Edward de Bono Aplicado A La Musica.

Ensayo sobre "Los seis sombreros para pensar" Edward de Bono El pensamiento occidental en el que está basada nuestra ed

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Ensayo sobre "Los seis sombreros para pensar" Edward de Bono

El pensamiento occidental en el que está basada nuestra educación musical nos va guiando a cultivar mayormente el pensamiento crítico, el cual exige claridad, precisión, equidad y evidencias. Se pone un enorme interés a toda cuestión técnica o teórica en determinado instrumento, generando así robots lectores de partituras. Pareciera que con el crecimiento de habilidades físicas que generan virtuosismo, la esencia humana va disminuyendo. El mayor trabajo para un artista sonoro es alcanzar un una ejecución con equilibrio entre técnica y expresión. He encontrado en esta obra importantes respuestas que serán de apoyo para una formación como músico profesional. Una poderosa herramienta que descubrí contenida en este valioso libro y que aplicada en el estudio de la música genera un crecimiento a gran escala es el concepto "organización del pensamiento". Si a esto le sumamos una atención dirigida exactamente a lo que queremos mejorar nos da como resultado el comienzo de la receta al éxito. El texto habla sobre la representación de un papel definido, tenemos mucho que aprender de los actores en este punto. En un escenario el músico busca reunir proyección, representación y expresión de la obra, en este sentido el aspecto visual puede ser para nosotros ventaja o desventaja. En el momento en que comenzamos a usar estos "sombreros para pensar", dice de Bono, las defensas del ego son derribadas lo cual nos deja en libertad para interpretar plenamente.

Las formas de pensamiento expuestas a lo largo del tema llevan a abordar un asunto de modos distintos, esto desarrolla y potencia nuestros hábitos mentales y nos ayuda a tomar la mejor decisión. El núcleo esencial es conocer seis sombreros simbólicos a utilizar. Cada uno tiene un color distinto y representa diferentes estados de pensamiento. Dichas formas de ver se pueden utilizar para estudio individual o colectivo. Lo considero realmente útil en ensambles o conjuntos de cámara, cuando hay situaciones que serían difíciles de abordar si no se traza un acuerdo en común, dado que todos tenemos distintas formas de pensar. A continuación señalare la utilidad que tienen estas seis perspectivas o "sombreros" en el estudio profesional de la música. Sombrero Blanco Consiste en una reflexión objetiva y neutral de la información. "Hechos verdaderos y verificados" son la primera categoría a tratar. Los de una pieza musical están contenidos en la notación y teoría música. Hay factores indiscutibles escritos en una partitura: movimientos armónicos, cadencias, altura de las notas, tempo, armadura, fraseo, aquellos elementos que permiten variaciones mínimas. Hablando de ensambles con dos o más integrantes, en diálogos para resolver problemas respecto al desempeño de cada integrante, organización de trabajo, elección de repertorio etc. A su vez existen otros componentes que el autor llama " hechos de segunda clase" estos cuentan con opciones, desde el "siempre verdadero" hasta el "nunca verdadero". Al estudiar una pieza musical las creencias no verificables forman

parte de lo que nombramos "interpretación" esto encierra la realidad del compositor en el momento del nacimiento de la obra. Un ejemplo muy claro de esto es la Sonata para piano No. 14 en Do sostenido menor "Quasi una fantasía" conocida también como Claro de luna, rodeada de misterio e historias personales de su autor, Beethoven. Si bien varias han sido desacreditadas, ya es parte de la tradición de la sonata y proporcionan al imaginario material a trabajar. Continuando con hechos de segunda clase, las articulaciones, golpes de arco, carácter, matices, adornos, difieren entre épocas debido esto a condiciones físicas pertenecientes a cada periodo: nivel evolutivo de técnica instrumental, material y forma de la construcción del instrumento y a factores psicológicos contenidos en diferentes tiempos como lo son: movimientos sociales, ideológicos, económicos, guerras, religión, florecimiento o estancamiento de la ciencia entre otros... Toda esta información proveé un contexto para tener nociones y acercarnos un poco más a la verdadera ejecución de una pieza musical. Este proceso debe hacerse recordando en todo momento concentrarse única y exclusivamente en los datos a tratar. Sombrero Rojo Lo que de inmediato llamo mi atención respecto a este estado de pensamiento es que toma las emociones como lo que son, reacciones internas únicas y personales a factores externos. Llámense suspicacia, intuición, juicio o reacciones viscerales, no busca justificarlas y eso es la máxima expresión de sinceridad ya que estas suelen ser muy complejas. En una presentación en público las emociones suelen ser tan complicadas y variadas que casi no se alcanzan a razonar y analizar. Al aceptar nuestras propias emociones podemos canalizarlas y dosificarlas para

dejarnos salir en determinados pasajes u obras enteras sin perder de vista el objetivo principal. Respecto a este punto es de vital importancia que cada nota que se toque este acompañada de su emoción respectiva, ya sea en sesiones de estudio con notas largas o escalas hasta un importante recital o examen. Si rompemos la conexión entre música y emoción mientras transcurre la práctica es casi seguro que en el momento de la ejecución publica no sepamos manipular el torrente de sensaciones y tropecemos en esa frase a pesar de haberle dedicado tantas horas de estudio. En unión con otros músicos este sombrero nos permite liberar tensiones, al expresar nuestras emociones positivas o negativas respecto a un integrante, suceso o decisión, liberamos presión y es posible concentrarse en la meta primordial. Sombrero Negro y amarillo, Se trata del pensamiento lógico-negativo y especulativo-positivo más no emocional. Dos caras de una misma moneda, dos extremos. Las cláusulas de ambos sombreros difieren muy poco. Quizás se nos facilite más alguno pero el uno y el otro nos dejan ver el optimismo y la adversidad de un mismo tema. Que es lo que de la obra me genera dificultad o de lo cual mis habilidades no son capaces todavía. Cuáles son las aptitudes que puedo potenciar mediante el estudio, que me conduzcan a elegir repertorio más allá de mis capacidades actuales. Manejarnos entre estos dos sombreros sin que interfiera la parte emocional es sin duda un reto, aprender a ver ambas realidades de un proyecto es tarea difícil pero estoy segura que si se logra aportara muchísimos beneficios y

eliminara los puntos débiles de un mapa camino a la culminación de nuestro propósito.

Sombrero verde. Es generador de creación, háblese de soluciones, alternativas y pensamiento fluido. Quizá el mas presente en artistas, quienes van más allá de lo conocido, lo obvio y lo satisfactorio. El pensamiento creativo esta siempre presente en nuestras actividades diarias. Ya sea que nos desempeñemos en la dimensión del tiempo o del espacio, el ser creador que llevamos dentro necesita unas pautas y ejercicios para perfeccionar se. "El pensamiento lateral es una serie de actitudes, lenguajes y técnicas..." creciendo en este estado de pensamiento lograremos dar a nuestras ideas la fuerza y el alimento que necesitan para germinar. Sombrero azul "Meta-pensamiento" quizá el sombrero más difícil de aprender a representar. Consiste en saber cuándo hace falta que tipo de pensamiento. Habla del control sobre los sombreros. Encontrar el pensamiento necesario para tratar un tema. Al respecto usa una metáfora muy idónea para lo que nos atañe; el sombrero azul es al pensamiento lo que el director a su orquesta. El proceso a seguir es sencillo pero requiere un arduo trabajo consciente, este consiste en tantear el terreno, trazar rutas y decidirse por una. En el perfeccionamiento de nuestras habilidades musicales, específicamente en las sesiones de estudio individual y en conjunto es necesario fijar el enfoque, trazar vías para llegar a un objetivo y formular las preguntas correctas para aprovechar al máximo el tiempo invertido.

“El concepto de los seis sombreros para pensar tiene dos propósitos centrales. El primero es simplificar el pensamiento, permitiendo que el pensador trate una cosa después de otra… El segundo propósito central de los seis sombreros para pensar es permitir una variación en el pensamiento.”

Uno de los puntos fundamentales a entender para la adecuada aplicación del método es que los tipos de pensamiento en música deben aplicarse sin estar separados o desconectados. A nivel de conexiones neuronales resulta más difícil adherir nuevos elementos a una ruta ya creada que incorporarlos desde el principio. La solución a esto sería tal vez aprender a estudiar conscientemente con el sexteto de sombreros, pudiendo así utilizar cualquiera según la exigencia de la presentación, ensayo o estudio. Para comenzar, por ejemplo, a montar una pieza musical o entregar las primeras clases con el profesor es preciso el sombrero blanco, ya que la atención está dirigida a la técnica y esta es cuadrada. Para sesiones donde la parte teórica técnica esta ya resuelta es preciso el sombrero rojo y el verde, inteligencia emocional y soluciones creativas para la conexión entre los diferentes elementos. Considero que el sistema expuesto por el autor propicia el crecimiento acelerado de nuestras habilidades cognitivas y es eficaz tanto para el estudio de la música como para el desarrollo de nuestra vida.