Cultura y Compromiso - Margaret Mead

Colecci6n LIBERTAD Y CAMBIO dirigida por Eduardo Goligorsky L ALEX COMFORT: Los fabricames de angustia (El miedo a la c

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Colecci6n LIBERTAD Y CAMBIO dirigida por Eduardo Goligorsky

L ALEX COMFORT: Los fabricames de angustia (El miedo a la cond"cta sex"al) 2. A. S. NEILL: Hijos en libertad 3. BERTRAND RUSSELL, BARRY FEINBERG y RONALD KASRILS: Bertrand Russell responde (Se · lecci6n de Sft correspondencia) 4. JOHN K. GALBRAITH: Como controlar a los mI' lirares 5. GABRIELLE RUSSIER Y RAYMOND JEAN: Cartas desde la prisi6n

Granica editor Cerrito 1010, 6'? piso. Of. 103. Tel. "4-3266

) ,

Bue nos Aires, Argentina

7. BROOKS R. WALKER: La sociedad del adulrerio

OIRECTOR: Juan Gron ica COORDINACIOf'i.l Y PRODUCCION: Jorge Piotigorsk,

8. JEAN DALSACE y A.-M. DOURLEN-ROLLlER Por )' contra el aborto

ARTE: Leandro Hipolito Ragucci

FOTOGRAFIA: Jorge Miller SECRETARIA: Carmen Figueroa RELACIONES PUBLICAS , Ado Ko,n

6. MARGARET MEAD : Culruta y rompromlso (Estll dio sobre la ",ptura generacional)

1

9. JEROME K. SKOLNICK: EI porque de la violencia

CULTURA Y COMPROMISO

..

• 7

dOli'

Ie/Ie Nr

Margaret Mead

CULIURA Y COMPROMISO ESTUDIO SOBRE LA •

RUPTURA GENERACIONAL

~

W

granica editor

Titulo del ariginol ingles:

CULTURE AND COMMITMENT

~

BNDICE

A Study of the Generation Gap

Natural History Press / Doubleday & Co. Inc., 1970 © 1970 by Margaret Mead

1~ 2~

edicion: noviemb,e de 1970 edicion: abril de 1971

Traduccion: Eduardo Goligarsky Este libra se arigino en el cicio de conferencias Man and Nature pronunciado por 10 autaro en The American Museum of Natural History en morzo de 1969, en opartunidad de ce!ebrarse e! centenario de la instituci6n.

® by granica editor 1971. I

Hecho eJ deposito que marco 10 ley 11.723. !mpresa en la Argentina - Printed in Argentine.

Prefacio

13

Illtroduccion

19

Capitulo 1 EL PASADO CIt/tltras postjigurativas y antepasados bien conocidos

33

Capitulo 2 EL PRESENTE Culturas cojigurativas y pares jamiliares

63

Capitulo 3 EL FUTURO Culturas prejigllrativus e hijos desconocidos

95

Apelldices

127

A la madre de mi padre y

a la hija de mi hija

PREFACIO

Hace veinte alios, mieniras 11nfrenta con angustia el futuro. reducido a 1a condici6n de un ser deforme y mutilado al nne obligan a continuar viviendo, v a1 Clue recuoeran ingeniosa v carifiosamente para 1a vida y el funcionamiento par~ial mediante el mismo sistema oue salva a Sl1 hien predtspnesto compafierito de cuarto. Cllanda comnrendemos que auienes han aportado dinero v tiemoo y pericia para posibilitar semejantes milagros son cipdadaJlQs - v en la mavorla de los casos ciudadanos que no disienten activamente - de un ..p' pals quel ibra una k!!§ en la Due el na.palm (lUema diariomente a mas ninos que los Due 10< hosOttales de ese genero pueden salvar en un afio. se nos paraliza el coraz6n. Nos sentimos obligados a preguntar ', stamos atra])aao. . "Estamos atrapados, aUOQue no pOT una serie de instintos inmutableiQue determinan lie siem re en tOdns los casus ~rriremos a a agresi6n contra los em s, y a su e~ taeln, cada vez que seamos suficientemente fuertes 0, para Cltar una teoria no menDS convincente, cada vez que seamos demasiado debiles? dEstamos atrapados en cambio • Miembros d~ una fratE'rnidad (Orilt'f nf Ih(' \.fy..ti(· Shrilll') 110 mas6nka pern (j1lt" s'-'!o aUlJlilc a cahalknr.; h:mpJ.lrius y lIIaSUIlCS ue 320 g,.do. (N. del T.)

26

CULTURA Y COh,IPROMlSO

dentro de un conjunto de inventus lIamado civilizaci6n, el cual se encuentra ahora tan bien apuntalado por la teeno· logia y la expansi6n demognlfica que debemos seguir un ~mbo prefijad~ que nos conduce bacia la - = c ci6n, tal como 10 'slgweron todas las civilizaciones anno.es, 'Pero esta vez en u na escala planetaria que pondra fin a la historia de los habitantes de Ill, Tierra del sistema solar? Si creyera q ue esta es Ia respuesta - que cuanto mayor sea la ca!!acidad del hombre para inventar, elaborar y trasmitir culturas co Ille 'as tanto mas seguro es que que ara are· sado en un entomo cultural Que, aunque permitiera grandes ogro , 10 cOhduciri.... ineVl ablemente a la destrucci6n y el orro - no habri.. pronunciado estas dise aClOnes. I papel de Casandra s610 es Uti! cuando los mismos profetas no creen en eL ... Quien se tomant el trabajo de alertar sobre la

~

ecatombtt por v~r a menDS que pueda ofrecer una me" r

alternativa futura, ya sea en forma de medidas capaces dOevitar-dicha hecatombe 0 de preparativos para el otro mundo? Cuanto mayor es la vehemencia can que se pre lca erapocalipsis, mayor es tambien el compromiso que sa contrae con la conquista de un mundo mejor. La respuesta puede consistir en la promesa espuria. de que el hombrt partir.. rumbo a otro planeta despu",s de haber saQueado v destruido la tierra. 0 puede ~onsistir en la alternativa abscilutamente trascendental de que el' Senor se ha hastiado de nosotros y nos permitira desencadenar catastrofes en rawn de las cuales los escogidos ingresaran en el cielo y los repudiados se consumiran etemamente en los fuegos del infierno. Cuando no se entendian las causas, de los grandes cataclismos, era viable la concepci6n de un QiQuue purificaba mediante el fuego a el diluvio pero rescataba a algunos hombres para el futuro de la tierra, idea esta que permitia en verdad que quienes la alimentaban sobrevivieran a las peores vicisitudes. Perrnitia Que los ~s vivieran y des· plegaran su fJ,J.eIZa... y su _optimism a contra obstaculos colosales, confiando en que ellos, los elegidos, se .salv.arian. As, es como los hombres han vuelto a construir una y. otra vez sobre las laderas de los volcanes. En Kansas, los habitantes de cada una de las pequenas ciudades que jamas han sido

lNTRODuccrON

asoladas por un cicl6n continuan pensando que ellos, preferidos por encima de -los demas, nunca padeceran los efeclos de un meteoro. Y en algunas comunidades norteamericanas

los cientHicos se han sumado a las protestas de los pobla. dores locales contra la instalaci6n de ,bases peligrosas cerca de sus ciudades, plenamente consdentes de que si sus reclamos f"eran escuchados la base de proyectiles se constrniria cerca de otra ciudad habitada por otros individuos. ,EI £1sico Leo Szilard, quien desconfiaba de la especie de la que era un miembro tan destacado, propuso un sistema de rebe. nes para evitar la guerra nuclear, sistema este que depen. deria del ego,smo agresivo de Ulla ciudad norteamericana contrapuesta a otra con Ia condicion de que se eligieran ciu-

dades de determinada magnitud para el sacrificio. Ninguna de esta' visiones parciales del hombre, que a veces 10 presentan como condenado y a veces como ~ &do, ya sea en el plano secular 0 en el religioso, se salva dentro de nuestro esquema actual de colonizaci6n en escala mundial con un sistema tiDieo de intercomunicacion. No

b asta ningun program a espurio que prom eta )a evasion me· diante la conquista espacial, ninguna doctrina acerea de un Dios que destruiria a los muchos para salvar a los pocos, ni nguna persistencia del optimismo dego. EI profeta que omite plantear una alternativa viable y sin embargo predica la hecatombe. forma parte de Ia trampa que pastula. No sOlo nos muestra prisioneros de una espantosa trampa de

factura humana 0 de faetura divina, de la CUll no bay esca· patoria, sino que tambien de'hemos oir dia por medio los discursos en los que describe como 13 trampa se derra inexorablemente. La l'aza humana, tal como esta criada,

educada y ubicada actualmente, no es capaz de escuchar semejantes profecias. De modo que algunos individuos baiIan Y otros se inmolan como teas bumanas; algunos conSumen drogas y ciertos artistas vuelcan su creatividad en series de mancha. distribuidas al azar sobre un 'fondo blanco. E.s posible que los que estan preocupados sean rouy pocos, y que por su numero reducido no puedan adoptar las me· didas necesarias para salvarnos. A menos que haya unn dotacion sufkicntc de estos hombres, estamos condenados.

28

CULTURA Y COMPROMlSO

Por eso me yergo aqui, no como Casandra, sino como alguien que ha vivido los ap'remios de la Segunda Guerra Mundial, cuando hostigados por 10 que pareda un desastre inevitable fuimos capaces de reunir, COmo pueblo, todos los recursos de los que disponiamos para detener esa catastrofe. Y ahora pienso que uno de los elementos esencia1es Que pueden ~yudar a salvarnos de una amenaza infinitamente mayor

es 1a disposici6n de cada uno de nosotros a utilizar 10 que sabemos en el presente reconociendo que 10 Que sabemos no basta. Entonces' e1 sentlmiento de urgencia era acu· ciante. Prevelamos la muerte de h ciencia v la cu1tnra humana tal como las conoclamos, v el nanfragio del mundo occidental baio el peso de una cultura demonlaca Que no s610 podia utilizar 1a tecnologia gestad~ par la dencia. sino Oue tambien podia impedir aue Ia mim1a ciencia produiera

un cambio humano emancipador. Vi,lumbnlbamo, un siglo de oscuridad medieval v nuestra eimcel)ci6n del tiempo v el espacio era tan limit ada que 6en ana, de eclipse de la cultura euroamericana nos naredan entonces' hn terribles Que no 'e podlan contemolar. Ouizas era precisamente por esa misma limitaci6n nue podriamos haberlos contemplado. En cambio, Ia posibilidad de Que toda la vida humana, ·Ia vida mism •. desaparezca de este olaneta, es a1go Que pocos seres humfiDos pueden imaginar. Para exnresarlo con

las metMoras de 1a teo10[(la 0 1a ciencia-ficci6n. los hombre. vel!JQdvelH's, que hahlan sido rec1ntados pOt un periodo dl.' tres alios, ingresaban en una s.ociedad total mente cofigurativa, cuyos canones se expresaban en un w

t-:1. PRF...