El dobermann, ese gran desconocido

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Datos del libro

©1994, Stuteley, Susan A. ©1994, Abdel ISBN: 9788488925008 Generado con: QualityEbook v0.84 Generado por: Denu1992, 31/03/2018

PRESENTACION: EL DOBERMANN, ESE GRAN DESCONOCIDO Al Dobermann o le amas o le temes; a nadie le es indiferente

Hemos de insistir en que el secreto de la raza es que, precisamente por su sensibilidad, docilidad y por su unión con su dueño, el Dobermann será siempre lo que este último quiera que sea. Si el dueño es un ser agresivo, hará que su perro —de cualquier raza pero sobre todo de las llamadas de «defensa»— sea agresivo. Pero al igual que sería injusto tildar a todos los dueños de agresivos, también lo sería tildar a todos los Dobermanns de serlo. Los psicólogos están de acuerdo en que si hay personas desequilibradas y agresivas, se debe en casi todos los casos a un mal ambiente en el seno familiar cuando esas personas eran jóvenes; lo mismo es plenamente aplicable al perro —y no sólo al Dobermann, por supuesto. He querido reducir la sección técnica a un mínimo, pero aún así he creído oportuno incluir un pequeño estudio sobre la genética de la transmisión del color del pelaje del Dobermann y una explicación detallada del movimiento. El libro se completa con un corto resumen de algunas de las hembras reproductoras más importantes y con la trayectoria de cinco de los criaderos más históricos y relevantes de la raza. Quisiera hacer constar mi agradecimiento a todos los que han colaborado en la confección de este libro: A Erie van Dongen de «Dobermanns van Stevinhage» (Holanda) por su amabilidad al enviarme la información que le pedí acerca de los principios de su criadero, de sus perros y de otros dobermanns de su país, y sobre todo por

haberme facilitado un buen número de las fotografías reproducidas en este libro, muchas de ellas inéditas. A Iris Ohler de «Dobermanns von Nymphenburg» (Alemania), no sólo por haberme proporcionado la historia de su criadero sino por la documentación e información que me ha dado acerca de la evolución de la raza y por algunas de las fotografías antiguas que en este libro aparecen. A Alison Kollenberg de «Dobermanns von Norden Stamm» (de Australia) por sus fotografías y por el resumen que hizo hace ya algunos años de la trayectoria de «von Norden Stamm», uno de los criaderos de mayor renombre en todo el mundo. Y muy particularmente quisiera agradecer la colaboración de un nuevo pero verdadero aficionado a la raza, Nacho Bañares, por todos los dibujos y caricaturas. Una vez más se ha podido demostrar que «vale más una imagen que mil palabras», y estoy convencida de que el lector podrá asociar el sentido de estas imágenes con alguna experiencia o impresión propia. Mi agradecimiento se extiende asimismo a todos aquellos que han tenido la gentileza de responder a mi ruego de enviar alguna fotografía de sus perros para este libro, y a los distintos criadores que han estado dispuestos a compartir algunos de sus secretos de crianza conmigo. SUSAN A. STUTELEY

CAPITULO 1: LOS ORIGENES DEL DOBERMANN

Todos los dibujos incluidos en este capítulo han sido hechos por Nacho Bañares. LA RAZA QUE DEBE SU NOMBRE A SU CREADOR Sería muy fácil decir que el Dobermann se creó al cruzar unos perros de unas razas determinadas entre sí y que las cosas quedaron tal cual hasta hoy en día. Pero esto es imposible en el casó del Dobermann (e incluso en el de muchas otras razas), y nadie puede asegurar cuáles fueron las bases que empleó su

creador, K. LOUIS DOBERMANN (1834-1894). En el siglo pasado, los perros se valoraban no por su belleza sino por su utilidad: algunos por su fuerza a la hora de tirar de un carro, otros por su fiereza, otros por su velocidad para la caza, etc. Nuestro Herr Dobermann fue vigilante nocturno y, tras otros oficios, llegó a ser cobrador de impuestos. También fue el encargado de la recogida de los animales abandonados y vagabundos, a los que debía sacrificar si no eran reclamados a los tres días de su captura. Teniendo en cuenta los peligros que corría en su trabajo como cobrador, y debido a su contacto con los perros abandonados, comenzó a interesarse por éstos con el fin de proporcionarse un perro que le defendiera. Fue así como en 1880 comenzó a criar, dedicándose a ello hasta el año 1894 en que murió. Según su hijo Robert, Herr Dobermann tenía una hembra tipo PINSCHER ALEMAN pero con el pelo gris y muy lanoso, llamada «WATTENROCK». Esta hembra fue cubierta por un PINSCHER ALEMAN produciendo la hembra «BISMARCK» (cuyo nombre fue cambiado más tarde a «BISART») que tenía unas manchas amarillentas. Se cree que «BISART» fue la hembra base del programa de cría de Herr Dobermann. «BISART» fue cruzada a su vez con otros Pinschers Alemanes, y en su primera camada, entre los cachorros negros, tuvo algunos de color gris. Dijo Robert Dobermann que, al ver un perro negro con manchas amarillas, la gente de la región de Apolda tenía miedo. Herr Dobermann se refería a ellos como «mis perros», por lo que al cabo del tiempo fueron conocidos como los «pinschers de Dobermann». (Curiosamente en algunos países todavía la raza se llama oficialmente «Dobermann Pinscher»).

GRAF BELLING y GERHKDE VON GRÖNLAND. De antecedentes desconocidos, GRAF BELLING VON GRÖNLAND, (llamado también «Graf Belling von Thüringen») nació en octubre de 1898, siendo el primer Dobermann inscrito en el Libro de Orígenes de Alemania con el número NDZB 1. Max Kürstler, amigo íntimo de OTTO GÖLLER, dijo en 1925 que en vez de «Dobermann Pinscher», la raza debería llamarse APOLDAUER PINSCHER o bien THÜRINGER PINSCHER, indicando así su origen geográfico porque por aquel entonces la raza había evolucionado y ya no se parecía en nada a los pinschers de Herr Dobermann. La verdad en cuanto al origen de la raza es difícil de hallar, ya que la historia de sus principios resulta contradictoria y basada en rumores de la gente local. Se han mencionado muchas razas como componentes de la misma, las cuales se indican a continuación, pero tal vez lo más sensato sería basarnos en una investigación llevada a cabo por el Dobermann Club Alemán en el año 1933 en el curso de la cual se consultó a algunos viejos criadores y a sus hijos. Entre ellos figuraban GOSWIN TISCHLER (1859-1939), criador del afijo «VON GRÖNLAND (quien conoció personalmente a Herr

Dobermann) y el hijo de este último, Robert. Después de un estudio meticuloso, el Dobermann Club Alemán pronunció su veredicto: «El antepasado por excelencia del Dobermann es el Pinscher Alemán». Otto Gallar (1852-1922), del afijo «VON THÜRINGEN», juez de la raza y aquel que más hizo para que ésta fuese reconocida como tal, fue el fundador del primer «club» de la raza y un criador muy activo, cuyos perros fueron vendidos por toda Alemania. En las primeras exposiciones que contaban con la presencia del Dobermann, todos comentaron la uniformidad del tipo de los ejemplares y, por lo tanto, la raza fue «admitida». Estas primeras exposiciones celebradas en Alemania fueron las de Erfurt (1897), Berlín (1899) y Apolda, región originaria de la raza (1900). Otto Göller afirmaba que los perros de pura raza eran más bien una excepción en Alemania antes de 1870, y que en Apolda no se conocía ninguno de tipo negro con manchas amarillentas. No obstante, Little, un experto en el estudio de la transmisión hereditaria del color del pelaje de los perros, argumentó que estas manchas podrían haberse producido sin necesidad de usar para ello en la cría perros que las evidenciaran. LOS POSIBLES ANTEPASADOS DEL DOBERMANN

EL PERRO CARNICERO

OTTO SETTEGAST, pionero de la raza, escribió en la revista «Unser Dobermann» («Nuestros Dobermanns») en 1924: «Creo firmemente que el Perro Carnicero, ampliamente conocido en toda Alemania, formó parte de los orígenes de la raza Dobermann, sobre todo porque los Dobermanns primitivos se usaban como perros de pastor de ganado, una tarea típica del Perro Carnicero. Los ejemplares que vi a principios del siglo XX eran largos de espalda y con cuellos poderosos; poseían una valentía incomparable, tal como se necesitaba para guiar toros sueltos, agresivos. Tenían una fuerte ansia de combate; tenían el mismo diablo dentro de ellos...»

EL ROTTWEILER

A menudo se ha mencionado al Rottweiler como uno de los posibles antepasados del Dobermann, sobre todo por su parecido en el color y manchas del pelaje y porque los primeros ejemplares tenían un aspecto tosco. Lo cierto es que hay diferencias de opinión en tomo a este asunto. Philipp Gruenig, el criador más científico de la raza, juez y autor de uno de los libros más informativos, afirmó que: «Las fuertes mandíbulas y cráneos anchos observados en los primeros ejemplares evidencian que los Perros Pastores y el Rottweiler tuvieron una influencia infinitamente más útil [que el Pinscher] en la formación de la cabeza del Dobermann» Por otra parte, Otto Göller negó categóricamente que se hubiera usado pero admitió que en el traslado de ganado a la zona de Thüringen desde el sur del país, era posible que algunos perros de este tipo se hubiesen cruzado con las hembras Pinschers de la zona antes de que Herr Dobermann comenzase a criar en 1880.

Esto quiere decir que podría haber algún Rottweiler entre los antepasados de los perros como aquella «BISART» quien producía cachorros negros con manchas amarillentas (y a menudo también manchas blancas en los pies y en el pecho, características que, en aquellos tiempos, eran aceptadas).

EL PINSCHER ALEMAN

Aunque esta raza ya se ha mencionado, sería interesante citar un comentario hecho por Otto Göller en una Asamblea General del Dobermann Club de Apolda en 1905: «Si bien no critico en absoluto el parecido de la nueva raza con el Pinscher Alemán, aconsejaría a los jueces de las exposiciones que no dieran ningún primer premio a un ejemplar con la cabeza pesada tipo Rottweiler o cruce de Dogo, ni a los que tuvieran el aspecto típico del Terrier». (Con este comentario hacía referencia a la influencia del Manchester

Terrier, raza que había sido incorporada poco antes de esa fecha en algunos programas de cría).

EL BEAUCERON

Este perro, de origen francés, tiene unas características muy parecidas a las del Dobermann, sobre todo en cuanto a la cabeza que es la parte en que se le asemeja más que a ninguna otra raza. El Beauceron se presenta en los mismos cuatro colores que el Dobermann, o sea negro, marrón, azul e «Isabella», todos ellos con las típicas manchas rojizas denominadas «fuego». Philipp Gruenig creyó que el Beauceron posiblemente hubiese formado parte de los orígenes de la raza, basándose en que era probable que algunos ejemplares de ésta hubiesen pasado por Alemania con el Ejército de

Napoleón, y que por lo tanto sería lógico pensar que se hubiesen cruzado con perras alemanas en el trayecto. Tras la caída del poder francés, algunos ejemplares debieron quedarse en Alemania.

EL STOPPELHOPSER

Este perro pastor, ahora extinguido y olvidado, tuvo mucha importancia en la formación de algunas razas «modernas» tales como el Dobermann. Muy común en Alemania entre los años 1860-1870, es indiscutible que fue cruzado en múltiples ocasiones con el Pinscher Alemán, produciendo el tipo de perro que Herr Dobermann usó como base de cría. La marca de este perro quedó patente en la raza durante muchos años, hasta que llegó a ser dominada por la fuerte influencia del Manchester. Los perros de esta raza a menudo nacían sin cola, y esto ocurría también entre los primeros Dobermanns («Pinko», una hija de «Bisart», producía cachorros así). Se intentó mantener

esta característica mediante cruces con machos y hembras con la cola corta o sin cola, pero se comprobó que los perros nacidos sin cola carecían de las deseadas manchas de color cobrizo, y esta última característica tuvo prioridad por encima de la primera.

EL MANCHESTER TERRIER

Esta raza, de color negro y fuego, fue muy popular a finales del siglo pasado, y muchos criadores creyeron que era oportuno incorporarla en la formación de la nueva raza Dobermann. El primer éxito de esta mezcla fue PRINZ VON ILM-ATHEN, nacido en 1901, hijo de «Lady», perra mitad-Dobermann, mitad-Manchester. La mayor influencia del Manchester fue la eliminación del pelo algo largo y lanoso, sustituyéndolo por un pelaje corto y áspero con manchas rojizas. Otros cambios fueron evidentes en la cabeza que se hizo más alargada y menos tosca, y el cuerpo típico del pastor que se transformó en un cuerpo más compacto y corto, con una angulación delantera distinta y

con los pies cerrados tipo «gato». Por otra parte, el tamaño se redujo y aparecieron las ahora tan criticadas manchas negras en los pies y en los dedos. Con la incorporación del Manchester, el carácter original del Dobermann perdió algo de su «dureza».

EL WEIMARANER

Tanto Max Künstler como Philipp Gruenig afirmaron que algunos descendientes de los perros «cazadores indígenas de Weimar» fueron usados en la creación del Dobermann y que, junto con el Mastif Alemán, éstos fijaron el color azul. Pero otras voces se han oído en contra de esta teoría, por lo que nada puede asegurarse al respecto.

EL GALGO INGLES (GREYHOUND)

El Galgo se introdujo en 1909 a través de una perra llamada «STELLA», hija de un galgo inglés negro. Stella, cubierta por el Dobermann LORD VON RIED, produjo una camada en la que destacó la hembra SYBILLE VON LANGEN (*F13) quien a pesar de ser muy criticada por su cabeza típica de galgo, llegó a ser Campeona de Alemania. En 1910, en otra camada con el mismo macho, esta Stella produjo al Campeón de Austria ROLAND VAN DER HAIDE un que sería enérgicamente criticado por los expertos alemanes de la época por su aspecto tosco, pecho estrecho y ojos redondos. Puede considerarse que la influencia del galgo todavía perdura en la raza tal como la conocemos hoy Fue gracias al galgo que se recupero el carácter enérgico y decidido del Dobermann que el Manchester Terrier más dúctil había llegado a estropear.

OTRAS RAZAS

Aunque no hay evidencia alguna de que las siguientes razas tuviesen algo que ver en la formación del Dobermann, cabe mencionar al DOGO ALEMAN, en su variedad de color azul, y al POINTER por su parecido de cabeza (hace algunas décadas). El POINTER ALEMAN es una raza reciente y aunque comparte algunas características con el Dobermann, es poco probable que tengan nada en común desde el punto de vista genealógico.

Dibujo realizado por ordenador de la Campeona de España 1992 ODESSA DE GRIFEU. Los grandes progresos conseguidos a lo largo de estos cien años se deben a una cuidadosa selección en la crianza.

CAPITULO 2: COMO ES EL DOBERMANN

GRAF GUIDO V. FRANCKENHORST, el Dobermann más premiado de toda la historia de la raza.

LAS HISTORIAS QUE SE CUENTAN DE LA RAZA

Sobre el Dobermann se han dicho —e incluso se han llegado a escribir — verdaderas barbaridades. Parece ser que todos estos «rumores» que se oyen, esas historias que se cuentan, y las «películas» que se ven forman parte del mito de la raza, y es casi como si la gente pudiera perder interés por la raza sin ese «morbo» con que se le asocia. Siempre creo que los he oído todos, aunque de vez en cuando surge algún nuevo relato, pero todos se basan en que los Dobermanns, absolutamente todos, se vuelven locos a una cierta edad por una larga lista de razones, a cual más absurda. «Dicen»: —que les crece no se qué hueso hasta que éste les llega a aplastar el cerebro... —que las raíces de los colmillos le crecen hacia arriba hasta que perforan el cerebro... —que tienen el cerebro tan pequeño que llegan a enloquecer porque va dando tumbos y rebotes dentro del cráneo... —que el cerebro crece más que el cráneo, y finalmente explota... —que al cortarles las orejas, les entra aire en el cerebro estableciéndose así una corriente que les vuelve locos... El último comentario que llegó a mis oídos me habría parecido bastante divertido si no fuese porque la persona que lo dijo aseguró que «lo había leído en un libro». Decía: «El que los “inventó” se murió antes de completar su obra y por esta razón los Dobermanns todavía no están “terminados”...» (¿Querrá decir «como si les faltara un tornillo»?). ¿De dónde viene tanta fantasía? Siempre que escucho alguno de estos comentarios —y si tengo humor para hacerlo— interrumpo a la persona que lo afirma (normalmente sentando cátedra ante una audiencia bien atenta que

admira tanta sabiduría) y le pregunto si alguna vez ha tenido un Dobermann. La respuesta siempre ha sido que no; cuando le pregunto si conoce a alguien que haya tenido alguno, la respuesta también ha sido negativa. Si insisto en el tema, preguntándole cómo ha llegado a saber todo lo que dice, la respuesta ha sido invariable: «El Dobermann es un perro asesino que se vuelve loco, y todo el mundo lo sabe, y que no hay nada en este mundo que le induciría a acercarse a uno, y mucho menos a tenerlo en casa —¡qué disparate!»—. Si le digo que yo siempre he tenido Dobermanns y que a mí nunca se me han vuelto locos, me avisa con un serio «ya verás...» y, cuando me alejo, oigo como el sabio dice a su audiencia a mis espaldas «esa mujer tendrá problemas, ya veréis; un día seguro que le muerden y entonces saldrá en los periódicos...»

COMO ES EN REALIDAD

Cuando estábamos a punto de escribir esta sección nos pusimos a pensar en los diferentes perros que hemos criado, tenido en casa o conocido, y nos dimos cuenta que ninguno ha sido igual a otro; con ello llegamos a la conclusión que el «carácter del Dobermann» es tan difícil de definir como lo sería el «carácter del ser humano», y que realmente lo que hace que el Dobermann sea tan buen compañero es su «personalidad». Pero pese a tener cada uno su propia forma de ser, los Dobermanns como raza tienen ciertos rasgos en común, y son precisamente esos rasgos los que quisiéramos destacar en esta sección.

Estés donde estés, tu Dobermann estará a gusto a tu lado. Pero antes de empezar a estudiar «Cómo es el Dobermann» tengo que volver a lo que dije en la introducción: el Dobermann será siempre lo que su dueño quiera que sea. Es un perro altamente sensible que capta desde el principio lo que su dueño quiere de él; todas las «ventajas» que como raza nos ofrece y todos los «problemas» que pueden surgir se deben, en el noventa por ciento, a errores cometidos por el dueño en la educación básica que se da al perro desde que es cachorro hasta que es adulto, bien sea por una despreocupación y falta de dedicación al animal, o bien porque en el afán de enseñarle y de someterle (no vaya a ser que luego se ponga rebelde...) «se ha

pasado» y ha querido adelantarse a lo que el perro era capaz de asimilar a una edad determinada, forzándole y en consecuencia confundiéndole. En esta sección, pues, incluyo una serie de ejemplos que de alguna manera demuestran lo que hay que hacer, y sobre todo lo que no hay que hacer, con respecto a cada faceta del carácter del Dobermann. El «rasgo» como raza siempre estará presente; la forma en que este rasgo se exprese dependerá siempre del trato que se dispense al perro y a la forma de ser de su dueño y de las personas de su entorno. El Dobermann es un perro muy «personal». Con ello quiero decir que es un perro hecho para convivir estrechamente con personas, y que lo único que le importa en este mundo es «su gente». Le trae sin cuidado la casa, la fábrica, la tienda o el coche, y si defiende estas propiedades es únicamente porque las asocia con sus dueños, no por el instinto de vigilarlas en sí. Su instinto de defensa y de protección hacia los suyos es muy alto, es algo innato en el Dobermann, algo que no hace falta enseñarles, algo que corre por sus venas. Ningún ruido en la escalera de tu piso le pasará desapercibido: si estás en casa, préstale la atención debida, pues con ello estás dando tu apoyo y tu aprobación y así sabrá que hace bien; no le digas «cállate, perro» sólo conseguirás que a la larga te considere incompetente en la custodia de tus propiedades, o bien a la larga dejará de vigilar porque entiende que no quieres que lo haga. El Dobermann te ofrece muchas ventajas: vigila tu casa y es un gran disuasor para los ladrones; vigila tu persona fuera de casa, pues raramente un atracador se atreve a acercarse a alguien que vaya acompañado de un Dobermann; si tienes una tienda el perro te protegerá ante un asaltante, y además suele correr la voz entre esa gente que es preferible dejar de hacerte una visita porque «en tal sitio hay un Dobermann»; si llevas el perro al parque cuando vas con los niños, no tengas miedo, que nadie se les acercará con malas intenciones...

El Dobermann es un excelente compañero y guardián para un niño pequeño. María con Gertor.

Un mal compañero para el Dobermann

Un buen compañero para el Dobermann

Pero hay otra cara de la misma moneda: Si vives en la ciudad y dejas al Dobermann solo toda la semana en el chalet donde pasas únicamente los sábados y domingos con la intención de que lo «guarde», lo más probable — y sobre todo si es joven— es que no vigile como tú creías. Si un «ladrón» pasa por la verja de tu chalet cada día y habla con el perro, pasando un rato con él, haciéndole sentir que «tiene un amigo», al cabo de poco tiempo el perro dejará que el ladrón entre en tu casa. ¿Por qué? Pues sencillamente porque los lazos personales que le unen a ese ladrón son más fuertes que los que le unen a «esas personas» que sólo vienen una vez por semana; para él, ese ladrón ha asumido el rol de amigo. Evidentemente no pasa lo mismo si el perro va y viene contigo de la ciudad al chalet, pues si es así vigilará tanto un sitio como otro. También, cómo no, una de las características más marcadas del Dobermann es su afectuosidad, pues es uno de los perros más cariñosos y mimosos que hay; él siempre quiere estar al lado de su amo. Te seguirá a todas partes —al baño, a la cocina, al jardín—. Cuando regreses de la compra o de la oficina, su alegría será inmensa y te cubrirá de besos con un júbilo tal que si te descuidas te tumba... Cuando estés en el sofá, no se pondrá en la otra punta, sino que tendrá la cabeza encima de tus rodillas o estará echado en el suelo con su cabeza en tus pies si es así como le has enseñado. Al despertarse por la mañana, irá enseguida a verte, estés donde estés en la casa, a veces incluso «sonriendo» (sí, es cierto que los Dobermanns sonríen, con la boca cerrada pero enseñando toda la dentadura de delante o a veces sólo levantando un poco el labio y a veces trayéndote alguno de sus juguetes preferidos... Cuando estés echado en una hamaca tomando el sol en pleno verano, el Dobermann estará allí a tu lado, aguantando el calor, mientras que otros perros suelen buscar un sitio más fresco en la sombra... Con ello quiero decir que el Dobermann no es un perro adecuado para tenerlo apartado en el garaje, en el jardín, en una jaula, y mucho menos para dejarlo solo para que vigile una finca. El Dobermann quiere estar contigo, con la familia; quiere ir en el coche cuando salís (te lo vigilará); quiere ir de vacaciones con la familia (se adapta perfectamente al camping, al hotel, y a viajar en sí); y quiere estar presente cuando hay visitas pues por una parte le encanta que haya gente que le haga caso, que le rasquen la cabeza, y por otra se siente útil porque al mismo tiempo puede velar para que ninguna de esas personas vaya a hacer daño a alguien de su familia).

Otra cosa que todos los Dobermanns tienen en común es que están dispuestos a todo con tal de estar contigo y de complacerte. Esto se refleja no sólo en su comportamiento como un perro activo y deportivo que lo hace ideal para jugar, pasear y salir a correr, sino también para estar echado en casa tranquilamente haciendo una siesta en el sofá o echado a tus pies. Se adapta perfectamente a lo que tú quieras hacer. Muchas personas que han de pasar horas en la carretera o visitando clientes se lo llevan en el coche todo el día; el perro estará encantado con este ritmo de vida y, bien enseñado, nunca destrozará nada en el coche cuando se quede solo. Aparte de que su máxima aspiración es la de servirte en todo, por lo que somete su voluntad a la tuya en todo momento, es también un perro con una gran resistencia al dolor físico. Esto es algo que queda patente por ejemplo en la clínica veterinaria. Si bien a muchísimos perros de otras razas es imprescindible ponerles un bozal para poder cortarles las uñas, el Dobermann lo aguanta estoicamente porque tú le sujetas y le mandas estar quieto allí. Si tú, en tu rol de amo, amigo y líder, decides que eso es lo que hay que hacer, el Dobermann lo aceptará perfectamente. Al Dobermann le encanta jugar con los niños. Yo personalmente he conocido a uno (Gregor von Ferrolheim) que cada día en verano bajaba a un terreno convertido en campo de fútbol para hacer un «partido amistoso» con un grupo de chavales. Los he visto jugando y revolcándose con niños en la playa; los he visto sentados al lado del niño en el sofá; los he visto «participar» con el morro en algún juego con cochecitos en el suelo con todos los niños de la casa o disputándose algún juguete. El Dobermann es el compañero ideal (y defensor) para el niño que está solo, y «un niño más» (pero más responsable) si hay varios. Hablando de justicia, una de las cosas más evidentes del carácter de todos los Dobermanns que he conocido ha sido su marcado sentido de la justicia. Si hacen algo mal, lo saben y aceptan el castigo con resignación; pero no encuentran justo que les castigues por algo que no han hecho o a deshora cuando ya no se acuerdan de haberlo hecho. La justicia es un rasgo innato en casi todos los animales de todas las especies —posiblemente con la excepción de los seres humanos que están condicionados ya desde pequeños a dejarse llevar más por sus intereses que por el instinto de «jugar limpio»—. El perro tratado con justicia y cariño no ofrecerá ningún problema. Esto lo vi claramente en el caso de una perra que se hizo con un filete que yo tenía preparado para la cena: cuando volví a entrar en la cocina, algo

así como una hora después, faltaba el filete que yo había dejado en la mesa. Pensé, enfurecida, «la castigaré por esto». Pero no pude castigarla, por que yo sabía que ella ya no se acordaba de lo que había hecho, y que no habría sabido por qué yo me enfadaba con ella cuando ella, tan contenta de verme y tan afectuosa, venía a saludarme a mi regreso. Pero si bien el Dobermann quiere jugar, no es ningún juguete. Hay que enseñar a los niños a respetar al perro y esto es algo que no todos los padres entienden. Un perro, de la raza que sea, tiene un «límite» de lo que puede aguantar si le tiran de los bigotes, si le atan cosas a la cola, si le hacen daño, y muchísimas cosas más que he visto hacer a los niños con los perros.

¿Compartimos la galleta? Eva con Choice. Aun así, el Dobermann es un perro «sufrido», y no he conocido a ninguno que haya hecho daño a sus compañeros pequeños por mal que éstos le trataran, y esto es particularmente cierto con los niños más pequeños. El Dobermann no le morderá nunca; en todo caso le dará un empujón con el morro, con lo que el niño pierde el equilibrio y se cae sentado, o en todo caso se irá lo más lejos posible de ese «pequeño monstruo» que le ataca con el martillo de juguete que acaban de regalarle por su cumpleaños. Al niño de unos siete años en adelante le aguantará algo menos, pues el Dobermann opinará que a esa edad el niño debería saber comportarse mejor. No le

morderá, pero le plantará cara —y seguramente le gruñirá para disuadirlo—. Los padres no deben jamás apoyar al niño que maltrata a un perro, sino aleccionarle bien, dándole una buena reprimenda. Si riñen al perro (de cualquier raza, dicho sea de paso) estarán cometiendo una gran injusticia con él y confundirán al perro que no hacía más que lo que los padres tenían que haber hecho y lo que el perro habría hecho con los de su propia especie — enseñarles a comportarse y a respetar y querer a los animales.

¿Una mirada «desafiante»? Pero había de encontrar alguna solución a esto de «robar en la cocina», y de forma que ella lo entendiera. Puse otro filete a su alcance, en el mismo sitio. Esperé a que ella entrara en la cocina, y yo me quedé fuera pero en un

sitio donde podía ver qué hacía. Efectivamente, pude pillarla «in fraganti» con el filete en la boca, y me «enfadé» tanto que empecé a gritar, a dar golpes con un periódico en el suelo y en la mesa (pero no a ella directamente) y a montar tal escándalo que se asustó y nunca más tocó nada en la cocina. Bajando la cabeza sumisa, aceptó mi reprimenda con una gran humildad y estuvo un par de horas claramente «avergonzada» de lo que había hecho. Este sentido de la justicia es igualmente evidente en sus relaciones entre ellos; si tienes más de un perro y sólo sacas de paseo a uno cada vez, él o los que se quedan atrás no se enfadan porque saben que ya les tocará a ellos dentro de un rato (y así debe ser); si le das una galleta a uno, los demás se quedan sentados mirándote, «exigiendo» con la mirada que les des a ellos también —y lo justo es que haya para todos. También son muy jerárquicos, y cada uno en la casa, persona y perro, tiene para ellos «su lugar» en el orden de mando. Si hay un ruido, el perro líder irá a investigar; ladrará e irá en busca de su dueño; los demás, según su posición dentro de la tribu, formarán filas detrás de aquél. A ningún cachorro se le ocurriría dar el más mínimo ladrido en presencia de su madre, porque ésta le pondría en su sitio de inmediato. En cambio, si la madre no estuviera presente, el cachorrito haría exactamente lo que ella le había enseñado, dando unos ladridos «bravucones» (que en el fondo no son más que un grito de socorro para que alguien más capacitado, perro o persona, venga a tomar el relevo ante el problema...). Pero, si realmente el Dobermann es tan bueno, y lo es, ¿de dónde ha venido esa fama de «perro asesino», de «perro que muerde a su dueño»? Es cierto que el Dobermann fue utilizado en la primera guerra mundial (y en la segunda también), tanto por los alemanes como por los aliados. Es cierto que se usaba para tener controlados a los prisioneros de guerra en los campos de concentración. Pero también se usaban pastores alemanes, rottweilers e incluso airedales para estas mismas tareas y nadie habla de éstos tan acaloradamente. Es indiscutible que parte de su fama proviene de las películas en las que se necesitaba la imagen de un perro fiero, pero con un poco de sentido común podremos reconocer que un perro actor no puede ser un perro descontrolado sino que ha de ser todo lo contrario. Si se usa al Dobermann para estas tareas es porque es relativamente fácil enseñarle lo que se quiere de él en un momento dado, y porque hará lo que sea con tal de complacer a su amo o a su adiestrador. ¿O acaso alguien ha llegado a creer que se ha elegido un perro «endiablado» y fuera de todo control para que

destrozara al protagonista de verdad? El aspecto del perro también contribuye a esa imagen de fiereza —es grande, fuerte, negro, con orejas tiesas, una expresión de alerta y una gran boca llena de dientes fuertes y blancos. En los Estados Unidos el Dobermann es el perro más utilizado para vigilar los grandes almacenes de noche, y no me cabe la menor duda que cualquiera que se haya visto enfrentado a un Dobermann por haber entrado a robar no se olvidará nunca de la impresión... ¡hasta los perros de otras razas le temen y suelen apartarse de su camino para que el Dobermann pase! Si bien el Dobermann se adapta a cualquier circunstancia con tal de estar con su dueño, no es un perro particularmente «flexible», sobre todo el macho, y una vez haya aprendido que las cosas van de una manera determinada, cuesta bastante hacerle comprender que las circunstancias han cambiado y que por lo tanto hay que plantear unas modificaciones en sus hábitos.

NELSON V. FRANKENLAND, un gran ejemplar alemán. El podría considerar esos cambios como una pérdida de su posición en el escalafón de la jerarquía o bien como una injusticia, pero todo es cuestión de tener paciencia y de demostrarle que no es así. Si esto se lleva a cabo con cariño y perseverancia, lo entenderá y al poco tiempo se habituará a ello. Obviamente esto es aplicable a muchas razas y no sólo al Dobermann...

Todo radica en la educación que se le da, en el ambiente en que vive, y en lo que intuye que su dueño espera de él. Dejando aparte la personalidad propia de cada ejemplar, que es algo que se forma mediante la herencia y las condiciones de su crianza, todo lo demás dependerá del trato que se le de al perro como individuo, de su socialización, del entendimiento con su dueño, de su integración en la familia, y —sobre todo— de cómo son las personas a su alrededor. El dueño agresivo (aun cuando no lo aparente, y éstos suelen ser los peores porque tienen una agresividad contenida) normalmente tienen un perro agresivo, mientras que el dueño afable suele tener un perro afable. No en vano se ha dicho que los dueños y sus perros se parecen...

HENRIKE VAN DE NIEUWE LOOT.

Un buen dueño para el Dobermann

Un mal dueño para el Dobermann. El cachorro Dobermann normal (cuando digo normal me refiero a un cachorro que procede de una crianza adecuada, que esté bien de salud y que reciba el trato apropiado para su edad) es por su naturaleza cariñoso y alegre, es inquisitivo, extrovertido y juguetón; es fácil de enseñar y se adapta bien a los horarios de la casa. También es extraordinariamente listo. El sabrá cómo es cada miembro de la familia, mucho antes de que éstos sepan cómo es él, y no le cabrá la menor duda acerca de «quién manda» ni acerca de «quién le consiente más». Esto no sólo es porque el Dobermann es un perro intuitivo —al llegar a una casa nueva, solo y sin su madre y sus hermanos, el cachorro pasa la mayor parte de su tiempo «situándose» y observándonos. El Dobermann, sobre todo el macho, necesita un líder, alguien a quien poder respetar, alguien con quien compartir las tareas de velar por el bien de su familia. En el fondo es como un chico adolescente que busca el ideal en su padre, la figura del jefe del clan, el que manda con acierto y justicia.

Obviamente, no siempre lo encuentra. Desafortunadamente, hay muchos dueños que piensan que con comprar el cachorro y pagar las facturas de su comida y cuidados veterinarios tienen pleno derecho a ser «el jefe». A nivel humano, puede que así sea; a nivel del perro no. (También podríamos decir que no todos los padres saben ser buenos padres para sus hijos, por muchas facturas que paguen...). Al Dobermann no le expliques que has gastado una cantidad de dinero en adquirirlo, que cada semana tienes una cuenta pendiente con el carnicero, que se te va un jornal en los cuidados de su salud, sus juguetes, su cama, su caja, sus collares... Al Dobermann has de hacerle entender que forma parte de una familia donde tú eres el líder y donde él tiene su propio lugar en el escalafón, un lugar en el que pueda ser útil y en el que podrá poner en práctica todas sus dotes de buen compañero, de amigo y de vigilante... de DOBERMANN. Una de las historias que más se han oído acerca del Dobermann es que «cuando tienen “X” años muerden a su dueño». A lo largo de estos años de convivencia con la raza (y dicho sea de paso ningún Dobermann, ni de joven ni de viejo, jamás nos ha mordido, ni gruñido, ni siquiera enseñado los dientes si no era para sonreír...) hemos tenido muchas oportunidades de observar de cerca las reacciones de nuestros perros y también las de los perros de los demás. Y hemos llegado a la conclusión que las raíces de esta historia se encuentran en la relación que se establece entre el hombre y el Dobermann macho.

VLADIMIR, cachorro marrón a las 10 semanas de edad. Por un momento vamos a ponernos en el lugar del Dobermann joven que vive en una casa «típica» con su familia. Durante todo el día, la persona que se ocupa de la casa es la mujer; es ella la que manda a los hijos hacer esto o aquello; es ella la que decide qué se come y cuándo; es ella la que saca al perro a la calle o al jardín cuando así lo cree conveniente; es ella la que tiene que atender las visitas del electricista, del cartero, de los amigos de sus hijos... Para el perro, los hijos son encantadores como compañeros de juego, pero a la hora de tomar decisiones no pintan nada. El marido es aquel que por la mañana «se va» (no le expliques al perro que se va a trabajar para ganar dinero, pues el perro sólo ve que se va) y que por la noche vuelve. ¿Y qué hace cuando vuelve? Unos son del tipo que espera que la mujer le ponga la cena y le traiga las zapatillas mientras que el «guerrero urbano» se echa delante del televisor, negándose a cualquier conversación y sin querer saber nada de lo que pasa en la casa; dice a los hijos que ha tenido un día duro y que le dejen en paz; dice al perro que deje de ladrar ante cualquier ruido anómalo en vez de levantarse a ver qué es lo que pasa, etc. Otros, por el contrario, llegan dispuestos a compartir la velada con todos, charlando con su mujer, escuchando a sus hijos, y jugando con el perro. Seguramente este dueño por la mañana, antes de irse a trabajar, se ha quitado unos minutos de sueño para poder sacar al Dobermann en su primer

paseo del día y para tener con él algunas palabras cariñosas. Evidentemente, desde el punto de vista del perro (y de la mujer y de los hijos también, pero ésa ya es otra cuestión...) hay mucha diferencia entre el primer tipo de hombre y el segundo. El primero jamás podrá ser el líder que anhela un Dobermann y nunca estará a la altura de las pretensiones de éste, y si realmente quiere tener un perro (o simplemente consiente que los niños lo tengan para que así le dejen a él más tranquilo todavía...) más le valdría tener un perro menos activo y menos «exigente» que un Dobermann macho. Con la hembra este problema de liderazgo no existe porque ellas no son tan dominantes. El macho sólo ve que este hombre no se ocupa de nada; que no se inquieta si hay cualquier ruido extraño que podría representar una amenaza para la familia; que no presta atención a nada ni a nadie y que sólo quiere que le dejen descansar tranquilamente delante del televisor; a los ojos del Dobermann, este hombre no sirve para proteger a los suyos. En consecuencia, es el perro el que cree que tiene la obligación de asumir ese papel de líder, el que tiene que defender a la mujer y a los niños (y de paso a «ese señor» que viene a cenar cada noche también).

Pero ningún Dobermann se girará a morder a su «dueño» de buenas a primeras por el mero hecho de no ser éste el líder que el perro esperaba... Lo que pasa es que posiblemente llegará el día en el que «este buen señor que viene a cenar cada noche» no actuará según el rol que él mismo había asumido a lo largo de tantos meses o años, y tendrá un arranque de «aquí mando yo», normalmente cuando está de mal humor y delante de alguien ajeno a la familia para demostrar a todos que él es el jefe... Vamos a dar un ejemplo de una situación en la que esto podría pasar. Es verano y el hermano del dueño viene a hospedarse durante las vacaciones; la primera vez que llega, se le abre la puerta y el Dobermann le admite perfectamente (piensa «si mi familia le admite y son amigos, no hay peligro; es amigo mío»). Se le da la llave para que pueda entrar por la noche. Luego, el hermano sale a dar una vuelta; regresa al atardecer y entra con su llave. El perro ve que alguien que no deja de ser ajeno al grupo que normalmente «entra y sale» ha abierto la puerta —instintivamente ve que esto puede ser un peligro— y se va corriendo a ver qué pasa. El Dobermann no ha mordido a nadie pero sí tiene plantado al «intruso» en la puerta, enseñándole los dientes y cerrándole el paso. Al oírlo, el dueño llega a donde está el perro y en vez de decirle que ha actuado bien como un buen vigilante, le riñe y le da un bofetón. El perro no lo entiende; esto para él no es justo ni lógico. Si durante tantos y tantos meses este dueño no se ha ocupado de nada y ha dejado toda la vigilancia de la familia y de la casa en manos de ese perro-jefe, ¿como se atreve a opinar ahora que lo que éste hace no está bien? Cuando una persona ajena al grupo y relativamente desconocida entra en casa sin más, ¿quién es él para decirle al perro que ha hecho mal en pararle los pies y en avisar? Puedo asegurar que, incluso en esta circunstancia, el Dobermann no muerde a su dueño, pero sí que es probable que le gruña y que le enseñe los dientes porque de acuerdo con su instinto y con su educación, el dueño ha sido injusto y ha usurpado el lugar en el escalafón que él mismo había hecho creer al perro que le correspondía. Si el dueño reacciona con firmeza y enfado (y con ello no quiero decir con una agresión, lo que invitaría al macho a pelear para demostrar quién es el más fuerte...), el perro probablemente se pondrá a recapacitar —¿me habré equivocado con respecto a este hombre?— y de allí en adelante podrá establecerse una nueva relación basada en un mayor respeto mutuo. Pero lo más probable es que, al oír el gruñido y al ver los dientes, el dueño que no ha tenido mucho contacto con su Dobermann

tenga miedo y dé un paso hacia atrás... y el perro se dará cuenta. Ya sabría que ese señor que para él no es el líder y que no sabe cuidar de su familia, encima le tiene miedo. Y entonces le perdería totalmente el respeto. Y si ese dueño estuviera dispuesto a dejar las cosas así, comportándose en adelante como ha hecho siempre en el pasado como un mero visitante, no pasaría nada. Pero los hombres no reaccionan así, y lo más probable es que el dueño aproveche una nueva oportunidad para «ver quién puede más» y seguramente de una forma injusta y muy dura. Y entonces, a la tercera o cuarta vez de intentar humillarle, es posible que el macho sí le muerda. Lo triste del caso es que entonces el dueño se deshace del perro diciendo que «como era un Dobermann, se volvió loco», cuando lo que en realidad tendría que admitir es «yo no supe ser un buen dueño para mi perro; la culpa de esta -situación es mía, pues el Dobermann cumplió con el rol que yo le había dado desde que era pequeño, y ha sido por mi incompetencia que él ha reaccionado de esta manera lógica». Desgraciadamente son pocos los hombres dispuestos a admitir tal cosa; el decir que «el Dobermann se volvió loco» les permite mantener la cabeza alta, y a fin de cuentas, como el perro no podrá explicar su versión de la historia, ¿quién podrá afirmar que está mintiendo?

SWISS DE VERTEMUSE, Campeón internacional de belleza y de trabajo, tranquilamente en su casa.

Una de las cosas que los perros no entienden son las peleas entre sus amos. Esto les desconcierta, y el hacerles presenciar una pelea entre sus seres queridos o intentar demostrar el uno al otro que «el perro a quien más quiere es a mi» es tan estúpido como peligroso, pues podría optar por defender a uno u otro de los participantes. A quien vaya a defender, y hasta qué extremo, dependerá de la situación en cada casa, o en otras palabras de la fuerza de los lazos «personales» que le unen a un miembro u otro de la familia. Si la relación entre el macho y el hombre de la casa es buena, podría limitarse a quedar al margen y simplemente mostrarse nervioso e intentar pasar entre los dos; si la relación con éste es prácticamente inexistente, defenderá siempre a la mujer. En una pelea entre hermanos, suele estar de parte del más pequeño (intentará coger a uno de los dos por los pantalones o del brazo para separarlos, lo que podría causar algún arañazo) a no ser que este pequeño tuviera la costumbre de maltratar al perro, en cuyo caso éste podría «aprovechar la ocasión» para defender al mayor y darle un susto al pequeño. De todas formas (como en las peleas entre perros para decidir cuál es el que manda), en una situación así el perro no tiene culpa alguna, y no es aconsejable reñirle. Es lamentable que el ser humano— supuestamente «racional»— no intente ver y comprender ciertas cosas desde el punto de vista del perro en vez de pretender que éste —el supuestamente «irracional»— se ponga a su altura. Si en vez de creer que el perro es un autómata que debe entender ciertos factores «antinaturales» del comportamiento humano prestáramos un poco más de atención a lo que todos los animales nos enseñan con su comportamiento instintivo, sería más fácil entender su forma de «razonar», qué es lo que les lleva a hacer las cosas de un modo u otro y qué intentan decirnos. Sería más fácil establecer una buena relación con nuestros perros en general, y con el Dobermann en particular, si empleásemos un poco más de sentido común, un poco menos de egoísmo, y una gran dosis de paciencia. Sólo me queda remarcar que, al afirmar que «el Dobermann será siempre lo que su dueño quiera que sea», no me refiero a lo que quiere «de boquilla» sino a lo que quiere realmente, de verdad. No basta con decir las cosas, hay que hacer un esfuerzo para lograrlas. Si queremos que nuestro perro sea educado, hay que tomarse la «molestia» de educarlo. Si queremos que nuestro perro sea atlético, hay que dedicar un cierto tiempo a su ejercicio. Si queremos que nuestro perro sea sociable, hay que preocuparse de socializarlo...

Campeona HAIDA VAN HET WANTIJ.

CAPITULO 3: LA EDUCACION

EDUCACIÓN O ADIESTRAMIENTO

En estos últimos años, enviar al Dobermann (y a perros de otras razas del mismo tipo) a un adiestrador durante de meses o tres para que éste le enseñe a obedecer o a dejar de hacer según qué cosas se ha convertido en una moda. Esto en sí no es perjudicial, pues sin duda hay algunos adiestradores que procuran no sólo enseñar bien al perro sino que éste no sufra por estar separado de sus dueños y que se mantenga en las mejores condiciones posibles. Pero desgraciadamente, en el caso del Dobermann que necesita un cierto tiempo para madurar, suelen llevarlo demasiado pronto, y ha habido casos de dueños que han querido someter incluso a cachorros de seis o siete meses a estos trances. Cuando alguien me pregunta «¿cuál es la mejor edad para enviar a un Dobermann a adiestrar?», siempre le contesto con otra pregunta: «¿Adiestrarle para hacer qué?». El cachorro —cualquier cachorro— es parecido a un niño. Un niño aprende muchas cosas en su casa desde muy pequeño sin que te des cuenta de que le estás «enseñando». Una madre difícilmente se acordará de «cuándo» o «cómo» enseñó a su hijo a coger una cuchara, o a lavarse las manos, o a sentarse para comer. Estas son cosas que simplemente "se asimilan» inconscientemente, y no hay ningún niño de dos años qué vaya al parvulario que no sepa hacer estas cosas. El niño también habrá aprendido que hay algunas cosas que no debe hacer, como tocar el fuego, abrir el cajón de los medicamentos, sacar refrescos de la nevera...

Es fácil enseñar a un cachorro con un premio. PRADJNA DE GRIFEU, con 6 semanas. Con el perro pasa lo mismo —si durante su niñez le vas poniendo la comida en un sitio determinado, el cachorro aprende que es allí donde ha de comer; si al bajarle a la calle o al parque siempre lo pones junto al bordillo o en un alcorque de un árbol, aprende que es allí donde ha de hacer sus necesidades; si le pones una manta o colchoneta en un sitio y vas diciendo que se eche en ella, aprende que es allí donde ha de echarse... Ya le habrás hecho comprender que no tiene que tocar nada de la mesa, que está prohibido coger los zapatos de los niños aunque éstos los hayan dejado en medio, que no debe ladrar al gato del vecino (ni al vecino mismo...). Para estas primeras reglas, base de toda enseñanza posterior, comportamiento y convivencia, ¿verdad que no necesitabas un maestro de escuela para tu hijo? Entonces tampoco necesitas un adiestrador para tu perro. Por supuesto, tanto para el niño como para el cachorro, hay que acondicionar la casa adecuadamente; no es buena idea tener un jarrón valioso encima de la mesita si no queremos tener problemas, pues al principio el limitarse a decir «no» puede ser poco efectivo. Todo se consigue con paciencia. En la naturaleza, y en todas las especies, la madre enseña a sus hijos lo que pueden y lo que no pueden hacer. En el caso de tu cachorro, TU asumes el rol de la madre, y además lo haces

de la forma más apropiada para que el perro aprenda en consonancia con las reglas de tu casa. (¿De qué te sirve que un adiestrador le enseñe a saltar por una valla, por ejemplo, si ni en tu casa ni donde paseas con él hay vallas?). Posiblemente crees que es más cómodo para ti dejar que el perro «vaya por libre» durante los primeros meses de vida, y que sea otra persona quien, por un precio determinado, le «dome». Quizás en vez de enseñarle tú mismo que debe andar a tu lado sin tirar, te parece más sencillo que lo haga otro; incluso piensas decir al adiestrador que «haga algo» porque el perro suele gruñir cada vez que algún amigo determinado viene a casa (algo que evidentemente nadie sino tú puede hacer). No nos engañemos. Si has dejado que el perro vaya por libre, haciendo su voluntad tanto en casa como fuera de ella, él o ella estará totalmente convencido que eso es lo que quieres. No cree que tiene que obedecerte, sencillamente porque no te has hecho obedecer. En el peor de los casos, si ese comportamiento suyo tan descontrolado te molestaba, y en vez de tomar cartas en el asunto lo encerrabas en un garaje «hasta que tenga la edad de ir al adiestrador», el perro nunca podrá saber qué querías de él simplemente porque tú no le has dado la oportunidad de saberlo. Ante esa circunstancia no infrecuente se me ocurre preguntar: ¿Por qué tienes un Dobermann entonces, si no es para disfrutar de él, si no es para que forme parte de tu vida? Y si el motivo de tener un Dobermann es solamente para que vigile, no por ello debe faltarle el aprendizaje —los policías también fueron niños.

XANDOR DE GRIFEU. A los cinco meses, un cachorro ya debe saber comportarse. Al llevarlo a adiestrar, el Dobermann nota enseguida que las cosas han cambiado. Ha encontrado por fin alguien que dedica un tiempo a él, que le enseña y que hace de «jefe». Si el adiestrador es de los buenos (bueno en el sentido de que trata bien a los perros que le son confiados, quiero decir), el perro estará encantado. Si el perro es maltratado u obligado a hacer por ejemplo unos ejercicios de ataque para los que es demasiado joven, sufrirá un «shock» muy fuerte, y lo más probable es que su carácter se estropee pará siempre y que al poco tiempo de tenerlo de vuelta en casa tengas que deshacerte de él por su agresividad. (¿Entonces dirás que se ha vuelto loco...?). Todos los adiestradores transmiten una especie de superioridad, tienen «mano» con los perros, y desde el primer momento el perro «sabe» que tiene que obedecer a su nuevo «jefe». Pronto aprenderá a andar al lado del adiestrador sin tirar; se sentará nada más oír la orden correspondiente; se echará a una señal determinada —hará todo cuanto este nuevo jefe le ha enseñado. Al cabo de un par de meses, vas en busca de tu perro; el adiestrador te enseña lo bien que el perro va con él y te dirá las «palabras mágicas» para que tú, en casa, puedas conseguir el mismo resultado. Incluso muchos hacen el «cambio de mano» que consiste en ir el dueño a casa del adiestrador para

que le den las explicaciones correspondientes y para ver cómo el perro hace los ejercicios y luego practicar allí mismo con él. Entonces, cuando el perro lleva cuatro días en casa, ¿por qué no te obedece? Vuelves al adiestrador y le expones tus quejas, pues has gastado un buen dinero para tener un perro bien educado y no hace nada, comportándose igual que cuando se fue. El adiestrador cogerá la correa, dará un par de tirones al collar, y el perro se comportará con él como una seda, andando sin tirar, sentándose a la orden, echándose de inmediato, viniendo enseguida a su llamada

Rita Platek de Dinamarca, perfeccionando la pose con un perro adulto. Hay muchos dueños que se enfadan con el adiestrador porque éste no ha resuelto sus problemas. Lo que no acaban de entender es que el perro obedece a aquel que se hace obedecer, y si en casa no hay ese alguien que tome las riendas en serio, alguien que se imponga, el perro sencillamente cree que sus «vacaciones de verano» con ese señor que le dedicaba una hora al día a él solito han acabado, y que vuelve a vivir entre esas personas que nunca tuvieron ni tienen tiempo de enseñarle. Si realmente quieres tener un perro bien educado, a tu medida y a la medida de tu casa y tus circunstancias, dedica tan sólo diez minutos al día para conseguirlo. Hay muchos libros que explican las normas básicas para enseñar a un cachorro o a un perro joven a obedecer sin causarle ningún

trauma a su carácter. El perro te respetará y te obedecerá y si te ocupas de ello personalmente tu relación con él será siempre mil veces mejor que si se lo mandas hacer a un desconocido. Con todo ello no quisiera dar a entender que el adiestramiento profesional no es útil. Todo lo contrario. Guando el perro tenga una edad adecuada y si tiene que cumplir unas funciones determinadas (por ejemplo vigilar que nadie salvo los empleados se acerque a la caja en una tienda, o que nadie entre en una fábrica de noche, o a guardar el coche etc.), el asesoramiento y experiencia de un adiestrador son prácticamente imprescindibles si no queremos cometer errores en la enseñanza. Para una mujer o persona mayor, a veces es útil recurrir a un adiestrador para que éste, con una mayor fuerza física, pueda dar los primeros toques para enseñar al perro a no tirar de la correa.

Lo mismo puede ser cierto en el caso de un dueño con problemas de sordera, enseñando al perro a avisar no sólo con el ladrido sino por otro medio si alguien llama a la puerta; o a acostumbrarle por ejemplo a caminar lentamente y a estar muy pendiente de las necesidades de cualquier dueño impedido. Todos sabemos los excelentes resultados que el adiestramiento profesional está obteniendo desde hace años con los perros guía para ciegos, para personas que tengan que desplazarse en una silla de ruedas, etc. Evidentemente, la enseñanza que el dueño puede dar a su perro es de

tipo casero; o en otras palabras, es la educación básica para que el perro sepa «comportarse bien». Esto quiere decir que en casa deberá ser «cómodo» para toda la familia convivir con él sin que haga grandes travesuras; en la calle debe andar bien, no ha de ensuciar las aceras, no debe lanzarse contra otros perros (ni tampoco saltar alegremente sobre una persona para lamerle la caía con el consiguiente susto de ésta); debe pasear tranquilamente entre la gente sin ser agresivo con nadie; en el coche no debe romper nada en su afán de ladrar a los otros perros o gatos que pasan cerca. (Posiblemente lo que sí le será difícil ignorar son los golpes que dan los niños en los cristales insistentemente para oírle ladrar —tal vez sea a éstos y no a los perros a quienes habría que enseñar...). En un hotel no debe subirse a las camas, ni ladrar jamás, ni juguetear por la habitación ni, lógicamente, hacer ningún pipí.

La socialización: cuanto antes, mejor. Joel y Xanthippe en Alemania. Aprovecharía este momento para aclarar que en muchos países extranjeros el perro es bien recibido en los hoteles porque están acostumbrados a que los perros de sus clientes sean «educados»; esto no siempre es el caso en España, y la culpa de ello es por supuesto de los dueños que han permitido que sus animales hagan destrozos, y ahora los hoteleros no quieren saber nada de ellos. Por ello añadiría que nunca es conveniente dejar a un perro solo en una habitación de hotel y que siempre será mejor dejarle en el coche mientras se desayuna o se sale a cenar; así se evitará que se sienta «extraño» o abandonado, que moleste a los otros huéspedes, que ladre ante cualquier ruido en el pasillo, que estropee la puerta al rascar, o que le pegue un susto a la camarera... Cualquier enseñanza que tenga que ver con la defensa y ataque debe ser confiada a una persona que realmente sepa lo que hace, pues es muy fácil cometer errores en este sentido y pronto podríamos encontrarnos con un perro peligroso en las manos. También es esencial poder contar con el apoyo de un grupo o un club si lo que se pretende es competir en pruebas de trabajo de tipo oficial donde los ejercicios comprenden varias disciplinas (ver la sección «pruebas de trabajo»). .

El magnífico campeón y reproductor americano de los anos setenta, MARIENBURG SUN HAWK

EL USO DEL «BOX»

El «box», una especie de caja-jaula, es el mejor regalo que le puedes hacer a un Dobermann y a ti mismo. Un cachorro aprende rápidamente que ése es su sitio, su cama, y lo usará toda su vida como tal. Si es metálico, de los que se doblan como una maleta, tiene la ventaja de que cabe fácilmente en cualquier coche y además el perro no pasa tanto calor en este tipo de caja como en las de plástico. En invierno se puede tapar con una manta gruesa (con excepción de la puerta) y así no hay peligro que el perro tenga frío. Siempre debe colocarse una colchoneta en el fondo, más o menos gruesa según la temperatura que haga, para que el perro se encuentre más a gusto. Un cachorro, al igual que un niño, necesita mucho descanso. Si lo tienes suelto en casa, no podrá descansar totalmente, y esto es todavía más cierto si en la casa hay niños que quieren jugar con él —y él con ellos—. Una de las cosas más elementales para un cachorro Dobermann es que descanse un par de horas después de cada comida, y es muy conveniente acostumbrarle a hacer estas siestas en su «box». También es de gran ayuda en esa época en que hay que enseñar al cachorro a ser limpio en casa, algo difícil de conseguir si corre libremente por todo el piso. Al perro no le gusta hacer sus necesidades en el sitio donde duerme, y al estar encerrado a ratos aprende a «aguantarse»; si al sacarle del «box» le llevamos inmediatamente al sitio

donde ha de hacer sus pipis, pronto aprenderá a hacerlos allí.

GOG-GOLIATH v. DIASPORA y ANOUSJKA V HARROS’BERG. Es un placer convivir con perros bien educados. Para la familia, el «box» ofrece una gran ventaja: puedes dejar al cachorro —y más adelante al joven y al adulto— en su «box» mientras vayas de compras, sabiendo que al quedarse solo en casa el perro no hará ninguna travesura. En caso de organizar una fiesta en casa, o simplemente tener como invitado a cenar a alguien que tenga una verdadera aversión hacia los perros, siempre será mucho mejor para todos que nuestro Dobermann pueda ir a descansar a su «box» que obligar a los unos y a los otros a «tolerarse» todos juntos en el comedor. Además, si te invitan unos amigos o familiares a pasar el día con ellos en su finca, irás más tranquilo si llevas el «box», pues cuando el cachorro o joven haya hecho sus correrías o juegos, podrás meterlo así a descansar a la hora de la comida sin que esté por medio —sobre todo si los demás no están acostumbrados a tener perro o si le tienen miedo. Si te acercas a una exposición, observarás que casi todos los expositores —criadores tienen a sus perros en una especie de caja mientras que casi todos los expositores— particulares los llevan todo el día de la correa. Un día de exposición (entre el viaje, los nervios del dueño, el ruido, los demás perros, etc.) es agotador para todos los perros, y más todavía para los de aquellas razas que siempre están atentos a lo que les rodea. La práctica de tenerlos

guardados en su «box» —que para el perro significa estar en su «cama»— permite que los perros estén más tranquilos y menos excitados. Por otra parte, se previene así que ningún perro ajeno se acerque al nuestro (lo que podría acabar en una pelea, sobre todo por estar los perros alterados por la tensión al encontrarse en un lugar extraño o con tanta gente alrededor). Al mismo tiempo se evita la posibilidad de que nadie moleste al perro (que podría dar lugar a que nuestro Dobermann «aliviara sus tensiones» con un gruñido o mordisco, con el subsiguiente problema de la responsabilidad civil o, como mínimo, tener que aguantar que el afectado vaya diciendo «los Dobermanns son asesinos y deberían tener a esas fieras bajo control...»

Es aconsejable adquirir todo lo que se necesita para el perro en una tienda especializada donde podrán aconsejarles debidamente.

El «box» también puede servir de cuna para un perro enfermo. El «box» es también de gran utilidad en el coche (yo nunca llevo un perro suelto en el coche, pues en un momento dado podría ser o bien la causa de un accidente o bien víctima de uno y salir disparado del coche, perdiéndose.) Lo mismo podría decirse de las estancias en los hoteles: si bien como hemos comentado muchos hoteles no quieren admitir perros, se muestran bastante más dispuestos a hacerlo si llevas un «box», pues saben que de esta manera hay menos riesgo de que el perro vaya a estropear algo. En una casa en la que hay varios perros, el «box» se convierte prácticamente en una necesidad, pues no siempre pueden estar todos juntos tal vez porque no hay nadie en casa y podrían llegar a montar un circo, o porque uno es un cachorro y debería estar descansando en vez de jugando y en todo caso molestando a los perros mayores, o bien porque hay alguna hembra en celo, etc. De todas formas, quisiera subrayar que el «box» es para el perro lo que para nosotros sería la cama, y que lo que no puede permitirse en ningún caso es que un Dobermann pase horas y horas metido en él. Como pasa con todo en esta vida, una cosa es el buen uso y otra muy distinta es el abuso...

CAPITULO 4: EL TRATO

COMO TRATAR AL DOBERMANN PARA QUE SEA UN BUEN COMPAÑERO

Como ya se insistió en la sección anterior, el Dobermann es un perro que establece unos fuertes lazos con su dueño y con toda su familia. Pero, al igual que con los hijos, esos lazos sólo pueden formarse sobre una base de respeto, de compañerismo y de entendimiento para que la convivencia sea buena. Cada dueño, cada familia y cada casa tienen sus propias circunstancias —y cada perro tiene su propia personalidad— con lo que sería imposible generalizar sobre la forma exacta de tratar a este último. Pero, teniendo en cuenta los rasgos del carácter del Dobermann como raza, creo que hay unas normas fundamentales de su educación y forma de tratarle para que la relación entre el perro y todos los que se encuentren en su entorno sea la mejor posible. Evidentemente no se puede tratar a un cachorro como si fuese un perro adulto. Como ocurre con los niños, para todo se requiere un «tiempo», y suprimir la alegría y ganas de jugar a un cachorro para que se «comporte» como un adulto sólo conduciría a que éste llegase a ser reprimido y triste. Por esta razón, a continuación explico en unas cuantas líneas el trato apropiado para el Dobermann en las distintas fases de su vida.

EL CACHORRO

Desde bien pequeño, hay que llevar al cachorro Dobermann a todas partes para que se acostumbre a todo. Un cachorro cuyo mundo se limita al jardín de un chalet se volverá muy vigilante de su casa pero difícilmente podrá adquirir confianza en sí mismo y es improbable que luego pudiera ser un buen guardián ni que pudiera participar con éxito en alguna prueba de trabajo o incluso «test» de carácter porque le faltaría toda esa «mundología» a base de experiencias y de vivencias que para ello se requieren.

¿Qué clase de vida le espera a ese pequeño de 20 días? Debes llevar al cachorro al parque u otro sitio donde se reúnan otras personas con sus perros en plan social y donde podrá jugar con otros de su especie, a una terraza de una cafetería en una calle concurrida, a la salida de una escuela para que todos los niños le puedan tocar, por la calle mayor para que se habitúe a los ruidos de los coches y motos, a casa de los amigos y familiares y a dar paseos con el coche. Tiene que acostumbrarse a los ruidos, a los niños, a salir tanto de día como de noche. Tiene que acostumbrarse a la gente y a que la gente le toque —y es muy, muy importante hacerle saber que

TODO EL MUNDO ES BUENO—. Pero ¡cuidado!, hay que hacer todo esto cuando el cachorro sea todavía muy bebé, porque un Dobermann crece muy de prisa y una vez tenga cuatro o cinco meses la gente le tendrá miedo y no conseguirás que nadie lo acaricie. No temas que estos contactos con la gente vayan a «ablandar» su carácter ni que por ello deje de ser un buen guardián— llegará el día cuando él solito, sin tú saber por qué, intuye que alguien «no es bueno». Como lo has paseado por todas partes, y has hecho que el mayor número de personas lo acaricien y jueguen con él, no tendrá miedo de esa persona supuestamente «indeseable» y sabrá enfrentarse a ella.

El mejor sitio para un Dobermann, ya desde pequeño, es dentro de casa. Vuelvo a insistir en que es muy importante que estos contactos comiencen tan pronto como el cachorro llegue a su nueva casa, y si bien todavía no debe pisar la calle ni asociarse con otros perros hasta que no esté totalmente vacunado, ésta no es razón para no sacarle de casa en brazos o en el coche ni para que se quede solo en vez de acompañarte en tus visitas a casa de los amigos y familiares. Hay que tener presente que, en la ciudad, los perros de todas las edades deben ir siempre sujetos con correa y nunca sueltos. El refrán «Perro suelto es perro muerto» nunca pierde validez; de nada sirve lamentarse después con un «nunca se había alejado antes» —para ser atropellado, con una vez que se escape basta. Por ello, es una buena idea practicar en casa con el collar y correa antes

de sacar el cachorro a la calle. Es importante que al empezar sus primeros paseos, el dueño o quien se ocupe de él preste su apoyo al cachorro; si éste se asustara ante algo extraño, habría que acariciarle diciendo «tranquilo, cachorrito, no pasa nada». (Siempre es conveniente añadir su nombre cada vez que se le dice algo a un cachorro.) Acompáñale á investigar esa estatua o ese container de la basura que le ha asustado para que pueda comprobar por sí mismo que no hay nada que temer. No permitas que ladre a los demás perros; y ante la amenaza de un perro adulto agresivo defiéndele tú mismo para que no tenga una mala experiencia. Enséñale a ser un buen ciudadano (lo que incluye el hacer sus necesidades en el pipi-can u otro sitio adecuado y el hacerte responsable de recogerlas). El cachorro que crece sin traumas y con un amplio repertorio de experiencias agradables se convertirá en un perro seguro de sí mismo, capaz de afrontar cualquier situación. Si observáramos a los perros callejeros, veríamos cómo los cachorros siempre siguen a su madre a todas partes. Esto también es cierto con los animales de casi todas las especies, y sobre este tema se han hecho numerosos documentales. En el caso del cachorro Dobermann que vive con una familia pero sin más perros, es su dueño quien hace de «madre». Si se le lleva a la playa o al campo, un cachorro pequeño no se alejará de tu lado en un sitio extraño; conforme pase el tiempo, se sentirá más seguro de sí mismo y empezará a irse más lejos para investigar por su cuenta. Si en la casa ya hay algún otro perro mayor que él, éste puede convertirse en nuestro mejor aliado a la hora de llevar al cachorro por ejemplo a la playa. Si queremos que venga el cachorro, y no responde a nuestra llamada, bastará con llamar al adulto (que se supone estará enseñado...); el cachorro le seguirá de cerca y pronto lo tendremos a nuestro alcance y al mismo tiempo aprenderá que tiene que ir rápidamente hacia su dueño cuando éste le llama.

Cachorros jugando ante la vigilancia de su madre.

Pero aquí volvería a decir que el perro de cualquier edad siempre debe ir atado en cualquier lugar donde haya coches y, de cachorro y joven, en cualquier lugar hasta que haya aprendido a acudir, siempre sin fallos, a nuestra llamada. Por el contrario, el cachorro que crece en un jardín como si fuese un vegetal móvil sin estímulos ni experiencias, sin motivos de interés y sin esa gama de situaciones que hemos dicho anteriormente, y a veces incluso sin juegos, acabará siendo un perro tímido y tendrá miedo ante todo lo desconocido y este miedo le conducirá a estar siempre a la defensiva. Lo disimula ladrando y gruñendo (a distancia...) y probablemente de mayor atacará y morderá para «defenderse» si la persona que le asusta se acerca,

pero todo ello es fruto de su propio miedo —y un perro miedoso jamás será un buen defensor. Aprovecharía este momento para insistir en que a un Dobermann nunca se le debe tener atado en el jardín. Como su misión en esta vida es la de cuidar de los suyos, no entenderá por qué lo tienes allí donde no puede hacer nada útil. Tampoco entenderá por qué lo tienes alejado de las personas con quienes él quiere compartir su cariño. Un Dobermann atado se vuelve agresivo, porque se siente frustrado. Lo único que percibe así es que él no forma parte de nada, que no tiene lugar en ninguna jerarquía, que no forma parte de la familia humana y que no tiene sitio en ella. No llegan a establecerse los lazos afectivos entre el perro y las personas que «conoce»; se vuelve progresivamente más y más introvertido, más y más arisco como un animal atrapado, y estará sumamente triste. Si a una persona, y sobre todo a un niño, se le sometiera a un trato de aislamiento, pronto se volvería loco; con el perro de cualquier raza pasa exactamente igual, pero en el caso del Dobermann la reacción es más acusada porque es un perro «personal».

HAY QUE SER CONSECUENTE Esa es la clave del éxito. Muchas personas cometen el error de permitir que un cachorro haga ciertas cosas que seguramente no piensan tolerar en el perro adulto. Un ejemplo de ello sería lo de subirse al sofá. Si no quieres que suba al sofá de adulto, no se lo permitas de cachorro; pon una manta o colchoneta a tus pies y enséñale que ése es su sitio; puedes aprovechar el rato que estás sentado viendo la televisión, escuchando música o leyendo para tenerlo junto a ti; puedes tenerle atado a los pies de la mesita, tal vez manteniéndole bien entretenido con un hueso o juguete para que esté quieto. Es fácil hacerle entender de cachorro que no debe hacer según qué cosas, pero debemos aprender a ser consecuentes con él y con nosotros mismos. El perro aceptará y asimilará sin ningún problema todo lo que de pequeño le enseñes, mientras que será más difícil cambiarle las normas «porque sí» o quitarle ciertos «derechos adquiridos» más adelante. Para dar un ejemplo: si permites que de cachorro suba al sofá con tu plena aprobación, lo lógico (desde el punto de

vista del perro) sería que fuese así siempre. Pero tal vez un buen día, cuando él tenga cuatro o cinco meses y haya crecido lo suyo, decides que ocupa demasiado sitio en el sofá y que ya no ha de subir más; el perro no lo entiende (él no hará más que seguir haciendo lo que tú le has enseñado desde el principio que era «bueno» o al menos «permitido», y por otra parte él no sabe que ha crecido). Entonces quiere quedarse allí, echado cómodamente; si insistes en que baje, tal vez se queje ante la injusticia o trate de defender su posición mediante un ligero gruñido —que conste que te está «midiendo» y eso no se ha de consentir nunca de un cachorro—. (Por desgracia sabemos que son muchos los dueños y familias que «promocionan» ese gruñido mientras son pequeños porque les hace gracia, lo convierten en un juego..., ahora intento bajarte del sofá..., ahora intento quitarte el hueso..., ahora levanto la mano para hacer ver que pego a fulanito... etc.). En el peor de los casos, posiblemente encuentras gracioso que un cachorro tan pequeño te gruña y en vez de cogerle decididamente por el collar y echarle al suelo, permites que se quede echado. Al año, cuando el macho pesa cuarenta kilos y tiene una dentadura bien hermosa, ¿te va a hacer la misma gracia que te gruña cuando le mandas bajar del sofá? ¿Vas a tener entonces la fuerza de voluntad de obligarle a moverse? (todavía estás a tiempo). ¿Vas a renunciar a sentarte en el sofá para siempre? ¿O acaso dirás a tus amigos que se ha vuelto loco? La regla para no tener problemas en el futuro, como he dicho anteriormente, es la de ser CONSECUENTE y actuar justamente con tu perro en todo momento. Márcale las normas de la casa desde el momento que entre en ella, con firmeza, cariño y constancia. Si no quieres que entre en la cocina, no le dejes entrar nunca, desde el primer día; si no quieres que pida comida en la mesa, no permitas ya desde el principio que se ponga cerca de la mesa cuando la familia esté comiendo; si no quieres que toque nada en la mesita del centro, debes estar al tanto y castigarle con un fuerte tono de voz la primera vez que se acerca a ella. No hay más reglas que las que tú quieres establecer; todo depende de lo que tienes pensado admitir o de lo que quieres del perro en el futuro. Si tú lo tienes claro desde el principio, él también lo tendrá claro.

Si de mayor no quieres que suba al sofá, no se lo permitas de cachorro. Un amigo que ha tratado con varias razas me dijo una vez que en su opinión el Dobermann es el perro que te permite el menor margen de error porque aprende enseguida lo que le enseñas y lo que quieres de él, y que una vez haya adquirido un hábito ya no se le olvida. Yo personalmente no tengo experiencia en el trato con perros de otras razas, pero desde luego este amigo tenía razón cuando decía que el Dobermann no se olvida de las cosas que le enseñas, pues una de sus características es precisamente la de valorar la justicia; su flexibilidad y el margen de error que te permite son desde luego muy pequeños. En resumen, lo que el cachorro Dobermann necesita para llegar a ser un adulto sano, feliz y equilibrado son las diez «Cs»: Cariño, Comida, Calor, Cuidados, Comprensión, Compañía, Calma, Control, Caminatas y Constancia. Si sabes darle a un Dobermann todo eso en la medida adecuada, él sabrá corresponderte y te dará todo lo mejor de lo que un perro es capaz de ofrecer.

EL JOVEN MACHO

Una vez pasados los primeros seis u ocho meses, observaremos una serie de cambios en nuestro Dobermann. El macho se hará «más macho»; empezará a levantar la pata para orinar mientras que hasta ahora adoptaba la posición casi agachada de las hembras, y empezará a «marcar su terreno». Todavía es pronto para que se interese realmente por una hembra en celo (aunque a esa edad físicamente ya podría montar) pero hay que vigilarle de cerca para evitar que se pierda en su afán de seguirle la pista a alguna. También habrá algún que otro cambio en su carácter: probablemente ya no le hace ninguna gracia que lo tumbemos sobre sus espaldas para jugar y posiblemente ya no le gustará que le hagamos adoptar una posición sumisa porque ya no ve estas cosas como caricias ni como un juego sino como un «dominio» impuesto. A esta edad, el joven macho empieza a querer medirse

con otros perros. Se irá haciendo cada vez más vigilante, cada vez más consciente. La diferencia en tamaño entre un joven un cachorro: WARWICK y XANDOR DE GRIFEU con 9 y 5 meses respectivamente.

El joven macho al año ya es más obediente. El joven macho, en vez de ser un niño mimoso, se ha convertido en un adolescente, a veces un poco rebelde, y si bien hemos de tener aún más paciencia con él en estos momentos difíciles, lo que no debemos consentir es que «crezca» más de lo debido —y que conste que un macho siempre lo intenta, desde que es joven hasta que sea viejo, a ver si «algún día» te pilla desprevenido y «gana él», no haciéndote caso ante algo que le mandes hacer. Ha llegado la hora de ser un poco más firme con él (no duro, simplemente firme). Si le mandamos sentarse y no lo hace, hemos de tener la suficiente fuerza de voluntad para levantarnos del sofá, ir a donde el perro esté, e insistir en ello —si no vas a querer llegar al extremo de tener que hacer cumplir una orden en un momento dado, más vale no dar esa orden; ¡todo menos darla y permitir que se salga con la suya!

LA JOVEN HEMBRA

Al igual que el macho, es a la edad de los seis u ocho meses, aproximadamente, que la hembra también registra unos cambios. Es ahora cuando suele tener el primer celo (a veces, en razas grandes, el celo puede retrasarse incluso hasta el año sin que esto sea motivo de preocupación). La hembra se vuelve entonces más mimosa; estará mucho más susceptible tanto a tus muestras de cariño como a tus enfados y reprimendas, por lo que conviene aumentar los primeros y suavizar los segundos. Por supuesto hay que tener mucho cuidado de que no la monte ningún perro durante vuestros paseos, y por lo tanto mientras dure el celo (alrededor de 21 días —ver la sección dedicada a la crianza—) es conveniente pasearla siempre con la correa puesta incluso por el campo o playa. Si vives en un chalet, sería una buena idea comprobar que no hay manera de que entre ningún perro y que no hay posibilidad de que la perra se escape— no sólo son los machos los que se alteran en los celos, pues la hembra que está a punto, en sus días más fértiles buscará la forma de encontrar pareja con mucha determinación. Aquí cabría añadir que la valla del jardín o recinto donde la hembra en celo esté encerrada debe tener una altura de unos dos metros y no debe ofrecer la posibilidad de que pueda escarbar un agujero en la tierra para poder pasar por debajo de ella. Aun cuando la hembra no ha hecho intención de saltar la valla anteriormente, durante sus días de celo sí podría intentarlo.

WALLIS DE GRIFEU con 9 meses. Si vives en un piso, procura que la hembra no haga pipí hasta que estés bien lejos del portal, pues de lo contrario cualquier mañana vas a encontrar un buen número de supuestos pretendientes esperándote. Si en la casa hay un macho, procura tenerle separado al máximo de la hembra desde el principio del celo, y en el caso de disponer de un jardín, intenta —también desde el principio— que el perro no pueda ir olfateando los pipis de la hembra, pues es precisamente por olerlos que ¡el macho muestra mayor interés. Algunos Dobermanns son inapetentes y aunque no se puede permitir que un cachorro se quede sin comer todo cuanto precise cada día ya que las deficiencias nutritivas perjudicarían su crecimiento, suele ser a partir del celo que la hembra tiene un mayor apetito; a menudo el hecho de tener el celo hace que su instinto le mande «alimentarse debidamente» ante la hipótesis de ser madre. La joven hembra también cambiará en su forma de ser y actuar,

haciéndose más vigilante y responsable; puede pasar por una época corta de rebeldía, pero el enfrentamiento o «competición a ver quién manda» con algún miembro de la casa no tiene lugar. Una hembra es, por su propia naturaleza, más dúctil que un macho, y siempre será la mejor elección para una familia con niños pequeños o para ese dueño que no haya tenido experiencia previa o bien con la raza o bien con un macho de otras razas de las denominadas «de guarda y defensa».

EL ADULTO

Un macho adulto: SARON-NYMPHENBURG DE GRIFEU. El Dobermann crece muy de prisa hasta los ocho o nueve meses, edad en que muy posiblemente haya alcanzado su altura de adulto. Por esta razón la gente suele creer que un Dobermann es «adulto» antes de tiempo, y a menudo le obligan a asumir determinadas responsabilidades que todavía es incapaz de asimilar. El Dobermann no es realmente «adulto», ni física ni mentalmente, aproximadamente hasta los dieciocho meses en una hembra y los dos años en un macho. Es a esta edad que empiezan a encontrarse en su plena potencia: el macho estará seguro de sí mismo, consciente de su propia fuerza, y decidido en todos sus actos; la hembra estará en su mejor momento para asumir el rol de madre, siempre alerta, muy vigilante y muy vivaz. No es hasta que el Dobermann sea un «joven adulto», macho o hembra, que podemos sacar un buen rendimiento de él o ella en el trabajo. Es ahora, y no antes, que se le puede confiar la vigilancia de alguna propiedad, y es ahora cuando podemos disfrutar de unos compañeros educados y responsables. El aspecto físico de un Dobermann adulto ha cambiado y se le ve fuerte, elegante y atlético; se ha ensanchado y, sobre todo en el macho, se le ve potente, musculoso y majestuoso en el porte. Por otra parte, tanto el macho

como la hembra suelen ser más tranquilos, menos «movidos» y menos impetuosos, casi como si pensaran las cosas antes de hacerlas, y responden más rápidamente a nuestras llamadas.

Dedica un poco de tu tiempo a jugar con tu perro —él te lo agradecerá—. Philgan de Furioso. La «plena madurez» llega algo más tarde, alrededor de los cuatro años para el macho y los dos años y medio o tres para la hembra. El Dobermann a esta edad sabe exactamente quién es él (o ella) y quién eres tú. En el caso de un macho y un dueño hombre, sabe quién de los dos es el más fuerte de carácter (y ahora ya es demasiado tarde para hacerle cambiar de opinión). Por otra parte, ya no exigirá nada nuevo de ti, pues sabe perfectamente hasta donde llegas. Si hasta ahora tu relación con el Dobermann macho o hembra ha sido buena, basada en el cariño, la enseñanza y costumbres que le has inculcado, este período es el que más satisfacciones ofrece. Los cuidados que el perro adulto requiere se reducen al mínimo, las cosas han quedado claras, y el perro es un compañero tranquilo, apacible y fiable.

EL PERRO VIEJO

Cuando hayan pasado unos siete u ocho años, el perro empieza a envejecer, con lo que requiere un poco más de comprensión por nuestra parte. No siempre estará dispuesto a jugar con los niños; se conformará con un paseo más corto; pasará más tiempo durmiendo plácidamente en un lugar caliente y tranquilo. Pero su espíritu es el mismo, y ante cualquier ruido extraño o algo fuera de lo normal (pese a que ya son pocas las cosas que pueden extrañarle, pues las conoce todas...) estará tan atento y tan vigilante como cuando era joven. Es conveniente vigilar de cerca su salud, y ante cualquier anomalía consultar con el veterinario lo antes posible. Hay que vigilar que los machos no tengan dificultades para orinar y también si beben mucho más de lo normal, pues esto podría indicar el principio de algún problema renal, lo que en todo caso podría requerir un análisis y tratamiento y posteriormente una dieta adaptada a su estado de salud de por vida. En una hembra hay que estar muy atento si bebe una gran cantidad de agua, deja de comer y lleva los pelos erizados en la parte baja de la espalda, pues si bien esto podría corresponder a un cuadro de problemas renales, también podría ser indicativo de una infección de la matriz que requiere tratamiento urgente.

COSMOPOLITAN CHOICE con 12 años de edad. Aquí quisiera mencionar que hay una creciente concienciación de que en el caso de aquellas hembras que no han de criar nunca o de las que no se desea ninguna camada más, es aconsejable practicarles una histerectomía; con ello no sólo se acaba con los problemas del celo tales como el tener un embarazo «falso» cada semestre con la subsiguiente producción de leche y caída de las mamas, el tener que separar a los machos de la hembra, etc., sino además se evitan algunos problemas que son comunes en las perras viejas tales como la metritis, tumores (cancerosos o no), piómetras, etc. En los Estados Unidos, por ejemplo, raramente se encuentra una hembra noreproductora que no haya sido operada antes de los cuatro o cinco años. Mucha gente tiene también problemas con los machos y, en los que no han de montar, y cuando hay cualquier peligro de que pudieran hacerlo con alguna hembra de casa, es una práctica cada vez más común efectuar una vasectomía, una operación tan sencilla como económica y que no tiene nada que ver con la castración. En algunos países incluso existe una subvención para llevar estas intervenciones a cabo con el fin de prevenir una propagación de perros (y gatos) abandonados. Ninguna de estas operaciones cambia para nada el aspecto ni carácter del perro o perra, y creo que muchas vidas de animales podrían salvarse si los propietarios optaran por estas soluciones en un momento dado. Pero volviendo a cómo es el perro mayor, posiblemente aquel que siempre fue tan atento ya no acude cuando le llamas; no le riñas, tal vez se ha vuelto un poco sordo. Si ves que se cansa más en sus paseos, házselos más cortos. En fin, hay que observarle cuidadosamente para evitar que cualquier enfermedad tenga la oportunidad de desarrollarse, y un perro viejo requiere además una mayor protección contra el frío, una dieta equilibrada pero no tan abundante como cuando era más activo, una mayor tranquilidad, y sobre todo mucho afecto para evitar así que se sienta inútil o un estorbo. El perro viejo, de todas las razas, es algo parecido a la gente vieja. Si alguien de joven era alegre, afable y tolerante, también lo será hasta cierto punto —aunque tenga alguna pequeña manía— cuando sea viejo; si por el contrario ese alguien de joven era terco, obstinado y de mal carácter, de viejo lo será igual pero en mayor grado, pues la impotencia y el dolor acentúan el mal humor. La diferencia radica en que la gente tiene la ventaja de poder hablar, de quejarse, de explicar qué le pasa, qué le duele, mientras que el

perro no puede. Al perro sólo le queda el triste remedio de apartarse del jaleo o, si realmente sufre y la gente le molesta mucho, podría llegar a gruñir o incluso morder. Aunque sé que es un tema delicado, soy de la opinión de que no es la vida en sí lo que importa para un animal sino la calidad de vida. Si por prolongar su vida, cuando está verdaderamente enfermo y sin posibilidades de recuperarse, permitimos que nuestro viejo amigo padezca por dolor, que se vea incapacitado, que esté ciego o que sufra, no le estamos haciendo ningún favor sino que estamos faltando a nuestra responsabilidad de proporcionar a un ser querido una muerte digna. El tomar esta decisión es tal vez una de las cosas más duras en la vida, pero el permitir que el animal sufra por nuestra falta de entereza o por nuestro egoísmo de querer tenerle con nosotros «un poquito más» es muy cruel. Pero de algo estoy segura: si realmente has disfrutado de la compañía de tu fiel amigo, pese a acordarte mucho de él o ella y echarle terriblemente de menos, no tardarás en tener un nuevo Dobermann en tu vida. A fin de cuentas, ése no deja de ser el mejor homenaje que puedes rendirle.

CAPITULO 5: LA EVOLUCION DE LA RAZA A TRAVES DE LOS MACHOS ANTE todo sería importante destacar que, al principio, se daba a menudo un mismo nombre a más de un perro, y que éstos podían estar inscritos en varios registros distintos; a veces se inscribían a un solo perro con nombres distintos. Además, al ser una raza nueva, se permitía la inscripción de perros cuyos padres y/o madres no constaban oficialmente (algo así como el antiguo «Registro de Razas Caninas» de nuestro país). En el año 1893 consta la inscripción de los dos primeros ejemplares Dobermann en uno de los registros alemanes, «Bosco» y «Cassi». No obstante, esta línea se extinguiría en menos de tres generaciones, y no fue hasta el año 1898 que se inscribió, en el primer registro del Dobermann Verein alemán, una línea que iba a perdurar. GRAF BELLING VON GRÖNLAND y su hermana GERHILDE (*F1) fueron los primeros ejemplares inscritos en ese registro, con los números 1 y 2 respectivamente. Criados por GOSWIN TISCHLER, constan como hijos de «Lux» y «Tilly» y nacidos el 16 de octubre de 1898, si bien es cierto que también aparecieron con el mismo nombre en otros libros como hijos de «Nero» y de «Theolinde». De todas formas, estos dos perros pertenecían originalmente a Otto Göller quien luego los vendió a Heinrich Müller (afijo «von Deutz»); fueron cruzados entre sí, produciendo el campeón («Sieger») Ritter Kuno v. Schwaben. Este Graf Belling von Grönland también figura inscrito como «Graf Belling von Thüringen» con fecha de nacimiento el 13 de mayo 1898. Un hermano suyo, «Greif von Grönland», fue registrado con el número DZB 2 y NDZB 184, y dos hermanas, Lotte y Tilly II, con los números DZB 8 y NDZB 28... Todo ello, como es de suponer, complica mucho la tarea del investigador. Cada época de la historia del Dobermann ha estado marcada por uno o dos perros realmente notables; no siempre se ha tratado de perros premiados en las exposiciones (si bien estos acontecimientos sirven de «escaparate» para que la gente pueda demostrar la calidad de sus ejemplares y de su descendencia); algunos de ellos han destacado más por su transmisión genética, dejando su marca en la evolución de la raza de forma inequívoca a lo largo de varias generaciones. En este breve resumen de la historia de la

raza, que a través de pedigree une a los perros de hoy con ese número 1, «Graf Belling», he intentado remarcar a estos últimos por encima de aquellos otros quienes posiblemente tuvieran mayores éxitos «personales» pero cuya influencia en el progreso de la raza ha sido menor. Evidentemente ésta es una evaluación personal, y reconozco que estaré omitiendo así a algunos Dobermanns que, en la opinión de otros, merecerían estar representados en estas líneas. El objeto de este resumen no es el de ser «toda la historia», cosa que requeriría varios tomos, sino el de dar una idea del camino que los mismos criadores han elegido para determinar la evolución de la raza al haber basado sus programas de cría en unos perros y no en otros. Incluyo los pedigrees de esos ejemplares para que el lector pueda apreciar por sí mismo los orígenes de cada uno de ellos. Sin duda ha habido un buen número de hembras que transmitieron sus altas cualidades a sus descendientes pero el número de hijos de una perra es forzosamente inferior al de un semental, por lo que aún mencionando determinadas hembras que fueron la base para algunos criaderos de renombre, los perros que sé ven reflejados en esta sección son todos machos. Es interesante observar cómo la raza se hizo tan popular desde el principio; aunque tuvo sus comienzos en la región de Thüringen, no tardaría en extenderse a todo el territorio alemán y podemos ver cómo ya en el año 1910 hubo nada menos que 105 Dobermanns inscritos en la exposición de Colonia.

ALGUNOS DE LOS EJEMPLARES MÁS DESTACADOS A LO LARGO DE LA HISTORIA DEL DOBERMANN DESDE EL PRINCIPIO HASTA HOY

HELLEGRAF VON THÜRINGEN (1904) De Hellegraf descienden diez líneas principales y muchas líneas colaterales, y por esta razón a menudo se le considera como «el padre de la raza», como si sus propios antepasados no tuviesen importancia alguna. Dijo Gruenig que 1904 marcó un hito en la historia del Dobermann porque fue en este año que nació este macho que iba a cambiar la raza tanto en su aspecto como en su trascendencia —«Hellegraf von Thüringen»—. Este macho marrón emergió de una combinación perfecta de consanguinidad a través de su padre «Sighart» y de su madre «Ulrich’s Glocke». Según Gruenig, este Hellegraf fue «un modelo de belleza, perfección y potencia; su nobleza (“adel”) difícilmente podrá ser superada, ni tan siquiera igualada». Fue un semental popular en su región natal, la zona alemana de Thüringen, aunque pronto su influencia se extendió a las zonas del Rin y Wurttemberg. PEDIGREE DE HELLEGRAF V. THÜRINGEN (1904)

Landgraf Winfried von Thüringen Hertha Padre: Sighart v. Thüringen Alarich v. Thüringen Ines von Thüringen

HELLEGRAF VON THÜRINGEN Lux Graf Belling v. Thüringen (*F1) Tilly v. Grönland Madre: Ullrich’s Glocke v. Thüringen Schnupp Freya v. Thüringen Heltrude

Notas: «Ullrich ’s Glocke» (madre de «Hellegraf») era hija del primer ejemplar registrado («Graf Belling v. Thüringen»).

PRINZ MODERN VON ILM-ATHEN (1909)

Prinz Modem pronto se convirtió en Campeón de Alemania, y pasó tanto sus virtudes morfológicas (como sus defectos de carácter) a su descendencia a través de su hijo «Edelblut von Jägerhof» (padre de más de 100 camadas). Este perro vivía en la zona del Bajo Rin que se convirtió en el núcleo de las actividades de la raza, substituyendo a la región de Thüringen situado en el este del país. Cuando la Primera Guerra Mundial llegó a su

punto más álgido, este macho fue trasladado al criadero de «von Römerhof» en Holanda, siendo así el progenitor de muchos ejemplares holandeses y mejorando la calidad de los Dobermanns en ese país. PEDIGREE DE PRINZ MODERN VON ILM-ATHEN (1909)

Landgraf Sighart v. Thüringen Hellegraf von Thüringen Ullrich’s Glocke v. Thüringen Padre: Lux Edelblut v. Ilm Athen Lux v. Butteroth Schnuppe v.d. Saale Herta v. Thüringen PRINZ MODERN V. ILM ATHEN Prinz v. Ilm-Athen Sturmfried von Ilm-Athen Betty II v. Ilm-Athen Madre: Lotte v. Ilm-Athen Prinz v. Ilm-Athen Schnuppe v. Ilm-Athen Saale

Notas: «Prinz Modern» era nieto de «Hellegraf» por un lado y de «Prinz v. Ilm-Athen» por otro. Este «Prinz v. Ilm- Athen» era hijo de «Greif v. Grönland», hermano de «Graf Belling von Thüringen». Antes de proseguir, sería necesario hacer una reflexión acerca de las circunstancias que reinaban en Alemania en esta época. La población civil

padecía grandes penurias a causa de la Primera Guerra Mundial y la gente bastantes problemas tenía para poder comer como para tener que pensar en alimentar a sus perros. Nada menos que 6.000 perros de distintas razas fueron «llamados a filas» y los que quedaban en sus casas corrían el riesgo de ser robados y comidos, literalmente, por los vecinos. Pocas personas, tanto criadores como dueños, se ocupaban de registrar a sus perros en algún libro de orígenes. Muchos dueños tuvieron que sacrificar a sus animales y algunos optaron por venderlos a países neutrales o a los Estados Unidos, sencillamente para salvarlos. Terminada la guerra, los que quedaban con vida de los 6.000 «perros soldados» fueron en muchos casos abandonados a su suerte, y algunos criadores intentaron recuperar de entre ellos los ejemplares que podrían servir para seguir desarrollando la raza. Los encargados de los registros comprendían que de nada servía exigir los datos de los antepasados y una vez más se permitía inscribir a los perros sin más detalles que su nombre, fecha de nacimiento (si se sabía...) sexo y color. De todas formas, uno de los machos que sobrevivió fue «Burschel v. Simmenau», nacido en 1915, quien representaría un sólido «nuevo principio» para muchas líneas, siendo la de «von Blankenburg» la más destacada de todas ellas. LUX VON DER BLANKENBURG (1918)

«Lux» fue poco afortunado en cuanto a sus dueños, pasando de mano en mano como «inversión» para cada uno de ellos. El hecho de ser trasladado de un lugar a otro (de muy mayor fue incluso exportado a los Estados Unidos) no impidió que «Lux» llegara a ser uno de los sementales con mayor influencia en la raza, sino todo lo contrario; con varios centenares de hijos,

muchos de ellos influyentes, a su vez, en la raza. PEDIGREE BE LUX VON DER BLANKENBURG (1918)

Bayard von Silberberg Arno von Glücksburg Free von der Borde Padre: Burschel v. Simmenau Moritz von Burgwall Gudrun v. Hernegg Helga von der Pfalz LUX VON DER BLANKENBURG Prinz-Modern v. Ilm-Athen Edelblut v. Jägerhof Tatjana v. Jägerhof Madre: Asta Voss Prinz Modem v. Ilm-Athen Senta v. Jägerhof Thea von der Funkenburg

Notas: «Lux» enlaza así con el pedigree anterior a través de su madre, nieta por dos partes de «Prinz Modem v. Ilm-Athen». Durante los diez años siguientes a la guerra, hubo un verdadero interés en la crianza del Dobermann; prueba de ello es que en 1925 hubo ya más de 10.000 ejemplares de la raza inscritos en los distintos registros, y entre los distintos Clubs del Dobermann hubo casi 3.500 socios en todo el país. BOBY VON HOHENZOLLERNPARK (1927)

Considerado como un perro «sin defectos evidentes» en la exposición de Apolda en 1930, Boby venció a todos sus competidores. Su madre era hija de «Lux von der Blankenburg»; al observar el pedigree de este perro, podemos apreciar el tipo de «cría en línea» (line-breeding) que todavía sigue en vigor hoy en día para fijar las características de uno u otro ejemplar específico. PEDIGREE DE BOBY VON HOHENZOLLERNPARK (1927)

Lux von der Blankenburg Alto v. Sigalsburg Lotte v. Röneckenstein Padre: Figaro v. Sigalsburg Troll von der Blankenburg Asta von Stolzenberg Lotte I v. Simmenau (*F13) BOBY VON HOHENZOLLERNPARK Burschel v. Simmenau Lux von der Blankenburg Asta Voss Madre: Corina v. Sigalsburg

Troll von der Blankenburg Asta v. Stolzenburg Lotte I v. Simmenau (*F13)

Notas: «Boby» enlaza así con el pedigree anterior a través de su padre (como nieto) y de su madre (como hija) de «Lux von der Blankenburg».

TROLL VON DER ENGELSBURG (1933)

Troll se hizo con numerosos títulos de belleza en Alemania, y el de Campeón Mundial (Weltsieger 1935) antes de ser exportado a los Estados Unidos donde también sería proclamado Campeón del Canadá y Americano (donde quedó Mejor de Raza casi cincuenta veces y «Best in Show» (mejor ejemplar de toda la exposición) en más de veinte ocasiones. Este perro fue uno de los sementales más importantes en ambos continentes; por ejemplo, en la exposición más emblemática de Alemania, más de la mitad de los Dobermanns en competición eran hijos de él, incluyendo al vencedor tanto en machos como en hembras. PEDIGREE DE TROLL VON DER ENGELSBURG (1933)

Alto v. Sigalsburg Lux v. Rödeltal Fee v. Rödeltal Padre: Muck v. Brunia Axel v. Haardgebirg Helia von der Winterburg Ferri von der Winterburg TROLL VON DER ENGELSBURG Lux von der Blankenburg Artus von der Thumshöhe Annita von der Blankenburg Madre: Adda von Heek Edelblut von der Engelsburg Algunde v. Bülow Belli von der Bladenhorts

Notas: «Troll» enlaza así con el pedigree anterior a través de su madre, nieta de «Lux von der Blankenburg».

DICTATOR VON GLENHUGEL (1941)

El padre de «Dictator» era medio-hermano de «Troll» (por Muck von Brunia, quien también se fue a América tras dejar unos hijos interesantes en el viejo continente); su madre era una hija de «Troll»). Este macho marrón (en vez de «marrón», en los Estados Unidos se dice «rojo») fue uno de los Dobermanns más destacados en toda la historia de la raza; fue padre de más de cincuenta campeones en menos de cien camadas, encontrándose en los orígenes del pedigree de casi todos los Dobermanns de América. PEDIGREE DE DICTATOR VON GLENHUGEL (1941)

Lux v. Röteltal Muck v. Brunia Helia von der Winterburg Padre: Blank von der Domstadt Hamlet v. Herthasee Cora von der Ruppertsburg Ada von der Adelzhöhe DICTATOR VON GLENHUGEL Muck von Brunia Troll von der Engelsburg

Adda v. Heek Madre: Ossi v. Stahlheim Helios v. Siegestor Kleopatra v. Burgund Freya v. Burgund

Notas: Mediante este pedigree puede observarse fácilmente cómo las líneas americanas están basadas en los mismos orígenes que las europeas.

RANCHO DOBE’S STORM (1949)

Criado en los Estados Unidos, «Storm» era un perro espectacular cuya carrera en los rings era realmente insólita; logró «lo imposible»: ganar dos años seguidos (1952 y 1953) el «Best in Show» en el certamen más importante de América, el Westminster de Nueva York. Fue tan renombrado que incluso la prestigiosa revista «Life» publicó un extenso artículo sobre él, y la casa «Royal Doulton» lo usó como modelo para el Dobermann en sus porcelanas dedicadas a las razas caninas (las piezas originales llevan el nombre del perro debajo de una pata; ahora son altamente cotizadas y pueden

ser conseguidas únicamente a nivel de coleccionistas). «Storm» cuenta con más de veinte campeones entre sus descendientes. En los primeros años de la década de los cuarenta, debemos fijar nuestra atención en los Estados Unidos, pues la Segunda Guerra Mundial había dado lugar a una paralización más o menos total de las actividades cinófilas en Alemania. De hecho, como ya ocurrió en el pasado, muchos de los mejores perros de la época fueron vendidos (o regalados para salvarles la vida) al continente americano. PEDIGREE DE RANCHO DOBE’S STORM (1949)

Westphalia’s Uranus Alcor of Millsdod Maida v. Coldod Padre: Rancho Dobe’s Primo Roxanna’s Emperor von Reemen Rancho Dobe’s Kashmir Rhumba of Rancho Dobe RANCHO DOBE’S STORM Ferry v. Rauhfelsen Butch v. Rittenhouse Kara v. Randahof Madre: Madel von Randahof Muck v. Brunia Indra v. Lindenhof Mitzi of Lawnwood

Notas: «Storm» enlaza así con las líneas europeas a través de su madre, nieta de «Muck v. Brunia» y también por «Ferry v. Rauhfelsen» («Bundessieger» en Alemania en 1938 y Best in Show

en el Westminster en 1939), hijo de «Troll von der Engelsburg». Tras un largo período de «inactividad» en casi toda Europa, pero sobre todo en Alemania a causa de la post-guerra, la dedicación a la cría resurgió en los años cincuenta, y es por esta razón que esa época debe ser estudiada más detalladamente. En los años cuarenta, la Sra. Knijff-Dermout fundó el criadero de «Neerlands Stamm» en Holanda, dando así un empuje a la afición de la raza en ese país. LUMP VON HAGENSTOLZ (1954)

«Lump» fue uno de los ejemplares más destacados de la «nueva era». Campeón mundial en 1956 y en 1957, su carrera como semental fue brillante. Fue usado con gran éxito por «von Fürstenfeld», y puede decirse que su nombre figura en los orígenes de muchísimos de los perros que hoy en día podemos ver en las exposiciones no sólo en Europa sino en el mundo entero. PEDIGREE DE LUMP VON HAGENSTOLZ (1954)

Ajax v. Simbach

Alex v. Kleinwaldheim Carola v. Südharz Padre: Alf v. Hagenfreund Dieter v. Willersee Amsel v. Hagenstolz Asta v. Gross Hagen LUMP V. HAGENSTOLZ Ajax v. Simbach Alex v. Kleinwaldheim Carola v. Südharz Madre: Dina v. Klockenhof Dieter v. Willersee Addi v. Hagenstolz Asta v. Gross Hagen

Notas: Hay que observar el fuerte «inbreeding» (consanguinidad) reflejado en este pedigree. El hilo con los antepasados no se ha perdido: «Ajax v. Simbach», «Carola v. Südharz» y «Dieter v. Willersee» son bisnietos de «Troll v. Engelsburg»; «Ajax» por su madre «Asta v. Eckhardtsburg» y la madre de ésta, «Anka v. Tauzieker», «Carola» por su madre «Mona v.d. Bismarcksaute» y el padre de éste, «Frido v. Rauhfelsen», y «Dieter» por su padre «Erko v. Notburgatal» y el padre de éste, «Nober v. Ludwigsburg». «Asta v. Gross Hagen» es hija de «Frido v. Rauhfelsen».

CITTO VON FÜRSTENFELD (1958)

Hijo de «Lump», «Citto» fue un ejemplar magnífico que consiguió los títulos de Bundessieger e «IDC-Sieger» (lo que quiere decir Campeón de la exposición que cada año es organizada por el International Dobermann Club). Junto con otros machos tales como Titas Germania y Dirk von Goldberg (hasta que este último fue «mal visto» por el Dobermann Verein tras comprobar que muchos hijos suyos nacieron ciegos), fue uno de los sementales más populares al principio de los años sesenta. Propiedad de su criador, el eminente y recién fallecido Herman Palmer, «Citto» vivió hasta los 16 años de edad, siendo expuesto incluso ese mismo año en la clase de honor de la «Bundessieger», la exposición de mayor prestigio en Alemania. PEDIGREE DE CITTO VON FÜRSTENFELD (1958)

Alex v. Kleinwaldheim Alf v. Hegenfreund Amsel v. Hagenstolz Padre: Lump v. Hagenstolz Alex v. Kleinwaldheim Dina v. Klockenhof Addi v. Hagenstolz CITTO V. FÜRSTENFELD

Amor v. Haus Bormes Igon v. Naunhof Gitta v. d. Süchteiner Höhen Madre: Carmen v. Felsingpass (*F13) Boris v. Rehwalde Hede v. Felsingpass Ada v. Satoriushof

Notas: «Citto» enlaza así con las líneas anteriores a través de su padre «Lump v. Hagenstolz».

VELLO VON FÜRSTENFELD (1966)

Si bien este hijo de Citta v. Fürstenfeld (hermana de camada de «Citto»), destacó por sí mismo, sobre todo en sus cualidades de perro de trabajo superando la prueba de Schutzhund III más de treinta veces, sus verdaderos méritos consistían en ser un excelente reproductor. Entre sus numerosos hijos destacan los hermanos Bonni von Forell y Bryan von Forell, dos perros que estaban destinados a ser tremendamente importantes en la evolución de la raza.

PEDIGREE DE VELLO VON FÜRSTENFELD (1966)

Alf v. Hagenfreund Lump v. Hagenstolz Dina v. Klockenhof Padre: Bordo v. Rürstenfeld Nord Germania Inka v.d. Nordburg Edda v.d. Nordburg VELLO V. FÜRSTENFELD Ali v. Hagenfreund Lump v. Hagenstolz Dina v. Klockenhof Madre: Citta v. Fürstenfeld Igon v. Naunhof Carmen v. Felsingpass (*F13) Hede v. Felsingpass

Notas: «Vello» enlaza así con las líneas anteriores a través de su abuelo «Lump v. Hagenstolz» en ambas líneas ascendentes, reflejando una vez más el acertado uso del «inbreeding» (consanguinidad).

BONNI VON FORELL y BRYAN VON FORELL (1968)

«Bonni», como Campeón internacional y de Alemania, y tras haber ganado el título de Bundessieger en 1970, se convirtió en uno de los sementales más destacados de la época. Por mencionar sólo unos pocos de sus numerosos hijos, «Bonni» produjo a tres machos que hicieron época para el criadero «von Hagenstern»: Ero, Griefy Jurgen von Hagenstern (los tres en tres camadas distintas, todas con Dona von Eichenhain *F13); los tres obtuvieron grandes éxitos en las exposiciones, siendo «Jurgen» el que más destacó por su descendencia habida con «Amanda von Stifthub» (*F13). «Bonni» también fue el padre de Centa von Eschenhof (madre a su vez de Candy van’t Smeulveen). Por su parte, «Bryan» fue exportado a Suecia; allí ganaría el campeonato de Noruega, y en toda Escandinavia marcaría la base para casi todas las líneas nórdicas, entre ellas la del famoso criadero «von Norden-Stamm» de Jens Kollenberg cuyos ejemplares todavía pueden verse en los rings de las exposiciones en todo el mundo. «Bryan» también fue padre (mediante uno de los primeros usos de la técnica de inseminación artificial) de un perro muy importante en las líneas europeas de hoy en día, Don Dayan von Franckenhorst, y de una hembra escandinava realmente espectacular, Anuschka’s Bryansdotter, Campeona mundial, internacional y de Alemania, Bundessiegerin y SchH. III y al mismo tiempo madre de tres camadas, todo ello antes de morir a los cinco años de edad. PEDIGREE DE BONNI Y BRYAN V. FORELL (1968)

Lump v. Hagenstolz

Bordo v. Fürstenfeld Inka v.d. Nordburg Padre: Vello v. Fürstenfeld Lump v. Hagenstolz Citta v. Fürstenfeld Carmen v. Felsingpass (*F13) BONNI Y BRIAN V. FORELL Tell v. Priorei Bingo v. Dornberg Goldine v. Sandfontain Madre: Kira v. Romberg Amor v. Moselland Ilka v. Romberg Helia v. Romberg

Notas: «Bonni» y «Bryan» enlazan así con las líneas anteriores a través de su padre «Vello v. Fürstenfeld».

CHICO VON FORELL (1968)

Chico, pese a ser ganador del DV-sieger en 1969 y Bundessieger en 1970, no acudió a muchas exposiciones y tampoco pasó ninguna prueba de trabajo. Aun así, sus cualidades fueron apreciadas por un gran número de criadores, y dejó su huella en muchas líneas al transmitir su excelente «sustancia» y buen hueso junto con su excelente profundidad y anchura de pecho. Entre sus hijos más renombrados encontramos a: Alva von Franckenhorst, quien además de ser campeón mundial fue el primer Dobermann holandés que pasó el Angekört; Jago von Beelen, un precioso macho marrón que obtuvo numerosos títulos de belleza y que pasó el Angekört, padre a su vez de «Bronco von Zenn»; Amanda v. Stifthub (*F13), la hembra marrón adquirida por Ferdinand Demanköe para fundar su criadero «von Ferrolheim» y que produciría sus famosas camadas «A», «E», «G» con «Jurgen v. Hagenstem»); Ero v. Franckenhorst, un excelente perro tanto en belleza como en trabajo quien también aprobó el Angekört, Flint v. Forell, un gran campeón en Europa y excelente semental quien tras dejar buenos hijos en Europa fue exportado al Japón. PEDIGREE DE CHICO VON FORELL (1968)

Lump v. Hagenstolz Falko v. Hagenstolz Kitty v. Hagenstolz

Padre: Odin v. Forell Dirk v. Goldberg Iris v. Forell Vilja Germania CHICO V. FORELL Casar v. Klockenhof Casar v. Weideneck Fanny v. Fasanenheim Madre: Cita Germania (*F13) Goetz v. Bismarcksteeg Reni Germania Anja v. Weleberg Entrada ya la década de los años setenta, podemos observar cómo surgió mucha afición a la raza en toda Europa, y por lo tanto toda una serie de nuevos criadores junto con los ya establecidos. Además, las comunicaciones entre los distintos países se habían vuelto más fáciles, permitiendo que los aficionados de todas partes se encontrasen cada año en los grandes certámenes, y que hubiera asimismo un gran número de perros entre los cuales elegir a la hora de desarrollar los programas de cría de cada cual. El número de exposiciones que se celebraban en cada país era cada vez mayor, lo que facilitaba que hubiera más perros con títulos pero, aun así, sigue habiendo algunos ejemplares que destacan por encima de los otros a la hora de transmitir sus valores genéticos, y es sobre todo en ellos que quisiera reparar. EICK VON ESCHENHOF (1973)

Nieto de «Chico von Forell», este macho no fue presentado a exposiciones pero sí destacó en el mundo del trabajo y llegó a pasar el duro Angekört dos veces. Se le conoce sobre todo por su descendencia, siendo el semental que proporcionó los primeros éxitos al famoso criadero de «von Nymphenburg», dando ejemplares tan apreciados como las Bundessiegerin y campeonas internacionales Athene (*F14) y Cleopatra von Nymphenburg, y en el cruce con Helena von Eschenhof (*F13 — hija de su hermana «Eli»), a la fabulosa camada «B» con Brutus, Bellona (originalmente cedida a «Van’t Smeulveen» y posteriormente a «van Stevinhage») y la maravillosa Campeona mundial Berenike von Nymphenburg (*F14). PEDIGREE DE EICK V. ESCHENHOF (1973)

Odin v. Forell Chico v. Forell Cita Germania (*F13) Padre: Flint v. Forell Bingo v. Dornberg Kira v. Romberg Ilka v. Romberg EICK V. ESCHENHOF Odin v. Forell

Chico v. Forell Cita Germania (*F13) Madre: Fee v. Hagenstern Boris v. Flakweg Sonja von der Brünoberg Festa v. Heidehof BJORN V. STOKEBRAND (1979)

Nieto de «Guy’s Hilo v. Norden Stamm» (hijo de «Bryan v. Forell»), «Bjorn» era un macho «completo»; procediendo de unas líneas muy sólidas tanto de belleza como de trabajo, fue Campeón internacional, de Holanda y de Alemania y además pasó el IPO III muchas veces. Fue el Mejor Perro de Trabajo en Holanda durante dos años consecutivos, 1983 y 1984. Transmitió a sus hijos no sólo su excelente tipo físico sino su magnífico carácter, contando entre ellos la multi-campeona Yembi von Frankenland del juez Leo Schellman, así como los campeones Gog-Goliath (*F3), Joska-Jaska y Thamar-Tara von Diáspora (*F14) de los Señores Kuipers-Kossen. PEDIGREE DE BJORN V. STOKEBRAND (1979)

Bryan v. Forell Guy’s Hilo v. Norden Stamm

Gunthersforst Burga (*F13) Padre: Nimrod-Hilo v. Franckenhorst Odin v. Forell Olive of Bamby’s Pride (*F13) Rita v. Forell BJORN V. STOKEBRAND Odin v. Forell Chjico v. Forell Cita Germania (*F13) Madre: Ceylonia v. Franckenhorst Ero v. Eichenhain Amarilda v. Eachenburg Costa v, Eichenhain

Notas: «Bjom» enlaza así con los pedigrees anteriores a través de su abuelo paterno «Guy ’s Hilo» y su abuelo materno «Chico v. Forell».

EBO VAN DE GROOTE MAAT (1982)

Uno de los machos más destacados en los años ochenta, y que tiene una importancia especial para España, fue «Ebo v. d. Groote Maat». Fue criado en Holanda, pero de líneas totalmente distintas a las que veremos más adelante en la ascendencia de «Hertog Alpha». Gerardo Meyer de «Los Valientes» lo trajo a España. Luego se lo llevó Jens Kollenberg («Norden Stamm») a Alemania, presentándolo en varias exposiciones para que consiguiera allí su campeonato. Al mismo tiempo lo entrenó para el Schutzhund I y, para que pudiera ser apareado con hembras de su propiedad, para la prueba de ZTP. Ganador de varios títulos europeos, «Ebo» tuvo numerosos hijos en España entre los que destacó «Tor Bay de Amiluc» (*F12) quien cosecharía grandes éxitos en Europa, mientras que Falko de los Valientes fue exportado primero a los Estados Unidos y luego al Japón. «Ebo» produjo unos ejemplares muy importantes en Alemania, destacando entre ellos a la Campeona mundial Kalina von Norden Stamm (*F14) y su hermana Kastra (base del criadero «von Falltor») y la premiada Mia von Norden Stamm (*F14). PEDIGREE DE EBO VAN DE GROOTE MAAT (1982)

Chico von Forell Jago von Beelen Dascha von Forell Padre: Egor van der Eland Alva d. Franckenhorst Cristel van der Eland Anousjka v. d. Oostkant EBO VAN DE GROOTE MAAT Chico v. Forell Alva v. Franckenhorst Amarilda v. d. Wachenburg Madre: Baroness Eva v. Rensloo

Kasmir Kandy Gravin Graziedotter Gravin Grazie Otros perros que han surgido y triunfado durante la última década, no sólo a nivel de exposición sino por la destacada calidad de sus hijos, son: REX ROCCO V. DRUIBENSTEIN Rex Rocco v. Druidenstein (*F12) (1980, Francia) de Orpheus v. Eschenhof con «Diana v. Nymphenburg», un semental popular tanto en Francia como en Alemania. CRISTO V. STEVINHAGE Cristo v. Stevinhage (1981, Holanda) de Questo v. Eschenhof con «Bellona v. Nymphenburg», el primer campeón hecho en casa de Erie V. Dongen.

CRISTO V. STEVINHAGE JARON V. NYMPHENBURG Jaron v. Nymphenburg (1982, Alemania) de Gildo v. Jura con «Berenike v. Nymphenburg», uno de los sementales más populares en Alemania en los

años ochenta, padre entre muchos de sus campeones de la multi-premiada «Asta v. Ortenau» y del Campeón de España «Idus de Grifeu». EICK V. CASTELL Eick v. Castell (1982, Alemania) de Mecky v. Falltor con «Ferry Prinzess v. Hermberg», apreciado sobre todo por su magnífica osatura que pasaba a sus hijos.

ARROW V. HARROS'BERG. ARROW V. HARROS’BERG Arrow v. Harros’Berg (1983, Holanda) de Salvador v. Franckenhorst con «Vitesse v. Franckenhorst», un macho que logró grandes triunfos en el circuito de exposiciones y que fue usado ampliamente como semental en toda Europa. QUINN DEI NOBILI NATI Quinn dei Nobili Nati (*F7) (1984, Italia) de Runo dei Nobili Nati con «Tairy di Campovalado», un macho que dio mucho éxito a sus criadores y padre de numerosas camadas.

FELA V. FRANCKENHORST Fela v. Franckenhorst (1985, Holanda) de Vincent v. Franckenhorst con «Pompie Dutch Dewi», ganador de muchos premios y títulos. BARON BRYAN VON HARROS’ BERG Baron Bryan von Harro’s Berg (1985, Holanda) de Baron Cösar v. Rensloo (*F12) con «Vitesse v. Franckenhorst», gran estrella en las exposiciones a finales de los años ochenta y padre de un gran número de campeones y reproductores destacados y del Campeón de España y de Alemania Conan de Garraf. NINJO V. NORDEN STAMM Ninjo v. Norden Stamm, (1987, Alemania) de Baron Bryan v. Harro’s Berg con «Kalina v. Norden Stamm» (*F14), padre de la magnífica y casi invencible Jamaha Royal Bell (*F12).

BARON BRYAN VON HARROS’ BERG.

HERTOG CONAN V. MANNENSHEIDE Hertog Conan v. Mannensheide (1989, Holanda) de Wasko v. Binselberg con «Udine v. Frankenland», el máximo ganador en los años 1991-1993 en las distintas exposiciones más importantes de toda Europa. En el año 1993 este macho holandés quedó ganador absoluto en las pruebas de trabajo del «Meisterschaft» celebradas en Alemania.

HERTOG CONAN V. MANNENSHEIDE GUY’S HILO VON NORDEN STAMM (1972) Y ALGUNOS DE SUS HIJOS Uno de los Dobermanns que merece una sección aparte es GUY’S HILO VON NORDEN STAMM. Ottmar Vogel, hasta hace poco máximo responsable de los jueces en el Dobermann Club Alemán, se refirió a este macho en su libro afirmando que «Hoy en día sería difícil imaginar la raza sin “Hilo”», refiriéndose al impacto que tuvo en la evolución de la raza a través de sus valiosos hijos. A los cinco años de edad, «Guy’s Hilo» dejó su Escandinavia nativa,

donde había sido el vencedor absoluto prácticamente en todos los certámenes, para instalarse en Alemania y seguir así su carrera en Europa. Es conocido como el padre de numerosos ejemplares en los que ha dejado una huella inconfundible, muchísimos de ellos no sólo campeones y poseedores de los títulos más ambicionados sino reproductores impresionantes.

PEDIGREE DE GUY’S HILO V. NORDEN STAMM (1972)

Bordo v. Fürstenfeld Vello v. Fürstenfeld Citta v. Fürstenfeld Padre: Bryan v. Forell Bingo v. Dornberg Kira v. Romberg Ilka v. Romberg GUY’S HILO V. NORDEN STAMM Boris v. Hagenstolz Tex v. Frankenland

Lady v. Frankenland Madre: Gunthersforst Burga (*F13) Cliff of Fayette Corner Gunthersforst Jasmin Gunthersforst Carmen

Notas: «Guy’s Hilo» enlaza con las líneas anteriores a través de su abuelo «Vello»; por parte materna «Gunthersforst Burga» es bisnieta de «Dirk v. Goldberg» y de «Bordo v. Fürstenfeld». Sería imposible hacer mención de todos los hijos famosos de este perro, pero hay algunos de ellos que han destacado tanto que no podemos pasarlos por alto. Uno de los detalles que más llama la atención, porque no es particularmente frecuente, es que «Guy’s Hilo» no sólo tuvo hijos machos importantes, sino que son también muchas las hembras que de alguna manera heredaron su potencia genética, aportando así sus virtudes a las nuevas generaciones. En una ocasión «Guy’s Hilo» cubrió a su hermana «Guy’s Heidi» («inbreeding») y una hija en particular, la famosa Zarina von Norden Stamm (*F13), heredó gran parte de sus virtudes genéticas. Pero entre sus muchos hijos machos, destacaremos los siguientes:

ALI V. LANGENHORST (1977) Hijo de «Guy’s Hilo» y de «Biene v. Niederkassel», este macho alcanzó los títulos de Campeón internacional y de Alemania, y fue asimismo

Bundessieger, DV- Sieger, Europa-sieger y SchH. III. También pasó el Angekört. Fue un excelente semental, padre entre otros de las soberbias LiaLorena y Lady-Levina von Roveline y del DV-Sieger y Angekört Atlas von Flandrischen-Löwen y sus hermanas, las excelentes hembras Alida (*F13) y Anka quienes darían un nuevo y brillante auge al criadero de von Norden Stamm tras un período de cuatro años en que su titular vivía en Australia. CAECBLIUS CASSANDER V. DIÁSPORA (1977) «Caecilius Cassander» fue el único cachorro en la camada entre «Guy’s Hilo v. Norden» e «Iris v. Franckenhorst». En la sección de este libro dedicada a los criaderos famosos se cuenta la historia de este macho y de algunos de sus descendientes entre quienes figura el extraordinario «Flegon Falek von Diáspora» (*F14) ganador dos veces de la IDC. DANICA STAMM’S JUON (1978) «Danica Stamm’s Juon» fue el perro «sensación» a principios de los años ochenta. Era hijo de «Guy’s Hilo» y de «Edda von Ferrolheim», una hermana (pero de una camada posterior) de los ya famosos «Aldo» y «Astrid- Amanda v. Ferrolheim». «Juon», nacido en Dinamarca y propiedad de los Sres. Mulero en Francia, fue el ejemplar más fotografiado de su época, apareciendo en las portadas de casi todas las publicaciones sobre la raza. Aunque su fama le convirtió en uno de los sementales más populares de la época en Francia, fueron pocos los hijos que lograron tantos triunfos como era de esperar. ORPHEUS VON ESCHENHOF (1978) La camada «O» de von Eschenhof nació de una de las camadas más esperadas de la época por los aficionados, pues combinaba las excelencias de «Guy’s Hilo v. Norden Stamm» con las de la madre, la magnífica «Athene v. Nymphenburg». Pero curiosamente ninguno de los cachorros iba a destacar como lo habían hecho sus padres, y cuatro de ellos incluyendo a «Orpheus» murieron a causa de una torsión de estómago a una relativamente corta edad. «Orpheus» fue a Italia al criadero del Littorio y, de todos los hermanos, posiblemente era éste el que más huella dejaría en la evolución de la raza, siendo famoso por sus hijos de las camadas «F» (de Helena v. Eschenof) y «G» (de la famosa Berenike v. Nymphenburg) del criadero alemán «von

Nymphenburg». GRAAF ARISTO V. NEERLANDS STAM (1979)

«Graaf Aristo v. Neerlands Stamm», y su hermana igualmente famosa, «Gravin Aranka», nacieron de otra de las camadas mas célebres de la época. Las virtudes tanto del padre, «Guy’s Hilo», como de la madre, la magnífica campeona «Gravin Wietske v. Neerlands Stamm», eran conocidas por todos los aficionados y las solicitudes para los cachorros eran más que numerosas. «Graaf Aristo» y su hermana se quedaron en el criadero de van Neerlands Stamm; destacaron sobre todo por su «sustancia» y lograron grandes títulos. Para reforzar la combinación genética de «Guy’s Hilo» y «Wietske», los hermanos «Graaf Aristo» y «Gravin Aranka» fueron cruzados entre sí («inbreeding»). HERTOG ALPHA V. LE DOBRY Y ALGUNOS DE SUS HIJOS

Dejando aparte a «Guy’s Hilo v. Norden Stamm», no creo que haya habido otro perro en toda la historia del Dobermann, desde sus principios y hasta la fecha, que haya dejado tanta huella en la evolución de la raza. Aun sin haber obtenido apenas ninguno de los grandes títulos, ni tan siquiera el de campeón de ningún país, este macho holandés ha sido el ejemplar de élite en los programas de cría de tantos y tantos criadores que sería imposible enumerar aquí a todos sus hijos, ni tan siquiera a todos los que han sido o son actualmente campeones. Ha transmitido no sólo su excelente temperamento (obtuvo el Schutzhund III y en 1985 pasó el Angekört alemán), sino toda una serie de virtudes morfológicas que permanecen evidentes incluso en las terceras y cuartas generaciones. Alpha sólo reproducía su propio color negro, o bien el azul, pero nunca marrón. PEDIGREE DE HERTOG ALPHA V. LE DOBRY (1979) Bello v. Fürstenfeld Bryan v. Forell Kira v. Romberg Padre: Don Dayan v. Franckenhorst Odin v. Forell Olive of Bamby’s Pride (*F13) Rita v. Forell HERTOG ALPHA V. LE DOBRY Don Dayan v. Franckenhorst

Candy v. Smeulveen Centa v. Eschenhof Madre: Tanja v. d. Kunnemaborg Miko v. Fürstenfeld Toba v. Haliwolwi Tasja v. Haliwolwi

Notas: «Alpha» y consecuentemente sus numerosos descendientes que ya no son «historia» sino «el Dobermann de hoy», enlazan así con los primeros ejemplares conocidos de la raza. Con el fin de dar una pequeña idea de la importancia de este macho «Hertog Alpha v. le Dobry», y como durante estos últimos años y aun hoy podemos ver a sus hijos y nietos en el ring, siendo en este momento los sementales más populares, pasamos revista a algunos de estos perros (machos) sabiendo que, indudablemente, alguno de ellos también hará historia. GRINGO Y GRAF GUIDO VON FRANCKENHORST (1985)

Del criadero holandés «von Franckenhorst», establecido hace ya muchos años, la «G», hijos de «Hertog Alpha» y de Vivre-Vivien von Franckenhorst

tuvo un gran éxito, debido sobre todo a estos dos ejemplares. Entre sus muchos éxitos, Gringo es DV-sieger, Campeón internacional, de Holanda y de Alemania, y ha pasado el Schutzhund III y también la prueba del Angekört. Graf Guido (*F2) es uno de los perros que más títulos ha ganado en los últimos años incluyendo los de Campeón mundial, internacional, de Europa, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Israel, Checoslovaquia, Luxemburgo, Suiza, Finlandia, Austria, Portugal, Italia y Hungría. «Graf Guido» es el padre de más de 1.400 cachorros, entre ellos un buen número de perros ganadores en los certámenes europeos hoy en día, con soberbios ejemplares tales como Farida di Stefusto en Italia e incluyendo la camada «K» de Royal Bell (con Kuno Roy al Bell) la camada «L» (con el Europasieger y DV-sieger 1993 «Larson Royal Bell») la camada «O» (con la Joven Campeona de Europa «Ono Royal Bell - *F6) y los prometedores cachorros de la camada «P». (Cabe mencionar también a Golda, hermana de «Gringo» y «Graf Guido», que es campeona mundial, DV-siegerin y Bundessiegerin). ARTHOS V. BEISTER (1985)

Arthos no sólo destaca por su carrera en exposiciones sino por sus resultados, trabajo y su alta nota en el Angekört. Casi todos los sementales más destacados de las últimas décadas se encuentran en su pedigree, convirtiéndole así en uno de los machos más populares en Alemania. Es padre del que fue joven Campeón de la IDC, «Cronos v. FlandrischenLöwen».

SEMPER-SCIFF V. STEVINHAGE (1986)

Uno de los perros más bonitos del circuito, éste macho criado por Erie v. Dongen ha obtenido numerosos títulos y en 1988 ganó el título de mejor perro de todas las razas en su Holanda natal. A su vez es el padre de numerosos hijos que hoy en día pueden verse en toda Europa. Entre ellos destacan los también multicampeones Xysthos von Stevinhage (*F14), Wiking de Nieuwe Loot von Stevinhage (*F7), la DV-siegerin 1991. Helle v. Aligan, el campeón de Holanda Chivas von Godelinde (*F10) uno de los primeros perros que apareció en las exposiciones europeas sin tener las orejas cortadas), y los campeones de España Odessa y Orión de Grifen (*F7). HARGOS VAN HET WANTU (1986)

Uno de los máximos galardonados en las exposiciones a finales de los años ochenta, este fuerte macho holandés va dejando su huella en la raza a través de sus numerosos hijos tales como Machico Les Deux Peupliers (*F12) y los multipremiados Esmir, Hillo (*F12) y Magnum Royal Bell de Croacia, y Graaf Norrland v.h. Wantij (*F7) en Francia. BECQUER DE GARRAF (1987)

Criado en España por José María Bulow, «Becquer» ha competido con éxito tanto en su país como en el extranjero, siendo en la actualidad Campeón internacional, de Alemania y de España. Un semental popular en su país, ganó el premio de Campeón reproductor del DCE en 1992, y entre sus hijos figura el también campeón de España Amadeu de Plegamans (*F6) y la joven Campeona IDC 1992, Arlen de Balsareny (*F7).

GRAAF QUIRINUS V. NEERLANDS STAM (1987)

«Quirinus» (y su hermano «Quinto») posiblemente deben una buena parte de sus virtudes no sólo a su padre sino a su madre Dea Dolores von Franckenhorst. Es otro de los perros holandeses que obtuvieron grandes premios en Europa al final de los años ochenta, consiguiendo así numerosos títulos de belleza y pasó el Schutzhund III y el Angekört. LASKO VON CASTELL (1987)

Criado en base a líneas muy sólidas por uno de los criadores mejor fundados en Alemania, el juez especialista Kurt Richter, este macho destaca sobre todo en el mundillo de trabajo, y obtuvo el título de «Angekört». Ha dado algunos hijos muy prometedores con la línea «von Ortenau». COMENTARIO FINAL

Para finalizar, quisiera atraer la atención del lector sobre un hecho evidente: los grandes sementales no se conocen hasta que tienen como mínimo cinco años de edad y a veces bastantes más. Esto se ve claramente en el caso de «Guy’s Hilo v. Norden Stamm», nacido en 1972, cuyos hijos más famosos como los citados «Ali v. Langenhorst», «Caecilius- Cassander v. Diáspora», «Danica Stamm’s Juon» y «Graaf Aristo v. Neerlands Stamm» nacieron entre 1977 y 1979. Lo mismo ocurre con «Hertog Alpha v. Le Dobry», nacido en 1979, cuyos hijos más premiados no nacieron hasta 1985 (siendo bastante numerosos de esa fecha en adelante). Normalmente, para poder convertir un buen perro en un semental importante a nivel internacional, hacen falta varios años de duro trabajo por parte del propietario para que se le conozca, no sólo en los rings de belleza sino en el trabajo, y una buena campaña «de promoción». Pero a los ojos de un buen criador, eso sólo no basta porque un perro sólo vale como el futuro padre de sus cachorros si lo que produce es realmente bueno. Son muchos los criadores que cubren con un perro multipremiado o bien simplemente porque les gusta su estampa o porque creen que será más fácil así vender sus cachorros o para «fardar de títulos». Hay otros que miran más a fondo, eligiendo un macho que complemente en todo lo posible a la hembra, basándose no sólo en la estampa del perro sino en lo que ya conocen de los padres y abuelos de éste y, a ser posible, de los hijos que ha tenido anteriormente con otras hembras. Otros siguen un programa de cría propio, teniendo tanta fe en las virtudes de una línea determinada como en las del individuo en sí. Pero lo que sí es incuestionable es que hay muchas más probabilidades de criar bien si se utiliza un macho que destaca por su perfección que no uno cualquiera... Pero sea como sea, el relevo de «Guy’s Hilo» lo tomó «Hertog Alpha», y ahora que hemos entrado en la década de los años noventa nos queda todavía por ver, de entre todos los machos que nacieron a mediados de los ochenta, quién va a ser el nuevo «reproductor». En estos últimos cinco años se observa una especie de desconcierto entre los criadores de más renombre, como si tuvieran dudas a la hora de seleccionar el macho más adecuado para sus hembras. Se oyen comentarios muy dispares, unos ensalzando las virtudes de tal o cual ejemplar mientras que otros, aun estando de acuerdo en algunos puntos, recalcan los defectos que éste también podría transmitir. Es posible que se esté a la expectativa de ver qué resultados se obtienen con distintas combinaciones de líneas, y tal vez esta situación se deba a que hoy

en día son varios los ejemplares que están destacando. Evidentemente, sólo aquellos machos que cubren a un gran número de hembras pueden demostrar plenamente lo que son capaces de producir, y sin duda hay muchísimos ejemplares más que serían realmente sobresalientes en la reproducción si tuviesen las mismas oportunidades que los digamos «promocionados». «Graaf Guido von Franckenhorst» podría optar a tomar ese relevo, pues ha producido unos hijos realmente óptimos. «Hargos van het Wantij» y «Graaf Quirinus v. Neerlands Stamm», ambos holandeses e hijos de «Hertog Alpha» al igual que «Graaf Guido», son asimismo candidatos para ese honor. Otro perro que no debe descartarse es «Ninjo von Norden Stamm», aunque tal vez el hecho de no haber sido presentado en los grandes certámenes de estos últimos años o por vivir en Italia, alejado del «epicentro dobermanístico» de Alemania y Holanda, haya mermado sus posibilidades. Tampoco hemos de olvidar a «Hertog Conan v. Manensheide», pues sus títulos tanto de belleza como de trabajo, así como los premios que están obteniendo algunos de sus primeros hijos, van captando el interés de muchos criadores. La resolución final de este enigma no se conocerá hasta dentro de algunos años, escribiéndose así una nueva página en la historia de la evolución de la raza.

CAPITULO 6: EL ESTANDAR OFICIAL EL «estándar» es el conjunto de especificaciones fijadas por las organizaciones autorizadas para velar por la pureza de las razas y transmitidas a la Fédération Cynologique Internationale con sede en Bruselas para que esta organización pueda controlar su ampliación en todos los países pertenecientes a ella (entre las que por supuesto figura España). En el caso del Dobermann, estas especificaciones nos vienen dictadas por el «Dobermann Verein» alemán como la autoridad competente debido a que la raza es de procedencia alemana. A continuación se reproduce, literalmente, el texto íntegro del Estándar tal como fue publicado por el Dobermann Club de España en julio 1993. ESTANDAR DE LA RAZA DOBERMANN Estándar FCI nº 143/24.09.91/D. Origen: Alemania Utilización: Perro de escolta, de protección y de utilidad Clasificación Grupo 2 Pinscher y Schnauzer (grifón) FCI Sección Pinscher y Schnauzer (grifón) con prueba de 1: trabajo.

BREVE RESUMEN HISTORICO La raza Dobermann es la única raza que lleva el nombre de su primer criador conocido, Friedrich Louis Dobermann (2.1.1834 − 9.6.1894). Según se cuenta, fue recaudador de impuestos, administrador de un desolladero, y además capturador municipal de perros, con el derecho legal de capturar todos los perros que encontraba sueltos. De la reserva así conseguida apareaba los perros especialmente mordedores para la cría. El papel más importante en la formación de la raza Dobermann, seguramente lo jugaban los denominados «perros de carnicero» que bajo las condiciones de aquellos tiempos ya se podían considerar como una raza relativamente depurada. Estos

perros eran una especie de predecesores de los actuales Rottweiler, mezclados con una especie de pastor alemán que se encontraba en la región de Turingia, negro con un dibujo cobrizo. Esta mezcla fue la que Dobermann utilizó para la cría en los años 70 del siglo pasado. De esta manera consiguió «su raza», es decir, perros de utilidad que no solo eran buenos vigilantes, sino también «perros para casas y granjas, capaces de vérselas con un hombre». A menudo, estos perros se usaban como perro pastor o perro de policía. Su frecuente utilización en la policía les valió el sobrenombre de «perros de gendarme». Para la caza, se utilizaban sobre todo para combatir a los animales de rapiña. Teniendo en cuenta las condicione descritas, era casi inevitable que al principio de nuestro siglo, el Dobermann estaba reconocido oficialmente como perro de policía. Con la cría de la raza Dobermann, se pretende conseguir un perro de tamaño medio, fuerte y de constitución musculosa, que a pesar de esa sustancia tenga unas líneas corporales que demuestren elegancia y nobleza. El Dobermann debe ser apto como perro de compañía, de protección y de utilidad, y al mismo tiempo especialmente como perro de familia. 1. Aspecto general:

El Dobermann es de tamaño mediano, de constitución fuerte y musculosa. Gracias a las elegantes líneas de su cuerpo, su porte orgulloso, su carácter temperamental y su expresión decidida, corresponde a la imagen ideal de un perro. 2. Proporciones importantes:

La forma del Dobermann parece casi cuadrada, especialmente en el caso de los machos. La longitud del tronco (desde el esternón hasta la protuberancia del isquión) no debe superar la altura de la cruz por más del 5 % en caso de los machos y por más del 10 % en caso de las hembras. 3. Carácter:

El estado de ánimo básico del Dobermann es amable, pacífico, en la familia muy apegado; le gustan los niños. Se requiere un temperamento y una mordacidad medios. Además, se exige un umbral de excitación medio. Aparte de una buena docilidad y ganas de trabajar, hay que cuidar el buen rendimiento, el valor y la dureza. El perro debe estar pendiente de lo que le rodea, adaptándose a ello. Aparte de ello, hay que dar especial importancia a la autoconfianza.

ESVAIDOR DE COVALTA Campeón de España, RCI I Campeón (negro) Dobermann Club de España 1993. 4. Cabeza:

4.1. Región craneal de la cabeza: Armonizado con la construcción del cuerpo. Vista desde arriba, la cabeza parece una cuña sin punta. Vista desde delante, arriba línea transversal de la coronilla debería ser aproximadamente horizontal, sin bajar hacia las orejas. La línea del hueso parietal, que es una prolongación casi recta del lomo de la nariz, va bajando hacia la nuca de forma ligeramente redondeada. Los arcos de las cejas están bien desarrollados, sin sobresalir. El surco de la frente todavía es visible. El hueso occipital no debe ser llamativo. Vistas desde delante y desde arriba, las superficies laterales de la cabeza no deben aparecer salientes (mofletudos). La ligera curvatura del maxilar superior y de los huesos cigomáticos deben armonizar con la longitud total de la cabeza.

Los músculos de la cabeza están fuertemente desarrollados. El Stop se diferencia, aunque escasamente. 4.2. Región facial Nariz: La bóveda nasal está bien conformada, más ancha que redonda, con aperturas grandes, sin sobresalir en su totalidad. En los perros negros, la nariz es negra, en los perros marrones tiene una tonalidad más clara adaptada al color. Hocico: El hocico debe estar bien proporcionado referente a la parte superior de la cabeza. Debe estar bien desarrollado. El hocico es bajo, la apertura de la boca debe ser larga y llegar hasta los molares. También en la zona de los incisivos superiores e inferiores, el hocico debe estar suficientemente ancho. Labios: Deben estar firmes y lisos, adheridos a los maxilares, garantizando un cierre firme de la boca. Pigmentación oscura, en los perros marrones algo más clara. Maxilares, dentadura: Maxilares superior e inferior fuertes y anchos. Dentadura de tijera, 42 dientes según el esquema dental normal.

POSEIDON DE GRIFEU Campeón de España, RCIiii Campeón (marrón) Dobermann Club de España 1993. 5. Cuello:

En proporción al cuerpo y a la cabeza, el cello es relativamente largo. Es seco

y musculoso. La línea del cuello es ascendentes, curvada de forma agradable. Su porte es erguido, demostrando mucha nobleza. 6. Tronco:

Cruz: Especialmente en los machos, la altura y longitud de la cruz debe destacar, determinando una línea dorsal ascendiente desde el anca. Espalda: Corta y firme. La zona de la espalda y de los lomos debe estar bastante ancha, con buena musculatura. En las hembras, la zona de los lomos puede ser algo más larga, ya que necesita sitio para las tetas.

CONAN DE GARRAF Campeón Intl. De España y Alemania RCI III Grupa: El anca debe descender ligeramente, de forma casi imperceptible, desde el hueso sacro en dirección al inicio de la cola. De esta forma aparecerá bien redondeada, ni recta pero tampoco descendiente de forma llamativa. Buena anchura con musculatura fuerte. Pecho: La longitud y profundidad del pecho debe guardar una adecuada relación con la longitud del tronco. La profundidad debe llegar aproximadamente hasta la mitad de la altura de la cruz, con costillas ligeramente curvadas. El pecho tiene una buena anchura, desarrollado especialmente en la zona frontal. Línea abdominal: Desde el final del esternón hasta el comienzo de la pelvis, la pared abdominal sube acusadamente. Cola: Muy alta, cortada,

conservando dos vértebras visibles de la cola. En aquellos países donde está prohibido por ley cortar la cola, la cola puede conservarse de forma natural. Testículos: En los machos, ambos testículos, normalmente desarrollados, deben encontrarse de forma visible dentro del escroto.

AMADEU DE PLEGAMANS Campeón de España, RCI I. Ojos: Los ojos son de tamaño mediano y ovalados, de color oscuro. En los perros marrones se permite una tonalidad algo más clara. Los párpados se adaptan bien, el borde de los párpados lleva pelo. Orejas: Las orejas se encuentran en un sitio alto de la cabeza, se llevan levantadas, cortadas a una longitud proporcional a la cabeza. Si en algún país está prohibido cortar las orejas, se juzgan de forma equivalente. (La forma deseada en este caso es de tamaño medio, cuyo borde frontal esté pegado a las mejillas). 7. Extremidades

7.1. Extremidades anteriores: Generalidades: Las extremidades anteriores, vistas desde todas las direcciones, se apoyan casi rectas, es decir, perpendiculares al suelo, y están fuertemente desarrollados. Hombros: La espalda se apoya firmemente en el tórax, en ambos lados de los omoplatos lleva una buena musculatura. Es más alta que las apófisis

espinosas de las vértebras dorsales. Debe ser lo más oblicua y situada hacia atrás posible, con un ángulo respecto a la horizontal de aprox. 50°. Brazo: Buena longitud con buena musculatura, ángulo respecto al omoplato aprox. 110°. Antebrazos: Fuertes y rectos, buena musculatura. Su longitud debe armonizar con la totalidad del cuerpo. Articulaciones carpiana: Fuertes. Metacarpos: Huesos fuertes, vistos desde delante, rectos. Vistos desde los lados, posición oblicua sólo insinuada (máximo 10°). Pies: Los pies son cortos y cerrados. Los dedos están curvados hacia arriba (patas de gato), uñas cortas y negras. 7.2. Extremidades posteriores: Generalidades: Visto desde atrás, debido a su musculatura pélvica muy desarrollada en la cadera y en la grupa, el Dobermann parece ancho y redondeado. Los músculos que llegan desde la pelvis hasta el muslo y la pierna dan lugar a un buen desarrollo de la anchura, también en la zona del muslo, de la rodilla y de la pierna. Las extremidades posteriores son fuertes, rectas y paralelas. Muslos: Buena longitud y anchura con musculatura fuerte. Buen ángulo en la articulación de la cadera. El ángulo respecto a la horizontal de aprox. 80-85°. Rodillas: Las articulaciones de las rodillas son fuertes, formadas por el fémur, la tibia y la rotula. El ángulo de es de aprox. 130°. Piernas: Longitud media, armonizando con la longitud total de las extremidades posteriores. Tarso: Desarrollados en grado medio, paralelo. Los huesos de la pierna se unen en los tarsos con el metatarsiano (ángulo aprox. 140°). Metacarpos: Cortos, perpendiculares al suelo. Pies: Igual que en los pies delanteros, también los dedos de las extremidades posteriores son cortos, curvados y cerrados. Uñas cortas y negras. 8. Forma de andar: La forma de andar es de especial importancia, tanto para el rendimiento como para el aspecto interior. La forma de andar debe ser elástica, ágil, libre y espaciosa. Las extremidades delanteras deben extenderse al máximo hacia

delante; las extremidades traseras dan la fuerza de impulsión necesaria, de forma elástica, tomando ímpetu desde bien atrás. Se adelantan simultáneamente una extremidad delantera de un lado y la extremidad trasera del lado contrario. La espalda, los tendones y articulaciones debe tener firmeza. 9. Piel: La piel se adapta en todo el cuerpo de forma tirante; está bien pigmentada. 10. Pelaje:

10.1 Tipo de pelo:

El pelo es corto, duro y tupido. Se adapta de forma firme y lisa, y está distribuido homogéneamente sobre toda la superficie. No permite subpelo en la parte inferior. 10.2 Color:

El color es negro o marrón oscuro, con marcas de color cobrizo, bien delimitadas y limpiadas. Las marcas se encuentran en el hocico, en forma de mancha en las mejillas y en los párpados superiores, en la garganta, dos manchas en el pecho, en los metatarsos y patas, en los lados interiores de los muslos, en el orificio anal y en la protuberancia del isquión. 11. Talla/Peso:

11.1. Talla:

Altura de la cruz: Machos: 68-72 cm. Hembras: 63-68 cm. En cada caso el tamaño más deseable es un valor medio. 11.2. Peso:

Machos: aprox. 40-45 kg.

Hembras: aprox. 32-35 kg.

Una nueva estrella para los años noventa: ONO ROYAL BELL en la portada de «Unser Dobermann». 12. Defectos: Aspecto general: Falta de fisonomía característica del sexo, falta de sustancia, falta de peso, exceso de peso, demasiada altura, huesos débiles.

Cabeza: Demasiado fuerte, demasiado estrecha, demasiado corta, demasiado larga, demasiado grande, demasiado pequeña. Nariz muy curvada, stop demasiado o poco marcado, ojos demasiado redondos u oblicuos, ojos demasiado claros, mejillas demasiado fuertes, labios no ceñidos, ojos salidos o hundidos, orejas demasiado altas o bajas, comisura labial corta. Cuello: Algo o demasiado corto, piel de la garganta demasiado desarrollada, papada, cuello de ciervo, cuello demasiado largo (falta de armonía). Tronco: Falta de firmeza del tronco, grupa descendiente, espalda hundida, espalda de carpa, demasiada o demasiado poca curvatura de las costillas, profundidad o anchura del pecho: insuficiente, espalda en su totalidad demasiado larga, falta de antepecho, cola demasiado alta o baja, línea abdominal demasiado o demasiado poco subida. Extremidades: Demasiado o demasiado poco ángulo en la pierna anterior o posterior, codo abierto, posición o longitud de los huesos y de las articulaciones fuera del estándar, dedos estrechos o anchos, posición de las extremidades con corvejones vacunos o con piernas de tonel o con corvejones estrechos, patas abiertas o blandas, dedos atrofiados, uñas claras. Pelaje: Marcas demasiado claras, no nítidamente delimitadas o impuras (manchadas), máscara demasiado oscura, grandes manchas negras en las patas, manchas en el pecho poco visibles o demasiado grandes, pelo largo, suave, ondulado, sin brillo, así como zonas con poco pelo o calvas, grandes remolinos de pelo especialmente en el tronco, subpelo visible en la parte inferior. Carácter: Falta de autoconfianza, demasiado temperamento, demasiado mordiente, agresividad, umbral de reacción demasiado alto o bajo. Talla: Las desviaciones de las medidas estándar de hasta 2 cm. se penalizan con una calificación menor. Movimiento: Movimiento inestable, pasitos no libres y paso de ambladura. 13. Defectos que conllevan una descalificación: Generalidades: Acentuada inversión de las características del sexo. Ojos: Ojos amarillos (ojo de ave rapaz), ojos de colores distintos. Dentadura: Prognatismo o enognatismo superior o inferior, cierre en tenaza, falta de cualquier pieza dentaria.

Testículos: Los dos testículos no están normalmente desarrollados o no se encuentran en el escroto. Pelaje: Manchas blancas, perros con un pelo extremadamente largo u ondulado, pelo extremadamente escaso y zonas calvas grandes. Carácter: Perros tímidos y miedosos, temperamento demasiado alto y exageradamente agresivos. Talla: Perros cuya talla difiere en más de 2 cm. por exceso o defecto respecto al estándar.

GRAF GUIDO VON FRANCKENHORST.

CAPITULO 7: INTERPRETACIÓN DEL ESTANDAR

Todos los perros, sea cual sea su raza, son anatómicamente iguales, o en otras palabras pertenecen a una misma especie y tienen los mismos huesos y músculos. Las diferencias, a veces sutiles, entre una raza y otra se han conseguido básicamente mediante una cría selectiva, permitiendo así que cada raza aproveche sus características individuales de tal forma que pueda cumplir con las funciones para las que en su día fue creada. Los rasgos de la tipicidad de cada raza se resumen en el estándar, ese conjunto de reglas que

indican como ha de ser el perro de una raza determinada: son las reglas establecidas para asegurar que, a lo largo del tiempo, un Dobermann seguirá siendo un Dobermann y un caniche seguirá siendo un caniche... Al adquirir su primer Dobermann, a menudo con pedigree pero de orígenes no muy depurados, muchas personas se fijan en una fotografía de un gran campeón de la raza y dicen, admirados: «¡Fíjate, es igual que el nuestro!». «Indiscutiblemente, es aproximadamente de la misma altura; es del color adecuado; tiene las manchas en el mismo sitio; o sea, “es igual”».

KRISTY DE LOS VALIENTES, Campeona internacional, de Francia, España y Portugal. Entonces, al acudir por ejemplo a una exposición, ¿por qué no gana? ¿Qué tiene aquel otro que no tiene el nuestro? Lo fácil es decir que las exposiciones son un "tongo"; siempre gana el mismo. La tarea más difícil, pero también la más justa, consiste en aprender a distinguir qué es lo que realmente diferencia a los unos de los otros.

WIKING DE NIEUWELOOTV. STEVINHAGE, Campeón internacional, de Holanda y Alemania. El estándar oficial se limita a damos unas normas escuetas, sin explicar el porqué de esas normas. Evidentemente para un criador es duro y difícil luchar año tras año para intentar conseguir el «ideal» si no se sabe la razón existente detrás de cada norma final, y algunos «criadores», por no conocer esa razón, encuentran más fácil criticar el estándar o querer cambiarlo, adaptándolo a lo que ellos mismos producen y no al revés, como debería ser. Desconocer el estándar representa, a corto plazo, hipotecar los verdaderos valores de la raza, y corresponde a cada uno de nosotros velar para que se adhiera a ello lo mejor posible. Esto se conseguirá si nos preocupamos de criar exclusivamente con buenos ejemplares (lo que no necesariamente quiere decir los que ganan) mediante una selección genéticamente adecuada, sometiendo los resultados de nuestra labor con un poco de humildad a la evaluación de un juez autorizado. En esta sección pretendo estudiar el estándar de la raza más a fondo, ofreciendo no sólo «la regla» sino un «porqué» de esa regla, en primer lugar para que al neófito le sea más fácil distinguir entre la perfección y la mediocridad y, sobre todo, para que aquel que desee criar pueda comprender la utilidad de esas reglas. Obviamente éstas no se han creado para fastidiar a nadie en sus intentos de «criar bien» sino para asegurar que, mediante la selección debida, se mantengan las características que son imprescindibles para que un Dobermann siga teniendo su pureza y las facultades que forman una parte íntegra de su naturaleza. Para facilitar la lectura de esta sección, las frases tomadas textualmente

del estándar se transcriben subrayados en azul.

ASPECTO GENERAL

El «aspecto general», junto con las «proporciones importantes» es una de las principales secciones del estándar, pues pese a ser la parte más generalizada, describe lo que se pretende. Dice el estándar oficial: «El Dobermann es de tamaño mediano», definiendo en el punto 11 la altura mínima y máxima aceptable. (Entonces ¿por qué insiste tanta gente en que quiere «un perro grande» cuando se interesa por un cachorro en una camada? Si lo que quiere es un perro «grande», hay otras razas entre las que podría elegir...) El objeto de mantener la raza dentro de unos límites de altura es precisamente para poder conservar su agilidad y la facilidad de maniobra en el cumplimiento de las tareas que le sean confiadas. Sigue: «de constitución fuerte y musculoso», y define también en el punto 11 el peso aproximado tanto para machos como para hembras. El Dobermann fue creado para trabajar, y el hecho de que algunos ejemplares vayan a vivir plácidamente con una familia, no es excusa para que no mantengan las facultades propias de la raza para el trabajo. En otras palabras, el perro requiere una determinada robustez y una buena musculatura (sin perder por ello, según explica, las «líneas elegantes»). Los términos «porte orgulloso, carácter temperamental y expresión decidida» se tratan mejor en la sección correspondiente al carácter: me temo que aquello de «corresponde a la imagen ideal de un perro» es algo más subjetivo, pues cada uno tiene su ideal de lo que es un perro y habría que respetar los gustos de cada cual... DEFECTOS SEGUN EL ESTANDAR Falta de fisonomía característica de sexo, falta de sustancia, falta de peso, exceso de peso, demasiada altura, huesos débiles. DEFECTOS QUE CONLLEVAN UNA DESCALIFICACION DEL EJEMPLAR Acentuada inversión de las características del sexo. Cabría mencionar en este punto que hay una gran diferencia entre los machos y las hembras de la raza Dobermann. No sólo es una cuestión de

volumen, sino sobre todo de cabeza y, junto con ella, el cincelado de los huesos y la expresión. Cualquier persona que se precie de conocer la raza debería saber si un ejemplar es macho o hembra con sólo verle la cara; si no es así, caben dos posibilidades: que el ejemplar no muestra la fisonomía típica de su sexo o que el «entendido» no entiende. PROPORCIONES IMPORTANTES Dice el estándar: «La forma del Dobermann parece casi cuadrada, especialmente en el caso de los machos...». Este punto, aun sin decirlo, viene a determinar una de la características que mejor distingue al Dobermann de otras razas. Es la descripción exacta de la estampa deseada. Más adelante lo explica mejor al decir que «La longitud del tronco (desde el esternón hasta la protuberancia del isquión) no debe superar la altura de la cruz por más del 5 % en caso de los machos y por más del 10 % en caso de las hembras», y si bien es cierto que a las hembras se les permite una mayor longitud que a los machos, cosa que sí ocurre, vemos que en verdad las hembras que más se premian son aquellas que no son más largas que altas.

La forma correcta de medir la altura y longitud. CARACTER El estándar dice: «El estado de ánimo básico del Dobermann es amable, pacífico, en la familia muy apegado; le gustan los niños». Esta es una de las cualidades básicas del Dobermann, pues en la sociedad de hoy lo que se

necesita es un perro capaz de vivir en paz con los suyos. También dice que «Se requiere un temperamento y una mordacidad medios; además, se exige un umbral de excitación medio». Con el mismo propósito de que el Dobermann pueda tener una convivencia pacífica con el hombre, con esta frase se da a entender que el perro ha de ser vivaz pero no demasiado nervioso; que sirva para morder (es un perro de defensa...) pero que no tenga excesivas «ganas» de hacerlo, y que no se encienda como una mecha sino que tenga un aguante antes de excitarse ante cualquier circunstancia. El estándar también insiste en que «Aparte de una buena docilidad y ganas de trabajar, hay que cuidar el buen rendimiento, el valor y la dureza»; con ello hace hincapié en que la docilidad del perro y su disposición para el trabajo son factores importantes del carácter, y que su valor y dureza sean los suficientes para proporcionar un buen rendimiento en las tareas que se le confieren. Estas características se especifican con mayor claridad al remarcar que «El perro debe estar pendiente de lo que le rodea, adaptándose a ello. Aparte de ello, hay que dar especial, importancia a la autoconfianza.» Obviamente, un perro que no esté atento a lo que le rodea difícilmente podrá ser un buen guardián, y su facilidad de adaptación asegura que sabrá diferenciar por sí solo entre lo que es normal y lo que es motivo de alerta. La autoconfianza es primordial en el Dobermann, pues si le faltara confianza en sí mismo podría ser o agresivo por miedo o excesivamente tímido. (Estos factores se estudian en detalle en la sección del libro que contempla la mejor forma de tratar al Dobermann). Volviendo a la frase contenida en el aspecto general, «porte orgulloso, carácter temperamental y expresión decidida», vemos que el perro ha de ser orgulloso, pecando casi de altivo, como si quisiera decirnos «¡Ojo! ¡Yo no soy cualquiera; yo soy un Dobermann!» Su viveza la transmite con la mirada inquisitiva y siempre alerta de sus ojos; esa mirada es la prueba de su valentía, su osadía, su determinación.

HELON V. FRANCKENHORST, Campeón internacional de Francia. DEFECTOS SEGUN EL ESTANDAR Falta de autoconfianza, demasiado temperamento, demasiado mordiente, agresividad, umbral de reacción demasiado alto o bajo. DEFECTOS QUE CONLLEVAN UNA DESCALIFICACION DEL EJEMPLAR Perros tímidos y miedosos, temperamento demasiado alto y exageradamente agresivos. Aunque una amplia sección de este libro esté dedicada al carácter del Dobermann, quisiera llamar la atención del lector muy específicamente sobre el hecho de que cualquier ejemplar aquejado de una exagerada agresividad es automáticamente DESCALIFICADO en todas las pruebas de carácter, y que cualquier muestra de agresividad hacia el juez o hacia cualquier otra persona en una exposición también es suficiente motivo para echarlo del ring en una competición de belleza. LA CABEZA

La región craneal Dentro de lo que es el conjunto de un ser vivo, la cabeza es la parte más personalizada. Es por la cabeza, la expresión y la tipicidad que uno se sabe frente a un Dobermann; es la parte con la que convivimos, la parte que recordamos. Si no acatáramos las normas en cuanto a la cabeza, acabaríamos por perder una de las características más notables de la raza. Notas generales acerca de la cabeza: Antes de proceder al estudio del estándar publicado por el Dobermann Club, quisiera transcribir una descripción hecha por uno de los numerosos clubs del Dobermann en los Estados Unidos, pues en mi opinión describe mejor lo que realmente, en su conjunto, se pretende: «La cabeza debe destacar netamente del cuerpo y, vista de perfil y desde arriba, la cabeza del Dobermann corresponde a la figura de una cuña alargada y roma. La piel está bien pegada a los huesos y a los músculos planos, hasta el punto de hacer destacar un modelado fino (esculpido). El cráneo, visto de lado y de frente, es plano. El perfil superior de la cabeza está constituido por dos líneas paralelas (la línea del caño nasal y la línea del hueso frontal) que se interrumpen frente a los ojos en el moderado surco naso-frontal («stop»). Las líneas del perfil superior de la cabeza parten de la nariz y van hasta el vértice. La línea del hueso frontal desciende después, ligeramente redondeada, hasta llegar a la nuca. La mandíbula es profunda y ancha, con cierre labial bien tenso». Además, y aun cuando el estándar no especifica estos detalles, conviene tener en cuenta lo siguiente: Longitud: Se considera que la longitud ideal de la cabeza, desde el occipital hasta la punta de la trufa, sea igual a dos quintas partes de la altura del perro a la cruz. Proporción: Se considera que la longitud ideal desde la trufa hasta el «stop» sea igual a la distancia entre el «stop» y el hueso occipital. Mejillas: Según el estándar, éstas deben ser lo más planas posible ya que si fueran mofletudas estropearían la forma de cuña vista desde arriba. No obstante, el estándar exige que la mandíbula sea fuerte, lo que en gran parte depende de la fuerza y desarrollo del músculo masetero exterior. Por ello, si bien las mejillas han de ser planas, en ningún caso podría permitirse que fuesen hundidas.

Como dice el estándar, la cabeza ha de ser «fuerte, armonizada con la construcción del cuerpo»; evidentemente, una cabeza que no guarda relación con el cuerpo (que tiene que ser potente) no daría un aspecto general agradable. A continuación indica que «Vista desde arriba, la cabeza parece una cuña sin punta». Insistimos nuevamente en este punto que también ha de parecer una cuña al observarla de lado. En estándar continúa indicado que: «Vista desde delante, arriba línea transversal de la coronilla debería ser aproximadamente horizontal, sin bajar hacia las orejas.» Es muy común ver el hueso occipital muy pronunciado en los cachorros; esto suele desaparecer progresivamente conforme el perro vaya adquiriendo la forma craneal definitiva. En un adulto se considera que la línea curvada es un defecto.

El perfil, visto de frente y de lado.

ORCOS DE GRIFEU, SchH. III.

ORION DE GRIFEU, Campeón de España.

a línea transversal correcta e incorrecta.

El defecto de las mejillas anchas y el morro en punta.

El "Stop" naso-craneal, correcto e incorrecto El estándar especifica que «La línea del hueso parietal, que es una prolongación casi recta del lomo de la nariz, va bajando hacia la nuca de forma ligeramente redondeada.» Con esta frase da a entender que no debe haber ninguna redondez sobresaliente en la parte posterior de la cabeza, sino que ésta debe salir graciosamente desde el cuello. Esta impresión de fluidez viene remarcada con las especificaciones de que «Los arcos de las cejas están bien desarrollados, sin sobresalir. El surco de la frente todavía es visible. El hueso occipital no debe ser llamativo. Vistas desde delante y desde arriba, las superficies laterales no deben aparecer salientes (mofletudos)». La correcta interpretación de este párrafo indica que la cabeza ha de ser lisa, seca, sin ángulos abruptos y sin ninguna parte más sobresaliente que otra, formando así un conjunto armonioso. Al estipular el estándar que «La ligera curvatura del maxilar superior y de los huesos cigomáticos deben armonizar con la longitud total de la cabeza» se pretende lograr una armonía total entre las facciones y la cabeza, una fluidez en el ensanchamiento progresivo desde la trufa hasta la base de

las orejas. Determina igualmente que «Los músculos de la cabeza están fuertemente desarrollados» pues esto es propio de un perro que ha de poder cumplir con su función de defensa. El estándar también dice que «El Stop se diferencia, aunque escasamente». Con esto quiere decir que la línea superior de la cabeza, vista de lado, está formada por dos líneas (la craneal y la nasal) que se interrumpen en el surco naso-frontal de forma suave (o sea, con una ligera inclinación hacia abajo y hacia delante, no como un «peldaño»). Se exige además que se formen dos líneas paralelas. Este paralelismo es uno de los rasgos más típicos de la raza y por ello debe preservarse; como puede apreciarse en los dibujos a continuación, la falta de paralelismo altera el aspecto general de la cabeza y, con ello, la expresión típica deseada.

LA REGION FACIAL

La nariz Dice el estándar: «La bóveda nasal está bien conformada, más ancha que redonda, con aperturas grandes, sin sobresalir en su totalidad.» Esta frase se refiere al volumen y anchura de la nariz que será bien «conformada» (esta palabra se usa frecuentemente en términos caninos e indica que el perro, o la parte en cuestión, está «conforme el estándar»). Con este volumen, junto con la forma plana y ancha más que redonda, se pretende lograr el aspecto básico de la cabeza en forma de cuña roma. Las aperturas grandes son propias de un perro que requiere una gran facilidad de respiración para poder trabajar. Al estipular «en los perros negros, la nariz es negra y en los perros marrones tiene una tonalidad más clara adaptada al color» el estándar no hace más que recoger unos principios genéticos elementales, pues sería imposible que el perro marrón tuviera la trufa negra... de todas formas, con «más clara» no quiere decir «rosada». El hocico Dice el estándar: «El hocico debe estar bien proporcionado referente a la parte superior de la cabeza. Debe estar bien desarrollado». Aquí hace referencia en primer lugar a la cuestión de la «armonía», las proporciones adecuadas entre la parte delantera y trasera de la cara. Al referirse al «desarrollo» contempla la necesidad de potencia, propia de un perro de trabajo. Sigue con la frase: «El hocico es bajo» y he de confesar que, por mucho que intento entenderlo, no tengo ni idea lo que significa «el hocico es bajo...» ¿Bajo de qué? ¿Acaso quiere decir «profundo»? Las demás explicaciones son claras: «La apertura de la boca debe ser larga y llegar hasta los molares. También en la zona de los incisivos superiores e inferiores, el hocico debe ser suficientemente ancho» y dan a entender que la boca debe ser grande, bien desarrollada y potente para conseguir así una buena apertura para la mordida. Los labios Al especificar el estándar que los labios «Deben ser firmes y lisos, adheridos a los maxilares, garantizando un cierre firme de la boca» se evita que los labios sean flojos o colgantes, cosa que afectaría el aspecto general. El hecho de exigir el estándar una «Pigmentación oscura; en los perros marrones algo más clara» se basa en los mismos principios genéticos que en cuanto al color de la trufa.

MAXILARES / DENTADURA

Conjuntamente con las especificaciones para el hocico, la exigencia de unos «maxilares superior e inferior fuertes y anchos» se debe, como ya hemos dicho, a que el perro ha de tener una boca fuerte, apropiada para poder hacer presa. De los distintos tipos de cierre, la «dentadura de tijera» es la más idónea para que el perro pueda cumplir con el trabajo que se le exige. Esta formación «en tijera» quiere decir que los incisivos de arriba caen justo por delante de los de abajo; la «línea de corte», o sea, donde se juntan, cae aproximadamente a media altura del incisivo superior. En cuanto al rmmp.ro de las piezas dentarias, el estándar determina «42 dientes según el esquema dental normal» que, según creo, es aplicable a todas las razas. Aunque no lo dice el estándar, los dientes deben ser fuertes y blancos. (La sección del libro dedicadas a los cuidados elementales también menciona la dentadura).

SIRA SELENE DE GRIFEU.

SARON-NYMPHENBURG DE GRIFEU, Jugundsieger, SchH. III.

Mandíbula superior: 20 piezas; inferior: 22 piezas DEFECTOS QUE CONLLEVAN UNA DESCALIFICACION DEL EJEMPLAR Prognatismo o enognatismo superior o inferior, cierre en tenaza, falta de cualquier pieza dentaria. Los ojos:

Habla por sí sola la descripción de los ojos dada por el estándar: «Son de tamaño mediano y ovalados, de color oscuro. En los perros marrones se permite una tonalidad algo más clara. Los párpados se adaptan bien, el borde de los párpados lleva pelo.» Aun así, es conveniente observar que la forma ovalada no se exige de forma caprichosa ni por estética, sino simplemente porque si los huesos craneales están formados correctamente y los ojos debidamente emplazados, un ojo redondo no tiene cabida. El color de los ojos sí puede deberse a la estética, pero es curioso observar que raramente se ve un ojo realmente claro en la forma ovalada debida. Consecuentemente, los ojos redondos y claros se penalizan no por su aspecto en sí, sino porque señalan un defecto más profundo y hereditario de una formación ósea incorrecta. Ojos amarillos (ojo de ave rapaz); ojos de colores distintos. Las orejas:

El estándar nos dice que «Las orejas se encuentran en un sitio alto de la cabeza, se llevan levantadas, cortadas a una longitud proporcional a la cabeza». La implantación baja de la oreja (que nace demasiado cerca de la mejilla) es una indicación de que la línea transversal encima de la cabeza no está bien formada. Únicamente cabría añadir que con el paso de los años la longitud de la oreja cortada ha ido en aumento, sin duda por razones de estética. Cualquier perro cuyas orejas estén mal cortadas o demasiado cortas, o aquel que no acaba de llevarlas bien erguidas (aunque no sea culpa suya sino por la incompetencia del cortador y/o dueño), estará en desventaja frente a otro de iguales virtudes en todo lo demás pero que lleve las orejas adecuadamente. La observación de que «Si en algún país está prohibido cortar las orejas, se juzgan de forma equivalente. (La forma deseada en este caso es de tamaño medio, cuyo borde frontal esté pegado a las mejillas)» es de aplicación relativamente reciente, pues hasta hace poco tiempo las orejas siempre han estado cortadas tanto en Europa (con la excepción de los de Gran Bretaña y los países escandinavos) y en América. De hecho, aun cuando el corte de las orejas está prohibido en Alemania y en Holanda, en 1993 sigue siendo normal poder contar con los dedos de una mano los ejemplares de aquellos países que se presentan sin el corte efectuado La cabeza: defectos según el estándar

Demasiado fuerte, demasiado estrecha, demasiado corta, demasiado larga, demasiado grande, demasiado pequeña. Nariz muy curvada, stop demasiado o poco marcado, ojos demasiado redondos u oblicuos, ojos demasiado claros, mejillas demasiado fuertes, labios no ceñidos, ojos salidos o hundidos, orejas demasiado altas o bajas, comisura labial corta. Antes de dejar el tema de la cabeza, quisiera hacer una pequeña observación en el sentido de que el estándar nos está pidiendo «algo» prácticamente imposible. Por un lado queremos una cabeza alargada y enjuta en forma de cuña, con la línea transversal horizontal y las mejillas planas, todo ello acompañado de una mandíbula fuerte y una dentición completa. Si examináramos esta cuestión con más detenimiento, sería fácil observar que algo tiene que ceder, pues conforme seamos más exagerados en la fijación de

estas características, menor lugar dejamos para el anclaje de los músculos que hacen funcionar la mandíbula. Como la naturaleza es muy sabia, va «compensando» estas digamos «exageraciones» nuestras de diferentes maneras que, aunque sutiles en un principio, vemos cada vez más a menudo en los distintos ejemplares que podemos estudiar (y eso a través de las exposiciones caninas, donde hipotéticamente todos los que se presentan son los «mejores» y «menos defectuosos» —¿quién sabe cómo estarán los que no llegamos a ver?). Estos «defectos compensatorios» son los siguientes: 1. El ensanchamiento del cráneo, pues es indiscutible que hoy en día se ven «figuras» con las cabezas más anchas que hace algunos años, que de ningún modo obedece a una preferencia del criador sino a su emergencia espontánea. 2. La línea transversal arqueada, con el hueso occipital claramente marcado, en vez de horizontal. 3. La formación de la «nariz romana», o sea arqueada y no totalmente plana y paralela con la línea frontal de la sección craneal. ¡ 4. Las mejillas anchas (mofletudas) en vez de lisas y enjutas. 5. El progresivo debilitamiento de la mandíbula inferior y, conjuntamente, falta de dientes, que son las medidas adoptadas por la naturaleza para evitar una descompensación entre la fuerza de la mordida y el anclaje de la musculatura. Todo ello debería llevamos a considerar que si bien lo que marca el estándar está bien como guía, no debería llevarnos a buscar una longitud exagerada de la cabeza si no queremos ver que la misma elegancia anhelada se vea truncada por otros rasgos totalmente indeseables. El cuello:

El estándar nos dice que «En proporción al cuerpo y a la cabeza, el cuello es relativamente largo». Evidentemente cabe una interpretación muy personal dé lo que es «relativo», pero podría generalizarse diciendo que un cuello que no

permita un «porte orgulloso» de la cabeza es forzosamente demasiado corto y que un cuello que por su longitud parece dejar la cabeza con poco «soporte» es demasiado largo. El Dobermann es un perro dotado para conseguir altas velocidades en el galope, paso en el que la longitud del cuello juega su papel. Sería válido decir que el cuello debería ser unos 2 cms. más largo que la cabeza medida desde la trufa hasta el hueso occipital, o poco más de un tercio de la altura del perro medido a la cruz. Al exigir que el cuello sea «seco y musculoso» quiere decir que ha de dar la impresión de un cuello potente, capaz de aguantar el impacto a la hora de coger presa. «La línea del cuello es ascendente, curvada de forma agradable. Su porte es erguido, demostrando mucha nobleza.» Esta frase resalta la elegancia requerida, cosa que va acompañada con las exigencias de la longitud en sí.

SHARA-NYMPHE DE GRIFEU. Estudio de cabeza y cuello. Por otra parte, significa que deberá andar con el cuello bien estirado y con la cabeza alta. Este detalle es importante si el perro ha de responder a lo que exige el «aspecto general». Si el cuello, pese a ser anatómicamente correcto, no lo llevase bien, esto sería considerado un defecto —no un defecto físico sino un defecto de actitud. (Ver también «movimiento»).

. Defectos del cuello: corto; no musculado; papada DEFECTOS SEGUN EL ESTANDAR Algo o demasiado corto, piel de la garganta demasiado desarrollada, papada, cuello de ciervo, cuello demasiado largo (falta de armonía). El tronco:

Composición del tronco. La cruz:

El estándar dice: «Especialmente en los machos, la altura y longitud de la cruz debe destacar, determinando una línea dorsal ascendiente desde el anca.» El centro de gravedad del Dobermann se encuentra precisamente en este

punto (ver la sección dedicada al «Movimiento»), La musculatura en la zona de la cruz es fuerte y en consecuencia esta parte de la línea superior suele estar «abultada», tanto en machos como en las hembras (ver también «miembros anteriores»). Valdría la pena recordar que es precisamente en este punto que se determina la altura del perro (que dicho sea de paso no es un punto exacto y que ofrece una cierta variedad según dónde se mida, a veces dando resultados dispares según la persona que lo haga), y por lo tanto cualquier ejemplar que sea destinado a presentarse en las exposiciones deberá estar habituado a que le midan. La espalda:

Defectos de la espalda: larga, hundida, arqueada El estándar exige que la espalda sea «corta y firme». Esta frase se refiere al conjunto de la espalda, pero no especifica que lo que realmente ha de ser «corta» no es la parte que corresponde a las costillas sino al trozo del lomo. La firmeza de la espalda es una de las características más tomadas en cuenta, no sólo por su aspecto estético sino porque es a través de la espalda que llega el impulso de los cuartos traseros a los delanteros, afectando al movimiento y eficacia del animal. Una mala espalda será siempre penalizada. El estándar dice que «La zona de la espalda y de los lomos debe ser bastante ancha, con buena musculatura». En esta frase sí diferencia las dos partes que componen la «región dorsal» y, al referirse a la anchura y a la musculatura, indica que no se permite una «cintura de avispa». Se podría decir que la menor anchura que se observa en la zona de los riñones sólo será una pequeña «curva», vista desde arriba, entre la anchura de la cadera y del pecho.

La observación de que «En las hembras, la zona de los lomos puede ser algo más larga, ya que necesita sitio para las tetas» parece muy «maternal» pero como ya comenté anteriormente, una hembra «larga» no se verá premiada en las exposiciones... La grupa:

Como bien especifica el estándar, «El anca debe descender ligeramente, de forma casi imperceptible, desde el hueso sacro en dirección al inicio de la cola. De esta forma aparecerá bien redondeada, ni recta pero tampoco descendiente de forma llamativa». Lo que no menciona es que la razón de esta norma reside no en la estética sino en el hecho de que una grupa demasiado alta o demasiado baja implicaría ciertas limitaciones en la fuerza propulsada por las patas traseras y por tanto afectaría al movimiento. Al igual que en el resto del tronco, una «Buena anchura con musculatura fuerte» es primordial en un perro de trabajo.

La cola:

La especificación de una implantación muy alta puede llevar a una cierta confusión, pues entre «muy alta» y «demasiado alta» hay sólo un paso. Una buena implantación de la cola sería aquélla reflejada en el dibujo correspondiente a la grupa correcta. La mención de que la cola será «cortada,

conservando dos vértebras visibles de la cola» puede inducir al «cortador» a preocuparse demasiado de la longitud de la cola, pues lo que realmente importa es qué sea «bien corta» (y, dicho sea de paso, sin la formación de ningún callo en la punta....) Añade el estándar: «En aquellos países donde está prohibido por ley cortar la cola, la cola puede conservarse de forma natural.» ¡Evidente!

EURIDICE DE GRIFEU.

TRIANA DE GRIFEU Los testículos:

«En los machos, ambos testículos; normalmente desarrollados, deben encontrarse de forma visible dentro del escroto.» También evidente, pues la criptorquidia (la falta de ambos testículos) y la monorquidia (la presencia de solo un testículo) son penalizadas en todas las razas. Los dos testículos no están normalmente desarrollados o no se encuentran en el escroto. El pecho:

El estándar nos dice que «La longitud y profundidad del pecho debe guardar una adecuada relación con la longitud/ del tronco». En esta frase se contempla toda la zona pectoral, o en otras palabras todo el tórax y no sólo la parte frontal, lo que se ve de frente. La «adecuada relación» hace referencia a un factor que se ha omitido en el estándar en sí y que arriba hemos comentado: que una buena longitud de la espalda en la zona de las costillas es aconsejable por razones de la capacidad torácica del perro, por lo que la zona del lomo ha de ser corta si deseamos mantener la proporción de «una espalda corta» y el aspecto global de un perro «cuadrado». Añade el estándar: «La profundidad debe llegar aproximadamente hasta la mitad de la altura de la cruz.» Esta profundidad no se exige por capricho, sino porque implica que, juntamente con la largura y anchura suficientes, la profundidad adecuada es un factor esencial para que un perro de trabajo tenga la capacidad torácica necesaria para poder cumplir su misión. Aunque no lo dice textualmente, al decir el estándar que el pecho debe llegar «aproximadamente hasta la mitad de la altura a la cruz», quiere decir que la profundidad del pecho vista de lado será tal que desciende unos centímetros por debajo de los codos.

Al pedir el estándar unas «costillas ligeramente curvadas» obedece al hecho de que han de permitir esa buena capacidad torácica prevista, pero sin ser redondas en forma de «barril» que sería contraproducente para el perro de trabajo. Con la frase siguiente: «El pecho tiene una buena anchura, desarrollado especialmente en la zona frontal», el estándar indica que, visto de frente, el animal ha de dar la sensación de potencia; el punto más avanzado del esternón debe sobresalir con toda claridad por delante, y el desarrollo del

pecho corresponde tanto a «la profundidad frontal», como a la lateral, formando un fuerte antepecho. La línea abdominal:

Dice el estándar: «Desde el final del esternón hasta el comienzo de la pelvis, la pared abdominal sube acusadamente.» (En este caso, se refiere a la punta más profunda del esternón, en la zona más profunda del pecho). De todas formas, difícilmente podrá conseguir que esta línea suba «acusadamente» si el perro ha de guardar una anchura y un peso determinados... Subir, si sube, pero ligeramente, más en las hembras que en los machos de quienes se exige un mayor «volumen general»; un Dobermann cuya línea abdominal sube «acusadamente» estará forzosamente demasiado delgado. Tronco: defectos según el estándar

Falta de firmeza del tronco, grupa descendiente, espalda hundida, espalda de carpa, demasiada o demasiado poca curvatura de las costillas, profundidad o anchura del pecho insuficiente, espalda en su totalidad demasiado larga, falta de antepecho, cola demasiado alta o baja, línea abdominal demasiado o demasiado poco subida.

LAS EXTREMIDADES

LAS EXTREMIDADES ANTERIORES

Generalidades

Con la observación de que «las extremidades anteriores, vistas desde todas las direcciones, se apoyan casi rectas, es decir, perpendiculares al suelo» el estándar quiere decir que las patas han de ser paralelas entre sí y totalmente perpendiculares al suelo. Con «Fuertemente desarrollados» quiere decir que no se permite una osatura ni musculatura débiles, pues esto resultaría impropio de un perro de trabajo. Los hombros:

El estándar dice textualmente: «La espalda se apoya firmemente en el tórax, en ambos lados de los omoplatos lleva una buena musculatura. Es más alta que las apófisis espinosas de las vértebras dorsales. Debe ser lo más oblicua posible y situada hacia atrás, con un ángulo respecto a la horizontal de aprox. 50º».

Patas delanteras rectas, paralelas entre sí. He de confesar que este párrafo me deja aturdida. ¿Qué quiere decir? ¡Claro que se apoya la espalda —o al menos parte de ella— sobre los cuartos delanteros (y el resto sobre los cuartos traseros...), pero eso no tiene nada que ver. Y cuando dice «es más alta» ¿a qué se refiere?, a la espalda o acaso a la musculatura? ¿Qué es lo que ha que ser «oblicua y situada hacia atrás»? ¿La espalda? ¿La musculatura? ¿O tal vez son los omoplatos? Para evitar cualquier confusión, y por supuesto sin contradecir en nada lo que el estándar especifica, voy a dejar el texto original de lado (o mejor dicho la traducción del mismo) para pasar a estudiar las extremidades anteriores en su conjunto, procurando dar una explicación más comprensible.

GYVER DU PLA DES HORTS. El omoplato debe estar bien pegado al tórax y recubierto por un buen paquete muscular; se sitúa de forma oblicua a un ángulo de unos 45° respecto al horizontal. La parte superior trasera del omoplato se ve claramente en la zona de la cruz con la apófisis espinosa de las vértebras dorsales. Es precisamente por esta forma oblicua de los omoplatos que se produce el abultamiento a la altura de la cruz (al que ya hemos hecho referencia), lo que indica un buen anclaje de los omoplatos. Estas especificaciones son escuetas, pero realmente obedecen a unos principios útiles que procuraré explicar: Vista de frente, la vertical delantera

(los «aplomos») se mide con una línea vertical que cruza por el centro del antebrazo, por el metacarpo y por el pie. Vista de perfil, la línea vertical parte desde el extremo de la cruz, pasa por delante del antebrazo y toca el suelo justo detrás de las almohadillas. Cualquier anomalía en la vertical supondría un grave defecto porque el peso del perro estaría mal repartido, los choques al andar no estarían debidamente amortiguados, y en consecuencia al animal se le restaría fuerza y velocidad en el movimiento. Los huesos que componen la sección delantera y las angulaciones entre cada parte tomando como base la línea de aplomo lateral, pueden apreciarse claramente en los dibujos siguientes: EXPLICACION DEL DIBUJO DE LAS ANGULACIONES A y B: Estos ángulos deben ser equivalentes entre sí; C: ángulo entre el omoplato y el perpendicular: 45-50°; D: ángulo entre el omoplato y el brazo: 90°; E: el antebrazo es perpendicular en todos los sentidos; F: el metacarpo está ligeramente curvado hacia delante.

Las angulaciones entra cada hueso y la vertical. Si la línea de perfil cayese muy por delante de los dedos, obligaría al perro a cargar su peso en los dedos y, al andar, «rasaría» el suelo;

posiblemente tendría el carpo demasiado arqueado. Pero si al contrario, cayese muy por detrás del pie, obligaría al perro a cargar su peso en la parte trasera del mismo (lo que perjudicaría la zona renal) y podría indicar un metacarpo débil o flexible, un defecto importante en un perro que ha de ser «resistente». En cuanto a la longitud de las partes que componen los cuartos delanteros, y si bien los centímetros juegan su papel ya que es la sección delantera la que determina la altura final del perro, lo más importante es la distribución de esa longitud.

El pie ha de ser cerrado, tipo «gato», pues esa formación es la más adecuada para un perro de trabajo, permitiéndole alcanzar la mayor velocidad, proporcionando la máxima resistencia y protegiéndolo contra posibles cortes etc. Los pies han de caer rectos, según el dibujo siguiente:

Cabría insistir en este punto en que muchos perros tienen los pies mal (lo que lleva, a la larga, a que el perro hunda la espalda) a causa de un trato inadecuado de cachorro. Mucha gente cree que esto se debe invariablemente a una falta de calcio cuando en realidad esa deficiencia solamente se produce muy de vez en cuando —más bien la gente peca de dar demasiado calcio—... La mayor causa de los defectos de los pies es la fatiga. Una de las cosas en que el dueño de un cachorro debe fijarse a diario es en la forma de los pies. Si el cachorro no tiene los dedos bien apretados, si no anda «de puntillas», o si tuerce los pies hacia fuera (o a veces hacia dentro), casi siempre significa que hace demasiado ejercicio para su edad y que debería estar obligado a descansar más.

Un ejemplo típico de pies deformados por la fatiga. LAS EXTREMIDADES POSTERIORES:

Generalidades

Dice el estándar textualmente: «Visto desde atrás, debido a su musculatura pélvica muy desarrollada en la cadera y en la grupa, el Dobermann parece ancho y redondeado. Los músculos, que llegan desde la pelvis hasta el muslo y la pierna, dan lugar a un buen desarrollo de la anchura, también en la zona del muslo, de la rodilla y de la pierna. Las extremidades posteriores son fuertes, rectas y paralelas.»

Los huesos del miembro posterior y las angulaciones más deseables, indicando la línea de aplomo. Siguiendo las especificaciones del estándar, los cuartos traseros han de ser fuertes; esto es imprescindible pues como se podrá apreciar en la sección que trata el movimiento, toda la fuerza proviene del impulso de atrás. La pata trasera también juega un papel esencial en la capacidad del animal para saltar, para alcanzar una buena velocidad; también es sobre los cuartos traseros que el perro se apoya para morder, y cualquier debilidad en esta zona le restaría

aptitudes para cumplir con las misiones básicas para las que la raza fue creada. Los aplomos vistos desde atrás se miden con una línea que sale del punto dé la nalga, dividiendo la pata en dos verticalmente a través del metatarso y del pie. Vista de perfil, la vertical parte del punto extremo de la nalga (isquión) y cae justo delante de los dedos. Cualquier anomalía en las posiciones posteriores respecto a la vertical influye gravemente sobre el movimiento del animal, pues tiene que ver estrechamente con el reparto de las presiones y con las oscilaciones de cada parte de los cuartos traseros.

Uno de los puntos que el estándar pasa por alto es el del equilibrio entre los cuartos delanteros y traseros, y esto no deja de ser uno de los factores primordiales de cara al movimiento e incluso en el logro de lo que se especifica en el «aspecto general». El perro ha de estar «equilibrado», y para ello debería tener una correcta angulación delantera y trasera. Pero para poder conseguir ese equilibrio en un perro poco angulado delante, sería más útil que también estuviera ligeramente poco angulado en la parte trasera. Así, aquel otro que esté sobre-angulado por delante también debería estar algo sobre-angulado atrás. Esto se acepta en términos del sentido común aunque, por supuesto, un perro muy poco angulado o sobre-angulado no sería un buen ejemplar por muy «equilibrado» que estuviera.

Perro equilibrado: angulación correcta delante y atrás.

Perros desequilibrados: angulación correcta delante pero poca atrás. Poca angulación delante pero correcta atrás. Para acabar con el asunto de las extremidades, y aunque este tema no se menciona en el estándar, haría falta decir que si bien todos los Dobermanns tienen espolones en la pata delantera (que a menudo se quitan al nacer para evitar posibles desgarros más tarde), no tiene que haber espolones en las patas traseras. DEFECTOS SEGUN EL ESTANDAR

Extremidades: Demasiado o demasiado poco ángulo en la pierna anterior o posterior, codo abierto, posición o longitud de los huesos y de las articulaciones fuera del estándar, dedos estrechos o anchos, posición de las extremidades con corvejones vacunos o con piernas de tonel o con corvejones estrechos, patas abiertas o blandas, dedos atrofiados, uñas claras.

LA FORMA DE ANDAR

El estándar se limita a especificar que «La forma de andar es de especial importancia, tanto para el rendimiento como para el aspecto interior». (¿Qué querrá decir con aspecto interior?) «La forma de andar debe ser elástica, ágil, libre y espaciosa. Las extremidades delanteras deben extenderse al máximo hacia delante; las extremidades traseras dan la fuerza de impulsión necesaria, de forma elástica, tomando ímpetu desde bien atrás. Se adelantan simultáneamente una extremidad delantera de un lado y la extremidad trasera del lado contrario.» Tras este resumen de «lo que el perro hace» (pero sin especificar el paso en cuestión, pues no hace lo mismo en el trote que en el paso ni en el galope...) el estándar insiste en que «La espalda, los tendones y articulaciones deben tener firmeza». Estos datos evidentemente dicen más o menos lo que es el «andar del perro», pero todo este tema se trata en más detalle en la sección del libro que explica cómo el movimiento correcto no es sino la forma de comprobar que un perro esté anatómicamente bien construido. DEFECTOS SEGUN EL ESTANDAR

Movimiento inestable, pasitos no libres y paso de ambladura.

Piel:

El estándar dice: «La piel se adapta en todo el cuerpo de forma tirante; está bien pigmentada» a lo que difícilmente podríamos añadir nada salvo, en todo caso, que la piel, al igual que el pelo, es un reflejo de la salud del animal en general y que como tal debería estar en las mejores condiciones posibles. Pelaje:

La descripción del pelaje ideal, color y manchas es una de las partes más precisas de nuestro estándar, y no necesita apenas comentario alguno.

Campeón internacional GRAAF NORRLAND V.H. WANTIJ. El multipremiado ORSON V. ROVELINE. De todas formas posiblemente cabría decir que el color básico del Dobermann se deriva de una acumulación más o menos densa de pigmentos. Una concentración excesiva de estos pigmentos, una condición conocida como «melanismo», produce un oscurecimiento progresivo y generalizado con la pérdida gradual de la extensión y nitidez de las manchas de color fuego; emerge muy de vez en cuando en la raza. Si estudiamos en detalle y en número suficiente los pedigrees tanto antiguos como modernos, podremos apreciar que la práctica más común ha sido la de cruzar negro con marrón si no en cada generación por lo menos generación sí, generación no. De hecho, esta práctica es una de las medidas más sencillas que podemos adoptar para combatir el melanismo. Sin sus vivas manchas características, la raza pierde

mucho de su atractivo y en el caso de una máscara demasiado oscura o incluso totalmente negra, adopta una expresión siniestra. El opuesto del melanismo es el «flavismo» que indica la tendencia al color amarillento o beige (que aparecería tarde o temprano si hiciésemos unos cruces generación tras generación usando para ello únicamente perros marrones), y la «lenchaemia», una tendencia a la falta de color o blanco. Por lo tanto, sería aconsejable limitar el uso en la reproducción de los ejemplares que presentan graves defectos en ambos sentidos, o sea, por una parte con máscara negra, con las manchas de fuego extremadamente invadidas por pelos negros o simplemente demasiado reducidas de tamaño, y por otra parte aquellos que presentan las manchas muy claras, de color «pajizo» o excesivamente grandes. Casi todos los demás problemas de la piel o del pelo se deben casi exclusivamente a factores de dieta y del medioambiente o en todo caso a algún desarreglo transitorio hormonal, sobre todo en el caso de las hembras; estos problemas pueden afear al ejemplar en un momento dado, pero no suelen tener nada que ver ni con la calidad real del ejemplar ni con su transmisión hereditaria directa. Tipo de pelo: El estándar especifica: «El pelo es corto, duro y tupido. Se adapta de forma firme y lisa, y está distribuido homogéneamente sobre toda la superficie.» De hecho el pelo en la cabeza es aun más suave y corto que en el resto del cuerpo. Para mantener el aspecto general requerido, hay que evitar que se produzcan remolinos o zonas de pelos normalmente erizados (a menudo indicativas de alguna enfermedad crónica). El hecho de que el estándar dice que «No permite subpelo en la parte inferior» (y dicho sea de paso en la parte superior tampoco...) es algo que debemos agradecer, pues a diferencia de los perros de aquellas razas provistas de subpelo, este pelaje corto asegura que, caso de mojarse, el perro enseguida queda limpio y seco. Partiendo de la base de que el hábitat ideal para el Dobermann es dentro de la casa de sus amos, como este tipo de pelo no causa olores no hay ninguna necesidad de lavar el perro a menudo ni el uso de la gama de «colonias para perros» y «desodorantes» actualmente disponibles en el mercado. Además, las ventajas de este tipo de pelo son numerosas, entre ellas el hecho de que en las épocas de muda apenas se notan los pelos que caen en el suelo o tapicería (como cada pelo individual es duro y pesado, siempre cae directamente y jamás se encuentra un pelo en la sopa) y también la ventaja que supone poder notar enseguida si hay alguna herida o bulto anormal.

ARLEN DE BALSARENY, Joven campeona IDC 1992. El color: La versión más reciente del estándar dice que «El color es negro o marrón oscuro», mientras que hasta este mismo año el color azul también estaba permitido. (El «Isabella», que es un tono arenoso, no creo que haya estado nunca permitido en Europa, con la posible excepción de Inglaterra.) El color azul ha estado presente desde los inicios de la raza, pero no ha contado nunca con una gran aceptación fuera de los Estados Unidos. En muchas ocasiones los ejemplares de este color sufren ciertos problemas de piel, presentando zonas calvas y llagas; este hecho, finalmente, ha llevado a los dirigentes del Dobermann Club de Alemania (y por consiguiente a la FCI) a declararlo «inadmisible». De todas formas una explicación de cómo puede surgir tanto el azul como el «isabella» viene dada en la sección del libro dedicada al color del Dobermann. Sigue el estándar: «Con marcas de color cobrizo, bien delimitadas y limpiadas» (supongo que quiere decir limpias en el sentido de no haber pelos negros/marrones mezclados entre las zonas del color, y no «limpiadas» como si de depilarse se tratara...). «Las marcas se encuentran en el hocico, en forma de mancha en las mejillas y en los párpados superiores, en la garganta, dos manchas en el pecho, en los metatarsos y patas, en los lados interiores de los muslos, en el orificio anal y en la protuberancia del isquión.» Como una imagen vale más que mil palabras, con observar las fotografías podrá apreciarse con todo detalle el emplazamiento exacto al que este texto hace referencia. Cabría insistir en este punto que todos los perros

de la raza tienen las manchas en el mismo sitio y que no es como en el caso de otras razas, por ejemplo el dálmata, donde las manchas aparecen aquí o allá (dentro de unos ciertos límites prefijados por su propio estándar) al azar. Es interesante observar cómo, mediante una selección adecuada de los ejemplares usados en la reproducción, se ha eliminado casi totalmente la emergencia de manchas blancas. En sus principios los Dobermanns a menudo tenían estas manchas en los pies, y hasta hace un par de décadas era relativamente frecuente verlas en el pecho. En tiempos recientes, los cachorros que nacen con sólo «unos pelitos blancos» en el pecho forman una verdadera minoría (siendo normalmente estos los primeros en ser eliminados si la camada es demasiado grande), sin duda por algún «resto recesivo» heredado de sus antepasados o, en todo caso, una indicación de la falta de madurez de los progenitores. DEFECTOS SEGUN EL ESTANDAR

Marcas demasiado claras, no nítidamente delimitadas o impuras (manchadas), máscara demasiado oscura, grandes manchas negras en las patas, manchas en el pecho poco visibles o demasiado grandes, pelo largo, suave, ondulado, sin brillo, así como zonas con poco pelo o calvas, grandes remolinos de pelo especialmente en el tronco, subpelo visible en la parte inferior. DEFECTOS QUE CONLLEVAN UNA DESCALIFICACION DEL EJEMPLAR

Manchas blancas, perros con un pelo extremadamente largo u ondulado, pelo extremadamente escaso y zonas calvas grandes. TALLA/PESO: El estándar fija que la altura, midiendo el perro a la cruz, debe ser entre 68 y 72 cms para los machos y 63-68 cms para las hembras. Como ya se comentó en la sección del aspecto general, estas medidas deben mantenerse si el Dobermann ha de seguir siendo de tamaño «mediano», e incluso referencias a

este asunto vienen haciéndose, con las advertencias correspondientes, desde hace más de cincuenta años sin que hayan influido seriamente en el proceder de los criadores. Hasta el momento la preferencia, incluso de los jueces de la raza, ha sido para «perros grandes» pero parece que ahora van a tomar el factor de la altura en serio, dejando de premiar a los perros que pasan de largo las «variaciones en más y en menos» permitidas. Conviene por otra parte subrayar el hecho de que el Dobermann crece muy de prisa, y que muchos de los ejemplares alcanzan su altura definitiva a los siete u ocho meses; el vigilar para que no sobrepasen las recomendaciones del estándar tal vez favorecerá un crecimiento más compensado y menos doloroso. Como dice el estándar, «En cada caso el tamaño más deseable es un valor medio».

QUINN DI NOBILI NATI, un gran campeón italiano. En cuanto al peso, creo que a muchas personas les sorprenderá que se indiquen los 40-45 kgs para los machos y los 32-35 kgs para hembras. El Dobermann al que estamos acostumbrados a ver «por la calle» ha sido bastante «esbelto» (en una exposición se le calificaría de «delgado» o «falta de peso») mientras que los más selectos hace tiempo que, por lo general, alcanzan estos pesos. En algunos países (y mencionaría aquí a Alemania), es costumbre tener a los perros con un sobrepeso, lo que en mi opinión es algo alarmante, pues no debemos olvidar que la raza fue creada para trabajar y que un perro con un sobrepeso importante no podrá rendir como otro algo más ligero. Se ha recurrido a diferentes métodos para combatir el problema que

consiste por una parte en la preferencia de los jueces hacia un perro «gordo» y por otra la necesidad de que el perro sea menos gordo para el entrenamiento: éstos se podrían resumir básicamente en el «engordar» a los perros para las épocas de exposiciones (mediante la técnica de darles una fuerte sobrealimentación, incluso metiéndoles la comida con una cuchara) para luego adelgazarlos mediante dietas rigurosas para poder competir en tal o cual prueba de trabajo. Esto no es bueno para la salud del animal, y me temo que muchos de los fallos cardíacos, que se atribuyen a una predisposición de la raza a una miocardiopatía, se deben en realidad a estos «excesos». Por lo tanto, el hecho de que el estándar haya tomado cartas en el asunto dando unas especificaciones al respecto me parece muy adecuado, y los pesos aproximados que cita tanto para machos como para hembras pueden considerarse como óptimos. DEFECTOS SEGUN EL ESTANDAR

Las desviaciones de las medidas estándar de hasta 2 cm. se penalizan con una calificación menor. DEFECTOS QUE CONLLEVAN UNA DESCALIFICACION DEL EJEMPLAR

Perros cuya talla difiere en más de 2 cm. por exceso o defecto respecto al estándar.

Explicación de la anatomía del Dobermann. La modelo: GILDAS GZENIA V. HECKENDORF.

CAPITULO 8: EL MOVIMIENTO

En esta sección quisiera hacer algunas reflexiones sobre el movimiento del Dobermann, pues la forma en que el animal se mueve nos demuestra, mejor que ningún otro medio, si está correctamente construido anatómicamente. El movimiento es una función esencial. En tiempos pasados, el perro — al igual que el lobo y todos los demás animales, seres humanos incluidos— dependía de su movimiento. Tenía que poder ir en busca de su comida, huir de sus enemigos, defender su territorio... Un animal incapaz de moverse eficazmente se quedaba sin comer y corría el riesgo de ser atacado y apresado. Evidentemente éste ya no es el caso, por lo menos en lo que se refiere a los perros que cuentan con un amo que les proporciona la comida cada día, todos los días del año, que les protege de cualquier adversario y que les mantiene su territorio en perfectas condiciones. A diferencia de aquellos perros que trabajan en el ejército, cuerpo de policía, pastoreo, caza o en el

aspecto deportivo, el perro «de compañía» ya no tiene ninguna necesidad vital de moverse eficazmente para nada. Pero el hecho de que un perro individual no sea destinado a ciertas tareas en su quehacer diario no le exime, como ejemplar de su raza, de la obligación de tener la morfología apropiada para poder cumplirlas... Cada raza tiene un propósito: para ayudar al pastor en sus tareas con el ganado, para la defensa, para la vigilancia, para la caza mayor, para eliminar ratas, para lo que sea. Para que cada raza pudiera cumplir con sus tareas, era conveniente e incluso esencial que estuviese dotada de unas características determinadas. Por esta razón se fijó el «estándar», basado para cada raza en las características que aseguraban que cualquier perro de esa raza podría ser útil en el cumplimiento de los trabajos para los que ésta había sido «creada». El Dobermann fue «creado» y desarrollado como un perro de defensa. Si leemos el estándar veremos cómo se hace hincapié en ciertos rasgos, tanto de su carácter como de su morfología, que lo hacen apto como tal. En cada sección del estándar se hace referencia a la «fuerza», a la «musculatura», al «buen desarrollo», a la «anchura»... Pero ser un «perro de defensa» no quiere decir que el perro deba quedarse quieto como si fuese un guardia delante de la puerta de un banco (aunque eso a veces sería suficiente para disuadir al agresor). El Dobermann tiene que poder derrumbar al enemigo (para lo que requiere un determinado tamaño, peso y potencia junto con una fortaleza en sus patas); tiene que poder sujetar al enemigo (para lo que requiere no sólo un carácter decidido sino mucha fuerza en las mandíbulas); además, tiene que poder correr tras él, para lo cual requiere no sólo fuerza sino una gran resistencia. Por su docilidad y facilidad de aprendizaje en el entrenamiento, su buena nariz, su agilidad y alta resistencia, el Dobermann ha demostrado ser un perro ideal para intervenir en operaciones de rescate en catástrofes (los llamados «perros catástrofe») —sin duda algunos lectores habrán podido ver algunas películas documentales al respecto. Por lo tanto, todo perro necesita un buen movimiento, conforme al estándar para su raza, pues la forma de moverse es el fiel reflejo de que posee la estructura correcta para poder cumplir con su misión, sea la que sea. En todos los seres vivos, el movimiento no es más que una serie de «caídas prevenidas a tiempo». Cada vez que iniciamos un paso hacia delante, descompensamos nuestro propio equilibrio y si no pusiéramos el otro pie en el sitio adecuado y en el momento preciso, nos caeríamos al suelo porque

nuestro centro de gravedad habría sido desplazado. El propósito del movimiento no es otro sino el de avanzar, el ir hacia delante con algún fin determinado. Si el trayecto a cubrir es largo, cuanto más eficaz sea el movimiento (o en otras palabras, cuanto mejor construido esté el perro), mayor será su resistencia.

JOLLY DE LOS VALIENTES, Campeona de España. Ir hacia delante no quiere decir ir hacia arriba y abajo, y el movimiento más eficaz será aquel en el que el arco formado en el traslado del centro de gravedad hacia delante sea lo más horizontal posible. El perro gastará menos energía (será más eficaz) cuando el centro de gravedad se deslice en una línea horizontal que cuando este centro suba y baje. Esto es muy fácil de comprobar en nosotros mismos: si queremos ir desde el punto A al punto B, vamos en línea recta: podemos llegar tranquilamente y sin cansarnos demasiado si vamos poniendo un pie delante del otro sin hacer saltos. Si por lo contrario fuésemos dando saltos sobre un solo pie, llegaríamos rendidos ya que habríamos gastado toda nuestra energía en la formación del arco de subida y bajada del centro de gravedad en vez de usarla para avanzar; nuestro movimiento no sería «eficaz». Obviamente el arco que se forma al desplazarse hacia delante no puede suprimirse del todo, pues esto significaría «patinar» y no «andar». Pero cuando el arco es demasiado alto, no sólo se gasta una cantidad de energía superflua sino que además se sufre un choque más violento en el momento en que el pie toca el suelo, con el desgaste inútil de los ligamentos de amortiguación y con una mayor repercusión en el hombro. No es ninguna casualidad que los perros de todas las razas que han de tener resistencia estén dotados de un cuello largo. En primer lugar, el punto

de anclaje de muchos músculos, tendones y ligamentos se encuentra en la zona del arco del cuello; un cuello largo permite unos músculos más largos, y éstos se cansan mucho menos que los músculos cortos. Además, el cuello ayuda a desplazar el centro de gravedad y un cuello largo lo hace mucho mejor que un cuello corto. LA PARTE DELANTERA La parte delantera del perro es la parte más fuerte. Basta con colocar al perro en pose para comprobarlo: si apretamos hacia abajo sobre los hombros, o si empujamos esta zona lateralmente, el perro se «clava» en el suelo, mientras que si hacemos lo mismo en la parte de la grupa, el perro cede. Indudablemente la parte delantera del perro es la que más trabaja en el movimiento pues ha de ocuparse de más funciones que la parte trasera. Por una parte soporta casi todo el peso, dejando las patas traseras libres para dar impulso, y por otra parte amortigua el impacto cada vez que el pie toca el suelo. No sólo eso: también es la parte encargada de mantener la línea horizontal del arco que se produce al levantar la pata para avanzar y de dar un empuje adicional al impulso que llega desde los cuartos traseros.

ODETTE DI STEFUSTO, una gran campeona italiana. La configuración del hombro del perro es de suma importancia; el ángulo del omoplato es la clave de todo movimiento eficaz y es esta configuración la que determina el tipo de movimiento en su conjunto. Un omoplato que esté situado bien hacia atrás y a un ángulo de 45° con el suelo

tiene la mejor capacidad de hacer una gran rotación hacia delante y hacia atrás con lo que puede propulsar al perro más hacia delante que no hacia arriba, mientras que un ángulo de 55° o 60° obligaría al perro a formar un arco demasiado alto para poder avanzar «en plano», con lo que se cansaría y carecería así de la resistencia debida. Es al final del arco que el paso hacia delante llega a su punto extremo, y el perro ya habrá sido arrastrado por la fuerza de la gravedad «al suelo». Este es el mejor sitio para colocar el pie porque tanto la fuerza del empuje hacia delante como la de la gravedad están en su punto más débil y, en consecuencia, el impacto con el suelo será el mínimo.

Si no puede extender la pata al máximo por haber formado un arco demasiado alto debido a una angulación más recta que la deseada, no podrá abarcar la distancia óptima y el impacto será demasiado fuerte en cada paso porque el sitio en el suelo donde ese impacto tiene lugar no concuerda con el sitio previsto por el impulso de los cuartos traseros.

Al flexionar el codo, el perro consigue alargar el paso unos centímetros más. Para poder compensar este choque adicional, algunos perros aprenden a utilizar los músculos que doblan el codo y levantan el antebrazo. Así, el perro puede levantar sus pies un poco más que lo normal, y esto le permite abarcar unos pocos centímetros más con la pata delantera. Este proceso evita parte del impacto de los choques que tiene que amortiguar pero por otra parte causa una fatiga considerable en los músculos en cuestión, y sería discutible si lo uno es mejor que lo otro... Uno de los defectos más comunes en el Dobermann es el de los codos abiertos, en otras palabras cuando el codo no está bien pegado al tórax. Esto ocurre por varias razones. En primer lugar, el omoplato está unido a la caja torácica mediante un juego de músculos situados en el exterior e interior del omoplato. Estos músculos son similares en su volumen y, al igual que los demás músculos, éstos trabajan conjuntamente y los unos se distienden mientras que los otros se contraen. En el estándar, se exige una musculatura fuerte en todo el cuerpo y esto se consigue sobre todo mediante el ejercicio. Si los músculos exteriores del omoplato son pesados y voluminosos, los interiores también lo serán y, en consecuencia, se formará una masa muscular en la zona de los hombros que tenderá a desplazar el omoplato más lejos de la caja torácica. Eso da la impresión de unos hombros «sobrecargados» y obliga al perro a sacar los codos. Otra de las razones del porqué el perro saca codos es consecuencia de unos malos hábitos del dueño en el cuidado del cachorro, y no tiene nada que ver con la genética. No es bueno que el perro sea muy «salido de codos» por la sencilla razón de que una columna sólida y vertical

puede soportar el peso más fácilmente que una columna doblada. Las «muñecas» (los metacarpos) son más importantes de lo que mucha gente piensa, pues ésta es la parte de la pata delantera que sirve de amortiguador. Un metacarpo bien emplazado absorbe el impacto en cada paso, amortiguando así el choque a sufrir por el hombro. Si observamos los dibujos anatómicos, vemos que el metacarpo y el pie, vistos de lado, no caen exactamente en una línea recta sino que se encuentran ligeramente desplazados hacia delante. En esta posición pueden «ceder» ante un golpe con mayor facilidad. De todas formas conviene subrayar que si estuvieran demasiado hacia delante, no respetando los aplomos verticales, (más que a un ángulo de 10° respecto a la línea perpendicular) el perro tendría serios problemas en el reparto del peso.

NORFOLK DE L ’ABBAYE DE SABLE, Campeón de Bélgica. Los pies en el Dobermann han de ser cerrados, tipo «gato»; esto no sólo es con el fin de protegerle contra accidentes y cortes al correr o andar, sino también porque un pie cerrado añade más «palanca» al impulso de la pata. Un pie abierto tipo «liebre» no ofrece esa misma palanca y le resta resistencia. LA PARTE TRASERA Una de las partes más importantes del cuerpo con vistas a un buen movimiento es la grupa, esa parte de la columna vertebral entre el lomo y el inicio de la cola. El Dobermann ha de tener una grupa «plana», en otras

palabras situada a un ángulo de unos 30° respecto al horizontal. Esto quiere decir que éste es el ángulo adoptado por la pelvis.

Implantación correcta de la grupa. Como la mayor parte de la fuerza de propulsión surge al echar la pata trasera hacia atrás, una grupa a un ángulo de 30° es la idónea, pues éste es el ángulo que permite que la pata trasera pueda lograr la máxima extensión. Una grupa «plana» también permite que los músculos que se extienden hasta la rodilla sean más largos y, como ya hemos comentado, los músculos largos se cansan menos que los cortos. Para conseguir la máxima fuerza de propulsión, la angulación trasera ha de ser correcta pero no exagerada, y la angulación más adecuada es aquella que permite que la pata trasera se comprima como un muelle para luego explotar con toda su potencia. Como en la mayoría de los perros, el ángulo que se forma entre la pelvis y el fémur debe ser entre unos 90 y 95°; el ángulo formado por la rodilla debe ser de unos 130°. Cuando estos ángulos se combinan debidamente con una grupa a un ángulo de 30°, la propulsión será la idónea. En el Dobermann, donde la resistencia es más importante que la velocidad en sí, se requiere que el corvejón sea relativamente corto en proporción a la pata entera, pues de esta manera los músculos principales serán más largos. Por ejemplo, un conejo es muy rápido en trayectos muy cortos porque su corvejón es muy largo; el perro es más lento que el conejo pero podrá atraparlo fácilmente a cabo de un par de minutos porque, al tener el corvejón más corto, su resistencia es mayor.

EL PAPEL QUE JUEGA CADA PARTE EN EL MOVIMIENTO Para comprender el papel que juega tanto la parte delantera como la trasera en el movimiento, hemos de partir de la base de que un perro no se «arrastra» a sí mismo hacia delante, sino que cuenta con su parte trasera que le empuja. El movimiento del perro puede dividirse en fases. La primera fase concierne únicamente a la parte delantera y es en ella que se forma el arco para desplazar el centro de gravedad. Esta fase empieza desde el momento en que el pie toca el suelo en su posición más adelantada y sigue hasta que el pie se encuentra en un punto directamente por debajo del hombro. La segunda fase es la más crítica; empieza donde la primera fase acaba para seguir al punto donde el pie abandona el suelo para tomar un nuevo paso. Es en esta fase que el perro aprieta contra el suelo tanto con el pie delantero como con el trasero para lograr el impulso; la pata trasera se contrae y se abre como un resorte para empujar al perro hacia delante; la parte delantera añade un empujón adicional. La tercera fase ocurre cuando el pie abandona el suelo en el extremo más hacia atrás; arrastra la pata hacia delante por debajo del hombro o de la cadera, para poder comenzar así la primera fase de nuevo.

SAMOS SATAN DE GRIFEU, Campeón de Dinamarca. El equilibrio

El equilibrio entre la parte delantera y la parte trasera es uno de los factores más importantes cara a la funcionalidad en el movimiento. Cualquier desequilibrio entre las angulaciones delanteras y traseras sólo puede conducir a una descompensación en la transmisión de la fuerza desde los cuartos traseros; si éstos son demasiado rectos, el impulso será menor de lo que una parte delantera bien angulada requiere; por otra parte, si los cuartos delanteros tienen una angulación demasiado recta, no podrán usar eficazmente toda la potencia del impulso que les llega desde atrás. A veces, los criadores han sido culpables de «desequilibrar» el conjunto en su afán de enfatizar una u otra característica de la raza. En el Dobermann, una de esas pretensiones ha sido la de producir una espalda cada vez más corta y más firme y al mismo tiempo de lograr una angulación trasera cada vez más exagerada. La firmeza de la espalda es buena porque permite una transmisión más eficaz de la fuerza de la parte trasera a la delantera. Pero una espalda demasiado corta, conjuntamente con una sobreangulación de la parte trasera, entorpece un movimiento fluido y causa una descompensación entre la palanca y por tanto la fuerza que llega desde atrás y la capacidad de absorberla y de usarla eficazmente en la parte delantera. Por otra parte, empiezan a admitirse unas angulaciones delanteras más rectas que lo debido (sin ir más lejos, el estándar del Dobermann dice «aproximadamente 50º») y este ángulo, combinado con una espalda exageradamente corta y una angulación trasera exagerada, sólo puede ir en detrimento del movimiento y, a la larga, producirá ejemplares cada vez menos eficaces en general.

JOCELYNN V. HEIDHAUSERFORST ¿Que tipos de movimiento pueden existir?

El Dobermann —como muchos otros perros— tiene cuatro formas distintas de avanzar: el andar, el paso, el trote, y el galope. El «andar» y el «galope» son movimientos «a cuatro tiempos», o en otras palabras, hay cuatro combinaciones distintas de las patas que pueden encontrarse tocando el suelo en un momento dado, siempre con los mismos pies en las mismas combinaciones. En el «paso», un movimiento «a dos tiempos», ambas patas del mismo lado del cuerpo se mueven de forma paralela, haciendo un movimiento «holgazán» en el que el perro parece ir «rodando». En el trote, también «a dos tiempos», las patas diagonalmente opuestas avanzan simultáneamente; éste es el movimiento que se utiliza en el ring de las exposiciones porque es sencillo de ver y de comprender y también porque evidencia mejor que ningún otro cualquier falta estructural en la anatomía del perro. Como evaluar el movimiento

En el primer dibujo, (correcto) el pie delantero deja el suelo antes de

que el trasero llegue; en el segundo, todavía no se ha levantado (incorrecto). De lado: En el movimiento del perro visto de lado, hemos de poder ver una buena extensión hacia delante de la pata delantera sin producirse choques excesivos cuanto cada pie toca el suelo. Debe verse asimismo una buena extensión de las patas traseras, con los corvejones bien extendidos hacia atrás. El impulso trasero debe ser enérgico y fuerte. Es importante observar el momento en que los pies delanteros y traseros se juntan por debajo del cuerpo —el pie delantero debe haberse levantado antes de que el pie trasero toque el suelo; el perro no debe tener que posicionar el pie trasero hacia dentro o hacia fuera del pie delantero para no «pisar» a este último, ya que esto indicaría que la parte delantera va en «retraso» a causa de una descompensación entre el impulso de la parte trasera y su propia facilidad de utilizarla—. Sobre todo hay que observar que la zona de la cruz no vaya dando saltos; debe deslizarse lo más suavemente posible pues esto indica que el perro usa toda su energía en avanzar.

Una convergencia correcta y dos andares incorrectos Desde atrás: Hay que buscar una cierta convergencia de las patas traseras hacia el centro del cuerpo (el grado de esta convergencia no importa, mientras no se crucen); las patas no deben quedarse «por debajo de las esquinas» del perro. Debe formarse una línea recta desde la cadera hasta la almohadilla del pie trasero, prueba del menor desgaste de energía, porque de lo contrario estaríamos en presencia de un grave defecto anatómico. Para poder apreciar el pleno uso de su fuerza de propulsión, debe poder verse toda

la almohadilla de la pata trasera en el momento en que el perro echa la pata trasera hacia atrás con el corvejón extendido.

De frente: Las patas delanteras deben presentar una cierta convergencia hacia el centro, produciéndose una línea recta desde el hombro hasta el pie. No tiene ninguna importancia si los metacarpos se balancean hacia fuera o hacia dentro en el momento de volver hacia delante ya que esto no afecta la eficacia del movimiento. Para finalizar, cabría insistir en que la posición natural del cuello sería baja y estirada hacia delante; ésta es la posición más aerodinámica y al mismo tiempo la que permite trasladar el centro de gravedad con el menor arco posible. No obstante, lo que buscamos en el Dobermann es una expresión alerta, vivaz, que esté pendiente de su conductor, y se considera que aquel que ande con la cabeza levantada es más «guapo» que aquel otro que «va hacia delante en serio». Lo que no podemos exigir es que el perro traslade el centro de gravedad sin dar saltos en la zona de la cruz (formando un arco demasiado alto a la hora de levantar cada pata) y que levante el cuello y la cabeza al mismo tiempo. Habría que establecer unas prioridades, y tal vez lo más apropiado para poder evaluar el movimiento (y por lo tanto la estructura del perro) sería permitir que practicase el trote con la cabeza y el cuello en su posición normal (baja y extendida), y que dejáramos la cuestión

de la expresividad para cuando esté en pose.

Un ejemplo del «trote».

CAPITULO 9: EL COLOR DEL DOBERMANN

Para cualquiera que no tenga un buen conocimiento de las leyes de Mendel, una de las cosas más difíciles de entender es cómo puede salir —por ejemplo— un cachorro azul de un padre negro y una madre marrón... Para que esta parte del libro sea más fácil de entender, ante todo debo explicar que el «fenotipo» es «lo que se ve» y que el «genotipo» es la composición de los genes en los cromosomas. El aspecto final del perro (el «fenotipo») está gobernado por la expresión del gen «dominante» y del gen «recesivo» contenidos, en las distintas combinaciones posibles, en el «genotipo». Los genes siempre van en pares. En el tema del color del Dobermann, el gen para el negro es «dominante» y el gen para el marrón es «recesivo»; en otras palabras, el negro «impone su expresión» sobre el marrón. Esto quiere decir que el perro siempre será negro en su «fenotipo» si existe un gen para el «negro» en su «genotipo». No podemos conocer, a simple vista, si ambos genes en el par son para el negro o si uno de esos genes es para el negro y el otro para el marrón, porque el negro «se impone» y no deja que el marrón se exprese «en la piel». Sí podemos saber, por el contrario, que el perro de-fenotipo marrón no contiene ningún gen para el color negro, y conocer así su genotipo a simple vista. Aunque los únicos colores ahora permitidos en el estándar en Europa son «negro y fuego» y «marrón y fuego», no quisiera dejar de explicar cómo

se producen las otras dos variedades, pues un criador que desconoce lo que puede ocurrir al aparear a un padre determinado con una madre determinada podría verse sorprendido con unos preciosos cachorros azules o de color «isabella» que luego no podría inscribir en el registro oficial (por lo que no tendrían pedigree) por estar «prohibidos». Como absolutamente todo lo demás, el color está determinado por los genes que el individuo recibe de su padre y de su madre. Estos genes, transmitidos uno por cada progenitor, se juntan en el nuevo individuo formando un par. En el caso del color básico del pelaje entran en juego dos pares de genes.

COMO EMERGEN EL NEGRO Y FUEGO Y EL MARRON

El primer par, llamémoslo «serie Beta», es el que determinará si el individuo ha de ser negro o marrón. (El segundo par es la «serie Delta»; éste determina la aparición del azul e isabella y será estudiado más adelante.) Una forma sencilla de «ver» cómo funciona la «serie Beta» sería mediante el uso del signo «B» en mayúscula para el gen dominante (dominante quiere decir «negro», pues el negro se impone sobre el marrón) y el uso del signo «b» en minúscula para el gen marrón recesivo (recesivo quiere decir que el marrón «cede» ante el negro, quedando sólo latente u oculto debajo del dominio del negro).

Un típico ejemplar negro y fuego de frente P-GREEMLEES DU CLOS DES GROGNARDS.

Un típico ejemplar marrón y fuego ISABELLA-ANKA V. DE NIEUWE LOOT. Esta «serie Beta» de genes puede presentarse en un individuo de tres formas distintas: como «BB» (lo que quiere decir que el individuo recibió el gen dominante «B» de su padre y el «B» de su madre), como «Bb» (donde el individuo recibió el «B» de su padre y el «b» de su madre —o viceversa—, pues da lo mismo «Bb» que «bB»...) o como «bb» (donde el individuo recibió el gen «b» de su padre y el «b» de su madre). La primera de estas tres formas, el genotipo «BB», quiere decir que el individuo es negro y que, al no tener ningún gen del tipo recesivo «b» en su propio genotipo, sólo podrá transmitir el «B» a sus hijos; como el negro es dominante, esto quiere decir que TODOS los hijos de un perro «BB» serán negros, sea cual sea el color de su pareja. La segunda de estas formas, el genotipo «Bb» quiere decir que el individuo es negro (el «B» anuló la expresión del gen «b», que queda así latente). Sus hijos podrán ser negros o marrones (según el genotipo de su pareja), pues este individuo puede transmitir tanto el «B» para negro como el «b» para marrón. La tercera de estas formas, el genotipo «bb», quiere decir que el individuo es marrón; la ausencia del gen «B» ha permitido que los dos genes recesivos (uno del padre y uno de la madre) hayan podido expresarse libremente. Si este perro se aparea con una hembra también marrón, TODOS SUS HIJOS SERAN MARRONES, pues tanto él como su pareja se habrían

liberado del gen dominante «B» del negro. Como ya hemos dicho, el fenotipo «se ve»; el genotipo «no puede verse». En nuestro ejemplo, tanto el perro cuyo genotipo es «BB» como el de «Bb» son negros, pero no podemos saber si son de un tipo u otro. En cambio, sí podemos saber el genotipo del perro marrón con sólo verlo; al ser marrón, tiene que ser forzosamente «bb»— cualquiera de las otras dos combinaciones habría significado que él sería negro, no marrón. Es únicamente mediante lo que cada individuo transmite a sus hijos que podemos saber cuál es su propio genotipo. Vamos a tomar el ejemplo de un padre, un perro negro tipo «BB»; ahora vamos a aparearlo con tres hembras de distintos genotipos y vamos a suponer que tiene exactamente ocho cachorros en cada camada. En este ejemplo no vamos a dejar las proporciones al azar, sino que vamos a tomar las «proporciones matemáticamente lógicas» que, dicho sea de paso, son las que realmente surgen si bien una sola camada es insuficiente para poder apreciarlo. La primera hembra será de tipo «BB», igual que el padre: El padre transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros; lógicamente sólo podrá transmitir «B», pues no tiene otra posibilidad. Así tenemos ocho «medio cachorros» cuyo genotipo empieza: 1: B? 2: B? 3: B? 4: B? 5: B? 6: B? 7: B? 8: B? La madre también transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros y, al igual que el padre, sólo podrá transmitir «B». Así tenemos ocho «cachorros completos» cuyo genotipo será: 1: BB 2: BB 3: BB 4: BB 5: BB 6: BB 7: BB 8: BB con lo que tenemos ocho cachorros negros y cuyo genotipo es «BB», igual al de ambos progenitores. La segunda hembra será de tipo «Bb», o sea, es negra pero lleva un gen recesivo para el marrón: El padre transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros; lógicamente, como ya hemos visto, sólo podrá transmitir «B»,

pues no tiene otra posibilidad. Así tenemos ocho «medio cachorros» cuyo genotipo empieza: 1: B? 2: B? 3: B? 4: B? 5: B? 5: B? 7: B? 8: B? La madre también transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros pero, a diferencia del padre, podrá transmitir tanto el «B» como el «b». (La proporción matemáticamente lógica es que transmitirá el «B» a cuatro de los ocho cachorros y el «b» a los otros cuatro.) Así tenemos ocho «cachorros completos» cuyo genotipo será: 1: BB 2: Bb 3: BB 4: Bb 5: BB 6: Bb 7: BB 8: Bb con lo que tenemos ocho cachorros negros pero cuyo genotipo en cuatro casos es «BB» (cachorros números 1, 3, 5 y 7), y en los otros cuatro «Bb» (cachorros números 2, 4, 6 y 8). La tercera hembra será de tipo «bb», o sea, es marrón y por lo tanto no lleva ningún gen «B» dominante para el negro: El padre transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros y de nuevo sólo podrá transmitir «B». Así tenemos ocho «medio cachorros» cuyo genotipo empieza: 1: B? 2: B? 3: B? 4: B? 5: B? 6: B? 7: B? 8: B? La madre también transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros, y en este caso sólo podrá transmitir «b» pues no existe otra posibilidad. Así tenemos ocho «cachorros completos» cuyo genotipo será: 1: Bb 2: Bb 3: Bb 4: Bb 5: Bb 6: Bb 7: Bb 8: Bb con lo que tenemos ocho cachorros negros cuyo genotipo es «Bb». O sea, todos se parecen en su fenotipo al padre (negro) por causa del «B» y ninguno se parecerá a la madre (marrón) porque el «b» es recesivo ante el «B». Todos tienen un genotipo igual entre sí pero distinto tanto al del padre como al de la madre. Ahora vamos a tomar el ejemplo de un padre negro pero cuyo genotipo en este caso es «Bb»; vamos a aparearlo con tres hembras de distintos genotipos, y vamos a suponer que tiene exactamente ocho cachorros en cada camada:

La primera combinación sería la de «Bb» del padre con «BB» de la madre. Esto es exactamente igual al caso de un padre «BB» con una madre «Bb» que ya hemos visto arriba, por lo que no necesita comentario alguno. La segunda hembra será de tipo «Bb», o sea, es negra pero lleva un gen recesivo para el marrón, igual que el padre: El padre transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros; lógicamente podrá transmitir tanto el «B» como el «b». (La proporción matemáticamente lógica es que transmitirá el «B» a cuatro de los ocho cachorros y el «b» a los otros cuatro.) Así tenemos ocho «medio cachorros» cuyo genotipo empieza: 1: B? 2: B? 3: b? 4: b? 5: B? 6: B? 7: b? 8: b? La madre también transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros y, al igual que el padre, podrá transmitir tanto el «B» como el «b». (La proporción matemáticamente lógica es que transmitirá el «B» a cuatro de los ocho cachorros y el «b» a los otros cuatro.) Así tenemos ocho «cachorros completos» cuyo genotipo será: 1: BB 2: BB 3: bB 4: bB 5: Bb 6: Bb 7: bb 8: bb con lo que tenemos seis cachorros negros cuyo genotipo en dos casos es «BB» (cachorros números 1 y 2) y en cuatro casos «Bb» o «bB», que es lo mismo, (cachorros números 3, 4, 5 y 6). Los restantes dos (cachorros números 7 y 8) serán «bb» y, por lo tanto, MARRONES. Así podemos apreciar cómo no es de extrañar que tengamos cachorros marrones en una camada a pesar de que tanto el padre como la madre sean negros. La tercera hembra será de tipo «bb», o sea, ella es marrón. El padre transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros; lógicamente podrá transmitir tanto el «B» como el «b». (Al igual que en el caso anterior, la proporción matemáticamente lógica es que transmitirá el «B» a cuatro de los ocho cachorros y el «b» a los otros cuatro.) Así tenemos ocho «medio cachorros» cuyo genotipo empieza: 1: B? 2: B? 3: b? 4: b? 5: B? 6: B? 7: b? 8: b? La madre también transmitirá un gen de ese par de la «serie Beta» a cada uno de sus cachorros, y, como no tiene ningún «B» de negro en su propio genotipo, solo podrá transmitir el «b». Así tenemos ocho «cachorros completos» cuyo genotipo será:

1: Bb 2: Bb 3: bb 4: bb 5: Bb 6: Bb 7: bb 8: bb con lo que tenemos cuatro cachorros, negros como el padre, cuyo genotipo es «Bb» (cachorro, 1, 2, 5 y 6) y los otros cuatro del genotipo «bb», marrones como la madre (cachorros 3, 7 y 8). La única otra combinación posible sería la de «bb» con «bb», o sea, marrón con marrón, y esto SIEMPRE da marrón: en este caso, tanto el padre como la madre carecen del «B» dominante del negro y han de ceder un «b». El «b» del uno unido al «b» del otro, dará forzosamente «bb» = marrón.

COMO EMERGEN EL AZUL Y FUEGO Y EL ISABELLA

El par de genes que domina la aparición de estos dos tonos forma la «serie Delta». Esta serie funciona igual que la «serie Beta», con lo que se forman «pares» compuestos de «DD», «Dd» y «dd». En términos muy simples, el objeto de esta «serie Delta» es el de «reafirmar» o de «diluir» el color base del negro o del marrón determinado mediante la combinación con la «serie Beta». En este sentido, el «D» (reafirmar) es dominante sobre el «d» (diluir) por lo que un genotipo «DD» ó «Dd» permitirá que el color base de negro o marrón sea reafirmado como tal. El genotipo de «dd» es recesivo (parecido al «bb» que daba marrón) lo que hace que el color «base» se diluya. Si el color base fuese negro, el fenotipo quedaría «diluido» al color azul; si el color base fuese marrón, el fenotipo quedaría «diluido» al color isabella.

PAT DU CAIRE DE LA PRAIRIE, Francia, uno de los pocos ejemplares azules que han conseguido premios importantes en el circuito internacional. Cuando —como en la mayoría de los casos— el perro tiene el genotipo «DD», quiere decir que es dominante para REAFIRMAR, y aunque el perro

fuese apareado con una hembra «diluida» (o sea con genotipo «dd») nunca transmitiría ni azul ni isabella. Cuando —como en algunos casos determinados— el perro tiene el genotipo «Dd», quiere decir que transmitirá o bien el gen «D» para reafirmar o bien el «d» para diluir; el resultado de ello en el fenotipo de sus hijos dependerá del genotipo de su pareja (al igual que ocurrió en el caso de la «serie Beta» con «Bb»). Cuando —como en muy pocos casos— el perro tiene el genotipo «dd», el perro en sí será o azul o isabella, y siempre transmitirá su «d» a todos sus hijos. El color de estos últimos dependerá del genotipo de su pareja: si la pareja es «DD» el «d» que hereda de uno de ellos no tendrá ningún efecto en el fenotipo; si la pareja es «Dd», la mitad de los cachorros serán «diluidos»; si la pareja también fuese «dd», entonces todos los cachorros serían azules o de color isabella (según la determinación de la «serie Beta»). Esto quiere decir que el genotipo del perro para el aspecto del color del pelaje está gobernado por dos pares de genes, la «serie Beta» y la «serie Delta», que son interactivos. Aunque sólo hay cuatro colores o «cuatro fenotipos» finales, veremos que hay nueve combinaciones distintas en el genotipo, que son: Tipo 1: BBDD-negro; Tipo 2: BBDd-negro; Tipo 3: BbDD-negro; Tipo 4: BbDd-negro; Tipo 5: BBdd-azul; Tipo 6: Bbdd-azul; Tipo 7: bbDDmarrón; Tipo 8: bbDd-marrón; Tipo 9: bbdd-isabella. Hasta ahora, el uso de perros de color azul estaba permitido en la reproducción, pero en Europa a partir de 1994 ya no tendrán pedigree y por lo tanto su uso ya no estará admitido; por esta razón, no entraré en más detalles sobre «cómo conseguir» estos colores, si bien en las tablas puede verse cómo pueden emerger mediante unas combinaciones determinadas.

TOPAZ V. DRUIDENSTEIN, Francia. Ejemplar color isabella y fuego.

CAPITULO 10: LA REPRODUCCION

INTRODUCCION

El tema de la reproducción es uno de los que más preocupan al aficionado que contempla la posibilidad de hacer una camada. Le asedian numerosas dudas, tales como: ¿Qué hacer para encontrar el macho más adecuado para su hembra? ¿Cómo cuidar a la perra durante todo el embarazo? ¿Cómo saber cuándo va a empezar el parto, y qué hacer durante el parto? ¿Qué cuidados necesita la madre recién parida y los cachorritos? ¿En qué momento tienen que empezar a comer los cachorros para poder destetarlos? En realidad hay toda una serie de factores que también merecen cierta atención antes de hacer una camada y que lamentablemente no suelen «descubrirse» hasta que es demasiado tarde. Con ello nos referimos en primer lugar al gasto: criar «bien» una camada de dobermanns cuesta mucho dinero que difícilmente se vería compensado con la venta de unos cachorros que, si proceden de un criador desconocido, posiblemente tengan una difícil salida incluso hasta pasados varios meses. El segundo factor sería el tiempo: primero se necesitan varios días disponibles para ir a cubrir a la hembra en el momento que ésta esté a punto, y luego hay que contar con que alguien debería poder quedarse en casa casi todo el día al cuidado de la hembra y de los cachorros desde una semana antes del parto hasta que los cachorros tengan la edad de marcharse a sus nuevas casas; si no es así, la camada raramente saldrá adelante en condiciones óptimas. Un tercer aspecto a tener en cuenta es el sitio: se requiere una habitación que sirva tanto para el parto como para la primera época de lactancia (unos veinte días) y luego como el «jardín de infancia»; debe estar bien ventilada, tranquila, pero en un lugar conveniente para poder ir entrando y saliendo cada vez que sea necesario. Aun así, los cachorros no pueden quedarse en esta habitación constantemente; a partir de las cuatro o cinco semanas de edad es bueno que tomen el sol y además necesitan un sitio más amplio al aire libre para jugar. Normalmente los cachorros se pueden ir a sus nuevas casas entre las siete y las nueve semanas de edad, pero en el caso de que algunos quedaran todavía sin entregar, es en este momento cuando necesitan empezar a salir a la calle para comenzar su socialización con el fin de facilitar su adaptación a la vida

en la sociedad actual.

QUORRY DI CAMPOVALANO, Campeón mundial. Evidentemente el tema es extenso, y aunque cada pregunta de las que se ha formulado arriba podría ser objeto de todo un libro de por sí, vamos a tratar de dar unas guías sencillas que tal vez ayuden a aliviar esa sensación de «no saber a dónde dirigirse» que invade al neófito ante la inmensidad del «problema» de criar. Estas indicaciones no pretenden, en modo alguno, sentar cátedra pues cada criador experimentado tendrá su propio sistema no sólo para elegir la pareja idónea para sus hembras, sino para dirigir el cuidado de la madre y sus cachorros adecuadamente. Tampoco tienen por objeto suplir al veterinario porque, sobre todo para el neófito, un estrecho contacto con el veterinario en las semanas siguientes al parto es importante para asegurar que la madre y sus cachorros estén en buenas condiciones y para establecer el programa de vacunas, etc. Quisiéramos asimismo subrayar que si en algún momento hacemos referencia a algún producto comercial, no es porque sea éste el único que sirve para tal o cual propósito, ni mucho menos que sea «el mejor», sino porque es el producto que nosotras usamos y el que nos ha dado unos resultados suficientemente buenos como para poder mencionarlo.

LA SELECCION DEL MACHO IDONEO

Ante todo, hay que partir de la base de que uno de los factores más indispensables a la hora de criar es el de MEJORAR LA RAZA. Cualquier persona que críe sin tener esto en cuenta es culpable de perjudicar a la raza que se supone debe gustarle desde el momento en que tiene un ejemplar de ella. Una cosa es tener un Dobermann y otra muy distinta es criar...

EL PROGRAMA DE CRIA Y EL AFIJO

Seguramente el lector habrá oído alguna vez la frase «programa de cría» y se habrá preguntado de qué se trata. Un programa de cría consiste en el progreso que cada criador hace, paso a paso y generación a generación, hacia su meta de criar «el ideal»; esto es algo que intenta conseguir mediante la incorporación de determinadas virtudes genéticas en los cruces que hace con sus perros para que las vayan transmitiendo de padres a hijos hasta formar una línea con unas características propias de los ejemplares que él cría. Estos programas de cría a menudo se planifican con mucha antelación, y a la hora de hacer un cruce determinado el criador ya tiene previsto el «novio» o «novia» para alguno de esos cachorros que van a nacer, y a veces hasta los «novios» de una segunda o tercera generación... La mayoría de los criadores solicita al organismo oficial de cada país; que a su vez pasa la solicitud a la FCI con sede en Bélgica para que tenga aplicación mundial, un «afijo» que, en caso de serle concedido, podrá utilizarse como «apellido» para todos los perros que él críe. Es por ello que a menudo, sólo con ver a un perro en particular, la gente reconoce que pertenece a una línea determinada, porque mediante la fijación de las características incorporadas por ese criador en su programa de cría, todos los perros de su afijo tienen un «algo» en común, esa «estampa» que les distingue de los demás.

Dos grandes Campeonas de Bélgica del criadero «von Roveline»: HIYA-

HEBE y LEMA. No hay excusa alguna para usar una «mala hembra» (en términos genéticos) para criar. Si tienes la intención de ser criador o simplemente de hacer alguna camada con tu hembra en el futuro, debes asegurarte de que la hembra que adquieres para ese fin sea LA MEJOR QUE PUEDES CONSEGUIR. Y aun así, si luego tuviera algún defecto serio que la alejara de la cría de la raza, sería mejor no hacer ninguna camada con ella. Hemos oído mil veces, y como amantes de la raza nos hiere, como la gente, al referirse a una hembra, dice «tiene tal o cual defecto hereditario y no es bonita, pero para criar vale». No, y mil veces no. Sólo las mejores hembras deben criar, porque ésta es la única forma de mantener todas las virtudes de la raza. Por lo tanto la regla primordial sería la de aprender cuáles son las virtudes y cuáles los defectos de la hembra, observándola con toda honradez, y preguntándose si realmente va a aportar algo bueno a la raza; si no es así, por favor... no hay que criar. Si no hay excusa para usar una «mala hembra», aún menos la hay para usar un «mal macho». Hace algunos años el criador que aspiraba a hacer las cosas bien no tenía más remedio que trasladarse al extranjero para hallar un macho realmente excelente, y de hecho todavía seguimos saliendo fuera de España para incorporar las virtudes de algún ejemplar o de una línea determinada en nuestros programas de cría.

LUCIFER V. ROVELINE, Campeón internacional.

Pero hoy en día hay un buen plantel de excelentes machos en nuestro país y nadie que quiera hacer las cosas mínimamente bien tiene por qué usar para su hembra cualquier macho, o como anteriormente se estilaba el «macho del vecino» por comodidad, ni por falta de otras opciones mejores y asequibles. El deber de todo aquel que pretenda criar es el de informarse debidamente mediante la lectura de libros o revistas especializadas, viajes a las exposiciones más importantes, consultando con organismos oficiales. La segunda regla sería la de tener en cuenta que un cachorro hereda absolutamente todas sus características físicas y mentales a partes iguales de su padre y de su madre, o sea, el cincuenta por ciento de cada uno. Todavía hay personas que creen que si llevan su «mala hembra» a un «semental famoso», todos los cachorros van a salir pareciéndose al padre. Tonterías. Si bien es cierto que algunos ejemplares son más dominantes que otros en la transmisión de algunas de sus virtudes —y a veces de sus defectos— (con lo que un buen número de sus hijos se les parecen por ejemplo en la cabeza o la expresión), también los hay (la mayoría) que son más bien neutros. Nadie te puede asegurar que no va a ser precisamente la hembra la que resulta dominante en la transmisión de sus propios defectos o virtudes en vez del semental famoso. En realidad, la madre contribuye más que el padre en lo que van a ser sus hijos, porque además de aportar el cincuenta por ciento de los genes, también aporta la salud y el «ambiente» en el que el cachorro crecerá. Al seguir la trayectoria de todos los criaderos famosos tales como aquellos mencionados en otra sección de este libro, podemos observar que todos ellos han tenido la suerte de contar con una hembra «dominante» como base. Esta hembra, que no siempre es la que más ha ganado en las exposiciones, es la que ha proporcionado el éxito por la excelente calidad constante de sus hijos (contando, claro está, con que su propietario haya tenido el acierto de elegir los machos más apropiados para ella, que tampoco necesariamente han sido los máximos ganadores o perros «de moda»...). Como dice Gruenig: «Tanto el macho como la hembra deben ser evaluados según lo que pueden contribuir a la raza y el criador que atribuye el poder hereditario a un solo sexo se hace daño a sí mismo y ala raza». Como norma, hasta que no tengas un conocimiento exhaustivo de la línea de donde procede cada ejemplar, es mejor usar un macho que ya haya tenido hijos con varias hembras distintas. Así el criador novel podrá observar cómo son los hijos de ese perro con todas esas hembras, y qué características tienen

en común (características, por lo tanto, para las que parece que él es «dominante»). Si nuestra hembra tiene una mala grupa y vemos que el macho en que estamos interesados transmite malas grupas a pesar de tener una buena grupa él mismo, más nos vale buscar otro, pues de lo contrario un buen porcentaje de nuestros cachorros tendrán una mala grupa... También sería conveniente, antes de lanzarnos a criar, que nos preocupáramos de adquirir unas nociones básicas de la genética y de las leyes de Mendel. Todavía hay quien cree que al cruzar un macho alto con una hembra baja, todos los cachorros saldrán de tamaño mediano; que si el macho tiene ojos oscuros y nuestra hembra ojos claros, que todos los cachorros tendrán ojos medianamente oscuros; que si el macho es corto de espalda y nuestra hembra larga, que todos serán «medianamente cortos»; que si el macho tiene una angulación delantera exagerada y la hembra es demasiado recta, que todos los cachorros saldrán con una angulación mediana... Esto no es así en absoluto. ¿O acaso también creen, si el macho es negro y la hembra marrón, que los cachorros van a salir a rayas? Siempre hay que usar «lo mejor» y así, generación tras generación, el defecto se irá haciendo cada vez más recesivo hasta que desaparezca del todo. Con ello se da a entender que da lo mismo que la hembra sea alta o baja; hay que buscarle un macho de tamaño óptimo y que además lo suele transmitir. Da lo mismo que la hembra tenga la angulación delantera normal, recta o sobreangulada; hay que buscarle un macho cuya angulación es la correcta y que suele transmitir esa angulación correcta. Evidentemente ésta no es una tarea fácil. No hay ningún perro ni perra perfectos, y mientras se busca el complemento ideal a la perra por ejemplo en la forma de la cabeza, hay que vigilar que ese macho de la cabeza «idónea» no vaya a introducir otros defectos «peores» en otra parte... Y no olvidemos el carácter, pues como ya se ha dicho, un perro bello pero de mal carácter no es un buen ejemplar de la raza. Si no estás dispuesto a intentar conseguir buenos conocimientos mediante la observación personal aguda y seria, lo que muchas veces implica tener que viajar, lápiz y bloc en mano, a los certámenes más importantes de la raza, y si padeces de «ceguera ante los defectos de tu querida hembra», más vale olvidarse de criar y dejarlo en manos de aquellos realmente aficionados o entendidos que sí están dispuestos a hacerlo por el bien del Dobermann. EL APAREAMIENTO

Hay que recordar que nunca es recomendable hacer criar a una hembra Dobermann antes del segundo celo, y que normalmente es mejor esperar hasta el tercero o cuarto. Por otra parte, no es aconsejable hacer una primera camada con una perra que tenga más de cuatro o cinco años. Además, no debes permitir que tu hembra tenga más de una camada al año porque un embarazo y crianza significan un gran desgaste para ella y los cachorros de una madre que no esté totalmente recuperada de un parto anterior nunca salen bien (en algún caso donde ha habido sólo uno o dos cachorros esto podría no ser aplicable, pero estos casos son poco frecuentes...). Uno de los factores esenciales antes de cubrir a una hembra es el de asegurarse de que está perfectamente sana; si tuviera cualquier enfermedad o simplemente no estuviera en plena forma, hay que dejarlo pasar hasta que esté recuperada. Obligar a una perra que no esté en buenas condiciones a soportar un embarazo y la consiguiente crianza representaría un desgaste y el subsiguiente empeoramiento para su salud; los cachorros serían débiles y no gozarían de buena salud en el futuro. Una vez hayamos estudiado el potencial de todos los machos disponibles y después de haber decidido cuál de ellos queremos que sea el padre de los cachorros, hay que ponerse en contacto con su propietario para llegar a un acuerdo. Es ahora cuando hay que especificar la fecha aproximada en que la hembra entrará en celo (es aconsejable avisar por lo menos con un mes de antelación), el precio de los servicios del semental, los certificados que vamos a necesitar para poder registrar la camada, qué pasaría si la hembra quedara vacía, etc. etc... Las sociedades caninas pueden proporcionar información acerca de los trámites necesarios.

Campeón de España ORION DE GRIFEU.

Ante todo quisiéramos reflexionar sobre un punto que no todo el mundo llega a entender. Como ya se comentó en la sección de la evolución de la raza, para que un macho llegue a ser un semental importante, su dueño ha tenido que hacer una gran inversión tanto en dinero como en tiempo en su

«promoción» y en su carrera. Muchos de los perros importantes de hoy en día han sido presentados en más de un centenar de exposiciones en toda Europa; han tenido que pasar una serie de pruebas de trabajo y de carácter; a veces han sido el objeto de una cuidadosa «campaña publicitaria». Todo esto cuesta mucho dinero y ocupa mucho tiempo, y es justo que el dueño recupere algo de lo que ha gastado mediante los servicios de semental de su macho, pues casi todos los criadores aficionados a la raza Dobermann no «viven de los perros» como mucha gente suele pensar, sino que tienen sus ocupaciones profesionales gracias a las cuales pueden mantener a sus perros y costear su afición. Una vez la hembra haya entrado en celo, hay que avisar al dueño del macho del día aproximado que pensamos llegar a su casa para efectuar la monta. Aquí insistiría en que si bien «lo normal» es que las hembras estén a punto entre el décimo y decimocuarto día a partir de la primera gota de sangre, todas las perras son distintas y la única forma de saber con certeza los días más fértiles, y por lo tanto apropiados para la monta, es mediante una citología (un examen microscópico del moco cervical) o mediante un «test» del nivel de progesterona en sangre. Posiblemente una de las cosas que más choque al dueño de la hembra es la forma en que el apareamiento tiene lugar. No es en absoluto como se ve «por la calle» con los perros sueltos y a su aire —o por lo menos no debería serlo... Hay que pensar que un buen semental es un elemento importante para la raza y de gran valor para el propietario, y que por lo tanto no se puede permitir que tenga una «mala experiencia» con una hembra que le muerda o que sea agresiva. Ya podemos olvidamos de cualquier «romanticismo» en el asunto— tanto el macho como la hembra (siempre que ésta esté en su día apropiado) prefieren ir al grano; algunos dueños permitirán ciertos «preámbulos amistosos» pero no todos y realmente no son necesarios. El método usado por la mayoría de los propietarios de los machos consiste en poner un bozal suave a la hembra, incluso antes de que el macho entre en el recinto. La hembra debe llevar un collar de cuero, no corredizo, y su dueño debe poder sujetarla bien para que no brinque cuando el macho se le acerque por detrás. (Hay dueños de machos que dudan, y con razón, de la competencia del dueño en sujetar a su hembra debidamente y prefieren sujetarla ellos mismos.) Si la hembra está a punto, un macho experimentado la montará en cuestión de una par de minutos; uno más joven o menos experimentado

puede tardar bastante más, ante nuestro desespero al ver que la perra parece no interesarle. Si el perro realmente no quiere saber nada de la perra, no hay más remedio que abandonar el intento y volver al día siguiente (o al otro, o al otro...) Si él quiere pero ella no (y sabemos por las pruebas que está a punto), hay que sujetarla mejor para que no pueda moverse ni morder a nadie. Una vez el macho haya montado, se formará el nudo; su dueño normalmente le ayudará a dar la vuelta para evitar cualquier tirón. Los perros así enganchados han de quedarse quietos el tiempo que dure la erección, que puede variar entre unos diez minutos y tres cuartos de hora. Durante todo este tiempo el dueño de la hembra ha de sujetarla firmemente para que no pueda moverse, pues podría hacerse daño a sí misma y al macho. Lo más cómodo es sentarse en una silla baja prevista para estos menesteres, acariciando a la perra y colocando una rodilla por debajo de ella para que no pueda sentarse. A menudo se usa también una correa para sujetar los muslos del macho y de la hembra juntos. Una vez el «servicio» haya concluido, es conveniente llevar a la perra directamente al coche (sin permitirle orinar) mientras los dueños se ocupan del papeleo (firmando el certificado de salto y hoja de registro de la camada, pagando el importe convenido, etc.) quedando de acuerdo para repetir la monta al cabo de unas 48 horas (si es que anteriormente así se ha convenido, pues algunos dueños de perros famosos que montan muy a menudo o que ya son mayores sólo permiten una sola monta). El «servicio» suele abonarse en la primera monta, momento en que se firman los papeles. Es práctica habitual que si la perra queda vacía, el macho repite el servicio gratuitamente en el celo siguiente. De todas formas debe quedar claro que éste es uno de los puntos que se han de concretar individualmente, pues no es ninguna «ley» en el sentido de que el dueño de un macho tenga que permitirlo sino que es una cortesía por su parte y algo que debería acordarse de antemano.

EL EMBARAZO Y PREPARACION PARA EL PARTO

Es conveniente desparasitar a la perra antes de que entre en celo y al mismo tiempo acostumbrarla poco a poco —si es que hiciera falta— a una alimentación lo más natural posible con la que durante el embarazo será más fácil evitar cualquier estreñimiento y al mismo tiempo permitir una digestión fácil. También hay que comprobar, con la debida antelación, que sus vacunas están al día. Hay diferentes opiniones sobre las reglas a seguir en cuanto a las vacunas. Algunos veterinarios y criadores creen que es mejor dar un refuerzo a las vacunas habituales (tos de perrera, parvovirosis, moquillo, hepatitis y leptospirosis) alrededor de un mes antes de que la perra vaya a entrar en celo. Otros creen que es más recomendable que la perra esté vacunada desde hace ocho o nueve meses pues de esta forma tiene los anticuerpos suficientes para protegerla a ella y a los cachorros en las primeras semanas de vida pero no demasiado potentes como para eliminar los efectos de las primeras vacunas que se dan a los cachorros, con lo que éstos quedan mejor protegidos. En este segundo sistema, la revacunación periódica de la madre se hace al mismo

tiempo que la primera vacunación de los cachorros una vez estos estén totalmente destetados. Durante las primeras tres semanas del embarazo hay que tener mucho cuidado en no administrar a la perra ningún medicamento, vacuna etc. que pudiera dañar a los fetos; siempre hay que consultar con el veterinario antes de darle cualquier cosa. Normalmente se añaden unos suplementos vitamínicos a la dieta uno o dos meses antes de la cubrición, según el tipo de alimentación a la que esté habituada, y éstos suelen darse hasta terminado el período de lactancia. Por otra parte hay que seguir con una alimentación de excelente calidad, pero sin aumentar la cantidad, y procurar que la perra siga haciendo su ejercicio normal pero sin exageración, evitando en todo caso que haga saltos o cualquier otro tipo de ejercicio violento que podría resultar contraproducente. No es hasta pasados unos quince días desde la fertilización que los futuros fetos se implantan en las paredes uterinas, y durante las primeras cuatro o cinco semanas del embarazo son pocos los cambios que pueden observarse en la hembra. Si la clínica veterinaria dispone de las instalaciones necesarias para ello, a partir de la tercera semana de la monta puede hacerse una ecografía que confirmará o desmentirá el embarazo, pero si no es así, una de las primeras indicaciones de que haya podido quedar preñada, es que la hembra se vuelve aún más cariñosa y mimosa y tal vez puede observarse que los pezones estén un poco más abultados y adopten un tono algo más rosado. La ecografía es útil no sólo para saber si la hembra está preñada (dato interesante si se trata de una perra de trabajo o de exposición pues así se sabe con certeza si pueden programar sus actividades —y también las del dueño— para el futuro inmediato) sino porque también indica aproximadamente cuantos cachorros puede haber. Este es un dato vital, pues la alimentación apropiada depende en gran medida de ello. Una camada de dobermanns puede variar entre uno y trece cachorros: si la hembra sólo lleva un par de cachorros, una alimentación demasiado copiosa podría provocar un engorde intrauterino excesivo de esos cachorros, lo que dificultaría el parto; una alimentación más bien comedida sería insuficiente en el caso de una camada grande, y conduciría a que la perra gastara todas sus reservas en el crecimiento de los futuros cachorros (con la subsiguiente pobre calidad de la leche) y que éstos nacieran bajos de peso y débiles.

Las hembras preñadas requieren unos suplementos vitamínicos y mucho cariño. A las cinco o seis semanas el estado de preñez es evidente; en la hembra Dobermann, lo primero que se ve es un ensanchamiento y un aumento de volumen en la zona de las costillas Ahora hay que aumentar, poco a poco, la cantidad de comida y repartirla en dos comidas. (Aquí añadiríamos que somos partidarias de que el Dobermann adulto, macho o hembra, coma dos veces al día; eso es algo que no todo el mundo hace en la vida normal, pero para una hembra gestante es esencial repartir la ración diaria y pueden ser necesarias no dos sino incluso tres comidas diarias en los últimos días.) Para calcular la fecha del parto, lo normal es contar 63 días desde el día de la primera monta. (Esto puede variar entre un mínimo de 58 días hasta un máximo de 70 pero ambos son extremos que no suelen producirse.) Unos quince días antes de la fecha calculada para el nacimiento de los cachorros, hay que preparar la habitación y es conveniente acostumbrar a la hembra a pasar algunos ratos durante el día descansando allí.

SEÑALES DE QUE EL PARTO SE APROXIMA:

1. El tacto Entre la séptima y octava semana, con la perra echada a tu lado, deja una mano suavemente y sin apretar en absoluto sobre su flanco en la zona del vientre. Es muy posible que en un momento dado puedas notar como un cachorro gira sobre sí mismo; conforme pasen los días, estos giros se hacen cada vez más fuertes e incluso unos pocos días antes del parto es posible verificar cómo «algo se mueve» sólo con mirar. 2. La temperatura Una semana antes de la fecha prevista tomamos la temperatura rectal de la perra dos veces al día, apuntando los resultados cada vez. La temperatura normal en los perros es de 38,5° pero una semana antes del parto empieza a subir y bajar irregularmente (pero siempre con tendencia a la baja). Estos cambios se deben a unas alteraciones hormonales y nos avisan que «todo va bien». Esta temperatura irá oscilando entre 37,5 y 38,0, luego entre 37,0 y 37,5, a veces hay algún pico a 38,5 de nuevo, luego tal vez baja entre 36,5 y 37,0... —Cuando se aprecia un nivel de 37,0 o menos durante dos lecturas seguidas, es probable que el parto sea inminente—. De todas formas, no hay que fiarse, pues puede llegar a bajar hasta 35,8 en algunas hembras. Lo que sí debe vigilarse es que, llegada la fecha prevista, la temperatura no suba hasta los 39,0° en ningún caso, pues esto podría ser indicativo de una infección a causa de algún feto muerto, etc. y es preciso ponerse en contacto con el veterinario quien es el único calificado para decidir si es necesario proceder a una inducción del parto o cesárea o si se puede esperar a que todo siga su curso normal. 3. El volumen Unos cuatro o cinco días antes del parto, la perra dará la impresión de haber «adelgazado». Se quedan los flancos algo «hundidos», quedan marcadas

todas las vértebras en la espalda, y se podrá comprobar que el vientre baja porque los cachorros se sitúan más en esta zona que en la de las costillas tal como ocurría durante las semanas anteriores. 4. La vulva Unos días antes del parto, la vulva se ensancha y se vuelve más blanda, más caída, e incluso podrá apreciarse un flujo pegajoso de color claro, transparente. Cuando faltan pocas horas para el parto, este flujo suele volverse más amarillento, y la perra empieza a interesarse mucho por esta zona, lamiéndose a menudo entre miradas tristes como si «reprochara» a su dueño el haberla metido en este lío. 5. El apetito Es habitual —pero no infalible— que una Dobermann deje sin tocar sus últimas dos o tres comidas antes del parto, o tal vez sólo querrá un poquito de lo que más le guste. Si realmente sólo faltan un par de días según nuestros cálculos, no hace falta insistir en que coma, pero si aún le faltase una semana o dos es esencial alimentarla debidamente. No es nada conveniente recurrir únicamente a sus «caprichos», por ejemplo todo pollo o todo carne; hay que asegurar un cierto equilibrio en la dieta, pues de lo contrario podría llegar a estar estreñida y esto no es bueno. De todas formas, es lógico que no quiera llenarse de arroz o pienso, y por lo tanto habrá que dividir la comida en raciones más pequeñas y apetitosas o incluso darle la comida adecuada con cuchara. 6. La sed Cuando les faltan pocas horas para parir, casi todas las perras se ponen a beber desaforadamente. Esto parece ser una herencia de los lobos, pues en la naturaleza las madres nunca abandonan una camada recién nacida para ir en busca de agua sino que beben una gran cantidad de ella antes de parir para no tener que hacerlo después. 7. El escarbar Aunque ya tenemos un cuarto perfectamente preparado para los

acontecimientos, es posible que la futura madre opine que no es allí donde a ella le parece oportuno parir sino en otro rincón más a su gusto. Si vive en una casa con jardín, probablemente buscará un sitio protegido —debajo de un árbol, o tal vez un rincón semicubierto detrás del garaje... Unas escarban siempre en un mismo sitio mientras que otras van de un lado a otro buscando el «lugar idóneo». Si vive en un piso, posiblemente opinará que el fondo del armario entre los zapatos —o tal vez la cama de algún miembro de la familia — sea el mejor lugar. Es allí donde se pondrá a escarbar, y si bien en el jardín no importa tanto, es muy aconsejable vigilar lo que vaya haciendo por la casa... Algunas hembras empiezan a escarbar un par de semanas antes de que les toque parir, mientras que otras no lo harán hasta un día o dos antes y hay otras que no lo hacen en absoluto. No hay que castigar a la perra por escarbar, sea donde sea, pues ésta es una función totalmente natural e instintiva y es el comportamiento normal de los animales en libertad, sobre todo de los lobos: buscar un sitio adecuado y hacer un nido en la tierra para que quede bien protegido contra los depredadores que podrían amenazar a sus cachorros. 8. La defecación Unas 24 horas antes de parir la perra empezará a defecar muy a menudo y en pocas cantidades e incluso con un poco de moco. Es la forma natural para ella de «limpiar» el tracto digestivo y asegurarse que no tendrá que abandonar el nido los primeros días, después de haber parido.

EL LUGAR APROPIADO PARA EL PARTO

Sería muy pretencioso por nuestra parte decir que el cuarto o lugar idóneo para el parto o para los cachorros tiene que ser de una u otra forma, pues evidentemente todo el mundo tiene su propia idea de lo que podría servir, o tiene su montaje organizado o bien ha de adaptarse a unas circunstancias determinadas... Por lo tanto esta sección lo que pretende ofrecer son simplemente unas guías para aquel que no ha pasado nunca por estos trances, en el intento de evitar que se equivoque de alguna manera como todos nos hemos equivocado en un momento dado. Lo que en esta sección exponemos corresponde pues a lo que nosotras hacemos y a como en «Grifeu» lo tenemos montado y a lo que a nosotras nos ha ido bien, sin querer decir que esto necesariamente sea «lo mejor». Construcción de la caja paridera

El cuarto es de unos 4 × 3 metros; está situado justo al lado del comedor y tiene dos ventanas hacia el exterior. Las paredes están forradas hasta un metro de altura con madera blanca plastificada; nosotras cambiamos la situación de un par de enchufes que había al nivel del suelo para colocarlos a una altura que los perros no puedan llegar. Colocamos una guía de madera en la pared a cada lado del cuarto para poder encajar una «valla» de unos 70 cms. de alto. Si bien al principio no es necesario instalar esta valla, porque la madre y los cachorros siempre están en la caja, cuando la camada tiene unos veinte días podemos separar así una zona para los cachorritos y otra para

poder entrar y salir sin que ellos lleguen a la puerta con lo que se evita que lo ensucien todo y disponer de un espacio libre donde poder colocar una mesa para depositar los soportes para los comederos, los frascos de vitaminas, la balanza, un bloc y lápiz, y todo lo que en un momento dado se puede necesitar. Nuestra caja paridera para una Dobermann es de madera y mide alrededor de un metro por un metro; tres de las paredes tienen una altura de unos 70 cms. mientras que la otra está compuesta de tres listones individuales que se encajan entre sí. El suelo es una tabla de madera que se apoya en el marco inferior de las paredes y en un travesaño central; así queda levantado del suelo. Para el momento del parto en sí, es conveniente dejar la cuarta pared sin montar para tener un acceso más fácil a la hembra en caso de tener que ayudarla. También es una buena idea colocar varios cartones en el fondo de la caja, y unos trapos viejos (pero limpios) para que pueda rascar y romperlos a su gusto en los últimos momentos, antes de parir. Si el suelo resulta resbaladizo, puede colocarse una pieza de goma de la misma medida que la caja en el fondo, debajo de los cartones.

Una madre Dobermann en la caja paridera equipada con colchón y protector Aunque durante el curso del parto se van retirando los trapos que se han ensuciado para que los cachorros no estén mojados, es cuando el parto ha

finalizado que hay que quitar todos los trapos y cartones. Es entonces cuando se coloca un par de listones de la cuarta pared, el colchón y el «protector». En la naturaleza, las madres hacen un hoyo en la tierra que, evidentemente, no tiene un fondo «plano» sino redondeado y que es menos duro que un suelo de madera. La gran ventaja de este hoyo es que los cachorros siempre «ruedan» hacia el centro, y la madre así no se pone nerviosa porque algún cachorro se le haya ido demasiado lejos. Un «hoyo confortable» puede conseguirse artificialmente con un colchón de espuma de unos 15 cms. de grosor y del mismo tamaño que la caja paridera, cortando parte de la espuma con unas tijeras (pero sin llegar a agujerearlo del todo) para crear un hoyo en el centro. Este colchón se forra con una tela fuerte (como lona) y lo colocamos en el fondo de la caja. Se pone una manta encima del colchón y se cubre todo con una vieja sábana blanca (decimos blanca porque así puede verse enseguida si el color del flujo de la madre cambia de tono o si los cachorros tienen diarrea....) Si se cambia la sábana por lo menos dos veces al día, y la manta en cuanto esté húmeda, y se va dando la vuelta al colchón, éste y su funda aguantarán todo el tiempo necesario para esta camada y luego se pueden lavar y guardar para la próxima vez. El protector se forma con cuatro listones planos de unos 10 cms. de ancho colocados para hacer un recuadro del mismo tamaño que la parte interior de la caja. Se pone un pie de unos 20 cms. en cada esquina del recuadro para que encaje perfectamente y se coloca esta armadura encima del colchón, haciendo sitio con la mano para que los pies lleguen al suelo de la caja. La ventaja del protector es que la madre, al echarse, y sobre todo después del parto cuando está cansada, no se recuesta contra la pared de la caja sino contra el saliente del protector, y se evita que pueda chafar cualquier cachorro pequeño que se hubiera extraviado detrás de ella. (Ver dibujos). Pasamos, pues, revista a lo que se necesita para el cuarto: —La paridera, con su colchón y protector para la madre y los recién nacidos. —Un termómetro, colgado en la pared de la paridera, para controlar la temperatura en la zona donde están los cachorros, pues es vital que durante los primeros 5 o 6 días se les mantenga a una temperatura de unos 27-28 grados aproximadamente. —Una estufa eléctrica u otra forma de calefacción que no sea de gas (preferiblemente con termostato, o si no con el debido control personal). —Un buen acopio de sábanas viejas (preferiblemente blancas como ya

hemos indicado). —Un buen montón de trapos para el parto incluyendo unos trozos de toalla para poder secar los cachorros cuando nazcan y también para colocarlos debajo de la vulva de la madre durante el parto para empapar el líquido amniótico. —Una balanza tipo romana; lo más práctico es quitar una de las bandejas, sustituyéndola por una caja pequeña (una caja como las que te dan cuando compras zapatos para los niños) que se acopla fuertemente en su sitio con alambre. Hay que tener un juego de pesas que cubran desde los 10 gramos hasta los 4 kgs. para seguir el crecimiento de los cachorros hasta que tengan por lo menos un mes de edad. —Una lámpara (de 100 W.) para ver bien lo que pasa durante el parto, y una luz muy tenue para vigilar por la noche. —Un reloj, un bloc, un bolígrafo, una bolsa de basura, una bolsa de agua caliente... y todo aquello que creas que pueda ser necesario... café, cigarrillos, paciencia, etc... Por otra parte, y como la caja en sí no ocupa todo el cuarto, siempre instalamos un sofá-cama y una de nosotras duerme allí desde una semana antes de la fecha prevista para el parto y una semana después de que los cachorros hayan nacido para estar seguras que «no pasa nada». También es conveniente disponer de todos los medicamentos que pudieran hacer falta en un momento dado durante el parto y después —no hay nada más desesperante que descubrir que algo hace falta con urgencia a una hora en que todas las farmacias más cercanas están cerradas—. El veterinario podrá informarte de los productos que posiblemente podrían hacer falta. Pero recuerda que, para la salud de la madre y de los cachorros, nunca debes utilizar un medicamento sin el debido visto bueno previo por parte de alguien que realmente sepa cómo usarlo y teniendo muy en cuenta las posibles consecuencias de ello y los efectos secundarios.

EL PARTO

Gomo el parto puede comenzar en cualquier momento a partir de los cincuenta y ocho días de la primera monta, es importante que a partir de esta fecha no perdamos de vista a la futura mamá, sobre todo si ya se observa alguno de los síntomas indicados en la sección «preparación para el parto». Una hembra primeriza puede asustarse ante la aparición del primer cachorro y en el peor de los casos podría intentar enterrarlo. Aunque esto no es común, lo más probable es que no sepa cuidarlo debidamente, y son muchos los cachorros que, por ser los primeros en nacer, han muerto por falta de una buena vigilancia de la madre en el momento preciso. El primer paso del desenlace del parto es la dilatación de la cerviz, normalmente acompañada de unas contracciones flojas de encajamiento. Este es el momento de encender la calefacción en la habitación y trasladarse allí con la hembra para evitar que ésta vaya a dejar el primer cachorro en el sofá... Este proceso puede durar entre diez minutos y dos o tres horas, y la perra estará nerviosa; probablemente se dedicará a romper los trapos en la caja y querrá salir a orinar y/o defecar cada pocos minutos, y hay que acompañarla en estas excursiones. Las contracciones se van haciendo cada vez más fuertes para conducir al primer cachorro hasta la posición para ser expulsado; la hembra estará muy pendiente de sus cuartos traseros. Cuando un cachorro está a punto de nacer, se produce una gran hinchazón de la zona entre el ano y la vulva; pocos segundos después, el cachorros llegará. Los pequeños normalmente nacen de cabeza, todavía envueltos en la bolsa y unidos mediante el cordón umbilical a la placenta que sale inmediatamente detrás del cachorro. Frecuentemente nacen con los cuartos traseros por delante, y si bien esto es muy normal, no deja de representar algún peligro para el cachorro porque si se rompiera la bolsa antes de tiempo, el cachorro podría ahogarse en el líquido amniótico antes de salir. Una madre experta empezará a lamer al cachorro para quitar la bolsa; después romperá el cordón con los dientes y comerá la placenta; luego lamerá al cachorro vigorosamente para hacerlo respirar y secarlo, y a continuación lo guiará con la pata y el morro hacia el cuerpo para que pueda empezar a

mamar. (O bien será el cachorro el que busque el camino hacia la teta.) Una madre inexperta podría limitarse a ponerse lo más lejos posible de «aquella cosa», y entonces es imprescindible intervenir. De hecho, hay criadores que prefieren intervenir de todos modos, ayudando a la perra en cada paso, pues evitan así cualquier peligro para el cachorro. De todos modos, y para quienes ésta es una experiencia nueva, recuerda que no hay que «agobiar» a la hembra con nuestra intervención. Según el número de cachorros, el parto suele durar varias horas (una camada de diez cachorros puede durar fácilmente diez o doce horas o más) y el tiempo que pasa entre el nacimiento de un cachorro y otro puede variar entre los cinco minutos y las dos o tres horas. Hay que tener en cuenta que los cachorros están situados en fila india a lo largo de los dos cuernos uterinos, y que es con las contracciones que van bajando hacia la vulva. Esto significa que muchas de las contracciones no son para «expulsar» un cachorro sino para el lento proceso de hacerlos bajar. Es frecuente que nazcan dos cachorros casi seguidos (uno de cada cuerno) y que luego se produzca una larga pausa hasta que aparezca el siguiente. En estas pausas es útil sacar a la perra a dar un paseo cortito por el jardín o por la casa (vigilando que no pierda ningún cachorro en el camino...) pues esto suele estimular las próximas contracciones y se evita que las patas le queden entumecidas por estar tanto tiempo en la misma posición en la caja. Estas pausas naturales también pueden aprovecharse para ofrecerle algo de beber que al mismo tiempo le tonifica ante el esfuerzo que está realizando. Una «receta» que hemos visto que suele gustar a todas es un poco de leche tibia con una yema y una cucharadita de miel. Una de las cosas más elementales en el parto es que haya calma en la casa, y que no haya gente entrando y saliendo del cuarto ni niños ni personas extrañas, pues todo ello podría preocupar a la perra e incluso llevarla a «demorar» las contracciones por considerar que el ambiente es inadecuado, con el consiguiente peligro para ella y para los cachorros. Es precisamente por la tranquilidad que suele reinar en la casa y en la calle que la mayoría de las perras elige —si, elige— parir de noche. El parto no debe contemplarse como una «clase de biología para los niños», y el dueño debe tomar las medidas necesarias para asegurar que nadie moleste a la perra en esos momentos cuando el instinto materno animal es más fuerte que en cualquier otra circunstancia. Hay una serie de posibilidades, que, pese a no ser «anormales», sí son

motivo de preocupación y que a veces requieren la ayuda de alguien experimentado en estos trances. Por esta razón, es conveniente que la persona que va a echarte una mano esté avisada de la proximidad del parto con el fin de poder localizarla en caso de necesitar su ayuda en cualquier momento. Algunos «problemas» son fáciles de resolver por uno mismo con una intervención a tiempo sin mayores consecuencias. Por ejemplo, si el cachorro nace con el cordón, con o sin la placenta, y la perra se niega a ocuparse de él, lo primero que hay que hacer es quitar la bolsa por la parte de la cabeza del cachorro y sujetar al cachorro con la cabeza hacia abajo para que «drene» cualquier líquido que tenga en la tráquea. Luego, teniendo cuidado de no tirar para no causar ninguna hernia, se corta el cordón a unos dos centímetros del cachorro con unas tijeras debidamente esterilizadas, pinzándolo fuertemente entre el dedo índice y pulgar unos segundos para que deje de sangrar.

Para nosotras, lo primordial es que un cachorro llore, como prueba de que ya respira, y muchas veces optamos por intervenir enseguida, incluso con madres expertas que se ocupan de todo. Tan pronto esté cortado el cordón, sujetamos el cachorro con la cabeza hacia abajo y empezamos a frotarlo

vigorosamente con una toalla hasta que llore. Si tarda, puedes hacer una succión boca a boca para desatascar los pulmones. Cada vez que nazca un cachorro, y tan pronto esté seco, hay que pesarlo, anotando la hora de nacimiento, el peso exacto, el sexo y color. Es conveniente esperar a que la madre esté entretenida con otro cachorro acabado de nacer, en vez de «quitárselo» tan pronto nazca, ya que ella querrá ocuparse de él en esos momentos. De esta forma podemos llevar un buen control sobre el ritmo de los nacimientos y podremos seguir la evolución del crecimiento de cada cachorro más adelante. También creemos que es importante que el cachorro empiece a mamar lo antes posible, y tan pronto haya llorado y esté seco nosotras lo colocamos pegado al cuerpo de la madre e incluso le ayudamos a encontrar el pezón. A veces la madre muestra «demasiado interés» en un cachorro, y entonces lo sujetamos en el pezón para que la madre, con sus fuertes lametones, no lo desplace hasta que no haya mamado. Hemos podido observar que las contracciones suelen venir con más fuerza cuando los cachorros maman. Otro detalle que no hay que descuidar es el control de las placentas; a cada cachorro le corresponde una placenta, y si alguna se queda dentro de la matriz puede causar una infección al cabo de un par de días (por esta razón somos partidarias de hacer una ecografía al día siguiente del parto para estar seguras de que no queda ningún feto, lo que sería muy problemático, ni placenta). Por lo tanto, hay que contar las placentas —que no siempre es fácil porque las madres son muy rápidas en comérselas—. De todas formas, nunca permitimos que una madre coma más de dos o tres placentas (y alguna que podría salir después del parto en sí), pues una hembra de casa no es como las lobas en estado salvaje donde tienen que hacerlo para «limpiar» el nido y para hacer acopio de proteínas. Los primeros días, después del parto, las hembras suelen tener las deposiciones muy oscuras y líquidas (por la sangre) de lamerse continuamente y si además se les permitiera comer todas las placentas, esta situación podría prolongarse. Si bien es difícil precisar el momento en que el parto va a comenzar, más difícil todavía es saber cuándo ha acabado, Lo único que se puede hacer (ecografía aparte...) es «esperar». Si la perra tiene un aire más relajado tras haber parido un buen número de cachorros, y si al cabo de un par de horas no ha habido más contracciones, es probable que ya no quede ninguno por nacer (lo que no elimina la posibilidad de que alguno se haya quedado todavía muy arriba y que no lo vaya a parir hasta varias horas después...) Si esperamos un

poco más y vemos que todo sigue igual, será cuestión de limpiar el nido, quitando todos los trapos manchados y mojados y colocando el colchón en su sitio. Nosotras ponemos una manta vieja pero limpia encima. Siempre es mejor que sean dos personas —una para darle un paseo a la perra para que no se ponga nerviosa mientras que la otra hace la limpieza. Una cosa muy útil, es tener en el cuarto una caja de cartón o cubeta de plástico para poder separar los cachorros de la madre en un momento dado. En un parto difícil, la madre puede optar por parir de pie (en cuyo caso hay que ir con las manos detrás de ella para evitar que el cachorro caiga al suelo pues el golpe podría dañarle seriamente la cabeza), y al mismo tiempo podría pisar a los cachorros ya nacidos si no los apartáramos a tiempo. Cuando el parto empieza, ponemos una bolsa de agua caliente en el fondo de la caja/cubeta y luego una toalla; cambiamos el agua cada dos o tres horas para que la toalla nunca esté fría, y ponemos a los cachorros allí cada vez que es necesario separarlos de la madre (pero siempre colocando esta cajita dentro de la caja paridera para que la madre pueda verlos) o, si ésta sale fuera, para poder hacer la limpieza etc. manteniéndose así los cachorritos calientes y tapados. Dos o tres horas más tarde, cuando creemos que todo ha acabado, sacamos otra vez a la mamá para que se mueva (posiblemente querrá hacer pipí, y en todo caso esto es útil para activar la eliminación de cualquier cachorro o placenta retenida); realmente hay que sacarla a la fuerza pues no quiere separarse de sus cachorritos —y entonces volvemos a limpiar, quitando todos cartones y la manta y colocando el colchón forrado y el protector—. De todas formas, conviene poner una manta gruesa en la zona donde ella va a recostarse por si nace alguno más y para evitar que moje tanto la sábana y el colchón en esta zona —de hecho esto lo hacemos durante un par de días—. Es también el momento de subir la cuarta pared de la paridera al nivel del protector, pues ya no se necesita tener ese acceso tan a ras de suelo que se requiere para poder ayudar en el momento del parto. Con ello, y con la ecografía que hacemos al día siguiente, damos el parto por finalizado. Ahora limpiamos bien —y hemos visto que a las madres esto les gusta— los cuartos traseros de la madre con agua tibia y jabón para quitar totalmente la sangre seca; luego la secamos bien con una toalla. De todas formas, una de las dos se queda a dormir en la habitación, con una luz muy tenue, pues siempre cabe la posibilidad de que nazca otro cachorro inesperado o que la perra elimine alguna placenta retenida, o que algún

cachorro llore sin que la madre se despierte—

EL POSTPARTO: CUIDADO DE LOS RECIEN NACIDOS

Como algo fundamental del postparto y cuidado de los cachorros, quisiéramos hacer una observación acerca de la luz, la temperatura y la ventilación. Las perras no necesitan luz durante la noche para ocuparse de sus cachorros y de hecho si dejas una luz encendida todo el tiempo la hembra puede ponerse nerviosa. Hay que procurar conseguir un ciclo de luz natural, y pasada la primera noche es bastante con tener una lámpara cerca para poderla encender si oyes algo «anormal» mientras duermes en el cuarto. La temperatura ambiente debe mantenerse a unos 27 grados, de forma constante, durante la primera semana, si bien luego puede bajarse a unos 22 grados; esto significa tener calefacción artificial con un termostato. La razón de tener un termómetro colocado en la pared de la paridera misma es para comprobar la temperatura allí donde están los cachorros, pues la habitación podría estar a 27 grados en alguna parte y en la paridera incluso a 30 grados o a menos de los 27 recomendables. Si la temperatura en la caja es demasiado alta, la madre jadea y puede optar por dejar a los cachorros solos, o éstos podrían

desparramarse por toda la caja, con lo que la madre se pondría nerviosa. Si la temperatura es demasiado baja, los cachorros podrían morir por hipotermia ya que al principio no generan calor por sí mismos. Hay que ser muy estrictos en el control de la temperatura... Cada día el cuarto se ha de ventilar bien, y el mejor sistema es el de aprovechar el momento en que sacamos a la madre a pasear para cambiar la sábana para abrir la ventana de par en par unos minutos (colocando los cachorros previamente en la cajita/cubeta y tapando ésta con un trapo.) En pleno invierno, solemos montar una especie de «tejado» que cubre la mitad de la caja en la parte de atrás; esto evita que el calor se pierda. Por otra parte, a las madres suele gustarles estar «protegidas», pero hay que poner este «tejado» con un poco de sentido común, pues si tapas la caja demasiado la perra se sentiría atrapada y además tendría un calor excesivo, con lo que podría optar por no meterse... Otro factor a tomar muy en serio es el de la tranquilidad; en «Grifeu» no recibimos absolutamente ninguna vista, ni siquiera de nuestros familiares, durante los primeros quince días después de un parto para evitar que la madre pudiera ponerse vigilante ante cualquier visita y posiblemente pisar a algún cachorro. Esta tranquilidad para la madre debe respetarse siempre, y si bien en una casa donde hay varias personas no hay razón alguna de prohibir que todos los miembros de la familia vean a la madre y sus cachorros, es imprescindible que se prohíba un continuo entrar y salir en la habitación. Tampoco se debe consentir que toquen a los cachorros, para evitar cualquier percance. Incluso nosotras mismas aprovechamos siempre una salida de la hembra para mirar y pesar los cachorros, pues a las madres no les gusta que nadie los manosee. El peso «normal» de un cachorro Dobermann al nacer es de unos 400 gramos, si bien esto puede oscilar entre los 250 y 600. (El peso puede variar según el número de cachorros, y suele ocurrir que en una camada de diez los pesos sean inferiores que cuando la camada es de cinco o seis.) Lo que realmente es importante en este sentido es que todos pesen más o menos por un igual. Hay criadores que dejan todos los cachorros a la madre a pesar de que esto implica el tener que ayudar a alimentarlos desde el principio; si estás dispuesto a hacer esto, a afrontar todas las tareas adicionales que esto significa, y si tienes unos dueños previstos para casi todos ellos, no hay ningún problema. Pero si pretendes dejar toda la cuestión de la crianza a

cargo de la madre y todavía no sabes adonde van a ir a parar todos los cachorros, una camadita de cinco o seis cachorros como máximo es más fácil de llevar ya que una hembra Dobermann podrá ocuparse de estos prácticamente sola. Piensa por un momento que los cachorros Dobermann crecen muy de prisa, y el espacio, tiempo, alimentación y dedicación que requiere una camada de ocho o nueve cachorros a partir del mes y hasta las siete semanas de edad que es cuando pueden empezar a marcharse (y no antes), son factores muy a tener en cuenta, sobre todo para un criador novel cuyas instalaciones y experiencia posiblemente no estén a la altura de tales circunstancias.

Desde el principio hay que llevar un control diario y exacto del peso de los cachorros (el único tipo de balanza que sirve para ello es la romana, así que olvídate de las balanzas de cocina). La primera pesada tras la del nacimiento será a las 24 horas, aproximadamente, y es aconsejable pesar siempre a la misma hora cada día. El crecimiento de cada cachorro debe anotarse cuidadosamente cada vez que se le pesa; si hay varios perros «iguales» (por ejemplo tres machos negros) sin observarse una clara diferencia de peso, éstos pueden marcarse mediante el sistema de pintar a uno en la oreja izquierda y otro en la oreja derecha con un poco de esmalte pinta-uñas (renovándolo casi a diario, pues con las lamidas de la madre estas marcas pronto desaparecen). El peso de cada cachorro debe aumentar unos 30 gramos al día los primeros dos o tres días, y luego unos 50 gramos diarios; lo «ideal» es que a los ocho días hayan

doblado su peso de nacimiento. Durante las primeras dos semanas, y exceptuando la vigilancia del peso, de la limpieza y la alimentación y paseos frecuentes de la madre las tareas que tenemos que llevar a cabo son pocas si la camada es pequeña. En cuanto a la madre, hay que lavarle los cuartos traseros a diario y asegurarse que no tenga fiebre en ningún momento (tomándole la temperatura cada día durante la primera semana) pues esto sería indicativo de una posible infección y requiere la atención del veterinario de inmediato. Tampoco es bueno que los cachorros tomen leche febril, y si la madre tuviera una infección y temperatura alta posiblemente habría que separarlos de ella hasta qué todo el problema se hubiese resuelto. (En el caso de tener que dar antibióticos a la madre, insiste en que éste no sea a base de tetraciclina o sus derivados, pues uno de los efectos secundarios de este antibiótico es que destruye el esmalte de los dientes definitivos de los lactantes; tampoco debe darse nunca a cachorros jóvenes cuya dentición definitiva no sea ya completa.) Hay que procurar que la madre tenga tres o cuatro paseos cada día y como ya hemos indicado anteriormente, estos ratos pueden aprovecharse para arreglarlo todo (observando si hay alguna señal de diarrea, que se ve de color marcadamente amarillo en la sábana). Es importante que la perra comience a comer pronto pero es muy probable que no quiera salir de la paridera los primeros días, por lo que se le puede ofrecer pollo o queso blanco tierno allí mismo, animándola con la mano a que coma algo. El pollo y queso blanco tierno son más digestivos que la carne, y debido á que la madre habrá comido alguna placenta y que se ocupa de limpiar y comer las deposiciones de los cachorros, tiene algo de diarrea y hay que procurar no irritarle el sistema digestivo. La dieta más recomendable en estas primeras dos semanas sería a base de pollo hervido con arroz o pasta y algo de zanahoria, en tres o cuatro tomas al día. También hay que asegurarse de que beba bastante, pues si no bebe no produce leche en cantidades suficientes —si no quiere agua, inténtalo con caldo de pollo, yogur, etc. En cuanto a los cachorros, suele ser suficiente pesarles una vez al día para verificar que todo va bien; de todas formas, en «Grifeu» siempre damos una gota de Dayamineral una vez al día o mañana y noche según el peso a todos los cachorros. Pero si no ganan bastante (como decía antes, un promedio de unos 50 gramos diarios la primera semana y unos 80 gramos diarios en la segunda), habrá que intervenir con aquellos que no aumentan.

En este sentido subrayaríamos el hecho de que un cachorro que no haya ganado nada en un plazo de 24 horas HA PERDIDO PESO y que la intervención debe ser inmediata. Precisamente una de las razones por las que preferimos que todos los cachorros de una camada sean más o menos del mismo tamaño al principio es para evitar un círculo vicioso: en su afán de alimentarse, los cachorros grandes no permiten que un cachorro pequeño llegue a mamar; en consecuencia éste se queda comparativamente aún más pequeño; como los hermanos son ya más fuertes, este cachorro pequeño tiene aún menores posibilidades de poder mamar y... A los pequeños hay que ayudarles, dos, tres o cuatro veces diarias, según el retraso. Además, un cachorro débil tendrá un tacto «gatuno», indicando que le falta el vigor de los demás. Hay personas que usan un biberón, pero por lo que nosotras hemos podido comprobar, un cachorro demasiado débil para mamar de su madre tendrá aun menos interés en mamar de una tetina de goma... Hay otras personas que usan un cuentagotas, pero esto les aporta tan poca cantidad que en el fondo no sirve de nada, y tiene el peligro de que es muy fácil introducir líquido en los pulmones porque un cachorro muy pequeño no tiene el reflejo de toser. La mejor forma de alimentar a un cachorro es mediante la intubación directa al estómago —es tan seguro y sencillo que incluso es posible dar una ración completa a una camada huérfana entera en menos de diez minutos—. Aquí quisiéramos mencionar de nuevo que uno de los productos que mejores resultados nos ha dado en el caso de un cachorro débil, e incluso para toda la camada desde el mismo día de nacimiento, es el Dayamineral en gotas; hemos podido observar que con ello «arrancan» enseguida, y que el aumento de peso es siempre mejor que en aquellas camadas en las que no lo hemos usado por una razón u otra. El corte de rabos se efectúa a los 2 ó 3 días, según el peso de los cachorros. Hay criadores que lo hacen ellos mismos y otros que prefieren que lo haga su veterinario. Hay que procurar que se corte de tal forma que no se forme ningún callo en la punta. Como a las madres no les gusta que les toquen los cachorros, es conveniente sacarla a pasear mientras se cortan los rabos. A la semana, se puede quitar el recuadro protector de la caja, pues los cachorros ya tienen fuerza suficiente para hacerse oír por su madre en el caso de que ésta se echara encima de alguno; además, la madre ya no está tan agotada como lo estaba tras el parto, y estará más pendiente de sus pequeños. A los diez días, los cachorros empiezan a abrir los ojos; es aconsejable

vigilar que no se forme ninguna legaña por debajo del párpado, pues en este caso habría de entreabrir el párpado antes para limpiarlo, para que no dañe al ojo. Es importante no obligar a los cachorros a mirar hacia una luz fuerte en esta época, pues los ojos son muy sensibles a la luz y ellos son todavía demasiado pequeños para girar la vista hacia la oscuridad. No es hasta los 15 ó 17 días que los cachorros empiezan a moverse e intentan ponerse de pie. Durante la última semana de este período se observa cómo los cachorros se van alejando del hoyo central del colchón para hacer sus pipis en los bordes, y que por muchas veces que cambiamos la sábana y ponemos mantas y toallas viejas entre la sábana y el colchón, no hay forma de que éste se quede seco mucho tiempo. Por lo tanto, ha llegado el momento de retirar el colchón definitivamente. En el fondo de la caja ponemos una plancha de goma, totalmente lisa, y encima de la goma ponemos tres o cuatro espesores de papel de periódico. La goma evita que los cachorros resbalen. (A título de aviso: a la edad de unas siete semanas, una camada de seis o siete Dobermanns habrá acabado aproximadamente con un metro cúbico de periódicos, por lo que es aconsejable empezar a hacer acopio de ellos, y de solicitar todos los que puedas a los amigos, incluso antes de cubrir la perra...) En Alemania, y ahora también se puede encontrar en España, hay una viruta especial que se usa para cheniles. En un rincón de la caja colocamos una manta doblada varias veces, y pasamos un rato intentando «explicar» tanto a la madre como a los bebés que es allí donde se duerme y en los periódicos donde se hace pipí —es extraño, pero a las pocas horas ya saben de qué va el asunto y sólo será necesario cambiar la manta una o dos veces al día—. Los cachorros son limpios e igual que empezaban a alejarse del hoyo para hacer pipí también salen ahora de la manta para hacerlo aunque a veces sólo sacan las patas delanteras... y el pipí se queda en la manta...

Cachorros «VON BUCHENHAIN» a los 15 días. El momento de retirar el colchón suele coincidir con la época en que la madre empieza a dejar solos a sus cachorros durante períodos algo más largos; ya come en su sitio habitual, sale de paseo sin tener que tirar de ella para sacarla de la caja (a veces es ella la que pide salir para estar en el sofá en el salón con nosotras tal como hacía antes de parir...), e incluso prefiere dormir en una cama al lado de la caja en vez de con los cachorros. Aun así, sigue muy pendiente de ellos, y al primer gemido irá corriendo a ver si pasa algo. Es más o menos a los quince o veinte días, cuando quitamos el colchón, que ha llegado el momento de empezar a destetar a los cachorros. Sé que hay otros criadores quienes empiezan este proceso antes, y también los hay que empiezan después, pero de todas formas ésta es una edad adecuada para que puedan empezar a comer algo sólido junto con la leche materna, y todavía no ha llegado el momento de agotar todas las reservas (y destrozar el tipo) de la madre. Esto también dependerá de si la madre se ha de recuperar pronto o si es una hembra que ha criado más de una vez. Esta es la época de más trabajo, un verdadero ir y venir sin fin, de preparar comiditas, de cambiar periódicos, de mover los cachorros de un lado para otro... simplemente, estás todo el día, desde la mañana hasta la noche, por y para ellos. También es cierto que ésta es la época en que los cachorritos son más graciosos y cuando te pones a observarlos más detenidamente, se te van las horas en ello. Y si el trabajo ya te ocupaba todo el día, sólo faltaba el que también ahora pases largos ratos

observándolos, horas y horas estando con ellos, jugando y observando cómo van cambiando día a día... En casa, es en esta época cuando nosotras «levantamos la veda» a los amigos y familiares para que puedan venir a ver la camada. Hasta ahora, el proceso de la socialización de los cachorros consistía en estar en contacto con nosotras; ahora ya comienzan a oír nuevas voces, a ver nuevas caras y a estar en brazos de gente «extraña». De todas formas, es muy importante que los visitantes, sobre todo si son niños, sepan tratar a los pequeños con mucha ternura para que éstos no se asusten. Hay que evitar que los cachorros pudieran caer de los brazos al suelo, y en todo caso es preferible que el niño esté sentado en un colchón en el suelo. Recuerda que estos «peligros en potencia» no van a gustar a la madre, por lo que es conveniente evitar que esté presente; tampoco conviene dejar que se ponga nerviosa si algún cachorro llorase.

EL DESTETE

Los Dobermanns deben comer a la altura de los hombros desde el principio. Nosotras empezamos con carne de buey o de caballo, totalmente magra y picada tres o cuatro veces. El primer día, a cada cachorro se le ofrece, individualmente, una bolita de unos diez gramos; al día siguiente se aumenta a dos bolas, y seguimos aumentando la cantidad de tal forma que al quinto día damos dos bolas al día de unos 25 gramos cada una. Hay cachorros que al segundo o tercer día devoran la bolita pero hay otros que no quieren saber nada de la carne, y en este caso vamos metiendo un poquito en la boca hasta que se hagan a la idea. Por supuesto, es mejor sacar a la madre de la habitación una media hora antes de empezar, pues de lo contrario los cachorros podrían estar llenos de leche en el momento en que queremos que coman y evitamos así que la madre se interese demasiado en todo el proceso ya que más de una de ellas estaría muy interesada en esa carne tan apetitosa. A partir de las tres semanas, cuando los cachorros ya han aprendido a comer la carne y la asimilan bien, empezamos a dar papilla, y si bien cada uno la hará con los ingredientes que le parezcan mejor, aquí nos limitamos a decir los que usamos nosotras. Estas papillas consisten en una buena marca de leche para cachorros (nosotras usamos la de Bosch), papilla de destete

para niños, una cucharadita de miel y a veces una cucharada de Zanasec (papilla de zanahoria para niños). A veces es difícil conseguir que un cachorro coma su primera papilla a pesar de haber dejado a la camada sin mamar durante por lo menos una hora antes. Por esta razón solemos poner una cantidad pequeña de esta papilla en un platito pequeño para poder ofrecérselo a cada cachorro individualmente. (Un buen consejo es ponerse un trapo encima de las rodillas y de tener un trapo húmedo cerca, pues los cachorros pequeños tienen un gran estilo en meter la barbilla en el plato en vez de la lengua y te embadurnan con una rapidez sorprendente...) Una vez cada cachorro sepa ir al plato y lamer, entonces ponemos unas bandejas en unos soportes a la altura de sus hombros en el suelo del parque, pero os advertimos que hay que estar muy pendiente de lo que hacen, pues hay algunos que piensan que es más divertido meter la pata que no la boca, mientras que otros prefieren meter la barbilla primero en el plato y luego ponerla en el lomo de sus hermanos —ese brillo que tenían de recién nacidos ya nunca más se verá— y otros simplemente se niegan a comer y sólo se dedican a molestar a los que sí quieren... Es una época bastante «distraída», sobre todo teniendo en cuenta que esto de la papilla se repite dos veces al día, y que las bolas de carne también se dan otras dos veces. A las tres semanas dejando todavía la paridera en su sitio pero con la parte delantera totalmente baja para que los cachorros empiecen a salir de ella. A las cuatro semanas, colocamos la valla que divide el cuarto en dos partes; quitamos la caja paridera, instalando en su lugar una mesa que les sirve a los cachorros de «tejado»; debajo de la mesa ponemos un cuadrado de madera de unos 60 por 90 cms. de fondo con una manta doblada encima; el recuadro tiene un reborde de unos cinco centímetros de alto para que no saquen la manta de su sitio. En el resto de su zona —lo que ahora es su «parque»— ponemos cartones en el suelo y encima de ellos cuatro o cinco grosores de hojas de periódico. Encima de todo esparcimos tiras finas de papel de periódico para que absorban los pipis y «cacas», y porque así cada vez que limpiamos el parque es fácil recogerlo todo enrollándolo; Al mismo tiempo colgamos algún trapo, peluche, botella grande de plástico, etc. de la pared del parque (atándolos para que no los arrastren por el suelo manchado) para que los cachorros puedan jugar con ellos. Nosotras instalamos otro parque pequeño (un metro cuadrado, con paredes de malla de unos 60 cms. de alto) en medio del salón delante del televisor. Si bien los cachorros «viven» en el parque en su cuarto, donde la

madre todavía les visita unas tres o cuatro veces al día y de noche para que mamen (siempre DESPUES de haberles dado la comida), el parque pequeño es útil para acostumbrar a los cachorros a convivir más con la gente de casa y para habituarlos a ruidos, a los otros perros y a cosas normales tales como la música, las visitas, etc. También es útil para poder colocarlos a todos en el momento de limpiar el cuarto, pues aparte de recoger alguna «caca» que se vea, hay que quitar y reponer los periódicos como mínimo dos veces al día (los cartones bien protegidos con los grosores de periódico suelen aguantar secos dos o tres días). Si intentas hacer esta limpieza con los cachorros dentro, es un desastre porque uno te tira de los pantalones, otro te mordisquea el tobillo, otro se pone encima justo de los papeles que estás quitando... Si bien a las cinco semanas la madre ya no pasa la noche en la habitación con los cachorros para que tengan así un buen apetito por la mañana, todavía les visita un par de veces al día después de alguna comida (si sigue amamantándolos). Al cumplir las seis semanas de edad, la madre ya no visita a los cachorros para nada, pues ya deben estar totalmente destetados. Es en esta época que empezamos a introducir un pienso de alta calidad para cachorros en la dieta, y ahora su jomada se compone de cinco comidas bien repartidas; dos de carne de buey, caballo o pollo hervido con pasta fina y zanahoria hecha puré, dos de papilla (cuando están a punto de acabarla, añadimos un poco de ese pienso para cachorros en el mismo plato), y una de yogur con miel con un par de yemas de huevo. A las siete semanas, cuando los cachorros ya comen más cantidad, reducimos el número de comidas a cuatro. Este régimen puede seguirse hasta que se vayan a sus nuevas casas, y hay que decir a los futuros dueños exactamente qué comen porque la mayoría de los problemas gástricos que sufren los cachorros al cambiar de casa se debe a que son sometidos a unas comidas totalmente distintas a las que están acostumbrados. Hemos citados aquí unas normas y unos alimentos pero no todas las camadas tienen los mismos gustos o apetencias, y con ello queremos decir que así como hay cachorros que se vuelven locos por la carne, otros no muestran el menor interés y prefieren carne de pollo, otros no quieren saber nada de la papilla y empezamos a remojarles el pienso, o al contrario. En fin, y si sirve de consuelo, estas apetencias no suele ser un problema de los individuos en la camada sino de toda la camada en general. Es cuando los cachorros se van a sus nuevas casas que los gustos individuales suelen manifestarse, y por lo tanto corresponderá al nuevo propietario ajustar la dieta

a las preferencias de su cachorro pero siempre en las líneas generales establecidas. De todas formas tal vez sea conveniente remarcar que si el criador o dueño de un Dobermann tiene la intención de recurrir exclusivamente a una comida casera, es imprescindible que tenga unos amplios conocimientos de nutrición y dietética porque es muy fácil provocar un desequilibrio en la dieta. Las fórmulas de los piensos, siempre que sean de buena calidad, han sido estudiadas para ser equilibradas para el sistema digestivo del perro. Por esta razón, y puesto que se ha comprobado que las personas no sabemos alimentarnos bien ni a nosotros mismos en la mayoría de los casos, siempre será mejor recurrir a un buen pienso sólo que no intentar hacer una comida casera en la que podrían faltar determinados nutrientes o a una alimentación mixta donde el desequilibrio podría ser aun más grave.

PONIENDO A LA MADRE EN CONDICIONES

Mientras ha estado amamantando a la camada, sobre todo a partir del décimo día que es cuando los cachorros empiezan a tirar fuertemente de las reservas de la madre, ésta ha de comer todo lo que quiera (que suele ser alrededor de tres veces lo que comía «de soltera»). La comida ha de ser de alta calidad y debe repartirse en tres comidas al día para que no tenga ningún «bajón»; según el número de cachorros, puede ser conveniente dejarle pienso seco a su disposición por la noche. En el destete, el mejor sistema para que se le retire la leche a la madre es el de dejarla totalmente en ayunas el primer día que se la separa totalmente de los cachorros, lo que significa nada de comer y nada de beber. Al segundo día, sólo le damos un poco de agua por la noche (sobre todo si es verano). Al tercer día puede tomar algo así como un tazón de su comida normal «de soltera» y un poco de agua; al cuarto día, la mitad de su ración «de soltera» y agua; el quinto día ya le damos una cantidad equivalente a lo que comía antes

de cubrirla y dispone de toda el agua que quiera. También puede ser útil hacerle masajes en las mamas con pomada alcanforada, y que haga el mayor ejercicio posible, que será el de hacer unos paseos largos durante los cuales pueda saltar una y otra vez sobre una valla (o algo parecido) de unos 60 centímetros de alto, jugando con una pelota, etc. Con todo ello recuperará el tipo con relativa facilidad —siempre y cuando no se nos «escape» para ir a visitar a sus cachorros quienes se lanzan a mamar de nuevo—, y... vuelta a empezar. Esto es algo que nos ha pasado alguna vez, pese a tener cuidado, porque nuestros perros viven libremente por casa y alguna madre ha aprendido a abrir las puertas... Después del esfuerzo físico de haber tenido una camada, una hembra requiere un programa de cuidados especiales para ponerse en forma. Aparte del ejercicio arriba mencionado, y cuando estamos seguros de que ya no tiene leche, la alimentación debe consistir en unas comidas muy nutritivas pero no abundantes. Si la alimentación es casera, debe seguir tomando por lo menos dos o tres meses más todos los suplementos vitamínicos y minerales que haya estado tomando ya en el embarazo y durante todo el tiempo que ha estado criando a los cachorros. Y por supuesto, no debe volver a criar hasta dentro de un año como mínimo y, según sus condiciones físicas, hasta dentro de un año y medio.

PROGRAMA DE VACUNAS

El programa de desparasitación y vacunas es algo que tiene que acordarse con el veterinario en función del estado de salud de los cachorros y la posible interferencia de los anticuerpos de la madre. De todos modos, en «Grifeu» solemos desparasitar dos veces, la primera alrededor de los quince días, y la segunda a las cuatro o cinco semanas —siempre antes de destetar totalmente—, pues en caso de que los cachorros acusaran algún bajón en su apetito a causa del medicamento o algo de diarrea, la «teta» seguirá siendo irresistible para ellos con lo que una posible inapetencia pasajera no tendrá consecuencias. A título orientativo, un cachorro bien criado de siete semanas de edad debe pesar unos seis kilos si es macho y unos cinco kilos si es hembra y, en nuestra opinión, éste es el mejor momento para cortar las orejas. Como esto no puede hacerse justo después de según qué vacunas, y como normalmente se hace el día antes de entregar el cachorro a su nuevo dueño, la fecha para operar debe formar parte del programa general de vacunación y según el día en que se haya acordado que el nuevo dueño va a venir a buscar a su cachorro.

EL CORTE DE OREJAS

¿OREJAS CORTADAS O SIN CORTAR? Las orejas siempre deben cortarse en una clínica veterinaria especializada que ofrezca las máximas garantías no sólo en cuanto a las precauciones a tomar durante la intervención en sí sino en cuanto a la perfección del corte. Pero el corte no lo es todo, y el nuevo dueño deberá tener unos esmerados cuidadas para asegurar que las orejas queden bonitas y erguidas. Es fácil quejarse que no se han cortado bien cuando el problema reside de verdad en no haber seguido al pie de la letra las instrucciones y consejos del criador...

LA ENTREGA DEL CACHORRO

A la hora de entregarlo, el cachorro debe estar comiendo bien cuatro veces al día, con toda la gama de nutrientes arriba mencionados: En Grifeu siempre proporcionamos a los nuevos dueños que así lo quieren una bolsa conteniendo los elementos básicos de la dieta. Esta bolsa consiste en la leche Bosch, el pienso para cachorros al que están acostumbrados, la papilla, los suplementos vitamínicos y minerales etc. De esta forma quedamos tranquilas ya que el cachorro «sólo» tendrá que adaptarse a una nueva vida y no a una nueva alimentación al mismo tiempo, cosa que le podría causar un «estrés» adicional y los consiguientes desarreglos digestivos.

Cachorro Dobermann con gorra-soporte de las orejas. Cuanto más largas las orejas, más bonitas quedarán; pero, por otra parte, tardarán algo más en quedar erguidas y tienen que cuidarse con gran esmero. Corresponde a cada criador y nuevo propietario acordar si se desea que

el cachorro se entregue con las orejas cortadas o todavía sin cortar. Cada cachorro debería entregarse con lo siguiente: Cartilla de vacunas; una hoja detallando todas las comidas a las que el cachorro esté habituado; una fotocopia del pedigree del padre y de la madre y algún tipo de justificante de que la camada ha sido registrada en el Libro de Orígenes oficial. El cachorro debe estar debidamente tatuado. Consideramos que es importante que los futuros dueños vayan a buscar a su cachorro personalmente, pues de esta forma pueden observar el ambiente al que éste está acostumbrado y su comportamiento, y también para poder ver a la madre u otros familiares del cachorro. Al mismo tiempo, y aparte de las «instrucciones» que se le dan por escrito sobre los cuidados a tener, el nuevo propietario tiene la oportunidad de expresar sus dudas y el criador de darle unas explicaciones más amplias. Este contacto personal ofrece al nuevo dueño la confianza para poder llamar por teléfono y efectuar cualquier consulta acerca del desarrollo de su cachorro en el futuro.

CHIVAS V. GODELINDE, de Holanda, uno de los pocos ejemplares en el circuito internacional con las orejas sin cortar.

CAPITULO 11: LOS CUIDADOS DEL DOBERMANN EL nuevo propietario de un cachorro Dobermann, esté consciente de ello o no, asume una gran responsabilidad. Responsabilidad hacia el cachorro para empezar, pues este pequeño ser indefenso está totalmente a su merced. Responsabilidad también ante su propia familia, pues no debe cargar en los demás las tareas del cuidado del perro y debe tener muy en cuenta que un perro mal educado no hace que la vida familiar sea grata. También tiene una responsabilidad ante el criador del cachorro, pues éste ha dedicado —o así lo esperamos— muchos esfuerzos a la camada y habrá hecho todo cuanto estaba en sus manos para asegurar que los pequeños fuesen a «una buena casa». Pero además asume una responsabilidad ante la raza Dobermann en sí, pues corresponde a cada uno de nosotros a quienes el destino haya puesto un ejemplar de esta raza en nuestras manos a demostrar con nuestro mejor saber que el Dobermann es un buen perro y a dar pruebas fehacientes que todo lo malo que de él se diga son mentiras y falsedades injustificadas.

Grupo de Dobermanns con el cinófilo Salvador Gómez Toldrá.

LA LLEGADA A CASA

Ante todo habría de insistir en que un cachorro Dobermann no debe ser separado de su madre y hermanos hasta la séptima semana de vida, como mínimo. Hay quienes creen que el hecho de tener un cachorro en casa a una edad más temprana hará que el perro se acostumbre mejor a su dueño, pero esto no es así. El cachorro Dobermann —como los cachorros de casi todas las demás razas— pasa por unas fases críticas de socialización que duran desde el nacimiento hasta esa edad de siete semanas. Durante las primeras dos semanas, el contacto de un cachorro recién nacido con su madre es de una importancia vital, no sólo por la cuestión de la alimentación, sino por la relación en sí. Los movimientos rítmicos que efectúa el cachorro con las patas delanteras al mamar forman parte de esta relación (movimientos que hay que estimular en el caso de cachorros huérfanos). Es a partir de la tercera semana que el cachorro empieza a ver y a oír, entrando así en una fase de transición. La relación de cada cachorro con la madre se fortalece, pero todavía es pronto para que los cachorros formen una relación entre sí. En la cuarta semana de vida, el cachorro «descubre» a sus hermanos y a las personas. Este es el momento en que el cachorro

aprende a situarse en su relación con los demás, un factor esencial para establecer una jerarquía en el futuro; empieza a adquirir confianza en sí mismo y a aprender lo que es «dominar» y «ser dominado». Aprende a imitar —si un cachorro no tiene apetito en un momento dado, pero oye a sus hermanos mamar o lamer del plato, enseguida solevantará para «ver qué pasa» y, si la falta de apetito no se debe a un problema digestivo, se pondrá a comer como los demás— y a seguir a su madre. El juego, y todo cuanto el cachorro aprenda entre la cuarta y séptima semana, representa un elemento vital. Estas vivencias no sólo son amenas para el cachorro, sino que tienen unos efectos muy marcados en su comportamiento futuro. A esta edad, la falta de contacto entre hermanos priva al cachorro de la oportunidad de aprender a relacionarse con sus semejantes y, de la misma forma, la falta de contacto físico con las personas —no sólo con el criador sino con varias personas distintas— hará que su relación con la gente más adelante se base más en una sumisión o temor que en una relación abierta, de confianza. No hay sustituto alguno para este proceso que forzosamente ha de tener lugar en la casa del criador. Además, si esto se hace mal, en el futuro ya no hay remedio. Un Dobermann que no haya tenido las vivencias apropiadas en las primeras semanas de vida rara vez logra superar el «trauma». Los ejemplares privados de ese entorno idóneo suelen dar muchos problemas a sus dueños porque no son capaces de relacionarse con ellos y la familia. Muchos de los perros que muerden lo hacen por desconfianza y temor ante el ser humano, porque nunca tuvieron la oportunidad de aprender a aceptar a las personas como «seres amigos». Si lo que se pretende es poder disfrutar de un perro sociable, y sobre todo si se albergan esperanzas de poder trabajar con él o ella, hay que huir de las prisas para tener el cachorro en casa a una edad demasiado temprana. Esto es aplicable también en el caso de querer tener un buen guardián, porque un perro inseguro de sí mismo (la seguridad «básica» se adquiere en el nido) no sabrá discernir debidamente entre lo que está bien y lo que está mal y podría convertirse en un «perro mordedor». Incluso podría girarse contra su dueño porque éste, simplemente por ser una persona, y pese a que el perro lo conoce bien, le es «ajeno» al comportamiento que aprendió en el nido. Si lo que se pretende con la adquisición de una hembra es poder criar con ella, el saber esperar es aún más vital si cabe. Una hembra que haya sido separada de su madre, y privada así de las experiencias propias de un recién

nacido, difícilmente aceptará la intervención de los seres humanos en la crianza de sus propios cachorros y, aunque normalmente se comporta amablemente con su dueño, podría regresar a un estado de desconfianza. Por otra parte, las hembras siempre transmiten su propio «saber» a sus hijos durante las primeras semanas de vida de éstos, y una hembra no podrá transmitir la confianza en las personas si ella misma carece de ella.

Un cachorro es siempre indefenso y requiere que le dediquemos mucho tiempo y paciencia. Con esta introducción al tema, no pretendo eximir al dueño de su responsabilidad individual en la crianza y educación de su perro. Son muchos, muchísimos, los cachorros bien cuidados de pequeños que han caído en manos de personas que, por ineptas u holgazanes, han fallado en el cumplimiento de su parte en la formación del carácter del perro. Dicho esto, demos un pequeño repaso a los primeros cuidados que todo dueño ha de tener con un cachorrito recién llegado a casa: En primer lugar, el cachorro necesita calor y tranquilidad, por lo que hay que buscarle un rincón de casa calentito, seco, sin corrientes de aire donde pueda dormir. Ten, además, un poco de compasión con él si llora, pues hasta ahora ha estado con su madre y sus hermanos y no entiende la razón de su soledad; a veces un muñeco de trapo le hará buena compañía o en todo caso pídele al criador que te dé un trozo de manta vieja donde el cachorro ha estado acostumbrado a dormir, y así no se sentirá tan «extraño» en su nueva casa.

En segundo lugar, requiere una alimentación sana y equilibrada y, por muchas ideas que uno pueda tener al respecto, casi siempre es aconsejable seguir con la misma dieta que le daba el criador con el fin de evitar problemas gástricos durante los primeros quince días. En tercer lugar, hay que establecer una rutina de dormir, comer, salir y jugar, etc. En este sentido conviene recordar que el cachorro, tan pronto se despierte y tan pronto haya comido, querrá hacer pipí; si estás atento y le llevas de inmediato al sitio donde quieres que lo haga, al cabo de pocos días lo sabrá por sí sólo, mientras que si te descuidas lo hará en cualquier sitio y costará más habituarle. De todas formas, ten paciencia —¿acaso los niños no tardan bastante más que los perros en aprender estas cosas y en cambio nadie se enfada con ellos?— Esta rutina ha de ser flexible para adaptarse a las tareas de toda la familia, pero hay que tener en mente que un cachorro requiere tu atención muy a menudo y que no es bueno que se pase muchas horas solo. Sobre todo, ante cualquier duda, consúltale al criador; a un buen criador no le molestará en absoluto que le llames para preguntar algo en beneficio del cachorro ANTES de que la «duda» se convierta en un «problema». Es mil veces mejor consultar que intentar resolver tus dudas por ti mismo, pues con ello podrías cometer un error que repercutiera negativamente en la salud o educación del cachorro. Hay quien piensa que los cuidados que requiere un «perro de trabajo«o «perro de exposición» no son necesarios para un «perro de compañía», pero creo que esto es un error. Sin duda la dedicación para que el perro tenga éxito en cualquier tipo de competición es exhaustiva, pero las normas básicas son las mismas si queremos que nuestro perro esté en buenas condiciones físicas, que sea sociable y que dé gusto verlo. Los secretos para convertir un cachorro prometedor en un adulto estrella son celosamente guardados por cada criador quien, a lo sumo, estará dispuesto a confiar algunos de ellos a aquellos que tienen un perro suyo para que éste pueda sobresalir en los certámenes donde se presenta y conseguir así una mayor fama para ese «afijo». (Ver la sección dedicada a la crianza). Por esta razón, una estrecha relación entre el criador y el nuevo propietario novel es siempre recomendable, casi indispensable, para el perro de competición. Pero dejando aparte los sistemas de unos y otros, hay siempre unas normas generales que si bien son conocidas entre todos los criadores, a menudo no llegan a conocimiento del aficionado novel hasta que es

demasiado tarde para poder aplicarlas a su propio cachorro. Por ello, quisiera hacer un repaso a algunas de esas «normas», confiando en que puedan ser útiles para todo aquel que aspira simplemente a tener un perro hermoso, sea de competición o no.

CUIDADOS GENERALES

En primer lugar hay que destacar todo lo que ya se ha dicho acerca de la forma de tratar al Dobermann, la manera de inculcarle esa seguridad en sí mismo y de establecer una buena relación con él, porque ningún perro llegará a nada ni a nivel competitivo ni como compañero y «uno más de la familia», por muchos cuidados físicos que le demos, sin esa base psicológica. En el cachorro hay que vigilar el crecimiento. Normalmente no es conveniente tenerle muy delgado porque le faltarían reservas y su desarrollo hacia la condición de ser un perro «potente» se vería impedido. Por otra parte no hay que tenerle excesivamente gordo, pues un sobrepeso importante tendría repercusiones nefastas sobre el esqueleto, sobre todo en las articulaciones en un momento de crecimiento. Un buen promedio sería el de un kilo de peso por cada semana de vida del cachorro y joven macho (uno o dos kilos menos para las hembras) hasta la edad de ocho o nueve meses, y luego intentar mantener el mismo «volumen» al aumentar progresivamente hasta los 40-45 kilos en un macho y 32-35 en una hembra cuando sean adultos.

Como ya hemos dicho, un cachorro Dobermann requiere mucho descanso; si lo tenemos todo el día dando vueltas por la casa o por el jardín quedará agotado y pronto se podrán observar los signos de la fatiga. Uno de estos signos es la apertura de los dedos de los pies; en lugar de llevarlos bien cerrados, tipo gato, los dedos «ceden» y, en casos graves, el cachorro girará todo el metacarpo hacia fuera (ver foto en capítulo 7). Esto suele coincidir con un período de crecimiento fuerte, unido a una mala asimilación de calcio. Otro signo de la fatiga puede verse en la posición adoptada por las patas traseras; en vez de estar los corvejones perpendiculares al suelo, éstos se llevan más bajos de lo normal y los pies están más planos y abiertos. La prevención es siempre más sencilla que el remedio...

COMPARE: UN CACHORRO COMIENDO EN ALTO Y OTRO EN EL SUELO. El Dobermann no debe comer a nivel del suelo. Su plato debe estar situado al nivel de los hombros para que pueda comer sin abrirse de codos y sin hundir la espalda. En el cachorro y joven en plena formación, esto previene unos malos hábitos de postura y en el adulto evita una posición forzada. Si en algún momento has observado los perros en un ring de exposición, habrás visto que tienen algo en común: se comportan bien. Los ejemplares se colocan a poca distancia los unos de los otros, y ninguno se gira para enfrentarse al que tiene a su lado. (Por lo menos así es entre los perros de aquellos que «saben lo que hacen» y así debería ser; además, un perro que no se deja evaluar por el juez porque no se comporta de forma debida ante la presencia de los demás perros, o que haga cualquier intención de plantarle cara al juez, suele ser descalificado y echado del ring...) Pero no sólo son los

perros «élite» los que deben comportarse bien; absolutamente todos los perros deben ser sociables con sus semejantes y este hábito de ser un buen ciudadano se inculca desde pequeño, llevando el cachorro (debidamente vacunado) a jugar al parque con otros perros.

Un grupo de jóvenes bien enseñados a estar juntos sin entablar peleas.

GAMON DI CAMPOVALANO. El juez comprueba que el ejemplar tiene la dentición completa, requisito obligatorio en todas las pruebas de belleza y confirmación. Con ello quiero decir que aunque una parte de la preparación para una carrera en exposiciones caninas consiste en enseñar al perro ya desde pequeño (antes de que adquiera cualquier mal hábito que costaría mucho trabajo eliminar más adelante) a comportarse ante sus semejantes y ante las personas que pueden acercarse para examinarle, esa misma educación es válida y necesaria para todos. En un ring, el juez se acercará para verle la dentadura y el perro debe admitirlo sin hacer ninguna intención de echarse hacia atrás; por lo tanto es

conveniente haber «practicado» este ejercicio alguna vez con la ayuda de algún amigo, tanto con respecto a la buena disposición por parte del perro para permitir que un extraño le abra la boca, como por parte del presentador para saber cómo sujetar al perro. Para que un juez pueda evaluar a los ejemplares presentados, éstos deben destacar todas sus virtudes mediante dos facetas específicas: la «pose» y el «movimiento». A nivel particular también le gusta a cualquier dueño que su perro se vea bonito y por ello las siguientes normas serán aplicables. No es difícil enseñar a un perro a posar, pero sí requiere un poco de práctica por parte del presentador en el sentido de aprender cómo plantar al perro y acostumbrarlo a que se deje tocar para «ajustar» alguna pata que no esté perfectamente recta. Las numerosas fotografías de perros «en pose» contenidas en este libro darán al lector una idea bastante exacta de lo que se pretende... En las exposiciones, la persona que se queda fuera del ring también deberá aprender la mejor forma de atraer la atención del perro para que éste, en el ring, adopte una postura de atención, de estar alerta. Hay que tener en cuenta que muchos jueces se oponen a cualquier tipo de «doble presentación» cuando esto consiste en el uso aparatoso de pelotas, juguetes o comida, etc., y por lo tanto la forma de conseguir que el perro esté atento deberá ser la de llamarlo por su nombre, silbar, o algo por el estilo. Pero si se trata simplemente de enseñar el perro a nuestros amigos, podremos utilizar todos los «trucos» del mundo... El movimiento debe practicarse a menudo, y ya desde cachorro el Dobermann debe saber la diferencia entre el andar normal de «salir de paseo» y el andar específico —el trote— que se usa en las exposiciones. Pero el andar bien al lado del dueño no es algo reservado a los perros de exposición; a todos nos gusta tener el perro educado, que ande a nuestro lado tranquilamente y sin tirar. Una forma sencilla de remarcar esta diferencia es mediante el uso de un collar determinado que sólo se usa para practicar el trote, collar que luego podrá servir para la exposición si queremos. El cachorro asocia ese collar con ese paso determinado y sabrá mucho mejor lo que se espera de él.

Nunca es aconsejable permitir que un cachorro «trabaje», sobre todo en la disciplina de defensa, hasta que tenga la edad apropiada para ello, pero sí puede estimularle el instinto de presa mediante el juego. Para finalizar, quisiera insistir en que es imprescindible que el animal esté en perfectas condiciones de salud y de higiene. Si hablamos de exposiciones de belleza, el aspecto físico del animal es de mucha importancia; si hablamos de tener un perro en casa, no lo es menos. Ningún perro debe tener pulgas ni garrapatas; su piel debe estar limpia y bien cuidada y su pelo brillante con ese brillo natural que no sólo viene de un buen cepillado, sino también de una dieta equilibrada. Comparado con otros perros de pelo largo que requieren muchos más cuidados específicos (horas y horas de cepillado, baños, «trimming», cortes de pelo especiales, etc.), el Dobermann no necesita tanto, pero no por ello podemos descuidar las reglas básicas de la higiene. Un Dobermann «de exposición» debe tener un aspecto atlético, algo que sólo puede conseguirse mediante el ejercicio adecuado. ¿Pero por qué no va a tener ese mismo aspecto un Dobermann «de casa»? Hay criadores que creen necesario comenzar un programa de ejercicio cuando el cachorro es todavía pequeño, y otros que no empiezan hasta más tarde. Dejando aparte las creencias de cada uno, lo que sí es cierto es que lo que nunca se debería hacer es «forzar» a un perro joven más allá de lo que sería razonable para su edad. Los Dobermanns crecen muy de prisa y a menudo sufren «dolores de crecimiento» con cojeras en alguna pata. Durante este período es imprescindible que el cachorro descanse para evitar que se lesione, y sobre todo hay que evitar los juegos bruscos con otros perros o con los niños.

Creo que una de las reglas fundamentales en la preparación de un Dobermann, sea para competición o no, sería la de tener mucha paciencia. El cachorro debe poder desarrollarse como tal sin que tengamos prisa (además, es una lástima perder el trato de bebé en esta época de cachorro por intentar «hacerle mayor» antes de tiempo). Es totalmente absurdo obligar a un cachorro a hacer paseos de varios kilómetros al día para que desarrolle una musculatura para la que su esqueleto no está preparado y que es impropio para su edad. Sin dejar de inculcarle buenas costumbres en la pose, en el trote y en la obediencia mediante unas sesiones muy, muy cortas, siempre hay que saber esperar el momento adecuado para empezar cualquier entrenamiento físico o cualquier tipo de adiestramiento en serio, y este momento no suele presentarse hasta que el perro tenga alrededor de un año de edad, como mínimo. Un ejercicio sano y que puede ser favorable para desarrollar la musculatura de un joven adulto es la natación, pero esto sólo debe practicarse en determinados casos. Nunca es aconsejable para un cachorro, para una hembra en celo ni para un perro que no esté en perfectas condiciones de salud, y solamente puede hacerse en verano. El lugar más apropiado es una piscina; el guía da vueltas alrededor de la piscina con el perro nadando (atado con un arnés y correa larga). El tiempo del ejercicio debe aumentarse poco a poco desde cinco minutos al principio hasta un máximo de veinte minutos al cabo de unas tres semanas. El perro no debe ser obligado a continuar el ejercicio si se le nota cansado. La práctica de la natación en el mar con el dueño durante las vacaciones es distinta y apropiada para cualquier perro sano de cualquier edad. Este ejercicio no es tan fuerte porque el perro puede descansar más a menudo al tocar el suelo, pero tampoco es conveniente dejar que se canse demasiado. De todas formas, después de cualquier ejercicio en el agua el perro debe secarse correctamente, o bien corriendo y jugando en el sol o bien con un secador.

Un perro bien cuidado siempre rebosará salud.

CAPITULO 12: COMPITIENDO CON EL DOBERMANN

INTRODUCCION

El Dobermann es un perro «de trabajo» y, como tal, pertenece al grupo II, denominado Pinscher y Schnauzer (grifón) en la clasificación de la FCI, estando incluido en la sección primera de dicho grupo, para razas «con pruebas de trabajo». Partiendo de esta base, es lógico que muchas de las personas que disfrutan del deporte de trabajar con el perro hayan elegido un Dobermann para compartir su afición. Afortunadamente, y al contrario de lo que ha pasado con algunas otras razas, en el Dobermann no se han formado líneas distintas de «perros de trabajo» y «perros de belleza», por lo menos no de forma alarmante. Un ejemplo lo tenemos en el macho holandés «Hertog Conan van Manensheide» quien, aparte de ser el perro más premiado en todas las principales exposiciones de belleza en los años 1992 y 1993, en octubre este último año ha logrado ser el ganador absoluto en la máxima prueba de trabajo para la raza Dobermann de toda Alemania, el «Meisterschaft», convirtiéndose así en el «Leistungssieger 1993». Un Dobermann es un perro hermoso capacitado para trabajar. No hay ninguna excusa para criar «perros listos pero feos» para que destaquen en pruebas de trabajo ni «perros bellos pero tontos» para competir en exposiciones de belleza. Si hemos de conseguir el Dobermann Completo y salvaguardar todas sus características, hemos de tener ejemplares que sean aptos para todo. No tiene nada que ver si van a trabajar o no; tampoco tiene nada que ver si van a ir a exposiciones de belleza o no. El Dobermann es el Dobermann, y sus aptitudes tanto físicas como mentales han de ser las apropiadas para que el perro pueda cumplir todas las tareas para las que la raza fue creada hace ya cien años.

CONFIRMACION DE RAZA

A lo largo de este siglo, los clubs y agrupaciones de las diferentes razas han creado y fomentado una serie de «pruebas» cuyo objeto no es otro sino el de mejorar la raza mediante la promoción de los ejemplares que las superan y en función con la puntuación que consigan. En algunos casos y en algunos países determinados, el hecho de que un perro no supere una prueba puede significar que se le niegue el pedigree a los hijos de ese ejemplar para evitar que se propaguen sus defectos bien morfológicos o bien de carácter.

Hans Wiblihauser, Presidente del Dobermann Club Internacional (IDC) y del Dobermann Verein (Alemania) con François Striby, Presidente del Dobermann Club de Francia. En Francia, por ejemplo, es la Société Canine la que organiza las pruebas de confirmación y todos los perros, de todas las razas, han de superar esta prueba para poder tener su pedigree definitivo; hasta entonces, sólo reciben un «certificado de nacimiento» que no es válido a efectos de la reproducción. En el caso del Dobermann, y si bien Alemania es el país de origen de la raza, cada país ha adoptado sus propia prueba de «confirmación» fomentada por su club; en algunos países estas pruebas son de tipo obligatorio y en otros son voluntarias.

El Dobermann Club de Francia, por ejemplo, tiene su «TAN» («Test de Aptitudes Naturales») y es obligatorio superarlo no para que el ejemplar sirva para la reproducción (de este apartado, como ya hemos indicado, se ocupa la Société Canine) sino para que el perro o perra, si obtienen buena nota, puedan ser campeones nacionales o «recomendados».

MACHICO LES DEUX PEUPLIERS. Campeón internacional de belleza, IPO III. En España, el Dobermann Club tiene una prueba de confirmación propia que, si bien hace algunos años era obligatoria para el uso del ejemplar en la reproducción, en la actualidad es de tipo voluntario. Aun así, los criadores serios suelen pasar la prueba de la confirmación en las sesiones que el club organiza. En Alemania, la prueba reina es la «ZTP»; es obligatoria para todos los Dobermanns cuya utilización para la reproducción esté prevista en Alemania. Esta prueba, una breve descripción de la cual se ofrece más adelante, ha sido adoptada por otros países bien de forma voluntaria como complemento a sus propias pruebas (Francia, Holanda, España y Suiza entre otros) u obligatoria. Cabe mencionar que todos los sementales importantes (sobre todo de Holanda) se someten a la prueba de la ZTP para poder aparearse con hembras alemanas, aun cuando en su país no es obligatoria.

Hace algunos años, la gente no era consciente, como ahora, de que el Dobermann ha de ser un buen ejemplar no sólo físicamente sino también de carácter. Es tal vez gracias a las estrictas normas alemanas que se pudo evitar la aparición de dos tipos de Dobermanns, o sea unos «guapos» y otros «listos», pues para que un Dobermann pudiera tener descendencia «legal» tenía que superar la ZTP, asegurando así que no tenía defectos notorios. A pesar de que todos los países europeos estén afiliados a la FCI, cada país tiene sus propias normas para la cría, y éstas varían mucho entre sí. Por ejemplo, en Austria no se exige al perro haber superado la prueba de ZTP pero sí se exige que tenga un certificado indicando que el perro esté libre (o que tenga un grado admisible) de displasia de la cadera y que haya superado una prueba de trabajo como el «IPO» (cuyo equivalente en España es el «RCI») o el «SchH». (Schutzhundprüfung, que en alemán quiere decir «prueba de perro de defensa»).

LA PRUEBA «ZTP»

Para que un perro pueda presentarse a una prueba de ZTP, primero hay que hacerle una radiografía de la cadera para descartar que tuviera un grado excesivo de displasia. Se admiten la clasificaciones alemanas de HD-1 (negativo) HD-2 (leve). La radiografía ha de hacerse con el perro totalmente anestesiado, y hay que enviarla a Alemania para ser aprobada por la autoridad competente; sólo así son válidas para las pruebas de ZTP en toda Europa; el certificado correspondiente se presenta en el momento de efectuar la prueba. La prueba consiste en un examen morfológico. En otras palabras, el ejemplar debe aproximarse al máximo a lo que marca el estándar, sin tener defectos importantes y, sobre todo, taras de tipo genético que podría pasar a sus descendientes. En esta parte de la prueba el juez examinará al perro detalladamente —su aspecto general, su movimiento, su dentadura, etc.—. La nota máxima es la de excelente («V»). En los machos se admite un muy bueno («Sg») y en las hembras hasta un bueno («G»). A continuación se efectúa una prueba de sociabilidad del perro y de su «temple»; primero éste ha de circular con su dueño por delante y entre un grupo de personas, algunas de las cuales harán ruido con una botella llena de piedras y uno abrirá un paraguas a poca distancia del perro. (Es el juez de la prueba el que determina exactamente qué tiene que hacer el grupo.) No debe «espantarse» al oír dos disparos de una pistola. La segunda fase de esta parte consiste en dejar al perro solo y de pie en medio del campo, atado con una cuerda de varios metros de longitud; no debe poder ver a su dueño. Pasados unos minutos el juez se le acerca y observa la actitud del perro; a veces lo toca, a veces tira algo al suelo delante de él... El perro no ha de mostrar miedo (alejándose) ni agresividad ante el comportamiento «natural» del juez (mordiendo o gruñendo).

SARON-NYMPHENBURG DE GRIFEU en su campo de trabajo en Alemania. Uno de los ejercicios de la prueba ZTP es quedarse solo en medio del campo. La tercera parte de la prueba es la de las aptitudes de defensa, en donde el perro ha de enfrentarse a un figurante y morderle fuertemente sin soltar, incluyendo lo que se llama un «ataque lanzado» en el que el perro sale corriendo detrás del figurante quien se gira contra el perro cuando éste está cerca para hacer presión y para darle así oportunidad de que le muerda en la manga. Para los que aprueban, el resultado de la prueba consta de dos apartados; primero la nota del carácter, que se refleja como 1A para aquellos considerados óptimos y como 1B para aquellos que el juez considera algo más flojos, y a continuación la nota de la morfología (V, Sg o G). Para los que no aprueban hay dos posibilidades. La primera posibilidad es que si en la opinión del juez el fallo observado es «transitorio» (lo que quiere decir que el perro no tiene defectos morfológicos graves y que con un poco más de entreno es probable que el perro responda mejor), tendrá permiso para volver a presentarse transcurrido un período mínimo de tres meses. Si en esta nueva oportunidad el perro falla de nuevo, no puede volver a repetir la prueba y será declarado no apto para la cría. La segunda posibilidad es que si en la opinión del juez el fallo es determinante (por ejemplo la falta de algún diente que evidentemente no podrá resolverse por muchos meses que pasen, o un defecto muy serio de carácter), el perro es automáticamente descalificado sin poder volver a presentarse nunca más.

Otro ejercicio obligatorio en la prueba ZTP es quedarse el perro tranquilo en medio de un grupo que se abre y cierra alrededor suyo. Antes de presentarse a la prueba es necesario entrenar al perro adecuadamente para poder superarla con éxito, lo cual reviste ciertas dificultades en nuestro país por no haber una buena infraestructura de clubs y campos de trabajo donde se tiene una experiencia apropiada para hacerlo.

LA PRUEBA ANKÖRUNG

La traducción más explícita del «Ankörung» sería «los elegidos» y la prueba del «Ankörung», que es totalmente voluntaria, es la más fuerte de todas las que se hayan ideado para el Dobermann. El «Ankörung» no tiene nada que ver con el «trabajo» pues, al igual que la ZTP, es una prueba de morfología y de carácter. De hecho, hay perros que han superado el SchH. I (digamos el nivel de «EGB») que son capaces de pasar el «Ankörung» mientras que hay otros que han superado el SchH. II (comparativamente el COU) y otros muchos que han superado varias veces con éxito las duras pruebas de SchH. III (digamos la graduación de la universidad) que a menudo fallan en la prueba del «Ankörung». Sólo hay tres pruebas al año, todas ellas en Alemania —una en el norte, otra en el sur y la tercera en el centro—. Si el perro aprueba el «Ankörung», recibe el título de «Angekört» con la nota «clase 1» o «clase 2», según su puntuación, por un período de dos años; pasados estos dos años, puede volver a presentarse y si vuelve a aprobar será «angekört de por vida». La ejecución de la prueba es similar a la de la ZTP pero más dura tanto en la parte morfológica como en las secciones en las que se evalúa el carácter. Consiste en un examen morfológico que incluye no sólo la medida de la altura y longitud del cuerpo sino la de las distintas angulaciones. Se toman varias medidas del cráneo para evaluar su coeficiente de longitud; se observa el color y forma de los ojos y la implantación de las orejas y la dentición. Al mismo tiempo se tiene en cuenta el tipo de pelo y la extensión y tono de las manchas de color fuego. A continuación se observa al perro en movimiento. Únicamente los ejemplares que hayan conseguido la calificación de excelente o muy bueno (con un juicio tan estricto que, según los criadores alemanes «es para llorar») pueden seguir adelante.

SAMSON SETH DE GRIFEU. Campeón de belleza y trabajo en Checoslovaquia y Polonia, IPO III, Perro de Rescate-Catástrofe y Angekört. En la prueba de carácter, el perro ha de circular entre un grupo de personas que van moviéndose; estas personas abren paraguas, sacuden bolsas con botellas, etc. Varios tiros de pistola se oyen de cerca y los perros no deben inmutarse ante ello. Está prohibido que el conductor dirija la palabra al perro en ningún momento de la prueba. Posteriormente el grupo desaparece y un figurante entra en el ring. El perro ha de morderle y sujetarle hasta recibir la orden de soltar. Este atacante grita y pega al perro con un bastón «sin piedad», pero si el perro suelta antes de la orden (y a veces los jueces tardan mucho en permitir que ésta se dé), será descalificado. Finalmente el figurante se aleja unos 100 metros y el conductor dará el «alto» y el figurante hace ver que lo ignora y sigue hacia delante. Entonces el perro irá tras él y cuando ya esté cerca, el figurante se gira y amenaza al perro. El perro ha de ignorar la amenaza y lanzarse contra él, mordiendo y sujetando al figurante fuertemente a pesar de la paliza que recibe, hasta que le llegue la orden de soltar.

TANIA DE FURIOSO practicando el ataque lanzado. Únicamente aquellos perros que tienen una gran confianza en sí mismos son capaces de resistir una prueba de este tipo. No suelen ser jóvenes —a menudo tienen entre 5 y 7 años cuando acuden a su segunda prueba— y la resistencia y vigor que se requieren es a veces superior a sus fuerzas. Por ello se puede considerar que aquellos que sí lo consiguen, sobre todo los que sean «Angekört de por vida», son realmente «los elegidos».

PRUEBAS DE TRABAJO

El mundillo del trabajo deportivo con los perros varía mucho de un país a otro, aunque el objeto principal de la enseñanza es siempre el mismo: que el perro pase con la mejor nota posible la «primera escuela» (SchH. I, EPOI o RCII). Para los que quieren seguir adelante, o cuyos perros tienen aptitudes para ello, el siguiente paso es la «segunda escuela» (SchH. II, IPO II, RCI II, etc.) y a continuación la «tercera escuela» (IPO III, SchH III, etc.) que es la prueba de la máxima dificultad. Es a partir de conseguir el nivel III que los perros pueden entrar en «campeonatos de trabajo» donde el objeto ya no es conseguir el diploma de haber alcanzado ese nivel sino el de ganar la prueba con la mayor puntuación quedando «el mejor» entre todos los participantes. (A título anecdótico, hay perros en Alemania que han llegado a pasar el SchH. III más de cincuenta veces, simplemente por el placer del conductor a presentarlos en los distintos certámenes que se organizan.)

Para aquel que no conoce el funcionamiento de estas pruebas, hay que saber que se componen de tres disciplinas; la única diferencia entre la primera y tercera escuelas reside en la dificultad de los ejercicios a efectuar dentro de las mismas disciplinas básicas. La primera de estas disciplinas es el «rastreo», un ejercicio en el que el perro ha de seguir una pista marcada previamente por su dueño o por otra persona, y ha de encontrar algunos objetos dejados en esa pista. La segunda se basa en unos ejercicios de obediencia (andar al lado del conductor con y sin correa, sentarse a la orden, echarse a la orden, saltar una valla y traer un objeto que el conductor había lanzado al otro lado, etc.). La tercera disciplina es la de defensa; el perro primero ha de «encontrar» al figurante y luego cumplir una serie de ejercicios de «mordida» y de «custodia».

BARON CECAR V. RENSLOO efectuando un ejercicio de salto.

Salto de regreso con el «apport» en la boca. Si bien en otra parte de este libro hago alguna referencia a como el dueño puede enseñar a su perro y al adiestramiento profesional para algunos casos determinados, el trabajo deportivo requiere una serie de elementos que hace imposible que el dueño lo haga todo por sí solo. Para el trabajo deportivo es imprescindible pertenecer a un club de trabajo que disponga, en primer lugar, de unas instalaciones adecuadas que incluyen: un campo (a poder ser, con césped) debidamente vallado; un sistema de iluminación del campo para poder trabajar por las tardes (no todos los dueños pueden disponer de tiempo libre durante el día...); una especie de caseta que sirva como sede social y para guardar todos los aparatos y útiles tales como las vallas de salto, los objetos para llevar a cabo los diferentes ejercicios, las «mangas» y trajes de los figurantes etc.; jaulas para poner a los perros mientras esperan su turno en la pista; aparcamiento con sombra por si los perros han de quedarse en el coche, etc. etc. En segundo lugar se necesita un «personal» calificado que, en nuestro caso, entienda de Dobermanns, o en otras palabras el director del club (que puede estar trabajando con sus propios perros) que se encargue de la organización de la distintas actividades, y como mínimo un buen figurante y un ayudante de reserva.

Para ciertas disciplinas del trabajo se suele usar un arnés en vez de un collar. Estas actividades forman parte de la cultura general en países como Alemania y Holanda desde hace más de treinta años, y prácticamente todos los pueblos, incluso los más pequeñitos, tienen un «Hundeplatz» (campo para los perros), a veces uno para cada club de las distintas razas que trabajan. Los terrenos suelen ser cedidos por los ayuntamientos, y son los mismos miembros del club quienes se ocupan de mantenerlos en buenas condiciones. Normalmente hay un edificio tipo caseta como sede social donde los socios se reúnen dos o tres veces por semana. Se pasan vídeos de pruebas de trabajo celebradas en otras localidades, se dan charlas a cargo de algún que otro adiestrador de otro campo, se preparan los eventos que luego van a celebrarse en el campo, etc. Además, es el lugar de reunión de toda la familia, pues a menudo hay una parte del terreno —alejada de donde trabajan los perros— dedicada a los niños, con columpios y hoyos de arena, etc., mientras que los

acompañantes que no trabajan con sus perros pueden pasar la velada allí, y no en un bar cualquiera, charlando de esto y de aquello entre vasos de cerveza o tazas de café que ellos mismos se preparan. Muchos dueños que no van a presentar sus perros en competición también les entrenan en estos campos, y a menudo se ven hasta una veintena de perros de diferentes razas todos ellos haciendo sus ejercicios juntos o bien por separado. Los perros «de competición» suelen tener unos días reservados para que puedan entrenar en serio, siguiendo un cierto plan de ejercicios, y con la intervención de uno o dos «figurantes» para que puedan mejorar la técnica de la mordida. El ambiente en todos estos sitios, o por lo menos los que yo he tenido la oportunidad de conocer, es excelente, y todos se ayudan entre sí en lo que sea menester para que todos los perros de ese club tengan unos buenos resultados en las distintas pruebas que se organicen. En Alemania, por ejemplo, se celebran estas pruebas de SchH. o de IPO con mucha frecuencia, y cada fin de semana hay una o más pruebas en alguna parte. No hay límite en cuanto al número de veces que un perro puede presentarse a estas pruebas, y el hecho de que se organicen tan a menudo es ideal pues así un perro que haya tenido «un mal día» no tiene que esperar mucho tiempo sin poder intentar aprobar de nuevo.

EDZAR DOBRY DU BOIS DE LIESS en un ejercicio de ataque. En España la situación es bien diferente si bien siempre hay algunas excepciones. La práctica de trabajar con el perro en plan deportivo es relativamente nueva aunque poco a poco se intenta promover estas actividades desde las organizaciones oficiales y los clubs de algunas razas. Pero hay muchas facetas para las que todavía no se ve una solución clara: son bien pocos los ayuntamientos que ceden terrenos para estos fines; aquellos que quieren trabajar con los perros no quieren por lo general desembolsar una cantidad razonable para equipar el campo con los elementos que se necesitan, y por otra parte no quieren trabajar ellos mismos para mantener las instalaciones en condiciones; la gente no dispone (o no busca) de tiempo, un mínimo de dos veces por semana, para trabajar con el perro; son pocos los clubs que tengan unas instalaciones adecuadas, lo que significa tener que desplazarse bastantes kilómetros para poder acudir a ellos... Los directores de los clubs (muchos de los cuales son «privados» y a menudo lucrativos) no siempre saben lo suficiente para enseñar bien a los perros, y aun cuando saben cómo tratar a otras razas no suelen tener mucha idea de cómo es un

Dobermann y la forma específica de trabajar con él. Además, la gente suele dividirse en dos grupos que resultan antagonistas: los perros «normales» y los perros «guapos». La mayoría de los que viven cerca del campo acuden con sus perros que no son de una calidad morfológica adecuada para competir en exposiciones de belleza, y tienen la costumbre de menospreciar a los que sí lo hacen como si fuesen un poco «dandy» o «cursi». Su objetivo suele ser enseñar al perro para que «se comporte bien», aunque hay otros que sí quieren destacar en las pruebas de trabajo oficiales para tener así un título para su perro. (Lo más grave es cuando se dedican al trabajo únicamente porque el perro no está a la altura de la competición de belleza, y entonces su antagonismo contra el segundo grupo es aún más acentuado). El segundo grupo, los que compiten en belleza, normalmente «necesitan» pasar una prueba para poder optar al título de campeón internacional o en todo caso para poder presentar sus perros en la «clase trabajo» y no en la «clase abierta», estableciendo así que su perro no sólo es bello sino además que tiene las aptitudes de la raza para el trabajo. Este grupo es, por su naturaleza, altamente competitivo y su meta parece ser más la de destacar por encima de todos los demás y no la de ayudar a los demás para que todos logren aprobar. Suelen considerarse «el élite todopoderoso» y se impacientan cuando el adiestrador o figurante pierde el tiempo (según ellos) con los demás. Obviamente el ambiente en estos círculos no es particularmente ameno que digamos, y los clubs de trabajo a menudo fracasan y cierran sus puertas al cabo de algunos años. Evidentemente no siempre es así de negro como acabo de describir y hay «clubs de amigos» que funcionan muy bien y otros «clubs de trabajo» en algunas zonas del país donde puede encontrarse una organización aceptable.

EXPOSICIONES DE BELLEZA

No es mi intención describir el procedimiento que se sigue en las exposiciones caninas, pues esto es algo que cualquier aficionado puede ver por sí mismo acudiendo a cualquiera de los certámenes de este tipo que se organizan por lo menos una vez al año por todo el país. Lo que sí quisiera explicar es para qué sirve una exposición, tema sobre el que existe un gran desconocimiento, y dar cuenta de los certámenes más relevantes en el mundo del Dobermann en Europa.

Rex-Rocco v. Druidenstein en una exposición. Un concurso o exposición de belleza no es, como muchos piensan, una reunión de dueños afeminados con perros por el estilo. Para los criadores serios, las exposiciones son una especie de escaparate o pasarela de modelos. Esta es prácticamente la única oportunidad que tienen para poder mostrar en público cómo son sus perros, para que éstos obtengan las recompensas por su pureza de raza (que no son de tipo económico), para que su labor y aciertos como criador sean reconocidos, y para poder aprender algo más sobre su raza mediante la actuación de un buen juez especialista. No hace falta «ganar» —aunque sea muy gratificante— porque muchas veces la satisfacción llega al ver en el ring a un cachorro o joven criado en casa, o al ayudar e intentar explicar a su nuevo dueño algún detalle que escapa de su comprensión. Desde luego una exposición es el lugar idóneo para poder promocionar tu raza, de explicar cómo es y qué virtudes tiene y, en el caso del Dobermann, de poder contribuir en algo a «desmitificar» la idea de «perro asesino» que tanta gente tiene todavía. Para los propietarios que han adquirido un ejemplar de una raza determinada, es la oportunidad que tienen de saber por boca del juez especialista hasta qué punto su perro es «perfecto» o los defectos que tiene. Es la forma de introducirse en un mundillo fascinante, un lugar en el que mediante la charla con personas más entendidas se puede aprender cosas nuevas sobre cómo tratar a su perro, cómo educarlo, cómo alimentarlo mejor,

qué tipo de ejercicio necesita, cómo hacer destacar sus virtudes, etc. Para aquellos que piensan adquirir un perro, es el sitio idóneo para en primer lugar ver «qué razas hay», para poder guiar sus preferencias hacia un tipo de perro u otro. Es absurdo —y por desgracia hay mucha gente que se olvida o prescinde de sus circunstancias reales a la hora de elegir una raza, dejándose llevar por una imagen que les gusta— pretender tener un perro enorme y peludo en un apartamento pequeño, como también es absurdo pretender que un perrito faldero vigile una fábrica... Posteriormente, una vez hayan estudiado todas las razas apropiadas y ya se hayan decantado por una de ellas, estas personas que quieren tener un perro pueden usar una exposición como punto de partida para entrar en contacto con los distintos criadores que estén allí, para obtener una buena información personal, y saber la fecha en que habrá algún cachorro disponible. En este punto creo que debo añadir que, al menos en cuanto al Dobermann, los criadores no suelen tener muchos perros porque al ser un perro «personal», éstos normalmente viven en casa y no enjaulas en el exterior. En consecuencia, el número de camadas que pueden tener al año no suele pasar de dos o tres, y si esos criadores están bien acreditados a menudo tienen una lista de espera, con lo que raramente podrás llevarte un cachorro «de inmediato». Pero volvamos a las exposiciones... Aparte de lo que éstas representan para los grupos que acabo de mencionar, también forman parte de una afición que se comparte con la gente más diversa —encuentras desde la gente del mejor nivel social hasta el que ocupa el último eslabón—; gente de gran cultura al lado del que no sabe apenas nada; gente adinerada codo a codo con el que no tiene «un duro»; en fin, gente de todo tipo, sin que tenga importancia su origen, edad, sexo, ideología o forma de vestir. Se crean amistades (y enemistades), a veces se reencuentran compañeros de ring después de varios años sin verse, se aprende algo nuevo cada día, se intercambian experiencias y anécdotas; además, las exposiciones son una magnífica «excusa» para viajar y conocer así no sólo regiones nuevas de tu país sino países extranjeros y, cómo no, a las personas de allí con quienes tienes algo en común —el perro. Evidentemente la afición al mundillo del perro en general es costosa (pero lo mismo podría decirse de determinados deportes, de la práctica de coleccionar antigüedades, etc.) y además es algo muy exigente porque, a

diferencia de una colección de sellos, no puedes guardar a los perros en un cajón hasta dentro de un par de semanas o hasta que te apetezca jugar un rato con ellos... Por otra parte, para un «adicto» a este mundillo, sea criador o dueño de un ejemplar determinado, una de las mayores satisfacciones radica en el reconocimiento de su labor, bien mediante un premio importante concedido al ejemplar que le pertenece, o mediante la conquista de un título determinado, así como por la calidad constante de los ejemplares que cría.

HILLO ROYAL BELL con su criador, Sr Belko. La magnífica e «invencible» Campeona JAMAHA ROYAL BELL de Croacia.

Vista general de la monográfica francesa en el incomparable marco del

Castillo de Mauvières.

ALGUNOS BE LOS CERTAMENES MÁS IMPORTANTES EN EL MUNDO DEL DOBERMANN

Cada año, al igual que todos los demás clubs de Dobermann en toda Europa, el Dobermann Club de España organiza una exposición monográfica a la que suele acudir un buen número de perros no sólo nacionales, sino de otros países para intentar conseguir el CAC («Certificado de Aptitud para el Campeonato») o la nota de «excelente» necesario (al menos aquí) para poder optar al título de Campeón de España. Posiblemente la monográfica más relevante en cuanto al número y calidad de los ejemplares sea la de Alemania (el «DV-Schau») que cada año se celebra en un lugar distinto (normalmente en el marco de un campo de trabajo) de aquel país; el ganador de cada categoría (machos negros, machos marrones, hembras negras y hembras marrones) sólo recibe el título de «DV-Sieger» si ha aprobado la prueba de ZTP y alguna prueba de trabajo. (El único ejemplar español que lo ha conseguido, si la memoria no me falla, fue Tor-Bay de Amiluc). También se otorgan los títulos de «DV Jugendsieger» (campeón joven del DV) correspondientes. La monográfica francesa también reúne un buen número de perros de excelente calidad, y se celebra cada año en el Castillo de Mauvières a unos cuantos kilómetros de París. Una de las exposiciones más renombradas de entre aquellas que son exclusivamente para Dobermanns es la IDC (Dobermann Club Internacional). La organización de este certamen corresponde cada año a un país europeo distinto; en 1991 fue en Luxemburgo, en 1992 en Budapest (Hungría) y en 1993 cerca de Hamburgo (Alemania). España tuvo el honor de organizaría en 1985 en el incomparable marco del Castillo de Perelada, (Figueras), alcanzando un gran éxito. En estas exposiciones se otorga el título de «Campeón IDC» a los cuatro ganadores respectivos, y los títulos correspondientes para los mejores jóvenes. A nivel de exposiciones generales, o sea para todas las razas, las más importantes en España son las de Madrid, en sus ediciones de primavera y otoño, donde se concede el «punto de CAC» para el Campeonato del país.

Estas, así como otras que se celebran en distintas capitales del país, son exposiciones internacionales, lo que significa que no sólo se puede optar al CAC sino también al CACIB (Certificado de Aptitud para el Campeonato Internacional de Belleza), por lo que competidores de otros países suelen acudir para intentar ganar ese CACIB con el que tal vez cumplan todos los requisitos para obtener el título de Campeón Internacional correspondiente. En el plano internacional son muchas las exposiciones que bien vale la pena visitar, con o sin perro, por lo que sólo voy a mencionar las más famosas y renombradas. En Alemania: la Bundessieger (octubre) y la Europasieger (mayo), ambas en la ciudad de Dortmund. En Francia, Longchamps (mayo) en París. En Holanda, el Winners (noviembre-diciembre) en Ámsterdam. El «Eurodog» que se celebra en Courtrai (Bélgica) en noviembre y el «Trophy» de Luxemburgo de primavera completan esta serie. A nivel de trabajo, hay actualmente tres certámenes anuales en los que cualquier interesado en este tema puede disfrutar. Uno de ellos, el más antiguo, es el «Meisterschaft» alemán en el que compiten únicamente los dos mejores Dobermanns de cada una de las distintas regiones alemanas. Incluso las pruebas previas de selectividad son de gran interés, y el nivel de estos perros es muy, muy alto. Es un gran honor no ya quedar como ganador en estos campeonatos sino simplemente tener el privilegio de participar y, según tengo entendido, el único español que lo haya conseguido es José M. Bulo en la edición de 1993 con su macho alemán «Bairon v. Führenkamp», quedando en un excelente quinto lugar.

TOR BAY DE AMILUC. El Dobermann español más premiado en Europa.

El segundo es un certamen que se celebró por primera vez en 1992 en Bélgica (y en 1993 en Utrecht, Holanda) que se llama el «World Cup» y, como es de suponer, los seleccionados para competir en esta prueba que dura tres días tienen un nivel muy elevado. El tercer certamen de interés es la celebración de los Campeonatos Europeos de Trabajo; esta competición está abierta a perros de todas la razas. Los ejemplares compiten individualmente y también por equipos nacionales, y se suelen ofrecer unas demostraciones de «otras disciplinas de trabajo» a cargo de grupos o clubs de diferentes países.

EL DOBERMANN DE COMPETICION

Para poder competir con alguna esperanza de triunfar en las distintas actividades organizadas por los distintos organismos caninos, hay que tener un «buen material». La adquisición de un buen perro a este nivel sólo podrá lograrse a través de un buen criador, y el que pretenda conseguir un cachorro «bueno, bonito y barato» y luego convertirlo en un gran campeón es tan iluso como ignorante.

HAITO. Son muy pocos los Dobermanns «sin afijo» que llegan a obtener premios importantes. Este macho es una excepción. Tampoco es sencillo «ir a Alemania» con el fin de obtener algo extraordinario. En primer lugar, a un nivel realmente alto, lo de «fuera» ya no es mejor que lo de «aquí» e incluso los perros nuestros a menudo son solicitados precisamente por extranjeros aficionados tanto al trabajo como a exposiciones de belleza. Pero si ésa es tu idea, primero necesitarás contactos y unas muy buenas «referencias» para que te concedan algo más o menos bueno, y aun así los realmente excelentes se quedan allí... Mucha gente ya se va dando cuenta que las cosas buenas tienen un valor determinado —¿Acaso alguien cree que va a conseguir un coche de lujo al

precio de un coche de «batalla»? ¿Acaso cree que el segundo va a tener las mismas prestaciones que el primero?—. Pero en el caso de un ser vivo, no es bastante con adquirirlo para que se convierta en estrella; hay que cuidarlo y prepararlo adecuadamente... Hay personas quienes, tras hacer el primer paso de adquirir su cachorro a un buen criador, contemplan la posibilidad de presentarlo en alguna exposición. Dicen: «Me encantaría tener un perro de exposición, y si sale guapo lo llevaré». Señores, esto no es así. Un justo equivalente sería decir: «Si a los doce años veo que mi hija juega bien al tenis, la haré tenista para que gane en Wimbledon». Todo el mundo sabe que hoy en día la competición en el mundo del deporte es de un altísimo nivel y que las verdaderas estrellas, aparte de sus cualidades innatas, llevan entrenándose desde su infancia. El mundo del perro es algo parecido: el «campeón» no sólo nace, sino —y sobre todo, lo más esencial— se hace.

BRITT V. STEVINHAGE. Una presentación correcta es esencial para competir con éxito.

CAPITULO 13: LA EVOLUCION DE LA RAZA A TRAVES DE LAS HEMBRAS DURANTE toda la historia de la raza Dobermann ha habido una serie de criadores que han sido un ejemplo para los demás, marcando la pauta a seguir. Pero raramente la gente se pone a pensar que a esos criadores el reconocimiento no les ha llegado por casualidad sino por un trabajo duro de fondo junto con una intuición, una especie de «buen ojo» innato, un instinto natural que es algo impasible de explicar ni adquirir...

TRIANA DE GRIFEU. Todos los criadores que han llegado a tener éxito han tenido la suerte de contar con una de las bases más importantes, el sueño de todo criador: una hembra genéticamente dominante. Sólo en muy pocos casos el éxito de un criador se debe a un macho, pues si bien éste podrá proporcionar unos buenos resultados a los criadores que lo utilizan como semental para sus hembras, nunca podrá ser la base del criadero de donde desciende.

D ’ORLANE DE LANDRY’S. Con ello no quiero decir que estos criadores «elegidos» sean los únicos que han hecho progresos importantes para la raza. Hay un verdadero ejército de aficionados que han trabajado duro para el Dobermann pero que posiblemente en sus primeras camadas no han tenido la «suerte» de tener esa hembra «clave» ni las circunstancias a su favor, circunstancias que en muchos casos han hecho que estas personas no siguieran adelante. En otras, su amor al Dobermann ha sido lo que ha mantenido su afición e interés en el progreso de la raza por encima de sus intereses propios, y su perseverancia a menudo se ha visto recompensada simplemente por la satisfacción de haber hecho las cosas bien. Si pensamos en el gran número de verdaderamente excelentes perros que muchos dueños han echado a perder, la labor de esos aficionados sin grandes éxitos reconocidos es digna de elogio. En esta sección quisiera mencionar algunos afijos de ciertos criadores destacados, pero no aisladamente sino uniendo sus nombres a los de las hembras que les abrieron las puertas del éxito. Estas a veces fueron criadas por ellos, pero en otros casos fueron adquiridas a otros criadores (a veces a aquellos que no lograron triunfar por sí mismos). Para ello, hemos de remontar en la historia del Dobermann hasta sus principios, a aquellas hembras que, con su potencial genético, asentaron las bases para lo que el Dobermann ha llegado a ser: uno de los perros más hermosos y útiles del mundo entero.

Durante los primeros años de la historia de la raza, hubo muy pocos afijos y todos ellos son «importantes» por la sencilla razón de que el número de ejemplares fue evidentemente muy reducido y los cruces solían hacerse entre un número limitado de perros cuyos orígenes eran prácticamente los mismos. Uno de los pioneros fue Goswin Tischler, con el afijo de «von Grönland»; no sólo se le conoce como el criador del primer Dobermann registrado (Graf Belling) sino por un buen número de hembras que llevarían la raza a varios países de Europa. | Otro criador que ya hemos mencionado al hablar de los machos más destacados de esa época fue Otto Göller, de «von Thüringen» y si bien muchos de los perros criados por él llegaron a tener un lugar en la historia de la raza, hay ciertamente algunas hembras que dejaron una huella imborrable. Una de ellas fue Ullrich’s Glocke v. Thüringen, madre de Hellegraf v Thüringen, (un macho que a menudo es citado como el primer Dobermann en serio si bien, como hemos podido apreciar, esto no es cierto). PEDIGREE DE ULLRICH’S GLOCKE V. THÜRINGEN: Lux Graf Belling v. Thüringen Tilly v. Grönland Ullrich’s Glocke v. Thüringen Schnupp Freya v. Thüringen Heltrude Sybille v. Langen, luego llamada «Sybille v. Langen-Silberberg», (1909) fue la hembra fundadora del criadero «von Silberberg» de la Sra. H. Stahr de Berlín. De «Sybille» se sabe que era hija de «Lord v. Ried» (hijo de «Hellegraf») y de una hembra llamada Stella que era mitad-Dobermann y mitad-Galgo Inglés (ver la sección de Los Orígenes). Su influencia en la raza fue fundamental y si bien transmitió algunas características muy favorables, también pasó unos serios defectos, entre ellos su falta de carácter y su tipo de cabeza. «Sybille» contribuyó a afianzar la moda de intentar conseguir que los Dobermanns tuvieran el morro muy alargado y en punta, un defecto que

persistió durante muchas generaciones. (En esa época incluso hubo algún propietario quien, para favorecer las posibilidades de que su macho fuese elegido como semental, hizo retocar una fotografía, eliminando la parte de la mandíbula inferior, para dar esa impresión de «morro en punta». PEDIGREE DE SYBILLE V. LANGEN: Hellegraf v. Thüringen Lord v. Ried Beda Frischauf Sybille v. Langen Galgo Inglés Stella Dobermann De «von Grammont», afijo del Sr. Kloeppel de Holanda, nos llegó la herencia de unas hembras fuera de serie: Undine von Grammont (1915) y su hija marrón Angola von Grammont (1917). Según Gruenig, esta última fue «indiscutiblemente la hembra más hermosa de su época; no sólo era una maravilla desde el punto de vista genético sino además, e infinitamente más importante, era una reproductora de primer orden». Antes de ser enviada a los Estados Unidos para ser la hembra base del criadero «White Gate» del Dr. Mohr, «Angola» dejó en Holanda hijos (de Prinz Carlo v.d. Koningstad) de la talla de Prinz- Favorit e Ilisa v.d. Koningstad (criador Sr. Akkeren), como «el testimonio más elocuente de su valor individual y hereditario para la raza en Europa». PEDIGREE DE ANGOLA VON GRAMMONT: Fernando v. Merseberg Rival’s Adonis Helga v. Jägerhof Angola v. Grammont Edelblut v. Jägerhof Undine v. Grammont

Carmen v. Kraichgau

ANGOLA V. GRAMMONT, estudio de cabeza. Otro criadero alemán que adquirió una verdadera joya en 1915 fue el de «von Blankenburg», la hembra Asta Voss (1915). Esta maravillosa reproductora en combinación con el macho «Burschel v. Simmenau» produjo a Lux v. Blankenburg, y con el macho «Belling v. Berlin» a Troll v Blankenburg. Según Gruenig «en su potencial genético era tan importante que ninguna otra podía competir con ella en su época». PEDIGREE DE ASTA VOSS: Prinz Modem v. Ilm-Athen (*F5) Edelblut v. Jägerhof Tatjana v. Jägerhof Asta Voss Theo v. d. Funkenburg Senta v. Jägerheim Liesel v. Seeberg El criadero de Herr Mehrlander de Alemania, «von Stolzenberg» tuvo la suerte de contar con la hembra Lotte I von Simmenau (1918). Mediante unos cruces acertados (entre los que se cuenta la combinación con «Troll v. Blankenburg» que produjo las destacadas Asta v. Stolzenberg y Dilly v. Stolzenberg), esta reproductora proporcionó grandes éxitos en los años veinte a su propietario (como también lo hizo su hija «Asta» en los Estados Unidos donde dejó su huella en la evolución de la raza durante varias generaciones).

PEDIGREE DE LOTTE I VON SIMMENAU: Bodo v. Hornsheim Alex v. Simmenau Borste v. Falkenhain Lotte I v. Simmenau Moritz v. Burgwall Gudrun v. Homegg Helga v. d. Pfalz Lotte v. Röneckenstein (1922) fue para el criador de «von Sigalsburg» de Alemania lo que «Lotte I v. Simmenau» había sido cuatro años antes para «von Stolzenberg», y los ejemplares que descendieron de los cruces producidos entre estos dos criaderos estaban destinados a destacar sobre los demás de la época. De entre ellos encontramos sus hijos Ari y Aldo v. Sigalsburg mediante el cruce de «Lotte» con «Lux v. Blankenburg». «Esta» Lotte era precisamente hija de uno de los mejores machos de todos los tiempos, Alex v.d. Finohoehe, quien en palabras de Gruenig: «Tenía el mejor pedigree que podría concebirse o construirse; ningún perro ni de hoy ni del pasado puede compararse a él; fue un desastre para la raza en Alemania que este macho, el más valeroso de todos, fuese pasado por alto por la mayoría de los criadores.»

LOTTE I VON SIMMENAU. PEDIGREE DE LOTTE V. RONECKENSTEIN: Achim v. d. Langerode

Alex v. d. Finohoehe Leddy v. d. Blankenburg Lotte v. Röneckenstein Troll v. Blankenburg (*F5) Dora v. Wiesengrund Lea v. Weissenfels En este momento sería oportuno recordar al lector que, con motivo de la Primera Guerra Mundial, un número considerable de los mejores ejemplares Dobermann, tanto machos como hembras, fue exportado a los Estados Unidos, aunque a menudo no sin antes haber dejado algunos hijos en su Alemania natal. Varias de estas hembras y sus hijas representarían la base de algunos de los criaderos más destacados de América, y si bien valdría la pena estudiar la evolución de la raza a través de ellas, me temo que la labor de investigación sería demasiado extensa para esta edición. De todas formas, hay una hembra alemana en la historia del Dobermann que de ninguna manera podemos pasar por alto: la incomparable Jessy v. d. Sonnenhöhe (1934). Cubierta por el campeón «Troll v. Engelsburg», dio una camada de la que saldrían dos «sieger» alemanes, Freya y Ferry v. Rauhfelsen. Pero fue en los Estados Unidos, en el criadero «Westphalia» del Sr. Fleitmann, donde «Jessy» realmente haría historia: cubierta por «Karl v. d. Rheinperle», dio una camada con nada menos que siete campeones; cubierta al año siguiente por el campeón americano Pericles of Westphalia, daría seis campeones más, entre ellos el tan famoso «Uranus». Esta hembra, a través de su numerosa descendencia, se encuentra todavía hoy en los pedigrees de casi todos los Dobermanns de América. PEDIGREE DE JESSY V. D. SONNENHÖHE: Helios v. Siegestor Cherloc v. Rauhfelsen Prinzess v. Simmenau Jessy v. d. Sonnenhöhe Dewald v. Ludwigsburg Alice-Bella v. d. Sonnenhöhe

Asta v. d. Sonnenhöhe Pasando ya a los años cuarenta, el primer criadero que me viene a la mente, y que todavía hoy en día perdura (bajo la dirección del Sr. Zwan), es el de «van Neerlands Stamm» de Holanda, y una pequeña historia de la labor de su fundadora, la veterana Sra. Knijff-Dermout, se da en otra sección de este libro. También destacan los criaderos alemanes de «Germania» y «Romberg», pues entre las hembras de estas dos procedencias dos pasaron a las manos del criadero del Sr. Wilking de «von Forell» para producir algunos de los perros destinados a dejar su huella en la historia de la raza. Como hijos de Cita Germania podemos citar al famoso Chico von Forell (*F5 - hijo de Odin v. Forell) y los hermanos Rondo y Rita von Forell (hijos de Arco de Fayette Corner). Como hijos de Kira von Romberg hay que mencionar a Flint von Forell (hijo de Chico v. Forell) y los destacados hermanos Bonni y Bryan von Forell (*F5 - hijos de Vello v. Fürstenfeld).

JESSY V D. SONNENHÖHE PEDIGREE DE CITA GERMANIA: Casar v. Klockenhof Casar v. Weideneck Fanny v. Fasanenheim Cita Germania Goetz v. Bismarcksteeg

Reni Germania Anja v. Weheberg

CITA GERMANIA. PEDIGREE DE KIRA V. ROMBERG Tell v. Priorei Bingo v. Dornberg Goldline Sandfontain Kira v. Romberg Amor v. Moselland Ilka v. Romberg Helia v. Romberg Uno de los criadores más carismáticos de todos los tiempos en Alemania fue el recientemente fallecido Hermann Palmer (gran especialista en temas de la nutrición del Dobermann) quien en los años cincuenta y sesenta crió unos perros incomparables en el aspecto genético con el afijo de «von Fürstenfeld». Entre los muchos ejemplares que se hicieron famosos habría de destacar los hermanos Citto (*F5) y Citta von Fürstenfeld, hijos de «Lump v. Hagenstolz» (*F5) y de Carmen von Felsingpass, una excelente reproductora que el Sr. Palmer había adquirido. Posiblemente el más importante de todos fue Vello von Fürstenfeld (*F5 - hijo de Citta del macho «Bordo v. Fürstenfeld») quien se encuentra en el pedigree de tantos y tantos de los Dobermanns de mayor renombre de hoy en día.

PEDIGREE DE CARMEN V. FELSINGPASS: Amor v. Haus Bormes Igon v. Naunhof Gitta v. d. Süchteiner Carmen v. Felsingpass Boris v. Rehwalde Hede v. Felsingpass Ada v. Satoriushof

CARMEN V. FELSINGPASS. Dona v. Eichenhain (Alemania, 1967) fue una de las hembras más destacadas en su día, criada puramente de las líneas «von Forell». Obtuvo numerosos títulos de belleza (Campeona de la DV-Schau y Bundessieger, Campeona internacional y de Alemania) y pasó su SchH. «Dona» fue la hembra base del criadero de «von Hagenstern» y, en combinación con «Bonni v. Forell», fue la madre de perros que han tenido una gran influencia en la raza. Uno de ellos, «Ero v. Hagenstern» (que luego obtuvo el título de Bundessieger) fue exportado al criadero francés de Festiano de la Sra. Ramel donde fue utilizado ampliamente por criaderos de ese país; otro fue «Jurgen v. Hagenstern», exportado a Holanda, el semental preferido de Ferdinand Demanköe de «von Ferrolheim» y ganador de numerosos títulos en toda

Europa. Otro hijo, «Jago v. Hagenstern», era utilizado por «v. Eschenhof», siendo el padre de la magnífica «Helena v. Eschenhof». PEDIGREE DE DONA V. EICHENHAIN: Arco of Fayette Comer Rondo v. Forell Cita Germania Dona v. Eichenhain Bingo v. Domberg Helia v. Forell Vilja Germania

DONA V. EICHENHAIN. A partir de los años setenta, el número de criaderos que han contribuido al progreso de la raza es tan extenso que sería imposible elaborar un resumen que fuera equitativo e hiciera justicia tanto a los que se mencionaran como a los que pudieran quedar excluidos. Por esta razón me limito a citar únicamente a algunas de esas hembras que, en mi opinión (que no deja de ser subjetiva e influenciada por mis propios conocimientos, gustos y experiencia), han sido realmente pilares de la historia del Dobermann, con la mención de tan sólo unos pocos de sus hijos respectivos. Amanda v. Stifthub (Alemania, 1971) fue exportada a Holanda para ser la base del criadero holandés de Ferdinand Demanköe. En combinación con el macho «Jurgen v. Hagenstern» fue la madre de Aldo, Armin, Abbas y Astrid- Amanda «von Ferrolheim» (*F14) y más tarde de la campeona mundial Gwendolyn von Ferrolheim. «Amanda», cubierta con un macho de

procedencia americana, «Pinemeade’s Independence», produjo al campeón mundial Keegan von Ferrolheim (*F14) que fue exportado a Italia. Los perros «von Ferrolheim» tuvieron un gran impacto en la mejora de la raza no sólo en toda Europa sino en Indonesia y Australia. En Italia puede decirse que representaron la base de casi todas las líneas más importantes de hoy en día. PEDIGREE DE AMANDA V. STIFTHUB Odin v. Forell Chico v. Forell (*F5) Cita Germania Amanda v. Stifthub Basko v. Obertal Hesta v. Ellendonk Dixi v. Krakau

AMANDA V. STIFTHUB: PEDIGREE DE GÜNTHERSFORST BURGA: Boris v. Hagenstolz Tex v. Frankenland Lady v. Frankenland Günthersforst Burga Cliff of Fayette

Comer Günthersforst Jasmin Günthersforst Carmen Günthersforst Burga (Finlandia, 1971) fue exportada a Noruega. Esta hembra, en combinación con «Bryan v. Forell» tuvo el honor de ser la madre de uno de pilares del Dobermann de todos los tiempos, Guy ’s Hilo v. Norden Stamm (*F5) y su hermana Guy ’s Heidi. Fue una verdadera desgracia para la raza, sobre todo en Escandinavia, que por desacuerdos entre sus copropietarios Günthersforst Burga no pudiera tener más descendencia.

Iris v. Franckenhorst (Holanda, 1974). Esta hembra fue la base del criadero holandés actualmente en activo de «v. Diáspora». Su madre, «Olive of Bamby’s Pride», de orígenes puramente alemanes como puede apreciarse en el pedigree, fue importada del Japón por los Sres. Franquemont. Esta Iris v. Franckenhorst cosechó numerosos títulos, aunque posiblemente sea recordada sobre todo por haber sido la madre de dos perros realmente magníficos: el macho negro «Caecilius Cassander v. Diáspora» (*F14) y la hembra marrón «Ere-Iris-Ezra v. Diáspora».

IRIS V. FRANCKENHORST. PEDIGREE DE IRIS V. FRANCKENHORST: Casar v. Beelen Arro v. Buchenberg Ira v. Rotbachtal

Iris v. Franckenhorst Odin v. Forell Olive of Bamby’s Pride Rita v. Forell Como base del criadero alemán «von Nymphenburg» de Iris Krummel hemos de citar a dos hembras realmente fuera de serie. En primer lugar, Cora von der Brunnenstadt (Alemania, 1974) quien en combinación con «Eick v. Eschenhof» fue madre de la espectacular camada «A», incluyendo a la destacada Athene von Nymphenburg (*F14) quien pasó a ser propiedad del Sr. Müller de «von Eschenhof». La segunda sería Helena v. Eschenhof Alemania 1975) a quien el juez especialista, Ottmar Vogel calificó como «una perra de ensueño». Tuve la oportunidad de conocer a esta «Helena» personalmente y aun siendo muy mayor seguía teniendo un carácter afable y equilibrado (no en vano fue «Angekört de por vida»). Entre muchos otros hijos de gran calidad, «Helena», en combinación con «Eick v. Eschenhof» (*F5), produjo a los grandes campeones «Brutus», Berenike (*F14) y Bellona von Nymphenburg y con el macho «Orpheus v. Eschenhof» a Feus, Fariña (*F14) y Fenicia von Nymphenburg. Bellona y Fariña von Nymphenburg fueron dos de las hembras base del criadero holandés «von Stevinhage», y en una sección aparte se relata la historia tanto de «von Nymphenburg» como de éste.

CORA V.D. BRUNNENSTADT. HELENA V. ESCHENHOF PEDIGREE CORA V.D. BRUNNENSTADT:

Prinz v. Forrelenbachle Lux v. Steinweg Conny v. Steinweg Cora v. Brunnenstadt Vello v. Fürstenfeld Gitta v. Hesenland Daisy v. Hessenland PEDIGREE HELENA V. ESCHENHOF: Bonni v. Forell Jago v. Hagenstem Dona v. Eichenhain Helena v. Eschenhof Flint v. Forell Eni v. Eschenhof Fee v. Hagenstem

ZARINA V. NORDEN-STAMM. Zarina v. Norden Stamm (Noruega, 1976) fue exportada a Alemania donde sería la base del criadero «von Allgau». En combinación con «Aldo v. Ferrolheim» fue madre de Anna von Allgau, una fuerte hembra marrón que fue cedida al criador italiano R. Zorzi quien no acertó en los cruces con ella.

Zarina también fue madre (con «Glenn v. Ferrolheim») de la magnífica Baccara v. Allgau quien destacó por derecho propio como la madre de la magnífica camada «E» con Evita, Eische y Elaine v. Allgau. PEDIGREE DE ZARINA V. NORDEN STAMM («inbreeding»): Bryan v. Forell (*F5) Guy’s Hilo v. Norden Stamm (*F5) Günthersforst Burga Zarina v. Norden Stamm Bryan v. Forell Guy’s Heidi v. Norden Stamm Günthersforst Burga

DEVINA V. HELLEGRAF STAMM. Devina v. Hellegraf Stamm (Suecia, 1978). Esta hembra fue adquirida por el Sr. Zorzi de Italia como una de las bases de su criadero «Littorio». Junto con su hermana «Daniela», esta hembra tuvo una gran influencia en la evolución de la raza en aquel país. PEDIGREE DE DEVINA V HELLEGRAF STAMM: Vello v. Fürstenfeld (*F5) Bryan v. Forell (*F5) Kira v. Romberg Devina v. Hellegraf Stamm

Guy’s Hilo v. Norden Stamm (*F5) Birka v. Hellegraf Stamm Anka v. Hellegraf Stamm Castra von Frankenland (Alemania, 1978) dio un nuevo impulso al criadero de los Sres. Schellmann a pesar de que nunca fue llevada a una exposición. En sus distintas camadas produjo numerosos hijos y nietos que consiguieron los mayores títulos tanto de belleza como de trabajo. En combinación con «Bronco v. Zenn», fue madre de Golf y Gwendy von Frankenland, y con el holandés «Bjorn v. Stokebrand» fue madre de la soberbia Yembi v. Frankenland quien ha conseguido muchos títulos y a su vez es una excelente reproductora. PEDIGREE DE CASTRA VON FRANKENLAND: Eick v. Eschenhof (*F5) Athos v. Nymphenburg Cora v.d. Brunnenstadt Castra v. Frankenland Guy’s Hilo v. Norden Stamm (*F5) Xira v. Norden Stamm Oiri v. Norden Stamm

VIVRE-VIVIEN V FRANCKENHORST.

Vivre-Vivien von Franckenhorst (Holanda, 1980). Esta hembra fue retenida por sus criadores Sres. Franquemont para quienes produjo unos ejemplares que volverían a lanzar el nombre de Franckenhorst a la cima de la fama: en combinación con «Pompie Dutch Dictator» fue la madre de Alexis von Franckenhorst (base del criadero belga «von Raubenstein»); con el macho «Arrow v. Harros’Berg», fue la madre de Dea Dolores von Franckenhorst (adquirida por «von Neerlands Stamm»); y con «Hertog Alpha v. le Dobry» fue madre de la destacada camada «G» con Golda, Gringo y el Dobermann más premiado de todos los tiempos, Graf Guido von Franckenhorst (*F2). Con toda justicia habría que mencionar el potencial hereditario de todas las hembras de la camada «V» de von Franckenhorst pues no sólo VivreVivien sino también sus hermanas Vilja von Franckenhorst (base del criadero francés «des Landrys») y Vitesse von Franckenhorst (base del criadero holandés «von Harro’s Berg») han sido excelentes reproductoras. Otra hermana, Virna von Franckenhorst, vino a España y fue la madre del conocido campeón «Dustin de Torrelobato». PEDIGREE DE FRANCKENHORST:

VIVRE-VIVIEN/VILJA/VITESSE/

VIRNA

V.

Guy’s Hilo v. Norden Stamm Nimrod-Hilo v. Franckenhorst Olive of Bamby’s Pride «V» von Franckenhorst Ingo v. Forell Medina dei Piani Praglia Della v. Franckenhorst Jade de los Valientes (España, 1980). Esta magnífica hembra reproductora quedó en propiedad de su criador, Gerardo Meyer, convirtiéndose en la madre de muchos campeones, destacando entre ellos Otto de los Valientes, y la tan premiada Jolly de los Valientes (*F8). Jill de los Valientes, hermana de camada de «Jade», fue la hembra base del criadero «Amiluc». El más espectacular de todos sus hijos (en la combinación con el

macho holandés «Ebo v.d. Groote Maat») fue sin duda Tor-Bay de Amiluc (*F12) quien, a principios de los años noventa, conquistó los principales títulos europeos y ganó la clase reproductor del DCE en 1993. PEDIGREE DE JADE Y JILL DE LOS VALIENTES: Graaf Questor v. Neerlands Stamm Graaf Günther v. Krassum Onanda van’t Zandbosch Jade de los Valientes Mentor Favorita de los Valientes Deirdre de los Valientes

ESMIR VAN HERMANSJOMAIK. Esmir van Hermansjomaik (Holanda, 1982). Esta hembra fue la base del criadero holandés «van het Wantij» de los Sres. Gelder a quienes ha proporcionado grandes éxitos, entre ellos «Lara» y «Lorenzo-Macho v.h. Wantij». En su combinación con «Hertog Alpha v. le Dobry», «Esmir» fue madre del renombrado Hargos van het Wantij (*F5) y de su hermana Haida van het Wantij (base del criadero francés «La Tannière d’Or»). PEDIGREE DE ESMIR VAN HERMANSJOMAIK: Bingo v. Ellendonk

Nicolai v. Klosterkamp Boscha v. Klosterkamp Esmir v. Hermansjomaik Alva v. Franckenhorst Bonita v. Rensloo Grafin Grazie-dotter

ALIDA V. FLANDRISCHEN-LOWED y su hija KATINA V. NORDEN STAMM. Alida v. Flandrischen Löwen, (Alemania, 1984) fue adquirida, junto con su hermana Anka, por Jens y Alison Kollenberg de «von Norden Stamm» (ver la historia de este criadero en una sección aparte). Alida, en combinación con «Ebo v.d. Groote Maat» y antes de ser adquirida por el Presidente del Dobermann Pinscher Club de América, produjo un total de cinco campeones incluyendo la magnífica Campeona mundial Kalina von Norden-Stamm (*F14, madre a su vez, en combinación con «Baron Bryan von Harro’s Berg», del destacado reproductor Ninjo v. Norden Stamm). Su hermana Anka v. Flandrischen Lowen destacó como madre de la famosa Mia von Norden Stamm (*14). PEDIGREE DE ALIDA Y ANKA V. FLANDRISCHEN-LOWEN:

Guy’s Hilo v. Norden Stamm (*F5) Ali v. Langenhorst Biene v. Niederkassel Alida y Anka v. Flandrischen Lowen Bronco von Zenn Alexa v. Heiderhof Eicke v. Stadtwald Eicke v. Castell (Alemania, 1982). Fue criada por el conocido juez alemán Kurt Richter, y pasó a ser la hembra base del criadero también alemán «von Ortenau». Europa- y DV- siegerin, con IPO III y SchH. III, en su camada con «Jaron v. Nymphenburg» (nieto de «Eick v. Eschenhof») «Eicke» produjo la multi-campeona Asta v. Ortenau. Raramente una hembra puede ganar en la clase del mejor reproductor que se organiza en las exposiciones monográficas del Dobermann en Alemania, pues los machos siempre tienen mayores posibilidades que las hembras de reunir a un buen número de hijos dignos de concursar a su lado en calidad de «hijos de...» Pero en el año 1989, con ocho años de edad, «Eicke» se hizo con la victoria por encima de todos los machos que competían en la misma clase, demostrando así en presencia de sus hijos sus excelentes cualidades de reproductora. PEDIGREE DE EICKE V. CASTELL: Eick v. Eschenhof Mecky v. Falltor Sisa v. Frankenland Eicke v. Castell Chico v. Forell Ferry Prinzess v. Herrnberg Cindy v. Herrnberg Karmel-Kesia v. Diáspora (Holanda, 1986) ha sido la base del relativamente nuevo criadero de «Royal Bell» cuyos perros desde los finales

de los años ochenta están arrasando con los mayores premios en toda Europa. Entre sus cruces con «Hargos v.h. Wantij» (*F5) destacan en primer lugar Hillo Royal Bell (*F12) y Magnum Royal Bell, pero sin duda la más importante es Esmir Royal Bell, una hembra muy bonita que triunfó en las exposiciones y que ha dado muestras más que concluyentes en cuanto a su propio valor genético al ser la madre (con «Ninjo v. Norden Stamm») de la magnífica Jamaha Royal Bell (*F12), y (con «Graf Guido v. Franckenhorst») de la excelente camada «L» con «Lord» y «Larson Royal Bell» y de la nueva estrella Ono Royal Bell (*F6). PEDIGREE DE KARMEL-KESIA V. DIÁSPORA: Ero v. Franckenhorst Don-Díaz v. Diáspora Iris v. Franckenhorst Karmel Kesia v. Diáspora Caecilius Cassander v. Diáspora (*F14) Fabiana Fusciana v. Diáspora (*F14) Ere-Iris-Ezra v. Diáspora Si en esta sección he mencionado numerosas veces el termino «pedigree» es porque creo imprescindible que se entienda que un perro o perra no sólo es «quién es» sino «de quién desciende». El estudio de la procedencia genética tanto de un macho como de una hembra es una labor fundamental en la selección de la raza, y la genealogía representa una herramienta esencial para asentar un programa de cría basado en unas características hereditarias. Este estudio de los orígenes inmediatos de cada ejemplar fue algo en lo que el eminente científico y paleozoólogo Philipp Gruenig siempre insistió. Su libro del Dobermann, hoy en día una cotizada pieza de coleccionista, es el más fiel reflejo de los orígenes de la raza sobre la cual tuvo amplios conocimientos. Además, aporta la base científica más pura de la transmisión genética de generación en generación y explica las ventajas (y peligros) de la consanguinidad en unos casos determinados. Al leerlo, me doy cuenta que muchos de los perros importantes de hoy son el resultado (tal vez sin que sus criadores lo sepan...) de la aplicación de las teorías de Gruenig. Este autor nunca se dejó influenciar por otros intereses sino el de ser

fiel a la evolución de la raza e incluso denunció que muchas personalidades del mundillo del Dobermann —ya en los años veinte y treinta— utilizaban a los perros y su posición en los distintos organismos para destacar ellos mismos en vez de dedicarse a mejorar la raza en sí como era su obligación.

DEA DOLORES V FRANCKENHORST

. ESMIR ROYAL BELL.

CAPITULO 14: ALGUNOS CRIADEROS HISTORICOS EN esta sección voy a presentar, en orden cronológico, algunos de los criaderos «clásicos», o en otras palabras criaderos que de alguna manera han marcado, o siguen marcando, la evolución de la raza. Los datos contenidos en estas presentaciones fueron proporcionados por los criadores personalmente en respuesta a mi solicitud de su colaboración. En algunos casos me limito a transcribir textualmente unos párrafos de las cartas que me han dirigido (debidamente traducidos). En otros, hice una recopilación de los datos. De hecho, me habría gustado poder presentar la «historia» de algún otro criadero, pero no siempre he podido disponer de la información necesaria o coherente para hacerlo. En todas estas reseñas, quisiera llamar la atención del lector hacia un factor fundamental: el amor que han sentido estos criadores hacia sus perros y la estrecha convivencia que han disfrutado con ellos. Han hecho del Dobermann su vida, y se han dedicado a él durante años en cuerpo y alma. No siempre les ha sido fácil seguir adelante; a menudo la muerte de algún ejemplar clave u otro obstáculo en sus programas de cría ha impedido que pudieran llevar todos sus planes a buen fin. Pero con constancia, interés y perseverancia han sabido sobreponerse a todos los contratiempos para poder seguir adelante. Por otra parte, he considerado oportuno reflejar como la labor de estas personas ha podido repercutir en la cría del Dobermann en España, pues aunque cada país individual —e incluso cada región— tiene lógicamente una mayor concentración de unas líneas determinadas. Durante los últimos años el Dobermann ha llegado a internacionalizarse hasta tal extremo que lo que en cualquier país del mundo se haga en un momento dado puede tener, y frecuentemente tiene, unas repercusiones evidentes en la evolución de la raza a muchos cientos o miles de kilómetros de distancia.

La base de todo criadero famoso: una buena hembra.

LA HISTORIA DE VAN NEERLANDS STAMM

La fundadora de este criadero, la Sra. Vera Knijff-Dermout, tuvo su primer Dobermann cuando todavía era una niña que vivía en Indonesia y empezó a criar allí en el año 1914. Pero fue a finales de los años treinta que regresó definitivamente a Holanda e implantó lo que iba a ser una de las líneas más longevas y prestigiosas de toda Europa. En sus principios, utilizó algunos machos alemanes, entre ellos «Tomm v. Engelsburg» (hermano de camada de «Troll» -*F5). Compró el macho «Rado von Fürstenfeld» y fueron varios los machos de este afijo que utilizaría en los años siguientes. También importó a varias hembras en sus comienzos, como «Dorie v. Ruhrtal» y algunos ejemplares de América y de Australia. En 1975, el conocido Sr. Zwan, autor de varios libros sobre la raza, entró a formar parte en la dirección del criadero; y con esta relación que ha funcionado muy satisfactoriamente, se ha asegurado la continuidad del nombre «van Neerlands Stamm». La Sra. Knijff-Dermout siempre se ha mostrado interesada en que el Dobermann sea completo, sin dar una mayor importancia a una característica determinada que a otra. Afirma que a pesar de ser un perro para el trabajo, el Dobermann ha de mantener la elegancia que le caracteriza, y no siempre ha estado de acuerdo con ciertas modas alemanas de premiar a los ejemplares más bien toscos. En 1986 pronunció: «El Sr. Zwan y yo estamos preocupados por el fuerte cambio de tipo que comenzó en Alemania y que ha sido adoptado por algunos criadores en Holanda. Ellos se están inclinando por el llamado "tipo de trabajo". Son perros cortos con falta de elegancia y cuerpos pesados sin nobleza. El Dobermann, de acuerdo con el estándar, debe ser un perro elegante con un cuerpo proporcionado. Exige elegancia, y cuando un perro no la tiene se trata de un gran defecto. Por supuesto el Dobermann es un perro de trabajo, pero dudamos que el tipo pesado sea mejor para el trabajo comparado con el elegante Dobermann con su paso ligero y elástico. Los perros cortos no pueden moverse de esa manera». Más adelante, en otro artículo suyo que se publicó en toda Europa, dijo: «Si eventualmente se prohibiera cortar orejas y rabos en Holanda, yo dejaría de dedicarme a la

crianza de esta raza ya que sin duda dicho acontecimiento destruiría la apariencia de esta bella raza». Estando Holanda en puertas de esa prohibición —de hecho el corte de orejas está prohibido desde hace varios años— y teniendo en cuenta que son muchos los criadores europeos que opinan lo mismo que la Sra. Knijff, existen serias dudas en cuanto a la continuidad de muchos afijos conocidos, lo que indudablemente sería una gran pérdida para la raza.

GRAAF IGON VON NEERLANDS STAMM. GRAF QUESTOR VAN NEERLANDS STAM, a veces llamado el «QUESTOR SUPERSTAR», nació en diciembre de 1972 en una camada de siete cachorros negros hijos de Vico von der Brunoberg y de Gravin Faby v. Neerlands Stam. Fue Jugendwinner en 1973 (ganador en la clase de jóvenes), dos veces el ganador absoluto de la exposición «Winners» (vencedores) de Ámsterdam (1974 y 1976) y, aparte de aprobar las pruebas de trabajo de Schutzhund en Alemania, obtuvo los títulos de Campeón internacional y de Holanda. Por su tamaño y elegante porte tardó poco en convertirse en un semental popular; fue un buen reproductor y cuando en diciembre de 1979 murió a causa de un ataque cardíaco, dejó unos 1.500 hijos.

GRAF QUESTOR VON NEERLANDS STAMM. Una de las hijas más notables de Questor fue GRAVIN WIETSKE VAN NEERLANDS STAM. La madre de esta sensacional hembra marrón fue la Campeona holandesa y canadiense Gravin Jorinda van Neerlands Stam. Wietske fue una de las Dobermanns que más éxito tuvieron durante los años setenta; fue expuesta en un buen número de exposiciones en diferentes países de Europa donde siempre obtuvo la máxima calificación, y cosechó numerosos títulos, tales como el de Campeona internacional de Holanda, Alemania y Francia. Pasó el Schutzhund en Alemania y su «ZTP» con «Excelente 1A», y en 1978 fue Bundessiegerin en Alemania y «Winner» en Holanda. Sus hijos más famosos fueron GRAF ARISTO y GRAVIN ARANKA VAN NEERLANDS STAM, hijos de Guy’s Hilo v. Norden Stamm.

GRAVIN WIETSKE VON NEERLANDS STAMM.

GRAVIN GRACIA VON NEERLANDS STAMM. La Sra. Knijff-Dermout también cree que la alimentación y el ejercicio controlado son factores básicos en el crecimiento de cualquier cachorro, e insiste en que el perro no debería hacer un ejercicio prolongado antes de la edad de un año; recomienda mucha paciencia en la educación de los jóvenes. Son muchos, muchísimos, los campeones que ostentan el nombre de «van Neerlands Stamm», pero entre los más destacados hay que incluir a «Gravin Faby», madre de ese hito en la historia de la raza «Graaf Questor van Neerlands Stamm». Otras dos figuras muy renombradas han sido «Graaf Aristo» (*F5) y su hermana «Gravin Aranka v. Neerlands Stamm»; estos

hermanos, hijos de «Hug’s Hilo v. Norden Stamm», fueron cruzados entre sí, y de la camada resultante llegó «Graaf Igon v. Neerlands Stamm», un macho con una excelente osatura. Pero posiblemente la hembra que más huella ha dejado en la memoria de todos cuantos hayan tenido la suerte de verla en el ring fue la madre de «Graaf Aristo» y «Gravin Aranka», la gran campeona «Gravin Wietske». LA RELACION DE «VAN NEERLANDS STAMM» CON ESPAÑA Son varios los ejemplares que llegaron a España; hace muchos años llegó «Quit» a Cataluña, y al cambio de la década entre los años setenta y ochenta, Gerardo Meyer de «Los Valientes» no sólo hizo varios cruces con machos del afijo «van Neerlands Stamm» (era la época del famoso «Graf Questor») sino que además importó —posiblemente entre otras— a «Gravin Xinthia» y más tarde a «Gravin Arda». Por su parte, Cristina Mondéjar ya había importado a «Gravin Sonja», con la que efectuó varios cruces con el afijo «Criseduand», pero desconozco la influencia directa de todos ellos en la cría en España. En los últimos años ha habido una colaboración entre este criadero y José Luis Cardo de «Covalta» en Valencia cuya camada «A» era de «Graaf Igon» y la «B» de «Graaf Quinto».

LA HISTORIA DE VON NORDEN STAMM

La fundación de «von Norden Stamm» tuvo lugar en el año 1966; desde esa fecha los perros de este afijo han obtenido éxitos internacionales y han tenido una gran influencia en la raza. Son tres las hembras a quienes se les atribuye haber formado la sólida base de este criadero: las hermanas «Günthersforst Burga» (*F13) y «Bell», hijas de «Tex v. Frankenland» (cuyos orígenes remontan a los primeros perros del criadero «von Fiirstenfeld»), y posteriormente «Günthersforst Tereze», una hija de «Zar von Forell», hermano de «Chico von Forell» (*F5). Durante los años setenta, una larga lista de campeones y «sieger» salieron de este criadero, de quienes «Guy’s Hilo v. Norden Stamm» (*F5) es el más conocido. No sólo era un excelente perro de exposiciones, obteniendo los títulos de campeón en cinco países, sino que logró formar muchas líneas de campeones a través de sus hijos, nietos y bisnietos. Todavía hoy sus descendientes dominan en los rings. «Hilo» tuvo una influencia directa en los éxitos de otros criaderos bien conocidos tales como Franckenhorst, Diáspora y Neerlands Stamm en Holanda, Langenhorst, Welfengarten y Rotenfeld en Alemania, Danica Stamm en Dinamarca y Doberhill en Noruega, aparte de innumerables criaderos en todo el mundo que han incorporado la sangre de «Hilo» en sus programas. «Hilo» fue el padre de las excelentes hembras «Taiga», «Xira» y «Zarina von Norden Stamm» (*F13), quienes llevaron respectivamente a los criaderos Hammonia, Frankenland y Allgäu a su cima mediante el gran número de hijos campeones «sieger» y «Angekört» que produjeron. Dobermanns de «von Norden Stamm» han sido exportados a toda Europa, al Extremo y Medio Oriente, y al norte y sur de América donde se han hecho campeones y han formado la base de cría para otros criadores. Tras una época de inactividad de cuatro años, el criadero comenzó de nuevo en 1983 con la adquisición de toda la camada «A» de «von Flandrischen-Löwen», nietos de «Guy’s Hilo». En esta camada destacó «Atlas», un espléndido macho, y dos hembras, «Alida» (*F13) y «Anka». «Alida» (negra) pronto completó su SchH. III y llegó a tener, entre sus muchos otros títulos, los de Campeona de Alemania e internacional,

Bundessiererin y D.V. Siegerin. «Anka» (marrón) comenzó su carrera algo más tarde pero también consiguió su SchH. I y fue campeona de Alemania e internacional. Estas dos hembras fueron cubiertas por el conocido campeón español, alemán e internacional «Ebo v.d. Groote Maat» (*F5). De esta combinación, «Alida» produjo la conocida camada «K» de la que la máxima estrella fue la campeona mundial «Kalina v. Norden Stamm». «Anka» a su vez fue madre de la camada «M» con la multipremiada «Mia von Norden Stamm». Posteriormente tanto «Alida v. Flanrischen-Lowen» como su hija «Kalina v. Norden Stamm» fueron exportadas a los Estados Unidos. Una hembra, hija de la primera de ellas en combinación con un macho americano, (el Campeón «Electra’s Windwalker»), regresó a Europa para formar así parte de la familia de los Kollenberg. Cito las palabras de Alison Kollenberg en una carta que me escribió en el año 1986: «El fundador del criadero, Jens Kollenberg, se ha dedicado activamente a la cría, exposición y entrenamiento de todos sus Dobermanns desde que fundó el criadero. Ha entrenado y competido en un buen número de pruebas de Schutzhund III y FH (rastreo), tanto a nivel nacional como internacional. Durante ese tiempo, ha servido como Presidente, Secretario y Editor de un Organismo Nacional de Dobermann, y como “Vigilante de Cría” y "Oficial de Entrenamiento". Es Juez Especialista de la raza desde 1975, habiendo obtenido esta licencia en tres países distintos; también ha juzgado en diferentes certámenes en un total de diecisiete países en todo el mundo. Autorizado para juzgar la prueba ZTP en Alemania, confía en poder proseguir junto con su esposa Alison en su contribución a la raza en los próximos años.» Desde entonces el afijo de «von Norden Stamm» ha seguido su curso. La camada «N» de «Kalina» con «Baron Bryan von Harro’sBerg» (*F5) produjo una serie de ejemplares que tuvieron grandes éxitos no sólo en los rings sino con su descendencia (el macho «Ninjo von Norden Stamm» ha sido uno de los mejores reproductores en los últimos años, tal como puede apreciarse por los grandes éxitos que ha proporcionado —entre otros— al

criadero Royal Bell de Croacia). En combinación con una hermana de «Kalina», «Ninjo» también es padre del Europasieger 1993, el macho marrón «Rembrandt von Norden Stamm». Actualmente los Sres. Kollenberg se encuentran en Australia, país natal de Alison. LA RELACION DE «VON NORDEN STAMM» CON ESPAÑA Aunque no he encontrado evidencia de ningún «Norden Stamm» que haya venido a España, la influencia de este criadero ha sido considerable, sobre todo a través de los cruces efectuados por criadores españoles con hijos y nietos de «Guy’s Hilo». Una de las hijas de este macho que sí llegó a España directamente fue «Ipsy di Gruma», procedente de Italia, propiedad de los Sres. Bardinet de «Hauts de Vallirana». Los campeones de «von Norden Stamm» son innumerables, con un gran número de ejemplares de este afijo no sólo en Europa sino en muchos lugares desde los países escandinavos hasta Australia y América sobre los cuales no tengo la suficiente documentación para poder dar una relación exacta.

LA HISTORIA DE VON FERROLHEIM

El criadero de «von Ferrolheim» se fundó en 1970. El nombre se debe a la combinación del nombre de su fundador, Ferdinand Demanköe y su esposa Olga («heim» quiere decir «hogar»). Tanto Ferdinand como Olga nacieron en Indonesia, y al trasladarse a Holanda en 1963, lo primero que hicieron fue adquirir un Dobermann, «Dingo v.d. Rotmanshoeve». Ferdinand entrenaba a este perro cuatro veces por semana en el club de trabajo, pero se dio cuenta que «Dingo» no era de una calidad suficiente para poder competir en exposiciones de belleza, por lo que pronto decidieron incorporar un nuevo ejemplar en la familia. Mientras tanto, Ferdinand leía todo lo que podía sobre la raza; compró revistas especializadas, libros tanto de Alemania como de los Estados Unidos; se hizo miembro del Dobermann Club de Holanda y de Alemania para estudiar sus boletines; empezó a visitar numerosas exposiciones (sin perro, sólo para aprender); entró en contacto con otros dueños y criadores... Cuando por fin se había documentado lo suficiente, adquirió otro macho, «Jericó v. Stoltenburg». Pero hubo problemas: «Jericó» disputó el liderazgo de «Dingo» en la casa y las peleas eran la orden del día. Era evidente que «Dingo» no se iba a marchar— de hecho vivió con la ¡familia hasta la edad de dieciséis años— por lo que «Jericó», muy a pesar de Ferdinand, tuvo que ser cedido a otro propietario. De nuevo, ante la sugerencia de Olga de que tal vez con una hembra no habría tanto problema, Ferdinand se dedicó a estudiar las distintas posibilidades. Volvió a leer todo cuanto podía sobre la raza, viajaba incansablemente de un lado para otro... El fruto de todo ello fue la adquisición de una hembra quien le daría fama universal, «Amanda von Stifthub» (*F13). Ferdinand me contaba que al tener que desprenderse de Jericó, se había dirigido primero al criador de éste pidiéndole una hembra, cosa que le fue negada. Cuando localizó al criador de «Amanda», ésta era el único cachorro que le quedaba de la camada. Pero Ferdinand la miró atentamente y vio sus posibilidades. Sabía que procedía de unos orígenes muy sólidos —su padre era «Chico v. Forell» (*F5) y su madre era «Hesta v. Ellendonk», hija de la

máxima ganadora del «Meisterschaft», «Leistungssiegerin» «Dixi v. Krakau»—, y por lo tanto de una línea ampliamente conocida por el excelente temperamento y dureza para el trabajo de sus ejemplares. Ferdinand trabajaba con Amanda al mismo tiempo que seguía entrenando a «Dingo», y al poco tiempo obtuvieron su SchH. I. Pero Amanda también pudo ir a exposiciones y obtuvo así el título de Campeona de Alemania. Pero en ningún momento dejó Ferdinand de estudiar las distintas líneas de sangre y de ir a diferentes exposiciones para ver algunos ejemplares determinados, y no tardó mucho tiempo en adquirir otra hembra, esta vez «Elfi von Rotenfeld», hija de «Bonni v. Forell». La primera camada de «von Ferrolheim» fue entre «Amanda» y un macho alemán previamente exportado a Holanda, «Jurgen von Hagenstern». De esta camada salieron varios campeones holandeses, alemanes e internacionales, entre los que tal vez los que más destacaron en los rings fueron «Astrid-Amanda von Ferrolheim» y «Aldo von Ferrolheim» (a quien tuve el placer de ver de nuevo cuando contaba trece años de edad...) Esta combinación «Jurgen-Amanda» fue repetida dos veces más, produciendo las camadas «E» y «G». De la primera sólo destacó Edda, pero no como perra de exposición sino como reproductora, pues en su combinación con Guy’s Hilo von Norden Stamm fue madre de un perro que en 1980 fue la gran estrella Danica Stamm’s Juon. De la segunda llegó la campeona mundial Gwendolyn von Ferrolheim, junto con una serie de machos (Gregor, exportado a Francia; Gamal, exportado a Italia; Glenn quien se quedó en Holanda...) La última camada de «Amanda» fue en combinación con un macho que los Demanköe importaron de los Estados Unidos, «Pinemeade’s Independence». En esta camada, la «K», llegó «King» (exportado a España) y «Keegan» (exportado a Italia) quien se convirtió en campeón mundial y quien obtuvo casi todos los mayores títulos de Europa. «Elfi v. Rotenfeld» tuvo varias camadas, pero ninguno de sus hijos lograría los mismos éxitos que los de «Amanda». Otra hembra que se incorporó a la familia fue «Fee v. Sudsund» importada de Suecia, hija de «Bryan v. Forell» (*F5). Esta hembra también tuvo varias camadas pero, una vez más, ninguna comparable a las de «Amanda»... Se hicieron cruces entre los hijos de Elfi-Fee» con los de «Amanda», pero si bien hubo algunas figuras, no había ninguna que igualara a «Amanda»...

Algunas de las descendientes directas de estas hembras se quedaron en casa de Ferdinand y Olga: «Gwendolyn»; «Miranda» y «Mascha» (hijas de «Gwendolyn»); «Pamela» (única hija de «Fee»); «Uriel» (hija de «Mascha»); «Virna» (Hija de «Pamela») y «Wyressa» (hija de «Uriel»). La mayoría se fue a otros países, a menudo muy lejos de su Holanda natal, lo que de alguna forma me impide poder seguir de cerca los éxitos de sus última camadas. Cabría decir que la raza en muchos países tales como España, Italia y más lejos, no sería lo que es sin esta base. En los últimos años de su vida Ferdinand no pudo dedicarse tan de lleno a la crianza; cuando murió en 1991, estaban en casa «Miranda» (quien falleció a los pocos días de la muerte de su amo), «Uriel» y «Wyresa». Estuve con Olga a principios del año siguiente, y ella me confesó que sin su marido no se veía con ánimos de seguir adelante con lo que había sido la pasión de él, por lo que el nombre de «von Ferrolheim» ya se había quedado para siempre como parte de la historia del Dobermann. LA RELACION DE «VON FERROLHEEM» CON ESPAÑA El primer Ferrolheim que llegó a España (o al menos eso creo) fue «King», quien perteneció a la Vda. de Mondéjar del criadero ahora inactivo de «Criseduand». Fue una tragedia para la línea española que «King», hijo de «Amanda», que ya había conseguido su Schutzhund I y algún premio de belleza fuese envenenado de joven sin dejar apenas descendencia. Fue en 1979 cuando llegó el «Ferrolheim» que posiblemente ha sido el que más influencia ha tenido en la cría en España, «Larry v. Ferrolheim» propiedad de Alfredo Oberholtzer. Este macho marrón, en combinación con una hembra criada por mí, «Suhandro’s Born Baroness» (hija de «Gregor v. Ferrolheim»), fue el padre de la primera camada de «Dobermanns de Grifeu» de donde destacaron la hembra marrón «Ahana de Grifeu» y su hermana negra «Anuki». Tanto «Ahana» como su padre terminaron su campeonato en 1984. A «Grifeu» también nos llegaron «Romina v. Ferrolheim» (hija de «Gwendolyn v. Ferrolheim») y «Xena v. Ferrolheim» (hija de «Utica v. Norden Stamm») pero estas dos no tuvieron ninguna influencia en la evolución de la cría en España. Juan Riera de «Xetmar» cruzó en su día a una hembra suya (la Campeona Carrusel de Criseduand, hija de «Gravin Sonja v. Neerlands Stamm») con «Glenn v. Ferrolheim».

Creo que hoy en día el macho más «genuinamente Ferrolheim» de toda Europa (o sea, basado en las líneas originales que dieron tanto éxito a Ferdinand y Olga) es muy posiblemente «Poseidón de Grifeu» (*F6 Campeón de España, Campeón del DCE 1993, RCI III, ZTP 1A, HD-1), pues no sólo es hijo directo del citado «Larry v. Ferrolheim» sino además es nieto de «Larry» y bisnieto de «Gregor v. Ferrolheim» por parte materna. Unos años más tarde llegó otro macho marrón, esta vez «Orville v. Ferrolheim», hijo de los dos campeones mundiales «Keegan v. Ferrolheim» y «Gwendolyn v. Ferrolheim». De la mano de su dueño, José Ma. Buló de «Dobermanns de Garraf», consiguió su título de trabajo y el de Campeón de España, pero no ha dejado apenas huella a través de sus descendientes. Otros ejemplares de los Ferrolheim que llegaron a «Garraf» fueron la «Uschi» (hija de «Mascha v. Ferrolheim») y «Winnie» (hija de «Miranda v. Ferrolheim»). De estas dos, únicamente la primera tendría hijos (la camada «D» de «Garraf») entre los que solamente «Dunja», cedida al criadero de «Balsareny», pudo destacar al ser la madre de «Arlen de Balsareny», la joven IDC-siegerin en 1992.

ASTRID-AMANDA VON FERROLHEIM.

LA HISTORIA DE VON NYMPHENBURG

Iris Krummel adquirió su primera Dobermann, «Cora v. d. Brunnenstadt» (*F13), en el año 1975. En aquellos tiempos no pensaba en la posibilidad de ser criadora; simplemente le gustaba el Dobermann y quería tener uno. Además, le gustaba trabajar con los perros y sabía que el Dobermann era una raza muy apropiada para ello. Un amigo le propuso llevar a «Cora» a una exposición y —¡ganó! Entonces supo que quería tener una camada, y tras pasar la ZTP y una prueba de trabajo, buscó al macho que creía que mejor complementaba a «Cora». El macho elegido fue el gran «Eick v. Eschenhof» (*F5). Esta primera camada «A» produjo unos perros que estaban destinados a hacer historia en la raza. Una de las hembras, la más guapa y más premiada, fue «Athene v. Nymphenburg», quien fue adquirida por el Sr. Müller de «von Eschenhof». De hecho «Athene v. Nymphenburg», en su camada con «Guy’s Hilo v. Norden Stamm» (*F5), fue madre de «Orpheus v. Eschenhof», un macho que Iris Krummel utilizaría más adelante para sus camadas «F» y «G». (Posteriormente esta «Athene», con «Candy van’t Smeulveen», daría la camada «Q» de «von Eschenhof», con «Questo» que fue exportado a Dinamarca, «Quendy» —una de las bases de «van Stevinhage»— y «Queen» quien se quedó en el criadero de «Eschenhof»). La segunda camada de «Cora v. d. Brunnenstadt» fue también con «Eick v. Eschenhof», produciendo la magnífica «Cleopatra v. Nymphenburg». Mientras tanto, Iris Krummel ya había adquirido otra hembra, esta vez negra: «Helena v. Eschenhof» (*F13), hija de «Eni», una hermana de «Eick v. Eschenhof». «Helena» fue una de las mejores reproductoras Dobermanns en Alemania de todos los tiempos. Pasó el Schutzhund III varias veces con excelentes notas y pasó el Ankörung dos veces (fue Angekört de por vida con la máxima calificación). El macho elegido para la primera camada de «Helena v. Eschenhof» fue el mismo que tantos triunfos ya había proporcionado al criadero «von Nymphenburg»: «Eick v. Eschenhof». Y si bien los ejemplares de la camada «A» de «Cora» fueron excelentes, los de «Helena» fueron aún más espectaculares. La más guapa de todas fue «Berenike», una hembra que ganó

en cada exposición en la que fue presentada. Obtuvo numerosos títulos incluyendo los de Campeona mundial, internacional, de Europa, de Alemania y de Suiza, y fue además Bundessiegerin, DV-siegerin, Campeona de la IDC... incluso tuvo tiempo de aprobar el Schutzhund III y de tener varias camadas. En esta misma camada también destacaron las hembras «Bellona», «Baucis», «Beke», «Basra» y el macho «Brutus» —en fin, diez cachorros—. Hubo una fuerte lucha entre la criadora y el Dobermann Club de Alemania para conseguir que le dieran los pedigrees de todos los cachorros, pues la norma entonces (o así me han dicho) era que había un límite en cuanto al número de ellos en una camada que podían tener dichos papeles. Contando con la ayuda de la organización protectora de animales, Iris Krummel ganó (si bien el tema nunca se olvidó...) y de esta forma consiguió que ninguno de estos ejemplares tan valiosos se perdiera. La siguiente camada fue la de «Helena v. Eschenhof» con «Athos v. Nymphenburg». Entre las hembras, las más relevantes de esta camada fueron «Daphne» (que fue exportada a Dinamarca al criadero de Rita Platek donde vivía el ya mencionado «Questo v. Eschenhof»), «Divina» (que se quedó en Alemania como base del criadero von Faunburg), y «Diana», la hembra base de «von Druidenstein» en Francia. De la camada «F» «von Nymphenburg», combinación de «Orpheus v. Eschenhof» y «Helena v. Eschenhof», son varios los ejemplares que lograron grandes triunfos. Entre los machos destacó «Feus», un excelente perro de trabajo y buen reproductor mientras que entre las hembras se cuentan «Fariña» (ver «Van Stevinhage») y «Fenicia» quien en un principio fue enviada a Roberto Zorzi de Italia (dei Littorio) y luego cedida a Gerard Parin (del Furioso) en Francia. La última camada de «Helena» fue con «Festus van’t Smeulveen» (un nieto de «Eni v. Eschenhof») produciendo un solo cachorro macho, «Ikarus v. Nymphenburg», que fue enviado al Sr. Jessen de Dinamarca. «Orpheus v. Eschenhof» fue el macho elegido para la primera camada de la ya multicampeona «Berenike», dando pocos cachorros pero entre ellos a «Ganymed v. Nymphenburg» quien, en manos de Gerard Parin, hizo una excelente campaña de belleza y trabajo y fue ampliamente aprovechado como semental en Francia. La segunda camada de «Berenike» fue con «Questo v. Eschenhof», dando a «Helena» y «Heraklea v. Nymphenburg». La última camada de «Berenike» fue con un macho «desconocido» para

muchos criadores incluso en Alemania —Gildo von Jura— y fue a raíz de ser padre de unos ejemplares tan admirados como lo eran «Jaron», «Jason» y «Jericaa v. Nymphenburg» que empezaron a usarlo los demás (con buenos resultados sobre todo en hembras de la línea Nymphenburg, por ejemplo con «Divina», madre de las tan espectaculares camadas «A» y «B»; entre otros, «Berenice» de «von Faunburg» haría una gran campaña de belleza y trabajo como también lo hizo su hermano «Bator», de Gustavo Rodríguez). El padre de las siguientes dos camadas «Nymphenburg» fue «Feus v. Nymphenburg»; la «L» fue con «Heraklea»; la «M» con «Jericaa». No es tarea fácil seguir los éxitos de muchos de los ejemplares de «von Nymphenburg» pues ya desde el principio muchos de ellos fueron enviados muy lejos de Alemania a Indonesia, al Japón, a Israel, etc. y lógicamente faltan muchos datos sobre ellos para poder dar una relación completa. Desde hace unos cinco años, por razones personales, no ha habido ninguna camada «Nymphenburg», pero Iris me ha asegurado que en un futuro próximo y con la ayuda de su marido, Wolfgang Ohler, tiene la intención de volver a criar, utilizando para ello las mismas líneas que en su día tantos éxitos le dieron. LISTA DE ALGUNOS DE LOS CAMPEONES (EUROPEOS) «YON NYMPHENBURG» ATHENE VON NYMPHENBURG: Campeona internacional, de Alemania, Europa, Bunde, DV-siegerin, joven Campeona mundial, SchH. II (Su hermano «Argus» fue Campeón de Noruega y Suecia, Sch.H.I); «Atlas» fue Campeón internacional y de Alemania, SchH. III FH; «Athos» fue SchH. III y Angekört.) BERENIKE VON NYMPHENBURG: Campeona mundial, internacional, de Alemania, de Suiza, de Luxemburgo, Bunde-, Europa-, IDC-, DV- y VDH siegerin, y obtuvo SchH. III (Su hermano Brutos, aparte de tener SchH. III FH y Angekört, fue campeón de la VDH, reserva campeón mundial. Para los éxitos de «Bellona», ver «van’t Stevinhage»). CLEOPATRA VON NYMPHENBURG: Campeona internacional, de Alemania, de Francia, de la VDH, SchH. I. (Su hermana «Circe» fue reserva campeona mundial). FARINA VON NYMPHENBURG: Para sus éxitos ver «van’t Stevinhage». (Su hermano «Feus» fue SchH.III, IPO III, angekört de por

vida.) GANYMED VON NYMPHENBURG: Campeón internacional, SchH. II. HELENE VON NYMPHENBURG: Campeona internacional, de Francia y de España, joven IDC-siegerin, SchH. I (su hermana Heraklea obtuvo su SchH. III y Angekört de por vida). IKARUS VON NYMPHENBURG: Campeón de Dinamarca, SchH. III. JARON VON NYMPHENBURG: Campeón internacional, de Alemania y de la VDH; SchH. III. (Sus hermanos «Julius», «Jason» y «Júpiter» fueron todos multicampeones y SchH. III, y su hermana «Jericaa» SchH. II). LEANDER VON NYMPHENBURG: Fue una tragedia que este precioso macho muriera tan joven por asfixia sin dejar apenas descendencia y sin completar sus títulos en belleza. De joven ya obtuvo su SchH. III y fue Angekört de por vida. MYKENE VON NYMPHENBURG: joven campeona mundial, SchH. II. (Su hermana «Mikea» obtuvo su SchH. III, IPO III y pasó su prueba de ZTP en Alemania y en Suiza.)

GAA, BERENIKE y HERAKLEA VON NYMPHENBURG con la gran reproductora HELENA V. ESCHENHOE LA RELACION DE «VON NYMPHENBURG» CON ESPAÑA

Son muy pocos los ejemplares «Nymphenburg» que han venido a España, entre ellos «Jasmina v. Nymphenburg», importada por Gustavo Rodríguez de Dinolandia en Canarias, el mismo que había adquirido a «Bator v. Faunburg», hijo de «Divina v. Nymphenburg» . Mediante un acuerdo entre «Nymphenburg» y «Grifeu», la joven campeona mundial «Mykene v. Nymphenburg» iba a representar una nueva base en el programa de cría de éste último, si bien sus orígenes no eran tan dispares a los de algunos machos con quienes habíamos cruzado otras hembras nuestras («Ahana de Grifeu» con «Ganymed v. Nymphenburg», y «Fedra de Grifeu» con «Jaron v. Nymphenburg»). Uno de los hijos de «Brutas v. Nymphenburg», «Philco del Furioso», fue importado por Femando Núñez de Madrid, pero desgraciadamente los demás criadores no supieron sacar provecho de las excelentes líneas de donde provino. «Sel de Xetmar» de Juan Riera fue cubierta por «Ganymed v. Nymphenburg» como también lo fue «Courtway’s Bruselas» de Raúl Ferreiros.

GANYMED V. NYMPHENBURG.

BERENIKE VON NYMPHENBURG. y FARINA VON NYMPHENBURG.

ATHENE VON NYMPHENBURG.y JARON V. NYMPHENBURG

LA HISTORIA DE VAN DIÁSPORA

Creo que el principio del afijo de «van Diáspora» de los Sres. KuipersKossen de Holanda, por lo menos en cuanto a su fama mundial se refiere, sé remonta a 1977 con la presencia en el circuito de las exposiciones de un macho realmente espectacular, Caecilius Cassander v. Diáspora, hijo de «Guy’s Hilo v. Norden Stamm» (*F5) y de la magnífica reproductora «Iris v. Franckenhorst». Una vez más se confirma la teoría de que el tener una hembra genéticamente dominante de las virtudes de la raza es el primer paso para abrirse camino como un criador de éxito, y que sin ello es casi imposible forjarse un nombre. Este «Caecilius» era el único cachorro en su camada, y la Sra. KuipersKossen contó una vez la historia de este perro en el boletín del DCE, explicando cómo nadie lo había querido comprar por lo que «tuvo que quedarse» en el criadero... Luego ese cachorro «que nadie quiso» conquistó muchos de los premios más importantes de Europa (Bundessieger, Campeón internacional y de Alemania, Holanda y Francia, etc.) y pasó pruebas de trabajo. Dos años más tarde en 1979, y de esa misma «Iris v. Franckenhorst» (pero esta vez en combinación con el macho «Bundessieger Bronco v. Zenn») nacería la camada «E», con una hembra que heredó las cualidades genéticas de su madre: la magnífica «Ere-Iris-Ezra v. Diáspora», destinada a ser a su vez la madre de algunos de los ejemplares más destacados a mediados de los años ¡ochenta. «Ere- Iris-Ezra» consiguió grandes triunfos en las exposiciones por sí misma y tema tal temperamento que consiguió no sólo el SchH. III sino el «Angekört» con honor en la disciplina de defensa. La camada «estrella» de «van Diáspora» fue la «F» con el famoso «Flegon Falek» (ganador de numerosos títulos, incluyendo el de Campeón IDC dos años consecutivos, pese a no haber pasado nunca ninguna prueba de trabajo), el destacado «Ferenz-Fedor», el macho «Fenian-Fenris» que fue al criadero de «Landrys» en Francia, y una hembra marrón que se quedó en el criadero de Diáspora, la gran «Fabiana-Fusciana». «Ere-Iris Ezra» tuvo cuatro camadas más, todas ellas con el gran campeón de trabajo y belleza «Bjorn v. Stokebrand» (*F5). Entre ellos hubo

perros de gran valía, tales como «Gog-Goliath» (Angekört), «Joska-Jakar» (Campeón de Francia e internacional) etc. pero sin que llegasen a destacar tanto como lo había hecho la camada «F». La Sra. Kuipers-Kossen estuvo varios años intentando hacer un cruce determinado, pero por varias razones le fue imposible lograrlo hasta el año 1987: se trataba de cubrir a la hembra «Fabiana Fusciana» con «Bjorn v. Stokebrand». El resultado se manifestó en una hembra que volvería a situar a «Diáspora» en primera línea, «Thamar-Tara v. Diáspora», ganadora de muchos títulos y madre de su nueva estrella, «Dina-Delila v. Diáspora». El criadero de «Diáspora» se ha basado siempre en los amplios conocimientos de genética y morfología de los Sres. Kuipers- Kossen, y otro de sus intereses relacionados con el mundo animal es el de los gatos, siendo ambos reconocidos jueces internacionales de exposiciones felinas.

FLEGON FALEK V. DIÁSPORA LA RELACION DE «VAN DIÁSPORA» CON ESPAÑA Entre los primeros «Diáspora» que llegaron a España encontramos a «EstherEzra» de Luis Montañés de Zaragoza, (hermana de «Ere-Iris-Ezra») y madre entre otros de la excelente camada «A» de Torrelobato con «Artza» y

«Apolska»). También llegó «Florian Fuscus» de Jorge Lorete de Valencia, y «Janosz-Jentl» de Gabino Diego de Madrid, expresidente del Dobermann Club. «Janosz» fue el padre de la primera camada «O» de Grifeu, a donde también llegó la hembra «Othilda-Oz v. Diáspora», hija de «Hertog Alpha v. Le Dobry» y de «Fabiana Fusciana v. Diáspora». Varios cruces fueron efectuados entre hembras españolas y los machos «Diáspora», particularmente con «Flegon Falek» tras haber ganado el título de Campeón IDC en la edición que se organizó en nuestro país, en Perelada, en 1985.

FABIANA-FUSCIANA V. DIÁSPORA.

TRAMAR-TARA V. DIÁSPORA.

DINA-DELINA V. DIAS PORA.

LA HISTORIA DE VAN STEVINHAGE

Eric v. Dongen tuvo su primer contacto con el Dobermann siendo muy joven a través de una vecina suya, la Sra. Knijff Dermout, pero sus padres le prohibieron tener animales en casa. En 1971 fue a su primera exposición «para ver de qué se trataba», el Bundessieger en Dortmund, donde juzgaba el criador de «von Forell», Sr. Wilking. Según cuenta con sus propias palabras: «No entendía nada de lo que hacía toda esa gente, pero de repente alguien salió del ring y era "Bundessieger "». Sus padres «cedieron» cinco años más tarde y le regalaron por Navidad ¡una cachorra de cocker inglés! Aunque la presentó en la Winners en Ámsterdam, la exposición más importante de Holanda, sabía que lo que quería era un Dobermann... En 1977 se emancipó para poder tener la hembra Dobermann que quería, «Jorinda v. d. Brünoberg» y empezó a trabajar en serio en su carrera —y lo hizo muy bien, pues aparte de hacerle pasar el Schutzhund y la prueba de ZTP, consiguió que fuera Campeona internacional, de Alemania, de la VDH y además Bundessiegerin en el año 1979. Al año siguiente, 1978, se enteró que Herman Mencke (de van’t Smeulveen) tenía una hembra de «von Nymphenburg», «Bellona», y le convenció para que se la cediera. Con «Bellona» iba a obtener los mismos excelentes resultados que ya había conseguido con «Jorinda» y así fue como llegó a conocer a la criadora Iris Krummel. Fue a través de Iris Krummel que consiguió su tercera hembra base, esta vez «Quende v. Eschenhof», en 1979. Con tres perras, tuvo que buscar una nueva casa no sólo para acomodarlas a ellas sino para fundar su propio criadero de «van Stevinhage». Con Quende entrenó aun más de lo que lo había hecho con «Jorinda» y «Bellona», llegando a hacerle pasar el VH-III (el equivalente holandés del Schutzhund). También fue joven DV-siegerin y joven Campeona mundial en 1980, y al igual que las otras dos anteriores, Campeona internacional, de Alemania y de la VDH. Ese mismo año, 1980, consiguió su segunda hembra «Nymphenburg», una cachorrita de diez semanas de edad llamada «Farina», cuyos éxitos iban a ser aún mayores que los de las otras: Joven Campeona mundial, y luego

Campeona internacional, de Alemania, de la VDH, de Holanda, de Luxemburgo y de Francia... Después de cosechar tantos éxitos en las exposiciones, llegó la hora de medirse con los demás como criador. La primera camada la hizo en 1981 con «Jorinda», y el macho que seleccionó para ella fue un hermano de «Quende», el famoso «Questo v. Eschenhof» que vivía en Dinamarca. También cubrió a «Bellona» con ese mismo macho, y por primera vez iba a poder competir con éxito en las exposiciones con su primer campeón «criado en casa»: «Cristo v. Stevinhage» (*F5) —el primero de una larga lista de ellos... Según las palabras de Eric v. Dongen: «[Stevinhage] ha conseguido los Premios Anuales del Dobermann Club de Holanda los años 1982/83/84/85/86/ 87/88/90 y 93. Hoy en día exponemos, trabajamos y (tal vez) tenemos nuestros éxitos únicamente con el producto de nuestro criadero propio. A veces salimos “un poco” de línea, pero regresamos rápidamente a los buenos perros que hemos criado bajo la notable influencia de v. Nymphenburg, v. Eschenhof y, en menor grado, de v. Franckenhorst. En la actualidad tenemos cinco generaciones de campeones de Dobermanns v. Stevinhage». Sus últimas estrellas son «Kendo v. Stevinhage», (hijo de «SaronNymphenburg de Grifeu» -*F7- y «Roanka v. Stevinhage») y «Leona» (hija de «Xysthos v. Stevinhage» y de «Britt v. Stevinhage»). LISTA DE ALGUNOS DE LOS CAMPEONES (EUROPEOS) DE «STEVINHAGE» CRISTO VAN’T STEVINHAGE: (*F5) Campeón internacional de Alemania, de la VDH, IPO I. (*F5) JORDI JARANTHA VAN’T STEVINHAGE: Campeona de Holanda y de la VDH, Joven DV-siegerin 1984. KARLENE VAN’T STEVINHAGE: Campeona de Holanda, de Luxemburgo y de la VDH, Joven Winner 1984. (Sus hermanos Kjell y Kyan fueron igualmente campeones de la VDH). ROANKA VAN’T STEVINHAGE: Campeona internacional, de

Alemania, de la VDH, de Holanda y de Luxemburgo, IPO III. SEMPER-SCIFF VAN’T STEVINHAGE: (*F5) Campeón internacional, de Alemania, de la VDH, de Bélgica y de Holanda; EuropaSieger 1990; IPO. Premio al Mejor perro de todas las razas en Holanda en 1988. (Su hermana Sigfid es campeona de la VDH y ganó el IDC Trophy en 1990). TAIGA-UNIQUE VAN’T STEVINHAGE: Campeona de Europa, de Holanda y de Luxemburgo, Joven campeona IDC y joven Bundessiegerin. WIKING DE NIEUWE LOOT VAN’T STEVINHAGE: (*F7) Campeón internacional de Alemania, de la VDH y de Holanda, IPO I. (*F7) XYSTHOS VAN’T STEVINHAGE: Campeón internacional de Alemania, de la VDH, de Bélgica, de Holanda y de Luxemburgo, IPO III. YPSILON VAN’T STEVINHAGE: Campeón internacional, de la VDH y de Holanda, joven DV-sieger, IPO I. ZARDOZ-ZARVANNTAGE VAN’T STEVINHAGE: Campeón internacional, de la VDH, de Holanda y de Luxemburgo. (Su hermana «Zarina» también es campeona internacional, de la VDH y de Holanda, mientras que otra hermana «Zitelle» es campeona internacional y de la exYugoslavia; los tres tienen el IPO I.) BRITT VAN’T STEVINHAGE: Campeona internacional de Alemania, de la VDH, de Bélgica, joven Europa-siegerin, IPO II.

XYSTHOS VON STEVINHAGE.

© Susan A. Stuteley, para el texto de la obra. Ilustraciones: N. Bañares. 1.a Edición en Lengua Castellana, abril de 1994. © ABDEL EDITORES, S.C.C.L. C/ Sant Antoni M.a Claret, 122, 1º 2ª - 08025 Barcelona Tel. (93) 350 91 09 - Fax (93) 450 19 21 ISBN: 84-88925-00X Depósito Legal: B-14737-94 Fotocomposición: IO Serveis de Pre-impressió, S.L. Provença, 238, 4º 2.a - Tel. (93) 451 52 93 - Fax (93) 451 85 24 − 08008 Barcelona Fotolitos: INDEX, S.A. Impresión: GRÁFICAS BARBERA, S.L. C/ Venecia, 6-8 − 08210 Barbera del Valles (Barcelona)