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COLEGIO COLOMBO FLORIDA BILINGÜE COMPRENSIÓN LECTORA GRADO 11° EL ARTE DE LEER ¿Es un trabajo la lectura? Valéry Larbaud

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COLEGIO COLOMBO FLORIDA BILINGÜE COMPRENSIÓN LECTORA GRADO 11° EL ARTE DE LEER ¿Es un trabajo la lectura? Valéry Larbaud la llama “el vicio impune”, y Descartes, por el contrario, dice es “una conversación con las gentes más honradas de los pasados siglos”. Ambos tienen razón. La lectura-vicio es propia de los seres que encuentran en ella una especie de opio y se libertan del mundo real hundiéndose en un mundo imaginario. Estos no pueden estar un minuto sin leer; todo es bueno para ellos; abrirán al azar una enciclopedia, y leerán un artículo sobre la técnica de la acuarela con la misma voracidad que un texto sobre las máquinas a vapor. Si se quedan solos en una habitación, irán derecho a mesa en que se hallan las revistas y los periódicos y atacarán una columna cualquiera, por la mitad, antes que librarse por un solo instante a sus propios pensamientos. En la lectura no buscan ideas ni hechos, sino ese desfile continúo de palabras que les ocultan el mundo y su aula. De lo que han leído retiene poco con sustantiva médula; entre las fuentes de información, no establecen ninguna jerarquía de valores. La lectura, practicada por ellos, es totalmente pasiva; soportan los textos; no los interpretan; no les hacen sitio en su espíritu; no los asimilan. La lectura-placer es ya más activa. Lee para su placer el aficionado a las novelas que busca en los libros, bien impresiones de belleza, bien un despertar y una exaltación de sus propios sentimientos, bien las aventuras que les niega la vida. Lee para su placer aquel que ama encontrar más perfectamente expresadas, en los moralistas y en los poetas, las observaciones que él mismo ha hecho, las sensaciones que por sí mismo ha experimentado. La lectura-trabajo, en fin, es la del hombre que en un libro, busca tales o cuales conocimientos definidos, materiales de los que él tiene necesidad para establecer o acabar en su espíritu una construcción de la que sólo ha entrevisto, las grandes líneas. La lectura-trabajo debe hacerse, a menos que el lector posea una memoria extraordinaria, pluma o lápiz en ristre. Es inútil leer si nos condenamos a tener que releer cada vez que deseamos volver sobre el tema. Si me está permitido citar mi ejemplo, diré que cuando leo un libro de historia o un libro serio cualquiera, escribo siempre en la primera o en la última página algunas palabras que indican los temas especialmente tratados y después, debajo de cada una de estas palabras, la cifra de la página en que están estos pasajes que yo quiero poder consultar, si es necesario, sin tener que volver a leer el libro entero. La lectura, como todo trabajo, tiene sus reglas. Indiquemos algunas de estas. La primera, es que vale más conocer perfectamente algunos escritores y algunos temas que conocer superficialmente un gran número de autores. Las bellezas de una obra aparecen siempre mal a la primera lectura. En la juventud hay que andar entre los libros como se va por el mundo, para buscar entre ellos los amigos, pero cundo estos amigos han sido encontrados, adoptados, es preciso apartarse con ellos. Ser familiar de Montaigne, de Saint-Simón, de Balzac, de Víctor Hugo o de Proust vasta para enriquecer una vida. La segunda, es hacer en la lectura un gran sitio a los grandes textos. Es necesario, un buen seguro, al mismo tiempo que natural, que interesarse por los escritorios de nuestro tiempo; es ente ellos entre quienes tendremos la oportunidad de poder encontrar amigos que tengan los mismos cuidados y las mismas necesidades que nosotros. Pero no nos dejemos sumergir por la marea de los librillos. El número de las obras maestras es tal que jamás las conoceremos todas. Tengamos confianza en la selección hecha por los siglos. Un hombre se equivoca; una generación se equivoca; la humanidad no se equivoca jamás. Homero, Tácito, Shakespeare, Moliere, son ciertamente, dignos de su gloria, habremos de darles ciertas cierta preferencia sobre quienes no han sufrido la prueba del tiempo. La tercera, es elegir un buen nutrimiento. A cada espíritu le convienen sus alimentos adecuados. Aprendamos a reconocer quienes son nuestros autores. Serán distintos de los de nuestros amigos. En literatura, como en amor, causa sorpresa la elección de los otros. Seamos fieles a lo nos conviene. En esto somos nosotros los mejores jueces. La cuarta, es rodear nuestras lecturas, siempre que sea posible, la atmósfera de recogimiento y respeto de que se rodean un hermoso concierto, una noble ceremonia. Leer no es recorrer una página, interrumpirse para contestar al teléfono, volver a tomar el libro cuando el espíritu está ausente, abandonarlo hasta el día siguiente. El verdadero lector se procura largas veladas solitarias; reserva, para tal escritor muy amado, el atardecer de un domingo de invierno, agradece a los viajes en ferrocarril el que le den la ocasión de releer de un tirón una novela de Balzac, de Sthendal, o las Mémoires d’Otre Tombe. Experimentan un placer tan vivo en volver a encontrar tal frase, tal pasaje que él ama (en Proust la zarza blanca o la pequeña magdalena, en Tolstoi los poderosos de Levine), como el aficionado a la música en acechar el tema del Mago de Petrouchka de Stravinski. La quinta regla, es la de hacerse digno de los grandes libros, porque con la lectura ocurre como con las posadas españolas y con el amor: no se halla más que lo que se lleva. La pintura de los sentimientos no interesa más que aquellos que, los han experimentado o aquello que, jóvenes aún, aguardan su eclosión con esperanza y angustia. No hay nada más emocionante que ver a un joven que, el año pasado, no soportaba más que los relatos de aventuras, tomarle de pronto un gusto vivo a Anna Karenina o Dominique, porque a partir de este momento el joven sabe lo que es la dicha y el dolor de amar. Los grandes hombres de la acción son buenos lectores de Kipling, los hombres de estado, de Tácito o de Retz. Era un hermoso espectáculo ver a Lyautey al día siguiente de haberle quitado Marruecos un gobierno injusto y entregarse al Coriolano de Shakespeare. El arte de leer es, en una gran parte, el arte de volver a encontrar la vida en los libros y de, gracias a ellos, comprenderla mejor. André Maurois

COLEGIO COLOMBO FLORIDA BILINGÜE COMPRENSIÓN LECTORA GRADO 11° TALLER

A. Con base en la lectura del texto interior, responde: 1. ¿Cuál es el concepto que el filósofo René Descartes dio de la lectura? Descartes lo que quiere dar a entender es a que la lectura es una conversación con la gente más honradas de los pasados siglos. 2. ¿Cuántas y cuáles son las clases de lectura que existen, según André Maurois? 1) La lectura-vicio 2) La lectura-placer 3) La lectura-trabajo 3. ¿Qué clase de lectura cultivan los lectores que buscan en ella un medio de evasión? Lectura-vicio 4. ¿Por qué motivos no es buena la lectura vicio? Porque una de las ideas es entender el texto pero las personas que pertenecen a la lectura-vicioso lo hacen más por encontrar palabras nuevas. Por mi parte creo que una de los mejores momentos de leer un libro, historieta, novela… es entenderlo y meterse en el cuento para poder sentir una satisfacción. 5. ¿Qué clase de lectura cultivan los lectores que buscan en ella una transposición de los hechos de la vida real o la comprobación de sus propias vivencias? Lectura-placer porque según está definición dice que ellos leen por las sensaciones que sienten. 6. Entre la lectura-vicio y la lectura-placer, ¿cuál considera Maurois como la mejor?, justificar. lectura-placer porque se enfoca más en disfrutar y conectar con el libro, su lectura es algo momentáneo, mientras la lectura vicio es más para estar leyendo leer continuamente y a veces con tan solo un interés que es encontrar palabras nuevas. 7. ¿Qué busca el lector que hace la lectura-trabajo y cómo debe esta clase de lectura? Lee de manera necesario, con el fin de ayudarle en su momento. 8. ¿En qué consiste el arte de leer, según Maurois? Prácticamente lo que quiere dar a entender Maurois es que el arte de leer es encontrar la vida en los libros  9. ¿Cuál de las diferentes clases de lectura, crees que te será útil en tus estudios?, justifica.

COLEGIO COLOMBO FLORIDA BILINGÜE COMPRENSIÓN LECTORA GRADO 11° Para mí sería la lectura trabajo ya que por este medio podemos hacer investigaciones y sea de manera necesaria y en cierta parte hace que tenga más conocimientos acerca de varios temas para poder discutir e interactuar con distintas personas a las que nos rodean. B. Explica las expresiones en negrilla  Opio: recurre a este término debido a que es una sustancia psicoactiva a lo cual el autor hace referencia para dar a entender la lectura-vicio.  Voracidad: en este caso se refiere a una cualidad en donde “destruye” con rapidez los textos que lee la persona  Jerarquía: en este párrafo, se refieren a que las lecturas no contienen ningún rango de valores donde se establezca un orden moral o ideológico, simplemente está diseñado para que lector pueda darle forma a la lectura y pueda tener una concepción propia sin verse influenciado por algún elemento externo,  Recogimiento: se podría referir al estado de una persona que se termina aislando del trato con los demás.  Pluma o lápiz en ristre: en este contexto, sirve para dar a entender que algo está listo para ser utilizado.   Eclosión: En este caso, se refiere a que existen diversas personas las cuales pueden romper su envoltura y adquirir el gusto por la lectura desde diferentes temáticas.  C. ¿En qué consiste cada una de las reglas que da André Maurois para la buena lectura? Primera regla, explica que es mejor tener un conocimiento de unos cuantos autores y entender lo que realmente quiere expresar, en vez de solo conocer una información breve de diferentes autores. Dando a entender que, si una persona no se toma el tiempo de apreciar un texto y comprenderlo, es lo mismo a no haber leído un libro. Segunda regla, toma en cuenta las grandes obras literarias, como algo preciado para todos algo similar a un tesoro literario y es por esto que se deberían tomar en cuenta a la hora de seleccionar nuestras lecturas ya que, estas obras podrían beneficiar al lector de diferentes formas sin necesidad de restarle importancia a los demás textos. Tercera regla, nos advierte sobre la importancia de elegir correctamente a nuestros autores debido a que con el paso del tiempo la literatura se ha deteriorado y es por esto que el lector debe diferencias cuales textos lo pueden beneficiar y cuáles no. Cuarta regla, el autor habla sobre porque se debe dar un tiempo determinado a la lectura en donde el lector se dedique únicamente a leer, sin interrupciones o distracciones. Leer debería ser igual de importante que dormir, comer y/o respirar.

COLEGIO COLOMBO FLORIDA BILINGÜE COMPRENSIÓN LECTORA GRADO 11° Quinta regla, nos indica que podemos seguir adquiriendo grandes gustos y no simplemente quedarnos con los mismos libros que iniciamos, el autor hace énfasis en que la lectura debe seguir en un constante cambio para así poder evolucionar y crecer como lector para así no quedarse atrapado en una monotonía entre los mismos textos.