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Nos adentraremos en el mundo de la electricidad, de cómo una persona inició una revolución a nivel mundial teniendo esca

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Nos adentraremos en el mundo de la electricidad, de cómo una persona inició una revolución a nivel mundial teniendo escasa formación académica. Su vocación, su empeño y dedicación le llevó a descubrimientos tan importantes e influyentes hoy en día como la inducción electromagnética, la electrólisis y el diamagnetismo. Entre las épocas de Einstein y Newton vivió otro genio, el hombre que resolvió el misterio que desconcertó a Newton, también coloco las bases para las perspicacias revolucionarias de Einstein y para la forma en que vivimos ahora; Michael Faraday, si no hubiera existido, tal vez hoy en día viviríamos como lo hacían nuestros ancestros en el siglo XVII. En 1791 en un barrio pobre en los suburbios de Londres nació Michael Faraday. De niño, la madre lo sacó del colegio porque los métodos y castigos para los niños eran terribles; la maestra de Faraday se burlaba y le castigaba por no pronunciar bien la "R". La historia no registra que regresara a la escuela alguna vez; pero comenzó a estudiar por su cuenta. Tomaba muy en serio la fe cristiana fundamentalista de su familia, la cual fue su fuente de fuerza consuelo y humildad. A la edad de 13 años trabajó en un taller de encuadernación; en el día encuadernaba libros y por las noches los leía, fue el principio de su fascinación con la electricidad que lo acompañaría toda su vida. En 1812, a la edad de 20 años, y ya en el fin de su proceso de aprendizaje de encuadernador, Faraday comenzó a asistir a las

conferencias del destacado químico inglés Humphry Davy, en el Instituto Real de Londres (The Royal Institution or great Britain). Humphry Davy no solo fue uno de los científicos más importantes de su época, sino que también era un artista consumado y las demostraciones primitivas de la electricidad jamás fallaron en complacer a las personas. Faraday estaba demasiado ocupado en tomar notas; que creo una transcripción de la charla de Davy, y usando las destrezas que había adquirido como aprendiz, la encuadernó en un libro que posteriormente lo obsequio a Davy con la esperanza de que ese gesto fuera su medio de escape hacia un universo más grande, y, así fue.

Cuando un experimento

químico estalló en el rostro del científico Davy esto le recordó a Michael Faraday. Lo contrató como su secretario temporal. Faraday se volvió indispensable para Davy, el trabajo temporal se convirtió en permanente y el Instituto Real se volvió su hogar de por vida. Davy estaba tratando de recrear un famoso experimento electromagnetismo con el también químico William Wollaston, preguntándose por qué la aplicación de una corriente eléctrica a un cable causó que el alambre se comporte como un imán. Faraday lo descubrió, y el resultado fue el primer motor de inducción, lo que convierte la corriente eléctrica en movimiento mecánico continuo denominada también "rotación electromagnética". La noticia del invento de Faraday se corrió rápidamente y, repentinamente el asistente de Davy era el favorito de Londres. A Davy no le agradó. Ahora todas las personas decían que su hallazgo más grande era Faraday. Davy se aseguró de que Faraday no volviera a aparecer en todos los encabezados en el futuro cercano. Lo mando a trabajar en la mejora del vidrio óptico británico. Luchó durante 4 años sin éxito, pero conservo un único ladrillo de vidrio como recuerdo. Años después cambio el curso de su vida. Cuando Davy murió, Faraday el niño del barrio bajo lo sucedió como director de laboratorio y uso su autoridad para hacer algo sin precedentes, una serie de

charla navideña anual sobre ciencia para los jóvenes que inicio en 1825 y continua hasta la actualidad (1900 Robert Stawell Ball, 1937 Julian Huxley, 1964 Desmond Morris, 1973 David Attenborough, 1977 Carl Sagan, 1991 Richard Dawkins, 1994 Susan Greenfield). Faraday no tenía ni el más mínimo interés en patentar sus ideas o en beneficiarse personalmente de ella. Faraday continuaba cambiando el mundo y las formas en que las personas vivían y entonces repentinamente una enfermedad ataco su mente. A la edad de 49 años empezó a batallar con la pérdida severa de memoria y con la depresión, pero a su lado tenía a su esposa Sara que indudablemente lo ayudaba. Aunque jamás se recuperó totalmente sus logros más grandes estaban por venir. Faraday se sumergió tan profundamente en los experimentos eléctricos y magnéticos que llegó a visualizar el espacio alrededor de un imán; y lo llamo campo magnético. Faraday había demostrado la existencia de la realidad física que nos rodea pero que nadie había logrado demostrar jamás. Cuando era joven Faraday se levantó de la pobreza en una de las sociedades más clasistas, para convertirse en el científico más celebrado de su época. Había inventado el motor eléctrico, el generador, el transformador. Cuando tenía 60, investigaba intrépidamente a mayor profundidad las fuerzas invisibles misteriosas. El mundo pensó que Michael Faraday era un científico acabado con su enfermedad y la depresión, pero a pesar de todo, siguió siendo tan apasionadamente curioso como siempre. Al haber descubierto la unión de la electricidad, el magnetismo y la luz, Faraday necesitaba conocer como esta trinidad de energía trabajaba conjuntamente. Michael Faraday había resuelto el misterio que desconcertó a Isaac newton, descubrió como el sol le indicaba a los planetas como moverse sin tocarlos, el sol si toca a los

planetas con su campo gravitacional y el campo gravitacional de la tierra les indica a las manzanas como caer. Mientras Faraday perseguía su último y más profundo hallazgo, la pobreza de su infancia lo obstaculizó como nunca antes. Faraday estaba soñando. Desafortunadamente esa era la idea prevaleciente entre sus colegas científicos; admiraban sus ingenios y su genialidad para la experimentación, pero consideraban sus líneas de energía invisible y sus ideas sobre la luz y la gravedad sin algo sólido que las respaldara, necesitaban ver sus ideas expresadas en el lenguaje de la física moderna, las ecuaciones precisas, ésta era la única área donde la pobreza infantil de Faraday y su falta de educación formal de hecho, lo refrenaban, no podía hacer los cálculos; Faraday finalmente se topó con un muro que no podía traspasar, y entonces, llegó el físico más grande del siglo XIX, James Clerk Maxwell, para cuando estaba en sus 20 ya se había labrado un hombre como matemático. Maxwell empezó a leer todo lo que Faraday había escrito sobre la electricidad y se convenció de que los campos de fuerza eran reales y se dispuso a darles ecuaciones que validaron sus teorías. Todos estos descubrimientos crearon las bases de las modernas comunicaciones de hoy en día. En conclusión, la tierra misma es un gigantesco imán, y como cualquier otro imán, sus líneas de fuerza se extienden hasta el espacio que la rodea, están en todos lados, alrededor de nosotros, siempre lo han estado pero nadie las noto antes, ningún humano más bien. Los pájaros son notablemente hábiles para orientarse, pueden migrar a miles de km sin perderse, ¿Cómo? En parte al reconocer puntos de referencias conocidos como ríos, montañas, estrellas, incluso ciertos olores pueden servir de postes indicadores para las aves

migrantes, los pájaros tienen una brújula interna, de hecho sienten el campo magnético de la tierra, pueden distinguir el norte del sur. Durante miles de años los humanos enviaban palomas para enviar mensajes a lugares distantes, era un método vital de comunicación, si uno lo piensa hemos usado los campos magnéticos durante mucho tiempo para comunicarnos, simplemente no lo sabíamos. Muchos de los dispositivos electrónicos que utilizamos a diario, son reales gracias a los descubrimientos de Faraday. Sin Michael Faraday y sus primeros trabajos sobre la rotación electromagnética, probablemente no habrían existido (o habrían tardado más en llegar). Gracias a los descubrimientos de Faraday y Maxwell aprendimos a captar sonidos e imágenes, convertirlas en impulsos eléctricos, éstos en ondas, transmitirlas a distancia y reconvertirlas en sonidos e imágenes para poder oír y ver a distancia sucesos ocurridos en el otro extremo del mundo. Así nació el mundo moderno.