cuadro comparativo uso redes sociales

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U. E. Colegio Parroquial “Sagrado Corazón de Jesús” Área de Aprendizaje: G.H.C. 4to. Año, Sección: “B” Elvis Quintero Zambrano # de lista: 2 Profesora: Pedro Cedre

“CUADRO COMPARATIVO SOBRE EL BUEN USO Y EL MAL USO DE LAS REDES SOCIALES CON LA INFORMACIÓN RELATIVA A LA PANDEMIA POR CORONAVIRUS”

Caracas, 22 de Abril de 2020

BUEN USO DE LAS REDES SOCIALES

MAL USO DE LAS REDES SOIALES

Desde que comenzó la pandemia del Covid-19 se narran todos los acontecimientos en tiempo real.

Muchos usuarios le den pábulo a las «fake news». Noticias falsas que se aprovechan de la desesperación y preocupación de los usuarios, que se encuentran con las defensas bajas.

Las redes sociales han sido importantes para diseminar información durante el presente brote de (COVID-19). Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en Estados Unidos), la Organización Mundial de la Salud (OMS), numerosas revistas y otras organizaciones de atención médica publican regularmente orientaciones en una gran cantidad de plataformas.

Existen muchos anuncios relacionados con el coronavirus que fomentan una sensación de urgencia o incluso garantizan una cura o prevención absoluta para vender determinados productos.

Nos mantiene bien informados con todo lo ocurrido en la expansión de la pandemia a nivel mundial a través de páginas de confiables para encontrar información sobre la enfermedad, como la de OMS, UNICEF, ONU, entre otras.

Muchas afirmaciones relacionadas con falsas curas o métodos de prevención, como el uso de lejía para curar el coronavirus, o afirmaciones que desaconsejan el tratamiento o crean confusión sobre los recursos médicos disponibles.

Todos los países del mundo adoptaron medidas inmediatas para combatir el virus, incluida la rápida difusión de información fidedigna al público a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Los comunicados de prensa diarios de los funcionarios de salud y los anuncios de servicio público apuntan a contrarrestar la información errónea y han ayudado a calmar el pánico, restaurar la confianza de las personas y alentar la asistencia de las personas durante la crisis.

La parte peligrosa de las redes sociales, viene dada, en su mayor parte, por la interacción con otros usuarios. Cuesta identificar lo qué es real y lo que no, cuándo nos están timando, cuándo la persona que está detrás de la pantalla dice la verdad o quiere sonsacarnos información, cuando al otro lado de la pantalla, hay alguien que puede poner en riesgo nuestra vida difundiendo información falsa.

La divulgación periódica de estadísticas detalladas sobre el número y la tasa de infecciones y recuperaciones sobre la pandemia a nivel mundial.

Los mensajes inconsistentes por razones políticas internas, de los funcionarios públicos de algunos países, podrían haber debilitado inicialmente el impacto de los anuncios de servicio público sobre la higiene adecuada y el distanciamiento social.

Todos los países a través de los medios de comunicación y redes sociales, emiten comunicados diarios para establecer la confianza de las personas y promover la vigilancia ciudadana.

Las redes sociales también se han convertido en un conducto para difundir rumores y desinformación deliberada, y se están implementando sitios como Facebook, Twitter, YouTube y WhatsApp para crear una sensación de pánico y confusión.

La divulgación de campañas pública sobre mejores prácticas para que las personas se protejan a sí mismas y a otras de la propagación del virus. Las redes sociales asumen un papel activo de salud pública y, en paralelo, utilizan pancartas, infografías, ventanas emergentes y otras herramientas para enviar mensajes directamente a los usuarios sobre el lavado de manos y el distanciamiento social, entre otros.

Existen mensajes que, contradicen las recomendaciones de las autoridades sanitarias; describiendo tratamientos nocivos; causan pánico o señalan ciertas nacionalidades como más susceptibles de enfermar. Hay mucha información falsa en las redes sociales sobre que el distanciamiento social no es efectivo; beber lejía cura el Covid-19; el coronavirus no afecta a los niños o acaban de anunciar que no llegarán alimentos durante dos meses, dirígete a tu tienda lo antes posible y compra todo, causando pánico en la población.

Las redes sociales pueden ser una herramienta útil para facilitar el contacto entre los estudiantes y apoyar el aprendizaje interactivo

Existen muchos titulares alarmistas o fuera de contexto, con respecto a la nueva epidemia que puede generar miedo.

Facebook proporciona datos agregados y anónimos a los investigadores sobre cómo las personas se mueven de un lugar a otro y los mapas de densidad de población asociados para informar mejor cómo se está propagando el virus

Los medios de comunicación y las redes sociales presentan a la pandemia del Covid-19 como una enfermedad que puede causar la muerte, como muchas otras. Presentarla como una “enfermedad mortal”, a pesar de que la gran mayoría de los pacientes sobreviven a ella, es innecesariamente alarmista. Mientras más preocupante sea una epidemia, lo responsable es evitar calificarla. Es mejor enfocarse en los datos y en los hechos. Por sí solos, son información suficiente

Facebook, Twitter, Instagram o WhatsApp trabajan en colaboración con las autoridades, en especial sanitarias, para alertar a los internautas de los bulos (rumores) que campan desde el inicio de la crisis y garantizar información fidedigna y contrastada. La OMS ha creado Alerta Sanitaria en WhatsApp, para responder a las preguntas sobre el Covid-19 y ofrecer información oficial, rápida y fiable. De momento está solo en inglés (+41 79 893 1892), pero en breve llegará a las lenguas oficiales de Naciones Unidas, entre ellas el español

Diariamente se usan las redes sociales para informar al público, comunicar las medidas y responder las preguntas sobre la enfermedad, se repiten muy frecuentemente las medidas de prevención, y los artículos relacionados con el tema.

Las aplicaciones de videollamadas se han convertido en una herramienta fundamental para hacer frente al confinamiento sin perder el contacto con el exterior, especialmente para aquellos que lo afrontan de manera individual. Algunas de las más usadas son Skype, WhatsApp, Google Hangouts y Duo, Webex o Zoom. La funcionalidad de videollamadas a través de Facebook Messenger también ha aumentado su actividad un 70% desde el inicio de la epidemia. Estas aplicaciones se están utilizando tanto para organizar reuniones de teletrabajo, con los profesores, mantener el contacto con los seres queridos. En las últimas semanas también se ha visto cómo los usuarios dan en ellas rienda suelta a su creatividad, organizan conciertos, talleres, celebraciones de cumpleaños e incluso bodas

.

Han publicado fotografías de barrios chinos de otros países, o se ha llamado al virus “el virus de Wuhan”. Este tipo de práctica fomenta la estigmatización de una comunidad y su gentilicio, exponiendo a esa población al rechazo social.

Cuando se trata de hablar sobre la pandemia, se debe acudir a fuentes especializadas en el tema. Si bien los líderes de gobierno o políticos pueden declarar sobre medidas a tomar para contener la epidemia, no son los mejores voceros para explicar los aspectos científicos de una enfermedad. Deberían ser los médicos, científicos, especialistas en salud pública, epidemiólogos, enfermeras, creadores de vacunas y genetistas pueden explicar los aspectos científicos de la epidemia para informar al público ya que generarían más confianza.

Aclarar que hay información que no está confirmada por los investigadores y explicar por qué. Eso ayuda a evitar la confusión en el público y la propagación de rumores sobre temas que todavía no están confirmados.

Desde que comenzó esta pandemia se ha incrementado en la población el uso indiscriminado de las redes sociales lo que ha traído como consecuencia problema de salud mental, trastorno del sueño. Dormir mal o poco puede causar depresión y problemas físicos como presión alta, diabetes y obesidad.