todos los santos que están allá. Así que, el que se vaya en estos días, no va a estar mucho tiempo allá. Por eso es que uno no se tiene que preocupar, va a estar muy poco tiempo allá, y allá, si yo predico aquí, y les predico a ustedes todas estas cosas y les hablo del libro del Apocalipsis, ¿de qué usted cree que yo les voy a predicar allá? No es que yo voy a buscar qué… no es que yo voy a buscar a predicar, sino que de seguro, cada vez que va uno de los este tiempo, pues, va allí y enseguida lo reciben, y le dan la oportunidad de hablar, si es ministro, de predicar de las cosas que corresponden a este tiempo; para ellos saber cómo están las cosas acá, y saber cuánto tiempo les queda a ellos allá. Bueno, así que, seguiría predicando, no se preocupen en cuanto a eso. Y creo que estaría muy bien allá, pero sabiendo las promesas que hay acá, yo no me quedaría allá; yo buscaría la

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final, para así ser recogidos todos los elegidos y ser colocados en el lugar del Templo más importante: en el Lugar Santísimo. Y como en el Lugar Santísimo es el lugar en donde se cumplirá la Segunda Venida del Señor Jesucristo, y en donde Él estará manifestado de en medio de los dos Querubines, de en medio del ministerio profético de Moisés y Elías, de los dos Ungidos, como ese es el lugar, entonces el Señor Jesucristo llevará a ese lugar del templo a la gente que vive en este tiempo, los acomodará ahí para que ellos puedan ver Su Venida. Porque vendrá el Señor a Su Templo; y vendrá ¿cómo?, súbitamente. Ese es el lugar señalado para la Venida del Señor. Por eso el Señor colocará ahí Sus pies; Sus pies ¿de qué?, de bronce. Y ya ustedes saben lo que son los pies de bronce; si no lo saben, léanlo en el mensaje que se predicó, las conferencias que se predicaron relacionadas a “La Séptuple Gloria de Jesucristo.” Ahí explica lo que son los pies de bronce. Bueno, sabiendo nosotros cuál es el lugar para la Venida del Señor, que es el lugar de la manifestación del Señor Jesucristo, y sabiendo que ese es uno de los misterios más grandes del Reino de Dios, es necesario entonces que nosotros entendamos las parábolas que hablan de estas cosas; que entendamos los simbolismos apocalípticos que hablan de estas cosas también. Es necesario que entendamos las profecías bíblicas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento que hablan de estas cosas también, para que nosotros podamos comprender el misterio del Reino de Dios en estos días en donde estará manifestado ese misterio, y dejará entonces de ser un misterio para nosotros cuando lo comprendamos cabalmente. Y será como siempre ha sido: todo bien sencillo. Y cada persona comprenderá la posición que ocupa en el Reino de Dios; y sabrá el lugar en donde ha sido colocado en el Templo del Señor Jesucristo. Sabemos que en este tiempo son colocados los elegidos en ese lugar del Templo del Señor. Es el lugar más sublime, el lugar más importante, el lugar que siempre Dios ha vigilado; y

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Señor Jesucristo. A los de afuera, solamente por parábolas. Y el libro del Apocalipsis es un libro parabólico, es un libro simbólico, para que los de afuera, cuando lo lean, no puedan comprenderlo, sino que solamente sepan que es un libro en donde está encerrado el misterio del Reino de Dios; y no solamente del Reino de Dios, sino del reino del diablo, que es descubierto ahí en forma simbólica: ahí aparece el caballo blanco, ahí aparece también el caballo negro, el caballo rojo y el caballo amarillo. Pero esa es la trayectoria que toma el reino del diablo, y luego el Señor Jesucristo lo colocó en forma simbólica, para que así se tuviera que esperar hasta el tiempo final, en donde aparecería y en donde se manifestaría el Señor para dar a conocer todos esos misterios en este tiempo final. En el tiempo en que Juan recibió estos misterios del Reino de Dios, y el Reino de Dios descubre al reino de las tinieblas. Y cuando Juan recibió esto, dice que él fue transportado, llevado al día del Señor; o sea que él fue llevado en el espíritu hacia el futuro, para ver y para escuchar la revelación apocalíptica en forma simbólica; para que así él escribiera eso en esa forma, y no fuera entendida cabalmente, hasta que llegase el tiempo final, hasta que llegase el tiempo adonde él fue colocado. Y ahí entonces sería el tiempo en donde los misterios del Reino de Dios serían abiertos al público. Y principalmente el gran misterio del Séptimo Sello, que es el misterio de la Segunda Venida del Señor. Es el gran misterio que ni aun los ángeles sabían cuándo sería el día, la hora, el año, lugar, y un sinnúmero de cosas que estarían envueltas en la Venida del Señor. Pero, todo eso, además del libro del Apocalipsis, porque el libro del Apocalipsis también resume, en forma simbólica resume todas las profecías del Nuevo y del Antiguo Testamento que hablan del tiempo final; resume las profecías de la Venida del Señor; resume las profecías de toda la Obra del Reino de Dios. Por eso el libro del Apocalipsis, en este tiempo en que vivimos es el libro más importante de la Biblia. Y es un libro simbólico, parabólico, y para eso Dios enviará Su revelación, la

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revelación de Jesucristo, ¿para qué?, para declarar todas estas cosas a las iglesias, a los elegidos. Para que así los elegidos conozcan el misterio del Reino de Dios, y sean llamados al Reino de Dios, y sean recogidos con la Gran Voz de Trompeta que en el tiempo final el Señor Jesucristo dice que sonará. Dice: “Porque el Hijo del Hombre enviará a Sus Ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a todos los elegidos, los escogidos.” ¿Dónde los va a juntar? En el Reino de Dios. ¿Con que? Con la revelación de Jesucristo, que es la Gran Voz de Trompeta, ese es uno de los misterios del Reino de Dios: la Gran Voz de Trompeta; los Ángeles que Él enviará. Por eso dice: “Enviará a Sus Ángeles.” ¿Y que son los Ángeles del Señor? Cuando ya en Apocalipsis usted ve esa misma profecía en el capítulo 11, ya la ve nuevamente en forma simbólica, pero ya en una forma más amplia. Dice en el libro del Apocalipsis, en el capítulo 11, dice el verso 3: “Y daré a mis dos testigos…” Ya los Ángeles que dice Dios que enviará con Gran Voz de Trompeta, aquí dice que son los dos Testigos, Y luego sigue diciendo en el verso 4, dice:  “Estos testigos son los dos olivos…” Ahora nos lleva para mostrar dónde está simbolizado eso en el libro del profeta Isaías, que dice que son las dos olivas, y que son los dos candeleros que están delante del Dios de toda la Tierra. Así que, vean, lo que estaba allá en el templo: aquellas dos olivas y aquellos dos candeleros, en forma allí, literal, dos olivas y dos candeleros, eso estaba mostrando simbólicamente a los dos Ungidos, a los dos ministerios que estarían en el tiempo final, para declarar el misterio del Reino de Dios al pueblo de Dios, y así reunir a todos los elegidos de entre los gentiles y también de entre los hebreos. Y dice que llamará a todos los escogidos, ¿con que?, con Gran Voz de Trompeta. Ese es uno de los grandes misterios del Reino de Dios para los días finales, y ese misterio estaba oculto por muchos

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Porque por Su Palabra Él hizo los Cielos y la Tierra. Todas las cosas por el Verbo, por la Palabra, fueron hechas. Y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. ¿Y usted cree que va a hacer otra cosa que no sea por la Palabra también? Pues si Él va a hacer una transformación en cada uno de nosotros, va Él a enviar Su Palabra a nosotros, la vamos a recibir, y se cumplirá la promesa de la transformación. Y no solamente nosotros, sino aún los que están en el Paraíso que han muerto, que duermen, dice que oirán la Voz del Hijo del Hombre, y se levantarán. La resurrección depende del Mensaje, de la Voz del Hijo del Hombre, de la Gran Voz de Trompeta que Él ha prometido para estos días finales. Todo eso es un misterio en el Reino de Dios. Y es el gran misterio de los misterios. Porque todo el Templo es un misterio; pero el misterio más grande se encuentra en el Lugar Santísimo de ese Templo; porque es el misterio que Él dijo que ni aun los ángeles del Cielo sabían cuándo sería la hora ni el día en que eso ocurriría. Porque ahí es que se cumplirá la promesa de la Venida del Señor: cuando el Lugar Santísimo esté todo construido, esté el Arca del Pacto, esté el Maná escondido dentro del Arca del Pacto, esté la Vara de Aarón, esté también el Incensario de oro, esté también los dos Querubines… Y ustedes saben lo que representa todo eso: el maná escondido ya saben que es el Mensaje final, la Gran Voz de Trompeta; y ustedes saben también que los dos querubines están señalando o representando a los Ángeles que dice el Señor Jesucristo que enviará con Gran Voz de Trompeta en estos días finales, lo cual es los dos Ungidos, los dos ministerios enviados por el Señor Jesucristo a esta Tierra, señalados como el ministerio de Moisés y el ministerio de Elías; los cuales ministrarán en el Lugar Santísimo; no ministrarán fuera de ese lugar; aunque pueden ministrar en cualquier lugar, pero son para ese lugar, porque ya las edades de la Iglesia gentil han concluido. Ese será el ministerio final del Señor Jesucristo para usarlo en beneficio de los seres humanos; eso es un misterio grande en el Reino de Dios. Pero ese misterio es dado a conocer en este tiempo

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rostro brilló como el sol. Por eso la Obra del Señor es desde el Oriente hasta el Occidente. En el Occidente Él concluye Su labor, la labor de la construcción de Su Templo, en donde llama a las últimas piedras vivas, que no son otra cosa sino seres humanos, llamados con la Gran Voz de Trompeta para juntar a todos esos elegidos, todas esas piedras vivas, para hacer, para construir la parte final de ese Templo, que es la parte occidental, la parte más importante de ese Templo del Señor. ¿Y por qué es la parte más importante del Templo del Señor? ¿Qué es lo que fue colocado, qué fue colocado en el occidente en el templo que hizo Moisés? El lugar santísimo estaba en el occidente; y ahí estaba el arca del pacto; ahí estaban las tablas de la Ley; ahí estaba la vara de Aarón; ahí estaba el maná escondido; ahí estaba el incensario de oro, y ahí estaban los dos querubines. Y ahí, en el occidente, en el templo de Moisés o que hizo Moisés y en el templo de Salomón, están señalando lo que habrá en el Templo del Señor Jesucristo. Ahí, en medio de ese lugar que es construido al final, estará el Arca del Pacto, el Maná escondido que Él prometió darle a los vencedores, que no es otra cosa que el Mensaje final, la revelación de Jesucristo que será alimento espiritual para el alma; un alimento eterno, para las personas que viven en esta Tierra, y el que lo coma, vivirá eternamente. Es el alimento espiritual, el Maná escondido, que comerán los que van a ser transformados. Porque, así como nuestro cuerpo terrenal depende de lo que comemos, porque las células que van naciendo y van multiplicándose son el mismo alimento que se convierte en alimento para… en vitaminas, en minerales, y todas estas cosas, para producir células. Y alrededor de ese Maná escondido que Él nos dará en este tiempo final, alrededor de ese Mensaje, de esa revelación de Jesucristo, de esa Palabra divina, es que va el Señor Jesucristo a realizar la transformación de nuestros cuerpos; va a depender de lo que Él nos va a dar.

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siglos, por muchas generaciones, y era uno de los misterios que los profetas y que los apóstoles desearon conocer y no les fue concedido conocerlo en su tiempo; pero sabían que para el tiempo final se cumpliría esa profecía, que estaba también en forma simbólica allá en la profecía de Zacarías. Ahora, vean que el misterio del Reino de Dios ha sido colocado en diferentes formas a través de toda la Biblia. Aun en las construcciones que Dios ordenaba llevar a cabo, ahí Dios colocaba los misterios de Su Reino en una forma simbólica, utilizando las cosas mismas que Él mandaba a construir. Por ejemplo, Él le dijo a Moisés y le mostró a Moisés un templo, un tabernáculo, y le mostró todos sus detalles; y Moisés hizo un tabernáculo conforme al modelo que vio en el Monte Sinaí. Porque ahí él entró a una dimensión espiritual, a una dimensión divina, y vio un templo, y él recibió orden de parte de Dios para hacer uno aquí en la Tierra conforme a lo que él vio allá. Así que, lo que él vio allá sería mostrado en todas las cosas que él haría, que él construiría aquí en la Tierra. Y como Dios no hace nada, ni ordena a Sus mensajeros a hacer algo que no tenga sentido, que no tenga un significado, todo lo que hizo Moisés tenía un significado. Hizo un tabernáculo, y después Salomón hizo un tabernáculo también, igual, o sea, con los detalles que tenía el que hizo Moisés. Y todo lo que fue hecho, el mismo tabernáculo, significaba, representaba algo que era un misterio en el Reino de Dios. Ese tabernáculo representaba un tabernáculo espiritual que se construiría en cierto tiempo en el Programa de Dios. Y cuando fue quitado el tabernáculo literal, luego comenzó el Tabernáculo espiritual a ser construido. Y el Señor Jesucristo comenzó a construir ese Tabernáculo a través de Sus mensajeros, de Sus apóstoles y demás mensajeros a través de las diferentes edades de la Iglesia gentil. Y cada persona que era colocada en ese Templo espiritual, porque dice la Escritura: “¿No sabéis que sois templos de Dios?, ¿templos del Espíritu de Dios?” Así que, somos entonces, como dice San Pedro, piedras vivas, para ser

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edificados un Templo Santo al Señor. Ahora, vean ustedes que aquel templo que hizo Moisés y el que hizo Salomón, estaban siendo tipo y figura de un Templo espiritual que construiría el Señor Jesucristo; y el misterio grande no era el templo que hizo Moisés y ni el templo que hizo Salomón; el misterio grande en el Reino de Dios era el Templo espiritual que construiría el Señor Jesucristo. Porque los demás templos, los demás templos eran temporeros. Busque el templo que hizo Moisés, ¿dónde está? Busque el templo que hizo Salomón, ¿dónde está? Pero el Templo que aquellos templos representaban con todo lo que tenían dentro, es un Templo eterno que el Señor Jesucristo ha estado construyendo. Y todo aquello que estaba dentro de aquel templo: aquel candelabro con sus siete lámparas, representaban las siete edades de la Iglesia gentil; y cada luz o lámpara o cada mecha de luz que había en ella, representaba a cada mensajero de cada edad de la Iglesia gentil. Y todo eso está en el Templo espiritual del Señor, que es el misterio real, ese era el misterio que estaba siendo simbolizado allá en el templo de Moisés y en templo de Salomón. Pero cuando se comenzó la construcción de ese Templo, cuando comenzó ese misterio a ser realizado, entonces fueron quitados los símbolos, ¿para qué?, para que llegara la realidad, para que se materializara, el simbolismo se materializara, se hiciera carne. Porque todo el Programa de Dios es para llevarse a cabo con los seres humanos, para que se haga carne el Programa divino. Vean ustedes cómo se materializó, cómo se hizo carne el candelabro. Vean ustedes también cómo se hizo carne cada lámpara o cada luz que había sobre el candelabro. Vean ustedes también cómo, al ir pasando el tiempo, cómo el Templo ha estado siendo construido con piedras vivas. Las piedras que fueron utilizadas en el templo de Salomón, fueron llevadas a ese lugar para ser colocadas en ese gran templo, en donde no se escucharía ni martillo, ni ruido, ni nada, sino colocadas conforme al Programa de Dios; y bien unidas. Cuando se formó el alboroto fue en la inauguración. En la inauguración,

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ahí fue que se formó el alboroto. Pero antes de eso, antes de eso todo era silencio. Y así ha estado pasando a medida que el Señor Jesucristo ha estado construyendo Su Templo. Ha ido colocando en cada edad las piedras correspondientes a esa edad. Y en este tiempo, ¿dónde nos encontramos? Porque tenemos que encontrar nuestro lugar en el Templo del Señor. Porque, ¿saben ustedes una cosa? El que desee ver la Venida del Señor tiene que estar en el sitio adonde Él vaya a venir. Muchas personas están esperando la Venida del Señor; pero no saben ni cómo, ni cuándo, ni dónde va a llegar el Señor. ¿A dónde llegó cuando Moisés tenía el templo ya hecho? Pues a Su templo. ¿Y dónde se metió? En el lugar santísimo. ¿En dónde? En donde estaban los dos querubines, el arca del pacto, en donde estaba el maná escondido, la vara de Aarón, las tablas de la Ley, en donde estaba el incensario de oro, ahí se metió el Señor en Su Venida en los días de Moisés al templo que hizo Moisés. Y luego cuando Salomón hizo el Templo, ¿a dónde se metió? Él vino a ese templo; y luego se acomodó en el lugar de reposo de Dios, que es el lugar santísimo en donde estaban los dos querubines, el arca del pacto, las tablas de la Ley, el maná escondido, la vara de Aarón y el incensario de oro. ¿A dónde vendrá el Señor en el tiempo final conforme a Su promesa? Pues a Su Templo, ¡tiene que haber un Templo! Y ese es el gran misterio del Reino de Dios. El misterio del Reino de Dios que ha ido moviéndose a través de los siglos es el misterio de la construcción del Templo más importante de todos los templos: del Templo del Señor Jesucristo. ¿Y dónde nos encontramos? ¿Cómo está siendo construido o ha sido construido ese Templo? Ese Templo comenzó a ser construido desde Jerusalén, desde el Oriente; y se termina la construcción de ese Templo en el Occidente; porque la Obra que Él ha estado haciendo, la ha estado haciendo como el sol que sale del Oriente y termina Su Obra en el Occidente. Por eso la Venida del Señor dice que es como el sol, por eso Él se transfiguró y Su