Cuadernos de Noviembre - Volumen III

Y EN UN DE NOVIEMBRE FUE LA HEROICA CARTAGENA Historia - Carnaval - Prensa - Apropiación - Fotografía GINA RUZ ROJAS E

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EN UN DE NOVIEMBRE FUE LA HEROICA CARTAGENA Historia - Carnaval - Prensa - Apropiación - Fotografía

GINA RUZ ROJAS EDITORA

CUADERNOS DE NOVIEMBRE — VOLUMEN III —

2020

ISBN 978-958-57412-1-8

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EN UN DE NOVIEMBRE FUE LA HEROICA CARTAGENA Historia - Carnaval - Prensa - Apropiación - Fotografía

Agradecimientos Esta publicación fue posible gracias a: Adineth Vargas Alexander Urzola Alfonso Arce Antonio Alcalá Banco de la República Emanuel Jiménez Erika Bru Fototeca Histórica de Cartagena Fondo Mixto de Promoción de la Cultura y las Artes de Cartagena Gina Ruz Rojas Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena IPCC Jaime Bonet Juan Diego Duque L+iD – Universidad Tecnológica de Bolívar Lisette Urquijo Lorena Guerrero Marcela Nossa Museo Histórico de Cartagena Rafael Bossio Roxana Segovia Saia Vergara Sociedad de Mejoras Públicas William Cueto de la Rosa

Vuelven los Cuadernos de noviembre Gina Ruz Rojas

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Certezas en medio de la incertidumbre Saia Vergara Jaime

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Las Fiestas de Independencia de Cartagena de Indias y su espíritu de carnaval Alberto Abello Vives

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Entre la libertad y la represión: lo impreso en los tiempos de independencia en Cartagena, 1808 – 1815. Adineth Vargas Hernández

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Salas de la independencia Museo Histórico de Cartagena - MUHCA.

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Fondo fotográfico Fiestas de Independencia. Fototeca Histórica Cartagena de Indias - Universidad Tecnológica de Bolívar

77

La Ruta por la Historia de Cartagena: un ejercicio de apropiación por nuestro patrimonio. Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena - SMPC

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Y en un 11 de noviembre fue la Heroica Cartagena

Vuelven los Cuadernos de noviembre Gina Ruz Rojas Investigadora y gestora cultural

A la memoria de Alberto Abello Vives

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os Cuadernos de noviembre son una iniciativa editorial del Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia, con el apoyo del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena IPCC, para documentar la memoria en torno a nuestras celebraciones del 11 de noviembre y a los hechos que las motivan. Los primeros dos números: Cartagena de Indias. Sociedad, trabajadores e independencia en el tránsito del s. XVIII al XIX (Vol I) y En noviembre llegan las Fiestas de Independencia (Vol II), publicados en 2016, contaron con el apoyo de varias empresas y fundaciones de la ciudad, fueron distribuidos en instituciones educativas y bibliotecas y se pueden consultar en la página www.fiestasdeindependencia.co. Su edición estuvo a cargo del economista e investigador y gestor cultural Alberto Abello Vives, promotor de esta iniciativa, quien pocos meses después de su lanzamiento se trasladó a Bogotá por motivos laborales, donde falleció en abril de 2019. Y es precisamente en nombre y en honor a Alberto que hemos decidido darle continuidad a esta necesaria documentación histórica y festiva con estos dos nuevos volúmenes de los Cuadernos de noviembre, que son también un merecido homenaje a sus múltiples acciones por las Fiestas de Independencia de Cartagena de Indias.

Entre sus valiosos aportes a la ciudad y a la región se cuenta su invaluable contribución a los inicios del Proceso de Revitalización de las Fiestas de Independencia de Cartagena, primero en los espacios de reflexión y discusión sobre la crisis y posibilidades de la celebración (2003 y 2004), y luego como miembro institucional del Comité desde 2004 (en ese entonces como director del Observatorio del Caribe) y a título personal. En 2011 articuló a múltiples entidades de la ciudad y el país como gestor de la inolvidable Expedición Padilla por el Caribe Colombiano, un aporte al Bicentenario de la Independencia; entre 2011 y 2012 impulsó las Iniciativas culturales para la Superación de la Pobreza, una de las cuales se enfocó en diseño, confección y comercialización de vestuario y utilería festiva; junto con la suscrita, fue coautor del documento técnico elaborado en 2015 como base para la solicitud de inclusión de las Fiestas de Independencia en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y en 2017, luego del proceso participativo que consolidó la postulación, lideró ante el Consejo Nacional de Patrimonio la sustentación que obtuvo concepto favorable para dar inicio a la formulación del Plan Especial de Salvaguardia. Su labor de tejedor de alianzas la ejerció con creces, promoviendo la revitalización de las Fiestas e invitando a participar a su amplia lista de contactos estratégicos, para estimular su participación en las Fiestas a través de la creación de una política institucional festiva o del patrocinio directo a las fiestas y a sus actores y procesos, muchos de ellos con frutos concretos y tangibles que nos proponemos seguir visibilizando en estas publicaciones.

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Uno de esos frutos es el Gran Pacto Social por las Fiestas de Independencia, firmado el 10 de noviembre de 2016 por 140 actores y entidades clave de la ciudad, con el acompañamiento de Funcicar.

El Museo Histórico de Cartagena también se suma a esta iniciativa y nos comparte la renovación de sus salas de Independencia, como parte de su compromiso con la memoria y la historia local.

También realizó gestiones con congresistas de Bolívar, sin resultados concretos aún, para que el 11 de noviembre sea festivo nacional inamovible; editó junto al historiador Francisco Flórez el libro Los desterrados del Paraíso: raza, pobreza y cultura en Cartagena de Indias, en el que incluyó artículos sobre fiestas e independencia, y presentó ponencias y ensayos sobre estos temas. Al momento de su muerte, trabajaba en acciones concretas por la inclusión de Cartagena y la Región Caribe colombiana en la programación del bicentenario de la independencia del Gobierno Nacional.

Así mismo, resaltamos la creación del Fondo Fotográfico Fiestas de la Independencia de Cartagena, una iniciativa del proyecto Fototeca Histórica Cartagena de Indias - Universidad Tecnológica de Bolívar, que busca dar cuenta de cómo se ha configurado y transformado esta celebración festiva en la ciudad.

Dejó inédito el libro Carnaval y Fiesta republicana en el Caribe (en coautoría con Juan Sebastián Macías), un ensayo en el que, en sus propias palabras, “indaga por la incorporación de las prácticas festivas de un carnaval colonial a orillas del Caribe a la conmemoración republicana de la Independencia absoluta de Cartagena de Indias de la Corona española en hechos ocurridos el 11 de noviembre de 1811” (cita del manuscrito).

Este número cierra con la Ruta por la Historia de Cartagena, un ejercicio de apropiación de nuestro patrimonio impulsado por la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena – SMPC en alianza con otras entidades, que hace parte de sus estrategias para promover el conocimiento de la historia cartagenera. La introducción a estos Cuadernos (común a los números 3 y 4), es un texto de la directora del IPCC, Saia Vergara Jaime, sobre las acciones institucionales para afrontar las incertidumbres de desarrollar una agenda festiva o conmemorativa en medio de la pandemia.

Deseamos que estas publicaciones sean de su agrado y no queda más que agradecerle a Alberto Abello Vives El artículo con el que abrimos este número de Cuapor todo su entusiasmo y compromiso, e invitarles a dernos de noviembre, gracias a la autorización del Ban- ustedes a continuar apoyando la revitalización de las co de la República, es de la autoría de Alberto y se trata Fiestas de la Independencia, nuestro patrimonio. de una primera y breve versión de ese ensayo presentada para los 20 años del Centro de Estudios Económicos Regionales del Banco de la República, en el panel sobre Fiestas y Festivales en el Caribe colombiano realizado en 2017. Esperamos con ansias la publicación del libro, que será un aporte clave para el conocimiento de nuestro patrimonio festivo. El siguiente texto es un análisis de la historiadora Adineth Vargas sobre el papel de la prensa y otros medios de información escrita en la construcción de la opinión pública en el marco de la Primera República (1808 – 1815) de la ciudad de Cartagena, donde pone en escena los diversos discursos y debates que se manifiestan en la prensa que circuló durante el periodo de la Independencia.

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Alberto Abello Vives. Foto: Alexander Urzola. — 13 —

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Certezas en medio de la incertidumbre Saia Vergara Directora Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena

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ste ha sido el año de la resistencia. Hemos resistido heroicamente al confinamiento, al contagio (aunque no todxs hemos salido indemnes), al virus de la desesperanza y la locura del Covid-19, a los golpes que nos han dejado las pérdidas de familiares, amigos y, también, las laborales. El año de la resistencia ha sido, además, el de los (des)aprendizajes y la creatividad: artistxs y gestorxs, cultorxs y portadorxs de nuestras más arraigadas tradiciones, personas asociadas a los trabajos de las artes y la cultura han encontrado nuevas formas de subsistencia, de rebusque, de producción y de circulación.  Incluso la misma institución ha tenido que acoplarse a las circunstancias y generar diversas estrategias de adaptación al cambio. En particular, me refiero a que el Instituto muy rápidamente entendió que, a pesar de la emergencia, la creación artística no podía parar: por el contrario, había que estimularla todo lo posible. Y así lo hicimos: éste ha sido el año en el que más recursos se han invertido en convocatorias y más personas han sido beneficiarias. Y no podía ser de otra manera. Sin arte y sin cultura, la sociedad corre un riesgo aún mayor del que hemos estado viviendo con la pandemia. Porque sin artistas y sin cultorxs la vida en común, los códigos compartidos, la salud mental, la física y la emocional pueden verse gravemente afectados.  Una verdadera reactivación del ecosistema implica que lxs trabajadorxs de la cultura, incluidos quienes

conforman la cadena de valor, adquieran conocimientos técnicos de óptima calidad para reforzar sus talentos. A través de los estímulos, así como de los procesos de formalización y profesionalización se ampliarán los horizontes de nuestrxs trabajadorxs, posibilitando su proyección más allá de sus barrios, localidades, corregimientos e incluso -y ojalá- de la ciudad misma.

La Conmemoración de los 209 de la Independencia de Cartagena

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ste año, de inmensos (des)aprendizajes, hemos encontrado formas nuevas de activar el trabajo cultural y de que circule más allá de nuestras fronteras. Me refiero, en particular, a los actos de Conmemoración. El proceso inició en mayo, en medio de una gran zozobra dado que estábamos llegando al pico de la pandemia. La primera consulta que hicimos sobre si en medio de tales circunstancias debíamos o no organizar las Fiestas fue al Consejo Distrital de Cultura CDC, órgano asesor del Instituto, conformado por los consejos de áreas artísticas de la ciudad. También consultamos a la Junta Directiva del Instituto, al gabinete distrital e incluso invitamos a una reflexión compartida al Honorable Concejo. Esto último, sin embargo, no pudo concretarse. Queríamos saber cómo las distintas instancias imaginaban las que, hasta el momento, seguíamos llamando Fiestas de la Independencia del 11 noviembre. Frente a un hecho que congrega a toda la ciudad sin importar el nivel socioeconómico, la etnia, el gremio o la ideología, el IPCC debía generar formas de escucha y de participación ciudadanas. Sobre todo, por el dilema que representaba hablar de Fiestas en medio de una tragedia.

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Así las cosas abrimos cinco mesas de consulta ciudadana y una especial para jóvenes, en torno a las cinco capacidades culturales que plantea la Carta de Roma 2020: Descubrir, Crear, Compartir, Disfrutar y Proteger (nuestras tradiciones festivas). Esta declaración tiene un inmenso valor político y emocional para nuestro ecosistema, entre otras, porque fue producido en medio de la crisis generada por el Covid-19 y recoge el sentimiento de quienes conocemos los efectos sanadores del arte y de la cultura. Las seis mesas de trabajo, lideradas por el asesor, Rubén Egea y apoyadas por varios miembros del equipo del Instituto, implicaron más de 30 horas de escucha, poniendo siempre en el centro de la reflexión al ciudadano como sujeto de derechos culturales, que son también derechos humanos. Sabíamos que “la cultura es el taller creativo con el que los ciudadanos pueden imaginar respuestas a nuestros desafíos comunes. Unas veces es una solución, otras veces es el medio para descubrirlas”. Y así fue. De estas consultas ciudadanas surgieron los tres ejes para la creación de una agenda conmemorativa muy ceñida a los hitos tradicionales, que sería transmitida en formato virtual y por televisión para llegar al mayor número posible de hogares. El primer eje, el cívico, buscaba reafirmar en medio de la pandemia cuán heroico podía ser el quedarse en casa y seguir cuidando la salud de nuestras comunidades. Estas acciones cívicas se materializaron, más allá de las variadas campañas realizadas por el Instituto, a través de nuestra reina de la Independencia 2019, Estefany Meza Olascuaga, quien recorrió la ciudad como embajadora del autocuidado haciendo pedagogía junto con la Escuela de Gobierno y su proyecto, Barrio heroico. El segundo eje sobre el que se creó la agenda conmemorativa, resultante de las mesas de trabajo con la ciudadanía, fue el histórico. Éste nos permitiría profundizar en la puesta en valor de los hitos asociados a la gesta independentista y promover su transmisión entre las nuevas generaciones. Las acciones se enriquecieron gracias a la sinergia con varias organizaciones ciudadanas e instituciones públicas y privadas, entre ellas, la Secretaría de Educación Distrital, con quienes creamos

una propuesta académica robusta  -conformada por talleres, conversatorios y paneles-, que fue emitida por la televisión local y por redes sociales. Esta oferta académica llegó a alcanzar a más de 18 mil espectadores y hasta 2000 reproducciones en vídeo, en el programa más visto, lo cual superó todas nuestras expectativas. El tercer eje de esta Conmemoración sería el festivo y reconocía la resiliencia de nuestro espíritu, manifestada a través de la creatividad y el gozo, a pesar de las circunstancias. El desarrollo de este eje festivo implicó la organización de una producción audiovisual que contemplaba algo inédito en la historia del Instituto: la realización de doce episodios de televisión, grabados en el Teatro Adolfo Mejía, en los cuales mostraríamos lo mejor del talento local, al país y al mundo. Estos programas, además, se construirían en torno a un relato sobre el momento que estábamos viviendo como ciudad y lo pondríamos a dialogar con nuestras tradiciones y nuestra historia. Serían, también, una plataforma de circulación para los ganadores del año anterior y para los mejores de la convocatoria, “Un latido heroico”, a través de la cual el Instituto dispuso 425 millones de pesos en estímulos a la creación y la producción artísticas, artesanales, radiales y audiovisuales en torno a la Conmemoración. El lema “Un latido heroico” buscó representar la valentía de nuestro pueblo que, a pesar de las crisis, no se rinde ni se deja vencer. Desde la institución queríamos recordarle a nuestro pueblo que, pensando en colectivo, históricamente hemos logrado sobrevivir a lo imposible y hemos sentado precedentes importantes para la historia del país, como el de haber sido el primer territorio en la Nueva Granada en haberse declarado absolutamente independiente de la Corona Española. Los hechos asociados a dicha declaratoria, emitida el 11 de noviembre de 1811, nuestro espíritu luchador y resiliente adquiría un nuevo sentido en medio de la actual crisis, y así quisimos evocarlo en todo momento. Además de las transmisiones televisivas a través de las cuales se ofreció a la ciudadanía una rica agenda conmemorativa con sus tres ejes -el cívico, el histórico y el festivo- nuestras redes sociales replicaron la

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profusa actividad de los clubes de lectura organizados por la red distrital de las 18 bibliotecas. Así mismo, se incluyó en dicha programación a los cabildos escolares y comunitarios, y a las muestras artísticas de algunas instituciones educativas públicas. La variada oferta producida desde la Red también implicó a las comunidades que viven en las zonas aledañas a las bibliotecas, incentivándoles a que crearan contenidos propios en torno a la Conmemoración. Alcanzamos a grabar y a emitir cuatro de los doce episodios presupuestados bajo la dirección de Alessandro Basile Lemaitre: el lanzamiento de la agenda festiva, el lanzamiento oficial de la Conmemoración y dos preludios. Las cifras fueron un indicativo de cuán fundamental es la tradición festiva en nuestra ciudad y para lxs cartagenerxs que viven fuera: alcanzamos, desde distintas partes del mundo, hasta 85 mil personas que llegaron a las 20 mil reproducciones en el evento más visto, que fue el Preludio de la Localidad 1. 

Cambio de rumbo En medio del proceso de grabaciones, y a pesar de contar con estrictas medidas de bioseguridad, se detectó el primer caso de contagio. A los pocos días aparecieron otros 5, lo cual nos obligó a suspender la producción y a confinar al equipo entero, formado por más de 70 personas. El virus, sin embargo, ya había hecho de las suyas: varias de las personas que habíamos participado en las grabaciones resultamos positivas. 

La memoria festiva Los textos que hacen parte del volumen son resultado del trabajo comprometido de otrxs trabajadorxs de la cultura, también fundamentales para preservar la memoria y las tradiciones. Me refiero a nuestrxs académicxs quienes, más allá de las diferencias ideológicas, reconocen en los procesos festivos un reflejo de nuestra identidad, y entienden la importancia de documentar lo investigado con el fin de transmitirlo a las generaciones que vienen detrás. Solo amamos lo que conocemos y lo que sentimos como propio.  Regreso a la Carta de Roma para concluir enfatizando en que la cultura y todas sus manifestaciones son un derecho y un eje del desarrollo humano que debemos cuidar y proteger, porque “la cultura es la expresión de los valores, un recurso común y renovable que nos pone en contacto a unos con otros, con el que aprendemos lo que nos puede unir y cómo abordar las diferencias en un espacio compartido. Estas diferencias existen tanto dentro de las culturas como entre ellas. Deben ser reconocidas y aceptadas. Una ciudad inclusiva, democrática y sostenible permite ese proceso, y también se fortalece con él”. 

Este año tan singular, tan único, no ha dejado de darnos lecciones. La realización de la Conmemoración de los 209 años de Independencia, a pesar de los tropiezos, ha significado un gran aprendizaje para todxs quienes trabajamos durante meses en el proceso. Agradezco a cada una de las personas involucradas en las distintas fases y procesos -grandes y pequeños- porque sin su pasión, sin su entrega, éste habría resultado un experimento sin alma. Y, en cambio, nuestrxs artistas, y nuestrxs técnicos y creativos contagiaron a la ciudad con un poco de esperanza, y creo que así lo supimos transmitir.

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Un Latido Heroico, conmemoración Independencia 2020. Fotos: Emanuel Jiménez - IPCC. — 17 —

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Las Fiestas de Independencia de Cartagena de Indias y su espíritu de carnaval Alberto Abello Vives* Economista, investigador y gestor cultural

1. Introducción

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n noviembre de 2017 se conmemorarán 205 años de la primera celebración de la independencia de Cartagena de Indias, ocurrida el 11 de noviembre de 1811. Un año más tarde de esta notable fecha, la ciudad se congregaba y daba inicio a la primera festividad republicana de la hoy Colombia: a los actos gubernamentales y eclesiásticos se sumaron festejos populares. Como lo anota el desaparecido sociólogo Édgar Gutiérrez, “hubo luminarias desde la noche anterior y ese día según la Gaceta de Cartagena de Indias del jueves 12 de noviembre, precisamente en la edición número 31, hubo misa solemne con Te Deum a la que asistieron las autoridades de la ciudad y sus distintas comunidades, así como una asistencia extraordinaria del pueblo. Allí mismo se informa que el vecindario entero se entregó a todo género de regocijos. Máscaras, disfraces, música, vivas y repetidas salvas […]”1.

He ahí el origen de las fiestas del 11 de noviembre, o simplemente novembrinas, como fueron llamadas por la costumbre de repetirlas cada año, a las que haré referencia en este capítulo. En el espacio temporal 1997-2017, período de análisis del seminario convocado por el Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER), es decir, durante los últimos veinte años, la ciudad ha presenciado, paulatinamente y con altibajos, su restauración, luego de décadas de crisis durante la segunda mitad del siglo XX. Mientras tanto, el país se percata de ellas y su verdadero contenido con cierta timidez. Se trata de un proceso iniciado con el surgimiento del Cabildo de Getsemaní en 1988, que pasa por la creación del Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia en 2003, por la firma de un amplio Pacto Social para esta revitalización en 2016, y avanza hasta llegar al mes de agosto de 2017, cuando el Consejo Nacional de Patrimonio dio su aval para que ellas cuenten con un Plan Especial de Salvaguarda que asegure su inclusión en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de los colombianos.

* ©Banco de la República, Colombia – Alberto Abello Vives. Disponible en el siguiente enlace: https://www.banrep.gov.co/es/20anios-estudios-sobre-el-caribe-colombiano. | Al momento de escribir este artículo el autor (fallecido en abril de 2019) se desempeñaba como director de la Biblioteca Luis Ángel Arango y la Red de Bibliotecas del Banco de la República. Las fotos que ambientan este artículo son de las Fiestas de Independencia de Cartagena y no hacen parte de la publicación original. Crédito: Gina Ruz Rojas. 1 “En noviembre llegan las Fiestas de Independencia” tomado de Cuadernos de Noviembre, Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, Cartagena, 2011, núm. 2, p. 15. — 18 —

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El lector encontrará aquí no solo los principales hitos y características de lo que ha significado la recuperación de la fiesta republicana en Cartagena, sino que también encontrará una síntesis de las travesías que dieron origen y pusieron en movimiento a los carnavales en la llanura del hoy llamado Caribe colombiano, al norte de Colombia y, aunque nacidos en los tiempos coloniales, enriquecieron las fiestas novembrinas con sus músicas, danzas, disfraces, y máscaras. Por ello, el nombre que lleva este texto: “Las Fiestas de Independencia de Cartagena de Indias y su espíritu de carnaval”.

Foto: Gina Ruz Rojas

2. De la crisis a la revitalización

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uego de décadas de crisis, en 1988 surge el Cabildo de Getsemaní como una llama para alumbrar el camino que ha de abrirse y diferenciarse de la senda del Concurso Nacional de Belleza surgido en los años treinta del siglo XX. Con la aparición del Cabildo de Getsemaní se retoma la idea de la ocurrencia de los cabildos de nación y lengua del período colonial, y su realización, gracias al esfuerzo mancomunado de los getsemanicenses, muchos de ellos agrupados en

la Fundación Gimaní Cultural, logra incorporarse de manera permanente en el calendario festivo de noviembre. Un bello desfile que desde ese entonces recorre la ciudad y termina en la plaza de La Trinidad, acoge a quienes consideraban, por ese entonces, que otras fiestas, distintas e independientes del reinado de belleza, eran posibles. En 2003 se crea el Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia, que logró convertirse en el principal promotor de su recuperación durante lo corrido del siglo XXI. Para este comité la revitalización es pensada desde la posibilidad de darle más energía, mayor potencia, mejor organización, más contenido histórico y cultural, mayores estímulos y recursos financieros. Retornarles a estas fiestas su posición principal es su misión. Por el estímulo a la investigación, por la realización de foros y seminarios, por la propuesta sobre las políticas públicas necesarias, por el acompañamiento a instituciones públicas y privadas, por contar con una agenda permanente que convoca a los más variados sectores de la ciudad, es la organización de la sociedad que ha generado los mayores impactos posibles en la recuperación de las fiestas. Nació cuando el también desaparecido Jorge García Usta, luego de años dedicados a explicar su crisis y a recomendar su recuperación, convocó a instituciones y personas, a la academia y a grupos folclóricos, y armó este comité, que se mantiene vivo a la hora de escribir estas notas. García Usta murió en diciembre de 2005 mientras se realizaba una evaluación de las fiestas del noviembre inmediatamente anterior, en las que por primera vez adquirían un nuevo realce. Con el ejemplo de Getsemaní, el continuado esfuerzo revitalizador y muchos barrios de la ciudad aparecieron carnavales, bandos, desfiles, comparsas y festivales durante la temporada novembrina. La ciudad había crecido y al cambiar de siglo ya no era aquel villorrio, se acercaba al millón de habitantes y los excluidos de las celebraciones oficiales buscaron sus propias expresiones. Fue así como San Diego, Daniel Lemaitre, Torices, Martínez Martelo, Las Gaviotas,

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Blas de Lezo, Escallón Villa, Lo Amador, Calamares, La Consolata, El Socorro, San José de los Campanos, entre otros tantos barrios, empezaron a contar, de manera intermitente, con sus propias celebraciones, no siempre reconocidas, apoyadas o bien vistas por la administración local2. La fiesta se hace en los diversos barrios de la ciudad, por fuera, casi siempre, de la programación oficial y con baja visibilidad mediática. Por su parte, dos instituciones educativas, la Escuela Superior de Cartagena de Indias y La Milagrosa, abrieron el camino a la amplia participación estudiantil en las fiestas. A partir de su ejemplo varias decenas de instituciones educativas cuentan con programas formativos que concluyen cada año con desfiles y festivales. Al lado del esfuerzo barrial, el cual marca la inclusión aspirada de los más amplios sectores de la población que se vieron desalojados de las fiestas oficiales, las instituciones educativas con su participación en las Fiestas de Independencia se convierten en, tal vez, la principal estrategia para la supervivencia y proyección de ellas. Este período va a caracterizarse por el surgimiento de una propuesta clara para retomar el carnaval novembrino y dotar a las fiestas de contenido histórico y cultural. Las fiestas se conciben como un gran proyecto de ciudad que con mayor integración e inclusión sociales, contribuya a la transformación de Cartagena en una ciudad menos fragmentada. Así, el Comité por la Revitalización se ha detenido a pensar las políticas públicas necesarias para ello; ha promovido espacios de reflexión, investigaciones, intercambios de experiencias, propuestas de diseños de vestuario y utilería festiva, estrategias de divulgación, apropiación social del conocimiento y gestión interinstitucional. En este período, cuando el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) y el Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia han trabajado de la mano, las fiestas han avanzado.

3. ¿Por qué cambiar su nombre?

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omo resultado temprano del Comité por la Revitalización, se realizó en junio de 2004 el seminario “Pensar las Fiestas de Independencia”, que gracias a la participación social y a los aportes de amplios estamentos festivos permitieron contar con los Principios para una política pública de fiestas, que han regido el pensamiento y las acciones del grupo de instituciones, grupos y personas aglutinadas en él. Uno de los temas debatidos ampliamente, tal vez el más trascendental, fue la importancia de recuperar el contenido histórico y cultural perdido. Por ello, tras un amplio ejercicio de participación social de organizaciones folclóricas y culturales e instituciones locales, apoyado por aportes intelectuales de investigadores que se dedicaron a reconstruir la memoria festiva, su significado y sus expresiones, se hizo un primer acuerdo para llamarlas Fiestas de Independencia, cuyo nombre fue acogido e incorporado por instancias gubernamentales, sociales y los medios de comunicación. Se hizo necesario renombrar los festejos de noviembre, que las nuevas generaciones de colombianos y cartageneros identificaban más con un reinado de belleza nacional que con la celebración de la independencia de Cartagena de Indias, la cual abrió y cerró el largo proceso de independencia de Colombia (1811-1821). Tanto en el seminario como en los Principios mencionados, se hace énfasis en que:

2 Ibíd, pp. 54-55.

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Fiestas de Independencia es el verdadero nombre de las fiestas populares que se realizan en el mes de noviembre en la ciudad de Cartagena, que atestiguan la esencia histórica, cultural y social de tales festividades, y expresan una metáfora viva de la independencia nacional y el valor histórico de los sectores populares y subalternos en la construcción de una ciudad caribe. A ellas, a sus programaciones, orientaciones y sentidos, se subordinan los otros festejos de noviembre (IPCC, 2016, p. 24).

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Foto: Gina Ruz Rojas

Así, pues, las Fiestas de Independencia no son otra cosa que aquellas fiestas novembrinas o del Once de Noviembre, nacidas hace 205 años. Las propuestas para su revitalización reconocen la importancia de los espacios barriales para las celebraciones (cabildos, como el de Getsemaní, con tres décadas de existencia; bandos, carnavales, comparsas y desfiles); consideran la reconversión del reinado de las fiestas ‒que no reinado de la Independencia‒ como un ejercicio cívico de integración barrial para estimular los festejos arriba mencionados; estimulan la aparición de componentes festivos en los programas educativos institucionales que han originado la aparición de comparsas, desfiles y festivales estudiantiles, y convierten el Desfile de la Independencia en el principal evento de su conmemoración. Un desfile, al

mejor estilo de los carnavales, entre las murallas de Cartagena y el mar Caribe. Las organizaciones promotoras de las Fiestas de Independencia las han pensado como un gran proyecto de ciudad, que contribuya a reconvertir la exclusión y la fragmentación sociales. La ciudad del futuro es imaginada con una reducción notable de la pobreza y la discriminación racial, condiciones que afectan en mayor medida la población de herencia africana, y con mayores niveles de convergencia social frente a la aguda asimetría de su inequidad social. En ese proyecto de ciudad caben las Fiestas de Independencia como el espacio multirracial y multiclasista de mayor inclusión social, que suma, en mayor medida, sus manifestaciones culturales.

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4. El espíritu de carnaval

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a comprensión del estado actual y de los principales retos de las Fiestas de Independencia no es posible sin una referencia histórica de largo plazo que obliga a remontarse a los primeros tiempos de configuración de la ciudad, cuando, como resultado de su acontecer ampliamente conocido, se implanta en su territorio un nuevo rizoma cultural, en el que se enredan múltiples raíces étnicas americanas, europeas y africanas, y florecen expresiones y festejos populares que se convertirán en los más importantes de la ciudad a lo largo de su historia3.

Las variadas expresiones de la fiesta popular cartagenera con la que se conmemora la Independencia tienen sus orígenes en la colonización hispana de América y de lo que con ella se produjo: el arrasamiento de culturas indígenas de la llanura del Caribe colombiano y la negación de la libertad humana, como resultado del comercio triangular y de uno de los más grandes dramas de la modernidad como lo ha sido la esclavización de africanos y la trata negrera. Pero también nace como resultado de la resistencia, la búsqueda de la libertad, el cimarronaje y el arrochelamiento, que no solo permitieron la supervivencia de prácticas y expresiones culturales, sino su irrigación, gracias a los procesos de poblamiento de toda la provincia de Cartagena.

Foto: Gina Ruz Rojas 3 Cartagena de Indias, en el Caribe de Colombia, fue el principal puerto de España en la Nueva Granada, reconocido por su importancia para los intereses imperiales en América y por haberse especializado en la importación de mano de obra esclavizada y en las operaciones logísticas de los metales preciosos provenientes de la minería suramericana que eran transportados en dirección a la península ibérica.

El concepto de rizoma, aplicado aquí para comprender los fenómenos culturales de Cartagena, abreva en la obra Mil mesetas, capitalismo y esquizofrenia de Gilles Deleuze y Félix Guattari (2002). Para estos autores franceses el rizoma es una antigenealogía, no responde a un modelo estructural específico, enreda múltiples matrices, no obedece a raíz única, pone en juego una diversidad de signos; es abierto y siempre cambiante, nunca cerrado o único; está hecho de direcciones que se cambian, los caracterizan ‘entradas’ y también ‘salidas’ múltiples, impensadas, que saben cambiar su propia naturaleza en el tiempo (pp. 13-18). — 22 —

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Nace bajo la forma de carnaval durante la Colonia, al lado de otras celebraciones y festejos, entre ellos las Fiestas de la Virgen de la Candelaria, los cabildos de nación, la Semana Santa y los fandangos; carnaval que con el pasar de los siglos deriva en parte esencial del contenido cultural de la conmemoración anual de la Independencia. Se hace preciso, entonces, encender las luces para observar su pasado y encontrar las piezas dispersas de ese rompecabezas, aún más grande, sobre la circulación, movilidad e irrigación de expresiones culturales, del que hacen parte las fiestas y que incorpora la herencia indígena americana, la memoria patrimonial africana y las manifestaciones culturales europeas; encender luces para observar la confluencia de culturas que hicieron posible que naciera en la ciudad colonial un carnaval, que este carnaval, por los procesos de poblamiento, ocurriera también en distintos pueblos de la provincia, que se moviera en el calendario para enriquecer la fiesta republicana de conmemoración novembrina de la posterior independencia de la Corona española y que su epicentro se relocalizara en otro puerto y en otro tiempo, ya en la era republicana.

5. Travesías festivas

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omo ocurren los hechos, la trayectoria de estas fiestas no podría reconstruirse de forma lineal. A la manera de los rizomas está hecha de continuidades y discontinuidades, de similitudes y diferencias, de implantaciones y trasplantes. Se mueve en el tiempo y el espacio, se relocaliza, pero también muta y trasciende al espacio urbano de Cartagena donde nació. Es preciso rendir tributo a Nina S. de Friedemann, quien desde la década de los setenta del siglo XX sugiere estudiar la llamada “costa Atlántica” desde los marcos teóricos de los estudios del Caribe, ya en la década de los ochenta se pregunta por esas rutas del carnaval en el Caribe colombiano y al hacer seguimiento a músicas y danzas da luces sobre movimientos espaciales y confluencias ocurridos en estas fiestas

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populares. Son pioneros sus textos y fotografías sobre los carnavales de Palenque de San Basilio, Mompox, Barranquilla y de la ribera del Río Magdalena. Hoy, tres décadas después, podría enriquecerse esa ruta identificada por Friedemann y construirse una más amplia trayectoria como resultado de la identificación de al menos tres grandes travesías culturales: 1. La travesía transatlántica al vaivén del comercio triangular y la trata negrera, que ayuda a entender las diásporas humanas, culturales y el mestizaje, con fuerte componente africano, en el Caribe del Nuevo Mundo. Esta travesía permitió el mestizaje de elementos americanos, europeos y africanos; a las danzas, instrumentos y músicas americanas se sumó la incorporación del carnaval medieval europeo y la recuperación de la memoria ritual y festiva africana y las prácticas indígenas. Nacieron nuevas expresiones, entre ellas muchas de las manifestaciones hoy conocidas y que integran los carnavales del Caribe. Aquí es preciso detenerse para precisar cómo, antes de los fenómenos culturales acaecidos en América luego de la importación de mano de obra africana, había ocurrido ya un intercambio de expresiones culturales de doble vía entre la península ibérica y los imperios africanos. En la obra de Alonso de Sandoval, De Instauranda Aethiopum Salute, escrita en Cartagena a partir de la información suministrada tanto por esclavizados como por involucrados en la trata, y publicada en Sevilla en 1627, más conocida como Un tratado sobre la esclavitud, es posible identificar la incorporación de elementos culturales europeos en ciertos ritos, entre ellos ritos funerarios, en territorios africanos: “[…parten con sus amigos para hallarse al entierro; llevando cada un conforme a su posible unos oro y vestidos, otros algunas cosas de las que los portugueses llevan a aquellas partes”4. Y si en África era posible identificar incorporaciones culturales europeas como producto de los viajes marítimos y la circunnavegación de sus costas, en la misma península ibérica fueron notorias expresiones culturales como

Alonso de Sandoval, Un tratado sobre la esclavitud, Madrid, Alianza Editorial, 1987, p. 115. — 23 —

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resultado de la llegada de africanos. Así que se hace necesario liberar tanto la herencia europea como la diáspora africana de ciertos esencialismos culturales que caracterizan su interpretación. También, se requiere dejar de pensar que esta travesía lo fue en una sola dirección, desde las costas mediterráneas y africanas hacia América. Así como la riqueza obtenida con la explotación de la mano de obra esclavizada viajó a Europa, así lo hicieron también ciertas expresiones que, como el llamado zambapalo, tuvieron su origen en el Caribe, pero viajaron y se introdujeron en la península. En la actualidad, el Diccionario de la lengua española define al ‘zambapalo’ como danza grotesca originaria de las Indias Occidentales ‒hispanas‒ de uso en la España de finales del siglo XVI y el siglo XVII. Leyendo las Crónicas caribeñas de Alejo Carpentier nos encontramos en una de ellas, refiriéndose a los tiempos coloniales en las Antillas:

zan este vocablo en sus obras literarias asociándolo a la fiesta, al baile, a la música, en cierta manera al desorden y la mascarada6. Entre ellos se encuentran Gabriel Lobo Lasso de la Vega, en su obra Manojuelo de romances; el mencionado Miguel de Cervantes Saavedra en sus obras Celoso extremeño, La ilustre fregona, Entremés del rufián viudo llamado Trampagos; Comedia famosa intitulada La Gran Sultana, doña Catalina de Oviedo y Entremés de la cueva de Salamanca; Luis Vélez de Guevara en su obra El diablo cojuelo; Francisco de Rojas Zorrilla en Lo que quería el marqués de Villena; Francisco de Quevedo en Discurso de todos los diablos o infierno emendado y Alonso Jerónimo Salas de Barbadillo en El curioso y sabio Alejandro, fiscal y juez de vidas ajenas7.

[…] sabemos que mucho se bailaba, y que esto facilitaba considerablemente el proceso de fusión de lo hispánico con lo negro, proceso efectuado en América, a causa del cual España fue literalmente invadida por danzas nuevas, venidas de nuestro continente [americano], a poco que el sol dejara de ponerse sobre el reino de Felipe II. A la fecha en que escribe su novela del Celoso extremeño, Cervantes nos habla ya del “endemoniado son de la zarabanda, nuevo entonces en España” antes de referirse en La ilustre fregona, al baile de la chacona, “indiana amulatada”, que disfrutaba favores al baile del zambapalo5. Y así podríamos seguirle el hilo a estos viajes en contravía de las expresiones culturales. El zambapalo aparece entonces en la literatura del Siglo de Oro español. Son varios los autores que utili-

Foto: Gina Ruz Rojas

5

Alejo Carpentier, Crónicas caribeñas, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 2012, p. 343.

6

Nuevo Diccionario histórico del español, disponible en http://web.frl.es/CNDHE/org/publico/pages/ consulta/entradaCompleja.view.

7

En español antiguo ‘agenas’, con g en lugar de j.

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2. La segunda travesía, sobre la que se hace necesario profundizar, es la de uno de tantos carnavales caribes, precisamente el nacido en Cartagena de Indias, que gracias a fuerzas centrífugas se dispersó primero por toda la provincia y que mediante la existencia de posteriores fuerzas centrípetas, relocalizó posteriormente su epicentro en el puerto emergente de Barranquilla8.

contemporáneos, los cabildos fueron, en este caso, los únicos lugares autorizados por las autoridades para el encuentro, que permitieron la salvaguarda del patrimonio cultural africano, muy a pesar de haber sido un estupendo mecanismo de subordinación, aislamiento y control político e ideológico, pero “tuvieron una activa participación en las celebraciones religiosas y seculares como la fiesta de la Virgen de la Candelaria y las carSe trata de un amplio espectro temporal que se nestolendas que cronológicamente le seguían […] Para origina en los albores de la colonización española, las fiestas de la Candelaria y del Carnaval los negros cuando se da el contacto y exterminio de buena parte intensificaban la actividad de los cabildos; durante de la población indígena, la importación de esclavizaaquellos días sus amos y las autoridades municipales dos al puerto de Cartagena de Indias, la ocurrencia de les permitían congregarse y divertirse en los respectilos cabildos de nación, la introducción de carnavales vos cabildos […] Las fiestas de carnaval y la celebración europeos y de fiestas religiosas. Ese amplio período de la Virgen de la Candelaria que les precedía fueron que, iniciado en los tiempos coloniales, transcurre consideradas por los pobladores de Cartagena como durante la independencia absoluta de esta ciudad frente sus festividades más representativas”10. a la Corona española por un siglo XIX republicano con caminos bifurcados entre las dos ciudades ‒mientras Joaquín Posada Gutiérrez describe los desfiles que de Cartagena declina, Barranquilla se configura y asciende los cabildos partían por la ciudad durante las fiestas: en el panorama nacional‒ y por el siglo XX, en el que se producen intercambios entre las dos ciudades, hasta Iban cantando, bailando, dando brincos y haciendo llegar al actual siglo XXI, cuando ha desaparecido el contorsiones al son de tambores, panderetas con cascacarnaval de comienzos de año en Cartagena, se encuenbeles y golpeando platillos y almireces de cobres y con tran en franca recuperación las Fiestas de Independensemejante estruendo y tan terrible agitación, algunos, cia de esta ciudad, que recogen la memoria de su carnahaciendo tiros con escopetas y carabinas por todo el val, y ha sido declarado el carnaval de Barranquilla camino, llegaban a la Popa bañados en sudor, pero sin como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible cansarse11. de la Humanidad por la Unesco en el año 2003. Los cabildos estuvieron localizados en varios lugares de la ciudad colonial, especialmente en el barrio Santo Por la fuerza transformadora de las expresiones afriToribio (San Diego). Entrado el siglo XVIII funcionacanas, esta travesía tiene en los cabildos de nación un espacio que imprime la huella africana y, gracias a ello, ban cabildos de nación en distintas calles: Cabildo de según Friedemann, “el carnaval [cartagenero] constitu- Carabalíes (calle de Nuestra Señora del Cabo o Calle yó una fiesta distinta, nueva”9. Para decirlo en términos Segunda de la Cruz); Cabildo Minas (Calle del Santísimo); Cabildo de Luango o Luanda (Calle del Quero);

8 Como el objetivo de este ensayo es explorar los orígenes y la evolución de las Fiestas de Independencia de Cartagena de Indias, el autor privilegia aquí el origen del carnaval cartagenero en los inicios del régimen colonial hispánico y, por lo tanto, no incluye los orígenes de carnavales en Riohacha y Santa Marta, que también alimentan el carnaval de Barranquilla y han sido estudiados por otros autores. 9

Nina S. de Friedemann, Fiestas, celebraciones y ritos de Colombia, Bogotá, Villegas Editores, 1995, p. 66.

María Cristina Navarrete, Prácticas religiosas de los negros en la Colonia, Cartagena siglo XVII, Cali, Editorial Universidad del Valle, 1995, pp. 77-78. 10

11

Joaquín Posada Gutiérrez, Memorias histórico-políticas, t. II, Bogotá, Imprenta Nacional, 1929, pp. 207.

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Cabildo de Araraes; Cabildo de Jojoes (Calle de los Siete Infantes); Cabildo de Chalaes (Calle de San Pedro Mártir). En 1808, en la Calle Nuestra Señora de África, se encontraba ubicado el Cabildo de Congos. La aparición de un nuevo ‘tipo de carnaval’ no fue un fenómeno exclusivamente urbano. Sabemos de las fuerzas centrífugas que rigen el poblamiento de la provincia de Cartagena durante el período colonial. En su vasto territorio se encontraban asentamientos indígenas y surgieron sitios de libres, de arrochelados y palenques de negros cimarrones. Este poblamiento ha sido estudiado ampliamente y no requiere mayores precisiones en este capítulo. Lo importante a tener en cuenta es que, con el movimiento poblacional, también ocurrieron viajes, muchas veces de doble vía, entre la ciudad y la provincia y entre los distintos puntos de la provincia, de las expresiones culturales. En la provincia de Cartagena se empiezan a celebrar carnavales —San Bernardo del Viento, Sahagún, Corozal, Mompox, Magangué y en los pueblos ribereños— y de esa misma provincia partieron expresiones que enriquecieron el carnaval cartagenero. Según Friedemann, “los pueblos y ciudades que en direcciones occidental y oriental se levantan en el tramo de la llanura caribe bañada por el río Magdalena pueden considerarse como el área carnestoléndica del Caribe colombiano”12. Como resultado de estas fuerzas centrífugas poblacionales el carnaval que se celebraba en toda la provincia de Cartagena siguió celebrándose durante el siglo XIX, y en ella emerge Barranquilla, convertida en villa apenas en 1813, durante la República de Cartagena.

esa situación, se da la relocalización de la centralidad del Carnaval a Barranquilla, ciudad que se convirtió, según Friedemann, en el imán que “atrae y concentra las tradiciones étnicas de negros, indios y campesinos, rebosando el proceso de asentamiento histórico del carnaval vernáculo”13. Con las fuerzas centrípetas del Carnaval de Barranquilla, este se consolida con los aportes de toda la región Caribe (Riohacha, Santa Marta, el río Magdalena, Mompox y otros municipios de Bolívar, además de Cartagena, obviamente), y crece al compás de su economía y con la llegada de inmigrantes de toda esa región y del exterior. En ese sentido, el Carnaval de Barranquilla es, igualmente, un carnaval rizomático, no solo por ser mucho más que ese pobre perfil definido desde la visión de la ‘trietnia’, que no reconoce la diversidad en el interior de los aportes europeos, indígenas y africanos, sino por ser la síntesis de los carnavales regionales del Caribe colombiano y la incorporación de las expresiones de los inmigrantes, carnaval que ha tenido momentos de auge, decadencia y posterior revitalización a lo largo del siglo XX, del cual Cartagena se ha propuesto aprender para su propio ejercicio de revitalizar las Fiestas de Independencia. Van Rensselaer, viajero estadounidense de padres alemanes, describe por primera vez el Carnaval de Barranquilla en 1829.

Es el incremento del comercio exterior del país durante la segunda mitad del siglo XIX, el que se convierte en el motor del crecimiento de esta ciudad, que ya al finalizar ese siglo se convertía en el principal puerto colombiano para el comercio exterior. Ante

Tuvimos fiesta de carnaval, que en Italia dura varias semanas, pero en ese lugar donde todos dependen de la labor cotidiana, ha sido prudentemente reducida a tres días durante los cuales no es el caso trabajar, porque todo es alegría y travesura. No podría decir ahora sobre el motivo que originó el festival, si fue el paganismo o algún evento eclesiástico. Aquí parece que el lugar principal lo tienen los aborígenes del país con sus trajes más antiguos14.

Nina S. de Friedemann, “El carnaval rural en el río Magdalena”, tomado de Boletín Cultural y Bibliográfico vol. XXI, núm. 1, Bogotá, Banco de la República, 1984, p. 38. 12

13

Nina S. de Friedemann, Fiestas, celebraciones y ritos de Colombia, Bogotá, Villegas Editores, 1995, p. 70.

14

Centro de Información y Documentación Carnaval de Barranquilla, colección recortes de prensa, Barranquilla, 1829.

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Un punto de inflexión final de esta travesía podría ser el momento en el que una delegación del carnaval barranquillero, con motivo del VII Encuentro Nacional de Patrimonio realizado en Cartagena en septiembre de 2016, rindió tributo e hizo un acto de reconocimiento a las Fiestas de Independencia, como depositarias del carnaval colonial cartagenero.

importante registro fotográfico de las fiestas novembrinas, marcadas por la carnavalada, en la Fototeca Histórica de Cartagena. Veamos algunas notas de los escritores mencionados: De Jorge Artel: “El 11 de noviembre es para los cartageneros, sobre todo, una fecha carnestoléndica”.

3. La tercera travesía que explica el espíritu de carnaval de las Fiestas de Independencia hace referencia al movimiento de las fuerzas endógenas cartageneras con las que las manifestaciones del carnaval de principios de año migraron y convivieron hasta mediados del siglo XX con la conmemoración novembrina de la Independencia. Los escritores Jorge Artel, Daniel Lemaitre y Gabriel García Márquez, exponentes importantes de la literatura cartagenera y del Caribe colombiano, construyen representaciones sobre este espíritu de carnaval de la Cartagena novembrina. Igualmente, Enrique Grau lleva a sus representaciones plásticas imágenes de las fiestas populares y la mascarada. También se encuentra un

De García Márquez: Todos los años, por el 11 de noviembre, la ciudad celebra el aniversario puntual de su independencia proclamada, pero ni aun los más viejos recuerdan una fiesta callejera tan concurrida, entusiasta y pacífica como esta. Ha sido ‒y ese fue uno de sus éxitos mayores‒ el orden de júbilo dentro del caos. (Una cometa en la muchedumbre, Cartagena, 1983). Y hasta se metieron disfrazados durante el carnaval en noviembre en los cuartos de alquiler del antiguo barrio de esclavos de Getsemaní. (El rastro de tu sangre en la nieve, 1986).

Foto: Gina Ruz Rojas — 27 —

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De Daniel Lemaitre: Los diablitos de espejo, la danza de la cinta, la de los gallinazos, los marineros, los negros carabalíes y mil pandillas de monos animaban las dormidas calles del Corralito, yendo de casa en casa para mostrar sus habilidades. Sanos divertimentos y muy ingenuos, pero no por ingenuos y sencillos menos gozados…. ¡Mi madre! ¡El día que pude hacer parte de una pandilla de monos no me cambiaba por nadie! Esta travesía interna ha ocurrido durante los siguientes períodos:

5.1 Período de 1812 a 1814

E

s el período del Estado Soberano de Cartagena de Indias. Se sabe que desde 1812 se inició la celebración de la Independencia y que, al lado de eventos gubernamentales y eclesiásticos, aparecieron manifestaciones festivas. Donaldo Bossa Erazo, firmando como Chantecler una columna, anota: Durante las fiestas de noviembre se permiten disfraces, pero esto tiene origen en 1812 y años siguientes, hasta la caída de la ciudad en manos del Pacificador Morillo, Cartagena entera celebró cada aniversario del Once con regocijos públicos que merecieron la aprobación de las autoridades republicanas del Estado libre y soberano. Entre esos regocijos no faltaron las mojigangas y enmascarados a cargo, principalmente, de esclavos y esclavas […]15.

5.2 Período de 1815 a 1821

E

l cuarto aniversario de la Independencia transcurrió bajo el sitio a la ciudad impuesto por el ejército expedicionario a cargo de Pablo Morillo, enviado por Fernando VII para la “pacificación del

reino”. Cartagena había sido sitiada por mar y tierra desde el 22 de agosto de 1815, sitio que terminó el 7 de diciembre del mismo año. El 11 de noviembre, precisamente, hubo una ofensiva de las tropas españolas. Por vía marítima y con acciones en la bahía tomaron posesión de Tierra Bomba, desde donde los cartageneros obtenían alimentos y aún mantenían comunicación con otros sectores de la isla; con la toma de Tierra Bomba, a donde entraron setecientos soldados, la línea del cerco se cerraba a favor de las tropas de Morillo. Por vía terrestre realizaron operaciones sobre el cerro de La Popa, protegido por los cartageneros, y a pesar de la superioridad militar los españoles fueron obligados a retirarse, habiendo perdido al mismo capitán de la operación y a otros miembros del ejército realista. El 12 de noviembre las fuerzas navales de Cartagena: se hallaban fondeadas inmediatas a Boca Grande, las cuales hasta el número de trece, entre goletas, balandras y bongos, vinieron sobre los nuestros ocupados en reconocer parte de la costa de la isla, trabándose el más vivo cañoneo en la inmediación del Caño del Loro que duró de un modo horroroso todo el día16. Seis años más tarde, durante la noche del 24 de junio de 1821, mejor conocida como la Noche de San Juan, el último reducto español que permanecía en la ciudad fue derrotado militarmente en una operación realizada por la armada republicana bajo la dirección del general José Padilla, quien viniendo de Santa Marta ingresó a la bahía por el canal del Dique. Pocos meses más tarde, el 10 de octubre de ese mismo año, los últimos españoles salieron del puerto de Cartagena rumbo a La Habana. Fue el remate, en el mar Caribe, de la independencia de la hoy Colombia.

Donaldo Bossa Herazo, El Fígaro, 17 de noviembre de 1958; citado por Gutiérrez, Édgar J., en: Fiestas: Once de Noviembre en Cartagena de Indias, Medellín, Editorial Lealon, 2000, p. 233. 15

16 Pablo Morillo, Documentos de la reconquista de Colombia y Venezuela, cap. II, p. 69. Transcripciones del Fondo Documental “Pablo Morillo”, Archivo de la Real Academia de la Historia de Madrid, España. Selección y notas de Heraclio Bonilla, Marco Manuel Forero Polo y Carlos Daniel Pérez Ruiz, (coordinación: Ignacio Castán Andolz), Universidad Nacional de Colombia, 2011.

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Por todo ello es poco probable que existiesen celebraciones de la independencia durante esos seis años de ocupación española.

5.3 Período de 1821 a 1911

E

s un período de decadencia y posterior y paulatina recuperación de la ciudad, que cierra con la ya estudiada conmemoración del centenario de la Independencia, la cual le dio fuerza a la fiesta conmemorativa. Sobre este largo período debe anotarse que las fiestas novembrinas, reaparecidas y sobrevivientes en medio de las dificultades económicas y la disminución demográfica de la ciudad, reflejaron la pervivencia durante la república de la discriminación racial contra la población con herencia africana y los temores ante los pardos manifestados a lo largo del siglo XIX. Recordemos que solo hasta mediados de ese siglo, ya en la era republicana, se produjo el fin de la esclavitud. Las formas de celebrar al final del siglo decimonónico son también un espejo de esa marcada división social en segmentos y capas, que, a la manera de las castas coloniales, hacían de la ciudad una especie de ‘milhojas’. Los Apuntes históricos sobre Cartagena del siglo pasado ‒siglo XIX‒ de doña Juana Sotomayor de Pérez, fechados el 19 de febrero de 1950, ilustran esta situación17.

5.4 Período de 1911 a 1960

D

urante este período se acentúan las voces de las élites en contra de las fiestas populares y sus expresiones, y a favor de un cambio en el paradigma festivo. Las ideas de progreso, asociadas al turismo, de una ciudad que es pensada como hispánica, requiere la puesta en valor del patrimonio arquitectónico, el ocultamiento de sectores afro cartageneros del espacio urbano y la transformación de la conmemora-

ción novembrina en otro tipo de certamen, en armonía con el tipo de ciudad que abrirá sus puertas al turismo. Múltiples voces, incluida la de la prominente figura del historiador Eduardo Lemaitre, coinciden con la idea de generar nuevas festividades acordes con la ciudad hispánica y la búsqueda de su progreso. Lemaitre recomienda hacer “una fiesta que atraiga el turismo y no una carnavalada del pueblo. Vemos el ejemplo de Manizales y sus ferias”18. Durante las cuatro primeras décadas del siglo XX conviven el carnaval cartagenero de principios de año y las fiestas novembrinas. En 1934 nació el Reinado Nacional de la Belleza, un año después de la celebración de los cuatrocientos años de fundación de la ciudad. Ya después de 1940, no existen rastros de los carnavales.

5.5 Período de 1960 a 1988

U

na mirada al programa oficial de las fiestas novembrinas del año 1960 da fe del cambio definitivo del rumbo que estas, para ese entonces, habían tomado. Las fiestas son organizadas desde la perspectiva de un reinado de belleza, como su epicentro, y la programación oficial se hace girar alrededor de él. A partir del primer Miss Universo obtenido por Colombia, el reinado de belleza congregó a sectores gubernamentales y empresariales del país e inició una carrera exitosa que contó con respaldo financiero de las entidades territoriales y recursos públicos. Asimismo, ocurre durante este período la más fuerte crisis de las fiestas populares, que pasaron definitivamente de protagonistas a convidadas y la población de participante viva a observadora. Mientras tanto, el auge mediático del reinado de belleza reforzó un imaginario nacional del 11 de noviembre que toma distancia de su contenido histórico. Se desdibuja así la razón de la celebración republicana. En 1982 El Universal publicó una columna de Rafael Mouthón titulada: “Ya no son fiestas”.

17

Juana Sotomayor de Pérez (1950), manuscrito, p. 2, (colección particular familia Pérez Sotomayor).

18

Eduardo Lemaitre, columna “El hondero entusiasta” (sin fuente), citada por Gutiérrez, E. J., op cit., p. 232.

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Friedemann, N. S. de (1995). Fiestas, celebraciones y ritos de Colombia, Bogotá, Villegas Editores.

Estas fueron las razones que motivaron al Cabildo de Getsemaní y al Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia.

Gutiérrez, É. J. (2000). Fiestas: Once de Noviembre en Cartagena de Indias, Medellín, Editorial Lealon.

6. Breve balance de los estudios

F

inalmente, es preciso reconocer que, desde el campo de la investigación, las universidades locales han desempeñado un papel destacado, se ha producido una importante expansión del conocimiento sobre las hoy llamadas Fiestas de Independencia. Son muy importantes para su comprensión las investigaciones y ensayos publicados durante las últimas dos décadas. Gracias a los aportes de Édgar Gutiérrez, Édgar Rey Sinning, Enrique Muñoz, Rafael Acevedo, Elisabeth Cunin, Freddy Ávila, Raúl Román, Jorge García Usta y Gina Ruz, entre otros, hoy se sabe mucho más sobre estas fiestas y su espíritu de carnaval que hace veinte años. En 2016 el Instituto de Patrimonio y Cultura (IPCC) y el Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia publicaron dos volúmenes de los Cuadernos de Noviembre, una iniciativa para llenar de conocimiento el rescate de las fiestas populares, ese sueño de Jorge García Usta, Astrid Torres, Emery Barrios y Édgar Gutiérrez, quienes ya no están para ver sus notables avances.

Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (2011). “En noviembre llegan las Fiestas de Independencia”, Cuadernos de Noviembre, núm. 2, Cartagena. Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (2016). “Inclusión de las fiestas de independencia de Cartagena en la lista representativa de patrimonio cultural inmaterial de la nación colombiana”, Documento técnico, IPCC, Cartagena de Indias. Morillo, P. (2011). Documentos de la reconquista de Colombia y Venezuela. Transcripciones del Fondo Documental “Pablo Morillo”, Archivo de la Real Academia de la Historia de Madrid (España), selección y notas de Heraclio Bonilla, Marco Manuel Forero Polo y Carlos Daniel Pérez Ruiz, (coordinación: Ignacio Castán Andolz), Universidad Nacional de Colombia. Navarrete, M. C. (1995). Prácticas religiosas de los negros en la Colonia, Cartagena siglo XVII, Cali, Editorial Universidad del Valle. Nuevo Diccionario histórico del español, disponible en http://web.frl.es/CNDHE/ org/publico/ pages/consulta/entradaCompleja.view

Referencias Carpentier, A. (2012). Crónicas caribeñas, La Habana, Editorial Letras Cubanas. Centro de Información y Documentación Carnaval de Barranquilla (1829), Colecciones de Prensa, Barranquilla. Deleuze, G.; Guattari, F. (2002). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, Valencia: pre-textos.

Posada, J. Memorias histórico-políticas, t. II, Bogotá, Imprenta Nacional, pp. 207 Sotomayor de Pérez, Juana, Apuntes históricos sobre Cartagena del siglo pasado –siglo XIX– (manuscrito), 19 de febrero de 1950 (colección particular familia Pérez Sotomayor).

De Sandoval, A. (1987). Un tratado sobre la esclavitud, Madrid, Alianza Editorial. Friedemann, N. S. de (1984). “El carnaval rural en el río Magdalena”, en Boletín Cultural y Bibliográfico, vol. XXI, núm. 1, Banco de la República, Bogotá.

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Entre la libertad y la represión: lo impreso en los tiempos de independencia en Cartagena, 1808 – 18151.

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Adineth Vargas Hernández a conmemoración de la Independencia de Car1 Las fuentes utilizadas en esta investigación provienen de la Biblioteca Luis Ángel Arango y Biblioteca Nacional de Colombia siempre un escenario oportuno Historiadora, docente, estudiantedede en microfilmada detagena de la ciudad de Bogotá, especialmente la maestría sección de Prensa sala Daniel SamperesPizano. Para ser fiel a la fuente para de la nuevosdelenfoques y discusiones que posibilitan, época, se ha conservado siglo XIX. En numerosos casos, la letra “s” aparece Patrimonio Cultural la ortografía original de los textos consultados de principios sustituida por la “f ”. no sólo a los estudiosos de la historia sino a la comuResumen: El siguiente artículo analiza el papel de la nidad en general, desentrañar procesos y conocer prensa, panfletos y demás medios de información escri- acerca de la participación de actores pocos estudiados ta en la construcción de la opinión pública en el marco dentro de ellos, al igual que las diferentes dinámicas de la Primera República (1808 – 1815) de la ciudad que implicó la lucha por la independencia y la formade Cartagena. Examinar al interior de los discursos ción de la república. plasmados en estos canales de opinión, nos permite cualificar el grado de cultura política que se presenció Con la celebración del bicentenario de la Indepenen un clima de agitación tan importante como fue la In- dencia se abrió paso a una serie de iniciativas y progradependencia. En ese sentido, se caracteriza y escenifica mas enfocados a insertar a la ciudadanía dentro de la cada una de las opiniones y debates, analizados en los representación que este proceso tiene en el imaginario diferentes mecanismos de difusión de ideas de la época; local. Se buscó introducir las diferentes imágenes, periódicos como El Argos Americano, Década, El Mensa- pensamientos, nociones, palabras y elementos propios gero, Noticias Públicas, entre otros y panfletos como El de la cotidianidad que trajo consigo la construcción del Curioso, El Efímero y La Cotorra Preguntona. Estado Soberano y Libre de Cartagena y, por supuesto, su relación con nuestra actualidad. Sin duda alguna, este estudio pone en escena los diversos discursos y debates que se manifiestan Pese a la importancia que tiene el estudio de la en la prensa que circuló en Cartagena durante la prensa para el análisis de la opinión y los móviles de la Independencia, puesto que, a través de ellos podemos cultura política en los diferentes períodos históricos, evidenciar las diversas opiniones e ideas en torno son muy pocos los historiadores que han abordado este a los acontecimientos que tuvieron lugar en la tipo de objeto de estudio dentro de la investigación hisciudad de Cartagena. De igual forma, nos posibilitan tórica local y regional. Para el caso del Caribe Colomcomprender los variados usos que adquiere el biano en el período de la independencia, se destacan papel de lo impreso dentro de la esfera política y la las investigaciones de Jorge Conde, quién afirma que formación de una opinión pública. la prensa fue “un mecanismo de articulación de una cultura política, 1 como también en un instrumento de Palabras Claves: Opinión Pública, Prensa, movilización al cual accedieron los diferentes sectores Panfletos, Discursos, Lenguaje Político, Independencia. de la población no sólo aquellos ilustrados”. De mane-

Entre la libertad y la represión: lo impreso en los tiempos de independencia en Cartagena, 1808 – 1815 .

1 Las fuentes utilizadas en esta investigación provienen de la Biblioteca Luis Ángel Arango y Biblioteca Nacional de Colombia de la ciudad de Bogotá, especialmente de la sección de Prensa microfilmada de sala Daniel Samper Pizano. Para ser fiel a la fuente de la época, se ha conservado la ortografía original de los textos consultados de principios del siglo XIX. En numerosos casos, la letra “s” aparece sustituida por la “f ”. — 31 —

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ra paralela, la historiadora cartagenera María Teresa Ripoll, a partir del análisis del más importante periódico de la ciudad de Cartagena El Argos Americano de 1810, dirigido por José Fernández Madrid y Manuel Rodríguez Torices, estudió los ideales del proyecto republicano a través del contenido de dicho mecanismo de difusión de ideas. Los diferentes trabajos anteriormente mencionados son una clara muestra de la poca producción historiográfica que compete para el caso de Cartagena del estudio de la prensa y la opinión pública durante el periodo en mención. En ese sentido, el presente escrito estudia los mecanismos a través de los cuales las ideas e imágenes sobre la Independencia fueron puestas en escena y difundidas en Cartagena. De allí, la importancia de analizar aquellos lugares en donde los discursos se hicieron evidentes a través de la palabra escrita, las distintas formas de sociabilidad y movilización.

1. La Ciudad De Cartagena En Los Años De 1808 – 1815: Antecedentes Económicos, Políticos Y Sociales.

una plaza fuerte”2, estas características fueron factores esenciales dentro del dinamismo económico, político, social y militar de Cartagena, que definieron la funcionalidad y relevancia dentro de la América colonial durante varios siglos. El siglo XVIII representó dentro del acontecer histórico cartagenero un periodo de fructíferas transformaciones de tipo social, demográfico, político, económico y racial que impactaron a la sociedad cartagenera. Durante este marco temporal, Cartagena pasó de ser una importante ciudad comercial a constituirse en una urbe militar con una mermada actividad comercial con la metrópoli3. A partir de esto, la ciudad recobró una época de estabilidad económica, favorecida por las obras de construcción y mantenimiento de fortificaciones y a su vez, por el ingreso de situados destinados tanto para el sostenimiento de los batallones de soldados como para las labores de defensa4. En estos años, hubo un aumento en la demanda de productos y una consolidación del desarrollo económico del puerto.

Este proceso de recuperación generó impacto en el fortalecimiento de la actividad mercantil, aunque a ciudad de Cartagena se consolidó en tiempos colo- había mermado la entrada de barcos negreros a fines niales como una de las más importantes ciudades de del siglo XVIII, en estos años se posibilitó el ingreso los territorios españoles de ultramar, cuya importancia constante de navíos en Tierra Firme gracias a la implese determinó por su poder económico, político y milimentación de la política de libre comercio dentro del tar que la destacaron frente a otras provincias dentro territorio español5. Al respecto, Alan Kuethe expresa del Virreinato de la Nueva Granada. Desde sus inicios, que en 1776 estos cambios en las políticas comerciales según el historiador cartagenero Alfonso Múnera tuvieron “un moderado efecto positivo sobre Cartage“la ciudad adquirió desde temprano su impronta de na que continuó sirviendo como depósito de los bienes centro del comercio de la Nueva Granada, y con ello, de consumo manufacturados que se movilizaban por el otra razón importante para dotarla de la seguridad de río Magdalena hacia el interior del virreinato a cam-

L

2 Alfonso Múnera. El Fracaso de la Nación: Región, Clase y Raza en el Caribe Colombiano, 1719-1821. Ed. Banco de la República, 1998. P. 247 3 Haroldo Calvo Stevenson & Adolfo Meisel Roca (Ed), Cartagena de Indias en el siglo XVIII, Memorias del Simposio sobre la Historia de Cartagena: La ciudad en el siglo XVIII, Ediciones Banco de la República. Cartagena de Indias. Colombia. P. 474. 4 Para profundizar sobre aspectos relacionados a la ciudad y los situados, Véase: Juan Marchena Fernández. La institución militar en Cartagena de Indias 1700-1810. Escuela de Estudios Hispanoamericanos. Sevilla. España. 1982. Pp. 268-271; Adolfo Meisel Roca, “¿Situado o contrabando?: La base económica de Cartagena de Indias y el Caribe neogranadino a fines del Siglo de las Luces”, En: Haroldo Calvo Stevenson & Adolfo Meisel Roca (Eds), Ibid. Pp. 61-124. 5 Aline Helg. “Sociedad y raza en Cartagena a fines del siglo XVIII” En: Haroldo Calvo Stevenson & Adolfo Meisel Roca (Eds), Op. Cit. Pp. 319-364. — 32 —

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bio de productos agrícolas, maderas de Brasil, metales preciosos y esmeraldas”6. Este despegue económico consagró a la ciudad como “el principal puerto de la Nueva Granada sobre el Caribe. Gracias a su inmensa y magnífica bahía, Cartagena albergó, en la época del convoy, la flota destinada a Portobelo, siendo además el primer punto legal de desembarco con fines comerciales donde llegaban mercaderes desde lugares tan distantes como Popayán o Quito”7. Estas circunstancias comerciales permearon sus condiciones sociales y políticas durante finales de este siglo. Con los cambios en las políticas mercantiles dados a mediados del siglo XVIII, el comercio de la Nueva Granada dejó de ser controlado por dos grupos de comerciantes, “los cargadores, quienes se encargaban de viajar en flotas, y el segundo por los mayoristas que residían en Cartagena, y que compraban las provisiones para revenderlas a minoristas y redistribuirlas en el mercado interno”8. De esta forma, con el sistema de navíos libres, se fortaleció la llegada de nuevos comerciantes especialmente a la ciudad. El grupo de comerciantes residentes creció en tamaño e importancia a medida que se instalaron en la ciudad de Cartagena comerciantes peninsulares que servían como agentes de las casas comerciales españolas y que reemplazaron a los cargadores como los más importantes proveedores de los bienes europeos. McFarlane expresa que los comerciantes cartageneros se encargaban de los asuntos mercantiles como mayoristas para la importación y exportación de bienes; por esta razón mantenían contacto con los compradores neogranadinos y con los distribuidores extranjeros. Al darse la liberación de las regularizaciones comerciales, aumentó la distribución de los productos

en el puerto y a su vez, el fortalecimiento tanto de las rutas mercantiles como el de sus comerciantes. Dentro de este panorama, se buscó dotar a las colonias americanas de mecanismos de poder y de administración que posibilitaran una mejor eficacia en el manejo de sus rentas y de su productividad económica. En Cartagena, un grupo de comerciantes procedió a la creación del Consulado de Comercio en 1795, entidad compuesta por un prior, dos cónsules y otros funcionarios, encargados de fomentar y proteger la actividad comercial de Cartagena y el resto del territorio neogranadino. Ante esta iniciativa, la ciudad se constituyó en uno de los territorios más importantes de comunicación e intercambio entre la metrópoli y sus colonias, cuyo poderío económico reafirmó su posición geopolítica. Dentro de este escenario, se incentivó una participación activa de la élite comercial cartagenera frente al manejo administrativo y político del resto de las provincias de la Nueva Granada. Con relación a lo anterior, María Teresa Ripoll anota que este fue “un grupo social cohesionado en torno a unos mismos intereses económicos: el comercio ultramarino, y vinculado entre sí por redes de parentesco y por el predominio en las principales posiciones del poder local”9. Esta élite comercial conformada en su mayoría por población blanca tanto criolla y peninsular, gozó de los mayores privilegios fiscales y económicos dentro de la estructura social colonial, fue uno de los grupos más influyentes en la ciudad, ocupando los cargos políticos reconocidos y administrando las casas comerciales al exterior e interior del puerto. En el espacio urbano cartagenero, según el censo de 1777, la población blanca

6 Alan Kuethe. Reforma militar y sociedad en la Nueva Granada, 1773 – 1808. Banco de la República. Bogotá. Colombia. 1993. P. 85. 7 Ibid, P. 87. 8 McFarlane, Anthony. “Comerciantes y monopolio en la Nueva Granada: el Consulado de Cartagena de Indias”, En: Anuario Colombiano de Historia social y de la cultura, Volumen 11. Pp. 43-69. 9 María Teresa Ripoll. La élite en Cartagena y su tránsito a la República, Bogotá. Editores Universidad de los Andes/Colección Prometeo. 2006. P. 169

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representó el 31.2% y los esclavos el 18,9%. El mayor número de habitantes correspondió a la población libre de todos los colores, con un 49.3%, que incluía negros, mulatos, mestizos y zambos, quienes para el siglo XVIII representaron un sector importante en Cartagena.

lación de la información a través de gacetas, boletines, periódicos, panfletos, hojas sueltas y de nuevas prácticas entró en contraposición con el orden colonial10.

En el período comprendido entre 1808 y 1815 se evidencia a lo largo y ancho del territorio la existencia Todas estas características de la ciudad fueron y circulación de un sinfín de periódicos tales como: fundamentales dentro de la realidad social de la misma la Bagatela de Antonio Nariño, el Argos Americano, de durante los primeros años del siglo XIX. Cartagena la Ciudad de Cartagena, dirigido por Fernández de recibió los inicios de esta centuria con un ambiente Madrid y Manuel Rodríguez Torices, El Diario Político dinámico, de vigor económico, político y social, cuya de Santa Fé, El Mensajero de Cartagena, a cargo de José condición portuaria posibilitó un fuerte afluente de cos- María Salazar, La Aurora, de Popayán, entre otros. Este mopolitismo intelectual y de difusión de ideales polítiaspecto pone en escena que la prensa neogranadina cos en boga en ese momento en Hispanoamérica. estaba coordinada por individuos pertenecientes a la élite ilustrada, quienes pretendieron la creación de un ambiente propicio para la aceptación del pensamiento 1.2 El fenómeno de lo impreso en político y de sus intereses por el resto de la población, Hispanoamérica y su impacto en la de allí que estos adquirieron mayor relevancia, en ciudad de Cartagena. comparación con otro tipo de impreso que circularon finales del siglo XVIII y comienzos del XIX se durante el proceso de Independencia. llevaron a cabo procesos de transformación de diversa índole en la sociedad hispanoamericana. La ciudad de Cartagena, por su condición portuaria Uno de los más importantes fue la proliferación de comercial, fue susceptible a la circulación de todo tipo periódicos e impresos que, sin duda alguna, jugaron de información, lo cual contribuyó, en gran medida, un papel decisivo en las transformaciones de las a la formación intelectual y política de sus habitantes, ideas e imaginarios que contribuyeron al desencade- consolidando sus hábitos de lectura y acercándolos a namiento de los sucesos políticos que llevaron a la la realidad de sus tiempos. Surgió toda una atmósfeformación de la república. ra de la información, no sólo en el puerto, sino en la Nueva Granada, que dio lugar a un amplio proceso de Todos los acontecimientos que tuvieron lugar en discusión y crítica de puntos de vista y, por ende, de el territorio español, tales como el levantamiento de opiniones plasmadas en impresos tanto firmados como Aranjuez contra Godoy, la toma de Madrid por las anónimos que circularon en esos años. fuerzas francesas, las abdicaciones de Bayona, los deEs muy importante analizar los diversos medios a bates liberales y la conformación de las juntas supretravés de los cuales se difundieron los ideales republimas, dieron lugar a un intenso cambio en las relaciones canos, teniendo en cuenta que el proceso de represenentre la corona española y las colonias hispanoameritación de la nación supuso la utilización de la imprenta. canas, las cuales no estuvieron por fuera de la recepDentro de este panorama de transformación política, ción de noticias, sucesos y debates que tenían lugar en España y Europa en general. Este fenómeno de la circu- social y económica, la prensa se constituyó en un

A

10 Para profundizar sobre el fenómeno de la circulación de impresos provenientes de España y otras latitudes, Ver: Francisco Fernández Segado. La libertad de Imprenta en las cortes de Cádiz. Ponencia presentada en el I Simposio Internacional sobre «La Constitución de Cádiz de 1812», organizado por la Unión Latina. Cádiz, abril de 2002; Hugues Sánchez Mejía. ”la crisis de la monarquía española” En: Historia de la independencia de Colombia, Tomo I, Revolución, Independencias y guerras civiles, Fundación Bicentenario, 2010, Pp 33-47.

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mecanismo que permitió la formación de una atmósfera política tolerante al uso de nuevas acepciones políticas en el discurso y en las formas de gobierno. En consecuencia, estudiar el papel de la prensa y los panfletos publicados durante los tiempos de Independencia, específicamente entre los años de 1808 y 1815 en Cartagena, es acercarse a las ideas y opiniones que circularon durante la lucha por la autonomía y libertad de la ciudad frente a las autoridades españolas.

POR UN BUEN PATRICIO OCTAVARIMA I Ya despertastes, amada patria mía Del letargo que estabas sumergida, Y ya llegó por fin el grato día, Que muestres tu valor, bien dirigida: En tu fiel patriotismo se confía, Para que Francia, arrepentida, Llore el error infame en que ha caído, Y el delito que el Corso ha cometido

En Cartagena, durante la primera fase de la lucha por la Independencia, se publicaron aproximadamente 12 impresos, entre periódicos, boletines, gacetas, panfletos y hojas sueltas: El Argos Americano, El Mensagero de Cartagena, Década, El Observador Colombiano, Gazeta Real de Cartagena, Boletín de Noticias Públicas, Boletín del Exército defensor y Boletín del Exército Expedicionario; panfletos como El Curioso, El Efímero, La Cotorra Preguntona, Diálogo entre un ciudadano preocupado y el verdadero patriota, A las preguntas sueltas respuestas amarradas, Diálogo entre el montuno y el viejo, entre otros. En el año de 1808, los habitantes de Cartagena leyeron el Extraordinario de Noticias Públicas, publicado por Don Diego Espinosa de los Monteros en la Imprenta Real del Consulado. Este periódico se caracterizó por reproducir informes de noticias registradas en las gacetas de colonias holandesas e inglesas, específicamente aquellas relacionadas con la situación política y militar que enfrentaba España, sus conflictos con Napoleón y las tropas francesas, como también aspectos relacionados a la instrucción pública, tales como la creación de la escuela de pilotaje en el Real Consulado de Comercio y la conformación de la Junta Suprema de Cartagena. En una de sus publicaciones extraordinarias titulada “Aviso al Público: a la ilustre España y sus valerosos hijos” recurre a otros tipos de géneros, como el de la argumentación a través de la rima y la canción, para exaltar a la patria. Así lo podemos observar en el siguiente aparte de la publicación del 19 de diciembre del 180811:

II Sufristes muchos años los rigores, De un gobierno, sin duda, alucinado, Que teniendo a su frente a unos traidores, Era azote del pueblo, desgraciado; Mas hoy, ilustre España, los vapores Del celaje infeliz se han disipado, Y empiezas otra vez con frente altiva, A mostrar tu valor y tu fé viva. No obstante, las primeras publicaciones tuvieron como función principal informar tangencialmente los sucesos acaecidos en España y fortalecer la identidad americana, para más tarde comenzar a perfilarse discusiones sobre la igualdad, la representación y la idea de autonomía e independencia frente a España. Uno de los materiales impresos que responde a estos nuevos contenidos es El Argos Americano, editado por José Fernández de Madrid y Manuel Rodríguez Torices. Abogados del Colegio del Rosario de Santa Fe, partidarios de los hermanos Piñeres y de las ideas revolucionarias que se agitaban en el virreinato, quienes desempeñaron un papel relevante dentro de la dirigencia política de Cartagena en el camino hacia la Independencia.

11 B.N.C Extraordinario de las Noticias Públicas. Lunes 19 de Diciembre de 1808, Número 9. P. 1

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Encontramos que entre los años de 1808 y 1815 en la ciudad de Cartagena existieron aproximadamente las siguientes imprentas: la de Don Diego Espinosa de los Monteros, la Imprenta de Gobierno y la Real del Consulado. En esta última, se reproducía el Argos Americano, semanario emitido los lunes, cuya venta estaba a cargo de la tienda de propiedad de Antonio Angulo, el cual se constituyó en el principal exponente de los ideales independentistas. Los editores del Argos hacían uso de sucesos de otras latitudes para fortalecer su discurso e intereses, y apelaban dentro de su narrativa a palabras como tiranía, vejaciones, opresión, sacrificio, sufrimiento e independencia: todas ellas parte del contenido ideológico de la élite patriótica cartagenera, quienes buscaron generar rechazo hacia los españoles con el objetivo de consolidarse como la fuerza política más importante de la ciudad. Esta élite criolla, gracias a la expansión de la información a través de los materiales impresos, tuvo conocimiento de la decadencia de España y aprovechó el desequilibrio político para perfilar la formación de un gobierno autónomo que les garantizara su status como auténticos hijos de la península y su poderío al interior de las colonias. En El Argos Americano encontramos en su prospecto la importancia del papel de lo impreso dentro de la difusión de las ideas políticas del momento para sustentar las lógicas del nuevo gobierno. Al respecto, en una de sus publicaciones se refieren al gobierno español, con calificativos como el bárbaro sistema, culpable de la ignorancia y barbarie que reinaba en los territorios, señalando que:

desentrañando las caufas que han obstruido los canales de su prosperidad y engrandecimiento. Nos hallamos antes una crisis peligrofa, en que nada conviene tanto como uniformar las ideas. No hay conductor mas feguro para comunicarlas y fixar la opinión pública, que los papeles periódicos12. Ese nuevo gobierno, que estos pregonaban, estuvo acompañado de las nuevas premisas que sustentaron la lucha por la libertad y que encerró los soportes de sus intereses. A través de la prensa se posibilitó la socialización de los ideales de igualdad, nación, ciudadanía y libertad de imprenta. En ese sentido, ¿Cómo El Argos Americano representaba estos ideales libertarios? Cuando nos adentramos al análisis de los contenidos discursivos del periódico en mención, encontramos que se hace alusión a los diferentes eventos ocurridos en pueblos, villas y ciudades que conforman el territorio de la Nueva Granada; como estrategia para consolidar una atmósfera política que diera licencia a la legitimación del discurso y de sus intereses. Asuntos relacionados con la conformación de Juntas, los conflictos con Santa Fe, las elecciones, los sucesos en Cádiz y Madrid, la relación con España, la fidelidad a Fernando VII, hacen parte de los sucesos que dan cabida al debate en torno a la nación. Desde un primer momento, se hizo explícito el imaginario de república que el nuevo gobierno quería posesionar en el territorio americano. El Argos, en uno de sus puntos se refiere así:

Por un efecto necesario del bárbaro siftema del gobierno antiguo, hemos eftado fumidos en las mas ciega ignorancia de nueftros interefes y derechos; pero felizmente ha llegado la época fuspirada en que los amantes verdaderos de efte rey no puedan hablar con abfoluta libertad,

En todo gobierno la nación es representada por aquel ó aquellos á quienes confía una parte de su libertad para conservar el resto, porque el hombre no se despoja de esta porción preciosa de sus derechos sino por el interés de vivir tranquilo, defendido por las armas de los ataques exteriores, y por las leyes de la violencia con que pudiera oprimirle otro hombre más fuerte y poderoso13.

12 B.N.C El Argos Americano: Papel político, económico y literario de Cartagena de Indias, Lunes 17 de Septiembre de 1810. Prospecto. Tomo I, N* 1. Carrete de Microfilm, N* 396. P. 1. 13 B.N.C El Argos Americano: Papel político, económico y literario de Cartagena de Indias, Lunes 17 de Septiembre de 1810. Prospecto. Tomo I, N* 1. Carrete de Microfilm, N* 396. P. 1. — 36 —

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fomente y protexa la agricultura, el comercio, la industria y las artes, manantiales fecundados de la riqueza de las naciones; entonces, persigafe enhorabuena con la infamia y proscripción pública una miseria criminal. La prevención está más bien a favor de los pobres que de los ricos: luego podrá no ser lo mejor privilegiar una opulencia adquirida las más veces por adulaciones bajas, intrigas y otros medios vergonzosos, posponiendo al pobre perseguido quizás por la entereza de su carácter, por sus talentos y virtudes: iluminados y dirigidos por la antorcha de la equidad y la razón.

Ahora bien, a esta idea de democracia se suma el interés desmedido por calar dentro del colectivo como las personas más idóneas para conservar la libertad del resto de sus compatriotas, al conducirlos por el sendero de la ilustración en el que estos se encontraban, pues el pueblo por años había estado sumido en la ignorancia, producto de años de opresión y tiranía. Por este motivo, es recurrente observar en algunos de los acápites de sus discursos la alusión incesante a la lamentable situación que le asistía, lo colonial en asocio con lo opresivo y enemigo de la ilustración, nos deja entrever sus intereses de imponer en el imaginario los principios libertarios y a la vez, pensar un sistema político nuevo. En relación con lo anteriormente referenciado, el Argos señala que: En efecto, trescientos años de un sistema rigorofamente colonial que es lo mismo que decir defpotico, opresivo y enemigo de las luces, trescientos años de abatimiento y abusos, han puefto a la América en un eftado laftimoso y deplorable. En el feno de las riquezas hemos fufrido todos los males de la miseria y en vano la naturaleza ha privilegiado con sus más preciosos dones estas comarcas que producen el oro, la plata, la perla y la quina. Si bien, los patriotas cultivaban por medio de sus discursos el rechazo hacia el régimen español, su objetivo era atacar en dos flancos: en un primer momento, generando conciencia en el resto de la población sobre la opción de independencia y en un segundo momento, promoviendo propuestas tangenciales que apuntasen al cambio de las condiciones de los diferentes sectores. Para ello, se empleó el uso del concepto de ciudadanía, igualdad de derechos, y la capacidad de elegir, lo que sin duda, se evidencia en la posterior cita: En aquella y en las provincias más liberales de estos no gozan del derecho del sufragio, sino los ciudadanos que poseen cierta suma determinada, sean rayces ò bienes muebles. ¿Pero este reglamento podrá ser justo entre nosotros? Quantos hombres de bién, quantos sujetos apreciables, quantas familias virtuosas no se hayan fumidas en la miseria, y arruinadas por el antiguo defpotismo? ¿Acaso de la pobreza será un testimonio de ociosidad y de holgazanería? quando tengamos un gobierno benéfico que

De lo anterior, cabría preguntarse: ¿a quién o quiénes iban dirigidos estos discursos? Todo parece indicar que los mensajes del Argos están encaminados a diversas capas sociales de la ciudad, artesanos, libres, comerciantes, esclavos. Pese a que algunos de estos sectores no tenían acceso a la prensa de forma directa, debido a su condición de analfabetas, no se descarta la existencia de sujetos capaces de moverse entre las élites y los sectores populares, los cuales sirvieron de intermediarios para la divulgación y negociación del proyecto en torno a la emancipación de los españoles. Según Joelle Chassin “la gente se agrupa en torno a los que saben leer (…), que sirven de intérprete. Todo lector puede considerarse en orador público, todo auditor en comentarista (…) Así vagabundean a través del papel o de la voz, las noticias y sus distorsiones”. Dentro de este panorama, se evidenció que a las publicaciones periódicas se le adjudicaba un carácter informativo y de movilización. A partir de su función pedagógica, con la divulgación de los diferentes sucesos y trasformaciones que tenían lugar en el momento, se creaba una atmosfera de legitimación en torno a la idea de autonomía. Esta afirmación se puede reiterar en el Prospecto de Década, otro de los periódicos que circuló en la ciudad en los años de 1814 y 1815, en el que expresaba la funcionalidad de dicha publicación:

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…Difundir con provechos las luces: detallar los peligros que nos rodean, y el modo de evitarlos: uniformar la opinión que todavía anda dividida en partes: hacer sabedor al público de quanto favorable ó adverso se presente en la sociedad, y destruir la vituperable manía de procurar la imbecibilidad e indiferencia con ocultar las noticIas que

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ocurren, es el objeto que nos hemos propuesto, y el que no puede verificarse de otra manera que por el órgano de un periódico general; porque su pronta circulación, la sencillez de los discursos, y la novedad de materias que son a veces incompatibles con los papeles ministeriales, hará que correspondan á los fines de cada ciudadano amante de su libertad 14. Durante este proceso de transformación política, social y económica que trajo consigo la lucha revolucionaria, fue necesaria la utilización de medios de difusión para generar opinión sobre lo que acontecía. Por consiguiente, los periódicos, panfletos y hojas sueltas posibilitaron la adopción y difusión de nuevos ideales que se encontraban en boga. En este contexto, observamos que el papel de lo impreso cobró relevancia a la hora de crear un ambiente de legitimación frente a los asuntos que sustentaron el proceso de transformación política luego de la declaración de Independencia en 1811. Esta particularidad también se vislumbra en el periódico El Mensagero, publicado en la Imprenta del Gobierno del C. González y Pujol en el año 1814, cuya suscripción se realizaba en la casa del mencionado impresor por el valor de 5 pesos oro a los individuos del Estado, y tres a los habitantes de él. Concentró su atención en los informes de llegada y partida de barcos en el puerto y la clase de carga que tenían, como también las reflexiones en torno al federalismo y la agricultura. Se caracterizó por ocuparse de los asuntos relacionados con la situación militar y política del hemisferio, las transformaciones y beneficios que trajo consigo la separación con la metrópoli. Con la conformación de los movimientos independentistas, los conflictos entre las distintas provincias no se hicieron esperar. Los desacuerdos políticos entre facciones de patriotas, y a su vez, entre Cartagena y el resto de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, definieron el protagonismo que durante los años de 1808 a 1815 desempeñó la plaza. Cartagena enfrentó a las élites de Santa Fe, a la provincia realista de Santa Marta y a Mompox.

Los conflictos externos no distaron de los que en el interior de la ciudad se evidenciaron con la lucha entre los dos bandos políticos existentes desde la Independencia, los cuales, consagrada la república, también continuaron en su disputa encarnizada en lo impreso. Por un lado, estaban los Toledistas dirigidos por José María García de Toledo; por el otro, los Piñeristas, en cabeza de los hermanos Germán y Gabriel Gutiérrez de Piñeres. Ambos bandos lucharon por el control del poder en la ciudad, en las elecciones de 1814. Uno de los aspectos fundamentales de las publicaciones periódicas posteriores a 1812 es que en sus discursos prima la constante disputa por el poder, no frente a España, sino entre los diferentes sectores que se lo pelean en el momento. Es así, que la prensa se constituye en un importante vehículo de debate y pugna política. Lo anterior se puede evidenciar en otro de los periódicos que circuló en la ciudad, en los años de 1814 y 1815, bajo el título Década: miscelánea de Cartagena, cuya suscripción anual de 4 pesos oro se realizaba en la Imprenta del Estado, en la tienda de C. Luis Caballero en el Portal de los Mercaderes (hoy Portal de los dulces) y en la botica de C. Andrés Ortega, en la esquina de la Catedral. Este impreso tuvo como objetivo publicar noticias de las provincias de la Nueva Granda, de América y de las naciones extranjeras, específicamente aquellas íntimamente relacionadas con la realidad de esos años. A su vez, en su contenido reposaba información sobre ascensos, nombramientos de empleados civiles, entrada y salida de buques, reflexiones sobre agricultura, comercio, guerra e ilustración y, en gran medida, sobre las luchas electorales entre los grupos asociados a los Piñeres, por una parte, y a García de Toledo, por la otra. Reflexiones en torno a la igualdad, el derecho a elegir, la libertad de imprenta, la ciudadanía, la unidad nacional y la confederación entre provincias, fueron los temas relevantes dentro de los discursos que reposan en estos medios de información. Las maneras opuestas de representar y difundir este tipo de ideales nos pone en escena las ambigüedades existentes a la

14 B.N.C. Década: Miscelánea de Cartagena. Prospecto. 1814. N* 1. Pp. 1-2. — 38 —

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el método adoptado de preguntas ó como mejor pudiere, aunque no hare todas las que me ocurren, porque entonces á donde iríamos a parar? Era una friolera; por lo menos treinta y seis millones de duda, fuera de los que antes deje reservadas15.

hora de entender la idea de República y el proceso de lucha por la Independencia. La prensa no se mantuvo al margen de los conflictos internos, se constituyó en un medio propicio a la hora de favorecer el debate y la opinión, desempeñó un papel decisivo dentro de la difusión de ideas en la ciudad de Cartagena. Esto se constata a través de la constante publicación de panfletos y hojas sueltas en la ciudad de Cartagena, herramientas discursivas de carácter anónimo, donde la crítica e inconformismo logran manifestarse.

2.2 Impresos anónimos: El Curioso, el Efímero y La Cotorra Preguntona.

C

on la publicación y lectura de gacetas, papeles públicos y privados, manuscritos, pasquines, hojas volantes, se erigió toda una atmósfera de la información en toda Hispanoamérica. Esta situación dio lugar a un amplio proceso de discusión y crítica que reconfiguró diversidad de puntos de vista y, por ende, de opiniones plasmadas en impresos tanto oficiales como anónimos. Con la publicación de panfletos y hojas sueltas en la ciudad de Cartagena, herramientas discursivas de carácter desconocido, se expresó la crítica e inconformismo frente a lo que acontecía. El siguiente apartado del panfleto El Curioso deja observar el lenguaje e intencionalidad de estos escritos anónimos:

Con estas palabras, El Curioso dio inicio a toda una serie de preguntas en torno a aspectos tales como la separación de los tres poderes, las acciones de ciertos personajes de la ciudad, la libertad de imprenta, entre otros. Mediante este panfleto noticioso, se llevaba a cabo cierta crítica frente a los funcionarios de la administración local de la época, a través de un método pedagógico de preguntas y respuestas dadas entre varios individuos, tal como se evidencia en la siguiente cita:

Amigo mío, -expresaba el panfleto- me ha encendido una desgracia. Huyendo del fuego di en las brasas. Vea V. M. Como. Yo tenía mis dudas sobre ciertos procedimientos de nuestros funcionarios: manifesto al público solas nueve, pidiendo me sacasen de ellas, y vmd. Con muy sana intención me ha nacer nueve millones de perplejidades, de cada una de las que me quiso contestar. Ya he dicho que no sé hacer discursos, y así me daré a entender con vmd por

Sr Curioso: desearía conocer á vmd, para darle mi mano y felicitarle, por ser el primero que con ánimo firme ha atacado los que vmd, ha creído abusos del Poder Executivo. Solo este golpe hace sentir como de bulto la diferencia que hay entre el despótico antiguo gobierno y el liberal de que en la actualidad disfrutamos. ¿Qué mayor placer puede tener un ciudadano, que poder criticar las operaciones de su gobierno obligándolo a velar por si mismo para no exponerse á ser zaherido por sus voluntariedades? Mi contestación Señor Curioso no se reduce á hacer absoluta apología al Poder Executivo: soy de los mas persuasivos en que no se deben perder de vista sus operaciones; pues el único que puede resvalarse á la tiranía con la mayor facilidad; sino a manifestar á vmd, que el Poder Executivo en los asuntos de guerra tiene misterios que sería peligroso revelar, y que los que no tienen verdaderos principios políticos, militares, lo atribuyen á otras miras desfavorables al gobierno y de cuya disposición pueden valerse nuestros enemigos para hacernos perder la confianza de un gobierno naciente, y que es tan delicado como una planta tierna que el más ligero ayre la marchita ó la mata16.

15 B.N.C. El Curioso. Imprenta Don Diego Espinosa de los Monteros. 1812. P. 1. 16 B.N.C. Respuestas a las principales preguntas del Curioso. Imprenta de Don Diego Espinosa de los Monteros. 1812. P. 9.

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En este escenario, los panfletos se constituían además en un mecanismo de crítica frente a las acciones de ciertos personajes dentro del juego y la lucha por el poder evidente con las dos facciones de criollos existentes en la ciudad. La posterior cita es muy pertinente, puesto que ayuda a comprender lo anteriormente referenciado: Yo le aconsejo sea más activo y eficaz en manifestar sus opiniones, ya sea instruyendo, o preguntando, a fin de conseguir el crédito que se merece, y no que por la objeción opuesta a la que produce vmd. por su papel dicho, se ha adquirido un desconcepto casi general, porque se piensa que si vmd. advirtiera que por alguna de las puertas de esta Plaza entraba el enemigo aguardaría a dar parte luego que estuviese dentro de ella. ¿y qué efectos pues, le parece a vmd habrá causado en el pueblo su líbelo? ¿Qué efectos? Conversaciones y disputas chocantes y odiosas entre las personas estúpidas, e insensatas: y entre los ciudadanos cultos y sensatos, una gran aversión al escrito denunciador inoportuno, y contra su autor una presunción la mas criminal, pues ya unos, y otros los consideran enemigos del Gobierno y de sus funcionarios, fundados en que más ha sido la obra por complacer a los insurgentes, y anti-patriotas que por enrostrar a los jueces con discreción sus defectos17. Tanto el pasquín, líbelos u hojas sueltas, en palabras de François Xavier “propagan los rumores o los provocan, expresan el descontento popular o sirven a las elites para movilizar al pueblo; fenómenos todos que se sitúan en el campo de la opinión”18 Toda esta proliferación de impresos posibilitan la creación de un clima de inquietud y de enfrentamiento en donde se hace uso de múltiples formas bajo las cuales se puede hacer público el inconformismo sobre situaciones que atentan el bienestar del nuevo gobierno. En otro de los panfletos, que circuló en 1812 en la ciudad de Cartagena, El Efímero, se puede constatar este tipo de debates y crítica

deliberada a las malas acciones de ciertos funcionarios, en uno de sus apartados se refiere así: Ciudadanos, en vano nos lisongeamos de haber formado una constitución, que asegure la existencia del cuerpo político, que protexa y proporcione a sus individuos el mas completo goze de sus derechos naturales y la mas pronta y substancial justicia contra sus perturbadores, si ella no es respetuosamente venerada así por los funcionarios, como por cada uno de los ciudadanos, como el instrumento público y solemne tratado de nuestra alianza social; en vano levantaremos el estandarte de la LIBERTAD; si nos olvidamos de que un pueblo será invencible, pacifico y feliz, mientras que ame y respete su constitución, y que por el contrario el será la presa del ambicioso que primero se presente, si ella es atacada en sus mas solidas bases; en vano en fin habríamos preferido en vista de sus ventajas el gobierno democrático al monárquico19. Los panfletos anteriores, muestran la circulación de escritos privados y públicos, libelos y folletos, donde se expresaba la opinión sobre asuntos públicos que estaban afectando a los ciudadanos, estos permitían informar, conocer, ilustrar sobre temas poco aludidos en la prensa oficial, tales como el debate sobre la libertad de escritura, de lectura y de imprenta. Es de suma importancia resaltar que la ortografía confusa e incoherente, muy frecuente en pasquines y líbelos, no es en sí misma un indicio de su origen popular, sino que puede ser una ficción destinada a darle un origen popular que no necesariamente tiene; es también una manera de conservar el anonimato. Asimismo, se manifiestan elementos propios de la jerga cotidiana, refranes, fábulas, canciones, conversaciones y diálogos que coadyuven a lograr ese estilo popular que, en algunos casos, dista de ser. Un buen ejemplo para ilustrar esta afirmación es la que se encuentra en el panfleto La Cotorra Preguntona:

17 B.N.C. Al ciudadano Curioso: Editor de las preguntas sueltas. Imprenta de Don Diego Espinosa de los Monteros. 1812. P. 14 18 François Xavier Guerra, Modernidad e Independencia: Ensayos sobre las revoluciones hispánicas, Madrid, Editorial MAPFRE, 1992, P 46. 19 B.N.C. El Efímero de Cartagena. Sábado 5 de Septiembre de 1812. Cartagena. Imprenta de Manuel González y Pujol. N* 1. P. 1 — 46 —

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Me cupo por suerte creer como cosa indudable, que la facultad de hablar, y raciocinar con propiedad les era común a los irracionales. Alimentado, como he dicho, desde mi infancia con efte principio ha sido tanta mil locura, que muchas veces he creído, que los brutos forman fus discursos, y los demueftran a los hombres, para que fe los aprueben (pensamientos todos de mi cabeza) asi fue, que luego oí decir, que un loro había dado á la prensa, un pensamiento, que era muy excelente, que hablaba, en fin que era digno de leerse, y por otro lado el ver que en tropas fe unian en las esquinas para leerlo, me movió a hacer las mas vivas diligencias por verle en mis mano; por ultimo compré dicho papel; me fui a mi casa y me senté a meterme en mi dura tefta toda la parla del lorito. Viente o treinta ocasiones lo leí, unas veces lo cantaba, otras lo rezaba, de modo que me fue fácil, adquirir un dolor de cabeza, con el fueño el mas placentero y dulce (…) pues apenas di mi cuerpo al descanso que me permitia la ocasión, quando en dos por tres fe me presentó una cotorra que oyendomé que aun no dexaba de repetir algunas expresiones que el tal loro había proferido, con voz ayrada dixo: no hables mas, pues ya de memoria se me toda la canción20. Panfletos como El Curioso, El Efímero, La Cotorra Preguntona y hojas sueltas permiten observar en pleno los debates y las críticas hacia las malas acciones de los funcionarios, las nuevas discusiones sobre los alcances de la libertad de imprenta, el voto o no de los pobres, los supuestos privilegios de un blanco sobre un pardo y la participación del pueblo desde un clima de inquietud y de enfrentamiento en donde se hace uso de múltiples formas bajo las cuales hacer público su inconformismo. En suma, este tipo de publicaciones anónimas, más allá de divulgar ese modelo de políticas modernas y republicanas que se evidenciaban en otro tipo de impresos de índole oficial, se constituyeron en unas importantes herramientas de crítica y debate que contribuyeron decisivamente en la puesta en escena de variados puntos de vista y de una dinámica opinión pública. Su lenguaje fresco, cotidiano y de denuncia posibilita la conformación de múltiples espacios de discusión en el acontecer político cartagenero.

2.3 El papel de lo impreso en Cartagena: instrumento de pedagogía política, movilización y debate.

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partir de las características mencionadas tanto en los discursos, debates y opiniones de los diversos mecanismos de difusión de la ciudad entre los años de 1808 a 1815, se puede afirmar que inicialmente se enfocaron en la construcción de un tipo de argumento en torno al cambio de gobierno, sin embargo, consolidada la Independencia, sus usos varían acorde a las lógicas e intereses del momento y de ciertos personajes. Por tal motivo, aparecen dos tipologías marcadamente identificadas de lo impreso en la ciudad; una de tipo oficial, cuyos objetivos apuntan, en un primer momento, a informar y dar a conocer los sucesos que tenían lugar en el panorama europeo, posteriormente a la socialización, movilización y difusión de la causa criolla y luego de la independencia, un importante vehículo de debate, pugna política y de legitimación; cuyos puntos de reflexión atañen a los procesos que trastocan el acontecer político hispanoamericano, tales como el debate de las cortes de Cádiz, la representación política, la situación militar y de las tropas, no sólo de las provincias sino de las colonias extranjeras. Paralelo a esto, está otra tipología de lo impreso, de índole anónimo, cuya funcionalidad reside en la crítica e inconformismo, concentrando la atención en asuntos relacionados a las acciones de funcionarios, la libertad de Imprenta y de opinión. Esto pone en escena que lo impreso, sin duda, por su carácter público, se constituyó en unas de las herramientas pedagógicas y de debate más efectivas de la modernidad y de las ideologías independentistas. En relación con lo anterior, la prensa y los panfletos se constituyeron en instrumentos que si bien cumplían una función pedagógica, de información y divulgación de los sucesos, de manera paralela, se hace uso como recurso ideológico y de debate, que influyen de manera decisiva en la formación de la opinión acerca de la Independencia. Las diferentes versiones que se difundieron a través de los impresos permiten comprender las múlti-

20 B.N.C. La Cotorra Preguntona. Cartagena. 1812. Imprenta del Ciudadano Diego Espinosa de los Monteros. — 47 —

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ples visiones que existieron frente las transformaciones políticas y sociales antes y después del proceso de emancipación, lo que trae consigo una transformación decisiva en la cultura política de la sociedad cartagenera, en donde se ponen en escena las contrariadas maneras de entender la idea de ser república.

lenguaje escrito un instrumento adecuado de difusión de información y trasmisión de los valores que sustentaban a la monarquía española, convirtiéndose en un mecanismo de difusión cultural e ideológica22.

La soberanía popular fue el principal concepto político plasmado en los discursos de la prensa en los al3.1. El papel de la prensa en la política bores de la Independencia; esta idea del pueblo soberano, como fuente de la soberanía, que renunciaba a cartagenera: actores y opinión ella a favor del Rey. En esta fase inicial, los periódicos pública. y las hojas volantes que se editaron estuvieron puesa prensa fue un instrumento fundamental en los tos al servicio de la exaltación patriótica y muestras albores de la Independencia al penetrar con su de lealtad de los americanos a la causa española. Tal lenguaje en espacios donde se intentó crear y consocomo se observó en capítulos anteriores con algunos lidar una opinión. El discurso de la prensa por sí solo apartes de los semanarios como El Extraordinario de no agotó ni los espacios ni los actores. A través de la Noticias Públicas en 1808 y El Argos Americano en 1812, divulgación oral, éste actuaba y orientaba a los habien los que se comunicaban los sucesos relacionados tantes de la ciudad, aquellos que por medio de lectucon las renuncias de Bayona y la formación de las ras en plazas, en las iglesias, en las tiendas lograron Juntas Provinciales. tener contacto con los ideales del momento y, de esa Los términos de derecho, ciudadanía, representaforma, participaron activamente en todos los sucesos que rodearon la declaración de la Independencia el 11 ción, soberanía, libertad, igualdad, república, elecciode noviembre de 1811 y en la formación de la Repúbli- nes, congreso y constitución conformaron un repertorio distinto de conceptos y palabras usadas en los ca Independiente de Cartagena. impresos de la época. Aunque estos términos existían y En el año de 1810, los diversos poderes locales de las se usaban en la sociedad colonial, durante este contexto se revisten de nuevos significados23. diferentes provincias representados por los cabildos, reclamaron el derecho a asumir la soberanía del rey La comunicación escrita de inicios del siglo XIX ausente en nombre del pueblo y a constituir juntas mantuvo un carácter vertical y unidireccional, cuyo del gobierno autónomas; una autonomía no frente a principal objetivo fue la publicación de noticias y España sino a la capital de la Provincia21. Estas juntas acontecimientos dados en España y el resto de Euinicialmente transitorias, proclamaron la independenropa. Con el surgimiento de esta prensa política, se cia de la Corona española, pasando de la fidelidad de establecieron las condiciones necesarias para que el Fernando VII a la ruptura con España. discurso entrase en contraposición al orden colonial cimentando las bases de la nueva atmosfera política Todo este tránsito político de las juntas a la consimpregnada del liberalismo y del nuevo régimen. titución de repúblicas independientes encontró en el

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21 Ana Catalina Reyes. “La revolución de los cabildos” En: Op. Cit. Historia de la independencia de Colombia .Bicentenario. 2010. Pp. 50-63. P. 21.

22 Jesús Álvarez & Ascensión Martínez Riaza. Historia de la Prensa Hispanoamericana. Casa Editoral MAPFRE. Madrid. 1992.

23 Ver: Margarita Garrido. Reclamos y representaciones. Variaciones sobre la política en el Nuevo Reino de Granada, 1770-1815. Banco de la República. Santafé de Bogotá. 1993. P 414.

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Estos medios impresos surgieron consagrados a una causa, según los planteamientos de Luis Ociel Castaño, “este fue el camino más práctico y el recurso masivo de comunicación más utilizado para desplegar los diversos ideales políticos, culturales o religiosos que atribularon al hombre decimonónico24.

mente en la puesta en escena, de variados puntos de vista y de una dinámica opinión pública.

En general, las características propias de la realidad educativa y cultural de la sociedad cartagenera no impidieron la circulación de la información a través del uso de hojas sueltas, pasquines y volantes, medios En esta coyuntura, las publicaciones periódicas de difusión de gran importancia puesto que permitiefueron plataforma de polémicas, de rivalidades entre ron persuadir a través del rumor y la lectura pública provincias, enfrentadas por su vida política e importan- en las calles. Al respecto Joelle Chassin, anota que cia económica, tal como sucedió en el caso entre Carta- “el que comenta la información, el que hace correr el gena y Santa Fe. Por tanto la prensa, como mecanismo rumor, actúa así porque cree o dice que cree en lo que por excelencia de difusión de discursos, ideas y opinio- dice. Las noticias encuentran oídos atentos, lugares de nes, especificó las variadas concepciones con las que se acogida en los que se difunde rápidamente la palabra movilizó y dinamizó el espacio social cartagenero. así recibida, suelta e incontrolable”25, lo que garantizó la efectividad de los mensajes trasmitidos durante esta Desde sus orígenes, cada periódico que circuló en la época por aquellos que plasmaron sus discursos tanto ciudad de Cartagena intentó definir su orientación polí- en la prensa y panfletos. tica. Es así que aparece que, en los años de 1808, estas publicaciones periódicas se crearon para difundir los 3.1.1. ¿Quiénes construían los sucesos acaecidos en España y el territorio neogranadiscursos en la prensa?: un dino, como sucedió con Las Noticias Públicas de Cartaacercamiento a los grupos que gena de Indias. Años siguientes, en el transcurso de los controlaban lo impreso. años de 1810-1812 estos impresos modifican su uso n América el control de los medios de información adecuando sus objetivos hacía la construcción social fue materia considerada prioritaria y la imprendel discurso de la independencia y del nuevo orden ta fue utilizada al servicio de un propósito político político. Ejemplo de lo anterior, fue el semanario y de otro cultural; esta sirvió como un instrumento El Argos Americano publicado por José Fernández de adecuado de difusión de documentos oficiales, pero Madrid y Manuel Rodríguez Torices, ambos personaal mismo tiempo se erigió como un campo de batallas jes importantes dentro del acontecer político de esos en donde se configuró el nuevo orden político y los años debido a su relación con el grupo de los Hermadiscursos con los que se sustentó. nos Piñeres. Este tipo de periódicos de carácter oficial informaron sobre la situación de las diversas provinLa libertad de imprenta que trajo consigo la Incias de la Nueva Granada, dirigiendo su atención hacia dependencia permitió que todo tipo de palabras temas de política, economía e ilustración. También encontramos durante estos años, un grupo de impresos circulara en el espacio público, así las opiniones se integraron al proceso argumentativo a través del uso de circulación corta o volantes, que con un lenguaje institucional y público de la imprenta que en sus iniprovocador y grandilocuente contribuyeron decisiva-

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24 Luis Ociel Castaño Zuluaga. La Prensa y el periodismo en Colombia hasta 1888: Una visión romántica de la comunicación. Academia Antioqueña de Historia. Medellín. 2002. P. 65-66 25 Joelle Chassin. “Circulación de la información en América en tiempos de las Cortes de Cádiz: El caso del Perú, En: Elisa Cárdenas, & Annick Lempériere, Una ausencia que convoca: Homenaje a François Xavier Guerra, México, Ediciones Universidad de Guadalajara, 2007, P 290.

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cios fue controlado por los funcionarios del Virreinato. En esta fase inicial “los altos estamentos del poder como las Juntas de gobierno y los militares propician la formación de opiniones, publicando noticias en Gazetas y periódicos” 26. En las colonias españolas, la primera ciudad americana en la que se instaló una imprenta fue México, en el Virreinato de la Nueva España, en donde se imprimió por primera vez un manuscrito en el año de 153527. Desde ese momento, transcurrieron dos siglos para que llegase una tipografía a territorio neogranadino, la cual llegó en la tercera década del siglo XVIII: “En Santafé de Bogotá los padres jesuitas fueron los primeros en imprimir, en un taller que tenían en su colegio. La muestra más antigua la constituyó un novenario del año de 1738”28. Las primeras imprentas experimentaron múltiples dificultades, por lo lento y dispendioso del proceso de impresión. Ante aquellas circunstancias inició labores en Cartagena de Indias en 1774, la Imprenta de Don Antonio Espinosa de los Monteros, imprimiendo la primera publicación de la ciudad: Octavario que a la inmaculada Concepción de la Virgen María Nuestra Señora, consagra al doctor Don Francisco Antonio Vélez Ladrón de Guevara. Estos inicios de lo impreso en la ciudad estuvieron estrechamente ligados a una función meramente informativa de contenidos oficiales y religiosos, cuyo tiraje era sufragado por el gobierno.

Posteriormente, a comienzos del siglo XIX, está funcionalidad se trastoca, puesto que la imprenta se convirtió en un elemento esencial en el surgimiento de la opinión pública. Los criollos ilustrados lucharon por obtener imprentas para persuadir a la gente en un lenguaje coloquial y teatral, insertando dentro de sus discursos palabras del lenguaje ilustrado tales como libertad, república, patria, constitución, leyes, derechos y ciudadanos. Para estos grupos era necesario definir y a su vez fijar de significados a los nuevos conceptos políticos que respondieran a la importancia de éstos dentro del proceso independentista. Al respecto, Jaime Andrés Peralta considera que: “la ilustración, fue desde un punto de vista, la estrategia que un sector hegemónico elaboró para reunir a sus miembros, configurar los actos y pensamientos que debían regir su desempeño social y construir una identidad propia con base en la diferenciación”29. En esos años, la realidad educativa de la sociedad colonial imposibilitó el acceso a las escuelas a los más pobres, por lo que este fue un privilegio de las élites que ostentaban la limpieza de sangre30. Para el espacio cartagenero, María Teresa Ripoll esboza que “una de las principales desventajas de las gentes del común para modificar su condición dentro de las sociedades coloniales era la dificultad para alfabetizarse, y por tanto, para aprovechar cualquier fuente de información escrita”31.

26 Ver: Catalina Jiménez & José Cepeda. “Opinión Pública y ciudadanía, 1780-1810: expresiones e importancia para su desarrollo en torno al proceso de Independencia en la Nueva Granada; Popayán, Cartagena y Santa Fé de Bogotá.” En: Memorias del IX Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC). Santa Marta-Colombia. Mayo. 2010. Pp 14-15. 27 Ver: José Torres Revello. El libro, la imprenta y el periodismo en América durante la dominación española. Facultad de Filosofía y Letras. Publicaciones del Instituto de Investigación histórica. Volumen LXXIV. Buenos Aires. Argentina. 1940. Pp. 11-12. 28 Luis Ociel Castaño. Op Cit. P. 41. 29 Jaime Andrés Peralta. Los novatores. La cultura ilustrada y la prensa colonial en Nueva Granada, (1750-1810). Editorial Universidad de Antioquia. Banco de la República. Medellín. 2005 P. XX. 30 Renán Silva. Universidad y sociedad en el Nuevo Reino de Granada. Contribución a un análisis histórico de la formación intelectual de la sociedad colombiana. Banco de la República. Bogotá. 1992. Pp 207-208. 31 María Teresa Ripoll. La élite en Cartagena…Op. Cit. P. 9. — 50 —

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En un primer lugar, el grupo que controló lo impreso en la ciudad de Cartagena correspondió al de la élite blanca, de comerciantes y nobles criollos, en la mayoría abogados pertenecientes al Consulado de Comercio. José Ignacio de Pombo fue uno de los personajes relevantes de esta entidad, quien, en palabras de Renán Silva, fue “una especie de líder colectivo no sólo en el plano comercial, sino particularmente en lo cultural”32. Este liderazgo de los abogados del Colegio del Rosario y de San Bartolomé fue evidente no sólo en Cartagena sino en el resto de las provincias de la Nueva Granada. Figuras como Ignacio Cavero y Cárdenas, José Antonio Amador Rodríguez, Antonio José de Ayos, José María García de Toledo, Miguel Díaz Granados, José María del Castillo y Rada, Manuel Rodríguez Torices, Vicente Celedonio Piñeres, Germán Piñeres, José Fernández de Madrid, Manuel Benito Rebollo, entre otros33, conformaron este selecto grupo de ilustrados de la ciudad, cuyas relaciones de amistad establecidas con varios de los criollos ilustrados de otras provincias de la Nueva Granada les permitió el mayor acceso a libros e impresos de procedencia extranjera con referentes importantes sobre la realidad política de España y de Europa34. El principal medio impreso que respondió a los objetivos de este grupo fue El Argos Americano, editado por José Fernández de Madrid y Manuel Rodríguez Torices. La opinión pública que buscó crear el periódico se orientó hacia las ideas de la Junta Suprema de Gobierno. Durante este período, la prensa estaba al servicio de una opinión que tuvo en el tema económico

el punto sobre el cual articuló las discusiones y opiniones de los habitantes de la ciudad de Cartagena, de la gente del común. Cabe destacar que, aunque las opiniones de estos grupos no forman parte de la opinión pública publicada, “no es difícil imaginar que la palabra escrita y leída se haya vinculado aún más a la no escrita y escuchada por la gente común analfabeta”35. En este período, lo importante no era crear una opinión pública con múltiples voces sino fijar una opinión única, con unos intereses políticos claros y definidos, como lo eran en este caso los intereses de la Junta Suprema de Gobierno de Cartagena. Los pensamientos plasmados a lo largo del Argos Americano se fueron modificando acorde a los cambios dados en las opiniones de los miembros de la Junta de Gobierno, la cual se consolidó en la Provincia de Cartagena, con un respaldo discursivo elevado por parte del Argos a la hora de proclamar su independencia absoluta. En esa medida, se observó la configuración de una variable opinión pública, en donde la palabra y la pluma se establecieron como recursos masivos de educación y de difusión de los ideales políticos; la prensa “se constituyó en la expresión de las opiniones en el seno de la sociedad, voceros audibles de la voz del pueblo”36. De tal forma, encontramos que este grupo tuvo como objetivo principal la creación de una dinámica opinión a través de los medios impresos desde el 1808, cuya principal función se concentró en llamar la atención sobre los acontecimientos que se vivían durante

32 Renán Silva. Los ilustrados en la Nueva Granada, 1760-1808. Genealogía de una comunidad de interpretación. Fondo Editorial Universidad Eafit. Banco de la República. Medellín. 2002. P. 135. 33 Para profundizar sobre los abogados del Colegio Mayor del Rosario residentes en la ciudad de Cartagena. Ver: Maria Teresa Ripoll. La élite ilustrada… Op Cit. Pp. 158-160. 34 Cuando nos referimos a que fueron los gestores principales hacemos alusión a que este sector fue el que sustento ideológicamente la lucha por la independencia. Más no estamos desconociendo la participación de amplios sectores de la población dentro de este magno hecho. Cabe resaltar, que la historiografía nos ha brindado nuevas luces con respecto al protagonismo que adquieren tanto indígenas, negros y mulatos en el proceso de Independencia. 35 Antonio Annino & Rafael Rojas. La Independencia. Fondo de Cultura Económica. Centro de Investigación y Docencia Económica. México. 2008. P. 30. 36 Luis Ociel Castaño. Op. Cit. P. 99. — 51 —

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ese contexto. A su vez, legitimar posturas, justificar acciones y proyectos políticos. Desde esta perspectiva, la circulación de papeles en estos primeros años “manifiesta la mentalidad emancipadora en tiempos de la llamada Primera República; desde sus páginas se dejan sentir las voces, de la insurgencia”37. Las formas con las cuales este grupo buscó trascender de lo público dirigiendo los discursos, benefició el control de los mismos frente a la construcción de la opinión. En tal medida, se observó a través de sus escritos la legitimación de los nuevos afanes políticos, mediante el rechazo al despotismo peninsular, la exaltación a la patria, la apología a la independencia y la proclamación de la autonomía cartagenera. El compromiso primordial fue la difusión constante de noticias de lo que ocurría en Hispanoamérica, escenificando su afán por defender a través de la opinión y debate el porvenir de la ciudad de Cartagena. Dentro de este proceso, las ideas y opiniones fueron fundamentales dentro de la vida política cartagenera; como expresan Ligia Berbesí y Noirelen Rincón: en estos años “lo que interesa es la legitimación de una nueva cultura política que reclama otros escenarios, otras actitudes y otros comportamientos. Independientemente de las diferencias y los antagonismos, todos por igual aspiraban y estaban interesados en la lucha por la defensa de sus intereses y privilegios”38. Sobre este objetivo, los ilustrados cartageneros, plasmaron sus afanes tanto en lo económico, lo político y lo social. Lo que implicó la conformación de un discurso de validez, cuyas construcciones discursivas se manipularon socialmente para facilitar que sus voceros se convirtieran en sujetos públicos39.

En este orden de ideas, la labor de pedagogía social a favor de la Independencia y de ilustración con la que se revirtió la difusión del discurso necesitó del importante papel del impresor. Por esto interesa, en las siguientes líneas, analizar el papel de este actor dentro de las lógicas de formación y control del fenómeno de lo impreso y la opinión en la ciudad de Cartagena.

3.1.2 El papel de los impresores dentro de la formación de la opinión pública: El caso de Don Antonio Espinosa de los Monteros.

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l desarrollo de la imprenta enfrentó numerosos obstáculos (políticos, pero también geográficos y hasta sociales) para su establecimiento en la Nueva Granada, pero, además, su desarrollo se produjo en medio de unas condiciones bastante precarias. El establecimiento de una imprenta oficial contó con el apoyo de las autoridades reales, los individuos que lo intentaron por su propia iniciativa encontraron muchas más dificultades. A finales del siglo XVIII, el Real Consulado de Cartagena, junta encargada de la promoción del comercio de la ciudad, realizó gestiones para la adquisición de una imprenta con la autorización del gobierno virreinal. Sin embargo, tan pronto llegó la imprenta procedente de Filadelfia (EEUU), una serie de diferencias políticas con el gobierno de Santafé impidió su entrada en funcionamiento. Antonio Espinosa de los Monteros fue uno de los principales litógrafos del Virreinato de la Nueva Granada, perteneciente a una de las más importantes

37 Ligia Berbesí de Salazar y Noirelen Rincón. Ligia Berbesí, & Noirelen Rincón. “Subversión y opinión pública en la construcción de la República de Venezuela, 1810-1830.” En: Historia Caribe. N° 14. Ediciones Universidad del Atlántico. Barranquilla. 2009. P.P. 102-103. 38 Ibid. P. 107. 39 Jaime Andrés Peralta. Los novatores. La cultura ilustrada y la prensa colonial en Nueva Granada, (1750-1810). Editorial Universidad de Antioquia. Banco de la República. Medellín. 2005 P. XX. P 174.

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familias de impresores en Hispanoamérica40. Antonio Cacua Prada registra en su libro Historia del Periodismo colombiano, información relacionada con este impresor y su traslado a la ciudad de Bogotá, anotando que “con los dineros que el Virrey entrega a Don Antonio como auxilio de viaje. Éste adquiere los elementos del antiguo taller de los Padres Jesuitas y mejora la tipografía de su propiedad (…) con el título de impresor Real”41. Desde sus inicios, la imprenta se configuró en un recurso de dificultosa financiación, tanto por parte de las autoridades coloniales, y luego republicanas, lo que impidió el acceso a tecnologías tipográficas avanzadas. Por otra parte, los altos costos tanto del papel como el de la producción, del pago del impresor y sus ayudantes, del correo y de la circulación, elevaron el precio de cada ejemplar impreso. La ausencia de suscriptores que permitieran solventar los costos hizo de la impresión una aventura en la que muy pocos se involucraban. En esa medida, el grupo de los litógrafos fue uno de los que ejerció poder dentro de la esfera de lo impreso debido a que el acceso a la misma les permitió, bajo el sello de su propia imprenta, publicar algunos escritos tanto de simpatizantes como de ellos mismos. Para el caso cartagenero, tras la muerte de Don Antonio Espinosa de los Monteros, sus hijos Bruno y Diego Espinosa heredaron el cargo, jugando un papel principal como impresores en los tiempos de la Independencia. Los Espinosa de los Monteros pertenecen a una familia de impresores dispersos en las diferentes territorios españoles e hispanoamericanos; “En México, en 1751 Miguel Espinosa de los Monteros y Christoval Antonio Espinosa de los Monteros, publicaron cálculos astronómicos para los años 52 y 54. (…) En Cádiz Don

Manuel Espinosa de los Monteros dirigió la Imprenta Real de Marina y Real Audiencia de Contratación42. Por su parte, Bruno imprimió todas las constituciones republicanas y casi todos los periódicos de Santafé. En cambio, Diego fue impresor de Antonio Nariño y encarcelado junto a él tras la impresión de Los Derechos del hombre y del ciudadano43. Tras su liberación en 1799, Diego reanuda su labor manejando la imprenta del Real Consulado en 1810, después a su nombre en el año de 1812, en la que imprimió panfletos entre los que se destacan El Curioso y La Cotorra Preguntona. En estos años, en la ciudad existió una imprenta adicional, la Imprenta de Gobierno por Manuel González y Pujol que funcionó hasta finales de 1814. A partir de 1815, esta pasó a manos de Ramón León del Pozo. Casos como el de Don Antonio Espinosa de los Monteros permite ejemplificar el importante papel de la Imprenta y los litógrafos dentro de su labor de formación de la opinión. Este oficio tanto como el de distribuidores de los periódicos les “permitió el ascenso, en términos de movilidad social, de nuevos actores”44, la imprenta se constituyó en un instrumento político y de educación, que acercó a otros sectores de la población al ambiente de difusión de la información y de las ideas. Los artesanos cartageneros fueron un grupo de relevante participación en el panorama tanto político y social de la ciudad. Muchos de ellos, durante estos años, lograron posicionarse dentro de la esfera pública y de la opinión. Los talleres de los litógrafos, al igual que las plazas, calles y tiendas fueron espacios que permitieron

40 Sobre información relacionada a la familia de impresores de los Espinosa de los Monteros, ver: Fermín De los Reyes Gómez. El Impresor Antonio de los Monteros en Madrid: avance para su estudio. En: Revista General de Información y Documentación. Universidad Complutense de Madrid. Departamento de Filología Española IV. N° 1. Vol 14. 2004. Pp 121-151. 41 Antonio Cacua Prada. La libertad de prensa en Colombia. Universidad Javeriana. Bogotá. 1958. P. 276; P. 44-45 42 Antonio Cacua Prada. Historia del Periodismo…Op. Cit. P 38. 43 Luis Ociel Castaño. Op. Cit. P. 44. 44 Jorge Conde Calderón. La Primera República, 1810-1815. En: Historia de la Independencia de Colombia. Op. Cit. P. 105.

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a la gente del común estar al contacto de los sucesos y situación del momento; “la información que tenían, (…) provenía de su presencia en los barrios, de su capacidad de movilización y observación, de su habilidad de mantener el oído atento y alerta”45. La amplia diversidad de oficios desempeñados por la población cartagenera, les ayudó a estar en constante relación con la comunidad, con los vecinos y con las élites. Espacios como los talleres artesanales, las barberías, tiendas o pulperías, se convirtieron en espacios de sociabilidad de la época, en los cuales se llevaron a cabo lecturas y tertulias sobre los sucesos del acontecer político de esa época. Antonio de Ángulo, propietario de la tienda o pulpería, en la que se distribuyó El Argos Americano46, fue uno de los firmantes de la Constitución de Cartagena en 1812. Otro caso fue el de Pedro Begambre, dueño de otra tienda ubicada en el centro de la ciudad, en la cual se reunían personajes, entre los que se destacaron Miguel Díaz Granados, Gabriel Borrel y Germán Piñeres. Un panfleto titulado A los Ciudadanos del Estado de Cartagena registra lo anterior: En efecto, a las siete de la noche pase por la tienda del Ciudadano Antonio Angulo con quien estaba en conversación, con Gabriel Borrel y Germán Piñeres; que encendiendo allí Borrel un tabaco que le dío el Sr Piñeres se fue a la tienda de Pedro Begambre donde estábamos con varios amigos47. Este contacto de lo impreso que establecieron estos dueños de tiendas a través de la venta en los periódicos, no sólo les permitió acceder a través de las tertulias y conversaciones que en ellas se dieron lugar, sino también a la publicación de sus propios escritos. Pedro

Begambre publicó en el año 1812 en la Imprenta de Diego Espinosa de los Monteros un panfleto en el cual se hizo evidente el manejo de los conceptos políticos y de la importancia de ellos como sujetos activos dentro del proceso de construcción de la opinión pública. En uno de los apartados de este texto titulado A los ciudadanos del Estado de Cartagena, Begambre afirma lo siguiente: Es propio el zelo de mis conciudadanos velar sobre la conducta de ellos mismos, y más en el tiempo en que debiendo estar simentada de raíz la pública opinión, los resentimientos particulares, ó la natural desafección, nos priva la gloria de la tranquilidad, pero esta vigilia creo que debe seguir el espíritu constante de nuestra constitución. (…) Mi ánimo es librar mi casa de la calumnia que le han atribuido, prescindiéndose de que soy un Argos y que debo serlo tanto por conservar el orden de paz, y amistad, como el de la decencia y el comedimiento48. A través de la publicación de estos escritos se percibe cómo la palabra circuló mediante el intercambio de noticias y rumores, gracias a la configuración de espacios públicos, “la difusión no institucional de folletos, bandos, proclamas, etc., por parte de las élites, se enlazó con formas tradicionales de comunicación cómo los sermones y los demás recursos que se utilizaron para movilizar al pueblo”49. Se puede señalar que en la circulación de estas hojas sueltas y semanarios se garantizó la circulación y difusión, llegando, gracias al voz a voz, a todos los diversos sectores de la población cartagenera, movilizándolos activamente en todos los sucesos que trajo consigo la formación de la República Independiente en años siguientes.

45 María Teresa Ripoll. La élite en Cartagena y su tránsito a la República. Op. Cit. P 11. 46 B.N.C. El Argos Americano: Papel político, económico y literario de Cartagena de Indias. Lunes 17 de Septiembre de 1810. Prospecto. N° 1. Tomo I. P. 1. 47 B.N.C. A los Ciudadanos del Estado de Cartagena. Imprenta del C. Diego Espinosa de los Monteros. 1812. P. 2 48 B.N. C. A los Ciudadanos del Estado de Cartagena. Imprenta del C. Diego Espinosa de los Monteros. 1812. P 1. 49 Ver: Carlos Herrejón Peredo. Del Sermón al discurso cívico, 1760-1834. El Colegio de Michoacán. México. 2003. P. 30

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3.2. La prensa durante las pugnas entre Piñeristas y Toledistas: 18141815.

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a prensa jugó un papel fundamental en el proceso de independencia, pues ayudó a difundir noticias referentes al proceso político que se vivía. Durante estos años, el discurso no fue más que un vehículo portador de imaginarios, representaciones sociales, normas culturales, ideales políticos, donde se forja un entramado de elementos sujetos a las trasformaciones de la época50. Con la conformación de las repúblicas independientes, las pugnas entre los bandos que lucharon por

50 Ver: Neyla Pardo Abril. “Discurso y la construcción del conocimiento en los modelos culturales” En: Discurso, impunidad y prensa. Centro Editorial. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional. 2007. Pp 91-168.

el control del poder en sus ciudades encontraron en lo impreso un medio en el cual pusieron en escena debates y confrontaciones políticas. En estos años, cada uno de los grupos de poder político de Cartagena hizo esfuerzos por publicar sus periódicos. A partir de este momento, la labor del impresor quedó condicionada a su pertenencia a alguno de los dos grupos políticos de la ciudad. En 1814, con la publicación del semanario Década, se hace evidente el papel de lo impreso dentro de las pugnas políticas entre Piñeristas y Toledistas. Este periódico, que tuvo como objetivo principal publicar noticias de las provincias de la Nueva Granada, en su contenido reposó información importante sobre las luchas electorales entre los grupos asociados a los Piñeres, por una parte, y a García Toledo, por la otra. Esta publicación registró cada uno de los resultados de las elecciones parroquiales celebradas el 1 de noviembre de 1814, especificando el número de votantes por barrios y apoderados. Tal como se observa en el siguiente cuadro:

Cuadro N° 1. Elecciones parroquiales celebradas en la República de Cartagena en 1 de noviembre de 1814.

*El cuadro anterior es copia literal de tal registro. — 55 —

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No sólo este tipo de datos referentes a las elecciopolítica, convirtiéndose nuevamente en un instrumennes parroquiales fueron recurrentes durante el año en to de información oficial y de sucesos. el que se publicó el semanario Década, a su vez, los diversos discursos contenidos en este impreso concen3.3. La represión en tiempos de la traron su atención en el proceso de lucha política por Reconquista Española, 1815-1821. el poder en la ciudad. El llamado se hacía directamenespués de cuatro años de formación del Estate a los habitantes de la Cartagena y sus alrededores do Libre y Soberano de Cartagena de Indias, para que eligieran a sus representantes, especialmente en España se llevó a cabo la derrota de Napoleón, a los del grupo de Toledo. restaurado Fernando VII en el poder en 1814, emprenUn ejemplo de lo anterior se observó en uno de los dió la abolición de las libertades obtenidas por los discursos del periódico con las fuertes insinuaciones a liberales españoles y americanos que estaban consalas actitudes de ciertos individuos ambiciosos y partida- gradas en la Constitución de Cádiz de 1812. rios (Piñeristas). Un apartado del mencionado Década expresa lo siguiente: A partir de este momento se restituyó el absolutismo real y el antiguo régimen. Asentado en el poder, Poned pues ¡Pueblos del Estado: los ojos para confiar Fernando VII planeó la recuperación de sus territorios vuestros poderes en sujetos que no estén manchados en América. Emprendió la reconquista de las antiguas con la fea nota de ambiciosos y partidarios! Estos se colonias con la creación del ejército expedicionario a han olvidado ya de que cosa es la patria y qual su bien Tierra Firme, bajo el mando del Capitán Pablo Moriy obligaciones. Que triunfe su partido, y domine su llo. Esta expedición fue la segunda más grande que se ambición ¡he aquí su único objeto!51. promovió hacia América desde 1492. Así también fue la más grande de las treinta enviadas a América entre los Este nuevo uso de la prensa por parte de esta élite años de 1811 y 1819. dividida y en lucha, dinamizó cada vez más la opinión El objetivo de la expedición fue consolidar su supública en la ciudad, las elecciones fueron vistas como premacía en Venezuela y Nueva Granada, epicentros un espacio de lucha por el poder político de los bande los movimientos revolucionarios de Cartagena de dos en mención. El papel de lo impreso dentro de las lógicas políticas del momento cobró relevancia, debi- Indias y Santa Fe para después aislar el sur del contido a que creó un ambiente de legitimación frente a los nente, a Río de la Plata. El 17 de febrero de 1815, zarpó desde Cádiz el ejército expedicionario. Con más de asuntos que sustentaron la confrontación y disputas 10.000 hombres y 60 buques; 6 regimientos de infanentre Toledistas y Piñeristas. tería, 1 batallón de cazadores, 2 regimientos de cabaEste enfrentamiento a través de una batalla de pallería, 1 unidad de artillería, 2 batallones de ingenieros labras y persuasión, que se evidenció después de 1812, y 1 artillería de sitio emprendieron la travesía hacia la trajo consigo la transformación de los usos iniciales pacificación de América. de la prensa. Dentro de este panorama, la construcA bordo de aquella formidable escuadra viajaban ción discursiva de las bases del nuevo orden político 10.612 hombres de guerra, repartidos en seis batallones fue el principal objetivo, funcionalidad que se trastoca de Infantería. A saber, el batallón de León de Castilla, con la llegada de Pablo Morillo en 1815, cuando la Batallón de Victoria, Batallón de Extremadura, Bataprensa dejó de ser un mecanismo de debate y pugna

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51 B.N.C. Década. Miscelánea de Cartagena. Miércoles 19 de octubre de 1814. P. 19.

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llón de Barbastro y Batallón de la Unión y una fuerza de 6000 hombres52.

Noticias que llegan: Un ejército se acerca a América.

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n abril de 1815, los cartageneros obtuvieron noticias de la expedición pacificadora y empezaron a organizarse para resistir la inminente llegada de los españoles. La situación política en Venezuela por la presencia de Francisco Tomás Morales, defensor de la lucha realista, férreo enemigo de Bolívar, y la proximidad del ejército expedicionario a Venezuela, encendieron las alarmas en la ciudad. Desde ese primer momento, se empezó la gestión con las provincias Unidas para lograr acumular pertrechos, víveres, y hombres para defender la plaza. El 5 de abril desembarcaron en Carúpano, en las costas venezolanas, las tropas del ejército expedicionario de Pablo Morillo donde se encontraron con Francisco Tomás Morales, y desde allí invadieron Isla Margarita hasta continuar su viaje hasta Santa Marta y ahí planear la toma de Cartagena. Con el arribo de Pablo Morillo en 1815, la sociedad cartagenera vivió la lucha entre Realistas y Patriotas, bajo el control español soportaron un terrible asedio. La ciudad amurallada fue sitiada por mar y tierra durante 108 días. Las tropas invasoras impidieron la entrada de alimentos y refuerzos. Caballos, burros, perros, cueros, ratas y otros animales fueron consumidos por una población hambrienta que prefirió la muerte antes que entregarse.

jamás recibió los recursos solicitados para el fortalecimiento de sus ejércitos y su arsenal militar. La provincia fue invadida desde Santa Marta por puntos diferentes. Se distribuyeron tropas hacia dos rutas, hacia la Ciénaga Grande y el Río Magdalena. El ejército se orientó hacia la invasión del interior de la provincia y el bloqueo de la bahía de Cartagena, estrategias militares que le ayudaron a aislar a la ciudad y los posibles refuerzos del interior de la Nueva Granada. Ante la presencia de las tropas españolas, los cartageneros no tuvieron otra opción que enfrentar la invasión con los medios militares y humanos disponibles. Desde ese momento, los días de libertad de Cartagena se acabaron, desde allí comenzó todo un tiempo de destrucción y ruina. Todos los pueblos de la provincia fueron arrasados y quemados, en la medida que avanzaron las tropas de Morillo para rendirlos, como por los patriotas para impedir que aquéllos encontraran provisiones y recursos. Es así, que se dio paso al inicio de la ocupación de Cartagena. Morillo también hizo uso de lo impreso para fomentar la rendición de los pueblos revolucionarios mediante la publicación de comunicados o proclamas. En un comunicado del 16 de agosto de 1815, expresó:

Se acercan a Cartagena: El apoyo de Santa Marta al ejército sitiador.

A

l encontrarse el ejército pacificador muy cercano a Cartagena, a causa de las disputas entre los líderes de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, la ciudad

Pueblos de Cartagena… Vais a salir de la opresión, vuestras personas no serán arrancadas de los brazos de vuestras mujeres y padres para defender el interés de cuatro malvados que no han cesado de enriquecerse y de oprimiros. Este ejército del más amado de los reyes os cubrirá con su poder y aterrará al que se atreva a molestaros; pero si os hacéis los sordos a lo que os digo, si atrevéis a volver a vuestras armas contra las de S.M vuestro país será muy pronto un vasto desierto53.

52 Eduardo, Lemaitre. Historia General de Cartagena de Indias. Tomo III. Pág 124. 53 Playa de Sabanilla a 16 de agosto de 1815. El general en Jefe, Morillo. Comunicado de Morillo a los pueblos de Cartagena. Folio 85 r.

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La ocupación de Cartagena empezó con la incursión de las tropas de Morillo el 18 de agosto, distribuidas por dos frentes; uno terrestre, a cargo de Francisco Tomás Morales, desde Santa Marta, y uno marítimo encabezado por el capitán de la flota naval don Pascual Enrile. Las primeras arremetidas contra la provincia se dieron en Malambo y Santa Catalina, luego Turbaco, Pasacaballos, Turbana, Ternera y Santa Rosa, sitios bloqueados para evitar el ingreso de víveres por esas rutas.

prisioneras o fusiladas por el ejército sitiador. Ana Pombo; Eugenia Arrázola; Ana, Rita y Juana Amador; Josefa Pombo; Salvadora Aldao; María Ignacia Vásquez; Vicenta de Narváez, entre otras fueron algunas de esas defensoras de la república. En el período de reconquista, lo impreso fue un instrumento usado por los bandos realistas y patriotas, de igual forma, se buscaba a través de la publicación de proclamas convocar la rendición o por el contrario, la defensa de la república donde las mujeres fueron protagonistas.

Una vez ejecutado el bloqueo terrestre, la ocupación a Cartagena continuó por mar, las naves se enviaron hacia Tierrabomba, Bocachica y los fuertes allí ubicados (San Fernando y San José), Bocagrande, la Boquilla y la Ciénaga de Tesca. Luego de ejecutado el bloqueo, los cartageneros enfrentaron el comienzo de tres meses de asedio. Desde ese momento, no sólo el hambre, la escasez y las enfermedades acecharon, también las muertes y los bombardeos en los alrededores de la ciudad, como medida para rendir la plaza. Los cartageneros defendieron férreamente su libertad y su república. Desde distintos puntos hubo intentos de socorrerla con el ingreso de víveres a espaldas del ejército sitiador, que en su mayoría fueron interceptados antes de lograr su cometido.

Proclama a las personas de mi sexo

Con el paso de los días, los habitantes de la ciudad guardaron la esperanza de que el ejército de Morillo fuera sorprendido y atacado. Esa esperanza los mantuvo firmes a expensas de la escasez y el hambre que los acechó hasta diciembre de 1815. Finalmente, las esperanzas se desvanecieron y aquellos que pudieron sobrevivir emigraron hacia islas del Caribe o al interior de la provincia, pero sin lograr un oportuno arribo a los territorios que anhelaron. Dentro de este panorama, durante la lucha por la Independencia muchas mujeres apoyaron la causa patriota y pagaron con su vida la defensa férrea por la libertad. En el transcurso del sitio de Morillo jugaron un papel fundamental, sufrieron los estragos del hambre, la escasez, los juicios y las enfermedades. Perseguidas al igual que los hombres por las tropas realistas, muchas emigraron de la ciudad, otras fueron tomadas

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Ylustres Cartageneras: Enternecida hasta lo extremo por los padecimientos que una falsa opinión os causa, yo me atrevo en lo más profundo de mi dolor, a dirijiros mis voces fraternales y que muchas veces regaré con mis lágrimas. Quando la opinión general es de que las mayores enemigas de la más justa causa son las mugeres; quando al aumentarse los opresores de la América veo a las authoridades tomar medidas en precaución contra este sexo débil aprehendiendo a unas, desterrando a otras; y quando en las más distinguidas sociedades oigo declamar contra vosotras por desafección al gobierno, la vergüenza cubre mi rostro y yo querría no haber nacido, o al menos no pertenecer a este sexo encantador. (…)Ahora sois libres, podéis escoger entre los ( ) del estado aquel que siendo virtuoso llene más vuestro corazón. Qué más placer, compañeras? Que bienes nos puede mandar la España que equivalga a esta dicha, a esta felicidad?. Ah, yo no puedo contener mis lágrimas quando contemplo este espacioso campo donde pude pasear. (…)Si, Ylustres cartageneras, sexo adorable y hasta ahora poco considerado por nuestros extravíos. Oíd la voz de una Compañera: ya es tiempo de que volviendo en vosotras paguéis a la Patria con usura los auxilios que hasta ahora la havéis excusado, podamos decir: “la Patria nos debe también una parte de sus triunfos”. Que la ducación de vuestros hijos sea toda por la Patria. Que vuestros Esposos y vuestros Amantes conozcan que solo os agradan quando sirven a esta

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Patria amada y que vivirán ( ) su punto por el número de sus patrióticas acciones54.

Reflexiones Finales

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urante los años 1808 a 1815, período conocido como la Primera República en Cartagena, gracias a la utilización y proliferación de impresos se fomentó el surgimiento de la opinión pública, en el marco del cual una nueva ola de discursos e ideas definieron el lenguaje político de las nacientes repúblicas. Dicho lenguaje expresado en la opinión y plasmado en canales de divulgación, da muestra de la cultura política de las sociedades decimonónicas. Esta nueva cultura política, con un público capaz de hacer uso crítico de su razón, tuvo en la opinión pública su base esencial para cimentar las bases de esa conciencia nacional que se quería despertar en los neogranadinos. La imprenta fue el medio que posibilitó la formación de un criterio nacional y fomentar la actitud de oposición al gobierno colonial, “el periódico permitió la creación de una comunidad crítica y de opinión”55. La importancia de la opinión, revelada en los periódicos de la época, radica en que en cierta medida fundó las bases de la opinión pública en la República56. Puesto que sí existe una opinión pública, en el período en mención se posibilita la formación de ésta “que, sin ser pública, es la del público. Un público que está obligado a permanecer en la penumbra del ámbito privado”57. Adicionalmente la publicación masiva de periódicos, la necesidad de movilizar al pueblo y de fomentar el

patriotismo van a hacer posible la formación de dicha opinión58. El periódico fue un actor político clave en la creación de una comunidad crítica, que permitió la exposición de ideas y de fomento de la opinión, pues “...la cultura escrita y la opinión pública, es una revolución paralela a la Independencia”59. Entre los años 1808 al 1815, periodo en donde tiene lugar el proceso de independencia de Cartagena, la confrontación entre algunos sectores políticos de la sociedad se expresó por medio de la prensa y panfletos. Dichos mecanismos se constituyeron en los medios de información que influyeron de manera decisiva en la formación de la opinión pública. Esta investigación examinó específicamente la apropiación de formas de sociabilidad, tales como la prensa y panfletos, éstos se constituyeron en un vehículo de opinión efectivo para expresar ideas frente a las acciones de los funcionarios, la idea de república, la ruptura con la madre patria y el ideal de unidad nacional. Se puede afirmar que la prensa fue determinante a la hora forjar una política de opinión y en especial, los criterios bases de la emergente República, ésta se constituyó en un instrumento que, si bien cumplía una función pedagógica de información, divulgación de los sucesos, de manera paralela se hace uso como recurso ideológico y de debate, puesto que el periódico en palabras de Jorge Conde “pretendía ser los múltiples ojos de la Independencia, lograr ser el vigilante de la libertad y de la patria, en todas las clases sociales y el pueblo, en general”60.

54 Proclama a las mujeres. Dirigida por la “Colombiana”, 13 de agosto de 1815. Biblioteca Digital. Real Academia de la Historia. Sig 9. Folios 10-11v. 55 Jorge Conde Calderón. Op Cit, P 114. 56 Cuando hacemos alusión al concepto de opinión pública, nos referimos al concepto dado por Jurgen Habermas, “a todas aquellas acciones en el que los individuos hacen uso público de la razón critica, frente al Estado, a las acciones de determinados funcionarios hasta la religión”. 57 Francois Xavier Guerra. Op Cit,P 111. 58 Para profundizar sobre este aspecto, Veasé: Francois Xavier Guerra. Op Cit,P 111 59 Alejandro San Francisco. “La independencia de Chile”, En: Manuel Chust, & Manuel Serrano. Op Cit. Pp 128. 60 Jorge Conde Calderón. Op Cit. P P 106. — 59 —

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La libertad de imprenta permitió que muchos grupos fueran visibles en la escena política y social de la Cartagena de principios del siglo XIX, entre estos aparecen la élite ilustrada, tipógrafos, pulperos, tenderos y población en general, quienes a través de las nuevas formas de sociabilidad tanto tertulias y lecturas públicas accedieron a los nuevos conceptos políticos y debates de la época. Al mismo tiempo, la circulación de estas ideas por medio de lo impreso permitió la apropiación de los espacios públicos como la tiendas, las plazas y las calles, lugares que dinamizaron el surgimiento de una opinión pública, que trajo consigo una transformación decisiva en la cultura política de la sociedad cartagenera. Dentro de este panorama, luego de la conformación de la República independiente, el uso de lo impreso por parte de la élite dividida en dos bandos Piñeristas y Toledistas, dinamizó y dividió cada vez más la opinión pública en la ciudad. Una opinión que se trastoca con la llegada de Pablo Morillo en 1814, en donde la sociedad cartagenera vivió la lucha encarnizada entre Realistas y Patriotas, en donde la función de la prensa fue ensombrecida por los mecanismos de represión traídos con el régimen de Morillo.

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-Hojas sueltas y panfletos. Diálogo entre el ciudadano preocupado y el verdadero patriota. 1812. La cotorra Preguntona. 1812. A las preguntas sueltas respuestas amarradas. 1812.

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Defensa propia que hace un patriota desmedido por la calumnia recibida de un argollero consumado. 1814. Esta carta se me antoja escribir para que el que la quiera leer. 1812.

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Salas de Independencia Museo Histórico de Cartagena MUHCA

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l Museo Histórico de Cartagena es una institución cultural adscrita a la Alcaldía Mayor de Cartagena, nacida en 1924 en el marco del proyecto modernizador de Cartagena en sus primeras décadas del siglo XX. En la memoria de los cartageneros es más recordado como El Palacio de Inquisición,

por haber funcionado en el edificio que lo cobija, el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, una de las instituciones más temidas del período colonial. El edificio está ubicado frente a la plaza Mayor de la ciudad, hoy Parque de Bolívar, una de las zonas de mayor concentración de los poderes imperiales españoles durante la colonia, lo que expresa su importancia y centralidad en la vida social de la ciudad.

Foto: Rafael Bossio - MUHCA. — 63 —

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Considerado una de las joyas de la arquitectura civil del período colonial en nuestro territorio, sus orígenes se remontan al establecimiento del Tribunal en las primeras décadas del siglo XVII, cuando se apropiaron y adaptaron inicialmente dos casas bajas, las cuales tienen una interesante evolución histórico constructiva que inicia en 1610, hasta alcanzar su fisonomía actual en la segunda mitad del siglo XVIII - 1770 en donde se completa el conjunto monumental compuesto por tres casas altas (dos sobre la plaza mayor y otra para los calabozos sobre la calle de la Inquisición) y una casa baja, en la rinconada de la misma plaza. Como parte del proceso de renovación que ha emprendido el Museo desde el 2014 y de cara a los 100 años de vida, queremos entregar a los cartageneros y visitantes un Museo renovado a la altura de los nuevos conceptos museográficos y actualizado de acuerdo con los avances de la investigación histórica. De esta manera nos proponemos seguir su trabajando en el fortalecimiento y a apropiación de los valores y riqueza cultural, histórica y patrimonial con que contamos, y de estar manera llegar cada vez más de manera especial a los diversos públicos de la ciudad, así como también a los visitantes nacionales y extranjeros. En ese sentido la entrega que hoy hacemos es una invitación a los cartageneros para que conozcan, visiten y disfruten del museo. La renovación de las salas de Independencia que inauguramos en diciembre de 2019, son parte de nuestro compromiso con la memoria de la ciudad, por la trascendencia de este evento histórico en los destinos de la ciudad y de la nación. Era urgente y necesario que el Museo Histórico ofreciera a la ciudad una puesta en valor de un proceso que marcó el devenir de la ciudad y que aún tiene amplias repercusiones en nuestro devenir como sociedad. Este recorrido inicia con las circunstancias que suscitaron el 11 de noviembre de 1811, pasando por la resistencia del pueblo cartagenero frente a la reconquista española en 1815, y finaliza con la expulsión definitiva de los españoles del territorio en 1821, y la memoria de las fiestas de Independencia del 11 de noviembre como uno de nuestros activos culturales más importantes

de la ciudad. Esta apuesta es un esfuerzo reivindicar la memoria de un pueblo, de unos sujetos históricos, hombres y mujeres que en el pasado estuvieron ausentes de las narrativas históricas, mostrando un proceso más amplio, complejo y democrático, pero sobre todo una apuesta que nos permita reflexionar sobre la ciudad que queremos. Parte importante de este trabajo se ha nutrido de la creciente historiografía de la independencia, que ha develado la riqueza de este hito histórico para la ciudad, pero sobre todo su carácter plural, gracias a marcos teóricos novedosos, nuevas fuentes e interpretaciones cada vez más incluyentes, que nos han permitido incluir sectores sociales que antes estuvieron excluidos, lo que nos ha mostrado la riqueza de estos procesos históricos. Autores como Alfonso Múnera (1998), Jorge Conde Calderón (2009), Marissa Lasso (2004), Aline Helg (2004), Sergio Solano (2016), Adelaida Sourdís Nájera (2011), entre otros, en sus estudios han destacado la búsqueda de ciudadanía en el marco del proceso independentista. Otros enfoques se centraron en las tensiones raciales y los juegos de poder político (alianzas y estrategias) el mundo laboral artesanal y de las milicias, entre otras aristas que han permitido dinamizar la comprensión y debate de los diversos acontecimientos que tuvieron lugar en la lucha por la Independencia Así mismo la aparición del programa historia de la Universidad de Cartagena, la producción académica que se ha venido desarrollando desde allí ha jugado un papel central en estas nuevas visiones más democráticas, con la participación de diversos sectores sociales en un momento tan trascendental como fue el paso de una sociedad colonial a la construcción de la república. Varios de sus egresados, hoy destacados investigadores han participado como asesores y han apoyado la construcción de estas nuevas salas, Javier Ortiz, Sandra Mendoza, Sandra Taborda, Orlando Deavila, Adineth Vargas, Lorena Guerrero, así como el impecable trabajo museográfico de Salim Osta.

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Un mundo agitado

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n 1807 tropas francesas invadieron a España y al año siguiente generaron una crisis política y un vacío de poder. En 1776, había ocurrido la Revolución de las Trece Colonias británicas en Norteamérica. En 1789 comenzó la Revolución Francesa y en 1791 en Saint Domingue (Haití) francés se inició una revolución de gente negra que culminó en 1804. Cuando ocurrió la Vacatio regis en España y se pensó en buscar alternativas políticas en los territorios de ultramar, Haití, con su inédita condición política en el Caribe, incomodaba al mundo occidental. Ese era el panorama para la época en que los comisionados peninsulares llegaron a América. Para entonces, la Nueva Granada era un joven virreinato con muchas diferencias territoriales y la realidad de España y la situación mundial sirvieron como referente para pensar las identidades políticas y sociales de las provincias que conformaban el fragmentado virreinato. La formación de Juntas de Gobierno ante la crisis política española fue la base del proceso revolucionario en la Nueva Granada. No se conservó la unidad virreinal, sino que las provincias se convirtieron en entidades políticas autónomas y luego reclamaron su condición de Estados independientes. En este proceso hubo una base de letrados criollos con experiencia en la representación política y también una importante participación de movimientos populares que lograron poner algunas discusiones –como el tema racial– en la agenda. A finales del siglo XVIII la Provincia de Cartagena era, después de Santa Fe, la más poblada del Virreinato de la Nueva Granada. Tenía 118.685 habitantes y en Cartagena de Indias, la capital, habitaban 14.704 personas. En el tránsito del siglo XVIII al XIX la ciudad mantuvo su vocación portuaria y de defensa. Fueron estas actividades las que determinaron la identidad social y política de sus habitantes y las que dinamizaron su economía. Su población, incluyendo comerciantes, militares, marinos, artesanos y una gran mayoría de gente de “todos los colores” (mulatos, zambos, pardos) y negros esclavizados y libres, dependía de ellas.

Durante la crisis de la península la ciudad dejó de recibir los recursos necesarios para mantener el sistema de defensa, seguido por un problema de desabastecimiento mal sorteado por las autoridades virreinales. Las acciones políticas de la ciudad estarían encaminadas a defender sus intereses económicos y pondrían en escena los conflictos raciales.

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El Argos americano

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ste semanario fue fundado y editado por José Fernández de Madrid y Manuel Rodríguez Torices en la imprenta del Consulado de Comercio. Publicó 78 números entre el 17 de septiembre de 1810, fecha de su primer número, y el 23 de marzo de 1812.

Esta publicación sirvió de espacio para difundir las ideas políticas de las elites criollas de la ciudad, que veían en el sistema federal de los Estados Unidos un modelo a seguir por las provincias de la Nueva Granada. En sus páginas también se habló de la necesidad de una carta constitucional propia, idea que se haría realidad en 1812, y de la que Fernández de Madrid sería uno de sus redactores.

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Foto: Antonio Alcalá- MUHCA.

Pedro Romero y los Lanceros de Getsemaní

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no de los personajes centrales en esta nueva apuesta es el herrero, mulato y vecino del Arrabal de Getsemaní, Pedro Romero, quien se convirtió en una de las figuras y líderes más destacados de nuestra independencia. Hasta las vísperas de la independencia, trabajó como fundidor de la Maestranza de la Armada y en su taller de la Calle Larga forjó, con ayuda de sus hijos y otros empleados, muchas de las campanas de las iglesias de la ciudad, así como muchos de los cañones de las fortificaciones. El 11 de noviembre de 1811, junto al Ejército Popular Lanceros de Getsemaní, del que fue organizador y comandante desde 1810, y con muchas otras gentes de la ciudad, caminaron hasta la Boca del Puente, (hoy Torre del Reloj), se tomaron el Almacén de Armas en la Plaza de la Aduana, e irrumpieron en la Casa del Cabildo para presionar la declaratoria de Independencia absoluta.

Al lado de Pedro Romero aparecen cada vez más, nombres de artesanos, negros y mulatos que, como Cecilio Rojas, Pedro Medrano, Remigio Márquez, Silvestre Paredes, Ignacio Muñoz, entre otros, que desde finales del siglo XVIII nutrieron el mundo laboral de la ciudad, gracias a sus labores en el Apostadero de la Marina, en las obras reales de fortificación, la maestranza de artillería, en los talleres de armería de los ejércitos reales, como carpinteros, herreros, pulperos, plateros, calafates, oficios que les permitieron hacerse libres y ganar espacios dentro de la sociedad, y así forjar caminos para construir una espacios de igualdad y libertad. Como parte de la colección del MUHCA, contamos con el retrato de Ignacio Muñoz Jaraba, quien fungió como tribuno del pueblo y es uno de los firmantes del acta de independencia de nuestra ciudad. Junto a los Gutiérrez de Piñeres formaban el ala política que deseaba la independencia absoluta, y con el respaldo de su suegro, Pedro Romero, organizaron los hechos de aquel 11 de noviembre.

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Foto: Juan Diego Duque - MUHCA (Detalle).

Acta de Independencia Absoluta

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sta riqueza narrativa es alimentada con piezas de la colección del museo, como el cuadro de la artista cartagenera Cecilia Porras, quien plasmó su obra: “La firma del Acta de Independencia” en óleo sobre tela. La pintura según la artista plástica Sandra de la Cruz, podría ubicarse en la producción artística intermedia de la pintora, en la década de los sesenta. En este cuadro aparecen figuras estilizadas con rasgos expresivos, con peinados y vestidos de la época pintados con una paleta de colores fuertes contrastados con tonos neutros, características recurrentes en la representación de la figura humana propuesta por la artista a través de la serie de retratos y autorretratos que se encuentran en su obra. Aquí Porras trasciende los valores ilustrativos de la pintura: el cuadro va más allá del episodio real y nos regala una interpretación personal del evento.

Vale la pena resaltar la osadía de la artista al utilizar al personaje firmante para transmitir su pensamiento sobre la condición de la mujer en su propia época (el personaje representado firma no con su nombre, sino con el nombre de la artista). Este puede considerarse un acto conceptual, expresado con un gesto satírico que, sumado a las cualidades expresivas de la pintura, abandona la tradición de la pintura histórica, generalmente solemne, para mostrarnos de una manera muy espontánea el evento quizá más importante de la historia de la ciudad. Es importante destacar que este tipo de elementos nos permiten abrir reflexiones con nuestros estudiantes y visitantes sobre el papel de la mujer en las gestas de independencias, las cuales participaron no solo animando a sus esposos, sino que también se desempeñaron como mensajeras, espías, y en varias ocasiones tomaron las armas en favor de la causa de la independencia.

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Constitución del Estado de Cartagena de Indias

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l 14 de junio de 1812 se expidió la Constitución Política del Estado de Cartagena de Indias, producto de las deliberaciones de los 34 diputados de la Convención Constituyente reunida desde el 20 de enero de 1812. Constaba de 25 títulos que definían –ente otras cosas– los principios de los derechos naturales y sociales del hombre, la forma de gobierno y sus fundamentos, la división de los poderes, los asuntos pertinentes a la relación del Estado con la religión y los principios de la instrucción pública. Cartagena de Indias es desde hoy, de hecho y por derecho, Estado libre, soberano e independiente; que se halla absuelta de toda sumisión, vasallaje, obediencia, y todo otro vínculo de cualquier clase y naturaleza que fuese, que anteriormente la ligase con la corona y gobierno de España, y que, como tal Estado libre y absolutamente independiente, puede hacer todo lo que hacen y pueden hacer las naciones libres e independientes. Y para mayor firmeza y validez de esta nuestra declaratoria, empeñamos solemnemente nuestras vidas y haciendas, jurando derramar hasta la última gota de nuestra sangre antes que faltar a tan sagrado comprometimiento […] (Fragmento del Acta de Independencia de Cartagena, firmada el 11 de noviembre de 1811). Uno de los elementos fundamentales de esta Constitución, es el dedicado a la educación, al considerar que “la educación pública es el puntal en el logro de la felicidad…es la que mejor iguala a todos los ciudadanos, le inculca y hace amables sus deberes, aumenta su propiedad individual y la riqueza del estado, suaviza las costumbres y en gran manera las mejora y previene los delitos…”. Con la independencia la educación se abría el camino como un bien para todos, y no solo destinado a ciertos sectores sociales pudientes como en la colonia. A partir de entonces la educación era un sector vital para la construcción de la nación para el cultivo de los valores de igualdad y libertad.

Las ideas políticas no sólo eran monopolio de una sociedad letrada. Mediante pasquines exhibidos en sitios públicos y leídos en voz alta, catecismos políticos y proclamas, la política llegaba a todos los sectores. El 17 de octubre de 1815, ad portas de la invasión de Pablo Morillo, Juan Marimón, dirigente del ejército patriota, intentó movilizar a la masa de los negros y mulatos de la isla de Barú, frente a Cartagena, con el siguiente discurso:

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La constitución española hecha por Cortes os priva del derecho de ciudadanos, esto es, de elegir y ser elegidos para gobernar, y aun de entrar en el número de la población como si fuerais bestias […]. Por el contrario, la Constitución de Cartagena os declara a todos iguales delante de la ley, tenéis los mismos derechos, las mismas cargas, los mismos deberes que los blancos.

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Los símbolos de la libertad

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n un momento de la independencia un grupo de negros y mulatos usaron un estandarte blanco con un cangrejo grabado representando el nombre de Calamarí (Kalamari, nombre prehispánico de Cartagena). En 1812 se reemplazó el escudo concedido por Felipe II en 1574 por el escudo republicano, y para esta época el pabellón del Estado de Cartagena –tres rectángulos concéntricos (rojo, amarillo y verde) con una estrella blanca de ocho puntas en el centro– se adoptó provisionalmente como símbolo de las Provincias Unidas de la Nueva Granada.

La Cuadrilonga

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sta bandera fue adoptada por los patriotas que lograron la Independencia de Cartagena, y en 1814 fue declarada como la bandera nacional: “El Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada (...) decreta: Que adopta, provisionalmente, como de la Unión, según lo ha solicitado el gobierno de Cartagena, el pabellón que se usa actualmente en aquel puerto, formada por tres cuadrilongos concéntricos; el primero, exterior, encarnado, el segundo amarillo y el tercero verde, con una estrella de ocho puntas o radios en el centro” (Ley del 26 de abril de 1814).

Foto: Antonio Alcalá- MUHCA.

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Canto a la gesta del 11 de noviembre

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l himno de Cartagena, escrito por Daniel Lemaitre A comienzos de abril de 1815 el ejército de Pablo Tono y la música de Adolfo Mejía, fue adoptado Morillo llegó a Carúpano (costa de Venezuela); de inen la década de 1950, y es un canto a la independencia mediato sometió a la isla de Margarita, uno de los focos de la ciudad: patriotas. Pasó por Cumaná, recolectó fondos en Venezuela y el 23 de julio llegó a Santa Marta. Desde allí, el 5 de agosto de 1815 comenzó la invasión de la Provincia Coro de Cartagena. Las tropas hicieron escala en Sabanilla “Suenen trompas en honor desde donde Morillo dirigió una de sus acostumbradas de la noble e ínclita ciudad proclamas a los insurgentes. que por patria se inmoló en sus gestas gloriosas de libertad” (bis)

Este episodio de la historia de la ciudad, y el cual le mereció el nombre de “ciudad heroica” constituye un evento trascendental para la memoria de los cartageneros, quienes, convencidos de la importancia de la libertad, defendieron su propuesta de independencia con la muerte, la resistencia del pueblo cartagenero quedó elevada como uno de los mayores valores que nos legaron quienes lucharon en estos episodios por la libertad del pueblo cartagenero y de la nación colombiana. En honor a su lucha esta estrofa del himno nacional nos recuerda este episodio:

Estrofa “Libertad, libertad, la fe con ardor gritó y en un once de noviembre fue la heroica Cartagena quien del yugo las cadenas cual leona fiera destrozó” (bis)

La Reconquista

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n 1814, luego de retornar al trono, Fernando VII organizó un ejército para reconquistar los dominios españoles en América que se habían declarado independientes tras su ausencia desde 1808. 12.254 hombres, la expedición más numerosa de todas las que se habían enviado a este continente, al mando del Mariscal Pablo Morillo, zarparon del puerto de Cádiz el 17 de febrero de 1815. Cartagena vivía una situación tensa: en 1813 Manuel Rodríguez Torices, Presidente del Estado de Cartagena, advirtió sobre lo mal preparada que estaba la ciudad para defenderse de un posible ataque español. El proyecto de reconquista se facilitó por distintas razones, entre ellas, y a pesar de la anhelada unidad de Camilo Torres, las divisiones regionales al interior de la Nueva Granada, la fragmentación territorial, la falta de comunicación y las diferencias políticas entre centros y periferias no permitieron la ejecución de un plan de contingencia frente al imponente ejército expedicionario.

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A orillas del Caribe Hambriento un pueblo lucha, Horrores prefiriendo A pérfida salud. ¡Oh sí! de Cartagena La abnegación es mucha, Y escombros de la muerte Desprecian su virtud. Himno Nacional de la República de Colombia, estrofa IV

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Foto: Antonio Alcalá- MUHCA.

La Heroica Cartagena

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ablo Morillo y su ejército expedicionario bloquearon a Cartagena entre finales de agosto hasta el 6 de diciembre del 1815, cuando fue forzada a rendirse por el hambre. Atrincherados en las murallas que irónicamente habían sido construidas por el imperio español, los cartageneros resistieron el bloqueo por mar y tierra al que fueron sometidos, con tal de defender la República y la libertad conseguida años antes. Durante este tiempo, centenares de hombres, mujeres y niños, murieron de hambre, por distintas enfermedades generadas por la falta de higiene y por

los sangrientos combates. Cuando entró Morillo, en las calles de Cartagena yacían muchos muertos por el hambre. Luego de haber sido apresados, secuestrados sus bienes y sometidos a un breve Consejo de Guerra sin las garantías mínimas de sus derechos, el 24 de febrero de 1816 fueron fusilados 9 líderes de la causa, convertidos así en Mártires de la causa libertaria. Su sacrificio fue justificado por las disposiciones para el procesamiento de los delitos cometidos por los denominados patriotas que fomentaron y mantuvieron la rebelión, persiguieron a personas al servicio del Rey, anhelaron el fin de la monarquía, desconocieron el poder del Rey y se atrevieron a ocupar puestos militares o civiles en la administración independentista.

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Fusilamiento de los Mártires de Cartagena. Manuel Orangel Urdaneta. Tallado en Madera. Fecha: 1924. Museo Histórico de Cartagena.

Nuevas Salas de Independencia MUHCA. Foto: Antonio Alcalá.

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Un nuevo intento de libertad

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uego de la caída de Cartagena en 1815, la plaza se convirtió en el punto de avanzada de las tropas de Morillo. Desde allí se fraguó la Reconquista del resto del Virreinato, que avanzó sin mayores tropiezos hasta Santa Fe. La fuerza que habría de liberar el territorio cobraba forma en la vecina Venezuela, bajo el mando de Simón Bolívar, quien regresó de Haití en 1816 y retomó la lucha por la independencia.

En febrero de 1819, Bolívar emprendió la marcha hacia la Nueva Granada, donde derrotó a los españoles tras una serie de exitosas batallas, incluyendo la de Boyacá, el 7 de agosto de ese mismo año. El paso siguiente fue liberar a las ciudades más grandes de la costa norte de la Nueva Granada. Mariano Montilla por tierra y José Prudencio Padilla por mar, cercaron a Cartagena y lograron liberar definitivamente la ciudad, uno de los últimos bastiones realistas.

Nuevas Salas de Independencia MUHCA. Foto: Antonio Alcalá.

José Prudencio Padilla y la Noche de San Juan

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acido en Riohacha, hijo de una familia humilde de artesanos descendientes de negros e indios. En 1803, con 19 años, se enlistó en la Real Armada Española y combatió en la Batalla de Trafalgar donde fue detenido. En 1808 regresó a Cartagena para trabajar como contramaestre del apostadero en el barrio de Getsemaní y entró en contacto con la clase emergente de artesanos negros y mulatos. Participó en los

hechos políticos de 1811, hizo parte de la defensa de Cartagena en 1815, y logró huir a Haití donde se sumó al ejército de Bolívar. El 24 de junio de 1821, en un hecho que se conoce como “la Noche de San Juan”, organizó una avanzada sobre la bahía de Cartagena y atacó a los barcos españoles atracados en el Arsenal, derrotando a las flotas de Morillo asegurando la liberación de Cartagena. Fue un golpe definitivo para la rendición de las tropas realistas y el ingreso de los patriotas a la plaza el 10 de octubre de 1821.

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Foto: Antonio Alcalá - MUHCA.

“Ciudadanos, que sensible es en mi corazón contemplar que los sacrificios que he hecho por mi Patria, y que me han adquirido el alto rango que obtengo, sean el motivo del celo, de la rabia y del negro odio con que me miran esos hombres a quienes Colombia no debe sino traiciones e indiferencia, esos hombres que cada día y desvergonzadamente redoblan sus ataques y minan el santo edificio de la libertad y de la igualdad del pueblo, para levantar sobre sus ruinas el tablado de la ambición, y sustituir a las formas republicanas las de sus antiguos privilegios y la dominación exclusiva de una pequeña y miserable porción de familias sobre la gran mayoría de los pueblos”.

Padilla, José (1824). ‘Al respetable público de Cartagena’. Archivo General de la Nación, Sección República (SR), Archivo Restrepo (AR), fondo xi, caja 88, vol. 170. pp. Folios 125-126 El 10 de octubre de 1821 los realistas salieron del puerto de Cartagena, después de entregar al batallón Girardot el castillo de San Felipe, Getsemaní y toda la plaza. Ese día, inició otra etapa de la historia de nuestra ciudad. Como símbolo de ese episodio fueron entregadas las llaves originales de la ciudad al primer gobernador de la nueva etapa republicana el general Mariano Montilla, las mismas luego de varios años fueron donadas por la familia de Montilla al Museo Nacional — 75 —

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de Colombia, como símbolo de una nueva era, hoy el MUHCA tiene unas réplicas de las llaves como parte de nuestra nueva apuesta. El recorrido por las salas termina con la memoria viva de los festejos del 11 de noviembre, la celebración republicana más antigua del país, y la segunda de la ciudad, después de las Fiestas de la Candelaria. Esta festividad conmemora la declaración de la independencia absoluta de la Corona española, el 11 de noviembre de 1811, cuando los Lanceros de Getsemaní presionaron a la Junta de Gobierno a firmar el Acta de Independencia. Nuestra misión es poner a disposición de los más variados públicos, las nuevas visiones de la historia, por la gran oportunidad de que la historia sea un componente que contribuya a la apropiación y reafirmación de nuestra identidad y valores humanos. Es fundamental que nuestra gente se sienta parte de la historia, porque a través de las narraciones

históricas de nuestros antepasados encontramos no solo sentido a nuestra existencia, sino además encontramos referentes históricos, historias de mujeres y hombres que nos han legado una gran riqueza, de historias de resistencia, lucha, de historias más incluyentes en donde se reconocen a otros actores sociales como parte de esta construcción social. El Museo Histórico de Cartagena ha iniciado la actualización de sus contenidos y de su presentación museográfica de tal manera que su nueva lectura conecte la historia de su cultura inmaterial con la riqueza de su patrimonio material, representado en el edificio Palacio de la Inquisición, sede del Museo. Sin embargo, más destacable resulta aún, que este proyecto de renovación sea capaz, cada vez más, de albergar la construcción de espacios incluyentes donde seamos capaces de generar diálogos con los diversos públicos de la ciudad a través de su colección y que este diálogo se convierta en una oportunidad para generar acciones de respeto, inclusiones, y el disfrute de nuestra historia.

Foto: Antonio Alcalá - MUHCA. — 76 —

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Fondo fotográfico Fiestas de Independencia Fototeca Histórica Cartagena de Indias Universidad Tecnológica de Bolívar

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Consciente de esto, el proyecto Fototeca Histórica Cartagena de Indias - Universidad Tecnológica de Bolívar, ha considerado relevante contribuir a la construcción de la memoria de esta festividad, específicamente de la memoria visual de la misma. Para ello, ha propuesto la creación del Fondo Fotográfico Fiestas de la Independencia de Cartagena, Fondo FIND, que busca dar cuenta de cómo se ha configurado y transformado esta celebración festiva en Cartagena.

as Fiestas de la Independencia de Cartagena, conocidas también como “fiestas de noviembre”, constituyen el evento festivo más relevante de la ciudad heroica. Estas festividades se han realizado en Cartagena desde hace más de 200 años, para conmemorar las gestas impulsadas por diversos pobladores Este Fondo está conformado por un conjunto de para conseguir la independencia absoluta de la corona fotos alusivas a las fiestas, específicamente sobre persoespañola, en 1811. najes, prácticas y espacios que han tenido lugar en esta La primera fiesta de la que se tiene registro se realizó celebración. Su constitución se pretende a partir de un ejercicio horizontal de búsqueda y colaboración, en el en 1812, después de una solemne misa y de la lectura que la ciudadanía, los actores festivos, especialistas y del acta de independencia. De acuerdo con los docugestores culturales participen activamente, a través de mentos existentes, en esta celebración había disfraces, la donación de las fotos. se departía con música y se observaban danzas variadas. Así, la solemnidad del evento patrio vino desde ese Con el Fondo, en definitiva, se busca contribuir al momento acompañada del jolgorio, la ruptura de los fortalecimiento de la memoria visual de la ciudad de roles cotidianos y el disfrute festivo. Cartagena. ¿Tienes una foto para aportar a este fondo? Mándala al correo [email protected] con los datos Si bien en estos más de 200 años de existencia, las de identificación de fecha, descripción, autor y/ o profiestas de la independencia se han ido transformando, pietario de la foto, personas que aparecen en la misma, estas siguen teniendo importancia para la ciudadanía entre otros. cartagenera y, debido a las prácticas que generan y los actores de diversa índole que se vinculan en ella, Puedes consultar la Fototeca en línea, junto con las constituyen una parte relevante de la dinámica cultural colecciones que se han ido conformando, en la página y social en la ciudad. https://bibliotecas.utb.edu.co/ sección Fototeca Histórica Cartagena de Indias.

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La Ruta por la Historia de Cartagena: un ejercicio de apropiación por nuestro patrimonio Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena

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a Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena - SMPC en los últimos años ha venido implementando diferentes iniciativas e impulsando otras, encaminadas al fortalecimiento de procesos de ciudad, lideradas desde cada una de las líneas en las que trabaja, con resultados muy significativos. Desde la línea de Patrimonio, la SMPC, realizó en 2018 la “Carrera de Observación Reconociendo Nuestra Historia, Nuestro Patrimonio” como un ejercicio ciudadano para la apropiación del patrimonio histórico de la ciudad. Este mismo año y como parte de una estrategia para el rescate y promoción de las Fiestas de Independencia, realizó una segunda versión denominada “Carrera de Observación por Nuestra Independencia”. Ambos espacios lograron la participación de por lo menos 200 personas, entre niños, jóvenes y adultos de distintos sectores de la ciudad, vinculándose a la iniciativa como aliados, diferentes instituciones públicas y privadas de Cartagena. Puntualmente en esta línea de trabajo de Patrimonio en la cual la SMPC ha invertido sus mayores esfuerzos durante toda su trayectoria, para 2019 se revisaron algunas iniciativas de ciudad que desde años anteriores y bajo el liderazgo de diferentes instituciones, se han adelantado en Cartagena en torno a su Patrimonio, encontrándose entre las más significativas el Concurso de Historia de Cartagena (2007), organizado por la Secretaría de Educación Distrital y el Museo Histórico de Cartagena (MUHCA) en ese entonces.

Se resalta además, la consolidación de una agenda anual de ciudad durante el mes del Patrimonio (septiembre), la cual refleja lo que muchas instituciones realizan en pro de su rescate, promoción y preservación, así como todo lo que ha desarrollado el Comité por la Revitalización de las Fiestas de la Independencia. El anterior análisis se hizo con el fin de proponer desde la SMPC a partir de 2019, un proceso más duradero, que optimizara los recursos, que enlazara diferentes acciones que se desarrollaban de manera fragmentada desde la entidad y además, que permitiera la vinculación del sector educativo público y privado, lo cual es esencial en la formación de niños y jóvenes cartageneros. Fue así como la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena, en su línea estratégica de “Preservación del Patrimonio Inmaterial”, diseñó un programa en alianza con el Museo Histórico de Cartagena - MUHCA enfocado al fomento de la identidad cartagenera, la valoración del patrimonio y el fortalecimiento del conocimiento de nuestra historia. El principal objetivo que se trazó la SMPC con él fue lograr que mezclara un importante trabajo con la comunidad académica, que también incluyera a la ciudadanía y que contara además con un respaldo institucional y un fuerte apoyo del sector privado. Todo ello encaminado a dar un mensaje de solidez, articulación y permanencia en el tiempo. Para la institución era clara la necesidad de vincular a las nuevas generaciones como actores claves dentro de este proceso de empoderamiento ciudadano y por

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lo tanto era imperioso vincularlo a colegios públicos y privados de la ciudad, con el fin de generar un verdadero proceso de inclusión y diálogo entre niños, maestros y rectores de distintos barrios y niveles socioeconómicos de la ciudad, en un espacio de igualdad para todos, a partir del conocimiento de nuestras raíces. Fue así como nació la Ruta por la historia de Cartagena, la cual, en sus dos versiones, celebradas en 2019 y 2020, ha contado con la vinculación directa de 19 colegios públicos y privados de la ciudad. Se desarrolla entre los meses de septiembre y noviembre, cada año con un énfasis y una temática específica de abordaje, con el fin de hacer un proceso más dinámico, completo y de interés para la ciudadanía. Este consta de 4 fases: -Apropiación: esta fase inicial propone un proceso de sensibilización y formación en patrimonio e historia, dirigido a los estudiantes y profesores de los colegios que se registran en el programa. Este proceso busca

incentivar el sentido de pertenencia en las nuevas generaciones, motivándoles a autorreconocerse como protectores de la historia, la cultura y el patrimonio de Cartagena de Indias. -Entrenamiento o fase vivencial: la segunda fase de la Ruta propone un trabajo de campo por los sitios históricos escogidos en la Ruta, para que los estudiantes, ya con la información documental que recibieron de sus maestros, puedan recorrer los lugares y conocer la historia desde los sitios reales donde ocurrieron los hechos, todo esto con el fin de generar espacios de interacción entre niños y maestros de los distintos colegios participantes en la Ruta y motivar la percepción de los lugares y espacios donde desarrollan sus representaciones. -Participación ciudadana o recorrido: Esta tercera fase, dirigida a incluir a la ciudadanía como estrategia de integración comunitaria, propuso para la versión

Foto: Cortesía SMP.

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2019 una Carrera de Observación, en la cual los estudiantes, profesores y padres de familia de cada colegio, así como voluntarios previamente seleccionados, fueron los voceros oficiales de los distintos puntos o sitios emblemáticos que se recorrieron. -Concurso de Historia: La Ruta por la Historia de Cartagena cierra con un concurso que busca resaltar el ejercicio de apropiación que realizaron los estudiantes durante todo el proceso. En él participan dos estudiantes de cada una de las instituciones del programa y un jurado conformado por 3 historiadores, escoge los 3 ganadores.

Cada uno de ellos, luego del proceso de formación que recibieron por parte del MUHCA acerca de los principales hechos que dieron lugar a nuestra declaratoria de Independencia, adoptó una estación en el Centro Histórico incluido Getsemaní, en la cual actuaron como guías, contándole a los participantes de la Carrera de Observación por nuestra Independencia, lo que en esos sitios ocurrió en 1811.

En esta experiencia participaron más de 600 personas motivadas por su deseo de conocer más sobre la independencia de nuestra ciudad. Familias, amigos, compañeros de trabajo y grupos de estudiantes recorrieron las calles de la ciudad en un divertido y lúdico En el 2020, por la contingencia que vive el mundo de- plan que promovió el aprendizaje, la apropiación y bido a la pandemia del covid 19, todas las fases fueron resignificación de nuestro legado histórico. desarrolladas de forma virtual, lo cual nos impuso un reto enorme al tener que depender exclusivamente de Los equipos respondieron un cuestionario de preherramientas tecnológicas y factores poco controlables, guntas sobre cada uno de los puntos y al finalizar el lo cual no fue un impedimento para lograr grandes recorrido, un jurado conformado por Lorena Guerrero, resultados que mostraremos a continuación. Adineth Vargas, Sergio Paolo Solano, Patricia Díaz y Julio Amézquita, escogió a los equipos ganadores que fueron quienes respondieron el mayor número de preVersión 2019 guntas acertadamente y en el menor tiempo. n su primera versión, la Ruta se propuso como énfasis el Capítulo Independencia, enfocándose en sitios, • El premio mayor fue $1.000.000 y se lo hechos y personajes que más protagonismo tuvieron llevó el equipo conformado por María en la gesta de independencia de Cartagena de Indias. Fernanda Piñeres, Beatriz Obando y Catalina Suárez. Los colegios que hicieron parte del programa fueron: • ASPAEN, con el Gimnasio Cartagena y • El segundo lugar lo ocupó Daniel Aguilar Gimnasio Cartagena de Indias y su equipo: Andrés Felipe Padrón, Pedro Luis Buelvas, Santiago Mulett y Triny • Colegio Comfenalco Fernanda Marimón, quienes se ganaron • Colegio Eucarístico de Santa Teresa $750.000. • I.E. La Milagrosa • Y María Elena Arrieta con su grupo: Heidy Visbal, Sofía Alonso y Juliana • I.E Mercedes Abrego Arrieta, fueron el tercer lugar, llevándose • I.E Mandela- Pino Verde $550.000 en efectivo. • I.E. Jorge García Usta – La Salle

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• I.E Pedro de Heredia • I.E Nuestra Señora de Fátima – Policía Nacional

El programa cerró con un Concurso de Historia celebrado en el teatro Adolfo Mejía, en el que los 18 estudiantes finalistas compitieron por el premio al más conocedor de la independencia de Cartagena.

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Foto: Cortesía SMP.

Luego de varias rondas de preguntas relacionadas con el mundo indígena, la independencia de Cartagena, la diáspora y el legado africano y los valores ciudadanos, el jurado calificador conformado por los reconocidos historiadores: Claudia Navarro Díaz, entonces Directora de la Escuela Taller Cartagena de Indias ETCAR; Moisés Álvarez Marín, Director del Museo y Archivo Histórico de Cartagena y Lorena Guerrero Palencia, Coordinadora de Educación en el Museo Histórico de Cartagena y docente del programa de Historia de la Universidad de Cartagena, escogió a los siguientes ganadores: • Pedro Miguel Sepúlveda Ortiz de la Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima – Policía Nacional, obtuvo el primer lugar.

• Germán Alfonso Romero Acosta del Colegio ASPAEN – Gimnasio Cartagena, se alzó con el segundo lugar. • Samantha Forero Cortés de la Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima – Policía Nacional, fue el tercer lugar de este concurso. Todos los participantes, así como los ganadores recibieron muchos premios donados por diferentes empresas de la ciudad, tales como: TRASO, Comfenalco – Takurika, ETCAR, Di Silvio Trattoría, Mar de las Antillas, La Cuadrilonga, Hotel Intercontinental, La Picúa, Hotel Casa de las Palmas, Casa del Marisco, Centro Comercial Caribe Plaza, Ingecol, entre otros.

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Principales resultados

Versión 2020

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No. de módulos de enseñanza diseñados por el MUHCA: 4 Nombre de contenido de los módulos: Módulo 1: De la Aldea Kalamary a la ciudad de Cartagena Módulo 2: Puerto, arquitectura y vida urbana en la Cartagena Siglo XVI - XVIII Módulo 3: Cartagena en tiempos de Libertad Módulo 4: Ruta Sitios de Libertad

l énfasis de la versión 2020 fue Callecitas de Cartagena, enfocándose en 10 calles emblemáticas de la ciudad ubicadas en el Centro Histórico incluido el barrio Getsemaní, conociendo el origen de su nombre así como los hechos históricos más importantes ocurridos en ellas, todo basado en información bibliográfica, fotos, videos, tradición oral, personajes e hitos urbanos, entre otros. Como ya mencionamos, ante la crisis sanitaria que vive el mundo, todos sus contenidos se desarrollaron de forma 100% virtual. En esta oportunidad se vincularon a esta iniciativa los colegios:

No. de colegios participantes: 9 No. de profesores participantes en la fase de apropiación: 22

• Ciudad Escolar Comfenalco

No. de estudiantes participantes directos en proceso de formación: 360

• Colegio Montessori • Colegio Británico

No. de participantes en recorridos exclusivos para colegios: 185

• Centro de Enseñanza Precoz Nuevo Mundo

No. de participantes en Carrera de Observación: 653

• Colegio Internacional de Cartagena

No. de estudiantes finalistas en Concurso de Historia: 18

• I.E. Nuestra Señora de Fátima - Policía Nacional

No. de asistentes al Concurso de Historia: 350

• I.E Nuestra Señora del Carmen

No. de aliados que regalaron premios a niños del concurso: 20

• I.E Antonia Santos • I.E Tierra Baja

No. de premios entregados por aliados a los niños del concurso: 410 Audiencia en redes acerca del programa: 415.202 No. de noticias publicadas en medios: 32

• I.E Promoción Social de Cartagena Con ellos se desarrolló un cronograma que incluyó un proceso virtual de formación a maestros y coordinadores guiado por personal del MUHCA. Posteriormente se realizó un Recorrido Virtual por 10 callecitas emblemáticas de la ciudad, que fue un verdadero paseo por la memoria de la ciudad, el cual nos permitió conocer a fondo nuestras raíces, fortalecer nuestro sentido de pertenencia y conocer más a fondo todos esos mitos y leyendas que envuelven nuestras callecitas.

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En cada una de ellas, los participantes podían escuchar un relato y apreciar los creativos videos que produjeron los estudiantes que hicieron parte de la Ruta. Luego debían responder preguntas en las que se medía el conocimiento aprendido por las personas previamente inscritas. • El premio mayor fue de $500.000 y se lo llevó Andrés Berrocal, estudiante del 4to grado del Colegio Montessori.

El jurado calificador conformado por los reconocidos historiadores: Moisés Álvarez Marín, Director del Museo y Archivo Histórico de Cartagena; Yesabeth De La Rosa, docente y etnoeducadora; y la comunicadora y Directora del Observatorio del Patrimonio Cultural - OPC, Bertha Arnedo, escogió a los siguientes ganadores: • Kaleth Sandon Marimón, de la I.E. Promoción Social de Cartagena, ocupó el primer lugar.

• El segundo lugar ($300.000) lo ocupó Loira Sofía Camaño, docente de primaria de la I.E. La Boquilla.

• Miguel Ángel Imbeth del Centro de Enseñanza Precoz Nuevo Mundo, el segundo lugar.

• Y el tercer lugar fue para Shalem Sophia Fernández, estudiante de Ciudad Escolar Comfenalco quien ganó $200.000.

• Luis Mario Ramírez de la I.E. Promoción Social de Cartagena, fue el tercer lugar de este concurso.

El proceso concluyó con un Concurso de Historia que fue transmitido en vivo a través de las redes propias de la SMPC, así como por los Facebook de cuentas aliadas como El Universal e IPCC. En él, 20 estudiantes de las distintas instituciones educativas de la ciudad compitieron virtualmente en una emocionante experiencia, hasta escoger los tres niños que tuvieran mayor conocimiento sobre el trazado original de la ciudad así como las historias, mitos y leyendas alrededor de los nombres de algunas calles del Centro Histórico.

Todos los participantes, así como los ganadores, recibieron premios por parte de la SMPC: los 17 niños que no clasificaron a la final obtuvieron una tablet Lenovo y quienes obtuvieron los primeros lugares recibieron un portátil marca Lenovo con su forro, adicionado para algunos con accesorios como morral, mouse y audífonos.

Foto: Cortesía SMP.

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Foto: Cortesía SMP.

Principales resultados

No. de inscritos en Recorrido Virtual: 300

No. de módulos de enseñanza diseñados por el MUHCA: 1

No. de estudiantes finalistas en Concurso de Historia: 20

Nombre del módulo: Un recorrido por las calles de Getsemaní y del Centro Histórico de Cartagena

Audiencia Concurso de Historia simultáneamente: 750

No. de colegios participantes: 10 No. de profesores participantes en la fase de apropiación: 20 No. de estudiantes participantes directos en proceso de formación: 174

Audiencia Concurso de Historia en diferido: 2370 Audiencia en redes publicaciones de todo el programa: 1.001.561 No. de noticias publicadas en medios: 28

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16/1/2021

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ISBN 978-958-57412-1-8

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