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El crecimiento económico y demográfico que se había producido en los siglos XII y XIII quedó drásticamente frenado por la crisis, cuyas causas fueron:  Las calamidades naturales: el exceso de lluvias, con las consiguientes inundaciones, y la reducción de las horas de sol, perjudicaron a los cultivos. La sucesión de malas cosechas redujo la cantidad de alimentos disponibles y la población padeció hambre y desnutrición.  La peste negra: la epidemia llegó a Europa en 1348, transmitida por las ratas que viajaban en los barcos procedentes de Oriente, y sobre una población debilitada por el hambre resultó devastadora. Nuevos brotes de la epidemia se sucedieron posteriormente, de manera que, entre 1300 y 1400, Europa pasó de setenta y tres millones de habitantes a tener sólo cuarenta y cinco.  Las guerras: los ataques de mongoles y turcos en el Este y, sobre todo, la guerra de los Cien Años (1337-1453), que enfrentó a Francia e Inglaterra y afectó también a España y los Países Bajos. Además, se sucedieron los conflictos entre los numerosos estados alemanes y entre las ciudades italianas INESTABILIDAD ECONÓMICA Y SOCIAL DURANTE LA BAJA EDAD MEDIA: Durante la Edad Media la principal actividad económica era la agricultura. Desde el principio, hubo gran desarrollo en esta área que se debió, en gran medida, a la alta cantidad de personas que vivían en el campo, así como también, al aumento de las temperaturas en Europa que se mantuvieron entre los siglos X y XIV, y que promovieron la bonanza y las buenas cosechas de la Alta Edad Media. A partir del siglo XIV, se produce un cambio climático, período conocido como la Pequeña Edad de Hielo y que perduró hasta el siglo XVI, esto provocó la disminución en las temperaturas de forma generalizada en Europa. A nivel agrícola causó malas cosechas y en la ganadería provocó masivas muertes de animales. Las altas cantidades de habitantes dedicados a la agricultura, con el fin de generar elevados niveles de producción, comenzaron a agotar los suelos. Los métodos que se utilizaban para trabajar la tierra eran altamente nocivos. La disminución en la producción provocó una serie de consecuencias, entre ellas, la carestía de alimentos y el estancamiento de la economía medieval. Se generó una hambruna generalizada debido a la escasez de alimentos, y la economía, al tener poca estabilidad, generó una alta variación en los salarios, lo que gatilló una serie de conflictos sociales como violentas revueltas y alzamientos populares. Asimismo, la gente de la época contaba con pocos hábitos higiénicos, lo que sumado al hambre generalizado, provocó el ambiente ideal para la propagación de enfermedades contagiosas. Una de las más relevantes del siglo XIV fue la Peste Negra, la cual había sido inicialmente traída desde Oriente y expandida rápidamente por toda Europa. Esta enfermedad fue una las causas más relevantes de la alta mortandad en este período, generando una terrible epidemia que se llevó muchas vidas humanas y que rebrotó a lo largo del siglo XIV en variadas ocasiones.

INESTABILIDAD POLÍTICA Y GUERRAS A FINALES DE LA BAJA EDAD MEDIA Otro motivo de las inestabilidad de la época fue el agravamiento del conflicto nobleza – monarquía. Los nobles, ante el fortalecimiento de las monarquías, se sintieron vulnerados en sus derechos y ambiciones, los cuales, durante la Edad Media habían sido casi ilimitados. Esto profundizó las

diferencias, generando un gran conflicto que influyó en el ambiente de tensión política y de enfrentamientos. Las guerras también fueron un motivo que influenciaron la inestabilidad y los altos índices de mortandad. Una de las más importantes fue la Guerra de los 100 años, que enfrentó a Francia e Inglaterra y que finalizó en 1453. Esta guerra impactó profundamente la sociedad medieval francesa e inglesa, al generar grandes pérdidas humanas y económicas. Guerras: La guerra de los cien años: La Guerra de los Cien Años, en francés: Guerre de Cent Ans; en inglés: Hundred Years' War, fue un conflicto armado que duró en realidad 116 años entre los reinos de Francia e Inglaterra. Esta guerra fue de raíz feudal, pues su propósito no era otro que resolver quién controlaría las enormes posesiones de los monarcas ingleses en territorios franceses desde 1154, debido al ascenso de Enrique II Plantagenet, conde de Anjou, al trono inglés. Tuvo implicaciones internacionales y finalmente, después de numerosos avatares, se saldó con la retirada inglesa de tierras francesas

Disturbios sociales Entre los siglos XIV y XV, diversas regiones de Europa se vieron sacudidas por levantamientos populares, tanto en el campo como en las ciudades. En los últimos siglos de la Edad Media, los campesinos debieron enfrentar diversas dificultades: el fracaso de las cosechas, la peste y las crecientes exigencias tributas de la Iglesias, el estado y los señores. Todos estos factores contribuyeron a crear un clima de malestar entre la población

campesina que desembocó, con el tiempo, en el estallido de diferentes rebeliones. En las ciudades, los problemas más corrientes fueron de orden social, pues se había profundizado la separación entre ricos y pobres, y entre los ciudadanos y los que no accedían a la ciudadanía, a los gremios ni al gobierno de la ciudad. Loa levantamientos urbanos y rurales de esta época no presentaban, sin embargo, un programa organizado de reformas. En general, proclamaban la igualdad de los hombres y el respeto de la dignidad humana pero sólo proponían retornar a un tiempo pasado mejor. Los jefes de los levantamiento, que por lo general no pertenecían al grupo social que encabezaban, aprovechaban la situación para su beneficio personal, y luego del fracaso del estallido, abandonaban a su suerte a los hombres que habían liderado. La mayoría de las revueltas eran sumamente violentas y muy cortas. A menudo, los cronistas de la época calificaron estos estallidos de furores: solían apagarse tan rápido como habían estallado. Sólo ocasionalmente lograron mejoras. Entre estas revueltas la más conocidas fueron la Jacquerie en Francia, el levantamiento de Wat Tyler en Inglaterra, la Remança en Cataluña y la de los irmandiños, en Galicia. Todas ellas fueron aplastadas brutalmente por los reyes y los nobles. La Jacquerie, una revuelta campesina Ciertamente nunca se vio entre cristianos ni sarracenos, semejante locura como lo de estos malvados (…). Quemaron y abatieron en todo Beauvaisis y los alrededores de Corbie, Amiens y Montdier, más de sesenta buenas casas y castillos (…). De esta forma semejante se condujeron las gentes entre París y Soissons y entre Soissons y Hen, en Vermedois y por toda la tierra de Couci. En ésta y en los obispados de Laon, Soissons y Noyon, fueron destruidos más de cien castillos y casas de caballeros y escuderos y mataron a todos los que encontraron en ellos (…). Pero Dios, con su misericordia, puso remedio a esto (…) los gentiles hombres de Beauvaisis, Corbesis (…) comenzaron a matar y destrozar a estas gentes sin piedad, y a ahorcarlos por multitudes en los arboles…. Aldeas abandonadas Uno de los aspectos más impresionantes de la crisis económica y demográfica del siglo XIV, fue el abandono de las aldeas en el campo. Los campesinos dejaron sus tierras y posesiones y se convirtieron en vagabundos o se refugiaron en las ciudades. Los campos que antes se habían cultivado se cubrieron de maleza y los caminos se borraron. En las aldeas, las casas y las iglesias se fueron desmoronando. En aquel entonces, la mayoría de las ladeas se quedaron sin hombres y por lo tanto, sin ningún tipo de actividad. El fortalecimiento de la monarquía A comienzos del siglo XIV fueron surgiendo nuevas concepciones del poder político y del papel de la monarquía. Estas ideas, que tuvieron su origen en el siglo XII, contribuyeron a definir el rol de los monarcas en sus reinos y a eliminar la fragmentación política que hubo en los tiempos medievales.