El Despertar del Pensamiento

El despertar del pensamiento contra-paradigmas Anibal Barillas D. 2do. lugar en IX Concurso Internacional de  Ensayo 

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El despertar del pensamiento contra-paradigmas

Anibal Barillas D.

2do. lugar en IX Concurso Internacional de  Ensayo “Pensar a Contracorriente”  La Habana, Cuba (2012)

Indice 1. Marginaismo global

1

2. Campos de Concentración del Pensamiento (CCP)

11

3. El pensamiento como dispositivo

17

4. El pensamiento satelital

20

5. Pensamiento bélico-invasivo

32

6. Pensamiento marginal

39

7. Paradigmas dominantes

43

7.1. Contra-paradigma

49

7.2. Paradigma de la descolonización

58

A manera de Introducción Si algo debemos recuperar los latinoamericanos es la capacidad para pensarnos a nosotros mismos en tanto establecemos aquel cúmulo filosófico y político que exprese la soberanía de nuestras ideas tanto como el esfuerzo epistemológico e interpretativo dentro de las ciencias sociales, la literatura y el arte que pueda llevarnos a construir sociedades más justas, más democráticas pero también núcleos de acción y desarrollo individual que permitan despertar todas aquellas riquezas y capacidades racionales y emotivas que esconde nuestra condición multicultural. En una etapa de crisis mundial, donde el dominio del paradigma

neoliberal signa nuestra vida económica y

cotidiana, estamos frente a una empresa sin parangón, que implica no solamente escarbar el conocimiento occidental bajo

una

mirada

crítica

que

establezca

puntos

de

encuentro y disenso, sino también construir nuestro propio pensamiento, que directa o indirectamente ha sido velado por las relaciones de poder que los grupos y los países hegemónicos han establecido en la región. Por lo mismo,

paralelo a ese dictamen de libertad en la conciencia, debemos generar también los fuertes ideológicos en tanto contra-paradigmas

que

nos

abran

paso

a

un

nuevo

consenso cognitivo. Ello implica además de un profundo compromiso político con la historia y la recuperación de sus huellas, el redescubrimiento de los mundos visibles e invisibles que componen el tejido de nuestro mestizaje ideológico y cultural.

Así mismo, esa exploración integral de los ejes

nodulares que nos movilizan, también nos conduce a identificar los obstáculos generados por aquellas relaciones asimétricas de poder, por aquellos procesos invasivos que articulan

los

bloques

hegemónicos

y

todas

aquellas

manifestaciones de violencia que conforman también la genealogía de la vida latinoamericana. En esta perpetuidad de injusticias que producen las relaciones capitalistas y su reflejo en el mundo material, solo la caída del mundo invisible que aprisiona nuestras autonomías epistemológicas colectivas e individuales, podrá lanzar a mejor destino nuestras vidas. Frente a ello este ensayo pretende ser apenas un escenario

introductorio y de debate, que nos permita por un lado, mantener la claridad de aquellos conceptos fundamentales aprendidos de occidente, y por otro, tener la capacidad de re-formularlos o generar otros nuevos.

1. Marginalismo global El origen de las formas de exclusión política, económica o sociocultural en el ámbito mundial se asienta en la división internacional del trabajo. Es en principio la expoliación socio-natural por vía de la invasión militar a través de la historia y posteriormente la asignación de las funciones

productivas

dentro

del

orbe

internacional

vaciados en los procesos de colonización lo que define las condiciones concretas y subjetivas de la marginación como fenómeno global. En esencia, el ámbito internacional lo constituye particulares

un

conjunto

relaciones

de

Estados

que

de

disparidad

establecen

estructural

y

abstracta entre sí, lo que provoca según Castells (1974) la creación de una particular formación social dominada y

dependiente. Ello refleja la división mundial entre primer y

tercer

interacción

mundo signada

en

su

por

configuración la

calidad

de

histórica, vida

de

una sus

habitantes y toda aquella estructura que construye las prerrogativas de desarrollo humano. Es allí donde concurre 1

nuestra condición de marginados anclada al contexto latinoamericano. Donde se circunscribe con occidente una relación “menor” en cuanto a la calidad de servicios públicos y privados a los que tiene acceso la sociedad mayoritaria. En esa relación entre primer mundo-desarrollo y

tercer

mundo-subdesarrollo

se

establecen

las

contradicciones dentro del capitalismo mundial. Mientras cada país subdesarrollado presenta su propia forma de división

de

clases,

en

el

seno

de

las

relaciones

internacionales se cuece una forma de estratificación global, en otras palabras, el estatus de las naciones es diferenciado como mecanismo de segmentación abierto o velado (relación nación-clase). Los dos grandes bloques, el mundo de los privilegios y el mundo de la marginación son

consustanciales

a

las

relaciones

monopólicas

del

capitalismo en tanto mercados, corporaciones y tecnologías por un lado, y mano de obra barata, materia prima y subsistencia por el otro. Esa dualidad de inequidades entre formaciones sociales 2

híbridas

y

dependientes,

con

marcados

rasgos

de

desigualdad y atraso social y países industrializados y postindustriales, descansa en los procesos primigenios de acumulación de capital de estos últimos, establecidos desde la colonia bajo patrones de explotación y saqueo. Es su ideología legitimadora de agresión la que establece los procesos simbólicos de civilizar a los incivilizados, al nativo,

a

los

pueblos

tipificados

como

degeneración

espiritual en tanto el tejido mítico, cosmogónico y ritual de

sus

expresiones

socio-culturales

y

políticas

no

corresponde al monoteísmo cristiano en un principio (época colonial) y al desarrollo del pensamiento que surge posteriormente en Europa (modernismo). El contraste a esta visión de hegemonía que obstaculiza el desarrollo del pensamiento nacional se encuentra en la contemporaneidad en las lógicas multiculturalistas importadas de occidente, aquella inclusión de las diferencias culturales con cierto sentido de desclasamiento social implica el desplazamiento de las reivindicaciones económicas para lo cual ese poder hegemónico internacional precisa de ámbitos satelitales y 3

es particularmente en las ciudades donde encuentra aquel dinamismo

de

los

intelectuales

y

clases

que

están

dispuestas a plegarse a sus intereses y reproducir dicha lógica imperial. Así se constituye la estratificación de la humanidad en términos

globales

y

de

igual

forma

los

mecanismos

jurídico-políticos y jurídico-militares para establecer lo

permitido y lo prohibido, aquella connotación policiva que limita la soberanía nacional en tanto la dependencia económica

permite

la

filtración

e

imposición

de

la

jurisprudencia neocolonial con ropaje de justicia universal. Una prueba nuclear realizada por Corea del Norte resulta inconcebible, ya que bajo un principio hegemónico atenta contra la seguridad mundial occidental. Mientras que una prueba realizada por Francia provocará a lo mucho algunos disensos pero no el rechazo de las grandes potencias. La primera puede

ser

sancionada

con un

“bloqueo económico” en tanto se asume su irracionalidad

política, mientras que la segunda apenas será amonestada 4

asumiendo su racionalidad y pertinencia político-económica

o procedimental. Ello establece una clara desigualdad en el trato jurisprudencial y nominativo a nivel internacional. La justicia internacional como procedimiento no es leída en su esencia dogmática, ética o cognitiva, sino en relación al sujeto-nación subalterno al que es aplicada, bajo

ese

principio

de

subalternidad

se

justificará

y

legitimará el argumento de la sanción. La aplicación de la ley no se extiende a todo el pentagrama de naciones, se aplica

selectivamente la acción punitiva concentrando sus

fuerzas en la estructura ideológica del objeto punible. Ese mapa que dibuja las relaciones hegemónicas en el plano de lo jurídico-internacional y jurídico-invasivo es el reflejo y la estructura donde anidan también las relaciones de poder entre aquel pensamiento hegemónico que justifica la estructura

de

estratificación

mundial.

Las

capitales

desarrolladas generan entonces un discurso modelo, un sistema

maniquí

que

funciona

como

percepción

e

interpretación del mundo para exportar e imponer al 5

bloque marginado, gracias a que tiene el dominio no solo del campo económico sino también, la legitimidad de los aparatos de domesticación social, intelectual, tanto como las condiciones materiales para impulsarlo (Universidades, centros de investigación, medios de difusión, nichos de capital, soporte político). Por lo mismo aquella hegemonía

del bloque privilegiado

se extrapola en tres niveles, el jurídico-político y militar en tanto jueces del mundo, el plano ideológico-legitimador cuando aquella estructura es capaz de influir en las clases en el poder de los bloques marginados y por tanto incidir en sus aparatos de domesticación, lo que nos conduce a un tercer plano, el de la hegemonía epistémica, donde ya no es solamente la clase dominante la que asimila la discursividad invasiva sino también las clases subalternas por medio de aquella estructura que los aparatos de domesticación y sus mismos líderes e intelectuales asimilan y transmiten como modelos de verdad de aquella ideología degenerativa. Desde ese panorama, la marginación global 6

establece definidos patrones de estratificación políticonacional y económico-nacional que fluye en una relación descendente,

desde

las

grandes

corporaciones

transnacionales, la industria o el comercio hasta su arbitraje por medio de ciertos campos de ordenamiento económico

como

el

Banco

Mundial,

hasta

llegar

a

segmentos más pequeños de la economía en una región y finalmente fluir hacia la estratificación y segmentación del capital dentro de las clases dominantes de cada uno de los países subdesarrollados. Así, la consolidación de los bloques dominantes y el carácter de exclusión de grandes conglomerados humanos generan

aquel

marginalismo

global

que

en

tanto

internacionalización de la fuerza de trabajo lleva inscrito el proceso en el cuál las relaciones de poder de los grandes

monopolios

de

capital

internacional

y

las

particulares expresiones de las burguesías nacionales en los países subdesarrollados, genera en estos últimos un social-

marginalismo que atraviesa la condición de explotación7

exclusión de oprimidos y marginados 1, lo que se refleja en el crecimiento de los cinturones de pobreza y cristaliza el debilitamiento

del

Estado

como

producto

de

su

liberalización ideológica. Esa vulnerabilidad del sistema trae como consecuencia masivos flujos migratorios que expresan la fuga de mano de obra del tercer mundo al primer mundo, aquella escisión no solo socio-económica sino socio-cultural. Por otro lado, en el plano técnico e ideológico, si bien no ocurre una migración masiva, esta se transforma en fuga intelectual en tanto el sistema no es capaz de absorber su propio capital de profesionales. Así, la marginación global va a definir el valor de las personas y el valor del producto de su fuerza de trabajo y va describir la forma en que su tejido político y económico se ha reproducido en el cuerpo de la historia desde la invasión española 1 Asumimos para este estudio que los “oprimidos” son las personas inmersas en el sistema capitalista y por lo mismo se equipara al concepto de clase no poseedora de medios de producción en condiciones de explotación y sobreexplotación sin representación ni participación en el sistema político y con bajos niveles de escolaridad y servicios sociales. En tanto los marginados aunque siguen sin tener acceso a los medios de producción son participes del sistema político, tienen un salario que les da cabida dentro de las capas medias pero son excluidos de los centros de poder de las élites.

8

hasta nuestros días. En última instancia el marginalismo global es un producto histórico que se articula en la construcción de una estructura de estratificación internacional fundada en la diferencia de estatus de una nación sobre otra y por lo mismo

de

una

estructura

de

privilegios

políticos

y

corporativos dentro de esa dicotomía. De igual manera aquella estratificación internacional mantiene un estrecho vínculo con el sistema patriarco-burgués 2 del que se alimenta y donde se entablan las relaciones entre opresores y

oprimidos,

es

aquí

donde

se

crean

las

masas

empobrecidas y analfabetas que abastecen las fábricas, las grandes plantaciones y la economía informal. Es dicho sistema el que garantiza la permanencia de los lazos de dependencia económica con la primera estructura y el que genera aquel subproducto de dependencia ideológica. Esa

dualidad

estructural

es

la

que

permea

el

2 La conceptualización del “sistema patriarco-burgués” define la forma compleja, que para el caso guatemalteco, funde características de sociedades propiamente agrarias y subdesarrolladas dentro del sistema capitalista global propio de países más desarrollados. Dicha mimetización caracteriza ciertas relaciones económicas y políticas actuales en función de la propiedad de la tierra (latifundio-minifundio), la concentración del capital en pocas manos (oligarquía) y el uso del poder político (Estado) para reproducir dichos intereses de clase.

9

comportamiento de las fuerzas sociales, intelectuales y culturales en una realidad concreta y la que determina que las

diversas

construyan

instituciones puentes

de

académicas absorción

y

de

del

las

estado

diferentes

ideologías dominantes. Ya que es en esa relación de codependencia primer

económico-ideológica

mundo

donde

se

crean

entre aquellos

el

tercer

campos

y

de

concentración del pensamiento3 que son los que legitiman la acción colonizadora como fenómeno permanente de retroalimentación de la dominación y como reproducción de la ideología de la clase dominante. La estratificación mundial que genera aquella exclusión de nación-clase, fortalece

nación-etnia,

también

la

nación-cultura,

marginación

de

es esos

la

que

saberes

diferentes, de esas prácticas y cosmovisiones que a la luz de dicha relación hegemónica funciona bajo la dicotomía de pensamientos dominantes y pensamientos subalternos.

3 Más adelante se realiza una explicación detallada de este término.

10

2. Campos de concentración del pensamiento (CCP) Todo

sistema

materiales

en

la

para

medida

que

genera

reproducirse

las

y

formas

sobrevivir

institucionalmente, desarrolla una serie de ámbitos para expresar dicha materialidad, para expresar en ideas y conceptos la condición concreta de sus relaciones de vida. Esa generación de ideas sin embargo no ocurre de forma arbitraria o espontánea. El sistema dispone de ámbitos y de espacios para generar las ideas, las categorías y consecuentemente la ideología que justifica un tipo de orden social por sobre otro a través de sus intelectuales. En este ámbito se crean los campos de concentración del pensamiento (C.C.P.) o núcleos epistémicos, que en su forma más general obedece a la producción, agrupación y control de ideas que expresan los intereses de una clase social o subgrupo de la misma como expresión de grupos de poder que necesariamente influyen en el desarrollo político-económico

de

una

sociedad,

tanto

en

sus

condiciones materiales y económicas como inmateriales y 11

culturales. Por decirlo así, influyen en la imagen que la sociedad tiene de la multirealidad4, permea su conciencia y la

modela

para

que

responda

a

patrones

de

comportamiento, lo que más haya del peso epistemológico sobre el intelecto individual implica el uso de ciertos aparatos ideológicos con la capacidad para penetrar la psicología y la moral de la sociedad en una suerte de penetración del tejido axiológico que determina el ser y deber ser de dicha colectividad. Para el caso de los intelectuales, que distan de la sociedad en general por su campo de trabajo (la producción de ideas) un CCP es más que una mera influencia, manifiesta en su conciencia, sea en adhesión abierta o por adhesión indirecta, una plataforma que en alguna medida norma su conducta epistemológica, norma la forma en que debe pensar (método) y lo que debe pensar (idea) y por tanto es preciso prestar mayor atención a dicha interacción de relacionamiento entre intelectuales

y la forma en que se

4 Hacemos referencia al término “multirealidad” en tanto nuestro entorno está formado por muchas realidades que son enfocadas e interpretadas de diversa forma por el individuo y la sociedad.

12

produce el conocimiento. Los campos de concentración del pensamiento representan la unidad de las contradicciones que condensan las relaciones de poder interna y externa de una sociedad, aquellas relaciones entre primer y tercer mundo, entre la ciudad y el campo, entre nueva y vieja generación y por tanto relatan la particular condición epistémico-política de un sistema. Bajo esa lógica, un CCP está formado por personas con intereses políticos y económicos que necesitan convencer de sus preceptos a la sociedad. Se podría decir que la ideología como campus de convergencia de las ideaspraxis, condensa en sí misma el concepto de campo de concentración del pensamiento, en la medida que es la forma más antigua de instrumentalizar el conocimiento al servicio del poder o la impugnación de este. Aunque cuando hablamos de la relación que establece con la “sociedad civil” debemos decir que un CCP tiene una influencia directa sobre ésta tanto como los aparatos de domesticación del sistema pero su institucionalidad genera 13

no solo opinión, tendencia o moda, sino además de ello genera

ideas,

interpretaciones

sobre

la

multirealidad,

ideología estructurada y orientada hacia un fin. Otra característica del CCP es que el proceso bajo el cuál ha sido edificada su estructura conceptual se funda en la importación de ideas del exterior. El CCP es básicamente un receptáculo, que si bien sirve de mediador de ciertas categorías,

reproduce

una

ideología

externa

sin

mecanismos de criticidad, sin condiciones para desarrollar pensamiento crítico. Ello determina de alguna manera que su noción de lo que consideran como “nacional”, como “propio” en el sentido más amplio, pueda estar deformada por la utilización de categorías colonizadoras. Lo que no implica la posibilidad de que los modelos hegemónicos occidentales

no

puedan

explicar

la

multirealidad

centroamericana en tanto pasen por aquel filtro crítico y epistemológico que implica contextualización y reflejo de dicha multirealidad. La dimensión opuesta e irreflexiva expresada en la actitud colonizada y dependiente de 14

ciertos intelectuales dentro de la burguesía conservadora e inclusive algunos intelectuales cercanos al movimiento popular, tan solo transparenta el carácter elitista de los CCP

cuya

configuración

como

institucionalidad

epistemológica legitima intereses de clase y retroalimenta el poder mismo en tanto espacio de contradicciones sociales entre poseedores y no poseedores, explotadores y explotados. Derivado de ello cuando un CCP funciona como aparato de la burguesía conservadora tienen legitimidad sistémica. Es decir, el sistema como maquinaria inventada por esa misma burguesía le permite recorrer el tejido social para capturarlo ideológicamente. De su carácter reglamentario el CCP crea normas directas o indirectas que definen las formas en que es estructurado el pensamiento para ser aceptado

o desplazado a la marginalidad. Define lo

céntrico de lo periférico, lo que es de interés público y lo que no lo es. Son la expresión institucionalizada del pensamiento satelital y por lo mismo siembra en la 15

consciencia intelectual la noción del canon y el proceso de imitación irreflexiva. Dicha colonización ideológica implica una relación estrecha entre los paradigmas dominantes y los

núcleos

epistémicos

diseminados

dentro

de

la

sociedad.De allí que la imposición de camisas de fuerza al pensamiento conduzcan al CCP a cierto estancamiento en su dinámica interna, la exclusión de todo paradigma dialéctico o prácticas transformadoras genera modelos arcaicos para interpretar la multirealidad y por tanto es profundamente anti-dialéctico, es decir, no considera que la realidad es algo que está en constante cambio. De hecho el CCP como claustro que abraza los intereses de grupos de poder, le teme al cambio social en tanto atenta contra su statu quo, por lo mismo no es un estancamiento arbitrario, obedece al hecho de satisfacer dichos intereses de clase, tiene una dinámica interna, una gestión del poder que ve en el cambio ideológico o cognitivo un enemigo a su hegemonía institucionalizada. El CCP en tanto receptáculo de ideología de poder es fuente de praxis de poder, es el instrumento ideológico-académico instalado 16

por el sistema para reproducir al sistema y desde lo intangible activar lo tangible. Finalmente debemos hacer referencia a las relaciones que establece un CCP y su temporalidad, a la existencia del mismo en términos de tiempo. En ese sentido debemos decir que el CCP sobrevive el tiempo que prevalezcan las estructuras económicas de clase que le dan vida a su cuerpo ideológico en la medida que son aquellas las que financian reproducen

los las

diferentes ideas

que

ámbitos

físicos

traducen

sus

donde

se

particulares

intereses. 3. El pensamiento como dispositivo El pensamiento de los pueblos, su conocimiento y los procedimientos aplicados para describir y descubrir lo interno y externo a el no surge como una necesidad meramente intelectual. Como explicábamos anteriormente, el

pensamiento

puede

ocurrir

como

ejercicio

de

los

hombres, dentro o fuera de la ciencia, pero el pensamiento como instrumento histórico que acumula conocimiento y se 17

convierte en un bien abstracto de la humanidad cumple varias funciones. La más conocida es la de denominar la naturaleza, darle certeza a la comprensión de las cosas y las relación entre las personas, en cuyo procedimiento pretende descubrir la verdad y legitimarla, cumpliendo una función

homogeneizadora

cognoscitivo”,

el

de

a

establecer

través la

del

“consenso

“categoría”

o

el

“concepto” como lugar no tangible que contiene algo tangible o igualmente abstracto. Esa necesidad humana de generar conceptos universales o particulares se refleja por ejemplo en un hecho simple. Si el término “manzana” fuera determinada en cada uno de los pueblos de habla hispana bajo una denominación distinta: como rostro, barra, cardumen o espectro, el intercambio simbólico entre dichos pueblos sería muy complicado sino imposible, por tanto el concepto “manzana” cumple, además de una función objetiva de determinación de la cosa, también una función de cristalización de los elementos que componen la comunicación humana. En otro sentido, los conceptos como ideas consensuadas socialmente facilitan el proceso 18

de intercambio de informaciones

más

complejas. Los

conceptos en su condición dinámica o estática entran en el flujo de interacciones humanas relativas a su cultura o su mundo político-económico a través del lenguaje como dominio de medios audiovisuales, escritos o de diversa índole. Si hablamos por ejemplo del pensamiento occidental como modelo de ideas que establecen definiciones concretas sobre la vida del hombre, podemos decir que muchos de esos modelos son cascarones epistémicos, estructuras donde se vacía todo un dinamismo de ideas que fluyen para negarse o complementarse.

Las ideas sin el cascaron, sin

esa delimitación o restricción pactada, se expandiría o dispersaría, en tanto que es un campo regulado o tutelado. Los campos epistemológicos funcionan de pronto como una suerte de moldes para hacer pasteles, pero en este caso, para hacer ideas, son moldes abstractos que producen objetos abstractos para definir elementos concretos o inmateriales. La pregunta es quién hace los moldes, quien 19

forma la masa ideológica. Sabemos que puede surgir en el territorio de las autonomías socio-culturales del pueblo pero también como formulaciones estratégicas dentro del sistema

patriarco-burgués

o

dentro

del

imperialismo

capitalista que pretende depositar su propia epistemología auto

legitimadora

y

neutralizar

aquellas

libertades

racionales y emotivas dentro de las fuerzas intelectuales o socio-culturales, en última instancia el pensamiento visto como

dispositivo

genera

opiniones

y

criterios

en

la

sociedad. 4. Pensamiento satelital Hemos identificado que existe un pensamiento generado en occidente e impuesto o asimilado voluntariamente por la institucionalidad académica e intelectual de los países dominados,

ello

implica

que

la

condición

dialéctico-

estructural5 de los agentes dentro del sistema subordinado ha reprimido su capacidad cognitiva-creativa y reflexiva y 5 Hablamos de la condición dialéctico-estructural de un sujeto para definir la relación que existe entre la condición interna de las personas (racionalidad-emotividadcorporeidad) y su condición externa (política, económica y socio-cultural) en tanto concatenación micro-macro de la multirealidad.

20

la

han

substituido

por

una

estructura

de

dominios

ideológicos occidentales en un teatro de lo absurdo, una imitación como expresión de acomodamiento mental. Si bien en la condición interna de estos sujetos la alienación epistemológica ocurre en la razón como centro receptor, debemos tener claridad que todo su ser interno, su ser consciente, en tanto fenómeno de apropiación irresponsable del

pensamiento,

encierra,

además

de

una

filiación

racional, un profundo servilismo político que se encuentra en aquella espiritualidad y corporeidad subordinada a ese logos occidental que considera superior y en cuyo acto de fetichización del mundo caucásico o de otra naturaleza solo demuestra las limitaciones de su imaginación y la deformación de su conciencia. Ello implica que el dominio ideo-comprensivo

no

afecta

solo

la

esfera

político-

económica sino también y a veces de forma desbordada las relaciones socio-culturales y psicológicas de los pueblos. El pensamiento imitativo expresa la dimensión epistémicopolítica en tanto relación de pensamiento-poder instalado en la mente de los intelectuales e instituciones-saber que 21

reproducen las ideas como efecto de dicha subordinación. Dicha lógica desplaza el plano epistémico-creativo y el analítico en tanto no es capaz de romper con los modelos que le han sido impuestos 6. Pero cabe reconocer que la burguesía conservadora asentada en el sistema patriarcoburgués no imita como parte de un ritual ingenuo, lo hace a sabiendas que ello responde al enclave de lógicas de dominación en las que “ceder ideológicamente” implica los favores del bloque de poder internacional. Esto es lo que permite reproducir lógicas y comportamientos del primer mundo en ámbitos diametralmente opuestos del tercero y es precisamente eso lo que frena todo proceso de emancipación

epistemológica.

En

un

sentido,

este

pensamiento tutelado no expresa la compleja red de acontecimientos que forman la multirealidad de los pueblos oprimidos, sino que tan solo traduce la fragilidad de la institucionalidad epistemológica debido a la facilidad de penetración de sus estructuras socio-culturales, ideológicas 6 Nos referimos a lo epistémico-político como la forma de vinculación entre el conocimiento y el poder formal, a lo epistémico-creativo como la capacidad para generar nuevo conocimiento, nuevos conceptos y a lo epistémico-analítico a la capacidad de los intelectuales para ser críticos con las categorías establecidas dentro del consenso cognoscitivo occidental frente a la multirealidad.

22

y lingüísticas, expresadas ya no en una suerte de residuos

ideo-lingüísticos7, sino a una simple extrapolación de modelos completos. El problema con el pensamiento imitativo, el pensamiento satelital

que

muchos

intelectuales

sobreponen

a

la

generación de pensamiento propio, es que solo expresa un gran

silencio,

el

angustioso

vacío

de

la

esterilidad

imaginativa. Dicha actitud pasiva, solo fortalece el campo de los paradigmas hegemónicos. Bajo este paraguas interpretativo, el pensamiento satelital es muchas veces un mal supra-ideológico, más haya de toda ideología se asienta en la psicología dependiente que genera la relación entre dominación-subordinación. Afecta, no solamente a los que detentan el poder, sino también a los que quieren liberarse de sus formas represivas y por tanto es menester que las fuerzas populares se cuiden de no caer en estos absolutismos simplificadores. Ya que el problema

que

supone

la

duplicación

de

modelos

7 Llamamos residuo ideo-lingüístico a todas aquellas herencias ideológicas o intelectuales que un discurso lleva impreso en su estructura como producto de la historia propia de una ciencia.

23

interpretativos por vía de las escuelas de pensamiento, presupone el aniquilamiento de las fuerzas y el capital intelectual renovador del propio país de origen. Si

la

colonización

conservadora y

del

pensamiento

sus intelectuales

en

la

burguesía

es producto de sus

intereses económicos anclados a otras potencias tanto como la

necesidad

de

justificar

una

lógica

de

explotación

consumiendo el panfleto de las ideologías liberales e instalándolo en la mente y el espíritu del oprimido a través de los aparatos de domesticación (ideologización) del

sistema;

para

el

caso

de

la

colonización

del

pensamiento dentro de las mismas fuerzas sociales adversas al sistema patriarco-burgués, el caso resulta más complejo. En la medida que no detentan los medios de producción, ni control alguno en el capital e infraestructura dominante, la limitación de recursos y la consecuente dependencia con ciertas instancias internacionales descubre, en un primer momento, un proceso de contaminación o hibridación de las lógicas de lucha y desarrollo dentro de la mentalidad 24

de

los

diferentes

liderazgos

populares

e

intelectuales

adheridos al proceso, por cuanto se circunscriben a una suerte de ejes transversales que solo refleja la planilla ideológica de los organismos de cooperación internacional y la ceguera del oenegismo de gabinete que impacta somera y equivocadamente en las temáticas que predica. Por su lado, los intelectuales orgánicos del pueblo apenas logran respirar, asfixiados por el monstruo epistemológico de

las

escuelas

europeas

o

norteamericanas.

El

pensamiento satelital se instala pues en la condición dialéctico-estructural de la sociedad, tanto en la nimia plataforma

epistemológica

burguesa,

como

en

el

pensamiento de las fuerzas intelectuales del pueblo. Ejemplo de ello son dos sucesos que sacudieron al mundo como efecto no solo de relaciones económicas sino de expresiones ideológicas. La caída del muro de Berlín a finales de los años ochenta y la crisis en la bolsa de Nueva York más recientemente. Los dos fenómenos han marcado el principio de un nuevo período de relaciones 25

económicas a nivel mundial y expresan las contradicciones dentro

del

sistema

político

particular

en

el

que

se

desarrollaron. A ese respecto debemos decir que los dos eventos tuvieron un efecto coincidente en la forma en América Latina percibe e interpreta las ideas en el plano ideológico.

La

caída

del

muro

marcaba

el

desmoronamiento del bloque socialista e influía en el retraimiento y capitulación de innumerables intelectuales en América Latina. Aquel triunfalismo neoliberal acuerpado por obras como el Fin de la Historia (Fukuyama,1989) solo reflejaba el oportunismo y la miseria intelectual del pensamiento de la derecha a nivel internacional, pero tenía un efecto también derrotista en los intelectuales de izquierda. Paradójicamente el mismo efecto causa la caída de la bolsa en Nueva York, solo que ahora el triunfalismo nace de los híbridos enfoques de izquierda en América del Sur que ven en la crisis un efecto de las debilidades del modelo capitalista acuerpado por las élites internacionales. El 26

temor incuba ahora en el espíritu de la derecha neoliberal que ve como se tambalea el sistema financiero y provoca la

caída

del

sistema

económico

mundial.

Los

dos

fenómenos son la expresión no solamente de las relaciones político-económicas que establece América Latina a nivel global, sino aquella dependencia ideológica con respecto a los grandes bloques hegemónicos. Si la modernidad relata la adscripción de la izquierda latinoamericana al “bloque socialista” y el efecto traumático de su derrumbe, la contemporaneidad lo hace con la derecha frente a la caída de la bolsa y la crisis económica a nivel mundial. Parece sintomático en los dos momentos que para cada polo ideológico en América Latina la arritmia en el corazón del viejo mundo haya representado un debilitamiento en muchas premisas teórico-practicas del nuevo mundo. En otras palabras, si la crisis ideológica en occidente lleva como apéndice una crisis ideológica en América Latina lo mismo

es

solo

explicable

por

aquella

dependencia

ideológica de los intelectuales latinoamericanos en el tejido de todas las clases sociales. 27

Si bien la universalización de ciertas categorías que por su evolución

epistemológica

dan

fe

científica

de

cierto

segmento de la realidad y cuyo uso se internacionaliza como efecto de los intercambios políticos e intelectuales entre los diferentes gremios y clases dentro de los países, dicha dinámica no justifica para Centroamérica la ausencia de modelos científicos que puedan soportar las crisis económicas o ideológicas occidentales y evitar con ello ser tan solo un eco de los países hegemónicos a nivel internacional,

lo

que

lleva

aparejado

reproducir

no

solamente la ideología sino también la crisis. Importamos las

soluciones

e

importamos

los

problemas

a

ellas

adscritas. El hábito de la imitación epistemológica e ideológica genera una asimilación pensamiento

que

que desnuda dos

vienen

desde

afuera:

fuerzas las

de

fuerzas

epistemológicas e ideológicas cuyo objetivo directo es la colonización y la fuerza de las ideas cuya intención no es la dominación pero cuya cobertura, integralidad, influencia 28

académica,

penetración

institucional,

etc.,

le

permite

también insertarse en la mentalidad ingenua y colonizada del intelectual del tercer mundo. El problema real de las imitaciones conceptuales y por ende teóricas es que si bien asumen acertadamente las relaciones de los conceptos en su marco teórico no asumen sus relaciones en el marco práctico y es más en su condición inmediata y real, entiéndase en la limitada capacidad de alcance y abarcamiento de una categoría asimilada acríticamente. En otras palabras es importante hacer

un

ejercicio

de

“relativismo

conceptual”

(lo

epistémico-analítico) al momento de podar un fenómeno o institución,

ya

que

no

es

lo

mismo

en

términos

universalistas y generalizadores decir que “la definición del

Estado

pensamiento

es

A”,

crítico

que que

decir “la

bajo

principios

definición

del

de

Estado

guatemalteco es B”. El primero aunque necesario en tanto parte

integral

del

conocimiento

humano

tan

solo

complementa al segundo (B) pero no lo substituye, sin 29

embargo

es

un

fenómeno

pedagógico

recurrente

y

anormalmente natural en las relaciones académicas que establece el profesor con el alumno al momento de comprender un segmento de su multirealidad. Es un error común confundir el concepto universal y su definición

con

contextualizado

el

concepto

que

refleja

particular aquellas

o

concepto

condiciones

y

elementos inmediatos que determinan al objeto de estudio. En ese sentido observaremos fenómenos donde el concepto occidental de “Estado” no coincide con la realidad en que un “Estado” como el guatemalteco, por ejemplo, establece su estructura y forma de relacionarse con los ciudadanos. Factor de “incompatibilidad conceptual” que afecta no solamente a los estudiantes universitarios que asimilan los conceptos “descontextualizados y dependientes” de la academia formal sino también a diferentes organismos de la Cooperación Internacional que intentan aplicar modelos e instrumentos de análisis forjados en un contexto “A” para aplicarlos en un contexto “B”. Ya que en tanto el 30

concepto de “Estado” según la teoría desde la que se aborde tiene su propia historicidad dentro del marco teórico de las ciencias sociales occidentales, apenas es un referente o “tipo ideal” para construir el propio concepto de

“Estado”

bajo

otras

condiciones

de

desarrollo

epistemológico y político-económico para América Latina. Dicho fenómeno de inadaptabilidad conceptual afecta el trabajo intelectual del tercer mundo tanto como de los organismos que buscan el desarrollo, en el caso que dicha intención

fuera

transparente

y

no

solo

un

prólogo

ideológico de sus intereses geopolíticos en América Latina. Al respecto cabe decir que existe un uso generalizado de ciertos términos que al confrontarse con la realidad específica que denominan se desmoronan y expresan su fragilidad interna y falta de rigurosidad en la conexión con el objeto de estudio que designan. A pesar de no oponernos a la universalización de ciertos conceptos se debe prestar particular cuidado a la universalización como forma de “estandarización del pensamiento” y al respecto 31

podemos mencionar conceptos tan controvertidos como el de democracia, desarrollo, civilización, autoritarismo, etc. En ese sentido el “concepto” como tipología ideal es siempre uno, es aquel ámbito que establece los linderos y contenidos de una interpretación de la multirealidad pero al no ser un fragmento de la multirealidad en sí misma, este concepto universalmente pactado sea occidental o no, debe

vaciarse

en

el

fenómeno

que

denomina

para

corroborar su contenidos, disminuir su territorio definitorio o ampliarlo para desprenderse de la ortodoxia categorial. Para ello deben asumirse los conceptos como recipientes flexibles que pueden aumentar o disminuir su tamaño según la dinámica del objeto que denominan. Por lo mismo la dialéctica de las realidades es la que obliga a la dialéctica de las categorías a transformar la ciencia y no a la inversa. 5. Pensamiento bélico-invasivo Este tipo de pensamiento tiene un carácter especial por las peculiaridades de su forma y condiciones tempo-espaciales 32

en las que aparece como una expresión de relaciones de poder de un país o grupo de países contra otro. El pensamiento bélico-invasivo es la mayoría de las veces un pensamiento invisible en su intención y visible en su estrategia, un pensamiento que ha nacido bajo una lógica de guerra, está diseñado como un arma de propaganda y penetración

al

abiertamente

enemigo,

como

por

acción

tanto

puede

propagandística

aparecer en

calles,

asociaciones, centros comerciales y cualquier medio de infraestructura del país agredido. Puede aparecer como mensaje indirecto en programas de televisión,

radio,

publicaciones

en

prensa,

revistas

o

pasquines. Y finalmente puede ser ejercido como acto de

reproducción

ideológica

a

través

de

intelectuales

o

periodistas orgánicos de una invasión, con el fin de redactar a manera de satélites del invasor: documentos, artículos, textos que justifiquen los procedimientos de la agresión.

Por lo mismo el pensamiento bélico-invasivo

es de uso corriente dentro de los diferentes aparatos de 33

inteligencia de un sistema o país dentro de los bloques hegemónicos,

con

el

fin

de

imponer

dispositivos

ideológicos que legitiman el funcionamiento de dicho sistema, tanto como los intereses de los grupos de poder que en el interactúan. El mismo se filtra en las diferentes estructuras

de

la

institucionalidad,

militar,

civil,

intelectual, etc., y muchas veces no aparece de manera abierta, manifiesta, es preciso desenmascararlo. Se diluye en la sociedad para aparecer como un tipo de pensamiento más, un pensamiento común, propio de una particular ideología,

élite o grupo. La aparente invisibilidad de su

fuente es su característica fundamental, ya que ello le permite en su calidad de complot, tener la capacidad de desgastar el tejido político del país que desea dominar. El mismo hecho que da origen a la guerra en Irak y que no ha sido totalmente esclarecido por la agencias de estado norteamericanas, en tanto la ausencia de pruebas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en supuesta

propiedad

del

régimen

de

Saddam

Hussein 34

descubre con prontitud la verdadera intención de este acto invasivo y demuestra la autenticidad de diversos análisis fuera del sistema y que a través de otros medios de comunicación argumentaron en su momento el abierto cinismo de dicha invasión militar: la contraparte directa de los

intereses

empresarios

económicos

de

norteamericanos

un

pequeño

sobre

el

grupo

petróleo

de

como

recurso energético en contraste y contradicción con los comunicados pretendían

que rescatar

afirmaban los

que

principios

tales de

agresiones

“democracia

y

libertad” para el pueblo iraquí. Las declaraciones dadas a la prensa norteamericana por el entonces

secretario

de

defensa

de

la

administración

norteamericana Donald Rumsfeld, reflejan la estrategia tejida desde un sector de la inteligencia norteamericana, en su afán de justificar, condicionar y preparar la opinión pública en el desarrollo de la invasión. Es un plano tempo-espacial

en

que

el

pensamiento

bélico-invasivo

precisa ser contundente, inmediato e influyente a lo 35

interno

del

imperio

norteamericano,

pero

también

convincente con la comunidad internacional que representa su potencial aliada. Es el pensamiento bélico-invasivo que penetra las estructuras de los procedimientos políticos para justificar desembolsos económicos que satisfacen intereses personales y corporativos. Por lo mismo el pensamiento bélico-invasivo está íntimamente ligado a las corporaciones en tanto las mismas establecen intereses transnacionales a través de los recursos capturados y por lo mismo, también es un pensamiento corporativo, esa discursividad de los monopolios transnacionales que circula en las altas esferas del imperio y que imponen la guerra como política de estado. Lo anterior describe la existencia de dos niveles de pensamiento bélico-invasivo en su relación con el aparataje ideológico (prensa, radio, medios de difusión escrita, Internet, etc.). La estrategia de impacto interno y la de impacto externo. La primera ocurre en el interior del país hegemónico de donde emana la invasión y en la medida 36

que expresa la justificación de un operativo políticomilitar, obedece a procedimientos de legitimación en la

opinión pública y aquellos que por su inmediatez y por contradecir morales

de

estructuras la

y

comunidad

condicionamientos se

reducen

a

éticos

y

cabildeos

encubiertos, tanto éstos como los de opinión pública diseñan una estrategia de abordaje en los niveles más beligerantes de la administración del Estado, entiéndase aquellos que llevarán al logro de los objetivos como senadores, financistas, intelectuales o asesores políticos. Por su parte, el procedimiento de impacto externo encierra tres estrategias de penetración y subordinación de la nación agredida. La infiltración o cooptación de los aparatos de ideologización del sistema invadido o en su defecto la creación de otros alternos (radio, televisión, prensa, panfleto de calle, panfleto aéreo, etc.), con el fin de generar en la opinión del público un proceso de asimilación de la agresión. Paralelamente a dicho proceso la nación invasora a través del pensamiento bélico-invasivo 37

busca alianzas y derroteros dentro de las clases y partidos opuestos al sistema político que se pretende derrotar, en otras palabras, busca desestabilizar a la sociedad política granjeando

los

favores

de

informantes

inmediatos

o

potenciales, tanto como el debilitamiento de la moral patriótica. Por lo mismo la extensión del pensamiento bélico-invasivo suele ser menos que la del pensamiento satelital, en tanto precisa de un tiempo-espacio limitado por las condiciones de un conflicto bélico. Sin embargo debemos tomar en cuenta que el pensamiento satelital es muchas veces la plataforma idónea donde se asienta y se filtra el pensamiento bélico-invasivo, producto de aquella permeabilidad

propia

de

las

burguesías

industriales,

financieras o agrarias cuando sus intereses no están siendo satisfechos por el gobierno de turno. Bajo esa lógica existen invasiones o golpes de Estado cuyo engranaje lo conforman los capitales e intereses político-económicos venidos

de

la

nación-imperio

y

aquella

burguesía

conservadora que se ve beneficiada con la caída del régimen. 38

6. Pensamiento marginal Puede que estemos abordando un tema que presenta una dudosa estructura y despierta la desconfianza del científico oficioso. Sin embargo creemos que la identificación y más aventuradamente, la inclusión en el conocimiento de lo que en principio reconocemos como pensamiento marginal conserva su importancia en la medida que establecimos las relaciones de poder existentes en todo el proceso de generación epistemológica vinculada a las funciones del centro y la periferia. De hecho el social-marginalismo como expresión de las condiciones económicas de exclusión y explotación de los pueblos, reviste en su corteza abstracta,

en

su

superficie

ideológica,

una

serie

de

elementos intangibles, de ideas que no corresponden de forma

consecuente

con

ninguna

de

las

estructuras

ideológicas tanto dentro del sistema como dentro de los campos autónomos8. Un pensamiento marginal o periférico es la expresión de 8 Un campo autónomo es una forma de organización política que realiza una fracción de la sociedad civil que se encuentra fuera o en oposición abierta al sistema políticoeconómico dominante en un país determinado.

39

una cadena de elementos populares no acabados, no articulados ni sistematizados, que si bien como expresión ideológica no puede dirigir la lucha de las masas hacia su liberación, entiéndase, no está en las condiciones de configurar parte de la vanguardia como eje de alianza entre diversas clases o sectores y es excluido o está autoexcluido de los centros de discusión epistemológica y política, si contiene detonantes, símbolos, ideas, relaciones que el pensamiento revolucionario debe tomar en cuenta al momento de involucrarlos en la lucha contra el sistema patriarco-burgués. Si no puede llegar a ser vanguardia, si puede llegar a influir en el proceso emancipador, en la medida que expresa una serie de significados, de palabras, aquello que también incluye el caló urbano-marginal, todo lo que ciertamente teje el espíritu de las realidades vividas por la condición socio-estructural del sujeto en su presente, su coyuntura, sus relaciones cotidianas, que si bien revisten la

influencia

de

las

diferentes

modas,

corrientes

y 40

paradigmas estéticos dentro del influjo hegemónico de la maquinaria del mercado de consumo simbólico, expresa igualmente una necesidad de diversificación social, de expresión

propia

de

aquellas

masas

desplazadas

y

marginadas. Es este nivel en que la comprensión dialógica y el sentido pedagógico y humanista de la acción política deben establecer un vínculo con dichos espacios de generación ideológica dentro del pueblo, es importante resaltar que el pensamiento marginal no expresa su potencialidad como pensamiento y estructura dinámica de símbolos como parte del

proceso

de

elaboración

de

nuevos

modelos

de

relacionamiento socio-político solo por el hecho de ser excluidos o periféricos. Es en tanto las masas oprimidas y marginadas son parte de este contexto que su inclusión se hace necesaria como parte del proceso de organización de las fuerzas sociales. Así como dichos sectores pueden ser parte de un proceso de formación dentro de la pedagogía

de liberación, 41

también pueden ser el instrumento de los ecos fascistas de la

burguesía

conservadora,

el

caso

de

las

pandillas

juveniles en los cascos urbano-marginales de la ciudad. Si el pensamiento marginal debe ser estudiado y comprendido es por el hecho mismo de su existencia, por el hecho significativo de la inclusión comprometida y consiente de las

clases

subordinadas.

Todo

proceso

de

inclusión,

especialmente de emancipación social requieren despertar altos niveles de sensibilidad social para que la inclusión de los subalternos no sea solo parte de la parafernalia del igualitarismo social sino la expresión concreta y vívida de dinámicas de intercambio y reflexión popular. En

ese

sentido

contraposición

el

directa

pensamiento al

marginal

pensamiento

está

satelital

y

en el

pensamiento bélico-invasivo. Si el primero es la expresión consciente de la burguesía conservadora de extrapolar modelos ideológicos y el segundo la connotación de extrapolación cognitiva-operativa para legitimar la propia ruptura del estado de derecho; el pensamiento marginal, 42

aunque

en

algún

momento

pueda

ser

satelital

estéticamente, genera una serie de simbologías propias dentro de aquel imaginario que se crea en la periferia de los dos primeros. En el imaginario popular la hibridación del consumo del material abstracto y aquello que genera simbólicamente

es

algo

natural,

no

es

un

acto

de

consciencia plástica del pensamiento y dicha espontaneidad es lo que convierte al pensamiento marginal en un fenómeno

aislado

del

pensamiento

satelital

más

estructurado e intencionado, tanto como del pensamiento bélico-invasivo,

en

tanto

es

pensado

estratégicamente

desde afuera para la dominación.

7. Paradigmas dominantes El mundo invisible presenta siempre diversas formas de representación en cada período histórico de los pueblos. En otro sentido, a cada momento histórico le corresponde una o varias formas de interpretación intangible de su realidad, entiéndase que las condiciones materiales de la 43

humanidad son siempre representadas por ideas, por ideologías, por formas y fórmulas intangibles. Sin embargo esas formas abstractas de expresión humana sobre su materialidad no son siempre coincidentes y si son casi siempre contradictorias entre sí. En la medida que son muchas veces teorías o ideologías que se contradicen y se oponen las unas a las otras son también fuerzas que se alimentan en una lucha por establecer un tipo de verdad, de interpretación absoluta o parcial de la realidad, espacio en el cual la “ciencia” juega el papel de capitalizador, de cristalizador de las verdades. Es en la medida en que la política no es solo en sí misma pura acción directa sino ciencia política, o en que la historia y la sociología no son meros aparatos de descripción sino parte de la orbe de las ciencias sociales que el carácter de los científicos y la ciencia cobra un papel de juez y parte en el proceso de legitimación,

interpretación

y

construcción

de

la

multirealidad. La definición del mundo no es el mundo en sí mismo sino lo que la ciencia y el científico dictan sobre él, aquello que en última instancia constituye el paradigma 44

dominante, la construcción intencionada de un sistema de ideas que son las fórmulas privilegiadas de interpretación de la multirealidad. Para

ampliar

dicha

discusión

término “paradigma”

hacemos

uso

aquí

del

a partir del planteamiento teórico

generalizado de T. Kuhn (1962) al cual adjuntamos su connotación política en tanto paradigma dominante o hegemónico dentro de una relación de poder dada, en una comunidad

humana

específica.

En

ese

sentido

un

paradigma dominante constituirá desde esta perspectiva esa construcción de modelos universalmente válidos y de problemas-solución

que

adoptan

no

solamente

una

comunidad de científicos sociales sino también de políticos e instituciones de un país o países particulares a través de sus intelectuales orgánicos. El paradigma dominante aquí, representa

entonces

intereses

de

grupos

o

gremios

afincados generalmente en países capitalistas desarrollados y presupone abierta o solapadamente una intencionalidad en cuanto a imponer un canon de pensamiento que deriva 45

en formas de comportamiento que los países receptores deben adoptar como condicionante de su propio desarrollo material e intelectual y como contraparte, muchas veces, a los

desembolsos

de

la

cooperación

internacional.

Sin

embargo el capital externo en su forma de “donación” no es el único frente que usa el paradigma hegemónico para instalarse en los países pobres o colonizados. También lo hace a través de la educación formal en escuelas, colegios y universidades, en la medida que tanto maestros como catedráticos,

asumiendo

dicha

“vanguardia

del

pensamiento” externo, usan el paradigma dominante como parámetro de conocimiento en el aula, en la medida que expresa un acto de adscripción académico-ideológico sin ninguna noción de criticidad. El

neoliberalismo

como

paradigma

dominante,

como

plataforma ideológica para expandir el poder imperial norteamericano o europeo en el mundo funciona como el modelo de dominación, es el paradigma dominante, el constructo intencionado de ideas que se instalan en los 46

diferentes

aparatos

del

sistema

patriarco-burgués

para

justificar una particular condición y relación material de producción

y

por

ende

de

explotación

de

recursos

naturales y humanos. Esas ideas dominantes generadoras de prácticas dominantes. Pero

debemos

estar

conscientes

que

el

paradigma

dominante funciona, se instala en la sociedad y filtra todos sus estratos producto de que su estancia en el imaginario social es posibilitado, promovido y abastecido desde los intelectuales orgánicos del sistema mundial que se filtran hacia el sistema patriarco-burgués y su institucionalidad infraestructural, en tanto constituye parte de aquel influjo hegemónico que en tiempo presente se instala en la mente de las élites dominantes. La discursividad hegemónica entonces, tan solo paraliza y petrifica la acción reflexiva de los intelectuales y la sociedad, transmitiendo una serie de

modelos,

teorías,

palabras,

procedimientos

administrativos, lógicas, espiritualidad y síntesis ideolingüísticas ajenas a la multirealidad del mundo oprimido. 47

Es dentro del sistema y sus centros de gravedad que el paradigma dominante se filtra como parte del influjo hegemónico de occidente que atrapa parte de la condición dialéctico-estructural del sujeto. Naturalmente la acción colonizadora acuerpada en un paradigma hegemónico va a producir una interacción de dominación y subordinación como acumulación histórica de

las

antiguas

precisamente

formas

frente

a

de

estratificación

dicho

social.

marginalismo

global

Es y

socialmarginalismo más nacional que debemos oponer las fuerzas materiales e inmateriales disponibles para generar pensamiento crítico, en ese sentido las preguntas que subyacen a dicho análisis se refieren a: ¿cómo romper con esa dicotomía entre opresores y oprimidos en el plano de la construcción del pensamiento?,

¿cómo romper con los

modelos de pensamiento arrastrados desde la colonia e incrustados

en

el

comportamiento

de

las

fuerzas

intelectuales y sociales que imitan sin ningún sentido crítico

aquellas

tendencias

morales

o

ideológicas

de 48

occidente?, ¿cómo romper con aquella marginación global si asumimos la posibilidad de que genere también una marginación intelectual y

constituya un obstáculo en la

construcción de propuestas epistemológicas propias para cada país subdesarrollado?. Esas son algunas de las interrogantes que intentaremos responder y aunque muchos de los planteamientos aquí realizados puedan resultar insuficientes, la construcción metodológica de este ensayo nos permitirá revisar y corregir el conocimiento para ampliar nuestros márgenes de comprensión. 7.1. Contra-paradigma Mientras el paradigma hegemónico es el modelo de pensamiento impuesto en las sociedades dominadas, el contra-paradigma es la fuerza intelectual organizada contra esa forma de neo colonización. El contra-paradigma es con precisión un mecanismo de liberación, de descolonización del pensamiento, de la acción, de las emociones. Pero así como el contra-paradigma es reacción inmediata o de 49

corto plazo, el paradigma de la descolonización es la unidad de formas de pensamiento liberador y por tanto debe alcanzar integralidad. El

contra-paradigma

corresponde

a

toda

premisa,

afirmación, discursividad, idea o construcción mental, espiritual o sustrato originado en la praxis social que contradice los principios y presupuestos ideológicos de uno o varios paradigmas dominantes, acto de oposición que no corresponde exclusivamente al campo de la ciencia como nicho de construcciones conceptuales propias de una élite científica, sino al quehacer científico y extra-científico que atraviesa las membranas sociales a través de certezas instaladas

en

campos

epistémicos

que

le

brindan

legitimidad social. El contra-paradigma se instala como instrumento

de

liberación

de

las

clases

subalternas

acuerpado por intelectuales y núcleos autónomos que le proporcionan fuerza y estructura. En tanto corroe los cimientos opresivos del sistema local y mundial, el contraparadigma no es en sí mismo el futuro liberado, expresa el 50

instrumento presente de la liberación. El contra-paradigma funciona como una fuerza de descolonización que en su etapa

primaria

abraza

al

ser

social

aportando

un

instrumento de lucha que se autogenera para transformar. Es parte de ese tránsito que transforma al espectador en participe de la acción descolonizadora tal como lo relata Franz Fanón (1963): …La

descolonización

no

pasa

jamás

inadvertida

puesto que afecta al ser, modifica fundamentalmente al ser, transforma a los espectadores aplastados por la falta de esencia en actores privilegiados, recogidos de manera casi grandiosa por la hoz de la historia. Introduce en el ser un ritmo propio, aportado por los nuevos hombres, un nuevo lenguaje, una nueva humanidad. La descolonización realmente es creación de hombres nuevos. Pero esta creación no recibe su legitimidad

de

ninguna

potencia

sobrenatural:

la

"cosa" colonizada se convierte en hombre en el proceso mismo por el cual se libera… (pág. 26) 51

Es pues el contra-paradigma el proceso de transición en el que ocurre una lucha de oposición de ideas nuevas y propias a través de las fuerzas intelectuales, sociales, políticas y culturales en oposición a ideas hegemónicas, estáticas

y

tipificantes.

epistemológica,

aquella

La

lucha

por

la

soberanía

soberanía

del

pensamiento,

empieza aquí, en esa acción dentro de las ideas que rompe las cadenas impuestas por la élite conservadora en tanto exclusión por etnia, género, clase, condición etaria, etc. La acción descolonizadora constituye aquí un proceso de liberación ideológica y material. Pasado ese proceso de pugna entre las ideas conservadoras y las revolucionarias, donde muchas veces el poder todavía está en manos de las viejas élites gobernantes (criollos y burguesía

conservadora)

conformación

de

un

se

debe

paradigma

transitar de

a

la

descolonización

integrado. Que circunscriba en su seno las múltiples síntesis históricas que de la lucha y de las ideas se ha logrado hasta ese momento particular, hasta esa coyuntura 52

donde se empieza la reconstrucción de la mujer y el hombre

emancipado.

Esta

perspectiva

necesariamente

cognitiva, es el primer paso hacia una epistemología que nos permite salir a la zaga de nuestra propia crisis con occidente, el occidente agresor, que representa en muchos sentidos la barbarie civilizatoria contemporánea. Así, la discursividad contra paradigmática y la praxis que ello representa son parte de ese plano epistémico-político en tanto discurre, resuelve y aborda una categoría como instrumento de lucha contra el paradigma dominante. El plano

epistémico-creativo

y

epistémico-analítico

corresponden consustancialmente al proceso de formación de aquel paradigma de la descolonización integrado y lejos de la ocurrencia simultánea en los tres niveles, el efecto de su desplazamiento en la conciencia de los pueblos es producto del papel que juega tanto la sociedad como los intelectuales del pueblo en el particular contexto histórico que apuesta por la construcción de nuevos modelos comprensivos.

53

Es

el

contra-paradigma

el

medio

para

alcanzar

el

paradigma de liberación. Un concepto puede ser contra paradigmático, en tanto un modelo puede ser parte del paradigma

de

descolonización

integrado.

El

contra-

paradigma se convierte así en una llave epistemológica, en una llave de liberación, es la acción ideológica que abre nuevas puertas de comprensión y transformación de la multirealidad. Si en sí misma no expresa el acto directo de la libertad como ejercicio creativo del pensar, si lo hace en

cuanto

canal,

en

tanto

conducto

que

dirige

el

pensamiento a su desarrollo pleno. El contra-paradigma identifica el eslabón más débil de la ideología burguesa que ha penetrado la mentalidad del pueblo y que lejos de la complejidad que presente, su cuerpo simbólico asentado en la dominación es susceptible de ser desmontado en la medida que oprimidos y marginados cobren conciencia de su orientación alienadora, particularmente al identificar aquellos vínculos de dependencia con una cadena de ideas y prácticas vinculadas a la invasión de la soberanía social, la colonización de las ideas y la vida cotidiana de los 54

pueblos. De allí que el contra-paradigma es la construcción del concepto liberado y para la liberación, es el concepto reflexionado que siendo ya independiente de las corrientes hegemónicas es capaz de substituir las significaciones de sus categorías, sea parcial o totalmente. Es un esfuerzo concentrado entonces en la categoría contra paradigmática, dinamizadora de nuevo pensamiento, movilizadora de sentidos sociales, de aspiraciones culturales y políticas. Así, la

construcción

del

contra-paradigma

responde

a

la

estructura, a la disposición de los elementos presentes dentro

del

sistema

como

totalidad

intencionada

y

ordenadora que es necesario cambiar, a los dispositivos ideológicos plasmados por el paradigma dominante en el campo político, económico y socio-cultural. De tal suerte que un contra-paradigma económico por ejemplo, se puede concentrar en los mecanismos subyacentes en que desde la ideología se determinan las formas de relacionamiento económico y su marco de legitimidad dentro de la ley. El 55

contra-paradigma como idea fuerza puede reproducirse en los mecanismos más complejos hasta los más simples dentro del sistema y por lo mismo dentro de una sociedad particular. El

contra-paradigma

presenta

entonces

dos

formas

fundamentales, su expresión en el espíritu anti-sistémico del sujeto, que implica el despertar de la conciencia crítica que frente a una discursividad o categoría que no coincide con su realidad vivida, opone los argumentos necesarios que

niegan

el

contenido

de

aquella

discursividad

hegemónica. Rompe la cadena histórica del castigo que impone

el

sistema

patriarco-burgués

a

su

integridad

ideológica, abandona el “yo” histórico negado y aspira al “yo” histórico liberado. Es tan importante en términos psicológicos porque

este

implica

primer que

el

ropaje

del

oprimido

contra-paradigma ha

dejado

de

clandestinizar su identidad9 y pasa de la sumisión a la operación reflexiva de su exterioridad y por ende de su 9 Usamos este término para designar la forma en que para Guatemala y muchos países latinoamericanos las relaciones de agresión y represión del sistema político han generado una condición psicológica que implica la clandestinización de la identidad, de los verdaderos deseos, existe aquí una sublimación del ser social.

56

interioridad. Ha abandonado el cuerpo de los campos marginales y los ha transformado en nichos de despertar ideológico. Es el espíritu del pueblo que descubre el poder del pensamiento a través de la organización popular. Si la primera etapa representa el despertar del alma al universo de la oposición reflexiva de las categorías, la segunda etapa corresponde a la organización, análisis, síntesis, discusión y empoderamiento imaginativo de los procesos epistémico-analíticos y epistémico-creativos. Lo que en esta obra está plasmado como un sincretismo crítico expresa los dos niveles de elaboración del nuevo corpus interpretativo, teórico y creativo 10. Cada uno de esos contra-paradigmas que en el fragor de las luchas ideológicas constituyen los pilares de movilización social precisan de un tratamiento, de un proceso de limpieza, que aunque no persiga la pureza conceptual, permite transitar del plano epistémico-político al creativo-analítico y por lo mismo necesita de un aparato de intelectuales 10 Definimos sincretismo crítico al proceso por medio del cual el intelecto hace un ejercicio crítico con los modelos y teorías existentes e hibrida sus contenidos a partir de la observación profunda de su propia multirealidad.

57

que den paso a esa etapa, nos referimos a las fuerzas

intelectuales que acuerpan las fuerzas socio-culturales y en cuyo espíritu anida el aparato liberador que orienta la lucha a través del diálogo permanente con dichas fuerzas en tanto proceso pedagógico que libera colectivamente, que orienta las ideas y la praxis hacia la soberanía del pensar, del sentir, del ser como expresión de la realización social. 7.2. Paradigma de la descolonización Desde el momento en que asumimos que el pueblo y sus intelectuales

son

la

fuerza

motora

que

dinamiza

la

transformación de la sociedad en su conjunto y la del sistema patriarco-burgués como fuente alienadora de la vida, estamos en condiciones de dar un paso cualitativo, un paso de calidad para que dicha transformación no solamente exprese las reivindicaciones sectoriales de grupos aislados, sino que la legitimidad plural de todas las reivindicaciones menores se transformen en unidad, en fortaleza cognitiva-organizativa de un ente con capacidad 58

de producir y transformar praxis y teoría. Este es el punto de llegada en el que la construcción del

paradigma

de

la

descolonización

oprimidos,

marginados,

desocupados

de y

la

vida

las

para

diferentes

fuerzas de la burguesía progresista deben re direccionar sus pasos. La claridad consiste en reconstruir la plataforma epistémico-política

como presupuesto

de

la diversidad

socio-cultural y opresiva en que sobrevive el pueblo. Ello implica que el paradigma descolonizador en su proceso de formación lleva una profunda carga pedagógico-política, didáctico-reflexiva, un método horizontal como proceso de reconstrucción de dignidades, de historias de lucha y realidades de vida. La alfabetización política de un pueblo desde el proceso primigenio

de

construcción

paradigmática

es

aquella

semilla que puede germinar en un campo distinto de entendimiento, la polinización del espíritu del pueblo es producto de esa ruta de intercambios de saberes, de semillas de conocimiento y experiencia plantadas en la 59

escuela,

en

las

universidades,

en

la

iglesia,

las

organizaciones barriales, los sindicatos y toda organización popular. Claro que esto requiere un proceso ordenador de las ideas, de las expectativas, de los consensos y disensos, de las esperanzas, las apetencias y la apatía. Es un proceso donde deben confluir a manera de motores epistemológicos las ideas generadoras, aquellos conceptos que son capaces de capturar la diversidad de voces caóticas que deambulan alrededor de un tema y cristalizan en una categoría reflexionada aquel producto del quehacer socio-cultural. Esta primera avanzada en el desarrollo del plano políticoepistemológico involucra la condición dialéctico-estructural del sujeto en sus dos niveles (interno-externo) y por lo mismo relata la forma en que se identifican aquellos eslabones sensibles en la anatomía de la subordinación de la

sociedad,

su

identificación,

tratamiento

y

transformación. Los nuevos paradigmas responden a la lucha natural de las ideas dentro de la academia universal, dentro de la 60

ciencia, en tanto que el contra-paradigma expresa la lucha de los pueblos oprimidos para que las ideas de los gremios epistemológicos internacionales no sean impuestos como presupuestos de una relación desigual de poder. El contraparadigma es el fuerte que contiene el ataque, en tanto que el paradigma de emancipación es el ámbito donde se vacía la fuerza creadora del pensamiento propio, el pensamiento liberado. El contra-paradigma es instrumento de liberación, el paradigma de emancipación, es zona liberada. Bajo esta relación codeterminante debemos fundar la epistemología del cambio. Por lo mismo, el paradigma de la descolonización se dinamiza en aquellos espacios que no han sido alcanzados por la indoctrinación alienadora del sistema patriarcoburgués, esos núcleos autónomos de organización popular son el espacio donde se desarrolla el paradigma en tanto cumplen también el papel de fuertes epistemológicos y se deben diferenciar en contenido y práctica de los campos de

concentración

del

pensamiento,

en

tanto

estos 61

administran el conocimiento para ejercer poder y el núcleo autónomo para brindar instrumentos de lucha ideológica al pueblo. Para ello debe establecer una serie de pasos complementarios y previos que describan cierta estructura y dinámica social para obtener los frutos esperados. a.

Determinar

popular

las

dinamizadas

diferentes por

formas

núcleos

de

organización

autónomos

y

semi-

autónomos que descubra las diferentes formas de expresión de oprimidos y marginados con el propósito de encontrar asideros para desarrollar la acción descolonizadora a través del pensamiento crítico, de los contra-paradigmas. b. Identificar los residuos históricos de mayor peso y trascendencia

que

se

encuentran

en

la

conciencia

individual y colectiva y representan una deformación simbólica en la ideología del pueblo, aquel sedimento político, económico o socio-cultural sistema

patriarco-burgués

por

alimentado por el

medio

de

campos

de

concentración del pensamiento y sus núcleos sistémicos y retroalimentado

por

medio

de

sus

aparatos

de 62

domesticación (prensa, televisión, Internet, revistas, radio). c.

Ubicar

paradigma

las

fuentes

dominante

externas y

los

que

representan

diferentes

campos

el de

concentración epistémica como núcleos sistémicos que lo reproducen en una suerte de influjo hegemónico venido del primero al tercer mundo. d.

Definir

movilizadores

los

puntos

que

más

establecen

importantes, la

lógica

los del

puntos sistema

patriarco-burgués, los centros de gravedad, los centros alternos y los diferentes subsistemas donde se conjura la lógica del poder. e. Describir la condición dialéctico-estructural del sujeto, haciendo énfasis en aquella condición interna que define al individuo en su estado psicológico, su racionalidad y su corporeidad. Ello expresa un recorrido extenso que pasa por la descripción de patologías, traumas, prejuicios, percepciones distorsionadas de realidad, condiciones físicas de salud, carencias ideológicas, carencias emocionales y naturalmente una reflexión sobre fortalezas también en los 63

tres niveles (corpóreo-emotivo-racional). Esa delimitación pormenorizada o generalizada de los elementos más profundos que establecen la construcción del tejido social es el primer peldaño en el que se sustenta el paradigma de la descolonización como un suceso absolutamente

histórico,

entiéndase

enmarcado

en

un

proceso de intercambios sociales, políticos y económicos que dan como resultado la generación de una fuerza emancipadora, donde la concatenación de lo abstractoconcreto es el correlato de su diversidad interna, de su devenir dentro de la lucha popular y su complejidad como fenómeno individual y colectivo dentro de una plataforma que en principio es epistémico-política pero que debe evolucionar a otro plano más reflexivo, el creativoanalítico y cuyo porvenir está sustentado en el hecho de que fue dado a luz como producto de un acto liberador y por tanto, pasado el acto de liberación debe transformarse en acto de liberación-reflexión, en un paradigma que sin abandonar el principio emancipatorio se transforma en su 64

propia esencia filosófica y metodológica, en un paradigma capaz de desarrollarse en un sistema ya liberado de las trabas ideológico-opresivas de la burguesía conservadora.

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