Cuento El Chullachaqui.docx

“El Chullachaqui” (Loreto) “El Chullachaqui” (Loreto) Unos jóvenes fabricaban una canoa, en la selva, a media hora de

Views 65 Downloads 11 File size 2MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

“El Chullachaqui” (Loreto)

“El Chullachaqui” (Loreto)

Unos jóvenes fabricaban una canoa, en la selva, a media hora de camino de su tambo. Y una mañana, concluida la obra, cuando estaban pensando en la manera de llevarla al río, oyeron a lo lejos un rumor como de una manada de monos que se acercaba. Uno de ellos regresó al tambo por su escopeta para cazarlos. Después de un momento, cuando el rumor de los monos parecía estar más cerca, el otro vio llegar a su hermano con la escopeta al hombro, quien, de cierta distancia, le hizo señas para que lo siguiera. Iban caminando ya largo trecho por la selva y el rumor seguía produciéndose delante de ellos, a medida que avanzaban, cuando el joven reparó que los árboles que lo rodeaban eran muy grandes y raros y nunca los había visto por esos lugares.

Unos jóvenes fabricaban una canoa, en la selva, a media hora de camino de su tambo. Y una mañana, concluida la obra, cuando estaban pensando en la manera de llevarla al río, oyeron a lo lejos un rumor como de una manada de monos que se acercaba. Uno de ellos regresó al tambo por su escopeta para cazarlos. Después de un momento, cuando el rumor de los monos parecía estar más cerca, el otro vio llegar a su hermano con la escopeta al hombro, quien, de cierta distancia, le hizo señas para que lo siguiera. Iban caminando ya largo trecho por la selva y el rumor seguía produciéndose delante de ellos, a medida que avanzaban, cuando el joven reparó que los árboles que lo rodeaban eran muy grandes y raros y nunca los había visto por esos lugares.

De pronto, se dio cuenta de que los pies de su acompañante eran desiguales: el pie izquierdo más pequeño y con uñas a manera de garras de tigre. El joven se paró lleno de miedo. Aquel individuo fantástico, al notar que el joven no lo seguía, también se detuvo y lo miró, sonriendo malignamente; sus ojos tenían un brillo horrible. El joven levantó la mano e hizo la señal de la cruz, implorando a Dios que lo librara de tan terrible compañía; cerró los ojos y al abrirlos ya no encontró al Chullachaqui; había desaparecido.

De pronto, se dio cuenta de que los pies de su acompañante eran desiguales: el pie izquierdo más pequeño y con uñas a manera de garras de tigre. El joven se paró lleno de miedo. Aquel individuo fantástico, al notar que el joven no lo seguía, también se detuvo y lo miró, sonriendo malignamente; sus ojos tenían un brillo horrible. El joven levantó la mano e hizo la señal de la cruz, implorando a Dios que lo librara de tan terrible compañía; cerró los ojos y al abrirlos ya no encontró al Chullachaqui; había desaparecido.

Oyó a lo lejos tiros de escopeta y se orientó por ellos para regresar y encontró a su verdadero hermano, que lo estaba buscando desde hace mucho rato. El joven no pudo hablar bien durante algunos días, tenía como atada la lengua.

Oyó a lo lejos tiros de escopeta y se orientó por ellos para regresar y encontró a su verdadero hermano, que lo estaba buscando desde hace mucho rato. El joven no pudo hablar bien durante algunos días, tenía como atada la lengua.

Tomado de Mitos, leyendas y cuentos peruanos (2011), páginas 171 y 172.

Tomado de Mitos, leyendas y cuentos peruanos (2011), páginas 171 y 172.