Bolivia En El Contexto Amazonico

ESPIRITUALIDAD AMAZONICA EN BoliviaDescripción completa

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Espiritualidad indígena amazónica Muchos de sus conocimientos tradicionales tienen origen y desenvolvimiento sobre la base de tales creencias que han de ser consideradas un derecho a comprender para poder garantizar. El marco normativo nacional ha de garantizar a los pueblos indígenas –mediante la regulación expresa- el derecho a vivir de acuerdo con sus creencias y para ello queda implícito su derecho a desarrollar sus prácticas rituales en sus lugares sagrados y a través de los recursos que a ellas están afectados. La riqueza genética no está separada o lejana de tales prácticas religiosas, sino integrada a ellas por lo que proteger la biodiversidad no puede sino partir de proteger esa espiritualidad. BOLIVIA EN EL CONTEXTO AMAZONICO Caracterización de Bolivia como país amazónico. Las eco-regiones: Nor Amazonía, Llanura Moxeña, Chiquitanía y Ceja de Selva. Jurisdicciones administrativas: departamentos, provincias y municipios. Aspectos culturales y políticos. COSMOVISIÓN Y RELIGIOSIDAD EN SOCIEDADES AMAZÓNICAS EN UN CONTEXTO HISTÓRICO Los psicoactivos como fuente de la espiritualidad y la cosmovisión indígena. Dudo sinceramente de que el poblador amazónico (el indígena ancestral) haya sido un hombre religioso en el sentido que hoy se entiende, es decir, pegado a un dogma y recreando de manera constante y disciplinada un conjunto de rituales estructurados por una institución tutelar, y dirigido por una élite teológica orgánica. Pensar que el indígena amazónico se sujeta a esto va contra sus principios de independencia y libertad. Más bien considero que es un ser espiritual, uno que a lo largo de su existencia logró aprender a interrelacionarse con otros seres más poderosos o inferiores a él, pero que sin embargo reconoce en tanto influye y transforma su vida. Otra idea de la que dudo es esta: los pueblos indígenas han construido y alimentado su manera de ver e interpretar el mundo (cosmovisión) a través de su interrelación con la naturaleza. Esta idea, bastante general, puede dar a entender que dicha interrelación se desarrolló única y exclusivamente de manera consciente, es decir, con la intervención racional de los sentidos del olfato, tacto, gusto, oído y vista. No se puede encerrar el entendimiento y la comprensión del indígena en un plano puramente consciente y racional. Más bien considero que su forma de interpretar el mundo proviene esencialmente de un plano de consciencia que va más allá de lo ordinario, es decir, se construye en un plano extraordinario, a través de una consciencia modificada, ampliada o alterada por sustancias psicoactivas. Trataré de sustentar mejor mis ideas más adelante. Antes me gustaría realizar un recuento de cómo la cosmovisión y la religiosidad amazónica se han comprendido a través de la historia. Un punto de referencia para empezar es la Conquista del Perú, en 1532. A partir de entonces tuvo lugar el registro sistemático de la vida indígena. Quienes se encargaron de esta labor fueron sacerdotes, soldados y funcionarios públicos de la Corona Española. Ellos empezaron a investigar y a describir la religión y la cosmovisión indígena (rituales,

creencias, modo de entender el mundo). Los sacerdotes católicos fueron los que indagaron más al respecto, por ello me gustaría centrarme en su punto de vista. Durante los primeros años de la conquista tuvieron muy poco acceso a la Amazonía, ya que encontraban resistencia de la geografía y de los propios indígenas. Recién a finales del siglo XVIII (1780) varias órdenes religiosas católicas logran instalar con mayor permanencia sus puestos de misión. Por la gran extensión de la selva amazónica, se encargó la cristianización de los indígenas a diferentes órdenes católicas: A la orden de los jesuitas se les encomendó el norte amazónico (departamentos de Loreto, San Martín y Amazonas), a los Franciscanos el centro (Ucayali, Junín, Pasco), y a los dominicos el sur (Cusco y Madre de Dios). Los sacerdotes de esa época entraron a la selva con la firme convicción de evangelizar y civilizar a los indígenas, es decir, convertirlos al catolicismo y llevarles a la vida moderna. Bajo este enfoque, la religión indígena fue tratada despectivamente. Los adjetivos más comunes fueron: impía, en el sentido de contraria y hostil a la religión católica, e idólatra, o los que adoraban a un conjunto de ídolos o dioses que no eran cristianos. Sin embargo, dejando de lado la perspectiva etnocéntrica de entonces, gracias a las misiones y a sus integrantes se tiene una descripción detallada de la cosmovisión y la ritualidad de los pueblos amazónicos. En primer lugar los misioneros católicos escriben que los “indios” u “originarios” no tienen dioses concretos, que creen en una amplitud de dioses, la mayoría de ellos representados físicamente en la naturaleza (plantas, animales, ríos, árboles, piedras, etc), pero que poseían una energía poderosa que podía utilizarse. Aclaran además que dichos dioses presentan una jerarquía (de más a menos poderosos), en donde la posición más alta la tiene un Ser Todopoderoso Impersonal, un Espíritu Creador. Otro aspecto que describieron fue la organización religiosa elemental que tenían los indígenas. No existía una estructura física ni teológica integrada, es decir, un grupo de sacerdotes que determinen o construyan los principios de funcionamiento religioso, tampoco había iglesias, parroquias o adoratorios en donde se puedan llevar a cabo las tareas religiosas. Esto llevó a considerar a algunos que los indígenas de la selva no tenían religión o un sistema religioso, y que más bien practicaban una “religión natural”, es decir, aquella que se descubre por la sola razón y que funda las relaciones del hombre con la divinidad en la misma naturaleza de las cosas. Pero también se dieron cuenta que la autoridad política y religiosa la tenía una persona mayor, especializada en curar o manejar los elementos de la naturaleza en su beneficio. Esta persona era el chamán, el sacerdote, el sanador, cuyo poder e influencia alcanzaba a su familia y excepcionalmente a todo el grupo étnico. Un aspecto en el que ponen énfasis es la creencia generalizada de que todos los seres de la naturaleza tienen vida, y cada uno de ellos tiene un espíritu, una energía transformadora, y que a su vez este espíritu tiene una madre o un padre al que está supeditado. Así, la mejor forma de entablar relaciones con estos seres es invocando a su “madre” o “padre”. Otro aspecto importante es que los indígenas, a decir de los católicos, no diferenciaban lo malo de lo bueno. No distinguían el pecado. Podían matar fácilmente a sus enemigos, incluso a sus hijos cuando éstos nacían enfermos o discapacitados. Podían mentir y difamar sin reparos. Se podían casar entre parientes (primos cruzados), podían tener muchas esposas (poliginia), podían vender a sus hijos adoptivos o sirvientes, podían robar, etc. Cosas que dentro del marco católico eran consideradas “pecado” o

“inmorales”, pero que dentro del razonamiento indígena eran simplemente cosas que se podían hacer. Otras personas que describieron o se aproximaron a la comprensión de la religión y la cosmovisión de los pueblos amazónicos en el siglo XVIII fueron militares, funcionarios públicos, viajeros, exploradores, etnógrafos y colonos de origen quechua y urbano. De los militares y de los funcionarios se tiene muy poca información. En cambio los primeros viajeros y etnógrafos describieron algunos ritos religiosos, detallando los artefactos e instrumentos sin profundizar en las consideraciones teológicas. Por ejemplo, registraron la ingesta de brebajes como la Ayahuasca y la inhalación de polvo de tabaco. Se decía que al beber Ayahuasca la persona podía ver su pasado, su futuro y podía comunicarse con los muertos. Similares efectos producía el uso del tabaco. Así también, el uso de estas sustancias estaba controlado o dirigido por una autoridad religiosa, como el sanador o el chamán. En este periodo empiezan los primeros intentos científicos para comprender los principios de funcionamiento de la religión y la espiritualidad amazónica. En este momento empezaron también las primeras opiniones de los colonos y mestizos. A ellos les infundía temor y respeto las prácticas religiosas de los pueblos amazónicos. Muchos mestizos tenían miedo a las “brujerías” o al “daño” que podían hacer los chamanes amazónicos, a quienes les miraban con desconfianza y respeto a la vez. Pero también acudían a ellos para curarse de enfermedades como el “susto”, el “mal de aire” o el “daño”. Muchos mestizos, incluso, han aprendido las prácticas chamánicas y las difunden en espacios no amazónicos. ESPIRITUALIDAD EN LOS ANDES Y EN LA AMAZONIA La cultura occidental, tiene dormida la relación y conexión con la naturaleza , y las fuerzas sobrenaturales. Así mismo la medicina está perdiendo la utilización de productos naturales para el tratamiento de enfermedades físicas y espirituales. La química está sustituyendo a estos y a las prácticas de rituales sagrados. Aún en los Andes y en la Amazonia se puede encontrar grupos humanos cuyo diario vivir está estrechamente vinculado a su medio ambiente y a las prácticas medicinales, últimas que se basan en la utilización de plantas del bosque a través de rituales realizados por un guía espiritual, chaman o sanador. Los Andes y la Amazonía están formados por elementos maravillosamente armonizados entre sí; está en un equilibrio permanente y perfecto entre flora, fauna, seres humanos y seres cósmicos. La maravilla de los espacios andinos y amazónicos nos permite encontrar nuestro propio equilibrio entre lo físico y espiritual; de este equilibrio dependemos todos y la convivencia entre hombres, flora, fauna, seres cósmicos y espirituales y la conexión con los cuatro elementos fundamentales de la madre naturaleza: tierra, agua, aire, fuego. Los hombres que habitan estas tierras encontraron en aquellas entidades el perfecto equilibrio y observan a la naturaleza como un ser con vida y no así como un laboratorio biológico. Para el hombre de los andes y de la Amazonia toda la naturaleza tiene vida. Ese es el pensamiento lleno de sabiduría y filosofía mágica religiosa que nos dejaron los antiguos protectores de estas tierras milenarias para nosotros, las nuevas generaciones.

La comprensión de estos valores sagrados nos ayuda a sumergirnos en un mundo mágico espiritual donde lo elemental es la conexión espiritual que nos ayuda a trascender y equilibrar los cuatro aspectos fundamentales del ser humano: Espiritual, Físico, Mental y Emocional. Este equilibrio se consigue utilizando todo lo que la madre naturaleza nos da, ya sea plantas maestras, medicinales, energía de los grandes espíritus e interrelación con la naturaleza. A través de los rituales, medicación de la naturaleza, podemos utilizar nuestras facultades espirituales. La visión y la comprensión de la naturaleza en los Andes y en la Amazonía es de manera simbólica, metafórica y espiritual. Comprender estos aspectos de la naturaleza nos lleva más allá de donde nuestros ojos pueden ver y entender, pero sí podremos sentir con la esencia del corazón y del interior. CICLO VITAL EMBARAZO Y PARTO En la mayoría de los indígenas amazónicos se desconoce la relación que tiene la menstruación con el embarazo, se dan cuenta que la mujer espera un niño tocándose el estómago o cuando empiezan los primeros movimientos del pequeño. A partir de este momento existen alimentos prohibidos tanto para la mujer como para el esposo. El alumbramiento tiene lugar en la casa o en algún claro del bosque, generalmente son las mujeres ancianas que ayudan en el parto, pero el marido u otro familiar también pueden hacerlo. Es costumbre en las comunidades amazónicas que todas las personas, incluidos los niños puedan presenciar el parto; después del nacimiento toda la población se reune para festejar la venida de un nuevo ser. Pasado el nacimiento, la madre y el padre se prohiben comer animales y aves macho, hasta bastante tiempo después que el niño camine y pueda hablar. Esta práctica de cutipa (cuvada) es cumplidad rigurosamente por todos los miembros de la cultura, pues conciben que su infracción implica castigo sobrenatural. Originalmente en los pueblos amazónicos cuando una mujer muere durante el parto, aunque el niño esté vivo lo entierran junto con ella. Es también costumbre muy generalizada en muchos grupos, que si nacen mellizos no se permita vivir a uno de los dos. Los hombre prefieren que el primer hijo sea varón, pues se convierte en un compañero y ayuda. Es probable que el aborto sea considerado delito grave en muchas culturas amazónicas; si un bebé muere dentro del vientre se culpa a la madre, los de la aldea la miran mal y de manera acusadora y el esposo puede incluso separarse de ella. Seguido al nacimiento se le da el nombre a la criatura; normalmente escogen nombres provenientes de sus antepasados o de familias adultos, pero también es común en la Amazonía el poner nombres relacionados con animales o fenómenos naturales. RITOS DE INICIACIÓN En las culturas amazónicas se pueden observar ritos de iniciación a la entrada de la pubertad. Cuando el indígena tiene alrededor de doce años es iniciado a través de ritos de carácter social y religioso. Estas celebraciones son seguidas de perforaciones del

septo nasal, el rapado de la cabeza, de la circunscripción, del uso de armas y herramientas y de otros hechos que tienen relación con la sobrevivencia física y cultural del grupo. Pasado los ritos, los jóvenes adquieren su mayoría de edad y pueden buscar pareja para el matrimonio, así como ejercer derechos de adultos. Los ritos destinado a las mujeres no se diferencia en mucho a los del varón, pero es una constante que estén relacionados con el inicio del primer periodo menstrua. Cuando sucede ello es normal que la niña sea aislada de las demás personas, incluso de sus familiares, permaneciendo ya sea en un lugar especial o en una hamaca muy común en las culturas amazónicas. Se le quita los adornos comunes y el cabello se le corta al ras; ella está prohibida de comer alimentos con sangre, como carnes de animales y de ciertas aves. El alimento que pueden consumir las niñas es preparado especialmente por sus madres y los cuidados se prolongan por varios días. Estos hechos otorgan la madurez sexual. MATRIMONIO Por la diversidad cultural existernte en la Amazonía boliviana, las formas de matrimonio son muchas y cada una con caracterísiticas muy diferentes. Es una constante sin embargo, que el matrimonio esté íntimamente relacionado con expresiones de alianza entre familias extensas, que garantizan la reproducción de la vida y la cultura. Es muy común la práctica del matrimonio poligínico, donde la familia la constituye un hombre con dos o más mujeres, que a la vez atienden a sus respectivos hijos. Se conocen casos también en algunos grupos indígenas donde se presenta al matrimonio políginico sororal, de un hombre con dos o tres hermanas destinado a equilibrar las relaciones entre las coesposas y sus hijos que además de ser hermanos son primos. Las prácticas originarias de matrimonio debido al proceso de cristianización que se remonta a la época de las reducciones jesuíticas, han sido progresivamente sustituidas y alteradas por los ritos cristianos y occidentales. Por ejemplo, el matrimonio entre moxeños y chiquitanos es realizado de acuerdo al canon de la iglesia católica por un sacerdote, diácono o incluso doctrinero del Cabildo Indigenal. Existen muchas prácticas curiosas en la Amazonía, una de ellas es cuando un hombre quiere a una mujer independiente, viuda o solterona para su esposa, lo único que hace es ofrecerle carne fresca para que se la cocine, si ella acepta prepararle los alimentos, automáticamente lo acepta también como esposo. Otras prácticas de unión matrimonial están relacionadas con el rapto de la mujer o formas de exogamia interclánica, que regulan el flujo de mujeres en función a sistemas de alianzas políticas y económicas. En la institución del matrimonio también existen preferencias entre primos cruzados o primos paralelos; en los primero un hombre puede casarse con la hija de la hermana de su padre, o con la hija del hermano de su madre. En lo segundo puede hacerlo con la hija de la hermana de su madre o con la hija del hermano de su padre. En la tradición amazónica la poliginia está permitida y es hasta hoy practicada. Sin embargo, lo más común es que el hombre tenga mas afecto a la primera esposa que es la encargada de la distribución de los alimentos y administrar la casa. El indígena y sus esposas viven en una misma casa; las mujeres con sus respectivos hijos se ubican en rincones opuestos, el marido tiene su cama o hamaca al centro. No es frecuente las relaciones extra-matrimoniales, las personas que incurren en este

hecho son mal vistas por la comunidad, por considerarse alteración al orden natural de la cultura, que incluso permite la poligamia a los hombres. El divorcio (separación de hecho) es practicado solamente por razones extremas; si el hombre tiene problemas con alguna esposa –por que no le da hijos o es floja- éste la abandona; los niños menores de seis años quedan con la madre, la abuela materna o paterna. MUERTE Y SEPELIO La muerte es considerada como una parte del ciclo de existencia, que no es solo terrenal; ellos nunca suelen hablar de ella y solo hacen referencia cuando guarda relación con hechos heroicos. En muchas culturas (que mantienen la tradición) cuando muere una persona, todos los familiares comienzan a llorar y a gritar fuertemente, esto sirve como aviso a los demás miembros de la comunidad, que muy pronto rodean al difunto y convierten el dolor en un llanto general. Las prácticas de entierro son diversas, unas culturas entierran a sus muertos liados en corteza de árbol, otras queman el cadáver y las cenizas en el aire y se han conocido también formas de endocanibalismo (comer carne humana con fines rituales y religiosos). Es muy generalizado que las pertenencias principales del difunto, como armas, hamaca, adornos y incluso mascotas sean destruidas o enterradas con él. MITOLOGÍA La mitología amazónica tiene superabundancia de relatos elaborados para explicar y justificar la existencia de todos los entes naturales y supranaturales. El sentido simbólico del mito adquiere importancia profunda en la organización y religión de los indígenas, puesto que cada hecho y cada situación particular son desarrolladas a partir de la abstracción de una realidad. Los mitos indígenas expresan simbólicamente situaciones críticas para el pueblo o recordatorios destinados a garantizar su existencia cultural. Por ello los mitos pueden ser educativos, que ayudan a que los miembros de un grupo se preparen para afrontar adversidades, o regulatorio si enseñan a que se cumplan las normas tradicionales. En la Amazonía la representación simbólica articula el conjunto de las actividades sociales, culturales y económicas. CREENCIAS SOBRE LA MUERTE Todos los pueblos amazónicos creen en la inmortalidad de alma, conciben que al morir una persona su alma deambula por la selva durante mucho tiempo, después se va a vivir a un lugar imaginario donde dicen se encuentra la tierra sin mal. En este lugar no hay jefes, todos son iguales y hacen lo que les place, aseguran también que en el lugar destinado a los muertos no viven los blancos. La escatología amazónica pese a la presión e influencia católica ha logrado sobrevivir, refugiándose en simbologías cristianas, como se dio en el Beni con el movimiento mesiánico de búsqueda de la “tierra sin mal”, que durante siglos y hasta hoy sigue movilizando a los indígenas moxeños, movimas y yuracaré que esperan encontrarla representada en una “loma santa”. La concepción originaria establece que existe dos tipos de almas o espíritus, las buenas

y las malas; los espíritus malos permanecen por mayor tiempo peregrinando en la selva, y en oportunidades se encarnan en animales y plantas. Los espiritus buenos van directamente a un lugar de placer y abundancia (tierra sin mal). Dada las pautas sobre las creencias después de la muerte, es reconocible en las culturas amazónicas la práctica de una ética encomiable; respetan la vida, practican la justicia y valoran la solidaridad. CONCEPCIONES RELIGIOSAS En la religiosidad indígena se tiene la idea de que existen seres o divinidades benignas, que ayudan y protegen y malignas que atacan y engañan a los hombres de distintas maneras. Estos últimos seres sobrenaturales están para castigar a las personas que violan las reglas de la comunidad, como las leyes culturales y los tabúes de reproducción. En la actualidad son pocos los grupos indígenas que practican la religión tradicional de carácter telúrica y natural, pues la mayoría han sido influidas por el catolicismo o el evangelismo protestante, que han cambiado sistemáticamente la faceta espiritual de las culturas amazónicas, dejándoles inmersos en un complejo sistema de valores desconocidos y contradictorios a su ética comunitaria. TESTIMONIOS AMAZÓNICOS. Los indígenas amazónicos empezaron a manipular y a domesticar plantas desde hace varios milenios, con lo cual han logrado una diversificación de variedades a partir de una especie original, tanto para la alimentación como para la medicina. Este es el caso de la yuca, el maíz, la coca. Estos conocimientos son transmitidos de generación en generación y muchas veces una variedad específica forma parte ancestral del patrimonio de un clan o grupo. Como para muchos grupos amazónicos, el eje de las festividades y del calendario Achuar vinculado con la recolección es la temporada de la chonta, fruto de la palmera (Guilielma gasipaes) cultivada en los huertos. Sigue con la temporada de los frutos silvestres (mango, zapote, guaba, distintas palmeras) y la de los frutos tardíos. En relación a la caza y los animales, existe “la temporada de los peces, la temporada del desove, la temporada de los huevos de tortuga, la temporada de la grasa del mono lanudo, la temporalidad de las hormigas voladoras, la temporada del capoc”. Este caso es pertinente para la mayoría de los pueblos amazónicos con variantes locales, “cada momento del año se ve marcado por una relación privilegiada del hombre con uno de los campos de la naturaleza: la selva dispensadora de frutos, insectos y caza arborícola o el río, proveedor de peces, tortugas y caza acuática.