CIBERNETICA-2015

Cibernética 1 CIBERNÉTICA Profesor Gino Cavani Grau (*) (*) Gino Cavani Grau. Psicólogo. Hospital Guillermo Almenara

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Cibernética

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CIBERNÉTICA Profesor Gino Cavani Grau (*)

(*) Gino Cavani Grau. Psicólogo. Hospital Guillermo Almenara I. Essalud. Terapeuta Familiar sistémico de familias y pareja. Docente de cursos y módulos de formación de terapeutas familiares en maestrías, segunda especialidad y diplomados en varias universidades. Supervisor y tutor del internado y pasantía en terapia familiar.

¿Qué es la Cibernética? Primera Cibernética Cibernética y Sistemas La Epistemología Batesoniana Bibliografía

Un metálogo (*) es una conversación sobre algún tema problemático. La conversación tiene que ser tal, que no sólo los participantes discutan efectivamente el problema, sino que la estructura de la conversación en su totalidad sea también pertinente al mismo tema. Tan sólo algunas de las conversaciones presentadas aquí logran este doble formato. De manera especial, la historia de la teoría evolutiva es inevitablemente un metálogo entre el hombre y la naturaleza, en el que la creación e interacción de las ideas tiene que ejemplificar necesariamente un proceso evolutivo.

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Metálogo: ¿Por qué se revuelven las cosas? HIJA: Papá, ¿por qué se revuelven las cosas? PADRE: ¿Qué quieres decir? ¿Cosas? ¿Revolverse? H.: Bueno, la gente gasta mucho tiempo arreglando cosas, pero nunca se la ve gastar tiempo revolviéndolas. Las cosas parecen revolverse por sí mismas. Y entonces la gente tiene que arreglarlas otra vez. P.: ¿Pero tus cosas también se revuelven si no las tocas? H.: No, si nadie me las toca. Pero si tú me las tocas —o si alguna otra persona las toca— se revuelven, y el revoltijo es peor si no soy yo la que las toca. P.: Sí, por eso no te dejo tocar las cosas de mi escritorio. Porque el revoltijo de mis cosas es peor si las toca alguien que no soy yo. H.: ¿Entonces la gente siempre revuelve las cosas de los otros? ¿Por qué lo hacen, papá? P.: Bueno, espera un poco. No es tan sencillo. Ante todo, ¿a qué llamas revoltijo? H.: Cuando... cuando no puedo encontrar las cosas y todo parece revuelto. Lo que sucede cuando nada está en su lugar... P.: Bueno, pero ¿estás segura de que llamas revoltijo a lo mismo que cualquier otra persona llamaría así? H.: Pero papá, estoy segura... porque no soy una persona muy ordenada y si yo digo que las cosas están revueltas, estoy segura de que cualquier otra persona estará de acuerdo conmigo. P.: Muy bien, ¿pero estás segura de que llamas "arreglado" a lo que otras personas llamarían así? Cuando tu mamá arregla tus cosas, ¿sabes dónde encontrarlas? H.: A veces, porque, sabes, yo sé dónde pone ella las cosas cuando ordena. P.: Es cierto: yo también trato de evitar que arregle mi escritorio. Estoy seguro de que ella y yo no entendemos lo mismo por "arreglado". H.: Papá, ¿te parece que tú y yo entendemos lo mismo por "arreglado"? P.: Lo dudo, querida, lo dudo. H.: Pero papá, ¿no es raro que todos quieran decir lo mismo cuando dicen "revuelto" y cada uno quiere decir algo diferente cuando dice "arreglado"? Porque "arreglado" es lo opuesto de "revuelto", ¿no? P.: Estamos entrando en preguntas más difíciles. Comencemos de nuevo desde el principio. Tu dijiste: "¿Por qué siempre se revuelven las cosas?”. Ahora hemos dado uno o dos pasos más... y cambiemos la pregunta en: "¿Por qué las cosas se ponen en un estado que Caty llama de 'no arregladas?" ¿Te das cuenta por qué quiero hacer el cambio? H.: ... Me parece que sí... porque si yo le doy un significado especial a "arreglado", entonces los "arreglos" de otras personas me parecerán revoltijos a mí, aunque estemos de acuerdo en la mayor parte de lo que llamamos "revoltijos"...

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P.: Efectivamente. Veamos ahora qué es lo que tú llamas "arreglado". Cuando tu caja de pinturas está colocada en un lugar ordenado, ¿dónde está? H.: Aquí, en la punta de este estante. P.: De acuerdo. ¿Y si estuviera en algún otro lado? H.: No, entonces no estaría arreglada. P.: ¿Y si la ponemos en la otra punta del estante, aquí? H.: No, ése no es el lugar que le corresponde, y además tendría que estar derecha, no toda torcida, como la pones tú. P.: ¡Ahí... en el lugar acertado y derecha! H.: Sí. P.: Bueno, eso quiere decir que sólo existen muy pocos lugares que son "arreglados” para tu caja de pintura... H.: Un lugar solamente. P.: No, muy pocos lugares, porque si la corro un poquitito, por ejemplo, así, sigue arreglada. H.: Bueno... pero pocos, muy pocos lugares. P.: De acuerdo, muy muy pocos lugares. ¿Y qué pasa con tu osito de felpa y tu muñeca y el Mago de Oz y tu suéter y tus zapatos? ¿No pasa lo mismo con todas las cosas, que cada una tiene sólo muy, muy pocos lugares que son "arreglados*' para ella? H.: Sí, papá, pero el Mago de Oz puede ir en cualquier lugar del estante. ¿Sabes una cosa? Me molesta mucho, pero mucho cuando mis libros se mezclan todos con tus libros y los libros de mami. P.: Sí, ya lo sé. (Pausa). H.: Papá, no terminaste lo que estabas diciendo. ¿Por qué mis cosas se ponen de la manera que yo digo que no es arreglada? P.: Pero sí que terminé... precisamente porque hay más maneras que tú llamas "revueltas" que las que llamas "arregladas". H.: Pero eso no es una razón para... P.: Te equivocas, lo es. Y es la verdadera y única y muy importante razón. H.: ¡Ufa, papá, basta con eso! P.: No, no bromeo. Esa es la razón y toda la ciencia está ensamblada mediante esta razón. Tomemos otro ejemplo. Si pongo un poco de arena en el fondo de esta taza y encima de ella pongo un poco de azúcar y lo revuelvo con una cucharilla, la arena y el azúcar se mezclarán, ¿no es cierto? H.: Sí, pero papá, ¿te parece bien pasar a hablar de "mezclado" cuando comenzamos hablando de "revuelto"? P.: Es que... bueno... me parece que sí... Sí, porque supongamos que encontramos a alguien que piensa que es más arreglado colocar toda la arena debajo de todo el azúcar. Y, si quieres, no tengo inconveniente en decir que yo pienso de esa manera... v H.: ¿Sí...? P.: Está bien, tomemos otro ejemplo. Algunas veces, en el cine, tú ves un montón de letras del alfabeto, desparramadas por todas partes en la pantalla, hechas un revoltijo y algunas hasta patas arriba. Y entonces

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alguien sacude la mesa donde están las letras y las letras comienzan a moverse y luego, a medida que las siguen sacudiendo, las letras se reúnen y forman el título de la película. H.: Sí, las vi... lo que formaban era DONALD. P.: No tiene importancia lo que formaban. El asunto es que tú viste que algo era sacudido y batido, y en vez de quedar más mezclado que antes, las letras se reunieron en un orden, todas de pie y formaron una palabra... formaron algo que la mayoría de las personas estará de acuerdo en que tiene sentido. H.: Sí, papá, pero sabes que... P.: No, no lo sé; lo que trataba de decir es que en el mundo real las cosas nunca suceden de esa manera. Eso pasa sólo en las películas. H.: Pero, papá... P.: Te digo que sólo en las películas se pueden sacudir cosas y éstas parecen adquirir más orden y sentido del que tenían antes... H.: Pero, papá ... P.: Esta vez déjame terminar... Y en el cine, para que las cosas parezcan así, lo que hacen es filmar todo al revés. Ponen todas las letras en orden para que se lea DONALD, las filman y luego comienzan a sacudir la mesa. H.: ¡Pero si ya lo sé, papá! Y eso era lo que quería decirte. Y cuando proyectan la película la pasan hacia atrás, y parece como si todo hubiera pasado hacia adelante, pero en realidad sacudieron las letras después de ordenarlas. Y las tienen que fotografiar patas arriba... ¿Para qué lo hacen? P.: ¡Cielo santo! H.: ¿Por qué tienen que poner la cámara cabeza abajo, papá? P.: No te voy a responder ahora esa pregunta porque estamos en el medio de la pregunta sobre los revoltijos. H.: ¡Ah, es verdad! Pero no te olvides, papito, que otro día me tienes que responder la pregunta sobre la cámara boca abajo. ¡No te olvides! ¡Verdad que no te vas a olvidar, papá? Porque a lo mejor yo me olvido. Sé buenito, papá. P.: Bueno, sí, pero otro día. ¿En qué estábamos? Ah, sí, en que las cosas nunca suceden hacía atrás. Y trataba de explicarte por qué hay una razón de que las cosas sucedan de cierta manera si podemos mostrar que esa manera tiene más maneras de suceder que alguna otra manera. H.: Papá, no empieces a decir tonterías. P.: No estoy diciendo tonterías. Empecemos de nuevo. Hay una sola manera de escribir DONALD. ¿Estás de acuerdo? H.: Sí. P.: Magnífico. Y hay millones y millones y millones de maneras de esparcir seis letras sobre una mesa. ¿De acuerdo? H.: Sí. Me parece que sí. ¿Y algunas de esas pueden ser patas arriba? P.: Sí. Exactamente como en ese revoltijo en que estaban en la película. Pero puede haber millones y millones de revoltijos como ese, ¿no es verdad? ¿Y uno solo de ellos forma la palabra DONALD? H.: De acuerdo, sí. Pero, papito, las mismas letras podrían formar OLD DAN [VIEJO DANIEL].

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P.: No te preocupes. Los que hacen las películas no quieren que las letras formen VIEJO DANIEL sino DONALD. H.: ¿Y por qué? P.: ¡Deja tranquilos a los que hacen las películas! H.: Pero fuiste tú el que habló de ellos, papá. P.: Sí, bueno, pero era para tratar de decirte por qué las cosas suceden de aquella manera en la que hay el mayor número posible de maneras de que suceda. Y ya es hora de irse a la cama. H.: ¡Pero, papá, si no terminaste de decirme por qué las cosas suceden de esa manera, de la manera que tiene más maneras! P.: Está bien. Pero no pongas más motores en funcionamiento... con uno basta y sobra. Además, estoy cansado de DONALD. Busquemos otro ejemplo. Hablemos de tirar monedas a cara o cruz. H.: Papá, ¿estás hablando de la misma pregunta por la que comenzamos, la de "por qué se revuelven las cosas"? P.: Sí. H.: ¿Entonces, papá, lo que tratas de decirme sirve para las monedas, para DONALD, para el azúcar y la arena y para mi caja de pinturas y para las monedas? P.: Sí, efectivamente. H.: ¡Ah, bueno, es que me lo estaba preguntando! P.: Bueno, a ver si esta vez logro acabar de decirlo. Volvamos a la arena y el azúcar y supongamos que alguien dice que poner la arena en el fondo de la taza es "arreglado" u "ordenado". H.: ¿Hace falta que alguien diga algo así para que puedas seguir hablando de cómo se mezclarán las cosas cuando las revuelvas? P.: Sí... ahí está precisamente el punto. Dicen lo que esperan que suceda y luego yo les digo que no sucederá porque hay tal cantidad de otras cosas que podrían suceder. Y yo sé que es más probable que suceda una de las muchas cosas y no de las pocas. H.: Papá, tú no eres más que un viejo que hace libros, que apuestas a todos los caballos menos al único al que quiero apostar yo. P.: Es cierto, querida. Yo les hago apostar según lo que llaman la manera "arreglada" —sé que hay infinitamente muchas maneras revueltas— y por eso las cosas siempre se encaminarán hacia el revoltijo y la mixtura. H.: ¿Pero por qué no lo dijiste al comienzo, papá? Yo lo hubiera podido entender perfectamente. P.: Supongo que sí. De todas maneras, es hora de irse a la cama. H.: Papá, ¿por qué los grandes hacen Ja guerra, en vez de sólo pelear, como hacen los chicos? P.: Nada: a dormir. Ya terminé contigo. Hablaremos de la guerra otro día. *Extracto tomado del libro: “Pasos hacia una ecología de la mente” de Gregory Bateson, Parte I Metalogos.

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¿Qué es la Cibernética? El término "cibernética" (del griego kybernetes, piloto, timonel) fue acuñado por el matemático Norbert Wiener en 1948, para abarcar "todo el campo de la teoría del control y la comunicación, ya se trate de la máquina o del animal". La cibernética se ocupa de investigar científicamente procesos sistémicos de carácter muy variado, entre ellos los fenómenos de regulación, procesamiento de la información, adaptación, autoorganización, autorreproducción, acumulación de información y conducta estratégica. Dentro del enfoque cibernético general se han desarrollado los siguientes campos teóricos: teoría de los sistemas ( -> sistema), -> teoría del control, -> teoría de la información, -> teoría de la comunicación, -> teoría del juego y teoría de la decisión. En la Terapia Familiar, desde la cibernética uno de sus presupuestos fundamentales fue el concepto de circularidad

PRIMERA CIBERNÉTICA Desde la época de Herón hasta la aparición de la Cibernética de Primer Orden deberán pasar 2000 años. En 1932, el biólogo Claude Bernard utiliza el concepto de medio interno para hacer referencia al organismo como sistema y plantear que no es posible considerar a una parte del organismo separada de otras, y que todas son interdependientes en una dinámica no descriptible en los términos causales corrientes. A Walter Cannon se debe el concepto de homeostasis. Predecesor directo de Wiener, toma la noción de Claude Bernard del medio interno, y la considera en términos de mecanismos fisiológicos en relación a la constancia del medio. Cannon está interesado en los mecanismos de regulación, y la noción de homeostasis surge de la descripción de una red de interacciones recíprocas en que los distintos componentes del medio interior están en equilibrio dinámico. Estas nociones estimularon a distintas personas del campo de la biología, las matemáticas, la física, los antropólogos, sociólogos e ingenieros electrónicos. Entre ellos, Gregory Bateson, Warren Culloch, Margaret Mead, Jhon Von Neumann y Norbert Wiener. Norbert Wiener (entre 1954 y 1967), estudiando la conducta de los tiros de los cañones antiaéreos para optimizar su objetivo, utiliza el principio

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de retroalimentación o feedback como una de las bases de su teoría. Dicho principio hace referencia a un mecanismo que reintroduce en el sistema los resultados de su desempeño. De esta manera, la información sobre los efectos retro actúa sobre las causas convirtiendo el proceso lineal en circular. Para que se pueda producir este movimiento de control es necesario tener un sensor que dé información respecto de la posición actual del sistema en relación al estado deseado, de manera tal que los mecanismos de corrección de la desviación entre uno y otro puedan actuar. Wiener consideró que el principio de corrección del error es el mismo en las máquinas y en los seres humanos. Este principio está basado en los mecanismos de activación y corrección del error. Wiener lo denominó “control y comunicación en el animal y la máquina” y acuñó el término de Cibernética en 1948. “Warren McCulloch (1965) la describió como una epistemología experimental centrada en la comunicación dentro del observador y entre el observador y el medio”. En esta etapa se consideraba que los procesos de corrección de la desviación (feed-back negativo) permitían mantener la organización y que los procesos de ampliación de la desviación llevan a la desorganización, el caos y la destrucción del sistema. Por lo tanto, la homeostasis como proceso autocorrectivo era el concepto predominante.

FASES, ORDEN, SISTEMA Y TERAPIA FAMILIAR

1. HOMEOSTASIS ? MORFOSTASIS (CIBERNETICA PRIMERA) CONTRARRESTAN LAS DESVIACIONES 2. CAMBIO ? MORFOGENESIS (CIBERNETICA SEGUNDA) AMPLIFICACION DE LAS DESVIACIONES

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CIBERNÉTICA Y SISTEMAS Cibernética y Sistemas son conceptos que están integrados, por lo tanto, no podemos hablar de Sistemas y a la vez no hablar de cómo los distintos elementos que estructuran el sistema se comunican o trasladan información unos con otros. La Familia es un sistema que se autorregula con la finalidad de lograr adaptaciones sin desviarse del patrón y a la vez manteniendo unidos a sus elementos. Los sistemas vivos intercambian información, generan pautas que conectan la entrada de información, la salida de presentación de los sistemas se definen como control. La información que intercambian los sistemas complejos se ha definido como Cibernética. La palabra Cibernética en griego se refiere a mecanismos precisos de gobierno y control, con Platón y Ampere es usada siempre en un sentido político – social, pero es utilizada por primera vez en referencia a la ingeniería humana por Norbert Wiener. La Cibernética es una disciplina íntimamente vinculada con la Teoría General de Sistemas, al grado en que muchos la consideran inseparable de esta, y se ocupa del estudio de: el mando, las regulaciones y el gobierno de los sistemas. El propósito de la Cibernética es desarrollar un lenguaje y técnicas que nos permitan atacar los problemas de control y comunicación en general. Lo que estabiliza y coordina el funcionamiento de los sistemas complejos como los seres vivos o las sociedades y les permite hacer frente a las variaciones del ambiente y presentar un comportamiento más o menos complejo es el control, que le permite al sistema seleccionar los ingresos (inputs) para obtener ciertos egresos (outputs) predefinidos. La regulación esta constituida por los mecanismos que permiten al sistema mantener su equilibrio y alcanzar o mantener un estado. Un concepto fundamental en Cibernética es el de la retroalimentación. La retroalimentación parte del principio de que todos los elementos de una totalidad de un sistema deben comunicarse entre sí para poder desarrollar interacciones coherentes. Sin comunicación no hay orden y sin orden no hay totalidad, lo que rige tanto para los sistemas físicos como para los biológicos y los sociológicos. La retroalimentación puede ser positiva, negativa o compensada. La retroalimentación es negativa cuando su función consiste en contener o regular el cambio, es positiva si amplifica o multiplica el cambio en una dirección determinada y se dice que es compensada cuando un regulador ejerce alternadamente retroalimentaciones positivas o negativas, según las

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necesidades del mantenimiento de la estabilidad del sistema regulado. (Ejemplos: refrigerador, temperatura humana, etc.). EL CARÁCTER DE LOS SISTEMAS VIVIENTES NO ES LINEAL, ES CIRCULAR Y SE RETROALIMENTAN. Cuando estudiamos familias podemos describir este desarrollo evolutivo, este desarrollo en el que cada persona descubre a la otra con una creciente habilidad para descubrir lo inesperado y lo desconocido. Desde la Cibernética, tal como la entendemos como la pauta que conecta podemos ayudar a conceptuar las maneras del aprendizaje y la enseñanza sin perder la riqueza de la experiencia relacional. La Retroalimentación de los afectos desde el pragmatismo de la Epistemología Batesoniana, reconoce en la ternura y en el vínculo amoroso, el descubrimiento natural pauta el proceso de la vida, la convivencia, el toque de las puntas de los dedos que responde al toque del otro. Las palabras pueden también tocarse y transformarse en algo más que lo que cada uno dice. La familia que cambia que se retroalimenta positivamente, es una familia cariñosa, sus intervenciones serían creativas tanto dentro como fuera del ámbito familiar. La Cibernética, que es la ciencia de la pauta, ha empezado a elaborar un lenguaje para describir los sistemas de desarrollo complejos. Como, por ejemplo, la convivencia reflejada en las pautas de crianza, sus relaciones y reglas, desde los vínculos de conyugalidad, las respuestas mas armoniosas desde el proceso de crecimiento de los hijos y la parentalidad, los vínculos jerárquicos de las relaciones y roles en el ámbito educativo desde la tradición, pero sin dejar de lado el análisis y la visión positiva de los conflictos que se dan en el espacio de escolarización, etc. Por esta situación necesitamos un lenguaje que nos permita hablar de proceso, cambio, información, pauta, etc., si cambiamos nuestra manera de pensar, cambiamos nuestra manera de actuar.

APRENDIENDO A OBSERVAR Es innegable que el observador esta incluido en lo que observa. La gran revolución epistemológica de los últimos 30 años es que la realidad descrita es la que está en nosotros. La realidad que describimos es la respuesta a la información que recibimos. ¿Dónde encontramos la información importante? Las preguntas fundamentales acerca del conocimiento se inducen cuando se examina la transmisión de la información en un sistema. Por ejemplo, la familia como sistema, tiene un estilo de desarrollarse y de establecer sus propias pautas. La Cibernética nos ayuda a calibrar el cambio que proponemos desde el sistema, tener la capacidad de cambiar con el sistema es el fin de la

Cibernética 10 Terapia Familiar Sistémica. A través de la Comunicación Relacional podemos intuir, observar cuando un sistema es cerrado o abierto al crecimiento. La mayoría de los sistemas educativos parecen operar como familias cerradas y trabajan para hacer que los hijos se adapten al pasado o sostengan las “tradiciones”. Es evidente la necesidad de enriquecer nuestro lenguaje para describir la evolución de la conducta dentro de la familia como precursora de la educación.

LA EPISTEMOLOGIA BATESONIANA SISTEMA TOTAL ARBOL OJOS

CEREBRO

PUÑO MANO

MENTE INMANENTE

ARBOL GOLPE

MUSCULO

HACHA

"TRANSFORMACIONES DE DIFERENCIAS" "LA DIFERENCIA QUE HACE LA DIFERENCIA"

LA EPISTEMOLOGÍA BATESONIANA En 1956, Gregory Bateson en colaboración con Jhon Weackland, Jay Haley y Don Jackson publicó un trabajo llamado “Hacia una Teoría de la Esquizofrenia”, en este texto el equipo de Bateson presentaba una aproximación teórica al problema de la esquizofrenia en la que desplazaba el foco de atención de las explicaciones el término de etología (centradas en la psique o mente del enfermo) al ámbito de la comunicación interpersonal. Bateson adopta esta postura para entender la manera en que el llamado “esquizofrénico” creaba y mantenía su muy particular relación con él mismo y con los demás. Este modo de conceptuar lo que hasta entonces se consideraba “la patología mental” supuso una vía de gran importancia para el trabajo clínico y en especial para el campo de la terapia familiar. Al intentar dar explicación del trastorno esquizofrénico Bateson da un

Cibernética 11 giro epistemológico y pasa del modelo filosófico de la conciencia al modelo de la información o cibernética para generar de este modo una serie de implicaciones que marcaban una línea de diferencias respecto del modelo tradicional con una mente psique dentro del trabajo clínico. Cuando G. Bateson y lo que sería el equipo del Instituto de Investigaciones Mentales plantearon su separación de lo que el modelo médico vigente demarcaba como patología mental retomaron una metáfora que habría de guiar la práctica terapéutica en los siguientes 25 años, la metáfora cibernética. Recordemos a la cibernética como la ciencia de la comunicación y el control, caracterizado este último como un proceso de autorregulación mediante ciclos de retroalimentación. El recoger esta metáfora en el campo de la práctica clínica hizo que se reconceptualizara un tema central de un modo diametralmente diferente al anterior: el síntoma como algo que formaba parte de un ciclo homeostático que permitía que se estabilizara la familia. Esta adopción siguió recurriendo a figuras o metáforas espaciales que nos permitieron explicar al SISTEMA como una entidad que permanecía igual mientras cambiaba. Así tenemos figuras como homeostasis, circularidad, calibración; la familia se constituía como un análogo orgánico en busca de homeostasis bajo el costo que fuese necesario. El terapeuta entonces se veía como la persona designada como aquella con las habilidades para trastornar ese ciclo y arreglar aquello que era disfuncional. Esta conceptualización de la práctica terapéutica se podría calificar, según H. Von Forester como de Cibernética de Primer Orden donde el observador permanece afuera de lo observado o bien Maturana lo propone como lógica de sistemas alopoieticos o de control, un modelo análogo al modelo de la ingeniería de sistemas de entrada – salida. En esta visión no obstante se lleva a matizar la aproximación terapéutica con un vocabulario donde se permea toda la relación terapeuta-familia con las metáforas de guerra: estrategia, táctica de poder, maniobra e incluso se tiende una barrera entre el terapeuta y la familia a modo de bandos contrarios en conflicto (recordemos el análogo de “juego” para designar las formas de interacción familiar, el meta- se torna posición estratégica) donde uno debe contrarrestar y atacar para manejar las maniobras de la familia. La práctica terapéutica se llega a pensar con esta construcción y se ve guiada en el trabajo con las familias por este mito. Esta posición implica una postura estratégica que hace pensar no sólo que se tiene la posibilidad de manipulación de la familia sino incluso supone una visión desde afuera de la familia, un permanecer observando “la realidad” de esa familia. Pronto en este impulso uno comienza a pensar en cuales serían los cambios a realizar con la familia, uno sabría qué cambios y qué orientación habrían de tener estos cambios de antemano, por supuesto esto lleva implícito que si se sabe qué se ha de cambiar es

porque se tiene un criterio que permita identificar lo que no se va a

Cibernética 12 cambiar. El terapeuta puede estar pensando en una estructura específica (del cómo deben ser las familias o algunas de ellas) y comienza a evaluar si esta estructura puede ser disfuncional, si lo es, entonces debe ser patológica y por tanto tendría que trabajar y curarla. Aquí tendríamos un regreso a aquello que el enfoque sistémico pretendió en un principio dejar atrás y además enmarca deplorablemente la postura de uno que cura y otro que es curado. El mantener esta postura en la práctica terapéutica ha traído como consecuencia una aproximación a la familia enfrascada en un pragmatismo más bien estrecho donde se busca la receta, el ritual, la prescripción que más inmediatamente nos resuelva el qué hacer con la familia y nos dé el control. Se recurre a la creación de una lista de técnicas recetas de intervención donde ajustar la demanda de cada caso presente. El terapeuta se auto-presenta como Amo del Universo (conoce la realidad e incluso la construye) y presta sus servicios a los mortales en desgracia (las familias disfuncionales) a quienes instruye gracias a su sapiencia estratégica (prescripciones, ritos, paradojas) para que terminen ya con su “juego”. Al considerar la visión de una construcción social de la realidad la postura del terapeuta -Amo del Universo se encuentra sin apoyo en el cual sustentarse como él de la visión desde afuera, que conoce la realidad tal como es. El no puede estar fuera y ver la “realidad. El está inmerso dentro de esa misma realidad: él no está bajo el control de nada pues él mismo es parte de toda esa red simbólica que se crea con la familia donde los cambios de él y los de la familia suelen ser en conjunto. La utilización de la metáfora de la circularidad cibernética ha propiciado una práctica pragmática que muchas veces lleva de regreso a todas aquellas posturas del psiquiatra que clasifica (diagnóstico de por medio) y designa la normalidad o anormalidad del sujeto en cuestión; reaprendemos a caminar como dioses entre los mortales y pretendemos que podemos saber lo que se tiene que hacer aún antes de que las cosas ocurran. La crítica a este modo de práctica terapéutica se ha propuesto también desde el mismo campo de la cibernética se ha propuesto también desde el mismo campo de la cibernética. Biólogos como Maturana; Varela e incluso H. Von Forester en una recursión a Bateson, ha tratado de dar salida a estas observaciones mediante lo que han llamado Cibernética de Segundo Orden o de los Sistemas Observantes. Se caracteriza a estos sistemas como autónomos y con la condición de que no pueden ser programados desde fuera y en los que no existe un determinismo histórico, esto es, no siguen ningún sendero predecible. El sistema autónomo autopoiético (como lo llama Maturana) se podría ver, así como un conglomerado aislado, sujeto a un cierre informacional donde los intercambios con el exterior no son en realidad entradas de información sino una especie de desencadenante que funciona para que el sistema se reorganice siempre en busca de ese estado que lo hace ser lo que es. La organización del sistema es en sí misma la variable que se ha de

Cibernética 13 buscar permanezca constante, la identidad de dicha unidad que a su vez es su organización permanece igual: Varela propone en la búsqueda para hacer que dichos sistemas aparentemente aislados expliquen la lógica de organización circular que Bateson sostiene (la explicación de la mente  espíritu, mind en las secuencias de DNA-célula, célula- organismo, organismo –medio, ambiente), el constructo: Dominio de conversación. El problema de los sistemas autopoiéticos en cómo explicar su interacción con los demás y la resultante constitución de ideas sobre el mundo que se aceptaría como realidad a partir de consentir en un marco de referencia consistente. La pregunta se planteaba en el cómo explicar que se compartan ciertas ideas a las que se llega de manera consensual. Von Forester apuntaba que dicho consenso se daba a partir de lo que era dado a través de una mediación del lenguaje y la cultura. Pero cómo explicar esta relación de los sistemas autopoiéticos con su cierre informacional y eso que Bateson entendía como mind o proceso mental que se “genera donde quiera que una adecuada estructura de circuitos de recursiones causales apareciese”. Varela propone hablar de sistemas autónomos donde los elementos que lo conformen puedan ser ellos mismo autopoiéticos o no y la forma de interacción entre ellos tendría esta organización circular, entendida esta como ese momento donde cada unidad se vea comprometida en acciones que se asemejen a la conversación, implicando que por encima de nuestras mentes individuales (recordemos aquí que Bateson habla de Mind/mente, como la forma de organización circular o proceso metal que se da en todas las secuencias de interacción de lo vivo) existe una actividad que tiene una organización similar y en unidades de un orden más alto en este nivel son instancias de sistemas autónomos. Bibliografía BATESON, G. “Pasos para una ecología de la mente”, Buenos Aires, Ed. Carlos Lohlé, pg. 449 y 65. -----------, “Mente y Naturaleza”, Nueva York, Bantam Books, 1979, pg. 250 y 5. BERTALANFFY, L. “teoría General de los Sistemas”, Méjico, Fondo de Cultura Económica, 1976, pg. 9, 32, 33, 41, 46 y 250. HOFFMAN, L. “Fundamentos de Terapia Familiar”, U.S.A., Basic Books, 1981. JACKSON, D “El problema del homeostasis de la Familia” en, Comunicación, Familia y Matrimonio, Buenos Aires, Nueva Visión, 1977.