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El Aprendiz – Arlette Farge Raúl Yael Sánchez Monroy Guadalupe Elizabeth Aguilar Carreras Lizbeth Rincón Hernández Evelin Damian Ortega

Por los años de 1700 en Paris, a los jóvenes que se trabaja de formar para que pudieran ser aprendiz se elaboraba un contrato ante la notaria donde se llegaba a acuerdos mutuos para transfórmalos en aprendices, donde en el contrato se volvía benefactor por ambas partes, a los jóvenes se les dejaba a cargo de un maestro quien se encargaba de enseñar una arte sin ocultarles nada, aparte de proveerle de alimento, cobijo, calefacción y lavado de ropa, mientras que la otra parte los padres del aprendiz debían de comprometer darle la cama y ropa, al igual que una suma de dinero. El aprendiz debía de hacer todo lo que su maestro le enseñara en la práctica muchas veces por las que no se lograba que se desarrollara una relación buena era por los maestros abusivos hacia sus aprendices, otra era la fatiga por el exceso de trabajo hacia los aprendices que hacía que la tarea se volviera artante, la toma destiempo, los malos tratos y el papel que jugaba la esposa del maestro, que muchas veces era malo hacia los aprendices, hacían que no se pudiera dar esa relación de aprendizaje y que muchas veces los jóvenes se opusieran a lo que les dictaminaba su maestro. Muchas de las veces a pesar de que los propios padres habían aceptado un contrato y veían el trato que se les daba a sus hijos querían romper el contrato para liberar a sus hijos de sus maestros, pero por el hecho de ser un contrato la autoridad se encargaba de que se cumpliera.