Cuidado de Enfermeria en Las Etapas Escolar y Adolescencia

CUIDADO DE ENFERMERIA EN LAS ETAPAS ESCOLAR Y ADOLESCENCIA. ETAPA ESCOLAR Una de las etapas importantes en el desarroll

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CUIDADO DE ENFERMERIA EN LAS ETAPAS ESCOLAR Y ADOLESCENCIA.

ETAPA ESCOLAR Una de las etapas importantes en el desarrollo de los niños es la etapa escolar, comprendida entre los 6 y 12 años de edad, en este se adquieren habilidades cognitivas para el procesamiento de la información y hay un fortalecimiento en el proceso de socialización, de igual se caracteriza por el anhelo de conocer y lograr propósitos, por la admiración hacia los maestros y otros adultos En general la etapa escolar constituye una etapa de buen pronóstico en relación con la salud para todos los niños y el crecimiento físico, aunque es lento, no deja de ser un crecimiento firme, hasta el estirón final que aparece al terminar el periodo que anuncia el principio de la pubertad. Los músculos y la grasa se desarrollan con mayor rapidez que la estatura de forma que los cuerpos resultan robustos. Esta etapa es conocida por diferentes nombres:  Años intermedios.  Años escolares.  Edad de pandilla.  Periodo de latencia.  Edad de los dientes flojos. 1. Características biopsicosociales y necesidades básicas del niño de seis a doce años: 1.1. Características físicas: El crecimiento durante los años escolares es lento y conlleva un aumento en el tamaño y en la maduración de los tejidos y de las funciones corporales, siendo el aumento en la talla más lento que en el peso respectivamente de 5 a 6cm/ año y 2kg/año.  

Se producen otros cambios corporales hacia los años intermedios: Las proporciones faciales cambian porque la cara crece más rápido que el cráneo. El ojo sigue creciendo muy lentamente hasta la pubertad, que es cuando adquiere el tamaño del de una persona adulta.



  

La mandíbula, especialmente el maxilar inferior, se ensancha debido a la salida de los dientes permanentes y aparecen a razón de 4/año, a partir de los 6 años, hasta los 12 o 13 años. El cuello es proporcionalmente más largo y delgado; el timo experimenta un proceso de involución variable en cada individuo. Las costillas cambian de posición horizontal a oblicua. El abdomen es plano poco voluminoso y desaparece la lordosis fisiológica.

Las características sexuales secundarias que se observan son las siguientes: 

En las niñas: aumento del diámetro transverso de la pelvis, ensanchamiento de las caderas, crecimiento de la areola y del tejido mamario, hipersensibilidad de los senos, sudoración axilar , aparición del vello púbico, cambio en la mucosa y flora vaginal, cambio en el PH de las secreciones vaginales (de alcalino a acido).  En los niños: sudoración axilar, aumento de la sensibilidad de los testículos a la presión, aumento de los tamaños de los testículos, cambios en la coloración del escroto, ensanchamiento de la espalda, aumento del tamaño del pene, aparición del vello púbico. 1.2. Valoración del crecimiento físico: Las variaciones físicas se deben, en parte, a factores genéticos y nutricionales, que afectan no solo a la talla, sino también al ritmo de maduración. El crecimiento en los escolares es básicamente constante, excepto en las chicas, ya que normalmente empiezan en la pubertad entorno a los diez años, lo que explica su ritmo cada vez mayor de aumento de peso entre los 11 y los 12 años. Los niños crecen más lentamente durante la etapa escolar y, así puede encontrarse niños bien nutridos que aumentan de peso tan solo entre 2 y 2.5kg y crecen unos 6cm por año, de manera que a los 10 años pueden pesar alrededor de 32kg y medir 1,37cm. En general, en esta edad parecen más estilizados porque se hacen más altos y cambian sus proporciones corporales. Su musculatura se hace más fuerte y aumenta su capacidad pulmonar, de manera que pueden correr con mayor rapidez y hacer ejercicios físicos durante más tiempo. 1.3. Crecimiento y desarrollo neuromuscular: 1.4. Desarrollo psicosocial: El escolar se desenvuelve en un contexto mucho más elaborado que en el estrecho circuito del niño pequeño, ya que estos la oportunidad de explorar el mundo en el que se desenvuelven que es mucho más amplio (comunidad,

escuela), con independencia del control de los padres; experimentan una nueva vulnerabilidad y una mayor competencia. Sus amistades son permanentes, sus rivalidades desafiantes y a veces hasta perturbadoras, tienen una compresión social del mundo más profunda y los valores morales entran en conflicto con facilidad. Los escolares a partir de su conocimiento social en evolución, adquieren los atributos de la personalidad, los mecanismos para desenvolverse en el entorno y las aspiraciones futuras. El grupo de compañeros es el más influente, debido que entre ellos desarrollan esquemas de interacción que regulan su vida, incluyendo reglas, rituales, líneas de pensamiento y formas de vestir entre otras. A medida que los escolares se hacen más fuertes y capaces a nivel físico, y más razonables y lógicos a nivel cognitivo, sus logros psicológicos y sociales van en aumento. Se hacen más independientes y empiezan a tomar sus propias decisiones y a gobernar su propia conducta y así pueden ser capaces desde ir de la decisión más sencilla (elegir su ropa), a la elección social de elegir un amigo, una deporte, una decisión moral, entre otras. La idea de los niños a esta edad sobre ellos mismos se forja en esta etapa a medida que van madurando sus aptitudes del conocimiento y se amplía la experiencia social. Esto les permite también darse cuenta de que pertenecen a uno u otro grupo étnico, religioso y social. Junto con la comprensión de ellos mismos, crece la capacidad para autorregularse cuando aprenden a controlar sus reacciones con motivos estratégicos para poder actuar en diferentes situaciones sociales, tanto en la escuela como en un acto social, y tienen autocontrol suficiente para actuar de forma apropiada en cada momento. Es la edad de las dudas sobre uno mismo, algo que se agudiza a medida que aumenta su autocomprensión y se hacen gradualmente más críticos, y su autoestima se reciente en cuanto empiezan a verse de forma más realista y con sus puntos débiles y fuertes. Por lo general tienden a evaluarse comparando sus habilidades con la de los demás, se van sintiendo responsables de sus limitaciones y creen menos en la mala suerte. Por ultimo pueden suceder varias cosas: el escolar pasa a la adolescencia sin haber sufrido estos problemas, pasa libre de los mismos por su propia capacidad para superarlos debido a su carácter, o por la ayuda que le ofrecieron los padres y los profesionales o, por el contrario, pasan a la adolescencia como emocionalmente incompetentes, en la creencia de ser inferiores y diferentes.

1.5. Desarrollo intelectual: Alrededor de los 6 años existe un cambio importante en el pensamiento y en el método del aprendizaje el cual da inicio la etapa de las operaciones concretas, el niño o niña se mueve de lo especifico a lo general, va más allá de la simple representación y puede empezar a controlar esa representaciones de diferentes formas. A esta edad el niño o niña empieza a realizar una serie de operaciones concretas o de habilidades las cuales son mentales y de tipo complejo como lo son la suma, la resta, las relaciones entre otros. Todas estas operaciones son reversibles puede sumar, restar y comprender que la resta es la operación inversa de la suma. Sin embargo, a esta edad las operaciones son aun concretas, ligadas a objetos y experiencias de la vida diaria. El escolar puede hacer magnificas clasificaciones, pero se le dificulta hacerlas mentalmente si los objetos no son visibles. Piaget supone que el niño va adquiriendo una serie de conceptos nuevos y complejos durante los años escolares entre estos podemos mencionar: 







Principio de conservación: se da cuando el niño o niña es capaz de comprender las propiedades del peso, la cantidad, número, etc, de los objetos que no se alteran aunque cambian la forma o la distribución espacial de los mismos. Este principio (cantidad y número) se adquiere alrededor de los cinco o seis años, luego la conservación del peso a los ocho o nueve años y por último la conservación del volumen a los once o doce años. Ordenamiento en serie: se logra cuando el niño o niña adquiere la capacidad de clasificar objetos en un orden serial, por ejemplo, ordenar un conjunto de cubos por tamaño, colores o tono. Concepto de transitividad: el niño es capaz de describir y razonar las relaciones existentes dentro de un orden consecutivo si X es más grande que Y, Y es más grande que Z, entonces X es más grande que Z, este concepto se adquiere alrededor de los siete años de edad. Inclusión de clases o clasificación: el niño o niña empieza a entender las relaciones existentes entre las clases de objetos, y que algunas de ellas pueden ser incluidas en otras, ejemplo, que un gato sea un animal y que hay más animales aparte de los gatos.

1.6. Desarrollo moral: El desarrollo moral del niño podría explicarse de acuerdo con la teoría del aprendizaje social propuesta por Piaget. Cuando este va a la escuela, empieza a moverse más allá del mundo de los padres, pasa menos tiempo con ellos y

más con otras personas. Paulatinamente empieza a tomar sus propias decisiones. A medida que aprende a hacerlo, se ve a sí mismo como igual a sus mayores (como los padres y los maestros) a quienes un día acepto como autoridades absolutas. Más aun, a medida que va creciendo , tiene un contacto cada vez mayor con una amplia gama de puntos de vista, muchos de los cuales contradicen lo que se le ha enseñado en casa. En un esfuerzo por reconciliar lo que ha aprendido de sus padres y de otras personas, a quienes también respeta; el niño llega a la conclusión de que no hay una norma absoluta e inmutable de la mortalidad, sino que los individuos pueden formular su propio código moral sobre el bien y el mal. Decide qué reglas va a seguir y se encamina hacia formular su propio código moral. 1.7. Desarrollo social: En esta edad los niños amplían su medio social más allá de los confines de su hogar aunque todavía depende del cariño y aprobación de sus padres, incrementa constantemente la compañía de sus amigos y adultos fuera del hogar, aquí el niño ha logrado resolver la relación que existía entre él y el progenitor del sexo opuesto, lo quiere, lo respeta y trata de ser como él, aprendiendo su propio papel social, y proyecta los valores siguiendo el ejemplo de los padres, de otros adultos y de otros niños. Se observa que la diferencia sexual se ha logrado completamente en esta edad, los niños y niñas tienden a formar grupos de su mismo sexo sintiéndose amenazados por el sexo opuesto. Otra característica importante es la seguridad de su papel sexual; en esta edad deben de tener cierto conocimiento de las diferencias anatómica, la satisfacción, la seguridad de pertenecer a su propio sexo. Los niños escolares desarrollan el sentido del humor del pudor del dinero y de la propiedad. Seleccionan sus amistades según sus gustos e intereses, son capaces de pensar en sí mismo como personas con derechos propios, pueden rechazar los límites rígidos por sus padres imponiendo su conducta. En el desarrollo social es muy importante el orden que ocupa entre sus hermanos, si es hijo único entonces se encuentra difícil deshacerse del concepto de ser el centro de atención y aprender a dar y tomar de la vida en grupo. Los niños que tienen hermanos mayores y menores sienten celos y envidia de ellos convirtiéndose el rendimiento escolar en la principal causa de celos fraternales sobre todo un niño o niña que es mentalmente inferior a sus hermanos.

Considerando las relaciones humanas a partir de los seis años el niño se convierte rápidamente en participante activo del grupo al cual pertenece. Todo niño escolar pertenece a un grupo del mismo sexo, tienen un amigo o amiga especial con quien comparte íntimamente sus cosas y hechos de la vida diaria. 1.8. Desarrollo emocional: Según Freud un niño o niña de esta edad está más absorbido por los problemas de la escuela y el juego que por el sexo, por lo cual designó este periodo como etapa latente del desarrollo de la personalidad. Erik Erikson la denominó etapa de la laboriosidad o industriosidad frente a la inferioridad porque durante los años escolares el primer problema del desarrollo es el concepto que el niño o niña tiene de sí misma. Erikson sostiene que el niño o niña debe dominar las habilidades sociales y técnicas para progresar en la escuela, o deberá enfrentarse a sentimiento de inferioridad. Por tanto, es cauteloso (a), cuidadoso (a), perfeccionista, competitivo (a), responsable e independiente. En esta etapa aparece en los niños el deseo de realizar actividades en grupo y comienza a desarrollar el sentido de la división del trabajo, recibiendo reconocimiento por sus logros. En este periodo, lo más importante para él o ella es destacarse dentro de su grupo de amigos, ser popular, hacerse notar. Existe el peligro que el escolar caiga en un sentimiento de inferioridad, si la adquisición es deficiente, todo esto asociado a la poca o nula estimulación de parte de su medio social y/o familiar. Así, cuando no supera los conflictos de las etapas anteriores de su desarrollo, tiende a ser vulnerable a sentimientos de inferioridad. 1.9. Desarrollo neurológico:

2. Situaciones especiales del niño en la edad escolar 2.1. Fracaso escolar:

2.2. 2.3. 2.4.

Orientaciones para evitar el fracaso escolar: Violencia escolar: Factores que intervienen en la adaptación escolar:

Durante el trascurso de su desarrollo, el niño o niña ha tenido que adaptarse a múltiples situaciones difíciles que lo (a) mantendrá alejado (a) de su hogar por más tiempo, especialmente de su madre. El ingreso a la escuela ofrece al niño o niña la oportunidad de convivir con un grupo diferente, ampliando así su círculo social, pero también le exige comportarse en determinadas formas que genere la aceptación de los demás. Por ello, es necesario que aprenda a controlar sus emociones y sentimientos, acepte la nueva disciplina y adquiera toda una serie de habilidades y conocimientos. Para ingresar los niños a la escuela hay que tener en cuenta su grado de madurez, y este se basa en 5 pautas básicas que debe manejar en forma óptima: 









Estar emocionalmente preparado (a) para separarse de su madre y el hogar. Es decir, que tenga cierta independencia, que salga a jugar o se traslade a otra casa sin ayuda de la madre. Estar capacitado (a) para relacionarse afectivamente con otros niños, esto se evidencia a través de las actitudes de alegría y satisfacción cuando se encuentra con sus amigos, especialmente ante un juego en el que podemos observar sus sentimientos ante el éxito y el fracaso. Haber adquirido el control del esfínter, esto les permitirá satisfacer sus necesidades fisiológicas (orinar y defecar), sintiéndose así más independientes y seguros de sí mismos. Estar en condiciones de caminar solos y con seguridad así podrá correr, explorar, buscar la satisfacción de sus deseos y necesidades. Si tiene alguna limitación física habrá que buscar otras alternativas para que esta experiencia no sea negativa. Haber alcanzado una adecuada coordinación en los movimientos de manos y ojos, al mismo tiempo que una destreza o habilidad manual, lo que le permitirá realizar fácil y eficazmente las diferentes actividades.

Es importante que conjuntamente los padres y profesores conceptúen acerca de la madurez psicomotriz y emocional de los niños antes de su ingreso al plantel, con el fin de facilitarles, la ayuda oportuna de un profesional en caso de existir diferencias o limitaciones, gracias a esta ayuda puede ir superando poco a poco sus problemas, por el contrario, puede detectarse tempranamente que debe ir a una escuela especial transitoriamente o para siempre. En esta forma se evitan frustraciones y fracasos innecesarios tanto en los niños como en los padres. Antes que el niño o niña ingresa a la escuela hay que prepararlo (a), como se hace para la llegada de un nuevo hermanito, para la hospitalización, etc.

Hay que explicarle para que se va a la escuela, que se hace durante el día, con quien estará y por cuanto tiempo. 2.5.

Fobia a la escuela:

Este fenómeno es usado en algunas ocasiones con equivalente de negativos para ir a la escuela, a veces por temor ilógico hacia ella. La frecuencia es igual entre niños y niñas y es muy común en los años iniciales escolares, pero los casos más graves son los que se presentan en los adolescentes. Son muchos los factores que la pueden originar. No habiendo relación directa entre la fobia y el estado socioeconómico, el origen étnico ni la religión, pero los padres, el profesor y los compañeros, son partes integrantes del cuadro clínico. Los factores causantes de la fobia se pueden dividir: escolares y familiares. Entre las fobias escolares se encuentran: 2.5.1. Maestro demasiado crítico: produce en el (la) niño (a) limitación y temor, a veces rencor, haciendo en ocasiones que los niños no puedan aclarar sus dudas respecto a determinada materia, disminuyendo el interés y la motivación por la escuela. 2.5.2. Condiscípulo agresivo: produce timidez o agresividad hacia el compañero (a). 2.5.3. Pandilla amenazadora: produce sentimientos de terror con 2 consecuencias: abandono de la escuela o entrar a formar parte de la pandilla. Entre las fobias familiares están: 2.5.4. Superproteccion de los padres: a los niños que no pueden abandonar sus madres se les dificulta la adaptación con los extraños, a enfrentar la competencia con sus compañeros en la escuela, a su vez, se muestran indisciplinados, inestables, agitados, tímidos e inseguros. 2.5.5. Rechazo de los padres: trae consigo trastornos de la atención ý estancamiento escolar, debido a esto se convierte en un estudiante perezoso y con fracasos en el estudio. 2.5.6. Incompatibilidad en el comportamiento y criterio de los padres: El (la) niño (a) se siente solo (a) y no sabe en quien confiar, lo cual le ocasiona trastornos en la atención poco interés por la escuela y bajo rendimiento escolar.

2.5.7. Exceso de autoridad en ambos padres: hace que el (la) niño (a) se muestre dócil y evasivo (a), no obedezca directamente una orden y como consecuencia de esto muestra dificultad de expresión, ausencias o faltas continuas al colegio 2.5.8. Factor económico: hace que los padres tengan que trabajar y como consecuencia de ello no vean en casi todo el día en sus hijos y no se comuniquen con ellos adecuadamente, Realmente es la falta de atención por parte de los padres y muchas veces no solo es el factor económico. Signos y síntomas de la fobia a la escuela: La ansiedad es el síntoma más llamativo y constante de la fobia hacia el colegio que en el comienzo puede ser brusco y desencadenada por algún acontecimiento del ámbito escolar. Al principio el síndrome tiene lugar en una mañana cuando el niño o niña se levanta o es casi hora de ir a la escuela siente pánicos de salir y presenta síntomas como nauseas, vómitos, dolor de estómago, fiebre, brotes, etc. que le impiden asistir a clases. El (la) niña siente pánico y/o miedo de dejar a sus padres, en especial a la madre. Esta ansiedad por la separación, es un estado emocional patológico en el que los progenitores participan de una relación mutuamente hostil y dependiente, cuya característica es la necesidad intensa de estar uno cerca al otro. Unos padres protectores posesivos y ansiosos, aumentan la ansiedad del niño o niña convirtiéndose esta situación en un círculo vicioso del cual es difícil salir. Otros temores que pueden estar relacionados con la fobia a la escuela podría ser por ejemplo: a personas extrañas, animales, timidez para visitar a otras personas o acudir a fiestas familiares. La fobia a la escuela se debe diferenciar de la vagancia, el niño o niña fóbico (a) desea acudir a la escuela y tiene ambiciones al respecto, pero el temor es más fuerte que sus deseo y permanece en el hogar, mientras que la vagancia en cambio, es una situación en la que prima el deseo de desperdiciar el tiempo inútilmente en el hogar o en la calle, en lugar de asistir a la escuela o hacer algo productivo. Tratamiento:

 

Determinar la causa de la fobia Orientar a padres y maestros conjuntamente para revisar las actitudes que tienen para con el niño o niña Ayudar al niño (a) y su familia a superar la fobia.

 2.6.

El robo:

Es común en la niñez y generalmente inocuo, si se le trata apropiadamente. Las causas son variables; entre ellas: Falta de enseñanza sobre el derecho a la propiedad El mal ejemplo de padres o familiares que roban muchas veces cosas sin mayo importancia, delante del niño o niña. Por ejemplo en los supermercados. A veces los niños roban para llamar la atención ya sea de sus padres hermano o compañeros, por no haber establecido buenas relaciones con ellos y sentirse rechazado (a), o para congraciarse con sus compañeros, con quienes reparte el producto del robo. Según haya sido el motivo que impulso al niño a robar se pueden clasificar en: Robo impulsivo: el niño obtiene una satisfacción inmediata Robo neurótico: aquí el niño desconoce el motivo por el cual lo hace, convirtiéndose el robo en la expresión de un motivo oculto. Robo generoso: el niño lo hace para dar regalos a sus familiares y/o amigos. Robo de venganza: el niño lo utiliza como un escape a una violencia o frustración. Robo de soborno: es cuando el robo es para obtener dinero con el cual se pueda sobornar a los compañeros. Estas clases de robo se producen exclusivamente durante un periodo de la vida, es decir, pueden ser accidentales, pero, si son mal manejadas pueden convertirse en algo habitual conllevando a los niños a la delincuencia juvenil en una etapa posterior. Prevención  

Enseñar a los niños el significado y el respeto de los derechos de propiedad. Explicarles que no siempre obtienen lo que desean.



No es aconsejable que los padres sean demasiado estrictos, no deben usar palabras soeces con los niños y menos llamarlos ladrón o ladrona.

Tratamiento Debe estar orientado principalmente a encontrar que impulsó al niño (a) a robar, realizando las siguientes actividades:  

Hacerle ver que el robo es un hábito pernicioso y que no le será tolerado. Orientar a los padres a analizar su propia conducta, para asegurarse que son completamente sinceros en su trato y sus acciones con el niño (a).

2.7.

La mentira:

Es empleada por los niños para engañar a las personas, no es común antes de los 5 años de vida. Las imprecisiones son comunes en el lenguaje de los niños pequeños, son incapaces de distinguir lo verdadero de lo falso y carecen de comprensión de los valores relativos como grande, pequeño, mucho y poco, usando incorrectamente las palabras durante sus primeros años de vida, siendo la fantasía, la imaginación y la exageración los recursos que utilizan con frecuencia como resultado directo de la imprecisión del lenguaje. A partir de los 7 años alcanzan la comprensión y veracidad, de ahí que, si persiste esta situación después de esta edad, es necesario prestarle mucha atención, pues la mentira se puede convertir en habitual y muchas veces se le continua utilizando hasta la edad adulta. Los niños pueden mentir por: 



Escapar de si: cuando los niños se sienten solos, mienten para escapar de ese mundo monótono y desagradable, inventando historias llenas de fantasías de lo que ellos quisieran vivir, en muchas ocasiones crean un amigo imaginario al que le cuentan todos sus secretos. Deseo de posición: El niño aquí se hace la idea que ha logrado obtener algo que hace mucho tiempo deseaba, y goza hablando de esto, dando por cierto que y lo tiene.



 





Evitar castigos: En aquellos hogares donde los padres son muy estrictos, los niños tienden a mentir para escapar de los castigos o regaños de sus padres. Esta situación es muy común en aquellos niños que dicen la verdad a sus padres sin embargo son regañados por estos, por lo cual deciden mentir inventando una disculpa que el padre o madre acepta. Venganza: En muchas ocasiones los niños recurren a las mentiras para desquitarse de sus padres y hacerlos enojar. Llamar la atención: Cuando el niño (a) se da cuenta que no es amado (a) en su hogar, miente para llamar la atención de sus padres a pesar que le puede acarrear un castigo, pero prefiere esta incertidumbre a la indiferencia de ellos. Ganar elogios y admiraciones: Cuando los padres le dan poca importancia al esfuerzo y al éxito del niño (a), este inventa éxito para su auto estimación, ganado la admiración y elogios de sus progenitores. Imitar: en oportunidades los padres mienten en presencia de los niños, lo cual se debe evitar.

Prevención La prevención debe estar orientada a:  

   

Los padres deben ser honestos en el trato con sus hijos, y no deben dudar de la palabra de ellos. Aceptar al niño (a) con sus metas y fracasos, motivarlos dándoles así ejemplo de buscar satisfacción en el trabajo cumplido y no solo en los resultados. No llamar a los niños mentirosos. Enseñarles la diferencia entre fantasía y realidad. Crear el sentimiento de verdadero y falso. Orientarlos a reconocer y admitir la inexactitud en las cosas que dicen o hacen.

Tratamiento. Está basado en:    

Orientar a los padres y familia a revisar sus actitudes. Determinar la causa que conlleva al niño (a) a mentir. Cuando el niño (a) miente, hacerle sentir que su conducta es indeseable y que no será tolerada; por medio del dialogo analizar esta situación. Remitirlo (a) al especialista cuando esto persiste, para tratarlo conjuntamente con sus padres.

2.8.

Escape o fuga del hogar:

Los niños se escapan de sus hogares por el deseo de aventura porque sienten que su hogar por enojo y resentimiento hacia los padres o por insatisfacción en el hogar. Por lo general la causa precipitada es un episodio desagradable en su hogar o en su escuela aunque la idea de escaparse puede haber surgido desde mucho tiempo atrás, son razones comunes el miedo a la desaprobación, cuando se presenta un mal informe escolar y preocupación por una entrevista amenazadora con el director. Otras causas pueden ser exceso de autoridad, discordia entre los padres, rechazo a los padres, rivalidad con los hermanos, aversión a la escuela, entre otras. La mayoría de los niños que abandonan o se escapan de sus casas no lo hacen muy lejos, simplemente viajan en bus, cuando se les acaba el dinero y la comida, desean regresar a su casa. Si esto no se maneja adecuadamente puede ocurrir que la abandonen de nuevo, cuando se produzca otra situación desagradable o el hogar sea poco atractivo. Algunos niños se escapan para buscar aventuras; en otros casos algunos niños (as) desean ayudar a sus familias, ganando dinero o desear más lujos para sí o simplemente desea viajar para ver el mundo. Otros niños se convierten en prófugos crónicos, roban para permanecer alejados más tiempo o se unen a un grupo antisocial. Tratamiento    

 

 

Evaluar los factores causales. Hacerles a los niños la vida más interesante en el hogar. Motivarlos a participar en actividades sociales. Al niño (a) que se escapa por primera vez y vuelve al hogar no se le debe decir que se vaya si lo desea, ya que tomará esto como falta de amor por parte de sus padres y piensa que no es deseado (a) en el hogar. Evitar la asociación con amigos con problemas de droga, alcoholismo, etc. Ayudarle a los niños (as) a comprender la inutilidad de su conducta y hacer análisis del comportamiento familiar; si es necesario buscar ayuda profesional. Hacerle comprender al niño (a) que es amado (a) y apreciado (a) por su familia. Cuando el (la) niño (a) regresa a casa, los padres deben mostrar comprensión de sus motivos para escaparse. Debe ayudarles a

comprender la inutilidad de su conducta y hacer un análisis del comportamiento familiar. 3. Principales problemas de salud: 3.1.

EPILEPSIA. El Diccionario de Epilepsia de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1973) define la epilepsia como: Afección crónica, de etiología diversa, caracterizada por crisis recurrentes debidas a una descarga excesiva de las neuronas cerebrales (crisis epiléptica) asociada eventualmente con diversas manifestaciones clínicas o paraclínicas. Epidemiología La prevalencia de la epilepsia activa de la población comprendida en estas edades oscila entre el 2.6 y el 5.7‰. El 17.2% de todas las epilepsias se inician entre los 3 y 6 años y el 17.7% entre los 7 y 11 años. Algunos se solapan su inicio con edades anteriores o posteriores. Etiología La etiología de la epilepsia es múltiple. En realidad, cualquier causa (metabólica, tóxica, tumoral, infecciosa, traumática, etc.) que pueda dañar el cerebro en general y el córtex en particular, es capaz de generar crisis epilépticas. No obstante, y a pesar de la ayuda diagnóstica que ha supuesto la tomografía axial computarizada, se puede afirmar que aún quedan en la sombra casi el 70% de los casos. Estas epilepsias de causa desconocida se denominan primarias o idiopáticas. El resto se trata de crisis epilépticas secundarias o sintomáticas a una lesión cerebral (que con frecuencia es microscópica y difícil de detectar). Las epilepsias idiopáticas suelen ser generalizadas y pueden tener un componente genético más o menos importante. Las sintomáticas, por su parte, suelen ser focales (aunque puedan generalizarse secundariamente) y los factores genéticos son mínimos. En el preescolar y, sobre todo, en el escolar, tiene lugar la eclosión de las epilepsias determinadas genéticamente, o idiopáticas, muchas de ellas con defecto genético conocido epilepsias genéticas), y, con frecuencia, autolimitadas en su expresión. Con menos frecuencia comienzan se sintomáticos en relación con factores lesionales varios – encefalopatía hipóxico-isquémica, infecciones SNC, enfermedades neurocutáneas, displasias corticales, etc. – y, en los márgenes inferiores

de esta etapa, SE aparentemente debidos a causas ocultas, o criptogénicos. Tipos de crisis epilépticas. Las crisis epilépticas pueden originarse en un área concreta del cerebro (crisis focales) o en la totalidad de las células cerebrales (crisis generalizadas). Entre las Crisis Focales o Parciales se distinguen: 1. Crisis focales elementales: sin pérdida de conocimiento. Pueden manifestarse por visión de luces, audición de sonidos, sacudidas en un brazo o una pierna, etc. 2. Crisis focales complejas: Se caracterizan por la pérdida de la conciencia, seguida habitualmente de movimientos de masticación, desviación de la cabeza, movimientos automáticos como arreglarse la ropa, etc. La conciencia se recupera lentamente, con confusión durante varios minutos. 3. Crisis focales secundariamente generalizadas: Son crisis focales, elementales o complejas, en las que se irradia la hiperexcitabilidad inicial al resto de neuronas cerebrales, prolongándose con una crisis convulsiva tónico clónica generalizada. Entre las Crisis Generalizadas se distinguen: 1. Crisis generalizadas tónico‐clónicas: comienzan con pérdida brusca del conocimiento y se continúan con rigidez de todas las extremidades, que se puede acompañar de labios morados, salida de espuma por la boca, mordedura de la lengua y eliminación de orina, siguiendo después una convulsión con sacudidas clónicas rítmicas que afectan a los dos brazos y a las dos piernas. Al fin queda un sueño profundo durante unos minutos u horas, tanto más duradero cuanto más prolongada y violenta haya sido la convulsión. 2. Crisis tónicas: se caracterizan por pérdida brusca de conciencia seguida de una convulsión tónica (con hiperextensión del tronco y las extremidades). Suele ser de breve duración por lo que hay escasa o nula confusión después de la crisis. 3. Crisis clónicas: Sacudidas rítmicas de las cuatro extremidades, con frecuencia y duración variables, de segundos a minutos, con afectación de la conciencia tanto mayor cuanto más se prolonga la crisis.

4. Crisis mioclónicas: Se caracterizan por la sacudida brusca muy rápida (menos de 1 segundo) y masiva de las cuatro extremidades, durante escasos segundos, que en ocasiones es capaz de proyectar la persona. 5. Espasmos: pérdida de conciencia, flexión anterior o posterior de la cabeza y flexión o extensión de los brazos durante 1‐3 segundos, repitiéndose varias veces seguidas en forma de salva, tras la cual el niño, que habitualmente es de pocos meses de edad, llora o grita. 6. Ausencias: Detención brusca de la actividad motora e interrupción de la conciencia durante un segundo, con riesgo elevado de caída al suelo y de heridas en la barbilla o en la cara.

EPILEPSIAS Y SÍNDROMES EPILÉPTICOS DEL ESCOLAR Esta época está caracterizada por la aparición de las epilepsias idiopáticas, generalizadas y parciales, que predominan, y los SE que cursan con CPO durante el sueño lento. Otros SE presentes se dan con menor frecuencia. Al suelo. Otras veces las mioclonías afectan sólo a los brazos, provocando la caída de objetos de las manos. Epilepsias generalizadas idiopáticas, (EGI) Tienen en común: a) estar determinadas genéticamente; b) integridad psiconeurológica; c) EEG con actividad basal normal y CPO a 3 Hz; d) antecedentes familiares frecuentes de CF y/o epilepsia. Constituyen un continuum neurobiológico que se inicia en el escolar con las epilepsiasausencias y se prolonga en la adolescencia con las crisis tónico-clónicas generalizadas (CTCG) de Gran Mal y la epilepsia mioclónica juvenil. Los diferentes SE se pueden presentar aislados o asociados: 

Epilepsia Ausencia Infantil (EAI). Constituye el 4-5% de todas las epilepsias. Se inicia entre los 4 y 9 años en niños con integridad neuropsíquica. Presenta predominio femenino y los antecedentes familiares de EGI son frecuentes. Se sugiere que es un trastorno genético aunque el gen responsable no se ha identificado. La ausencia se caracteriza por supresión brusca de la conciencia con interrupción del acto en curso y retorno a la actividad anterior a los 815 segundos (ausencia simple). A la afectación de la conciencia se asocian automatismos, orales o gestuales, y/o fenómenos autonómicos y/o discretos movimientos en la ausencia compleja.





Pluricotidianas, se desencadenan con facilidad por la hiperpnea que realizada durante 3 minutos se convierte en un excelente test clínico. Mioclonías palpebrales con ausencias (MPA). Se inicia entre los 6 y 8 años con crisis de 3-6 segundo, frecuentes, de sacudidas de párpados con retrovulsión ocular y moderada afectación del nivel de conciencia. Con relativa frecuencia a las mioclonías oculares se asocian mioclonías masivas y ocasionalmente CTCG. Mioclonías periorales con ausencias (MPOA). Se inicia en el escolar o adolescente con ausencias de 2-4 segundos, con mioclonías rítmicas de musculatura perioral o, a veces, masticatoria. En la evolución aparecen CTCG que se preceden de ausencias subintrantes. EXAMENES COMPLEMENTARIOS. El EEG es el método de diagnóstico más sencillo y útil para confirmar la actividad epiléptica eléctrica anormal. Ella se caracteriza por descargas de punta onda lenta. Es necesario tener presente que el EEG se modifica con la edad y el estado de vigilia, puede ser anormal en anormal en personas sanas y normal enfermos. Aunque en muchos enfermos las epilepsias son genéticamente determinadas, la búsqueda de una etiología es obligatoria. Para este fin, aparte de los exámenes habituales, el clínico cuenta con la sonografía encefálica y la tomografía axial computarizada. TRATAMIENTO DE LAS EGI El fármaco de elección es el valproato sódico (VPA) que consigue la remisión en el 80% de los pacientes.

Inconcluso 3.2.

3.3.

Leucemia: Las leucemias constituyen un conjunto de neoplasias hematológicas caracterizadas por una proliferación no controlada de los elementos sanguíneos y sus progenitores. En conjunto constituyen alrededor del 40% de las malignidades de la infancia. Las leucemias se pueden clasificar desde diversos puntos de vista: clínico, evolutivo, citológico, citoquímico, inmunológico, etc. Dengue

Es una enfermedad aguda de etiología viral y trasmitida por mosquito del genero Aedes aegypti. Se caracteriza por un comienzo repentino de fiebre que dura entre dos y siete días (a veces bifásica), cefalea intensa, mialgias,

artralgias, dolor retro orbitario, anorexia, nausea, vómitos, exantema, leucopenia. Agentes etiológicos: los virus causantes del dengue son cuatro serotipos del genero flavivirus denominados dengue 1 a 4 (den-1, den-2, den-3, den-4). Los virus del dengue presentan una estructura similar a todos los flavivirus. El vector: en la Américas el único agente transmisor de la enfermedad es el Aedes aegypti y el único reservorio vertebrado es el hombre. A. aegypti es un mosquito de costumbres peridomésticas que habita preferiblemente en zonas urbanas por debajo de los 1.800 metros sobre el nivel del mar. La ovoposición y los estados larvarios se desarrollan en recipientes de agua constituidos principalmente por objetos abandonados (frascos, latas, llantas, juguetes), floreros o depósitos destinados al almacenamiento de agua para consumo humano (tanques, albercas etc.) Fisiopatogenia: los virus del dengue son inyectados por el vector directamente en el torrente sanguíneo por el cual circulan hasta alcanzar su principal tejido blanco, el sistema retículo-endotelial, constituido por monocitos circulantes, macrófagos tisulares, células dendríticas y del estroma de la médula ósea, etc. Otros tejidos como el endotelio, también pueden infectarse. Algunas células se infectan abortivamente y mueren por apoptosis. En el dengue hemorrágico

se presentan fenómenos como trombocitopenia,

disminución de los factores del complemento, alteraciones en las pruebas de coagulación, elevación de las enzimas hepáticas, hipoalbuminemia y, lo más importante, aumento en la permeabilidad vascular con salida de plasma al espacio intersticial y a las cavidades serosas, lo que conduce a hipovolemia y hemoconcentración. Los trastornos hemorrágicos de la FHD tienen un mecanismo múltiple que incluyen reducción en la producción y en la vida media de las plaquetas, disfunción plaquetaria, fragilidad capilar y disminución de los factores de coagulación por el daño hepático. Se piensa que factores solubles aumentan la permeabilidad capilar sin dañar los tejidos.

La causa de los fenómenos que se observan en el dengue hemorrágico no han sido bien entendidas aun. Al parecer existen factores tanto del virus como del hospedero que predisponen a una enfermedad más severa. Manifestaciones clínicas: El dengue presenta un amplio espectro de severidad que va desde la infección asintomática hasta el caso fatal de SCD. Probablemente más de la mitad de las infecciones por estos virus pasan clínicamente desapercibidos. Fiebre indiferenciada: El cuadro clínico del dengue clásico es infrecuente en los lactantes y niños pequeños. En éstos es más probable apreciar un síndrome febril mal diferenciado en el cual pueden predominar síntomas respiratorios o digestivos como tos, rinorrea, anorexia, vomito o diarrea. Este cuadro febril puede estar acompañado de exantema maculopapular. Ante estos síntomas es difícil sospechar el diagnostico de dengue a menos que se tengan casos de dengue clásico en la familia y la comunidad. Dengue clásico: El periodo de incubación puede variar entre 3 y 15 días, usualmente entre 4 y 8. Suele iniciarse abruptamente con fiebre acompañada de predominio frontal o retro ocular, mialgias y artralgias. Este cuadro puede llevar al paciente a la postración, es el origen del término “fiebre quebrantahuesos”, con el que se conoce popularmente el dengue. En los

2

primeros

días

puede

observarse

un

exantema

eritematoso,

principalmente facial y de corta duración. En los días siguientes del periodo febril, además de los dolores generales, son frecuentes los siguientes signos y síntomas: escalofrío, astenia, anorexia, nauseas, vómitos, linfadenopatias, congestión faríngea (sin odinotalgia), hiperalgesia cutánea y alteraciones gástricas. Se pueden observar signos de deshidratación debido al efecto conjunto de la fiebre, la anorexia y el vómito. Este periodo febril dura entre 2 a 7 días, típicamente entre 4 y 6 días y su desaparición puede ir acompañada de sudoración. Con la caída de la

temperatura, aparece un exantema maculopapular en aproximadamente en la mitad de los casos. Este es más pronunciado en el tronco y extremidades, generalmente dura uno o dos días pero puede prolongarse. Puede acompañarse de prurito pero no hay descamación. Hacia el final del periodo febril también son frecuentes manifestaciones hemorrágicas menores, principalmente petequias en piel o mucosas, las cuales no configuran el diagnostico de FHD. Se prefiere usar el término “dengue con manifestaciones hemorrágicas” para estos casos. Clásicamente se describe un segundo periodo febril que se inicia uno o dos días después de la terminación del primero. Este es de menor intensidad y de duración variable y da a la curva térmica la aparición de la “silla de montar”. Este hallazgo es difícil de percibir en la práctica. Es más común apreciar durante la convalecencia síntomas como asteria intensa, depresión, insomnio y bradicardia que pueden durar hasta un mes. En el dengue clásico suele haber leucopenia con linfocitos relativa con presencia de linfocitos atípicos y a veces trombocitopenia. El dengue se debe diferenciar de otras enfermedades febriles eruptivas, especialmente la rubeola y la influenza. Dengue hemorrágico o fiebre hemorrágica dengue (FHD): Esta enfermedad es más frecuente en personas que han tenido anteriormente infección por un serotipo diferente al actual pero no siempre se puede evocar ante este antecedente. En los lactantes, el antecedente puede estar presente en la madre. La definición de caso probable de FHD según la Organización Mundial de la Salud debe cumplir con 4 criterios: 3.3.1. 3.3.2. 3.3.3. 3.3.4.

Fiebre. Manifestaciones hemorrágicas o prueba del torniquete positiva. Trombocitopenia frecuente x 100.000/mm cubico. Extravasación de plasma documentado por uno de los siguientes hallazgos:  Hematocrito > 20% sobre el esperado para la edad, sexo y altitud.

  

Descenso en el hematocrito > 20% después del tratamiento. Derrame pleural o ascitis. Hipoproteinemia o hipoalbuminemia.

La OMS clasifica la severidad del dengue hemorrágico en 4 grados. Esta clasificación es útil confines pronósticos y de tratamiento. El cuadro clínico del dengue hemorrágico se asemeja a sus comienzos al dengue clásico pero en él son menos notables los dolores y el exantema y más pronunciados las náuseas y el vómito. La fiebre suele ser muy alta y en los niños pequeños, son frecuentes las convulsiones febriles. En muchos casos se presenta hepatomegalia. Típicamente entre el tercer y quinto días, al descender la fiebre o en las horas siguientes, se produce el periodo crítico de hemorragias y perdida plasmática característica de la FHD y del SCD. Con la caída de la fiebre es frecuente observar sudoración profusa, cambios en el pulso o en la tensión arterial, frialdad de las extremidades y congestión en la piel. Estos cambios están frecuentemente precedidos por dolor abdominal y agitación. Estos últimos síntomas, así como la hepatomegalia y el decaimiento extremo se consideran premonitorios de la FHD y siempre deben alertar al clínico de la inminencia de las complicaciones. Las manifestaciones hemorrágicas más comunes en la FHD son las petequias, dispersas o confluentes y las hemorragias provocadas, como aquellas que se presentan en los sitios de venopunción o trauma y la prueba del torniquete (o del lazo). Esta se realiza elevando la presión del tensiómetro al nivel de la presión arterial media durante 5 minutos. Se considera como positiva cuando aparecen en el antebrazo 20 o más petequias por pulgada cuadrada en los 20 minutos siguientes a la liberación del manguito. También pueden presentarse equimosis,

melenas

hemategénesis,

hematuria

y

metrorragia.

Menos

frecuentes son el sangrado por las mucosas gingival, nasal o subconjuntival y

hemoptisis. Las hemorragias generalmente no son masivas y en la mayoría de los casis, no son ellas las que comprometen la vida del paciente. Síndrome del choque del dengue (SCD): es equivalente al dengue hemorrágico grado III y IV. La pérdida plasmática es más pronunciada llevando a los signos de falla circulatoria, o choque hipovolémico, el cual es la causa de muerte en la mayoría de los casos fatales. El SDC, según la OMS, está definido por los mismos criterios de la FHD, más hipotensión o presión del pulso menor o igual a 20mmHg obtenida de la diferencia entre la sistólica y la diastólica. Los signos de choque suelen instalarse el día de la caída de la fiebre o las siguientes 48 horas. Los niños generalmente presentan inquietud e irritabilidad aunque en algunos casos predomina el letargo. La piel se torna fría, sudorosa y congestiva, puede haber cianosis peribucal o taquipnea. El pulso es acelerado y débil, la presión arterial y la intensidad del pulso disminuyen pudiendo hacerse indetectables. La progresión del choque puede ser rápida si no se instala una terapia adecuada y el paciente pude morir en pocas horas. Si el choque se prolonga, pueden producirse acidosis metabólica y coagulación intravascular diseminada lo cual agrava el compromiso hemorrágico. En el dengue hemorrágico las pruebas de laboratorio suelen salir alteradas. Además de la trombocitopenia y la hemoconcentración hipoalbuminemia,

aumento

en

suele haber

las aminotransferasas y de

la

urea,

prolongación en los tiempos de protrombina y parcial de tromboplastina y disminución del complemento sérico total y de sus fracciones. Otras complicaciones:

se han descrito casos de hepatitis severa en el

transcurso de esta enfermedad. Ella sigue el patrón clínico, bioquímico e histológico de la fiebre amarilla, enfermedad con la cual se hace clínicamente indistinguible. Esta complicación es más común como parte de un dengue

hemorrágico. También puede presentarte encefalopatía de origen metabólico, hemorrágico o producido por invasión directa del virus al sistema nervioso central. Diagnóstico de laboratorio: el dengue en cualquiera de sus formas clínicas, puede confirmarse por aislamiento viral, por demostración de antígenos y genomas virales en sangre o en tejidos, o por demostración de respuesta de anticuerpos específicos. Estos procedimientos se encuentran disponibles en instituciones de primer nivel. El aislamiento viral puede realizarse en cultivo celular o en mosquitos. Para la muestra se utiliza el suero o plasma tomados durante los cuatro primeros días del periodo febril. La muestra se debe preservar y transportar refrigerada puesto que la congelación o la demora en la remisión usualmente destruyen la viabilidad del virus. El aislamiento permite un diagnóstico de certeza y la identificación del serotipo pero su uso está limitado por la labilidad del virus, el tiempo requerido para su crecimiento y la poca disponibilidad de laboratorios. En la actualidad el método de laboratorio más empleado es la determinación de la inmunoglobulina M (IgM) específica para dengue por técnicas tipo ELISA. Esta prueba suele ser positiva a partir del cuarto a quinto día de la enfermedad y persiste así entre uno y tres meses, por tanto su detección indica infección actual o reciente. La imposibilidad de hacer un diagnóstico serológico en los primeros días es la mayor limitación por esto el diagnostico casi siempre se confirma retrospectivamente. Tratamiento: no existe tratamiento antiviral de eficacia demostrado, el manejo de estos casos es sintomático y, en el dengue hemorrágico, de soporte para mantener los signos vitales hasta que el organismo se recupere de la infección. Para decidir qué tipo de tratamiento requiere el paciente es importante indagar por los siguientes signos:  

Sangrado. Prueba del torniquete.

 

Alteración de la tensión arterial. Signos de alarma (dolor abdominal intenso, vomito excesivo, irritabilidad o somnolencia, hepatomegalia y descenso de la temperatura con sudoración y decaimiento extremo).

Si no existe sangrado, hipotensión o signos de alarma y la prueba del torniquete es negativa, se clasificara como un caso probable de dengue clásico y se indicará tratamiento con analgésicos y antipiréticos. La hidratación también es fundamental. Este tratamiento puede ser ambulatorio pero se necesita previa instrucción a los padres o cuidador sobre la probabilidad de sangrado o signos de alarma. Cuando se presenta sangrado, prueba de torniquete positiva o signos de alarma se necesita hacer una prueba de laboratorio que incluya al menos recuento de plaquetas y hematocrito. Una placa de tórax o una ecografía para buscar derramen en las cavidades serosas, también son de utilidad. Con estos datos es posible definir si se trata de un caso probable de FHD, según los criterios antes mencionados. Si el diagnostico no es certero es conveniente mantener al paciente en observación o realizar evaluaciones diarias para detectar tempranamente la evolución del dengue hemorrágico. Si hay signos de deshidratación es preferible hospitalizar al paciente. Si la evaluación indica que se trata de un dengue hemorrágico grados I o II se debe hospitalizar, controlar frecuentemente los signos vitales, el sangrado, la eliminación urinaria, el hematocrito y el recuento de plaquetas. Se canaliza una vena para hidratar y realizar un cuidadoso balance de líquidos (administrados y eliminados). Si el paciente presenta hipotensión, disminución de la presión del pulso u otros signos de choque se trata de un caso de SCD que amenaza la vida. Es necesario proceder a restablecer la volemia con líquidos cristaloides. Se puede iniciar el tratamiento con 20 ml/kg de peso corporal de solución salina o lactato de Ringer. Si al iniciar no hay mejoría, se administra plasma, albumina

o un expansor plasmático como el dextrán a razón de 10-20 ml/kg por hora hasta que haya recuperación de la tensión arterial. El tratamiento se continua con soluciones hidroelectrolíticas hasta la normalización del hematocrito pero hay que tener presente que no es un buen parámetro cuando hay hemorragia masiva. Además de la terapia con líquidos ora medida importante en el SCD es la administración de oxígeno. Los niños agitados pueden requerir sedantes para su manejo. La transfusión de sangre completa o de plaquetas generalmente no es necesaria a menos que se presente hemorragia masiva. Cuando la administración de líquidos produce descenso en el hematocrito sin mejoría en la tensión arterial, hay que sospechar hemorragia interna importante. El manejo de la FHD puede efectuarse en el primer nivel siempre que se disponga de un laboratorio básico para la medición del hematocrito y las plaquetas. Los casos que requieran de la administración de plasma deben remitirse a un nivel que disponga de tales recursos. Prevención: Una vacuna viva atenuada tetravalente ha sido desarrollada en Tailandia y está siendo evaluada a gran escala. Otros tipos de vacunas también se están explorando pero probablemente tarden más tiempo. Mientras se dispone de vacunas, se han desarrollado medidas preventivas: Métodos de control:



3.3.5. Medidas preventivas: Educar a la población y alentar las medidas para eliminar, destruir o controlar los hábitats de las larvas de los mosquitos vectores, que en el caso de. Aegyptis sueles ser recipientes artificiales de agua cerca o en el interior de las viviendas, por ejemplo, neumáticos viejos, floreros y



recipientes para alimentos o agua desechados. Hacer estudios en las comunidades para apreciar la densidad de la población de mosquitos vectores, reconocer los habitas con mayor

producción d de larvas, impulsar y poner en marcha programas para su 

eliminación, control o tratamiento con larvicidas apropiados. Protección personal contra las picaduras de mosquitos de actividad diurna, mediante el empleo de repelentes, mosquiteros y ropas protectoras. 3.3.6. Control del paciente, de los contactos y del ambiente inmediato: Notificación a la autoridad local de salud: notificación obligatoria de las epidemias, notificación de los casos individuales clase 4. Aislamiento: precauciones pertinentes para la sangre. Evitar el acceso de los mosquitos de actividad diurna a los pacientes hasta que ceda la fiebre, colocando mallas de mosquiteros en la habitación del enfermo o un mosquitero sobre la cama, de preferencia impregnada con un insecticida que sea activo contra las formas adultas o tenga acción residual. Desinfección concurrente: no corresponde. Cuarentena: no corresponde. Inmunización de los contactos: no corresponde. Si el dengue surge cerca de posibles focos selváticos de fiebre amarilla, inmunizar a la población contra esta última, porque el vector urbano de las dos enfermedades es el mismo. Investigación de los contactos de la fuente de infección: investigar el sitio de residencia del paciente durante las dos semanas previas al comienzo de la enfermedad y buscar casis que no se hayan identificado o diagnosticado. Tratamiento específico: medidas de sostén, entre ellas la rehidratación oral. El ácido acetilsalicílico (aspirina) está contraindicado porque puede

favorecer las hemorragias. 3.3.7. Medidas en caso de epidemia:  Buscar y destruir los mosquitos en las viviendas y eliminar o aplicar 

larvicidas en todas las posibles habitas de larvas. Las personas que estén expuestas a la picadura de los vectores deberán utilizar repelentes de mosquitos. 3.3.8. Repercusiones en caso de desastre:

Las epidemias pueden ser extensas y afectar a un elevado porcentaje de la población. 3.3.9. Medidas internacionales:

Hacer cumplir los acuerdos internacionales destinados a evitar la propagación de los mosquitos vectores del dengue por barcos, aviones o transportes terrestres. Mejorar la vigilancia internacional y el intercambio de datos entre países, centros colaboradores de la OMS. 3.4. Convulsiones febriles: Promoción de la salud. Prevención de accidentes: la OMS estableció como definición de accidente un “acontecimiento fortuito independiente de la voluntad humana provocado por una fuerza exterior que actúa rápidamente y que se manifiesta por un daño corporal o mental”. La mayoría de los factores que influyen en que pueda ocurrir accidentes están relacionados con los estilos y modos de vida de la población, junto con las condiciones del entorno donde se producen, por ejemplo, el tipo de vivienda su distribución y características internas, la configuración urbanística de las ciudades, el nivel socioeconómico y instrucción familiar, problemas derivados del trafico etc. hay que tener siempre presente que los accidentes son susceptibles de ser evitados, en su mayoría, por la puesta en marcha de normas de prevención en el ámbito legislativo y educativo, debidamente coordinadas, que tienen una alta rentabilidad sociosanitaria y sociopolítica. Epidemiologia: actualmente uno de los problemas de salud más importantes en el mundo desarrollado son los accidentes y se encuentran, para la población general entre las 5 causas de muertes más frecuentes. Esta situación se agudiza durante la infancia, la adolescencia y la juventud, siendo la primera causa de muerte para el grupo etario entre 1 y 18 años. Caídas: se presenten con mayor frecuencia en las edades extremas de la vida, la niñez y la senectud. Las caídas de los niños están en íntima relación con su capacidad motriz cambiante y su actividad exploratoria del juego o deportivo Prevención: a partir de los seis años los niños pueden utilizar bicicletas, con la precaución de circular por áreas restringidas y vigiladas asi como conocer y respetar las normas de tráfico de vehículos. En el piso del baño debe colocarse material antideslizante.