Craig Brian Larson y Drew Zahn - Ilustraciones Perfectas.pdf

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IlUSTRACIONES PERFECTAS SOBRE TODO TEMA YPARA TODA OCASIÓN ,

Ilustraciones perfectas sobre todo tema y para toda ocasión le brinda lo mejor del primer año de ilustraciones de PreachingToday.com. Este ' estupendo material incluye: • más de trescientas ilustraciones • citas para cada anotación, provenientes de varias fuentes • título para cada ilustración, así como una lista de otros temas relacionados • una lista de pasajes bíblicos pertinentes para cada ilustración • extensos índices Con toda seguridad usted encontrará en Ilustraciones perfectas sobre todo tema y para toda ocasión la ilustración que necesita en el momento en que la necesita.

CRAIG BRIAN LARSON es editor de recursos de predicación de Christianity Today lnternational (PreachingToday.com y Preaching Today audio). También es pastor de la iglesia lake Shore, en Chicago, lllinois. Es coautor de Preaching That Connects [Predicación que comunica] (Zondervan, 1994).



DREW ZAHN es editor auxiliar de Leadership y de PreachingToday.com. Ha pastoreado dos iglesias en la región rural de lowa.

www.cditorialunillr.com ISBN G-7899·1205-8

1~1 EDITORIAL

•UNILIT Producto 496764 Categoría: Ayuda pastoral/Predicación ~paralafnmilúv

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90000

ILUSTRACIONES PERFECTAS SOBRE TODO TEMA Y PARA TODA OCASIÓN

Contenido

Publicado por Editorial Unilit Miami, PI. 33 172 Derechos rc>crvados. Primera edición 2004 © 2004 ~diwrial Unilit Traducido al cspaiiol con permiso de Tyndale Housc l'ublishers, lnc.

(Trllnslrurd i111o Sp11nish by permissio11 o[Tynd11le Howe Publishers, lnc.) Origi nalmente publicado en inglés con el título:

f'erfocr !1/ustmtious for Every Topic 1111d Occ11sion Copyright © 2002 por Craig Brian Larson & Drew í'-1hn Publicado por Tyndale H ouse Publishers, lnc., Whcato n, lllinois. Todos los d erechos reS> y «cuando usted las necesita>>. Y lo hicimos sobre la base de caLidad y no de cantidad. Tomamos lo mejor del primer año de ilustraciones de Preach ingToday.com. ¿Recuerda la antigua advertencia de algunos profesores de seminario, aquella de que los libros de ilustraciones son una pérdida de tiempo? Confiamos en que usted descu brirá que este libro prueba que ellos estaban equivocados. Además, hemos hecho todo lo posible para incluir exhaustivamente en índices estas ilustraciones, a fin de que de modo sencillo, y tan rápido como sea posible, encuentre la que necesita. Debido a esto, usted hallará la ilustración que desee para prácticamente cualquier tema. ¿Ha anhelado siemp re tener un ayudante de investigación? Este libro es la segunda opción. Craig Brian Larson Editor de PreachingToday.com y de Preaching Today audio Los recursos de predicación de Christian ity Today Internacional

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A

A ABSTINENCIA

r 1 CORINTIOS

i ...

6: 18;

(lt,,.

1 ~~nn

1 T~SAI Ot'ICENS!óS 4:3-6

Abstinencia; Audacia; Crianz¡¡ de hijos; Educación; Enfermedad rrnmmitidrz sexualmente; Hijos; fnmoralidttd sexuttl; Morrzlidrzd; Sexo

T en ía yo en mis ma nos una nota del colegio de mi h ija de trece años en la que se anu nciaba una reunión para h ablar del nuevo cu rso de sexuali.dad. Los pad res pod rían examinar el program a y tomar parre en una lecció n presen tada exactamente co mo se les dar ía a los estud iantes. Cuando llegué al colegio me sorp rendió ver que solo una docena de padres estaba presente. M ientras esperábamos la p resentación h ojeé página tras página ele inst rucciones sobre la prevención de embarazo o enfermedades. Y descubrí que la abstinencia solo se men cion aba de pasada. C uando llegó la profesora con la enferm era del colegio, quiso sahl'r si teníam os alguna pregun ta q ue h acer. Pregunté entonces por qué la ah\ti nen cia pasaba casi desapercibida en el m aterial. Me sorprendió lo t¡ur p.,,(, a conrinuación. Hubo m uchas risas, y alguien sugi rió que si yo crd.t qm· la abstinencia tenía algún mérito debía h acer como el avestruz: cntl' tt.ll l.t cabeza en la aren a. La profeso ra y la enfermera no dijero n nada m it'lll t.t' me anegaba u n océano de vergü enza. Mi me nte se q uedó en blanco, y tto se me ocurrió nada que decir. La profesora explicó que la función drlcolcgio era «mostrar realidades», y que el hogar tenía la responsabi lidad dl' enseñar mo ralidad . M e senté en silencio los veinte m inutos s igui entes en q ue se explicó el curso . Los demás p adres parecían dar su apoyo inco ndi cional a los materiales.

9

A

l lay rosquillas en la parte de atrás -anunció la profesora durante el rcu:so- . Me gustaría que se pusieran las etiquems de identificación que les hemos preparado, y que conocieran a los demás padres. Todos se fueron a la parte rrasera del salón. Me quedé sentado absorto en mis pensamientos mienrras veía cómo los demás se coloc.1ban sus . memb retes y se saludaban dándose la mano. Me apenaba no haber pod1do co nvencerlos de incluir en los materiales un análisis serio sobre la abstinencia. Pronu ncié en silencio una oración para pedir la din.:cción de D ios. M is pensam ientos los inte rrumpió la mano de la enfermera en mi hombro. - ¿No se une a los demás? -me dijo, sonriendo amablemente- . Las rosqu illas están deliciosas. - No, gracias - respondí. - Está bien . ¿Le pongo entonces una etiqueta de identificación? Estoy segura de que a los demás les gustaría conocerlo. - Lo dudo mucho -repliqué. -¿Me haría el favor de unírselcs? -e inten tó convencerme. Entonces oí una suave vocecita que me susurraba: No vayas. La orden era inequívoca: ¡No vayas! - f..speraré aquí -dije. Al hacer el llamado para reanudar la clase, la profesora miró alrededor de la larga mesa y agradeció a todos por ponerse las et iquetas de identificación. Me ignoró. - Aho ra vamos a darles la misma lección que les daremos a sus hijos -dijo luego- . Despeguen por favor sus etiquetas de identificación. Yo observaba en silencio mientras se despegaban las etiquetas. - Al reverso de una de las etiquetas dibujé una Oor diminuta. ¿Quién la tiene? El caballero que esraba frenre a mí la levantó en alto. -Pues bien - manifestó la profesora-. La flor representa la enfermedad. - ¿Recuerda usted a quién saludó estrechándole la mano? - preguntó entonces al hombre. El individuo señaló a dos personas. - Muy bien - replicó ella-. En este caso darse la mano representa intimidad. Las dos personas con quienes usted tuvo contacto tienen ahora

-Ahora, ¿a quiénes les dieron la mano ustedes dos? Todos captaron el asunto de muy buen modo, y la p rofesora explicó cómo esta lección mostraría a los estudiantes cuán ráp idamente se propaga la enfermedad. -Puesto que todos nos saludamos estrechándono~ las manos, wdos tenemos la enfermedad. Emonces oí de nuevo la suave vocecita: Habla ahora, pero sé lmmilrlr. Me levanté de la silla. Me disculpé por cualquier ofensa que pud iera haber ocasionado antes, fel icité a la profesora por la excelente lección que impactaría a la juvenrud, y co ncluí diciendo que solo me gustaría resaltar un pequeño punto. -No todos nos infectamos - dije- . Uno de nosotros .. . se abstuvo. Menci6n: Fuente d esconocida; presentada por f:rit· Need, editor mocitulo de Leadaship

ABSTINENCIA

ADOI (' 't 1 CORINTIOS

SE~O

6:18-20; 1 TESALONJCEI'SE.S 4: 1-8

Abstinencia; Adolescentes; }u11entud; Pasi6n y sexualidad; Sexo

Heaqu í algun as estad ísticas recientes sobre sexualidad en adolescentes, recopi ladas por el Proyecto Realidad y la Campaña Nacio na.l de Prevención de E mbarazos en Adolescentes: • Porcentaje de adolescentes que aseguran que la razón pri ncipal de no tener relaciones sexuales es la religión y los valores mora les: 2ú • Porcen taje de adolescentes que dicen que es importante l¡uc ~e les dé a ellos, los adolescentes, un mensaje fi rme acerca de la abstinencia: 93 • Porcentaje de adolescentes que recibieron educació n sobre abstinencia y mani festaron que se puede domina r la urgencia sexual: 51 Mmci6n:«l_osing Our Promisruitp , Chrisrianiry Today, /0 de julio rlr 2000, p. 3 8

la enfermedad. Los pad res rie ron y bromearon.

JO

11

A



Mi hermana averiguó que cuando trató de hacer fu ncionar los lim piaparabrisas, sin querer había girado la brújula interio r, y q ue el auto había perdido su sentido de d irecció n. Para co rregir el p ro blema era necesario

ADORACIÓN

hacer q ue el auto diera un giro completo, ponerlo e n d irección none, y

uut AGRADA ADIOS

luego la b rújula se reaj ustaría por sí sola. Cada vez que nos reunimos para ad orar estamos aj ustand o nu e~ 1 ras

H I CHOS ]: 14

Adoraáór1; A vivttmierao; fglesia, asistencia a In; fglesia, salud de !ct; Oración

brújulas interiores. Establecem os el verdadero norte en nuestras :1 l 111 :1 ~ cuando recordamos quién es Dios y qué proclam a su ve rd ad.

Si

nuestras igles ias no oran , y si las personas no tienen hamb re de D ios, ¿qué im po rta cuántos asisten a los cultos? ¿Cómo impresio naría eso a D ios? Imagínese usted q ue los ángeles d ijeran : No creo que eso ocurra.

Meuáó11: N11nry Chmthmn, 0/athe, Kttnsas

• ADORACIÓN

Si no queremos experimentar aquí en la Tierra la cercanía de D ios, ¿a qué entonces querríamos ir al cielo? t i es allí el centro de todo. Si aquí y ahora no disfru tamos estar en su presencia, entonces para nosotros el cielo no sería cielo . ¿Por q ué enviar ía D ios allá a quien no lo año ra ap as ionadamente aquí en la T ierra? Mención:jim Cymba/a, Fresh Wind, hesh Firc, Zondervan, 1997, pp. 58-59

H EBREOS

12 :28-29

Adoración; Agradar ti Dios; Matrimonio

Al poco ti empo de habernos casad o le d i a m i esp osa un estupendo regalo



de an iversa rio: un pluvióm etro. Al m en os yo pensaba que era u n regalo fabu loso. Despu é~ de todo Susan es h ija de un granj ero, y observa deten idamente el clima. Preví su alegría y su nostalgia cuando fuera a medir la precipiració n en nuestro patio . Me felici té por m i creatividad.

ADORACIÓN

' •DOP CIÓh RESTAURA EL ''" ~ AD oq rmRT[>, CoLOSENSES

SALMO 95:6; j VAN 4 :23-24;

3 :1 5- 17; 1 T IMOTEO 3: 15; H

EBRF.os

10:24-25; 1

PEDRO

29- 10

Adoración; lglesia; Iglesia, ttsistencia a ÚZ; Perspectiva; Perspectiva eterna; Predicación; Verdfld

¿Sabe usted qué pasó? Susan no se impresionó en lo absolu to: >.

Los ingenieros volvieron a empezar e idearon una solución . C ox escribe:

AUTENTICIDAD

5 1: 1- 12;

Mención: Dr. P~rry Buffington, psicólogo y escritor, •Pinying Chamd~s• . UniversaL Prm Symlicau, 26 tk septiembre de 1999

Pero surgió un problema durante las pruebas. Algunos pilotos, en lugar d e soltarse, se atascaban en el asiento. El paracaídas quedaba atrapado entre el asi ento y la espalda del píloro .

Mención: jmy Adln; Ncwswcek (3 1 de marzo de 1997), PfJ. 64-65

SALMO

tentamos engañar al Todopoderoso con que en realidad hem os sido buenos toda la semana.

El nuevo diseño requería una correa tejida de cin co cemímetros. Un extrem o se adhería al borde frontal d el asienro, debajo del piloto. El otro extremo se adhería a un can·ete tensor electrónico detrás del espaldar. D os segundos después de la eyección, el carrete tensaría de inmed iato la correa y obligaría al píloro a salir de su silla, liberando por co nsiguiente el paracaídas. En fin, que los pilotos de aviones jet de combate necesitaban ese aparato que los despegara de sus sillas. La pregunta es: ¿qué se neces itará para hacernos d espegar de las nuestras? Almción: J i m Dnvis, pastor, Silverdale, Wt!shinglon;fiteute: Dmmy Cox, Seize rhe Day: Seven Stcps ro Achieving rhc Extraordinary in an Ordinary World, Career ?rm, 1994

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\



AUTOCONTROL J~RcMIAS 3 1:31-34; 1 TESALONICENSES 4:3-8 Autocontrol; Crimen; Divorcio; Familia; Felicidad; hnnoralidttd sexual; Moralidad; Sexo; Suicidio

Seamos realistas, no te nemos una sociedad más fCJiz como consecuencia de la li beral ización que se produjo e n la década de los seten ta. T enemos índices superiores de d ivo rcio, de suicidio, de embarazo en adolescentes, de crimen juven il, de relaciones sexua les en meno res de edad. Deberíamos invitar a la gente a reconocer que ha fallado el gran experimenro. Uno no p uede tener felicidad sin resuicciones. Anne W iddecombe, Secretaría de Protección del Hogar de la Cámara de los Comunes, Gran Bretaña. Mmción: Ala u \'V'ilson, Nyon, Suiza: fue me: Electronic T elegraph, 3 de abril de 2000



AVIVAMIENTOS

CUANDO FLORECE EL AVIVAMIENTO ESDRAS

El avivamiento se inició durante un programa especial patrocinado por la FAC del colegio, al que asistió casi el 90% de los 670 estudianres. El programa se planificó originalmente para una hora, pero Lee comentó que cuando sonó la campana había más de 100 estud iantes de pie en la fila para orar y tomar decisiones espirituales. Po r lo tanto, la rectora hizo algo que segün ella probablemente no sucede en ambientes normales de co legios püblicos: uej ó qm: conrinuara el culto, que duró unas cuatro horas. Los es tudiantes lloraron, cantaron y se pidieron perdón mutuamente durante tres periodos de clases y el almuerzo. .. rue aleccionador>>, acotó Lee, que es miembro de la iglesia bautista local. «Cuando comprendí cuántos estudiantes necesitaban orar, seguí adelan te y dejé que continuara el programa». Después de una apresu rada llamada de trámite al superintendente del colegio, Lee regresó al gimnasio adonde se llevaba a cabo el avivamiento. «¿Qué debía deci rles a esos estudiantes, "miren, ustedes no son importantes. Vuelvan a clases"?» Casi un mes más tarde Lee dijo que los resultados d el avivamiento son notorios en los pasillos de Pearl River Central. s H: 1H:

·

1\

r~o· 11

IGUIEtUE

1 C la f'ron tera y en ronces, dándose cuenra de que necesitaría un intérprete en espa fíol, abrió el directo rio telefónico y conrrató al primer intérprete en la lista de las Páginas Amarill as. Después de muchos días el invesúgador finalmente capturó al bandido. - ¿Dónde esco ndiste el dinero? - le preguntó por medio del intérprere. - ¿Qué dinero? - respo ndió el ladrón en espafíol- . No sé de qué dinero está usted hablando. Al instante el investigador desenfundó su pistola, apuntó al sospechoso y le dijo al inrérprete: - Dígalc que si no me dice dónde está el dinero le dispararé aquí mismo . Después de recibir este mensaje, el ladrón de bancos le co ntestó al inrérprere: -Señor, escondí el dinero en una lata de café, bajo la cuarta tabla del suelo, en el baño de hombres del segundo piso del H otel Palacio, sobre la calle Río, en La Paz. - ¿Qué dijo? - preguntó el investigador al intérprete. - Señor -conresró el intérprete mientras pensaba por un instante- , ¡dice que está preparado para morir como un verdadero hombre! ¡\ /mción: /van R. Mimer, Thc World 's Bcst Known Marketing Sec rcts, Hart! Press, 1994,

1'· 41

Mención: preJentado por Brett Kays

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e



Ahora empezaba la verdadera acción QI I]. Una mujer se apresuró

COMPASIÓN

UTA? M.\ 11·.0 9:9-13; jtiAI' 4:7:26; jUAN 8: 1-1 1

C:omplliión; Ommi.;eración; Conoersión; Citirladm; Desespemrióll; lmitrtción de

Cristo; Mi11istl'rio; SmlljtiiiZfl a Cri,·to; llirltt aislitllltl

La esc ritora y co n ferenc ista Barbara Johnso n esc ri be: «Yo acababa de hablar en uno de Jos congresos de Mujeres de Fe (M DI;) en 1998, desafiando a la audiencia a pensar de wrdad en "¿Qué haría Jesús?" en sus situaciones cotidianas. Un modo en que aplico el principio QHJ en mi vida es distribuir bocones con la inscripción ALGUIEJ\' A QUIEJ\' JLSU~ A\1A liFNL' S IDA. Un ins tanre después de salir del auditorio ese botón hablaría a gritos. Al salir corriendo para tratar de comer algo antes de ding1r111e a mi mesa de libros, la directora de MDF. Christie Barnes, me cerró el paso. Sus ojos estaban muy abienos y su habla era entrecortada. Una prostituta, que huía de su proxeneta, estaba en la planta alta y amenazaba con suicidars~.:, l' insistía en hablar ¡cllllliÚt;o.1 l'or un momento pemé: ¿Por qu/ crnnnigo?, pero dpidamenre reuní cinco mujeres para que me a•:ompanaran al salón donde habían llev;tdo a la prostituta. Una unidad antisuicidios, personal de emergencia> policías estaban en camino. Christie me puso al ~.:orricme mientras camin;íh;~mos, concluyendo en el hl·cho de que la prostirura en

a buscar jabón, champú y toallas; otra subió a la planta alta para tomar de la exhibición una camiseta MDF. Cuando mdas desaparc:cicron senré a la prostimra en un banco bajo la ducha para aseada. Me llegó una inspiración: Quizá mientras la restriego pul'dtl f,tlltiÍ:Mrltt, ¡ttdt•mtís!, pero emonces vi una herida recién abierta bajo el pcrho. Debemos llama r a un médico dije. -No -insistió el la-. Solo debo s;tlir de l.t l iudad. Cuando term inamos (yo con la cabeza medio l'mp.tp;td.l )' ritada por el rocío de la d ucha) se había recogido suflcit:ntl' dinero par.1 un billete de autobús Cuera de la ciudad. M is ayudanres se reu nieron alrededor de nosotras y oramos. Su ~incero amor por esta mujer de la calle me hizo brotar hígrimas tk los

ojos. L.a prostituta estaba en una situación ganadora. Si el proxeneta l.t atrapaba y la mataba, ella estaría segura en braws de Jesús. Si lograba llegar a donde csraba su t:tmilia, en Chicago, Dios le estaba dando un nuevo comienw. ¡De ct•alquier manera era una ganadora! Alguien pidió un taxi . - ¡Lsperen 1 - dijo la mujer- ¡El borón! La recién convertida sacó de la basura su mugrienta camiseta, le quitó el botón y orgullosamente lo prendió de su camiseta limpia. Salimos para abordar el taxi. Antes de que se cerrara la ventanilla la abracé por úlrima vez. -Si llt:gas al ciclo antes que a Chicago, puedes sacarle brillo a las puertas del Paraíso para cuando yo llegue - le dije. ,Hmritíll: Ht~rl11mt jolnwm, Chri~tian K.eadcr, nu¡mola/Jril rlr 1'J'JC)

rl\tlidad tenía sida avanzado. Pensé: ¿Gimo reaccionardn !m rlcmd.r mul~rlt~y .rt~(l,lll'tl de qu!' llwzcrl han t·.rtarlo CI'I'Ctl de 111111 prostitutl/, ¡}' mudw 1111'110.1 de una con sida!

COMPRENSIÓN

l.a m u jer tenía aproximadamente treinta y cinco aííos, esraha sucia ) apestaba por dormir en algún basurero. Su proxeneta trataba de rnararla porque ella quería dejar de prostituirse. La increíble cicatriz en el rostro y el orificio de bala en la pierna lo evidenciaban.

,1kii11Cl' l'lltlllJ!,l'lístico; Ce!l'brid11des; Compremió11; Dt'Portes; f:'l'tlllgl'fiz,¡ción;

JI'I't'.r?

Lo primero que hice fue darle el botón. Mientras ella lo sostenía con firmeza, le hablamos de cómo Jesús podía darle un nuevo corazón y nueva vida. A los pocos minums estaba orando para aceptar a Crisro como Salvador.

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t\1\TI.ll

9:'l-13;

M .IRUlS

2:14-17;

LL' (Marcos 8: 35). Nuestro llamado es a una vida de obediencia incondicional cuyo precio no se sabe. Mmci6u: Colin Smith, pauor de Arlingtoll Ht•igiJIS EI)(U/geliml Free Clmrch, Arlington 1-feights, /1//iuois; jimue: Prcaching Today #204

COMUNICACIÓN

UN 1ASENCILLA ... 18: 13 Comunicación; Escuchar lo que otros hablan

PROVERBIOS

La p ubl icación Lawyers Joumai, de la Asociación de Abogados de M~ssa­ chusetts, imprimió las sigu ientes preguntas que se les hicieron en realidad a testi gos durante un juicio. Las respuestas a algun as de ellas las dieron testigos perspicaces: ·No es cierto, docror, que cuando una perso na muere durante el sueño < ~ no se entera de su muerte sino hasta la mañana s1gu1ente. o

o

El hijo menor, el de veinte años, ¿qué ed ad tiene? ¿Estaba usted presente cuando le tom aron la fotografía?

50

51

¿Estaba usted solo o sin compañ ía?

Cenas familiares: bajó 33%

¿Fue usted o su hermano menor quien murió en la guerra? ¿Lo mató él a usted?

Invitaciones a amistades: bajó 45%

¿A qué distancia se enconrraban los vehículos en el momento del choque?

.llmcitin: 11/an \'íli/son, NJim. Switzerloud; furntt: Robrrt l'u/11/t/11, 1\nwlin¡; AlnnL', Sínum nnd SdJ/ISit'l', 2000

Usted estuvo al lí hasta el momento en qut: sal ió, ¿es verdad eso? P: Ella tuvo tres hijos, ¿verdad? R: Sí. P: ¿Cuántos varones? R: Ninguno. P: ¿Había alguna mujer?

CONFESIÓN

P: ¿Di ce usted que las escaleras bajaban al sótano? R: Sí. P: ¿Y tamb ién subían?

P: ¿Cómo terminó su primer matrimonio? R: Por muerte. P: ¿Por mm:rtc de quién terminó?

S,\1 \10 90:8: El 1-\IUS 4:31; HEilREOS 12:15 1i11111rgul'll; llrrepentimielllo; C'tmji:Jián; Ira; Obstrímlos; VergiienZII

J>: ¿Pu cd Mag:tzinc,jullioljulio rlr 2000. p. 66



CRIANZA DE HIJOS

1 CoRIN n os 1 1:1; t:I·FSios 6:4; J T rMoTEo 4:12

Crit1nZ11 de bijos; Ejemplo; Hijos; Liderazgo; Padres

Lasse Vi ren, de Fin landia, en 1976 se inmortalizó denrro de la historia o límpica al convertirse en el primer va rón en ganar las carreras de cinco y di ez mil metros en dos olimpíadas seguidas. Después del sensacional logro, su entrenador decidió enfrentar el récord de .Emi l Zatopek, qui en había ganado las tres carreras de distancias más largas - cinco mil y diez mil metros, y el maratón- en los juegos de Helsinki, a principios del siglo. Solo h.1hía un problema. Viren nunca antes había corrido un maratón, y los Juvgm ( )límpicos no eran precisamen te un ejercicio de

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competencia de tal magnitud? Aun así, en el último día de los Juegos O límpicos de Montreal, Vi ren se encontraba al ineado para disputar el maratón directamente detrás del estadounidense rrank Shorter, que cuatro años antes había ganado la medalla de oro en Munich. U na vez iniciada la carrera, el veloz Shoner descubrió que tenía una sombra. El entrenador de Viren, sabiendo t)U C el orgullo de su país nunca hab ía corrido un maratón, planificó una bri llante estrategia. «Pégate del hombro de Shorter - le d ijo a su recomendado- . Cuando él se adclanre, tú re adehlntas. Si él se retrasa, tü te retrasas,. Viren no pudo seguir a Shorter todo el recorrido, pero la estrategia funcionó asombrosamente bien, y quedó qu in to en su p rimera carrera de reSIStenCia. En la crianza de los hijos somos frank Shorrer para ellos. Ya hem os estado allí. Ya hemos recorrido la vida ames. Sabemos qué esperar. Y nuestros hijos son Lasse Viren: prometedores y talentosos, pero sin entrenamiento en esa larga distancia. La ünim manera de que ellos puedan correr esta carrera es que lo hagan directamente detrás de nuestros hombros . MCIIc'ión: Kevin Lemall, What a l)jffcrcnce a Daddy Makes, N({j}JI)i/le, 7/;onuts Nelson l'ublisJ,m, 2000, pp. 57-58

CRISIS

fiENE ASUS HIJOS 19:4 Ct·isis; Dependencia en Dios; Desaflos; Dios, fidelidad de; Dios, gracia de; Paternidad de Dios; Protección; Provisión; Rescate; Seguritlt~d en Dios; Sufrimientos

ÉxODO

Cvnjit~riU/;

Las águilas madres son criaturas cuidadosas y cariñosas. En algún momento mamá ;íguila decide que su aguilucho debe aprender a volar; por lo tanto, lleva al aguilucho lo más alto que puede. En ese punro lo suelta, Y el ave cae velozmente. El aguilucho nunca ha volado en su vida. El suelo se

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acerca, su corazón está próximo a revenrarse, y sa be q ue no hay modo d e que pueda sobrevivir. Pe ro mamá águila está observando, y en el últim o instante desciende en picada y atrapa al águ ila bebé. Aliviado, el aguilu cho piensa: M e salvé, estoy bien, voy a sobrevivir. Entonces mamá águi la vuelve a volar tan alco como puede y lo suelta de nuevo. Conrirn'ra hacie ndo esto hasta q ue el bebé aprende a volar. El Señor transportó a los israelitas en a las de águ ila. Cuando 110 tuvieron agua, bajó en picada y se las sumi n istró. C uand o Jlegaron al Mar Rojo, c u idó de ellos. Cuand o no tuvieron alimento alguno , cayó en p icada y les sumr n rsrró maná. ll1ención: Ron M eh/, pastor de rrJursqunre Churc!J, Brn11erton, Oregón; deL senmi11 predimdo en In conflrmcitt C'lJicago 2000, en eL Tahemtirulo de Rrooklyn



CRISTO, ENCARNACIÓN DE

M ARCO~ 1:9- 15; J UAN 1: 1'8; Cor.osr.-NSES 1: 15-20

Cristo, el Verbo; Cristo, mcarnaáón de; Cristo, uno con el T'ndre; j emcristo

Üríg¡;ncs, en el siglo liT, realizó una Fabulosa a nalogía . Co ntó sobre una akka con una e norme esta tua, tan inm cns:1 que no se:: potlra ver exactamen te qué rep resentaba. Fi nalmente alguien empeque ñeció la estatua de tal manera q ue se pudo ver la perso na hon rada. Orígenes d ijo: «Eso es lo

~uc_ Dios hizo en_su H ijo». Pablo nos dice que C risto es el aucoempequcnecrm ren to d e O ros, el ícono o imagen visible del Dios invisible (Colosenses 1). En C risto tenernos a Dios en una m anera com prensible. En C risto tene mos al propio Dios personal y categó ri co de visita en el planeta. lllmrión: Dttfe Bmner, teólogo• ./s ]mts Inclusive or ~~~dusillt» T hcology, News, and N ores 0 (

FullcrScminary, orrubrede 1999.p. 1

( JUSTO, MUERTE DE

'\ 1111 o 26:3'); JuAN .):16; Ro~tANOS 8:32; Frrii'ENSI'.S 2:8 11110r di' Dim·; Condición hurnmra; Cristo, humanidad de; Cristo, muerte dF; r '1'1/cifixiríu; Cruz; Limittlciones lmmmuzs; Muerte; Pascua; Patemid11d; Pttternidlld ,/, l>ios; Suji-i111iento

La sema na pasada se enfermó mi hi jo Bjorn. 1.e tomé la temperatura, y tenía poco m;ís de treinta y nueve grados. \.tqué el Advil para niños. Tomó la dosis apropiada para su estatura. C ua·--·rHa y cinco m inutos después la fiebre había bajad o a treinta y siete . Al momento de acostarse, vo lví a tomarle la temperamra. Había subilo. l\Lís Advi l. Volví a tom. Expresé a Bjorn la reacción de sentido común, pues no q uería asustarlo, y estaba bastante seguro de que su fiebre no era mortal. Pero en mi men te aparecieron los muchos padres en este mundo que han ten ido que

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mi rar a sus hijos, sabiendo que la respuesta final a esa pregunta era: «SÍ>>. Apenas puedo escribir miemras pienso en esa circunstancia. Me p regu nro además si en los lugares celestiales hubo una vez una conversación entre el Padre y el Hijo, cuando el Hijo hizo la pregunca: «Padre, ¿voy a morir?», y el Padre sabía en su corazón que la respuesta era: «Sí)). Mmtión: I'N Nilrtr; Dinero; Generosidad

La esn·clla de basquetbo l David Robinson da de comer a desamparados a 1ravés de su programa .. Cu ida mis ovej as», y ayuda a familias necesitadas a

DAR

ob tener pañales y comid a para niños por med io de una organización de beneficencia llamada «El proyecto Rur». He aqu í lo que dice ace rca de tal 1.11(,"

6 :38; 2 CORI'I 110.\ 'J:6- J 1

!Jm~ /)iczll/o; Oi11ero; (,'mcrosirlac!; Mr~yordo111ía: Prot!lestts; Sie111bmy msecbtt

De~de que tengo memoria he ido a juegos pro!Csionaks de béisbol e intento consegu ir un souvenir: una bola de «fouh>, un jonrón o incluso una priora dt.: p dcricas de barco ... cualq uier cosa.

generosidad : .. F.stos no son sacrificios para mí. Si me aferro a~ dinero con l.ts dos ma nos, ¿cómo las puedo tener libres para ab ra7~'lr a m J esposa Y a mis hijos? .l!mtión: Adnptrulo de Rick Reilly. "Spur ofthe Mommt'; Spom lllumarcd. 23 de junio de

IRii'.'TfOS

3:4-6: 12:9

1/, olwlismo; Debilidad; Formación de hijos; Madres; Ministerio; Servicio

E1 explorador irlandés Ernest Shackleton dirigió en 1908 una expedición a la And rtida que intentaba ll egar al Polo Sur. Llegó más cerca que nadie, pero debi eron regresar cuando se encon traban a 156 kilómetros de distancia del polo. Shackleron escribió en su diario acerca de la ocasión en q ue se racio nó el suministro de provisiones a una porción de pan marino - una clase de galleta seca- que se le distribuyó a cada exped icionario. Algunos de los hombres tomaban nieve, la d erretían y hacían té mientras consumían su pan. Otros, sin embargo, guardaban el pan en sus sacos de comida para un último momento de desesperación por hambre. Se encendi ó el fuego, y los exhaustos ho mbres se metieron en sus sacos de dormir para enfrentar un sueño inquieto en el que darían much as vueltas. Shacklcton dijo que estaba casi dormido cuando observó con el rab illo del ojo cómo uno de sus hombres de confianza se sen tó dentro del saco y m iró alrededor por si algu ien lo estaba vigilando. El alma de Shackleton se le fue a los pies al ver que el hombre extendía la mano hacia el saco del compañero que estaba al lado de él. S hackleton vio entonces cómo el hombre abría su saco, tomaba su propio pan y lo ponía en el saco del compañero. Mmcitln: 1/aroMf. Snln, lléroes, Promúe, 1998, pp. 277-78

1Zli,a Morgan, presidenta de MOPS Internacional (sigla en inglés ele Ma,Jrl·s de Preescolares), escribe:

qu izá yo sea la persona menos indicada para dirigir una organización de madres. Me crié en un hogar destrozado. Mis padres se divorciaron cuando ten ía cinco años. A mi hermana mayor, mi hermano menor y a mí nos cri ó una madre alcohólica. Aunque la intenció n de mi madre era buena -en verdad, así h.te- en la mayoría de mis recuerdos yo le servía de madre en vez de que ella me cuidara. El alcohol alteraba su amor, y lo convertía en algo que no era amor. I ,a recuerdo zigzaguea ndo por el pasillo de la casa de nuestra finca en Houston, Texas, con un vaso de wh isky en la mano. Me despertaba a las dos de la mañana solo para asegurarse ele que yo dormía. Yo la despertaba a las siete de la mañana para tratar de que se levantara y tuera a trabajar. Por cieno, había buenas ocasiones, como Navidad y los cumpleaños , en que ella se lucía y nos celebraba como nii'ios. Pero aun esos días terminaban con el perverso brillo del alcohol. Lo que hacía bien se hundía en lo que hacía mal. C uando hace diez años me pidieron que contemplara la posibilidad de dirigir MOPS Internacional, un im po rtante ministerio que educa a las madres, caí de rodillas ... y fui directo a la oficina del terapeuta. ¿Cómo podría Dios usarme a mí, que no había tenido madre, para educar a otras madres? La respuesta vi no cuando miré los ojos de otras madres a mi alrededor, y vi sus necesidades reflejadas en las mías. Parecía que Dios tomaba mis carencias y las convertía en mi ofrenda: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Co rintios 12:9). Mmáó11: Elisn Morgttn, C hristian Parenring Today, mayo/jttnio df 1999, p. 64

85

D



Cada uno de nosotros tiene imperfecc iones. Pero si lo permi timos, el 'wííor las m ilizaría de reposo; Entretenimiento; Familia; Hijos; Iglesia, asistencia a la; Remerdos

Gary Pn.:ston escribe en CIJrlrflc/a Fmgedfiwn Conflict acnca de Cladys Aylward, una misionera a China durante y después Je la Segunda Guerra Mundial:

10:24-25

E1 cuarenta y cinco por cienro de los estadounidenses considera el do111 ingo

mucho más agradable que los demás dias. Porcentaje de los que re-

cuerdan con mayor cariño las siguientes activ idades de dommgo durante su infancia: Iglesia/Escuela Dom inical: 36

El ministerio de C;ladys en China fue llevado a la pantalb l'n la pelícu-

Cenas especiales: 24

la f:.1 A//;ergue de la Sexta Felicidad. Ella suti·ió en gran manera durante su viaje por las montañas de China pam llevar a sirio seguro a cien

Paseos familiares especiales: 17 Reuniones famil iares para ver Disney o 60 Minutos: 9

huérfanos en Sian. Shensi. Estos niños, entre cuatro y quince años, se

Ver depo rtes : 6

salvaron debido a la fiel obediencia de Cladys a Dios.

Usar la mejor ropa dom inguera: 3

Pero hubo un tosto.

No sabe:

Cuando llegó a Sian con los niños, en(ennó gravememe. Sufrió heridas inrL·rna\ debido a una paliza que le propinaron los japoneses que

5

Mención: Anne N. Cnrey y Bob Lnird, USA Today, JO de junio tÚ 1999;fuetllc: Cnllup pnm ¡\{C/

invadieron el complejo de la misic'H1, en Tsechow. /\dem'Yo de los ado lescentes entró en realidad a las drogas -generalmente mal illllana- por imermedio divorcío; Familitl; Hijos;

Mo hr esri ró la piern a, y de una parada la alejó del peligro; luego saltó del tren, recogió a la beb ita y la acunó en sus brazos. La pequeña Emily terminó solo con una lastimadura en la cabeza y el labio hinchad o.

su nuevo libro The Unexpected Legacy ofDivorce, J udirh Wallcrstein 1·scribe acerca del impacto negativo que el divo rcio tiene en los hijos:

OIVORCIO EN LOS HIJOS Mt~tt·imonio

En

A veces, corno este conductor d e tren, Dios debe herirnos para salvarnos. Menrión. 0Hrrlt•s Kimball

«En general, después del divorcio en la familia los hijos no parecen más felices, saludables o bien adaptados, aunque uno de los padres, o



ambos, sf se sientan más felices. Esruclios nacionales muestran que los hijos de famil ias d ivorciadas

DISCIPLINA 11-

PROVI'RIIIOS

22:6;

MATEO

ROGiN COfl SUS PADRES 18:6 -7

Adolescencia; Crianza de hijos; DiJciplína; Drogas; Obstdculos; Padres

Hay esce nas que rep resentan una imagen alarmante del legado de la cultura de drogas en la vida hogareña estadounidense: Una adolescente habla

104

y vueltas a casar son más agresivos con sus pad res y maestros. Experimentan más depresión, tien en más dificultades de aprendizaje y sufren 1mís prob lemas con compañeros que los hijos de fam ilias intactas. [Ser el hijo de un matrimonio divorciado] significa sentirse solo, aislado y enojado durante la infancia. Significa viajar solitario en aviones cuando a los siete años va a visitar a su padre o madre. Significa no tener opción en cómo pasar el tiempo, y se siente como un ciudadano de segunda clase comparado con sus am igos de famil ias intactas que 105

D

tienen mucho que decir acerca de sus vacaciones o fines de semana. Significa preguntarse si su bien educado padre le dará alguna ayuda econ ómica para la universidad, contando con que él no tiene ninguna obligación legal de pagar. Este hijo llega a la edad adulta con profunda ansiedad. ¿Encontrará alguna vez una mujer fiel que lo ame? ¿Encontrad un hombre en >. Ml'llci!Jn:judit!J Wlal!astein, Thc Unexpcct.cd Lcgacy of IJ ivortc, !lyperion, 2000; presentrtdo por Dt~uit! Whiwey, Annt~polis, Mmyland

DOLOR

ROMA'\OS 8:28; SANTIACO

2 CORINTIO~ 12:7-1 O;

FJLJI'II"\FS

2: 12-13; HHlRHJS 10: 19-23;

1:2-4

Agradecimiento; Ci·ecimiento; Dolor; Ministerio; Perspertiwi; Sufrimiento; Supemción

La cscrirora y conferencista Jill Brisco e escribe: «Me enco ntraba agradecida y emocionada. Mi hija Judy ace¡nó aco mpañarme a Australia, donde yo hablaría en un congreso. Me llenaba de grati tud poder disfru tar durante alguna~ semanas la compañía de mi hija, y con mucha emoción planificamo~ juntas nuestro viaje. No obstante, dos días antes de la partida enfermé de la espalda. Y agradecí nds que nunca la presencia de mi hija.

11111"' de llores, no parecía agradarles m ucho ver desde este ángulo a su • , >llh n:ncista invitada! 1 ,a noche, completamente despabiladas debido al desfase horario,

!11•11' y yo empezamos a hacer planes. b necesario que me ayudes, hija - le dije- . Trataré de estar en

,1.,., 1cuniones al día, pero tú tendrás que hacer el resto. -Madre, yo únicamente he dado dos charlas ante grupos de jóve111'\ -protestó. -¿Sobre qué hablaste? - le pregunté. - De l estrés y la ans iedad -respondió ella con una sonrisa. - Perfecto -contesté- . Te ayudaré con esas charl as. l ~sa noche trabajamos juntas en las confe rencias de mi hija. En la primera reun ión observé que J udy oraba por mí mientras yo h.1hlaba. Y cuando el la habló, las mujeres quedaron encantadas. De algún modo luchamos juntas en esta prueba ... y otra vez volvi1110~ a sentirnos agradecidas. Agradecimos a Dios cada una por la otra, por el privilegio de m inistrar juntas, y por las experiencias divertidas , 1ue nos dieron respiro a lo largo del camino. Agradecimos a Dios por dorar a Judy con dones exclusivos. Casi habíamos renunciado, pero D ios nos dio la gracia y la fortaleta para conti n uar hasta co mpletar el cursi ll o. Cuando abordamos el ,1vi que se aferraba obstinadamente a formas obsoletas de mlisiea. Por consiguiente, le pagaban un mísero salario, y cua ndo muri (¡ hasta estafaron a la viuda en la escasa herencia. 1rón icamente, en este ambieme Bach compuso su música m:ís perdu-

rable. Durante una época compuso una cantata cada sema na (hoy día es muy elogiado un compositor que produce una cantata p or año), 202 de las cuales sobreviven. La mayoría concluye con un coro basado e n un h imno luterano sencillo, y en todas las ocasiones la música está ligada a textos bíblicos. Entre estas obras están «Can tara de la Ascensión>> y . Fbch también compuso en Lei¡n ig su , L"rflcie de una pelo ta de golf? Hacen qu e parezca imperfecta. Sin embar¡•,o, ¿cuál es su propósiro? Un ingen iero aeronáutico que diseña pelotas Je golf dice que una bola ¡>L"rfectamente lisa solo recorrería ciento veinre metros. Pero la misma p elota co n la clase adecuada de h oyuelos recorrerá el doble de espacio. Estas «Etllas» aparentes minimizan la resistencia de aire de la pelota y le permill'n recorrer d istancias mucho más largas. La m ayoría de nosotros puede nombrar rápidamente las características l'ísicas con las que no quisiéramos haber nacido. Es difícil imaginar que estas «imperfecciones» están allí con un propósito, y que son parte del diseño de D ios. No obstante, cuando el salmista escribió sobre la maravilla creativa de Dios en la matriz, d ijo al Señor: «Tú formaste mis entrañas» (Sa lmo 139:13) y >. A veces rraw de a los mu chachos diciéndoles que si piden solamente la comida les daré veinticinco centavos para que compren un pequeño juguete a su elección. Pero el lloriqueo au menta: «Qu iero la Com ida de la Felicidad>>. Por todo el restaurante las personas levantan el cuello para ver al padre tacaño y tremcndameme avaro que les quiere negar a sus hijos una comida de gran gozo. El problema con la Comida de la Felicidad es que la felicid ad se evapora, y los niños neces itan una nueva dosis. N ingún niño descubre la felicidad eterna en una sola comida. d , . '· 1s1. ( o na rencr 1a tuya? D1os, re necesi to desesperadamente". •

,

''



Ll

Hautism o; Castigo; Gracia; LirnpieZtl; Pecado; Perdón

Rena, nu estra hij a de rres años, se sentó con nosorros du rante el cul to bautismal la noche del domingo pasado, que para ella fu e u na experiencia nueva. La niña excla mó sorprend ida: , Decisión, no11innbre

tlr 1'J'J'J. p. _¡ ')

GRACIA

MU BGRO OFf PFRDÓN C:t'.NI·SIS

)(): 20 ; M A I'I·: o 5:7, 39-46; 6: 12-15;

LUCAS

6:35-37; 11:>. ¿Por qué? Porque el lema de los Rangers durante los últimos doscientos años no ha sido . Me ofrecí como volu ntario. Por consigu iente, si Tom Hanks hubiera sido u n verdadero Ranger, habría dicho cuando el soldado Ryan se inclinó: «S1111 sponte, fue decisión mía. No debes nada. No tienes que pagar nada por esto. Di mi vida por ti. l ~ste es mi trabajo». Por eso cuando uno mira la cruz, y ve a Jesús colgando de ella, lo que n unca o irá es: «Merécetclo». Nunca oirá a jesús diciendo: «Merécerdo>>. No dice: > . Lo que dice es: «Sua sponte». Me ofrecí co mo vo lunta rio. No tienes que pagar absolutamente nada. Mención: Tom Al/m, pmior de ~'(leútl dt la C:mcirl, en Sen u/e, Prc"chin~ ' l'od.1y "" 200

para sobrevivir sin ellos. Así que los elefantes pequeños crecieron huérfaIIOS de padre. Con el paso del tiempo m uchos de estos elefantes jóvenes deambulahan juntos en grupos, y comenzaron a hacer cosas que normalmente no hacen los elefantes. Lanzaban palos y agua a los rinocerontes, y actuaban mmo los bravucones del veci ndario. Si n machos adultos dominantes , los machos jóvenes se volvieron sexualm enre activos, y producían excesiva tesrosterona y exhibían un comportamiento agresivo. Algunos machos jóvenes se volvieron especialmente violemos, y derribaban rin ocerontes y los pisaban o se arrodillaban sobre ellos y los mataban con su peso. Finalmente fue necesario matar a Mafuto, el líder del grupo. Los guardias del parque especularon con que estos elefan tes adolescentes estaban actuando mal porque no tenían modelos de cond ucta. La solución fue introducir un macho adulto que los dirigiera y contraacacara sus comportamientOs bravucones. Pronto el nuevo macho estableció el dominio y puso en su luga r a los jóvenes marones. La matanza se detuvo. Los machos jóvenes recibieron orientación ... y se salvaron. Mmción: Km Sor11ers, consejero, Ohio;•60 Minutos•, 20 d~ mrro de 1999

GUÍA

t"l-t!ITftN

nm: 0 ~

ECOfmUCTA

1 CoRLNTros'Í:I6-17; l l' t·.llRo5:5

CritliiZil dr hija>; l:je111plo; Guítt; }u~~rntud; Lidrmz¡;a; P11drrs

E1P':ograma _de televisión Sesenta minutos transmitió un segmento que nos drce algo Importante acerca de los huérfanos de padre. !.os g uard ias forestales en una reserva de animales sudafrica na estaban preocupados por la matanza en el parque de treinta y nueve raros rinocero m es blancos. Se descubrió que los ases inos de los rinocerontes no había n sid o c¡¡zadores furtivos, sin o «delincuenteS>> juveniles: elef.1 nres adolescentes. La historia comenzó hace una década, cuando el parque ya no podía preservar la creciente población de eleÍ

1NSIGNIFICANTES ASUNTOS

29: JI; DANIEl. lO; RoM,INos 8:28; Frr IPI.N\ES 2: 12-13

Conjianz¡z; Desespemción; Dios, providencirt de; Fe; Fe y obras; fm ignificrlllcin; Ministerio; Pregunltts; Presencia de Dios; f>rovidencitt; Semicio

r>- 11\IKOS

12:41-44;

lm~r;nijicantes

E FF.~I OS

4:1 6; COlOSENSES 3:22-25

asuntos; Gmumidad; Iglesia; Influencia; Ministerio; Servicio; Trabajo

m equipo

La

Íe se prueba cuando se cksvanece la sensación de la p resencia ele D ios, o c uando las mismas ordenanzas d e la vida hacen que nos preguntemos si nuestras reaccio nes siquiera importan. Preguntamos: «¿Qué puede hacer una perso na? ¿Q ué influen cia tendrá mi pequeño esfuerzo?>> Una vez vi una serie en la televis ión es tatal basada en ent revistas con sobrevivientes de la Segunda G uerra MundiaL l.os so ldados reco rdaban cómo pasaron cierro día en particular. Uno se senró todo el día en una trinchera; un a o dos veces se acercó un tanque alem;í n, y él le disparó. Otros jugaron cartas y desperdiciaron el tiempo. Unos pocos participaron en feroces combate$. Para la mayor parte de la tropa aquel día transcurrió en la rutina de cualqu ier otro soldado de inf:1nreda en el Íren te. Pero más ta rd e todos supieron que acababan de participar en uno de los encuentros m;is decisivos de la guerra, la Batalla del Bulgc. En ese momento n inguno

Se

me pid ió q ue d irigiera el fun eral de un hombre que había ayudado a d> nos emocionará dcscub m· que todos nu estros esfuerzos fu eron esenciales.

de ellos la creyó decisiva, porque nin guno tenía cl panorama total de lo qw.: cstaha sucediendo.

Mención: M. Cmig Barnes, pastor de lt1 Iglesia Presbilerimltl Nacional, WllShington, D.C, de un

/1/mción: l'hiiJ¡J Ytmcry, •>. é ·b Un par de veranos atrás pasamos dos meses separados, y pens que 1 a . de los llalcones Al contrario, comencé a verlos en todas partes: , · '1" d a d escansa1 serpentean d o en el •a ·tre' subiendo en espiral por las ascendentes y ca 1¡ as corrientes de aire, estirando las alas en las copas de los árboles. Al ver os : deten .ldamem e por pumera vez en mi vida comprendl que 'no los estaba ll' observando con mis propios ojos sino con los de Edward. El no estaba a 1, por lo tanto los esraba viendo por él. ¿F.! estaba ausente? No. Estaba presente en mi.

..

.

. .

.

Mención: Barbara Brown Taylor, Thc Best Spirirual W nnng. edilado por Phrlilp Zttfeskr, flarper, 1999, p. 262

Brecha en la percepción: • Porcentaje de padres que aseguran ana lizar con sus hijos el contenido de la Red: 75

176

177



Garbarino también observa un aumento de la «cultura de la vulgari-

1 Las palabras insultantes son comunes en la televisión por . cable, 1 ,l( ... ' '1 y 1.

IRA

ha de la acmal música J. uvenil promueve la violencia. El psico ogo ' · 1 ·b· . h·ank Faley, de la Universidad Temple, cita «una r.elajación ele tnlt LCIO-. ncs promovida por programas televisivos de entrevistas». Farley concluye. " l~stá bien expresar cualquier cosa que tengas en la mente».

lllUC

m·a,,.. PROVI'RIIIOS

15:1;

GÁI.A I'AS

5: 19-20;

El'fc\1.\

4:26, 3 1;

SANTIACO

1:1 9

Dominio ¡n·opio; Estrés; Ira; lmpaciellcia; Violencia; Vocabulario soez

. lfmCIÓn:

. .. l' > Antes de que llegara la ley, la suciedad dentro de nosotros se escondía bajo la oscuri dad. Pero cuando el Señor nos dio la ley, su luz brilló en el parabrisas de nuestros corazones y mostró la suciedad del pecado que hemos acumulado en n uestro viaje. L'lley, entonces, es u na luz que nos revela cuán pecadores somos. N o nos limpia ni nos restaura, pero sí resalta crudamente la verdadera situació n de nuestras almas ... y por co nsiguie nte nos puede lleva r a Cristo.

Mención: William Wimmer, pastor de la Iglesia de Dios Grace Chape!, Benton, Arkansas 189

L

• LIBERTAD

U .KT~U POR SOBRE SEGURIDAD GAIATAS 5:1

lnsrguridrul; Libertad; Seguridad; Vfl!or

LLAMADO

1.A

nRCA DEL LLAMADO

F.XODO

5

ÉxiLo; FraCflso; Llamado; Ministerio

H cnna n Wo u k habb en su lib ro '1/;e Wi!L to Live On acerca de una reunió n que tuvo con el primer presidente del moderno Israel, David Ben Gurión, Y d e có mo el estadista lo inciló a mudarse a b recién fun dada nación de Is rael:

Muy a menudo la ausencia de éxiw inmed iato es la marca de u n verdadero llamado. Menrióu: /Jrure Lt!rsou, My C reator, My Fricnd, Word, 1986, p. 63; presemrttlo por f'hillip Cuuter, Rouud Rock, Trxns

Ben Gurión nos invitó a Sarah y a mí a su hogar en el desierto d el Neguev. Al día siguienre fuimos al kibburz Sde Boker (Campos del Futuro) en un vehículo oficial escoltado por un jeep equ ipado con u na

ametrallado~a, porque allá, en 1955, losfedayines, terro ristas de Egipto y Gaza, bosttgaban en forma sangriema a plena luz del día a la pequeñ a y novala nación. Ben Curión estaba fu era ele su despacho y trabajaba en sus memorias, por lo que d isertó en extenso es tilo chu rch il iano sobre h istoria pol ítica, fi losofía y literatura hasta que el sol estuvo en el ocaso .... '

LOGRO

1SLOGROS 1 SAMUEI.

MUNDANOS NO SON IMPORTANTES

16:7; M A' IEO 19:30

~~~'(ito; Gmcia; Obras; Valía propia; Valor humano

C ua ndo nos despedíamos, h i·1.0 mención a su d irecta posición sionista, sin m;ls inu irectas.

El finado H enri Nouwen, p rofesor y escritor de éx iw , recordaba sus pri-

- Debes regresa r a vivir aqu í - dijo Ben Gu rión- . Este es el ünico luga r para jud íos como rt'l . Aqu í serás libre.

fís icos y mentales:

. -¿Libre? - me arriesgué a responder- . ¿Li bre? Con ejércitos enern tgos zumban do a tu alrededor, cua ndo sus líderes amenazan públicamente co n exterminar a la «entidad sionista», con rus carreteras intransitabl es después del anochecer. .. ¿Libre? -No dije seguro -conresr6 el anciano- . D ije libre. 111ención: Gordon MtllDonflltl, esaitor y conforencistfl,- jimlle: flerm1111 Wouk, Thc \Vil! to Live

On, Clif[Stree/ Book.r. 2000

meros d ías en L'Arche, una com unid ad en Toronro para discapacitad os

Lo prim ero que m e sorprendió cuando llegué a vivir en una casa con perso nas m en mlm ente discapacitadas fue q ue su simpatía o su aversión por mf nada tenían que ver con n ingu na d e las mu chas cosas Lltiles que yo hab ía reali1.~do hasta entonces. P uesto que n adie pod ía leer mis libros, estos no los im p resionaban, y puesto que la mayo ría de ell os nunca fue al co legio, m is vei nte años en Norre Dame, Ya le y llarvard no les decía nada. M i considerable experiencia ecumén ica n.:sulraba .~cr au n m enos vali osa. No poder utilizar ni nguna de las habilidades que habían probado ser m uy p rácticas en el pasado era una Fucm c verdadera de ansiedad. En cierro sentido parecía co mo si yo estuviera comenzando de nuevo m i vida.

190

191

l

·' Del mismo modo, cuando enrremos al rei no de D ios no imporra-

~~~1 rodos nuestros logros. Lo que a Dios le importa es quiénes somos ¿ 1 enemos fe en él?

·

ó fG . fiiCI n: """A. Miller, edito¡-y esrn'¡o¡; Wbetlton, lllillois;fitente: Gortlon MncDonnld

M,

«Atwosp1Je6c lnjllll'llceJ», Lcadcrship, iniJiemo de 1999. p. 32

,

• LUTO

Mi\'1EO

4: 16; ] Ui\N 8:1 2

Adllenimiento; Dolor; Luto; Luz; Muerte· Nallidad· n,,,.d.,·d. R ' . .6 '

'

' re:,

a; eaenct n

El D r. James ~obson relata la historia de una anciana llamada Srella

Th~rnhope, q Ui en luchaba con su primera Navidad en -~oleclad. Su esposo habia mueito pocos meses anres debido a á .d 1 1 . , ' e ncc1 e enro cesan·ollo. Va-

n~s dias an t,es de Navidad, estaba casi aislada por las arroces condiciones cJ,máncas. Se se ntía terriblemente sola tanto d 'd ·ó , ' · ·· ' que CCI 1 que no deco rarfa su casa para Navidad. 1 Uien entrada la rarde so nó el tim bre y en la ¡) ue,·ta 11· b' -1 · ' ,, 1a un m uc1ac 10 repartidor con una caja.

- ¿S ra. Tho rn hope? La Sra. Thornhope asintió. -:> 1 ·, - ¿Podría fi rmar aquí po. (; ' 1 avol. - vo VIO a pregunrar el muchacho. La clama invitó al chi co a enrrar y cerró la ,. . . r , ' pueJta pa1a P' otegerse del 11'1(). '

- ¿Qué hay en la caja ? - preguntó después ele firm ar el papel. El Joven sonrió b ·' 1 d 1 ,b. . y a no . a rapa, y .emro se enco ntraba un cachorriro, un a laclor perd iguero dorado. E l muchacho levantó al ansioso cachorro. - Esro es para usted, señora -explicó-. Tiene seis sema nas está co mpletamente amaestrado. y

~1 c~chorrito co menzó a menear la cola de felicidad al ser liberad

ca unven o.

d 1 o e

-Todo está explicado aquí en este sobre, señora - dijo-. Al perrito lo compraron en julio pasado, mientras su madre aún estaba preñada. La intención era que fuera un regalo de N avidad para usted. El muchacho le pasó entonces un libro: C6mo cuidar 11 su labrador per-

diguero. -¿Q uién me envió este cachorro? - preguntó otra vez con desesperación la mujer. - Su esposo, señora -contestó el m uchacho, girando para salir-. Feliz Navidad. La m ujer abrió entonces la cana de su esposo. La había escrito tres semanas antes de morir, y la había dejado en el criadero de perros para que la entregara n con el cachorro como su último regalo de Navidad para ella. La carta estaba llena de amor, ánimo y recomendacio nes de ser fuerce. Le prometía q ue esperaba el día en que ella se le u.niera. Le había enviado este animal ito para que le sirviera de compañía hasta entonces. La Sra. Tho rnhope se secó las lágrimas, dejó la carta y, recordando al cachorro que tenía a sus pies, recogió aquella dorada bola peluda y la acercó a su cuello. Luego vio por la ventana las luces que daban fo rma a la casa vecina, y en la radio de la cocina escuchó . De repence Stella sintió que la inundaba la más asombrosa sensació n de paz. Su corazón sinció una alegría y un aso mbro mayores q ue el dol or y la soledad. - Pequeño compañero - le dijo al perro- , esto es entre tLI y yo. Pero, ¿sabes? Abajo en el sótano hay una caja. Te apuesro que re gustará. Dentro hay un pequeño árbol de Navidad, algunos ado rnos y unas cuanras luces que te impresionarán. También allá abajo hay un pesebre. ¡Vamos por rodo eso! Dios tiene un modo de enviar una señal de luz para recordarnos que la vida es más fuerte que la muerte. La luz es más poderosa que la oscuridad. Dios es más poderoso que Satanás. El bien vence al mal. >. , peto e vez Mmción: 1\1my Ghnmben, 1...c·od . 1· ~· e ts 11p

210

, • ~ · 1[

111 p nnr~

1, 11.1s 53:6; MxrFO 9:36; 1 PwRo 2:25

lrlolescrntes; Compromiso; t"rtgafío; Injluenáas; juventud; Multitud; Ovejm; Satands; /(·ntflci6n

E1D r. James Dobson escribe en Frente a la vida:

MUERTE

SALhiO

MULTITUD

¿Cuáles son las características de las ovejas que hacen que el Señor se acuerde de usted y de mí? ¿Qué está él diciendo en realidad cuando se refiere a nosorros de ese modo? Bueno, los pastores y los ganaderos nos d icen que esos animales son prácticamente indefensos contra los depredadores, no son muy hábiles, tienen la inclinación de segui r unas a otras al pel igro, y dependen absolu tamen te de sus amos humanos para su segu ridad. Por cons iguie nte, cua ndo lsaías escribió: «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas>>, se estaba refi riendo a nuestra tendencia a movernos como un rebaño irreflexivo y alejarnos del cuidado vigi lante del Pastor. Observé este insti nto de rebaño hace unos años en un documental de televisión. Yo estaba fi lmando en un galpón de empacado donde sacrificaban ovejas para el mercado de carnes. Apiñados afuera en corrales había centenares de estos nerviosos animales, que parecían presentir el peligro en esos desconocidos alrededores. Luego se abrió una puerta que co nducía a u na rampa, y que atravesaba una puerta a la derecha. Para lograr que las ovejas subieran a la rampa, los encargados usaban lo que se conoce por acá como una . El segundo temor de Frederick era este: «Si fallo en este intento no tendré otra oportunidad, lo que sellaría para siemp re m i destino como esclavo•>.

21 7

Hoy día las personas que se encuentran esclavas del pecado, y que piensan en escapar hacia la liberrad en C risto, pod rían rener temores simi lares. Q uiz.o1. reman dejar amigos. Tal vez teman f:1llar en su intento de romper con el pecado y vivir libres para Dios. Deberían animarse con la ex periencia de Douglass. Él recuerda el 3 de septiembre de 1838: «Dejé mis cadenas, y llegué triunf:1 nte a Nueva York sin la más leve interrupción de ninguna clase .. . A men ud o me preguntan cómo me sentí cuando me vi en un estado libre. Fue un momento d e u na emoción inmensa que nun ca antes había experim entad o ... Me sentí como si hubiera escapado de una guarida de leones ham bri entoS>>. Mmcidn: Keoin A. Miller, editory escritor, Wlmt/on, 1//inoi.r

218

o OBEDIENCIA

PROVERBIOS

8:32-34;

MArEO

7:24-27;

LUCAS

6:46-49; 11 :28;

SANTIAGO

1:22-25

Compromiso; Desobediencia; Dirección espiritual; Disciplina; Disciplinm espirituales; Escuchar; Obediencia; Oír In voz de Dios; Persevemnci11

Roberr Kupferschmid era un anciano de ochenta y un años sin experiencia en operar u n avión. Si n embargo, se vio obligado a pi loteado a causa de una trágica emergencia. Ell 7 de junio de 1998, él y su amigo Wesley Sickle, piloto de cincuenta y dos años, volaban de I ndianápolis a Muncie, Ind iana. Durante el vuelo el piloto se desplomó y murió sobre los controles. La avioneta Cessna 172 de un solo motor comenzó a caer en p icada, y Kupfersch mid se aferró a los controles. Inmediatamente tomó la radio y suplicó que lo ayudaran. Cerca había dos pilotos que oyeron el llamado. El aeropuerto más cercano era el de Mount Comfo rt, y los dos pilotos le dieron a Kupferschmid un continuo flujo de instrucciones para subir, seguir en la dirección correcta, y - la parte más aterradora- aterrizar. Estos pilotos ex:perimenrados volaron en círculo tres veces sobre la pista de aterrizaje ames de que el inexperco y un tamo desesperado piloto estuviera listo para intentar el arerriz.aje. Se llamaro n vehículos de emergencia, los cuales estuvieron listos para lo que parecía un desastre inm inente. Los testigos dijeron que la nariz de la avioneta golpeó suavemente la línea cemral y rebotó algunas veces antes de que la cola tocara tierra. La Cessna fue a parar a un sendero ele hierba empapada aliado de la pisca de aterrizaje. De modo sorprendente, Kupferschmid resultó ileso. 221

. Este piloto escuchó y sigu ió las instrucc iones como si su vida dependJcra de el las ... y así era. Imagine usted lo que sucederfa en las vidas de los creyentes si oyéramos y obedeciéramos la Palabra de Dios con la misma seriedad. Mmtitl11: C:regg Do1111rlly, Maple 1'/ain, Minnesotn

• OBEDIENCIA

1 YUHfDIENCIA RADICALES 1 j UAN

5: 1-J

COJ1it111ZII; ()f,edieiii'ÍII; l'regtlllii/S

Fon Bragg, Caro lina del Norte: Un probable error admini strativo envió con la División 82 de Aerotransporte, y sin entrena m iemo formal en su primer salto en paracaídas, a un empleado de sumin is tros. El especialista del ejército JeffLewis, de veintitrés afíos, quien aterrizó ileso, dijo que cuando saltó simplen;ente estaba haciendo lo que se supo ne que hace un buen soldado: Obedecer las órdenes. «El Ejército dijo que yo estaba calificado para da r ese paso - dijo Lewis-. No me correspondía cuestionar eSO>J,

Mentiríll: Chica¡,;o ' l'rihtlllC, 20 rlc 1/lflJ'O dt• .2000; prt'Srlllttdo porree hiloo. l_ake Forrsl, 1/linois



dibujo de alguien que les disgustara o que los hubiera hecho enojar.,. y que él les perm iti ría lam.ar dardos sobre el dibujo de esa persona. Una amiga de Sally (a su derecha) dibujó a una mujer que le había robado a su enamorado. Otro amigo (a su izquierda) hizo un dibujo de su hermano menor. Sally dibujó al profesor Smith, poniendo gran can tidad de detalles en su dibujo, ¡incluso granos en el rostro! Ella se sinrió fel iz con el efecto que había logrado. La clase for mó fila y entre muchas risotadas comenzó a lanzar dardos. Algunos estud iantes los lanzaban con tarfuerza que ro mpían sus bl ancos. Pero Sally, desea ndo que llegara su turno, se llenó de desi lusión cuando el profesor Smith pidió a los estudiantes que regresaran a sus asientos para así comenzar su co nferencia. Mientras Sally echaba chispas por haber perdido la oportun idad de lanzar los dardos, el profesor empezó a qu itar el blanco de la pared. Debajo del tablero de tiro al blanco había una imagen de Jesús. E l silencio se hizo evidente en el salón cuando codos los estudian tes vieron la destrozada imagen de su Salvador: perforaciones y marcas irregulares cubrfan su rostro. Los ojos estaban prácticamente agujereados. El profesor Smith solo dijo estas palabras: «De cierto os digo que en cua nto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más peque ños, a mí lo hicisteis» (Mateo 25:40). Mención: Lee Rhodef, Wbeeler, Michignn



ORACIÓN

ODIO

~lf.~E AJF~úl' Al nrACAR ALOS DEMÁS MAr m 25:3 1-46; 1 juAN 4:18-2 1

ftAR POR OTROS EFESIOS

6: 18

Deshonestidad; Intercesiór~; Oración

Amor; Odio; Unidad

U

na joven llamada Sally se inscribió en una clase de sem inario a cargo del profesor Smith, quien era conocido por sus minuciosas enseñanzas con propósitos aleccionadores. Un día Sally entró a la clase y vio un enorme tablero de tiro al blanco colocado en la pared, con varios dardos sobre una mesa cercana. El profesor Smith dijo a los estudiantes que hicieran un 222

En u na >( l Corintios 13:4-5, NVI). Cortésmen te le ped í a Tracy que devolviera la pelota, y luego Gavin y yo b romeamos con ella hasta que al fin lanzó la bola sob re la m esa. Le agradecimos y terminamos la partida. H oras más tarde, después de una película evangelística, nos causó una grata sorpresa ver a Tracy caminando por el pasillo con un grupo de otros seis para recibir a C risto como Salvado r. Más adelante esa misma noche, cuando nos reunimos a oír testimon ios, Tracy contó su historia: «Me crié en una fa mi lia donde nadie va a la iglesia. He aprendido a llamar la

227

atención haciendo que la genre se enoje conm igo. Pero a principios de esta noche vi algo dife:-enre».

Una carca es de una niña cuyo padre sabe el significado de estar p resente. La segunda es de una niña cuyo padre, por cualquier motivo, ha de-

Gavin y yo nos miramos y arqueamos las cejas. «Cuando les escondí la pelara a esos chicos- dijo Tracy, señalándonos-, no se enojaron conmigo. No con traatacaron. Vi algo distinro en ellos, y e n ese mom ento decidí que deseaba tener lo que ellos tenían».

cidido no esrar allí. Mmción: jo/m Trent, «Promesa de estar allí•, Christian Parenting Today, septiernbreloclUbre de

Mmritln: (.'/m·k Cotbem, "Vi algo cliforente en esos chicos», Decisión, ""'Y" de 2000, p. 28





PADRES

NECESITAN PADRES

PADRES

EFI ~~ IOS

u • Pnqpt: RoM11Nos

2000, p. 24

6:4

Crianza de hijos; Crimen; Drogas; Educación; Familia; Hijos; inmoralidad sexuaL; Padres; Suicidio

8: 15; 1 CoRIN"IIOS 13; EFI·.~Im 6:4

Amor; Ci-itmza rle hijos; Di11orcio; Familia; Intimidad; !fijos; Padres; Pruernidad de Dios

E1

terapeu ta familiar cristiano John T rent dio a conocer dos cartas que le dio una maestra de tercer grado. Las carcas era n paree de u na tarea que sus estudiantes completaron (a las palabras no se les han co rregido la ortografía, la gramática ni la puntuación). «Kerido pap~1, me gusta que salgas conmigo. M e gusta que juegues béisbo l conmigo, que juegues mini-golf co nmigo, y que veas pel ículas co nmigo. ¡Lo apresio de verdad! Me gusra que me cuentes chistes. Me gusta cuando me abrasas y me besas. Pap iro, te amo!» La maestra dijo que exactamente cuatro asientos más allá de la escritora de la primera carta se sen raba otra niña pequeña. H e aquí lo q ue decía su carta:

En mar'Z.o de 1999 el Departamento Estadounidense de Salud y Servicios Humanos lanzó en roda la nación una novedosa campaña de servicio públ ico, en que se desaflaba a los padres a permanecer emocional y económicamen Le relacionados con sus hijos, aunque no vivieran con ellos. El esloga n de la campaña era: «Son tus hijos. Sé su padre», y resaltaba la importancia de los padres al mostrar las consecuencias en los hijos si los padres no tienen un papel positivo en sus vidas. M;ís de la cuana parte de los niños estadou nidenses - casi diecisiete m illones- no vive con sus padres. Las muchachas que no ti enen a uno de sus padres en sus vidas tienen el doble de posibilidades de quedar embarazadas, y el 53% más de probabilidades de suicidarse. Los muchachos sin uno de sus padres en sus vidas tienen el 63% más probabilidades de huir, y el 37% más de usar drogas. Tanto las muchachas como los muchachos sin participación del padre tienen el doble de posibil idades de aba ndonar los eswd ios, el doble de posibilidades de ir a parar a la cárcel, y casi cuarw veces más probabilidades de necesitar ayuda por problemas emocionales o de conducta.

«Querido papá, re amo m ucho. Quando bendrás a verme otra ves? Te estraño m ucho. Me gusta que m e yeves a la pisina. Quando podré pasa r la noche en tu casa? As visto algu na ves mi casa antes? Quiero ver como es tu casa. Q uando te boi a ver otra ves? Papiro re amo.»

228

Mención: Derek Chinn; Jimlle: 1/.H.S., folleto H.JI.S. lniciatillll de paternidllt/, 18 de jttnio de

1999

229

tiene algo así como el 99,9% de eficacia en enviar de regreso al espacio interestelar peligrosa basura espacial, asteroides y m eteoritos,.

PATERNIDAD

¿Cómo sucede esto? Júpiter es 318 veces más pesado que la Tierra. D ebido a su masa crea un e norme campo gravitacional que actúa como una gigante aspiradora

Et·FStos

6:4; Cot mt·N~,,~ 3:21

Crianza de hijos; Deportes; Familia; Patauid11tl Hace poco vi un divcrticl ísirno fragrnenro e n u no de esos programas de «>. Era la lOma de una boda desde la parte trasera de la iglesi a , mi ra nd o por el pasillo hacia la novia y el novio. D ebido al ;Íngulo de la cámara, se podían ver varios miembros de la congregación. De repen te, duranre los votos, un hombre saltó de s u banca y g ritó: «¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!,, m ientras movía con fuerza el puño. Luego se quedó inmóvil

Yse deslizó hacia su asiento ... y con vergüenza se q uitó los aud ffonos. Re-

cósmica que succiona hacia el planeta la «basura» que flora en el campo gravitacional, y la aleja de otros planetas.

Júpire r demostró su poder pro tector hace seis años cuando

un eno rme

co meta estalló en pedazos y lo bomba rdeó eón más poder destructo r que LOclas las bombas atómic.'ls sobre la T ierra. Júpiter no desvía rodas las partículas espaciales, pero su campo graviracio nal m inimiza las fuerzas destructivas que ent ran en la atmósfera terrestre. Si reflexionamos en el papel protector de Júpiter vemos que, sin saberlo , los antiguos romanos le pusieron bien el nombre al poderoso planeta. F.n larfn an tiguo, }t'tpircr significa >.

PERSISTENCIA

Mmción: Greg AJinwkoupoulos, escritor y confermcistn, Nnpert~ille, /1/inois;jimlle: l?ick

RACI

Christi1111, Alive, Zontlervnn, 1995 L UCAS

1 l :5-8; 18: 1-8; HECHOS l: 14;

ROMANOS

1:9-1 0; 1 TESA LONICENSES 5:1 7

Corwersión; Discipulrtdo; E/){mgelizacíón; ramilia; Orarión; Persistencia

PERSISTENCIA

E l d iario de Geo rge Mueller, reformador social cri stiano de la época vic-

• punpl ncERCA DE ESPERAR SALMO

130:5-6;

ISAf¡\S

40:28-3 1; 64 :4

toriana, registra así su devoción en o ració n: En noviembre de 1844 empecé a orar por la conversión de cinco indivi-

hpt•m; Omción; Ptlcil'l!citl; PersetJertlllt'Íit; Persistencitl

duos. Oraba todos los d.ías sin una sola in terrupción, estuviera enfermo o sano, en tierra o en el mar, y a pesar de cualq uier presión que pudiese

Poco después de iniciar s u negocio de perfumes, Estée Lauder se di o cuenta de que debía persuadir a los compradores de cosrnéricos para que pusieran sus productos en muchos almacenes de todo el país.

producirse por mis compromisos. Transcurrieron dieciocho meses antes de que se conviniera el primero de los cinco. Agradecí entonces a Dios y oré por los demás. Pasaron cinco años, y se convirtió el segundo. Agradecí a Dios nuevamente por el segundo, y oré por los otros tres. D ía a día seguí or:mdo por ellos, y transcurrieron seis años más anres de que se convi rtiera el tercero. Agradecí a Dios una vez más, y continué orando por los otros dos... Pero estos siguieron sin co nvertirse.

A las nueve de la mañana Lauder ya estaba en las ofici nas de la Co rporación Estadounidense de Comercialización esperan do ver a Mari e Weston, la comp radora de .cosméticos. Puesto que Laude r no renfa cita, le aconsejaron que regresara otro día. - No me importa esperar - d ijo Laucler- . Esperaré hasta que ella renga al gunos minutos libres. Los vendedores entraban y salían. A la hora del almuerzo la recepcionista le co mentó que el horario de Weston estaba tan lleno que a Lauder le sería imposible entrar a verla. Y de nuevo le sugirió que regresara después. - Esperaré un poco más - persistió Estée.

T reinta y seis años después Muellcr escribió que los otros dos , h ij os de uno de sus am igos, aún segu ían sin convertirse. Y escribió: Sin embargo, confío en Dios, oro y espero la respuesta. Ellos aLI!1 no se han convertido, pero lo harán.

P:1saron las horas. A las ci nco y quince de la tarde salió Marie Weston de su ofici na. Miró primero co n incredulidad a Estéc Lauder, y luego con ad miración. - Bueno, en cre - le dijo-. Es necesa rio recompensar ral paciencia. Westo n quedó impresionado con los cosméticos de Lauder, pero no había espacio en ninguno de los almacenes. Le sugirió enton ces que regresa ra m, dice con toda naturalidad [el campeón mundial de esquí extremo, Kiml Reichelm.

tió en u na gigantesca nube y comenzó a derramar lluvia sobre la tierra. Se formaron ríos donde antes no hab fa n inguno, y el agua inundó las tierras d e labranza y las calles de las ciu dades. Todos - árboles, animales, personas- parecían atem orizados por su poder. So lamente las só lidas rocas se manten ía n fir mes.

J.,fmcitíll: 'Jim l:ir!HIIs, « 7be

Y pensó: No hay r11tda tan poderoso como una roer/. Cómo quisiera ser 11na rom gigantesm. Una vez más se le concedi ó su deseo. Corno piedra permaneció inmóvi l y poderoso, ind iFercme ante el so l, el viento o la lluvia. Se sinrió libre de todas las Íuen:as que conformaban la existencia de quienes estaban a su al rededor. Ento nces un día se acercó un hombre ponando una bolsa. Al detenerse sacó un cincel y un martillo, y empezó a desposti ll ar 1:~ roca. Com prendiendo que el hombre con las herram ientas era rn:ts pod eroso que cualquier roca, gri tó: rioridr!des; Relrtciones; Roles; Sacrificio; Trabajo

cos de nieve. En algunas partes se necesitan sillas funiculares -suspendidas por cable- para que podamos observar los maravillosos paisajes sin tener

En una entrevista con la revista Talk, la estrella de cine Nicole Kidman, recientemente divorciada de la supercstrclla Tom Cruise, habla de los sacrifi cios que debe hacer una madre y esposa:

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que caminar por ellos. Los coyotes hicieron mucho ruido anoche y no me dejaron dormir. Por favo r, errad iquen esos molestOs animales.

249

Un

v~~ado peque~o entró a mi campamento y se robó mi carro de pep1mllos encurndos. ¿Me podrían reembolsar esro de algú n modo? Por favor, llame al. ..

Los reAeccores se deben colocar sobre los árboles cada quince metros para que las personas puedan caminar en la noche con linternas. Serfa muy útil p oner escale ras eléctricas en secciones donde las cuestas so n muy empinadas. Sería bueno que hubiera un McD onald's en los senderos. No están muy bien marcados los lugares donde no hay senderos. Demasiadas rocas en las montañas. Mwrió11: Mike N!•ifim, Light and l.ill:, fi!lnnv dr 1')97. p. 21



. Mmritlu: Cbris l l efllb, •hmiJer 011 Dow11 Bmrll'ill's Nawble () 11 /(011,¡,, 1\oll ing Stonc, 111'/llbrl'lll' 1999, p. 70

evangelistas estadounidenses de televisión y, en algún momento duralllc

1977, declaró que era salvo. Robert Rosen, en Nowhere Man: The FinaL Days ofjohn Lennon (publ icado por Sofr Sku ll Press), cita a Billy Graham como la influencia principal, m ientras que Geoffrey G iuliano, en Lennon in America (publ icado por Cooper Square P ress) menciona tanto a G raham como a Par Robenson. Ambos concuerdan en que fue corro e(perfodo durante el cual Lennon salpicaba su conversación cotidiana con «A labado sea el Señon> y «Gracias, Jesús» . Giuliano dice que fue «un asunto de meses». Rosen sugiere que duró >. Emonces seleccionaron los hombres que morirían de inanición. Uno de ellos, h-anciszek Gajown iczek, un sargento del ejército po.laco, sollozaba: «M i esposa y mi s hijos,, decía. Emonces un sacerdote franciscano po laco, Maximilian Kolbe, se abrió paso hasra el frente mientras los gua rdi as SS le ponían sus armas sobre el pecho. -Scñor comandan te - dijo-, rengo una soli citud. -¿Qué quicres? - gritó el comandante. -Quiero morir en lugar de este prisionero -señaló hacia Gajownicz.ek-. No rengo esposa ni hijos. Además, soy viejo y no soy bueno para nada. Se produjo un dramático silenc io. - ¡Solicitud concedida! -contestó el comandante. MmátJu: H11ro/dj. Srdn, •f-lerots», Promise, 1998, pp. 274-75



SACRIFICIO

tt Úll Mq RÉKOE DEL TITANIC 15:13 Amor fraternal; Conversi6n; EMnge!izaci6n; Muerte; !Vfuerte, preparaci6n para la;

}UAN

Predicación; Sacrificio

}ohn Harper nació en una familia cristiana el29 de mayo de 1872. Se hizo cristiano trece años después, y a los diecisiete años ya había empezado a predicar. Recibió capacitación en la Misión Bautista Pionera, en Londn::s, y en 1896 plantó una iglesia, conocida ahora como Iglesia Harper Memorial, la cual comenzó con veinticinco adoradores pero que ya había crecido hasta quinientos miembros cuando él salió, trece años después. Harper, recién nombrado pastor de la iglesia Moody, en C hicago, viajaba en 1912 en el Tiranic con su h ija de seis años. Luego de que la nave chocó con un iceberg y empezó a hundirse, puso a Nana en un bote salvavidas, pero no hizo esfuerzo alguno por seguirla. Al contrario, corrió por rodo el barco gritando: «Mujeres, niños y personas que no son salvas, ¡corran a los salvavidas!>> Los sobrevivientes informan que comenzó a testificar a todos lo que estaban dispuestos a oír. Continuó predicando aun después de saltar al agua y de afe rrarse a un fragmentO del barco hundido (ya le había dado su chaleco salvavidas a otro homb re) . Los momentos finales de Harper se relataron cuatro años después en una reunión en Hamilron, Onrario, por un hombre que dijo: «Soy sobreviviente del Titanic. Esa fatídica noche, encontrándome solo y a la deriva sobre un madero, la corriente acercó a mí al Sr. Harper, de Glasgow, que también se hallaba sobre un trozo de la nave. -¿Eres salvo? -me preguntó. -No -dije-, no lo soy. -Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo - replicó. Las olas alejaron al Sr. Harper, pero de manera extraña lo acercaron de nuevo poco más tarde. -¿Eres salvo ahora? -preguntó de nuevo. -No -dije-, sinceramente no puedo decir que lo soy. -Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo -volvió a decir.

280

28 1

Poco ~e~pués Harper se hundió; y allí, solo, en medio de la noche y con rres kdomerros de agua debajo de mí, creí. Soy el último convenido de John Harper.

SALVACIÓN

s.

..

Este hombre también fue una d e las únicas seis personas que los bores salvavid:1s recog ieron del agua; a los otros 1.522, incluyendo a Harper, se los cons1deró co mo muertos».

SAIM027: 14;jUAN 1:1-18; HECHOS9:1 -19

Mmrión: Hlt·siJtl CojjinrtJr, •Srtcrijire rlt Scr1», Chri,tian hiSio ry. 11ct, 11 de t~gom¡ de 2000,

Advenimiento; l;spemr en Dios; Libertad; Na1Jidad; Paciencia; Redenciór1; Salvación

t~dr!p!rlrlo

~SALVADOR

rle Thc Titani~'s 1.ast Hcro, i\1/oody l'rm, 1997 Ctark Cothern habla en su libro Detours: Sometimes Rough Roads Lead to



Right Places de una Navidad en que su familia encontró un inesperado huésped en casa. Una ardilla había caído por la ch imenea denrro del quemador de madera de su hogar en Michigan. Corhern escribe:

SALVACIÓN

trn TAS DECISIVAS RmiANOS 3:9-26; l JuAN 5:12

Autoridnd; Autoridad de las Escrituras; DudtTs; Muerte; Sn/ir1tción; 'fi·levisión; Verdrtd; VidtT después de· la muerte Si usred ha visro el programa de televisión ¿Quién quiere ser rnillomtrio? conoce los «co modines>> que todos los participantes pueden usar cuan do no csrán segu ros de la respuesta a una pregunta. Los comod in es simbo li-

~.an la manera d e la vid a.

C ll

que mucha genre piensa acerca de las preguncas decisivas

50150: Algunas personas esperan rener este comodín en el cielo. Creen qu e tendrán al menos el 50% de probabilidades de entra r. Para eso están 1 rarando de h:1ccr su flcien res obras buenas. Urtmrtdtt telefi511im: Algunas personas hacen lo qu e sus amistades hac~n, creen lo que sus amigos creen y espera n que sus amigos tengan la razo n en cuanto a la suprem:~ verdad. Pregu11:t1r al ~úblico: Otros aceptan el punto de visra de 13 mayoría. Si la Nuev:~ l~ra esta de moda, la siguen. Si el 60% de la nación rechaza la Biblia, ellos la rcchnan. ¿En qué comodín está usted confiando ?

Pensé que si el animalito sabía que estábamos allí para ayudar, simplemente yo podía enrrar y levantar a la ardilla con cuidado. ¡Nada de eso! Cuando entré ... el inesperado huésped comenzó a arañar como una ardi lla con sobredosis de café expreso. Finalmente nos las arreglamos para fab ricar una «jaula» de una caja de cartón con un hoyo cortado en uno de los lados, por el cual la ardilla enl!'Ó lo más campante cuando pusimos la caja contra la puerta del quemador. La dejamos salir en la seguridad de nuesrro patio posterior. Más carde pensé: Es extraño cómo antes de su redención, nuestro pe-

queño visitante había intentado frenéticamente realizar su salida . Pareda que mientras mds fuertemente luchaba en sus propias fuerztls para Liberarse, mds dolor se ocasionaba. Al final la ardilla solo tuvo que espera r p acienremenre hasta que alguien más grande - alguien que podía ver dentro de su mundo-la ll evara sin ningún percance a ese mundo .más grande que aquel al que pertenecía. Eso es lo que necesitamos que el Sefior haga por nosotros. Mmción: Clark Cothem, Dewurs: Sometimes Rough Roads Lcad

lO

Right Places,

Multnomnh, 1999

Mmrión: Gmy Sine/a ir, pt!Stor de la Cmce Baptist C!Jurc!J, M11bomet, fllinois

282

283



SALVACIÓN, SEGURIDAD DE LA

tnJtmt NOS ü1 1'IMO:i 1 jUAN ): 13

Cielo; Deui11o; !tifiemo; Pe1dici6n; Predesti11aci6n; Salvrtci6u, seguridad de la

SANTIDAD

CU R QUIÉ~ ERFS SALMO

8:3-9; EfESIOS 5: 1-2; COLOSENSES 3:1 -4

Tmagen de Dios; Imagen de sí mismo; Olvido; Renovaci6n de la mente; Santidad; Santijicacidrt; Valor propio

Bi ll y Graham cuenta la historia de una ocasión en que Albe rt Einstein iba en tren a cumplir un compromiso fuera de la ciudad. El cobrador se acercó para perforar el bolero. El gran ciendftco, preocupado con su trabajo, muy avergonzado hurgaba en vano en los bolsillos del abrigo y en el ponaf(>lios. No lograba hallar el bolero. - Todos sabemos quién es usted, Dr. Einstein - dijo el cobrador- . Estoy seguro de que compró un boleto. No se preocupe. No hay problema. El cobrador siguió por el pasillo perforando otros bobos. Antes de pasar al siguiente vagón miró hacia atrás y vio al Dr. Einstein de rodi llas y apoyado en las manos, buscando el boleto debajo del asiento. El cobrador entonces regresó. s~

- Dr. Einstein, po r f.wor, no se preocupe por el boleto -dijo-. Yo q u i~n es usted.

- Yo también sé quién soy -expresó Einstein mirando hacia arriba al cobrador- . ¡Lo que no sé es adónde es ro y yendo! Mmcirln: (,'r~~ Asilwtkollpoulos. r•scritory mnfh·encistrt, Nrtpri'IJi!k 11/inois;.firmtc: jo/m A. 1lff{/inrlll, hijo, prtstor de lrt St. Aurlrews Prrsbytf'riflll UJ//rt!J, Nm>pflrt IJMI'h, Citl!fmlirt, del •r·rlntíu "Vidtl rle Nt•mrrecl'ióu•, 23 de jtmio de 2000

E1 28 de mayo de 1972, murió en París el duque de Windsor, el depuesto rey Eduardo Ylll. La misma noche, un programa de televisión relataba Jos principales acontecimientos ele su vida. Los televidentes observaban secuencias filmadas en las que el duque respondía preguntas acerca de su ed ucación, su breve reinado y su abdicación final. Al recordar la infancia del duque como príncipe de Gales, dijo: . Estoy convencido de que nuescro Padre celestial nos dice lo mismo rodos los días: . Recordemos constantemente quiénes somos [en Crisro]. Menció11: jolm Stott,The Message of Romans, lnterVrmity, 1994; prest•nttl(/o por Owen Bot~rgflize, Cuernsey,

Reino Unido



SEGURIDAD

2 CORINTIOS 4; 1 T ESALONICENSES 4: 13-18; 5:1-11; HEBREOS 6: 19; Ai'OCALII'SIS 21:3-5

Cielo; Confianza en Dios; Esperanza; Fe; Resurrecci6n; Segz~ridad en sf mismo

Soy un gran aficionado a los deportes. Puesro que muchos eventos deportivos se llevan a cabo cuando no estoy en casa, los grabo en video. Cuando llega el momento de sentarme en mi sillón y ver lo grabado, a diferencia de la mayoría de las personas no lo rebobino hasta el principio. Lo rebobino hasta el punto culminante para saber quién ganó y quién perdió. Si mi 284

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equipo perdió, guardo el video; pero si mi equipo ganó, rebobino todo el juego hasta el p rincipio, saco algunas golosinas y veo el partido completo. Algunos me han dicho que este método no tiene mu cho de divertido. Es lo co nrrario, porque por m alas que parezca n las cosas para mi equipo, no me preocupo porque sé el fina l d e la histo ria. Así es co mo debemos pen sar en relación co n lo que JesLJS hizo por noso n·os en la cruz. Debemos tener mentalid ad de vid eograbadora: no im-

está enterrada bajo viejos robles de ciento cincuenta años en el cementerio de una iglesia episcopal en la Louisiana rural. Según las instrucciones de la abuela, en la lápida solo hay dos palabras grabadas: «En espera». Au nque Jesús proyectó la visión de un mejor reino ahora y en el fu w ro mientras sea sábado, el cum plimiento de esa visión aún espera hasta que amanezca el domingo. Mmdó11: Pbi/ip Yrmcey, Thc J esus 1 Ncver Knew, ZonderVtln, 1995

porra cuán mal parezcan las cosas, no debemos preocuparnos porque sabemos el fi nal de la hisro ria. (/)

Mentión: CIJ!Irlt•s 1:1/is, illdirtlltÍjJolis, lndirmrt

SER COMO UN NIÑO



q~·

Alctmce rvtwgelístico; Ewmgelízación; Humildad; Tgli!sia; Mellle; PregunttiS; Ser como

S ERA

~ESU

20: 1- 18;

8:18-25; 1 C ORINTIOS 15:1- 11

R OMANOS

CtlóN

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L

Cristo, regreso de; Espera en Dios; Esperanza; Acontecimientos finales; Nuevos acontecimientos; Paciencia; PI!Scua de Resurrección; Reino de Dios; Remrrección; Segunda /lenida; Semana Santa

En el calendario de la Iglesia se le ha dado nomb re a los otros dos días: Viernes Santo y Dom ingo ele Pascua. Sin embargo, en un verdadero semido vivimos en sábado, el d ía sin no mb re. Lo que los d iscípulos exp erimentaron en peq ueña escala - tres d ías de p rofunda pena por un homb re que h:1bfa muerro en un a cruz- lo soportamos aho ra a una escala cósmica. La hisro ri a humana continúa, entre el tiempo de la prom esa y el cumplimiento. ¿Podemos confiar en que Dios puede hacer algo san ro, hermoso y bueno de un mu ndo que incluye a Bosn ia, Rua nda, cá rceles y guetos a restados en la nación más rica d e la Tierra? Es sábado en el planeta Tierra. ¿!.lega rá alguna vez el domingo? A ese sombrío vie rn es del Gólgo ta solo se le puede llam ar santo debido a lo que ocurrió el Domingo d e Pascua, un d ía que ofrece una atractiva clave del enigma del universo. La Pascua ab rió una grieta en un universo que se redu ce paulatinamente al caos y la decadencia, y selló la promesa de que algún día D ios extenderá el milagro de la Pascua a una escala cósmica. Es bueno recordar que en el dram a cósmico vivimos nuestros días en sábado, el día intermedio sin nombre. Conozco una muj er cuya abuela

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MAI'FO 18: 1-4; Cow~FNSES 4:5-6; 1 PEDRO 3:1 5-16

SEGUNDA VENIDA

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nifio

En Something Beautifitl for God, el veterano periodista Malcolm Muggeridge narra cómo conoció a la Madre Teresa mientras filmaba un documental de la BBC acerca de la labor de esta mujer. Estaba totalmen te cau tivado por la p rofunda compasión de la Mad re Teresa hacia los más pobres de los pobres en las barriadas de Calcuta. Pero él, un incréd ulo, no pod ía aceptar la fe de ella. Lo que lo mantenía especialm ente alejado era que no podía un irse a la Iglesia, una institución imperfecta y viciada. Una vez, mientras la Madre Teresa visitaba Londres, ella y Muggeridge salieron a ca m inar, y Muggeridge informa: «Continué mi muy prepa rada posición defensiva acerca de la Iglesia, cuyas deficiencias, des moronadas defensas y lamentables posibilidades futuras describí extensamente, con poco resultado». Después de que la Madre T eresa partió de Londres le escribió una carta a Muggeridge, acompañada de un pequeño libro devocio nal. He aquí algunos pasajes d e su carta, que son un modelo de cómo hablar amorosam en te de la fe: «Creo que ahora lo conozco mejor. No sé por qué, pero para mí usted es como Nicodemo, y estoy segura de que la respuesta es la misma: "Si no te vuelves co mo un ni í10". Estoy segura de que usted comprenderá maravi llosam ente todo si solo se vuelve como un niño en las manos del Señor. Su vehemente deseo p o r Dios es 1nuy profundo, y sin embargo él se

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mantiene alejado de usted. Él debe verse obligado a hacerlo así, puesto que

Imagíneme diciéndole a un multimillonario: «¿Qué puedo hacer para

lo ama tanto como para dejar que Jes ús muriera por usted y por mí. Cristo está anhelando servirle de alimenro. Usted se da el lujo de pasar hambre aunque está rodeado de la plenitud del alimenco vivo. El amor personal

compensa rlo?» Y el hombre respondió: «Ayuda a alguien>>. He pasado los últimos veime años en el ministerio con ese propósito en mente. He pastOreado tanto en las zonas marginales atormentadas por las drogas y plaga-

que C risto tiene por usted es infinito. La pequefia dificultad que usted tiene relacionada co n la Iglesia de él es finita. Venza lo Gniro con lo infinito. C risto lo creó porque lo quiso a usted. Sé lo que usted siente: terrible añoranza con triste vacío, y no obstante él es quien lo ama pro fl.Inclamen te».

das de crímenes como en buenos barrios residenciales. Y además he aprendido que la bendición de D ios es como un bumerán. C uando he

Segt'lll parece, el amor de la Madre Teresa estuvo obrando en Muggeridge. l·:xactamente ocho años antes de que él muriera (en 1990), por fin venció ~us objeciones y en público se unió a la iglesia cristiana.

1996

intentado ayudar a alguien, el Seño r me ha bendecido. Mmción: Vernnl E. Simms, pastor principnf de lrt iglesia M~rris Broum A.M. E., m Filadelfia, «l'rOIII

Om• Brother to A nothen>, editado por William j Key y Robmjofmson-Srnith II, .fudson,

/llmridn: 1\t•l'ill 11. Miller, rditor y escrito>; Whrnto11, 1/finois

SERVICIO

u ~;IONES DIFÍCILES SERVICIO

JuAN 13:1-17; T rro3:1 Enfoque; Iglesia, líderes de la; Liderazgo; Ministerio; Nrrmmleza de siervo; Riesgo; Servicio; Trabajo en equipo

l.t i(A'

6:27-.18; 2 OliU:-JTIO~ 9:6-15

8mtlirim1e;; lJm; Di11tro; MinÍJterio; Omción; Oración, respue.l'!rts rtlll; Servicio

Me crié en una r;1m ilia de nueve hijo~ que vivía en un peligroso complejo de viviendas subvencionad as ll amado Columbia Po int. Au nque había sido un buen estudiante, parecía imposible que me pagaran la universidad. Sin embargo, la expresión favorita de mi madre era: «Üra, y de alguna manera el Señor abrir;í un camino». Yo consideraba eso como un buen consejo para o tras personas. Pero cua nd o decidí ir a la universidad y al sem inario porque creía que el Señor tenía un llamado en mi vida, ¡no me quedó otra alternativa que creer lo que decía mi madre! Partí para la un iversidad, e incluso fui a la orientación, pero aún no tenía dinero. Tendría q ue empacar mis pertenencia~ y volver a hacer el viaj e de ciento sesenta kilómetros de regreso a casa. Pero un heredero de una fortuna empresarial oyó hablar de mi difícil situación y pagó mi educación universiwria y semina rista. Después de mi graduación fui a la oficina de mi benefactor para agradecerle por todo lo que había hecho por mí, y a preguntarle cómo podría pagarle.

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Etmarres por la noche no podía conciliar el sueño. Prendí el televisor del hotel y descu brí que mis queridos Bravos de Atlanta jugaban contra los Rockies de Colorado. Corría la novena entrada, y el marcador estaba empatado 6 a 6 . El partido continuó. A medida que avanzaban las entradas, los Rockies usaban tod os sus lanzadores de reserva (los eq uipos de las ligas mayores tenían listas de veinticinco jugadores, diez d e los cuales por lo general eran lanzadores. D e estos, cuatro o cinco se d esempeñaban iniciado res, y los demás eran reservas). Sin lanzadores de reserva en el banco, al lanzador iniciador de la noche ante rior lo enviaron a lanzar una entrad a. La noche anterior había lanzado numerosas entradas pero salió de nuevo y contuvo a los Bravos. En la duodécima emrada los Rockies enfrentaron una terrible decisión. Si enviaban a uno de sus dos lanzadores iniciales que quedaban, ¿quién juoaría los dos días siguientes?, ¿O qué pasaría si enviaban un jugador susti~uto? E ntonces decidieron mandar al montículo a un receptor lastimado, Brent Mayne. El cap icán del equipo le preguntó:

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«Claro que sí», dijo Brent, aunque nunca en su vida había lanzado en ningún nivel. Algunos lanzamientos pasaron por sobre la cabeza del receptor. Uno voló por detrás de la espalda del batcador; sin embargo, Mayne se las arregló para con tener a los Bravos y salvar la entrada para los Rockies. Al final de esa entrada, le tocó barear a Mayne. No podría lograrlo con la mano de batear herida. Por consiguiente, los Rockies enviaron a un nuevo jugador que nunca había bateado un jonrón en las ligas mayores. Por supuesto, impulsó una c:tt-rera para ganar el partido. ¿Por qué narro esta historia? Porque a veces !los obreros cri~tianos] t ienen que ocupar posiciones difíciles. En ocasiones uno debe hacerlo aunque esté herido; es necesario salir y desempeñar un puesto a f:tvor del equ tpo.



SEXO

2SAMUELI I :l-15

!dolatría; /mnomLidad sexual; Lujuria; Sexo

Una queri da am iga tiene un matrimon io Clifícil, realmente durísimo . En vez de enfrentar el dolor, a d iario se escapa por horas a un mundo de fantasía cuyo protagonista es otro ho mb re de su iglesia, quien no co noce los sentimientos de la mujer hacia él. Po r lo tan ro, ella siente que está segura. Sin embargo, es asombrosa la cantidad de tiempo que mi amiga gasta en

Mmá!Íu: 1),u•t• li-tu,is. Church Champions Updarc, ]') r/,• ''.~mto ¡/,. .!000

soñar y pensar en este hombre. L'l idolatría sexual podría convenirse ya no en fantasía, sino en algo así como pornografía, y poderarse de usted de tal modo que sabe muy bien que se trata de un ídolo . Además, usted no sabe cómo sacar de su vida este

SEXO

asun to que comp ite contra D ios y que oculta quién es él. Ponga atención a lo que C S. Lewis escribió al respecto:

1 '1'1 S\1 or-:1