Dichos y Expresiones Populares

DICHOS Y EXPRESIONES POPULARES Frases, modismos, dichos y expresiones populares. En todos los idiomas se utilizan modis

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DICHOS Y EXPRESIONES POPULARES

Frases, modismos, dichos y expresiones populares. En todos los idiomas se utilizan modismos o frases hechas cuyo significado no es literal sino figurado. El aprendizaje profundo de un idioma implica la comprensión tanto de lo que se dice literalmente como de lo que se quiere decir figuradamente. En la comunicación humana a través del lenguaje intervienen la palabra y el gesto, el mensaje y la intencionalidad con que se expresa o el tono con que se dice. Es poco menos que imposible tener una conversación, leer el periódico y casi pensar, sin encontrarse a cada paso con alguna frase hecha: "pico de oro", "en menos que canta un gallo" o "habla por los codos". Los dichos y frases hechas son parte de nuestra historia. En cada entrada se ofrecen las expresiones más conocidas y populares, junto a la explicación de su origen, ya que el significado y la finalidad de su uso todo el mundo conoce.  A brazo partido. El modismo procede de una forma de pulsear, que todavía se practica en algunas aldeas, y en la que el contendiente que no daba su brazo a torcer (otro modismo) podía resultar con el brazo partido.  ¡A buenas horas mangas verdes! Durante el mandato de los Reyes Católicos se crearon los Cuerpos de la Santa Hermandad, (1476). El cuerpo fue creado para prestar auxilio en cualquier tipo de emergencia. Sus miembros vestían un uniforme de mangas de color verde. Este cuerpo se ganó durante los siglos XVI y XVII la fama de impuntualidad. Cuando, por fin, el cuerpo llegaba a la zona de peligro ya se habían producido muchos problemas, a veces tardaban tanto que los vecinos del pueblo arreglaban los problemas antes de su llegada. Por ello, cada vez que llegaban el pueblo se les recibía con un: ¡A buenas horas, mangas verdes!  A caballo regalado no se le mira el diente. Presenta un remoto origen, pues la costumbre de observar detenidamente la dentadura de un caballo antes de comprarlo, para evaluar su salud o su edad, se remonta a varios siglos en la historia del hombre.  A cal y canto. Proviene de la antigua costumbre de tapiar puertas y ventanas para que no se colasen intrusos durante los periodos en los que el propietario no iba a estar en la misma. Para ello levantaba un muro a base de piedras (normalmente cantos rodados) y una pasta hecha de cal.  A calzón quitado. La expresión nos remite rápidamente a imaginar que los protagonistas de la acción, al estar sin calzón, están desnudos, no por pura demostración obscena, sino porque no hay nada que ocultar ni esconder debajo de los ropajes. Desde épocas muy antiguas, los enfrentamientos de hombres cuerpo a cuerpo, ya solían hacerse sin ropa. Esto era una práctica muy común en la llamada lucha libre, luego denominada lucha grecoromana. Esta modalidad perduró hasta el siglo XIX en algunos cenáculos aristocráticos europeos.  A capa y espada. Así luchaban los caballeros cuando se veían en trance de pelear. Para ello se liaban la capa en el brazo izquierdo para parar los golpes, mientras manejaban la espada con la diestra.  A cara de perro. La locución se refiere a la actitud del perro guardián, que ladra y muestra los colmillos al sentirse amenazado o cuando debe defender la propiedad.  A carta cabal. Antiguamente una carta cabal era una carta de presentación o recomendación para dar crédito a la persona. Se piensa que esta expresión tiene su origen en los despachos reales, mediante los cuales el monarca encomendaba alguna misión a sus nobles o soldados. Éstos tenían que cumplir el mandato, es decir, según lo ordenaba el rey.  A huevo. Antiguamente los huevos tenían un precio tan bajo que se utilizó como comparativo. Si lo muy caro se compraba a precio de oro, de lo muy barato o casi sin coste se decía que estaba a huevo.  A hurtadillas. De modo furtivo. Proviene de hurtar, del latín furtum, hurto, de furtare, de la misma raíz que furtivo.

 A la luna de Valencia. Antiguamente Valencia era una ciudad amurallada con varias puertas o torres, como las que quedan actualmente en pie. Al anochecer, las puertas se cerraban para seguridad de la ciudad. De ahí que los que llegaban a la ciudad cuando ya habían sido cerradas, sin posibilidad de cobijarse tras sus murallas se quedaban a dormir al raso, es decir, a la luna de Valencia.  A la ocasión la pintan calva. Los griegos y romanos adoraban a una diosa llamada "Ocasión" la cual la representaban desnuda, subida de puntillas a una rueda de carro, alas en los tobillos, con un cuchillo en la mano y con la nuca completamente rapada, teniendo en la frente una frondosa melena. Toda esta simbología pretendía significar la fugacidad de las oportunidades que da la vida. El rapado en la nuca impedía agarrar a la Ocasión una vez ésta había pasado de largo. En realidad no la pintaban completamente calva, sino parcialmente, pero fue así como se difundió la expresión con el paso de los años.  A las primeras de cambio. Se refiere al mundo taurino. Se utiliza esta expresión para hacer referencia a los momentos inmediatamente posteriores al cambio del capote de paseo por el de brega. Otras fuentes aluden a que es una frase proveniente del ámbito bancario, que equivale a "de buenas a primeras", "en la próxima oportunidad que se presente".  A lo hecho, pecho. Su origen es de una expresión que procede de otra expresión: sacar pecho, que significa estar orgulloso por algo, o bien hacer acopio de valor, prepararse, para hacer algo. El valor y el coraje, desde muy antiguo, se decía que estaban en el pecho. Por esta razón, según el refrán, hay que actuar con "pecho", es decir, con valentía y firmeza. Existe una relación de metonimia entre pecho y corazón, y de corazón viene el galicismo coraje.  A machamartillo. Es la unión de ‗a macho y martillo‘. Macho proviene del latín marcŭlus, martillo pequeño. Es el mazo grande que hay en las herrerías para forjar el hierro. Imagínese el trabajo de martillear y machar una pieza de hierro.  A mansalva. La expresión proviene de una palabra compuesta de mano y salva. Proviene del antiguo término militar ―disparar a mano salva‖, el cual se utilizaba cuando el tirador artillero podía efectuar gran cantidad de disparos, desde un lugar seguro., 'sin ningún peligro, sobre seguro'.  A mí, plim. También se dice ―a mí, plin‖. Parece que la expresión la popularizaron los sainetes de Carlos Arniches (1866-1943), que retrató los ambientes del Madrid popular y de los barrios bajos. La expresión, puesta en boca de chulapas y chulapos, parece que Arniches estaba parodiando, deformándola ligeramente, una expresión del s. XIX, que se extendió mucho en la época de la Revolución Gloriosa (1868), que derrocó a Isabel II, y en que se destacó la acción del general Prim. En torno a la revolución Gloriosa, la gente en sus posicionamientos políticos, decía ―A mí, Prim‖, para indicar que congeniaba con Prim y no le interesaban las argumentaciones o causas de monárquicos o conservadores.  A ojo de buen cubero. La cuba, en la antigüedad, era una medida de capacidad. La pericia del cubero (fabricante) definía la exactitud en la capacidad de la cuba. Antes se carecía de reglamentación en los sistemas y métodos de medidas.  A pie(s) juntillas. Una de las teorías del origen de esta expresión es la de un antiguo juego infantil que los niños practicaban. Consistía en saltar, con los pies juntos y una venda en los ojos, entre cuadros pintados en el suelo, siguiendo las indicaciones de un compañero y confiando en ellas. Una de las derivaciones de este juego es la "Rayuela.  A posta. La frase alude al conjunto de caballerías que se apostaban en los caminos a distancia de dos o tres leguas, para que los tiros, los correos, etc., pudiesen ser renovados. Esa preparación, previsión o premeditación es a la que hace referencia la frase.  A rey muerto, rey puesto. Expone Luis Carandell en su libro sobre anécdotas políticas que en la guerra de Sucesión española, cuando Felipe V estaba sitiando la ciudad de Barcelona, en poder de su oponente el archiduque Carlos de Austria, se animó el Borbón y se decidió a luchar con sus soldados. Estos, viendo los riesgos que corría el monarca, le comentaron que no debía hacerlo, ya que ―rey no hay más que uno‖. A esta sensata sentencia contestó Felipe V con la frase que nos ocupa: ―Otro habrá. A rey muerto, rey puesto‖.  ¿A santo de qué? Antaño existía la creencia de que cada acto de la vida cotidiana podía encargarse o encomendarse a un santo, ofreciéndole devoción o algún sacrificio. Por ello, cuando una persona realizaba una acción caprichosa o arbitraria, se preguntaba por el santo en favor del cual se tomaba tan peculiar decisión.  A toda pastilla. Es el máximo sonido en los instrumentos eléctricos. La pastilla es el convertidor de vibraciones de las cuerdas en señales eléctricas que se amplifican.

 A todas luces. Una de las acepciones de luz es ‗esclarecimiento o claridad de la inteligencia‘.  A todo cerdo le llega su San Martín. En esta expresión no se debe entender quién fue este santo, sino que se celebra en su fiesta, la tradicional matanza del cerdo. 

A todo meter. Se refiere a meter todo el gas o la gasolina pisando a fondo el acelerador.



A todo trapo. Se refiere al mundo naval y significa navegar con todas las velas desplegadas.

 A troche y moche. "Hachar a troche y moche", es decir, talar bosques naturales sin pensar en el futuro. Viene de los verbos "trocear" y "mochar".  A uña de caballo. La uña, en este caso, es el casco o pezuña. A todo el correr del caballo, con el animal lanzado al límite de sus fuerzas.  A voleo. Procede de la llamada siembra a voleo, característica de los cereales, en que el sembrador simplemente tomaba rápidamente puñados de grano y los lanzaba al viento para que cayeran dispersos aleatoriamente.  A vuela pluma. La expresión ya existía en latín: calamo currente, ‗al correr de la pluma‘, ‗sin pensar‘, ‗sin reflexión previa‘, ‗con presteza y de improviso‘. Se usa referido a todo lo escrito de forma precipitada o espontánea.  A tenor de. El Diccionario de la lengua española define la palabra tenor como ‗constitución estable de algo‘ y ‗contenido literal de un escrito u oración‘; de ahí se forma a tenor de, que significa ‗de conformidad con‘, ‗según‘.  Aburrirse como una ostra. Al parecer la expresión tuvo su origen en una errónea interpretación del olvido y el ninguneo que padecía el condenado al ostracismo, creyendo que el vocablo derivaba de ostra. Si condenar al ostracismo suponía el abandono, el arrinconamiento y vivir en soledad en el destierro —como se puede suponer que viven las ostras— se podía deducir el aburrimiento que dominaba la vida de estos desterrados. El término ostracismo proviene de ostrakon, que era la tejuela en forma de concha en la que se escribía el nombre del condenado a tan peculiar destierro.  Acabar como el rosario de la aurora. Según se cuenta, en un pueblo gaditano (unos dicen Medina Sidonia, otros Espera), durante el rosario que se rezaba justo antes de la salida del sol (de ahí llamarlo de la aurora), dos cofradías enemistadas coincidieron por un paso estrecho; la tensión por ver quién pasaba primero desencadenó en una fuerte trifulca habiendo como resultado varios heridos. Tal fue la pelea que incluso se llega a mantener que se emplearon los faroles de sendas procesiones para propinar los golpes y que el cura que dirigía una de ellas falleció en el altercado.  Acordarse de Santa Bárbara solo cuando truena. Bárbara, santa de dudosa existencia, se celebra el cuatro de diciembre y es la patrona de la artillería y de las tormentas (de ahí que se la invoque cuando truena). Su padre, Dióscuro, por convertirse al cristianismo, la sometió a toda clase de castigos y vejaciones y, finalmente, solicitó permiso para ejecutar personalmente la sentencia de muerte. Después, la degolló con su propia espada. Al momento de cometer el parricidio, Dióscuro fue fulminado por un rayo.  Aflojar la mosca. La expresión hace referencia a una persona con el puño cerrado porque ha atrapado una mosca y no la quiere soltar. Y se la compara con el puño cerrado del avaro, que retiene con fuerza la moneda que ha de servir para el pago. Con esta frase se le conmina a pagar y que afloje la mosca/moneda para que pueda escapar de su puño.  Agachar las orejas. En los perros las orejas gachas (hacia atrás, más que caídas) suele significar miedo o sumisión.  Aguantar mecha. La mecha es un tubo de algodón, trapo o papel, relleno de pólvora, para dar fuego a minas y barrenos. De ahí que se tratara de aguantar o esperar hasta el último momento para soltarla.  ¡Ahí me las den todas! A propósito del origen de la frase en cuestión se suele contar la anécdota de un alguacil que recibió una bofetada al ir a detener a un sujeto. Al referir el hecho al alcalde que le había mandado prenderlo, el alguacil dijo: «Realmente ha sido para vuesa merced, puesto que yo iba en su nombre»; a lo que contestó el alcalde: « i Pues, ahí me las den todas! ». A lo largo de la historia han sido muchos y variados los personajes a los que se ha adjudicado la autoría o bien la utilización circunstancial de esta frase hecha.  Ahuecar el ala. La expresión es un símil de lo que hacen las aves, que empiezan a ahuecar las alas cuando van a levantar el vuelo inminentemente.

 Al buen callar llaman Sancho. La frase se refiere a Sancho II, llamado el Fuerte, quien fue rey de Castilla y de León de 1065 a 1072. Según el Romance del Rey don Sancho, el célebre silencio que dio origen al dicho se produjo cuando el rey Fernando el Grande repartió el reino entre sus tres hijos varones, entre quienes figuraba el futuro Sancho II. Pero con una salvedad: la ciudad de Zamora debía ir a manos de Urraca, la única hija mujer. ―Amén, amén, dicen todos / menos don Sancho que calla‖, relata el romance. Pero, con ese mutismo, lo que está rumiando Sancho es despojar a su hermana.  Al freír será el reír. Se dice que en la España del rey Felipe IV existía un calderero muy famoso por sus picardías. Pero sucedió que una vez, otro pillo entró en su comercio y pidió comprar una sartén. El calderero le alcanzó una que estaba rota por abajo. El comprador, ignorando aparentemente el fallo de la sartén, abonó satisfecho el importe del elemento, pero lo hizo con dinero falso que el calderero recibió también descuidadamente. Cuando el calderero advirtió que su comprador se retiraba sonriendo con malicia, dijo intencionadamente: ... al freír será el reír". Una vez que el comprador escuchó esta frase, replicó en igual tono, diciendo: "... al contar será el llorar".  Al pie de la letra. La traducción literal (ad verbum o ad litteram") era antiguamente la que se hacía palabra por palabra y que los estudiantes (y a veces los glosadores) escribían debajo del texto original, poniendo al pie de cada palabra latina su equivalente castellana. Ese tipo de traducción fue denominada ad pedem litterae y de esa expresión salió la locución al pie de la letra. (al pie de lo escrito, o sea, al final de la página o a pie de página).  Al retortero. Retortero proviene del latín retortum, de retorquēre, retorcer, envolver. De ahí desordenado, tirado, manga por hombro.  Al sereno. Sereno proviene del latín serēnum, de serum: ―la tarde‖, ―la noche‖. Se refiere a la humedad de que durante la noche está impregnada la atmósfera.  Al tun tun. Se cree que el origen proviene de un libro recopilatorio de salmos que salió a la luz a principios del Siglo XVII transcrito al latín por George Buchanan, el cual tradujo el salmo 27 de la Biblia, donde en un verso se dice la frase "Te mens anhelat, vultus ad vultum tuum..." (La mente que anhela mirándote a la cara...). Estos salmos en latín se leían antiguamente en las iglesias durante la celebración de las misas y el pueblo llano usaba lo que oía a su conveniencia dándole significado propio aunque no tuviera que ver nada con el original, en este caso extrajeron la parte "Ad vultum tuum" para conseguir tal inverosímil sentencia que de esa manera les sonaba…Otra teoría es la del uso que se cree se hacía en la antigua Roma de dicha expresión en su modo vulgar, viniendo a significar "A bulto". Otra forma que empleamos para este registro es "Al buen tun tun".  Alma de cántaro. La expresión hace referencia a que se tiene un interior hueco y vacío, dado que la palabra alma también hace referencia al meollo interior de algo e incluso al hueco interior de los objetos huecos como cañones y cántaros.  Andar a la greña. El Diccionario define la greña como masa de pelos revuelta y mal compuesta, propia de personas poco o nada cuidadosas en su aseo personal. Esta forma de desaliño era bastante frecuente en otros tiempos entre las mujeres de baja condición social, las cuales, por otra parte, al enzarzarse en la pelea, hacían presa obstinada de sus respectivas cabelleras.  Apaga y vámonos. Para explicar el origen de este dicho, debemos relatar un original desafío sostenido hace siglos por dos sacerdotes del pueblo de Pitres, en Granada. ambos clérigos decidieron un día apostar a cuál de los dos sería el que dijese la misa en menos tiempo. El día de realización del original "duelo", el primero de ellos subió al altar y dijo: "Ite, misa est", que equivale a lo que los sacerdotes católicos expresan cuando dicen:‖ Podéis ir en paz". El segundo, que ya veía que su contrincante había sacado ventaja, dudó un instante, giró, miró a su monaguillo y le dijo: ―Apaga y vámonos‖, con lo que a nadie le quedó duda de que su "misa" había sido la más breve.  Apretar las clavijas/tuercas. La expresión alude al tormento del potro y a las vueltas que forzaban al condenado a confesar. Este tormento de suplicio consistía en una rueda a la que se ataban los miembros del torturado, girando gradualmente y a una tensión creciente merced a unas cuerdas y unas clavijas, hasta llevarle al descoyuntamiento.  Aquellos polvos trajeron estos lodos. Parece que la frase surgió como comentario popular de un famoso auto de fe que la Inquisición celebró en Madrid, en 1784, en el que se acusaba a varias personas de brujería -y a las que finalmente se condenó por haber fabricado y distribuido ciertos polvos de efectos afrodisíacos. Francisco de Goya (1746-1828) pintó uno de sus caprichos, al que esta misma frase popular y el referente histórico mencionado, dio ese nombre: Aquellos polvos, contribuyendo a la fijación de la frase en la memoria colectiva.  Armarse la de Dios es Cristo. La mayoría de los autores coincide en afirmar que la frase proviene de las controversias y violentos enfrentamientos surgidos en el transcurso del primer concilio ecuménico de Nicea (Iniciado

en el año 325 bajo el pontificado de Silvestre I, fue presidido por el obispo de Córdoba, con la presencia del emperador Constantino), al discutirse la doble naturaleza, humana y divina, de Jesucristo.  Armarse la gorda. Es de origen histórico y se refiere a ―La Gorda‖, nombre con el que se conoció en Andalucía la revolución española de 1868 contra la inoperancia del reinado de Isabel II. Dicha revolución fue más comúnmente conocida como ―La Gloriosa‖ o ―La Septembrina‖, por haberse producido en el mes de septiembre. Los liberales españoles, que perseguían la instauración de una república parlamentaria, esperaban que se produjera la gran revolución, la definitiva, la gorda, aunque a la postre fue tan inoperante como el régimen monárquico al que sustituyó.  Armarse un Tiberio. Sbarbi cree que la expresión tiene su origen en "los excesos que cometió durante su reinado el emperador Claudio Tiberio, los cuales fueron tantos y tales, que, sobre haber dado muerte a Julia, su mujer, a Germánico, Agripa, Druso, Nerón, Seyano e infinidad de parientes y amigos, puede asegurarse no había familia en Roma que dejara de contar entre sus miembros alguna víctima sacrificada al furor de aquel aborto del infierno, hasta que al cabo de veintitrés años de reinado tan abominable, vino a morir ahogado a manos de su sucesor Cayo Calígula en el año 36 de la Era Cristiana"  Armarse una tangana. El tradicional juego de lanzar piedras a una estaca intentando hacer puntería, tuvo entre otros, el nombre de tanga o tángana .Y habiendo dinero de por medio es de suponer que eran frecuentes las discusiones a la hora de determinar el ganador. Y esas pequeñas trifulcas entre los muchachos, a base de insultos y empujones que no solían pasar a mayores, se dieron en llamar tánganas. 

Armarse una tremolina. La tremolina es, en términos generales, el movimiento ruidoso del aire.

 Arrimar el hombro. La frase se originó en el campo, cuando las tareas de los agricultores se realizaban a mano, ya fuera sembrando, segando, recolectando… Estas labores eran tan duras que no podían ser realizadas por una sola persona, y por ello se realizaban en grupo uno al lado de otro.  Arrojar el guante. Era una señal de desafío entre los hidalgos y caballeros de pasadas épocas. El retador arrojaba el guante para plantear el desafío, generalmente por razones de honor, y el retado lo recogía en señal de aceptación. Planteada así la situación, la ceremonia del duelo tenía lugar de acuerdo con las reglas del código de honor que regía estos lances.  Asentar los reales. Acampar un ejército. El real era especialmente el lugar donde estaba la tienda del rey o del general.  Así se las ponían a Fernando VII. Se dice que Fernando VII (1784-1833), rey desde 1808) era gran aficionado al billar y que solía enfrascarse en largas partidas cuando no se ocupaba en perseguir a los liberales. En estas partidas, los cortesanos simulaban fallar los golpes, pero aprovechaban para colocar las bolas de modo que al rey le fuera muy sencillo conseguir una carambola. Como la torpeza del rey era mucha, ni siquiera en posiciones muy sencillas era capaz de acertar. También se dice así se las ponían a Felipe II.  Atar los perros con longaniza. El origen del dicho parece que proviene de una anécdota ocurrida en la localidad salmantina de Candelario, famosa por sus embutidos. Concretamente en la fábrica de embutidos de Constantino Rico. Se cuenta que un día, a finales del siglo XVIII, a una de las obreras se le ocurrió atar a la pata de su banco de trabajo a un perrillo de la casa con una ristra de longanizas al no encontrar a mano nada más adecuado. Un chiquillo, que entró entonces a dar un recado a su madre, vio al perro, y contó luego a sus amigos que en casa del tío Constantino ataban los perros con longaniza.  Atarse los machos. La expresión viene de la tauromaquia. Los machos son los cordones que sujetan el calzón del torero por debajo de la taleguilla. La acción de atarse los machos es la de terminar de vestirse el torero, un rito que predispone al momento de la verdad.  ¡Averígüelo Vargas! Viene de Francisco de Vargas, miembro del Consejo de Castilla, en tiempos de los Reyes Católicos, hombre que por su gran perspicacia y actividad fue nombrado secretario de Don Fernando II de Aragón y era el encargado de averiguar los asuntos que a Fernando e Isabel, le parecían ocultos o pocos claros.  Bailar el agua. El origen de la expresión dista de estar claro en las fuentes consultadas. Es posible que traiga causa de la antigua costumbre de las criadas de esparcir agua por delante de sus amos en las jornadas calurosas para refrescar el ambiente. Más probable es que se relacione con determinadas tareas públicas del aseo personal, aún frecuentes hoy en día en algunas culturas. 

Bajarse del burro: expresión que indica el reconocimiento de una persona que ha hecho algo mal.

 Barrer para casa. La expresión tiene origen popular. En las casas bajas de los pueblos, se barre —como es lógico— de adentro hacia afuera, abriendo puertas y ventanas para favorecer la ventilación. La idea de que alguien barra hacia dentro se asocia a persona que es tan egoísta y ruin que no quiere desprenderse de nada de lo que tiene a su alcance. Ni siquiera de la propia suciedad que él mismo ha ido generando.  Batir el cobre. Covarrubias, en su Tesoro de la Lengua Castellana, escribe: "Batir el cobre es hacer mucho ruido y trabajar con solicitud en algún negocio, porque los que labran cobre suelen estar sobre una pieza, martillando tres y cuatro juntos, guardando el compás de los golpes".  Beber los vientos. Hace referencia al comportamiento de ciertos perros dedicados a la caza (conocidos como venteadores), en el que al seguir un rastro olfativo por el aire, parece que se lo estuvieran bebiendo, entrando en un estado de excitación al detectarla y provocando en el animal un ansia por darle caza, de ahí la estrecha relación entre el gesto de parecer que está bebiéndose el viento.y el deseo/empeño por conseguir algo o a alguien. Otra teoría asemeja los suspiros de los enamorados a la acción comentada.  Borrar de un plumazo. El dicho tiene su origen en los tiempos en que se escribía con pluma y tintero. Borrar de un plumazo no era otra cosa que hacer una tachadura de tinta con la pluma. Era una de las muchas formas que existían antaño de censurar un texto.  Borrón y cuenta nueva. Esta locución hace referencia a los usos propios de la contaduría de antaño, en cuyas cuentas no había modo de corregir los errores debido a que la tinta empleada era indeleble. No quedaba, pues, más opción que hacer un borrón o mancha indicativa de que lo borrado no era válido y iniciar de nuevo la cuenta.  Brillar por su ausencia. Cuenta Tácito (155-117 AC, aprox.) en su libro Anales, que en la antigua Roma tuvo lugar el fallecimiento una importante dama de la época. Por entonces se estilaba, en los funerales, portar las imágenes de familias muy ilustres cercanas al difunto, pero allí fue donde se notó que las imágenes de Cayo y de Bruto, el esposo y el hermano de la muerta, no se encontraban. Ambos personajes habían tenido que huir de Roma al ser imputados por el asesinato de Julio César. En su momento todos comentaban la ausencia.  Buscar tres pies al gato. El origen de esta frase es bastante oscuro, y además está corrompida ya que originalmente se decía "buscarle cinco pies al gato", expresión más lógica ya que aludía a quienes querían probar que la cola del gato era pie. Sin embargo, ya en "El Quijote" Cervantes la utiliza en el episodio de los galeotes, diciendo "no ande buscando tres pies al gato".  Cabeza de turco. Es la persona a la que se hace blanco de acusaciones por cualquier motivo. La expresión alude al tiempo de las Cruzadas, en el que los turcos eran víctimas del odio de todos los cristianos, que sentían una especial preferencia por cortar sus cabezas.  Cada / todo quisque. Quisque o quisqui proviene del Latín y quiere decir ―Cada uno‖, ―Cada cual‖. Si le incluimos la palabra ―todo‖ delante se puede traducir cómo ―Todo el mundo‖ o ―Cualquiera‖.  Caérsele el pelo (a alguien). El origen de esta expresión se debe a un zapatero llamado Picio que vivió en el siglo XIX. Picio fue acusado de un delito que no había cometido y se le condenó a muerte. En el mismo momento de la ejecución, se descubrió su inocencia y fue perdonado, pero se dice que Picio perdió todo su pelo (tanto el de la cabeza, como el de las cejas y pestañas, como su vello facial) por el susto y los nervios de ser ejecutado.  Calentarse los cascos. Uno de los significados de casco es ‗cabeza, cráneo‘, por tanto equivale a calentarse la cabeza, estudiar o pensar mucho sobre una cosa.  Cambiar las tornas. Se refiere a cambiar de surco al arar, entendiendo torna como surco, o voltear la mies, entendiendo torna como parva.  Cantarle a uno las cuarenta. Esta expresión popular tiene su origen en un juego de naipes muy popular en España: el ―tute‖, que se juega con la baraja española en el que suelen cantarse las cuarenta (como máximo una sola vez en cada partida). Los jugadores cantan a viva voz las 40, para anunciar que han logrado juntar el caballo y el rey del palo que otorga el triunfo en la mano, sumando, de tal forma, 40 puntos.  Cantos de sirenas. Las sirenas poseían una extraordinaria voz con la que se atrevieron a desafiar a las Musas, que las derrotaron y les arrancaron las plumas. Ellas, muertas de vergüenza, se refugiaron en el estrecho de Mesina, donde atraían a los navegantes con su canto y los hacían enfrentarse a los terribles monstruos Escila y Caribdis.

 Cara o cruz. En la época colonial las monedas que circulaban en el Imperio Español tenían obviamente la cara del emperador y en el anverso una cruz. . La costumbre popular de llamar "cara" o "cruz" a los dos lados de las monedas.  Cargar con el mochuelo. Cuentan que dos jóvenes -uno andaluz y otro gallego- entraron cierta vez a una posada y pidieron al dueño del lugar algo para cenar. Como el mesonero les dijo que sólo disponía de una perdiz y un mochuelo, el andaluz -que llevaba la voz cantante- se apresuró a decir que los trajese y que ellos se encargarían de distribuir equitativamente las presas. Una vez frente a las aves cocinadas, el andaluz dijo al gallego: -Elige, hermano, puesto que la cosa es clara: o tú te comes el mochuelo y yo la perdiz o yo me como la perdiz y tú te cargas el mochuelo. Abrumado por tan "original" alternativa, el ingenuo gallego se tuvo que comer el mochuelo mientras el avivado andaluz daba cuenta de la sabrosa perdiz.  Cargar con el muerto. Según las leyes medievales, cuando en la jurisdicción de una localidad era hallado el cuerpo de alguna persona muerta en circunstancias extrañas, si no era posible determinar la identidad del homicida, el pueblo donde había sido encontrado el cuerpo estaba obligado a pagar una multa llamada homicidium u omecillo . A causa de esto, y con el fin de eludir el pago de la multa, cuando se hallaba un muerto en las calles, los habitantes del pueblo en cuestión se apresuraban y, de común acuerdo, levantaban el cuerpo y lo trasladaban a alguna localidad vecina, de manera que la responsabilidad del crimen recayera sobre ésta y, en consecuencia, fuera ella la que debiera hacerse responsable de pagar la multa correspondiente.  Cargar las tintas. En su origen, era una frase del mundo del periodismo con la que se indicaba que, dada la importancia o la conveniencia de una noticia, se debía insistir constantemente en ella, escribiendo todo tipo de artículos relacionados con el asunto.  Cazarlas al vuelo. Esta expresión que a veces también se dice ―cogerlas al vuelo‖ o ―pillarlas al vuelo‖, hace referencia a las artes de cetrería, muy practicadas desde la Edad Media con diversas rapaces, en especial a la caza con halcones adiestrados, en que los mejores halcones descubrían con su aguda vista al instante otras aves que volaban y eran capaces de atraparlas en pleno vuelo con gran agilidad.  Cerrarse alguien en banda. Banda es un nombre de origen francés que significaba compañía de gente militar, cuyos componentes llevaban una faja o banda como distintivo o señal. Más tarde la pusieron en una lanza y la llamaronbandera. Después pasó a referirse o aplicarse a un grupo de personas con idéntico comportamiento, generalmente negativo. Así pues, el que se cierra en banda se está encerrando en las ideas de su banda.  Chupar del bote. Su origen es marinero y proviene de robar bebidas alcohólicas de un barril haciéndole un agujero y colocando en él una pajita.  Coger una turca. .La explicación que vincula a la borrachera con la palabra turca parece residir en que antiguamente era habitual aguar el vino para que así cundiera más. Irónicamente se decía que cuando se echaba agua al vino ―se le bautizaba‖ tal y como se hace con un recién nacido según la tradición cristiana. El vino puro sin aguar empezó a llamarse turco, ya que Turquía no profesaba la religión cristiana, era islámica, y por consiguiente este vino embriagaba mucho más que aquel que estaba rebajado con agua.  Comer de gorra. Este dicho nos remonta a la época en que los estudiantes vestían de capa y gorra. Como muchos de ellos provenían de lugares distantes de las grandes ciudades, no tenían dónde recurrir cuando sus hambrunas eran insostenibles. Por eso, debían agudizar su ingenio y acudir a picardías propias de la edad para poder llevarse algo al estómago. Uno de los recursos era colarse en las fiestas de bautismos, cumpleaños o casamientos importantes, repartiendo reverencias y ceremoniosos saludos hechos con la gorra y permaneciendo mudos y aislados durante la celebración para no ser detectados por los anfitriones, pero dando cuenta de los apetitosos manjares que se servían en la ocasión. A esta clase de "invitados" se les llamaba despectivamente capigorrones, de donde surgió la expresión comer de gorra.  ¡Cómo está el patio! Hay quien dice que la expresión tiene su origen en los patios de vecindad, rebosantes de vida y en donde reinaba el bullicio. Pero los más coinciden en que el patio al que se refieren las expresiones es el patio de comedias. Antiguamente las representaciones teatrales se llevaban a cabo en estos corrales o patios, porque eran recintos cerrados de casas, con galerías y al aire libre. Antes de iniciar la representación, los actores y empresarios solían observar por un agujero en el telón la cantidad de público y cuál era su actitud. Si éste causaba alboroto es posible que exclamaran: ¡Cómo está el patio!  Como llovido del cielo. La expresión hace alusión al alimento milagroso que recibieron los israelitas en el desierto, según se relata en Ex 16,14-16,31.Gracias a la ración diaria de ese alimento conocido como maná, del hebreo man-hu, ‗¿qué es?‘, el pueblo israelita fue alimentado de forma impensada, oportuna y gratuita.  Como pedrada en ojo de boticario. El 'ojo de boticario' es el sitio de la farmacia donde se guardan las sustancias de más valor. La expresión se gestó en antiguas boticas, donde los remedios contra males rebeldes se

guardaban en estanterías ovales a las que se llama "ojos". De aquí que una pedrada en este centro precioso del boticario le ha de ocasionar un perjuicio muy grande, casi como si se la tiraran a él, pues quiere aquello tanto como el ojo de su cara. De forma chocante, el ingenio popular, ideó la frase para referirse a un hecho favorable e inesperado.  Como Pedro por su casa. La expresión ―andar como Pedro por su casa‖ tiene un origen muy antiguo. Comenzó a usarse en el antiguo reino de Aragón, a raíz de la conquista de la ciudad de Huesca a cargo de las tropas del rey Pedro I en el año 1094. Se dice que una vez conquistada la ciudad, el rey entró en ella y se paseó por sus calles como si fueran su casa de toda la vida. La expresión originaria sería: “entrarse como Pedro por Huesca”, pero al paso de los años y por usarse en otras zonas, quedó reducida a la frase más genérica que hoy conocemos.  Como un descosido. Como le ocurre a la pieza de telas o de oro material a la que se le ha soltado el hilo que lo mantenía unido al resto de la pieza o a otra.  Como un zarandillo. Es la persona que con viveza y soltura anda de una parte a otra. Se dice comúnmente de los muchachos traviesos y de quienes ostentan eficacia y nergía en la ejecución de las cosas.  Con medias tintas. La frase parece derivar de los escritos que fueron elaborados con una tinta de mala calidad, con poca tinta o cuya tinta, con el paso del tiempo, se ha borroneado. Lo expuesto, derivaría en una lectura dificultosa y, por consiguiente, también en una interpretación poco clara .  Confundir la gimnasia con la magnesia. Magnesia proviene del griego Magnesia (lithos), (piedra de) Magnesia. El polvo de carbonato de magnesio, polvo blanco similar a la tiza, talco o la resina, es utilizado tanto por los atletas como gimnastas y levantadores de peso para mejorar el agarre de los objetos. Popularmente se le conoce como magnesia. Esta expresión de la gimnasia y la magnesia tiene un refuerzo expresivo en que ambas palabras suenan parecidas.  Contar con pelos y señales. Viene del ambiente policial y se refiere a los retratos hablados que las víctimas de alguna acción ilícita deben hacer de los delincuentes, dando detalles acerca del color del pelo, ojos, piel, estatura, etc.  Convidado de piedra. La expresión alude a una obra de teatro de Tirso de Molina titulada El burlador de Sevilla.En la obra de Tirso, don Juan se burla ante la tumba de don Gonzalo de Ulloa, Comendador de Calatrava, a quien había asesinado, y lo invita a cenar en la figura de su estatua. Ante el asombro de don Juan, se presenta la estatua viva de don Gonzalo.  Corriente y moliente. Allá por el siglo XVII se decía del molino que estaba en buen uso y capacitado para ejercer su función. Para unos corriente se refiere al agua que mueve el molino, pero para otros se refiere a la rueda que corre y muele el grano (moliente)  Costar un ojo de la cara. Según se dice Diego de Almagro, que en el Siglo XVI se dedicó a realizar expediciones de exploración y ocupación por Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Chile. Durante una expedición en la que fue a socorrer a Francisco Pizarro fue atacado y herido por la flecha de un indígena en un ojo, quedándose tuerto. Cuando este regresó a España y se reunió con el rey Carlos I y entre la plática le dijo: “El negocio de defender los intereses de la corona me ha costado un ojo de la cara”.  Cruz y raya. Antiguamente existía la costumbre de iniciar una carta o escrito con una cruz, para que Dios o los santos guiaran el escrito. y finalizaba con la rúbrica o ―raya‖. Indica que está todo dicho.  Cruzar los dedos. La explicación cita a los primeros tiempos del cristianismo, cuando los practicantes fueron perseguidos por sus creencias. Para reconocerse entre cristiano, la gente desarrolló una serie de gestos con la manos, una de las cuales era el símbolo de un pez, tocando los pulgares y cruzando los dedos índices.  Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Su origen se remonta a los tiempos en que el afeitado era una tarea dolorosa, por la falta de jabones o cremas suavizantes y por el escaso poder de corte de las navajas, todo lo cual exigía una labor de reblandecimiento de la cara un rato antes de la operación de rasurado.  Cuando seas padre comerás huevos. Viene de los tiempos en los que la carestía de alimentos hacía que muchas familias no tuviesen apenas nada para comer. Las más afortunadas disponían de una gallina que ponía uno o dos huevos, el día que había suerte. Estos huevos eran reservados para el cabeza y sustentador de la familia, o sea, el padre, ya que eran un aporte energético para que éste pudiese estar medianamente bien alimentado y poder trabajar en condiciones y así llevar el jornal al hogar. Como es de esperar, los hijos, que solían tener una dieta más bien pobre y pasaban bastante hambre, a la que podían, solicitaban a su madre el tan preciado huevo.

 Cuatro gatos. Esta expresión tiene su origen en el famoso hostal "Els Quatre Gats" ("Los Cuatro Gatos" en catalán) de la ciudad de Barcelona el cual también era calificado como cervecería, cabaret y restaurante. En este local se juntaban personalidades importantes de la época del Modernismo y se convirtió en uno de los núcleos principales del mismo en la ciudad de Barcelona. Algunas de las principales actividades que se celebraban en este local eran tertulias, cenas, reuniones de arte, exposiciones, veladas literarias y musicales, etcétera. Como en este local se reunían sólo unos cuantos intelectuales, se adoptó la expresión "Cuatro Gatos" para designar un sitio que se compone de poca gente.  Dar / Irse al traste. Antigua expresión marinera que significaba naufragar una embarcación. Según el lingüista Joan Corominas, tanto la palabra trasto como traste son una derivación del latín transtrum, ‗banco de remero‘, término que luego se aplicaría a cualquier mueble viejo o a cada uno de los trastes de la guitarra por comparación con la serie de bancos de una galera. Así se entiende que un naufragio finaliza con la destrucción de la embarcación, bancos de remeros incluidos.  Dar / Tener carta blanca. La expresión podría provenir del mundo de los juegos de naipes en muchos de los cuales la carta blanca es el comodín que puede utilizarse en lugar de cualquiera de las otras.  Dar calabazas. En las zonas rurales catalanas era un símbolo entre familias para declinar la pedida de mano de un pretendiente, al cual, en el caso de que la respuesta del cabeza de familia fuera negativa y para evitar un momento incómodo, en vez de decírselo directamente, se le daba de comer un plato cocinado a base de calabaza y por contra, se le ofrecía tabaco si la respuesta era positiva.  Dar carpetazo. Los asuntos judiciales o burocráticos, como informes, expedientes, etc. Se suelen guardar en carpetas. Se refiere al sonido de cerrar esas carpetas, normalmente fijadas con gomas elásticas.  Dar coba. Procede del lenguaje de la delincuencia y que significa entretener a una persona con una conversación halagüeña para engañarla. También puede significar dinero o gallina. De hecho, la voz coba proviene seguramente de cobar,que significa empollar sus huevos la gallina.  Dar cuartel. Se dice guerra sin cuartel en la que no se hacen prisioneros, sino que se matan a todos los vencidos. Aquellos que se encontraban en el bando en trance de rendirse preguntaban: ¿hay cuartel?, para saber si les interesaba rendirse o seguir luchando hasta morir y se aplica al buen trato que los vencedores ofrecen a los vencidos cuando éstos rinden las armas.  Dar el coñazo. Nada que ver con el origen etimológico de la frase, ya que no tiene nada que ver con el órgano genital femenino sino con el término latino «conatus» (esfuerzo) relativo a la persistencia empleada en conseguir algo, la sorprendente, y a veces agobiante, voluntad de perseverar.  Dar el pego. La primera acepción de pego que recoge el diccionario de la Academia es la de ‗fullería que consiste en pegar disimuladamente dos naipes para que salgan como uno solo, cuando le convenga al tramposo‘. Dar el pego es ‗ganar con baraja preparada para esta fullería‘ y ‗engañar con ficciones o artificios‘.  Dar en el clavo. En la Antigüedad, existía un juego infantil llamado "hito", que consistía en fijar un vástago o un gran clavo a cierta distancia de los participantes quienes, desde su lugar, arrojaban unos tejos anillados de hierro, de manera que el éxito en el juego lo lograban quienes conseguían acertar con el aro en el hito. Y como el hito solía ser de hierro -por lo general, se trataba de un clavo- la expresión dar en el clavo vino a significar lo mismo.  Dar la nota. La frase está tomada del vocabulario musical para referirse al que sobresale entre los demás, pero acabó adquiriendo un significado negativo al relacionarse con la expresión dar la nota discordante, que es lo que hace un intérprete instrumental o vocal cuando se equivoca de nota y destaca negativamente en solitario.  Dar largas. Encontramos el origen en el mundo de la tauromaquia, donde la "larga" es un movimiento con el capote, realizado con una sola mano, que se efectúa para burlar la embestida del toro y propiciar la carrera del mismo que sirve a su vez para preparar el siguiente lance. Dado el carácter de engaño que conlleva la acción, que proporciona tiempo al torero para la siguiente "suerte" de capote, con el tiempo ha sido empleado por el pueblo para dar el significado inicialmente citado.  Dar palos de ciego. Esto de los palos de ciego fue siempre cosa de gran hilaridad. La diversión a base de los palos de ciego fue común en la antigüedad, y su último avatar es la "piñata" y que dio nombre al Domingo de Piñata y al baile de Piñata, porque en él se vendaban los ojos a los circunstantes para que rompieran a garrotazos una olla colgada del techo, llena unas veces de agua y otras de pájaros o dulces.  Dar pie. Esta locución proviene de la antigua expresión dar el pie, equivalente a ‗ayudar a alguien a auparse a su cabalgadura‘. Así pues, es ofrecer las manos entrelazadas para dar un apoyo firme al pie del jinete, para que éste ponga el pie y se empuje para montar.

 Dar plantón. La expresión proviene del ámbito castrense, ya que el plantón es el soldado que realiza su guardia vigilando un puesto determinado y sin moverse del sitio. La posición adoptada, de pie y quieto en un mismo lugar, completamente inmóvil como una planta, provocó el símil.  Dar por sentado. Sentado significa aquí asentado, por consenso general, dado por cierto y presupuesto por todos.  Dar sopas con honda. Una de las antiguas acepciones de «sopa» es la mencionada en un pasaje del Quijote: «sopa de arroyo», que es lo mismo que «guijarro» o piedra suelta. Así que da sopas con honda a otro quien demuestra mayor pericia o fuerza al emplear la honda  Dar un braguetazo. El origen lo encontramos en unas leyes promulgadas por los reyes castellanos siglos atrás con la finalidad de aumentar la población de la Corona (y de paso el número de soldados), mediante la cual si un hombre tenía 7 hijos varones dentro de legítimo matrimonio se le concedería la hidalguía, y todos los privilegios que ello conllevaba en cuanto a exención de impuestos, cargas y rentas. Los hidalgos de sangre comenzaron a llamarlos despectivamente con el término „hidalgo de bragueta‟.  Dar un cuarto al pregonero. En España, se sabe que existían pregoneros por lo menos desde el siglo XV. La tarifa usual era un cuarto, moneda de cobre que equivalía a cuatro maravedíes, es decir, alrededor de tres céntimas de peseta, de manera que dar un cuarto al pregonero significaba pagar los servicios de ese oficial público para que difundiese, en voz alta, cualquier tipo de noticia.  Dar yuyu. La palabra yuyu tiene su origen en África Occidental y procede probablemente de una derivación de la palabra francesa joujou, juguete . El término hace referencia a los poderes mágicos que se atribuyen a un objeto, generalmente un fetiche de algún tipo, aunque el término también se puede utilizar para referirse al propio objeto. El yuyu, que suele emplearse únicamente por los hechiceros, puede tener naturaleza buena o mala y no está relacionado directamente con lo que habitualmente llamamos vudú.  Darla con queso. A La Mancha, famosa por sus vinos, comerciantes de toda la península acudían para la adquisición de estos conocidos caldos. Como es normal, éstos probaban la mercancía antes de formalizar la compra y según parece, existía una práctica más o menos extendida, en la cual para acompañar el vino, y para evitar que el comprador diferenciara entre un vino aceptable y uno picado o de mal sabor, agasajaban al comerciante con una cata de queso de intenso sabor, el cual disimulaba la mala calidad de la bebida.  Darle a uno mala espina algo o alguien. Entre las acepciones del término espina es antigua la de ‗recelo, escrúpulo, sospecha‘. La espina, empleada en sentido figurado, es sinónimo de pena, desazón o tormento, posiblemente debido a la iconografía religiosa que presenta la espina o la corona de espinas como símbolo del sufrimiento.  Darse con un canto en los dientes. La frase alude a cierta ceremonia rutinaria que moros y judíos llevaban a cabo cuando sobrevenía algún mal o se producía alguna desgracia. Se golpeaban el pecho con una piedra mientras rezaban. Es un antecedente de la que se utiliza en la actualidad: darse con un canto en los dientes, entendiendo canto en su acepción de ‗canto rodado, trozo de piedra‘. Como cuando en la liturgia cristiana se acompaña el mea culpa con leves golpes de pecho.  Darse un punto en la boca. Un punto es cada una de las diversas maneras de trabar y enlazar entre sí los, luego la expresión equivale a ‗coserse la boca‘  De altos vuelos. Creo que se refiere a la amplitud o extensión de una vestidura en la parte que no se ajusta al cuerpo o a la amplitud de otros tejidos, como cortinas, ropajes, etc. 

De bote en bote. Proviene del francés de bout en bout ‗de extremo a extremo‘, de punta a punta.



De buen grado. Grado proviene del latín gratus, grato, agrado, voluntad, gusto.

 De cabo a rabo. En este caso, la palabra "cabo" deriva de la palabra latina caput que en español significa cabeza. Así que esta expresión realmente se refiere a "de la cabeza a la cola".  De chicha y nabo o de chichinabo. Chicha proviene del italiano ciccia, y aunque hoy es una palabra propia del lenguaje infantil para denominar a todo tipo de carne, antiguamente se utilizaba para nombrar a las carnes de peor calidad. Por su parte, el nabo es una hortaliza con un valor nutritivo más bien escaso. 

De chiripa. Chiripa, en el juego de billar, es la suerte favorable que se gana por casualidad.

 De esta agua no beberé. Alude a las andanzas de un borracho que, pese a prometer día tras día no beber agua de una fuente, acabó ahogado en el. 

De marras. Del árabe hispánico márra, y este del árabe clásico marrah, una vez, de antaño.

 De medio pelo. Aproximadamente hace un siglo, provenientes de ciudad de Cádiz, llegaban sombreros confeccionados con pelo de castor. Algunos de ellos, los de mejor calidad y más caros, estaban hechos con pelos enteros extraídos del animal, mientras que otros, los más baratos, sólo tenían parte de pelo de castor. Es decir, algunos eran de pelo entero y otros de medio pelo. Tal situación delataba el nivel social de la persona portadora del sombrero.  De pacotilla. Pacotilla es un diminutivo que procede de paca, término usado para referirse a un paquete o fardo. La tripulación de los barcos podían subir a bordo sin tener que pagar ningún tipo de impuesto un pequeño fardo o pacotilla, generalmente compuesto por útiles de uso personal de escasa entidad y valor. En ocasiones incluían baratijas y demás objetos vistosos y baratos para comerciar con las colonias o los destinos exóticos.  De padre y muy señor mío. Son meros formalismos de la antigua manera de redactar cartas comerciales, que hoy, dado el internet, el informalismo y el relajamiento de la educación y la cortesía ya no son prácticamente empleados, salvo en documentos empresariales o gubernamentales de muy alto nivel. 

De par en par. De cuando las puertas y ventanas en los hogares eran de dos hojas (un par).

 De Pascuas a Ramos. El dicho alude a la festividad de la Pascua de Resurrección, que tiene lugar una semana después del Domingo de Ramos. Por lo tanto, entre ambas festividades, existe un lapso de tiempo de un año menos una semana. 

De pro. Pro viene del latín prode, provecho.

 De recochineo. El origen de este término tiene que ver con la acción de recochinear o "recochar", de las palabras latinas recoquere y recoctus, que se usaban para indicar que un alimento había sido cocido en exceso, o cocinado dos veces. 

De sopetón. Sopetón procede del latín subĭtus, súbito, de improviso.

 De tapadillo. El tapadillo es la acción de taparse la cara una mujer con el manto o el pañuelo para no ser conocida. 

De tomo y lomo. Se refiere al libro grande (tomo) con ancho lomo.

 De tres al cuarto. El cuarto era una de las monedas fraccionarias de valor más bajo usadas en España. Una moneda de cobre cuyo valor era el de cuatro maravedís de vellón; equivalente, más o menos, unas dos diezmilésimas de euro. Así que, si por un cuarto se compraban tres productos… la calidad debía ser ínfima y el producto vulgar a más no poder.  De una tacada. Una tacada es es el golpe dado con la boca del taco a la bola de billar que provoca una serie de carambolas seguidas sin soltar el taco.  De su puño y letra. Se dice de lo escrito a mano por la persona que lo firma con su propia caligrafía. El puño hace referencia a la firma, que es el rasgo que da validez al texto y muestra la autoría. Antiguamente, la firma, la identificación personal, se estampaba imprimiendo con el puño el sello que las personas de rango llevaban esculpido en un anillo. De ahí que puño haga referencia al sello estampado al pie del escrito.  Decirle a alguien las verdades del barquero. La expresión procede de un cuentecillo. Era un avispado estudiante de Salamanca que se encontró sin dinero para atravesar el Tormes. Ideó entonces que, si le contaba al barquero algunas verdades de sentido común, podría pasar gratis al otro lado del río. Estas son: ―(1) Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro. (2) El que no está acostumbrado a bragas [ropa interior], las costuras le hacen llagas. (3) El pan duro, duro; vale más que ninguno. (4) El zapato, aunque malo, más vale en el pie que en la mano‖.  Dejar a alguien a los pies de los caballos. Se evoca aquí la imagen del soldado que, en el campo de batalla, se ve abandonado a su suerte, atropellado por el avance de la caballería enemiga.

 Dejar a alguien en la estacada. Estacada era el palenque o liza, formado ordinariamente con estacas, en el que se celebraban los desafíos solemnes, los torneos y las justas. Pero más modernamente y en términos militares, la estacada es la hilera de estacas clavadas a manera de trinchera.  Dejarse algo en el tintero. Los tinteros eran aquellos recipientes pequeños para contener tinta, de uso frecuente en escuelas y oficinas. Es una frase que empezó a utilizarse a mediados del siglo XV y que hacía referencia a los que escribían los correos del rey para hacerlos comprender que no debían olvidar nada, no dejar nada en el tintero.  Descubrir el pastel. El origen de esta locución viene de un antiguo pastel de carne, muy parecido a una empanada. Por aquel entonces los pasteleros tenían fama de ser algo tramposos en los pesos y rellenos de sus pasteles, por lo que en más de una ocasión había algún cliente que no se fiaba del producto que tenía que comprar y solicitaba inspeccionarlo. El modo de realizarse era dando un pequeño corte lateral a la empanada y levantando la masa que la cubría, de esa manera se comprobaba (y por tanto, se descubría) si el pastel estaba correctamente relleno. Como es de suponer, a más de un pastelero se le descubrió el pastel al haber hecho trampas con el relleno de la empanada.  Desde los tiempos de Maricastaña. María Castaña en el S.XIV encabezó en Lugo una rebelión contra el pago de impuestos al obispo de la época, y por ello fue recordada como una heroína entre sus vecinos.  Despedirse a la francesa. Puede tener su origen el modismo francés sans adieu, ‗sin adiós‘, que significa despedirse con propósito de volver y que constituye la expresión cortés del agrado que produce la compañía que temporalmente se abandona. El sans adieu fue tomado en España en su sentido literal, y de ahí que se dio a esta frase un sentido contrario del que tiene en Francia. Cuando esta forma de despedirse se tomó como una descortesía, los franceses rechazaron su implicación en la frase y la llamaron filer à l´anglaise, ‗despedirse a la inglesa‘.  Desternillarse de risa. La frase alude a la risa que hace que nos doblemos por la mitad y en casos extremos que adoptemos la posición fetal. Si la risa es prolongada incluso nos causa dolor muscular, de ahí frases parecidas como morirse de risa, partirse de risa…, por las que se nos romperían figuradamente las ternillas (cartílagos) de todo el cuerpo: de las costillas, de la columna.  Día de perros. La frase en cuestión tiene que ver con la constelación del Canis Major, ‗Can Mayor‘ en latín, y con su estrella más brillante, Sirio, también llamada estrella del Perro. La aparición conjunta del Sol y de Sirio fue la causante de que los romanos llamaran canícula o días del Perro al periodo más caluroso del año.  Diálogo de besugos. Los "Diálogos para Besugos" eran una sección humorística escrita por Armando Matías Guiu que empezó a publicarse en 1951 en la revista española de historietas DDT. No se nos deja muchas pistas para averiguar exactamente la razón de haber utilizado al inocente "besugo" en lugar de otro pez, más que el hecho de que dicha palabra, según la RAE, es también un término aplicable a una "Persona torpe o necia‖.  Discusión bizantina. Tal calificativo tiene su origen en los concilios de la primitiva Iglesia Ortodoxa Griega. Se llevaron a cabo, a principios del siglo XI, en la ciudad de Bizancio (Constantinopla), y en ellos se trataron algunos temas como la naturaleza del Espíritu Santo o la doble condición de Cristo. Se dice que incluso llegaron a discutir acerca del número de ángeles que cabían en la punta de un alfiler.  Disparar con pólvora del Rey. En los tercios españoles, cada soldado recibía una paga, en la cual se contemplaban sus necesidades. Así, un piquero cobraba menos que un arcabucero, la caballería tenía que mantener sus monturas... Por lo tanto, la pólvora la solía pagar el soldado de su propio bolsillo. Pero en ocasiones, como en caso de asedio, se podía obtener pólvora de almacenes o polvorines de artillería y entonces se tiraba con "pólvora del rey" y por lo tanto no se tenía tanto cuidado y se disparaba más alegremente.  Divertirse como un enano. La frase tiene su origen en el hecho de que las personas de baja estatura eran contratadas como bufones en la corte, y tenían la obligación de estar siempre contentos para hacer reír al rey, al príncipe, y a los demás cortesanos, de manera que nadie los veía tristes, disfrutaban todo, incluso las humillaciones. Asociamos también a los enanos con los del circo o con los de algunos cuentos infantiles, que resultan simpáticos y juguetones.  Donde Cristo dio las tres voces. Su origen está en cuando Cristo fue al desierto 40 días para rezar, y en esos días, el demonio le tentó durante tres veces, las cuales fueron negadas por Cristo.  Dorar la píldora: Desde siempre, los medicamentos se han caracterizado por tener un sabor amargo. Hoy, todos sabemos que las píldoras suelen estar integradas -por lo general- por elementos de sabor amargo y desagradable al paladar. De ahí, que los antiguos boticarios, para disfrazar o disimular ese desagradable sabor, acudiesen al recurso de dorar la píldora con alguna sustancia de gusto azucarado y suave al paladar, de manera que se facilitara la acción de tragar el medicamento. Ese es el sentido de la expresión dorar la píldora.

 Dormir a la pata llana, o a pata llana. Hace referencia al pueblo, al vulgo, al populacho; esta gente, a diferencia de la nobleza o la burguesía, no tenía ningún privilegio especial. Por tanto, la locución manifiesta la idea de que el pueblo dormía de un modo más sencillo, pero también más a gusto, con menos preocupaciones en su haber y más profundamente, a causa de la gran cantidad de trabajos físicos que realizaba a lo largo del día.  Dormir a pierna suelta. El origen de la expresión la encontramos en la época en la que a los presos se les colocaba unos grilletes en los tobillos para que no pudieran escaparse, habiendo algunos casos excepcionales en los que, por la buena conducta de un reo, éste recibía como premio el poder pasar la noche sin estar sujeto a ninguna cadena u otro preso, por lo que ‗dormía a pierna suelta‘ (sin sujeción alguna)  Dormir la mona. Se remonta al siglo XVI y hace referencia a la costumbre que había de dar vino a los monos para ver el efecto que les provocaba.  Dormirse en los laureles. En Roma, cuando se coronaba a un general, pretor o cónsul tras una victoria se le festejaba un triunfo. Como símbolo de gloria se le colocaban guirnaldas de laureles. aquí podríamos incluir a gladiadores que se ganaban su libertad en la arena y a los atletas que ganaban en los juegos olímpicos.  Echar con cajas destempladas. En el pasado, cuando un militar incurría en delito de infamia y los superiores disponían separarlo del Cuerpo, se procedía a destemplar o desafinar el parche de las cajas o tambores y, redoblando así sobre ellos, se realizaba la degradación pública del acusado. Asimismo, de esta manera eran conducidos los reos condenados a muerte al cadalso donde iban a ser ajusticiados.  Echar la soga tras el caldero. En el Tesoro de Covarrubias se puede leer: ―Está tomado del que yendo a sacar agua del pozo se le cayó dentro el caldero, y de rabia y despecho, echó también la soga con que se pudiera sacar, atando a ella un garabato o un garfio‖.  Echar pestes. Proviene de una frase más antigua: echar pésetes. Pésete significaba ‗que te pese‘, y se utilizaba como una forma coloquial de juramento o reniego. Actualmente se usa en la forma ¡mal que te pese! también con la intención de maldecir.  Echar / soltar una filípica. El término se origina con Demóstenes quien profirió varios ataques en contra de Filipo II de Macedonia. Las filípicas son entonces en el contexto histórico, cuatro documentos escritos entre 35150 a. C. y 340 a. C., dirigidos contra el creciente poder del macedonio, a quien ve como una amenaza, no sólo para Atenas, sino para todas las ciudades estado griegas.  Echar un capote. Durante la corrida no es infrecuente que alguno de los participantes se vea en una situación de peligro, bien por la propia peligrosidad del astado o por la impericia o mala fortuna del coletudo. Se requiere, en esas circunstancias, que alguno de sus compañeros distraiga al toro con el aleteo de su capote y le aleje del torero en dificultades, evitando la cogida.  Echar un “kiki”. Llega al español a través del término inglés „quicky‟, forma en que los anglosajones se refieren de manera usual a mantener relaciones sexuales espontáneamente y en pocos minutos. A su vez quicky no es más que una forma informal de decir „quickie‟ una palabra cuyo significado literal es ‗rapidito‘ (diminutivo de quick: rápido, veloz) y que se utiliza en el mismo sentido que nosotros.  Echar un cable. Es un término marinero. En el origen está el cable o maroma que se lanzaba desde el barco a quien caía al agua para salvarlo de morir ahogado.  Echar una cana al aire. El origen de la frase se encuentra en la ineficaz costumbre masculina de arrancarse las primeras canas. Un gesto vanidoso para esconder el hecho del fin de la juventud y, con ella, de la licencia para hacer ciertas cosas alocadas y poco juiciosas.  Echar sapos y culebras. Los sapos y culebras son representaciones corpóreas de los demonios. Tales diablos salían tomando forma de aquellos animalillos de la boca de los endemoniados, exorcizados, condenados. Así se representa en dibujos antiguos.  Echarse al monte. Se refiere a aquellas personas, bandoleros o guerrilleros antifranquistas que tras la Guerra Civil Española se vieron obligadas a huir o esconderse en los montes, para salvar sus vidas o reconquistar las libertades perdidas. Acabada la contienda, los más irreductibles del bando perdedor "se echaron al monte" para proseguir la lucha en forma de 'guerrillas'.  El baile de san Vito. El origen de esta expresión se encuentra en la invocación que se hacía en la Edad Media a san Vito contra la corea epidémica, una enfermedad crónica o aguda del sistema nervioso central, que se manifiesta por movimientos desordenados, involuntarios, bruscos, de amplitud desmesurada, que afectan a los

miembros y a la cabeza y en los casos graves a todo el cuerpo. La invocación al santo obedece a que, según la leyenda, fue martirizado sufriendo terribles convulsiones a causa de la tortura a la que fue sometido durante su martirio.  El canto del cisne. Se refiere a la última obra o actuación de una persona. A pesar de que el cisne no canta nunca -lo más emite un ronquido sordo- existe una leyenda antigua que afirma que emite el canto más melodioso como premonición a su propia muerte, según relatan Marcial y el poeta Virgilio.  El capitán Araña. El dicho completo dice así: Ser como el capitán Araña, que embarca a la gente y se queda en España. Se utiliza para calificar a la persona que implica a los demás en un asunto en el que no está dispuesta a participar. El origen de esta frase hay que buscarlo en la figura del capitán Arana o Aranha, un personaje del siglo XVIII que recorría el litoral de la península Ibérica con la intención de reclutar gente con destino a las colonias de América para luchar contra los insurrectos, sin que él emprendiera viaje alguno hacia el Nuevo Continente.  El chocolate del loro. Pancracio Celdrán sitúa como protagonistas a aquellos Indianos que volvieron de hacer las Américas cargados de fortuna y quienes, para ostentar su privilegiada posición económica, agasajaban a los invitados con la típica taza de chocolate. Cuando les llegó el momento de apretarse el cinturón, la solución a sus males no la vieron en bajar un poco su tremendo y caro nivel de vida, sino en dejar a un loro que tenían sin el pequeño trozo de chocolate que le daban diariamente.  El hábito no hace al monje. En cuanto a la expresión que nos ocupa, contribuyó a su difusión la costumbre de amortajar a los difuntos con hábitos benditos para garantizarles un juicio benigno en el otro mundo. No en vano muchas personas que habían llevado una vida licenciosa y de pecado disponían ser enterrados de esa guisa, a cambio de generosas donaciones a la orden religiosa escogida.  El huevo de Colón. Estando Cristóbal Colón a la mesa con muchos nobles españoles, uno de ellos le dijo: 'Sr. Colón, incluso si vuestra merced no hubiera encontrado las Indias, no nos habría faltado una persona que hubiese emprendido una aventura similar a la suya, aquí, en España que es tierra pródiga en grandes hombres muy entendidos en cosmografía y literatura'. Colón no respondió a estas palabras pero, habiendo solicitado que le trajeran un huevo, lo colocó sobre la mesa y dijo: 'Señores, apuesto con cualquiera de ustedes a que no serán capaces de poner este huevo de pie como yo lo haré, desnudo y sin ayuda ninguna'. Todos lo intentaron sin éxito y cuando el huevo volvió a Colón éste al golpearlo contra la mesa, colocándolo sutilmente lo dejó de pie. Todos los presentes quedaron confundidos y entendieron lo que quería decirles: que después de hecha y vista la hazaña, cualquiera sabe cómo hacerla.  El más pintado. El más pintado, refiriéndose a la persona más pintada en retratos, en la antigüedad era siempre el rey, que a su vez era la persona más importante de la ciudad, por eso ahora decimos que el más pintado es la persona más importante en algún lugar o asunto.  El parto de los montes. Esta expresión procede del verso de Horacio (Ars Poetica, 128): Parturient montes, nascetur ridiculus mus. Parieron los montes y nació un insignificante ratón.  El pelo de la dehesa. Esta expresión quiere decir que se le nota su origen. En principio si es un toro que está en la dehesa, por mucho que le pongas en una ciudad se le ve el pelo de la dehesa. Se aplica a los nuevos ricos, por ejemplo.  El quid de la cuestión. Quid es un pronombre neutro latino que significa ―qué cosa‖. Esta palabra alude a la esencia o al porqué de una cosa. Y, generalmente, va precedida por el artículo ―el‖. Por eso, decimos, entre otras cosas, frases como ―ahí está el quid de la cuestión‖ o, simplemente ―ahí está el quid‖.  El quinto pino. Durante el reinado de Felipe V se plantaron en Madrid cinco pinos en el Paseo de Recoletos. El quinto de ellos quedaba muy alejado del centro y muchos padres empezaron a utilizarlo como límite de alejamiento del domicilio familiar a sus hijos.  El sursuncorda. La Real Academia lo define como un supuesto personaje de mucha importancia. En realidad, lo inventó el ingenio popular a partir de la expresión del inicio de la misa en latín “sursum corda‖ (arriba los corazones) y lo introdujo en oraciones del tipo ―y no voy, aunque lo diga el sursuncorda‖.  El tonto del bote. El tonto del bote fue un mendigo que acostumbraba a pedir, con un bote en la mano, a las puertas de San Antonio del Prado en el Madrid del primer tercio del siglo XIX. Un día en se escapó un toro de la plaza de Madrid. Mientras todo el mundo corría despavorido, el bueno del mendigo del bote ni se movió; ni cuando el toro se paró ante él y lo olfateó. El animal siguió su camino sin causarle ningún daño y el hecho causó gran conmoción en toda la ciudad.

 El Lucero del alba. Es una denominación popular para referirse al planeta Venus, cuando resulta visible en el cielo al amanecer. una antigua tradición católica, compara a La Virgen María con la estrella de la mañana, llamándola "Stella Matutina"(Estrella de la Mañana).  Empapelar a alguien. Se trata de una expresión cuartelera que se ha extendido a otros ámbitos. Con ella se hace referencia al hecho de abrir un expediente disciplinario. Anotar en un papel el nombre y los datos de quien no cumple las normas, con el fin de recordarlo luego y poder exigirle responsabilidades o imponerle un castigo.  En números rojos. Un descubierto es una situación en la que una cuenta corriente, cartilla de ahorro o libreta de ahorros, tiene saldo negativo. Esta situación también se suele llamar números rojos, por el color en el que son impresos convencionalmente los saldos negativos.  En olor de multitudes. En realidad deberíamos decir ‗en loor de multitudes‟, loor y no olor, ¿Y qué significa loor? Pues es una alabanza, un elogio que incluso tiene la forma verbal, loar, y un adjetivo muy utilizado: loable.  En ristre. Ristre es un pieza de hierro generalmente ubicado en la parte derecha de las armaduras antiguas, donde encajaban las lanzas/espadas para hacer descansar estas armas.  En todas partes cuecen habas. "Cocer habas" era otra manera de decir "tostar judías" y hace referencia al sentimiento antisemita de los cristianos viejos durante la Edad Media. Siendo ‗cocer‘ y ‗habas‘ sinónimos respectivos de ‗tostar‘ y ‗judías‘, y estando por entonces a la orden del día la quema en la hoguera de judíos conversos que seguían practicando su religión en secreto—, en su origen el dicho no tiene más remedio que hacer referencia a la dificultad de encontrar una familia española integrada sólo por cristianos viejos; esto es, que carezca de ascendencia semítica. Existe una adición muy empleada, citada por Cervantes: En todas casas cuecen habas; y en la mía, a calderadas (El Quijote II 13).  En un periquete. José Luis Pensado Tomé aventura que la palabra en cuestión se formó a mediados del s. XIX por metátesis de ―repiquete‖, ―repique vivo y rápido de campanas parecido al redoble del tambor‖. Lógicamente, el repiquete (que, según el Diccionario de Autoridades se producía golpeando la campana con un instrumento de hierro distinto del badajo) debía de ser de breve duración (pensemos en el repiqueteo de la campanilla en la misa católica), y por ahí se formaría la expresión.  En un santiamén. Esta expresión tiene un origen relacionado con la religión. La mayoría de oraciones cristianas en latín acababan con la frase „In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen‟. Las palabras “Sancti Amen” coincidían con el momento de santiguarse y se pronunciaban muy rápidamente, de corrido, prácticamente unidas. Así fue cómo “Sancti Amen” derivó en “santiamén” y la frase hecha adoptó su significado actual.  Enmendar la plana. La plana era el nombre con el que se conocía al escrito que hacían los niños en una cara del papel cuando aprendían a escribir. La función del maestro era corregir (enmendar) los posibles fallos que en ella había.  Enseñar (o sacar) las uñas. Los gatos disponen de sus agudas garras, de uñas poderosas. Las garras sólo son desenvainadas en el momento de agredir a la presa, o en caso de necesidad.  Entrar a saco. La expresión es análoga al verbo saquear, significa lo mismo: apoderarse violentamente de lo que se halla en un lugar, como botín de guerra. . Y esto es así, porque los saqueos solían hacerse con grandes sacos en los que poder llevarse mayor cantidad de objetos.  Entrar al trapo. Su origen lo encontramos en el mundo de la tauromaquia ya que ‗entrar al trapo‘ es la acción que hace el toro al acudir a la llamada (o cite) que efectúa el torero (o alguno de sus asistentes) con el capote y/o la muleta (en este caso ‗trapo‘).  Entrar con el pie derecho. Tiene su origen en la rúbrica de los Misales donde, por motivos arcanos se prescribe que el celebrante, una vez comenzado el introito y al disponerse a subir las gradas del altar, debe iniciar su marcha con el pie derecho, esto es, entrar con el pie derecho.  Entrar con mal pie. Es una ancestral superstición. Se remonta a las creencias romanas, en que todo lo izquierdo era de mal augurio y lo derecho afortunado. Los romanos se cuidaban mucho de levantarse de la cama apoyando primero el pie derecho, y si por error lo hacían con el izquierdo, se acostaban de nuevo para volver a iniciar el día con el derecho. Lo mismo al entrar en una casa o local, se cuidaban de hacerlo con el pie derecho, pues si lo hacían con el ―mal pie‖, el izquierdo, era augurio de que las cosas iban a ir mal allí y algo desafortunado les iba a suceder.

 Entrar o colarse de rondón. Es una expresión de origen francés, de randon, que significaba con fuerza, con impetuosidad. Hoy ha pasado a significar entrar sin permiso.  Entrar por derecho. Se refiere al mundo de los toros y consiste en entrar a matar sin más dilaciones, sin desviarse y acometiendo al toro de frente, dando el pecho.  Entrar por uvas. Su origen se encuentra en lo peligroso que resulta entrar en un viñedo con ánimo de robar algunos racimos, pues los guardas están vigilantes y prestos a enfrentarse a los ladrones. De lo escarmentados y apaleados que resultaron algunos infractores se coligió que ésta era una empresa arriesgada.  Entre pitos y flautas. Se remonta a las famosas cuentas del Gran Capitán, cuando quiso dar soberbia respuesta a las dudas que el Rey Católico planteó sobre sus gastos excesivos en campaña. La respuesta de Gonzalo fue darle al rey una lista de muchos gastos en conceptos ridículos.  Es la Caraba. El origen de esta frase está en una anécdota sucedida durante el transcurso de una feria. En una de las casetas se anunciaba algo extraordinario "La Caraba". El que siempre estaba dispuesto a asombrarse, lógicamente entraba y cuál no sería su sorpresa cuando el "fenómeno" que encontraba era una burra muy vieja y flaca. El dueño de la caseta decía que no existía ningún engaño ya que la burra era "La Caraba", es decir "la que araba y ya no ara".  Escurrir el bulto. Se trata de un ágil movimiento del torero mediante el cual burla la embestida del toro, apartándose de su camino. Suele producirse este hecho ante una colada del toro o cuando, de manera impensada se vence por un pitón u otro.  Eso es harina de otro costal. El dicho es muy antiguo, porque es muy antiguo el moler grano para obtener harina y hay harinas de diferentes clases, trigo, maíz, centeno, cebada, etc., y se pondrían en diferentes costales y no se deberían de mezclar para conservar la pureza.  Eso lo va a hacer Rita la cantaora. Como Rita la cantaora era conocida Rita Giménez García, cantaora de flamenco nacida en Jerez en 1859, y fallecida en plena Guerra Civil a los 78 años de edad. Se la conoció popularmente por sus actuaciones en los cafés cantantes de la época. Parece ser que debido a su genio alegre y su facilidad para arrancarse un baile o un cante cada vez que un espectador se lo pedía, por su disposición a complacer a su público, se acuñó esta famosa frase.  Eso son palabras mayores. Vulgarmente se llegó a llamar palabras mayores a todas las injuriosas, y no sólo a los cinco verdaderamente grandes, que eran las de gafo (leproso), sodomético (sodomita), cornudo, traidor y hereje. 

Eso va a misa. En misa se dice palabra de Dios, lo cual lo convertiría en indiscutible.

 Estar a la que salta. Parece que esta expresión tiene su origen en la caza.. Una liebre suele ser una de las presas favoritas de los cazadores. La forma de correr de las liebres es mediante saltos. Cuando un cazador va a cazar liebres, tiene que estar muy atento a cualquier cosa que se mueva. Cuando alguna liebre ―salta‖, el cazador intenta cazarla. De ahí viene la expresión ―estar a la que salta‖ y su significado, estar muy atento a las oportunidades.  Estar a la cuarta pregunta. Antiguamente, en los interrogatorios judiciales, era de fórmula realizar cuatro preguntas al imputado: ¿tenemos salud?, ¿tenemos ingenio?, ¿tenemos amores? y la temida cuarta pregunta: ¿tenemos dinero? Aparentemente, los novatos iban contestando afirmativamente a todo, salvo cuando oían la cuarta pregunta. Cuando la indagación concernía a persona desheredada o indigente, ésta, naturalmente respondía siempre negativamente, declarándose pobre de solemnidad y si el juez, deseoso de aclarar la situación, insistía por ese lado, el interesado podía abstenerse o, mejor dicho, estar a la cuarta pregunta.  Estar a partir un piñón con alguien. No falta quien cree que en realidad la frase es una deformación de otra frase más antigua: "estar a partir un quiñón", lo que sucedería es que como nadie sabe ya lo que es un quiñón, la gente habría sustituido por algo comprensible. Antiguamente, por ejemplo en España en los valles del Pirineo, había tierras de sembradura cuya propiedad se tenía en común por varios o por comunidades enteras, indivisibles, que se repartían cada año para sembrar y a cada cual le tocaba sembrar un sector. El quiñón era la parte teórica más pequeña de esta tierra que le correspondía a cada uno para sembrar.  Estar al cabo de la calle. En el español del siglo de oro equivalía a ‗asunto‘, ‗pormenor. Y es la acepción que ha quedado en la locución.  Estar al quite. En el mundo de los toros, el quite es la acción de un torero que ayuda a otro cuando está en peligro. Es una acción habitual, y es necesario que el torero que ayuda ponga mucha atención para que su compañero no sea dañado por el toro.

 Estar como una regadera. En el origen de la comparación se decía que estas criaturas hacían aguas, en referencia a cierto deterioro mental, equiparando los agujeros por donde el agua de este artilugio sale a chorros, con la cabeza de la persona de quien se dice.  Estar criando malvas. La expresión tiene su origen en la facilidad de las malvas para propagarse por casi cualquier parte y clima. Esto hizo que proliferasen principalmente en lugares abandonados y cementerios, por lo que rápidamente se asoció la idea de que el cuerpo del finado servía de ―abono‖ para que estas plantas creciesen a sus anchas (algo erróneo), dando lugar a la expresión.  Estar ducho en algo. Ducho viene del latín ductus, conducido, dirigido, de ducere, conducir. Expresa que alguien está dirigido, encaminado en la actividad que realiza.  Estar en Babia. La comarca leonesa de Babia era el lugar al que iban los reyes de León a descansar. Durante la Edad Media, al parecer, abundaba la caza en ese lugar y los reyes de León lo eligieron como punto de reposo, particularmente para alejarse de los problemas de la corte. Estas ausencias del rey motivaban a menudo la inquietud de los súbditos a quienes, cuando preguntaban por él, se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia. La expresión se hizo coloquial y pasó al lenguaje común.  Estar en boga. El término boga en esta expresión proviene del francés vogue, que significa moda. Esta palabra llega por medio del italiano con el significado figurado de reputación. Deriva del verbo vogare adaptado del antiguo francésvoguer, remar navegar.  Estar en capilla. El rey Felipe II fue el primero que dispuso que en las cárceles se habilitaran capillas para que los reos condenados a muerte pudiesen confesarse y comulgar el día anterior a su ejecución.  Estar en el ajo. Casi siempre tiene un significado negativo, relacionado con asuntos oscuros, intrigas o chanchullos. Como las situaciones relacionadas con esta frase denotan problemas, peligro o dificultades casi siempre, es una analogía a la fama del mal sabor que tiene este tubérculo de gusto fuerte, acre y picante, que especialmente cuando está crudo, posee un sabor desagradable.  Estar en el candelero. Los antiguos escenarios se iluminaban con una fila de luces o candelas llamada candelero. Estar en el candelero era, y es, estar en la parte más iluminada del escenario.  Estar en el limbo. La Iglesia asignó a los no bautizados un lugar que no es ni Cielo, ni Infierno, pero tampoco es Purgatorio. Un lugar en el que esas almas aguardan el Juicio Final en un estado de beatitud que, sin llegar a la suprema felicidad del paraíso, los exime del pecado y sus castigos.  Estar en el séptimo cielo. Tiene origen en la Divina Comedia de Dante Alighieri. Cuenta el paso de Dante y el poeta Virgilio por el Infierno, Purgatorio y Paraíso El Paraíso se divide en 9 Cielos y el Cielo Empíreo. El séptimo Cielo es el de los Espíritus Contemplativos (por encima de los justos y por debajo de Jesucristo); representa el planeta Saturno.  Estar en la brecha. Se refiere a la rotura de un frente de combate o para hacer referencia a las roturas en paredes o murallas, donde hay que estar preparado y dispuesto para defender.  Estar en la inopia. El origen se lo debemos a la palabra latina “inopia‖, o lo que es lo mismo, indigencia, pobreza, escasez. Este tipo de personas apenas tenían dinero para subsistir y que por lo general eran apartados de la sociedad, lo que hacía que no estuviesen informados de lo que sucedía en su comunidad.  Estar en mantillas. El origen de la expresión se encuentra en las mantillas que eran una prenda de lana u otra tela para abrigar y envolver a los niños por encima de los pañales.  Estar entre la espada y la pared. Como los antiguos espadachines que se encontraban entre la espada de su oponente y la pared contra la que habían sido acorralados. Toda vez que un espadachín lograba colocar a su oponente entre la punta de su espada y una pared, el pleito estaba definido y el final de la lucha quedaba librado a su voluntad: la muerte o el perdón.  Estar grogui. Proviene de sir Edward Vernon (1684-1757), almirante inglés apodado Old Grog por usar una capa de tipo grogram (tejido áspero mezcla de seda y lana). El almirante impuso a sus hombres una reducción en la cantidad de ron que podían consumir. Los marinos aguzaron el ingenio para poder seguir emborrachándose y se extendió el consumo de una mezcla de ron con agua y azúcar, que se bebía muy caliente para eliminar la sensación de frío. Este brebaje recibió el nombre de grog en alusión al almirante y como que aquellos que lo consumían en exceso quedaban adormilados y semi-inconscientes, se calificó tal estado de grogui.

 Estar hasta los topes. El término tope, en el lenguaje marinero, designa el punto más alto de cualquier mástil. También se llama tope al vigía, situado en lo alto de la arboladura.  Estar hecho un Adán. Hace referencia la expresión es el primer hombre creado por Dios, según relata el Génesis. Al ser creado de barro, la imaginería popular consideró que eso le otorgaría un aspecto sucio y desastrado. Esta idea se vio reforzada por las pieles que Dios les dio a Adán y a Eva para que se vistieran al ser expulsados del Paraíso.  Estar hecho unos zorros. Antiguamente se conocía como „zorro‟ al utensilio usado para limpiar el polvo (lo que en la actualidad llamaríamos „plumero‟) y que se componía de un mango al que se le unía unas tiras de piel, orillo (trozos de tejido basto) o la cola de un animal (frecuentemente la del zorro o cordero).  Estar más perdido que el barco del arroz. El Alcatraz fue un barco argentino enviado en la década de 1940 por el gobierno de Juan Domingo Perón a la España de la posguerra. Dicho barco, según informó el gobierno argentino, iba cargado de arroz, pero nunca llegó a las costas andaluzas. La versión más extendida del extravío es el hundimiento del barco, que dio origen al refrán. Se especula también que la tripulación del barco se hubiera quedado con éste y su contenido. Otras versiones relatan que la tripulación sufrió una enfermedad contagiosa y todos murieron, sin posibilidad de que el cargamento llegara a puerto.  Estar o poner en un brete. Brete significa ‗cepo o prisión estrecha de hierro que se ponía a los reos en los pies para que no pudieran huir‘.  Estar para el arrastre. El arrastre es el acto de llevar al toro desde el ruedo hasta el desolladero. Siempre se lleva a cabo, una vez muerto, por medio de las denominadas "mulillas", animales que arrastran al toro hasta su despiece.  Estar patas arriba. Usamos esta expresión porque, si lo natural es que las patas estén abajo aguantando el resto del elemento (por ejemplo, las patas de una mesa aguantan el tablero superior de la mesa, las patas de los animales aguantan el resto de su cuerpo, etc.), si están hacia arriba, están en una posición antinatural, es decir, desordenada.  Estar salido. La expresión se emplea para referirse a las hembras de algunos mamíferos, especialmente de los perros, cuando están en celo. En esa época sus genitales muestran una hinchazón, una protuberancia excesiva, tal que parecen estar salidos, excediendo su espacio habitual.  Estar sin blanca. La expresión viene de la palabra blanca, que en tiempos de Felipe II de España era una moneda de poco valor. Era una moneda de vellón (aleación de cobre y plata), de bajo valor, llamada blanca porque era tratada con un blanqueado que le daba aspecto plateado y claro, frente a otras monedas de vellón de color más cobrizo y oscuro.  Estar teniente. La expresión es de origen militar. Ocurre que los suboficiales y los oficiales de baja graduación —los tenientes, por antonomasia— son los encargados del trato con la tropa en los cuarteles y, por lo tanto, los encargados de recibir sus reclamaciones, peticiones de permisos o favores, planteamiento de problemas, quejas…El teniente, nada interesado en todo este discurso, oye pero no escucha, simplemente cumple con la obligación de atender a la tropa, pero luego hace caso omiso de todo lo oído pues no ha puesto la menor atención al discurso del soldado.  Estar tocado del ala. Ala es la parte del sombrero que rodea la copa y que cae sobre las sienes. Cuando queremos dar a entender que alguien no está muy bien de la cabeza, nos tocamos o barrenamos la sien. Quienes llevaban sombrero lo hacían con el ala.  Estar como un cencerro. La cabeza de quien así está es comparada con el cencerro, hueco y sonoro. De hecho, también se dice de quien está loco que está sonado.  Esto es Jauja. Jauja es la capital de la provincia peruana de Junín, famosa desde la época de la colonia por la fertilidad de su suelo y por los privilegiados dones de salubridad que le atribuían. Su fama se hizo legendaria y llegó a España, traída por los peruleros o emigrantes enriquecidos en aquel país. El escritor Lope de Rueda, por su parte, influido por las noticias que de esa tierra traían los viajeros, dio el nombre de Jauja a una ciudad ficticia llamada "La tierra de Jauja", en la que describe el lugar como la isla del oro en la que los árboles dan buñuelos, los ríos, leche; las fuentes, manteca y las montañas, queso. Por supuesto, la fantasía popular terminó por identificar a la ciudad de Jauja con el Paraíso, de manera que las expresiones esto es Jauja y vivir en Jauja quedaron para siempre como equivalentes de pasar una vida sin sobresaltos y con el bienestar asegurado.

 Fiera corrupia. Se trata de un monstruo legendario cuyo origen se encuentra en la cultura pagana de los pueblos bárbaros asentados en Galicia y León. La tradición popular lo presentaba como una especie de dragón al que se le imputaban grandes crímenes y matanzas y cuya sola mención provocaba pavor entre los oyentes. 

Gajes del oficio. Antiguamente, se llamaba gaje a la paga que se percibía por un empleo determinado.

 Haber gato encerrado. El origen se remonta hasta el Siglo de Oro español, donde a las bolsas en las que se solía llevar las monedas se les comenzó a llamar “gato”, al parecer por estar hechas con la piel del felino. Cuando los ladrones observaban a los viandantes para buscar una víctima con dinero solían decir ―ahí hay gato encerrado‖ cuando divisaban a alguien que llevaba oculto entre sus ropajes lo que parecía ser un ―gato‖ lleno de monedas, yendo acto seguido a tratar de robárselo.  Hablar en plata. Se afirma que hace referencia a una antigua costumbre de grabar en planchas de plata ciertas directivas, normas o discursos importantes, de tal manera que en ellas tan solo se anotaba lo verdaderamente importante y esencial.  Hablar largo y tendido. La expresión hace referencia literalmente a la forma material clásica de abordar las largas conversaciones. No en vano los romanos adoptaban una posición recostada para celebrar sus reuniones y encuentros, junto a una mesa baja. Sin más propósito que hablar extensamente de todo tipo de asuntos durante horas. Así hablaban largo (por el tiempo) y tendido (por la posición).  Hablar por boca de ganso. De este modo se llamaba a los pedagogos o ayos (los que tenían a su cuenta la crianza del príncipe o hijo de señor o persona noble) que crían algunos niños, porque cuando los sacan de casa para las escuelas u otra parte, los llevan delante de sí, como hace el ganso a sus pollos cuando son chicos y los lleva a pacer al campo. ― Hablar por boca de ganso" equivaldría en su origen a "hablar por boca de ayo", y nos da la imagen de unos niños que aprenden y recitan las ideas de sus pedagogos, como si fueran propias.  Hacer a pelo y a pluma. En Castilla la Vieja el adiestramiento de los perros de caza se hace para que persigan animales de pelo (mamíferos) o de pluma (aves). El perro bien adiestrado es el que "hace a pelo y a pluma". También se aplica al cazador, en el sentido de que es más completo: caza todo lo que se ponga a tiro. Seguramente esa indeterminación se orientó después al gusto por uno y otro sexo. Es sabido que muchos homosexuales son realmente bisexuales. 

Hacer añicos. Los añicos son los pedazos o piezas pequeñas en que se divide algo al romperse.

 Hacer buenas migas. Normalmente se juntaban varios pastores a la hora de cocinarlas y comer las migas, pero la expresión „hacer buenas migas‟ no se refiere a si estaban buenas o bien cocinadas, sino al acto de hermandad y concordia que había entre los comensales, ya que cada uno aportaba algo a esa comida (uno ponía el pan, otro el embutido, habían quien aportaba el vino…)  Hacer carrera. Proviene del latín carraria, ‗camino para carros‘, y éste de carrus, ‗carro‘. Antiguamente indicaba cualquier vía que pudiera ser recorrida en carro y también el espacio reservado a las competiciones de carros. De ahí que pasara a llamarse carrera a la competición en sí y, en sentido figurado, al triunfo social y profesional.  Hacer de su capa un sayo. Una capa es una prenda sin mangas cuyo sostén son los hombros y un sayo una prenda de vestir holgada y sin botones que cubre el cuerpo hasta la rodilla. Es decir, dos prendas que no tienen nada que ver. Convertir una en otra no es cuestión fácil, parece más cuestión de capricho que de utilidad.  Hacer el caldo gordo. El ―caldo gordo‖ es un plato imaginario, no existen recetas que sirvan para prepararlo, aunque su contenido sería diverso y variado, con verduras y carnes de todo tipo. El significado de ―caldo gordo‖ sería lo contrario que el aguachirle, sin apenas calorías en su contenido alimenticio. Con el caldo gordo se agasajaba a personajes de importancia y el aguachirle se reservaba para los que no podían pagar o andaban escasos de recursos económicos.  Hacer el indio. En Huelva se organizó, en 1892, con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América, un gran desfile naval que presidieron la Regente María Cristina, y el rey niño, Alfonso XIII. Como los integrantes de uno de estos desfiles debían ir vestidos de época, contrataron a varios ciudadanos para que hicieran de indios. De ahí la frase hacer el indio.  Hacer el paripé. Pariupén es una voz de origen gitano de la que proviene paripé. Significa ‗cambio, trueque‘  Hacer el primo. El origen de la expresión se halla en las cartas que durante los sucesos del 2 de mayo de 1808 dirigió el general francés Joaquín Murat al infante don Antonio y a la denominada Junta de Gobierno de

España. Murat, al dirigirse a ambos, empleaba la fórmula protocolaria de «señor primo, señores miembros de la Junta: anunciad que todo pueblo en que un francés haya sido asesinado, será quemado inmediatamente...» Según el protocolo de la Real Casa, el rey daba el tratamiento de primo a los grandes de España en cartas privadas y documentos oficiales. Murat denominó primo al incauto y atontado infante.  Hacer la colada. La locución hacer la colada hace referencia al lavado a mano. Entonces muchas amas de casa lavaban la ropa blanca hirviéndola en grandes barreños metálicos donde introducían cierta cantidad de lejía. Cuando el proceso acababa, colaban la ropa para suprimir los restos de lejía antes de aclararla con agua. A ese procedimiento se le llamaba en España la colada.  Hacer la Pascua. Se hace referencia es la Pascua Judía (también conocida como Pésaj), una fecha en la que se conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. Para ello se realiza el rito judaico del cordero que consiste en apartar a uno de estos animales al que se le ha estado cuidando, engordando, alimentando y mimando a lo largo de las últimas semanas y con el que se realiza el ritual del Sacrificio Pascual (Korbán Pésaj).  Hacer la pelota. Parece ser que antiguamente se llamaba pelotas a las prostitutas o amantes de los hombres adinerados. Como estas mujeres hacían y decían cosas del agrado de los hombres que las mantenían para que siempre las eligiesen a ellas y no a otras, a quien imitaba esa actitud (a quien hacía y decía lo que querían escuchar los demás para agradarles y poder sacar algún beneficio a cambio) se les llamaba también pelotas.  Hacer la peseta. Explica José María Iribarren que antiguamente el reverso de la llamada «peseta columnaria», moneda labrada en América equivalente a cinco reales, que mostraba la columna de Gades. Dada la semejanza entre esta figura y el dedo en posición vertical, el pueblo adoptó la expresión que llegaría hasta nuestros días. Lo que evoca es un lance guerrero: el de los soldados que antes de entrar en batalla amenazaban al enemigo con cortarle el dedo, en prueba de coraje y fiereza.  Hacer la vista gorda. Uno de los significados de gordo es ‗torpe, tonto, poco avisado‘. Es por tanto hacerse el tonto.  Hacer mesa redonda. En la leyenda del rey Arturo, la Mesa Redonda o Tabla Redonda era una mesa mística de Camelot alrededor de la cual el rey y sus caballeros se sentaban para discutir asuntos cruciales para la seguridad del reino. No hay ningún lugar privilegiado en una mesa redonda, por lo que ninguna persona sobresale del resto. La mesa redonda es la presentación de diferentes puntos de vista, no necesariamente contradictorios, acerca de un tema determinado, ante un público y con la ayuda de un moderador. También se aplica coloquialmente al hecho de que todos los comensales comparten la misma comida que cada uno aporta.  Hacer mutis por el foro. Su origen proviene del mundo teatral, se emplea cuando los actores dejan el escenario discretamente una vez finalizada su actuación. La palabra "mutis" viene del verbo latino "mutare", que significa "cambiar". El "foro" en un teatro se refiere al fondo de un escenario, que es la zona opuesta a la "embocadura" o parte frontal, con lo que "hacer mutis por el foro" literalmente es "desplazarse al fondo".  Hacer pellas. Las pellas eran bolas de barro que cabían en el hueco de una mano y que los chicos que faltaban a clases se entretenían lanzando contra cualquier cosa.  Hacer pinitos. Pinos o pinitos son "aquellos primeros pasos que empiezan a dar los niños cuando se quieren soltar". La expresión hacer pinitos significaba antiguamente ponerse en pie y empezar a caminar.  Hacer Tabla rasa. En latín Tabula rasa, es decir, una tablilla sin inscribir. La expresión es similar a la expresión más moderna de "hacer borrón y cuenta nueva". Hace alusión a una teoría sobre la mente humana (John Locke y el empirismo) según la cual, cuando nacemos nuestra mente es como una "tabula rasa", una hoja en blanco, y todo lo que existe luego en ella es aprendido por la experiencia.  Hacer virguerías. Desde siempre, médicos especialistas de reputación contrastada hicieron virguerías, es decir, la operación de reconstrucción del himen, del virgo. La virguería era el oficio del virguero. Desde entonces, hacer virguerías es sinónimo de un trabajo primorosamente realizado, aunque nos remita a cuántos se atrevieron a ayudar a las mujeres pudientes, que a toda costa, tenían que demostrar su virginidad.  Hasta que san Juan baje el dedo. San Juan Bautista fue el último de los profetas que anunciaron la venida de Cristo y el primero de los testigos de su llegada. Lo señaló con el dedo diciendo: ―He aquí el Cordero de Dios‖. Por eso, el dedo de San Juan Bautista adquirió una especial relevancia. Los artistas, que a través del tiempo han creado la imagen de este santo en esculturas o pinturas, siempre lo han representado con el dedo índice levantado.  Hay ropa tendida. Según nos indica Sbarbi, esto proviene de un recurso entre presos, que intercalaban esta frase en la conversación cuando se acercaba algún funcionario de la prisión.

 Hecho un basilisco. El basilisco era un animal imaginario que se representaba con cuerpo de serpiente, patas de ave y alas espinosas y al que se le atribuía el poder de matar con la vista.  Hecho un pincel. Quiere decir que vas limpio, fino y peinado. El pelo es el elemento más importante del pincel, y también su parte más delicada. Un trato inadecuado, un mal lavado o la acción de la polilla, pueden dejarlo inútil Los pelos son en general, de pelo natural de animal.  Hinchársele las narices a alguien. Quien se enfada suele ensanchar inconscientemente las alertas de la nariz, lo que da la impresión de hinchazón. En el teatro griego y romano las máscaras que representaban a los personajes gruñones tenían las narices exageradamente abiertas.  Importar un pimiento. La expresión proviene de la pintura del siglo XVII, época en la que los artistas comenzaban a pintar bodegones en los que incluían granadas, limones y otros alimentos. Sin embargo, no incluyeron pimientos, que son difíciles (por no decir imposibles) de encontrar en estas pinturas. Por eso se empezó a utilizar esta expresión para decir que algo no es importante  In fraganti. En el Código de Justiniano, aparece la figura in flagranti delicto, que es una locución latina que significa ‗en flagrante (ardiente) delito‘, delito que se está ejecutando actualmente o en ese preciso instante.. Su origen es flagrare, ‗arder‘.  Inocente. El origen del término lo encontramos en el latín „innŏcens‟, formado por el prefijo negativo ‗in‘, que expresa el valor contrario a la palabra que acompaña y „nocere‟ (daño, dañar, perjudicial), por lo que su significado es ‗el que no perjudica/daña‘. En la época del Imperio Romano se tomó por costumbre utilizar el término inocente para referirse a los niños de corta edad, debido a que éstos carecían de maldad alguna.  Ir a hacer puñetas. Las puñetas son los encajes que llevan algunas prendas en las mangas. En la actualidad las podemos encontrar en las togas de los juristas, en las túnicas de los sacerdotes al realizar los oficios o en los atuendos de algunos cargos universitarios. Especialmente en la antigüedad, los bordados que se podían ver en algunas de ellas, eran de tal detalle y carga ornamental, que su confección, realizada a mano y con aguja e hilo, era una tarea muy laboriosa y lenta. Dado el elevado tiempo que se tardaban en realizar, mandar a alguien a hacer puñetas se convirtió en una manera para desear que alguien estuviera largamente ausente para evitar tenerlo en nuestra presencia.  Ir al grano. Tras la cosecha, el agricultor debe separar el grano de la paja. ir al grano es centrarse en lo verdaderamente importante, dejando de lado la paja, es decir aquello no importante.  Ir cagando leches. La expresión viene del siglo XIX, Cuando los trasportes de la leche se hacían en tinajas, primero de barro y luego de metal y estas se llevaban en los carros, o en brazos. Cuando la leche se llevaba a vender, se tenía mucha prisa, pues la leche se estropeaba enseguida, cosa habitual de la época. El caso era que, bien por el traqueteo de los carros, bien por el caminar apresurado de quien portaba el cántaro, en ambos casos era inevitable que se salpicara borbotones de leche por el camino, la leche, al contrario que el agua, deja una mancha, que se descompone y atrae a los insectos, y se asemeja a las plastas (excrementos) de las vacas. Cuando corría más de la cuenta, dejaba ese reguero a lo largo de los caminos o calles, y por eso se decía, "ha ido cagando leches.  Ir con la música a otra parte. Conocido es el hábito de los músicos de moverse de un lado a otro para ejercer su arte, incluso durante el transcurso de una misma noche, con el fin de efectuar varias funciones en una sola velada. El dicho original es más largo y apuntaba más directamente a los ejecutantes de violín: ―Echemos violín en bolsa y vamos con la música a otra aparte‖.  Ir de culo. Se desprende del lenguaje marinero. En contra de lo que suele creer el navegar de empopada (con el viento entrando de popa) presenta algunas dificultades. "Ir de culo" en un velero es llevar el viento de popa. Luego adquirió un sentido sexual muy negativo. Añado que la expresión quizá proceda del ambiente de la milicia donde van de culo los enemigos que huyen o los que figuran al final de una formación.  Ir de farol. Tirarse un farol. En los juegos de cartas, el farol es la acción de hacer creer a los demás que tienes unas cartas muy buenas cuando en realidad no tienes ninguna jugada buena, apostando grandes cantidades con el objetivo de que se asusten y se retiren pensando que les vas a ganar. no es más que un símil con la luz que deslumbra a quien la mira y le obliga a retirar la mirada, de la misma manera que unos naipes extraordinarios hacen desistir al oponente.  Ir de la ceca a la Meca. Ceca es una palabra de origen árabe que significa «casa donde se labra moneda», nada más dispar que el centro sagrado espiritual de los musulmanes. Los cristianos de la Península dieron este mismo nombre a la mezquita grande de Córdoba, que era uno de los lugares de más devoción para los mahometanos, los cuales la frecuentaban con sus romerías y peregrinaciones y como hacían lo mismo con la Meca,

de esto, de la casual consonancia entre Ceca y Meca, y de lo distantes que están entre sí Meca y Córdoba, de todo ello, combinado confusamente, hubo de resultar en el uso común la expresión proverbial.  Ir de punta en blanco. Esta expresión tiene su origen en los antiguos usos de la caballería. Se aplicaba a los caballeros que solían llevar todas las armas del arnés desnudas y listas para el combate y como estas eran de acero bruñido, centelleaban al sol con una blancura resplandeciente, es decir, los caballeros iban de punta en blanco. Por analogía, con el correr del tiempo, el modismo ir de punta en blanco vino a aplicarse también al acto de vestir suntuariamente -ya sea de uniforme o etiqueta- y con el máximo esmero, tal como lo hacen en la actualidad muchas personas.  Ir en fila india. Cuando los indígenas estos se trasladaban a pie de un lugar a otro, lo hacían avanzando uno detrás de otro debido a que en la gran mayoría de lugares aún no existían los caminos o senderos y muchas veces se abrían por el paso de exploradores. También marchaban así por estrategia y defensa. El primero abría paso y todos los siguientes iban pisando sobre las mismas huellas que había dejado el cabeza de la fila. El último miembro iba borrando las huellas para no dejar rastro alguno.  Ir hecho un ecce homo. Ecce homo es una expresión latina que significa literalmente ‗he aquí el hombre‘. La expresión tiene su origen en el evangelio de san Juan (19,5) en el que se relata el pasaje en el que Poncio Pilatos, gobernador romano de Judea, presentó a Jesús de Nazaret ante la muchedumbre hostil a la que sometía el destino final del reo, puesto que él se lavaba las manos desentendiéndose del asunto. Tras ser flagelado y golpeado, fue presentado ante la multitud con la corona de espinas y un manto púrpura.  Ir o estar en pelota (picada). Ir en ―pelota‖, así, en singular, era una expresión heredera del medieval ir ―en pellote”, en vestido de andar por casa, ir a cuerpo, no precisamente desnudo, que entonces se decía ―en carnes‖, ―en cueros‖ .Olvidado el ―pellote‖, se pasa a ―pelota‖ como derivado burlesco de piel o quizá de pelo. Al quedarse ―en pelota‖ es claro que no se quedan con las carnes al aire, sino en ropas menores. En cuanto a lo de "picada", imagino que hace alusión a su estado ajado, deteriorado, lo que quizá aumenta la situación de exposición a la vergüenza pública. Por analogía con la forma vulgar de referirse a los testículos, se fue transformando a en pelotas, como si a ellos se refiriera.  Irse al garete. Su origen proviene del mundo náutico e indica, dicho de una embarcación, que está navegando sin dirección ni rumbo, presa del viento y las mareas. La palabra "garete" probablemente venga del término francés "être égaré"que significa "estar extraviado" o "perderse".  Irse de picos pardos. En su origen, esta expresión significó irse con una prostituta, porque la ley obligaba a estas mujeres a usar jubón de picos pardos para distinguirlas del resto de féminas.  Irse de rositas. Según el Diccionario de Autoridades el término rosas usado metafóricamente, vale lo que es apacible, gustoso y deleitable, como contrapuesto a lo penoso y trabajoso o molesto y sensible. El diminutivo de rositas obedece a un matiz irónico que sirve para enfatizar e incorporar una dimensión crítica.  Írsele a uno el santo al cielo. Según parece, la expresión proviene de que durante una misa un predicador hacía alusión a la historia de algún santo cuyo nombre olvidó en aquel momento y para salir del apuro dijo: se me ha ido el santo al cielo.  Joder la marrana. No tiene nada que ver con la hembra del marrano. Es el eje de la rueda de la noria. Que recibe tal nombre porque el ruido que hace al girar se asemeja al gruñido del animal. Así, el modismo hace referencia a la acción de poner palos o echar arena en la marrana para impedir el giro, con la intención de obstaculizar el giro y perjudicar al propietario. Parece ser que la idea de introducción de palos o maderos junto a la idea de fastidio, trajeron de la mano el verbo joder para completar la locución.  Jugar a dos bandas. Se debe decir en realidad "jugar a dos bandos". Jugar para ambos bandos de una contienda.  La Biblia en verso. En el año 1839 nació en Igualada (Barcelona) José María Carulla, abogado, servidor del papa Pío IX y fecundo versificador que, entre otras cosas, fue fundador y director del periódico "La civilización" y célebre polemista católico. La Santa Sede lo distinguió con la Cruz de Mérito, en reconocimiento a su ambicioso empeño en trasladar el texto en prosa de la Biblia (o parte de ella) a la forma en verso. Desafortunadamente, el resultado del esfuerzo -concretado en setenta y tres gruesos volúmenes- terminó por ser un fárrago inaudito que durante mucho tiempo fue motivo de broma en todos los cenáculos literarios.  La Casa de Tócame Roque. Estaba en la calle del Barquillo, de Madrid, y fue demolida en 1850. Era una casa de vecindad fea e insalubre, famosa por haberla inmortalizado don Ramón de la Cruz en La Petra y la Juana o el buen casero (conocido generalmente con el nombre de La Casa de Tócame Roque) por los mil zipizapes que en

ella se armaron; el último, contra corchetes y ministriles, para oponerse al desalojo del inmueble, dispuesto ya el derribo del mismo.  La cuenta de la vieja. O sea, que nada de ―si me has de dar diez y yo te devuelvo cinco más ocho que te debía; pues no me des nada y yo te doy tres‖. La vieja a la que alude la expresión diría: ―primero dame las diez‖.  La flor y nata. El origen de esta expresión se debe a estos dos elementos, las flores y la nata. La nata de la leche contiene muchas proteínas y grasas por lo que la convierte en la mejor parte de la leche en un sentido nutritivo. Además, la calidad de la leche se define por la cantidad de grasa que contiene. Las flores son la parte más bonita de las plantas y se utilizan, entre otras cosas, para decorar y hacer algo más bonito.  La letra con sangre entra. Es un viejo refrán que utilizaban algunos padres y maestros para referirse a la educación y crianza de los hijos. En el pasado el maltrato físico y emocional para educar era aceptado; algunos hacían una verdadera apología de su necesidad para guiar y corregir.  La madre del cordero. Según la Biblia, el cordero de Dios es Jesús -el que quita el pecado del mundo-y, por lo tanto, su madre la responsable de su misión redentora. María, la madre del cordero de Dios. Si ser el cordero de Dios es la pera, ser su madre es la repera.  La mujer del César. Según cuenta Plutarco en sus "Vidas paralelas", un patricio romano estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. En cierta celebración a la que sólo podían asistir las mujeres, el patricio entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio. César reprobó a Pompeya, afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechada de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo.  La niña de los ojos. Niña es otro nombre por el que se conoce la pupila, que el iris del ojo tiene en su parte media y que da paso a la luz. En latín pupilla significa ‗niñita, muñequita‘ como diminutivo de pupa, ‗niña, muñeca‘ y esta alusión al ojo hace posiblemente referencia a la persona diminuta que se aprecia en la parte central del iris del ojo de la persona que tenemos enfrente y que no es más que nuestra propia imagen reflejada.  La pelota está en el tejado. La expresión proviene de cuando en los juegos de pelota jugados por los niños en las calles del pueblo, ésta se colgaba en un tejado. Entonces el juego quedaba en suspenso hasta que la pelota no bajase y botase para poder seguir jugando el tanto.  La procesión va por dentro. La expresión hace referencia a la antigua costumbre de realizar las procesiones religiosas en el claustro del templo o bajo cubierto los días de lluvia. Aunque los cofrades mostraban la alegría propia de la celebración, en su fuero interno se sentían contrariados, pero no dejaban que esa tristeza se reflejara en su cara.  La purga de Benito. Le pasó al legendario Benito, que cuando aún estaba en la botica el purgante que le recetó el médico incluso antes de tomarlo, ya le estaba haciendo efecto a él.  La quinta columna. La expresión «Quinta columna» se atribuye al general Emilio Mola, al referirse en 1936 al avance de las tropas sublevadas en la guerra civil española hacia Madrid. El general mencionó que, mientras bajo su mando, cuatro columnas se dirigían hacia la capital, había una quinta formada por los simpatizantes del Golpe de Estado dentro de la capital. 

La soga tras el caldero. Se refiere a una pareja que siempre anda junta a todas partes

 La sopa boba o bodrio es el conjunto de guisos mezclados que componían las sobras de la comida de los conventos, y que se repartía a los pobres que acudían a sus puertas, como caridad. Hoy, vivir de la sopa boba es llevar una vida a expensas de otros.  La suerte está echada. Alea jacta est es una expresión atribuida a Julio César en el momento que este cruzara el río Rubicón, límite entre Italia y la Galia Cisalpina, provincia que le había asignado el Senado romano.  Lagarto, lagarto. Dicen algunos que en origen se usaba para conjurar el mal fario cuando alguien pronunciaba ciertas palabras que eran tabú en el ámbito rural, como culebra, que se asociaba con el demonio. Cuando se oye la palabra "culebra" se contrarresta diciendo dos veces la palabra "lagarto".  Lágrimas de cocodrilo. La segregación acuosa que mantiene húmedos sus ojos fuera del agua nada tiene que ver con su llanto. Lo que pasa es que emite unos sonidos —semejantes a quejidos o lamentos— previamente al letargo en que se sume durante la digestión. Estos sonidos, más de satisfacción que de pena, unidos a un poco de imaginación, completan la fábula que afirma que el cocodrilo llora por la presa que está devorando.

 Las cañas se vuelven lanzas. Esta frase hace referencia a los torneos antiguos, en los que los aparentemente inofensivos juegos de cañas se tornaban en serias disputas debido al antagonismo de los caballeros en combate.  Las cuentas del Gran Capitán. El rey Fernando, el Católico una vez le pidió a don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, las cuentas detalladas de los gastos durante las victoriosas campañas de Italia. Don Gonzalo, molesto por lo que consideraba una mezquindad, respondió al rey con las famosas "cuentas", exorbitantes e irónicas, en las que figuraban conceptos tan variados como extraños: Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados... por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados... por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados... por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados... y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados.  Las mata callando. La interpretación no siempre es literal, como suele suceder, aunque en su origen es cómo un cazador - callando y pillándolas desprevenidas- mata a sus presas.  Las reclamaciones al maestro armero. Felipe V creó el cargo de maestro armero en 1703, cuando las picas dieron paso al fusil como arma única de la infantería, puesto que su mayor coste y sofisticación así lo requería. Los maestros armeros cuidaban del mantenimiento y la reparación del armamento de su batallón. Y a ellos acudían los soldados con sus reclamaciones cuando algún arma presentaba un fallo. Es de suponer que la tropa acudiría constantemente al maestro armero al mínimo contratiempo con la nueva arma. Incluso por simplezas. Así que la más mínima reclamación era a él remitida.  Lavarse las manos. ―Entonces Pilatos, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.‖ (Mateo (SBJ) 27,24), por tanto la frase, ―Lavarse las Manos‖, alude al gesto de Pilatos que condenó a muerte a Jesús, para luego proclamar su propia inocencia. Era costumbre de aquella época, cuando alguno quería aparecer como inocente de algún delito, tomar agua y lavarse las manos en presencia del pueblo.  Liar el petate. Petate tiene varios significados: Bolsa grande que se cuelga al hombro para llevar ropa y otras cosas. Lío de la cama y la ropa de cada marinero, soldado en el cuartel o penado en su prisión. Hace referencia a recoger y enrollar el petate una vez que se levanta la persona. Cabe señalar que muchos indígenas han usado el petate como cama de viajero por su facilidad y practicidad, de ahí la analogía.  Llegar y besar el santo. Pues bien, imaginad que una persona va de peregrinación a visitar al Santo por el cual siente gran devoción y que después de pasar horas y horas de camino hasta llegar al santuario hay una larga cola de otras personas que también han ido a visitar al mismo santo, con lo que tendrá que esperar otro par de horas hasta poder por fin ver, tocar y besar a su santo. Pues bien, ahora imaginad que ocurre todo lo contrario, es decir, que cuando llega al santuario no hay nadie allí, sólo el santo al cual ha ido a ver, por lo que puede ir directamente a tocarle y besarle los pies (que es lo que se suele hacer en estos casos).  Llevarse la palma. De antiguo la palma ha sido señal de victoria. La expresión podría enfocarse hacia la palma como premio para el triunfo, Una cita del propio Virgilio decía: ―Que todos estén presentes y esperen la palma, el premio de la victoria‖.  Llorar como una magdalena. La frase hace referencia a María Magdalena, la mujer de Galilea que sirvió y siguió a Jesús. Imploró el perdón de Jesús llorando tanto que le mojó los pies, cuando éste se encontraba invitado en casa del fariseo Simón.  Lo cortés no quita lo valiente. Ha sido antigua entre españoles la asociación entre cortesía y valentía. «Lo cortés no quita lo valiente», se ha repetido durante siglos. Góngora escribe: «Valiente eres, capitán, y cortés como valiente».  ¡Lo que faltaba para el duro! Los orígenes de esta locución se remontan a los tiempos en que un duro, ‗moneda de cinco pesetas‘, era una cantidad de dinero importante, como ahora podrían ser cien euros. Cuando se cambiaba un duro a la hora de comprar algo, se pensaba que la vuelta poco podía durar, porque siempre se presentaba otro gasto imprevisto que se afrontaba con este dinero. Entonces, se exclamaba con un gesto de fastidio: ¡lo que faltaba para el duro!  Lo que no está en los escritos. Probablemente el origen de esta expresión hacía referencia a una penuria o padecimiento, que se comparaba con el que aparece en las Sagradas Escrituras.

 Los experimentos, con gaseosa. La expresión es de acuñación moderna según cuenta Eugenio D‘Ors en una de sus glosas: un camarero en un banquete, cuando descorcha el cava lo derrama todo sobre el mantel. Pide disculpas por su torpeza aduciendo que está aprendiendo. Uno de los comensales le contesta: ―Joven, los experimentos hágalos usted con gaseosa‖.  Luna de miel. Esta expresión tal vez fue tomada del proverbio árabe La primera luna después del matrimonio es de miel. Sabido es que el calendario árabe es lunar.  Manda huevos. La expresión correcta es "manda uebos". La palabra "uebos" procede del latín ―opus‖, y significa "obra, trabajo, necesidad", "cosa necesaria". Manda uebos proviene de “mandat opus” (manda la necesidad o la necesidad obliga) que se usaba en el ámbito judicial para indicar que unas pruebas o argumentos eran tan contundentes que obligaban a ver los hechos de una determinada forma y actuar en consecuencia.  Mandar a la porra. Antiguamente, en el ámbito militar, el soldado que ejecutaba el tambor mayor del regimiento llevaba un largo bastón, con el puño de plata al que se llamaba "porra". Por lo general, este bastón era clavado en un lugar alejado del campamento y señalaba el lugar al que debía acudir el soldado que era castigado con arresto: "Vaya usted a la porra", le gritaba el oficial y el soldado, efectivamente, se dirigía a ese lugar y permanecía allí durante el tiempo que se mantenía el castigo.  Mandar al carajo a alguien. El carajo (además de la connotación sexual) era un cestillo o canastilla pequeña que se situaba en lo más alto del palo mayor de las embarcaciones, desde la que el vigía divisaba peligros, naves o tierra firme. Era un lugar poco deseado por lo incómoda de la ubicación (lugar alto, estrecho, inestable y que se balanceaba mucho), pero principalmente por el mareo que generaba en los que allí estaban.  Manga por hombro. En ciertos trabajos de sastrería donde el sayo estaba tan mal cortado que las mangas solamente llegaban hasta el hombro.  Marear la perdiz. Esta expresión proviene del deporte cinegético. La perdiz es un ave de vuelo corto que no resiste mucho tiempo en el aire. Los ojeadores asustan y acosan a las perdices de tal forma que las cansan para así enfrentarlas mejor a los cazadores  Más chulo que un ocho. ―Más chulo que un ocho‖ hace alusión al tranvía número 8 que circulaba en Madrid a principios del siglo XX. Sus vetustos vagones unían la Puerta del Sol con San Antonio de la Florida, cuya tradicional verbena atraía a numerosos ‗chulapos‘ -personajes castizos de la capital española-. Chulapos y chulapas iban ―de punta en blanco‖ en el citado tranvía.  Más falso que un duro sevillano. En España como en otros países, siempre ha existido como ya hemos dicho la picaresca y los desaprensivos, y en aquellos tiempos a partir de 1880 fue muy comentada la acuñación de unos duros falsos que originariamente se empezaron a acuñar en Sevilla y en otras partes del mundo, como por ejemplo en Méjico, pero que fueron denominados por la gente llana, es decir el pueblo por "duros sevillanos", extendiéndose una frase muy popular que aun se dice en nuestros días: "Eres más falso que un duro sevillano"  Más feo que Picio. Se cuenta que Picio era un zapatero natural de Alhendín (Granada, siglo XIX) y que no era feo de nacimiento. Injustamente fue condenado a muerte y estando ya en la capilla recibiendo los últimos sacramentos le dieron la noticia de su indulto. Fue tal la sorpresa que le produjo la noticia que se le cayó el pelo de la cabeza (incluidas cejas y pestañas) y se le llenó la cara de tumores y granos. A partir de entonces vivió en desdicha. y tuvo que huir a Lanjarón. De allí también fue expulsado por no quererse quitar el pañuelo que cubría su cabeza cuando entraba en la Iglesia. Incluso se cuenta que una vez muerto el cura le dio la Unción con una caña porque no quería acercarse a él de lo horroroso que era.  Más limpio que una patena. La patena es el platillo de oro o plata o de otro metal, dorado, en el cual se pone la hostia en la misa hasta el momento de consumir.  Más se perdió en Cuba. Es una expresión abreviada de Más se perdió en Cuba, y volvieron cantando. En la guerra de Cuba (1868-1898), España perdió sus colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, cuando la flota norteamericana puso a prueba la endeblez de la marina de guerra española, que fue derrotada en desigual combate por los estadounidenses en su enfrentamiento por la isla de Cuba. Esa pérdida supuso para España la liquidación de su imperio colonial  Más viejo que Matusalén. Matusalén (Methushelah, en hebreo) es un personaje bíblico que forma parte de la lista de los patriarcas antediluvianos (Gen 5, 21-27) que, según el texto bíblico, vivió 969 años.  Matar el gusanillo. La frase tiene su origen en la creencia mantenida hasta finales del siglo XIX, de que la saliva del ser humano en ayunas tenía un parásito que la convertía en mortal, y que éste desaparecía una vez que se

ingería alimento, pues lo arrastraba hasta el estómago. Por ello el pueblo llano tomó la costumbre de tomar una copa de aguardiente en ayunas para matar el gusanillo.  Matar la gallina de los huevos de oro. Frase basada en una fábula de Esopo que cuenta la historia de un hombre que poseía una maravillosa gallina que ponía huevos de oro. Suponiendo que su interior estaría lleno del preciado metal, la mató y se encontró con la cruel realidad.  Me importa un bledo. El bledo es una planta ciertamente llamativa, de forma curiosa y con unos tallos comestibles pero que no son apreciados (ni lo han sido nunca); por lo que se convierte en el objetivo perfecto para una frase de este tipo.  Me importa un pito. El pífano o el «pito» era el chico que tocaba tal instrumento en el ejército. Su paga era muy baja.  Me lo ha contado un pajarito. Es un dicho antiquísimo que tiene su origen en la Biblia. En el capítulo X del Eclesiastés se lee: ―Ni en los secretos de tu cámara digas mal del rico, porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.‖ 

Mear fuera del tiesto. En Castilla tiene significado de orinal, de ahí la expresión castellana.

 Media naranja. El origen podría ser el hermoso mito de la aparición de los dos sexos humanos, según lo cuenta Platón, por el que al principio el ser humano era sólo uno, asexuado, que vivía en perfecta armonía. Pero, un día desobedeció a los dioses y éstos lo castigaron separándolo en dos mitades (como a una naranja): hombre y mujer, y los condenó a vagar eternamente buscando la otra mitad para recuperar su completa felicidad.  Medirle a alguien las espaldas. Metafóricamente se medían las espaldas con las varas con las que azotaban a algún reo o delincuente.  Merienda de negros. El origen de esta frase se remonta a los tiempos de la trata de esclavos negros. La afición de estos grupos por la música y el baile despertó pronto el interés de la sociedad española que les permitía celebrar sus fiestas. Para las autoridades civiles, estas fiestas fueron motivo de intranquilidad por los continuos altercados que se producían tras la abundante ingestión de vino.  Meter a alguien en cintura. La cintura es también la cinta o pretina con que las damas solían apretar la cintura para hacerla más delgada.  Meter baza. Se conoce como baza el número de cartas que en ciertos juegos de naipes recoge quien gana la mano.  Meter la gamba. El término ―gamba‖ es sinónimo de 'pierna' y en el sentido en el que se utiliza la expresión ―meter la gamba‖ equivale a la locución vulgar ―meter la pata‖. El término ―gamba‖ está documentado en el argot de los maleantes de los siglos XVI y XVII y procede del término italiano gamba ('pierna') que lo toma del latín vulgar ―camba” ('pierna, referida a la de la caballería').  Meter un paquete. En 1908 la Tabacalera Española quiso conmemorar el primer centenario de la sublevación del pueblo español contra la ocupación napoleónica, por ello puso a la venta un paquete de seis puros. iba envuelto en papel de color crema pegado con goma. Como quiera que hasta entonces los cigarros puros se vendían sueltos y sin envoltura y con la nueva forma de venta no era posible ver el producto antes de comprarlo, la gente empezó a decir, suspicaz, que el propósito de Tabacalera era deshacerse de un producto malo sin que el fumador pudiera percatarse hasta haberlo consumido. A los consumidores no les quedó más remedio que tragar el paquete aceptando su compra, ya fuera de buena o mala calidad.  Meterse en camisa de once varas. La locución tuvo su origen en el ritual de adopción de un niño, en la Edad Media. El padre adoptante debía meter al niño adoptado dentro de una manga muy holgada de una camisa de gran tamaño tejida al efecto, sacando al pequeño por la cabeza o cuello de la prenda. Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada. La vara era una barra que servía para medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar la dimensión de la camisa.  Meterse en un berenjenal. El dicho tiene un origen rural y hace referencia a que las berenjenas son unas plantas espinosas que al crecer se vuelven molestas, por los arañazos y pinchazos que te puedes llevar. Por este motivo, si te metes en un berenjenal sin tener el debido cuidado, puedes salir lleno de rasguños. De ahí que sea habitual ver a los agricultores que se encargan de recogerlas que lo hagan protegidos adecuadamente.

 Meterse en un embolado. Cuando se hacían los traslados de presos por ferrocarril, se les solía poner una bola en un tobillo, para evitar su fuga. Cuando a una pareja de la Guardia Civil le ordenaban hacer un traslado largo, el comentario era: ―…nos han metido un embolado…‖  Mezclar churras con merinas. Tiene su origen en el mundo rural ganadero, pues churras y merinas son dos clases de ovejas muy diferentes: las churras dan una lana basta y larga, mientras que la de las merinas es suave, corta y rizada.  Mi gozo en un pozo. El origen de esta expresión es desconocido. Esta expresión apareció en el libro ―El buen aviso y portacuentos‖ del escritor valenciano del s.XVI Juan de Timoneda, pero aún se desconoce la relación entre el pozo y la frustración que indica la expresión. Muchos creen que la expresión se originó por una simple rima entre las palabras ―gozo‖ y ―pozo‖.  Miel sobre hojuelas. La expresión hace referencia a un típico dulce de Semana Santa perteneciente a las ―frutas de sartén‖ (masas de pan o pastelería que en vez de hornearse se fríen, como los buñuelos o los pestiños). Son especialmente finas, lo que le dan un sabor realmente exquisito; aunque si se les añade miel, logramos un gusto insuperable; dando por tanto origen a dicha expresión.  Mirarse el ombligo. Mirarse el ombligo fue una costumbre cristiana primitiva ideada por los monjes hesicastas de la Iglesia griega ortodoxa, que se fundamentaban en la búsqueda constante y permanente de la paz interior. Usando una técnica de rezos integrada con la respiración, los monjes acostumbraban a dejar caer la cabeza durante la meditación y, por ello, se les conocía como omphalopsy choi, ―observadores del ombligo‖, pues algunos creían que el centro del alma humana se encontraba en el centro del cuerpo, en el ombligo, al que, por otra parte, otorgaban importancia como nexo de unión con la vida.  Mojar la oreja a alguien. Frase que simboliza el reto a pelear con alguien. Por extensión, la expresión se utiliza para aludir a cualquier acción de desafío, real o simbólica. También significa "Aventajar a alguien, superar a alguien, o también "Humillar, avergonzar". El gesto procede de una parodia sacrílega del ritual del bautismo por el que el sacerdote mojaba la oreja del niño, mientras exclamaba "¡Ábrete!", ordenando simbólicamente que se abrieran los oídos para escuchar las verdades de la fe.  Montar el número. El origen de esta expresión se debe al mundo del circo. Cada una de las actuaciones que tienen lugar durante un espectáculo circense es llamada ―número‖: El número de los payasos, el número de los faquires, el número de los trapecistas, etcétera. Cada uno de estos números son representaciones normalmente fantásticas y exageradas.  Montar un cirio. Es posible que se refiera al cirio pascual de Semana Santa, que en muchos lugares es sacado en procesión con toda la parafernalia y el revuelo que originaba montar la procesión.  Montar un poyo. Proveniente del término latino podium, poyo, y se refiere al podio o tribuna portátil que algunos oradores llevaban consigo a finales del siglo XIX para publicitar su causa política o difundir sus ideas. De ahí que, se relacionase las discusiones que se originaban con el hecho de ―montar el poyo o tribuna‖ por parte de la persona que hablaba en público, dando origen a la expresión, para referirse a ella como ―montarse un follón o discusión‖. Por los altercados que se formaban en ocasiones por discrepancias de opiniones entre los oyentes.  Morder el polvo. El modismo se basa en un antiguo rito de los caballeros del Medioevo quienes, cuando se sentían mortalmente heridos en batalla, tomaban un puñado de tierra y lo mordían simbólicamente, a la manera de un postrer beso a la madre Tierra.  Morir con las botas puestas. En la guerra los soldados caídos en combate lo hacían vistiendo el uniforme militar, que incluía las botas, de ahí que "morir con las botas puestas" fuese considerado sinónimo de morir en combate.  Mucha mierda! Dicen que muchas personas comenzaron a recurrir a este extraño deseo porque decir ¡Mucha suerte! produce el efecto contrario. La superstición, una vez, le ha ganado a la razón. En su origen, tal expresión apuntaba un hecho muy concreto. Se remonta a los tiempos de la modernidad europea, cuando la gente asistía a las obras teatrales en carruajes tirados, generalmente, por caballos. Al terminar las funciones, quienes no habían concurrido al teatro, podían deducir si la obra había tenido muchos espectadores por la cantidad de excrementos que dejaban los animales.  Mucho ruido y pocas nueces. En 1597 las tropas españolas tomaron la ciudad francesa de Amiens, merced a una treta urdida por el capitán Hernán Tello de Portocarrero, que vistió de labradores a dieciséis de sus soldados que hablaban muy bien el francés. Estos hombres penetraron en la ciudad provistos de sacos de nueces, cestos de manzanas y un carro de heno. Apenas entraron en la ciudad, uno de los soldados dejó caer voluntariamente uno de los sacos de nueces, lo que movió a los soldados franceses a recogerlas del suelo. Esta

situación permitió a los españoles que sacaran sus armas de la carreta de heno y así consiguieron reducir a las tropas locales, permitiendo el asalto de una columna invasora.  Mujer de bandera. Parece que esta expresión nace dentro de la cultura musulmana. Parece indicar que tras los ejércitos musulmanes existía la tradición que las mujeres dedicadas a la prostitución se instalasen en tiendas con una bandera de color rojo, por lo que estas mujeres empezaron a recibir el nombre de "mujeres de bandera". Asociando así a las mujeres de gran belleza con esta curiosa terminología.  Nacer de pie. Para los antiguos romanos era considerado como signo de buena suerte que los niños naciesen asomando primero los pies en vez de la cabeza, que hoy es considerada como la posición más normal y natural, por la creencia de que los nacidos con los pies por delante tienen más posibilidades de sobrevivir al parto, porque los partos de niños con los pies por delante son muy peligrosos.  ¡Naranjas de la China¡ Antiguamente la gente no creía que fuera posible traer naranjas en buen estado desde un país tan lejano como China. Por ello, cuando algún frutero afirmaba que las naranjas que vendía procedían de aquel remoto país, la gente se lo tomaba como una invención, fruto de la fantasía y del afán comercial del individuo.  Negarle el pan y la sal a alguien. Hunde sus raíces en los viejos y sagrados derechos de la ley de la hospitalidad de los antiguos griegos y también de los romanos. No sólo era obligación atender a quien pidiera hospitalidad y ello creaba un vínculo recíproco entre huésped y anfitrión que se heredaba de padres a hijos, y además el huésped era sagrado e inviolable, sino que el pan y la sal eran lo primero que se daba a compartir al que era acogido en una casa, y entre los romanos, haber compartido mucha sal era sinónimo de mantener una larga amistad y un largo vínculo de hospitalidad. En algunas sociedades y pueblos eslavos aún pervive una ceremonia de ofrecimiento del pan y la sal como lo primero que se da al huésped, y que de alguna manera es un derecho de todos. Hasta los más insignificantes esclavos en la antigüedad tenían derecho a su sal y su pan.  Ni chicha ni „limoná‟. La chicha es una bebida alcohólica producto de la fermentación del maíz y la limonada es una simple bebida refrescante tomada del limón. Ni chicha ni limonada es un dicho que se utilizaba antes para indicar a los comensales de una fiesta o reunión que ya no quedaban bebidas alcohólicas —ni chicha— ni refrescantes —limonada—.  Ni Cristo que lo fundó. Se refiere a la Iglesia: formó hombres y los mandó a hablar y actuar en su Nombre. "Yo te digo que tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que atares sobre la tierra, será atado en los cielos, y lo que desatares sobre la tierra, será desatado en los cielos" (Mateo 16, 17-19).  Ni hablar del peluquín. Es probable que se utilizara el término por ciertos complejos varoniles ante la pérdida de cabello, sobre todo en una época distinta a la actual en la que es habitual lucir calva con orgullo o incluso cabeza afeitada. Pues bien, el peluquín se utilizaba para ocultar la calvicie incipiente, que se convertía así en una especie de secreto. Incluso en los casos en que el postizo era evidente, se consideraba signo de mala educación señalar al calvo ―camuflado‖.  Ni pincha ni corta. Pinchar y cortar eran los nombres recibidos por dos modos de pelear con arma blanca. Pinchar se decía para referirse al uso del puñal o cuchillo y cortar para referirse al uso de la espada.  ¡Ni qué niño muerto¡. Para hallar su origen hemos de echar hacia atrás varios siglos y encontraremos que se trata de la transformación de una expresión en la que, por aquel entonces, no se mencionaba a ningún ‗niño muerto‘ sino a un ‗niño envuelto‘ siendo un término utilizado para referirse a los bebés que morían a las pocas horas de nacer. La expresión proviene de la discusión que se mantuvo siglos atrás sobre la conveniencia de incluir (o no) en el censo de población a los niños fallecidos antes de haber sido bautizados. Según el credo no se podía catalogar como ciudadano con derechos a aquellos que no estaban bautizados, por lo que a un niño que naciese y muriese (niño envuelto) antes de haber podido recibir el sacramento del bautizo no se le podía considerar persona.  No andarse con chiquitas. La frase tiene su origen en los juegos de naipes, en los que el término chiquitas hace referencia a las apuestas más pequeñas, en contraposición a las grandes apuestas a una sola carta, a lo grande.  No caérsele a uno los anillos. Desde hace siglos, los anillos han sido objetos de valor o de ornamentación, pero también han representado el nivel social y el poder de algunos individuos, como es el caso de reyes y jefes religiosos. Algunos anillos también obraban como sellos, en especial para dejar su marca en documentos lacrados. La expresión acude a la historia, en la que no se recuerdan casos en los que una persona de alto rango perdiera su cargo o viera deteriorada su imagen por realizar una labor doméstica o propia de un operario.

 No comerse una rosca. En las fiestas tradicionales de los pueblos era costumbre obsequiarse unos a otros con roscas, particularmente las jóvenes, que regalaban roscas por ellas cocinadas al mozo de su preferencia. Este regalo llevaba implícito un mensaje de insinuación amorosa. Entonces, el joven que recibía tales regalos se podía comer su (o sus) roscas, y aquél que no despertaba tales sensaciones en ninguna muchacha… pues… no se comía una rosca.  No dar la talla. Para hacer el Servicio Militar, antes cuando era obligatorio, y ahora que es voluntario se exigía tener una talla (altura) mínima para ingresar, el que no la superaba (no daba la talla) quedaba exento de dicho Servicio Militar.  No dar pie con bola. Nada tiene que ver con el fútbol y sí con los juegos de naipes. En ellos, al jugador que echa las cartas en primer lugar se le llama mano y, por oposición, al último se le llama pie. La bola es un lance especial de algunos juegos que consiste en dejar escapar algunas bazas menores para llevarse otras de más valor, misión que corresponde al último en jugar, es decir, al pie. Si el pie no da con la bola el juego se pierde. Otras frases como no rascar bola, con el mismo significado, o meter una bola (engañar, contar un embuste) en el sentido de engañar al contrario dejando escapar bazas para conseguir una mejor, tienen el mismo origen.  No dar su brazo a torcer. Es una frase antigua que proviene del jugar a vencer a pulso con el brazo, apoyando el codo y cogidas las manos los dos contrincantes, también conocido como pulso americano, para quién de ellos es capaz de tumbar el brazo del oponente hasta tocar la mesa.  No dar un palo al agua. Proviene del mundo marinero, donde «palo» se entiende por remo. De tal forma, los remeros más holgazanes usaban los remos para golpear por encima el agua, es decir, solo fingían impulsar los remos.  No decir ni „mu‟. No tiene nada que ver con un mugido. Resulta que mu es lo menos que se puede decir. Se puede pronunciar incluso con la boca cerrada. Es un sonido elemental que hasta los bebés saben pronunciar. Hasta los mudos dicen ‗mu‘.  No dejar títere con cabeza. Su origen se encuentra en el Capítulo 26 (Retablo de Maese Pedro) del 2º libro de Miguel de Cervantes dedicado a las aventuras y desventuras de Don Quijote de la Mancha, cuando éste y Sancho Panza acuden a la representación de ―El retablo de la libertad‖, siendo tal la acción que Don Quijote entra en una de sus habituales ensoñaciones o desvaríos y pretende ayudar blandiendo su espada y atacando a los títeres con los que se representaba la obra, acabando sin dejar alguno con cabeza y causando un tremendo desorden entre los presentes.  No doler prendas. Se llama ‗prenda‘ a todo aquello que se deja en depósito o como pago provisional, ya sea una pieza de vestir –como era originariamente- o cualquier objeto personal (un reloj, anillo, carné de identidad, etc.). El acto de pagar o realizar algún tipo de trabajo con el fin de recuperar ese objeto dejado como prenda fue lo que originó la expresión ‗no doler prendas‘ (o en la forma ‗no doler prendas a alguien‗).  No es nada del otro jueves. La expresión está relacionada con los viernes de ayuno. En efecto, existía la costumbre de comer de manera extraordinaria los jueves como víspera de viernes de ayuno y abstinencia de carne. Como una compensación anticipada a la penitencia de los viernes.  No estar muy católico. En otros tiempos el término ―católico‖ era sinónimo de legal y bueno, como opuesto a hereje, ilegal y malo. En tal sentido el dicho parece hacer referencia a ciertos procedimientos inquisitoriales. Los inquisidores tenían la extraña creencia de que los sometidos a tortura si eran católicos, integrados en la iglesia de Roma, no se quejarían. Si los considerados herejes no se retractaban, tras estar sometidos a diversos suplicios, decían los verdugos: ―este está poco católico‖ o "éste aún no está muy católico. Y así se hacía hasta que el reo acababa por admitir que la única iglesia verdadera era la católica y romana. Estar católico, por tanto, significaba estar perfectamente, y no estarlo, ser sometido a suplicio.  No hay moros en la costa. Durante varios siglos el Levante español fue objeto de frecuentes invasiones por parte de los piratas berberiscos. Los pueblos que vivían en la ribera, a causa de ello, se encontraban en constante zozobra y para prevenir el peligro, se levantaron a lo largo de la costa numerosas atalayas. Desde lo alto de esas torres se vigilaba el ancho horizonte y, no bien se avizoraban las velas de las naves berberiscas, el centinela de turno comenzaba a gritar: "¡hay moros en la costa!". Sonaba entonces la campana, se encendían las hogueras de señal y la gente -alertada- se preparaba para la defensa. En sentido opuesto, se usa la expresión antónima no hay moros en la costa, para dar a entender que no existe peligro inminente para una persona que debe realizar determinada tarea.  No hay tu tía. Antiguamente se decía no hay atutía, ya que atutía (del árabe hispánico attutiyya, es ‗óxido de cinc‘, ungüento medicinal. Este ungüento se usaba para curar enfermedades de los ojos. Pero cuando estas

enfermedades no tenían remedio, se empleaba esta expresión, no hay atutía, con el significado de ‗no hay remedio‘. Modernamente se ha desvirtuado el dicho, diciéndose erróneamente no hay tu tía.  No llegar la sangre al río. Todo surge de las batallas históricas, cuando las luchas cuerpo a cuerpo se tornaban tan feroces que el derramamiento de sangre era tal que ésta podía extenderse por todo el campo de batalla, incluso llegando hasta las aguas de un río cercano. Cuando esto ocurría, no quedaban dudas de que la contienda había sido despiadada.  No saber de la misa la media. Tras el Concilio de Trento (1545-1563) se crearon los seminarios tal como se conocen en la actualidad, donde los futuros sacerdotes cursan sus estudios. Pero anteriormente era muy común una clase de clérigos de aldea sin estudios, que tras recibir unas cuantas clases del párroco del lugar ya estaban listos para oficiar misa, que era prácticamente los únicos conocimientos religiosos que poseían. En Castilla se conoció como clérigo de misa y olla a este presbítero que no sabe más que oficiar misa y comer.  No saber ni jota. La letra "j" proviene de las lenguas primitivas del Medio Oriente, como el hebreo, el caldeo y el siríaco, y era la más pequeña de esos alfabetos, por lo que su nombre llegó hasta nosotros como equivalente de cosa pequeña o insignificante. En la escritura hebrea, por otra parte, la iod -o sea, la jota- participaba como rasgo inicial de todas las demás letras. De ahí que el modismo no saber ni jota alude a la extrema ignorancia de alguien en una cosa determinada y así es como lo utilizamos en la actualidad.  No se tomó Zamora en una hora. En una hora no se ganó Zamora (La Celestina VI 221). Alude al largo sitio que sufrió la ciudad de Zamora durante siete meses por parte de Sancho el Bravo en el año 1072, con el objeto de arrebatársela a su hermana doña Urraca. Tanta fue la resistencia que le costó la vida al propio rey, quien murió a manos de un traidor, Vellido Dolfos y fue el otro hermano, Alfonso VI, quien obtuvo la plaza de manos de doña Urraca tras ser nombrado rey.  No ser moco de pavo. El dicho tiene origen en la jerga de germanías, es decir, el habla española propia del hampa de los siglos XVI y XVII. En esta jerga, los rufianes y ladrones llamaban moco al trozo de cadena que quedaba después de robar el reloj de bolsillo de la víctima, que era conocido como pavo. Así, cuando éste iba a sacar su reloj para ver la hora, se encontraba entre sus dedos aquella especie de moquillo, bailando fláccido en el interior del bolsillo.  No ser puñalada de pícaro. Proviene de la treta que utilizaban los pícaros o pequeños delincuentes. Consistía en aprovecharse de un tumulto callejero y proporcionar alguna cuchillada leve, pero suficiente para que se armara un pequeño alboroto. De esa forma, el pícaro escapaba de la posible presencia de los guardias de la Santa Hermandad y de paso se llevaba algún hurto.  No tener arte ni parte. Esta forma es bastante antigua, tanto que se dice que se dijo en el juramento que le tomaron al que iba a ser rey de Castilla como Alfonso VI de no haber tomado parte en la muerte de su hermano, Sancho II el Fuerte a manos de Vellido Dolfos, juramento que le tomaron los lugartenientes del anterior rey, el más famoso de los cuales es Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid.  No tener dos dedos de frente. La frenología fue popularizada por el médico austriaco Franz Joseph Gall (1758-1828). Postulaba que distintas partes del cerebro controlan diferentes rasgos del carácter, y por ello, si una parte del cráneo es más grande, el rasgo de la personalidad asociado es más acusado. Comoquiera que los estudios de Gall situaban las facultades mentales en la zona frontal, se asimiló una frente ancha y despejada a la inteligencia y una frente corta con el nacimiento del pelo cerca de las cejas a la ausencia de ella.  No tener oficio ni beneficio. El oficio es la ocupación o empleo que cada uno pueda tener para ganarse el sustento con su trabajo. Y beneficio era el nombre con el que se conocían las rentas eclesiásticas.  No tener pelos en la lengua. Para comprender la frase sólo basta imaginar aquella situación en la que uno tiene un pelo en la lengua: se dificulta la pronunciación por la molestia que ocasiona un cuerpo extraño, por pequeño que éste sea. Sin el pelo, se pueden decir las cosas con absoluta claridad. 

No tener vuelta de hoja. Cuando un libro se acaba ya no hay vuelta de hoja.

 No vino ni el Tato. El Tato fue un famoso matador de toros de la segunda mitad del siglo XIX. Tuvo una época muy activa en la que su nombre figuraba prácticamente en todos los carteles. De tal manera que daba la impresión de que no había corrida en la que no participase. Incluso después de que le amputaran la pierna derecha, por una herida recibida en una lidia que se le infectó, el Tato salió a torear con una pierna ortopédica. Finalmente tuvo de que desistir de su empeño. Pero debido a su afán de figurar en todos los carteles, se fraguó la expresión no venir ni el Tato, para reflejar una rareza.

 Nobleza obliga. Es una expresión de origen francés, Noblesse oblige .(Quien se clame a sí mismo como noble, debe conducirse como un/una noble). Los estudiosos atribuyen el diseño de la frase al francés Pedro Marcos Gastón, duque de Levis (1755-1830), pero otros autores la emplearon con anterioridad. Tal es el caso del romano Boecio, traductor al latín de Porfirio, Platón y Aristóteles, y filósofo cabal, que subrayó su compromiso con la lógica, la dialéctica y la aritmética. Boecio escribió la obra que lleva por título De consolatione philosophiae.  Ojo al parche. En realidad, la expresión original es ―Oído al parche‖ y era utilizada en guerras del pasado. Antiguamente, los oficiales del ejército solían utilizar esta expresión para ordenar al batallón que agudizara el oído para estar alerta a las órdenes transmitidas por el tambor, llamado también „parche‟ Con el tiempo la expresión se fue modificó hasta convertirse en “ojo al parche”, porque, por sí sola, la expresión ―¡ojo!‖ ya significa ―atención‖. Aunque se quiere decir lo mismo, la expresión como la conocemos es incorrecta porque en realidad se utiliza la palabra parche como sinónimo de tambor.  Otro gallo cantaría. En las últimas horas de vida de Jesucristo, cuando estaban en el Cenáculo, el Señor había dicho a Pedro que él lo negaría tres veces antes de que cantase el gallo dos, al amanecer. Por supuesto, Pedro negó que tal situación fuese a cumplirse, pero el hecho se cumplió y Pedro negó tres veces consecutivas que conocía al Maestro. El curso de los hechos que condujeron a Jesús al Gólgota engendró en los creyentes el sentimiento de que otro habría sido el desenlace de la historia sagrada si el valor de Pedro no hubiese flaqueado.  Pagar a escote. El término proviene del verbo escotar y éste a su vez del francés antiguo escot, con el significado de ‗contribución de dinero‘. Y anteriormente del germano skot, ‗tributo‘.  Pagar a toca teja. Este dicho se remonta al siglo XVII, cuando se acuñaron en Segovia unas monedas de plata llamadas vulgarmente tejas, preferidas para hacer los pagos contantes y sonantes.  Pagar el pato. El pueblo hebreo solía decir que su fe se mantenía a lo largo de los siglos porque tenían un pacto con Dios. Los cristianos hacían mofa de esta afirmación y les amenazaban diciendo que «pagarían el pacto». Hay diferentes teorías sobre la forma concreta de este pago, ya que en algunos sitios se comenta que era a través de unos impuestos especiales que solo los judíos abonaban y en cambio en otros se afirma que este pago no era real y solo se manifestaba en la forma de amenazas con daños físicos o a sus propiedades.  Pagar religiosamente. el origen de la expresión podría ser el conocido como ‗diezmo Eclesiástico‘, un tributo que debía pagarse a la iglesia (normalmente la décima parte de lo ganado o de las cosechas, de ahí el término ‗diezmo‘).Y no podemos olvidarnos de las ‗indulgencias‘, una serie de actos que se hacía de cara a la Iglesia (como pagar una cantidad acordada) por la que el pagador recibía una remisión temporal de cualquier castigo/penitencia recibida por haber pecado, siendo ésta, también, una forma de ‗ganarse un sitio en el Paraiso‘.  Pájaro de mal agüero. Su origen es muy remoto, ya que se remonta a los augures de la antigua Roma, sacerdotes encargados de averiguar el parecer de los dioses sobre las actividades importantes de los hombres. La adivinación de estos augures se basaba principalmente en la observación del vuelo de las aves, y en especial en el de los cuervos, las cornejas y los buitres. Según la dirección que tomaban, o la forma de realizar su vuelo, elevarse y posarse, se interpretaba que los auspicios eran favorables o desfavorables en relación con la consulta realizada.  Para más inri. El origen lo encontramos en la inscripción que Poncio Pilatos hizo en la cruz donde Jesucristo fue crucificado a modo de sorna o burla. Esta inscripción (INRI) decía en latín “Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum” (―Jesús Nazareno, rey de los judíos‖), en alusión a lo que el propio Jesucristo afirmaba y que tanto recelo despertaba entre sus no seguidores.  Para ti la perra gorda. La moneda de 10 céntimos acuñada en 1870. El apelativo de ―perra‖ con el que se conocía a estas monedas de bronce (―perra chica‖ la de 5 céntimos y ―perra gorda‖ la de 10) procede de un defectuoso grabado del motivo del reverso. En efecto el grabador de la Casa de la Moneda trató de dibujar un león rampante para el reverso de la moneda de 10 céntimos y le salió algo más parecido a un perro, a ojos del pueblo. Tal fue la popularidad de tales monedas que el apelativo perras se sigue utilizando como sinónimo de dinero.  Parar los pies a alguien. Tiene su origen en el mundo de la tauromaquia, concretamente del momento de la salida del toro, en que desarrolla toda su fuerza y empuje y el matador (a veces, alguno de sus subalternos) le da los primeros capotazos, con el propósito de atemperar la embestida del animal. Este acto de parar/frenar al toro es lo que dio origen a la expresión ‗parar los pies‘.  Pasar la noche en blanco. Según los antiguos usos de la Orden de Caballería, el aspirante a integrar la Orden debía permanecer en vela toda la noche anterior a la ceremonia, cubierto con una especie de sayal blanco, que simbolizaba la pureza de intenciones que se le exigía, para poder recibir dignamente el espaldarazo ritual.  Pasar por el aro. El origen de esta frase probablemente esté en los circos, donde los domadores hacen pasar por un aro (muchas veces envuelto en llamas) a algunos animales, los cuales, evidentemente no quieren

atravesar ese aro y mucho menos si corren el peligro de quemarse, pero los pobres animales no tienen más alternativa que pasar por el aro.  Pasar por la vicaría. La vicaría es la oficina o tribunal en que despacha y tramita el expediente eclesiástico de matrimonio.  Pasarlas canutas. Tiene su origen en la expresión —ya en desuso— dar canuto. Parece que la expresión tiene su origen en el ejército. Cuando un soldado, una vez cumplido el servicio dejaba el cuartel, tenía que buscarse techo, comida, vestuario, compañía y trabajo por su propia cuenta. Eran, sin duda, momentos difíciles, hasta que se acomodara a la nueva situación. Y comoquiera que la boleta o licencia se entregaba enrollada en un pequeño tubito de lata o canuto… pasarlas canutas fue sinónimo de pasar penalidades.  Pasarlas moradas. El color morado es el color que representa el sufrimiento, por eso es el color litúrgico de la Pasión, tiempo de penitencia por excelencia.  Pasarse de castaño oscuro. Entre las variadas capas de los toros hay una cuya aparición en el ruedo siempre causa admiración por su espectacularidad. Se trata de la compuesta por el pelo castaño. Se ha tenido siempre por cierto, aunque naturalmente no siempre se han confirmado las expectativas, que un toro con este pelaje era indefectiblemente bravo, lo cual presentaba dificultades al torero. Si se pasaba de este color y se hacía más oscuro, todavía podía ser peor.  Pasarse de la raya. Se remonta a inicios del boxeo cuando este deporte no contaba con un cuadrilátero para disputar las peleas. Existían dos modos para que los boxeadores se midieran, el primero de ellos consistía en marcar una raya de tiza en el suelo, así los dos contrincantes quedaban de uno y otro lado, es decir, de frente. Además los dos contendientes debían poner un pie adelantado en la tiza, no debían moverlo, y mucho menos traspasar su pie de la ‗raya‘. Era una pelea casi estática. De modo que si uno de los contendientes se pasaba de la raya (de tiza), perdía la pelea.  Pasarse de rosca. Cuando forzamos una tuerca o un tornillo lo trasroscamos, es decir, rompemos el juego normal de la rosca, por lo que queda inutilizado.  Pasta gansa. Proviene el uso coloquial de pasta para referirse al dinero. En cuanto a ganso: ―hombre tardo, perezoso, descuidado, torpe, incapaz patoso, que presume de chistoso y agudo, sin serlo‖. Así, hacer el ganso, es lo mismo que ‗hacer y decir tonterías que causan risa‘. Y la pasta gansa no es otra que la que se gana fácilmente a un ganso.  Patente de corso. Era un documento que alguien podía presentar (hacer patente) para hacer un corso (del latíncursus, carrera) por el cual el propietario de un navío tenía permiso de la autoridad para atacar barcos y poblaciones de naciones enemigas. De esta forma el propietario se convertía en parte de la marina del país o la ciudad expendedora. Las patentes de corso fueron muy utilizadas cuando las naciones no podían costearse marinas propias o no lo suficientemente grandes.  Pedir la mano. La expresión procede del derecho romano más antiguo, en que el pretendiente pedía formalmente la "manus" de la chica, y se celebraba la promisión oficial de boda, denominada "esponsales", muy anterior a la boda misma. Además de un matrimonio "cum manu" (en que la tutela de la mujer pasaba al marido y se desvinculaba de su padre), aparece un matrimonio "sine manu", en que la hija elegía permanecer bajo la patria potestad del padre.  Pegar la hebra. Es unir los extremos de una porción de hilo con otra, de tal manera que se cose de manera continuada sin necesidad de parar para enhebrar de nuevo la aguja. En los talleres de costura era muy habitual mantener conversaciones entre sastres, costureras y modistas, durante toda la jornada laboral.  Pegarse un tute. Pegarse un tute o darse un tute son expresiones que aluden a un juego de naipes. El juego del tute parece tener su origen en Italia, o al menos su nombre, que proviene de tutti (todos, en italiano); dado que, aunque raras veces suceda y el juego se resuelva a los puntos, existe un lance especial consistente en reunir en la mano los cuatro reyes (tute de reyes) o todos los caballos (tute de caballos), ganando así la partida. Reunir esta jugada es cosa harto difícil y extraordinaria.  Pelar la pava. Se cuenta, que la historia del comienzo del empleo de tal expresión, pudo provenir de un hecho concreto en el que una señora le dijo a su criada que fuera a preparar una pava para la cocina, momento en el cual coincidió con su novio al otro lado de la reja y se puso a charlar con él; cuando la primera le preguntó pasado el tiempo qué es lo que estaba haciendo le respondió "pelando la pava".  Pender de un hilo. El origen de la encontramos en una antiquísima fábula surgida de la mitología romana en la que se explica que la vida de cualquier ser humano estaba controlada desde su principio y hasta su fin

por tres hermanas hilanderas que eran conocidas como ‗las Parcas‘. Cada una de las Parcas tenía una misión encomendada: hilar el hilo en el que se determinaría el cuándo nacería, cómo sería el transcurso de la vida y cuál sería el momento de la muerte de cada persona. Dependiendo de lo feliz o desdichada que sería la vida de cada individuo lo hilaban de color blanco o negro, colores asociados a la buena y mala suerte respectivamente.  Perder la chaveta. La chaveta es una especie de sujeción que se utiliza en la mecánica para hacer de límite en un eje o una barra atravesándola, de forma que todo lo que hay dentro de esta barra o eje no puede salir de ninguna forma. En caso de que se afloje la chaveta hasta que se sale, se salen las piezas del mecanismo, perdiendo este su utilidad  Perico el de los palotes. En el siglo XVI se llamaba así a un bobo que tocaba el tambor precediendo al pregonero, que era el que se quedaba con el sueldo y las propinas de ambos. Este bobo con su tambor, y a veces con el cornetín, imitaba al pregonero que trataba de desembarazarse de él ante las risas de los congregados.  Pillar a alguien en un renuncio. Un renuncio es una mentira o contradicción en que se coge a alguien, o una falta que se comete, incumpliendo las leyes del juego.  Pillarse un rebote. El origen de la expresión lo encontramos en el automatismo de la reacción, que recuerda el rebote de un resorte o muelle, que salta descontrolado cuando dejamos de ejercer presión sobre él.  Pinchar en hueso. Proviene del mundo taurino. Cuando el matador intenta clavar el estoque para matar al toro y este no puede penetrar en el cuerpo, suele ser porque ha tropezado en alguna vértebra del animal. Así no puede conseguir su objetivo y debe entrar a matar de nuevo.  Pollo pera. En la antigüedad cuando se utilizaba el término "pera" se refería a una renta vitalicia o a un puesto de trabajo asegurado, situación que colocaba al sujeto en cuestión en una posición aventajada. Se llamaba pollo pera al joven de futuro resuelto, jovencito atildado, un tanto pretencioso y ridículo. Hoy diríamos un "pijo.  Poner /quedar/ estar en entredicho. El entredicho, del latín, interdictus, prohibición de hacer o decir algo, es una censura eclesiástica por la cual se prohíbe a ciertas personas o en determinados lugares el uso de los divinos oficios, la administración y recepción de algunos sacramentos y la sepultura eclesiástica.  Poner a alguien a caer de un burro. El asno o burro simboliza la terquedad y el error. Por tanto, caer de éste es convencerse, ceder a razones. 

Poner a alguien como un trapo. Se utiliza la implícita referencia a la suciedad de éste.

 Poner a caldo. Antiguamente se solía castigar a comer solamente caldo, privando de carne, pescado o cualquier otro alimento de más consistencia.  Poner de vuelta y media. En el Vocabulario de refranes (1627) del maestro Gonzalo de Correas se lee: ―A vuelta y media, torrezno fuera‖ en alusión a lo poco que tarda el tocino en convertirse en torrezno. Otras versiones apuntan a que la frase se refiere al torno de la Inquisición donde los verdugos torturaban a sus víctimas  Poner el dedo en la llaga. Su origen está en el Evangelio de San Juan, concretamente en el relato de la incredulidad de Tomás ante la aparición de Jesús resucitado (Jn. 20,25). Según el citado evangelio, Tomás no sólo dudó del testimonio de sus hermanos; exigió además ver para creer: ―Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.‖  Poner en la picota. La picota o rollo era una columna de piedra donde se exhibían las cabezas de los decapitados, o bien, como la mayor de las penas de carácter leve, se exponía a los reos para su deshonra, befa y escarnio.  Poner en solfa. No es otra cosa que la unión de las notas musicales sol y fa. Se refiere al solfeo, el arte que enseña a leer y entonar las diversas voces musicales, pero en un sentido figurado. Como se hacía antiguamente al poner en coplas los amoríos y crímenes y todos los chismes, que ciegos y copleros que recorrían los pueblos iban cantando.  Poner en tela de juicio. La palabra latina tela, del latín telum, hacía referencia a un lugar cerrado donde se desarrollaban discusiones. Tela era la valla de madera que se solía construir en la liza para evitar que los dos caballos se topasen en las justas. Este significado de tela también se usó para referirse al sitio cerrado dispuesto para lides públicas y otros espectáculos y debates públicos o juicios. De éstos últimos se derivó la expresión estar en tela de juicio, que utilizó el antiguo Derecho Procesal para dar a entender que un asunto estaba pendiente de averiguaciones previas antes de tomar una decisión.

 Poner la mano en el fuego. Durante muchos siglos y en las culturas más diversas fue común recurrir a la prueba del fuego para demostrar la culpabilidad o inocencia del acusado de delito grave o de brujería. Los tribunales inquisitoriales también utilizaron este juicio divino. El acusado debía meter la mano en el fuego o bien agarrar un hierro candente. Si sufría quemaduras su culpabilidad estaba demostrada. La ausencia de quemaduras demostraba la inocencia.  Poner los dientes largos. La expresión tiene su origen en el comportamiento animal, en el gesto de anticipación al placer de la comida consistente en levantar el labio superior del morro mostrando los dientes o colmillos.  Poner los puntos sobre las íes. Durante el siglo XVI, fueron introducidos los caracteres góticos en la escritura común. Entonces, los copistas adoptaron la práctica de poner un pequeño tilde sobre la i minúscula, para evitar que la presencia de dos de estas letras seguidas fuese confundida con una "u". Por supuesto, esta innovación no fue bien recibida por todos los escribas y por algunas de las personas letradas, de manera que comenzaron a discrepar con la medida.  Poner una pica en Flandes. El origen de la expresión cabe buscarlo en el nombre que recibía la lanza larga, característica de la infantería española de los siglos XVI y XVII. Especialmente destacado fue su concurso en las campañas emprendidas por los tercios españoles en Flandes, territorio que estuvo bajo la soberanía hispánica desde mediados del siglo XVI hasta principios del XVIII. La expresión alude a lo difícil que era en tiempos de Felipe IV encontrar reclutas españoles que quisieran alistarse y tomar la pica para pasar a servir en los Tercios de Flandes, pues los mozos no se alistaban voluntariamente y huían del servicio militar.  Poner verde a alguien. El origen de esta expresión no está muy claro pero hay dos teorías. La primera dice que esta expresión puede tener su origen en el moho. Cuando algo, especialmente comida, se pone mala, cría moho que es de color verde. La segunda dice que cuando una persona es apaleada, le salen moratones y estos después de un tiempo, se vuelven de color verdoso.  Poner pingando. Familiarmente es hablar muy mal de una persona. cosa o una persona que está empapada en algún líquido.

Pingar

es

gotear

una

 Ponerle a uno como chupa de dómine. Hace referencia al blusón (chupa) que llevaban un tipo de clérigos dedicados a la primera enseñanza. La pobreza de los que se dedicaban a ello era proverbial. Esta pobreza acabó atrayendo menosprecio, burla y escarnio. Además de pobres, tenían fama de sucios y desarrapados.  Ponerse como el Quico. Este personaje se dice que fue un gitano que en los años cuarenta se dio un atracón de gambas y tuvieron que llevárselo al hospital debido a la indigestión que sufrió.  Ponerse el mundo por montera. La montera, como todo el mundo sabe, es la prenda del traje del torero que éste se coloca en la cabeza y la mantiene en ella durante determinados momentos de su actuación, aunque existe un protocolo más o menos rígido respecto a su uso.  Ponerse hecho una furia. Las Furias eran las divinidades infernales romanas, asimiladas a las Erinias, las divinidades infernales griegas. Son anteriores a Zeus y a los dioses del Olimpo. Simbolizaban las leyes del mundo moral y castigaban a los transgresores, vengando especialmente los crímenes cometidos en el seno familiar.  Ponerse las botas. Hubo un tiempo en el que el calzado era signo distintivo de la clase social a la que pertenecía el individuo. Mientras las botas eran de uso privativo de los caballeros ricos y poderosos, el zapato bajo estaba reservado al pueblo llano. De ahí nació la expresión ponerse las botas. Hoy en día utilizamos también la expresión „ponerse las botas‟ para indicar que se ha comido mucho y en abundancia.  Ponerse morado. El color morado alude a la cianosis —coloración azul de la piel producida por la falta de oxigenación en la sangre— a causa de las digestiones muy pesadas que reclaman para sí el flujo sanguíneo.  Por arte de birlibirloque. Equivale a por arte de magia. La palabra proviene de birliqui-birloque rápidamente. Es una especie de abracadabra. Su origen puede estar en la jerga de los delincuentes del XVII: birlar ('estafar', 'hurtar'), birlesco ('rufián', ‗ladrón‘, birlo (‗ladrón‘), birloche (‗rufianesco‘) El birloque era el ladrón hábil que actuaba ante su víctima sin que ésta lo percibiese.  Por bajo cuerda. La expresión está basada en una treta aplicada en un antiguo juego de pelota en el que había que pasar el balón por encima de una cuerda colocada en medio de la cancha. La trampa consistía en pasar la pelota por debajo de la cuerda, de manera que si el ardid no había sido percibido por nadie, el tramposo se adjudicaba el tanto.

 Por ensalmo. Hacer algo por ensalmo es hacerlo de modo supersticioso o hacerlo con mucha prontitud y por arte de magia.  Por fas o por nefas. Tiene el significado de por unas cosas o por otras, e incluye la necesidad de actuar sea o no el momento más propicio. Tiene su origen en la antigua Roma, donde los días se dividían en fastos y nefastos. Los primeros se consideraban días memorables y de ventura, lo que explica que se señalaran en el calendario para celebrar los actos públicos de las diversas colectividades romanas. Por el contario, los días nefastos eran considerados funestos y desastrosos. En estas fechas no se celebraban juicios ni se programaban negocios públicos.  Por partida doble. Es el método o sistema de registro de las operaciones más usado en la contabilidad. Al examinar cualquier operación mercantil y recordar el manejo de las cuentas se descubrirá que en cada una de ellas se manejan por lo menos dos cuentas: una que se debita y otra que se acredita. Cada operación se registra dos veces: una en el debe y la otra en el haber.  Prensa amarilla. Joseph Pulitzer (1847-1911), inmigrante húngaro y afamado empresario de la comunicación social de los Estados Unidos dirigía el diario New York World, cuando en sus páginas empezó a publicarse (1895) una historieta llamada Hogan´s Alley, protagonizada por un niño denominado The Yellow Kid (El Niño Amarillo). Las expresiones del chico, muy habitualmente, salían impresas en su camisa amarilla. Pronto, este personaje ganó fama y se lo asoció emblemáticamente con el diario, de carácter sensacionalista.  Príncipe azul. Según el escritor y profesor de literatura Severino Calleja, el personaje nace con este nombre en una leyenda rumana del siglo XIX llamada El Príncipe Azul de la lágrima. El color azul alude al carácter real del personaje, teniendo posiblemente el mismo significado que en la expresión sangre azul: la aristocracia acostumbraba a alejarse del sol, por lo que estaban pálidos y las venas eran más visibles en su piel blanca.  Prometer el oro y el moro. Se remonta al año 1426, en tiempos de Juan II de Castilla. Según narra la leyenda, Abdalá, el alcaide de la ciudad malagueña de Ronda, y su sobrino Hamet, entre otros de su séquito, fueron apresados por un grupo de caballeros cristianos de Jerez. A pesar de que Abdalá pagó la fuerte suma de dinero exigida por el rescate de los cautivos, solamente él fue puesto en libertad. El suceso llegó a oídos de Juan II, que ordenó que el sobrino también fuese liberado. Sin embargo, los raptores jerezanos, incitados por la esposa de uno de ellos, se negaron: pedían a los moros un plus de cien doblas –monedas castellanas de oro– a cambio de Hamet. Debido a lo cual, el rey hizo trasladar al prisionero a la corte. Y puede que a raíz de este episodio, el pueblo comenzó a rumorear que ―querían quedarse con el oro y el moro‖.  Que le / te den morcilla. En realidad es una maldición que, literalmente, equivale a ‗que te maten‘ o ‗que le maten‘, pues alude a que, en épocas de hidrofobia (rabia), las autoridades ordenaban dar muerte a los perros callejeros dándoles de comer morcilla envenenada con estricnina.  ¡Que si quieres arroz, Catalina! La procedencia del dicho es poco conocida. Una curiosa versión apunta que hace mucho tiempo vivía en tierra de León un judío converso cuya esposa se llamaba Catalina. La mujer sentía una verdadera fascinación por el arroz, hasta el extremo de que lo recomendaba como remedio universal de todos los males. Un día Catalina cayó enferma y, como rechazaba todas las pócimas y medicinas que le facilitaban, los familiares decidieron ofrecerle un plato de arroz. Pero Catalina tampoco lo quiso tomar. Para animarla, los parientes desesperados empezaron a recitar a coro, una y otra vez, la siguiente frase: "¡Que si quieres arroz, Catalina!".Pero fue en vano. La mujer se negó a probar su alimento, antes predilecto, y murió.  ¿Qué tienen que ver los cojones para comer trigo? Cuenta el saber popular que estaba un pastor con sus ovejas en el campo cerca de un trigo verde ya espigado, y pasó por allí el dueño del trigal, que, viendo que el burro que llevaba el pastor estaba destrozando su sembrado con sus bocados, increpó al pastor en estos términos: ―pero ¿es que no ve usted que el burro está comiendo en mi trigo?‖ a lo que respondió compresivo el pastor: ‖ Pero ¿es que no ve usted que el burro está entero (sin castrar)?‖. El dueño del trigal, fuera de sí, no sabiendo qué contestar, estalló: y ―¿qué tienen que ver los cojones para comer trigo?‖  Quedar como Cagancho. El torero Joaquín Rodríguez ‗Cagancho, se hizo famoso en 1926, en Almagro. Según parece ese día con su segundo toro, tras el tercer aviso, el toro es devuelto al corral porque el torero es incapaz de matarlo. Cagancho seguía intentando matar al animal sin salir de la barrera. Los subalternos se acercaban al toro y le pinchaban también alevosamente, en cualquier parte. Entre todos lo mataron y el solo se murió. El Gobernador mandó detener al torero gitano que salió de la plaza recibiendo golpes por todos lados. Fue recluido en el Ayuntamiento a la espera de poder sacarlo del pueblo.  Quedar en agua de borrajas. La borraja es una planta silvestre cuyas partes comestibles se toman cocidas en algunos lugares. Como el caldo resultante de esta cocción es en realidad de escasa sustancia y de muy poco valor alimenticio, es lógico que viniera a significar en el habla popular un resultado decepcionante o del que se esperaba una mayor consistencia.

 Quedarse “in albis”. En latín, en blanco. En la liturgia romana se llama misa in albis a la que se hace vestidos de blanco como homenaje al bautismo y a la pureza con la que rodean al altar los fieles. la semana in albis es especialmente la octava de Pascua.  Quedarse en cuadro. Cuadros se refiere a los mandos militares. Si en la batalla se ha perdido a todos los soldados, sólo quedan los jefes  Quedarse para vestir santos. Antiguamente, las mozas casaderas que no encontraban marido, acababan limitando su vida social a la asistencia a misa y a los oficios eclesiásticos.  Quedarse tan campante. Campante se refiere a quien campa o campea tranquilamente por el campo por el campo de batalla sin sufrir daño o sin preocuparse del enemigo, precisamente porque sobresale, porque aventaja a otros al ser más diestro en la lucha. Al que se ve envuelto en la más dura de las batallas y sale de ella ileso, como si nada hubiera sucedido.  Quemar las naves. Hace referencia a un hecho histórico que tuvo como protagonista a Hernán Cortés (1485–1547). En 1518 emprendió la conquista de México con once naves que partieron de Santiago de Cuba y anclaron en la actual ciudad de Veracruz. Decidido a adentrarse en territorio desconocido y a seguir avanzando tierra adentro, se dice que para evitar que sus tropas desertaran y se volvieran atrás, quemó los barcos. Otras versiones, seguramente más fiables, dicen que solamente los hundió o los inutilizó.  Quemarse a lo bonzo. La expresión se popularizó gracias a Thich Quang Duc, monje budista vietnamita del grupo de los Bonzos, que se quitó la vida inmolándose en una zona céntrica el 11 de junio de 1963 en la cuidad de Saigón, protestando contra la política nacional encabezada por el Primer Ministro Ngo Dinh Diem (1901-1963), en especial por la falta de libertad para profesar diferentes cultos.  Quemarse las cejas. El significado literal de esta expresión popular se aplica al estudiante de cualquier disciplina. Significado y origen concuerdan en su sentido que no es otro que el de pasarse las noches en vela estudiando, que en otros tiempos, y ante la carencia de la luz eléctrica, se hacía a la luz de las velas o velones, cuya llama podía accidentalmente quemar o chamuscar las cejas de los que, absortos en el estudio, se acercaban a la llama.  Quien no te conozca, que te compre. Se da como origen de esta expresión un cuento andaluz, recogido por Fernán Caballero y también por Juan Valera, en el que unos muchachos roban un asno, quedando uno de ellos en el lugar del pollino. Al llegar el dueño, el mozo le cuenta al arriero que él era un muchacho, convertido por las malas artes de la magia en asno. El arriero deja ir al muchacho y se encamina a la feria a comprar un nuevo jumento, encontrando un tratante que le quiere vender su anterior animal, a lo que el arriero responde de esta guisa.  ¿Quién te ha dado vela en este entierro? La costumbre cuando alguien iba a un entierro era que la familia del difunto le diese una vela, que se mantenía encendida durante la ceremonia como símbolo de la vida eterna que no se apaga con la muerte del cuerpo. Ocurre que era un hecho bastante habitual que, en épocas de necesidad, algún extraño se agregase a la comitiva por el convite que se daba después del entierro, generalmente queso, embutidos y vino. Por ello, a los que se colaban se les preguntaba si tenían vela (invitación, vamos) o quién se la había dado, para que justificaran su presencia.  Quitar hierro. Antiguamente hierro era sinónimo de arma ofensiva: de daga, de espada, de puñal. Y, por extensión, de agravio o de violencia. Así, cuando se enfundaban las armas y la disputa se resolvía dialogando, se decía que se quitaba hierro al asunto.  Quitarse el sombrero. Desde sus inicios, descubrirse la cabeza fue una actitud que reflejó reverencia ante una persona: un jefe militar, un dirigente político o un líder social. Con el tiempo, la costumbre se extendió para mostrar respeto ante una dama o para reconocer una acción muy lucida. Se considera que puede provenir de Francia, especialmente porque allí todavía se usa la expresión ¡Chapó! (en francés, chapeau, es decir, sombrero).  Rasgarse las vestiduras. Era la actitud que asumían los miembros de antiguos pueblos, en particular judíos, cuando eran víctimas de desgracias. En algunos casos, también se complementaba la acción con autoflagelaciones.  Rasgarse las vestiduras. Según las Sagradas Escrituras, era costumbre entre los antiguos desgarrarse las ropas en momentos de desconsuelo, como señal de reconocimiento de los errores cometidos.  Revolver Roma con Santiago. Roma y Santiago de Compostela eran y son dos de los centros más importantes de peregrinación de la cristiandad. Los peregrinos de mayor reconocimiento o que obtenían mayores prebendas religiosas eran los que iban a Roma y a Santiago. La frase se refiere al hecho de que Santiago de Compostela se halla a un extremo de la Europa católica y Roma al otro.

 Rodar cabezas. Es una expresión que viene de la decapitación antigua de delincuentes. No obstante "rodar cabezas" hace referencia al caos y la depuración de la Nobleza y la Elite en la Revolución Francesa, donde miles de personas (incluido el rey), fueron decapitadas.  Romper (se) la crisma. El término crisma proviene del griego khrisma, que es un derivado de khriein, ‗ungir‘. Se refiere al aceite y bálsamo mezclados que consagran los obispos el Jueves Santo para ungir a quienes se bautizan y se confirman, y también a los obispos y sacerdotes cuando se consagran o se ordenan. Todos los bautizados reciben el crisma en la cabeza, por lo que el término ha pasado a expresar también ‗cabeza, cráneo‘.  Romper una lanza. El origen de esta expresión se encuentra en los duelos o combates judiciales de la Edad Media —concebidos a modo de juicios de Dios— en los que los paladines o caballeros peleaban en defensa de otro hasta partir la lanza del rival, y en los que el vencedor era el que detentaba la razón.  Saber algo al dedillo. Hace referencia al gesto que se hace moviendo los dedos de una mano cuando se sabe algo muy bien.  Saber algo de buena tinta. Alude a lo fiable y serio de la fuente, escrita según la locución, en la que se ha recogido la información.  Saber lo que vale un peine. El origen de la expresión se refiere a "peine" como elemento de tortura usado en los albores de la edad media, el cual poseía unas púas de acero y servía para desollar, produciendo unas heridas terribles, que, tras un sufrimiento indescriptible y duradero, ocasionaban la muerte.  Saber más que Lepe. La frase hace referencia a Pedro de Lepe y Dorantes (1641-1700), obispo de Calahorra en el siglo XVII, autor de un famoso Catecismo Católico y hombre reconocido entre sus contemporáneos por su amplia cultura.  Saber más que los ratones colorados. Se refiere a unos duendes del folclore murciano. les gusta manifestarse a los hombres en forma de ratones, vistiendo probablemente una blusa o bayeta de color rojo, a semejanza de los Trasgos. Creemos que son duendes genuinos que por estas latitudes gustan de transformarse en ratones para pasar desapercibidos.  Sacar de quicio. Si se saca una puerta o una ventana del quicio, éstas, sin ese punto de apoyo, se vendrían abajo.  Sacar de sus casillas. Este dicho popular proviene del antiguo juego de las Tablas Reales, juego de tablero muy semejante a las actuales Damas. En el citado juego la palabra casa está referida a unos semicírculos huecos cortados en la misma madera a los lados del tablero en los que se van colocando las piezas para ocupar las casas o casillas según las suertes de los dados. El juego consistía en encontrar una casa o casilla vacía donde entrar, y en el caso de que se hallara ocupada el que viene detrás con una pieza la puede desplazar del juego, ―la puede sacar de su casilla‖.  Sacar los pies del plato (tiesto). Viene de una antiquísima costumbre rural en las campiñas españolas cuando a los pollitos recién nacidos, se los colocaba dentro de un plato hondo (tiesto) repleto de leche y cereales para que puedan alimentarse. Mientras todos estuvieran picoteando en el recipiente, bajo la atenta mirada del patrón o la patrona, no habría problemas pero, cuando alguno de los polluelos osaba salirse, lo ponían en su lugar tantas veces como fuese necesario.  Sacarle a alguien las castañas del fuego. Su origen se encuentra en la fábula de El mono y el gato de Jean de la Fontaine, en la que un mono y un gato asan castañas. Cuando había que sacarlas del fuego, el mono se pone a alabar al gato, que se confía y se lanza a sacar las castañas y casi se quema.  Sacarse de la manga. El origen de esta frase está relacionado con los magos, puesto que muchos trucos de magia que siempre han sorprendido a la gente tienen que ver con objetos que se esconden en las mangas de sus túnicas. También tiene que ver con los tramposos que hacen trampas en los juegos de cartas, puesto que el truco más viejo es esconderse cartas en las mangas.  Sacudirse el yugo. El yugo es un instrumento para unir a dos bueyes o mulas en una yunta, formado por una pieza alargada de madera con dos arcos que se ajustan a la cabeza o el cuello de los animales . Proviene del latín jugum; en sentido figurado ha desarrollado la idea de ‗servidumbre‘, por la costumbre de hacer pasar a los vencidos bajo dos lanzas fijadas en el suelo y una tercera colocada en posición transversal sobre ellas representando un yugo.  Salga el sol por Antequera. El dicho completo es: Salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera. Se supone que esta frase fue pronunciada en el campamento de los Reyes Católicos, durante la conquista de

Granada. Antequera está en realidad al oeste de Granada, o lo que es lo mismo, al poniente, no al levante, por lo que se trata de una expresión irónica, equivalente a salga el sol por donde quiera.  Salir a la palestra. Palestra proviene del latín palaestra, y este del griego palaistra, derivado de palaiein, luchar. La expresión proviene de la palestra, que era un patio porticado dentro del gimnasio en el que los griegos practicaban la lucha y otros deportes. También se llamaba así al lugar en el que se celebraban los certámenes o concursos literarios públicos o cualquier otro debate o discusión; entre los romanos solía ser un lugar anejo a las termas.  Salir del armario. El origen de la expresión proviene directamente de la traducción de la frase anglosajona coming out of the closet, de donde se origina el concepto. A su vez derivada de otra expresión anglosajona to have a skeleton in the closet traducida como 'tener un esqueleto en el armario' que significa tener algo vergonzoso que no se querría hacer público.  Salir pitando. Se basa en la práctica de la policía y de otros antiguos vigilantes del orden (serenos, etc.), de hacer sonar el pito o silbato cuando se produce un altercado o se persigue a un malhechor. Este estridente sonido provocaba la fuga a escape del sospechoso y la persecución a no menos velocidad del agente, que "salía pitando" tras el presunto delincuente, ambos con las lógicas prisas y atropellando todo a su paso.  Salir por la puerta grande. Tiene origen en las plazas de toros, cuando el torero sale en hombros por la puerta principal después de una excelente corrida o faena.  Salir por peteneras. La petenera es un aire popular parecido a la malagueña, con que se cantan coplas de cuatro versos octosílabos ―Investigadores del flamenco coinciden en que una cantaora llamada Dolores y nacida en Paterna de la Rivera (Cádiz), optó por llamarse Dolores ―la Paternera―, seudónimo que por corrupción del lenguaje andaluz fue derivando a petenera―. Esta cantaora, mujer de extraordinaria belleza, daba motivos para que los hombres se enfrentaran a muerte por conseguir su amor, que sólo tenía para ella el fin de satisfacer su vanidad. De esta circunstancia se supone que procede la siguiente letra: ―Quien te puso Petenera, no supo ponerte nombre, te debía de haber puesto la perdición de los hombres.‖ Un cantaor puede ―arrancar por peteneras‖ cuando quiere dejar una conversación y ponerse a cantar, ya que es una forma que se presta bastante a ello.  Salir rana. Alude a la frustración que sienten los pescadores cuando pescan rana en vez de pez. De ahí que también se dijera el pez me ha salido rana.  Salir redondo. El origen de esta expresión se debe a las figuras geométricas, en concreto al círculo o esfera. La palabra círculo proviene del latín circulus que significaba ―redondez‖. El círculo está considerado como la forma geométrica más perfecta que existe. Esta asociación de un círculo o esfera, que es redondo, con la perfección es lo que dio origen a la expresión salir redondo.  Salirse de madre. El término ‗madre‘ utilizado en la expresión en realidad no se refiere a la figura maternal de la progenitora sino al cauce por donde discurre un río o arroyo, el cual también se denomina con esta palabra. Por lo tanto, salirse de madre hace alusión al desbordamiento que puede producirse tras la crecida de un río o riada provocando que éste salga de su cauce natural.  Salirse por la tangente. En geometría, la tangente a una circunferencia es una recta exterior a ella que coincide en un solo punto. Cuando alguien se ve acorralado en un círculo cerrado, normalmente en una conversación o interrogatorio, aprovecha esa mínima oportunidad, ese único punto, para escabullirse por él y salir a escape.  Saltarse a la torera. En la primera fase de la lidia, antes de que el toro se vea debilitado por los puyazos administrados por el picador, no es infrecuente que ponga en tales apuros a los toreros que estos se vean obligados a salvar la barrera de cualquier manera para evitar su acometida.  Salvarse por los pelos. Para hablar de su origen nos remontaremos al año 1809, en el cual reinaba en España el hermano de Napoleón: José I Bonaparte. Éste proclamo una ley para fomentar la uniformidad e higiene entre los marineros de la Armada, entre otras normas exigía el rapado del pelo siguiendo un patrón igual para todos. En concreto dicha norma provocó protestas y algún motín. La razón de estos pequeños levantamientos fue que muchos de los marineros de la armada, por aquel entonces, no sabían nadar (no era requisito para el enrolamiento) y cuando caían al agua la mayoría eran rescatados siendo cogidos por los pelos de su larga cabellera.  Se armó la de San Quintín. Alude a la batalla que tuvo lugar el día de San Lorenzo —10 de agosto— de 1557, ganada por las armas españolas de Felipe II contra los franceses, y en la que los Tercios estuvieron dirigidos por Manuel Filiberto, duque de Saboya.

 Se armó la marimorena. Tiene su origen esta expresión coloquial en el nombre de una tabernera madrileña del siglo XVI, María Moreno, más conocida por Marimorena, casada con Alonso de Zayas. Según consta en los archivos públicos de la antigua Sala de Señores Alcaldes de Casa y Corte, fueron varios los procesos judiciales que se abrieron a causa de las pendencias que se organizaban en la taberna de Marimorena y su esposo. Tan repetidas y ruidosas trifulcas en aquella taberna madrileña motivó que se hiciera muy pronto célebre el dicho se armó la marimorena.  Segundas partes nunca fueron buenas. Atribuida la frase a Miguel de Cervantes, quien la ubica en el cuarto capítulo de la segunda parte de su afamado libro ―Don Quijote de la Mancha‖ (1605), en medio de un debate entre personajes. Tal vez Cervantes intentaba anticiparse a posibles críticas de sus colegas o de los lectores, suponiendo que sería poco probable mantener la calidad literaria del primer libro.  Sembrar cizaña. La cizaña es una planta graminácea que puede crecer junto al centeno y otras gramíneas, daña los sembrados y es muy difícil de quitar. Si no se arrancaba antes de la cosecha, esa sustancia tóxica pasaba a la harina y causaba la muerte a los que comían el pan obtenido de ella. No era raro en otros tiempos que la cizaña fuera sembrada furtivamente por algún enemigo para malograr la cosecha u obligar a los dueño a a arrancarla antes de cosechar.  Sentar cátedra. Se refiere al diácono bizantino Maximiano, quien tenía la costumbre de trasladar su cátedra cada vez que era llamado para dar consejo. Los profesores universitarios solían llamarse catedráticos, ya que en la Antigua Roma se sentaban en cátedras.  Sentar plaza. Entrar a servir de soldado, hacerse soldado. Se usa en sentido figurado para indicar que alguien pretende llegar a ser conocido como algo.  Ser carne de cañón. Literalmente ser carne para morir de un cañonazo. Frase atribuida a Napoleón hacia sus soldados.  Ser culo de mal asiento. La expresión no alude a las posaderas de persona alguna, sino que la compara con la vasija que, por su fondo irregular, no asienta bien sobre la superficie en que reposa y que, por ello, se menea o muestra inestable donde se asienta.  Ser de alto copete. La expresión tiene su origen en la moda de los peinados y pelucas altos y a los sombreros muy elaborados de los siglos XVII y XVIII, propios de grandes señores y damas, de gente de alta posición social. Se llamó copete al cabello que las damas encumbradas traían levantado sobre la frente —ya fuera propio o postizo— y al que subía unos palmos por encima de lo que era frecuente, se le llamaba alto copete.  Ser de cajón. El posible origen de tal dicho, nos lleva al modus operandi de las antiguas imprentas, en las que se preparaban las publicaciones ordenando letras metálicas una a una (llamadas "tipos") hasta enlazar palabras y luego frases completas, en unos soportes que las mantenían ordenadas. Posteriormente mediante la aplicación de la tinta y presión eran traspasadas al papel. Las frases y o palabras más empleadas eran guardadas en cajones para su posterior uso, por lo tanto eran frases "de cajón". 

Ser de colmillo retorcido. Alude al colmillo retorcido de los jabalíes viejos.

 Ser de la acera de enfrente. Ya en las ciudades latinas del Imperio romano que tenían muchas calles empedradas, las aceras se separaban de las calzadas mediante un reborde alto. En esa época los hombres y las mujeres libres no se mezclaban, como sucede en la actualidad en algunas culturas, y caminaban cada uno por su acera. Y ya entonces los homosexuales romanos caminaban por la acera de las mujeres, es decir, por la acera de enfrente.  Ser de la cáscara amarga. La expresión proviene de la jerga de germanías y califica al republicano, al hombre de ideas avanzadas, al progresista… Se utilizó después de la guerra de la Independencia, para calificar a los liberales o negros, partidarios de la Constitución de 1812, en contraposición a los absolutistas o blancos, partidarios de la monarquía.Últimamente ha pasado a ser un eufemismo para homosexual.  Ser de Perogrullo. Se cree que el origen data de 1460, cuando un escritor anónimo que firma con el pseudónimo de "Evangelista", en uno de sus relatos, crea la figura de un tal "Pero Grillo", un profeta ermitaño el cual pronostica cosas como "El primero día de enero que vendrá será primero día del año, que todo el mundo no lo estorbará, si con tiempo no se remedia. Este día amanecerá al alba."  Ser del año de la pera. Creo que viene de la figura del bandolero catalán Perot Rocaguinarda, más conocido como el La Pera. Vivió en los SS. XVI-XVII y su fama era tan grande que Cervantes se basó en él para crear el personaje de Roque Guinart en El Quijote.

 Ser el abogado del diablo. Esta expresión se basa en la denominación ―Advocatus diabli” que la iglesia define como promotor de la fe, como contradictor del “Advocatus Dei‖ o abogado de Dios y que la Iglesia Católica utiliza en los procesos de beatificación o canonización, designando de oficio, a tal efecto, a un sacerdote encargado de encontrar argumentos contrarios a las supuestas virtudes de la persona que se postula para la beatificación o la santidad.  Ser el chivo expiatorio. Este dicho proviene de una práctica ritual de los antiguos judíos. El Gran Sacerdote, purificado y vestido de blanco para la celebración del Día de la Expiación (purificación de las culpas por medio de un sacrificio) elegía dos machos cabríos, echaba a suerte el sacrificio de uno en nombre del pueblo de Israel y ponía las manos sobre la cabeza del animal elegido (llamado el Azazel) al que se le imputaban todos los pecados y abominaciones del pueblo hebreo. Luego de esta ceremonia, el macho sobreviviente era devuelto al campo por un acólito y abandonado a su suerte, en el valle de Tofet, donde la gente lo perseguía entre gritos, insultos y pedradas.  Ser el ojito derecho. Obedece a la asociación derecha/positivo, izquierda/negativo. La bondad que se le atribuye a la derecha está indiscutiblemente relacionada con la razón principal, que es el recorrido solar. El Sol ha sido en todas las civilizaciones un símbolo positivo que expresaba alegría y vida. Además, los buenos augurios para los griegos llegaban por la derecha, por el este, y la mayor parte de las veces bajo la figura de las aves.  Ser la alegría de la huerta. La zarzuela La alegría de la huerta, con libreto de Enrique García Álvarez y Antonio Paso y música del maestro Federico Chueca. El carácter costumbrista de la obra, el contrapunto cómico del director de la banda de música y la propia banda, la ubicación temporal en época de fiestas y el propio título de la obra, dieron lugar a la expresión popular.  Ser la mar de. El mar siempre da idea de grande. El concepto de mar se aprovecha para hacer referencia a la gran abundancia de ciertas cosas o cualidades. Mucha gente se refiere al mar en femenino (la mar).  Ser la monda. La expresión ―ser la monda‖ se emplea como sinónimo de fiesta, regocijo. También se utiliza como sustitución de la expresión “ser el colmo”. En la época romana se celebraban unas fiestas con motivo del inicio de la primavera en la que se llevaban unas ofrendas llamadas ―munda cereris‖ a Ceres, y acabaron denominándose con el tiempo como ―Mondas‖. En la actualidad, las Mondas es un festejo propio de Talavera de la Reina.  Ser la pera. Antiguamente se llamaba pera a la renta vitalicia, al puesto de trabajo asegurado y, en general, a la posición aventajada que permitía tener la vida resuelta. Algo realmente atractivo y deseable. También se utiliza en tono negativo, como de reproche.  Ser la piedra de toque. Esa la piedra que sirve para conocer la pureza del material con el que está hecha la pieza, generalmente se utiliza para oro, pero también para la plata.  Ser la quintaesencia. En la Edad Media, la quintaesencia (latín quinta essentia) era un elemento hipotético, también denominado éter. Se le consideraba un hipotético quinto elemento o "quinta esencia" de la naturaleza, junto a los cuatro elementos clásicos: tierra, agua, fuego y aire.  Ser la repanocha, la repera, la reoca, la releche... Todas estas expresiones tienen en común el uso del prefijo re-,que denota 'intensificación'. Son exclamaciones que expresan admiración ante un hecho, persona o cosa que se considera extraordinaria por buena o por mala.  Ser ligero de cascos. Se atiende al sentido coloquial de ―cabeza‖ (juicio, talento, capacidad).Tal frase supone que un casco o cabeza es ligero cuando está vacío y por eso se dice de la persona con poca cabeza o de cabeza tan liviana que no pesa por poseer poca sustancia. Y por tal pasaban los juerguistas y calaveras (hombres de poco juicio o asiento, también dados al libertinaje).  Ser mano de santo. La expresión hace referencia a la antigua y cruel costumbre de cortar, tras la muerte o tras la canonización, pedazos del cuerpo de quien había sido proclamado santo. Estas reliquias eran consideradas milagrosas y se empleaban como remedio para curar todo tipo de males y como último recurso ante las enfermedades terminales. A muchos santos les fueron cortados los brazos o las manos, como a Santa Teresa, una de cuyas manos se conserva en el convento carmelita de Ronda.  Ser más malo que la quina. Proviene de quino voz quechua que significa ‗corteza‘. Y hace referencia a la corteza, de sabor en extremo desagradable y repugnante aunque con propiedades medicinales, de cierto árbol sudamericano llamado quino. Gonzalo Pizarro, hijo del conquistador del Perú, curó a sus soldados y a sí mismo de unas fiebres con este producto en el año 1539.  Ser más puta que las gallinas. Alude a la idea popular según la cual las gallinas no tienen mayor reparo en acomodarse con un gallo u otro. Por otro lado, es una práctica habitual en muchos animales y la referencia a la

gallina se debe únicamente a la cercanía y familiaridad que tiene con el hombre. No parece comprobado que la gallina tenga especial predisposición al sexo, o al menos, que la tenga voluntariamente y mayor que otras especies.  Ser pan comido. Esta expresión viene de las épocas de guerra y posguerra. Esta comida era de las pocas baratas y fáciles de conseguir junto con el arroz y las patatas, pero era el más fácil de comer puesto que no había que cocinarlo.  Ser un as. Hace alusión al as de la baraja, que es la carta que más vale de su palo y la que vence a las demás. Sin embargo, hace siglos, esta frase significaba en nuestro país todo lo contrario. Así, cuando antiguamente se decía de un individuo que era un as, el susodicho se consideraba ofendido, ya que ese as era una abreviatura de la palabra asno. En España, la expresión "ser un as" en el sentido elogioso fue introducida durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Entre los aviadores franceses, el as, que en su idioma también significa el número uno, era el piloto del escuadrón que alcanzaba el mayor número de víctimas derribando aparatos enemigos. Y al mejor de ellos se conocía como el "as de ases".  Ser un hacha. Se alude a la acepción de vela de cera, grande y gruesa, de forma por lo común de prisma cuadrangular y con cuatro pabilos —vocablo proveniente del latín facula, ‗antorcha pequeña‘, diminutivo de fa ‗hachón encendido‘, a su vez proveniente de fascis, ‗haz‘, por hacerse antiguamente las antorchas con manojos o haces de velas, teas o ramas secas— podemos inferir una interpretación metafórica de su luz..  Ser un cafre. Se dice por asimilación a los habitantes indígenas de la Cafrería o País de los cafres, un grupo de pueblos bantúes que habitaban la región oriental de África del Sur, en las costas del Cabo y Natal. Se trata de un nombre que nos llega a través del portugués y que tiene su origen en el árabe clásico kàfir (‗infiel‘, es decir, no musulmán).  Ser un cantamañanas. Su origen hay que buscarlo en los siglos de oro (siglos XVI y XVII). Durante esta época, se popularizó el uso del adverbio ―mañana‖ para mostrar desacuerdo o contrariedad con lo que se decía. Si se le pedía a alguien hacer algo que no deseaba hacer, reaccionaba diciendo: ―¡Mañana harélo!‖. Entonces se le respondía: ―¡Ya cantó ―mañana‖!‖, que es tanto como decir que no lo quiere hacer, ni lo hará.  Ser un cenizo. Su origen tenemos que buscarlo en el ‗ceñiglo‘, una planta silvestre y catalogada comúnmente como mala hierba, ya que crece en casi cualquier parte, proliferando en estercoleros, y zonas donde abundan otro tipo de hierbas y plantas de escasa utilidad. El poco valor que se le otorga a esta planta y el hecho de que donde crece suele ser malas tierras, hizo que ya en el siglo XVI se utilizase el término cenizo para referirse a aquellos individuos que tenían mala sombra/suerte o que se la traían a los demás.  Ser un chollo. A la muerte de Fernando VI, vino a Madrid su hermano para asumir la corona de España como Carlos III. Junto con él llegó un grupo de personas que conformaban su Corte, entre las que se encontraba un napolitano llamado Cioglio. Éste pidió y le fue concedida licencia para poner sillas en el recorrido de procesiones y desfiles, para poder alquilar a aquellos que quisiesen presenciar sentados el acontecimiento. Alquiló sillas por miles, lo que le procuró una considerable fortuna en un corto espacio de tiempo y sin apenas esfuerzo. Y de la asimilación fonética surgió el término chollo para aplicar a los negocios rápidos, fáciles y productivos.  Ser un chorizo. Este término proviene de una variante del romaní, el caló. Para decir robar, sus hablantes utilizan el verbo chorar; para ladrón, choraró; y para ladrona, chorí. Según Alfred López, «con el tiempo, la popularización de estas palabras y su utilización dentro del lenguaje coloquial entre la población paya acabó transformándolas en chorizo o choricear, tal y como hoy las conocemos».  Ser un desastre. A principios del siglo XIII se llamaba astroso —del latín astrosus— a quien se consideraba que había nacido con mal sino, bajo un mal astro. Posteriormente los términos desastrado y desastre pasaron a significar lo mismo: infelicidad, descalabro y desorden. Y se aplicaron a aquellos que viven miserablemente al no ser favorecidos por ningún astro.  Ser un gafe. Esta expresión deriva de la palabra "gafo", que es como se le llamaba a las personas que tenían gafedad, lo que no era otra cosa que una variedad de lepra. La gafedad (lepra) se pensaba que era muy contagiosa y dañina, por lo que si te cruzabas con alguien que tenía esta enfermedad debías alejarte lo más rápido posible de esa persona.  Ser un impresentable. Tiene su origen en una utilización reciente de una antigua acepción del verbo presentar: proponer a alguien para una dignidad, oficio o cargo. Y con tal valor semántico se utilizaba en medios eclesiásticos y jurídicos. A fin de que el sujeto en cuestión no fuera rechazado, era imprescindible que reuniera cualidades, preparación y presencia, que presentara un determinado perfil que le hiciera adecuado al puesto, que fuera considerado apto para el desempeño del puesto. A principios del XIX eran corrientes en los ámbitos anteriormente citados los calificativos de presentable e impresentable. Siendo éste último el merecido por el aspirante que no cumple los requisitos.

 Ser un lechuguino. La razón es que parece ser que a principios del siglo XIX se puso de moda entre los jóvenes afrancesados, partidarios de la invasión napoleónica, vestir con calzones, levitas y sombreros de color verde. Ese es el motivo por el que se les empezó a llamar ―lechuguinos‖. 

Ser un mamarracho. Mamarracho proviene del árabe hispánico muharrág y este del árabe muharriǧ,

bufón.  Ser un mameluco. Los mamelucos fueron esclavos, en su mayoría de origen turco, islamizados e instruidos militarmente que en sus inicios sirvieron como soldados Numerosos mamelucos formaron parte del ejército napoleónico. Los mamelucos entraron en España en marzo de 1808, llegando a Madrid, donde les sorprendió el levantamiento del 2 de mayo.  Ser un muermo. El muermo es una enfermedad infecciosa de las caballerías. Tan virulenta y contagiosa que incluso puede afectar al ser humano. Se caracteriza por la inflamación de las glándulas nasales y la ulceración del hocico. Y también por el lamentable estado de postración en el que permanecen los animales afectados mientras dura la infección. La expresión se origina en la comparación establecida entre las bestias aquejadas de muermo y la situación del individuo sometido al aburrimiento y la apatía.  Ser un panoli. la mayoría de fuentes reclaman el origen del término como valenciano, ya que en dicha comunidad existe un bollo llamado «pa en oli». [pan con aceite] debido a que no hay nada más simple que un trozo de pan untado en aceite.  Ser un pelagatos. El término es utilizado como insulto al hacer referencia a un sujeto de muy baja condición social, que a su pobreza une villanía. La frase se explica gracia al término gato, que según consta en el DRAE como segunda acepción es ‗bolso o talego en que se guardaba el dinero‘. Y recibía tal nombre por hacerse con la piel de ese animal.  Ser un perillán. De Pero (Pedro) Illán (Julián), militar distinguido y pundonoroso, de quien se cuenta que no podía resistir la idea de que le pisasen después de muerto; y en su consecuencia pidió al rey, por premio de todos sus servicios, que su enterramiento estuviese en alto: así se ve hoy su sepulcro, que está en la capilla de Santa Eugenia de la catedral de Toledo. De la ocurrencia de Pero Illan para no dejarse pisar ni aun después de muerto, vino el llamar Per-Illan, perillán, al mañoso, cauto y sagaz en su conducta y en el manejo de sus negocios. Últimamente el lenguaje familiar ha dado a perillán la acepción de pícaro, o de astuto en mala parte.  Ser un pesetero. Pesetero era el apodo vulgar con el que los soldados carlistas llamaban a los realistas durante la guerra Civil de 1837-1840. Para pagar a los mercenarios a sueldo que defendieron sus derechos de sucesión, Isabel II mandó acuñar una serie de piezas de una peseta: cada soldado recibía una moneda y una pieza de pan como estipendio profesional. De ahí que fueran tachados despectivamente como peseteros por los soldados no profesionales del bando carlista.  Ser un pimpollo. Pimpollo proviene de pinus pollus, expresión latina que significa ‗pino nuevo‘, de pinus, ‗pino‘ y pollus, ‗planta o animal joven‘. Con tal nombre se aludía ya en el siglo XVI a las puntas de renuevo de cualquier árbol, a los rebrotes y pámpanos tiernos, verdes y lustrosos. En sentido figurado se aplicó a la moza lozana que empieza a cosechar miradas masculinas llamándola pimpolla, pimpollita, pollita, polla y más tarde se extendió al género masculino.  Ser un rollo Macabeo. La expresión hace referencia a unos textos bíblicos, más concretamente a los libros I y II de los Macabeos, los cuales relatan la resistencia de los judíos a ser helenizados por la fuerza por parte del rey Antíoco IV Epífanes. Estos dos libros narran con tal detalle la lucha de la familia de Macabeo contra esta imposición cultural que su lectura se hace muy pesada y aburrida, debido a la cantidad de datos, fechas, genealogías, batallas y lugares que se citan.  Ser un rollo. En la antigüedad los documentos se escribían sobre piedra, como el Código de Hammurabi o un decreto de Ptolomeo V contenido en la famosa Piedra Rossetta. Más tarde se fueron desarrollando otros materiales de base, como el papiro egipcio, el pergamino y las pieles de animal. La legendaria Biblioteca de Alejandría, que contaba con más de 700.000 volúmenes, rollos de papel o cuero, con textos que se desenrollaban y enrollaban a medida que avanzaba la lectura.  Ser un tiquismiquis. El término tiquismiquis procede del latín macarrónico tichi, michi, alteración vulgar de tibi mihi, ‗para ti, para mí‘, y se utiliza en el sentido de ‗mio, tuyo, para ti, para mí‘ propia de una indecisión basada en un aspecto vano o muy poco importante.

 Ser un tiralevitas. Levita, del francés lévite. Prenda masculina de etiqueta, más larga y amplia que el frac, y cuyos faldones llegan a cruzarse por delante. Literalmente, el que estira las levitas, las arrugas del traje del jefe.  Ser un viejo verde. Ser un viejo verde, allá por el siglo XVI era muy satisfactorio, pues con ello se quería decir de una persona que conservaba su vigor y lozanía. Y así se decía en latín vulgar que viridis a vigore, verde es vigor. Incluso a los hombres maduros de pelo canoso se les comparaba con las cebollas, que se caracterizan por tener la cabeza blanca y el rabo verde, de donde proviene otra expresión más peyorativa aún: viejo rabo verde.  Ser un vivalavirgen. La expresión tiene un origen marinero, ya que así se apodaba a bordo de la embarcación al miembro de la tripulación considerado más torpe. Proviene este apodo de una antigua costumbre: Al formar la marinería para cantar número en las guardias, el que tenía el último, en vez de cantarlo, exclamaba Viva la Virgen. Este apodo se aplicó luego al descuidado, al que siempre llegaba tarde a formar, al último en acudir a la llamada.  Ser una bicoca. Su origen lo encontramos en una batalla que enfrentó a los españoles contra un ejército formado por franceses, mercenarios suizos y venecianos y que tuvo lugar allá por primeros de 1522 en la localidad italiana de Bicocca. El ejército español era de largo mucho menos numeroso, pero tenía una ligera ventaja, pues estaba armado con arcabuces, lo que inclinó la balanza del lado español de una manera tremendamente sencilla y sin bajas, frente a las numerosas que sufrieron sus enemigos.  Ser una birria. Esta expresión tiene su origen en el folclore popular de algunas zonas de Castilla, en especial de la Tierra de Campos y de algunas comarcas zamoranas y salmantinas, donde la birria, el zangarrón o el mamarracho son los personajes que reciben las burlas y mofas del pueblo durante algunas fiestas populares, especialmente en Carnaval.  Si la montaña no viene a Mahoma... Mahoma convenció a sus seguidores de que a una orden suya se le iba a acercar una montaña desde la cual predicaría. La muchedumbre se reunió; Mahoma llamó una y otra vez a la montaña y cuando ésta no se movió de su lugar, el profeta dijo sin abochornarse: "Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña". Este texto figura en los Ensayos de Sir Francis Bacon (1561-1626), filósofo inglés y canciller del reino.  Si sale con barbas, San Antón, y si no, la Purísima Concepción. Procede este dicho de un mal pintor del que Cervantes afirmaba que emborronaba una imagen en un lienzo, y como le preguntasen qué pintaba, contestó: «Si sale con barbas, San Antón (que era lo que se proponía pintar), y si no, la Purísima Concepción.  Sin ton ni son. Ton es la apócope de tono y son el de sonido. La expresión es de origen musical. Entrar sin ton ni son se da cuando un músico en una orquesta, conjunto musical o grupo, un músico interviene erróneamente sin que el solista o el director le haya dado el tono previo o sin la afinación y el ajuste previo correspondiente. Es decir, que su entrada no viene a cuento o desafina.  Sol de justicia. En De los nombres de Cristo (1583) de Fray Luis de León, se lee: ―Y como en el sol, por más que penetréis en su cuerpo, no veréis sino una apurada pureza de resplandor y de lumbre… así en este Sol de Justicia, de donde manó todo lo que es rectitud y verdad…‖ Así, Sol de Justicia es una expresión metafórica con la que se designa a Jesucristo. Una expresión que ya sonaba al pueblo y que remarcaba un carácter excepcional y supremo.  Son habas contadas. Las habas blancas y negras sirvieron durante mucho tiempo para echar suertes o para celebrar votaciones en determinados cabildos y congregaciones.  Sonar la flauta (por casualidad). Procede de una fábula, El burro flautista, de Tomás de Iriarte, en la que un burro se encuentra con una flauta la coge con la boca y al respirar suelta, el burro, el aire por la boca y la flauta suena. ―Sin reglas del arte, borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad‖.  Sostenella y no enmendalla. La forma es la del castellano antiguo (en lugar de ―sostenerla y no enmendarla‖) porque definía la actitud y el concepto del honor de los antiguos hidalgos que, según algunos, una vez habían desenvainado la espada por algún agravio, aunque se hubieran equivocado, no tenían más remedio que sostenerla y usarla hasta el final, so pena de quedar en entredicho.  Subirse a la parra. Una parra es una vid que se ha elevado artificialmente para que pueda extender sus ramas de una forma desmesurada. En el mundo de la viticultura, no está bien visto que alguien se suba a la parra para coger las uvas que crecen en las ramas más altas.

 Sudar tinta. Esta curiosa frase tiene un significado similar a sudar tinta china. Al parecer está relacionada con los ―tinteros‖ que ocupaban las esquinas de las mesas escolares en tiempos de antaño, cuando los alumnos escribían a pluma. Así, había una relación directa entre el esfuerzo del estudiante y la cantidad de tinta gastada.  Tela marinera. Se dice tela por el velamen de los barcos, por la mucha tela marinera que hace falta para la confección de las velas.  Tener agallas. Las agallas son protuberancias que poseen los robles en su corteza, producidas por el accionar de insectos. Como cobran la apariencia de huevos, hay quien los asemejó con los testículos y asoció esto con la hombría.  Tener bemoles (un asunto). Esta expresión alude a las dificultades que plantea la correcta entonación de los bemoles —que son las notas que llevan a su izquierda la figura del bemol— en el lenguaje musical. Estas notas que han sonar un semitono más bajas que las de su sonido natural, plantean una especial dificultad en su ejecución. Sobre todo a los principiantes y a los pocos dotados para la música.  Tener buena o mala pinta. Es ésta una expresión que procede del juego de naipes. La pinta es la orla o línea que enmarca los naipes y que indica de qué palo son antes de descubrirlos. Si coincide la pinta con la del triunfo se dice que tiene buena pinta. Por ello, cuando el triunfo es bastos, por ejemplo, se dice: “pintan bastos”.  Tener bula. Este dicho alude a la Bula de Cruzada española, documento pontificio por el cual diversos Papas conceden privilegios, indultos e indulgencias a España; entre ellos, el de poder tomar carne en los períodos en los cuales la Iglesia impone la abstinencia de dicho alimento.  Tener cabeza de chorlito. Se ha tomado a este pájaro como emblema del asunto más por su aspecto físico que por lo absurdo de su comportamiento. El ave presenta patas alargadas, un cuello ancho y una cabeza extremadamente pequeña, motivo por el cual se creía que no podía elaborar demasiados razonamientos, aunque se sepa que este poder sólo lo puedan acreditar los seres humanos.  Tener la manga ancha. En un principio se decía del confesor que ponía poca penitencia o se mostraba comprensivo en exceso con el penitente, pues con esta expresión se alude a las amplias mangas de los hábitos monacales y a la comprensión que sus portadores suelen mostrar frente a la debilidad humana.  Tener mala leche. Era costumbre antiguamente que en familias que tenían una posición acomodada emplearan amas de crianza o nodrizas para dar de amamantar a los hijos de las madres que, o no podían o no lo deseaban. Dicha costumbre, sumada a la creencia asentada que sostenía que los hábitos y forma de ser de una persona eran transmitidos al lactante en el amamantamiento, hacía pensar que cuando un bebé al crecer mostraba maldad, mal comportamiento, etc., había sido por culpa de su nodriza, la cual "tenía mala leche".  Tener mala pata. Existe la creencia de que las patas de algunos animales, especialmente la pata del conejo o de la liebre, traen buena suerte y por eso suelen utilizarse como amuletos en algunas culturas.  Tener mala sombra. Esta significación de la sombra como aspecto psicológico tiene su origen en el pueblo gitano y en el nomadismo, Si la sombra no nos da cobijo suficiente por ser tenue o escasa, nos deja desamparados y desprotegidos frente a los rayos solares y recibe el calificativo de mala sombra.  Tener mala uva. Estar hecho una uva es una expresión en desuso utilizada para expresar que se está borracho. Y esto es así al asimilar el efecto de la uva al del vino. De aquellas personas que, cuando beben algo de más, se ponen violentas e insoportables, provocativas y pendencieras, se dice que tienen mal vino o que tienen mal beber. De la misma manera, de estas personas se dice que tienen mala uva.  Tener mano izquierda. Es frase proveniente del lenguaje taurino. en el mundo del toro significó —y significa— simplemente 'saber torear al natural', esto es, de modo regular, pues torear con la mano derecha es arte menor. en el mundo del toro, «tener mano izquierda» sigue siendo 'saber torear al natural'; en el lenguaje coloquial, asombrosamente, vale por 'tener astucia o habilidad para manejarse'.  Tener más cuento que Calleja. El origen de esta expresión viene de Don Saturnino Calleja Fernández (1855-915), propietario de una editorial que publicó una gran cantidad de cuentos escritos principalmente para niños y jóvenes.  Tener más moral que el Alcoyano. Hay quien dice que la leyenda se gestó en 1948 durante un partido de Copa cuando el conjunto de Alcoy caía goleado. Según esta tesis, el árbitro dio por finalizado el encuentro a falta de un minuto y los jugadores corrieron hacia él para pedirle que se disputaran los 60 segundos que restaban. Mantenían la moral y confiaban ciegamente en una remontada imposible.

 Tener más valor que El Guerra. Rafael Guerra "Guerrita" fue un matador célebre sobre todo por su valentía.  Tener monos en la cara. La locución, en su origen, era tener momos en la cara. Y por desconocimiento del término, éste fue derivando a uno más habitual y de similar fonética. Un momo es un gesto, figura o mofa que se ejecuta regularmente para divertir en juegos, mojigangas y danzas. Y esto es así en referencia a Momo, dios del sarcasmo, la burla y las bromas, en la mitología griega.  Tener mucha correa. La expresión alude a la correa del hábito que distinguía a los agustinos, ya que las demás órdenes religiosas usaban un cordón o soga. Y concretamente hace referencia a su fundador, pues la frase originaria es tener más correa que San Agustín.  Tener muchas ínfulas. En la Antigua Roma se denominaban ínfulas a las vendas que llevaban los sacerdotes paganos atadas alrededor de la cabeza, y con los extremos largos cayendo por detrás. Este símbolo de su estatus fue heredado por las tiras que cuelgan de la mitra de los sacerdotes católicos, y de esa identificación con la autoridad viene la expresión, usada con el sentido de aires de grandeza.  Tener muchos humos. El origen de la expresión hay que buscarlo en el antiguo mundo grecolatino, en el que se veneraba a los Lares del hogar y a los Manes o almas de los muertos, encendiendo en sus altares domésticos el fuego sagrado y quemando incienso en los patios de las casas. Ocurre que, cuando una familia contaba entre sus difuntos con personajes que fueron poderosos en vida, este uso se exageraba sobremanera, y se llenaba la casa de incensarios y de humo que ennegrecían los bustos. Gesto que los demás —más humildes— consideraban presuntuoso. El mismo valor adquirió la locución subirse los humos a la cabeza.  Tener muy pocas luces. El Diccionario de la Real Academia Española incluye "esclarecimiento o claridad de la inteligencia" entre los valores de "luz". El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, ofrece una definición similar para "luz" ("capacidad para entender o pensar") y la hace equivaler directamente a inteligencia.  Tener narices. Antaño se tenía a la nariz por rasgo expresivo de un carácter firme y una fuerte voluntad. Una nariz importante, prominente, rotunda, confería al rostro cierto aire honorable y de nobleza. El origen de esta creencia podría encontrarse en el hecho de que los godos eran de narices robustas y pronunciadas. Los reyes godos y sus descendientes presentaban ese rasgo y, al ser tenidos por un pueblo noble, se asimiló la condición al apéndice nasal.  Tener sangre azul. Los nobles, que habitualmente pasaban muchas horas del día a la sombra en sus palacios, castillos o casonas, y en particular en aquellos que tenían la piel muy blanca, les resaltasen las venas, sobre todo las de la parte interna de las muñecas, con una coloración azulada.  Tener tablas. Esta expresión proviene del mundo del teatro, en el que las tablas aluden al entramado o tablado del escenario, sobre el que se llevan a cabo las representaciones. Y se aplicaba en un principio al actor que, por experiencia o maestría, se manejaban bien en este medio. De él se decía que tenía tablas o que las pisaba bien.  Tener un ramalazo. Antiguamente la sodomía se castigaba con el azote público en aquella zona del cuerpo más directamente implicada en el asunto. El latigazo se propinaba con el cabo o ramal de una soga y el castigado quedaba señalado, pues, con un ramalazo.  Tener una flor en el culo. ¿Por qué una flor? ¿Por qué en el culo? Pues porque el culo es una parte a menudo considerada como fea o indigna porque por ella sale los excrementos y, ¿qué hay más opuesto a la mierda? las flores, claro; por eso podemos imaginar que, quien en el culo tenga flores en vez de porquería, es afortunado.  Tenerlos como el caballo de Espartero. Para comprender la comparación se ha de saber que la expresión hace referencia a una estatua ecuestre del General Baldomero Espartero (1793-1879) ubicada en la confluencia de las calles de Alcalá y O‘Donnell, frente a la puerta de Hernani que da acceso al Parque del Retiro madrileño. Y que esta obra llamó la atención de los madrileños, entre otras cosas, por el enorme tamaño de los testículos del caballo.  Tenérselas tiesas con alguien. La palabra tiesa procede del latín tensus, tendido, Etimológicamente, tiene algo que ver con la expresión "tensar la cuerda " en una discusión o disputa.

estirado.

 Tienes ideas de bombero. Hubo un tiempo en el que el cuerpo de bomberos no solo era avisado para que acudiese a sofocar un fuego, sino que lo llamaban para solventar cualquier otro tipo de problema… Ese era el motivo por el que la unidad se componía no solo de personas especializadas en apagar incendios, sino por otras que también dominaban múltiples facetas profesionales (cerrajería, electricidad, fontanería, albañilería…). Muy a menudo tenían que echar mano de su ingenio para solventar el problema por el que había sido requerido sus servicios y evidentemente esas ideas, a pesar de ser estrambóticas, resultaban efectivas.

 Tirar de la manta. En el siglo XV, los judíos fueron expulsados de Navarra, salvo los que se convirtieron al cristianismo. Para distinguir las familias conversas del resto de los fieles, se colgaron en las iglesias unos lienzos, llamados mantas, con los nombres de sus miembros. La expresión 'tirar de la manta', que hoy significa revelar un secreto, se empleó en un principio para buscar en los lienzos el origen converso de una persona.  Tirar los tejos. Nos lleva a un antiguo juego llamado "tejo", que consistía en el lanzamiento de trozos de teja (tejos), con el objeto de derribar un palo que se fijaba en el suelo previamente. Este juego se solía organizar en plazas y parques donde los viandantes tenían la oportunidad de presenciarlo. Los chavales, aprovechando la afluencia de algunas chicas entre los espectadores, tiraban los tejos cerca de ellas para así entablar conversación y flirtear con ellas.  Tirarse de los pelos. En la antigüedad existían culturas que tenían como costumbre arrancarse los pelos para expresar el arrepentimiento, aunque algunas culturas también lo hacían cuando estaban desesperados o cuando sentían mucho dolor.  Tocar a rebato. Se empleaba para expresar el peligro de una incursión repentina del enemigo sobre el pueblo, al cual se avisaba tocando aprisa las campanas para que se pusiese en defensa.  Tocar madera. Presenta dos orígenes posibles. El roble era considerado un árbol de culto y muchas eran las ofrendas y rituales que se hacían en torno a él. En la antigüedad estaban en el convencimiento de que las vetas de esa madera eran las moradas en las que se ocultaba el genio del Fuego y de la Vitalidad, divinidad a la que se invocaba para pedir el éxito. Al observar que el roble era alcanzado frecuentemente por el rayo, supusieron que era lamorada algún Dios. Otra versión se vincula con la cruz de Cristo, haciendo hincapié en que muchas iglesias afirmaban tener al menos una astilla perteneciente a la madera original en la que fue crucificado Jesús. Muchos creyentes tocaban ese trozo de madera para dirigirse a Dios y solicitarle algún deseo.  Tocarle a uno la china. En los juegos infantiles con una función que nadie quiere desempeñar (perseguir a los compañeros, buscarles, recibir azotes…), se decidía por medio de un sorteo previo al inicio del juego, a quién le tocaba representar este papel presentando dos puños cerrados y perdiendo el que señalara el que contenía una pequeña piedrecita de río o ―china‖.  Tocarle a uno la negra. Los colores blanco y negro han sido considerados desde siempre como signo de felicidad y desgracia, respectivamente. Las mitológicas Parcas —divinidades infernales que tejen y cortan el hilo de la vida de los mortales— hilaban lana blanca para una vida feliz y prolongada y negra para una vida corta y desgraciada. Al tirar suerte se buscaba que los dioses manifestasen su voluntad, y para ello se utilizaban en Grecia y Roma habas blancas y negras para la elección de magistrados públicos. También se practicaban juegos de azar por medio de habas o piedras. Las blancas eran las venturosas y las negras las desventuradas.  Tocarle a uno la papeleta. La expresión tuvo su origen en las Academias Militares y se extendió a partir de la guerra civil española. Para hacer su examen, los cadetes extraían una papeleta de una urna y debían contestar la pregunta en ella formulada. Si la mala suerte hacía corresponder a alguno una pregunta difícil se decía que le había tocado la papeleta, en el sentido de ‗mala papeleta‘.  Todos los caminos llevan a Roma. La expresión se creó en el apogeo del Imperio Romano. Roma, como capital del Imperio y centro del mundo, se rodeó de una serie de vías que, partiendo de ella, llegaban a todos los confines de su territorio. Los romanos fueron unos grandes constructores de obras públicas y todavía se conservan restos de sus famosas vías.  Toma y daca. Proviene del lenguaje de los juegos infantiles. De donde la palabra daca se forma de da+acá, y significa da, o dame acá, y así el toma y daca alude a los trueques infantiles.  Tomar carta de naturaleza. La carta de naturaleza es el derecho que un país concede a un extranjero a ser considerado como natural del mismo o el reconocimiento que se concede a cierta cosa o asunto. la nacionalidad española se adquiere por carta de naturaleza, Tomar carta de naturaleza es venir a ser costumbre, venir a ser el uso.  Tomar el pelo. El origen es diverso según las fuentes consultadas, destacando 2 posibilidades: De un lado la que hace referencia a la importancia de las barbas según la época y cultura que analicemos, y lo ofensivo que podía llegar a resultar que alguien tocase o tirase de ella sin consentimiento de su dueño; un acto que podía llevar inmediatamente a una pelea o duelo entre el ―agresor‖ y el ―agredido‖. Por otro lado está la teoría basada en el corte de pelo que se les hacía a los presos y a los militares de nuevo cuño como medida higiénica en cárceles y cuarteles, y que se consideraba una burla hacia éstos.

 Tomar por el pito del sereno. La figura del sereno en España tenía, entre otras funciones, dar las horas en punto, anunciar el parte meteorológico y ayudar a los transeúntes, y se les sumaba también las de seguridad y aviso de incendios. Para éstas últimas, empleaba un silbato o pito con el que avisaba a la policía o a los bomberos según el caso. Tal era el celo que algunos serenos ponían en sus funciones que a veces hacían sonar el pito por incidentes menores, a los cuales los cuerpos de seguridad empezaban a ignorar y por ende los vecinos. 

Tomarse algo a pecho. Aquí, pecho se refiere al corazón

 Traer a colación. Antiguamente se llamaba ‗colación‘ al debate que se abría en el seno de una congregación en torno a cuestiones de naturaleza espiritual. Y como se celebraban en el refectorio o comedor del convento en vísperas de una fiesta importante, se le dio el nombre del refrigerio nocturno de las noches de vigilia o ayuno: colación.  Untar a uno. Expresión coloquial que significa sobornar a alguien. Untar es embadurnar algo con grasa o aceite, como se hace desde antiguo con muchos mecanismos para que vayan suaves y no opongan resistencia, como cerraduras, goznes y cosas así. De ahí la metáfora.  Vale lo que pesa. Existieron unas antiguas leyes en los pueblos bárbaros del norte que consistía en que al responsable de un asesinato, tenía dos opciones, o les daba a sus parientes o herederos tanto oro como pesaba el muerto, o él también sería el muerto. Este uso también se propagó entre los devotos ya que con el fin de librarse de enfermedades, malas situaciones, etc. ofrecían a un santo su peso en oro, plata, trigo,..  Valer un potosí. Potosí es una ciudad de Bolivia, capital del departamento del mismo nombre, situada en la cordillera Oriental de los Andes, al pie del famoso Cerro Rico de Potosí. El origen de esta frase se encuentra en las fabulosas minas de plata y estaño que datan de la época precolombina. La ciudad surgió al amparo de las minas en 1544 y llegó a convertirse —con más de 150.000 habitantes en el siglo XVII— en la mayor ciudad de América. De Potosí salían las caravanas con la plata acuñada en la gran Casa de la Moneda —considerada patrimonio de la humanidad por la Unesco— hacia el virreinato del Perú y también hacia el sur, hacia ese gran estuario que recibió el nombre de Río de la Plata por este motivo.  Venderse por un plato de lentejas. La expresión tiene su origen en un pasaje del libro del Génesis que relata la venta de la primogenitura de Esaú a Jacob. Esaú, primogénito de Isaac y futuro patriarca, cambió tal derecho a su hermano menor Jacob por un plato de lentejas que éste cocinaba, un día que volvía de caza muy cansado y hambriento.  Venir al pelo. La expresión al pelo es entendible en cuanto que es contraria a la expresión a contrapelo, contra la inclinación o dirección natural del pelo.  Venir con un pan debajo del brazo. Procede de la cultura campesina y está relacionado con la fortuna que, en los tiempos de escasez, advenía a una familia con el nacimiento de un hijo varón. El nacimiento de un nuevo miembro en la familia era considerado de manera optimista, ya que significaba una nueva fuente de trabajo y de ingresos, lo que es decir una nueva forma de prosperar y de aumentar la hacienda.  Venir de perilla(s). Perilla es la punta saliente del borrén delantero de la montura que forma por delante la silla de montar. Alude a la oportunidad con que el jinete novato encuentra la perilla de la silla al alcance de su mano cuando, por algún movimiento imprevisto del caballo, se ve a punto de perder el equilibrio y caer al suelo. Se encuentra tan a propósito, tan al caso, tan a pedir de boca para evitar una caída, que la expresión ha trascendido al lenguaje corriente.  Ver el cielo abierto. Proviene del martirio de San Esteban, que se describe en los Hechos de los Apóstoles. Mientras los agresores del mártir se empeñaban en imponerle el castigo corporal, San Esteban, elevando los ojos a las alturas, exclamó: "Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está en pie a la diestra de Dios".  Ver la paja en ojo ajeno. Se trata de una frase bíblica (San Mateo 7, 3-5; San Lucas 6, 41). El que vee [sic] la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo (El Quijote II 43).  Ver menos que Pepe Leches. Hay quien lo identifica con un guardia municipal del siglo XIX llamado José Fernández Albusac, que debido a su extrema miopía repartía golpes o sea, "leches" a diestro y siniestro en las trifulcas callejeras sin reparar a quien asestaba el mandoble. Pero existen otros Josés candidatos, como un lechero de El Viso del Alcor (Sevilla) que vivió a principios del siglo XX o un granadino que se caía continuamente por no usar gafas.  Vergüenza torera. Se denomina así al hecho de que un torero, pese a las dificultades que encuentre o a la comodidad que pueda sugerir un momento determinado, lucha por sobreponerse e intenta que nadie le supere o le "gane la partida‖.

 Vérselas negras. En la antigua Grecia los cargos públicos se otorgaban confiando en el azar, mediante el sistema de extracción de sortes (bolas o pedacitos de madera marcados, que por otra parte, dieron origen a la palabra "sorteo") por los que se creía que se expresaba el oráculo. En este sistema, las bolas blancas simbolizaban la suerte venturosa y las negras, la suerte adversa. Esta interpretación mágica de las suertes se ha mantenido a través del tiempo y de él proviene la expresión vérselas negras,derivada a su vez de tocarle a uno la negra.  Vérsele a alguien el plumero. Hace alusión al penacho de plumas que coronaba el morrión de los voluntarios de la Milicia Nacional creada en 1820 para defender los principios liberales y progresistas. Los periódicos conservadores de finales del siglo XIX solían aplicar esta frase en referencia a los políticos progresistas.  Vestirse por los pies. Tradicionalmente el hombre vestía pantalones y calzones como prenda propia y ambas se vestían empezando por los pies. Por contra, el vestido femenino se vestía por la cabeza. También tiene la frase un ligero tinte anticlerical, pues el clero vestía sotana y hábitos que también se vestían por la cabeza.  Vete a freír espárragos. Teniendo por contra el hecho de que "hervir" espárragos se realiza rápidamente, concluido con el primer hervor del agua. Y no sólo se le manda a freír espárragos, también a freír churros y a freír monas.  ¡Viva la Pepa! Es el grito con el que desde el 19 de marzo de 1812 (festividad de San José) proclamaban los liberales su adhesión a la Constitución de Cádiz, proclamada ese día, y conocida popularmente como la Pepa.  Vis a vis. Es una expresión española procedente del francés vis-à-vis, que significa ‗cara a cara‘. Un uso especializado hace referencia al encuentro en prisión entre un preso y otra persona, especialmente su pareja, sin presencia de un funcionario de prisiones.  Vivir del cuento. Tiene su origen en la Edad Media. En aquellos tiempos los juglares recorrían las ciudades y villas ganándose la vida con las monedas que recibían de los nobles, señores y clérigos a los que entretenían contando historias reales o inventadas. Solían abundar más estas últimas y las acompañaban con chascarrillos, inventándose no pocas veces situaciones jocosas que hicieran reír al señor de turno.  Y el pescado sin vender. La referencia al pescado se funda en que, tradicionalmente, éste se obtenía en horas de la noche o por la mañana bien temprano, para luego llevarlo a los mercados. Si los pescados pasaban demasiado tiempo expuestos y no se vendían, había que regalarlos, venderlos a bajo precio, consumirlo el propio vendedor o, simplemente, tirarlo.  Y punto pelota. La expresión original era ‗punto y pelota‘. Explica el final de una frase periodística. Los diarios del siglo XX acaban los textos con un punto y una grafía que simbolizaba una redonda negra como una pelota.  Y punto. El punto final siempre ha servido como fórmula para las afirmaciones concluyentes, para cerrar discusiones o para quedarse con la última palabra: expresa el término o fin de algo. La tradición folclórica ofrece una variante del «punto final» que sirve en los casos en que alguien ironiza sobre la autoridad de lo dicho por otro: «Lo dijo Blas, punto redondo». Todo hace suponer que se refiere a la redondez del punto, y con ella a su valor metafórico de algo acabado, indiscutible, definitivo. En los textos clásicos leemos también «punto en boca», que viene a ser lo mismo pero con matiz imperativo. El «punto» indica el fin del discurso o de la oración, la señal de que no hay más que hablar, la decisión irrevocable de dar un tema por zanjado o de desentenderse de él. Por eso muchos hablantes emplean como remate de sus frases el sencillo «y punto. La novedad reciente es el añadido en aposición «pelota» que da lugar al «punto pelota».  ¡Y vas que chutas! La palabra ―chuta‖ no existía en castellano hasta el siglo pasado, cuando la fiebre del fútbol se apoderó del interés de una gran parte del país. Del inglés to shoot, tirar, disparar. Es también equivalente de "vas que te matas", ya algo más dramática. Aparte, también se usa con el sentido de ir muy rápido.  ¡Y vuelta la burra al trigo! Había una burra, que no paraba de entrar en un campo de trigo a comérselo, el dueño del trigal la apaleaba para que no entrase pero ella cansina allí estaba otra vez, aun sabiendo que le iban a volver a dar.  Ya vendrá el Tío Paco con las rebajas. Frase hecha que alude a un supuesto personaje ficticio, arquetipo y paradigma popular de la experiencia, el desencanto y el desengaño (el tiempo).  Zapatero, a tus zapatos. Según los testimonios de los historiadores Valerio Máximo y Plinio, el Viejo, la frase fue pronunciada en cierta oportunidad por Apeles, el pintor griego más célebre de la Antigüedad. Este artista acostumbraba a exponer sus cuadros en la plaza pública y así podía escuchar directamente la opinión de la gente acerca de sus trabajos. En cierta oportunidad, Apeles había expuesto el retrato de una persona importante de su ciudad y un zapatero que pasaba por el lugar, se detuvo a observar la obra y criticó la forma de una de las sandalias

del personaje. Apeles acató la observación del zapatero, llevó la obra a su taller, la rectificó y nuevamente la llevó al lugar de exposición. Cuando el zapatero volvió a contemplar el cuadro, al ver que el pintor había acatado su sugerencia, se sintió autorizado para extender sus críticas a otros aspectos del retrato, lo que motivó que Apeles, al escuchar esos comentarios, lo encarara y le dijera: zapatero, a tus zapatos.  Zurrar la badana. La palabra badana, viene del árabe batana: trozo de piel o suela ablandada o machacada, suele ser de cordero u oveja, empleada para forrar objetos de otra piel. Al golpear con fuerza estas pieles, golpeabas la badana.