El Camino de Los Sabios

El camino de los sabios Informe literario. Luisa Fernanda Franco Celín. Grado 11 Filosofía Colegio Villa del Rosario

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El camino de los sabios Informe literario.

Luisa Fernanda Franco Celín. Grado 11 Filosofía

Colegio Villa del Rosario Villamaría, Marzo 23 de 2015 El camino de los sabios empieza con un prólogo escrito por el filósofo Colombiano Miguel Ángel Ruiz García, en el cual hace una síntesis de lo que Walter Riso nos trae en su libro él dice “No es mi interés economizarle al lector el placer y la tarea de encontrar por sí mismo lo que el texto le dice y le sugiere de manera clara y ordenada, sino más bien narrarle el efecto, tanto intelectual como estético, que me ha producido la experiencia de la lectura. Digo que intelectual porque el libro remueve los esquemas, los prejuicios y las ideas con los que en la vida corriente uno acostumbra a interpretar y a valorar la propia existencia y la de los demás; y digo que estético porque el libro asume como centro de reflexión las dimensiones de la vida afectiva y emocional a las que con frecuencia no prestamos la atención que es debida”. Este filósofo nos da muy buenas referencias del libro y su trabajo es alentar al lector a leer detenidamente este libro a disfrutar cada palabra a reflexionar, porque leer sin entender no es leer, y entender sin reflexionar no es entender. El camino de los sabios pretende recuperar y actualizar algunos principios básicos de la filosofía, entendiendo esta ciencia como una psicología práctica que nace de la capacidad y la virtud de saber vivir y que proporciona herramientas para desenvolverse en la vida cotidiana, nos invita a viajar a esos tiempos antiguos para descubrir las enseñanzas de importantes filósofos que lograron llevar una vida

coherente con sus preceptos, retomando el ejemplo de Sócrates, Epicuro, Epícteto y Diógenes, el autor provee al lector de las herramientas de reflexión suficientes para poder hacer un alto en el camino, evaluar el estilo de vida que lleva y adoptar lo que mejor se adapte a sus condiciones actuales para poder conseguir una vida feliz y de mejor salud mental y emocional, además el autor pretende recuperar y actualizar algunos principios básicos de la filosofía, entendiendo esta ciencia como una psicología práctica que nace de la capacidad y la virtud de “saber vivir” y que proporciona herramientas para desenvolverse en la vida cotidiana. Walter Riso rescata en esta obra a los más grandes filósofos clásicos y los traduce a un lenguaje sencillo y acorde a los avances de la psicología de hoy, para trasladarlos al aquí y al ahora y abordar los problemas del día a día. En los albores de la historia del conocimiento, hay una puerta a la vida plena que podemos abrir... y la sorpresa será mayúscula. Walter Riso rescata en esta obra a los más grandes filósofos clásicos y los traduce a un lenguaje sencillo y acorde a los avances de la psicología de hoy, para trasladarlos al aquí y al ahora y abordar los problemas del día al día. En los albores de la historia del conocimiento, hay una puerta a la vida plena que podemos abrir... y la sorpresa será mayúscula. ¿Qué podemos aprender de Sócrates o Epicuro, de los estoicos, de los cínicos o de los escépticos? ¿Qué nos pueden enseñar tales ejemplos de vida y los principios que los sustentan? Los contenidos de El camino de los sabios están relacionados con los problemas humanos más universales.

Este libro supone un experimento literario en forma de ensayo predica que el pensamiento clásico aún está vigente. Lo hace con relatos biográficos de filósofos y con resultados de experimentos con pacientes. Walter Riso ha demostrado que la filosofía, que va desde algunos presocráticos hasta la época helenística y romana, nos es muy útil todavía. Parte de un planteamiento muy simple: nuestra mente dispuesta culturalmente tiene unos patrones. Se refiere a la formación de ideas y de conductas vinculadas al pensamiento tales como la idea de lo bueno y de lo malo, del placer, de la felicidad y de las consideraciones sobre el libre albedrío. La primera parte del libro se divide en 5 principios:  PRIMER PRINCIPIO LA COHERENCIA COMO FORMA DE VIDA: PRACTICAR LO QUE SE PREDICA La mayoría de los filósofos de la Antigüedad eran buscadores de sabiduría, experimentadores dispuestos a arriesgarse por las ideas que defendían. Para ellos, la coherencia pesaba más que la originalidad, y por eso sus planteamientos iban más allá del mero discurso y se plasmaban en un modo de vida acorde a sus pensamientos. Los antiguos, además de hablar, hacían lo que decían, y sus lecciones se evidenciaban en el desarrollo del día a día: se trataba de un aprendizaje no sólo auditivo, sino también visual: «No me digas qué es la sabiduría, no me hables de cómo vivir bien. ¡Muéstramelo!», ésta era la premisa.

Séneca, el filósofo estoico de origen hispano, afirmaba que para tener una vida feliz había que evitar desviarse de la propia esencia, de lo que nos define profundamente: «Éste es el cometido más importante de la sabiduría: que las obras vayan acordes con las palabras, que el sabio sea en todas partes coherente igual a sí mismo. ¿Quién podrá lograrlo? Unos pocos, y aunque la tarea es ciertamente difícil, no pretendo que el sabio deba caminar siempre al mismo paso, sino por la misma ruta». LA SABIDURIA SILECIOSA Debemos reconocer que a veces el lenguaje sobra. «Cuando tocamos lo esencial, el núcleo duro de la existencia, es mejor callar», afirmaba el filósofo Wittgenstein. Esa sabiduría silenciosa puede generar en el que la vive un verdadero terremoto psicológico. Su propuesta es maravillosamente sencilla: «Ven y observa». Sólo eso, nada más. Experiencia pura. Si fuéramos honestos, internamente coherentes, nuestro comportamiento hablaría por nosotros. Cuentan que cuando alguien trató de convencer a Diógenes el cínico, mediante argumentos complicados y silogismos de todo tipo, de que el movimiento de los objetos era una ilusión, éste, para refutar tanta retórica, simplemente se levantó y comenzó caminar en silencio de un lado a otro. No dijo nada más, pero el mensaje implícito fue contundente: el movimiento se demuestra andando. LOS ARTISTAS DEL VERBO

La verborrea siempre ha sido sospechosa, aunque a veces nos seduzca. No digo que debamos rendir culto al mutismo y a la falta de expresión, lo que sostengo es que no deberíamos sacrificar qué decimos, por cómo lo decimos. La carta de presentación de cualquiera, el currículum vitae que tantas veces nos exigen, debería incluir antes que nada nuestro modo de vida: «Dime qué haces y te diré quién eres», «Dime qué haces y veré si puedo aprender algo» o, sobre todo, «Dime qué haces y te diré cuánto te creo». Epicuro decía que el conocimiento serio y bien sustentado de las cosas no forma ni fanfarrones ni artistas del verbo; al contrario, el verdadero saber forma «hombres dignos e independientes que se enorgullecen de sus propios logros y no de aquellos resultados que se obtienen por azar o por cualquier otra circunstancia externa». En fin: cuanto más sepas, menos querrás hablar por hablar. ¿Cómo practicar el silencio inteligente? Debemos empezar modestamente, intentar durante unos días decir sólo lo justo y lo que merece la pena ser dicho. Hay que concentrarse en lo esencial y poner la palabra al servicio de la racionalidad y la sensatez. Pensar antes de hablar aunque sacrifiquemos un poco la espontaneidad. Una de las consecuencias de hablar menos es que los otros te escucharán más atentamente. En cierta ocasión, Diógenes estaba exponiendo un discurso serio y provechoso para la gente, pero como no se acercaba nadie a escucharlo, suspendió lo que estaba diciendo y comenzó a cantar. Entonces, cuando

la gente se volvió a congregar a su alrededor, dejó el canto y los reprendió diciéndoles que acudían presurosos a escuchar a los charlatanes de feria, pero que iban de mala gana allí donde se enseñaban cosas inspiradas por la sabiduría. HABLAR CON UNO MISMO Coherencia del «yo»: pensar, sentir y actuar hacia un mismo lado, en la misma dirección. ¿Cuántos lo logran? He conocido a personas que de tanto decir «sí» a los demás dejan de ser ellos mismos. Se especializan en agradar y adaptarse a las exigencias externas, creando un verdadero síndrome del camaleón. El mensaje es muy claro: si no sabemos qué queremos y hacia dónde vamos, habremos perdido la capacidad de autorregular nuestro comportamiento. ¿Cómo ser psicológica y afectivamente coherente si he dejado el control de lado, si me he desconectado de mí mismo? En la Antigüedad, los filósofos y los sabios hacían una elección de vida razonada, sabían qué estaban haciendo y por qué. Esto implicaba un esfuerzo consciente y una gestión de los recursos mentales disponibles: es coherente quien trabaja para serlo. Epicuro recomendaba en una de sus cartas: «Estos consejos y otros similares medítalos noche y día en tu interior y en compañía de alguien que sea como tú, y, así, nunca, ni estando despierto ni en sueños, sentirás turbación, sino que, por el contrario, vivirás corno un dios entre los hombres". ¿EN CUANTO TE VENDES?

Uno de mis pacientes había consentido en «espiar» a su jefe en el trabajo. Le prometieron un ascenso y un aumento de sueldo si proporcionaba a la directiva información sobre quiénes estaban «poco vinculados a la empresa» y creaban un «mal ambiente laboral». El hombre aceptó, pero, debido a su formación religiosa y familiar, rápidamente apareció en él un conflicto moral muy difícil de soslayar: sentía que debía responder económicamente por su esposa e hijos, pensaba que era un traidor y actuaba llevando y trayendo información. Este desajuste entre mente, emoción y conducta se hizo cada vez más insoportable. Al poco tiempo, un cuadro depresivo empeoró las cosas. En semejante situación, decidí introducir en el tratamiento algunas lecturas de Epícteto. Una frase llamó su atención de manera especial y dio pie a que pudiéramos afrontar el problema desde una perspectiva ética. La filosofía no siempre brinda soluciones concretas, pero sí abre puertas que conducen a nuevas maneras de ver el problema. La premisa de Epícteto era la siguiente: «Eres tú quien debe decidir lo que es digno de ti, no yo. Eres tú quien te conoces a ti mismo, quien sabe cuánto vales para ti mismo y por cuánto te vendes: cada uno tiene un precio». COHERENCIA DE LINEA DURA Diógenes vivía sorprendido por las contradicciones que algunos mostraban entre el decir y el hacer.

Por ejemplo, se asombraba con los gramáticos que buscaban errores en los trabajos literarios de otros y no hacían lo mismo con los propios; con los músicos que afinaban las cuerdas de la lira y tenían desafinadas las del alma: con los matemáticos que de tanto observar el Sol y la Luna no veían lo que tenían bajo sus pies: con los oradores que decían preocuparse por lo justo y no lo practicaban jamás; con los avaros que despreciaban el dinero y lo adoraban a mas no poder. EL PUNTO DE IMPACTO La coherencia interna aumenta la eficiencia y potencia nuestras capacidades. Hay personas que funcionan como una escopeta de perdigones: piensan una cosa, sienten otra y sus actos se dispersan sin dirección. Obviamente, esta «desbandada» atenúa el impacto de la conducta y sus resultados. Si nos comprometemos con todo nuestro ser en lo que hacemos, cada parte de nosotros, actuará unida a la otra, haciendo que se produzca una reacción en cadena, una expansión de la conciencia. Este proceso es comúnmente conocido como «entusiasmo», que en su acepción griega significa sentir la fuerza o la ira de dios en el pecho. Quizá no tengamos la certeza de ganar, pero sí la convicción profunda de que llegaremos hasta el final, pase lo que pase. No siempre es así, es cierto, pero cuando ocurre y nos fusionamos internamente, algo se magnifica en nuestro ser, algo nos recuerda que hemos estado muy cerca de los dioses. EL EJEMPLO ADMIRABLE

Practicar lo que se predica (obviamente, si el fin es noble) genera admiración en casi todas las culturas, porque las personas con una manera de ser congruente inspiran confianza y respeto. Desde Sócrates, quienes se arriesgan por sus ideas nos producen cierta fascinación y hacen que nos miremos en ellos como en un espejo. Como si existiera un gen de la honestidad (que a veces se pierde o no se activa), reconocemos lo auténtico y lo celebramos. En la Antigüedad, a la coherencia le rendían honores de Estado.  SEGUNDO PRINCIPIO: OCUPARSE DE SÍ MISMO Piensa en cuanto te ocupas de ti mismo, cuanto tiempo gastas psicológicamente, la consecuencia de este adormecimiento emocional y cognitivo es la automatización; nos movemos por el mundo sin conciencia y en el más profundo distanciamiento de lo que hacemos y lo que sentimos. LLEGAR A SER CADA DIA MEJOR Si estamos centrados exclusivamente en, las motivaciones externas y olvidamos las internas, nuestro verdadero ser siempre estará a la sombra del ego. A muchos les preocupa más la tarjeta de crédito que el estado de su mente, y eso ya dice mucho sobre quiénes somos y hacia dónde vamos. Necesitamos cambiar la dirección hacia la que dirigimos nuestra atención, dar un giro que nos lleve a mirar hacia dentro sin despreciar categóricamente lo de afuera. Lo que sirva para el crecimiento personal se, utilizará, lo que no, se hará a un lado. Cuando se acusó a Sócrates

de corromper a los jóvenes, de fomentar la creencia en otras divinidades y se le pidió que renunciara a la filosofía para que se le conmutara la sentencia de muerte, respondió que jamás dejaría de filosofar y buscar la verdad. Y los empujó a una reflexión: «Mi buen amigo, siendo ateniense, de la ciudad más grande y prestigiosa en sabiduría y poder, ¿no te avergüenzas de preocuparte de corno obtendrás las mayores riquezas, la mayor fama, y los mayores honores en lugar de preocuparte o interesarte por la inteligencia, la verdad y por cómo tu alma puede ser cada día mejor?». IR FELIZ HACIA LA META De ir felices hacia la meta, de disfrutar del paisaje: de que el objetivo sea el viaje. Si bailas por bailar, te divertirás, sólo necesitarás moverte al compás de lo que sientes; no tendrás que hacerlo ni bien ni mal, sólo hacerlo. Pero si te presentas a un concurso de baile y quieres obtener el primer premio, bailar se convertirá en un problema. Se trata de sembrar árboles sin esperar frutos, ¿lo has hecho alguna vez? Ve feliz hacia la meta: el placer surge mientras vas andando. Es el gerundio el que te mueve, el presente que va ocurriendo, y no el futuro que te arrastra. El mundo no está hecho, se está haciendo, y tú con él. ESCULPIR LA PROPIA ESTATUA El crecimiento personal también puede verse como una estética de la existencia: consiste en recrearme a mí mismo como una obra en la que soy arte y parte. Por esta razón, algunos filósofos establecían analogías

entre ciertas actividades artesanales y sus habilidades asociadas. La idea radica en la capacidad de moldearse a uno mismo, ya sea para ser libre o para que asome el verdadero ser que anida en nosotros.  TERCER PRINCIPIO: LA TRANQUILIDAD DEL ALMA Las distintas escuelas filosóficas de la Antigüedad tuvieron como uno de sus principales objetivos obtener la paz mental y la «serenidad del alma»: no sufrir, sufrir lo menos posible, o sólo cuando sea necesario. Cada una de ellas proponía un camino y ciertas prácticas destinadas a disminuir las perturbaciones emocionales y las preocupaciones asociadas a ellas. MIENTRAS SE ESPERA VIVIR, LA VIDA PASA Epicuro decía: «Nacemos una vez, pues no es posible nacer dos veces y no es posible vivir eternamente; pero tú, no siendo dueño de tu futuro, intentas postergar tu felicidad. De este modo, la vida se consume en una espera inútil, y la muerte nos sorprende sin haber podido disfrutar de la tranquilidad». La «espera inútil», la esperanza ilimitada... No digo que debamos olvidarnos totalmente del futuro, eso sería una necedad; lo que sugiero es que lo pongamos en su sitio y lo tengamos a mano por si acaso. Una mente que fluctúa negativamente se debate entre lo que podría haber hecho y no hizo y lo que podría dejar de hacer y no es capaz de abandonar. Y mientras tanto, la vida pasa. EL CARÁCTER DULCE

Muchos filósofos pensaban que la «paz interior» era imposible de alcanzar si no se establecía una convivencia pacífica con las personas del entorno. La idea no obedecía a una cuestión altruista sino pragmática: si tratas bien a las personas, habrá menos motivos de enfrentamiento, no me molestes y no te molestaré, ni te incito ni te provoco emociones negativas, y tú haces lo mismo conmigo. LA INDIFERENCIA CREATIVA En determinadas circunstancias, decir «ya no me importa» conlleva un alejamiento creativo que opera como un efecto de rebote y alumbra la luz al final del túnel. Un ejemplo típico de esta «despreocupación productiva» se da en el caso del miedo a los exámenes: si pienso que me estoy jugando la vida en cada evaluación, la ansiedad será tanta que bloqueará mis capacidades cognitivas y no obtendré una buena nota. Si cambio la dirección del pensamiento y me digo: «Me importa un rábano el resultado», podría ocurrir que la ansiedad desapareciera y todo empezara a fluir mejor. En psicología, esta técnica se conoce como intención paradójica. EL AMOR FRATERNAL No hay que imaginarse a los sabios antiguos como sujetos egoístas, antipáticos y sin corazón. La mayoría pensaba que los actos de amor hacia los otros, desconocidos y familiares, tenían un efecto bumerán, y, aunque no necesariamente sea ésa la intención, la calma o la alegría que logramos transmitir se nos devuelve.

La muerte de Demócrito, un filósofo griego materialista contemporáneo de Sócrates, acaeció tras un hecho especial. El hombre ya era muy viejo y estaba a punto de expirar. Su hermana estaba triste y acongojada porque Demócrito moriría precisamente durante la fiesta de las Tesmoforias (una celebración anual dedicada a la fertilidad y a Deméter, diosa de la agricultura) y, de ser así, ella no iba a poder cumplir su deber para con la diosa. Demócrito le dijo que confiara en él y que le llevara panes calientes cada día.  CUARTO PRINCIPIO: LA AUTOSUFICIENCIA DEL SABIO Los griegos llamaron autarquía a la palabra capacidad de gobernarse a sí mismos. Epícteto Decía: "¿Puede del Alguien obligarte a Desear lo que no quieres pensar lo que no o si te antoje»? La Voluntad de ser autosuficiente nada que ver celebró con arrogantes actitudes y narcisistas, si la entrada del básico. Cualquiera puede convertirse en tu amo. DUROS DE DOBLEGAR Aristipo, uno de los discípulos de Sócrates, había asistido un banquete y, siendo requerido de mala manera por el anfitrión para que hablara de la filosofía, le respondió: “sería ridículo que siendo tú el que aprendes de mí, me digas cuando debo hablar”. Ante esta respuesta el hombre se enojó y lo envió a ocupar el último extremo de la mesa. LA LIBERTAR DE LOS PECES

Epícteto preguntaba “¿Cuánto vale tu libertad?” Es evidente que nadie es completamente libre y, por eso, la consigna que parece haber funcionado por siglos es la de reciprocidad: Ajustas tu libertar para no afectar la mía y yo hago lo mismo. EL MAYOR DESAPEGO POSIBLE DE LAS RIQUEZAS Las personas que no son capaces de desprenderse de los placeres o se identifican con las cosas materiales, crean un lazo enfermizo, entre tanto ponen su valía personal en lo que tienen y no en lo que ellos son. El dinero no lo es todo. Seneca fue criticado por tener una gran fortuna de lo que pudo desprenderse; el dinero sobra, todo lleva implícita una decisión de vida, una alternativa existencial de hondo contenido. ESCLAVO DE CASA GRANDE Los maestros antiguos tenían claro que hay muchos tipos de esclavitud, pero destacaban como muy nociva aquella que se origina en la mente y que es mantenida por el autoengaño. De todas estas, las que generan señales ficticias de seguridad son las más peligrosas y difíciles de erradicar como, por ejemplo, la fama, el dinero, el poder, la posición o el prestigio.  QUINTO PRINCIPIO: NATURALEZA

VIVIR

CONFORME

A

LA

Los filósofos antiguos definían la virtud como una fuerza que nos permite desarrollar lo que somos de la mejor manera. Epícteto consideraba que los humanos compartíamos con la divinidad la capacidad de

razonar y, por eso, somos poseedores de una esencia cósmica que nos hace especiales. LOS TALENTOS NATURALES No solo existe una naturaleza de la especie, también hay una personal. El universo se encarga de cada uno de nosotros y nos otorga un talento particular que desde pequeños se va desarrollando ¿Cómo descubrir el talento natural? Si ya lo tenemos no hay que bloquearlo, hay que correr el riesgo así a muchos les parezca una estupidez. Aquella actividad que aprendemos fácilmente, puede convertirse en el propio talento natural. SOBRE LO GENUINO El agua natural y el agua embotellada tienen algo en común, ambas calman la sed, pero el agua natural irradia frescura, una que no es artificial, hay un encuentro genuino con algo incorrupto y la paz que queda por unos instantes. Todos tenemos la misma sensibilidad por lo natural, no importa la época, siempre buscamos el camino que nos lleva a nuestras raíces. CONTEMPLAR LA INFINITUD DEL UNIVERSO Para los epicúreos, quedarse quieto, sin pensar en nada, sin definir nada era una especie de meditación que pretendía abarcar el infinito y perderse en él, era abrazar la naturaleza, discurrir por el universo, vagar: “ya no ser hombre, sino naturaleza”. MIRAR LAS COSAS COMO SON

Un vaso, es vidrio antes que vaso, una silla de madera es madera antes que silla, simple realismo crudo, debemos liberar la mente de conceptos vacíos, debemos depender de la lógica. A LA MEDIDA DE DIOS El yo se expande y contempla el universo, debemos de darle un nuevo valor a nuestra existencia; en la medida en que ascendemos con la imaginación hacia esferas superiores las cosas ya no parecen tan fundamentales y revitalizan al máximo. Seneca dice que sabrá que todo es pequeño cuando haya tomado la medida de Dios.