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• RosaMolineroTrias

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Cubismo “Si no te gusta, no lo mires, pero no llames a los gendarmes”. Esta frase surgió del debate parlamenterio que tuvo lugar en la Cámara de los Diputados de París en torno al cubismo. Se defensó la libertad creadora del artista y del espectador. El cubismo interpela a artista y a espectador: ¿cómo veo las cosas? ¿cómo son las cosas? Picasso decía que pintaba las cosas no como las veía si no como sabía que era. Esta concepción ya estaba presente en los egipcios y sus representaciones de perfil. Los cubistas toman el objeto para representarlo desde todos los puntos de vista, lo deconstruyen en sus múltiples caras. Ya no hay sensualidad ni gusto por el color sino una preocupación geométrica y un análisis profundo de las figuras. La periodización del cubismo es entre 1907 y 1914. Sucesos relevantes e influyentes: en 1906 tiene lugar la exposición de Cézanne, el pintor de los pintores, y sus innovaciones arraigan en la tradición pictórica. En ese mismo año tienen lugar exposiciones de arte africano e ibérico. En Braque encontraremos que no hay perspectiva ni simbolismo. Todo son superficies planas y en ocasiones encontramos trozos de palabras y números. A partir de ese momento, el cuadro es algo que el artista crea y no una realidad recreada. Retrato de Gertrude Stein (1906). La dificultad de hacer un retrato convencional de Gertrude Stein le llevó a pintar este cuadro que es un paso en su camino hacia un arte simplificado, de rostros como máscaras africanas, geometrizantes, sencillos pero elocuentes. La cara de Stein es fría, con rasgos marcados, inexpresiva, sin sentimentalismo. Cézanne seguía el mismo camino: no hacía retratos simpáticos sino fríos. Tras esta obra vendrá una de las fundamentales en la carrera de Piasso, Dos figuras, en la que analiza dos figuras desde distintos puntos de vista. Las señoritas de Aviñón fue uno de los cuadros más polémicos y el que rompió definitivamente con la representación tradicional. Vemos los cuerpos de las prostitutas de la barcelonesa calle de Avinyó por delante y por detrás, en un entrecruzamiento de planos. Sus rostros son representados de forma simplificada y primitiva. Casa en l’Estaque (1908), Braque sigue la estela de Cézanne e introduce las innovaciones cubistas: laminar los planos en una misma superficie. Del mismo estilo paisagístico tenemos La fábrica en Horta de Ebro (1909) de Picasso. Los temas del cubismo, como hemos dicho, no tienen demasiada importancia. El tema de sus pinturas es la pintura misma, la forma que tiene de representar la realidad. Los bodegones, por ejemplo, les permitirán avanzar con más libertad que los retratos, porque estos últimos son por encargo y no pueden arriesgar tanto. Los motivos tipográficos serán frecuentes

en sus obras y representarán lo mecánico por su ejecución y por oposición a lo artístico. Serán también elementos que son reconocibles por todos. Bodegón con rejilla (1912), de Picasso. En lugar de pintar el hule o la rejilla, los coloca directamente. Hay un doble juego: el hule será la silla. Braque también introdujo el collage usando arena. Era una forma de dotar a la superficie del cuadro de un relieve que la pintura al óleo no conseguía. Apollinaire comentó esta obra y dijo que se había roto uno de los tabús del arte occiental, que sólo usaba óleo y tela. Duchamp seguirá este camino: cogerá objetos cotidianos y los convertirá en arte.

Futurismo Un ejemplo claro de futurismo lo tenemos en Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp (1912). Reúne bastantes de los topos futuristas: interés por el movimiento, por la máquina, por la velocidad. Recuerdo de una noche, de Luiggi Russolo tiene la influencia simbolista por la referencia a la noche y por esa figura yaciente. Es en el simbolismo y en el puntillismo que los futuristas se enzarzan con la tradición, además de con el postimpresionismo cuando el movimiento ya está algo más avanzado. Los futuristas son en un inicio italianos y conocen bien la pintura del Renacimiento. A parte de los temas ya mencionados la ciudad ocupará un lugar importante, como vemos en el cuadro de Umberto Bacciono La construcción de la ciudad. Siguen también los principios cubistas de deconstrucción del espacio pero usan colores mucho más vivos, radiantes. Un claro ejemplo de ello es La bailarina azul (1912) de Gino Servenini. Los futuristas tenían un talante belicista: podemos comprobarlo tanto en sus manifiestos como en las palabras y la voluntad de movimiento y explosión que plasman en sus cuadros. También por la inclusión explícita de la palabra “guerra” en sus cuadros. El cuadro Manifiesto Intervencionista, de Carlo Carrá (1914) nos da muestra de ello igual que los también suyos Estados de ánimo y Dinamismo de la cabeza de un hombre. Quiere llevarse esta expresión del interés por el deporte y el movimiento a la escultura. Boccioni esculpe Formas de continuidad en el espacio, un cuerpo que de desplaza por el espacio en el que vemos como sus miembros se expanden en el recorrido. En suma, la representación del movimiento se consigue mediante colores vivos, ángulos agudos, repeticiones y temas que incorporen el movimiento, como la guerra, el

deporte, las máquinas o la industria. En algunos casos se llega a la frontera entre figuración y abstracción, como en Velocidad abstracta y ruido. El marco de los cuadros tomará mucha importancia porque amplia la velocidad, se expande. La periodización del futurismo va de la publicación del manifiesto por Marinetti en 1909 hasta 1916. Puede entenderse que fue una forma de difusión del cubismo, que también estaba unido a la idea de modernidad, vida nueva y cambio de la relación entre artista y espectador. En la Rusia pre-revolucionaria tuvo bastante importancia. Se conocía el arte europeo mediante las colecciones de grandes magnates como Sérgei Schukin y por los viajes de algunos artistas rusos. Precisamente, en esta época rupturista se valoró el arte local, autóctono y primitivo. Larinov i Gontacharova tantearán con los lenguajes llegados de Francia, de la modernidad. La lavandería y El ciclista son buenas muestras de ello. Aparecen lugares urbanos, el tema de la velocidad, el cubismo. Se manifiestan en contra del arte convencional como el que producía el decimonónico Ilya Repin y para ello escribieron el Manifiesto del rayonismo. Tomarán el lenguaje que proviene del cubismo de Delaunay y la iconogafía moderna. Habrá otros artistas, como Malevitch, que nos recuerda a Férdinand Leger por el contraste entre zonas neutras y brillantes, por el interés por la ciudad, los obreros y las cubas. Malevitch funde en su obra todas estas influencias futuristas y cubistas de vanguardia. Vaca y violín muestra la fusión entre el collage y el surrealismo (aunque todavía no existía el surrealismo como movimiento). En su creación de trajes y decorados para la obra de teatro Victoria sobre el sol su estilo ya es distinto. Seguirá por esa línea en la exposición “0-10 Última exposición futurista”, con figuras esquemáticas, formas geométricas limpias, sin sombras ni matices, sin figuración, solamente representa estímulos visuales, sensibilidad en estado puro. Hay un juego de tensiones entre formas y colores. Cuadro negro sobre fondo blanco es un ejemplo del abandono del mundo objetivo. Puede relacionarse con el cuadro de nuestro contemporáneo Perejaume Pessebrisme del quadre negre. Rodchenko todavía irá más lejos con su serie “Puro rojo”, “Puro azul”, “Puro amarillo”. Las investigaciones de Malevitch pasarán a ocupar las tres dimensiones y se dirigirá hacia la creación de monumentos. Con la muerte de Lenin, los revolucionarios rusos abogarán por el realismo socialista, un arte comprensible, y romperán sus buenas relaciones con los artistas de vanguardia. Malevitch volverá a un tipo de figuración muy estilizada. Un ejemplo de ese arte revolucionario es la maqueta para el monumento de Vladimir Tatlin Monumento a la Tercera Internacional. Es una arquitectura que tiene mucho

que ver con Le Corbusier y con Wright. Esta maqueta se presenta en el Pabellón de la URSS en la Exposición Universal de París de 1925. Allí también se pudo ver el mobiliario funcional y sencillo diseñado por Rodchenko para los clubs obreros rusos. Precisamente, Rodchenko es uno de los personajes que se implican a fondo en esta nueva sociedad y se concibe a él mismo no como artista sino como productor. Diseñó ropa sencilla, simplificado, de pocos colores. Usará la fotografía y su conocimiento sobre el teatro para sus investigaciones. En el Pabellón de 1937 se verá el fuerte viraje hacia el realismo socialista, un arte de Partido. Entre el primitivismo de Malevitch y el constructivismo de Rodchenko y Stepanova se encuentran los hermanos Antoine Pevsner y Naum Gabo, que difunden por Europa el arte abstracto. Ellos publican el Manifiesto Realista. Algunos ejemplos de su obra son Cabeza construida, con ecos a las máscaras del arte primitivo de Oceanía y Relieve cuadrado, producido con un material nuevo: el plástico. Harán esculturas como Fuente giratoria y usarán nuevos materiales como el plexiglás. Lissitzky hizo investigaciones sobre el funcionamiento de los colores, lo que le llevó a la preocupaión por las dimensiones. Tendrán importancia tanto en arquitectura como en la creación de espacios adecuados para colgar obras de arte. Espacio Proum. Lissitzky hace unas investigaciones sobre como funcionen los colores no al lado del otro.... lo lleva a la tercer dimensión. Esto va a tener mucha importància en la arquitectura. Esto tendrá mucha importancia, por ejemplo , a partir de aquí se van a exponer las obres en los muesos dandoles un espacio evitando los espacios opresivos. Espacio Proum. Lissitzky es el nexo de unión con Mondrian, pues trabajaron juntos en la revista De Stijl. Este, con cuadros como Composición en rojo, se inspiró en un libro de un matemático en el cual se decía que la vertical representa la vitalidad, como los rayos que salen del sol. De ahí el extrajo que de los colores, el blanco es el día y la vida y el negro, suma de todos los colores, la noche y la muerte. Mondrian buscaba un lenguaje que le permitiese expresar una belleza de validez universal y no particular, de modo que abandonaba lo particular para conseguir orden, armonía, equilibrio. Mondrien se interesó también por la teosofía y las religiones antiguas. Cézanne fue una gran influencia para él, como podemos ver en Bodegón con Jarra (1911-1912), en el que se aprecian las típicas pinceladas paralelas y los planos cubistas. A partir de entonces habrá un movimiento hace la reducción para reproducir la naturaleza de manera cubista y simplificada. De ello se habló en De Stikl, de la nueva plástica que pretendía depurar al máximo las formas hasta quedarse con lo esencial. Theo van Doesburg es

también editor de la revista y colabora con los dadaístas. Algunas de sus obras son Jugadores de cartas o La vaca. Él mismo publicó el Manifiesto Elementalista: se abolía el positivo y el negativo mediante la diagonal y se afirmó que “el lugar de la pintura es la pintura”.