Constelaciones Familiares - Divaldo Franco Traducido

CONSTELACIONES FAMILIARES El espíritu Joanna de Ângelis, a través de la psicografía de Divaldo Pereira Franco, aborda,

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CONSTELACIONES FAMILIARES

El espíritu Joanna de Ângelis, a través de la psicografía de Divaldo Pereira Franco, aborda, en 30 capítulos, el tema Familia, base fundamental sobre la que se construye la inmensa construcción de la sociedad.

La obra rinde homenaje al Sesquicentenário da Revista Espírita, publicado por el Codificador del Espiritismo, Allan Kardec, en París, Francia, el 1 de enero de 1858.

Padres, hijos, abuelos, tíos, otros familiares, vecinos, educación doméstica, mediumnidad en la familia, turbulencias en la familia, tragedias en el hogar son algunos de los temas tratados en la preciosa obra. 15.000 exemplares - @ Copyright 2008 by Centro Espírita Caminho da Redenção Rua Jayme Vieira Lima, 104 - Pau da Lima 41235-000 Salvador-Bahia-Brasil

CONSTELACIONES FAMILIARES 01 - LOS PRIMEROS PASOS 02 - LA EDUCACIÓN FAMILIAR 03 - LOS GENITORES 04 - LOS NIÑOS 05 - LOS HERMANOS ENTRE USTEDES 06 - LA PRESENCIA DE LA ABUELA 07 - LOS TIOS 08 - OTROS FAMILIARES 09 - VECINOS - EDUCACIÓN Y PAZ EN LA FAMILIA 10 - EDUCACIÓN DOMÉSTICA 11 - EDUCACIÓN DE LA AMISTAD 12 - EDUCACIÓN MEDIANTE EL TRABAJO 13 - EDUCACIÓN PARA EL VALOR 14 - EDUCACIÓN SEXUAL 15 - RELACIONES SOCIALES 17- RELACIONES FAMILIARES 18 - MEDIUNIDAD EN LA FAMILIA 19 - TRASTORNOS DE CONDUCTA FAMILIAR 20 - PRUEBAS Y EXPIACIONES A DOMICILIO 21 - PRESENCIA DEL EVANGELIO EN EL HOGAR 22 - ORIENTACIÓN RELIGIOSA EN LA FAMILIA 23 - TURBULENCIAS FAMILIARES 24 - DROGADICIÓN EN LA FAMILIA 25 - TRAGEDIAS DOMÉSTICAS 26 - DESCARGA EN LA FAMILIA 27 - INTEGRACIÓN FAMILIAR 28 - LA FAMILIA COMPLETA 29 - LA FAMILIA HODIERNA 30 - CONSTELACIÓN FAMILIAR PERENE

Constelaciones Familiares

La familia es la base fundamental sobre la que se construye el inmenso edificio de la sociedad. En el pequeño grupo doméstico comienza la experiencia de la fraternidad universal, ensayando los pasos hacia los nobles compromisos en favor de la construcción de una sociedad equilibrada. Como resultado, cada vez que la familia se trastorna o se debilita, la sociedad experimenta conflictos, sacudiendo sus estructuras. En la Tierra, en estos días, existe una agresión injustificable contra la constelación familiar, incidiendo en los desórdenes e insatisfacciones que se apoderan de la mente y el corazón de los jóvenes. Aturdidos por los tormentos que han asaltado a adultos, unos, irresponsables, otros, inmaduros en relación a los compromisos serios del hogar, que se dejan arrastrar por las utopías del placer, en detrimento de las bendiciones del deber en relación a la familia, y, sin rumbo fijo, se arrojan a los bajones de la alucinación, desesperados, invirtiendo contra el instituto doméstico. La aparente quiebra de las uniones consagradas por el matrimonio, así como la de todos aquellos que nacieron de la descendencia, no es de la familia, sino de la ruptura de la ética y la moral, victimizada por los cambios impuestos por los llamados nuevos tiempos, en los que, esclavizándose a las pasiones, los individuos eligen conquistar con entusiasmo las cosas y los fetiches de la tecnología que los distraen y los adormecen. La decadencia de dogmas arbitrarios y estatutos punitivos establecidos por algunas doctrinas religiosas del pasado, que han ido sucumbiendo a los problemas de la evolución científica y experimental, ha proporcionado un mayor espacio para la expansión del materialismo existencialista, centrando toda la realidad de la vida en el cuerpo, y a través de su uso la única oportunidad de disfrutar de los placeres que pronto se consumen en presencia de la muerte. De esta manera, la realidad humana, la prisa por el disfrute de todas las sensaciones posibles se presenta como una meta que debe alcanzarse a cualquier precio, para no perder la oportunidad de vivir bien, cuando lo ideal sería vivir bien.

El irrefutable transcurrir del tiempo, cada día con mayor celeridad, ante los complejos engranajes existenciales y la búsqueda del mantenimiento de la vida, ofrece una visión incorrecta de su dimensión. Aquellos que luchan con la ambición y se sienten abrumados por tener, por el poder, por disfrutar, lo ven demasiado rápido para satisfacer todas sus necesidades. Los que están en conflicto, insatisfechos, enfermos, creen que no va como debería, sino que lleva tiempo, dolorosamente ... En efecto, los jóvenes se lanzan a los enredados procesos de la búsqueda del placer sin ningún tipo de contención, mientras que los adultos muestran los primeros signos de cansancio, intentando renovar programas a favor de nuevas satisfacciones, mientras que los viejos, ante tantas facilidades que antes, debido a los prejuicios y límites impuestos en su momento, se deprimen, lamentando lo que consideran haber perdido ... En esta barbarie, la familia se convierte en un campo de duras luchas entre los principios de equilibrio que deben constituirla y las facilidades que le dan correspondencia en relación a las desviaciones propuestas por pensadores de la ocasión y las aberraciones diseminadas a través de los extravagantes medios. La llamada lucha generacional, en la que los valores reales de la dignidad humana se ven ultrajados por las propuestas modernistas de hoy, aquí y ahora, favorecen la estampida del hogar por parte de los jóvenes, aún incapaces de orientar la existencia, afrontar desafíos, vivir en balance. Inexpertos y sin educación, animados más por la astucia que por la inteligencia y la razón, se convierten en víctimas fáciles de las trampas que tienen por delante, sin darse cuenta ... Al carecer de un hogar seguro, buscan organizar las tribus y reaccionar ante todo lo que las liga a la estructura familiar, dando paso a nuevos hábitos y costumbres propias, matando imágenes ancestrales y construyendo su propia identidad, agresiva y soberbia, extraña y especial, en nombre de libertad de pensamiento y acción, que el tiempo muestra frágil y sin apoyo a largo plazo. Los pioneros y militantes de los movimientos rebeldes de los años sesenta, hoy envejecen, arrepintiéndose unos, enfermos otros, dependientes de la drogadicción, aún muchos otros, sin referirse a los que fueron devorados por adicciones, por enfermedades, que transformaron el sueño en sufrimiento, revisan los programas fantasioso y alucinante de ese tiempo tomado por la amargura y el cansancio ... Innumerables de ellos, incapaces de formar una familia, cambiaron de pareja mientras los vientos de sensación y moda producían frutos amargos, como niños más

rebeldes y más insatisfechos que ellos, con comprensibles excepciones, acabando con la tierra andar hoy solos, pesimistas y triste. La familia, sin embargo, ha ido sobreviviendo estoicamente a los golpes que se le han propinado, los códigos de ética se van reviviendo lentamente, aumentando el número de matrimonios, al tiempo que disminuye el número de divorcios, en lo que respecta a la monogamia, máxima expresión de afecto. , en el proceso de evolución antroposociopsicológica, fidelidad y respeto al otro ... El ser humano se constituye estructuralmente para convivir con la familia, con el fin de desarrollar los sublimes contenidos psíquicos que yacen dormidos, esperando los estímulos de convivir en el hogar, para liberarse y sublimarse. Cuando crías de manera responsable, alcanzas uno de los momentos culminantes de la existencia, especialmente cuando te das cuenta del significado de progenie. Bajo la forma de un instinto que brinda a los animales el cuidado de su descendencia y su protección, en el ser humano esta energía alcanza el rango del sentimiento superior, lo que induce celo y protección, llegando incluso al sacrificio en favor de su conservación. Cuando ocurre lo contrario, es una patología, un trastorno psicológico o psiquiátrico. Hay, en todas las formas de vida, esa energía divina que, en el ser humano, se presenta en forma de conciencia, discernimiento, razón, amor, sabiduría. En la familia, este noble sentimiento encuentra un terreno fértil para desarrollarse, felicitando a los seres frágiles que reinician el camino, así como a los que constituyen su seguridad. Por estas y muchas otras razones, la constelación familiar nunca desaparecerá de la sociedad terrena, dando paso al egoísmo enfermizo, al contrario, superándolo en belleza espiritual. Acompañando el proceso evolutivo que opera en el planeta bendito, que sirve como regazo de una madre para el crecimiento hacia el Padre Divino, reflexionamos durante mucho tiempo en torno a la familia y reunimos, en este libro, treinta temas relacionados con la afectividad, al mecanismo de desarrollo espiritual y moral del ser humano, como una simple contribución a favor de la constelación doméstica. Reconocemos la sencillez de los enfoques, la falta de información que aún no ha sido presentada por otros estudiosos de los temas abordados, sin embargo, considerando el valioso aporte del Espiritismo al desarrollo ético-moral del espíritu, ofrecemos nuestra modesta cooperación como un poco de levadura, que puede hacer crecer la masa que se convertirá en pan que sustenta la vida.

Agradeciendo al Señor Jesús por la oportunidad que nos brinda de servir en su campo, somos su humilde servidor.

Salvador, Nochebuena 2007. Joanna de Ângelis

01 - LOS PRIMEROS PASOS La familia, sin duda alguna, es un bastón seguro para que la criatura se proteja de las agresiones del mundo exterior, adquiriendo los valiosos e indispensables recursos de maduración psicológica, conocimiento, experiencia para un feliz viaje en sociedad. No siempre entendida, sobre todo en la actualidad, la familia sigue siendo un educador de gran trascendencia para la formación de la personalidad y el desarrollo afectivo, a través del cual es posible que el espíritu encarnado adquiera la felicidad. Animal biopsicosocioespiritual, el ser humano no puede prescindir de la convivencia familiar, pues el instinto gregario que manda su existencia, va en busca del grupo, lo que ocurre entre otros animales que viven en familia, protegiéndose y preparándolos para su independencia. Despreciado, sin embargo, por el cinismo filosófico de la ocasión, que aboga por la carrera desenfrenada por los caminos del placer insaciable, sigue siendo una organización insuperable para la construcción de la sociedad armónica. Examinados por la visión distorsionada de quienes no han vivido una vida sana en casa, la acusan de ser la responsable de los conflictos que los asaltan. Ciertamente, en muchas familias, los factores de desequilibrio son los de individuos inmaduros o autoritarios que descargan los tormentos de los que son víctimas, en aquellos que, indefensos, están a su cuidado. Tal comportamiento no es responsabilidad de la familia, en sí misma, pues, en lugar de una acusación indebida, lo ideal sería abordar los factores que generan desequilibrios, corrigiendo y orientando a los miembros que la constituyen. El hogar es el almacén de bendiciones, en el que se recolecta información y vivencia edificante, convirtiéndose en el primer núcleo de socialización del niño, que se nutre de las vivencias de los antepasados, adquiriendo los hábitos que deben guiar su camino existencial. Si, por casualidad, y esto sucede, los recursos que le son prescindibles son insalubres, al ser abandonados o a merced de las agresiones del mundo en mala gestión, las situaciones son mucho más graves, dándole información desprovista de sentido superior y toma - a actitudes agresivas como mecanismo de defensa debido a los continuos enfrentamientos que se ve obligado a soportar.

En el hogar se desarrolla el afecto, el respeto a los derechos ajenos, el despertar a los propios derechos sin las extravagancias o absurdos de atribuir méritos a quienes realmente no los tienen. Este grupo familiar, sin embargo, no es el resultado casual de encuentros apresurados en el mundo físico, habiendo ocurrido en las esferas espirituales antes del renacimiento orgánico, cuando los horarios entre los espíritus comprometidos se dibujan, positiva o negativamente, para los ajustes necesarios al progreso al que se refiere. todos están presentados. Analizando, por tanto, las necesidades evolutivas, quienes se encuentran con responsabilidades que cumplir juntos, notan la excelencia del compromiso que les dará reparación y crecimiento intelectual y moral, ante los errores del pasado, brindándoles tolerancia y perdón de ofensas como fundamentales para la adquisición de la armonía. No obstante, cuando se produce la reencarnación, ante impulsos ancestrales que predominan en su naturaleza animal, mientras espera ese espíritu con el que debe construir la familia, se compromete, por precipitación e indisciplina moral, al primer ser al que se enfrenta y en él. despierta los impulsos que favorecen las sensaciones fuertes, terminando en lamentable fracaso. Mientras la sociedad, en general, siga sesgada hacia intereses inmediatos, especialmente en lo que se refiere a las sensaciones, expresándose el afecto a través de impulsos mal conducidos, los resultados de las uniones sexuales siempre serán frustrantes y amargos. Debido a esta falsa necesidad de cumplir las funciones genéticas, los espíritus se desvían de los caminos previamente trazados, guiados por las costumbres fesceninas, por una permisividad exagerada, moviéndose en agonía, buscando, incluso sin saber lo que quieren ... No pocas veces, a raíz de esta locura, al redescubrir el alma gemela, con la que había asumido el compromiso de unión, para la construcción de la familia, las posibilidades dejan de ser favorables, lo que se torna en mayor malestar, dando lugar a conflictos tormentosos con efectos deplorables. El exceso de libertad moral que existe actualmente y las apetitosas ofertas de placer brindan experiencias irresponsables debido a la falta de la maduración psicológica necesaria para los compromisos sexuales, apresurados y extravagantes. Es claro que, en la estructura emocional de quien se comporta así, no hay espacio mental o moral para la construcción del núcleo familiar.

Ante la situación en la que se encuentra, aparecen uniones y separaciones, que son cada vez más inquietantes, porque pronto pasan los apetitos vulgares, generando conductas promiscuas, en las que los individuos ansiosos son los más afligidos. En una cultura social sana, las primeras relaciones afectivas están encaminadas a vivir el compañerismo, el desenvolvimiento de la amistad, un paso inicial hacia la manifestación del amor sin perturbaciones y con carácter duradero. El erotismo, sin embargo, abunda; no permite la convivencia de los individuos, lo que les permite desvelarse, saber, sin que se produzcan violentos daños sexuales de efectos insatisfactorios, que den lugar a desengaños o desborden las pasiones de la libido mal dirigida. Los egoístas solitarios, preparados para la separación, se unen a través de la cultura de la indiferencia afectiva, como consecuencia de la filosofía consumista de vivir en sociedad, en la que todo es desechable, incluidos los afectos humanos. Este comportamiento, dicen, para no sufrir cuando se rompe la frágil unión. Ciertamente existen grandes e innumerables excepciones, particularmente en aquellos espíritus que se dejan esperar al ser que les proporciona emoción y alegría en la vida, brindándoles una unión feliz, coronada por la descendencia con la que están comprometidos. El noviazgo, por tanto, es el primer paso en el camino a seguir afectivamente, cuando existe el respeto moral mutuo y el anhelo de convivencia beneficiosa. Si bien la unión sexual es fundamental, lo fundamental es el sentimiento de amor que puede resistir los choques de la relación entre dos, y luego, con el grupo de espíritus que renacen en el cuerpo físico, constituyendo el santuario doméstico. En la primera fase, los fenómenos relacionados con las necesidades afectivas ocurren sin impulsos primarios, nacidos en el reconocimiento espiritual del otro. Poco a poco se planifican las aspiraciones y se trabaja para su ejecución armónica, que brinde bienestar y alegría con presencia física, sin ningún tipo de tormento. Cuando, en sentido contrario, el noviazgo se convierte en convivencia sexual, el interés por quedarse desaparece, mientras que el afecto disminuye, dando paso al hábito desprovisto de fin procreador, la construcción familiar. La constelación familiar en el noviazgo encuentra la piedra angular de la futura fundación doméstica, que debe resistir las tormentas de la vida cotidiana.

Los familiares difíciles y amables, por lo tanto, provienen de la programación previamente esbozada, que el amor de la pareja logrará conducir sabiamente. ... Y cuando surja el problema entre los socios, la conciencia del deber será la encargada de orientar el comportamiento de ambos a favor del éxito de la empresa familiar.

02 - LA EDUCACION FAMILIAR La familia es el resultado del largo proceso evolutivo del espíritu en la larga trayectoria ganada a través de sucesivas reencarnaciones. Fruto del instinto gregario que une a todos los animales, aves, reptiles y peces en grupos que se ayudan e interdependen mutuamente, en el ser humano alcanza una etapa relevante y altamente significativa, de cara a la conquista del razonamiento, de la conciencia. De esta manera, la familia es la base sobre la que se construye la sociedad, siendo la primera educadora del espíritu, donde se mejoran las facultades que desatan los recursos que duermen latentes. La familia es la escuela de bendiciones donde se aprenden los deberes fundamentales para una vida feliz y sin cuyo apoyo se desvanecen los ideales, se desvanecen las aspiraciones, se marchitan las resistencias morales. Cuando el individuo elige la soledad, a excepción de los grandes místicos e investigadores de la ciencia, filósofos y artistas que abrazan metas más altas como su familia, terminan con un trastorno de conducta y emoción. Organizada, la familia, antes de la reencarnación, cuando los futuros miembros que la constituirán son elegidos, o como resultado de la precipitación e imprevisibilidad sexual de muchos individuos, es siempre el santuario que no puede ser desatendido sin serios daños a quienes perturban la estructura. Es un taller permanente donde se hierven los sentimientos y las emociones, dándoles la dirección adecuada y una guía segura para los emprendimientos del futuro. Por ello, es que no se vive en la familia ideal, aquella en la que le gustaría vivir con espíritus nobles y ricos en sabiduría, sino en el grupo donde se atienden mejor las necesidades de la evolución. No pocas veces, en el grupo doméstico surgen las inquietantes reminiscencias del Más Allá u otras existencias, que deben ser trabajadas con el cincel de la misericordia, la tolerancia y la compasión, para que se archiven como diferentes emociones ennoblecidas, que contribuirán a favor de la el progreso de todos.

De inspiración divina, la familia es la oportunidad superior de entendimiento y verdadera hermandad, de la que surgirá el mayor, equilibrado y rico conjunto de valores, que es la sociedad. Por eso, en el momento en que la familia se desbarata bajo el ímpetu de la impiedad y la agresión, o se diluye ante la ilusión acariciada por sus miembros, o se derrumba por imprevistos, la sociedad sufre un gran desconcierto. En el hogar se fomentan y desarrollan los recursos del entendimiento humano o la agresividad y el resentimiento contra otras criaturas. La constelación familiar no es una aventura en el engañoso país del placer y la fantasía, sino una experiencia de profundidad, que proporciona una verdadera comprensión del propósito de la existencia terrenal con los ojos puestos en el futuro de la humanidad. Campo experimental de luchas íntimas y externas, es una oportunidad inusual para que el espíritu se entrene en los esfuerzos personales, sin perder el contacto con la realidad externa, con otras personas. Incluso cuando no se cumplen las expectativas personales, ante el reencuentro con adversarios o personajes hostiles, en el hogar se adquiere la filosofía existencial necesaria para conducirse con equilibrio a lo largo de la vida. El ejercicio de la paciencia en el clan familiar es un valioso aporte a la experiencia iluminadora, pues si aquellos con los que convives se vuelven difíciles de ser amados, se generan impedimentos emocionales que se suceden de manera continua, como el poder experimentar el amor en relación con los demás. personas con las que no tienes una relación, pero por pasión o sentimientos de interés inmediato? En el hogar, donde se conoce y es muy difícil ocultar las dolencias internas, se pulen imperfecciones en continuos roces que no deben deslizarse en los campeonatos de la indiferencia o el odio, los celos o la rebelión. El que hoy se muestra agresivo y cínico en el grupo doméstico, dando paso a guerrilleros malvados, está enfermo del alma, merece guía y exige más paciencia. Nadie se siente infeliz por el mero placer, sino como resultado de muchos factores que él desconoce. El propio paciente ignora el trastorno que tiene, insistiendo invariablemente en el tormento en el que está luchando, sin la capacidad de discernir para valorar el daño que produce en el grupo en el que se encuentra, ni comprender cuánto necesita superar. y actuar correctamente. Por esta misma razón, se convierte en un desafío familiar, que genera altas cargas tóxicas de desagrado, agresión, desequilibrio.

La constelación familiar recuerda el equilibrio que impera en el universo: las estrellas más pequeñas giran atraídas por la fuerza de las más grandes, en el caso específico de estrellas, planetas, satélites y asteroides ... En este caso, sobre lienzo, los padres son las estrellas de primera magnitud cuyo Se impone la fuerza gravitacional a los niños, como planetas a su alrededor, así como futuros satélites que darán vueltas a su alrededor bajo la atracción de la afectividad, que son todos aquellos que están vinculados a la descendencia ... En las estrellas hay una perfecta armonía frente a las leyes cósmicas que las mantienen en continuo equilibrio. Sin embargo, en la familia, por sentimientos, individualidades, vivencias pasadas, el fenómeno es muy diferente, oscilando la balanza según el desarrollo ético y moral de cada uno, que se presenta como es y no como le gustaría ser. Por mucho que se luche por los nuevos patrones de locura que asolan la Tierra, la familia no desaparecerá del contexto social, como una institución desfasada, porque el amor que siempre existirá en los corazones se expresará con mayor potencialidad en el hogar, el núcleo de formación que es, para expandirse hacia el colosal grupo humano. Aquellos que no tienen la capacidad de amar a aquellos con quienes viven, difícilmente pueden amar a los que no conocen. El combustible del amor se enciende con mayor potencial cuando se oxigena por la convivencia emocional. En otras condiciones, es solo una atracción física pasajera, una libido exagerada que pronto da paso al desencanto, al aburrimiento, al desinterés ... La familia, por tanto, es un núcleo de empoderamiento espiritual, que permite aprender de relaciones futuras exitosas. En el grupo de los animales, cuando los niños adquieren la capacidad de conseguir alimento, los padres los abandonan, cuando esto excepcionalmente en algunas especies no ocurre antes. En el círculo humano de la familia es diferente: los lazos entre padres e hijos nunca se rompen, incluso cuando existen dificultades en la relación actual, lo que obliga a trasladarse a otras oportunidades en la futura reencarnación, que se repiten hasta la adquisición del equilibrio emocional. Es de la Ley Divina que sólo a través del amor el espíritu encuentra el amor. plenitud, y la familia es el lugar donde se mejora este sentimiento, que se despliega en distintas expresiones de ternura, abnegación, cariño ...

Con la formación doméstica, el espíritu adquiere la capacidad de amar de manera más amplia, llegando a la sociedad, que se convierte en una familia universal.

03 - LOS PROGENITORES Una constelación familiar está formada por espíritus de ideas afines, ya sea por los nobles logros del amor o por los compromisos serios e inquietantes a los que se han vinculado en otras existencias. También se puede organizar con algunos otros espíritus que soliciten la afectividad, en un ensayo para la expansión de los sentimientos afectivos en torno a la sociedad en general, componiendo la sociedad universal ... Los padres son responsables de la seria y laboriosa tarea de auto-preparación para el sublime compromiso, gracias al cual los valores intelecto-morales se desarrollan, en un crecimiento incesante, preparándolos para las invaluables conquistas de paz y felicidad que anhelan. Comprometidos antes del renacimiento, ante deberes ineludibles, los espíritus que constituirán el grupo familiar asumen responsabilidades hacia la futura descendencia, elaborando planes y proyectos que deben materializarse en la organización carnal, a fin de cumplir con el imperativo de la evolución. Una vez consultados los mapas de responsabilidades personales, los que deben constituir su descendencia son presentados por los Guías Espirituales, en cuya convivencia desarrollarán sentimientos de amor y propondrán las pautas para el proceso de crecimiento espiritual, en el que todos deben alcanzar las metas que persecución. Por eso, preparados de antemano, estos futuros padres perfilan los programas de autoiluminación, responsabilidad por la vida, ejercitando la paciencia y el amor por el éxito de la empresa, siendo conscientes de las altas responsabilidades que asumirán. Reencarnados, a veces recorren caminos diferentes hasta el momento del reencuentro, cuando se identifican cariñosamente, vinculando y brindando la unión conyugal indispensable para la organización de la familia. Sin embargo, no siempre los planes cuidadosamente elaborados logran desarrollarse como idealmente, dentro del horario establecido, ante la precipitación emocional y el desajuste psicológico, como consecuencia de la precipitación y la inmadurez sexual, que invariablemente se convierte en conflicto tanto como en insatisfacción. ...

En este caso, los arrebatos pasionales combinan los mejores sentimientos, empujando a los socios hacia el aburrimiento futuro en la relación o hacia la agresividad como consecuencia de la saturación y el despertar de nuevos apetitos ... Para evitar dramas de esta naturaleza, es fundamental que exista una conciencia de responsabilidad en el uso del sexo, con un objetivo primordial a favor de la procreación, aunque las bendiciones que emanan de la verdadera unión de individuos que se renuevan a través de las hormonas influyentes de la colusión, son de naturaleza fisiológica, así como aquellos que cargan con las cargas emocionales que los equilibran y pacifican. Por tanto, la paternidad, así como la maternidad, debe ser responsable, consciente del significado de la unión, para evitar los recursos nocivos del aborto inducido y sus lamentables males de graves consecuencias. El aborto nunca resuelve ni borra los errores cometidos por circunstancias imprevistas y agrava el proceso evolutivo de quienes lo cometen. La maduración psicológica, a través de la conciencia del deber, en la adquisición de un trabajo digno que dé seguridad a la descendencia, se convierte en un requisito inmediato, incluso antes de que se asuma el compromiso familiar. La vida no se improvisa, siendo un trabajo de organización superior que debe realizarse con seriedad y seguridad. De esta forma, la disciplina moral en la conducta de los socios, cónyuges o no, es un factor de gran trascendencia para la organización familiar, permitiendo la identificación de sentimientos entre los miembros que la constituirán. Por eso el amor es fundamental para una relación afectiva legítima, nunca puede ser descartado, ni puede ser reemplazado por desviaciones en el comportamiento o intención moral, involucrando a uno u otro miembro de la pareja. Desde el nacimiento de un niño, los padres son invitados por la vida a cambiar sus metas existenciales. Antes, mientras se preparaba para el placer, para disfrutar de las alegrías de la vida en común, todo iba bien, con la llegada del hijo, un cambio natural de conducta debe tomar el lugar de las aspiraciones actuales, porque, a partir de entonces, la responsabilidad para el retoño de la carne misma se vuelve primordial. El cuidado que requiere el recién nacido cambia por completo los hábitos mantenidos hasta entonces, proponiendo nuevos comportamientos y actividades, en

las que comienza a imponerse la renuncia personal en beneficio del ser frágil y en desarrollo que espera apoyo y orientación. A partir de ahí, se trasladan los placeres personales que se convierten en deberes para el pequeño, constituyéndose en una felicidad, una satisfacción infinita de cuidarlo y brindarle la asistencia emocional y moral que necesita, en la condición de implume pájaro que necesita tiempo para lanzar su propio vuelo ... La conducta de los padres en la relación, de manera equivalente, cambia para mejor, porque educar es ofrecer ejemplos, ya que el aprendiz copia más fácilmente las lecciones de vida que se le presentan, antes que las teorías con las que se informa. Si los ejemplos en el hogar son fecundos de amor, respeto y paciencia, los niños se vuelven afables, dignos y bondadosos, salvo aquellos que tienen trastornos de conducta o son víctimas de fenómenos teratológicos, por la necesaria exigencia expiatoria. Incluso en estos casos, las vibraciones influyentes de la conducta de los padres contribuyen en gran medida a la pacificación y posible equilibrio de estos espíritus en una lucha por la sublimación a través del crisol de reparaciones urgentes. La capacidad de compartir el amor, cuando la descendencia se multiplica, es otro deber del que los padres deben ser conscientes, evitando la creación de zonas conflictivas por celos reales o no, mediante comportamientos especiales hacia uno, en detrimento del otro. , porque todos provienen de la misma cadena genética. Comprensiblemente, se sabe que muchos espíritus que renacen en un mismo hogar, no siempre son acreedores de una misma afectividad, sin embargo, esta es la oportunidad de unión y reparación, armonizando sentimientos en un mismo tono vibrante de afectividad. Lamentablemente, la inmadurez psicológica de muchos adultos que se convierten en padres, los lleva a comportamientos infantiles, tratando de mantener los mismos hábitos que antes de la formación de la descendencia. Considerando los estándares modernos de tolerancia hacia la conducta moral permisiva, estos adultos lamentan no poder disfrutar más de placeres engañosos, ignorando nuevas responsabilidades, para mantenerse alejados de los nuevos deberes que deben cumplir. Piensan que, convirtiéndose en proveedores de los recursos que mantienen el hogar, ya están sacrificados demasiado por nuevos compromisos y renuncias. Siguen manteniendo las actitudes irresponsables del pasado o transfieren sus frustraciones a sus hijos, ofreciéndoles satisfacciones intempestivas y llevándolos a

asumir compromisos frívolos y frívolos, más vinculados a los placeres sensoriales, sin los correspondientes deberes para el desarrollo de la inteligencia, moral, salud mental. Muchas madres trasladan su angustia y frustración a sus hijas pequeñas, convirtiéndolas en modelos infantiles, imitando a los adultos, robando su infancia, quitándoles las benditas oportunidades de vivir el bloque de construir valores significativos, precipitándolos. desarrollo de la sensualidad, erotismo, falta de respeto al cuerpo y a la vida ... Los padres varones sin escrúpulos inician a sus hijos en adicciones que exudan su personalidad, condicionándolos temprano al tabaco, al alcohol, a la agresión, al irrespeto en el hogar y, más tarde, en la sociedad. Otros, adornan a sus hijos como si fueran objetos de exhibición, y de esta manera ellos mismos a través de ellos, llamando la atención sobre la apariencia sin mayor preocupación por el carácter, con íntima realización. Los niños son responsabilidades graves que no se pueden descartar sin las consecuencias correspondientes. Mientras no aparezca una conciencia doméstica basada en el amor responsable y profundo, sin el pieguismo de la inmadurez psicológica de los inadaptados, la familia sufrirá una hipertrofia de valores morales, cayendo en la anarquía y el descaro que han caracterizado a la sociedad contemporánea. Por otro lado, la maduración sexual extemporánea, fruto de las provocaciones pornográficas y el aumento del erotismo, impulsa a los jóvenes a relaciones rápidas y sin sentido, a veces por curiosidad, otras por impulsos abrumados, empujando a niñas que aún son adolescentes y que no están preparadas para la maternidad, criando sin conciencia y abandonando a sus hijos, como unos animales que se liberan de sus crías con total insensibilidad. Estos huérfanos de padres vivos, aun apoyados por abuelos amargados, que descartan la irresponsabilidad de sus hijos, desarrollan, casi siempre sin afectividad, relegados a planes secundarios, considerados cargas indeseables, que obstaculizarán la economía social con pesadas cargas. Disgustados con la situación en la que se encuentran, se agrupan, en tribus, en grupos de excluidos, aumentando los conflictos que estallan en las calles, en las comunidades, en el terrorismo, en el crimen desordenado. Además, son recogidos por narcotraficantes que los utilizan como distribuidores de este sórdido vehículo de descomposición moral y humana, compañeros de muerte

temprana, que se esparcen por guaridas sombrías o aparecen en apartamentos de lujo y locura, quitando vidas ... El hogar, por tanto, cuando se pervierte, amenaza la estructura de la sociedad. El hogar, sin embargo, se sustenta en los vigorosos pilotes que son los padres, según estén construidos o rotos. El Decálogo Mosaico aborda el mandamiento, en el cual la Ley Divina impone el amor y el respeto al padre y a la madre, sin embargo, el Código Soberano impone la obligación de que los padres se esfuercen por merecer el respeto y amor de la prole. a través de su conducta hacia ella.

04 - LOS NIÑOS En la constelación familiar, la descendencia tiene una significación significativa, sin la cual se frustra la unión de los socios, disminuyendo la intensidad del afecto y la alegría de la comunión constante. Hogar. es esencialmente el grupo consanguíneo el que estructura la continuidad del clan por determinación divina, organizando la sociedad humana sobre la base del amor y del progreso ético-moral-intelectual, gracias al cual el espíritu alcanza la plenitud. Como la ausencia de hijos biológicos constituye una verdadera prueba, casi siempre termina con la aparición de dolores y preocupaciones que culminan en la disolución de los lazos afectivos en forma de separación de la pareja. El fenómeno procreador es parte de la naturaleza animal y particularmente humana, a través del cual la herencia genética brinda continuidad familiar y alegría a los padres, lograda emocional y espiritualmente con el éxito de la empresa afectiva, conjugando esfuerzos por la armonía doméstica. Salvo que el cálculo del egoísmo opte por la ausencia de los hijos en la unión de los individuos, que buscan solo disfrutar del placer de la convivencia y la relación sin la responsabilidad de la reproducción, cualquier unión sexual debe basarse en la expectativa de generar descendencia. Naturalmente, un programa familiar orientado al equilibrio y educación de los hijos, constituye un compromiso sano y digno, considerando que cualquier convivencia que no se renueve en la estructura emocional sobre la que descansa, culmina en el aburrimiento, la pérdida de estímulos y la ausencia de motivaciones para mantener la armonía. Cuando este no es el caso, el vacío existencial que proviene de convivir con la misma pareja, debido a la inmadurez psicológica y la falta de educación en hábitos conductuales, favorece la promiscuidad sexual a través de otras experiencias fuera del hogar, con lamentables resultados emocionales, ante la insatisfacción que conlleva. Siempre proviene de una conducta irresponsable, la descendencia, de esta manera, brinda la bendición de la alegría que brota del placer procreador, a través del cual el ser adquiere confianza en sí mismo y responsabilidad. Ciertamente, hay muchas excepciones, lo que no resta valor a la cualidad divina de construir la mejor sociedad del futuro. Cuando los socios no comparten alegrías afectivas con sus hijos o no comparten el verdadero amor con estos brotes carnales, terminan desviando los proyectos familiares relevantes hacia la autorrealización, cada uno de los cuales se preocupa más por las ambiciones y las proyecciones. El ego, buscando al otro solo para la satisfacción de sentimientos sin la amplitud emocional de promoverlo y felicitarlo como debe ser.

De esta manera, el niño constituye el fruto sazonado con el que la vida contempla la asociación afectiva. Incluso cuando nace marcado por límites orgánicos o mentales, aturdido por desórdenes emocionales, se convierte en un ángel crucificado en el bosque del sufrimiento, necesitado de cariño, asistencia y educación. Al mismo tiempo, representa una concesión divina para los padres que, de esta manera, se rehabilitan con el amor preso en la celda sin muros de rescate espiritual, elevándose en dirección a la plenitud, a la vez que lo ayudan en la ascensión a la que tiene derecho. En otras ocasiones, cuando poderosas imposiciones lo marcan de cruel obsesión, en un proceso de recuperación ineludible, el amor de sus padres es la luz al final del túnel de la angustia que lo apunta a la salida liberadora. Si tiene la bendición de la salud y la armonía física, emocional y mental, debe dirigirse a usted con mayor cuidado, para que la prueba de la belleza y el equilibrio no se convierta en una locura o un compromiso inquietante para el futuro. La familia es siempre el sublime laboratorio de ebullición del espíritu, dando lugar a las más variadas experiencias iluminadoras en la educación terrestre. Graves desafecciones se sumergen en vestimentas carnales, para reiniciar la experiencia evolutiva, en los brazos y la ternura de sus ex verdugos o de sus desafortunadas víctimas, experimentando experiencias de reparación, a través de la compasión y la ternura, que brindan encanto, renovación y paz. Otras veces, relaciones tumultuosas que se deslizan hacia la agresión y la locura, surgen de lazos biológicos en otras expresiones, aportando diferentes emociones y aprendizajes afectivos especiales que se materializan en sentimientos de pleno amor. La amante despreciada de ayer, retoma como una hija rebelde, atormentada, dándole piedad y misericordia al padre, con el fin de diluir su resentimiento, tanto como el hijo ingrato y rudo es el padre de la experiencia anterior saqueada en sus aspiraciones, teniendo nuevas oportunidad de disculparse si no tienes valor moral para perdonar ... De no ser por la familia, y los crímenes atroces que a menudo se cometen, ocultos a la conciencia social, pero no al individuo, serían difíciles de rectificar, pues en el grupo más complejo el odio volvería a emerger con mayor facilidad, generando terribles episodios de venganza y locura. eso complicaría aún más los procesos de reparación. En el seno de la familia, debido a la convivencia desde la cuna, los lazos biológicos, la recuperación de ambos y los demás se hace más fácil, debido a la dependencia de quienes llegan frente a quienes ya están en la experiencia humana, requiriendo de

oportunidad y apoyo. Sin embargo, los resultados no siempre son positivos, dada la gravedad del delito y los profundos sentimientos de dolor y resentimiento, exigiendo nuevos compromisos en el futuro. Sin embargo, se abren mejores perspectivas de comprensión y asistencia mutua. Es imperativo de la legislación divina que el amor se exprese de diversas formas en su esencia sublime y no solo en una formulación específica y unitaria, que se da desde la fraternidad, en la que la amistad se muestra generosa, hasta el afecto profundo como progenitor o compañero sexual. No pasa nada por casualidad. Incluso cuando los encuentros tienen lugar de forma inesperada, existen impulsos impulsores que trascienden la capacidad de percepción del ser humano, actuando a favor de los procesos de crecimiento moral y espiritual. El azar, entonces, puede considerarse como una sabia ley que se expresa a través de fenómenos desconocidos, pero programados de antemano. La afinidad vibrante que identifica a los individuos que se encuentran en el mismo rango de pensamiento y evolución siempre funciona, uniéndolos y reuniéndolos según las necesidades de la evolución. Las diversas experiencias, mediante lazos consanguíneos, inicialmente hasta que se difundan en la identificación afectiva, en la condición de personas no vinculadas biológicamente que se unen para la organización doméstica, organizarán la célula básica de la vida social, que es siempre la familia, cada vez. más feliz, según los resultados de continuos vínculos afectivos. Por lo tanto, los hijos deben a sus padres, incluso cuando no pueden cumplir con su compromiso asumido, gratitud y respeto por la bendita oportunidad de renacer en el cuerpo físico, en el hogar que necesitan para evolucionar. Trabajando sobre su propio carácter y mejorándolo, deben mantener la obediencia y la atención, para desarrollar los altos valores del sentimiento y la razón. Al mismo tiempo, comprender las circunstancias en las que se presenta la familia, para acreditarse a la maduración psicológica propia del logro de la armonía personal. Cuando el hogar es tranquilo y bien estructurado, se convierte en una universidad con complejas disciplinas evolutivas, permitiendo que el espíritu crezca en relación con la sociedad en la que se encuentra. La convivencia entre hijos y padres es un valioso recurso psicoterapéutico, trabajando en el inconsciente de ambos, con el fin de superar las reminiscencias negativas que puedan surgir, programando la reconciliación y el bienestar a través del amor incesante, que delinea la felicidad del grupo.

Se entiende que los resultados no siempre son óptimos, sin embargo, en cualquier circunstancia se realizan experiencias iluminadoras que se logran por la repetición y el sufrimiento que resulta de la rebelión o indiferencia a la afectividad. Solo en la relación doméstica es posible prepararse para la fraternidad generalizada, ya que, en el grupo familiar más pequeño, donde todos se conocen y pueden disculparse más fácilmente, se resuelven sentimientos y se superan las exigencias del ego, dando paso a intereses generales que beneficiarán a cada individuo por igual. Las leyes de la afinidad, por lo tanto, prevén encuentros, reencuentros y desencuentros, en el santuario familiar, de acuerdo con las etapas evolutivas y niveles de conciencia de los miembros del clan. Ser niño es una oportunidad de aprendizaje para convertirse en padre. Sin saber comportarse en condición de sumisión y obediencia, difícilmente sabrá guiarse y hacerse entender. Si bien los padres tienen serias responsabilidades para con sus hijos, que no se pueden ignorar, los hijos deben ejercer los deberes del afecto y trabajar por su propio desarrollo, así como prepararse para el futuro, cuando deben proteger a los padres ancianos o enfermos. lo necesiten o no. Los hijos de ahora serán los padres de mañana, y le corresponde a la reencarnación proporcionarles el futuro según la siembra del presente. Por tanto, gracias al sabio mecanismo de las reencarnaciones, se alteran los paisajes afectivos en las relaciones en el hogar, desarrollando la verdadera fraternidad que debe prevalecer en todos los segmentos de la sociedad. De esta manera, los padres amorosos, respetuosos, aunque aparentemente no lo merezcan, es una imposición de la ley divina en el proceso de evolución del espíritu, que los hijos no pueden ignorar, porque la oportunidad de renacer constituye una verdadera bendición de vida a favor de la felicidad. Los niños deben tener en cuenta, cuando son descendientes de padres negligentes o inescrupulosos, perversos o crueles, que están más enfermos que malos, dándose cuenta de que en este hogar se encontraron los mecanismos necesarios para la regularización del pasado infeliz, agradeciéndoles así incluso, a quienes les otorgan ropa orgánica, cuando podrían haberla negado y no lo hicieron.

05 – LOS HERMANOS Los hermanos biológicos, por tanto, son un campo experimental para el modelado de la sociedad armónica, iniciado en el nido doméstico, en la constelación familiar y culminando en las relaciones generales.

06 - LA PRESENCIA DE ABUELOS El milagro de la vida orgánica a través de la fecundación favorece la multiplicación de los seres vivos, proporcionando, en el reino hominal, la existencia de la constelación familiar. La sucesión natural de los que llegan en relación con los que ya están y los que se han reanudado, forma la colmena humana de diferentes niveles de edad, permitiendo que las experiencias se transfieran de una generación a otra. La educación, sin embargo, no se limita a la información transmitida por los familiares, que va desde la instrucción a la formación de hábitos, la corrección de las malas conductas, la construcción de nuevas costumbres ético-morales que conviven en los educandos. Sin embargo, para que la educación alcance su propósito previsto, es necesario que los archivos del inconsciente del alumno cuenten con los tesoros que deben retomar los estímulos de los preceptores, incorporándose al yo consciente que los experimentará de manera saludable. En este conjunto de experiencias en el hogar, los abuelos juegan un papel significativo, cuando comprenden la función que les corresponde, sin extrapolarlas bajo ningún pretexto. Cuando esto sucede, se producen disturbios e interrupciones en las relaciones en la estructura doméstica. Es urgente comprender los deberes que cada uno compite, para que no interfieran entre sí en los logros que no les conciernen. La sana convivencia debe estructurarse en la consideración que debe mantenerse entre miembros de un mismo clan, nadie que desee superar los límites que se les imponen, justificaciones salvacionistas, siempre con resultados nocivos ... Los padres tienen serias responsabilidades con respecto a la orientación de sus hijos y la construcción de la familia que constituyen. Vivan o no abuelos en el mismo núcleo, la suya debe ser una conducta afable, sin interferencia directa en la conducta de los educadores. Su experiencia les es válida, en cuanto a sus compromisos en relación con los demás miembros del clan, habiendo cesado, al completar la educación de los hijos y dejándolos ahora asumir sus propios deberes.

Las disputas irrazonables e influyentes del egoísmo y otras pasiones son un mal ejemplo de comportamiento colectivo, que culmina en sentimientos hostiles y odio, a menudo desastrosos para todos los involucrados en la misma familia. De igual forma, los apegos excesivos a los hijos, hombres o mujeres, generan conflictos con sus parejas, expresando las íntimas insatisfacciones y frustraciones que antes, ahora disfrazadas, se expresan como falsos suegros. Inseguros, estos padres quieren lograr lo que no lograron cuando les tocó educar de manera saludable, y la inmadurez, los prejuicios, los tormentos personales no se lo permitieron. Cuando los niños eligen socios, a los que se unen, no necesitan la intervención de sus padres y deben asumir las consecuencias de su elección. Como tenían la libertad de identificarse con otras personas que parecen ideales para vivir juntos, es justo que se les haga responsables de la relación, especialmente en lo que respecta a la vida íntima, que nadie tenga derecho a interferir, en vista de su complejidad y significados. individual. Así, les corresponde asumir sus deberes en relación con su descendencia, no traspasándola a sus actuales abuelos, cuya aportación no debe ir más allá de la condición de cooperadores cuando se solicite, de apoyo y cariño, eximiéndose de la postura grave de encubrir errores. nietos, actuar mal con ellos, creyendo que la orientación de los padres es incorrecta .., Una simple reflexión es suficiente para darles un sentido de conducta: ¿les gustaría que sus padres interfirieran en la forma en que se comportaban de antemano en relación con sus hijos? No hacer a los demás lo que no les gustaría que les hicieran, sigue siendo una regla de oro de convivencia en todos los grupos sociales, especialmente en la familia. Los niños, especialmente las mujeres, aturdidos e irresponsables, que desean vivir en la ruptura sexual, cuando se convierten en madres, sin estructura, en lugar de haber tomado medidas para evitar la fecundación y no lo hicieron, le dan a las madres hijos de desamor y ligereza, como si fueran niños abandonados, partiendo por comportamientos nuevos y locos. Lamentablemente, algunas madres que se vuelven sobreprotectoras de estas necias hijas, quitándoles su descendencia, las animan a continuar con la inconsecuencia que, en ocasiones, golpea por la desgracia, ayudándolas así en compromisos más morales y espirituales.

Insistieron en que asumen su deber en relación con su descendencia y serían, al menos en parte, coaccionados en una falsa libertad, ante el deber de vivir la experiencia de vivir junto a estos seres que reinician el viaje terrestre en una situación dolorosa. El desconocimiento de muchas de estas almas maternas, abuelos por imponer el desajuste moral de sus hijos, ignorantes también de los códigos de honor, explica las extravagancias de estos huérfanos de padres vivos ... Como, normalmente, en las clases social y económicamente menos favorecidas los padres siguen ignorando a los hijos que engendran, siendo las mujeres casi siempre las víctimas de la tormentosa situación. Por el contrario, entre los padres más ilustrados y económicamente acomodados, cuando las hijas eligen conductas intrascendentes y quedan embarazadas, pronto asumen la postura salvacionista de cuidar al niño que nace, para que éste reciba todo el consuelo y la asistencia, olvídese de que el amor más eficaz y natural es el de la madre misma, que no debe ser reemplazada por su abuela demasiado cariñosa. Es cierto que hay situaciones que constituyen excepciones y deben tomarse en serio, sin ser punzantes, sin exagerar, con la ternura y sentimiento que la situación brinda. La reencarnación, sin embargo, coloca a los mismos personajes en el proscenio terrestre, que cambian de roles, para reajustarse, aprenden en el torbellino de los conflictos el respeto y la disciplina que son necesarios para la liberación del egoísmo y rebelión que los caracteriza. A los abuelos, por lo tanto, se les encomienda la tarea de amar a sus nietos, pero con cuidado, para no hacerlos orgullosos, especiales, en relación con otros niños, aprendiendo a extender la familia de sangre con los necesitados, desarrollando el germen del amor. universal en un conjunto ampliado. El reiterado concepto de que los abuelos son padres por segunda vez, no les da derecho a exonerar a los padres biológicos del cuidado de sus descendientes, cumpliendo cada miembro de la familia, por tanto, con el deber que les incumbe. La antes venerada figura de los abuelos, ahora sustituida por la protección de los más jóvenes en su descendencia, seguirá siendo digna de respeto para sus hijos para siempre, sobre todo cuando la edad provoca y las enfermedades les quitan las energías, acreedores del amor y del cuidado, como lo hacían cuando desvincularse de los compromisos familiares en el pasado cercano. Hoy en día se multiplican los pretextos y justificaciones irrazonables, el abandono a padres ancianos, alejados de sus nietos, arrojados a cárceles doradas -hogares para ancianos- donde no son visitados o visitados una vez al año, o incluso abandonados en

tuguriums. de la miseria donde viven, lejos de los nietos que los constituirían, con la inocencia y la garra propia de la infancia, motivos de alegría y felicidad ... En la construcción familiar, también es el caso, en muchas ocasiones, que los cuartos traseros de las cómodas casas son empujados hacia los sótanos y se les prohíbe aparecer para no causar vergüenza a los niños, sanos e ingratos, que desfilan en las reuniones domésticas de la ilusión con sus hijos. amigos... Todos, sin embargo, envejecen, enferman y mueren; es la ley de la vida. Los abuelos en la familia son bendiciones de amor que nunca deben convertirse en el foco de disensión o malicia.

07 - LOS TIOS Aunque rara vez residen en el mismo bastión doméstico, los tíos son fuertes lazos en la constelación familiar. Esto se debe a que la consanguinidad, fortaleciendo la unión que debe existir entre todos sus miembros, impone los sentimientos de hermandad y respeto que obran a favor de la armonía general. No implica que sean espíritus amigos entre sí, casi siempre de otros clanes, que experimentan la comunión en un nuevo grupo, preparándose para futuros compromisos en la sociedad globalizada, Por ley natural, la del amor, cuando los padres -hermanos de los que sobrevivenmueren, tienen el deber de apoyar, en la medida de lo posible, a la familia que quedó en el orfanato, reduciendo las luchas y testimonios que caen sobre quienes los extrañan, la falta de apoyo físico y la experiencia de los compromisos para los que no siempre están preparados. Este apoyo no debe consistir solo en el aporte económico, en su caso, sino sobre todo en la orientación moral y participación emocional con el grupo familiar en una ruptura momentánea. Además del anhelo que sufren quienes permanecen en el cuerpo físico antes de la partida del ser querido, centro de apoyo doméstico, hay dificultades materiales inmediatas, que aturden y complican aún más el reinado del dolor. La necesidad de ayuda y apoyo se impone de inmediato y siempre es muy bien recibida. Tal compromiso predispone al individuo al servicio del amor al prójimo menos cercano, trabajando a favor del grupo social sin mezquindades y el predominio del egoísmo, iniciándolo en la intimidad de una constelación menor que la familiar. La verdadera formación solidaria, la opción de servir al clan, en el que renació, es una bendición de inestimable significado para la formación y crecimiento del carácter que eleva al ser humano por encima del nivel convencional. Amando a los que están ligados por fuertes exigencias familiares, se hace más fácil extender el círculo del afecto a otros que también están necesitados,

desarrollando la legítima fraternidad, hermana generosa de la caridad en su más alto sentido. Todos en el mundo están sujetos a deberes sagrados, que no pueden ignorar, constituyendo un programa de evolución hacia el amor universal, que es el océano en el que fluyen todos los ríos del afecto humano. ¿Tienen un compromiso de amar incluso a quienes se vuelven hostiles, adversarios o verdugos, como olvidar los espíritus que renacen en el grupo familiar, comprometidos en deberes que trascienden la comprensión inmediata? Los tíos, por tanto, son también los protectores y amigos más experimentados, que están al servicio de la vida, cuando las circunstancias así lo requieren. No solo con motivo de la desencarnación de uno o ambos progenitores, sin embargo, a lo largo de la vilegiatura carnal, participando en actividades domésticas, buscando preservar los lazos familiares, apoyándose mutuamente bajo el aspecto moral y social, al mismo tiempo brindando relaciones edificantes entre sus descendientes, como primos, que son hermanos biológicos más distantes entre sí, La sabiduría humana con la que se formó la constelación familiar, partiendo del centro, que son los padres, extendiéndose, generación a generación, brinda una cómoda unión de parentesco que genera amistad y aprendizaje humano. La figura de los tíos es significativa en la vida de los niños, dada la posesión de conocimientos, sabiduría, vivencias, seguridad y cariño por el niño aún incapaz de comprender el proceso de endogamia. Es muy buena idea, por tanto, que los lazos de unión permanezcan sin distanciamiento, favoreciendo una mayor armonía entre todos los miembros que deben apoyarse en las dificultades, alegrarse en las conquistas, trabajar en comunión de intereses. Ciertamente, cada espíritu ha traído su propio aporte en el tejido social, sin detenerse en el grupo doméstico, lo que favorecería la aparición de prejuicios contra los demás, de egoísmos malsanos hacia los suyos, en detrimento de los demás, que, de hecho, , constituye una aberración. Nos referimos al mantenimiento de la amistad y la sana preocupación por el progreso y el desarrollo ético-moral, económico-financiero y social de los miembros de la familia, que permita el despertar y la continuidad del cuidado, cuidado en relación a la ayuda recíproca que debe ser Ofrecido. Cuando surgen animosidades, que siempre resurgen, como hijas de mezquindad y atraso moral, la unión fraterna de todos debe trabajar a favor de la recuperación del

enfermo espiritual, brindándole oportunidades de recuperación y reestructuración en la familia, contribuyendo así a su ajuste en la sociedad. La relación entre quienes se estiman a sí mismos hace crecer los sentimientos y emociones favorables a un afrontamiento seguro, cuando surgen desafíos y dificultades en el camino existencial. Nadie viaja por el mundo sin necesidad de los demás, sin compañía, sin la cooperación de los amigos de los votantes, sin participación activa y productiva en el grupo social. Cualquier tipo de aislamiento representa un trastorno de conducta con peligro de agravar el desequilibrio de la estructura emocional. Incluso cuando el individuo se considera autosuficiente, en vista de los recursos a su disposición, la emoción le impone relaciones que son esenciales para la salud y el comportamiento debido a la necesidad de intercambios saludables y sostenibles. El calor humano que brota de la verdadera amistad es un estímulo para la existencia y un valioso aporte terapéutico al desarrollo de los valores que constituyen la vida. La ternura es alimento para el alma y el amor es apoyo a la armonía que mantiene el cuerpo, vitalizándolo en los distintos departamentos. Cuando eres amado, te nutres más fácilmente de fuerza y coraje para realizar tareas, y cuando tienes la íntima certeza de que nunca estás solo, los paneles de sentimientos que trabajan para mantener la vitalidad se renuevan fácilmente. e ilusión en todos los sectores de la construcción de interiores. La vida humana es el resultado de un proceso de evolución casi infinito bajo el mando de la Psique Divina, que es todo amor. Heredero de las expresiones primarias por las que pasó, el ser humano aporta el imo de ser las experiencias adquiridas en cada etapa, acumulando nuevas conquistas que lo elevan en la escala espiritual. ... Y la familia es el feliz resultado del proceso evolutivo, gracias a la conquista de la razón, del discernimiento, de la conciencia, del amor. De esta manera, los tíos forman parte de este proceso, cuya cadena no debe interrumpirse, y cuando esto ocurre, surgen dificultades en la estructura social, lo que siempre es lamentable.

08 - OTROS PARIENTES En cuanto a la consanguinidad, cabe recordar la presencia de cuñados, primos de distinta titulación, ¡todos aquellos que, aunque pertenezcan a generaciones sucesivas, proceden de un mismo grupo familiar! Cuando algunos de estos familiares residen en la misma casa, inevitablemente ocurren muchas discusiones inquietantes, fricciones en la relación, opiniones encontradas, ejemplos que no siempre son edificantes. Es indiscutible que todos los socios afectivos responsables, unidos o no por matrimonio, siendo ideales si estuvieran consorciados legalmente, convirtiéndose en ejemplos éticos para los descendientes, conviven con independencia doméstica, en su propio hogar, sin injerencias perjudiciales de otros. Frente a las diferencias emocionales, culturales y evolutivas, incluso cuando se trata de un grupo familiar equilibrado, inevitablemente, en la relación permanente, los valores de la afectividad fraterna y el respeto moral se erosionan, permitiendo a cada uno el derecho a interferir. en lo que sucede a tu alrededor, mostrando preferencias y animosidades que regresan del mundo íntimo. Es buena idea, sin embargo, que, cuando tal convivencia es inevitable, cada miembro del clan se reserve el respeto que debe mantener por el otro, no pretendiendo convertirse en la figura central del grupo, ser dueño de la verdad, dar una opinión cuando no solicitado, interferir en el área que no le concierne. La endogamia es una oportunidad para elevar las relaciones, para una amistad más cercana, para una mejor integración emocional, para ejercer la tolerancia y la fraternidad que debe extenderse a los demás miembros de la organización social en la que todos se encuentran. Una familia que se mueve con equilibrio en el nido doméstico seguramente encontrará más fácil convivir con personas de diferentes temperamentos en el trabajo, en las actividades comunitarias, en las empresas de cualquier índole, en la construcción de un tejido social mejor tejido. Los jóvenes, a su vez, deben respeto y consideración a sus mayores, entendiendo las vivencias de quienes llegaron antes y a quienes se les permite traspasar estos logros. Sin embargo, tal propuesta no significa la aceptación pasiva de todo lo que se transmite, ni la pérdida de la propia identidad, siguiendo comportamientos que no se corresponden

con su forma de ser. Más bien, representa una oportunidad saludable para formar el entendimiento fraterno, la convivencia con personas en diferentes niveles, preparándose para los inevitables enfrentamientos en la comunidad humana. A su vez, los adultos no deben considerarse de conducta ejemplar, excepcional para los jóvenes, imponiendo sus ideas, estableciendo paradigmas insuperables o proponiendo actitudes que atentan contra la libertad de los estudiantes. Cada uno tiene sus propias necesidades, y debe vivir experiencias particulares, propuestas de vida que contribuyan a favor de su ingenio espiritual y social. En el mundo de las relatividades, todos los comportamientos son aportes que merecen análisis, no constituyendo una obligación restrictiva de servir de modelo a los demás, y que consiste en variedad, libertad de elección dentro de los patrones evolutivos de cada uno. La educación influye en la cooperación que existe en el hogar, en la escuela, en la sociedad, despertando a la liberación los valores que están dormidos en su interior y necesitan estímulos para exteriorizarse, fijándose en la conciencia y convirtiéndose en lemas de comportamiento. Por tanto, es muy buena idea que las relaciones domésticas con otros miembros de la consanguinidad sean el resultado de buenos entendimientos y comportamientos agradables, evitando la figura del vigilante de los errores ajenos, el inspector del comportamiento moral de los demás. Por otro lado, la consanguinidad no otorga derechos absurdos y exagerados en relación a quienes constituyen el clan, gracias a lo cual, no libera las responsabilidades que existen entre todos, particularmente en lo que respecta a la afectividad, a experiencias colectivas en beneficio de algunos como de otros. Una convivencia trabajada en el respeto mutuo representa un paso adelante en la autoeducación, así como un valioso aporte a la educación de todos los integrantes que la constituyen. Los alumnos, naturalmente, repiten lo que ven, lo que escuchan, los comportamientos que más les llaman la atención. Si vives en un ambiente ruidoso, de discusiones y gritos, si eres agresivo, insatisfecho. Si viven bajo amenazas y desórdenes, se vuelven temerosos y desordenados, dejándose arrastrar por los conflictos que los atormentan, frente a las imposiciones externas que los afligen. Cuando son considerados objetos en los que las frustraciones de los padres u otros adultos no les permiten desarrollar sus propias necesidades, se vuelven frágiles,

volviéndose vulnerables a las críticas, a la instalación de la culpa, de la vergüenza, sintiéndose inferiores, porque no pueden. elegir lo que prefieren, siendo obligados a aceptar las imposiciones de los demás ... Cuando son tratados con dignidad, con ecuanimidad, siguiendo actitudes sensatas y amables, observando la sinceridad en el trato y el respeto por los demás, se convierten en ciudadanos buenos y equilibrados, en ambos sexos. La escuela ejemplo en el hogar es el establecimiento más eficiente para la formación del carácter y el desarrollo del espíritu en su proceso de aprendizaje terrenal. Es solo a través de actitudes positivas es que el estudiante se da cuenta de que la Tierra es un lugar excelente para vivir, desarrollar su potencial, alcanzar la realización interior y ser feliz.

En este sentido, todos aquellos que forman la constelación familiar, deben asumir las responsabilidades que les incumben, mejorando a su vez su propia educación, ya que las experiencias iluminadoras amplían siempre los horizontes del comportamiento humano en todos los ámbitos existenciales. Por lo tanto, los familiares también tienen una importancia relevante en el grupo familiar. Nadie renace en una consanguinidad por casualidad, sino por imperativas necesidades de ajuste emocional, renovación moral y la adquisición de experiencias especiales. Aprovechar la oportunidad es estar contribuyendo a favor de cada uno, ya que, a su debido tiempo, será llamado a sus propias e intransferibles responsabilidades en la construcción de su propia familia que se desarrollará a través de sus genes y conductas.

09 - LOS VECINOS Hoy, ante los conflictos existenciales y las dificultades de relación, el barrio suele presentarse como un factor desconocido que hay que tener en cuenta. Por un lado, la falta de respeto que prevalece entre algunas criaturas, que no saben mantener relaciones sin sobrepasar los límites del equilibrio, creando situaciones embarazosas. De lo contrario, conflictos humanos que imponen comportamientos a distancia, evitando la fraternidad que sostiene los sentimientos y les da fuerza. Finalmente, las comunicaciones virtuales que aíslan a las personas en sus hogares, alejándolas de la vida sana, como precaución ante problemas, que, sin embargo, se generan a través de INTERNET, a través de enlaces peligrosos que han generado graves desastres emocionales en muchos de los países. sus aficionados. A medida que se multiplica el número de residencias en apartamentos en grandes edificios, se sabe menos de quienes los habitan, rara vez se comunican, incluso cuando se encuentran en espacios colectivos, en ascensores, en parques, en salones reservados para celebraciones festivas.. El individualismo se adueña de la sociedad y la familia experimenta una hipertrofia afectiva, cerrándose cada vez más, a expensas de la educación de los hijos y la grata convivencia entre sus miembros. Sin lugar a dudas, frente al instinto gregario, convivir con los demás es una necesidad muy significativa, ya que permite el desarrollo de una sensibilidad afectiva que trabaja a favor de los sentimientos elevados del ser humano. La vida social tiene un valor incalculable, ya que promueve el entendimiento fraterno, el trabajo colectivo a favor de la solución de los problemas-desafíos que afectan a todos, abriendo puertas al intercambio de ayuda mutua en momentos de mayor necesidad, que siempre invitan a la reflexión y superación del trabajo. En lo que respecta a la educación infantil, la convivencia vecinal es muy importante, ya que, manteniendo las proporciones, se trabaja a favor del crecimiento social de los niños y jóvenes, que forman grupos similares y se ayudan, en el aprendizaje, en las recreaciones. , en las actividades que son relevantes para ellos. Lo que constituye un verdadero desafío es el discernimiento lúcido para que no exista un profundo involucramiento emocional entre las personas, lo que genera conflictos que son perjudiciales para el buen barrio.

Partiendo de la familia, la buena relación entre vecinos abre perspectivas más amplias en beneficio de un mejor entendimiento entre los grupos sociales, políticos, religiosos, artísticos, deportivos y, finalmente, entre naciones ... Toda experiencia inicial, cuando se convierte en aprendizaje, amplía su círculo y su capacidad de ser aplicada en el colectivo, trabajando a favor de la armonía necesaria en la sociedad en su conjunto. El vecino, en la condición del vecino menos lejano, es una oportunidad para edificar la convivencia a través de la cordialidad, la urbanidad, el respeto entre amigos. En relación con el niño, esta comunicación lo preparará para ampliar las relaciones con los compañeros, aprender a ser solidario y desarrollar valores éticos éticos. El niño que no se relaciona bien en casa, muchas veces con el vecino, encuentra motivaciones para una convivencia sana, que influirán mejor en el comportamiento de la propia familia. Animarla a buscar la compañía de sus amigos, divertirse con ellos y estudiar con ellos, resolviendo los deberes escolares, es de relevancia significativa para su construcción social. Experimentar, desde temprana edad, el trabajo en grupo, las inquietudes con otras personas de la misma franja de edad, los programas de cumpleaños festivos y conmemorativos y otros, en la adolescencia y la edad adulta, los enfrentamientos y competencias que la existencia les propone se vuelven más fáciles para ellos diario. Desarrollando la capacidad de comprender y valorar a cada uno, prevalece en todos el principio de comprensión y amistad, en lugar de la postura demasiado cautelosa y sospechosa que genera resentimientos a los que muchos se entregan, conspirando contra los programas de edificación humana. Es natural que los padres, siempre vigilantes, establezcan criterios en relación con los suyos y los hijos de los vecinos, a fin de guiar con seguridad los juegos y responsabilidades de los alumnos que, sin experiencia, pueden ser dominados por los impulsos primarios convirtiéndose en si es agresivo, irrespetuoso o retraído por timidez, evitando los problemas normales de convivencia. Sin estos criterios, se producirían situaciones perturbadoras. Cuando las criaturas comprenden que son espiritualmente interdependientes, siendo parte de la gran familia universal, la tolerancia y la comprensión dominarán sus acciones, proporcionando una mejor conexión entre los diferentes sentimientos y comportamientos que existen.

El vecino, por su cercanía física, brinda una oportunidad para la amistad, para el trabajo comunitario en beneficio de todos, para el ejercicio de la bondad, intercambiando conocimientos siempre útiles. Como cada individuo tiene unas facultades específicas, un comportamiento propio y emociones muy personales, el intercambio de estima con el barrio ayuda a establecer un clima de respeto y comprensión de los valores de cada uno en beneficio de todos. Visto como un amigo, el vecino poco a poco se incluye a sí mismo como un miembro fraterno que merece consideración e interés, favoreciendo con oportunidades de valioso aprendizaje cultural, recreativo e inspirador para servir bien. Debido al desarrollo natural, y gracias a las células espejo del cerebro, los niños siempre imitan las acciones de los adultos, en casa, en la calle, en la escuela. Si los padres mantienen un contacto agradable con otras personas, evitando comentarios desagradables sobre los demás, censuras y reprocesos irrazonables, los hijos los imitan, aprendiendo que la amistad no les da permiso para entrometerse en los problemas privados de nadie, preservándose. también ocurrencias del mismo tipo. Esta experiencia, la de mantener la relación vecina de los adultos y estimularla entre los niños, significa un valioso logro ético del grupo humano, que marcha hacia una sociedad más armónica, porque es más comprensiva de los deberes en relación con los demás. otros. La educación, en sí misma, y en particular la de los niños, es un trabajo diario, de cada hora, y no solo de momentos emocionales, cargados de afecto exagerado o de agitación y desequilibrio. A menudo, el niño que quiere una mayor libertad, y no la tiene debido a que los padres mantienen la disciplina educativa, refiere que los padres de sus compañeros son menos exigentes, más liberales y les dejan hacer lo que les gusta. Este argumento puede y debe ser contestado amablemente con confianza, aclarando que el amor mira, el amor cuida, el amor acompaña. Cuando algunos padres liberan a sus hijos antes de que alcancen la madurez, no es por amor, sino para deshacerse de preocupaciones, para liberarse de su insistencia, en una casi indiferencia hacia su futuro, o por la saturación de vivir con ellos. De esta manera, la conversación, el diálogo continuo, aclaraciones en lugar de órdenes e imposiciones, son razones seguras de buen entendimiento en el hogar, buena formación del carácter y, al mismo tiempo, como estímulo para una convivencia digna y productiva con los vecinos.

10 – EDUCACION EN LA FAMÍLIA

El niño es arcilla moldeable, esperando las manos del alfarero diligente que le dará forma y contenido. Este hábil alfarero es el educador, que debe modelar el ser social digno, para que pueda construir una sociedad armoniosa. La paz mundial depende de la educación infantil. Cuando el niño es capaz de liderar a otros, se prepara para liderar grupos humanos posteriormente, en diferentes áreas de existencia, culminando, a menudo, en el mando de pueblos y naciones. Este ministerio lo llevará a cabo, tal como lo aprendió en los hermosos días de la construcción de su personalidad, delicadamente trabajado por la paciencia y la sabiduría de sus educadores. En casa comienza la incomparable labor de edificación moral de todos los integrantes que la constituyen, a través de las vivencias y comportamientos de los padres, quienes inculcarán ejemplos demostrando el valor del conocimiento, el carácter, el honor y la convivencia doméstica, representando los segmentos sociales de la vida. en común con otros miembros de la humanidad. Este trabajo es relevante e indispensable, y nunca debe ser trasladado íntegramente a la escuela, que es esencialmente la responsable de la instrucción, en la que se deben inculcar hábitos saludables a través de la conducta de los docentes. Sin embargo, los padres son los educadores más nobles, tanto por el crecimiento ético-moral de los aprendices como por los estorbos que les llevan a desequilibrios de todos los tamaños que se apoderan de estos días de sombra y perversidad. No se discuten los logros relevantes de la ciencia y la tecnología, sin embargo, no hay forma de ocultar la decadencia de los valores éticos y morales, la agresión en la alucinación, la violencia en la horror, la falta de respeto alcanzando niveles nunca antes imaginados ... Los instintos que caracterizan al ser infantil deben ser guiados desde los primeros momentos después de la vida intrauterina, trabajándolos y disciplinándolos de tal manera

que no anulen los sentimientos de amor y respeto que deben venir en la constelación familiar. Es cierto que, en el cuerpo infantil, suele haber un espíritu con una alta carga de vivencias, no siempre dignas, que merece, por eso mismo, una guía saludable desde temprana edad y un equilibrio orientador para acciones saludables. Desde su renacimiento, el espíritu refleja en la infancia sus propias características, a través de comportamientos espontáneos, caprichosos o no, reflexivos o automáticos ... Un niño de pocos meses ya distingue fácilmente los rostros que lo contemplan, identifica los objetos que le son familiares. A la edad de un año, ya observa todo sobre la cerca y comienza a perder interés en lo que está a su alcance, añorando lo diferente, lo nuevo. A partir del segundo año ya necesita objetos especiales e incluso invisibles para sentirse atraído por ellos, desarrollando la capacidad de crecimiento y apreciación de la vida, aunque inconsciente por el momento. Curiosamente, el niño es impulsado por una intensa necesidad de aprender, de relacionarse con nuevos objetos, guiado por instintos a través de impulsos que, al ser observados, permiten comprender sus cualidades morales, aquellas de las que el espíritu es portador, necesitando una guía suave. cuando estímulos negativos y positivos, si edificante. Los hábitos, orden, disposición o desequilibrios que formarán tu personalidad armónica o indisciplinada se inscriben en esa oportunidad, dificultando la reparación posterior de cualquier daño, porque los hábitos son una segunda naturaleza en la naturaleza de cada uno. cúal. El niño anhela la conquista de la palabra, porque, desde los seis meses, ya puede distinguir la voz humana en cualquier ambiente, aunque sea ruidoso, con sonidos diversificados, comenzando a unirlos y comenzando a enunciarlos ... Más que restringir a los niños en sus manifestaciones en el hogar, en nombre de la educación, se les debe alentar a ser auténticos, evitando el disimulo y la hipocresía, cuyos mecanismos psicológicos atraen a los adultos, ocultando su realidad. , tu sensibilidad. Por eso mismo, merece transitar por un mundo que se construye para entenderlo en un principio, para poder ofrecerlo mejor a los que vendrán después. La paz se construye sobre el sentimiento del ser humano, nunca se puede imponer. Por eso, la educación debe tener en cuenta la realización de la paz, la pacificación interna de los tormentos, para que el individuo se convierta en un pacificador allí donde se encuentre.

Educar con y a través del amor es el método más eficaz para lograr el equilibrio en la familia, uniendo a todos los miembros en una interdependencia afectiva, al mismo tiempo sin pasiones individualistas ni generando vínculos malsanos. Construir un nuevo ser en el niño es trabajar por la paz de la sociedad. Sin embargo, las guerras no las hacen los hombres que las construyen. Educar, desarmar de sentimientos inferiores, competitivos, individualistas, representa promover la paz doméstica, preludio de la paz en la sociedad. De esta forma, los educadores son responsables de las expresiones de paz o guerras que suceden. Los políticos, que son ciudadanos, negocian intereses a favor de la guerra o la paz, según su nivel emocional, moral y espiritual, sin embargo, los educadores siempre trabajarán a favor de la paz. El hogar es, por tanto, la escuela sublime de la dignificación humana, donde se mejoran los sentimientos y se orienta el conocimiento intelectual junto con los de carácter moral, hacia el desarrollo humano real. De esta forma, todos los ciudadanos deben unirse a favor del ideal común, que es la educación. Nunca habrá una sociedad feliz si no se atiende al sublime ministerio de la educación integral, que acompaña al espíritu en su complejidad y sus necesidades cambiantes. Desafortunadamente, la educación no ha estado preparando al estudiante para ser ciudadano. Los pequeños intereses predominan en las familias, fijando metas de interés económico, político, social y otros, en detrimento de la construcción interna del aprendiz. En efecto, aparecen cuadrículas educativas basadas en el egoísmo, por personas con malformaciones psicopedagógicas, más políticas que experimentadas en los propósitos de formación de los estudiantes.

Lamentablemente, el niño no es debidamente valorado, convirtiéndose más en un objeto de exhibición de los padres, que no les brindan la atención, el cariño y la asistencia indispensables en el hogar, muy preocupados por ofrecer cosas inútiles, resguardándose en el egoísmo enfermizo de no entregándose, aunque con menos comodidad y más esfuerzo en el mantenimiento de la familia ... Ciertamente, existen valiosas excepciones, que constituyen ejemplos dignos de seguirse. La ciencia de la paz que aún no se ha elaborado, aunque la de la guerra está muy bien planificada, recibiendo siempre nuevos implementos y recursos costosos, necesita iniciarse en la intimidad del hogar a través de la educación de las nuevas generaciones.

Jesús ejemplificó la magnitud de la vida de la infancia y las infinitas posibilidades de las que dispone, cuando los discípulos, acosados por los pequeños que se le acercaban, lo oyeron atónitos al decir: Dejad que los niños vengan a mí, y no los detengáis, por ellos. es el reino de los cielos. (Mateo: 19: 14.)

1 1- EDUCACION DOMÉSTICA

Los métodos pedagógicos evolucionan con la misma velocidad con la que se da el desarrollo intelectual de la criatura humana. Desde los cultivados en Atenas, Esparta y Roma, cada uno con fines específicos, hasta la contribución indiscutible de Jan Comenius, expandiéndose con Jean Jacques Rousseau, Henrique Pestalozzi, Friedrich Fröebel, Prof. Rivail, Maria Montessori, Piaget y muchos otros misioneros de la educación, como Rudolf Steiner, las propuestas actuales de Edgar Morin invitan a reflexiones profundas sobre las mejores técnicas para preparar la mente de los niños en relación con la adquisición de conocimientos y comportamientos saludables para los niños. vida feliz. Desde que se cultivaron métodos bárbaros, cultivados durante un largo período medieval, cuando se creía que el niño es un adulto en miniatura, la irrupción de la psicología infantil ha contribuido mucho a la comprensión de este ser en formación, que necesita afecto, especialmente en el en materia de aprendizaje, dando lugar a valiosos programas pedagógicos que han evolucionado de manera benéfica y noble para construir ciudadanos dignos. Hoy en día, cuando la Tierra experimenta lentamente la transición de un mundo de pruebas y expiación a un mundo de regeneración, es fundamental que los recursos pedagógicos avanzados que puedan promover al estudiante en la dirección de su plenitud. En la historia del cristianismo, recordamos que Clemente de Alejandría dedicó un tratado pedagógico a Jesús, considerándolo el Pedagogo (por excelencia), en vista de sus extraordinarias lecciones de iluminar la conciencia y armonizar los sentimientos. A través de una mirada poética en referencia a la grandeza de la vida, la fuente de la sabiduría se encuentra en Jesús, cuando se declaró Camino de la verdad y de la vida, ofreciendo vida, pero vida en abundancia e incesante ... El exceso de comodidad que ofrece la tecnología ha permitido al materialismo aplicar su lógica pervertida que aliena al individuo, arrojándolo al abismo del inconformismo resultante de las ambiciones desmedidas a las que se rinde, en la voluptuosidad de disfrutarlo todo de inmediato, frente a la realidad. presencia constante de muerte aniquiladora ...

Por tanto, es perfectamente natural que se apliquen los nuevos métodos educativos, aquellos que trabajan al alumno para ser, conocer, hacer y vivir juntos, con el fin de crear condiciones para la maduración psicológica en las nuevas generaciones, dándoles los medios. hábil en la elección equilibrada de tener y ser.

Allan Kardec, a su vez, hizo de la educación moral, aquella que se adquiere a través del ejemplo de los padres y educadores, así como de todos los ciudadanos, el elemento feliz para estructurar al ser humano en dignidad y valor espiritual, convirtiéndolo en adversario. materialismo vigoroso y crueldad. Los conceptos nihilistas, por tanto, trágicos, de Marx, considerando la religión el opio del pueblo, de Darwin, con la afirmación de que todo lo que existe deriva del azar y la necesidad, dando lugar a fenómenos filogenéticos y mesológicos, y Freud, analizando la cuestión espiritual como consecuencia de regresiones neuróticas y psicóticas, favoreció el surgimiento de una sociedad inmediata, belicosa y cruel, pues indiferente al sufrimiento de sus miembros perdidos en la miseria social, moral y espiritual ... La educación, por tanto, tiene un compromiso con la espiritualización del alumno, guiándolo en torno a la realidad de Dios, la Creación y el propósito espiritual de la existencia humana. En este sentido, el amor juega un papel fundamental, ya que ofrece valores de equilibrio en las emociones y comprensión ante todas y cada una de las dificultades detectadas en el alumno. En la constelación familiar, el amor noble y sin pieguismo se vuelve indispensable para el éxito de la propuesta educativa. Es a través de su donación que se multiplica y se desarrolla más, volviéndose imbatible. En este programa de hogar conviene que se apliquen las llamadas cuatro funciones psíquicas de Jung: razón, sensación, corazón e intuición, para que los cuatro pilares de la educación se puedan construir en la escuela, como propone Edgar Morin. La verdadera educación necesita recuperar los valores ético-morales que han quedado relegados a un segundo plano, creando conciencia de la responsabilidad del ser hacia uno mismo, el prójimo y la vida, en la que uno se encuentra sin posibilidad de escape ... La educación para la Nueva Era debe sin duda estructurarse en torno al concepto de realización integral, que englobe los valores culturales, sociales, económicos, morales y espirituales del ser humano.

Por este engaño, es inevitable la existencia de una nueva escuela establecida con el fin de aprender a aprender realmente y, sobre todo, a aprender a integrarse en las incomparables enseñanzas de Jesús, expresadas en el Sermón de la Montaña y basadas en el amor. que induce el conocimiento y la experiencia del bien. A través de este amor, unir la filosofía en un diálogo franco con la ciencia, con el arte, con la tecnología, con la espiritualidad, para llenar todos los espacios emocionales del aprendiz. Vale la pena recordar, en este sentido, el pensamiento de Teilhard de Chardin, cuando informaba: Cuando los seres humanos domestiquen las olas, los vientos, las tormentas, los huracanes, ¿acaso dominan también las fuerzas del amor? Entonces, por segunda vez en la historia de la humanidad, habremos inventado el fuego. Multitudes de espíritus que se están reencarnando estos días, tienen compromisos con el momento que se vive en el planeta y traen tareas específicas a favor del mañana. Prepararlos para el cumplimiento de las responsabilidades establecidas en Espiritualidad es tarea primordial de los padres, luego seguida por los docentes en las escuelas, ofreciéndoles motivación para alcanzar las metas programadas. La tolerancia debe instalarse en la familia, llegando al límite, para que no se convierta en colusión, para que exista una cooperación mutua entre padres e hijos comprometidos con el mismo objetivo, que es la consecución de la felicidad real. Al crear una pedagogía de valores, se descubrirá que la nueva generación trae la motivación para su desarrollo intelectual-moral, sin embargo, al tener un índice de responsabilidad significativo, se tendrá que conducir con amabilidad y energía, para que no se deje perturbar por las situaciones existentes. Entre las características de los educadores, cabe destacar la humildad y la valentía de ser sinceros, reconociendo, cuando cometen errores, nunca imponiendo lo que quieren, utilizando la condición de adultos y mentores. Cuando esto ocurre, los estudiantes perciben que están siendo manipulados y pierden la confianza en quienes deben ser modelos de dignidad y responsabilidad, sufriendo un duro golpe en el ámbito de la afectividad y el respeto. Educar es también educarse. Quienes no están educados son incapaces de educar, ya que los suyos serán ejemplos negativos que perturbarán la aguda observación de los discípulos, siempre atentos, sobre todo al incumplimiento de los códigos de valores que se les presentan. La venerable doctora María Montessori, ya señaló en su tiempo, que el ser humano tiene una gran y desconocida capacidad de evolución; la educación comienza con el desarrollo de los sentidos; la semilla de la existencia está en la infancia; el niño es un todo que se completa en el otro, en la familia, en la sociedad; no hay educación grupal.

Solo la educación individualizada puede comunicarse al grupo; el objetivo de la educación es desarrollar todo el potencial del niño; considerando que el niño necesita desarrollarse en el entorno, debe adquirir habilidades sociales; la educación debe asegurar el equilibrio emocional del estudiante; también entrenar la coordinación física; Paralelamente a la preparación social, física y emocional, el niño debe desarrollar su inteligencia; cada ser humano es único y debe ser educado como tal ... La educación debe, por tanto, brindar alegría y bienestar, nunca caracterizarse como coacción o intercambio de intereses, generando desencanto y depresión en los aprendices, para que, a través de la lealtad y la comprensión, se estimulen a adquirir conocimientos y adaptaciones. estándares de armonía y respeto para todos, incluida la Naturaleza y todo lo que existe. En la constelación familiar, por tanto, se deben aplicar los recursos preciosos de una educación integral, teniendo en cuenta la sociedad del futuro, sin traumas ni herencias perniciosas de los conflictos existenciales derivados de estos días de tierra atormentados ...

12 – EDUCACION PARA LA AMISTAD La amistad es un sentimiento de elevación que debe prevalecer en la conducta de los seres humanos, preparándolos para los grandes vuelos del amor. Incluso se puede afirmar que la amistad es un logro relevante, una victoria en relación al egoísmo, porque vincula a la otra persona y a ambos al grupo social en el que se encuentran. Sin amistad, la existencia humana perece, y en la constelación familiar, cuando no existe, abre una brecha significativa entre sus miembros. Es un sentimiento de afecto que se desarrolla sin interés en recibir ningún tipo de gratificación, dando lugar a relaciones edificantes y fraternales. El amigo es un tesoro que está al alcance, siempre dispuesto a contribuir en beneficio del otro. La amistad no debe aspirar a obtener beneficios, ni debe expresar una expresión de servilismo o un intercambio de cortesías. Es como el sol que todo lo ilumina, alcanzando el delicado pétalo de la flor y la pútrida superficie del pantano con la misma generosidad. Constituye un entrenamiento para los lazos más profundos, cuando el amor brinda la intimidad que se despliega en la constitución de la descendencia. En la familia es fundamental que reine la armonía. Los vínculos biológicos proporcionan un mejor desarrollo de la amistad, debido a la convivencia e intereses superiores a favor del grupo. Expandiéndose, llega a otros individuos y les permite ocurrir los mismos pensamientos, los cuales se comunican con naturalidad, favoreciendo con alegría a quienes logran conservar el excelente sentimiento. Es un combustible que sostiene la luz de la evolución, calienta el corazón y fortalece las emociones. Las personas que se sienten incapaces de mantener relaciones fraternales donde predomina la amistad, se encuentran en una etapa egoísta, de la que necesitan liberarse,

formando la bondad en sus tratos, abandonando el cargo de supervisor del vecino y manipulador en relación a todos los que acercarse a ellos. A menudo, cuando el amor por la sensualidad estalla en el individuo, fascinado por el placer pasajero, la búsqueda ardiente es fácil de consumir, porque carece del poderoso alimento de la amistad que mantiene y preserva cualquier tipo de relación. Estas inquietantes pasiones son fruto de la soledad, del vacío existencial, que hay que cuidar preventivamente en el nido doméstico, a través del despertar de la amistad sin hueco. Sembrando las semillas de la tolerancia y el buen entendimiento en el suelo de los niños, se fijan en el corazón de la memoria afectiva y se extienden a lo largo de la existencia, multiplicándose en frutos sazonados, que resurgirán en futuras vivencias felices reencarnacionistas ... A veces, en quienes han desarrollado bien el vínculo de la amistad, ya están fijados en el corazón, como efecto de conductas vividas previamente. Cuando la amistad se vive en la familia, se expande muy fácilmente en relación con otras personas ajenas al círculo biológico, favoreciendo el enriquecimiento de la existencia, estimulando el trabajo en beneficio de todos. Aristóteles dijo que un amigo es una sola alma que habita dos cuerpos. Hoy en día, la amistad disminuye por la sospecha que se acumula en torno a las relaciones, que se presentan, casi siempre con el objetivo de obtener beneficios inmediatos, proyección de personalidad, intereses creados ... La violencia, que estalla en todas partes, empuja a las criaturas a la soledad de sus fortalezas residenciales, encerradas, custodiadas por centinelas, equipadas con cámaras de televisión, con sistemas de alarma ... En tertulias, clubes y salones de baile, donde la fraternidad parece vivir, estos individuos se lucen y analizan a los demás más de lo que confraternizan, respirando emocionalmente el ambiente de apariencia y sospecha, sin dejar que surja la confianza mutua. , y cuando, en ocasiones, este fenómeno se inicia, el hábito mental de considerar la vida desde lo servil, inspira comportamientos injustificables y perturbadores. En las etapas de la niñez y juventud, sin embargo, la amistad es más espontánea, porque la malicia y los hábitos nocivos aún no se han asentado, permitiendo la convivencia natural y la relación sincera. Sin embargo, si el sentimiento se conserva en la etapa adulta, las emociones de bienestar, armonía y autoconfianza se multiplican, logrando importantes beneficios para el grupo social en el que se mueven. La amistad se expresa de una manera muy diferente.

En las uniones conyugales, cuando los intereses de la libido sexual se desvanecen, este sentimiento noble se estatuilla, presentando y manteniendo la belleza en existencia. Por ejemplo: un anciano está en el médico haciendo exámenes, cuando mira su reloj con angustia y pide a la escuela que termine el análisis. Preguntado por qué tenía prisa, aquí está explicando que, todos los jueves, a esa hora, visita a su esposa que está en un hogar de ancianos. Ella había estado sufriendo de la enfermedad de Alzheimer durante cinco años y había perdido completamente el conocimiento. Trató de estar a su lado, habló, leyó para que ella escuchara, narró los hechos de la semana ... El médico, sorprendido, lo interrumpió informándole que, como ella ya no tenía uso de razón, él no sabría si la visitaba o no, por lo que no había necesidad de apresurarse. Sonriente y jovial, el esposo respondió:- Bueno, ella no sabe si fui a visitarla o no, pero yo sé ... La amistad es responsable, es consciente, es amable. No importa mucho cómo lo recibe el otro, pero es fundamental, como se expresa. Ideal, sin duda, cuando es recíproco, pero muy noble cuando aparece en cualquiera y en la forma en que se presenta ... No se puede fingir, no tiene carácter de apreciación, ni pretende conquistar para jactarse. El verdadero amigo es solo el amigo, sin retórica ni poesía, sin aderezos ni exterioridades. Para mantenerse fuerte, la amistad debe sustentarse en la bondad, ese noble sentimiento de comprender las deficiencias de los demás y la ternura por los demás. Quienes evitan o no tienen amigos, pueden considerar que prefieren no ser amigos, permaneciendo en estados de conducta mórbidos que conducen a la depresión y al pesimismo. En el hogar, especialmente, la amistad es un factor primordial para la unión entre los distintos miembros, proporcionando confianza y estabilidad general. Desprovistos de sentimientos superiores, los animales muestran amistad y confianza en quienes los cuidan y conservan, convirtiéndose en amigos excepcionales que se sacrifican, cuando es necesario, por instinto, en una inteligencia casi embrionaria, para salvar a sus protectores. Al evolucionar del reino animal al humano, la amistad es el primer paso hacia la construcción de lo sublime sentimiento de amor.

13 – EDUCACION MEDIANTE EL TRABAJO La palabra trabajo proviene del latín tripalium, que era el nombre de un cruel dispositivo de tortura que causaba fuertes dolores. Por tanto, representó un vehículo de sufrimiento. Con el tiempo, la palabra evolucionó y comenzó a tener un sentido de acción digna, un esfuerzo de cualquier tipo que apuntaba a un alto logro, cambiando totalmente su significado. El trabajo es un motor que proporciona el progreso de la humanidad en todos los aspectos considerados. Nunca se debe olvidar la frase pronunciada por Jesús, respondiendo a los fariseos que lo reprendieron, porque sanó en sábado: El Padre todavía trabaja hoy y yo también trabajo - Juan: 5-17 - demostrando la grandeza de la actividad constructiva y liberadora en todo momento. de la vida. Tiene el sentido de elevar moralmente al individuo, corregir su indolencia y estimularlo a lograr la salud emocional, social y financiera. La educación para el trabajo merece una atención especial por parte de la familia, con el fin de despertar y mantener el sentido del deber de servicio y cooperación, para que no se produzca la lamentable situación del individuo convirtiéndose en un peso evitable en la economía social. Las orientaciones modernas a favor de la educación, entre sus pilares básicos, según el Informe Jacques Delors, proponen el paradigma para enseñar cómo hacer, después de ser, para convivir mejor y finalmente llegar a conocer. Atrás quedaron los días de las técnicas de memorización y actividades que realizaban los educadores, proponiendo actualmente el esfuerzo del alumno a través de la investigación, el intercambio con compañeros sanos, el despertar de la conciencia y la identificación de su propia responsabilidad. En casa, la educación para el trabajo debe iniciarse a través de pequeñas e importantes tareas delegadas a los niños, tales como: higiene personal, limpieza de la cama y la habitación, orden en ropa y calzado, objetos y libros escolares, instrumentos para divertirse y otras actividades compatibles con su desarrollo físico y mental. Cuando los padres realizan la tarea que tienen que realizar sus hijos, los están preparando para la ociosidad, el mal uso de su tiempo, la indiferencia ante los

esfuerzos de los demás. Incluso en hogares adinerados, donde se puede mantener sirvientes remunerados, la educación para el trabajo tiene su vigencia, porque quien no sabe hacerlo, difícilmente sabrá cómo hacerlo, guíalos para realizar actividades, estimulado por la sumisión de empleados y subordinados que dependen del salario para sobrevivir ... Frente a los asistentes que contribuyen a la ejecución de los servicios, la cooperación mutua resulta beneficiosa, evitando la sumisión humillante y repugnante. Cuando un servidor se da cuenta de que el suyo no es un trabajo inferior, porque su supervisor o jefe no siente pena por ayudarlo, manteniendo siempre actitudes respetuosas y consideradas, se dignifica, porque no es el tipo de trabajo que honra al individuo. , sino más bien la forma en que lleva a cabo el compromiso. Al crear disciplina a través de la educación desde temprana edad, en casa, el aprendiz se adapta a la responsabilidad y la incorpora en todos los momentos de la existencia. Aprendes a ser amable cuando pides y a agradecer cuando recibes. Valorando el trabajo por su sentido honorable, respeta a todos aquellos que participan o no de su convivencia y con quienes se beneficia del progreso general, siendo considerado y digno de imitación. La constelación familiar es una colmena donde todos deben participar en los deberes generales para poder disfrutar de los beneficios colectivos que se derivan de ella. La familia que trabaja en conjunto y tiene un programa de acción colectiva es más próspera y feliz, no permitiendo que la hora vacía abra espacios mentales y emocionales para la pérdida de tiempo y oportunidad, que pocas veces se reanuda, y cuando vuelve, siempre es. bajo diferentes condiciones. Una de las características de una existencia sana, aparece cuando el individuo hace del trabajo el instrumento precioso para su liberación de las enfermedades y el ocio, contribuyendo al desarrollo general, aunque su signifique una gota de agua en la desolación de la playa. inclemente por el sol abrasador ... Los altos niveles de estrés que vive la sociedad contemporánea, son resultado, entre otros, de las circunstancias y ambiciones que caracterizan estos días, transformando el trabajo en un instrumento para ganar recursos para la supremacía sobre los demás, ya sea desde el punto de vista social, económicos, políticos, religiosos ... Y el desequilibrio se instala, ante el desorden perturbador del trabajo egoísta y sin sentido. Dado que el trabajo se establece como un código de honor, es justo programar el descanso, la reconstrucción, el bienestar como productos de una acción continua. Estos recursos se transforman invariablemente en excitación y ansiedad, buscando lugares festivos y deslumbrantes para el placer, donde los juegos del sexo, las libaciones alcohólicas y la futilidad destacan como de suma importancia, en detrimento de la renovación de fuerzas y alegría de horas agradables.

Clubes y Spa's para exhibición social, para cultura corporal, se convierten en metas que la gran masa quiere alcanzar, pudiendo gozar de demasiado protagonismo comunitario, envidia en relación a las formas dentro de los estándares de belleza de cada época, con creciente conflicto. de inseguridad y miedo a perder la proyección alcanzada ... Todos necesitamos del trabajo de los demás, formando una cadena de acción que no se interrumpa, renovando sentimientos y fortaleciendo comportamientos edificantes. El trabajo también ilumina el espíritu cuando busca la superación personal, la iluminación personal. Este fabuloso instrumento de elevación, por tanto, debe ser estimulado en el hogar, formando parte del programa educativo para la vida que se labrará en el niño, preparándolo para la razón y la acción en el futuro.

14 – EDUCACION PARA EL VALOR El coraje es la intrepidez que se desarrolla en el ser humano, para poder llevar a cabo los enfrentamientos con decisión y altruismo, manteniendo la firmeza de espíritu en cualquier circunstancia, entre otras definiciones. Fruto de una buena orientación espiritual, la valentía dignifica y eleva el espíritu, trabajando en sus necesidades y "desarrollando los atributos que necesitan expansión". Se diferencia de la impetuosidad que caracteriza el predominio del instinto, demostrando la grandeza de sentimientos que no temen, que no retroceden ante la dificultad. Esta característica es la impronta exquisita de los héroes en todos los campos de la conducta humana, no solo de aquellos que se convirtieron en combatientes conocidos por las batallas libradas contra los invasores de la patria, del hogar, de su campo de acción ... sino también, y principalmente, de quienes descubrieron tierras, de quienes inventaron los instrumentos que favorecieron el crecimiento de la sociedad, de quienes perseveraron en los laboratorios y en el silencio de sus talleres, buscando soluciones a los problemas que obstaculizaban la marcha del progreso humano. Hubo muchas personas con coraje, paciencia y esfuerzo, que supieron esperar el momento oportuno para llevar a cabo los emprendimientos ennoblecedores, y que inscribieron sus nombres en los anales de la historia. El valor es una virtud en el concepto aristotélico, que lo equiparó a otros logros alcanzados por valores éticos. El ser de coraje acosa las consecuencias de sus decisiones sin miedo al daño y la perfidia de los demás, confiando en las posibilidades que tiene para lograr la meta que se establece. La valentía debe desarrollarse en el hogar, a partir de los primeros fenómenos reactivos de la personalidad infantil, para seleccionar entre los impulsos del primarismo los sentimientos de afirmación, orientando la elevación ético-moral, para constituir una coraza protectora alrededor del existencia. El miedo, muchas veces, impulsa al individuo hacia ciertas actitudes que pueden confundirse con la valentía, cuando son solo mecanismos de defensa de la vida e impulsos destructivos. El valor combina la razón con la emoción y trabaja sin prisas ni fanfarrias, produciendo fenómenos de alegría y paz. Frente al proceso evolutivo, el espíritu transfiere de una reencarnación las marcas de los hechos que fue afrontado, señalándolo con culpa, miedo y la necesidad de

escapar, ante cualquier peligro inminente, real o imaginario. La educación para la valentía fortalece las fibras más íntimas del ser, estimulando la superación, paso a paso, de estas inquietantes herencias. El desarrollo de la autoconfianza y la determinación en relación con los compromisos con la existencia, proporcionan la manifestación del coraje, que se fortalece ante los estímulos internos de la oración y la confianza irrestricta en Dios. En el camino existencial siempre surgirán amenazas y desafíos, que constituyen una oportunidad de crecimiento moral y emocional, y deben ser afrontados con naturalidad y decisión. El valor nace de un sentimiento específico de amor por lo que se cree, se desea y se lucha. A través de la presencia del amor, la valentía se vuelve más decisiva y, por tanto, con mejores posibilidades de lograr el triunfo en la lucha a la que se entrega. Es muy común en la educación en casa, cuidar la prudencia, la humildad, la sumisión, salvándose de la vergüenza y la decepción, la amargura y el enfado. Si bien es una conducta correcta, no se puede prescindir del valor de ser prudente cuando las circunstancias favorecen las reacciones precipitadas. Asimismo, la humildad necesita coraje para conservarse digna, huyendo de la situación de miedo que somete al individuo a lo que detesta, exclusivamente porque no quiere experimentar malestar o malestar. El valor supera estas situaciones complejas, que imponen una decisión firme y una acción continua. El miedo paraliza, impide el crecimiento moral e intelectual, arruinando las posibilidades de elevación que surgen en el proceso de evolución. Aunque nace de un sentimiento humano cauteloso, debe circunscribirse a una frontera donde la prudencia recomiende el equilibrio, la retirada, la recomposición de fuerzas, evitando el descaro irresponsable. Todo lo que se desconoce genera cierto sentimiento de miedo, de cautela, ya que genera incertidumbre y produce desconfianza. Sin embargo, el exceso de cuidado, ante hechos inesperados, de lo nuevo y desconocido, puede favorecer el estancamiento y dar lugar a trastornos de conducta. En la educación doméstica para la valentía, se hace necesario desarrollar las aspiraciones de belleza, de verdad, de conquista moral, para que el clima, las vicisitudes que se presenten se enfrenten adecuadamente con decisión y voluntad de superarlas. Quien teme volar más allá de los límites no puede llegar a sus propios límites, languideciendo y ablandando ante el maravilloso proyecto de vivir. El coraje necesita, en el nido doméstico, el combustible de los ejemplos que deben dar los padres diligentes y trabajadores, que no se quejen ni cedan a los lamentos,

sabiendo referirse a los hechos negativos con naturalidad, como pertenecientes al proceso de logros. No se puede lograr ningún ascenso sin la victoria sobre los reveses de la trayectoria. Las alturas son difíciles de alcanzar, pero una vez conquistadas se recompensan con la impresionante vista del paisaje circundante. La existencia humana puede considerarse una aventura evolutiva. Afrontarlo con orgullo y valentía es triunfar en toda su generosidad y significado. Cada situación ganada se corresponde con momentos alentadores y más hermosos, dando significados estimulantes para nuevas luchas. Solo con valentía se puede combatir el mal y sus expresiones inferiores, inherentes a los sentimientos embarazosos, que desinflan el egoísmo, la presunción y la visión equivocada de los valores nobles que no se tienen. El coraje es indispensable para el autoanálisis, para descubrir deficiencias morales, imperfecciones predominantes, mezquindad de carácter y conducta. Fue el coraje el que dio la oportunidad a artistas, estetas, santos, científicos, héroes de todo tipo, conquistadores, pensadores éticos y nobles luchadores, de hacer realidad sus sueños, de construir sus aspiraciones, haciéndolas realidad. realidad en el mundo objetivo ... Jesucristo, con gran justicia, llamado Héroe de la Cruz, vivió valientemente, afrontando todas las consecuencias de su ministerio, sin someterse a los dominadores de la mentira, a los poderosos de la nada, demostrando que el amor es la fuerza más grande que existe. existe en el Universo, porque nacido en Dios, sostiene la Creación. Su ejemplo de valentía sigue siendo un estímulo y una lección viva para todas las criaturas que desean la iluminación y el encuentro con Él.

15 - EDUCACION SEXUAL Un tema relevante e intransferible se refiere a la educación sexual de los niños. Anteriormente, cuando reinaba la ignorancia y prevalecía la superstición dominada por la malicia, el sexo era tabú y el concepto religioso tradicional que lo aborrecía, en él solo veía el pecado que se derivaba de la mitología del comportamiento de Eva seducida por la serpiente, arrastrando a su vez a Adán. en un paraíso de fantasía ... A través de la evolución cultural, el sexo se ha convertido en objeto de estudios nobles, mereciendo el respeto que se merece, en su condición de instrumento de procreación, perpetuando así la especie. Como ha recibido aportes psicológicos en torno a relaciones específicas, experimenta la banalización de su conducta, siendo responsable, de alguna manera, de dramas y tormentos individuales y sociales, que son espantosos. Desde que fue estudiado por el eminente neurólogo y psiquiatra vienés Sigmund Freud, quien lo liberó de la ignorancia a la que estaba relegado, que comenzó a ejercer una gran fascinación en las mentes y los sentimientos. En un principio, las conclusiones del eminente médico fueron consideradas abusivas, y experimentó la agresión de la ignorancia, a través de ataques vigorosos, que no disminuyeron su grandeza. Sin embargo, viendo solo un lado del tema, el destacado científico, a su vez, instauró la dictadura de la libido, reduciendo prácticamente todos los fenómenos de la emoción a consecuencias neuróticas derivadas de la forma en que se ve o no se ejerce el sexo. o se negó ... Sin embargo, gracias a la visión espírita, además de sus nobles funciones orgánicas, también juega un papel emocional muy significativo, como resultado de la forma en que se considera y se vive. Hoy en día, frente a muchos factores sociológicos y educativos, el sexo se ha convertido en un instrumento de fama, de poder, de dominio. .

La desinformación y su ausencia la han reducido únicamente a un instrumento de placer, en el que se encuentran fuentes de perversión y goce interno, transformando criaturas en objetos de precio variable, pero de fácil adquisición, siempre que se disponga de los recursos necesarios para su realización. tanto. El sexo tiene altas metas, tanto desde el punto de vista fisiológico como psicológico, ya que, además del propósito procreador al que se destina, proporciona el intercambio de hormonas emocionales, contribuyendo a la alegría de vivir y la armonía psicológica del ser humano. Sin embargo, frente a la llamada liberación sexual, se convirtió en un instrumento de comercio nefasto, a través del cual se montó toda una industria de perversión y permisividad, fascinando a las personas atormentadas que se entregan al dominio, victimizándolas. cada vez más. Por otro lado, la facilidad que presentan las comunicaciones virtuales, lo ha venido ofreciendo como un producto de consumo en el que vienen a presentarse los usos más pésimos. En los hogares desatendidos por la dignidad se multiplican los casos de pedofilia, que se extienden por las comunidades, estimulados por el turismo sexual infantil y las actuaciones incontrolables de espectáculos a través de INTERNET, en los que el niño es vilipendiado en todos sus sentimientos, que se convertirán en en tormento más tarde. Lo peor de estas situaciones es que muchos niños son víctimas de padres inescrupulosos que los exponen a acciones delictivas para mantener la holgazanería y el morbo. No es raro que los niños se presenten en situaciones reservadas a los adultos, como si fueran miniaturas, imitándolos y tratando de seguir sus pasos, en caricaturas vergonzosas, para el placer de los adultos infelices que los tienen de niños. Su infancia es desperdiciada por estos individuos malvados y espiritualmente enfermos, que los enganchan y les imponen morbosidad, mostrándolos en actitudes ridículas y poco provocativas, que fascinan a otros enfermos mentales, siempre a la caza de sensaciones nuevas y extravagantes.

La educación sexual debe formar parte del programa familiar, en el que todos los problemas deben abordarse de forma natural, cotidiana, sin precipitaciones ni demoras. Lo que el niño no aprende en casa, seguramente lo encontrará deformado en otros lugares, donde no hay dignidad ni interés por su salud moral. Por tanto, es fundamental iniciar la educación sexual del niño, en cuanto pueda bañarse al mismo tiempo que el padre, cuando sea varón, o con la madre, cuando sea mujer, dando lugar a su curiosidad natural la explicación pertinente a las funciones organicas como el sistema excretor, así como en la condición de criador. Dilucidar con alegría que es a través de la unión de los dos sexos que la vida material se perpetúa y los espíritus tienen la oportunidad de revestirse del cuerpo físico para experimentar sus pruebas y expiaciones. Sin exceso de pudor o ausencia del mismo, orientar a los niños al ejercicio sexual en el momento adecuado y evitar información que no le interese al alumno. Al mismo tiempo, explicar, en su caso, el mal uso que se hace por parte de los enfermos y ante la vulgaridad expuesta en los medios de comunicación, dilucidar que la realidad difiere de eso, ya que es exhibicionismo comercial para atraer a personas atormentadas. La conversación sana en torno al sexo en el hogar, así como otros temas, constituye una seguridad para un comportamiento equilibrado, incluso cuando se trata de las abyecciones y dislocaciones que se encuentran en todas partes. Cuando los padres noten diferentes comportamientos en sus hijos, como preferencias de carácter homosexual, deben examinar de manera espontánea el significado del hecho, guiando al hijo o hija hacia comportamientos saludables respetándose a sí mismo y al grupo social, sin dejar conflictos que son perfectamente evitables. No consideres la ocurrencia como infelicidad o castigo divino, como era normal en las fortalezas donde prevalecía o permanece la desinformación.

El problema no es de carácter homo o heterosexual, sino de carácter moral, colocando la conducta por encima de la opción en cada que de la manera correcta para llevar la existencia. La reencarnación es una oportunidad sublime para educar los sentimientos y mejorar las facultades intelectuales-morales, y corresponde a cada uno ejercer su sexualidad de acuerdo con su constitución emocional, dentro de los estándares de dignidad y armonía personal. El viejo prurito respecto al acaecimiento debe dar paso a las imposiciones de las Leyes Soberanas que permiten al espíritu encarnarse en una como en otra polaridad, para desarrollar los valores pertinentes a uno como experiencia del otro. La forma en que cada uno vive el camino terrenal dará lugar al crecimiento espiritual o la necesidad de volver sobre el camino de la recuperación que se propondrá. La constelación familiar, por tanto, es el mejor núcleo de vida para la orientación sexual, impidiendo que personas desinformadas y en distonía emocional asuman la tarea de presentar los conflictos que los victimizan como el mejor camino a seguir, al mismo tiempo que los rápidos y perversos. La información de los medios, que siempre conduce a la desastrosa liberación de comportamientos que se convierten en espectáculos de sufrimiento futuro, debe ser aclarada con más profundidad.

16 - RELACIONES SOCIALES

Vivir en sociedad, las relaciones entre personas, en particular, y genéricamente entre familias, constituyen un desafío necesario para la construcción de la armonía en el grupo. Cuando solo una nota está desafinada en un instrumento musical, el conjunto sinfónico sufre las perturbadoras consecuencias de la ocurrencia. Del mismo modo, cuando alguien sufre trastornos emocionales, se producen efectos en el grupo familiar, que a su vez influyen en la sociedad en su conjunto. Las experiencias de relaciones entre familias son necesarias, pero deben tener altos significados existenciales. No solo de reuniones formales o contactos reservados, sino de convivencia fraterna, sin profundizar en las intimidades personales, pero también sin distancia, para que, en un momento de necesidad, no haya vergüenza en pedir apoyo y ayuda. El significado representa el ideal general de comprensión, de ideales que siempre deben llevar a los individuos hacia la felicidad. No está, por tanto, desprovisto de legitimidad, cuando se asegura que la felicidad fluye de tres factores esenciales: placer, compromiso y sentido. Cuando falta uno de estos elementos, los otros son un motivo de alegría pasajera y una falta de plenitud para la felicidad. El placer es fácil de entender y todos lo experimentan en una situación u otra, cuando algo les agrada, les hace bien, contribuye a su alegría. A su vez, el engagement se refiere al entusiasmo con el que se adhiere a una actividad, en la que se encuentra la satisfacción íntima y el bienestar, contribuyendo a un sentido existencial más amplio. El significado, a su vez, representa el valor que se atribuye a la existencia misma, el objetivo dignificante que se atribuye a los logros, equivalente a todo trabajo que promueva a los demás, que ayuda a resolver los desafíos y alcanzar niveles superiores en la vida. . El significado se encuentra a menudo en los comportamientos religiosos, pero no solo en ellos, que brindan al individuo una visión espiritual, la convicción en torno a la supervivencia del espíritu hasta la muerte física, la acción de la benevolencia, la

compasión, la caridad. . La convivencia entre familias puede englobar los tres elementos, de los que la satisfacción de un barrio amable y responsable, que sabe respetar los problemas de los demás, está vigilante, sin embargo, para ayudarse mutuamente cuando sea necesario. . Es una buena idea que cuando una nueva familia se instale en el barrio, en el condominio o en el edificio residencial, donde ya vive, cree el sano hábito de una visita fraterna, con anticipación.

anunció para presentarse, comprometiendo un conocimiento suave que puede ser útil en momentos de emergencia, que todos, de vez en cuando, experimentan. No será necesario ni necesario preocuparse por los obsequios, por las fiestas de bienvenida, ni por dar lugar a confidencias innecesarias, sino que significa que es un grupo que hay que conocer y sostener, facilitando la comunicación y el entendimiento humano. , en forma social. En este sentido, los niños y jóvenes, si existen, tendrán mejores condiciones para relacionarse, para la convivencia amistosa y el intercambio de experiencias y asistencia en el ámbito estudiantil. En las circunstancias actuales, se vive en un edificio sin ningún contacto con su vecino, ignorándolo y, en consecuencia, teniéndolo como un riesgo potencial, evitando cualquier comunicación, temiendo problemas y consecuencias. indeseable. Ciertamente, hay familias como individuos que encuentran muy difícil identificarse con los demás, por deficiencia educativa, lo que les permite ser intimidades perniciosas, convivencia agitada, intereses subordinados ... Pero no son todos, porque, de lo contrario, se encuentran personas y grupos familiares sanos moral y espiritualmente, que sepan respetar las comodidades de los demás, manteniéndose amigables, pero discretamente alejados de las perturbaciones de una convivencia perturbadora. La vida en sociedad es necesaria para el desarrollo ético y moral de los responsables del grupo familiar, ensayando pasos para ampliar las relaciones con otros segmentos humanos. No pocas veces las personas se encuentran en discotecas o bares, en fiestas ensordecedoras donde se refugian para esconderse del aburrimiento o sortear frustraciones emocionales y afectivas, buscando estímulos fuertes en los alcohólicos, en experiencias sexuales ligeras, sin sentido, despertando la ilusión con más ansiedad y soledad. Solo a través de la convivencia positiva, que sea placentera, se podrán formar relaciones saludables, que resulten en armonía en el grupo, en un interés sincero en favor del bienestar de todos. El aislamiento que experimentan los individuos contemporáneos, especialmente en estos días de comunicación virtual, trabaja a favor de conflictos más graves que los que ya se han asentado, empujándolos hacia distancias físicas cada vez mayores, en las que pierden la sensibilidad de convivir. , la calidez de la amistad y los anhelos que los mueven son siempre relevantes para los intereses económicos, para los placeres sexuales, si no, para las perversiones desenfrenadas. Cuando este aislamiento no resulta del escape a la convivencia virtual, los conflictos que existen en esa persona lo alejan del entorno social, de la intimidad en la familia, buscando justificaciones para entregarse al sufrimiento, al no caer en la depresión. Las relaciones, por tanto, deben comenzar en el ámbito familiar, en el interés por lo

que sucede en relación al grupo sanguíneo, en el que renació, participando en las actividades y preocupaciones domésticas, tratando de solucionar problemas y dificultades, en fin, conmovedor. acumularse en la constelación del hogar. Se hace más fácil partir de lo simple a lo complejo, de la familia al vecino, del conjunto de intereses comunes a las aspiraciones de la sociedad, ofreciéndose activamente a hacer mejores los días de existencia, tanto en relación con uno mismo como con los demás. referirse a otras personas. Nunca ha habido mayor necesidad de relaciones optimistas y fraternales entre las familias terrenales que hoy. Ante los desórdenes que prevalecen en todas partes, el objetivo de las relaciones saludables se impone socialmente, de manera que se modifiquen los factores de riesgo entre los individuos, reviviendo los intereses benéficos, en lugar de la indiferencia que se observa en todas partes. Lo que le pasa al vecino, al vecino, es un anuncio de lo que le sucederá después al que es insensible a su aflicción, que evita ayudar a no comprometerse, volviéndose antisocial, antifraterno, egoísta. . La vida es fruto del amor y trabaja a favor de la solidaridad con todas las formas existentes: minerales, vegetales y animales. Por tanto, a través de las relaciones familiares, que brindan solidaridad y comprensión, el Reino de Dios se instala en los corazones, proporcionando un motivo real para una familia feliz, una feliz existencia individual y grupal.

17- RELACIONES FAMILIARES Siendo, fundamentalmente, el hogar, la minúscula representación de la sociedad, como célula de partida, es justamente que está construido de tal manera que se extiende naturalmente por el grupo social en dirección a toda la humanidad. Los hábitos adquiridos allí tendrán un carácter permanente, ya que se fijarán en el comportamiento de los alumnos, aportando comportamientos alegres o conflictivos. Ciertamente, ante los diferentes tipos humanos que existen en todas partes, siempre habrá enfrentamientos entre diferentes personas, ya sea en casa o fuera. Sin embargo, un buen entrenamiento moral se superpondrá a expensas de incidentes menores. Así, la constelación familiar debe estar formada por sentimientos de cariño sin inquietud y disciplina sin rigidez. Observar atentamente a cada niño, para conocer su nivel espiritual, sus aspiraciones y posibilidades, es un deber indispensable de los padres, que no se puede trasladar a los empleados asalariados. Además, la convivencia materna, en contacto frecuente con los niños desde el nacimiento, contribuirá a darles seguridad emocional y sustentar la alegría de vivir. Se comprueba con seguridad que en la psicogénesis de muchos trastornos depresivos en la infancia destaca la ausencia de la madre, es decir, de su afecto, de su contacto físico, dejando la impresión de abandono, que se convierte en amargura inconsciente en el niño. , quien, indefenso, cae en profunda melancolía. Al regreso de la madre, el apoyo del regazo cariñoso produce un cambio inmediato en la conducta afectiva, favoreciendo al infante con la recuperación de la salud, con la alegría de vivir. El hogar no es solo el lugar de los deberes, sino también del placer, la alegría de vivir y sentir la familia, de vivir la alegría y planificar fiestas que ayuden a las buenas relaciones sociales. Por eso mismo, es justamente que tiene un agradable clima emocional de equilibrio, en lugar de ser el lugar donde las quejas y quejas se vuelven normales, de tal manera que el ambiente siempre se contamina de mal humor y pesimismo. Aunque hay dificultades y problemas, como es perfectamente natural, hay que examinarlos con naturalidad, sin los extremos de la revuelta ni el encubrimiento que los disimule, dando una falsa idea de que todo está bien. Cuando no se dan hábitos de confianza y lealtad en la convivencia doméstica, la familia comienza a romperse,

avanzando hacia el colapso. Es fundamental, por tanto, que ante tal evento todos sus integrantes estén informados de las ocurrencias que se producen en el nido familiar, para que, juntos, contribuyan, como puedan, a solucionar las dificultades y ampliar los buenos resultados del trabajo. desarrollado. Los niños, por falta de experiencia, no deben participar en los debates más serios de la vida familiar, lo que no significa desprecio por ellos, sino cuidados normales, evitando aprensiones injustificables antes de que tengan las condiciones adecuadas para comprenderlos bien. El compañerismo, por tanto, en el hogar, es fundamental para una feliz convivencia. Cuando el hogar carece de estos valores de alegría, bienestar, respeto mutuo, se busca fuera, en ambientes insalubres, los estímulos necesarios para la propia existencia. Sin saber aún discernir, los estudiantes aprenden sobre los eventos y costumbres locales, aprenden a convivir con ellos, se adaptan y comienzan a preferirlos. Lo que no encuentra en casa y vislumbra fuera lo atrae, convirtiéndose en una motivación y despertando interés. En este capítulo se incluyen las famosas prohibiciones, casi todas irracionales. Los adultos impacientes e inmaduros optan por no explicar las razones por las que ciertos comportamientos son buenos y otros son malos, estableciendo reglas de prohibiciones que despiertan la curiosidad y el deseo de conocerlos a todos, ya que contiene un contenido mágico y fascinante.

La correcta orientación en cuanto al comportamiento y las oportunas explicaciones sobre los daños que derivan de algunos de ellos, eliminan esa atracción inquietante sin traumas de la imaginación de los niños, ayudando a comprender los valores que constituyen el bienestar, así como los que llevan al sufrimiento. , a estados de ansiedad y amargura. El diálogo abierto y franco en torno a todos los temas es siempre la solución a los acertijos y el amigo del buen entendimiento entre las personas en casa, en el trabajo, en la calle, en la sociedad ... Sin embargo, no siempre, todo será en un ambiente de color de rosa, para todo el tiempo, porque los padres, por desinteresados que sean, también sufren conflictos, incertidumbres, contradicciones humanas, aspiraciones y frustraciones que no pudieron superar. Luego, deben comprender a los hijos, a su vez, este hecho, y tratar de ayudar a sus padres, en estos momentos convulsos, mostrándoles cariño y afecto, sentimientos de apoyo y gratitud, liberándose, al mismo tiempo, de cualquier conflictos que puedan surgir. Este sano intercambio brinda seguridad emocional a los diversos miembros de la familia, pues de esta manera se sienten partícipes de todo lo que ocurre dentro del clan, adquiriendo importancia y valor a su aporte, por pequeño que sea. Las vivencias que se acumulan en las relaciones domésticas serán luego automáticamente trasladadas a vivir fuera del hogar, cuando las luchas son más severas y la ausencia de parámetros de afectividad contribuye a las definiciones en torno a quienes deben ser elegidos como amigos, en relación a los demás que se conocerán únicamente, acreedores de contraprestación, pero no de confianza o intimidad. En este ambiente de comprensión familiar, todos se ayudan, en las actividades domésticas, en el trabajo escolar, en las preocupaciones de apoyo económico, evitando el gasto exagerado y el consumismo, siempre inquietante y responsable de situaciones angustiosas en relación al futuro. La conciencia colectiva en la familia es el resultado de la participación de todos sus miembros en los acontecimientos cotidianos, brindando el trabajo general y ordenado de preservar el afecto y mantener el respeto. Sin embargo, cuando un miembro no puede adaptarse al programa general, lo que siempre ocurre, en lugar de ser expulsado del grupo, debe ser considerado como alguien que necesita comprensión, en lugar de ser una discapacidad, evitando disgusto o animosidad, ya sea oculta o declarada. Como la familia está formada por espíritus de diferentes orígenes, algunos de los cuales cobran deudas anteriores, es comprensible que se manifiesten con amargura, constante insatisfacción, agresividad o reaccionen a planes de entendimiento colectivo. Este miembro siempre será el creador de problemas, el denunciante, el calceta, el rebelde ... Espiritualmente frágil, corre peligro de caer en la fuga por las drogas, el alcohol y, en su inseguridad, comenzar en el robo, como recurso. psicológico

para llamar la atención. Se convierte, entonces, en un verdadero desafío familiar, que hay que tener en cuenta, en una pequeña representación en relación a lo que se encontrará multiplicado en la sociedad fuera del hogar, lo que requerirá un comportamiento equilibrado y desafiante. La familia, por lo tanto, es la célula primaria del grupo social, el bastión donde se forjan sentimientos y calificaciones para las relaciones humanas en todas partes. Así, mantener una agradable convivencia y culto es la regla de buena conducta en el hogar, para enfrentamientos colectivos en el futuro.

18 – MEDIUNIDAD EN LA FAMILIA En el núcleo familiar bendito, donde se encuentran trabajando espíritus de diferentes comportamientos

A favor de rectificar los errores del pasado y una dirección moral segura para el futuro, es comprensible que surjan fenómenos mediúmnicos discretos o agresivos, que provocan perturbaciones en las relaciones afectivas. La mediumnidad, en su condición de facultad del espíritu, expresándose a través de los órganos físicos, constituye un campo experimental de actividades trascendentes, aún no entendido como debiera. Ignorando, casi genéricamente, lo que es la mediumnidad, aún son pocas las personas que se iluminan sobre este bello recurso que la Divinidad se usa para demostrar la inmortalidad del alma y favorecer el intercambio con los desencarnados. Conduciendo una alta carga de información mágica y desprovista de legitimidad, la facultad mediúmnica se ve siempre de forma irregular, llegando en ocasiones a la aceptación de conceptos absurdos. Perseguido tenazmente durante la Edad Media y combatido en los siglos siguientes, fue solo con el advenimiento del Espiritismo que comenzó a recibir consideración de eruditos sinceros y dignidad en su ejercicio. Sin embargo, continúa bajo informaciones inquietantes, gozando de místicos injustificables y consideraciones oportunistas. Sin un conocimiento real de su especificidad, las personas precipitadas e imaginativas opinan y orientan erróneamente, cuando no se refieren a la necesidad de bloquearlo y cancelarlo en sus más variadas expresiones. En otras circunstancias, frente a las supersticiones que braman en torno a los fenómenos psíquicos y psíquicos, aparecen fórmulas cabalísticas y prácticas excéntricas, capaces de contribuir a favor de su desarrollo y comprensión. Así, la facultad irrumpe en cualquier período de la existencia humana, ya sea en la niñez, adolescencia, adultez, senectude, produciendo, cuando es ostentoso, ruidos e inquietudes, necesitando una orientación conveniente, lo que ocurre con los demás afectivos, mentales, artísticos y otros. cultural ... En la infancia, invariablemente aparece turbulento, porque el niño, al no saber discernir la realidad objetiva de los sucesos espirituales, se confunde y genera situaciones embarazosas en la familia, casi siempre sucediendo momentos desagradables y destructivos. Depende de los padres no dejarse afligir, ante hechos de esta envergadura, buscar las soluciones adecuadas para el cuidado del niño, ofrecerles seguridad emocional, dialogar con naturalidad, explicar que se trata de espíritus - seres que vivieron en la Tierra y continúan sin el cuerpo físicos - que necesitan orientación, aquellos que son infelices y perturbadores o

respetuosos, los que son amables y amables. Cuidar al niño de forma natural, sin el fantástico aporte de lo sobrenatural, evitando paisajes angustiosos generados por el miedo, por amenazas inquietantes, dando un toque natural al fenómeno, para que sea bien aceptado y comprendido, es el primer deber de los padres ante la presencia de mediumnidad en la familia. La forma más segura para la correcta asistencia, a continuación, será la ayuda de una Sociedad Espírita, portadora de recursos orientadores, sobre todo si el niño tiene la edad adecuada para participar en actividades infantiles y juveniles, en las que encontrará aliento y apoyo para superando las aflicciones que ocurren. Nunca permitir que el niño-médium participe en actividades mediúmnicas, por justificadas que sean, dada la imposibilidad de introducir enseñanzas espiritistas específicas en relación con el problema, así como la dificultad de seleccionar los conflictos que ocurren durante el período. educación universitaria. No hay prisa para que se produzca el desarrollo mediúmnico, que se extiende a lo largo de la existencia, siempre necesitando reflexión, estudio y experiencia. Los niños, niñas y adolescentes deben salvarse de las experiencias mediúmnicas que se organizan en las Instituciones Espíritas, trabajando sus valores morales, construyendo nobles sentimientos y conduciéndolos por los caminos de la alegría de vivir como jóvenes equilibrados y saludables.

La mediumnidad no es una miseria psicológica o un trastorno de la conducta, como lo hicieron ellos, y algunos expertos aún creen que necesita terapia psiquiátrica para cancelar sus ocurrencias. Gracias a la amable guía de los padres, a la fraternidad vigente en el hogar, evitando crear mayores conflictos en el medio joven, es posible, con el apoyo de todos, hacer menos doloroso el fenómeno. Sin duda, en este período de existencia, las deudas pasadas siguen siendo vigorosas, y quienes aún se sienten infelices por haber sido víctimas, se apresuran, en su ignorancia, a buscar el esfuerzo contra el enemigo ahora reencarnado. No ven al niño, sino al verdugo que los hizo infelices, aunque el nuevo cuerpo en el que se encuentra, descargando sus sentimientos inferiores y perversos, en forma de desdichada venganza. El antídoto contra el odio es siempre el amor revestido de la comprensión del sufrimiento de los demás, al mismo tiempo que busca disminuir sus dañinas consecuencias. Todos se reencarnan, en la Tierra, para avanzar, liberándose de los compromisos negativos pasados y estableciendo nuevas rutas de equilibrio y felicidad, para que la educación sublime en la que se encuentran, les proporcione la visión correcta de la vida. , bendiciendo su existencia con las lecciones de justicia, equidad, amor y compasión, educándose siempre para el mejor desempeño de las actividades que les conciernen. La facultad mediúmnica, por lo tanto, en el período infantil, tiene un alto significado en el proceso de restablecimiento de la paz para todos los infractores, que pueden, después de este período, liberarse de los fenómenos ostentosos, manteniendo la percepción natural, sin perturbaciones ni aflicciones. . Las experiencias que permanecen en el inconsciente les servirán para comprender y estar seguros de la inmortalidad del alma, permitiéndoles crecer mejor en relación con sus deberes para con ellos mismos, con los demás y con Dios. El número de niños-médiums es expresivo, ya que la bendita facultad trabaja por la felicidad del espíritu, así como las demás de las que están poseídas. Sin embargo, los fenómenos pueden manifestarse en dos órdenes distintos: los que son perturbadores - mediumnidad de prueba - y aquellas naturales, que no generan desequilibrios. Cuando no producen perturbaciones en la conducta del niño, es que su naturaleza y su constitución se prestan a ello. No ocurre lo mismo cuando es provocado y sobreexcitado. (*) Estos niños tienen visiones, escuchan, producen efectos físicos y todo esto les parece perfectamente natural, sin causarles problemas, dejando que los familiares adultos comprendan el fenómeno y su consecuente orientación. Nunca olvidemos, por tanto, ante los fenómenos mediúmnicos en el hogar,

especialmente en la infancia, que sólo el conocimiento del Espiritismo puede ofrecer pautas de seguridad y orientación para el buen desempeño de la facultad.

19 - TRANSTORNOS DE CONDUTA EN LA FAMILIA En un clúster familiar, en vista de las coyunturas previas de las poblaciones en el crisol de la evolución, hay muchos problemas que permanecen en el camino, esperando una solución. Entre algunos, cabe destacar el trastorno de conducta por obsesión, que anatematiza a muchos espíritus en el campo de la reencarnación. Debido a que no tuvo oportunidad de regresar al mismo proscenio donde la siguió su verdugo, la víctima de la tresvariata de ayer permanece en apuros, buscando la manera de alcanzarlo para el desafortunado esfuerzo, sin imponerse mientras las leyes de la afinidad no la acerquen a las suyas. ex antagonista. En lugar de la sublime contribución del amor, lamentablemente, todavía elige vivir con odio, con

Venganza enfermiza, en una terrible alucinación que impide el discernimiento racional de las actitudes que deben tomarse, deslizándose en un proceso obsesivo, tan cruel como las causas que la desencadenaron. El espíritu fue creado para la gloria del amor. Sin embargo, los impulsos inferiores que quedan como atavismo perverso, predominando en su naturaleza espiritual, dificultan su ascensión, la cual solo es posible cuando inserta el sentimiento de afecto en el imo, ampliando posteriormente la capacidad de evolución, mediante la adquisición de la conocimiento intelectual. Debido a que el amor impone renuncia y abnegación, requiriendo sacrificio y esfuerzo personal, el ser humano casi siempre mantiene una preferencia mórbida por las reacciones negativas, malsanas y egoístas, especialmente aquellas que han perdido el rumbo cuando son victimizados por personas. o circunstancias angustiosas, cuyos sufrimientos, sin embargo, podrían convertirse en bendiciones en el proceso de crecimiento personal. De esta forma, refugiándose en el seno de la familia que, de alguna manera, contribuyó a su tragedia anterior, renace el espíritu con matrices espirituales que le brindan el mandato obsesivo, en el que rescata el crimen y crece moralmente, si sabe conducir el proceso. angustioso. Sin embargo, no es ley de Dios sufrir solo por el sufrimiento, sino como una oportunidad para rehacer la experiencia desafortunada, ajustando el ritmo con equilibrio y desarrollando los valores dignificantes que duermen en latencia. Cuando se trata de un simple trastorno obsesivo, el paciente tiene la lucidez para liderar el problema, para poder manejarlo, ganando con dignidad lo que perdió en el desorden anterior. Sin embargo, cuando el problema es más serio, como en el caso de las obsesiones por la fascinación o el sometimiento, discernimiento, necesitando apoyo familiar para recuperarse. Es en este capítulo donde los padres no pueden dejar de estar atentos, considerando que los hijos que les ha confiado la Divinidad son tesoros que hay que multiplicar, como en la parábola de los talentos narrada por Jesús, en la que quienes supieron aplicarlos nos los devolvieron. se multiplicó, mientras que el sirviente avaro, perezoso y desconfiado, no hizo más que enterrarlo, generando la ira de su amo que reprochaba su carácter venal. Los niños son a menudo maestros hábiles que ayudan a los padres a subir los escalones de la evolución, a través de las lecciones de sufrimiento que les corresponden o mediante donaciones de ternura con las que los enriquecen. Ser capaz de llevarlos a cabo con sabiduría es un deber que no es lícito desatender bajo ninguna justificación. Observando el comportamiento alienado del hijo, después de buscar la ayuda de

la ciencia médica, nunca olvides el aporte espiritual a través de la competencia de pases, agua magnetizada, cariño por el enfermo encarnado y compasión hacia el perseguidor. Este sicario ahora tiene las marcas del sufrimiento del que fue víctima, cometiendo la misma locura que sufrió, cuando debería usar la lección de la vida para ascender a los páramos de luz a través del perdón. Si bien el espíritu no perdona las ofensas a las que ha sido sometido, no tiene los recursos para perdonarse a sí mismo por las tonterías y errores que permite. Sin lucidez para comprender la fragilidad de los demás, resiente los resentimientos, consciente o inconscientemente, de sus propias deserciones que se transforman en tormentos actuales o futuros. El ejercicio, por tanto, de la compasión, permite, posteriormente, la presencia del perdón en su noble forma de olvidar el mal recibido, solo para recordar los dones de alegría recogidos durante la existencia. La persona obsesionada, que genera situaciones difíciles en el hogar, es siempre muy infeliz y, por tanto, se encuentra en una etapa que le impide comprender lo que sucede a su alrededor, convirtiéndose en un instrumento de aflicciones para toda la familia. . No es infrecuente que su impertinencia, al repetirse continuamente, acaba por cansar a los familiares, produciendo reacciones de rabia y dolor, revuelta y odio, que complican aún más la dolorosa situación.

La terapia más eficaz, junto con la oración, es la paciencia de todos aquellos que se ven obligados a afrontar su enfermedad, enviándolo en oleadas de paz, para romper las esposas que lo atan al vengador. Los sentimientos negativos que se dirigen a la enfermedad espiritual agravan la situación, porque vitalizan más al perturbador, que encuentra un campo vibrante favorable al esfuerzo que se propone realizar. Por otro lado, todos los que participan del cuadro doloroso, de una forma u otra, están vinculados a la lamentable trama que ahora se niegan a rescatar. En las constelaciones familiares nacen también las almas queridas que forman grupos felices y saludables, porque su misión es trabajar a favor del progreso general, fomentando el desarrollo intelectual y moral de la comunidad. Sostenidos por los valores del afecto doméstico, encuentran la fuerza para superar las dificultades naturales de las empresas relevantes, construyendo el bien y la felicidad en todas partes. En estos reductos consanguíneos se encuentran espíritus semejantes, consagrados por el pasado de ternura y comprensión, que vuelven a empezar juntos para apoyarse mutuamente en el cumplimiento de los compromisos en los que están unidos. La felicidad y el sufrimiento, de esta manera, son fruto de la siembra individual, que se convierte en alegría o dolor colectivo, señalando a quienes están involucrados en los mismos logros. La familia es siempre una bendición que Dios brinda al espíritu que crece, ayudándolo a formar la fraternidad y el entendimiento, para preparar el de carácter universal. Siendo la célula inicial de la sociedad, cuando se estructura en el bienestar, todo el grupo disfruta de alegrías y esperanzas. Sin embargo, cuando está enfermo, es comprensible que el cuerpo en general sufra dificultades de comprensión y salud colectiva. Por tanto, en los casos de obsesión por la familia, los hijos o padres, hermanos u otros miembros del mismo clan, gozan de una oportunidad especial para regularizar los gravámenes que esperan la presencia del amor, la caridad y la oración por el adecuado equilibrio. En casa, los sentimientos se santifican, incluso en los períodos más difíciles, cuando se elige el cariño en lugar de la antipatía y la animosidad.

20 – PRUEBAS Y EXPIACIONES A DOMICILIO Dado que el planeta terrestre es todavía un mundo relativamente primitivo de pruebas y expiaciones, es natural que, en la mayoría de los grupos familiares, se presenten sufrimientos de diversa índole, invitando a reflexiones y al trabajo de iluminación interior. Como la reencarnación tiene como objetivo desarrollar los valores que duermen innatos en el espíritu, los errores y las dolencias que la acompañan como resultado de las experiencias desafortunadas del pasado, se presentan como necesitados de rectificación, expresándose en forma de los más diversos sufrimientos. . Pueden manifestarse en expiación, a través de los procesos más graves de enfermedades degenerativas, en sordera, ceguera, sordera, parálisis, trastornos mentales irreversibles, o en forma de juicios que se utilicen como instrumentos las enfermedades infecciosas y contagiosas, accidentes, dolor moral, trastornos psicológicos, trastornos de conducta, soledad, conflictos ... Hay pocas familias en las que el dolor no se presente invitando a la madurez espiritual y a una comprensión más profunda del propósito existencial superior. Mucha gente asume que la existencia terrestre es un viaje encantador al país de la ilusión, una experiencia enriquecida solo por placeres y goces, sin recordar su fugacidad, los fenómenos que se presentan a todos, diluyendo fantasías y convocando la realidad. De esta manera, el sufrimiento es el amigo silencioso que se infiltra en el espíritu, para que pueda ser educado o reeducado, desarrollando los sentimientos latentes de amor, compasión y caridad, para enriquecerse con los tesoros. que conducirá después de la descomposición del tumor. Son estos recursos los que constituyen bienes inmuebles, porque acompañan a quienes los poseen, mientras que todos los demás se transforman en recuerdos en la memoria de quienes los utilizaron, pasando las manos

Tierra. Por tanto, es deber de los padres, informar a sus hijos sobre las vicisitudes del camino evolutivo. Las edificantes conversaciones en torno a la Justicia Divina, los compromisos morales que asumen los reencarnados, las pruebas y testimonios que todos experimentan, son de gran trascendencia moral y espiritual para la sana formación de la personalidad de la descendencia. Demostrar que estos hechos son perfectamente normales, sin tratar nunca de los castigos establecidos por Dios, que estaría encantado de ver sufrir a quienes no tienen igual en valores por los procedimientos correctos, es un deber ineludible. Cuando, por casualidad, en la constelación familiar hay algún ejemplo de expiación, debe convertirse en una preciosa lección de vida, no solo para el que sufre, sino para todos los miembros, que deben unirse para aliviar los sufrimientos de quienes necesita ayuda. Esta providencia se desarrolla en toda la valentía y respeto por la vida, eliminando miedos y diluyendo ilusiones en torno a la materia, especialmente en lo que se refiere a su fragilidad. Tal comportamiento sirve de lección viva para quienes forman parte de la familia, al darse cuenta de que el pájaro en el nido por aparente desgracia se encuentra en el hospital de la solidaridad, en el que recibirá apoyo y comprensión, con el fin de recuperarse de la mejor manera. posible para los vuelos futuros que debe tomar ... No se trató de una orden judicial casual que trajo al ser querido con límites, haciéndolo preso en una prisión sin rejas, sino hechos que ocurrieron en un tiempo cercano o remoto, en los que los familiares actuales jugaron un papel importante. Nadie renace en un grupo consanguíneo, en una situación dolorosa, sin que existan razones imperiosas para el compromiso liberador. Este, que ahora yace en la cama, en un proceso de purificación, llevó compromisos desafortunados, habiendo atraído a la acción nefasta a otros que ahora lo reciben y deben ayudarlo en su liberación. Todo encaja perfectamente en los procesos iluminadores a través de las aflicciones. Nadie, por tanto, que experimente algún tipo de dolor sin una causa previa que lo explique, que lo justifique. Así, el hogar es el santuario de la unión, en el que se rectifican situaciones dolorosas y acciones odiosas. Ese familiar que, en cierto modo, inspira animosidad, que se vuelve perverso, agresivo hacia los demás miembros, pide, sin pedir, compasión y misericordia, por cuya aplicación sus sentimientos enfermos son atenuados por las vibraciones que emiten los demás miembros del grupo. clan. En lugar de la revuelta y el deseo de

esfuerzo, que muchas veces suscitan en los demás, la caridad debe ser la reacción, como bálsamo para quien la ofrece y bendición en favor de quien va dirigida. No pocas veces, bajo la expiación, las familias se desintegran, cuando más deben estructurarse, ante el desconocimiento espiritual que representan estos hechos, que dan lugar a odios y luchas dolorosas entre sus miembros. En otro aspecto, como las pruebas ocurren en muchos hogares, la revuelta anida en el corazón y la decepción invade los pensamientos de quienes las experimentan, cuando deben meditar en el hecho, tratando de entender la razón, para enfrentar mejor la situación. situación inquietante. La familia es un baluarte del trabajo colectivo, en el que todos tienen el deber de ayudarse unos a otros. Aquellos que están mejor informados, más fácil es contribuir a la iluminación de aquellos que lo ignoran. El hogar no siempre se presenta como un reino de regocijo, sino casi siempre como un campo de batalla en el que espíritus litigantes, opositores del "ayer o amantes frustrados del pasado" se reencuentran. por las transformaciones emocionales que son necesarias bajo la inspiración del amor. Los niños y calzoncillos ingratos son víctimas de larga data del desequilibrio de los padres actuales, que los reciben, con el fin de santificar la relación mediante la paciencia y la afabilidad, entendiendo sus ofensas y las rebeliones en las que se complacen. Esto, sin embargo, no justifica que sean recaudadores impenitentes, porque tampoco están exentos de culpa y gravámenes. Por eso la ley de la caridad debe aplicarse en todas las situaciones difíciles. Cuando no sepa cómo actuar frente a los serios desafíos del odio y la agresión, pregúntese

caridad cual es el mejor procedimiento a aplicar. Con esta disposición, la familia es capaz de desempeñar el papel de hogar, escuela, taller, hospital, santuario, donde los espíritus se recuperan, mejorando su carácter y fortaleciendo sus energías para compromisos aún más severos en el futuro. La conciencia de los hijos por parte de padres devotos, en torno a los procesos de dolor y angustia, sucesos lamentables y fracasos de cualquier origen, hace una valiosa contribución a la armonía doméstica y la preparación de las nuevas generaciones en relación al futuro. Evidencia y expiación son programas establecidos por la Ley de Causa y Efecto, para el progreso del espíritu, sin olvidar nunca que el pequeño ser, marcado por una u otra situación dolorosa, es un viejo viajero del camino evolutivo, ahora en la fase infantil, en la dirección del futuro.

21 - PRESENCIA DEL EVANGELIO EN EL HOGAR Como metodología de educación familiar, el estudio del Evangelio de Jesús en el hogar, constituye un recurso significativo que contribuye al equilibrio de todos los miembros que constituyen el clan. Una reunión semanal, en la que todos los miembros de la familia se reúnen para tener una conversación edificante y saludable, discutir problemas comunes y aclarar las dificultades en las relaciones, brinda una oportunidad saludable para un buen desarrollo ético y moral, resolviendo malentendidos y resolviendo problemas. En un clima de armonía, lejos de las emociones conflictivas, padres e hijos dialogan de manera más natural junto con otros miembros de la familia, buscando las mejores formas de comprensión y convivencia feliz. Este hábito sirve de vínculo entre todo aquel que aprende a respetar y discutir problemas comunes, sin altercados airados, al fin y al cabo, de fundamental importancia para el grupo doméstico. Estos encuentros en el hogar son escasos, debido a la presencia de la televisión a la hora de comer, interfiriendo con programas perturbadores, en los que se exaltan los sentidos físicos y se comentan los hechos trágicos de la vida cotidiana, impidiendo la convivencia placentera y el aprovechamiento de la oportunidad de comer en clima de paz y salud emocional. Innumerables enfermedades provienen de desviaciones de la mente, mandatos dolorosos del pensamiento, conflictos de emoción, que se reflejan en los diferentes órganos, dando lugar a la presencia de diferentes patologías y de difícil tratamiento, si no se erradican sus causas. En otras ocasiones, por compromisos sociales y laborales, rara vez se encuentran al mismo tiempo miembros de la familia, especialmente desde la adolescencia de sus hijos, que empiezan a escapar de las reuniones de grupo, comunicándose a través de mensajes escritos o verbales a través de empleados domésticos. Este comportamiento dificulta el acercamiento de los seres queridos, al tiempo que permite la instalación de diversos trastornos en los hijos, sin que los padres se den cuenta, ante la poca convivencia y los encuentros relámpago que se permiten. Cuando se les informa de algo perturbador y dañino que le está sucediendo a alguno de ellos, los padres son tomados por sorpresa y desencanto, sin darse cuenta de que, de alguna manera, ellos son los responsables del suceso, debido a la distancia que se guarda, más preocupados por ser proveedores de recursos que educadores a través

de la convivencia y el ejemplo. Si, además del encuentro natural, se suma una actividad espiritual inspirada en el Evangelio de Jesús, el encuentro será mucho más saludable, porque proporcionará una renovación mental y emocional, dada la lectura de los textos, especialmente comentados por los espíritus y por Allan Kardec, dando una oportunidad más amplia. comprensión de los fenómenos existenciales y los propósitos de la reencarnación. No es un culto religioso, formal, poco interesante y monótono. Pero de una rica experiencia de alegría y aprendizaje, en la que todos participan aportando cada uno una parte de sí: poniendo la mesa, disponiendo los libros para consultar, formulando la oración, colocando el recipiente con agua, haciendo el leer el texto marcado o dibujado, cuidar los comentarios, dedicándose a las vibraciones orales, magnetizando el agua y encerrándola. Una y otra vez, aplicando pases cuando sea necesario. Sin el carácter de un deber repetitivo y desagradable, debe formar parte del programa educativo emocional y estructural del grupo familiar. En estos momentos, los espíritus nobles se acercan a la familia, aportando su inspiración, ayuda específica, intercambio de energías, facilitando orientar mejor a quienes están dispuestos a recibir el concurso. Sin duda, fue Jesús, el Educador por excelencia, quien inició este método cuando, en la residencia de Simão Pedro, o en cualquier otra donde se hospedara, o incluso en las hermosas playas de Cafarnaum, se reunió con sus amigos y les habló de la planes en torno al Reino de los Cielos. En esas ocasiones, los comentarios fueron más profundos y significativos, pues aclaró al grupo que se estaba preparando para continuar las tareas luego de su ausencia física ... Aunque no todos supieron estar a la altura de las expectativas, estaban marcados por el conocimiento que lideraron por los siglos de los siglos, redimiéndolos después, cuando se comprometieron. Ciertamente, una noche a la semana, todos pueden ofrecer al proceso de autoiluminación, considerando que no son varias horas, sino un período relativamente corto de media hora más o menos. Sería ideal que, en esa ocasión, luego de la actividad, todos se quedaran en casa, evitando el tumulto de otros momentos, y aprovechando las dudosas vibraciones para rehacerse, renovarse, reflexionar sobre su preciosa existencia, ganando fuerza para los inevitables enfrentamientos. . Para eso sería muy útil establecer un tiempo en el que toda la familia pueda estar presente y mantenerse, considerando que, debido a que los espíritus superiores están muy ocupados, por su parte podrían reservar ese tiempo para estar presentes. . Estos encuentros se convierten en verdaderos recursos para la psicoterapia de grupo, cuando puedes abrir tu corazón y hablar abiertamente sobre conflictos y desconfianzas, dificultades y sufrimientos internos, recibiendo un apoyo general. El silencio, alrededor de los conflictos, les permite crecer, convirtiéndose en gigantes imaginarios y amenazadores.

En estas ocasiones, se analizarían situaciones conflictivas y se liberarían angustias, que se convierten en peligrosos residuos en los delicados tejidos del periespíritu, que los enviarán al cuerpo somático en forma de trastornos y enfermedades prevenibles. Todos se conocerían mejor, comprenderían las dificultades de los demás y contribuirían más fácilmente a la legítima fraternidad. Cuanto más viven los miembros de la familia en un clima de respeto y amistad, más amplias se vuelven las facilidades para el entendimiento fraterno, predisponiéndolos a una sana convivencia fuera del hogar, a pesar de la complejidad del grupo social y sus muy variadas problemáticas. La persona, vestida de tolerancia y compasión, porque empezó a identificarse, se vuelve más comprensiva con los demás, vive en paz y se solidariza con todos aquellos que permiten el intercambio. Si la formación religiosa o cultural de la familia no permite el estudio del Evangelio, esto no impide la búsqueda, en su creencia, del mensaje digno para sustentar a la familia y, si no tiene ningún tipo de creencia espiritualista, puede iniciar la convivencia afectiva en el hogar, utilizando textos ricos en sabiduría y amor en la literatura, que pueden constituir pautas de conducta y armonía personal. Sin embargo, en las incomparables disertaciones de Jesús se encuentran los conceptos filosóficos más bellos que se conocen y las lecciones más avanzadas de la dignificación humana y la adquisición y mantenimiento de la salud, que hoy culminan con la denominación de amortterapia. Cuando Jesús es invitado a visitar una familia y es recibido allí, la felicidad entra en esta residencia, como le dijo a Zaqueo, quien lo recibió en su nido doméstico, luego de descender de la higuera donde estaba parado, para verlo pasar. ...

22 - ORIENTACION RELIGIOSA EN LA FAMILIA

Como elemento fundamental en la educación, la orientación religiosa a la familia se vuelve urgente. Cada vez más, se ven los beneficiosos resultados de la formación religiosa del individuo, especialmente cuando se despoja de dogmas imponentes, castraciones puritanas, exigencias irracionales, tintes de fanatismo de cualquier tipo. El individuo que tiene antecedentes religiosos tiene mucha más resistencia a las confrontaciones morales, orgánicas y emocionales que uno que no lo tiene. Los neurocientíficos y estudiosos del comportamiento han ido observando la excelencia de la fe religiosa en los seres humanos y pudiendo confirmarla a través de pruebas realizadas con equipos ultrasensibles, como la tomografía computarizada por emisión de positrones, que registran cambios en las ramas neurales del cerebro. Cuando se tiene confianza en algún elemento, el cerebro envía mensajes propicios al propósito de la creencia, como ocurre en las terapias mediante el uso de placebos o en los fenómenos más perturbadores incluso en el área de los nocebos ... Aquel que cree en algo, especialmente de naturaleza trascendental, afectiva, religiosa, está mejor capacitado para conducirse en eventos difíciles, en la salud o en las relaciones, que aquellos que no tienen el apoyo para permanecer en la esperanza, siendo fácilmente destruido por la amargura y desconfianza. Los cardiólogos cuidadosos afirman, por ejemplo, que el paciente que tiene una religión mejora más fácilmente de un infarto de miocardio que el que no la tiene. La fe en Dios es innata en el espíritu, que procede de Él, y su religión es el resultado de factores educativos en el hogar, psicosociales, que influyen en relaciones de interés de diversa índole. Pero siempre es necesario, ante la alternancia de estados de ánimo y salud, durante el viaje carnal, que siempre es inestable. Esta orientación religiosa pertenece a los padres que, desde temprana edad, deben hablar a sus hijos sobre la Paternidad Divina, su misericordia y amor, como fuente que genera todo lo que existe. Según el lenguaje apropiado y la capacidad intelectual de los padres, el proceso se vuelve fácil y conmovedor. Sin necesidad de recurrir a mitologías o fantasías exageradas, la conversación natural y edificante, explicando el significado de la existencia humana y las metas por las que todos estamos en la Tierra, como madre generosa, ayudará al desarrollo intelectual del alumno, proporcionará tu

seguridad emocional, confianza en ti mismo y la certeza de que siempre estarás bajo la protección de Dios. Como es natural, los padres transmitirán la doctrina religiosa a la que están ligados, presentando su vertiente ética y noble, sus propuestas liberadoras y amables, evitando siempre presentar misterios incompatibles con la lógica y la razón, los castigos divinos arbitrarios, Amenazas crueles a los malhechores, reflexionando sobre la alegría que se deriva de la fe, de la esperanza de la felicidad, fruto de los aportes incomparables del amor inefable de Dios. El niño absorberá el aprendizaje, que deberá ir acompañado de la experiencia real de las enseñanzas por parte de los educadores, que demostrará lo valiosa que es la creencia, particularmente en tiempos de dificultad, en horas de sufrimiento, que se verá mermado por el efecto de la medicación religiosa. Algunos educadores materialistas argumentan que el niño debe quedarse en esta zona sin mensajes de esta naturaleza, para que luego, cuando adquiera discernimiento, elija el que le parezca más adecuado. Es un sofisma lamentable, porque esa no es la conducta en cuanto a alimentación, salud, educación ... Conscientes de las responsabilidades hacia los hijos, los padres cumplen el deber de orientarlos en todos los asuntos, sin duda. , también en el ámbito religioso, con la misma naturalidad que ofrecen otras pautas educativas. Sin embargo, cuando el niño adquiera el discernimiento antes mencionado, tendrá algunos elementos para comparar con los que tome conciencia y podrá elegir mejor aquella conducta que le parezca más compatible con sus necesidades emocionales e intelectuales. A medida que la conducta religiosa ha sido cedida y favorable a lo profano, a lo vulgar y a lo promiscuo, aumenta el número de niños y adolescentes con trastornos psicológicos, aumentan las estadísticas de suicidios y drogadicción, por falta de un futuro prometedor, en su visión nublada, cuando les sucede algo desagradable, sin tener una meta de seguridad por delante. Considerando solo la vida física, o teniendo la religión solo como soporte teórico, la existencia pierde el sentido profundo que proviene del sentido de inmortalidad, haciendo superfluo cualquier esfuerzo ético, cualquier procedimiento moral, cuando al fin y al cabo todo se interrumpe definitivamente . La orientación religiosa despierta al ser a logros más grandiosos, sosteniendo su espíritu en los momentos de desafío, dando brillo y color a los días nublados y grises del desencanto. La religión en el hogar se estructura fundamentalmente en conversaciones en todo momento, en estudios reservados al menos una vez a la semana, para reuniones familiares, en diálogos de emergencia, cuando suceden hechos deplorables, en definitiva, en la vida diaria. . La iglesia o asamblea a la que asisten los padres continuará la guía de una manera más profunda y especializada, ya que este es su propósito principal.

Sin embargo, siempre será en casa, donde se hierven los sentimientos y se perfilan los programas para el futuro, donde debe comenzar la orientación religiosa. Ofrecer al alumno la música espiritual de la oración, el respeto a la Divinidad, la obediencia a sus Leyes reflejadas en todas las cosas, comenzando por él mismo, extendiéndose a los demás, a través de la Naturaleza, constituye un valioso aporte al desempeño de sus deberes y para una vida sana en todos los compromisos presentes y futuros. El hábito de la oración, es decir, la constancia de pensamientos elevados y constructivos, las conversaciones edificantes y las prácticas de acciones saludables, constituyen todo un guión de religiosidad que no debe dejarse de lado, bajo ningún reclamo, siempre insostenible. . Cuando el hogar tiene fundamentos religiosos equilibrados, sin fanatismos perturbadores ni puritanismos hipócritas, sus estructuras generales contienen todas las agresiones y tormentas, como informó Jesús en torno a la casa construida sobre la roca de la fe, que aguanta los vientos devastadores, permaneciendo en pie. Siempre existe el peligro, por supuesto, de caer en la adopción de religiones agresivas y fanáticas, lo que no justifica evitar la guía espiritual. Asimismo, existe el fanatismo de la no fe, la vulgaridad y la corrupción, que está plagado de voluptuosidad devorando innumerables vidas. La presencia de Dios en la mente y el corazón de los niños, los jóvenes, los adultos y la última etapa del cuerpo físico, es siempre una brújula que señala el puerto de seguridad y paz, que se alcanzará en su momento.

23 - TURBULENCIAS FAMILIARES En una constelación familiar, los primeros signos de desajuste son los delitos menores en relación a la lealtad que debe existir entre todos sus miembros. La familia no es solo el grupo biológico que reside bajo un mismo techo, sino la reunión de espíritus que se ejercitan en la experiencia de la evolución, donde debe reinar la fraternidad para expandir los sentimientos de amor en el futuro en relación con el conjunto de la sociedad. . Es comprensible que siempre surja un descontento insignificante, que se agrava cuando no se atiende, en la condición de fenómenos transitorios que surgen de las relaciones interpersonales, dando lugar a conversaciones difamatorias, que se expanden en forma de acusaciones sordas e injustificables, culminando en innobles traiciones. . Las insatisfacciones sexuales, resultado del libertinaje mental y físico que prospera en todas partes y el abuso de las funciones genéticas, se expresan inicialmente en una forma discreta de desagrado por la pareja, hombre o mujer, cultivando deseos inapropiados que más perturban el discernimiento alrededor. deberes serios. Los siguientes pasos, en tales hechos, son discusiones irrespetuosas y acusaciones sin fundamento, cuando no hay agresiones morales que avancen hacia las de carácter físico ... Luego, las animosidades se agravan y los sentimientos enfermizos se vislumbran, elaborando planes perversos de venganza, que generan situaciones calamitosas como resultado de los caprichos y los caprichos infantiles.

egoísmo exacerbado. El amor, que antes parecía existir entre los socios, se convierte en resentimiento, agravando la situación que podría eludirse mediante la conversación fraterna y franca, la comprensión y el respeto por el otro, al que están apegados emocionalmente. Es en esta fase de inadaptación y fragilidad psicológica, donde aparecen las lagunas morales para delitos más graves, entre los que destaca el espantoso aborto, realizado de manera cruel e insensible. A menudo, la mujer frustrada, incapaz de desahogar su enojo con el hombre que la engañó, dirige todo su dolor al ser en formación, para no tener que cargar con la herencia de su propia frivolidad. A partir de ese momento, la culpa que surgirá en el momento oportuno con todo el flujo angustioso de las consecuencias dañinas se instala en el inconsciente profundo del ser del deleite. Como efecto, el espíritu rechazado, que gozaría de las bendiciones del cuerpo físico para la evolución moral, sin comprender el hecho injustificable, toma el garrote de la justicia en sus manos y comienza a asediar la casa mental del responsable de su muerte, iniciando el doloroso proceso de obsesión tenaz. En ocasiones, por estar profundamente ligado al feto, al ser expulsado abruptamente del cuerpo, la alucinación que lo lleva durante el acto execrable, se adhiere psíquicamente al endometrio, dando lugar a futuras formaciones de tumores uterinos con un sufrimiento sin precedentes. El aborto, a excepción del que tiene como objetivo salvar la existencia de la embarazada, es uno de los herencias más terribles del primarismo de naturaleza moral que explica el atraso espiritual de la sociedad. En una constelación familiar no hay lugar para tal ocurrencia. Cuando ocurre una fecundación no deseada, debido a varios factores existentes, el espíritu que se encuentra en proceso de reencarnación debe ser recibido con cariño, pues se está beneficiando de la oportunidad especial de crecimiento, de la concesión divina que no se puede faltar al respeto. Teniendo en cuenta la inmensa variedad de recursos y técnicas que impiden la fecundación, el aborto criminal nunca podrá justificarse, ya que la Divinidad ha proporcionado, a través de la ciencia, preciosos recursos preventivos que deben utilizarse siempre que no se desee tener hijos ... Este crimen, que en ocasiones permanece oculto en la conciencia de quienes lo practican, por su acción morbosa acaba influyendo negativamente en la familia, que se encuentra más desorganizada, avanzando hacia el abismo de la desintegración. La cultura religiosa en el hogar produce el resultado benéfico de evitar los delitos ocultos, ya que la religiosidad tallada en la mente y el sentimiento familiar trabaja a favor de la conversación sana, el esclarecimiento ante sospechas y malentendidos, aclarando dudas dudosas e iluminando las sombras en la instalación. o cualquier otra

interferencia espiritual malsana. Cuando la actividad evangélica se instala en el hogar, se enciende la luz de la iluminación racional que desdibuja toda la oscuridad de la ignorancia, el prejuicio, el error, la perversidad ... Y surge el amanecer del amor, bañado en la luminosidad del entendimiento fraterno, de respeto afectivo, solidaridad digna ... Por lo tanto, en el momento en que surgen los primeros conflictos en las relaciones domésticas, es justo buscar diluirlos antes de que adquieran proporciones graves, difíciles de eliminar. La pérdida de confianza en la convivencia es una puerta abierta a sospechas de alto perfil, a menudo sin fundamento, que explican graves consecuencias futuras en la estructura doméstica. Corresponde a los padres, en los momentos del encuentro de estudios evangélicos en casa, plantear, para análisis y consideraciones, los inquietantes temas como el aborto, la eutanasia, la pena de muerte, el suicidio, iluminar la mente de los jóvenes, entre otros. delitos amparados por la sociedad, que se conocen como de cuello blanco, desviaciones de los valores públicos, evasión de impuestos y otras fallas morales que reciben como válidos los aplausos de algunos enfermos emocionales ... Justificando los graves errores practicados por algunas autoridades que tienen el deber de cuidar los bienes públicos y optar por las desviaciones, quienes se justifican cometiendo errores están cometiendo delitos equivalentes que pesarán sobre la economía emocional y mental. Muchos de estos abominables crímenes se legalizan en sociedades primarias e injustas, sin embargo, nunca adquirirán valor moral, porque van en contra del equilibrio espiritual de la humanidad. Es fundamental que la familia discuta el tema de la libertad con franqueza, presentando sus límites, a fin de evitar que, en su nombre, el libertinaje que hoy impera en muchos grupos sociales, genere serios problemas de carácter emocional y psicológico entre personas con una estructura psicológica más frágil. Educando a los niños y jóvenes en el respeto a la vida en todas sus expresiones, se forjan buenas mujeres y hombres de futuro, capaces de servir a la sociedad en lugar de explotarla, de iluminar las conciencias al contrario de oscurecerla. enseñándoles la libertad de pensamiento, expresión y acción, con una dignidad inconfundible. En casa, no hay temas ineludibles que el amor no pueda discutir y aclarar dentro del nivel de comprensión de las pequeñas estrellas en expansión, que son los niños. Asimismo, no se deben mantener comportamientos extraños y desconcertantes en referencia a los demás, especialmente a los padres. Censurar al padre o la madre, en la conversación con el hijo, es como despojarlo del alma, para presentar las ulceraciones morales que se esconden y que merecen todo respeto. Quien no La exposición de otras heridas en las relaciones sociales es siempre perversa, que,

aunque no siempre saludable, se volvería más enfermiza e insostenible. El hogar es, por tanto, una institución educativa, en la que los ejemplos penetran más que las palabras o coronan vidas con los legítimos diamantes de la verdad. Los padres son, de esta manera, espejos que reflejan la imagen de la realidad que siempre les servirá de guía a sus hijos. Cuando los cimientos de la familia empiezan a temblar por otro motivo, en una convivencia psicológica madura, los socios tienen el deber de detenerse en el distanciamiento que insinúa y buscar el camino intermedio, el diálogo honesto, el esfuerzo por recuperar la alegría. en casa, superando dificultades. Por tanto, cualquier sugerencia para la aceptación de pequeños delitos debe ser contrarrestada, desde el primer momento, no dejando espacio mental o emocional para una futura instalación. Mientras la familia continúe en armonía, la sociedad crecerá en paz y se elevará.

24 - DROGADICION EN LA FAMILIA Es comprensible que en el hogar haya espíritus de conducta variada, provenientes de distintas experiencias, en las que hubo santificación a través del amor, así como compromisos negativos que necesitan ser reparados. El renacer en un nido acogedor capaz de ofrecer seguridad a los más débiles y dependientes es una bendición que hay que tomar en serio. No obstante, debido a que las huellas de los delitos que aprisionan a los infractores permanecen en el profundo inconsciente de cada uno, casi siempre estos espíritus comprometidos vuelven a los mismos campos de acción negativa, a pesar de la ayuda que reciben y la orientación que se les brinda. Incluso en hogares equilibrados, donde el amor enriquece los sentimientos, los espíritus son atormentados internamente, incapaces de luchar contra las malas inclinaciones, que son desplazados por los deberes que les conciernen, cayendo en las trampas del error, de los que deben ser liberados por completar. Debido a la amplia y fácil difusión de las drogas perversas, estos espíritus casi siempre recurren en las adicciones a las que se han acostumbrado, sin fuerzas para superar las situaciones dolorosas que desencadenan sus falsas necesidades de fugas de enfermos ... A menudo, la iniciación se da a través del uso del tabaco, en los círculos de amigos jóvenes, angustiados y frustrados, o las libaciones alcohólicas de los fines de semana, que se prolongan otros días generando desafortunadas dependencias. Casi siempre, sin embargo, las experiencias con las drogas tienen lugar en escuelas y clubes, viviendo juntos

con otros adictos que los inician, ya sea a través de la marihuana, la cocaína, los esteroides anabólicos y tantas otras sustancias adictivas. En las clases menos favorecidas económicamente, es el pegamento del zapatero, Cram y otras drogas alucinógenas, que prometen hacerles olvidar los sufrimientos de la miseria, la soledad, la frustración, o que les dan coraje loco, entusiasmo delirante, responsable de los terribles paisajes. oscuridad de la locura ... La vigilancia de los padres en relación a sus hijos, especialmente en la adolescencia, cuando surgen los cambios impuestos por las hormonas sexuales, que dan lugar a agresiones, silencios prolongados, alienación familiar, desconfianza, puede evitar los compromisos con las drogas, que presente como un recurso de falso equilibrio para los enfrentamientos diarios. Al principio, la experiencia es fruto de la curiosidad, o de la guía de alguien más astuto y dependiente, o de hábiles traficantes que se insinúan en grupos de jóvenes, a través de otros adictos, invitando al porro o una aspiración del polvo ... No pocos. A veces, el resultado es sorprendentemente desagradable, pero pronto se ve superado por la sensación de euforia que surge en la repetición, por la acción delirante de la sustancia utilizada. En lo que respecta a las drogas inyectables, la gravedad es mucho mayor, debido a las aplicaciones en grupos, que utilizan agujas infectadas por diversas enfermedades, especialmente el VIH, el atrevido virus del sida ... En las llamadas ruedas de uso de este tipo de drogadicción, la diseminación del cruel flagelo es fácil e irremediable, consumiendo vidas que se pudren en sus temibles garras. La observación de los padres de los cambios naturales en el comportamiento de sus hijos en el hogar, verá el peligro de sumergirse en las oscuras sombras de las adicciones de cualquier tipo, en particular la de las drogas químicas. La drogadicción se ha vuelto tan común que, ante la imposibilidad de controlarla, como sería ideal, muchos administradores y ciudadanos proponen una solución a la desaparición del tráfico nocivo, su discriminación, que reduciría la incidencia de homicidios atroces practicados por grupos narcotraficantes. exploradores. Lamentablemente, esta propuesta, si es aceptada en cualquier parte del mundo, se convertirá en una calamidad pública, lo que ocurre con las bebidas alcohólicas, los llamados juegos de azar, las carreras de caballos y otros animales, todos los cuales son responsables. también por las altas estadísticas de víctimas indefensas y desesperadas. La educación moral en el hogar es el recurso más adecuado para evitar la contaminación de esta pandemia - la drogadicción -, dando lugar a la seguridad emocional y afectiva al estar inquietos e inseguros en el proceso de reencarnación, trabajando en los tesoros morales que serán estimulados para el lucha y por el equilibrio. Las conversaciones sinceras, directas y claras, referidas a los sucesos cotidianos, siempre presentando las lecciones positivas de las que pueden extraerse, prevén el

mantenimiento de la confianza de los niños en sus padres, quienes siempre serán consultados ante actitudes infelices, aconsejándoles si, o quién será informado de los fallos que les aquejan desde el principio, en el claroscuro de las decisiones ... Mientras este espíritu de equilibrio yinteracción recíproca entre padres y descendientes, más La comprensión será fácil frente a problemas desafiantes, así como los enfrentamientos que son indispensables para la maduración psicológica de los estudiantes. No será una inspección ineficaz de la desconfianza, la sospecha sin justificación, sino un cuidadoso acompañamiento emocional y espiritual de los hechos que afectan al grupo familiar, buscando siempre la solución de la dificultad, nunca la censura, el castigo, la actitud puritana y superior de que muchos padres se utilizan para profundizar aún más las distancias emocionales que se hacen durante este delicado período. Sin embargo, cuando la presencia de una adicción insidiosa a las drogas se encuentra en alguno de los miembros de la familia, la postura de los padres debe ser de equilibrio y no de asombro, lucidez y no de autocastigo o autocompasión, más aficionada a los asustados y apoyándote con tu comprensión, trabajando por tu recuperación. Concomitantemente, vale la pena aplicar bioenergía, durante los estudios del Evangelio en el hogar, en otras ocasiones, y, según la gravedad del problema, la asistencia psicológica, para eliminar el factor que promueve la evasión emocional. Hay espíritus muy comprometidos en esta zona, algunos de los cuales, en su pasada existencia, optaron por el suicidio como medio de liberación, retomando ahora con altas cargas de desequilibrio y lúgubres tendencias depresivas, utilizando los mismos instrumentos que antes los hacían infelices. Necesitados de comprensión y bondad, con el tiempo se convierten en lecciones vivas de coraje y fe, convirtiéndose en modelos para otros compañeros igualmente atraídos por estos hábitos desprevenidos. El paciente, por tanto, víctima de alguna droga en el hogar, debe merecer la misma consideración, evitando discriminarlo, mediante acusaciones frontales o disfrazadas, que lo empujen aún más al abismo, por carecer de la ternura del cariño familiar. Todos los que forman el grupo doméstico, de alguna manera están comprometidos entre sí, o, al menos, con las Leyes de la Vida, que los unen para el proceso de crecimiento moral y espiritual, ayudándoles a conquistar lo invaluable. recursos de sabiduría hacia la inmortalidad.

25 – TRAGEDIAS EN EL HOGAR

Viviendo en sociedad debido a la inevitable evolución, son muchos los factores que contribuyen a la vivencia de situaciones dolorosas que llegan inesperadamente. Aunque tratamos de vivir en armonía, construyendo las bases del equilibrio en la familia, el grupo que lo constituye está marcado por vivencias muy diversas, que aportan experiencias especiales, alegres unas, turbulentas otras, angustiosas y alegres en menor escala. . Ocurre que todo crecimiento espiritual y moral se compone de conquistas interiores intransferibles y de autorrealización personal. Para lograr este objetivo se enfrentan dificultades de todos los tamaños, que forman parte del proceso normal de existencia. Por tanto, nadie, ni ningún grupo, está exento de situaciones graves y hechos muy dolorosos. Ante una determinada situación, es el odio que estalla en un miembro del hogar, el cual estaba contenido en las ondas del alma, que luego revive inconscientemente un incidente que la generó y, además, tiene a uno de sus miembros, previamente amado, provocando vergüenza en el comportamiento de la constelación. Doméstico. En otra condición, se trata de un trastorno profundo en el ámbito de la conducta que se presenta en forma de estallido violento, que induce a practicar un desliz moral en el grupo doméstico, agravándose con problemas de difícil solución que desembocan en fratricidio, parricidio o crueldad. matricidio tácito ... A veces, el trastorno psicológico silencia a su víctima y se la arrebata inesperadamente mediante un cobarde suicidio, dejando a todos los miembros de la familia en una vergonzosa amargura o una terrible perplejidad. Los encuentros espirituales marcados por hábitos viciosos, que en la familia deben cambiar de expresión, atormentan, de tal manera, que se manifiestan como conductas malsanas, dependencias afectivas morbosas, violaciones odiosas, convivencia sexual nociva ... Posiblemente, uno de los integrantes del grupo, conviviendo con los marginados, los une moralmente y comienza a tener una doble existencia, como persona de bien en casa y criminal en los círculos sociales a los que asiste ... Esta conducta resulta, no pocos a veces, en vergüenza para la familia, con la detención del delincuente, que era desconocido y nunca había mostrado signos de desequilibrio de esta cantidad. También puede suceder que esta oveja negra siempre se haya comportado de forma

incorrecta en casa, generando deplorables momentos de fricción y agresión, optando por el crimen en lugar de la guía. Las tragedias ocurren en todas partes, y algunas de ellas parecen inevitables ante la situación espiritual del ser humano, muchos de los cuales prefieren situaciones vergonzosas y difíciles a comportamientos tranquilos y correctos. De esta manera, nadie está libre de vivir momentos de tal severidad, y se debe estar alerta 'en relación con la conducta que se debe mantener durante su ocurrencia. Los procesos de reencarnación están destinados principalmente a proporcionar recursos valiosos para el desarrollo espiritual de todas las criaturas. El grupo familiar, así, es el bastión bendito donde los espíritus de diferentes orígenes se reúnen para el compromiso de evolución, según las necesidades de cada uno, pero en un clima de fraternidad. Al igual que en la escuela convencional, la diversidad de alumnos con diferentes valores morales y culturales, aunque seleccionados mediante pruebas que los sitúan en el mismo nivel, con el paso del tiempo desvela las cualidades morales que poseen, asumiendo la característica real. protegido por la personalidad ... Cuando la tragedia se derrumba en una familia que no está preparada para el enfrentamiento, el tiempo casi siempre funciona negativamente en el grupo, dando lugar a sospechas de culpa que se trasladan de uno a otro, generando situaciones aún más graves como consecuencia de trastorno que no se superó correctamente, como debería haber sucedido. Aparentemente, todos parecen asimilar el conflicto, sin embargo, porque no hubo una conciencia clara y lógica a través del diálogo y la convivencia armoniosa, cada uno, tratando de olvidar el incidente pero sin lograrlo, se está corroyendo emocionalmente hasta el momento que cambia la situación. concepto en relación con el otro, en este caso, el cónyuge, los hermanos, los hijos en relación con los padres y viceversa, dando lugar a separaciones complicadas, a acusaciones sordas o abiertas, a actitudes locas con efectos siempre perjudiciales .., Es común que ocurra luego de graves desastres en el hogar, el desplazamiento de la pareja, que siempre transfiere de uno a otro lo que consideran la culpa por el lamentable hecho. En cierto modo, es una transferencia psicológica de la propia inseguridad, para poder enfrentarse internamente, para continuar en aparente paz ... La familia siempre debe fortalecer los lazos de afecto, fortaleciendo la relación en preparación para los momentos difíciles que siempre suceden, exigiendo la cooperación de todos, el diálogo franco y el interés por el bienestar general, manteniéndolo equilibrado. Cuando se enmascaran comportamientos en el hogar, tarde o temprano las relaciones que pierden su sentido se complican, confundiendo a la víctima y regalándole mentalmente fantasías de felicidad y unión placentera fuera de las fronteras domésticas ...

En esos momentos surgen personas ideales, se presentan oportunidades especiales promoviendo utopías fascinantes que atraen a los incautos y los empujan a problemas más graves que aquellos de los que desean escapar. Esto se debe a que nadie puede escapar de su propia realidad, o de lo que está programado como una necesidad de iluminación. Aquellos sueños agradables y fantasiosos de nuevas experiencias, de diferentes convivencias que son ricas en ternura, encanto, belleza, lo son porque se desconocen sus problemas, sus proyectos y su etapa real de carácter moral. En consecuencia, los desertores del hogar difícil, que buscan refugios engañosos, al cabo de un tiempo descubren las trampas en las que cayeron, angustiados, aún más, vencidos por el arrepentimiento, otros por la revuelta que los domina, y otros más, por el tiempo perdido. y el nuevo daño que aparece. La familia es, por tanto, el lugar seguro donde los espíritus se encuentran para el crecimiento moral, y siempre debe ser fortalecida en cualquier circunstancia, para poder realizar la alta tarea para la que está destinada. Ante cualquier acontecimiento trágico, más que nunca, los miembros de la constelación familiar se deben apoyo mutuo, entendimiento mutuo, considerando que> algunos de ellos son más frágiles emocionalmente en relación con otros que resisten mejor los llamados golpes del destino. El aporte religioso, en ese momento, es fundamental, porque conduce a la búsqueda del Señor de la Vida a través de la oración, la meditación, el estudio del Evangelio, los diálogos fraternos a la luz de las enseñanzas de Jesús, sacando así fuerzas para superar la tormenta y lograr el nuevo período de calma y equilibrio. Las tragedias en casa son hechos gravísimos para definir el rumbo de los integrantes que sufren la acción. A medida que se enfrenten, trazarán nuevos rumbos para las tragedias cotidianas en todas partes, sin dejarse abrumar ni desesperarse, entendiendo que son parte del mecanismo social, la purificación de la humanidad y la imposición del crecimiento personal hacia Dios.

26 - DESENCARNACION EN LA FAMILIA La fatalidad biológica nacer, vivir y morir es una imposición inevitable a la existencia humana, que no puede ser ignorada. Constituida la organización física, por moléculas que se aglutinan para revestir el espíritu en su proceso de crecimiento e iluminación interior, llega el momento en que estos complejos se desmantelan, dando lugar al fenómeno de la desencarnación. De repente, o suavemente, por un hecho desafortunado, o por un proceso degenerativo, gracias a factores de desarticulación orgánica, o el envejecimiento con su correspondiente desgaste, la desencarnación es parte de la vida física. De manera caprichosa, arrebata al joven, dejando al anciano, conduce a los sanos en beneficio de los enfermos, sorprende a todos en la elección del que debe trasladarse a la dimensión espiritual, continuando su ministerio, que no siempre se comprende. Produciendo dolores agudos, conflictos de conducta, sufrimiento rápido o prolongado, viaja a todas partes, convocando mentes y sentimientos a reflexiones precisas. Cuando ingresa a un hogar, siempre deja huellas de angustia o alivio, signos de desencanto o disturbio, que pueden convertirse en alucinaciones y contratiempos. La muerte o la desencarnación es parte del esquema de la vida física. Es fundamental que, en la programación educativa de la familia, se estudie con la misma consideración con la que se examinan las demás cuestiones consideradas de fundamental importancia. El miedo a la muerte, que resulta de un atavismo ancestral a favor de la preservación de la vida orgánica, merece un tratamiento natural que esclarezca el tema dentro de los parámetros del comportamiento saludable. Participando en las conversaciones domésticas desde los primeros días de la infancia, el alumno comienza a considerarlo en su propia función, como un fenómeno de interrupción fisiológica, pero no de consumo real. Por el contrario, muchos padres prefieren, sin embargo, no acercarse nunca a esta realidad con sus hijos, como si con esta actitud estuvieran impidiendo su presencia en el momento oportuno. Los cambios profundos y las manifestaciones pertinentes al fenómeno final ocurren en cada momento en el cuerpo físico, cuando ocurre.

Así, como parte del plan de consideraciones naturales, la desencarnación deja de ser un fantasma trágico, siempre al acecho de destruir la felicidad del grupo familiar, para convertirse en un instrumento de separación pasajera, debido a una unión perenne, cuando todos se encuentran más allá de las vibraciones materiales. La conciencia de la inmortalidad debe estar presente en las conversaciones, los comportamientos domésticos, las reuniones sociales como parte vital de las relaciones humanas, descartándola así de las tradiciones de ignorancia y superstición. el mundo de origen del ser es el espiritual, donde se reanuda después del compromiso en la esfera física, lo que le brinda la oportunidad de desarrollar los recursos inimaginables que duermen en latencia. Evitar las fantasías lúgubres, los fetiches locos y los rituales sin sentido, el fenómeno de la muerte, es una tarea de fundamental importancia en el programa educativo en la familia y en la escuela. Habiendo adquirido la certeza de seguir viviendo después de la tumba, la muerte pierde su fuerza destructiva, para asumir una postura saludable en la constelación familiar. Al desencarnar a alguien en el hogar, el respeto que implica el acto de despedirse, la ternura por el viajero que regresa a la Vida Mayor, la gratitud por los momentos felices vividos a su lado, adquieren un cuerpo natural en bellos ejemplos de cariño que perdurarán para siempre. Ni las tormentosas preguntas sobre el suceso, ni los gritos de revuelta y desesperación, como si el suceso fuera una excepción en el grupo general, llegando solo a unos en detrimento de otros, más bien la comprensión de que la interrupción temporal es parte del programa de evolución. , con el que todos están comprometidos. Este comportamiento evitará sin duda la instalación de varios conflictos en el sistema emocional del alumno, preparándolo también para su momento, que se producirá cuando las Leyes Soberanas establezcan la conclusión de su vilegiatura corporal. Las fobias y angustias, inseguridades y dolores que siempre acompañan a la muerte de un ser querido, en vista de la comprensión de su significado, no se instalarán en los delicados tejidos de la estructura psicológica del ser en formación, manteniendo un excelente nivel de salud emocional. Heredero de arquetipos mitológicos que permanecen en el inconsciente profundo, el infante desinformado sobre la desencarnación, cuando el frente suelta inquietantes y fantasmales imágenes de cuentos de hadas y dioses, buenos y malos, que empiezan a interactuar en la conducta, generando trastornos depresivos, de ansiedad, o empujar a situaciones dolorosas a través de escapadas espectaculares de la realidad. El conocimiento de la supervivencia espiritual es de gran importancia para la estructura familiar, ya que demuestra que los lazos biológicos que unen a los miembros del clan, pueden, en este momento, ser una experiencia inicial a favor de la afectividad,

ya que los espíritus provienen de otros grupos, de manera círculo de aprendizaje necesario para construir la armonía general. Con esta claridad, los padres y educadores involucrarán a los estudiantes en programas bien diseñados, que no se restringen exclusivamente a los intereses inmediatos de la vida física, teniendo una extensión mediadora en relación a la Espiritualidad, de donde viene y donde se reanuda. En estos coloquios que deben ser parte de la convivencia doméstica, se deben plantear los valores ético-morales, ya que son fundamentales para la continuación de la experiencia evolutiva más allá del cuerpo. Así comportándose, educadores y aprendices, dialogando con naturalidad sobre los propósitos existenciales, los disgustos, las luchas, los testimonios que llegan a todos, comprenden su significado y nunca se dejan desanimar o desanimar por los mandamientos más angustiosos. Siempre habrá una expectativa de días mejores, cuando las tormentas caigan sobre la familia, debido a los compromisos espirituales que unen a todos, dando lugar a la participación en las luchas, así como en las bendiciones cuando se presentan. Desenmascarar la ilusión de la perennidad del cuerpo, demostrar la maravilla que es deshacerse de él, cuando ya no puede contribuir a favor de una existencia enriquecedora, superar el miedo al país desconocido de la inmortalidad, aprendiendo a comunicarse con quienes le han precedido. gran retorno, bonitos compromisos que hay que guardar en el nido doméstico. La vida es inextinguible, aunque se desarrolla en etapas en el cuerpo y fuera de él, siempre es real y victoriosa de la muerte o cualquier otro fenómeno.

27 – INTEGRACION FAMILIAR

Hoy en día, la familia es considerada como "un conglomerado de personas pertenecientes a un grupo sanguíneo", la mayoría de las cuales están en desacuerdo, sufren atroces conflictos y vigorosos trastornos. Lejanos, padres e hijos viven sus propias vivencias en el escenario existencial, sin la comunicación interpersonal que sería indispensable para comprender los temas que son relevantes para todos y los desafíos que se multiplican y multiplican. La pérdida de la identidad afectiva remueve a los miembros que la constituyen, preservando los intereses egoístas, a los que, cada uno se aferra más, en una lucha reñida entre los distintos miembros, siempre disputando su parte más rentable. De niños, los niños suelen recibir una orientación desprovista de emoción, porque a través de personas remuneradas, sin vínculos amorosos con ellos, salvo raros casos, en los que cumplen el deber de instruir, raras veces de educar, debido conflictos que también los aturden. Un gran número de padres, más preocupados por las profesiones, por el éxito en la carrera a la que están vinculados, utilizan el matrimonio como forma de proyección social, en cuya realización se examinaron los intereses patrimoniales y la situación de la sociedad, utilizando el sexo como instrumento de afirmación de la personalidad y mantenimiento de las apariencias, sin ningún compromiso de afecto. Invariablemente, la unión es el resultado de impulsos mal contenidos, o simplemente la legalización de una convivencia que se prolonga en el tiempo, sin la participación de los sentimientos de la verdadera afinidad emocional que influye en el amor. Los hijos, casi siempre programados, como parte de la organización familiar, se convierten en adornos para exhibir a los amigos o garantía de la buena y egoísta dirección de las herencias materiales, cuando la muerte arrebata a los padres, preparados o no para el Gran Más Allá. Por supuesto, hay excepciones dignas de mérito. Sin embargo, es el concepto vigente entre muchos socios que se dedican a la búsqueda del triunfo personal en la sociedad, aunque les cueste sacrificios emocionales y la pérdida de sensibilidad ante el compromiso serio del amor. Confundiendo sexo con afecto, la convivencia dura el tiempo de la novedad en la pareja, cayendo pronto en el aburrimiento, el desinterés y el cambio de comportamiento debido a la variación de una nueva compañía, en una tormentosa búsqueda por llenar el vacío existencial, en una soledad abrumadora, aunque las

multitudes y los aduladores que los rodean, si son ricos y poderosos. Desintegrada, poco a poco, la familia ha ido perdiendo las características de santuario, de escuela, de taller de superación moral, para convertirse en un escenario de aflicciones y sinsentidos sin nombre, resultando, en varias ocasiones, en dolorosas tragedias, ante locura de sus miembros. Sin embargo, no faltan valiosos aportes de la sociología, la psicología, la pedagogía a favor de la familia como unidad básica de la sociedad, que también se tambalea, en alucinaciones sin control, como efecto inevitable de su desorganización. Estas doctrinas ofrecen los valores morales y espirituales como únicos recursos para el tejido de reintegración del grupo familiar en el concierto de la nueva humanidad. La ética y la moral no son intemporales ni pertenecen a este o aquel período de la sociedad; son de todos los tiempos, porque recuperan al ser, disciplinando sus impulsos animales y guiándolo en los sentimientos que provienen de la razón y la conciencia. Cuando sufren influencias degenerativas, por cualquier motivo, las consecuencias dañinas de la situación perturbadora son inevitables. En su condición de animal social, el ser humano no prescinde de la disciplina que guía sus pasos hacia la evolución, removiendo las sucesivas capas de primacía resultantes del tránsito en las primeras etapas del proceso evolutivo. Periódicamente la sociedad sufre el doloroso mandato de procesos perversos de destrucción de conductas éticas, que se basan en el respeto a uno mismo, a los demás, a la vida ... Esta conducta produce daños incalculables en el desarrollo intelectualmoral de los individuos, así como de los grupos. al que pertenecen. Estos hechos nefastos han sido frutos podridos del fanatismo religioso, doctrinas materialistas, guerras espantosas, las inmensas ambiciones de algunos gobernantes crueles, que sucedieron en el pasado y regresan en el presente. El propósito mezquino y atrasado de ciertos fanáticos, personalidades enfermas que están y que utilizan la religión para imponer sus tormentos, lamentando los métodos coercitivos contra el progreso y exigiendo conductas medievales, absurdas, con persecución indiscutible de las mujeres, ante los conflictos. los desgastan y les transfieren la responsabilidad. Se producen psicóticos innegables, castigando la cultura que detestan y desenmascarando, manteniendo un desconocimiento total en torno a los logros contemporáneos relevantes, sintiéndose así realizados, En tales situaciones, la familia es empujada hacia atrás, en deplorables conductas de sujeción a la barbarie, impuesta por los sicarios de la renovación moral y social de la humanidad. En otras ocasiones, la revuelta, ante el estatuto injusto, da lugar a un revanchismo emocional que desborda en el abandono total de las reglas del buen vivir, en un intento de vivir bien, de una manera más acorde con el nivel de sentimientos en el que los individuos permanecen. .

La historia es el gran depositario de las experiencias de épocas y naciones pasadas, ofreciendo material valioso para no perturbar nuevos compromisos. Sin embargo, pocos estudiosos del comportamiento están interesados en evaluar los efectos del pasado, con el fin de encontrar mejores soluciones para los logros del futuro. Si lo hicieran, se darían cuenta de que no puede haber progreso real sin el compromiso adquirido con la ética y la moral que alimentan la sociología y vitalizan las doctrinas psicológicas que trabajan por el bienestar del individuo y, por extensión, de la colectividad. Ningún grupo social logra el éxito de sus emprendimientos, si no se asienta en compromisos de dignidad y solidaridad, de respeto y cumplimiento de deberes, cimientos que son para edificios felices en el seno de la humanidad. La integración, por tanto, de la familia, en programas edificantes de reflexión y trabajo decente, constituye el gran desafío del momento para los educadores y formadores de opinión, interesados en mejorar la situación emocional y psicológica, física y económica de los seres humanos, amenazados, ellos mismos, debido a los efectos de alucinación que se han permitido. La educación espírita en la familia desbloquea las dificultades existentes, al facilitar la comprensión de las leyes que rigen la vida y los mecanismos en los que se estructura, despertando sentimientos humanos para la perfecta identificación de la criatura con el Creador y las responsabilidades que existen entre todos. en relación con los demás y con la vida misma.

28 - FAMILIA EN PLENITUD

Este tesoro especial, que es la constelación familiar, alcanza su plenitud tras el largo viaje existencial, cuando, desde el primer encuentro, los dos espíritus que se resuelven construyendo el grupo sanguíneo, se unen a través de los vigorosos vínculos del amor. Legalizando la unión a través del matrimonio, la responsabilidad moral se estructura en el respeto y la dedicación que prevalecen entre los socios del compromiso correspondiente. Conscientes de la seriedad del trabajo al que dan su existencia, poco a poco descubren la grandeza del arte y la ciencia de amar, afrontando todas las dificultades y retos que les esperan. Estableciendo metas que se multiplican y se abren en perspectivas cada vez más amplias, la aventura de la unión les proporciona el desarrollo intelectual-moral que les sirve de brújula para la plenitud futura a la que aspiran. Desde el momento en que la unión física lleva a la aparición de la descendencia, que las aspiraciones personales alteran su propia programación para ser encaminadas, en adelante, a favor de los demás espíritus que les son confiados temporalmente, a condición de préstamos divinos que ellos darán. cuenta, después de completar el ministerio para satisfacer sus necesidades cambiantes. Durante la trayectoria existencial, pasando por los inevitables choques del proceso de educación y reeducación, se consolidan los sentimientos de afecto y deber, trabajando la conciencia que amplía la capacidad de discernimiento en relación a la vida y los influyentes compromisos de conocimiento espiritual que experimentan. manda la marcha. Todo el esfuerzo aplicado, muchas veces transformado en sacrificio y renuncia personal, se expresa en los grandes y elocuentes silencios y sufrimientos bien recibidos, para que la descendencia se desarrolle sin las marcas conflictivas de la inestabilidad emocional de los padres o las circunstancias menos felices del niño. grupo social, particularmente en la estructura familiar. En la larga trayectoria de convivencia con niños y adultos dependientes, ya sean antepasados o contemporáneos del grupo doméstico, la maduración psicológica se desarrolla en relaciones que deben transformarse en estímulos para el futuro, como reparación del pasado inquietante, buscando el equilibrio. y la iluminación espiritual de todos aquellos que forman parte de la estructura doméstica.

En esta organización, en la que los espíritus se juntan, a veces repitiendo experiencias anteriores fallidas, en la que se resumen sentimientos enfermizos y emociones superiores, en un caleidoscopio de evidencias y testimonios, se revelan oportunidades de renovación moral y elevación mental. resultados del amor pleno. Al mando de los acontecimientos que aparecen dentro de un programa bien elaborado, o que surgen repentinamente, los dos socios responsables de la constelación familiar son los segadores de logros pasados y, al mismo tiempo, los sembradores del futuro en constante actividad de autoiluminación. En la lista de eventos complejos, unos esperados, otros no, se perfilan las posibilidades de éxito, pero también las perturbaciones y problemas amenazantes que pueden llevar al fracaso, generando situaciones difíciles de resolver, que en ocasiones se convierten en en desastres espirituales con graves consecuencias morales y sociales para el grupo. Por eso, repetimos, la familia es la célula principal del organismo social, siendo responsable de las ocurrencias grupales en la humanidad. Todo lo que sucede en el hogar se refleja en la comunidad externa, nunca pudiendo disociar los reflejos domésticos en la sociedad que es la consecuencia global. En este sentido, la educación juega un papel preponderante, ya que todo lo que surja de la vida familiar será sin duda siempre el resultado de los procedimientos disciplinarios de los atavismos nocivos y de las tendencias que quedan de existencias pasadas. Educarse para educar mejor es el lema que deben adoptar todas las criaturas en su proceso de toma de conciencia de las responsabilidades que les incumben durante su existencia carnal. Como efecto, el cuerpo no debe ser considerado un instrumento de placer, un evento insólito en el conjunto de fenómenos existenciales, pero recurso divino para el crecimiento espiritual, superando las influyentes fijaciones del proceso antropológico, que traslada de una a otra expresión biológica las marcas que caracterizan cada fase. Transformarlo en un verdadero santuario de bendiciones al usarlo, es un compromiso incuestionable que todos asumen antes del renacimiento en la Tierra, la escuela especial de la evolución. Mejorarlo, mediante la correcta preservación de sus funciones, evitando crear nuevas condiciones negativas y nocivas, utilizándolo con el propósito de ennoblecer las relaciones sociales y morales, se convierte en el programa de sublimación interior de cada espíritu comprometido con trascendencia a la que aspira. En casa, sin duda, se multiplican las lecciones acreditativas para la aplicación de conocimientos y sentimientos orientados al bien general, en detrimento, en determinadas circunstancias, del placer personal, que siempre vendrá después de la decisión de servir y propulsar a los demás. con quien se vive. Todo este proceso de renovación de la edificación personal, que concierne a los socios, es un imperativo existencial, parte fundamental del programa de iluminar la

conciencia y vitalizar los anhelos íntimos de los sentimientos ennoblecidos. Por tanto, a medida que la descendencia crece y adquiere sus propias vivencias, instalándose en el contexto social, la familia entra en la fase de plenitud, si el resultado del trabajo desarrollado se expresa en el equilibrio y la salud real de quienes avanzarán por sí mismos. hacia el progreso. De lo contrario, la familia puede ser considerada enferma, necesitando terapia urgente, antes de que las consecuencias de la irresponsabilidad de los padres se conviertan en prejuicios y desorganización en el grupo social. El éxito no debe considerarse con la suma de felices resultados en su totalidad, ya que muchos espíritus renacen en familias equilibradas con propósitos expiatorios, permaneciendo en una situación afligida, sin que ello constituya un fracaso del grupo doméstico. Más bien, por el contrario, el apoyo de los enfermos espirituales, rodeados de bondad y amor, significa también la plenitud del programa establecido. Por tanto, no se puede descartar la ausencia de una conducta espiritual en el hogar, de una conducta religiosa noble, sin fanatismo, liberadora, tolerante, entre sus diversos miembros, que siempre tendrán algo a lo que acudir, cuando estén en momentos difíciles o en situaciones dolorosas. de la vida terrestre. De esta manera, llegar a la situación de armonía y entrega de los hijos a la sociedad, la familia, llegando a la plenitud, se convierte en un modelo que servirá de estímulo para otros grupos humanos que se atormentan en las luchas cotidianas del hogar, estallando en los conflictos sociales del calles y comunidades por falta de la armonía que puede lograr una educación moral e intelectual bien conducida. Bendito es el archipiélago familiar donde Dios reúne los espíritus para la construcción del amor universal, a partir del grupo consanguíneo, en el que predominan las imposiciones de la carne, para la expansión de la solidaridad, el respeto, la armonía y la verdadera fraternidad entre todos los seres. humanos!

29 - LA FAMÍLIA ACTUAL

Ante los avances de la ciencia y la tecnología, junto a las continuas revoluciones socio-psicológicas, la familia de hoy busca parámetros de equilibrio para sobrevivir a los fenómenos de caos moral que se extiende por doquier, en infructuosos intentos de extinguirlo. Confundiendo libertinaje con libertad y agresión con renovación, muchos individuos se han convertido en íconos de la niñez y la juventud, que desconocen, en referencia a la formación moral, proponiendo todo tipo de concesiones, sin tomar en cuenta los factores psicológicos de comprensión y responsabilidad que conllevan. en ellos, en torno a comportamientos y logros. Dominados por la euforia del placer, se vuelven anarquistas, luchando por actitudes irrespetuosas, por considerar las líneas de equilibrio como herencias del pasado castrador, manteniendo el carácter perverso de educadores, padres y maestros, de tiempos pasados, dando lugar a una rebelión sistemática de los estudiantes, siempre que son invitados al deber y al orden. Al transformar a los padres en meros sustentadores económicos de la familia, les quitan su autoridad moral, generando el falso concepto de plena libertad y autosatisfacción continua, desarrollando así el malsano concepto de derechos sin los correspondientes deberes. A su vez, muchos padres, dispuestos a eludir las responsabilidades que naturalmente les imponen sus hijos, adoptan el mismo estilo de conducta, sin educarlos, bajo el alegato de la necesidad de no oprimirlos, porque no saben poner límites entre lo que es. es posible ceder y debe ser otorgado, en relación con lo que deben, pero no pueden o pueden, pero no deben ofrecer ... Este mecanismo les proporciona la permisividad que el alumno es incapaz de absorber, hundiéndose, desde temprana edad, en abusos de todo tipo, en detrimento de la futura realización moral, social, profesional y doméstica, al convertirse en padre ... Gracias a la fácil comunicación virtual, se liberan de inquietudes educativas, diálogos saludables y dignos, de convivencia personal, ofreciendo a sus hijos computadoras, para que pronto se preparen para la ciencia compleja y el arte correspondiente, sin orientarlos sobre los graves peligros. pedofilia, adicciones en general, comportamientos extraños y poco saludables, convivir con personalidades psicopáticas que influyen en su comportamiento, arrojándolos a la vorágine de la

locura. Al mismo tiempo, los diversos juegos en los que se involucran los jóvenes, sin discernimiento moral, contactos prolongados con otros aficionados, perturban su equilibrio emocional y los alejan de la convivencia personal, humana, para desprenderse de los sentimientos morbosos, que no exteriorizarían. en otra circunstancia. Luego hay una total falta de respeto, una falta de responsabilidad con la vida, que se les presenta según los programas que consultan y de los cuales se hacen miembros en los salones, distorsionando por completo los conceptos en torno a la existencia, su propósito, las imposiciones que les conciernen. Es claro que, en este proceso sociológico de evolución, la familia ha ido cambiando, buscando estructurarse en procesos de nobleza moral, respeto de los padres por sus hijos y viceversa, así como una mayor intimidad entre todos, resultando en valores de afecto. más profundo, sin necesidad de ningún remedio punitivo, cuando sea incorrecto, o compensatorio, cuando sea correcto. La visión moderna de la familia es una constelación chispeante, en la que el amor es la fuente de energía que sostiene a todos los miembros del núcleo, que son los padres, responsables de su mantenimiento, conducción, desarrollo y equilibrio saludable. Sin proteccionismo ni excesivos cuidados e inquietudes, pero también sin indiferencia por el destino de la descendencia, entregada a sí misma oa los empleados asalariados, la familia vive un momento muy grave, ante cambios conceptuales en los valores ético-morales, especialmente en lo que se refiere al comportamiento sexual, entretenimiento y disfrute, estudios y programas educativos. La organización de la familia se pierde en los días retirados del período preagrario, cuando el grupo se juntaba buscando protección contra los adversarios naturales: las bestias, otros individuos, el clima, los fenómenos sísmicos ... Poco después, surgió el propósito, en la antigua Grecia, el grupo se reunía alrededor del fuego sagrado, para perpetuar la memoria de los antepasados, iniciando el culto religioso, en el que el hombre desempeñaba un papel primordial. La mujer, considerada de valor secundario, estaba reservada para la preservación del fuego, el cuidado del descendencia, con deberes domésticos. En ese momento, la familia no solo era portadora de la misma consanguinidad, sino el grupo social que se unía imponiendo las necesidades de todos los miembros. Naturalmente, con el surgimiento de la descendencia y el despertar a los deberes naturales, la familia se convirtió en la que descendía del tronco central, conservando las herencias ancestrales y trabajando los recursos de supervivencia. Esto generó un cierto egoísmo alrededor del clan en detrimento de la sociedad en su conjunto, que aún permanece de alguna manera. Con la inevitable evolución cultural y moral, las estructuras de la familia se modificaron, experimentando, en la época medieval, imposiciones religiosas malsanas

que la afectaron mucho en cuanto a su constitución espiritual. Es cierto, como dice El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec, que existe un parentesco corporal y espiritual, que exigen respeto, unidad y solidaridad ... Hoy, frente a los referidos fenómenos sociológicos que sacuden la organización grupal, la familia ha sido su gran víctima, necesitando, por tanto, una nueva constitución, que no puede prescindir de los pilares inamovibles del amor, del respeto, de los deberes entre todos. miembros, así como en relación con la sociedad. La familia nunca desaparecerá, porque el niño dependiente en brazos del adulto, inspira ternura y devoción, trabajando las emociones para comprender y hermanar a los padres que los rodean, dando lugar al grupo consanguíneo y la afectividad más personal. Los cambios se seguirán produciendo, según los logros de cada temporada, sin que la familia pierda sus bases de seguridad, a saber: lealtad al grupo, apoyo mutuo, protección, fruto del sentimiento amoroso, preparación para la unión con las otras asociaciones, en identificación universal. Las inevitables modas, que caracterizan períodos de cambio, llegando a los abusos generalizados, pronto serán superadas, ya que causan daños íntimos a criaturas sedientas de comprensión y afecto, equilibrio y moralización, anhelos de paz y verdadera alegría de vivir. Los actuales formadores de opinión y multiplicadores, que ridiculizan a la familia, banalizando los compromisos del nido doméstico, son víctimas de los hogares inadaptados que los generaron, confirmando lo absurdo de tal conducta, en relación con otros ciudadanos ordenados, promotores del progreso y constructores de orden. y bienestar en todas partes. Reflexionando sobre este nuevo programa para la construcción de una familia moderna y sana, el Espiritismo, con sus nobles conceptos de moral-ética, basados en la fe en Dios, la inmortalidad, la comunicabilidad de los espíritus, la reencarnación, ofrece a los vigorosos pilotos para convertirse en realidad el clan de paz y amor que todos anhelan.

30 – CONSTELACIONES FAMILIARES PERENNES Reconociendo que la constelación familiar es una experiencia transitoria en el proceso de evolución espiritual del ser, por tanto, temporal, debido a que quienes la componen, provenientes de distintos grupos, todos necesitados de crecimiento interior e iluminación, una vez finalizada su etapa, tiende a hacer - sea perenne en la memoria de sus miembros. De esta forma, les toca a los padres, la inmensa alegría que deriva de la oportunidad de haber recibido espíritus de diversa procedencia en los brazos del cariño, amigos de ayer u opositores de épocas pasadas, que se reunieron por consanguinidad, para encontrar el camino de paz, ensayando reinicios y reparaciones, en dolorosos procesos de expiación o en tareas misioneras de redención. Al ver a estos niños, ahora adultos, deben agradecer a Dios la fortaleza de haberse cumplido con el rigor del compromiso aceptado, después de haberse dedicado con abnegación y amor en la edificación de todos, aunque los resultados no se presenten como se esperaban. Cada espíritu es responsable de su propio destino y nadie, sino él mismo, tiene los medios para modificar su trayectoria, siendo la educación moral la encargada de brindarle las habilidades necesarias para lograr la felicidad, y el entorno familiar como complemento social. valor para el éxito de la empresa evolutiva. Ante esto, todos los esfuerzos deben ser ofrecidos por los padres, quienes no deben medir los sacrificios, esforzándose con lucidez mental y emoción emocional para que los resultados sean positivos. Sin embargo, no siempre serán los esperados, ya que cada ser tiene sus propias aspiraciones, está ligado a proyectos que lo hacen más sensible, en sintonía con los ideales que más hablan de su sensibilidad ...

Se algum dos filhos não alcançou o patamar que foi programado, isso não deve ser considerado como fracasso da educação, porquanto a felicidade apresenta-se em variada gama de expressões, tendo características muito especiais, de forma a atender a cada pessoa dentro da sua aspiração. No siempre, la posición social relevante, la proyección artística o cultural, política o religiosa, el protagonismo económico y el patrimonio acumulado constituyen una fortuna para todos los individuos. Algunos anhelan este tipo de logros, más preocupados por presentarse como triunfadores, aunque crucificados en crueles dolores en el mundo íntimo, o experimentando silenciosos sufrimientos que nadie conoce. Otros se contentan con las pequeñas alegrías que provienen de cosas simples y modestas, experimentando placeres y autorrealizaciones que muchos desconocen. Otros, ambición de poder, en cualquier forma que se presente, luchando por obtener títulos universitarios, disputando posiciones políticas y sociales, destacándose en ciencia, tecnología, arte, religión, Sucede, que cada espírito possui a sua própria visão em torno da auto-realização, existindo, inclusive, aqueles que se deixam arrastar pela indolência, pela inutilidade, pelo desvario, pelo crime, sintonizando com entidades perversas que se comprazem em afligir e amargurar em processos diversos de obsessões complexas. Aos pais, conscientes das suas responsabilidades, cabe a tarefa de encontrar-se receptivos aos filhos que os busquem na situação em que se encontrem, ensejandolhes renovação e entusiasmo, expondo sem impor, o que possa contribuir para que reencontrem o rumo aqueles que se perderam, ou prossigam os bem-sucedidos. Jamais se deve pensar em sofrer pelo outro, em considerar-se fracassado, porque os filhos não atingiram as metas que lhes foram estabelecidas pelo desvelo e devotamento dos genitores. Por grande que sea el amor que se le dedica a alguien, nadie puede impedirle vivir sus propias vivencias, cruzar los caminos que le darán sabiduría y madurez, realizar las actividades que le conciernen, porque si lo hiciera, lo condenaría a inoperabilidad e inutilidad. La conciencia del justo deber cumplido ofrece a los padres la idea de comprender los éxitos o fracasos de cualquiera de los hijos que les ha confiado la Divinidad. Transferir la responsabilidad por el hecho ilícito es inmadurez emocional y debilidad espiritual. Sufre, porque no han llegado a las patas altasmares de las situaciones privilegiadas de la Tierra, significa agasaculpa, en un acto inconsciente de que no hicieron todo lo que debían. Nadie es capaz de traspasar sus propios límites, y la vida está formada por innumerables de ellos, que poco a poco se van superando en el camino de las reencarnaciones. De la misma manera, no se puede cambiar el comportamiento de un espíritu rebelde, que viene de niño, disfrutando de los recursos del amor que se le dedica y de

una educación sana, si se procede de innumerables existencias viciosas, comprometido con el error, con crimen, con desolación. El patrimonio de amor y ternura que ahora se te ofrece, se dormirá y resurgirá oportunamente, en otra existencia, alimentando tu esperanza, estimulándote a avanzar, animándote en las dificultades ... Nada se pierde en la Naturaleza, especialmente en lo que respecta a las inversiones del amor. Así, la familia que resultó de la unión de espíritus de diferentes orígenes, unidos por consanguinidad, aunque la temporalidad de la convivencia, abre espacios para una futura constelación perenne, cuando todos los seres se considerarán hermanos y lucharán juntos, porque reconocen la Paternidad Divina. . Es grato para los padres escuchar alabanzas en referencia a sus hijos, acompañar triunfos terrenales, participar de las glorias y emociones de momentos de excepción, sin embargo, hay muchos descendientes que no logran victorias externas, pero logran implicar en la imo las lecciones de amor y de solidaridad, familia y cariño, que disfrutaba del hogar, trabajando por la nueva sociedad espiritual del planeta de forma silenciosa ... Los padres tienen el deber de estar vigilantes en relación a su descendencia, en todo momento, porque aún cuando sean adultos, continúan siendo una fuente de cariño y aprendizaje para los ancianos, que han superado las etapas que se les presentan. Esta vigilancia, sin embargo, no debe ser inhibitoria, castradora, requiriendo responsabilidad por comportamientos y aspiraciones que le son íntimas y personales, por lo tanto intransferibles. El éxito de una constelación familiar se puede medir por los resultados de la unidad y la amistad, por los lazos que se estrechan y continúan, incluso cuando cada miembro avanza en la dirección de su destino, transfiriendo a la sociedad los beneficios que ha traído. Sin embargo, teniendo algunas situaciones difíciles que no se han resuelto, vale la pena confiar en el futuro y la misericordia divina, que no desea la muerte de los malvados, sino la desaparición de la iniquidad ... La constelación familiar, como un conjunto de estrellas en la cúpula celestial, es una parte importante de la inmensa galaxia espiritual bajo el mando y la afabilidad del Padre Creador. FIN