Cosas Buenas y Malas de Los Hombres

Cosas buenas y malas de los hombres Los hombres tienen por supuesto sus cosas buenas, que se derivan de ese impulso expa

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Cosas buenas y malas de los hombres Los hombres tienen por supuesto sus cosas buenas, que se derivan de ese impulso expansivo, productivo, decidido… del que hemos hablado y que forma la esencia masculina: 1. Son decididos, valientes, líderes… Ellos enamoran a ellas con esa seguridad tan típica de los hombres, con ese liderazgo que le suelen imponer a la relación de pareja, con esa valentía en situaciones algo difíciles, con esa confianza que ellos muestran incluso aunque halla algún problema serios en el horizonte. 2. Son racionales, planificadores, estrategas… Ellos son buenos razonando para encontrar la mejor forma de solucionar un problema; o de conseguir un objetivo. A veces a las mujeres les atrae especialmente esa tranquilidad y esa austeridad del pensamiento del hombre, que se contrapone a la más sentimental mente de la mujer. Los hombres suelen ser buenos estrategas, pues heredaron esa virtud de la época evolutiva en la que ellos tenían que trazar estrategias para conseguir alimento, que normalmente consistía en piezas de caza que eran acosadas y al final abatidas siguiendo estrategias que ya habían dado resultado con anterioridad. 3. Son trabajadores, activos, combativos… La abundante testosterona masculina lo hace a este casi incansable, y muy apto para los oficios de carácter manual. Además, tienen una visión espacial formidable, con lo que pueden ejercer muy eficientemente un montón de oficios en donde el tener una visión global de las circunstancias es fundamental para rendir lo más posible y hacer las cosas de la mejor manera posible. Además, la agresividad extra que le da al hombre sus altas tasas de testosterona, hacen a este algo terco y muy decidido a la hora de alcanzar los objetivo que se ponen, que además suelen ser más ambiciosos que los objetivos de las mujeres, debido a la alta territorialidad que la propia testosterona causa en los machos. Pero desgraciadamente, no es oro todo lo que reluce, como se suele decir, y desde esa esencia masculina que analizamos, también se siguen una serie de características negativas y perjudicialesque a veces muestran los hombres. Digamos que la masculinidad, tanto como la feminidad, es un arma de doble filo, y tenemos que intentar cortar con el filo bueno; mientras evitamos cortarnos con el filo malo: 1. Son agresivos, testarudos, poco racionales… Los hombres, en la persecución de sus intereses, pueden actuar muchas veces de forma agresiva. Es como si dejasen su capacidad para el raciocinio a un lado y simplemente invocasen la ley del más fuerte. Así, los hombres pueden llegar a arrasar con todo inventándose burdas excusas irracionales, para terminar por conseguir eso

que ellos quieren, sea una presa, sea una mujer, sea Polonia, sea un puesto de enchufado en la administración… 2. Son poco sentimentales, poco emotivos, poco refinados. La rudeza de los modales del hombre comúnmente es criticada por la mujer. Ellas a veces se enfadan por que su pareja ya no se cuida, o porque deja restos de la espuma en el servicio después de afeitarse, o por que no le da importancia a los días especiales… Ellos no captan tan bien la esencia sentimental del mundo, y por eso a veces parecen muy burdos y casi máquinas en vez de personas dotadas de alma. Ellas se quejan, las gustan los hombres, pero hombres varoniles a su vez que comprensivos. 3. Son torpes en el trato social, hablan peor que las mujeres, suelen tener más problemas de sociabilidad. Esto es debido a lo que dijimos ya: como los hombres se especializaron evolutivamente en ir a cazar mamuts; y las mujeres se especializaron en tener relaciones socialesen el hogar, pues es normal que ellos sean los que suelen tener más problemas de sociabilidad, y los que suelen tener más dificultades para tratar con los demás y tener relaciones productivas con otras personas. Es normal que en una familia las mujeres hagan la función de pegamento que mantiene a la familia unida; y los hombres hagan el papel de martillo que tiende a disgregar y a destruir a la familia en una vorágine de agresividad y de conflictos.