El Mago de Los Salones o El Diablo Color de Rosa Nueva Colección de Juegos de Escamoteo, Física y Química Recreativa

Biblioteca de II mo. Fundación Juam Man/1 (Madrid) 701iRESSELLA Lib e. ia 1 Tabla 1 Nutüro 16 . 7 1, MAGO D LOS SAL

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Biblioteca de II

mo. Fundación Juam Man/1 (Madrid)

701iRESSELLA Lib e. ia 1 Tabla 1 Nutüro 16 .

7 1, MAGO D LOS SALMS Ó EL

DIABLO COLOR DE ROSA

ffilioteca. de Ilusionisnto. Fundación Juan Manch (Madrid)

Rililitateca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO

DE LOS SALbS EL

1-1:S

DIABLO COLOR DE ROSA Nueva colección de juegos de escamoteo, fisica y quimica recreativa, naipes, magia blanca, etc., etc., puestos en orden por \ e, ;:\ ,.. IR. I C 11 ..A. MZ, :.-2) 13 n

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Y SEGUIDOS DE UN SUPLEMENTO post

11. DELION TRADUCIDOS DEI, FRANCÉS POR

RICARDO PALANCA Y LITA

Cuarta edición .a.urnen.tadalé ustrada con 211 grabados intercalados en el texto.

VALENCIA: Librería de PASCUAL AGUILAR, Caballeros, 1.

1886

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

Es propiedad.

Imprenta de Ramón Ortega, Bajada San Francisco, 11,

lioteca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

AL LECTOR

El libro que hoy ofrecemos al público, contiene, sin disputa alguna, lo más selecto y escogido de cuanto se ha escrito sobre la física recreativa. Después de haber consultado todos los autores que han adquirido justa celebridad en esta ciencia, nos hemos dirigido á uno de los más renombrados profesores, monsieur Delion, el cual nos ha dado como suplemento un gran número de juegos de los que él ejecuta en su pequeño teatro del pasaje V erdeau, colmado siempre de los unánimes aplausos del inmenso gentío que llena el local en todas las representaciones.

B a llueca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

VI

Los grabados que van distribuidos en nuestra publicación, completan aún más las descripciones y hacen cada juego más fácil de ejecutar. Estos grabados, que en su mayor parte se han dibujado con mucho esmero bajo la dirección de Mr. Delion, son los mismos que hoy reproducimos para dar mayor realce á la obra. En una ligera instrucción preliminar, damos á las personas que deseen proporcionar á sus amigos un rato divertido, algunos consejos tomados de uno de los autores á quienes hemos hecho numerosas consultas. Creemos, pues, que nuestro libro alcanzará un éxito favorable entre los amantes de la ciencia y aficionados ä esta clas e . de producciones.

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Aladaid)

INSTRUCCIÓN PRELIMINAR

1. 0 No des jamás ä conocer la prueba que vas ä ejecutar; cuida de que el espectador ignore el

efecto que deseas producir, para que no tenga ocasión de adivinar la causa. 2.° Ten siempre, en cuanto sea posible, muchos medios de hacer la misma experiencia, con el fin de que, si te aciertan uno, puedas emplear otro para demostrar que nada te han adivinado. 3.° No hagas nunca des veces la misma prueba; porque entonces faltarías al primer precepto que acabo de dar, y el espectador estaría prevenido del efecto que querías producir. 4.° Si te se ruega la repetición de un juego, no rehuses jamás de una manera directa; esto podría dar lugar ä que se sospechase de la seguridad de tus medios, y para que no se insista en ello, promete volver ä repetirla bajo distinta forma, y

Ihrteca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

vur ejecuta otra que esté en relación directa ó indirecta con la que se pide; después dirás que es la misma prueba, presentada bajo otro punto de vista. Este ardid no deja nunca de producir su efecto. 5.° Si alguna vez ejecutas juegos de destreza, como dependen todos de la agilidad de las manos, el espectador, viendosiempre les mismos ademanes, podria por último adivinar tus movimientos; haz, pues, sucesivamente juegos de destreza, de combinaciones, física, etc., á fin de que los que están observando queden confundidos viendo constantemente los mismos efectos, aunque éstos pertenezcan á causas diferentes. 6.° Cuando emplees un medio cualquiera, procura hallar siempre una astucia para hacerlo aparecer como una novedad, y al propio tiempo hacer ver, aunque sin afectación, que posees abundantes recursos. Se trata, por ejemplo, de tin juego de combinación; haz creer, si es posible, que éste depende de la ligereza de los dedos; mas si éste es de destreza, trata entonces de parecer poco hábil. 7. 0 Si haces algunos juegos en un pequefio circulo, compuesto de personas harto perezosas para tomarse el trabajo de reflexionar, no habrá gran inconveniente en hacer indistintamente pruebas nuevas y antiguas, ya sencillas, ya complicadas; pero si se trata de entretener agradablemente á una gran reunión en donde verdaderamente podrá haber personas instruidas, guárdate bien de dar como desconocidos los juegos explicados en los libros. 8.° Si no puedes inventar nada en cuanto al fondo, al menos inventa en cuanto á la forma, rejuveneciendo los juegos antiguos con algunas circunstancias nuevas. 9.° Cuando hagas pruebas, sean cuales fueren, guárdate mucho de atribuirte un poder maravilloso

BOilioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Match (Madrid)

E,•5

IX

y sobrena t ura l ; lo extraordinario como lo natural es tan agradable para la persona de talento, como lo maravilloso para la vulgar. 10. Jamäs vayas á ejecutar un juego sin tener preparadas algunas respuestas para los argumentos sólidos que pudieran oponerte. 11. Aprovéchate con sagacidad de todas las circunstancias y grados de credulidad, que to vendrán, por decirlo así, a la mano. Las circunstancias favorables se presentan á menudo; pero sólo las personas de talento saben aprovecharlas.

13 lioteca

de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

Biblioteca de ilusionismo. Fundación Juan Maieh (Madrid)

- EL MAGO DE LOS SALONES

CAPÍTULO PRIMERO Jue jn os de sociedad :g odo de hacer mugir una cabeza de vaca como si estuviera viva, cuando se sirve cocida á una mesa.

Tomarás una rana viva y la colocarás en el fondo de la cabeza de una vaca, debajo de la lengua, dejándole caer ésta encima: cuidarás de no poner así la rana, sino en el instante mismo de servirla. El calor de la lengua hará chillar sin falta ä la rana, cuyo canto, salido del interior de dicha cabeza, imitará perfectamente el mugido de la vaca.

Modo de fundir el acero y verlo derretir.

Calentarás al fuego un pedazo de acero hasta que esté bien rojo; en seguida lo cogerás con unas tenazas; luego tomaras con la otra mano un cañuto de azufre que presentarás al acero enrojecido: tan pronto como estén en contacto verás derretirse éste último.

B lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

12



EL hIAGO

Procedimiento para cambiar el color del Plumaje de un pájaro ó de tina flor. Para operar esta metamórfosis, es necesario tener algunos bocales (4) ó vasos de vidrio que tengan unos pequeños bordes junto á la boca. Dichos vasos deben ser de un tamaño suficiente para contener suspendido al pájaro que en él quieras meter: debes además proveerte de tapones de corcho de un diámetro igual á la boca de los vasos. Para hacer esta experiencia en un pájaro cualquiera, será menester comenzar por hacer en el centro de los tapones un agujero que baste á contener el cuello del animalito sin estrangularlo. IIecha esta operación, dividirás en dos partes iguales el diámetro del tapón, lo que facilitara el medio de colocar alli el cuello del pájaro sin lastimarle. Unidas las dos partes, introducirás en el fondo del vaso una onza de cal viva y por encima dos dracmas de sal amoniaco. Cuando veas que la efervescencia comienza á tener lugar, pondrás prontamente encima el tapón en donde está adaptado el cuello del pájaro, cuyo plumaje, expuesto al vapor de esta efervescencia, se impregnara de diferentes colores producidos por aquella combinación, pero retira el tapón y el päjaro, tan pronto como ad viertas que su plumaje se halla cubierto de diversos matices; sólo dos ó tres minutos bastarán para producir este efecto; si le dejas por más tiempo expuesto á este vapor, podrás muy fácilmente ahogarlo. Practicando la experiencia sobre una flor, te bastara hacer en el tapón un agujero suficiente para pasar el tronco á la parte de afuera, lo que te servirá para sostenerla en el aire durante la operación. En dos tres minutos tendrá lugar el mismo efecto. (1) Especie de frasco de cristal blanco, de boca ancha y cuello corto. NOTA DEL TRADUCTOR.

Biblioteca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

13

Medio de adivinar los números restantes de una suma que cualquiera habrá pensado. Haces pensar á una persona de la reunión un número cualquiera, y cuando lo hayas pensado se lo haces doblar: doblado que sea, le haces añadir el número que te plazca; en seguida le haces dividir en dos partes la suma total, y luego que retire el primer número pensado; entonces queda la mitad de la suma que le hiciste añadir. EJEMPLO.

Supongamos que la suma pensada sea 6; dóblala y hace 12; haz añadir 8 y hace 20. Dividida esta suma en dos, resta 10; quita la primer suma pensada que es 6 y resta 4, que es la mitad de la que has hecho añadir. Modo de hallar seis veces 13 en 12. Colocaras tus cifras del modo siguiente:

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12, y dices tornando siempre la primera y última cifra:

1 y 12 son 13. 2 y 11 son 13. 3 y 10 son 13.‘. veces. 4 y 9 son 13. 5 y 8 son 13. 6y 7 son 13. Proposición cómica para resolver. A la orilla de un río se encuentran un lobo, una cabra y una col. No hay más que una barca pequeña

Biblioteca de Ilusionismo.

Flundac hin

Juan March (Madrid)

14 EL MAGO que sólo puede contener el barquero y á un objeto. Es preciso, pues, pasarlos de uno en uno á la otra orilla sin que el lobo haga ningún daño á la cabra ni la cabra se coma la col. MODO DE RESOLVER ESTA. CUESTIÓN.

El barquero principiará por pasar á la cabra; después volverá para tomar al lobo, llevándose la cabra, que dejará á la orilla para pasar la col; y últimamente vuelve de vacío á tomar la cabra; de este modo el lobo no se encontrará nunca con la cabra ni la cabra con la col, sino á presencia del barquero.

La hostalera y los bebedores.

Se pone secretamente uno de los cuatro caballos encima de la baraja, se toman los otros tres y una sota y se dejan sobre la mesa. Enseñando los tres caballos, se dice: «lié aquí tres perillanes que se han divertido muchoy han bebido de lo lindo en la hostería, pero que no tienen ni un céntimo: maquinan el escaparse sin pagar á la hostalera que, vedla aquí (se enseña la sota); al efecto, le dicen que vaya ä traerles vino de la bodega, y mientras, huyen cada uno por su lado.» Se pone entonces uno de los caballos encima de la baraja, el segundo debajo y el tercero en el medio. La hostalera, no hallándolos ä su regreso, quiere correr tras ellos: se pone la sota encima de la baraja y alcanza á los pillastres. Se hace cortar y notar que la sota se encuentra con los caballos. Adivinar dentro de qu mano se encuentran las fichas en número par ó impar.

Haz multiplicar el número de la mano derecha por el número par que te parezca, como el 2; y el

lioieca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

15

número de la mano izquierda por un número impar, como el 3, por ejemplo: haz juntar las dos sumas; si el total es impar, el número par de piezas está en la derecha y el impar en la izquierda: si el total es par, será lo contrario. DEMOSTRACIÓN.

Tiénense, por ejemplo, 8 monedas dentro de mano derecha y len la izquierda; multiplicando 8 por 2, se tendrá 16, y el producto de 7 por 3 hará 21; la suma es 37, número impar. Si por el contrario se hubiese tenido 9 en la mano derecha y 8 en la izquierda, multiplicando 9 por 2 hubiera dado 18; y multiplicado 8 por 3, Fi, que unidos á 18 dan 42, número par. Ja

Adición singular ö medio de poner el total de una suma antes de que se haya escrito ninguna cifra.

Se presentarán á cualquiera cuatro hileras de puntos con un orden de cifras de la manera siguiente.

Total. . 1 9 9 9 9 8 Supongamos que esta persona escribe sobre las dos hileras las cifras que se le ocurren. POR EJEMPLO.

3 7 2 1 0

Total. . 1 9 9 9 9 8

Botera de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

16

EL MAGO

Acto continuo, pueden escribirse debajo otras dos hileras de cifras de manera que la suma de estos cuatro números venga á ser precisamente el orden de cifras que se ha escrito primeramente más abajo de los puntos, como aquí se ve:

3 2 6 7

7 9 2 0

2 6 7 3

1 0 8 9

0 7 9 2

Total.. 1 9 9 9 9 8 Para conseguir hacer este juego, hasta observar que el número escrito precisamente no es otra cosa que la suma de dos órdenes de cifras compuestas de nueves, como se puede ver en el siguiente ejemplo, en el que se verá el mismo total que en el precedente.

9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 Total. . 1 9 9 9 9 8 Por consiguiente, todo el arte consiste en suponer que aquel á quien se le propone el juego escribirá dos hileras de nueve; si realmente las escribe, no habrá nada que practicar y la adición está hecha: mas si escribe otras cifras se escribirán otras nuevas que suplan lo que falta á las primeras para valer nueve. Por manera que si la primera cifra es 3 en el primer orden y 2 en el segundo, se comenzará el tercer orden por 6 y el cuarto por 7: por este medio los cuatro órdenes de cifras equivaldrán á dos hileras de 9, y el total escrito de antemano será siempre exacto. Es necesario observar: 1. 0 Que el total está todo compuesto de 9, ä excepción de la primera y última cifra, que juntas las dos valen 9. 2.° Que puede hacerse la misma operación hacien-

lioieca de Ilusionismo. Fundación Juan i,rh (Madrid)

17

DE LOS SALONES

do escribir tres hileras de cifras para juntarles otras tres y el total será precisamente compuesto de 9, ä excepción de la primera y última, que serán 2 y 7; mas si se hace escribir cuatro órdenes de cifras, la primera y la última de la suma serán 3 y 6.

Las hileras de nueves,

(I

el criado infiel.

Un particular recibió como regalo de los tratantes en vino de su distrito treinta y dos botellas del generoso, las que mandó á su criado colocase en la bodega por el orden siguiente, haciéndole notar que había nueve botellas en cada lado: I 1 7

1

7

7

1 7

1

El criado le quitó doce, es decir, cuatro cada vez y en diferentes visitas que había hecho á su lagar. Descubierto que fué, hizo observar á su amo que todavía había nueve en cada lado. PRUEBA DE ESTE PROBLEMA. Primer orden para 28 botellas.

2

5

2

2

5

2

Segando orden para 24 botellas.

3 3 3

3 3

3 3 3

Tercer orden para O

4 1 4

botellas.

1 1

4 1 4

Cuestión embarazosa que se propone para su resolución.

Pondrás tres sumas sobre un papel y dirás á la reunión: Caballeros y señoras, he aquí tres cantidades 2

Entera de Ilusionismo. Ftindacion Juan rvIar,11, (Madrid)

18

EL MAGO

muy diferentes y desproporcionadas unas de otras; no obstante esto, quisiera repartirlas entre tres de ustedes de modo de que cada uno tuviese una cantidad igual, mas sin alterar en nada estas tres sumas. Esto parecerá á ustedes muy dificil; sin embargo, no hay nada más sencillo. Una adición bastará para probarles que el contingente de cada uno será el mismo, y que la parte no les enriquecerá mucho por cierto. lié aquí la prueba: EJEMPLO.

5131422 61254 7218 • MODO DE EJECUTAR LA OPERACIÓN

Adiciono así la primera de estas cantidades y digo: 5 y 1 hacen 6; y 3 hacen 9; y 4, hacen 13; y 1,14; y 2, hacen 16; y 2, hacen 18. . . . . 18 Igualmente en la segunda; 6 y 1 hacen 7; y 2, hacen 9; y 5, hacen 14; y 4, hacen 18.. . . 18 Y pasando á la tercera, digo: 7 y 2 hacen 9; y 1, hacen 10; y 8, hacen 18. . ..... 18 MODO Y PRUEBA DE ESTA OPERACIÓN.

No hay mas que tener cuidado al estampar las cantidades, de arreglar las cifras de modo que cada suma no forme más que el número 18. Esta misma operación puedes hacerla en cualquier suma que te plazca, observando como aquí arriba, que el número de cifras puestas no exceda de la cantidad que desees quede a cada uno.

Juego numefitieo de cartas.

Se suplica ä una persona que escoja tres cartas ä

,lioteca de ilusionismo. Fend,trien .Tuan March (3.1.adridl

19 su vuluntad, de una baraja, previniéndole que vale cada carta según los puntos que cada una marca. Cuando haya escogido las tres cartas, dile que las ponga sobre la mesa cada una separadamente, y encima de cada montón tantas cartas como puntos sean menester para llegar á quince; es decir, que si la primera carta es un nueve, es menester poner seis cartas encima; si la segunda es un diez, cinco cartas, y si la tercera es un caballo, cuatro cartas. Ved, pues, diez y ocho cartas empleadas; por consiguiente, deben quedar treinta que las volverás á pedir, y aparentando que quieres examinarlas, las contarás para asegurarte del número que queda, y éste sera el número de los puntos que formaban las tres cartas escojidas y que se hallan debajo de cada montón. (1). DE LOS SALONES

,

Bonito juego de cartas, llamado Tontina (2), que puede divertir á una numerosa reunión. (ESTE JUEGO PUEDE APRENDERSE EN UN INSTANTE.)

Se juega con cuarenta y ocho cartas. Luego que cada uno ha tomado un número de fichas, como veinte, cuya cantidad se tija, cada uno pone tres al juego, y comienza la sesión. Se corta, y se pone una carta descubierta delante de cada persona: lid aquí lo que constituye el fondo. El que tiene el rey saca tres fichas, la sota dos, el caballo una; el diez ni cobra ni paga, el as le da una al del lado, el dos le da dos al segundo jugador mas arriba de él, el tres le da tres al' tercero colocado también más arriba de él; con respecto á las otras cartas pagan una á dos según son (1) Si se hace con una baraja que no tenga ochos ni nueves habra que ailadir el número 8 e. las cartas que quedan para obtener el mismo resultado. N. rmt. T. (2) Nombre de una sociedad que aumenta el capital y renta de los coasociados á medida que muere alguno de ellos. N. DEL T.



' p eca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 20 pares Ó impares; el cuatro dos, el cinco una, el seis dos, el siete una, el ocho dos y el nueve una. Se ve que se sacan por los jugadores veinticuatro fichas, que circulan veinticuatro y que treinta y seis salen y van al juego. Así es que ä cada mano que se da, salen doce fichas de las manos de los jugadores. Cuando uno de ellos no tiene ya más licitas, devuelve sus cartas y está muerto; pero á menudo revive prontamente, atendido que al de su lado, si le acude un as le da una, el que está dos más arriba de el, si tiene un dos le da dos, y el tres llevado por el que está colocado tres más arriba de él le da tres, lo que produce algunos trastornos. Al fin, la apuesta pertenece al último ä quien le quedan algunas fichas; pero antes de que llegue esto ocurren muchas variaciones, y con frecuencia es él quien queda muerto dos õ tres veces, y el jugador más desesperado quien las lleva. Todas estas variaciones hacen este juego muy agra dable.

Sustracción chistosa.

Se quieren entregar doce ramilletes á una reunión de señoras; pero éstas son 13. El dueño de la casa no siente mortificar ä una; mas, sin embargo, no quiere manifestarle esta descortesía y anuncia que la suerte decidirá cuál es la que no debe tener. En consecuencia, dispone que formen corro las trece dejándolas la elección de colocarse ä su voluntad, y las distribuye doce ramilletes, contándolas desde una hasta nueve, y haciendo salir del círculo ä la novena, ä la que entregará un ramillete (1); al fin ie hallará que la undécima, ä contar de aquella por la cual se habrá comenzado, quedará la última y no tendrá parte alguna en (1) Deberá llevarse la cuenta volviendo siempre a contar desde la que sigue ä la que sale del corro. N. DEL T.

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

21 DE LOS SALONES la distribución prcticada. Si no hubiese mas que doce señoras ä.las cuales se quisieran distribuir once ramilletes, será menester entonces principiar por aquella á quien se quisiera hacer salir del corro.

Cuadro nuigico que representa alternativamente al Invierno y al estío. Pintase sobre un cartón un paisaje en donde la tierra, los troncos de los árboles y sus vástagos estén pintados con los colores ordinarios y apropiados al objeto; mas dibuja y lava las hierbas y las hojas de los árb&es con el licor que más abajo se explica, y tendrás un cuadro que, ä la temperatura ordinaria del aire, presentará una campiiia despojada de su verdura. Pero si este cuadro lo haces calentar suficientemente, mas no demasiado, lo verás cubrirse de plantas y de hojas, de tal suerte, que representará entonces la primavera. LICOR PARA IIACER ESTA PRUEBA

Cuece en el agua regula de safre ó agua-regia que se encuentra en casa de todoslos droguistas, es decir, la tierra metálica de cobalto que hace tomar el color azul al safre: extenderás en seguida esta disolución, que es muy cáustica, en agua común, y te servirás de ella para dibujar las hojas verdes. Este dibujo será invisible, pero expuesto al calor, lo que habrás dibujado con este licor aparecerá verde.

Partir una moneda por el canto. Fija en una mesa tres alfileres, sobre los cuales colocarás la moneda; pon debajo y encima de la misma un montoncillo de flor de azufre, al cual la prenderás

teca de Ilusionismo. Fundación Juan Mark (Madrid)

22 EL MAGO fuego. Cuando se habrá extinguido hallarás sobre la parte superior una superficie de metal que se habrá desprendido de la pieza.

Color que puede hacerse aparecer y desaparecer.

Toma un frasco y mete en él álcali volátil, en el cual habrás hecho disolver limadura de acero, esto te producirá un licor azul. Presentarás el frasco á uno para que él mismo lo tape, dirigiéndole algunos chistes, y con gran asombro de la concurrencia se vera desaparecer el color tan pronto como se habrá tapado el frasco, mas tú lo liarás reaparecer fácilmente volviéndolo ä destapar, lo que no parecerá menos sorprendente.

Colocar en un plato una moneda de plata, y hacer aparecer des, siendo la una mucho mayor que la otra.

Llena de agua clara un vaso y mete en él una pieza de una 6 dos pesetas, por ejemplo: pon una mano debajo del plato y la otra en el vaso y vuelcalo todo con presteza á fin de que, no teniendo el aire tiempo de entrar, pueda escaparse el agua. EFECTO.

Si se mira la pieza que se hallara sobre el plato, parecerá del tamaño de una de cinco pesetas, y en otra parte se la verá de su mismo tamaño un poco más arriba de la primera, lo que liará creer á. los que no conocen los singulares efectos de la refracción, que hay efectivamente debajo del vaso una pieza de cinco pesetas y otra de dos. Cuando se les ha aseguardo que eso se lo han imaginado así, se levantará el vaso y cesara la ilusión.

Biblioteca de Ilusionismo Fundación 'Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

23

Retrato mágico.

Ten un cristal como los que se usan para cubrir el retrato de un brazalete, es decir, que sea un poco cóncavo y otro cristal ordinario del mismo tamaño que sea muy delgado: llena el lado cóncavo del primero con una composición hecha con manteca de cerdo sin sal y una pequeña parte de cera fundida, todo juntamente mezclado; aplica los dos cristales bien exactamente el uno sobre el otro, ä fin de cerrar entre ellos la expresada composición; y después de haber enjugado bien los bordes, júntalos con una pequeña tira de vejiga de cerdo, la que pegaräs con cola de pescado; déjala secar bien y después de haber limpiado igualmente ambos cristales, aplica sobre el lado llano un retrato ó cualquiera otro objeto que juzgues á propósito, y encierra en seguida el todo en un marco que cubra la parte que ha sido ribeteada EXPERIENCIA. Si calientas un poco este pequeño cuadro, la composición que has introducido entre los dos cristales (los que faltando el retrato producirían el mismo efecto que si hubiese en su lugar un papel blanco) al liquidarse se volverá del todo transparente y se percibirá muy claramente dicho retrato. Desaparecerá tan luego como se haya enfriado, pero podrá hacérsele reaparecer tantas veces como se quiera.

Tinta simpática para escribir sobre el vidrio. Forma un läpiz con la creta de España (1) ó con vitriolo de Chipre y sírvete de el para escribir sobre (1) Piedra caliza blanca ó carbonato de cal conocido con el nombre de greda. N. DEL T.

teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Machid)

24

EL MAGO

un cristal el vidrio y borra lo escrito con un lienzo; cuando quieras hacerlo aparecer bastará echar un poco de aliento encima de el. La escritura aparece y desaparece val ias veces.

Rosa cambiante.

Toma una rosa ordinaria y que est.ú enteramente abierta; enciende un poco de fuego en una estufilla y echa allí un poco de azufre reducido ä polvo; hazle recibir el humo y el vapor ä esta rosa y se volverá blanca; si se la mete en seguida dentro del agua con un poco de vinagre, volverá á tomar su color natural.

Las veinte cartas.

Toma veinte cartas, y colocándolas de dos en dos sobre la mesa, di ä varias personas que retengan en la memoria dos cada una, es decir, las dos cartas de uno de los diez montones que tienes hechos. Recoge de nuevo todos los montones, ponlos el uno sobre el otro, sin desarreglarlos, y dispón las cartas sobre la mesa por la regla de estas cuatro palabras:

MU 1 2

3

6

8

TUS 4 a RED I T

7

9

NO ME

11 C 16

12

o

17

13 C 18

14 I 19

10

N

15 S

20

El primer montón de dos cartas se pone ä los números 1 y 13; el segundo á los números 2 y 4; el tercero ä los números 3 y 10; y así sucesivamente si-

Bffilioteca de Ilusionismo. Fundario n Juan March (Madrid)

25 guiendo el orden de las dos letras que son iguales; y cuando se haya declarado que las dos cartas que se han pensado están, por ejemplo, en la segunda hilera, reconoces que éstas son las colocadas ä los números 6 y 8. Si te se dice que están en la segunda y en la cuarta, ves igualmente que éstas son las colocadas en el 9 y19, atendiendo ä que estas cuatro palabras están compuestas de veinte letras repetidas. DE LOS SALONES

Modo de hacer subir al interior de un vaso vuelto el agua contenida en un plato. Vierte agua en un plato, y luego enciende un pedazo de papel; cuando esté encendido échalo dentro de un vaso y vuelve éste en el plato: entonces verás subir toda el agua al interior del mismo.

Hacer dar vueltas 4, una cruz de paja vertiendo sobre ella una ó dos gotas de agua. Tomarás una espiga de paja de la cual cortarás un pedazo, como un dedo de largo, doblaras secretamente la parte de abajo antes de anunciar que vas a. hacer este juego, y cuando ya lo tengas doblado, con otro pedazo de paja formarás una cruz, la cual la colocarás en la rendija de una mesa; vertiendo algunas gotas de agua sobre la cruz, el agua penetra en el doblez que secretamente le has hecho, lo deshace, y parece que la cruz da vueltas, sin embargo de estar fija en la mesa.

• jiccéca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

26



EL MAGO

Quitar de en medio

unobjeto cualquiera sin tocarlo.

Colocarás sobre una mesa, por ejemplo, tres monedas de esta manera. o o o Propón á una persona el quitar la de en medio sin

tocarla. MEDIO DE EJECUTAR ESTO.

Tomas la primera pieza y la colocas después de la tercera, por consiguiente, la segunda no esta ya en el centro.

Chanza que puede hacerse tí un comerciante.

Le pedirás el tercio y medio de un metro de tela; entonces ves que te mide un tercio y luego medio, cuando habría podido contentarse midiéndote desde luego medio metro, puesto que, conteniendo éste tres tercios, un tercio y medio es la mitad del mismo.

Escribir de antemano el paquete de cartas que una persona elegirá, antes de que t;sta tome ninguna determinación.

Es necesario tomar un cierto número de cartas, del cual harás dos paquetes, teniendo presente que uno de ellos sólo ha de contener dos ó tres sietes y el otro siete cartas todo figuras. Pedirás una pluma y papel y escribirás en él los siete; ocultas este papel para que nadie se aperciba de lo que has escrito, y después de hecho esto suplicarás á cualquiera de la

ED,lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Mara (Madrid)

DE LOS SALONES 21 reunión que elija uno de los paquetes: cualquier, que sea el elegido estará bien escrito lo del papela pues caso de escoger el paquete que contiene mayor número de cartas le recomendaras que cuente el número que contiene y hallará siete así como ya lo has designado; si eligiere el más pequeño sería lo mismo, pues el uno contiene siete cartas y el otro solo sietes.

Bujías apagadas y encendidas por un pistoletazo

1. a Es menester que las bujías estén enteras y recientemente enmechadas. 2, a Pondrás en medio de la mecha de las que deberán encenderse y las cuales las abrirás un poco con un alfiler ó mondadientes, un pedacito del tamaño de un grano de mijo, de fósforo de Inglaterra, que introducirás con la punta de una navaja. En seguida te colocarás á cinco ó seis pies de distancia, dispararás el pistoletazo sobre las bujías encendidas, las cuales las apagara la pólvora, mientras que hará prender fuego al fósforo que contienen las otras dos. Modo de apagar una bujía a+, cuatrocientos pasos de distancia, por medio de un disparo de fusil cargado con bala. Puede uno divertise fácilmente en el campo haciendo esta experiencia, desafiar al más diestro tirador y estar seguro de llevarse la victoria. MEDIO.

Tomarás un fusil y lo cargarás como ordinariamente se carga un tiro con bala. Tu adversario hará lo

ecu

de Ilusionismo. Fundación Juan Mara (Madrid)

28 EL. MA O mismo; le dejaräs tirar el primero para verle errar el tiro, atendido que es muy difícil ä tal distancia tener el ojo bastante certero para llegar á apagar una bujía. Después de haberle bromeado por su pretendido acierto te prepararás á hacer tu disparo y apagarás la bujía con gran asombro de todos los que te habrán visto cargar el fusil con pólvora y bala, como ordinariamente se hace, pero que no se habrán apercibido de que tu bala está agujereada de parte á parte en forma de cruz.

Modo de conocer si una persona ha tenido hijos. Haces una figurita de niño fajado con una poca raedura de asta blanca extremadamente delgada, como el papel fino de cartas, y de una pulgada de larga y unas seis líneas de ancha; haces otra de tafetán blanco y parecida á la primera. Si es una señorita joven la que te interroga, pondrás en su mano la figura de tafetán, la cual no se moverá. Mas si es una señora que sabes que ya ha tenido hijos, pones en su mano la figura de asta que se remueve muy visiblemente sobre la mano como sensible es al nuevo grado de calor que la penetra; esto divierte extremadamente á la reunión.

Modo de hacer que un huevo se tenga derecho sobre la punta encima de un espejo. Toma un espejo, ponlo sobre una mesa bien nivelada y que no se incline a ningún lado; coge un huevo fresco y sacúdelo bien á fin de mezclar la yema y el blanco; ponlo de punta sobre el espejo y se tendrá en equilibrio.

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29

Papel incombustible.

Toma una hoja de papel, remójala con agua de alumbre y deja luego que se seque. Sigue este procedimiento por dos ó tres veces, y si quieres entonces encenderla ä la luz no se quemará.

:nodo de cambiar la hoja de un cuchillo en una hoja de cobre.

Toma una onza de planchitas de cobre bien delgaditas limpiadas al fuego, y tres onzas de agua fuerte, y mételo junto en una vasija; el cobre quedará disuelto al cabo de tres ó cuatro horas; cuando esté frío moja la hoja del cuchillo en este licor y tomará al instante el color del cobre.

Dibujar dos figuras con carbón sobre una pared de las cuales la una apaga una bujía y la otra la enciende.

Dibuja con carbón dos figuras sobre una pared, por ejemplo una cabeza de hombre y otra de mujer. A la boca de la una pones un poco de pólvora pegada con cola y á la de la otra un pedacito pequeño de fósforo. Aproxima la bujía encendida ä la boca de la que tiene la pólvora y la explosión la hace apagar: en seguida, aproximándola ä la que tiene el fósforo, se vuelve á encender. Modo de disponer una botella cuyo licor sale al tiempo de destaparla.

Haces numerosos agujeraos en el fondo de una

r, 'lotera de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madiid)

30 EL MAGO botella; la metes en un jarrón lleno de agua, no dejando fuera mas que el cuello; la llenas de agua y la tapas bien antes de sacarla del jarrón; la que contiene no se derrama de ningún modo; la entregas ä cualquiera para que la destape, y en el instante en que quitan el tapón sale el agua por los agujeros que le has hecho.

Ramillete meigleo. Mandarás hacer por una florista cierta cantidad de hojas confeccionadas con pergamino blanco, y unas florecillas de tejido de hilo ó de algodón tambié n blanco, tales como rosas, junquillos, claveles y otras que se juzgaran á propósito. Cuando se tengan dichas hojas y flores, se remojaran las rosas en la tinta simpática roja, los junquillos en la tinta simpática amarilla, los claveles en la tinta violeta y las hojas en tinta simpática verde. Se deja secar todo y luego se recoge para ir formando muchos ramilletitos, los que parecerán enteramente blancos y se hallarán en estado de servir, sea en el mismo día 6 sea algunos días después de haberse preparado de este modo. Si se remoja uno de estos ramilletes en un jarro lleno de agua hecha con zumo exprimido de violetas y de pensamientos, todas las diferentes llores y las hojas de los ramilletes se colorarán, en atención á las diferentes especies de licores simpáticos, en los cuales habrán sido remojadas. Se tomara, pues, uno de estos ramilletes, y después de haber hecho notar que todas las flores de que se compone son perfectamente blancas, se mojará en el jarro que contiene el licor vivificante, retirándolo al momento; se hará observar que cada una de sus flores, como asimismo las hojas, han tomado de repente los colores que le son naturales.

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DE LOS SALONES

31

Tintas simpáticas.

ROJA. Espíritu de nitro sumergido en ocho 6 diez veces otro tanto de agua. AMARILLA. Deja sumergidas durante ocho 6 diez días algunas flores de caléndulas dentro de buen vinagre blanco destilado, filtra el licor y guárdalo en una botella bien tapada. VIOLETA.. Exprime zumo de limón y mételo en una botella igualmente. VERDE. Haz disolver en cantidad suficiente de agua de río, sal tái taro bien blanca y lo más seca que pueda procurarse, y guárdalo también en una botella. Todo lo que se habrá escrito sobre un papel, tela ó seda, con estas diferentes tintas, toma el color designado cuando se le habrá pasado por encima de lo escrito 6 dibujado el licor de violeta, de pensamientos ó de reina-margarita. MODO DE HACER ESTE LICOR.

Se toma una cantidad suficiente de dichas flores, se meten en un mortero virtiendo en él agua, se exprime el jugo de las mismas ä través de un lienzo y se conserva embotellado.

Tabla de permutación.

Toma diez cartas blancas, sobre cada una de las cuales habrás escritouna de las cifras 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9, 0. Coge estas diez cartas con la mano izquierda del mismo modo que cuando se mezclan las cartas. Copla mano derecha quita las dos primeras cartas 1y 2 sin desarreglarlas; pon encima de ellas las dos siguientes 3 y 4, y debajo de estas cuatro cartas las tres siguientes 5, 6, 7, debajo del juego las cartas 8 y 9, y más abajo

tee

de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

32 EL MAGO la carta 0. Se puede volver á principiar á mezclar de la misma manera por algunas veces. A. cada nueva mezcla se obtendrá un orden diferente, el cual, sin embargo, después de cierto número se encontrará el mismo que era antes de mezclar, corno se ve por la tabla siguiente, en donde el orden se encuentra igual después de la séptima mezcla. t er orlen. 123 1.' mezcla. 8 9 3 2. ft — 673 3." 253 4." 913 5.' 783 6.a

7.'



4 5 4 1 4 8 4 6 4 2 4 9 563 4 7 123 4 5

7 8 9 0 5 6 7 0 1 2 5 0 8 9 1 0 6 7 8 0 1 2 5 6 0 8 9 1 2 0 6 7 8 9 0 vuelta al pri6 2 9 7 5

mer orden.

Modo de hacer algunos cabos de vela para que se puedan comer. Tomas manzanas gruesas y las cortas en forma de cabos de vela. Pones en la punta una pierna ó cuarto de nuez que enciendes lo mismo que una mecha ordinaria. Esto se prepara anticipadamente: luego dices á la reunión: Señores, me siento con apetito, y corno no tengo otra cosa de que echar mano en este instante, voy á comer este cabo de vela.

Una persona tiene una moneda de oro en una mano y una de plata en la otra; decir en dónde se encuentra cada una. Para este fin es necesario dar á la moneda de oro un valor cualquiera que sea un número par, suponga mos 8, y á la de plata un valor que sea impar, 3, por

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Alarch (Madrid)

DE DOS SALONES

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ejemplo; después de esto procederás del mismo modo que en el juego descrito en la página 14. 1. 0 Para que se aperciban menos del artificio, será suficiente preguntar si el total de los dos productos pueden partirse por la mitad, porque en este caso el total será par, é impar en caso contrario. 2.° Se ve bien que en lugar de las dos manos de la misma persona se puede suponer que dos personas habrán tomado la una el número par y la otra el impar, ó la una la moneda de oro y la otra la de plata: se hará, pues, respecto de las dos personas lo que se ha hecho tocante 5 las dos manos, designando secretamente la una por la derecha y la otra por la izquierda.

Juego extremadamente divertido.

Haz poner arrodilladas dos personas frente ä frente la una de la otra, pero con una sola rodilla y la otra pierna en el aire. Dale á la una una vela encendida, invitándola 5 que encienda la que la otra deberá tener apagada; lo hará muy difícilmente, puesto que estando las dos en equilibrio sobre una rodilla, el menor movimiento las hará caer.

Fundir una bala de plomo envuelta en un papel á la llama de una lámpara sin que se queme el papel que la envuelve.

Toma una bala de plomo; envuélvela en un papel, de modo que no forme arrugas; tenla suspendida sobre la llama de una lámpara y la verás fundirse y caer gota á gota por un pequeño agujero que se hace en el papel sin quemarse éste. Esto proviene de que la acción del calor que pasa libremente por los anchos intersticios del papel, cuyas partes están entrelazadas, no le hace ninguna violencia; mas hallan 3

13 dioteel

de Ilusionismo. Fundación Juan March (Maeid)

EL MACi0 34 do algunos obstikulos en las partes completamente cerradas del plomo, ä éste es al que le hace fundirse, mientras deja libre al papel.

Propiedades particulares de los ni-meros 37 y 73. Es tal la propiedad del número 37, que, multiplicado por cada uno de la progresión aritmética, 3, 6, 9, 12, 15, 18, 21, 24 y 27, todos los productos que resultan se componen de tres cifras iguales, y la suma de sus figuras es asimismo siempre al número por el cual se ha multiplicado el citado número 37. EJENIPLO.

37 6

37 9

37 12

37 15

37 18

37 21

37 21

37 27

111' 222

333

414

555

666

777

888

999

37 3

El número 73, multiplicado por cada uno de los de la progresión aritmética, 3, 6, 9, 12, 15, 18, 21, 24 y 27, los seis productos que resultan de esta multiplicación se terminan por una de las nueve cifras diferentes, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9. Estas cifras se encuentran en un orden contrario relativamente á esta progresión.

Volver del revea un vaso lleno de un licor cualquiera sin que este se derrame. Llena un vaso de un licor cualquiera, por ejemplo de agua, hasta los mismos bordes; aplica encima un pedazo de papel algo fuerte, el cual cubra entera-

Biblioteca de Ilusionismo . Fundar io Jua,, March (Madrid)

(

DE LOS SALONES

mente el orificio y por encima del papel una superficie llana como el dorso de un plato 15 un cristal; vuélvelo todo en seguida de modo que el vaso quede boca abajo; lo vuelves fi levantar entonces y verás como no caen ni el papel ni el agua. Este efecto es producido por la presión que la gravedad del aire ejerce sobre el papel que cubre la boca del vaso con un peso muy superior al del agua que debe necesariamente sostenerla; mas como el papel se moja y poco á poco da paso á la misma, sucede por fin que ésta cae de repente.

Modo de unir la cera al agua, partes absolutamente contrarias una de otra. En un puchero de tierra barnizado y del todo nuevo se pondrán seis onzas de agua de río ó de fuente y dos de buena cera virgen bien blanca; en seguida pondrás allí una grande pulgarada de sal tártaro. Si quieres ocultar tu modo de operar haz un rollito de cera, dentro del cual ingerirás la citada pulgarada de sal tártaro. Pondrás esta mezcla al fuego y cuando comience á calentarse cuidaras de removerla con un bastoncito y verás hacerse la reunión á medida que la cera se fundirá: entonces serás dueño de hacer más ó menos líquida la pomada que resultará dejándola más ó menos tiempo en el fuego. Esta pomada sera blanca como la nieve y un excelente cosmético, especialmente para la tez, frotándosela con un lienzo.

nodo de poner horrorosas ti todas las personas de una reunión. Haz disolver una poca sal y azafrán en espíritu de vino; empapa un pedazo de estopa ó de algodón, y

k Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 36 préndele fuego, cuidando de apagar las demás luces: entonces keste resplandor las personas blancas aparecen verdes y el carmin de sus mejillas y labios toma un color subido de aceituna.

Licor que brilla en las tinieblas.

Toma un pedacito de fósforo de Inglaterra del tamaño poco mas Ó menos de unlguisante, no muy grueso, y cortado que sea en muchos pedacitos (1), mételo dentro de medio vaso de agua bien clara, y hazla hervir en una cacerola de tierra á fuego muy nioderado; ten un frasco largo y estrecho de vidrio blanco con su tapón de lo mismo que lo cierre bien exactamente, y habiéndolo abierto, mételo dentro del agua hirviente; retíralo, vacíale toda el agua, y derrama allí inmediatamente tu mixtura hirviendo, cubre prontamente el tapón con almáciga á fin de que el aire exterior no pueda penetrar allí de ninguna manera. Esta agua brillará en las tinieblas durante muchos meses cuando habrás colocado el frasco en un paraje oscuro, teniendo cuidado de no removerlo. Si durante un tiempo calurosuy seco sacudes el frasco, verás lanzarse del medio del agua algunos relámpagos muy brillantes.. (1) Son menester muchas precauciones para servirse de este fósforo y no se debe tomar nunca con los dedos sino con una *carta que se habrá mojado con agua, atendido que no solamente es muy fácil de inflamarse, particularmente cuando se le rompe ó cuando se le frota, sino que sería muy dificil de apagar las cantidades que se agarrarían á los dedos, y las cuales ocasionarían una quemadura considerable. El medio de remediarlo sería sumergir la mano en la orina: cualquiera otra cosa no servirla mas que para inflamarlo más. En general, para las experiencias donde el fósforo es útil, es necesario guardarlo dentro de una botella de agua, cogerlo con unas tenazas y jamas con los dedos.

Biblioteca de Bus - ionismo.Fundarion

Juan

Ilalrh (Madrid)

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Modo de hacer salir todo el vino de una botella y reemplazarlo por el agua. Toma una botellita cuyo cuello, muy estrecho, no tenga más de dos lineas de diámetro, y un jarrón de vidrio que exceda en una pulgada ó dos la altura de esta botella; ten además un embudito con el cual puedas poner vino en ella. Llenada la botella de este modo, ponla dentro del jarrón, igualmente lleno de agua, de suerte que vaya por encima del gollete de la misma; se verá prontamente salir el vino por la garganta y elevarse en forma de colurnnita sobre la superficie del agua, y al mismo tiempo se observará que el agua, colocándose al fondo de la botella, ocupa el lugar del vino. Este cambio proviene de que las partes de que se compone el agua son más pesadas que las del vino, que son mucho más ligeras, y las fuerza naturalmente á subir por encima de la superficie del agua.

El oráculo mágico. Escribense sobre algunos pedacitos de papel varias preguntas con tinta ordinaria, y á continuación se escriben las respuestas con la tinta simpática descrita más abajo; deben tenerse algunas hojas conteniendo las mismas preguntas y respuestas diferentes, con el fin de que el artificio sea menos fácil de descubrir. Ten además una caja que llamarás la caverna de la Sibila (1), y que dentro de su tapadera contendrá una plancha de hierro muy caliente, de suerte que su interior pueda calentarse hasta cierto grado. Después de haber hecho elegir las preguntas, tomarás las hojas (1) Nombre que los antiguos daban ã ciertas mujeres que suponían gozaban de la facultad de conocer el porvenir y de presagiar lo futuro. N. DEL T

',Itera de ilusionismo. Fundación Juan March (Mach id!

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EL MAGO

elegidas y dirás que vas ä remitirlas ä la Sibila para obtener la respuesta, y las colocarás dentro de la caja. Pasados algunos minutos las sacarás y enseñarás las respuestas escritas. Es menester volver á poner prontamente estas hojas aparte, porque si quedasen entre las manos de los concurrentes, se apercibirían de que las respuestas se borran poco á poco á medida que el papel se enfría.

Tinta simpática.

Toma safre (1), que se encuentra en casa de los droguistas, y lo haces cocer con agua regia; luego acrecentarás esta disolución, que es muy cáustica, con agua común, y te servirás de ella como tinta para escribir sobre el papel. Los caracteres quedarán invisibles; pero expuestos á un calor suficiente, aparecerán de ccilor verde. A. medida que se irán enfriando desaparecerán de nuevo.

Medio de verter en un mismo vaso agua y vino sin que ambos se mezclen.

Llena hasta la mitad un vaso de agua y mete en él una miga de pan del grueso de una nuez; vierte ligeramente el vino sobre la miga de pan; entonces verás el agua en el fondo del vaso y el vino encima del agua sin mezcla alguna. Redomilla representando los cuatro elementos: la tierra, el agua, el fuego y el aire.

Toma un tubo ó una botella de vidrio blanco un (1) Óxido de cobalto impuro; mineral que se emplea para preparar el color azul. N. DEL T.

1 Bililicdeca de ilusionismo. Fundación Juan March (Adadlie

DE LOS SALONES 39 poco larga y divídela en cinco partes por una ligera tira 6 faja de papel 6 de hilo. Para representar la tierra, toma esmalte negro y quebrántalo groseramente; éste por su pesadez irá al fondo y representará la ticrra, el más pesado de los elementos. Para representar el agua, el más pesado de los elementos después de la tierra, se toma tártaro calcinado dejándolo caer en deliquio, es decir, reducirlo á licor exponiéndolo ä la humedad del aire; se le mezcla un poco de lápiz lazuli en polvos bien finos para darle el color del agua del mar. Para el aire se toma aguardiente, el cual se tiñe de azul con un poco de girasol. Para el fuego aceite esencial de trementina coloreada con un poco de ancusa, teniendo cuidado de meter en la botella: 1.°, el esmalte negro; 92.°, el aceite de tártaro; 3. 0 , el aguardiente, y it. c , el aceite de trementina. Entonces tapas la botella con un tapón de vidrio bien embetunado. Cuando se agitan todas estas diferentes drogas no forman mas que un caos; pero así que la redomilla queda sin movimiento se ven á todos estos cuerpos volver á tomar cada uno su sitio, siguiendo su gravedad específica, y á los más ligeros, cediendo ä los más pesados, pasar recíprocamente los unos entre los poros de los otros para ir á tomar de nuevo su sitio natural.

Modo de pasar unos anillos en una cinta doble, cuyos extremos se dan á sostener á dos personas. Tomando dos cintas de la misma largaria, dobla desde luego la primera de modo que sus dos extremidades se toquen; haz lo mismo con la segunda, y después de esto ata las dos cintas juntas por el medio con un hilo del mismo color. Estando esto preparado de antemano, cuando quieras hacer este juego pasa unos anillos en esta doble cinta y da ä una persona á detener cada uno de los extremos de la segunda cinta: por este medio cada uno creerá tener en su mano las dos extremidades de dos cintas diferentes, mas no

1

1> Ilusionismo.

Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

será nada de esto, porque si en esta posición llegasen ä tirar muy fuerte para romper el hilo, se separarían las dos cintas y los anillos caerían al suelo. Para evitar este accidente es preciso suplicar que se acerquen una á otra y pedirá cada una, una de las puntas que tienen, entrelazarlas ambas como para comenzar un nudo, y devolverles en seguida el extremo opuesto; de este modo cada una tiene entonces las dos extremidades de dos cintas diferentes. La superchería no puede nunca apercibirse. Los anillos, que jamás han estado enganchados en la doble cinta, se sacan fácilmente cuando se rompe el hilo, y los espectadores, que los han creído muy bien pasados, quedan admirados al ver que ya no están allí.

Modo de hacer una figura que sin contrapeso se levante siempre por si misma. Corta una figura de forma humana de médula de saúco (1); hazle una base de forma hemisférica de una materia fuerte y pesada como el plomo; una media bala de este metal bien unida en su parte convexa será lo que necesitas. Encolarás la figura sobre la parte llana de este hemisferio. Y de cualquier manera que la eches ó tiendas en el suelo siempre se volverá á levantar.

Modo de representar unos relámpagos dentro de una habitación. Cuando quieras sorprenderá una persona, haz quemar en un aposento pequeño, oscuro y cerrado de (1) Arbol de la familia de las madreselvas; sus llores son blancas, de un olor particular y muy fuerte. N. DEL T.

lioieca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 41 manera que no penetre el aire, espíritu de vino en una vasija con alcanfor, que harás hervir hasta que 110 quede nada en la vasija. Si alguien entra en este aposento con una bujía encendida, se formará de repente un relámpago, que no obstante, no será dañoso ni ä la persona ni il aposento.

Hacer caer de un tiro al una golondrina y luego resucitarla. Para hacer esta experiencia tomarás un fusil õ escopeta ordinaria, le pondrás la carga de pólvora acostumbrada, cuidando solamente de meter luego en vez de plomo una media carga de azogue vivo, cebarás el arma para estar pronto á dispararla cuando se presente una golondrina. Por poco que te aproximes á ella, porque no es necesario tocarla, este pájaro quedará aturdido y adormecido hasta el punto de caer ä tierra asfixiado. Como debe recobrar los sentidos al cabo de pocos minutos, la recogerás al instante para decir que vas á devolverle la vida. Esto asombrará mucho.

Diodo de quitar la camisa tí cualquiera sin desnudarlo Este juego no exige mas que destreza. Solamente es menester observar que la persona ä quien se le ha de quitar la camisa vaya anchamente vestida: principiarás por hacerle quitar simplemente el cuello de muselina, luego desabotonar la camisa, después quitarse los botones de las mangas, y tú le atarás un cordoncito á uno de los ojales de la manga izquierda; en seguida, introduciendo la mano en la espalda de la persona, se la harás pasar por encima de la cabeza, y tirándosela igualmente por delante, se la dejas sobre el estómago; hecho esto pasarás á la mano derecha y tirarás esta manga de frente de manera que haga salir el brazo. Hallándose entonces la camisa hecha un en-

í

de Ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)



EL MAGO 42 voltorio, tanto sobre el estómago como dentro de la manga derecha, haces uso del cordoncito que has atado al ojal de la manga izquierda para volver ä cogerla, porque debe haberse subido, y sacas la totalidad por este lado.

Habidndose tirado dos dados sobre una mesa, descubrir los puntos sin verlos.

Di ä la persona que ha tirado los dados, que añada cinco puntos al doble del número que ha sacado uno de estos dados y que multiplique luego el todo por el mismo número cinco. A. este producto le haces añadir el número de los puntos del otro lado; en seguida le preguntas á cuántos suben todos: rebajas veinticinco, es decir, el cuadrado del número cinco, y te restará entonces dos cifras ó figuras, de las que, la que designe las decenas, indicará el punto del primer dado; la otra, que se halla en el lugar de las unidades, indicará el del segundo. EJEMPLO.

Siendo 2 y 6 los puntos que se han sacado, cuyo 4 doble del primero es Haces ariadir 5. 5 Suma 9 La cual, multiplicada por Produce. Añades á este producto el número de los puntos del segundo dado, que son 6 La suma será 25 Sustráele 25 (cuadrado del 3) Resta 26 Cuyas dos figuras 2 y 6 indican los puntos de los dos dados.

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Alarch (Madrid)

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DE LOS SALONES

Habiendo tirado tres dados sobre una mesa y estando p uestos en hilera por orden, adivinar los puntos de cada uno de ellos.

Haz tomar el doble de los puntos del primero de la izquierda y añadirle cinco: en seguida, que se multiplique el todo por 5 y que al producto se añada el número de puntos del dado del medio: habiendo hecho multiplicar el todo por 10, haz que se añada á este producto el punto del tercer dado y luego sustraer de todo el total el número 250, y las cifras que restarán después de esta sustracción designarán los puntos de los tres dados que se han tirado. EJEMPLO.

Siendo los puntos 2, 6 y 4 los sacados por los tres dados tirados, los cuales los ignora el que hace este juego, se trata de descubrirlos por medio del cálculo siguiente: ORDEN Y PUNTOS DE LOS DADOS

4, 6, 2.

Doble del primer dado 8 Número que debe añadirse. 5 Total 13 Que multiplicado por. 5 Da por producto 65 Número de puntos del dado del medio. . . 6 Total 71 Que multiplicado por. 10 Da el producto. 710 Y añadiendo á éste el punto del tercer dado. 2 Resulta el total 712 Del que deduciendo 250 Resta 462 Estas tres cifras 4, 6, 2, designan los puntos de

eed de Ilusionismo. Fundación Juan March (11bdrid)

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EL MAGO

cada uno de los tres dados tirados sobre la mesa y el orden en que deben hallarse colocados en hilera.

La escritura en el bolsillo. Torna unos cuantos cuadraditos de papel; á la eabecera de los mismos escribirás diversas preguntas con tinta ordinaria, y sirviéndote de la tinta simpática de oro que luego explicaremos, escribirás debajo de ellas las respuestas; todos estos papelitos, que guardaras bien cerrados en una cartera, los presentas ä una persona invitándola á que escoja el que quiera, y habiéndole hecho observar que no hay otra cosa escrita en el papel, le encargas se lo guarde en el bolsillo, que se lo lleve ä su casa y lo deposite sobre la chimenea, con el fin de que, durante la noche encuentres el medio de trascribir una respuesta debajo de la pregunta, y que efectivamente se hallará visible al día siguiente si el papel se ha colocado en un sitio seco. Para este juego es necesario servirse de un papel que no sea muy blanco. TINTA SIMPÁTICA DE

mio.

Haz disolver en agua regia otro tanto de oro fino como puedas, disminuye luego esta disolución metiéndole dos ó tres veces otro tanto de agua común y escribe con ella. Para que la escritura no aparezca es necesario tener el cuidado de DO exponerla al aire fresco.

Modo de cortar el cristal con el fuego y el agua. Torna un vaso liso del asiento y poco grueso, y con una mechita azufrada y encendida, lo calientas por fuera junto al borde, hasta que se le haga allí una

Biblioteca de

Ilus ion ismo . Fundación Juan March gdadiid)

DE LOS SALONES 45 hendidurita; mojarás todos los sitios que quieras recortar, y pasearás por encima la mecha azufrada.

Modo de romper un bastón puesto sobre dos vasos llenos de agua, sin romperlos ni derramar el agua.

Pon dos vasos sobre una mesa ó más bien sobre dos bancos de la misma altura y distante el uno del otro de dos á tres pies; coloca el bastón descansando los extremos sobre los dos vasos, y dale fuertemente con otro bastón en el medio: lo harás en dos pedazos sin quebrar los vasos.

]lodo de levantar una botella vacía ó llena con una paja.

Dobla una espiga de paja que esté en toda su largura, de manera que haga un ángulo: hazla entrar en la botella de modo que la punta más larga quede fuera de ella y la más pequeña apoyada dentro sobre el vientre de la expresada botella.

Modo de hacer que se detenga una vela encendida dentro del agma.

Pega al cabo de una vela A medio quemar una plancha de plomo de la misma latitud ó anchura que el grueso de la misma; deslízala suavemente en el agua a fin de que tome su equilibrio; acto continuo la enciendes, y arderá hasta el fin sin irse al fondo.

'

Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

4.11~1111.1=. 46

EL MAGO

Partir i g ualmente ocho pintas de vino entre tres tazones que contienen ocho, cinco y tres pintas. Supongamos que estos tazones se llamen, el de ocho pintas (1) a, el de cinco b y el de tres c. Vierte en el tazón b vino del que hay en el tazón a en tanta cantidad corno pueda contener, y del b en el c; después trasiega el que hay en c á a, y el que queda en b, es decir, dos pintas, ponlo en c; llena por último ä b del vino de a, y del que habrá en b llenas el resto de e; ya que c tenia dos pintas, no le vaciarás más que una, y quedarán entonces cuatro pintas dentro de b, que será justamente la mitad.

I odo de hacer que una lámpara no pueda apagarse ni derramarse aunque se la haga rodar por el suelo. Es menester que el vaso dentro del cual se pone el aceite y la media tenga dos ejes ingeridos en un círculo; éste tiene otros dos ejes que pasan por un segundo círculo de cobre, y este segundo círculo tiene también sus dos ejes particulares ingeridos en un cuadrante que rodean toda la lámpara; de manera que hay seis ejes en seis diferentes posiciones que están encima, abajo, delante, detrás, á derecha 6 izquierda; y con la ayuda de estos ejes con los círculos móviles, la lámpara que se halla An medio permanece siempre en perfecto equilibrio, aunque se la vuelva y revuelva hacia el lado que se quiera. (1) Medida usada en algunas provincias que haoe poco más ó menos media azumbre. N.

Effilioteea de Ilusionismo. Fundación Juan March (Aliad/id)

DEL

T.

DE LOS BALONES

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Hacer ver unos gusanos dentro de una botella des pus de haber metido en ella tierra y agua. Toma una botella cuyo cuello sea largo: ten dentro un tapón hueco: llénalo ligeramente de raspaduritas de cuerno y de trocitos de cuerda de vihuela llamada prima, y tapa el hueco con un terrón de azúcar. Cuando el agua esté caliente por el bailo de María, sacude la botella; el azúcar deshecho por el agua caerá y con él lo que has metido en el tapón. Entonces las raeduras de cuerno y los trozos de cuerda de vihuela se desarrollarän por el calor y representarän al natural gusanillos removiéndose como si estuvieran vivos.

Piedra hechicera. Mete en un cido cualquiera una piedrecita llamada lenticular y de naturaleza calcárea; al instante se la ve revolver sin cesar.

:llanera de tener un bastón sobre el dedo haci6ndole guardar el equilibrio de modo que no pueda caer inclínese al lado que se quiera. Ata á los extremos del palo dos cuchillos que servirán de contrapesos: entonces de cualquier lado que se tuerza volverá ä levantarse siempre.

Peso falaz. Es necesario que un brazo de la balanza sea más largo que el otro en la misma proporción que una de

BiJca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

las pesas es más gruesa que la otra, y saber si la otra debe ser de doce libras, por ejemplo; mas, sin embargo, es menester que el brazo más pequeño sea tan pesado como el otro, y cuidar de poner la pesa de doce libras en el lado del brazo pequeño, y la de once en el del brazo mis grande.

Manera de cambiar de color el licor contenido en algunos bocales. Coloca todos los bocales sobre una mesa apoyada contra un tabique, cuidando de que dichos bocales se comuniquen por medio de un tubo oculto con las vasijas que están un poco más elevadas en ei cuarto contiguo, y por consiguiente es menester que una persona est6 en tu secreto para vaciar reservadamente en las vasijas un licor que se deslice prontamente en el bocal correspondiente, en donde producirá el cambio que se desee. 1.° Para hacer cambiar el amarillo en verde. El bocal debe contener tintura de azafrán, y la persona oculta en el cuarto, á tu señal, vacía en la vasija tintura de rosas rojas. 2. 0 Para cambiar el rojo en azul. En el bocal tintura de rosas rojas, y en la vasija espíritu de asta de ciervo (1). 3 • 0 Para cambiar el azul en carmesí. Tintura de violeta en el bocal, y espíritu de azufre en la vasija. 4.' Para cambiar el azul en violeta. En el bocal tintura de violeta, y en la vasija disolución de cobre. 5.° Para cambiar el moreno en amarillo. Legía en el bocal y disolución de vitriolo de Hungría en la vasija. 6.° Para cambiar el rojo en negro. En el bocal (1) Nombre vulgar del llantén, planta herbácea de varias especies de clavarlas. N. DEL T.

'Enteca de Rusia nismo. Fundacion

J11111. March

(Madrid)

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DE LOS SALONES

tintura de rosas, y en la vasija la disolución de vitriolo de Hungría. 7.° Para cambiar el verde en rojo. Disolución de cobre, en la bocal, tintura de cyamus (1) en la vasija. 8.° Para quitar y volver el color al verde. En el bocal disolución de cobre, y en la vasija, primero espíritu de nitro y luego aceite de tártaro. 9. 0 Para hacer que el rojo se vuelva negro y en seguida rojo. En el bocal tintura de rosa, y en la vasija, primero disolución de vitriolo y luego aceite de tártaro. 10. Para hacer que un licor límpido se torne sucesivamente negro, transparente y negro otra vez. En el bocal infusión de agalla, y en la vasija, primero disolución de vitriolo, segundo aceite de vitriolo y tercero aceite de tártaro. El pique (2) ft caballo.

Dos amigos que viajan juntos á caballo, fastidiados del camino que aun les queda que hacer, para pasar más agradablemente el tiempo pueden hacer un ciento de pique sin cartas, conviniendo en que el que llegará al número ciento antes habrá ganado, y que contando el uno después del otro, se podrá juntar el número que se quiera con tal que sea menor de once. Desde luego es menester conocer la propiedad del número once, el cual, multiplicado por los términos de laprogresión aritmética 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9, da siempre por producto dos figuras iguales. EJEMPLO.

11 1

11

11

11

11

11

11

11

11

11

2 22

3 33

4 44

5 55

6 66

7 77

8 88

9 99

(I) Flor de color cerúleo.—La piedra preciosa lápiz lá-

zuli. (2)

Nombre de un juego de cartas francés. N. DEL T. 4

Rib ioee de 11.ionismo. Fundar lar Jaarr March (Madrid)

EL MAGO

Pues bien, á fin de que el primero que nombra los números pueda llegar á ciento y que su adversario no pueda llegar, debe acordarse de todos los productos y contar de modo que éstos tengan siempre una unidad encima de sus mismos productos, teniendo cuidado de nombrar desde luego el uno, supuesto que su adversario, no pudiendo tomar un número mayor de diez no podrá llegar al número doce que él tomará entonces, y consecuentemente en seguida los números 23, 34, 45, 56, 67, 78 y 89. Cuando habrá, llegado éste último, sea cual fuera el número que pudiese elegir su adversario, no puede el impedirle que en la mano siguiente llegue al número ciento. Para estar seguro, pues, de ganar esta partida, es necesario ampararse de los números siguientes, tomadosen orden retrágado: 89, 78, 67, 56, 45, 34, 23, 12, 1.

Modo de imitar el canto de los pájaros.

Toma una hoja de puerto de unas tres ó cuatro lineas de ancha, poco mas ó menos, y sobre una pulgada de larga; hazle en medio con la uña del dedo pulgar y en forma de semicírculo una escotadura en la que no dejarás mas que la película blanca extremadamente delgada que cubre la planta. Dicha escotadura debe tener la forma de la mitad de una moneda de 50 céntimos (media peseta), y la película debe quedar enteramente limpia y sin suciedad alguna, como asimismo estar tirante y sin repeladurasen su borde, sin las cuales se imitara el graznido del cuervo. Este pequeño instrumento doblado en semicírculo se aplica al paladar, á la entrada de la garganta, encontrándose la película hacia la superticie convexa y no hacia la cóncava. Una vez colocado de esta manera, se procura pronunciar las siguientes sílabas: uou, nou, u, u, u, u, u, u, (chi, lchou, tchi, Ichou, tchi, rou, ron, u, u, u,

.lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Adalid)

DE LOS SALONES



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lehi. Y entonces se imitará perfectamente el

-canto del ruiseñor.

Hielo Inflamable. Se toma aceite esencial de trementina destilada, y .en una vasija sobre un fuego lento, se pone ä fundir esperma ó blanco de ballena; cuando el líquido está claro y transparente, se le pone en un lugar fresco, y al cabo de dos ó tres minutos se queda helado. De la esperma de ballena hay que cuidar el poner á fundir un pedazo bastante grueso. Si el tiempo en que se hace este experimento estuviere muy caluroso, cuando el contenido de la vasija está ya fundido se mete aquélla en agua fría; al instante que el líquido comience ä deshelarse, se vierte encima espíritu de nitro, y entonces se inflama y se consume todo en un instante.

Árbol de Marte 6 vejación metálica. Se disuelve en espíritu de nitro medianamente reconcentrado limadura de hierro hasta la saturación; téngase dispuesto aceite de tártaro per deliquium: en seguida se verterá poco á poco en la primera disolución: se producirá una fuerte efervescencia, después de la cual, el hierro, en vez de descender al fondo del vaso, se elevará ä lo largo de sus paredes, lo tapizará interiormente formando una multitud de ramajes amontonados unos sobre otros, y saliéndose frecuentemente se esparcirá sobre las paredes exteriores del vaso con toda la apariencia de una planta. Este experimento debe hacerse en un vaso de asiento ó de pies colocado sobre una salvilla.

eca r de Ilusionismo. Fundación Juan March.(Madiid)

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EL MAGO

Figura disforme que parece muy proporcionada desde cierto punto de vista. Sobre un cartón blanco y delgado hágase un dibujo cualquiera, y picándolo colóquese el citado cartón sobre una superficie horizontal, que suponemos sea también otro cartón; póngase una bujía encendida detrás del cartón picado, dibújese entonces sobre la superficie horizontal las lineas trazadas por la luz y esto suministrará unas lineas ó pinceladas disformes; hecho esto, retírese el cartón picado y la bujía, y colocando en seguida el ojo donde estaba la luz, se verá al dibujo tornar una forma regular. Modo de procurarse en invierno dores naturales nacidas el día que se quiere. Poco tendremos que hacer para conseguir nuestro objeto. Escogeremos entre los tallos los capullos más bien formados y próximos ä abrirse, los cortaremos con unas tijeras, dejándoles, si es posible, un rabo de 8 centímetros de largo y les cubriremos con lacre la parte cortada; dejaremos que estos capullos se marchiten; luego los envolveremos uno por uno separadamente en un pedazo de papel bien seco, y en un manojo los guardaremos en un sitio que no tenga nada de humedad. De este modo, en cualquier tiempo del invierno que queramos que se desarrollen y salgan del capullo, les cortaremos la punta lacrada y los pondremos en agua, dentro de la cual echaremos un poco de nitro la de sal, y los veremos entonces abrirse y dilatarse con toda su hermosura. El cofre mágico. lié aquí una prueba bonita y sorprendente cuando está diestramente ejecutada.

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)

53 Se tiene dispuesto un cofre de manera que se abra por ambos lados y con una plancha en el fondo que esté perfectamente ajustada al medio. En un lado se ponen cintas ó flores, en el otro uno ó algunos pájaros vivos; y como queriendo obsequiar á una señorita de la reunión, se le regala un ramillete 6 cinta, suplicándola se tome la molestia de poner otro dentro del cofre que se la presenta abierto del lado en donde se hallan encerrados estos objetos. Una vez depositado se le da una vuelta al cofre, y colocándolo sobre una mesa se manifiesta haber tenido el antojo de cambiar las flores en pajarillos, cuya transformación acaba de verificarse. Se ruega ä la indicada señorita que abra el cofre por sí misma, y al verificarlo, con gran sorpresa suya ve salir los pájaros que se van volando por el salón. Téngase presente que las junturas del cofre deben estar de manera que no se puedan descubrir, teniendo sobre el lado un botoncito para cerrarlo. DE LOS SALONES

Una suma determinada dividirla en dos, probando que no resta nada. Supongamos 8888. Le tiramos una raya por medio de los ochos y no quedan mas que ceros.

La cruz de fichas. Núm. 1.

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2 de ihisionisnro.

Fundación Juan March (Madrid)

Núm. 2.

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EL MAGO 54 Contando por la base de la cruz núm. 1, se hallan nueve fichas de tres modos, tanto en la linea perpendicular como en los dos cruceros. Y retirando dos fichas. se propone el formar una nueva cruz que tenga las mismas condiciones que la precedente. Como se ve en la núm. 2, no se necesita mas que subir una ficha másarriba de las dos que forman el crucero.

Modo de poner un hilo al fuego sin que se queme. Con este hilo se dan vueltas á la cáscara de un, huevo y se pone ai fuego, pero mientras la cascara permanezca entera, el hilo no se quemará.

Juego de cartas muy bonito. Se toma una baraja y se arregla toda principiando. por el as, el rey, la sota, caballo, nueve, ocho, etc., y así hasta la última. Hecho esto, se hace cortar: después se arreglan sobre la mesa dejando los colores hacia abajo, diciendo para sí mismo: as, rey, sota, caballo, etc., volviendo luego á principiar lo mismo hasta que las cartas queden arregladas todas cuatro. por cuatro, y entonces se hallarán juntos los cuatro ases, los cuatro reyes y lo mismo las demás restantes.

Modo de cortar una manzana en cuatro partes, sin que la piel sufra alteración alguna. Se pasa un hilo por medio de una aguja á través de la manzana, la cual se divide tirando de las dos puntas del hilo que la atraviesa por debajo de la piel; luego, haciendo lo mismo por el lado contrario á fin de

BffiliO{PC de

Ilusionismo Fundación Juan March (IVIadaid)

55 dividirla en cuatro partes, se encontrará perfectamente cortada, aunque envuelta en su piel. DE LOS SALONES

Apuesta entre dos personas tí cuál de las dos hará más pronto 31 con un dado, y medio seguro de ganar. Vamos ä verlo. Colocando sobre la mesa un dado del lado que deseemos, proponemos á cualquiera jugar ä cuál de los dos hará más pronto treinta y una, y jugando primero, ponemos el dado en el 3; si nuestro adversario pone el 6, eso hará 9; pondremos dos para hacer 11, y á seguida volveremos á poner 6, lo que hará 17; si él pone 6, esto nos hará 23; ponemos 1 para hacer 24, y aunque ponga él después todo lo que quiera, jamás hará 31 antes que nosotros.

El aumento de Monedas. En este j uego se pide á uno de los concurrentes tenga á bien contar 18 monedas, y entretanto se toman 6 de la bolsa, guardándolas ocultas entre el dedo pulgar y el índice de laman° derecha, preguntando luego:— ¿Ha contado V. 18?—Si señor, se os contesta—Está bien: y se recogen, dejando caer las 6 que se guardahan en la mano, juntándolas con las 18, y todas juntas se introducen en la mano á la persona, quien así resulta tener 21.---¿Cuántas desea V. tener ahora dentro de la mano entre 18 y 24? se le dice. Y si contesta:— Yo desearía tener 23.—Pues devuélvame V. 1, se le añade, haciéndole notar que le quedan 17, puesto que se le ha hecho creer que no se le han dado más que las18 que contó. Por último, se toman de la bolsa unas monedas contando 18, 19, 20, 21, 22 y 23; se recogen estas 6 monedas haciendo ademán de pasärnoslas á la mano izquierda, pero que nos las retenemos en la de-

Wteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

56 EL MAGO recita cerrándola, y aparentando que las mandamos juntamente con las 17, abriendo la mano izquierda, decimos.—Puede usted, pues, contarlas: y encontrara las que ha pedido que son 23 Entonces las recogernos, mezclando entre las 23 las 6 que guardábamos y las metemos todas juntas dentro de la bolsa, la que dejamos en su mano, encargándole que la cierre bien, preguntándole al propio tiempo cuántas quiere que se encuentren dentro desde 23 á 29. Si dice, por ejemplo, que 26, se le piden 3, ya que de 23 á 26 van 3; éstas fingirnos hacerlas pasar á reunirse con las otras que tiene en la mano, de la misma manera que lo hemos practicado anteriormente; le rogamos que las cuente y se encuentra las 26 que ha pedido. Las recogemos, y como antes, juntarnos á ellas al verificarlo las tres que tenemos en nuestra mano y las guardamos todas juntas. Corno hay personas que podrían hallarse turbadas si en lugar de 23 monedas que hemos supuesto se les pidiese 19, les advertimos que lasque en tal caso tendrían que pedirse fácilmente se comprende que son las que van desde el número indicado hasta 2L

Botella sorprendente que vierte vino por donde echa fuego, y en seguida 11110 otra vez. A un hojalatero se le manda construir una botella doble alrededor, de manera que pueda contener vino. Desde el fondo á la boca dedicha botella deberá dejarse un agujero de la anchura de la garganta; se llena de vino el rededor doble de la botella, y cuando se quiere hacer este experimento se la coloca sobre una mesa ó tabla que tenga un agujero igual al que ella tiene y de modo que al ponerla encima se encuentren los dos agujeros. Después de haber puesto el vino se introduce en el agujero del centro por debajo de la mesa un cohete al que se le prende fuego y parece entonces que el fuego salga de la botella. Una vez con-

Biblioteca de Ilusionismo Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 57 eluido se la vuelve á tomar y se vacía vino en un vaso. Este juego, bien ejecutado, parece una cosa muy extraordinaria, pero para ejecutarlo es preciso que dos estón de acuerdo.

Traspasar una tabla con un cabo de vela.

Carga un fusil ó escopeta con pólvora, y en lugar de bala mete un cabo de vela; tira contra una tabla de madera no muy gruesa y verás como el cabo de vela la atraviesa lo mismo que una hala de plomo.

Modo de hacer hielo en verano.

En una botija de barro llena de agua hirviendo se meten 80 gramos de salitre refinado y 20 de iris de Florencia; en seguida, tapándola bien, se la baja á un pozo algo profundo, dejando que se remoje en el agua por espacio de dos Ó tres horas; al cabo de las cuales el agua contenida en la botija se encontrará enteramente helada, se sube y se la hace pedazos para sacar el hielo.

Modo de hacer hervir sin fuego el agua fuerte encerrada dentro de una botella.

Habiendo puesto en una botella una corta cantidad de agua fuerte, se echa dentro una poca limadura de latón: entonces se verá un hervidero tan grande que la botella aparecerá toda llena, viniendo á calentarse de tal modo, que no sera posible tocarla sin quemarse.

de Ilusionismo Fundación Juan Mara (Madrid)

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EL MAGO

Habiendo tomado uno tantas monedas en una mano como en la otra, adivinar entintas tiene al todo.

Decidle que traslade de la mano derecha, por ejemplo, á la izquierda, cierto número de monedas que sea menor del que tiene en una de las manos. Y además, que de la mano izquierda donde ha puesto dicho número de monedas traslade á la derecha tantas como en esta habían quedado. El número de monedas que habrá dentro de la mano izquierda será doble del que á ella se ha ordenado trasladar. Si se pregunta, pues, de cuántas monedas exceden las de la mano izquierda á las de la derecha, se conocerá las que hay dentro de ésta. Así es que nœ habrá mas que juniar las monedas que hay en ambas. manos para saber cuántas tenía entre todas. EJEMPLO.

Si se hubieran tomado 12 en cada mano y se hubiese ordenado trasladar 7 de la mano derecha ä la izquierda, sería necesario hacer trasladar nuevamente de la izquierda ä la derecha tantas como habían quedado en Asta, esto es, monedas. Entonces se tendrá la seguridad de que habrá 14 monedas dentro de la mano izquierda, que es el doble de 7 que se ordenó trasladar ä ella. Y preguntando en seguida cuál es el excedente de monedas de la mano izquierda al de la derecha, se nos contestará que son cuatro las que hay de más en aquélla que en ésta. Así, pues, quitando I de 14, quedarán 10, que añadiremos á las U; resultando ser 24 el total de las monedas que se habían tomado.

Agua que arde sobre la mano sin hacer ningún mal.

Tómense partes i guales de aceite de trementina,. aceite de . petróleo, manteca dulce de cerdo, grasa de

1311jóteca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 59 carnero y de cal viva; todas estas materias se baten juntas hasta que se hayan incorporado; luego se las hace destilar sobre ceniza caliente ó sobre carbón encendido: de aquí resultara un agua que arderá sin hacer ningún mal.

Nodo de hacer un color con dos licores límpidos y no coloreados.

Se hace infundir en espíritu de vino una pulgarada de rosas de provenas ó de vástagos: cuando la infusión estará suficientemente cargada sin que mientras tanto haya tomado una tinta, se vierten encima algunas, gotas de espíritu de nitro, que es un licor igualmente Hipido y sin color alguno; de esta mezcla resultará un licor rojo. Viértanse algunas gotas de agua de cal sobre la disolución de sublimado corrosivo, y estos dos licores que eran asimismo límpidos y sin ningún color antes de su mezcla, por su combinación se vol verein de un bello color anaranjado; mézclese en seguida aceite de tártaro y disolución de mercurio, y se obtendrá un color amarillo bastante bonito. La solución de sal de Saturno es sumamente clara, transparente: viértase, pues, la disolución de protosulfato de hierro, que es igualmente límpido y sin color: su mezcla dará un licor negro más ó menos subido. a Árbol de Diana.

Se tornarán cuatro onzas de plata fina en limadura. 6 en laminitas muy sutiles, y dos dracmas de mercurio; esto se hace disolver en 120 6 160 gramos de agua fuerte y cuando esta disolución esté completamente hecha, se vierte dentro de medio litro de agua común, batiéndolo todo á fin de que se mezcle bien. Esta preparación se guarda en una botella bien tapada,

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

60 EL MAGO 'Y si habiendo metido en el fondo de una redomita el grueso de un guisante de amalgama de plata y de mercurio se vierten por encima 40 gramos del licor antes dicho, al instante se verá salir de la bolita de amalgama unas pequeñas ramas que se irán aumentando insensiblemente, formando una especie de arbolillo 6 zarzal de color de plata.

Modo de hacer saltar ei voluntad fuera de un cubilete uno de los tres cortaplumas que en él se pondrán.

Para este juego es necesario tomar un cubilete de hoja de lata, porque su opacidad ocultará el medio que empleamos para hacer saltar el cortaplumas It .gusto de los concurrentes. Tomaremos un pequeño resorte de 3 centímetros de ancho sobre 6 de largo, y lo sujetaremos anticipadamente con un terroncito de azúcar en el fondo del cubilete. Acto continuo, enseñando los tres cortaplumas, cuyos mangos deberán ser de distinto color, preguntaremos cuál de ellos es el que se desea que salga del cubilete. Elegido que sea, los meteremos todos en seguida dentro del cubilete, cuidando de poner la punta del que se haya designado dentro de un agujerito redondo que se halla sobre la parte superior del resorte, asegurado por el terroncito de azúcar, y antes de retirar la mano del cubilete, en cuyo fondo deberán haber algunas gotas de agua, tomaremos de ésta una poca con la punta del dedo y la pondremos diestratnente sobre el azúcar que, deshaciéndose, dejara en libertad al resorte para aflojarse y hacer saltar el cortaplumas. Mientras que se deshará el azúcar permaneceremos alejados del cubilete y llamaremos al cortaplumas ordenándole que salte fuera del vaso, lo que ejecutará scon gran asombro de los espectadores.

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DE LOS SALONES

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Bonito juego de tertulia que puede ejecutarse en, una mesa sin preparación. Se dobla una servilleta en forma de corbata y se coloca sobre la mesa suplicando á cualquiera tenga la amabilidad de mandarnos servir un vaso lleno de agua ó de vino, y poniéndolo sobre la servilleta, lo cubrimos con un plato hondo, tapando el plato con las dos puntas de la servilleta, de manera que el vaso se encuentre bien ajustado al plato, y volviéndolo todo junto á la inversa, nos será fácil bebernos el licor, que caerá( suavemente dentro del plato. De esta manera se puede apostar á que nos bebemos un vaso de agua ó de vino sin tocar el vaso con las manos ni con la boca.

Experimento físico para sacar una moneda de cincopesetas de un jarro Heno de agua sin mojarse las manos. Se tomará un jarro ó vasija de porcelana que no sea muy grande, y se llena de agua hasta que llegue á 3 centímetros del borde; en seguida se deja caer dentro una moneda de cinco pesetas y se propone la reunión el retirar dicha moneda con la mano sin mojársela. Nadie podrá hacerlo. Pues bien: teniendo en la mano un poco de licopodium (1), se tira en el agua y se sacará la moneda si que la mano se haya mojado.

(1) Polvos de lieopodium ó licopodio general de plantas de las licopodiä ceas. La especie principal de esta familia es la llamada pie de lobo, azufre vegetal y musgo terreste, y su polen produce un polvo amarillo, inodora y muy sutil, que podra hallarse en las farmacias. N. DEL T.

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de Ilusionismo. Fundación Juan Mara' (Madrid)



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EL MAGO

Hacer transformar un reloj en cola de conejo.

Para este juego necesitarnos un cubilete de metal y una caja de cartón que pueda contener un reloj. Este se hace meter dentro de dicho cubilete, el cual tenemos en la mano derecha, y por la parte superior -del mismo colocarnos la cola de conejo. Le preguntamos luego al duefio del reloj la hora justa que marca éste, y corno no puede saberlo, se le ruega entonces que lo tome para verlo, y al ir á tirar saca la cola de conejo. Colocamos el reloj sobre la servilleta, y de allí en la caja que dejamos sobre la mesa, haciendo ver al interesado que se ha equivocado habiéndolo puesto en la caja.

Modo de hacer bailar

á un huevo con una varita.

Se vacía un huevo haciéndole un agujero con un alfiler y luego se tapa el agujero con cera virgen, colocando allí una hebra de la seda del capullo de los gusanos, es decir, seda cruda, haciendo un asa al extremo opuesto al del huevo. Es menester que la hebra no tenga mäs de 85 centímetros. Los huevos se tienen en un plato alejado de la mesa donde se hacen los juegos, y al ir ä buscarlos se prende el asa ä uno de los botones del chaleco y se coloca el plato sobre la mesa. Se toma entonces una varita entre las dos manos, y retirando el cuerpo y avanzando los brazos, el huevo viene ä situarse sobre la varita y baila en torno á cada movimiento que nosotros hacemos. La seda cruda es muy fina, de un amarillo de oro pálido y más fuerte e imperceptible que la crin.

liete ta de iln,ioniscnn Fundación Jugn March (Madrid)

DE LOS SALONES

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Modo de cocer una tortilla dentro de un sombrero. La costumbre en una reunión es permanecer descubierto. Cuando se quiera ejecutar este juego es preciso aprovecharse de todo. Levantándose uno de la mesa bajo un pretexto cualquiera, mete dentro de un sombrero una tortilla de dos huevos hecha con una poca harina. Acto continuo se traen en un plato tres huevos, de los cuales dos deben estar vacíos y vueltos á tapar con cera; se deja caer como por casualidad ó desgracia el tercero que está lleno, lo que hace creer que todos son iguales. En seguida rompemos los otros que están vacíos, teniendo cuidado de ocultar las manos dentro del sombrero, y se tiran las cáscaras, soplando al propio tiempo, y la tortilla queda hecha.

La tabaquera nuigica. Se hace una hendidura en el costado de una tabaquera de cartón bastante grande para que una pieza de cinco pesetas pueda entrar y salir libremente; en la parte de la hendidura se coloca un pedacito de papel negro, de plano, y que no traspase la garganta ó media caña de la tabaquera, y se llena de tabaco al ir á ejecutar este juego; se pide una moneda de cinco pe setas y se la hace marcar; después se vacía el tabaco en una hoja de papel para alejar toda sospecha; el pedacito de papel se encuentra mezclado con el tabaco; se hace meter la moneda en la caja; levantándola, la moneda suena un poco; una vez cerrada, bien puede sacudirse, entonces ya no suena. Después de haber repetido este juego muchas veces la hacen' os salir á cosa hecha. No se puede creer que la tabaquera esté agujereada, puesto que hemos vuelto á meter dentro el tabaco.

e r de llusio3tismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

Modo de hacer que un pájaro (115 vueltas sobre si mismo estando asándose al fuego.

Se torna un patito, se ensarta en un pedazo de madera de avellano verde, se pone delante del fuego, y corno la vara está verde, el pájaro y el asador dan vueltas á un mismo tiempo.

Modo de hacer salir de una botella veinte detona-. ciones de la fuerza de una descarga de fusil.

Tómese una botella de vidrio negro bien grueso y que no sea estallado: métase en ella un medio litro, de agua, 95 gramos de limadura de hierro y 60 gramos de aceite de vitriolo; tápese la botella y cuando. se observe que se halla caliente, destápesela y preséntesele por encima un pedazo de papel encendido: entonces saldrá una especie de detonación. Vuélvase a tapar y podrá repertirse de nuevo esta operación veinte veces de seguida.

El naipe roto y compuesto.

Debe tenerse una caja de cartón del tanaallo de un naipe y una plancha de plomo bien delgada. De un lado se pintará de negro y por el otro con cola fuerte pegarás un poco de tabaco en polvo, metiendo también de éste en el fondo de la caja; luego se pondrá en su tapadera una carta igual á la que se quiera hacer romper, y de la cual se habrá roto en el lado y en el medio un pedacito tan grande como la décima sexta parte de la carta. En seguida se colocara la plancha de plomo dentro de la tapadera, tocando la carta el lado donde está apegado el tabaco. Se hace sacar ä

BIlioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Multad)

65 uno de la baraja la carta igual á la que está en la caja y se la hace partir en dos trozos; se torna la mitad y se dice al que tiene la otra mitad que haga lo mismo que nosotros. Rasgáis uno y otro la mitad de la carta en ocho pedazos, y proponéis el componer cada uno su media carta, lo que á él le es imposible. Entonces tomäis los ocho pedazos que ponéis con los ocho vuestros sobre una mesa; abrís la caja lo de arriba abajo, de manera que el lado en donde está la plancha de plomo quede cubierto con todo el tabaco; aparentáis tener tentación de risa por vuestra torpeza y volvéis a meter vuestro tabaco y los pedazos del naipe en la caja. Antes de cerrarla, encargáis ä la persona que ha roto la carta el no ajar el pedazo que guarda, á lo que os contesta que no tiene ninguno; entonces le dais el pedazo que habéis roto de la carta que está en la tabaquera, la cual tapáis; la plancha, por su pesadez, cae al fondo. Abrís la caja y hacéis ver la carta, que le ' falta un pedacito, que se halla en las manos del otro. Este juego causa más ilusión de este modo que con las cajas de hoja de lata. DE: LOS SALONES

Modo de estampar una carta en un patínelo blanco.

Antes de ejecutar esta prueba se piden algunos pañuelos bajo diferentes pretestos, guardándolos luego cinco minutos por lo menos sobre la mesa; ä esto, mezclamos el nuestro con el fin de poder tomar uno, quedando allí el mismo número, pues no es necesario servirnos del que hemos dejado: luego se da ä examinar una baraja, y pretestando no querer presenciar este examen ó reconocimiento, nos pasamos á otro gabinete. Allí tenemos ya dispuesta una viñeta de cobre calada, representando el ocho de oros ó el de copas sin canto ni orla alguna. No podemos servirnos de as ni figura ninguna. Con un pincel hecho expresa5 tilL eca

de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

mente al efecto, estampamos, pues, ligeramente la carta en medio del pañuelo. La carta roja se imprime con el vermellón desleído con engrudo, y la negra con humo de imprenta y cola. Así que la baraja se ha examinado, devolvemos los pañuelos, a excepción del que está estampado, que lo .dejamos sobre la mesa, extendiendo además la baraja. Al reconocer nuestra carta la ponemos sobre el juego, y haciendo el salto de baraja, la carta se halla entonces en el medio; la hacemostomar . y que la quemen: y se hace cargar una pistola con pólvora, y después de estar seguros de que la carta está completemente quemada, introducimos la ceniza en la pistola; se doblad pañuelo y se presenta con la impresión dentro; se hace tirar el pistoletazo y en el momento de la explosión desdoblamos el pañuelo y aparece impresa en él la carta.

El cazador cocinero.

Carga una escopeta con una buena carga de pólvora y una doble carga de limadura de hierro algo grue-

sa, tira sobre algunos pájaros y los matarás y desplumarás todo ä un tiempo.

El hombre que no puede tirar al blanco ri cuatro pasos, y modo de parar una bala con una bengala.

hay gentes bastante sencillas para creer en las armas encantadas, pero sobre todo las señoras se asustan cuando ven tirar sobre un hombre un pistoletazo cargado con bala; temen siempre que salga mal el juego. Para hacer, pues, este experimento, se toma una pistola de arzón, de la que se quita la baqueta, porque el objeto del juego es servirse de una baqueta de ma

Biblioteca de 11.ionismo. Fundación Juan Matelt (Madrid)

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DE LOS SALONES 67 dera. IIágase construir por un hojalatero un cañón (1) ,fle hojalata cerrado por la una punta y que entre con facilidad dentro del cañón. Téngase una baqueta torneada como un palo de silla (ésta y el cañón de hojalata deben estar pintados de negro); se hace cargar con pólvora la pistola; luego se vuelve ä tomar y se pone sobre la mesa, volviendo el cañón hacia nuestro lado; se dan á conocer las balas de plomo, y cuando hayan escogido una, se suplica que se la haga una marca ó señal; mientras que lo verifican se vuelve ä tomar la pistola y se introduce el cañón de hojalata, poniendo la punta cerrada bajo. Se da ä la persona que guarda la bala marcada un pedazo de papel para hacer un taco arrollado bien redondo; se mete la Dala y luego el taco, atacando nosotros mismos; la baqueta -saca el taco, la bala y el cañón de hojalata; después, volviendonos, quitamos éste de la baqueta y la bala nos cae en la mano y hacemos bajar el cañón hacia bajo con el fin de que no se introduzca en la otra, que no podría ser atacada, no habiendo ya baqueta en la pistola. Tenemos en la mano la bala con la baqueta y hacernos tirar sobré una hoja de cartón ä cuatro ò seis pasos; en el momento de la explosión dejamos caer la hala ä nuestros pies.

El pájaro fiel.

Para ejecutar este juego es necesario proveerse de dos pájaros iguales y de varias sortijas falsas. Se pide ä una señora una sortija, principalmente un arillo de oro, y al ponerlo sobre la mesa se cambia por la sortija falsa; se da una pistola ä cargar con pólvora, luego una bala pasada de parte ä parte y un cafión de hojalata de los que ya conocemos que se mete (1) Este cailón debe tener únicamente unos dos dedos de alto, pues su objeto es que se introduzca en él la bala, y al tiempo de atacar la carga sacarlo con la baqueta. N. DEL T.

' grieta de Llusio/lismo nuularión Juan March (Madrid)

EL MAGO 68 también en la pistola. Mientras se la carga, se va át buscar en la jaula uno de los dos pájaros y al propio, tiempo se ata la sortija al cuello del otro, metiéndole después en una cajita en donde pueda respirar; se vuelve á entrar y se deja la cajita debajo de un sombrero; se toma entonces la sortija para meterla en la pistola, y no pudiendo entrar se doblega entre los dientes y se hace atacar. Entonces tomando con la una mano el pájaro que está en la jaula y con la otra la pistola, se dispara por una ventana poco tiempo después de haber soltado el pájaro al aire. En seguida se hace ver que el que está en la cajita tiene la sortija al cuello y la hala en la patita. Hay que tener presente que las dos sortijas deben ser muy parecidas, y que sinos servimos de una hala atravesada es para que su peso impida al pájaro el volarse.

Modo de hacerse una raya de tinta en la mano que. luego ne transforma en cruz. Tomando una pluma mojada en tinta, se hace una raya en la mano á través del pliego que va desde el indice al dedo meñique, y se suplica á uno de los concurrentes cubra nuestra mano con un sombrero que le hacemos tener; mientras, doblamos la mano como para cerrarla; y abriéndola de seguida pedimos que separe el sombrero: entonces la cruz está ya formada.

Bffilioieca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

CAPITULO II •.

Juegos de escamoteo -y de bolsa.

NOCIONES ELEMENTA LES Se llama bolsa ó zurrón á una especie de saco de unos 35 centímetros de ancho poco más ó menos y sobre 25 de profundidad y guarnecido interiormente de muchos bolsillitos, dentro de los cuales se meten las diversas piezas de entretenimiento que se quieren hallar pronta y fácilmente. Dicha bolsa se sujeta delante por medio de un cinturón. No basta tener destreza en las manos ni agilidad en los dedos y las cosas necesarias para ejecutar los diversos juegos que van á continuación; es menester además tener gran facilidad en el habla, porque algunas veces es necesario distraer la atención demasiadamente marcada de los espectadores, que buscan el descubrir los resortes que ponemos en práctica; y tomo los que hacemos estas pruebas no somos hechiceros, es menester que entretengamos á los concurrentes con algunos discursos, ä fin de impedir que puedan percibir los medios que empleamos.

Juego de los cubiletes.

El juego de cubiletes, tan antiguo como sencillo 6 ingenioso, es lambió:1 de todos los juegos de destreza .el más divertido y más fácil de ejecutar.

,ioiera de Ilusionismo. Fundarion Juan More], (Marliidl

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EL MAGO

Generalmente se sirve uno de tres cubiletes de hojalata bruiiida A, B y C (fig. 1); éstos deben ser de la forma de un cono truncado, teniendo un doble borde I) hacia la parte baja (1) de cerca de dos centímetros; la parte de arriba E debe ser hueca y de figura esférica, con el fin de que pueda contener las bolitas (2) sin que estas sobresalgan del borde superior del cubilete. Es menester además proveerse de una varita que se la designa con el nombre de rara de Jacob y que ordinariamente se hace de ébano guarnecida de mar fi l por las dos puntas.

11111111 119111111111111144116111111121!IBIIIAIRMILLIIIKelhitlIIINIIII n11111MILdii.

(Fm. 1.) De esta varita nos servirnos para golpear sobre los cubiletes, y como la tenemos frecuentemente en la mano donde ocultamos las bolitas, nos da la ventaja de tenerla cerrada á menudo y variar la situación, sin lo cual nos veríamos algunas veces embarazados para evitar que nos las viesen. Toda la habilidad de este juego consiste principalmente en ocultar sutilmente una bolita en la mano, derecha y hacerla aparecer y desaparecer entre dedos de esta misma mano. Todas las veces que se la oculta entre los dedos, lo que se llama escamotear la bolita, es necesario que (1) Este borde sirve para levantarlo fácilmente y colocar allí ventajosamente la mano y hacer pasar una bolita de corcho, á la que los franceses dan el nombre de muscade. (2) Se hacen de corcho ennegreciéndolas á la luz de una vela.

Bffiliotera de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

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el espectador crea que la introducimos dentro de la.. otra mano ó que la hacemos pasar debajo de un cubilete; si por el contrario se la hace reaparecer cuando, se la tiene oculta en la mano, es menester que s e . figuren que la hemos hecho salir del punto que se toca) entonces con la punta de los dedos.

Modo de escamotear la bolita.

Se toma la bolita con la mano derecha, y una vez colocada en el sitio del dedo pulgar A y la punta del dedo B (fig. 2), se la conduce con el pulgar, badén-

(FIG. 2.)

rodar ä lo largo de la linea B C; se separa un t poco el dedo del medio D y el E, y se la coloca en su junta C; su ligereza basta para impedirle el caer por poco que se la apriete entre dichos dedos. Para hacerla aparecer se la vuelve á conducir dela misma manera con el dedo pulgar desde C hasta D. Todas las veces que se la escamotea ó se la hace aparecer, la palma de la mano debe estar vuelta del lado de la mesa en que se hacen los juegos. Cuando se oculta la bolita en la mano, se da ä entender que se la hace pasar debajo de un cubilete (5 ä la otra mano: en el primer caso se hace un movimiento con la mano como si se la echase ä través del cubilete, dola

ffilioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March Madrid)

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BL MAGO

y al mismo tiempo se la escamotea: en el segundo, se

la escamotea y se aproximan los dos dedos de la mano derech t hacia la mano izquierda, que se tiene abierta, y se hace un pe queño movimiento para fingir que se deja en ella la bodta, cerrandola inmediatamente. Cuando se finge meter una bolita debajo de un cubilete, se supone siempre que aquélla se encuentra entonces en la mano izquierda, se levanta éste con la derecha, y abriendo la mano izquierda se la pone al instante sobre el hueco de la misma y se la hace deslizar á lo largo de los dedos. Cuando se la quiere meter secretamente debajo del cubilete, debe l'aliarse entonces entre los dedos de la mano derecha: se levanta éste con la misma mano y al volverlo poner sobre la mesa se suelta la bolita la que, según la posición, debe hallarse en el borde y un poco hacia la parte baja del cubilete, que se toma en la mano. Si se quiere poner secretamente la bolita entre dos cubiletes, al soltarla es necesario hacerla saltar hacia el interior del cubilete que se tiene, y penerlo prontamente encima de aquel sobre el cual se quiere que se halle colocada. Cuando la bolita está colocada entre dos cubiletes y se la quiere hacer desaparecer, es menester levantar con la mano derecha los dos cubiletes de encima de la mesa, y retirando precipitadamente con la mano derecha el de debajo, bajo del cual se halla la bolita: al mismo instante se baja con la izquierda el otro y queda entonces colocada debajo de él. Ahora bien; debemos advertir para la inteligencia de los juegos que siguen, que nos serviremos de los términos que van á continuación para explicar si lo que se manifiesta es fingido ó verdadero, y que se adaptarán los números en la descripción de los diferentes ejercicios que aquí anotamos. NIIMERO I.

Poner la bolita debajo del cubilete, es efectivamente

BIlioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

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meterla debajo de él con los dos dedos de la mano derecha ó de la izquierda. NÚM. II.

Meter la bolita debajo del cubilete ó dentro de la enano, esto es, escamotearla fingiendo encerrarla dentro de la mano izquierda, la que se entreabre en seguida para suponer que se la pone debajo de dicho cubilete en otra parte. NÚM. III.

Hacer pasar la bolita debajo del cubilete, es decir, introducir secretamente en él la que se ha escamoteado entre los dedos. NÚM. IV.

Hacer pasar la bolita entre los cubiletes, es lo mismo cue anteriormente, excepto que se la coloca entre dos qubiletes.

NÚM. V.

Hacer desaparecer la bolita que esta entre dos cubiletes, esto es, retirar con mucha precipitación y agilidad aquel sobre el cual está colocada la bolita y bajar al propio tiempo sobre la mesa el que está encima, debajo del cual se encuentra entonces oculta. NÚM. VI .

Tomar la bolita, es tomarla entre los dos dedos de la mano derecha y enseñarla antes de escamoteada. NÚM. VII.

Quitar la bolita de debajo de un cubilete, es quitarla efectivamente con los dedos ä vista de los espectadores.

32....._ eca de

Ilusionisnto.Fundación Juan Iliarch (\hadd)

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EL MAGO

NÚM. VIII.

Tirar la bolita, esto es, fingir sacarla de la punta de la vara, del cubilete ó de cualquiera otro sitio, volviendo á traer á los dedos la que está oculta en la mano. NÚM. IX. Enviar la bolita ti través del cubilete, es escamoteada fingiendo que se la echa. NÚM.

Levantar los cubiletes, se ejecuta de tres maneras,. saber: con la mano derecha, cuando se quiere, volviéndolo ä su sitio, introducir en el secretamente una bolita; 6 con la varita, cuando se pone sobre los cubiletes para bajarlos, á fin de hacer ver las que a ellos. se han hecho pasar, el bien con los dos dedos de la mano izquierda, cuando se quiere hacer ver que no hay en ellos ninguna bolita 6 que han desaparecido' ya las que estaban allí. ä

NÚM. XI. Cubrir uncubilete, es tomar con la mano derecha el' que se quiere meter debajo de él, introduciendo al mismo tiempo la bolita entre ambos. NÚM. XII, Volver c't cubrir un cubilete, es tomar con la mano. izquierda el que se quiere poner encima sin introducir nada.

B lio tec a de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SA LONES

CON UNA SOLA BOLITA. Meter una bolita debajo de cada cubilete y sacarlas.

Colocados sobre la mesa los tres cubiletes y la varita como lo indica la figura primera, se principiará este juego pronunciando un discurso festivo, en cuanto quepa, sobre el origen de los cubiletes y la varita (1) corno el siguiente: Muchas son las personas que se entrometen á practicar el juego de los cubiletes sin entender nada de él. Esto no es muy extraordinario, puesto que yo mismo me atrevo á ejercitarlo ä presencia de ustedes, noconcibiendo grande cosa. No me avergüenzo de confesar que fui tan novicio hace algún tiempo, que me atreví ä jugar con cubiletes de vidrio delante de una numerosa reunión. Juzgarän ustedes que no me aplaudirían mucho. Actualmente ya no empleo este método mas que en presencia de los ciegos, ni juego tampoco ya con tazas de porcelana, temeroso de que por torpeza, queriendo fingir romper las asas, las haga añicos de veras. Fié aquí, pues, los cubiletes de que hoy me sirvo: están compuestos de metales que los alquimistas atribuyen ä Júpiter y á Marte, es decir, para hablar inäs humana é inteligiblemente, que son de hojalata: tengan ustedes la bondad de examinarlos. (Se enseñan d los concurrentes y se vuelven á dejar sobre la mesa.) Toda tni ciencia, que según eso es admirable, consiste en fascinar los ojos y hacer pasar las bolitas sin que ustedes lo echen de ver. Prevengo ä ustedes que no se cuiden gran cosa de mis palabras, pero si que examinen bien mis manos. (Se muestran ) Si hay en la reunión alguien que tenga la desgracia de usar an(1) En esta clase de diversiones es necesario hablar mucho ä fin de distraer la mirada del espectador, algunas veces demasiado atenta.

lioteca de IIUSiOltiS . Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO

1eojos, puede retirarse al momento atendido ä que los inäs perspicaces han de quedarse in albis: nada conseguirán ver. Esta varita, ¡oh! esta es la vara de Jacob (enseriando la varita con la mano izquierda), es decir, el almacén de donde yo saco todas mis bolitas (I). No hay nadie que se encuentre tan bien abastecido como ella, puesto que cuantas ms se le quitan mayor es el número de las que le quedan; saco VIII esta bolita (se enseña y se la pone sobre la mesa); observen ustedes que no hay nada debajo de los cubiletes (se muestra el interior ele los mismos), y que no tengo otra en mis manos (se enserian ambas): tomo VI esta bolita y la coloco II debajo de este primer cubilete; saco VIII una segunda de mi varita y la meto debajo de este segundo. (Se hace así efectivamente). Es indispensable prevenirles que la mayor parte de los que manejan los cubiletes fingen el meter en ellos las bolitas; mas lo que es yo ¡ah yo no los engaño ä ustedes, las meto real y verdaderamente (se le-

1

vanta el cubilete B, y tomando la bolita que se ha puesto entre los dedos de la mano derecha, se hace ver); la vuelvo

ä meter II debajo del segundo cubilete: saco VIII esta tercera y la meto Il igualmente debajo de este último cubilete. ¿Dirán ustedes que esto no tiene nada de particular y que también lo harían? Convengo en ello; mas la dificultad consiste en retirar las bolitas á través de los cubiletes (se golpea al primero con la varita); saco, pues, VIII esta primer bolita (se la hace ver); la meto II en mi mano y la envío ä Constantinopla (se abre la mano izquierda). Saco ahora esta otra (se golpea con la varita sobre el segundo cubilete), la meto II dentro de la mano y la envio ä las grandes Indias (se abre la mano izquierda); saco VIII la última y la pongo sobre la mesa. Observen ustedes que no hay nada ya debajo de ninguno de los cubiletes (se echan éstos con

la varita).

(1) Se toma secretamente con la otra mano una bolita de dentro de la bolsa, quedandosela oculta entre los dedos.

Bffilieteca de ilusionismo. Ftutdación Juan Mara (Madrid)

DE LOS SALONES

CON UNA SOLA BOLITA DEJADA SOBRE LA MESA. Hacer pasar una bolita ti través de cada uno de loe cubileteo y sacarla lo mismo.

Vuelvo ä colocar los cubiletes en su sitio; tomo VI esta bolita y la meto II debajo de este primer cubilete; la retiro VIII; repaien ustedes que ya no está aquí (se levanta X el cubilete con la mano izquierda), la meto II debajo de este otro: la retiro VIII tambien (se levan. la X el cubilete); la meto 11 debajo de este último y la retiro VIII igualmente (se levanta el último cubilete con la mano izquierda y se pone la bolita sobre la mesa).

CON ESTA SOLA BOLITA DEJADA SOBRE LA MESA. Retirar una bolita ti través de dos y tres cubileteo.

Yo jamás tengo oculta ninguna bolita entre mis manos, como hacen la mayor parte de los que ejecutan estos juegos (se muestran las manos), Tomo, pues, VI esta bolita y la meto II debajo de este cubilete B (I); lo vuelvo ä cubrir XII con este C y retiro VIII esta bolita á través de los dos cubiletes (se la hace ver al

ponerle sobre la mesa, se vuelve á poner en seguida el cubilete C en su sitio y se levanta X el cubilete B para hacer ver que no hay nada allí). Vuelvo á tomar VI esta misma bolita y la Meto II debajo del mismo cubilete; cúbrolo XII con estos otros dos C y A, y retiro VIII la bolita á través de los tres cubiletes (se la hace ver y se deja sobre la mesa). (1) En lo sucesivo se distinguirán los tres cubiletes por A, B y C, como están indicados en la figura 1.

lieieca de IIIISi011151110 luid ario n J11331. March (Madrid)

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EL MAGO

CON ESTA SOLA BOLITA DEJADA SOBRE LA MESA. nacer pasar una misma bolita de cubilete

á.

cubilete.

Ahora ruego ä ustedes fijen su atención y verán á esta bolita pasar sucesivamente de un cubilete al otro (se separan desde luego); la tomo VI, pues, y la pongo II debajo de este C; debajo de este otro B no hay nada (se levanta, se introduce la bolita y se toma la varita).

Pues bien: mando ä la que he puesto en el otro C que se pase inmediatamente ä este B; ya lo ven ustedes (se conduce la punta de la varita de un cubilete al otro como si se siguiese it la bolita); ¡no? Observen, pues, que ya ha pasado (se levanta el cubilete con la mano izquierda, y tomando la bolita con la derecha, se enseña). La

vuelvo á meter II debajo de este cubilete B, y como este último A nada tiene tampoco debajo (se levanta con la mano derecha y se introduce en él la bolita), voy ä hacerla pasar ä el A. Bien pueden aproximarse y abrir bien los ojos; ya va... (se hace como si viéndola se indicase con la punta de la varita el camino que hace).

'Qué ¡no la han visto ustedes pasar...? No me sorprendo mucho... yo mismo no la veo: no obstante, bé la ya aquí (se levanta el cubilete A y se pone la bolita sobre la mesa).

CON ESTA MISMA BOLITA PUESTA SOBRE LA MESA, Estando cubiertos los cubiletes hacer pasar una bolita del uno al otro sin levantarlos.

Yo tenía mucha razón al decir á ustedes que los más perspicaces se quedarían sin ver nada. Pero consuélense, porque si no han podido ver nada hasta aquí, en el juego que voy á presentar no verán absolutamente nada. Tornando, pues, esta bolita, la meto II debajo de este cubilete B, que cubro XI con estos otros dos (se

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Maitid)

DE Los SALONES

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coma uno en cada mano y se introduce la bolita sobre el lubilete B); noten ustedes que en mis manos no hay nada absolutamente (se las muestra); pero yo quiero .que suba sobre el primero y así se lo ordeno: veamos (se levantan los dos cubiletes, y volviéndolos á poner en su sitio se hace ver d la bolita que está encima de él). Vuélyola, pues, á poner II debajo de este mismo cubilete B, y lo vuelvo á cubrir (se le cubre tomando un cubilete -en cada mano y se introduce la bolita entre el segundo y tercero). Ahora la saco (1) de debajo de los tres cubiletes y la tiro á través del primero (se finge el tirarla); fíjense ustedes, seilores, en que yo no he escamoteado la bolita, puesto que nada tengo en las manos (se enseñan); mas no obstante, vean cómo ha pasado (se levanta el primer cubilete con la mano izquierda y se deja

la bolita sobre la mesa y los cubiletes en su sitio).

CON ESTA MISMA BOLITA DEJADA SOBRE LA MESA.

Elaeer pasar una bolita tí troves de la mesa y de los eubiletes.

Sin duda se han sorprendido ustedes de que no .liabiendo efectivamente mas que una sola bolita, después de habérsela hecho ver, haya podido yo hacerla pasar debajo de este cubilete sin levantarlo; pero no J es asombre á ustedes eso... yo poseo secretos maravillosos... en tal grado, que transporto, por ejemplo... el campanario de un pueblecito á otro; ¡oh, si! Tengo ademas un carro volador que puede conducirme Roma en tres días. "Todas estas cosas las hará ver á ustedes tan luego como mis maquinas estén completamente perfeccionadas, es decir, dentro de algunos (1) La sola bolita con la cual se juega, estando debajo del tercer cubilete, no se puede hacerla ver, mas se hace como si se la hubiese retirado y puesto en los dedos de la mano izquierda que se tiene en el aire llevándola de un lado á otro.

11

Unten de Ilusionismo .

Fund q r ión ,Juln

Mur), (Madrid)

80 EL MAGO siglos. Pero mientras llega el dia en que les sorprenda con todos estos prodigios, voy ä continuar divirtiéndoles. Meto II esta bolita debajo de este cubilete A, la

retiro VIII (se la hace ver y se finge el meterla entre los dedos de la mano izquierda), cubro XI este con los otros dos B y C (se introduce la bolita entre estos dos cubiletes, sirviéndose siempre de la mano derecha y fingiendo tenerla todavía en la izquierda), y la hago pasar á través de la mesa y de los dos cubiletes (se mete la mano izquierda debajo de la mesa); ved cómo ha pasado (se levanta el primer cubilete).

CON LA MISMA BOLITA.

Retirar la bolita de un cubilete y hacerla pasar entre los otros dos.

He aquí otro juego muy bonito. Tomo esta bolita y la meto II debajo de este cubilete A; tengan ustedes presente que no hay nada debajo de los otros (se hace ver esto y se introduce la bolita debajo del C), ni en mis manos tampoco; sácola, pues, de debajo de este A (se finge el retirarla mostrando el interior del cubilete d fin

de que la atención del espectador no se fije en los dedos),

lo cubro C con los otros dos A y la mando IX á través de estos (se levantan y se hace ver que ha pasado alli la

bolita).

CON ESTA MISMA BOLITA Y UNA MONEDA DE 50 CÉNTIMOS. (MEDIA PESETA).

Esta bolita la pongo II en esta mano, y eis esta otra esta media peseta. ¿En qué mano creen ustedes que está la bolita y dónde creen que está la media peseta? Cualquiera que sea la respuesta del especta-

13 5 ti o te c a

de Ilusionismo. Fundación Juan

March @Jadiad)

81 dor se hará ver que se engaña y que ambas cosas se encuentran en la mano derecha; esta treta sirve de pretexto para tomar de la bolsa una bolita al volver ä dejar allí dicha moneda) (1). DE LOS SALONES

CON LA BOLITA QUE ESTÁ. SOBRE LA MESA Y LA QUE SE HA TOMADO SECRETAMENTE DE LA BOLSA.

Hacer pasar debajo de un cubilete las dos bolitas puestas debajo de los otros.

Para poder seguir entreteniendo ä ustedes me hace falta una segunda bolita; entonces cojo ésta y la parto en dos (se torna con la mano izquierda y teniendo la

varita en la derecha, se finge el cortarla; se deja en seguida la varita sobre la mesa y se conduce ti la punta de los dedos la que se ha tomado de la bolsa).

No hay nada tan cómodo como poder multiplicar así las bolitas. Cuando tengo necesidad de dinero, corto y recorte hasta que tengo cinco ó seis decalitros, y los vendo al especiero (se ponen las dos Gotitas sobre la mesa). Reparen ustedes que no hay nada debajo de este cubilete A; meto aquí II esta primera; y como en estos otros dos tampoco hay nada (se introduce la bolita debajo del cubilete B), tomo esta segunda y la meto II debajo de este C; hay ahora, pues, unabolita en cada uno de. los dos A y C; saco VIII de este C la bolita y la tiro IXä través del cubilete del medio B; pueden ustedes ver como ha pasado ya (se levanta cl cubilete By se introduce en él la segunda bolita). Pues bien: mando ä la que está debajo de este otro A que pase también debajo de él E (selevanta este cubilete, se

hace ver que las dos se encuentran alli y se dejan sobre la mesa).

(1) Se pueden sin interrumpir el curso de todos estos juegos suprimir éste y en su vez fingir el dejar caer á tierra la moneda con la cual se juega, para tener el pretexto de tomar otra.

Rueca de Ilusionismo. Fundación Juan Mara (Madrid)

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EL MAGO

CON LAS DOS MILITAS QUE SE IIAN DEJADO SOBRE LA MESA lIalhindose dos bolitas debajo de un cubilete, hacer-

las pasar debajo de los otros dos.

Cuando estaba en el colegio, el director me decía siempre, que era menester saber hacer un tema de dos modos. Ahora bien: yo acabo de hacer pasar estas dos bolitas al cubilete de en medio: voy ahora, pues, ä hacerlas salir: no debe serme nada dificil. Veamos: las cojo y pongo debajo de este B (no se mete mas que

una sola, escamoteando la otra, fingiendo meterla con la que se ha tomado con la mano izquierda), ya ven ustedes que no hay nada aquí A, ni aquí C (se introduce debajo de este último la bolita que se ha escamoteado), ¿estamos? Ordeno, pues, ä la una de las dos que están en el cubilete de en medio que pase inmediatamente debajo de uno Ó de otro de estos dos A. y C... Ya voló ,: (se levanta el cubilete 13 para hacer ver que allí no hay mas que una bolita y tomändola con la mano dere-

cha se enseña y se vuelve á meter 11 debajo del mismo B): veamos dentro de cuál se ha metido (se levanta en seguida el cubilete A y se introduce en él la bolita que se ha quitado del B): mírenla ustedes debajo de este C (se levanta este cubilete). Pues ahora mando ä la otra que pase debajo de este A. (Se levanta y se hace ver que ha pasado) (1). CON DOS BOLITAS, UNA TERCERA Y UNA CUARTA OCULTA EN LA MANO.

Hacer pasar tres bolitas debajo de un mismo Cubilete.

Todo esto no son más que bagatelas. Voy á hacerles ver otra cosa con tres bolitas (se saca de la bolsa una (1) Este juego e hace ordinariamente con tres bolitas, pero es mas extraordinario con dos.

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

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tercera bolita, se deja sobre la mesa y se oculta otra cuarta en la mano); observen ustedes que no hay nada debajo de ninguno de los cubiletes (se levantan y se introduce la bolita debajo del C); tomo la primera y la tira IX través de este C; noten que ya ha pasado (se levanta X el cubilete con la mano derecha); tomo la segunda y la tiro IX á través del mismo (se levanta otra vez el cubilete); tomo la tercera y la hago pasar también (se levanta X el cubilete y se hace ver como han pasado tí él las tres).

CON LAS TRES BOLITAS QUE QUEDAN DEBAJO DEL CUBILETE Y LA QUE SE TIENE OCULTA EN LA MANO.

Hacer pasar tres bolitas de un cubilete tocar ningún cubilete.

á otro sin

Lié aquí una cosa que jamás he podido comprender y que de seguro va á sorprender á ustedes (se levanta el cubilete C y se quitan las tres bolitas que han quedado

en él, se ponen sobre cada ano de los cubiletes, y levantando el indicado C, se introduce en él la cuarta bolita que se tenia oculta en la mano); no hay más. Tomo esta bolita (la que está sobre el cubilete B) y la meto 11 debajo de este mismo cubilete; tomo esta otra (la del cubilete A) y la pongo 1 debajo del mismo (se ni cte en él también la que se tiene oculta en la mano), y tomo esta última y la tiro IX á través del tercer cubilete C; y para hacer ver que no les engaño, miren ustedes como ya ha pasado (se levanta X el cubilete C y se introduce en él la bolita que se guarda en la mano y que se acaba de escamotear). Téngase muy presente que ahora hay una debajo de cada cubilete, ¡,no es esto? ¿A. cuál de estos dos A y C quieren que pase la que está en el de en medio...? (se levanta el cubilete que han elegido, que supondremos sea el C y se hace ver que allí hay dos). Vuelvo a tomar estas dos bolitas y las envio otra vez debajo de este C (no se mete mas que una); no olviden

'o teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

ustedes que ya no queda ninguna debajo de este cubilete B (se introduce en él la bolita que se acaba de

quitar y se hace ver que no tiene ninguna en las manos).

Ordeno ä la una de las dos que estän debajo de este C que vaya ä reunirse con la que está en este otro A; reparen ustedes como se ha pasado ya (se levanta el cubilete C y se vuelven ti poner las dos Gotitas sobre este mismo, se levanta el C para hacer ver que no hay en él mas

que una sola, y se la vuelve 4 poner tambien sobre este mismo; no se levanta el B, debajo del cual queda una bolita). CON LAS TRES BOLITAS QUE SE HAN PUESTO SOBRE LOS CUBILETES Y LA QUE RA QUEDADO OCULTA DEBAJO DEL DE EN MEDIO.

Hacer pasar dentro de un mismo cubilete las bolitas puestas debajo de los otros.

Tomo esta bolita (la que está sobre el cubilete C) y la meto II debajo de este mismo cubilete; le mando pase al medio; ya ha pasado (levantando el cubilete B

se introduce en él la bolita que se acaba de escamotear), tomo esta otra (una de las dos puestas sobre el cubilete A),

la meto II debajo de este también C y le ordeno que pase ä este otro B: ya lo ha hecho (levantando este cubilete se introduce en él una tercera bolita); tomo, pues, esta tercera y la nieto II debajo de este cubilete C, pero le mando que pase ä. aquel B a lo largo de la mesa y ä vista de los espectadores (se toma la varita

con la mano izquierda para fingir indicar el camino que sigue entre los dos cubiletes); qué, ¿no la ven ustedes? Pues mírenla aqui (se la saca VIIIde la punta de la varita que parece indicarla). Ea, pues, pasa al instante (se la tira IX 4 través del cubilete B y se hace ver que todas las tres están alli y que no hay nada debajo de los otros; se ponen en seguida sobre la mesa las tres bolitas y se guarda la otra oculta en la mano).

lb ha teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

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CON LAS TRES BOLITAS QUE RAN QUEDADO SOBRE LA MESA Y LA QUE SE GUARDA OCULTA EN LA MANO (1)

Multiplicación de las bolitas. Si hay en esta reunión algunas personas que creen en les brujos, les aconsejo, pues, que no miren lo que

voy á hacer, porque es mucho más sorprendente. Estas tres bolitas las pongo I debajo de estos tres cubiletes: quito Villa primera (la que está debajo del (C y la nieto II en este jarro; quito VII la tercera (la que está debajo del cubilete A) y la meto II también. (Cada vez que se levanta uno de los cubiletes

para quitar la bolita se introduce en él la que siempre queda oculta en la mano derecha, de modo que después de haber fingido tirar las tres bolitas en el jarro todavía se encuentra una debajo del cubilete; por cuyo medio se levanta de nuevo el cubilete C, se quita la bolita que está debajo y se sigue asi hasta que se haya aparentado sacar una docena).

Tal vez ustedes se imaginen que yo me sirvo siempre de las mismas bolitas. A fin, pues, de probar lo contrario, aquí las tienen todas. ( Vaciase el jarro para (Fm. 4). hacer salir las doce Lolitas que estaban ocul-

tas dentro).

OBSERVACIÓN.

Creemos oportuno indicar que si el jarro está hecho con perfección, puede enseñarse su interior, como también ponerlo boca abajo sobre la mesa antes de (1) Para ejecutar este entretenimiento es menester tener un jarro de hojalata, en el fondo del cual haya una báscula A que pueda caer á voluntad, es decir, al vaciarlo sobre la mesa por medio de un fiador colocado en la base de una de sus asas B. De antemano se introducs entre su fondo y la báscula una docena de bolitas.

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EL MAGO

verificar este juego, con objeto de que no se suponga que se han introducido en él las bolitas anticipadamente.

CON LAS TRES BOLITAS QUE IZAN QUEDADO DEBAJO DE LOS CUBILETES Y LA QUE SE TIENE OCULTA EN LA MANO.

Hacer pasar una bolita debajo de cada uno de loa tres cubiletea.

Ahora voy ä meter todas estas bolitas en mi bolsillo: tomo VI esta (la que se tenia oculta en la mano), y la hago pasar ä través de la mesa debajo del primer cubilete C (se la escamotea); lomo otra de mi bolsa (se enseña esta bolita) y la hago pasar lo mismo través de este B (se escamotea); tomo una tercera (se enseña) y la hago pasar debajo del último cubilete A. (se escamotea); ya tenemos pasadas todas las tres (se bajan los cubiletes, y volviéndolos á levantar se introduce la bolita que se tiene en la mano debajo del cubilete 13 y se vuelven poner las tres bolitas sobre los tres cubiletes).

CON LAS TRES BOLITAS PUESTAS ENCIMA DE LOS CUBILETES Y LA QUE SE HA INTRODUCIDO DEBAJO DEL DE EN MEDIO. Retirar dos

bolitas lí trav6s

de nn mismo cubilete (1)

Aquí no voy ä emplear mas que dos bolitas. (Se toma la que está sobre el cubilete C y se me,te 11 en la bolsa; se loma con los dedos de la mol. o izquierda la que está sobre el cubilete B, se enseña, y con la otra mano se (1) Esta prueba no sirve mas que de preparación á la que sigue.

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DE LOS SALONES

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cubre al propio tiempo el B con el C. haciendo pasar IV la que se ha simulado meter en la bolsa; se toma con la mano derecha la que se halla sobre el cubilete A y mostrando en cada mano las dos bolitas, se dice): helas aquí, señores, las meto II debajo de este cubilete A. (no se mete en él realmente mas que la que se tiene en la mano izquierda): saco una de estas dos bolitas á través del mismo A (se hace ver y se pone encima del cubilete C, se levanta el A y se toma con la mano derecha la bolita que está debajo y Se afiade), no queda mas que una (se la vuelve II debajo del cubilete); sacaré VIII esta otra (se levanta el cubilete y se hace ver que ya no está allí; en seguida se toma una de las dos bolitas que parece que quedan y se mete II en la bolsa, diciendo): Vuelvo a meter ésta en mi bolsa. CON UNA BOLITA QUE SE ENCUENTRA OCULTA DEBAJO DEL CUBILETE DEL MEDIO, OTRA QUE ESTÁ DEBAJO DEL QUE LE CUBRE, LA QUE FIA QUEDADO EN LA MANO, Y UNA CUARTA QUE SE HALLA SOBRE LA MESA.

Hacer pasar una misma bolita sucesivamente á travds de los tres cubileteo.

Voy ahora ä hacer ä ustedes un juego muy bonito con esta sola bolita (1); había olvidado el presentarlo antes. Cubro XI estos cubiletes (se pone A sobre los C y B), tomo VI esta bolita y la tiro XI a través del primer cubilete (se levanta X el cubilete A con la mano derecha, se hace ver que ha pasado entre el C y el A., y se

vuelve á su sitio introduciendo en él la que se tiene en la mano): tomo Vi la misma bolita y la tiro IX ä través de este otro C (se levanta X el cubilete C, se hace ver que ha pasado, se introduce en él la que se tiene en la mano y se deja otra vez en su sitio); vuelvo á tomar VI la misma bolita y la tiro IX á través de este último

(1) El precedente ejercicio ha debido hacer pensar a los espectadores que no se juega mas que con sola una bolita.

o eca de ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)

88 EL MAGO cubilete B (se levanta IX este cubilete R, se quita con la

mano izquierda la bolita que está debajo, se deja sobre la mesa, y volviendo el cubilete d su sitio se introduce en él la bolita que se tiene en la mano).

CON LAS TRES BOLITAS QUE ESTÁN DEBAJO DE LOS CUBILETES, LA QUE SE HA PUESTO SOBRE LA MESA T DOS QUE SE TONEAN DE LA BOLSA.

Hacer pasar a; un cubilete las bolitas que están debajo de los otros dos, sin levantar t5stos.

Volvamos ahora ä continuar el juego que he interrumpido; continuamos jugando con tres bolitas. (Al efecto se toman dos bolitas de la bolsa (I) y con la

que ha quedado sobre la mesa se las pone encima de cadacubilete). Tomo, pues, VI esta bolita (la que está sobre el cubilete C) y la tiro IX ä través de este C; pasó ya (se levanta X el cubilete, se la hace ver y se introduce la que se tiene en la mano): tomo VI esta otra (la que está sobre el cubilete B), la tiro IX ä través de este otro B (se levanta este cubilete con la mano izquierda, se hace ver como ha pasado y se la cubre otra vez); retiro VIII esta bolita del mismo II y la tiro IX ä través de este otro C; adviertan ustedes que ha pasado ya la bolita (se levanta X el cubilete C, se hace ver que ahora hay dos allí, y se introduce laque se tiene en la nzano); tomo IV, pues, ésta (la que está sobre el cubilete A), y la tiro IX ä través de este mismo cubilete A: ya. ha pasado (se levanta este cubilete con la mano izquierda, se la hace ver y se vuelve á cubrir. Säcola VIII por último de este A y la tiro IX ä través de este otro C: ya la tenemos allí, (Se levanta X el cubilete C, se hacen ver las tres bolitas y se introduce en él la que se tiene en

la mano; estas tres se dejan sobre la mesa).

(1) Este ejercicio se ejecuta con seis bolitas, aunque se da á entender que se hace con tres.

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CON LAS TRES BOLITAS QUE HAN QUEDADO DEBAJO DE LOS CUBILETES Y LAS OTRAS TRES QUE ESTÁN SOBRE LA MESA.

Hacer pasar separadamente las tres bolitas á travt5s de cada cubilete.

(Se ponen nuevamente sobre los cubiletes las tres bo lilas que están sobre la mesa); tomo ésta (la que está sobre el C), la tiro IX ä través de este mismo: M'a ya pasada (se levanta X este cubilete, se quita VIII la bolita haciendo ver que ha pasado y se introduce la que se tiene en la mano; se vuelve d poner la bolita encima del cubilete); tomo ahora esta otra (la que está sobre el cubilete B), y la tiro IX á través del mismo cubilete (se hace ver que ha pasado, se la quita VII y se introduce debajo de este cubilete la que se tiene en la mano; se pone también lo mismo esta bolita sobre el cubilete); tomo esta última (la que está sobre el cubilete A) y la tiro IX ä través del mismo cubilete A: ya pasó (se levanta este cubilete A, se quita VII y se hace ver la bolita; se introduce lo mismo la que se tiene en la mano, y se pone la primera sobre el cubilete A y no queda ya ninguna en la mano); noten ustedes que no tengo mas que estas tres bolitas (se enseñan las manos).

CON LAS TRES BOL1TAS QUE HAN QUEDADO SOBRE LA MESA Y LAS QUE ESTiN DEBAJO DE CADA CUBILETE.

Una vez las bolitas devueltas á la bolsa, hacerlas volver tí pasar debajo de los cubiletes. Recojo estas tres bolitas y las devuelvo á mi bolsa

(se guarda una en la mano). lié aquí á lo que se reduce todo lo que voy ä hacer ver á ustedes para divertirles: yo s6 todavía algunos juegos aun más bonitos, pero es el caso que los he olvidado y en este instante... (que-

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00

EL MAGO

dándose un momento pensativo). ¡Ah! ya me acuerdo de otros dos ó tres muy divertidos... Ea, señoritas boli, tasl volved debajo de los cubiletes (se bajan los cubilete): vean ustedes qué vivas y obedientes son al mismo tiempo (se las vuelve á cubrir con sus cubiletes).

CON LAS TRES BOLITAS QUE ESTÁN DEBAJO DE LOS CUBILETES Y LA QUE SE TIENE EN LA MANO.

Hacer pasar las bolitas ä traveSs de dos cubileteo.

Quito VII esta bolita (la que está debajo del cubilete C), la cubro (con el B. y haciendo pasar III la otra bolita que se tiene en la mart. o derecha entre estos dos cubiletes); tomo VI esta bolita (la que se tiene en la mano izquierda) y la tiro IX entre estos dos cubiletes B y C; ya ha pasado (se levanta el cubilete X se hace ver que se ha pasado y se introduce la que se tiene en la mano); tomo esta otra (la que está debajo del cubilete B) y la tiro IX igualmente á través de estos dos C y B; ya pasó (se levanta IX el cubilete, y haciendo ver que hay allí dos bolitas, se introduce III la tercera): tomo esta 'última (la que está debajo del cubilete A); vuelvo á cubrir (con la mano izquierda) estos dos cubiletes B y C, y tiro IX la tercera bolita á través de los mismos. Aquí tienen ustedes todas las tres. (Se levantan los dos cubiletes y se hace ver que están allí las tres Gotitas; vuélvese cu.brir el cubilete C con los otros dos).

CON LAS TRES BOLITAS QUE ESTÁN SOBRE EL CUBILETE C, Y LA QUE SE TIENE EN LA MANO.

Retirar tres bolitas ä través de dos cubilete».

Saco VIII la primer bolita y la pongo II en mi bolsa; saco VIII la segunda y la pongo Il también en mi

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91 bolsa y saco VIII por último la tercera y la meto igualmente en la bolsa (se mete en ella efectivamente la que se tenia en la mano). Observen ustedes que ya no hay ninguna debajo de los cubiletes (se levanta con la mano izquierda el cubilete A y se deja en su sitio: se levanta con la derecha el C sosteniéndolo con el cubilete B que se DE LOS SALONES

tiene en la mano izquierda: se baja precipitadamente y un poco de lado el B, y al mismo tiempo se pone el C sobre la mesa, debajo de la cual se encuentran al punto las tres bolas que no hart tenido tiempo de mostrarse).

CON LAS TRES BOLAS QUE HAN QUEDADO DEBAJO DEL CUBILETE DE EN MEDIO Y OTRAS TRES QUE SE TOMAN DE LA BOLSA. Hacer pasar de un golpe tres bolas al cubilete.

travis de un

Voy á tomar otra vez tres bolas (se toman de la bolsa y se ponen encima del cubilete B que se le cubre con el A) y les ordeno que desaparezcan y vayan ä colocarse debajo de este otro cubilete C (se retira precipitadanzente en la mano izquierda el cubilete B como se ha hecho en el precedente ejercicio, dejando en medio del juego el cubilete C, bajo el cual se hallan tres bolitas); !telas aquí ya debajo de él (el C que se encuentra en medio de los otros dos. Se quitan, y poniéndolas de nuevo sobre el mismo cubilete, se las hace volver de la misma manera debajo del C; por fin se toman las tres bolas, y metiéndolas en la bolsa se simula hacerlas pasar á través de la mesa debajo del cubilete en donde han quedado las otras tres: se meten en la bolsa dos mds de éstas tres últimas, y se toman de élla dos bolas blancas que se ponen sobre la mesa).

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EL MAGO

CON LA BOLA NEGRA QUE IIA QUEDADO SOBRE LA MESA, OTRAS DOS BLANCAS

(I)

Y UNA NEGRA QUE SE TIENE

OCULTA EN LA MANO.

Hacer pasar tres bolas de un cubilete á otro. llagamos ahora una prueba para demostrar que yo no escamoteo nunca las bolas. Vamos ä ver: debajo de este cubilete C no hay nada ¿no es esto? (Se in-

troduce en el la bola negra que se tiene en la mano).

Debajo de este .B tampoco; pongo, pues, aquí estas tres bolas (las tres que están sobre la mesa, de las que se escamotea una blanca); debajo de este tercer cubilete A tampoco hay nada (se introduce dicha bola blanca). Mando a. una de las dos bolas blancas que estän debajo de este 13 que pasen debajo de ese otro A. (se levanta el cubilete 13 y tomando la bola blanca con los dedos de la mano izquierda y la negra con los de la derec(ta, se las enseña diciendo): nótese que no hay mas que una blanca: vuelvolas ä meter en el mismo 13 (no se mete en realidad mas que la blanca y

se escamotea la negra, aparentando meterla con la de la mano izquierda) y allí la tenemos ya debajo de aquel A (se levanta el cubilete A y se introduce en él dicha bola negra). Pues entonces, ordeno ä la bola negra que se pase debajo de aquel cubilete A (se levanta el cubilete B. se toma con los dedos de la mano derecha la bola que hay debajo y se muestra); la vuelvo ä poner II debajo del Mismo cubilete (se la escamotea), y les hago ver ä ustedes que se ha pasado debajo de este A (se introduce en él la bola blanca); ordeno, pues, ä la bola blanca que se halla debajo de este cubilete 13 se pase ä este otro A: alli está ya efectivamente. (Se levanta el

(1) Estas no se ennegrecen a la luz de la vela, sino que se frotan con un poco de creta (piedra blanca).

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cubilete A y se ponen las tres bolitas sobre los cubiletes, la negra sobre el del medio) CON LAS TRES BOLITAS PUESTAS ENCIMA DE LOS CUBILETES Y LA QUE S E HA INTRODUCIDO EN UNO DE ELLOS EN LA PRUEBA ANTERIOR.

Hacer cambiar el color de las bolitas. Seilores, si hay alguien en el salón que sepa manejar los cubiletes, debe comprender perfectamente que esta prueba no es posible hacerla por el método ordinario y con tres bolitas solamente; no obstante eso, yo no tengo más (se enseñan las manos); tomo, pues, esta blanca (la que está sobre el cubilete C), y la tiro IX á través de este cubilete (el mismo C debajo del

cual se ha dejado una bolita negra en el juego anterior); tomo esta bolita negra (con los dedos de la mano izquierda); debajo de este cubilete B no hay nada (se introduce en él la bolita blanca); la tiro IX á través de este cubilete B (al efecto se vuelve 4 tomar esta bolita con los dedos de la mano derecha) y tomo esta otra blanca (con los dedos de la mano izquierda); debajo de este cubilete A no hay nada tampoco (se introduce en él labolita negra); la tiro IX á través de este mismo A (se vuelve 4 tomar con los dedos de la mano derecha para escamoteada); obsérvese, pues, que todas han cambiado de color. (Se vuelven ti cubrir las tres bolitas cada una con su cubilete). CON LAS TRES BOLITAS QUE HAN QUEDADO DEBAJO DE LOS TRES CUBILETES, DOS BOLAS BLANCAS Y UNA NEGRA QUE SE TOMAN Á SU VEZ DE LA BOLSA.

Hacer cambiar (le volumen las bolitas. Quito la bolita blanca que está debajo de este cubilete C (se la coge con los dedos de la mano izquierda

glikteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (IVIadrid)

94

EL MAGO

y se levanta el cubilete con la mano introduciendo (1) en él una bola blanca que se ha tomado de la bolsa), y la hago volver ä pasar a través de este mismo cubilete (se toma de nuevo esta bolita con la mano derecha, y

metiendo la mano por debajo de la mesa se toma de la bolsa al mismo tiempo una bola negra); quito éste (la del cubilete B, en el que se introduce la bola negra), y

la hago también volver ä pasar ä través de la mesa (se toma una bola blanca); quito la que está debajo de este último cubilete A (se introduce esta bola) la hago pasar igualmente ä través de la mesa y liélas aquí todas las tres. (Se muestran y se vuelven á cubrir con sus

cubiletes.)

CON LAS TRES BOLAS QUE ESTAN DEBAJO DE LOS CUBILETES, OTRAS DOS BOLAS NEGRAS Y UNA BLANCA QUE POR SU TURNO SE TOMAN DE LA BOLSA.

Hacer pasar las bolas de un cubilete :S, otro.

Observen ustedes bien que hay dos bolas blancas debajo de estos dos cubiletes (A y C) y una negra debajo de este otro B (levantando los cubiletes); pues bien, cubro otra vez estas tres bolas (se cubren cada una con su cubilete), y hago salir ä través de la mesa la hola blanca que se halla debajo de este cubilete C (se toma una bola blanca de la bolsa) (2). Ya estä aquí (se la enseña). Remito ä mi bolsa esta primera bola (se mete efectivamente), y no queda ya nada debajo de este cubilete C (se le levanta reteniendo la bola con el dedo pequeño); quito esta bola (la que está debajo del A), y la hago pasar ä través de la mesa debajo del cubilete C (1) Esta bola se retiene en la mano con el cuarto dedo el pequeño, y se levanta el cubilete lo mismo que cuando se introduce en ellos las bolitas; bajando en seguida el cubilete se avanza al mismo tiempo la muñeca para introducir en él la bola. Estas bolas deben estar rellenas de crin ó de algodón en rama, con el fin de que sean bien ligeras y no hagan ningún ruido. (2) Para no equivocarse deben beberse puesto en la bolsa en una bolsita separada las bolas negras, y en otra las blancas.

y

ó hetera

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DE LOS SALONES

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(se toma una bola negra de la bolsa); ya ha pasado (se levanta el cubilete C para quitarla y hacerla ver, y se introduce en él la bola negra); remito también á mi bolsa esta bola blanca y mando a. la negra que está debajo de este cubilete B que pase debajo de éste: no está aquí debajo (se levanta el cubilete B, sosteniendo con el dedo pequeño la bola que ha quedado alli ya ha pasado (se levanta el cubilete C y se hace ver la bola; luego se toma ésta con la mano izquierda, se la tira en el aire, se la retiene en la mano derecha, y simulando tirarla en el aire por segunda vez, se deja caer en la bolsa; se levantan los ojos arriba y se vuelven á bajar como si se la viera volver á caer sobre el cubilete 13; se levanta este cubilete, debajo del cual hay una bola negra y se dice): mírenla ustedes aquí; ha vuelto ä pasar a través de este cubilete.

Fingir que se saca una bolita de la punta de la vara

La bolita debe estar oculta en la mano derecha entre el dedo anular y el del medio, fig. 5.

(Fm. 5.)

2.°

No se muestra á los espectadores mas que el

oteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madiid)

EL MAGO 96 dorso de la mano, teniendo negligentemente una varita del mismo modo que en la fig. 6.

(FIG. 6.)

3.° Con el índice y el pulgar de la mano derecha se cierra el indice de la mano izquierda, fig. 7.

(FIG. 7.)

4.° Poco después, el índice de la izquierda golpea sobre la mesa, mientras que la mano derecha se levanta en el aire de 32 ä 40 centímetros; este doble movimiento hace creer ä los espectadores que se acaba de hacer un esfuerzo para sacar del dedo alguna cosa. 5.° Se aprovecha el instante en que la mano izquierda está levantada en el aire para sacar la bolita

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DE LOS SALONES 77 97 de la situación en que se encuentra, y presentarla la vista de todos en la posición de la fig. 8.

(FIG. 8 ) 6.° Una vez presentada así la bolita, se vuelve bajar la mano llevándola precisamente al punto donde estaba antes, á fin de que los ojos del espectador puedan ver la prueba sin cesar de estar fijos hacia el mismo punto.

Hacer desaparecer una bolita. 1. 0 Tómase la bolita de encima de la mesa y se enseña ä los concurrentes, teniéndola como en la figura 8. 2.° Se aparenta meterla en la mano izquierda, como se ve en la fig. 9

(FIG. 9.)

3 •0

En vez de colocarla en la mano izquierda, se

1

d

ionismo..Fundación Juan Mara (Madrid)

EL MAGO 98 hace rodar sutilmente para colocarla con el pulgar entre el anular y el dedo del medio de la mano derecha, como se ve en la fig. 5. 1.° Se cierra la mano izquierda como si estuviera allí la bolita, y para ocultarla sin pena en la mano derecha se toma la varita. Fig. 10.

(FIG. 1 0)

5.° Se golpea sobre la izquierda con la varita diciendo: Ordeno tí la bolita que se vaya al país donde los perros llevan muletas y pase por Inglaterra: este es un

bello país; yo no he estado en él jamás, pero se que allí se divierten tnucho, porque los ingleses son tan alegres como un túmulo. Si al llegar aquí se abre la mano iz-

quierda, parecerá que la bolita ha partido para obedecer nuestras órdenes.

Hacer aparecer una bolita debajo de un cubilete donde antes no había nada. 1. 0 Se toma una bolita, la cual se oculta en la mano derecha, corno en la fig. 5, y teniendo la mano como se ve en la fi g . G. 2 ° Rogando al espectador observe que no hay nada debajo del cubilete, levántase este á seis ú ocho

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DE LOS SALONES 99 centímetros más arriba de la mesa y teniéndolo como se demuestra en la fig. 11.

(FIG. 11.)

3. 0 En el mismo:instante se ponen debajo del cubilete los dos dedoslpequeños, por cuyo movimiento se dará una impulsión súbita á la bola, que caerá sobre la mesa, pero que se cubrirá al momento sin que nadie se aperciba, volviendo á dejar el cubilete en su sitio. Después de este preparativo, si se hace uso del segundo principio para hacer desaparecer una bolita ordenándole pasar debajo del cubilete, el espectador será presa de una doble admiración, porque por una parte no verá nada en la mano izquierda, donde habrá visto poner una bolita, y por otra parte, encontrara la bolita debajo de un cubilete que estaba vacío. Hacer creer que no hay ninguna bolita debajo de un cubilete aunque haya algunas. Algunas veces nos servimos del tercer principio para hacer encontrar una ó algunas bolitas, no sobre la mesa, sino entre dos cubiletes que están puesto el uno dentro del otro; entonces, por una operación que supone mucha destreza, se puede hacer creer

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EL MAGO 100 que las bolitas no están allí aunque efectivamente lo estén. Para eso es menester: 1. 0 Que las bolitas estén colocadas sobre el fondo superior del primer cubilete, y que éste esté cubierto del segundo y del tercero corno en la fig. 12.

(Fío. 12.) 2.° Se pone aparte sobre la mesa el tercer cubilete que está encima; se toman los otros dos entre las manos dejándolos por un instante el uno dentro del otro; en seguida se hace deslizar rápidamente el segundo sobre el tercero inclinando un poco el primero; por este medio las tres bolitas pasan de éste á aquél y se hallan cubiertas por el segundo. 3.° Se pone aparte igualmente el primer cubilete, volviendo á pasar hábilmente las tres bolitas sobre el primero, cubriéndolas siempre con el segundo. Esta operación repetida sutilmente cinco ó seis veces consecutivamente, hace creer á los espectadores que las bolitas han desaparecido, y se les puede sorprender nuevamente haciéndoles ver que todavía están allí; esto es lo que en términos del arte se llama correr la posta, porque la crepitación de los cubiletes hiere entonces el oído, siguiendo un compás de tres tiempos como un caballo que corre á gran galope.

Hacer pasar dos cubileteo el uno por dentro del otro. 1. 0

Se cogen dos cubiletes, el primero con la mano

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DE LOS SALONES 101 derecha y el segundo con la izquierda, como se ve en la fig. 13.

(FIG. 13.) 2.° Se tira con fuerza el primero dentro del segundo, fi g. 11.

(FIG. 14.) 3.° Se deja caer el segundo sobre la mesa y se retiene el primero entre los dedos. Por este medio parecer ä que el segundo cubilete queda siempre entre los dedos de la mano izquierda, y que, por consiguiente, el primero debe haber pasado á través de aquel. Sin embargo, para impedir que digan algo los que saben lo contrario, se les divierte con algunas frases, diciendo: Seriores: cuando ustedes quieran hacer esta prueba no se olviden de retener un

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102 EL luto° cubilete, dejando caer por tierra el otro, y sobre todo

(Fío. 15.) ejercítense ustedes durante quince días con vasos de cristal. Cómo se pueden hacer desaparecer, sin tocarlas, las bolas que estaban debajo de un cubilete.

1. En un pedazo de madera que tenga la figura de un cono truncado se adaptan algunas (agujas de coser, como en la fig. 16.

(Fío. 16.) 2.° Y cuyo pedazo de madera este adaptado interiormente al fondo de un cubilete, de manera que las puntas de las agujas casi toquen en la mesa cuando el cubilete está en su posición ordinaria. 3.° En el instante en que se debe levantar cualquier cubilete para hacer ver las bolitas, déjesele caer sobre las rodillas como por descuido. 4.° Y en vez de volver ä poner en la mesa el cu -

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DE LOS SALONES

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bilete que acaba de caer, se coloca el que contiene las agujas. Cúbrense las bolitas con este cubilete, golpeando con un poco de fuerza, y está claro que las agujas penetran las bolitas, que son pequeñas bolas de corcho ennegrecidas ä la luz de una vela, y que al levantar perpendicularmente el cubilete no aparecen ya sobre la mesa. nacer encontrar una bola gruesa debajo de un cubilete.

1.0 Se coge con la mano derecha una bola gruesa, que se detiene C011 el pulgar, como en la fig. 47.

(Fui. 17.) Para que la bola no la perciban los espectado2.0 res, se extiende la mano negligentemente apoyada sobre el borde de la mesa, fig. 18.

(Fio 18.)

• ca

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104 EL mAcio 3.° Se levanta el cubilete con la mano izquierda, suplicando se observe que nada hay debajo, y se toma rápidamente el mismo cubilete con la mano derecha, introduciendo en iM la bola. El espectador no debe verla entrar ä causa de la rapidez del movimiento y porque su mirada se fija naturalmente sobre la mesa para dis tinguir si no había nada debajo del mismo. 4.° Se tiene el cubilete un instante en el aire con la mano derecha, sosteniendo con el dedo pequeño la bola que está dentro. 5.0 Se deja sobre la mesa, rogando se acuerden de que no hay nada debajo. Cuando por este medio se ha metido una bola gruesa debajo de el sin saberlo el espectador, es bien fácil sorprenderle mostrándole la bola que parece haber llegado por una virtud mágica.

Ilacer

creer que no hay nada debajo de los cubiletea aunque haya una bola gruesa debajo de cada uno.

El arte consiste en levantar los cubiletes sucesivamente sosteniendo la bola con el dedo pequeño, pero el mejor medio de producir este efecto es tener bolas rellenas de crin á fin de que sean un poco elásticas y hechas precisamente bastante gruesas para que al estar en la parte superior del cubilete se sostengan por sf mismas por esta presión. En tal caso puede rogarse que se vea como no hay nada debajo del cubilete, levantándolo perpendicularmente con la mano izquierda, sin poner el dedo pequetio por debajo; mas al dejarlo sobre la mesa, será precisogolpear algo fuerte á fin de que se suelte la bola por medio de esta sacudida y caiga sobre la mesa, sorprendiendo á los espectadores su presencia al levantarse el cubilete.

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ilusioniemo. Fundación Juan March (Madrid)

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Metamórfosis de bolas gruesas en esponjas, pelucas y gorros de dormir. Nada más fácil que hacer encontrar todos estos objetos debajo de un cubilete. Se tienen bien apretados dentro de la mano derecha y se les mete debajo del cubilete como las bolas gruesas al tiempo de pedir al espectador que mire las que acaban de aparecer; está tan preocupado con la maravilla que se le presenta en este momento, que no se cuida de si se le preparan otras nuevas. Luego de este preparativo se toma una bola gruesa que se trae sobre la mesa, ordenándole se pase debajo de un cubilete y se metamorfosee: se la deja sobre las rodillas y el espectador ni lo sospecha siquiera; tan sorprendido está de ver debajo del cubilete los nuevos objetos que no ha visto entrar. El saco de huevos. Este juego es uno de los mas fáciles y sencillos. Sin la charla del escamoteador vendría á quedar reducido á poco menos que nada. Consiste en hacer encontrar algunos huevos en un saco donde poco antes no había nada. Para probar que no hay nada en él y que nada se le mete, se vuelve y revuelve poniéndole lo de dentro fuera y lo de fuera dentro muchas veces, diciendo: No hay nada más cómodo que un saco como este. Hállase uno viajando, llega ä una posada en donde no hay nada que comer; le pide ä la gallina invisible ponga dos ó tres docenas de huevos, y pocos instantes después se comen tortillas, huevos pasados por agua, hervidos, estrellados, rellenos, de faltriquera, mejidos, con tostadas, bebidos ó estrellados con manteca negra, como son los ojos de mi mujer; y ä propósito de mi mujer: les voy a decir ä ustedes que es tan mala y tan querellosa, que me he visto obligado ä romperle los brazos para imposibilitarla de poder

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EL MAGO 106 venir A. las manos. Es además tan pródiga, que es menester hacerla dormir A la luna de Valencia para impedir que tire el dinero por las ventanas; como llegue A seguir siendo obstinada, la he de cortar una oreja; así no estará tan entera. ¡Al! qué tonto he sido De haber hecho con mi lengua, Del buen sentido A despecho, ¡Un nudo que con los dientes No he de poder deshacerlo! Pero mientras que yo cuento A ustedes todo esto, la gallina ha puesto. (Se saca un huevo del saco, y volviendo lo de dentro fuera, se hace ver que no hay nada mas continuando de la manera siguiente): ¡Conocen ustedes á aquel rico mercader de la calle de San Dionisio que fué condenado á pagar una multa por tener mal en la nariz? El otro día me invitó á beber una botella de vino rojo que estaba verde (vale más tener vino verde que de ningún color). Nos comimos juntos un par de pollas, que por lo flacas que estaban muy bien habrían podido comerse en Cuaresma; por otra parte, la mostaza está tan impertinente que cogió al mundo por la nariz. Por último, señores, estén ustedes en sus trece, pero no se queden nunca con seis; estén á su gusto, con comodidad, pero no se queden sentados, porque el cuento que les digo es propósito para hacer dormir de pie... ¡Ah...! La gallina ha vuelto á poner. (Se saca otro huevo del saco haciendo ver luego que no queda nada dentro, continuando en el mismo tono hasta que se hayan hecho aparecer cinco 6 seis huevos). El arte consiste en tener un saco doble compuesto de dos sacos iguales cosidos juntos por la orilla, medio por el cual se puede volver del revés sin hacer aparecer los huevos ocultos entre las dos telas, sino A voluntad, haciéndoles salir por una pequeña abertura dejada al efecto. Los huevos deben ser vacíos para que estén menos expuestos á romperse, y con el fin de

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DE LOS SALONES



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que siendo más ligeros puedan detenerse en el fondo del saco sin ponerlo mas tirante.

Pañuelo marcado, cortado, rasgado y vuelto g, componer.

Se ruega á dos personas de la reunión que se acerquen á la mesa. Se les entren, un pañuelo que deben tener por las cuatro puntas. Se piden algunos otros y á medida que se reciben se van poniendo sobre el primero para hacer un lío. Cuando se ha amontonado una docena, las dos personas que tienen el paquete hacen sacar uno al azar por un tercer espectador, al cual se le ruega que examine la marca, si la tiene, y que corte una pequeña punta con unas tijeras, pudiendo otras personas cortar también si lo desean. Después de esto el pañuelo queda totalmente hecho ä pedazos. Se recogen todos Ios trozos y se echan sobre ellos drogas ó licores; se doblan, se atan fuertemente con una cinta para reducirlos á un pequeño volumen y se meten en un vaso , que se calienta con las manos; por último, después de algunos instantes se vuelve á tomar el pañuelo para plegarlo: todos reconocen la marca, y el espectador, asombrado, no ve ni la menor rasgadura. Esta operación, que ha producido una ilusión tan general, es muy sencilla. Se está en inteligencia con una persona de la reunión, quien teniendo dos pañuelos perfectamente iguales, ha puesto uno entre las manos del compadre oculto detrás del telón, y entrega el otro para la prueba. Se afecta poner este encima de todos los otros, aunque se simule mezclarlos al acaso. La persona á la cual se pide saque un pa-. l- iudo, coge naturalmente el de encima; mas si se ve que toma otro se le ruega que los remueva sin volverlos de arriba abajo, bajo pretexto de embellecer la operación, y después de haberlos revuelto por si mismo para poner encima el que se quiere hacer tomar,

Bih

ca de Ilusionismo. nutdación Juan March (Madrid)

EL MAGO 108 dirigiéndose al que parece menos perspicaz, cuyo rostro anuncia ya su inocencia y quien metiendo la mano en el paquete de los pañuelos, toma buenamente el primero que le viene a ella. Así que el pañuelo ha sido rasgado y bien plegado se le mete debajo de un vaso puesto sobre una mesa arrimada á un tabique, en cuyo lado hay una pequeña trampa ó escotilla que se abre para dejarlo caer dentro de un cajón. El compañero oculto detrás del telón pasa el brazo al interior de la mesa para sustituir al primer pañuelo con otro segundo, cerrando desde luego la escotilla que, cuadrando perfectamente con la abertura que cubre, figura no formar mas que una sola pieza con la tapa de la mesa, engallando por este medio la vista del espectador más incrédulo y perspicaz.

iteloi machacado en un almirez.

Se suplica á uno de los concurrentes preste un reloj, que se mete desde luego en un mortero y algunos momentos después se hace machacar por otra persona; se enseñan el rodaje, los pezones de los ejes, el muelle y el barrilete, todo roto y hecho trizas; al poco rato se devuelve el reloj entero y en perfecto estado ä su dueño, que lo reconoce al punto. Después de lo que llevamos dicho es fácil adivinar que hay que poner el almirez junto á la escotilla de que hablamos en el articulo pañuelo, cubriéndola con un pañuelo, á fin de que el compañero pueda sin ser visto sustituirlo por otro reloj. Si se quiere obtener buen éxito produciendo una completa ilusión en esta prueba, es menester cuidar de hacer poner en el mortero otro reloj cuyas agujas ó saetillas, como asimismo los dijes y la caja se parezcan algo á los del primero, lo que no es del todo dificil, ya porque se está de inteligencia con el sujeto que presta la alhaja, ó bien porque puede uno dirigirse sencillamente á quien ha tenido ocasión de ver examinar su

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109 reloj algunos días antes para proporcionarse otro parecido. Luego de haber dejado en el mortero todos los trozos del reloj, deben cubrirse por segunda vez con un pañuelo y distraer un instante á los concurrentes con algunos geroglíficos, charadas ó algún otro juego nuevo, á fin de dar tiempo al compadre para que pueda recoger todas las piezas y poner el primer reloj en el mortero. DE LOS SALONES

La caja de huevos 6 de bolas. A B es una caja ovalada que se divide en dos partes C D. La tapadera D contiene tres piezas: E, F, G, que representan la mitad de un huevo y que entran la una dentro de la otra, como los cubiletes (fig. 19).

(Fio. 19.) El que ejecuta los juegos, puede, pues, enseñar la caja vacía como en la parte C al levantar dichas tres piezas en la tapadera D, pero si deja alguna de ellas sobre la caja, ésta parecerá contener un huevo como el punto II; y como estas partes Ó divisiones son de diferentes colores, el huevo podrá aparecer blanco, rojo ó verde, según se dejen uno, dos 6 tres sobre la caja. Por este medio, si el que hace las pruebas tiene en la mano derecha la tapadera D, y en la izquierda la caja conteniendo un huevo en la apariencia como en el punto II, y se lo acerca á la boca como para comérselo, y al propio tiempo hace pasar rápidamente este huevo á la tapadera D, un momento después no tendrá en la mano mas que dicha tapadera y la caja

BiLteca de Ilusionismo. Fundación Juan March Madrid)

110

EL MAGO

vacía tal como se ve en el punto C, por lo que parecerá que se ha comido el huevo. En tal caso es necesario contribuir ä contemplar la ilusión con el movimiento de las mandíbulas; sin embargo de eso, el juego no consiste directamente en comerse un huevo, porque no hay nada más sencillo ni más natural, sino que consiste en persuadir que se ha comido para volverlo hacer aparecer en seguida en la misma caja.

Clavar un cuchillo en el cuello de un gallo gallina, sin matarlos.

4 de una

Cierto charlatán, para probar la eficacia de su elixir, se congraciaba modestamente con poder resucitar un muerto. Ild aquí un animal, decía él enseñando un gallo, que será muy pronto borrado de la lista de los vivientes: voy ä cortarle la cabeza; le verán ustedes los sesos, mas esto no le impedirá el cantar esta noche en su gallinero y pasearse mañana en medio de su corte como un gran personaje que Vive para los placeres, Para el amor y la gloria, Que ama, combate y triunfa Y después canta victoria. Diciendo esto le metió un cuchillo en el cuello y lo presentó al público suspendido del mismo modo como aparece en la fig. 20. Al principio se vió al ani-

(Fin 20.) mal resistirse meneando las alas y las patas; mas un instante después pareció quedar sin movimiento, se

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DE LOS SALONES

cerraron sus ojos y se le creyó muerto. El charlatán le quitó el cuchillo, cayó sobre la mesa y quedó como una masa inanimada. Llenó de elixir, ó tal vez de agua de río, una jeringuilla, y die dos ó tres inyecciones en el cerebro del animal, que al instante pareció reanimarse poco a poco, y después, poniéndose de pies, alzó el cuello, batió las alas y huyó cantando. Este juego se explica de la manera siguiente: El cerebelo del gallo, como el de la gallina, estando situado sobre la parte de atrás de la cabeza al lado del cuello, hay entre el cerebelo y el pico un punto de la cabeza que se puede atravesar con un cuchillo sin matar al animal. Y si su cuello ha sido traspasado de antemano hacia este sitio, se le podrá suspender del cuchillo tantas veces como se querrá sin hacerle ningún daño, con tal que el cuchillo no corte mucho. Entonces el animal principiará siempre por resistirse, meneando las alas y los pies para expresar á su modo el disgusto de hallarse en tal posición. Respecto á su muerte aparente, su resurrección repentina y su precipitada fuga, es un efecto de la educación y la costumbre. Atravesarse el brazo con un cuchillo sin hacerse mal Mi elixir es tan bueno, continuó el charlatán, que yo mismo no tengo miedo en darme algunas cuchilladas. Van ustedes á verlo: y haciendo entonces gestos y contorsiones como si hubiera sentido los más agudos dolores, enseñó su brazo atravesado, como aparece en la fig. 21.

(Fió. 21.)

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de Ilusionismo. Fundación Juan Illanch(Adadrid)

112 EL MAGO Este juego es tan fácil como sencillo, puesto-que consiste solamente en adaptar al brazo un cuchillo hecho expresamente como el de la fig. 22, cuya hoja

2523 (FIG. 22.) está dividida en dos partes, reunidas ambas por un muelle en forma de herradura. Cuando el krazo esta colocado entre las dos mitades de la hoja y el resorte oculto debajo de la vuelta de la manga, parece propiamente que el brazo esté atravesado. El embudo.

Se manda hacer un embudo de hojalata, fig. 2'3 cuyas superficies interior A y la exterior B estén soldadas juntas de manera que el agua contenida entre ambas no pueda salirse mas que por un agujerito hecho en la parte C, donde la superficie interior se une al cariutillo D. Adórnesele además con un asa que en lo alto de la misma haya un pequeiio agujero que debe . comunicarse con el vacío interior del embudo.

(Fio. 23.) Al llenar de agua este embudo, tapando con e/ dedo el extremo del cariutillo D, el agua se esparcirá también por entre las dos fases ó superficies, y si

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113 tapando en seguida con el dedo el agujero C, se destapa el D, el agua contenida en la parte A se saldrá naturalmente y, la encerrada entre las dos fases permanecerá allí hasta que, levantando el dedo para destapar el agujero C, se deje al aire introducirse en él: entonces se saldrá hasta que se la detenga, poniendo de nuevo el dedo sobre el mismo agujero. Este embudo se llena de agua ó de vino, y teniéndolo por el asa se tapa con el pulgar el agujero C, se vacía el licor en un vaso y se bebe. Acto coniinuo, tomando una especie de punzón, cu y a punta se entra en el mango, se simula el agujerearle la frente, y poniendo en ella prontamente la boca del embudo, se destapara el agujero C, y parecerá que el vino que acaba de beberse sale por la herida que se ha hecho. DE LOS SALONES

Otra explicación sobre el embudo. En el mismo instante en que el escamoteador quita de la frente el punzón, se lleva hacia el mismo sitio un pequeño embudo, del que se ve salir vino que cesa ó continúa saliendo á voluntad. El secreto consiste en que el embudo es doble, es decir, dos embudos soldados el uno dentro del otro. El vacío que entre ambos queda sirve para ocultar el vino hasta que, para hacerlo salir, se le da aire por el agujerito, cesando de apoyar en él el dedo pulgar.

El punzón clavado en la frente. Este punzón se compone de un mango hueco y de un alambre enteramente recto por la parte exterior, pero enroscado como un tornillo dentro del hueco de mango. Al apoyar la punta contra la frente se introduce en el mango, y el espectador, no conociendo el inecanisnao, se imagina que todo ha penetrado en la misma. 8

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EL MAGO

No bien se deja de empujar contra la cabeza, la elas-

(Fic. 24-(25.) ticidad del alambre le hace volver ä tomar su primera posición, repeliéndola hacia fuera.

Moneda de cuatro reales transformada en otra de] veinticinco edntimos y viceversa. Con una peseta se hace un juego de destreza muy divertido, cuando está bien ejecutado. Se enseña la moneda en la mano, y desde luego no se hace mas que cerrar y abrir la mano y ya es una pieza de veinticinco céntimos. No se necesita mas que cerrar y volver ä abrir la mano otra vez para transformarla en moneda de cuatro reales. A la tercera vez ya no estä allí y ä la cuarta vuelve otra vez ä estar. Estos cuatro movimientos deben hacerse en menos de medio minuto. Para eso se necesita tener una moneda de cuatro reales limada y aplanada hasta la mitad, soldando en ésta una pieza de veinticinco céntimos igualmente limada y aplanada. Estas dos piezas unidas de esta manera no forman mas que una sola que parece de cobre ó de plata, según el lado por donde se enseña.

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115 Se comienza por enseñar la moneda de cuatro reales sobre la punta de los dedos, como en la figura 26. DE LOS SALONES

(Fm. 26 ) Cerrando la mano se la vuelve naturalmente del otro lado lo de arriba abajo para hacerla aparecer de veinticinco céntimos como en la figura 27.

(FIG. 27.)

En esta posición, si se la hace deslizar de nuevo sobre la punta de los dedos, es claro que no habrá mas que cerrar y abrir por segunda vez la mano para hacerla reaparecer moneda de cuatro reales. Para hacerla desaparecer es necesario fingir que se pone en la mano izquierda, retenidndola en la derecha. Si se abre la mano izquierda un instante después, pidiendo á un espectador que sople encima, parecerá que ha desaparecido. En este instante se pasa la mano derecha sobre la izquierda, como para indicar mejor el sitio donde se le pide que sople por segunda vez, pero esto no es mas que un pretexto para tener ocasión de dejar caer la pieza en la mano izquierda que se cierra al instante. Cuando por la última vez se abre la mano, el espectador queda sorprendido al ver allí la moneda.

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EL MAGO

Cajas mágicas.

Se mandan hacer siete ú ocho cajas de madera torneadas, de la forma de una tabaquera y diferentes tamaños, de suerte que puedan encerrarse unas dentro de otras: que la más pequeña de todas sea solamente del tamaño suficiente para poder contener una monedita ô una sortija. Obsérvese que es necesario que todas ellas cierren con bastante comodidad, y que todos sus fondos puedan introducirse sucesivamente dentro del de la más grande, como asimismo todas las tapaderas dentro de la de mayor tamaño de ellas. Si una vez introducidos los fondos y las cubiertas de todas estas cajas, se toman las tapaderas sosteniéndolas con el dedo y se las pone sobre los fondos, así reunidas se cerrarán todas á la vez con la misma facilidad que si hubiese una. Metidos que sean en el bolsillo ó en la bolsa estos fondos y sus cubiertas así dispuestos, y de modo que no puedan desarreglarse, se pedirá á una persona una monedita ó una sortija, de la que habrá desde luego otra parecida, que se tendrá oculta en la mano y se sustituirá ligeramente por la que se habrá dado; registrando entonces los bolsillos bajo pretexto de sacar la cajita se pondrá prontamente la monedita (5 sortija en la más pequeña, cerrándolas todas de seguida, y sacando la caja se propondrá el hacer pasar allí la monedita 6 sortija que se supondrá tener en los dedos. de la otra mano. Se fingirá hacerla pasar átravés de la misma y se la escamoteara sutilmente; en seguida se dirá, á la persona que la ha dado que la abra ella misma para tomar la sortija, lo que le causara tanta más sorpresa, cuanto que no pudiéndolas abrir mas que las unas después de las otras, no concebirá cómo en ta u . poco tiempo se han podido abrir y cerrar todas las diferentes cajas.

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DE LOS SALONES



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Las cajas de mijo.

Se manda hacer una cajita de dos pulgadas de altura (fig. 28), compuesta de tres piezas separadas,

(FIG. 28).

A, B y C, de tal stierte, que se pueda abrir levantando la tapadera A, y con:ella la segunda tapadera B (1), la cual debe tener nn pequeño borde ó realce hacia la parte superior á fin de poder meter en él una pequeña capa 6 lecho de mijo, pareciendo entonces que toda la caja está llena, y al contrario parece no contener nada cuando se levantan juntas las dos tapaderas A y B. Téngase además otra caja de unas tres pulgadas de altura (fig. 29), compuesta de tres partes, A. B y C;

(FIG. 29). (1) Esta caja debe estar construida de modo que no se p erciban sus diferentes aberturas.

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118 EL MAGO que a la tapadera A haya ajustada una especie de trampita D que pueda bajarse apoyändose sobre el botón E, medio por el cual se deja escapar al primer fondo G de esta caja el mijo encerrado en el intervalo vacío F de la tapadera, y que la parte B, levantándola un poco, pueda dejar pasar el mismo mijo al intervalo II (véase el corte de las tres divisiones separadas de esta caja, fig. 30), de suerte que parezca entonces que ya no hay nada más en la caja. ▪ Se tendrá también un saquito para meter el mijo. B Se abre la primera caja (fig. 28) en el punto correspondiente, y se hace ver que está llena de mijo, tornando un poco más 1 del saquito como para llenarla enteramente; c se cierra con su tapadera y se deja sobre la mesa. En seguida se abre la otra caja (figura 29), y se hace ver que no contiene nada: (FIG. 30) . se cierra, y al ponerla sobre la mesa, se baja diestramente el botón E, ä fin de hacer caer el mijo que debe haberse encerrado anticipadamente en su tapadera. Entonces se anuncia que va ä hacerse pasar á esta segunda caja el mijo que se ha encerrado en la primera. Al efecto se abre ésta y se hace notar que no hay nada, y levantando la cubierta de la segunda se hace ver cómo ha pasado allí. Acto continuo se propone el hacerla volver á la primera. Al efecto, se la cubre levantando la pieza B, se abre la primera caja para enseñar el mijo y luego la segunda, haciendo observar que está vacía.

Otra explicación del juego de ilusión con el mijo.

Se presenta ä la concurrencia un saquito lleno de mijo con un pequeño hectolitro de hojalata de cerca de dos pulgadas de alto y sobre una de ancho.

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119 El hectolitro se llena de mijo, y después de haberlo puesto sobre la mesa se le cubre con un sombrero; en seguida se manda que salga el mijo del hectolitro para trasladarse debajo de un cubilete que también se halla sobre la mesa, después de lo cual se levanta el sonibrero y el cubilete con el fin de hacer ver que el mijo ha dejado el primero para pasar al segundo. Al efecto, es menester tener una medida en forma de hectolitro y un cubilete destinado á este uso. (Véase la fig. 31). El cubilete debe contener interiormente un doble fondo, A, B, C, D, soldado en los puntos A, B. C; mas la parte A, D, C, es móvil sobre su charnela A, C. El punto D, ajustado contra la pared del cubilete, sostiene por esta presión la (Fio. 'E' pequeña puerta móvil A, D, C; pero esta se abre por si misma cuando se golpea el cubilete contra la mesa. El pequeño hectólitro de hojalata debe tener mijo pegado con engrudo sobre la superficie exterior del fondo; por cuyo medio, aunque esté vacío puede parecer lleno al ponerlo sobre la mesa vuelto boca abajo. Se le llena realmente de mijo repetidas veces metiéndolo en el saco, y se le vacía inclinándolo poco ä poco á. vista del espectador; mas cuando se le mete por la última vez en el saco, se le vuelve lo de arriba abajo, por lo que, al salir, parece estar lleno de granos, aunque no tengan mas que los que hay pegados al extenor del fondo como se ha dicho, y algunos granos más que forman sobre él una especie de pequeña pirámide. En esta posición se le deja sobre la mesa, y se pasa la varita por encima rasando por los bordes para hacer caer todos los granos sobre la mesa, excepto los que están pegados sobre la caja, y el hectolitro parece siempre lleno. Cuando se le cubre con el sombrero se aprovecha la ocasión para volver lo de arriba abajo sin que nadie DE LOS SALONES

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120 MAG) EL se aperciba, con el fin de que aparezca vacio al dejarlo descubierto. El cubilete que contiene el mijo debe estar puesto sobre la mesa sin que nadie piense en él; para eso es menester recurrir ä cuanto se ejecuta en la metamórfosis de las bolas gruesas, estoes, dejar caer el cubilete sobre las rodillas como por inadvertencia õ descuido, y entonces, en vez de volver á poner en la mesa el que acaba de caer, se pone en su lugar el que contiene el mijo, el cual se parece exteriormente al primero.

Modo de hacer cambiar de mano una sortija haciendo que vaya al dedo que se quiera de la mano opuesta. Se pide una sortija de oro á una persona de la reunión, suplicándole que le haga una serial para conocerla. Se tiene la precaución de poseer de anticipado otra sortija de oro que por medio de una cuerda de vihuela se atará ä un tamborcillo de reloj que se hará coser dentro de la manga izquierda de la levita. Se tomará con la mano derecha la sortija que han prestado; luego tomando con destreza de la hocaman.ga la otra sortija atada al barrilete, se hará correr sin que lo noten hasta la punta de los dedos de la mano izquierda. Durante esta operación, se ocultará entre los dedos de la mano derecha la sortija prestada, y se pondrá hábilmente sobre un corchete pegado al chaleco junto á la cadera y oculto por la levita; en seguida se enseñará la sortija que se tiene en la mano izquierda y se pregunta ä la reunión á que dedo de la otra mano se quiere que pase. Durante este intérvalo, y así que se haya contestado á la pregunta, se pondrá el dedo indicado en el corchete á fin de colocar allí la sortija; en el mismo instante se aflojará la otra sortija abriendo los dedos. El resorte que está en el barrilete, no estando ya sujeto, se contraerá, haciendo

Bililio teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 121 entrar ä la sortija dentro de la manga sin que nadie lo vea, ni aun los que os detengan el brazo, quienes no teniendo cuidado mas que de que no se comuniquen vuestras manos, os dejarán hacer los movimientos que os serán necesarios, los cuales deberán ser precipitados y siempre acompañados de golpes dados con el pie. Después de esta operación se hará ver á los espectadores que la sortija ha pasado ya ä la otra mano, haciendo notar también que es la misma que se ha prestado. Es necesario emplear mucha ligereza y habilidad para obtener buen éxito en este juego recreativo, ä fin de que no puedan sospechar que hay superchería.

Hacer que uno no pueda cambiar de sitio un vaso lleno de agua sin derramarla.

Propóngase lt cualquiera una apuesta á que habiendo llenado de agua un vaso, colocado que sea sobre la mesa, no lo pueda cambiar de sitio sin derramar toda el agua que contenga. Entonces se llena de agua un vaso, y aplicando por encima un pedazo de papel que cubra el agua y los bordes del vaso, se pone la palma de la mano sobre este papel, y tomando el vaso con la otra mano, se vuelca precipitadamente y se coloca sobre una mesa de un punto en donde esté bien unido, retirando muy suavemente el papel: el agua que contiene el vaso se quedará en él suspendida, atendiendo ä que el aire no podrá penetrar allí. Por consiguiente, de cualquier manera que lo coja aquel con el cual se ha hecho la apuesta, no podrá quitarlo de su sitio sin que el aire entre en él y se derrame toda el agua. —Sobre este mismo principio se funda el que hall ándose bien tapada una botella cuyo fondo esté lleno de agujeraos, no deja caer el agua que contiene, esc apándose por el contrario en el momento que se la destapa.

teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Ttladiid)

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EL MAGO

Juegos de ilusión con las fichas. Este juego es, sin contradicción, uno de los más bonitos que se han inventado. Se compone de seis juegos diferentes ejecutados instantáneamente uno después de otro; no pueden dejar de causar una grata impresión, tanto en la vista como en el espíritu del espectador; en efecto, ¿no es sorprendente: 1. 0 , ser testigo de que un dado desaparezca de repente de un lugar de donde nadie ha podido sustraerlo; 2. 0, que unas fichas salgan invisiblemente de una mano donde se las ha visto colocar; 3.°, encontrar estas fichas en donde no se había puesto mas que un dado; 4.°, hallar ä seguida estas mismas fichas en una mano que estaba vacía, en apariencia; ti.°, no encontrar las mencionadas fichas debajo de una cornetilla ó cubilete donde se las había puesto y al que nadie ha tocado, y 6.°, encontrar el dado en su primer sitio de donde había desaparecido? Pues bien; para hacer este juego hay que procurarse un dado y una veintena de fichas de hojalata. Además, se necesita: 1. 0 Una cornetilla 6 cubilete cilíndrico de cobre, cartón ú hojalata. Este debe ser de una cabida suficiente para que las fichas puedan entrar en él; además deberá ser elástico y bastante flexible para que al apretarlo entre dos dedos pueda impedirse que caigan las fichas que se colocan dentro, aunque la boca 6 abertura esté vuelta hacia abajo. 2.° Una quincena de fichas con un gran agujero en medio y soldadas juntas las unas á las otras, de modo que teniendo encima una ficha sin horadar, representen una pila ordinaria de ellas; puede tenerse también una pila hueca parecida á la otra en un cubilete rodeado de un alambre ó de cobre coronada con una ficha. (Véase la fig. 32). 3.° Se tira una moneda de cinco pesetas sobre la mesa, y metiendo el dado del cubilete, después de haberlo sacudido en un instante, se le tira igualmente

Biblioteca de Ilusionismo. fintdación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 123 sobre la mesa: en seguida se da el cubilete y el dado ä otra persona de la reunión, rogándole '4111ie ~w que á su vez tire el dado también para mniimmoß. saber á quién pertenecerä el duro. Esto Ilionmoto no es mas que un pretexto para hacer 1,,raiimmongffit notar ä la concurrencia, sin afectación. ,,,,,erliumougque el cubilete es sencillo y sin prepapillan 1111111111110y ración, como asimismo que dentro no o 1,,up — hay ninguna pieza dispuesta de antemano para la ejecución del juego. (Fio. 32). 4.° Cuando el dado se ha retirado así algunas veces de seguida, se vuelve á coger el cubilete y se suplica á cualquiera que ponga el dado sobre el duro. 5.° Mientras que el sujeto indicado pone así el dado se acerca el cubilete con la mano derecha hacia la orilla de la mesa, tomando con la izquierda la falsa pila de fichas para meterla secretamente dentro del cubilete. 6.° Colócase por un instante sobre la mesa la pila hueca y el cubilete. 7 •° Levantase el cubilete, apretándolo un poco entre los dedos para impedirle a la pila que caiga, y se ponen el uno y la otra sobre el dado. 8.° Se toman con la mano derecha una quincena de fichas que se tienen desde luego ä la punta de los dedos, haciéndolas pasar en seguida vivamente al fondo de la misma mano, acercándola a la izquierda. Esta última mano, al cerrarse, produce cierto ruido con las fichas por la sacudida que se las da, que hace creer por un instante al espectador que han cambiado de mano, y que por consiguiente no están ya en la mano derecha. 9.° Para que esta mano no parezca entorpecida quedando cerrada para tener las fichas, se toma con ella la varita cuya punta se apoya sobre la mano izquierda, como para ordenar ä las fichas que salgan. 10. Se manda efectivamente a éstas que pasen al cubilete que está sobre la moneda de cinco pesetas y que echen al dado colocándose en su sitio. ló I

ca de ilusionismo. Fundación Juan Manch (Madrid)

EL MAGO 124 41. Se abre al momento la mano para hacer ver que se han ido las fichas, y al mismo tiempo, para no dar á los espectadores tiempo de reflexionar que las fichas están en la mano derecha, se levanta el cubilete sin apretar, dejando sobre el duro la falsa pila de fichas. 12. Si anticipadamente se ha tenido cuidado de poner sobre esta pila dos ó tres fichas no soldadas, se las puede quitar y tirarlas sobre la mesa la una después de la otra, diciendo: Allá va una para el mozo de

cuadra, otra para la criada, y esta otra para el cocinero. Es menester que las personas decentes vivan y los gallegos también. Esta circustancia hace creer que la pila

está compuesta de verdaderas fichas, y por lo mismo que no está el dado oculto dentro. 13. Se vuelve á poner el cubilete sobre el duro, cubriendo la falsa pila, y se ordena á las fichas atravesar la mesa y salir invisiblemente del cubilete para que el dado pueda volver ä tomar su sitio. 14. Se pasa la mano derecha por debajo de la mesa, y sacudiendo las fichas se las hace sonar para hacer creer que han pasado ya. 15. Se tiran sobre la mesa y se toma el cubilete apretándolo entre los dedos para levantar la pila; viendo entonces los espectadores reaparecer el dado, se imaginan que las fichas se han ido para hacerle puesto. 16. Se acerca el cubilete sobre la orilla de la mesa y se deja caer la pila vacía sobre las rodillas, después se tira negligentemente el cubilete sobre el tapete para que cada uno juzgue que nada hay dentro, pero hay que tener presente en este instante, que es menester guardarse bien de no hacer observar al espectador que no hay nada dentro del cubilete; semejante observación por parte del escamoteador podría darle sospechas y hacer nacer en su espíritu una idea que jamás hubiera tenido. Es mejor que el haga esa observación por sí mismo.

Lioteca de

Ilusionismo. Fundaciön Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

125

Modo de deshacer un doble nudo sin tocarlo.

Después de haber principiado el nudo como aparece en la fig. 33, se le aprieta un poco tirando suavemente

(FIG. 33.)

las dos puntas superiores; en seguida se continúa apretando bien fuerte, tirando vigorosamente la primer punta del pañuelo; y como esta extremidad pertenece ä un solo y mismo ángulo del pañuelo, no puede tirarse de este modo sin perder la ruta tortuosa que había principiado ä tomar en el nudo para no seguir entonces mas que la linea recta. Sin embargo, la parte que forma el segundo ángulo del pañuelo hace en torno del primer ángulo una especie de nudo corredizo que fácilmente se le puede escurrir con el dedo pulgar y el indice de la mano derecha en el instante en que se le envuelve en medio del pañuelo. Para que los concurrentes no malicien que hay un nudo corredizo, al ir á ejecutar este juego se comienza por hacer dos ó tres nudos realmente bien apretados, se les envuelve en medio del pañuelo y se alaba uno de poderlos deshacer sin tocarlos, desafiando á los más diestros ä que hagan otro tanto. Si hubiese alguno que aceptara el reto se le prueba entonces su imprudencia haciéndole ver que para deshacer estos nudos no le basta una sola mano; mas si todos están acordes en la dificultad e imposibilidad de lo dicho, se apostrofa ä cualquiera diciendo:—Tal vez V. cree, caballero, que el nudo no existe ya en él, y voy a probarle lo contrario. Entonces se desatan los nudos, y la dificultad que se tiene

otera

de Ilms iortismo FnIldación Juan Marrh (Madrid)

EL MAGO 126 en llegar ä conseguirlo prueba en primer caso que el nudo no era disimulado. La especie de nudo corredizo que se hace en seguida volviendo á principiare! juego, semejante en la exterioridad al primero que se acaba de deshacer, es á los ojos del espectador un verdadero nudo gordiano; no es, pues, extraño que el que lo deshace en un abrir y cerrar de ojos con sólo tocarlo con el dedo, en el instante mismo en que parece envolverlo en medio del pañuelo, obtenga los aplausos de toda una reunión al alabarse de deshacerlo sin tocarlo, contentándose con hacer sacudir el pañuelo para hacer desaparecer todas las trazas del falso nudo corredizo.

Golpe recibido en la cabeza contra una puerta.

Señoras, ¿quieren ustedos que yo les enseñe mi secreto para improvisar versos? No consiste este en frotarse bien la frente, con la mano como hacia Horacio, sino dándose grandes cabezadas contra una pared. Si, señoras: se dan tres ó cuatro golpes con la cabeza contra una puerta, y se lleva en seguida la mano ä la frente como para apaciguar el dolor ocasionado por la violencia de los trompazos. Pero no se necesita solamente tocar la puerta con la cabeza. Al hacer el movimiento de ir ã golpearse se esquiva el

• I iotec a

de

in nisnto. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 127 choque, reteniendo la cabeza con ayuda de la mano izquierda apoyada contra la puerta hacia el punto donde parece que va ä chocarse, mientras que el brazo derecho oculto ä los ojos de los que ven da un puñetazo en la misma. La correspondencia de los movimientos de la cabeza con el ruido ocasionado por los puñetazos, produce una completa ilusión. Fig. 3L

S ` i ioica de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

CAPITULO III Juegos de naipes.

PRINCIPIOS PARTICULARES Hacer el salto de la baraja con las do @ manos.

1. 0 Para hacer saltar la baraja con las dos manos es menester desde luego tenerla en la mano izquierda y dividirla en dos partes iguales, poniendo el dedo entre las dos.

(Fio. 35.) 2.° Poner la mano derecha sobre la baraja apretando el paquete ó porción inferior entre el pulgar y el dedo del medio de esta mano.

(Fm. 36.) En esta posición, el paquete superior se encuentra

,isiera de Ilusionismo. AL/1 dación Juan Maieli (Pelad/id)

DE LOS SALONES 129 apretado entre el dedo pequeño de la mano izquierda y los dedos anulares y del medio de la misma mano. 3.°- Teniendo siempre el paquete inferior en la mano derecha, sin apretar el paquete superior con esta mano, trátese de sacar este último con la mano izquierda para hacerlo pasar por debajo rápidamente y sin ruido. Al principio se hallará alguna dificultad, pero una hora de ejercicio por día durante una semana, dará al aficionado, respecto á esto, la mayor ligereza. Téngase presente que después del salto, los paquetes pueden y deben tener diferentes posiciones, según la necesidad. 1.° Pueden estar reunidos, no formando mas que uno, como en la fig. 37.

(Fio. 37.) 2. 0 Pueden estar cruzados y puestos al sesgo el uno sobre el otro, como en la fig. 38.

(FIG. 38)

in teca de

Jlusioliismo. Feudar iría Juaaddarch (Madrid)

130

EL MAGO

3." Pueden estar separados y uno en cada mano, como en la fig. 39.

(FIG. 39). 4," Igualmente pueden estar separados por el indice de la mano derecha y encontrarse los dos en esta mano, como se ve en la fig. 40.

(FIG. 40.) 5.° Los dos paquetes pueden estar reunidos en la mano izquierda, de manera que las figuras de las cartas del paquete inferior queden vueltas hacia arriba. TB

(FIG. 41.) Suponiendo que el paquete A esté enteramente cu -

liateca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

131

bierto por el paquete B, y que ambos estén en la mano izquierda. Es enteramente indispensable ejercitarse en todas estas posiciones para poder ejecutar lo que más adelante explicaremos.

Hacer el salto do baraja con una sola mano.

1. 0 Para hacer saltar la baraja con una sola mano es menester desde luego tener las cartas en la mano izquierda y dividirlas en dos paquetes, lo que se verifica apretando el paquete superior entre la juntura del pulgar y la parte del metacarpo que corresponde al nacimiento del indice, y teniendo el paquete inferior igualmente apretado entre el mismo punto del 'metacarpo y la primera juntura del dedo del medio y del anular; fig. 42.

(Fio. 42.) 2.0 Se pasa el índice y el dedo pequeño debajo del paquete para tenerlo fuertemente apretado entre estos dos dedos por una parte y el dedo del medio con el anular por la otra. Fig. 43.

(Fm. 43.) 3.° Conservando el pulgar en la misma posición, se

..iiibir

'oteca de ilusionismo. Fundoricin Juan March (Madrid)

EL MAGO 132 desdoblan los otros cuatro dedos para dar al paquete inferior la siguiente posición. (Fig. 44).

(Fio 44.)

4.° En esta cuarta posición, las cartas del paquete inferior están vueltas, es decir, que las figuras quedan hacia arriba, pero siempre fuertemente apretadas entre el índice y el dedo pequeño de un lado y los dos del medio que estän debajo. 5.° Se desplega un poco el pulgar para aflojar el paquete superior, apoyándolo sobre el indice y el dedo pequeño, y se lleva al mismo tiempo el paquete inferior sobre el pulgar. Fig. 15.

ttt

nata

(FIG. 45.)

En esta quinta posición, el paquete inferiorha venido ä quedar encima, y las figuras de las cartas de ambos paquetes quedan vueltas hacia abajo. 6.0 Se quita el pulgar de entre los dos paquetes para hacerlo pasar encima, poniendo estos hacia el nacimiento del mismo, de modo que los dos se encuen-

,liotecä de Ilusionismo. Fundación Juan Alarch (Madrni:

1

DE LOS SALONES

133

tren perfectamente el uno sobre el otro para formar uno solo. Fig. 46.

(FIG. 46). En esta sexta posición, ambos paquetes están aun separados por el indice y el dedo pequeño. No falta, pues, mas que quitar estos dos dedos de su puesto para reunirlos en un sólo paquete. Nota. Seria un grande error creer que se necesita tanto tiempo para ejecutar este principio como para explicarlo. Es menester ejercerlo y reducirlo ä la practica hasta que se hayan acostumbrado los dedos ä ejecutar en un solo instante y con rapidez las seis posiciones que acabarnos de describir, hasta el punto de hacer el salto de baraja con una sola mano lo memos veinte veces por minuto,

Las mezclad falsas.

Pueden dividirse en cuatro partes. La primera consiste en mezclar realmente todas las cartas, excepto una que jamäs se pierde de vista. Para esto es menester poner dicha carta sobre la baraja, tomándola en seguida con la mano derecha y deteniendo el resto del juego con la izquierda; con el pulgar de esta misma mano hacer deslizar á la mano derecha, sobre la carta de reserva, otras cinco ó seis cartas, y sobre estas también otras cinco •5 seis, y así sucesivamente basta que todas se hallen en la mano derecha. Por este medio la carta reservada vendrä á quedar debajo, y si en este instante se pasa todo el juego ä

• otecd de Ilusionismo rundacion Ju. 7411,11 (Madrid)

EL MAGO 131 la mano izquierda, reteniendo solamente eri la dere:cha la carta superior, se podrán hacer volver á pasar sucesivamente todas las cartas de la izquierda á la derecha, poniéndolas alternativamente arriba ó abajo, de dicha carta superior retenida en la mano derecha, hasta que se haya llegado á la carta de reserva, que se pondrá encima 6 debajo según la ocasión y la necesidad. La segunda consiste en tomar con la mano derecha la mitad superior del juego que se tenia en la izquierda para hacerlo pasar debajo de la otra mitad, remo. viendo diestramente el anular de la mano derecha para hacer deslizar las cartas sin alterar el orden, figura 47, observando:

(Fin. 47.) 1. 0 Que después de haber removido las cartas de un paquete con el anular de la mano derecha, corno. hemos dicho, es menester llevar debajo del juego la carta B y dos ó tres de las que la siguen para aparentar que efectivamente se dejan algunas por debajo; transportándolas, sin embargo, á su puesto debajo del paquete A. 2.° Que el paquete A, que en efecto estaba debajo y que ahora está encima, debe tomarse con la mano derecha y dejarlo rápidamente en su primera posición. La tercera consiste en poner sobre la baraja la carta

Bffilinteca de Tlusionismo.Fundación Juan Nlarch (Mad.tid)

17 -va, 135 de debajo y tomar las cartas como lo representa la mano derecha en la fig. 39: entonces se dejan caer sobre la mesa las cinco ó seis cartas inferiores junto al punto A, fig. 47, dejando caer asimismo otro paquetito del punto B de la derecha. En este instante se pone sobre la carta el primer paquete y luego los otros empleando alternativamente la mano izquierda y la derecha para mayor rapidez Por este medio parece que las cartas están mezcladas, aunque en realidad no cambian nunca de puesto. La cuarta consiste en hacer saltar la baraja para retener las cartas con la mano derecha y en dividir la mitad inferior en otros tres paquetitos, de los que el primero cae sobre la mesa, el segundo ä derecha y el tercero ä izquierda. La mitad superior, halländose entonces colocada en medio, si se trasportan sobre ella los paquetes de derecha e izquierda, siguiendo el mismo orden y empleando alternativamente ambas manos para mayor celeridad, ä fin de hacer creer que se mezcla al azar y sin reflexión, las cartas sin cambiar de puesto, parecerän barajarse como en el caso procedente. DE LOS SALONES

Cambiarla carta.

Para cambiar la carta es necesario tenerla entre el indice y el dedo del medio de la mano derecha, teniendo el resto del juego entre el indice y el pulgar de la izquierda. La carta superior que se quiere sustituir debe estar algo avanzada hacia la mano derecha.

(FIG. 48

'o te cacle Ilus ionismo . Fundación Juan March (Madrid)

)

136 EL MAGO En esta posición, el dedo del medio; el anular y el pequeño de la mano izquierda quedan perfectamente libres y con ellos es con los que es menester tomar la carta que se halla en la derecha, cuando se la aproxima ä la mano izquierda en un abrir y cerrar de ojos para coger de ella la carta superior que se quiera sustituir. Poco después de esta sustitución, las manos y las cartas están corno en la fig. 19, mas el indice de la

(Fm. 49.) mano izquierda que separa de las otras cartas la que se acaba de trasladar, debe al instante dejar su puesto para que las cartas tomen la posición de la fig. 37.

Correr la carta.

Para correr la carta es necesario: 1 . 0 Tener la baraja en la mano derecha y hacer ver al espectador la carta de debajo, que supondremos sea el as de oros: 2.0 Volver el juego lo de arriba abajo para simular que se toma este as con un dedo de la mano izquierda, fig. 50.

,,..\\ \. ----,, „i....;-. (Fio. 50.) 3 • 0 Tomar en vez del as de oros la carta que le sigue, haciendo correr el as hacia atrás con el anular y

allinter'a

de ilusionismo. Funiarión ,Tu>an

afarlf-ii"

DE I OS SALONES

.137

el dedo pequeño de la mano derecha. los cuales se habrán humedecido un poco con saliva un instante antes. Véase la fig. 51, que representa las cartas y las manos, tal como el espectador las vería por debajo si se bajase durante la operación.

(FIG. 51).

Debemos advertir que el dedo de la mano izquierda con el cual se saca la segunda carta en vez de la primera que está debajo, debe igualmente haberse mojado con saliva.

Quitar la carta. Para quitar una ó más cartas, se necesita: 1.° Tener en la mano izquierda las cartas que se quieren quitar colocadas diagonalmente sobre las otras y un poco avanzadas hacia la mano derecha, fig. 52.

(Fío. 52). 2.° Tornar estas cartas con la mano derecha, apretándolas un poco entre el dedo pequeño y el pulgar, fig. 53,

'Atea de Rusia nismo. Fundación Juan Marojo (Madrid)

138

EL MAGO

(FIG. 53). 3.° Apoyar negligentemente la mano derecha sobre el borde de una mesa para ocultar la superchería, fig. 54.

Colocar la carta.

Se puede colocar la carta de dos modos, 5 saber: 1 Sobre las otras que se tienen en la mano izqUierda en el instante en que se pide al espectador ponga su mano sobre el juego, fig. 55.

(FIG. 55).

Advirtiendo: que en este primer caso, tan luego

ioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

139

como se ha puesto la carta, la mano derecha se aparta un poco de la izquierda de manera que casi se toquen las cartas con el dedo del medio de la mano derecha como para indicar al espectador el punto donde se le invita ä llevar su mano. Por este medio, no nota que las manos se han acercado para operar un pequeLo cambio, y pone buenamente su mano sobre el juego para impedir (pero muy tarde ya) que no se haga ninguno. La segunda manera de poner las cartas se hace en el instante en que se toma la baraja de la mesa, fig. 56.

En este caso no necesita recoger las cartas cerrando la mano corno ordinariamente, sino hacerlas deslizar hacia si para mayor rapidez, sin lo cual podría el espectador percibir lascartas que se tienen en la mano. Es menester, sin embargo, contentarse con una mediana ligereza, que es suficiente para ocultar este medio, mientras que una rapidez extraordinaria haría sospechar en la superchería. Basta, pues, una celeridad moderada.

Decir anticipadamente la carta que otro elegirú. Para esto es menester: 1. 0 Mirar de una ojeada la carta que hay debajo de la baraja y enseguida mezclar las cartas para hacer creerá los demäs que no se tiene ninguna á la vista; observando sin embargo lo prescrito en la primera de las cuatro mezclas falsas de que antes hemos hablado.

6Lteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid) 111

140

EL. MAGO

Concluir la mezcla de modo que la carta que se tiene ä la vista venga á quedar debajo. 3 •° Aproximarse ä uno de los espectadores para hablarle al oido y rogarle se acuerde de la carta que se le indica. 4 • 0 Hacer saltar la baraja para que se encuentre en el medio la carta dicha al oído. ti.° Tener después del corte los dos paquetes al sesgo y cruzados el uno sobre el otro, como en la fig. 38. 6.0 Hacer deslizar rapidamente las cartas del paquete superior estando el uno debajo del otro, invitando ä uno de los de la reunión ä tomar una de ellas 7 ° Ponerle rapidamente en la mano la carta inferior del paquete superior (lo que se llama hacer tomar una carta forzada ó ä la fuerza). 8.° Hacer mezclarla en el juego por uno de los es-. pectadores, y mientras que lo verifica, para impedir que la encuentre, probarle que su precaución es inútil, haciéndola nombrar por la persona á quien se ha hablado al oido. Por último. Es menester deslizar la carta en la mano del espectador ligeramente y sin ninguna afectación; y para hallar menos resistencia por su parte, es indispensable elegir ä uno que no esté iniciado en los juegos de manos. Esta operación produce un efecto maravilloso cuando esta bien egecutada. La dificultad de hacer sacar una carta forzada no debe arredrar á los principiantes por dos razones: primera, porque se consigue facilmente con un poco de ejercicio, ysegunda, porque si el espectador no toma la carta en cuestión, se remedia este inconveniente sin ningún error aparente, terminando el juego de una manera más chocante y más extraordinaria, como se verá en el siguiente articulo. 2.°

'ioteca de nllSirdti57110.Fundatión Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES



141

Hacer sacar una carta al azar y hacerla mezclar con las otras por uno de los espectadores, para hallarla sobre el juego 6 en el medio, ti gueto de los concurrentes.

Cuando el espectador maliciosamente no torna la carta que se le ofrece, el juego que acabamos de explicar no debe creerse que ha salido mal si se ha tenido la precaución de no advertir ä los concurrentes lo que se quería hacer. Con arreglo al primero de los preceptos generales, jamäs debe declararse el juego que uno se propone ejecutar, temiendo que alguno lo medite para desgraciarlo; por esto mismo, en el juego precedente, en lugar de decir de antemano ä los concurrentes la carta que deben elegir, se nombra sencillamente al oidó de una persona; debe asimismo tenerse la precaución de no decir á ésta que uno de los que están presentes va ä tornar la carta, sino solamente que se acuerde de ella; de esta manera está uno libre de esperar el instante en que se logre hacerla tomar para pedir que se nombre en voz alta. En el momento, pues, en que el espectador elige una carta diferente de la que se nombra al oido, se le suplica ä éste que la ponga en medio del juego, es decir, sobre la mitad de las cartas que se tienen en la mano izquierda, y se la cubre con la otra mitad de la mano derecha. En este instante se hace saltar la baraja sutilmente á fin de que se encuentre ésta sobre el juego; en seguida se emplea la primera de las cuatro mezclas falsas y se concluye por hacerla hallar debajo; Entones se hace el salto de baraja para que venga ä encontrarse el paquete inferior en la mano derecha y el superior en la mano izquierda; fig. 39. Se suplica al espectador que mire si la carta elegida está sobre el paquete de la mano izquierda y conteste si ó no sin nombrarla, y mientras que lo mira se echa una rápida ojeada debajo del paquete que está en la derecha. En el instante que por este medio se ha visto la carta elegida, se ponen juntos los dos paquetes y se

ro ea de Ilusionismo. Fundación Juan Mara; (Madrid)

142

EL MAGO

cualquiera de los concurrentes haga el favor de mezclarlas bien; y volviéndolas ä tomar se la escoge mirándolas una tras otra, bajo pretexto de asegurarse de que la carta en cuestión no ha sido escamoteada por la persona que acaba de mezclar. Cuando por este fingimiento se encuentra la carta elegida, se la pone diestramente debajo del juego que se vuelve lo de arriba abajo para mezclar` de nuevo; se acaba por dejarla encima, y preparándose ä hacer saltar la baraja, se dirige la palabra á la concurrencia de la manera siguiente: Señores: no solamente conozco, sin haberla visto, lec carta que se ha sacado (aquí se la puede nombrar), sino pide ä

que sé también anticipadamente si ustedes quieren que se encuentre encima ó en medio del juego; y en prueba de ello acabo de ponerla en el punto que ustedes elijan.

Si se escoge el de encima se pide á cualquiera que lo mire y se la hallará en el infaliblemente, puesto que está allí; mas si se pide que esté en el medio es necesario hacer el salto de baraja para pasar ä la mano izquierda el paquete superior y retener el inferior en la derecha, y como en este instante se tiene la derecha sobre la izquierda á corta distancia, fig. 39, le parece al espectador que simplemente se acaban de partir las cartas para hacer tomar la elegida en el medio del juego sobre el paquete de la mano derecha. ADVERTENCIAS.

L a Si se quiere que este juego produzca un gran efecto, trátese de persuadir que para ejecutarlo es menester más agudeza de ingenio que agilidad en los dedos. Para esto háblese de este modo á los concurrentes: Por medio de esta operación acabo de probar á ustedes que podía preceer su pensamiento; mas si esta prueba

les parece insuficiente, voy ci darles otra más palpable.

Y entonces se vuelve al ptimer juego si no ha salido bien la primera vez; mas si salió bien se pasa al jue-

go siguiente:

I

lotee a de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)



143 2.' Muchas veces es más factl hacer sacar una carta forzada después del segundo juego que acabamos de explicar que antes, porque el espectador, viendo que en este juego se adivina una carta que no ha sido forzada, sino que ha sido elegida libremente, se persuade de que se adivinará igualmente cualquiera. otra carta; de donde se deduce que es inútil ser exigente en su elección. EE LOS SALONES

Hacer sacar una carta al azar, y después de haber dividido la baraja en cuatro paquetes, hacerla encontrar infaliblemente en el que la reunión elegirá /1 SU capricho. Tan pronto como se elija una carta se tiene: 1.° La mitad del juego en cada mano, figura 39. 2.° Que hacer colocar la carta elegida sobre el paquete ó porción de la mano izquierda y cubrirla con el de la derecha. 3.° Hacer saltar la baraja invisiblemente, y el espectador creerá que la carta elegida está en el medio del juego aunque esté encima. L° Se emplea un instante la primera de las cuatro mezclas falsas, acabando por dejar sobre la baraja la carta en cuestión, y se levanta; fig. 53 y 5. Se dan á mezclar las otras cartas (por lo que se creerá tener el juego entero y confundir con las otras la mencionada carta). 6.° Divídase el juego en cuatro partes sobre el borde de la mesa de nuestro lado. 7. 0 Iguálense los paquetes dando ó poniendo cartas al que tendrá menos. (Para esto hay que servirse de la mano izquierda porque la derecha está ocupada). Y cuando se habrá designado el paquete sobre el cual se quiera que esté la carta designada, se le toma con la mano derecha poniendo en él la carta como se ve en la fig. 56. Una vez se tenga este paquete en las manos, todavía se podrá preguntar antes de enseñar

lioteca e Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

144 EL MAGO la carta si se quiere que esta este encima ó en el medio del paquete; y para llenar los deseos de los concurrentes, bagase uso del salto, si hay lugar, como en el juego precedente. ADVERTENCIAS. t a Al finalizar este juego, sería una torpeza volver por si mismo la carta para preguntar al que la saca . si es la suya, porque de esta manera sería casi en vano que la persona interrogada respondiese afirmativamente, en vista de que la reunión podría suponer que la persona ha olvidado su carta y se engaña, ó que su respuesta es dictada por la complacencia ä fin de que el juego salga bien. Para enseñar la carta vale más esperar á que se nombre esta por el que la ha elegido, observando para mayor perfección el hacerla volver por otra persona con objeto de alejar de la mente del espectador toda idea de escamoteo. 2.' Cuando ejecutando el presente juego se apoya negligentemente la mano derecha en las rodillas ó Abre el borde de la mesa para ocultar la carta escamoteada y que se pregunta ä uno de la reunión en qué paquete se quiere que se encuentre la carta elegida, podría suceder un inconveniente, y es, que la persona interrogada puede conocer el ardid y tratar de descubrirlo ä todo el mundo, contestando: Quiero que la carta elegida está en su mano de usted. Esta respuesta es embarazosa y parece probar á primera vista que va nno á quedar cortado; sin embargo, puede salirse del, apuro por el siguiente medio. Guardándose de satisfacer la malicia del espectador demostrando á los demás que lo ha adivinado, y poniendo la carta escamoteada sobre uno de los paquetes, tomándolo de la mesa, reúnanse en seguida los cuatro paquetes en uno solo, y dígase: Ahora estoy

bien seguro de que la carta elegida está en mi mano, como usted lo ha deseado.

Por este medio el juego no acabará de una manera chocante; la reunión ignorará lo que se le quería hacer saber, y el atrapador será atrapado. En seguida podrä

ffilioteca de ilusionismo. FundaciónJuatt March (Madrid)

DE LOS SALONES 145 añadirse haciendo algunos paquetes y escamoteando la misma carta:

Señores, si algún otro de ustedes quiere escoger un paquete, yo haré encontrar la carta elegida en aquel que se guerra.

Y si entonces responde alguno directamente eligiendo uno de los paquetes, todo concluirá corno si nadie hubiera querido estorbaros.

Preveer el pensamiento de una persona poniendo anticipadamente en el juego una carta escogida al azar, al número que dicha persona debe escogerla un instante después. Una vez la carta escogida, puesta sobre la baraja y escamoteada como en la prueba anterior. 1. 0 Se hará mezclar por una persona cualquiera. 2.° Se hará poner sobre la mesa cerca de nosotros, el juego que se acaba de barajar, y tomándolo con la mano derecha, pondremos allí la carta retenida. 3.° Las mezclaremos nosotros mismos de manera que la carta escogida venga á quedar la tercera por encima. 4.° liaremos el salto de baraja por la quinta regla, figura 41, de modo que la porción inferior tenga las figuras vueltas hacia arriba después del corte, medio por el que la carta elegida se encontrara la tercera por debajo. 5.0 Se tendrán las cartas sobre la extremidad de la mano izquierda, fig. 57, de Suerte que cerrando la

(FIG. 57.)

'mera de ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)

le

146 EL MAGO mano, puedan volverse Jode arriba abajo y se encuentren al volverla ä abrir como en la fig. 58 (las quepo

(Filo. 58.) parecerä que hayan'sido vueltas porque presentan el lado blanco por encima y por abajo). 6. 0 Se pregunta ä qué número se quiere que se halle la carta escogida (desde la tercera ä la décima). 7.° Si se desea que se halle la tercera, bastarä cerrar y abrir la mano izquierda del modo que acabamos de explicar, para que la carta que estaba la tercera por debajo se encuentre la tercera por encima, como han pedido. Mas si se quiere que sea la cuarta, es necesario antes de cerrar y abrir la mano izquierda quitar una carta de encima del juego, dejarla sobre la mesa, y decir en seguida cerrando la mano: Ahora que yo he quitado una, su carta de usted debe ser la tercera. Y si después de haber abierto la mano se quitan otras dos, se creerá que se han quitado tres seguidas del mismo duesto, aunque se han quitado una de una parte y dos de la otra. Por esto, pues, la carta en cuestión, que es siempre la tercera, parece ser la que se ha pe dido. Se ve que para hacer encontrar la carta elegida en sexta ó décima clase, es preciso antes de cerrar la mano quitar igualmente tres ó siete cartas: según la necesidad. Estas cartas quitadas anteriormente, unidas ä las que se quitan después de haber cerrado y abierto la mano, forman siempre el número requerido para que la elegida se encuentre al número pedido.

Babieca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS

SALONE'S

14'7

Hacer sacar una carta, mezclarla con las otras, y despues de haber mostrado que no esta encima ni debajo, hacerla quedar sola en la mano izquierda, tirando las otras por tierra dando un golpe con la mano derecha.

Tratase de hacer tomar una carta forzada y que se la mezcle en seguida en la baraja; esto no impedirá el hallarla, puesto que, en tal caso, debemos nosotros conocerla. Si se toma otra cualquiera, sera menester que la ponga en medio y quitarla después del corte antes de hacer mezclar el juego por el espectador. En ambos casos la pondremos desde luego sobre la baraja sin que nadie lo note y después la haremos pasar debajo empleando la primerade las cuatro mezclas falsas para hacer creer que no sabemos donde está. Ultimamente haremos saltar la baraja teniendo el dedo pequeño entre las dos porciones: en este instante haremos ver que la carta elegidano está encima, mostrando además que tampoco está debajo teniendo las cartas como en la fig. 59.

(FIG. 59.)

Sera necesario tener así las cartas con las dos mamos, porque yo supongo que el dedo pequeño de la mano izquierda continúa separando los dos paquetes con objeto de que pueda estarse presto á hacer el salto de baraja cuando se hayan vuelto de nuevo las cartas para tenerlas como en la fig. 36. Entonces se hará saltar la baraja á fin de pasar por debajo la carta elegida que debe hallarse todavía en el medio debajo

Illig..... Loteca de

ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

148

EL MAGO

del paquete superior, si se ha seguido punto por punto lo que acabo de decir. Después del corte se toma el juego con la mano izquierda y se le golpea con la derecha, fig. 60.

(FIG. 60).

Un golpe seco hará caer todas las cartas, excepto la de debajo, que es la elegida y que se la cree en el

medio. Debo advertir, que para asegurar el éxito (.1e esta prueba, es necesario apretar bien las cartas con la mano izquierda, humedecer un poco con saliva los tres dedos del medio y avanzados sobre seis lineas debajo del juego, mientras que el dedo grueso está enteramente encima del borde.

'lanar lo re cuatro reyes en el medio de la baraja despuiSs de haberlos hecho poner separadamente. 1. a Pórtense los cuatro reyes en manos de cualquiera y se vuelven á tomar dos para ponerlos visiblemente uno encima y otro debajo. 2 • ° Después de esta operación, se tiene la baraja en la Mano izquierda, poniendo el dedo pequeño entre las dos mitades para estar preparados ä hacer el salto de baraja. 3.° Volver la carta encima para hacer ver de nuevo que es un rey, volviéndola á dejar en su puesto

11 ionismo Funclar i o n ,firix March (Madrid)

DE LOS SALONES 149 muy lentamente con objeto de probar que no se escamotea. 4.' Hacer ver también otra vez que la carta de debajo es un rey, pero dejando siempre el dedo pequeño en su mismo sitio, fig. 59. Cerrar de nuevo la mano izquierda, de modo que manos y cartas queden en a posición de la figura 36. 6.' Ruégase al espectador ponga los otros dos reyes en el medio; pero aparentando partir sencillament e el juego en dos partes iguales, ä fin de que estos dos reyes se coloquen entre ellas, se hace saltar la baraja de manera que las dos manos se encuentren como en la fig. 39. Por este medio, los dos reyes que antes del corte estaban encima y debajo, vendran ä quedar en medio del juego, y el espectador, poniendo en él los otros dos reyes, creerá colocarlos lejos de los primeros, aunque los pone todos juntos. OBSERVACIONES. "1.' No bien los dos reyes últimos se han puesto sobre la porción de la mano izquierda, al colocar el de la derecha es menester introducir el dedo pequeño entre las dos porciones, atendiendo ä que si hubiese alguno de la reunión que advirtiera entonces á los demás que los cuatro reyes se encuentran juntos ya, se le probará lo contrario (á los ojos de la mayoría) haciendo saltar de nuevo la baraja, y así se harán ver al uno encima y al otro debajo. (En tal caso resultará que hay tres encima, pero no se enseña mas que uno). Después de esto se volverá á cortar con objeto de que los cuatro vuelvan ä quedar en medio como estaban antes. 2 a No consistiendo el presente juego en adivinar las cartas como en otros muchos de los que llevamos hecho mérito, no puede uno alabarse de ejecutarlo por solo la sutileza del talento. Estando ya el espectador persuadido de que este juego debe consistir en la destreza de las manos, hay necesidad de aprovechar esta misma persuación para que se atribuya á una habili-

teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAG) 150 dad tanto más maravillosa corno imposible, y se dice:

Señores: ya ven ustedes que los cuatro reyes están separados unos' de otros; conciban, si es posible, cuán diestro es menester ser para hacer pasar juntamente con los dos del medio los otros dos que están encima y debajo, y esto en un abrir y cerrar de ojos. Y tornando entonces las cartas con la mano derecha, como se ve en la fig. 61 y punto A, en el instante que se lleva rápida-

(Fui. 61.) mente la mano de este punto al punto B, se levanta vivamente el pulgar haciendo crujir las cartas por el ángulo. El rápido movimiento de la mano y el crujido de las cartas engañan al mismo tiempo la vista y los oidos del espectador, y al mostrarle que los cuatro reyes están juntos, cree haber visto el instante en que los cuatro se han reunido, lo que no obstante debe asombrarte, puesto que tal reunión es imposible del modo que él se la imagina.

Probar cuán imprudente es jugar de inter&4 al triunfo cou personas cuya probidad es equivoca. 1. 0 Al concluir el juego que acabamos de explicar, se buscan los cuatro reyes hojeando las cartas poco á poco á fin de que no se recele de ningún escamoteo, mas tan pronto corno se les encuentre (mirando las cartas por la figura), volviéndolas, se debe hacerlos pasar ligeramente sobre la baraja quitándolos en seguida, dando á mezclar las otras cartas sin manifestar lo que se quiere hacer.

Babieca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 151 2.° Mezclado que sea el juego, cortado y puesto sobre el borde de la mesa, al tomarlo se ponen en él los cuatro reyes retenidos y se corta con objeto de hacerlos pasar al medio, donde se tendrá cuidado de colocar el dedo pequeño. (Véase la figura 33.) 3.° En seguida se propone ä cualquiera jugar al triunfo, y se dän al instante dos cartas para él, dos para nosotros y otras tres para él. 4.° Actocontínuo se hacen pasar los reyes por encima diciendo: Señores, es en vano que se mezclen las cartas cuando.

se juega conmigo; porque yo siempre me doy tres reyes y vuelvo el cuarto.

5.° Se acaba de dar y se muestran los tres reyes; si alguien nos hace observar que nuestro adversario podría tener mejor juego que nosotros por los triunfos, se contesta que esto lo presentamos solamente como un ejemplo, probando que podemos darnos todas las cartas que desearnos.

Hacer otra demostración igual dándose berlauga de reyes. 1. 0 Después de haber separado los reyes se hace mezclar lo restante de la baraja, y puestas las ' cartas quitadas como en el precedente, se hacen pasar dos reyes debajo, dejando los otros dos encima. 2.° Tómese la mitad superior de las cartas con la mano derecha, dejando la otra mitad en la izquierda. 3.° Se hacen deslizar sobre la porción de la derecha tres cartas que tomaremos unaá una de encima de la porción de la izquierda, contándolas bien cuidadosamente, aunque afectando hojearlas al azar. 4.° Reúnanse las dos porciones en una (poniendo la de la mano derecha sobre la de la izquierda), .y tómese en seguida uno de los reyes que están debajo para hacerlo pasar encima.

'auca :H.6n Juan March (Madrid) • r de Ilusionismo. Fluida

152

EL MAGO

Como antes, pártase la baraja en dos mitades para hacer deslizar sobre la porción de la derecha otras tres cartas de la izquierda. 6.° Como antes, se reunen tambien las dos porciones en una para tomar el rey que queda debajo y hacerlo pasar por encima. 7.° Tómense asimismo tres cartas del medio para ponerlas encima. 8.° Ejecutadas que sean estas siete operaciones, para que uno parezca mezclar las cartas en vez de arreglarlas, es menester desconcertar al espectador haciendolas tres mezclas falsas que dejan el juego tal corno está, diciendo: lid aquí, señores, como mezclo yo 5.°

las cartas cuando quiero tener una berlanga.

9.° Después de mezclar así durante algunos segundos, dirigiéndose á la reunión, se dice:

Señores, ¿quieren ustedes que siga mezclando, ó que deje las cartas tal como están? De una manera ó de otra ganaré yo la berlanga. Tómese el partido que se quiera, puede estarse seguro de ganar, puesto que las cartas están ya arregladas convenientemente para ello, y cuyo arreglo no se pierde por las mezclas. 10. Después que se haya cortado, se hace saltar la baraja y se dán las cartas una ä una según las leyes del juego y como si hubiese tres jugadores y nosotros cuatro: seguramente quedarán asombrados al vernos una berlanga redonda. 11. Si alguien dice que esto no siempre basta para estar seguros de ganar y que sería menester dar otra berlanga ä nuestro adversario, respóndasele que lo mismo que uno guarda las mejores cartas para si, bien podría ser dueño de dar las malas á su gusto; mas no se lleve más lejos una demostración que podría venir a. ser insípida y quizás peligrosa satisfaciendo demasiado la curiosidad.

!joteca de HILSi011iSMO. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SA LONES



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Adivinar la carta pensada.

1. a Espárzanse las cartas en la mano derecha, como en la fig. 62, de manera que al enseñarlas al es-

(FIG. 62.) pectador aparezcan como en la fig. 63, es decir, que todas ellas deben7estar ocultas las unas por las otras, excepto el rey de espadas, que debe verse bien sin qne

(FIG. 63.) á esto pongan ningún obstáculo las otras cartas. 2. Presentadas que sean de intento así desplegadas, pero de modo que parezca hecha al azar, inues. treselas ä un solo concurrente, rogándole piense una, cuidando en este instante de remover un poco la mano, describiendo un arco de derecha á izquierda, fin de que el indicado sujeto tenga la vista dominada por el rey de espadas, sin apercibirse de que las demás están ocultas unas por otras.

teca de Ilusionisnto. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 154 3.° Mezclad las cartas realmente 6 en apariencia, pero no se pierda de vista el rey de espadas para ponerlo en seguida sobre la mesa con la figura hacia abajo. 4.° Decidle al que ha pensado la carta que la que él ha tenido en la idea está ahora sobre la mesa y se le suplica que la nombre. 5.° Si nombra al rey de espadas, volvedla inmediatamente para hacer ver á la concurrencia asombrada que habéis adivinado la carta pensada. 6.° Mas si nombra otra carta, que supongo sea el rey de oros, replicadle que ha cambiado de idea, pues era otra la carta que había pensado primeramente, y que su memoria esta trascordada. 7.° Diciéndole (bajo distintos modos para ganar tiempo) que era otra la carta que había pensado, hojead rápidamente la baraja, como por distracción, hasta que se haya encontrado la carta que acaba de nombrar (el rey de oros). 8. 0 Poned esta carta sobre la baraja, y afectando estar distraído, emplead la primera de las cuatro mezclas falsas, demostrando así que no se tiene ninguna carta á la vista. 9.° Concluid esta mezcla dejando el rey de oros encima. 10. Tomad el juego con la mano izquierda y el rey de espadas con la derecha, fig. 48, y descartando la carta, es decir, sustituyendo el rey de oros al de espadas, decid:—Qué sera menester, señores, para que mi prueba no falte? ¿Qué carta deberé yo tener en la mano derecha? No se dejará de nombrar el rey de oros, y aprovechad el instante que se le nombre para volverlo.

OBSERVACIONES.

1.° Este juego produce siempre buen efecto cuando está bien ejecutado, sea que el espectador piense el rey que se le ha enseñado ó que por la demasiada ligereza piense otra carta. 2.° Puede también hacerse pensar una carta for-

lio teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (1ha/id)

•n•-;

155 zada sin emplear el medio de que hemos hablado al principio de esta sección: para esto es necesario hacer pasar algunas cartas ante la vista del espectador, hojeándolas con bastante rapidez, ä fin de que vea confusamente el color sin poder distinguir el valor ni la figura. Al efecto se toma la baraja con la mano izquierda y se hacen pasar las cartas superiores ä nuestra derecha no mirándolas nosotros mismos mas que por detrás con objeto de enseñar las figuras al público; de manera que la que se enseña ä cada instante, cubre la que se ha enseñado un momento antes, hasta que se haya llegado á la décima. (Suponiendo yo que, esa décima que quiere hacerse pensar, se conocía anticipadamente y que se ha colocado secretamente en el puesto que ocupa). Esta carta debe ser decolores vivos y notable como el rey de copas y el caballo de bastos. Es necesario dejarla algo ms tiempo que las otras ä la vista del espectador, describiendo, no obstante, un semicírculo sin afectación, teniendo mientras, nuestros ojos fijos en los suyos para saber si presta su atención. Cuando mire así todas las cartas hasta el fin, puede estarse seguro de que ha pensado en la última y que ni siquiera sospecha que nosotros la conocemos à causa de que las hemos enseñado sin verlas mas que por detrás y que además ignora que las hemos contado, etc. Digo que lo ignora, porque suponga que para hacer pensar una carta debe uno desde luego dirigirse a una persona que no sea experta en el arte de hacer juegos de manos, de lo que podremos estar bien seguros por la admiración que haya demostrado en los juegos anteriores. Por lo demäs, cuando por este medio no se obtiene buen éxito al hacer pensar semejante carta, motivo de que el espectador piensa muchas veces una sin mirar la que se le muestra, siempre queda. como llevamos dicho, el recurso de la carta descartada, que produce casi el mismo efecto. DE LOS SALONES

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lk.i.o.itera de Ilusionismo. Fundacinn Jua.n March (11.1adrid)

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EL MAGO

Hacer cambiar nn rey de copas en as de espadas y viceversa.

1.° Se preparan con anticipación dos reyes de copas, dibujando detrás de ellos con tinta bien negra el as de espadas. Es evidente que estas dos cartas parecerán as de copas 6 rey de espadas, según por el lado que se las hará ver. 2.° Colócanse dichas cartas en una baraja, de donde se toman según la necesidad como si fueran cartas ordinarias. Comiénzase el juego teniéndolas una en cada mano, y enseiiando solamente el rey por un lado y el as por el otro. 3.° Se extienden los brazos, teniéndolos bien inmóviles hacia las dos extremidades opuestas de la misma mesa para demostrar que las manos no se acercan la una á la otra, rogando á un sujeto las cubra con dos sombreros, quedando por consiguiente las dos cartas también cubiertas. 4.° En seguida que los sombreros estén sobre las manos, se vuelven las cartas á fin de que el rey de copas parezca el as de espadas y viceversa, dejándolas sobre la mesa y quitando uno mismo los dos sombreros. N.° Un instantante después se vuelven á tomar aparentando ir á mezclarlas en una baraja con objeto de quitarlas realmente y guardarlas en el bolsillo, dejando negligentemente el juego sobre la mesa; podrá haber alguno que sospeche que se han empleado cartas preparadas, pero el que tal sospecha forme, se verá muy pronto obligado ä retractarse cuando examinando la baraja no encontrará en ella mas que un rey de copas y un as de espadas hechos como de ordinario. OBSERVACIÓN.

Este juego contribuye á hacer creer á la reunión que lo mismo se han cambiado las cartas en los juegos

lioteca de ilusionismo. Fundación .Juan March (Madrid

DE LOS SALONES

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anteriores sin acercarse las manos una á otra y sin

descartar la carta.

Decir cuál es la carta que una persona ha sacado del j uego.

Se hará sacar á un sujeto una carta más ancha que las otras que intencionadamente se habrá puesto en la baraja, y que se conoce; se le dará á que la mezcle después que haya vuelto à poner la carta por si mismo y se le propondrá el nombrar su carta ú cortarla, y según la respuesta se obrara desde luego. Se le puede decir también que guarde el juego en su bolsillo si quiere, que de allí se sacara la que él ha elegido; lo que será fácil, puesto que se la podrá distinguir en el tacto. En caso de que el expresado sujeto sacase otra carta, se hará entonces el pasatiempo que sigue.

Hallar en la baraja y

ft traves de un pailuelo una carta cualquiera que una persona haya sacado.

Se da ä sacar una carta, y luego, partiendo el juego en dos, se dice al que la ha elegido que la ponga en medio; se hace saltar la baraja por este lado, y la carta en cuestión se encontrara la primera encima de la baraja; entonces se deja sobre la mesa y se le cubre con un pañuelo algo fino y se toma la primera carta de encima simulando buscarla por todo el juego. Se vuelve del otro lado el pañuelo y se hace ver que esta carta es la que se ha sacado.

Botera de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid) ._ pl...

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EL MAGO

Hallar en una baraja metida en el bolsillo las cartas que diferentes personas han elegido libremente.

Haced que dos diferentes personas saquen la carta que cada uno quiera, y partiendo en seguida el juego (1) en dos porciones, se hace que las vuelvan á poner en 61, acordándose á quién pertenece la que se ha puesto encima, y se pasa el corte al puesto donde se han hecho poner, á fin de que vengan ä parar encima del juego. Mezclase sin desarreglar estas dos cartas de su posición, y diciendo á uno de los concurrentes se las meta todas en el bolsillo, se propone sacar aquella que se quiera elegir, lo que se verificará sacando la una ä la otra de las que están encima del juego, haciendo lo propio en seguida con la de la otra persona.

La carta cambiante.

Se hace sacar diestramente la carta larga ti una persona, y después que la haya mirado, se le pide que la mezcle en la baraja; se vuelva a. tomar esta y se hace sacar ä otra persona (2) esta misma carta, y lo mismo á una tercera Ó á una cuarta persona si se quiere. Acto continuo saca uno mismo de diferentes partes de la baraja tantas cartas como se han hecho sacar, cuidando de que entre ellas se encuentre la carta larga que separadamente han sacado los otros: entonces se ensenan todas las cartas, preguntando en general si ve cada uno allí su carta; los que la han sacado contestan que si, atendido que todos ven la (1) Entiéndase por partir el juego, alzar con la mano derecha una parte del juego que se tiene en la izquierda, observando la posición de las manos y de los dedos indicada para hacer saltar la baraja. (2) Hay que tener cuidado de que las dos personas Ét las cuales se les hace sacar la misma carta, no estén la una cerca de la otra.

ntec a de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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misma carta larga; se vuelven á meter, pues, en la baraja y cortando por la carta larga, se muestra á uno de ellos la carta de debajo, preguntándole si es aquella la suya, y contesta que si; se da un golpe con el dedo y se la enseña á otra persona que responde lo mismo, y así á todas las demás personas que creen que esta misma carta cambia á gusto 6 capricho del que hace la prueba, y no se imaginan que todas ellas han sacado la misma carta. Si la primera persona no toma la carta larga que se le presenta, es necesario entonces hacer sacar todos cartas diferentes, y cortando la baraja uno mismo, hacérselas poner debajo de dicha carta, afectando golpear cada vez; se cortará ó se hará cortar por la carta larga, y se devolverá á cada uno la carta que ha sacado, observando el dar la primera al último, retrocediendo así hasta volver al primero.

Otro modo de ejecutar este p asatiempo sin hacer USO de carta larga. Encima de la baraja se pone una carta cualquiera como, por ejemplo, un caballo de bastos, y haciendo saltar la baraja se la hace pasar por este medio al medio del juego, de donde se la hace sacará una persona; cortando en seguida se la hace volver á poner en medio del juego; vuélvase á hacer saltar la baraja fin de que venga á parar encima, y mézclese sin desarreglarla de allí, haciendo de nuevo saltar la baraja para que vuelva otra vez al medio; presentase entonces y se hace sacar á una segunda persona este mismo caballo, mas procurando que esté situada bastante lejos de la primera, á fin de que ésta no se aperciba de que ha sacado la misma carta; últimamente se hace sacar este mismo caballo á cinco personas distintas; se mezcla sin perderlo de vista, y arreglando sobre la mesa cuatro cartas cualesquiera y el caballo de bastos, pregúntese si cada uno ve su carta: se con-

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EL MAGO 160 testará que sí porque todos ellos ven el caballo en cuestión. En seguida se retiran cartas y caballo, y acercándose ä la primera persona, se la enseña éste sin que las otras puedan verlo; se le pregunta si es aquella su carta, ä lo que contestará que efectivamente lo es; se sopla encima 6 da un golpe con el dedo y se la muestra ä la segunda persona y así ä las demás.

Hacer sacar cartas ti diferentes personas, las que por si mismas las pondrán en el juego, y encontrar luego las mismas cartas.

Debe tenerse una baraja preparada como el modelo fig. 64, es decir, que del lado A 13 esté cortadä una línea más estrecha que del lado C D. Se hace sacar del juego una carta á una e — - 5u persona, observando atentamente si no la r— vuelve en su mano: si la deja otra vez lo mismo que la ha sacado, se volverá la baraja con el fin de que la carta quede en sentido contrario; mas si la vuelve en su mano, no hay que darle vuelta á la baraja. Puesta que A (F/G 64) sea la carta en su sitio, se da á mezclar, ' después de lo cual se hace sacar otra segunda carta y luego una tercera, observando las mismas precauciones: después, tornando la baraja por el lado más ancho entre los dos dedos de la mano izquierda, se sacarán sucesivamente con los de la derecha las cartas que han sido elegidas por las tres personas. Adviértase que este entretenimiento exige que no se ejecute delante de los que ya conocen esta clase de juegos, y no debe por consiguiente repetirse segunda vez, atendiendo á que podrían notar fácilmente que todo consiste en darle vuelta á la baraja.

n teca de Ilusionismo. Fundación JU311 Mara (Madrid

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DE LOS SALONES

Adivinar las cartas que dos personas han tomado de la baraja. Se disponen las cartas en dos partes, separadas ambas por una carta larga. La primera contiene la quinta del rey de bastos y la de espadas, los cuatro ochos, el diez de oros y el de copas. La segunda las dos cartas mayores de oros y copas, los cuatro sietes y los cuatro nueves (1). Se baraja el juego, teniendo cuidado de no mezclar las del primer montón, donde está la carta larga, con las del segundo; se corta en seguida por dicha Carta, y se hacen dos montones. Se presenta el primero á una persona diciéndole que tome dos ó tres cartas, y se deja el montón sobre la mesa. Se presenta igualmente el segundo montón ä otra persona, y se ponen (sin que lo noten) las cartas sacadas del primer montón en el segundo, y las sacadas del segundo en el primero; se baraja, mas sin mezclar las del montón de encima con las del de debajo, y mirando el juego, se nombran las cartas que las dos personas han sacado, lo que es muy fácil de reconocer, examinando que son las que se hallan entonces cambiadas en cada montón.

Desputis de haber hecho tres mentones de un juego que se ha hecho sacar una carta, hacerla encontrar en el que se quiera elegir.

Se comienza por dar á sacar la carta larga, hacerla poner otra vez en el juego, y saltando la baraja, colocarla por este medio la primera de encima; se harán en seguida tres montones, cuidando de poner el del que se ha sacado la carta en medio de los otros dos, atendido que por él es generalmente por quien esto (1) Se pueden dividir de cualquiera otra manera que pueda recordarse. 11

S 'o eca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

se determina. Entonces se preguntará en qué montón de los tres se quiere que se encuentre la mencionada carta, y si se responde: en el de en medio, se la hará ver desde luego volviéndola. Si por el contrario, se la pide en uno de los otros dos montones, se tomará el juego y se pondrá el montón en el cual se la pide sobre los otros dos, cuidando de poner el dedo pequeño entre este montón y el de en medio (encima del cual está la carta pedida) ä fin de poder hacer saltar la baraja ä esta parte. Se preguntará de nuevo á qué número se quiere que esté en el montón que se ha escogido, y si se contesta: la sexta, se contará y se quitarán cinco cartas de encima del juego, y cortando en seguida se enseñará la carta que se ha sacado, y que se hallará la sexta.

La carta pensada y hallada al número pedido.

Póngase la carta larga que haga la sexta en el juego, extiéndanse sobre la mesa diez ó doce cartas de encima, y propóngase á una persona que piense una, reteniendo en la memoria el número donde se encuentra colocada; vuélvanse á poner estas cartas en el juego, córtese por la carta larga que entonces estará encima; pregúntese ä dicha persona en qué número está la carta que ha pensado: cuéntese mentalmente desde ese número hasta diez y seis, sacando las cartas la una después de la otra sobre la mesa; y tomándolas de debajo, se para en este número, siendo la décima séptima la carta pensada. Se pregunta á la expresada persona si ha visto pasar su carta, y contestará que no; entonces se le pregunta en qué número desea que esté, y retirando con el dedo la carta en cuestión, se volverán ä sacar las que siguen hasta llegar al número pedido.

lioteca de 11,in rdsmo

whe ion .Juan Maith (Madzid)

DE LOS SALONES

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Adivinar los puntos de las cartas de debajo de tres montones que se han hecho. Se pide ä cualquiera que escoja á su gusto tres cartas en un juego previniéndole que todas las cartas valen según los puntos que marquen. Cuando haya elegido dichas tres cartas, se le suplica las deje sobre la mesa, poniendo encima de cada montón tantascartas como puntos faltan para llegar á quince, es decir, que en el ejemplo, fig. 65, debe poner ocho cartas

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(FIG. 65.) encima del siete, catorce encima del as y cinco encima del diez. Se hace volver á poner el resto de las cartas y (simulando examinar en ellas otra cosa) se cuenta cuántas son las que quedan; y este será el número de las tres de debajo como se ve en el presente ejemplo, donde quedan diez y ocho, cuyo número es el de los puntos que hay en las tres cartas.

La carta dentro de una sortija. Se manda hacer una sortija con dos engastes opuestos uno de otro, A y B, fig. 66, los cuales estén guarnecidos de una piedra 6 cristal rectangular del mismo grandor. La una de estas dos piedras se dispone de manera que se la pueda aplicar por debajo la „ , figura de una carta pintada en diminuto (FIG. 6 ° . ) sobre un papel; que el anillo 6 corona cir-

fl T h lioteca de ilusionismo. Fundacion Juan Mareb (Madrid)

164 EL MAGO cular de esta sortija sea bastante grande para que pueda rodar fácilmente en el tercero ó cuarto dedo de la mano izquierda. Se hace sacar por una persona una carta igual á la que se ha introducido debajo de la una de las dos piedras de dicha sortija y se le pide que la queme á una bujía; durante este intervalo se hace ver la sortija que se tiene en el dedo, no presentando mas que el lado donde está la piedra sola; se torna en seguida con el dedo de la mano derecha un poco de ceniza de lacarta quemada, y con el pretexto de frotar la piedra se rueda la sortija en el dedo, se la muestra del lado donde está la pequeña carta y se hace observar que es la que se ha quemado, suponiendo haberla hecho reaparecer allí por medio de sus cenizas.

Hacer aparecer en un anteojo las cartas que se han sacado de un juego. Se manda construir un anteojo de marfil transparente, de la forma que se quiera, excepto que es menester que el sitio del cristal objetivo esté cubierto y que el cristal óptico no tenga mas que dos pulgadas de foco, á fin de que colocando en el fondo (1) de este anteojo una pequeña carta de ocho á diez lineas (2) de longitud, parezca del tamaño de una carta ordinaria. Debe tenerse además una baraja en la que haya una carta más ancha y parecida á la que se ha introducido en el expresado anteojo. Después de mezclado el juego se hace sacar dicha carta, que será fácil de reconocer y de presentarla con preferencia. Cuando la persona ha visto su carta, se le da el (1) El fondo de este anteojo debe ser negro, tí fin de que la carta sea mas aparente. (2) Unos veinte milímetros. N. DEL T.

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DE LOS SALONES 165 juego para que la ponga en él ella misma y mezcle luego; se vuelve ä tomar la baraja y se hace sacar también esta misma carta ä otra persona (1) diciéndole que la vuelva ä poner lo mismo en el juego. En seguida se presenta el anteojo ä la primera persona y se le pregunta si ve allí su carta; contestará sencillamente sí; se muestra el mismo anteojo a la segunda persona haciéndole igual pregunta y contesta lo mismo. OBSERVACIÓN.

Es menester sin detención distraer ä los concurrentes con otro juego, con el fin de evitar que dichas dos personas, llegando ä nombrar sus cartas, no impidan por este motivo ä los demás imaginarse que las dos cartas que se han visto en el anteojo son diferentes la una de la otra.

Hallar con la punta de una espada y los ojos vendados la carta que se ha sacado de una baraja.

Se hace sacar una carta, y contando todo el juego, se la hace poner debajo de la carta ancha, cuidando al mezclar el hacerla pasar encima; se deja la baraja en tierra (2) arreglando las cartas de manera que se pueda distinguir el sitio donde se halla la que se ha sacado: se hacen vendar los ojos con un paralelo, lo que no impide que se vean las cartas, atendiendo ä que la vista puede pasar por debajo: se esparcen las cartas con la punta de la espada sin perder de vista la que se ha escogido, se la pincha y se muestra á todos. Igualmente se pueden dar ä sacar dos 6 tres caras que se harán poner debajo de la carta ancha, y venir (1) No debe hacérsela sacarft una persona que esté Situada cerca de la que ha sacado la primera carta. (2) Se pueden también tirar las cartas á tierra de manera que se arreglen ellas mismas.

EL MAGO 166 en seguida encima del juego (1), dando entonces ä cada uno la carta que había sacado, presentandosela igualmente en la punta de la espada. Sólo es menester acordarse del orden en que se han elegido.

La carta cambiante debajo de los dedos.

Bórrese uno de los puntos de un tres de copas (2), guardando luego esta carta en el bolsillo. Después, tomando una baraja, debajo de la cual estén el as y el tres de copas, se corta para hacerlos venir á parar en medio, haciéndolas sacar luego ä un caballero 6 señora, ä quienes se entregará la baraja en seguida á fin de que puedan volver ä poner en él por si mismos las cartas y mezclar. Durante este tiempo se toma hábilmente la carta que se guarda en el bolsillo, ocultándola debajo de la mano, y cogiendo la baraja, se pone encima; se corta sacando en seguida esta carta del medio del juego, y presentándola al que ha sacado el tres de copas (ocultando, con el dedo indice el punto que está borrado á fin de que se imagine ver el expresado tresde copas), se le pregunta: —'.Es esta su carta de usted? y él contestará: —Si, señor. Se vuelve entonces á coger con los dos dedos de la mano izquierda, y ocultando el punto opuesto, es decir, el que no se ha borrado, se muestra á la persona que ha sacado el as de copas diciéndole: —¿Y esta, no es la de usted, señora? A lo que responde: —La mía es: —No puede ser, se replica. Y enseñándosela de nuevo al primero, se añade: (1) Si se sabe cortar bien no hay necesidad de carta ancha. (2) Para hacer este juego es preciso hacer uso de una baraja francesa, N. DEL T.

fr dp Ilusionismo Funflarion

Juan Marrh (Tfarhid)

167 DE LOS SALONES —Este caballero dice que es la suya. —No, esa no es. Y en seguida, mostrando el tres de copas ä la señora. —Ya sabia yo que la carta de la señora era esta, se le dice, ä lo que ella responderá: —Ah, no; esa no es la mía. --Entonces quiere V. engañarmeá mi, que engaño ä los demás, se le contesta; y golpeando con el dedo sobre la carta se les hará ver al uno después del otro las dos cartas que ambos han sacado, diciendo. —Hé aquí su carta de V., y la de V. Cada vez que se quiera hacer cambiar la carta, debe ésta tornarse con los dedos de la otra mano.

Carta quemada que se hace aparecer dentro de un reloj.

Se hace sacar una carta al azar, se piden tres relojes ä la reunión, suplicando á un espectador haga el favor de envolverlos en cucuruchitos de papel que se depositan sobre la mesa, cubriéndolos con una servilleta: se hace quemar la carta elegida para meter la ceniza en una cajita: y un instante después se abre la cajita y ya no está allí la ceniza. Los tres relojes se ponen en un plato y se hace escoger uno ä una persona cualquiera. Esta abre el reloj y encuentra debajo del cristal un pedazo de la carta quemada, y en el interior de la caja del mismo una pequeña carta representando en miniatura la que se ha quemado. Desde luego se conoce la carta elegida por el arreglo de baraja de que hemos hablado en el juego pre cedente. Los relojes se depositan bien envueltos en el papel junto ä la trampita que dijimos en el juego del pañuelo cortado. Cuando se ha hecho saber al compadre cuál es la

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168 EL MAGO carta quemada, alarga el brazo al interior de la mesa para tornar uno de los relojes y depositar en él lo que se quiere hacer encontrar allí. Es indispensable que los relojes estén cubiertos con una servilleta que debe hallarse tras de algunas botellas ú otros objetos semejantes, sin lo cual se vería la mano del compadre ó removerse la servilleta. Se presentan ä cualquiera los tres relojes sobre un plato, poniendo delante de él aquel en que el compañero ha depositado la carta en miniatura y el cual lo ha señalado rasgando un poco el cucurucho. Si la persona es astuta y afecta por malicia no tomar el reloj más cercano, se le suplica que los revuelva bien todos ellos con objeto de embellecer más el juego. En cuanto al medio de hacer desaparecer de una caja las cenizas de la carta quemada, consiste en poner dentro de la tapadera una pieza de madera ó de cartón que la llene exactamente en su longitud y andiaria, pudiendo caer en el fondo de la caja cuando se la cierre. Siendo la indicada pieza de igual color que el interior de la caja, forma por esta circunstancia un doble fondo de la misma, yoculta la ceniza ä los ojos del espectador deslumbrado, que en este momento se siente inclinado ä creer que las cenizas se han salido para combinarse de nuevo y producir la carta en miniatura que se halla dentro del reloj.

Hacer salir de una baraja un ratón ó cualquiera otra cosa. Se tiene una baraja cuyas cartas estén pegadas unas á otras por el canto, pero que estén huecas por medio en forma de caja. Esta caja deberá estar por encima cubierta con una carta entera pegada en su rededor ó las cartas inferiores que la forman, y encima de esta carta, que le

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169 sirve de tapadera, deberá haber otras cinco 6 seis enteramente sueltas, las cuales se removerán con el fin de hacer creer que es una baraja completa lo que se tiene entre las manos. Es menester además que la caja esté guarnecida por debajo con una carta entera, que le sirve de fondo, y que no estando pegada á las otras cartas que la forman mas que por uno solo de sus lados, prestan fácilmente sus otros lados y cede al menor peso que tenga encima. Por último, se necesita que esta carta de debajo este como una puerta que se abre y se cierra con facilidad. Teniendo una baraja preparada de este modo, se abre la caja, y después de haber introducido en ella sagazmente un ratón ú otra cosa cualquiera, se cierra en seguida, cuidando de tener siempre la carta de debajo con la mano, á fin de que no se mueva nunca. Dirigiéndose entonces á una persona, se le pide que abra las manos aproximándolas la una ä la otra, y dejándole en ellas la baraja, se le dice que tiene la virtud de metamorfosear el juego de cartas en cualquier cosa extraordinaria. Y mientras que se le dirigen algunas palabras para divertida, se escamotea la baraja y se deposita en la bolsa al tiempo de simular el tomar polvos para obrar la metamórfosis. Como la carta de debajo se abre por el peso del ratón, de aquí se deduce que este debe quedar en las manos del que antes creía tener una baraja. DE LOS SALONES

Adivinar una carta pensada por uno de los concurrentes escribiendo antes un número cualquiera. Todo el aparato de este juego consiste en una combinación matemática: hé aquí cómo debe ejecutarse: Se toma un juego de piqué (1) que se presenta á uno (1) Baraja francesa compuesta de 32 naipes. N. DEL T.

eclBusionism,. FM/clarión Juan Mara (Madrid)

110 EL huelo de los concurrentes recomendándole el barajar bien las cartas y hacerlas mezclar además por aquel que bien le parezca; se hace cortar en seguida por varias personas y se propone después á cualquiera de la reunión el tomar la baraja; pensar una carta y acordarse de ella como asimismo del número donde se encuentre colocada, contando uno, dos, tres, cuatro, etcétera, comprendida la carta pensada. Se ofrecerá pasar ä otro gabinete mientras se efectúa esta operación, 4 bien vendarse los ojos, asegurando á los concurrentes que se anunciará anticipadamente si así lo desean, el número donde deberá hallarse la carta pensada. En la suposición de que la persona que pensará la carta se detendrá al número 13, y que esta décima tercia carta sea el caballo de copas, y suponiendo también que el número que se ha marcado antes sea el 24, se entrará en el otro gabinete, si es que se ha salido, donde se hará que nos quiten el pañuelo si se nos han cubierto los ojos; luego, sin hacer ninguna pregunta ä la persona que habra pensado la carta, se pedirá solamente la baraja, sobre la cual se pondrá la nariz como para olerla. Después, llevándose las manos detrás con la baraja ú ocultándolas debajo de la mesa, se quitan de debajo del juego veintitres cartas, es decir, una menos del número que liemos trazado anticipadamente, y colocándolas sobre las restantes, se cuidará de no poner una de más ó de menos, porque eso impediría el buen éxito. Hecho esto, se devolverá la baraja á la persona que ha pensado la carta, recomendándole cuente las cartas, tomándolas de. encima de la baraja, á partir del número de la que ha pensado. Y siendo ésta la décima tercia, deberá principiar ä contar catorce, y se le hará detener cuando diga veintitres, advirtiéndole que el número que con anticipación se ha designado es el 24, y por consiguiente la vigésima cuarta carta que va á volver será el caballo de copas, lo que efectivamente sucederá.

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DE LOS SALONES

Modo de cambiar la carta que tiene en la mano una persona, recomendándole que la cubra bien. Se recorta con limpieza un tres de espadas (1), y una vez recortado con una trepa, se toma un as de oros, que se pondrá debajo del tres recortado, cuidando que dicho as quede completamente cubierto por la espada, que se encuentra en medio del tres recortado; entonces se pasa ligeramente una pastilla de pomada por los puntos recortados, derramando suavemente sobre esta carta polvos de azabache, que se agarrarán fácilmente á los puntos untados, formando por este medio un tres de espadas donde antes había un as de oros. Se toma con la mano un as de oros, detrás del cual se pone en sentido contrario un tres de espadas. La persona que tendrá en la mano el tres de espadas, lo mostrará á todo el mundo, y el escamoteador enseñará á su vez el as de oros que tendrá asimismo en su mano, diciendo ä la indicada persona que panga su carta lo de arriba abajo sobre el tapete que cubre la mesa; y haciéndole poner la mano encima de la carta, le preguntará si está bien segura de que es un tres de espadas la que está debajo de su mano. A su afirmativa, se la chanceará, y empujándole la mano debajo de la cual tiene la carta, se le dirá que se engaña, porque es un as de oros lo que tiene. El movimiento que se le habrá hecho hacer al empujarle la mano, hará quedar sobre el tapete el polvo de azabache que formaba un tres de espadas sobre el as de oros; así es que quedará muy admirada de no encontrar realmente mas que un as de oros; mientras se ejecuta el juego, alargando la mano á donde están el as de espadas y el tres de oros espalda con espalda, se muestra el tres de espadas y se hace creer ä la concurrencia que se le ha escamoteado á la persona sin que se haya apercibido. (1) Véase la nota núm. 2 de la página 166. N. DEL T.

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172 EL MAGO Este juego debe hacerse muy rtipidamente para que no puedan descubir el embuste ó superchería de que se hace uso.

Modo de preparar los polvos de azabacbe para el juego anterior.

Después de triturado con un martillo el azabache, se muele en un almirez de cobre, y cuando este bien pulverizado, se pasa por un tamiz, volviéndolo á pasar luego á través de una muselina. Este polvo, ya muy fino, se guarda en una cajita, y cuando se quiera servir de él se toma una pulgarada con los dedos 6 bien con un pedazo de papel y se derramara sobre la carta; no se agarrará mas que en los puntos tocados por la pastilla de pomada, soltándose fácilmente por el rozamiento que tendrá lugar sobre el tapete al empujar la mano de la persona que la tendrá cubierta y sin que la carta quede manchada.

Modo de hacer pasar una carta de una mano

á otra

Se cogen dos ases, uno de copas y otro de espadas (1). Sobre el de espadas se aplicará un punto de copas, y sobre el de copas un punto de espadas, lo que se hará fácilmente por medio de una carta de cada palo, recortando de ellas hábilmente una copa y una espada. de modo que salgan bien limpias. Estas se frotarán luego ligeramente por debajo con un poco de jabón ó de pomada bien blanca; y se pondrä la copa sobre el as de espadas y la espada sobre el as de copas, teniendo cuidado de cubrirlas enteramente y hacer todos (1) Véase la nota núm. 2 de la página 16(3.

N. DEL T.

. lioieca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 173 estos preparativos antes de comenzar los experimentos. Se prepara la baraja en dos porciones, poniendo debajo de cada una de ellas los ases que ya se tienen preparados; en seguida se toma con la mano derecha la porción, bajo la cual está el as de copas, y con la izquierda la en que está, el as de espadas. Se hace ver a toda la reunión que el as de copas está ä la derecha, y el de espadas ä la izquierda, y cuando todo el mundo se halle convencido, se dirá': —Señoras y caballeros: voy ä mandar al as de copas que está, ä la derecha que pase ä la izquierda, y al as de espadas que tome su puesto. Podrá proponerse también que nos aten los brazos para impedir que puedan unirse 6 comunicarse. Todo el secreto consiste, pues, en hacer un movimiento y golpear con el pie al dar la orden; durante este movimiento y golpear el pie, se pasará con destreza el dedo pequeño sobre cada uno de los ases para quitar y hacer caer sin que se note los puntos de espada y copa que tienen pegados por los medios indicados más arriba. Entonces se hace ver ä los concurrentes que las cartas han obedecido la orden pasandose de derecha ä izquierda y de ésta ä aquélla sin que las manos se hayan comunicado. Este juego, haciéndose con destreza, parecerá muy singular por sencillo que sea.

Si

e

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de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madxid•

CAPITULO IV Recreaciones científicas.

Anteojo mágico. CONSTRUCCIÓN

Se manda hacer un anteojo de marfil bastante delgado, para dejar pasar la luz ä su interior y que tenga cerca de siete centímetros de altura y sobre poco más ö menos de la forma indicada por la fig. 68, que la

(Fío. 68.) parte superior A y la inferior 11 de este anteojo entren enroscadas dentro del tubo de marfil transparente C; en dicha parte superior de este tubo y punto A, se hará reservar una capacidad para colocar en ella un vidrio convexo por ambos lados ú ocular D, cuyo foco sea de seis centímetros (fig. 68), que el circulo de marfil B este abierto, ä fin de poder colocar en él un cristal cualquiera E que se cubrirá por dentro con un papel negro y un pequeño círculo de cartón; en el centro de este circulo se pondrá un eje F, colocando sobre

in teca de Ilusionismo. Fundación Juan

hlan. 11 Madrid

DE LOS SALONES

175

ei una aguja imantada G muy pequeña, es decir, un POCO menor que el diámetro del expresado circulo, el cual se cubre de un cristal que pueda retener la aguja y le impida salir de encima da su eje; y finalmente, que este anteojo sea una especie de brújula colocada en el fondo de un tubo de marfil, suficientemente transparente para percibir la dirección de su aguja, y cuyo ocular sirve para distinguir mejor las letras 45 cifras que deben trazarse en el circulo de cartón colocado en el interior del anteojo; que además de esto tenga la figura correspondiente, á fin de dar á esta especie de brújula la apariencia de un anteojo ordinario y hacer imaginar que, por medio de él, se perciben los objetos ocultos y encerrados secretamente dentro de diferentes cajas, como vamos á explicar ä continuación. Este anteojo, hallándose colocado á una corta distancia encima de una barra imantada ó de una caja cualquiera, dentro de la cual estará oculta la pieza que la encierra, la aguja imantada se colocará necesa-. riamente en la misma dirección que la barra e indicará ä qué lado está su norte y su sud: el norte de la aguja indicará el sud de la barra. Este efecto tendrá lugar tan luego como la barra esté cerrada dentro de madera 6 de un metal cualquiera que sea, á causa de que la materia magnética es de una naturaleza bastante para penetrar todos los cuerpos, hasta los más compactos y más duros, sin que por ello cambie de ninguna manera su dirección (1). Solamente hay que observar que la barra no debe estar muy separada de la aguja, particularmente si es muy pequeña, y que el eje de esta aguja debe hallarse colocado encima del centro de la barra, sin lo cual su indicación pudiera ser falsa, sobre todo cuando hay en las piezas algunas barras que puedan obrar simultáneamente sobre la aguja. (i) Unicamente con el hierro es con lo que no se deben encerrar estas barras; la materia magnética entra lo mismo en él que en los otros Cuerpos, Sólo que no conserva allí su dirección.

°teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

176



EL MAGO

El

pequeito aritmetico. CONSTRUCCIÓN.

fi g.

Mándese fabricar una caja exágona A II C D E Y, 69, de unos 17 a 20 centímetros de diámetro y de

(Fin. 69.) 12 ä 13 milímetros de profundidad, reservando sobre su fondo una ranura á fin de cubrirla con un cristal blanco que debe estar colocado ä flor de esta caja, la que es necesario tenga la cubierta de modo que se pueda poner en todos sentidos. Se hará construir además un plato G III L M N, fig. 70, que sea de un tamaño igual al de la caja y de

(Fin. 70.) 7 milímetros de espesor, guarneciéndoselo de un realce que de cada lado exceda 3 milímetros del indicado espesor, con el fin de que la expresada caja pueda colocarse en todos sentidos sobre este plato.

ijoieca de Ilusionismo.Fundariee Juom 1%1m-di 0.1adri,

177

DE LOS SALONES

Ira en esta disposición, se cubre con un pape/ el fondo interior de la figura 69, trazando allí un cuadrante que se dividira en veinticuatro partes iguales. Al efecto, se tiran las lineas ó diagonales AB, BE, CF. Se divide en cuatro partes iguales la porción de este cuadrante comprendida entre cada una de dichas lineas y se transcriben los números 1, 2, 3, 4, 5, etc., hasta 24, en el orden designado en esta misma figura. Al exterior de la caja y hacia el ángulo que corresponde al número 1, se dejará una puntita (1) pequeña. En el centro de la mencionada caja se colocará un eje, en el que se pondrá una aguja imantada cubierta de una figurita de cartón H, pintada y recortada, teniendo en su mano una flecha cuya punta se halle vuelta directamente hacia el norte de esta aguja. Tirando sobre el plato, fig. 70, las dos diagonales GL y HM, se describe luego del punto de sección centro C, el circulo G 11 L M, y se toma sobre el arco Gil su octava parte que se llevará de G ä a, y sobre el arco MN, la misma parte, que se llevará de L ä b; se tira por estos dos puntos de división la linea ab; se cruza el plato según la dirección de esta linea y se introduce la barra imantada sn; se la guarnece de cera cubriéndola con un papel lo mismo que el otro lado del plato, á fin de que no se pueda percibir de ningún modo, y se hace un señalito sobre el papel en el ángulo, junto al cual está el sud de la barra que se ha encerrado en el plato. Se toma un juego de piqué, y en el lado blanco de las cartas de que éste se compone, se transcriben los números 1 hasta 32, teniendo en cuenta que dichos 32 números deben tener relación con las diferentes figuras y colores de las cartas sobre las cuales están escritos, esto es, siguiendo el orden que se indica en la tabla siguiente: (1) Esta puntita sirve para reconocer con el tacto el lado 6 angulo de dicha caja. 12

S lote de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)



178



EL MAGO

Oros. 1 As de id. 2 Rey de 3 Caballo de id. id. 4 Sota de id. 5 Diez de 6 Nueve de Íd. id. 7 Ocho de id. 8 Siete de copas. 9 As de id. 10 Rey de 11 Caballo de id. id. 12 Sota de id. 13 Diez de 14 Nueve de id. ld. 15 Ocho de id. 16 Siete de

17 As de espadas. 18 Rey de id. 19 Caballo de id. 20 Sota de id. 21 Diez de id. 22 Nueve de id. id. 23 Ocho de 24 Siete de id. 25 As de bastos. 26 Rey de id. 27 Caballo de id. 28 Sota de id. íd. 29 Diez de 30 Nueve de id. id. 31 Ocho de id. 32 Siete de

Y en otros veinticuatro pedacitos de cartón bien delgado se transcribirán los números 1 á 21. Cuando se colocará esta caja sobre su plato sucesivamente en cada una de las seis diferentes posiciones que se le pueden dar á voluntad, la flecha que tiene la figurita 11 se fijará en cada una de ellas en los números 1, 2, 4, 8, 12 6 24, y si se tienen en la memoria estos números, se le podrá hacer indicar el que se quiera de entre ellos, puesto que bastará colocar el lado del ángulo de la caja donde está el seiialito junto al uno ó al otro de los seis ángulos del plato y que la punta puesta sobre éste hará conocer cuál es el expresado ángulo. Será igualmente fácil de conocer cuál es el número que se ha escogido, en atención á que (siguiendo la tabla que hemos presentado más arriba) la figura y el color de la carta lo indican precisamente, y que basta acordarse del orden y colores de las cartas. Se sabrá, pues, por ejemplo, que si una persona ha elegido el diez de espadas ha tomado necesariamente el número 21. Entregando ä una persona las 32 cartas de este

!iotera de ihISi011iSMO. F, n daeióx, Juan Alarch (Madrid)

DE LOS SALONES

V79

juego se le suplicará que escoja un número ä su voluntad; y haciéndole poner su carta sobre el plato, se reconocerá por el color y la figura de dicha carta cuál es el número que ha escogido, que suponemos sea el 21, designado por el diez de espadas, y habiendo examinado uno mismo que los tres números 12, 8 y 1 juntos pueden formar el número 21, se pondrá la caja sobre su plato en una posición que haga indicar por la figurita el número 8, y abriendo la tapadera se le liará ver, volviéndola ä cerrar en seguida para levantarla de encima del plato, á fin de tomar de allí el canoncito sobre el cual está transcrito el número 8 (1). Se preguntará ä la persona si está allí el número que ha elegido, y ä su respuesta se pondrá la caja sobre el plato de manera que haga indicar por la figurita el número 12; por último, se seguirá la misma operación hasta que los números inscritos en los cartoncitos, que se cuidará de hacer retirar ä cada posición, formen el que está escrito debajo de la carta elegida. Hay que tener en cuenta que cualquiera que sea el número que la persona elija, puede formarse con alguno de estos seis: 1, 2, 4, 8, 12, 24, que son los únicos que pueden ser indicados por la figura que hace obrar á la barra imantada encerrada en el plato, á menos que no se ponga la caja sobre la otra faz del plato, atendido á que entonces las seis diferentes posiciones producirán otros números, con los cuales no se podrían componer todos los guarismos desde 1 hasta 32. Por este lado puede servir, no obstante, para indicar de una sola vez los números 9, 10, 11, 15, 19, y 21, de donde se sigue que habiendo reconocido que se ha tomado uno de estos guarismos, puede dejarse á la persona la elección de hacerlo indicar en una Ô en mi(1) Los 22 cartoncitos de que hemos hablado deben estar puestos sobre el plato; se hace uso de ellos en apariencia parahacer la cuenta de los puntos indicados por la figurita, aunque no ee han puesto mas que para servir de pretexto para levantar la cuja de encima del plato con el fin de colocarla en seguida en la situación necesaria.

3 iotera de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid.)

180 EL MAGO chas veces, sirviéndose uno entonces sin afectación del uno ó del otro lado del plato. Debo advertir, que si sucediera que por malicia se hubiera puesto un número mas superior de lo necesario, para no caer en falta, podríase entonces poner de nuevo la caja sobre el plato, de manera que indicase el excedente de este número, con objeto de hacer la sustracción sobre el número que intempestivamente habrá indicado la figura.

Caja de las flores. Se manda tornear una caja de unos 15 centímetros de altura sobre 6 de espesor como lo indica la fig.;71,

(Fin. 71.) y su cubierta B, que debe ser muy delgada, entre enroscada en la base ó pie A, el cual debe llevar una maceta C agujereada por medio, con el fin de introducir en este agujero los tallos de dos flores artificiales diferentes una de otra F y G. Para formar dichos tallos deberá servirse de una varillita ó alambre de acero de Inglaterra, templado, bruñido y muy bien imantado, observando que el lado del norte de estas dos varillas debe ser en la una el que ha de entrar en el vaso 6 maceta y el de la otra el que forma la parte alta del tallo. Estos tallos deberán estar cubiertos de seda verde y guarnecidos de algunas ramitas igualmente cubiertas de seda, sobre las cuales estarán ajustadas las hojas y flores que deben formar los dos ramilletitos.

Biblioteca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 181 Cuando una de estas dos flores lz se introducirá en la presente laja, el norte de la varilla que forma el principal tallo se hallará vuelto del lado del vaso; si es la otra flor G, será el sud de su varilla imantada el que estará de este mismo lado: de donde se sigue que aproximando al lado de esta caja el anteojo magnético antes descrito, pág. 174, la dirección de la aguja que en él está encerrada indicará cuál de estas dos flores se ha introducido, y si no se la ha metido ninguna de dichas flores, la aguja no fijándose, lo hará distinguir lo mismo. Se presentan la caja y las flores ä una persona, dejándola en libertd de introducir secretamente la que quiera, devolviendo en seguida la caja bien cerrada. Se mira entonces con el anteojo hacia qué lado se dirige la aguja, y se le dirá qué flor es la que ha introducido.

La moneda de cinco francos dentro de una tabaquera

Se toma una moneda de cinco francos, y con un taladro se la hace un agujero que la atraviese diametralmente; en este agujero se introduce una aguja de coser bien templada é imantada y luego se tapa con un poco de estaño la abertura que el taladro ha hecho á fin de que no se aperciban del misterio. Si se mira esta pieza con el anteojo magnético del que antes hemos hablado, la aguja que contiene se fijara siguiendo la dirección del imán que se le ha introducido. Es menester pedir ä una persona una moneda de cinco francos, sustituirla por la que así se ha preparado y darla á otra persona como si ésta fuera la que se acaba de recibir, diciéndole que la meta ó no en su tabaquera y la ponga encima de la mesa. Entonces, sin tocarla, se la mirará con el anteojo que se habrá c olocado bien cerca de la tapadera; si la varilla en-

'teleca de

Ilusionismo. Fundarion Juan ATarch (Mullid)

EL MAGO 182 cerrada da una dirección ä la aguja se anunciará que la moneda está en la tabaquera. Será menester cuidar de que la aguja que esta en el fondo del anteojo magnético, se vuelva y se lije naturalmente del lado del norte corno lo hace una aguja de brújula, porque es esencial (antes de aproximar el anteojo ä la cubierta de la tabaquera) mirar su situación, que debe cambiar ä medida que el anteojo se aproxima ä la moneda; sin embargo, si por cualquier accidente la aguja introducida en ella se hallara en este momento colocada en la dirección del meridiano magnético, podría echarse á perder la recreación.

OBSERVACIÓN.

Para esta recreación es necesario servirse de un anteojo cuya agua sea extremadamente sensible, atendiendo á que la varillita imantada y encerrada dentro de la moneda no tiene una grande fuerza para atraerla, principalmente si la tabaquera dentro de la cual se la ha metido es algo profunda. Por esto, pues, es conveniente tener una cajita de cartón bien chata, ä fin de hacer poner en ella la indicada moneda, haciéndola colocar sobre la mesa por la persona que la ha introducido.

La mosca sabia.

Debe mandarse hacer una caja de madera de nogal de la figura exagona A BC DE F, fig. 72, á la que se 11.11.11/

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(FIG. 72.)

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)



183 dará cerca de 22 centímetros de diámetro y uno ó dos centímetros de profundidad, reservándole una ranura con objeto de colocar en ella un cristal que la ha de cubrir; esta caja deberá tener su cubierta de modo que pueda entrar en ella fäcilmente en todos sentidos. Se hará además un plato G 11 1 L, fig. 73, de la DE LOS SA LONES

(FIG. 73.) misma forma y tamaño que esta caja, al que se dará 30 milímetros de espesor, cercándolo de un realce que de uno y otro lado le exceda en 10 milímetros, y por último, que la caja ya dicha pueda ponerse en todos sentidos sobre las dos faces de este plato, quedando contenida en el en una posición exacta. Sobre el fondo de esta caja se pega un papel en el que se traza un cuadrante que se dividirá en veinticuatro partes iguales. Al efecto, se tiran de ángulo ä ángulo las líneas ó diagonales A. D, B E, C F, y se dividen en cuatro partes iguales cada una de las seis porciones del cuadrante que se hallan comprendidas entre estas lineas.

(FIG. U.)

Micra de Ilusionismo. Fundación

J11171 Illarch

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184 HL M A GO Dentro de estos veinticuatro espacios se transcriben los nombres y el color de las veinticuatro cartas de un juego de piqué, del que se habrán quitado los ochos y los sietes, teniendo un cuidado particular de hacerlo en el mismo orden que se designa en la figura 74. Al lado de la caja, hacia el cual se halla transcrito el caballo de copas se pone una puntita P con el fin de poder reconocerlo tocando la caja. Sobre el plato, fig. 73, se tiran las dos diagonales G I y II L, describiendo del centro C el círculo G H I L. Los arcos G II 4 I L se dividen en cuatro partes iguales, y después de dividir en otras dos partes iguales las dos divisiones diametralmente opuestas, A. y B, se tira la línea A. B. Luego se cruza el platoá lo largo de ésta, colocando allí una barra bien imantada de 12 centímetros de longitud, ocultándola cubriendo este plato de una ä otra parte con un papel de color. - En el centro de la caja se colocará un eje P, al que debe ajustarse una aguja imantada (1) de la forma indicada por la fig. 75, que tenga á su extremidad una puntita bien fina P, á la cual se ;- puede unir e garrar una mosca natural 6 artificial. La parte del cristal que está concéntrica al cuadrante se cubrirá con un circulo de papel G H, figuras 74-72, ä fin de ocultar dicha aguja y que no se pueda percibir mas que la indicada mosca, la que debe parecer marchar ó dar vueltas alrededor del cuadrante. Se hará un sefialito en el cuadrante en el lado hacia el cual se encuentra el caballo (Fio. 75) de copas. (1) La abertura hecha en el chapitel de esta aguja no debe ser de ojo muy abierto y de forma cónica, como se usa en las agujas de las brújulas, sino solamente un pequeño agujero en una parte de su longitud, å fin de que pueda mantenerse más cómodamente en un perfecto equilibrio.

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)



DE LOS SALONES

185

Además se tiene un juego de piqué de que, separando los ochos y los sietes, se dispone en el orden Siguiente:

1 Sota de copas. 13 Rey de espadas. 2 Rey de oros. 14 Caballo de bastos. 3 As de copas. 15 As de espadas. 4 Diez de copas. 16 Diez de espadas. 5 Caballo de oros. 17 Caballo de espadas. 6 Rey de copas. 18 Rey de bastos. 7 Sota de oros. 19 As de bastos. 8 Nueve de copas. 20 Nueve de espadas. 9 Sota de bastos. 21 Diez de oros. 10 Nueve de bastos. 22 Nueve de oros. 11 Caballo de copas. 23 Sota de espadas. 12 Diez de bastos c. ancha. 24 As de oros. c. ancha. Se sigue del orden establecido en la tabla anterior que, sin mezclar las cartas, se las da por dos, y en seguida por tres; para jugar una partida de triunfo se tendrán los juegos siguientes: Juego del primer encarte.

Juego del segunda encarte.

Sota de copas. Rey de oros Caballo de oros Rey de copas. Sota de oros. Triunfo.. .

As de copas. Diez de copas. Nueve de copas. Sota de bastos. Nueve de bastos. Caballo de copas.

Por consiguiente, el segundo encarte debe ganar necesariamente, porque el primero juega desde luego sus copas ó sus falsas, puesto que el segundo encarte juega sus falsas despu4 de haber cortado; así, pues, no es necesario que el segundo encarte conozca las cartas que echa aquel contra el cual juega, ya que cada carta debe M echar del triunfo, sea para contribuir sea para cortar. Siendo el juego supuesto siempre en el orden más arriba establecido, si el que ejecuta la recreación hace



EL MAGO 186 cortar por la carta ancha (1) y da las cartas por dos y por tres, resultarán los juegos siguientes:

Juego del primer encarte.

de espadas. Rey Caballo de bastos. Caballo de espadas. de bastos. Rey de bastos. As Triunfo

Juego del segundo encarte.

de espadas. As Diez de espadas. Nueve de espadas. de oros. Diez Nueve de oros. de espadas. Sota

Cuando la caja esté colocada sucesivamente sobre uno de los lados del plato, en cada una de las seis posiciones que se le pueden dar, la aguja á la punta de la cual se halla ajustada la mosca, tomará la misma dirección de la barra encerrada en el plato, y se podrá por consiguiente hacerle indicar el triunfo y cada una de las cinco cartas que componen el juego del que hace esta recreación. Se podrá también por la construcción de esta caja, hacer indicar á la mosca sobre el otro lado del plato las cartas que sirven para la segunda partida; será suficiente atender á la marca puesta sobre el plato, y ä la puntita que se le ha puesto también ä la caja para evitar el engañarse en sus diferentes posiciones y conocer la carta sobre la cual debe hallarse colocada la mosca. Entonces, proponiendo ä una persona el eliar una partida de triunfo con una mosca que se dirá haber sido instruida en este juego y que se halla encerrada en la referida caja, se aparentará mezclar la baraja (2), y dejando ä la persona la elección de cortar ó no cortal', se dará ä si mismo las cartas por dos y por tres, dejando ver al adversario el triunfo sin mirarlo uno. En seguida, poniendo esta carta del triunfo sobre U) Esta carta debe sobresalir de los bordes de las otras dos milímetros, con el fin de que se corte naturalmente en este sitio. (2; Al efecto se pondrá la caja sobre el plato en la situación conveniente.

'ioteca de INSi011iSMO. Fundacion J,an March (Madrid)

DE LOS SALONES

1S'7

el plato sin descubrir la figura, se colocará la caja de manera que haga indicar Por la mosca cuál es la carta que gana, lo que se hará ver al adversario levantando la cubierta de la caja; entonces se le preguntará si juega, y si pasara, se anunciará que se juega; y como él es el primer encarte, se le dirá que ponga su carta sobre el plato sin darlo á. conocer; luego, sin inquietarse por la carta que él ha podido jugar, se hará indicar por la mosca uno de los triunfos que se tienen en la mano, con cuál se cortará se proveerá del triunfo. Si habiendo jugado el adversario desde luego uno de sus triunfos, hace entonces una primer baza, se le hará poner también sobre el plato la segunda carta que él debe jugar, y se hará indicar por la mosca uno de los otros dos triunfos que se tienen en el juego, bien para dar aún abasto Ó bien para cortar la falsa del adversario, observando que, si se acaba de cortar poniendo el resto del juego en el plato (1), será necesario hacer indicar por la mosca una de sus falsas, á fin de ganar forzadamente la partida Después de esta primer partida, se podrán mezclar las cartas sin desarreglar las de debajo, haciendo en seguida cortar ä la segunda carta larga, y sirviéndose del otro lado del plato, se podrá volver á comenzar una segunda partida con esta misma baraja, lo que parecerá bastante extraordinario. La caja de los enigmas. CONSTRUCCIÓN .

Se manda hacer una cajita de tres pulgadas en cuadro, A B C D, fig. 76, y de cuatro á cinco lineas de profundidad, cerrando con charnelas. (1) Se hacen poner as i las cartas del adversario como las de uno palmo sobre el plato, con el fin de tener un pretexto para levantar la caja, la que da libertad de cambiar la posición su gusto con arreglo Ét las cartas que deben jugarse.

teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid



188

EL MAGO

B,

(Fin. 76.) En el centro y al fondo de ella se ajustará un eje que debe sostener una aguja imantada E F, que se ocultará por medio de una figurita cuya mano debe hallarse colocada hacia el norte de esta aguja; el fondo interior de la caja se cubre con un cristal, con objeto de encerrar allí dicha figurita. Sobre este cristal se pega un circulo de papel dividido en ocho partes iguales, y en cada una de ellas se transcribirán las palabras de los ocho enigmas que más abajo anotamos, y en el orden designado por la primera figura. En la parte baja de la caja se coloca un cajoncito del mismo tamaño, al que se darán tres lineas de profundidad, y dentro del cual se puede introducir una de las cuatro tablillas de cartón siguientes: Se arreglan cuatro tablillas de cartón, fig. 77, 78, 79, 80, divididas en ocho partes iguales, en cada una

(FIG. 77.)

(FIG. 78.)

(Fia 79.)

(Fio. 80.)

de las cuales se introducirá una plancha imantada cuyos polos estn dispuestos como lo designan estas cuatro figuras; cubriendo las dos faces de dichas tablillas con otro cartón que se orlará y cubrirá de papel. Sobre las dos faces se transcriben los ocho enigmas de más abajo, de manera que siguiendo la construc-

BIlioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 189 ción ya indicada y la disposición de las planchas imantadas que se habrán introducido en ellas, estando cada una encerrada en el cajoncito, la figurita indica con la mano la palabra transcrita sobre aquellas de las dos faces que se encontrará encima del cajón. Cuando una de estas tablillas se habrá encerrado en el cajón, la figurita ó más bien la aguja imantada, la dirigirá de manera que haga indicar la palabra del enigma transcrito sobre la faz de esta tablilla, que no estará vuelta hacia el fondo del cajón. Presentando, pues, todas estas tablillas á una persona, proponiéndole el leer y adivinar las palabras de los enigmas transcritos, se le harán meter secretamente en la caja aquellas que no habrá podido descifrar, y se le hará ver que la figurita indica la palabra que da la solución.

OBSERVACIÓN.

A esta recreación se han añadido los ocho enigmas charadas que siguen con objeto de facilitarlos ä los que no tienen proporción de tener la colección, de la cual se han escogido, y al propio tiempo ä fin de hacer comprender mejor la disposición de esta diversión. Fácil es de ver que puede también construirse esta caja para doce enigmas en lugar de ocho, sirviéndose de seis tablillas y haciendo otra división. ENIGMA

).

Los reyes son mis vasallos; mis esclavos, los más fuertes; domino á los vencedores, que para mi no hay valientes. Los esfuerzos contra mi re'sultan siempre impotentes; en pesares y martirios (1) Debe estar transcrito sobre la primera faz de la tablilla figura 77.

B 'oteca de Ilusionismo. Fundad« Juan March (Madridl



190

EL MAGO

y lágrimas se convierten. Yo causo más amarguras á aquel que mejor me quiere, al que ä servirme le obliga mi poder, que á todos vence. El amor. EmumA

11(1).

Somos algunas hermanas casi de la misma edad, de dos clases diferentes pero de costumbre igual. Por casa al nacer tuvimos un palacio, es la verdad, pero que, estrecha prisión, fuerala mejor llamar. Y es menester que nos fuercen para poderla dejar aunque nos abran cien veces la puerta de par en par. Los dientes. ENIGMA

III (2).

En el mundo hago ruido, lleva mi cuerpo mi madre, iy yo llevo el de mi padre aunque más que yo es crecido. El chanclo. ENIGMA

IV (3).

Se me arrebata á menudo y siempre en un sitio estoy, yo nunca Ii las manos voy (1) Fig. B. Primera faz. (2) Fig. '79. Primera cara. (3) Fig. 80. Primera cara.

io te c a. de

Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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DE LOS SALONES

del que llevárseme pudo. Aunque pequeño es muy cierto que el más grande suelo ser, y no se me puede ver porque al punto quedo muerto. El corazón. ENIGMA

Y (1).

Mi cuerpo arrastrar podría cual serpiente tortuoso. Soy tan poco respetuoso, que ä una reina oprimiría. Estoy de día entre agujeros, pero de noche me salgo de ellos. El cordón. ENIGMA VI (2).

Habito la pobre choza del lugareño sencillo, como en el palacio brillo do solo el placer rebosa. En invierno y en estío igual á todos gustosa, les busco la paz dichosa en mi retrete sombrío. De los secretos de amor fiel depositaria soy, y del desgraciado voy viendo acabar el dolor. Soberbia en mi seno impera y ultraja ä la muelle. ¡Insana! de la tablilla. Fig. (2) Sobre la otra cara de la fig. 78.

(1) En la otra cara

B

teca de Il usio nismo. Fundación Juan Mara (Madrid)

77.

192



EL NIAGO

Hace de una pompa vana resplandecer la quimera. La cama. ENIGNA. VII (1).

Por rey paso entre la corte; tengo siempre en rededor un pueblo alborotador aunque de sencillo porte. De pluma es la gente mía; mi trono de paja es, y yo, no obstante soy... pues? el gran profeta del día. El gallo. ENIGMA VIII (2).

Jamás tuve agua ni mar; estéril tierra contengo; y aunque en verdad nada tengo, ciudades en mi has de hallar. Reduzco en un punto terso diversas obras, y estoy en que casi nada soy, y en que soy el universo. El mapamundi.

Cuadrante vertical magnético. CONSTRUCCIÓN.

Se manda hacer un cuadrante con dos faces, figura 81, colocado verticalmente sobre su pie F. En cada (1) Sobre la otra cara de la fig. 79. (2) Sobre la otra cara de la fi g. 80.

n lioteca de Ilusionismo . Fundación Juan March

193

DE LOS SALONES

una de sus dos faces A y B, deberá dejarse una rann—

(FiG. 81)

ra á fin de ajustar en ellas dos círculos de cartón de seis á siete pulgadas de diámetro, guarnecidos con una orladura de madera D y D, las cuales sirven de marco á dichos cartones. Cada uno de estos círculos se divide en diez y seis partes iguales, después de haber descrito en ellos dos círculos concéntricos, indicando en cada división las treinta y dos cartas de un juego de piqué en el orden que se quiera, con tal que haya diez y seis á un lado del cuadrante, diez y seis en el otro, y que las divisiones de ambos lados se correspondan exactamente. Los centros de estos dos círculos se atraviesan con una barra G in ( fi g. 82), en medio de la cual haya ajustada á escuadra una plancha ó lámina imantada I L, (fig. 81), de 12 centímetros de longitud sobre 10 milímetros de latitud y dos de espesor. Cada una de las extremidades G y II de dicha barra está terminada por un eje (1). En la parte donde las barras salen fuera de los círculos de cartón, debe ajustarse entornillada una roseta de cobre, á fin de que, F iu. 82 al hacer girar por medio de ella la plancha imantada que allí está encerrada, poder diri11) Estos ejes deben tener á su extremidad una cabecita semejante a la de un alfiler, con el objeto de retener la aguja e impedir que se caiga cuando se la hace girar. 13 lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Murlt (Madrid)

191 EZ. MAGD girla y fijarla en los puntos que se juzgarán convenientes (1). Deberá tenerse además una aguja imantada de la longitud necesaria, cuya chapa esté atravesada de parte á parte, y que pueda girar libremente sobre el expresado eje. Obsérvese con cuidado que esta aguja no sea más pesada de un lado que de otro; esto es, sumamente esencial, porque toma exactamente la dirección de la lámina I L. Después de haber fijado la lámina imantada que queda encerrada dentro de los círculos de cartón, de manera que su extremidad que marca el sud se dirija hacia dos de las cartas opuestas que están allí transeritas, y si se hace girar la aguja del uno al otro lado del cuadrante, ésta indicará sus mismas cartas. Dispuesto todo de este modo, se hará sacar de una baraja, y á dos diferentes personas, las dos cartas hacia las cuales debe dirigirse la aguja, siguiendo la disposición que se le habrá dado ä la lámina imantada, y presentando en seguida el cuadrante ä una de ellas, se le preguntará si la carta que ha sacado está sobre la una Ó la otra de las faces; después se pondrá la aguja sobre su eje, y haciéndola girar se le hará observar que se detiene junto ä la carta que ha escogido. Lo mismo se hará con respecto á la otra persona que habrá sacado la segunda carta. OBSERVACIÓN.

Si se tiene otra aguja igual pero que al imantarla se le ha dado el sud al lado que debía indicar el norte, se podrá entonces hacer sacar cuatro cartas diferentes ó volver ä comenzar si se quiere esta recreación, sirviéndose de esta otra aguja y haciendo sacar las dos cartas que debe designar. Para conseguir hacer sacar las cartas convenientes, (1) Esta plancha no debe girar con libertad, á fin de que la lamina no pueda desordenarse por si misma una vez esté ya fijada.

'i,tera de Tlusionismo. Fundación Juan Match (h.Tadlid)

195 basta presentarlas con preferencia delante de los dedos de las personas que deben tomarlas; al efecto, se las pueden colocar debajo de la baraja, haciendo cortar tlesde luego para que vengan ä parar en medio del juego ä medida que se las presenta. Para mejor acierto véanse los otros juegos de cartas que hay descritos en esta obra. DE LOS SALONES

OTRA RECREACIÓN CON LOS NÚMEROS.

En vez de transcribir las treinta y dos cartas del juego de piqué sobre las dos faces del cuadrante, divídaselas en dos partes iguales (1), indicando en cada una (le ellas los números desde 1 basta 12, siguiendo el orden de la tabla que mas adelante ponemos, y tal cual está indicada en las figuras 80 y 8 1 (2). De este orden se sigue que, uno de los números 1, 2, 3, 4, l'i, 6, cualquiera de una de las faces de los cuadrantes A y B, junto ä la que sobre la otra face lo está directamente opuesta, forme un número semejante al que sobre uno ú otro de estos dos cuadrantes venga á serle diametralmente opuesto, y que por consiguiente, si se sirve de dos agujas imantadas de las que una tenga el norte del lado de su punta y la otra et sud, haciendo girar sucesivamente una de estas agujas sobre las dos faces del cuadrante, la suma de los dos números que indicará, forma uno semejante al que señalará la otra aguja sobre la una 6 la otra face solamente. Es necesario tener un saquito que contenga algu «las divisiones. En una de ellas se introducirán los números desde el 1 hasta el 12, los que se tendrán transcritos sobre cuadritos de cartón, y en otra los números semejantes ä aquel sobre el cual se habrá dispuesto la lámina (1) Este cuadrante de los números puede ponerse en el mismo circulo que el de las cartas. (2) Siendo arbitrario el orden de las cartas, no se ha indicado en la figura, lo que desde luego no hubiera po• dido verificarse sin confusión.

Hueca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

196

EL IslAGO

imantada del cuadrante. Se sacarán del saco los números diferentes, y después de haberlos hecho ver, se volverán á meter en el saco; presentando en seguida ä una persona la división de este saco, en la que todos los números son parecidos, se le pedirá que saque uno al azar, quedändoselo oculto en la mano, y se le preguntara si quiere que la aguja le señale el número en una ó en dos veces, lo que se ejecutará sirviéndose de la una ó la otra de las dos agujas (1). Tabla que sirve para la construcción del expresado cuadrante.

ORDEN ORDEN RESULTADO NÚMEROS de los números de los números de los dos núsobre el primer sobre el segun- meros opuestos que les son cuadrante, do cuadrante, diametralmente sobre los opuestos. cuadrantes. A A

1. . . .

11. . . .

10. . . .

10. . . .

5. . .

2

. . . .

12

- • • • . . . .

7 9 8

.• •

9 8 2. . . . 12. . . . 6. . . .

8. ., . .

11. . . .





7.



12. . . .

12

11. . . .

11 10

• " • . . . .

11

La transposición de los números de esta tabla debe hacerse en el cuadrante, transcribiendo el orden del cuadrante A de derecha ä izquierda, y el del cuadrante B de izquierda ä derecha, como se ve designado en las figuras 80 y 81. Esta observación es esen(1) Si la persona desea que la aguja indique el número en una sola vez, se le podr a dejar la elección de uno de los lados del cuadrante.

n ioter.a. de Ilusionismo. Fundarián Juan Marcit (Madrid)

DE LOS SALONES 197 cial, con el fin de que los números se encuentren en la direción conveniente. El saquito de que se hace uso en esta recreación, teniendo algunas divisiones, se concibe que introduciendo en una tercera división otros números parecidos entre sí, puede entonces variarse esta recreación haciendo sacar dos números diferentes y haciéndolos indicar sobre cada una de las dos faces del cuadrante.

El pozo encantado. CONSTRUCCIÓN.

Constrúyase un pozo A de cartón, (fig. 83,) de 22 á

(Fió. 83.) 28 centímetros de elevación y de 11 á 17 de abertura, colocado sobre un pedestal ó zócalo cuadrado B C. En uno de los lados de este zócalo se le hará una abertura en la que pueda entrar un cajón T, de 8 á 10 milímetros de profundidad. La abertura de este pozo irá disminuyendo hacia el centro G, que no deberá tener mas que 6 centímetros de diámetro. (Véase el perfil de la presente figura sobre la misma plancha.) En la parte superior del zócalo y á 15 milímetros más abajo del fondo interior G, se le colocará un espejito convexo II, que sea de una esfericidad suficiente para que mirándose por la abertura del pozo ä la distancia de 40 á 50 centímetros, el busto y la cabeza no parezcan tener mas que 6 centímetros de grandor. En el punto 1 del indicado zócalo se ajustará un eje sobre el que se pondrá una aguja imantada R Q,

lioteca

de Ilusionismo. Fundación Juan 111arcli (Madrid'

EL MAGO 198 encerrada en un círculo de cartón bien ligero O S, de 14 centímetros de diámetro: dicho circulo se divide en partes iguales (véase la fig. 84), y se trazan en ellas cuatro circulitos, dentro de tres de los cuales deben haber pintadas diferentes figuras de cabezas z, x é y, cuyo peinado sea variado, y representando, por ejemplo, la una un sombrero y la otra un turbante, observando que el sitio de la misma cabeza esté vaciado. recortándolo con una trepa, y que el cuarto circulo z quede enteramente vacío cual lo demuestra suficientemente esta fig. 84, y además que la aguja imantada R Q contenida en el circulo eq.1.5 colocada relativamente á la disposición de sus polos, como lo designa la misma figura. Se tendrán además cuatro cuadraditos de 15 centímetros en cuadro V X Y Z, (fig. 85), que cada uno de

SUI1

SVN

4«11

(FIG. 85).

ellos pueda entrar separadamente en el cajoncito antes dicho. En tres de estos cuadros se pintarán unas cabezas parecidas á las que se han pintado sobre el circulo (fig. 73), excepto que aquí todo es pintado. Detrás de cada uno de estos cuatro cuadros se ajustará una barra imantada, dispuestos sus polos como lo designan las figuras V X Y Z, cubiéndolo todo con cartón, á fin de que no se puedan ver. Si se desea que esta recreación parezca más extraordinaria, hágase el interior del pozo ya dicho de hojalata, poniendo en el fondo y hacia el punto G un cristal blanco que esté bien ajustado y embetunado,

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

199

con el fin de que el agua que pueda verterse luego en

el fondo del pozo no pueda penetrar por debajo de este aparato. Cuando se ponga uno de los tres cuadros V, X, Y, en el cajón que va más abajo del pozo, la barra imantada que se encuentra allí encerrada hará girar y fijará el círculo de cartón móvil de tal suerte que el peinado parecido al que estará pintado en este cuadro se presentará frente por frente de la abertura inferior del pozo; entonces, si teniendo una pesona la cabeza colocada encima y á distancia conveniente dirige la vista allí, el espejo convexo le hará ver su retrato en pequeño y parecerá estar adornado con el peinado pintado sobre esta parte del círculo de cartón. Si se mete en el cajón el cuadro Z. el sitio de la abertura del círculo móvil que se balla enteramente vacío se colocará en el fondo del pozo, y mirándose allí entonces uno podrá ver su figura y su peinado tales como naturalmente son. Se pone de antemano en el cajón el cuadro Z, sobre el cual no hay nada pintado, á fin de que al mirarse en el pozo no pueda verse en él mas que su fi gura natural; en seguida se propondrá ä algunas personas el que se miren en él, haciéndoles notar como se ven allí tales corno son; luego retirando este cuadro se pondrán los otros tres en manos de alguna de dichas personas, diciéndole que escoja uno á su gusto según la figura como la cual desea ser pintada y se colocará en seguida dentro del cajón que se cerrará al punto: un instante después se le pedirá que mire al interior del pozo y en seguida verá allí su figura peinada del mismo modo que la del retrato. OBSERVACIÓN.

Este juego recreativo bien ejecutado produce un efecto muy agradable; pero es esencial que la abertura del pozo sea muy ancha y que tenga éste alguna profundidad, á fin de que pueda estar alumbrado en su interior; además es menester hacer colocar á la persona que se mira en una posición y una distancia conve-

Melera de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

200

EL MAGO

niente. También interesa que este pozo pueda sepa-

rarse de su zócalo, con el objeto de poder ajustar y cambiar el círculo de cartón y servirse de un número mayor de cuadros. Si se ejecuta este juego más extensamente, lo que sería más acertado, se podrán colocar en el mismo círculo mucha más cantidad de figuras, disponiendo entonces las barras imantadas como será conveniente. La cabeza encantada.

Se manda construir y pintar una cabeza de cartón, (fig. 86), del tamaño natural y un poco inclinada á fi n de que sus ojos no se encuentren en una posición horizontal, y después de haberle vaciado el sitio de los ojos se les cubre con im cristal sumamente delgado, cóncavo por un lado y convexo al exterior; el lado cóncavo se pintar ä de blanco, excepto el iris que debe dejarse en claro y la pupila que se ha de pintar de negro. Sobre un eje E N, se coloca en equibrio y en una situación horizontal una zona cilíndrica de car(FIG. 86). tón muy delgado F G, sobre la que deben estar pintados los diferentes colores de los ojos, negros, azules, verdes y pardos, de manera que ninguno de estos colores se contraponga con otro, sino que por el contrario se encuentren unidos por matices apenas perceptibles; teniendo presente que el mismo matiz debe comenzar ä una distancia igual á la que los ojos de esta figura tiene entre sí, y seguir sobre la parte A la que debe aparecer en el ojo C, y sobre la parte 11 la que debe aparecer en el ojo D (1). (1) Es facil de ver por la inspección de esta figura que Jo que está pintado sobre la parte superior de dicha zona aparece a través del ojo A, y lo que esta en la parte inferior a. través del 13.

tioteca de ilusionismo. Fundación Juan Mara (Madrid)

DE LOS SALONES

201

A la expresada zona se le suspende por medio de dos hilos de latón I y L, una barra imantada M O, de 12 á, 15 centímetros de longitud, con un agujero P en el medio bastante grande para que no roce contra el eje E N, y colocado lo más cerca que sea posible de la base del pie 6 planchita muy delgada E R, sobre la cual debe colocarse esta cabeza. Si colocándola sobre una mesa en la que se haya introducido una barra imantada de 15 á 18 centímetros de longitud, AB, (fig .87), móvil sobre un eje ajus-

~~ielmer •

(FIG. 87.)

lado al centro de dicha barra, y que se le pueda hacer girar por un medio oculto cualquiera; la barra M O que hace mover esta zona, se colocará siempre en la misma situación que la que se habrá encerrado, y que suponemos que una segunda persona puede hacer obrar y dirigir á su voluntad. Una vez colocada esta cabeza frente á la luz se anunciará que sus ojos toman el color de los de las personas que la miran, y que este mismo color quedará fijo en los ojos de la figura hasta que otra persona se ponga frente á frente de elia y que entonces el color cambiara poco á poco para tomar el de los ojos de esta otra persona. Si por ejemplo la persona que se presenta tiene los ojos de un azul claro, se añadirá á lo que se acaba de decir:—Caballero 6 señora, usted tiene los ojos de un color azul claro: va V. á ver, pues, como los ojos de esta cabeza toman el mismo color; lo que oyéndole el que se haya escondido y que está con inteligencia, hace girar insensiblemente la barra oculta en la mesa, la que por su movimiento arrastara consigo la que se ha colocado al pie de esta cabeza y la zona cilíndrica, hasta que se vea en los ojos de la figura el azul claro que es el de los ojos de la indicada persona.

"hliotera de ilusionismo. Fundarion Juan March(Rlad/id)

202



EL MAGO. OBSERVACIÓN.

La plancha imantada que se halla encerrada en la cabeza girando sobre sí misma del lado del norte, teniendo esta figura cierta dirección relativamente al lado del norte, podriase con seguridad hacer aparecer en sus ojos aquel color que se quisiera, mas el movi miento de la zona sería entonces sensible é igualmente no se detendría con bastante prontitud para que la causa que produce esta diversión quedase suficientemente en secreto.

La caja de los naipes. CONSTRUCCIÓN

Se manda construir una caja que se abra por medio de unas charnelas ó bisagras AB CD, (fig. 88,) de 18 centímetros de longitud sobre 12 de latitud, y de 12 á 15 milímetros de profundidad; désele el tercio A —

(FIG. 88

)

de su longitud, desde F hasta E, ajustándole en este sitio un eje sobre el cual se colocará un círculo de cartón C, de cerca de O centímetros de diámetro, conteniendo una aguja imantada N S; sobre este círculo se dibujan cuatro cartas distintas de manera que estén dispuestas en la forma que designa la fig. 88; cubriendo luego la caja con un cristal, sobre el que se pegarä un papel dejando una abertura 11, por donde se puedan ver las cartas pintadas en el círculo.

Bffilioleca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid



203 Además se tendrá una cartera A B, (fig. 89), cuyo DE LOS •SALONES

(Fm. 89.) dorso esté bien llano y que sea del mismo tamaño (pela mencionada caja y después de haber dividido su longitud en tres partes iguales, en uno de estos lados se introducen dos planchas imantadas de 9 centímetros de largas que pasen por estos puntos de la división E y P, y que el norte de la una esté dirigido hacia el ángulo B, y el de la otra hacia el C. Esta cartera, pudiéndosela colocar debajo de la caja en cuatro distintas situaciones, sea cambiando la disposición de una de sus faces debajo de la caja, sea volviéndola cada una de ellas, cambiando también la dirección de la barra que se halla debajo del circulo G> hará distinguir por la abertura II, (fig 88), una de las cartas pintadas sobre el circulo de cartón G, de donde se sigue que se podrá por este medio hacer que aparezcan á voluntad. Se hace que dos diferentes personas saquen de la baraja dos cartas que sean iguales á las que hay colocadas sobre e/ circulo de cartón; y entregando en seguida a la primera persona la cartera, se le pide que nieta en ella su carta devolviéndonosla; se la pone en seguida debajo de la caja en la situación necesaria para que la carta igual á la pintada sobre este círculc3 aparezca en la caja ä través de la abertura II: un instante después se abre la caja haciendo ver la carta que se ha sacado. Para hacer aparecer la segunda carta que se ha sacado se procederá de la misma manera. OBSERVACIÓN.

Como puede suceder que no se saquen las cartas

lioteca de ilusionismo. Fundación Juan Mara (Aladtid)

EL NfA90 201 tal como se las presenta, no hay necesidad de anunciar que se va á hacerlas aparecer en la caja antes que las personas las hayan tomado, ä lin de poder salirse entonces del embarazo, haciendo por esta vez, en lugar de esta recreación, cualquiera de los juegos de cartas indicados en el curso de esta obra.

El palacio del amor. DESCRIPCIÓN.

Sobre una hase de madera ABCDE F, (fig. 90), en forma de gradas, y de figura exägona, muy delgada en su mitad G, deberá levantarse un pequeño edificio ó palacio, de la figura que se quiera al exterior, que su

(Fió. 90 ) cubierta M pueda quitarse. y que sustente otro edificio interior ab cd e f, (fig. 91), de igual forma ó circular, abierto hacia c d; que el todo esté ejecutado de manera que mirando al interior del palacio por la puerta O no se pueda distinguir' la especie de corredor que existe entre el edificio exterior ABCDEF y el interiorabcdef; obsérvese además que es necesario que lo que forma el piso del edilicio interior esté ä 15 milímetros del fondo G, es decir, ä la base del edificio exterior, con el fin de que un círculo de cartón ence-

tioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)



205 rrando una aguja ó plancha imantada N S, cuyo eje debe estar colocado en el centro 11 y pueda girar libremente. DE LOS S A

LONES

(Fia. 91.) Sobre el borde de este circulo y á distancias iguales del centro II, se colocan seis figuritas de cartón muy ligeras, pintadas, recortadas y perfectamente parecidas entre si y todas ellas representando al Amor que tiene en sus manos una banderola (véase la figura 90); sobre estas banderolas se transcriben diferenrentes palabras que puedan servir de respuestas muchas preguntas, tales, por ejemplo, como favor, riqueza, fidelidad, constancia, etc. MESA MECÁNICA Y MAGNETICA SOBRE LA CUAL SE PONE ESTE PEQUE:SO EDIFICIO.

Es una mesa A B C D, (fig. 92,) en la que lo de abajo

(FIG. 92.)

Ilioteca de Ilusionismo . Fundación Juan March (Madrid)

206

EL MAGO

sea doble y poco gruesa en su parte superior, se coloca una barra imantada N S, ( fi g. 93), del mismo fa-

31

(Fic. 93). maiio que l la lámina ó plancha de la pieza de aquí arriba, que esté atravesada de un eje sobre el cual pueda girar fácilmente y sin ruido. Sobre este eje se fija una garrucha ó polea E, de 6 centímetros de diámetro, sobre la cual debe haber un cordel 6 cuerda delgada perfectamente unida por ambos extremos F, que debe dar vuelta sobre otra garrucha G de igual diámetro, que deberä colocarse ms arriba de uno de IOS pies I de la mesa; este pie, lo mismo que los otros, ha de estar torneado, teniendo una moldura móvil H -que por su movimiento circular pueda arrastrar dicha garrucha F, lo que podrä ejecutarse haciendo el mencionado pie de dos piezas diferentes, que la una A tenga sobrepuesta una varilla de hierro sólidamente fijada con tornillo por su extremidad B ä una banda de hierro L ajustada á la esquina interior D de esta mesa; que la otra pieza este compuesta de la moldura movible G y de la garrucha D que debe entrar en cuadro; que la parte F de esta misma pieza entre y gire desahogadamente en la plancha inferior de la mesa; y finalmente, que toda la pieza sea movible sobre la varilla de hierre B, de manera que al hacer girar esta moldura, la garrucha G y la E sobre la que está la barra N S, giren lo mismo. Al hacer dar una vuelta entera á la moldura G, las dos garruchas que hace girar, como son del mismo diámetro, la barra imantada que se halla fija sobre luna de ellas dará igualmente una sola vuelta; de don-

iotera de Ilusionismo. Ftutdación Juan March (Madxidl

DE LOS SALONES 207 de se deduce que por medio de una puntita colocada sobre dicha moldura se podrá conocer la posición que se le dará á la barra, y por consiguiente á la lámina imantada que se halla oculta en el pequeño edificio antes expresado, que siempre tomará la misma dirección. En una cantidad de cartas blancas se transcribirá cierto número de preguntas distintas, á las cuales puedan servir de respuesta las palabras que se habrán escrito en las banderolas, y se las arreglará anticipadamente de manera que, después de haberlas mezclado, pueda conocerse á qué respuestas deben referirse las que podrán escoger aquellos á quienes se las presente, y haciendo obrar lo más secretamente que sea posible la barra imantada encerrada en la mesa, se la dirigirá de manera que los cupidillos que tienen las respuestas á cada una de las cartas escogidas vengan á colocarse delante de la puerta cada vez que se quieran hacer aparecer unas ú otras.

OBSERVACIÓN.

Téngase presente que no debe abrirse la puerta hasta un instante después de haber hecho fijar la barra, a. fin de que la figura no tenga movimiento alguno; con esto se evitará que puedan sospechare! que vueltas alrededor del edificio interior, y se podrá hacer creer que siempre es la misma figura la que presenta estas distintas respuestas, en lo cual consiste todo lo maravilloso de este divertimiento. Para asegurarse de que la figura está fija delante de la puerta, se puede hacer una aberturita al lado opuesto por donde podrá distinguirse la otra figura que se halla diametralmente opuesta á la que debe aparecer; esto facilitará mucho el determinar su posición y el que pueda conocerse la que se habrá coloeado.

~era de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

208



EL MAGO

Padula

sonora.

CONSTRUCCIÓN.

Mándese construir una caja redonda de hojalata, cuya tapadera y lados estén agujereados de parte ä parte, (fig. 94-95); en el fondo de esta caja se ajustará 00111211111e#

Aniazeiße, E

liefinges

(Flo. 94-95 ) una laminita imantada N S guarnecida de una chapa E que gire libremente sobre su eje; dentro de la caja se coloca un timbre de reloj C, sobre el cual pueda golpear una de las extremidades de dicha lámina; después, poniendo esta caja sobre la mesa magnética antes descrita, de modo que uno de los extremos de la barra que está encerrada pueda pasar más abajo de la caja hacia el punto D, si se hace pasar la barra imantada dentro de la mesa desde F hasta G, ésta arrastrará la lámina oculta dentro de la caja y la hará golpear en el timbre; lo que podrá repetirse tantas veces como se quiera, haciendo retrogradar esta barra de G á F, llevándola de nuevo de F á G. RECREACIÓN QUE SE EJECUTA CON ESTA PE1NDULA

Transcritos que sean sobre veinticuatro cartas blancas los números 1 hasta 21, se las dispone desde luego en el orden siguiente:

°teca de ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)

209

DE LOS SALONES

Orden de las cartas.

Carta

— —

I Número 11 12 9 IV 10 V 13 VI 11 VII 15 VIII 7 IX 8 X XI 17 XII 18

Carta

XIII Número XIV 6 XV 19 90 XVI XVII 21 XVIII 3 XIX 22 XX 23 XXI 24 XXII 1 XXIII XXIV 2

Dispuestas así las cartas, se hace ver que los números están revueltos ú confundidos y se mezcla del modo que más adelante se dirá, ä fin de que después de esta mezcla se encuentren en el orden natural de los números 1 ä 24. En seguida se extiende el juego sobre la mesa sin que los números estén descubiertos, se dice ä una persona que tome una ä la ventura, y observando en qué número del juego se encuentra la carta escogida (1), se anuncia que la péndula va a sonar tantos golpes como unidades hay en el número que lleva la carta, lo que se ejecutará haciendo obrar ä la barra como se ha explicado más arriba. OTRA RECREACIÓN.

Se hacen sacar dos cartas en vez de una, y se anuncia que la péndula va,ä indicar la suma de sus dos números Ó la diferencia que hay entre ellos. OBSERVACIÓN.

Si haciendo sacar dos cartas notamos que uno de (1) Este número sera el que está escrito en la carta sacada. 14

iii

teca de Ilusionismo. F,uulsrióo Juan Illarch aladiid)

210

EL MAGO

los números escogidos es diyisible por el otro, podremos hacer indicar por la péndula cuantas veces el menor está contenido en el mayor. Cualquiera de las recreaciones que siguen, pueden ejecutarse con esta péndula; y no las detallamos aquí, por no haber nada más fácil que hacer la aplicación. Reloj magnético en el que indica la hora un pequerito lagarto que recorre la superficie de su cuadrante. DESCRIPCIÓN.

A un relojero se le encarga hacer un movimiento de péndula ordinaria, sin minutos, mas de manera que el eje que debe llevar la aguja de las horas esté colocado en una situación vertical, Ó para evitar gastos, basta servirse sencillamente del movimiento de un reloj viejo que no marque mas que la hora, ajustando al eje donde estaba la aguja una lámina de cobre A II, ( fi g. 96), atravesada en C con un agujero guarnecido con un cafiutito que entra role 094, zando en este mismo eje. Esta lámina debe sostener un círculo de acero imantado D, de 12 á 15 centímetros de diámetro, el que deberá girar horizontalmente en el 191111 li lis„ circuito interior de una zona ó circulo de (FIG. uu. ) cristal 6 vidrio muy delgado A 11, (figura 97), de la anchura de 3 centímetros, debiendo los polos de este imán aproximarse al cristal todo lo más cerca posible. Sobre la parte interior del cristal es menester pegar un circulo de papel de la longitud conveniente y sobre el que se habrán marcado las doce horas del día; y por último, el todo se dispondrá en un vaso de madera torneado y pintado D (fig. 97), en cuya zona entrará por un lado en la ranura hecha al borde del vaso y por el otro en otra ranura hecha en la cubierta del mismo, C.

iioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

211.

Una vez construida así esta pieza, se mandará hacer y recortar un lagartito de acero muy delgado (1) de 2 centímetros de longitud, lo más ligero que sea posible, teniendo cuidado de darle la misma 4 X curvadura que tiene la zona, imantandolo de manera que poniendolos sobre el exterior del cuadrante circular y hacia los polos del círculo imantado oculto detrás de él, y permanezca allí fijo con la cabeza vuelta hacia el lado que marcha el círculo. Una vez montado este movimiento, (FIG. 97.) el círculo recorrerá en doce horas la parte inferior de la zona, y el lagarto que quedará siempre sobre los polos del círculo dando insensiblemente la vuelta al cuadrante, indicará la hora tan exactamente como lo haría una aguja; lo que parecerá tan extrailo como fácil será de quitar y volverlo á poner en su sitio á fin de hacer ver que en nada está sujeto el movimiento del reloj.

Figuritas que se persiguen y se huyen mutuamente CONSTRUCCIÓN.

Se hacen tornear dos pedestales redondos y huecos de tres pulgadas de diámetro, (fig. 98), cuya parte

(FIG. 98.) (1) Podrá hacerse de una hoja tomada de un pedazo de muelle de reloj.

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Mara Madrid)

EL MAGO 212 superior A esté atravesada en su centro por un agujero de dos líneas de diámetro y pueda abrirse; en el fondo de cada uno de estos pedestales deberá colocarse una lámina imantada B de cuatro líneas de latitud sobre una línea de espesor y dos pulgadas y media de longitud. Esta lámina se agujereará en el medio, donde se ajustará otra laminita de cobre encorvada C, sobre la cual se ajustará una chapa, la que encontrándose entonces mas arriba de dicha lámina impedirá que se balancee cuando se le ponga sobre el eje E. Además deberá tenerse un alambre de cobre F, que entre enroscado en la parte superior de la chapa y salga una pulgada ä través del agujero que se ha hecho en la cubierta A. Estando ya todo en esta disposición, se hacen con cualquier materia bien ligera dos figuras de cuatro cinco pulgadas de altura, representando, por ejemplo, un maestro y su discípulo, ajustándolas en los alambres de cobre de manera que sus rostros estén vueltos hacia el polo septentrional de cada una de las láminas imantadas con las cuales deben girar. Cuando se quiera presentar el discípulo ä su maestro, deteniendo el pedestal é impidiéndole con el dedo el dar vuelta, los dos polos septentrionales de los imanes, según la construcción indicada, encontrándose entonces el uno enfrente del otro, el del discípulo obligará al del maestro á volver la espalda hacia el que se dirige el polo meridional, y parecerá que el maestro huye delante de su discípulo; y si en seguida se toma el otro pedestal y se presenta al discípulo, éste huirá ä su vez delante de su maestro, lo que será muy divertido de ver.

ote c a de Ilusio nis mo.

Fundar ión Juan March (Madrid)

CAPITULO y Electricidad, m.ecán.ica é kildr4u.lica.

Si las maravillas de la electricidad han ocupado ä los más hábiles físicos, también han sido para gran número de personas un objeto de diversión tan curioso como agradable 6 instructivo. En efecto, el espectáculo sorprendente de estos nuevos fenómenos, no podía menos de excitar en los primeros el deseo de penetrar las causas, y en los segundos, el de conocer los efectos. Sea lo que quiera, no se puede dejar de convenir en que si es cierto que estaparte interesante de la física debe mucho á las profundas investigaciones y multiplicados experimentos de los sabios, no lo es menos que los que solamente han querido recrearse han contribuido al descubrimiento de muchos efectos que han conducido á aquéllos á sondear el más allá de los misterios que parecen sobrepujar la extensión de sus conocimientos. Las recreaciones de que nos vamos ä ocupar no exigen conocimientos especiales sino simplemente una máquina eléctrica que fácilmente puede hoy adquirirse. Todo el mundo sabe lo que es esta máquina. Vamos ä dar la definición de los términos que tienen relación con la electricidad y sus experimentos. **

Electrizar en más ó positivamente, es acumular sobre un cuerpo una cantidad de electricidad mayor de la que contiene naturalmente.

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Match (Madrid)

214

EL MAGO

Electrizar en menos ó negativamente, sustraer cierta cantidad de electricidad que un cuerpo contiene naturalmente. Aislar un cuerpo, disponerle de manera que no pueda comunicarse de ningún modo con otros cuerpos mas que con aquellos que por si mismo son eléctricos, lo que se afectiia suspendiéndolo con unos cordonesde seda 6 poniéndolo en un plato de cristal ó sobre un hojaldre de resina. Sacar la chispa, es aproximar el dedo ó cualquiera otro cuerpo no eléctrico á un cuerpo electrizado, bien atrayéndolo simplemente 6 bien excitando la conmoción siguiendo el experimento de Leyde (1). Recibir la conmoción, hacer sobre si mismo la experiencia de Leyde tocando con la una mano la botella y con la otra su gancho ò el conductor. El platillo es un circulo de cristal que se le hace girar sobre su centro, y que porel roce de los coginetes parece hallarse la materia eléctrica esparcida ene! cristal y en los cuerpos con los cuales se comunica. Los conductores son unos cilindros de cobre 6 de hojalata, ó bien de cartón dorado, y su uso es el recibir y transmitir la electricidad que vuelve ä reunir el globo 6 platillo. La cadena es un conductor particular que procura la facilidad de transmitir la electricidad ä las personas y ä los cuerpos que se quieren electrizar. (1) Un sabio físico de Leyde, deseando probar si el agua era susceptible de recibir y transmitir la electricidad, llenó un gran vaso de cristal é hizo sumergir un alambre suspendido al conductor de su maquina eléctrica, lo hizo electrizar, y mientras él tocaba con una mano el exterior de la botella, ó lo que es mas verosímil, cualquier cuerpo no eléctrico que estaba muy próximo, se atrevió it aproximar el dedo de la otra mano hacia dicho conductor, inas en el mismo instante se sintió herido de un golpe tan súbito y violento en los dos brazosy en el pecho, el cual estaba bien lejos de esperarse, que se asustó grandemente y protestó que no volvería a expouerseã recibir otro aun cuando por ello se le diera la corona de Francia. Estedescubrimiento ha sido nombrado después expe-

riencia de Ley de.

lioteea de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

215 El pastel, una tablilla ó taburete de cerca de 33 centímetros cuadrados, cuyos cuatro pies son de cristal y sobre el cual se aislan las personas que se quieren electrizar. El excitador es una varilla de cobre que tiene la forma de un arco, cuyas extremidades están terminadas por dos bolitas del mismo metal, con la que se sirve para hacer los experimentos que se relacionan con los de Leyde sin experimentar ninguna conmoción. El electrómetro es un instrumento coa el cual se puede graduar 6 determinar la fuerza de la electricidad. Una balería es una reunión de varias botellas 15 vasos guarnecidos de metal interior y exteriormente, con el cual se aumentan considerablemente los efectos de los experimentos de Leyde. , Las crestas ó penachos son unos conos pequeños luminosos cuyos rayos son convergentes 6 divergentes; se les divisa en la oscuridad á la punta de los cuerpos que dejan escapar 6 atraen el fluido eléctrico. Cargar una botella óun vaso es acumular en su interior una cantidad de materia eléctrica. Descargarla, hacer pasar esta misma cantidad de fluido á su exterior. DE LOS SALONES

Cargar el conductor de Huido el6ctrico y descargarlo de diversas materias. Colocada la maquina eléctrica bien fija sobre una mesa sólida, se enjuga con un lienzo fiad y seco (1) el platillo, los coginetes y todas las demás partes dependientes de la misma, y habiendo establecido con la cadena una comunicación á un conductor de hoja de lata (2), aislado sobre cordones de seda y suspendido (1) Si el tiempo está algo húmedo será necesario calentar el lienzo. (2) Puede eximirse de poner este segundo conductor cuando no haya necesidad de una gran chispa.

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216 EL MAGO al techo con un taponcillo de sarga, se le pone amalgama de azogue y tierra del viso (1) sobre las dos ca -

(FIG. 99.)

ras del platillo en los sitios que rozan con los coginetes; se aprietan los tornillos que les hacen apoyar sobre el platillo hasta que dando vuelta á la manija ó llave no parezca muy rudo su movimiento (2); por este medio se electriza el conductor. Si se hace este experimento en la oscuridad se percibirá una luz muy viva y blanquecina que saldrá de los coginetes y entrará por las puntas de los rastrillos que transmiten el fluido eléctrico al conductor; este mismo fluido se le verá algunas veces esparcirse sobre toda la superficie del platillo, lo que será tanto más sensible cuanto más favorable será el tiempo, y en un tiempo seco se formarán lo mismo relámpagos sucesivos sobre toda su superficie. Estando el conductor electrizado, si se aproxima el dedo á un punto cualquiera, saldrá una chispa luminosa y viva, que causará una picadura bastante sensible; si se aproxima un cuerpo de cualquier metal (1) Es menester tomar el calinde de detrás de los espeos viejos, mezclarlo bien con una poca tierra de viso que se habra hecho secar, y se conservará bien seco en una caja 15 bien se tritura en un mortero azogue con cinabrio en polvo, y mezclando un poco de sebo de carnero se confeccionará una pasta con la cual se frotarán ligeramente los coginetes. (2) No hay necesidad de apretar demasiado los coginetes; eso no serviría mas que para fatigar sin aumentar mucho la fuerza de la electricidad.

'inteca

de Ilusionismo. Fundación Juan March (14.1adrie

DE LOS SALONES

217

que sea y cuya extremidad esté redondeada, la chispa se lanzará igualmente hacia este cuerpo, y en uno ó en otro caso toda la electricidad acumulada sobre el conductor será atraída (1); y si se quiere sacar una nueva chispa, apenas será sensible. • Si ä una distancia más ó menos grande del conductor, siguiendo la fuerza de la electricidad, se presenta una punta de metal detenida con la mano, se sacará asimismo el fluido eléctrico del que se hallará cargado, con la diferencia de que no se la verá salir de este conductor; se percibirá solamente un punto pequeño luminoso á la extremidad del punto por donde se precipita el fluido. En fin, si en vez de tener dicha punta en la mano se la pone sobre el conductor, este mismo fluido se escapará por esta punta en forma de haz luminoso, lo que se efectuará durante todo el tiempo que se hará girar el platillo, y en el instante que se cesará, el haz desaparecerá y el conductor quedará ya muy poco cargado. Estos experimentos hacen ver, primeramente, que la atmósfera eléctrica cuyo conductor está cargado, se esparce igualmente por toda su superficie, puesto que á cualquier sitio que se le aproxime el dedo ó cualquier otro cuerpo no eléctrico, la chispa parte al momento y ä la misma distancia En segundo lugar, que esta atmósfera, cualquiera extensión que tenga, se escapa por completo en un mismo instante, y se exparce gradualmente sobre todos los cuerpos no eléctricos que se comunican con el que se les ha presentado, hasta que se vuelve á los mismos cuerpos que la han suministrado al platillo y al conductor, suponiendo no obstante, que esta comunicación no fuese interrumpida por algunos cuerpos no eléctricos, porque sin eso los cuerpos que habrian sacado chispas estarían sobrecargados de fluido eléctrico y más aun del que ellos contienen naturalmente, y el conductor no quedaría entonces totalmente descargado. Y tercero, que este (1) Se supone que se ha cesado de hacer girar el platillo en el momento en que se saca la chispa.

K

teca de Ilusionismo Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 218 fluido eléctrico entrando con tanta facilidad por las puntas que se hallan colocadas en la atmósfera, se puede terminar en que el platillo, ó mas bien el cristal, tiene la propiedad de poder reunir constantemente en torno suyo una cantidad de fluido eléctrico suministrada por los cuerpos no eléctricos que le rodean, y que este mismo fluido le es arrebatado sucesivamente por las puntas que le presenta el conductor, de la misma manera que una punta presentada ä este mismo conductor se la quita ä su vez.

Atraer un cuerpo ligero nadando sobre el agua. PREPARACIÓN.

Una botella Ó un tubo electrizado tienen la virtud de atraer los cuerpos ligeros que se le presentan; téngase, pues, un frasco de cinco ó seis pulgadas de largo; guarnézcase el exterior hasta una pulgada de su abertura con estaño en hojas; ciérresele con un tapón de metal, el cual tenga ajustado en su centro un pedazo de alambre de latón que se sumerja en el agua cuando se llene el frasco hasta unas tres cuartas partes; métase el citado frasco en un tubo, de modo que su tapadera no toque el tapón; electrícese presentando el tapón al conductor de una máquina eléctrica. Si se echa en una palangana ó un plato lleno de agua un cuerpo ligero cualquiera que pueda sobrenadar, y acercáis á una corta distancia el tapón de este frasco, atraeréis este cuerpo y lo conduciréis por la superficie del agua con la misma facilidad que se atrae una aguja con un imán, lo que parecerá muy extraordinario a los que no sepan que este frasco que sacáis de vuestro bolsillo está electrizado. NOTA. Es necesario electrizar este frasco muy pocos momentos antes de usarlo, atendido á que no puede conservar mucho tiempo su virtud eléctrica, á causa de su poco volumen.

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DE LOS SALONES



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Lluvia luminosa. PREPARACIÓN.

Constrúyase una velonerita ó sustentáculo de cobre A B, ( fi g. 100), 6 simplemente de madera, pero que la chapa A esté cubierta de metal; esta chapa deberá tener de 12 ä 15 centímetros de diámetro y estar montada sobre una espiga que entra en el pie B, ä fin de poderla subir y bajar cómodamente á voluntad por medio del tornillo F; esta chapa se cubrirá con un tubo de cristal C, de 6 centímetros de altura (1), debiendo haber además (Fio. 100.) otra chapa de cobre D, cuyo diámetro sea más pequeño que el de la chapa B, de modo que pueda entrar libremente en el cubo C; bagase comunicar esta chapa con el conductor por medio de una cadenita, y esparciendo sobre la chapa A. una pulgarada 6 dos de limadura de cobre 6 de partecillas del cobre que se sirven para dorar, cortadas bien diminutas, se coloca este sustentáculo sobre la mesa y se electriza el conductor. Las partículas de metal que se habrán diseminado sobre la chapa inferior A al ser atraídas y electrizadas por la chapa B, son repelidas al instante sobre la A, en donde despojándose de su electricidad son atraídas y repelidas de nuevo; y como ä cada contacto todas estas partecillas sacan una chispa de la chapa D, parece que continuamente cae en el interior del tubo una lluvia luminosa, la que aparece en toda su brillantez cuando se ejecuta este entretenimiento en la oscuridad y en tiempo favorable á la electricidad (2). (1) Al efecto se puede hacer cortar la parte superior de un cubilete 6 de un bote de cristal. (2) Esta lluvia luminosa desaparece en el instante en que se cesa de electrizar al conductor.

llueca de Il usio nismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL. MAGO

Danza eléctrica.

PREPARACIÓN.

Se mandan hacer dos chapas 6 planchas A. y B, (fig. 101), de la misma forma que las descritas en la anterior recreación, observando solamente que éstas deben tener de 14 á 16 centímetros de diámetro. Se preparan algunas figuritas de 6 centímetros de altura pintadas al transparente por los dos lados de un papel suficientemente delgado, ä fin de que sean más ligeras, haciéndolas dibujar de manera que la parte superior de la cabeza lo mis(FIG. 101.) me que uno de sus pies formen una punta (véase fig. 102); se pone el pie C con su plancha B sobre la mesa, y se suspende al conductor la plancha A, de suerte que venga á quedar directa y paralelaniente más arriba sobre 9 centímetros de distancia de la plancha B, y en seguida se electriza el conductor. Siguiendo la explicación dada en la anterior recreación, estas figuritas serán continuamente atraídas y repelidas entre am(fia. 102.) has planchas durante todo el tiempo que se electrice el conductor, lo que formará una especie de danza eléctrica que será muy recreativa. Si se quisiera hacer bailar á dos figuritas juntas, sería necesario entonces que las planchas fuesen más grandes, y en vez de hacerlas redondas podría dárselas la figura de un óvalo bien prolongado, sin lo cual vendrían ä tocarse las figuras.

! i otee a de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES



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Repique elfSetrieo. PREPARACIÓN.

Ténganse tres timbres A B C, (fig. 103), de cerca

(Fío. 103.) de 7 centímetros de diámetro, y suspéndanse ä una regleta de cobre D, de 18 centímetros de longitud, observando que los K y C deben estarlo con una cadena y el B con un cordón de seda, debiendo además comunicarse con una cadena G ä la mesa, sobre la cual estará colocada la máquina elhtrica; suspéndase también con un cordón de seda en los dos intervalos que se hallan entre ambos timbres dos botoncitos ó glóbulos de cobre para servirles de badajo, y por medio del anillo II se hace comunicar el todo con el conductor. Cuando se haya electrizado este, lo serán también los dos timbres A. y C que están en comunicación con él, y atraerán por consiguiente los badajos; éstos, que están aislados sobre cordones de seda, se electrizarán yserän al momento repelidos hacia el timbre B que no está aislado, y sobre el cual, descargándose por consecuencia al instante de su juego, serán de nuevo atraídos por los timbres AyC y golpearán alternativamente estos y el B, lo que producirá un repique de campanas que durará todo el tiempo que se electrizará el conductor, y si esta diversión se hace en la os-

no ca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

curidad, se percibirá un rayo de luz que se dibujará continuamente entre estos timbres y sus badajos. Si la electricidad es fuerte, estos rayos de luz pasarán de un timbre á otro solamente con golpear los badajos, no pudiendo entonces adquirir su movimiento tanta viveza como el fluido.

Carrera

eldetrica de caballos. CONSTRUCCIÓN.

Sobre una chapa A, (fig. 104), sernejule á la que

(FIG. 104.)

se usa para las agujas de las brújulas, se ajustan cuatro bandas de latón puntiagudas y dobladas por Sus extremidades en sus direcciones contrarias, dándoles ä cada una de 6 ä 9 centímetros de longitud; estas bandas se cubren con un círculo de cartón ligero sobre el cual se ponen cuatro figuritas pintadas y recortadas sobre un cartón bien delgado representando dos caballos corriendo; se dispondrán de manera que, al dar vueltas el círculo, parezcan perseguirse mutuamente unas á otras. El indicado círculo se coloca, pues, sobre un eje que se aislará sobre el tubo de cristal B. sostenido por el pedestal C (fig. 105), haciendo comunicar el eje con el conductor de la máquina eléctrica por medio de una

'ioteea de Ilusionismo. Fundación Juan Mareh (Madrid.)



223 cadenita ó simplemente de un alambre que estorbe el movimiento. DE LOS

SkLONES

(FIG. 105.)

En el momento en que se electrizará el conductor, el circulo principiará á dar vueltas con una viveza proporcionada á la fuerza de la electricidad y ä la resistencia que verdaderamente opone el aire al paso del fluido eléctrico, que durante todo el tiempo de la electrización se escapará por las puntas de las bandas de latón, lo que formara una especie de carrera de caballos muy divertida.

Inflamar el espirita de vino con la chispa eléctrica.

Se tiene una cucharita de cobre A, (fig. 106), cuyo

(FIG. 106.)

mango puede entrar en un agujero hecho en el conductor; se vierte en ella buen espíritu de vino rectificado y se electriza en seguida el conductor. Si se sumerge brusca y perpendicularmente el dedo en esta cuchara hasta una corta distancia del licor y

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EL MAGO

en tiempo que sea favorable á la electricidad (1), la chispa que entonces se sacará del espíritu de vino le inflamarä al instante. Este efecto tendrá igualmente lugar si una persona aislada sobre el platillo y á quien se la electriza, tiene en la mano esta cuchara y otra persona no aislada saca la chispa; y sucede lo mismo cuando la persona no aislada tiene la cuchara y la que se electriza saca la chispa. OBSERVACIÓN.

Se puede inflamar el espíritu de vino con todos los cuerpos no eléctricos, de la misma manera que con el dedo, con tal de que se haga uso particularmente de los metales que son propios para sacar las más grandes chispas. Este experimento parece probar que el fuego elemental ó la luz tienen mucha relación con el fluido eléctrico. Surtidor de agua luminosa.

Se tiene un embudo de hojalata, (fig. 107), al cual se le ajusta un asa A, con el fin de poder suspenderlo al conductor, y que la abertura B por donde se cuela el agua sea de un diámetro muy pequeño con objeto de que no pueda caer mas que gota á gota, y se electriza el conductor. El agua, en vez de caer gota á gota formará un surtidor continuo que tomará la (Fw. 107.) figura de un cono, cuya punta estará á la extremidad del tubo de este embudo; y si la electricidad es grande, L ste surtidor, en la oscuridad parecerá enteramente luminoso. Si en lugar de caer el agua gota ä gota, forma un chorro continuo, recibiéndolo un vaso de cristal ó metal, con tal de que este último este aislado sobre un (1) Si la electricidad no fuese basta nte fuerte, ser menester calentar el espíritu de vino.

BBilioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)



225 DE LOS SALONES platillo de cristal ó de azufre, aproximando el dedo al surtidor se podrá sacar una chispa lo mismo que si se aproximase al conductor. Igualmente se podrá sacar la chispa del vaso de metal.

Sacar fuego de todas las partes del cuerpo de una persona. Se construye un taburete compuesto de una plancha A, (lig. 108), de unos 44 centímetros de longitud sobre 35 de latitud, sostenido por cuatro pilares ó pies de cristal macizo ,_,,,.:::, 2 \be B C D E, de 15á 18 centímetros de altura; estos pies deben entrar y pegarse 2 kinai, Z:4-el , con betún de almáciga en cuatro pies VC 7 de madera que deberán estar sólida(FIG. 108). mente ajustados bajo de dicha plancha. Sobre este taburete se hace subir ä una persona, de modo que ninguna parte de su cuerpo ni de sus vestidos pueda tocar de ninguna manera en el suelo e en los otros cuerpos que lo rodean ó puedan ser colocados cerca de ella, y que tenga en la mano una cadena de la que la otra extremidad se comunique con el conductor de la máquina eléctrica. Aislada de este modo la persona, y por si misma formando parte del conductor, presentara las mismas apariencias y podrán sacarse chispas muy vivas y penetrantes por todos los lados de su cuerpo aproximándole el dedo, una espada, una moneda O cualquiera otro cuerpo no eléctrico. Si la persona así aislada tiene en la mano puesta del revés un hacecillo de cabellos de cristal hilado á de tiras de latón extrernadainente delgado, atadas juntas por una de sus extremidades, todas estas tiritas se separaran y desparramaran en el momento en que sera electrizada, y se juntarán y volverán 5 caer al instante que otra persona no aislada aproximará el dedo, sucediendo lo contrario si una persona no aislada tiene 15

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL

mAGo

en la mano el indicado hacecillo y la que está aislada aproxitna el dedo. Si la persona aislada y bien electrizada está con la cabeza descubierta, los cabellos algo cortos y sin pomada, desde el momento en que otra persona polut ra su mano, 6 más bien una plancha de metal á siete u ocho pulgadas ms arriba de su cabeza, se verán al instante enderezar sus cabellos; y si esta experiencia se hace en la oscuridad parecerán también luminosos. OBSERVACIÓN.

Es necesario tener cuidado de no sacar chispas de los ojos ó de otras partes delicadas del rostro del que se electriza, ni dejarse tocar por ellos en ninguna de dichas partes; las picaduras que se sentirían de una 6 de otra parte serian muy sensibles y extremadamente dolorosas para formar un objeto de diversión, y no serian nada agradables para los que las sufrirían.

Hacer que una persona al querer abrir una puerta reciba la conmoción. Habiendo establecido una comunicación del piso

de una sala á otra, mojando ligeramente el espacio

que las separa, cargad una botella guarnecida, y para conservar su fuerza, colocadla sobre un soporte de azufre. En el momento en que una persona tocará la llave con objeto de abrir la puerta, si acercáis á la cerradura el tapón de la botella cargada, el fluido eléctrico pasando por la citada cerradura, no pudiendo recorrer otro camino para volver al exterior de la botella que á través de los brazos y piernas de esta persona para continuar su camino por el piso y volverse ä través de vuestras piernas y brazos á la citada botella, tanto vos como ellas sentiréis la conmoción, pero con tanta más sorpresa para la que abre la puerta cuanto que no esperaba tal sorpresa.

llorera de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES



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Arnika electrica. DESCRIPCIÓN.

Dispóngase una botella (fig. 109), guarnecida interior y exteriormente, en la cual se hará sumergir una banda de latón A (1), que por el otro lado deberá estar terminada por una bolita de cobre B; se toma otra banda de latón encorvada C y terminada igualmente por otra bola igual D uniéndola por fuera de la botella, de manera que se comunique con su guarnición exterior; quedando las dos bolas B y D frente á frente la una de la otra y á una distancia de 6 a 9 centímetros. (FIG. 109.) Se corta un pedacito de corcho quemado de la forma de una araña F y del grueso de un guisante; las patas se le hacen con alambre ó latón muy delgado: se le introduce un granito de plomo fin -de darle más peso, y se la suspende con un hilo de seda E, de manera que venga a quedar colocada a. igual distancia y en el centro de las dos bolas de meJai B y D. cargando luego la botella interiormente. Estando así colocada esta araña entre las dos bolas " de las que la B estará electrizada en más y la D en menos será alternativamente atraída y repelida, hasta que haya ido transportando poco a poco al exterior de la botella el fuego eléctrico acumulado en su interior; este movimiento le removerá las patas y la hará parecer una verdadera araña: lo que sorprenderá á los -que no conocen su construcción. OBSERVACIÓN.

Este divertimiento viene á confirmar la opinión de (1) Este latón se sujeta haciéndolo pasar â través de un circulito de madera que cubre esta botella, y que se g uarnece con pez.

ulióteca de Ilusionismo. Flutdación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

Mr. Franklin, tocante la experiencia de Leyde. Se le puede procurar colocando esta araña entre el gancho de una botella electrizada como de ordinario y el de otra cuyo interior esté electrizado negativamente (1).

Sacar ruego del agua contenida en un raso de cristal. Teniendo un vaso de cristal como el que aquí se ve A (fig. 110), se llena de agua hasta los dos tercios; se

(FIG. 110.)

toma otro vaso de metal B; en el cual se pondrá la cantidad necesaria de agua, de modo que colocando dentro de él el vaso A, el agua que ambos contienen se encuentra ä la misma altura (2) y se sumerge entonces en el agua del vaso A, la cadena del conductor. Cuando habiendo electrizado el conductor se haya cargado por este medio el interior del vaso A, si se sumerge en el vaso B el lado C del excitador C D, aproximando en seguida el otro lado D á superficie del agua contenida en el vaso A, éste se descargará produciendo una chispa bastante viva que saldrá de la misma agua; y si en lugar de sumergir el excitador en el agua del vaso B se mete el dedo, y con el dedo de la otra mano se saca la chispa, se recibirá entonces la conmoción. (1) Esta última debe estar aislada sobre un sustentáculo de cristal. (2) Es menester evitar que el vaso A se moje en la parte que se encuentra mas alta que el agua; esto establecería una comunicación entre las dos superficies.

)(otee de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES



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El cazador.

Se manda pintar una figura de madera ó de cartón, (fig. 111), de cinco ó seis pulgadas de altura,

A

\

'

(FIG.

111 )

representando un cazador, disponiéndola luego de manera que un alambre oculto se comunique desde SUS pies hasta la extremidad de su escopeta que debe tener en sus manos en actitud de hacer fuego, y colocándola sobre un piso de crktal guarnecido de metal A. 13 C D, se electriza la superficie superior del mismo haciendo comunicar con él la cadena del conductor. También es menester tener una pieza 6 animal de caza E, hecho también con metal, y ajustándolo á la punta de un alambre. Si así que se haya cargado el piso donde está puesta la figura, tocando ó comunicando uno con su guarnición inferior, tiene en la mano la pieza E y la aproxima al extremo del alambre F, el piso se descargara al punto y parecerá que la figura tira sobre el objeto que se la presenta. Si el piso es algo grande y se la ha cargado bien, el golpe se hará oir con mucha violencia, lo que causará una gran sorpresa (1) al que recibirá esta conmoción. (1) Se puede dar esta conmoción lo mismo que otras Muchas apersonas que no lo esperan, ocultando debajo de una alfombra pnesta debajo de la mesa un alambre que se com unique secretamente con el cristal del piso, o bien con cualquier punto de la mesa que esté cerca.

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

230



EL M1030

Ramillete laminoso.

Tened un cilindro ó aro de cristal de seis pulgadas de diámetro y cinco de ancho; guarnecedlo alrededor con una tira de estaiio de tres pulgadas de ancha, tanto por dentro como per fuera, de modo que á cada lado sólo quede una pulgada de cristal sin guarnecer; cerrad uno de los lados del cilindro con un circulo de cartón delgado y ennegrecido, en el centro del cual recortaréis una flor; cubrid este cartón con un papel muy delgado, sobre el cual pintareis esta misma flor en transparente; colocad este circulo verticalmente sobre un pie que no esté aislado. Si habiendo hecho comunicar por medio de un hilo de hierro el conductor de la máquina eléctrica ä la tira ó guarnición interior de este circulo, lo cargáis en seguida, colocáis uno de los lados del excitador sobre la tira exterior y tiráis la chispa eléctrica sobre el interior, esparcirá en el circulo una luz bastante viva para iluminar un momento el ramo que se ha pintado en transparente.

Cascada

oldetrica.

Se tiene un recipiente propio para ponerse sobre la platina de una máquina neumática (fig. 112), de cerca de 50 centímetros de altura y de 12 ä 15 centímetros de diámetro, excepto que debe estar abierto por la parte de arriba ä fin de poder introducir por de la persona y sobre la que pueda poner el pie ó la mano sin pensar. Si pone el pie sobre el alambre, la conmoción se har a sentir en las piernas, como en los brazos, y particularmente en el tobillo. No se necesita mas que una poca de invención para dar sorpresas con esta suerte de conmociones; mas debe evitarse el darlas demasiado fuertes á toda clase de personas indistintamente, lo que es fácil, puesto que se pueden cargar estos cristales tan poco como se quiere.

ioteca

de Ilusionismo. Fwelarien Juan March (Madrid)

231 DE LOS SALONRS allí un tubo de barómetro A B, que deberá llenarse de mercurio, y que la extremidad, inferior B de este tubo esté á & centímetros de distancia del fondo Li C de dicho recipiente. Únase y péguese bien con almáciga el tubo 6 gollete D, con el fin de que el aire no pueda introducirse allí al bombarlo con la máquina neumática. A lo largo de este tubo se le ajustarán cuatro 6 cinco círculos de corcho E F G III, agujereados al efecto en el centro y que sean de diferen.„„ tes diámetros, alejándolos unos de otros (FIG. 11z ) de II á 15 lineas. Si habiendo puesto este recipiente así dispuesto sobre la platina de la máquina neumática y sumergido en el tubo un alambre que por :a otra punta se comunique con el conductor de la máquina eléctrica, se hace el vacío electrizándolo en seguida, se verá una llama de color de violeta muy viva que recorrerá toda la longitud del tubo y multitud de llamas eléctricas más pequeñas y muy ligeras, que cayendo de línea en línea, imitarán muy agradablemente una cascada de fuego. Debiendo advertir que, si se toca con la una mano la platina en la máquina neumática y con la otra el alambre sumergido en el tubo, todas estas luces y chispas parecerán mucho más brillantes. Esta recreación debe ejecutarse en la oscuridad.

Electricidad de faltriquera.

Este aparato no es otra cosa que una botellita de Leyde. Se toma un tubo de cristal de tres centímetros de diámetro y de 20 ä 23 centímetros de longitud (figura 113), de la forma de una lámpara de esmaltador por el lado A; se llena de hojas de oro falso, guarneciéndolo de estaño por fuera hasta tres centímetros

"Lotera de Ilusionismo. Fundación Juan Marrh (Madrid)

232 EL MAGO de su abertura, introduciendo en ella un alambre de cobre con un botón B al extremo, que se pegará bien con almáciga á la abertura de este tubo; una n cinta de seda de 50 centímetros de longitud preparada con la goma elástica ó con el barniz de goma copal y además un pedacito de piel de liebre guarnecida de dos dedales. Tomando entre el dedo índice y el pulgar un pedazo de piel, y teniendo el tubo entre los dos dedos siguientes, de manera que el , botón del tubo y la parte que no esté gualFIG. 113. necida de estaño estén más arriba de los dedos, si se toma la cinta con la otra mano y se la hace pasar rápidamente levantándola repetidas veces de modo que vaya rozando sobre el botón B, el tubo se cargará lo mismo que si se le presentase el conductor de una máquina eléctrica y podrá muy bien dar la conmoción á cuantas personas formen la cadena. Este aparatito, que puede llamarse el juguete de la electricidad, tiene el aliciente de poder trno ponérselo en el bolsillo encerrado en un estuche.

Botella (le Leyde portatil.

Tened una botella pequerta de Leyde en la cual introduciréis un tubo de cristal abierto por ambos extremos y unido al cuello de la misma. Introducid en este tubo un hilo de hierro terminado con un botón gancho, al cual ataréis un hilo de seda; cargad esta botella y retirad el botón por medio del hilo de seda. La guarnición interior de esta botella no pudiendo comunicar con el exterior, estará cargada muchísimo tiempo, si éste es seco, Para servirse de ella se introducirá el gancho teniéndole suspendido con el hilo de seda; esta botella estará en estado de dar conmoción al cabo de dos horas.

Bil,lioieca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES



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Casa incendiada.

Se manda hacer una casita de hojalata cu y as ventanas estén vaciadas y el techo pueda quitärjele; por este techo se hará pasar un tubo de cristal en el cual se haya encerrado un alambre de cobre A con un botón en una de sus extremidades B, y un corchete la gancho con la otra C, (fig. 114). En el fondo de este pecina() edificio se ajusta otro alambre de cobre D, también con un botón E; este botón y el del tubo deben estar a. una media pulgada de distancia cuando el techo está colocado sobre la casita, poniendo entre los dos botones estopa salpicada ó regada Con pez. Comunicando esta casita con el exrior de una cubeta (1) y su gancho C con el conductor de una maquina eléctrica con la que se la carga, en el instante (Fn,. 114.) de la explosión la chispa que estallará entre ambos botones, E y B, prenderá fuego á la estopa y parecerá que se ha incendiado la casita. Si la varita de cobre A está de punta hacia C, no llegtra á encenderse la estopa.

Electró foro. Se da el nombre de electróforo ä un nuevo aparato eléctrico con el cual se ejecutan una parte de los experimentos que se hacen con una mäquina eléctrica ordinaria. Este aparato es sencillo; consiste en un pla(1) Especie de campana de cristal de cierta capacidad usada por los físicos y químicos. N. DEL T.

liecteca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 234 (fig. 115), cubierto de pez y resina. no circular à Para construirlo, se le hace preparar con madera de roble compuesto de muchas piezas juntas y encajadas; y con el fin de que se conserve mejor se le guarnece de un circulo de hierro ó de cobreque sobresale unas

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(Fm. 115.) tres 6 cuatro líneas, -vertiendo allí una composición de resina y pez de Borgoña; goma laca mezclada con la pez resina como se hace el lacre seria todavía más útil, pero esto es muy costoso cuando los planos son grandes. Es menester que la superficie de este plano sea perfectamente llana. Se hace además otro plano ó disco de madera B, menor que el electróforo, cuyos bordes están redondeados; se le cubre de estaño en hoja y se le atén tres cordones de seda ó un tubo de cristal C para tenerlo aislado; este disco debe ser también muy llano á fin de que estando colocado sóbre el electróforo le toque en todos sus puntos, atendiendo á que de esto depende principalmente la bondad de este aparato, pues cuanto más grande es mas fuerte es la chispa. Cuando se quiere obtener la electricidad, se sacude repetidas veces sobre el disco una piel de gato ó de liebre, para procurar el secarlo bien. Si después de haber sacudido esta piel sobre el plano se pone más arriba de el el disco B, teniéndolo suspendido por el tubo de cristal que le aislo, y después de haber tocado este disco con la punta del dedo, se le eleva y se le aproxima el dedo por segunda vez, despedirá una chispa proporcionada al Paradito del

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 235 electróforo. Para convencerse se puede poner sobre éste un disco una mitad más pequeño, y se reconocerá fácilmente que la chispa es mucho más débil. Si se pone por segunda vez este disco sobre el plano y se repite la experiencia, la chispa será siempre la misma; solamente después de haber sacado una gran cantidad de ellas, es cuando puede percibirse alguna disminución. Sucede algunas veces que este aparato, en tiempo seco, da todavía algunas chispas dos ó tres días después, sin que se le haya frotado de nuevo. En vez de frotar este plano, se le puede disponer haciendo comunicarse con él la cadena de una máquina eléctrica, lo mismo que si se quisiera cargar un cuadro mágico; mas entonces el plano se encuentra cargado en mas, así como en la precedente experiencia se encuentra cargado en menos. Podrá asegurarse por el procedimiento que sigue: Se coge un electrómetro compuesto de dos bolitas de saúco suspendidas á dos hilos de lino; se les presenta una botella cargada al conductor de la máquina eléctrica y al momento se separan; pero si por el contrario se les presenta otra botella cargada con el electróforo, entonces se aproximan más. Este aparato, que lo mismo que una maquina eléctrica ordinaria, se compone de un cuerpo eléctrico por sí mismo y de otro eléctrico por comunicación, produce en la apariencia efectos opuestos. En el aparato ordinario, dos puntas son suficientes para elevar la electricidad acumulada en el cristal: en este, dos puntas puestas debajo del disco no suministran nada al electróforo. En el aparato ordinario, si se toca al conductor se saca la chispa; en éste no se saca nunca: en el primero no se saca mas que una chispa si se cesa de electrizar; en éste se sacan muchas sin que sea necesario frotar de nuevo el plano. Tanta desigualdad proviene sin duda de que el plano de resina, estando electrizado en menos, eleva al disco una parte de la electricidad que le es propia, y que tocándolo se le suministra de nuevo; esto parece bastante verdadero, puesto que carga en menos

"oteca de Ilusionismo. Fundación Juan March Oladrie

EL MAGO 236 una botella de Leyde; y si el plano deja de volver ä tomar por el primer contacto toda la electricidad que ha perdido, es verdaderamente porque no puede tomarla de nuevo mas que en los sitios del plano que están perfectamente en contacto con el disco conductor, y porque poniendo por segunda vez el disco sobre el plano, no produce un nuevo efecto sino porque le toca en otros puntos; en su consecuencia, si el plano y el conductor están enteramente llanos, se sacarán muy pocas chispas, pera serán más fuertes. Todo esto, no siendo mas que aventuradas conjeturas, los nuevos descubrimientos no sirven, pues, mas gue para arrojarnos cada vez más en ei error acerca de los medios que la naturaleza emplea en sus operaciones.

Observaciones y máximas generales acerca de las precauciones que es necesario tomar para el buen 4:cito de las operaciones eMetricas. El tiempo seco, y particularmente cuando ha helado, es el mas favorable para todas las operaciones eléctricas, en las que hay necesidad de una grande abundancia de fluido; en su defecto, puede procurarse encendiendo un buen fuego en el aposento donde está colocada la maquina, haciendo calentar los cojinetes y la misma máquina; se le puede aumentar además con la amalgama de estaño y de mercurio, mezclado con tierra del viso 6 cinabrio. Esta amalgama produce con bastante frecuencia sobre el plato algunas manchitas negras, de una sustancia desigual, que con el tiempo se dilatan y amontonan en gran cantidad: es muy esencial, pues el quitarlas con cuidado á medida que van apareciendo, sin lo cual se perjudicarían los efectos de la electricidad. Algunas veces se forma una incrustación bastante 'espesa con esta amalgama, que se extiende á los co-

I ioteca

de Ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)

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jinetes; mas lejos de perjudicarles sirve para bonificados, pues si se le rasca un poco todavía aumenta la electricidad y dispensa por este medio el tener quo poner allí otra amalgama. Corno la materia eléctrica es suministrada al conductor por los cojinetes, parece necesario que se comuniquen ellos á su vez con cuerpos que sean buenos. conductores, y sobre todo con el piso cuando no está bastante seco, á fin de que puedan sacar del depósito común una porción mucho más grande de electricidad y devolverla al plano. Si es posible hacer comunicarse los cojinetes con la tierra por medio de un alambre, la electricidad será mucho mas fuerte. Los cojinetes deben ser oblongos y tener de diámetro el tercio mismo del plano; no hay necesidad de que aprieten muy fuertemente porque eso no serviría mas que para exponer al plano á romperse, sin obtener por ello mayor efecto; ademas los planos están sujetos á romperse cuando no giran bien redondamente. Cuando se carga una botella y su gancho ó botón hallándose alejada á una corta distancia del conductor no recibe más chispas, entonces está tan cargada como puede estarlo relativamente á su tamaño, y na puede adquirir una cantidad mayor. Con el fin de que no se pierda ninguna parte del fluido eléctrico que el plano suministra al conductor,. es muy esencial que la máquina no tenga en su construcción ninguna parte angulosa que pueda atraerla, y el conductor ninguna parte parecida que pueda dejarlo escapar. Es menester también alejar á dos ó tres. pies de la maquina todos los cuerpos que, siendo eléctricos por comunicación, presenten algunas partes; agudas y angulosas. Cuanto más grande es el plano de una máquina, mayor es también (como en todas las cosas) la cantidad de fuertes y prolongadas chispas que produce, siendo entonces su atmósfera más considerable: mientras que la conmoción producida por una máquina pequeña es siempre mucho más picante y mas sensi-

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ble que las que producen los planos que son de un diámetro muy grande. Suponiendo que se hayan cargado separadamente y tanto cerno es posible dos botellas guarnecidas de diferentes tamaños en la botella cuya superficie es más grande, la explosión serä más fuerte; mas si por el contrario se les cargase muy poco, la más pequeña de ellas podría producir entonces la explosión la más sensible. Cuando los jarros ó botellas estän guarnecidos demasiado alto y llegan ä cargarse de cierta abundancia de fluido eléctrico, están sujetas ä descargarse ellas por sí mismas. En cuanto ä las baterías eléctricas, no es menester emplearlas mas que en los tiempos favorables ä la electricidad; no siendo así podría suceder que no se cargasen de ninguna manera, sobre todo cuando se componen de un gran número de jarros pequeños, atendiendo ä que en los tiempos de humedad basta que una sola no esté bien enjuta para que todas ellas pierdan una buena parte de la electricidad que les es suministrada por el plano que, en idénticos tiempos, no recoge mucha por su parte. Cuando se descarga una botella no debe ponerse el excitador en el sitio más débil; esto podría hacer romper la botella si la explosión era fuerte. Si una botella está rajada no podrá cargarse jamás, y en una batería también es suficiente que haya una así para impedir que se carguen todas las demás. A falta de sustentáculo de cristal se puede emplear la madera tostada y secada en el horno; mas hay que escoger la calidad de las que puedan servir. En general las más duras son las menos eléctricas, aunque pueda uno procurarse de esta manera sustentáculos bastante buenos; como ellos pueden tomar humedad poco á poco y venir ä ser por consiguiente conductores, es menester, sin embargo, emplear el azufre, tanto como sea posible, el cristal 6 la seda; el azufre parece ser la sustancia más propia para aislar. • Cuando se carga una botella y principalmente una

oteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

239 DE LOS SALONES batería, es necesario lener gran cuidado de exponerse ä recibir la explosión por cualquiera inadvertencia, y sobre todo (durante la carga) no atreverse á tocar el conductor de la máquina ó lo que la hace comunicar con la batería, atendiendo ä que poma suceder que el fluido eléctrico volviese por este medio al exterior de los jarros que la componen, siguiendo una marcha que no se habría previsto y en la que se encontraría el que imprudentemente la habría tocado.

Linterna mágica. La linterna mágica es un instrumento de diöptrica inventado por el padre Kircher; tiene la propiedad de hacer aparecer del tamaño natural sobre una pared blanca las figuras pintadas en pequeño sobre unos pedazos de vidrio delgado con colores bien transparentes. En la linterna magica se alumbra fuertemente por deträs el vidrio pintado sobre el cual se encuentra la representación del objeto, y ä cierta distancia del vidrio se colocan por delante otros dos vidrios lenticulares que tienen la propiedad de separar los rayos que parten del objeto, volverlos divergentes, y por consiguiente de dar sobre la pared 6 sobre una tela blanca opuesta la representación de una imagen mucho más grande que el objeto. Ordinariamente se colocan estos dos vidrios en un tubo donde están movibles, con el fin de que puedan aproximarse äalejarlos uno de otro lo suficiente para hacer aparecer la imagen distinta sobre la pared. La linterna mägica se puede alumbrar lo mismo por el sol que por la luz: en el primer caso sus efectos son parecidos á los del microscopio solar; en el segundo hay dentro de la linterna un espejo esférico que refleja vivamente la luz y aclara los electos dibujados sobre el portaobjeto; su imagen, pasando ä través de los diferentes vidrios lenticulares, va ä dibujarse con limpieza sobre la pared 6 sobre un lienzo 6 cartón que

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teca de Ilüsionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 240 debe haberse dispuesto en la habitación. Algunos de los objetos tienen una especie de vida y movimiento. Y esta mecánica se ejecuta por medio de dos pedacitos de vidrio, de los que el uno, embutido en un trozo de plancha recortado, lleva una parte de la figura; y el otro, coiocado mas ano y que no esta encargado mas que de la parte movible, se pone en movimiento por medio de un cordón ó de una reglita que se escurre por una corredera ó ranura practicada en el espesor de la plancha; así es como se ve allí un molino de viento cuyas aspas dan vueltas, una mujer que hace una reverencia al pasar y un caballero que se quita el sombrero y se lo vuelve á poner. La teoría de la linterna mágica está fundada sobre una proposición bien sencilla; si se coloca un objeto un poco más allá del foco de un lenticular, la imagen del objeto se hallará al otro lado del mismo y el grandor de la imagen será sobre poco más ó menos como la distancia de la imagen lenticular es á la del objeto lenticular, es decir, que la relación de los tamaños está en razón a las distancias; por consiguiente, podrían hacerse linternas mágicas con un solo vid! io lenticular, no sirviendo la multiplicación de los vidrios mas que para aumentar el efecto. Este instrumento de óptica puede hacerse más divertido y al mismo tiempo más extraordinario, preparando las figuras de manera que se les faciliten los movimientos naturales que parecen animarlas, lo que se ejecuta por medio de dos vidrios sobre los cuales se pintan separadamente diferentes Partes de un mismo objeto haciendo pasar estos dos vidrios el uno delante del otro en la misma ranura. Por este medio, un hombre se quitará el sombrero y volverá ä ponérselo: una figura grotesca meneará las mandíbulas, y un herrero golpeará sobre un yunque; se verá rodar un molino de viento, una mujer que parecerá que hace reverencias y un danzante de maroma irá de una punta de la cuerda ä la otra. Para impedir que el roce gaste la pintura, se tendrá cuidado de interponer una tira de papel de con-

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DIS LOS SALO> Ed 241 sistencia, á fin de tener las superficies de ambos vidrios respectivamente alejadas una de otra.

LINTERNA MÁGICA SOBRE EL RUMO.

La luz de la linterna mágica, como asimismo el color de los objetos pintados sobre el vidrio, puede no solamente reflejarse sobre una tela, sino que también puede fijarse sobre el humo. Al efecto, es necesario tener una caja de madera ó de cartón de cerca de cuatro pies de alta y que tenga siete ú ocho pulgadas cuadradas en su base, debiendo ir disminuyendo de figura y de forma, de modo que hacia la parte elevada dé una abertura de seis pulgadas de longitud sobre media pulgada de latitud. En lo bajo de esta caja es menester colocar una puerta que cierre exactamente á fin de poner allí un escalfador ó braserillo de fuego sobre el cual se echará incienso, cuyo humo se extenderá corno un mantel saliendo por la abertura de este tubo. Sobre este mantel de humo se dirigirá la luz que sale de la linterna mágica, que se cuidará de hacer menos intensa alargando su tubo movible. Para este efecto, pueden servir las figuras ordinarias, y lo que parecerá más extraordinario es que el movimiento del humo no cambia nunca la forma de la figura y hasta parecerá que se la pueda coger con la mano. En esta recreación, el humo, no deteniendo todos los rayos de la luz, la representación es menos viva, y aun parecía poco si no se redujese la extensión de la luz á su foco más pequeño ä fin de darle más claridad. Por este mismo procedimiento puede hacerse aparecer un fantasma sobre un pedestal colocado encima de una mesa; pero la ilusión será mucho más viva si la causa no es conocida. Es menester, pues, tener una linterna mágica ordinaria de las más pequeñas que se venden; se la encierra en una caja bastante grande para contener un espejo inclinado movible, cuyo efecto es volver el cono de la luz que recibe de la linterna mágica cola BiUiotera de Ilusionismo. Fundacion Juan Mara Madrid)

EL MAGO 242 tocada enfrente mismo de él. El sitio de la caja que se halla en lo más alto de la chimenea de esta linterna debe estar vaciado por algunos agujeros para dejar escapar el humo de la lámpara; en este sitio se debe poner un escalfador de figura oblonga y de un tamaño bastante para poner en el algunos carboncitos. La abertura practicada encima de la caja para dejar pasar el objeto reflejado por el espejo debe ocultarse tanto como sea posible á los ojos de los espectadores. El vidrio que debe entrar en la ranura practicada en el tubo de la linterna mágica debe estar en movimiento verticalmente por medio de un cordoncito que, llevado por dos garruchas de retorno, saldrá por una de las esquinas de la caja, á fin de que se pueda fácilmente hacerlo bajar ó subir por su propio peso. Sobre este vidrio se pintará un espectro ó cualquiera otra figura más agradable que se juzgue á propósito, observando que debe estar dibujado en escorzo, atendiendo á que el mantel de humo ocasionado por el incienso que debe ponerse en el escalfador y que se eleva por encima de él no corta en el ángulo recto el cono de luz que produce la linterna y que desde entonces la figura del espectro debe parecer sobre este humo más prolongada de lo que es sobre el vidrio, lié aquí ahora el medio de ejecutar esta recreación. Después de haber encendido la lamparilla de la linterna mágica y dispuesto el espejo corno conviene, se pondrá sobre la mesa un pedestal bien firme, advirtiendo ä los concurrentes que no tengan que asustarse. Se colocará el escalfador del modo que hemos dicho, derramando un poco de incienso en polvo sobre las brasas; en seguida se levantará la trampa de que se ha hablado mas arriba y se bajará suavemente el cordón. Cuando se perciba que el humo está próximo ä cesar, se levantará el cordón para hacer. desaparecer la figura, volviendo á cerrar la trampa. Para ejecutar esta recreación es menester apagar todas las luces que baya en el aposento y colocar el pedestal sobre una mesa elevada con el fin de que la mirada de los con-

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DE LOS SA LONES 243 currentes no pueda ver la abertura que atraviesa el cono de la luz. Para más ilusión podrá hacerse grande la linterna mágica á fin de que el espectro aparezca en su tamaño natural. En esta misma construcción, empleando los vidrios sobre los cuales se hayan pintado diversos objetos agradables, se puede hacer aparecer, por ejemplo, una flor, una carta, etc., parecida á la que se había quemado, habiendo tirado luego las cenizas con el incienso al escalfador bajo pretexto de hacer renacer su imagen. Tal palinganesia ciertamente seria aún más curiosa á los ojos de los poco instruidos que todas las que hasta de ahora se nos han dado.

Los tres números mágicos.

A B C D, (fig. 116), es una cajita de madera de

(Fio. 116 ) nogal de 7 ä 8 pulgadas de longitud, 2 pulgadas y media de espesor y de 4 á 5 lineas de profundidad; su fondo está dividido en tres partes iguales por medio de tres travesaños. E F G II es su cubierta, sujeta á la misma por medio de visagras. Esta caja lleva por delante una planchita de la forma de una cerradura y dos ganchitos que sirven para cerrarla bien exactamente. 1 L M son tres resortes de 8 á 9 lineas de largo muy finitos y flexibles, los cuales están colocados cada uno dentro de una muesca ó entalladura de dos lineas de profundidad practicada en la superficie interior de la cubierta que debe tener cerca de

B

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244 EL. MAGO tres lineas de espesor. N O P son tres tablillas de madera del mismo tamaño, sobre las cuales se transcriben las cifras 3, y 5; dichas tablillas son todas de diferente espesor, aunque poco notable. La caja exteriormente está cubierta de piel 6 de tafilete y el interior guarnecido de tafetán, precaución absolutamente necesaria para ocultar con gran ventaja los tres indicados resortes. Las dos visa oTas E y F están dobladas por encima de la cubierta A713 C D (véase la fig. 117) que la representa por arriba.

(FIG. 117.)

La plancha de cobre G parece una cerraja hecha para cerrarla y la cual está también doblada. Un pedacito de alambre remachado sobre la extremidad de cada uno de los resortes ocultos en la cubierta, pasa ä través de la parte doblada de las visagras y cerraduras y por fuera parece ser la cabeza de uno de los clavitos que sirven para sujetarlas; estos clavos deben clavarse más ó menos según el grueso de cada una de las tablillas que pueden cerrarse dentro de los expresados compartimientos, en los que deben estar de manera que la tablilla N no levante menos que la O, y éstas menos que la P; estas elevaciones son poco marcadas, pero suficientes para poder distinguirlas á la vista y al tacto, en lo cual consiste todo el mecanismo de la caja. En cualquier orden en que se hayan colocado las tres tablillas dentro de la caja, siempre podrá esto. conocerse aunque esté cerrada; bastará examinar con atención las diferentes elevaciones de los clavitos y se podrán en consecuencia nombrar los números que allí se habrán encerrado.

3 ioteca

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DE LOS SALONES 245 Entregando, pues, la caja ä una persona, se le dejara la libertad de formar secretamente con las tres tablillas que la misma contiene, los números que juzgue á propósito, recomendándole la devuelva bien cerrada; entonces, tomando la caja, se tocaran ó más bien, se examinarán sin afectación alguna las elevaciones de los tres clavos, y reconociendo el número que ella ha formado, se dirá en seguida, lo cual parecerá ciertamente muy extraordinario; podrá si se quiere aparentarse servirse de un anteojo ordinario singularmente figurado, con el cual se dará ä entender que se percibe á través de la caja el número oculto. OBSERVACIÓN.

Si la persona volviendo las tablillas del revés las pusiera lo de arriba abajo ó bien suprimiese alguna creyendo por eso hacer quedar mal al que hace la recreación, se podrá conocer lo mismo, particularmente si se ha tenido cuidado al construir la caja de hacerla de manera que los clavos estén á flor de las visagras cuando no hay allí ninguna tablilla en los compartimientos más abajo de los cuales se encuentran ocultos los resortes. Caja que oe abre tí voluntad.

Hay en esta caja una muñeca cuyo armazón es un alambre plegado en espiral; por este medio la figura, aunque más alta que la caja, puede estar allí de pie cuando se la cierra, á causa de que su cuerpo se comprime según se necesita. La caja está apoyada sobre las básculas que comunican sus movimientos al pestillo de la cerradura. En el instante en que se desprende la armella, el resorte de que acabamos de hablar, no encontrando más resistencia que el peso de la tapadera, la obliga fácilmente á levantarse. (FIG. 118 )

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EL MAGO

Mecanismo de seguridad. Algunos mercaderes y habitantes de Londres, prevenidos contra los ladrones, que allí son numerosos,. hacen forrar sus puertas con hierro; y para impedirles que puedan entrar por las ventanas con una escalera de mano, hacen adaptar en ellas algunas campanillas Ó cordones que sujetan al badajo de una campana colocada al techo de la casa; mas los ladrones, quesaben que se toman contra ellos todas estas precauciones, practican algunas veces un agujero en la pared para entrar por este punto sin meter ruido ni hacer repicar las campanas; y para evitar esto, los vecinos colocan en diversos puntos de la casa escopetas y pistolas que por medio de cordones de retorno sale de ellas el tiro sobre los ladrones, cuando éstos intentan abrir los despachos y los armarios. (Fig. 119.)

(FIG.

119.)

Máquinas hidráulleas.—Propiedades del agua relativamente tí las recreaciones siguientes. El agua es un cuerpo fluido del que todas las partes están en una agitación continua (1) y cediendo sin una resistencia muy sensible ä los distintos esfuerzos que pueden hacerse para separarlos. (1) La mezcla del agua con el vino, que son de los cuerpos líquidos cuyo peso difiere muy poco, se verifica con tanta celeridad que no parece sino que en un solo instante se ha cambiado el agua en vino.

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Esta extrema fluidez del agua, procede de la materia del fuego que la penetra, y que ella contiene, la que viniendo ä remover y agitar los globulillos imperceptibles de que parece que se compone, los pone desde luego en estado de rodar en todos sentidos los unos sobre los otros, y por consecuencia de ceder á toda clase de impresiones: resultando además que todas las partes del agua siendo homogéneas y del mismo peso, se ponen siempre en equilibrio en la extensión donde se encuentran encerradas. Este equilibrio, ocasionado por la igualdad de las partes del agua tiene lugar necesariamente cuando dos ó más vasos se comunican por una cañería colocada más baja que el agua; resultando de aquí que el agua de un depósito elevado, descendiendo ä lo largo de un tubo abierto hacia bajo y curvado en disposición de arrojar el agua en una situación vertical, sale con rapidez y se eleva con corta diferencia cerca de la misma altura que el depósito (1), es decir, hasta que ésta se halla ä su vez en equihrio con el peso del aire. Si se sumerge en el agua un cuerpo cualquiera que en aquel volumen sea más ligero que el agua, tal como el corcho, ciertas maderas, etc., éstos sobrenadan en el agua; si es del mismo peso, permanece en equilibrio y enteramente sumergido; si es más pesado desciende al fondo del agua. Los cuerpos ligeros sobrenadan, porque el agua, que es más pesada, no puede bajar sin que ellos le hagan sitio, y que una fuerza menor según las leyes del movimiento debe ceder á otra mayor. El que es de igual peso queda suspendido en el. agua en el punto donde se le coloca sin bajar ni subir, atendiendo á que ni el uno ni el otro pueden ceder á causa de la igualdad de fuerzas opuestas. El más pesado desciende, porque pudiendo penetrar en el agua que es más ligera que él, él la levanta y se pone en su (1) La resistencia del aire es causa de que el agua no pueda en esta circunstancia elevarse precisamente a una altura igual ä la del depósito; ; la diferencia del grueso del tubo por donde baja puede también contribuir a ello,. como igualmente las gotas de agua que caen continuamente sobre las que se elevan.

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248 EL MAGO lugar; una fuerza superior en libertad de obrar antes por necesidad ha de llevarla sobre otra más débil. Un cuerpo sólido sumergido y suspendido en el r agua ó en cualquier otro licor, pesa menos relativamente al que lo sostiene; su peso en el aire, suponiéndolo de seis libras, no hace más que una fuerza de cuatro libras para sostenerlo en el agua, si un igual volumen de agua pesa dos libras, atendiendo á que el agua sostiene el valor de estas dos libras. El agua tiene además la propiedad de dilatarse extraordinariamente, pudiendo el calor dividirla en una infinidad de partículas muy pequeñas (1); el frío, por el contrario, la condensa hasta el punto de convertirla -en hielo: no es susceptible de ser comprimida, lo mismo que el aire, y no tiene por consecuencia ninguna elasticidad. Las propiedades del agua que aquí liemos apuntado, bastan para las inteligencia de las recreaciones que siguen: solamente añadiremos que el agua que sale de un tubo se eleva verticalmente si éste está perpendicular al horizonte y que describe una linea parabólica si el tubo está inclinado al mismo horizonte.

Construcción de diversas piezas hidráulicas que producen efectos agradables y variados. Por mucho que se haya perfeccionado hasta aquí el arte de embellecer los jardines con diferentes estanques, formando en su Mayor parte surtidores y cascadas que producen una variedad de las más agradables, la naturaleza, siendo en algún modo inagotable en las formas que puede dar á los cuerpos, es grande por consiguiente el número de los medios que deben producir nuevos efectos, aumentando por ello el goce que (1) El calor del sol eleva continuamente de la superficie de los mares y de los ríos una inmensa cantidad de partículas de agua, con las cuales se forman las nubes, que, volviendo luego a juntarse, ocasionan las lluvias y las tem pestades.

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recibimos de las aguas que podemos procurarnos; los que siguen, cuya descripción vamos á dar, pueden aplicarse con poco gasto á los que se poseen ya, puesto que no se trata mas que de unir uno de los tubos 6 piezas que á continuacion indicamos, á los ajustes de los surtidores que hay en los estanques 6 en los pilones de las fuentes; se pueden también ejecutar estas piezas -en pequeño para colocarlas en los salones y en las pajareras, donde igualmente producirían el mismo efecto, no siendo cuestión entonces mas que de tener un depósito pequeño de agua en un sitio algo más elevado.

Globo hidráulico.

Se manda hacer un globo hueco A, de cobre öde plomo, de un volumen proporcionado ä la cantidad de agua que sale de un surtidor sobre el cual se desea poner la pieza, á la que se la atravesará con una cantidad de agujeritos (1) que estén en la dirección de los rayos de dicho globo (fig. 120); añádasele un tubo B de la altura que se juzgue conveniente, advirtiendo que debe entrar enroscado en la extremidad del tubo 6 ajuste de donde parte el surtidor.

(Fío. 120.) El agua que saldrá de este surtidor se esparcirá por el interior del globo, y lanzándose por todos los (1) Si el surtidor ó ajuste sobre el cual se debe adaptar el globo tiene 3 centímetros en su abertura, es menester que la totalidad de los agujeros no pueda dar paso mas que tuna cantidad menor de agua, 6 todo lo mas igual.

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agujeritos que se le han hecho, seguirá su direccióft y producirá un globo muy agradable á la vista.

Bongo y Jarrón hidráulicos.

Se hace construir un cono hueco de plomo (1) (fi. gura 121) en el que el circulo que le sirve de base esté entreabierto en todo su contorno, debiendo ser esta abertura proporcionada al volumen del agua que va ä salir del surtidor sobre el cual debe colocarse esta pieza, á fin de que pueda esparcirse igualmente por todos los lados; sobre este cono se adapta el tubo que no solamente debe servir de sostén á la (FIG. 121.) base y á lo de encima del cono, sino que debe estar también atravesado por muchos agujeros en la parte que en él se encuentra el agua cerrada, con el objeto de que éstas puedan esparcirse allí libremente y en cantidad suficiente. Dicho tubo se hará. entrar por medio de una rosca en la extremidad de aquel sobre el cual se ha de colocar. El agua, penetrando con rapidez en el interior del cono, se lanzará por la abertura circular y formará una especie de cascada de la figura de un medio globo ó de un hongo. Esta pieza no necesita estar muy elevada por encima del estanque de donde sale el surtidor. OBSERVACIÓN.

Esta misma pieza estando construida de modo que se la pueda colocar en una situación contraria, producirá una especie de cascada de la figura de un jarrón. Sobre un mismo tubo (siempre que suministre bastante agua) se pueden poner diferentes piezas en una situación diversa y ajustar un poco más abajo el (1) Su eje debe tener el tercio del diámetro de su base.

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globo precedente; esta pieza hará un efecto muy bello por su variedad (1).

Sol hidráulico.

Háganse construir dos porciones de esferas huecas pero bien chatas (fig. 122), y aplicándolas la una contra la otra de manera que quede entre las dos una abertura circular muy estrecha, se ajusta á ellas un tubo que pueda comunicar el agua en su interior y sobre el que ambas porciones estén elevadas verticalmente; este tubo deberá entrar enroscado sobre la extre(Fm. 122.) midad de aquel por donde se lanza el surtidor del estanque en el cual se desea colocar esta pieza. Dispuesta ya de este modo formará un sol de agua, particularmente si se la construye de manera que esta pueda penetrar en ella abundantemente y salir con rapidez. OBSERVACIÓN.

Puédense disponer algunas piezas de esta última forma en una situación horizontal, atravesándolas en un mismo tubo y elevándolas unas sobre otras, advirtiendo que es esencial que las más bajas tengan un diámetro mucho más considerable que las que están más altas, las que sucesivamente deben ir disminuyendo de tatuarlo.

(1) Se las puede variar más aun haciendo la base del cono más grande relativamente a su altura.

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EL MAGO

$ol de agua volteador.

Se manda construir un circulo hueco A (fig. 123),

(Fia. 123.) que tenga cierto espesor hacia sus bordes, en los que se harán de doce ä quince agujeros inclinados, ó alrededor del cual se pondrán igual número de tubitos (1), y se le ajusta un tubo que pueda comunicar el agua en su interior y sobre el que dicho circulo pueda dar vueltas libremente. Cuando el agua se dirija con rapidez hacia los agujeros practicados en el circulo ó ä los tubitos ajustados al mismo, el esfuerzo que hace para escaparse, hará dar vueltas al circulo y producirá un efecto distinto del que antes hemos descrito. Inútil parece entrar en más extensos detalles sobre el orden y coordinación que pueden darse, no solamente ä las diferentes piezas de que hemos hablado, sino á las que fácilmente se pueden componer sobre estos principios; se concibe sin trabajo que por la semejanza de todos estos surtidores pueden formarse diversas piezas y pirámides de agua, variándolas de mil maneras distintas.

(1) De esta manera sera más ligero y dará vueltas con mayor facilidad; esta pieza debe bacàrse toda de cobre.

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SUPLEMENTO. (1) LA

SIMPLE MAGIA BLANCALA DANZA EN UN VASO.

(La moneda danzante.)

«¡Pues bien, baila ahora!» No sabemos si la cigarra siguió el consejo de egoísta que en otro tiempo le dió la hormiga; mas, podernos afirmar que si se hubiera dirigido ä un napoleón, este, al momento lo hubiera puesto en práctica. ¡No me creen ustedes? Suplico, pues, que me prestes una moneda de veinte reales... Perfectamente. La dejo caer sobre la mesa ä fin de que todo el mundo vea bien que es maciza, es decir, que tiene peso. Y como le falta un salón de baile.., tomaremos este vaso. En este salón de cristal permanecerá visible á todos los ojos. Vedla ya dentro... Sigo el compás de la música con mi varita .. La moneda comienza ä dar salinos, y al mismo tiempo que la orquesta va creciendo, véanla ustedes dar saltos, caer y empezar de nuevo como otra Taglioni. Para obtener este resultado, en la apariencia tan maravilloso, me ha bastado al dejar caer la moneda sobre la mesa tomar otra ä la que por medio de un poco de cera blanda había adherido la extremidad de un hilo invisible para los espectadores ä muy corta distancia. (1) En este suplemento reproducimos por completo la obra de Mn. DELION, la cual ha obtenido un éxito igual á la reputa ción de tan ilustre prestidigitador. Recordamos aquí que las viñetas han sido dibujadas bajo su misma dirección.

jeliateca de Ilusionismo. ,Fundac ion Juan March (Madrid)

254 EL MAGO La otra extremidad del hilo estaba atada ä mi varita, por lo que ustedes comprenderán sin otros comentarios, que, cuando me he puesto ä seguir el compás de la música, "la moneda ha comenzado inmediatamente ä

(Fin. 124.) dar el baile prometido. Esta última extremidad del hilo, como ustedes comprenden, puede manejarla un compadre, estar sujeta ä un botón de chaleco, etc., etc.,

La moneda invisible.

¿La plata es un cuerpo visible ó invisible?—«¡Singuiar pregunta! responderán ustedes; si la plata es un cuerpo visible.» Sin embargo, muchos pobres diablos afirman lo contrario. Tal vez tengan razón de sobra; vamos ä probarlo. Háganme ustedes el obsequio de prestarme una peseta, haciéndole una marca para reconocerla luego.... i Perfectamente! Aquí tengo un pañuelo que me servirá para hacer la prueba que he ofrecido. Como ustedes ven, coloco en medio de este pañuelo la peseta, sobre la cual acaban de hacer una cruz pequeña. Doblo el pañuelo con el objeto solamente de envolver la moneda, pero que siempre les es ä ustedes fácil de reconocer la forma. Hagámoslo mejor: caballero, tenga usted mismo el pañuelo; de aquí... de encima de la muñequita que forma la moneda. Así puede V. tocarla y asegurarse de que aun está, en su sitio. Ahora tomo yo el pañuelo por el extremo opuesto, lo tiro hacia mi desplegándolo en toda su extensión; después lo vuelvo del lado inverso, lo sacudo, y lo tiro en

13Mo-teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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255 DE LOS BALONES el aire A fin de convencerles de que la peseta no está ya en el. El hecho es evidente, mas ¿la han visto ustedes marchar? ¡de ninguna manera! Entonces, pues, la plata puede algunas veces venir ä ser un cuerpo Esto, caro lector, lo podrás demostrar de la manera precedente si tienes un pañuelo en una de cuyas puntas se haya cosido una peseta. Colocas visiblemente la moneda prestada en medio de dicho pañuelo; luego, al plegarlo, en vez de esta moneda que retendrás entre el dedo del medio y el indice y dentro de la mano, formas la muñequita con la peseta que se halla cosida al pañuelo en una especie de dobladillo 6 repulgo, de modo que la moneda no pueda verse ni caer. Al tirar bruscamente el pañuelo de la mano que lo tiene, la ilusión es completa. En cuanto á la moneda marcada que te ha sido fácil depositarla sobre la mesa ó metértela en el bolsillo, puedes hacerla reaparecer en un vaso ó una caja, etc., lo cual da más realce al juego que acabas de ejecutar.

El polluelo

mágico.

No hay una reunión en donde no se encuentre un caballero que tenga la pretensión de descubrir el secreto de los juegos que ejecuta el prestidigitador. Yo, ß in cesar, me encontré siempre en ellas ä un personaje tan parecido por su inocencia y su aire de hombre entendido y pagado de sí, que al fin llegué ä imaginar que era siempre la misma persona, y como lejos de embarazarme, su inocencia y pretensión me servía aún mejor que la complacencia de un compadre, acabé por designármele con el nombre del Sr. Bombón. Pues el tal Bombón, cierto día afirmó en voz alta, muy hueco y dándose importancia, que para ejecutar el juego de la moneda invisible yo me entendía con un espectador, quien en vez de una peseta me daba una oblea blanca, la que nie era fácil de tragar; entonces, por medio de el pañuelo mágico, ejecute otra prueba

lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

256

EL MAGO

de lo que yo me había comprometido en demostrar anteriormente. Tome otro pañuelo y rogué al Sr. Bombón pusiese por sí mismo un duro en medio de él; después fui colocando las puntas unas tras otras sobre la moneda, de modo que no quedase oculta mas que por el último ángulo de la tela. El Sr. Bombón todavía pudo tocar y sentir perfectamente en el dedo las cinco pesetas. Entonces, cogiendo el pañuelo por uno de los lados, lo desplegué, lo agité y lo volví del revés, así como antes la moneda había invisiblemente desaparecido. El buen Sr. Bombón se había tomado tanta pena en abrir inútilmente sus grandes ojos, que quiero ahora ayudarle ä adivinar ini secreto. Puesto el pañuelo extendido en cuadro delante del prestidigitador, éste comienza por colocar sobre la moneda la punta más cercana de la derecha ó de la iz-

(Fío. 125.) quierda; en dicha punta ha tenia° el cuidado de poner

una bolita de cera blanda, la que por medio de una presión imperceptible del pulgar hace adherir la moneda á este ángulo del pañuelo; luego reune al acaso las otras puntas sobre la misma. Esto hecho, uno de los ángulos del pañuelo viene ä quedar con la punta dirigida hacia el mago, el cual las toma con las dos manos juntas, y si las separa vivamente haciéndolas deslizar ä lo largo de la tela, tendrá casi al mismo tiempo en cada una de ellas una de las puntas del pañuelo con la moneda, sea á la derecha ó sea á la izquierda. En esta posición podrá sacudir y volver de/ otro lado el pañuelo mágico, con gran asombro hasta

liotec a de Ilusionismo Suridachin JUall March (Madrid)

257

DE LOS SALONES

de un Sr. Bombón, quien se hallara muy ofuscado para decir ä dónde se han pasado las cinco pesetas.

MEDIO DIVERTIDO DE EMPLEAR EL TIEMPO ESTANDO DE

SOBREMESA.

El cuchillo dentro de la botella.

En la mesa hay un momento en que el apetito satisfecho no resta mäs que la parte de la golosina. Antes, pues, de acometer ä lo mas exquisito del final de la comida, se tiene generalmente el cuidado de volver ä tomar aliento, esto es, (los gastrónomos lo saben bien) lo que se llama estar de sobremesa. Este tiempo de detención parece algunas veces largo, sea porque la conversación general está poco animada ó bien porque los coloquios de vecino ä vecina no se sostienen mas que con enojosas trivialidades, y no se sabe ya qué hacer en la mesa. En semejante circunstancia se pide ó se toma una botella de agua y se pone frente ä nosotros sobre el borde de la mesa; después entre la mesa y la botella se introduce la punta roma de la hoja de un cuchillo de postre, lo suficiente únicamente para que pueda quedar sostenido horizontalmente fuera de la mesa.

(Fm. 126.) Entonces todas las miradas se dirigen hacia noscomo otros tantos puntos de interrogación. Nues-

otros

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EL MAGO

tros sencillos preparativos han dado vida al interés de los convidados, y ya se espera el último servicio de la mesa sin medir la duración del tiempo. Contestando á las preguntas que se nos podrán dirigir, diremos que en una ó en varias veces, según la llbilidad que habremos adquirido, con un dedo vamos á hacer pasar el cuchillo dentro de la botella. Estando uno y otra colocados como hemos dicho, de un golpe dado con el índice debajo de la punta del mango del cuchillo, se le hace dar á este una media vuelta de bajo á arriba en dirección á la boca de la botellla. Lanzando así el cuchillo con la habilidad que nos darán algunos ensayos, irá á caer perpendicularmente por el mango dentro de la botella.

Lä. GALLINA _. CIEGA EN EL DOMINÓ.

El dominó del revés.

—allega Y. al dominó, Sr.Bombón? —Ya ve Y. que no, caballero, puesto que estoy mirando cómo ejecuta sus juegos. —V. no me ha comprendido: yo preguntaba si conoce V. el juego del dominó. —He tenido la ventaja de haber jugado una partida completa con Munito, ya sabe V., aquel célebre perro. —¡,Quiere V., pues, concederme el mismo honor? —Con igual placer, caballero. —Mil gracias, Sr. Bombón. Mezcle V. bien el juego, lo suplico. —Manos á la obra. —Tiene V. sus siete fichas... Ea, V la pone. —Yo no sé cómo es esto, pero siempre soy yo quien pone... Doble cinco... —Caro amigo, no se moleste Y. en nombrar los puntos que juega. Permítame además que le haga observar que pone V. las fichas según el método antiguo. Tenga, pues, la bondad de ponerlas sencilla-

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DE LOS SALONES

259

mente lo blanco debajo y lo negro encima... Yo haré lo mismo. —Señor prestidigitador: V. es más Munito que el can de quien acabo de hablar ahora mismo; ¿cómo quiere Y 9 Es imposible hacer un ciento á la gallina ciega. Querido lector, probémosle lo contrario al digno señor Bombón. Continuemos ambos, si me lo permites, la partida que acaba de abandonar. Tú te sientas enfrente de mi. Yo pongo uno de mis pies j junto ä otro de los tuyos, y tú por tu parte haces otro tanto. Estas disposiciones, muy fácilmente tomadas sin que nadie tenga lugar de sospechar nada, permiten que por las presiones de nuestros pies nos indiquemos uno ä otro el punto que colocamos jugando la ficha del revés como ya sabemos, y para que sea su lenguaje enteramente inteligible, uno y otro pie quedan inmóviles cuando ponemos blanco. Concluida la partida, volvemos todas las fichas del juego para mostrar que los números se ligan con la mayor exactitud, y todos los asistentes, excepto el Sr. Bombón que afecta adivinarlo, nos piden les descubramos un secreto que nosotros liaremos bien de guardar el más largo tiempo posible.

La moneda que se funde.

Ver fundir la plata entre sus manos es desgraciadamente lo más antiguo y más ordinario que hay; pero no existen manos, ni aun las de un pródigo 45 de un jugador, que realicen ese fenómeno tan rápidamente como el pañuelo mágico, de quien vamos ä servirnos otra vez. Uno de los concurrentes ha colocado una moneda de cinco francos en medio de nuestro pañuelo, y á fin de probar que quedará en él bien encerrada, lo tomamos por las cuatro puntas, dándole así la apariencia de una bolsa larga. En seguida con una mano lo

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260

EL MAGO

levantamos por la punta inferior: de esta manera el pañuelo forma entonces una especie de muñeca, en la que el napoleón, mejor aprisionado que nunca, representará la cabeza, teniendo por ropa los puntas de) pañuelo flotantes por debajo de nuestra mano.

(Fío. 127.) Ahora. ¿quién podría negar el poder de la magia blanca si en un segundollegase á fundir bastante la moneda para que pueda pasar á través de las mallas imperceptibles de la tela que la encierra? Nosotros vamos ä dar á los más incrédulos ese ejemplo de un poder casi sin límites... —Señora, V. parece que quiere que la moneda esté envuelta más apretadamente aun de lo que está. Yo nie consideraré muy dichoso de poder dar á Y. toda la satisfacción posible... posible... eso no es bastante. Con efecto, por el talento ó por la belleza todas ustedes son magas, señoras mías; y si la magia blanca no hiciera en su obsequio algo imposible, juzgarían con razón que su varita es menos poderosa que la punta del abanico de ustedes, que ha borrado por completa de nuestra lengua la mezquina y fea palabra imposible... lié aquí, pues, la moneda verdaderamente escondida bajo los pliegues del pañuelo mágico. Señora, ¿quiere V. mandarle que haga su deber? 6 mejor aun: suplico ä V. que lo tome por la parte misma por donde yo lo tenía. ¿Siente V. bien la moneda... está todavía en su prisión de seda, no es verdad...? —Si, señor!--¡Ah, señora! V. ha contestado demasiado tarde; el napoleón se había ya fundido y atravesado el pañuelo, porque mírelo V. aquí refundido de nuevo que sale de entre los pliegues donde

' , li gera de Ilusionismo. Fundación Juan

March (Madrid)

21 usted nie lo había hecho colocar tan bien envuelto... 'Calle! y lleva la marca hecha por el Sr. Bombón en la moneda que nos ha servido en uno de los juegos precedentes... Sr. Bombón, para darle las gracias ä la señora por haber devuelto á V. su moneda, tenga V. la bondad de decirle de dónde ha salido. El lector á quien nosotros hemos comenzado á iniciar en nuestros secretos, quizás se encuentra dudoso. Pues bien, ha salido de nuestro bolsillo, de donde charlando charlando nos la hemos sacado diestramente para envolverla exteriormente en el lugar y sitio de la encerrada del pañuelo. Cuando suplicábamos que se tuviera ésta, hemos deslizado nuestra mano con la primera moneda por debajo de la que iba ä reemplazarla y descendiendo hasta la punta inferior del pañuelo, naturalmente abierto como un vestido, sin que se apercibieran, hemos retirado la DE LOS SALONES

moneda fundente.

¿QUIEREN USTEDES GANAR UNA APUESTA HACIENDO REIR AL QUE LA PIERDA? La moneda de dos duros dentro de una copa.

1

Yo,—dice el Sr. Bomhón,—no hago una sola prueba sin que todos los concurrentes no se echen ä reir. Ultimamente he ejecutado la del cuchillo dentro de la botella. Del primer golpe he hecho pedazos la botella, lo que ha producido una gran hilaridad en todos; pero la segunda vez he sido más afortunado: no he roto mas que el cuchillo... y se han puesto á reir aún más fuerte. Sr. Bombón, si yo no temiese abusar de su complacencia, me atrevería á suplicarle nos diera una nueva prueba de su habilidad. —No, no abusa V. caballero: ¿de qué se trata? —Yo coloco,—como V. ve,— esta moneda de dos duros dentro de esta copa de licor que hay aquí.

'otea de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 262 ¡Quiere V. apostar á que hará salir de la copa la moneda sin tocar la una ni la otra. —En punto á juegos, yo apostaría millones.... Caballeros, ¿quién quiere apostar dos cuartos conmigo á que hago la prueba de la moneda de dos duros y la copa? —Queda admitida la apuesta. —Entonces, comienzo... ¡Ah! ¡Diantre¡ upé va Y. á hacer? ---¡,Eh? Voy á dar un puntapié á la mesa; eso hará caer la copa, se romperá y saldrá la moneda. —¡Pero Sr. Bombón, no hay necesidad de romperlo todo! Las botellas, los cuchillos, las copas...! ¡Peste! Usted está por los grandes remedios! —No señor, yo soy vendedor de cristales. —Muchos años; pero permítame que empleemos un medio menos expedito que el de V. Encima de la moneda coloco sencillamente otra de cinco pesetas. —Ahora tenga V. la bondad de soplar fuerte dentro de la copa Sr. Bombón.

(Fió. 128.) —Allá voy... ¡Oh, oh! La moneda acaba de saltarme a. la nariz; efectivamente, mírela V. aquí sobre la mesa sin que yo haya tocado ni la copa ni el oro...... ¿Y si en vez de esta moneda se hubiera puesto una media peseta? —Hubiera sido enteramente igual.

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e Ilusionismo. Fundación Juan March (Alubia)

DE LOS SALONES

263

Dominó visto y contado a trava de todos los obstáculos.

Durante mucho tiempo, como ustedes saben, se ha creído que los ojos de un lince eran bastante perspicaces para que su mirada atravesase hasta las mismas paredes. Ahora los naturalistas niegan el hecho. ¿Por qué? Tal vez porque antes lo afirmaban ellos mismos. Pero de lo que ningún sabio ha hablado ni aun en la más remota antigüedad, es de que á un sér humano le hasta tener los párpados frotados con la cola de un lince para adquirir durante algunos instantes la maravillosa facultad de ver ä través de los cuerpos más opacos. Como yo no sé si ustedes me creerán por mi sola palabra y un americano me ha regalado la cola de un lince cazado por él en el Nuevo Mundo, voy inmediatamente a poner en práctica la exactitud del fenótneno sobrenatural que acabo de tener el honor de darles á conocer. Para ello nie serviré del juego de dominó que tenemos aquí á mano. Pongo en linea todas las fichas unas al lado de otras, dejándolas el marfil hacia bajo y no formando mas que una larga banda negra. Ahora voy ä retirarme á una pieza inmediata con los ojos vendados tan herméticamente como ustedes lo deseen. En mi ausencia, del lado que ahora estd ét mi derecha podrán retirar el número de fichas que se les antoje, trasladándolas ä la extremidad opuesta, y salvo este cambio, restablecer la línea tal como ahora está. A mi vuelta, sin quitarme la venda, les diré exactamente el número de fichas transportadas de la una punta ä la otra, porque lo habré visto á través de la pared y del pañuelo que cubrirá mis ojos; haré más: del centro de las fichas, cuyo orden habrán ustedes cambiado á su gusto, sacaré una que por la adición de los puntos les dará justa la de las fichas transportadas de derecha á izquierda. Yo no he tomado este empeño una sola vez que na

264

EL MAGO

lo haya conseguido, y cualquiera de ustedes puede fácilmente hacer y cumplir la misma promesa. Mas, como quizás les fuera dificil procurarse una cola de lince, les obligo sencillamente á que, después de operado el cambio más arriba indicado, cuenten con las manos, si tiene los ojos vendados, las fichas de izquierda á derecha hasta la décima tercia. Los puntos de ésta representaran infaliblemente el total de las fichas desordenadas. Pero al formarlas en hilera sin que puedan notarlo comenzando por la izquierda, es menester haber arreglado las trece primeras fichas de modo que los puntos de la primera formen la cifra 12, la segunda la 11, la tercera la 10, la cuarta la 9, y así sucesivamente, descendiendo regularmente la escala de los números hasta la doble blanca 13 y última; las otras fichas se colocan á continuación y como se presenten. Para este juego así como para otros muchos parecidos, se emplearan todas las mañas que conduzcan á desorientar á los descubridores de secretos. El vaso de Burdeos cambiado en lluvia de hojas de rosas. Por sencillo que sea el presente juego, lo indicamos aquí de paso, porque nunca deja de producir un efecto muy agradable. Un criado, ó bien nuestro sirviente, entra con una bandeja en algunos vasos ó copas, que al llegar, tomando una botella de Burdeos, las llena todas bien ostensiblemente, y suplicamos it los asistentes que nos hagan el obsequio de probarlo, tomando nosotros mismos una los primeros. Después, con un gesto ó con una exclamación, llamamos la atención hacia nosotros, y como si cediseinos á un movimiento irreflexionado, arrojarnos el contenido de la copa sobre los espectadores. Las señoras lanzan un grito de temor por sus lindos vestidos y los hombres dan muestras de disgusto por semejante inconveniencia. Pero todos los sustos y ¿as señales de cólera se extinguen entre una carcajada

, lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 265 general, cuando los concurrentes, en lugar de sentirse rociados con algunas gotas de Burdeos, ven caer sobre ellos una lluvia de hojas de rosas.

4‘,

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ce, c:QWPfz, (Fin. 129.) Con efecto, habíamos hecho poner en la bandeja una copa ó vaso doble en cuyas paredes se había introducido un poco de vino por una estrecha abertura que en seguida se volvió á tapar. En el centro de este vaso, que como los demás parcela estar lleno de Burdeos, se encontraba la nube de flores cuyas hojas perfumadas hemos derramado sobre los espectadores.

SECRETO PARA DIVERTIR Ä MUCHA GENTE CON UN CUCURUCHO DE PAPEL.

El mojón

6 quilla.

—fon un cucurucho de papel...! ¡Ah! si, ya sé: dijo desgraciadamente el Sr. Bombón con su seguridad habitual.—Algunos he atrapado yo con ese juego. —Sr. Bombón: permítame V. que le haga observar que la palabra atrapar no es nada parlamentaria; la magia blanca no sirve para engañar sino para divertir. —IPues bien! yo les he atrapado sin divertirles y me han hecho un caldo muy excelente. —Pero ¿de qué nos habla V.? —goma! les hablo de los cuervos que he atrapado con un cucurucho de papel barnizado con liga.

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de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL 11A0 o

Felizmente acaban de llamar al Sr. Bombón y se sale fuera. En su auseneia, que Dios haga que sea larga, veamos, sin que baya de ser precisamente una bandada de cuervos, qué partido podemos sacar de un simple cucurucho de papel parecido al que acabo de hacer. Se saca del bolsillo un mojón ó guardarruedas pequefío de la forma del que aqui se ve, de unos O centí.netros de altura y con una base de 3 centímetros poco

(FIG. 130.)

más ó menos de diámetro. Después de haber probado el cucurucho sobre el pilón para asegurarnos de que lo cubre completamente de arriba abajo, nos encontramos en disposición de hacerlo pasar ft través de la mesa tantas veces como deseemos. Expliquémonos: dicho pilón se compone de dos partes: una hueca y otra maciza, ambas enteramente parecidas de forma y de color y encajándose perfectamente la segunda dentro de la primera. Después de haber puesto el cucurucho sobre el pilón como para probar si lo cubre bien, se levanta aquél apretando un poco los dedos, lo cual es suficiente para que la parte hueca, ó digamos la funda, quede en el interior del papel. Entonces tornamos la parte maciza, es decir, el pedrusco que ha quedado descubierto y lo pasamos debajo la mesa, anunciando que va á hacérsela atravesar. Se guarda sobre las rodillas ó se deja en la silla: luego, cuando se quiera demostrar que el juego esta ya hecho, se levanta el cucurucho por la punta y la funda se queda derecha sobre la mesa, produciendo

:ioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE DOS SALONES

26'7

una ilusión completa. En seguida se vuelve ä cubrir la funda y se finge hacerle volver á pasar la mesa en sentido inversocogiendo el pilón que se toma otra vez de donde se le había dejado. Para ponerlo ä vista de todos se levanta el cucurucho como la vez primera, reteniendo la funda en el interior.

Pila

ó

mojón, juego mucho Miife recreativo que el tic la quilla.

El juego de pila no es una distracción de salón; he aquí, pues, una recreación que puede reemplazarle con mucho mejor éxito. Lo damos A conocer aprovechando la ocasión de tener ahora en la mano el pilón y el cucurucho ya hechos. Se hace una pila de napoleones casi un tercio menos elevada que el mojón. Después se comienza por poner el cucurucho sobre este, con pretexto de ver si le cubre bien, mas, en realidad, para tornar la funda de él. Ahora tenemos el pedrusco en una mano, que pasamos debajo de la mesa; cubrimos las monedas con el cucurucho y apostamos resueltamente A que, siguiendo la petición de pila ó mojón dirigida por los

(FIG. 1 31.) espectadores, éste irá ä tomar el puesto de aquélla, y aquélla lt reemplazar A éste, hasta que se cansen de perder. Es decir, que si piden mojón, se levanta el cucurucho por la punta, dejando la funda que oculta

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MAGO y contiene los napoleones; si dicen pila, se levanta la funda con el cucurucho y quedan al aire las monedas. Así ganamos siempre nosotros. 268

EL

""f

EXCUSA MARAVILLOSA QUE PUEDE DARSE Ä UNA TORPEZA.

Las bolitas pasando por bajo de un plato.

En uno de esos bonitos platos de porcelana transparente con dibujos, dorados é ilustrados, se nos ha ofrecido crema helada 6 helado de anana, es material; pero que, estando demasiado obsequioso con una vecina de mesa, por un movimiento desgraciado echarnos el contenido del plato: al instante se nos figura oir murmurar por todos lados la palabra torpe. Casi siempre se encuentra un convidado malicioso 6 tonto que, dándose tono y así como quien os clava un alfiler en el corazón, pregunta:—¡,Cómo le ha sucedido ä usted eso?--¡Qué respuesta encontrar en aquella circunstancia para satisfacer el amor propio? Si se quiere aceptar un consejo nuestro recomendaremos que debe replicarse entonces resueltamente que si nuestro helado de anana ó la crema helada se encuentra derramada por el mantel, es ä causa de que el plato es tan sumamente delgado que su contenido ha pasado ä través de la porcelana. Es muy probable que acogerá nuestra respuesta una risa de incredulidad, pero seguramente tendremos la aprobación de la mayoría proponiendo el probar lo que hemos dicho, para lo cual haremos lo siguiente: Pondremos delante de nosotros cuatro bolitas (6 cuatro migas de pan del grueso de las bolitas, poco más 6 menos); ä derecha é izquierda se pondrá un plato vuelto y se anunciará que es posible hacer pasar ä través de uno y otro las bolas de pan. Instado por muchos á efectuarlo, se toma un plato en cada mano, teniéndolos siempre vueltos, el pulgar

'.inteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

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encima y los otros cuatro dedos debajo, es decir, en el hueco del plato.

(Fio. 132). Con el plato de la mano derecha se cubre una de las bolas colocadas á nuestra izquierda. (En vez de dejarla debajo del plato como se cree, se la toma entre dos de los otros cuatro dedos, los que naturalmente se encuentran ocultos mientras tenemos el plato). Teniendo siempre el pulgar encima y los otros cuatro dedos debajo, se toma con esta mano el plato de la mano izquierda y se le pone sobre una de las bolas de la derecha. (Debajo de este plato se deja la bola guardada entre los dedos; de ello nadie se apercibe porque éstos estän ocultos como antes). Entonces se torna con la mano derecha una de las bolas restantes sobre la mesa y aparentando colocarla en la mano izquierda (la conservamos entre dos dedos de la derecha) diciendo que esta bola se hace pasar debajo del plato de la derecha, con cuya mano se levanta en seguida el plato para probar que, en efecto, se encuentran allí ahora dos bolas (y colocando el plato en el mismo sitio se deja la bola que se guardaba entre los dedos). Lo mismo absolutamente se hace para la última bola aun visible. Por fin, se finge tomar la cuarta, que se cree ha quedado debajo del plato de la izquierda, y que se tira dicha bola debajo del de la derecha. Se levanta éste, y se muestran las cuatro bolas verdaderamente allí reunidas. Las tazas de ettfe. El Sr. Bombón, quien diferentes veces nos ha visto

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EL MAGO

ejecutar el juego anterior, cierto día en la fonda, después de comer, rompió la hermosa taza en que se le había servido un excelente moka. —Eso no le hace nada,—dijo él sonriendo á la dueña de casa,—yo tengo para vender una alacena llena de porcelana mejor que esa; le aconsejo á V. con mu. cho gusto me la compre para reemplazar la suya, que le ha quedado ya incompleta. —Yo estaba contenta con la mia,—respondió la mujer, bastante mal consolada con la oración fúnebre de su taza de café. —Hacía V. mal, señora,—prosiguió imperturbablemente Bombón, quien acordándose del juego de los platos, creyendo llegar ä su fin, pensó deber hacer intervenir la magia blanca, y añadió: Sus tazas de V. hace tiempo que se iban. —;Vaya una burla! —Señora, voy á probárselo, si tiene á bien mandar que me traigan dos platos. —Y así cómo ha de... —Haciendo pasar dos bolas de miga de pan ä través de ellos. —Pero eso no probará de ningún modo que mis tazas se iban, dijo la dueña de la fonda que se quejaba de la torpeza comercial de Bombón. Este se quede cortado, acusando por lo bajo á la magia blanca de no ser buena para nada. Tu inteligencia, caro lector, ha protestado ya contra semejante acusación. En efecto, en vez de pedir dos platos, ¡no podía Bombón ejecutar el juego de las bolas de pan con las tazas? Es evidente que si, puesto que los mismos medios y las mismas combinaciones darán el mismo resultado con estas que con aquéllos. Cerremos, pues, este capítulo, al que tu sagacidad añadirá fgcilmente todos los detalles que habría que repetir aquí para ser comprendidos por Bombón.

BIliatec a de Ilusionismo undación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES

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MODO CORTI:S Y AGRADABLE DE HACER CESAR UNA PARTIDA DE ClIAQUETE.

Los dados pequeños.

Hace algún tiempo, encontré á un amigo mío, en cuyo semblante la expresión habitual de un buen humor había desaparecido y en su lugar ostentaba un aire triste y melancólico que me sobresaltó en extremo. Como debía contraer matrimonio con una hermosa y rica heredera, le pregunté si era que sus proyectos habían encontrado repentinamente algún obstáculo imprevisto. —No, por cierto, me respondió él, y sería el más dichoso de los presentes, pasados y futuros, si no tuviera la desgracia de encontrar insoportable el juego de cbaquete (1). —;Esta si que es buena! repliqué yo, conteniendro una carcajada; pero hombre tú no te casas, que yo sepa, con una caja de chaquete. —No, pero debo casarme con la hija y sobrina de dos estimables rentistas cuya pasión por ese juego es tal, que no pueden pasar una velada sin dejar de echar una de esas eternas partidas que me retuercen los nervios y me erizan el pelo. Resulta que cada noche, en vez de ser más galante y amable para con mi hermosa futura, no hago mas que hacerle unos extraños cumplimientos y unos gestos atroces á todas horas. Dime: tú que eres mago, ¿no podrías darme alguna idea que...? —Tal vez, respondí yo, después de haber re fl exionado un minuto. ¿Quieres presentarme á tu futuro suegro? —Y por qué no? Esta misma noche te llevo conmigo. —Convenido. Mi desgraciado'amigo cumplió su palabra, y pocas horas después era yo bien recibido en casa de su pro(1) Juego de naipes francés.

BUR teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 2'72 metida. El papa y el tío no tardaron á ponerse á jugar al chaquete. La joven prometida me lanzó una mirada dolorosa, y yo, dejando caer del cubilete los dados por dos ó tres veces. —Caballeros, dije á los dos jugadores, en el momento de ir á tomarlos de nuevo el papá; ustedes se sirven de unos dados muy singulares. --Me parece, replicó el tío, que es el que ganaba, que no tiene nada de extraordinario. —¿Me permite V. que le haga cambiar de parecer? —Con mucho gusto. —¿Cuál es el punto sacado por V.? —Cinco y dos Entonces tomé yo los dados horizontalmente entre el pulgar y el indice, de manera que, formando un paralelo en estos dedos y en medio de ellos, presentasen lo mismo que sobre la mesa, sus dos caras de encima

. _ (FIG. 133)

con los puntos cinco y dos. Levanté, pues, la muñeca para hacer ver los puntos marcados en las caras de debajo, y tres y cuatro, se me respondió. (Poco importan estos números que puedan variar). Volví ä bajar la muñeca haciendo observar que los números cinco y dos estaban aún encima, Supliqué á uno de los viejos que pusiese el dedo debajo de los dados, y enseñé de nuevo las caras inferiores: en lugar de los puntos tres y cuatro presentaban dos y cinco. Mis dos espectadores nie miraron entonces riendo, y me pidieron volviese ä principiar, lo que hice de la misma manera que anteriormente, con 5 y 3 encima, y desde luego 4 y 2 debajo; después 1 y 4 en este último punto. El tío y el papá quisieron adivinar mi juego, y

Hffilioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

273 DE LOS SALONES aquella noche no pensaron ya en su partida de chaquete. Al día siguiente todavía olvidaron su cubilete para rogarme que les revelase mi secreto, y pasaron las veladas siguientes divirtiéndose así con sus amigos. Si acaso, pues, asisten ustedes por algún tiempo una partida de las de esta clase que se prolonga tanto que les aburre y fastidia, usen del indicado secreto, que consiste en que, cuando se levante por primera vez la muñeca para enseñar la cara inferior de los dados, por un movimiento imperceptible se cambian éstos, lo de abajo arriba con el pulgar, y lo de arriba abajo con el índice, de manera que las caras de encima toman el puesto de las de la izquierda. Bajando en seguida la muñeca ä fin de comprobar que los números superiores son siempre los mismos, los volvemos ä su primer sitio por un movimiento de los dos dedos, contrario al que hemos hecho para llevarlos ä la izquierda. Los dados se encontrarän entonces en su. posición natural y haremos ver las caras correspondientes verdaderamente ä los puntos de encima, porque habrán vuelto a tomar debajo el sitio de las que hemos acabado de enseñar.

GRAN MAGIA BLANCA La mesa del mago.

Para todos aquellos que no son sus discípulos, la magia blanca es una diosa. Como las antiguas divinidades que, para el cumplimiento de sus grandes misterios, tenían templos públicos, le faltan también las ciencias para aparecer en toda la brillantez de su poder, y esto casi no es más que en medio de los prestigios de la escena de un teatro donde renueva hasta el infinito sus prodigios más deslumbradores. Sin embargo, de la misma manera que las divinidades de la antigüedad tenían en algunas moradas su palacio particular, puede también venir ä ser el genio familiar de nuestra casa. Mas si queremos que sus obras más variadas y más maravillosas sean la recompensa de nuestra hospitalidad, reservémosles un local de nuestra habitación donde encuentren las ilusiones de la escena. Allí podremos establecer y hacer jugar los /resortes que forman una gran parte del poder de la magia blanca. Hablaremos de ellos cada vez que serán necesarios para la realización de un milagro del que daremos la explicación á nuestros lectores. Pero nada podrá ser tan útil como una mesa: con ella sola es uno ya un semimago de primer orden, puesto que constituye el palacio de la diosa. ¿Qué tiene, pues, esta 'mesa de extraordinario? Algunas trampas más 6 menos y algunos pedalos ídem; ahí lo tienen ustedes todo. 'Pero ¡cuántos servicios van á prestarnos! En la continuación de nuestras explicaciones lo vamos á ver.

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de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

25 Las trampas, como la palabra lo indica, son unas partes de la mesa, grandes ó pequeñas, redondas ole cuadradas, pero movibles, que se bajan y arrastran rápidamente sin ruido el objeto que se ha colocado sobre ellas. La abertura por la cual desaparece vuelDE LOS SALONES

(Fió. 136 ) ve á ser instantáneamente cerrada, ya por si misma, ya por una segunda trampa. Respecto ä los pedalos, hay dos clases distinta que observar: por un lado las teclas generalmente colocadas debajo del pie de una pieza, á la menor presión ponen en movimiento un resorte interior que hace obrar y mover como espontáneamente una parte aparente de la pieza, 6 bien ejecuta lo que de ella se espera. Por otra parte, un pequeño aparatoque se adapta secretamente á la mesa: éste se compone de una ó diferentes virolas que hacen saltar un número de bramantes arrollados alrededor de poleas y tiradas ä propósito. Basta, pues, poner sobre la mesa la pieza maravillosa de modo que las teclas de que está provista correspondan con exactitud á dichas virolas, para que gracias ä la servante que, dentro de su escondrijo, tiene los extremos de los bramantes, ejecute las órdenes del mago. Estos bramantes, lo mismo que los de las trani• pas, pasan por los pies de la mesa mágica. Sólo nos resta afiadiraquí una palabra sobre lo que se llama la servante, mueble precioso, del que nos acabamos de ocupar: esta es otra mesa pequeña, baja y poco larga, colocada hacia el lado opuesto á los es-

lioteca de.Dusionismo . Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 276 pectadores, que no deben verla ni mucho menos saber que está allí, y sobre la cual el prestidigitador deja caer los objetos de los que quiere desembarazarse prontamente, 6 bien tomar de ella los que le son necesarios.

(FIG. 137.)

Tal es la mesa del mago. Arquímides decía, hablando de la palanca: «Dadme un punto de apoyo, y yo levantaré el mundo » De 6sta el prestidigitador puede decir con una ligera variación: dad me una mesa bastante grande, y yo escamotearé el globo terrestre. EL DECIMOTERCIO TRIBU) DE HERCULES.

El cofre pesado.

Hércules tiene ejecutados doce trabajos que en la antigüedad le hicieron elevar al rango de semidiós. A pesar de su fuerza sobrehumana, es una empresa que quizás él no hubiera podido llevar It cabo, si el destino le hubiese reservado esta décimatercia prueba. No se crea que esto sea cuestión de exterminar una nueva hidra en las cabezas siempre renacientes, ni de combatir un segundo león de Nemea: no se trata mas que de levantar este cofrecito, que en este momento llevo yo con un dedo. Este cofre tiene efectivamente una singular propiedad, y es el ser tan pronto de una ligereza extrema como tan pronto de un peso tal, que, lo repito, el hijo de Alcmena no hubiera podido hacerlo mover de su sitio si no hubiese conocido

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el secreto de disminuir el peso. Veamos, pues, si gracias á mi ciencia no habría yo tenido algún derecho una décima parte de divinidad. Pongo el cofrecito sobre este pequeño pedestal de donde cada uno puede

(Fm. 138.) todavía levantarlo fácilmente. Un niño acaba de hacerlo sin dificultad. Pruebe, V., caballero si gusta. ¡Qué! ¿resiste el cofre? ponga V. las dos manos. No tema emplear todos sus esfuerzos; está V. á punto de agotar todas sus fuerzas, y el cofre no se ha meneado ni una línea. ¿Y su compañero? á pesar de los trabajos que se toma y la energía que desplega, no es mas afortunado. ¡Ea! no quiero tener ningún secreto para ustedes, y les digo desde luego que basta soplar sobre mi cofrecillo para devolverle su ligereza. ¿Ha soplado V.? ahora lo levantaría con un hilo. Algunos espectadores casi no creerán sin duda ea el poder hercúleo de su soplo, mas como ellos no habrán observado que lo de debajo del cofre es una plancha de hierro, y por otra parte, no pueden saber que la extremidad superior del pedestal es un electroimán, les asombraremos mucho haciendo unas veces fácil y otras imposible el levantamiento del cofre; lo que tendrá lugar en atención á que, del sitio donde no se ve á nuestro criado, por medio de un alambre'pasando debajo del tablado, pondrá 6 no el electroimán en comunicación con una pila eléctrica.

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(FIG. 139.) Hércules hubiera roto allí Al maza

UN JARDÍN Y UN ARSENAL DENTRO DE UN SOMBRERO.

Balas y flores saliendo de un sombrero.

¿No les ha sucedido ä ustedes nunca prestar su sombrero ä un prestidigitador que hacía salir de él toda clase de objetos? Quizás se hayan asombrado de ver que hasta entonces, sin saberlo habían llevado en la cabeza un cuerno de la abundancia. Este capítulo, si ustedes lo juzgan digno de ser leído, les dará el medio de causar por lo menos otras tantas sorpresas ä numerosas personas. Se ha prometido una sesión de magia; los invitados ä ella son bastante numerosos: rogamos al más incrédulo que nos preste su sombrero, con el pretexto, supongo, de atravesarlo de parte á parte con la varita sin hacerle el más pequeño agujero. Se toma muy naturalmente el sombrero, pasando luego deträs de la mesa en que hacemos frente ä los concurrentes. Entonces se cuida de tener el sombrero un momento con las dos manos si se cree que eso no es necesario, de manera que sus bordes vengan ä quedar ni más alto ni más bajo que la superficie de la mesa, mas suficientemente hacia aträs de ella. Sobre el servante hay colocada hacia delante una bola de plomo hueca, con

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March (IVIadrid)

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un agujero y llena de ramilletes, por ejemplo. Asigne se han dicho algunas palabras sobre el objeto de la prueba que se ha tomado por pretexto para pedir la prenda, se pasa un dedo en el agujero de la bala y se la hace entrar en el sombrero; despues, en el instante

(Fio. 140.) en que se finge querer traspasar la copa con la varita, se manifiesta asombro al hallar una resistencia inesperada y se mira dentro del sombrero para conocer la causa; en seguida podrá exclamarse que seria sensible tener que destruir el parterre que el dueño del sombrero parece tener la costumbre de llevar sobre la cabeza, distribuyendo en medio de las risotadas los ramilletes que se van sacando uno á uno de la hala. Al concluirse, y cuando todo el mundo debe creer más que nunca que el sombrero está vacío, hacemos salir, no sin causar un gran asombro, la susodicha bala que encargamos á nuestro criado se la lleve como si el objeto fuera muy pesado, á fin de verificar un cambio completo. Volvemos á nuestra mesa diciendo que ahora esperamos poder ejecutar el juego anunciado al principio. Ir de la misma manera que antes, introducimos una bala de madera maciza, pero esta vez la dejamos caer en tierra haciendo un gran ruido, lo que impide todas las sospechas relativas al primer proyectil. Entonces habremos divertido y admirado á los espectadores más de lo necesario para que nos sea permitido devolver el sombrero con esta conclusión: que no pensábamos que se nos había de prestar un parterre completo y un arsenal lleno de proyectiles.

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EL MAGO

Los autómatas. En la acepción más general, el nombre de autómata indica toda máquina que lleva consigo el principio de su movimiento. Pero lo más comúnmente no se le emplea mas que para designar una figura humana ó animal que imita los movimientos ó las acciones de un sér animado; como por ejemplo, una muñeca que responde por algunas señas de cabeza, un maniquí representando un pájaro que bate las alas, un hombrecillo golpeando sobre un timbre, etc., etc., y cuyo esqueleto viviente se puede ver aquí.

(Fío. 141.) Los autómatas toman parte con frecuencia en los prodigios operados por la magia blanca, y más de una vez tienen admirados á los espectadores por la docilidad, la perspicacia y la destreza con que sabe animarlos. Nosotros no sabríamos, pues, dejar de consagrarles un capítulo ó dos para hacerlos conocer ä nuestros lectores moral é interiormente.

El autómata fumador, silbador y soplador. lié aquí un hombrecillo apenas tan alto como un alelí, y que sin embargo, consume 6 consuma (que ambas cosas podríamos decir aquí) en fumar tanto tabaco como un gran turco, un alemán ó una cara-

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pesina normanda; y estén Vds. ciertos de que hasta ahora sólo el respeto le ha impedido el pedir su pipa; seamos, pues, indulgentes y permitámosle esta descortesía. Aunque es fácil llevarlo en la mano, pongámosle sobre la mesa. Justamente del bolsillo del pillete sale la punta de una pipa; y llena que la tiene ya, no falta mas que ponérsela á la boca. Antes encendamos estas dos bujías á fin de que si el viento sopla la una y se apaga la pipa, no nos hallemos embarazados para volver ä encender esta otra. —Eso es más bien para que nosotros no veamos aquí mas que fuego, dijo Bombón, muy alto y riendo de su juego de palabras y de su propia malicia. Pero las carcajadas del digno señor son interrumpidas por unos silbidos agudos, precipitados y muy humillantes; entonces dirige grandes miradas, que se esfuerza en hacerlas aparecer malas, y busca cuál es la persona que se atreve á silbarle de tal modo. Los espectadores. sin pensar en reprimir una hilaridad de la que él cree que su dignidad no debe participar, se preguntan unos ä otros quién puede ser el que silba, hasta que por último se descubre que el autor de este ruido malsonante no es otro que el autómata. En efecto, éste tiene entre sus labios un silbato con el cual mete más ruido que una serpiente espantada. Apresurémonos ä quitarle ä nuestro diminuto personaje ese indecoroso instrumento. Pero, ¡ah! no lo efectuaremos sin que él le dé antes una última y terrible cencerrada al tal Bombón. Si las bujías no estuvieran ya dispuestas, castiga riamos al impertinente privándole de su placer favorito, es decir, do su pipa; pero ya que nos hemos tomado la molestia de encenderlas... ¿Mas qué digo? He aquí una ya apagada...; afortunadamente nos queda otra... ¡Cómo! apagada también! ¿Serias tú, perillán, quien la ha apagado? (El autómata dice varias veces que si con la cabeza.) ¿Es que quieres, pues, que te vuelva á meter la pipa en el bolsillo sin dejarte fumar? (El autómata contesta vivamente con una seña que

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EL MAGO

no )—Vamos, quiero perdonarte otra vez; pero con la condición de que serás más prudente. (El autómata responde afirmativamente repetidas veces.) Bueno, esta vez bastará una bujía. Aquí tienes la pipa... (poniéndosela á la boca); ahora toma fuego, contenta tu gusto .. (El autómata fuma—) ¡Qué, has concluido?

(FIG. 142). Tranquilízate, voy á volver á ponerte la pipa en la faltriquera. Y ya que tan bien sabes apagar las bujías, apaga ésa... Perfectamente! Ahora saluda á la concurrencia, pues ya es hora de que te haga llevar á tu casa. (El autómata saluda, y se le quita de la mesa). ¿Qué nos ha sido necesario para animar de ese modo á ese lindo maniqui? , Un silbato dentro de su cuerpo, si es bastante grande para contenerlo, si no dentro del pedestal sobre el cual está colocado. Un pedal (tal como lo hemos descrito más arriba) que, con arreglo á las

(FIG. 143.)

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DE LOS SALONES 283 intenciones del prestidigitador, haga funcionar el silbato. ¡Mucho con poca cosa!

EL DANZARÍN DE CUERDA.

Autómata. Ven ustedes este pequeño acróbata, derecho sobre la cuerda tirante, levantando una pierna después de otra, pasando y volviendo ä pasar su balancín por encima de su cabeza, ejecutando con precisión toda clase de pasos tan fácilmente como Saint-Léon, ejecutando sus peligrosas suertes sobre el escenario del teatro de la Grande Opera. ¡Con qué coquetería no se balancea inclinando la cabeza tan pronto ä derecha tan pronto ä izquierda, para ver mejor á las damas que más bellas le parecen!—Cuiden ustedes bien de sus corazones,

(Fin. señoras! Las prevengo que éste es un incorregible seductor. Ustedes le aplauden con sus pequeñas y delicadas manos, y él les da las gracias con reverencias ä lo D. Juan, ä lo Richelieu, ä lo Lauzun.--1Ah, señora! ¡A quién ha estado V. ä punto de dar una afección tan preciosa para los mortales? A. una figura de madera que se encuentra fijada sobre un tubo hueco (y no una cuerda como creen los espectadores) por medio de una caña hueca también, que está constantemente oculta por la pierna izquierda del pantalón del acró-

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EL MAGO 224 bata, ó bien por la pierna derecha, según levanta la una ó la otra, con el fin de persuadir el muy hipócrita, de que no está unido de ningún modo ä la pretendida cuerda. Dentro del tubo y de la caña están colocados los bramantes que le comunican sus más seductores movimientos. Un simple pedal es para él lo que el corazón es para los humanos.

DE CÓ310 PUEDE UNO HACER VIAJAR SU DINERO FRANCO Y SIN QUE SEA POSIBLE ROBARLO POR EL CAMINO.

El cofre de cristal.

Supongamos que ustedes deseen enviar de París ä Ruan cuarenta francos,—la suma importa poco,—en ocho piezas de ä cinco francos cada una, que suplico me presten entre varias personas, después de que cada uno haya hecho una marca en su moneda. Perfectamente: aquí las tenemos todas marcadas. Las tomo y me vuelvo ä mi escenario á fin de estar tan lejos del público como sea posible. (El mago hace entonces sutilmente el cambio de las monedas por una pila de plata exactamente parecida, va porque las pone sobre su mesa ó una trampa, realzando la sustitución instantáneamente y en su misma mano, ó ya porque las cambia sobre el servante de la mesa). Si lo tienen ä bien, ustedes serán Ruan y yo seré París, ya, pues, que de esta plaza es de donde se les ha de hacer el envio sin gastos para nadie, y sin que el ladrón más diestro lo pueda capturar en el camino. ¿Qué se necesita para esto? Simplemente el cofre de cristal que se nos trae muy á propósito y la manera de servirnos de él, que es bien sencilla. Allá en el cielo raso hay dos argollas, y el cofre tiene asimismo una en cada lado; vamos, pues, ä suspenderle por medio de estos dos cordones con ganchos. Así todo el inundo podrá no perderlo de vista un sólo instante, y como es de cristal, ver todo lo que pasa dentro de él. Démosle también un movimiento

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285 de columpio con el fin de que enseñe todos sus lados. Ahora nos retiramos á nuestro sitio. DE LOS SALONES

(FIG. 145.)

Ya saben que yo represento ä París, ustedes ä Ruan y el cofre que está balanceándose es su caja municipal en la que yo he de vaciar cuarenta francos; por consiguiente, lomo la pila de los napoleones, (una trampa la esconde bajo la mano del prestidigitador) y la arrojo dentro del cofre El ruido que acaban de hacer las monedas al caer en él les prueba lo bastante que han llegado a su destino. Por otra parte, pueden ustedes verlas perfectamente. En resumen voy ä ' puesto abrir el cofre para retirarlas y devolvérselas. Y que en todas reconoce cada cual la marca que ha hecho, no tengo mas que aconsejarles que empleen este medio si desean hacer viajar algún dinero velozmente, franco y al abrigo de los ladrones del camino. liemos dicho lo que se deja ver ä los espectadores: digamos ahora lo que se les oculta Los dos anillos del cielo raso a los cuales se suspende el cofre se comunican ä un conductor fácilmente disimulado, y que siguiendo el techo y luego una de las paredes llega hasta el sitio reservado donde se halla oculto un criado. Dicho conducto encierra un alambre de cobre, el que al ponerlo en contacto con la pila eléctrica hace obrar ä un resorte del que los susodichos anillos se hallan provistos. El indicado resorte fuerza de este modo otro muelle colocado debajo de los ganchos superiores de los cordones de suspensión, por los cuales pasa otro conducto al que el movimiento pone en juego con los resortes colocados en los

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ganchos inferiores. Estos obran entonces sobre los anillos del cofre el mismo efecto que los anillos del techo con los ganchos superiores. Estos hacen subir y bajar rápidamente una plancheta interior, formando con otra exterior uno de los lados del cofre, el que sólo tiene de cristal lo de arriba y lo de abajo. Entre las dos expresadas planchetas se halla un vacío en donde el criado ha colocado las monedas marcadas antes de traer el cofre, yde donde se escapan en el instante en que decimos: arrojo las monedas al cofre.

El reloj fantástico.

Yo conocía á un hombre que se preciaba de... —Era un sastre: interrumpe Bombón queriendo tomar la revancha por los silbidos del autómata. —No precisamente; cita! sefior, como digo, se preciaba de ser el hombre más exacto del mundo. Y ä fin de realizar su pretensión, tenia dos relojes en cada una de sus chimeneas; pero tal precaución le costó bien cara, porque tuvo muy grandes cuentas que pazar para obtener que todos sus relojes marchasen á un tiempo; pero en el movimiento de dichos relojes -siempre había alguna cosa que cojeaba. ä...! Esto era el repiqueteo de las campanas que sonaban fuera de compás al tocar, dijo aún Bombón mendigando algunas sonrisas de aprobación. Pero esta vez envió ä buscar á mi primer autómata. Al apercibirlo mi interruptor pareció escamotearse di mismo en su propio sombrero; ya no se le oyó respirar. Continúo, pues; la persona de que hablaba y quien en medio de sus relojes avanzando ó retrasando los unos con los otros, siempre parecía buscar mediodía ä las dos de la tarde, se hubiera ahorrado tantos gastos si hubiese poseído nuestro reloj fantástico. Ya lo ven ustedes; se compone simplemente de un anillo para suspenderle, una bolita de cobre como ornamento, una esfera de cristal con dos saetas de oro perfecta.

' ; otera de Ilusionismo. nmdación Juan Mara (Madrid)

DE DOS SALONES 287 mente aisladas y las horas marcadas alrededor; movimiento no tiene ninguno, y aunque marche no hay que hacer reparaciones en esta máquina tan frágil. Además el reloj mágico tiene la singular propiedad de marcar la hora que se quiere. De esta manera nunca se tiene necesidad de esperar ni de apresurarse para estar siempre á la hora. llagamos, pues, el ensayo con nuestro reloj; y ä fin de probarlo lo más evidentemente posible, vamos á suspenderlo como estaba antes el cofre de cristal y así quedará enteramente aislado. Ahora mandarnos á las saetas que marquen la hora que plazca ä cada uno.—Las dos.—Vedlas ya en

(FIG. 146.)

marcha; ya han llegado á su destino.—Las cuatro.— Ya tienen ustedes la hora deseada.—Medio dia.--Como esta vez la distancia es un poco larga, si lo tienen ä bien las saetas, en lugar de ir hacia adelante van ä volver hacia atrás. ¿Consienten ustedes? Ya están, pues, marchando al reves. Ya ven ustedes que nada les es imposible para ser agradable... Medio día... Continuemos... Mientras que el reloj fantástico obedece las órdenes que recibe, expliquemos el secreto de su obediencia. Suspendido por los mismos anillos del techo y los cordones que el cofre de cristal, gracias ä la electricidad, el movimiento se comunica igualmente por los ganchos interiores de los cordonesá su anillo provisto de dos muellecitos; el uno á la derecha, el otro ä la

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izquierda: éste haciendo marchar las saetas hacia adelante y aquél hacia atrás. ¿Cómo obran sobre las saetas que parecen estar aisladas? El anillo pone en juego un muelle de reloj que se encuentra dentro de la bolita de cobre y que dos cabellos imperceptibles entre dos hojas de cristal lo ponen en comunicación con nuestras saetas fantästicas. Este juego, sin embargo, no tiene de ningún modo la apariencia de ser tirado por los cabellos. El campaneo himplitico.

Un reloj que no suena no puede ser un reloj completo. Démosle, pues, al nuestro su complemento, es decir, una campana y un timbre: upé falta más? He aquí nuestro apuro. El timbre tiene también su anillo; por consiguiente, no es fácil suspenderlo mas abajo del reloj, porque, yo veo en el techo otros dos anillos y tengo además otros dos cordones con ganchos. Está, pues, nuestro campanario completo. Pero, ¿quién hará poner en marcha la campana.....? Pro-

(FIG. 147).

liemos por la simpatía... El medio es excelente; ¿el ;Que reloj marcaba las once? pues ya están dando sea medio día! pronto! las doce tocan; esto es mejor. Injuriaríamos ä la inteligencia del lector si añadiésemos aquí una explicación mäs ä los detalles que hemos dado en los dos capítulos precedentes; nos con-

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DE LOS SALONES

tentaremos en éste con darle una simpatía más formal que la que existe realmente entre el reloj fantástico y su campana. JUEGO CONFORME Á LOS USOS DE LAS PUPILAS CONTRA LOS TUTORES BÁRBAROS.

El billete en la enehara. Italia, esa patria de tantos hombres ilustres, es como España el país de los Bartolos, de las Rosinas y de los Almaviv as. Hace algunos meses que esa eterna comedia inmortalizada en el teatro por Beaumarchais, de un tutor tiránico y aborrecible y una pupila oprimida y astuta, y un enamorado joven y emprendedor, tenía lugar en Florencia entre iE signor Lambino, la hermosa Flaminia y el bello marqués Renaud Larnberti. Poco escrupuloso en los medios, con tal de que sirvan á sus intereses, Lambino, el tutor aborrecible, gracias ä una buena é ingeniosa calumnia contra su pupila, había conseguido hacer tomar al marqués la resolución de no pensar más en Flaminia; mas como el amor del hidalgo en la sola égida que podía proteger ä la joven contra los designios del vejete y dar ä la niña la fuerza necesaria para resistir las crueles mortificaciones del mencionado tutor, éste se hubiera encontrado bien pronto en vísperas de hacerla su mujer y de adquirir los bienes de los que no era mas que el administrador. Sufriendo una opresión ä la cual le era imposible escapar, la pobre criatura sospechaba que Lambino habría recurrido A algún pérfido ardid para alejar de ella ä Renaud, quien le había hecho compartir un amor verdaderamente formal. Justificada A sus propios ojos por las circunstancias, acababa de escribir algunas líneas dirigidas al joven marqués; pero había tenido que renunciar ä la esperanza de hacerlas llegar á él. Habiendo llegado el día de los desposorios, Lambino, que tenía una última tentativa de resistencia por parte de su pupila, para alegrarla y 19

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aturdirla, resolvió dar una pequeña fiesta en su casa, ä lo que por prudencia no convocó mas que ä dos ó tres dueñas y sus más antiguos amigos. Hallábase entonces en Florencia Mr. IV", prestidigitador francés, ä quien un negocio de banca había puesto en relaciones con Lattibino; éste fué el mismo día ä pedirle una función de magia, rogándole contribuyese así ä la tiesta que daba en obsequio de Flaminia. Mr. 10" consintió en ello y mandó transportar varias piezas mecánicas ä casa del viejo italiano. Después de ejecutar algunos juegos, el francés anunció que la magia le daba el poder de hacer renacer una hoja de papel de sus cenizas, y para que nadie lo dudase, entregó papel y un lápiz ä Lambino, pidiéndole que escribiese en él aquello que quisiera, plegándolo en seguida fuertemente en cuatro dobles; éste era el papel que debía renacer después de haber sido quemado, y sin que por consiguiente fuera posible volver ä presentar otro en su puesto. Mientras que Lambino después de haber hecho un autógrafo, cerraba cuidadosamente la hoja de papel, Mr. D"* dijo que no queriendo que se pudiera sospechar el menor escamoteo, él no la tocaría ni siquiera con la punta de sus dedos, y que no se la perdiera de vista ni un solo instante hasta que fuese reducida ä cenizas. Entonces tomó para recogerla una especie de cuchara con un mango largo como uno caña. Pero en el momento en que Lambino iba ä poner allí su papel, Flaminia echó otro vivamente, diciendo: «Caballero, suplico ä V. que haga la experiencia por mi, con esta hoja.» Era tan dolorosa y suplicante la mirada de la joven, que Mr. l0** se alejó al instante con la cuchara, ä pesar de las exclamaciones del viejo tutor que le gritaba:—Piga usted, caballero, deme, denle ese escrito.., estoy en mi casa entre amigos, y aunque supiese emplear la violencia, no se lo dejaré ä V.!—Cálmese V., señor mío, respondió tranquilamente Mr 10", gracias ä la magia blanca puedo satisfacerle igualmente que ä su encantadora sobrina.—Explíquese V.--Va V. ä verlo: Pongo sobre este platillo el papel que élla me ha con-

hoteca de Ilusionismo. Fundación Juan March Madrid)

291 fiado, y como ä pesar de V. no quiero guardarlo de ninguna manera, acerco este fósforo encendido y le prendo fuego.—Deme Y. ese plato, vociferó Lambino; que vea yo al menos si el billete de mi impertinente desposada no tiene trazas de quemar. Mr. D"'" presentó el plato al italiano. Este no encontró en él ya mas que cenizas todavía rojas y humeantes; mas como le parecía imposible que el billete del que no había separado sus celosos ojos de Argos hubiese sido compuesto con tales materiales, nuestro vejete die un suspiro de satisfacción. En cuanto al papel depositado por Flaminia en la cuchara del prestidigitador, era la carta escrita para su novio el marqués Renaud Lamberti. Dos horas después, esta epístola tan bien devorada por las llamas, llegaba perfectamente intacta á las manos del joven marqués que hoy es el esposo de la bella Flarninia. Para que el lector pueda también hacer la felicidad de alguna otra Rosina oprimida, ó bien sencillamente renacer algún papel de sus cenizas para divertir á sus amigos, bastara que le describamos la cuchara empleada por Mr. D***. Esta cuchara, como ya hemos dicho, se compone denn mango de 80 00 centímetros delargo, poco más ó menos, terminado por un recipiente de madera de la forma de un librito medio abierto y el lomo redondeado. Dispuesto como lo estaría una hoja en un volumen, se encuentra aplicada sobre la luna de las paredes perpendiculares al mango una tablilla mu y delgada, móvil y que retiene invisible entre una y o' tra muy ajustado un papel puesto allí, anticipadamente. Así que la hoja, sobre la cual se ha escrito, ha sido puesta en la cuchara, un resorte obedeciendo ä la presión de un botón que el prestidigitador tiene debajo de la mano, hace pasar la tablilla de una pared á la otra, de manera que viene á apretar el papel que será menester devolver ä los espectadores, dejando libre aquel del cual tenemos necesidad. Esto es, entiéndase bien, el último que ponemos en el platillo y que luego quemamos. En cuanto al autógrafo, nuestro criado lo encuenDE LOS SALONES

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292 EL MAGO tra dentro de la cuchara, que se la lleva y siguiendo nuestras intenciones, lo dispone para hacerlo reaparecer.

(Fío. 148). El pez rojo en un vaso de tinta. Suplico que no se vaya ä creer que éste sea un pez de Abril. La química magica tiene muy sencillamente atestiguado el hecho de que la tinta se halla poblada como el agua de los ríos, de los canales y de la mar; y puede que aun más, porque podría apostarse ä punto seguro que dentro de este vaso de agua que pongo aquí hay evidentemente lo menos un bonito pez; mas, como la tinta negra es el menos límpido de los líquidos, no les es imposible ver al animalito, ahí está todo. Pues bien, sumerjo en la tinta este caballo de oros, y ahora que está medio negro, no ven ustedes mas que una parte de la figura que, no obstante, está aún todo entera en la carta; en este plato, vacío con

(FIG. 149)

una cuchara tinta tomada del vaso y el fondo del plato se vuelve invisible. Concluimos diciendo, que si aca-

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295 fiáramos por clarificar el negro contenido en el vaso, verían ustedes al pez recreándose allí con delicia. Para volver instantáneamente la tinta pura como el cristal, no hay nada como el pañuelo mágico, bastante poderoso para realizar este prodigio: lo hago pasar sobre el vaso... La transformación está hecha; en DE LOS SALONES

(FIG. 150.)

el no hay mas que un líquido más claro que el agua de roca, en medio de la cual nada un bonito pez; ya lo están ustedes viendo. Después de hecho el juego, si el prestidigitador diera á ustedes el pañuelo de que acaba de servirse, encontrarían una tela de caoutchouc todavía mojada. Notarían que está cortana de manera que puede llenar todo el interior del vaso. Cuando éste se trae la tela, está en su sitio impidiendo ver el agua clara que se ha puesto y el pez que se encuentra allí, dando al vaso la apariencia de contener tinta. La carta que el mago finge sumergir en él representa por los dos lados la misma figura, estando la de un lado ennegrecida de antemano hasta la mitad para cuando se la enseña por segunda vez; y por último, la tinta que se vierte en el plato sale, no del vaso sino del mango de la cuchara Para que el juego haya podido ejecutarse, no ha sido menester mas que levantar con y dentro del pañuelo la tela de caoutchouc que formaba la ilusión y ocultaba el misterio.

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EL MAGO

¿QUIN NECESITA PLUMEROS?

Plumeros sacados de un paiinelo. Para tenerlos y de los más bonitos, basta sacudir el pañuelo mágico... Sacudámosle, pues... ¡Aqu i te-. nemos uno rojo! Démosle otra sacudida: Ihé aquí une blanco! Continuemos... ¡sale uno azul! Veamos.. otro: ¡este es tricolor!

(FIG. 151.) ¿De dónde sale esta avalancha de plumeros? De las mangas del mago, donde es imposible se sospeche que se han ocultado, si se tiene la precaución de no servirse de otros mas que de los que sean hechos con la pluma de buitre. La pluma de esta ave apretada ocupa muy poco sitio, es enteramente elástica, no se quebranta y se pone hueca naturalmente desde el instante que deja de estar oprimida., La pesca con red sobre un velador. —Señor Bombón, ¿ha probado V. alguna vez á pescar sobre un velador? Nuestro hombre, despu6s de haber dirigido una mirada inquieta para asegurarse de que se habían, vuelto ä llevar el autómata, replicó con tono algo desdeñoso: —Caro amigo, si V. quiere venir á tomar media taza al café de París ä la hora que yo echo allí mi parti-

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da de dominó todas las tardes, me verá pescar con algún éxito sobre las mesas de mármol. Ese es mi modo de jugar. —Pero yo no hablo de esa manera de pescar, y aunque ä causa del autómata parecía V. guardar algún rencor ä la magia blanca... —¡Quiere Y. decir que yo estoy amostazado! —Suplícole ä V. que no nos enfademos: yo hablo de una pesca de peces. Justamente tengo aqui un chal que me servirá de red. Aproximemos el velador. Usted puede muy bien observar que en él no hay nada de particular. Tiro, pues, mi red. Creo que vamos ä

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(Fic. 132.) tener buena pesca. Con efecto, retiro la red y he aquí una gran vasija llena de peces bien revoltosos dentro del agua más hermosa del mundo. Quizás les habrá parecido ä ustedes este juego relacionarse con el fenómeno de las mesas giratorias, danzantes y parlantes, etc., etc... Nada de eso; el papel que desempeña el velador es enteramente pasivo. Agua, vasija y peces, todo lo tiene ya el mago debajo de los faldones de su levita ó frac cuando anuncia que va ä pescar sobre una mesa. Van ustedes ä comprender cómo viene ä ser posible el hecho. La vasija de la cual se sirve él, menos alta que ancha, tiene la forma de una copa grande y se encuentra herméticamente cerrada por medio de una tela que tiene un baño de caoutchouc, flexible y menor que la boca de la vasija

Illiateca de Ilusionismo; Fund.,iö,

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1 (tadria)

296 EL MAGO donde se halla sólidamente mantenida, no solamente por la tirantez que ha sido necesario darle para colocarla, sino por medio de un cordón pasado por una pequeña ranura. Tapada así la vasija con su contenido, se lleva en una bolsa encerrada, sujeta alrededor de la cintura del mago por medio de un cinturón, lo que le deja enteramente libres todos sus movimientos. Ahora ya se sabe, pues, el secreto de la comedia que se verifica debajo del chal convertido en red mágica.

DE CÓMO DOS Y DOS HACEN OCHO. El plato de

multiPlicaelones.

Desde que la aritmetica existe, y eso hace ya largo tiempo, todas las tablas de multiplicación han repetido que dos y dos son cuatro. Esto se ha dicho tantas veces que se ha acabado por creerlo Nada es menos cierto... en magia. Vamos ä demostrarlo, no por columnas de cifras que nos aburrirían á todos, sino simplemente por hechos tan claros como la luz del día. Tengan ustedes la amabilidad de prestarme cuatro napoleones: dos primeramente. Póngalos V. aquí en este plato para que todo el mundo vea bien que empleo exactamente el número indicado. Perfectamente. Ahora vacío yo, no se puede ya más ostensiblemente, las dos monedas en este saquito que pueden ustedes examinar... nada contiene... ¿quiere V. poner los otros dos en el plato? Muy bien: voy á dejarlos caer en el saco como los primeros. ¿Cuántos duros creen ustedes

(FIG. 153.)

linteca de Ilusionismo. Fundarien Juan lklarch (Madlid)

DE LOS SALONES 297 .que hay ahora dentro de él...?—Cuatro... Ya les he prevenido que si contaban siguiendo el viejo sistema -de las tablas de multiplicación, se engañarían seguramente. Vacíen el saco ustedes mismos... El encierra realmente ocho napoleones .. ¿Creerían, pues, todavía que dos y dos hacen cuatro'? En tus cálculos, caro lector, continúa multiplicando LOMO siempre Si el juego que acabo de ejecutar ha hecho perder tu confianza acerca de la tabla de multiplicación, mira bien de cerca mi plato de forma oblonga; verás que tiene un doble fondo poco aparente, es verdad, pero lo bastante ancho y bastante largo para contener cuatro monedas de á cinco francos. Esta especie de corredera está abierta en una de las puntas; levantando la punta opuesta, he hecho caer en ellas las que se me han prestado y que han causado por un momento vuestra ilusión.

EL CORREO MILAGROSO Ó LOS CARTEROS ALADOS.

La caja de los pájaros.

¿Hay necesidad precisa de enviar un billete al schah

d e Persia? Se toma una cajita de ébano. ¿Una invitación para comer en el gran Mogol? Tómese mi caja. ¿El pedido de un chal de cachemira ä un fabricante de las indias? Recúrrase á mi caja. Tan luego se tire en ella la carta se verán partir con ala tendida los carteros más ligeros y más diligentes de lo que pueda desearse. Señora, hágame V. el obsequio de pollerá prueba mi cajita de cartas. Si V. no tiene ningún mensaje que enviar, confiele una tarjeta de visita que vamos O, dirigir, si V. lo permite, á la reina Pomaré... Sostenga usted misma la caja, señora, se lo suplico; como Y. ve, se halla enteramente abierta. Ponga V. en ella su carta; no hay necesidad de que lleve dirección alguna. Mis carteros no saben leer, pero adivinan las voluntades. ¡Muy bien...! Ahora guarde V. la caja si gusta, ciérrela V.; levante la tapa... Mire, mire

n Io ter

a de Ilusionismo Fundar ion Juan

Alarch (111adxid)

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EL MAGO

usted los carteros cómo salen y se ponen en camino

(Fin. 154 ) hendiendo los aires... En verdad que son unos hermosos pájaros de las islas... Mire V. bien dentro de la caja; su tarjeta de visita no está: se la ha llevado uno de los carteros que ahora mismo estaban aquí invisibles para V. y á los cuales acaba de abrir la puerta. Examinemos la caja maravillosa bajo el punto de vista práctico y real: el interior es negro y no se descubre en él ninguna irregularidad; sin embargo, cuando depositamos la carta ó la tarjeta, aquello que nos parece el verdadero fondo de la caja, no es más que una tablilla puesta sobre una charnela y cuya superficie, igual ä la de debajo, forma con ella un ángulo suficiente para que, entre esta tablilla y el fondo verdadero se encuentren colocados fácilmente uno 6 varios pájaros. Al bajarse la cubierta, ésta pone en juego un pestillo ó picaporte que al instante hace girar de arriba ä bajo á la tablilla sobre su charnela, viniendo ä situarse contra uno de los lados de la caja, quedándose allí la carta ó tarjeta como en una cartera bien cerrada, y dejando en libertad á los pájaros que se vuelan en el momento en que el espectador estupefacto abre la caja y antes de desprenderse de ella. Loa nuevos pilares mecánicos verdaderamente maravillosos.

Las personas que conocen los antiguos pilares. mecánicos, saben que es imposible separarlos entera-

Iroteca de Ilusionismo. Fundación Juan Alarch (Madrid)

DE DOS SALONES

299

mente, porque están detenidos por debajo por un cordón ó cinta cuya vista es con frecuencia una revelación. No sucede así con los nuevos pilares mecánicos; pero digamos lo que son éstos á aquellos de nuestros lectores que no los han visto nunca, y á todos, cómo operan un prodigio enteramente divertido. Imagínense dos columnitas terminadas en cada punta por una bola gruesa poco más ó menos como un huevo de pichón. Están reunidas una á otra por un cordón que atraviesa las dos bolas superiores: y haciéndolo correr de derecha á izquierda y de izquierda derecha, el mago tira el cordón algunas veces para mostrar que pasa bien por medio de ellas. Toma en seguida unas tijeras y dice que corta el cordón, de lo que no se sabrá dudar al hacer ver las dos columnas completamente separadas y conservando cada una una punta de cordón cortado por medio. Esto hecho, se acercan nuevamente los pilares, y esta aproximación es bastante para que el cordón vuelva inmediatamente It quedar compuesto, y efectivamente lo hace ir y venir como antes de un lado á otro de las bolas, obligando algunas veces 1.1 un espectador á poner entre ellas su nariz, la que el cordón parece atravesar.

(Fia. 155.)

Para obtener este resultado es completamente inútil volver á componer el cordón, que casi no es necesario cortarlo, en razón á que . no atraviesa las bolas por medio de las cuales parece pasar. De hecho existen dos cordones: uno de los cabos de cada uno de ellos sale por una de las bolas, que se juntan la una á

oieca

de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

309 EL MAGO la otra, de modo que estos dos cabos parecen no formar mas que una cuerda transversal. La otra extremidad de ambos cordones, pasando por medio de los pilares va á arrollarse en una broca colocada dentro de las bolas opuestas. A una de las garruchas hay adaptada una espiga exterior bastante pequeña para que no pueda verse: la otra garrucha lleva un cuadrado hueco, dentro del cual se encaja exactamente la garrucha cuando se aproximan bien los pilares uno ä otro. Se comprenderá ahora que, después de haber juntado los pilares, si se tira el cabo exterior del primer cordón se hará girar su garrucha y al mismo tiempo la espiga que imprime un movimiento circular en el cuadrado y ä la garrucha del otro, la cual arrolla el segundo cordón, cuya extremidad opuesta disminuye de un lado mientras que el cordón tirado se alarga del otro, produciendo una verdadera ilusión. Si haciendo el movimiento de derecha ä izquierda se hace en seguida de izquierda á derecha, la máquina obra en sentido contrario y con no menos éxito. La coloración de una bola de cristal blanco pasar por el cuello de una botella ft pesar de su volumen.

hacidndola

Traigamos sin preámbulos la botella esta de que me voy á servir. Encuéntrase muy á propósito llena de vino hasta la mitad; tiene el cuello algo largo, mas en compensación, demasiadamente estrecho para hacer pasar por él la hola de cristal que ven ustedes aquí sin el auxilio de la magia. Probemos ä disminuir la bola apretándola entre las manos. Bueno; ahora ya debe estar de un tamaño que puede pasar... Si, vedla, pues, dentro de la botella. ¡Lo hubieran Vds. creido? Ha sido bastante que haya entrado en ella para que el vino la haya coloreado completamente. Pero ahora se trata de sacarla de ahí. Quizás lo consigamos apretando el extremo opuesto de la botella; el medio es excelente, y... pues? Ya pueden Vds. verla en mi mano.

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Fundación Juan March (Madrid)

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.Onf , -••••n

DE LOS SALONES 301 Solamente ha cambiado de color, corno yo les había advertido: era blanca y ahora es roo.. ¿He ejecutado este juego con demasiada complacencia por parte de ustedes para dejarles ver que, fingiendo apretar la bola la he hecho caer sobre el servante de mi mesa y que al apretar el fondo de la botella he tornado otra roja que se hallaba debajo de aquélla...? Si, entonces pasemos á otra nueva experiencia.

(Fra. 156.)

PROCEDIMIENTO INFALIBLE Y CURIOSO PARA ESTAR BIEN' SEGUROS DE BEBER EL VINO SIN AGUA.

Las pirámides. ¿Quien podrá estar seguro de que no tiene agua el vino que bebe? Nadie tal vez, excepto el fabricante, y aun si es tratante en vinos, habría que apostar á que la costumbre le habrá hecho bautizar, como se dice, aún hasta la bebida que el se tiene reservada. Solamente con la magia se puede estar seguro de no beber agua enrojecida en vez de Burdeos, Macón, etc., etc. El procedimiento consiste en separar en un segundo el vino del agua, y nosotros tenemos la dicha de enseñarlo á ustedes. Pongamos vino en una botella, y para mayor precaución, añadámosle un vaso de agua. Ahora pongo la

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EL MAGO

botella sobre este pedestal; ä cada lado coloco una copa. La operación se habrá efectuado cuando lo hayamos cubierto todo con estos tres grandes cucuruchos. Con el fin de hacer más notable la experiencia, les dejaremos designar, ä su elección, dentro de qué copa desean que pase el agua por una parte y el vino por otra... ¿Desean ustedes que la primera quede ä izquierda y el segundo ä derecha? Perfectamente, siento el calor de los cucuruchos: la obra comienza, se ha cumplido, está terminada! Levantemos los cucuruchos: la botella está vacía: obedeciendo las órdenes de ustedes, el agua ha pasado ä. la copa de la izquierda y el vino ä la de la derecha. ;Aviso ä los apasionados al vino puro! En cuanto ä nuestros lectores, debemos prevenirles que, para llevar ä cabo tan curiosa separación, deben servirse de una botella horadada por debajo, cuyo agujero deberá estar tapado con una bola de cera, la que quitarán ä fin de que. el agua olorada baje al pedestal sobre el que está colocada al tiempo de cubrirla con su cucurucho (sencillamente desde luego). Los cucuruchos destinados á cubrir las copas están vacíos casi basta la mitad en su parte inferior; mas la parte superior de cada uno de ellos forma una especie de caja cónica dividida en dos compartimientos, teniendo ambos un agujero en su base. Esta caja, gracias ä su división puede contener, y contiene en efecto, vino y agua en cada cucurucho. Por el mismo fenómeno físico del peso del aire que obliga á horadar la pieza en dos puntos cuando se quiere sacar vino de un tonel lleno, el líquido no se escapará de uno de los compartimientos y por el agujero que acabamos de citar, sino en el momento en que se destapará una abertura correspondiente, colocada en lo alto y sobre la pared del cucurucho. Esta abertura está tapada con una bola de cera blanca. Luego que el espectador ha manifestado el deseo de que pase el vino ä derecha 6 izquierda, no se tiene mas que levantar á izquierda ó á derecha, sea la bola que encierra el compartimiento reservado al vino, ó bien la que impide al agua caer en la copa.

Billiotera dr.

Ilusionismo ilndatión Juan Maarh (Madrid

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(FIG. 157.)

DONDE SE VERÁ QUE ES MENOS DIFICIL HACER VINO PURO QUE EL BEBERLO. La copa del diablo.

1

En verdad que el vino realmente puro, es una bebida tan rara y tan preciosa que no seria hacerle bastante honor beberlo en un vaso ordinario. lié aquí uno de muy bello metal y de forma elegante; además, por virtud de la magia tenemos la dicha de poseer un poco de vino sin agua, que vamos á gustar en esta linda copa, donde lo vacío con todo el respeto que debo ä tan excelente tónico... Pasadlo sobre un plato de cristal ä este caballero que parece ser conocedor... Ofrecedlo ademas á la persona que sienta deseos de beber vino puro... ¡Cómo! Vuelves otra vez la copa llena...? dices que nadie ha podido acercar ä sus labios el precioso líquido...? En efecto, es este un vaso bastante singular, con ese borde dentado al aire en toda su circunferencia y ä la altura de un centímetro entero.

FIG.

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EL MAGO

Es muy elegante, pero aun Inlis incómodo para beber, puesto que se derrama el licor antes de llegar ä la boca... Puede ser también que no hayan probado ä beber sin levantar el pie de la copa... Pretenden ustedes que no hay nada mas imposible. Sin embargo, eso precisamente es lo que voy ä hacer yo para enseñárselo ä Vds. Principio, pues... Ya lo ven Vds., ya hago raids de los lineros: sin derramar una gota de vino queda el vaso vacío. No olviden la lección. Pero ella no servir ä de nada al que no sepa que la copa tiene un doble fondo al que el vino desciende lentamente, mientras que el mago sorbe el liquido por uno de los cuatro conductos paralelos ä la pared del vaso, y cuya extremidad entra en el doble fondo. De este modo puede vaciar el vaso y podría beber diez botellas la una después de la otra sin incurrir en la falta de haber levantado el codo. UN POCO DE MAGIA NEGRA BLANQUEADA POR UNA BUENA OBRA. La caja del reloj.

Mr. Dv", el prestidigitador de quien ya hemos hablado, se fué el verano último ä la casa de recreo, del barón X, donde había sido diferentes veces invitado ä ir ä pasar algunos días del buen tiempo. Situada aún en la misma Francia, casi en medio de un desierto, la opulenta morada casi no era habitada mas que durante la estación del verano. Mas gracias ä la invitación del barón hallábase allí entonces una numerosa compañía. Mr. D*** fue cordialmente acogido. Allí encontró un buen muchacho, compatriota suyo, y al que había servido de empeño para que fuese admitido en la casa corno criado. Pero José, que así se llamaba el chico, había perdido su aire tranquilo y alegre que D*** le había conocido siempre. Preguntado, pues, varias veces con interés por su protector, acaba por hacerle, sollozando, la declaración siguiente:

I

inteca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

205 —Ya ve V. la profusión de alhajas que hay aquí, Sr. D***, mas, ni una sola ha tentado nunca mi codicia, porque... —Porque tú eres un hombre honrado, José. —No diga V. eso, señor._ Entre todas estas alhajas ví una últimamente de tan poco valor, que yo me imaginé que era la más insignificante de todas... Era una simple tabaquera de raíz; pero como se pa-. recia á la que usaba la viejecita de mi pobre madre, que está en el cielo, me causó envidia; me parecía que poseyéndola, tendría como un recuerdo de la adorada difunta, y después de haber dudado, ¡yo... sí! señor D***, la robé...! Los sollozos interrumpieron un momento ä José; después, continuó: El mismo día nie enviaron ä desempeñar una comisión que me retuvo durante unos días lejos de la quinta, y sólo supe al volver que mi amo había pedido y hecho buscar su tabaquera de raíz por todas partes; pues para él también era un recuerdo... Yo no me atreví á confesar mi falta... ni volverla ä dejar en su sitio, porque esto hubiera sido acusarme sin duda... y todavía la tengo; sólo un milagro podría hacerla volver ä ir á manos de mi amo sin que yo muriese de vergüenza. —Consuélate, buen José, dijo el mago, después de haber reflexionado; tu arrepentimiento merece que yo haga ese milagro que dices. Ve a buscarme la tabaquera en cuestión. Al día siguiente, Mr. D*** ofreció ä los moradores de la casa de recreo una sesión de magia blanca, la que terminó con un juego, en el que mostró una caja que, decía él, tenía el poder de hacer acudir un objeto al sitio de otro, como asimismo reemplazar éste por una DE LOS SALONES

(Fin. 159.)

BO) " otra de Ilusionismo.

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cosa perdida. Abrió, pues, su caja, y rogó á una persona colocase allí un reloj; colocado que fué, la volvió ä cerrar, preguntando al barón si no había perdido nada que desease volverá encontrar. —Querido mago, respondió él, ¿puedo realmente contestar sin temer poner ä V. en un embarazo? —Bien pronto sin arreglo alguno, tendré el gusto de poner á prueba mi poder mágico. — Veamos, pues! replicó el barón, pensando que nuestro prestidigitador se saldría del asunto con alguna tergiversación ingeniosa; yo he perdido una tabaquera y le quedaría muy agradecido ä su caja de V. 'si me la volviese. —,,Es ésta? Interrogó 10** abriendo la caja donde, del sitio del reloj, sacó la tabaquera de raíz que José le había entregado. El barón de X no ha salido aún de su asombro. Si Vds. desean conocer la caja empleada en esta circunstancia por Mr. D"*, les diremos que se compone de una tapadera que encaja en un primer compartimiento móvil y libre, colocado encima de un segundo también móvil, sostenido sobre un resorte de espiral contenido dentro del piede la caja. Se principia por levantar la tapadera para que ponga el reloj en el primer compartimiento. Una vez puesto allí, se cierra la caja; y luego volviéndola á abrir de nuevo se aprietan un poco las paredes de la tapadera con la cual se levanta esta vez el primer compartimiento. El segundo, no estando ya comprimido por éste y empujado por el resorte, viene á tomar su puesto con el objeto que debe sustituirle y que se ha puesto allí anticipadamente. Los cubiletes escamoteadores.

A medida que se presentan, damos ä conocer ä nuestros lectores los instrumentos, piezas, máquinas, etcétera, etc., empleados para la magia blancay con los cuales pueden variar y multiplicar los juegos que les

ioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Illanrh (Madrid)

307 indicamos é imaginar de todas clases. Ahora les hablaremos de los cubiletes escamoteadores que su imaginación les proporcionara ciertamente la ocasión de utilizar con frecuencia. Nläs grande que los cubiletes sencillos, éstos tienen generalmente la misma figura. En el interior están provistos de una especie de cuchata de ponche sin mango, ó bien de una concha DE LOS SALONES

'bastante hueca. Esta concha, jugando como una mano levantada pronta á asir, se sujeta á la pared interior, del cubilete, en cuya parte más elevada hay un botón al que basta tocar para hacer maniobrar la maquinita. Nada más cómodo para hacer desaparecer ä los ojos de los espectadores un objeto de un tamano ordinario. El mago cubre éste con el cubilete, que de antemano ha sido armado (esta es la palabra técnica); aprieta el botón, y la cuchara, describiendo un semicírculo, viene á tomar y poner fuera de la vista al objeto que de este modo ha desaparecido maravillosamente al levantar el mago su cubilete. Esto es bastante para hacer conocer á los lectores los cubiletes escamoteadores y para que puedan ver ,todo el partido que se puede sacar de ellos.

RESURRECCIÓN DE LOS PÁJAROS AL COGERLOS. La cacerola infernal.

Tómense y desplómense (aseguro á Vds. que esta Teceta no ha sido tomada de la Cuisiniere boureoise); tómense y desplómense, decíamos, algunos pájaros ä.

flib oeca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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los cuales se les habrá torcido el cuello convenientemente, y después echándolos en una cacerola se pondrá ésta al fuego. En verdad que parece que Vds. se apiadan de la suerte de esas inocentes criaturas de Dios; sin duda piensan que no las crió tan alegres y tan dulces para ser cocidas y tragadas. Señoras: la magia blanca seria indigna de recrear á Vds. con sus prodigios, si uno solo entre todos las causara un minuto de tristeza. Del fuego, pues, que quema y consume, va su varita hacer una llama de vida y de resurrección, para complacerlas. Con el fin de aumentar el color regenerador del que sus pequeños protegidos tienen necesidad antes de renacer, cubramos la cacerola, donde sin su benéfica piedad hubieran sido completamente asados. ¿No les parece oirlos darles a Vds. las gracias. consus gritos de alegría? Apresurémonos á quitar la cubierta. ¿Les he cumplido la palabra? Miren, miren.

!1 (Fin. 161.) ustedes cómo salen todos de la cacerola batiendo alegremente las alas y revoloteando en todas direcciones. Nosotros les diremos á Vds. muy por lo bajo para no afligir á las señoras, que los päjaros desplumados. se han quedado en el fondo de la cacerola, donde felizmente no pueden ser vistos por los ojos demasiado sensibles; y que los volátiles vivos estaban encerrados en la cubierta, pues aunque la forma de ésta no tiene nada de extraordinario, permite, sin embargo, disimular un pequeño aposento en el interior de la misma. Una tablilla redonda, móvil y libre, sirve de piso al expresado aposento y lo cierra hermética-

: n ntera de 11,.ionisinn. undarion Juan March (Madrid)

309 mente. Apretando im poco un botoncito colocado en lo alto de la tapadera al cubrir la cacerola, se hace DE LOS SALONES

(FIG. 162.)

caer la tablilla, cuya caída tiene el doble resultado de poner en libertad á los pájaros vivos y cubrir en« .teramente los muertos. La botella inagotable de lo @ cien licores.

¿Quién de Vds. no ha pedido en medio de la admiración general una copita de coñac ó de rom, de curasao ó de kirsch (1), anisete ti ajenjo á esta maravillosa botella que durante un cuarto 6 media hora 'vierte instantáneamente á cada concurrente el licor .que prefiere? Ninguno quizás. Pero los que no han visto euinplirse semejante prodigio, seguramente que habrán oido hacer su elogio en mil conversaciones. El ha dado lugar á diferentes comentarios y muchas suposiciones; gran número de curiosos han buscado el secreto de ese milagro, sin poder hallar una expli•ación verdaderamente satisfactoria; nosotros esperamos, pues, que se nos agradecerá el que aclaremos por completo el misterio en cuestión. La botella de los cien licores contiene cinco compartimientos separados, y á cada uno de los cuales sirve de conducto un tubito un poco menos largo que el cuello, al que sigue paralelamente La botella está atravesada hacia el medio por otros tantos agujeraos (1) En alemán Kirschenwasser; es una especie de licor espirituoso confeccionado con guindas si lvestre s fer mentadas.—N. del T.

era de Ilusionismo. Fundador Juan March (Madrid)

EL MAGO 310 como corresponden ä dichas divisiones. También aqui se aplica el principio que en un juego precedente hemos recordado sobre el derramamiento de los líquidos; mientras que los agujeros permanecerän tapados, el contenido de los cinco compartimientos no podrá escaparse. En los cuatro primeros se ponen cuatro clases de licores de los que más particularmente se estiman ó que se prevee pueden ser de los que más sepidan, y en el quinto simplemente agua con azúcar. En el centro de la botella queda un cierto espacio que se le llena de vino, y al vaciarla delante de los espectadores, éstos quedan muy asombrados al oir decir ab mago que va ä hacer salir de la botella de la que acaba de vaciar el contenido, tantas copas de licor de diferentes clases como se podrá desear.

(FIG. 163.)

Y nada más cierto: nuestro hombre toma la botella de manera que con sus cinco dedos tapa los agujeros de que nos hemos ocupado, dispuestos para este fin y que por precaución ha clasificado en su memoria por orden alfabético en relación con la primera letra de los nombres de los licores colocados. siguiendo el misma, orden en los compartimientos; por ejemplo: Anisete corresponde al primer agujero tapado por el primer dedo ó pulgar, etc Todas las veces, pues, que se le pide. uno de los licores contenidos en los compartimientos levanta el dedo que cubre el agujero necesario al derrame del liquido deseado, volviendo ä taparlo para abrir otro según la necesidad. En el caso que se nombre otro licor que no se encuentra en la botella, tiene-

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311 DE LOS SALONES el recurso del agua con el azúcar. Importa saber aquí que ciertas copas perfectamente clasificadas han recibido una preparación; es decir, que se dispone en cada una de ellas un poco de las diversas esencias que dan á esta agua al verterse allí el gusto del licor designado. Para terminar, añadiremos que, por su forma, dichas copas parecen contener mucho más del que en realidad tienen, lo que hace aparecer la botella de los cien licores verdaderamente inagotable. plato de los cambios.

Otro aparato, que, dándonos el medio de ejecutar un juego agradable, nos será muy útil para efectuar algunos otros de diferente naturaleza. Es una especie de bandeja, en medio de la cual hay un hueco redondo, del tamaño y de la capacidad de una pieza de cinco francos. En él se hace depositar una moneda marcada, una sortija prestada, etc., de la que deseamos hacernos dueños sin que se dude. El objeto para cambiar se halla así colocado sobre una corredera que basta hacerla escurrir para que la moneda ó sortija sea reemplazada con tanta rapidez que no se tiene ni aun tiempo de observar la situación por otra, puesta antes en la ranura. Para esto no hay mas que sacar un ganchito que es fácil de encontrar con el dedo debajo del plato, y por la abertura dejada á la extremidad del conducto interior, una simple in -

(FIG. 16i.)

clinación lleva á la mano el objeto que parece quedarse en el sitio donde el espectador lo ha puesto.

ddioteca de Ilusiottionto. Fundación Juan hiarch (hdadrid)

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EL MAGO

La caja de laie deaaparlelones.

Ya que hemos principiado ä hablar á Vds. de los aparatos que pueden servir para muchos juegos, aunque diferentes unos de otros, examinaremos también en este capítulo la caja de las desapariciones. Esta caja más Ó menos grande, según lo que en ella se quiere hacer desaparecer, ya sea una carta, una moneda, una flor, un pájaro, un ramillete, un pichón, ó bien un conejo, etc., etc., contiene lo que se llama un doble cajón, es decir, un cajón ordinario, sobre el cual

(FIG. 163.)

puede deslizarse un cajón aparente. La parte de delante donde está el botón que sirve para hacer salir el uno ó el otro les es común á los dos, pero al segundo de estos cajones le falta el lado opuesto (el del fondo), ä fin de que pueda deslizarse, como hemos dicho, ä lo largo del primero sin desordenar el objeto depositado en el primero, del que nadie puede apercibirse mas que sacándolos de la caja. La parte inferior de ésta tiene ä la parte contraria á la que se abre un punto donde hasta una pequeña presión para retener en el interior el cajón ordinario, mientras que se saca el cajón aparente haciéndolo deslizar. El objeto 6 el animal destinado ä desaparecer se coloca, pues, en el cajón ordinario (para hacernos comprender bien nos vemos obligados ä la repetición de algunas palabras, lo que rogamos á nuestros lectores nos perdonen), el cual se saca. Se cierra la caja; luego volviéndola ä abrir se apoya sobre el punto del fondo de que hemos hablado, ä fin de no arrastrar mas que el cajón aparente, y la desaparición se ha cumplido.

Biblioteca de Ilusionismo. Fundación

J119.71 Mara

(Madrid)

DE LOS SALONES



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Donde se ve que los relojes se han hecho para ser molido en los almireees. —111ola, hola! Aquí tenemos al Sr. Bombón que vuelve después de una ausencia bastante larga. —Sí; he pensado que podría ser útil entre las tonterías de V Ese es mi elemento. —En él está V. admirablemente colocado. —¿No es verdad...? 0.ga V„ acabo de ejecutar un juego sorprendente. —¿Y que juego ha sido ese, señor mío? —¡Uno muy famoso! —Pero en fin... —Sí; he hecho desaparecer de un plato tres pas telillos en menos de cinco minutos, contados por un amigo mío, que se llama... —Sr. Bombón, ¿quiere V. prestarme su reloj? —Con mucho gusto, mas ya sé que va V. á ponerlo delicadamente en un estuche de terciopelo azul enteramente forrado de seda, y... —Por ahora lo pondré en este almirez. —¡Qué...! —¡Ea! póngalo V. mismo... ;Perfectamente! —Pero, ahora reflexiono... —Para abreviar sus tardías reflexiones, examine V. esa mano de mortero, y dígame si la encuentra stilid a. —¡Ah, sí! Y muy pesada! —¿Quiere V. devolvérmela...? Gracias. —I Eh, eh! ;Canasto z! ¿Qué va V. á hacer? —Ya lo ve y., voy moler su reloj en un almirez. — Deténgase V. por el amor de Dios! ¡Moler mi reloj! ;Al paso que va V., ahora mismo queda reducido á polvo! —iY que! Con ese polvo le haré á V. otro nuevo... Yo no le quiero engañar, mire V. los pedacitos que vacío del mortero. —;Pero hombre! Los relojes no se han hecho para ser machacados! —Y V. está viendo que sf.

Moteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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—Pues yo exijo que me restituya V. el que tan locamente le he prestado? —¿Quiere V. que se lo devuelva en el estado que ahora se encuentra? Permítame recoger los restos, dándome solamente tiempo para reflexionar el medio de fabricar con este polvo el reloj nuevo que le he prometido. Este tiempo lo emplearemos en confiarles ä Vds. que el fondo de nuestro mortero de madera es móvil, de báscula. Por consiguiente, nos ha sido fácil, utilizando esta pequefia báscula, hacer caer el reloj en nuestra mano; habiéndolo puesto en seguida sobre el servante de la mesa, por ejemplo, ó bien lo ha tomado nuestro auxiliar antes de hacer uso nosotros de la mano de mortero. Esta misma no era ya el instrumento pesado y macizo que hemos dado ä examinar: lo hemos cambiado por otro cuya punta gruesa está vacía y forma

=1:1

e

(Fio. 166.) una caja que tiene su tapadera enroscada por debajo. Esta caja contiene una porción de fragmentos de reloj, los cuales caen al mortero después que, fingiendo moler el reloj prestado, se ha desentornillado la expresada tapadera, siendo el fondo del mencionado mortero bastante estrecho para encajarla desde que se le apoya sobre la mano mismo; es to se verifica naturalmente quedando allí sólidamente unida.

, io teca de Ilusionismo. Fundación.Juan Manch (rvlachid;

DE LOS SALONES

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El arroz, el café' y los guisantes secos. Una poca más de paciencia, Sr. Bombón; de aquí ä tres cuartos de hora su reloj estä ya renovado. Pero déjeme V. solamente enseñar las tres cajas que se me acaban de traer. La una est ä llena de café, la otra de arroz y la última de guisantes secos. Pongamos el café á la izquierda, los guisantes en medio y el arroz ä la derecha. En cada una de las cajas clavo una aguja de hacer media, y puesto que entra hasta el fondo prueba que están bien llenas de lo que V. ve. Pongamos las tapaderas; ahora de parte de nuestra varita mandamos al café que se pase ä la derecha, mientras que el arroz vendrá á la izquierda. Veamos, pues, si hemos sido obedecidos. Perfectamente: el café ha tomado el sitio del arroz y éste el sitio de aquél. Cubramos por segunda vez las cajas y volvamos á mandarles tanto al uno como al otro vuelvan cada uno ä su puesto. Pasad... Hélos aquí. —Señor mago, me preguntan qué hora es, y corno he tenido la debilidad de prestarle á V.... —IAlt...! ¿Todavía piensa V. con su reloj, Sr. Bombón? Veamos, pues; para concluir, ¿quiere V. en cambio aceptar el contenido de la cajita de en medio? —La que está llena de guisantes secos? —Se la ofrezco sin mirarla. —Sí, pero yo se lo que contiene, lo cual no impide á su proposición de V. carecer de importancia. —Pues no conozco otro medio de desemperiarme con V., en razón á que su reloj acaba de reemplazar ä los guisantes que estaban en la caja, donde va V. á verlo tan reluciente como si saliera de las manos del relojero. Aquí lo tiene V. La emoción del digno señor es tal, que podríamos enseñarle nuestras tres cajas pieza por pieza. sin que comprendiera el juego. Esperamos que con Vds. seremos mucho mejor recompensados por nuestra voluntad. Cinco 6 seis veces más altas que anchas se cierran por medio de una tapadera que entra hasta la cuarta

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EL MAGO

parte de la caja, poco más ó menos, la que se compone de dos compartimientos. EI primero no es mas profundo de lo que se necesita para contener un lecho

(Fio. 167.)

'de granos de café 6 de arroz, etc., bastante espesos: su fondo es una alambrera de tela metálica que deja ä la aguja de hacer media atravesar la caja en toda su longitud y á través de la cual no pueden pasar los granos. Luego viene el mismo cuerpo de esta caja ó segundo compartimiento. En el primero se pone café y en el segundo arroz, haciendo lo contrario en otra. Entonces, como basta una simple presión de los dedos para levantar la parte superior de la caja con la tapadera, cada vez, se puede enseñar en la misma caja arroz 6 café, guisantes secos Ó cualquiera otro objeto. Un dado que pasa

á través de todo.

Aunque sea ocho 6 diez veces más grueso que un (lado ordinario, ¿quieren Vds. que lo haga pasar á través de la mesa, ó como éste por su sombrero? Para esto no tengo mas que cubrir el dado con su estuche. ¿Se sonríe V.? Vamos, ya veo que mis confidencias le han hecho ya bastante mago para que no sea fácil engañarle. Usted lo ha adivinado: ¿no es verdad que yo acabo ele dejar caer en su sombrero el dado que tenia la pretensión de haeer pasar á él invisiblemente, y además, que ahora tengo en la mano un dado hueco dentro del cual estaba metido el primero, y por último, que apretando las paredes del estuche levantaré con él este otro estuche, diciendo y mostrando que el dado ha desapa-

iioteca de flusiooisrno. Fundarion JUall Mara (Madrid)

DE LOS SALONES 317 recido? Nada mas cierto. Veamos, pues, en el juego.-

(Fió. 168 ) siguiente quién sera el más afortunado, si V. adivinando ó yo sorprendiéndole.

Las precauciones inútiles

6 el cofre encantado.

Aquí tenemos á propósito un bonito cofrecito que tiene la ventaja de poder cerrarse con llave. Tenga V. la complacencia de pedir prestada una sortija... Póngala V. mismo dentro del cofre... Ahora ciérrelo V. y guarde la llave... Perfectamente. Usted debe concebir ya que sin un poco de encantamiento, me sera del todo imposible volver á tomar á su vista la alhaja que acaba de encerrar aquí. Pues bien: con el auxilio de la magia todo puede ser fácil, y yo voy á aumentar aún más la dificultad de la prueba. ¿Ve V. este otro cofrecito que se cierra también con doble vuelta? V. será, si lo tiene ú bien, quien cierre el cofrecito en cuestión dentro de esta nueva caja. Y para mayor precaución déle V. dos vueltas la llave. ¡Ajá! ¡muy bien! Guárdeselo V. todo; yo tomaré la varita. Sacuda V. los cofres á fin de asegurarse de que todavía está la sortija en su sitio... ¿La siente V. resonar en el interior de su prisión...? ¿Si? Entonces cojo mi varita, y como la caja está encantada, lo que va á hacer inútiles todas sus precauciones, yo mando á la sortija que venga á mi poder. Tómese Y. la molestia de abrir los cofres, ya que JE. llueca de Ilusionismo. Fundación Juan

1NTarcli

(Madrid)

318

EL MAGO

usted tiene las llaves. La alhaja que V. tenia encenada bajo dos llaves ha desaparecido Pronto la volveremos á encontrar; mas como esta vez no ha podido usted adivinar nuestro secreto, antes de ir más lejos, debemos, pues, revelárselo. En uno de los lados inferiores del cofrecillo que se hace depositar la sortija, hay una ventanilla perfectamente disimulada, á la que un movimiento del pulgar entreabre y vuelve á cerrar muy prontamente. Por allí

(FIG. 169).



es por- donde el prestidigitador—que para eso necesita de un segundo—retira la alhaja antes de dar el cofrecillo á encerrar dentro del más grande. El ruido que se oye cuando el espectador agita los cofres para asegurarse de que la sortija se halla todavía entre sus manos, es producido por el movimiento de un pedazo de cobre que sale de la tapa del cofre grande al tiempo de bajarla, y que se entra cuando se la sube. Este movimiento, golpeando sobre un escudo de que está adornada la parte alta del cofre, causa el error más completo y asegura el éxito de este nuevo juego. Nacimiento instantáneo de llores por medio de semillas electrizadas. Pongamos bien en evidencia el vaso ó maceta que nos servirá para demostrar con qué asombrosa rapidez se puede en todas las estaciones hacer nacer las flores más variadas y más agradables. Como ya lo ven Vds., la maceta está llena de tierra hasta los bordes. Sobre esta tierra tiro un puñado de

Biblioteca de Ilusionismo . Fundación

Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 319 semillas que acabo de electrizar con mi varita; pidámosles, pues, un ramillete de llores escogidas al acaso: «rosas, claveles, pensamientos, margaritas y campánulas...» ¡Ha terminado la elección...? El ramillete va bien ciertamente á abrirse en menos tiempo del que ha sido menester para designar su composición. Solamente es necesario concentrar un poco de calor en el campito que acabamos de fecundar. Con este fin, cubramos el vaso un instante... Ya se calienta. Las semillas electrizadas deben haber hecho maravillas... Levantemos la cubierta... ¡Ah...! Yo no me había engañado. Esto es una verdadera cosecha de flores. Aquí tienen Vds. todas las que han pedido y otras

(FIG. 170). muchas más. Esta tierra tan desnuda ahora mismo, se ha transformado en un hermoso parterre. ¡Mas qué es lo que veo brillar dentro de esta rosa...! No hay duda, es la sortija que tan bien cerrada había V. dejado bajo llave! La habré sembrado sin notarlo con las semillas electrizadas. Para evitar, pues, cualquiera distracción, apresurémonos, ú poner otra vez en este cofrecito perfumado la linda alhaja que se nos había confiado. ¡Será necesario declarar á Vds. que mis semillas electrizadas, como suponen muy bien, no han tenido nada que ver con el nacimiento de las flores que han venido de repente á coronar mi maceta de hojalata pintada? ¡De qué serviría negarlo, si cumpliendo con el deber que me he impuesto para todas las piezas que yo emplease, al dejarles examinar esta, verían Vds. que levantando la cubierta de la maceta de flores he

diäWteea de Ilusionismo . Fundaciitt .Juan March (AlAtid).

EL MAGO 320 levantado al mismo tiempo un plato cubierto con un lecho de tierra (que ustedes comprenderán desde luego que es la que yo he sembrado) y que se encaja exactamente dentro de la cubierta? Además, verían ustedes que mi improvisado parterre está sostenida por un segundo plato en el que, removiendo la tierra poco profunda que lo cubre, se descubren los tallos introducidos en los cuales he debido plantar anteriormente las flores que he fingido dar á elegir, eligiendo yo mismo entre todas las que se me pedían, las plantas de mi conveniencia. Y por último, lo que Vds. no verían, pero que lo sospecharían bien, es que el segundo plato está colocado sobre un resorte de alambre arrollado que le hace subir ä la superficie del vaso en el momento en que deben nacer las flores.

1AJE INVISIBLE DE UN NAIPE DESCONOCIDO, EL QUE SE VUELVE A ENCONTRAR DENTRO DE UN HUEVO. La huevera.

Uno de los concurrentes ha elegido una carta de una baraja y la ha puesto por si mismo y sin que el mago la haya visto, dentro de una caja, cuyo cajón ha vuelto ä cerrar en seguida y se queda á vista de todos. Se trae un huevo fresco colocado en su huevera. Nuestro mago extiende la mano hacia la caja; hace, sin abrirla por supuesto, el movimiento de tomar de ella la carta desconocida y arrojarla dentro del huevo. Luego se rompe éste y se encuentra en el la carta; se abre la caja y nada contiene ya. He aquí en pocas líneas todo lo maravilloso del caso. Casi no necesitaremos más papel para reducir este gran prodigio á las proporciones de un hecho del todo natural. Con efecto, el criado del prestidigitador, sin que nadie se apercibiese, se ha llevado la baraja de la que se ha sacado la carta. Una vez dentro, ha visto bien pronto y sin trabajo la que faltaba, y tomando una

dioteca de Ilusionismo . Fundación Juan March (MadiiM

321

DE LOS SALONES

igual de otra baraja la ha arrollado ä lo largo, ha comprimido un resorte de alambre y la ha introducido en un conducto longitudinal practicado en el interior del pie algo largo de la huevera. El mago, durante este tiempo, que ya tiene calculado, ha hecho poner en la caja la carta elegida, ha dado á examinar el huevo al cual ha de pasar, y á fin de probar a todo el mundo que esta verdaderamente lleno, ha roto una de sus puntas. Entonces es cuando traen la huevera preparada como hemos dicho. El

(Fui. 171). prestidigitador coloca en ella el huevo, cuidando de poner la punta rota hacia abajo. Después, apretando un botón situado al pie de la misma hace salir el resorte; éste oculta la carta arrollada que, encontrando una abertura en el huevo, penetra en él fácilmente. Por último, en cuanto á la carta depositada en la caja, de donde ha desaparecido, nada tenemos que añadir después de lo dicho en nuestro capítulo de la caja de

las desapariciones.

UNA ESTOCADA INOCENTE QUE NO ES UNA ESTOCADA EN EL AGUA. La espada y el naipe.

Sin duda habran Vds. oído hablar de un maestro de esgrima gascón, quien poseía una espada de la que 21

Balaca de ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

se servía bastante hábilmente para no ser acometido por una sola gota de lluvia bajo el más grande chaparrón. Esa espada la he comprado yo ä otro gascón primo y heredero del célebre tirador, porque pensé con razón que debía ser una arma mágica. Quiero dar á ustedes en seguida una prueba incontestable, aunque no esgrimiéndome contra las gotas de lluvia, temeroso de que digan Vds. después que he dado una estocada en el agua. Tengan Vds. la bondad de sacar una carta de juego... Bueno. Enséñela V., si le place, ä las demás personas, mientras que yo voy ä tomar la espada del gascón... Déme aquí ya tizona en ristre... Pero tranquilícense, que si yo traspaso á alguien, ése no será sino un personaje de los naipes... Probemos. Vuelva usted á poner en el juego la que ha sacado. Mézclelo si quiere... Ahora, en vez de devolverme la baraja, tírela V. en el aire por encima de mi cabeza cuando yo haya contado hasta tres... Principiemos: una, dos, tres... ¡Bravo! De una estocada he ensartado el siete de espadas en medio de esa verdadera lluvia de cartas. ¿Será esta la carta que V. ha sacado? Ciertamen-

(FIG. 172).

te, ¡ella es...! Pregunto á V., pues: ¡Podría uno lisonjearse de ser tan diestro con una espada ordinaria...? Nadie, seguramente. El arma que yo he empleado tiene algo más que las otras. Ese algo es un barrilito (1) adaptado al puño de (1) Tambor más ó menos chato encerrando un resorte en espiral.

Bbliotera de 11,Lsioni,mo Funda,

.Tuan March

(Madrid)

823 la espada y vuelto á cubrir con una plancha cuadrada del tamaño de una carta, pequeño aparato que la mano oculta cómodamente. Sobre el resorte del barrilito haya rrollado un hilo muy fuerte sacado por uno de los lados hasta la punta un poco redondeada de la espada, donde pasa por un agujerito que, ä pesar de la tirantez forzada del resorte, le impide volverse atrás; ademas, al extremo del hilo está atada la punta de una espada (de unos dos centímetros de larga). Antes de verificar el juego se sujeta una carta al extremo del hilo indicado; después, tirando del resorte, y del lado opuesto al del que se desarrolla, se le hace descender hasta el puño del arma; en éste se pone la carta sobre el cuadrado del barralito, sosteniéndola allí con el pulgar hasta el momento en que se simula dar una estocada ala baraja arrojada por el espectador. Entonces no se tiene mas que dejar ir al cabo del hilo, la que de un modo que no puede ya ser mäs räpido vuelve ä la punta de la espada, donde tiene que detenerse con la carta que parece haber sido traspasada entre las que se acaban de tirar al aire. Para que esta carta sea la misma que se ha sacado, supongo que se la ha hecho sacar de una baraja enteramente compuesta de sietes de espadas, la cual se ha cambiado inmediatamente, a fin de evitar que los espectadores no observen esta última é indispensable superchería. DE LOS SALONES

EL PLUMERO CONFITERO.

La funda de un plumero.

¿Desean Vds. roer algunas peladillas ó grajeas? Tomen, pues, mi plumero. ¿Pastillas de chocolate ú otras clases de dulces?Recurran ä mi plumero que, sea cual fuere su gusto, es como el oso ofrecido al pachá; siempre bueno de tomar. El bonito rollo que tengo en la mano es también una funda ó caja bien cerrada, dentro de la cual lo conservo yo delicadamente, aunque sea algo estrecha para

Hetera de ilusionismo. Fundación Juan lliarch (Madrid)

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El, MAGO

él. Y como no podría hallar una ocasión mas feliz para hacerle ver la luz, en honor a Vds., voy ä sacarle de .su prisión... II& aquí. Es un verdadero plumero de granadero que la funda no es bastante larga para contenerlo... Y me cuesta trabajo peder volver hacerle entrar... lo está maltratando esta cubierta... ¡Desdichado! Afortunadamente acabo de dejarlo caer en el tapiz... Veamos si no le ha sucedido ninguna desgracia en su estuche. No; nada le ha sobrevenido. Apresurémonos ä ponerle otra vez la tapadera, y por hoy volvamos ä dejarle en su sitio. Pero perciben ustedes cierto perfume de confitería...? Parece salir de él... Abrämosle prontamente de nuevo. ¡Qué veo! Bombones, caramelos y otros mil juguetes hasta sus bordes. Alarguen Vds, las manos; hay para todo el inundo y para todos los gustos. ¡,Y el plumero? ¡Dios mío? no es menos mago que confitero: se ha ido invisible• mente ä sus hornillos, desde donde nos envía este goloso adiós. — Pero—exclama un lector ya casi tan mago como yo—teniendo la funda la forma de un rollo, ¿no puede contener ä la vez peladillas y un gran plumero? • Para eso no hay mas que suponerla dividida por una • separación diagonal en dos compartimientos, los que se parecerían ä dos cucuruchos colocados ambos el uno al lado del otro, teniendo éste la punta ä la altura de la abertura de aquél y recíprocamente; por un lado del rollo ha sacado V. el plumero que, vista su forma, bien puede colocarse dentro de un cucurucho, y por el lado opuesto del dicho rollo ha hecho V. salir los dulces del otro cucurucho; su torpeza al dejar caer la funda

(FIG. 173).

Bffilioteca de Itusionisnto. Fundación Juan March (Madrid)

DE LOS SALONES 325 tia sido hábilmente calculada para tomarlo en el sentido contrario al que había tenido hasta entonces. —A. todo esto no tengo nada que responder si no es que en seguida he abierto además la funda para mostrar la punta del plumaje. —Si, de un plumero cualquiera; pero esta vez nada mas que una punta, que dentro de una doble cubierta le habrá V. levantado con la que cerraba el cucurucho de los dulces. —Te doy un millón de gracias, caro lector y mi cofrade en magia, por haberme ahorrado esta explicación que no sabía corno principiar, lo confieso francamente.

.La caja (le las apariciones y (lesapariciones.

Indicar y describir esta caja es dar la llave de un número infinito de juegos, que pueden renovarse ó imaginarse. Se compone de tres compartimientos colocados en

(Fra. 174.



el mismo plano, unos al lado de otros, abriéndose todos por arriba por medio de una ventalla que juega sobre una charnela, corno lo que se llama vulgarmente una tapa de tabaquera. Dos de estos compartimientos, ya sean las cámaras contiguas de derecha á izquierda ó bien la de izquierda á derecha, son movibles y descansan sobre una corredera que hace deslizar á voluntad un sustentáculo situado debajo de la caja. Supongamos que se haya metido allí un pájaro y que se quiere demostrar que no contiene nada. Tomando la derecha por punto de partida, se habrá debido poner

iIlioteca de Ilusionismo. Fundocion Juan Illainh Orlad/id)

EL MAGO 326 el animal en la última de las dos cámaras contiguas y movibles á la derecha. Antes de levantar la cubierta de este compartimiento, se hará deslizar la corredera que llevará el expresado compartimiento al medio, dejando vacío el que deberá enseñarse. Para pasar á la cámara de en medio se volverá á traer la corredera hacia la derecha, reponiendo asi el primer compartimiento en su sitio, y se podrá entonces hacer ver la segunda cámara, y la tercera que no existe mas que para dar el sitio necesario al movimiento de la máquina. En fin, para el desenlace se hace venir el pájaro al compartimiento de en medio. Se ha debido comprender que, ä la vista de los espectadores no ha de haber nunca mas que una cubierta levantada á la vez. Nacimiento de frutas, de llores ó de pájaros y reaparición de objetos escamoteados, son los menores servicios que puede prestar esta preciosa caja.

EL PÁJARO RESUCITADO DE UN PISTOLETAZO Y Á LA PUNTA. DE UNA ESPADA.

La espada del pajar°.

La espada del maestro de esgrima gascón nos ha venido otra vez á la mallo; pidámosle, pues, un nuevo prodigio: un arma semejante mi debe ser avara de milagros. Toma este pájaro disecado con tanta precaución como si estuviera vivo y llévalo á una señora rogándole que cuide bien de no ahogar la noble criatura. ¿Qué exclamación de pesar ha sido esa? Se le ha escapado á la señora porque cree haber muerto nuestro pájaro. Ah...! pues apresurémonos á tranquilizarla diciéndole que solamente es que se ha desmayado, pero que para hacerle volver en si, el medio más corto y seguro es meterlo en esta pistola que tú mismo atacarás, en razón á que semejante cuidado no les gusta ä las señoras. En seguida suplica á un diestro tirador

Biblioteca de Ilusionisnto. Fundación Juan March (Madrid)

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327 ó aunque sea torpe, si es que no hay de otros en los concurrentes, que monte la pistola y tire lo más justo posible á la punta de la espada que tú tendrás con mano segura. Sale el tiro .. y el pájaro revolotea en la punta del arma mágica. LE LOS SALONES

(FIG. 175). Respetemos la dulce y generosa ilusión de nuestras espectadoras, que creen ó se esfuerzan en creer en la resurrección de su diminuto protegido. Ustedes saben tan bien como yo que él se ha quedado en el interior de la pistola y que el tiro ha salido de un cañón delgadito situado debajo del arma. Igualmente

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e

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(Fm. 176). saben Vds muy bien que el pájaro parado en la punta de la espada ha salido de la concha que en el puflo ha reemplazado la plancha cuadrada que antes cubría el barrilillo, y donde yo coloqué la carta antes de . hacerla subir á la punta de la espada de la misma manera que he hecho subir al volátil; compartamos y guardemos, pues, el secreto ambos á dos.

lioteca de Ilusionismo. Emulación Juan Alarch (l'1adrid)

328



MAGJ

Un músico dentro de una moneda de cinco francos.

—Señor Bombón, ¿me hace Y. el obsequio de prestarme un napoleón? —Aquí lo tiene V... Eso me recuerda que no le he dicho cómo se llama el amigo que... — Cielos! ¡Qué es lo que hay dentro de este duro? —¡Bonita burla! Cinco francos; ¿qué ha de haber? —Otra cosa debe haber ademäs; un instrumento cualquiera y también un músico para producir los armoniosos sonidos que parecen salir de él. —Pues yo no oigo nada.., contesta inocentemente Born

—Es porque V. no tiene aún el oído bastante mágico; en suma: pronto sabremos á qué atenernos, obligando al inquilino de la moneda á abandonar ese palacio de plata... Mas como sería dificil enviarle una despedida en forma á nuestro músico, vamos simplemente á privarle del aire y de luz. Al efecto, metamos la moneda en este estuche que tenemos aquí. ¡Diantrel verdaderamente que no es más que lo bastante ancho para que el duro pueda entrar. Tome V. el estuche y métalo V. mismo Sr. Bombón. Ya ve que está enteramente Vacío y que el dinero cae bien hasta el fondo. Ahora cerrémoslo para interceptar el aire y la luz corno le hemos prometido Esto es... ¡Perfectamente! Ahora tenga V. la bondad de volver á abrirla, a fin de que e/ inquilino pueda ya desalojar la habitación, si lo desea. ¡Eh! ¡Dios mío! Mírelo V., por la ventana se marcha á vuelo tendido. El músico y el instrumento no son mas que un... Es el canario más lindo que he visto jamás.

(FIG. 177)

lioteca.de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madzid)

•4

DE LOS BALONES

mi napoleón? —No es á mi á quien debe V. pedirlo Sr. Bombón, puesto que el estuche no ha salido aún de sus manos de V. desde que lo ha metido en él. — Terco, hombre! el estuche está absolutamente —;.1"

vacio. —i,Y ä mí qué me cuenta V...? ¿Reconocería V. su

moneda? — Oh! perfectamente; como que la he marcado. —Entonces, ya que V. es mago, tome mi varita y mándele que vuelva ä encontrar su dinero... V. la tiene por la punta y... —Si, sí, y le ordeno... Aquí tiene V. su mo—Su orden está neda, que acaba de salir por la otra punta de la varita. Bombón aplasta á todos los espectadores con una mirada de triunfo. El inocente seilor nos ha pedido la varita para examinarla escrupulosamente! Vds. preferirán que nosotros les mostremos nuestro estuche, ¿no es cierto? Con mucho gusto. La cubierta y el estuche propiamente dichos son casi de la misma longitud, y para cerrar la caja entra justamente la una dentro de la otra. Ambas contienen un tercer estuche, el cual, según si se aprietan ó no las paredes de la cubierta, se levanta con ésta ó bien se queda dentro del cuerpo principal de la caja, la cual la duplica exactamente; y dentro de este último compartimiento es donde se ha colocado al canario al preparar el juego en cuestión. Para hacer poner la moneda de cinco francos dentro del estuche, se abre éste levantando á un tiempo la cubierta y la parte donde está el pájaro. El espectador no ve, pues, mas que una caja vacía debajo de la cual se conserva la mano al tiempo de darla á tener, pues este compartimiento tiene un fondo móvil muy poco adherido, al que el peso de la moneda desprende y hace caer con ella en nuestra mano: nosotros cerrarnos el estuche y suplicamos ä la persona, quien lo tiene siempre, que lo habra ella misma. Mas, como ella lo hace muy naturalmente, no levanta mas que la cubierta, y por consiguiente deja el

E lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

EL MAGO 330 compartimiento del pájaro duplicar la caja y abrirse, de lo cual el canario no deja de aprovecharse para recobrar su libertad. Después, cuando se trata de recuperar la moneda perdida, se hace lo mismo que podría hacerse cualquier otra cosa, tener vuestra varita de la una punta, tomándola nosotros de la otra con la mano que hemos puesto el napoleän, el que su propietario vuelve Ir ver generalmente con tanto placer como asombro.

Ij

FLORESCENCIA DE NAIPES.

El ramo de naipes. La florescencia de los naipes, es quizás entrelos juegos más nuevos uno de los más graciosos que se debent la magia blanca. El nos dará además ocasión de hacerles á Vds. admirar una pieza mecánica de las mejores y más felizmente inventada. Esta es un a busto cubierto de hojas, introduciendo sus raíces en un elegante florero. El mago lo hace colocar sobre su mesa y suplica á diferentes personas saquen doce cartas de una baraja; después, cuando son ya bien conocidas de los espectadores, cada uno pone la suya en un plato donde se queman todas inmediatamente. Luego, recogiendo sus cenizas, se siembran en torno del arbusto, en cuya copa se ven seis en seguida abrirse como las flores; después una segunda florescencia hace aparecer lasotras seis en el sitio de las primeras.

(Fm.

teca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

is).

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331 DE LOS SALONES Ante todo diremos que el mago ha debido hacer sacar cartas forzadas. Pasemos ahora detrás del telón para explicar allí el secreto del arbusto maravilloso. Levantando un poco el pie del florero, vemos que se ha colocado sobre un triple pedal; el primero ha hecho subir casi hasta las tres cuartas del arbusto un tallo que el tronco y el follaje impiden que se vea. Este tallo se compone de seis paletas cerradas, sostenidas como las varillas de un abanico, ä la punta de cada una de las cuales se halla un pequeño aparato presentando todas las seis cartas forzadas que el mago ha dado á sacar. Así que el tallo ha llegado al punto que acabamos de indicar, un segundo pedal hace separar las varillas de nuestro abanico, le imprime un segundo movimiento ascensional y las cartas vienen á coronar el follaje del árbol. Pero de las doce cartas no han florecido mas que seis,

(Fió. 179). y seis espectadores desean ver las suyas. El tercer pedal va ä dar á todos una entera satisfacción. En medio de cada uno de los aparatitos colocados á la punta de las paletas, se halla situado sobre una charnela un abanico que puede ir de derecha ä izquierda como haría la hoja de un libro del todo abierto. Además, en la cara yen el dorso de dicha hoja hay dos medios naipes cuyas correspondientes mitades se hallan sobre la plancha donde está el situado; de suerte que. haciéndolo pasar de un lado á otro, se cierra aquí un libro que en algún modo oculta á la vista la primera carta y se abre otro que deja ver una nueva. Tales. son l as funciones del tercer pedal.

;lotera de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

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EL MAGO

DONDE EL AUTOR HARÁ VER QUE UNA JOVEN Y HERMOSA SEtiORITA TIENE LAS MANOS LLENAS DE INVISIBLES ROSAS. La caja de túmulo.

Nosotros no hemos enseñado á Vds. el interior de muestras cajas mágicas sino en el momento de confiarles los secretos, pero esta vez no será así; al efecto desmontamos enteramente ésta que ha sido hecha .de intento. Fácil les sera á Vds. convencerse de que

(FIG. 180).

no contiene nada más que un simple cajón grande que se puede volver y revolver en todos sentidos, corno asimismo examinar con mirada escrutadora todos los rincones de esta nueva caja. ¿Qué, no han percibido nada que les haya parecido sospechoso...? Nada. Reconstruyamos, pues, á su vista el cofre, examinando en todas sus partes con tanta atención. Ahora meta usted el cajón; pero no lo cierre hasta el último instante. Dejo á V. la caja, á la cual ya no toco. Tal vez tú, caro lector, te has preguntado alguna vez y después de haber aproximado los labios á la mano de una hermosa joven, por qué esa mano tan sonrosada y blanca estaba de tal modo perfumada; y te has dicho sin duda que estaría llena de invisibles rosas de la juventud. ¿Esas rosas que tan prontamente se deshojan, han sido jamás visibles? Nosotros no lo pensamos, y á la magia blanca pertenece el probar que no son metafóricas. Cerrad, pues, el cajón del

lioieca de Ilusionismo. Fundación Juan lllanch (Madlid)

DE LOS SALONES 333 nuevo cofre maravilloso, rogando á una señora que, pase la mano por encima del mismo. El milagro se ha efectuado... Sáquese el cajón; ¡está lleno de rosas d e . todas clases y perfumes!

(FIG. 481).

La mejor explicación tocante ä nuestra caja sería un atentado de lesa galantería. Ustedes podrán suponer, si lo quieren, reflexionando sobre ello, qué la forma elegante de lo alto de la expresada caja es muy favorable para disimular un cierto espacio que puede cerrarse por una tablilla de una superficie casi igual ä la del fondo, y que no es nada imposible meter allí, una gran cantidad de rosas, sobre todo si se las ha apretado un poco. Siguiendo en su suposición les permito imaginar que el cajón, al cerrarse puede desordenar una de las varitas que encuadran la tablilla y hacer caer ä ésta al fondo del cofre donde se esparcen las flores. Pero nosotros no aceptamos en nada la responsabilidad de esas suposiciones, porque nos estimamos más decir y pensar que la mano de una hermosa joven puede realizar el milagro de las rosas sin auxilio de la magia.

RESULTADO CÓMICO DE UN ENOJOSO ERROR.

La bola del pañuelo.

Yo he pedido prestado á una señora un bonito pañuelo de batista, y luego yendo á mi mesa, he puesto una rosa en medio de él y he reunido sus cuatro puntas hasta envolver completamente la flor, que un es-

El botera de Ilusionismo

Funda,-ion Ju.,71 Mur], (Marixid)

EL MAGO 334 se encarga en seguida de tener aprisionada. pectador Entonces ofrezco volverla ä tornar sin que salga del pañuelo y sin hacer aflojar la mano que le tiene agarrado fuertemente. Una carcajada me advierte que mi proposición ha sido aceptada. Tomo un par de tijeras, y cortando de un tijeretazo el pañuelo por encima del puño que tiene cautiva la rosa, muestro con aire triunfal que ha venido á mi poder sin embargo de hallarse todavía dentro de su fina envoltura. Pero ¡ay! mi triunfo no dura mucho tiempo, porque el espectador que nie ha ayudado con su concurso se apresura ä enviarme el pañuelo, que ni él ni yo nos atrevemos ya á devolverlo en el estado en que está, es decir, con un gran agujero en medio. Felizmente tengo aquí ä la mano mi bola de oro, la más hábil obrera que existe. Todo cuanto cortado ó rasgado entra por la abertura que ven Vds. encima de la esfera, todo sale tan bien cosido y recompuesto que de ninguna manera se conoce... Pero ¡calle! ya se encuentra dentro de ella alguna cosa. ¡Ak, diantre! es el resto de un pedazo de cachemira azul que me sirvió ayer para reparar un magnifico tapabocas y que había quedado aquí por olvido. Metamos ahora dentro el pañuelo y su trozo...

(Fui. 182). La operación no durará más de medio segundo y el mal quedará admirablemente reparado al instante. He aquí el pañuelo; ¿lo ven Vds.? Pues ¿que les hacia reir así...? ¡Por vida de...! Ahora en vez del trozo blanco he metido el de lana azul en la bola y ha sido este el que

,liceleca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

335 DE LOA SALGNES se ha recosido en medio de la batista. ¡Maldito errorl ¡Cuando la reparación ha sido tan sólidamente hecha! El caso es que, como mi bola no sabrá deshacer su propia obra, no tengo más remedio, señora, que devolverle el pañuelo tal como está. A no ser que no obstante eso nie permita V. cortarlo en trocitos bien pequeños para poderlos sembrar en la tierra del naranjo que me traen en este momento. ¡Veremos lo que sucederá! ¡Consiente V. en ello? En cinco ó seis tijeretazos queda el pañuelo bueno para sembrar nuestra tierra.

(FIG. 183).

¡Mientras, ¡quieren Vds. que echemos una mirada á la bola de oro? Seria inútil hacerles observar que antes de hacer uso de ella el mago ha cambiado el pañuelo prestado, dejándolo sobre el servante de la mesa viniendo su ayudante se lo lleva sin apercibirlo nadie. En cuanto ä la bola, está formada de dos medias esferas reunidas por un círculo horizontal, sobre el cual giran ambas ligeramente una á la derecha y otra á la izquierda. En el interior hay otra bola móvil y hueca, dividida en dos compartimientos con una abertura para cada uno y detenida en medio del circulo ya dicho por dos especies de tornillos no apretados, que vendrán ä ser como las extremidades de su diámetro: y por último, la una ä la otra abertura de dicho globo interior viene ä corresponder á la de la esfera grande, desde el momento que se hace girar lo de arriba 6 lo de abajo de esta. Así es como podría haberse visto al

'oteca de Ilusionismo. FlIntlacien Juan it'larelt (i\adrid)

11

EL•INAGO 336 mago poner el falso pañuelo en un compartimiento de la bola pequeña y sacar otro ya preparado del otro compartimiento, en el cual ignorabais que pudiera estar; de donde se deduce que nosotros creemos tener el derecho de cerrar este capítulo.

Nacimiento maravilloso de frutas y flores del naranjo ó del rosal mágico.

Todas las miradas acaban de fijarse en el naranjo mágico, cuyas ramas no están aún cargadas mas que de un espejo follaje. Sin embargo, algunos puntitos blancos empiezan á pintar este verde atavío y se engrandecen poco á poco y brillan ya por todas partes corno estrellas que dulcemente habían ido encendiéndose. Mas casi de repente este polvo de plata se destruye bajo de los rayos de oro; algunos discos de un brillante amarillo han sucedido a las blancas estrellas, los frutos á las flores, el arbusto se ha cubierto de hermosas naranjas. Cojamos una de esas manzanas doradas. La abro y me encuentro con que encierra el lindo pañuelo que tan mal he tratado, pero que al fin lo vuelvo :1 encontrar tal como se me había confiado.

(Fui. 181). ¿Por qué destruir el efecto encantador producido por esta pieza maravillosa hablando ä Vds. de los pedales que el uno por su juego desarregla ciertas partes inó-

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de Ilms ienismo Fundación Juan March (Madrid)

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DE LOS SALON R's

viles del follaje que ocultaban tinos botones de flor de naranjo de hierro pintado y por supuesto cerrados, y el Otro empujando un tallo hace abrir lentamente los pétalos sobre charnelas de esos botones, de los que un tercero traslada nuevos grupos de hojasque se abren para dejar ver naranjas ó rosas, ó bien para hacer aparecer un Cupido y ocultar las llores ó los botones de donde los frutos y las flores parece que han salido? Por esta vez, vale más que callemos.

LOS NAPOLliONES AÉREOS.

El trípode mágico.

Yo soy un pedigüeiío eterno, mas como pago exactamente mis deudas, cuento con la inagotable indulgencia de Vds., por lo que me atreveré á pedirles ahora ocho monedas de cinco francos. Mientras que las recogen, suspendo al techo por medio de mis cordones este trípode, en el que ya ven Vds. que no hay nada absolutamente. Ya, pues, que mi criado ha puesto sobre mi mesa la pila de los napoleones, que Vds. han podido no perderlos de vista un instante, espero que nadie sabrá acusarme de escamoteador. Mas como podría suceder lo contrario si yo los tuviera en la mano, voy á echarlos en esa compotera de cristal blanco que tengo ahí. Perdonen Vds. por el ruido que han hecho al caer en ella, aunque me alegro de que los hayan oído caer todos, porque mi compotera posee un poder en el que quizás no habrían podido Vds. creer: el dinero que se pone en ella lo vuelve tan ligero y diáfano como el aire mismo. Comprenderán, pues, que la experiencia costaría un poco cara, si por el contrario, el trípode suspendido al techo no tuviera el poder de atraer las monedas volatilizadas y devolverles su primer estado. Escueben Vds. bien; van á oirlas sonar una áuna á medida que irán llegando. Ya se van: principiemos á contar: una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y ocho... Mi compotera ha quedado vacía; 22

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EL MAGO

todas las monedas se han pasado al trípode, pero no basta que Vds. las hayan oído, es menester que las vean también. Descuelgo, pues, la máquina. Ni un napoleón se ha quedado en el camino. Esto sólo es bueno para decirlo ä los espectadores, porque los napoleones que el mago ha pedido han sido interceptados por una trampa en el momento en que ha aparentado tomarlos de la mesa y echarlos en la compotera. El ruido calculado de intento y que han parecido hacer caer en ella, ha sido producido detrás del bastidor por unos napoleones tirados con fuerza dentro de una vasija. En cuanto a las monedas recogidas en el trípode,

(Fin. 185.) caían de la cubierta colocada en lo alto, y que parece no estar allí mas que para detener el anillo que sirve para suspenderla con dos cordones. Antes de traer la máquina, el verdadero dinero estaba ya en su puesto. A medida que el mago cuenta uno, dos, etc., una sacudida eléctrica hace caer una moneda, gracias al mismo sistema de los anillos, cordones, etc., que hemos detallado en nuestro capítulo intitulado: COMO SE PUEDE HACER VIAJAR NUESTRO DINERO FRANCO. —E 1 cofre

de cristal.

ORACULO JUICIOSO DADO POR LA CABEZA DE BELCEBÚ AL SIGLO XIX.

(La cabeza del diablo).

Cierto dia acudía la gente al teatro para reir viendo

,liedeca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid

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las brujerías de un encantador que había ido ä París ä ejecutar todas sus diabluras en provecho de los pobres del país. Así es que después de varias pruebas trajeron una grande y fea cabeza suspendida en el aire por las puntas de dos barras de cobre que la entraban en las orejas, y que por las otras puntas se apoyaban en dos bastones de cristal á través de los cuales se veía lo mismo que a través de una gota de agua clara, si bien la horrorosa cabeza no podía, sin que se advirtiera, comunicar con el cielo ni con la tierra. Mientras tanto, el encantador dijo ä los curiosos: «Buenas gentes, siendo mi cabeza la del diablo—y efectivamente lo parecía mucho—va á contestar á todas cuantas preguntas se le dirijan en este momento. Por consiguiente, añadió, como el órgano de Belcebú podría desarrollaros los oídos, la cabeza se contentará con dialoo-ar con vosotros moviendo los ojos y abriendo la boca. Cuando menee los ojos guerra decir no: cuando su boca irá hasta las orejas significará que dice que si. Tanto, que para animaros voy á principiar á hablarle » Entonces el brujo dirigió algunas preguntas ä la cabeza, y ésta se puso tan pronto á menear los ojos como á girar las mandíbulas. Esto era muy extraordinario, pero causaba más miedo que ánimo daba. «Vais á ver, continuó nuestro brujo, como la cabeza del diablo no es lo mala que parece y que sólo piensa en procurar satisfaceros, divirtiendoos. lié aqui un juego de treinta y dos naipes, del cual vais á sacar uno ä vuestro antojo; después lo volveréis ä poner con los otros sin que yo lo vea.»

(FIG. 186).

Bellotera de Ilusionismo . Fundar ió n Juan March (Madrid)

EL MAGO

Uno tomó una carta ocultándola en el hueco de su mano, la enserió á los que estaban á sus lados y la volvió .4 poner en medio de la baraja... El brujo no perdió tiempo, introdujo la baraja en seguida en la boca de la cabeza de Belcebú y ordenó á ésta tirase solamente la carta que acababan de sacar de entre las otras. ¿Quién podría encargarse de tal obra aun cuando tuviera de tiempo hasta el fin de los siglos? Pues no obstante, la cabeza ejecutó la orden al Minuto. El espectador había sacado el rey de oros; ésta fué única que tiró. Así continuó respondiendo negativa y afirmativamente del modo que hemos indicado á cuantas preguntas se le hicieron, causando la admiración y asombró de todos, sin poderse explicar la causa de aquel encanto. Nosotros conocemos el aspecto de dicha cabeza y sabemos lo que puede ejecutar. ¿De dónde le viene su poder? Lo debe todo á tres pedales. La máquina se halla sostenida por un pie de madera, en el que se clavan sus dos columnas de cristal y bajo del cual están situadas las teclas. Estas hacen obrar unas varillas móviles de cristal también y contenidas en las columnas. La acción llega así á unos aparatos que encierra el bastón de cobre transversal; el uno pone en movimiento los ojos, el otro la boca. La carta que la cabeza simula soplar fuera del juego, sale por una abertura colocada abajo ó encima de los labios, donde hay un compartimiento en el que el mago la ha puesto antes de traer la cabeza y de donde la echa la acción de un tercer pedal. Para el caso se ha debido, pues, hacer sacar por un espectador una carta forzada ó bien emplear una baraja compuesta de cartas iguales.

Las doce cajas unas dentro de otras. Hacer pasar invisiblemente un objeto á una caja al punto que liemos llegado, no les parecerá á Vds. mas

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341 que una obra de aprendiz, un juego de niño. Mas quizás no vieran sin asombro al mago pedir una sortija 6 una moneda narcada y hacerla atravesar al instante doce cajas bien cerradas, contenidas unas dentro de otras, de modo que el objeto pedido venga á hallarse dentro de la más pequeña, es decir, en la del medio duodécima. Ejecutemos, pues, la prueba; yo les aseguro que producirá un buen efecto. Pedido el objeto lo hacemos depositar en un plato de cambios. Volviendo ä nuestra mesa, operamos el cambio (1); después dejamos caer el objeto así reemplazado sobre el servanle de la mesa, de donde nuestro auxiliar viene á tomarla. Algunas palabras que nosotros dirigimos á los concurrentes dan ä éste más tiempo del que necesita para cumplir su encargo, el cual consiste en poner la sortija pedida en el sitio donde se la debe encontrar. Se comprende fácilmente que si hubiera entonces que cerrar doce cajas y colocarlas unas dentro de otras, se emplearía un tiempo que quitaría al juego mucho de su prestigio. Pero no sucede así: las cajas, cuyas tapaderas por un lado están dispuestas de manera que de cualquier modo no formen mas que uno solo, y por el otro los fondos en tal disposición que no representen también mas que uno, estas cajas, decimos, se juntan tan exactamente, que reuniendo los fondos á las tapaderas se encuentren todas cerradas de un mismo golpe y tan pronto como una sola. Al pedirlas nosotros al criado las trae al momento. DE LOS SALONES

(FIG. 187.) (1) Veaso pägina 311, El plato de los cambios.

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Tomamos del plato el objeto sustituido y escamoteandolo, aparentamos echarlo en la caja múltiple que damos á abrir. Pero aunque pueda cerrarse de una sola vez es imposible llegar ä la última sin abrirlas todas una por una, y el espectador, encargado de esta oca-

(Fra. 188.) pación, no es verdaderamente recompensado por sus

trabajos mas que por su agradable sorpresa de que esta prueba no deja nunca de ser seguida y de la que todo el mundo participa.

EL PEQUEÑO CAZADOR.

(Autómata). Permítanme Vds. que les presente un pequeño. personaje al que todo mago debe conocer, y quien nos dará pruebas de una destreza verdaderamente admirable. Es un gentil cazador que apenas mide un pie; pero el mérito, como Vds. saben, no se gradúa por la talla, Se encuentra armado de su carabina, de la que no se separa jamás. Y no vayan ä creer que la lleva solamente por pura fórmula; nada de eso: sabe perfectamente servirse de ella. Veamos si se halla dispuesto á darnos una prueba de su talento. «Decid, carainada, ¿vuestra carabina está cargada?»—El autómata dice que si con la cabeza.—«Y no tenéis entre los concurrentes ningún enemigo que pueda temer el uso que hicierais de vuestra arma?» —El

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cazador responde con algunos signos de cabeza negativos.— «Siendo así, mostradnos que sabéis disparar un tiro... ;Apunten...!»—El autómata, quien estaba arma al brazo, se apunta.—«¡Fuego!»—El hombrecillo tira un tiro y se vuelve á poner arma al brazo.

(Fío. 189.) Todos sus movimientos son ejecutados con una precisión que asombra á los concurrentes, tanto más, cuanto que se le toma á menudo y se le vuelve á dejar sobre la mesa; de este modo parece que está aislado y obra espontáneamente. Habrán Vds. comprendido muy bien que aquí también se emplea el sistema de los pedales. No tenemos, pues, que repetir lo que de ellos hemos dicho. Ahora que Vds. conocen á nuestro personaje, nos resta manifestarles con qué éxito puede asociarse á diferentes pruebas de magia.

UN DISPARO MARAVILLOSO. (La cortina de resorte).

El talento de nuestro cazadorcillo no se limita a manejar su arma como acaba de mostrarnos. Complace además en sacar un partido verdaderamente maravilloso, cuando está cargada con otra cosa en vez de pólvora; si por ejemplo, en lugar de plomo se le ha puesto una llave, un pañuelo, una sortija 6 cualquiera otra cosa, conto estos diferentes objetos son d aquellos que más fácil les será prestarnos, nosotros no

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344 EL MAGO buscaremos otros. Tengan, Vds., pues, la amabilidad de confiarlos por un instante á mi pequeño Nemrod. Vamos ä meter todo eso en su carabina, que al efecto tiene la boca ensanchada como un trabuco. La llave, la sortija y el pañuelo además. Ninguna arma de fuego habrá estado tan bien cargada Ahora necesitamos un blanco: la cortina que ä propósito han ido ahora ä buscar nos servirá para el caso. Coloquémosla ä la más larga distancia del tirador. ¡Ea..! «Estáis ya preparado?»—Serias afirmativas del autómata.—«Entonces... ¡A puntea...! Fuego!» — La muñeca ejecuta sus órdenes; el tiro parte, y la llave, la sortija y el pañuelo prestados aparecen fijados en medio de la cortina. —«Amigo, eso es muy buena puntería, y cuando va-

(Fia. 190.) yáis á la caza de las moscas debéis volver con vuestra escarcela llena de piezas.» Devolvamos á cada uno lo suyo; llave, sortija y pañuelo. Y puesto que hemos llegado al párrafo de las explicaciones, examinen Vds. la carabina del autómata. Ya han descubierto Vds. que la batería puesta en movimiento por un pedal, obrando como los otros, solamente hace partir una cápsula. La boca del arma les parece vacía, y sin embargo, los objetos que en ella he introducido todavía están allí; solamente que un nuevo pedal ha arrojado sobre ellos una bala pintada de negro que los oculta ahora. Dichos objetos los hemos sus-. tituído por los que se nos habían prestado, utilizando para ello el servante de mi mesa, de donde éstos se han

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345 tornado al instante para dejarlos prendidos á una cortina ajustada en un marco de cobre colocado sobre un pie. Delante de esta cortina se ha hecho bajar una segunda cortina de color exactamente igual, la cual está arrollada en una polea de resorte, quedando sujeta en la parte de abajo por medio de un ganchito; y cuando el autómata hace el disparo, un último pe— d" al quita el ganchito, sube el resorte rápidamente lo alto del cuadro y descubre los objetos prendidos en medio del primero. DE LOS SALONES

(Fío. 191.)

El blanco encantado. Esta es una prueba para la cual les recomendamos todavía se sirvan del autómata cazador, si bien puede el mago ejecutarla él mismo por medio de una pistola mágica (1) Sin embargo, con nuestro diminuto personaje produce mucho más efecto. El blanco está formado de un pedazo de madera cuadrado ó redondo, más Ó menos grande, descansando sobre un pie pintado de blanco con un punto negro en medio, de donde parten unos círculos negros también que se cubren agrandándose proporcionalmente. El centro del blanco es una pieza móvil limitada por el primer círculo á partir del punto central. Dicha (1) De la que hablaremos en la página 351.

E Melera dc Ilusionismo. Fundación Juan Alarch eldadeidi

EL MAGO 346 pieza está atravesada por un eje, sobre el que á su tiempo la acción de un resorte le hace dar una media vuelta, es decir, que la cara de detrás viene rápidamente á reemplazar la de delante.

(Fic. 192.) Para hacer la prueba en cuestión, el mago pide un reloj 6 dos, de los que hace el correspondiente cambio, carga la carabina del autómata ó la pistola mágica con el que acaba de sustituir, mientras que su criado coge el primero y lo cuelga detrás del blanco que trae un instante después. Este está colocado sobre un pedal.

(Fio. 193.) A la detonación, dicho pedal hace girar la pieza móvil y el reloj aparece como si la destreza del tirador lo hubiera clavado en el blanco.

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EL CAFE DE JUDÍAS.

(La caja de caft( caliente).

Se me acaba de dar una caja bien preciosa para los apasionados al café. No existe filtro que lo haga mejor, más pronto ni mas cómodamente. Para probarlo, rogaría á algunas personas aceptasen una taza del excelente moka, que mi caja vacía aún, como Vds. pueden observar, va á facilitarnos al instante. Me han traído ademas un cucurucho de... ¡Mi, Dios mío! ¡qué aturdimiento! En vez de los granos de moka el cucurucho contiene unas hermosas judías... verdaderas judías de Soissons... Ya, pues, que las tenemos aquí, ellas son las que nos van á servir. —Entonces, desde ahora es menester transformarlas en mozos de café, exclamó una voz en la que todo el mundo reconoció con espanto el acento del seüor Bombón. —Y eso ¿por qué? —Diantre! Porque nos ha ofrecido V. una media Laza de café diciendo que las judías nos van á servir. —Hombre, para hacer café á guisa de moka. Crea usted, señor Bombón, que me desconsuela el que se haya V. tomado la pena de interrumpirme.

(Fio. 194.) Eso no es ningún mal, caballero, y ahora recuerdo que no le he dicho aún el nombre del amigo que encontré dando una vuelta por el famoso paseo de la Magdalena...

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348 EL MAGO —Nos hará Y. el favor de decírnoslo otro día; ahora está aquí ya mi caja de café llena de judías y yo no sabría tardar mas tiempo en utilizarla. El medio es muy sencillo: consiste en cerrar bien la caja con su tapadera; la toco con mi varita y el café debe estar ya bueno para vaciarlo. Abramos la cafetera: ¡magnífico! las judías de Soissons ha sucedido, en efecto, el excelente licor que Vds. conocen. Pronto, tazas aquí, que está azucarado y todo.

(Fío. 195.) Esta manera de ofrecer el café á los convidados es demasiado original para que Vds. no deseasen procurarse una caja parecida á la nuestra. Si la quieren enteramente igual, es menester que esté hecha de dos partes semejantes á las dos mitades de un grueso estuche redondo, entrando casi enteramente la una dentro de la otra para cerrar la caja. En la que sirve de cubierta se halla una tercera caja más pequeña, sujeta por arriba ó por medio de una garra que antici padamente se la llena de café hirviendo y azucarado cuando se quiere ejecutar este juego. La otra parte (5 caja, propiamente dicha, no deja ver mas que un compartimiento vacío en toda su longitud Pero en el momento en que se ponen las judías, apretando un botón situado debajo se hace subir un doble fondo que impide á éstas llenar la caja, aunque aparenten haber entrado allí hasta los bordes. Cuando se cierra, el compartimiento que contiene el café hace subir hasta el extremo inferior el lecho de judías y el doble fondo puesto sobre un resorte de alambre. Antes de volver abrir la caja resta girar otro botón del que se halla provista la cubierta y que hace soltar la presa á la ga-

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rra teniendo el compartimiento del café, el cual mantenido por su peso, permanece entonces en la parte inferior del filtro mágico.

LA LECHERÍA DE LAS HADAS.

(La caja de leche).

Encontrando excelente vuestro café de judías, algunas señoras, á fin de confundiros, podrían tener la idea de pediros crema, en atención á que ellas no están acostumbradas á tomarlo puro. ((Si vuestra varita es verdaderamente una bada, dirán, le sera fácil sacar una poca leche de las judías que no habéis empleado para hacer el moka.» Su malicia os proporcionará la ocasión de serles agradable y de mostrarlas la grandeza de vuestro poder, si poseéis la caja maravillosa de teche. Esta es una caja sencilla, redonda y en la cual habéis puesto leche, de modo que no llegue precisamente hasta el borde, cubriendo después el vaso con una especie de embudo, cuyo conducto cerrada

(Fin.196 ) en su extremidad inferior se introduce en el líquido sin trasladar una gran cantidad. En este embudo vacía el mago las judías, cebollas, etc., y para hacer creer que la caja está toda llena, mete en mecho de ellas una varita que pasa por el conducto. En seguida cubre el vaso con una campana de hojalata, dice que el prodigio acaba de realizarse y levanta la campana, dentro de la cual, por la fuerza de la presión, se encuentra cogido el embudo. Entonces puede servir á las bellas

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maliciosas la leche que han pedido con intención de desafiar su poder. Hasta la presente no se ha descubierto que el Sr. Bombón haya encontrado bonito este juego, porque dice que leche se ve mucha. BONITO JUEGO DE ILUSIÓN. (El plato de las cartas).

Nacida entre los naipes, con una baraja por cuna, la magia blanca los asocia ä menudo a sus maravillosas experiencias. Sigámosla, pues, en sus encantadores caprichos y hagamos sacar dos cartas forzadas. Uno de los concurrentes ha tomado el as de copas, otro el caballo de espadas. Recogemos las dos cartas y las colocamos el caballo de espadas á la izquierda y el as de copas ä la derecha, cada una sobre una mesita redonda de tres pies.

(Fia, 197.) Después de haber mostrado varias veces que las cartas están efectivamente en el sitio indicado, cubrimos entonces las mesas con una campana de hojalata, anunciando que el caballo de espadas va ä pasar invisiblemente de izquierda á derecha y el as de copas de derecha ä izquierda. Levantadas inmediatamente las campanas, éstas dejan ver, en efecto, la primera de dichas cartas en el sitio de la segunda y ésta en el de aquélla. Desde luego, no conociendo este bonito juego de ilusión 6 de pasa-pasa, sólo un mago podría adivinar

Bijlioie e a de flususmo.Fujidció,t Juan March (Madrid)

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que las mesas tan delgadas en apariencia tienen sin embargo una segunda tabla; y que debajo de la primera de estas tablitas, enteramente separada de la máquina y un poco mayor que la tabla verdadera, habíamos puesto las cartas destinadas ä sustituir ä las

(FiG. 19S.) que nosotros habíamos hecho tomar como al acaso; y adivinar por fin que las campanas, apretando entre sus paredes los platos ó tablas superiores, los habíamos puesto allí. Como ä estas horas mi querido lector debe ya ser un mago, queremos dejarle el placer de adivinar todo eso.

La pistola del mago.

No se asusten Vds. á la vista de la enorme pistola de que me be armado. La pistola de un mago no ha matado jamás ä persona alguna. Por otra parte, la nuestra no est ä cargada mas que con pólvora sola. Para reemplazar ä la bala vamos ä poner en ella una sortija que nuevamente les pediré ä Vds. Tenga V. la bondad de depositarla en mi plato ä fin de que pueda ser vista de todos los señores concurrentes hasta el momento en que pasará al cartón del arma. T ä él va ya. Ataco fuertemente y monto la pistola, con la cual suplico ä V., caballero, haga el favor de tirar sobre mí cuando yo le dé la señal. Solamente pido tiempo

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EL MAGO

para ir á coger ä un extremo de mi gabinete el capullo de una rosa que distingo desde aquí. El le servirá á Y. de puntería. Ahora ya estoy dispuesto... Apúntese V. bien, y tire sin temor.

(FIG. 199.) ¡Bravo! Caballero, V. es un gran tirador. Clavando el tiro en medio del capullo, lo ha hecho abrir, saliendo de él una magnífica rosa, en medio de la cual veo, si no me engaño, la sortija que nos ha servido para cargar la pistola. No cabe error a:guno; es efectivamente la sortija prestada. En este juego no hay nada nuevo para el lector mas que el capullo de la rosa, en medio del cual se vuelve á hallar la sortija prestada y cuya rápida aparición en la punta de los dedos del que la tiene, merece una corta explicación. Ya una vez hemos hecho uso de la pistola mágica para resucitar un pajarillo, y esta arma ha sido descrita entonces tal cual es (1). Después de haberse hecho dueño de la expresada sortija reemplazándola por otra en el plato, cuya utilidad conocemos, se pone este último en el cañón aparente de la pistola donde ha de quedar; luego, antes de traer el capullo de la rosa, se desliza en él la sortija que se ha de restituir. Este capullo, puesto sobre un tallo guarnecido de un pequeño resorte de alambre, está rodeado de pétalos móviles de hierro, cubiertos por fuera de hojas verdes y por dentro de hojas de rosas. Una presión del dedo sobre la punta del resorte hace abrir los pétalos, y la ID Página 326, El

pájaro resucitado de un pistoletazo.

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DE LOS SALONES 353 rosa en cuyo seno brilla como un corazón de oro la sortija prestada, se abre asimismo como por encanto.

SORPRENDENTE FECUNDIDAD DEL CRISTAL. (Caja de la rosa entre erlstales).

Las rosas, que para los poetas y los simples prosistas han sido siempre la imagen de la belleza, son también ¡ay! los satélites efímeros del placer, pasajero como ellas. Del mismo modo no se sabrá reprochar ä la magia blanca el llamar con demasiada frecuencia en su ayuda á esas flores maravillosas aun en medio de lo maravilloso. Una rosa, pues, va á ser todavía la heroína de nuestra nueva experiencia. Ella, asi lo esperamos, borrará bien pronto del espíritu humano esa vieja preocupación de que la reina de nuestros jardines, corno sus humildes súbditas, no puede nacer mas que en una fea tierra negra y ahumada. La rosa no ha sido en eso menos calumniada que el cristal, que hasta la presente no se ha considerado sino como un cuerpo brillante, fino y transparente, y en fin, muy bonito, pero de todo punto improductivo. Juzguemos de esas dos prevenciones. Precisamente tengo aquí un magnífico vaso de cristal, y á fin de que esté biená la vista, lo coloco sobre el pedeStal. Nadie puede dudar que está enteramente vacío. Yo, simplemente y con rapidez, hago pasar por delante de él el pañuelo mágico, porque la

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EL MAGO 354 naturaleza tiene secretos que quiere guardar ocultos a los ojos de los mortales. El cristal se ha vuelto fecundo; una rosa acaba de nacer en el vaso. Todas las rosas deberían privarnos para siempre de sus perfumes queridos; todos los cristales romperse al ruido de nuestras explicaciones humillantes para su dignidad; fuerza es decirlo bien: hemos calumniado a la calumnia. La rosa que han visto Vds. en nuestro vaso se había escogido en una tierra negra y ahumada; había sido sujeta por el extremo de su tallo de forma encorvada, la cabeza hacia abajo, ä través de una báscula situada en lo alto del pedestal de que acabarnos de hacer mención. Esta especie de caja cuadrada está enteramente abierta por el lado opuesto a los espectadores El pañuelo no lo había ocultado todo mas que un instante para permitirnos apretar un muelle que ha hecho partir un fiador junto á la báscula. Entonces la rosa, saliendo de la caja ha descrito de abajo arriba un semicírculo en sentido del vaso. Respecto á este, tiene una abertura longitudinal, invisible aun ä corta distancia y por la cual aparece triunfalmente la rosa para reinar bien prosaicamente en este cristal. Que una y otra nos perdonen el haber profundizado este misterio.

La tortilla en un sombrero.

Desde las primeras palabras soy interrumpido por el Sr. Bombón, que se levanta y exclama gesticulando: —La tortilla en el sombrero? Ese es el juego en el que yo quedo victorioso. Siempre es mi sombrero el que sirve para hacer esa prueba. Reparen Vds. bien que no contiene nada y que es lo mismo que todos los demás. lEa...! van Vds. á ver. El Sr. Bombón tiene una chistera del todo nueva y me la ofrece con tanto empeño que no sabré rehusar el servirme de ella. Al instante nuestro personaje, casi sin darse tiempo para respirar, continúa:

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DE LOS SALONES 355 —El mago, señores, va ahora á romper unos huevos y á ponerlos con agua y harma en ese vaso de porcelana; después á vista de Vds., vaciara el contenido en mi sombrero, lo removerá dos ó tres veces y sacará una tortilla caliente ó una torta amarilla como. cloro. Bombón da un grito de victoria, porque no esperando que pueda callarse, yo acabo de ejecutar todo lo que él ha querido anunciar á los concurrentes. Viéndome sacar una tortilla de su sombrero, el buen señor se cree realmente el primer mago del mundo y da á derecha é izquierda tantos apretones de mano que los que tiene cerca no saben cómo rehusar. Como podría ser infinitamente mucho más agradable á nuestros lectores hacer las tortillas en los sombreros de otros, que verlas l'aceren los suyos propios, nos apresuramos á facilitarles el medio. Deberán tener una tortilla cocida sin manteca ó una torta contenida en una hortera de hojalata que se la dispone anticipadamente sobre el servante de la mesa, detrás de la cual pasaran para ejecutar la prueba. Una vez allí harán caer diestramente dentro del sombrero la hor. tera y lo que contiene.

(FIG. 201).

Esta hortera es la que recibe los huevos, el agua, harina, etc., que se vacía de un vaso de porcelana. Este, encajándose exactamente dentro de aquélla, el mago finge destilar bien el vaso con que cubre la hortera para retirar al propio tiempo uno y otra, no quedando entonces en el sombrero mas que la tortilla ó la torta. la

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EL JUEGO DEL DIABLO. (El dado y la naranja).

En este capitulo me he propuesto dar ä Vds. ä conocer un juego que aseguran que en los infiernos ha reemplazado al sacanete, desde que éste está en moda en la tierra. Ild aquí una caja de la cual retiro este dado; les es á Vds. fácil ver que está ahora enteramente vacía; éste es un cubilete chinesco, debajo del cual no hay nada absolutamente. En la caja pongo una naranja que la llena, y bajo la cubierta; por otra parte cubro el dado con el cubilete chinesco. Ahora juegan Vds., 6 más bien, supongamos que cada uno tiene su punto como banquero; yo pierdo todas las veces que digan exactamente dónde se encuentra la naranja ó bien el dado; Vds. piensan que la primera está en la caja, porque me la han visto poner en ella; han perdido, pues: ahora es el dado el que está allí. La naranja está debajo del cubilete chi-

(FIG. 20.)

nesco. Volvamos á comenzar. Las puestas están ya hechas; gano todavía; la naranja ha vuelto á su sitio y el dado al suyo. En fin, para la tercera vez, como lo seria para un millar de partidas, la naranja pasa á un lado y el dado marcha al otro. Ya ven, pues, que cuando Lucifer tiene la banca debe sacar grandes provechos. Sin embargo, hay en la manera de practicar este

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DE LOS SALONES 357 juego diabólico, para ganar siempre como banquero, mucho más de magia blanca que de brujería. No se dudará ya después de haberse dado cuenta de las piezas que acabamos de emplear. En efecto, se observará que la caja cuadrada en donde ponemos la naranja está doblada interiormente por un cubo hueco de paredes muy delgadas y enteramente libre. Si retiramos este cubo, al que la ausencia de uno de sus lados deja aún una abertura parecida ä la de la caja, vemos que todas sus demás caras se parecen á los lados de un dado. Restablezcámosle en su lugar y dejemos caer la naranja en la caja, que cerraremos solamente hasta la mitad. ¿Quieren Vds. que la fruta desaparezca? Hagan girar el botón que supera la cubierta, y se ve descender una segunda cubierta retenida hasta entonces en la primera por unas garras que vienen á cerrar el cubo, haciendo un dado completo, dentro del cual se halla presa y oculta la naranja. ¡Desean que vuelva á aparecer? Después de haber cerrado la caja se girará el botón en sentido contrario; las garras cogen de nuevo la faz superior del dado y se encajan las dos cubiertas una dentro de otra, volviendo á quedar un simple forro como antes. El dado que se coloca debajo del cubilete chinesco es en todo parecido al de la caja; es, pues, un cubo hueco con sólo cinco caras. Se tiene el cuidado de ponerlo la abertura sobre la mesa, y apenas se encuentra cubierto por el cubilete, una trampa hace subir dentro de el una naranja. Si es esta la que se quiere hacer ver, se levanta el cubilete apretando un poco sus paredes y el dado se queda en el interior de la pequeña máquina: en el caso contrario, se la levanta naturalmente y el dado se queda sobre la naranja.

NUEVO JUEGO DE BILLAR PARA USO DE LAS PERSONAS QUE NO LES GUSTA EJERCITARLO.

(La píldora del diablo).

El juego del billar no exige solamente destreza y

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EL MAGO 358 cierto estudio; exige además, corno se sabe, una gran ligereza en la marcha, porque es menester viajar continuamente de un extremo á otro de esa verde arena donde se persiguen, se cruzan y encuentran de nuevo las blancas y la roja. Este ejercicio puede muy bien no agradar ä las personas que miran el juego como un recreo, y que no obstante, desearían hacer brillar su habilidad en arrojar la billa. A éstos como á los otros, vamos ä proponer el siguiente modo de jugar al billar sin tener casi necesidad de moverse del puesto. Se tiene una caja esférica como esta, puesta sobre un pie y que se abre por en medio. Nosotros encontramos allí una billa maciza y de un volumen bastante para llenarla por completo. Tornemos, pues, esta billa y cerremos la caja, donde por lo mismo no puede haber nada más. A un golpe de nuestra varita, de la que nos vamos á servir ä guisa de taco de billar, pues ahora se trata de bloquear la bola en la caja cerrada. Al primer instante eso les parece a Vds. imposible; pero no es mas que un poco difícil para el que no conoce este nuevo juego de destreza. Vean si no: yo tomo la bola con la mano izquierda y la empujo con mi varita de la mano derecha. La bola ha partido. Debe estar bloqueada... Abramos la caja; aquí se encuentra verdaderamente la mencionada bola, y para que todo el mundo pueda reconocerla bien, retirémosla de esta tronera de nuevo género. Esas son las reglas del juego; lié aquí los artificios. El mago muy sencillamente escamotea la bola ma • ciza que simula arrojar con su pequeño taco, dejándola caer sobre el servante de su mesa ó sobre sus rodillas. La caja con la que la ha tomado, y que ha cerrado después de haber demostrado que no contiene ni puede contener nada más, encierra sin embargo dos medias esferas huecas que le forman un doble muy delgado. Cuando se quiere hacer ver que se ha bloqueado, es menester apoyar sobre un resorte situado en lo alto de la caja, y que apretando entonces la media esfera superior sobre la cascara inferior, las reune una á otra

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359

DE LOS SALONES

de tal suerte, que ambas representan entonces una bola en un todo parecida á la escamoteada.

(FIG. 203.) UNA GALANTERÍA DE MUCHOS 'METROS

6

LOS FAVORES

DE BACO.

La botella de las cintas.

Señoras, al verme aparecer con una botella en la mano no me acusen Vds. de desconocer sus delicados gustos y de querer hacerlas una galantería demasiado grosera. Sé perfectamente que no hubiera sido Baco la divinidad que Vds hubieran incensado y que sus dones no son seguramente de los que les agradan. Me apresuro, pues, ä vaciar en este vaso el vino viejo de que está llena nuestra botella y hacer que se lo lleven prontamente. Esto es negocio concluido. Ahora, pues, que ya se encuentra vacia., pero me engaño; todavía estä llena del espíritu del dios que acabamos de ver salir; este espíritu no saldrá ä su vez sino después de haberse vuelto un cuerpo visible y palpable, tomando una forma que les sea ä Vds. agradable; es una galantería del viejo Baco, celoso de prodigarlas una vez favores dignos de Vds. señoras... Ya se ha transformado el espíritu y se escapa de su pri sión de cristal: ¡es una bonita cinta azul, luego otra verde, y otra de color de rosa .1 Yo creo que Vds. no tienen mas que pedir su color predilecto. El espíritu

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360

EL MAGO

de Baco ha tomado todos los matices... ¿Les gusta á ustedes lo color de cereza, lila él naranja...? Aquí los tenemos todos... Los desean blancos, gris-perla, co-

(Fin. 204). lor de pensamiento, violeta, junquillo ó amaranto...? Están cumplidos sus deseos... La galantería de un dios no puede quedarse corta por algunos metros de más ó de menos. Dejando ä la sombra de Baco todo el honor de este prodigio, esperábamos consolarla un poco por la enfermedad atacada ä sus queridos racimos que él no puede ya proteger; pero ia casualidad envidiosa ha hecho caer la botella de las cintas en manos de Bombón, y el pagano ha descubierto todo el mecanismo que nosotros no tenernos razón de ocultar. El ha visto que estaba formada de una primera de hojalata sin fondo, barnizada de negro, y sirviendo de estuche al esqueleto de otra segunda botella que es muy fácil de introducir en ella y hacerla salir por debajo. Nuestro indiscreto ha retirado dicho esqueleto para examinar más seguramente las ocho ó diez brocas que guarnecen al fondo, sobre las cuales se arrollan las cintas de todos matices. Una putnta de éstas se encuentra sujeta en el fondo de la botella pasando por un anillo horizontal, por medio de un nudo. El mago no tiene mas que tirar ä propósito cada uno de estos nudos para sacar las cintas pedidas por las señoras. No es sólo esto: Bombón ha visto además que el

ca

de Ilusionketo.Fundacion ,litan March (Madrid)

361 esqueleto de la botella est ä provisto de un compartimiento longitudinal bastante grande y bien cerrado DE LOS SALONES

(Fio. 205.) hasta arriba; pero no ha adivinado aún que por él es por donde sale el vino que se comienza por vaciar; tan luego como haya descubierto este último misterio no dejara de publicarlo.

DOBLE SORPRESA.

El vaso de arroz.

A veinte pasos de distancia, hacer pasar invisiblemente un linaon y una moneda prestada al sitio del arroz que llena un vaso, volver ä encontrar la moneda dentro del limón, causando así una doble sorpresa ä los espectadores. Ese es el problema: ahora, lié aquí la solución: Cámbiese inmediatamente la moneda marcada que han prestado. Mientras que con algunas palabras se prepara al público para el juego que se va ä ejecutar, el criado, detrás del bastidor, desliza en medio de un limón por una incisión que en él ha practicado, la indicada moneda, de la que ya se ha hecho dueño. Después mete el limón así guarnecido en el fondo de un vaso de madera de la forma de las macetas de llores que adornan nuestros jardines, y llenándolo de arroz lo trae sobre la mesa.

iiblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Mara (Madrid)

i. MAGO 362 El mago, después de haber mostrado que el vaso está lleno de granos, dice que va ä hacer pasar un limón que tiene en la mano al sitio del arroz y al mismo

(FIG. 206.)

tiempo que escamotea el primero. Lo mismo hace con la moneda sustituida por la que se le ha entregado. En seguida toma el vaso, en el que no ha quedado ni un sólo grano de arroz, hace caer el limón que allí se encuentra y lo parte por medio para retirar el objeto señalado por los espectadores. La desaparición del arroz es debida á la cooperación de un pedal que levanta un poco el fondo móvil del vaso. Esto abre 5 los granos una salida circular, por la que se precipitan en el pie de la maceta, cuyo fondo vuelve á tomar su sitio desde que la acción del pedal cesa.

PODER MAGNÉTICO DEL AGUA FILTRADA.

La haleta. Hasta hoy, muchas personas han pensado que el agua filtrada no era buena mas que para mezclarla con el agua no filtrada que contiene el vino.., de los vendedores de ídem... Error profundo, que nosotros queremos demostrar.

iatera de Ilusionismo. Fundación Juan ?Ilarrh ( nviad/id)

DE LOS SALONES

363

Por última vez pedimos el auxilio de los naipes. Tómense Vds. la molestia de sacar algunos de esta baraja... Una, dos, tres, cuatro... No necesitamos más. Que procure cada uno acordarse de la carta que basacado... Tengan Vds. la bondad de volverlas á poner en el juego. Acaban de poner sobre la mesa la garrafa de agua filtrada que necesitábamos para nuestra experiencia. Como Vds. ven, en vez de un tapón ordinario, lleva puesta una especie de caja en forma de huleta. Coloquemos en ella nuestra baraja. Ahora, que cada uno tengan lacomplacencia de llamar las cartas por el orden que se han sacado: la fuerza magnética del agua las hará salir al instante de la caja. «¡Sota de copas!» Aquí está. «¡As de bastos!» Hélo aquí. «¡Nueve de oros!» El mismo es el que sale. «¡Caballo de copas!» Salud al caballero que viene á saludarnos. ¿A qué tienen los más bellos afectos la obediencia de la sota de copas, del as de bastos, por ejemplo, 6 la urbanidad del caballo de copas? A la punta de un hilo. Oigan la • razón de eso: la caja que los físicos llaman huleta, ofrece dos compartimientos paralelos. En el primero, el de delante, se coloca la baraja que ha servido para hacer sacar las cartas (éstas deben ser forzadas) á los espectadores. En el segundo compartimiento, hay otra baraja invisible para el público y así preparada. Ademas se tiene (Fio. 201.) un paquetito de cinco 6 seis cartas, sean las que fueren, con tal que no haya entre ellas ninguna de las que deben salir. Este paquetito está arrollado en el sentido de la longitud de las cartas con la punta de un largo hilo negro y forma el talón Cuando para fijarlo bien se han hecho dar á la atadura cinco seis vueltas, en que la última debe venir á pararen lo mas alto y sobre la cara de la baraja, se pone una carta cualquiera, á lo largo de la cual se hace descender el hilo; después se coloca allí la ultima carta llamada mostrarse. Entonces se conduce el hilo hasta lo más

BiJlioteca de Ilusionismo. Fundación Joan March (Madrid)

EL MAGO 364 arriba de ésta. Viene en seguida una carta tomada todavía al acaso, sobre la que desciende el cordón, y que se la cubre con la penúltima carta que aparecerá, y así sucesivamente hasta la primera que remonta el hilo para ir ä pasar por un agujero practicado en lo alto y sobre la espalda de la huleta, desde donde va ä parar ä 208). la mano oculta que, tirando de él, hará (Fi O. aparecer una ä una las cartas llamadas por los concurrentes.

LA COMIDA VIVA.

La olla diabólica. Lector querido, antes de separarnos, quisiera hacerte gustar algo de mi cocina. Veamos lo que se podría sacar de esta olla suspendida, como la del rancho de los soldados, por un gancho con tres palos puestos en pabellón. Mas la olla está vacía, bien vacía, y tal vez será necesario comenzar por poner en ella alguna cosa. A toda costa, llenémosla de agua. Un cubo no es suficiente; pongámosle dos... ó si no, tres. En fin, ya está llena, tapémosla y por debajo encendamos este fuego mágico. Parece que creas que yo no haré mas que agua clara... Pero el fuego comienza á brillar... ¿Quién sabe...? Levantemos un poco la tapadera para ver si nuestro caldo lleva buenas trazas. ;Calla...! no hay en ella ni una sola gota de agua, y ¡mira qué pavos se salen volando de la olla...!

(FIG. 209.)

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La magia blanca se había olvidado de desplumar la comida que nos ha enviado. Nuestro amigo Bombón nos ha confesado que hace Veinte años probó á hacer este juego, introduciendo en la olla unos patos á los que quince días antes había privado de toda bebida, con la esperanza de que los volátiles, una vez sedientos, se beberían el agua que debe desaparecer. Como desde aquel día no ha conseguido él mas que ahogar un gran número de esos palmípedos, yo te recomiendo otra manera de proceder; uno de los palos que sostienen la olla es hueco; por una punta penetra en el piso y por otra se adapta herméticamente á la barra transversal, taladrada también, en la que está remachado el gancho, igualmente hueco como el asa que contiene, y que se prolonga en tubo por cada lado y hasta el fondo de la vasija. Una bomba aspirante deja el vacío en estos diferentes conductos, los que en realidad no forman mas que uno solo, precipitándose el agua por allí hasta que se deja de producir la aspiración, es decir, cuando el líquido queda agotado. La tapadera de la olla mágica, en lo que concierne á los ánades, llena absolutamente la misma función que la de la cazuela infernal (1). La taza de ponche.

Con tres cubos de agua no hemos podido conseguir hacer una taza de caldo. Quizás nos será más fácil obtener un ponche. Probemos.

(Fío. (1) Véase la página 303.

iblioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Match (ridadzid)

21 O).

EL N1AGC 366 Al efecto, tomemos mi más grande compotera y pongamos en ella pañuelos, abanicos y rosas. Cubrámosla con esta campana. Me parece que respiro ya olor de rom quemado. Levantémosla... ¡Uf! la compotera se ha incendiado! ¡Esto es un pequeño lago flamígero!

(Fío. 211). Pronto, vengan vasos! Echemos debeber á todo el mundo... ¡A. beber! ¡Vaciemos, vaciemos! Pero calle! ¡Cuanto más vacío, menos disminuye el ponche...! Continuemos. ¡Hay siempre el mismo! ¡Qué es esto! todos lo han probado ya, y la compotera siempre está llena... Entonces se renuncia ä vaciarla. Y yo que no seré más obstinado, para concluir, voy á revelarles mi secreto; pero que no lo digan Vds. á nadie. La compotera de que acabo de servirme se compone de dos conchas. La primera, donde yo echo los objetos, queda dentro de la campana que levanto haciendo jugar un pequeño aparato destinado ä prender fuego súbitamente al licor ya caliente que se halla en la segunda concha. Entre esta y la pared interior de la compotera existe un vacío bastante grande que se le llena de ponche, y donde el nivel del licor excede al del líquido contenido en la concha. Esta se comunica con el tercer compartimiento por medio de una válvula que la presión de un botón hace abrir ó cerrar. A medida que se saca el licor éste disminuye, y basta abrir la válvula para qne los dos líquidos puestos en comunicación busquen darse un común nivel, la bebida se eleva en la compotera y parece inagotable. ]Er.

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March (Madrid)

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INBICE. Páginas,

CAPITULO I.—Juegos de sociedad.. . . Modo de hacer mugir una cabeza de vaca como si estuviera viva, cuando se sirve cocida ä una mesa Modo de fundir el acero y verlo derretir.. Procedimiento para cambiar el color del plumaje de un pájaro ó de una flor Medio de adivinar los números restantes de una suma que cualquiera habrá pensado. Modo de hallar seis veces 13 en 12 Proposición cómica para resolver. La hostalera y los bebedores Adivinar dentro de qué mano se encuentran las fichas en número par ó impar. Adición singular, 6 medio de poner el total de una suma antes de que se haya escrito ninguna cifra Las hileras de nueves 6 el criado infiel. . . Cuestión embarazosa que se propone para su resolución Juego numérico de cartas. Bonito juego de cartas llamado Tontina, que puede divertir ä una numerosa reunión. (Este juego puede aprenderse en un instante). . Sustracción chistosa. Cuadro mägico que representa alternativamente el invierno y el estío. Partir una moneda por el canto Color que puede hacerse aparecer y desaparecer.

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lii In 15 17 17 18 19 20 21 21 22

ÍNDICE. 368 Colocar en un plato una moneda de plata, y hacer aparecer dos, siendo la una mucho más 22 grande que la otra. 23 Retrato mágico 23 Tinta simpática para escribir sobre el vidrio. 24 Rosa cambiante 24 Las veinte cartas. Modo de hacer subir al interior de un vaso vuelto el agua contenida en un plato. . . . 25 Hacer dar vueltas a una cruz de paja vertiendo 25 sobre ella una ó dos gotas de agua. . . Quitar de en medio un objeto cualquiera sin 26 tocarlo 26 Chanza que puede hacerse á un comerciante. Escribir de antemano el paquete de cartas que una persona eligira, antes de que ósta tome 26 ninguna determinación 27 Bujías apagadas y encendidas por un pistoletazo Modo de apagar una bujía á cuatrocientos pasos de distancia, por medio de un disparo de fusil 27 cargado con bala 28 Manera de conocer si una persona ha tenido hijos Modo de hacer que un huevo se tenga derecho 28 sobre la punta, encima de un espejo. . . . 29 Papel incombustible. Modo de cambiar la hoja de un cuchillo en una 29 hoja de cobre Dibujar dos figuras con carbón sobre una pared, • que la una apaga una bujía y la otra la en-

ciende



29

Modo de disponer una botella cuyo licor sale al 29 tiempo de destaparla. 30 Ramillete mágico. 31 Tintas simpáticas , . . . . 31 Tabla de permutación. . Modo de hacer algunos cabos de vela para que 32 se puedan comer Una persona tiene una moneda de oro en una mano y una de plata en la otra, decir en dón32 de se encuentra cada una

• ion Juan March (Mad/id) Bffilioleca de Ilusionismo. Fundar

ÍNDICE

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Juego extremadamente divertido. Fundir una bala de plomo envuelta en un papel á la llama de una lámpara sin que se queme el papel que la envuelve. ..... . . Propiedades particulares de los números 37 y 73. Volver del revés un vaso lleno de un licor cual quiera sin que este se derrame Modo de unir la cera al agua, partes absoluta mente contrarias una de otra Modo de poner horrorosas todas las personas de una reunión. Licor que brille en las tinieblas Modo de hacer salir todo el vino de una botella y reemplazarlo por el agua. El oráculo mágico Tinta simpática Medio de verter en un mismo vaso agua y vino sin que ambos se mezclen Redomilla representando los cuatro elementos: la tierra, el agua, el fuego y el aire. . . . Modo de pasar unos anillos en una cinta doble cuyos extremos se dan á sostener á dos personas. Modo de hacer una figura que sin contrapeso se levante siempre por si misma Modo de representar unos relámpagos dentro de una habitación. Hacer caer de un tiro á una golondrina y luego resucitarla. . . • . Modo de quitar la camisa á cualquiera sin des nudarlo. Habiéndose tirado dos dados sobre una mesa, descubrir los puntos sin verlos Habiendo tirado tres dados sobre una mesa y estando puestos en hilera por orden, adivinar los puntos de cada uno de ellos La escritura en el bolsillo. Modo de cortar el cristal con el fuego y el agua Medio de romper un bastón puesto sobre dos vasos llenos de agua, sin romperlos ni derra mar el agua 24

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33 33 34 34 33 35 36 37 37 38 38 38 39 40 40 41 41 42 43 44 44 45



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iba) ICZ

Medio de levantar una botella vacía ó llena con una paja. 45 Medio de hacer que se detenga una vela encendida dentro del agua. 45 Partir igualmente ocho pintas de vino entre tres tazones que contiene ocho, cinco y tres pintas. 46 Medio de hacer que una lámpara no pueda apagarse ni derramarse aunque se la haga rodar por el suelo. 46 Hacer ver unos gusanos dentro de una botella después de haber metido en ella tierra y agua. 47 Piedra hechicera. ...... . . . . 47 Manera de tener un bastón sobre el dedo haciéndole guardar el equilibrio de modo que no pueda caer ã cualquier lado que se incline. 47 Peso falaz. 47 Manera de cambiar el color deLlicor contenido en algunos bocales 48 El pique á caballo 49 Modo de imitar el canto de los pájaros. . Hielo inflamable. 51 Arbol de Marte 6 vegetación metálica. . . 51 Figura disforme que parece bien proporcionada desde cierto punto de vista 52 Medio de procurarse en invierno flores naturales nacidas el día que se quiere El cofre mágico. . . . 52 Una suma determinada dividirla en dos, probando que no resta nada. 53 La cruz de fichas. 53 Medio de poner un hilo al fuego sin que se queme 54 Juego de cartas muy bonito 54 Modo de cortar una manzana en cuatro partes, sin que la piel sufra alteración alguna. . 54 Apuesta entre dos personas át cuál de las dos hará más pronto 31 con un dado, y medio seguro de ganar 55 El aumento de monedas 55 Botella sorprendente que vierte vino por donde 56 — echa fuego, y en seguida vino otra vez. . .

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Transpasar una tabla con un cabo de vela. .

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57 57 Medio de hacer hielo en verano Medio de hacer hervir sin fuego el agua fuerte 57 encerrada dentro de una botella Habiendo tomado uno tantas monedas en una mano como en la otra, adivinar cuántas tiene •58 al todo Agua que arde sobre la mano sin hacer ningún 58 mal Modo de hacer un" color con dos licores limpi59 , dos y no coloreados. 59 Arbol de Diana Modo de hacer saltar á voluntad fuera de un cubilete uno de los tres cortaplumas que en él 60 se pondrán Bonito juego de tertulia que puede ejecutarse 61 en una mesa sin preparación Experimento físico para sacar una moneda de cinco pesetas de un jarro lleno de agua sin 61 mojarse las manos 62 Hacer transformar un reloj en cola de conejo 62 Modo de hacer bailar ä un huevo en una varita Modo de cocer una tortilla dentro de un som63 — 19a). brero. 63 La tabaquera mágica Modo de hacer que un pájaro dé vueltas sobre 64 si mismo estando asándose al fuego. . . . Medio de hacer salir de una botella veinte detonaciones de la fuerza de una descarga de 64 fusil. 64 El naipe roto y compuesto. Modo de estampar una carta en un pañuelo blanco 65 --- *ry. 66 El cazador cocinero. El hombre que no puede tirar al blanco á cuatro pasos, y modo de parar una bala con una 66 — t Z,T1 , bengala. 67 ,--, lç. El pájaro fiel. Modo de hacer una raya de tinta en la mano, 68 que luego se transforma en cruz. . . . .

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INDICE

CAPITULO II.—Juegos de escamoteo y de bolsa 69

Juego de los cubiletes Modo de escamotear la bolita. Meter una bolita debajo de cada cubilete y sacarlas. Con una sola bolita dejada sobre la mesa.— Hacer pasar una bolita a través de cada uno de los cubiletes y sacarla lo mismo. . . . Con esta sola bolita dejada sobre la mesa.— Retirar una bolita á través de dos y tres cubiletes Con una sola bolita dejada sobre la mesa.— Hacer pasar una misma bolita de cubilete cubilete. Con esta misma bolita puesta sobre la mesa.— Estando cubiertos los cubiletes hacer pasar una bolita del uno al otro sin levantarlos. . Con esta misma bolita dejada sobre la mesa.— Hacer pasar una bolita á través de la mesa y de dos cubiletes. Con la misma bolita.—Retirar la bolita de un cubilete y hacerla pasar entre los otros dos. Con esta misma bolita y una moneda de 50 céntimos (media peseta). Con la bolita de encima de la mesa y la que se ha tomado secretamente de la bolsa.—Hacer pasar debajo de un cubilete las dos bolitas puestas debajo de los otros. Con las dos bolitas que se han dejado sobre la mesa.—Hallandose dos bolitas debajo de un cubilete, hacerlas pasar debajo de los otros dos • Con dos bolitas una tercera y una cuarta oculta en la mano.—Hacer pasar tres bolitas debajo de un mismo cubilete. Con las tres bolitas que quedan debajo del cubilete y la que se tiene oculta en la mano.— Hacer pasar tres bolitas de un cubilete á otro sin tocar ningún cubilete Con las tres bolitas que se han puesto sobre

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los cubiletes y la que ha quedado oculta debajo del de en medio.—Ilacer pasar debajo de un mismo cubilete. las bolitas puestas debajo de los otros. Con las tres bolitas que han quedado sobre la mesa y la que se guarda oculta en la mano.— Multiplicación de las bolitas Con las tres bolitas que han quedado debajo de los cubiletes y la que se tiene oculta en la mano.—Hacer pasar una bolita debajo de . los tres cubiletes. . ...... Con las tres bolitas puestas encima de los cubiletes y la que se ha introducido debajo del de en medio.—Retirar dos bolitas ä través de un mismo cubilete. Con una bolita que se encuentra oculta debajo del cubilete del medio, otra que está debajo del que le cubre, la que ha quedado en la mano y una cuarta que se halla sobre la mesa. —Hacer pasar una misma bolita sucesivamente ä través de los tres cubiletes. . . . Con las tres boinas que están debajo de los cubiletes, la .que se ha puesto sobre la mesa y dos que se toman de la bolsa.—Hacer pasar ä un cubilete las bolitas que están debajo de las otras dos sin levantar éstos. Con las tres bolitas que han quedado debajo de los cubiletes y las otras tres que están sobre la mesa —Hacer pasar separadamente las tres . bolitas ä través de cada cubilete, . . Con las tres bolitas que han quedado sobre la mesa y las que están debajo de cada cubilete. —Una vez las bolitas devueltas ä la bolsa, hacerlas volver ä pasar debajo de los cubiletes. Con las tres bolitas que están debajo de los cubiletes y la que se tiene en la niano.—Hacer pasar las bolitas ä través de los cubiletes. . . Con las tres bol itas que están sobre el cubilete C, y la que se tiene en la mano.— Retirar tres bolitas a través de dos cubiletes

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f NDICE 374 Con las tres bolas que han quedado debajo del cubilete de en medio y otras tres que se toman de la bolsa.—Hacer pasar de un golpe 91 tres bolas á través de un cubilete. . . . Con la bola negra que ha quedado sobre la mesa, otras dos blancas y una negra que se tiene oculta en la mano.—Hacer pasar tres bolas 92 de un cubilete á otro. Con las tres bolitas puestas encima de los cubiletes y la que se ha introducido en uno de ellos en la prueba anterior.—Ilacer cambiar 93 el color de las bolitas Con las tres bolitas que han quedado debajo de los tres cubiletes, dos bolas blancas y una negra que se toman à su vez de la bolsa.—Ha93 cer cambiar de volumen las bolitas . . Con las tres bolas que están debajo de los cubiletes, otras dos bolas negras y una blanca que por su turno se toman de la bolsa.—Hacer 94 pasar las bolas de un cubilete á otro. . . • Fingir que se saca una bolita de la punta de la 9'5 vara. 97 Hacer desaparecer una bolita. Hacer aparecer una bolita debajo de un cubilete 98 donde antes no había nada. Hacer creer que no hay ninguna bolita debajo 99 de un cubilete aunque haya algunas. . . Hacer pasar dos cubiletes el uno por dentro del 100 otro Cómo se pueden hacer desaparecer sin tocarlas las bolas que estaban dentro de un cubilete 10'2 Hacer encontrar una bola gruesa debajo de un 103 cubilete Hacer creer que no hay nada debajo de los cubiletes, aunque haya una hola gruesa debajo loa de cada uno. Metamórfosis de bolas gruesas en esponjas, pe105 lucas y gorros de dormir El saco de huevos Pailuelo marcado, cortado, rasgado y vuelto ä

'iotera de ilusionismo. Fundx. iiin Juan March (Madrid)



fNDICE

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107 7i . componer 108 Reloj machacado en un almirez La caja de huevos ó de bolas.. . . . . . 109— V1V. Clavar un cuchillo en el cuello de un gallo 6 de 110 una gallina, sin matarlos. . Atravesarse el brazo con un cuchillo sin hacerse 111 mal . 112 El embudo. 113 Otra explicación sobre el embudo 113 El punzón clavado en la frente Moneda de cuatro reales transformada en otra de . veinticinco céntimos y viceversa. . . . . 114 116 Cajas mágicas. I 117 Las cajas de mijo. Otra explicación del juego de ilusión con el mijo. 119 — Modo de hacer cambiar de mano una sortija haciendo que vaya al dedo que se quiera de 120 la mano opuesta. Hacer que uno pueda cambiar de sitio un 121 vaso de agua sin derramarla. 122 Juego de ilusión con las fichas Modo de deshacer un doble nudo sin tocarlo. . 125 — t'5 2, , Golpe, recibido en la cabeza contra una puerta. 126 CAPITULO IH.—Juegos de naipes. . . . . 128 Hacer el salto de baraja con las dos manos. . 128 Hacer el salto de baraja con una sola mano. 131 133 Las mezclas falsas 135 Cambiar la carta 136 Correr la carta 137 Quitar la carta 138 Colocar la carta . Decir anticipadamente la carta que otro elegirá 139 Hacer sacar una carta al azar, y hacerla mezclar con las otras por uno de los espectadores para hallarla sobre el juego 6 en el medio, á gusto de los concurrente s ..... . . 111 Hacer sacar una carta al alzar, y después de haber dividido el juego en cuatro paquetes hacerla encontrar infaliblemente en el que la 143 reunión elegirá á su capricho

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INDICE 376 el pensamiento de una persona poniendo Preveer anticipadamente en el juego una carta escogida al azar, al número que dicha persona debe escogerla un instante después. . . . 145 Hacer sacar una carta, mezclarla con las otras y después de haber mostrado que no está encima ni debajo, hacerla quedar sola en la mano izquierda, tirando las otras por tierra con 147 un golpe de la mano derecha. Hallar los cuatro reyes en el medio después de haberlos hecho poner separadamente. . . 148 Probar cuän imprudente es jugar de interés al triunfo con personas cuya probidad es equí150 voca. Hacer otra demostración igual dándose berlan151 ga de reyes 153 Adivinar la carta pensada. Hacer cambiar un rey de copas en as de espa156 das y viceversa Decir cuäl es la carta que una persona ha sacado 157 del juego Hallar en la baraja y ä través de un pañuelo una carta cualquiera que una persona haya sacado 157 del juego. Hallar en una baraja metida en el bolsillo las cartas que diferentes personas han elegido li158 bremente 158' La carta cambiante . Otro modo de ejecutar este pasatiempo sin ha- 159 cer uso de carta larga Hacer sacar cartas ä diferentes personas, las que por si mismas las pondrán en el juego, y encontrar luego las mismas cartas. . . , 160 Adivinar las cartas que dos personas han toma161 do de la baraja Después de haber hecho tres montones de un juego que se ha hecho sacar una carta, ha161. cerla encontrar en la que se quiera elegir La carta pensada y hallada al número pedido. 162 Adivinar los puntos de las cartas de debajo de

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lioteca de Ilusionismo. Fundación Juan Alarch (Madrid)



377 163 tres montones que se han hecho La carta dentro de una sortija. . . , . 163 Hacer aparecer en un anteojo las cartas que se 164 han sacado de un juego. Hallar con la punta de una espada y los ojos vendados la carta que se ha'; sacado de una 165 baraja La carta cambiante debajo de los dedos. . 166 Carta quemada que se hace aparecer dentro de 167 un reloj. Hacer salir de una baraja un ratón 6 cualquiera 168 otra cosa. Adivinar una carta pensada por uno de los concurrentes escribiendo antes un número cual169 quiera Modo de cambiar la carta que tiene en la mano una persona, recomendándola que la cubra 171 bien. Modo de preparar los polvos de azabache para 172 el juego anterior. Modo de hacer pasar una carta de una mano a 172 otra .174 científicas. Recreaciones — IV. CAPITULO 174 Anteojo mágico 176 El pequeño aritmético 180 Caja de las llores. La moneda de cinco francos dentro de una ta181 baquera. 182 La mosca sabia 187 La caja de los enigmas. 192 Cuadrante vertical magnético. 197 El pozo encantado . 200 La cabeza encantada. 202 La caja de los naipes 204 El palacio del amor 208 Péndula sonora . Reloj magnético, en el que indica la hora un pequeño lagarto que recorre la superficie de 210 su cuadrante Figuritas que se persiguen y se huyen mutuaÍNDICE

Bi liotJca de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

378 INDICE mente. 211 Cargar el conductor de Huido eléctrico y descarto de diversas materias.- 215 Atraer un cuerpo ligero nadando sobre el agua 218 Lluvia luminosa 219 Danza eléctrica 220 Repique eléctrico. 221 Carrera eléctrica de caballos. 222 Inflamar el espíritu de vino con la chispa elActrica. 223 Surtidor de agua luminosa. 224 Sacar fuego de todas las partes del cuerpo de una persona 225 Hacer que una persona al querer abrir una puerta reciba la conmoción 226 Araña eléctrica 227 Sacar fuego del agua contenida en un vaso de cristal 228 229 El cazador. Ramillete luminoso. 230 Cascada eléctrica 230 Electricidad de faltriquera. 231 Botella de Leyde portátil .. 232 Casa incendiada. 233 Electróforo 233 Observaciones y máximas generales acerca de las precauciones que es necesario tomar para el buen éxito de las operaciones eléctricas. . 236 Linterna mágica. . 239 Los tres números mágicos. 213 Caja que se abre á voluntad. . 245 Mecanismo de seguridad 246 Maquinas hidráulicas. — Propiedades del agua relativamente á las recreaciones siguientes. 246 Construcción de diversas piezas hidráulicas que producen efectos agradables y variados. . . 248 Globo hidráulico. 2 49 Hongo y jarrón hidráulicos. . . 250 Sol hidráulico. 251 252 Sol de agua volteador

, lioieta de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

ÍNDICE

319

253 SUPLEMENTO.—La simple magia blanca. . La danza en un vaso.—(La moneda danzante). 253 —.42 254 — 22 La moneda invisible. 255 —2t El pañuelo Trágico. Medio divertido de emplear el tiempo estando de sobremesa. — El cuchillo dentro de la botella. 257 La gallina ciega en el dominó.—El dominó del 259 --- bDt.. revés. 259 --/ La moneda que se funde ¿Quieren Vds. ganar una apuesta haciendo reir al que la pierda?—La moneda de dos duros . • . . 261 dentro de una copa. Dominó visto y contado a través de todos los 263 obstáculos......... . . . El vaso de Burdeos cambiado:en lluvia de hojas 264 —15'i de rosas. Secreto para divertir bien ä una multitud con un cucurucho de papel.—El mojón ó birlo. . 265 -,. 2,t) Pila ó mojón, juego mucho más recreativo que 9.67 — II (), el de pila ó carga. Excusa maravillosa que puede darse a una torpeza.—Las bolitas pasando por debajo de un 268 — -1-7 2, . plato. 269 — 42 Las tazas de café. Modo cortés y agradable de hacer cesar una pardados pequeños.. . 271 tida de chaquete.—Los mesa del mago. . . . 274 Lablanca. Gran magia El decimotercio trabajo de Hércules. —El cofre 276 pesado Un jardín y un arsenal dentro de'un sombrero. Vb. —Balas y llores saliendo deyn sombrero. . 278 ....... 280 Los autómatas.. . . . . . 280 El autómata fumador, silbador yplador. so El danzarín de cuerda.—A.utóniata. . . . . 283 De cómo puede uno hacer viajar su dinero franco y sin que sea posible robarlo por el cami284 —13S. no.—El cofre de cristal. 286 El reloj fantástico 288 El eampanero simpático Juego conforme a los usos de las pupilas contra

131,

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de Ilusionismo. Fundación Juan March (Madrid)

INDICE

los tutores bárbaros.—El billete en la cuchara 289-441' El pez rojo en un vaso de tinta 292 —1 ¿Quién necesita plumeros?—Plumeros sacados de un pañuelo. 294 12,01La pesca con red sobre un velador. . . . 294 — I , De cómo dos y dos hacen ocho.—El plato de multiplicaciones 296 — El correo milagroso 6 los carteros alados. —La caja de los pájaros 297 Los nuevos pilares mecánicos verdaderamente maravillosos 298 — La coloración de una bola de cristal blanco haciéndola pasar por el cuello de una botella ä pesar de su volumen 300 Procedimiento infalible y curioso para estar bien seguros de beber el vino sin agua.—(Las pirámides). 301 — S L. Donde se verá que es menos dificil hacer vino puro que el beberlo.—(La copa del diablo). 303 — Un poco de magia negra blanqueada por una buena obra —La caja del reloj. 101 ", Los cubiletes escamoteadores. 306 Resurrección de los pájaros al cocerlos.—La cacerola infernal. . ..... . . . 307 — La botella inagotable de los cien licores. . 309 — El plato de los cambios. 311— l'A, La caja de las desapariciones. 312 • Donde se ve que los relojes se han hecho para ser molidos en los almireces 313— 5% El arroz, el café y los guisantes secos 15-- S.O. Un dado que pasa á través de todo. . . . . 316 Las precauciones inútiles ó el cofre encantado. 317— Ro , Nacimiento instantáneo de flores por medio de semillas electrizadas. 318 —11121. Viaje invisible de un naipe desconocido, el que se vuelve á encontrar dentro de un huevo.— La huevera. 320 Una estocada inocente que no es una estocada en el agua.—La espada y el naipe. . . . 321 —103. El plumero confitero.—La funda de un plumero. 323 —

..3icua de Ilusionismo. Fundación Juan Macen (Madrid)



381 La caja de las apariciones y desapariciones. . 325 El pájaro resucitado de un pistoletazo y á la punta de una espada.-La espada del pájaro. 326 Un músico dentro de una moneda de cinco francos Florescencia de naipes.-E1 ramo de naipes. . 330 --. 3$0, Donde el autor hará ver que una joven y hermosa señorita tiene las manos llenas de invisibles rosas.-La caja de túmulo. . . . • 332 Resultado cómico denn enojoso error.-La bola 333 con el pañuelo. Nacimiento maravilloso de frutas y flores del naranjo del rosal mágico. . . 336 — -4- • Los napoleones aéreos.-E1 trípode mágico. 337- /, Oráculo juicioso dado por la cabeza de Belcebú al siglo XIX.-(La cabeza del diablo). • . 338 - )46.. Las doce cajas unas dentro de otras. . . . . 340 -1'bOO. 342 El pequeño cazador.-(Autómata) Un disparo maravilloso.-(La cortina de resorte) 343 345 El blanco encantado. El café de Judías. -(La caja de cató caliente) 347 - S9. La lechería de las hadas.-(La caja de leche) 349 - 69, Bonito juego de ilusión. -(El plato dejas cartas) 350 — 351 - 47. La pistola del mago. Sorprendente fecundidad del cristal.-Caja de 353 - 338. la rosa entre cristales) 354 La tortilla en un sombrero. El juego del diablo.-(El dado y la naranja). 356 - s 6, Nuevo juego de billar para uso de las personas que no les gusta ejercitarlo.-(La píldora del 357 diablo). Una galantería de muchos metros 6 los favores 359 de Baco.-(La botella de las cintas). . . Doble sorpresa.-(El vaso de arroz). . . . . 361 Poder magnético del agua filtrada.-(La huleta). 362 _____ La comida viva.-(La olla diabólica). . . . 364. 365.- içü. La taza de ponche. . . . ÍNDICE

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Blsionismo. liotei Fundación Juan March (Madrid)

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lioteca de UliSielliSMO. Fundación Juan March (Madrid)

LA CAUTOMANCIA ANTIGUA, Y MODERNA, TRATADO COMPLETO DEL ARTE DE ECHAR LAS CARTAS,

según los métodos empleados hasta el día, por Etteilla y los más célebres cartománticos; aumentado con los Horóscopos para ambos sexos; de un curso de Quiromancia, según las doctrinas de Alberto el Grande, etcétera, etc., etc.—Un tomo en 8.°, de cerca de 300 páginas, de un buen papel y elegante impresión, 12 rs. SECRETOS DE LOS GARITOS. ARTE DE GANAR

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