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JUAN FRANCISCO DURÁN ROMERO

DREAMCATCHER AUDITE SOMNIUM MEUM QUOD VIDI

LEÓN EN BICICLETA

La sobrina del Caballero de la Triste Figura: “Hacerse poeta, que según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza” (Quijote, Primera Parte, Cap.VI)

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 2

HAGAMOS UN TRATO

CADA pasión fuera de lugar volvió a su sitio. Cadencia y relax de soberbia inhibida; castidad de represión y dulzura egoísta. Amor de molicie y autocompasión. ¿Pesimismo? Experiencia, my lord. Elemental; básico, estúpido.

Ta, ta, ta, ta, ta -una máquina de escribir. Ay, ay, ay, ay, ay -una mujer durante el coito. Zas, zas, zas, zas: -¿cuatro veces?: violencia; -¿siete veces?: razones; -¿treinta veces?: orgasmos.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 3

EFEBOFILIA

Es el abdomen viril de un joven de diecisiete años; es que almacena tensiones sexuales, es que está presto al amor. Tiene que ser alimentado: huele a arena de mar, caliente y receptiva. Ved su rostro, su incipiente barba y sus pequeños brotes; es fuerte y tersa y bella su piel. ¿Sus ojos? La Grecia Antigua en los gimnasios y en las palestras. Amor. Aprenderé a tocarlo sin que se sobreexcite. Y aprenderé a mimarlo sin que dependa de mí. Tiene que crecer. Y deberá hacerlo con la mínima cantidad de dolor. Pues yo lo quiero absorber en mi propia virilidad de veinteañero, en mi fortaleza de erótico instructor pedagogo. Sin embargo, no es un niño; tiene ya el abdomen de un joven de diecisiete años.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 4

INVECTIVAS A LOS FARISEOS

CUANDO se está al borde del abismo no se piensa en el dolor de la caída sino en un futuro doloroso. Así, el tiempo atrae y consume toda nuestra atención. ¡Al aire y retazos de febril existencia suban alegres los tonos polifónicos de una aclamación! Reyes absurdos conjuran sin edenes que extender, sin jerusalemes que conquistar, sin griales legendarios que codiciar. ¿Por qué luchan sino por el desánimo existencial? Basura y odio, detritus y temor repugnantes. Idolatrados. Soeces espectáculos de envidia y sedición; ladrones de almas, raptores de Dios. Pontífices de la infabilidad, adoradores del viento. Vayan, pues, rateros a decirme que el abismo es profundo. Vengan a asegurarme que el dolor duele más en el futuro. Vengan, y conquisten tiempo y espacio y lugar; denle por fin la manzana a la serpiente; sustraigan el tesoro del templo, condénense a sí mismos al beber de la copa del Señor. Luchen por su destino, luchen por su obesidad. Que el tiempo pasa, pero queda la eternidad.

16. 10. 2006.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 5

EL CRISTO Y MIS ROSARIOS (Abstenerse fundamentalistas)

ES Cristo partido y lustrado con lágrimas; el de la redención irónica y el rey sin reino, Son sus pies cansados y bañados de sangre, perforados con una transacción ilegal; con el aborto de Cecilia y la mentira de René. Es Cristo poseyéndome, calentando mi oscuridad. Penetras todo mi ser (“se distingue entre diez mil”); me besas con tu hiel (“sus labios son lirios”); tramas mi rapto (“sus manos, brazaletes de oro”) y eres recipiente y calor y sensualidad. Así es mi Amado, así es mi Amigo, hijos de Jerusalén. Incienso y patenas, feromona y colchón; pan y responsos, cuerpo y jadeos en la oración. Vino y limosnas, sangre y pecado de tu perdón. Las palabras en los oídos y los labios aplicados a tu corazón. Son de diez, treinta cuentas, siete rosarios y setenta caricias de amor.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 6

A MI PRIMA

NO quería otra cosa sino que la niña durmiese abrazada a mí; así lo dispuso. Pues bien, mi calor no es mucha cosa, pero resiste (¡sí que he puesto a prueba a mi cuerpo!). Largas horas y risas, acostados sin dormir; dolor del miedo y la desconfianza, del tedio y la desilusión. Oh prima, no nos conocemos. Silencio de complicidad y aburrimiento; miradas de autocompasión mutua, o de admiración disimulada. ¡Qué sé yo!- No te conozco. ¡Los sexos! ¡La diferencia! ¡La semejanza! ¡EL HORROR! Dependencia y narcoelectricidad equivalente al balanceo químico de pieles y sarcomas. Tu teta en mi teta, y cada quien en lo suyo. –No me conoces. ¿Qué no hemos hecho? ¿Perseguir elefantes? ¿Aplastar pigmeos? ¿Violar ninfas o efebos? Ya lo hemos hecho, aunque seguir a la Luisa, humillar a Roberto y lo de la Vielka y Osmani no cuenta… -¡Sí nos conocemos! ¡Es cuestión de poner atención! Toxicómanos, febriles y cuerdos; necios y tontos y narcisistas. ¿Peor? El abrazo y la lloradera, lo cursi y lo carnal. Sangre y odio. Venganza fraternal. Selección de candidatos y castidad forzada de mi parte. ¿Más vida? Funeral juntos. Y lo peor de todo: no podemos vivir el uno sin el otro.

16.10. 2006

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 7

A LA MADRE TERESA DE JESÚS, EN SALAMANCA

YO, Madre Teresa, me acuso de haber sido su antítesis y su complemento. Mi paternidad le suplica perdón ¡oh virgen abulense!, y clemencia para este fraile príncipe. Perdonadme, os lo mando por obediencia: haced las paces con Pablo. La salud de mi paternidad está bien, aunque me han querido sangrar. Yo estoy razonable y el jueves la espero aquí en Madrid (!). Le mando que no se entrometa en mis asuntos, pero si puede hacer llegar al Rey mis credenciales, enhorabuena. La dejo con su rueca y su huso, con su rosario y su ejemplar de Trento. Envíeme Las Moradas, a ver qué fin tiene la mariposica. Quede con Jesús. Déme su bendición…

Gracián. 15.10.2006.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 8

[PUNTO ALFA]

Para realizar una concentración política en la campaña de las elecciones del año 90, el Comandante Daniel Ortega visitó Chinandega. Yo era un niño de cuatro años, y a mi madre se le ocurrió disfrazarme de cieguito para aquella ocasión. De alguna manera terminé en la tarima, junto al Comandante, y éste no perdió la oportunidad de divertir a la gente a costas de un chicuelo inocente. - ¿Y vos de qué venís disfrazado?- recuerdo muy bien las preguntas del Presidente. - De cieguito –respondí, haciendo gala de mi disfraz, que consistía en un pequeño saco, un bastón y unas gafillas oscuras. - Ya. Vamos a probar si en realidad estás ciego. ¿Podés ver este reloj? – preguntó, mostrándome en su muñeca un gran reloj electrónico de color negro. Por supuesto, negué con la cabeza. El Comandante no se daba por vencido. Y supo intuir por dónde podría convertir aquella entrevista en una situación simpática, y, después de casi veinte años, uno de tantos momentos especiales para este joven cuya cabeza aún bulle de sueños e interrogantes. - ¿De qué color es el reloj? –preguntó. Y yo no pude evitar contestar idílicamente: - Azul…

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 9

“Las buenas historias empiezan hoy; deja que tus sueños abran la puerta”∗



Trazos firmes y decididos de mano extraña, probablemente masculina, en una de las páginas del manuscrito.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 10

← No sé quién escribió ésa frase (que me parece cursi)∗, pero creo que debo ser más cuidadoso al dejar este cuaderno en cualquier parte… Mis poemas no pueden andar por ahí de mano en mano y de interpretación en interpretación…

6.11.2006 Día de la “victoria” de los sandinistas.



Quién iba a decir que el título final de la obra, “Dreamcatcher”, tendría tanta relación con las elucubraciones oníricas propias de un joven adulto y que terminaría por asumir el tema de los sueños como telón de fondo de mi poesía… En todo caso, las palabras encontradas (aún hoy de origen incierto) se convierten en el lugar propio de la creación poética de todo el cuadernillo -aunque de manera inconsciente- durante su génesis.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 11

LECCIONES DE ESCOLÁSTICA Cuestión fundamental Artículo 1. ¿Hay alguien más bello y feliz que yo? Parece que hay mucha gente más bella y feliz que yo. Porque la experiencia de los sentidos nos dice que hay gente mucho más proporcionada físicamente, con la piel más tersa, con capacidades amatorias más perfeccionadas que las mías. Luego, hay gente más bella y feliz que yo. 2. Mucha gente me ha rechazado por mi físico y no a todos mi carácter les agrada. Si yo fuera el más bello y feliz, me amarían todas las personas. Como no todos me aman, no soy el más bello y feliz. 3. Muchas veces –incluso ayer- he tenido depresiones; luego, no soy el más bello y feliz.

1.

Por el contrario, me siento bello y feliz. Concluiremos que: SOY EL MÁS BELLO Y FELIZ. Pero habré de referirme y declarar mi concepción de belleza y felicidad. Sin citar a Aristóteles –para no caer en la tentación del Angélico de canonizar filósofos paganos-, digo que a belleza en mí se patentiza en mi capacidad artística, intelectual, sexual, musical y estética y, aunque no excluye la belleza física per se, radica en mis sentimientos de paz, amor, y sentido de lo trascendente. El goce de todas estas virtudes constituye mi FELICIDAD. Como no hay nadie más que lo perciba mejor que yo, soy el más bello y feliz. Al argumento 1 responderemos que la cultura nos impone un modelo de belleza física más o menos inalcanzable al cual no pretendo llegar. Los atributos corporales míos son los más bellos, aunque no a todos les gusten; pero a los que les gustan, les resultan los más bellos, como se demuestra por la experiencia. Al 2, que hay muchas personas frívolas que buscan siempre la novedad volátil de la belleza hedonística. Mi tipo de belleza no corresponde a ésta; luego hay gente que, por su misma ceguedad espiritual, no puede llegar a ver la belleza ontológica en general. Al 3, que las depresiones son estados más o menos normales de la vida humana, mientras no sean de tipo patológico. Por otra parte, la depresión de ayer se debió a la infección de una de mis amígdalas y la consiguiente fiebre. Además digo que, aunque me rijo por todo lo que tiene la Santa Iglesia Católica Romana Ratzingeriana, bajo cuyo mandato y ciega sujeción ningún fundamentalista, fanático, homofóbico y misógino puede errar, digo que, como participo de la vida de Dios –puesto que vive en mí desde el bautismo-, me hace partícipe de su infinita felicidad y belleza. Sin embargo, nada impide que por mí mismo yo tenga mis propias y totales belleza y felicidad puesto que Dios respeta libérrimamente la identidad de la criatura racional. Es el misterio del libre albedrío: “Feliz el hombre que anda por el camino del Señor…” (Sal 1), etc. 6.11.2006.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 12

LA BOAQUEÑA PARECE obvio que no tengo intenciones de esperarte; no quiero que vengas: puedes prevenir un embarazo. Es evidente que el tiempo de espera es muy largo y no tengo deseos de luchar. Amiga el día está lluvioso y las nubes se adueñan del ambiente cual rectoras del clima. El valle, conejo saltarín del bosque retoza conmigo. Las algas crecen en mi varonil barba silvestre rasurada a la moda vindicativa. Traviesa mujer: comiste mis tripas con tu mano seductora y tu corazón de leona en celo y gatita melosa. Espera por mí, no llores; el tiempo pasa, cobarde. Rara vez tengo el mejor lugar para emitir un juicio de peso. Las miserias y las glorias rodean al cadáver endiosado. Tus enzimas, rechonchas y succionadoras; el hombro en la espalda, la brisa en el ojo, tu boca en mi boca, tu sexo en mis labios. Tanto como un mes sin semanas o un día sin horas por la escasez de amor y la abundancia de tiempo (el conteo de sílabas en la precisión; cuarenta ancianos pendientes de apedrear a la mujer)… Vulva escamosa de redondas proporciones; verga espumosa, lirio de semen. Robustos, lastimeros, veraces, groseros. Los sexos, mujer. 7. 11. 06… [Se nota el nerviosismo].

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 13

TRÁNSITO LE VEMOS

LA perra me… olía [dolía] cosas y casos que el escape [por detrás] ponía? Sueño? Le dijo “mosquito” bis del maje de la moto gallo ¿no sé? se quedó atrás gallo aguillo dice que le metió el dedo alguien grita triqui triqui lui lui atat gallo no sé es como verde y pip de carro dicen que no le dieron el papel za Está viendo tele No tengo /todas las cosas son iguales Esta noche los remolinos del tiempo yacen en mis pensamientos con una turcase yacen en mi turca ciego Dice ______________∗ el caballo y la babosa: la babosa se babeó [en] el caballo y el caballo/ le echaba su palenque pero este la pateaba y esta no entendía y la aguantaba.



Aquí aparece una palabra ilegible en el original.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 14

GRANADA A PIE Ahí están varios presidentes incluso sátiros sepultureros, pero no he podido encontrar el tumulto sepulcral del Poeta. En el Cementerio de Granada se bifurcan los anhelos, los dioses juegan a los dados y Carlos se refugia en su silencio.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 15

OTRA LARGA ESPERA

CUÉNTAME, amigo, de aquel varón engañado, herido en la lucha por la sobrevivencia. Venguémonos, seamos negligentes; roguemos a Dios porque nos patrocine la guerra. Tardes largas, noches lerdas, ruidos de estepa en la piel reseca; lucho solo, descarriado, confundido sin Dios tangible ni seguridad. ¿Belleza? No la hay; sólo humanidad traviesa y desnuda; violencia y tranquilidad ociosa. Vislumbro un futuro luminoso vestido de blanco en el escondite secreto de un paraíso virginal y húmedo. Párrafos de tinta sangre rodeando la desesperación de mis tripas y miserias de pasión. No pienso, sólo espero y desespero.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 16

TE DEJO, GRANADA

TE dejo, Puta vieja, profanada por turistas. Tengo un viaje que hacer y una pesadilla por vivir. He vivido y amado lentamente en ti. Es por eso que en un foráneo lenguaje escuché lo que tenías que decir en la voz de los poetas que te restauraron. Dejo tus calles olorosas y tus casas antiguas. Me voy con las lágrimas calientes de mi sonora voluptuosidad. A ver si el tiempo pasa veloz y mi regreso fuese inminente. Te dejo, Granada, pero te entrego mi futuro, no sólo por un momento pero por más de una semana.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 17

MAGIA EN LA ESPESURA

AL principio de las cosas que al morir me llevé conmigo las tardes trazaban lirondas acciones que demacrados faunos saltarines en las lerdas noches de un letargo amoroso combatían. La belleza encerrada en las viriles pupilas rozaban la clarividencia y la longevidad. ¡Oh criatura taciturna, encerrada y preñada de feminidad y dureza! Te canto un himno, deidad andrógina, musa gastada por el uso, efebo silvestre del destino. En el bosque encantado sus cansados árboles -naranjos silvestres coronados de azaharescontagian con su misticismo la alegre y voluptuosa sesión de valentía. Rodeados de estima en la noche, pies enlazados de bruma, sonámbulos, nocturnos, amados.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 18

FOTOGRAFÍA

UNA oración por todos los que aparecen en esta polaroid: por el viejo calvo y obeso, la niña limpia y engreída; los besos de los novios enamorados. Regresemos el tiempo y fascinémonos con la luz visceral de tantas sonrisas y la gloria senil de las viejas matronas. Que me la reconozcas, Señor, ésta oración en la eternidad: Cuando comparezca ante tu presencia y sopeses mis faltas, que esta plegaría sobre esta fotografía acabada de revelar incline a mi favor la balanza de tu justicia. Amén.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 19

¿QUÉ CELEBRAREMOS EN ESTE BASURERO?

TAN sólo hay restos de comida por aquí; nada que pueda sernos útil (si quieres un consejo). Viajemos y dediquémonos a surtir de esencias un aire envejecido, plano, y tan lleno de moscas tornasoladas, para así recordar (¿y quién podría no hacerlo?) que todas las canas llegan a morir también. Y no me escuches; no oigas a este viejo embrutecido que sólo quiere deshacer tu juventud y la nobleza de tu estirpe. Cuando los gnomos regresen a sus cuevas y tenga que realizar ciertos giros, recordaré una mañana de junio en que el sereno y el camino rojizo trazado en lo selvático me llevaron a errar el camino. Siempre lejos, y en la mirada el miedo de molestar a los testigos. Los insectos nos recorren también el camino y las serpientes sisean en la oscura cercanía. No quieras volverte; no quieras desperdiciar este basurero. Cada día hay miles de cosas por hacer; no me dejes solo reparando en este vademécum de papel: resortes, dibujos, condones (no todos usados) matizan este montón de chatarra inútil. Dame un mordisco –que soy lo único que se come- para despertarme o quizá quieras probar un poco de la cal del suelo. Revisa tus prioridades, juzga un poco de tu tiempo. Hoy fue un día largo en que comprendí mi historia; la historia de siete vidas truncadas por la tragedia y el recuerdo de un camino bifurcado en cada cordillera. Raspa el suelo, encuentra tu huella. Mira cómo nos cuenta este espacio una historia: lenta, perezosa, toda cansada camina y se hace un hoy cuando urdimos en ella. Construye algo nuevo, mira hacia el cielo (hay tantas cosas de las que no hemos oído) y quizá encontremos algo en este basurero. Quién sabe si la huella de un gigante o ciertos rasgos etéreos;

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 20

noticias de un dios que perdió su adarga o de un gusano que tejió un hilo de oro. Gime, porque es permitido cuando no veas más que polvo y desperdicio: ruega por la lluvia para que anegue este vacío. No sufras por los buitres que te acechan sino hazlos tus amigos; usa sus plumas para escribir nuevas historias y hurgar en otras chatarreras.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 21

CARISMA FUNDACIONAL

Se vale hacer escuela, y participar en torneos, en tanto que no afecte la calidad de la persona y la originalidad de sus propias tintas.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 22

EL MONÓLOGO DE UN ÁRBOL SENIL “Poems are made by fools like me, but only God can make a tree” Joyce Kilmer VEN a curarte con mi savia; soy un árbol viejo. Destilo olores propios y ajenos; absorbo mi sabiduría del sereno. Ven, que paso ratos amargos. Acércate a mí, aun con tu hacha en la mano… Descúbreme, contémplame en silencio. Yo me siento solo en mi singularidad de acero. Quiero atraer tus manos y quiero atraer tu cuerpo; ver cómo rozas tu cavidad vaginal en mis miembros. Yo estoy productivo: soy un árbol viejo. Yo me siento fuerte ante el necio huracán. Yo extiendo mis ramas y cambio mi follaje; no hay miedo: ni el hombre, ni el agua, ni el fuego me tuercen, me talan, me queman. Yo doy un fruto precioso y lozano mezcla de mandrágoras y de pomelos, y de él se llegan a comer y a gozar parejas de jóvenes ardorosos en curioso despertar: Cuando se aman en silencio, bajo el sol y la luna yo destilo mi savia, mi esperma virgen y tibio que les penetra las cinturas les engalana el juicio, les lleva a la locura y les hace fecundos. Yo vivo en sus ritmos cardíacos, en sus jadeos de pasión y en sus sexuales delirios. Soy un árbol viejo. Yo no tengo pájaros en mi cabeza porque adormecen mi narcisismo consciente. No me asustan ni el liquen ni la hiedra, ni medran la potencia evidente de mis ramas. ¡Y qué me importan los insectos! Yo, un árbol viejo. Afuera, queda sólo el viento: el no ser árbol, el querer serlo. (13. 10. 2007)

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 23

EL PROBLEMA DE HUGO∗

HUGO debe –según mis cálculos- cuatro mil quinientos córdobas. Les debe a los músicos, le debe –aunque no dineroa un pseudo cura, y a un floristero-arreglista. No sé cómo piensa pagar. A veces hago chacota de sus deudas: Le digo que empiece a pagar a punta de sentadas (o como decimos acá “en especia”) y se ríe, ufano, de lo que aconsejo. Hugo compra galletas con lo que recoge y pinturas para sus travesuras, pero no se acuerda de la cuenta que tiene pendiente en una tienda cercana. Quizá sea fingida su frescura (si es el caso, hay que darle un Óscar). Quizá esté desesperado y no me doy cuenta. De lo que sí estoy seguro es que está en verdaderos problemas. Quien conoce a Hugo sabe que la reseña que he hecho de sus deudas le puede resbalar como el jabón que no usa ni aun cuando se baña. (No le odio, es que lo quiero aunque mis críticas sean agrias).

(14. 11. 2007).

∗ Poema ganador del Segundo Lugar en el Certamen de Poesía Inédita “El Cisne”, cuya ceremonia de premiación tuvo lugar en Ciudad Darío, Matagalpa, el día 12 de enero de 2008. Apareció publicado en La Prensa Literaria, Nicaragua, sábado 19 de enero de 2008, (p. 4 -5).

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 24

YO CAGO POEMAS

LA poesía es pecado: es decir lo que no se tiene que decir. No es horror al mal, sino al mal bien dicho. ¡Y qué sé yo de vocablos, y qué sé yo de la vida! No soy poeta, porque no estoy muerto y no han publicado mis obras completas. No pinto rostros, ni disimulo veneno, ni persigo ninfas, ni escribo en pañuelos, sino que me sale todo de dentro como una verborrea que me estorba en las tripas. Y qué si no fui a la escuela, y qué si no soy naturalista. Que no me vengan con sueños los que escriben por encargo. A mí me salen poemas cuando yo quiero: sólo es cuestión de controlar el esfínter (lo que no aún no logro del todo).

(13. 10. 2007).

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 25

DEJAR DE FUMAR

UN cenicero henchido de basura se recoge entre humo y caos. Ahí hay varios instrumentos: un vaso para acercarse el agua, cerillos para matarse los pulmones; en una mesa gastada y desvencijada -aunque bella y útil-, un pañuelo para secarse las lágrimas, un encendedor de cigarrillos. Y aquí, a su lado un escritor ávido de letras y palabras muertas; como el cenicero, que destila humo y susurra muerte.

(12. 5. 2007, en Bello Horizonte).

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 26

QUE SE DUERMA DIOS (Ensayo de poesía mística)

DIOS, tus ojos saben que los veo con un amor parejo, ¿cuál amo más? Me miran con cariño infinito. Me conocen; saben que los busco y me queman con aquella mirada suave y persistente que me desnuda y me viste de valor y pureza. No soy yo el que busca tu rostro, es tu rostro el que me arrastra. Me cuelgo de tus hombros, mi brazo por tu cuello; ya se enreda tu melena. Yo me duermo porque sé que estoy seguro; soy sincero. ¡Qué lindo te ves y qué lindo me veo aquí con Vos! ¡Oh Cristo, me despierto y fuera de Vos sólo hay caos!: Hay hombres sin amistad, mujeres sin dignidad, jovencitos sin sueños, niños sin jugar; no hay vida, todo se pudre, todo se quema y no se renueva. Y aquí, en tu pecho, yo encuentro el baile, la risa, el coraje, al besarte la comunión, porque has querido tomarme en tus brazos. Pasemos las colinas, dejemos estos cardos. Llévame contigo a pernoctar en tu Viña. Quiero compartirme contigo y quiero ver el sereno de tu rastro. Mira que allá hay un árbol frondoso que puede servirnos de lecho. Ya cae en la noche y hay jornaleros que regresan tristes a tu casa. Tú me llevas, seguro, a nuestra alcoba y yo voy, pensativo, oliendo la mirra de tu vestido. Y veo hacia atrás, las estrellas juegan (no sea que se aburran en la oscuridad); envidian mi sendero y se creen astutas para deslumbrarme. Risueñas se caen algunas, que traen entre manos al menos poblar con sus destellos la barba espesa que cubre tu mentón.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 27

Ya hace frío y me siento aún más pequeño en este desierto. Así puedo oír con detenimiento el pulsar de tu corazón. Y yo creo que hoy sólo late para mí. Me llama, me llama, me llama… pero yo quiero dormir y despertar ya en el día. Este ritmo me adormece y yo sólo puedo decir: “Sí…”. Ya en la cabaña, has encendido el fuego; te has desnudado la espalda y yo veo aquellas viejas cicatrices. Y me vistes con la túnica sin costuras de aquél José que se dijo reverenciar por el sol, la luna y las estrellas. Sólo callo y espero; te tomo en brazos, te duermo. Duerme, duerme, que hoy estás conmigo, y yo estoy contigo.

(15.12.2007).

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 28

RUBÉN

SI es la noche que nos sigue y nos pisa los talones, en León se respira aún tu presencia en las esquinas. Y en tu casa aquella, convertida hoy en museo, -donde te sabes muerto, pero vivo en tus libros-, rescatamos hoy tu memoria del fabulismo y sabemos que te hubiera gustado más una garza morena que las coronas de pámpanos de nuestro palabreo. Hacerle justicia a la historia no es publicar tus méritos sino celebrar tus defectos y acendrar tu humanismo. Saber que tienes múltiples rostros: el mendigo que le canta al oro, el seminarista malogrado, el Tío Coyote y el Tío Conejo, y el Güegüense, el tirano platónico de los poetas (cuánto nos elimina imitarte) y el sátiro y el Dionisio. Y si hay mayor pleitesía o mejor idolatría no sea otra que dirigir nuestras arterías al viento y hacer brotar utopías con nuestros poemas. (18.12.2007).

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 29

POEMAS CUÁNTICOS La vida es lo que no es la vida es antes y es después la muerte crea y no lo ves Y mi poesía es mía mía es tuya es suya es de los tres Gerardo Diego, Última palabra

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 30

GENTILICIOS DE ARSÉNICO

RECOSTARSE en la ruta sayonara de la hostia filigrana que se deshace entre los huecos jocotudos de un poste y se desgrana. Es así el uso y la recreación de sentarse en la alfombra y congelarse el derrière inusitado. Vengarse y cosechar santurronas ideas de parto y renegar de cien camiones apostados a cada lado de la cama. Que está fría. El sol pica de otro modo: no remata en la descomposición normal de cuerpo pero jadea en cero y retrocede en negativo como si el día siguiese pero la noche se asiera del cuello hediondo y prensil de la camisa. Verificar el cultivo; tendría que erradicar los poltrones limpios que a gritos piden ensuciarse. Yo mismo, en mis cavilaciones, escribo y no hago sino canalizar en mí la energía que se niega a circular. ¿Ventajas? No hay, sólo sesgo (y la armonía se pierde en la consanguinidad del olvido). No hay movilidad: Entrégate al universo de este cuarto grande parecido a un paraíso perdido por dentro (y la serpiente no sisea ni duerme, ni aparece ni escamea ni se desliza ni se aparea… se entierra). Tal es la luz, cegadora después de todo. ¡Y hablar de las sonoras tareas que han sido nerviosas pero controlables a Dios gracias y a los sahumerios (vocación estilista y discreta de fibra)! He pensado en escribir el mismo libro e intitularlo con algún epígrafe helenístico para ser ortodoxo. Pero quizá sea mejor cifrar todos estos guarismos (tu lunar en forma de corazón) en una sola cartilla pública que sirva de bula para aquél que la quiera quemar (¡Lutero amigo y hermano ahora nuestro!) o como evangelio gnóstico apócrifo para el que lo quiera descifrar. ¡Que se busque una buena lupa! Que hable con Richard I, Richard II, Norlan, Erick, Vilo, Alberto y Hugo. Entrevistas cero.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 31

CRÍTICA TESTIMONIAL

Testimonio α CALLA, espera por la mañana a que el fuego disperse nuestros miedos. Retrasa tu júbilo; haz lento tu estrellato. Considera la loción perfumada de tus vientos… con que no se nos caiga… (¡y qué más suerte que la risa!)

Testimonio β CALMA, y no peques. Goza y ten piedad. Reanima tu sanidad santo y pecho inmenso.

Testimonio γ ZUELA de zapatos de castillos y fieras de caínes y fieras de mujeres y fieras. Cáñamo salomónico: la razón del buitre.

Testimonio δ FALTA que hacen las determinadas acepciones en nuestro lenguaje!

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 32

Testimonio ε NO imitar presas no escaldar temerarias representaciones del arte.

Testimonio ζ EL arte imita al enemigo: nos asalta cuando no lo llamamos.

Testimonio η ARS brevis, brevis pecuniæ

Testimonio θ COJO, ergo me voy.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 33

MALA IZQUIERDA

TENGO que llenar obtuso de materia y sangre revolución obscena. Solución: sangrarse.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 34

PENDEJADAS CRÍTICAS

AÚN no el bosquejo fatídico de una circulación periódica. Ya la rabia biliar del comentario silabino de los cortos mercaderes miembros “de la lengua”: me cotejan, me subrayan, me citanizan.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 35

ΜΟΛΟΚAΙ ONAM CERTERO

SE han de esperpentar los incautos gavilanes sin que vuelen levantables los rasgados tafetanes en los brazos de Morfeo (sin que haya cima que no se escale), porque es cuando yo veo que no hay risa sin muchacha bonita (¿puedo ser más explícito?). Levantarse, y secar la cama anegada por mis sueños húmedos. Tarea absurda. Pusilánime. Es cuestión de practicar la puntería y de aprender a arrobarse sin miedo (dulces eufemismos…).

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 36

A L. VADO (Disculpá la jodedera).

HEDONISMO consciente: así te has de llamar. No sé cómo Dios puedo crear cuerpos tan bellos como el tuyo. Brisa suave, un leve roce, el murmullo de las olas rompiendo junto al mar.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 37

CANCIÓN

COMO sombra no vivida, como niñez sin estragos; viento del este, amor huracanado. El aire insufle en la cavidad oblonga; la marcha triste, la vejez encinada. Cariño, te espero en mi soledad extraviada para ser vida en el momento y ser fugaz… Como sombra no vivida…

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 38

TRAGOS EN SECUENCIA RANCIA

¿Y qué hay si pierdo anhelos, debitando sobre la musicalidad, perdiendo rastros, arañando la existencia? En especial habríase de soñar con conejos. Dan más sueño que los corderos.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 39

SOLUCIONES EXTREMAS EN LA ZONA 10 O EXTREMAUNCIONES DE LA VIOLENCIA

DULCE fresita, la niña de Guatemala. Hoy no abraza, ya ni avisa cuando se baña. Me silencia con su mirada; la cizaña se asemeja a un dulce rastrojo de morenas soledades. Y negros olvidos. Dulce papaya. Hoy no siento tu guadaña. ¡Oh muerte, ven por mí!, por si me daña esa mano que entresaca con su asco la vida la sangre roja de mis entrañas. Ea, pues, salve, agraciada mujer de Guatemala (Zona 10). Hoy tus ojos (tus deseos) se asemejan a los versos que no dejan su silencio si se rajan. Doblemente la luciérnaga se posa sobre tus entrañas. Es la vida, dulce niña. No te alejes, no pienses sino en las ínsulas extrañas.

Juan Francisco Durán Romero: DreamCatcher 40

NÉCTAR

¿QUÉ me dices, dulce sacralidad si no hay hora en que no escuche tu mensaje? Ay del marino que no recoge entre sus dedos la azul silueta del paisaje. Vivir sin violencia no es morir sin penar las ausencias y omisiones. Tardes rosas, noches negras me corrigen la arrogancia. Pensar, existir, retozar en el follaje no es sino dejarse a sí mismo en las manos del Amor.

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[PUNTO OMEGA]

El día en que iba a ser premiado en Ciudad Darío por mi poema “El problema de Hugo” pasé por la casa de mi amigo a eso de las doce del día. Por supuesto, aún no se había levantado. Cuando logré que me atendiera, salió envuelto en una toalla y escondido detrás de la puerta me preguntó si quería pasar. -No –le dije-, voy a Ciudad Darío. - ¿Y a qué? - ¿Te acordás de los poemas que envié a aquél concurso? Me llamaron ayer para decirme que me gané el segundo premio. Tengo que ir a recogerlo. - Tas loco –me dijo (pensó que estaba bromeando)-. Buscá qué hacer. Cuado vio que, de veras, no lo iba a buscar para hacer lo acostumbrado (fregarles la vida a los curas, meternos en su capilla privada a rezar vísperas o simplemente cuchichear), sino que me iba de viaje con mi mochilita, me preguntó: -¿Y a qué hora regresás? -No sé. Creo que mañana… ¿Te imaginás que haya sido premiado el poema que te escribí? - ¡Uy! No creo. En todo caso, me tendrías que pagar derechos… Al día siguiente, regresé a Chinandega y fue él a buscarme a mi casa. Yo había regresado con doscientos dólares (ya casi completamente gastados en libros y discos compactos). - Ni aun así me ayudás a pagar mis deudas… -se lamentó. Esta es mi manera de agradecerte.

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LITURGIA APOTEÓSICA DEL ATRAPASUEÑOS

Introito ES que el espacio necesario se asemeja a una composición ignaciana. Hay que componer el escenario, dejarse de pendejadas ulteriores. Buscar un asiento noble, una habitación sin olores quizá un ciprés desprevenido en el patio trasero de un monasterio budista. Un espacio atrayente, una magia sin espacios-gatos negros. Hacer silencio, sentarse a la escucha; oír en lo profundo del alma chillona resquebrajarse en la caída horizontal y sigilosa; que eso es lo que sentimos, eso es lo que buscamos. Respirar y buscar un punto en el vacío (no es un ejercicio de ascética, ni de noble molicie: es arrostrarse uno mismo en son de paz). La pipa blanca, las plumas verdes, el huracán rojo amansado.

Kyrie, la carne, tantra, eleison VIENTO del Norte, amigo del espacio penumbroso, hoy estoy aquí, buscando una nota. Rechina mi espalda cansada de tantos aparejos. Busco mi libertad, ansío un espejo. Viento cálido del Sur, amigo del ignoto sendero. Empiezo a caminar aún sin saber el destino. No reconozco el lugar. Confunde mi soberbia. Luna alcalina, Madre de hijos gasñudos y señeros, no busco tu cambio:

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busco tu influjo. Eléison. Búfalos eternos, máximas silvestres de la sabiduría, busco al Indio Viejo, al Gran Águila calva, a la luminosidad del ching-yuit, taberno.

Palabra ABRIR el libro de la historia de historia desnuda, desnudar el cuerpo. Al menos descalzarse. Sentire cum spectro. Abrazar sin miedo aun el miembro sano que nos duele. Nos duele la historia, nos duele la vida, nos duele; soy cima abierta y trueno certero. Empezar a nombrar los elementos. Llamar las cosas, certeramente por su nombre. Sincerarse, desinfectarse, apelmazarse, jugarse tretas la conciencia para llegar a alguna parte por el agujero de gusano del alma. Versarse en la vida.

Anámnesis ATERRIZO en aquel momento en que éramos uno con el agua y el ritmo de las mareas. Reviso la viscosidad propia, la protoexistencia decidida, las miradas más elegantes de la vida que se extiende. Después fuimos plantas; notablemente contemplativas (de ahí que en nuestro inconsciente tendamos siempre hacia la luz). Mirábamos hacia el cielo, con un ánimo sagrado; nos cortejábamos en silencio, sin mentiras. Decíamos: “Te deseo” y “Te quiero” y era lo mismo. Extendíamos el follaje hacia el universo,

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nos nacían ramas y nos confundíamos, claramente tendíamos hacia nuestro centro. Que era y es el amor. Sin decir vanas cursilerías, era un todo eterno. Luego, las animales postrimerías: nos salieron agallas, acechamos el alimento. Nos movíamos. Empezamos a participar de la angustia del tiempo. Por fin los pulgares, la habitación espaciada, el cerebro ancho, la espalda endiosada.

Epíclesis NO, no aquí, no te despiertes. No temas encontrarte con tus propios ojos. Ya te ves sentado, ya has alcanzado la bilocación necesaria de una buena perspectiva. Ay si no cortas el cordón de plata: has de hacerlo sin temor; te cobija el universo. Ahora simple, ya. Has de subir la escala fijada en tu propia espalda, tensar el arco de luz con tu propia mirada; es interioridad pura, atómica, silvestre, cósmica, sonada y brillante, como la brisa y el amor de un lucero. Que no está solo; simple; está regenerando. Y decirse: ¿Qué? ¿Por qué escucho el tiempo? Mi retorno se asemeja a una grada edificada en el sinfín de una colmena entre bailes, bromas, carcajadas de la vendimia social del planeta. Calla cuando divises el mar soberano, ante él has de siempre callar, pues que lo fue cuando pudo lograr su propio silencio. Y ahora no hay quien lo pare. No cesa, no respira, no se calla: “Oíd a vosotros mismos, ciudadanos de la calle.

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Oíd la cuita de vuestra palabrería. Interiorizad, huid, auscultad la batalla ganada de vuestro propio valor”. Caer en silencio. He dicho caer en silencio. Contar esos segundos fatídicos con gracia, con la mano firme dispuesta a procurarse la propia voz. La mano firme, he dicho. Volver al nido, volverse a consagrar polluelo. Regresar a la dicha de la ingravidez celestial.

Communio AHORA sí, tu cuerpo es enteramente tuyo, porque eres todo en todo y nada entre tu nada. Lo hiciste, has llegado. Y ahora que hay un espectro de colores en riberas suaves, un canto nuevo has de entonar en el río del alma. El silencio, la legal complacencia, el embate. Has vencido el miedo. Has dicho al aire: “Te supero”. Has dicho al agua: “Yo te veo”. Has dicho al fuego: “Ven, te renuevo”. Has dicho a la tierra: “Yo soy contigo”. Sabiondo como estoy en la noble apatía, me estrecho y me condenso (hemos hablado del lucero). Exploto, me quemo, ¡ardo!, me exito, tengo amores, tengo deseos, tengo carne, me hago hombre, me asemejo al Verbo. Y resulta que encuentro una noche, un momento, una plegaria que me conduce como una voz accesible, magnífica, que me tuerce, me quiebra. Soy frágil, ya veo

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que el tiempo no pasa pero soy con él y escucho el ruido de la propia existencia. El embate. La nueva realidad aparece con colores, con heladas concepciones, ya no siento. Todo luz, mil veces veloz; todo ser, mil veces pasible. ¡Y la piel, Dios mío, ¿qué has hecho?! No es sino sensación y cercanía, y carne, y temor ante la mirada de esa otra persona. ¿Una mujer? Se aparece: tengo pechos, tengo vulva, y si hombre, soy Príapo, tengo cien mil testículos que estallan de deseo. ¡Ah, si te vieras en aquél beatifico estado! Qué no darías por comparar ese anhelo: el alma se cubre de sufrimiento, pero la más pequeña herida se refina, se vuelve asidero de -¡digámoslo al unísono!felicidad sin término.

Ite, dreamcatcher est HAY que regresar; ya se acaba el incienso. Hay que darle paso a los neurólogos; que hagan sus estudios, que sondeen mi cerebro. Hoy no he dormido, el sueño me ha sucedido. Hay que vaciar el atrapasueños, que hoy ha quedado denso. Saberse prendido de la luz, sentirse uno con la flauta y la demostración ígnea, sensata, la línea del cobre. Esta es la lucha de la comunión, la lucha de la propia existencia.

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