Bultmann - teologia del NT

A.A±Á\J±J\jyjA£\. ±JA1Á1 NUEVO TESTAMENTO Rudolf Bultmann TEOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO BIBUOTECA DE ESTUDIOS BÍBLIC

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±JA1Á1

NUEVO TESTAMENTO Rudolf Bultmann

TEOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO BIBUOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS 32 RUDOLF BULTMANN

EDICIONES SIGÚEME SALAMANCA 1981 t

V

CONTENIDO XABIER PlKAZA: Presentación de la edición castellana

11

Tabla de abreviaturas

35

I.

PRESUPUESTOS Y MOTIVOS DE LA TEOLOGÍA NEOTESTAMENTARIA 1.

LA PREDICACIÓN DE JESÚS

§ § § § 2.

1. La predicación escatológica 2. La explicación de la exigencia de Dios 3. La idea que Jesús tiene de Dios 4. La cuestión de la autoconciencia mesiánica de Jesús

EL KERIGMA DE LA COMUNIDAD PRIMITIVA

El problema de las relaciones entre la predicación de la comunidad primitiva y la de Jesús § 6. La comunidad primitiva como comunidad escatológica § 7. La significación de Jesús para la fe de la comunidad primitiva § 8. Comienzos de la formación de formas eclesiásticas

37 39

41 49 60 64 73

§ 5.

Título original: Theologic des Neuen Testaments Tradujo: Víctor A. Martínez de Lapeta © J. C. B. Mohr (Paul Siebeck), Tübingen 1958 © Ediciones Sigúeme, S A., 1980 Apartado 332 - Salamanca (España) ISBN: 84-301-0833-5 Depósito legal: S. 128-1981 Pnnted ín Spain EUROPA Artes Gráficas. Sánchez Llevot, 1. Salamanca

3.

EL KERIGMA DE LA COMUNIDAD HELENÍSTICA ANTES Y EN TIEMPO DE PABLO

La predicación acerca de Dios y de su juicio, de Jesucristo el juez y salvador y la exigencia de la fe § 10. La conciencia de iglesia y la relación con el mundo

74 79 86 98 109

§ 9.

111 139

8

Contenido § 11. La relación con el judaismo y el problema del AT § 12. Kyrios e Hijo de Dios § 13. Los sacramentos § 14. El Espíritu § 15. Motivos gnósticos

II.

LA TEOLOGÍA DE PABLO Y DE JUAN 4.

LA TEOLOGÍA DE PABLO

§ 16. La posición histórica de Pablo A)

Contenido 3. 156 170 183 206 217

244

2.

§ § § § §

17. 18. 19. 20.

El concepto oc&na Tux1!.rcveünay t/oií NoOc; y auvEÍSriait; Kapóía

CARNE, PECADO Y MUNDO

21. 22. 23. 24. 25.

§ 26.

El concepto KÓCIXOC;

309

LA LIBERTAD

§ 38. La libertad de pecado y el caminar en Espíritu § 39- La libertad de la ley y la postura frente a los hombres § 40. La libertad frente a la muerte 5.

LA TEOLOGÍA DEL EVANGELIO Y DE LAS CARTAS DE JUAN . . . .

A)

B)

325

1.

325

§ § § § 2.

28. 29. 30. 31.

El concepto de óiKaiocúvri La presencia de la 8iKouoaúvr| La ÓIKOUOOÚVTI como justicia de Digs La reconciliación

LA GRACIA

§ 32. La xópinp pagano. Todo esto es claro sobre todo en Dt (lo que era significativo a causa del paralelismo entre la comunidad cristiana y la comunidad sinaítica) y en los salmos, significativos para la autoconciencia de la comunidad cristiana. En los LXX nunca se traduce Tcvp por EKK^.. ; más bien traduce a my —no siempre aunque sí de forma mayoritaria— la palabra auvaycoyTU con la que se traduce también ocasionalmente la palabra í>np. También en Sir parece estar la palabra ÉKKA.. por !?np, nunca por rny. En Sal Sal se distingue entre EKKX. y auvaycoyfi claramente. 'EKKA,T|cría designa a Israel (como pueblo de Dios) y ouvaycüyíí a las comunidades particulares (de ahí que se emplee en plural), mientras que ¿KK^oía aparece siempre en singular. Filón emplea para la reunión del Sinaí y para el mn'-^np de Dt 23, 1 s únicamente Í,KKX., y ouvaycoyií sólo para las sinagogas-edificio. Para los títulos: ayioi («santos») y EKX£KTOÍ («escogidos»), véase especialmente Kümmel (§ 1, 3). No es imposible que los miembros de la comunidad se llamasen «pobres»; esta denominación aparece como sinónimo de «piadosos» ya en los salmos. Así se llama también en los Sal Sal a los piadosos, que son quienes conforman el Israel auténtico, los «pobres». Y según Orígenes (C. Celso 2, 1 [I, 126, 19]) y Epif. 30, 17, 2 (I, 356, 2) los judeo-cristianos se llaman D'3Í , '3K. Este título caracterizaría a la comunidad primitiva también como el «Israel de Dios» y en esa medida sería escatológico. Pero es inseguro que se emplease el título ya en la comunidad primitiva; puede decirse, al menos, que no se puede deducir de Gal 2, 10 (nóvov TCÚV KXCOXCOV iva nvnnoveúconev: «sólo que debíamos tener presentes a los pobres»), como piensan K. Holl, H. Lietzmann, E. Lohmeyer entre otros. Esto se ve claro teniendo en cuenta Rom 15, 26, donde Tttcoxoi xcov áyícov, («pobres de entre los santos») muestra que 7ITC0XOÍ («pobres») son únicamente una parte de la comunidad y que, por tanto, TITCOXÓ? («indigente») tiene sentido sociológico y no es un término religioso4. 3. Sin duda que debemos entender también en este sentido el bautismo. Debería tenerse como seguro que se realizó desde el principio en la comunidad primitiva como merecimiento para ser recibido en ella, ya que Pablo presupone que todos los cristianos han sido 4 Acerca de si los esenios —o los miembros de la secta de Qumrán— se dieron la denominación de «pobres», cf K Elhger, Studien zum Habakuk Kommentar vom Toten Meer, 1953, 86 s 220-222 277, H Braun, Spatjud-haret undfruhchrtstl Ra dikcdismus I, 1957 Acerca de la comunidad de bienes en la primitiva comunidad y en los textos de Qumrán, cf Sh E Johnson, ZAW 66 (1954) 110 y The scrolls and the NT, 1957, 131 Cf también la bibliografía correspondiente a § 8

La comunidad

primitiva

como comunidad

escatológica

83

bautizados (Rom 6, 3; 1 Cor 12, 13). Pudiera también haber sucedido que el bautismo no hubiese tenido ningún otro sentido que el que tenía el de Juan Bautista, bautismo que Jesús y sus primeros discípulos mismos habían recibido; es decir, que el bautismo era un baño de purificación unido a la penitencia que preparaba al reino de Dios venidero; se trataba, por tatito, de un rito de iniciación de la comunidad escatológica, semejante al bautismo judío de los prosélitos, que era un baño de purificación que, acompañado de la circuncisión, hacía al bautizado miembro de la comunidad israelita. Se distinguía de éste en que el bautismo cristiano hacía miembro de la comunidad escatológica; sobre todo, se distinguía en que el de los prosélitos limpiaba de la impureza ritual, mientras que el cristiano y el de Juan, cada uno en su medida, cuyos presupuestos son la confesión de los pecados y la penitencia, promete manifiestamente la remisión de la culpa por el pecado. Pues el si aüxoü aínaxi ele; évSeicjw xfjc; 8iKouooúvr|v npoyeYovóxcov ánapxrinaxcov év xr¡ ávoxti xoO GeoO («justificados [por el don de su gracia] en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación [mediante la fe] por su propia sangre para mostrar su justicia, pasando por alto los pecados cometidos en el tiempo de la paciencia de Dios») La designación de Cristo como «instrumento de propiciación» (iX,aoxiípiov) se encuentra dentro de Pablo únicamente en este lugar En otras partes, Pablo no suele hablar tampoco (excepto en Rom 5, 9 y, de nuevo siguiendo la tradición, en 1 Cor 10, 16, 11, 25 27, en referencia con la cena) del aína de Cristo, sino de axaupoc; («cruz») Finalmente, es extraña en el resto de sus escritos, la concepción, presente aquí, de la SiKaioauvri («justicia») divina que exige una reparación por los pecados cometidos Nos encontramos, pues, al parecer, frente a una frase de la tradición, cuyo origen quizás puede ser atribuido a la comunidad primitiva Lo mismo acontece con Rom 4, 25, una frase que en su forma (paralelismo sintético de miembros) da la impresión de ser una cita Quizás ha sido formulada esta palabra en consonancia con Is 53 y en tal caso sería probable que se hubiese visto ya en este texto, en el tiempo de la comunidad primitiva, un anuncio de la pasión de Jesús, aun cuando tal descubrimiento no hubiese tenido lugar en los primeros tiempos de la comunidad primitiva (cf § 4, 3) El que la muerte de Jesús fuese interpretada como expiación no es, de suyo, una concepción lejana del pensamiento judío, ya que en éste existe la idea de la fuerza expiatoria de los padecimientos de los justos, al menos de los mártires n Ciertamente que la idea

14 O Cullmann, Petras, 1952 69 72 piensa que esta concepción arranca de Pedro 15 Cf H L Strack P Bülerbeck Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch II, 31961, 275 s 279 282, W Bousset, Die Reí des Judent, 3 198 s, G F UooK,Judaism I, 547 549, E Sjoberg Gott und die Sunder im pa last Judentum, 1939, 174 s 222

92

El kerigma de la comunidad

primitiva

de un mesías que sufre (por los pecadores) es totalmente extraña al judaismo en el tiempo de Jesús1 Kupira, Kai ó Kupioc; xra cranaTi («sino para el Señor y el Señor para el cuerpo»), de manera que difícilmente puede estar aquí presente el sentido de arana Y cuando de manera completa dice el v 14 ó Se 0eo