Conagua Bustos

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PARTICIPACIÓN DE REGANTES Y GESTIÓN DEL RIEGO: PROCESOS IDENTITARIOS EN LAS INSPECCIONES DE CAUCE DEL RÍO MENDOZA Rosa María Bustos Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. UNCuyo C.elect.: [email protected] Tel:(0261)4317576

RESUMEN En la Provincia de Mendoza (Argentina) la Ley de Aguas de 1884 institucionaliza la participación de los regantes en el manejo del recurso a través la “Inspección de Cauce”cuyo protagonista fue el pequeño y mediano productor. Una de las instancias tradicionales de participación eran las elecciones de los Inspectores. Se considera que la participación de los regantes, en la gestión del recurso hídrico, tiene por objeto el logro de la equidad y la eficiencia, dentro de un contexto de desarrollo sustentable. La baja participación pone en evidencia la disminución de las “áreas de igualdad”en las Inspecciones de Cauce El objeto de este trabajo es el estudio de los niveles de participación de estos agentes sociales en las distintas instancias de participación en un contexto de conflicto por la apropiación del agua Se considera la participación social como una forma de acción colectiva que depende de los procesos de producción simbólica. No es posible pensar la acción colectiva sin una noción de sujeto (identidad) La participación social en las organizaciones de regantes, en tanto acción colectiva, depende de la existencia de un proceso de identificación. Se realizó un análisis de datos secundarios provenientes de los padrones electorales y de 14 Inspecciones de Cauce de la Cuenca del Río Mendoza, correspondientes al año 2002 del Departamento de Maipú y de los expedientes donde se asientan las asambleas de regantes .Se realizaron entrevistas a informantes calificados con el objeto de conocer las posiciones de los agentes en el campo del poder y las distintas formas de participación. Se observó una baja participación de estos regantes en las instancias de participación Este fenómeno se podría interpretar como una discontinuidad de las identidades colectivas construidas., de una “sociedad de amigos” a un conjunto de “usuarios” que el Inspector necesita “identificar”, conocerlos, ubicarlos en un mapa, para poder distribuir el agua. Palabras clave: participación, acción colectiva, identidad.

INTRODUCCIÓN En Mendoza se institucionalizó la participación de los regantes en el sistema hídrico con la Ley de Aguas de 1884 a la que se le dio rango constitucional en 1916. La administración de los recursos hídricos en Mendoza funciona desde fines del siglo pasado a través del Departamento General de Irrigación (DGI) y en forma descentralizada a través de un organismo de usuarios que localmente se denomina “Inspección de Cauce” (IC). Está a cargo de un Inspector que es un regante reconocido y elegido por sus pares y vecinos como apto para distribuir equitativamente y de acuerdo a derecho el vital elemento que hacía posible la vida en el oasis. El DGI se ocupa del manejo de ríos, diques y canales primarios, en tanto las IC administran la red secundaria, de acuerdo a lo establecido por la Constitución Provincial, Ley 322 y 6405. El actor principal era un productor que se puede caracterizar como “minifundista familiar capitalizado”. (Bustos, R.M.2002) La gestión del sistema hídrico sufrió cambios importantes como resultado de las transformaciones en el contexto político, económico y social de las políticas neoliberales de los años 80-90. Nos interesa señalar el proceso de descentralización del sistema de riego. Como proceso de reorganización del Estado, la descentralización tiene tres aspectos. Uno administrativo, que tiene por objetivo el logro de la eficiencia acercando las decisiones a los sujetos afectados y la disminución de los costos del Estado. Otro económico a través de la privatización y la desregulación. Por ultimo el eje político a través de la “devolución de parte del poder político alienado al Estado”. Así, en el nivel discursivo aparecen la sociedad local, su protagonista la comunidad y la palabra mágica es “participación”. (Corraggio, J.L., 1997, Pág.15) En 1985 se transformo la administración del agua “aumentando la superficie de manejo de las Inspecciones que paso de 500 hectáreas a 5.000 o 10.000 has, con el objeto de aumentar la eficiencia financiera, administrativa y la eficiencia física (Chambouleyron, J. 1992). Se incorporó de este modo a la gestión del agua un criterio de mercado y con esto, las economías de escala y los criterios empresarios. A partir de 1993, acompañando a la “modernización vitivinícola”, (Neiman, G., 2003), (Gago, A. D., 2003), (Cortese, C., 2002) se impulsó la descentralización administrativa del DGI, mediante la creación de las Asociaciones de Inspecciones de Cauces (AIC) (Ley N° 6405 del 1996) .Además, se trató de modificar la escasa participación del usuario en las Inspecciones de Cauce. Se incentivó la realización de Asambleas de Usuarios, a los efectos de adoptar las decisiones necesarias para implementar las medidas tendientes a la modernización. Posteriormente se reglamentó la realización de Asambleas Ordinarias para aprobación de presupuestos, fijación de la cuota de pago y rendición de cuentas de las IC y Asambleas Extraordinarias para tratamiento de temas claves que requieren la convalidación de los usuarios. (Salomón, M. y Ruiz Freites, S., 2003) De este modo la descentralización incorporó el eje político con el objeto de democratizar las decisiones. Nun afirma que distintas condiciones sociales definen distintas posibilidades para la democracia y distintas formas de ciudadanía, por lo que cuando se afianzan regímenes sociales de acumulación concentrados y excluyentes, la democracia representativa, tiende a reproducirlos. Son democracias o ciudadanías de baja intensidad (O´Donnell, Torres Rivas) o democracias procedimentales, donde los derechos políticos no acompañan a los derechos sociales, donde votar no significa cambiar nada (Nun, José, Pág. 127,2000). “De esta manera la sociedad aparece como una sociedad de individuos sin oposiciones y sin solidaridades. Por lo tanto la vigencia de la democracia y de los derechos de la ciudadanía se limita a la ejecución de un conjunto de reglas y procedimientos válidos en si mismos en todo tiempo y lugar con abstracción de las fuerzas sustantivas que dan identidad efectiva a la matriz social “(Vila, Carlos, Pág. 318, 1998)

En la actualidad, en la medida que los modelos neoliberales ganan influencia global y el papel mediador del Estado retrocede, gran parte del lenguaje de la participación se relaciona con una gran preocupación de conseguir legitimidad institucional. Así, cuando se descuida el contexto más amplio de las desigualdades sociales, la participación emerge como un instrumento de manipulación. Los actores que controlan los procesos y estructuras participativas, las usan para defender sus intereses. (Anderson, G. L, 2002, p. 148 -176) OBJETIVOS La presente ponencia se enmarca en el proyecto “Conflicto social y uso del agua: la participación de los regantes de la cuenca del río Mendoza, Argentina”, financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Cuyo, 2002-2004. El análisis del tema de la participación, en la gestión del recurso hídrico, muestra que existen distintas experiencias donde se destacan la importancia de la presencia de los usuarios en este proceso. Teniendo en cuenta que los fines generales de la gestión del agua es el logro de la equidad y la eficiencia, dentro de un contexto de desarrollo sustentable, distintos países han establecido sus leyes de agua, siguiendo los principios de Dublín de 1992. En ellas se adhiere a algunos principios tales como: el ajuste de los principios de gestión a situaciones regionales concretas, la integración de elementos ambientales, la integración del agua superficial y subterránea y los recursos de la tierra, la integración de cuencas, estuarios y zonas costeras y la integración de usuarios, regiones, estados y gobierno nacional en el proceso de planificación. Se puede observar un proceso tendiente a democratizar y equilibrar la toma de decisiones en materia de recursos hídricos. Para la planificación del agua es importante una participación equilibrada, informada y pluralista. Las consultas públicas, la participación de los interesados en órganos administrativos y la organización de las asociaciones de usuarios, son los medios por lo que se efectiviza. Entonces, los interesados pueden participar en la formulación de políticas, el debate legislativo, la administración general de aguas y las actividades en el terreno. A pesar de este amplio reconocimiento de la importancia de la participación de los usuarios, todavía se observa una indiferencia por los derechos de uso y un descuido de los valores e intereses sociales vinculados con el agua. La apertura de consultas y audiencias no asegura por sí misma la participación. Los grupos de presión suelen recibir tratamientos diferenciados. Compartiendo esta apreciación, M. Solanes señala que a medida que las autoridades regionales de recursos hídricos dan un corte más empresarial a la administración, dejan de involucrar al público en las decisiones reales. En efecto, hay evidencias de que los grupos privilegiados de usuarios (grandes empresas agroindustriales y latifundios) ocupan posiciones dominantes en los sistemas de gestión, están mejor organizados y tienen mayor capacidad de negociación. En cambio los agentes sociales más pobres tienen que acatar las reglas del clientelismo político. (1998) 1. Distintas aproximaciones sobre la acción colectiva El abordaje de los fenómenos de acción colectiva en los estudios actuales se realiza a partir de teorías pertenecientes, principalmente, a dos enfoques: uno centrado en la estrategia de los actores, el de “movilización de recursos”, y otro “orientado hacia la identidad” (Cohen, 1991: 10). La teoría europea basada en la identidad colectiva representada principalmente por J. Habermas, A. Melucci, C. Offe y A. Touraine. (Revilla Blanco, 1994: 182) sostiene que el análisis marxista es inadecuado para el análisis de las acciones colectivas contemporáneas pese a que simpatizan con las dimensiones del neo marxismo, que enfatiza la importancia de la conciencia, la ideología, la lucha social y la solidaridad de la acción colectiva. Estos “posmarxistas”, en términos de Jean Cohen, sostienen que no es posible aplicar los modelos neo-utilitaristas de actores

racionales a aquellos actores colectivos cuya interacción colectiva no se restringe a intercambios políticos, negociaciones y/o cálculos estratégicos entre adversarios. Esto significa que la lógica de la interacción colectiva implica algo más que la racionalidad estratégica o instrumental. (Cohen, 1991: 24). No es posible pensar la acción colectiva sin una noción de sujeto (identidad), pero el sujeto se revela en su producción en el mundo y su reflexión sobre sí en el terreno mismo de la acción. (Farinetti, 2002: 67) (Bustos, R.M. y Mathey, D. 2004) En este trabajo, se considera la participación social como una forma de acción colectiva. El carácter “colectivo” de un acontecimiento puede caracterizarse por la simple presencia de varios individuos que compartiendo un mismo espacio y tiempo, manifiestan comportamientos comunes. Estos comportamientos colectivos pueden definirse como “acción colectiva” en tanto se insertan en un proceso de constitución o expresión de una identidad colectiva. De esta manera existe un interés colectivo y expectativas colectivas que se desarrollan en un proceso de identificación en el que se articula un proyecto social que da sentido a las preferencias y expectativas colectivas e individuales ( Mellucci, A,1994, Revilla Blanco, M, 1994)“La presencia simultánea de personas implica comportamientos que se influyen mutuamente, la participación debe tener un componente de organización y se orienta por decisiones colectivas” (Robirosa, 1990: 19).Siguiendo a Melucci (1994) se focaliza el análisis en los procesos de producción simbólica que hacen posible la visibilidad de la acción “La participación electoral, en cuanto testimonio de mi propia vinculación es resultado de la lógica de la identificación” (Pizzorno, A, 1986:339 , En Revilla Blanco, M. 1994) El objetivo de este trabajo es el análisis de una de las instancias de participación de los productores agrarios en las Inspecciones de Cauce: los actos eleccionarios del Inspector. La opción de participar o no en las elecciones de Inspector de Cauce se considera en términos analíticos como una forma de acción colectiva. En ellas, un determinado número de individuos actúa colectivamente. Está acción colectiva se “produce” porque los actores son capaces de definirse a si mismos y de definir sus relaciones con el ambiente (otros actores, recursos disponibles, oportunidades y obstáculos). Estas “definición” es resultado de la interacción, la negociación y la oposición de diferentes orientaciones estableciendo un “nosotros” Esta construcción colectiva del “nosotros” es lo que se pone en funcionamiento cuando tiene lugar una acción colectiva. Un quiebre de este proceso imposibilitaría la acción. (Mellucci, A.: 157-167) En este sentido se puede pensar: ¿El proceso de descentralización y los procesos de acumulación económica concentrados y excluyentes caracterizados por la profundización de las desigualdades produjeron un quiebre de las identidades? ¿Definen un “nosotros” con respecto a “ellos”, estableciendo fronteras que funcionan excluyendo o incluyendo según sean las propiedades consideradas legitimas? ¿Quienes se reconocen en el proceso de construcción identitario que se produce a partir de la descentralización del sistema de gestión de riego en Mendoza? ¿Se pueden interpretar los niveles de participación de los distintos productores como resultado de este “proceso de construcción colectiva de un Nosotros” condicionado por los procesos de descentralización? LA IDENTIDAD COMO PROCESO SOCIAL DE CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA Desde esta perspectiva ¿qué se entiende por identidad? La identidad hace referencia a una norma de pertenencia, basada en oposiciones simbólicas, que identifica al grupo y lo distingue de otros en una relación social. “La identidad cultural aparece como una modalidad de categorización de la distinción nosotros / ellos, basada en la diferencia cultural.” (Cuche, 1996: 108)

La identidad es una construcción social y, por tanto, la misma depende de los marcos sociales que determinan la posición de los agentes y orientan sus representaciones y elecciones. La concepción “relacional” de identidad -la cual se construye y reconstruye con los intercambios sociales se distingue de la perspectiva que afirma el carácter inmutable de la identidad a partir de la existencia de atributos culturales “objetivos” porque pone especial énfasis en los cambios y la constitución del marco de interacción. (Cuche, 1996)De este modo, hay que encontrar cuáles son los rasgos que utiliza el grupo para afirmar su distinción cultural. Por lo tanto son parte de los procedimientos de diferenciación que instauran en sus relaciones. Según Bourdieu, la identidad es un lugar en el que se ponen en juego luchas sociales de clasificación para reproducir o invertir, cambiar, transformar las relaciones de dominación. Por lo tanto la identidad tiene variación, se presta a reformulaciones, incluso a manipulaciones. Para subrayar esta dimensión cambiante de la identidad se utiliza según Cuche el concepto de “estrategia identitaria”. A partir de esta afirmación se puede definir a la identidad como un proceso donde los actores desarrollan estrategias identitarias que pueden explicar los desplazamientos de la identidad o como dice Bourdieu los fenómenos de eclipse o de despertar identitario. Sin embargo, no hay que perder de vista el hecho de que las estrategias deben considerar necesariamente la situación social, la relación de fuerza entre los grupos. “La identidad es siempre la resultante de la identificación que los otros nos imponen y que cada uno afirma.” (Cuche, 1996: 120).La participación política responde a que las ideas fuerza legitimadas en ese campo social movilizan y ponen de manifiesto al grupo. (Bourdieu, P., 1988,: 413-424) Hay un sentido de los límites que lleva a excluirse de aquello de lo que esta excluido. Las fronteras que surgen, definen un nosotros con respecto a otros. Por lo tanto la distribución del capital, resultado de una relación de fuerzas, deviene en sistema de diferencias percibidas o sea en distribución del capital simbólico o capital legítimo. Esta distribución entre grupos puede funcionar como signos de distinción y definir en un momento dado del tiempo la identidad social. Para que esas prácticas distintivas funcionen como propiedades simbólicas, existen agentes armados de esquemas de percepción y apreciación objetivamente constituidos. (Bourdieu, P. 1988,: 482-489, 492-494) La idea que los grupos se hacen de ellos mismos, se definen como “nosotros” con respecto a “ellos”, funciona excluyendo o incluyendo según sean las propiedades consideradas legitimas. A partir de esta línea de interpretación, se considera que la participación social en las organizaciones de regantes, en tanto acción colectiva, depende de la existencia de un proceso de identificación, de un proyecto común cuyas características actúan como rasgos distintivos, posibilitando la generación de la cohesión de grupo. Por lo tanto la manifestación negativa de este proceso, la disminución de la participación en los organismos de usuarios se podría interpretar como una discontinuidad de las identidades colectivas construidas. Las identidades colectivas existentes no se constituyen como círculo de reconocimiento para un individuo, no sirven de referente para el orden de preferencias actual (valores y preferencias de las cuales se deduce el interés) de los individuos ni permiten el desarrollo de expectativas. (Revilla Blanco, N, 1994: 198) De este modo para explicar la disminución de la participación se recurre a dos variables fuentes de disonancia: la modificación en el orden de preferencias y la reducción en las expectativas de acción. En el caso de la primera, el orden de preferencias de un individuo en un determinado momento no coincide con el de los círculos de reconocimiento que le son próximos: las expectativas de acción que correspondería a su potencial de inscripción en un grupo de reconocimiento existente no concuerda con el orden de preferencia al que le da prioridad. En este sentido las identidades colectivas existentes no permiten a un individuo reconocerse ni ser reconocido. (Revilla Blanco, 1994: 198) En el segundo caso, circunstancias de ambiente provocan una reducción en las expectativas de acción de una determinada identidad colectiva. El orden de preferencias que le constituye como identidad ha perdido todas sus expectativas de acción ya que no son reconocidos en este nuevo contexto. De este modo el individuo se ve forzado o a modificar su identidad para adaptarse a este

nuevo ambiente (es decir, a adoptar estrategias para la readaptación de preferencias y expectativas) o a permanecer en una situación de aislamiento respecto de la situación social en la que se halla inserto. Entonces ante un proceso de disrupción identitaria, el individuo involucrado en una acción pública (en nuestro caso participando en las diversas instancias de organismos de usuarios, principalmente en las Inspecciones de Cauce) posee dos opciones en un momento de descontento o insatisfacción: la “salida” (el abandono de la actividad) y la “voz” (la permanencia en la actividad que realizaba, pero adoptando una actitud crítica como intento de lograr una mejoría desde dentro) (Hirschman). Según Hirschman, uno de los factores que alejan la opción de la salida son las perspectivas de uso eficaz de la voz (en cuanto potencialidad de cambio) y por la previsión de que todavía es posible una mejora si se permanece, pero la barrera real entre la salida y la voz es la lealtad respecto de la organización. La lealtad aleja la salida y activa la voz. Revilla Blanco retoma en este sentido a Pizzorno interpretando la lealtad como un grado de identificación. Desde la perspectiva de la autora lealtad e identificación son sinónimos (Revilla Blanco, 1994: 189) ZONA DE ESTUDIO El Municipio de Maipú esta ubicado morfológicamente dentro de unidades montañosas y unidades planas. La unidad plana está constituida por uno de los cuatro conos aluvionales vinculados a la dinámica del río Mendoza. Se extiende en una superficie que excede los 500 Km. Dos cauces bien definidos atraviesan esta planicie en dirección sur – norte, ellos son el arroyo Tulumaya y el Arroyo Leyes, este es otro brazo del antiguo curso del río Mendoza, que se nutre de las aguas que brotan del subálveo. Esta planicie constituye un importante sector de cultivos del oasis mendocino, sobre todo el dedicado a la horticultura, como es el caso del distrito Rodeo del medio. Para estos cultivos se aprovecha el agua superficial del río Mendoza, y el agua del subsuelo mediante perforaciones. Los inmigrantes que se asentaron a principios del S IXX fueron los que dinamizaron la agricultura. Junto con los viñedos dieron lugar a centros poblados. En década del 30, por la crisis vitvinícola y la consecuente diversificación productiva, aparecieron industrias como las alcoholeras. Luego de la inauguración del carril Rodríguez Peña, en el sector Oeste del departamento se instalaron diversos tipos de industrias. A partir de las crisis vitivinícola del 80 y la agroindustrial del 90, el comercio se vio afectado por la falta de ingresos de la población. Esto aumentó los niveles de desocupación, provocando una pauperización urbana y rural creciente. La mayor parte de la superficie departamental está ocupada con viñedos, muchos de ellos pertenecen a grandes capitales, los que desplazaron a las familias que tradicionalmente poseyeron las tierras y las bodegas. La vitivinicultura ha sufrido una reconversión, sobre todo en lo referido a varietales. Esto ha demandado un gran aporte de capitales tecnologías e investigación, condiciones que sólo cumplen un núcleo reducido e empresas Existen 84 bodegas en producción asentadas en el departamento, dedicadas a la elaboración de vinos finos y comunes, ubicadas en las zonas urbanas, suburbanas y rurales. Mientras los establecimientos grandes realizan importantes inversiones, los pequeños luchan por sobrevivir en un ambiente donde la concentración es dominante. La vitivinicultura es una de las actividades más importantes de Maipú, con gran capacidad para absorber mano de obra. Existen otros cultivos junto a los viñedos, frutales, olivos y hortalizas. Estos se extienden junto a las rutas y entre los canales e hijuelas que posibilitan que las aguas del río Mendoza irriguen el suelo, junto con los pozos que vieren las aguas subterráneas.( Cobos, D. y Lenzano L.E., Provincia de Mendoza, Departamento de Maipú, Mapa georeferenciado, Diario Los Andes, 2003)

Mapa de la cuenca del Río Mendoza (Elaboración propia en base a Datos del Sistema de Información para la Planificación Hídrica de Mendoza, Gobierno de Mendoza, Departamento General de Irrigación, 2000

Cuenca del Río Mendoza

Demás Oasis de Mendoza

MATERIAL Y MÉTODOS Se realizó un analisis de datos secunadarios provenientes de los padrones electorales y de los expedientes que registran los actos electorales y las asambleas anuales de regantes de las 14 Inspecciones de Cauce de la Cuenca del Rio Mendoza, correspondientes al año 2002 del

Departamento de Maipú . La información que se proceso se refiere a : cantidad de regantes, superficie, cantidad de votos según superficie de cada regante, participación efectiva en la elección.La unidad de analisis es el regante.La información relevada corresponde a 6.641 regantes y a 32.422 hectáreas bajo riego del Departamento de Maipú. Se realizaron 14 entrevistas en profundidad a informantes calificados que ocupan distintas posiciones en el espacio social. con el objeto de conocer los procesos de identificación que se utilizan como circulos de reconocimiento. RESULTADOS

La participación de los regantes en la provincia de Mendoza ¿eje de la gobernabilidad democrática? Cuadro nº 1: Participación de los regantes en las elecciones 2002 de Inspectores de Cauce del Departamento de Maipú, Cuenca del Río Mendoza, según tamaño de la propiedad y cantidad de regantes (en porcentajes)

Cantidad de regantes en %

Tamaño propiedad (ha)

Porcentaje de regantes que votaron

Porcentaje de regantes que no votaron

81,70%

0-5

34,89%

57,63%

10,39%

5,0001-10

46,52%

53,48%

3,24%

10,0001-15

46,98%

53,02%

1,61%

15,0001-20

49,53%

50,47%

0,98%

20,0001-25

55,38%

44,62%

0,39%

25,0001-30

57,69%

42,31%

0,87%

30,0001-50

53,45%

46,55%

0,81%

Más de 50

57,41%

42,59%

Total 92.52 * 100 100 100 100 100 100 100

Fte: Elaboración propia en base a los padrones electorales de las Inspecciones de Cauce del Departamento de Maipu. 2002. * En el rango 0-5, la cantidad de 402 productores, que corresponden al 7,41% del electorado de este rango, no figuran en la cantidad de votos emitidos o no emitidos, debido a que no tienen, según Ley 5302 y Resol. 475, derecho a voto por ser propietarios de menos de 1000 metros cuadrados de terreno.

En la tabla Nº 1 se observa el nivel de participación de los pequeños y medianos productores, en este caso en las elecciones para Inspector de Cauce en el Departamento de Maipú en el año 2002. Los pequeños productores de 0 a 5 hectáreas, quienes constituyen casi el 82% del total de regantes, manifiestan el porcentaje más elevado de no emisión de voto. También se puede observar que, si bien en los demás estratos existe un porcentaje elevado de falta de participación, la brecha entre los regantes que emitieron su voto y aquellos que no lo hicieron se va reduciendo a medida de que el tamaño de propiedad aumenta, es decir, que aquellos actores de mayor propiedad son los que evidencian un mayor grado de participación en esta instancia electiva. (Bustos et. al, 2003)

Con respecto a la participación en las asambleas , aún muchos menos asisten a las dos asambleas anuales de formulación de presupuesto y de control del mismo: un porcentaje promedio de 5,31% y 7,31% respectivamente en relación al padron electoral. De las entrevistas resultan las siguientes formas de reconocimiento a traves de la dialectiva nosotros /ellos. Se puede observar que las preferencias de un individuo en un determinado momento no coincide con el de los círculos de reconocimiento que se define “a priori” para la participación social en los distintos espacios abiertos por el proceso de descentralización en la gestión del riego. A Dialéctica nosotros/ellos M: ¿y a las asambleas de Irrigación? E: no, va él… si es que va (risas) E2: no voy E: no l: gusta mucho a veces ir D: y es que si está todo listo E: y como que ellos traen todo ya… a rendir cuentas del que se ha hecho, lo que se ha ordenado… S2: es que por más de que vos pongas quejas de caigo ellos se tapan ahí nomás ellos L: ellos, quiénes E2: tienen respuesta… ellos que vienen de allá, porque siempre viene alguno de allá de Irrigación D: ¿del centro? E2: claro, y siempre alguno de allá viene y si no de aquí… E: sí, como que casi siempre tiene ellos razón E2: claro L: y siempre fueron así las asambleas… desde cuándo están las asambleas E: no, las asambleas las están haciendo desde que está Fernández, antes no hacían ¿no? O yo no he escuchado que antes hubiera asambleas E2: desde cuándo E: diez años…

También se puede observar que las circunstancias de ambiente, las desigualdades sociales, provocan una reducción en las expectativas de acción de una determinada identidad colectiva, la que corresponde a los pequeños productores que viven en la zona de riego. El orden de preferencias que le constituye como identidad ha perdido todas sus expectativas de acción ya que no son reconocidos en este nuevo contexto. o a permanecer en una situación de aislamiento respecto de la situación social en la que se halla inserto. B .Oposiciones Regantes grandes vs. Regantes chicos M: ¿Y va mucha gente a la asamblea? E: Eh…falta gente que vaya, no…no va toda la gente y generalmente el que más falta es el chico, el mediano, grande van casi todos. M: ¿Y por qué cree que pasa eso? E: No sé, no tendrán ganas de…involucrarse en nada, no tendrán…no sé. Generalmente el que tiene pocas hectáreas se las arregla de una manera u otra y riega rapidito sus hectáreas. Yo te diría que no sufre tanto la falta de agua como el que riega 55 Km., ese problema… E: Francamente... las reuniones esas no me han gustado nunca. He asistido muy poco. Siempre ahí los que... los que mandan más son los que tienen más plata. Uno no puede opinar mucho, y para andar bien... mejor ni... (Entrevista Piloto) E: Mire, yo he tenido un primo ahí y me decía... en la Inspección y nunca le pregunté -¿Cómo te eligieron?Que se me ocurra a lo mejor.

Ee: Los más importante a lo mejor... hay gente... Eh: Claro, que eran propietarios grandes. R: ¿Cómo? Ee: Los propietarios más... los más grandes... Eh: Los de más hectáreas, ahá...más... L: ¿Pero estaba... pero cultivaba mejor entonces? R: ¿Pero que pasaba con los propietarios? ¿Por qué los elegían a ellos? Ee: Y porque...eh... a lo mejor eran más desenvueltos... a lo mejor eran... tenían vehículo y andaban... tenían que hacer la... no se que es lo que hace inspector, recorrerá todo... (Entrevista piloto)

b- Regantes viejos vs. Regantes nuevos R: Y qué… ¿Cuál es el motivo de la discusión? Ee: El motivo…es porque son avarientos…quieren más agua… R: Ahá. ¿Quiénes, los viejos o los nuevos? Ee: Los nuevos, por supuesto. Los jóvenes… (Entrevista piloto) L: ¿Cómo es eso que hace la acequia más ancha? Ee: Hacen acequia más honda y lo mandan a... el desagüe al calle directamente para que el otro no lo... no lo reciba. (Risas) L: O sea, que no hay que enojarse con los vecinos. Ee: No, hay que andar bien (risas). Hay que andar bien siempre. R: ¿Y que pasa con los vecinos nuevos? Ee: Y... hay pocos vecinos nuevos... E: Los vecinos nuevos... cuando llega un vecino nuevo, pone las leyes que quiere. Siempre hay alguno que... Ee: Realmente no... cuando llegó este señor también esteh... quería poner su ley, no. (Risas) Eh: Hasta que se hacen amigos. Ee: Y después se hacen amigos (risas) y ya... ya... E: Ya nos hemos arreglado. Ee: Él, les hace entender... es así y tiene que ser así. Las cosas bien, como son. E: Ahora hay muchos testarudo. R: ¿Cuáles son las leyes que tienen los vecinos nuevos? E: Uh... es una cosa de arreglo entre... propietarios. No...no, hay gente buena y gente de lo otro. Pero todos somos lo mismo. (Entrevista piloto)

CONCLUSIONES El analisis de los datos referidos la participación de los productores en las elecciones de Inspector de Cauce en cada una de las 14 pertenecientes a la Tercera Zona de Riego durante el 2000 muestra que la democracia procedimental que se instala a partir de los procesos de descentralización basadas en la participación de los regantes en las elecciones del Inspector de Cauce y en las asambleas ordinarias y extraordinarias se basa en la ejecución de procedimientos que garanticen la legitimidad pero no canaliza la acción colectiva de todos los grupos de regantes.Conduce a la despolitización de la vida social ya que se viven como espacios de participación “ajenos” no reconocidos como propios por todos los productores y en particular por los pequeños. Solo se apropian de estos espacios legítimos de participación los grandes productores. El análisis de los datos evidencia que sólo un 26% de los votos potenciales fueron emitidos. Esto haría pensar que, en términos generales, la participación es baja. Sin embargo, los regantes que efectivamente emiten su voto, son los que pertenecen a los estratos de mayor superficie. A partir de ello se podría afirmar que, ellos son los que se estarían apropiando de capital simbólico. Esto les permitiría definir lo que es y no es légitimo respecto a la gestión del sistema hídrico.

En el marco del proceso de reestructuración productiva, como espacio de lucha, se “revela” el grupo de las grandes empresas y sociedades anónimas. Como contrapartida, los referentes identitarios tradicionales, propios de los pequeños y medianos productores estarían siendo desplazados y ya no serían dominantes. Debido a lo cual, ya no funcionarían como circulo de reconocimiento, donde se inscribe un nosotros. Entonces, habría una discontinuidad en la percepción de la realidad y una modificación en el orden de preferencias. En esta dirección, la disminución de la participación de los pequeños productores en los organismos de usuarios se puede interpretar como la opción de “salida” por parte de los regantes ante la ruptura o cambio de una identidad anterior. Este cambio aparece en las entrevistas con los Inspectores de Cauce. Al referirse a los regantes y su relación en estas organizaciones, se los define como una “sociedad de amigos” aunque de hecho no se conozcan. Sin embargo, por otro lado, existen “usuarios” que el Inspector necesita “identificar”, conocerlos, ubicarlos en un mapa, para poder distribuir el agua. La Inspección aclara ahora que no se cobra el agua y se define como una “organización de usuarios donde se cobra el servicio de distribución y mantenimiento”. (Bustos, 1998) En el nuevo escenario desarrollado a partir de la reconversión productiva, los pequeños y medianos productores, los agentes más perjudicados por los procesos de transformación capitalista en el campo, registran el índice de abandono más importante en las instancias de participación del sistema hídrico: asambleas, “limpieza de cupo” y, ejercicio efectivo del voto en las elecciones de las Inspecciones de Cauce. Estas instancias participativas quedaron reducidas a nivel simbólico ya que el poder de influencia efectivo en los procesos decisionales quedó fuertemente restringido en el nuevo mapa de posiciones y relaciones sociales. Ante estas transformaciones las preferencias y expectativas de los regantes se han visto modificadas debilitando las identidades construidas. La disminución de la participación, la opción de la “salida”, no sólo implica la pérdida del poder simbólico para “imponer una identidad legítima” sino un proceso de pérdida de poder dentro de un marco social, en este caso los organismos u organizaciones de riego. De acuerdo a estos lineamientos teóricos a) Quiénes definen e imponen, en este nuevo marco relacional, las clasificaciones identitarias, las fronteras y diferenciaciones, establecen quienes pueden pertenecer, identificarse como regantes, ejercer sus derechos y quiénes no. La reconstrucción de estas fronteras simbólicas permite conocer sus consecuencias territoriales ya que muchos productores se ven expulsados del circuito productivo. b) La identidad legítima que funcionaba como círculo de reconocimiento se impone en el proceso de descentralización y se establece “a priori”Por lo tanto no es el resultado de “construcción social con los regantes”. c) La falta de “integración simbólica” de los individuos cuya voz no se recoge en las distintas instancias de participación del sistema de riego muestra que hay un acceso diferencial a “recursos de identidad” que condiciona la participación de los grupos subordinados en los espacios designados por el proceso de descentralización. De esta manera “el free rider” de Olson obta por la salida cuestionando su propia identidad colectiva.

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