El Famoso General Charis

A mis hermanos Istrneños- A mis hijos: * I11g. Guillermo Altamirano Gutierrez * 1ng.-Delia Altamirano Gutierrez En, 1

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A mis hermanos Istrneños-

A mis hijos:

* I11g. Guillermo Altamirano Gutierrez * 1ng.-Delia Altamirano Gutierrez

En, 1919 aparece en la escena revolucionaria del lstrno un antiguo cazador de iguanas. Heliodoro Charis Castro, que se levantó e n armas debid0.a las arbitrariedades que cometía un jefe de regimiento carrancistn contra los juchitecos, ncusandolos de sediciosos. Este joven de humildeorigen, junto con un puñado de hombres, ganó los montes al sur del pueblo, desde donde Izostiooabn a losfederales rriedinnte sorpresivos ataques n ln plaza.

A mis nietos: Nalleli Altamirano Garza Itzél Altamirano Garza

"Guca purá Camilo Flores, purti má ceda Liodoro Chare (Apúrate Camilo Flores, porque ya viene Heliodoro Charis) "

Dalia RincCln Altamirano Javier Meneses de Gyves Nicté Altamirano Garza Guillernlo T. Rincón Altamirano

...la Sandunpa tocad, si no despierto al quejoso rumor de esa armonía, iDejúdrne descansar que estaré muerto! Rodulfo Figueroa

Todos merecedores de mi infinito amor.

Arroja a un lado esa piedra que llevas en la mano. Toma un libro, lee. (Bisubi quie nasa nouca Gucuaa ti guichi blinda) Gatriel López Chiñas

... no

hay centenferio en la República, que no contenga los.restos de un soldado Juchiteco, muerto en defensa de la Revolución.

ADVERTENCIA Querido lector:

Gral. Alvaro Obregón

ERES Eres Zaírdzrnga, el regalo del Dios que nunca muere a la drilce Oaxaca; eres el szieño nostálgico que iguala el himno gemelo de m i herrnano mixteco Ulises Casab Rueda

BICHE ISTMEÑA

s~rie. .. soñk q LM hurnbr.iento me comía, u besos tus ojos color. gulle f a ,\.laría.

Roberto Zulaica

Este trabajo que tienes en tus manos, no tiene pretenciones didácticas, tampoco literarias; no es u i ~ abiografk-ni uii coinpendio histói-ico; es sólo la recopilación de una serie de hechos, andanzas y dichos de un hoinbre, cuya deslumbrante y magnética personalidad, acción política y social, dejaron una profunda huella histórica en el Istino de Tehuantepec: EI General Welisdoro Charis Castro. Los oaxaqueños nos sentimos orgullosos de que hoinbi-escomo nuestro personaje, destaquen y den relevancia y prestigio a nuestro Estado, pues con sus hechos, ratifican y exaltan aljurias de las vii-tudes que nos honran: el innato aIun de superación, el orgullo por nuestros orígenes y costumbres, el amor a nuestra tierra, y a nuestros semejantes. Cometemos un elemental acto de justicia al hablar de los méritos y las vii-tudes de este hoinbre, cuyos hechos provocan aún encendidas polémicas, que sólo el tiempo habrá de serenar y juzgar. Nosotros, adelantándonos a dicho juicio, aportamos nuestra modesta colaboración

al veredicto favorable, justo e imparcial, que estamos seguros, la Historia le dictará. En lo personal, no siendo istmeño, pero si oaxaqueño (de la región de la Cañada), y con un profundo y entrañable amor por todo lo re- . lacionado con Oaxaca, reconozco y estoy orgulloso de los Iiechos que adornan la figura de nuestro personaje.

GRAL. HELIODORO CHARIS CASTRO

Allá por el Istmo de Tehuantepec, donde el Pacífico y el Goifo conforman la cintura de riuestra República; donde el amor, la pasió~t y el --

sentimentalisino florecen e n cada poro de sus habitantes; donde la marimba y la pequeña murga hacen suspirar con sus notas lleiins de melancolía, a quienes nostálgicos escuclinn y

Es nuestro deseo, que al terminar de leer este trabajo, se grabe en tu ánimo el sentimiento de que el hombre del que aquí hablamos, supo honrar a Oaxaca, a su tierra y a sus paisanos.

bailan garbosa y ríhnicarnente al son de: ''La llorona", "Ln Marti~ziana", "La Sandungn". Allá por esa región exuberante, sensrinl, de

Que la lectura te sea breve y amena.

hombres recios, poéticos, soñndores; donde ln inujer es la razórz de la esistencin y el ceritiaodel universo htit~iano.Tierra de mujeres de nizdar cadencioso, altivo, que caminan en zlerso': II

grandotas, ojonas, ii~usicalel ta!le, los ojos "biches"; la cabeza erguida, y el orgullo [le su raza envolviendo su garbosa estampa. En esa región volup hiosa, cálida, hermosa, nació tino de

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los hombres cuyos hechos y leyendas corren de boca e n boca por todo el territorio oarnqueño.

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- Sí,

" a m o r platónico", porque me la quiero echar a l plato.

r Estando en la ciudad de Oaxaca, recibió el General Charis invitación para asistir a un homenaje en honor del "Benemérito do las Americas": Don Benito Jurirez. Se visfió el General con sus mejores galas y, seguido de

SLL asistente

se presentó en el sitio

donde se rendirían hovzores a tan iltrstre rízexicano. Colocaron al General eíz el sitio de honor del presidiunz. Dio inició la ceremonia. El primer orador y el siguiente hnblaroiz del Beneiilérito, de sus virt~rdes,de SLL patriótica obra, de sus orí'geizes de ser el forjador de la nación mexicana, de su lucha coiztra el l~liperiode Mnxinziliano etc. etc.. Pero sieinpre e n srts palabras, los orndores al referirse a B e k t o JuRrez, lo identijicnban como: "El Patricio". Qtre "El Patricio" por acá. Que "El Patricio" por allri. Que el "El Patricio" lo otro...e tc. etc. 107

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El General Charis escuchaba con atención los

discursos, aunqxe se notaba un tanto desconcerfado, pues inquieto volteaba constantemente para todos lados. De pronto, discretamente llama a su asistente, y casi en susurro, le dice al óído: -Oyeme jíjo ... porqué me trajiste aquí, a mi invitaron ceremonia honor Benito y no Patricio.

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Se presentó el General Charis en la Oficina del Ferrocarril de su querido Juchitán interrogando al Jefe de la Estación: -Oye tu Jefe-iAque hrra llega tren "istrnenó" ...? Rápidamente el interpelado puso a funcionar el telégrafo. A los pocos instantes le dió contestación: - M i General, e2 tren viene demorado. Charis molesto replicó: - Te

estoy preguntarldo qué horas llega, no que color viene.

TELEFONO

LA CABEZONA

Desde que en Juchitán se inauguró el semicio telefónico, al General Charis le encan taba usarlo para comunicarse con sus amigos de las ciudades de México y Oaxaca. Horas se pasaba pegado al auricular, razón por lo que empezó el chisnzerio -n fabncar historietas, todas relacionadas con Chans y el teléfono.

Durante la llamndn guerrn Cristera, en la que el Genernl Charis fi~ngió cowzo jefe de Zona Militar e n algunos de los Estados de la República, las ordenes que recibía eran terminan tes, sitt margen mínimo de inz~estigarorigen, an fecedentes o justeza.

A la fecha, allá por el Istmo de Tehuantepec y sur de Veracruz, se cuentan anécdotas sobre las llamadas telefónicas que hacia el Geiieral. Hay una que relatan y dice que en cierfn ocasión, el General Chans Iiablaba por teléfono con u n desconocido, delante de unos amigos. Cuando terminó de hablar, u n o de éstos lo quiso brornear diciéndole: -No sabes General que con quien hablabas por teléfono está tuberculoso?.Ahora, para no contagiarte, necesitas lavarte las manos con alcohol. Rápido reviró Charis: -Que no sabes tú, que electricidad mata microbio.. ?

Con base en estas reglas, fi~efnnzosasu cnrnpaña militar en el hoy Estado de Colimn, donde había un i~nportnnfenMcleo de soldndos cristercs. Acatando órdenes del Gobierízo, Clznris no se detuvo ante nada para responder n los ataques violeiztos de los eizgañados cowtbntzentes cristevos. Él recibía ordenes y, como soldndo, tenía que cumplirlas y hacerlas curnpl ir. S u lema como militar fue siempre: "Las órdenes se acatan no se discuten". Asífue como etz ln ciudad de Querétaro, estando encargado de la Plaza Militar, recibió órdenes terminantes & n o dejar bajar la tropa que venía en un tren 113

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primeras luclzas contra los soldados carrancis-. de su tas. Testigos también f i e m n sus valentia, de sir astucia, y de su lidernzgo como conductor de lto~ttbres.También lo vieron vestido de caizón blanco y huaracl~es,mando sus segzridores, sirs paisanos, le pzrsieron el águila de ylobz en el ~~li!groso soi~zbrero"pnnza de birrro" . Clmris, desprrés de andar combatiendo guerrilleros en toda ln república, regresa triunfal a su agorado Juchitáit portaizdo orgulloso el aguilotn, pero ahora si de oro, no en el sontbr~rosino en el kepis militar. Polninns lustrosas en lugar de los htraraclies. Ln cnrizisa y el calzón blanco de lnnnta, sustituidos por el elegante unifor~nede fino paño con bvto~zndurasdoradas. Las jiornitilras acharolndos, y eizfiizdada al-cinto la 45, ntreuecita. Llego n szr pueblo, a sir barrio, a szr cnsa, enuzrelto eir uizn nube de abrazos y felicitaciones de sus ~rirrcltosa r i a r e s y amigos.

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la sabrosa sombra del árbol que frondoso preside el amplio patio, para las orejas y con dij5cultad se levanta. Se estira cuan largo, y moviendo la cola en señal de subordinado saludo, lentamente se iicerca a su antiguo amo al que o'fatea e identijca mns por el olor que por el unifalme. Y se le unta en las piernas. Charis, el valiente soldado, el rudo Geiieral de División, se i ~ c l i n aamoroso a acariciarlo, y sus lagrimas bañan los chinguiiiosos ojos de su fiel perro. Se pregunta el maestro Andrés Henestrosa:

i N O ES EL HOMBRE IGUAL EN T O D A S PARTES Y EN TODOS LOS TIEMPOS?

Sorprendidos strs perros lo ven llegar. Dos conrlz a recibirlo con ladridos mas de alegná que de enemistnd. El tercero, el mas viejo, echado en 116

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Como es de todos sabido, el General C h i s era de carácter aleg~e,festivo, simpático, con gran afición poi- las fiestas donde siempre se convertía en e! centro de atención por su inuata simpa tia y buen hiliiior. Le gt~stabacantar y bailar y no

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se perdía un fan~ínngoespecialmente en las interrzacionnbiiente famosas "Velas" que se renlizan en el nies de Mnyo en lucriitlín, si* amado pt~eblo. Lo rriisirio participaba en la "regada'defnctas " (cn~.éclieci~a?inlznski),en el convite, que en el festejo do~irfeal sori de ln "Sandunga" y la "Lln~oII(~ lzollibres ': 11rr~z~jeres, bailan y conviven. Alií mezclado o r i sus pnisanos y paisarias, las que nlardeí~izy pi-rsunzeri en su andar altivo t/ gai-boso si,~selegnirtes y r1istosos trajes, y ellos, de l ~ i i ~ ~ r a d guayabera, ies, ;7antalón oscuro, soiiibrer.0 chnrt-o: "pnirza de burro", y el orgullo zapoteca rei>entlítzlíolelos poros. Alli en ese ambieri fe purnrnen te istineno, ident$cado fetalI

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mente con su gente, su musica, SUS tradiciones e idionza, Chans disfrutaba plenamente como llijo auténtico de esta hermosa región. Cierta ocasión, Charis invitó a estas fiestas a z~ng m p o de amistades, las que alegres di@- tnban tos sones istmeños cuando el GeiLrrnl les ofieció cervezas. Una sefiora se lo agradeció diciendo: -No, gracias Getzeral. Usted ya sabe lo diurético que es la cerveza. -Déje lo d i u r é t i c o señora -contesto Charis-, sino las ganas que dan de mear:

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BIBLIOGRAFIA 1. BustiHos Bemal, Angel. "La Revolución Mexicana en el Istmo de Tehuantepec". Editora Mexicana de Periódicos, Libros y Revistas, S.A. hléxico D.F., 1968. 11 Corridos del Istmo. Publicación del H. Ayuntamiento Popular de Jucliitán, Oax., 1983. 111. García V, Rubén. "Anécdotas v Sucedidos de la Revolución". Editorial B. Costa-Amic. México D.F., 1972.

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IV. Henesirosa, Andrés. "Obra Con~pleta". Editorial Novaro, S.A. México D.F., 1973. V. Jiménez Lopez, Gonzalo. "Historia de Juchitán" D.R. Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca, 2000. VI. López Chiñas, Gabriel. "Mentiras y Chistes Didxaza" (Zapoteco)-Español, Editorial Bilingüe. México D.F., 1967. 121

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Se terminó de imprimir este libro el 31 de enero del 2003 en

Compuformas PAF,S. A.de C. V. Av.Coyoacán 1031,México 03100 D.F.