Deporte y Clase Social

Tema 7. Deporte y clase social Clase 20 1. Clases sociales, estructura social y movilidad social Los individuos de una s

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Tema 7. Deporte y clase social Clase 20 1. Clases sociales, estructura social y movilidad social Los individuos de una sociedad son muy diversos. Son diferentes por sexo, edad, género, estudios, raza, religión... Cuando la pertenencia a uno u otro grupo tiene consecuencias en términos de poder, privilegios, prestigio o riqueza, hablamos de que una sociedad está estratificada. La estratificación puede definirse como ia existencia de desigualdades estructurales entre grupos de personas. Aunque podemos hablar de que nuestras sociedades están en parte estratificadas según el género (ios hombres tienen más poder, prestigio y riqueza que las mujeres); ia raza (blancos sobre otras razas, al menos en Europa y Estados Unidos); la edad (edades productivas frente a niños o anclónos); ia estratificación más importante en las sociedades modernas es la estratificación por clase social. ¿Qué es la clase social? Una clase social es un gran grupo de personas de que comparten una situación similar en cuanto ai acceso a recursos económicos, io que influye de manera muy tuerte en el tipo de vida que llevan. La propiedad de riqueza y ia ocupación (el tipo de empleo) son los dos elementos centrales en los que se basan las diferencias de clase en las sociedades modernas. Normalmente hablamos de clase alta, clase media y clase baja (a veces con subgrupos como la clase media-alta, media-media y media-baja). Quién pertenece exactamente a cada una de ellas es una definición siempre complicada de hacer.

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Una posible clasificación (Giddens): cíase alta son los ricos, los empresarios medianos y grandes, y ios altos ejecutivos, es decir, ios que poseen o controlan los recursos productivos; la clase media incluiría a la mayoría de los trabajadores de servicios y a ios profesionales, y también a los pequeños empresarios, propietarios de pequeños negocios, pequeñas o medianas explotaciones agrícolas, pequeños comercios...; y ia cíase obrera o ciase trabajadora a los trabajadores industriales y manuales. Se puede considerar en algunos países a los campesinos como una cuarta clase social, o se les puede considerar parte de la clase baja. Según esta clasificación, ia mayor parte de la gente sería de clase media en las sociedades actuales donde los trabajos manuales son ya relativamente escasos. Pero como hemos dicho, los límites son complicados. ¿Un obrero cualificado con estudios de secundaria post-obligatoria (FP) pertenece claramente a otra clase social que un administrativo no cualificado? En España, por ejemplo, las empresas de encuestas, para clasificar a los entrevistados por clase social utilizan una combinación basada en estudios y ocupación que puede poner en el mismo grupo a alguien con ocupación “alta” y pocos estudios que a alguien con estudios “altos” pero ocupación baja. La propia definición de las clases no es universal. Otros (Sage, Power and Ideology) proponen una clasificación diferente, entre cíase capitalista, clase media y clase trabajadora. Clase capitalista es la que controla el capital, es decir los bienes materiales u otras formas de riqueza que no se necesitan o utilizan para ser consumidos o disfrutados directamente, sino como medios para producir otros bienes o productos (tierra, fábricas, empresas, inmuebles, acciones, dinero invertido en fondos...). La clase trabajadora serían todas las personas que no tienen ninguna propiedad productiva, que no supervisan a otros, ni ayudan a planificar u organizar las vidas de otras personas. En ese grupo estaría entre el 50 y el 70% de la población. La clase media serían las personas que poseen medios de producción pero no suficientes para vivir de ellos (no podrían vivir como rentistas: comerciantes, pequeños empresarios,

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profesionales) o son asalariados pero cuya actividad incluye la dirección del trabajo de otros (ejecutivos). En todo caso, el sistema de clases sociales tiene algunas características que lo defínen y separan de otras formas de estratificación social que han existido en sociedades pre-modernas, como la esclavitud, las castas (en el subcontinente indio), o los estados en la Europa feudal (nobleza, clero, pueblo llano). Cuatro diferencias importantes: a) las clases no tienen ninguna base legal o religiosa; la pertenencia a una clase no es simplemente hereditaria; no hay definiciones claras de quién pertenece a una clase u otra; no hay ninguna norma contra la mezcla (el matrimonio) entre las clases b) la clase social a la que pertenece un individuo es en parte resultado de sus propios logros; la movilidad social (hacia arriba o hacia abajo) es mucho más común que en otros tipos de estratificación; la movilidad social puede ser intergeneracional (ei hijo de un padre de clase baja que "asciende” a la clase media); e intrageneracional, cuando en el curso de su vida laboral una persona asciende o desciende en la escala social; c) Las clases dependen básicamente de las diferencias económicas entre los grupos; mientras que en las otras estratificaciones son más importantes otros factores d) Las diferencias no se expresan tanto en la relación uno-a-uno entre personas de diferente grupo (como en ¡as castas, o los estados), sino en la relación impersonal entre los grupos: desigualdades económicas o de condiciones de trabajo que afectan a todos los de una clase en comparación con los de otra. Como hemos dicho más arriba, pertenecer a una clase social o a otra es en parte producto de los méritos propios; pero el punto de partida familiar es también muy importante. De hecho, ios estudios de movilidad social muestran que esta es bastante limitada (aunque cuanto exactamente es objeto Tema 7. Depoete y clase social... Pag, 3

de bastante discusión). Como regla general, lo más probable es que una persona sea de la misma clase social que sus padres, y que si se mueve en la escala social lo sea bacía posiciones próximas (de med ia-baja a media-media; o al revés). Lo que significa, a la inversa, que una parte importante de la razón que explica dónde acaba uno en la vida no tiene nada que ver con sus méritos: se debe a dónde empezó. Estudiar las clases sociales es muy importante para comprender cómo se reparten en una sociedad los recursos de todo tipo (económicos, de prestigio, status, políticos...), pero es también importante para comprender los comportamientos de los propios individuos. Un sociólogo (Berger) decía, exagerando, que por la ciase social de una persona el sociólogo bien entrenado puede hacer predicciones con alto porcentaje de acierto sobre un montón de aspectos de su vida: en qué parte de la ciudad vive, cómo está decorada su casa, cómo viste, qué periódicos y libros lee, qué música oye, qué come y bebe, a qué asociaciones pertenece (o no), su asistencia a la iglesia, su forma de hablar, sus opiniones políticas y sobre algunos asuntos políticos delicados, cuántos hijos tiene, si fuma o no, qué enfermedades puede desarrollar, qué esperanza de vida tiene... En nuestro caso, nos interesa estudiar cómo se relaciona la pertenencia a una clase social u otra con la práctica o la contemplación del deporte (sección 3 del tema); también nos interesa saber si el deporte puede ser una apoyatura para la movilidad social (sección 4). Pero antes nos interesa detenernos en otro punto: la contribución del deporte a las ideas en las que se sustenta el sistema de estatificación social, las ideas sobre la división social en clases.

2. Deporte e ideas sobre estructura social Como hemos visto en la sección anterior, el poder económico y político, y el estatus social están desigualmente repartidos entre grupos de personas, que llamamos clases, en nuestras sociedades. Ese reparto desigual tiene que Tema 7. Depone y dase social... Pag. 4

ver en parte con los méritos de cada uno y en parte con el origen familiar. Es un reparto, por tanto, sólo parcialmente meritocrático y justo. En parte es heredado. Algunos piensan que es un reparto radicalmente injusto, dado que el conjunto del sistema social está organizado de forma sesgada en favor de los intereses de unos pocos. Bien, en principio esto no tiene nada que ver con el mundo del deporte. La participación en el deporte es abierta y democrática, y las desigualdades basadas en el dinero, la posición social o el poder político no influyen en los deportes organizados que jugamos o que vemos. Esta es la percepción que mucha gente puede tener, pero no es en realidad cierta en los deportes organizados. Los deportes organizados requieren recursos, y la gente que controla esos recursos los utiliza para organizar ios deportes de maneras acordes con sus intereses. Por ejemplo, los aristócratas ríeos que organizaron los modernos juegos olímpicos a finales del siglo XIX lo hicieron en torno a un concepto de “amateurismo” que privilegiaba de hecho a los deportistas de familias ricas, ya que los deportistas de orígenes sociales más modestos que quisieran hacer del deporte su medio de vida quedaban excluidos. Hoy día los juegos están asociados con los logos de grandes empresas que no los patrocinarían si no pensaran que promocionan valores que son compatibles con sus intereses. Algunos deportes no serían ni la mitad de populares sí no fuera por la decisión de algunas empresas de patrocinarlos intensamente. Por ejemplo, la expansión y popularidad en las últimas dos décadas del voley-playa parece que puede atribuirse claramente, entre otros factores, a la decisión de algunas empresas de patrocinarlo. En Estados Unidos la cerveza Corona y la marca Cuervo de tequila han sido patrocinadores oficiales de sus competiciones durante más de 15 años. ¿Pero por qué patrocinan las marcas las competiciones deportivas? ¿Es sólo una manera de vender más, asociándose con algo que gusta a la gente? Según los sociólogos que investigan desde las teorías del conflicto y las Te-na 7. Deporte y dase social... Pag. S

teorías críticas, hay algo más; es una forma de promover ciertas ideas particulares sobre cómo debería organizarse ¡a vida social, y sobre por qué existen las desigualdades sociales. Los deportes organizados de alto nivel se celebran en todo el mundo de forma que pongan el énfasis en ideas como la competición, el individualismo, las habilidades altamente especializadas, el uso de la tecnología, la dominación de los triunfadores sobre los rivales; no se enfatizan ideas como el asociacÍonismo,el placer, la participación, la protección, y el apoyo mutuo. Esto une al deporte con una ideología de la realización individual, subraya que el éxito se basa en la habilidad en competir contra otros y se gana sólo por el trabajo duro y el uso de tecnología y equipamiento para superar a los demás. Estas ideas se relacionan con una forma de lógica de clase en la que el éxito económico (ganar) se convierte en la prueba de la habilidad, el carácter y la valía individual. Se induce así a la gente a una constante búsqueda de sucesivos éxitos económicos, como manera de demostrar la propia valía. Este éxito se puede expresar a través de la adquisición de productos, “cosas”, que se convierten en símbolos de identidad, estatus y valía. Un componente de esta lógica se manifiesta en una frase hecha que suele usarse mucho en el mundo deportivo, por entrenadores que tratan de motivar a sus discípulos; “Si estás satisfecho con tu rendimiento, estás acabado” El ensalzamiento del logro individual combinado con el consumo y el uso de tecnología facilita que las economías de mercado estén organizadas al servicio de aquellos con más poder, riqueza e influencia. Cuando la sociedad acepta esta lógica, aceptan que “consigues lo que te mereces, y te mereces lo que consigues”, y por tanto aceptan que tos ricos y poderosos lo serán porque lo han conseguido dignamente, y los pobres y desvalidos lo serán porque son unos vagos o ineptos, porque no merecen otra cosa. Estas ideas favorecen claramente a los que tienen mucho, lo hayan conseguido como lo hayan conseguido (y en realidad, como hemos visto en el punto anterior, una buena Tema 7. Deporte y d a se social... Pag. 6

parte de lo que tienen los ricos y poderosos no es por mérito propio, sino que se deriva, en todo caso, de ios méritos de sus padres o antepasados). Es por esta razón que se suele dar mucha publicidad a las historias del tipo “de la chabola ai palacio” (rags-to-riches), que se producen a veces en el mundo del deporte (en la sección cuatro veremos algunas de ellas): sirven para reforzar la idea de que los ricos lo merecen, y de que la riqueza está desigualmente distribuida por buenas razones, y que cualquiera puede llegar a ser rico si se esfuerza ío suficiente. La desigualdad económica aparece así como buena (funcional, eficiente), natural y moral mente correcta. Y por eso el deporte de alta competición recibe tanto apoyo de las grandes empresas: porque difunde una visión del mundo que les favorece.

3, Clase social y patrones de participación en el deporte En todas las sociedades, quién juega, quién ve deporte y quién consume información deportiva está conectado claramente con relaciones de clase. Las relaciones con el deporte van de la mano con el dinero, el poder y los privilegios. Las personas de altos ingresos y alto estatus tienen las tasas más altas de práctica deportiva, las tasas más altas de asistencia a espectáculos deportivos, e incluso las tasas más altas de visión de espectáculos deportivos por televisión. Tabla con datos sobre práctica de deporte y visión de deporte (por televisión se supone) en 1995 en España Hace deporte Nivélale estudios Sin estudios Primaria Secundaria Formación Profesional Medios Universitarios Superiores

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Ve deporte 23 33 36 33 33 29

Clase social Alta-Media alta Nuevas clases medías Viejas ciases medias Obreros cualificados Obreros no cualificados

44 39 27 29 19

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Incluso eí deporte no organizado, lo que podríamos llamar el movimiento de salud y bienestar físico, que a menudo se describe como un "movimiento de base”, resulta que Estados Unidos y Canadá se concentra en gente que tiene niveles de ingresos y niveles educativos más altos que la media, y trabajan como profesionales o directivos. La gente de ingresos más bajos puede que haga trabajos exigentes físicamente, pero no corren, hacen bicicleta o nadan tan a menudo como sus oponentes de altos ingresos. Ni hacen deportes organizados después del trabajo en los fines de semana o en vacaciones tan a menudo. Este patrón se mantiene durante todo el curso vital, entre jóvenes y más mayores, entre hombres y mujeres, entre varios grupos étnicos y raciales, entre gente con minusvalías: la clase social está fuertemente relacionada con eí acceso y la participación, independientemente del grupo de gente del que estemos hablando. Además, los tipos de deportes que la gente hace varían también con la clase o el estatus social. Las clases altas prefieren deportes como el esquí, la vela, el golf, el tenis; los trabajadores prefieren deportes de equipo como baloncesto, o fútbol (pero también el judo o el boxeo, que no son precisamente deportes de equipo, aunque sí de contacto). Con todo, las asociaciones entre clase social y deporte pueden variar de unos países a otros. Por ejemplo, un estudio comparado mostró que la gimnasia era de clase baja en Bélgica, de clase media en Alemania y de clase media-alta en Estados Unidos. Más general, la gente de clase alta o media-alta tiende a preferir deportes individuales; que juega en clubes caros o que requieren equipamiento caro; Tema 7. Deporte y Cleese ¡ocia!... Pag. S

tienden a no incluir el contacto físico; a jugarse tanto por motivos sociales como competitivos; a incluir como participantes tanto a hombres como a mujeres; y de todas las edades. En cambio las clases medía-bajas o bajas tienden a jugar deportes de equipo; a menudo jugados en campos públicos o subvencionados por empresas, u otras instituciones; sí suelen incluir el contacto físico; son altamente competitivos; son sobre todo jugados por varones; y sobre todo por jóvenes. Las diferencias se extienden a los deportes de alta competición, como los deportes olímpicos. El análisis por clase social de tos equipos (por ejemplo en USA, again), muestra que aunque en teoría cualquiera puede acceder a puestos en estos equipos, la realidad es diferente. Falta de dinero y de acceso a recursos hace que haya un claro sesgo de clase entre los deportistas de alto nivel. Podemos explicar esta relación entre deporte y clase social de la siguiente manera. Hay una conexión entre la desigualdad económica v los estilos de vida. La gente rica tiene estilos de vida que de manera rutinaria incluyen la participación en deportes como ei golf, tenis, ski, navegación y otros deportes que se basan en la financiación por ios propios participantes y que se practican en clubes o instalaciones privadas. Estos deportes implican el uso de instalaciones, equipos y vestuarios que suelen ser caros, y se asocian con la “clase” tal y como la defíne la gente con dinero. La gente que participa en estos deportes suele tener bastante control sobre sus vidas de trabajo, de manera que tienen cierta libertad para tomarse el tiempo libre que necesitan estas actividades, o pueden combinar lapartícipación con el trabajo. El estilo de vida de la gente de clase media y trabajadora, por otro lado, tiende a incluir deportes que por tradición son gratuitos y abiertos al público, apoyados por fondos públicos, o disponibles a través de las escuelas públicas.

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Los estilos de vida de la gente de bajo nivel de ingresos o que viven en la pobreza raramente incluyen formas regulares de participación en deportes. Cuando la gente pasa un considerable tiempo y energía en luchar contra las dificultades de la vida, les quedan pocos recursos para desarrollar tradiciones de participación deportiva como parte de sus estilos de vida. Otra manera de ver la diferencia tiene que ver con la educación. Como ya sabemos, la experiencia deportiva en el sistema educativo es una parte muy importante del proceso por el cual la gente se incorpora al mundo del deporte. Las oportunidades en la escuela de hacer deporte tienen mucho que ver con la popularización del deporte en las décadas recientes. Pero evidentemente la dotación de instalaciones deportivas y recursos para organizar programas deportivos no son las mismas en todos ios centros educativos. Los centros privados (especialmente los no concertados) a los que van niños de clase medía-alta y alta tienen evidentemente más recursos que los centros públicos en general. Incluso dentro de los centros públicos puede haber diferencias en las dotaciones entre unas zonas y otras (aunque esto no es tanto así en España como por ejemplo, en Estados Unidos, donde la financiación de la educación se hace sobre todo a nivel local, de manera que los recursos económicos de las escuelas varían inás o menos de acuerdo con el nivel económico de las ciudades, e incluso, de los barrios de las ciudades, que muchas veces mantienen la autonomía como municipios separados). Además, en los colegios privados o públicos a los que van niños de clase media y alta, los padres pueden tener dinero suficiente para que los hijos participen en actividades deportivas extraescoiares, (equipamiento, viajes...)

3.1. Relaciones de clase y género en la vida de las mujeres Las mujeres casadas (o emparejadas) en general tienen menos probabilidades que sus maridos o parejas de negociar el tiempo y los recursos necesarios para mantener la actividad deportiva. Si una madre casada con hijos decide practicar un deporte de equipo con entrenamientos o partidos a última hora de la tarde, encontrará resistencia de los miembros de su familia. Tana 7. Deporte y clase social... Pag. ¡0

La resistencia es segura si habituaimente ella ha sido para la familia la cocinera, chofer y tutora. “Tiempo libre por buen comportamiento” es un principio que no se aplica a las mujeres casadas con hijos. Por otro lado, los hombres casados con niños probablemente no se encontrarán con las mismas resistencias. Más bien, probablemente, si juegan a algún deporte después del trabajo, sus mujeres aplazarán la cena, o les mantendrán la comida caliente para cuando lleguen, o incluso irán a verles jugar. Estas restricciones derivadas de la atención a la casa y los niños las sienten especialmente las mujeres de clase media y baja. Sin dinero para pagar a alguien que cuide de ios niños, o ayuda doméstica o los gastos de participación en deportes, estas mujeres no tienen muchas oportunidades de hacer deporte. Ni tienen tampoco mucho tiempo libre, o un coche para ir ai lugar donde hacer deporte, o acceso a gimnasios o campos de deporte en su bario, o la sensación de seguridad física para desplazarse desde su casa a donde se practica el deporte. No sólo eso. Como hemos dicho muchas veces, los deportes son actividades sociales que se hacen entre amigos. Si las amigas de una mujer tampoco tienen los recursos que les permitan hacer deporte, tendrá menos motivos y oportunidades para hacer deporte. Por supuesto, esto también es cierto para los hombres, pero las mujeres de clase media y baja tiene más probabilidades de carecer de la red de relaciones de la que emerge el interés y la práctica deportiva. Las mujeres de clase alta se enfrentan a una situación diferente. Tienen recursos para pagar a alguien que cuide de los niños, para pagar ayuda doméstica o la propia participación en los deportes. A menudo participan en deportes solas, con amigas o con otros miembros de la familia. Tienen redes sociales en las que participan otras mujeres que también tienen esos recursos para mantener niveles altos de participación deportiva. Las mujeres que han crecido en estos ambientes a menudo han hecho deporte desde niñas, han ido a colegios donde había buenas instalaciones deportivas y buenos programas de deporte. NO quiere esto decir que no tengan dificultades para negociar con sus familias el tiempo para dedicarse al deporte, pero lo cierto es que la tasa Tema 1. Deporte y da se social... Pag. ¡ I

de éxito en esa negociación es mayor relativamente. Sus oportunidades son mucho mayores que las de las mujeres de clase media y baja, aunque sean a su vez menores que las de los hombres de clase alta. La participación de chicos y chicas más jóvenes también se puede ver afectada por el diferente trato que recibe en sus hogares, de acuerdo con la clase social. Por ejempo, en las familias de ingresos bajos, a menudo se pide a las chicas que cuíden de sus hermanos más pequeños mientras las madres están trabajando, especialmente en familias mono-parentales. Esta petición raramente se hace a chicos de clase baja, ni a chicos o chicas de cíase media o alta. 3.2. Relaciones de clase y género en la vida de los hombres Los chicos jóvenes en barrios de clase baja a menudo ven el deporte como una forma especial de establecer su identidad masculina. El sociólogo Mike Messner observa que entre los deportistas de élite que él estudia, aquellos que proceden de un extracto socio-económico más bajo relatan que para ellos el deporte tenía un significado mayor, una mayor importancia. Los chicos de ciase baja que habían llegado a ser deportistas de élite a menudo veían la participación en el deporte como un medio de conseguir “respeto”. Esto no era tan frecuente entre los deportistas de clase media. Esto no quiere decir, sin embargo, que los chicos de clase baja hagan más deporte o lleguen en general más lejos. Porque aunque los que hagan deporte pongan en ello más énfasis, más atención, le den más importancia pol­ lo que se refiere al prestigio y la aceptación social que va unido a ello, por otro lado, el desarrollo de las habilidades deportivas a menudo requiere tener a disposición de uno recursos materiales que no existen en las familias de clase baja. De manera que a menos que haya equipamiento y entrenadores disponibles en las escuelas públicas, los chicos jóvenes de familias de clase media y baja acaban teniendo menos oportunidades de destacar y competir al mismo nivel con los chicos de clase media-alta y alta.

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3,3. Clase, género (y raza) se dan la mano: el boxeo Una de las manifestaciones más claras de la relación entre clase social y deporte es la que se produce en tomo a la práctica deportiva de ciertos deportes especialmente duros o peligrosos, como el boxeo. Los chicos de clase media y alta no ven ninguna razón para destrozarse células cerebrales luchando por salir adelante en un deporte como el boxeo. Por eso, la mayor parte de los boxeadores vienen de los grupos sociales de ingresos más bajos y por eso los gimnasios especializados en boxeo tienden a estar en barrios de clase baja, y especialmente, en países como Estados Unidos, en barrios negros de clase baja. Ya hicimos alusión en un tema anterior al estudio de Loic Wacquant sobre los chicos que boxeaban en un gimnasio del ghetto de Chicago. Durante tres años estudió a ese grupo social y en particular documentó las experiencias vitales de cincuenta boxeadores profesionales, la mayoría de los cuales eran negros. Su análisis de esas experiencias muestra que la motivación para dedicarse ai boxeo sólo puede explicarse en términos de una combinación de relaciones de clase, raza y género. Los propios boxeadores explicaban que su elección deí boxeo tenía que ver con el entorno duro en eí que vivían: de todos modos en la calle había que pelear para que no te quitaran el dinero o para defenderte de bandas, así que por qué no ir al gimnasio, aprender a pelear mejor, y quizá incluso ganar dinero. La alternativa al boxeo, tal y como la veían los propios boxeadores hubiera sido: estar en la cárcel, estar muerto, o estar metido en drogas, o en la calle en una banda peleándote con otra gente, robando... Los propios boxeadores decían también que si no hubieran nacido en el entorno en el que lo habían hecho, seguramente no se dedicarían al boxeo. Muchos incluso mostraban una conciencia de que el boxeo, aunque era ia “mejor” alternativa para ellos, era en términos “absolutos” una mala salida. Se sentían explotados, e incluso algunos decían que les gustaría poderse haber dedicado a otra cosa, porque sentían “odio” hacia el boxeo, a pesar de Tema 7. Depone y dase social... Pag. /3

que por otra parte sentían que era parte de ellos y que no podían dejarlo. Un buen indicador: la mayoría se sentían afectivamente unidos al deporte, pero más del 80 por ciento decían que no querrían que sus hijos se dedicasen al boxeo. Algunos incluso decían que esa era precisamente la razón para luchar: que sus hijos no tuvieran que luchar. Estos sentimientos mixtos respecto al boxeo estaban muy extendidos entre los boxeadores: a la vez comprometidos con el deporte y sintiendo repulsión hacia él. Sólo se puede entender, por tanto, los motivos por los que estos jóvenes se dedicaban al boxeo en términos del contexto en el que vivían, en el cual el gimnasio les proporcionaba un refugio contra la violencia, la desesperanza y la indignidad del racismo y la pobreza que enmarcaba sus vidas desde el nacimiento.

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