Bundle of Angels - GB

Staff Traducción Auro Kyle Nanami27 PrisAlvS Thelovestory Corrección y Revisión Auro Kyle Diseño Auro Kyle Sinopsis

Views 637 Downloads 7 File size 764KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Staff Traducción Auro Kyle Nanami27 PrisAlvS Thelovestory

Corrección y Revisión Auro Kyle

Diseño Auro Kyle

Sinopsis Es la compilación de tres libros. Angélica es una niña traviesa, seduciendo a su ex padrastro, su ex tío y a su ex primo. Síguela mientras que ella lleva un miembro de la familia tras otro a su cama para algo de rudo, sexo duro.

Naughty Angel Traducido por Auro Kyle

Papi me atrapo en la cama con Jeremy Dettling, siendo follada en el culo y hablando sucio. Para hacer las cosas peores, estaba, por supuesto, llamando a Jeremy “Papi”. Porque, si, tengo totalmente algo por mi padrastro. Y no es como que haya crecido con él o nada. Él fue mi padrastro por todo un año y se la paso viajando con mamá todo el tiempo. Mi coño chorrea por él. Duro. Lo quiero en mi culo, mi boca, mi coño, entre mis pechos. Si cada parte de mi cuerpo puede ser follada, lo quiero haciéndolo. Así que Jeremy está follándome profundo, arrodillado, con el trasero en sus talones y estoy simulando la posición, descansando en su regazo, su polla dentro de mí. Él empuja bien y lento, estirándome, asegurándose de que cada rincón este lleno con su polla. —Joder, Papi. Dámelo. Él retrocede, sacando un poquito antes de enterrarse duro, sacudiendo mis pechos. Recargo mi cabeza contra su hombro, tomándolo todo. —Una sucia pequeña zorra, siendo follada en el culo por su papi. —A Jeremy no le molesta jugar mis juegos. Lo excita. No tanto como a mí, pero le gusta follarme así que me sigue la corriente. Mi coño chorrea, jugos goteando por mis muslos, mis dedos encontrando mi clítoris con facilidad, y circulo la pequeña protuberancia. Vuelta y vuelta, arrastrando mi placer más alto. Él lo saca un poco más y golpea dentro de nuevo, una de sus manos acercándose para pellizcar un pezón. La otra agarra mi hombro, enterrándome en su polla, dándomelo más fuerte. Me levanto un poco, dándole más espacio para follar mi hoyo trasero.

Estoy tan apretada allí atrás, apretándolo, y me deleito en el sucio, lo prohibido, arañando sentimientos a través de mi cuerpo. —Follame, más fuerte Papi. Tu sucia zorra quiere más. Jeremy se aprovecha del espacio, inclinando y elevando sus caderas, enterrando esa gorda polla en mí una y otra vez, dando y tomando. Su aliento es pesado en mi oído, esas palabras sucias incitándome. —Mi puta. La puta de Papi. Mi zorra-de-semen. —Su voz es un gruñido grave, lavando sobre mí. Mi coño se aprieta fuerte, estremecimientos de placer oscilando a través de mí, diciéndome que mi orgasmo está cerca. Los temblores en mi coño traen mis nervios a la vida. Lo quiero, lo imploro como mi siguiente respiración. Estoy saltando en su polla, su eje se siente como si creciera dentro de mí, mas indicios de dolor poniéndome más caliente, más necesitada. —Follamefollamefollame… Jeremy gruñe, incrementando su paso, —Tómala. —Brutales golpes y el ruido de la húmeda carne golpeando en guerra con el sonido de nuestros pantalones. —Tómala toda, perra. —¡Ah! —Mi coño se aprieta más fuerte, las paredes cerrándose sobre la otra, placer emanando de mi coño, llenándome de calor la cabeza, subiendo a través de mi ser entero, bombeando en mis venas, robando mi aliento en ese momento. Mi corazón tartamudea, golpes tropezando y tropezando mientras que el éxtasis se filtra en todos los poros. Dios, es como si mi propia sangre estuviese caliente y quemándome de dentro para fuera. Él bombea dentro de mí, una, dos y otra vez antes de que se congela, su polla dura y profunda, pulsando en mi canal. Sé que se está viniendo. Yo hice eso. Yo. Mi culo. Mi hoyo. La sola idea envía otro escalofrío a través de mí, réplicas de mi orgasmo hierven sobre mí y me estremezco, mi corazón enlenteciendo, mi respiración volviendo a la normalidad una vez más. —Maldita sea, Angelica. —Su voz es un susurro bajo.

Jeremy le da a mi pezón un último pellizco y luego se desliza detrás de mí, empujando entre nuestros cuerpos. Probablemente para sostener el condón puesto mientras se retira y me dejo caer hacia adelante a mis manos y rodillas gimiendo por la pérdida de su polla. Amo las pollas. Ser llenada por ellas. Saborearlas. Mis ojos han estado cerrados todo el tiempo, imaginándome a mi padrastro detrás de mí, llenándome, follándome hasta que no pueda respirar. Los abro y ahora mi corazón no está tartamudeando, no está congelando en mi pecho, no palpitando, no está haciendo ninguna maldita cosa. He muerto. Justo aquí en la cama, con las tetas colgando, bien follada y conmocionada más allá de lo imaginable. Tengo dieciocho. Una adulta. Una adulta tanto como le concierne al gobierno. Pero ahora mismo, mi mirada está pegada a mi padrastro. En carne y hueso. Él está sin camisa, como siempre cuando está en casa, y viéndome. Su expresión es una mezcla de sorpresa y algo que jamás he visto antes. Un gruñido estrangulado viene detrás de mí y me imagino que Jeremy debe de haber obtenido una vista de mi padrastro. La verdad es que él ya no es mi padrastro. Ha estado divorciado de mi mamá por años y estoy viviendo en su casa de piscina después de mi más reciente altercado con ella. Pero ella es una ardiente cougar1, lo que significa que mi padrastro tiene solo, como, treintaicinco. Un realmente ardiente treintaicinco. Y aun lo presento a mis amigos como mi papá. Bueno, es porque me excita. —Sr. Morelli, yo… Su cara se oscurece, un rojo intenso pasa a través de sus características y la vena en la sien está palpitando. No es una buena señal. Se refiere a mujeres mayores que sienten atracción por hombres menores, un ejemplo es Demi Moore. 1

Jalo mi manta a mi pecho, cubriendo mí desnudo cuerpo cubierto con sudor con el frio material. —Fuera. —Una palabra, rugió entre sus dientes apretados. No es bueno. Necesito recordarme a mí misma que soy un adulto. Bien. Algo así. Jeremy no parece necesitar que se lo digan dos veces. Él salta de mi cama, arrebatando su ropa del piso antes de deslizarse al lado de Luca, sus cuerpos no tocándose. Luca Morelli. Incluso su nombre es sexy. Mamá siempre tuvo buen gusto en hombres. Luca, mi propio semental italiano. En mis fantasías, de todas formas. Él es alto y fornido. Su olivácea piel bronceada me atrae con su pelo negro medianoche y esos ojos café oscuro. Yum. Por supuesto mis fantasías no están realmente sucediendo ahora mismo. Porque en mis sueños, el me atrapa y me toma, haciéndome olvidar a cualquier otro hombre. De verdad he estado leyendo demasiadas novelas románticas. En serio. Solo nos miramos el uno al otro, mi mirada de ojos azules atrapada en la suya café. Apenas estoy respirando, esperando por lo que va a decir. Sé que él no es mi “verdadero” papá. Ese tipo se fue hace mucho. Pero no me gusta decepcionar a Luca, y estoy imaginando que siendo follada en la casa de la piscina y llamando al chico Papi podría ser un poco excesivo para él. Él siempre me pareció como un chico del tipo misionero. No significa que lo desee algo menos. Si me diera la oportunidad, me acabaría acostumbrando a estar en mi espalda todo el tiempo. Valdría la pena por poner mis manos sobre él. Finalmente, después de lo que se siente como quince minutos haciendo tictac, él habla.

—Demonios, Ángel. —Él pasa una mano por su cabello, desordenándolo, haciéndolo lucir incluso más ardiente con las hebras despeinadas sobresaliendo. — ¿Qué voy a hacer contigo? —él gruñe y mi coño responde, apretándose, sufriendo por ser llenado. Amo ese gruñido, ese profundo timbre en su voz. — ¿Fóllarme? —No puedo evitarlo. Ya estoy jodida, en una forma no linda, bien podría ir por todo. Luca gime, deja caer su cabeza contra la pared y cierra sus ojos. —Ángel. La manera en la que dice mi nombre llega a mí. La profunda ondulación de su voz, la forma corta de Angelica. Soy su Ángel. Tan traviesa como soy. —¿Papi? —Mantengo mi voz suave, pequeña, esperando tentarlo. —Angelica, no podemos. Hemos hablado sobre esto. —Pero… Deja escapar un suspiro, duro y rápido. —Necesitas dejar de levantar chicos al azar, Ángel. Te vas a meter en problemas yMe arrastro un poco hacia delante, moviéndome en mis rodillas. —No pasaría si te tuviera. Solo te lo haría a ti. Una de sus manos se retuerce, sacando mi atención de su cara a sus caderas. Estoy embelesada, viendo mientras él la lleva a su creciente, palmeando su polla. Y puedo ver el bulto allí, esperando por mí. Mi boca. Mis manos. Lamo mi labio inferior, mi boca haciéndose agua. —Luca… He hecho cosas como estas, siendo atrapada, desde el momento en que me mude en mi cumpleaños número dieciocho. Seis meses he caminado por la casa principal en prácticamente nada, yaciendo por la piscina en incluso menos. A veces incluso con las tetas al aire, excusando mi desnudez diciendo que no quería líneas de bronceado en mis tetas. No puedo tener líneas de bronceado

—Solo yo, Ángel. Mis pezones se ponen duros, mi coño cremando, poniéndose más húmedo con la mera idea de que él está cediendo. Incluso un poco. Hasta que tenga su polla en mí, no estoy asumiendo nada. Abro mi boca, susurrando, no deseando romper el hechizo. —Solo tú. Él da un paso hacia adelante, esa normal entrada pedante, atrayéndome como polilla a la fama. Bajo la manta, exponiendo mi cuerpo a su mirada. Debería ser familiar para él ahora, pero sus ojos se abren, su lengua se desliza para humedecer sus labios. Luca luce hambriento, necesitado. Su palma no se ha alejado de su erección, su mano deslizándose arriba y abajo, ropa separando piel de piel. —De cualquier forma que desee. Asiento. —De cualquier forma. —Él no puede hacerme nada que no haya hecho ya con chicos que levante de bares. —Lo que sea que quiera. —Sí. —Dos pies nos separan, mi mirada clavada en la de él. No me muevo. No puedo. Estoy asustada de moverme. No quiero asustarlo, saltar sobre él y follarme a mí misma con su polla. —Estoy limpio. Nunca he follado sin un condón, pero voy a correrme en ti, Ángel. Eres mía. Me vengo. Allí mismo. Mi coño solo explotando jodidamente en placer y no puedo detener los escalofríos, los temblores y la maldita alegría que se vierte a través de mí. Gimo y dejo caer mi culo en mis tobillos, monto el aire por un momento, pinchando mi pezón para prolongar el placer un poco. —Tuya. —Levanto mis caderas, dolorida. —Soy solo tuya. Nada entre nosotros. Nada. No puedo evitar mi reacción. Soy un animal sexual. Palabras, miradas, cuerpos… todo me excita. Con los ojos cerrados, no veo la palmada venir, no podía imaginar que Papi reaccionaría de esa forma. Él golpea mi coño, su palma conectando con mis labios inferiores, su palma chocando con mí sensible piel.

Abro mis ojos y grito. — ¡Joder! Él aleja el dolor con caricias y continúo balanceando mis caderas, robando un poco más de placer de su toque, jadeando mientras mi excitación se levanta más alto. —Si… —Trato de apretarme en su mano, moler contra él, pero él solo golpea mi coño otra vez, una rápida, palmada aguda seguida por toques tiernos. —No. Es mío. Tu cuerpo es mío. Toma lo que te doy. Eres mi traviesa niñita, ¿no es así? Lloriqueo. Él es tan fuerte y dominante. Él es de esa forma en la vida diaria, pero él también es bastante estirado. Había asumido que sería de esa forma en la habitación también. Estoy más que gratamente sorprendida por esto. —Sí, Papi. —Él empuja mis muslos más abiertos, mis labios inferiores separándose con el movimiento y soy premiada con una palmada incluso más fuerte que antes, su palma chocando con mi necesitado clítoris. — ¡Papi! —No puedo evitar el chillido, el grito mientras mi cuerpo responde. — ¿Por favor? — ¿Puedes correrte de esta forma? ¿Soltar tu crema por toda mi mano? Lamo mis labios. Quiero decir sí, pero… —No lo sé. ¿Por favor? Luca acaricia mi coño suavemente, toques como de pluma. — ¿Nadie ha azotado este bonito coño? Prácticamente estas gritando por un azote, ¿no es así? No puedo oír nada excepto el golpeteo en mis oídos ahora, sensaciones abrumándome, dominando y chocado alrededor de mí. Él alterna entre toques tiernos y agudas palmadas, sucias, sucias palabras lavando a través de mí. Volviéndose más obscenas con cada momento que pasa. El sonido de piel contra piel prácticamente hace eco en las paredes. No los sonidos apresurados de una húmeda follada. No, son tirantes, agudos y confiados golpes contra mi coño. Luego esta esa abrumadora presión allí, la parte plana de sus dedos estrujando mi clítoris, presionando fuerte y temblando de ida y vuelta.

Más rápido que las alas de un colibrí lo frota, rasgando mi orgasmo de mí, arrojándome de excitada a estallando en menos de dos latidos. —Córrete en mi mano, niña. Ahora. —Su boca está al lado de mi oído, cálido aliento abanicando sobre mi piel, y no puedo dejar de escuchar, romper contra su mano y llorar su nombre. — ¡Luca! Estoy esperando a que fuera más despacio, que el placer menguara un poco como la mayoría de los hombres con los que he estado. Me dejaron que baje antes de empezar de nuevo. No Luca. Aun cabalgando la ola, golpea mi coño. —Una vez más. ¡Paf! —Córrete puta sucia. Toma mi pelo, tirando mi cabeza hacia atrás y se frota la cara contra mi cuello, una barba ligera rascando mi piel. Una última bofetada y me vengo otra vez, chorreando sobre las sábanas, mi coño sufriendo espasmos, y estoy más allá de las palabras, sólo gritos y sollozos, y no sé qué camino es hacia arriba. Yo simplemente sé blanco caliente, puro placer y la forma en que me abruma, se apodera de mi cuerpo. Entonces me estoy inclinando hacia atrás, tiernas manos me acarician, me calman, me abrazan cerca y me ponen en la cama, dulces palabras llenado mis oídos y trayéndome de vuelta al presente. —Tan hermosa, mi ángel. Angelito de papá. El cambio de sucio éxtasis a toques tiernos me tambaleándome, incapaz de encontrar el suelo bajo mis pies. —Como una buena chica. — ¿Luca?

deja

Estoy mirando a sus ojos, con su mano ahuecando mi mejilla, una pequeña sonrisa jugando con los bordes de sus labios. —Te gustó eso, ¿verdad? Se desliza una réplica sísmica a través de mí, con los ojos medio cerrados a la deriva. —No tienes ni idea. Roza sus labios con los míos, el más mínimo asomo de conexión y la primera que hemos compartido. Una vez más, me acaricia, su boca cerca de mi oído. —Esto es como va a ser en ocasiones, Ángel. Puedo ser dulce y puedo ser duro. Tienes que decidir ahora si puedes manejar eso. Gimo, sus manos dibujando círculos alrededor de mi pezón. —Sí. Oh, mierda, sí. Luca da suaves besos en mi cuello, acariciándome con su mano, viajando a lo largo de mi cuerpo, explorando como si fuera una nueva tierra. Suave y sensual, inspecciona cada centímetro de mi cuerpo desde la clavícula hasta las caderas. Es entonces cuando me quedo sin aliento, su aliento húmedo abanica sobre la carne caliente de mis desnudos labios inferiores. Él empuja mis piernas, insinuando colocarse entre mis muslos, sus rodillas separándolas aún más. Miro, traspasada, como él deshace el botón de sus pantalones vaqueros, baja la cremallera muy lentamente, exponiendo más y más piel a mi mirada. El pelo negro que va desde el ombligo, el rastro del tesoro, se extiende en las profundidades debajo de sus pantalones. Quiero trazar esa línea con mi lengua. Mojo mi labio inferior y observa el movimiento. —Muy pronto, nena. Simplemente todavía no. Gimo, queriendo sólo una pequeña probada. La polla de Luca se levanta entre las solapas con cremallera abierta de sus vaqueros, me tienta, una pequeña gota de líquido pre-seminal se pega a la punta. Él se acerca y libera su polla y bolas, poniéndolas al aire y permitiéndome conseguir la primera buena mirada de su pene. Joder, pero es largo, gordo y grueso, caliente y duro para mí. Como si se supiera que está a punto de ser recibido en el paraíso. Mi

coño está listo para él, húmedo y con ganas. Quiero ser estirada y llenada por él, follada largo y duro. Él acaricia su pene desde la raíz hasta la punta. Miro, bebiendo cada movimiento que hace, aprendiendo cómo le gusta que lo toquen. Su agarre es seguro y fuerte, subiendo y bajando a lo largo de su longitud, con las gotas de líquido pre-seminal como lubricante. Quiero probar lo tanto que se me hace agua la boca. — ¿Lo quieres? Asiento con la cabeza, desesperada. —Suplica. Una palabra. Toma una palabra y me desmorono. —Por favor, papi. Follame. Seré una niña buena. Tan buena. —Abro mis piernas más ampliamente, mis rodillas caen abiertas y exponen todos mis secretos para él. —Me duele mucho. Haz que se sienta mejor. ¿Por favor? —Oscilo mis caderas, hacia arriba y abajo, fingiendo que lo estoy cogiendo con las manos en mis pechos, los dedos pellizcando y tirando de mis pezones. —Lo necesito tanto. Luca se inclina sobre mí, la longitud de su polla se frota contra mi coño expuesto, deslizándose sobre mis labios desnudos, la delicada fricción enviando fragmentos de placer a través de mí. Él pone sus manos a ambos lados de mi cabeza, su mirada aburrida en los míos mientras flexiona las caderas, desliza su polla resbaladiza a lo largo de mi raja dolorosamente lento. Una pulgada arriba, una pulgada hacia abajo, moviéndose y deslizándose. La cabeza de su polla captura en mi hinchado clítoris, más sensibilizado. La presión en la frontera en el dolor, pero es un dolor que anhelo. —Folla a tu pequeña puta, papi. Él sonríe, con pasión creciente. Levanto mis piernas para poder encajar los talones en el culo revestido de jean. —Eres una zorra, ¿no es así? —Tu puta, Luca. Sólo tuya. El empuje es tan repentino, tan inesperado, grito cuando me llena, arqueo la espalda y agarro sus hombros. No puedo averiguar si

lo quiero más cerca o alejarme a rastras. Se estira y me llena, dolor cortando mi coño, la quemadura casi insoportable. Una mano agarra la coyuntura del hombro y el cuello, sosteniéndome cautiva, no me deja mover de su agarre. —Mía. Tómalo. —Empuja hacia adelante aún más y no puedo creer todo lo de él que todavía no está en mí. —Toma. —Golpe. — Tómalo. No puedo respirar. Es demasiado y no lo suficiente. —Más. —Eso es todo. —Agarra mi hombro y me da el resto, su pubis contra mis labios, sus bolas en mi culo. Ya lo tengo. —Joder, papi. —Lo jalo hacia abajo, capturando sus labios con los míos, vertiendo toda mi pasión en el beso. Lamo, saboreo y lo muerdo, gimiendo en nuestra conexión. Él saca su polla un poco y la empuja de nuevo a casa, el calor remitiendo y rápidamente convirtiéndose en placer puro y sin adulterar. Abro la boca, la lengua quieta, sólo compartiendo mi aliento con él, jadeando. —Más. —Susurro contra sus labios, respirando en él. Luca me libera y se sienta sobre sus talones, me tira hacia arriba hasta que mi culo se sienta en la parte superior de sus muslos, su polla todavía en mi coño. Manos fuertes agarran mis piernas y me tiran más arriba, pinchándome con su polla gorda. Él retrocede y golpea fuerte de regreso, haciendo que todo mi cuerpo tiemble, mis tetas rebotando. — ¿Así, mi niñita? —Más duro, papi. Más. Folla mi coño. Sus manos se tensan y luego me folla en serio. Pistoneando su polla dentro y fuera de mi coño como un martillo automático, toda la cama está temblando, mis pechos balanceándose con cada golpe. Es una follada dura y sucia, mi coño apretando y cremado en todo su pene, sus bolas golpeando contra mi culo. Luca cambia su agarre, una parte va a la cadera, los dedos clavándose en mi carne. —Estoy follando. —Bombeo. —Mi jodido. — Golpe. —Coño. —Empuje.

Llego entre mis piernas, mis dedos encontrando mi clítoris con facilidad, pero aleja mi mano, su pulgar de tomando mi lugar, empujando y presionando con fuerza. Me agarro a las sábanas, espalda encorvada, tomando lo que él me da. Echo la cabeza hacia atrás, mi cuerpo tenso como un arco, incapaz de pensar más allá del placer que corre por mis venas, tomando cada centímetro de mí. Su pulgar rodea mi clítoris, más rápido y más rápido con cada bombeo, presionando y acariciando mi manojo de nervios, tocándome como un instrumento. Nunca me han follado de esta manera. Nunca. Los chicos de secundaria tienen la energía para jugar al fútbol durante horas, pero nunca follan pasado unos minutos. Los chicos mayores piensan que saben qué demonios están haciendo, pero es sólo el hecho de que la resistencia de viejos los ha puesto al día con las actuaciones de dormitorio. No. Luca me folla como un animal y sabe qué coño está haciendo. —Eres mi puta, ¿no es así? De nadie más sino mía. Dilo. ¿Hablar? No puedo respirar. —Tuya. Tu puta, tu perra. Toda tuya, papi. Él aprieta mi clítoris y me voy, todos los músculos apretando hasta que me siento como si me romperé a la mitad. No puedo averiguar si se trata de placer o dolor, o una mezcla de ambos, pero no puedo mantener mi boca cerrada, no puede detener el grito construyéndose en mi pecho o el sollozo que se desliza por mi garganta. Los temblores no se detienen, no decaen. Sólo siguen fluyendo a través de mí como la lava, caliente y espesa. Luca se suelta de mi coño y lloriqueo, pero dentro de un momento, me voltea a mis manos y rodillas, moviéndome como un muñeco de trapo, y se sumerge de nuevo en mi coño, el ritmo rápido retornando. Una de sus manos agarra mi hombro, la otra se enreda en mi pelo, tirando de mi cabeza hacia atrás. Su agarre le permite tirar de mí en cada una de sus embestidas y me siento como si estuviera tratando de meterse en mí.

Nos movemos juntos, los cuerpos conectados, ambos alcanzando y subiendo hacia la terminación. No me llevará mucho más tiempo, sus embestidas feroces y la mordedura del dolor en mi cuero cabelludo se mezclan para convertirse en una ola bruta de felicidad, rompiendo y golpeando contra mi piel. —Tu maldito coño es mío, Ángel. —Sus caderas están golpeando contra mi culo, golpeándome. —Mío. Su aliento está viniendo en jadeos cortos, aumentando el ritmo, se mueve más rápido y más rápido. Estoy llena y fijada, no puedo hacer otra cosa que tomar lo que me da, disfrutar al estar repleta de esta gruesa polla. Joder, me encanta. —Córrete en mi coño. Por favor, Luca. Córrete por mí. Se estrella contra mí una y otra vez, cortos, empujes superficiales y se siente como si se hincha dentro de mi coño, un toque de estiramiento antes de que finalmente ruja, juntas sus caderas a las mías, nuestros cuerpos se mueven como uno solo. Él no se desliza libre de mi calor, meciéndose conmigo, exhalando en ráfagas rápidas mientras ralentiza nuestro movimiento. Luca desliza su mano libre de mi cabello y libera mi hombro, con las palmas rozando mi espalda mientras se mueve para inclinarse sobre mí. Él acaricia mis caderas, ambos meciéndonos hacia adelante y hacia atrás, recuperando el aliento, bajando de nuestra altura. Su semen se desliza en un camino mojado por mis muslos, recordándome el hecho de que no hay nada entre nosotros. Esta es la primera vez que lo hago sin condón. Nunca. Y lo quiero de nuevo. Cada día. Dos veces al día. Se está ablandando en mi coño, relajándose después de nuestra furiosa follada. No quiero ponerlo en libertad, quiero que se quede conectado a mí. Pero sale fácilmente de mí y cae en la cama. Su brazo se desliza alrededor de mi cintura y me tira cerca, metiendo mi cabeza en su hombro, tirando de mi pierna sobre su cadera y acariciando mi cara externa del muslo. Me acurruco,

frotando mi coño lo largo de su pierna todavía vestida de jean. Dios, ni siquiera se desnudó. Besa mi sien, labios persistentes. —Vamos a ir lento próxima vez. Lindo y dulce. Yo tarareo contra su pecho, cepillando mi mejilla a lo largo del cabello grueso salpicando sus pectorales. No creo que pueda hablar por el momento. Su toque vaga hasta mi trasero, apretando el globo, amasando la carne. —Tú eres mi angelito travieso, ¿no es así? Asiento con la cabeza y sacudo mis caderas contra su muslo, disfrutando el bruto rasguño de los pantalones vaqueros contra mi coño. Ya estoy lista para ir otra vez, lista para lo que él quiera tirar en mí camino. Luca aprieta su puño, extiende mis mejillas y la punta de sus dedos rozan mi agujero posterior. —Por lo menos, hasta que pueda conseguir que tu tío Domani se nos una. —Oh, papi... por favor. —Porque, sí, yo no soy ángel... Yo soy su angelito travieso.

Their Angel Traducido por Auro Kyle(SOS) & Nanami27

Una fuerte bofetada a mi culo me lleva de medio despierta a alerta, el relámpago del dolor forzando los ojos abiertos mientras miro fijamente a mi papi. —Vamos, Ángel. Es hora de ponerse en marcha. Con un resoplido, entierro mi cara en mi almohada y estiro mi cuerpo, aliviando los dolores que había causado la noche anterior. Me doy la vuelta y lo veo vestirse, ponerse los pantalones y deslizarse en su camisa. Él es mi papi, mi ex padrastro, de todos modos, y amante. Dios vaya que es un amante. —Luca... —Estoy gimiendo. Él me había fóllado muchas veces la noche pasada, y estoy agotada. Saciada, pero agotada. Él se acerca, se inclina sobre mí, esos hermosos ojos marrones parecen taladrar en los míos mientras baja la cabeza y cepilla sus labios con los míos. —Vamos bebe. Tienes tío Domani viniendo a cenar hoy, ¿recuerdas? Mi coño está desgastado de ayer por la noche, pero eso no evita que se caliente, volviéndose pesado y doliendo al pensar en mi tío. Técnicamente, es mi ex-tío político, pero me excita pensar en él como el tío Domani. Él es más grande que mi papá, hombros más anchos y más voluminoso. Él también tiene una enorme polla. Por lo menos, creo que lo es. El hombre que sabe cómo llenar unos jeans.

Me estremezco, la idea de ser llenada por él, tomando el control de mi cuerpo. Con un movimiento de mi muñeca, tiro de la manta a un lado y me arrastro desde la cama, desnuda como el día en que nací. Luca tira me acerca de un tirón, alinea mi cuerpo desnudo a su cuerpo vestido, y deja caer una mano a mi culo, apretando el montículo regordete. —¿Supongo que estás feliz de que él venga otra vez? Me acurruco más cerca, inhalando su aroma masculino, me deleita estar cerca de él. Yo amo a mi papi. No hay duda. Pero quiero a mi tío. Dios, deseo a mi tío. —Oh, papi... —susurro contra su pecho, frotando mi mejilla sobre la camisa blanca almidonada. —Yo sólo quiero que él me folle, papi. Su polla se contrae en sus pantalones, llenándose y endureciéndose contra mi cadera. —Minx2. —Él da un golpe a mi culo, agarrando y amasando la mejilla mientras muele su polla en mi contra. —¿Por qué me haces esto? Él gruñe y áspero mientras me empuja hacia la cama. Aterrizo con un rebote y una sonrisa, mi coño poniéndose más húmedo por el momento, sufriendo y sólo pidiendo a gritos ser llenado por su polla. Luca ni siquiera se quita la ropa, simplemente descomprime y saca su duro eje, acariciándolo un par de veces antes de que él se arrodilla en la cama. Me arrastro de vuelta, acostándome y preparándome para él, pero él me mueve de un tirón sobre mi estómago, golpeando mi culo una vez que estoy en posición. Con mi trasero arriba, gimo cuando traza la grieta de mi culo, dedos deslizándose por mi raja. —Fóllame, Papi. —Otra nalgada, y gimo, mi coño apretándose y deseoso.

2

Una chica seductora, astuta o audazmente coqueta.

Piernas cubiertas de tela se alinean con las mías, la cabeza de su polla se burla de mi coño. —¿Estás segura de que es a papi a quien deseas, Ángel? ¿No quieres a tu tío Domani? Dios, eso solo empuja mi excitación más alto, los traviesos, pensamientos sucios dando vueltas por mi mente. De Domani follandome. En mi coño, mi culo, mi boca. Quiero ser llenada por pollas Morelli. Cierro los ojos, lo imagino detrás de mí, su polla gruesa a la espera de dividirme. Se está frotando en mi clítoris, mis jugos haciendo el camino suave y resbaladizo. —Fóllame, tío Domani. Lo necesito. ¿Por favor? —Eso es correcto, pequeña zorra. Quieres la polla de tu tío en ti. —Él se burla de mí, una pulgada dentro, una pulgada fuera. Una y otra vez. —Ruégame. No puedo mover mis caderas, sus manos me mantiene quieta, y no quiero nada más que ser tomada. —Por favor, tío Domani. Fóllame. Úsame. Yo soy tu putita. Tu puta. Trato de sacudirme, moverme y tomarlo. Pero no puedo. Estoy gimiendo ahora, diciendo cualquier cosa para conseguir que me den lo que quiero. —Úsame. Por favor, úsame. —sollozo. Las manos en mis caderas se contraen y luego su polla está ahí, llenándome y estirándome, y ese placer, lleno de dolor me consume, corre a través de mí como un tren y casi detiene mi corazón. Él agarra mi pelo, tira de los hilos mientras me folla, rápido y furioso, golpeando en mí como si él no pudiera conseguir suficiente. —Tómalo, bebé. Toma esa polla. Me muevo con él, contra él, empujando las caderas hacia atrás mientras empuja. Quiero todo lo que me dará. Yo quiero todo.

En mi mente, soy follada por mi tío, subyugada y dominada, hecha someterme y disfrutar de cada segundo. Él va más y más duro, jadeando y gruñendo con cada embestida. Mi orgasmo se acerca, moviéndose como un tren de carga sin frenos, golpeando a través de mí. Baila por mi espalda, todas esas encantadoras pequeñas terminaciones nerviosas que viene a la vida mientras se mueve dentro y fuera de mi coño. Mi coño se aprieta rítmicamente alrededor de él, ordeñando su polla, haciéndome temblar y gemir con cada espasmo involuntario. —Tío... —Estoy llorando, rogando, suplicando. Dios sabe lo que está cayendo fuera de mi boca. Yo no lo sé y no me importa. Sólo el hecho de que me voy a venir, exprimir su polla y tomarlo todo, es suficiente en este momento. —Maldito pequeño coño apretado. —Él está golpeando como un martillo neumático, la cama sacudiéndose y golpeando contra la pared mientras me folla, toma lo que quiere de mi coño. —Me voy a venir. —suspiro, su polla acariciando mi punto G, romperlo en pedazos diminutos. —Córrete en mi polla. Maldición sí. Y así, las puertas se abren, ese puro placer corriendo a través de mí, mi coño aprieta contra su pene, apretando hasta que grita y se congela en mi contra. Cada músculo de mi cuerpo está lleno de esos hormigueos, esos relampagueantes ataques rápidos de felicidad que soplan a través de mí mientras me vengo. No puedo moverme, no puedo respirar, no puede hacer otra cosa que sentir como su polla se hincha y palpita en mi coño, nada si no sus dedos clavándose en mi cadera y la liberación erótica que él hace salir de mí. Estamos pegados, él en mí, mis dedos anudados en las sábanas, una maraña de pelo, y me cuesta pensar, ni hablar de moverme.

Luca suelta mi pelo y lentamente sale de mi coño, su semen siguiendo su retirada. —Ángel... —Su voz es un susurro ronco, y miro hacia atrás, con las cejas levantadas. —Ven a limpiarme, tengo que ir a trabajar. No dudo. En un parpadeo tengo mi boca envuelta alrededor de su polla ablandándose, lamiendo y lamiendo la combinación de nuestros jugos, el salado, dulce almizcle que hacemos juntos. Trazo las texturas de su polla, me aseguro de que recojo cada gota, saboreando todo y cada uno de nosotros. Incluso mientras lo baño con mi lengua, su semilla se desliza por mis muslos internos, recordándome que hemos prescindido de los condones hace meses. Estoy usando control de la natalidad y disfruto de compartir estas partes de nosotros mismos. Demasiado pronto toca mi mejilla y lo dejo en libertad con un pop suave, la polla regresando a la vida bajo mi mirada. —Basta, nena. Papi tiene que ir a trabajar. *** La lasaña se está horneando y tengo cuarenta y cinco minutos antes de que esté lista para salir del horno. Otros quince antes de que se enfrié y entonces estaremos listos para comer. Tengo mariposas que pululan en mi estómago, con la esperanza de que mi tío se una a nosotros en el juego. La llamada telefónica había sido fácil. Una marcación rápida y luego el tío Domani respondiendo y aceptando venir a la casa de mi ex padrastro para la cena al final de la semana... siempre y cuando le prometiera hacerle lasaña. Comercio Fácil. Especialmente teniendo en cuenta el plan. Papá y yo hemos estado juntos desde hace meses y que habían acordado inicialmente para mantenerlo entre nosotros. Pero

también sabe que acaba de cumplir dieciocho años y que tengo la avena para sembrar... o algo así. Así que no me pongo a dormir alrededor... pero me pongo a joder sus hermanos. Si están dispuestos. Dios, espero que el tío Domani esté dispuesto. Sólo de pensar de su nombre, su cuerpo, su polla, su boca en mi coño... mi coño hormiguea y duele y desea y necesita. Todo al mismo tiempo. Reviso el reloj y veo que son casi seis. Se supone que debe estar aquí. En cualquier minuto... segundo... lo que sea. Tengo la boca seca, los nervios me ponen inquieta, y busco el delantal que quería llevar para él, ellos. Se trata de "ellos", ya que papi se niega a quedarse fuera. No es que me queje. Los hombres Morelli son todos magníficos, sus raíces italianas parecen empaparlos en masculinidad y atractivo sexual. Y quiero beberlos todos. Oigo un coche en la calzada y me asomo por la ventana para ver el SUV de mi tío seguido de cerca por el coche de mi papá. Estoy usando mi delantal, y nada más, dejo caer un par de cubitos de hielo en los vasos de whisky que había servido para ellos y me acerco a la puerta principal, lista para comenzar con la seducción. Mientras ando en todo el comedor, la puerta se abre y Luca entra con una sonrisa amplia cuando me ve. Es todo lo que puedo hacer para evitar tirar los vasos al suelo y abalanzarme sobre él. Es como si se volviera más hermoso cada hora. Su mirada barre sobre mí desde la cabeza a los pies, y puedo ver que está conteniendo una sonrisa. Yo le entrego un vaso y se lo toma antes de que él presione un beso en mi sien. —Gracias, Ángel. —Sonrío, feliz de complacerlo. —¡Tío Domani!, —Lo encuentro en la entrada, acurrucándome junto a él y envolviendo mi brazo alrededor de su cintura mientras él toma el vaso de mi mano. Me devuelve el abrazo por un momento antes de soltarme, y fruncir el ceño a Luca. Él me había dicho que mi tío estaba interesado, pero no parece. Jugando a la anfitriona, apresuro a los hombres, quitándoles los abrigos y maletines mientras

los llevo hacia la sala de estar. Además, se había convertido en la "sala de la seducción". Realmente, creo que estoy trabajando totalmente demasiado duro para entrar en los pantalones de un hombre. Pero papi consigue lo que papi quiere. Mi tío está liderando el camino por el pasillo y Luca se remonta a tomar mi mano, tira de mí hacia él, y presiona un beso a mi sien. — ¿Cómo está mi nena hoy? Me acurruco cerca, disfrutando de la sensación de su fino traje contra mi piel desnuda. —Bien. Cachonda, pero bien. Él se ríe y aprieta su agarre por un momento, un suave apretón de afecto. Una vez en la sala de estar, el tío Domani se sienta en el sofá y apoya los pies sobre la mesa de café. Se afloja la corbata de rayas, mientras que él toma otro sorbo de bourbon. Luca me ha mantenido cerca de la entrada, sorbiendo su bebida mientras nos abrazamos al lado del otro por un momento. Ambas de sus bebidas están lucen bajas, así que giro en sus brazos, lista para volver a llenarlas, jugando a la anfitriona adecuada. De vuelta en la habitación, un fuerte chisporroteo seguido de tos dura me tiene dando la vuelta, y me muevo a ayudar a mi tío. El pobre tiene la cara roja y frotando su pecho mientras tose y trabaja para respirar profundo. Papá no me deja moverme. —Espera, Ángel. Yo frunzo el ceño y luego dirijo mi atención a mi tío. —Tío Domani, estás—¡Estás desnuda! —Se ahoga con las palabras mientras coloca el vaso vacío cerca de la mesa. —Luca, ella está, ella está... —Agita su mano arriba y abajo, como si me abarcara. —Desnuda. Miro a mi papá y río cuando él simplemente arquea una ceja. —Sí, me di cuenta. —Me da la vuelta para que mi trasero desnudo se

enfrente a mi tío, mi frente pegada a su pecho cubierto de tela, y me acurruco más cerca. La posición es impresionante. Puedo tener a mi papi más cerca y mi tío puede ver mi culo. Y yo tengo un trasero bastante espectacular. Luca arrastra una mano por mi espalda, los dedos deslizándose sobre la piel y bordeando los lazos de mi delantal. —Ella es una niña traviesa por estar casi desnuda. ¿No es cierto, ángel? Oh, mi coño se aprieta, la excitación zumbando bajo en mi cuerpo. —Soy una chica traviesa, papi. A la mierda, si vamos a tratar de meterlo en mi cama, bien podría actuar como que lo quiero. Él palmea mi culo, apretando, deslizando sus dedos por mi pliegue, e inclino las caderas hacia atrás, dándole más acceso a mis partes de color rosa. El tío Domani hace un ruido ahogado y Luca me acaricia más profundo, aparta más las mejillas de mi culo para exponerme a mi tío. Me pongo de puntillas, deseando que él provoque mi calor, acariciando mi pequeño y lindo agujero. —Luca... —No sé si él está pidiendo que nos detengamos o que sigamos adelante. Yo voto por seguir adelante. —Papi... —me quejo, yo quiero más. Con o sin el tío Domani. Empujo más cerca, queriendo que él me acaricie, me haga correrme. —Vamos a ponernos cómodos, Ángel. —Él libera mi culo y me tira hacia el sofá de dos plazas antes de que él ponga su vaso sobre la mesa de café y luego me tire a su regazo. Me río mientras caigo, dejando que mi cuerpo aterrice, que me coloque como él desea. En el momento en que ha dejado de moverme, mi delantal es descartado y estoy enfrentando al tío Domani, mis muslos sobre los de Luca, mis piernas abiertas. Estoy expuesta, nada oculto a la vista y en poniendo más mojada a cada segundo.

—Chicos, esto es suficiente... Luca, ella es tu hija. —El tío Domani tiene una mano sobre los ojos mientras se lanza a recuperar lo que queda de su bourbon. —Ángel, dile a tu tío por qué estás siendo una chica mala. —Él me acaricia, sus manos deslizándose sobre mi piel desde la clavícula hasta las caderas, dejando piel de gallina a su paso. Esos dedos talentosos se burlan de la parte superior de mi raja desnuda, reuniendo humedad, pero no deslizándose entre los labios. Mi coño está hormigueando, poniéndose más pesado y adolorido con cada segundo que pasa. Lo deseo tanto. Ser llenada, tocada, lamida y follada. Algo, cualquier cosa... dedos, pene, un consolador... lo que sea. Muevo mis caderas, meciendo mi culo contra el eje creciendo debajo de mí y abriendo mis muslos aún más ampliamente. Su palma toma mi coño, una ligera presión contra la que puedo moverme y no dudo, jodo esa mano, pidiendo más fricción. —Yo dije... —Él golpea mi coño y grito, arqueando la espalda por el placer y el dolor que me da. —Dile a tu tío por qué estás siendo una chica mala. Gimoteo, pero hago lo que él pide. —Porque quiero que me folle, papi. —Papi vuelve a acariciarme y yo centro la mirada en Domani. —Quiero que me folles, tío Domani. Duro y profundo. Papi dice que puedo, y tienes una gran polla. ¿No me quieres, tío? —Se frota una mano por el bulto en sus pantalones, y yo sé que estoy más cerca de ganarlo. He estado bastante pasiva en el regazo de papi hasta ahora, los brazos a los costados y me estoy agarrando a los muslos externos de Luca. Me muevo, ajustando mis manos por lo que una se apoya en mi pecho, pellizcando el pezón y amasando la carne. La otra parte es aún más traviesa. Empujo la mano de mi papi fuera del camino y deslizo un dedo entre los labios menores, provocando a mi agujero y luego llevando ese dígito hasta rodear mi clítoris.

—¿Por favor, tío? Sólo quiero que juegues conmigo. Si no me vas a follar, ¿le darías a mi coño un beso? —Mordisqueo mi labio inferior, hago pucheros, dando un gemido gutural. Observo mientras aprieta esa hermosa polla cubierta de tela y sé que él está cerca de ceder. Papi añade sus propios dos centavos, empujando a su hermano. —Tú la has deseado desde que pusiste los ojos en ella, Dom. Estoy entregándotela en bandeja. Mi pequeño ángel tiene el coño más dulce que alguna vez hayas probado. Busco algo de mi crema, recogiendo un poco y luego poniendo mi dedo en mi boca, lamiéndolo limpio, pruebo el sabor de mi coño y gimo. —Realmente lo es, tío Domani. Se ve atormentado, deseoso y necesitado, con las piernas abiertas mientras él acaricia su polla. —Luca... —gime. Yo contrarresto su gemido con uno de los míos. —Por favor, tío Domani. Eso rompe la pared. Él se pone en pie y cruza el espacio entre nosotros en un momento, se pone de rodillas ante mí y abre mis piernas más ampliamente. —Sostenla. Su voz no es más que un gruñido, una demanda, y mi coño se pone más húmedo con su tono. Sus dedos separan mi raja, deslizándose hacia arriba y abajo del hoyo al clítoris y de nuevo antes de que se deslicen entre los labios, los chupa limpios. —Sí, maldito dulce coño. —Lame ese coño, Dom. —Papi mece sus caderas debajo de mi culo, y yo disfruto de la sensación de estar atrapada entre los hermanos.

Luego esa lengua está ahí, frotando mi pequeño manojo de nervios y el envío de astillas de placer irradia a través de mi cuerpo. Tío Domani está manteniendo mis piernas abiertas, sus dedos clavándose en mi carne. Él circula mi clítoris, dando vueltas y vueltas, pero no me da lo suficiente para llevarme más allá de un agradable zumbido. Luca susurra en mi oído mientras su hermano me saborea. —¿Tu tío está comiendo ese coño? ¿Va a coger ese pequeño coño tuyo? Llevo mis manos a mis pechos, pellizco y ruedo los pezones, pero mantengo mi mirada centrada en Domani. —Él está comiéndome tan bien, papi. Quiero que empuje su polla en mí. Que me lo de duro. —Porque eres una putilla sucia, ¿no es así? —Joder, papi, soy una puta, tu puta. —El tío me sigue comiendo, lamiendo y mordisqueando, gimiendo contra mi coño. Domani libera uno de mis muslos, y encajo mi talón en su espalda superior, obligándolo a que se acerque, pero me congelo cuando dedos son empujados en mi coño, estirándome y frotando esos lugares sensibles dentro de mi coño. —¡Joder, tío Domani! —Sí, él está extendiendo ese agujero, ¿no es así, Ángel? Sí, sí, sí, lo está. Él chasquea mi clítoris, golpes rápidos con esa talentosa lengua y sus dedos se curvan dentro de mí, frotando mi punto G, y me siento a mí misma cada vez más húmeda y mojada. Mi coño está teniendo espasmos, rítmicamente apretando y apretando alrededor de los dedos del tío Domani, tratando de llevarlo más profundo. Quiero que se arrastre dentro de mí, dándome ese placer veinticuatro horas al día. Tío levanta la boca, sus dedos bombeando dentro y fuera de mi agujero, mientras su mirada se mantiene fija en la mía. —Tienes un bonito coño, Angélica. Voy a follar este agujero, a utilizarte. ¿Quieres ser usada, cariño?

Él coloca su pulgar sobre mi clítoris, pequeños, círculos rápidos empujando mi orgasmo más cerca, y me muevo contra él, trabajando con su movimiento, pellizcando mis tetas y saborear en el dolor. —Sí. Quiero ser tu puta. Quiero tomar todo. Follame, tío Domani. Soy una niña mala. Domani levanta la mano y golpea mi coño, el golpe hace eco en la gran sala. —Las chicas malas reciben una palmada. —Él me golpea de nuevo, con la palma contra la carne. —Eres una mala. — Golpe. —Mala. —Golpe. —Niña. Luca no puede ser dejado de lado. —Eres una puta desagradable. Dejando que su tío y su padre la follen. —¡Joder! —Me muerdo el labio, retorciéndome contra la polla clavándose en mi espalda, la boca y los dedos tocándome en todos los lugares correctos. Mi orgasmo se acerca, sus palabras y toques conduciéndolo más cerca con cada segundo que pasa. El placer y el dolor se mueven en armonía, llevándome hacia el borde. Está viajando, deslizándose a lo largo de mi columna vertebral y no parezco tener control sobre mi cuerpo, mis miembros, mi vida. La mordedura, el dolor de los golpes, es casi abrumadora. Quiero empujarlo, jalarlo cerca. Yo sólo quiero. —Córrete, Angélica. Córrete y te follare. Oh, mierda, mierda, mierda. Está allá. Él chupa duro mi clítoris y lo sigue con una fuerte bofetada, dedos que empujan y rozan mi punto G hasta que todo lo que puedo hacer es arquear mi espalda y gritar. Cada músculo está tenso, duro, y es como si todo mi cuerpo contuviera la respiración. Esperando en el borde. Entonces estoy gritando sus nombres. El de Domani. El de Papi. Olas de placer están vertiéndose a través de mí, un huracán pareciendo fluir sobre mis músculos, en mis venas. No puedo respirar, el mundo para a mi alrededor.

Y el tío Domani no se detiene. No detiene sus movimientos, su tormento. Estoy en éxtasis, mi cuerpo respondiendo a cada toque, incapaz de hacer otra cosa que sentir la felicidad a medida que rueda de pies a cabeza y de regreso otra vez. Me golpea como un rayo, otro orgasmo corriendo como un tren de carga, demoliendo cualquier esperanza de vivir el tiempo suficiente para conseguir ser follada por mis dos hombres. —¡Papi! —Grito y luego me deshago en sollozos, suplicas, balbuceos. —Por favor, no, tío. Tío. —Papi rie, siento la subida y la caída contra mi espalda. —Más despacio, Dom, ella dijo “tío”. Vamos a tener la cena y darle un descanso. Gracias. Maldito. Dios. *** La cena nunca había sido tan... interesante. Me vi obligada a comer desnuda. Bien. La lasaña fue un éxito. Impresionante. El pan de ajo era delicioso. Después de haber sido sumergido en mi coño. Al parecer, el jugo de coño iba genial con pan de ajo. Por supuesto para el momento en que habíamos terminado, yo estaba lista para pollas. El pan no parecía ser suficiente. Y había terminado de esperar. Con la mesa despejada, los platos remojándose, tome una tira de condones que había escondido al principio del día y me dirigí hacia la sala de estar, papi y el tío Domani estaban disfrutando de una copa después de cenar. No espero, no dudo, no pido permiso. Simplemente me acerco a mi tío mientras él se relaja en el sofá y me pongo a horcajadas sobre su regazo, una cadena de protección que descansa sobre el cojín a su lado. De alguna manera su bebida desaparece y él

envuelve sus brazos alrededor de mí, me aprieta y me besa. No, él me devora. Enreda su lengua con la mía, y saboreo el sabor de su bourbon, el sabor inherente de él. Su polla se endurece entre mis piernas, la cresta de su polla se alinea con mi deseoso coño, y me retuerzo contra él, tomando el placer que pueda del contacto. He estado adolorida, necesitada, desde que había ido abajo en mí y sólo había empeorado durante la cena. Esos habían sido los juegos previos. Estoy lista para el evento principal. Las manos del tío deambulan, acariciando, burlándose y atormentándome. Se siente como si estuviera en todas partes, amasando mi culo, acariciando mi espalda, pellizcando mis pezones y golpeando en mi agujero trasero. Todo el tiempo esos labios están en los míos, me seduce con su piel. Él arranca su boca, sus labios a un pelo de los míos, y compartimos nuestra respiración, la esencia misma de la vida. Sus manos están guiando mis caderas, meciéndose hacia adelante y hacia atrás sobre su eje. La voz de Domani es suave, pero dominante cuando habla en contra de mi boca. —Quiero follarte, nena. —¿Es eso lo que quieres, Ángel? ¿Quieres que papi deje a tu tío follarte? Sólo chicas sucias son folladas por sus tíos. —Luca interrumpe nuestro juego, y es como si otra ola de calor y el placer son vertidas sobre mí. —Tío Domani, soy tan traviesa. —Susurro, pero sé que mi papá oye, porque de pronto un condón abierto se mete en mi mano. Me vuelvo hacia mi papá y lo encuentro arrodillado en el sofá, sus pantalones desabrochados y su polla expuesta. —Follalo y chúpame como la puta sucia que eres. Vamos a utilizar tus agujeros. —Dios, papi me hace sentir como una mala chica. Yo lo puto amo.

Mi coño se tensa a la espera, más que listo. Me deslizo de nuevo en el regazo de Domani y lo libero en unos instantes, el látex cubriendo esa polla gruesa sobre la que he estado fantaseando. Está cortado, largo y me llenara tan bien. Con una mano en el hombro del tío Domani, me levanto y coloco su polla en mi apertura, cubriendo con mis jugos y luego bajo sobre él, poco a poco. —Oh, papi, él es tan grande. Es demasiado, papi. —Me quejo, mordiéndome el labio mientras me extiende incluso más que Luca. —Toma esa polla por papi, cariño. Asiento con la cabeza, bajando más, más y más desapareciendo en mi coño. En algún momento, el placer se transforma y se convierte en pura felicidad. Domani agarra mis caderas, me ayuda a deslizarme a lo largo de su eje hasta que lo tengo en mí, llenándome, avivando esos fuegos que habían sido dejados de lado momentáneamente durante la cena. Me levanto y caigo sobre su polla, encontrar un ritmo dulce que nos da tanto esos sentimientos fantásticos. Cierro los ojos, varío mis movimientos. Meciéndome, dando vueltas, arriba y abajo. Cambia mientras trato de encontrar ese ritmo perfecto que nos dará más placer. Me conformo con un pequeño meneo, el pulgar del tío rodeando mi clítoris y mi coño responde, apretándose alrededor de su eje. Una mano se anuda en mi pelo, tirando fuerte contra mi cuero cabelludo, jalando el creciente éxtasis y arrojándolo aún más alto. Papi obliga mi cabeza a volverse hacia su polla, desliza su eje entre mis labios, y yo lo chupo, saborear el sabor salado de su pre-semen, gimiendo a su alrededor. —Chupa la polla de papá. Folla a tu tío. Puta sucia.

Gimo, mis ojos cerrados, haciendo lo que me exige. La follada, la succión, el pellizcar y la provocación. Se suman, mi excitación alimentándose de la de ellos. Es bueno y muy, muy malo a la vez. Soy una chica muy mala. Espero conseguir unas buenas nalgadas después. El tío Domani me hace ir más rápido, obligándome a rebotar en su polla mientras yo mantengo a papi en mi boca. No puedo contener mis sonidos, los gemidos, quejidos y gimoteos escapan, amortiguados sólo por la polla en la que tengo mis labios envueltos. A continuación, la felicidad que he estado persiguiendo se metió cerca, justo contra mi pecho y engatusa su camino profundo dentro de mí. El tío Domani comienza a exigir, gruñendo y mandando. — Tomar esa polla, Angelica. —Él aprieta mi pezón, las estrellas estallando detrás de mis ojos, y que es seguido rápidamente por flujos de lava de felicidad corriendo por mis venas. —Estoy usando ese puto coño. Toma esa polla gorda. Está allí, montando la línea entre el placer y el dolor, y no puedo esperar a que los fragmentos de euforia me golpeen. Arriba y abajo, Tío Domani está haciéndome ir más rápido y más rápido ahora, su respiración viniendo en ásperos jadeos, apretando su agarre, guiándome mientras todavía está dándome los toques y me empuja al orgasmo que necesito. Está arrastrándose y deslizándose, arrastrándome a mí al borde. Papi está usando mi rostro, usándome como su pequeña zorra que le encanta la leche, yo lo adoro, lo amo. Quiero su caliente leche en mi boca. Quiero tragarme hasta la última gota. Los dos están gruñendo, gimiendo mientras me usan.

—Chupa esa polla. —Toma eso, niña. —Puta jode pollas. Están dándome lo que necesito, lo que anhelo y sin lo que no puedo vivir. Otra respiración pasa, otra… Mi coño se está apretando alrededor de la polla de Tío Domani, apretando y liberando, estremecimientos atormentan mi cuerpo mientras toman su propio placer de mí. Papi es el primero en sucumbir a mis talentos. —Mierda, me voy a venir. Venirme en todo ese rostro. —Se libera de mi boca y se masturba la polla un par veces antes de bañarme con su semen, salen borbotones de su crema blanca que están derramándose en mi pecho y cuello con su líquido cremoso. Dándome un lindo collar de perlas. Mi tío sigue rápidamente, chocando contra mí desde abajo en una serie de golpes fuertes mientras grita a través de su orgasmo. Una y otra vez, y otra vez. Alargo mi liberación hasta que siento como si estuviera en constante estado de venirme. Él se sella contra mí, tenso e incrustado profundamente en los espasmos de mi vagina, con su palpitante polla dentro de mi coño. —Sí, sí, sí… Después de varios segundos, se relaja debajo de mí, con la respiración pesada, y el sudor perlando su frente. —Joder, Angel. Esa fue una follada caliente. Lamo mis labios, el sabor de mi papi todavía persiste. Él frota su pulgar sobre mi barbilla. —Sí, lo fue. Y no ha terminado todavía. —Se inclina hacia abajo, me da un beso suave y luego se endereza—. Ve a limpiar Angel, y encárgate de los platos.

—Oh. —Abro mis ojos, de repente recuerdo la lasaña que probablemente está pegada a la sartén y que necesitaré remojar. Salto del regazo del Tío Domani, ganando un gemido en respuesta, y me inclino sobre él, dándole un beso rápido—. Lo siento, Tío Domani. Lo haré mejor después. Le doy un profundo beso a Papi, me inclino cerca y deslizo mi lengua entre sus labios, acumulando su sabor y manteniéndolo cerca antes de alejarme. —Gracias, Papi —le susurro antes de precipitarme. Tengo que limpiar y prepararme para lo que las sorpresas “después” podrían deparar. **** Una vez he terminado con la limpieza, encuentro a ambos, Luca y Domani charlando en el comedor, bebiendo lo que queda de sus vinos, sonriendo y hablando de negocios. Definitivamente no van a follarme. Cuál es el punto de esta noche. —Ejem. Ellos siguen hablando. —Disculpen. —Apoyo las manos en las caderas, con los pies golpeando ligeramente el azulejo. Siguen bebiendo. Maldita sea. Toso dos veces. Fuerte y tendido. Dos pares de ojos masculinos se centran en mí y cada uno tiene una sola ceja arqueada. Son como un juego raro de gemelos, ambos mirándome con un dejo disgusto por haber sido interrumpidos.

Pero, ¿hola? Chica desnuda con varios agujeros listos para ser llenados aquí. —¿Necesitabas algo, nena? Muevo las manos, haciendo un gesto hacia arriba y abajo en mi cuerpo. —Sí. Pechos turgentes, coño y culo apretados. Simplemente lista para la cogida aquí. Los dos hombres intercambian una mirada antes de levantarse al unísono. Ambos todavía vestidos, solo sus chaquetas tiradas a un lado, y se ven tan malditamente calientes en lo que queda de sus trajes. Todo ajustado y tallado a sus cuerpos, acentuando las líneas de sus músculos. Y todo para mí. Estoy en un extremo de la mesa y ellos en el otro, cada uno tomando un lado diferente en un esfuerzo de llegar a mí. La mirada en sus ojos no es realmente lujuria en este momento, es una promesa con un toque de advertencia. Quizá debería haberlos dejado terminar de hablar. Retrocedo un paso y ellos se mueven hacia adelante. Entonces es un paso adelante y dos hacia atrás, pero sus zancadas más largas todavía los acercaban más a mí. —Um… —Será mejor que corras, niña —me gruñe Tío Domani y giro sobre mis talones, corriendo hacia el dormitorio, con un grito y risas juguetonas en mis labios. —No, no, no… —me río, rodeo la esquina y corro hasta las escaleras, precipitándome hacia el dormitorio principal. Luca está persiguiendo mis pasos, el tío maldiciendo y riendo justo detrás de él. Irrumpo en la habitación sin aliento, y me detengo

cuando llego a la cama, arrastrándome al otro lado para hacerles frente, sonriendo ampliamente. —No, nena, no eso fue muy bueno, hacer que los hombres mayores corran así. Tendrás que ser castigada. Sacudo la cabeza, paso mi lengua a lo largo de mi labio inferior. —No, Papi. No lo harías. Domani y Luca comparten una mirada, ambos hombres tirando de sus corbatas. Una vez más, dividen su enfoque. Papi se dirige sobre la cama mientras Tío Domani viene hacia el extremo. Estoy atrapada. Felizmente. La anticipación late con fuerza por mis venas, mi coño preparándose a sí mismo para ser llenado, follado duro y dejado exhausto. Mis pezones se endurecen, hormiguean, y estoy empezando a disfrutar este juego. El Tío Domani tiene la corbata en la mano, Luca exactamente lo mismo. No se arrastró sobre la cama a mi lado como había anticipado. No, está esperando en el centro del colchón sobre sus rodillas. —Tío Domani… —Pongo una mano para que se quede, tratando de luchar contra mi sonrisa, sondeando el culo. —No. —Niega con la cabeza—. Las niñas impacientes no hacen las nuevas reglas, Angel. Puedo correr a los brazos de Dom o de Luca, pero sé que todo terminará en un placer inimaginable en cualquier situación. Me lanzo hacia Tío Domani, pretendiendo que estoy intentando llegar a él, pero quedó atrapada en sus brazos, manos grandes me agarran y entonces está trabajándome hacia la cama. Mis gritos de guerra con sus gruñidos cuando pateo y peleo contra ellos a cada paso, amando este nuevo lado de nuestra vida sexual. Entonces mis

brazos están por encima de mi cabeza, corbatas de seda aferrando mis muñecas a la cabecera de la cama forjada de hierro. Y ahora soy su prisionera. Todos estamos respirando con dificultad cuando finalmente se alejan, de pie a cada lado de la cama, con los ojos llenos de lujuria mirando mi cuerpo. —Menos mal. —Papi suspira—. ¿Ves con lo que estoy tratando? Te dije que necesito ayuda para mantenerla domada. —Me guiña un ojo, y me río, abro mis piernas y me aseguro de que mis rodillas estén dobladas, tentando. Mordisqueo mi labio inferior, aleteo mis pestañas y gimo. —Eres una traviesa, ¿no? Me río. —Sí, Tío Domani. ¿Las chicas traviesas no consiguen que sus culos sean follados? ¿O sus bocas? —He tenido suficiente juego con las corbatas de seda que soy capaz de darme vuelta sobre mis rodillas, agarrar las barras de metal y menar mi culo—. Estoy lista para mi castigo, Tío Domani. —Sacudo mis caderas, con las nalgas al aire, presiono mis piernas juntas, de manera que mi pequeño clítoris reciba algo de atención. —Joder, ¿estás seguro, Luca? Este es culo caliente. —Miro, encontrándolo a mi derecha, desnudo y su polla gruesa está dura y lista. Pasa la mano por su polla, lo acaricia desde la raíz hasta la punta y una caída de líquido pre-seminal se forma a lo largo de la hendidura. Él está probándome. Yo me muero por probarlo. Tengo tantos agujeros y tan pocas pollas. —Quiero que folles mi culo. Dámelo. —Ya oíste a la mujer. Dale lo que quiere, Dom. Miro a Luca, con una sonrisa amplia. —Gracias, Papi. Meneo mi culo. —Polla, ¿por favor?

Tío Domani ladra una carcajada. —Muchacha descarada. —Él golpea mi culo, luego arrebata la botella de lubricante que no había visto antes en la mesilla de noche. Un chorro rápido y está bombeando su polla y cubriéndola con la capa de lubricante antes de arrastrarse sobre la cama detrás de mí. Otro chorro y el gel fresco se deslizan a lo largo de la raja de mi culo, dedos romos siguiendo a su paso. Él hace círculos en mi agujero, esos nervios sensibles queman a la vida con su toque, la sensación de lo prohibido correr a través de mí, con ansias juguetonas desbordándose. Mi coño se tensa, cada vez más mojado, el dolor aumenta con cada segundo que pasa. —Joder, sí. —Estoy tan necesitada. Empujo un poco hacia atrás contra su toque. —Ella es una pequeña puta, ¿no? —Dom desliza un dedo grueso en mi culo, con la agradable plenitud enviando un escalofrío por mi columna vertebral. —Oh, sí. Mi nena es una puta caliente. —La cama se hunde y Papi está a mi lado, con la polla dura una vez más, la mano bombeando la verga que conozco tan bien. —Papi. —Lloriqueo, centrándome en esa polla que quiero chupar—. Dile que me folle, Papi. Lo quiero. Como un rayo, empuña mi cabello y tira mi cabeza hacia atrás, así estoy mirándolo a los ojos. —¿Quieres que tu tío ponga su polla en ti, niña mala? ¿Que ponga esa polla en tu coño? Gimo y retrocedo cuando los dos dedos empujan más allá del anillo de los músculos de mi agujero. —Sí, sí, sí… —Chupa mi polla como una chica buena y quizás te conseguiré lo que quieres. —Apunta la cabeza de su verga hacia mi boca, y la abro con entusiasmo, tragando cada centímetro de lo que me alimenta.

—¿Quizás? —Tío Domani empuja otro dedo dentro de mí, añadiendo una pizca de dolor a mi excitación. Está jugando con mi culo como un profesional, trabajando dentro y fuera, cortando y estirándome. La polla de Papi sabe tan bien, salda y dulce, arrugas y líneas familiares que se sienten como a casa. Trago su alrededor, lo chupo hacia abajo, lo tomo como si follara mi cara. No puedo moverme, solo gemir alrededor de la polla de Luca. Un cuarto dedo casi rompe mi culo a la mitad y yo grito, mucho placer y un poco más de dolor golpeando a través de mí. Tío Dom rápidamente alivia el dolor al llegar y tocar mi coño, hormigueos de relámpagos se extienden desde ese dulce clítoris. El grito cambia a gemido y él continúa. Golpea y folla mi coño y culo, dándome y preparándome para esa polla gorda suya. —Ella tiene un culo un poco hambriento aquí, Luca. Me empujo contra su mano mientras él me trabaja de nuevo. —Bueno, aliméntala entonces, hermano. Estoy un poco ocupado aquí. Me río alrededor de la polla de mi papi, y él la saca de mi boca, yo gimo y hago pucheros. —Papi… Él golpea mis mejillas con su polla, una vez a cada lado. —Eres una niña mala. Se buena o no hay polla para ti, señorita. —Lo prometo. —Asomo mi labio inferior, y me da lo que quiero, regresa esa polla a mi boca, y mientras yo hablaba con Luca, Dom ha estado ocupado. Su polla está lista en mi ano, buscando la entrada y me alejo un poco, fuera de su alcance, y trabo miradas con Luca. Toma mi mejilla. —Él está cubierto, nena. Siempre voy a cuidar de mi niña.

Suspiro y me relajo, vuelvo a mi hombre, la polla de Tío Dom empuja mi culo, con la polla entrando y saliendo de mi boca. La abrazó, acaricio el placer de cerca y lo nutro. Esa polla gorda y gruesa se facilita dentro de mí, lentamente, pero con seguridad recibo pulgada tras pulgada. El ardor es abrumador, casi empujando lejos mi excitación, pero es demasiado bueno para ser malo. Es demasiado de ambos, y entones el placer triunfa, gana impulso y me rodea. Estoy perdida en esa ola mientras Tío Domani se asienta completamente, con sus bolas descansando contra mi coño. —Oh, joder. Dulce culito. —Me da nalgadas y yo gimo, me muevo de nuevo contra él, satisfaciendo cada uno de sus golpes—. Apretado y caliente. —Sí. —Papi toma mi mejilla, me acaricia—. Ella tiene el cuerpecito perfecto. Hecho para follar. —Cierro mis ojos, deleitándome con su alabanza—. Sin embargo, eres una chica mala, siendo follada por tu papi y tu tío. Aumento mi succión, trabajo con Tío Domani mientras él me folla, tomo y doy, y tomo un poco más. Mi coño se está batiendo, doliendo, y necesitando cada segundo que pasa. Necesito ser follada más duro, necesito que mi rostro y mi culo sean follados duro. Que sean usados. Lloriqueo, gimo, retrocedo y avanzo, miro a los ojos de mi papi, rogando con mi mirada. Uno o el otro, o ambos, maldita sea. —Oh, ¿eso es lo que quieres, pequeña zorra? —Arquea una ceja, leyéndome como un libro. Él desliza su polla fuera de mí, con un hilo de saliva conectando mi boca con la cabeza de su polla. —Papi… —Cambio de planes, hermano. Tenemos una chica muy necesitada.

—No creo que pueda dejar ir este culo, hombre. —Él empuja dentro de mí y ambos gemimos mientras presiona con fuerza contra mis caderas. —Joder, Papi. Lo necesito. Demasiado. Luca acaricia una mano bajo mi espalda. —Shh… ya te entendí. Estoy perdida en placer por un momento y luego se ha ido, en culo vacío, los agujeros muriendo por algo. Las corbatas desaparecen y Luca se pone debajo de mí. Me incorporo, lanzándome sobre su polla, suspiro al tenerlo dentro de mí sin nada entre nosotros. —Oh, Papi. Es tan bueno. Cojo mi ritmo habitual, olvidando completamente que hay otro hombre, otra polla, en la habitación. Bueno, al menos hasta que las manos ásperas están acariciando mi espalda, haciéndome bajar hacia el pecho de Luca hasta que estamos descansando en la parte superior de ambos. —¿Luca? —Sé que mis ojos están abiertos de par en par. —Oh, pequeña. Estás a punto de conseguir algo por lo que has estado muriendo. —Él se impulsa hacia arriba dentro de mí, empujando más profundo—. Vas a ser follada por tu papi y tu tío, porque eres una zorra traviesa, ¿no? La cama se mueve detrás de mí, la polla de Dom está colocada en mi culo una vez más y empuja hacia adelante hasta que estoy llena en ambos agujeros, rellena y explotando de placer inducido por las pollas. Ambos hombres están respirando con dificultad, jadeando, y todavía aferrándose conmigo atrapada entre ellos. Estoy ensartada. Y me encanta. —Es tan apretada, Luca.

—Jodidamente húmeda y caliente. —Oh, sí, zorrita, ¿no? Lloriqueo, apretando el coño y el culo, extrayendo un gemido de ambos. Es tan bueno, solo tenerlos dentro de mí y sentir ese estiramiento. —Lo soy. Tu zorra a la que le gusta la leche, Papi. Es tan bueno. Comienzan a moverse entonces, alternando empujes, entrando y saliendo de mi coño y mi culo. Empiezan lento, pero descubren el ritmo y trabajan juntos. Lentamente, pero con seguridad aumentan el ritmo, gruñendo y gimiendo, follándome más duro y más duro. —Sí, follen mi culo, mi coño. Dénmelo todo. Es más entonces, el endurecimiento de los músculos que no sabía que tenía, el clítoris palpitante, y mi placer está creciendo con cada aliento, embistiendo a través de mí como el viento de un tornado, envolviéndome en franjas de rayos, y todo lo que puedo hacer es jadear y gemir. —Tómala. Toma esa maldita polla. —Tío Domani está machacando dentro de mí junto con mi papi, abrumando mis sentidos. Ni siquiera sé lo que estoy sintiendo, en algún lugar entre el placer y el dolor, y cosas que nunca he sentido antes, pero amo cada segundo. Está gritando a través de mí, los nervios gritando a los cielos y bailando con cada embestida. —Papi… —gimoteo—. Tío Domani… Tío Domani golpea más duro, empujando profundo. —Dulce culo. Puta sucia. —Quiero venirme… por favor. Como si mis palabras fuera un desafío, me folla en serio, bombeando dentro y fuera de mis agujeros, dejándome jadeando y

gritando, subo más duro y más alto. Diferentes músculos se retuercen y tensan, la liberación placentera impregna todo mi cuerpo. No puedo respirar, no puedo pensar más allá del próximo escalofrío recorriéndome. Lava se está construyendo en mis venas, cambiando y moviéndose hacia mi coño, hacia mi culo. Estamos conectados y trabajando hacia el mismo objetivo, en la búsqueda de nuestra propia liberación. Estoy gruñendo y gimiendo, los hombres me hacen eco con cada movimiento, maldiciendo y alabando, y moviéndose el uno con el otro. —Es tan bueno. —Mis pezones se frotan contra el pecho de Luca y me desplomo contra él, no tratando de ayudar, sino simplemente tomando lo que están entregando. Ellos empujan y tiran de mi cuerpo a su antojo, pareciendo arrastrar incluso más placer de mí. —Joderjoderjoderjoderjoder… Mi coño está tan apretado, mi culo siguiendo su ejemplo, apretando y ordeñando, y disparando al éxtasis aún más cerca del borde. La manera en que sus cuerpos se mueven contra mí, para que de alguna manera alguien esté frotando el pleno nervio de mi clítoris. Manos aprietan mis caderas, sosteniéndome como si fuera solo un agujero para ser follado. Más duro y más duro, más rápido y más rápido. —Damedamedamedame… —Vamos, putita. Vente en nuestras pollas. Dáselo a Papi. Ahí está, justo ahí al alcance, y sus palabras me empujan a ese borde de manera que puedo abrazar el placer, bañarme en él. No sé si estoy yendo o viniendo, o bailando o muriendo. Todo es demasiado y no lo suficiente. Sé que estoy chillando y gritando, no,

estoy fuera de mi mente con la felicidad, pero no puedo pensar. El mundo podría terminar y no lo sabría. Estoy sin huesos, escurrida y lista para solo morir en el acto como una chica feliz. Tío Domani ruge, se queda al ras contra mi culo antes de que se haya ido y yo gima la pérdida. Pero Papi se mueve a mi espalda, se cierne sobre mí, su mirada llena de pasión simplemente perfora la mía. Él mueve sus caderas, empuja dentro de mí suavemente, una pulgada dentro, una pulgada fuera, agradable y fácil. Suspiro, alcanzando y acariciando su rostro. —Papi… Besa la palma de mi mano. —Así es, nena. Solo tú y yo. Ya sabes lo que quiero ahora. Niego con la cabeza. Acabo de venirme como una explosión nuclear. No puedo hacerlo de nuevo. —No… Él asiente. —Sí, cariño. Ven a la polla de Papi. Agradable y fácil. Gimo, pero sacudo mis caderas contra él, como él dice. Agradable y fácil, diminutas réplicas se están deslizando a lo largo de mi columna vertebral, tomando control de mi cuerpo mientras me acuesto pasiva debajo de él. Todavía no he cogido el aliento, todavía no me he venido abajo por todo lo alto de estar con ambos, mi papi y Tío Domani. Estaba llena de ellos, teniendo en cuenta el sueño de dos hombres juntos entregados en bandeja, y ahora mi papi solo quiere un pequeño orgasmo. Gimo, con el placer subiendo un escalón más arriba. Más cerca de mí, pero no del todo a su alcance. Mi coño se aprieta alrededor de la polla de Papi, ordeñándolo un poquito. —Esa es mi chica. Sabes que quieres hacerme feliz, mi amor.

Asiento, me muevo un poco más, más duro y llevándolo más profundo, abrazando su polla en mi coño. Las astillas de goce se deslizan a lo largo de mi espina dorsal, bailando alrededor de mi coño, tirando de las cuerdas de placer, dándome más. —Sí. —Suspiro y él se inclina, captura mis labios en un beso abrasador. Nuestras lenguas enredadas, saboreando, acariciando y tocando la una a la otra, conectadas y explorando. Gimo y jadeo en su boca mientras se presiona más profundamente en mi coño. Nuestras lenguas se retiran, los labios tocándose apenas mientras respiramos el uno del otro, compartiendo ese último atisbo de intimidad. Mi liberación está ahí ahora, fluyendo a través de mí, masajeándome de pies a cabeza, y es fuerte y dulce al mismo tiempo. Transcendental y la más suave conexión con el placer que nunca he tenido. La mirada de alegría del rostro de Luca simplemente lo hace todo mejor, puro y más potente con esa expresión que aumenta mi más elevada excitación. Me sigo viniendo, una y otra vez mientras se congela en el fondo de mi coño, con la polla latiendo y palpitando en mi calor, y alargando mi orgasmo más y más. Estoy jadeando y resoplando, suspirando su nombre mientras su cuerpo da sacudidas encima de mí, con mi nombre en sus labios. Es tan hermoso, como si el tiempo se detuviera en este mismo momento. Su semen me llena, y disfruto de la humedad adicional entre mis piernas, la prueba de su deseo por mí. Todo está ahí, el tacto, el sabor, el olor. La perfección en un solo paquete. Un hombre. Mi papi. Pero, ¿en serio? Follar a Tío Domani fue malditamente bueno también.

Estoy exhausta, y parece que Luca también. Él cae al lado, un rastro de semen todavía queda en la estela de su retirada. Me acurruco contra él, descaso en su pecho, escucho el latido de su corazón y me dirijo poco a poco hacia el sueño. Me doy cuenta que estamos olvidando un cuerpo y levanto la cabeza para mirar alrededor de la habitación. Tío Domani está sentando en una silla, poniéndose los calcetines y los zapatos cuando lo espío. —¿Tío? —Vuelve a dormir, Angel. —Me guiña el ojo—. Pero gracias por dejar que me uniera a ustedes. Sonrío y estoy segura que parezco una loca ebria. —Ha sido un placer. Literalmente. Él se pone de pie, moviendo la cabeza y sonriendo. —Estoy seguro de que lo fue. Recuérdale a Luca que tenemos la graduación de la universidad de mi hijo en un par de semanas, ¿de acuerdo? Voy a salir. Hmm… tengo un primo… Bueno, ex-primo. Interesante.

Another for Angel Traducido por thelovestory & PrisAlvS

Solo pensé en sexo y pollas cuando hice las maletas para este viaje. El delicioso lubricante había sido transferido a botellas aprobadas por la TSA3 y mis juguetes estaban en sus bolsos encantadores, todo escondido en mi equipaje de mano. También me las arreglé para llevar escondido un par de artículos de higiene personal ‘reales’, junto con un vestido lindo y un único par de tacones. Sólo en caso de que la aerolínea perdiera mi equipaje marcado. Por supuesto, cuando estaba empujando todo esto en mi bolsa, no estaba pensando en lo difícil que sería conseguir pasar la seguridad. Ahora soy una orgullosa, zorra con carnet, pero no voy a tener mi maleta abastecida hurgada por un desconocido. Estoy de pie en este pequeño cubículo, la mitad superior de las paredes están sostenidas por plexiglás, así que soy capaz de ver a mi papi, Luca, apoyado en la pared, una pequeña sonrisa divertida en sus labios mientras me mira. No puedo evitarlo. Le saco la lengua. El asno. ¡Cómo se atreve a burlarse de mí! Nunca he estado en un maldito avión antes. Y había conseguido la información del estúpido sitio web del aeropuerto, maldita sea. Decía que se me permitía llenar tres botellas de 100ml. TSA: Transportation Security Administration - La Administración de Seguridad en el Transporte de los Estados Unidos. 3

Simplemente no entiendo mucho más que eso. Como el hecho de que sólo se me permitía tener suficientes botellas para llenar una bolsa un litro. Lo que significaba que las quince botellas de lubricante que había empacado eran un poco demasiado. El tipo que me trajo a este infierno gris sale después de dejar mi bolso en la mesa de acero... y solo mi suerte... en presencia de Big Bertha. La mujer empuja más allá de mí sin un simple "hola" y abre de un tirón la cremallera. —¿Este es tu bolso? Lamo mis labios y trago el nudo en la garganta. —Sí, señora. Ven, puedo tener totalmente modales cuando quiero. —Uh-huh. — Ella voltea sobre la solapa delantera. —¿Ha estado su equipaje en su posesión en todo momento? —Sí, señora. —¿Alguien le ha dado algo o le ha pedido llevar-? Su pregunta se corta cuando ella desliza el vibrador púrpura Yurple de la bolsa. Es de 25cm de largo y bien grueso. A Luca le gusta ponerlo en mi coño mientras folla mi culo si el tío Domani está demasiado ocupado para unirse a nosotros. —¿Qué demonios? — Su voz se eleva hasta que es estridente al final y llama la atención de los transeúntes. Y no es como si Bertha la mantuviera baja, tampoco. No. Ella tiene que llamar la atención de todos. —¿Qué es esto? ¿Chica, eres una especie de puta ninfómana? Aprieto los dientes. Lo soy, pero no como ella se refiere. Sólo me follo a los hombres en la familia de mi ex padrastro. No a todos los hombres en el maldito planeta.

La mujer chasquea la lengua y lo deja a un lado, volviendo a rebuscar en la bolsa. Ella saca mis tres bolsas de 1lt, cada una llena con varias botellas de 100ml. Todas ellas llenas con el regalo de Dios a los sexólicos: lubricante. —¿Y que es todo esto? Siento mi cara calentarse. —Lubricante. El rostro de la mujer se queda en blanco. —¿Lubricante? Asiento con la cabeza. —Voy a tener que testear todo esto. —Ella agarra las bolsas en la mano. —¡Thomas! Miro a Luca, y él está sonriendo ampliamente ahora. El asno. —¡Thomas! —Bertha alza su voz. —Esta chica ninfómana dice que esto es lubricante. ¡Necesito que lo compruebes! Oh, Dios, que la tierra me trague ahora. Hay una silla detrás de mí y me desplomo sobre ella. Estaría completamente bien si el mundo se acabara ahora mismo. —Ahora, señorita, todavía tengo que cachearte. No se siente por el momento. Cualquier idea de explorar mi bi-curiosidad solo salió volando por la ventana. Siempre comparé el sexo lésbico con un cacheo por parte de Big Bertha. Se siente como horas más tarde, pero sólo quince minutos han pasado cuando finalmente escapo de las garras de Bertha y Thomas. Y también con dos bolsas menos de 1 litro de lubricante. Maldita sea.

Para el momento que finalmente pasamos a través de la seguridad y nuestra puerta, sólo tenemos tiempo para una llamada rápida al tío Domani antes de que comencemos a embarcar. Al minuto que papi toca el botón de llamar, arrebato el teléfono de su mano, ganando una carcajada de él en respuesta. Solo le lanzo una mirada asesina. El asno todavía piensa que el fiasco de la seguridad es divertido. Tío responde en el primer timbre. —¿Hola? —Tío Dom, ¿sabías que sólo puedes tener una bolsa de líquidos? ¿Lo sabías? Porque se llevaron mi... —Doy un vistazo alrededor y bajo mi voz—... lubricante. —¿Qué? Le saco la lengua a Luca, sintiéndome mejor ahora que tengo a alguien tan indignado como yo. —Lo sé, ¿verdad? Y ella agito mi púrpura Yurple alrededor como si fuera una jodida espada. —Espera, retrocede. ¿Trajiste lubricante en tu equipaje de mano? ¿Hablas en serio? Eh. Tal vez no esta tan de mi lado como yo pensaba. Creo que está más sorprendido que lo traje más que el hecho de que fue tomado. Lo juro. No consigo amor. Gruñendo, le alcanzo el teléfono a Luca. —Habla con tu hermano. Lo agarra, pero también envuelve un brazo alrededor de mi cintura para tirarme a su regazo. Aterrizo con un ruido sordo y un chillido, pero maniobro hasta que estoy acomodada y pongo mi cabeza en su hombro. Él habla con su hermano, metiéndose a través de la historia usando una cantidad endemoniadamente menor de palabras de lo que hubiera utilizado. Solo me relajo contra él, dejando que las

vibraciones y retumbes de su voz viajen a través de mi con cada palabra que habla. Entonces me vuelvo loca de nuevo. —Uno pensaría que ella sabría mejor. Le doy codazo en el costado y él gruñe, haciéndome sentir una pizca mejor. Si pudiera golpearlo a la vista todas de las personas en el aeropuerto, lo haría. Se inclina hacia delante y coloca un suave beso en mi sien. —Sí, nuestra chica está en necesidad de un poco de liberación cuando lleguemos allí, creo. Está bien, la ira se ha ido, inserte hormigueo algo rosado. ¡Hurra! Acaricio con la nariz su cuello y él me da un poco más de besos, un apretón a mi cadera y siento el tirón de su polla por debajo de mí. El anuncio para el embarque interrumpe nuestro acurrucarse, pero al menos tengo una promesa de más para más tarde. Mientras que él está terminando su llamada con Dom, agarro mi bolso y nuestros billetes y me pongo en la fila para la caminata al avión. No pasa mucho tiempo antes de que nos acomodemos en nuestros asientos de primera clase. Lo primero que hace Luca es solicitar una manta para mí, ya que tiende a hacer frío. Antes de darme cuenta, todo el mundo embarcó y estamos despegando, el avión elevándose hacia el cielo. Meno dos bolsas de litro de lubricante. Sí, todavía estoy enojada por eso. La luz de abrocharse el cinturón se apaga y Luca se inclina hacia mí. —¿Estás bien, Angel?

Los labios de papi cepillan mi oído, y un estremecimiento sutil viaja por mi espina dorsal. —Mmm-hmm. Tengo los ojos cerrados, descansando mientras vamos a toda velocidad por el aire hacia la ciudad universitaria de mi primo. Él se graduó con honores de la Dynamic International College—DIC. —Sabe, deberías usar el baño ahora, si lo necesitas. Sonrío. —Puede ser. Pero también puede que no cierre la puerta correctamente. Y... puede que tengas que comprobarme. Giro la cabeza y rozo sus labios con los míos, serpenteando mi lengua para burlarme de él. Ya, mi coño se vuelve pesado, doloroso... anticipando lo que vendrá. Je. Ven. Sólo estoy usando un vestido fino, sin sujetador y sin bragas. Aprendí hace mucho tiempo a llevar algo con fácil acceso y sin ropa interior. Así que sí, mis pezones están duros y presionando contra el casino vestido de algodón, reavivándose y esperando el toque de mi papi. —Oh, Angel, nunca tienes que preocuparte. Siempre voy a comprobarte y asegurarme de que estás bien. Toma mi burla al siguiente nivel, añadiendo calor. Su lengua se desliza entre mis labios, y me ahogo en su gusto. Giro en su invasión, lamiéndolo y acariciándolo, saboreando el toque de café que persiste en su boca. Luca es mío. Mi hombre y mi papi. Él sabe exactamente cómo tocarme, besarme, para volverme salvaje. Siento a mi coño cada vez más húmedo con cada segundo que pasaba, y doy gracias a Dios de que los asientos son de cuero y no de tela. Por lo menos, van a ser fáciles de limpiar antes de irme.

Me acerco más, y él se libera, mordiendo mi labio inferior antes de calmarlo con un roce del suyo. —Ve. Sonriendo, me inclino y tiro la manta a un lado antes de levantarme para moverme por delante de él y luego hacia la parte delantera del avión. Susurro un educado —Perdón— cuando me rozo por la asistente de vuelo en el pasillo, y antes de darme cuenta, estoy detrás de la puerta cerrada del baño minúsculo. Mirando alrededor, no estoy segura de cómo vamos a lograr esto. Hay un pequeño inodoro, casi un mostrador y un lavabo que parece que es del tamaño de una pelota de fútbol. Todo correcto entonces. Tomo asiento en el inodoro y espero, el pulso aumenta a medida que los segundos pasan, la emoción creando mariposas en mi estómago. Mi coño está listo. Más que eso, en realidad. Estoy poniéndome más húmeda con cada respiración y se está tomando todo en mí no retorcerme en el asiento de plástico. Luego... por suerte... la puerta se abre para revelar a Luca. Me pongo de pie, con un brazo alrededor de su cuello para tirar de él en un beso mientras yo palmeo su polla. Crece aún más con cada caricia a lo largo de su longitud oculta. Nuestras lenguas se enredan, y mientras yo estoy ocupada con conseguir su motor en marcha, él está ocupado subiendo mi falda corta, el aire del baño congelando mi culo y mi coño. Él ahueca mi culo, aparta mis mejillas, y sus dedos se mueven a lo largo de mi grieta, tocando mi nervio. Dios, necesito más. Subo una pierna alrededor de su cintura, frotando mi coño contra él y buscando más fricción. Mi clítoris está

golpeando a tiempo con cada rodar de mis caderas. Jodidamente amo esto. Lo amo. Arranco mis labios de los suyos. —Papi. Dios, necesito que me folles. Luca libera mi pierna, así que estoy de pie por mi cuenta y me da la vuelta. Una mano fuerte en mi espalda baja me fuerza a agacharme y me apoyo con mis manos en el inodoro cerrado. — Mira a ese hermoso coño. Un solo dedo traza a lo largo de mi grieta hasta que se adentra entre mis labios inferiores, y luego mete dos dedos en mi coño, atravesándome, y yo apenas muerdo mi grito de placer. Él sabe cómo tocarme, cómo empujar esos botones y hacerme gritar. —Tu coño está lindo y húmedo para mí, ¿eh? ¿Todo listo para ser follado por tu papi? La pequeña puta que lo toma en un avión. — Se inclina sobre mí, y siento la cresta de su polla contra mi culo. — Tienes que estar tranquila o seremos arrestados. Entonces no conseguirás tener tu diversión cuando aterricemos. ¿Puede mi putita estar tranquila? Aprieto alrededor de sus dedos invasores, mordiéndome el labio para no gemir, y asiento. —Buena chica. Me quejo cuando desliza sus dedos fuera de mi coño, pero lo corto cuando los lleva a mí alrededor y los presiona en los labios. — Lámelos hasta que este limpios, bebé, y luego te voy a dar lo que quieres. Joder, yo no dudaría. Abro la boca y los llevo dentro, lamiendo y dejando que el sabor combinado de él y mi excitación ronde sobre mi lengua. Lamo sus dedos, asegurándome que estés bien y limpios antes de que él los aleje.

Su peso se va y escucho el tintineo de la hebilla de su cinturón mientras él la deshace, y luego la cremallera de sus pantalones se baja. Él está allí ahora, la directa cabeza de su polla sondeando mi remojada entrada, extendiendo y atravesándome con su polla gruesa en una dura embestida. Coloco una mano en la pared para mantener mi cuerpo de ser empujado. —Mierda si, un poco coño tan estrecho. Se aleja, y luego se estrella de nuevo hacia delante, forzando un gemido desde el fondo de mi pecho. —¿Así? ¿Al igual que el pene de tu papi en tu coño? —Sí, por favor, papi. Dámelo. Él agarra mis caderas con fuerza, los dedos clavándose en mi carne mientras él comienza un agradable ritmo constante. Afuera y adentro, la polla acariciando esos lugares dulces en mi resbaladizo calor. Todo está empujando a la vez para aumentar mi excitación. Él es mi papá, mi ex padrastro, estamos en un avión, donde una azafata nos puede interrumpir en cualquier momento. —Fóllame, fóllame, fóllame...— Mi voz es un mantra bajo. Estoy rogando y suplicando y con ganas de todo. —Toma esta polla. —Lo quiero todo. Más Fuerte. Más. Él me lo da. Cada vez más rápido, sus caderas golpeando contra las mías mientras él se mueve dentro y fuera de mi coño remojado. —Vente en mi polla, Angel. Hazlo. Joder, yo quiero. Llego entre mis piernas, los dedos encontrando mi duro, pequeño clítoris con facilidad y hago círculos

en el manojo de nervios. Rápido. Girando y girando. Variando la presión hasta que mi cuerpo responde. El revelador hormigueo de placer corre por mi espina dorsal, viaja a través de mí, de la cabeza a los pies, y luego se posa sobre mi coño. Mi coño se aprieta rítmicamente alrededor de la polla de Luca, ordeñándolo, tratando de mantenerlo dentro con cada embestida. No quiero que se vaya, no quiero que el placer termine. Sé que voy a venirme pronto, el cuerpo apretándose hasta que apenas puedo respirar. Los temblores están bailando a través de mí, los músculos retorciéndose, y bueno ni siquiera comienza a describir lo que estoy sintiendo. Está creciendo - el placer está ardiendo en mis venas. Él se está moviendo más rápido y me muevo hacia atrás para encontrarme con cada embestida. Presionando más, tomado más de la polla gruesa que me encanta. —Dulce coño. Toma mi polla, Angel. Tómalo todo. — Dámelo, papi. Folla a tu puta. Estoy casi sin poder respirar, pero es tan jodidamente cerca. Me estoy acercando al borde y estoy a punto de explotar a su alrededor. Sigo frotando y presionando, aumentando la presión cuanto más me acerco al precipicio. Esta... justo... ahí... —Voy a... — Se trata más de un grito que nada. —Hazlo. Y entonces no puedo controlar nada, mi respiración, mis músculos, mi cuerpo... Soy una pelota de sensaciones, casi lista para romperse y quebrarse en mil pedazos mientras él sigue fallándome como una taladradora. Más Fuerte. Más Fuerte. Más Fuerte. Más Rápido. Más Rápido. Más Rápido.

Como me vengo abajo, sus embestidas se vuelven erráticas y me da una... dos... tres más antes de que él se ponga rígido detrás de mí, su polla enterrada profundamente en mi coño. — Mierda. Tómalo, Angel. Te voy a llenar con mi semen. Su polla palpita dentro de mi coño, sacudiéndose con cada chorro de su semen, vertiendo todo ello en mí mientras yo desciendo de mi propio orgasmo. Pronto su respiración se ralentiza, manos me acarician mientras vuelvo a mí misma. Segundo pasan, uno tras otro, y parece que ninguno de nosotros está preocupado por recomponernos de nuevo. Hasta que hay un golpe en la puerta. —Disculpe, ¿se encuentra bien? Me río, y Luca gime, su polla deslizándose de mi coño, un rastro de semen siguiéndolo en su estela. Lo siento gotear en la parte de atrás de mi muslo. Se aclara la voz. —Estamos bien. Nosotros saldremos. La voz de la mujer se vuelve estridente. —¿Nosotros? Mierda. Atrapados.

***

Todavía no he sido presentada a mi primo Jeremy, el hijo del tío Domani. Todos estamos aquí por él, pero papi y llegamos tarde después de registrarnos en el hotel, así que me lo perdí. Maldita sea. Por otra parte, si Jeremy es tan caliente como su padre, no puedo esperar por el final de la ceremonia.

Graduado tras graduado pasa por el escenario, diferentes áreas de la multitud aplauden y gritan por su respectivo estudiante. Estamos llegando a las ‘Ms’ ahora y me imagino que Jeremy llegara pronto. Gente continúa desfilando... Sr. Esto y la Srita Tal... bla, bla —Sr. Jeremy Morelli. —El orador anuncia el nombre de mi primo en un vozarrón y me espabilo, gritando por todo lo que valgo mientras obtengo un vistazo. Mierda. El primo Jeremy es caliente. Es fácilmente tan alto y tan ancho como su padre. Un jodido apoyador4, si alguna vez vi a uno. Me pregunto si él está guardando una polla tan buena como la de su padre. Me inclino hacia endemoniadamente caliente.

mi

tío. —Mierda. Tu

hijo

es

Él roza un beso en mi sien. —Me alegro de que lo apruebes. — Tío Dom llega a más, aprieta mi rodilla, y luego deja que su mano vagara un poco más alto, avanzando hasta mi falda un poco. —Él no sabe acerca de ti, sin embargo. No sabe acerca de tu coño caliente. Cuan apretado es. O el hecho de que él va a llegar a montarte toda la noche. Mierda. Sus palabras van directamente a mi coño y un dolor bajo se instala en mi coño. Duele tan bien y mal al mismo tiempo. Mis pezones se vuelven rígidas, pequeñas protuberancias necesitadas, y de repente, quiero que toda la maldita cosa se termine. Ahora. —¿Es eso lo que quieres, Angel? —La voz de papi es áspera y baja en mi otro oído, su mano reflejando la del tío Dom. Gimo. —Sí. 4

En ingles linebacker, es una posición de football americano.

—Tu coño ya está mojado. —Tío Dom mueve la mano más arriba, tuerce la muñeca hasta que las puntas de sus dedos rozan mi montículo desnudo. Han sido seis horas desde que fui follada por última vez, pero eso no parece importarle a mi coño. Asiento con la cabeza. —Quieres ser follada delante de todo el mundo ¿no? —Luca tira de mi pierna ampliamente, dándole a Dom más espacio. Niego con la cabeza. No, no delante de todo el mundo... sólo con estos dos... y el primo Jeremy. —¿No? —Tío separa mis labios inferiores, se desliza a través de la hendidura resbaladiza y anima mi clítoris. —¿No quieres follarnos mientras ellos ven? —No. Sólo la familia. —Yo suspiro, ampliando mis muslos mientras que mezo en su toque, presionando mi clítoris contra él un poco más fuerte. —Sólo la familia. El tío me da un simple —Hmm—, luego retira sus dedos. — Bueno, supongo que debemos salir de esto entonces. Gimo, pero sé que tiene razón. Habrá un montón de tiempo para jugar... más tarde. Más tarde resulta ser en el camino de regreso a nuestro hotel. Luca reservo la suite del pent-house, que cuenta con tres dormitorios y tres baños. Sólo en caso de que Domani y su hijo quieran sus propias habitaciones después follarme hasta reventar. Por lo menos, rezo para que me follen hasta reventar. Desde que el tío Dom no ha hablado con Jeremy sobre su “regalo de graduación” por el momento, no me hare demasiadas ilusiones. Bueno, al menos, no demasiadas. Tal vez sólo un poquito.

El tío Dom está conduciendo, su gran complexión encajando fácilmente detrás del volante del Hummer que alquiló, mientras que Jeremy se recuesta en el asiento del pasajero, con papi y yo estamos acurrucándonos en el asiento detrás de ellos. Luca está en medio y yo estoy justo contra su costado, con dedos bailando sobre su muslo. Se tensa bajo mis dedos, apretándose más mientras más me acerco a su polla. —Angel ...— Hay una advertencia en su voz, pero no puedo evitar el hecho de que estoy caliente, y quiero un poco de algo. Es todo culpa suya. Bueno, suya y de Dom. —Hmm ...— Inclino mi cabeza hacia atrás y mordisqueo su mandíbula. —¿Dijiste algo, papi? Gime y ensancha las piernas, me da más espacio para jugar. —Nosotros realmenteAhueco el bulto en sus pantalones, acariciando su polla endurecida, cortando cualquier otra cosa que iba a decir. —¿Te gusta esto? —Estrujo su eje, aprieto mi agarre hasta que jadea y se empuja en mis manos. —¿Debería sacarte? —Muerdo su cuello, deleitada en el hecho de que él está respirando como si acabara de terminar una maratón. —¿Debo montarte mientras el primo Jeremy mira? Las ventanas están tintadas, y sólo le estaría dando a la gente delante de nosotros un pequeño espectáculo. No es como que voy a desnudarme ni nada. Sólo una pequeña montada amistosa entre papi e hija. ¡Rico! Él inclina su cabeza hacia un lado, me da más espacio, y yo me aproveche de ello. Me inclino sobre él, lanzar una pierna sobre él y me muevo así que estoy a horcajadas entre uno de sus muslos, la

mano sin dejar de acariciar, mi boca mordisqueando y mordiendo su piel. —¿Bueno, papi? Normalmente no soy tan agresiva, tan exigente. Luca es el bruto, el que me empuja alrededor y toma lo que quiere. En este momento, quiero su polla y va a ser mía. Mientras sigo acariciándolo, él trabaja la hebilla de su cinturón, y luego la cremallera, sin dejar nada entre nosotros. Ronroneo. Te lo juro por Dios. —Oh, estás listo y duro para mí. Lo bombeo, girando en la carrera ascendente y apretando justo debajo de la cabeza. Rozo mi pulgar sobre la punta y recojo la poca humedad de allí. —¿Tú me quieres, papi? —Será mejor que me tomes antes que explote sobre ti, Angel. —Su voz es ronca y profunda, diciéndome cuan cerca está. —Sí, papi. Esto va a ser difícil, pero quiero que los chicos en el asiento delantero tengan una buena vista, si se deciden a mirar. Me doy la vuelta, subo mi falda, y luego llego entre mis piernas para agarrar la polla de Luca. Todo hecho al susurro de mi papá: — Mierda sí. Eso es cuando Jeremy se da cuenta de nuestra actividad. Él ha estado charlando con su padre hasta este punto. —Uh, ¿papá? Mi mirada se encuentra con Jeremy mientras bajo en la polla de Luca, el ahora familiar amoldado calor enviando mi excitación más allá. —Mierda eso se siente bien. Lamo mis labios y su atención rebota entre mi coño y mi cara. Por supuesto, él está demorándose en mi coño, donde la polla de mi papi se hunde profundamente en mi coño.

Él se acerca y golpea al tío Dom en el brazo. —¡Amigo! ¡Papá! —Él se lame los labios y traga. —Papá, e-ellos están... Tomo a papi todo el camino hasta la raíz, su polla llenándome por completo, y luego le sonrió al joven nervioso. —Follando. Pongo mis muslos para que estén a ambos lados de las rodillas de Luca, mi coño en exhibición para que el hombre lo vea. —Oh, mierda. — Él golpea a Dom nuevo. —En serio, ¿papá? Nos detenemos en un semáforo y el tío Dom mira a Jeremy. — ¿Qué? —Luego sigue la mirada de su hijo y él me sonríe. —¿No pudiste esperar hasta el hotel, Angel? Me levanto y luego me hundo hacia abajo, mordiendo mi labio. —De ninguna manera. Ustedes me pusieron caliente durante la graduación. Es toda su culpa. Subo y luego bajo de nuevo, establezco un bonito, ritmo constante. No es demasiado lento y no demasiado rápido. Sólo lo suficiente para mantenernos a ambos interesados. El tío Dom simplemente sacude la cabeza y pone los ojos. —No, fue ver a Jeremy lo que te puso caliente. Nosotros solo avivamos las llamas. ¿No, Luca? Papá sólo gruñe. —Un poco ocupado. No importa quien la puso caliente. Siempre y cuando esté en su apretado coño. Dom ladra una carcajada. —Es agradable y apretada. Te pone duro sólo pensar en ello. Se da la vuelta y nuevamente nos conduce hacia el hotel, y yo he mantenido mis ojos en Jeremy todo el tiempo. Su boca está abierta. —Pertenezco a papi, Jeremy. Pero consigo follar a cualquiera en la familia que yo quiera. —Me muevo hacia arriba, la rugosidad de su polla deslizándose contra mis paredes internas, y mierda se

siente tan condenadamente bien. Estoy empapada y mi coño esta sólo aferrándose a su polla. —Quiero que me folles, Jeremy. Quiero que mi primo me lo de bien y fuerte. —Aumento mi ritmo mientras hablo, la idea de su joven, enorme polla profunda en mí desdeña mi excitación. —Quiero que aporrees mi coño y desgarres mi culo. Vente en mi puta garganta. Voy más rápido, de arriba abajo y de arriba a abajo, respirando pesadamente. —¿Me deseas, Jeremy? ¿Quieres follarme tan fuerte que no pueda caminar? La mano de Luca aparece en mi cadera y él toma el control, golpeándome hacia abajo con fuerza, se lleva a sí mismo a encontrarme y se golpea dentro de mí. —¡Joder! Él entra y sale de mí, más profundo y rápido. —Fóllame, papi. Fóllame más duro. Folla mi coño. Dios, quiero venirme. Sobre su polla y sus bolas y enviarlo al hotel oliendo a mis jugos. —Ocupo, ocupo, ocupo… Soy una puta necesitada. —Llévala ahí, Jeremy. Lo necesita. —La voz del Tío Dom me recorre y mi excitación llega a un nivel superior—. Masajea su pequeño clítoris hasta que se venga en la polla de Luca. Me desplomo hacia adelante, me atrapo a mí misma sujetándome las rodillas, Papi sigue follando mi coño. —Por favor, por favor, por favor… Mi concentración está en Jeremy. Nada más existe. Si puedo llevarlo tan lejos, obtengo su pene cuando quiera. Orgía familiar para Angelica.

Él lame sus labios, la aprehensión claramente evidente, pero entonces él se mueve hasta que se logra sentar en el reposabrazos de su asiento, los brazos extendidos. Yo me siento, miró mientras sus dedos se acercan, hasta que llega el contacto con mi expuesto coño. —Joder, eso es. Masajéame, Jeremy. Toca mi clítoris y hazme llegar. Soy una zorra exigente. Y él escucha. Las yemas de sus dedos están justo ahí, pequeños círculos, la presión adecuada, pero no mucho. Una y otra vez. Maldición. Mis pezones están duros, frotándose en el interior de mi blusa y no puedo quitar mis manos de ellos. Subo mi blusa para exponer mis pechos, sin sostén en el camino, y pellizco mis pezones. Los tiro y apretó, ocasionándome un placentero dolor. Todo el rato, estoy concentrada en Jeremy, el bulto en sus pantalones y el interés en sus ojos. —¿Me quieres, Primo? ¿Quieres follarme? ¿Meter tu polla en mi boca? —Joder. —Él maldice, aumenta la presión y envía otra ola de sensaciones por mi espina—. Quiero follar ese coño. Pintarte con mi semen. ¿Te gusta eso? Todo mi cuerpo tiembla, los músculos se ponen rígidos y no lo puedo controlar. —Maldición, sí le gusta. —Papi contesta por mí—. Lo ama. Es la puta de la familia, y tú puedes jugar con ella por un rato.

—Fuck yeah. —Su voz es suave y él quita su atención de mí, se concentra en lo que le está haciendo a mi clítoris—. Haré trisas este coño. Me dejo ir. Dejo salir todo. Todo lo que estaba reteniendo y las preocupaciones que llevaba alrededor desaparecieron y me deje a mí misma solo… sentir. El áspero deslizar de la polla de Papi en mi calor, la forma en que la cabeza se frota contra mi punto G con cada embestida. Dentro y fuera, arriba y abajo, carne contra carne. Esos dedos haciendo círculos, círculos, círculos… presión con un ocasional tirón y mi orgasmo se apresura a mí. Se está reuniendo, deslizándose hacia cada uno de mis nervios. Como una bola de nieve rodando colina abajo, sigue creciendo y creciendo con cada respiración. —Eso es, eso es… Un rápido golpe a mi clítoris me hace gritar y arquearme, placer y dolor sobrecogiéndome. —¡Joder! Jeremy vuelve a masajear, pero otro golpe me arranca un sollozo del pecho. Lo amo, amo esto. Fuerte y duro e hiriente en las formas oh-tan-buenas. Quiero más, mucho más. —Fóllame duro, Papi. Dámelo. Hazme venir. Su agarre se endurece, los dos hombres trabajando en sincronía mientras su polla se movía dentro y fuera de mi coño, mientras Jeremy abusa de mi clítoris. —¿Ya terminaron chicos? —Grita el Tío Tom sobre mis gritos—. Estoy por entrar al parqueo del hotel. —Joder, joder, joder… —es la letanía de Jeremy, y no puedo entender si nos está apurando o quejándose de lo cerca que estamos de terminar.

Y de nuevo, no estoy segura que me importe mucho. No cuando él está golpeando mi clítoris con más fuerza que antes, y cada pizca de éxtasis que se ha reunido alrededor de mi vagina solo explota, todos mis músculos se tensan mientras un puro e incontrolable placer quema y se filtra en mis células. Grito, sollozo, y casi lloro, y sigue, mi primo masajeando, masajeando y masajeando mi clítoris a través de mi orgasmo. Majó el pene de mi Papi en oleadas, mientras mi vagina se aprieta y se relaja a su alrededor. Luego él grita, follándome con una sucesión rápida y fuerte, hasta que pega su cadera contra mi trasero y siento su grueso pene palpitando dentro de mí, su semen pintando mis paredes internas. Amo quedar llena de su semen. Soy la zorra de su semen y lo admito fácilmente. Jadeante, Papi se relaja bajo mí y yo me desplomo de nuevo en él, contrayendo con las réplicas mientras Jeremy disminuye sus caricias. Aunque no quita su mano. No, él acaricia mis muslos, mi coño, cada centímetro de mi piel a su alcance. —Joder, eso fue caliente. —Su voz está ronca y el bulto en su pantalón es enorme. Como, Oh Por Dios podrá entrar, enorme. Lamo mis labios, ansiosa de tener mis labios alrededor de su grueso pene. —Siempre lo es, —replica el Tío Dom después de meter su SUV en el espacio. —¿Siempre? Ustedes han… —Como ella dijo, lo mantiene entre familia. —Así… Sonrío, con los ojos medio cerrados, bien y relajada después de mi orgasmo.

—Feliz graduación, Primo. —Bien, hora de salir del auto. Vamos, papá, Tío Luca. ¡A por ello! —Él salta del auto, lleva su bolso frente a él, y yo sonrío al Tío Dom cuando se voltea a mirarme. —¿Pueden caminar? Yo frunzo el ceño. —¿Tengo piernas? En realidad, no las siento. Ese hijo tuyo sabe qué hacer con mi clítoris, Tío Dom. En serio. Suspiro, y luego lloriqueo cuando Papi me levanta fuera de su polla. —Vamos, Angel. No mantengamos al hombre del momento esperando. Miro por el parabrisas y veo que él hace exactamente eso. —Bien, bien… ¿Alguien tiene un pañuelo? Siempre parezco olvidar que el sexo es desastroso. Especialmente cuando acaba. Luca se inclina hacia mí. —No. Quiero que camines por el vestíbulo y hacia nuestra habitación con mi semen bajando por tus piernas. Quiero que todos vean que eres mía. Oh mierda. Soy una puta por excitarme con eso. Totalmente. —Oh, bien. Él me empuja y yo abro la puerta, piso fuera del Hummer y me estremezco cuando el primer poco de liberación se escapa de mi vagina. Oh, Dios, puede que me venga si camino así, su marca sobre mí. Jeremy me ve y llega a mi lado, me acerca hasta que nuestros labios están a pocos milímetros.

—Vamos. Gah, él es más grande de lo que creí, su masivo pene se presiona contra mi cadera con solo nuestra ropa separándonos. —Indica el camino. Espero que él me bese, pero en lugar de eso, él le quita de la mano la llave de la habitación al Tío Dom y se dirige a la entrada del hotel, yo sigo sus pasos. —¡Jeremy! —mis tacones hacen difícil mantener su paso. Él gira hacia mí, tira de mí hacia él. —A menos que quiera que todos en el hotel te vean chupando mi polla, te apurarás, bebé. —Oh. —Mi primo me da un beso en la frente y regreso a su camino, yo hago lo mejor por apurarme. En un momento, estamos frente al elevador, esperando, esperando, esperando. Hay otra pareja ahí de pie, y siguen lanzándonos miradas preocupadas, como si no estuvieran seguros cómo reaccionar a nosotros. Bueno, Jeremy, en realidad. Él está prácticamente vibrando. Un fino camino de semen baja por mi muslo y me provoca un cosquilleo en la parte de atrás de la rodilla. Otro escalofrío de deseo, excitación, deseo y necesidad. Dios, quiero solo bañarme en semen, cubrirme a mí misma con la prueba del disfrute de mi hombre en mi cuerpo. Cuando el elevador finalmente llego con un suave sonido, Jeremy se apresuró en la caja de metal, empujándome con él, y me aleja lo suficiente como para poder levantar una mano y detener la otra pareja. —Lo siento. Este está lleno. Él presiona el botón de cerrar y las puertas se deslizan juntas, cortando la desconcertada pareja. En el instante en que quedamos solos, estoy en sus brazos, presionada contra él desde el pecho hasta

la rodilla. Él me hace retroceder hasta que choco contra la pared y rodeo su cintura con una pierna. —Joder, estás ardiente. Mi primo captura mis labios en un apasionado beso, nuestras lenguas peleando mientras él presiona su polla cubierta de ropa contra mi vagina abierta. Sé que estoy llenando su pantalón negro con el semen de mi Papi, pero no puedo hacer que me importe. Es sucio y travieso y jodidamente asombroso… el hecho que acabo de follar con un hombre en un carro, y minutos después, me estoy preparando para tener sexo con su sobrino. En este elevador, si no llegamos ahí rápido. Él está follándome y yo estoy mostrando lo bien que estoy, presionando mi húmedo coño contra él, arriba y debajo de ese grueso eje. Cuando finalmente libera mi boca es para trazar un camino de besos por mi cuello, a través de mi collar y hacia mis pechos. Él los toma, sosteniéndolos en alto mientras pelea contra la tela para conseguir más piel. —Sí… eso es. —Puedo venirme de nuevo con esto, sus manos y labios sobre mí, pinchando y frotando mi pezón—. Dios, te quiero a ti. Quiero el grueso pene de mi primo en mi coño. Él se estremece, oculta su rostro contra mi cuello y respira pesadamente. —No digas mierdas así. Explotaré en mis pantalones. No lo puedo evitar, me rio con fuerza y agradezco que me sonría de regreso. Justo cuando se inclina por otro beso, el elevador emite un sonido, anunciando que llegamos y de nuevo, estoy siendo acarreada tras él.

Solo hay dos puertas en este nivel, ya que es el penthouse, y él me conduce a la primera, desliza la llave dentro al confirmar que está en el lugar correcto. Dentro, él me presiona contra la pared del vestíbulo, su cuerpo manteniéndome quieta. —Te quiero a ti. —¿Cómo? —Estoy sin aliento, la montaña rusa de excitación estaba arriba de nuevo. Él muerde mi labio inferior con un gruñido. —Esta perfecta boca primero. —Sí… —Mi voz es un susurro, pero mis movimientos son fuertes. Ahora, soy la líder. Tiro de él hacia la sala y lo empujó hacia el sofá. No es que me esté dando problemas. No, él sonríe abiertamente, su pene todavía da empujones contra su pantalón. Me arrodillo con facilidad y alcanzo el cierre de su cinturón. Está abierto en un instante y yo bajo la cremallera, dejando su polla libre. —Oh, mierda. Él es fácilmente tan grueso como mi muñeca, la cabeza de su pene está de un furioso púrpura con gotas de semen acumulándose en la punta. Él es largo, más largo que su padre, y ruego que sepa lo que está haciendo cuando me folle. Porque lo hará. Pronto. Me inclino hacia el frente, paso mi lengua a lo largo y reúne la humedad ahí, saboreo su salado sabor al estallar en mis papilas gustativas. —Mmm… ¿Es esto lo que quieres? —Joder, sí, chupa mi polla. —Sus manos son puños sobre mis muslos, los nudillos blancos.

Juego con el punto bajo la cabeza en la parte de debajo de su eje. Este tiene algún extraño nombre técnico… yo lo llamo el punto dulce de un hombre. Paso un diente por el lugar que sé lo volverá loco. —¿Quieres que tu puta prima chupe tu pene? ¿Tragarte todo? Su respiración es como un tren de carga, soplando, las caderas moviéndose. —Sí, ponlo en tu boca. Chúpame. Tómalo. Hay un suave sonido detrás de mí y miró hacia la puerta para ver a Papi y tío Dom unirse. —¿Debo, Papi? ¿Tío Dom? ¿Mi primo merece que le chupe la polla? —Me inclino hacia delante y mamo la punta, labios mojados bañando la esponjosa cabeza. Jeremy gime, su cabeza cae y cierra los ojos. —Angel, ¿has estado jugando con el pobre chico? —Papi tiene sus brazos cruzados sobre su pecho, una amplia sonrisa en su rostro. Levanto mi cabeza y rio, acaricio el punto dulce. —Tal vez un poco. —Papá… Lo juro… —Jeremy está prácticamente chillando. —Angel, siente lástima del chico. Eres su regalo por hacerlo tan bien en la escuela. —Hay un susurro de ropa y veo que ambos, Tío Dom y Papi, se están desvistiendo—. Aunque su polla es tan grande que creo es más un regalo para ti. Me alejo un poco. —Lo sé, ¿cierto? ¡Tío Dom, es más grande que tú! —Bombeo a Jeremy, libero un poco de su tensión. Un poco. Al menos, traigo un fin a su tormento. Miro directo a los ojos de Jeremy.

—La pregunta es ¿sabe usarla? —Ooooohhh… —responden los otros dos hombres al mismo tiempo. Sigo acariciando a Jeremy, arriba y debajo de su eje, mis dedos no se tocan porque él es muy grueso. Es como seda sobre acero, duro y suave al mismo tiempo. Un eje viviente de placer esperando para que jueguen con él. Yo quiero jugar. —¿Sabes, Jeremy? —He cambiado de idea. —Él entorna sus ojos. —¿Lo has hecho? ¿Y qué has decidido? —Levantó una sola ceja. —Tío Luca ya ha tenido tu vagina, yo quiero tu trasero. Quiero a Luca en tu boca y a Papá en tu coño. Te quiero tan llena de pollas que no puedas hacer más que tomarlo. —Él me agarra y me jala hasta su regazo, me fuerza a estar a horcajadas sobre él—. Te fallaremos hasta que no puedas hablar, y luego tal vez recibiré una mamada apropiada. ¿Qué piensas, Prima? —Pienso que deberíamos movernos al cuarto. —Le doy un rápido beso antes de bajarme de su regazo y arrastrarme sobre la parte de atrás del sofá, apurándome hacia el dormitorio que comparto con Papi—. ¡Ven y consíguelo! Me desnudo mientras corro, blusa fuera, la falda cae por mis piernas y casi caigo intentando pasarla por mis tobillos. Para el momento que cruzo el umbral, tengo tres hombres muy desnudos y calientes persiguiéndome. Salto y caigo en el centro de la cama, rebotando algunas veces antes de acomodarme y observar a los hombres rodeándome. Papi en el centro, su polla ya está dura y alcanzándome, el deseo es evidente en su mirada. Un rápido vistazo a Tío Dom y Jeremy revela que están en el mismo estado.

Muy bien. —Jer, revisa el cajón. Debes encontrar unos condones y lubricante. Tómalos. Quieres su trasero, lo tendrás que preparar para ese pene tuyo. —Papi se arrastra hacia mí—. Abre tu boca, Angel, Papi tiene un regalo para ti. Lamo mis labios ansiosa por su polla. —Hey, ¿qué hay de mí? —Miró a Tío Dom y lo veo haciendo un puchero. Papi lo aparta. —Tendrás su coño pronto. Ella me tuvo en su trasero anoche, así que, si tu hijo sabe lo que hace, estarás rodeado por ella pronto. —No soy un puto niño. —Jeremy está mirando a Papi, pero él sonríe igual de rápido—. Ponte sobre tus manos y rodillas, bebé. Mordisqueo mi labio inferior, la anticipación creciendo en mí, hago lo que dice, ansiosa por ser llenada en todos mis agujeros. Abro mi boca pronto y tomo a Papi, lo chupo y lamo la parte de abajo de su eje mientras me trago todo su pene. —Maldición, esto es hermoso. ¿Seguro que quieres compartirlo, Tío Luca? Yo gruño, mi boca moviéndose a lo largo de su polla. Me dirijo a la raíz y de regreso, babeando sobre su grueso y gordo pene. —A ella le gusta. Le gusta joder con la familia, le gusta tener tantas pollas como pueda. —Sus manos se hunden en mi pelo, me sostiene quieta mientras él mueve su pene dentro y fuera de mí—. Y me gusta hacerla feliz. Así que folla su trasero de un solo para todos poder venirnos, chico. Un suave par de labios roza mi trasero, dejándome la piel de gallina a su paso. Gimo y chupo más fuerte la polla de Papi,

mostrándole cuanto lo amaba por darme esto. Porque, claro, es un regalo para Jeremy, pero también una de mis fantasías. Los dedos siguen los labios, luego una mano, y finalmente, un frío y resbaladizo dedo en mi ano. Me empujó hacia atrás con el toque, más que lista para tener un pene en mi ano. Él me penetra, deslizando ese primer dedo hasta dentro con mi empuje. Sí, tuve a Papi la última noche y realmente, realmente quiero tener sexo con los tres. —Eso es. Mete esos dedos en ese ano. Ella es una sucia pequeña puta. —La voz viene de mi derecha y puedo ver a Tío Dom con la esquina de mi ojo, su grande mano envolviendo su masivo pene, acariciando su carne. Otro dedo se desliza dentro de mí, ambos profundos en mi hoyo trasero, los nervios bailando. —Solo las putas son folladas por los hombres en su familia. El fap, fap, fap de él acariciándose a sí mismo batalla con el sonido de los gemidos de Papi. —Ella es la puta de semen de la familia. Lo desea, Dom. Ahora tenemos a Jeremy para ayudarnos a mantenerla en línea, ¿no es así? Jeremy añade otro dedo, y yo chupo con fuerza la polla en mi boca, arrancando un grito de Luca. —Joder, a ella le gusta esa idea, Jeremy. Su boca está loca. Chupa ese pene, Angel. —¿Sí? ¿Puedo tomarla cuando quiera? ¿Cómo quiera? —Otro dedo y estoy lista para gritarle a Jeremy que meta su pene en mí de un solo. Pero todavía necesito a Tío Dom bajo mí para que entre en mi coño. A joder todo y la logística de follar. Más lubricante, sus dedos bombeando dentro y fuera de mi ano, estirando, jugando, avivando mi excitación de nuevo.

—Mira ese trasero. Solo una zorra necesitada, ¿cierto? ¿Lista para mi polla, Angel? Gruño alrededor de Papi, y él se ríe. —Sí, creo que lo está. —Él libera su pene de mi boca—. Deja al Tío Dom ponerse en posición, cariño, y luego te haremos volar. —¡Excelente! Me cambio al lado, y Dom se acuesta debajo de donde yo estaba arrodillada, duro como una roca y con un condón por mí. —¿Lista para cabalgar a tu tío, bebé? —Oh, Tío Dom. Estás tan grande y duro. —Cierro mi mano a su alrededor. —Solo para ti, pequeña. Solo para ti. Sonrío mientras paso una pierna sobre él, tomo su pene y lo acomodo en mi entrada. Estoy tan húmeda de mis jugos, tanto como con los del semen de Papi, por lo que se desliza fácilmente. Tira mi cabeza hacia atrás, gimo largo y fuerte mientras lo tomo todo. —Oh, joder, Tío Dom. Tu pene es enorme. Lo amo. —Me levanto y bajo de nuevo, un movimiento gentil a lo largo de su eje. Tan bien. Lo tomo profundo y luego superficial, tocando mi punto G, las crestas acariciándome desde dentro—. Amo esta polla. Sus manos descansan en mis caderas, siguiendo el movimiento. —Tal vez debería inclinarte hacia adelanto, bebé, y Jeremy se deslizará en tu ano. Dándote una follada que nunca olvidarás. Gimo, me dejo caer sobre él y capturo sus labios en un suave beso. Solo rozar los míos contra los suyos antes de mordisquear y lamer el borde. Degusto el sabor, luego me fuerza a relajarme cuando siento la punta roma de la polla de Jeremy en mi ano.

Un respiro profundo y me rindo a la invasión, lo dejo estirarse en mí. Duele y se siente tan bien y mal al mismo tiempo. Él es más grande que Papi, y siento más llena que nunca antes. Es como si fuese partida en dos, su pene dividiéndome. Nosotros tres estamos jadeantes cuando él está completamente dentro. Dos pollas gigantescas, llenándome al punto de quebrarme y no lo tendría de ninguna otra forma. Jeremy se retrae un poco, y luego empuja de regreso, arrancando un gemido de ambos, Tío Dom y yo. —Oh, joder, Papi. Se siente tan bien. —De nuevo se sale, se mete, más fuerte, más rápido—. Oh sí. Dame esa polla. Divídeme. Tengo a mi tío debajo, mi primo encime y mi papi arrodillado cerca. Un golpecito en mi sien llama mi atención hacia Luca y abro mis ojos para encontrar su pene cerca de mi cara. —Sé una buena chica y chúpame ahora, Angel. Todos queremos venirnos en este lindo cuerpo tuyo. Joder, es demasiado. Soy como una persona hambrienta que está contemplando un plato de comida. No puedo tener suficiente. Quiero todas estas pollas, las quiero todo el tiempo. Y para mostrar mi aprecio, lo tomo dentro. Hasta la raíz, succionando fuerte y moviéndome rápido. Mi caño y ano se están apretando alrededor de mi tío y primo mientras trabajo como una aspiradora en la polla de Papi. Los tres hombres están gruñendo y gimiendo, Dom y Jeremy trabajan juntos mientras empujan dentro y fuera de mi ano y coño. Primero uno, luego el otro, constantemente cambiando puestos. Es bueno que no necesiten que participe, porque soy una

gran bola de sexo-nialidad5 en este momento. No puedo hacer nada más que tomar lo que me están dando… y solo sentir… mientras tocan todos mis puntos felices a la vez. Dentro y fuera de mi ano, mi vagina, mi boca… Sus gruñidos mezclados con mis gemidos, todos mis nervios están bailando y todo mi cuerpo está más vivo que nunca. Entre sus pollas y sus palabras, sé que es cuestión de tiempo antes que me venga alrededor de ellos. —Toma esa polla… —Maldita perra… —Perfecto traserito… —Toma la polla de tu primo. ¿Así? ¿Como si tu familia te estuviese follando hasta hacerte gritar? —Ese es mi Papi, y sus palabras están acercando mi orgasmo más y más—. Chupa mi polla mientras ellos te follan. Su pene se desliza entre mis labios, bombeando dentro y fuera de mí al mismo ritmo que los otros dos. Es como si hubiesen practicado, y sabían cómo follar a una chica juntos. Parte de mí odia esa idea. El resto está agradecida. Gimo con cada embestida. Así que, básicamente, soy un gran gemido. Como sea. Mi coño y trasero están mojando ambos penes mientras yo sigo lamiendo y succionando la polla de Papi. Húmeda y caliente y más profundo y rápido. Les doy todo lo que tengo y ellos siguen tomando más.

5

Sexo-nialidad: juego de palabras, en el original “fuck-tastic-ness”, sexo +

genialidad.

—Boca jodidamente hermosa. Chúpalo. —Yo lloriqueo, y él me alimenta más con su longitud hasta que choca contra el fondo de mi garganta. Hago lo que he practicado… trago y lo tomo todo. —Fuck yeah. —Él respira pesadamente, los dedos rígidos en mi pelo. Los otros dos están tomando el ritmo, y yo lloriqueo con las embestidas de Jeremy en mi trasero. Él me está follando duro, mi orgasmo a punto de llegar. Lo puedo sentir, reuniéndose alrededor de mis dedos, subiendo por mis piernas e introduciéndose en cada músculo. Estoy temblorosa. Necesitada. Ellos me darán lo que necesito. —Eso es. —Las manos de Jeremy se aprietan en mis caderas—. Toma esta mierda. Nuestros cuerpos golpean entre sí, los hombres probablemente mucho más cerca de lo que les gustaría. Pero también parece que quieren explotar sus bolas más. Joder, pero quiero, también. Golpe. Golpe. Golpe. Más y más. Rápido y rápido. Mi clítoris palpita, semen listo para explotar. Mis pezones están duros como una roca y desesperadamente necesitados de pellizcos y giros. Pero no puedo hacer nada. Maldición, apenas puedo sostenerme en este momento.

No parece importas, de todos modos, porque estoy por venirme. Pronto. Sobre todas las pollas en mis hoyos. Estoy tan húmeda, siento que estoy goteando jugos, y en cualquier momento, voy a chorrear sobre ellos. Ellos están arrastrando el placer fuera de mí, arrastrándome al borde. Reveladoras descargas eléctricas están bailando en mi columna y centrándose en mi vagina, llevando mi concentración a esa área de mi cuerpo. Venir. Venir. Venir. Está justo ahí, justo ahí… Y luego estoy gritando, sollozando, implorando alrededor del pene que llena mi boca, porque he perdido el control de mi cuerpo. Mis músculos ya no son míos, crispándome, con espasmos mientras ellos continúan usándome. Más alto y fuerte y rápido, el placer se está vertiendo de mí como lava ardiente, consumiendo cada parte de mí desde adentro. Esto sigue y sigue, más y más, sus pollas extienden este puro éxtasis más y más hasta que pienso que voy a morir por eso. Salado, almizclado, el semen baña mi lengua y lo trago, saboreo el grito de finalización de mi Papi. Me da esfuerzo tras esfuerzo, presiona más profundo con cada bombeo y me da una alabanza con cada tirón de su pene. —Buena chica. Dulce boca. Tómalo. Lo hago. Lo tomo todo. Lo tomo profundo y saboreo cada gota.

No es hasta que él se sale de mi boca que me doy cuenta que los otros hombres también debían estar cerca, sus respiraciones se volvieron fieros jadeos y gruñidos mientras bombeaban dentro y fuera de mi caño y trasero. Estoy drenada, exhausta por venirme, y luego ellos están dando sacudidas dentro de mí, torturando mientras alcanzan el final, hasta que ambos, uno después del otro, se presionan contra mí, sus pollas parecían hincharse en mi coño y ano. Gah, deseo que ellos no estuvieran usando condones. Deseo poderme bañar con su semilla y restregarla sobre mí. Dejarlos follarme como Papi. Pero lo hacen, y solo puedo disfrutar el hecho que ellos se relajaron conmigo, que mi cuerpo los place. Cuando ambos se relajan, me permito caer cobre Tío Dom, lo dejo tomar mi peso. —Santa mierda. —Jeremy aun no recupera el aliento, y los otros dos están en silencio. Yo suspiro feliz, apretada contra el pecho de Tío Dom, contenta de tener sus suaves penes todavía dentro de mí. Pero no pasa mucho tiempo hasta que Jeremy se sale, deslizándose fuera de mi ano, y lloriqueo por la pérdida. —Vamos, Angel. Dejarlos limpiarse y luego podemos pedir la cena. Hablar un poco. Levanto mi cabeza, miro a Papi. —¿Hablar? —Estoy muy cansada para hacer algo, más que para ser una gran gota de nada ahora mismo. —Uh-huh. Hablar. Sobre la próxima reunión familiar que se aproxima.

Sobre la Autora Gia Blue escribe Smut porque ella ha sido maldecida con una mente increíblemente sucia. Cada pensamiento erótico la tiene poniendo la pluma al papel y luego liberando sus historias a todas las personas traviesas en el mundo. Una autoproclamada puta, ninfómana y ex bailarina exótica ahora que ella ha cambiado su tubo por una Mac. Se embarcó en una importante misión para convertir todos los que leen sus libros en alegres lectores de una sola mano.