El llamado profetico

Entendiendo y respondiendo correctamente a su llamado profético. Si puedo profetizar, ¿significa que soy profeta? Aunque

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Entendiendo y respondiendo correctamente a su llamado profético. Si puedo profetizar, ¿significa que soy profeta? Aunque 1ª de Corintios 14:31 nos revela que todos podemos profetizar, eso no quiere decir que todos somos profetas. No tenemos el derecho de escoger ser un profeta o no. Solo Dios puede llamar alguien al ministerio de profeta. Pero todos podemos usar los dones del Espíritu Santo incluso el don de profecía. Tenemos que entender la diferencia entre los diferentes niveles de autoridad y responsabilidad con cada don. La diferencia entre el ministerio del profeta y el don de profecía. El ministerio del profeta es uno de los cinco dones ministeriales identificados en Efesios 4:11. Según este pasaje, estos ministerios son una extensión del ministerio de Cristo mismo a la Iglesia para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio. Nosotros somos el Cuerpo de Cristo, y El es la Cabeza. La Cabeza dirige al Cuerpo. Los Cinco Ministerios representan a Cristo al Cuerpo y son dados para dirigir, liderar, gobernar y edificar al Cuerpo para presentárselo a Cristo como Su Esposa en el Día de Su Venida. Como representantes de Cristo a la Iglesia, los Cinco Ministerios tienen mayor autoridad y responsabilidad. Por eso vemos a los profetas dando profecías de dirección, cambios grandes en naciones y gobiernos, de hasta de juicio. En contraste, el don de profecía no es una extensión del ministerio de Cristo, sino una expresión del Espíritu Santo a la Iglesia. Los dones del Espíritu Santo son expresiones o manifestaciones del Espíritu que son dados a cada miembro del Cuerpo de Cristo. El propósito de estos dones es el provecho y para la edificación de la Iglesia (1Cor 12.7, 31; 1Cor 14.1, 12, 39). La mayoría de los abusos en el ministerio profético es a causa de los que no conocen cuales son los límites de su autoridad. 1Cor 14.3 nos revela que el don de la profecía es para el propósito de nuestra edificación, exhortación y consolación. O sea, el santo con el don de profecía tiene menos autoridad y responsabilidad que los profetas. Esas son buenas noticias, porque podemos conocer los límites de nuestra autoridad. Ahora bien, si no todos somos profetas y no todos tenemos el don de profecía, ¿cómo podemos todos profetizar? (1Cor 14.31) Apo 19.10 nos revela que el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía. El espíritu de profecía puede venir sobre el pueblo de Dios durante tiempos de alabanza, o cuando estamos en la compañía de los profetas, o tiempos cuando Dios escoge derramar de Su Espíritu de una manera especial. En estos tiempos hay una unción profética poderosa que llena el lugar. Cuando eso ocurra, todos podemos profetizar uno por uno como dice la Escritura. Un ejemplo bíblico del espíritu de profecía está en Num 11.24-29. En Números 11, Dios derramó Su Espíritu sobre los 70 ancianos que se habían reunido en frente al tabernáculo, y todos ellos profetizaron. Otro ejemplo está en 1Sam 10.5-11. Vemos aquí que Saúl entró la compañía de los profetas que estaban alabando a Dios con sus voces y sus instrumentos y él también comenzó a profetizar.

Lo mismo ocurrió a 150 tropas de Saúl y a Saúl mismo en capítulo 19. Ellos entraron a un lugar en donde estaba presente el espíritu de profecía, y por eso comenzaron a profetizar. Hoy día, nosotros también podemos experimentar esa misma unción profética y todo el pueblo de Dios puede profetizar, declarar la palabra de Dios. Niveles de llamados proféticos Ya hemos hablado de la diferencia entre el ministerio del profeta. Pero aun entre los profetas hay diferentes niveles de llamados y aun diferentes clases de profetas. Algunos profetas tienen un llamado y una unción solo para su iglesia local. Otros tienen un llamado y una unción para una ciudad, o para una región, un estado o una nación. Algunos profetas tienen un llamado internacional. Hay que entender cuál es nuestro lugar de unción y quedarnos dentro de ese límite. Personalmente, Dios me usa principalmente en América Latina. El enfoque que Dios me ha dado es el entrenar y capacitar a los santos para la obra del ministerio. Hay otros profetas que tienen el enfoque de la intercesión y la guerra espiritual. Aun otros profetas que Dios utiliza para asuntos del gobierno, la iglesia, la música y la alabanza, el comercio o la intercesión y la guerra espiritual. Podemos ver diferentes clases de profetas en la Biblia. Si estudiamos a los profetas bíblicos es difícil ponerlos en un molde porque hay mucha variedad en sus trasfondos, rangos de autoridad, estilos y hasta en sus vocaciones que tenían aparte de ser profetas. Los profetas Samuel y Débora eran profetas y también jueces sobre Israel. Moisés era un profeta que gobernaba. Dios aseguró que Moisés recibió la mejor educación posible en cuanto a cómo gobernar. Daniel y José también eran profetas con esa clase de unción. Ellos no tenían una posición en el templo, sino que fueron llamados y ungidos para declarar la palabra de Dios ante reyes y a gobernar al pueblo con justicia. Hubo profetas que eran también hombres de negocio. El profeta Juan el Bautista preparó el camino delante de Jesús y tenía una unción para llamar al pueblo al arrepentimiento. No sabemos mucho del ministerio del Profeta Silas quien viajaba con el Apóstol Pablo, pero podemos concluir que tenía una parte integral en el establecimiento de las iglesias en Asia. Ágabo era otro profeta del Nuevo Testamento que proclamaba la voluntad de Dios y dio varias profecías que predecían eventos venideros. El Rey David fue considerado un profeta aunque también era un músico, salmista, guerrero y rey. Les aseguro que para cada ministerio profético hubo un tiempo de preparación correspondiente. Sabemos que Samuel era líder de toda una escuela de profetas. No conocemos precisamente lo que hicieron en la escuela profética, pero hubo entrenamiento para ellos. Sabemos que ellos practicaban la presencia de Dios con la adoración y la alabanza. Yo creo que eso les ayudaba para engendrar un ambiente en donde el Espíritu Santo moraba porque Dios habita las alabanzas de Su Pueblo. Lo que sí sabemos es que nadie puede escoger ser un profeta. No es nuestra opción, sino la de Dios. Si es que Dios no le haya llamado como profeta, nunca será un profeta aunque usted haya asistido cada escuela profética que existe. Y entre los que son llamados por Dios, aun ellos no se convierten en profetas de noche a día.

Algunos piensan que si reciben una profecía indicando que tienen un llamado como profeta que el día siguiente serán reconocidos por todos los pastores de la ciudad y lanzados a un ministerio glorioso. Cuando yo llegué a Christian International para recibir entrenamiento profético, yo pensé que el proceso de entrenamiento sería de unos dos años. Sin embargo, mi esposa y yo no fuimos enviados por Christian International hasta 13 años después. Samuel fue llamado ser profeta desde pequeño, pero tuvo que aprender a servir a Elí y a la casa de Dios. Tuvo que aprender a servir al ministerio de otro antes de que Dios le diera su propio ministerio. David fue llamado y ungido a ser rey sobre Israel desde su adolescencia. Pero David no llegó a ser rey hasta muchos años de experiencias duras después. Vemos el crecimiento y el desarrollo progresivo de David a través de los años. Notamos que la autoridad que David recibió le fue concedida conforme a su crecimiento y madurez de una forma progresiva. David comenzó cuidando ovejas, luego sirvió a Saúl en su casa. Después, David era un fugitivo corriendo de Saúl. En tiempo, David se encontró como líder de una compañía de fugitivos al cual él formó a ser guerreros notables, él siendo su capitán. Esa compañía de guerreros, en tiempo, creció a un ejército pequeño y David era el general. Después de muchos años siendo líder de ese ejército y gobernando a ellos y todas sus familias, David por fin recibió una corona de rey. Aun la corona le fue otorgada a David en escalas – al principio solamente sobre Hebrón. Después de ser hallado fiel en todo eso llegó a ser rey sobre Israel. David no se promovió a si mismo. David permitió que Dios abriera las puertas por él. David nunca habló en contra Saúl aun cuando Saúl era egoísta, deprimido, endemoniado y persiguiéndole a David sin razón. Cuando tomamos la ruta de humildad y permitamos que Dios abra las puertas, las cosas van mucho mejor. Pero cuando tratamos de abrir las puertas a fuerzas, siempre termina en problemas. No es sabio adelantarnos antes de los tiempos de Dios. La verdad es que Dios esta más interesado en usted y en mi como hijos Suyos que como siervos Suyos. Dios no nos ama por lo que hacemos por El, sino por la relación que tenemos con El. Dios conoce nuestro potencial profético y desea que logremos alcanzar nuestro potencial. Pero Dios conoce nuestro corazón mucho más que nosotros. Dios conoce cuando tenemos la madurez para soportar otro nivel de responsabilidad y autoridad y unción. Es mejor permitir que El escoja los tiempos. Conozco a muchos hombres y mujeres que tenían un potencial impresionante en Dios. Pero en vez de someter a los procesos de Dios y permitir que sus padres espirituales les guiaran y ayudaran a identificar los tiempos de promoción, ellos mismos intentaron a lanzarse antes de su tiempo. La mayoría de ellos nunca llegaron al cumplir ministerio. Muchos ahora están trabajando en otra vocación y no están felices. Gracias a Dios que unos pocos aprendieron en tiempo a sujetarse e esperar en Dios después de tomar una desviación mucha tribulación. En tiempo llegaron a cumplir un ministerio. Muchos son llamados, pero pocos escogidos. El que tiene llamado profético muchas veces conoce en su interior que hay un llamado mayor de lo que está viviendo. Pero es el hombre sabio que se espera el tiempo de

Dios y la bendición de sus padres espirituales. Muchos han tratado de lanzarse al ministerio saliendo por la puerta de atrás en la oscuridad de la noche. Pero es mucho mejor esperar para la aprobación de nuestros padres espirituales y salir por la puerta del frente en la luz del día con la bendición. Por eso la Escritura nos dice que muchos son llamados pero pocos escogidos. Ejemplo personal En mi propia vida tuve que aprender a someter a mis autoridades aunque a veces el proceso me pareció demasiado lento. Hubo tiempos que me desesperaba pensando que nadie me conocía y que nadie me hacía caso. Yo no entendía durante esa prueba que era parte del proceso de Dios. Yo tuve que aprender a estar contento con el nivel en donde yo me encontraba y servir con gozo al ministerio de otro. Cuando yo lo aprendí, entonces Dios comenzó a abrir las puertas que nadie pudo cerrar. Yo tuve que aprender a servir gozosamente en el ministerio de otro. Tuve que aprender a sujetarme a los límites que mis padres espirituales me dieron aun cuando la unción en mi tenía la habilidad de hacer más. Yo tuve que aprender a servir en áreas que aparentemente no tienen nada que ver con la profecía. Serví como maestro de niños, en el asilo de ancianos, como miembro de equipos de alabanza, lavar los sanitarios, abrir y cerrar al templo cada día por años. Pero ahora doy gracias a Dios por cada experiencia – aun las que no eran agradables en el momento. Una de las pruebas mas difíciles para uno con llamado profético es poder guardarse contento en su posición actual mientras que conoce por el Espíritu que tiene más potencial de lo que otros se han dado cuenta. La verdad es que su habilidad de llegar a alcanzar su potencial es a la medida de que usted pueda guardar su gozo y seguir sirviendo fielmente en donde se encuentra hoy día. Es mi oración que usted, lector, descubra cual sea su llamado profético, cual sea su potencial profético y cual es el nivel en que se encuentre ahora. Aprenda usted a disfrutar el camino y servir con gozo en el lugar en donde Dios le tiene hoy. Guarde los límites de la autoridad que Dios y que sus padres espirituales le han dado. Honre a la autoridad, y Dios podrá honrar a usted. Uno de los errores más grandes que ha causado frustración con muchos profetas es que piensan que para ser un profeta verdadero tienen que vivir “por fe” sin la necesidad de un trabajo “secular”. Estos profetas (u otros ministros también) piensan que si realmente tuvieran éxito en su ministerio que llegarán al punto de que no tengan que trabajar en una vocación fuera del ministerio profético. Esto es un error. En la Biblia vemos a muchos profetas que también trabajaron en una vocación “secular”. Aun el Apóstol Pablo trabajaba haciendo tiendas juntamente con otros ministros, Priscila y Aquila (Hech 18.3). La verdad es que solamente como 3 por ciento de los cristianos tendrán un ministerio que depende de el vivir “por fe” o por las ofrendas que reciben por desempeñar su ministerio. Todos tenemos un ministerio, pero si todos vamos a vivir por las ofrendas, ¿quién va proveer esas ofrendas? Yo creo que la gran mayoría de los profetas que Dios hoy está levantando también serán trabajadores, hombres y mujeres de negocio, empresarios, políticos, etc. Recientemente un joven profeta me informó que había recibido su título de la universidad y que había sido entrenado para cierto trabajo secular. Éste estaba perplejo con sus profecías que habían indicado un ministerio en la iglesia. Yo le dije que yo sentí del Señor que Dios le iba usar en ambas cosas. De hecho, creo que Dios

va usarle en su vocación como otra expresión de su ministerio en la comunidad. Igual que con Moisés, Dios no va desperdiciar el entrenamiento que recibió. Si usted ha sido frustrado a causa de este asunto, descanse en Dios. Confíe que Dios ha ordenado sus pasos. Dios usará todo el entrenamiento y educación que usted ha recibido para Su gloria. Puede ser que por medio de su vocación Dios hará la obra más grande que se pueda imaginar. Dios siempre necesita alguien como Daniel, José, Mardoqueo, José de Arimatea, Aquila, Priscila, o Esther posicionados en el lugar correcto para lograr Su voluntad y avanzar Su Reino. Terminamos con una oración… Padre Santo, Te doy gracias por cada persona que está leyendo este boletín. Yo pido que los ayudes a aprender a oír Tu voz con claridad y obedecerte con diligencia y con una buena actitud. Ayúdales a tener paciencia durante los tiempos de entrenamiento y preparación en sus vidas. Espíritu Santo, hable con cada lector y ayúdales a conocer y recibir confirmación de cuál sea su llamado y potencial. Ayúdales a identificar sus áreas y límites de unción, función y llamado. Ayúdales a conocer que están en el tiempo correcto en el tiempo correcto aun cuando no están cómodos. Ayúdales a encontrar su contentamiento en Ti. Señor, recuérdales que eres Tú Quien abre las puertas. Eres Tú Quien nos llama, nos prepara, nos guíe en nuestro camino, y que nos lleva a nuestro destino. Señor ayuda a cada lector disfrutar el camino y el lugar en que se encuentren y también a mantener firme la visión del llamado y destino maravilloso que tienes para ellos. Ayúdanos a ver cuál sea Tu plan destino para nosotros para cooperar contigo y no promover nuestra propia agenda. Señor, renunciamos toda falta de paciencia, toda rebelión, toda actitud negativa que ha tardado los procesos de Dios en nuestras vidas. Nos sujetamos a Ti y a los padres espirituales que nos has dado. Sabemos que Tú nos amas y que estás obrando todo para nuestro bien y para avanzar Tu Reino. Gracias Señor. Confiamos en Ti. Lo pido en el nombre de Jesucristo. Amén. Si este boletín le ha sido de bendición, compártalo con sus amigos cristianos. Le invitamos a visitar nuestra página web: www.cimexico.org Cliff Bell, Director Christian International México