Carl Orff (1)

Universidad Arturo Michelena Facultad de Artes, Letras y Humanidades Escuela de Artes, Mención Música Carl Orff Carl

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Universidad Arturo Michelena Facultad de Artes, Letras y Humanidades Escuela de Artes, Mención Música

Carl Orff

Carl Orff Carl Orff nació en Múnich en 1895. Comenzó a tocar el piano bajo la tutela de su madre: Paula, quien era pianista. Su interés por el lenguaje y la poesía fueron fomentados en la escuela, donde las lenguas clásicas y la literatura eran sus asignaturas favoritas. Entre sus influencias de niñez, hay que tener en cuenta su afición por el teatro (solía jugar con un teatro de títeres que le regalaron, improvisando cancioncillas y ritmos entre los personajes), así como también los recuerdos de los cantos en la iglesia local, los grandes espectáculos procesionales, y de bandas militares (pues su padre: Heinrich, era oficial del ejército). Comenzó formalmente sus estudios en la Akademie der Tonkunst en Munich. Entre 1915 y 1917 fue director musical en la Munich Kammerspiele, experiencia que tendría gran influencia en sus obras posteriores. Bajo la tutela de Curt Sach, (famoso musicólogo a quien se debe, entre otras importantes aportaciones, la clasificación de los instrumentos aún vigente, esto es, desde el punto de vista de la manera de producir los sonidos) se adentró pronto en el estudio de los compositores del Renacimiento y del Barroco inicial, especialmente Claudio Monteverdi. También Curt le dio a conocer instrumentos de otras culturas, de donde pudo extraer la conclusión de que la mayoría eran idiófonos y membranófonos (los aerófonos y cordófonos eran minoritarios, al contrario de lo que ocurre en el elenco organológico occidental). Se comenzó a interesar por la relación entre música y movimiento durante su trabajo con Mary Wigman, alumna de Emile Jacques-Dalcroze y Rudolf von Laban. En 1923 conoció a Dorthee Gunter, que tenía la intención de fundar una escuela de movimiento, danza y educación rítmica. La idea de un adiestramiento musical en música (integrada con elementos del lenguaje, el movimiento y la danza) emergió y adquirió forma en las discusiones con Gunter desde entonces. En 1924 fundan la Gunterschule en Munich. Orff era el responsable de la enseñanza musical, quería que sus alumnos, que eran adultos, aspirantes a profesores de educación rítmica y danza, acompañaran sus movimientos con sus propias improvisaciones musicales. Pero, como la mayoría no tenía una formación previa, para que consiguieran esto sin necesidad de alguna destreza en el teclado, introdujo así una gran variedad de instrumentos de percusión. Gunild Keetman y la danzarina Maja Lex, ingresaron como estudiantes en la escuela de Orff en 1925 y 1926 respectivamente. Orff las recordaba a ambas igualmente dotadas tanto para la danza como para la música. Muy pronto se convirtieron en colaboradoras en la investigación de formas elementales de expresión musical y danza. La colaboración con Keetman en especial, resultó ser de gran valor en el desarrollo de conjuntos instrumentales y de un estilo musical adecuado a éstos. Durante los años veinte, con la colaboración del constructor Karls Maendler, comenzaron a dar forma definitiva a los instrumentos que han llegado hasta nuestros días con la denominación genérica de "instrumental Orff". Algunos de estos instrumentos se habían utilizado ya en la orquesta y en conjuntos de jazz, pero otros fueron diseñados y construidos

especialmente para uso pedagógico, inspirados en los instrumentos de placa melódicos y heterófonos del gamelán javanés, aunque simplificando las formas de acuerdo con la funcionalidad pedagógica. En 1930 Lex y Keetman fundaron un grupo de danza y orquesta con estudiantes de la Gunterschule que comenzó a ser muy conocido en Alemania y en el exterior. Con el auxilio de Hans Bergese y Wilhem Twittenhoff, algunas de las improvisaciones más conseguidas producidas por la Gunterschule fueron grabadas y transcritas a notación convencional con vistas a su publicación bajo el título de: Orff, Kettman y Berge: "Orff Schulwerk-Elementare Musikubung". Estas publicaciones incluyen libros para flauta dulce, timbales, xilófono y panderos. Orff era consciente de que publicando corría el riesgo de que no fuera correctamente entendido su trabajo ya que las improvisaciones realizadas con elementos simples y nacidas en un contexto dinámico y fluido, no se adaptaban bien al medio estático del texto impreso. Pero, por otra parte, comprendió que sólo a través de la publicación podría divulgarse su trabajo educativo. Desde 1931 se sucedieron conferencias y cursos que atrajeron la atención de las autoridades educativas en Alemania, lo que indujo al ministro de cultura a recomendar la adopción de su método en las escuelas elementales de Berlín. El ascenso de Hitler, sin embargo, y el comienzo de la Guerra, dieron al traste con estos planes: el enfoque pedagógico de Orff fue declarado contrario al clima ideológico y político dominante. Muchas de sus obras fueron retiradas porque empleaban poesías de escritores no acordes con el régimen. En 1944 se clausuró por motivos políticos la Gunterschule. El edificio y gran parte del material fueron completamente destruidos por una bomba. Entre tanto, en el período transcurrido entre 1935 y 1942, Orff creó sus primeras obras maestras: "Carmina Burana" y los dos cuentos de Grimm: "Der Mond" (La Luna) y "Die Kluge" (La Astuta). Tras la Guerra, la Compañía de Radiodifusión Bávara se puso en contacto con Orff, proponiéndole la realización de una serie de programas de educación musical para niños, que estuviera hecho por los propios niños. Sus dudas iniciales, pues estaba muy ocupado con la composición de su obra "Antígona", se volvieron pronto en entusiasmo, cuando comprendió que esa tarea podría renovar su sueño abandonado de una reforma de la educación musical. Comprometió a Gunild Keetman en el proyecto y la convenció para la adaptación de sus métodos al trabajo con niños. Simplificó su material y procedimientos, y escribió -bajo la forma de expresión vocal natural al niño- llamadas articuladas, palabra hablada, ritmos tradicionales y simples frases melódicas. Todo ello basado en la escala pentatónica de xilófonos y metalófonos que se proponía tocar en directo, en el estudio radiofónico. Las emisiones comenzaron en septiembre de 1948 y duraron ocho años. La acogida fue muy favorable en una época y contexto histórico-geográfico en el que la radio estaba siendo empleada como uno de los más potentes recursos para la re-educación democrática. Esto abrió la posibilidad de publicar de forma gradual, bajo el nuevo enfoque pedagógico que surgió de su trabajo con los niños, una serie de cinco colecciones básicas entre 1950 y 1954, bajo el título de:

"Musik fur Kinder", que serviría de base para una serie posterior mucho más comprehensiva, el famoso: Orff-Schulwerk, que es realmente la obra más conocida y traducida en la pedagogía de Orff. Pero el medio radiofónico imposibilitaba la inclusión de movimiento, fundamental para el desarrollo rítmico del niño, por lo que Orff buscaba un medio más apto para enseñar música de una forma integrada con el movimiento, la danza y el teatro. Un paso muy importante en ese sentido fue la invitación por parte del Mozarteum de Salzburgo (Austria) en 1949 a G. Keetman, donde tuvo la posibilidad de integrar de forma sistemática la enseñanza del movimiento. A partir de 1953 comenzaron a impartirse en el Mozarteum cursos intensivos para profesores de danza. Ya en 1963, se inauguró el Orff Institute, una rama dentro del Mozarteum para proporcionar cursos intensivos de verano para profesores de todo el mundo, y para promover la investigación en las aplicaciones del método, incluyendo sus aplicaciones terapéuticas. Aún hoy sigue funcionando como un punto de encuentro de los seguidores del Orff-Schulwerk en todo el mundo. Según el propio Orff, después de la Segunda guerra mundial se enfrentó a una posible pérdida de los derechos de autor de la célebre Carmina Burana, debido a un oficial de la desnazificación que había sido miembro de la Rosa Blanca y estuvo involucrado en la resistencia. No existe evidencia acerca de esto más que su propia palabra, ya que lo contradicen otras fuentes. El historiador canadiense Michael H. Kater, sin embargo, expuso argumentos decisivos que afirmaban que Orff colaboró con las autoridades nazis, pero luego, en su libro: “Composers of the Nazi Era: Eight Portraits” publicado en el 2000, Kater revocó hasta cierto punto estas acusaciones. Respecto a esto, la afirmación de Orff de que había sido anti-nazi durante la guerra fue aceptada por las autoridades de desnazificación norteamericanas que cambiaron su categoría previa de aceptación, permitiéndole continuar componiendo para presentaciones públicas. Muchas de las obras posteriores de Orff: Antígona (1949), Oedipus der Tyrann (1958), Prometheus desmotes (1967) y De temporum fine comœdia (1971), estaban basadas en textos o temas de la antigüedad. Las mismas extienden el lenguaje utilizado en la Carmina Burana de formas interesantes, pero son costosas de montar y no son óperas en el sentido convencional del término, puesto que involucran muchos detalles estéticos y conceptuales del movimiento en relación a la música escrita, por lo cual sólo han sido representadas ocasionalmente, y principalmente, en Alemania. Carl Orff murió a la edad de 86 años, el 29 de marzo de 1982 en Múnich. Su vida atravesó cuatro períodos históricos importantes para la historia europea y germánica: El Imperio Alemán, la República de Weimar, la Alemania Nazi y la Alemania Occidental de la posguerra. Orff fue enterrado en la capilla del monasterio de estilo barroco de Andechs, al sur de Múnich. Su lápida muestra escrito su nombre, la fecha de nacimiento y deceso, así como la inscripción latina “Summus finis” («El fin más alto»).

Algunos Preceptos Sobre el Método Shculwerk de Carl Orff

Según J. Frazee, educador estadounidense, los principios más relevantes de la filosofía Orff y que muchos maestros en el mundo toman como base para esta pedagogía musical son los siguientes:

1. Es participativa: Aprender Haciendo. Respeta el conocimiento previo del estudiante y se basa en lo simple para explorar con propiedad y dirigirse paulatinamente hacia lo complejo. En este sentido la Escuela Orff es una propuesta que promueve la participación activa de todos los estudiantes partiendo de sus posibilidades y sus intereses, pero también como motivación y desafío para desarrollarse musicalmente aún más durante el proceso. Por otra parte, la participación activa es parte de la asimilación de los conocimientos porque fortalece la construcción de los procesos mentales involucrados en el aprendizaje, ya que éste toma relevancia. 2. Es un medio, no un fin: La creatividad es la base de la educación musical Orff en la cual se encuentran inmersos estudiantes y maestros para fortalecer experiencias estéticas. La presentación final no es tan importante como lo experimentado y aprendido, aunque también se resalta el concepto de compartir lo musicalmente experimentado en el proceso a través de las presentaciones. 3. Busca el desarrollo personal y musical: Escuchar, recordar, analizar, improvisar y respetar la participación de cada uno en su función grupal. Estas actividades son medios para desarrollar conciencia sobre uno mismo y la música también. Los conceptos y habilidades pueden ser desarrollados a través de las actividades pero es la calidad de la experiencia la que intensifica la experiencia estética de la música y enriquece la vida de los estudiantes y maestros.

Sobre este punto de su propuesta educativa músical, Orff mismo en 1962 comentó al respecto: “Cualquiera que haya trabajado con niños y jóvenes en el espíritu del Orff Schulwerk, descubrirá que es una experiencia humanizadora y trasciende la función musical”. Al fin y al cabo, ¿Cuál es el objetivo de la educación musical? La experiencia musical en el aula no debería desligarse de la parte humana, la cual nos permite trabajar en grupo, fortalecer valores, respetarnos como individuos, expresarnos, apreciar la diversidad, y estimular la creatividad. Es importante recalcar que la Escuela Orff no es un método en el cual el profesor dirige su enseñanza por medio de pasos a seguir. Los libros escritos tanto por Carl Orff como por su co-ayudante Gunild Keetman, proponen modelos de improvisación y ejecución de la música, del movimiento y la expresión dramática para enseñar tanto a

niños como a jóvenes. De ahí la importancia de que los resultados de la pedagogía musical Orff es la de alcanzar el nivel más alto de creatividad y expresión artística en cada individuo incluyendo al maestro. De esta manera el maestro introduce en su planeamiento las actividades de diferentes maneras según su experiencia, creatividad y objetivos a desarrollar. Por su parte el estudiante gana hábito e independencia, y demuestra habilidades creativas para resolver los diferentes desafíos musicales a través de la participación activa y la exploración. La escuela Orff requiere por su parte de un alto compromiso en la preparación musical del maestro y su disponibilidad de experimentar y aprender en el proceso también. Elementos del Proceso Orff-Schulwerk: El proceso de Orff reúne los siguientes elementos en el proceso de enseñanzaaprendizaje:    

Observación Imitación Exploración-Experimentación Creación

A través de este proceso, el rol del educador musical es reducido a colaborador y partícipe del diálogo musical ya que el estudiante desarrollará su independencia musical y demostrará habilidades para proponer y crear. Conclusiones: La escuela Orff es una de las más significativas a nivel educativo y de experimentación artística, ya que combina en su proceso pedagógico la música, la literatura, el lenguaje hablado, el drama, la danza, y el teatro, en diversas actividades creativas propuestas por el maestro, y desarrolladas y asimiladas posteriormente por los estudiantes. Es un diálogo entre estudiante y maestro, ya que el estudiante también propone y se prepara para su independencia musical y su desarrollo creativo. Lo que diría el pedagogo Paulo Freire: “se prepara para la adquisición de su propia voz”. Es una filosofía educativa en donde se respeta la cultura y el conocimiento de sus hacedores. La escuela Orff sólo sugiere, y cada maestro crea y recrea con sus estudiantes por medio de un planeamiento propuesto. Es una aventura y un riesgo, una pedagogía del diálogo y el hallazgo. Es sumamente significativa en cuanto se fomenta el aprender haciendo a través de experiencias estéticas que permitan al estudiante y al maestro considerar el mundo de una manera distinta, además de fomentar un sentido de comunidad a través de personas diversas. Es una visión pedagógica musical altamente creativa desarrollada por un compositor.