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Figueroa Gutiérrez Sergio Alberto. Letras hispánicas, turno vespertino. Estudio sobre poética. El caballo perdido. Primero que nada el texto es pura narración, y no tiene nada de diálogos solo es pensamiento de una sola persona, no se puede saber a certeza cierta qué es lo que piensa la otra persona porque es vista de un solo punto. Eso es lo que complicaría un poco el entendimiento para unos cuantos lectores. La obras es corta así que su lectura se puede realizar en menos de media hora y si no se entendió se le puede dar una segunda vuelta a la historia para poder entender bien algunos puntos y así poder resaltar mas las ideas principales que maneja el autor. El relato está lleno de figuras literarias por lo que es un texto en prosa con manías poéticas, por alguna razón se le considera a Felisberto como un escritor maldito o poeta de la materia. Pues su gran pasión es la poesía cosa que combino con muchos de sus relatos. El texto nos habla mucho de cómo fue la infancia y juventud de el narrador que resulta ser Felisberto así que indagaremos en su biografía para tener una idea más avanzada de su trabajo y ver cómo es que lo relaciona con el texto de “el caballo perdido”. Felisberto Hernández (Montevideo, 1902- id., 1964) Escritor uruguayo. A los 23 años, Felisberto empezó a publicar aunque nunca fue muy conocido. Tras la última etapa musical itinerante, abandonó la carrera de pianista dedicándose exclusivamente a la literatura. Felisberto citaba dos nombres

recurrentes

en

sus

lecturas: Henri

Bergson y Marcel

Proust (también a Kafka). Y es que los cuentos y novelas cortas de Felisberto recrean el mundo de su infancia y juventud, evocan personas

que conoció, barrios de Montevideo. Su narrativa se basa en el recuerdo como motor de la escritura, continuando la búsqueda proustiana. Una magdalena, una calle, un tren, un piano, pueden encerrar recuerdos y hacernos revivir sensaciones. La construcción de gran parte de sus cuentos se apoya en la reivindicación de lo lateral, como en La cara de Ana. Y una temática recurrente e interesante es el lugar primordial que le da a los objetos inertes (entre otros, así sucede en 'El vestido blanco, Las hortensias, El caballo perdido). Seducido por los ultraístas, publicó Fulano de tal (1925), Libro sin tapas (1929), La cara de Ana (1930) y La envenenada (1931). Su obra está colmada de una extraña mezcla de fantasía, sueño, realidad e ironía. Destacan sus novelas Por los tiempos de Clemente Colling (1942) y El caballo perdido (1943) y los libros de cuentos Nadie encendía las lámparas (1947) y La casa inundada (1965). Más que nada, el autor usa este escrito para poder decir su vida de una manera bonita o de cómo es que vivió en esa época en que todos pensamos que todo es muy fácil y no hay mucho por qué preocuparnos, pero él lo ve desde otra manera, pasando por sus clases de piano a su adolescencia que fue algo difícil de comprender donde nos narra de una forma psicológica como es que la mente va cambiando y ese caballo se va perdiendo, pues el mismo título es una metáfora a la inocencia y al tiempo. Según como dice san Agustín, pues este texto es muy parecido a sus confesiones, pues es lo mismo o en los dos primeros capítulos o libros de este texto que maneja.

Lleno de figuras y expresiones que muy pocos

entenderán, la escritura y poesía sobre todo, es un regalo o un don divino que es para pocos, y muy pocos de esos pocos lo pueden manifestar de una manera sublime para poder comprender bien el mensaje que se quiere transmitir.