El Martir Del Desierto

EL MARTIR DEL DESIERTO Maestro. . . ¿Dónde está el monumento que el pueblo y el gobierno en tu honor han levantado? ¿Dón

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EL MARTIR DEL DESIERTO Maestro. . . ¿Dónde está el monumento que el pueblo y el gobierno en tu honor han levantado? ¿Dónde?. . . ¿Dónde?. . . ¿Dónde está ese monumento?. . . Si fueras coronel y trajeras un fusil colgado al hombro De inmediato ascenderías a general te darían cien medallas por cada ser humano asesinado Y pasarías a la historia como héroe, ¡Como un héroe nacional! Harían una esfinge en mármol, bronce y oro. . . Y en ella un escrito que así dijera: “Salve. . . oh mártir, que cubriste con decoro las armas nacionales En todas las trincheras” Y pondrían tu nombre en las calles, a los parques, A los jardines. . . y con toques de trompeta y clarines Harían por todo el pueblo tu féretro besar. . . Y en lugar de cirios. . . Estarían cuatro cadetes Del heroico Colegio Militar, Es risible Maestro, pero es la realidad. . . Tú que luchas a diario por la sierra, por los campos Y en las veredas donde fuiste regando con Tu sangre los caminos. . . Donde con paciencia Hiciste gente, a tantos campesinos, donde les enseñaste Que entre el lápiz y el abismo hay una gran distancia Que se llama analfabetismo Con tu sudor se fundaron las aulas de tu escuela, Con tu sabiduría hiciste de cada niño. . . ¡un pájaro que vuela! Con tu sonrisa llenaste un jardín lleno de rosas Y con tu canto nacieron, sin querer las mariposas. . . Maestro, ¿Dónde está el monumento que el pueblo Y el gobierno en tu honor han levantado? ¿Dónde?. . . ¿Dónde?. . . ¿Dónde está ese monumento? Maestro. . . tú que vives a diario, batalla tras batalla, Sin ruido de fusiles, sin disparos de metralla. . . Tienes que esperarte medio siglo, Para que coloquen en tu escuálida mano. . . ¡La famosa medalla Altamirano! Una sola. . . Maestro ¡Una sola!. . . No mereces más, Pues tu espalda es grafito, es gis, es pizarra. . . Es papel que no chorrea sangre, es arcilla que no hiere, Es arcilla que no mata, Es escoria que no sirve en los campos de batalla, Es polvo que el viento esparce, Es ceniza que no marca huellas. . . Es el rio que perdió por completo el cauce Tus esfuerzos de nada sirven Maestro Tus desvelos a nadie le importan Porque el honor y la gloria

Solo se ganan en los campos de batalla. . . Y tú, no te ensañas con los niños que salen a tu encuentro, No te ríes del dolor que llevan dentro Nunca la espalda les das ¡Jamás dañas! ¡Jamás hieres! ¡Jamás matas!... Tu misión no es destruir vidas Tu labor es construir hombres Que sepan formar sus propias vidas, ¿Dónde?... ¿Donde?... Donde esta ese monumento que en tu honor se ha levantado Cambiaste estrellas y barras y con esfuerzo dejaste casa; Padres y hermanos… por una sola dicha; Hacer del niño un pavorreal de mil colores Dejaste lujos, tapetes y cortinas… Por una choza humilde y de cartones… Dejaste mesas con platillos y manteles, Por cambiar hombres por gentes Que sueñan con castillos y tropeles; ¿Y ese sacrificio… quien lo toma en cuenta? Se ríen cuando piden aumento de salarios Se enojan cuando exiges respetos a tus derechos; Se ríen, se burlan, te miran con desprecio… Y en cambio, te exigen que cumplas con el programa Que rindas pleitesía a quien te difama Que aplaudas sus conquistas, sus logros y sus formas… Y que no hablas mal de nadie Porque eso es ser anti- revolucionario Si dices la verdad… ¡Cometes sacrilegios! Si exiges lo que es tuyo… Eres necio... Si expresas lo que sientes… no sirves a la causa Si tomas la bandera defendiendo campesinos En la cárcel te irás pudriendo a pausas Y entonces no habrá ni sindicatos Ni organismos, ni padrinos que tomen por su cuenta tu defensa Pero si ven en cambio… brillar el sol entre tus manos serás, El amigo querido Serás el amigo adorado Serás el compadre del alma… Y tendrán la desvergüenza de tratarte en la calle Como hermano. Qué triste Maestro…. Qué triste… se consume tu cuerpo Te resistes a morir en un lecho cuajado de delicias, Lo cambias todo por un puñado de sonrisas Que vengan a pagar el dolor si estas enfermo, Y llevarte sus caritas grabadas en tu viaje, hacia el eterno; Con eso te consuelas, con eso te conformas. Si no quieres zarzuelas de espadas, fusiles o metralletas, Te humillan los honores con todo y sus medallas, Te ofenden las limosnas que te dan por aumento Degradan tu conciencia las miles de seudo-reformas Poniendo en duda, Maestro tu conocimiento Y… Tú sigues con tu pecho enchido

Tu barca en vez de ser la reina de los mares es canoa de Ingratitudes y pesares. Y el campo que laboras es desierto Donde habitan serpientes ponzoñosas… Maestro. ¿Dónde está el monumento que el gobierno En tu honor ha levantado? ¿Dónde?... ¿Donde?... ¿Dónde está ese MONUMENTO?...

AUTOR: ANONIMO