Cuento Espiritual El Billete Ganador

Cuento espiritual: El billete ganador 8 octubre, 2017 By Phileas 1 comentario Un hombre -famoso por su buena fortuna- e

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Cuento espiritual: El billete ganador 8 octubre, 2017 By Phileas 1 comentario

Un hombre -famoso por su buena fortuna- estaba en el hospital y todos sabían que su muerte era cuestión de días. Un médico joven entró en la habitación del moribundo y le empezó a hacer preguntas. Conociendo la buena fortuna del hombre, le preguntó: “¿Cuántas veces ha ganado la lotería?” – He tenido la fortuna de ganar cinco veces la lotería. – ¡Cinco veces! Eso sí es increíble. Y si le tocara hoy el premio mayor, ¿cómo se sentiría? – En verdad, no me afectaría demasiado. Estoy a punto de morir así que, si gano o no gano, eso no me importaría mucho. – ¡Anímese, hombre! Si le tocara el gordo, ¿no estaría lleno de felicidad? – La verdad: no tanto. Incluso estaría dispuesto a regalarle el premio a alguien más joven, como usted. Ayer justamente compré un billete, el 53256 y si llega a ganar, le daré la mitad a usted, para que lo pueda disfrutar con salud. El médico se lo tomó a broma y dijo: “No, no. No hace falta. Estaba solamente preguntando…”. – No se hable más. Si el 53256 es el billete ganador en el sorteo de esta tarde, la mitad será suya. Inclusó dejaré una constancia con mi firma para asegurar esto. Alcánceme mi libreta. Al ver su nombre en el documento, el médico quedó emocionado y se pasó todo el día pensando de qué manera podía gastar el dinero. Dejaría su trabajo, claro que sí, y viajaría por el mundo. Compraría propiedades. Y tendría una vida de lujo y placer, en

compañía de mujeres bellas, coches y ropa de calidad. Empezaría a jugar golf. Y se mudaría a un barrio de clase alta… Cuando llegó el momento del sorteo, el joven médico encendió la radio y escuchó cada uno de los premios. Y finalmente el niño cantor exclamó: “Premio número uno: 53256, con 25 millones de dólares”. ¡El médico saltó de alegría! ¡Era millonario! Pero su corazón agitado no estaba preparado para tanta tensión y, allí mismo, el joven se desplomó y murió a los pocos minutos, muy cerca del afortundado paciente que día a día fue mejorando hasta que otros médicos terminaron por darle de alta.