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SISTEMA FINANCIERO: NUEVOS DESAFIOS FRENTE A LA CRISIS Juan Carlos Rau F. / Economista – Especialista en Finanzas y MBA Vicepresidente Colegio de Economistas de Santa Cruz Los resultados del sistema financiero en su conjunto, al cierre de la gestión 2008, fueron muy buenos y comparativamente mejores que la gestión 2007. Por un lado, se experimentó un mayor crecimiento de las operaciones y por otro lado se obtuvieron mejores indicadores financieros que reflejan muy buenos niveles de solvencia, rentabilidad, eficiencia y calidad de activos. Específicamente, la industria bancaria experimentó un crecimiento de 32% en los depósitos y 16% en la cartera, los fondos financieros privados dirigidos al microcrédito se expandieron en un 47% y las operaciones de la Bolsa lograron un crecimiento del 31%. Del análisis del desempeño del sistema financiero podemos extraer las siguientes conclusiones:

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El buen desempeño del sistema financiero, estuvo acompañado de nuevas normas prudenciales por parte de las Superintendencias del Sistema Financiero, que han fortalecido la solvencia y calidad de los activos.

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Los resultados positivos consolidan el ciclo de recuperación iniciado hace cinco años y reflejan el alto nivel de confianza del público.

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A través de la apertura de nuevas oficinas y la contratación de nuevos funcionarios, se verifica un importante trabajo en la tarea de bancarización, mejorando los niveles de profundización financiera con efectos positivos en el crecimiento económico y desarrollo social.

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Se mantuvo el mejoramiento continuo en la calidad de los activos, reflejando de esta manera los importantes avances de la banca en la gestión de riesgos, especialmente crediticio, en concordancia con las normas prudenciales de la Superintendencia de Bancos y mejores prácticas internacionales.

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Ha partir de septiembre de 2008, se dio un freno en el proceso de bolivianización de las operaciones financieras, producto de una recuperación del dólar a nivel internacional y la tendencia a la depreciación de las monedas de los países vecinos. El público vuelve a orientar sus preferencias por el dólar.

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Las tasas de interés en bolivianos durante la gestión 2008, mantuvieron una tendencia a bajar, dada la disminución de la presión inflacionaria, mientras que las tasas de interés en dólares disminuyeron hasta el tercer trimestre, para volver a subir a partir del cuarto trimestre, presionadas por una mayor demanda de dólares, el

aumento del encaje legal en dólares y el incremento de las previsiones para cartera en dólares. -

Si bien los efectos de la crisis financiera internacional no se vieron reflejados en el desempeño del sistema financiero boliviano, los bancos vienen revisando y tomando algunas acciones preventivas con respecto a la exposición de los riesgos, especialmente crediticio y de mercado.

Este importante desempeño del sistema financiero ha sido concordante con un mayor nivel de actividad económica reflejado en la tasa de crecimiento del PIB del 6.5% y un mayor flujo de recursos provenientes del exterior, vía principalmente exportaciones y remesas. En cuanto a las perspectivas del sistema financiero para esta gestión 2009, podemos anotar lo siguiente:

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Dados los cambios en el entorno financiero internacional y la desaceleración económica global, producto de la severa crisis que se esta viviendo en los principales centros financieros del mundo, la economía boliviana, al igual que el resto de América Latina, sentirá sus efectos a través de un menor nivel de precios de sus exportaciones y una disminución de la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto.

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La aplicación de la nueva Constitución Política del Estado conlleva una serie de cambios en la estructura organizacional e institucional del país y por ende en las principales normas de regulación y supervisión financiera.

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La combinación entre crisis económica externa y los cambios políticos internos, incidirán en una menor dinámica económica, mayor volatilidad de los precios y un aumento de los niveles de incertidumbre y es muy probable que el desempeño del sistema financiero para la gestión 2009 sea menor al 2008.

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La nueva tendencia hacia una disminución de los niveles de Inflación, junto a una disminución de las Reservas Internacionales Netas, presionaran el Tipo de Cambio, lo cual, de resultar en una depreciación del boliviano, tendrá efectos directos en el proceso de bolivianización de las operaciones financieras.

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Se prevé un aumento en los niveles de competencia entre los bancos y otras instituciones de intermediación financiera, así como la tendencia a atender nuevos segmentos y nichos de mercados.

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Los bancos deberán poner especial atención tanto en la escala de sus operaciones como en los márgenes financiero y operativo, los mismos que se verán presionados por nuevas regulaciones y fluctuaciones adversas en los precios.

En el marco de estas perspectivas, es oportuno resaltar que la simetría entre el desempeño económico de la economía real y del sistema financiero, nos revela a su vez, nuevas amenazas y por lo tanto, importantes desafíos para el sistema financiero, considerando que se avecina una desaceleración o ralentización económica por efectos de la crisis económica y financiera internacional. Tanto los gobiernos como los Organismos Internacionales han revisado sus pronósticos de crecimiento y han realizado ajustes hacia abajo. Se estima un crecimiento económico negativo entre el 0.5% y 1%, para las economías desarrolladas, entre el 1% y 2% para Latinoamérica y entre el 3% y 4% para Bolivia. Asimismo se estima una caída del comercio mundial entre el 7% y 9%. Es decir que, después de 5 buenos años de producción, comercio y finanzas, el mundo crecerá menos en términos económicos y tendrá que absorber los cuantiosos daños, sociales y económicos, de una crisis originada en los centros financieros del mundo. Estos desafíos tienen como punto de partida reconocer que la crisis global tendrá efectos notorios en nuestra frágil y dependiente economía. En este sentido debiéramos esperar que el sistema financiero tenga como principales premisas, los siguientes aspectos:

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Prudencia en la colocación de créditos.

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Diversificación de ingresos, especialmente los operativos.

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Mejorar la eficiencia operacional.

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Poner el foco en la relación de valor con los clientes.

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Continuar mejorando la calidad y cobertura de los servicios.

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Nuevos avances en la gestión integral de riesgos.

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Mantener adecuados niveles de solvencia patrimonial.

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Crear sinergias entre la gestión de los recursos humanos, los procesos y la tecnología que permitan aumentar la productividad.