Denzinger, Hunerman

HEINRICH D E r# IN G ER PETER H Ü N E R M A N N EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA ENCHIRID ION SYMBOLORUM DI Fl N I T I O N U

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HEINRICH D E r# IN G ER PETER H Ü N E R M A N N

EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA ENCHIRID ION SYMBOLORUM DI Fl N I T I O N U M •E I DECLARATIONUM Dt-RF.BUS- 1' l D Í I I E-MORUM

HEINRICH DENZ1NGER PETER H Ü N E R M A N N

EL D E

M A G I S T E R I O LA

I G L E S I A

. ENCHIRIDION SYMBOLORUM D E F I N I T I O N U M ’ ET DECLARATIONUM D E ' R E B U S ' F I DE I ET’M O R U M

•f H EIN R IC H D EN ZIN G ER PETER H Ü N E R M A N N

EL M A G I S T E R I O DE LA I GL E S I A ENCHIRIDION SYMBOLORUM D E F I N I T I O N U M ’ ET DECLARATIONUM D E ’ R E B U S ’ FI DEI ET’M O R U M

Herder

G34553

I vi sión castellana de la 3 traducción tic las confesiones de fe y de los docum entos del M agisterio eclesiástico se rige por la intención de ajustar el texto alem án con la m ayor precisión posible al texto origi­ nal. La finalidad no consiste en crear un texto alemán pulido literariam ente y de agradable lec­ tura, sino una traducción que haga que el texto original sea inteligible c interpretable aun pura aquellos que no posean profundos conocim ientos de fas lenguas griega y latina. Se pretende conducir al usuario de la edición hasta el texto original. Y, así, se ha puesto em peño en tra­ ducir siem pre los térm inos de m anera congruente. Se evita de ordinario el em pleo de varios térm inos alem anes para expresar los diversos m atices del texto. Se bauscan más bien palabras que en su raíz se hallen próxim as a! correspondiente vocablo griego o latino. Se pretende igual­ m ente m antener la fidelidad a las estructuras gram aticales del latín y del griego, en la m edi­ da en que lo perm ite In sintaxis de la lengua alem ana. Se trata de conseguir un texto que, paso a paso, denote su función de hallarse al servicio del texto original y refleje de algún m odo el genio extranjero de los docum entos originales. La consecuencia es que se hallarán ciertas diver­ gencias con respecto al lenguaje alem án que se ha ido puliendo por el uso eclesiástico. Así, por ejem plo, peccotum origínale se ha traducido por “ U rsündc”9. Un algunos casos se con­ servaron expresiones griegas o latinas, com o sucede, por ejem plo, con el térm ino anathem a ,0 , porque la traducción alem ana corrien te por “ B ann” restringe considerablem ente el cam po sem ántico del térm ino original. El nuevo “ D enzinger” abarca tam bién, junto a textos griegos y latinos, textos en alem án, español, francés, inglés e italiano. C uando existen ediciones críticas, los textos se han revi­ sado conform e a ellas. D e lo contrario, la revisión se ha efectuado utilizando ediciones acadé­ micas. Por cierto, la revisión se ha realizado siem pre que surgían dudas acerca del texto. En total se han llevado a cabo unas mil enm iendas. El texto d e los d o cu m en to s de las ed icio n es 34" a 36" p resen ta conjeturas en toda una serie de pasajes, conjeturas que en la mayoría de los casos fueron recogidas por Eduard Schwartz. Parte de esas conjeturas servían evidentem ente para hacer frente a dificultades lingüísticas o teológicas inherentes a los textos atestiguados. En lugar de esas conjeturas se recogió en el texto la variante textual m ejor atestiguada. Con ello el nuevo “ D enzinger” no representa una edición crítica de los textos -p a ra eso habría sido necesario indicar las variantes textuales más im porta.,íes- , pero ofrece un texto bien exam inado criticam ente.

8. En la presente versión castellana, los textos han sido traducidos directamente de tos docu­ mentos originales según los criterios metodológicos que han presidido la versión ale­ mana de Peter Hüncrmann \N. del E.] 9. El término alemán corriente para designar el “pcccatum origínale” es “Erbsündc”, que propiamente significa ‘‘pecado hereditario” (N. del T.). 10. “ Bann” en alemán significa propiamente “proscripción”. “Anatematizar” a alguien no significa hacer de él un “proscrito” (N. de! T.). 39

Introducción 4.

D

is p o s ic ió n d e l o s d o c u m e n t o s

La presente edición 37" -co n fo rm e a la tradición del “D cnzingcr”- consta de dos partes: la primera parte com prende los credos o confesiones de fe de la Iglesia antigua (*1-76); la segun­ da parte, los docum entos del M agisterio eclesiástico (*101-4858). Los textos de la segunda parte siguen un orden estrictam ente cronológico, el cual ofrece inm ensas ventajas en com pa­ ración con una disposición sistem ática (véase lo que se dice sobre las cam biantes formas que se dio al Indice sistem ático del “ D cnzingcr”). Los docum entos del M agisterio eclesiástico se ponen siem pre en relación con los correspondientes pontificados de los obispos de Rom a. Los epigrafes indican de ordinario el titulo de los docum entos y la correspondiente fecha de su publicación. L os núm eros m arginales hasta el *3997 corresponden a los de la 36* edición. Los docu­ m entos “ Piam et constantem ” y “ Sancta m ater ecclesia” se situaron después de los textos del Concilio Vaticano II, de tal m odo que hubo que asignarles nuevos núm eros m arginales: *4400 en v ez de *3998, *4402-4407 en v ez de *3999-3999c. El suplem ento de la 36" edición fue insertado en el curso del texto, aunque conservándose los núm eros suplem entarios. Se supri­ mieron los núm eros m arginales de las ediciones anteriores a la 32" (de 1963), que estaban situa­ dos en el margen interior de las páginas. En vez de ello se ofreció una concordancia en el suple­ m ento. Para m ayor claridad. Schónm etzer indicó ya eí com ienzo de docum entos im portantes con núm eros m arginales que fueran fáciles de reconocer. En continuidad con esta tradición, los tex­ tos del Concilio Vaticano II com ienzan con *4001. Y, así, aparece la siguiente “estructura” : *125 *150 *250 *300 *500 *550 *600 *700 *800 *1000 *1300 *1500 *2001 *2101 *2301 *2600 *2800 *3000 *3401 *3700 *3900 *4001

C oncilio I de N icea C oncilio I de Constantinopla C oncilio de Éfeso C oncilio de Calcedonia S ínodo de Letrán contra los m onotelitas C oncilio l í de Constantinopla Concilio U d cN ic c a C onfesión de le de Berengario de Tours Concilio IV de Letrán Constitución “Benedictus D eus” de B enedicto XIL Concilio de Florencia Concilio de Trento Constitución “Cum occasione” contra Cornelio Jansen D ecreto contra los errores de los laxistas D ecreto contra los errores de los jansenistas C onstitución “A uctores fidei” contra los errores del Sínodo de Pistoya Bula “ Ineffabilis D eus” sobre la concepción inm aculada de María Concilio Vaticano 1 D ecreto “ Lam entabili” contra los errores de los m odernistas E ncíclica “Casti connubii” sobre el m atrim onio cristiano Constitución “M unificentissim us D eus” sobre la Asunción de M aria C oncilio Vaticano II

5 . R e e l a b o r a c ió n

del aparato

A S chónm etzer le corresponde el gran m érito de haber redactado breves introducciones históricas a los diversos docum entos del “ D enzinger” . Estas introducciones son tam bién en ocasiones una ayuda para la com prensión teológica de dichos docum entos. A veces se obser­ va en ellas cierto interés apologético, seguram ente no intencionado. Los textos de las intro­ 40

Introducción

ducciones fueron refundidos en cuanto a su fondo y a su forma, y lo m ism o se hizo con los títu lo s de las colum nas, con los epígrafes y con las notas a pie de página. Los datos sobre ediciones de textos y las citas bibliográficas fueron revisados y, en m uchos casos, actualiza­ dos. Los textos de nueva incorportación fueron provistos de ordinario de las correspondientes introducciones. Los índices fueron revisados y com pletados para que recogieran los docum entos de nue­ va incorporación. F,n el índice de los docum entos del M agisterio eclesiástico citados según sus palabras iniciales, se incluyeron tam bién las palabras iniciales de los esquem as de los que tan sólo se hace m ención. Los índices onom ástico y analítico contienen no sólo entradas en latín sino tam bién en lengua vernácula. En el índice onom ástico se m antuvo el criterio obser­ vado hasta ahora, es decir, se recogieron únicam ente los nom bres de aquellas personas que son de im portancia para los correspondientes pasajes. N o se recogieron, por ejem plo, los desti­ natarios (que no interesan en concreto) de las cartas de C ipriano ó de A gustín. En cuanto a los lugares, se m encionaron tan sólo, com o se había hecho hasta ahora, los lugares en que se cele­ braron concilios o sín o d o s y los países o lugares de origen de credos o confesiones de fe. Los nom bres se m encionaron casi siem pre en la forma vernácula usual. La rcclaboración del índice sistem ático supuso un esfuerzo considerable. Se tuvo en cuenta la totalidad de los pasa­ jes citados en la edición de A dolf Schónm ctzer. Pero las citas fueron clasificadas según nue­ vas divisiones. Se recogió sin m odificación alguna la sección sobre declaraciones m utuam ente contradictorias de docu m en tos del M agisterio eclesiástico. El índice sistem ático hubo que refundirlo a fondo, en virtud de los nuevos planteam ientos teológicos del Concilio Vaticano II y de los docum entos postconciliares. Las divisiones según conceptos - por ejem plo, en el ámbito de la eclesiología —dem ostraron no ser útiles para recoger declaraciones esenciales del Concilio Vaticano II, por ejem plo, en cuanto a la fundam entación de la Iglesia en el misterio de la Trinidad, y en cuanto al concepto del pueblo de Dios. Las traducciones latinas de textos griegos se conservaron únicam ente cuando, por su ori­ gen, poseen una relevancia propia, com o sucede, por ejem plo, con los textos del Sínodo de Lctrán del año 649. Las abreviaturas de los libros bíblicos en los textos griego y latino se atienen a los criterios de In Vnlgntn, según la edición de Slutlgart* *. Para los textos en alemán se siguen las “direc­ trices de Loecnin” . La num eración de los salm os, en los textos griego y latino, corresponde n la num eración que aparece en los correspondientes m anuscritos; en los textos en lengua verná­ cula se sigue la num eración de los m anuscritos hebreos. La edición oficial y auténtica de las actas de la Sede A postólica son a partir del año 1903 las ASS (37 [1904/1905]), a las que sucedieron poco después las A A S (1 [1909]). Las c i­ tas [...] se refieren a la p aginación original de las A SS o de las A A S . Se suprim ieron las referencias editoriales al CIC/1917. Inm ediatam ente antes del texto de los documentos se m en­ cionan las ediciones y, en caso necesario, los resúm enes analíticos (los regesta). Si los epígrafes de los textos pertenecen al texto auténtico de los docum entos (com o suce­ de, por ejem plo, en los docum entos del C oncilio de T rcnto), entonces se ofrecen de ordina­ rio en su original latino y en su traducción vernácula. En el interior de un texto se hace referencia a otro texto por m edio del correspondiente núm ero marginal precedido de asterisco (*). En los índices las referencias se hacen por medio de la sim ple indicación de los núm eros m arginales del texto al que se remite. Las notas a pie de página remiten a los lugares en que se hallan las citas, a las paráfrasis y a las proposiciones condenadas. La referencia se efectúa por medio de la indicación de los correspondientes núm e­ ros m arginales del tex to al que se refiere en cada caso la nota a pie de página. Para m ejor distinción, el núm ero m arginal de la nota a pie de página Jleva, adem ás del asterisco, la cifra correspondiente a dicha nota.

11. Biblia Sacra, iuxta Vulgatam versioncm, adiuvantibus B. Fischer OSB e.a., recensuil ct brevi nppnrntu instruxit R. Wcbcr OSB (Stuttgnrt 31983). 41

Introducción

II.

In d ica cio n es p ara el uso teo ló g ico del “ D en zin g er”

Las explicaciones que vam os a dar a continuación para facilitar el uso teológico del pre­ sente “com pendio” tienen necesariamente carácter sumario y de simple introducción. N o podrán reem plazar un estudio profundo de la epistem ología teológica y de la doctrina sobre los prin­ cipios teológicos. No obstante, el esbozo que vam os a ofrecer, podrá ser útil para recordar al usuario con form ación leoV gien los estudios realizados anteriorm ente y ayudará al profano que lea este libro a evitar la form ación de ideas equivocadas.

1.

El

t e s t im o n io d e la

Ig l e s i a

y la p r o c l a m a c ió n d e l

M

a g is t e r io

Jesucristo confió a toda la Iglesia la tarca de continuar su m isión, dando testim onio del Evangelio. Los m inistros de la Iglesia se hallan al servicio de este encargo de proclam ación dado a todos los creyentes. Cuando los ministros, por medio de la predicación y la instrucción, exponen de m anera verdadera y ftcl el Evangelio, entonces están equipando a las com unida­ des y a los individuos para que crezcan en la fe y lleven a cabo su encargo. Por tanto, la enseñan­ za del M agisterio es parte del testim onio total de la Iglesia. Puesto que la acción Jel M agisterio de dar testim onio de la fe en el nom bre de Jesucristo va dirigida a la Iglesia, esta acción se efectúa de m anera autoritativa: “Quien os escucha a voso­ tros, a mí me escucha” ÍLc 10,16). L os obispos, desde luego, no son portadores de la revela­ ción; son testigos de la revelación trasm itida por Jesucristo y los apóstoles, y se hallan bajo la Palabra de Dios. Al m ism o tiem po es verdad que el pueblo de Dios, para cuya edificación fue­ ron designados los obispos, ha recibido ya el don de la Palabra de Dios, porque se trata de un pueblo creyente. De ahí se deduce que en la situación de la proclam ación existe una rela­ ción entre personas m aduras. Los oyentes poseen en la fe el derecho y la obligación de for­ m arse un ju icio sobre la proclam ación efectuada por el M agisterio en la Iglesia, a fin de acep­ tarla responsablem ente y en conciencia. El “am en” de la com unidad a la oración y a la homilía del obispo o del presbítero fue estim ada expresam ente en la época patrística com o un juicio afirm ativo pronunciado por el pueblo creyente. La acción de escuchar, la aceptación de la revelación en la fe y la acción de dar testim o­ nio de la fe llegan a ser posibles por medio del don del Espíritu Santo. Este Espíritu, que com u­ nica la com unión vital de los creyentes —por m edio de Cristo - con el Padre, ilum ina cons­ tantem ente de nuevo a la Iglesia para la acción de dar testimonio original de ese acontecimiento de revelación y de redención, tal com o fue creído en la Iglesia apostólica. Puesto que tanto el testim onio de toda la Iglesia com o el testim onio de! M agisterio se refieren al Evangelio, tal com o se halla atestiguado norm ativam ente en la Escritura y en la tradición apostólica, vem os que el testim onio de los Padres, la palabra de los obispos y de los papas, y la tradición de la Iglesia en su oración, en su liturgia y en su praxis de fe constituyen las fuentes y criterios de segundo rango. En efecto, el único E vangelio puede sólo trasm itirse, cuando es expuesto y, al m ism o tiem po, deslindado para su preservación. Ahora bien, la exposición y el deslinde pre­ servativo se docum entan precisam ente en las variadas form as adoptadas por ia acción de dar testim onio de la fe. En todo ello hay una gradación interna de normatividad. Las diversas acciones de dar testim onio del Evangelio se hallan abiertas por principio y de igual m anera para todo el que está en la Iglesia, a! poseedor de un m inisterio no de m anera diferente que al teólogo o que ni laico. A partir de ellas se m ide todo testim onio concreto acer­ ca de la fe: tanto el testim onio m inisterial com o el testim onio de los individuos o de las com u­ nidades. Este hecho de m edir no puede ser un sim ple proceso de control efectuado con la vara de m edir de form ulaciones previas. El Evangelio es “ la Palabra de la vida” ( l Jn 1,1). que libe­ ra para un “ nuevo pensar” y para una “nueva conducta” . Por eso, la trasm isión de la fe, que fundam entalm ente es siem pre tam bién una propagación efectuada por una com unidad que usa un lenguaje, se diferencia del “servicio prestado a la letra”. 42

Introducción

2. L a e n s h ñ a n z a a u t é n t i c a La tarca de la proclam ación del M agisterio eclesiástico es una tarca llena de responsabi­ lidad y difícil. Las verdades fundam entales de la fe deben exponerse en cada m om ento para que lleguen hasta la vida cotidiana de los individuos y de las fam ilias, hasta las situaciones sociales y culturales. En esta labor de interpretación concreta, que ha de realizarse incesan­ temente, puede llegarse n acentuaciones unilaterales, a conclusiones falaces, a engaños y erro­ res. Puesto que la revelación de Dios en Jesucristo es com len/o y no consum ación del reino de Dios, puesto que con el Espíritu se dan tan sólo las arras y la prenda de la gloria futura, por ello m ism o la proclam ación efectuada por el M agisterio es una traducción del E vangelio a las diversas dim ensiones de la vida y, por tanto, está som etida fundam entalm ente n las con­ diciones del conocim iento hum ano, que es finito, y de la praxis hum ana, que tiene sus lim i­ taciones. Esto significa que los obispos tienen que recurrir a aquellas ayudas, a aquellos m eca­ nism os de seguridad y a aquellas form as institucionales acreditadas, que la finitud hum ana ha desarrollado para el fom ento de su conocer y de su praxis. Por otro lado, al oyente, com o cristiano m aduro que es, se le exige que sepa distinguir en la proclam ación lo que es esencial y lo que no lo es; que sepa reconocer la tendencia fundam ental de los enunciados, desligán­ dola de los detalles, y que entienda la proclam ación con su com prensión integral de la fe. La acción de escuchar con espíritu no es m enos im portante que la acción de proclam ar y enseñar con espíritu. La asistencia que está prom etida a ía Iglesia, se refiere a am bos aspectos y se m anifiesta, en tre otras cosas, en el uso adecuado de las facultades y capacidades hum anas, tanto por parte de los representantes del M agisterio com o por parte de los creyentes que escu­ chan. El hecho de que la Iglesia perm anezca en la verdad tiene su fundam ento en Jesucristo, quien, com o el Señor exaltado que es, se halla presente —en su Espíritu —en la Iglesia. Ahora bien, este hecho de perm anecer, que es un don divino, se trasm ite siempre a través de la “nece­ dad de la p re d ic a c ió n ” , a trav és del esfu erzo po r una recta in terp retació n y esc u c h a del E vangelio, a través de la conversión y la renovación. En la extensa corriente del testim onio de la fe dado por el M agisterio, ocupan un puesto especial las decisiones doctrinales. En la vida de los diversos creyentes, en la praxis y en la com prensión cxtslcnlc en las com unidades o en las iglesias regionales y en la Iglesia univer­ sal. pueden surgir ab u so s y síluacioncs de peligro para la fe que reclam en un ju ic io claro, que dictam ine sí la correspondiente concepción o praxis es com patible o no con el Evangelio. La com petencia para em itir tales juicios doctrinales vinculantes corresponde, según toda la tradición, al Papa y a los obispos, com o pastores que son de la Iglesia. La com petencia se refie­ re a cu estiones de fe y de costum bres (ftdes et mores), porque en el E vangelio se trata de lo vida real en la gracia de Dios. Hasta el C oncilio de Trento se entendió por m ores las usan/as y las for r a s de vida en la Iglesia; pero en la edad m oderna se entendió casi siem pre por este térm ino la m oral en sentido estricto. Las decisiones doctrinales se basan en los testim onios norm ativos de la fe, esbozados sum a­ riam ente con anterioridad, y son de especial interés para la elaboración de la adecuada com ­ prensión de la fe, porque en ellos —ante planteam ientos críticos —se em iten de ordinario dictá­ m enes bien p o n d erad o s. La presente recopilación está integrada en su segunda p arte por tales docum entos. Estas decisiones doctrinales no deben confundirse con la proclamación gene­ ral del Evangelio. N o sustituyen - ni siquiera consideradas en su totalidad —a la proclam ación del Evangelio, sino que la com pletan en un aspecto especifico. Precisam ente por ello llenen su significado para la captación m ás nítida del Evangelio. Tales decisiones son, obviam ente, de diferente peso, de diversa autoridad y distinta obligatoriedad. La autoridad y la obligatoriedad se determ inan por un conjunto de criterios. Un prim er cri­ terio se deriva de la autoría. Hay diferencia en que sea un obispo particular, la com unidad do los obispos, un concilio ecum énico, un sínodo particular o una conferencia episcopal, el Papa o una congregación de la curia romana los que adopten la decisión doctrinal. Cuanto más exten­ sa sea la com petencia rectora, tanto m ás im portante será la decisión doctrinal. La auprem a com petencia rectora con respecto a la Iglesia universal se halla en el Papa y en la com unidad

Introducción

de los obispos. Un segundo criterio se deriva del sector de los destinatarios a quienes va diri­ gida la decisión doctrinal. C uanto más extenso sea el sector de los destinatarios, tanta m ayor im portancia corresponde a la pertinente decisión doctrinal. Un tercer criterio se deriva de la cuestión tratada. Hay que distinguir entre las cuestiones centrales de la fe y de la moral y los asuntos que son m ás intensam ente periféricos o sim plem ente disciplinares. En cuarto lugar, es importante la cuestión acerca de las fuentes de las que se deriva la decisión doctrinal. Puede tratarse de una verdad que está atestiguada expresa o im plícitam ente en la E scritura y en la tradición; puede tratarse de deducciones teológicas, o quizás de consecuencias derivadas de principios m orales evidentes —y, por tanto, de principios filosóficos. Finalm ente, la decisión doctrinal puede basarse en la tradición de la Iglesia y en la costum bre firm em ente estableci­ da. Un quinto criterio lo ofrece la form a en que se presenta una decisión doctrinal. En la for­ ma se m anifiesta de qué manera entra en ju eg o la com petencia doctrinal. Una instrucción debe valorarse de m anera diferente que un decreto, una encíclica o la constitución de un concilio ecum énico. Para determ inar el peso de una opinión doctrinal, se precisan cuidadosas aclaraciones que se orientan por los m encionados criterios y que tienen en cuenta el cambio histórico en las for­ m as del ejercicio de la autoridad y la coordinación o subordinación de las distintas autorida­ des. Entre las reglas de la herm enéutica teológica se cuenta la de que la obligatoriedad pro­ piam ente tal no hay que atribuirla a las introducciones, fórm ulas de conclusión y diversos argum entos, ni a las explicaciones y citas, sino únicam ente al núcleo de los enunciados. Las decisiones doctrinales com prenden frecuentem ente censuras teológicas con las cua­ les se designa lo reprobable que es una doctrina. A partir de la tardía Edad M edia, especial­ m ente en el curso de la Edad M oderna, se encuentran adem ás calificaciones teológicas que designan el grado de certeza con el que se pueden adm itir las doctrinas eclesiásticas. Hasta la alta Edad M edia se utilizaron las antiguas valoraciones que hablaban de ortodoxia y de hete­ rodoxia. H ay que tener en cuenta que las condenas (Á naqem atlzom en, dam nam us, etc.) no designan necesariam ente la estricta oposición a la doctrina revelada, sino tam bién infraccio­ nes de la eclesialidad. N o toda doctrina condenada es una herejía en sentido estricto. Con el tránsito al siglo xiv com ienza una diferenciación de las censuras. Dada la im portancia cada vez m ayor que la cuestión de la certeza de una proposición va adquiriendo en el ám bito de la filosofía de la Edad M oderna, se procede a elaborar las calificaciones teológicas. Las distin­ ciones usuales son: i na doctrina es “de le divina” (de fid e divina), cuando de m anera explí­ cita o im plícita forma parte de la revelación. Una doctrina es “de fe divina y católica” (d efid e divina et catholica), cuando adem ás es presentada form alm ente por el M agisterio de la Iglesia para que sea creída. Una proposición “ linda con la fe” (fidei proxinw m ), cuando según la opi­ nión acorde de los teólogos d ebe co nsiderarse com o verdad revelada y se halla defendida por la Iglesia, pero sin ser presentada com o verdad revelada. O tra calificación im portante se refiere a las verdades que, desde luego, no están contenidas formalmente en la revelación, pero se hallan en estrecha relación con ella, de tal m odo que el M agisterio eclesiástico las presen­ ta com o verdades definitivas. En estos casos, se habla tradicionalm cntc de una “verdad de fe eclesiástica“ (d efid e ecdesiastica). Existen, adem ás, opiniones teológicas que son calificadas de diferentes maneras. En el uso de las censuras y de las calificaciones teológicas, el Magisterio se orientó por el lenguaje teológico de la correspondiente época.

3.

La e n se ñ a n z a in fa lib le

En contraste con la proclam ación y la enseñanza falible se halla la enseñanza infalible, que corresponde al Papa y a la com unidad de los obispos, pero que no se opone a ella com o una realidad com pletam ente distinta. Lejos de eso, am bas cosas se hallan íntim am ente relaciona­ das y tienen su raíz en el don del Espíritu concedido a la Iglesia entera, un don que m antiene a la Iglesia en la verdad y que no p erm ite que el com ún sentir de fe del pueblo de D ios se extravie. P or eso, el sentir com ún de fe del pueblo de Dios es designado com o indefectibilis, 44

introducción

com o algo que no puede fallar. De ese don divino, concedido a la Iglesia universal, participa también a su modo el M agisterio eclesiástico. La enseñanza infalible constituye—com o quien dice - la cum bre im plícita de la enseñanza auténtica o m agisterial. Hay enseñanza infalible en forma de M agisterio o rdinario allá donde los obispos, esparcidos por todo el orbe de la tie­ rra, proclam an unánim em ente que algo es verdad de fe. El consenso constituye la razón de la certeza y el carácter acreditado de la verdad. Hay que distinguir de ello la enseñanza infa­ lible del M agisterio extraordinario. El Concilio Vaticano 1 fundam enta la necesidad de tal com ­ petencia en el hecho de que, en cuestiones de fe y de moral, pueden surgir “peligros”, más aún, “daños” que hacen que sea necesaria una decisión fiable acerca de ellos, ya sea que la corres­ pondiente concepción o la praxis en cuestión se muevan en el marco del Evangelio o bien que falseen el Evangelio. En los C oncilios Vaticanos l y II se enum eran sum ariam ente aquellas fuentes y aquellos criterios por los que el Papa (y lo m ism o se diga de los concilios universa­ les y de la com unidad de los obispos, cuando no actúa conciliarm cntc pero sí en un acto for­ m alm ente colegial) puede deducir la conform idad o la disconform idad de una doctrina con la fe. Se enseña así la posibilidad de que la Iglesia posea una suprem a certeza de fe, a fin de que la Iglesia universal conserve su unidad y pueda seguir siendo fiel a susfundam entos. La base la constituye la prom esa de la asistencia del Espíritu Santo. Cuando se dice que las definiciones infalibles son “ irreform ables” (in v fo r n ta b if e s ) por sí m ism as, no por el asentim iento de la Iglesia, esto quiere decir: Las proposiciones form ula­ das por el Papa no necesitan, para ser vinculantes, el posterior asentim iento del episcopado, asi com o tam poco las definiciones de un concilio legitimo necesitan recibir de nuevo, para ser vinculantes, el asentim iento de otra instancia distinta. Son una últim a instancia, de tal m ane­ ra que en contra de tal decisión no puede apelarse a otra instancia diferente. Por m edio de las decisiones infalibles en m ateria doctrinal, los diversos fieles y la Iglesia universal no son indu­ cidos a engaño o a error. Pero esta calificación no significa que las definiciones constituyan en lodos los casos las respuestas ideales, es decir, las respuestas absolutam ente logradas a los problem as de la fe y de la m oral, y que después no puedan replantearse de nuevo, acla­ rarse c incluso com pletarse. Es obvio que todas las definiciones necesitan ser interpretadas; su sentido debe interpretarse siendo insertadas en la com prensión integral de la fe y en el con­ texto de la tradición de la fe. Claro que la posibilidad, así caracterizada, de una certeza de fe no tiene vigencia absolu­ ta. sino tan sólo en relació n con una realidad de fe que sea cap az de definición y que, por tanto, pueda deslindarse claram ente y determ inarse en sí unívocam ente. El M agisterio ecle­ siástico no podría definir en su totalidad la verdad de la revelación. De esta m anera aparece también de nuevo el carácter extraordinario de esta forma de enseñanza.

4.

Pt'I.IORO.S

H N til. U S O t ) R I . “ D l i N Z I N G I v R ”

Yves Congar, en un famoso artículo*. llamó la atención sobre una serie de peligros que pue­ den surgir en el uso - superficial, ingenuo c irreflexivo- del “ Denzinger” : - L a presen tació n su cesiva de textos que en sí son de im portan cia m uy distinta, puede suscitar K im presión de que. con ello, se trata d e los párrafos de un código de leyes, todas las cuales son más o m enos iguales. - S e puede fom entar la idea de que para los fieles hubiera “una entidad superior, única en su genero .... el M a g is te r io e c le s iá s ti c o , que los supervisara, los adoctrinara com o el m aestro en una escuela, les im pusiera correcciones y determ inara lo que se puede sostener y lo que no se puede sostener”2. Con ello se pasa por alto que hay m uchas m aneras de preservar c inter-

1.

Ü b e r eien r e c h te n G e b r a u c h d e s “D e n z in g e r ”, cn: Situation und Aufgabe der Theologie

2.

heule (Paderborn 1971) 125-150. ibid.. 141. 45

Introducción

prctar la fe. La tradición m enciona a los Padres c igualm ente a la liturgia, a los grandes teó­ logos, etc. Los docum entos del Magisterio eclesiástico constituyen tan sólo una forma de sem e­ jante interpretación prese*vadora de la fe. -H a y que protegerse de la opinión de que los diversos tecnicismos teológicos posean exac­ tam ente el m ism o sentido en todos y cada uno de los docum entos. La am plitud de significa­ do de un m ism o térm ino varía a m enudo considerablem ente en las distintas épocas. Por ejem ­ plo, sacram entum y dogm a experim entaron notables desplazam ientos sem ánticos: * - L a selección de los textos, tal com o se habla efectuado hasta ahora en el “ D cnzingcr” . relegó notablem ente a segundo plano m uchos testim onios del M agisterio de sínodos particu­ lares y de sínodos provinciales y de algunos obispos, en favor de los docum entos doctrinales pontificios. Con ello pueoc surgir una imagen equivocada del M agisterio ordinario en la ple­ nitud de sus formas. -H a y que tener en cuenta, finalm ente, el contexto total en el que se hallan todas las defi­ niciones y declaraciones del M agisterio, listas son expresión de la vida de fe y pretenden esti­ m ular una vida religiosa que esté henchida del Espíritu. Así que tales textos se com prenderán sólo de m anera correcta y apropiada, cuando no se entiendan -p o r decirlo a s í- “desde el exte­ rior”, cuando no se los interprete “en sentido jurídico” , com o si fueran preceptos que se im po­ nen, sino com o testim onios de fe. El uso teológico adecuado del “Dcnzingcr” no conduce, ni mucho menos, a una estéril “teo­ logía del D enzinger” . Esa “teología” representa, más bien, un uso indebido de esta recopila­ ción de textos. La gran utilidad del correcto uso deí “Denzinger” comenzará a m ostrarse abun­ dantem ente a quien sepa m anejar con espíritu genuinam ente teológico esta recopilación.

Introducción

I II.

I n d ic a c io n e s p a r a la le c tu r a

Presentación de ¡as variantes textuales Cuando en lo lectura variante se am plia el texto, la am pliación se indica entre corchetes (en escritura normal); la abreviatura de la rúenle en la que aparece el texto com parativo precede (en caso necesario) en letra cursiva. K jc m p lo (cf. *23): se com pleta con “ huius” : earnis \LO M oz\ huius] rcsurrcctioncm . Cuando en la lectura variante se omite parle del texto, el texto om itido en la prim era lectura se indica en letra cursiva; luego sigue el signo f-f J. !■'j c m p l o (cf. * I 5 y 22): se om ite “a m ortuis”: tertin die rcsurrcxil a m ortuis [-!}. Cuando en la lectura variante se m odifica el texto, el texto de la primera lectura se indica en letra cursiva en toda la extensión de la variante; luego sigue la lectura divergente entre corchetes y en escritura normal. Il j e m p lo (cf. *30): en lugar de “ inferna” se lee “inferos” : ' descendit ad inferna [Caí Brv: inferos]. Cuando en la variante divergente se m odifich el orden de sucesión de las palabras, las p ala­ bras que se trasponen van escritas en letra cursiva y están m arcadas con cifras voladas; esas cifras aparecen luego en orden traspuesto entre corchetes. H jc m p lo (cf. *6): se trasponen “confítcm ur” y “crcdim us” : ^confitem ur ct ^credim us [2-1]. Un e j e m p l o en el que parecen tres de los casos explicados anteriorm ente (cf. *22): scpultus (est |, tertin die a mortnis |-!] resurrexit, assum ptns est in c/tcfns |in cnclum nsccndit|... ^ T e x .o p r i n c i p a l : sepultos, tertia die a m ortuis resurrexit, assum ptns est in cáelos... T ex to c o m p a r a t i v o : scpultus est, tertia dic resurrexit, in caclum asccndil...

Num erales y ordinales * 1000 2400° 30 0 0 °° *1531' l/I/l. 49

lió ) )S-)7 12a, 15b

= Núm ero que. en las referencias que aparecen en una parte del texto, desig­ na un texto de esta m ism a obra. = Nota introductoria antepuesta a un documento. = Introducción a una colección de textos, antepuesta a laprim era nota intro­ ductoria. —Nota al pie de página correspondiente al núm ero marginal 1531. = Torma de citar obras que constan de varias partes publicadas sucesiva­ mente (por ejem plo, volum en, volum en parcial, fascículo). F£l núm ero que sigue a la com a designa la página, de no indicarse otra cosa. “ Página(s) y Hnca(s) citada(s). - Página(s) y colum na(s) citada(s) (a: colum na izquierda; b: colum na derecha). 47

introducción

17C = Página o colum na con indicación de la sección. 60s = Página o núm ero citado y la siguiente página o número, fol. 4r, fol. 6v = Folio 4 recto, folio 6 verso. [241] — Indicación de la página de la edición oficial de los docum entos de la Sede A postólica (ASS desde 37 [1904/1905] y AAS desde 1 [1909]).

A breviaturas generales articulus = aliis verbis [con otras palabras] = al ii [otros] e alemán = apéndice = apostólico = artículus o artículo = arzobispo = nssertio = bienaventurado capftulus, caput = circa [aproximadamente] = canon capítulo confcr, conferatur [véase, compá­ rese] = citatus, citati, etc. [citado(s), etc.] cit. col. columna = Collectio Coll. = eollige [deduce] coll. = conclusio [conclusión] concl. =* congregación congr. - constitución const. controv. - controversia coroll. = corollarium [corolario] = causa cs. = certamen dm . = del año d. a. = dccisio [decisión] dec. = düTicultns [dificultad] diffic. = disputatio disp. = disquisitio disq. » distinctio dist. = documentum, documento doc. dogmat. = dogmático = dubium, dubitatio [duda] dub. e(x). g(r,).= exempli gratia [por ejemplo] = et al ii [y otros] e. a. » edición o ediciones ed. = edidit, editio ed. a(rt) a.v. al. alem. apend. apost. art. arzb. ass. bien. c. CO. can. cap. cf.

48

encicl. ep. etc. expl. expos. fase. fol. fundam. grhist. hom. ibid. id. instr. junior l. I.e. n. not. otr. PPpar. penit. propos. Ps.-... public. qOOqc. r reg. resol. resp. s s san sel. sed . Septg.

= encíclica epistula [carta] et cetera [etcétera] explicación expositio fasciculus [fascículo] = folio = fundamentum [fundamento] = griego histórico - homilía = ibidem [allí mismo] = idem [el mismo] = instrucción el (más) joven = liber / linea [libro / línea] = locus citatus [lugar citado] = numerus [número] = nota(s) = otros = página pars / pagina [parte / página] = lugar(cs) paralclo(s) - penitenciaría = propositio [proposición] Pseudo-... = publicado [por] = quaestio [cuestión] = qacstiuncula recto (cara anterior del folio) = regesta, resumen analítico = resolutio [resolución] = responsio [respuesta] = sequens, siguiente = siguiente » san, santo = scilicet [a saber] = sectio [sección] 8 Septuaginta, La (Versión de los) LXX

= = = = =

Introducción

sist. SS. SS

supl. t. tcol.

sistemático = sequentes, siguientes = siguientes = suplemento = tomus (tomo, volumen] = teológico =

lit. tract.

titulus [titulo] » tractatus [tratado) v(b)- g(r)= verbi gratia [por ejemplo] V = verso (cara posterior del folio) vol. = volumen [tomo]

A breviaturas bibliográficas AAS AbhBayA k

= A cta Apostolicae Sedis (R om a 1909ss) A bhandlungen der Bayerischen Akadem ie der Wissenschaften, Philosophisch-philologische und historische Klasse (M unich 1835ss) A CColon = A cta et Decreta Concilii Provincii C o lo n ien sis... a. Dni. M D C C C L X ... celebrad (C olonia 1862) ACO c = A cta Conciliorum Oecumenicorum, E. Schw arte, cd. (Estrasburgo 1914; Berlin - Leipzig 1922-1940); 2." Serie (Berlin 1988ss) AmlCK The Am erican Ecclesiastical Review (Nueva York - Cincinalti 1889-1905; 1943ss) AnRoll — A nalecta B ol/andiana (Paris - Bruselas 1882ss) A nF. = Analecta Ecclesiastica (Rom a 1893-1911) A nlP ~ A nalecta Iuris P ontiftcil (Rom a 1855-1891) Apoll = Apollinaris. C om m entarius iuris canonici (Vaticano 1928ss) ArchFrPr = A rchivum Fratrum P raedicatorum (R om a 193 Iss) Archl IDLM A = A rchives d 'Histoire D octrinale et Littéraire du M oyen-Âge (Paris Î926ss) ArchK K R = A rchiv f ü r Katholisches Kirchenrecht (M ainz 1857ss) A rchLK G M A = Archiv f ü r Literatur- und K irchengeschichte des M iftelalters (Berlin 1885-1900) ArchTGrnn = Archivo Teológico G ranadino (G ranada 1938ss) ASS = A cta S a n cta e Sedis (R om a 1865-1908) ASyll “ A cta Sancti Domini Nostri Pii IX., ex quibus exccrptus est Syllabus (R om a 1865) ASyn = A cta Synodalia Sacrosancti Concilii O ecum enici Vaticani secundi (Vaticano 1970-1980) RarAIC - A nnales Ecclesiasfici a Christo nato ad annum 1198, C. Baronius, O. Raynaldus, l. L odcrchius, eds. (Lucca 1738ss); A. Thciner, cd. (B arri-D ucis 1864ss) BcilrGPhThM A = Beiträge zur Geschichte der P hilosophie u n d Theologie des M ittelalters (M ünster 189 Iss) BckSchUl.K = Die B ekenntnisschriften der E vangelisch-Lutherischen Kirche (G otinga 1967fi) Bill.IC ** B ulletin de Littérature Ecclésiastique (Toulouse 1899ss) BocW = J.F. Boclimcr, C. Will, Regesta archiepiscoporum M aguntinensium (Innsbruck 1877ss) Bruns = 11.1h. Bruns, C ánones Apostolorum et Conciliorum saec. IV - VII (Berlin 1839) BullCocq = Bullarum, Privilegiorum ac Diplom atum Rom anorum Pontificum am plissim a collectio, C. C ocquclincs, cd. (Rom a I739ss) B ulll'r = Bullarium Franciscanum, Rom anorum pontificum constitutiones, epísto­ las ac diplom ata continens, J.H. Sbaralea, K. Eubel. eds, (Rom a 17591904; 1929-1949) BullLux = M agnum Bullarium R om anum (Luxem burgo 1727ss) =

49

Introducción

BullOP BulIRCt BullTau CaANQ CaKA CdICF CdLuc C1C CivCnlt CIPL CoD eD e COeD

CotILac CollPF CouE CpChL CpCIiL.CM C pR cf CSEL CVÍs DALtg DenCh DivThomPl DThC DuPIA

EnchB EnglHR EstEcl ÉtFranc FIP Frdb FThSt Funk GCHSch

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Bullarium O rdinis Praedicatorum, Th. Ripoll, A. Brém ond, cds. (Rom a 1729-1740) Buttarti Rom ani C ontinuatio (cf. BulfCocq),. A. Barbèri, R. Segreti, cds. (Rom a 1835ss) Buharum, D ip/om atum el P rivi/egiorum R om anonm i P ontißcum Tauriensis editto, G. Tomassclli et. a i, cds. (Turin 1857-1872) C.P C aspari, A he und neue Q uellen zur Geschichte des Taufsymbots und der G laubensregel (C hristiraia i 879) C.P. Caspari, Ungedruckte, unbeachtete ... Quellen zu r G eschichte des Taufsymbots un d der G laubensreget (Christiania 1866ss) Codicis Iuris Canonici Fontes, P. Gasparrä, I. Scrédi, cds. (Roma 1923-1939) E l Codice Lucerne de la C olección C anónica Hispana, C. G arcía GoldAraz, cd., parte 1: R econstrucción (Rom a 1954) Codex Iuris C anonici (Rom a 1917; 1983) f.a C iviltà C attolica (Rom a 1850ss) C /avis Patrioti Latinorum, E. Dckkcrs. cd.: Sacris Erudit i. Jnnrbock v o cr G odsdienstw etcnschappcn 3 (Stccnbruggc 1951; 19612 ) Constitutiones, Decreta, D eclaradones, cd. por la Secretarla generai del Concilio Vaticano 11 (Vaticano 1966) Conciliorum Oecumenicorum Decreta, ed. por Centro di Documentazione. Istituto per le Scienze R eligiose, Bologna (B arcelona - Friburgo - Roma :9 6 2 2; 19733) A d a et D ecreta Sacrorum Conciliorum recentiorum. Collcctio Laccnsis (Friburgo 1870-1890) CoUectanea S. C ongivgationis de Propaganda Fide (Rom a 19072) Epistolae Romanorum Pontißcum a S. Clemente usque a d Innocentitim I l i , P. C oustant, ed. (incom pleto; Paris 1721) Corpus Christianorum , Series Latina (Turnholt I953ss) Corpus Christianorum , Continuatio M cdicvalis (Turnholt I966ss) Corpus Reform atorum (Berlin I834ss) C orpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum (Vicna I866ss) C oncilios ìlsig ó tico s e Hispano-Romanos, .1. Vives, cd. (Barcelona M adrid 1963) D ictionnaire d'A rchéologie Chréfienne et Liturgie (París 1907-1953) H. Dcnifle - E. Chatclain, Charlularium U niversitatis Parisiensis (Paris 1889ss) Divus Thom as. C om m entarium de philosophia et theologia (Piacenza 1880ss) D ictionnaire de Thóologle C atholique (Paris 1903ss) Ch. du Plcssis d 'A rgcntré, C ollodio iudicionim de novis erroribus qui ab indio X II s a c c u li... usque a d a. 17 ¡3 in Ecclesia proscripti sunt et notati (Paris 17281; I7552) E nchiridion Biblicum, cd. por la Pontificia Com isión Bíblica (R om a 19614) English llisto ric a l Review (London 1886ss) Estucóos E clesiásticos (M adrid 1922ss) Études F ranciscaines (París 1899ss) FlorÜ^gium P atristicum (Bonn 1904-1941) Corpus Iuris Canonici, E.L. •! riedberg, cd. (Leipzig 1879-I8812) Freiburger Theologische Studien (Friburgo 191 Oss) F.X. Funk, Patres A postolici (Tubinga 190tss) Die G riechischen Christlichen Schriftsteller der ersten drei Jahrhunderte (B erlin - Leipzig I897ss)

Introducción

Greg Giiibcrl IlaC llJb I In lrénikon JK J'l'hSt Kann iris Katholik KIT KllA KUHS I.Ok l.tzni MaC MGII MigThC NArch

NGWGOtl NKD N vR'lh ö stV JK T h O rt'h rl'cr PcrRM or PG PL PoR PTS RBén RcchScRcI RcchThAM RHL RllLRcI RHPIiRcI

G regorianum (Rom a 1920ss) J. de G uibcrt, D o c u m e n t a e c c l e s i a s t i c a c h r i s t i a n a e p c r f c c t i o n i s S t u d i u m s p e c t a n t i a (Rom a 1931 ) J. H ardouin, A cta Conciliorum et Episto/ae decretales ac Constitutiones Sum m orum Pontißcum ab anno 34 a d annum ¡714 (París 1714-1715) H istorisches Jahrbuch der G örtvs-G esel/schaß (M ünster -M unich I880ss) A. 1lahn, G.L. I !ahn, B ibliothek der Sym bole und Glaubensregeln der Alten Kirche (Breslau I8973) Irénikon (A m ay sur M euse - Chcvctognc 1926ss) Ph. JafTc, Regesta Pontißcum Romanorum, S. LOwcnfeld, F. Kaltcnhrunncr, P. Ew ald, cds. (Leipzig 1885-1RRR2) The Jo u rnal o f Theological Studies (O xford - London 1899ss) J.N. Karm iris. Ta2 dogm atika2 kni2 sym bolika2 m nhm ci9a lh9w 3 0 n io d o ljo y Knuolikh9w 3Lkklhsilavv, vol. I (A tenas (952) D er Katholik (I Estrasburgo - M ainz 18 2 1 -1 9 18) Kleine Texte fü r Vorlesungen un d Übungen, M. Liclzmann, cd (Bonn 1902ss) K. K ünstle, AntiprisciUiana (Freiburg 1905) K. Künstle, Eine Bibliothek der Symbole und theologischer Traktate zur B ekäm pfung des PrisciUianismus (M ainz 1900) Uturgiewissen.sehäßliche Q uellen u n d F orschungen (M ünster I957ss) Sym bole der Alten Kirche , 11, Lictzm ann, cd. (KI T 17-18; Bonn 1914^) Sacrorum Conciliortim nova et am plissim a co/lectio, J.D. Mansi, cd. (Florencia 1759-1827; Paris - Leipzig 1901-1927) M onum ento G erm aniac H istórica inde ab anno 500 usque a d annum 1500 (H annover - Berlin 1826ss) Theologiae Cursus com pletas. J.-P. M ignc, cd. (Paris 1838ss) N eues Archiv der G e sellsch a ß ß \r ältere deutsche G eschichtskunde zur B eförderung einer G esam tausgabe der Q uellen deutscher Geschichte des M ittelalters (I lannover 1876-1936) N achrichten der G esellschaft der W issenschaften in Göttingen (Berlin 1884ss) N achkonziliare Dokumentation, cd. por el Instituto Litúrgico de Trévcris (Trévcris 1967-1977) N ouvelle Revue Théologique (Lovaina 1869-1940; 1945ss) Ö sterreichische Vierteljahrsschriß f ü r K atholische Theologie (Vicna 1862-1874) O rientalin Christiana Periódica (Rom a I935xs) Periódica de Re Morafi, Canónica, Litúrgica (Rom a !903ss) P atrologiae C ursus completus, Series G racca, J.-P. M ignc, cd. (Paris 1857ss) P atrologiae Cursus completus. Series Latina, J.-P. M ignc, cd. (Paris 1844ss) A. Potthnst, R egesta Pontißcum Romanorum inde ab a n n o p. Christum 1198 a d annum 1304 (Berlín I874ss) Patristische Texte und Studien (Berlín - N ueva York I964ss) Revue Bénédictine (M arcdsous I884ss) Recherches de Science R eligieuse (Paris 1910-1940; 1946ss) Recherches de Théologie Ancienne et Médiévale (Lovaina 1929-1940; 1946ss) R evue d'H istoire Ecclésiastique (Lovaina I900ss) R evue d '/listo ire et Littérature Religieuse (Paris 1896-1907) R evue d'H istoire e t P hilosophie R eligieuse (Estrasburgo - Paris 192lis ) 51

Introducción

RiTr RömQ Routh SbBayA K SbWicnAK ScuolaCatt SGTr SouChr ST TD TheiTr Thl ThPrQ ThQ ThR TU Tum er

VigChr Viva ZKG ZKTh ZNTW ZSavStKan

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Cánones et Decreta Conciíii Tridentini ex editione R om ana a. M D C C C X X X IV repetiti, E.L. Richter, cd. (Leipzig Ï853) — Röm ische Q uartalschrift f ü r christliche Altertum skunde u n d fü r Kirchengeschichte (Rom a - Friburgo !887ss) M .J. Routh, ReHquiae sacrae sive auctorum fere iam perditorum 2' ct 3' sacculi p. Christum naturn quae supersunt (Oxford 1846ss) Sitzungsberichte der B ayerischen Akadem ie der W issenschaften zu München, philosophisch-historische Klasse (M unichIK60ss) Sitzungsberichte der Wiener Akadem ie der Wissenschaften, philoso­ phisch-historische Klasse (Wien I848ss) La Seit ola C atioiica (M ailand 1873) Conci/ium Tridentinum, D iariorum, A ctor um, Epistularum, Tractatuum nova Collectio, ed. por la G örres-G esellschaft (Friburgo 1901ss) Sources C hrétiennes (París i 941 ss) S tu d ie Testi. B iblioteca Apostólica Vaticana (Vaticano 1900ss) Textus et Documenta, Seríes thcologica (Rom a !932ss) A cta'genuino Sacrosancti oecum enici Conciíii Tridentini, A. Theiner, ed. (Z agreb - Leipzig 1874) A. T hiel, Epistolae Rom anorum Pontificum ... A Sancto H ilario usque a d P elagium II (inconcluso; Braunsberg 1868) Theologisch-Praktische Q uartalschrift (L inz 1848ss) Theologische Q uartalschrift (Tubinga 1819ss) Theologische R evue (M ünster I902ss) Texte u n d U ntersuchungen zu r G eschichte der altchristlichen Literatur (Berlín - Leipzig 1882ss) Ecclesiae O ccidentalis M onum ento iuris antiquissima. C anonum et C onciliorum graecorum interpretationes latinae, C.H. Turner, cd. (O xford 1899-1934) 1îg d ia e Christianae. A R eview o í Early Christian Life and Lnnguagc (A m sterdam I947ss) D. Viva, D dm natarum thesium theologica trutina. Partes 1-3 en un volu­ men (Padua 171 P ) Zeitschrift f ü r K irchengeschichtc (G otha - Stuttgart 1876ss) Zeitschrift f ü r K atholische Theologie (Innsbruck 1877ss) Zeitschrift f ü r die N eutestam entliche Wissenschaft un d die Kunde der älteren Kirche (G iessen I900ss) Zeitschrift d er Savigny-Stiftung f ü r Rechtsgeschichte, Kanonistische A bteilung (W eim ar 1911-1944; 1947ss)

*2 P rim era P arte C O N F E S IO N E S D E FE Las c o n fe s io n e s de fe p re s e n ta d a s en e ste m an u al son fó rm u las q u e p o seen un te n o r litera l fijo. C om prenden las verdades de fe m ás im portantes. Fueron confirm adas por la autoridad eclesiástica y se utiÜ7nban de ord inario para la confesión pública de la fe. Fu la presente colección no se lum tenido en cuenta las fórm ulas que son ofrecidas sólo de m anera vaga por los escrito res eclesiásticos, o no presentan una form a bien definida, 'tam p o co se recogen las reconatruccioncs p u ram ente hipotéticas o inciertas. A sim ism o, no se han incluido las fórm ulas de fe de carácter puram ente privado. Las co n fesiones que se derivan de un acto solem ne del M agisterio eclesiástico, y que poseen tal co n ­ tenido doctrinal que puede atribuírseles la m ism a im portancia que a otros docum entos d e dicho M agisterio, se han incluido entre los “ D ocum entos del M agisterio ec lesiástico" que se recogen en la segunda p arte del presente m anual. A dem ás, se conoce desde hace m ucho tiem po la época de su ¿parición: se trata de confestones sin o d ales y de confesiones de fe que fueron presentadas o aceptadas por los Papas. A q u ellas confesiones cuyo origen perm anece en la oscuridad, porque fueron form ándose só lo pau la­ tin am en te en el trascurso de la vid a de la Iglesia y que se em plearon en la liturgia, difícilm en te podrían haberse incluido en la colección de docum entos agrupados cronológicam ente. Por eso, es conveniente for­ m ar con ellos un grupo aparte. E sto tiene la ventaja de que es m ás fácil com parar las confesiones de fe que poseen el m ism o origen o que tienen entre sí alguna afinidad. , ,

C O N FE SIO N E S DE FE SEN C ILL A S Las siguientes confesiones constan de una serie de artículos dispuestos de m anera uniforme. I: C n rta de los Apóstoles (versión etiópica) Se trata de una obra apócrifa, que se escribió en A sia M enor hacia los años 160-170. El titulo ocu lto en el texto fue descubierto por C. S chm idt; anteriorm ente se la consideró erróneam ente com o u na parte del Textamentum tu (U itilaca D om ini Aiostri Icxu C hristi, que es otra obra apócrifa. Ediciones: C. S chm idt, I. W njnbcrg, G espräche J e su m it seinen Jü n g e rn nach d er A uferstehung. Ein ka th o lisch -a p o sto lisch es S en d sch reib en d es 2. Jahrhunderts. Kap. 5 (T U 43/111; L e ip zig 1919) 32 / L. (lu c triet. /,i* Testam ent cn Grillige de Notre Seigneur Jéxttx-Cht Ist, Knp. 16 (Pnlrologin O rientalin 9; Paris 1913) 192. (Entre eoreheles Ins adiciones posteriores.]

| f.os cinco p anes del m ilagro narrado en h íc 6,39 son interpretados alegóricamente com o una confesión de f e que consta de cinco artículos: tn et et el et

Patretrt dom inatorcm universi, in lestim C hristum {salvatorcm nostrum ]. in Snnetum Spiriturn [Pnrnclitum ], ¡n sanetnm Kcclcsiam, in rcniissíoncm pcccatorum .

cn el Padre dom inador del universo, y cn Jesucristo [nuestro Salvador], y cn el Santo Espíritu [Paráclito], y cn la santa Iglesia, y cn la rem isión de los pecados.

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2: Papiro litúrgico I)£r Balyzeh Se trntn de un fragm ento del siglo vi, hallado cn el A lto Egipto, que contiene la litu rg ia d e m ediados del sigloiv; pero parece que la liturgia que se encuentra cn él es m ucho m ás antigua. La laguna existente cn el texto entre ANAXTAXI |...| AI IA es com pletada asi por algunos: ávríctam fv, xal) á y fa mQoXncó éiocXno (a. En ve/, de esta lectura difícil, será preferible seguram ente la reconstrucción propuesta por J. A. Jungm ann (7.KTh 48 ( I9 2 4 | 465-471) y aceptada por C. II. Roberts: dvdotaoi(v £v xf\) ... . Cf. las construcciones sem e­ jantes cn *3 s 60 62. Ediciones: C.l I. Roberts, IV Capelle, An early euchotogion: The D ér-fíali:eh Papyrus en targed a n d rerr/z/ec/ (Itib lio lh é q u c du M uséon 23; L öw en 1949) 32; p h o to g ra p h isch e R ep ro d u k tio n en , Taf. 6 / P. de Punict, in: RUén 26 (1909) 4 2 /D A L lg 2/11 (1925) 1 8 8 4 /K e lly 92 / Ltzm 26.

Mto te ó « elq 0 có v rtottépoi navtoKpdxopa Kat cipolyti, las C o n stitu tio n cs A postolorum VIH, y el 7hstam entum D ontini N ostri le su C h risti (cf. *3-5 62-64 60s). En el O ccid en te no se conservó sino una sola versión latina, que es, si, fragm entaria, pero digna de crédito, a saber, en el Códice p a lim p sesto de V erona LV 53 (h acia el año 400). Ln c o n fesió n de fe co n serv ad a en él se en c u e n tra en forma interrogativa, que es m ás antigua que las form as enunciativas. L a p rim era parte d e la co n fesió n , qwc contiene lagunas, puede reestablccerse a base de los C ánones H ip p o lyti (*64). Esta versió n no pu ed e d eri­ varse de la form a rom ana, que es m ás antigua, en cuanto nosotros la conocem os (* 1 Is), sino q ue quizás se deriva de una ra íz com ún anterior. E d ic io n e s.L a T radición A p o stó lica . H ip ó lito d e R om a (S a la m a n c a 1986); E. H au ler, D id a sca /ia e Apostolorum fr a g m e n ta Veronensia ¡atina (L eipzig 1900) I lO f (F ragm ent LX X III) / B. B ottc, La Tradition Apostolique de saint Hippofyte. Essai d e reconstntc-tion (M ünstcr 1963) 48 50 / S ouC hr 1 Ib is (París 19841) 84-86 / K elly 95 / L tzm 1Os.

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[Credis in Deum Patrcm omnipotentem?] Credis in Christum Iesum, Filium Dei, qui natus est de Spiritu Sancto ex Maria virgine, et cnjcifixus sub Pontio Pilato ct mortuus cst ct sepultos, ct resurrexit dic tertin vivus a mortuis, et ascendit in caelis et sedit ad dexteram Patris, venturus iudicare vivos et mortuos? Credis in Spiritu Sancto, et sanclam Eccíesiam et camis resurrecjonem?

[¿Crees en Dios Padre omnipotente?] ¿Crees en Cristo Jesús, Hijo de Dios, que nació por obra del Espíritu Santo de María virgen, y fue crucificado bajo Poncio Piloto y murió y luc sepulta do, y al tercer día resucitó vivo de los muertos, y subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre, vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos? ¿Crees en el Espíritu Santo y la santa Iglesia y la resurrección de la carne?

R om a, siglo ni ('fo r m a rom ana m ás an tig u a ”

“R ”)

11: Salterio del rey Etclstnno S e trata de un libro litúrgico m onástico de com ienzos del siglo ix, que, después del Salterio propiam ente tal, ofrece una confesión de fe transcrita en escritura anglosajona. La confesión de fe se cu en ta en tre las form as m ás antiguas del tipo “ R” . E diciones: H n § 18 / L tzm 10 / C aU Q 3,5. Texto com p arativo [las divergencias entre corchetes]: M a rc e lo , obispo de A n d r a (G alacia / A sia M enor), para defenderse de la acusación d e herejía, apeló al P apa hac ia el año 340. En su carta dirigida al P apa Julto 1 insertó el cred o bautism al del m ism o Papa. Ediciones: En Epifanio de Salam ina, Contra haeresespanaria, hacr. 7 2 ,3 ,1: public. p o r K. Joll (G C hSch) 3,258 / F O ehler 2/1 (B erlin 18 6 1) 52 / PG 42.385D / E. K lostcrm ann, D ie F ragm ente M arceli* (G C hSch: E u seb iu s 4 (L e ip z ig 1906), A n h an g ) 2 1 5 19.24 (F ra g m e n t 129 / K elly 106 / H n § 17. - P a rece q u e la palabra “ natépet” (“ P adre”) se om itió p o r descuido, y que el m iem b ro de la frase “£ti>úv a lo ív io v ” (“ vida eterna” ) se añadió p o r contam inación con la versión oriental (cf. *40-55).

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Confesiones estructuradas Plioxeóo) ei ló v a ú x o ij

y en Cristo Jesús, su Mijo unigénito, nuestro Señor, que nació del Espíritu Santo y M aría vir­ gen, que fue crucificado bajo Poncio Pilato y fue sepultado, y al tercer día resucitó de los m uertos, subió a los ciclos y está sentado a la diestra del P adre, desde donde viene a juzgar a los vivos y a los muertos;

T Ó V J IO V O Y E V H , T Ó V K lS p iO V % ic 5 v , t ó v y e v v r iG é v x a é ic r tv e ^ p a T O « ; á y í o u K a l M a p í c « ; * x í f y j J ia p G é v o u , t ó v ¿ re í n o v t f o D n i A x 4 x o o a T a o p io G é v x a K a l x a t p é v x c t , K a l x f l x p í x j ) x*i^iép n a t p ó < ; , ó G e v C p X e t a t K p l v a i [ K p t v e i v ] {¡c o v x c u ;*

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