El Largo Siglo XIX

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El largo siglo XIX Saltar a: navegación, búsqueda El largo siglo XIX (inglés: The long nineteenth century) es un término acuñado por el historiador y autor marxista británico Eric Hobsbawm para referirse al período histórico de 125 años comprendido entre 1789 y 1914. Hobsbawm explaya su teoría a lo largo de tres libros sobre distintas “eras” o “edades” (ages): The age of revolution: Europe, 1789-1848, The age of capital, 1848-1875 y The age of empire, 1875-1914. Su formación marxista puede inferirse a partir de la segunda se sus obras, que tiene por inicio no sólo un año de revoluciones sociales sino el de la publicación original del Manifiesto Comunista. El período en cuestión empieza con la Revolución francesa, la que estableció una república post-monárquica en Europa, y finaliza con el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Luego de la conclusión de esa gran conflagración bélica, se eliminó definitivamente el largo equilibrio de poder o de fuerzas que había caracterizado al siglo XIX propiamente dicho (1801-1900). Estos hechos y eventos representaron cambios significativos en la historia, no sólo europea, sino mundial. Se trató de cambios que redefinieron toda una era. El mismo Hobsbawm publicó en 1994 un libro complementario de aquella trilogía, titulado The ages of extremes: The short twentieth century, 1914-1991 (“La era de los extremos: El corto siglo XX, 1914-1991”). En él sugiere que el “'el corto siglo XX”, comenzó con el estallido de la Primera Guerra Mundial y finaliza con la disolución de la Unión Soviética a finales de 1991.

El corto siglo XX Saltar a: navegación, búsqueda El corto siglo XX (inglés: The short twentieth century) es un concepto originalmente creado por el historiador y autor marxista británico Eric Hobsbawm, para referirse al período de 77 años comprendido entre 1914 y 1991, entre el comienzo de la Primera Guerra Mundial y el colapso de la Unión Soviética. La cadena de grandes hechos o eventos involucrados representó cambios significativos en la historia europea y mundial, tanto que las afectaron y redefinieron completamente. Según Hobsbawm, el corto o tardío siglo XX comenzó con el estallido de la Primera Guerra Mundial de 1914-1918, la que finalmente causó la caída o el hundimiento de los imperios alemán), otomano, autrohúngaro y ruso (éste último a causa de las sucesivas revoluciones de febrero y de octubre -o bolchevique- de 1917). La Segunda Guerra Mundial de 1939-1945 fue consecuencia de la Primera (sobre todo debido a las pérdidas territoriales y condiciones de desarme que se le habían impuesto a la derrotada Alemania en el tratado de Versalles de 1919). Finalmente la posterior Guerra

Fría (aproximadamente 1947-1989) fue consecuencia de la Segunda Gran Guerra y terminó con la desintegración de la Unión Soviética a fines de 1991 (la cual, a su vez había sido presagiada por la caída en 1989 de los regímenes comunistas del denominado “socialismo real” en Europa Oriental). El término análogo y complementario es el largo siglo XIX, también acuñado por Hobsbawm, el cual denota el período histórico comprendido entre 1789 y 1914.

Siglo XX - Periodización SIGLO XX CORTO - Eric Hobsbawm ERA DE LA CATÁSTROFE 1914-fines 2da. Gu. M ERA DORADA 1947-1973

ERA DEL DERRUMBE 1973-1991

El quiebre del mundo decimonónico produjo dos guerras mundiales, la caída de los imperios coloniales, una crisis económica de profundidad sin precedentes que castigó hasta a la economía más dinámica de la época (Estados Unidos), el refugio de numerosos países en la autarquía económica y la caída de las instituciones de la democracia liberal a manos del fascismo y los regímenes autoritarios Época de extraordinario crecimiento económico y grandes transformaciones sociales, que probablemente haya cambiado más profundamente la civilización humana que cualquier otro período de duración similar. Sobre la cuestión de por qué o cómo pudo el capitalismo resurgir con inusitada vitalidad, Hobsbawm nos dice que "no existe aún acuerdo (entre los historiadores), ni puedo decir que yo provea una respuesta persuasiva" Era de "descomposición, incerteza y crisis" , signada por la ‘desaparición’ de la URSS y la destrucción del sistema que había estabilizado ("coexistencia pacífica") las relaciones internacionales por más de 40 años, sembrando la creencia del triunfo del ‘neoliberalismo’.

Características del Siglo XX, según Hobsbawm, al siglo XX: a) la desaparición del mundo eurocéntrico, puesto que "las grandes potencias de 1914, todas europeas, han desaparecido, como la URSS, heredera de la Rusia zarista, o fueron reducidas a un status regional... El mismo esfuerzo por crear una Comunidad Europea supranacional y por inventar un sentimiento de identidad europeísta que le correspondiese, reemplazando las viejas lealtades hacia las naciones y estados tradicionales, demuestran la profundidad de este declive".

b) Un mundo globalizado donde las economías nacionales, definidas por las políticas de los Estados, se verían reducidas a obstáculos para las actividades transnacionales. ‘Globalización’ en la cual "curiosamente el comportamiento privado humano ha tenido menos problemas en ajustarse al mundo de la televisión satelital, el E-mail y las vacaciones en las islas Seychelles" que las instituciones estatales.

c) La desintegración de los viejos modelos de relaciones interpersonales, para Hobsbawm un proceso preocupante, que se evidenciaría en el acérrimo individualismo dominante, y que se vería acentuado luego de la destrucción de las sociedades del ‘socialismo real’. Hobsbawm plantea también que "una de las ironías de este extraño siglo es el hecho de que el resultado más duradero de la Revolución de Octubre (la Rusa) , cuyo objetivo era el derrocamiento global del capitalismo, fue el de salvar a su antagonista, tanto en la guerra como en la paz". Esta verdadera ‘Astucia de la Razón’ hegeliana se habría materializado de dos maneras: imponiéndole al capitalismo un incentivo para reformarse después de la Segunda Guerra Mundial ; y mostrándole el ejemplo concreto de la economía planificada (utilizada luego por la "macroeconomía keynesiana"). Además, Hitler pierde poder por la derrota en territorio ruso.