Ciencia Tecnica y Arte

POR CARLOS H. PROSPERI Han transcurrido en el último siglo y en este una serie de doctrinas tales como el estructuralism

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POR CARLOS H. PROSPERI Han transcurrido en el último siglo y en este una serie de doctrinas tales como el estructuralismo, que hacen una re-clasificación de las disciplinas humanas, con el agravante de remplazar la ciencia por la tecnología, sin tener en cuenta la actividad artística. Es necesario entonces ver esta nueva corriente y compararla con la clásica, es decir la que viene desde la antigua Grecia con algunas actualizaciones, pero antes de dicha confrontación es imperante definir con la mayor precisión posible definir los conceptos de ciencia, técnica y arte por ser un tanto ambiguos según que se los use en sentido vulgar o con su significado estricto. Según el diccionario ciencia es: "conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas. Cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado que constituye una rama particular del humano saber." Veamos que esta definición difiere de la vulgar, por la que se llama ciencia a cualquier estudio de algo más o menos complicado. La ciencia estrictamente de be tener un objeto de estudio, generalmente formal, y es un saber con método, por las causas y por la razón humana. Técnica es: "conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o arte. Pericia u habilidad para usar de esos procedimientos o re cursos". Y se llama técnica a lo "perteneciente o relativo a las aplicaciones de las ciencias y las artes". Tenemos por ultimo la definición de arte como "virtud, disposición e industria para hacer algunas cosas. Acto, mediante el cual, valiéndose de la materia o de lo visible, imita o expresa el hombre, lo material o lo invisible, y crea copiando o fantaseando". Para los antiguos griegos, no había mayores diferencias entre técnica y arte. Ya que ambas son un saber hacer, otra cosa era la ciencia, donde se trata de un saber por el saber mismo. En la metafísica, (Aristóteles; ed. Espasa - Calpes Bs. As. 1948) Aristóteles explica los grados del saber; comienza diciendo que todos los hombres tienden por naturaleza a saber" y de cómo señala de ello el gusto que

tenemos por las sensaciones, aunque agrega que estas sensaciones, que ya de por si son un saber, se encuentran también en los animales, y en algunos de ellos inclusive memoria, que, por la permanencia del recuerdo, permite aprender. El hombre, además, tiene otros modos de saber, comenzando por la experiencia, la "empeiría", que es un conocimiento de las cosas de un modo inmediato y concreto, que solamente se basa en lo individual. Otro modo de saber mas alto es la "tekhne", la técnica o arte, indistintamente, que es una manera de saber algo útil. El "tekhnites" o técnico es el que sabe hacer las cosas, los medios que debe usar para llegar al fin deseado, pero solo nos da el que y aún el por que de las cosas, pero no se conoce algo plenamente hasta que lo sabemos en sus causas y en sus principios. La técnica o arte no es individual sino que nos da un cierto universo, un conocimiento más amplio, pero, en cambio se particulariza e individualiza, al ser aplicada prácticamente. Solamente la "episteme", la verdadera ciencia, es el modo supremo del saber, ya que es demostrativa, causal y universal, basada en principios, ya que por ser principios son indemostrables y se captan por el "nous" la intuición que junto con el "logos" y a partir de tales principios son los que elaboran la ciencia, mediante demostraciones y argumentaciones metodológicas. Es recién en la edad media cuando se diferencia, dentro del "ars", el arte, las artes útiles o practicas, que moderadamente llamamos técnica, y las bellas artes, que son las que en la actualidad entendemos como arte propiamente dicho y que los griegos identificarían con la "póiesis". Estas actividades, además de la ciencia se distinguían entre si por sus fines últimos. Así la ciencia es simplemente un saber cuyo fin no es otro que el saber por si mismo; el arte y técnica, son ambos un saber hacer, pero en el arte, con el fin de producir belleza, de crear en el que contempla la obra de arte una sensación de agrado, mientras que la técnica tiene por fin el hacer algo que sea utilitario, es una producción eminentemente practica, donde la obra se hace por la utilidad que puede prestar. Otras posibles distinciones, son los planos o niveles que se mueven estas tres clases de disciplinas; el arte y la técnica de un sujeto, un objeto, y un destinatario para que la actividad sea completa; por ejemplo ellos son el artista, la obra de arte y el espectador que contempla la obra, o una cosa

realizada y su destinatario, que es el que usará de la obra. En ambos casos la obra no tiene razón de ser sino por el destinatario, ya que se hace con miras aél. En la ciencia en cambio, se suprime el primer nivel, solamente hay un científico, el sujeto, y la cosa estudiada que es el objeto. Aquí el objeto no es una producción del sujeto sino que es un ente independiente, y además no existe el destinatario, o en todo caso, el destinatario es el propio sujeto de la ciencia. Todos estos conceptos, aparentemente dispares, pueden en realidad condensarse y fusionarse, ya que son armónicos entre si al interrelacionarlos. Podemos así intentar las siguientes definiciones: es valido deducir que ciencia es un saber las cosas por sus causas y principios, metódicamente, por medio de la razón humana y basado en un objeto de estudio que debe ser universal, formal y abstracto. La técnica es la ciencia aplicada, y consiste en un saber hacer correctamente algo con fines, no de conocimientos sino de sacarle una utilidad o provecho de orden practico. El arte también consiste en una habilidad o predisposición para hacer algo, pero con el fin de producir belleza, expresando o imitando el hombre a la naturaleza. Para aclarar un poco mas estos conceptos, y a los fines de evitar una serie de confusiones que surgen en la actualidad, cuando instituciones serias como la universidad llaman incorrectamente a las diversas disciplinas, conviene dar ejemplos de cada una de ellas. Las ciencias se pueden ordenar en tres grupos: ciencias de la naturaleza, ciencias del espíritu y un tercer grupo intermedio entre los anteriores. Las ciencias de la naturaleza, son fundamentalmente la astronomía, física, química y biología están ordenadas, ya que la astronomía estudia la materia particularizada, la física la ve mas generalizada y relacionada, la química va a su estructura intima y la biología estudia la materia animada. Se menciona aquí, a la astronomía en un sentido amplio abarcando también la geología, y desde luego que también deben considerarse como ciencia

algunas disciplinas intermedias entre las mencionadas tales como la bioquímica, biofísica, físico - química, paleontología, geofísica, geoquímica, etc. Así como esta clasificación de la ciencia se basa en el objeto de estudio, se pueden clasificar a las artes según el medio material del que se vale el artista para crear su obra, así cuando ese medio son los sonidos es la música, cuando son las letras, es la literatura, si son colores es la pintura, si son materiales plásticos, es la escultura, etc. Las técnicas, como que son ciencias aplicadas, se pueden clasificar según la ciencia que le dio origen; de tal modo la ingeniería geológica es geología aplicada, la agronomía, medicina y veterinaria, son biología aplicada, la ingeniería en general, sea mecánica, eléctrica, etc., es física aplicada, la abogacía, la política son filosofías aplicada, y de igual manera muchas otras, además que también existen técnicas que consisten en la unión de otras varias, como la medicina forense, criminalista, radiología, etc. Notemos sin embargo, que muchas disciplinas, que sin lugar a dudas son técnicas, aparecen en las distintas facultades e institutos como ciencias; en efecto, las carreras mas comunes de nuestra Universidad, tales como ingenierías, abogacía, medicina, agronomía, economía y otras, son técnicas, incluso la arquitectura que en otros tiempos era un arte, se a tecnificado al perseguir como fin el confort, el ahorro de material y de terreno, pero dejando la belleza de la construcción relegada a un segundo lugar; igualmente se han tecnificado algunas ciencias como la bioquímica, donde se prepara al estudiante para un saber hacer, por ejemplo análisis clínico o medicamentos nuevos. Este paulatino desplazamiento de la ciencia por la técnica se debe a una tendencia hacia la "tecnologización" de la sociedad, dando por resultado una tecnocracia, lo cual se entronca indudablemente con el estructuralismo. El estructuralismo, como su propio nombre lo indica, admite como real, únicamente las estructuras, el contexto material de las cosas, y anula por completo lo formal, en el sentido aristotélico de forma como principio inmaterial que determina la materia misma. De tal manera, aun que no por completo, aniquila las ciencias, que son un estudio de lo formal, y pretende reemplazarlas por la técnica; en primer lugar echa por tierra la metafísica, y

junto con ella toda la filosofía; la matemática no es considerada ya como una ciencia, sino como el instrumento y el lenguaje de que se valen y por el que se expresan las otras ciencias, las cuales se ven, como consecuencia, matematizadas e impelidas a un fin practico, lo que las tecnifica. En la biología, por ejemplo, la vida ya no es un principio formal tal como el alma, que gobierna la materia, sino que la vida se reduce a una serie de estructuras, los átomos y moléculas de los organismos, que tienen en si mismo la facultad de auto-ordenarse. Algo similar también se da en sociología, done el hombre ya no es mas un ser racional dotado de libre albedrío sino que se reduce a un simple numero, sujeto a supuestas leyes científicas inquebrantables que rigen la sociedad fatalista en la que vive. Análogamente, sucede en otras varias ramas del saber. El estructuralismo, deformando por completo a la ciencia, a la que degrada pretendiendo convertirse en técnica, abre el camino a una sociedad futura regida únicamente por la técnica en la que el poder político es ejercido por los tecnócratas. Objeto formal y material

El objeto formal de una ciencia es el aspecto especial que se enfoca. No importa que varias ciencias coincidan en su objeto material; basta que se distingan por su objeto formal. El objeto material de la Filosofía es: todas las cosas y su objeto formal es: las causas últimas de todas las cosas o la esencia de todas las cosas. Cuando a la Filosofía y a las Matemáticas les interesa el estudio de los números, la diferenca radica en que éstas investigan las relaciones entre números, mientras que la Filosofía investiga la esencia o causa última de los números. Cuando a la Filosofía le intesa un objeto especial, lo que quiere averiguar es su esencia. Cuál es la esencia del ser humano, de la belleza, de la libertad, de la sociedad, de la ley, de la materia, del espíritu, de la muerte, del número, del amor, de la virtud, de la bondad, del tiempo, del pensamiento, etc. Criterios de verdad predictibilidad y falsabilidad

Nuestra inteligencia generadoraproduce gran cantidad de pensamientos, pero una vez que se vuelven conscientes podemos aceptarlos tal como vienen, o someterlos a revisión, es decir, a crítica. Para ello necesitamos algún criterio, que indague la certeza de nuestro conocimiento cierto y los fundamentos en que se basa tal certidumbre. La aplicación de criterios de verdad a nuestros argumentos es una forma ética de conocimiento. Cuando aprendemos a pensar en abstracto, durante la adolescencia, aprendemos a guiar nuestro pensamiento por reglas lógicas, utilizando proposiciones y argumentos y conectando unas cosas con otras. Es en este momento cuando se deben introducir los criterios de verdad: 

No puede haber conclusiones contradictorias: si digo que ser racista es bueno, también admitiré que es bueno que me odien por ser blanco. Si acepto contradicciones, mis conclusiones serán perjudiciales para mí y para los demás.



No puede haber conclusiones sin argumentación: si digo que ser racista es bueno, tendré que explicar por qué. La verdad está en el modo de argumentar; si el argumento es falso, la realidad me desmentirá y entonces no podré llegar a la conclusión de mis argumentos.



La verdad de un argumento es lo único que asegura nuestra adaptación a una sociedad compleja. Comprender esto es comprender por qué nos esforzamos tanto por conocer, por explicarnos.



Las reglas de la lógica, los conocimientos que damos por verdaderos, todo lo que acumula una cultura como conocimiento, es parte de esa búsqueda, y es nuestra obligación conocerlo. Tenemos el deber de conocer las normas del pensamiento abstracto. En filosofía, los criterios de verdad ayudan a analizar las distintas teorías y a decidir, pues es necesario orientarnos ante la pluralidad de posiciones.



Las descripciones empleadas deben ser objetivas, completas, sistemáticas y ajustadas. Y aprovechar los conocimientos de otras ciencias y disciplinas.



Los conceptos tienen que estar bien definidos, e indicar si son meramente descriptivos o si remiten a alguna propiedad real de las cosas.



Las teorías han de someterse a prueba.



Las teorías deben tener coherencia interna y externa, ser compatibles con lo que nos dice la ciencia.



La principal garantía de una teoría es su capacidad para criticar a las demás y para superar las críticas esgrimidas contra ella.



Por último, toda teoría debe proporcionar unas conclusiones que, a su vez, deben someterse a crítica. Podemos contrastar estos criterios con los de la verdad científica, aquellos que nos permiten evaluar la fuerza de una teoría, que son:



Coherencia interna y externa. Una teoría no debe tener contradicciones en sí misma ni entrar en contradicción con otras teorías bien corroboradas.



Método y control. La evidencia perceptiva rigurosamente controlada es más fuerte que la que se hace sin control riguroso, y la observación metódica es más fuerte que la que se hace sin método. Por ejemplo, un laboratorio investiga si una medicina funciona como tratamiento para una enfermedad determinada. Para comprobarlo, tiene que hacer experimentos. Una posibilidad es dar la medicina a todos los enfermos, y medir el resultado. La evidencia no es muy fuerte porque podría ocurrir que los enfermos mejorasen por otras causas. Conseguimos una evidencia más fuerte, si dejamos un grupo de control, al que no se da la medicina.



Experimentación repetida. Una teoría tiene más fuerza cuando ha sido comprobada mediante evidencias variadas y repetidas, que se pueden replicar.



Falsabilidad. Es más fuerte la evidencia producida por un hecho que niega una hipótesis, que por muchos que la confirman. Una teoría tiene más fuerza cuando se ha intentado demostrar su falsedad muchas veces sin conseguirlo.



Predicción. Una teoría queda corroborada cuando permite predecir fenómenos o cuando permite aplicaciones prácticas eficientes. La aplicación de estos criterios no nos garantiza le verdad de la teoría, pero nos sirve para evaluar la fuerza de sus evidencias. La verdad no es patrimonio exclusivo de la ciencia, como piensa mucha gente. La ética y la filosofía pueden también acceder a ella, aunque el concepto de verdad científica y el de verdad ética son diferentes. Esto se debe a que su verificación también lo es: las verdades científicas tienen como última referencia “lo que hay”, y las verdades éticas “lo que sería bueno que hubiera”. Predictibilidad Hay que precisar antes de describir la fases principales de este método que un empirismo radical, pura experiencia sin marco teórico de referencia, sin una previa hipótesis anticipatoria de lo que se espera que ocurra, no puede considerarse hoy día una metodología científica. Además hay que advertir que la ciencia es una aventura, una búsqueda que abre caminos incluso más allá de lo previsto. Esta característica es lo que se denomina predictibilidad y consiste en el hecho de que gracias a la utilización del método científico, las teorías nuevas producen predicciones no hechas antes. Sin un supuesto previo (hipótesis) no se puede buscar (investigar); es a partir de éstas como se generan caminos, predicciones, que siendo coherentes con dichas teorías no se esperaban. Las fases principales del método hipotético-deductivo son la observación, la construcción de hipótesis, deducción de consecuencias a partir de la hipótesis, contrastación empírica de los enunciados y formulación de leyes científicas. La primera fase del método hipotético-deductivo es la observación. Con la observación se trata de partir de la experiencia de los sentidos, de la

observación sensible de los hechos. La observación consiste en la simple apreciación de un hecho u objeto cualquiera que aporta datos directos acerca de un hecho natural o de un aspecto cualquiera de la realidad. La observación puede ser de un doble tipo: espontánea o controlada. La observación es espontánea cuando recoge los datos que se producen de un modo espontáneo en la naturaleza, aunque ateniéndose a unos cánones de exactitud, completitud y fiabilidad. La observación es controlada cuando se funda en resultados experimentales cuyas variables se controlan en el experimento. En todo caso, la observación absolutamente neutral es imposible ya que tanto la observación como la experimentación requieren instrumentos y operaciones de medición, que condicionan inevitablemente los resultados. Se ha dicho muchas veces que no existen hechos puros sino que toda constatación de hechos se hace desde un marco teórico, es decir, se trata de algo así como unas gafas con cristales de color que hacen que la observación esté teñida por la coloración del cristal. Pero a pesar de todo la ciencia debe proceder a partir de esta observación, espontánea o controlada, para tener datos previos que le sirvan de punto de partida, es decir, la observación están en la base de todo conocimiento que pretenda ser científico ya que el científico formula su hipótesis en base a explicar los hechos observados. La segunda fase del método hipotético deductivo es la construcción de hipótesis explicativas. La palabra hipótesis deriva etimológicamente de lo puesto (thésis) por debajo, en la base (upó) significando que se establece una suposición para la resolución de un problema, es decir, la hipótesis es un enunciado que, si se cumpliera, permitiría entender el evento real problemático y la resolución del problema plantado. Es a partir de las observaciones realizadas como se pueden elaborar hipótesis que expliquen los datos de una manera unitaria y sistemática. Se trata de buscar una regularidad sencilla que explique los fenómenos observados. Las hipótesis operan como explicaciones provisionales que se confirmarán en mayor o menor grado, pero que aún aceptadas como leyes, no pueden considerarse como verificadas puesto que es imposible probar todos los casos posibles. La diferencia entre la hipótesis y la ley es que, aunque ambas expresan lo mismo, entre la primera y la segunda median un cúmulo de confirmaciones, un altísimo número de ocasiones en que la predicción se ha cumplido. Por muy alto que sea el número de casos confirmados siempre serán mayor el número de casos posibles, de modo que nunca podrán decirse siempre que o todos los casos, sino que se deberán reconocer que

hasta el momento ha sucedido que, lo que significa que no podremos nunca obtener enunciados universalmente válidos. Las hipótesis son construcciones explicativas de cómo ocurren ciertos fenómenos, es decir, supuestos sobre cómo se comporta la naturaleza, o si se quiere, tests que se hacen a la naturaleza y a los que ella, en ocasiones responde afirmativamente. La construcción de las hipótesis con arreglo al método científico debe regirse por varios criterios. En primer lugar una hipótesis científica debe atenerse a los hechos observados y tratar de explicarlos. El problema es que hechos aparentemente asépticos están en realidad contaminados de teoría. Galileo en Diálogo entre los sistemas del mundo, afirmaba: "es mejor dejar de lado la apariencia, en la que todos estamos de acuerdo y usar el poder de la razón para confirmar la realidad o la falacia". Cualquier observador desinteresado puede sentarse al amanecer a la puerta de su casa y estarse allí hasta el atardecer; verá así cómo el sol se desplaza a lo largo del día, mientras que él no se ha movido de su silla. Pero la percepción ingenua del hombre que estando quieto ve pasar el sol están en realidad contaminada por los criterios científicos de la época, en la que se consideraba que la tierra era un plato que flotaba en el río Océano y que constituía el centro del sistema solar formado por siete círculos concéntricos, siendo el tercero de estos ocupado por el sol. El hombre de la época tenia tal creencia y desde ella, con esas gafas puestas se sentaba a la puerta de su casa para confirmar en la experiencia su hipótesis. La creencia de que nuestros sentidos nos proporcionan evidencias y de que los movimientos aparentes son absolutos no se formulan explícitamente, pero se esconden detrás de los términos observacionales. En segundo lugar las hipótesis deben tener la propiedad de la verificabilidad, es decir, las hipótesis aunque sean difícilmente aceptables a primera vista deben sugerir algún tipo de experimentación que permita confirmarlas en la experiencia, puesto que el objetivo de toda hipótesis es convertirse en ley. Un criterio de verificación, llamado criterio blando, es el de la teoría probabilística. La teoría probabilística admite que la verificación en sentido estricto es lógicamente imposible. La probabilidad se extiende en una línea que va de 0 a 1; la probabilidad cero indicaría la imposibilidad de confirmar, ni siquiera una vez, la hipótesis explicativa. La probabilidad uno significaría que la hipótesis se cumpliría en cualquier caso, es decir, en todos y cada uno de los casos. Otro criterio de verificación es el propuesto por Popper en 1934 al

formular su criterio de falsabilidad, que consiste en encontrar un experimento crucial que permita echar por tierra una teoría o un hecho supuestamente bien establecidos. Para Popper la metodología científica no debía encaminarse a la verificación, sino a la falsación, ya que es posible probar la falsedad de una hipótesis, pero no hacerla verdadera. Popper recomienda encontrar experimentos cruciales que muestren la falsedad de las teorías que hasta el presente se tenían por verdaderas. Segon Popper el método científico tiene dos características fundamentales: proceder por ensayo-error y ser una convención intersubjetiva, es decir, que lo científico es solamente aquello que está enunciado de tal manera que puede ser falsado en la experiencia, tal como ocurriría con la afirmación y que puede ser objeto de una valoración intersubjetiva dentro de la comunidad científica. A la objetividad científica solamente se llega cuando la teoría está en un cierto estadio de madurez y mediante la crítica intersubjetiva, que culmina en un convenio de la comunidad científica. Esto habría que entenderlo al modo en que se pactan las leyes en los parlamentos. Por tratarse de un terreno sumamente especializado, los pactos o convenios sobre cuales son las explicaciones científicas correctas, quedan restringidos al campo de la comunidad científica. En tercer lugar las hipótesis deben tener la propiedad de la coherencia según la cual las hipótesis no deben entrar en contradicción con leyes ya establecidas por la propia teoría o por teorías afines. No obstante en la teoría de la ciencia actual esta propiedad debe ser matizada a partir de la teoría anarquista del conocimiento de Feyerabend. Feyerabend, que subtituló su obra principal Contra el método como Esquema de una teoría anarquista, aboga por el fomento de la creatividad que implica tolerar un cierto grado de incoherencia, es decir, atreverse a formular contrainducciones. El principio de contrainducción consiste en formular hipótesis incoherentes con las teorías y con los hechos que en ese momento se consideran bien establecidos. Galileo al invertir los términos e ir en contra de la observación, asegurando que la tierra se mueve alrededor del sol, operó contrainductivamente. Aceptó una teoría alternativa e incoherente con la anterior afirmando que la tierra se movía e intentando reinterpretar los hechos. Para ello Galileo intentó descubrir y desenmascarar las interpretaciones naturales, los prejuicios acerca de la fiabilidad de los sentidos, que aún siendo gratuitos estaban fuertemente arraigados. Una vez desenmascaradas las percepciones ingenuas, que subyacían a la interpretación ptolemaica se pudo ver que la teoría copernicana, defendida

por Galileo, estaba de acuerdo con los hechos. La diferencia estaba en que consideraba los mismos hechos desde una perspectiva o hipótesis incoherente.El otro principio de la teoría anarquista del conocimiento de Feyerabend es el de proliferación de hipótesis consistente en la exigencia de formular simultáneamente varias hipótesis incompatibles (incoherentes) ya que la necesidad de cribar, de seleccionar entre diversas hipótesis incoherentes impulsa el ritmo de creación y promoción científicas. En cuarto lugar las hipótesis deben ser sencillas y predecibles. Este principio, llamado principio de economía, fue enunciado ya en el siglo XIV por Guillermo de Ockam bajo la fórmula de que "no hay que multiplicar los entes sin necesidad" por lo que desde entonces se denominó "la navaja de Ockam". Ha sido denominado también "principio de parsimonia" significando que una hipótesis es tanto mejor cuanto más explica con menos elementos teóricos. La tercera fase del método hipotético-deductivo es la deducción de consecuencias desde la hipótesis. La hipótesis es un enunciado provisional de carácter universal que predice lo que sucederá entre los objetos de la clase a que se refiere. Pero la hipótesis misma no se puede comprobar directamente sino ciertas consecuencias que se derivan lógicamente de ella. Si la experiencia comprueba que las consecuencias deducidas de la hipótesis se cumplen efectivamente, la hipótesis quedará confirmada o reforzada. Si, por el contrario, las consecuencias no se cumplen realmente, la hipótesis habrá de ser abandonada y sustituida por otra de la que se deducirán nuevamente consecuencias a comprobar. La deducción se utiliza por parte de las ciencias experimentales con una función precisa: proporcionar al científico una serie de enunciados acerca de hechos de una clase par que queda experimentar si lo que en ellos predice sucede en realidad o no. El hecho de abrir nuevos caminos a la investigación es lo que determina el carácter heurístico de la hipótesis o, dicho de otro modo, su carácter de predictibilidad . La deducción constituye el aspecto formal, lógico, del método científico, que interactúa con el inductivo que constituye su aspecto experimental, empírico. Así, el razonamiento, coherente con las reglas lógicas, concluye consecuencias que deben confirmarse en la experiencia. La cuarta fase del método hipotético-deductivo es la de contrastación empírica de los enunciados consecuentes de la formulación de la hipótesis, es decir, tratar de comprobar experimentalmente si las consecuencias derivadas de la hipótesis se cumplen efectivamente o no. La

experimentación es distinta de la simple observación que se hacía en el primer momento del punto de partida ya que la simple observación carece de precisión cuantitativa y no altera las circunstancias en las que normalmente suceden los hechos. Un experimento consiste en la reproducción de determinados hechos provocando las circunstancias deseadas dentro de las cuales el científico quiere hacer la observación. La quinta fase es la formulación de leyes científicas. Aunque deba aceptarse su carácter de provisionalidad, supone el último eslabón de la laboriosa actividad de la comunidad científica.Las leyes son enunciados que expresan el modo regular, estable y constante con el que suceden ciertos eventos reales con carácter de universalidad y necesidad. Esta universidad y necesidad de las leyes hay que entenderlas del modo siguiente: la interpretación humana de los hechos de observación y del conjunto de interpretaciones de ella ellos derivadas parece ser que los eventos reales sucederán necesariamente como la ley formula, pero teniendo en cuenta que las interpretaciones humanas están abiertas a renovarse y corregirse en el futuro. Desde una perspectiva epistemológica, por tanto, hoy se tiende a acentuar el carácter hipotético de las leyes científicas tendiendo a considerarlas como meras hipótesis sobre la regularidad funcional de los eventos reales. Por eso Mario Bunge ha explicado el concepto de ley científica del modo siguiente: "Una ley científica es una hipótesis científica confirmada (convalidada) que afirma la relación constante entre dos o más variables, cada una de las cuales representa una propiedad de sistemas concretos".

Falsabilidad