CHAMBERS ROBERT. ACCION PRACTICA.pdf

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DISEftO DE CUBIERTA: ESTUOIO PEREZ-ENCISO

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TRADUC06N DE SARA SANA ACEDO. 2012

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INTRODUCQdN Y EDICldN DE BEATRIZ PEREZ GALAN. 2012 e KOLDO UNCETA, ARTURO ESCOBAR. MARK HOBART. GEORGE M. FOSTER ROBERT CHAMBERS. MAJID RAHNEMA, DAVID LEWIS. KATE GARDNER JAMES FERGUSON. DAVIS MOSSE. CURA MUR8UIAL0AY. -GUHiERVO BONF1L 6ATALLA ANDREW ■GRAY. LIBIA '0

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ANTROPOLOGfAY DESARROLLO. DISCURSO. prActicas Y ACTORES ISBN:9»G4G3.19-720-2 DEPOSITD LEGAL M-24.155-2012 IBIOJHMC ESTE UBRO HA SIDO EDITADO PARA SER DtSTRIBUIDO. U INTENaON DE LOS EDITORES ES QUE SEA UT1UZAD0 LO MAS AMPUAMENTE POSIBLE. OUE SEAN AOQUIRIDOS ORISINALES PARA PERMIT1R U EDiaON DE OTROS NUEVOS Y QUE DE REPRODUCIR PARTES. SE HAGA CONSTAR EL TfTULO Y U AUTORlA.

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SEGUNDA PARTE. ANTROPOLOGfA. PARTICIPACltiN Y DESARROLLO 121 CAPfTULO 4. NATURALEZA DE LA ANTROPOLOGfA APLICADA 123 George M. Foster CAPfTULO 5. ACC16N PRACTICA 155 Robert Chambers CAPfTULO 6. PARTICIPACiON 187 Majid Rahnema

CAPfTULO 7. LOS ANTROP6LOGOSDENTRO DEL DESARROLLO 208 / David Lewis y Kate Gardner

TERCERA PARTE. ETNOGRAFIANDO LA INDUSTRIA DE LA AYUDA Y LAS POLfTICAS DEL DESARROLLO 237 CAPfTULO 8. LA MAQUINARIA ANTiPOLfTICA. DESARROLLO, DESPOUTIZAClbN Y PODER GURGCRATICO EN LESOTO 239 James Ferguson CAPfTULO 9. UNA ETNOGRAFfA DE LAS POLfTICAS DE LA AYUDA EN LA PRACTICA 258 David Mosse

CUARTA PARTE. DESAFIANDO EL DESARROLLO Y LA MODERNIDAD OCCIDENTALES. MUJERES, PUEBLOS INDfGENAS Y MOVIMIENTOS SO.CJALES ANTJGLOBALIZACIGN 283 CAPfTULO 10. MIRADAS DEL DESARROLLO A LAS MUJERES Y US RELACIONES DE GENERO 285 Clara Murguialday CAPfTULO 11. EL ETNODESARROLLO- SUS PREMISAS JURfDICAS. POLfTICAS Y DE ORGANIZACI6N 328 Guillermo Bonfil Batalla

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CAPfTULO 5

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AQUEL HOMBRE DE ABAJO BUSCA ALGO PEQUESO QUE HAGER, LOVEYLOHACE; ESTE HOMBRE DE ARRIBA, CON UNA GRAN COSA POR PERSEGUIR, MUERE ANTES DE SABERLO. AQUEL HOMBRE DE ABAJO SIGUE SUMANDO DE UNO EN UNO, Y SUS CIEN PRONTO ALGAN7A; ESTE HOMBRE DE ARRIBA. QUE BUSCA EL MILL6N, NO SE PERGAIA DE LA UNIDAD.



Aunque la libertad y el poder de las personas yaiiaa enoraaemente, todos pueden hacer algo. Un punto de partida seria euestionar los valores que colocan a los ultimos al final, como la creencia de que cuanto mis pobres y dibiles son las personas, menos se les ha de pagar. Otro, seria usar la imaginacidn para pensar mis alii de los efectos distantes, pero reales, de las decisiones tecnicas y pollticas y de las aeciones y omisiones de los agentes extemos sobre los pobres en las zonas rurales. Un tercero, seria aumentar el contacto y lo que se puede aprender de los pobres en las zonas rurales, compensando los sesgos antipobreza resultado del turismo de desarrollo rural*** y usar metodos ripidos de evaluacidn rural. Los cambios en aprendizaje pueden tomar mucbas formas, incluyendo el sentarse, preguntar y escuchar; aprendiendo de los mas pobres; instruirse sobre el conocimiento tecnico indigena-, investigar junto a los habitantes rurales; aprender trabajando y utilizar juegos de simulacidn. Los cam­ bios en gestion pasan por cambios en comunicacion: de una comunicacion autoritaria a una participativa; menos traslados de personal tecnico y mis cualificado en lugares pobres y aislados; y permitiry hacer posible que los usuarios mis debiles puedan demandar servicios y derechos de forma efectiva. Para lograr estas transformaciones, es mejor empezar actuando y aprender haciendo. La mayor parte de las veces, el mejor camino hacia adelante es aquel que comienza por pasos cortos y pequefios esfuerzos, poniendo a los ultimos primero *55

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una y otra vez. Los pequenos cambios se apoyan los unos en los otros y juntos se convierten en un movimiento mayor. Muchos ya ban antepuesto a los ultimos, algunos en la distancia y otros de forma directa. Este texto espera brindarles a to.do.s apoyo y animar a otros a hacer lo que puedan.

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EL AMBITO DE LA ELECCION PERSONAL

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Parte de la ciencia social inis pcsirQista tlende a mini mizar la importaacia de la eleccidn personal de dos maneras. Primero, recalca lo mal que van las cosas y despuds que estan peor de lo que parecen. Este enfasis suele ser beneficioso. A1 sacar a relucir repetidamente la forma en que las elites rurales acttian como una red para interceptar los beneficios de un proyecto, como se explota a los mas pobres, el papel de la tecnolpgia intensiva en capital para destruirias formas de vida de los pobres, el sufrimiento frecuente de las mujeres o c6mo las empresas transnacionales explotan a los paises mas pobres entre otros, los cientificos sociales ban revelado escandalosy mitos que ban contribuido aliberar de posibles fallos las actuaciones de los tecnicos de desarrollo..Sin embargo, desde esa perspectiva pesimista, la ciencia social suele estar acompaiiada por una especie de fatalismo: cuanto peor van las cosas, menor parece la esperanza de bacer algo para revertirlo. En segundo lugar, la ciencia social busca uniformidades y leyes. Mientras los tecnicos se dedican a hacer cosas concretas, algunos cientificos sociales intentan generalizar a traves de la teoria —las leyes del capital y del mercado, el an&lisis de clase, de la dependencia, la ventaja comparativa, la oferta y la demanda, entre otros—. Tanta teoria y generalizacion puede llevar al determinismo, dando a entender una impotencia individual ante las grandes transformaciones histbricas. Lo atroz puede parecer inevitable y aquellos que buscan conseguir un cambio pueden ser percibidos como ilusos. Algunos de esos cien­ tificos sociales estarbn esperando, segun reza la tradicion establecida, un 11amamiento (sin conviccibn) o un ejercicio (improbable) de voluntad politica para efectuar dichos cambios; y ademds verbn en ese llamamiento otro ejemplo mbs de reformismo ingenuo que apela a los ricos y poderosos, esperando que estos actiien contra sus propios intereses. El argumento manejado en este texto es muy distinto. Se basa en la premisa de que el comportamiento individual no estb totalmente determinado, una premisa sobre la cual todos, incluidos los mbs deterministas, parecen basar sus vidas. Sin duda operan fuerzas politicas, sociales y econbmicas, pero cuando se 156

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las disecciona, llegamos antes o despu^s a los individuos que actuan, sienten* y perciben. Fueden ser mujeres u hombres, pobres o ricos, rurales o urbanos, analfabetos o letrados, de paises mas o menos desarrollados, trabajadores sin tierra, artesanos, pequefios granjeros, trabajadores en agencias de voluntariado, personal del Gobierno, granjeros prosperos, comerciantes, trabajadores, empresarios, politicos, oficiales, personal de una agenda de ayuda, tecnicos, diploffiMCOS o bafi: do el juego de ': jipante describe W-: : ras otro que no _ f: otro juego para : ;:deran las malas das en grupos de w FT' ~ Posteriormente ; rs. Esto mismo se tovo a cabo con las vimerocon estu; sa, quienes dife• dn cientifica. La '?s. fue totalmente :a de desbrozar. El : > en pr£cticas, que universitarios y fes. 'i; realizacion de un r "idsre como se iban a fc. : ? la agricultura les - en su utilidad agri| _‘er sugerencias de fer - r junto a los agriculpR' demos, incluidos los % 'rnente distinto que

Se suele considerar que los m6todos indigenas de contar y cuantificar son limitados; esta visidn puede usarse para justificar estudios estadisticos formulados de arriba hacia abajo. Sin embargo, antes de disenary llevar a cabo tales estudios, se ban de realizar preguntas sobre c6mo mideny cuentan los habitantes de las zonas rurales, y si estos m6todos pueden eludir o encajar en tin sondeo. El primer paso seria listar, investigar y calibrar las unidades usadas por las personas rurales y sus aplicaciones. Las unidades usadas por los agricultores para tierras de cultivo pueden, por ejemplo, representar no el area, sino medidas de trabajo —por ejemplo, la longitud del surco que se puede trabajar antes de descansar y estirarse (Richards, 1979:3i)—, y estas unidades pueden tener mas sentido para los agricultores y para los propositos del estudio que las mediciones geom6tricas est£ndar de £rea. Tambi6n suele ser util servirse de juegos para ayudar a los agricultores a cuantificar y graduar sus estimaciones y preferencias. David Barker ha descrito como un juego de mesa tradicional africano el 0/0, que incluye agujeros en una tabla 0 en el suelo y el uso de semillas 0 piedras; ha sido adaptado para explorar el proceso de toma de decisiones de los agricultores, sus estimaciones sobre la gravedad relativa del comienzo de una plaga y sus preferencias en cuanto a las distintas proyecciones de productividad de una granja durante un period© de varies aflos. Los agricultores de Sierra Leona prefieren este formato antes que una encuesta con cuestionario. De este modo, la tabla de ayo transfiere la iniciativa a los locales de proporcionar mformacidn. Esto "parece ser de gran importancia en las culturas orales, donde la programacidn de un cuestionario puede actuar tanto como freno al libre flujo de una discusion” (Barker, 1979:40). Con los pastores de Africa occidental, Jeremy Swift ha desarrollado una variante de la tabla de ayo para generar discusiones sobre prioridades, usando heces de camello y agujeros en el suelo. Se excavan ocho agujeros y se" le pide al grupo que nombren los ocho problemas m6s importantes que tienen, donde cada agujero representa un problema. Esto lleva su tiempo y da lugar a un intense debate. Entonces le da al grupo veinticinco heces de camello y les pide que las distribuyan en los agujeros segun la importancia de cada problema. Los problemas menos graves suelen ser eliminados y las heces se redistribnyen entre aquellos que quedan. Unavez elegidos los dos 0 tres problemas mayores, el siguiente paso del anllisis pasa por hacer otros cinco agujeros para cada uno de estos problemas y pedirle al grupo que nombre los aspectos m£s importan­ tes de cada problema. Swift descubrio que los mismos problemas se repetian —c6mo obtener comida a preeios razonables durante la estacidn seca^ cr6dito para aumentar sus rebaiios; la salud animal y humana; un trato justo en sus 171

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negocios con el Departamento Forestal o c6mo negociar con el Gobierno y el mundo modemo—. Asi, una discusidn que empezo a las cinco de la tarde se prolongd hasta medianoche. Este tipo de enfoques desplazan la iniciativa desde el agente extemo a los locales. La estrategia de usar la tierra —dibujos en la arena 0 el barro, agujeros, piedras, heces— proporciona un foco comun que distrae las diferencias de estatus, vestimenta, estilo o forma de hablar de los tdcnicos. El camino esta abierto a la inventiva para cambiar el juego o el modelo a traves de acciones concretas —tomar un palo y dibujar en el suelo, 0 desplazar heces secas de un agujero a otro—. El debate suele desvelar un abanico de posturas y la ensenanza impartida por los "entrevistados” se abre ofreciendo a los agentes extemos un conocimiento profundo y directo.

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4. Aunar investigacidn y desarrollo. Otras inversiones del aprendizaje pueden enfocarse en el lugar y la modalidad de la investigacidn. Los argumentos que abogan por la realizacidn de investigaciones de ingenieria agricola en proyectos colaborativos con los agricultores locales han sido tratados anteriormente. Aquellas otras que se llevan a cabo fuera del entomo rural (en un centre de investigacidn, en unlaboratorio, etc.), a menudo ocasionan osadas simplificaciones o distorsiones muy graves. En el pasado, muchas de las investigaciones agricolas realizadas sin tener en cuenta a las pequefias explotaciones o a las familias desarrollaron prioridades equivocadas, que terminaron en "descubrimientos” enganosos. Existen, es cierto, ciertas fases o formas de investiga­ cidn que requieren controles escrupulosos que un laboratorio puede aportar. Sin embargo, los sesgos profesionales suelen priorizar el trabajo en centres de investigacidn y en laboratorios, envez del trabajo de campo. Tal es asi que en este punto tambien se necesita una transformaeidn radical para reconocer a los pequefios agricultores como profesionales y colegas, socios en la experimentaeidn y en el desarrollo de tecnologias. Los pequefios agricultores de Sierra Leona, por ejemplo, tienen sus propios metodos experimentales que, segun se afirma, hacen que costosas pruebas supervisadas tecnicamente y rea­ lizadas en el campo resulten redundantes (Johnnyy Richards, 1980). La inves­ tigacidn y el desarrollo son procesos que los agricultores realizan en todo momento, y hay mucho -que podemos aprender de ellos (Biggs, 1980). Que yo sepa, todavia queda por escribir el manual que trate de edmo aprender y mejorar los metodos experimentales de los propios agricultores. Y el potencial de colaboracidn entre agricultores experimentadores y cientificos agrdnomos esta aun lejos de cumplirse. 17?

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5. Aprender trabajanist 9l aprendizaje al trabajirill ellos, son importamm^ tituye ninguna noveda to del Kalahari, Paid 1 finalidad de comprra dentro. Paul Richartl faenas agricolas coal siquiera se le hubier do ofrecer. John Hatfi cuestionario convea implicadas en el eat sin paga con la ami plan funcion6 a i#f| papel de educads« 4 hiciera preguiuai^ jamas hubiera esba de la informaciean resultaron seruosi 3 autor descubri®^ 50 por ciento kxMf Todos estos soa75

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contesta, y ubh actitud —qpie Peter Berger (1977) denomina "el respeto cog­ nitive que impliea el respeto por parte del mas formado y m Gupta, R. (1981 . 135. Hatch, J. (igpt» LandTenur:' Heginbotham.C NuevaYork; Hildebrand. F Administrat Hunter, G. C.-- v J James, M. yfr Wesley P.C -"i, Johnny. M. y T developettr 1) Kelly, G. A. . Knight, P. (; Washing Hi Korten. D.' . odrmntr*VA?

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Development: Pu tting .5e & Technical y John . jAeedo y revisada para 5!

n proyectos de desarro- s.T.dies (IDS), Brighton, ^first, del que se extrae rtpresion se refiere a las - i Larocratas y periodis • ;j procedencia urbana, — tsrio. Porello, la inforhen estereotipos (velise iLzunas tdcnicas de RRA ‘■^st 1981ay Pacey, 1981; es una guia prActica de .ties una fuente admira* irauna bibliografia selec-

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a ; tnih Gestalt Experiments. - 4 Modem Therapies. 1976 --jtnicto personal de G. A. - Ls?4ripci6n de algunos jue-nn una breve bibliografia. . id, 36 St. Andrew’s Road, — 4»de los juegosj .Thite, 1980; Knight, 1980 .$81: Moris, 1981.

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CAPfTULO 6

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