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Fenómenos cadavéricos tardíos Se consideran aquellos procesos que producen la destrucción del cadáver. Entre los que encontramos autolisis, tanatoquimia y putrefacción. Autolisis Es el conjunto de procesos fermentativos anaeróbicos que se desarrollan en el interior de la célula por acción de las enzimas intracelulares sin intervención microbiana. Se trata de procesos previos a la putrefacción, aunque a veces se superponen. Dependen de factores ambientales y de tratamientos médicos (Fig. 1). Por ejemplo: o En la sangre, la disolución de los glóbulos rojos (hemólisis). o En el páncreas, su reblandecimiento con borramiento de su estructura lobular normal. o En las glándulas suprarrenales, la fluidificación de la médula espinal. o En el encéfalo, la colicuación. o En estómago y esófago, el reblandecimiento de la mucosa y , a veces, de toda su pared.

Tanatoquimia Se definen como los procesos bioquímicos propios de la actividad cadavérica. Al realizar la autopsia de forma rápida tras la muerte, se pueden valorar la mayor parte de los parámetros bioquímicos, sobre todo aquellos que tienen un valor diagnóstico y pueden informar sobre la forma de la muerte (glucosa, urea, creatinina, electrólitos, enzimas, antígenos y anticuerpos, hormonas, etc.). La toma de muestras para realizar la valoración de estos parámetros es importante. De forma general se toma sangre del ventrículo derecho, pero esta suele contaminarse fácilmente pues recibe la sangre de las cavas que se contaminan por la degradación del páncreas y los fluidos digestivos e intestinales. Por ello, es mejor tomar muestras de fluidos de sitios cerrados tales como: líquido cefalorraquídeo, humor acuoso, humor vítreo, líquido sinovial, líquido pericárdico y líquido perilinfático. De todos ellos, el humor vítreo es el que tiene más ventajas. Entre los dos ojos se pueden extraer unos 4-5 ml de fluido, suficiente para poder valorar: glucosa, ácido láctico, compuestos nitrogenados (proteínas, aminoácidos, ácidos nucleicos), enzimas (fosfatasa ácida o alcalina, amilasa, transaminasas, etc.), lípidos, hormonas (catecolaminas, cortisol, tiroxina, etc.) o electrólitos (sodio, cloro, calcio, etc.).

Putrefacción La putrefacción es el signo inequívoco de que se ha producido la muerte de un individuo, únicamente se produce en cadáveres. Se produce por la degradación de los tejidos del cadáver por acción de los microorganismos. Estos microorganismos pueden tener una procedencia diversa: - Microorganismos ambientales. - Microorganismos de infecciones. - Microorganismos de la microbiota normal. - Tracto digestivo (ciego). - Tracto respiratorio. - Piel. Los microorganismos encargados de los procesos de descomposición siguen un orden determinado. En primer lugar actúan los microorganismos aerobios (bacterias y hongos filamentosos), seguidos por las bacterias anaeróbias facultativas presentes en el tracto gastrointestinal, para concluir con las bacterias anaerobias estrictas (Campobasso, 2004). A lo largo del proceso de putrefacción cadavérica, se origina la descomposición a través de procesos oxidativos y fermentativos de las grasas, hidratos de carbono y proteínas del organismo, generando compuestos malolientes como ácido sulfhídrico, mercaptanos, indol escatol, amoniaco y aminas de tipo cadaverina y putrescina (Galloway, 1998).

Fases de la descomposición cadavérica Podemos definir descomposición, como el proceso macroscópico resultante de los procesos bioquímicos propios de un organismo carente de vida o de los microorganismos que se encuentran sobre él mismo. Estos procesos implican procesos autolíticos, fermentativos y de respiración anaeróbica. Todos estos procesos van encaminados a la transformación de moléculas complejas (proteínas, hidratos de carbono y grasas) en moléculas más sencillas para su reciclaje medioambiental. Existen cuatro etapas desde el punto de vista médico-legal (forense) que permiten clasificar los fenómenos que se producen a lo largo del proceso de la descomposición cadavérica. Estos se denominan periodo cromático, enfisematoso, colicuativo y esqueletización. 1. Periodo cromático Es considerado el primer signo de la descomposición cadavérica. A nivel macroscópico comienza con la llamada mancha verde. Esta mancha se inicia normalmente en la fosa iliaca derecha entre las 24 a 48 horas después de la muerte, y se extiende en los dos siguientes días por todo el cuerpo adquiriendo este una tonalidad verde parduzca. Esta mancha se origina por la descomposición de la hemoglobina por parte de las bacterias coliformes y especies del género Clostridium, que producen metahemoglobina, de un color azulado, y la acción del Micrococcus prodigiosus y el Bacterium violaceum, que provocan manchas violetas. En los fetos, las bacterias penetran por los orificios naturales, principalmente por las vías respiratorias, por lo que la mancha verde aparece en el cuello y la parte superior del tórax. En los cuerpos que presentan lesiones supurativas o neoplásicas, la mancha verde aparece alrededor de las lesiones. En esta fase las bacterias aerobias del tracto respiratorio empiezan a desarrollarse a partir de exudados pulmonares, sangre pulmonar y líquido pleural. Los microorganismos intestinales rompen los epitelios por acumulación de gas debido a los procesos fermentativos, se produce la liquefacción del contenido intestinal, y se consume todo el oxígeno presente en el sistema

digestivo. Los deshechos metabólicos debidos a la actividad microbiana empiezan a aparecer como las aminas secundarias (putrescina y cadaverina), ácido sulfhídrico, otros gases como el metano y el hidrógeno. En el caso de las mujeres embarazadas, debido a la acumulación de gases en la cavidad abdominal se produce la expulsión del feto. Bacillus putricum acaba con el oxígeno existente y comienza la fase anaerobia estricta. 2. Periodo enfisematoso En este periodo se acumulan una gran cantidad de gases como productos de la fermentación de los hidratos de carbono y la desaminación de las proteínas. Se produce la desfiguración casi completa del cadáver por acumulación de los propios gases, los tejidos se hinchan, y en casos extremos pueden llegar a explotar por la presión. Los vasos sanguíneos quedan muy marcados sobre la superficie de la piel. Durante esta fase predominan las bacterias anaerobias estrictas y anaerobias facultativas (dentro de las cavidades) y aparecen hongos filamentosos sobre la superficie del cadáver. Como consecuencia de los procesos fermentativos se aprecia una infiltración gaseosa en el tejido celular subcutáneo, se hincha la cabeza y se protruyen los globos oculares, la lengua se sale fuera de la boca, el tórax y el abdomen aparecen distendidos, los genitales externos multiplican su tamaño por diez, las venas superficiales son presionadas por las vísceras y aparecen con un color violáceo intenso. El periodo de duración es de aproximadamente quince días. 3. Periodo colicuativo En este periodo se producen ampollas repletas de líquidos productos de los procesos putrefactivos. A nivel interior, todavía se pueden distinguir órganos en el interior del cuerpo, se produce el desprendimiento del pelo y la piel se desprende por simple tracción, la piel se ennegrece, los globos oculares se protruyen hacia el exterior. Las bacterias que predominan en esta fase son anaeróbias estrictas (Clostridium y Fusobacterium) y anaerobias facultativas (Escherichia coli). La cantidad de gas producido es tal que se suele producir la ruptura de la pared abdominal, se rompen también las asas intestinales con la liberación de su contenido, los órganos se desintegran y las partes blandas de la cara desaparecen. Al final de esta fase se produce la licuefacción del cadáver. Si se realiza la exhumación del cadáver hay que tener mucho cuidado al abrir el féretro, si es de madera, hay que tener precaución al desmoldar la tapa. En el caso de que sea metálico, hay que abrir la válvula de seguridad, pues existe riesgo de explosión. Esta fase viene a durar entre 8 a 10 meses (Shepherd, 2003). 4. Periodo de esqueletización En este periodo no existe actividad microbiana, pues se origina por la desaparición de las partes blandas del cadáver. En la fase inicial queda el putrílago (restos orgánicos aún no desintegrados), a continuación desaparecen los ligamentos y cartílagos hasta la completa desintegración de la materia orgánica quedando únicamente restos óseos. Este proceso tiene una duración que oscila entre 2 y 5 años según el lugar en el que se encuentre el cadáver (enterrado, con ataúd, sumergido) y las condiciones ambientales (humedad, temperatura y estación del año).

CONDICIONES QUE MODIFICAN LA EVOLUCIÓN DEL PROCESO DE DESCOMPOSICION En el proceso de descomposición de los cadáveres, intervienen tanto factores individuales como factores medio ambientales. Factores individuales Los factores individuales son aquellos que atañen al propio cadáver y no se ven modificados por acción de otros agentes externos. 1. Constitución corporal: la delgadez extrema favorece los procesos de conservación por momificación espontánea, mientras que en los cuerpos obesos se acelera el proceso de descomposición microbiana. 2. Edad: los cadáveres de los niños se descomponen con mayor rapidez que los de los adultos, aunque en algunos casos se favorecen los procesos de momificación natural. 3. Toxicológicos: la presencia de fármacos como los antibióticos ralentizan el proceso de descomposición por el efecto inhibidor sobre el crecimiento de los microorganismos. 4. Presencia de heridas premortem: por arma blanca, balas o traumáticas, favorecen los procesos de contaminación por microorganismos acelerando el proceso de descomposición. 5. Presencia del cuerpo completo: de forma que las partes del cadáver (miembros) se descomponen más lentamente que el cadáver completo. 6. Estado de salud: el buen estado de salud, ralentiza el proceso de descomposición. En casos de intoxicación por metales pesados, cianuro, arsénico, etc. la descomposición puede retrasarse indefinidamente. 7. Otros: como es el caso de la presencia de ropa (que retrasa la velocidad de descomposición) o la presencia de ataúd (ralentiza la descomposición). FACTORES AMBIENTALES Son aquellos factores debidos a la acción de la atmósfera y la localización geográfica del cadáver. Estos factores pueden resultar cruciales a la hora de establecer la data de la muerte (tiempo en el que se ha producido la muerte). Indudablemente, y dependiendo de estos factores, los procesos de descomposición cadavérica se pueden ver acelerados o retardados, por ello, dentro de las ciencias forenses es muy importante tener en cuenta estos factores pues pueden facilitar o dificultar los procesos de investigación en una muerte (Tabla 1). Temperatura: es un factor clave, pues dependiendo del rango de temperatura externa se va a permitir el desarrollo de algunos grupos de microorganismos. Como ya sabemos, el frío ralentiza la descomposición pues inhibe el desarrollo de la mayor parte de los microorganismos que intervienen en los procesos de descomposición cadavérica. El calor seco, cuando es extremo (más de 50ºC) tiene también un efecto conservante, pues facilita la desecación de los tejidos, y favorece la inhibición de los microorganismos descomponedores. Humedad: es un factor muy importante, pues a medida que esta aumenta, los restos orgánicos tienden a absorber agua, esta está libre en los tejidos y permite su utilización por los microorganismos descomponedores. De forma general, la presencia de agua en el cadáver acelera su descomposición (Dent, 2004).

PUTREFACCIÓN DE UN CUERPO EXPUESTO AL AIRE La velocidad a la que un cuerpo se descompone es extremadamente variable. Según la experiencia del autor, para los cuerpos de los pacientes que murieron en el hospital en verano y no están refrigerados, una sola tarde es suficiente para que comience el proceso. De hecho,

cuanto antes comience, más rápido será. Varios factores influyen en la velocidad de la putrefacción: la temperatura atmosférica y el nivel de humedad, el movimiento del aire, el estado de hidratación de los tejidos y el estado nutricional de la víctima, la edad y la causa respectiva de muerte. Por lo tanto, las bajas temperaturas, que inhiben el crecimiento de bacterias, retardan el proceso considerablemente. La temperatura óptima para la activación de las bacterias responsables de la putrefacción es de 37.5C. La exposición al aire caliente y húmedo, y el movimiento de este, también acelera la putrefacción (7). En tejidos altamente hidratados, con un mayor contenido de líquido, como ocurre en casos de muerte por insuficiencia cardíaca congestiva crónica, la putrefacción es más rápida. Las víctimas que están deshidratadas o que sufrieron vómitos y diarrea resisten mucho más tiempo. El proceso es más rápido en niños que en adultos y también en personas más obesas que en individuos más delgados (6,7). Sin embargo, los recién nacidos muestran cierta resistencia al inicio del proceso. afirma que los cuerpos que visten ropa pesada se pudren más rápidamente que los que están vestidos más ligeramente, mientras que otros autores enfatizan que un cuerpo vestido se descompone menos rápidamente que uno desnudo. También es necesario tener en cuenta el tipo de fibra que se utiliza en la ropa, ya sea natural o sintética. Por supuesto, alguien que muera por septicemia o por alguna infección aguda ya contendrá una proliferación de bacterias, lo que significa que el proceso se acelerará significativamente. Esta aceleración será mayor en el tronco que en las extremidades, ciertamente por la misma razón (es decir, la ausencia de bacterias en el tejido muscular de las extremidades, en oposición a la abundancia en los órganos del tronco, especialmente en el abdomen) . La presencia de lesiones traumáticas causadas por un instrumento contundente o un arma de fuego también puede afectar la velocidad de descomposición, ya que abren orificios a través de los cuales pueden entrar el aire y los insectos. Las moscas, sin embargo, tienden a preferir las aberturas naturales.

Diferentes etapas de putrefacción observadas en dos cuerpos, ambos baleados en casa y recuperados 3 días después del crimen, en un día de invierno moderado. El hombre en la parte superior tenía un calentador trabajando cerca de él; La niña yacía en el suelo de su dormitorio, sin ninguna fuente de calefacción INMERSIÓN EN AGUA Los procesos de descomposición bajo el agua son la mitad de rápidos que en el aire, pues generalmente la temperatura es más baja y existe menos cantidad de oxígeno disponible por los microorganismos. También es importante tener en cuenta si se trata de agua dulce o salada, pues en esta última se permite el crecimiento de microorganismos halófilos. Como ya se ha mencionado, la descomposición es más lenta en agua que en un cuerpo expuesto al aire, debido a las bajas temperaturas y al grado de protección que el agua ofrece a los insectos y mamíferos depredadores. Sin embargo, no se debe olvidar que también hay depredadores de mar y aves cuya acción, al exponer áreas de tejido adiposo al agua, también promueve el adipocira . Normalmente, un cuerpo flota hacia abajo porque la cabeza no desarrolla la formación de gases con la misma facilidad que el abdomen o el tórax, lo que hace que los líquidos graviten hacia la cabeza. Esto significa que la putrefacción es más visible en la cara y en la parte frontal del cuello, lo que dificulta la identificación. La apariencia también es significativamente diferente de un cuerpo putrefacto porque se asocia frecuentemente con la saponificación, con un peeling general de la piel y una coloración blanca acentuada . Los cuerpos adquieren un blanco ceroso

La putrefacción también es más rápida en aguas estancadas más cálidas que contienen materia orgánica en descomposición, como efluentes industriales, etc. También es más rápido en agua dulce que en agua salada . Sin embargo, algunos autores cuestionan este último punto basándose en que la colonización bacteriana resulta mucho más de las bacterias en el tracto digestivo y las vías respiratorias de la víctima que de la flora acuática. Finalmente, tan pronto como el cuerpo ha sido retirado del agua, la putrefacción acelera considerablemente

Descomposición en agua con los primeros signos de adipocere en un La víctima se ahogó en el Océano Atlántico central durante 8 días: una apariencia blanca, cerosa, deslizamiento completo, sin pelo. Tenga en cuenta las pequeñas lesiones en la parte posterior. Cabeza, sin infiltración con sangre, lo que significa una lesión postmortem por dientes de depredadores marinos El detalle muestra la colonización de la laringe por conocidos. Depredadores marinos comestibles: mejillones, lapas de ganso, cangrejos

Fenómenos Tardíos Conservadores Hacen parte del segundo grupo de los fenómenos cadavéricos tardíos y son la momificación, adipocira y corificación. Momificación Es la desecación del cadáver por la evaporación del agua de los tejidos, ocurre en un medio seco, calor, y aire, es más fácil en una persona delgada o fallecida por anemia post hemorragia y se caracteriza por piel seca, retraída, oscura, adosada al esqueleto. Aparece luego de los 6 meses hasta 1 año después de la muerte, e inicia por las partes expuestas. Es uno de los procesos preservadores de tejidos blandos del cuerpo, en particular la piel. Se inicia como respuesta a cambios ambientales y después que se ha detenido una putrefacción incipiente. Se debe a la desecación del cadáver y por evaporación del agua de los tejidos. Le favorecen los medios secos, calurosos y el aire circulante. Se identifica por la gran pérdida de peso, piel desecada, oscura y pegada al esqueleto. Su consistencia es acartonada y se conservan las formas exteriores del cuerpo. La momificación aparece entre seis meses y un año luego de la muerte; se inicia en cara, manos y pies y se extiende paulatinamente por el resto del cuerpo. Este fenómeno puede ser parcial, es decir, encontrar total destrucción de grandes áreas de éste y momificación de un miembro o parte de él, por ejemplo. En estas condiciones el cadáver puede durar muchos años. En los países cálidos los cadáveres se desecan, se momifican y se conservan en los terrenos secos y arenosos. La desecación de los tejidos se opone a los procesos ordinarios de la putrefacción. La piel desecada tiene el aspecto de cuero seco y rígido; el cuerpo, la cara, guardan su forma natural; las vísceras, reducidas de peso y volumen, se parecen a yesca. Cuando la deshidratación es rápida y extensa hay momificación, es decir, desecación de tejidos y vísceras que endurecen y disminuyen de volumen. Este resultado puede ser realizado artificialmente por inyecciones de alcohol amílico.

Retardando la putrefacción, las intoxicaciones por arsénico y antimonio favorecen la momificación.

Opacificación post mortem de la córnea y mancha esclerótica La momificación es a veces total (un cadáver adulto momificado puede no pesar más que 5 a 6 kg. por desaparición de agua y de los humores ricos en sales minerales y en albúmina). Con más frecuencia, es parcial y afecta sobre todo la nariz, las orejas, los dedos, los pezones. Es frecuente en el recién nacido, en el que la ausencia de flora intestinal retarda la aparición de la putrefacción. Los terrenos ricos en nitrato potásico le son favorables. La estructura histológica de los tejidos puede estar conservada; la estriación transversal de los músculos puede ser aún visible en una momia de 100 años. En los ahogados se observa lo contrario de la deshidratación, ya que el cadáver aumenta un 14% de su peso del noveno al décimo cuarto día; de este al siguiente día pierde 3 kg., y aumenta de nuevo de peso en el momento de la descomposición.

Adipocira Es la transformación jabonosa de la grasa subcutánea del cadáver. Ocurre cuando el cuerpo tiene grasa y se encuentra en medio húmedo, con obstáculo al acceso de aire. Se caracteriza por el aspecto cereo (de cera) y el olor rancio; se inicia en las mejillas y en los glúteos, aparece de 3 a 6 meses después de la muerte y se completa entre el año y año y medio; en recién nacidos ocurre entre 6 y 7 semanas. Se mantiene durante años y en forma similar a la momificación permite identificar el cuerpo y determinar los traumatismos.

Este proceso, que algunos consideran erróneamente como parte de la putrefacción , es conocido como saponificación El proceso se inicia inmediatamente después de la muerte ,con la hidrólisis (mediada por enzimas) de los triglicéridos, que escinden los ácidos grasos a partir de las moléculas de glicerol, dando lugar a una mezcla de (ácido palmitoleico insaturado, ácido oleico, ácido linoleico ) y saturados (ácido mirístico, ácido palmítico, los ácidos grasos ácido) esteárico . A medida que avanza el proceso, la cantidad de ácidos grasos aumenta, y los triglicéridos disminuyen hasta que desaparecen por completo (11). Cuando hay suficientes enzimas y agua, la descomposición continuará con la hidrogenización de ácidos grasos insaturados en saturada, después de lo cual el proceso se considera completa y estable. Sin embargo, durante la hidrólisis y hidrogenización, se forman algunos otros productos. Los ácidos grasos libres pueden adjuntar a los iones sodio y potasio de la agua líquida y celular intersticial, y más tarde, a los iones de calcio, formación de sales de ácidos grasos. La acción subsecuente de algunos microorganismos conduce a la formación de ácidos grasos-la 10hidroxi más comunes de los cuales es esteárico 10-hidroxi y de los ácidos grasos. Las bacterias, tales como Pseudomonas, Staphylococcus aureus, y Clostridium perfringens, producen ácido 10-hidroxiesteárico a partir de ácido oleico, mientras que Micrococcus luteus produce ácidos grasos. Estos ácidos, y sus respectivos jabones, así como participar en la formación de adipocere, también ayudan para estabilizarlo. Esta estabilidad puede atribuirse a la acción de la iónica, covalente, enlaces de hidrógeno entre el terminal carboxilo de los ácidos grasos y los grupos hidroxilo . Estas sustancias y glicerol forman una matriz con residuos de fibra, los nervios y músculos, lo que da un grado de solidez a la mezcla saponificada . En el momento de la muerte, el contenido de ácido graso del cuerpo es de 1%, pero con Adipocira, en el primer mes, que va hasta el 20%, y a los 3 meses es de 70% . Se cree que el proceso es sólo superficial y por lo tanto no implica las vísceras . Sin embargo, mientras que la grasa subcutánea son las estructuras más afectadas, internas que contienen el tejido adiposo, tales como el mesenterio, epiplón (omento), grasa perirrenal, u órganos con procesos patológicos que implican un metabolismo lipídico, pueden también estar involucrados. Estas sustancias y glicerol forman una matriz con residuos de fibra, los nervios y músculos, lo que da un grado de solidez a la mezcla saponificada . En el momento de la muerte, el contenido de ácido graso del cuerpo es de 1%, pero con adipocere, en el primer mes, que va hasta el 20%, y a los 3 meses es de 70% (5). Se cree que el proceso es sólo superficial y por lo tanto no implica las vísceras . Sin embargo, mientras que la grasa subcutánea son las estructuras más afectadas, internas que contienen el tejido adiposo, tales como el mesenterio, epiplón (omento), grasa perirrenal, u órganos con procesos patológicos que implican un metabolismo lipídico, pueden también estar involucrados.

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Corificación Es la transformación del cadáver en un tejido que asemeja el cuero recién curtido, ocurre en cadáveres inhumados en cajas metálicas herméticamente cerradas. Aparece al final del primer año de la muerte. Características. Desecación de todos los tejidos, olor a éteres, trasudado en el fondo del féretro y conservación de las formas exteriores.

Introducción

Los efectos tardíos de la descomposición proceso que varía mucho de un cuerpo a otro, del entorno a medio ambiente, según si el cuerpo está vestido o desnudo, las circunstancias de la muerte y el lugar donde se encuentra el cuerpo, el clima, y así adelante. Por ejemplo, se sabe que la putrefacción ocurre mucho más rápido en los cuerpos. que se dejan al aire libre que los sumergidos en agua, mientras que enterrados los cuerpos se descomponen a un ritmo mucho más lento. En estos casos, factores como el El tiempo antes de que el cuerpo fuera enterrado (permitiendo así que comience la putrefacción), la temperatura en el sitio, la presencia o ausencia de oxígeno, la profundidad del cuerpo, la topografía del suelo (en lugar de su composición), y el tipo de del ataúd utilizado, afectan considerablemente la velocidad de descomposición La descomposición también puede variar dentro del mismo cadáver, con algunas partes del cuerpo que muestra Adipocira, otras partes momificadas, y aún otras solo putrefacto .

Conclusiones 

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Gracias al estudio de los fenómenos cadavéricos, el médico forense o legista va poder establecer el cronotanatodiagnóstico y podrá realizar la estimación de tiempo y fecha de deceso. Son la momificación, la adipocira y la corificación. Tienden a preservar el cadáver son una serie de eventos secuenciales que a pesar de tener tiempos determinados en la aparición y duración de cada uno de ellos, estos se pueden ver influenciados por el ambiente en donde se desarrollan, abreviando o prolongando su tiempo estimado.

Bibliografía

Ramírez CA, Patiño JEB. MANUAL DE MEDICINA LEGAL TANATOLOGICA. 2001;237. Decay Process of a Cadaver. João Pinheiro.